Futbol Dominante
Futbol Dominante
Futbol Dominante
"...quiero demostrar a los que están constantemente maquinando lo absurdo que es tratar de controlarlo
todo..." "... cuando a la gente le das algo inesperado, que no encaja con su lógica, se vuelven todos locos..."
" Narra una antigua leyenda Hindú el interrogatorio al que era sometido el maestro por uno de sus
discípulos:
- * La manzana entera es la metáfora, la tienes que degustar, saborearla y extraerle sus sabores, en
cambio si te la doy masticada no conocerás exactamente su naturaleza, su aroma y su sabor.
- * Así, - prosiguió el maestro - la manzana es la metáfora que te debe llevar a la reflexión; encontrar el
mensaje que está hecho para ti, entender su sentido, absorber la lección, darle vida, en cambio si yo la
mastico por ti, tu aprendizaje estará limitado por mi conocimiento, lo importante es despertar al maestro
que llevas dentro de ti."
Introducción
Dentro de las diferentes metodologías aplicadas en el fútbol podemos destacar la tradicional, integral
o globalizada y estructurada, también llamada sistémica o cognitivista. En la actualidad, está surgiendo
una corriente portuguesa llamada periodización táctica con muchos rasgos en común con esta última.
El modelo globalizado aúna el trabajo técnico, táctico y físico de tal forma que los trabaja
simultáneamente.
Así, el método sistémico se basa en contextualizar, ver el todo, las interrelaciones, llevar a cabo un
proceso cognitivo, aceptar la incertidumbre y dar la mayor importancia al jugador, quien ha de tener
la iniciativa de su aprendizaje desde la ayuda del entrenador. Supone, en definitiva, un cambio en el
modo de ver del fútbol que lleva a un cambio en el enfoque de su entrenamiento.
Por último, el modelo de periodización táctica se basa en el desarrollo táctico como principal objetivo
que guía todo el proceso tanto de planificación como de entrenamiento. De esta forma, se trabaja
sobre situaciones reales de partido, en las posiciones habituales y todos los microciclos de
entrenamiento son iguales con el fin de desmembrar jerárquicamente los principios, subprincipios,
subprincipios de los subprincipios... del modelo de juego escogido para después conjugarlos con el fin
de reducir sin empobrecer. Consta de muchos encuentros con el modelo sistémico pero enseña varias
contradicciones fruto de ignorar su procedencia, su marco teórico que a continuación trataré de
resumir brevemente.
Antes de comenzar, se mostrará una breve definición de algunos conceptos necesarios para la
adecuada comprensión de la ulterior sinopsis:
Conceptos
El mecanicismo es la doctrina reduccionista según la cual toda realidad natural tiene una estructura
comparable a la de una máquina, de modo que puede explicarse basándose en modelos de máquinas.
El Holismo (del griego holos que significa "todo", "entero", "total") es la idea de que todas las
propiedades de un sistema biológico, químico, social, económico, mental, lingüístico, etc. no pueden
ser determinadas o explicadas como la suma de sus componentes. El sistema completo se comporta de
un modo distinto que la suma de sus partes. El holismo enfatiza la importancia del todo, que es más
grande que la suma de las partes (propiedad de sinergia), y da importancia a la interdependencia de
éstas. La sinergia supone las relaciones entre elementos del sistema de las que emergentes
propiedades distintas de la propiedades individuales de cada uno de los elementos del sistema.
El carácter sincrético es una propiedad de los niños que consiste en no diferenciar elementos sino
ver la totalidad de las cosas en lugar de analizarlas. Significa ver la globalización y no la parcialidad del
mundo, no siendo capaz de ver los detalles del conjunto. Es una cualidad instintiva del hombre que
estamos perdiendo al crecer siguiendo modelos cartesianos que van contra la propia naturaleza del
ser humano. De hecho, al terminar una obra siempre tendemos a dar un pasito hacia atrás para ver el
conjunto. Refranes como "los árboles no permiten ver bien el bosque" son otra muestra del carácter
natural de esta capacidad a la que tiende el hombre desde niño.
