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Centros de Origen

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Centros de Origen de las Plantas Cultivadas

La agricultura comenzó hace unos 12 000 años, cuando los agricultores empezaron a recoger
semillas de plantas silvestres. Todos los principales cultivos alimentarios tienen su origen y su
centro de diversidad en las zonas tropicales y subtropicales de Asia, África y América Latina
(centros Vavilov).

Ilustración 1 Centros de origen de hortalizas Vavilov.


Fuente: Pascual Trillo, J.A El arca de la biodiversidad.

A. CENTRO CHINO: Poroto Soya (Glycine max) Rábano (Raphanus sativus) Nabo (Brassica
campestris) Pak-Choi (Brassica rapa var. chinensis) Repollo Chino (Brassica rapa var.
pekinensis) Cebollín (Allium fistulosum) Rakkyo (Allium chinense) Pepino (Cucumis sativus)
Yam (Dioscorea batatas).

B. CENTRO INDIO-MALASIO a. Assam y Burma Berenjena (Solanum melongena) Pepino


(Cucumis sativus) Poroto mung (Phaseolus aureus) Caupí (Vigna sinensis) Taro (Colocasia
sativus) Yam (Dioscorea alata) b. Indochina y archipiélago malayo Banana (Musa paradisiaca)
Bread fruit (Artocarpus communis).

C. CENTRO INDO-AFGANISTANO -ASIA CENTRAL Arveja (Pisum sativum) Haba (Vicia faba)
Poroto mung (Phaseolus aureus) Mostaza (Brassica juncea) Cebolla (Allium cepa) Ajo (Allium
sativum) Espinaca (Spinacia oleracea) Zanahoria (Daucus carota).

D. CENTRO CERCANO ORIENTE Lenteja (Lens esculenta) Lupino (Lupinus albus).

E. CENTRO ABISINIO Okra (Hibiscus esculentus) Berro (Lepidium sativum) Caupí (Vigna
sinensis).

F. CENTRO MEDITERRÁNEO Apio (Apium graveolens) Esparrago (Asparagus officinalis)


Betarraga (Beta vulgaris) Nabo (Brassica campestris var. rapifera) Repollo (Brassica oleraceae
var. capitata) Achicoria (Cichorium intybus) Pastinaca (Pastinaca sativa) Arveja (Pisum
sativum) Ruibarbo (Rheum officinale).
G. CENTRO MEXICO-AMERICA CENTRAL Pimentón - Ají (Capsicum annuum) Alcayota
(Cucurbita ficifolia) Zapallo (Cucurbita moschata) Camote (Ipomoea batatas) Poroto Lima
(Phaseolus lunatus) Poroto (Phaseolus vulgaris) Maíz (Zea mays).

H. CENTRO SUDAMERICANO a) Perú-Ecuador-Bolivia Pimentón - Ají (Capsicum annuum)


Zapallo (Cucurbita maxima) Tomate (Lycopersicon esculentum) Poroto Lima (Phaseolus
lunatus) Poroto Común (Phaseolus vulgaris) Tomatillo (Physalis peruviana) Papa andina
(Solanum andigenum) Pepino Fruta (Solanum muricatum) Papa (Solanum tuberosum) (2n = 24)
b) Chile Papa (Solanum tuberosum) ( 2n = 48) c) Brasil-Paraguay Mandioca (Manihot
esculenta).

Según los datos del Estado de los Recursos Fitogenéticos en el Mundo para la Alimentación y
la Agricultura publicado por la FAO se estima que existen de 300 000 a 500 000 especies
vegetales superiores, de las que se han identificado o descrito aproximadamente 250 000.
Unas 30 000 son comestibles, y unas 7 000 han sido cultivadas o recolectadas en algún
momento por los seres humanos para su consumo alimentario. Por consiguiente, se puede
considerar que varios millares de especies contribuyen a la seguridad alimentaria. Sin
embargo, a menudo se firma que sólo 30 cultivos "alimentan al mundo". Estos 30 cultivos
aportan el 95 por ciento de la energía (calorías) o las proteínas de la dieta. Solamente el trigo,
el arroz y el maíz proporcionan más de la mitad de la ingesta energética mundial derivada de
las plantas. Otros seis cultivos o productos básicos, a saber, el sorgo, el mijo, las papas, las
batatas, la soja y el azúcar (de caña/remolacha) llevan esa ingestión energética a un 75 por
ciento del total. En un examen del suministro de energía alimentaria a nivel subregional se
destaca un número mayor de cultivos importantes, como el cacahuete, el guandú, las lentejas,
el caupí y el ñame.

