Arena Do
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RESUMEN
Chorreado con arena de piezas y estructuras metálicas: exposición a sílice cristalina
La tarea de chorreado con arena consiste en proyectar arena mediante una corriente de aire impulsada
por un compresor sobre piezas y estructuras metálicas para limpiar la superficie o dejarla preparada para
tratamientos posteriores.
El chorreado se realiza al aire libre, en salas de chorreado o en cabinas. En el caso de un buque o una
estructura de gran tamaño se ejecuta con unidades móviles de chorreado.
Durante la realización de esta tarea los granos de arena impactan con gran energía en las piezas metálicas
objeto de tratamiento. La arena se fragmenta en partículas muy finas, liberándose al ambiente polvo
de sílice cristalina. Una parte importante de este polvo está formado por partículas de tamaños que
corresponden a lo que se denomina “fracción respirable”, no visible a simple vista, que penetra hasta los
alvéolos pulmonares, pudiendo causar daños graves en el sistema respiratorio.
AGENTES QUÍMICOS
El agente químico de mayor interés toxicológico contenido en el polvo que se desprende en esta tarea es:
Sílice cristalina SiO2. Dióxido de silicio cristalizado como cuarzo o cristobalita. Sinónimo: óxido de silicio.
La arena utilizada en el chorreado suele contener de 94 a 99% de sílice cristalina en forma de cuarzo. Hay
otros abrasivos que se utilizan como sustitutivos de la arena que también pueden contener sílice cristalina en
porcentajes variables (escorias de cobre, granalla con arena, determinados silicatos de aluminio y otros).
• La concentración ambiental de sílice cristalina. En el chorreado con arena se alcanzan exposiciones muy
por encima del valor límite establecido.
• El tiempo de exposición. Se ha de valorar tanto el tiempo de exposición durante la realización de la tarea
de chorreado como los de colocar y retirar las piezas en la zona donde se ejecuta, así como el tiempo de
permanencia en otros espacios próximos en los que se ha difundido el polvo de sílice cristalina.
• La carga de trabajo. Salvo en los procesos confinados, el trabajador que chorrea está expuesto a una carga
física elevada, motivada por la penosidad que conlleva la obligación de utilizar protección respiratoria asistida
y otros EPI; así como por las condiciones climáticas y la fuerza que ha de realizar para sujetar la lanza y las
mangueras.
• La exposición a otros agentes. Además del riesgo de inhalación de sílice cristalina, los chorreadores también
pueden estar expuestos a las partículas desprendidas de las superficies metálicas sobre las que se proyecta
el chorro de arena (principalmente, óxidos metálicos y pigmentos de pintura).
• El grado de implantación y adecuación de las medidas preventivas:
− Ausencia de una instalación de captación de polvo, o deficiencias en su funcionamiento.
− Incorrecta o insuficiente ventilación general.
− Deficiente mantenimiento de los filtros de la instalación de aire que alimenta el equipo de protección
respiratoria.
− Uso y mantenimiento inadecuados de equipos de protección individual (EPI)
• Las características individuales. En particular:
− La posibilidad de que el trabajador esté afectado por una patología que se agrave por la exposición a polvo
con sílice cristalina.
− El hábito de fumar.
MEDIDAS PREVENTIVAS
Una vez identificados los factores de riesgo deben adoptarse medidas preventivas dirigidas, en primer lugar, a
eliminar los riesgos. Cuando ello no sea posible habrá que implantar medidas preventivas y de protección individual
para reducir el nivel de riesgo.
DE ELIMINACIÓN DEL RIESGO
Sustitución de la arena por otro abrasivo sin sílice cristalina.
La arena de cuarzo puede ser sustituida por otros abrasivos libres de sílice cristalina. Esta medida se aplicará
siempre que los riesgos intrínsecos del nuevo producto sean inferiores a los de la arena silícea.
DE REDUCCIÓN DEL RIESGO - MEDIDAS DE CONTROL TÉCNICO
Modificaciones en el proceso
• Confinamiento del chorreado en un proceso cerrado
Cuando no sea posible sustituir los abrasivos con sílice cristalina ni recurrir a otros procesos de decapado y
limpieza de superficies metálicas que sean seguros, se procurará hacer el chorreado en un sistema cerrado.