El Bootstrap es una teoría sostenida por Chew que afirmaba que era necesario usar diferentes
modelos para explicar distintos aspectos de una misma realidad. Apoyaba que no se podía explicar
algo desde un solo punto de vista sino que era imprescindible aunar los diferentes enfoques a la hora
de tratar una realidad. Esto supone que no haya nada fundamental ni más importante que el resto
pues es desde la relación de los distintos modelos desde donde se puede lograr una mayor
aproximación al entendimiento de la realidad.
En consecuencia, para llegar a las propiedades del sistema hemos de centrarnos en la relaciones, en las
interacciones de sus elementos: todos influyen y son influidos por todos formando así una estructura
de red que se va construyendo a sí misma (autopoyesis) a través de bucles de retroalimentación. En
consecuencia, todos los elementos son importantes (boodstrap) ya que todos construyen a todos y de
todas esas relaciones y sinergias surgen las propiedades del conjunto. Si cambia una relación o un
elemento, cambia el conjunto (extrema sensibilidad a las condiciones iniciales), de esta forma se está
en constante equilibrio dinámico. Cuanto más compleja sea la red, más consistente.
Al estar todo interconectado con todo se genera un sistema cambiante (equilibrio dinámico) que lleva
al caos. La teoría del caos defiende un orden subyacente al caos, a la aleatoriedad. Parte de que la
naturaleza tiende al desorden, de que los sistemas no son lineales (no se pueden explica como suma de
sus partes y no siguen una secuencia lineal causa-consecuencia), son impredecibles, muy sensibles a
las condiciones iniciales, a lo insignificante -efecto mariposa- y por lo tanto configuran estructuras
hipercomplejas. Así, la teoría del caos acepta lo imprevisible y defiende que hay que saber convivir con
la incertidumbre. De hecho, se puede alcanzar una estabilidad si logramos adaptarnos al cambio.
Frente a la teoría de la totalidad sigue la lógica borrosa y la geometría fractal. La lógica borrosa
consiste en no buscar la precisión para observar las cosas ("no se pueden determinar a la vez con
exactitud la velocidad y la posición de un objeto" principio de incertidumbre de Heisenberg) mientras
que la geometría fractal revela el caos (turbulencia, azar) oculto en el orden (regularidad, estabilidad).
Los fractales consisten en la iteración a diferentes escalas de estructuras autosimilares, de manera
que de algo sencillo surge algo hipercomplejo (el infinito). Su visión depende del observador y de la
escala y en ella observamos que el todo está en las partes. Busca representar la armonía entre el orden
y el caos y trata de explicar que en todo caos e hipercomplejidad existente en un sistema (en constante
cambio) siempre hay un orden subyacente (fruto de la consistencia de las interacciones).
El paradigma ecológico constituye un nuevo marco conceptual emergente de una nueva visión del
mundo, de una nueva perspectiva de las cosas que integra todas las disciplinas-humanistas, sociales y
naturales- que tratan de explicar la totalidad de la realidad. Presenta influencias de la teoría de los
sistemas (encuentra conexiones entre la física cuántica, las tradiciones místicas orientales, los
movimientos ecológicos y feministas, la psicoterapia y psiquiatría, las teorías económicas y la
medicina) con una visión holista y transversal de la realidad, pero aplicada a los sistemas vivos en
constante equilibrio dinámico con lo social y con el medioambiente con quien interacciona
estableciendo un intercambio de materia, información y energía. Considera así al hombre insertado en
la naturaleza, como parte de ella, a quien necesita y ,por tanto, se distancia de cualquier visión
antropocentrista, capitalista o patriarcal dominante. En definitiva, supone una focalización en el
contexto y el escenario generando una perspectiva del hombre más socializadora.
Las emociones son un medio natural de evaluar el ambiente y reaccionar de forma adecuada. Por lo
tanto, las emociones están implicadas en la memoria, en el conocimiento, en el aprendizaje, en la
percepción y en la toma de decisiones. Si a través del aprendizaje no interponemos una etapa de
evaluación no automática entre los objetos que generan una emoción y la respuesta emotiva, éstos se
pueden convertir en un sistema de navegación automática para la toma de decisiones.
Todo esto llevó a Damasio a formular la hipótesis del marcador somático, que afirma que existe una
asociación entre la relación de una elección y sus consecuencias y las emociones y sentimientos
provocados. De forma que las consecuencias de una determinada decisión nos evoca un sentimiento y
una emoción que a su vez genera una imagen (el marcador somático) que condiciona la toma de
decisiones ante una situación similar en el futuro, actuando bien como alarma, bien como incentivo. Es
decir, el marcador somático hace las funciones de calificación automática de previsiones.
