Tomo 2
Tomo 2
Tomo 2
DERECHO PENAL
Parte Especial
TOMO II
IDEMSA
Lima - Perú
DERECHO PENAL
PARTE ESPECIAL
TOMOn
© IDEMSA
Importadora y Distribuidora
Editorial Moreno S.A.
e-mail: editorialmoreno@yahoo.es
jml_idemsa@hotmail.com
ISBN: 978-603-4037-02-1
Ejemplares: 1000
IMPRESO EN PERÚ
PRINTED IN PERÚ
A la Dra. Zoraida Avalos Rivera
por su calidad humana y fe inquebrantable
PRESENTACIÓN
Entre ellos, JUAN PORTOCARRERO HIDALGO, PEDRO MÉNDEZ JURADO, LUIS LÓPEZ PÉREZ, LUIS BRA-
MONT ARIAS, con la colaboración del ilustre penalista RAÚL PEÑA CABRERA.
A lo cual debemos sumar, los atentados contra el «Sistema Crediticio», comprendido en el Tí-
tulo VI, Capítulo I, que sustituye a las añeja figura de la quiebra; ver más al respecto, artículos
209° y ss.
PRESENTACIÓN 9
que pueden sobrepasar el estándar de lo jurídicamente «permisible», cuando se
sobrepasa el riesgo jurídicamente desaprobado. Constituye una descripción
compleja de la forma como en la actualidad se desarrollan las relaciones inter-
humanas, que requieren ser focalizadas por el legislador, amén de definir si
merecen ser elevadas a la categoría de «comportamientos penalmente repro-
bados», mediando la técnica de los delitos de peligro abstracto, al construirse
dichos bienes jurídicos sobre una plataforma supraindividual.
Dicho lo anterior, resulta plausible, que el legislador haya incluido en el
catalogo delictivo, a los tipos penales de lesiones al feto 3, delitos informáticos y la
manipulación genética. Con los tipos tradicionales de estafa, hurto y apropiación
ilícita, etc., no era jurídicamente factible penalizar este tipo de comportamientos,
que por su particularidad y singularidad, debían ser recogidos en nuevas cons-
trucciones normativas, so pena de vulnerar el principio de legalidad.
El C.P. de 1991 en su Exposición de Motivos recoge las ¡deas antes ano-
tadas, cuando en uno de sus párrafos se Señala lo siguiente: "Es dable reconocer
que el Código Penal cuya vigencia cesa", constituyó en su época un paso trascen-
dental en relación a las ciencias penales que le antecedieron. Sin embargo el paso
irreversible del tiempo, con los nuevos avances doctrinales y la explosiva reali-
dad social del país estremecieron su estructura funcional. El fenómeno criminal
con los índices alarmantes y las nuevas modalidades violentas de la desviación
social, presionaban por mejores propuestas de reacción punitiva".
La interrogante sería la siguiente ¿Se requiere elaborar un nuevo Código
Penal o es que el actual bastaría con ser reformado parcialmente?, al respecto,
primero ha de decirse lo siguiente: que en la actualidad existe ya desde hace unos
años una Comisión de Reforma del Código Penal 5, segundo, que la mácula prin-
cipista (Título Priliminar), sobre la cual se erige todo el cuerpo del texto punitivo
resulta aún vigente e idónea para poder asumir las reformas que sean necesarias
y, tercero, aquí esta el meollo del asunto, en lo que respecta a las múltiples e in-
cesantes reformas penales que el legislador ha efectuado desde el año 1998, con
la sanción de los poco auspiciosos «delitos agravados», hasta los últimos Decre-
tos Legislativos de junio del 20086, que a la postre lo único que han generado es
3 Aunque aún en este ámbito de la criminalidad se advierten ciertos vacíos, que podrían ser col-
mados con la penalización del aborto culposo y las lesiones al feto imprudentes; Al respecto,
ver los artículos 114° y 124°-A.
4 Ha de referirse al C.P. de 1924.
5 La cual integre en los años 2004 al 2006, en representación del Ministerio Público como repre-
sentante alterno, conjuntamente con el Dr. MATEO CASTAÑEDA. SEGOVIA, como miembro titular
de la institución. Comisión que en la actualidad cuenta con nuevos miembros.
6 El Decreto Legislativo N" 1084 modifica el tipo penal de hurto simple - artículo 186°, extrac-
10 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
el quebrantamiento de la sistematicidad7, coherencia y plenitud conceptual que
ha de cautelarse en cualquier codificación legal. Donde las modificaciones han
apuntado a varios nortes: -a una sobrecriminalización (pena de*cadena perpe-
tua8), a la inclusión de nuevas circunstancias agravantes, sobre todo, en el marco
de los injustos pertenecientes al «Derecho penal nuclear» 9 y a la incorporación
de nuevos tipos penales bajo el contexto de bienes jurídicos que por su contenido
etéreo no justifica que sean alcanzados por una pena, con arreglo al principio de
«ofensividad»10. Consecuentemente, contamos con un Código Penal que pau-
latinamente ha ido perdiendo rigor científico y coherencia argumental, lo que
problematiza sobremanera la tarea de interpretación normativa, que han de efec-
tuar, tanto doctrinarios como juzgadores, por tales circunstancias el principio de
legalidad resulta significativamente debilitado" 12.
¿Cómo podemos definir a un Código Penal o, mejor dicho cuando po-
demos decir que su construcción intra-normativa es legítima según el orden de
ción ¡legal de especies acuáticas - artículo 309° e incorpora el tipo penal de falsedad en el
reporte de los volúmenes de pesca capturados - artículo 428°-B.
7 A decir de Llamas, A., el sistema se concibe igualmente como un conjunto ordenado de nor-
mas que cuenta con una coherencia interna de sus componentes básicos, especialmente de las
normas como unidades básicas del ordenamiento jurídico; Curso de Teoría del Derecho, cit.,
p. 190.
8 Que fuese incluida en el sistema de punición vía el Decreto Legislativo N° 895, luego modifica-
do por el Decreto Legislativo N° 982 del 22 de julio del 2007; Ver más al respecto, Peña Cabrera
Freyre, A.R.; Derecho Penal. Parte General. Editorial Rodhas, Lima, 2007, cit., ps. 899-918.
9 Robo agravado, extorsión, delitos contra la libertad e intangibilidad sexual, lavado de activos,
narcotráfico y terrorismo; paradojalmente, injustos que merecen también de una reacción puni-
tiva como la figura del monopolio han sido derogado, vía el Decreto Legislativo N° 1034 del 25
de junio del 2008, en el marco de la implementación del Tratado de Libre Comercio con USA.
Importa un doble discurso, mientras que al crimen convencional se le castiga duramente, a la
criminalidad económica se le trata con guantes de seda.
10 De forma puntual, el tipo penal de «Discriminación», recogido en el Capítulo IV del Título
XIV-A - Delitos contra la Humanidad.
11 En palabras de LLAMAS, existe antinomia cuando dos o más normas regulan un mismo supuesto
de hecho, estableciendo una consecuencia jurídica que es contradictoria u opuesta entre sí;
Curso de Teoría del Derecho.
12 En esta oscuridad normativa, producto de la irracionalidad de cómo se sancionan las leyes pe-
nales en generales, aparece una luz, que de cierta forma puede remediar estas dicotomías lega-
les, cuando los integrantes de las Salas Penales de la Corte Suprema, se reúnen periódicamente
y promueven la producción de «Acuerdos Plenarios», constituyendo jurisprudencia vinculante
para todos los órganos jurisdiccionales que administran Justicia Penal en la República. Lo cual
resulta factible, a partir de la inclusión del artículo 301°-A en el C de PP, vía el Decreto Legis-
lativo N° 959 del 17 de agosto del 2004, en el marco del proceso de implementación de! nuevo
CPP. A tales efectos, se considero importante incluir algunas de estas decisiones en los tipos
penales en cuestión, a fin de que el análisis dogmático sea cotejado con la «teoría práctica» del
Derecho penal.
PRESENTACIÓN 11
valores que se desprende de la Ley hipotética fundamental? Un texto punitivo
debe recoger las aspiraciones legítimas de un pueblo, en tal mérito debe proteger
los intereses jurídicos de mayor relevancia con arreglp al principio de «jerarquía
normativa», mediando técnicas legislativas que con un lenguaje sencillo y claro
pueda calar perfectamente en la psique de los individuos, a fin de motivarlos a la
realización de conductas valiosas, en cuanto a la configuración de una coexis-
tencia pacífica, bajo el gobierno de las leyes y el respeto irrestricto a la libertad
humana, no puede por tanto, erigirse en una resorte catalizador de ideologías
sectoriales de ciertos núcleos de la sociedad, pues su relatividad inherente puede
desencadenar penalizaciones ilegítimas, que en vez de tutelar la libertad en ver-
dad, termine por reducir los márgenes de actuación de los propios ciudadanos.
Por consiguiente, hemos de convenir que el Derecho penal que se cristaliza
en las normas que se glosan en la Parte Especial del CP, han de servir únicamente
para la «protección preventiva de bienes jurídicos».
13 El DL N° 25475 - Ley que regula los delitos de terrorismo; Decreto Legislativo N° 813 - Delitos
tributarios; Ley N° 28008 - Ley sobre los delitos aduaneros y la Ley N° 27765 - Ley de
Lavado de Activos.
13 VIVES ANTÓN, T.S. y otros; Introducción. En: Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 41.
14 En este caso del delito de Secuestro, que incluye en su redacción ya las causas de justificación,
12 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
El bien jurídico constituye el elemento material, que le otorga legitimidad
al Estado para intervenir coactivamente, ejerciendo una represión que puede al-
canzar la privación de libertad de un ciudadano. Nos aferramos afcnúcleo de esta
visión material, que algunas veces puede alcanzar ribetes de inmaterialidad, al
erigirse como el único instrumento que con propiedad puede definir los límites
de intervención del iuspuniendi estatal en el marco de un Estado Social y Demo-
crático de Derecho, al margen de los reparos que puedan formularse desde otras
posiciones sociológicas y filosóficas. Considero que la teoría del bien jurídico es
la que más se ajusta a los valores que se desprenden de nuestra Ley Fundamental
y, a los derechos superiores de la persona y la colectividad, con arreglo a pos-
tulados político criminales. Así, SILVA SÁNCHEZ, al sostener que la exigencia de
que el Derecho penal intervenga exclusivamente para proteger bienes jurídicos
(penales) constituye una garantía fundamental del Derecho penal moderno16.
Hablar de una conducta humana que ha sido catalogada como «delictiva»
y, que es objeto de un análisis dogmático-descriptivo, como ha sido plasmado en
la presente obra, nos obliga a remitirnos a las instituciones que se han cobijado
normativamente en la Parte General del CP. No podemos pretender elucubrar un
análisis dogmático de las figuras delictivas descritas en la Parte Especial, si es
que no manejamos con corrección los elementos categoriales del delito, definidos
a partir de elementos que son identificables en cualquier manifestación delictiva,
que permite a su vez dilucidar, si es que en realidad el comportamiento que es
valorado, es constitutivo de un «injusto penal, culpable y en algunas oportunida-
des punible», tomando en cuenta no sólo que la afirmación de dichas categorías
convalidan la reacción punitiva, pues debemos agregar que la sanción penal, la
pena, debe consistir en una respuesta estatal cuya racionalidad esta condicionada
a tres principios fundamentales: de proporcionalidad, culpabilidad, lesividad,
concatenado con los fines preventivos de la pena. En tal virtud, el delito tentado
debe recibir una pena atenuada con respecto al delito consumado, así como el
injusto culposo en relación al injusto doloso, la complicidad en comparación con
la autoría. Lo que queremos enfatizar en todo caso, es que la interpretación de las
descripciones típicas propuestas en la Parte Especial, requieren irremediablemente
del uso adecuado de los elementos categoriales comprendidos en la Parte
General. De no ser así, el intérprete se arroja a una laguna sin agua, con la con-
secuencia inevitable de arribar a resoluciones contradictorias, carentes de toda
razonabilidad. Análisis dogmático, que debe ser complementado, mediante con-
sideraciones de orden político criminal; una interpretación puramente científica,
así también las Excusas Absolutorias como causas supresoras legales de punibilidad, mas hasta
en algunos casos el legislador ha normado instituciones propias del Derecho procesal penal,
recogida en el artículo 213° del C.P.
16 SILVA SÁNCHEZ, J.M.; Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo, cit., p. 267.
PRESENTACIÓN 13
por mas pulcra que ésta sea, puede definir ámbitos ilegítimos de intervención
punitiva; v.gr., la penalización del autoaborto tentado por la gestante17.
* A decir de VIVES ANTÓN, la
formulación de criterios doctrinales que proporcionen pautas de delimitación del
carácter general o especial de los distintos preceptos presupone la formulación
del conjunto de notas que caracterizan la esencia de la Parte General y de la
Especial18.
Por lo expuesto, la dogmática jurídico-penal ocupa una misión central
en las tareas de interpretación y aplicación del derecho positivo vigente, según
reglas de orientación teleológicas y axiológicas a la vez. La Dogmática penal
constituye la actividad encaminada a desentrañar el significado de las normas
jurídicas integrantes del Derecho penal, procurando la interpretación coordinada
y crítica de las disposiciones penales". Dejar de lado la dogmática penal por parte
del juzgador, importaría una aplicación literal de las normas jurídico-penales,
desembocado en la arbitrariedad, en la injusticia, sobre todo en la producción de
resoluciones abiertamente contradictorias, desdeñable desde un punto de vista de
seguridad jurídica consustancial a un Estado de Derecho.
Debemos apuntalar a un estadio de «racionalidad normativa», de que la
interpretación y aplicación de las normas penales partan de un método, que por
su rigurosidad científica y por su correspondencia con la realidad social, pueda
proponer salidas pacíficas y a la vez coherentes a la conflictividad social genera-
da por el hecho punible. La racionalidad dogmática, dice Vega López es (...) el
instrumento conformador que sirve para "cerrar" internamente el sistema jurídi-
co en su proceso de permanente creación y recreación práctica por los operadores
del Derecho y representa por ello un momento interno y necesario en el propio
proceso de construcción e imposición de la normatividad jurídica en cuanto nor-
matividad social secundaria20. Así, GIMBERNAT, al escribir que la dogmática penal
ha hecho posible al señalar límites y definir conceptos, una aplicación segura y
calculable del Derecho Penal, hace posible sustraerla de la irracionalidad, a la
arbitrariedad y a la improvisación. Cuanto menos desarrollada esté una dogmáti-
ca, más imprevisible será la decisión de los tribunales, más dependerán del azar
y de factores incontrolables la condena o la absolución 21.
:!
r
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA..................................................................................................... 5
PRESENTACIÓN .................................................................................................... 7
ÍNDICE DE ABREVIATURAS............................................................................^ ¡5
CAPÍTULO X |
LOS DELITOS DE PROXENETISMO
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN......................................................................................... 33
FAVORECIMIENTO A LA PROSTITUCIÓN........................................................................ 42
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN................................................................................. 43
2. BIEN JURÍDICO....................................;................................................................ 45
3. TIPO OBJETIVO:.................................................................................................... 47
3.1. Sujeto activo............................................................................................ 47
3.2. Sujeto pasivo........................................................................................... 47
3.3. Acción típica............................................................................................ 47
3. TIPO SUBJETIVO................................................................................................... 50
4. CONSUMACIÓN.................................................................................................... 51
5. PARTICIPACIÓN..................................................................................................... 52
6. CONCURSO DE DELITOS........................................................................................ 52
7. PENA................................................................................................................... 53
8. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES............................................................................. 53
EL DELITO DE USUARIO-CLIENTE.......................................................................... 57
1. BIEN JURÍDICO.................................................................................................... 58
2. TIPO OBJETIVO.............................................................................;....................... 60
2.1. Sujeto activo............................................................................................ 60
2.2. Sujeto pasivo........................................................................................... 61
2.3. Acción típica............................................................................................ 61
3. CONSUMACIÓN.................................................................................................... 62
4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO............................................................................... 63
18 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
RUFIANISMO.............................................................................................................. 66
1. FUNDAMENTO DE LA TUTELA............................................................................... 66
2. DERECHO PENAL DE AUTOR...........................................................................•.... 69
3. TIPO OBJETIVO.........................................'............................................................ 71
3.1. Sujeto activo............................................................................................ 71
3.2. Sujeto pasivo............................................................................................ 71
3.3. Acción típica............................................................................................ 71
4. TIPO SUBJETIVO................................................................................................... 74
5. CONSUMACIÓN.................................................................................................... 75
6. CONCURSO DE DELITOS........................................................................................ 75
7. PENA.....................................'.............................................................................. 75
8. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES............................................................................. 76
PROSTITUCIÓN DE PERSONAS.................................................................................. 77
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN........................................................................ 77
2. TIPO OBJETIVO..................................................................................................... 80
2.1. Sujeto activo............................................................................................ 80
2.2. Sujeto pasivo............................................................................................ 80
2.3. Acción típica............................................................................................ 80
3. TIPO SUBJETIVO................................................................................................... 81
4. CONSUMACIÓN..................................................................................................... 82
5. PENA.........................................................................................................•......... 82
6. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES.............................................................................. 82
■\
19
CAPÍTULO XII
DISPOSICIÓN COMÚN
TÍTULO V
DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
CAPÍTULO I
HURTO
HURTO........................................................................................................................ 151
1. BIEN JURÍDICO Y ANOTACIONES PRELIMINARES...................................................... 151
2. TIPICIDAD OBJETIVA............................................................................................. 154
2.1. Sujeto activo............................................................................................. 154
2.2. Sujeto pasivo............................................................................................ 155
2.3. Objeto material del delito......................................................................... 155
3. ILEGITIMIDAD DEL HECHO..................................................................................... 164
4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO............................................................................... 167
5. EXTENSIÓN DEL OBJETO MATERIAL....................................................................... 169
5.1. Modificación efectuada según Decreto Legislativo
N° 1084 del 28 de junio de 2008.............................................................. 170
21
CAPÍTULO
II EL
ROBO
EL ROBO.................................................................................................................... 203
1. FUNDAMENTOS DE INCRIMINACIÓN, DISTINCIÓN CON EL DELITO DE HURTO.............. 203
2. BIEN JURÍDICO...................................................................................................... 206
3. TIPICIDAD OBJETIVA............................................................................................... 208
3.1. Sujeto activo............................................................................................ 208
3.2. Sujeto pasivo........................................................................................... 208
3.3. Modalidad típica...................................................................................... 209
4. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN...................................................................... 215
5. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO................................................................................. 216
CAPÍTULO III
APROPIACIÓN ILÍCITA
CAPÍTULO IV
RECEPTACIÓN
RECEPTACIÓN........................................................................................................... 299
1. ASPECTOS PRELIMINARES...................................................................................... 299
2. NATURALEZA JURÍDICA Y BIEN JURÍDICO............................................................... 302
3. TIPICIDAD OBJETIVA.............................................................................................. 303
3.1. Sujeto activo............................................................................................ 303
3.2. Sujeto pasivo........................................................................................... 304
24 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
ESTAFA....................................................................................................................... 315
1. A MODO DE APROXIMACIÓN.................................................................................. 315
2. BIEN JURÍDICO...................................................................................................... 319
3. TIPICIDAD OBJETIVA.............................................................................................. 321
3.1. Sujeto activo............................................................................................. 321
3.2. Sujeto pasivo............................................................................................ 321
3.3. El engaño.................................................................................................. 322
3.4. El Error..................................................................................................... 330
3.5. Modalidad Omisiva.................................................................................. 332
3.6. Acto de disposición patrimonial............................................................... 334
3.7. El perjuicio............................................................................................... 335
4. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN....................................................................... 337
5. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO................................................................................. 338
CAPÍTULO VI
FRAUDE EN LA ADMINISTRACIÓN DE LAS
PERSONAS JURÍDICAS
, CAPÍTULO VII
EXTORSIÓN
EXTORSIÓN................................................................................................................ 406
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN......................................................................... 407
2. CONCEPTO DE EXTORSIÓN Y SU DIFERENCIA CON OTRAS FIGURAS DELICTIVAS....... 409
3. BIEN JURÍDICO..................................................................................................... 411
4. TIPICIDAD OBJETIVA.............................................................................................. 412
4.1. Sujeto activo.............................................................................................. 412
4.1. Sujeto pasivo............................................................................................. 412
4.3. Modalidad típica....................................................................................... 413
5. VENTAJA ECONÓMICA INDEBIDA U DE CUALQUIER ÍNDOLE...................................... 415
6. MODALIDADES TÍPICAS INCLUIDAS CON EL DECRETO LEGISLATIVO N° 982............ 416
7. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES.............................................................................. 420
8. AGRAVANTES DE MAYOR PELIGROSIDAD................................................................. 422
9. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN...................................................................... 423
10. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO................................................................................ 425
CHANTAJE.................................................................................................................. 425
1. ALCANCES PRELIMINARES, BIEN JURÍDICO............................................................. 425
2. TIPICIDAD OBJETIVA............................................................................................. 427
2.1. Sujeto activo............................................................................................. 427
2.2. Sujeto pasivo............................................................................................ 427
2.3. Modalidad típica....................................................................................... 427
3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN...................................................................... 429
4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO................................................................................ 430
ÍNDICE GENERAL
27
CAPÍTULO VIII
USURPACIÓN
USURPACIÓN............................................................................................................. 431
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN........................................................................ 43]
2. BIEN JURÍDICO...............................................................................................:... 433
3. BIEN INMUEBLE................................................................................................... 434
4. DELITO PERMANENTE........................................................................................... 435
5. TIPICIDAD OBJETIVA............................................................................................. 437
5.1. Destrucción y alteración de linderos....................................................... 438
5.2. El Despojo............................................................................................... 440
5.3. Turbación de la posesión......................................................................... 447
USURPACIÓNAGRAVADA......................................................................................... 454
1. CONSIDERACIONES GENERALES............................................................................ 454
2. TIPICIDAD OBJETIVA............................................................................................. 455
CAPÍTULO IX
DAÑOS
DAÑOS...................................................................................................................... 459
1. FUNDAMENTO DE LA INCRIMINACIÓN, CONCEPTO.................................................. 459
2. BIEN JURÍDICO.................................................................................................... 461
3. TIPICIDAD OBJETIVA............................................................................................ 462
3.1. Sujeto activo........................................................................................... 462
3.2. Sujeto pasivo........................................................................................... 462
3.3. Modalidad típica..................................................................................... 463
4. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN..................................................................... 466
5. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO............................................................................... 467
28 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
MODALIDADES AGRAVADAS DE DAÑOS....................................................................... 468
1. DESARROLLO DOGMÁTICO...............................................................*.................. 468
CAPÍTULO X DELITOS
INFORMÁTICOS
CAPÍTULO XI
DISPOSICIÓN COMÚN
*
EXCUSAABSOLUTORIA............................................................................................ 492
1. FUNDAMENTOS.................................................................................................... 492
1.1. Figuras delictivas incluidas..................................................................... 497
1.2. Personas beneficiadas.............................................................................. 497
1.3. La exención de pena a titulo personal..................................................... 499
TÍTULO VI
DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA
BUENA FE EN LOS NEGOCIOS
CAPÍTULO II
USURA
USURA....................................................................................................................... 550
1. CONSIDERACIONES DE ORDEN POLÍTICO CRIMINAL................................................. 550
2. BIEN JURÍDICO, CONCEPTO DE «USURA»............................................................... 554
3. TIPICIDAD OBJETIVA............................................................................................. 557
3.1. Sujeto activo............................................................................................ 557
3.2. Sujeto pasivo............................................................................................ 558
3.3. Modalidad típica...................................................................................... 559
4. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN...................................................................... 562
5. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO................................................................................ 563
6. CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE................................................................................ 564
ÍNDICE GENERAL 31
CAPÍTULO III LIBRAMIENTOS Y
COBROS INDEBIDOS
BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................... 589
MODIFICACIONES
CAPÍTULO X
LOS DELITOS DE PROXENETISMO
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
Debe entenderse por prostitución la habitualidad de prestaciones car-
nales a un número indeterminado de personas -la libertad de acceso pro-
miscuo- y con fines de lucro1. En efecto, la prostitución importa la realización
de una prestación carnal de una persona a otra, a cambio de un precio u
cualquier otra ventaja, por lo que el fin de lucro no siempre estará presente,
basta que se de una contraprestación. Otros motivos egoístas pueden per-
seguir un "pago" de otra naturaleza en el que el elemento económico pase
a un segundo plano o se encubra 2. Puede que en el acto de prostitución
medie otra ventaja, como la obtención de una droga, alcohol y/u otro tipo de
sustancias, así como alimentos; pero si se advierte un cierto grado de inim-
putabilidad de la persona prostituida, se dará en realidad la figura prevista
en el artículo 172° (in finé), siempre y cuando el agente conozca y se apro-
veche de dicha circunstancia. Eso sí características muy importantes son la
permanencia, la habitualidad y el ofrecimiento de dichos servicios al público
consumidor.
NUÑEZ nos enseña que no hay prostitución diferenciable de la corrup-
ción sin entrega habitual indeterminada y venal. Un acto carnal por lucro o
eventuales entregas por lucro, no implican un estado de prostitución aunque
signifiquen desarreglos sexuales3.
1 ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 179; Así, MERGEN, Armand; La prosti-
tución. En: Sexualidad y Crimen, cit., p. 169; Así, SOLER, S.; Derecho penal argentino,
T. III, cit., p. 360; CARMONA SALGADO, C.; Delitos contra la libertad sexual, cit., p. 347;
MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 131; BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de
Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 148..
2 MERGEN, A.; La prostitución, cit., p. 169.
3 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 341; Así, DONNA, E.A.;
Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., ps. 624-626.
34 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
4 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 342; El lenocinio, era
considerado en lo textos antiguos, como una complicidad en actos impúdicos ajenos;
Ver al respecto MEZGER; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 128 y ss.
5 MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 105.
6 En cuanto a su definición, SERRANO GÓMEZ, la define como una actividad sexual retri-
buida, ejercida de forma más o menos permanente, que suele llegar a convertirse en
un modo de vida, por lo que han de excluirse los actos aislados; Derecho Penal. Parte
Especial. "Delitos contra las personas". Edit. Dykinson, Madrid, 1996, cit., p. 242.
7 Así, MERGEN, A.; La prostitución, cit., p. 169.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 35
11 Así GIMBERNAT ORDEIG. E.; La Mujer y el Código Penal Español, cit, ps. 58-59; Según
precisiones del Informe del comité de las Naciones Unidas (Insuficiencia del Progra-
ma de Educación Sexual), que refiere lo siguiente: En los últimos años el promedio
de edad de la mayoría de personas afectadas con sida se encuentra entre los 15 y 25
años, considerándose entonces que contrajeron el mal en la infancia o adolescencia;
del 100% de los infectados por el virus del sida, 45% de (os enfermos se contagia-
ron antes de alcanzar los 18 años de edad, es decir, en la etapa de la adolescencia.
Teniendo en cuenta que existen 14.000 infectados oficialmente registrados por el Mi-
nisterio de Salud, 6,300 de ellos se contagiaron en edad escolar, aunque se señala
también que existirían una cantidad entre 70 y cien mil enfermos de sida que no se
encuentran registrados en cifras oficiales". De esta dramática y alarmante realidad, se
deduce lo siguiente: la deficiente política sexual y reproductiva del Estado, no ha po-
dido enfrentar una nueva realidad social, donde el despertar sexual es cada vez más
prematuro, la injerencia de la iglesia asi como de partidos políticos seudo-conserva-
dores, interfieren en una labor que debe basarse estrictamente en el respeto por los
derechos fundamentales y las libertades individuales. En el actual marco del Estado
Constitucional de Derecho, no se puede permitir intromisiones del Estado, en esferas
únicamente comprensibles a sus titulares, la decisión de tener un hijo y la de adoptar
un método anticonceptivo cualesquiera, son decisiones que incumben a ámbitos de
competencia individuales, en los cuales el Estado debe de basar su actuación en dis-
poner de toda una política sexual informativa dirigida a la formación de una verdadera
cultura sexual y reproductiva, sin presiones e imposiciones de cualquier género.
38 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
en realidad de las cosas, se termina por afectar más a las personas que se
dedican a esta actividad, puesto, que al no contar con una debida tutela legal
por parte del Estado, éstas quedan a merced de personas inescrupulosas
que se dedican a explotar y sojuzgar a muchas personas, que por una serie
de factores, son llevadas e impulsadas a ingresar a este negocio; entonces,
es claro, que el Derecho penal, únicamente debe de intervenir cuando se
identifiquen focos de convivencia social insoportables.
Por lo expuesto, cabe entonces identificar, cuáles deben ser las con-
ductas insertas en el campo de la prostitución (proxenetismo), en la cuales
el Derecho Penal debe de reprimir, en sujeción claro esta, a sus principios
rectores que legitiman su intervención en un Estado Social y Democrático de
Derecho. Y esta delimitación debemos sistematizarla con el bien jurídico ob-
jeto de tutela en estos delitos sexuales. Un primer fenómeno con el que nos
encontramos es que en este campo no existe unanimidad sobre los hechos
que deben ser declarados delitos y los que deben quedar impunes12.
Ciertamente, identificar el bien jurídico en delitos fuertemente impreg-
nados con matices moralistas, no es tarea fácil. De conformidad con una in-
terpretación sistemática, sería la libertad sexual, en el sentido de la facultad
del individuo de autodeterminarse sexualmente, pero resulta, que el consen-
timiento de la víctima no es considera positivamente por el legislador, cuando
se incrimina el favorecimiento a al prostitución de una persona adulta. Por lo
tanto, caemos fatalmente en el ámbito de la moralidad, pues, la tutela sería
la moral sexual, sobre la cual debe conducirse las conductas intersociales.
Y, en el caso del menor de edad e incapaz, el bien jurídico es una adecua-
da educación en el ejercicio de la sexualidad, y en el caso del incapaz que
no sea convertido en objeto o mercancía para satisfacer el instinto sexual
de terceros13. De esta forma, ingresamos nuevamente al campo de la edad
cronológica, puesto, que apuntamos en líneas precedentes, que al mayor
de catorce años el derecho positivo le reconoce su consentimiento, mas la
reforma propuesta por la Ley N° 28251, desconoce este hecho, al agravar la
pena, cuando la víctima es menor de dieciocho años.
La situación descrita es bastante compleja. Consideramos que en el
campo del favorecimiento a la prostitución, de lege ferenda debería circuns-
cribirse a los medios por los cuales el agente se vale para favorecer la pros-
titución, el chantaje, la coacción, la violencia y la intimidación, como medios
comisivos que vician de nulidad el consentimiento de la víctima. De igual
forma, en el caso del delito de Proxenetismo (art. 181), que con su modifica-
toria, no hace más gala de su casuismo y de su exasperación punitiva, tipo
penal que no conduce a identificar una desvaloración suficiente para ser al-
canzado por el Derecho penal. En tal sentido, una reforma que se someta a
14 Asi también, el caso de la organización delictiva o banda (que és recogida en los in-
cisos 7 y 4 de los artículos 179° y 181° del C.P), pues, el articulo 317° recoge la figura
de la Asociación Ilícita para delinquir, lo que pueda generar confusión, al momento de
identificar si nos encontramos ante un concurso de delitos o ante un concurso aparen-
te de normas.
15 Cit; Ha sido reconducido al articulo 153° del C.P.
40 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
a las ideas y actos ajenos que a nadie perjudican han de constituir -como
deben constituir en una democracia- una de la pautas fundamentales de la
actuación del Estado16. »
La tolerancia y el respeto por la diversidad, es una máxima fundamen-
tal en una democracia social participativa que promueve el respeto por la
esfera de libertad individual y los derechos fundamentales. En tal sentido,
deben de ser excluidos del ámbito punitivo, aquellos status criminológicos,
como el rufián que vive a costas de la ganancia de la mujer pública, en tanto,
un hombre o mujer adulto es libre de decidir si vive inmersa en la moralidad
o al margen de ella. El rufianismo es más que uno de los múltiples modos
de vida que ocurren en la sociedad; la inmoralidad de tal modus vivendi no
lesiona derecho de terceros; por tal razón, si dos personas adultas, hombre
y mujer, deciden llevar tal forma de vida, ello en absoluto debe interesar al
Derecho penal.
Asimismo, deben quedar fuera de la represión penal, quien facilita de
algún modo el ejercicio de la prostitución, es decir, el proxeneta, un sujeto
que únicamente funge de mediador, entre personas que libremente están
pactando una relación sexual mediante precio; a menos, que el facilitador,
esté utilizando medios coaccionadores para determinar a la persona prosti-
tuida tener el trato sexual con el cliente. El ciudadano adulto y responsable
debe ser respetado, como tal, en las decisiones que tome; y si la decisión
que toma es la de realizar una conducta supuesta o realmente inmoral, ello
es algo que sólo a él (y no al Estado) incumbe17.
Concluyentemente, cuando se produce el desgaste del Derecho penal
y éste se convierte en mero acto definitorial de corte decisionista, urge en-
tonces la necesidad de reonientar el discurso penal en armonía a la realidad
social; mediante la articulación verdaderos programas preventivos (político-
sociales), capaces de propqner fórmulas pacíficas a la resolución del conflic-
to social, al margen de consideraciones moralistas y ético-sociales. Fórmu-
las que en realidad aniden en la pacificación del conflicto social.
En cuanto a los sistemas que regulan la prostitución Estrella escribe,
que la prostitución ha sido encarada por tres sistemas o regímenes distin-
tos; reglamentarista, abolicionista y prohibicionista18. En el reglamentarismo,
describe el autor, el Estado tolera la prostitución, por ser considerado un mal
necesario, la reconoce y admite, autorizando el funcionamiento de casas de
tolerancia y consecuentemente admitiendo la existencia de un sostenedor,
FAVORECIMIENTO A LA PROSTITUCIÓN
2. BIEN JURÍDICO
Cuando la supuesta víctima es un mayor de edad se tutela la moral
sexual acuñada por ciertos sectores de la sociedad contrario a un Derecho
Penal mínimo y ajeno a matices moralistas, pues en definitiva, si el sujeto pa-
sivo ha ingresado a la actividad del meretricio de forma libre y responsable,
no mediando ningún tipo de medio que vicie su voluntad, no puede haberse
quebrantado su libertad sexual; (...) en el fondo escribe Bustos, tiende a san-
cionar la prostitución como tal (ciertamente en aquellos casos se mantiene
la ¡dea de una moral social, lo cual es contrario a un derecho penal moderno,
que en esta materia ha de fijarse en la libertad sexual y, por tanto, legislar
desde una perspectiva microsocial y no macrosocial)26. Como sostiene SO-
LER, la prostitución es un hecho inmoral pero no delictivo27.
Únicamente, el Derecho penal debe de intervenir en la prostitución
de personas adultas, cuando se quebrante su voluntad a partir de la utiliza-
ción de una serie de medios que vician un consentimiento válido. Se trata
entonces, (...), de analizar conductas que van en contra de esa decisión
autónoma, especialmente en el caso de los menores, u obligando a mayores
a ejercer la prostitución, o, en última instancia, aprovechándose de personas
que ejercen individualmente tal actividad28.
En definitiva, resultará como interés protegido ciertos patrones mora-
les acuñados por determinados sectores de la sociedad, donde la reproba-
ción ético-social es el sostén de la tipificación penal, lo cual contraviene el
principio de lesividad, principio rector del ius puniendi estatal en un orden
democrático de Derecho. Si bien el texto punitivo de 1991, se desarraigo de
ciertos conceptos metajurídicos29, como la moral, parece que dicho desarrai-
26 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 149.
27 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. III, cit., p. 315.
28 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit, p. 604.
29 Así, se expresa en la Exposición de Motivos del C.P. al apuntarse que La Parte Espe-
ciales la expresión de las aspiraciones de justicia de la comunidad políticamente orga-
nizada, sus valores, al cristalizarse legislativamente, adquieren la categoría de bienes
jurídico-penales. Efectivamente, sólo se selecciona, de las conductas socialmente
dañosas, aquellas que se presentan como intolerables e igualmente los intereses so-
ciales que aparezcan vitales para la colectividad. Aquí reside el carácter necesaria-
mente fragmentario del Derecho Penal. Sin duda, en un Estado Social y Democrático
de Derecho, la pena -como especie pública más grave- debe estar reservada para
aquellos comportamientos que lesionan o ponen en peligro los bienes jurídicos que
por su relevancia constitucional, merecen protección penal; aquellas conductas que
son insoportables por toda la comunidad social, por revelar una peligrosidad social,
que ponga en juego los valores primordiales de un Estado de Derecho.
46 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
go no fue de forma definitiva, al mantenerse la vigencia de elementos propios
de la moralidad. El Derecho penal solo pueden intervenir en la esfera de
libertad ciudadana, reprimiendo aquellas conductas que atefítan contra los
intereses vitales de la sociedad, declarados "insoportables" por la sociedad,
por perturbar el normal desarrollo de la convivencia social; el derecho puni-
tivo únicamente puede estar dirigido a restablecer la paz y el orden social
en la comunidad, no para servir de resorte para el fortalecimiento de ciertos
valores morales acuñados por círculos cerrados de la sociedad. En conse-
cuencia, señala Roxin, se puede decir: los bienes jurídicos son circunstan-
cias dadas o finalidades que son útiles para el individuo y su libre desarrollo
en el marco de un sistema social global, estructurado sobre la base de esa
concepción de los fines o para e! funcionamiento del propio sistema30.
Como se ha dicho, toda conducta jurídico-penal encierra una desvalo-
ración ético-social, pero no toda aquella conducta que merezca una reproba-
ción ético-social merece ser elevada a la categoría de delito.
En el supuesto que la víctima sea un menor de edad o incapacitado,
se protege la indemnidad o intangibilidad sexual 31, expresada ésta como el
libre desarrollo de su sexualidad equilibrio psicosocial32. En el sentido de
que los menores de catorce años o persona discapacitada en sus facultades
psico-motrices, al encontrarse en un estado de vulnerabilidad, al no haberse
genésicamente desarrollado de forma plena o al no estar en capacidad de
comprender los alcances del acto, se tutela dicha esfera sexual, a efectos de
que no sea perturbada, y pueda así provocar repercusiones negativas en su
vida sexual de cara a futuro. Estas personas no tienen capacidad de consen-
timiento, por lo que la voluntad que puedan expresar para la realización de
la actividad del meretricio es nula ea ¡pso. Estima el legislador que la tutela
del derecho de los menores a un adecuado proceso de formación sexual,
impone procurar activamente su exclusión del mercado de la prostitución,
dada la influencia que el precio puede ejercer sobre una voluntad inmadura,
viciando su consentimiento33.
34 LUZÓN CUESTA, J.M.; Compendio de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 81; Asi, BA-
RRERA DOMÍNGUEZ, H.; Delitos Sexuales, cit., p. 217.
48 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
ración, o colaboración (...), siendo irrelevante que la persona sobre la que la
acción recae se encontrase ya prostituida o corrompida y sin que su consen
timiento obste a la existencia del delito (...)35. '*
La conducta típica consiste en promover o facilitar la prostitución como
un estado, más o menos permanente, y no un acto sexual aislado, aún por
precio36. Promueve la prostitución el que opera como actor y parte en el acto
sexual, tendiente a degradar los motivos de tal acto, a mantener a la víctima
en la prostitución o a voiver más torpe su comercio sexual37.
La ley no requiere que la persona cuya prostitución se favorece, sea de
conducta moralmente reprochable. Nada impide que se incluya al hombre en
estas actividades, tal como la realidad lo demuestra. Basta facilitar la acción
de una persona ya prostituida para que se concrete el delito. Ahora bien,
se señaló en un apartado anterior, que el Estado reglamenta la prostitución
"legal", cuando se cumplen con ciertos requisitos para su funcionamiento en
ciertas circunscripciones territoriales, por lo que en este caso, la conducta
del regente y/o el administrador del local no puede subsumirse en los al-
cances normativos de el tipo penal in examine, a menos que se advierta un
medio coaccionador, que vicie la voluntad de la persona que se prostituye.
De todos modos, vale señalar, que no existe una descripción legal clara al
respecto, pues el tipo base no exige que la presencia de los elementos antes
anotados, lo que implica una incoherencia sistemática entre la normatividad
administrativa y la prohibición penal, pues mientras que la primera de ellas
califica como legal una conducta, la segunda la criminaliza, lo cual importa
una afectación al principio de unidad del ordenamiento jurídico. La influencia
decisivamente moralista, que atañe estas conductas, ha desencadenado la
incompatibilidad denunciada.
■:i
El concepto de prostitución es tomado penalmente como estado y no
como un mero accidente de un acto sexual, aunque hubiere un estipendio de
;
por medio. Antonio GONZÁLES-CUELLAR sostiene que para que se constituya
la prostitución es imprescindible la concurrencia de los siguientes requisitos:
a.- Existencia de relaciones sexuales. b.-Asiduad o frecuencia de las mis-
' mas y c- Contraprestación de precio u otra recompensa por los servicios 38.
En efecto, la insinuación de tratar casualmente con un hombre determinado
no convierte al sugeridor en un proxeneta, no porque no haya habitualidad
en el sujeto activo, sino porque éste no ha entendido promover una situa-
35 LUZÓN CUESTA, J.M.; Compendio de Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 81-82.
36 ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 187.
37 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 626.
38 En CÁNDIDO CONDE-PUMPIDO FERREIRA; Comentarios al Código Penal español de 1995;
Doctrina y jurisprudencia; Tomo II; p. 2259.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 49
3. TIPO SUBJETIVO
Se necesita del dolo directo y/o eventual, conciencia y voluntad de
realización típica, consistente en el estado cognitivo, de saber que la reali-
zación de dichos actos comprometen el ejercicio de la prostitución de una
persona, de que su comportamiento está encaminado a la determinación de
dicha condición, a fin de que el sujeto pasivo consiente bajo precio la reali-
zación de prestaciones sexuales, conjpersonas indeterminadas. Cuando de
las agravantes se trata, el dolo del agente debe cubrir todos los elementos
que se describen en los incisos puestos a relieve por el legislador, el error
en que pueda incurrir sobre alguno dé ellos, hace de su conducta una tam-
bién típica, pero reprimida según los alcances normativos del tipo base. Así,
en el caso del primer supuesto, el autor debe saber que se trata de una
persona menor de dieciocho años, el' hecho de que ya éste introducida en
dicho negocio carnal, no es un factor a tener en cuenta, pues la modalidad
típica puede significar la inducción al ingreso a la actividad, o a permitir su
permanencia en el tiempo; pues puede que la persona este dedicada a dicho
negocio tiempo atrás.
El fin de lucro no es indispensable, pues puede que quien se enriquez-
ca sea únicamente la persona prostituida o un tercero. Basta la intención
43 ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., ps. 188-189; En contra BARRERA DOMÍN-
GUEZ, H.; Delitos Sexuales, cit., p. 213.
44 Así, ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 189.
45 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 367.
46 Asi, BENÉYTEZ MERINO, L; Lecciones de Derecho Penal, cit., p. 160.
47 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 628.
48 En contra NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 367-368.
52 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
5. PARTICIPACIÓN
Es punible la acción del instigador, siempre y cuando haya mediado un
influjo psíquico suficiente para provocar en el autor directo, la deliberación
(factor final), de los actos descritos en la norma en cuestión. La co-autoría es
perfectamente admisible, cuando la realización típica ha sido en distribución
de tareas, división del trabajo que se plasma en la contribución de una apor-
tación de relevancia en la etapa ejecutiva del delito, concurriendo en todos
los co-autores los elementos subjetivos del injusto, exigibles en el tipo legal.
En el caso del cómplice, éste debe haber prestado intencionalmente
asistencia al autor directo del delito, será reprimido sin importar la ausencia
de móviles lucrativos, si su aportación fue imprescindible para la realización
típica, será pasible de complicidad primaria, mas si su contribución fue un
aporte de menor trascendencia, se admitirá una complicidad secundaria.
6. CONCURSO DE DELITOS
Puede concurrir con cualquiera de los tipos comprendidos en este
capítulo. Cuando el sujeto activo al momento de realizar el acceso carnal
sexual, bajo cualquiera de las figuras comprendidas en los artículos 170° y
ss., lo haga con la finalidad ulterior de promover o favorecer la prostitución
de la misma. Se configuraría un concurso ideal de delitos. Así, también con
las tipificaciones penales de secuestro y lesiones, cuando el agente priva a
la persona prostituida ilegítimamente de su libertad y, en tales circunstancias
la induce al incursionar en dicha actividad y, cuando el autor, propina golpes
que sirven como medio para la determinación al sujeto pasivo a prostituirse,
que afectan la integridad corporal de la víctima. En el caso de las coaccio-
nes, concurre en realidad un conflicto aparente de normas, pues como se
49 S. 3-7-1990, Díaz Palos; Citado por LUZÓN CUESTA, J.M.; Compendio de Derecho
Penal. Parte Especial, cit., p. 82.
50 De distinta opinión es VILLA STEIN, quien indica que el tipo se realiza cuando la prosti-
tución es llevada cabo como consecuencia del favorecimiento; Derecho Penal. Parte
Especial, cit., p. 216; posición que llevaría a entender que se trata de un delito de
resultado, lo que no es compatible con la ratio de la norma, pues es evidente, que el
legislador adelanta las barreras de protección penal, a un estadio previo, sin necesi-
dad de producirse la lesión efectiva del interés penalmente tutelado.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 53
desglosa de algunas de las agravantes, éste es un medio que el autor utiliza
para perfeccionar la actividad delictiva.
7. PENA
Para este delito la pena aplicable es privativa de libertad no menor de
cuatro ni mayor de seis años de pena privativa de libertad, luego de la modi-
ficatoria producida por la Ley N° 28251
8. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES:
1. La víctima es menor de dieciocho años de edad; se pretende, además
de proteger la libertad sexual, defender a la adolescencia de las prácti-
cas sexuales anormales, pues cualquier experiencia torpe y prematura
puede torcer la conducta sexual del joven con grave perjuicio para su
equilibrio psico - social; en cuanto a menor edad de la víctima, mayor
es el estado de vulnerabilidad, y mayor por tanto, el contenido del in-
justo típico. Ahora bien, el legislador ha subido la edad de la víctima,
pues antes de la modificatoria provocada por la Ley N° 28251, el tipo
era de catorce años, lo cual resulta a nuestra consideración plausi-
ble, en cuanto se trata de una persona que se encuentra en estado
de formación de la sexualidad, donde el ingreso al meretricio puede
repercutir gravemente en su autorrealización personal y en su vida
sexual de cara a futuro. Claro esta, que se cuenta con una margen de
cronológico muy amplio, en el sentido de que no será lo mismo una
persona de dieciséis años que una de diez años. Factor que deberá
tomar en cuenta el legislador al momento de la determinación judicial
de la pena, de conformidad con los principios de lesividad, proporcio-
nalidad y culpabilidad.
Cuando la víctima es de menor de catorce años, no será imprescindi-
ble que se distingue algún medio comisivo que importe vicios del con-
sentimiento; en la medida, que para el derecho positivo éstas personas
no cuentan con capacidad de autodeterminación sexual. Sin embargo,
de acuerdo a los efectos de la Ley N° 28704, dichos efectos han sido
injustamente e ilegítimamente extendidos a personas de catorce y me-
nores de dieciocho años, lo que a todas luces quebranta las bases
rectoras del derecho punitivo en un Estado de Derecho.
El atentado a su libertad sexual existe aunque no se le coaccione ni
engañe, aunque no se abuse de su situación de necesidad y aunque
el sujeto activo no se prevalga de su superioridad51.
55
EL DELITO DE USUARIO-CLIENTE
55 DÍEZ RIPOLLÉS analizando eP articulo 189.3 (corrupción de menores) del Código Penal
español vigente, señala que este precepto protege la moral sexual colectiva; El objeto
de protección del nuevo Derecho penal sexual, cit., p. 245. Nos remitimos a este artí-
culo del derecho penal español en la medida que el comportamiento típico en análisis
podría cobijarse en el tipo penal del art. 189.3 el C.P. español.
56 La dignidad como la esfera más íntima del ser humano, donde se reconoce su perso-
nalidad y su sustrato ontológico autónomo, la "inviolabilidad de la persona humana".
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 59
Nuestra crítica no puede ser considerara como una apología a la pros-
itución de los adolescentes, que a nuestro modo de ver, es lesiva para el nor-
nal desarrollo del adolescente, quien debería estar+abocado a sus labores
le aprendizaje, sino ésta se dirige, al hecho de no identificar las verdaderas
;ausas de este fenómeno social, que es más estructural de lo que parece.
ün efecto, estas menores son por lo general secuestradas o sustraídas de su
ámbito familiar por individuos inescrupulosos, únicamente motivados por fi-
les de lucro; es conocido, la operatividad en Lima y otras provincias de gran-
Jes redes y mafias de prostitución. Ante aquello, no queda más que reprobar
:on toda severidad la conducta de estos individuas que son finalmente los ]
ue introducen al menor a esta actividad, tal vez, de forma coactiva.
De tal manera, que la punición debe descargar toda su intensidad en
astos individuos, mas no en la persona del Usuario, a menos que su conduc-
a se constituya en< la manutención del estado antijurídico; es decir, que si
3ien la persona del menor esta ya prostituida, la conducta del usuario debe
ser entendida como favorecedora al acto de prostitución misma.
En otras palabras: la criminalización del usuario (cliente) viene a cons-
ituir una especie de instigación o inducción a la prostitución del menor, cuan-
to esta conducta es determinante para favorecer la permanencia de esta
actividad socialmente reprobable; por lo tanto, su tipificación autónoma no se
;ondice con el mandato de estricta legalidad y con el principio de lesividad
social, de tal forma que estas conductas únicamente adquieren relevancia
urídico-penal cuando inciden de forma favorable al ejercicio mismo de la
orostitución de menores.
GARCÍA ALBERO comentando el artículo 189.3 (corrupción de menores)
del Código penal español de 1995, analizando un criterio jurisprudencial es-
pañol, señala lo siguiente: "El criterio asumido por la Sala Segunda, pese a
considerar a la prostitución como estado o actividad que exige habitualidad,
llega no obstante, a permitir, bajo determinadas condiciones, la punición de
la conducta del cliente, previa ponderación en concreto de determinadas cir-
cunstancias: atendiendo a la reiteración de los mismos y a la edad más o
menos temprana del menor. Todo ello en el entendimiento de que no cual-
quier acto aislado de prostitución con menores, conociendo dicha condición,
resulta por sí mismo punible, dado que el legislador no sanciona, sin más,
cualquier relación sexual mediante precio con persona menor de edad, sino
exclusivamente aquellos actos que puedan ser calificados como de induc-
ción, favorecimiento o facilitación"57.
57 GARCIA ALBERO, RAMÓN; El nuevo delito de Corrupción de menores (artículo 189.3). En:
"Delitos contra la libertad sexual". Director: José Luis DIEZ RIPÓLLES. Consejo General
del Poder Judicial, Madrid, 1999, cit, p. 175.
60 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
2. TIPO OBJETIVO
58 Asi GARCÍA ALBERO, R.; El nuevo delito de Corrupción de menores (artículo 189.3),
cit., p. 177.
59 Aunque a la fecha de publicación de la presente monografía han pasado ya tres
años.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 61
ÍP); sin embargo, con la sanción de la Ley N° 2870460, podría incurrir des-
iraciadamente en el artículo 173° inc. 3) (in fine).
0 Un sector respetable de la doctrina nacional como CASTILLO ALVA y SALINAS SICCHIA son
de la opinión que la figura delictiva in examine fue derogado, como efecto jurídico
inmediato de la Ley N° 28704, en cuanto despojo de libertad sexual a las personas de
14 años y menores de dieciocho años; lo cual en definitiva, resulta de una inferencia
lógica y jurídicas a la vez, pues es obvio la incoherencia entre ambos tipos penales.
Por un lado, se estaría penalizando gravemente, con penas sumamente graves las
relaciones sexuales con personas que oscilan de dicho marco cronológico, mediando
consentimiento entre ambas partes y, por otro, cuando media precio y/u otro tipo de
ventaja la pena sería menor. Máxime, si estas personas ya no tienen capacidad de
autodeterminarse sexualmente, la conducta tendría que ser reconducida al artículo
173; empero, la conducta del proxeneta, si es que no ha mantenido acceso carnal con
el menor, seguirá ¡ncurso en el artículo 179° o 181°. Lo cierto es que la intención del
legislador no fue ello, es decir, la ratío legis, no estaba dirigida a derogar el tipo penal
de usuario-cliente, pues éste cuenta con un revestimiento comunicativo-cognitivo, de
efectos simbólicos hacia ia población. Constituyendo conductas que si bien atacan
la libertad sexual, lo hacen desde otra perspectiva, no resulta coherente que quien
eventualmente tiene acceso carnal sexual con un menor de 18 años y mayor de 14,
resulte con una pena mayor, que quien promovió la prostitución de dicha persona.
62 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
3. CONSUMACIÓN
Para la realización típica de este delito no basta la entrega del precie
u la ventaja o el acuerdo comercial, se necesita del ingreso carnal del su
jeto activo a cuales quiera de las vías previstas en el tipo penal. Los acto;
anteriores que no impliquen acceso carnal, serán reputados como tentativa
63
siempre que el delito por el cual se condena, contenga una pena mayor a los
cuatro años de pena privativa de libertad. Entonces, parece que el legislador
no sólo quería intimidar fuertemente a la colectividad con la'amenaza legal
en abstracto, sino que también, pretende recluir en una prisión a un "Usua-
rio Sexual", es decir, a quien por diversas razones acude a una prestación
sexual, sin utilizar violencia o amenaza, y con el consentimiento pleno de la
supuesta víctima. Dicho de otro modo: Se pretende recluir a quien no ne-
cesita ser resocíalizado, y a quien la sociedad no lo considera como un ser
peligroso que debe ser aparatado del núcleo social por cometer actos en si
reprobables.
De esta forma, lo que estamos construyendo es una mayor represivi-
dad, donde la pena va a recaer sobre personas que no reúnen las caracte-
rísticas básicas para ser reduido en una prisión, pues, valgan verdades, en
nuestras prisiones degradantes, sólo deben ingresar los delincuentes más
avezados y peligrosos. Recluir a estas personas socializadas, vamos a pro-
mover el contagio criminal, a producir el desarraigo social y vamos a neu-
tralizar el factor preventivo de la pena. Una mayor prisionización va a hacer
colapsar aún más el sistema penitenciario, donde la criminalidad en vez de
ser prevenida y controlada va a resultar expandiéndose irremediablemente,
vulnerándose en este contexto, los principios de subsidiariedad y de ultima
ratio del Derecho penal.
6. FORMA DE PERSECUCIÓN
65
Art. 180.-"B que explota la ganancia obtenida por una persona que
ejerce la prostitución será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de ocho años.
Si la victima tiene entre catorce y menos de dieciocho años, la pena será no
menor de seis ni mayor de diez años.
Si la víctima tiene menos de catorce años, o es cónyuge, conviviente, des-
cendiente, hijo adoptivo, hijo de su cónyuge o de su conviviente, o si está a
su cuidado, la pena será no menor de ocho ni mayor de doce años".
1. FUNDAMENTO DE LA TUTELA
La norma no sólo está dirigida a amparar la libertad o indemnidad
sexual, sino también a proteger a la persona prostituida que, hundida en la
degradación moral, puede ser víctima de explotaciones por parte de perso-
nas inescrupulosas. Por eso es correcto cuando se afirma que indirectamen-
te pareciese tutelarse el patrimonio derivado de la prostitución63. Mas no es
tanto así, pues como lo señalamos más adelante, la incriminación de este
tipo de comportamiento "socialmente negativo" no se condice de ninguna
forma con los principios legitimantes del Derecho penal en un orden demo-
crático de derecho, pues en este caso no puede ser la libertad sexual, no se
quebranta su intangibilidad, al no mediar violencia ni intimidación para inducir
y/o mantener al sujeto pasivo en el negocio del meretricio; se parte de que
aquella, ha ingresado en dicha actividad de motu proprio, o por obra de ter-
ceros; que podrán estar incursos en los delitos^ comprendidos en los artículos
179° y 181°. Mas, cuestión distinta es penalizar la conducta de una persona,
que se favorece con la ganancia y/o dividendos que le produce la actividad
del comercio sexual a la prostituida, será un sin vergüenza, un descarado,
un aprovechado, o un rufián64 como lo dice textualmente la norma, lo que
genera que duda cabe una reprobación ético-social; pero esta reprobación
meta jurídica no puede servir sin mas, para hacerla susceptible de caer en el
aparato punitivo del Estado; de tal manera que no puede decirse de ningún
modo, que el bien jurídico protegido sea la libertad sexual de la persona pros-
77 T. II; p. 58; Citado por PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal, Vol. I.
78 A ciencia cierta, como esta tipificación penal evoca un tipo penal de autor, no sa-
74 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
titución; ciertamente, no es punible la conducta de aquél que recibe pres-
taciones alimentarias de una persona prostituida para quien la ley señala
obligación, porque de una parte constituye el cumplimiento dé* un deber y de
otra el ejercicio de un derecho79.