Una de las clasificaciones de hortalizas –según centro de origen- más citadas y más completa
es la del biólogo ruso N.I. Vavilov1[1], hecha hace más de medio siglo y que con algunas
modificaciones y adiciones se mantiene vigente hasta hoy día.

Ilustración 2. Centros de origen y países megadiversos afines


Fuente: Fowler & Money 1990. Mittermieier & Goettsch 1992.

Existen otras clasificaciones 2[2] de las hortalizas; v.gr., por el órgano que se consume 3[3], por
su arraigamiento 4[4], por su tolerancia a la acidez5[5] y a la salinidad 6[6] del suelo; a los
períodos lumínicos 7[7] y su adaptación a la temperatura 8[8].
El origen de las sociedades agrícolas y ganaderas se ha asociado a dos hechos: el uso de una
parte muy reducida de la biodiversidad existente en cada una de las áreas en que estas
sociedades comenzaron, y a la adaptación de las especies elegidas a nuevas condiciones
favorables al uso humano (domesticación). Pero en general la adaptación a las condiciones de
domesticación (perdida de los mecanismos de dispersión de semillas, disminución o
eliminación de mecanismos de defensa, por ejemplo) se opone a los mecanismos naturales de
adaptación y esta asociada a cambios morfológicos y/o fisiológicos. En muchos casos estos
cambios hacen que sea difícil reconocer la especie silvestre de la que surgió la correspondiente
cultivada, ello puede traer problemas al momento de identificar el país de origen y por ende el
titular que pueda legítimamente disponer del recurso, así mismo si éste es silvestre (del
Estado) o domesticado (de la comunidad).

El inicio de las sociedades agrarias se ha basado siempre en la domesticación de no más de


una decena de especies vegetales: fuentes de hidratos de carbono, de proteínas, de grasas y
de fibras9[9]. Por ejemplo, el inicio de la civilización en Oriente Medio - Mediterráneo se baso
en la domesticación de trigo y cebada; lentejas, guisantes y habas; y lino. Con posterioridad el
número de especies fue incrementándose (avena, centeno, olivo, frutales, etc.), y los
intercambios entre culturas y los movimientos migratorios fueron aumentando el numero de
especies cultivadas usadas en cada arrea. En este sentido el descubrimiento de América y los
intercambios ocurridos en los siglos posteriores representan el máximo de diversidad en los
sistemas agrarios. Pero paradójicamente, como consecuencia de los nuevos territorios
disponibles se sentaron las bases para el inicio de la reducción en la diversidad y los recursos
genéticos en agricultura: el establecimiento de extensos monocultivos de café, caña de azúcar,
algodón, tabaco, etc., en las colonias10[10].

Las migraciones humanas y el comercio


contribuyen en medida sustancial a la
evolución de los cultivos, y se prevé que
así seguirá siendo en el futuro. Si bien
la mayor parte de los alimentos se
siguen produciendo en las zonas
rurales y transportando por largas
distancias, la producción agrícola en las
ciudades y en sus alrededores va en
aumento. En la mayor parte de las
Ilustración 3 Biodiversidad cultivada. ciudades existe, de hecho, un número
considerable de huertos domésticos,
Foto: Enrico Scalli
jardines comunales y públicos y fincas
agrícolas periurbanas, todos los cuales proporcionan a las respectivas comunidades beneficios
relacionados con el hábitat, el ciclo del agua, especies adaptadas y otras ventajas de la
diversidad biológica.
Históricamente, el hombre nómada consumía plantas silvestres pero al hacerse sedentario
inicia la domesticación de especies silvestres del entorno y zonas aledañas, desarrollando
formas cultivadas particulares a distintas regiones geográficas, en especial en aquellas cuyas
condiciones favorecían diversidad y especiación, generándose a su vez culturas culinarias
típicas de esas regiones. Las migraciones, exploraciones y el inicio de comunicaciones entre
regiones llevaron a una paulatina diseminación y asimilación de estas plantas por otras etnias,
resultando en una distribución actual bastante generalizada a nivel mundial de las distintas
especies hortícolas, lo que hoy día hace que se vean o parezcan cosmopolitas.