Cultura táctica: bagaje de soluciones que adquiere el jugador. Invariables específicas que nos guíen
en el contexto de la variabilidad y aleatoriedad del juego (fractales).
Memoria táctica: bagaje de situaciones y sus respuestas que le han ido sucediendo al jugador.
Inteligencia táctica: capacidad para interpretar la situación y elegir de forma flexible y adecuada la
solución a aplicar.
Sinopsis
El fundamento del método sistémico tiene su origen en una nueva forma de enfocar las cosas, en una
nueva perspectiva. Así, surge una escuela multidisciplinar que abarca todos los campos de la realidad
y busca una aproximación al entendimiento de la totalidad de la realidad: la teoría de los sistemas.
Un sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí que tienen un fin concreto. Además,
cada elemento constituye a su vez un sistema de orden menor y de las relaciones entre los elementos
surge una entidad nueva con propiedades derivadas de esas relaciones. La representación formal de
las diferentes realidades o sistemas está constituida por los modelos mentales que hacemos de la
realidad que captamos a través de nuestras experiencias (confrontación con el dualismo mente-
cuerpo de Descartes). La teoría de los sistemas se centra en la similitud e incluso isomorfismo de
diferentes sistemas que están soportados por diferentes modelos (bootstrap) formados de manera
análoga compartiendo variables y relaciones (transversalidad). Estos modelos se sustentan en
conceptos simples cuya relación puede desembocar en sistemas muy complejos. En esta base
conceptual se fundamentan los modelos cibernéticos (Wienner) y se pueden resumir en cuatro:
Los sistemas tienden a un estado estacionario, de equilibrio, manifestando una resistencia al cambio y
por tanto una estabilidad.
Esta estabilidad tiene un límite y puede ser vencida antes constantes cambios. Los sistemas se basan
en las relaciones entre todos sus elementos, y estas pueden ser positivas o negativas.
Estas relaciones recíprocas entre todos los miembros del sistema forman bucles de retroalimentación
positivos o negativos.
Este nuevo paradigma tiene influencias del movimiento ecológico -constante intercambio de energía,
materia e información con el medio ambiente en el que estamos sumidos-, feminista -cooperación,
humildad, servicio...(fruto de la conciencia de interdependencia)-, de las tradiciones místicas
orientales, de la física cuántica...
Surge como alternativa a la visión mecanicista y conductista instaurada entre otros por Descartes y
Newton, basada en el dualismo mente-cuerpo ("pienso luego existo"; res cogitans; res extensa) como
respuesta a la angustia del saber, del explicar todo para poder manejarlo y dominarlo, y que
desemboca en el purismo, en fracturar y descontextualizar las cosas para reducirlas, simplificarlas y
así poder explicarlas -dictadura del conocimiento-. De esta manera, las teorías conductistas han guiado
durante años a ciencias relacionadas con la enseñanza (mente) como la psicología, pedagogía,
metodología y didáctica, mientras que las teorías mecanicistas han guiado a ciencias relacionadas con
el entrenamiento (cuerpo) como la fisiología, biomecánica, medicina y física. Es decir, en el siglo XX el
deporte se ha desarrollado de manera dualista separando por un lado la enseñanza (lo observable) y
por otro el entrenamiento (lo mensurable), según teorías conductistas y mecanicistas
respectivamente.
Frente a este planteamiento reduccionista basado en atomizar las cosas para luego reconstruirlas y,
por tanto, en ir de la parte al todo, surge el enfoque la teoría de los sistemas con un enfoque holístico
que busca el conocimiento a través de la abstracción y de la síntesis de la realidad más que de su
análisis (usar los dos hemisferios del cerebro). Esto respeta el carácter sincrético intrínseco al ser
humano. De hecho, el hombre tiende siempre a ver el marco completo de cualquier obra y es siempre
consciente de que cualquier problema es consecuencia de múltiples factores y agentes. De esta forma,
admite en todo caso el ir del todo a la parte de manera que en cada parte esté siempre presente el
todo. No se trata pues de reducir sino de ampliar.