De otro lado, la extensión de la conducta típica, implica no sólo la
procura del rufián de hacerse mantener por la víctima, sino también la mera
aceptación de ser mantenido; el interés tutelado por la pena sufre igual ava-
sallamiento tanto cuando un individuo coercitivamente exige bienes econó-
micos para satisfacer sus distintas necesidades, cuando simplemente se li-
mita pasivamente a recibirlos cuando la entrega proviene de la libre voluntad
de la persona prostituida80.
No basta la simple convivencia habitual, pero si resulta que la persona
prostituida concurre a los gastos del menaje, esté o no esté el agente privado
de recursos, el delito se verifica81. Igualmente, la infracción se realiza aunque
las prestaciones se disimulen bajo forma de obsequios e, inclusive, que el
dinero sólo cubra parcialmente necesidades supérfluas como lujo, bebidas,
vicios, etc.
Finalmente somos de la consideración que esta figura debería de des-
penalizarse por ser contraría a la sistemática empleada en estos delitos, tal
como lo hace el Código Penal Español de 1995.
4. TIPO SUBJETIVO
El tipo subjetivo está integrado por la conciencia y voluntad de ex-
plotar, en todo o en parte, con las ganancias de una persona que ejerce la
prostitución, a sabiendas que ésta desempeña dicho oficio y que el dinero
procede de esa actividad, conciencia y voluntad de realización típica; de
dirigir una conducta deliberadamente, haciéndose de las ganancias que la
víctima obtiene como fruto de su trabajo "honesto", en cuanto a la realización
de prestaciones sexuales bajo precio. No se exige ningún elemento subjeti-
vo del injusto aparte del dolo, como el ánimo de lucro, pues dicha intención
puede estar ya subsumida en el contenido de aquél.
Incurriría en error de tipo aquel sujeto que vive de las ganancias de la
prostitución de su mujer, creyendo que dicho dinero proviene de otra activi-
5. CONSUMACIÓN
El delito de rufianismo se consuma en el momento que ha empezado
el agente a hacerse sostener, explotando las ganancias deshonestas de la
persona prostituida; (...) con el primer acto de explotación y percepción de
las ganancias obtenidas de la prostitución del sujeto pasivo82. Dado su carác-
ter de delito permanente, el estado de consumación se prolonga hasta que
no cese el estado antijurídico, es decir, la explotación económica.
Son admisibles, las formas de imperfecta ejecución; v.gr., cuando la
persona dedicada a la prostitución no obtiene los dividendos suficientes,
como para sostener al autor del injusto, a pesar de estar dadas las condicio-
nes para ello. No podrá darse una efectiva explotación económica, si la per-
sona prostituida entrega una parte diminuta de sus ingresos al agente, que a
penas cubre sus necesidades primarias; mientras que aquella mantiene un
alto nivel de vida. Explotación debe significar en todo caso, enriquecimiento
del rufián y, empobrecimiento de la víctima.
6. CONCURSO DE DELITOS
Si el sujeto se hace sostener por varias personas dedicadas al oficio
de la prostitución, habrán tantos delitos como personas explotadas; un con-
curso real heterogéneo. Puede concurrir con los delitos de estafa o robo, si
el autor se vale del engaño o violencia. En el caso de que el autor, obligue
bajo violencia y/o amenaza grave a la víctima a mantenerse en el negocio del
meretricio, no se dará la figura en cuestión, sino la prevista en el artículo
181° (in fine). Si a parte de la explotación económica, también la maltrata
física o psicológicamente, habrá un concurso ideal con el delito de lesiones.
7. PENA
Será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años; pe-
nalidad que resulta en realidad excesiva, de conformidad con los principios
de lesividad, proporcionalidad y culpabilidad.
PROSTITUCIÓN DE PERSONAS
Art. 181.- "El que compromete, seduce o sustrae a una persona para en
tregarla a otro con el objeto de tener acceso carnal, será reprimido con
pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.
i La pena será no menor de seis ni mayor de doce años, cuando:
1. La victima tiene menos de dieciocho años.
' 2. El agente emplea violencia, amenaza, abuso de autoridad u otro me-
dio de coerción.
3. La víctima es cónyuge, concubina, descendiente, hijo adoptivo, hijo de su
cónyuge o de su concubina, o si está a su cuidado.
4. Si el agente actúa como integrante de una organización delictiva o banda.
5. La víctima es entregada a un proxeneta".
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN
Como se ha ido sosteniendo en el marco de los delitos de prostitución,
el bien jurídico tutelado es la libertad sexual, siempre y cuando el ejercicio
de la prostitución, concretamente las prestaciones carnales bajo precio, no
importen un consentimiento válido de la meretriz; es decir, el Derecho penal
sólo puede intervenir cuando se utilizan medios comisívos que se dirigen a
quebrantar la oposición de la víctima, como la violencia, el engaño, ardid y/u
otro medio fraudulento, que permita al lenón, proxeneta, facilitador, promotor,
que una determinada persona ingrese al negocio de la prostitución, o hacer
que se mantenga en ella. Por consiguiente, esto provoca que únicamente
los actos que consistan en el favorecimiento y/o promoción de la prostitución
ingresen al ámbito de lo punible, pues el acto de prostitución misma no es
penalmente relevante, por carecer de materialidad lesiva, de común idea
con los principios que se desprenden de la idea de un Estado de Derecho.
Entonces, pareciese que el legislador pretende cerrar el circuito delictivo, en
el sentido, de penalizar conductas que suponen una intermediación, es decir,
de adelantar las barreras de protección penal a estadios previos de lesión, a
actos en sí preparatorios a los previstos en el artículo 179°. Pero, en realidad,
78 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
no comprendemos con exactitud la necesidad incriminar este tipo de suce-
sos, pues por lo general, será el favorecedor y/o el promotor a ja prostitución
quien se encargue de ejecutar el comportamiento que se describe normati-
vamente en el tipo penal in examine. Se entiende por proxeneta toda perso-
na que solicita o sonsaca a otra generalmente una mujer para realice actos
lascivos con otro sujeto; viene a ser el mediador de las relaciones sexuales
irregulares o su encubridor83. De ahí, que en la legislación comparada no
hayamos encontrado un precepto igual o semejante.
Entendemos, que bienes jurídicos como la libertad y la indemnidad
sexuales merecen ser protegidos al máximo, mas el Derecho penal no puede
asumir tareas que le incumben a otras parcelas del ordenamiento jurídico,
de conformidad con los principios de subsidiariedad y de ultima ratio. Como
se glosa del artículo ¡n examine, el tipo base, en su construcción normativa
no alude a ciertos "medios", por los cuales el agente (autor), se vale para
poder comprometer, seducir o sustraer a una persona, para entregarla a otra
con el objeto de tener acceso carnal sexual, condición esta última que fuera
introducida por la Ley N° 28251. Primero, como no se hace una delimitación
de la edad cronológica del sujeto pasivo, -únicamente la minoría de edad
es constitutiva de la circunstancia agravante-, por lo que cualquier persona
puede ser entonces "víctima". Por ende, nos preguntamos puede penalizarse
aquella conducta, que por ejemplo sustrae o seduce, a un adulto para entre-
garlos a otro con fines sexuales, si es que concurre un consentimiento válido,
en realidad no lo comprendemos o, es que a veces es sumamente dificultoso
escudriñar la ratio legis. Si no existe intimidación, amenaza o violencia, no
podemos inferir de que pueda vulnerarse la libertad sexual de una persona;
por lo expuesto, parece que la utilización de dichos verbos típicos, deberían
referirse únicamente a menores de edad.
En el delitos contra la Patria Potestad, específicamente en el artículo
147° del C.P, se tipifica el injusto de "sustracción de menor", el que aprove-
chando de una relación de parentesco con el sujeto pasivo, lo sustrae del
núcleo familiar; así también, el tipo penal descrito en el artículo 175° (in fine),
hace referencia al engaño que sufre la víctima, a fin de lograr el acceso car-
nal consentido. En tal virtud, la tipificación penal de las conductas menciona-
das -al margen de los reparos que formulamos en apartados anteriores- se
justifica en principio, en el estadio de vulnerabilidad (indefensión), en que se
encuentra el sujeto pasivo en relación al sujeto activo. Relación que no pue-
de verificarse ante la presencia de una persona adulta. Por lo expuesto, la
tipificación penal debería circunscribirse a proteger a los menores de edad.
83 GRÁNDEZ CARRASCO, M.; La triste realidad de la prostitución infantil en el Perú. En: Vox
Veritas Libera Bit, Año 2, N° 2, julio 2005, PROPROF - UNHEVAL, cit., p. 39.
TITULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 79
Segundo, la descripción típica adolece también de una estructuración
coherente con los comportamientos que se pretenden penalizar en esta ca-
pitulación, esto es, son delitos vinculados de forma directa o indirecta con el
Proxenetismo. Siendo así, lo más correcto es que la consecución que em-
prende el agente, en cuanto a la realización de los verbos típicos, venga defi-
nida con el ejercicio mismo de la prostitución. Dicho así: el agente se vale de
una serie de medios (coartan la libertad), para que la víctima se encuentre en
condiciones propicias para ingresar al mercado del meretricio; que no puede
ser el autor del tipo penal del artículo 179°, pues éste debe ser quien favorez-
ca o promueva dicho estado; de tal modo, que el autor del tipo in examine,
no debe estar involucrado directamente en las acciones que se desprende
del 179°, pues aquél en realidad se convierte en un puente, entre la persona
seducida, comprometida o sustraída, con quien efectivamente determinará
el estado de cosas, que se busca penalizarla norma, el ejercicio de la pros-
titución que no obedezca a una decisión libre y responsable del individuo, o
de personas que aún no han logrado desarrollar una madurez suficiente para
comprender la naturaleza del acto y sus evidentes repercusiones.
Ahora bien, dice el precepto que la realización del evento típico, debe
tener por objetivo entregar a otro, para que éste tenga acceso carnal, sin
mencionar que debe tratarse de una relación sexual bajo precio u otro tipo
de ventaja. Quien por ejemplo, sustrae a un menor, digamos sin violencia y
lo entrega a un tercero sin mas, para que éste lo acceda camalmente; si tie-
ne menos de 14 años la víctima, en tales casos, quien accede camalmente
será autor del injusto previsto en el artículo 173°, y quien lo sustrajo, a lo más
será calificado como un cómplice primario del dicho delito. Si tiene más de
catorce años para arriba, dejando de lado la modificación efectuada por la
Ley N° 28704, quien tiene el acceso carnal no estaría cometiendo infracción
penal alguna y, quien lo sustrajo, solo si es menor de 18 años, incurrirá en la
infracción prevista en el artículo 147° (in fine) y, si medio violencia y/o amena-
za grave en el primer acto por secuestro o coacción, siempre que el acceso
carnal haya sido consentido84. Consecuentemente, se advierten dos vacíos
u equivocidades, primero, se debe condicionar la punibilidad de la conducta,
a medios comisivos que supongan un consentimiento viciado; al mayor de
edad, la violencia, amenaza u intimidación, y a los menores de catorce años,
al engaño, abuso de superioridad, etc.; segundo, debe precisarse que la rea-
lización de los verbos contemplados en el articulado, deben implicar que la
entrega a un tercero, es para que la víctima ejerza la prostitución. Pues de
no ser asi, podría entenderse que la entrega del sujeto pasivo, sea sólo con
fines sexuales, en tales casos, importarían en realidad actos d§ colaboración
y/o participación para un típico caso de violación sexual.
Finalmente, se trata de un delito mutilado en dos actos delimitables
entre si; primero, debe sustraerse, comprometerse o seducirse al sujeto pa-
sivo, esto es, allanar el camino, para que pueda materializarse el acceso
carnal con otro, bajo precio y/o otra ventaja creemos nosotros, pues de no
ser así, estaríamos ingresando al ámbito de participación de los delitos de
violación sexual. Segundo para efectos de la consumación del tipo, no es
necesario que el acceso camal bajo precio sea concretizado, basta la apti-
tud para que pueda plasmarse el segundo acto.
2. TIPO OBJETIVO
3. TIPO SUBJETIVO
Según la construcción normativa del tipo subjetivo del injusto solo es
posible su comisión mediante dolo, conciencia y voluntad de realización típi-
ca, donde el elemento cognitivo debe de abarcar los elementos constitutivos
del tipo penal, en el sentido de comprometer, seducir y sustraer a una per-
sona; en este caso, al tratarse de un tipo mutilado en dos actos, el objetivo
del autor estaría comprendido en un elemento subjetivo del injusto de natu-
raleza trascendente, cuya real concreción no condiciona la punibilidad de la
4. CONSUMACIÓN
Se configura como un tipo legal de dos actos, en él cual se necesita la
concurrencia de dos acciones para su consumación:
a. Serían los actos tendientes y/o conducentes a comprometer, seducir o
sustraer a la víctima sin que se de una entrega efectiva a la otra perso
na involucrada; y
b. La entrega física de la víctima a un tercero, con el propósito ulterior de
que se realice el acceso camal, bajo precio y/o cualquier tipo de ven
taja, entendemos, pues debe tratar de una conducta preparatoria al
artículo 179°. No es necesario para afirmar su consumación la práctica
efectiva del acceso carnal sexual, por lo que sí será posible admitir las
formas de imperfecta ejecución (tentativa), cuando el autor no pudo
propiciar de forma suficiente, el marco para poder entregar a otro a la
víctima, cuando luego de persuadida, se produce una operación poli
cial, la cual impide la entrega al tercero. -\
5. PENA !
La pena aplicable al infractor de este delito es privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de seis años, luego de la modificación producida por
la Ley N° 28251.
6. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES
a. Cuando la víctima tiene menos de dieciocho años de edad; siguiendo
las pautas analizadas en el artículo 179° (in fine), la agravante en cues-
tión, se funda en una mayor vulnerabilidad de la víctima, en cuanto no
haber alcanzado una madurez suficiente, como para decidir actos de
trascendencia en su vida. Estado de vulnerabilidad que precisamente
es aprovechado por el autor, para la perpetración del injusto.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 83
1. ANTECEDENTES
Recientemente fueron detectados y capturados por las agencias es-
tatalesde persecución, toda una red de paidófilos, que se dedicaban a pro-
mover-vía páginas de Internet- pornografía infantil, es decir, se ofrecía una
serie de imágenes de contenido sexual, teniendo como protagonistas a me-
nores de edad y, entre ellos niños menores de 14 años; actos sumamente re-
prochables, que revelan un autor caracterizado por una personalidad sórdida
y perversa Poco tiempo atrás, el legislador, mediante la sanción de la Ley N°
27459 del 26/05/2001, había incorporado al Código Penal, el artículo 183-A,
nominado como "Pornografía Infantil", a fin de cerrar espacios de impunidad
a hechos socialmente insoportables, pues, nadie duda, que la utilización de
8Debién TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 85
8dose
llamar
también
"adoles
cente",
pues, el
espectr
o
normati
vo
cubre a
víc-
timas
mayore
s de
catorce
años,
que no
pueden
ser
reputad
as
como
infantes
, sino
como
adolesc
entes.
menores para eventos de esta naturaleza producen una grave afectación a
bienes jurídicos sumamente delicados, como lo es la esfera sexual del me-
nor. Sin duda, lo que se pretende es cerrar espacios de impunidad al circuito
delictivo de la prostitución de menores, por lo que su relación con los tipos
penales comprendidos en los artículos 179° y 181° es mas que evidente.
Hechos como el turismo sexual infantil, parten de una red de crimina-
lidad que se extiende por todo el mundo, pues precisamente los autores de
esta execrable conducta, utilizan las redes comunicaciones del Internet y
otros, para extender sus imágenes a varios países en simultáneo; lo que de
cierta forma complica el tema de la persecución penal89.
Actualmente con la aparición de nuevas tecnologías, ha dado lugar
a la pornografía informática o auditiva de manera desmedida, no obstan-
te cualquier persona con un ordenador y un módem con conexión a la red
puede tener acceso a fotografías obscenas de niños; sin duda alguna es el
medio que más se utiliza por individuos que persiguen el lucro sin escrúpulo
alguno, poniendo al servicio de sus designios placer virtual, está inmensa red
no es una empresa u organización acotada, sino un recurso tecnológico que
comparten los proveedores con acceso a la red con la finalidad de producir
excitación erótica sexual, actuar de una forma de liberación ante una socie-
dad represiva en la sexualidad y finalmente convirtiendo la práctica sexual en
un hecho obsesivo y auto complaciente90.
El Derecho penal en su proceso criminalizador, debe tender un puente
de dinamicidad con la realidad social, en el sentido, de recoger conductas
sociales que supongan una intensa dañosidad social, y esta labor, es una
actividad político criminal legítima en el marco de un Estado Social de Dere-
cho, que tiene por principal función, la tutela de los derechos fundamentales
y el respeto por la dignidad humana. En efecto, el tipo penal de "Pornografía
infantil", no podía cubrir todo el espectro social que incumbe la realización
de una serie de actos derivados al campo del comercio sexual de menores,
donde las vías o medios comisivos, se trasladan al campo de la informática;
donde el Internet, se ha convertido en un medio de comunicación por exce-
lencia, que actualmente se ha masificado y proliferado a ámbitos espaciales
antes inimaginables. A través de las páginas de Internet, el cibemauta está
en posibilidad de navegar en páginas de todo el mundo, y en este mundo del
ciber-espacio, las páginas que ofrecen servicios sexuales son las más soli-
2. TIPO OBJETIVO
93 VALENCIA MARTÍNEZ, J.E.; Delitos de pornografía con menores y turismo sexual, cit., p. 359.
93 Por analogía deben consistir en las conductas previstas en el artículo 170°; no en
cambio las estipuladas en el artículo 176° (actos contra el pudor).
94 BENEYTEZ MERINO, L; Derecho Penal. Parte Especial. Lecciones de Derecho Penal.
Granada, 1994, cit., p. 154.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 89
3. CONSUMACIÓN
96 Así BORONAT TORMO, MERCEDES; LOS delitos relativos a la prostitución en el nuevo Có-
digo Penal. En: Estudios sobre el Código Penal de 1995. Directores: VIVES ANTÓN, T./
MANAZANARES SAMANIEGO, J.L., cit., p. 66.
90 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
Si bien consideramos acertada la inclusión de este tipo legal, a efec-
tos de otorgar una mayor tutela al bien jurídico objeto de protección (esfera
sexual del menor y su dignidad humana), tal vez hubiese bastado con ex-
tender el ámbito de protección del delito de Pornografía Infantil mediante
circunstancias agravantes, no siendo tan importante como consideración
político criminal, sino más bien, como expresión de una técnica legislativa
más depurada.
5. AGRAVANTES
Primero, el legislador siguiendo la técnica legislativa plasmada en las
tipificaciones penales de esta capitulación, determina la agravante conforme
la edad de la víctima, la cual conforme su inmadurez sexual y personal, se le
identifica como una persona vulnerable ante la incitación y/o promoción de
intervenir en esta clase de imágenes, por terceras personas, lo cual supone
una mayor desvaloración del injusto.
Ahora bien, el legislador ha previsto una pena aún mayor, cuando el
autor se aprovecha de ciertos ámbitos de organización específica que le
confieren una posición de dominio frente al sujeto pasivo, la cual es utilizada
para la realización típica de la figura en cuestión; dicha circunstancia facilita
la comisión de la conducta, lo cual genera una agravación en el juicio de im-
putación individual. Finalmente, la sanción incluye también la inhabilitación,
cuando concurren los supuestos comprendidos en los incisos 1, 2, 4 y 5.
Ar. 181°-B.- aEn los casos de los delitos previstos en los artículos 179, l&l
y 181-A, cuando el agente sea el padre o la madre, el tutor o curador, en
la sentencia se impondrá, además de la pena privativa de libertad que co-
rresponda, la pena accesoria de inhabilitación a que se refiere el numeral
5) del artículo 36".
1. COMENTARIO
El legislador ha seguido el mismo patrón de política criminal, puesto en
manifiesto en el marco del artículo 177o97, como consecuencia de la dación
de la Ley N° 29194 del 25 de enero del 2008.
1. GENERALIDADES
Si la prostitución infantil en sí es una actividad declarada como "inso-
portable" por la sociedad, su publicación y difusión por los medios de comu-
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LÍBERTAD 93
3. RESPONSABILIDAD CIVIL
En este caso, la persona jurídica que representa el medio de comuni-
cación, será considerada en el transcurso del proceso penal, como tercera
civil responsable, a efectos de garantizar la cobertura del pago por concepto
de Reparación Civil; en este caso, media pues una vinculación societaria y
legal, entre el autor del injusto y la empresa que le sirve de sostén para pu-
blicar y/o propalar dicha clase de publicidad.
4. PENALIDAD
El agente será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
dos ni mayor de seis años; y, será sancionado también con inhabilitación
conforme al inciso 4 del artículo 36 y con trescientos sesenta días-multa.
Se incide en el ámbito de los fines preventivo-generales, en cuanto la mayor
intimidación y neutralización del sujeto de cara a su vida futuro.
CAPÍTULO XI
OFENSAS AL PUDOR PÚBLICO
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
La libertad sexual de una persona en el marco del Estado de Derecho,
resulta un pilar fundamental que se relaciona con la propia personalidad del
101 Texto antes modificado por el Artículo 2° de la Ley N° 27459, publicada el 26-05-
2001.
98 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
individuo, con su participación en concretas actividades con sus conciudada-
nos, por lo que su afectación importa una grave ofensa a los derechos fun-
damentales. Constituyendo una obligación del Estado formular una política
criminal y una política social coherente, susceptibles de otorgar a las posi-
bles víctimas un margen de protección y tutela, anticipándose a la comisión
de estos delitos, previniendo su perpetración. Precisamente, son las políticas
estatales de orden público las que permiten evitar la afloración de este tipo
de conductas, reduciendo los ámbitos de exclusión social, promoviendo pro-
gramas de concientización pública, orientando a las familias para afrontar
focos de conflictividad social (violencia familia); esto es, todo un programa de
prevención que incida de forma real en la reducción de estas manifestaciones
criminógenas, sin necesidad de acudir a una pena. Pues valgan verdades,
la pena que se impone al infractor luego de acreditado judicialmente el delito
y su responsabilidad, sólo responde a un fin retributivo, de vindicta pública,
más no a una efectiva tutela de la víctima, menos a la recuperación social
del condenado, en mérito a las condiciones inhumanas por las cuales se de-
sarrolla la vida en prisión. Con todo, la criminalidad sexual es un ámbito mas
de la delincuencia, que por su propias matices y particularidades necesita de
una visión político criminal diferenciada, que no sólo ocupe su perspectiva
desde el ángulo del ¡us puniendi, sino también desde el marco de la debida
protección de la víctima, evitando su real victimización, e impidiendo una se-
gunda victimización, cuando ha sido objeto de una concreta agresión.
La vulneración de la libertad sexual o de la indemnidad sexual, no sólo
puede producirse a través del acceso carnal violento, bajo amenaza o apro-
vechando un estado de inconciencia, así como el servirse lucrativamente,
del meretricio de un tercero; pues pueden también manifestarse en sociedad
otras conductas que sin suponer una agresión directa a la sexualidad de una
persona, a su libre desarrollo, pueden resultar ofensivas a ciertos sentimien-
tos del colectivo. En efecto, en una sociedad democrática de derecho, si bien
rigen la libertad, la tolerancia y el pluralismo como principios ordenadores de
un Estado respetuoso del ámbito personal del individuo; no es menos cierto,
que el hecho de convivir sujetos a un sistema, impone ciertas reglas; a fin
de que el ejercicio excesivo de dichas libertades no termine menoscabando
la esfera de libertad de un tercero; pues donde termina la libertad de uno
empieza a regir la libertad del otro. Nadie en su sano juicio, puede pretender
recriminar penalmente, la conducta que una persona ejecute en el ámbito de
su intimidad, aquella parcela que pertenece exclusivamente a su titular, que
importa el libre desarrollo a su "privacy".
Comportamientos que puedan reputarse como anti-étícos o anti-so-
ciales, que se desarrollan en la privacidad de un individuo, no pueden sos-
tener legítimamente una respuesta punitiva. Los actos de homosexualismo,
lesbianismo así como sadomasoquismo u otros, que se den en una esfera de
actuación privada, siempre y cuando tengan como protagonistas a mayores
de edad y bajo el corsé de la consensualidad, no pueden ser alcanzados por
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 99
una pena; pues de ser así, se estaría vulnerando el sostén axiológico del
Derecho penal, en cuanto a la necesaria lesividad social de una conducta.
Un comportamiento humano sólo puede ser punibje, cuando genera un foco
de conflictividad social de tal magnitud, que ponga en peligro las bases fun-
damentales de una sociedad democrática, de ahí que el texto punitivo, se
despojo en apariencia, de connotaciones éticas y moralistas.
Empero, el ámbito privado es una cosa y, el ámbito público es otra
muy distinta, en cuanto a su naturaleza y repercusiones. No es lo mismo la
masturbación que se realiza una mujer en la privacidad de su alcoba, como
aquella masturbación que se ejecuta un individuo al frente de un colegio, en
la acera de la calle. En el primer acto, la contemplación de la escena se cir-
cunscribe a su protagonista, en cambio, en el segundo acto, otras personas
-que no han dado su consentimiento- son obligadas a soportar una conduc-
ta susceptible de afectar el decoro y la decencia del común de los mortales;
ojo en este caso, la reprobación no recae sobre el acto de masturbarse, pues
cada quien puede utilizar los mecanismos que juzgue adecuados para satis-
facer su lascivia- sino el hecho de obligar a terceros a presenciar un acto que
puede ser indecoroso, y lesivo, en el caso de menores de edad.
De recibo, penalizar conductas como las que se describen en el arti-
culado in examine, nos remiten irremediablemente a conceptos, elementos
y valoraciones metajurídicas, que desbordan el estricto plano del Derecho
penal, lo cual genera la prescindencia de elementos normativos de valora-
ción meta-legal. Con ello, surge el cuestionamiento, como en este caso, del
empleo de conceptos tan abstractos y subjetivos, como la "obscenidad". No
olvidemos, que principio rector de la construcción normativa en materia pe-
nal, es el principio de legalidad material, la lex praevia, scripta, strícta, certa;
el mandato de determinación en todo caso impide que el legislador construya
las conductas típicas mediante fórmulas normativas indeterminadas, dema-
siado abiertas, donde el ámbito interpretativo del juzgador es demasiado am-
plio. Dicha fórmula normativa permite un mayo marco de seguridad jurídica
para con los ciudadanos. La columna vertebral de la determinación legal de
un Estado de Derecho reside en la descripción típica mediante la mención
de "circunstancias del hecho" y de "características del autor", escribe Welzel.
Esta descripción típica tiene que ser tan clara y determinada que el juicio de
antijuridicidad del legislador sea señalado inmediatamente a través de ella,
("indiciado")102.
Sin embargo, parafraseando a STRATENWERTH el contenido de significa-
do de un concepto -al menos en las zonas fronterizas- nunca puede ser de-
terminado con completa certeza. Por ello, no hay ningún texto legal que ex-
cluya toda duda103. En todo caso, apunta el autor, la ley sólo puede ser exacta
107 PEÑA CABRERA, RAÚL; De acuerdo a como se encontraba normado este delito en el Có-
digo Penal de 1924 en concordancia como indicaba el informe Ministerial del proyecto
del Código italiano de 1930; Derecho Penal Peruano; ob.cit., ps. 260-261.
108 Citado por VILLA STEIN; CARMONA SALGADO; ob.cit.; p. 225.
109 Citado por ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 236.
102 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
110 SOLER, S., Derecho penal argentino, T. III, cit., ps. 393-394.
111 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 375; Así, SOLER, S.;
Derecho penal argentino, T. III, cit., p. 394; FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte
Especial, cit., p. 266.
112 Citado por DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 686.
113 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 686; Ver al respecto, CANCIO
MELIA, M.; Comentarios al Código Penal, Director: Gonzalo RODRÍGUEZ Mourullo, cit., p.
541.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 103
3. TIPO OBJETIVO
quica y que consecuentemente merecen una tutela especial por parte del
Estado son marginados por la ley penal.
114 Todo soporte material que pueda llevar un contenido sexual, que pueda ser percibido
por las facultades visuales y/o auditivas.
115 Otros conceptos que guardan relación con lo obsceno vendrían definidos por lo "lú-
brico", que, de acuerdo con el Diccionario, equivale a "propenso a un vicio y particu-
larmente a la lujuria"; "libidinoso" o "lascivo", que vienen a referirse éstos últimos a
quien tiene "propensión a los deleites carnales", la excitación de los impulsos eróticos
de una persona; DIEZ RIPOLLÉS, J.L.; Exhibicionismo, pornografía y otras conductas
sociales provocadoras; 1982; p. 506.
116 CARMONA SALGADO, C; Delitos contra la libertad sexual, cit., p. 339.
117 FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 265.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 105
modos, no podrá anclarse en una concepción estática de la obscenidad,
pues la permanente variabilidad de las posiciones sociales, promueve la re-
novación constante de las valoraciones y/o juicio» que puedan elevarse al
respecto; siendo así, no será posible que el juzgador pueda alejarse de di-
chas valoraciones, a fin de llenar de contenido axiológico dicho elemento de
definición, por lo que siempre existirá el riesgo de que se arriben a resolucio-
nes jurisdiccionales abiertamente contradictorias, por tanto susceptibles de
afectar el principio de igualdad y el sentido de justicia material. La estimación
de obscenidad -apunta FONTAN BALESTRA- no puede ser hecha a través de un
punto de vista personal, más o menos amplio o estrecho, sino colocándose
en el plano de las normas de cultura que se ha impuesto un grupo social118.
El cuanto al pudor, en considerado como un concepto medio de mora-
lidad y de buenas costumbres que posee la mayoría de los miembros de una
sociedad frente a las cuestiones sexuales; es la compostura, la reserva, el
recato y vergüenza de la generalidad de las personas ante la vida sexual m.
La significación jurídica es la misma. No obstante esta claridad, su aplicación
no es pacífica. Rocco aclarando el concepto, indica que la obscenidad debe
necesariamente, tener el carácter de inmoralidad, pero que no todo objeto
inmoral alcanza el grado y reviste las formas de lo obsceno. Por eso recha-
za, como excesiva, en sus consecuencias, la idea de equiparar a los actos
obscenos los que no son simplemente inmorales 120. Venditti plantea que el
concepto de obsceno debe resolverse desde una perspectiva histórico-rea-
lista en la que la obscenidad resulta, determinada por el sentimiento común
de la colectividad respecto de aquellos actos u objetos que ofenden el pu-
dor. El sentimiento común resultaría de la comparación y unificación de los
sentimientos de los individuos que integran la colectividad en determinado
momento histórico121.
La crítica en la construcción de estos delitos deviene en la imprecisión
y la vaguedad en la utilización de determinados conceptos valorativos como
el término "pudor". El juzgador al momento de interpretar el término "obsceno"
deberá necesariamente remitirse a valoraciones sociales llenos de conteni-
dos subjetivos que sólo pueden entenderse relacionándolos con determinas
pautas morales que regulan la conducta sexual de los ciudadanos. De este
modo se abren peligrosamente inmensos espacios de discrecionalidad al
122 MUÑOZ CONDE F.; Derecho Penal. Parte Especial; cit; BENEYTEZ MERINO señala al res-
pecto de que la problemática de la subsistencia de estas figuras delictivas, radica si es
que el pudor o la moral pública, como intereses diferenciados de la Libertad e Indem-
nidad Sexual contienen o no un fundamento legitimador suficiente como conductas
elevadas a la categoría de delitos en el mundo moderno que vivimos. En: Beneytes
Merino Luis. Lecciones de Derecho Penal, Granada, 1994, p. 151; En este mismo
sentido González-Cuellar García A. que señala que "todos los delitos referidos al ex-
hibicionismo y provocación sexual tienen como objeto de protección a la moral sexual,
lo cual ofrece una inusual inseguridad jurídica, ya que su estructura era propia de los
denominados tipos abiertos; op.cit.
123 De allí que el problema básico del tipo se halla en el concepto material de pornografía,
cuya delimitación ha de respetar los derechos constitucionales de la libertad de expre-
sión y de la cátedra; ORTS BERENGUER; ob.cit.; p. 645.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 107
la Ley N° 28251, pueden serlo hasta una persona de 17 años, lo cual conno-
ta en realidad una posición estrictamente moralista; el despertar sexual, el
inicio de la vida sexual de una persona se produce ciertamente, en algunos
casos, antes de los catorce años ; para tales efectos, el primer contacto vi-
sual resultan precisamente las revistas de contenido sexual. Por otro lado,
los colegios en la etapa de primaria imparten cursos de educación sexual,
que implican la difusión de imágenes de contenido sexual. En tal virtud, no
se puede ser ciego a dicha realidad, y tratar de penalizar conductas, que hoy
en día son abiertamente a todo el público en general; el Internet, por ejemplo,
se ha convertido en una vitrina abierta a la adolescencia. En estos casos, la
labor de los padres es imprescindible, orientando a su menores hijos en el
mundo de la sexualidad, advirtiéndoseles sus efectos y alcances, mostrán-
doles el mundo real y no imaginario, que se acostumbraba contar décadas
pasadas, donde los progenitores pretendiendo proteger a sus hijos del des-
pertar sexual, los sustraían del mundo real, siendo las repercusiones aún
mayores. En la actualidad penalizar los comportamientos que se encuentran
descritos en el inc. 1), es un despropósito, ante la proliferación masiva de di-
chos medios en la sociedad; por otro lado, sí resulta plausible que los locales
y centros comerciales que vendan este tipo de publicaciones, restrinjan su
publicación a mayores de catorce años, para lo cual se necesita de control y
fiscalización por parte de los gobiernos locales.
Para algunos penalistas, como SERRANO GÓMEZ "pornográfico será la
producción literaria o artística de contenido lúbrico u obsceno, que pretende
reproducir vivencias reales en los sujetos que tiene acceso a la misma, que
en este caso serán los menores de edad"124.
Pero, de acuerdo con SOLER estimamos que la base para distinguir si
una obra es pornográfica o no, la dará el elemento subjetivo. En realidad -su-
braya este penalista- la obra verdaderamente obscena no planteará grandes
problemas de crítica literaria; porque cuando la finalidad es pornográfica,
ésta se pone de manifiesto de modo patente y hace imposible, en realidad,
que en la producción se concrete una verdadera voluntad artística. Esas
obras, entre otros caracteres, muestran cierto apresuramiento inmoderado
por llegar sin otras preocupaciones, a la descripción o exhibición de actos y
cuestiones del sexo. Es un poco sorprendente que se haya hecho cuestión
de la pornografía de un libro como el de ULYSES DE JOYCE, bastante más difícil
de leer que el Código Civil125.
No es exigible que la obra sea íntegramente obscena; sin embrago,
la apreciación debe hacerse considerándola en su totalidad. Esto no impide
126 Cit. Por GÓMEZ; T. III; p. 234; Citado por PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal.
Parte Especial, Vol. I.
127 Así, DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 694.
128 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 387; Así, SOLER, S.;
Derecho penal argentino, T. III, cit., p. 402.
129 ESTRELLA, O.A; De los delitos sexuales, cit., p. 236.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 109
nes de índole obscena que contemplan, son sin consentimiento, pues de
haberlo no habría bien jurídico que proteger130.
Un sector de la doctrina hispana señala qu*e por actos de exhibición
obscena debe entenderse el concepto de exhibicionismo acuñado por la
Psiquiatría y la Criminología, que evoca un tipo de autor generalmente con
problemas de desequilibrio mental, que realiza actos de exhibición ante una
tercera persona sin la finalidad ulterior de practicar relaciones sexuales con
él131. Quiere decir, que normalmente estos actos exhibicionistas son cometi-
dos por sujetos que sufren de determinadas anomalías mentales lo cual será
importante al momento de determinar la culpabilidad y si el autor deba ser
sometido a una a una pena o a una medida de seguridad post - delicio.
Los actos de exhibicionismo comprenden tanto la exposición del cuer-
po humano al desnudo, en sus partes más íntimas, como la publica reali-
zación de actos íntimos de contenido sexual, ya sean autotocamientos o
relaciones carnales entre personas, cualquiera que sean sus sexos 132. La
diferenciación de esta figura con el delito de actos contra el pudor (artículos
176° y 176°-A), radica en que los actos impúdicos en este caso no recaen
sobre la víctima per se, sino sobre el mismo cuerpo del sujeto activo o sobre
un tercero, lo que puede llevar a un concurso ideal de delitos, con los injustos
penales antes mencionados.
Las expresiones, "realiza exhibiciones, gestos, tocamientos o cual-
quier conducta obscena", no se refiere exclusivamente a mostrar en públi-
co parte del cuerpo, sino simplemente a la presentación en público de un
espectáculo obsceno, haya o no desnudez puesta de manifiesto, que ella,
de por sí, no constituye necesariamente ultraje. El caso de dos actores vesti-
dos, que, en forma torpe y grosera, simulan el coito, hay exhibición obscena,
por la sencilla razón de que el espectáculo se llama también exhibición y
realmente lo es133. Es un espectáculo obsceno y reprimible, así también la
pareja que en pleno parque, realizan el acto sexual a vista y paciencia de los
transeúntes; empero, el transeúnte que en plena calle, vereda o parque, se
detiene a orinar, y es observado por un grupo de gentes, no se dará el tipo
en cuestión, pues no se ha producido con la finalidad subjetiva mostrada en
la construcción típica134. El exhibicionismo más frecuente consiste en que
un varón muestre a otra persona, generalmente de distinto sexo, los órga-
130 Así, DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 686; ESTRELLA, O.A,; De
los delitos sexuales, cit., p. 239.
130 MUÑOZ CONDE; Derecho Penal. Parte Especial; p. 202.
131 Antonio GONZÁLES-CUELLAR García; ob.cit.; T. II; cit., p. 2251
132 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. III, cit., p. 402.
133 Ver al respecto ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 237.
110 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
nos genitales, con la finalidad de provocarle sexualmente o para satisfacer
su ánimo libidinoso. Consecuentemente, el término "exhibición", importa la
exhibición de ciertas partes del cuerpo, sin necesidad de una masturbación
por ejemplo, o de ciertos actos que puedan perturbar la excitación sexual del
colectivo. Por tanto sólo se tipifica el delito en mostrar desnudeces de partes
sexuales o en actividades e inverecundia sexual135.
Los gestos y las palabras, por groseros que fueran, sino se acompa-
ñan con actos, no son objetos de punibilidad por no ingresar al ámbito de
protección de la norma. No hay exhibiciones obscenas sólo por palabras,
sentencia DONNA136. Empero, en el caso de una gesticulación la situación
es distinta, tal como se revela de la construcción típica, gestos que deben
manifestar un carácter obsceno de significado conceptual para el colectivo.
Es decir que tanto las actitudes como los gestos son posturas o movimientos
del cuerpo que expresan algo, por lo que son actos o hechos humanos en
el sentido requerido a la figura en análisis137. El levantamiento del dedo en
señal de ofuscación, no ingresa de ningún modo en el radio de acción del
tipo penal.
Tal como se desprende, de la descripción típica en cuestión, sólo in-
gresan al ámbito de lo punible, actos de índole obsceno, que se materialicen
en exhibiciones, tocamientos, gestos u otra conducta; mas no en el caso de
libros138, pues éste sería el caso del inc 1), y como puede advertirse, existe
una semejanza de definición típica con el comportamiento típico previsto
en el artículo 183°-A (pornografía infantil), cuya delimitación típica, habría
que determinarla en dos puntos a saber: primero, que el caso de este último
artículo, los libros, escritos y/o imágenes deben tener como protagonistas a
menores de edad; y, segundo en el caso de la figura delictiva in examine, la
venta o muesca de dichas imágenes de carácter obsceno deben ser motiva-
das bajo la intención de excitar prematuramente el instinto sexual del menor,
mientras que.en el primero no se hace alusión a un ánimo particular que guía
la conducta del autor; entonces, tanto por razones de materialidad objetiva
como por cuestiones de índole subjetiva.
Parafraseando a Garrara, ni siquiera es necesario, la intrínseca pe-
caminosidad del acto obsceno si dos cónyuges eligen un lugar público para
entregarse mutuamente o para hacerse objeto de recíprocos actos impúdi-
cos; existe un delito a pesar de que la prestación de la llamada obligación
conyugal no puede considerarse culpable frente a ninguna ley. El marido
135 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 387.
136 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 694.
137 ESTRELLA, O.A., al referirse al artículo 129° del C.P. argentino; De los delitos sexuales,
cit., p. 238; Así, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. III, cit., p. 403.
138 Así, NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 387.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 111
que acaricia a su mujer, no comete un ultraje al pudor de la misma, agrega el
maestro de Pisa; pero si coloca el tálamo nupcial en la vía pública, ultraja el
pudor público y ninguna sociedad civilizada puede dejar impune semejante
brutalidad139.
Por consiguiente, la ley exige que para los efectos de la adecuación
típica, que los actos presuntamente obscenos se tornen visibles para las
personas, que puedan ser contemplados por un número indeterminado de
personas, basta que sea una sola, pues a efectos de punibilidad, lo que inte-
resa es que la exhibición haya sido susceptible de ser vista por un colectivo,
en la medida, que se trata de un delito de peligro concreto.
Como se ha ido sosteniendo, la materialidad de esta figura delictiva,
supone someter a la vista del público un acto obsceno, sin el consentimiento
del público; es necesario, pues, que la exhibición pueda caer bajo los senti-
dos de personas desprevenidas140; las cuales de forma involuntaria se hayan
involucrado en una situación de las descritas en el tipo penal.
El delito se comete por acción y no por omiáión. En efecto, una con-
ducta pasiva, como el introducirse desprevenidamente a cuartos reservados
para mujeres y aprovechar para mirar, no configura esta figura delictiva in
examine. Así también, quien no ha tomado las medidas de precaución que
dieran lugar, pues por ejemplo, cuando en una escenificación teatral con
contenido obsceno no se han dado las providencias suficientes para que
terceros las contemplen sin su consentimiento, por lo que la figura culposa
es inadmisible.
El exhibicionista -generalmente de personalidad psicopática-, que
muestra los genitales o las zonas eróticas del cuerpo en sitios públicos, se
subsume en el precepto que analizamos, que al tratarse de un inimputable,
no será pasible de una pena, sino de una medida de seguridad.
La exhibición de órganos genitales no tiene por que ser desaprobada
que la de otras partes de la anatomía humana, salvo que se realicen en un
contexto social susceptible de afectar a un bien jurídico de carácter indivi-
dual. Un contexto social no idóneo para provocar el instinto sexual sería una
playa de nudistas, donde todos los participantes se ciñen voluntariamente
a una determinada regla: que es la mantenerse desprovisto de ropaje mien-
tras dure ia estancia en el recinto. Un espectáculo teatral de tipo pornográ-
fico al que asisten personas previamente advertidas, no entra al ámbito de
lo punible; debiéndose recalcar que sujeto pasivo sólo podrá ser el menor
de edad.
139 En: PEÑA CABRERA R. Derecho Penal. Parte Especial. Vol I, op.cit.
140 FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 270.
112 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
El texto requiere que la exhibición se materialice en un sitio y/o lugar
público. Lugar público es el abierto y accesible a todos (caminos públicos,
calles, plazas, paseos públicos), o a un grupo determinado de*personas (tea-
tros, iglesias, centros comerciales, cafés, locales de diversión, etc.); cualquier
parcela o espacio geográfico cuyo acceso se encuentra abierto al público en
general, ingreso que puede ser gratuito y/o oneroso, pues por ejemplo, si en
un parque de diversiones, que se encuentra abarrotado de niños, un adulto
muestra a todos ellos sus partes genitales, el delito se habrá concretado en
toda su extensión. El sitio es público cuando es un lugar cuyo acceso, en
el momento del hecho, está abierto, llenando o no ciertas condiciones para
el común del pueblo para una cantidad de él141. Deben, excluirse, por tanto,
cualquier ámbito, recinto o lugar privado, si una persona se interna en un
domicilio privado, y capta imágenes de contenido sexual, por ejemplo el pa-
parazi que intenta captar imágenes de una persona famosa, y así lo hace, no
se cumplirá con la materialidad objetiva del tipo penal, pues cada quien en su
recinto privado es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo, y el periodista,
podría estar incurso en todo caso, en un delito de violación de domicilio o
contra la intimidad. Resultará discutible, y por no decirlo de dudosa definición
típica, aquel que en los interiores de su departamento, muestra sus genita-
les a los vecinos de un departamento contiguo, con toda intención; en este
caso, cabe precisar, que si bien los actos se producen en un ámbito privado,
sus efectos sexuales trascienden dicho ámbito y penetran en la esfera de
otras personas, el acto obsceno esta expuesto por ende a ser visto de forma
involuntaria por terceros; por lo que la tipicidad penal debe admitirse; así
también, quien realiza dichos actos en los ambientes comunes (áreas colec-
tivas) de un condominio. Ello se deduce de una interpretación de la ratio de
la norma, en cuanto a la efectiva protección del bien jurídico.
Nuestra ley no castiga el caso de la exhibición ¡obscena realizada en
un lugar privado, aunque los actos sean presenciados involuntariamente por
terceros. La ubicación accidental de las personas no> hace público el lugar
privado. En este aspecto, la norma no sigue la fuente legal argentina y es-
pañola142, tal como se señala en la doctrina nacional143.
Nosotros somos de la opinión que desde una perspectiva de lege fe-
renda debería de eliminarse el elemento "lugar público" como parte del tipo
objetivo, porque tal como lo demuestra la sentencias reiteradas del Tribunal
Supremo Español, generalmente estos actos de exhibicionismo obsceno se
141 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 388; SOLER, S.; Derecho
penal argentino, T. III, cit., p. 403.
142 El Código Penal Español de 1995, en su articulo 185° señala que "El que ejecutare o
hiciere ejecutar a otro actos de exhibición obscena ante menores de edad o incapa-
ces, será castigado con la pena de multa de tres a diez meses".
143 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, Vol. I.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 113
realizan ante pocas personas en lugares reservados y ocultos en los casos
que los ofendidos son en su mayoría menores de edad144. Nuestra realidad
no es distante a la española, donde la aguda poffreza y la carencia de ele-
mentos básico de subsistencia hacen propenso la comisión de estos actos
en el seno familiar donde son los niños los más afectados. De esta forma se
evitaría que muchos de estos actos, que expresan una alta nocividad social,
ingresen a la esfera de la impunidad.
La acción u omisión debe ser penalmente antijurídica, no debe concu-
rrir entonces, ninguna circunstancia que haga de dicha conducta típica, una
penalmente permitida, al presentarse un precepto permisivo que da lugar a
una causa de justificación, por ende, el comportamiento deja de ser punible.
Resulta penalmente justificable la conducta, cuando con ocasión de un in-
cendio, terremoto, temblor, huayco, inundación o cualquier tipo de calamidad
pública, se escapa desnudo de forma despavorida, en base al temor gene-
rado, que impide actuar al sujeto de forma razonable, dada la circunstancia
concomitante, pues ante el peligro de perder la vida (bien jurídico de alto
valor), se puede sacrificar un bien de menor escala valorativa (la decencia
pública), en el marco del estado de necesidad justificante en cuanto una,
ponderación de bienes jurídicos en conflicto. Si el sujeto sale desnudo de su
casa, producto del estado de ebriedad en que se encuentra, mostrando sus
genitales, la conducta será en definitiva típica y penalmente antijurídica, po-
drías ser exenta de pena, por concurrir un estado de inconciencia pasajera,
siempre y cuando no pueda aplicarse el actio libera in causa.
146 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 346.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 115
por su relativismo y vaguedad conceptual. ¿Cuáles podrían ser entonces
lugares de corrupción de menores de 18 años de edad?, bares, discotecas
de adultos, salas de juego de azar, night clubs, efe. Consideramos a efectos
de relevancia penal, que la conducta reseñada debe importar un estado de
habitualidad, en el sentido de que no es suficiente una sola entrada, sino que
el sujeto activo permita de forma permanente la entrada a un menor de edad
a un salón de strip tease por ejemplo.
La terminología empleada "corrupción" sólo podía tener coherencia
sistemática cuando el bien jurídico tutelado era la honestidad sexual; (...) co-
rromper tiene un sentido esencialmente psicológico y moral, de mañera que
se dice corruptora la acción que deja una huella profunda en el psiquismo de
la víctima, torciendo el sentido natural y sano de la sexualidad 147. Se ha sos-
tenido que el mismo importa impulsar, excitar al menor a corromperse, ven-
ciendo sus resistencias y empujándolo al vicio148. Debiéndose relevar que las
conductas corruptoras en un principio, estuvieron siempre relacionadas a los
actos de intermediación sexual, a la promoción y/o facilitación de prostitución
de menores149, que en el C.P. peruano se reconducen a los tipos penales de
los artículos 179° y 181°; por tanto, una figura así concebida, la verdad que
su capacidad de rendimiento es mínimo.
4. TIPO SUBJETIVO
El dolo del agente debe de abarcar el contenido del acto realizado y
los destinatarios del mismo, que deben de ser menores de dieciocho años y
cualquier persona en el caso del la modalidad prevista en el primer parágrafo
(tipo base); esto quiere decir, conciencia y voluntad de realización típica, de
dirigir su conducta a la materialización de un acto obsceno, que sea con-
templada por personas de forma involuntaria, y en el caso, de algunas de
las agravantes, saber que el contenido de dichas imágenes puede perturbar
gravemente el pudor o excitar prematuramente el instinto sexual de una me-
nor de dieciocho años.
El autor debe querer mostrar la obscenidad, pero basta su dolo even-
tual respecto de la trascendencia del acto150.
Parte de la doctrina exigen la concurrencia de un elemento especial
del tipo subjetivo del injusto: un elemento de trascendencia interna inten-
sificada -el ánimo lascivo151. Para nosotros, únicamente es necesario que el
dolo del agente comprenda la naturaleza obscena del acto y que este
dirigido a una tercera persona, en el caso del primer parágrafo152. En este
orden de ideas, el dolo debe de abarcar el contenido del acto realizado y los
destinatarios del mismo, en el caso de los tres incisos, debe ser un menor
de dieciocho años.
150 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit, p. 390; Así, ESTRELLA, O.A.;
De los delitos sexuales, cit., p. 240; Para DONNA sólo es admisible el dolo directo; De-
recho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 695.
151 De esta opinión VILLA STEIN; op.cit., p. 226; MUÑOZ CONDE; op.cit.; p. 203; Para BENEYTEZ
MERINO la intención debe de abarcar la finalidad de provocar o perturbar la sexualidad,
ese animus trascendente es imprescindible para la estructura de este tipo delictivo.
152 Asi, CANCIO MELIÁ, M.; Comentarios al Código Penal, cit., p. 542.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 117
Puede recaer en el agente delictivo en un Error de Tipo vencible o in-
vencible, sobre la edad del sujeto pasivo, al no ser punible la modalidad por
imprudencia no sería punible, de acuerdo al artículo 11° del C.P.
5. CONSUMACIÓN
El momento consumativo tiene lugar con la ejecución de los actos que
integran la materialidad de este delito, en cuanto a la realización delictiva,
no resulta necesaria la transformación del mundo exterior; basta que la eje-
cución de los actos típicos tengan la suficiente incidencia y/o aptitud, como
para perturbar la decencia pública o perturbar el normal desarrollo sexual del
menor de catorce años, en el caso del mayor de catorce años de mantenerlo
alejado de ciertos elementos, que puedan perturbar su "moralidad sexual";
por lo dicho, es un delito de mera tentativa; con tal motivos, los actos pre-
paratorios, por ejemplo desnudarse en un ámbito privado, antes de salir a la
calle no es objeto de represión153.
No se requiere el daño efectivo al pudor público; de ahí que la tentativa
no sea admisible. Es considerado como un delito de peligro15", pues se parte
de una valoración, de una estimación de probable lesión al bien jurídico.
6. PENA
La penalidad de estas hipótesis delictivas han sido incrementadas sus-
tancialmente mediante la modificación efectuada por el artículo 2o de la Ley
N° 27459 del 26/05/2001; orientación político criminal que ha sido la pauta
en el caso de la Ley N° 28251 de junio del año 2004. Siguiendo una corriente
neo-criminalizadora, el legislador tomando en consideración las protestas de
algunos sectores de la sociedad peruana (gestores atípleos déla moralidad),
incremento la dosimetría penal de los tres incisos con una pena privativa de
libertad no menor de tres ni mayor de seis años, manteniendo la hipótesis
delictiva del primer parágrafo a una pena privativa de libertad no menor de
dos años, ahora aumentada a pena no mayor de cuatro años vía la Ley N°
28251.
153 En contra, NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 390.
154 Así, Pumpido Ferreiro al considerarlo un delito de mera actividad; op.cit.; p. 2252;
ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 241; DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte
Especial, T. I, cit., p. 695.
118 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
PORNOGRAFÍA INFANTIL
Art. 183-A.- aEl que posee, promueve, fabrica, distribuye, exhibe, ofrece,
comercializa o publica, importa o exporta por cualquier medio incluido la
Internet, objetos, libros, escritos, imágenes visuales o auditivas, o realiza
espectáculos en vivo de carácter pornográfico, en los cuales se utilice aper-
sonas de catorce y menos de dieciocho años de edad, será sancionado con
pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años y con
ciento veinte a trescientos sesenta y cinco días multa. Cuando el
menor tenga menos de catorce años de edad, la pena será no menor de
seis ni mayor de ocho años y con ciento cincuenta a trescientos sesenta y
cinco días multa.
Si la víctima se encuentra en alguna de las condiciones previstas en el últi-
mo párrafo del artículo 173° o si el agente actúa en calidad de integrante
de una organización dedicada a la pornografía infantil la pena privativa
de libertad será no menor de ocho ni mayor de doce años. De ser el caso, el
agente será inhabilitado conforme al artículo 3(?, incisos 1, 2,4yS,,15S.
156 VELASQUEZ VELASQUEZ, IRENE VERÓNICA; Pornografía infantil. En Vista Fiscal, Año V,
N° IV, Director: Gilberto Feliz Tasayco, Lima, 2007, cit., ps. 304-305.
157 Así, VELASQUEZ VELASQUEZ, I.V.; Pornografía Infantil, cit, p. 304; DE LA CUESTA ARZAMENDI,
J.L.; Las nuevas corrientes internacionales en materia de persecución..., cit., p. 371.
120 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
<:
De otro lado, los matices y connotaciones ético-morales que hacíamos
alusión en el tipo legal anterior, cobran su vigencia con este articulado al
momento de tener que interpretar normativamente el término "pornográfico".
Es de recibo que el término "pornográfico" linda por los mismos senderos
meta-jurídicos que el término "obsceno", por lo que definir su contenido, es
de igual forma nada fácil, pero a la vez irrenunciable, a fin de generar espa-
cios de interpretación normativa que. puedan incidir en un estado de seguri-
dad jurídica en la administración de justicia. Por otro lado, parece ser que la
utilización de esta clase de conceptos, resulta de imposible prescindencia en
esta clase de delitos.
Considerada como una variante sexual criminal, se define como "toda
representación, por cualquier medio, de un niño dedicado a actividades
sexuales explícitas, reales o simuladas, o toda representación de las partes
genitales de un niño con fines primordialmente sexuales"158.