El objetivo de este método consiste en realizar esta operación en el interior de una sala o de un equipo de
trabajo, permaneciendo los trabajadores en el exterior, en una estación de trabajo desde la que controlan las
distintas fases de la actividad. Durante la proyección del chorro los trabajadores no entran en contacto con el
polvo de sílice ni con ningún otro abrasivo. No obstante, seguiría habiendo riesgo de exposición en las fases
de introducción y extracción de las piezas en el interior del equipo, riesgo controlado mediante la instalación de
un eficaz sistema de extracción del polvo y de retirada mecánica de la arena depositada en el suelo.
Chorreado con arena de piezas y estructuras metálicas: exposición a sílice cristalina 4
Sala de chorreado
La protección respiratoria consiste en una línea de aire comprimido de flujo continuo, asociada a un traje integral
o, en su defecto, a un capuz o casco con un visor resistente al impacto y una capa que cubre los hombros y
el pecho, donde el aire respirable procede de una fuente que no es portada por el operario. El flujo de aire es
suministrado por medios mecánicos a una presión ligeramente por encima de la del lugar del área de trabajo, con
ello se procura evitar la entrada de aire contaminado por las costuras de las uniones de las piezas del traje o por
la abertura del capuz próxima al pecho del operario. El caudal de aire necesario se determinará en función, entre
otros parámetros, de las características del trabajador y del esfuerzo físico que tenga que realizar.
El aire suministrado ha de ser de calidad respirable. Para ello, el compresor deberá situarse en un lugar donde
tome un aire libre de polvo y de otros contaminantes. Para prevenir el paso de aerosoles de aceite y otras materias
particuladas, el equipo ha de ir instalado con un filtro que retenga estos elementos. Por otra parte, accidentalmente
podría haber una exposición a la inhalación de monóxido de carbono (CO), ya sea por una combustión lenta de
los materiales del circuito eléctrico del compresor o por la entrada de este gas y otros procedentes de los motores
diésel que habitualmente alimentan los compresores móviles cuando la toma de aire del compresor se encuentra
próxima al tubo de escape de dicho equipo de trabajo. Por ello, en la línea de suministro de aire respirable se
instalará un detector de monóxido de carbono que alerte con una señal acústica y luminosa de este peligro.
El equipo de protección respiratoria para utilizar en las operaciones de proyección de
abrasivo ha de ser de clase 4B. En el marcado correspondiente, además de señalar la
clase 4B, debe figurar el año de fabricación y el nombre del fabricante. El traje integral,
el capuz y cualquier otra ropa de trabajo para ser utilizado en el chorreado ha de estar
marcado con la referencia de ser del “tipo 2” o “tipo 3”, acompañado del pictograma de
la imagen 4.
Pictograma para el marcado de la ropa de protección para operaciones de proyección de abrasivo
El trabajador ha de ser instruido de que mientras esté proyectando arena no se ha de quitar el equipo de protección
respiratoria, informándole que de hacerlo podría exponerse a concentraciones de polvo muy elevadas que podrían
causarle daños graves a su salud. Se le informará de las situaciones de emergencia en las que podrá retirarse
dicha protección.
Un mal uso de los EPI puede ocasionar un daño grave a la salud de los trabajadores, por lo que el empresario se
asegurará de que reciban y comprendan la información, formación y prácticas para hacer un uso correcto de los
mismos, así como de la limpieza, conservación y almacenamiento. A estos efectos, entre otras fuentes, se tendrán
en cuenta las instrucciones de los fabricantes de los EPI.
En los centros de trabajo se colocarán señales indicando la obligación de utilizar los equipos de protección
individual, cuando sean necesarios.
EVALUACIÓN DE LA EXPOSICIÓN
• Una vez implantadas las medidas preventivas de control técnico, se hará una evaluación de la exposición
a polvo de sílice respirable basada en mediciones que permitan la comparación de la exposición personal
con el valor límite ambiental de la exposición diaria (VLA-ED). Esta evaluación puede utilizarse para
comprobar la efectividad de las medidas preventivas y también servirá para precisar la elección de los EPI.
