NEUMONÍA
NEUMONÍA
NEUMONÍA
Colegio Herbart
“1B”
BIOLOGÍA
DESARROLLO .......................................................................................................... 5
Legionelosis ........................................................................................................ 8
Psitacosis............................................................................................................. 9
Tratamiento ........................................................................................................... 13
La neumonía puede ser una enfermedad grave si no se detecta a tiempo, y puede llegar a ser
mortal, especialmente entre personas de edad avanzada y entre los inmunodeprimidos. En
particular los pacientes de sida contraen frecuentemente la neumonía por Pneumocystis.
Las personas con fibrosis quística tienen alto riesgo de padecer neumonía debido a que
continuamente se acumula fluido en sus pulmones. Puede ser altamente contagiosa, ya que
los microorganismos causante de dicha enfermedad se disemina rápidamente en el aire, y
pueden propagarse por medio de estornudos, tos y mucosidad; un paciente que ha padecido
neumonía puede quedar con secuelas de ésta en su organismo por mucho tiempo, esto lo
hace potencialmente contagioso y las personas más propensas a contraerla son las que estén
en curso de una gripe o un cuadro asmático, entre otras enfermedades del aparato
respiratorio.
La mayoría de los casos de neumonía puede ser tratada sin hospitalización. Normalmente,
los antibióticos orales, reposo, líquidos, y cuidados en el hogar son suficientes para
completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo
dificultad para respirar, las personas con otros problemas médicos, y las personas mayores
pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no
mejora con tratamiento en el hogar, o se producen complicaciones, la persona a menudo
tiene que ser hospitalizada.
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones.
Estos están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que —en las personas
sanas— se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos
de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno. La
neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo. Se
calcula que la neumonía mató a unos 920 136 niños menores de 5 años en 2015, lo que
supone el 15% de todas las defunciones de niños menores de 5 años en todo el mundo. La
neumonía afecta a niños —y a sus familias— de todo el mundo, pero su prevalencia es
mayor en el África subsahariana y Asia meridional. Pueden estar protegidos mediante
intervenciones sencillas y tratados con medicación y cuidados de costo bajo y tecnología
sencilla.
Causas de la neumonía
Diversos agentes infecciosos —virus, bacterias y hongos— causan neumonía,
siendo los más comunes los siguientes:
Transmisión de la neumonía
La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes
comúnmente en la nariz o garganta de los niños, pueden infectar los pulmones al inhalarse.
También pueden propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o estornudos.
Además, la neumonía puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en
el período inmediatamente posterior. La neumonía se transmite generalmente por contacto
cercano con personas enfermas, cuando la persona sana inhala (respira) las gotitas de saliva
de una persona enferma al toser o estornudar. También algunos virus se transmiten por
contacto con superficies contaminadas con estas secreciones respiratorias.
Tipos de Neumonía
Neumonía Bacteriana
La neumonía bacteriana es una infección de los pulmones causada por bacterias. El
Streptococcus pneumoniae, un organismo grampositivo que a menudo coloniza la garganta,
es la bacteria que con más frecuencia causa neumonía en todos los grupos de edad excepto
en recién nacidos. Otra causa importante de neumonía por bacterias grampositivas es el
Staphylococcus aureus. Con menos frecuencia se ven neumonías bacterianas causadas por
bacterias gramnegativas, como el Haemophilus influenzae, Klebsiella pneumoniae,
Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa y Moraxella catarrhalis, entre los más comunes.
Estas bacterias con frecuencia viven en el tracto gastrointestinal y entran a los pulmones
cuando el contenido gástrico —como en el caso de los vómitos— es inhalado.
Neumonía Neumocócica
Es la causa identificable más frecuente de neumonía bacteriana y causa dos terceras
partes de las neumonías bacteriémicas extrahospitalarias. Esta neumonía suele ser
esporádica y se produce sobre todo en invierno. Afecta con más frecuencia a pacientes de
mayor edad. Suele venir precedida por una infección de las vías respiratorias altas. Su
comienzo suele ser abrupto, con un único escalofrío; la presencia de escalofríos persistentes
debe sugerir otro diagnóstico. Los hallazgos de la exploración física varían en función del
carácter del proceso y del estadio en el que se evalúa al paciente.
Legionelosis
La neumonía por legionella se puede producir en cualquier etapa de la vida, aunque
la mayor parte de los pacientes son varones de mediana edad. Entre los factores de riesgo
destacan el tabaco, el abuso de alcohol y la inmunosupresión, sobre todo por corticoides. La
mayor parte de los pacientes tienen una fase prodrómica parecida a una gripe, con malestar,
fiebre, cefalea y mialgias. Además, desarrollan una tos no productiva en fases iniciales, que
posteriormente produce un esputo mucoide. Una característica típica es la fiebre alta, en
ocasiones con una bradicardia relativa y diarrea. En menos casos se producen alteraciones
del estado mental con confusión, letargo o delirio.
Los síntomas iniciales recuerdan a una gripe: malestar, dolor de garganta y tos seca, cuya
gravedad aumenta cuando progresa la enfermedad. Los síntomas agudos suelen persistir
entre una o dos semanas y después se produce una recuperación gradual. Sin embargo,
algunos pacientes presentan una neumonía grave que en ocasiones determina un síndrome
Psitacosis
Suele transmitirse mediante la inhalación de polvo de las plumas o excrementos de
los pájaros infectados o al ser mordido. La transmisión de hombre a hombre se puede
asociar con cepas altamente virulentas. Tras un periodo de incubación de 1 a 3 semanas, el
inicio puede ser insidioso o abrupto, con fiebre, escalofríos, malestar general y anorexia. La
temperatura va aumentando de forma gradual y aparece tos seca al principio, aunque a
veces puede derivar a una tos mucopurulenta. Durante la segunda semana se puede producir
una neumonía con consolidación franca y una infección pulmonar purulenta secundaria. El
curso puede ser leve o grave, en función de la edad del paciente y de la extensión de la
neumonía.