2. BIEN JURÍDICO
Es una tarea de hermenéutica imprescindible fijar los contornos mate-
riales del bien jurídico tutelado, partiendo de la concepción liberal del interés
tutelado, a efectos de despojar su contenido de posiciones marcadamente
moralistas. El legislador ha fijado la tutela en los menores de edad, lo cual re-
sulta plausible, para no confundir el derecho con la moral, sustrayendo a los
adultos como víctimas. En este caso, a diferencia de lo previsto típicamente
en el artículo 183, no se penaliza la conducta conforme a los destinatarios de
158 VELASQUEZ VELASQUEZ, I.V.; Pornografía Infantil, cit., p. 305.
122 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
3. TIPO OBJETIVO
159 RODRÍGUEZ PADRÓN, CELSO; LOS delitos de utilización de menores o incapaces en fines o
espectáculos exhibicionistas o pornográficos, o para la elaboración de material porno-
gráfico. En: Delitos contra la Libertad Sexual, cit., p. 15.
160 Citado por DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 667.
TITULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 123
te otro, comprendida en el artículo 27 del C.P; de tal forma, que a partir del
orincipio de transferibilidad, las condiciones que fundan la autoría penal son
xansmitidas a los sujetos actuantes, a los órganos" de representación que
;uentan con el dominio social de la acción u omisión típica. Siendo necesario
dentificar a los sujetos responsables según su ámbito de organización so-
cial, así como la esfera subjetiva del injusto; sólo podrán ser considerados
autores aquellos que de forma formal tengan una vinculación con la persona
urídica, aquellos que no forman parte de un órgano de representación de la
societas, a pesar de que puedan incidir en la concreción de una actividad de-
ictiva, no podrán ser pasibles de responsabilidad penal, pues el legislador no
ncluyó al administrador de hecho (hombre de paja), en la disposición legal
del artículo 27°; v.gr, quien financia a una persona jurídica a cuenta personal,
sin tener un cargo en la societas no podrá ser considerado autor.
En cambio, lá autoría mediata es perfectamente admisible, cuando en
a primera opción, la persona de atrás emplea a otro (sin dolo u inculpable),
que realiza materialmente los verbos típicos, de comercializar, vender, fabri-
car, importar, exportar, etc.; esto es, una persona determinada coloca revis-
as pornográficas en el almacén de otro, a fin de que sean exportados, sien-
do el exportador una persona natural que comercializa revistas deportivas, o
quien financia directamente la edición de material pornográfico, podrá estar
ncurso a título de complicidad primaria o en su caso en co-autoría siempre y
;uando haya tenido el co-dominio funcional del hecho.
Deberá ser un hombre o una mejor menor de edad, es decir, hasta an-
tes de cumplir los dieciochos años de edad. Si la víctima es menor de catorce
años, se configura la previsión prevista en el segundo párrafo. La utilización
de mayores de edad en estas conductas, devienen consiguientemente en
atípicas, por lo tanto, carente de relevancia jurídico-penal. Al igual que la
Figura delictiva anterior, el legislador deja fuera del ámbito de protección de
la norma, a los incapaces (inimputables). Los incapaces por padecer de un
déficit, sea este mental o físico, necesitan de una tutela especial por parte del
Estado en esta oportunidad por parte de la ley penal; con lo cual se genera
un estado de discriminación, que atenta contra el principio de igualdad cons-
iitucional161. De lege ferenda el legislador debería de incluir dicho ámbito
de :utela, a fin de sujetar la ley penal es los principios jurídico-materiales que
se desprenden de la Ley Fundamental.
161 Así, también en el caso del articulo 128" del C.P. argentino; Ver al respecto ESTRELLA,
O.A.; De los delitos sexuales, cit., ps. 220-221; Asi, ROORIGUEZ PADRÓN, C; LOS delitos
de utilización de menores..., cit., p. 15.
124 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
3.3. Acción típica
162 RODRÍGUEZ PADRÓN, C; Los delitos de utilización de menores..., cit., ps. 35-36.
163 ESTRELLA, O.A.; De ¡os delitos sexuales, cit., p. 226; Así, FONTAN BALESTRA, C; Derecho
Penal. Parte Especial, cit., p. 264.
164 BENEYTEZ MERINO; ob.cit.; p. 154; Ver la respecto DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte
Especial, T. I, cit., p. 670; Anteriormente la jurisprudencia más avanzada del Tribunal
Supremo Español, asociaba el concepto de pornografía a la finalidad de provocar la
lasciva o excitar la sexualidad con escenas o descripciones exclusivamente dirigidas a
tal propósito (SS.T.S. 23-1.1981 y 2-VII-1982), así como definió sus relaciones con los
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 125
fía es obscena ya que suscitan reacciones de repulsión en determinados ca-
sos, y el hecho radica en el tipo de pensamientos que el lector o espectador
pueda tener al respecto165; descripción de lo obscewo, (...), esta descripción
ha de materializarse en documentos audiovisuales, ya sean fotográficos, ci-
nematográficos o incluso sonoros166.
Comprende toda aquella manifestación o expresión gráfica suscepti-
ble de producir una perturbación o excitación en el instinto sexual, que usual-
mente se transmite por medio de la fotografía, cine, televisión, teatro, ¡nternet,
etc. Sin duda, si fijación en un concepto de alcance general es dificultoso, en
razón a la relatividad y abstracción, que importa su definición en un tiempo
y espacio determinado, lo cual complicará la labor del juez al momento de
valorar el juicio de tipificación penal; (...) al menos útil es apuntar -afirma
ESTRELLA- que la doctrina ha coincidido en el prevalerte contenido sexual
de lo obsceno -añadamos en virtud de la reforma, de lo "pornográfico"- y
que aquél no puede ser identificado con lo inmoral o lo impúdico167. Como
se dejo sentado en el artículo anterior, hubiese sido preferible el empleo del
"contenido sexual", sumado a una producción de una sensación determinada
en los receptores.
A fin de ejercer una delimitación típica en cuanto a las conductas que
merecen ser cobijadas bajo el tipo penal en análisis, se parte de la identifi-
cación de un elemento subjetivo del injusto, en cuanto intención de excitar
el morbo sexual del colectivo, él que estará ausente en determinadas re-
presentaciones gráficas, teatrales, visuales, pictóricas, etc. En palabras de
SOLER, no es una tarea sencilla apreciar una obra como pornográfica o no.
La distinción sobre la base del elemento subjetivo puede suministrar claros
criterios para separar fácilmente las obras que tienen una finalidad científica
o informativa honestamente dirigida; pero la situación se complica cuando se
trata de obras de otra naturaleza168.
Mediante la elaboración de este nuevo tipo legal, el legislador ha que-
rido delimitar aquellos actos conducentes a lesionar el "pudor público" con
aquellos que utilizan a un menor de edad como un mero instrumento, en
todo tipo de material de difusión al público de naturaleza pornográfica, otor-
gándole una mayor penalidad a estos últimos por ser catalogados como más
ofensivos (disvalor de la acción) al desarrollo sexual del menor. El objeto de
protección es que no se perturbe el normal desarrollo de la sexualidad del
menor de edad169.
Puede constituir una imagen, un libro, un escrito u todo objeto que sea
lo suficientemente idóneo para provocar una reacción sexual intensa en una
persona, portando imágenes de menores de edad; si éstos últimos son los
destinatarios, se aplicará el tipo penal previsto en el artículo 183o170; como es
de verse, la figura in examine es más amplia en su modalidad típica y, tiene
un contenido material de disvalor mucho mayor que la otra figura, pues en
este caso, se ataca de forma concreta la indemnidad e integridad sexual del
menor, mientras que en el primero, su recato sexual. Habiéndose incluido
mediante la modificación efectuada a este tipo penal, el Internet, como medio
masivo de comunicación, cuya proliferación hoy en día alcanza extensiones
nunca antes imaginables, es una vía, entonces, idónea y apta para poder di-
vulgar imágenes pornográficas. En este caso, la delimitación normativa con
el artículo 181°-A, es que en este último, las imágenes se difunden a efectos
de ofrecer relaciones sexuales bajo precio.
Al momento de su calificación se debe proceder a realizar una inter-
pretación restrictiva, contrario sensu, se reprimirían obras o pinturas con
imágenes placenteras y agradables, insertadas en un ámbito estrictamente
artístico, lo cual es vedado en un Estado de Derecho.
El material pornográfico debe de ostentar una intensidad suficiente
para producir un daño en la psique humana o en el desarrollo de la sexuali-
dad del menor utilizado, perturbando en todo caso su proceso participativo
en concretas actividades sociales y culturales, afectando el libre desarrollo
de su personalidad y su auto-realización en el marco de una sociedad demo-
crática. Es inocuo que la promoción, difusión o comercialización sea a título
gratuito u oneroso171. La problemática reside al momento de delimitar que es
"pornográfico"; MUÑOZ CONDE al respecto señala que no existe unanimidad en
5. TIPO SUBJETIVO
El dolo internado en el agente delictivo debe abarcar el conocimiento
y voluntad, de estar instrumentalizando a un menor de edad en un mate-
rial de contenido pornográfico; conciencia y voluntad de realización típica,
encaminada a involucrar al menor en actos de contenido sexual. No son
incriminados las modalidades culposas, por ende, no es punible el Error de
Prohibición vencible179, por ejemplo: Cuando el agente emplea a un menor
de edad bajo la creencia errónea de que se trata de un adulto, para lo cual
se tendrá en consideración los medios que tenía el autor para vencer el es-
tado de ignorancia, de todas manera de difícil aceptación, pues contratar a
una persona para que pose desnudo en una revista de circulación, requiere
al menos la verificación de adultez del individuo. Así, también, el error sobre
la edad, en el caso de la agravante prevista en el segundo párrafo, si dicha
ignorancia es admisible, de todos modos el autor será penalizado bajo los
alcances del primer párrafo.
Un sector de la doctrina hace referencia a la necesidad de la con-
currencia de un elemento especial en el tipo subjetivo del Injusto -ánimo
lascivo-180; para nosotros es suficiente con el Dolo. En suma, bastará con el
6. ANTIJURIDICIDAD
Podrán concurrir dos causas de justificación: la libertad de expresión
y el derecho a la educación. La primera de ellas se encuentra amparada
constitucionalmente (Art. 2, inc. 4) y la segunda opera como eximente en el
ejercicio legítimo de un derecho. En la primera hipótesis habrá que recurrir
a la Ponderación de los Bienes Jurídicos en conflicto. Para ello se requiere
una determinación valorativa de los intereses en juego a partir del sistema
de valores que la Constitución contiene181. Este conflicto de intereses habrá
que solucionarlo necesariamente mediante el sacrificio parcial de uno de
ellos, lo cual representará una limitación del interés sacrificado. La solución
dependerá del contexto social en que se encuentren involucrados dichos
intereses, partiendo por una especial consideración al derecho a la intangi-
bilidad e indemnidad sexual, por ser entendido como una esfera íntima de
mayor gravitación que la libertad de expresión, que necesita de una tutela
más intensa por parte del Estado. En cambio, la libertad de expresión es
un interés difuso -dirigido a la colectividad- cuya finalidad es de formar una
conciencia y opinión pública de los asuntos más importantes que aconte-
cen en la nación.
En cuanto a la segunda justificante, el ejercicio legítimo de un derecho,
nos referimos a la educación sexual, es decir, la utilización de textos en los
cuales se utiliza a menores de edad para una ilustración meramente pedagó-
gica. Inclusive tal conducta no operaría ya como una causa de justificación,
sino, como una "adecuación social" del comportamiento al carecer la con-
ducta de nocividad social y por ausencia de dolo. El contexto en que dichas
prácticas se realicen será también importante al momento de determinar la
tipicidad de la conducta.
7. CONSUMACIÓN
Será suficiente con que la participación del menor, en el material de ín-
dole pornográfico, se haya concretizado; sin necesidad de que tales objetos
lleguen a difundirse al público, que finalmente son sus destinatarios finales;
se trata, por tanto, de un tipo de mera actividad, en todo caso, la posesión
por ejemplo debe manifestar una inequívoca intencionalidad de poner en
8. PENA
Para aquellos que incurran el la modalidad prevista en el primer pará-
grafo, se prevé una pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor
de seis años y con ciento veinte a trescientos sesenta y cinco días multa.
Cuando el menor tenga menos de catorce años de edad la pena será no
menor de cuatro- ni mayor de ocho años y con ciento cincuenta a trescien-
tos sesenta y cinco días multa. Dependiendo de la posición que ostente el
agente en relación con la víctima, será inhabilitado conforme al artículo 36°,
incisos 1), 2), 4) y 5).
9. AGRAVANTE
Se configura, primero, cuando el menor tenga menos de catorce años
de edad, siendo evidente, que cuando la edad de la víctima sea cada vez
menor, las incidencias perjudiciales serán mayores, determinado una escala
de pena más severa (segundo párrafo); mientras que el tercer párrafo, se
hace alusión a las condiciones en que se encuentra la víctima, previstas en
el en el último párrafo del artículo 173°, para lo cual se contempla una pena
privativa de libertad no menor de ocho ni mayor de doce años. Esta agra-
vante se edifica en base a una relación especial que detenta el sujeto activo
en relación con la víctima. Se funda en base a una relación de carácter ins-
titucional, en un deber de garante, por lo cual el Estado le exige una mayor
responsabilidad en el cuidado del menor. Esta especial posición de dominio
(confianza) es aprovechada por el autor facilitándole el camino para cometer
su designio criminal. La mayor penalidad prevista para esta agravante tiene
su basamento tanto en el mayor disvalor de la acción como en el mayor
grado de reproche que se le atribuye al agente. Finalmente, se incluye el
hecho de que el agente actúa en calidad de integrante de una organización
dedicada a la pornografía infantil. Tratándose de individuos que se sirven los
tentáculos de las redes criminosas de una organización delictiva, en vista de
su mayor peligrosidad criminológica, se determina una mayor reprobación
jurídico-penal, que incide en una pena más grave.
182 Asi, NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 383.
CAPÍTULO XII
DISPOSICIÓN COMÚN
CASTIGO A PARTÍCIPES
1. ANÁLISIS JURÍDICO-PENAL
Autores son todos aquellos que poseen dominio táctico y/o funcional
del hecho, de cuya actuación depende el éxito o frustración del plan criminal
pre-concebido, ejercen una posición de privilegio en el marco de la realiza-
ción típica, plasmando su contribución esencial en la fase ejecutiva del delito,
concurriendo en él, los elementos subjetivos del injusto que exige el tipo
penal en su descripción típica. Son quienes ejercen el dominio del suceso
típico en su totalidad, por ello, la imputación delictiva se dirige principalmente
contra ellos, donde la atribución del injusto penal supone una pertenencia
directa del autor, quien ostenta la mayor responsabilidad penal entre todos
los intervinientes. Es de recibo que en la perpetración de un delito, no sólo
es factible identificar al autor (directo, mediato y co-autores), sino también
aparecen otros sujetos, que sin tener el "dominio del hecho", contribuyen con
una aportación de relevancia (o accesoria) para la materialización del ilícito
penal. Quienes ejercen una violencia intensa sobre una persona para privarla
de su libertad personal, y de ahí pretender cobrar una suma de dinero por
su puesta en libertad serán que duda cabe los co-autores; de conformidad
con una interpretación individual y material a la vez del tipo penal, pero quien
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 133
sólo dio un dato de importancia, en cuanto al paradero de la víctima, sus
cuentas bancarias, su trayecto diario, rutina, etc., será calificado jurídico-
penalmente como un partícipe. *
Luego de común idea con el principio de accesoriedad en la participa-
ción, se reconoce las figuras del cómplice y del instigador. Son individuos,
cuyo accionar no revela el dominio del hecho, no obstante, pueda que su
aportación haya sido imprescindible para lograr la perfección delictiva, por lo
que según las previsiones legales del nuestro texto punitivo, pueden recibir
una pena menor en relación al autor. Dicha consecuencia se deriva princi-
palmente del principio de culpabilidad, en tanto, quien tiene en sus manos la
esencia del evento típico, manifiesta una conducta de mayor desobediencia
normativa a comparación del cómplice o el instigador.
El fundamento de la puníbilidad de la participación reside en que pro-
voca la decisión de una acción socialmente intolerable y por eso antijurídica,
o favoreció su realización183. Con ello se exige, según el principio de la par-
ticipación en el ¡lícito, un aporte real al acontecer típico, que puede consistir,
según la concepción tradicional, tanto en una intervención externa como en
un apoyo psíquico184.
Las formas de participación delictiva Importan una intervención acce-
soria y dependiente a la del autor, quiere decir esto, que sin autor no pode-
mos hablar de un partícipe. Dicho así; el partícipe interviene en un injusto pe-
nal que es atribuible al autor que ayuda, coopera, contribuye en la realización
de una conducta que le pertenece al señor del hecho; por tanto, el partícipe
debe ser penado según la conducta típica realizada por el autor. El cómplice
debe responder penalmente por el mismo injusto penal en el cual se encuen-
tra incurso el autor. Así, si al autor se le imputa responsabilidad penal por
delito de peculado, al cómplice no se le puede atribuir responsabilidad penal
a título de autor del delio de receptación. Lo accesorio sigue la suerte de lo
principal, rige, entonces, la unidad en el título de imputación.
En el marco de autoría y participación en los delitos sexuales, hemos
sido enfáticos al negar la tipología de los delitos de propia mano, pues lo
que se recrimina son los graves atentados contra la libertad sexual, y no la
satisfacción del apetito sexual del autor material del ilícito penal; de tal forma,
que quienes no ejercen materialmente la conducta típica, esto es, el acceso
carnal sexual, pueden ser considerados también autores, como co-autores
o autores mediatos. Por lo general, la participación del autor, se dará en
la etapa preparatoria, por ejemplo, quien proporciona las llaves del cuarto,
183 WELZEL, H.; Derecho Penal Alemán. Parte General, cit., p. 161.
184 STRATENWERTH, G.; Derecho Penal. Parte General, I, cit., p. 427.
134 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
! 185 Así, la Ejecutoria citada por AVALOS RODRÍGUEZ y ROBLES BRICEÑO, Modernas Tendencias
dogmáticas..., (RN N" 306-2004-San Martín): "El primero de los encausados habría
mantenido relaciones sexuales con la menor agraviada cuando aun contaba con menos
de catorce años de edad, para lo cual contó con el apoyo de la encausada, quien como
prima de la victima, la habría propuesto practicarlos actos sexuales a cambio que cobre
sumas de dinero, facilitando su concurrencia al lugar, para la ejecución de los hechos.
Debiendo precisarse que en la conducta desplegada por la sentenciada no concurre la
instigación, sino que un correcto juicio de imputación sobre su participación delictiva
permite colegir que actuó en calidad de complicidad primaría (primer párrafo del articulo
veinticinco del Código Sustantivo) al haber brindado auxilio doloso determinante para
entrega de las sumas de dinero y llevándola personalmente a la habitación del centro de
hospedaje donde e concentraron los vejámenes, actos que no habrían materializado sin
su contribución; que es bajo tal titulo de imputación por el que debe responderla citada
encausada", cit., p. 149.
186 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 399.
187 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 713.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD
135
Empero, como los tipos legales que comprenden las tipificaciones penales,
hacen alusión únicamente al autor, sólo cabe la opción de una fórmula nor-
mativa que regule dicha situación agravatoria en elfnarco de una disposición
común. Máxime por el principio de incomunicabilidad de las circunstancias
personales, artículo 26° (in fine).
El C.P. de 1924 en su artículo 211°, recogía esta figura, con la dife-
rencia que se cabía alusión a una cooperación de forma general, es decir,
no se especificaba que dicha cooperación debía ser a título de complicidad
primaria, tal como la ha determinado la disposición común vigente, debién-
dose precisar que dicho texto punitivo, no hacía distinción entre el cómplice
primario y el cómplice secundario, tal como se desprende del artículo 100°.
Por lo expuesto, la disposición en comento sólo hace alusión a la cali-
dad de cómplice primario, en cuanto a ser reprimido con la misma pena del
autor, sin embargo, según lo previsto en ei primer párrafo del artículo 25° del
C.P. al cómplice primario se le reprime con la pena prevista para el autor 188.
Entonces, no resultaba necesario incluir dicha disposición, si ya la Parte Ge-
neral hacía alusión al respecto, al menos que se considere que la equipara-
ción penológica que contempla el artículo 25°, es facultativa para el juzgador,
pero de su tenor literal no se desprende dicha deducción, al margen de que
de lege ferenda se deba considerar que el cómplice primario debía recibir
una pena menor, según los principios de culpabilidad y de proporcionalidad.
Por consiguiente, lo adecuado hubiese sido referirse al "cómplice secunda-
rio", pues como se lee del tenor literal del segundo párrafo del artículo tantas
veces mencionado, a éste se le podrá disminuir prudencialmente la pena.
El art. 133 del Código (argentino), último dispositivo de los previstos
por el Título III, deroga la disminución de pena para los partícipes secunda-
rios, establecida por el principio general del art. 46, equiparándola a la pena
de los autores, cuando las personas que menciona cooperen en la comisión
de cualquiera de los delitos contra la integridad sexual, apunta ESTRELLA; (...)
donde los antecedentes de la norma encontramos, en primer lugar, al Có-
digo penal español de 1848, la cual la toma del Código del Perú de 1862189.
Se trata de un régimen especial para cooperadores en los delitos contra la
integridad sexual, ya que la norma deroga la disminución de pena para los
partícipes secundarios, establecida por el principio general del art. 46, equi-
188 El articulo 102° del C.P. de 1924, concedía la facultad discrecional al juzgador de dis-
minuir la pena del cómplice hasta en una tercera parte de la represión que imponga al
autor del hecho punible.
189 ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 270; Así, DONNA, E.A.; Derecho Penal.
Parte Especial, T. I, cit., p. 712; NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte especial, IV,
cit., p. 398.
136 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
190 ESTRELLA, O.A.; De los delitos sexuales, cit., p. 271; Así, SOLER, S.; Derecho penal ar-
gentino, T. III, cit., p. 413; FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 280.
191 FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 280.
192 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., ps. 712-713; NUÑEZ, R.; Derecho
penal argentino. Parte especial, IV, cit., p. 398.
193 CARMONA SALGADO, C; Delitos contra la Libertad Sexual, cit., p. 354.
TÍTULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 137
jurídica y social, en que se basa esta disposición, basada en una relación
de parentesco o de una posición de dominio con respecto a la víctima, es
también extensible al Instigador194, y éste tal como lo establece el artículo 24°
del C.P, también recibe la misma pena que el autor. Con ello, se acredita la
incoherencia normativa de la disposición en cuestión, al no haberse tomado
en cuenta las previsiones legales de la Parte General, que ya estipulan una
equiparación de pena entre el cómplice primario y el instigador con respecto
al autor. De tal forma que la previsión debió haberse referido al cómplice se-
cundario, de común idea con lo previsto en la legislación comparada.
Cuestión importante, que no puede quedar al margen del análisis, es
que para hacer operar la equiparación de la pena, no basta que el cómplice
primario ostente un cargo o autoridad, que le confiera una especial con-
fianza con respecto a la víctima; sino que precisamente, dicho ámbito de
organización debe haber sido aprovechado por el cómplice primario, para
contribuir de forma determinante en la realización típica del injusto sexual;
por ejemplo, que el maestro, haya proveído al autor, de la llave del camerino
donde se esta vistiendo la víctima. En el caso del pariente, consideramos
que no puede ser de distinta manera, pongamos el caso del pariente lejano,
que de forma muy circunstancial coincide con el autor, cooperando en su
delito, no podría darse la equiparación penológica, pues lo que cale acá es
el aprovechamiento, el prevalimiento de dicha posición social, de no ser así,
estaríamos fundando dicha equiparación en base a una reprobación exclusi-
vamente ética. Máxime, si dicha inferencia la podemos deducir, de una inter-
pretación sistemática con la agravante prevista en el inc. 2) del artículo 170°
(in fine). En cambio para NUÑEZ, la regla del artículo 133 (C.P argentino195),
funciona de dos modos diferentes. Respecto de los parientes funciona por
la sola calidad del cooperador. Por el contrario, respecto de cualquier otra
persona funciona sólo si ella ha abusado de su autoridad o encargo o de la
confianza del ofendido196. Interpretación que es deducible correctamente de
la legislación positiva de dicho país.
194 Asi, CARMONA SALGADO, C.¡ Delitos contra la Libertad Sexual, cit, p. 354.
195 Lo subrayado es mío.
196 NUÑEZ, R.; Derecho penal argentino. Parte Especial, IV, cit., p. 400; Asi, FONTÁN BALES-
TRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 280.
TÍTULO V
DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
CAPÍTULO
I
HURTO
1. ASPECTOS PRELIMINARES
El Derecho penal tiene por principal función la protección preventiva de
bienes jurídicos, merecedores de tutela punitiva, en cuanto recogen ciertos
intereses que resultan vitales para el individuo y para la sociedad, en corres-
pondencia con el orden de valores que se glosan en la Ley Fundamental.
Las primeras figuras delictivas que se proponen en la codificación penal
nacional, representan la idea individualista del bien jurídico, pues parten del
ser humano desde una visión atomista. La vida, el cuerpo, la salud, la libertad
y la intimidad, son bienes identificables en la propia estructura psico-somática
y espiritual del hombre, son inherentes a dicha misma condición desde una
consideración ontológica. Sin embargo, no sólo dichos bienes son imprescin-
dibles para que el ser humano pueda lograr su plena autorrealización perso-
nal, y así participar en concretas actividades socio-económicas-culturales; en
la medida que aparecen otros bienes que también son dignos de tutela penal,
en cuanto hacen alusión a ciertos derechos subjetivos de los ciudadanos, que
encuentran amparo en el ordenamiento jurídico.
El concepto de «patrimonio», nos inserta en las múltiples y variadas
relaciones que se suscitan y/o entablan entre los individuos y los bienes
(muebles e inmuebles), dando lugar a la vigencia de los denominados
«Derechos Reales», comprendiendo los derechos a la propiedad, a la
posesión, al uso, disfrute y enajenación, que pueden verse seriamente
afectados, cuando se producen las conductas típicas que se han
comprendido a lo largo de esta titulación. Pero como se verá más
adelante, resulta imprescindible fijar un concepto privativo del Derecho
penal, con respecto al Patrimonio, pues si lo entrecruzamos con las
definiciones que se proponen con el Derecho civil, podemos extender el
ámbito de protección de la norma jurídico-penal, más allá de los límites
que legitiman la intervención del ¡uspuniendi estatal, tarea
142 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
que se ajusta a los cometidos preventivos que se desprenden de este medio
de control social.
La Constitución Política de 1993, en sus preceptos normativos, no hace
mención propiamente al Patrimonio como lo hace el texto punitivo 197, al haber
incluido en el Capítulo III, el término "De la Propiedad198", que en definitiva im-
portan conceptos de diversa connotación jurídica; lo que en definitiva resulta
plausible, en la medida que los injustos que toman lugar en el Título V, no
siempre afectan a la propiedad, sino mejor dicho a las facultades inherentes a
quienes se les reconoce derechos subjetivos sobre los bienes; concibiéndose
una definición más amplia, susceptible de cobijar los injustos que se ponen de
relieve en nuestra ley penal. A decir, de QUERALT, si se toma al pie de la letra
el término propiedad, es evidente que una serie de delitos no tendrían cabida
dentro de la rúbrica por más que se dilate lingüísticamente199.
Sin embargo, no obstante lo dicho, debe anotarse que no por ello
el concepto «patrimonio» puede quedar exento de críticas, cuando a decir
197 Concepto que sí ha tomado el Código Civil, en cuanto ciertas instituciones que se re-
cogen en el Libro Segundo - Derecho de Familia (Régimen Patrimonial y Patrimonio
Familiar).
198 Para RAMIREZ CRUZ, en su acepción restringida o técnica, propiedad viene a ser un
derecho real que puede ser entendido de dos maneras: por un lado, recae sobre todo
tipo de bienes, así los materiales (los clásicos, creían que sólo era sobre corporales)
como los inmateriales. Y por otra parte -y aquí se diferencia nítidamente de los otros
derechos reales-, confiere a su titular un goce o señorío pleno sobre los bienes; Tra-
tado de Derechos Reales, T. II, cit., p. 93; Soler, comentando la legislación de su país
en lo que respecta a la expresión de patrimonio como más conveniente, que denomina
en su ley penal "Delitos contra la Propiedad", escribe que se incurre en error al referir
al concepto de propiedad al de dominio, definido por el C. Civil, porque en nuestro
derecho existe un concepto jerárquicamente superior, porque es constitucional, de
acuerdo con el cual esa expresión tiene un significado positivo y vigente mucho más
amplio (...); En este sentido, se habla del derecho de propiedad como el de ün verda-
dero derecho que se ejercer por el sujeto con relación a cada uno de los bienes que
están en su patrimonio; Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 173-174; Vid., al res-
pecto, FONTÁN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 401-402; GONZÁLEZ
Rus, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (I), cit., p. 550; si bien una definición más precisa
puede definir con mayor rigor, el bien jurídico, no es menos cierto que la ley positiva
debe buscar siempre el concepto jurídico más adecuado, para así evitar discusiones
interpretativas inútiles, por lo que nos decantamos por el patrimonio, que sí puede
cobijar sin reparos, figuras delictivas como el hurto de uso o la usurpación, que de
ninguna manera afectan a la propiedad; Así, BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho
Penal. Parte Especial, cit., p. 189; en opinión de MESTRE DELGADO, en el patrimonio de
cada ciudadano puede integrarse, además de bienes poseídos en propiedad, otros
bienes y derechos que, en virtud de vínculos jurídicos de arrendamiento, comodato,
derecho de uso, usufructo y^otros semejantes, puede ser legítimamente disfrutados
por él; Delitos contra el Patrimonio y contra el orden Socioeconómico, cit., p. 222.
199 Queralt, J.; Derecho penal español. Parte especial, Vol. II, cit., p. 245.
T)TULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 143
de la doctrina, no evoca una definición sistemática de todos los delitos que
se agrupan en el Título. En este sentido, el bien jurídico protegido es en
ocasiones elementos patrimoniales individualizados -propiedad, posesión,
derechos reales, derechos de crédito- y en otras, el patrimonio globalmente
considerado200. Por lo que es tarea de la dogmática fijar el contenido exacto
del bien -objeto de tutela-, en cada figura delictiva en particular.
Por otro lado, resulta necesario delimitar de forma clara y precisa el
ámbito de intervención del Derecho penal en cuanto a la protección del patri-
monio refiere, pues el Derecho privado también tiene una incidencia directa
en dicho marco. Debemos sujetar la injerencia del derecho punitivo a los
principios de subsidiariedad y de ultima ratío, a fin de sustraer de la esfera
de tutela, aquellos comportamientos que sólo denotan una caracterización
jurídico-obligacional (contractual), meras desavenencias que se originan de
un acto jurídico, en cuanto al incumplimiento declarado por una de las partes.
Ante ello, debe asegurarse que la vía civil, sea la jurisdicción competente,
lo cual no sucede a menudo en nuestra praxis judicial, en tanto son muchas
las causas que no deberían ser procesadas en la vía criminal, al carecer de
la materialidad lesiva que se exige, para dotar a una conducta de relevancia
jurídico-penal. Por tales motivos, se contraviene la legalidad y el principio de
reserva procesal-penal; siendo que muchos de los procesos han de concluir
anticipadamente, mediando una excepción de naturaleza de acción.
El Derecho penal no tiene nada que hacer, ante meros incumplimien-
tos contractuales, ante desavenencias societarias o ante posibles nulidades
de un acto jurídico, sólo es legítima su intervención cuando los derechos
subjetivos, que emanan de la relación jurídica de un individuo con sus bie-
nes se ve mermada de forma significativas, siempre y cuando medien cier-
tos medios vedados, que supongan una desvaloración suficiente; Vg., quien
compra un vehículo en un precio muy por encima de su valor en el mercado,
no es objeto de protección punitiva, pero sí lo será cuando el vendedor re-
vistió fraudulentamente al vehículo de una serie de caracterizaciones que no
se correspondían con su real condición, imprescindible para lograr el asen-
tamiento del comprador (sujeto pasivo).
El derecho penal no tiene por «misión» proteger acreedores ni propie-
tarios, sino a cada persona por igual en sus relaciones sociales201.
Por eso, siguiendo a PEÑA CABRERA, diremos que interesa conocer con
la mayor exactitud posible de qué forma y de qué manera el ámbito penal
200 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio y el Orden Socioeconómico..., cit.,
p. 341.
201 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 190.
144 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
recibe o constituye instituciones (posesión, propiedad, etc.) jurídico privadas.
En otros términos, si el campo penal conserva la definición civil, o contraria
mente, hay una especificidad penal conceptual202. *
Como pone de relieve VALLE MUÑIZ, los fines político-criminales que se
pretenden en lo penal requieren de una definición precisa de los objetos que
constituyen los bienes jurídicos. En esta medida, nos vemos obligados a la
búsqueda de un concepto estrictamente penal de patrimonio203.
Lo señalado por un sector importante de la doctrina, es importante no
sólo como medio de definición del concepto de patrimonio, sino sobre todo
para racionalizar el uso de la pena, en cuanto comportamientos que revelan
una ofensividad intensa; entonces, se requiere de un concepto ni muy amplio
ni muy restringido, sólo interesa aquel que pueda cobijar las legítimas expec-
tativas sociales en el marco de un Estado Social y Democrático de Derecho,
con arreglo a los principios limitadores del Derecho penal y en correspon-
dencia a una política criminal de tutela para los intereses jurídicos de mayor
raigambre constitucional.
Dentro de esta protección, están comprendidas, según sea la figura
delictiva, tanto el dominio propiamente dicho, en el sentido civilista, como
otros derechos reales, y hasta la simple posesión y la tenencia como situa-
ciones (hechos)204. Quedando, de todos modos, por definir el concepto de
patrimonio en términos punitivistas.
Como muchos de los injustos penales que se clasifican en el rótulo
del "Derecho penal nuclear", los movimientos de reforma, no han parado,
sobre todo para la inclusión de nuevos supuestos delictivos, en el marco
de las agravantes y para hacer más drástica la sanción punitiva. El Decreto
Legislativo JH° 982 de julio del 2007, modifico por ejemplo, la figura delictiva
de Extorsión.
En lo; referente al patrimonio son básicamente tres las concepciones
desarrollados en la doctrina.
202 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 45.
203 VALLE MUÑIZ, J.; El delito de Estafa, cit., p. 79.
204 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 175.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 145
BINDING, definía a esta postura, como la "suma de los derechos y debe-
res patrimoniales de una persona".
* Coherentemente, la
pérdida o gravamen de derechos sobre cosas o
bienes constituirá perjuicio patrimonial205; quiere decir esto, que lo que es
objeto de incriminación no es el menoscabo del acervo patrimonial, concre-
tizado cuando el bien es sustraído de la esfera de custodia de su titular, sino
la privación de la mera tenencia sobre la cosa. Con ello toma lugar una con-
cepción, que sin lugar a dudas no se condice con el fundamento material del
injusto típico, que debe caracterizar el comportamiento prohibido, de acorde
con el bien objeto de tutela.
En palabras de HUERTA TOCILDO, apenas si se discute ya que el Derecho
penal es capaz de construir sus propios conceptos, aun cuando éstos tengan
su origen en otras ramas del ordenamiento jurídico, lo que conlleva la no ne-
cesariedad de adoptar un punto de vista encadenado al Derecho civil206.
En resumidas cuentas, el Derecho penal no puede asumir por entero,
un concepto propio del Derecho privado, al no cohesionar dicha acepción
con los fundamentos de los injustos típicos que se articulan en esta titula-
ción, con ello, el perjuicio, el menoscabo, la afectación que debe sufrir el
patrimonio personal, como en la estafa, pierden vigencia. No se advierte
relevancia alguna, en la sustracción de un bien que no llega a costar ni cinco
soles, ni tampoco cuando el agente se apropia de un bien que no es suscep-
tible de ser cuantificado económicamente en el mercado.
En consecuencia, como apunta RODRÍGUEZ DEVESA, sólo existe lesión
de derechos patrimoniales, no de posiciones económicas jurídicamente
protegidas, y además, hay perjuicio tanto si la cosa objeto de delito carece
de valor económico, como si la contraprestación tuviere un valor
económicamente equivalente207. En este caso, se estaría dejando a pura
discrecionalidad del ofendido, si es que se vio o no perjudicado, producto de
la supuesta conducción típica, lo que pierde solidez, al estar desprovisto de
criterios objetivos que puedan sustentar válidamente, tanto el disvalor de la
acción como el disvalor del resultado.
Como expresa GONZÁLEZ RUS, el perjuicio se concibe en términos pura-
mente formales como pérdida jurídica, esto es, desaparición de un derecho
o su gravamen con una obligación, con independencia de la trascendencia
208 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (I), cit., ps. 550-551.
209 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 52.
210 Así, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit., p. 551; BUSTOS RAMÍREZ,
J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 189.
211 VALLE MUÑIZ, J.; El delito de Estafa, cit., p. 82.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 147
1.3. Posición «mixta» del patrimonio
212 BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 290.
213 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (I), cit., p. 551.
214 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 54.
148 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Con lo expuesto hasta estas líneas, estaríamos adoptando un criterio
jurídico de patrimonio o, ciertas consecuencias que no necesariamente se
derivan de la posición mixta. Al respecto ANTÓN ONCEA, sostiene que en este
aspecto es notorio el poder táctico sobre las cosas tiene siempre una pro-
tección del Derecho, no pudiendo ser privado el detentador por vías ilícitas.
No olvidemos que en la postura mixta, hicimos alusión a que debe tratarse
de una «aparente protección jurídica»; v.gr., el usurpador, que ingreso a un
inmueble, mediando abuso de confianza, no puede ser desocupado del bien,
sino por las vías legalmente establecidas (interdicto de recobrar), a menos
que haga uso de la Defensa extrajudicial (precepto permisivo), que se dispo-
ne en el artículo 920° del CC, siempre y cuando el despojo se haya realizado
de forma secuencial y coincidente. Si el propietario de un bien que fuera des-
pojado semanas atrás, encuentra al poseedor ilegítimo y lo despoja del bien
con violencia, habrá cometido una conducta típica; nadie puede hacerse uso
de la justicia de propia mano, solo en el caso de la legítima defensa.
Se dice en la doctrina que el delito de hurto es un injusto de enrique-
cimiento, siendo así no se entiende, por que quien detenta ilegítimamente
no puede ser sujeto pasivo si, precisamente ve mermado su patrimonio, tu-
telado legalmente en apariencia; así al señalarse que el daño corresponde
siempre a la primera víctima, al acentuarse las limitaciones de la libertad de
disponer su patrimonio contando también con el alejamiento de recuperar
lo que le corresponde215. A decir, de Valle Muñiz, si en la estafa al ladrón el
perjudicado es el primitivo propietario, dado que el patrimonio de éste
permanece idéntico antes y después de la comisión del delito de estafa, el
daño patrimonial se configuraría como una ficción: la violación de un derecho
inexistente, el de gozar y disponer libremente de la cosa216.
En suma, no puede producirse sistemáticos y reiterados perjuicios
económicos, en el caso de la estafa y la pérdida continúa de la propiedad
en el caso del hurto; cuestión distinta es el aspecto procesal, que conlleva
ciertos requisitos para el ejercicio válido y oportuno de la persecución penal.
Cuando ya se acreditó en el proceso su posesión ilegítima y es obligado a
restituir el bien a su legítimo propietario, ya no es posible ser considerado
sujeto pasivo. Un reconocimiento total del ordenamiento jurídico del patrimo-
nio, nos acerca más a una concepción jurídica, inaceptable por los efectos
que ella desencadena.
Por los considerandos expuestos, consideramos que la concepción
mixta, es la que de mejor forma se adecúa a la naturaleza de los delitos que
se comprenden en el C.P., tomando en cuenta la perspectiva patrimonia-
215 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 54.
216 VALLE MUÑIZ, J.; El delito de Estafa, cit., p. 86; Así, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el
Patrimonio (I), cit., p. 552.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 149
217 En la doctrina germana se incluye una cuarta opción, concretamente por Otto, para
quien el patrimonio es la unidad estructurada y ordenada en función de los fines de un
individuo, que garantiza su desarrollo en un determinado entorno y no puede descom-
ponerse en sus partes individuales sin perder su identidad, dando cabida a una posi-
ción "personal"; por ello la realización típica del injusto, no requiere necesariamente
la pérdida de un valor económico, sino la reducción ostensible de una expectativa ha
alcanzarse con un negocio jurídico, se sustituye la afectación económica por la frus-
tración de expectativas personales, la funcionalidad. Criterio que por su subjetivismo
no puede ser cobijado en el derecho positivo, importaria una mayor extensión de las
conductas típicas, con el riesgo de ingresar al campo estrictamente privativo de las
relaciones contractuales; Donna escribe que en realidad esta tesis ha sido criticada
por su falta de utilidad práctica, pues se entiende que todos los problemas que plantea
pueden ser resueltos satisfactoriamente con la postura mixta (jurídico-económica);
Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit, p., 15.
218 Vid., al respecto, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 56.
>19 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio..., cit. p. 552; Asi, DONNA, E.A.; Dere-
cho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 15.
150 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
a través de la lesión de un concreto bien o valor patrimonial, producto del
cual, obviamente, aparecerá una pérdida o disminución económica cuanti-
ficable220. *
HURTO
222 Vid., al respecto, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 176-180; QUINTERO
OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p. 589.
152 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Según lo expuesto, veremos entonces, si nuestra ley positiva se inclina
por tutelar únicamente la propiedad o, si también se incluye la «posesión».
* Así, en la
doctrina española, GONZÁLEZ RUS, se señala que a tenor de
la nueva regulación, en la determinación del bien jurídico debe diferenciarse
entre el hurto propio del art. 234 y el furtum possesionis del art. 236. En el
primer caso es evidente que lo protegido es la propiedad; de otra forma, no
tendría sentido condicionar la aparición del delito a la voluntad del dueño.
Como consecuencia, agrega el autor, en el hurto propio del art. 234 no pue-
de ser sujeto pasivo más que el propietario aunque a quien se le sustraiga
la cosa sea al poseedor, al depositario o al mero tenedor; lo que permite
distinguir, a estos efectos, entre sujeto pasivo del delito y sujeto pasivo de la
acción223. Existiendo, otra postura, la de Muñoz Conde, quien sostiene que el
bien jurídico protegido sería la posesión.
Para Donna, en el hurto se protege el poder, el dominio, la relación de
hecho entre la persona y la cosa, como poder autónomo sobre el objeto224.
De tal suerte, carece de significado para apreciar la conducta del ladrón el
título en virtud del cual se tiene la cosa225.
En el caso de nuestra ley positiva está claro, que no existen una dispo-
sición penal específica que recrimine la conducta del propietario que se apo-
dera de un bien mueble que se encuentra bajo custodia de otra persona en
la Capitulación del Hurto, que la ejerce en virtud de un título sea un depósito,
comodato o prenda; siendo así, la conducta del dueño de la cosa será atípi-
ca, por lo tanto impune. Lo cual no creemos que haya sido la intención del
legislador, a partir de la ratio legis, que siempre debe sujetarse a la función
esencial del Derecho penal: la protección preventiva de bienes jurídicos; por
tales motivos la posesión no puede quedar al margen de la protección que
se concretiza con el tipo penal del hurto.
Ha de verse que la propiedad a partir de su acepción jurídica, cons-
tituye el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un
bien, con arreglo al artículo 923° del CC; lo que implica que al violentarse
el derecho de propiedad, se esta vulnerando también el ius posessionis, de
conformidad con el artículo 896° del CC, por lo que podría decirse en todo
caso, que si bien el delito de hurto tiende a proteger preferentemente la pro-
piedad, con ello también a la posesión, no es menos cierto que en ciertas
circunstancias sólo ha de tutelar derecho a la posesión, pues de no ser así,
223 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (I), cit., p. 562; Asi, VIVES ANTÓN, T.S./
GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio y el Orden Socioeconómico, cit., p.
397; PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 345.
224 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T il-B, cit., p. 22.
225 FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 405-406.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 153
quedaría al margen del ámbito de protección de la norma, aquellas conduc-
tas por las cuales el propietario no poseedor sustrae del ámbito de dominio
del poseedor no propietario un bien mueble; así también cuando el apode-
ramiento se realiza mediante violencia y/o amenaza (robo). El ordenamiento
jurídico regula las vías lícitas, por las cuales el propietario tiene la posibilidad
de recuperar un determinado bien mueble, de quien la esta poseyendo sin
contar con un título dominical226; contrario sensu, se estaría promoviendo
propiamente la apropiación de la cosa por vías de hecho, lo cual resulta
cuestionable desde cualquier consideración de los principios que rigen en
un Estado de Derecho. Cuestión distinta es cuando ia sustracción la sufre
el poseedor no propietario en manos de un tercero, en estos casos, sujeto
pasivo de la propiedad es el dueño, pero sujeto pasivo de la posesión es el
tenedor legítimo.
Lo sostenida no quiere decir, que no se pueda otorgar un mayor acento
de disvalor jurídico-penal, cuando se atenta puramente contra la propiedad,
pues de tal forma se impide el derecho de enajenar el bien. Factor de mayor
antijuridicidad, que puede ser valorado por el juzgador, al momento de la
determinación judicial de la pena.
Nuestra postura se condice con lo argumentado en las líneas prelimi-
nares, cuando se dijo que el ladrón también puede ser considerado sujeto
pasivo de este delito, siempre y cuando aún se encuentre vigente la presun-
ción de tutela jurídica; debemos agregar, que la interpretación de la norma
penal puede verse sesgada cuando se acogen posiciones doctrinarias forá-
neas, que aluden a otro sistema legal.
No obstante lo acotado, el legislador incluyó una conducta que tipifica
la acción que realiza el dueño (sujeto activo), de sustraer un bien mueble,
de quien lo tenga legítimamente en su poder, con perjuicio de éste o de
un tercero; concretamente en el artículo 191° del C.P., en el Capítulo sobre
«Apropiación Ilícita», lo cual es a todas luces "asistemático", en la medida
que el bien lo obtiene mediando una modalidad típica de apoderamiento,
privativa de los delitos de hurto. Se hubiese preferido en todo caso, que la
tipificación autónoma, se hubiese incluido en las figuras comprendidas en el
capítulo de Hurto.
Siendo así, el dueño de la cosa, de todas formas no puede ser sujeto
activo del delito de Hurto, lo que no obsta a considerar que la posesión tam-
bién es objeto de tutela por parte de esta figura delictiva.
Otro aspecto importante es el referido a la valuación del bien mueble
que es objeto de sustracción y/o apoderamiento; cuestión importante a sa-
226 Cfr, en contra PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 70-72.
154 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
2. TIPICIDAD OBJETIVA
227 Así, BLANCO LOZANO, C; Tratado de Derecho Penal Español, T. I, cit., p. 52.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 155
cosa, al menos que se trate de un copropietario; eso sí sólo puede serlo una
persona psico-física considerada. El propietario que sustrae el bien de quien
la posea legítimamente no comete hurto; su adecuación corresponde al deli-
to de apropiación ilícita descrito en el artículo 191 del Código penal228.
Si el poseedor no propietario se niega a entregar el bien mueble, que
le fue entregado en virtud de un título no cometerá la infracción delictiva en
análisis, sino estará incurso en el tipo penal de apropiación ilícita.
228 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 73.
229 Asi, DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 36; Cfr, al respecto,
RAMÍREZ CRUZ, E.M*.; Tratado de Derechos Reales, T. I, cit., ps. 104-105.
230 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 77.
156 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Si hemos de mencionar que el hurto, supone en su modalidad típica,
las nociones básicas de apoderamiento o de sustracción, debe tratarse de
un objeto que pueda ser desplazado de un lugar a otro, s66 o no fungible;
v.gr., las frutas que son apoderadas ilegalmente por el campesino del huerto
ajeno, constituye un hurto, a pesar de que luego puedan ser efectivamente
consumidas.
En la legislación penal española se hace alusión a la «cosa». Suele
afirmarse que el carácter material o corporal de la cosa excluye como
objetos idóneos de los delitos de apoderamiento todos aquellos que, im-
propiamente, se entienden que carecen de masa o sustancia; así, las ener-
gías, gases y líquidos, mientras no se encuentren envasados 231. A decir, de
GONZÁLES Rus, cosa es todo objeto con un valor económico determinado o
determinable que puede ser objeto de derechos patrimoniales, lo que obliga
a excluir del concepto a la luz natural o al aire, respecto de los que no puede
establecerse relación patrimonial alguna232. Debe por tanto, ser un objeto
valuable económicamente, debidamente individualizado y susceptible de ser
removido, mejor dicho de ser desplazado de un lugar a otro. Lo dicho con
independencia de los bienes que se hacen alusión en el segundo párrafo del
articulado en cuestión, pues puede que éstos sí sean objeto de sustracción;
así en el caso de la sustracción de las líneas telefónicas o de los cableados
de energía eléctrica, sea en agravio del Estado o de los particulares.
231 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 351; Asi, VIVES ANTÓN, T.S./
GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 403.
232 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit., ps. 566-567; Así, PEÑA CABRERA,
R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 79.
233 Vid., de forma amplia, FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 413.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 157
De la lista que se glosa en el artículo 886° del CC, podemos rescatar
los siguientes: los vehículos terrestres de cualquier clase, los títulos valores
de cualquier clase o instrumento donde conste la adquisición de créditos o
derechos personales234, los demás bienes que puedan llevarse de un lugar
a otro.
Entonces, en el concepto penal de «bien mueble», están compren-
didos todos aquellos objetos de naturaleza inmaterial o material, siempre y
cuando puedan ser susceptibles de valoración económica y de ser despla-
zados de un lugar a otro.
Son varios los objetos en cierta forma, que pueden traen a lugar cierta
discusión; primero, los objetos extra commertium, en este caso las drogas,
alucinógenos, etc., siempre que su comercio se encuentre prohibido por las
normas legales, no- pueden recaer bajo la tutela del hurto, no se puede ha-
blar en de dueños o dígase de verdaderos titulares dominicales. Ni bien se
produce una incautación de alijo de droga, por ejemplo clorhidrato de co-
caína, a una persona ajena al dueño, el burrier por ejemplo, su verdadero
"propietario", no puede reclamar en ningún caso su devolución, en tanto,
son sustancias de lícito comercio; cuestión distinta resulta del consumidor,
del drogo-dependiente. Por su parte, los órganos humanos, como el riñon,
el vaso, etc., importan partes del cuerpo humano, que no son considerados
como bienes "muebles" y, si ello sucede el tipo penal aplicable es el de le-
siones, según lo previsto en el artículo 121° del C.P.235. Sin embargo, más
allá de las calificaciones formales de los objetos, hay que acudir a la rea-
lidad práctica para decidir si efectivamente son objeto de mercado y se les
atribuye valor económico236. Existe un mercado legal de venta de sangre, y
en algunos casos los cadáveres pueden ser objeto de comercio, por ejemplo
para las universidades, academias, etc. La diferencia de esta figuraron la del
artículo 318 incisos 1 y 3 (profanación y sustracción de cadáveres), es que el
cadáver se encuentra dentro del comercio237.
En cuanto a los animales, si bien no se puede decir de forma rigurosa
que se tratan de «bienes muebles», resulta más que evidente que aquéllos
234 De conformidad con el artículo 1o de la Ley N° 27287 - Ley de Títulos Valores; en este
caso, la sustracción de un queque, siempre que este girada al portador, pues de no
ser asi, será aplicable la figura del libramiento indebido; una letra de cambio, etc.
234 A más detalle ver el Capitulo III del Título I.
235 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit, p. 352; Vid., al respecto, GONZÁ-
LEZ Rus, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit., p. 570; DONNA, E.A.; Derecho Penal.
Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 38; PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A,
cit., p. 80.
235 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 80.
158 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
238 Cfr., MESTRE DELGADO, E.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 225.
239 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 353; Así, PEÑA CABRERA, R.
Tratado de Derecho Penal..., cit., p. 81.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
159
240 Vid., al respecto, DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., ps. 40-41.
241 Asi, GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit, p. 572.
242 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 83.
243 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 82; Cfr. BUSTOS RA-
MÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 195; FONTAN BALESTRA, C;
Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 416.
244 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 354.
160 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
En el caso de la adquisición de bienes muebles, como automóviles,
mediante los denominados créditos leasing, se dice que la propiedad no será
reconocida, mientras no pague el total de las letras convenidas; por lo que si
el poseedor, es despojado de forma ilegítima por un tercero, el sujeto pasivo
será el Banco y, no el tenedor, al margen que se le deba reconocer las cuo-
tas ya canceladas.
Ahora bien, dice el tipo penal que la cosa sustraída, puede tener lugar
en el marco de una co-propiedad. Dicho en otras palabras, cosa ajena es
toda aquella que pertenece a un patrimonio que no sea el del agente, y, en
cambio, resulta parcialmente ajena cuando el agente tiene algún derecho
sobre la cosa, es decir, que resulta condómino o comunero hereditario sobre
algún bien245.
¿Cuándo estamos ante la figura de la copropiedad?. Hay copropiedad
cuando un bien pertenece por cuotas ideales a dos o más personas, según
se desprende del artículo 969° del CC; en este caso las cuotas de los copro-
pietarios se presumen iguales, salvo prueba en contrario, así lo dice el artí-
culo 970° (in fine). En este caso al identificarse cuotas indivisas, siendo cuo-
tas ideales, no es factible hablar de apoderamiento de un bien parcialmente
ajeno; (...) pues mientras no se produzca la división de ella (si es divisible) no
se puede hablar de ajenidad de la cosa (podrá haber abuso en el ejercicio
del derecho, ilegitimidad, etc., pero no hurto)246.
Por consiguiente, para que se pueda configurar el hurto en este su-
puesto, previamente deberá haber un proceso de partición y división del bien
común, de conformidad con el inc. 1) del artículo 992° del CC, en virtud del
cual el ex copropietario, se apodere de una porción del bien que la pertenece
al otro. Así, sucederá por ejemplo, en el caso del fenecimiento de la sociedad
de gananciales, luego de haberse disuelto el vínculo conyugal, puesto que
dicho patrimonio mientras esta vigente determina un patrimonio común, de
cuotas indivisas, con arreglo a los artículos 301° y 318° del CC. El artículo
315° del CC, establece que para disponer de los bienes sociales o gravarlos,
se requiere de la intervención del marido y la mujer. Empero, cualquiera de
ellos puede ejercitar tal facultad, si tiene poder especial para ello, aunque
renglón seguido se dispone que ello no rige para la adquisición de bienes
muebles.
245 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 42.
246 BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 195; Asi, PÉREZ
MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 355; FONTÁN BALESTRA, C, Derecho
Penal. Parte Especial, cit., p. 414.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 161
2.3.3. Modalidad típica
252 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 75.
253 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 87.
252 Asi, PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit, p. 347; DONNA, E.A.; Dere-
cho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., ps. 31-32.
254 En referencia al C.P. español.
253 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit, p. 563; Asi, PÉREZ MANZANO,
M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 348.
164 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
257 En este supuesto se produce la traditio del bien, la ejecución efectiva del contrato,
conforme a las prestaciones recíprocas que cumple cada uno de los contratantes,
tiene por principal efecto el reconocimiento de un nuevo dominus por parte del com-
prador; según lo dispone el artículo 1529° del CC.
258 Así, PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 356; VIVES ANTÓN, T.S./
GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 411; QUINTERO OLIVARES,
G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p. 594; DONNA, E.A.; De-
recho Penal. Parte Especial, T ll-B, cit., p. 33; BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho
Penal. Parte Especial, cit., p. 195.
259 Así, GONZÁLEZ Rus, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit., p. 577.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 165
todo caso, sobre la misma caracterización ilícita de la conducta, de acuerdo
a la inclusión de la "ilegitimidad" en la construcción típica.
* --
En el caso de un bien sujeto a copropiedad se requiere el consenti-
miento de todos lo copropietarios.
Como expresa PEÑA CABRERA, el consentimiento del dueño es en todo
caso restringido, ya que el sujeto perjudicado del hurto puede ser cualquier
persona que tenga relación jurídicamente protegida con el bien, por tanto,
tampoco el dueño, si el bien está en poder de otro puede suplir o prescindir
de la voluntad del poseedor260; y si ésta la presta para que un tercero tome
posesión de la cosa, sin consentimiento del poseedor, será una sustracción
de bien propio, siempre y cuando el agente no conozca de que la tenencia la
detentaba otra persona.