• La toma de muestras y el análisis de la fracción respirable de sílice cristalina se realizará preferentemente por
alguno de los métodos del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo o, en su defecto, de otras
instituciones de reconocido prestigio.
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FORMACIÓN E INFORMACIÓN
1. El empresario debe informar y proporcionar a los trabajadores instrucciones y documentación sobre los
siguientes aspectos:
• Los daños para la salud por la exposición a polvo de sílice cristalina que hay en el ambiente donde se
realizan las tareas de chorreado.
• Las evaluaciones de riesgos, las medidas preventivas implantadas, la eficacia de las mismas y las
conclusiones de las mediciones realizadas.
• Las actuaciones que los trabajadores han de poner en práctica para protegerse a sí mismos y a las
demás personas situadas en su entorno.
• Las fichas de datos de seguridad de los suministradores de los diferentes tipos de arena y otros
abrasivos utilizados. Se recomienda recopilar, conservar y mantener actualizadas estas fichas. Esta
información será transmitida de forma que sea comprensible por quienes trabajan con estos productos.
2. El empresario formará a los trabajadores para adiestrarlos en la utilización correcta y segura de los equipos
de chorreado, compresores, sistemas de ventilación, equipos de extracción de polvo, equipos de retirada de
arena utilizada, procesos de trabajo y EPI.
3. Se recomienda que la información, las instrucciones y la formación sean elaboradas e impartidas,
preferentemente, por personas de la propia empresa. Si ello no es posible, por personal ajeno a ésta. Unos y
otros han de tener experiencia en las actividades de chorreado con arena y capacitados para transmitir buenas
prácticas de seguridad y salud en el trabajo.
4. Para facilitar las actividades de información y formación, se recomienda solicitar a los fabricantes o
suministradores de los equipos de trabajo y EPI que sus técnicos entrenen a los encargados u otros trabajadores
sobre cómo trabajar con seguridad y cómo ejecutar las operaciones de mantenimiento de dichos equipos en
buenas condiciones de seguridad.
5. El empresario consultará a los trabajadores y sus representantes sobre la implantación y desarrollo de medidas
preventivas para reducir y controlar la exposición a polvo de sílice cristalina.
6. El empresario proporcionará información a los trabajadores sobre medidas de actuación frente a emergencias
y para solicitar ayuda exterior (Tel. emergencias: 112, Tel. del Instituto Nacional de Toxicología: 91 56 20 420).
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VIGILANCIA DE LA SALUD
El empresario está obligado a garantizar la vigilancia de la salud de los trabajadores que se realizará preferentemente
de acuerdo con el protocolo específico del Ministerio de Sanidad y Consumo “Silicosis y otras neumoconiosis”
Para que el programa de vigilancia de la salud se ajuste a los riesgos derivados de los agentes químicos presentes
en el lugar de trabajo, el empresario debe facilitar a la unidad médica encargada de la vigilancia de la salud
información de los trabajadores expuestos a polvo de sílice y las fichas de datos de seguridad de los productos
utilizados
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El chorreado con arena es un proceso en seco de limpieza y preparación superficial de productos metálicos.
Consiste en lanzar un chorro de arena a alta energía sobre un elemento metálico para retirar de su superficie
óxidos metálicos, restos de arena en las piezas fundidas, pinturas, grasa y otros componentes indeseados.
Generalmente, este proceso tiene la finalidad de obtener una superficie limpia y rugosa sobre la que posteriormente
efectuar otros tratamientos para su protección.
La ejecución de esta tarea se lleva a cabo en lugares de trabajo de diferentes características, ya sea en una sala
de chorreado u otro tipo de instalación diseñada expresamente para ello, o en un espacio al aire libre, en particular
cuando se trata de hacer este tipo de tratamiento sobre grandes piezas metálicas. También se hace chorreado en
recintos semiabiertos, que constan de una edificación con dos o tres paramentos y una cubierta, en tanto que uno
o dos frentes están abiertos al aire libre.