Sin embargo, es importante reconocer el centro de origen geográfico de las especies porque,
aparte de la significación desde el punto de vista de recursos para eventual mejoramiento
genético, permite visualizar y estimar condiciones ambientales requeridas para el desarrollo
óptimo de una especie dada. Por ejemplo, el cultivo de una especie de centro de origen
tropical, como sandía, en una zona temperada, como Chile, requerirá de una ubicación en
zonas de temperaturas relativamente altas y por un período prolongado para que la especie
logre cumplir su ciclo vital sin problemas.

Aunque en la mayoría de los casos no se conoce el centro de origen exacto de las especies,
diversos autores han estudiado este aspecto y propuesto posibles centros de origen para todas
las hortalizas. Una de las clasificaciones más citadas y más completa es la del biólogo ruso N.
I. Vavilov, hecha hace más de medio siglo y que con algunas modificaciones y adiciones se
mantiene vigente hasta hoy día.

A.CENTRO CHINO
B. CENTRO INDIO-MALASIO
C. CENTRO INDO-AFGANISTANO-ASIA CENTRAL
D. CENTRO CERCANO ORIENTE
E. CENTRO MEDITERRANEO
F. CENTRO ABISINIO
G. CENTRO MEXICO-AMERICA CENTRAL
H. CENTRO SUDAMERICANO

CLASIFICACION DE LAS HORTALIZAS POR CENTRO DE ORIGEN, SEGUN VAVILOV

A. CENTRO CHINO
Poroto Soya (Glycine max)
Rábano (Raphanus sativus)
Nabo (Brassica campestris)
Pak-Choi (Brassica rapa var. chinensis)
Repollo Chino (Brassica rapa var. pekinensis)
Cebollín (Allium fistulosum)
Rakkyo (Allium chinense)
Pepino (Cucumis sativus)
Yam (Dioscorea batatas)

B. CENTRO INDIO-MALASIO
a. Assam y Burma
Berenjena (Solanum melongena)
Pepino (Cucumis sativus)
Poroto mung (Phaseolus aureus)
Caupí (Vigna sinensis)
Taro (Colocasia sativus)
Yam (Dioscorea alata)
b. Indochina y archipiélago malayo
Banana (Musa paradisiaca)
Bread fruit (Artocarpus communis)

C. CENTRO INDO-AFGANISTANO-ASIA CENTRAL


Arveja (Pisum sativum)
Haba (Vicia faba)
Poroto mung (Phaseolus aureus)
Mostaza (Brassica juncea)
Cebolla (Allium cepa)
Ajo (Allium sativum)
Espinaca (Spinacia oleracea)
Zanahoria (Daucus carota)

D. CENTRO CERCANO ORIENTE


Lenteja (Lens esculenta)
Lupino (Lupinus albus)

E. CENTRO MEDITERRANEO
Apio (Apium graveolens)
Esparrago (Asparagus officinalis)
Betarraga (Beta vulgaris)
Nabo (Brassica campestris var. rapifera)
Repollo (Brassica oleraceae var. capitata)
Achicoria (Cichorium intybus)
Pastinaca (Pastinaca sativa)
Arveja (Pisum sativum)
Ruibarbo (Rheum officinale)

F. CENTRO ABISINIO
Okra (Hibiscus esculentus)
Berro (Lepidium sativum)
Caupí (Vigna sinensis)

G. CENTRO MEXICO-AMERICA CENTRAL


Pimentón - Ají (Capsicum annuum)
Alcayota (Cucurbita ficifolia)
Zapallo (Cucurbita moschata)
Camote (Ipomoea batatas)
Poroto Lima (Phaseolus lunatus)
Poroto (Phaseolus vulgaris)
Maíz (Zea mays)