El consentimiento, de todos modos, debe ser prestado libremente, sin
que medie vicio alguno que lo pueda contaminar, que no pueda dar lugar
a una voluntad viciada. Si el autor influye mediante actos en si fraudulen-
tos, engaños suficientes, como por ejemplo, ofrecerle una contraprestación
a corto plazo, siempre y cuando sean usos vigentes en el mercado, no será
un hurto, sino un típico caso de estafa, cumpliendo para ello la conducta con
desbordar la esfera del riesgo permitido.
Ahora bien, la inclusión del término «ilegitimidad» en la redacción nor-
mativa del artículo 185°, puede dar lugar a ciertos reparos261. Las conductas
que el legislador describe en los tipos legales, son descripciones que de por
si llevan Ínsitos una reprobación jurídico-penal, en el sentido de manifestar
estados de lesión y/o aptitud de lesión, para con los bienes jurídicos que se
han sistematizado en las titulaciones del texto punitivo. Dando con ello a la
formulación de una construcción típica, por lo que en ella se comprende los
elementos descriptivos y normativos, que forman parte del juicio de tipicidad;
la confrontación de la conducta atribuida a la esfera de organización del
agente con el modelo descriptivo que se hace alusión en un articulado, tiene
como resultado un juicio positivo, sólo con respecto a dicho nivel dogmático,
sin incluir a la antijuridicidad y a la culpabilidad. Por consiguiente, basta con
dicha verificación para dar por concluido dicho análisis en esencia formalis-
ta, sin necesidad de reforzar normativamente el juicio de disvalor; cuestión
distinta es la aparición de causas de justificación, cuando el autor cuenta con
un derecho autoritativo para lesionar un bien jurídico,, dejando la tipicidad
penal intacta.
260 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 84-85.
260 Para FONTAN BALESTRA, la presencia del adverbio ilegítimamente en la definición del
hurto se traduce en determinadas exigencias subjetivas, ei cual encierra un concepto
complejo, (...) por lo que lo exigible es que el autor sepa que obra ilegítimamente;
Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 418.
166 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
En el caso del hurto la acción típica lleva implícita la «ilegitimidad», que
queda enervada únicamente cuando concurre el consentimiento del titular
del bien, bajo los presupuestos antes anotados, sin necesidad que ello deba
resaltarse de forma expresa en el marco legal 262. Simplemente con la con-
currencia del asentamiento se impide el nacimiento propiamente del delito,
pues el hurto reside precisamente en el apoderamiento de un bien ajeno
realizado "invito domine"263.
Pasando a otro plano de valoración dogmática, nos trasladamos al
campo de la antijuridicidad penal, esto es, ante que supuestos puede per-
mitirse el apoderamiento de un bien mueble, en contra de la voluntad de la
víctima.. Existen en el marco del proceso penal y civil, medidas de asegura-
miento, quiere decir esto, instrumentos cautelares que se dirigen a proteger
la efectividad ejecutiva de la resolución final que se expida en el proceso
principal. En primera línea, én la persecución penal proceden las denomi-
nadas medidas cautelares de orden real (embargo), dirigidas a cautelar la
pretensión indemnizatoria de la víctima; que en algunos casos puede signi-
ficar el despojo del bien (secuestro conservativo), lo que también toma lugar
en un proceso civil (medidas cautelares sobre el fondo). Afectaciones a la
libre disponibilidad de los bienes, que priva definitivamente de la propiedad
al afectado (imputado, tercero civil responsable), cuando se expide la reso-
lución definitiva, ordenándose la ejecución del bien en un acto de remate
público. La conducta que plasma el juzgador es en definitiva típica, pero no
es reprimible penalmente, al estar visada legalmente por una causa de justi-
ficación (ejercicio de un deber, oficio o cargo).
Si el despojo lo acomete el demandante en el transcurso del proceso
por vías de hecho, titular de una medida cautelar de embargo, sólo con ano-
tación en el registro respectivo, no estará amparado en causa de justificación
alguna, por lo que su conducta constituye un injusto típico.
Situación esta última que no cabe apreciar en un proceso de ejecución
de garantía prendaria, pues el poseedor del bien, es un tenedor que" aun no
cuenta con la propiedad del objeto, señoría sobre la cosa; por lo que no se
atenta contra la propiedad, requisito indispensable para la configuración del
delito de hurto.
No podemos dejar de lado, la posible aparición de un estado de nece-
sidad, cuando el agente sustrae alimentos de una tienda, para poder alimen-
tar a sus menores hijos, se advierte aquí, una preeminencia inobjetable, de
la vida y la salud de los impúberes; empero su procedencia no toma lugar de
forma automática, pues el autor ha de probar que no contaba con otros me-
dios (lícitos), para poder hacerse de un dinero, lo suficiente para poder cubrir
262 Vid., al respecto, DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 33.
263 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 84.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 167
las necesidades elementales de sus menores hijos. No lo será el caso del
desempleado, que en plenas capacidades físicas para desarrollar empleos
menores, sin agotar dichas alternativas, se dedica al hurto, para satisfacer
las cargas familiares; situación distinta ha de verse en el mismo desemplea-
do, que aún trabajando en oficios menores, no le alcanza para comprar las
medicinas que requiere su hijo para poder sobrellevar una enfermedad grave
que lo aqueja.
264 Así, DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 46.
265 Cfr., PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 86-87; GONZÁLEZ RUS,
168 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
quiere para si el objeto para que le reporte una determinada utilidad. Si bien
el tipo legal no lo señala expresamente, considero que el provecho no ne-
cesariamente para sí, sino también para un tercero; v.gr, sella político cri-
minalmente insatisfactorio sustraer del ámbito de protección de la norma, la
sustracción del agente de unas joyas de cuantioso valor, que se las entrega
a su bella dama como obsequio 266; asimismo, en cuanto a la novia, si su
participación es posterior al apoderamiento efectivo del bien, cuando éste ha
quedado totalmente fu«ra de la esfera de custodia del sujeto pasivo, no po-
drá ser pasible de alguna forma de participación por el delito de hurto, más si
como autora de receptación, si es que su esfera anímica así lo exterioriza.
Máxime, la inclusión de este elemento subjetivo de naturaleza trascen-
dente, permite delimitar la zona de aplicación del hurto simple con el hurto
de uso; precisamente en este último el autor, no tiene la intención de ejercer
un nuevo dominus sobre el bien, sólo pretende ejecutar un uso momentáneo
del mismo. Tampoco comete hurto quien lanza el bien que ha sustraído de su
titular, a fin de destruirlo, habrá cometido el delito de daños.
El aprovechamiento puede ser de cualquier índole, no sólo de carác-
ter patrimonial, el propio uso, -según las propiedades del bien-, importa ya
una ventaja267; v.gr., en el caso de los ladrones que hurtan un vehículo para
ingresar a robar un banco y luego lo dejan abandonado, estarán incursos en
un concurso delictivo de hurto de uso con robo agravado. Luego, en la hipó-
tesis, que el autor primero cometa lesiones contra una persona, pues tenían
una rencilla y, luego de ello, recién decide apropiarse de un dinero que se
le cayera a su víctima, sin ejercer violencia; sería un concurso delictivo de
lesiones con hurto.
No es propiamente un ánimo de lucro, pues en éste el agente persigue
siempre la obtención de un enriquecimiento, como es el caso del asesinato
por lucro, que toma lugar en el artículo 108° del C.P.. Elemento que de forma
específica es recogida en el artículo 234° del C.P. español.
En resumidas cuentas, la posición adoptada, de incluir el propósito
delictivo, del «aprovechamiento», permite sujetar la interpretación normati-
va según la teoría de la disponibilidad. Eso sí, a efectos probatorios no es
268 Así, CUELLO CALÓN, E.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 850.
269 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 91.
170 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
271 HUNDSKOPF EXEBIO, O.; Del Ambiente y los Recursos Naturales. En: La Constitución
Comentada, T. I, cit., p. 919.
TftuLo V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 173
En resumidas cuentas, el tipo penal previsto en el artículo 308° del
CP272, resulta suficiente para protegerlos recursos hidrobiológicos, incluyendo
a la anchoveta. La inclusión de esta especie como objeto material del delito
de Hurto, conducirá a un conflicto de normas, donde el juzgador deberá
prevalecer aquella norma que de forma más precisa y concisa pueda cobijar
el supuesto de hecho y, si es la captación de un pez, no se puede hablar de
apropiación sino de caza, en cuanto a un entendimiento claro del lengua-
je. Debe agregarse que se configurará la modalidad en análisis, siempre
y cuando se supere el límite máximo de asignación de límites máximos de
captura por embarcación273.
HURTO AGRAVADO
Art. 186.- "El agente será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de seis años, si el hurto es cometido:
1. En casa habitada.
2. Durante la noche.
3. Mediante destreza, escalamiento, destrucción o rotura de obstáculos.
4. Con ocasión de incendio, inundación, naufragio, calamidad pública o
desgracia particular del agraviado.
5. Sobre los bienes muebles que forman el equipaje de viajero.
6. Mediante el concurso de dos o más personas.
274 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 96-97.
176 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
275 Así, también en las ejecutorias recaídas en los Exps. Nos. 1015-06 y 810-06, emitidas
por la misma Sala Penal de la Corte Superior de Lima.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 177
especies, cuyas características se detallan en al acta obrante a fojas ocho,
es muy inferior al monto requerido; por lo que tal latrocinio no constituye
delito de hurto y por ende no puede sostener la incriminación por delito de
hurto agravado; tratándose propiamente de una infracción penal en el rango
de falta contra el patrimonio, respecto de la cual la acción penal a la fecha se
habría extinguido por prescripción".
De los fundamentos que se exponen a la vista, en la resolución cita-
da, ha de verse que el Superior Colegiado, parte de una premisa valedera,
de'que si se trata el Hurto agravado de una forma circunstanciada del Hurto
simple, se deben revelar los mimos elementos de tipicidad penal que se
contienen en el artículo 185° del C.P., incluido el monto del valor del bien
sustraído, con arreglo al artículo 444° (in fine), a lo cual se deben sumar
cualesquiera de los supuestos que el legislador ha comprendido de forma
taxativa y enunciativa en el artículo 186°; lo que por otra parte es adecuado
desde una política criminal despenalizadora, de sustraer del ámbito de pu-
nición, conductas que no manifiestan un grado de lesividad significativo al
bien jurídico tutelado (principio de mínima intervención). Correspondiendo
en todo caso, la calificación de dichas "bagatelas", como "faltas", por lo que
dichas conductas no podrán ser objeto de una pena privativa de libertad,
sino de medidas limitativas de derecho, que no suponen limitación alguna a
la libertad personal del condenado.
En contrapartida, ha de mencionarse que algunas de las circunstancias
que se detallan en el artículo 186°, de forma autonómica reflejan un plus de
disvalor del injusto, sin necesidad de acudir al monto del bien sustraído. Nos
referimos a la «casa habitada» o cuando se «coloca a la víctima a su familia
en grave situación económica», que toman lugar en la tipificación penal en
cuestión. Habría que preguntarse, entonces, si es que no resulta suficiente
para calificar como hurto agravado, el hecho de que el agente ingrese a una
casa habitada, dada la peligrosidad que ello entraña o, que se coloque a la
víctima en un estado de necesidad, es que cien soles, para ciertas personas
puede importar la manutención alimenticia de sus hijos por una semana.
De todos modos cabe advertir, que lo argumentado en el párrafo an-
terior no se puede dar en todos los supuestos del articulado, v.gr., sobre los
bienes muebles del viajero o mediante la utilización de sistemas de trans-
ferencia electrónica de fondos, de la telemática en general, etc.; por consi-
guiente, asumimos la posición que se engarza en la sentencia antes comen-
tada, dé que en el Hurto agravado se debe acreditar la concurrencia de todos
los elementos de sustantividad normativa que se desprenden del artículo
185°; de ser el bien, menor a una RMV, será constitutivo de falta y no de un
delito. Máxime al haberse reducido de forma significativa la cuantía del bien,
como consecuencia de la dación de la Ley N° 28726 de mayo del 2006.
178 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
276 Sobre estos conceptos, ver al respecto, el capitulo sobre Violación de domicilio (art. 159°).
277 BAJO FERNANDEZ, M.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 95.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 179
278 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 100.
180 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
279 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., ps. 189-190.
280 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 246.
281 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., ps. 168-169.
282 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 75.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 181
para lograr la actividad corporal de penetrar, apunta FONTÁN BALESTRA. Se cae
en error cuando, por influjo de la idea de subir o ascender, se identifica la
exigencia de cierto esfuerzo o actividad corporal éti el autor con la de sobre-
pasar o pasar por encima de un obstáculo283. Lo importante a todo esto es
que el agente sortee ciertos obstáculos, a fin de allanar el camino, para in-
gresar al lugar en el cual se encuentran los bienes, que pretende apoderarse,
sin interesar los medios por los cuales se haya valido para ello; por supuesto
que no se dará la agravante cuando el agente sube normalmente por unas
escaleras que lo conducen al piso del departamento que pretende ingresar,
pero sí por la circunstancia primera.
Si entra por ventana abierta, encontrándose esta a una altura poco
distante del suelo, de modo que no se haya necesitado mayor esfuerzo o
destreza, y sin haber superado obstáculos anteriores, la conducta no consti-
tuye escalamiento28'1.
Por su parte, la «destrucción» o «rotura de obstáculos», debe ser
entendido como la fuerza que ejerce el agente, para poder ingresar a un
determinado lugar, por ejemplo la destrucción de la chapa, de un candado; la
fuerza que se ejerce sobre un objeto que permite al agente tener la posibilidad
de acceder al lugar donde se encuentra el objeto material del delito.
Destruir implica eliminar por completo la estructura material de un obje-
to, sobre ciertos mecanismos de seguridad, que se convierten en un obstácu-
lo para que el autor pueda tener acceso a los bienes que pretende sustraer.
No sólo se puede romper puertas y ventanas, sino cerraduras o sus elemen-
tos como cerrojos, picaportes y cualquier mecanismos o dispositivo de segu-
ridad, que sea mecánicos, eléctricos o electrónicos, así también como rotura
de techos, suelos, paredes; es decir, toda estructura que delimita un espacio
exterior con la finalidad de obstaculizar el apoderamiento del bien.
No puede ser reputado una conducta ajustable a este supuesto, la
destreza técnica que vuelva el autor para identificar la clave de un dispositivo
de seguridad, el ingresos de ciertos instrumentos no puede ser considerada
ni como destrucción ni como rotura; tal vez susceptible de ser encajado en el
inc. 3) de la última clasificación agravatoria.
La rotura de obstáculos supone el quebramiento en dos o más partes
de un determinado objeto, que para el agente se torna en un impedimento,
para poder acceder al espacio donde se encuentran los bienes; v.gr., romper
una ventana, una puerta, una chapa, etc. Empero, si la conducta se dirige
285 Vid., al respecto, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 103-104.
286 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 202.
287 Cfr., FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 426.
288 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 61.
289 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 240-241.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 183
Se denomina Hurto «calamitoso», tal como se deduce de la redacción
lormativa de la ley penal argentina, con respecto al inc. 2) del artículo 136°
de su C.P. *
De la ley positiva nacional se desprenden dos hipótesis, la primera
referida al hurto que se comete con ocasión de un incendio, inundación, nau-
fragio o calamidad pública. Como se dijo el mayor reproche se basa en quien
se aprovecha de dichas circunstancias para dar rienda suelta a sus instintos
criminales, de apoderarse de los bienes de los damnificados. Se sigue es-
trictamente el listado de eventos naturales o, aquellos causados por acción
propia del ser humano, sea de forma fortuita, imprudente o intencional, como
una inundación, puede ser resultado también de un tsunami o un diluvio, y
el incendio, provocado por la salida de gas de una estación de gasolina o el
corto circuito por el mal funcionamiento de un aparato eléctrico; pero lo rele-
vante es que dicho evento haya ocasionado un real estado de peligro para
los habitantes de una localidad, una llamarada de incendio que puede ser
sofocado sin mayor esfuerzo, no dará lugar la circunstancia que se enuncia
en este supuesto de agravación.
La calamidad pública es una desgracia lamentable de grandes propor-
ciones, producida por cualquier causa o factor que afecte a un gran sector de
la población o a toda una localidad, provincia, departamento, región, etc290.
Una calamidad pública supone un estado de penumbra, de extrema nece-
sidad, por cuanto una población puede estar en peligro de verse afectada,
en cuanto a la vida y salud de sus individuos, una epidemia producto de una
grave enfermedad, puede cobijarse en esta hipótesis así como los huaycos
u inundaciones que azotan ciertas circunscripciones territoriales de nues-
tro país; configurando una cláusula abierta, que el juzgador deberá llenar
de valoración de conformidad con los elementos antes sostenidos. En este
caso, todas las fuerzas públicas y sanitarias, se dedican a salvaguardar a la
población damnificada, estado de inseguridad pública, que precisamente es
aprovechado por el agente, para hacerse ilegítimamente de bienes muebles
que no le pertenecen.
En la doctrina argentina, en cuanto a conmoción pública, se dice que
es cualquier alboroto, desorden o confusión producido por el acumulamien-
to de personas, no necesariamente en forma violenta, y que produce una
perturbación en el lugar del acontecimiento, como por ejemplo una mani-
festación231.
290 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 105.
291 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 63; Asi, FONTAN BALESTRA,
C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 427.
184 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Resulta exigible, que el autor al momento de proceder a la sustracción
de los bienes, conozca del estado calamitoso, o de aquellos que se descri-
ben en la norma, sino no podrá aplicarse esta agravante a, rífenos que con-
curran otras de las causales previstas en el artículo 186°.
La segunda hipótesis refiere a una «desgracia particular del agravia-
do», con ello se distingue con la variante anterior, en cuanto la primera re-
quiere que la calamidad sea "pública", esto es, que los estragos generen
efectos perjudiciales a un número indeterminado de personas, en cambio en
la segunda, basta que se trate de una sola persona.
La situación de un infortunio particular es limitada por algunos o aque-
llos casos en los cuales una persona experimenta un mal improviso, en sus
bienes o en su persona, como ser alguna enfermedad aguda, alguna lesión,
algún ataque. Con ello se excluyen los padecimientos crónicos, de los cuales
sería un ejemplo típico la ceguera y algunas otras formas de padecimiento
moral292. Para Nuñez sera cuando el damnificado físicamente está en un estado
desgraciado o lo aflige un hecho o acontecimiento de la misma índole293.
La desgracia particular no se puede circunscribir al padecimiento de
una determinada enfermedad, pues debemos incluir también aquellas tra-
gedias personales, que propicia un dolor moral y espiritual significativo; el
padre de familia que ha perdido a toda su familia en un accidente, y comple-
tamente conmocionado, se vuelve en una persona vulnerable. El que roba
en la casa donde alguien ha muerto, aprovechando la tribulación y la cos-
tumbre de permitir la entrada de gente, comete un hurto agravado294. No será
una desgracia particular perder el empleo de forma súbita, pero si la familia
dependía por entero de dicho sueldo, que servía para comprar la medicina
del pariente que sufre de diabetes, sí podría configurarlo.
Nada importa el origen del infortunio ni su naturaleza, pudiendo tra-
tarse de una enfermedad, una lesión, un desmayo, la ebriedad, como bien
dice FONTÁN BALESTRÁ, lo importante es que el autor haya aprovechado de la
situación del damnificado295.
2.5. Sobre los bienes muebles que forman el equipaje del viajero
296 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 106.
186 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
éste es protegido también antes y después de emprender el recorrido, tanto
en las estaciones de los diferentes medios de transporte, a¡|í como también
durante las escalas que realice u hoteles en los que se aloje para continuar
su travesía; no habría motivo para considerar no viajero al que maneja su
propio coche y en el viaje más allá de los límites urbanos297.
En la hipótesis que el viajero, toma el taxi que lo transportará al aero-
puerto, y en dicho trayecto sufre el despojo ilegítimo de sus valijas, se dará
esta circunstancia agravante, pero el agente para ello debe saber que se
trata de un viajero, lo que dependerá de las maletas que use, pues ciertos
bolsos son utilizados también para ir al gimnasio, se exige el tipo subjetivo
del injusto, en cuanto al dolo, que abarque dicha condición; de todos modos,
si el apoderamiento se produjo con rotura de la luna del carro, se desplaza
la conducta al inc. c).
300 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 109.
188 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
-con respecto a una serie de aristas-, es lo que sustenta el mayor disvalor
del injusto típico.
-»
En primer lugar -la norma en cuestión-, refiere a los bienes de valor
«científico», los cuáles serán todos aquellos que revelen una determinada
propiedad funcional en el marco de una determinada actividad socio-eco-
nómica; que puedan incidir en beneficio de la salud pública, por lo que dice,
que no se tutela la propiedad que se reconoce a su titular, sino, de que
toda la ciudadanía pueda acceder a las bondades de estos bienes, como
sus legítimos accesitarios; mas ello no puede significar que el dueño quede
desamparado, solo que la tutela penal adquiere un mayor interés social. La
explicación de la simultánea existencia sobre una misma cosa de un interés
general y del derecho de propiedad del dueño de la cosa, limitado por aquél,
se encuentra en la función social de la propiedad más que en la teoría de los
bienes culturales301.
El asunto esta en lo que refiere a las condiciones que debe cumplir
el bien, para que se le pueda atribuir "valor científico", como elemento nor-
mativo de la tipicidad penal; bienes que encuentran tutela en el marco de la
normatividad sobre propiedad industrial; ¿Se requerirá un reconocimiento de
una autoridad administrativa como el INDECOPI u ha catálogos sobre la mate-
ria, o es que dicha propiedad queda sujeta a una potestad discrecional del
juzgador, de acuerdo a las pruebas que se presenten al respecto? A decir, de
QUINTERO OLIVARES si se quieren evitar exclusiones injustificadas y lograr una
auténtica adaptación de la realidad y al interés que se quiere tutelar, cree-
mos, no obstante, que debiera bastar con la condición de ser bien «inventa-
riable o registrable», a la vista del riesgo de equivocación que entraña fiarse
excesivamente de los catálogos reconocidos, pues no se trata de catálogos
ni cerrados ni completos302.
Somos de la consideración que los bienes considerados de valor cien-
tífico, no requieren encontrarse debidamente registrados antes las instancias
administrativas competentes; pues basta en todo caso, qué sean suscepti-
bles de ser inscritas ante dichos registros, cualidades que ha de tomar en
consideración por el juez en cada caso concreto, para lo cual se remitirá a
las valoraciones que de cuño tenga la sociedad al respecto. Debe operare de
todas formas un criterio restrictivo, a fin de no ampliar de forma innecesaria su
301 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit., p. 583; Así, PÉREZ MANZANO, M.;
Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 360.
302 QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p. 598;
Vid., al respecto, VIVES ANTÓN, T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio...,
cit., p. 418; Cfr. BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial cit., p. 198.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
189
303 GONZALEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit., p. 584.
304 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 362.
305 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 111.
190 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
tes del Patrimonio Cultural de la Nación, los bienes materiales o inmateriales,
de la época prehispánica, virreinal y republicana, independientemente de su
condición de propiedad pública o privada, que tengan la importancia, el valor
y significado referidos en el artículo precedente y/o que se encuentren com-
prendidos en los tratados y convenciones sobre la materia de los que el Perú
sea parte. La presunción legal queda sin efecto por declaración expresa de
la autoridad competente, de oficio o a solicitud de parte; mientras que en su
artículo V de la misma titulación (in fine), dispone que los bienes integrantes
del Patrimonio Cultural de la Nación, independientemente de su condición
privada o pública, están protegidos por el Estado y sujetos al régimen espe-
cífico regulado en la presente Ley. El Estado, los titulares de derechos sobre
bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación y la ciudadanía en
general tienen la responsabilidad común de cumplir y vigilar el debido cum-
plimiento del régimen legal establecido en la presente Ley.
El Estado promoverá la participación activa del sector privado en la
conservación, restauración, exhibición y difusión de los bienes integrantes
del Patrimonio Cultural de la Nación y su restitución en los casos de exporta-
ción ilegal o cuando se haya vencido el plazo de permanencia fuera del país
otorgado por el Estado.
La diferencia de esta modalidad agravante de Hurto, con las figuras
delictivas que se glosan en el Título VIII del C.P., reposa en que estos últi-
mos importa típicos atentados contra el Patrimonio Cultural, mediando las
acciones de depredación, destrucción y/o extracción, sacándolos del país; es
evidente que puede acontecer un conflicto aparente de normas, que ha de
resolverse con la aplicación del principio de especialidad y/o consunción.
306 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 115.
192 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
307 Así, VIVES ANTÓN, T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 420.
307 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 198-199; Así,
QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p. 601;
PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 364; PEÑA CABRERA, R.; Tratado
de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 117.
308 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 116.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
193
HURTO DE USO
Art. 187.- "El que sustrae un bien mueble ajeno con el fin de hacer uso
momentáneo y lo devuelve será reprimido con pena privativa de libertad no
mayor de un año".
311 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (II), cit., p. 575.
312 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 199.
196 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
El bien jurídico que es objeto de tutela por parte del artículo 187° del
C.P., es también el patrimonio de una persona, pero no en cuanto a la pro-
piedad del bien, que se ve afectada cuando se advierte un*caso típico de
apoderamiento, a fin de ejercer un nuevo dominus, sino mas bien, el ejercicio
del derecho posesorio que se ve privado el sujeto pasivo por un determinado
lapso de tiempo.
Insistiendo, escribe PEÑA CABRERA, en el hurto de uso, el autor se im-
pone utilizar temporalmente el objeto, contrariando la voluntad de su titular
en sus aspectos de uso y disfrute en cuanto al propietario es herido por la
privación o alteración temporal del uso del bien. En suma, el hurto de uso
ataca la facultad dominical de uso y disfrute como una de las facultades que
corresponden al derecho de propiedad313.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
313 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 130-131.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
197
314 En este caso no se refiere a una figura agravada y/o atenuada, sin embargo, caerla en
una inconsistente formulación dogmática, que en aquellas conductas de mayor grave-
dad, se exija el valor del bien, a fin de delimitar con actos de bagatela y, no en cuanto
comportamientos de menor gravedad, si es que postulamos una racionalización de la
respuesta punitiva, con arreglo al principio de mínima intervención que debe seguir
el Derecho penal en un orden democrático de derecho. Por consiguiente, somos de
la postura de que la tipicidad penal esta condicionada al valor del bien. Debiéndose
anotar que cuando el bien cae por debajo de la valoración -normativamente deter-
minada-, la conducta tampoco es constitutiva de una falta, conforme es de verse del
articulo 444° del C.P., es decir, no es objeto de sanción alguna por parte del Derecho
penal, lo que se condice con el principio de lesivídad. La dogmática debe llenar de
valoración aquellos vacíos dejados por el legislador, de conformidad con los principios
limitadores del iuspuniendi estatal, en base a una posición de orden sistemática; Vid.,
al respecto, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 99-100.
315 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 201.
198 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Punto en particular, es que la nueva esfera de custodia del bien sólo
toma lugar a efectos de concretizar actos de uso y/o empleo no olvidemos
que este injusto sólo ataca el derecho posesorio, más no el derecho de pro-
piedad. No se advierte un ánimo de actuar como dueño del bien, que se
revela cuando devuelve el objeto a su legítimo propietario.
Es menester entonces, el desplazamiento del bien hacia el ámbito ma-
terial que volitivamente el autor se propone. No es el "furtum possesionis",
pues aquí el apoderamiento es meramente provisional del bien ajeno316.
En resumidas cuentas, habrá Hurto de uso, y no hurto común, cuan-
do el autor se apodera ilegítimamente del bien mueble, sustrayéndolo de la
esfera de custodia de la víctima, quien se ve privada del sus facultades de
uso, goce y disfrute, de forma "momentánea". La misma construcción típica
ha determinado que la configuración de esta figura delictiva, requiere que el
agente haga un uso momentáneo y luego devuelva el bien.
Disponer significa dar destino o enajenar los bienes por donación, ven-
ta, renuncia, etcétera, y estos actos puede realizarlos el autor sin tener la
propiedad de la cosa, afirma FONTÁN BALESTRA. En cambio, usar es hacer ser-
vir una cosa para algo; disfrutar uno alguna cosa, sea o no dueño de ella317.
¿Qué debemos entender por «uso momentáneo»?, aquel que ejercer
actos de disponibilidad del bien por breve término; v.gr., quien se lleva la bi-
cicleta para trabajarla vendiendo periódicos por dos o tres días, los ladrones
que se llevan un vehículo para usarlo en un robo y, luego lo dejan en su lugar
al día siguiente, el campesino que se apodera de un tractor para culminar las
tareas de cultivo de su chacra y lo deja en su lugar pasada las dos horas.
Empero, no se puede hablar de un uso momentáneo, cuando usa el bien por
más de un año, es decir, entrega el carro a su dueño luego de haber reali-
zado un uso permanente; se revela, por tanto, un ánimo de apropiación318;
nuestra Ley positiva no ha fijado un plazo para ello, a diferencia del C.P. es-
pañol, que en su artículo 244° ha establecido el plazo perentorio de cuarenta
y ocho horas, para que proceda la restitución del vehículo. Sin embargo, no
podemos remitir al tipo penal previsto en el artículo 189-B, que criminaliza
la figura delictiva de Hurto de uso de ganado, que ha previsto un plazo no
superior a las setenta y dos horas para que procesa dicha devolución, con
arreglo a una interpretación de orden sistemática.
Si bien se señaló que en el hurto simple, el autor desea ejercer un
nueva custodia dominical, no por ello, debe entenderse que debe plasmarse
en un señorío definitivo; si esta fue su intención inicial, pero luego de haberse
aprovechado del bien por buen tiempo, lo abandona, será de todos modos
316 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 134.
317 FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 419.
318 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 135.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 199
un hurto simple, pues no se puede condicionar su configuración típica a un
dominus definitivo.
- . * El uso que se le dé el bien, sea
éste lícito o ilícito, es; -a nuestra consideración- indiferente. Para SALINAS
SICCHIA, en cambio, no habrá hurto de uso cuando el agente utilice el bien
sustraído para fines ilícitos, como por ejemplo, cometer otros delitos de los
cuales obtenga beneficio económico319; en tal virtud, quien se apodera de un
vehículo para luego robar un banco o quien realiza la misma acción, para
atropellar lesionar intencionalmente a una persona, no habrán cometido el
tipo penal previsto el artículo 187° del C.P.. El autor mencionado no señala
finalmente que delito habrán cometido, de ninguna forma el uso de dicho
bien puede ser un hurto simple, en tanto, el agente cumple con devolver el
bien, lo que no obsta a que se presente un concurso delictivo real con los
tipos penales de robo agravado y lesiones.
Lo complicado en realidad estriba en la devolución que el autor, debe
hacer del bien, reponiendo la esfera de custodia originaria, esto es, entre-
gándolo a su legítimo propietario o tenedor, tal como ha de comprenderse
desde una interpretación literal de la norma. No es posible devolver bienes
consumibles o fungibles como la energía eléctrica por ejemplo320. En el caso
del dinero, quien se apropia de una determinada suma de dinero y, luego lo
devuelve, no es óbice para determinar su atipicidad; el dinero puede ser uti-
lizado en una inversión de corto plazo, en juegos de azar, etc. No podemos
sujetarnos a las concepciones del derecho privado en el marco de la defini-
ción del objeto material del delito, como se dijo en el articulado anterior.
La restitución se considera acabada en el momento en que el agente
coloca nuevamente el bien a disposición del propietario321; no somos contes-
tes, al admitir devolución cuando el autor lo deja cerca de una comisaría del
sector o en la vivienda de un familiar de la víctima; mas debe tratarse del mis-
mo bien, si el autor le entrega un bien distinto, a pesar de tener las mismas
funciones, no podrá hablarse que se ha producido la "devolución" que exige
la norma. Cuestión distinta aparecerá cuando el agente no recuerda donde
se encuentra localizada la residencia del sujeto pasivo, mas de todos modos
siempre esta la opción de llamar a la policía.
No puede hablarse de devolución cuando el vehículo se abandona en
un lugar desolado, susceptible de ser apropiado por un tercero.
319 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio. 2da. Edición, Jurista Editores, cit., p.
97.
319 VILLA STEIN, J.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 61.
320 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 135.
200 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
322 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (IV), cit., p. 639.
323 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 98.
324 Cfr, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., cit., ps. 135-136.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 201
do la extensión del radio de acción de la norma en cuestión. Las
circunstancias agravantes que se revelan en el artículo 187° del C.P., tienen
como base el hurto simple, por lo que debe siempre concurriría intención de
apropiarse definitivamente del bien y, dicho animus no lo tiene quien luego
de usarlo lo devuelve. A decir de ROJAS VARGAS, el uso y la devolución de
bienes muebles sustraídos en circunstancias de violencia, intimidación o
amenaza grave no son típicas de hurto de uso en la fórmula peruana; de
producirse tales circunstancias en el marco ideal de los componentes
básicos del hurto de uso, afirmaran un delito de coacciones o lesiones de ser
el caso, al no existir en el Código Penal peruano robo de uso, menos hurto
agravado de uso325.
¿Qué sucede cuando el bien entregado, se encuentra en desperfecto,
chocado, es decir, ha perdido su valor, por actos concretos del autor de la
acción?; ello a mi parecer, no determina una falta de encuadramiento típico,
pero, la afectación a la integridad del bien, debe ser un dato a recoger posi-
tivamente por el juzgador, al momento de determinar el monto de la repara-
ción civil, de forma concreta deberá graduarlo de acuerdo a los rubros del
lucro cesante y el daño emergente, si era un taxista el agraviado, lo que dejo
de ganar durante el tiempo que duró la posesión ilegítima. Debe descartarse
el desgaste propio del uso del objeto.
En lo que respecta al consentimiento del titular del bien, si estamos ha-
blando de un bien jurídico de plena disponibilidad (patrimonio), ha de conve-
nirse que el asentamiento expreso determina la exclusión de tipicidad penal,
la falta de relevancia típica; siempre y cuando cumpla con las condiciones
que pusimos de relieve en el caso del hurto simple. Si se advierte un error
del sujeto activo, en cuanto a la capacidad jurídica de quien presta el con-
sentimiento, será un error de tipo, que deberá ser calificado por el juzgador
dependiendo de las características, es decir, los elementos de juicio que
tenía el agente para vencer el error.
El consentimiento presunto puede darse en el caso del adolescente
universitario, que se lleva el vehículo de la casa de sus padres, sin su con-
sentimiento expreso. Como se dijo antes, no es necesario que el sujeto acti-
vo se encuentre fuera del lugar donde el sujeto pasivo guarda el bien.
325 ROJAS VARGAS, R; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 319; Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos
contra el Patrimonio, cit., p. 98.
202 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
326 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 136.
327 Asi, VILLA STEIN, J.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 61.
CAPÍTULO II
EL ROBO
r
EL ROBO
a
f: Art. 188.- El que se apodera
ilegítimamente de un bien mueble total o
parcialmente ajeno, para aprovecharse de él, sustrayéndolo del lugar en
que se encuentra, empleando violencia contra la persona o amenazándola
con un peligro inminente para su vida o integridad física, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años."
bienes muebles, para lo cual no pone reparo alguno, en ejercer una violencia
lo suficientemente intensa para hacerse de los objetos.
La diferencia entre el hurto y el robo es en realidad sustantiva, pues
mientras el primero de ellos sólo significa actos de apoderamiento sobre el
bien, el segundo de ellos manifiesta una conducta de mayor peligrosidad
objetiva, en tanto el autor no tiene reparo algo de vencer las defensa de la
víctima, mediante el uso de la violencia, de la fuerza, que puede desencade-
nar en un resultado más grave al querido por el agente. La fuerza en el hurto
no necesariamente se da sobre los objetos, pues lo que califica como tal,
según el artículo 185° es la destreza que pone en movimiento el autor para
apoderarse del bien. Claro está, que la ausencia de la violencia o de la grave
amenaza, hace reconducir el hecho al tipo penal de hurto.
Para algunos, el robo és una figura calificada de hurto, por lo que me
dia una relación género-especie328; de ser así tendríamos que llegar a la con
clusión de que todos los elementos dados en el hurto, deben ser extensibles
también en el robo. Lo que no es tanto así, pues la realización típica del robo
no esta condicionado a que la valoración del bien mueble supere una RMV,
para el legislador, basta que el agente ponga en peligro la vida, el cuerpo y
la salud de la víctima, para articular una respuesta punitiva de mayor alcance
sancionador, sin interesar el valor del bien329, de no ser así, dicha conducta
tendría que ser calificada sólo como coacciones; el hurto sólo atenta contra
la propiedad, a diferencia del robo que atenta contra una pluralidad de intere
ses jurídicos. Otro punto de distinción, es que en el Robo, es el propio sujeto
pasivo que entrega el bien mueble al agente, en la mayoría de casos, pero
en el Hurto, es el autor que se hace él mismo de la cosa. Por tales conside
randos, ha de reputarse al delito de «Robo», como un tipo penal que guarda
su propia sustantividad penal. -.\
En el caso del C.P. español, se hace una distinción entre el robo con
fuerza en las cosas, con el robo con violencia o intimidación; diversifica-
ción de construcción típica, que puede haber influenciado en la postura de
género-especie, que se apuntó en el párrafo anterior. De igual forma que
en el caso del C.P. argentino, concretamente el artículo 164o330. A nuestro
modo de ver las cosas resulta político-criminalmente innecesaria, una distin-
ción así concebida, pues la fuerza que se ejercer sobre las cosas debe ser
siempre catalogada como un hurto. Por más que los medios constitutivos de
fuerza en las cosas puedan acreditar en ocasiones una cierta habitualidad
328 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 254; Cfr., NUÑEZ, R.; Derecho Penal
Argentino, T. V, cit., ps. 213-214.
329 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 107.
330 Cfr., FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 438-440.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 205
o profesionalidad delictiva, el verdadero robo es el violento, aquel en que se
utiliza violencia o intimidación sobre las personas331.
Los aportes criminológicos desmienten claramente el concepto de de-
nominar robo al empleo de fuerza en las cosas332.
Dicho lo anterior, se exterioriza un mayor peligro para la víctima, que
en el caso del hurto, pues la misma acción típica refleja una aptitud de le-
sión para los bienes jurídicos fundamentales del sujeto pasivo. Situación que
provoca una mayor alarma social, generando que la reacción punitiva se
vuelva más severa; de ahí que se diga en la doctrina que en los delitos de
robo se vulneran una pluralidad de bienes jurídicos, haciendo de aquél un
injusto penal «pluriofensivo». Dicho reconocimiento no ha desvirtuar la sus-
tantividad penal con que cuenta este tipo penal, pues recoge en su seno, la
suma o dígase combinación de dos hasta tres tipos penales: hurto, lesiones
y coacción.
Debe tomarse en cuenta, que el móvil que persigue el agente, es en
puridad lucrativo (patrimonialista) de tomar como suyo los bienes muebles
del sujeto pasivo; el hecho de que medie una violencia de por medio, para
vencer la resistencia de la víctima, es un dato a saber que reviste de un
mayor contenido del injusto a este delito con respecto al hurto. El aspecto
subjetivo, claro que confrontado con la objetividad de los hechos, deslindará
la tipificación de este delito en relación con el Asesinato por lucro, en cuanto
a la concatenación de los actos que se suceden unos de otros, que permiten
su correcta adecuación típica.
Es de verse que el ataque antijurídico incide de forma más intensa sobre
el patrimonio, en relación con el resto de bienes jurídicos que se pueden ver
afectados.
Los delitos de robo,333 así como el secuestro y la extorsión, en mérito
a su reiterancia criminológica y así como la peligrosidad que lleva Ínsita, ha
llevado al legislador ha contemplar en el marco de la norma de sanción, una
respuesta cada vez más represiva, en orden al mecanismos de los cometidos
preventivo-generales, a la par de desplegar efectos comunicativos-sensibles
a la población. Desde la vigencia de la Ley de delitos agravados - Decreto
Legislativo N° 896 de mayo de 1998, hasta la Ley N° 27472 de junio del
2001. Postura maximalista, que ha terminado por incluir la pena de cadena
331 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (III), cit., p. 592; Vid., al respecto, BUS-
TOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 200; PÉREZ MANZANO,
M.; Robos, cit., ps. 371-372; VIVES ANTÓN, T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el
Patrimonio y el Orden Socioeconómico (IV), cit., p. 424.
332 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 145.
333 Cfr., al respecto, PÉREZ MANZANO, M.; Robos, cit., p. 394.
206 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
2. BIEN JURÍDICO
335 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 206; En la eje-
cutoria recaída en el RN N° 821-99-Sala Penal-La Libertad, se dice lo siguiente: "En
el delito de robo, se atacan bienes de tan heterogénea naturaleza, como la libertad, la
integridad física, la vida y el patrimonio, lo que hace de él un delito complejo; ello no es
mas que un conglomerado de elementos típicos, en el que sus componentes aparecen
tan indisolublemente vinculados entre si, formando un todo homogéneo indestructible,
cuya separación parcial darla lugar a la destrucción del tipo; aspectos que no cubre
el delito de receptación, por lo que mal puede afirmarse una supuesta homogeneidad
del bien jurídico que de manera evidente no existe"; En: Revista Peruana de Normas
Legales, Año II, N° 4, cit., p. 367.
336 Vid., al respecto, GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (III), cit., p. 613; VIVES
ANTÓN, T.S.I GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 438.
337 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 147.
338 ROJAS VARGAS, R; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 348.
339 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 121-122.
208 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
3. TIPICIDAD OBJETIVA
340 Si esta cualidad se verifica en el caso del agente, si era funcionario o servidor público,
podrá ser pasible de una penalidad más grave conforme lo dispone el artículo 46°-A del
C.P..
341 A menos que" se intente una interpretación contraria, de que en el delito de Robo, tam-
bién se tutela la posesión propiamente dicha, lo cual atenta contra la sistematicidad
que ha de cautelarse en todo cuerpo de normas.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 209
En razón a lo antes expuesto, cabe diferenciar dos variantes de sujetos
pasivos: a.-Sujeto pasivo del delito, quien es el titular del objeto material del
delito y, b.-Sujeto pasivo de la acción típica, sobre quien puede recaer los
actos físicos de violencia o los actos de amenaza342. Ello no obsta a que en
ciertos casos, haya de refundirse ambas cualidades en una sola persona.
El sujeto pasivo del delito, puede ser tanto una persona natural como
una persona jurídica, pero sujeto pasivo de la acción típica, siempre debe
serlo una persona psico-física considerada; no olvidemos que la societas es
una ficción legal, que no tiene existencia propia.
342 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit, p. 123.
343 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 149.
344 FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 445.
210 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Para que exista violencia basta que se venza por la fuerza una resis-
tencia normal, sea o no predispuesta, aunque, en realidad, #n¡ siquiera se
toque o amenace a la víctima345.
Las diversas modalidades prácticas que puede asumir se dirigen así a
frustrar o imposibilitar la concreción de la voluntad de defensa de los bienes
muebles o a vencer resistencias ante la acción ilícita de sustracción/apode-
ramiento que ejecuta el agente del delito346.
Debe tratarse, por tanto de una violencia real, actual y susceptible de
causar un daño en los bienes jurídicos fundamentales de la víctima; de tal
forma que se requiere de una cierta entidad de violencia, para que el agente
pueda reducir al sujeto pasivo y, así poder hacerse del bien mueble. En tal
virtud, el mero arrebato de una cartera, reloj, etc., constituye un ejemplo
típico de hurto, mas no robo como se ha considerado por la jurisprudencia
nacional, salvo, claro está, que el agente hubiese propinado un puñetazo
a la persona de la agraviada, situación subsumible en el delito de robo 347;
como se sostuvo, no es a veces fácil distinguir entre una conducta de pura
destreza del agente para apoderarse del bien, con aquella que manifiesta ya
un signo visible de violencia física.
Sí la fuerza es ejerce sobre un objeto, puede dar lugar a la calificación
de robo con intimidación en caso de que se utilice como medio intimidatorio,
señala PÉREZ MANZANO. Si se ejerce la fuerza directamente sobre un objeto,
pero ésta incide indirectamente sobre las personas se puede calificar de robo
con violencia348.
No necesariamente la violencia ha de recaer en la persona que lleva
el bien mueble en su esfera de custodia, pues puede recaer sobre una per-
sona349 vinculada a la misma, que justamente esta a su lado, suficiente arma
de coacción para que entregue pacíficamente el bien.
Cuestión de relevancia es que la violencia física que se ejerce sobre
la esfera somática de la víctima, debe realizarse con el fin de apoderarse del
bien, esto es, el sujeto pasivo se erige como el obstáculo que el autor ha de
vencer para poder apoderarse del bien mueble. Si luego de sustraído el bien,
con un mero acto de apoderamiento -sin mediar violencia alguna-, el agente
golpea salvajemente a la víctima, no será un delito de robo, sino un concurso
350 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 225; Cfr., SOLER, S.;
Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 271-272.
351 FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 447.
352 PÉREZ MANZANO, M.; Robos, cit., ps. 404-405.
353 En: Revista Peruana de Jurisprudencia, Normales Legales, Año II, N° 4, cit., p. 399.
354 Al respecto, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 149-150;
NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, cit., p. 225.
212 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
355 Así, FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 443-444.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 213
Por intimidación, ha de entenderse aquella conducta que supone el
anuncio de un mal con el fin de conseguir el efecto psicológico de constreñir
la libre formación de la voluntad, referida a la disposición patrimonial, del
sujeto pasivo de la acción de apoderamiento356; (...) toda coerción de índole
subjetiva que se hace sufrir a una persona a fin de quebrar su voluntad per-
mitiendo al reo, realizar así, el apoderamiento357.
Se distingue de la violencia en que ésta representa una «vis» física di-
rigida contra las personas, mientras que, en la intimidación, aun en la llevada
a cabo mediante el uso de la fuerza material, no llega a haber acometimiento
personal358. Hay violencia, por tanto, y no intimidación, cuando la amenaza
no es un hecho instantáneo y discontinuo, sino presente, inmediato y subsis-
tente en toda su intensidad359.
Entonces, al hablarse de una amenaza inminente, debe entenderse
que el mal que se pretende realizar ha de concretizarse de forma inmediata,
si se dice que la amenaza es un mal a futuro, no desplegará los efectos que
se espera de la misma, de incidir en un plano psicológico concreto, reducien-
do, por tanto, las mecanismos de defensa de la víctima.
La amenaza debe ser también sería, es decir, idónea para poder pro-
vocar el estado que se describe en la norma (inminente peligro para la vida o
integridad física), con una navaja se coloca en el cuello, exigiendo el dinero;
no podrá ser reputada como "seria", cuando la amenaza se realiza mediando
un instrumento ineficaz, v.gr., un palito de fósforo, un mondadientes; pero
sí lo podrá ser un tenedor o un cuchillo. Así tampoco, el empleo de malefi-
cios, brujería o cualquier aspecto carente de materialidad (espiritual), propio
de la metafísica. Por consiguiente, han de quedar al margen del ámbito de
protección de la norma, aquellas amenazas desprovistas de los elementos
necesario para poder causar el impacto psicológico en la esfera emotiva de
la víctima, que el articulado sanciona con pena.
La ley quiere que la amenaza o amago sea anuncio de un daño grave
e inminente, relacionado con la vida o la integridad física, pues las amenazas
de otra índole (secuestro, contra el honor, etc.), no se encuadran en el art.
188360. Si se amenaza con violentar la libertad sexual de una persona, será
en este caso, un concurso de coacciones con acceso carnal sexual, si es
que se llega a configurar la violencia de forma concreta.
356 PÉREZ MANZANO, M.; Robos, cit., p. 401; Así, GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patri-
monio (III), cit., p. 618.
357 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal.,., Il-A, cit., p. 150.
358 VIVES ANTÓN, T.S.I GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 442.
359 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 268.
360 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, c¡t., p. 151.
214 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Como la intimidación tiene un carácter estrictamente subjetivo y lo im-
portante es, por tanto, el efecto sobre la víctima, la afección sgbre su libertad
de actuar, es indiferente que la intimidación se logre mediante un engaño (así
amenazar a la víctima con una pistola de juguete que sea imitación de una
verdadera, etc.)361. Para tales efectos, debe considerarse las circunstancias
concomitantes que rodean al hecho delictivo, así como las características
personales de la víctima362; v.gr., si el robo se comete en una calle sumamente
peligrosa del Callao y, de noche, una señorita que está caminando para
tomar un taxi, siendo rodeada por tres sujetos de aspecto también peligroso;
ya por sí sola dicha circunstancia constituye una grave amenaza, sin necesi-
dad de que los facinerosos le enseñen un arma de fuego o de juguete. Cues-
tión distinta ha de señalarse, cuando a plena luz del día, un orate pretende
amenazar a un transeúnte con una visible arma de juguete, lo que a todas
luces constituye un delito imposible por inidoneidad del medio363.
Es necesario advertir que, el uso en el caso del empleo de una ama
de fuego, ya incriminada como un robo agravado y, si éste se utiliza como un
objeto contundente, será un robo simple (como violencia física).
Cuestión importante es que la víctima sea susceptible de ser intimida-
da, a efectos de lograrse el estado de angustia que el tipo exige. Tal exigen-
cia comporta una limitación en cuanto a los sujetos pasivos: sólo podrán ser
sujetos pasivos de un robo con intimidación quiénes cuenten con la capaci-
dad volitiva y cognoscitiva suficiente para percibir la entidad de la amenaza
e intimidarse por ella; lo que no coincide, sin embargo, con el criterio de
imputabilidad364.
Cuando de forma simultánea aparecen la violencia y luego la amenaza
intimidante, debe subsumirse el hecho en la primera de ellas, pues revela
una mayor intensidad antijurídica.
El consentimiento de la víctima (sujeto pasivo), para que eí agente
pueda llevarse el bien mueble, no tiene relevancia alguna, a efectos de de-
terminar la tipicidad o atipicidad penal de la conducta, en el'sentido, de que
justamente los medios que utiliza el autor para que el ofendido le entregue el
objeto, son reputados como vicios de la voluntad.
A nuestro entender, la admisión de causas de justificación son de du-
361 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 207; Así, FONTÁN
BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 445.
362 Así, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (III), cit., ps. 619-620; SALINAS SICCHIA,
R.; Delitos contra el Patrimonio, cit,, p. 119.
361 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 150.
362 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (III), cit., p. 618.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 215
dosa aceptación, el estado de necesidad justificante, se condiciona a un in-
terés jurídico de mayor valor que ha de resguardar el agente, pero la vida, el
cuerpo y la salud, son bienes de igual rango con aqSel que pretende procurar
mantener el autor (vida de su esposa). Siendo así, sólo podemos admitir un
estado de inexigibilidad, una causa de disculpa, que no elimina la antijuridici-
dad penal de la conducta, pues tiene que ver en realidad, con la motivación
normativa que decae de forma significativa así como los fines preventivos de
la pena.
365 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (III), cit., ps. 621-622.
366 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 156.
216 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
367 En contra, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 124.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 217
ROBO AGRAVADO
Art. 189.- aLa pena será no menor de diez ni mayar de veinte años, si el
robo es cometido:
1. En casa habitada.
2. Durante la noche o en lugar desolado.
3. A mano armada.
4. Con el concurso de dos o mds personas.
5. En cualquier medio de locomoción de transporte público o privado de
pasajeros o de carga, terminales terrestres, ferroviarios, lacustres y flu-
viales, puertos, aeropuertos, restaurantes y afines, establecimientos de
hospedaje y lugares de alojamiento, áreas naturales protegidas, fuentes
de agua minero-mediéinales confines turísticos, bienes inmuebles in-
tegrantes del patrimonio cultural de la Nación y museos.
6. Fingiendo ser autoridad o servidor público o trabajador del sector pri-
vado o mostrando mandamiento falso de autoridad.
7. En agravio de menores de edad o ancianos.
La pena será no menor de veinte ni mayor de veinticinco años, si el robo
es cometido:
\l. Cuando se cause lesiones a la- integridad física o mental de la vícti-
ma.
2. Con abuso de la incapacidad física o mental de la víctima o mediante
el empleo de drogas y ¡o insumos químicos o fármacos contra la vícti-
ma.
3. Colocando a la víctima o a su familia en grave situación económica.
4. Sobre bienes de valor científico o que integren el patrimonio cultural
de la Nación.
La pena será de cadena perpetua cuando el agente actúe en calidad de
integrante de una organización delictiva o banda, o si como consecuencia
del hecho se produce la muerte de la víctima o se le causa lesiones graves a su
integridad física o mental33
sivo de la acción típica. Lo que revela un mayor contenido del injusto típico,
dando lugar a una reacción punitiva en puridad más severa.
*
Sin embargo, al igual que el caso del delito de Homicidio, muy por lo
general será difícil advertir que el Robo se configura de una forma simple
y convencional, pues la praxis judicial demuestra que en la mayoría de los
casos este delito viene acompañado por ciertos añadidos, que hacen de este
injusto, una conducta de mayor reproche, en vista de su manifiesta peligro-
sidad. Agregados y/o elementos que le otorgan un plus de antijuridicidad
penal, tanto por la forma de su comisión, las circunstancias que rodean el
hecho punible, la calidad del autor, la mayor vulnerabilidad de la víctima,
así como sus efectos perjudiciales; factores concurrentes y/o concomitan-
tes, que han servido al legislador para construir normativamente la figura del
«Robo agravado».
Agregados circunstanciales que inciden, como es lógico, en la inten-
sidad de la respuesta pena, que es significativamente mayor que en el caso
del Robo simple, lo que incidirá en una defensa más audaz del imputado
para negar la circunstancia agravante. Es de verse pues, que las penas por
este delito pueden oscilar entre los diez años como mínimo, hasta el extre-
mo de que el agente puede ser sancionado con pena de cadena perpetua,
cuando se da la hipótesis contenida en el último párrafo del articulado. Pena
incorporada por el Decreto Legislativo N° 896, ratificada por la Ley N° 27472
de junio del 2001368.
No nos oponemos, de ninguna forma, de que delitos tan graves, como
el Robo agravado sea reprimido con penas en puridad severas, pero lo pe-
ligroso, es cuando la modulación sancionadora desborda los principios legi-
timantes del Derecho penal, v.gr., de proporcionalidad, de culpabilidad, de
humanidad de las penas, sobre todo el fin preventivo-especial (positiva) de
la pena que ha de resguardarse siempre, de común idea con lo dispuesto en
el inc. 22 del artículo 139° de la Ley Fundamental. Resultando ahora, que en
mérito a la postura neo-criminalizadora del legislador, los dejitos de Homici-
dio son sancionados con una pena atenuada con respecto a este delito, lo
que a nuestro parecer nos parece irrazonable, desde los fundamentos de un
Estado Social y Democrático de Derecho.
Por otro lado, cabe señalar, de acuerdo a los sostenido en el caso
del Hurto agravado, que la técnica excesivamente casuística que hace gala
el legislador en el artículo 189°, importa una contravención al principio de
legalidad, pues en vez de hacer más precisos los supuestos de hecho, su
excesiva proliferación de hipótesis, propicia lagunas, oscuridades y ambi-
368 Vid., al respecto, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 147.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 219
güedades, que ha de repercutir en el juicio de subsunción jurídico-penal,
lesivo al principio de seguridad jurídica.
El recurrir al sistema casuístico es insuficiente, ya que se puede dejar
de lado conductas merecedoras de una sanción penal a título de robo ca-
lificado, por no encontrarse específicamente señalados en el catálogo de
agravantes; lo que resulta a todas luces injusto, porque materialmente es
imposible formular un tipo que prevea todas las circunstancias369.
En lo que respecta al bien jurídico que ha de tutelar por el artículo 189°,
ha de convenirse que de igual forma que el Robo simple, lo constituye la
propiedad y la posesión, como derechos reales que vinculan jurídicamente a
su titular con el bien mueble -que es objeto de apoderamiento por parte del
agente-, pero además debe agregarse que otros bienes jurídicos resqltan
también tutelados, como la vida, el cuerpo, la salud y la libertad personal del
sujeto pasivo de la acción típica. Dígase que de forma más intensa que en el
caso del artículo 188°, siendo que incluso la muerte de la víctima es corisu-
mida por este articulado, según lo expuesto en su último párrafo.
