Ensayo
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Ensayo
Después de haber leído la entrevista hecha por Miguel Pressburger a un trabajador con identidad
reservada, sobre las definiciones que, a su propio criterio, le correspondería a los términos: derecho,
justicia y ley. Del cual podemos inferir que, desde el punto de vista de un trabajador, que ha sufrido
a costas de las leyes, derecho y una supuesta justicia, hace tener una percepción totalmente
diferente a la que estamos acostumbrados ha escuchar de juristas, abogados, jueces, entre otros.
El texto empieza resaltando un punto muy importante, señala que los conocedores y seguidores del
derecho tienen solo dos caminos, uno es abrirse a los cambios, formando parte de la sociedad y sus
movimientos populares, y el otro camino es ser conservadurista, arraigándose a su vida individualista.
Discutir sobre una postura propia de cada uno es imponer una verdad como cierta, pero podemos
aclarar, según José Hurtado Pozo, que el Derecho “es un medio de control social, y este último puede
ser comprendido como un conjunto de modelos culturales y de símbolos sociales y también de actos”
(1987, pág. 10). Bien sabemos que la sociedad se caracteriza por ser mutable, propenso al cambio
constante, y por tal razón los medios de control cambian, por tanto, tomar una postura conservadora
ante el derecho sería desprenderse de la naturaleza social. De tal modo respondemos ante el gran
debate en sobre si el derecho es una ciencia fáctica o no, y que aún sigue en discusión, lo que si es
innegable es que existan diversas posturas ante un término amplio y de mucha discusión del derecho.
Punto aparte, para nuestro trabajador entrevistado tales conceptos de justicia, derecho y ley se
desnaturalizan en la realidad, es decir, las definiciones que conocemos, dados por conocedores y
seguidores del derecho, son solamente un ideal y lo que para ellos calza, pero que ellos solo conocen
su realidad y no la de la gente que está por debajo de las clases sociales, y que ante los ojos de algunos
son vistos como gente que atenta contra bienes jurídicos y el orden social. Orden social que es puesta
por aquellas personas que no conocen la realidad del mundo.
Para nuestro amigo “la injusticia es justamente hecha por la justicia”, nos señala que existen dos
entendimientos de justicia, uno de ellos y uno de aquellos. Pese a que puede entender que justicia
es aquello que es justo, que es reconocer el derecho de cada uno, dar a cada uno aquello a lo que
tiene derecho, no logra comprender como es que no se aplica a la realidad, y sigue existiendo
injusticia al aplicar la justicia.
La justicia, para Hans Kelsen, forma parte del iusnaturalismo, es decir que es una discusión teórica-
filosófica y por ende aceptarla como una verdad absoluta es irracional y sobre todo sería un concepto
relativo, de tal modo nos precisa que “la justicia absoluta es un ideal irracional, o, dicho en otras
palabras, una ilusión, una de las ilusiones eternas del hombre” (1982, pág. 59).
Así mismo, califica al derecho como “todo aquello que las personas pueden hacer sin perjudicar al
prójimo”, lo que debería ser lo ideal, pero en todo conflicto siempre hay un interés, una pretensión,
y alguien que está en contra de ello imponiendo resistencia. Un juego muy didáctico y que en lo
general de los casos hay un perdedor y un ganador, o no se logra conseguir todo lo que se pretende
sino solo una parte. De ahí que el que tiene más poder tiene más derecho y puede hacer su propia
justicia.
Y en el centro de todo el problema, nos encontramos a la ley, que no es más que el que le otorga el
logo de justicia al valor o decisión que el juez toma en su intento de alcanzar lo justo. Juan Monrroy
Gálvez nos explica que “el valor justicia está representado por el juez y por la ventaja que significa
para el logro de una decisión justa” (1996, pág. 17), y de igual modo se refiere a la ley como aquel
que fundamenta su sentencia, dándole el valor de certeza, que “se expresa a través del legislador, y
se manifiesta en la seguridad que se obtiene del hecho de que un juez resuelva un caso teniendo
como referente un conjunto de normas creadas previamente por el legislador -las que
presuntamente recogen los patrones de conducta regulares en el grupo social, por lo que son
deseables para la mayoría de los que conforman este- y respecto de las cuales el juez no debe
apartarse”(1996, pág. 17). De una forma entendible, nos explica que el juez toma una decisión
“justa”, tomando en cuenta la justicia que la sociedad ya ha establecido a través de las leyes emitidas
por el poder legislativo. A lo que nuestro entrevistado denomina, suerte de justicia relativa, a los
poderes del Estado; y justamente relativa porque la ley para el ciudadano fue hecha por el gobierno,
a través de sus representantes, pero entonces existen leyes hechas por los campesinos y leyes hechas
por otros, queriendo obligarlos a aceptar sus leyes gradualmente.
En conclusión, justicia no es lo mismo que derecho, puesto que el segundo busca al primero a través
de la ley, y este sistema no siempre es el correcto para alcanzarla, y si se alcanzara la justicia no
siempre será lo justo. También podemos concluir que aún existen dos mundos divididos, dos lugares
totalmente ajenos los unos con los otros dentro de nuestro Estado, y que tratan de buscar la justicia
a su manera, sin darse cuenta de que ambos se afectan directamente, donde el que tiene más poder
puede imponer sus leyes, haciendo que su justicia genere injusticia. Entonces, ¿Estaremos creando
justicia o injusticia? ¿A dónde nos dirigimos? Lo que es cierto es que vamos hacia un futuro incierto,
pues me atrevo a afirmar que la sociedad seguirá cambiando y por ende las reglas del juego (leyes),
que representan a la justicia, y por sentido lógico las justicia que alcanzaremos no será la definitiva y
quizás no la justa.
Bibliografía:
Pressburge, Miguel (1989). “El derecho, la justicia y la ley desde la perspectiva de un trabajador”,
Bogotá: ILSA
Hurtado Pozo, José (1987). Manual de Derecho Penal, Lima: EDDILI
Kelsen, Hans (1982). ¿Qué es la Justicia?, Edición en español, Barcelona: Ariel.
Monroy Gálvez, Juan (1996). Introducción al proceso civil. Tomo I, Santa Fé de Bogotá: Temis.