H. CENTRO SUDAMERICANO
a. Perú-Ecuador-Bolivia
Pimentón - Ají (Capsicum annuum)
Zapallo (Cucurbita maxima)
Tomate (Lycopersicon esculentum)
Poroto Lima (Phaseolus lunatus)
Poroto Común (Phaseolus vulgaris)
Tomatillo (Physalis peruviana)
Papa andina (Solanum andigenum)
Pepino Fruta (Solanum muricatum)
Papa (Solanum tuberosum)

b) Brasil-Paraguay
Mandioca (Manihot esculenta)
El cultivo de las plantas.
Muchas plantas que conocemos comenzaron a ser cultivadas en unos pocos lugares de la
Tierra. Algunas especies fueron cultivadas independientemente, en varias regiones a la vez y
de forma paralela. Los principales centros del origen de la agricultura están en el cinturón
tropical y subtropical a ambos lado del ecuador.

Las técnicas usadas en el cultivo de plantas se reducen a simples azadas y varas cavadoras
para sembrar y arrancar las hierbas de las cosechas. Sin embargo en Eurasia a la fuerza
humana se añadieron sucesivas fases de desarrollo, desde las más primitivas a la invención
del arado de tracción animal.

AMÉRICA ORIENTAL
Girasol
hierbas de pantano

SUDAMÉRICA
amaranto
cacahuete
judía común
mandioca
patata
algodón
guindilla
calabaza
calabaza vinatera
tabaco

MESOAMÉRICA
maíz
amaranto
mandioca
judía común
boniato
algodón
tomate
calabaza
calabaza vinatera
PRÓXIMO
ORIENTE ÁFRICA NORTE DE CHINA SUDESTE DE ASIA
MEDITERRÁNEO
trigo
ñame
cebada
aceite de palma mijo
guisante
sorgo soja
lenteja arroz
mijo nabo
oliva taro
baobab judía adzuki
uva maranta
plátano abisinio té
zanahoria coco
cacahuete colza
nabo fruto del árbol del pan
caupí melocotón
puerro pomelo
arroz africano pepino
haba limón
jengibre
lino plátano
garbanzo INDIA palmera sagú
colza PAKISTÁN caña de azúcar
ciruela yute
pera algodón nuez moscada
repollo trigo
lechuga cebada
cebolla
palmera datilera

NOTAS:

[1] Vavilov, N.I. Origin and Geography of Cultivated Plants. Cambridge: Cambridge University
Press, 1992.

[2] Fuente: Facultad de Agronomía y el Departamento de Desarrollo Académico de SECICO.

[3] Una de las características de las hortalizas es que, debido a la gran variabilidad de las
especies del grupo, sus órganos de consumo representan también estructuras morfológicas
diversas las que, en algunos casos, son también bastante complejas. Por lo mismo y por las
implicancias biológicas y culturales que se derivan, es importante reconocer los órganos que se
consumen en cada una de ellas, los que se especifican en el siguiente cuadro.

[4] Las características de arraigamiento propias de las especies hortícolas, obviamente, varían
según las condiciones físicas y químicas del suelo en que se desarrollan y según las prácticas
de manejo. Sin embargo, en una situación óptima de suelo y con un manejo que no perturbe el
enraizamiento, las hortalizas muestran una gran diversidad en sus hábitos de arraigamiento. En
términos prácticos, es importante conocer la profundidad del arraigamiento o enraizamiento
para determinar la factibilidad de cultivar una especie en un suelo dado. En el siguiente cuadro
se clasifican las principales especies hortícolas de acuerdo a su profundidad de arraigamiento.

[5] El crecimiento de las plantas se ve fuertemente influenciado por las condiciones de pH del
suelo. Las hortalizas no son una excepción a esto y, como se puede apreciar en el siguiente
cuadro, existe una significativa variación en la tolerancia de estas especies a la acidez del
suelo, lo que permite seleccionar en cada grupo aquellas más adecuadas para una condición
de suelo dada o enmendar la condición de pH para hacerla adecuada a la especie. Por ej.,
espárrago es una especie poco tolerante a la acidez y el interés por su cultivo en la zona sur
del país, donde muchos suelos presentan valores de pH entre 5,0 a 6,0, hace limitante esta
condición y obliga a encalar los suelos para obtener una adecuada respuesta productiva.