Según lo antes expuesto, no cabe más que ratificar nuestra postura
adoptada en el artículo anterior, que el Robo agravado es un delito pluriófen-
sivo; al atacar una diversidad de bienes jurídicos. Punto de la cuestión que
incide también en la determinación del círculo de sujetos pasivos; pues si la
acción típica (violencia y/o la amenaza), recae sobre una persona distinta al
titular del bien (propietario o poseedor), será calificado como el «sujeto pa-
sivo de la acción» y el titular afectado en su patrimonio el «sujeto pasivo del
delito» lo que no obsta a que en una sola persona pueden conjugarse ambas
calidades dogmáticas; pero lo que debe quedar claro, es que la acción típica
siempre ha de recaer sobre la persona que cuenta con la tenencia, custodia
y/o posesión del bien, pues si ésta recala sobre la persona del propietario no
poseedor, a fin de que se le entregue al agente una ventaja patrimonial, el
hecho será constitutivo de un delito de Extorsión y no de Robo agravado.
369 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 158-159.
220 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
376 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 187-288.
377 PÉREZ MANZANO, M.; Robos, cit., p. 413.
378 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, cit., p. 240.
379 Cfr., SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 153.
380 ROJAS VARGAS, F.; Estudios de Derecho Penal. Doctrina y Jurisprudencia, cit., p. 303.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 223
se erige aún como un obstáculo, para alcanzar lo mencionado, deberá ser
calificado como un Robo agravado,
» Cuestión importante es la
estructura real del instrumento para poder
ser calificado como un «arma». De forma rayana, cuando se trata de una
pistola de juguete o puede ser también de fogueo. Para un sector de la doc-
trina habría que rechazar la agravante. La razón estriba en el uso efectivo
del arma o del instrumento que pudiera servir de tal. Interesa que el arma
aumente la potencialidad agresiva del agente y, por tanto, la mera simulación
no es suficiente para delinear la agravación que comentamos, concluye PEÑA
CABRERA381. Soler, es de esta posición, desde la perspectiva anímica del au-
tor, pues a su consideración el dolo debe consistir en el empleo de algo que
sea un arma también para él382.
Otra postura, ha de verse en SALINAS SICCHIA, para quien la postura
antes anotada no toma en cuenta que muy bien aquella arma aparente (re-
volver de fogueo, pistola de juguete, etc.) puede ser utilizado como arma con-
tundente y fácilmente pcner en peligro la integridad física de la víctima383.
A decir de ROJAS VARGAS, las críticas al concepto funcional de arma que
puedan plantearse apuntan a poner de manifiesto la suma relatividad de los
condicionales requisitos que pueden subjetivizar las vulnerabilidades de la
víctima y maximizar o sobrevalorar las capacidades ofensivas del agente384.
¿Qué sucede en el caso de armas descargadas, es decir, sí son idó-
neas para provocar los resultados antes mencionadas, pero no cuentan
con balas en su interior?, si seguimos la corriente doctrinal antes esbozada
habrá que negar su apreciación como agravante, pero que ha de decirse
desde la contemplación de la víctima, pues precisamente el hecho de que
el autor cuente con dicho instrumento, es lo que doblega a la víctima, a
menos que ésta advierta que ello es así, cuando el ladrón pretende dispa-
rarla y, cae en saco roto. Lo que queremos decir en todo caso, es que si
bien se parte de una premisa correcta, cuando se dice que el arma debe
ser idónea para producir los eventos lesivos, en cuanto a la afectación de
los bienes jurídicos fundamentales del sujeto pasivo, no se debe perder de
vista, la perspectiva de la víctima, que puede incurrir en error en cuanto a
la apreciación real del arma desde una perspectiva ex -ante, que desde
márgenes racionales puede dar visos en cuanto a la materia de prohibición
381 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 161; Así, FONTÁN BALESTRA,
C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 455.
382 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 288.
383 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit, p. 155.
384 ROJAS VARGAS, F.; Estudios de Derecho Penal..., cit, p. 308.
224 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
385 Vid., al respecto, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (III), cit., ps. 626-
627.
386 Gómez Mendoza, G.; Código Penal, cit., p. 131.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 225
388 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 161.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 227
aparición de la estafa, siempre y cuando sea la propia víctima quien entrega
los objetos al autor, mediando una voluntad viciada.
El agente con esa falta atribución de conducirse como autoridad o utili-
zando una orden falsa, busca en la víctima una relación de superioridad para
sorprender o impedir una respuesta ante la agresión que sufre389; el empleo
del uniforme de policía lleva ya consigo ciertos efectos intimidatorios, que
anudan en una reducción significativa de los medios de defensa que ha de
contar la víctima para repeler el ataque; más aún cuando es sabido que ver-
daderos agentes del orden forman parte de organizaciones delictivas que se
dedican a cometer estos delitos.
Luego, mostrando orden o mandamiento falso de autoridad; v.gr.,
cuando un cobrador coactivo, secretario judicial a fin de poder ingresar a un
local privado a un domicilio para ejecutar un embargo, se valen de una orden
o de un mandamiento que no se corresponde con la realidad de las cosas,
sea elaborando totalmente el documento o agregando aspectos que no se
condicen con la voluntad del firmante; así también el sargento que ingresa
a un domicilio privado con una falsa orden de allanamiento. Quien realiza la
acción típica puede ser cualquiera, alguien que finge ser un servidor público,
un verdadero funcionario público o un particular. No se dará esta hipótesis
cuando el agente desconoce del origen falsario de la orden, a menos que la
imputación se traslade al hombre de atrás, al superior jerárquico -como au-
tor mediato-, lo cual no podría ser de todos modos, pues éste tiene autoridad
para emitir dicha orden y, si desborda el marco de su actuación funcional,
será un acto típico de abuso de autoridad. Debe verificarse el dato objetivo
del tipo que la orden o mandato que muestra el agente de forma directa a la
víctima es falso, caso contrario, si se determina que la orden era legítima o
legal, la agravante no se configura390. Por lo general esta agravante entrará
en concurso con el tipo penal de falsedad material (art. 427°).
Finalmente el último supuesto hace mención, a que el agente debe
fingir ser un «trabajador del sector privado», será de algunas empresa (pri-
vatizadas), que prestan servicios públicos como de electricidad y telefonía,
en virtud del cual, deben en algunos casos ingresar a locales cerrados, vi-
viendas, etc., para realizar refacciones, conexiones, reparaciones y/o insta-
laciones de líneas, cajas de luz, medidores, etc.; en tal sentido aprovechan
dicha falsa condición, para internarse en el interior de las viviendas, depar-
tamentos, fábricas, tiendas, etc., para así dar rienda suelta a sus propósitos
delictivos. Los medios que emplea deben ser idóneos, para poder engañar
al sujeto pasivo, es decir, deben ser eficaces para poder ver en el agente un
389 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 163.
390 SALINAS SICCHIA, R., Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 164.
228 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
auténtico trabajador del sector privado, pues si el autor no requirió hacerse
pasarse como tal, para poder ingresar al domicilio, simplemente por la indili-
gencia del ofendido, será un Robo simple, a menos que consurran otras de
las circunstancias agravantes que se glosan en el artículo 189°. Si la apode-
ramiento se realizará sin violencia sería constitutivo de un hurto agravado,
que puede ir en concurso con el tipo penal de falsedad material.
393 En cambio, SALINAS SICCHIA, ubica también aquellas que han sido causadas a titulo de
dolo; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 166-167.
394 Soler interpretando el articulo 166° inc. 1 del C.P. argentino, escribe que dicho articulado
no solamente resulta aplicable cuando las lesiones son directamente inferidas para
robar, sino siempre que sean sencillamente producto de la violencia empleada contra
las personas, en cualquiera de los elementos en que la violencia resulta constitutiva de
robo; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 279; Vid., NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argen-
tino. Parte Especial, cit., ps. 232-233; DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T.
Il-B, cit, p. 152.
232 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
para vencer la resistencia de la víctima, no puede siquiera apelar una negli-
gencia, pues sería al menos dolo eventual.
La agravante in examine no específica la magnitud que*deben adquirir
las lesiones, por lo que éstas deben ser todas aquellas que han de compren-
derse en el artículo 121° C.P., esto es, debe constituir la calidad de lesiones
leves; dejándose de lado a las que han de reputarse como faltas, que se en-
cuentran comprendidas en el artículo 444° del C.P., pues la ratio de la norma,
es de sobrecriminalizar los robos que repercuten en una afectación significa-
tiva de la salud mental o corporal de la víctima. Lesiones que deben se pro-
ducidas como consecuencia de la acción típica, si éstas se producen cuando
ya el agente se había apoderado del bien mueble, no cabe la admisión de
esta agravante, sino un concurso de delitos de Robo simple con lesiones; las
cuales deben haber recaído sobre el sujeto pasivo de la acción.
En lo que a las formas de participación refiere, sólo podrán ser autores
de este delito quienes de forma directa ejecutan el hecho punible, si toma-
mos en cuenta que la coautoría importa una co-decisión común, donde el
acuerdo no podría comprender un evento sólo previsible, que siendo a título
de culpa, no puede hablarse de co-delincuencia. Análisis diverso ha de verse
en el caso de que las lesiones se causen a título de dolo eventual.
Bajo esta modalidad agravante, el legislador funda una pena más seve-
ra, tomando en cuenta la particular condición de la víctima, que se encuentre
padeciendo de una incapacidad física o mental y/o mediante la utilización
de fármacos, drogas u otras sustancias contra la persona del ofendido; esto
quiere decir, que el mayor¡disvalor de la conducta ha de sustentarse en el
aprovechamiento del autor sobre la vulnerabilidad que presenta el sujeto pa-
sivo, lo cual redunda en una facilitación en cuanto a la perpetración del in-
justo, pues las condicionesque caracterizan al agraviado, hacen de ella, una
persona con reducidos mecanismos de defensa.
Mientras que el empleo de drogas, insumos químicos o fármacos, im-
porta crear un riesgo concreto de lesión sobre los bienes jurídicos inheren-
tes a la persona humana; vg.r., la vida, el cuerpo y la salud; más si dichos
bienes jurídicos resultan efectivamente lesionados, habría que reconducir la
conducta a un concurso de Robo simple con lesiones o Robo con homicidio,
en el caso de haber actuado con dolo eventual con respecto a dichos resulta-
dos, pero sí sólo le fuera previsible, serán objeto de penalización como Robo
agravado, de conformidad con el inciso 1) o el último párrafo del articulado.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 233
Cuando estamos hablando de «incapacidad física o mental de la víc-
tima», ha de comprenderse en la primera hipótesis, quienes se encuentran
imposibilitados de ejercer una defensa directa sgbre el agresor, por estar
atados, maniatados o cuando se trata de minusvalías físicas u sensoriales,
como el inválido, el hemipléjico, el ciego, sufre de poleo, etc. Aquí la víctima
comprende el significado del acto al conservar su capacidad de percepción
y sus facultades volitivas, pero las circunstancias materiales le privan de la
facultad de actuar para oponer resistencia suficiente y evitar el robo 395; cir-
cunstancias que no obedecen a una conducta positiva del autor, sino a un
estado previo, ajeno a su proceder, puesto que el fundamento es el prevali-
miento, no que el autor coloque a la víctima en un estado de «imposibilidad
de resistir».
Esta sub-especie delictiva parte de la idea de que existe como base,
como dato de la realidad, un estado de incapacidad observable en la víctima,
que no ha sido creado ni propiciado por el agente y de lo cual se aprovecha
este para sustraer y apoderarse el bien mueble objeto del delito398.
Por su parte la incapacidad mental, ha de ser percibida como aquellas
minusvalías psíquicas que afectan gravemente las funciones volitivas y sen-
soriales del individuo; es decir, puede que el sujeto conozca y comprenda
ciertas cosas, pero esta incapacitado de dirigir su conducta conforme tal
entendimiento, no puede controlar, entonces, su propia conducción, es el
caso de los denominados "inimputables"; minusvalía mental que puede ser
permanente y/o transitoria, lo importante a todo esto es que la víctima se
encuentre padeciendo dicho estado al momento de acometerse el Robo, y
que sea conocida por el autor, de no ser así se podría presentar un error de
tipo. Serán las psicosis, los esquizofrenia, la oligofrenia, todas aquellas taras
mentales que nublan la conciencia del sujeto, desdibujan la realidad circun-
dante, se provoca una ruptura entre los pensamientos y los actos corporales
que han de guiarse desde las funciones cerebrales.
La modalidad última se configura cuando el agente emplea drogas,
fármacos, barbitúricos así como cualquier otro tipo de sustancia que tienda a
alterar las facultades psico-motrices de la víctima, colocándola en un estado
de ¡nconciencia; ya los medios utilizados reflejan una peligrosidad potencial
para la vida y/o salud del ofendido; será el caso de las denominadas «pe-
peras», cuyo análisis ha de remitimos al artículo 188° del C.P.. Drogas son
todas aquellas sustancias susceptibles de ocasionar o causar efectos narcó-
ticos, estupefacientes o sicotrópicos en el organismo de la persona.
395 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit.. p. 167.
396 ROJAS VARGAS, R; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 462.
234 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Por último, el agente debe saber que la sustancia que esta empleando
ha de ser aquellas que se consignan en ia redacción normativa, pues si por
error las coloca en la bebida de la víctima, y así aprovecha para desposeer
a la víctima de sus pertenencias, sería un acto constitutivo de hurto, vien-
do para ello la virtualidad efectiva del equívoco en el cual incurre el autor.
Como afirma SALINAS SICCHIA, para efectos de la agravante el sujeto activo
debe causar la incapacidad de su víctima a través de la droga, caso contra-
rio, si se aprovecha de la situación que la víctima ya se encuentra drogada
o en estado de ebriedad por ejemplo, la agravante no se verifica397.
399 Vid., al respecto, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 284-286.
400 ROJAS VARGAS, F.; Delitos contra el Patrimonio, cit, p. 485.
236 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
401 SALINAS SICCHIA, es de la posición de incluir el dolo; Delitos contra el Patrimonio, cit p
179.
402 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 277.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 237
ROJAS VARGAS analizando unas ejecutorías supremas, llega a las si-
guientes consideraciones: que es distinto el hecho de que el agente haya ido
directamente a matar al vigilante para hacer más*fácil el apoderamiento, si
la muerte fue el resultado de la lucha entre los agresores con el agente de
vigilancia del local de la entidad afectada. En el primer caso se habría tratado
de un homicidio calificado en concurso con hurto agravado (durante la noche
y en número plural), dado que los agente no tuvieron mayor necesidad de
actuar instrumentalmente la violencia o la amenaza sobre otras personas,
desestimando la circunstancia modal a mano armada al no cumplir ya su
función de destino o conversión; mientras que en el segundo caso cabría la
posibilidad de enfocar el supuesto delictivo dentro del contexto del párrafo fi-
nal del artículo 189, sin que ello implique necesariamente abandonar la tesis
del concurso de delitos (...)403.
La muerte 'debe acaecer con respecto a quien tiene la tenencia del
bien, pudiendo ser su propietario o su legítimo poseedor; quien es eliminado
para poder vencer ciertas resistencias, él vigilante de un edificio, será un
Asesinato para facilitar otro delito404.
¿Puede haber un concurso de delitos entre el Robo y el Asesinato?
Ante ello, cabe anotar que el Robo mismo implica el despliegue de una de-
terminada violencia sobre la víctima, la cual puede ser física o psicológica
(amenaza), por su parte el Asesinato también cuenta con una violencia Ínsita,
necesaria, idónea y eficaz para poder causar la eliminación de una vida hu-
mana. Siendo así, no resulta desde una visión dogmática correcta, pretender
reconducir la violencia a dos tipos penales distintos, tomando en cuenta el
principio del non bis in idem, así como el tipo subjetivo del injusto, que apunta
de forma directa a facilitar la comisión de otro delito. Cuestión que lleva a una
resolución dogmática diferenciada en el caso de las Lesiones, pues en este
caso, no hay un tipo penal como el Asesinato, que agrave el primer injusto
mencionado, cuando se realice para facilitar otro delito, por lo que si cabe
un concurso ideal entre el Robo y las Lesiones, siempre y cuando no fueron
directamente dirigidas por la voluntad del autor.
Antes de la modificatoria producida por el Decreto Legislativo N° 896,
se disponía en el último párrafo del artículo 189°, que: "En los casos de
concurso con otros delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, la pena se
aplica sin perjuicio de otra más grave que pudiera corresponder en cada
caso".
CAPÍTULO II "A"
1. CUESTIONES PRELIMINARES
Países como el Perú cuentan con una economía diversificada, en el
marco de la región Latinoamericana. Si bien nuestras Naciones han ingresa-
do a un impulso decidido a lo que a la actividad industrial, comercial y tecno-
lógica se refiere, producto de los Tratados Internacionales de Libre Comercio
que se han suscrito en los últimos años, aún no se abandonan por completo
actividades como la agricultura y a la ganadería, que en definitiva siguen
siendo importantes a fin de gestar una producción lo suficientemente idónea
para satisfacer las demandas del mercado nacional e internacional. Nece-
sario en cuanto a una actividad sobre todo exportadora, resulta negativo
que muchas veces se dejen ingresar productos importados a bajos precios
(aranceles), que compiten de forma desleal con los productos nacionales, lo
que en definitiva merma en las capacidades de inversión, ahorro y gastos de
los micro-empresarios así como de los que agencian unidades de comercio
a baja escala.
La ganadería, entonces, es una actividad en suma importante en cier-
tas regiones y/o lugares del territorio patrio, cuya productividad permite que
muchas familias puedan solventar sus necesidades más elementales. Son
muchos los campesinos, los comuneros, aldeanos y otros, que se dedican
a la crianza de animales, cuya riqueza estriba en los beneficios que aque-
lla actuación les puede proporcionar, fuente de producción de una serie de
productos, como la leche, la carne y otros derivados, que se constituyen en
parte esenciales de la canasta básica de los hogares peruanos. Sea como un
instrumento primario para la manutención de sus hogares, sea como medio
para la generación de una productividad, que puede llegar a niveles altos
de comercialización, ciando el producto es trasladado a otras ciudades del
Perú o, es objeto de exportación; claro que para ello se requiere de fuentes
de inversión, de financiamiento, a fin de que estos pequeños ganaderos pue-
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 239
dan convertirse en empresarios prósperos, generando divisas importantes y
fuentes de trabajo para todos los peruanos. Entonces, la ganadería continúa
siendo una actividad económica de relevancia, cono fuente de riqueza, cuya
paralización puede provocar estragos significativos, como lo sucedido en la
Argentina.
Con lo antes dicho, se quiere destacar que la tenencia de animales,
sea para crianza, producción artesanal o industrial en cuando a la comercia-
lización de ciertos productos, lleva consigo un factor patrimonial indiscutible,
por tanto los propietarios o poseedores legítimos de estos semovientes han
de sufrir una disminución, pérdida y/o merma en su acervo patrimonial cuan-
do son despojados ilícitamente de sus animales, por lo que el legislador a
fin de proteger debidamente dichos intereses, hace uso del Derecho penal,
criminalizando estas conductas bajo el rotulo de «Abigeato», a través de la
incorporación de los artículos 189°-A, 189°-B y 189°-C.
Siendo de recibido que los animales que forman parte del Ganado, no
pueden ser calificados bajo la denominación legal de «bienes muebles», que
da lugar a la tipificación por los injustos de Hurto y de Robo, especial con-
sideración que efectuó el legislador, a diferencia de otras legislaciones, que
han optado por refundir a los animales en el concepto de "bien", tal como se
desprende de la codificación penal española405. Para la legislación penal ar-
gentina, se trata de un Hurto agravado, conforme es de verse de la redacción
normativa contenida en el acápite a) del inc. 1o del artículo 163, al respecto
Donna señala que la razón por la cual se agrava la pena para el delito de
hurto, cuando media esta circunstancia, es el estado de indefensión en que
se encuentran las cosas al hallarse dejadas en el campo, esto es, fuera de la
custodia de su dueño o legítimo tenedor406; por lo que dicha regulación obe-
dece a motivos distintos a los que se desprenden del Capítulo ll-A del Título
V de nuestro C.P., primero al haberse convenido que el ganado es "cosa
mueble" y, segundo al constituir una forma agravada del Hurto común.
Consideramos que en el caso de nuestra ley positiva, mantener la sus-
tantividad penal del Abigeato, parte del reconocimiento de nuestra realidad
cultural y social, que resulta aún fundamental preservar, al margen de una
consideración estrictamente legal del concepto de bien mueble; donde ha
de ponderarse con mayor relieve la primera razón mencionada, pues como
se dijo en el caso del Hurto, no hay en realidad problema alguno de que los
animales pueden ser considerados como objeto material del delito, de con-
formidad con una acepción estrictamente penal, lo que ha de entender que
su sustantividad autónoma ha de fijarse en los efectos ético-sociales de las
405 Vid., al respecto PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 354.
406 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., ps. 50-51.
240 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1. BIEN JURÍDICO
El tipo penal previsto en el artículo 189°-A, tiende a tutelar el patrimo-
nio, la propiedad en cuanto a la pleno uso de sus derechos reales inherentes,
pero esta figura delictiva se dirige específicamente a tutelar el ganado, todos
aquellos animales que hayan de ser comprendidos en dicha denominación,
que al ser despojados de su legítimo titular merma de forma significativa las
facultades de disposición, de enajenación, uso y disfrute. Viene a ser en rea-
lidad una variante del delito de Hurto, como se señala en la doctrina, pues la
única distinción ha de verse en la naturaleza del objeto material del delito414.
-i
2. TIPICIDAD OBJETIVA
!
2.1. Sujeto activo
414 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., cit., p. 180.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 243
que conduciría a señalar que el artículo 191° no recoge la modalidad de
hurto de ganado, lo cual no es así, de acuerdo a una interpretación
sistemática, en base a lo sostenido sobre el concepto de «bien mueble», por
lo que de todos modos el comportamiento descrito se subsume en la figura
de sustracción de bien propio.
415 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 181.
244 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
416 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 182-183.
417 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 235.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 245
Hurto de uso de ganado, pero si no lo entrega a su dueño, de todos modos se
incurre en esta figura, aún cuando cabría preguntarnos sobre el provecho, si
la sola tenencia es sinónimo de ello, estaría bien, ñas esa no es la ratio del
tipo subjetivo, que apunta hacia un provecho de naturaleza económica.
El tipo penal in examine describe en su redacción normativa, que el
apoderamiento debe ser «ilegítimo», quiere decir esto, que ya el tipo penal
incluye en su seno las razones que hacen de la conducta típica una también
antijurídica, ante la ausencia de causas de justificación. Técnica legislativa
innecesaria, como lo hemos sostenido en otros apartados, pues todas las
figuras delictivas, luego de verificada su eventual tipicidad penal, deben ser
luego confrontadas con las diversos preceptos permisivos que se han glo-
sado en el artículo 20° del C.P. Dicho esto, debe quedar claro que el apo-
deramiento ilegitimidad del animal, no tiene porque ser abarcada por el dolo
del autor, no da lugar a un error de. tipo; el equívoco en que pueda incurrir
sobre la presencia de los elementos objetivos de la causa de justificación se
solucionan con arreglo al error de prohibición.
¿Cuáles son las causas de justificación que podrían presentarse? En
principio, el estado de necesidad justificante, cuando aparecen bienes jurí-
dicos de rango constitucional preponderante; Vg., la vida humana y la salud
siempre estarán por encima del patrimonio. El campesino que se apropia
de una cabeza de ganado, para poder solventar los gastos de medicina de
su hijo gravemente enfermo; no cualquier clase de necesidad, de quien no
teniendo empleo, no hace nada para conseguir trabajo, por lo que se dedica
al hurto de ganado de forma habitual, debiéndose desechar en este caso la
presencia del precepto autoritativo.
El ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo; cuando la auto-
ridad competente ordena el decomiso y/o incautación de los semovientes,
en mérito a la ejecución de una deuda. O cuando los animales deben ser
sacrificados, pues padecen de una enfermedad contagiosa, a fin de cautelar
la integridad de las otras cabezas del ganado; pudiendo ser también una
causal de necesidad pública.
En el caso del Consentimiento del titular del bien, como se trata de un
bien jurídico plenamente indisponible, ello incide en la declaración de atipici-
dad penal de la conducta, portante una conducta no punible.
3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN
La perfección delictiva ha de alcanzar este tipo penal, cuando el agen-
te logra apoderarse (sustraer) de forma definitiva del semoviente, habién-
dose producido el desplazamiento a la esfera de custodia del sujeto activo,
teniendo ya la posibilidad de obtener el provecho que lo impulso a la perpe-
tración del injusto.
24
6 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
5. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES
Art. 189-B.- aEl que sustrae ¿añado ajeno, con el fin de hacer uso mo-
mentáneo y lo devuelve, directa o indirectamente, en un plazo no superior
a setentidós horas, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor
de un año o de prestación de servicios a la comunidad no mayor de cin-
cuenta jornadas. Si la devolución del animal se produce luego de transcu-
rrido dicho plazo, será aplicable el artículo anterior".
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 249
1. BIEN JURÍDICO
2. TIPO OBJETIVO
418 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 186.
250 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
2.3. Modalidad típica
El verbo rector propuesto en el artículo 189°-B, es el uso que el agente
debe dar del semoviente, es decir, debe emplearlo para un fin determinado y
luego de ello, ha de devolverlo a su propietario o poseedor legítimo.
De todos modos, de igual forma que el Hurto de ganado, debe exte-
riorizarse una sustracción del animal, pues el autor debe sacarlo de la esfera
de custodia del sujeto pasivo, desplazándolo hacia otro lugar, para poder así
usarlo, entonces, se manifiesta un despojo momentáneo de la tenencia del
ganado por parte de su titular.
El tema es como ha de emplearse el bien, se supone que su apropia-
ción temporal ha de reportarle un beneficio que puede ser o no económico;
pues emplea los bueyes o los caballos para poder transportar su mercadería
hacia la ciudad, con el fin de comercializarlas, se ahorra de esta forma del
medio de transporte o, para surcar sus campos y, así poder cultivar una de-
terminada especie vegetal.
Si toma el caballo sin permiso de su titular, solo para dar unas vuel-
tas por escasos minutos, sería una conducta típica de conformidad con una
aplicación positivista de la norma, para una visión de hermenéutica en co-
rrespondencia con el ámbito de protección de la norma, ha de descartar su
relevancia por su mínima lesividad social.
Si es que el agente toma el caballo para poder trasladar a un herido
de un accidente al hospital más cercano, se configura la tipicidad penal de
la conducta, pero por razones de antijuridicidad penal el comportamiento es
exento de pena, si se quiere decir, no se trata de un uso «ilegítimo», en base
a un estado de necesidad justificante y, si en el uso del animal ha mediado
el consentimiento de su titular, simplemente la tipicidad penal desaparece,
pues ya no se puede hablar de apropiación, es un bien jurídico disponible
para aquél.
Cuando en el trayecto en que se lleva el animal a su establo, éste
muere o se pierde en el camino, será de todos modos un hurto de uso, pues
el fin era sólo de emplearlo para un determinado objetivo; el aspecto en si
tendrá repercusiones en el marco del proceso penal, en el sentido de que el
imputado debe probar que no tenía el propósito de apoderarse definitivamen-
te del semoviente.
En lo que respecta a la devolución, ésta ha de tomar lugar, en principio
cuando el sujeto pasivo lo entrega a su propietario, no de forma directa, sino
dejándolo en el interior de-sus tierras; puede también cuando lo deja en un
terreno contiguo, siempre y cuando ha de reconocerse la pertenencia del
vecino. Cuando le cursa una comunicación por teléfono u otra vía de comu-
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 251
nicación, señalándose donde podrá recogerlo en todo caso; o dejándolo en
las inmediaciones de la Comisaría del sector; como escribe PEÑA CABRERA, la
devolución o restitución puede ser directa o indirecta419.
El legislador a diferencia del Hurto de uso, sí ha fijado un plazo tem-
poral en el artículo 189-B, en el cual debe operar la efectiva devolución del
ganado, setenta y dos horas señala la norma. Plazo que en definitiva deberá
ser interpretado de acuerdo a las distancias geográficas, en el «término de la
distancia». El último párrafo es claro, si es que la devolución no se produce
en dicho lapso de tiempo, será de aplicación la figura delictiva del Hurto de
ganado (art. 189°-A).
De común idea con lo señalado en el caso del Hurto de uso, somos
contestes de abrir la tipicidad penal a todo semoviente, por debajo de una
mínima cuantificación dineraria, sin embargo, si en el caso del Hurto de ga-
nado, para que el hecho constituya delito no es necesario que el animal
tenga un valor superior a una RMV; es que debemos conciliar esta misma
consecuencia en el caso del artículo 189°-B, es decir, será un Hurto de uso
de ganado, sin interesar el valor del objeto material del delito.
Ha de verse con corrección, la propuesta de SALINAS SICCHIA, en senti-
do de que si bien el valor del provecho obtenido por el agente no sirve para
calificar el delito, determinar aquel valor servirá en su momento para graduar
la pena a imponer al agente por el operador jurídico420.
419 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 188.
420 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 196.
252/ DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
animal en prenda, venta y/o guarda, serían autores del delito de Recepta-
ción, pero el agente ya no podrá estar incurso en esta tipificación penal, sino
en la figura delictiva comprendida en el artículo 189°-A. »
ROBO DE GANADO
Art. 189-C- *Elquese apodera ilegítimamente de ¿añado vacuno, ovino,
equino, caprino, porcino o auquénido, total o parcialmente ajeno, aunque
se trate de un solo animal, sustrayéndolo del lugar donde se encuentra,
empleando violencia contra la persona o amenazándola con un peligro
inminente para su vida o integridad física, será reprimido con pena pri-
vativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años.
La pena será privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de quince
años si el delito se comete con el concurso de dos o más personas, o el agente
hubiere inferido lesión grave a otro o portando cualquier clase de arma o
de instrumento que pudiere servir como tal.
Si la violencia o amenaza fuesen insignificantes, la pena será disminuida
en un tercio.
La pena será no menor de diez ni mayor de veinte años si el delito come-
tido conforme a los incisos 1,2, 3, 4 y 5 del segundo párrafo del Artículo
189°.
La pena será no menor de 15 ni mayor de 25 años si el agente actúa en
calidad de jefe, cabecilla o dirigente de una organización destinada a
perpetrar estos delitos.
En los casos de concurso con delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, la
pena se aplica sin perjuicio de otra más grave que pudiera corresponder
en cada caso".
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 253
1. BIEN JURÍDICO
Se sostuvo en el caso del Hurto de ganado yJHurto de ganado de uso,
que el objeto de tutela es el derecho de propiedad, mejor dicho la plena dis-
ponibilidad de los derechos reales inherentes a aquél, que ostenta el dueño
del ganado; pero el artículo 189°-C al agregar medios comisivos específicos
en el marco de la tipicidad objetiva, importa redefinir el interés jurídico de
protección a un ámbito plural, es decir, se añade a la vida, el cuerpo, la salud
y la libertad personal, constituyendo un tipo penal «pluriofensivo». Declara-
ción que hemos de sujetarla a lo expuesto en el tipo penal de Robo.
Con el robo de ganado se esta protegiendo la propiedad, contrario
sensu, el atentado de la custodia sólo servirá para señalar al perjudicado del
ilícito penal más no el sujeto pasivo que viene a ser el titular del bien jurídi-
camente amparado421.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
421 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 190.
254 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
422 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 193.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 255
En el caso de que el agente haya ejercitado una violencia física de
envergadura para neutralizar a la víctima y, ésta causó lesiones de gravedad,
se dará un concurso ideal con el tipo penal de lesiones graves. Cuando pro-
ducto de la violencia ejercida se causa la muerte de la víctima, habrá que ver
que ésta sea consecuencia directa de la acción típica que realiza el agente
para apoderarse del bien, en cuanto la fuerza que se incide sobre el agravia-
do, para vencer la resistencia qué ésta podría ejercer; mas si la muerte fue
ocasionada por una conducta direccionalmente orientada a dicho resultado
antijurídico, será constitutivo de un Asesinato para facilitar otro delito (Hurto
de ganado) y, si el agente le propina su eliminación para evitar ser descubier-
to, será un Asesinato para ocultar otro delito.
Finalmente la «¡legitimidad» de la modalidad típica se debe medir con-
forme la probable concurrencia de causas de justificación, es decir, cuya
presencia deviene'la conducta en penalmente autorizada.
El consentimiento en esta hipótesis delictiva deviene én una causal de
atipicidad penal, pues este tipo penal comprende un bien jurídico disponible
para su titular. Asentamiento que sólo es potestad del propietario del bien
y no de su poseedor legítimo. La problemática estriba en la violencia y/o la
amenaza que se ejerce sobre el sujeto pasivo, al constituir la integridad física
y moral, bienes jurídicos que no son disponibles, al haber reputado este delito
como "pluriofensivo"; entonces el Consentimiento no puede operar tampoco
como una causa de justificación, a lo más como un factor atenuante de pena,
que en este caso no tiene real efectividad, en el sentido de que si la víctima
acepta voluntariamente la entrega del animal al agente, no hay necesidad de
que éste último deba hacer uso de violencia alguna.
En lo que respecta a un estado de necesidad justificante, habría tam-
bién que denegar su admisión, en el caso del Robo de ganado, al poner en
peligro bienes jurídicos como la vida, el cuerpo y la salud del sujeto pasivo,
ya no se puede hablar como en el Hurto de ganado, de un bien jurídico pre-
ponderante, que al revelar un valor equivalente, sólo puede dar lugar a un
estado de necesidad disculpante (estado de inexigibilidad).
4. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES
424 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 193.
424 A más detalle sobre la definición de "arma", ver al respecto el análisis efectuado el inc.
3) del primer rubro agravatorio del articulo 189°-A-
258 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
4.2. Si la violencia o amenaza fuesen insignificantes, la pena será dis
minuida en un tercio
« Nos coloca en un
estado de indefinición, una agravante así construida, pues nos dice que la
violencia o la amenaza fuesen insignificantes. Primero, porque la modalidad
misma del Robo, requiere para su configuración típica del despliegue de
una violencia o de una amenaza psicológica lo suficientemente idónea para
doblegar la voluntad del sujeto pasivo y, segundo que la efectiva concreción
de ambas acciones no requiere que se logre a lesionar cualesquiera de los
bienes jurídicos que se ponen en tutela bajo los alcances del artículo 189°-C.
Por consiguiente, si los medios comisivos resultan ser insignificantes puede
que no se llegue al nivel que exige esta figura delictiva; en puridad de la
verdad esta agravante es inapropiada, tanto por una consideración
dogmática como por cuestiones probatorias, de mínimo rendimiento en los
casos concretos. De todos modos, se advierte una vía de atenuación, para
evitar penas drásticas, que en definitiva no se corresponde con los ele-
mentos de tipicidad que requiere toda variante del delito de Robo.
426 Vid., al respecto el análisis realizado en los incisos 2) y 3) del segundo rubro agravatorio
del articulo 189°-A.
427 Cfr., al respecto, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 200.
260 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1. CUESTIONES PRELIMINARES
Conforme es de verse en el análisis de la capitulación anterior, los in-
justos de Hurto y Robo en sus modalidades básicas y agravadas, son delitos
que atacan el patrimonio de una persona, de forma concreta la propiedad,
los derechos reales inherentes a dicho derecho subjetivo; siempre y cuando
se manifieste una actividad típica, según la descripción normativa de dichos
tipos penales. Conducción típica que tiene como común denominador la
«apropiación» del bien, mediante actos propios de sustracción, en cuanto al
desplazamiento de la esfera de custodia del sujeto pasivo del bien a la custo-
dia del sujeto activo, a fin de asumir un nuevo dominus sobre el mismo.
262 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Mas es sabido que la afectación a los derechos reales antes anotados,
no sólo puede provenir de una acción típica de apoderamiento, sino también
de otras formas comisivas que dan lugar a una tipificación penal que revela
su propia sustantividad; nos referimos a la figura delictiva de la «Apropiación
Ilícita» que exterioriza la obtención ilegítima de un bien, mediando el aprove-
chamiento de un «justo título» por el cual el agente recibe el bien mueble por
parte del sujeto pasivo, esto es, a diferencia del Hurto, el objeto material del
delito ingresa de forma lícita a la esfera de custodia del autor428. La calidad
del injusto típico deviene a posteriori, cuando el sujeto activo se niega a de-
volver el bien, produciéndose consecuentemente una «Apropiación Ilegal».
A decir de Soler, debe tratarse de un poder de hecho sobre la cosa
concedido voluntariamente por quien podía concederlo; no hay poder de he-
cho concedido cuando la cosa es simplemente manejada por un tercero,
dentro de la esfera de vigilancia del dueño, del tipo representado por las
acciones del doméstico429.
Podemos decir de cierta forma que en el Hurto y sus derivados, el
agente se hace de la cosa de forma ordinaria y convencional, tomando po-
sesión ilegítima sobre el bien, en cambio, en el caso de la Apropiación Ilícita
el autor se apodera del bien, en virtud de una autorización legal, que luego
es quebrantada cuando defraudando la confianza depositada se advierte la
renuencia a su devolución. Siempre en este delito, debemos observar una
determinada relación entre el sujeto activo y el sujeto pasivo, como base de
la estructuración típica, importante en orden a su distinción con otras figuras
delictivas; como por ejemplo, con el tipo penal de estafa, donde también es
el propio sujeto pasivo quien entrega de propia mano al sujeto activo el bien
mueble, pero la diferencia estriba en que la voluntad de la víctima en el últi-
mo de los casos mencionado, se encuentra afecta un vicio, en cuanto a una
voluntad que se no ha sido libremente prestada, al haber mediado medios
fraudulentos (engaño).
En figuras delictivas como la Apropiación Ilícita, también se pone de
relieve una zona a veces no de fácil distinción con ciertos contratos, que en
si no pueden resultar siendo criminalizados. En los diversos contratos crediti-
cios que toman lugar en el mercado actual, el deudor, sin necesidad de haber
sufragado el precio total del bien mueble, ya adquiere su posesión, es decir,
se produce la traslación de la posesión, para no la traditio jurídica; entonces,
si luego del incumplimiento de sucesivas cuotas dinerarias, el deudor no
cumple con su prestación y, no entrega el bien, sólo estará incuso en un in-
cumplimiento jurídico-obligacional, que será objeto de resolución y ejecución
según las normas del Derecho privado. La figura in comento nada tiene que
428 Así, MESTRE DELGADO, E.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 275-276.
429 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 413.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 263
hacer en este ámbito contractual, mas sí podrá tener incidencia otro tipo del
injusto, siempre y cuando se verifique ia intención defraudatoria en el marco
de la celebración del contrato (estafa). En la estafa, el abuso de confianza
es un engaño usado por el autor para lograr de la víctima una disposición de
propiedad defraudatoria para ella o para un tercero 430. Máxime, si de confor-
midad con la proscripción de prisión por deudas, que se contempla en la Ley
Fundamental.
En resumidas cuentas, el ámbito de protección del artículo 190°, no
ingresa a penalizar meros incumplimientos contractuales, en los cuales sólo
ha de advertirse la no ejecución de una prestación recíproca, donde la de-
volución del bien, sólo ha de ingresar como consecuencia de la resolución
contractual. Cuestión distinta aparece en este delito, en tanto la misma en-
trega del bien por parte de su titular al agente, ya viene precedida por una
devolución del mismo a posteriori, es decir, acá no se produce transferencia
alguna sobre la propiedad del objeto; v.gr., quien se apropia del bien en la
Apropiación Indebida no será de ninguna manera, quien tiene un derecho de
propiedad expectaticio, pues sólo se convierte en custodio o tenedor de la
cosa, a fin de darse un determinado uso y/o empleo, que se supone fue pre-
viamente convenido con su titular. Cuando el tenedor es renuente a devolver
al bien, a fin de cautelar una legítima acreencia que tiene con el dueño del
mismo, acontece lo que se denomina el «Derecho de Retención», que impli-
ca el reconocimiento de una causa de justificación.
La nuclearidad apunta PEÑA CABRERA descansa, en el incumplimiento
por parte del autor de disponer del bien con las exigencias que en el título se
expresan. La esencia de esos delitos se limitan a aquellos casos en los que
se transmiten la posesión a través y exclusivamente mediante un título que
señala la forma y modo de devolver el bien recibido431.
Debemos, apuntar también, que en la Apropiación Ilícita, a diferencia
del Hurto, no sólo descansa una modalidad de apoderamiento ilegal de un
bien mueble, sino también el quebrantamiento de una específica relación de
confianza, en tanto la tenencia del objeto por parte del autor, se basa en la
existencia de un «título», que precisamente hace recaer sobre él el deber de
devolverlo. Se habla de confianza, porque todas estas figuras suponen la
preexistencia de un trato en el cual una de las partes se encuentra expuesta,
sin culpa y de acuerdo con las condicione normales del contrato mismo, al
430 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit, p. 366; Así, VIVES ANTÓN,
"kS./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit, p. 502; Para GONZÁLEZ
Rus, y es que bien es verdad que en la apropiación indebida pueden mediar relaciones
de confianza entre los sujetos, no es un delito de abuso de confianza; Delitos contra el
Patrimonio (VI), cit., p. 696. -------
430 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 210.
264 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
riesgo de un perjuicio derivado del poder de hecho concedido legítimamente
a otra persona sobre una cosa432.
2. BIEN JURÍDICO
La figura delictiva prevista en el artículo 190° del C.P., tiende a tutelar
el patrimonio, de forma concreta la propiedad que el orden jurídico le reco-
noce a su titular, en cuanto a la plena disponibilidad de los derechos reales
inherente a la misma, que se ven mermados y afectados de forma significa-
tiva, cuando el agente se apropia del bien en franca contravención a la Ley,
no devolviendo el bien que tiene la obligación de restituir a su dueño433. Con la
apropiación ilícita se menoscaba un derecho personal sustentado en una
relación jurídica de obligación, merced a la cual el sujeto activo de la relación
(acreedor) se asegura del sujeto pasivo de la misma relación (deudor) el
cumplimiento de una determinada prestación434.
Para la doctrina, parece ser que la «propiedad» no expresa de forma
cabal el objeto de tutela que pretende amparar este injusto penal.
Tan obvia conclusión se enturbia, dice GONZÁLEZ RUS, (...), en relación
con las cosas fungibles, particularmente con el dinero, valores al portador y
activos patrimoniales no nominativos (...) y con cierta figuras de apropiación
indebida creadas por leyes especiales435. Son los primeros bienes fungibles,
donde la propiedad se traslada de forma inmediata, debiendo devolver su
equivalente, en cuanto un derecho crediticio que ostenta el acreedor sobre
el deudor; pero debemos parar un momento en este punto de la discusión,
puesto que el desplazamiento del dinero no necesariamente ha de venir pre-
cedido por un mutuo dinerario, en virtud del cual el deudor se obliga a resti-
tuir la suma de dinero mas ciertos intereses que las partes convengan, en la
medida que ciertos representantes y/o apoderados, pueden perfectamente
recibir sumas dineradas para la adquisición de ciertas cosas y, cuando dan
un uso diferente, en propio provecho, se trataría de una Apropiación Ilícita,
no una Estafa, en tanto no ha mediado un engaño, fraude u ardid y, tampoco
un Hurto, al no advertirse un acto típico de apoderamiento. La objeción sería
que no se aprecia en dicho supuesto de hecho, la obligación de devolver, cla-
ro, pero sí de «hacer un uso determinado», como se desprende de la propia
construcción típica de este injusto penal, situación fáctica, donde queda en
evidencia una afectación directa de la propiedad sobre el dinero436.
3. TIPICIDAD OBJETIVA
3.1. Sujeto activo
Consideramos que no puede ser cualquier persona, pues de la propia
estructuración típica se revela una condición específica para ser autor de
este injusto, al requerirse una determinada relación jurídica con el sujeto
pasivo, de la cual se derive el derecho de restitución que ostenta la víctima
sobre el bien; por lo que se trataría de un delito especial438. Quien no tenía la
obligación de devolver el bien, nunca podrá ser autor de Apropiación Ilícita,
por lo general su conducta esta incursa en el tipo penal de Hurto.
Cuando el agente tiene las cualidades de depositario judicial, tutor,
albacea, etc., se ingresa a la radio de acción de la circunstancia agravante,
prevista en el segundo párrafo.
Al tutelarse la propiedad del bien, el propietario no puede ser sujeto
pasivo de esta infracción delictiva, a lo más su conducta podrá adecuarse al
tipo penal del artículo 191°, resulta pues por no menos decirlo "ambivalente",
que el propietario de un bien tenga la obligación de devolver un bien a un
tercero.
3.2. Sujeto pasivo
Será en definitiva el propietario, quien ver mermado sus facultades
inherentes al derecho real de propiedad, cuando el bien mueble no es resti-
tuido a su esfera de custodia. En el supuesto de apropiación de bienes fungi-
bles -específicamente dinero- puede ser el titular de los derechos del crédito
que eMERGEN de cualquiera de los títulos a que se refiere el precepto439.
440 Así, FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal, Parte Especial, cit., p. 523; En contra PEÑA
CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 214.
441 Asi, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 415.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 267
to en el primer inciso del artículo 192° del C.P.. Por eso nos parece acertado,
cuando un sector de la doctrina estima que en la Apropiación indebida no
siempre se quiebra una relación de confianza. *
Como estima PÉREZ MANZANO la diferenciación entre hurto y apropia-
ción indebida sólo puede establecerse sobre la base de una interpretación
del título jurídico por el que se entrega la cosa y que puede dar lugar a la
apropiación indebida442. Debe existir, pues en la entrega del bien por parte
del sujeto pasivo al sujeto activo, un cierto revestimiento de legalidad, que
precisamente genere a su vez el deber jurídico de restituir la cosa por parte
del agente.
A decir de GONZÁLEZ Rus, lo que caracteriza a la posesión que da lugar
a la apropiación indebida es que el sujeto tiene la cosa con conciencia de
aun siendo ajena le corresponde alguna facultad spbre ella, siquiera sea
delegada por otro (posesión por otro), con el que tiene una delegación o
vínculo jurídico, como ocurre con el mandatario, el administrador, el repre-
sentante legal etc.443 Eso sí, cuando por ejemplo el Gerente General realiza
usa en provecho propio o en beneficio de tercero, el patrimonio de la persona
jurídica, constituye una modalidad típica de Fraude en la Administración de
Personas Jurídicas.
El título debe causar la obligación de entregar o de devolver, entre las
cuales la regla menciona al depósito, la comisión y la administración y en una
fórmula amplia, "otro título semejante que produzca la obligación de entregar
o devolver", comprende a todos los actos que transfieren materialmente la
custodia o vigilancia del bien mueble 444. Para que pueda hablarse de reten-
ción indebida, enseña Soler, es necesaria la preexistencia de un poder no
usurpado sobre la cosa; de un poder de hecho legítimamente adquirido445.
Es de recibo que quien se hizo del bien de forma ilícita, no será intimado a
devolverlo, es ya desde un inicio un acto típico de Hurto.
En cuanto a su distinción con el delito de Estafa, en el tipo penal in co-
mento, como se dijo, la tenencia del bien por parte del sujeto activo, acontece
de forma lícita, en cambio en el primero de los nombrados, si bien el desplaza-
miento a la esfera de custodia del agente, toma lugar mediando su entrega por
su propio titular, lo que constituye en injusto, es la forma de cómo se convence
a la víctima, en tanto se incide con juicios de valor engañosos que no se co-
442 PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones..., cit., p. 479; Vid, al respecto, SOLER, S.;
-Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 413.
443 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (VI), cit., p. 698.
444 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 212-213.
445 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 413.
268 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
rresponden con la realidad de las cosas. En al estafa el engaño es el motivo
del acto de disposición patrimonial que se concreta en la entrega del bien, lo
que hace que la posesión de la cosa que recibe el sujeto activo*sea ilícita des-
de el primer momento446; en la Apropiación indebida, el núcleo de ilicitud surge
a posteriori, cuando al agente es renuente a la restitución del bien.
Entre los títulos jurídicos que pueden generar la obligación de «devo-
lución», tenemos: el usufructo, que confiere las facultades de usar y disfrutar
temporalmente un bien ajeno447, aunque éste puede ser transferido a título
oneroso o gratuito, de acuerdo al artículo 1002° del CC; el uso, que permite
de servirse de un bien no consumible448; la prenda, mediante la cual se ase-
gura el cumplimiento de una obligación, mediante la entrega física o jurídica
de un bien mueble449, que también puede recaer sobre títulos valores450 y; el
arrendamiento451, en virtud del cual el arrendador se obliga a ceder tempo-
ralmente al arrendatario el uso de un bien por cierta renta convenida, sólo
cuando se trata de bienes muebles claro esta. Se señala en la doctrina, que
no pueden ser incluidos los contratos de mutuo, asimismo la prenda sin des-
plazamiento y la compra venta a plazos452.
Otro título lo constituye el contrato de "comisión" previsto en el Código
de Comercio, por el cual una persona denominada comitente entrega un bien
mueble a otra, denominada comisionista, con la finalidad de efectuar algún
negocio, luego del cual el comisionista devuelve el bien a quien se lo entregó
y recibe a cambio una comisión por su labor453. Aunque el Código de Comer-
cio, por su antigua data, ha ido ya perdiendo vigencia, en mérito a la dación
de una serie de normas especiales de naturaleza comercial (empresarial).
En resumidas cuentas, habrá de ser todo título "jurídico", que convierte
al sujeto activo en «depositario», «administrador» u «comisionista», dando
lugar a un deber jurídico de devolución, esto es, de restituir el bien mueble
a su legítimo propietario. Si por diversos motivos, ajenos a su voluntad, le
es imposible devolver el bien, no es un caso de Apropiación Ilícita; v.gr., si
por ejemplo le es sustraído el título valor por un tercero, se dará un delito de
446 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (VI), cit., p. 699; Así, PÉREZ MANZANO, M.;
Las Defraudaciones (II)..., cit., p. 479.
447 Artículo 999° del CC.
448 Artículo 1026° del CC.
449 Artículo 1055° del CC: derogado por la Ley N° 28677 del 01/03/06
450 Artículo 1087° del CC. .
451 Artículo 1666° del CC.
452 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 213.
453 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 212.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 269
Hurto que tiene como autor a éste último, el poseedor no tiene al respecto
responsabilidad penal alguna, no se advierte e! ánimo de apropiación. De la
misma manera, en una restitución tardía puede incurrir el más celoso guar-
dián del dominio ajeno sobre la cosa454.
Cuando un individuo realiza actos fuera de la custodia del dueño de la
cosa, cualquiera sea el título por la que tiene en su poder, siempre que sea
legítimo y válido, y se niega a devolverla, comete el delito que nos ocupa;
la custodia es una situación jurídica necesaria y suficiente para satisfacer la
exigencia del título que debe ser presupuesto de esté delito455.
Finalmente, habrá que señalar que e! tipo penal nos hace referencia
a dos verbos rectores: «apropiación» y el «uso», que materializa el agente,
sobre actos concretos del bien mueble qué se niega devolver. Por la primera
de las nombradas, el autor instituye una nueva esfera de custodia del bien,
en el caso de un automóvil, realiza actos de disposición, en cuanto a su uso o
de enajenar el mismo, por cualesquiera de las diversas formas contractuales
que regula el Código Civil; mientras que en lo que bienes fungibles se refiere,
en el caso del dinero, significa el gasto nominal y los alimentos, que pueden
ser directamente consumidos o traslados a título de compraventa.
En lo que respecta al "uso", cuando el agente efectúa un empleo deter-
minado del bien mueble, ajeno al convenido por el legítimo titular, si por ejem-
plo, sólo se le entregó el vehículo para su custodia, pero el depositario lo utiliza
de forma personal, siempre y cuando se diga que lo que se tutela en el artículo
190° es también la integridad del bien o, mejor dicho su valor, que se puede
ver afectado por actos como el descrito. El uso debe significar en realidad
una apropiación, de que ya no exista posibilidad de entrega del mismo bien,
para poder preservar el contenido del injusto típico. En definitiva, el uso sin la
correspondiente apropiación, no constituye apropiación ilícita456. Empero, en
el caso del uso del dinero, si este se trata de un bien fungible, la apropiación
será incuestionable, cuando el apoderado de una empresa, en vez de adquirir
el material que se le encargó, adquiere un bien para su uso personal.
454 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 370.
455 FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 522.
456 PEÑA CABRERA, R.; Delitos contra el Patrimonio..., Il-A, cit., p. 218.
270 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
457 Cfr., al respecto, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit, ps. 222-224.
458 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 219.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 271
Se dice entonces, que la consumación no habrá de fijarla cuando el
autor se niega a devolver el bien, cuando es requerido a hacerlo por su titu-
lar, lo que si constituye es un requisito objetivo dé procedibilidad, en cuanto
a la promoción válida de la acción penal.
Identificar de forma precisa, el delito tentado no es empresa fácil, pues
ello implica adentrarse mas a un aspecto subjetivo, pero ello no implica su
improcedencia.
459 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., il-A, cit., p. 218; Cfr. GONZÁLEZ RUS,
J.J.; Delitos contra el Patrimonio (VI), cit., ps. 710-711; BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de
Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 244; VIVES ANTÓN, T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.;
Delitos contra el Patrimonio..., cit, p. 510.
272 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
460 PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (II)..., cit., ps. 487-488.
461 BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal. Procesos Sumarios, T. II, cit., p. 265.
462 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal Comentada, T. I, cit., p. 246.
463 SALINAS SICCHIA, R.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 765.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 273
6. FORMAS AGRAVANTES
464 BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal. Procesos Sumarios, cit., p. 287.
465 Snums S\CCH\A, R.\ Delitos contra el Patrimonio, cit, ps. 219-220-------
466 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A. cit., ps. 222-223.
276 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Industrial, será toda aquella persona dedicada a la realización de ac-
tividades comerciales, empresariales, sea cuales fuera la envergadura de
su negocio o, que tenga que ver con actividades de importación o exporta-
ción, en cualquier rubro que signifique el reporte de dividendos. Productos
de manufacturación, conversión industrial o simplemente actividad extractiva
de recursos naturales; lo importante a todo esto, es que dichas actividades
requieren de una autorización oficial, para su legal funcionamiento.
En todos los casos mencionados, no basta para aplicar la agravante,
que se verifique las calidades funcionales, industriales, profesionales, etc.,
en la persona del autor, sino que precisamente la perpetración del injusto
haya obedecido a un «prevalimiento» de dicha actividad.
De forma general se dice, tomado la noticia criminal por parte del Fiscal,
éste deberá realizar las diligencias necesarias que diera lugar, para así poder
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 277
denunciar penalmente el hecho ante el órgano jurisdiccional competente. Sin
embargo, para ello debe prever, que no sólo se cumplan con los elementos
que dan lugar a un injusto penal, sino también que s%hayan satisfecho ciertos
requisitos previos, a fin de ejercitar válidamente la acción penal.
En la Apropiación Ilícita es un dato a saber, la negativa del agente de
restituir el bien a su legítimo propietario, lo cual no es una condición que haya
de fijar su estado consumativo, mas si importante para que las autoridades
competentes hayan de advertir que el denunciado esta actuando ya como
si fuera dueño del objeto, al rehusarse a su devolución. Por consiguiente, si
bien la norma penal no lo dice expresamente, se ha convenido jurisdiccional-
mente, que el agraviado, antes de denunciar el hecho, debe cursar una carta
notarial al presunto autor, requiriéndole la entrega del bien.
En la sentencia recaída en él Exp. N° 6922-97, se dice lo siguiente:
"Tratándose del delito de apropiación ilícita imputado a los miembros de la
junta directiva de una asociación civil (...), no procede denunciar penalmen-
te sino después de rendidas las cuentas o practicada liquidación contable
y determinados los bienes y saldos dinerarios y el respectivo requerimiento
para la entrega de estos últimos"*61.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
470 , Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., T. Il-A, cit., p. 225; VIVES ANTÓN,
T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 421.
471 RAMÍREZ CRUZ, E.M'; Tratado de Derechos Reales, T. I, cit., p. 279.
472 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 365.
280 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Se trata entonces de tomar la cosa no ajena, sustrayéndola del lugar
donde el sujeto pasivo ejercer su tenencia, desplazándola a otro lugar, a
efectos de hacer uso y disfrute del bien; el autor no pretende*asumir un nue-
vo dominus, pues éste ya lo tiene, lo que quiere en realidad es reunir en su
derecho de propiedad el resto de derechos reales que de él se derivan.
Basta de que por medio de substracción se haga perder la cosa a
quien legítimamente la tiene, dice Soler. Para esta figura, la acción es impor-
tante en cuanto quita no en cuanto proporciona o da poder sobre la cosa473.