La red de relaciones cambiantes con el entorno supone un constante equilibrio dinámico con el
ambiente. Estos sistemas se configuran siguiendo una estructura de red en donde todas las partes
están conectadas y crecen y fluyen juntas. Esto nos lleva por un lado a concluir que no hay nada
fundamental, nada es más importante que el resto (bootstrap). No se puede hablar de jerarquías ni de
principios, la red se va haciendo a sí misma (autopoyesis) y todas las partes dependen del resto y
configuran el conjunto. Como consecuencia de esto, el sistema tiende a autoconfigurarse, se forma a sí
mismo auto organizándose. Por otro lado, esto nos conduce a centrarnos en las relaciones entre los
componentes, en las interacciones y retroacciones continuas y dinámicas, de manera que hablaremos
de procesos y no de acciones o hechos.
Estos sistemas hipercomplejos rompen con la linealidad y la certidumbre ya que no son lineales y por
tanto son impredecibles. Esta inclusión de variantes intangibles como el azar o la aleatoriedad es
formulada por la teoría de los fractales, que defiende un orden impredecible en el que una pequeña
variación de uno de los componentes del sistema puede desembocar en consecuencias considerables
en el sistema -efecto mariposa-.
La praxiología motriz, hasta hace poco reducida a movimiento, satelizada por la educación física, la
biología y la biomecánica, obviaba la trama de interacciones que se dan en cualquier acción motriz.
Así, ha ido evolucionando hacia una perspectiva multidisciplinar-aunando fisiología, psicología y
sociología- centrada en el individuo y donde priman los sistemas de relación. De esta forma, el nuevo
paradigma ha conceptualizado siguiendo una organización en red y recurriendo a diferentes
modalidades de exploración de la acción motriz: acciones generales, modelizantes, de interacción y
decisión, socio-institucionales, semiotrices y pedagógicas, todas ellas relacionadas.
Se habla de acción motriz en situaciones psicomotrices cuando el medio es estable y por tanto sólo se
dan estereotipos motores. Por el contrario, se habla de acción motriz en situaciones sociomotrices
cuando el medio es inestable y hay incertidumbre. En este caso, existen interacciones con el entorno y
también con otros individuos, bien de comunicación (colaboración) o de contracomunicación
(oposición). Es en estas interacciones con el entorno -físico y humano- donde cobra sentido la función
semiotriz, que no es más que el resultado de identificar signos asociados a conductas motoras y
descodificarlos para que se conviertan en indicios (praxemas y gestemas) dándolos así la información
necesaria para preactuar, esto es, llevar a cabo una anticipación motriz. La anticipación motriz pues
supone una conducta de adaptabilidad constante al entorno durante el desarrollo de la acción que
considera activamente la evolución de la situación para prepararse a actuar en las mejores
condiciones. Este es el origen de la táctica.
Como consecuencia de todo esto, el objetivo será, por un lado, descifrar los comportamientos de los
rivales obteniendo así información pertinente, y por otro lado, disimular los comportamientos propios
convirtiéndolos en ambiguos, confusos y desconcertantes para sumir al rival en el azar y en la
incertidumbre de manera que obtengan información no pertinente de nuestras acciones. En definitiva,
convertirnos predecibles para los compañeros e impredecibles, a través del engaño y la distracción,
para el rival a la vez que tratamos de intuir sus intenciones para adaptándonos a la variabilidad
(romper nuestra rigidez) ser capaces de anticiparnos en el juego.
Aplicación al fútbol
El análisis del modelo de competición del fútbol, que constituye un deporte colectivo con constantes e
impredecibles interacciones con otros elementos (compañeros, rivales, balón...), hace adecuada la
aplicación de este enfoque. De hecho, hablamos de un deporte de situaciones abiertas, impredecible,
inexplicable, que no sigue una relación causa consecuencia de manera lineal, influido por infinidad de
variables intangibles incontrolables e impredecibles y en el que el azar y la aleatoriedad son partes
importantes del juego.
Así, deberemos partir de varios supuestos a la hora de establecer una metodología apropiada:
- La transversalidad necesaria para explicar las cosas que defiende la sistémica supone tener en cuenta
diferentes puntos de vista para tratar de explicar las cosas. Así, será necesario desarrollar la empatía
en los deportes colectivos, y ese ponernos en lugar del otro, ha de valer también para el entrenador a
la hora de preparar a sus jugadores. Así, hemos de partir deljugador, ponernos de su lado. Enfocar
todo desde su realidad: el jugador constituye el sistema de partida del juego.