[6] El crecimiento de las plantas se ve fuertemente influenciado por las condiciones de salinidad
del suelo. Las hortalizas no son una excepción a esto y, como se señala en el siguiente cuadro,
existe una significativa variación en la tolerancia de estas especies a la salinidad del suelo.
Esta condición limita la producción en distintas zonas del mundo (principalmente en áreas de
baja pluviometría) y está incrementándose en muchas regiones, como en el sur de California.
En sistemas modernos de producción, como los que usan fertirrigación, es un factor que debe
regularse. Por lo mismo, es importante conocer la respuesta de las especies hortícolas a este
factor.

[7] Los efectos del fotoperíodo en las plantas son habitualmente intensos. Las respuestas a la
duración diaria de la luz de diversos fenómenos del crecimiento y desarrollo (germinación,
estolonización, bulbación, elongación de tallos, floración, etc.) están ya claramente
establecidas; sin embargo, estas respuestas son complejas y en la mayoría de los casos están
asociadas a otros factores ambientales, como la temperatura, o propios de la planta, como su
estado de desarrollo. Desde el punto de vista de la producción, en la mayoría de las hortalizas,
la respuesta fotoperiódica más importante es la floración, ya sea para la obtención del producto
hortícola o para la producción de las semillas de la especie. A continuación, sin particulares
detalles que existen en muchas especies, se indica el fotoperíodo requerido para la floración en
algunas hortalizas.

[8] La temperatura es la limitante fundamental para la dispersión natural de las especies


vegetales. El crecimiento (desarrollo) de las plantas, como en todo organismo vivo, bajo
condiciones adecuadas de los otros factores ambientales, está determinado por las
temperaturas cardinales de la especie: (a) mínima temperatura bajo la cual el crecimiento se
detiene. (b) óptima temperatura a la cual el crecimiento es más rápido. (c) máxima temperatura
sobre la cual el crecimiento se detiene. Las temperaturas cardinales, obviamente no son
iguales para todas las plantas y determinan las zonas, épocas y métodos de cultivo. Por lo
mismo, una de las agrupaciones más útiles es la clasificación térmica de las hortalizas, la que
en relación a un clima temperado divide a las especies en dos grandes grupos: hortalizas de
estación cálida o de verano y hortalizas de estación fría o de invierno. Las hortalizas de
estación cálida se caracterizan por tener un requerimiento de temperaturas cardinales más
altas que las de estación fría, con óptimas sobre 18ºC. La mayoría de estas especies son
originarias de zonas tropicales o sub-tropicales y presentan susceptibilidad a daño por
enfriamiento ("chilling injury") y a daño por heladas ("freezing injury"). Las hortalizas de estación
fría se caracterizan por tener un requerimiento de temperaturas cardinales más bajas que las
de estación cálida, con óptimas alrededor de 18ºC. La mayoría de estas especies son
originarias de zonas templadas o mediterráneas y no presentan susceptibilidad a daño por
enfriamiento, con sólo algunos estados puntuales de desarrollo susceptibles a daño por
heladas. Dentro de estos dos grupos, como se discute en el siguente cuadro, existen cinco
subdivisiones que permiten visualizar de forma más específica la respuesta a temperatura de
las hortalizas. En general, se puede apreciar que salvo contadas excepciones, las hortalizas de
fruto son de estación cálida, mientras que los otros productos hortícolas son de estación fría.

[9] Pérez de la Vega, M. Recursos fitogenéticos Arrea de Genética, Fac. de Biología y E. S. y T.


de Ing. Agraria, Universidad de León.

[10] El segundo antecedente hacia la reducción en la diversidad es la Revolución Industrial.


Supone la aparición de herramientas y maquinaria que por una parte cambian paulatinamente
los métodos agrícolas y por otra facilitan el transporte de abonos (guano de Perú, por ejemplo)
y cosechas, permitiendo así el monocultivo en grandes extensiones productivas y la venta de
excedentes lejos de las áreas de producción.

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