La distinción con el delito de Apropiación Ilícita, habría de observarla
desde dos aspectos: primero, la forma de que como el bien ingresa a la
esfera de custodia del autor, en el tipo penal in examine, se logra a través
de un acto de apoderamiento, sin consentimiento del titular, en cambio en
el segundo, a partir de un justo título; segundo, mientras que el artículo 191°
ataca la posesión, el artículo 190° ataca la propiedad del bien.
Tampoco puede tratarse de una estafa, pues el agente no se ha valido
de algún tipo de engaño, fraude, ardid u otro medio fraudulento, que haya
incidido en la esfera decisoria de la víctima. El desplazamiento del bien, se
ejecuta en contra de la voluntad de la víctima. Se dará también esta figura si
el sujeto pasivo le entrega el bien para que se lo cuide por un momento, lo
que es aprovechado por el agente para llevarse el bien.
Cuando hablamos de sustracción, importa la destreza que tiene el
agente, para apoderarse ¡legítimamente del bien, por lo que de puede me-
diar violencia y/o amenaza grave, ello no dará lugar a una tipificación penal
por Robo, pues elemento normativo de dicho injusto lo constituye la «ajeni-
dad» del objeto; en tal medida, se daría un concurso real de delitos, entre
el Hurto impropio con coacción y/o lesiones de ser el caso47"; no puede ser
un concurso ideal, pues ha de advertirse un pluralidad de acciones que se
refunden en tipificaciones autónomas475. De igual si concurre alguna de las
circunstancias que se glosan en el artículo 186°, no cambia la tipificación
penal, pero por ejemplo si se realiza en casa habitada, se dará en concurso
con el de Violación de domicilio.
El bien debe ser sustraído de quien lo tiene en su poder con un título
legítimo; legitimidad que puede venir de una convención con el propietario
476 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 227.
477 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p. 365.
478 Cfr., PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 228.
479 En contra, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 229.
282 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN
El artículo 192° del C.P., recoge dos conductas en realidad atenuadas,
tanto con respecto al Hurto como a la Apropiación Ilícita, pues es de verse de
su construcción normativa, que la apropiación del bien, no es materializada
mediando un acto de sustracción propiamente dicho; cuando el agente des-
plaza el objeto de la esfera de custodia del sujeto pasivo, sino cuando éste lo
encuentra perdido o es parte de un tesoro; por tales motivos, puede que su
penalización no se ajuste a un patrón de mínima lesividad social y, a la na-
turaleza subsidiaria del Derecho penal, de suerte que la esfera del Derecho
privado pueda resultar suficiente para resolver dichos conflictos.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 283
La ausencia de apoderamiento estricto como acto de desplazar físi
camente el objeto desde el ámbito patrimonial del sujeto pasivo al del activo
impide su calificación como hurto propio480. *
La norma tiende a proteger un doble derecho: cuando se trata de la
cosa perdida, se tutela el derecho de dominio, posesión o tenencia de quien
la perdió y de que le sea restituida; cuando se trata de tesoro encontrado,
el derecho del propietario o poseedor del predio a que le sea entregada la
partes que le corresponde481............................. ____ .
En palabras de Nuñez lo que la apropiación indebida ofende es el de-
recho del tenedor, poseedor o dueño de la cosa a que le restituya la cosa
perdida, o el derecho del propietario del predio a que le haga entrega de la
parte del tesoro que le corresponde 4". Podrá decirse ello desde una pers-
pectiva inmediata del carácter de este injusto penal, pero de todos modos,
siempre será objeto de tutela la propiedad, al verse privado el titular de la
plena disponibilidad de los derechos reales inherentes a aquélla483.
una situación creada por un caso fortuito del de intervenir directamente con
la propia acción causando daño a alguien485. Dicho de otro rnodo: en el Hurto
simple y sus derivados, el autor se hace de la cosa, mediando una acción
directa que incide sobre la posesión inmediata de su tenedor, en cambio
en esta figura delictiva, el agente no materializado conducta positiva alguna
para hacerse del bien, simplemente de forma casual se encuentra con el
bien. No se dará este caso, cuando el autor primero remueve la cosa de su
sitio, para luego apropiarse de ella; sino quien ve como se le cae la billetera
a un transeúnte y pasando por su lado la recoge y la ingresa a su custodia.
Cuando el agente conoce al propietario la entrega del bien debe efectuarla
ante él, y no según las reglas que se verán más adelante.
Podremos afirmar la tipicidad de este delito, cuando el taxista no de-
vuelve un bien que se quedo en su vehículo, que sabía muy bien, que perte-
necía a uno de sus clientes, tratándose de un bien olvidado, pues el objeto
se encontraba en la esfera de custodia del mismo, a menos que éste haya
incidido de forma táctica en su perdida; lo mismo no puede verse con tanta
claridad, en el supuesto del dueño de una casa que encuentra una joya en
su interior, que se presume pertenece a uno de los invitados de la fiesta del
día anterior, pero cuando el objeto que es sustraído de su casa es de su pro-
piedad, se configura el delito de hurto.
Diremos que no existe una cabal conciencia en la ciudadanía, de que
conductas como éstas constituye un ilícito penal, sino fuera así, tal vez se
producirían un mayor número de devoluciones; aunque siempre la impuni-
dad, en virtud de la cual se acometen estas conductas, no inhibe los impul-
sos delictivos.
Habrá que decirse primero, con respecto al bien perdido, que debe
tratarse de un objeto que tiene dueño, pero que por motivos ajenos a su
voluntad, se encuentra fuera de su esfera de custodia; (...) debe conside-
rarse perdida la cosa dejada por necesidad, como la dejada sin ella, pero
sin intención de abandonarla486. ¿Qué sucede cuando el agente se apropia
de un objeto dejado por un ladrón? De igual forma, si esta es aprehendida
sin haberse realizado ningún acto típico de sustracción, ha de verificarse la
figura delictiva in comento, pero si ésta se la entrega de propia mano, será
constitutivo de Receptación.
Se diferencia la cosa perdida de la cosa abandonada, que mientras la
primera de la mencionada se encuentra fuera de la custodia de su titular en
493 Ramírez, Cruz, E.M"; Tratado de Derechos Reales, T. II, cit, p. 173.
494 Asi, FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 546.
288 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Para que podamos afirma la figura in análisis, primero el agente debe
haber actuado sin observar las disposiciones legales -antesjnencionadas-,
y, segundo, debe verificarse que éste actúe con voluntad de dueño, de que
realice actos de disposición sobre el bien, de ingresar el tesoro a su acervo
patrimonial. No delinque el hallador o el descubridor que simplemente omite
las diligencias que indica la ley civil, pues no delinque si, por ejemplo, no las
cumple pero abandona la cosa495.
El descubridor puede invocar la prescripción por tratarse, el tesoro,
de un bien mueble. Requiere de posesión continua, pacífica y pública como
propietario durante dos años si hay buena fe, y por cuatro si no la hay (art.
951 del CC)496. Si esta prescripción de dominio, obtiene respuesta favorable
por el órgano jurisdiccional, ya no se podrá hablar de un hecho punible, en la
medida que el agente se convierte en propietario del bien, por lo que ya hay
lugar a un juicio positivo de íesividad y, si en el transcurso del proceso civil,
se pretende incoar la acción penal, el imputado ha de presentar una cuestión
prejudicial.
495 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 413.
496 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 233,
497 Así, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 438.
498 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 234; Siguiendo a SOLER, S.;
Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 439.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 289
agente debe dirigir su conducta, a la apropiación de un bien, conociendo de
qué se trata de una cosa perdida o que dicho tesoro no le corresponde. No
es necesaria, sin embargo, que esa conciencia consista en la certeza, sino
que basta que se presente como probabilidad despreciada por el autor (dolo
eventual)499; mejor dicho cuando se revela una conciencia del riesgo típico.
Si el autor yerra sobre el carácter "perdido" del bien, suponiendo mas
bien que fue abandonado, será constitutivo de un error de tipo; o de creer que
le tesoro le corresponde, porque él ha efectuado la edificación (superficie).
El dolo del autor ya cubre la apropiación misma del bien, por lo que
no es necesaria la concurrencia de un ánimo trascendente (animus rem sibi
habendi)500.
mayor de dos años o con limitación de días libres de diez a veinte jornadas,
quien realiza cualquiera de las acciones siguientes:
2. Se apropia de un bien ajeno en cuya tenencia haya entrado a conse-
cuencia de un error, caso fortuito o por cualquier otro motivo indepen-
diente de su voluntad33.
1. TIPICIDAD OBJETIVA
La materialidad típica de este delito, se concretiza cuando el agente se
apropia de un bien, que ingresa a su esfera de custodia como «consecuencia
de un error, caso fortuito o por cualquier otro motivo independiente de su vo-
luntad»; quiere decir esto, que para que pueda verificarse esta figura delicti-
va, primero ha de descartarse, cualquier tipo de apropiación que tenga como
precedente, una acción positiva del autor, que importe una sustracción, de
que éste de propia mano tome la cosa como suya (hurto) o que se trate de
un bien perdido. Tampoco puede tomar lugar el delito de estafa, pues para
ello se requiere una determinada actividad fraudulenta del agente, quien ma-
quilla la realidad, a partir de actos propios de engaño, lo que no se adecúa a
la literalidad de este delito, al exigirse que el bien ingrese a la tendencia del
autor, por razones ajenas a su voluntad.
499 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 415.
500 En contra, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 239.
290 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1.1. El «error»
501 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 419.
502 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 440.
503 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 236.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 291
de disposición, quien no lo sabe, o simplemente no se percato de ello, no
estará actuando como dueño del bien. Pero como bien dice Soler, es perfec-
tamente posible la creencia de que alguien haya girado esa suma 504, sobre
todo si se trata de un prospero comerciante que tiene negocios con un núme-
ro indeterminado de personas; empero, siempre habrá un detalle que lleve a
esclarecer la verdad de las cosas, pues ha de cotejarse dicho ingreso con el
movimiento económico realizado, de acuerdo a la fecha del giro, etc.
No es necesario que el error sea captado de forma inmediata por el
autor, puede que dicha conciencia de la realidad sea percibida a posteriori,
donde su negativa a devolverlo, indicará su real apropiación.
El acto de disposición del objeto puede consistir en negar haberlo reci-
bido o en no proceder a su devolución al comprobar el error505.
r
1.2. Caso fortuito
¡* Actúan a
veces las fuerzas mismas de la naturaleza para desplazar las cosas de una
esfera de custodia: el viento, una corriente de agua puede traer a nuestra
propiedad algo perteneciente a otro506; pero para ello, no puede revelarse
acción positiva alguna por parte del agente, que haya coadyuvado de cierta
forma, para que el bien ingrese a su esfera de custodia.
El azar, el destino puede actuar a favor de una persona, que despla-
zándose de la esfera de custodia del sujeto pasivo, termine recalando en su
poder fáctico; se dice por la doctrina, con razón, de que ésta modalidad tiene
semejanza con la apropiación de cosa perdida, pues es evidente, que en la
entrega del bien no participa activamente su titular.
También son fuente de casos fortuitos los hechos de los animales y la
actividad humana involuntaria, dice Nuñez. Constituyen casos fortuitos liga-
dos a la actividad humana la caída de un objeto de un avión y el olvido de la
cosa por el dueño en poder del autor507; v.gr., los lingotes de oro que se caen
de un vagón cuando se descarrila y son aprehendidos por unos lugareños.
Los frutos que caen en el fundo del vecino, por obra de la naturaleza.
508 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 238.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 293
APROPIACIÓN DE PRENDA
2. TIPICIDAD OBJETIVA
510 Cfr., al respecto, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 246-247.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 295
en algunas oportunidades, resulta necesario dar en garantía bienes mue-
bles, que se constituyen en el respaldo de recupero de la deuda por parte
del acreedor, aparece así el derecho real de farantía, denominado como
«prenda».
El artículo 1055° del CC, dispone que la prenda se constituye sobre
un bien mueble, mediante su entrega física o jurídica, para asegurar el cum-
plimiento de cualquier obligación; para lo cual se deberá cumplir con los
requisitos que se glosan en el artículo 1058° (in fine), en orden a cautelar su
validez.
Si estamos hablando que este tipo penal importa la apropiación del
bien por parte de! acreedor prendario, enajenándola o disponiendo de ella,
supone esto, que el objeto debe haber ingresado a la esfera de custodia de!
agente, de no ser así no podrá realizar de forma fáctica los actos que se re-
velan en construcción típica5"; en tanto se reconoce también en el Derecho
privado, la figura de las "prendas legales", cuando no se produce la entrega
física del bien, de conformidad con el artículo 1065° del CC.
Para poder fijar con corrección la relevancia jurídico-penal de la con-
ducta debemos remitirnos al artículo 1069° del CC, que a la letra señala lo
siguiente: "Vencido el plazo sin haberse cumplido la obligación, el acreedor
puede procederá la venta del bien en la forma pactada al constituirse la obli-
gación. A falta de pacto, se tramita como proceso de ejecución de garantías.
La oposición del deudor sólo puede sustentarse en prueba documental que
acredite indubitablemente el pago".
Sin embargo es de verse que del articulado invocado ha quedado ex-
presamente derogado por el artículo 12° de la Ley N° 28677 - Ley de Garan-
tía Mobiliaria de marzo del 2006, que reza de la siguiente manera: "El acree-
dor garantizado, salvo pacto distinto, tiene el derecho de ejecutarla garantía
mobiliaría cuando se produzca el incumplimiento de la obligación garantiza-
da. Excepcionalmente, el acreedor garantizado podrá ejecutar la garantía
mobiliaría antes del vencimiento de la obligación garantizada, cuando cuente
con fundamentos razonables y objetivos de que el bien mueble dado en ga-
rantía mobiliaria no se encuentra debidamente conservado o descubriera
otras circunstancias que pudieran dificultar o hacer imposible la ejecución de
la garantía mobiliaria.
El acreedor garantizado, en caso de que tuviese la posesión del bien
mueble, tendrá la calidad de depositario y deberá cuidarlo y mantenerlo en
buen-estado. Si el acreedor garantizado dañara o pusiera en peligro el bien
mueble afectado en garantía mobiliaría, el deudor o el constituyente tendrán
511 Así, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit, p. 443.
296 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
CAPÍTULO IV
RECEPTACIÓN
RECEPTACIÓN
Art. 194.- "El que adquiere, recibe en donación o en prenda o guarda,
esconde, vende o ayuda a negociar un bien de cuya procedencia delictuosa
tenía conocimiento o debía presumir que provenía de un delito, será re-
primido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres
años y con treinta a noventa días-multa".
1. ASPECTOS PRELIMINARES
Los injustos penales que han sido objeto de análisis, páginas atrás,
constituyen figuras delictivas que importan una conducta que ataca el pa-
trimonio del sujeto pasivo, quien se ve privada de sus bienes de forma ile-
gítima, con ello mermado de forma significativa el ejercicio de los derechos
reales inherentes a la propiedad; modalidades típicas que suponen el despo-
jo del objeto de la esfera de custodia de la víctima, mediando una actividad
típicamente de sustracción, de apoderamiento en el caso del Hurto y, en el
Robo, el añadido del injusto típico, es la violencia y/o amenaza que emplea
el agente para vencer la resistencia del ofendido. Por su parte en la Apro-
piación Ilícita, se advierte un modo de recepción del bien diferenciado, con
respecto a los delitos antes mencionados, pues ésta ingresa de forma legíti-
ma, el disvalor de la acción, surge a posteriori, cuando el agente, se niega a
devolver el bien a su legítimo propietario.
Dicho lo anterior sólo podrá ser considerado autor, quien deforma ma-
terial ejecuta la acción típica (autor inmediato), quien utiliza a un tercero ins-
trumento para hacerse del bien, en base al dominio de la voluntad del hom-
bre de adelante (autor mediato) o, quienes conciertan voluntades criminales,
mediante una división del trabajo, dando lugar a un co-dominio funcional del
hecho (coautores), v.gr., mientras que A despliega una fuerza física bastante
300 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
sobre la víctima, B se encamina a la apropiación de sus bienes muebles, por
lo que se configura una imputación recíproca del hecho como una unidad
indivisible. t
516 ; Modificado por el Decreto Legislativo N° 986 del 22 de julio del 2007.
517 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 252.
518 Vid., al respecto BUSTOS RAMÍREZ; J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.
248.
302 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
La vieja figura del receptador o perista ha ¡do cediendo paso a técnicas
complejas de introducción en el mercado de los bienes o ganancias proce-
dentes de actos ilícitos, lo cual ha determinado también una ampliación de la
incriminación hacia todas estas actividades de transformación519. El Estado
busca, afanosamente, nuevas medidas y técnicas de identificación, de aque-
llos capitales que provienen de una actividad delictiva, con mayor énfasis,
cuando se trata del narcotráfico, pues es sabido que dicha criminalidad ha de
sostenerse con las mafias de lavadores de dinero que actúan en un marco
de aparente licitud. Claro que dicha actividad es reprimida con una pena más
severa que la Receptación, lo que es lógico, en vista de la naturaleza de los
bienes jurídicos tutelados.
519 QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p.
930.
520 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 239.
521 QUINTERO OLIVARES, G:, Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p.
932.
522 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos Socioeconómicos (IX), cit., p. 843; As!, Suárez González,
C.J.; Receptación y blanqueo de Capitales, cit., p. 558; VIVES ANTÓN, T.S./ GONZÁLEZ CUS-
SAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio y el Orden Socioeconómico (y XIII), cit., p. 625.
TITULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 303
factor decisivo en el desarrollo de este tipo de criminalidad 523. Postura que se
acerca a lo que apuntamos al principio de este análisis, de que penalizar a
todos aquellos que reciben en venta, guarda y otras, bienes de procedencia
ilícita, tiende a proteger de forma más intensa a la sociedad de los delitos
precedentes, en el sentido, de que al cerrar el circuito delictivo patrimonial,
habrá de incidir en los cometidos de prevención general de la pena.
Como dice, BAJO FERNÁNDEZ, la creación del delito de receptación no
sólo se explica por la lesión del bien jurídico, sino por una consideración po-
lítico criminal consistente en la peligrosidad que encierra el comportamiento
del receptador como promoción de futuros delitos contra los bienes524.
El C.P. español a diferencia de nuestro texto punitivo, ha ubicado esta
figura en el marco de los delitos contra el Patrimonio y el Orden Socioeconó-
mico, por lo que ha de reconocerse un bien jurídico supra-individual, a dife-
rencia del Derecho positivo vigente que sólo ha de reflejarse bajo la idea del
Patrimonio; entonces, lo que ha de tutelar el tipo penal previsto en el
artículo 194°, es la propiedad de los bienes, pero de forma conexa, quiere
decir esto, incidiendo en la cadena delictiva, evitando con ello, la
comercialización de los bienes de procedencia ilícita.
Para que se éste frente a una receptación es necesario la existencia:
de un hecho previo y la inexistencia de una promesa anterior al delito525.
3. TIPICIDAD OBJETIVA
3.1. Sujeto activo
En principio se podría decir, que puede ser cualquier persona, no obs-
tante nótese algo particular: que el receptador no puede ser aquél que haya
intervenido sea como autor sea como partícipe en el hecho punible «antece-
dente», de no ser así se estarían penalizando injustamente los actos poste-
riores a un delito, que en definitiva no pueden ser objeto de punición.
En cambio, tienen la calidad de sujetos activos, el propietario del bien
receptado, cuando éste estuviera legítimamente poseído por otro: a título
de prenda, comodato, etc.; asimismo, es sujeto activo, el receptador inicial,
en caso de reiteración en el delito estudiado, llamada también receptación
sucesiva526; podrán haber entonces tantos receptadores, conforme tantas
traslaciones del bien se produzcan de forma continua en el tiempo.
527 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 254; Asi, SALINAS SICCHIA, R.;
Derecho Penal. Parte Especial, c¡t„ p. 791.
306 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
objeto material pueden ser cosas no fungibles y fungibles como el dinero,
lo importante a todo esto, es que sean susceptibles de valoración económi-
ca y que puedan ser desplazados de un lugar a otro; no hay necesidad de
remitirse al valor del bien, pues al haberse señalado que los bienes que se
recibe deben tener procedencia «delictuosa», dicha propiedad lleva ínsita
dicha estimación. Aspecto que tiene mayor envergadura, es el tema del de-
lito antecedente, como se desprende de lo antes señalado, hechos punibles
que afectan a bienes jurídicos como la Administración Pública o la Hacienda
Pública, podían cumplir dicha condición, toda figura delictiva que reportará
un beneficio económico, que pudiese dar lugar a los actos constitutivos de
Receptación, con la única excepción de los injustos de tráfico ilícito de dro-
gas, tal como se desprendía de los artículos 296°-A y 296°-B (Lavado de
dinero), derogados en su redacción originaria en virtud de la sanción de la
Ley N° 27765.
La Ley N° 27765 - Ley de Lavado de Activos, ha repercutido en la
estimación antes anotada. Es de verse en su artículo 6o (Disposición co-
mún), que el conocimiento del origen ilícito que debe conocer o presumir el
agente de los delitos que contempla la presente Ley, corresponde a conduc-
tas punibles en la legislación penal como el tráfico ilícito de drogas, delitos
contra la administración pública, secuestro, extorsión, proxenetismo, trata de
personas, tráfico ilícito de migrantes, defraudación tributaria, contra el patri-
monio en su modalidad agravada528; delitos aduaneros u otros similares que
generen ganancias ilegales, con excepción de los actos contemplados en
el artículo 194° del Código Penal. Con ello la delimitación del hecho punible
precedente, a lo que el delito de Receptación se refiere se reduce de forma
ostensible, en tanto que delitos como los que se cometen en el aparato del
Estado como otros como el contrabando, deben ser anexados al Lavado de''
Activos.
.\
¿Con que delitos podemos hacer entonces la remisión previa? Con
los injustos de Hurto, Robo simple, Hurto de abigeato, Apropiación ilícita en
todas sus modalidades, menos las figuras agravadas; así también, delitos
como la Extorsión, el Chantaje, Libramientos Indebidos, contra los Derechos
Intelectuales, contra la Propiedad Industrial, contra el Patrimonio Cultural,
contra el Orden Financiero y Monetario, etc. Lo problemático a todo eso,
resulta de la fórmula abierta que ha previsto el legislador en la redacción del
artículo 6o de la Ley N° 27765, cuando se refiere a "otros similares que ge-
neren ganancias ilegales". Cláusula abierta que puede ofrecer dificultades al
juzgador, para optar entre uno y otro delito, hubiese sido mejor que se haya
528 Modalidades delictivas incluidas según modificatoria efectuada por el Decreto Legis-
lativo N° 986 del 22 de julio del 2007.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 307
cerrado el círculo de delitos precedentes al tráfico ¡lícito de drogas y a los
cometidos contra bienes jurídicos institucionales, en el caso del Lavado de
Activos. "- *
El artículo 298° del C.R español, dispone textualmente que el conoci-
miento, debe ser de la comisión de un delito contra el patrimonio o el orden
socioeconómico.
Ahora bien, el delito precedente, puede o no haber prescrito, sin que
ello no repercuta en la tipificación por el delito de Receptación, cuya valora-
ción jurídico-penal se da de forma autónoma e independiente. Ello importa
a su vez, que no se requiere que el hecho punible antecedente, haya tenido
que ser objeto de una persecución penal, que de ella se haya podido culmi-
nar con una sentencia de condena; lo que en realidad importa, es que en el
proceso penal por,Receptación, el persecutor público puede ofrecer prueba
suficiente acerca de la procedencia delictiva del bien que fuese detectado
en la esfera de custodia del receptador. Lo único que se exige que el hecho
precedente constituya delito529.
En la ejecutoria recaída en el Exp. N° 722-95-Lima, se dice así: "Re-
sulta fehaciente la comisión del hecho en razón que la autora no ha podido
demostrar ni probar la propiedad de los bienes incautados, los mismos que
forman parte del stock de distribución entregado al agraviado para su venta
o distribución en el sector por la compañía embotelladora"530.
529 SALINAS SICCHIA, R.; Derecho Penal. Parte Especial, ctt, p. 791.
530 Gómez Mendoza, G.; Código Penal, cit, p. 135.
308 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Importa un acto jurídico viciado con una causal de Nulidad, al ser ma-
nifiesto el fin ilícito; vayamos a ver los efectos que puedan darse de un terce-
ro adquirente de buena fe (principio de fe pública registral). *
La recepción o adquisición puede ser indirecta, por ejemplo, ordenando
que la entrega se haga a otra persona, con o sin connivencia con el recepta-
dor531.
Segundo, se habla de recibir en «donación o prenda» el bien de pro-
cedencia delictuosa; la donación es una variante contractual prevista en el
artículo 1621° del CC, mediante el cual el donante se obliga a transferir gra-
tuitamente al donatario la propiedad de un bien. Principal característica de
esta modalidad contractual, es que no existe un precio de por medio, para
que tome lugar la transferencia de propiedad del bien, importa en realidad
un desprendimiento del dueño de la cosa. La donación de bienes muebles,
puede hacerse verbalmenté cuando su valor no exceda del 25% de la Uni-
dad Impositiva Tributaria, vigente al momento de la celebración del contrato,
tal como se señala en el artículo 1623° del CC y, si el valor, del bien mueble
supera dicho valor, ésta deberá celebrarse necesariamente por escrito de
fecha cierta, bajo sanción de nulidad (art. 1624° in fine). La donación supone
en este caso, que el agente recibe a título gratuito el bien mueble por parte
del hurtador, por ejemplo, de recibirlo y darle un uso, para la obtención de
un provecho.
Por su parte, la «prenda» ha de consistir en la entrega física de un
bien mueble por parte de un deudor, al denominado acreedor prendario, a
fin de garantizar el pago de una obligación principal. Debiéndose observar
para su validez, los requisitos glosados en el artículo 1058° del CC, asi como
la formalidad de que la prenda conste en documento de fecha cierta para
tener efectos contra terceros, como se desprende del artículo 106° del CC,
que debe ser entendido de común idea con lo previsto en el artículo 1062°
(in fine).532
Tercero, dice el precepto «guardar o esconder» el bien de procedencia
delictuosa; por el primer verbo rector, comprendemos todos aquellos actos
destinados a colocar el bien mueble en una localización determinada, a fin
de que no sea detectado; desplazarlo a un espacio físico donde no pueda ser
descubierto por terceros, incluida la policía.
En la doctrina se asimila el término esconder con ocultar. La ocultación
equivale a esconderlos, aunque siguen siendo de quien los entregó533. Me-
531 QUINTERO OLIVARES, G.; Coméntanos a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., p.
933.
532 Cit; artículos derogados por la Ley N° 28677.
533 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos Socioeconómicos (IX), cit., p. 844.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 309
535 Cfr., PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 260.
535 El precio, es en realidad, relativo, puede en algunos casos, que el agente oferte el bien
por encima del precio promedio del mercado, revistiéndole de ciertas propiedades que
se condicen con su real naturaleza, por lo que se advierte un engaño. Lo que nos po-
dría en la hipótesis de si el receptador puede ser sujeto pasivo de una estafa por parte
del autor del hecho punible precedente, a la vez autor de este delito, cuando vende el
bien a un tercero.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 311
no es fácil que el imputado declare abiertamente, tendrá que deducirse de
los hechos extemos, indicíanos y circunstanciales, con ios que pueda esta
blecerse un nexo causal y lógico537. *
No puede tratarse de una sospecha, puesto que el conocimiento impli-
ca una conciencia exacta, en cuanto a la seguridad que deba tener el agente,
sobre la procedencia delictiva del bien. Como estado psicológico (la sospe-
cha538), es el recelo o la desconfianza que con relación a algo o alguien se
forma en el ánimo, debido a las conjeturas que se elaboran tomando como
base ciertos datos reales539.
El conocimiento de ese origen ha de ser anterior o coetáneo a la ac-
ción, pues en la receptación no existe una figura de «adquisición de buena fe
con posterior tráfico a conciencia del origen delictivo», por lo que la aparición
ulterior del conocimiento no basta para transformar en delictiva la conducta
en nombre de un supuesto dolo «subsequens»540.
La problematización de este apartado delictivo, ha de fijarse cuando se
señala que basta que el agente «debía presumir el origen delictivo del bien»;
con ello estamos hablando de un estado cognitivo que no corresponde con
un estado de real certeza, mas aún se añade el deber de presunción, lo que
significa que en este caso no ha de probarse que el autor presumía dicha
condición, sino que según ciertos datos, era su deber haberse puesto en di-
cha situación subjetiva. En otras palabras, lo que se reprime es la infracción
del deber, de la debida diligencia, por no haberse informado adecuadamente
acerca de la procedencia delictiva del bien.
Primero, habrá que decirse que la primera hipótesis del tipo subjeti-
vo, nos puede conducir tanto a un dolo directo como a un dolo eventual541, lo
importante es el conocimiento del riesgo típico ex -ante y, éste lo tendrá,
tanto quien dirige con voluntad su conducta, como quien acepta las con-
secuencias de su obrar, sabiendo de su verdadera naturaleza y alcance.
Segundo, si estamos hablando acá, de un estado presuntivo acerca de un
deber de cognoscibilidad, lo que arribamos es a una infracción de ciertos
deberes, que sólo puede configurar un delito culposo542.
1. COMENTARIO
El artículo 195° del C.P., ha sido objeto de sucesivas modificaciones,
pues es de verse que en su redacción original contemplaba dos circunstan-
cias agravantes: la primera, referida a la habitualidad del agente, a la comi-
sión de este delito y, la segunda, referida a la naturaleza estatal de los bienes
o de su finalidad, para con un servicio público.
Seguidamente, de conformidad por efectos de la sanción de la Ley N°
25404, la redacción del articulado quedo de la siguiente forma:
1. No menor de 02 ni mayor de 06 años y treinta a noventa días multa,
cuando se trata de bienes de propiedad del Estado destinados al servi-
cio público o cuando el agente se dedica al comercio de objetos prove-
nientes de acciones delictuosas no comprendidas en el inciso 2).
2. No menor de 06 ni mayor de 15 años y de 180 a 365 días multa, e inha-
bilitación, conforme al Artículo 36, incisos 1), 2) y 4) cuando se trate de
bienes provenientes de delitos de tráfico ilícito de drogas o terrorismo.
A posteriori, mediando la dación del artículo 2o del DL N° 25428 (Ley
de Lavado de dinero)547, quedo derogada la Ley N° 25404, por lo que el artí-
culo 195° tuvo como consecuencia su derogación.
ESTAFA
Art. 196.-"E/ que procura para sí o para otro un provecho ilícito en per-
juicio de tercero, induciendo o manteniendo en error al agraviado me-
diante engaño, astucia, ardid u otra forma fraudulenta, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de seis años"
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
Hasta el momento hemos tenido oportunidad de analizar aquellos in-
justos que atentan contra el patrimonio, concretamente la propiedad de los
bienes, cuando el sujeto activo es desposeído del objeto material del delito,
mediando una actividad típica de desapoderamiento, sea por destreza, con
fuerza en las cosas o, cuando el autor despliega una fuerza física intensa o
grave amenaza contra la víctima, para poder reducir al máximo sus mecanis-
mos de defensa; dando lugar a los delitos de Hurto y Robo.
En tanto, que en la Apropiación Ilícita, la posesión del bien ingresa a la
esfera de custodia del sujeto activo de forma lícita, el injusto típico deviene
a posteriori cuando éste se apropia del bien, rehusándose a entregarlo a su
legítimo propietario; mientras que el tipo penal de Receptación, incrimina
aquella conducta, de quien recibe un bien de procedencia ilícita, intensifican-
do con ello el agravio al propietario del bien, a su vez generando una mayor
incidencia criminológica del resto de figuras delictivas que atentan contra el
patrimonio.
"Mas es de verse que la obtención de un beneficio ilícito, el incremento
del acervo patrimonial de una persona así como hacerse de una suma deter-
minada de dinero, puede provenir también de otra clase de conductas, que
ya no pueden ser calificadas como de «apropiación», puesto que la víctima
316 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
entrega voluntariamente el bien al agente. Lo particular en este caso, son
los medios que se vale el autor, para lograr el desplazamiento del bien a su
esfera de custodia, son métodos vedados, en el sentido de su naturaleza
fraudulenta, al valerse de ardid, engaño, mentira, etc., para poder convencer
a su potencial víctima. Se atenta también contra el patrimonio, en la medida
que como resultado del evento típico, el sujeto pasivo ve mermado de forma
significativa su patrimonio, al exigir el tipo penal genérico del artículo 196°, la
producción del perjuicio de un tercero.
Punto importante a saber, es que en este tipo de injustos, existe una
zona no muy clara de delimitación, con el incumplimiento de las obligaciones
jurídico-civiles, con la presencia de ciertos contratos, que también pueden
provocar efectos nocivos en el acervo patrimonial de una persona. Para ello,
resulta en realidad importante, fijar normativamente ciertos criterios de in-
terpretación (imputación objetiva), para dejar de lado conductas infractoras
solamente del Derecho privado, a fin de no desbordar el plano de legitimidad
del Derecho penal, en cuanto a su sujeción a los principios de lesividad, cul-
pabilidad, proporcionalidad, subsidiariedad y de ultima ratio548. No podemos
admitir la criminalización per se de ciertas figuras contractuales, amén de no
ingresar a ámbitos que no corresponde intervención alguna al ius puniendi
estatal.
Se advierte en la actualidad, una proliferación de una serie de prác-
ticas en el mercado de bienes y servicios, que de cierta forma, linda con
el terreno del engaño y del ardid; pero es que ese mismo mercado tolera
determinados usos de mercadotecnia y de publicidad a fin de captar a los
consumidores potenciales y, ello no puede ser reputado como actos consti-
tutivos de «Estafa». Máxime hoy en día, se ha puesto en vigencia en nues-
tro país, toda una frondosa legislación administrativa, que sanciona aquellos
comportamientos que han de ser calificados como "publicidad engañosa". No
obstante, también se advierten nuevas modalidades engañosas, mediando
técnicas sofisticadas y de las más ingeniosas, que permiten la obtención de
dividendos económicos ¡lícitos.
Por lo antes dicho, hemos de estar atentos, en evitar interpretaciones
forzadas y antojadizas, del ámbito de protección del artículo 196° del C.P..,
sólo aquellas conductas que desde un inicio revelan un contenido engañoso,
fraudulento, etc.; son aquellas que deben caer bajo las redes de represión
penal. No aquellas que por nimias, inocuas e insignificantes, pueden provo-
car la suscripción de contratos lesivos para los intereses económicos de una
de las partes. El Derecho en si, así como el derecho punitivo no tienen por
función proteger a los individuos poco diligentes y nada precavidos, en un
548 Así, GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 652.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 317
mundo de los negocios, que cada vez acoge figuras contractuales caracteri-
zadas por el riesgo de perder la inversión abonada.
El verbo defraudar empleado en sentido propio y común de los delitos
contra el patrimonio, hace referencia a un perjuicio de naturaleza patrimonial
logrado por medios fraudulentos, especialmente, por medios que actúen so-
bre la voluntad de un sujeto, determinando una resolución tomada libremente,
pero encontrándose aquél en error acerca del significado de lo que decide549.
Se trata fundamentalmente del uso del engaño, del abuso de confian-
za o de procedimientos semejantes que impliquen la elaboración de una
determinada maquinación del sujeto activo en contra el patrimonio de otro 550;
en otras palabras el fraude que emplea el autor, a partir de un sinfín de mo-
dalidades, para hacerse de un patrimonio de forma ilícita55'.
El C.P., en cuanto a la tipificación de estas figuras, sigue la orientación
de criminalizar una fórmula normativa de tipo abierta, tal como subyace en
el marco del artículo 196°, dando lugar a la Estafa genérica, en la cual ha de
cobijarse cualquier tipo de comportamiento perjudicial, que cumpla con los
presupuestos que exigen para afirmar su punición, para seguidamente en el
artículo 197°, glosar una serie de conductas típicas, que se supone guardan
una relación delictiva con la primera de las figuras nombradas. Se pude de-
cir, en una primera línea de argumentación, que los supuestos normativos
del artículo 197°, han de contar con todos los elementos de tipicidad objetiva
que se ponen de relieve en el artículo 196° (engaño, error, desplazamiento
patrimonial, perjuicio económico); agregando otros datos que le revisten de
una cierta especificidad552. Lo que no necesariamente es así, puesto que
algunas de estas Defraudaciones siguen ciertos parámetros que las dotan
de una sustantividad penal particularizada. No se puede sostener tampoco,
que las figuras criminosas del artículo 197°, constituyan figuras atenuadas
con respecto al tipo básico de Estafa, en la medida que modalidades como
el Fraude Procesal no sólo atentan contra el bien jurídico «patrimonio», sino
también contra la «Administración de Justicia», lo que implica un mayor dis-
valor del injusto típico. Sin embargo, el legislador ha sancionado con menor
pena, dichos injustos a comparación de la Estafa genérica que puede llegar
hasta una pena de seis años de
¿En que estriba la diferencia entre un delito de Estafa y uno de Hurto?,
en la forma de cómo ingresa el bien a la esfera de custodia del agente. En el
553 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 654.
554 Asf, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 654; PÉREZ MANZANO, M.;
Las Defraudaciones (I)..., cit., p. 440.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 319
«falta», conforme es de verse del artículo 445° inc. 2) del C.P., muy a pesar
de que en algunos casos el perjuicio económico puede ser significativo.
# Finalmente, es de verse
que la Estafa por lo general concurre con
otras figuras delictivas, sobre todo, con los tipos penales que lesionan la Fe
Publica, a partir del empleo de documentos apócrifos; dando lugar a un con-
curso «medial» (medio-fin). Descartándose, eso sí, una posible
concurrencia con las hipótesis delictivas que se glosan en ei artículo 197°,
pues ello configura un conflicto aparente de normas.
Eso sí puede apreciarse Estafa, en aquellos clientes que prometen al
Abogado defensor, el pago a resultas de la culminación del proceso, que ter-
minado aquél de forma favorable no cumplen con su prestación pecuniaria,
siempre que dicha actividad fraudulenta (ardid, astucia), se haya advertido
desde el inicio de la. contratación, no cuando por causas sobrevivientes el
cliente debe disponer el dinero para otros fines.
2. BIEN JURÍDICO
No hay objeción alguna en la doctrina especializada, que el delito de
Estafa ataca el patrimonio de una persona, la suma de valores que se ve
mermada, luego de la acción engañosa provocada por el autor, que genera
3l desplazamiento del acervo patrimonial a su esfera de custodia. De ningún
modo, el artículo 196°, ha de tutelar el derecho a la verdad ni la buena fe de
ios agentes del mercado, en virtud de su contenido etéreo, carente de base
material555.
Se dice que el concepto de patrimonio emerge demandado por la es-
tafa y son las propias exigencias de la estafa el desarrollo que alcanza esta
figura delictiva. De ahí la necesidad imperativa de analizar el concepto de
patrimonio que tiñe y configura la estafa556.
Bien jurídico protegido común a todas las modalidades de estafa, es-
cribe MUÑOZ CONDE, es el patrimonio ajeno en cualquiera de sus elementos
integrantes, bienes muebles o inmuebles, derechos, etc., que puede consti-
tuir el objeto material del delito. Esto no quiere decir, agrega el autor, como
entiende algún sector de la doctrina, que en la estafa sea el patrimonio como
un todo el bien jurídico protegido, sino solamente que, salvo en alguna moda-
idad típica concreta (por eje., estafa inmobiliaria), la estafa pueda incidir en
cualquiera de los elementos integrantes del patrimonio (...)557.
555 ASÍ.'BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 265; Cfr.,
PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (i)..., cit., ps. 442-443.
555 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., ll-A, cit., p. 275.
556 MUÑOZ CONDE, F.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 359-360; Cfr., VIVES ANTÓN,
320 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
3. TIP1CIDAD OBJETIVA
563 A más detalle, ver los comentarios dogmáticos al comienzo de esta titulación.
322 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
erario público, el radio de tipicidad penal se rige por los ilícitos penales que
vulneran la Administración Pública, en su faz patrimonialista (peculado, mal
versación de fondos, colusión, etc.)- „
Para poder ser presa del engaño inducido por el agente, debe tratarse
necesariamente de un sujeto con capacidad de discernimiento, debe poder
comprender con corrección la naturaleza de los actos Qurídicos), que pueda
suscribir con terceros; en tal virtud, un ¡nimputable, que no goza de una con-
ducción volitiva suficiente, no puede ser sujeto pasivo. Todos aquellos casos,
por los cuales, un privado de discernimiento le entrega un bien mueble, a
quien lo determina a hacerlo, sin violencia, son constitutivos de Hurto.
Podemos hacer una distinción del sujeto pasivo, conforme a la siguien-
te consideración: sujeto pasivo del engaño, es aquella persona a la cual el
agente, induce mediante ardid, fraude y otras maquinaciones, para que reali-
ce el acto de disposición patrimonial y, el sujeto pasivo titular del patrimonio,
que se ve perjudicado en su acervo patrimonial; v.gr., el apoderado u admi-
nistrador de un patrimonio ajeno (fideicomiso), que es objeto de engaño por
el agente. Cualidad distintiva, que no siempre ha de concurrir, al poderse
refundir ambas cualidades en una sola persona.
¿Qué pasa con el ladrón, con el hurtador, puedan ser objeto de una es-
tafa, aquellos podrán ser sujetos pasivos de este delito? Todo dependerá de
la concepción de patrimonio que se postule; si es la acepción mixta la elegi-
da, en cuanto a bienes susceptibles de cuantificación económica, que tengan
en apariencia «protección jurídica», habríamos de concluir que dichas
personas sí pueden ser víctimas de este injusto, mientras que
procesalmente no haya sido declarada la naturaleza ilegítima de dicha
posesión, no habrá otra alternativa que sean consideradas como víctimas
de una estafa. Con ello, no se quiere decir, que el ladrón deba ser
perdonado de su ilícito accionar, solamente el reconocimiento de, una
calidad jurídico-penal, conforme a la naturaleza del bien jurídico tutelado.
En realidad, resulta difícil sostener que el sujeto pasivo en estos casos sea
el propietario original, ya que no resulta perjudicado, al menos tal y como se
entiende el perjuicio en el delito de estafa564; es que éste no puede ser
doblemente considerado como sujeto pasivo de dos injustos a la vez, primero,
cuando es privado de la propiedad del bien, en el caso del hurto y, segundo
cuando se produce el perjuicio patrimonial.
3.3. El engaño
564 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 297-
298.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 323
pero viciada, por parte de la víctima. Importa el falseamiento de la realidad,
es decir, los hechos que son revestidos de un determinado ropaje, para dar
aparecer ciertas características de las cosas, qué no se condicen con su
verdadera naturaleza.
Engaño es la falta de verdad en lo que se dice, o hace de modo bas-
tante para producir error e inducir el acto de disposición patrimonial565; esto
quiere decir, que el engaño debe ser idóneo y suficiente para engrandar el
error en la psique del sujeto pasivo y, así provocar el desplazamiento del
objeto material.
A los efectos del medio engañoso en la estafa, sólo vale la pena lo que
se persigue hacer creer, sabiendo que es falso, puesto que la falta de verdad
en lo que se piensa coloca en situación de engaño al propio autor, de modo
que es él quien está en error, entonces no existe el elemento subjetivo carac-
terizado por el propósito de inducir a error al sujeto pasivo568.
Definitivamente, el engaño es mas que la mentira, pues la segunda
dependerá ya de los juicios de valor de la persona, que incide mas que todo
en la presunción de buena fe del obrar del prójimo; en cambio, el engaño
supone que lo que se dice o afirma, viene acompañado con ciertos datos
objetivos, que tienden a inducir a la creencia de algo que no se corresponde
con la verdad.
En la doctrina española, en cuanto al engaño, se dice que no basta
con mentir de cualquier modo, sino que sólo adquiere relevancia típica aquel
engaño que, con palabras de la ley, es "bastante" para producir error en
otro y a la vez inducirlo a realizar un acto de disposición patrimonial567. Si
bien, nuestra ley positiva no ha acogido dicha adjetivación ("bastante"), el
«engaño», ello no es óbice para que su interpretación, a efectos de calificar
la relevancia típica de la conducta, haya de acoger baremos de idoneidad,
suficiencia y aptitud para provocar el error en el sujeto pasivo', en cuanto el
desborde de niveles de permisión en el mercado.
Peña Cabrera, diferencia lingüísticamente los tres términos que utiliza
el art. 196; ardid es un medio empleado hábil y mañosamente para el logro
de un algún intento; astucia es la habilidad, carácter mañoso y audaz con
que se procede para conseguir un provecho ilícito creando error en la vícti-
ma; y, finalmente, engaño indica la falta de verdad en lo que se dice, cree,
piensa o discurre568.
565 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 274.
566 Fontán Bañestra, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 485.
567 PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (I)..., cit., p. 443.
568 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 284.
324 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
En resumidas cuentas, los verbos empleados en la tipicidad objetiva,
apuntan hacia lo mismo: generar un error en la persona del sujeto pasivo,
incidiendo en un plano de configuración determinado que no se corresponde
con la realidad de las cosas, que el agente pretende mostrar como tal.
Se ha estimado importante, fijar ciertos criterios -subjetivos y objeti-
vos-, a fin de delimitar el engaño capaz de provocar el error en la víctima;
v.gr; primero estimando un carácter generalizador del «hombre medio», de
ciertos márgenes de racionalidad y ponderación, con la que debe actuar todo
individuo en el mundo del comercio y de los negocios así, como el análisis
del hombre concreto que se sitúa frente al engaño569. Modo de proceder que
deber ser abandonado y sustituido por el juicio de pronóstico posterior obje-
tivo, conforme al cual se enjuicia, según la doctrina mayoritaria, la idoneidad
objetiva de un comportamiento para producir un determinado resultado570.
Por otro lado, la necesidad de desechar, aquellas conductas, que por
trasnochadas, inocuas, sobrenaturales y mágicas, no pueden ser abarcadas
por este concepto normativo; vg.r., quien paga una suma de dinero para que
se de por terminada la vida humana sobre la tierra. Las creencias, supers-
ticiones y la ignorancia como factores generadores del error, dejan de lado
que sea el engaño el creador de dicha esfera subjetiva. Como expone, Pérez
Manzano, la ausencia de idoneidad objetiva -falta de adecuación o peligrosi-
dad objetiva del engaño para producir el error- es lo que permite excluir como
conductas típicas de estafa, en primer lugar supuestos como el de quien paga
cantidades de dinero a un curandero, exorcista o brujo para conseguir curra
una determinada enfermedad, por ejemplo571. Así, según nuestra realidad el
ciudadano que acude a los denominados "chamanes", para que lo curen de
la mala suerte o que atraigan a la persona amada o, en la lectura de la manió
por parte de las gitanas. Cuestión distinta es de verse en los juegos de azar,
no es una estafa, sino no gana dinero alguno, puesto que el cliente, a propia
voluntad, coloca su patrimonio a una expectativa incierta y aleatoria.
El engaño, que nos sirva para definir la tipicidad es aquel que viene
determinado normativamente, el adecuado para generar el «error» en la psi-
que del sujeto pasivo, amén de generar la disposición patrimonial. Esto es,
la delimitación del engaño típico debe obedecer a criterios normativos, entre
los que se encontrará, desde luego, su adecuación concreta, para mediante
el preceptivo acto de disposición, dañar el patrimonio572.
569 Vid., GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 659.
570 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 275.
571 PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (i)..., cit., p. 444.
572 VALLE MUÑIZ, J.M.; El delito de Estafa, cit., p. 144.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 325
573 BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 227.
326 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
574 Citado por BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.
279.
575 VALLE MUÑIZ, J.M.; El delito de Estafa, cit., p. 165.
576 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 660.
577 Cfr., VALLE MUÑIZ, J.M.; El delito de Estafa, cit., ps. 167-168; PÉREZ MANZANO, M.; Las
Defraudaciones (I)..., cit., p. 448; SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 353-
354.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 327
578 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, c¡t., ps. 284-
285;
328 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
vicios; por la autenticidad de las marcas y leyendas que exhiben en los pro-
ductos; por la veracidad de la propaganda comercial de los productos; y por el
contenido y la vida útil del producto indicados en el envase, eg lo que corres-
ponde. Por su parte el artículo 15° del mismo cuerpo normativo, estipula que
el proveedor está obligado a consignar en forma veraz, suficiente, apropiada
muy fácilmente accesible al consumidor o usuario, la información sobre los
productos o servicios ofertados. Tratándose de productos destinados a la ali-
mentación y la salud de las personas, esta obligación se extiende a informar
sobre sus ingredientes y componentes, quedando prohibida toda información
o presentación que induzca al consumidor a error respecto a la naturaleza,
origen, modo de fabricación, componentes, usos, volumen, peso, medida,
precios, forma de empleo, características, propiedades, idoneidad, cantidad,
calidad o cualquier otro dato de los productos o servicios ofrecidos.
En tal sentido, se sanciona la publicidad engañosa o aquella que in-
duzca a error al consumidor (...), en donde se prohibe expresamente toda
manipulación de información que pueda confundir al consumidor, sobre la
calidad, el precio, peso, etc., para que no realice una adquisición de acuerdo
a sus necesidades e intereses579; lo que se quiere tutelar, es que el consu-
midor pueda tener una elección libre, conforme las expectativas que espera
colmar con la adquisición del producto, por ello la veracidad en la información
es indispensable para que no se puedan ver frustradas dichas expectativas.
Empero, para que se pueda tipificar la conducta por el delito de Estafa, debe
relevarse una actividad fraudulenta (ardid), que desde un primer momento
se dirija a inducir a error a la víctima, generando la disposición patrimonial,
que pueda incidir en la producción de un perjuicio para su patrimonio; para
lo cual debe verificarse también el dolo del agente, conciencia y voluntad de
realización típica. Elemento subjetivo del injusto que no resulta necesario
acreditar en el marco de una infracción administrativa, pues la imputación de
responsabilidad responde a una naturaleza meramente objetivada.
Por otro lado, sí de productos alimenticios se trata y, las consecuen-
cias en cuanto a su adulteración, que puedan reputarse como una conducta
engañosa, linda también con aquellos injustos que atentan contra la Salud
Pública.
En resumidas cuentas, el mercado de hoy en día, en vista de su diná-
mica contractual, advierte riesgos para los consumidores y los contratantes,
los cuales serán permitidos, siempre y cuando no desborden ciertos planos
de legitimación. Como explica VALLE MUÑIZ, dibujan en la dinámica contrac-
tual una especie de tensión dialéctica entre el necesario respeto a la auto-
nomía de la voluntad de las partes y la inevitable defensa de los particulares
3.4P El Error
El engaño, tal como se desprende de la redacción normativa del artí-
culo 196°, debe provocar un «error» en la persona del sujeto pasivo, a fin de
que ésta proceda a la disposición patrimonial.
Sin error, dice Soler, no hay estafa, así como no lo hay sin ardid, aun
cuando mediante alguna maniobra se logre un beneficio indebido 582. Si la
víctima, a quien se le pretendió engañar, pero de forma inútil, es plenamente
conciente de que el automóvil que va a comprar no vale ese precio y, aún así
583 Así, PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (I)..., cit, p. 449.
584 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal,.., Il-A, cit., p. 290.
585 BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 227.
586 VALLE MUÑIZ, J.M.; £/ delito de Estafa, cit., p. 189.
587 VALLE MUÑIZ, J.M.; El delito de Estafa, cit., p. 190.
332 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
591 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit, ps. 279-280.
592 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, cit., ps. 301-302; En opinión de
Pérez Manzano, en todos aquellos casos en los que se ocultan datos relevantes en el
momento de concluir un contrato bilateral, son en realidad engaños activos; en ellos
cuando una parte omite cierta información, está realmente afirmando la inexistencia
de la misma o la existencia del vicio; de manera que existe engaño activo, que será
típico en la medida en que sea idóneo objetivamente para inducir a error; las Defrau-
daciones (I)..., cit., ps. 446-447.
334 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
3.7. El perjuicio
595 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 293.
596 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 286.
597 VALLE MUÑIZ, J.M.; El delito de Estafa, cit., p. 214.
598 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 284.
599 " GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., ps. 668-669; Asf, BUSTOS
RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 228.
600 Así, FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 484; VALLE MUÑIZ, J.M.;
El delito de Estafa, cit., p. 226.
336 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
que el juzgador puede fijar un monto por concepto de Reparación Civil, pro-
porcional a los efectos perjudiciales de la conducta penalmente antijurídica.
Quien sufre el engaño, sobre quien recae el error, debte ser necesa-
riamente el disponente del patrimonio, pero quien sufre el perjuicio puede
que no sea la misma persona quien sufrió el error; v.gr., el administrador de
una tienda, quien efectuó el desplazamiento del dinero en el marco de un
contrato, siendo objeto de un engaño, es el sujeto pasivo del error, mas el
sujeto perjudicado es e! dueño del patrimonio. Lo importante es la relación
de consecuente a antecedente entre el perjuicio y la disposición patrimonial,
de modo que si el perjuicio se produce por motivaciones propias del sujeto,
aunque haya engaño, error y disposición patrimonial no hay estafa (quien
se hace pasar por entendido en carrera de caballos y da un falso dato, que
otro al escuchar sigue, no comete estafa desde el punto de vista objetivo sin
entrar a analizar el aspecto subjetivo).
El perjuicio, como elemento típico de la estafa estriba, pues, en la dife-
rencia de valor entre lo que se le atribuye al autor, merced al acto de dispo-
sición y lo que la víctima recibe a cambio601.
Si siguiéramos a toda consecuencia, la concepción «personal» del
patrimonio, en virtud de la cual se postura que el objeto de tutela son las
legítimas expectativas del titular del bien, conforme al uso y/o empleo que
éste persiga, el perjuicio no habríamos de estimarlo económicamente, sino
de acuerdo a las expectativas frustradas de su titular, pues pese a haber reci-
bido un bien con otras características, pero de igual valor económico, tendría
que reputarse su configuración típica. Perspectiva que no se condice con la
línea argumental antes esgrimida por nosotros602.
La compensación económica elimina, por tanto, la posibilidad de verifi-
car el perjuicio. No hay compensación en el simple nacimiento de un derecho
(derecho a recuperar la cosa) correlativo al perjuicio sufrido, ya que es menos
tener un derecho a la cosa que tener la propia cosa (minus est actionem habe-
re quam rem)603; en definitiva no es lo mismo un derecho expectaticio -aún de
incierta realización-, que contar de forma efectiva con el poder de la cosa.
No pueden ser tomados como perjuicios, el desgaste que se produce
como consecuencia del uso del bien, más aún si aquello no viene precedido
por engaño alguno.
Como se dijo antes, el patrimonio (tutelado) que puede verse configu-
rado, como repercusión de la conducta típica, puede verificarse también en
aquel que obtuvo su posición de forma antijurídica, el hurtador en este caso,
en base a la concepción mixta de patrimonio acogida en la monografía.
601 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 294.
602 Vid., al respecto, PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (I)..., cit., p. 451.
603 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 286.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 337
El perjuicio debe acaecer de forma inmediata, como consecuencia di-
recta de la disposición patrimonial; pues si éste aparece mucho tiempo des-
pués, podría resultar que éste no sea consecuencia del supuesto error en
que incurrió el sujeto pasivo, sino de un factor sobreviniente.
604 Asi, BRAMONT-ARIAS TORRES, U GARCIA CANTIZANO; Manual de Derecho Penal. Parte Es-
pecial, cit, p. 355.
605 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 285.
606 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 291.
607 PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (I)..., cit., p. 453.
608 Peña Cabrera, R:, Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 297.
338 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Quienes aparecen en escena, cuando el autor ya logró su propósito,
es decir, la disposición patrimonial de la víctima, a fin de poner a buen recau-
do el objeto o para negociarlo, serán pasibles de incurrir no^en el delito de
Estafa, sino en el injusto de Receptación.
609 Cfr., GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 672; SALINAS SICCHIA,
R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 284.
610 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 288.
611 VALLE MUÑIZ, J.M.; El delito de Estafa, cit., p. 275.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 339
OTRAS DEFRAUDACIONES
1. GENERALIDADES *
612 Cfr., al respecto, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 289-290.
613 Vid., FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 496.
340 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
los mismos elementos de aquellos que se contienen en el artículo 196°: en-
gaño, error, disposición patrimonial y el perjuicio económico, desde una posi-
ción secuencial. Lo que no quiere decir de ninguna manera, que no vayamos
a identificar elementos nuevos, en estos supuestos de disvalor típico.