- El objetivo será la optimización (progreso equilibrado) de todas las estructuras que componen al
jugador (coordinativa, condicional, cognitiva-mental, emotivo-volitiva, socio-afectiva, creativo-
expresiva...) por parte del jugador, el verdadero protagonista de su progreso:autoorganización a
través de la optimización diferenciada (no es más que la autoconfiguración de cada jugador según sus
potencialidades y limitaciones).
Para ello, habrá que plantear tareas de alta variabilidad y variación (el contenido y la forma de
relacionarse de cada estructura es diferente) con el fin de poner en juego las interacciones entre todas
las estructuras hipercomplejas. Se plantearán situaciones simuladoras preferenciales para,
priorizando una estructura, manifestar el máximo de sinergias posibles del resto.
- Convivir con la incertidumbre. Como todo depende de todo no podemos explicar las cosas ya que
deberíamos explicar todo y esto es inviable. Adaptarnos a lo que son las cosas no a lo que nos gustaría
que fuesen y saber que no existe la transferencia propiamente dicha al partido. Para ello, el futbolista
ha de ser el protagonista en el proceso puesto que es quien ha de reaccionar ante las diferentes
situaciones imprevistas que se puedan dar.
- En consecuencia, el entrenador deberá dotar al jugador de un bagaje de soluciones tácticas para que
tengan la cultura táctica necesaria para manejarse ante diferentes problemas de cada situación de
partido. Se desarrollará así un aprendizaje cognitivo, significativo para que el jugador sepa sobre su
saber hacer.
- De acuerdo con lo anterior, se buscarán fomentar situaciones de partido de alta variabilidad para que
el jugador sepa adaptarse a ella y se potencien así la toma de decisiones de estos. Es importante
considerar la alta fatiga provocada por la toma de decisiones (fatiga central, provocada por la fatiga
decisional y la inteligencia emocional).
- Habrá que desarrollar su intuición. El jugador ha de saber interpretar las situaciones ("plantear
problemas en los entrenamientos para que los solucionen en los partidos").
- Adquisición vivenciada del modelo de juego que se pretende. Que el jugador sienta lo que hace. A
través del entrenamiento y de la repetición de la práctica y puesta en escena de los diferentes
conceptos se adquieren hábitos deseables.
- Buscar asociaciones -a todos los niveles- entre los jugadores en el campo para establecersinergias de
forma tal que cada uno haga mejor al resto y, por extensión, al equipo.
- Contextualizar todo: motivar con método y modelo; actitudes, compromiso y solidaridad desde la
zona; agresividad y sentirlo desde las transiciones; modular la autoestima con la dificultad de tareas
de entrenamiento...
Dentro de estas funciones, es vital la interrelación del grupo fomentando en ellos un espíritu de
egoísmo altruista para aunar voluntades alrededor de un objetivo común. Esto es, fomentar un
espíritu de grupo en el que todos entiendan que "con el otro soy más" formando así una cohesión para
la tarea.
También es importante, como ya se ha comentado, crear cultura táctica en los jugadores así como
plantear el mayor número de problemas y variabilidad en los entrenamientos, siendo esto uno de los
principales objetivos del entrenador. Esto es, ofrecer un bagaje de soluciones para que ellos elijan la
más adecuada a cada situación, y favorecer ejercicios que contengan situaciones diferentes en las que
surjan diferentes dificultades que el futbolista ha de solucionar aplicando su bagaje de soluciones. Así,
desarrollará su intuición y vivenciará múltiples situaciones en las que la relación problema planteado-
solución aplicada será apropiada o no. Estas experiencias generan en el jugador mecanismos de
adaptación ante diversas situaciones a través de la interpretación de situaciones y la toma adecuada
de decisiones, lo que va llevando al subconsciente muchas experiencias adquiridas. El resultado de
todo esto será la agilización de la acción del jugador (interpretación-toma de decisiones-ejecución) en
el partido. Esta experiencia es propia de cada jugador ya que la respuesta elegida en cada acción se
adecuará a las características de cada uno (autoconfiguración).