Factores de Riesgo
La mayoría de los niños sanos pueden combatir la infección mediante sus defensas
naturales, pero los niños inmunodeprimidos presentan un mayor riesgo de contraer
Prevención de la Neumonía
Medidas de higiene: lavado de manos, uso de mascarillas para evitar
contaminación y dispersión de gérmenes.
Abandono del hábito tabáquico: el consumo de tabaco está asociado a un
incremento de la Neumonía Adquirida en la Comunidad de cualquier origen
causal. Los fumadores tienen un riesgo 4 veces superior de presentar una
enfermedad por neumococo invasiva (afectación general por infección por
neumococo) que los no fumadores, con el consecuente empeoramiento
pronóstico. Diversos estudios han constatado el beneficio que implica dejar
de fumar, pues se ha observado que a los cinco años de suprimir el consumo
de tabaco, el riesgo de sufrir una neumonía se reduce en un 50%.
Vacunación antigripal: es la única medida preventiva que ha demostrado la
disminución de la incidencia y de la mortalidad por neumonía en la
población de edad avanzada y en los afectados por enfermedades
cardiorespiratorias crónicas. Debe realizarse según las recomendaciones y
pautas anuales notificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Está indicada en mayores de 60 años, en enfermos crónicos o
inmunodeprimidos (a partir de los 6 meses de edad), y en todos aquellos que
al ejercer su actividad profesional (personal sanitario, fuerzas de seguridad,
profesores, cuidadores de residencias de ancianos, etc.) entren en contacto
con personas de alto riesgo a las que les podrían transmitir la gripe.
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Vacunación contra el neumococo: eficaz para la prevención de
complicaciones como la enfermedad invasiva por neumococo, y el
empeoramiento pronóstico en neumonías hospitalarias. Indicada la
vacunación en mayores de 60-65 años, según el calendario vacunal de cada
comunidad autónoma), y en personas entre los 2 y 65 años con
enfermedades crónicas e inmunosupresión, y en aquellos pacientes sin bazo.
La pauta de vacunación antineumocócica desde el nacimiento está incluida
en el calendario vacunal de gran parte de las comunidades autónomas
españolas.
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como la contaminación del aire interior (por ejemplo, proporcionando cocinas de interior
limpias a precios asequibles) y fomentando una higiene correcta en hogares hacinados. A
los niños infectados con el VIH se les administra el antibiótico cotrimoxazol diariamente
para reducir el riesgo de que contraigan neumonía.
Síntomas de la neumonía
Los signos y síntomas de la neumonía varían de moderados a graves y dependen de
varios factores, como el tipo de germen que causó la infección, tu edad y tu salud en
general. Los signos y síntomas moderados suelen ser similares a los de un resfrío o una
gripe, pero duran más tiempo. Los signos y síntomas de la neumonía pueden incluir lo
siguiente:
Puede que los recién nacidos y bebés no muestren signos de estar sufriendo la
infección. O bien, pueden vomitar, tener fiebre y tos, parecer inquietos o cansados y sin
energía, o presentar dificultad para respirar y comer.
Diagnóstico de la Neumonía
Análisis de sangre. Los análisis de sangre se usan para confirmar una
infección e intentar identificar el tipo de organismo que está causando la
infección. Sin embargo, la identificación precisa no siempre es posible.
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Radiografía torácica. Esta ayuda al médico a diagnosticar la neumonía y a
determinar la extensión y la ubicación de la infección. No obstante, tu
médico no puede saber por medio de una radiografía qué tipo de germen está
causando la neumonía.
Pulsioximetría. En esta prueba, se mide el nivel de oxígeno de la sangre. La
neumonía puede hacer que los pulmones no sean capaces de pasar una
suficiente cantidad de oxígeno al torrente sanguíneo.
Prueba de esputo. Se toma una muestra de líquido de los pulmones (esputo)
que se obtiene haciendo toser profundamente al paciente; luego, se analiza la
muestra para ayudar a identificar la causa de la infección.
Tratamiento
El tratamiento de la neumonía se realiza con antibióticos. Los antibióticos son
sustancias químicas producidas por bacterias y hongos que tienen la capacidad de inhibir el
desarrollo o destruir a otros microorganismos.
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Hay que considerar además las resistencias que presentan ciertos gérmenes en el
ámbito donde se traten. Por ejemplo, el neumococo en España presenta una resistencia a
penicilinas considerable (en torno a un 20%), por lo que no se recomienda este tratamiento,
al menos como único antibiótico, salvo que se complemente con otro de otra categoría.
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BIBLIOGRAFÍA
Vaccines
URL:https://www.historyofvaccines.org/es/contenido/articulos/haemophilus
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000671.htm (consulta: 27 de
marzo de 2018)
Epidemiología URL:
http://www.dge.gob.pe/portal/docs/tools/publico/info_neumonia.pdf
http://www.cuidateplus.com/enfermedades/respiratorias/neumonia.html
es/diseases-conditions/pneumonia/symptoms-causes/syc-20354204
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Anónimo, “Neumonía, tratamiento“ en WebConsultas URL:
https://www.webconsultas.com/neumonia/tratamiento-de-una-neumonia-648
de 2018)
https://www.webconsultas.com/neumonia/prevencion-de-una-neumonia-650
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