Para Bramont-Arias y GARCÍA CANTIZANO, refiriéndose a las Defrauda-
ciones específicas, señalan que al configurarse como tipos autónomos de
defraudación, distintos del delito de estafa, no es preciso que en su estructu-
ra típica aparezcan los elementos característicos de dicho ilícito penal614.
En resumidas cuentas, al constituir figuras afines a la Estafa, no po-
drán concurrir delictivamente, dando a configurar un conflicto aparente de
normas, que deberá resolverse conforme a los principios interpretativos que
la doctrina ha formulado al respecto.
ESTAFA PROCESAL
Art. 197- aLa defraudación será reprimida con pena privativa de liber-
tad no menor de uno ni mayor de cuatro años y con sesenta a ciento veinte
días-multa cuando:
1. Se realiza con simulación de juicio o empleo de otro fraude procesal".
1. BIEN JURÍDICO
614 BRAMONT-ARIAS/ GARCÍA CANTIZANO; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 356.
615 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 307-308; BAJO FERNANDEZ,
M.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 314; GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos
contra el Patrimonio (V), cit., p. 678; BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte
Especial, cit., p. 234.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 341
2. TIPICIDAD OBJETIVA
Siguiendo la pauta del delito de Estafa, sujeto pasivo será el titular del
patrimonio, sobre quien recaen los efectos perjudiciales de la conducta an-
tijurídica; sin embargo, en algunos casos, puede que el engaño, por tanto el
error lo sufra una persona ajena al titular del patrimonio; v.gr, apoderado, un
administrador de una persona jurídica.
Así en la doctrina, se hace una distinción entre la «estafa procesal im-
propia» y la «estafa procesal propia»; por la primera el autor genera un error
a la parte contraria (adversaria), mediante engaño, haciendo que el juzga-
dor disponga en su resolución, que ésta efectúe una disposición patrimonial.
Mientras que por la segunda, sujeto del engaño es el juzgador, pero quien
sufre el menoscabo patrimonial, es la parte vencida.
Por último, sujeto pasivo de este delito puede ser una tercera persona
cuando ambas partes en el proceso se coluden para perjudicar a éste616.
616 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 308.
342 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
contencioso-administrativo, constitucional, familia, laboral) puede ampararse
en este supuesto, sino también un procedimiento de naturaleza administrati-
va; no habría razón valedera para negar esta hipótesis, donde también pue-
de cometerse este tipo de actividad fraudulenta.
Se dice que habrá estafa procesal, (...) cuando el Juez es inducido
-tanto de forma directa como cuando lo es de forma indirecta a través de
la inducción al adversario procesal que determina necesariamente el acto
de disposición, apunta Bajo Fernández. Igualmente, habrá estafa procesal
cuando media colusión entre las partes, es decir, cuando las partes se ponen
de acuerdo para engañar al juez en perjuicio de tercero617.
¿Cuándo se puede hablar que existe una «simulación de juicio»? en
tanto, se insta ante las instancias jurisdiccionales una acción que en reali-
dad no cuenta con legitimación para invocar la tutela jurisdiccional efectiva,
quiere decir, que no hay una causa real, que amerite un pronunciamiento
jurisdiccional, en cuanto a la extinción, modificación o reconocimiento de un
derecho subjetivo. Simular un pleito es provocar la iniciación de un procedi-
miento judicial sobre la base de una pretensión fingida618.
En la doctrina nacional se señala que aquí existe un montaje del sujeto
activo para engañar al tercero mediante el aprovechamiento del respeto, au-
toridad y credibilidad que otorga la justicia, mas el engaño no esta referido al
Juez, sino directamente al tercero619.
Por lo general estas conductas fraudulentas habremos de observarla,
cuando un individuo pretende evadir su obligación pecuniaria frente a un
tercero, empleando un proceso simulado, en el cual se hace embargar parte
de su patrimonio, para no satisfacer su deuda. Se iniciará un proceso de
obligación de dar suma de dinero, un proceso ejecutivo, con documentos de
fecha anterior, a la garantía real, para que se le ejecute el patrimonio y, así
eludir la legítima acreencia y, hacerse pasar por insolvente; modalidad que
ira acompañado por falsificación de documentos. Así, en la ejecutoría recaí-
da en el Exp. N° 1583-97, al señalarse lo siguiente: "Se configura el delito
en el presente caso, al haber los procesados simulado la realización de un
proceso civil de pago de dinero con el fin de perjudicara! agraviado"620.
617 BAJO FERNÁNDEZ, M.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 314-315; PÉREZ
MANZANO, M.; Las Defraudaciones (i)..., cit., p. 465.
618 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 679.
619 BRAMONT-ARIAS TORRES/GARCIA CANTIZANO; Manual de Derecho Penal. Parte Especial,
cit., p. 357.
620 LA ROSA GÓMEZ DE LA TORRE; Jurisprudencia del Proceso Penal Sumario, cit., p. 225.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 343
La simulación se da, por tanto, ante una connivencia por las partes,
para defraudar a un tercero, en cuanto el reconocimiento de una acreencia,
como por ejemplo, cuando el agente es acreedor alimenticio de su menor
hijo y, en concierto de voluntades con su madre, simulan un juicio de alimen-
tos, por el cual el primero se allana al contenido de la demanda. Aunque es
de verse que esta conducta ingresa a un concurso ideal con el tipo penal
de Omisión de asistencia alimenticia, en su segundo párrafo; ai afectar bie-
nes jurídicos de diversa naturaleza, se allana el camino para un concurso
delictivo.
En lo que respecta a la «estafa procesal», aquella supone la inducción
al juzgador, mediando una serie de artificios, ardid, fraude y otros, para que
éste disponga en su resolución la disposición patrimonial que haya de efec-
tuar la parte vencida (demandado); por lo que el sujeto engañado es el juez,
pero el perjudicado una de las partes. Puede darse en el siguiente caso:
el demandante que haciendo pasar por el propietario de un bien inmueble,
mediante un documento apócrifo, acciona contra su legítimo poseedor, vía
una acción Reivindicatoría. Asimismo, en el marco de una persecución pe-
nal, quien denuncia penalmente a otro, a fin de verse beneficiado con la
Reparación Civil y, si se muestra su mendacidad, puede entrar en concurso
con el tipo penal del artículo 402° (Denuncia falsa), siempre y cuando el juez
condene al acusado. En el caso del Fiscal de ningún modo, pues éste nunca
podrá verse beneficiado económicamente con la sentencia judicial, a lo más
cometerá el delito de Prevaricato.
Se presentará este supuesto ilícito por ejemplo, cuando el agente con
la intención firme de adjudicarse un inmueble del agraviado en un proceso
de ejecución de garantía, en connivencia con los peritos nombrados en au-
tos, hace presentar un peritaje un 30% menos del que realmente tiene en el
inmueble a rematarse621.
Nuñez escribe que la "estafa procesal", que no es simplemente una
estafa cometida en un proceso, sino la perpetrada mediante un engaño al
juez, requiere de un fraude en los elementos que pueden motivar la resolu-
ción judicial622.
Existirá estafa procesal propia también en los casos en que medie
colusión entre las partes, es decir, cuando las partes se ponen de acuerdo
para engañar al juez en perjuicio de un tercero623.
La estafa procesal propia, debe provocar necesariamente un desplaza-
miento patrimonial, que desencadena el perjuicio para el titular del mismo.
624 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 663.
625 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 663.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 345
3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN
La modalidad delictiva comprendida en el jnciso primero del artículo
197°, adquiere perfección delictiva, cuando el autor logra engañar de forma
efectiva a la otra parte o, directamente al juzgador de la causa y, éste último
mediante una resolución ordena la disposición patrimonial a favor del agente,
en evidente perjuicio del titular del patrimonio. Fijación del momento consu-
mativo, que de verse tanto en el caso de la simulación de juicio como en la
estafa procesal.
El hecho de que la resolución jurisdiccional que ordene la disposición
patrimonial, fue impugnada, inclusive con efectos suspensivos, en nada ener-
va la antijuridicidad penal de la conducta así como su perfección delictiva;
por tanto, no se requiere de que la resolución tenga la calidad de consentida
y/o ejecutoriada. Por tales motivos, no creemos posible que en esta hipóte-
sis, la consumación exija la obtención efectiva de un provecho.
Habrá de identificar el delito tentado, cuando el agente presenta en el
proceso documentación falsaria, que al ser detectada dicha naturaleza por
una pericia, es un medio de prueba inválido, por tanto el juzgador ya no la
tomará en cuenta a fin de emitir su fallo.
Art. 197.- aLa defraudación será reprimida con pena privativa de liber-
tad no menor de uno ni mayor de cuatro años y con sesenta a ciento veinte
días-multa cuando:
2. Se abusa de firma en blanco, extendiendo algún documento en perjui-
cio del firmante o de tercero".
346 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1. BIEN JURÍDICO
2. TIPICIDAD OBJETIVA
No considero que pueda ser cualquier persona, pues tal como se des-
prende de la redacción normativa de esta modalidad de defraudación, se
exige una particular relación con el sujeto pasivo, una vinculación comercial,
financiera, empresarial, laboral etc., que a su vez determina su distinción con
los tipos penales de falsedad, como veremos más adelante.
626 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 315.
627 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 385; Cfr., BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual
de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 235.
628 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 336.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 347
2.2. Sujeto pasivo
Será sólo el firmante, el signatario del documento con la firma en blan-
co, que se lo extiende al autor, para que éste lo llene conforme a su voluntad;
a su vez se exige, que éste sea vea perjudicado en su acervo patrimonial,
producto de la perpetración del hecho típico.
629 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 316-317.
630 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 388.
631 Así, FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 511.
632 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 683.
348 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
del firmante633 o por interpósita persona, pues a partir de dicho dato pode-
mos inferir el «abuso de confianza», presupuesto que no podemos advertir,
cuando el individuo, simplemente aprovechándose de una posición fáctica, el
empleado de una casa por ejemplo, rebusca en las gavetas del dueño y, en
dicho ínterin encuentra el documento firmado en blanco y, lo llena a propia
voluntad, declarándose como titular de un derecho.
En el caso antes propuesto no se puede hablar de un caso típico de
abuso de firma en blanco, pero ello no significa que el comportamiento que-
de en la impunidad, al poder ser subsumido a los alcances normativos del
tipo penal de Falsedad material634; como se desprende de la redacción típica
contenida en el artículo 427° del C.P.., el agente debe elaborar ,-total o
parcialmente-, un documento, cuyo ingreso al tráfico jurídico sea susceptible
de lesionar el derecho de un tercero; por tanto, no haya problema alguno de
comprender su relevancia típica, cuando la elaboración parcial, implique el
llenado de un contenido sobre la firma extendida en blanco. De lo dicho ha
de concluirse que no puede darse un concurso ideal entre ambas figuras
delictivas, mas bien lo que acontece es un conflicto aparente de normas, que
ha de resolverse mediante el principio de especialidad635.
El artículo 250° numeral 4) del C.P. español, da lugar a un alcance
normativo de mayor amplitud, conforme se puede ver de su redacción, al
señalarse que puede haber configuración típica, con abuso de firma de otro o
sustracción, ocultación o inutilización, de expedientes o documentos. Por su
parte el C.P. argentino, describe la conducta en el artículo 173° lo siguiente:
"El que cometiera alguna defraudación abusando de firma en blanco, ex-
tendiendo con ella algún documento en perjuicio del mismo que la dio o de
tercero".
Ahora bien, los datos que se insertan no pueden ser cualesquiera, sino
que se pretendas reconocer un derecho a favor del agente o del tercero, en
perjuicio del firmante, concretamente de su patrimonio. Dicho reconocimien-
to debe tener eficacia jurídica, en el sentido de que el documento pueda ser
utilizado por el autor, a fin de obtener un provecho; el que no se podrá obte-
ner si se hace constar de un título que el firmante no podía conceder, v.gr., la
compraventa o donación de un bien, que no es de propiedad del firmante 636.
El acto jurídico debe ser idóneo para la finalidad convenida.
633 Así, NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 336; PEÑA CABRE-
RA, R.; Tratado de Derecho Penal..., cit., p. 317; SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el
Patrimonio, cit, p. 293.
634 Asi, FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 511.
635 Vid., al respecto, BAJO FERNANDEZ, M.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.
319.
636 Cfr, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 389.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 349
No perjudica lo que es un derecho del autor, ni lo que carece de efec-
tos patrimoniales637.
*
Si se dará un abuso de firma en blanco, en el pagare o en la letra de
cambio, que se consigna un cifra dineraria que no se corresponde con la
obligación principal (acreencia).
En la jurisprudencia, se ha dejado sentado que los elementos constitu
tivos del delito (Exp. N° 702-98)638, son: a) Que el agente reciba un documen
to en blanco y con la sola firma de la víctima, b) Que la víctima haya entre
gado voluntariamente tal documento al agente para que sea llenado con un
texto determinado fijado de antemano por ambos, c) Que el agente elabore
sobre el documento un contenido fraudulento y diferente del acordado, que
le otorguen determinados derechos inexistentes a su favor; d) Que tal conte
nido implique un perjuicio patrimonial para el firmante, o fiara un tercero y, e)
Que como elemento subjetivo exista el dolo, esto es, la conciencia y voluntad
de actuar con fraude. |
Se ha dicho, por un sector de la doctrina, que todas las modalidades
de Defraudación deben contener todos los elementos de tipicidad objetiva
con que cuenta la Estafa genérica; el engaño, el error, la disposición patrimo-
nial y el perjuicio económico, a partir de una secuencia lógica. No obstante,
en el caso típico del Abuso de firma blanco no tiene porque ser así, en la
medida, que el engaño puede aparecer en la entrega ya del contrato como a
posteriori, puede que en un principio ho surja en la mente del agente la inten-
ción de hacerse de un patrimonio de forma ilícita, sino después, por lo que
existe cierta identidad típica con el tipo penal de Apropiación Ilícita, donde
el disvalor del injusto surge recién cuando el autor se apropia de la cosa, es
un aspecto muy subjetivo, que no puede fijarse de forma generalizada, que
de cierto modo, lo aleja de la secuencia típica del artículo 196°. En la Estafa,
la disposición patrimonial siempre debe ser consecuencia el error, que tiene
como antecedente el engaño y, en el Abuso de firma en blanco, no se puede
decir de forma rayana que la entrega del documento en blanco implique una
voluntad viciada del firmante639.
637 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 337.
638 BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal..., T. II, cit., p. 328.
639 Ver al respecto, VALLÉ MUÑIZ, J.M./ QUINTERO OLIVARES. G.; Comentarios a la Parte Es-
pecial del Derecho Penal, cit., ps. 670-671.
350 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Art. 197.- "La defraudación será reprimida con pena privativa- de libertad
no menor de uno ni mayor de cuatro años y con sesenta a ciento veinte días-
multa cuando:
1. BIEN JURÍDICO
640 Asi, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 389.
641 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 318-319.
TITULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 351
Es de verse, entonces, que el inc. 3) recoge una particular forma de
defraudación, que toma lugar a partir de las relaciones comerciales-financie-
ras, que el sujeto activo realiza a nombre del sujeté activo; quiere decir esto,
que lo que se configura en este caso es una «administración o representa-
ción desleal», que para adquirir relevancia jurídico-penal, debe revelar una
conducta dolosa que produzca los efectos perjudiciales que se requiere para
atentar contra el bien jurídico.
En el ámbito de las relaciones comerciales, aparecen figuras contrac-
tuales mercantiles, que de forma especifica regulan vínculos jurídicos, esta-
blecidos entre dos o más personas, en virtud del cual una o varias de ellas
quedan sujetas al deber de entregar a la otra una prestación, correspondien-
do a las primeras la condición de deudor o deudores, y a las segundas la de
acreedores642.
Sin duda, el mundo de los negocios, del comercio, advierte hoy en día
una perspectiva de particular dinámica, fruto de la emergente actividad eco-
nómica que toma lugar en una determinada sociedad, que ha de satisfacer
las necesidades más elementales, en cuanto a la producción de bienes y
servicios así, como la fluidez de las exportaciones e importaciones; en tal vir-
tud, dichas relaciones comerciales requieren es una regulación específica,
que en principio fueron regulas en el Código de Comercio, luego el Código
Civil recogió ciertas figuras contractuales del derecho privado, para final-
mente sancionarse una normatividad especial, dedicada a las novedosas y
modernas figuras contractuales del ámbito empresarial.
Lo que le ha de interesar al Derecho penal en este apartado del glo-
sario delictivo, no lo constituye los meros incumplimientos contractuales (co-
merciales), sino aquellas conductas lesivas al patrimonio de la víctima, que
se configuran mediando la perpetración de comportamientos defraudatorios,
de quien se aprovecha de la función encomendada, para alterar en sus cuen-
tas, los precios o condiciones de los contratos, suponiendo gastos o exage-
rando los que hubiera hecho, es decir, modifica la realidad de los números
contables para hacerse ilegítimamente del patrimonio del comitente; consus-
tancial a los principios de subsidiariedad y de última ratio.
La represión penal no se basa en la infracción del deber propiamente
dicha, sino en la lesión de los principios que inspiran estas vinculaciones
jurídico-comerciales, de tutelar el patrimonio ajeno, que han de verse res-
quebrajadas cuando se cometen conductas de un alto disvalor (injusto), sólo
aquellas que perturban de forma significativa dichas instituciones, pues las
que reflejan un menor contenido, debe ser sancionadas bajo los derroteros
del Derecho privado.
647 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 322-323.
648 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 324.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
355
ESTELIONATO
Art. 197- "La defraudación será reprimida con pena privativa de liber-
tad no menor de uno ni mayor de cuatro años y con sesenta a ciento veinte
días-multa cuando:
4. Se vende agrava, como bienes libres, los que son litigiosos o están em-
bargados o gravados y cuando se vende, grava o arrienda como propios
los bienes ajenos".
1. BIEN JURÍDICO
EL patrimonio de una persona puede verse afectado por un sinfín de
conductas, las cuales han sido compendidas de forma genérica en el tipo
356 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
2.3.1. Vender o gravar como bienes libres, los que son litigiosos
o están embargados o gravados
650 Así, NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 346.
651 Se deja de lado la donación, en la medida que se trata de un contrato, en virtud del
cual se transfiere la propiedad a título^ratuito, no se paga un precio, no desencadena
la posibilidad de que el donante pueda obtener un provecho económico, plano subje-
tivo que es característico de los injustos de estafa.
652 PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (I)..., cit., p. 471.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 359
En el caso de la transferencia de bienes inmuebles, la venta se perfec
ciona con la consensualidad de las partes, no se requiere la entrega física
del bien, basta la tradición jurídica. *
El gravamen ha de ser comprendido como las cargas que se imponen
sobre un bien y, que limitan su libre disponibilidad en el tráfico jurídico. Grava
el que constituye sobre el bien un derecho real de garantía, pero no lo hace
quien solo constituye una obligación personal sobre el bien; tampoco cons-
tituye gravamen la inhibición general que ha recaído sobre el agente, no la
afectación del bien a un privilegio derivado de un acto jurídico cualquiera que
no creen derechos reales de garantía (...)653. Derechos reales de garantía
son la prenda, la hipoteca y la anticresis, según lo dispuesto en los artículos
1055°, 1091° y 1097° del C.C., respectivamente.
Ahora Bien, dicho lo anterior, conviene situarnos en la conducta poste-
rior, que determina su configuración típica como Estelionato, esto es, vender
o gravar corneo bienes libres, los que son litigiosos, o están embargados o
gravados. Primero que todo, hemos de convenir que la relevancia típica de la
conducta debe ir revestida de un fraude, de un ardid exteriorizado por quien
ejecuta el acto jurídico, de no ser así meras imperfecciones contractuales
serían constitutivas de este delito. Esta figura, (...), como apunta Soler, no
puede ser trazada con claridad sin subordinarla totalmente al tipo genérico
de estafa. Por lo tanto, la manera correcta de distinguir la operación lícita de
la delictual consiste en investigar la concurrencia de los elementos comunes
de estafa654.
Debe tratarse, por tanto, de bienes que son objeto de una litis, de un
pleito judicial, es decir, en la vía jurisdiccional se esta discutiendo por ejem-
plo el mejor derecho de propiedad de las partes, puede ser una acción rei-
vindicatoría, una prescripción adquisitiva de dominio, una ejecución forzada
por garantía prendaria; situaciones todas ellas, que pone en incertidumbre,
la identidad del verdadero propietario, con ello su libre disponibilidad. Dicha
cualidad jurídica debe tenerla el bien, al momento de efectuarse su venta o
gravamen; debiéndose poner en cuestión, que ello debe ser conocido por el
agente, pues si al momento de perfeccionar la compraventa, aun no se había
presentado el litigio, no podemos hablar de estelionato, al no verificar el dolo.
Otro aspecto es que el litigio debe ser fijado a partir del auto admisorio de la
demanda, antes de ello aun no hay un proceso en trámite, pues ésta puede
ser declarada improcedente por el juez que se avoca al asunto.
653 CREUS, C; Citado por PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 328;
GONZÁLES Rus, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 689.
654 SOIER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 374.
360 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Segundo, el bien estará «embargado», cuando sobre el bien ha recaí-
do una afectación determinada por una suma de dinero, a fin de garantizar la
efectiva concretización de la obligación principal. El artículo|>420 del C.P.C,
señala que cuando la pretensión principal es apreciable en dinero, se puede
solicitar embargo. Este consiste en la afectación jurídica de un bien o dere-
cho del presunto obligado, aunque se encuentre en posesión de tercero, con
las reservas que para este supuesto señala la Ley655. El embargo como me-
dida cautelar asegurativa y provisoria, puede presentarse fuera y dentro del
proceso principal, conformando un proceso autónomo, según lo previsto en
los artículos 635° y 636° del C.P.C; 656de tal manera que la tipicidad penal de la
conducta habremos de observarla a partir del momento en que el agente es
notificado con la ejecución de la medida, de conformidad con el artículo
637° (in fine)657; ojo, el embargo puede ser también trabado en el curso de un
proceso penal, pero es que su regulación sigue la suerte de las previsiones
legales del C.P.C. Sólo así, podremos observar el dolo del autor.
Tema a incluir, es que tratándose de bienes registrados, la medida
puede ejecutarse inscribiéndose el monto de la afectación, siempre que
éste resulte compatible con el título de propiedad ya inscrito. Este embargo
no impide la enajenación del bien, pero el sucesor asume la carga hasta
por el monto inscrito, así lo señala el artículo 656° del C.P.C. Lo que trae
ciertas consecuencias en el ámbito penal: primero, que si comprador del
bien, sabía que se trataba de un bien embargado, no podrá ser calificado
como una víctima658, máxime si el dispositivo legal invocado no prohibe su
enajenación659; segundo, si se trata de una medida inscrita en el registro, el
adquirente no podrá decir que no sabía que el bien estaba inscrito, a menos
que el declarante lo haya consignado en contrario, en el contrato respectivo.
En puridad de la verdad, el principio de fe pública registral determina cier-
tas incidencias en cuanto a la relevancia típica de Estelionato, tomando en
cuenta también laé estipulaciones contractuales de Saneamiento y Evicción
que se obliga a realizar el vendedor, se supone que todos conocen del con-
tenido de las inscripciones regístrales.
En la hipótesis antes mencionada, siendo que el adquirente actúa
conociendo del embargo, al momento de efectuarse la venta, éste no sería
el perjudicado.
655 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Teoría General del Proceso..., cit., p. 265.
656 Cit; modificado por ei D. Leg. N° 1070 del 28/06/08.
657 Cit; modificado por el D. Leg. N° 1069 del 28/06/08.
658 Así, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 690.
659 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 298.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 361
Consideramos que en el caso del embargo, por lo general, se deberá
identificar su no inscripción en el registro, contrario a lo que sucede en el
caso de los bienes sometidos a un litigio, que normalmente no son inscritos
en el registro (anotación de la demanda, art. 673° del C.R.C).
Finalmente, en lo que respecta al «gravamen», ésta cualidad jurídica
se presenta cuando se ha constituido un derecho real de garantía sobre un
bien mueble e inmueble, a fin de garantizar el pago de una obligación
principal.
En cuanto a la prenda, el artículo 1060° del C.C.660, dispone que un
bien puede ser gravado con prenda en garantía de varios créditos y a favor de
varias personas sucesivamente, con aviso de los acreedores que ya tienen la
misma garantía. Los acreedores seguirán el orden en que han sido constitui-
das las prendas para el efecto de la preferencia. Por tales motivos, cabe con-
venir que no esta p.rohibido que sobre un mismo bien mueble pueden recaerse
varias garantías prendarias, siempre y cuando se le de conocimiento al resto
de acreedores; ello importa que sólo cuando el acreedor, prendario no conocía
del resto de acreencias, puede hablarse de Estelionato* o, cuando compró el
bien, sin saber que estaba gravado con una hipoteca. Sobre un mismo bien
inmueble pueden recaer múltiples hipotecas, las cuales tendrán preferencia
según la su antigüedad, conforme a la fecha de registro. Empero, en el caso
de la hipoteca debe tomarse en cuenta que aquella debe constituirse por es-
critura pública, salvo disposición diferente de la Ley, como se desprende del
artículo 1098° del CC; que por tanto es elevada al registro correspondiente.
Nuevamente nos chocamos con el principio de fe pública registral. De ahí la
importancia de exigir un fraude o ardid, para ocultar dicha situación.
GONZÁLEZ RUS, acota que el sujeto silencia la existencia de un grava-
men sobre la cosa de la que dispone, lo que constituye un engaño que de-
termina un acto de disposición por parte del adquirente, que de conocer la
situación real del bien no hubiera llevado a cabo, o lo hubiera hecho por una
cuantía menor661. Estamos ante una estafa en la que se oculta una condición
importante del objeto que normalmente determina su inferior valor en el mer-
cado, e, incluso suele ser determinante para prestar el consentimiento en el
negocio662.
El inciso 4) del artículo 197°, recoge dos supuestos distintos, cuya par-
ticular sustantivídad amerita un análisis por separado. En lo que respecta a
660 Cit; derogado por la Ley N° 28677 del 01/03/06., vid; al respecto, articulo 193°.
661 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 690.
662 PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (I)..., cit., p. 471.
362 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
663 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, cit., p. 353.
664 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 330.
665 Asi, SOLER, S.; Derecho penal argentino, 7. IV, cit, p, 376. .
364 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
668 VALLE MUÑIZ, J.M./ QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho
Penal, cit, p. 682.
366 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
669 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 301.
670 BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal..., cit., p. 331.
*
CAPÍTULO VI
FRAUDE EN LA ADMINISTRACIÓN DE
LAS PERSONAS JURÍDICAS
r
ADMINISTRACIÓN FRAUDULENTA
Art. 198.- "Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
uno ni mayor de cuatro años el que, en su condición de fundador, miembro
del directorio o del consejo de administración o del consejo de vigilancia,
gerente, administrador, auditor interno, auditor externo o liquidador de
una persona jurídica, realiza, en perjuicio de ella o de terceros, cualquiera
de los actos siguientes:
1. Ocultar a los accionistas, socios, asociados, auditor interno, auditor ex-
terno, según sea el caso o a terceros interesados, la verdadera situación
de la persona jurídica, falseando los balances, reflejando u omitiendo
en los mismos beneficios o pérdidas o usando cualquier artificio que
suponga aumento o disminución de las partidas contables.
2. Proporcionar datos falsos relativos a la situación de una persona jurídi-
ca.
3. Promover, por cualquier medio fraudulento, fabos cotizaciones de ac-
ciones, títulos o participaciones.
4. Aceptar, estando prohibido hacerlo, acciones o títulos de la misma
per-- sona jurídica como garantía de crédito.
4. Fraguar balances para reflejar y distribuir utilidades inexistentes.
6. Omitir comunicar al directorio, consejo de administración, consejo di-
rectivo u otro órgano similar, o al auditor interno o externo, acerca
de la existencia de intereses propios que son incompatibles con los de la
persona jurídica.
7. Asumir prestamos para la persona jurídica.
8. Usar en provecho propio, o de otro, el patrimonio de la persona jurídica.
368 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
9. Emitir informes o dictámenes que omitan revelar, o revelen en forma
distorsionada, situaciones de falta de solvencia o insuficiencia patri-
monial de la persona jurídica, o que no revelen actos u omisiones que
violen alguna disposición que la persona jurídica está obligada a cum-
plir y que esté relacionada con alguna de las conductas tipificadas en
el presente artículo".
1. CUESTIONES PRELIMINARES
Llegados al umbral del tercer milenio podemos decir con propiedad,
que el universo jurídico ha adquirido concreción material y un depurado de-
sarrollo científico, en el marco del ámbito comercial y empresarial; nos aleja-
mos de los esquemas tradicionales que durante años se fueron cultivando en
el Derecho penal y en el Derecho civil respectivamente, que fueron forjados
por los juristas más destacados del orbe, a fines del siglo 19 y a comienzos
del siglo 20 respectivamente. Resulta insoslayable, aquella afirmación que
entiende a la ciencia jurídica como un haz dinámico y de permanente cam-
bio, producto de las transformaciones sociales, políticas y económicas, que
acontecen en los países de la región.
La conducción económica de un país ya no puede ser percibida per
se como la manifestación de actividades primarias, puramente extractivas
de las riquezas naturales, minerales, etc.; hoy en día, somos testigos del
imparable despegue de las corporaciones empresariales, fuente
generadora no sólo de riqueza para sus propietarios (accionistas), sino
también promotora de la creación de puestos de trabajo así también como
palanque importante para la obtención de una recaudación tributaria que
pueda colmar las necesidades sociales más elementales.
Si estas empresas mueven ingentes sumas de dinero, sobre todo
aquellas que extienden su operatividad a un nivel internacional, requieren
de una normatividad específica que pueda regular todo lo concerniente a
su estructura organizacional, a su vida societaria así como lo referido a sus
órganos de gestión y de administración. El derecho positivo habría de re-
coger este nuevo constructo normativo, dando lugar a la denominación de
«persona jurídica», una formulación abstracta e ideal, que se aleja de la idea
de la persona psico-física convencionalmente considerando, tomando lugar
una estructura normativa con vida propia, distinta a la de sus miembros. Así,
lo dispone el artículo 78° del C.C., cuando señala que la persona jurídica
tiene existencia distinta de sus miembros y ninguno de éstos ni todos ellos
tienen derecho al patrimonio de ella ni están obligados a satisfacer sus deu-
das. Dicho en nuestras propias palabras: las personas jurídicas importan la
creación de entes ficticios, idealmente construidos, para que las personas
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 369
físicas puedan conformar una voluntad corporativa, ajena a sus respectivas
individuales, cuyo fin esencial es la satisfacción de fines valiosos, que haya
de corresponderse con el objeto al cual ella se dirige; sobre éstas se dirigen
modelos de comportamiento auto-referenciales, enmarcadas en su desarro-
llo societario, en cuanto a la gestión empresarial y/o societarias, mas las
normas de conducta que se contienen en las prescripciones jurídico-penalec
sólo tienen como destinatarios a aquellos que asumen los órganos de repre-
sentación en el seno de las personas jurídicas.
Estas grandes corporaciones desarrollan una serie de actividades no
solo de tipo comercial (que es su fin), sino que además, para su existencia y
natural desenvolvimiento despliegan una variada gama procedimental al in-
terior, que deberá regirse por sus reglamentos y estatutos. El desgarramiento
de dichas reglas necesariamente generan consecuencias de relevancia jurí-
dica, sea en el plano administrativo, civil, penal o en el campo comercial671.
Dicho lo anterior, aparece primero la constituciones de Asociaciones
civiles sin fines de lucro, que se encuentran comprendidas en las disposi-
ciones legales del Código Civil, como personas jurídicas que se crean para
la realización de determinadas actividades, a través de la distribución de
tareas y roles para la obtención de fines estrictamente altruistas. Se dice
que se trata de asociación de personas, cuya base esencial es la naturaleza
axiológica que mueve su propia configuración corporativa, a diferencia de
las sociedades de capitales, que tiene por objetivo principal: la obtención de
lucro y de riqueza.
Nuestra Ley General de Sociedades recoge en su seno una serie de
estructuras societarias, cuya conformación estatutaria tiene por fin, aportar
bienes y servicios, para el ejercicio en común de actividades económicas,
tal como se desprende del artículo 1o de la Ley N° 26887; disponiendo el
artículo 2o (in fine) que toda sociedad debe adoptar alguna de las formas
previstas en esta ley. Las sociedades sujetan a un régimen legal especial
son reguladas supletoriamente por las disposiciones de la presente ley. La
comunidad de bienes, en cualquiera de sus formas, se regula por las dispo-
siciones pertinentes del Código Civil.
Las sociedades de capitales, entonces, como la Sociedad Anónima
son objeto de mayor atención por el Derecho positivo vigente, en mérito a la
dinámica que imprimen al mercado, dando lugar a la circulación de cuantio-
sas sumas de dinero, a través de sus agentes, lo que puede propiciar la apari-
ción de «comportamientos socialmente negativos», de conductas disvaliosas,
que en alguna de sus manifestaciones más intensas pueden lesionar bienes
jurídicos merecedores de tutela penal672.
671 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 343.
672 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 357.
370 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Surge así una rama especializada y autonómica del derecho punitivo
que ha alcanzado un auge importante estos últimos años, nos referimos al
«Derecho penal de la empresa» o también llamado «Derecho penal empre-
sarial», cuyo ámbito de actuación ha de incidir en aquellas conductas lesivas
que se generan a través de estos cuerpos ficticios ideales, con arreglo a los
principios de subsidiariedad y de ultima ratio673; tanto sobre aquellos que se
exteriorizan hacia afuera, por ejemplo la comercialización de productos ali-
menticios descompuestos que pueden afectar la salud pública, aquellos que
se relacionan con las obligaciones jurídico-tributarias, las que puedan perju-
dicar el sistema económico en cuanto a las normas que rigen las normas del
mercado en un Estado Social, etc. Y desde el otro baremo a saber: aquellas
conductas fraudulentas que se cometen desde el seno mismo de la societas,
por quienes desarrollan y asumen las órganos de gestión, de administración
y de representación, que son las que nos interesa para el análisis dogmático
y político criminal del artículo 198° del C.P..
En suma, la intervención del Derecho penal en el ámbito de las per-
sonas jurídicas tiene por finalidad dotar de una mayor protección a aque-
llos intereses patrimoniales frente a sus representantes o administradores,
quienes situados en la cúspide, con poderes amplísimos de organismos que
abarcan varios sectores de la sociedad moderna con relación a su economía
y en la que confluyen conspicuos intereses, pueden, abusar de su posición
o violando sus propios deberes, ocasionar daños irreparables a la persona
jurídica y por ende, a terceros interesados o al Estado 674; sin duda, la repre-
sión penal ha de dirigirse contra todos aquellos, que abusando del dominio
social que ostentan en el plano de los órganos de representación, gestión
y/o administración, anteponen sus intereses estrictamente personales sobre
los societarios, perjudicando su normal funcionamiento, tanto interna como
externamente, mas el Derecho penal sólo ha de ocuparse de los ataques
más lesivos, aquellos de menor entidad deben ser asumidos por el Derecho
mercantil. Al Derecho punitivo no ha de interesarle las disputas por la admi-
nistración de la empresa entre sus directivos, sino cuando se ejecutan con-
ductas engañosas, falsas y otras que comprometen su propia operatividad
empresarial.
A decir de Pérez Manzano, en el ámbito societario, el Derecho pe-
nal debería fijar su atención, de forma exclusiva, en aquellas conductas que
afectan a la propia vida de la sociedad o a intereses de los socios o terceros
cuya protección no haya sido prevista por otros mecanismos jurídicos o ha-
biéndolo sido se haya mostrado ineficaz675.
673 Vid., al respecto, TIEDEMANN, K.; Hacia un Derecho Penal Común para mercados comu-
nes. En: Libro Homenaje al profesor Raúl Peña Cabrera, T. I, cit., ps. 51-62.
674 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 305.
675 PÉREZ MANZANO, M.; Delitos Societarios, cit., ps. 573-574»
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 371
De conformidad con lo expuesto en otras figuras delictivas, si bien el
Derecho penal ha de nutrirse con los conceptos de otras ramas' del Dere-
cho privado (comercial), no es menos cierto que debe construir sus propias
definiciones, que le permitan ejercer con corrección la función de tutelar de
bienes jurídicos, que le ha asignado el orden jurídico. En primer lugar, por-
que una mera duplicidad de ilícitos dejaría huérfana de legitimación a la in-
tervención penal; la necesidad de que ésta presente elementos adicionales
de merecimiento y necesidad de pena mediante la adición en la descripción
típica de una especial carga lesiva es irrenunciable. En segundo lugar, por-
que los principios garantistas que rigen la intervención penal no pueden ser
soslayados676; de esta forma deben quedar lado los comportamientos que
sólo pueden ser reputados como injustos privados y/o comerciales, que no
pueden ser pasibles de una pena.
El Derecho penal empresarial, entonces, ha de ocuparse de todos
aquellos comportamientos, que tienen como protagonista a un persona jurí-
dica, mejor dicho a estructuras corporativas empresariales, que a partir de
la materializacidn de sus múltiples actividades socio-económicas, pueden
lesionar bienes jurídicos, tanto fuera como dentro de la societas; empero,
si bien hablamos de un derecho penal de la empresa, no por ello podemos
confundir el sujeto pasible de imputación jurídico-penal, con el instrumento
conductor de dicha conducción antijurídica. No queremos enfrascarnos con
la discusión dogmática que aún trasciende en el foro académico, pero creo
que es preciso dar en detalle una línea argumental que permita dar una
postura, sobre la pretendida responsabilidad penal de las personas jurídi-
cas; posibilidad para nosotros negada, en virtud del apotegma «societas
delinquere non potest»; al margen de las nuevas formulaciones dogmáticas,
que en base a la teoría de los sistemas o de la perspectiva organicista que
se plantean en respetables tribunas doctrinarias. Siguiendo a BACIGALUPO
SAGGESE, la responsabilidad penal de la persona jurídica es un problema
del concepto de «sujeto» (...); es decir, la «elección de una determinada
idea de sujeto condiciona los conceptos y las soluciones dogmáticas de la
teoría del delito y en especial los de la acción y la culpabilidad». Por tanto,
«un verdadero cambio con ese modelo de sujeto tendrá lugar otra vez a
partir de transformaciones en la sociología y en la filosofía»677. Siendo así,
una redefinición del sujeto de imputación penal, si bien podría tomar lugar
desde perspectivas sociológicas y filosóficas, debe tomarse en cuenta que
el derecho positivo vigente se encuentra construido en base a la persona
natural, por lo que su real aplicación requeriría de una verdadera transfor-
676 VALLE MUÑIZ, J.M./ QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho
Penal, cit., p. 886.
677 BACIGALUPO SAGGESE, S.; Citado por GÓMEZ-JARA DIEZ, C; La Culpabilidad Penal de la
Empresa, cit., ps. 219-220.
372 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
mación normativa en ese sentido; a diferencia de otras legislaciones puniti
vas, como la holandesa que han reconocido ya la responsabilidad penal de
las personas jurídicas. fc
678 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 575.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 373
tas cualidades "jurídicas", las que son susceptibles de ser transmitidas a los
sujetos actuantes, y no los elementos subjetivos del injusto o aquellos que
fundamentan una mayor penalidad679. Por lo tanto* todas estas condiciones
jurídico-civiles, jurídico-comerciales, jurídtco-laborales y jurídico-tributarias,
tienen por titular a la societas y, no a las personas físicas que dirigen sus
órganos de representación, y, los actos criminales que podrían y se cometen
desde sus estructuras internas societales serían imputadas en principio a las
corporaciones empresariales u asociaciones de personas, lo cual lesionaría
la vigencia normativa del soceitas delinquere non potest. En efecto, para no
vulnerar dicho principio, se elaboró esta fórmula de transmisión, en la medi-
da, que si bien las condiciones de autoría concurren en la representada, es
el representante quien asume la responsabilidad penal al ser el responsable
de determinadas esferas de organización por competencia "social", un do-
minio social de una estructura societal. Condición de autor, tendrán todos
aquellos que el legislador ha comprendido normativamente én el artículo 27°
(in finé).
Siendo así, la regulación jurídico-penal del "actuar ¿or otro" es una
cuestión que se comprende én el ámbito de autoría y participación, pero que
por criterios de sistematización lo estudiamos en este apartado. Así, GARCIA
CAVERO, al señalar que debe tenerse en cuenta que el punto de partida de
esta relación de inclusión de conceptos es la autoría y participación, la cual
si bien forma parte de la categoría de la tipicidad, tiene una autonomía regu-
lativa en el Código penal680. En este orden de ideas, la necesidad de regular
esta condición autoral, importa su ubicación expresa en la Parte General,
en virtud de su efecto regulador de alcance general, a pesar de que en
algunos tipos penales de la Parte Especial, el legislador se haya inclinado
por determinar "normativamente" la calidad de autor, cuando la infracción
criminal es cometida desde el seno de la persona jurídica, por lo que no
habría necesidad de acudir a esta fórmula normativa. El caso más claro
-escribe García Cavero- de regulación especial del actuar en lugar de otro
se encuentra en el delito de atentado al sistema crediticio. El propio artículo
209 del Código penal recurre a la cláusula de extensión especial, quizá con
la intención de escapar al límite de relación de representación que exige el
artículo 27 del C.P..681 Consideramos, que el fundamento de extensión de
punibilidad, obedece a un factor político criminalmente concreto: penalizar
aquellas'conductas que en dichos procedimientos administrativos, revela
una posición legal que le permite disponer del patrimonio del deudor-sujeto
679 Ast, GARCIA CAVERO, P.; La regulación positiva del actuar en lugar de otro cit p
1Ó6.
680 GARCIA CAVERO, PERCY; La regulación positiva del actuar en lugar de otro en el Derecho
penal peruano^ Un¡versidaa\de Piura y ARA Editores EIRL, Lima, 2003, cit., p. 84.
681 GARCIA CAVERO, P.; La regulación positiva del actuar en lugar de otro...., cit., p. 122.
374 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
682 Asf también, el caso del artículo 243°-B, que penaliza el ejercicio no autorizado de ac-
tividades de los agentes de intermediación, cuando se describe que "El que por cuenta
propia o ajena...", esto es, cuando se actúa como órgano representante de una persona
jurídica.
683 DE DOELDER, H.; "La Punibilidad de las Personas Jurídicas en Holanda"; en AA.VV,
Hacia un Derecho Penal Económico Europeo. Jornadas en honor al profesor KLAUS
TIEDEMANN, Imprenta Nacional del Boletín Oficial del Estado, Madrid, 1995, p. 498; Ci-
tado por PEÑA CABRERA R. Derecho Penal. Estudio Programático de la Parte General.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 375
es de tipicidad, esto es, de transferir al ejecutor de la acción en nombre o
por cuenta de otro las condiciones típicas de que aquél carece, carencia
que harían impune el acto del ejecutor por atípicc* pero que posee el otro o
representado, quien a su vez sería impune, bien por no ser capaz de respon-
sabilidad penal -societas- bien por no ser susceptible de reproche personal
-incapaz- e incluso por ser ajeno a la actuación de su representante.684 En
definitiva, no estamos admitiendo la responsabilidad por otro, es decir, de
transmitir una responsabilidad prestada, de ser así estaríamos vulnerando el
societas delinquere non potest, la finalidad es declarar típica la responsabili-
dad por el acto propio, complementándolo con los presupuestos típicos exigi-
dos por el tipo legal, cumpliendo con sus elementos constitutivos típicos.
La actual coyuntura expansionista de la actividad económica propul-
sada por la actividad mercantil, trae como consecuencia la aparición de una
criminalidad empresarial. Estado de la cuestión que obliga al Estado a re-
formular su estrategia político-criminal, a través de mecanismos de sanción
más efectivos y oportunos, que tengan por finalidad no sólo cometidos repre-
sivos sino más bien preventivos, sin que ello suponga una vulneración de los
elementos categoriales (dogmáticos) del delito que estructuran la imputación
delictiva.
688 ZUGALDIA ESPINAR, J.M.; Bases para una teoría de la imputación de la Persona Jurídica,
cit., p. 546.
689 BAJO FERNANDEZ, MIGUEL; Personas Jurídicas y Derecho Sancionador. En: La nueva De-
lincuencia I. Osezno Editores. Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 2003, cit., p.
58.
378 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Una segunda posición, a la cual nosotros nos adherimos, es considerar
a las consecuencias accesorias como "medidas de seguridad", opción llevada
al ámbito de las propuestas en la doctrina española, en virtud del apartado 3
del propio artículo 129 (C.P. español) y tal vez en el carácter de medidas de
seguridad que le asignó el proyecto de Código Penal de 1980, carácter que se
modificaría en la propuesta de anteproyecto de nuevo Código Penal de 1983,
cuyo artículo 138 ya no hace uso del término "medidas de seguridad" para las
personas jurídicas, sino que introduce por primera vez la expresión "conse-
cuencias accesorias"690, que señala (medidas de seguridad) "están orientadas
a prevenir la continuidad en la actividad delictiva".
Se refrenda así la opinión de quienes distinguen entre peligrosidad
subjetiva, que inspira las medidas de seguridad y la peligrosidad objetiva, que
fundamenta las consecuencias accesorias691. Pareciese tratarse de medidas
de seguridad administrativa,'de acuerdo con lo acotado por GRACIA MARTÍN.
Pero, este mismo autor señala a su vez lo siguiente "la inclusión de estas
medidas contra personas jurídicas en el capítulo dedicado a las medidas de
seguridad del Derecho penal debía considerarse, sin embargo, técnicamente
errónea, pues las personas jurídica al no poder ser sujetos del juicio de peli-
grosidad criminal, no pueden serlo tampoco en la aplicación de medidas de
seguridad.692". Y no le falta tazón para tomar esa afirmación, puesto que las
penas y las medidas de seguridad criminales, se sustentan sobre una base
de atribución de responsabilidad basada en la persona psico-física, la pena
presupone la culpabilidad del autor y la medida de seguridad, la peligrosidad
del sujeto inimputable; entonces, visto así las cosas, parece que no podría
atribuirse la calidad de "medidas de seguridad" a las consecuencias acce-
sorias al delito, puesto, que no se puede atribuir peligrosidad criminal a las
personas jurídicas.
Existe también una tercera vía, una especia de construcción artificial,
que identifica a las consecuencias accesorias en una tercera vía de punición,
como una mediad intermedia entre las penas y las medidas de seguridad, no
reconocida por el derecho positivo vigente. En tal sentido, TAMARIT SUMALLA, al
señalar que resulta adecuada la vía interpretativa seguida por todos aquellos
autores que entienden a las consecuencias accesorias como una tercera for-
ma de sanciones penales, que la ley establece con plena autonomía de las
693 TAMARIT SUMALLA, J.M."; Las Consecuencias Accesorias del artículo 129 del Código
Penal..., cit., p. 1163.
694 GRACIA MARTIN, L; Las consecuencias jurídicas del delito en el huevo Código Penal
español, cit., ps. 439 y ss.
695 MAPELLI CAFFARENA, B.; Las consecuencias accesoria en el nuevo Código Penal, cit., p.
49.
696 As( de VICENTE MARTÍNEZ, R.; La Responsabilidad Penal de la Persona Jurídica: conse-
cuencias accesorias a la empresa, cit., p.
380 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
697 Así SALAS CARCELLER, Antonio; Consecuencias Accesorias. En: Penas y Medidas de
Seguridad en el nuevo Código Penal. Consejo General del Poder Judicial. Osezno
Editores. España, 2003, cit. Ps. 379-380.
698 SERRANO-PIEDECASAS FERNÁNDEZ; Conocimiento Científico y Fundamentos del Derecho
Penal, cit., p. 113.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 381
ra formal que cubre su fachada699, una fachada legal que debe ser develada,
cuando la societas a dejado de cumplir su rol socio-económico plasmado
en su pacto social y estatuto, cuando ésta se ha aonvertido en una fuente
generadora de acciones criminales.
Por lo expuesto, parece que la reconducción de la problemática se
adscribe en una naturaleza administrativa de las consecuencias accesorias
del delito aplicable a la persona jurídica; así Cerezo Mir, al enfatizar que las
consecuencias accesorias son sin duda, medidas de carácter administrativo
dada la imposibilidad que las personas jurídicas realicen acciones típicas y
antijurídicas700.
Conclusivamente, las consecuencias accesorias, son una nueva pro-
puesta política criminal que nos presenta el legislador del 91, que tomando
en consideración un hecho punible supuestamente cometido por sus órga-
nos representantes (personas físicas), amerita la imposición de una medida
preventiva-asegurativa, pues, la societas se .ha constituido en una fuente de
peligros, como medio comisivo para la perpetración de delitos. En palabras
de SALAS CARCELLER, (...) se trata de cerrar el ámbito de previsión de la norma
con la finalidad, por un lado, de evitar que los vestigios de la infracción penal
representados por determinados bienes que guardan relación con la actividad
delictiva en que se ha incurrido queden en posesión y beneficio del culpable
o de terceros no legitimados por la norma para ello701, por razón de la propia
coherencia y lógica del sistema y del propio respeto a las víctimas del delito
y a sus familiares, más que por el valor intrínseco de tales bienes que tantas
veces es en la práctica inapreciable; y, por otro, de impedir que determinadas
entidades jurídicas puedan continuar desarrollando su actividad en el tráfico
cuando, también tantas veces, su creación y funcionamiento ha tenido como
único objeto social tácito la comisión de infracciones penales702. Y, decimos
supuestamente "cometido", por el hecho incontestable, que nuestro derecho
positivo vigente, permite la aplicación de las consecuencias accesorias, sin
necesidad de haberse impuesto firmemente una condena de punibilidad.
699 PEÑA CABRERA R, ALONSO R.; Derecho Penal Peruano. Teoría General de la Imputación
del delito, cit., p. 143.
700 CEREZO MIR, JOSÉ; Curso de derecho penal español. Parte General. II. 5ta. Edición.
Tecnos. Madrid, 1997, cit., ps. 69 y ss.; Para MAPELLI CAFFARENA, no son penas ni me-
didas de seguridad, ni responsabilidad civil, aceptando la hipótesis de la cuarta via
-cuarta consecuencia del delito-; Las consecuencias accesorias en el nuevo Código
Penal, cit., p. 49.
701 Así el articulo 102°, al establecer que el "decomiso de bienes" afecta a los instru-
mentos con que se hubiere ejecutado la infracción penal, a no ser que pertenezcan a
terceros no ¡ntervinientes en la infracción.
699 SALAS CARCELLER, A.; Consecuencias Accesorias, cit., p. 380.
382 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Los artículos 102 y ss., del C.R., no hacen alusión alguna, de que las
consecuencias accesorias deben ser impuestas conjuntamente con la sen-
tencia condenatoria, al igual que la reparación civil. Es decir, ej legislador ha
conferido al Juez Penal, la facultad discrecional de aplicar estas medidas
asegurativas de forma preventiva; así el artículo 221 del C.P.. (Parte Espe-
cial), que establece "que en los delitos en este capítulo (delitos contra los
derechos intelectuales) se procederá a la incautación previa de los ejempla-
res ilícitos y de los aparatos o medios utilizados para la comisión del ilíci-
to. (...) En caso de emitirse sentencia condenatoria, ios ejemplares ilícitos
podrán ser entregados al titular del derecho vulnerado o a una institución
adecuada y en caso de no corresponder, serán destruidos. La entrega no
tendrá carácter indemnizatorio"™3, en concordancia con el artículo 102° (¡n
fine), que señala "El Juez resolverá el decomiso o pérdida de los efectos
provenientes de la infracción penal o de los instrumentos con que se hubiere
ejecutado (...)".7M
Por lo antes mencionado, cabe señalar, que si bien no lo dice el tipo
legal, este delito puede ser cometido en el seno de una persona jurídica, por
lo que no cabra problema, para aplicar preventivamente la medida preventiva
y coercitiva del decomiso, como una forma de impedir que se sigan utilizan-
do los instrumentos manipulados para facilitar la comisión del hecho punible,
esto es, su imposición no presupone el dictado de una sentencia condena-
toria. Su necesidad sancionadora se fundamenta a partir de la necesidad
de proteger bienes jurídicos de que cese la persona jurídica como fuente
criminógena, de instrumentalización para la comisión de delitos.
Exigir que la imposición de una consecuencia accesoria tenga que ir
unida a la imposición de una pena a una persona física no sólo no se encuen-
tra establecido en la ley, sino que ello sería además contrario al fundamento
mismo de dichas consecuencias, en definitiva para su aplicación bastará con
que en el curso de la actividad de la persona jurídica se haya realizado un
hecho típico y antijurídico son que sea preciso que sea, además, culpable705.
Ni siquiera es necesario, que se haya dado inicio formalmente a una Investi-
gación Preliminar (Sumarial), basta con que ese ejecuten operativos de pre-
vención de delito, bajo la dirección de los órganos predispuestos (Fiscalía),
en donde se encuentren estos instrumentos en locales que sirven de alma-
cenamiento de material delictivo y instrumentos destinados su utilización.
703 Asimismo, el articulo 231 del C.P.. (delitos contra el patrimonio cultural).
704 Cit; modificado por el D.Leg. N° 982 del 22/07/07, ver más al respecto en mi obra "De-
recho Penal. Parte General"; cit., ps. 1200-1201.
705 CONDE-PUMPIDO FERREIRO; Código Penal - Doctrina y Jurisprudencia. Dirección: Cándido
CONDE-PUMPIDO FERREIRO. Editorial Trivium S.A. lera. Edición, Madrid, 1997, cit., p. 391.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 383
Muy a menudo, observamos en los editoriales periodísticos, las continuas
intervenciones que se realizan en diversos locales y establecimientos de
nuestro territorio nacional, a efectos de combatir el plagio y la piratería, que
tanto daño producen a la industria nacional y a la hacienda pública.
Cuestión aparte, es identificar, que las consecuencias accesorias pre-
vistas en el artículo 102° y ss., del C.P.., no pueden ser unificados en un
único criterio, a partir de las funciones que persiguen 706. Si en todas ellas,
identificamos globalmente un carácter coercitivo-preventivo, en otras no es
tan así, pues, la "privación de beneficios de personas jurídicas", prevista en
el artículo 104°, establece que la privación de los beneficios obtenidos por
las personas jurídicas, como consecuencia de la infracción penal cometida,
será decretada por el Juez, en cuanto sea necesaria para cubrir la respon-
sabilidad pecuniaria de naturaleza civil, sí los bienes fuesen insuficientes.
Es decir, actúa también como cobertura para la satisfacción del pago de la
Reparación Civil, en esta hipótesis, el legislador ha dotado de carácter in-
demnizatorio a la consecuencia accesoria, como una forma para reforzar los
intereses reparatorios de la víctima.
Bajo las consideraciones reseñadas, las consecuencias accesorias no
pueden ser reputadas como una "cuarta vía" a diferencia de lo que acontece
en el derecho positivo español; son per se medidas de seguridad de natura-
leza administrativa, cuya función se orienta hacia una efectiva prevención,
sanción y tutela de los intereses de la víctima.
Asimismo, habrá que apuntalar, que la imposición de las consecuen-
cias accesorias a las personas jurídica, no es una facultad discrecional que
se le confiere al Juzgador, sino, que su imposición se deriva del imperio de
la ley, puesto, que la norma obliga al Juez a la imposición de esta clase de
sanciones. Lo que si es una potestad discrecional, imponer cualesquiera de
las sanciones previstas en este capítulo, es decir, de elegir según su libre
criterios discrecional, la consecuencia accesoria más adecuada para el caso
concreto. Sin embargo, el Juez, en sujeción estricta al principio de legalidad,
no podrá imponer una consecuencia accesoria no prevista en el Código, por
lo que no se permite una interpretación analógica (in malam partem).
706 Así GRACIA MARTIN, L; Las consecuencias jurídicas del delito en el nuevo Código penal
español, cit., p. 439 y ss.
384 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
sujeto afectado a cualquier persona, quien se ve despojado de un bien o de
un derecho crediticio, a partir de un acto de sustracción de una conducta
engañosa.