Por lo tanto, la táctica ha de pasar por la comprensión para que el jugador sepa por qué hace lo que
hace, sólo así le daremos las herramientas para que decida lo más adecuado a cada situación de
partido y sólo así le otorgaremos la iniciativa necesaria en el juego. Si el jugador sabe por qué y para
qué hace lo que hace, sabrá si lo planificado para un partido conviene o no hacerlo en la circunstancia
específica e impredecible del partido y , en caso de que no proceda -porque nunca sabemos a priori lo
que va a acontecer- , sabrá aplicar otra decisión más propicia a la situación dada.
El extremo de todo esto sería un jugador que se centrara en el partido en la interpretación del entorno
ya que la respuesta más adecuada saldría casi automáticamente.
Este proceso no es más que la resultante de que el jugador se conozca mejor a sí mismo-sus
potencialidades y sus limitaciones-, a los demás y entienda el juego ("a la pelota se juega con los pies,
al fútbol con la cabeza") para optimizar su rendimiento.
En cuanto al modelo de juego, el entrenador debería considerar las características de los jugadores
que componen su plantilla -configurada según las sinergias establecidas entre los jugadores de forma
que cada uno multiplique las prestaciones del resto- , buscar la disposición espacial y recorridos de la
formación elegida que más propicien las asociaciones buscadas según las potencialidades y
limitaciones de cada uno y finalmente establecer unos entrenamientos donde se priorice ese modelo
pero sin olvidar nunca otras forma que se pueden presentar en la competición. Así, lo que hay que
lograr es que en los entrenamientos los jugadores adquieran una cultura táctica que les permita según
su autoorganización poder encontrar su respuesta óptima a las situaciones que se puedan encontrar.
De igual manera, el resto de compañeros han de conocer las conductas preferentes del resto para
hablar el mismo lenguaje en el campo. Todo esto se ha de vivenciar en los entrenos partiendo de
situaciones lo más próximas posibles a la competición y buscando un alto grado de variación y
variabilidad para potenciar ese autodescubrimiento individual y colectivo que permitirá al equipo
adaptarse antes, mejor y colectivamente a lo que pueda acontecer en el partido.
Esta metodología de entrenamiento difiere de la convencional (que no es más que una transferencia
de metodologías de deportes individuales a los colectivos) claramente. Supone una ruptura total con
ella desde el punto de partida, ya que se rompe con la visión dualista, fragmentada,
descontextualizada, de organización piramidal y con ansias de control de la metodología clásica. En
consecuencia, no se separa lo físico del resto (se eliminan muchos tipos de circuitos con objetivos
puramente físicos así como fartleks, carreras continuas, tests físicos...), se considera en las cargas de
entrenamiento la fatiga central y periférica -inteligencia emocional, concentración decisional-, se huye
de conceptos tradicionales en la planificación como: picos de forma, recuperaciones... (se recurre al
microciclo estructurado), y todo lleva una vertiente táctica.
Además, la forma de trabajar parte del supuesto de dejar todo abierto y busca dotar al jugador de la
suficiente capacidad táctica para que luego sea él teniendo en cuenta todo lo que le rodea (situación
personal, entorno de rivales, compañeros, balón, ambiente... todas las variables intangibles
incontrolables e impredecibles) el que interprete, decida y ejecute en el marco del partido.
La principal diferencia con el método integral es la orientación que se da a las tareas y la forma de
tratarlas, ya que en esa metodología se junta lo técnico, táctico y físico pero no queda clara la
presencia del resto de estructuras ni la filosofía que subyace para plantear los contenidos tácticos.
Simplemente, propone trabajar simultáneamente aspectos incidentes en el juego (y no todos). La
metodología sistémica supone un cambio en la manera de entender el juego y eso arrastra cambios
conceptuales en el contenido -otra forma de ver el fútbol- y en las formas -otra forma de entrenar-.
Respecto a la periodización táctica, ésta converge en muchos planteamientos con el método sistémico
pero también presenta grandes contradicciones y es a veces muy radical y cerrada, fruto todo ello del
desconocimiento de los puntos de partida.Así, el modelo de periodización táctica habla de configurar
todo el entrenamiento según el modelo de juego elegido. Esto responde a una visión del juego plana y
sin lugar para la incertidumbre ya que se parte del supuesto de que el juego va a transcurrir según lo
planeado cuando el fútbol es imprevisible y el camino más coherente sería el de fomentar la cultura
táctica para que el jugador tenga respuesta ante cualquier situación que se pueda dar.