Las piezas se colocan sobre el suelo o en una bancada. En el caso de las operaciones de limpieza del casco de un
buque, de un puente metálico o de otras estructuras metálicas fijas, el chorro de abrasivo se lanza directamente
en el lugar donde se encuentra la instalación objeto de limpieza.
Una planta de chorreado se compone de los siguientes elementos:
• Un espacio donde se proyecta el chorro de abrasivo sobre la pieza metálica.
• Un conjunto de equipos de trabajo, integrado básicamente por: silos donde se almacena la arena, un
compresor de caudal variable con una presión de 7 a 8 bares, una arenadora equipada con tolva de carga del
abrasivo y válvula dosificadora, circuito de transferencia de la arena, además de mangueras, lanza (pistola o
portaboquilla) y boquilla para dirigir el chorro.
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Generalmente, la arena se utiliza una sola vez, debido a que aproximadamente el 80% se fragmenta en partículas
muy finas. Un alto porcentaje de éstas tienen un diámetro inferior a 16 micrómetros, las cuales permanecen en el
aire en forma de polvo en suspensión durante bastantes minutos.
Los trabajadores suelen ir equipados con protección respiratoria semiautónoma asociada a un capuz que les
cubre la cabeza, los hombros y la parte superior del pecho.
Aproximadamente cada 25 minutos, el tiempo de duración de proyectar el abrasivo contenido en la arenadora,
el operario efectúa una pausa de unos 5 a 8 minutos. Momento que aprovechan para retirarse la protección
respiratoria.
El suelo de la zona de tratamiento es frecuente encontrarlo con una capa de unos pocos centímetros de arena ya
utilizada. Arena que debería retirarse, al menos, con una frecuencia diaria.
Esta actividad suele ser ejecutada por un sólo trabajador, el “chorreador”, que sujeta con sus manos la lanza
con la que proyecta el abrasivo sobre la pieza metálica. En ciertas ocasiones, en particular en los espacios
semiabiertos y en exteriores, puede haber otro trabajador que vigila el proceso a una distancia de unos 10 metros
y colabora con el “chorreador” en tareas de control del compresor, de la arenadora, suministro y retirada de
piezas objeto de tratamiento, retirada de la arena utilizada y otras tareas auxiliares. En determinadas empresas,
el “chorreador” rota durante el día o durante la semana con otras tareas de tratamiento superficial, tales como el
pintado o el recubrimiento de zinc.
La arena llega a los centros de trabajo en sacos y en cisternas. Las empresas que comercializan arena para
chorrear suelen acompañar el producto de una ficha de datos de seguridad.
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Uno de los métodos más utilizados para efectuar la limpieza y el decapado de una superficie metálica y de otros
materiales es el lanzamiento a presión de un abrasivo. Mediante el impacto de las partículas del abrasivo sobre el
material objeto de tratamiento se desprende la capa superficial. Su aplicación está extendida en una amplia gama
de actividades de tratamiento superficial de estructuras y piezas metálicas, entre otras:
• Retirada de material oxidado, pintura, grasa y otros restos indeseados de la superficie de las piezas metálicas.
• Retirar los restos de los moldes e irregularidades de las piezas de fundición.
• Limpiar y eliminar la pintura y las incrustaciones superficiales del casco de un buque, de un puente metálico y
de otras estructuras metálicas.
• Limpiar el interior de un tanque de almacenamiento de productos químicos.
• Obtener una superficie rugosa, etc.
Los abrasivos son materiales caracterizados por su elevada dureza y alta capacidad de corte. Muchos de ellos son
de origen mineral extraídos directamente de la naturaleza, como la arena, en tanto otros se obtienen mediante un
proceso químico, por ejemplo, la alúmina. La mayoría de los materiales utilizados como abrasivos tienen estructura
cristalina, formada por enlaces químicos de elevada resistencia que les confiere una alta estabilidad frente a la
alteración química y dureza frente a la compresión. De otro lado, suelen ser malos conductores, tanto eléctricos
como térmicos.
Las características técnicas más importantes de un abrasivo para chorrear son la dureza, el tamaño relativamente
pequeño del grano y la estructura afilada de sus aristas.
La arena de cuarzo suele cumplir estas exigencias, lo que unido al menor precio en comparación con otros
abrasivos, hace que buena parte de los empresarios dedicados al chorreado no dudarían en adquirirla para
aplicarla en el chorreado. Sin embargo, considerando que el chorreado puede ocasionar un grave riesgo a la salud
de las personas expuestas al polvo de arena de cuarzo, desde hace varios decenios bastantes empresas han ido
sustituyéndola por otros abrasivos, si bien de mayor precio (en 2010, un kilogramo de corindón marrón tenía un
precio en el mercado nueve veces mayor que la arena, en tanto las microesferas de vidrio seis veces más y el
silicato de aluminio el doble).
La arena de cuarzo es un material sólido, inodoro y de color blanquecino, gris o marrón claro, dependiendo
de su procedencia. La que habitualmente se maneja en el chorreado tiene un contenido de sílice cristalina de
aproximadamente un 95 a 99 %, el resto son pequeñas cantidades de otros minerales, generalmente en forma de
óxidos. El diámetro de los granos de arena antes de proyectarse suele ser de 0,8 a 2 milímetros, granulometría
obtenida por los suministradores después de haber tamizado la arena con el fin de retirar los finos, pues estos no
son efectivos para la acción abrasiva, así como los granos gruesos, que obstruirían los equipos. La arena llega a
los centros de trabajo en sacos y a granel.
La arena de cuarzo, originada por el efecto de la disgregación natural de las rocas, la podemos encontrar acumulada
en grandes depósitos estratificados sobre el terreno, en los lechos de los ríos o en las playas.
Para su aprovechamiento industrial, la arena se clasifica de acuerdo con el tamaño de los granos. Mediante el
análisis granulométrico se separa el árido en diferentes fracciones según el tamaño de las partículas comprendidas
dentro de unos determinados límites y especificando el porcentaje que hay de cada fracción. En el chorreado se
utilizan arenas en las que dominan las fracciones comprendidas entre 0,32 y 1,25 mm.
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Cuarzo
Hay otros materiales abrasivos utilizados en el chorreado, tales como escorias de cobre, granalla con arena,
determinados silicatos de aluminio, etc., que suelen contener sílice cristalina en porcentajes variables.
A la hora de afrontar el decapado de una superficie, o de retirar la suciedad o el óxido que esta presente, una de
las mejores opciones es la aplicación de algún abrasivo a presión. Comúnmente se tiende a creer que lo que se
aplica es siempre algún tipo de arena, por eso en muchos casos a este método se le denomina arenado o chorro
de arena, sin embargo, son diversas las materias que podemos utilizar para llevarlo a cabo y éstas difieren entre sí
en muchos aspectos, como puede ser el tamaño, la forma y el índice de corte (más o menos abrasivas) por lo que
la aplicación de cada una de ellas será más o menos recomendada en función del trabajo a realizar y los resultados
obtengamos también dependerán esta elección.
Agente Sinónimos Nº CAS VLA-ED VLA-EC Notas de Indicador Indicador Clase y Estado físico (3). Propiedades
químico (mg/m3) (mg/m3) los LEP biológico de peligro categoría Forma de físicas (4)
(1) y VLB H de peligro presentación
(2) (2)
(1) d: Véase UNE EN 481: Atmósferas en los puestos de trabajo. Definición de las fracciones por el tamaño de las partículas para la medición de aerosoles.
y: Reclasificado, por la International Agency for Research on Cancer (IARC) del grupo 2A (probablemente carcinogénico en humanos) a grupo 1 (carcinogénicos en
humanos).
(2) La sílice cristalina-cuarzo no figura en el listado de sustancias peligrosas del Reglamento CE 1272/2008 sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y
mezclas, motivo por el que esta normativa no contempla los indicadores de peligro H para dicha sustancia.
(3) A temperatura ambiente
(4) P.e.: Punto de ebullición. P.f.: Punto de fusión. D.r.: Densidad relativa (agua = 1).