Por otro lado, habla de la adquisición jerarquizada de los principios de juego. La perspectiva sistémica
no admite hablar de principios, de nada fundamental ni de jerarquías ya que todo influye en todo y las
relaciones en forma de red convierten a todo en imprescindible e importante.
En coherencia con esta forma de ver el juego y su entrenamiento se llega al punto de discrepar de
ciertos términos y conceptos habitualmente usados en el mundo del fútbol. En este apartado se
presentarán algunos de ellos para a continuación rebatirlos siguiendo la filosofía expuesta hasta el
momento:
- En el fútbol a veces se ataca (cuando tienes el balón) y a veces se defiende (cuando no lo tienes): no
existe ni ataque ni defensa, no se puede separar esos momentos, de lo contrario caeríamos en el
extendido error de entrenar por un lado la defensa y por otro el ataque cuando en realidad son un
todo. Todo parte del balón, la mejor defensa es gestionar bien la circulación de la pelota y no perderla.
Cuando se tiene el balón (secuencias largas de circulación permiten que el equipo se junte) y se
maneja bien (se llega a situaciones gol), se junta el equipo y si se pierde es más fácil apretar y
recuperarlo lo antes posible y en zonas comprometidas para el rival. Por lo tanto, "la defensa" también
está, o mejor dicho, principalmente está en la circulación del balón (el mejor defensa es el que no
pierde la pelota). Y viceversa: cuando no se tiene el balón, el equipo se organiza para cuando se
recupere. De hecho, "defender" bien consiste en atacar el balón y generar peligro en la puerta rival, si
no, el defender no tiene sentido en si mismo, no es un fin sino un medio, se defiende para atacar.
- Un buen equipo es el que está bien organizado: no hay que confundir organización con orden. Lo
primero consiste en designar cometidos a cada jugador y responde a un planteamiento inicial. Sin
embargo, en fútbol el resultado final y las propiedades del equipo no responden a la suma de las
partes ni al planteamiento inicial, a lo que se pretende o se cree que pasará sino a lo que realmente
ocurre en el juego, y esto es algo impredecible y en continua variación. El orden implica adoptar la
disposición conjunta más adecuada a cada situación en el transcurso del partido, y esto lo da el balón.
Supone adaptarse constantemente a cada situación cambiante, es decir, adaptarse en conjunto a la
variabilidad: orden dentro del desorden sin balón (y con balón al revés: desordenarse ordenadamente
para desequilibrar al rival).
- Hay que enseñar al jugador a leer el juego: el juego no se lee, se interpreta. Sólo puede leerse lo que
está escrito y el juego no lo está, es incertidumbre, aleatoriedad, azar, imprevisibilidad y caos.
- Hay que respetar las demarcaciones de cada jugador y fomentar las especialidades: después de todo lo
visto es obvio que este juego no consiste en fragmentar, en fracturar. Todo es de todos, todos han de
saber qué hacen los demás compañeros y ha de vivirlo para sentirlo.
Como nada ni nadie es más importante que el resto, no sería adecuado hablar de un líder, cada
persona ha de ser líder de si misma. De aquí que hablemos de autoconfiguración y autoorganización.
- Es importante considerar el estado de forma de los jugadores: cuando se habla de estado de forma se
habla del físico del jugador y no se tiene en cuenta el resto de estructuras de la persona. Todo influye,
y por supuesto que el estado emocional, afectivo, motivacional... del jugador influye en su forma física.
El estado de forma pues incluye el todo y se manifiesta en el rendimiento que de el jugador.
De igual forma cuando se habla de picos se excluyen muchas dimensiones del futbolista. Además, el
objetivo es la optimización diferenciada y por tanto la excelencia de cada jugador, esto es incompatible
con el concepto de picos.
- Las tareas de entrenamiento han de tener transferencia al partido: la transferencia no existe. Desde el
punto de vista cartesiano, la transferencia implicaría movimientos iguales, y en el ser humano esto
sólo es posible en el movimiento de los párpados.
Desde el punto de vista sistémico, todo lo que rodea al partido no se da en un entrenamiento. Todas
las variables intangibles aleatorias e impredecibles que influyen en el rendimiento del jugador en un
partido son irreproducibles. En definitiva, el entorno personal y profesional del jugador no es el
mismo.
- Hay que tenerlo todo controlado: pulsómetros, tiempos de ejercicio y pausa, tests de resistencia, tests de
pico de potencia, cantidad de kilómetros recorridos en el partido...: la obsesión por el control es síntoma
de ignorancia. No se puede controlar todo pues existen infinitas variables intangibles que se nos
escapan y que influyen en el rendimiento del jugador. Además, el fútbol es un deporte cualitativo más
que cuantitativo.
Por otro lado, en toda evaluación que se pueda hacer los parámetros de referencia, los valores con los
que comparar los resultados obtenidos no pueden ser externos sino internos, de cada jugador, ya que
lo que se busca es la optimización de cada uno, es decir, desarrollar al máximo sus capacidades
diferenciadas.
- Entrenamientos, tareas y planificación con estructura fractal (el todo en las partes).
Integrar el todo en las partes para fraccionar sin empobrecer: planificación del todo a las partes: futbol
11? momento con balón desde ahí ? momento sin balón desde el balón (desorden ordenado para
desordenar rival y para permitirnos una organización desde el balón para preparar la pérdida ?
transición ataque-defensa presionante ? repliegue...). Es decir, seguir una secuencia lógica que permita
al equipo tener unos conceptos para entender el juego como un todo y así adquirir una comprensión
global del juego.
Desde esta lógica se puede reducir sin empobrecer y desarrollar por ejemplo un entreno por líneas
con el objetivo orientado a otras líneas -nunca perder el espíritu de conjunto, del todo- o realizar
circuitos de Fuerza-velocidad-coordinación con componentes interactivos y en lo que se pongan en
juego el mayor número de estructuras y relaciones entre ellas, sin olvidarnos las socio-afectivas
(buscar cohesión para la tarea) y emotivo-volitivas que muchas veces no se trabajan debido a la
dificultad que entraña su manipulación.
- Ese pensar en el todo me exige pensar en los demás y esto se ha de tener presente en todo momento,
por ejemplo, pensar en el otro, en darle el balón con ventaja, pensar que si no me complico la vida con
balón se la complico al compañero... y se puede llegar hasta sentir lo que sienten los demás a través
por ejemplo de un partido de fútbol 11 con las demarcaciones cambiadas (en este caso además
fomentaríamos la empatía -imprescindible en deportes de equipo- y eliminaríamos esa rigidez que
impone la especialización).
- Ejercicios para potenciar las transiciones: partir de desequilibrios posicionales y dejar abierta la
conducta: presionante o de repliegue. Las transiciones representan relaciones entre el momento con
balón y el momento sin balón y trabajarlas y darles prioridad significa trabajara el todo ya que engloba
"ataque y defensa" siendo además una de las principales manifestaciones de adaptabilidad al caos.
Dos equipos de 7 jugadores han de derribar conos situados en la línea de fondo del rival y vigilar los
suyos pudiendo derribar sólo un cono por cada llegada a línea de fondo. Si estas en la mitad rival te
pueden pillar y en ese caso quedas en la zona de conos rival de prisionero, de manera que ante llegada
de un compañero éste elija entre derribar un cono o liberar al compañero. Gana el equipo que antes
derribe todos los conos rivales.
Bibliografía
"Cultura táctica y fundamentos generales de defensa" (Training Fútbol) Juan Manuel Lillo
"Visión global del control del entrenamiento en el fútbol" (VI Clínic de Fútbol Base de Fundación
Osasuna) Asier Los Arcos
"Juego, deporte y sociedad. Léxico de praxiológico motriz" P.Parlebas. Barcelona: Paidotribo 2001.
"Organización aplicada a la enseñanza del fútbol" (La formación en el fútbol: metodología práctica.
XXVII Cursos de Verano UPV Julio 2008) Santiago Coca
"Desarrollo técnico del trabajo del entrenador de fútbol" (Training Fútbol) Jesús Cuadrado Pino.
"La técnica, el jugador ejecuta para..." (Training Fútbol) Miguel ángel Lotina
"Mourinho, ¿por qué tantas victorias?"José Mourinho, Victor Frade Rui Faria