Por su parte el injusto in examine, si bien también vulnera el patrimo-
nio, revela una propia sustantividad, que lo hace distinta del resto de figuras
delictivas que se compaginan en esta titulación, por dos motivos esencial-
mente: primero, porque se cometen dentro de una estructura societaria (per-
sona jurídica) y, segundo, que la calidad de autor sólo la puede tener aquel
que desempeña una gestión social dentro de la empresa. Consecuentemen-
te, el patrimonio que se ve vulnerado, es de las personas que la conforman
(los accionistas), que trae incidencias también en el plano económico del
mercado empresarial, por ende, en el desarrollo mismo del mercado.
El C.P. español, ha tipificado estas conductas en el Capítulo XIII, bajo
el rotulo de «delitos societarios»; que a decir de GONZÁLEZ Rus, tienen una
dimensión socio-económica y patrimonial. Sin embargo, acota, el interés po-
lítico criminal último al que responden es el de asegurar el adecuado funcio-
namiento de las sociedades, para que su actividad se desarrolle conforme
a los objetivos sociales, lo que constituye, desde luego, una garantía para
el patrimonio social y el de los socios, pero también, y sobre todo, para la
estabilidad y buen orden del sistema económico en su conjunto, que nece-
sita garantizar la confianza de los accionistas, inversores y ciudadanos en
general en que sus bancos, entidades financieras, sociedades, empresas,
cooperativas, etc. desarrollan su actividad conforme a sus objetivos sociales
y con respeto a las normas legales707.
El hecho de que los bienes jurídicos que puedan individualizarse en
el seno de las concretas figuras delictivas deban adscribirse a una titula-
ridad privada (v.gr., derechos patrimoniales o políticos de los accionistas),
no empaña su consideración metaindividual. No en pocos casos, los delitos
societarios operan como verdaderas barreras de contención encaminados a
prevenir o evitar daños sensibles para los más variados y múltiples intereses
colectivos: competencia, mercado, consumidores, Hacienda Pública, dere-
chos de los trabajadores, sistema crediticio, etc708.
707 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos Socioeconómicos (IX), cit., ps. 828-829; Al respecto, GON-
ZÁLEZ CUSSAC, anota que la insuficiencia de los instrumentos jurídico-privados y jurídi-
co-penales (delitos patrimoniales clásicos), hasta ahora existentes, unido a la dimen-
sión económica de las sociedades y a su incidencia en la delincuencia económica,
justifican plenamente su inclusión en el nuevo Código Penal de 1995; Delitos contra
el Patrimonio y el Orden Socioeconómico (XII), cit., p. 606; Vid., al respecto, PÉREZ
MANZANO, M.; Delitos Societarios, cit., p. 573; ORTS BERENGUER, E.; La Administración
Fraudulenta de bienes ajenos en el ordenamiento vigente y en el Proyecto de Código
Penal de 1994, cit., ps. 217-218.
708 VALLE MUÑIZ, J.M./ QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 385
De acuerdo a lo anotado, parece innegable reconocer que cuando se
dice que estas figuras delictivas atenían contra el patrimonio de los accio-
nistas, socios, etc., es decir muy poco, es que la Conducción fraudulenta de
la societas, el falseo de los balances para distribuir utilidades inexistentes
así como omitiendo las pérdidas reales de la actividad empresarial, ha de
generar un impacto decisivo en el derecho de los trabajadores, en la per-
cepción jurídico-tributaria que ha recabar la hacienda fiscal y en la propias
relaciones del mercado, en cuanto a las relaciones comerciales con los de-
más agentes. Por ello hemos de convenir, que las figuras delictivas que se
glosan en el artículo 198° proponen una configuración que desborda un pla-
no estrictamente individual, lo que determina una mayor justificación de que
intervenga el Derecho penal, reprimiendo con pena a los posibles autores
de este delito709.
El Derecho penal, por tanto, ha de tutelar los legítimos intereses pa-
trimoniales de los accionistas, de los inversores, de los financistas, pero sin
perder de vista otros intereses que también se ven involucrados cuando se
perpetran estas conductas disvaliosas.
5. BIEN JURÍDICO
Si seguimos las pautas de un lineamiento restrictivo de argumentación
dogmática, llegaríamos a la conclusión de que el artículo 198° tiende a tute-
lar los intereses patrimonial-societarios de los accionistas, de los acreedores
de la persona jurídica, de los trabajadores, cuando se cometen este tipo de
conductas, que ponen en riesgo la marcha normal de la empresa710.
Desde un entendimiento de mayor comprensión normativa, no sólo ha
de identificarse el patrimonio social (activos y pasivos), de la persona jurídi-
ca, desde aspectos de individualidad, en cuanto a los sujetos afectados, sino
El injusto in examine, exige para ser autor a efectos penales, que éste
cuente una determinada cualidad societaria, concretamente: «fundador,
miembro del directorio o del consejo de administración o del consejo de vi-
gilancia, gerente, administrador o liquidador de una persona jurídica», por lo
que se trata de un delito especial propio.
El artículo 3o de la LGS, dispone que la sociedad anónima se consti-
tuye simultáneamente en un solo acto por los socios fundadores o en forma
sucesiva mediante oferta a terceros contenido en el programa de fundación
otorgado por los fundadores, concordante con el artículo 70°, al señalar que
en la constitución simultánea son fundadores aquellos que otorguen la es-
critura pública de constitución y suscriban todas las acciones. En la consti-
tución por oferta a terceros son fundadores quienes suscriben el programa
de fundación. También son fundadores las personas por cuya cuenta se hu-
biese actuado en la forma indicada en este artículo. Socios fundadores, por
ende, son todos aquellos que intervienen de forma directa en la constitución
de la empresa, que lógicamente ha de constar en la escritura respectiva; la
responsabilidad en que puedan incurrir se encuentra prevista en el artículo
71° (in fine).
Miembro del directorio, será aquel que integra el Directorio, órgano
colegiado elegido por la Junta General, de conformidad con lo previsto en
el artículo 153° de la LGS; los cuales podrán ser titulares, suplentes y alter-
nos, con arreglo al artículo 156° (in fine). El artículo 177°, prevé a la letra,
que los directores responden, ilimitada y solidariamente, ante la sociedad,
los accionistas y los terceros por los daños y perjuicios que causen por los
acuerdos o actos contrarios a la ley, al estatuto o por los realizados con dolo,
abuso de facultades o negligencia grave. (...). Los directores son asimismo
solidariamente responsables con los directores que los hayan precedido por
las irregularidades que éstos hubiesen cometido si, conociéndolas, no las
denunciaren por escrito a la justa general. Es de verse, que en este caso,
hablamos sobre una responsabilidad de naturaleza «societaria», que ten-
dría una naturaleza civil, mas la imputación jurídico-penal ha de ceñirse con
propiedad a criterios más rígidos, tomando en cuenta las sanciones que de
dicho ámbito del Derecho público pueden derivarse. Se debe acreditar, pri-
mero la capacidad de acción, que de lugar a la conducta típica, tanto en lo
que respecta a la creación de un riesgo no permitido que ingrese al ámbito
de protección de la norma como el dolo como vinculación psíquica del autor
con el hecho antijurídico. Si entendemos que el Directorio es un órgano co-
legiado es un órgano colegiado, la imputación debe ser de todos modos de
388 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
711 Asi, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos Socioeconómicos (IX), cit., p. 831.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 389
6.2. Sujeto pasivo
712 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 382.
713 SUÁREZ GONZÁLEZ, C.J.; Delitos Societarios, cit, p. 578.
390 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
deber jurídico de proporcionar datos veraces sobre la situación de la misma,
lo que lo convierte en garante714.
La tutela penal de la veracidad de la información «social* deviene, por
tanto, claramente instrumental de la protección de los intereses patrimonia-
les de la entidad, sus socios o terceros que con ella se relacionan715.
Se podría decir, por otro lado, que el supuesto delictivo in examine
puede concurrir con los delitos que atentan a la Fe Pública, descartándose
primero el tipo penal de falsedad material (art. 427°), pues no se elabora total
o parcialmente un documento privado apócrifo, sino que se insertan datos
falsos a un documento auténtico; pero tampoco, puede concurrir con la figura
de falsedad ideológica (art. 428°), en la medida que la punición de ésta última
esta condicionada; a que los datos falsos que se inserten, se plasmen en un
documento público, lo que no sucede en el presente caso.
La realización típica de este supuesto no requiere la causación efecti-
va de perjuicio alguno, basta para ello que el autor haya falseado la realidad
económica-financiera-tributaria de la empresa, con aptitud de engañar al su-
jeto pasivo.
716 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 386.
392 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
pió, representativo de esos aportes, (...), como son aquellos derivados de las
prestaciones accesorias720.
Por lo antes dicho, podemos verificar la configuración de la modali-
dad típica en cuestión, cuando es objeto de valoración económica acciones
que no han sido debidamente suscritas y pagadas, al menos en un 25%, tal
como ha de constar en el pacto social o, cuando se emiten acciones sin valor
nominal o, que se refieran a la aportación de industria y servicios, en tanto
la aportación debe traducirse a un capital efectivo; no pueden ser objeto de
adquisición, aquellas acciones que aún no forman parte de una empresa
plenamente constituida e inscrita en el registro respectivo, con ello se tutela
también la seguridad jurídica que debe regir en el tráfico rhercantil, de que
puedan verse sorprendidos terceros, en vista del bajo valor nominal de la
acciones que se ofertan. Con ello, se tiende a impedir que, considerando en
el activo del balance, el importe de las acciones no suscritas como valores
en cartera, se les haga figurar en el pasivo de la cuenta capital, presentando,
así, una idea abultada de la potencialidad económica de la'Sociedad721.
723 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 393-394.
724 MONTOYA MANFREDI, U.; Derecho Comercial, T. I, cit., p. 568.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 395
beneficios reales que resulten de haberse observado las reglas sobre con-
fección del balance y valoración del activo. Partiendo de este supuesto, de-
ben considerarse dos situaciones: 1) que las utilidades procedan del ejerci-
cio anual; 2) que provengan de reservas en efectivo de libre disposición725.
Además, en el segundo de estos casos se requieren tres condiciones; a) que
se trate de reservas expresas; b) que se trate de reservas libres; y c) que el
activo no sea inferior al capital726.
Entonces, en esta modalidad típica, el agente falsea el contenido de
los asientos contables, haciendo constar beneficios inexistentes, de ingresos
simulados y otros, que hayan de incidir en una superposición de los activos
sobre los pasivos, para dar paso a la distribución de utilidades. El balance o
estados financieros, la memoria y la propuesta de aplicación de utilidades,
en caso de haberlas, tiene una especial importancia, pues indican con clari-
dad y precisión, la situación económica y financiera de la sociedad, el estado
de sus negocios y los resultados obtenidos en el ejercicio vencido727.
La esencia del delito es el reparto de beneficios inexistentes o no dis-
tribuibles728.
El supuesto típico in examine, adquiere perfección delictiva, cuando
el agente logra falsear el balance, haciendo consignar beneficios no reales,
sin necesidad de que aquello haya de incidir en un reparto efectivo de utili-
dades entre los socios y/o accionistas, es suficiente que el comportamiento
contenga aptitud de lesión; como he de recordar estos injustos son de peligro
concreto y, no de resultado.
725 Según lo establecido en el artículo 229a de la LGS, un mínimo del diez por ciento de
la utilidad distribuible de cada ejercicio, deducido el impuesto a la renta, debe ser des-
tinado a una reserva legal, hasta que ella alcance un monto igual a la quinta parte del
capital. El exceso sorbe este límite no tiene la condición de reserva legal. Las pérdidas
correspondientes a un ejercicio se compensan con las utilidades o reservas de libre
disposición.
726 MONTOYA MANFREDI, U.; Derecho Comercial, T. I, cit., p. 580.
727 MONTOYA MANFREDI, U.; Derecho Comercial, T. I, cit., p^ 565.
728 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 396.
396 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
conforme a los intereses estrictamente de la empresa a la cual representa;
por ello, ha de convenirse que cualesquiera de los nombrados, tiene el deber
de comunicar a los órganos societarios competentes, cualqulfer tipo de situa-
ción que pueda generar un «conflicto de intereses», para que éstos puedan
tomar las decisiones que más convenga a los intereses de la societas. Cabe
aclarar que el objeto de tutela no es el deber de fidelidad del autor para con
la empresa, sino que su quebrantamiento pueda afectar de forma concreta
el patrimonio social de la persona jurídica.
El artículo 171° de la LGS, dispone que los directores desempeñan el
cargo con-la diligencia de un ordenado comerciante y de un representante
leal. Están obligados a guardar reserva respecto de los negocios de la socie-
dad y de la información social a que tengan acceso, aun después de cesar
en sus funciones.
Quienes asumen funciones de mayor relevancia en la conducción em-
presarial de la societas, como el gerente general o un director, toman a su
vez conocimiento de información dígase «privilegiada», en los que
respecta a los movimientos financieros, económicos, tributarios, etc. Así
también sobre temas netamente comerciales, que para que tengan éxito se
requiere de un mínimo de confidencialidad, de reserva, que estas personas
deben mantener. Por ejemplo el lanzamiento de un producto al mercado,
que contiene ciertas propiedades, debe ser manejado en secreto, para que
los competidores no sean advertidos y, así neutralizar cualquier campaña
publicitaria que se pueda oponer.
Cuando una empresa se encuentra atravesando problemas económi-
cos y financieros, importa una serie de toma de decisiones, como una fusión,
escisión u otra forma de reorganización; para.ello, los que se encuentran
desempeñando las roles sociales de mayor traécendencia, han de manejar
dicha información con mucho recelo; lo que se quiere decir en todo caso, es
que la filtración de algunos datos hacia fuera, puede provocar serios daños a
los intereses societarios y patrimoniales de la persona jurídica.
En resumidas cuentas, las situaciones descritas y otras más, puede
dar lugar a un conflicto de intereses, cuando aparece que el director, es
también a su vez director de otra empresa, que se dedica al mismo rubro de
la cual representa, por lo que la información societaria, puede ser empleada
para su propio beneficio. Lo que se pretende con esta incriminación legal, es
que los intereses societarios primen ante otros que les pudiera oponer.
La oposición de intereses puede encontrarse en una relación mediata
o inmediata con la operación misma. Será inmediata cuando se trata de un
negocio por el cual el director es el contratante directo con la sociedad y me-
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 397
diata cuando quien contrata con la sociedad esta vinculado al director, como
sería una empresa en la cual éste tuviera interés729.
Lo mencionado tiene relación directa con ia prescripción legal conteni-
da en el artículo 180° de la LGS, que a la letra señala lo siguiente: Los direc-
tores no pueden adoptar acuerdos que no cautelen el interés social sino sus
propios intereses o los de terceros relacionados, ni usar en beneficio propio
o de terceros relacionados las oportunidades comerciales o de negocios que
tuvieren conocimiento en razón de su cargo. No pueden participar por cuen-
ta propia o de terceros en actividades que compitan con la sociedad, sin el
consentimiento expreso de ésta. El director que en cualquier asunto tenga
interés en contrario al de la sociedad debe manifestarlo y abstenerse de par-
ticipar en la deliberación y resolución concerniente o a dicho asunto.
Si estamos, hablando de la contravención al «deber de información»,
se trata de una modalidad omisiva, que adquiere consumación de forma
instantánea, a partir del momento en que surge el conflicto de intereses y, el
agente se abstiene de informar el hecho a los órganos de representación.
Como lo hemos subrayado en forma reiterada, no se requiere la causación de
un perjuicio, para efectos de realización típica730. No podemos estar frente a un
conflicto de intereses, cuando el director guarda un derecho expectaticio
sobre la compra de acciones en otra empresa, debe tratarse de una
situación concreta y no aleatoria.
731 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., T. Il-A, cit., p. 401.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 399
do el agente lo emplea en provecho propio o de tercero; cuando hace uso
de los activos de la societas, con el afán de obtener un beneficio individual
inmediato, por lo general económico, al margen de los dividendos que han
de alcanzarse siguiendo los procedimientos estatutarios y societarios.
El patrimonio social puede verse perjudicado cuando el agente adquie-
re préstamos a su favor, colocando como garante a la empresa, siempre que
no se cumpla con lo previsto en el artículo 179° de la LGS; ante el supuesto
de dar en usufructo a un tercero, maquinaria, instrumentos, locales, vehí-
culos, etc., sin haber observado los procedimientos legales y estatutarios
correspondientes o, dar en garantía los bienes de la societas como si fuesen
propios. Así en la siguiente ejecutoria recaída en el Exp. N° 1004-98: "Se
encuentra acreditado el delito como la responsabilidad penal del inculpado,
por cuanto éste ha reconocido haber prestado dinero de la cooperativa a
terceros, obteniendo beneficio económico indebido"7*2.
r
También se configura por el simple uso de los bienes, por ejemplo,
usar las computadoras de la empresa para procesar datos ajenos a los de
la persona jurídica, prestar una oficina para que un tercero realice actos
ajenos, etc733.
Convenimos con SALINAS SICCHIA, en el sentido de que esta conducta,
también puede tomar lugar en la modalidad de apropiación de bienes, que
se contiene en el artículo 190° del C.P.734. Según el principio de especialidad,
tomando en cuenta la particular esfera (societaria) en la cual se desarrolla
el evento típico así, como la calidad del agente (delito especial propio), el
comportamiento in comento desplaza a la de apropiación ilícita, siempre y
cuando el autor, cuente con alguna de las condiciones que se detallan en el
primer párrafo del artículo 198°.
El supuesto típico en cuestión concretiza perfección delictiva, cuando
el agente logra emplear para si o para un tercero, el patrimonio de la persona
jurídica, sin que sea necesario verificar la causación de un perjuicio econó-
mico. Podrá ser calificada como tentativa, los actos del autor, de pretender
sacar una maquinaria de la empresa para darla en uso a un tercero, sin
éxito.
En lo que al tipo subjetivo del injusto se refiere, basta el dolo, concien-
cia y voluntad de realización típica, no se exige la presencia de un ánimo
específico, el cual estará ínsito en el propósito delictivo que impulsa al autor,
la realización de la conducta prohibida.
732 • BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal. Procesos Sumarios, cit, p. 342.
733 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., T. Il-A, cit., p. 402.
734 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 832-833.
400 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
6.3.9 Emitir informes o dictámenes que omitan revelar, o revelen
en forma distorsionada, situaciones de falta de solvencia o
insuficiencia patrimonial de la persona jurídica, o que no
revelen actos u omisiones que violen alguna disposición
que la persona jurídica está obligada a cumplir y qué esté
relacionada con alguna de las conductas tipificadas en el
presente artículo
Art. 199.- aEl que, con la finalidad de obtener ventaja indebida, man-
tiene contabilidad paralela distinta a la exigida por la ley, será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de un año y con sesenta a noventa
días-multa".
1. NOTA INTRODUCTORIA
La correcta marcha de la persona jurídica, no sólo supone que los
órganos de gestión y de representación de la misma, adecúen su actuación,
conforme los intereses patrimoniales de los socios y de los accionistas, tal
£omo se puso de relieve en el apartado anterior, sino que también ha de re-
conocerse, que las empresas tienen el deber de llevar un sistema contable
fiel a las exigencias normativas de la materia.
La contabilidad, refleja las variables numéricas, en lo que respecta a
la operatividad mercantil, financiera, bancarias, comercial, etc., de la perso-
na jurídica; constituye los instrumentos numerarios, que revela la situación
patrimonial de la societas, que en este caso no se vincula con la Hacienda
Pública, pues de ser así, estaríamos frente a un injusto tributario, sino con
las diversas relaciones crediticias, comerciales y financieras, que pueden
tomar lugar con terceros, quienes tienen el derecho de saber con exactitud
y verosimilitud, el estado contable de la empresa, a fin de concretizar o no
la operación mercantil. En consecuencia, cualquier fraude en la contabilidad
dificulta el control del movimiento económico de la persona jurídica, por lo
que se hace necesaria la intervención del derecho punitivo735.
Tal obligación legal es necesaria no sólo en interés del propio comer-
ciante o persona jurídica, para que pueda manejar ordenadamente sus ne-
gocios y apreciar con exactitud la situación económica de una empresa, sino
también porque hay interés de los terceros que han contratado con él o con
ella o que le conceden créditos, confiados en el cuidado que debe tener en
la conducción de su actividades. De otra parte hay un interés del Estado en
conocer la verdadera situación económica del comerciante, no sólo porque
el ejercicio del comercio afecta los intereses económicos generales de la
comunidad, sino también para controlar el pago de los impuestos y orientar
la política tributaria738.
2. BIEN JURÍDICO
La conducta típica contenida en el artículo 199° del C.P., se orienta a
la tutela del patrimonio de todos aquellos, que de forma directa o indirecta,
pueden verse involucrados en operaciones crediticias y/o mercantiles, con
quienes asumen los órganos de gestión o de representación de la societas,
cuando el agente, emplea una contabilidad ficticia, a fin de verse beneficiado
¡lícitamente.
Este tipo penal no protege la Hacienda fiscal, como podría pensarse,
de una lectura rápida de su redacción, puesto que dicho interés jurídico es
objeto de tutela por los comportamientos que se glosan en el Decreto Le-
gislativo N° 813; en este caso se incide únicamente en el patrimonio de los
socios, de los accionistas o de terceros.
Discrepamos de que también se tutele con esta figura la buena fe,
entendida como confianza y honestidad en la contabilidad requerida 737, en
tanto, el injusto penal necesita de un fundamento material, mas no concep-
tos meta-jurídicos, que por su contenido etéreo no puedan cumplir con dicha
condición.
3. TIPICIDAD OBJETIVA
Serán los socios, los accionistas así como terceros, que de una u otra
forma ejecutan operaciones comerciales o crediticias con la empresa.
Primero que nada se debe hacer mención a los Libros, que deben lle-
varse, conforme las estipulaciones legales del C de C.
El artículo 33°, dispone que los comerciantes llevarán necesariamente:
Un libro de inventarios y balances, Un libro diario, Un libro mayor, Un copia-
dor o copiadores de cartas y telegramas y los demás libros que ordenen las
leyes especiales. Las sociedades y compañías llevarán también un libro o
libros de actas, en las que constarán todos los acuerdos que se refieran a la
marcha y operaciones sociales, tomados por las junta generales y los con-
sejos de administración.
El artículo 37°, señala que Contenido del libro de inventarios y balan-
ces contendrá: La relación exacta del dinero, valores, créditos, efectos al
cobro, bienes muebles e inmuebles, mercaderías y efectos de todas clases,
apreciados en su valor real y que constituyan su activo, la relación exacta
de las deudas y toda clase de obligaciones pendientes, si las tuviere, y que
formen su pasivo, fijará en su caso, la diferencia exacta entre el activo y el
pasivo, que será el capital con que principia sus operaciones. El comerciante
formará además anualmente y extenderá en el mismo libro, el balance gene-
ral de sus negocios, con los pormenores expresados en este artículo, y de
acuerdo con los asientos del diario, sin reserva ni omisión alguna, bajo su
firma y responsabilidad.
Por su parte el artículo 38° regula el libro diario, el cual se asentará por
primera partida el resultado del inventario de que trata el artículo anterior,
dividido en una o varias cuentas consecutivas, según el sistema de contabi-
lidad que se adopte. Seguirán después día por día todas sus operaciones,
expresando cada asiento el cargo y el descargo de las respectivas cuentas.
Cuando las operaciones sean numerosas, cualquiera que sea su importan-
cia, o Cuando hayan tenido lugar fuera del domicilio, podrán anotarse en un
solo asiento las que se refieren a cada cuenta y se hayan verificado en cada
día; pero guardando en la expresión de ellas, cuando se detallen, el orden
mismo en que se hayan verificado. Se anotarán asimismo, en la fecha en
404 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
que las retire de caja, las cantidades que el comerciante destine a sus gastos
domésticos, y se llevarán a una cuenta especial que al intento se abrirá en
el libro mayor. *
Por su parte el libro mayor, previsto en el artículo 39°, dispone que
las cuentas con cada objeto o persona en particular, se abrirán además por
Debe y Haber en el libro mayor; y a cada una de estas cuentas se traslada-
rán, por orden riguroso de fechas, los asientos del diario referentes a ellas.
El artículo 40°, en cuanto al libro de actas, señala que en aquél, se
consignarán a la letra los acuerdos que se tomen en sus juntas o en las de
sus administradores; expresando la fecha de cada una, los asistentes a ellas,
los votos emitidos y lo demás que conduzca al exacto conocimiento de lo
acordado; autorizándose con la firma de los gerentes, directores o adminis-
tradores que estén encargados de la gestión de la sociedad, o que determine
los estatutos o bases por que ésta se rija.
Finalmente, el artículo 41°, en lo que respecta al libro copiador, se trasla-
darán, bien sea a mano, o valiéndose de un medio mecánico cualquiera,
íntegra y sucesivamente, por orden de fechas, incluidas la antefirma y firma,
todas las cartas que el comerciante escriba sobre su tráfico, y los despachos
telegráficos que expida.
Se hace alusión en la construcción normativa del artículo 199°, de que
el autor, debe mantener una contabilidad paralela, distinta a la exigida por
Ley; quiere decir esto que, el agente en simultáneo cuenta con una doble
contabilidad: una que exhibe ante el órgano de fiscalización tributaria y, otra
que emplea antes terceros, para verse beneficiado con una ventaja indebida.
Se supone que en esta1 última, se hace constar números, cifras, variables,
etc., que no se corresponden con la realidad mercantil y/o financiera de la
persona jurídica, ocultando la verdadera situación económica de la misma,
para así poder concretizar negocios, contratos, préstamos con terceros, que
de no ser así, no se podrían conseguir. Como dice escribe SALINAS SICCHIA,
se trata de una conduqta en la que no se sanciona al agente por no llevar
la contabilidad o no observar las disposiciones legales sobre la forma de
llevar, sino el hecho de tener otra contabilidad referida a la misma actividad
y ejercicio738.
Es decir, el tipo se realiza cuando por medio de contabilidad paralela
a la empresa se disminuye los activos o los ingresos, por ejemplo, en el
libro inventario y balance se disminuye el valor de los bienes del activo o el
capital con el que se empieza las operaciones. También puede darse cuan-
do en el libro mayor, en la partida del haber, se consignan prestaciones no
739 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 408-409.
*
CAPÍTULO
VIl
EXTORSIÓN
EXTORSIÓN
Art. 200.- "El que mediante violencia o amenaza obliga a una persona
o a una institución pública o privada a otorgar al agente o aun tercero
una ventaja económica indebida u otra ventaja de cualquier otra Índole,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor
de quince años.
La misma pena se aplicará al que, con la finalidad de contribuir a la
comisión del delito de extorsión, suministra información que haya cono-
cido por razón o con ocasión de sus funciones, cargo u oficio o proporciona
deliberadamente los medios para la perpetración del delito.
El que mediante violencia o amenaza, toma locales, obstaculiza vias de
comunicación o impide el libre tránsito de la ciudadanía o perturba el
normal funcionamiento de los servicios públicos o la ejecución de obras le-
galmente autorizadas, con el objeto de obtener de las autoridades cualquier
beneficio o ventaja económica indebida u otra ventaja de cualquier otra.
índole, será sancionado con pena privativa de libertad no menor de cinco
ni mayor de diez años.
El funcionario público con poder de decisión o el que desempeña cargo de
confianza o de dirección que, contraviniendo lo establecido en el artículo
42° de la Constitución Política del Perú, participe en una huelga con
el objeto de obtener para sí o para terceros cualquier beneficio o ventaja
económica indebida u otra ventaja de cualquier otra índole, será sancio-
nado con inhabilitación conforme a los incisos 1) y 2) del artículo 36° del
Código Penal.
La pena será no menor de quince ni mayor de veinticinco años si la violen-
cia, o amenaza es cometida:
TITULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 407
a) A mano armada;
b) Participando dos o más personas; o, t
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN
Los injustos que atenían contra el patrimonio, que se glosan en la co-
dificación punitiva a partir de la quinta titulación, revelan una serie de moda-
lidades típicas, por las cuales el agente consigue acrecentar su patrimonio, a
costa de los bienes de un tercero, quien se ve despojado del goce y disfrute
de sus derechos reales (hurto, robo, apropiación ilícita) o, en el caso de la
estafa, es objeto de un perjuicio económico desde una visión global del pa-
trimonio.
Vimos en el caso del Robo, que el agente a efectos de hacerse de
la tenencia del objeto, emplea una violencia física o una amenaza psíquica
intensa sobre el sujeto activo, para así doblegar su voluntad de resistencia,
con ello el desplazamiento del objeto material del delito a su esfera de custo-
dia. Injusto que es reprimido con una mayor pena, a distinción del hurto, en
la medida que se ponen en peligro bienes jurídicos de naturaleza personal
408 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
(libertad, la vida, el cuerpo y la salud), por lo que señalamos en el apartado
correspondiente que constituye un tipo penal pluriofensivo.
En el caso de la Extorsión sucede algo parecido al Robo, en el sentido
de que no sólo el patrimonio es objeto de tutela por parte del artículo 200°, se
incluyen también otros intereses jurídicos de especial relevancia constitucio-
nal, como la libertad personal y la salud de la víctima, que también pueden
verse afectados, a instancia de la realización de esta conducta. Lo que no
puede significar, que no pueda darse un concurso de delitos, a pesar de que
en los últimos incisos de las agravantes, ya se incluye dichos antijurídicos, que
a nuestra consideración se refieren a construcciones preterintencionales.
La Extorsión desde una visión criminológica, refleja un alto crecimien-
to, productos del accionar de las asociaciones delictivas que se mueven a
grandes escalas en nuestro país, que amenazan a sus víctimas, mediando
una serie de modalidades; desde los atracos en las unidades vehiculares
de transporte público hasta aquellos que extorsionan a empresarios en el
área de construcción, para proporcionarles supuesta seguridad en la obra, a
cambio de una serie de beneficios. Bajo estas circunstancias, se diría que se
configura la figura delictiva ¡n comento sin problemática alguna, pero cuando
la conducta se plasma a través de la privación de libertad de una persona,
surge la confusión normativa, pues es de verse que el tipo penal de secues-
tro revela una identidad típica.
El artículo 200° del C.P., ha sido objeto de innumerables modificacio-
nes, en el marco de las reformas penales que el legislador nos tiene acos-
tumbrado desde el año 1998, cuando se sanciona el Decreto Legislativo N°
896 del 24 de mayo de 1998, luego con la dación de la Ley N° 27472 del
05 de junio del 2001, la Ley N° 28353 del 06 de octubre del 2004, la Ley N°
28760 del 14 de junio del 2006 y finalmente según lo dispuesto en el artículo
2° del Decreto Legislativo N° 982 del 22 de julio del 2007, que incorpora tres
párrafos al tipo penal en cuestión.
¿Cuál es el común denominador de todas estas modificaciones legis-
lativas?, como siempre, de ejercer una mayor incidencia en la prevención
general negativa, aumentando de forma severa la respuesta punitiva, crean-
do mayores circunstancias agravantes, es decir, una conducta inconmensu-
rablemente ampliada; creyendo que con ello se podrá lograr una auspiciosa
criminalización, so pena de vulnerar las garantías materiales que limitan
el ejercicio del ius puniendi estatal. En este caso se olvida el legislador
que ciertas circunstancias, pueden ser resueltas con las instituciones de la
Parte General, en cuanto a las reglas de autoría y participación o en lo que
respecta al concurso delictivo. La necesidad de legislar para las galerías
provoca una hipertrofia normativa, cuyo rendimiento en la facticidad real es
casi nulo.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 409
2. CONCEPTO DE EXTORSIÓN Y SU DIFERENCIA CON OTRAS FI-
GURAS DELICTIVAS
•
Ha de entenderse a la «extorsión», como aquella violencia física y/o
amenaza grave que el agente concretiza en la esfera de libertad de la vícti-
ma, para que ésta le entregue una ventaja patrimonial ilícita; en definitiva, el
agente es coartado en su capacidad decisoria, fruto del temor en que se ve
envuelto, de no verse vulnerado en sus bienes jurídicos fundamentales. En la
extorsión hay, (...), un ataque a la libertad de la persona, que se lleva a cabo
mediante una intimidación (propia o engañosa), la que tiene por finalidad
forzar o constreñir su libre determinación en cuanto a la disposición de sus
bienes o de los que están a su cuidado740.
A decir de GONZÁLEZ RUS, viene a ser una especie de coacciones o
amenazas condicionales de naturaleza y efectos patrimoniales, con las que
se planteará, en su caso, un concurso de normas pero no de delitos741. En el
delito de coacciones, se puede decir, que el agente sólo profiere amenazas
que constriñe la libertad decisoria, mientras que en la extorsión ya se produ-
ce una afectación directa, que determina el desplazamiento patrimonial a la
esfera de custodia del autor; no olvidemos que las coacciones sólo han de
tutelar la libertad personal y no el patrimonio.
En relación al hurto, podremos distinguir dos elementos claros: prime-
ro, que el desplazamiento patrimonial se produce en el artículo 185°, a propia
instancia del autor, mediando un acto de sustracción, mientras que en la
extorsión es la propia víctima la que entrega la ventaja patrimonial al agente,
lógicamente, mediando una voluntad viciada742. Lo dicho puede terminar em-
parentándoio con el Robo, pues en ambas modalidades se exige el uso de la
violencia física o de la amenaza de un peligro inminente, donde la distinción
es en realidad empresa problemática.
No sólo el Robo, como se dijo, constituye una modalidad del injus-
to que implica un ataque pluri-ofensivo, en tanto, en el artículo 200° se ha
previsto otro supuesto típico -en cuya concreción típica-, también afecta a
intereses jurídicos superiores, como la vida, el cuerpo, la salud y la liber-
tad. El ataque a la libertad, salud, vida, etc., no es aquí un fin en sí mismo,
sino un medio para atacar el bien jurídico patrimonio743. La Extorsión importa
conductas que se definen a partir de la violencia y/o amenaza que el agente
744 GONZÁLEZ RUS, J. J. y otros; Curso de Derecho Penal Español. Parte Especial, I. Dirigi
do por Manuel COBO DEL ROSAI, cit, p. 630.
745 ROJAS VARGAS, R; Jurisprudencia Penal y Procesal Penal, 1999-2000, IDEMSA cit
- ps. 521-524.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 4 II
tación normativa, entre ambos injustos?, algo, de muy difícil concreción, pues
las zonas oscuras de delimitación hacen difícil la tarea interpretativa. Cuando
el ataque antijurídico revela una mayor intensidad e* la libertad personal del
"rehén", no cabe duda, que debe optarse por el injusto penal contemplado
en el artículo 152°. Bastaría para corregir la confusión normativa, que en el
caso de la Extorsión, se eliminara la modalidad típica, mediando la privación
de libertad de una persona746. Con ello, se garantiza la propiedad de her-
menéutica jurídica que debe desplegar el bien jurídico, en el pensamiento
sistemático-racional.
3. BIEN JURÍDICO
La figura delictiva descrita en el artículo 200° del C.P., tiende a tutelar
el patrimonio, en cuanto a su libre disposición de su titular, en cuanto al uso
y disfrute de los derechos inherentes a la propiedad; mas es verse, que tam-
bién otros intereses jurídicos son objeto de ataque por medio de la conducta
típica, la libertad personal, la vida, el cuerpo y la salud. Debiéndose convenir,
según el orden expuesto que se trata de una conducta pluriofensiva 747, tal
como se hizo mención en el caso del Robo.
Debiéndose anotar que existe un tamiz, entre la extorsión y el robo por
ejemplo, digno de destacar: en la extorsión el agente solicita una ventaja de
cualquier índole, es decir, no sólo que se le pueda entregar un determinado
bien, una joya por ejemplo, sino también la obtención de un crédito, la cali-
ficación para un trabajo, extinción de una deuda, etc.; lo que da lugar a una
diversa concepción del patrimonio, desde una consideración de mayor am-
plitud, no es la mera tenencia de una cosa. Por eso se dice con corrección
en la doctrina, que el objeto material de este delito, puede comprender no
sólo dinero, sino también títulos valores, documentos que generen efectos
jurídicos748, un documento firmado en blanco, esto es, el agente pretenderá
se le reconozca una obligación inexistente o, incluso la suscripción de un
contrato laboral. Eso sí, descartamos una ventaja de contenido sexual, de
ser así, estaríamos ante la conducta típica que se contempla en el artículo
170° del C.P.
7Asi, el cit., ps.
466-
4artículo 467.
243° del
6C.P.
español
.
7
Así,
4
MORAN
7MORA,
C;
Comént
7anos a
4la Parte
8Especia
l del
Derech
o
Penal,
cit., p.
623;
Cfr.,
BUSTOS
RAMÍRE
Z, J.;
Manual
de
Derech
o
Penal.
Parte
Especia
l, cit., p.
216;
PEÑA
CABRER
A, R.;
Tratado
de
Derech
o
Penal...
, Il-A,
cit., p.
460.
Cfr,
PEÑA
CABRER
A, R.;
Tratado
de
Derech
o
Penal...
, Il-A,
412 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
4. TIPICIDAD OBJETIVA
También se diría que puede ser cualquier persona, pero según la re-
dacción normativa se hace alusión a una circunstancia que puede dar lugar a
la identificación de dos sujetos pasivos: una de la acción, sobre, la cual recae
la acción intimidante o la violencia, en este caso el rehén y, el titular del pa-
trimonio, que se ve afectado cuando tiene que disponer de una recompensa,
a fin de que se pueda liberar al privado de su libertad. Por lo general, pues,
será una persona distinta al rehén quien es afectado en su patrimonio, para
que los raptores procedan a dar libertad al rehén.
Es necesario aclarar que tanto en el caso en el que la amenaza de
ocasionar daño a una persona allegada, como en el supuesto en que ésta in-
cida directamente sobre el representante o administrador de bienes ajenos,
el perjudicado es el propietario, el cual también puede ser amenazado para
que disponga del bien749.
749 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 462; Ver, SOLER, S.; Dere-
cho penal argentino, T. IV, cit., p. 304.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 413
La persona para poderse ver amenazada, debe contar con un mínimo
de discernimiento, por lo que los inimputables no pueden ser pasibles de la
conducta que da lugar a la extorsión. *
No nos causa mas que conmoción intelectual, que el Poder Ejecuti-
vo, producto de la modificación efectuada por el Decreto Legislativo N° 982,
haya incluido a las «instituciones públicas o privadas» como sujetos pasivos
del delito, pues hasta donde sabemos por lógica elemental, la violencia o la
amenaza sólo puede incidir sobre una persona psico-física, las institucio-
nes son corporaciones creadas por la ley, que son manejadas por personas
naturales; ello no obsta, a que las amenazas o la privación de libertad de
una persona, obedezca a la intención de conseguir una ventaja de cualquier
índole en el marco de una institución pública o privada. Inclusión que sólo
puede crear rechazo en la persona del intérprete.
759 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 303; Así, FONTÁN BALESTRA, C; De-
recho Penal. Parte Especial, cit., p. 468; NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte
Especial, cit., p. 258.
759 Cfr., SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 350.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 417
La primera de ellas señala lo siguiente: La misma pena se aplicará,
al que, con la finalidad de contribuir a la comisión del delito de extorsión,
suministra información que haya conocido por ranón o con ocasión de sus
funciones, cargo u oficio o proporciona deliberadamente los medios para la
perpetración del delito761.
Nuestro Sistema Penal, en cuanto a la imputación delictiva, sigue la
suerte del principio de accesoriedad en la participación (participación en lo
ilícito personal), esto es, aparte del autor del hecho, intervienen otros indivi-
duos, que no tienen el dominio funcional del hecho, pero que contribuyen de
forma decidida para asegura el éxito de la realización típica; aportan un ele-
mento objetivo en la etapa preparatoria o ejecutiva del delito, imprescindible
para lograr la consumación del delito. Nos referimos a los partícipes (instiga-
dor y cómplice), cuya actuación se encuentra subordinada, a la intervención
final del autor, cuya punición se encuentra condicionada a un factor volitivo y
cognoscitivo (dolo) y, que la acción que emprenda el autor, ingrese al ámbito
de protección de la norma.
El fundamento de la punición de la participación reside en que provo-
ca la decisión a una acción socialmente intolerable y por eso antijurídica, o
favoreció su realización762. Por consiguiente, para saber quien es partícipe
(cómplice), debemos remitirnos a las regulaciones que sobre este aspecto,
prevé la Parte General (Arts. 23°-25 del C.P.). Mientras que la calidad de au-
tor se desprende del tenor literal del tipo penal en cuestión (Parte Especial),
de común idea con lo previsto en el artículo 23°; de tal modo, que en las
tipificaciones penales por lo general no se hace alusión al cómplice
primario o secundario763, sólo al autor del hecho punible.
En el caso in examine, se introduce innecesariamente al cómplice pri-
mario, pues como se sostuvo, a éste se le identifica con las reglas de la PG;
en efecto, quien suministra información de relevancia, para que se pueda co-
meter el delito de extorsión; v.gr., la secretaria de un empresario, que conoce
en detalle itinerario diario o, su vigilancia particular que proporciona dicho
dato a una gavilla de delincuentes. Ambos, colaboran de forma trascendente
y, se aprovechan del cargo o función, para que se alcance la realización típi-
ca, por ende, su intervención es "imprescindible", lo que da lugar a una com-
761 Inclusión que también se comprende en el caso del tipo penal de Secuestro (Art. 152°,
in fine).
762 WELZEL, H.; Derecho Penal Alemán. Parte General, cit., p. 161.
763 La excepción la constituye los denominados delitos de "Participación Necesaria" - de-
litos de relación, donde la tipificación normativa, comprende la actuación del cómplice,
pues el delito, sólo puede ser definido típicamente a partir del concierto de voluntades
criminales, que se produce entre ambos (autor y partícipe).
418 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
plicidad primaria, de acuerdo a lo establecido en el artículo 25° (in fine)764.
Resultando, entonces, una inclusión normativa que no tiene menor utilidad,
únicamente dirigida a fines de politización normativa. „
En el tercer párrafo, se ha redactado lo siguiente: "El que mediante
violencia o amenaza, toma locales, obstaculiza vías de comunicación o impi-
de el libre tránsito de la ciudadanía o perturba el normal funcionamiento de
los servicios públicos o la ejecución de obras legalmente autorizadas, con el
objeto de obtener de las autoridades cualquier beneficio o ventaja económica
indebida u otra ventaja de cualquier otra índole, será sancionado con pena
privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de diez años".
El principio de legalidad, importa, que la conducta prohibida u ordenada
a realizar, sea clara, precisa y exacta en su construcción típica, a fin de garan-
tizar el proceso de comunicación cognitiva y de evitar zonas oscuras de inter-
pretación normativa. El mandato de determinación es consustancial al Estado
de Derecho, como una vía arbitrada, dirigida a impedir la arbitrariedad pública.
Tal como se desprende de las diversas tipificaciones de la Parte Especial,
el legislador ha incluido una serie de conductas que afectan bienes jurídicos
personalísimos, como la vida, el cuerpo y la salud y, a su vez, ha determinado
la represión, de comportamientos que afectan la Seguridad Pública, como son
los delitos de peligro común, que ponen en riesgo un bien jurídico de natura-
leza colectiva, pues no es de propiedad de una sola persona, sino de toda la
comunidad.
En el marco de las protestas públicas, de las movilizaciones y marchas
sociales, muchas veces, se infiltran vándalos, en las organizaciones sindi-
cales y gremiales; que aprovechando la multitud, provocan saqueos, daños
a la propiedad pública y/o privada. Mientras otros, obstaculizan el normal
funcionamiento del transporte público y privado. Conductas que no se diri-
gen a la obtención de una ventaja económica indebida, como da lugar a una
correcta tipificación del delito de extorsión; sino a la obtención de ventajas
sindicales, laborales y sociales, justos reclamos en un orden democrático
de derecho. Empero, quienes realizan tomas de locales, saqueos, caos y
obstaculizan la vía pública, por más que se adscriban en un cometido de
reivindicación laboral, incurren en los delitos de coacciones, daños, violación
de domicilio, entorpecimiento al funcionamiento de los servicios públicos765;
comportamientos que ya sen encuentran catalogados como "delitos", por
764 Siguiendo la letra de dicho articulado, se estipula que recibe la misma pena que el
autor.
765 - El artículo 283°, justamente Incluye una agravante, cuando el agente actúe con vio-
lencia y atente contra la integridad física de las personas o cause grave daño a la
propiedad pública o privada, de conformidad con la modificación efectuada por la Ley
N° 28820 del 22 de julio del 2006.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 419
tanto, pasibles de una pena. Consecuentemente, la inclusión de este párrafo,
lo que originará en todo caso, es una superposición de tipificaciones pena-
les, incorrecto desde un planteamiento sistemático, que tiene como pilar al
principio de legalidad.
Por último, se incluye en el cuarto párrafo, una conducta típica, que
ha generado una serie de cuestionamientos, de por sí legítimos, por parte
de las autoridades locales y regionales del país; cuyo tenor literal dispone lo
siguiente: "El funcionario público con poder de decisión o el que desempeña
cargo de confianza o de dirección que, contraviniendo lo establecido en el
artículo 42° de la Constitución Política del Perú, participe en una huelga con
el objeto de obtener para sí o para terceros cualquier beneficio u otra ventaja
económica indebida u otra ventaja de cualquier otra índole, será sancionado
con inhabilitación conforme a los incisos 1) y 2) del artículo 36° del Código
Penar. \- ,
Todos aquellos que se encuentran investidos de una función pública,
deben sujetaísu actuación a los cometidos -estrictamente generales- que
se desprenden de la Ley Fundamental, esto quiere decir, la independencia,
objetividad, imparcialidad y autonomía en el ejercicio de dicha función, tal
como lo proclama el artículo 39°. De ello, se colige que el funcionario o
servidor público, no puede anteponer sus intereses personales o políticos,
a los intereses públicos, pues de ser así estaría ingresando a una zona de'
ilegitimidad. Habiéndose establecido en el artículo 42° de la Constitución,
que los funcionarios del Estado con poder de decisión y los que desem-
peñan cargos de confianza o de dirección, están impedidos de ejercer el
derecho de huelga; estando comprendidos en dicho listado, los Presiden-
tes de los Gobiernos Regionales y los Alcaldes (provinciales y distritales).
Prohibición que se dirige a cautelar el normal desarrollo de las actividades
políticas, económicas y sociales, propias de un Estado Social y Democrá-
tico de Derecho. Empero, cabe precisar que dichos funcionarios públicos
también se deben a sus electores, a la población que confió en ellos el
ejercicio del cargo, a quienes representan ante el Gobierno Central; en tal
virtud, cuando ello apoyan las reivindicaciones sociales y laborales de sus
pueblos, están realizando un acto de plena esencia democrática, siempre
y cuando se encaucen en parámetros legales y permisibles. Máxime si la
prohibición constitucional se sujeta a la huelga, que debe ser entendida
como el cese de las actividades laborales por voluntad de los trabajadores,
habiéndose agotado los medios de negociación colectiva766; cuestión dis-
tinta, es una marcha o movilización social, que no necesariamente implica
la misma connotación jurídica.
Debiéndose agregar que la prescripción constitucional, se refiere a la
huelga que realiza y/o efectúa el funcionario público a título personal, es de-
7. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES
767 Así, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (III), cit., p. 625.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 421
768 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 469; SOLER, S.; Dere-
424 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
ma otorga ventaja obligada por el constreñimiento de los medios empleados,
sin importar o no ser necesario que aquella ventaja llegue a manos del o de
los agentes769. Postura a la cual disentimos, en el sentido de*iue si estamos
hablando de un delito que ataca el patrimonio, no sólo ha de observarse el
menoscabo de aquel por parte de su titular, sino también la posibilidad con-
creta que debe tener el agente, de incorporar el bien a su esfera de custodia.
¿Qué pasaría entonces, en el caso, de que la víctima entregue el dinero a
un intermediario, que se aprovecha de la circunstancia y no lo entrega al
extorsionado^ sino más bien lo ingresa a su custodia? No podemos dar por
consumado el delito, pues no hay posibilidad de beneficio patrimonial.
No puede dejarse pasar el hecho de que nuestra ley positiva, hace
mención en la descripción típica, al verbo "entregar", mas no como es el
caso del artículo 168° del C.P. argentino, que se incluyen también el envió,
deposito o poner a su disposición o a la de un tercero. Como expone CREUS,
en la entrega, el delito se consuma cuando el objeto es dado al autor o al
tercero, en cuyo caso el momento del desapoderamiento se confunde con el
apoderamiento770.
Se advierte un intervalo de tiempo entre el despliegue de la amenaza
con el desprendimiento del dinero por parte del sujeto pasivo; si bien este
último dato puede significar ya una merma en el patrimonio, ha de convenir-
se que aquel ingrese al poder fáctico del agente para su efectiva realización
típica.
Queda, entonces, el análisis sobre la modalidad de la extorsión con
rehén; conducta que en realidad da lugar a un secuestro, al margen de su
inclusión de lege lata por parte del legislador; máxime cuando la privación
de libertad adquiere un tiempo significativo. Bajo esta hipótesis, la mayor in-
tensidad de la acción antijurídica recae sobre la libertad personal del rehén,
por ello, no podemos señalar como el acto consumativo, la entrega efectiva
de la ventaja económica indebida, sino a partir de que la víctima del com-
portamiento típico, resulta privado de su libertad771, de todos modos el ánimo
que motiva al autor a cometer este hecho, es importante a efectos del juicio
de subsunción jurídico-penal. No es necesario, siquiera, que la víctima de
la maniobra extorsiva se entere de la exigencia del autor, pues, según los
cho penal argentino, T. IV, cit., ps. 312-314; CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. I,
cit., p. 476; FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 470.
769 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 363.
770 CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 476; Asi, FONTÁN BALESTRA, C;
Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 470.
771 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 470; SOLER, S.; Derecho
penal argentino, T. IV, cit., p. 317.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 425
términos de la ley, es suficiente que la intención de sacar rescate exista en el
ánimo del agente con motivo de la detención772.
Se puede decir, por lo tanto, que es un delito de efectos permanen-
tes773, que ha de cesar, cuando el rehén recobra su libertad personal. La ten-
tativa tomaría lugar en todos aquellos actos que de forma decidida se dirigen
a la privación de libertad del futuro rehén.
CHANTAJE
Art. 201.- aEl que, haciendo saber a otro que se dispone a publicar, de-
nunciar o revelar un hecho o conducta cuya divulgación puede perjudicar-
lo personalmente o a un tercero con quien esté estrechamente vinculado,
trata de determinarlo o lo determina a comprar su silencio, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y con
ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa".
772 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 274.
773 Así, NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 275.
426 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
al agente. Lógicamente, se manifiesta una voluntad viciada, por el constreñi-
miento de que es objeto el ofendido.
La conducta antes reseñada tiene por plus de sustantividad la vio-
lencia, por lo que es reprimida con una pena de por si drástica; mas la
obtención de un beneficio patrimonial ilícito también puede obedecer, a otra
naturaleza de comportamientos, que sin usar medios de coacción, puede
conseguir dicha finalidad. Nos referimos a la figura delictiva del «chantaje»,
que toma lugar en el artículo 201° del C.P.
Hemos de advertir, que en algunas circunstancias, ciertos individuos
que conocen aspectos de la vida íntima, familiar, laboral, empresarial de otra
persona, cuyo titular quiere mantener en reserva, aprovechan dicha informa-
ción para chantajear a sus víctimas y, así hacerse de un beneficio patrimonial
ilícito. Como bien lo expresa el tipo penal el autor lo que hace es determinar
al sujeto pasivo a comprar su silencio.
Ha de convenirse que el bien jurídico tutelado es el patrimonio, a fin
de seguir un criterio sistematizador en el Capítulo Vil; sin embargo, también
hemos de apreciar un constreñimiento a la libertad decisoria del sujeto pa-
sivo, quien se ve coartado en su faz volitiva, a fin de evitar que el hecho sea
divulgado al exterior.
En el chantaje la voluntad del sujeto pasivo se encuentra condiciona-
da, por la amenaza de que si no cumple con comprar el silencio del agente,
éste publicará, denunciará o revelerá el hecho o el acto que la víctima pre-
tende mantener en reserva774.
El autor pone en jaque a la víctima, anunciándole la posibilidad de di-
vulgar ante terceros, hechos o conductas, que el ofendido quiere que no se
conozcan, de no ser así, no existiría le medio coaccionador; no sólo
referidos a su persona, sino también imputaciones sobre personas
vinculadas al mismo. El artículo 169° del C.P. argentino, hace alusión a
imputaciones contra el honor o de la violación de secretos.
Si la divulgación del hecho, tiene que ver con aspectos propios de la
privacy, puede decirse que también afectan la intimidad personal, mas el
acento lo ha puesto el legislador en el patrimonio, lo que no obsta a que se
pueda presentar un concurso de delitos, con la conducta típica contenida en
el artículo 154°, puesto que el agente puede haber obtenido la información
por los medios que se glosan en el articulado antes mencionado. En defini-
tiva, lo que se pretende dañar es el honor o la intimidad si no hay respuesta
definitiva del sujeto pasivo775.
774 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, ll-A, cit., ps. 479-480.
775 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal...., II-A, cit., p. 480.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 427
Podría decirse que también se atenta contra el honor, bajo la salvedad
que el mal anunciado se de a la luz y, ello supongo una afectación a la con-
creta participación del individuo en los procesos átociales778.
El menor viso de una violencia física o de amenaza grave, la conducta
ha de ser calificada como extorsión.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
2.1. Sujeto activo
776 Vid., ai respecto, DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 226.
777 BRAMONT-ARIAS TORRES/ GARCIA CANTIZANO; Manual de Derecho Penal. Parte Especial,
cit., p. 371.
778 Asi, FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 474; DONNA, E.A.;
Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 226.
428 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
esto es que sean idóneos para que la transmisión del mensaje sea claro, que
sea debidamente canalizado por el receptor.
La amenaza supone un acto de incidencia psicológica, que el legisla-
dor la ha concebido como un acto de determinación, que a su vez da lugar a
una obligación de prestaciones recíprocas. Por un lado, el sujeto pasivo se
compromete a pagar un precio a cambio del silencio del agente y, éste últi-
mo a no propalar el hecho que puede perjudicar al primero. Indudablemente,
la amenaza constituye una fuerte presión sobre la víctima a fin de que con-
venga en pagar el silencio del agente, escribe Peña Cabrera. Aquí el temor
a la revelación pública de un hecho que atenta contra el honor de la víctima
o de una persona ligada a ésta, constituye el factor más importante779; por
lo general importará un aspecto de la privacy, como por ejemplo la opción
sexual del ofendido, que pretende mantener en secreto, un acto de infide-
lidad, ciertas enfermedades letales como el VIH, antecedentes criminales,
etc. No lo puede ser a nuestra estimación, que se ponga en conocimiento
su calidad de deudor, al menos que la víctima pretenda ocultar su estado de
insolvencia. No cabe negar una dosis de subjetivismo, en lo que refiere a la
aptitud perjudicial del hecho que se pretende publicar. En ese sentido, dice
DONNA, es claro que una amenaza de imputación meramente privada no
alcanza, sino lo que hay que tener en cuenta es el temor al escándalo780.
La posibilidad aptitud perjudicial de la noticia o del hecho que se
anuncia divulgar, forma parte de la tipicidad penal del comportamiento, que
determina su relevancia típica, pues no puede producir afectación alguna
poner a conocimiento de terceros un hecho que ya es conocido por terce-
ros o que es en su nimio o insignificante, no importa entonces, una condi-
ción objetiva de punibilidad.
Cuando el hecho que se conoce tiene una connotación delictiva, como
por ejempío la amenaza de divulgar un-acto de corrupción que se atribuye a
un funcionario público, también configura el delito in examine. Se dice, que
el hecho puede ser verdadero o falso781, pues es lógico que por más que no
ajuste a la verdad, de todos modos puede causar un perjuicio. Empero si el
hecho es efectivamente divulgado, podrá entrar en concurso con los injustos
de injuria, calumnia o difamación782, como se sostuvo en el marco de los
delitos contra el honor, la veracidad del contenido de la imputación no nece-
sariamente importa la atipicidad penal de la conducta.
779 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 482.
780 DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial, T. Il-B, cit., p. 227.
781 Así, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 311.
782 Así, CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 483.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 429
Ahora bien, dice el tipo penal, que en la amenaza que el agente pro-
fiere, debe mostrarse llano a publicar, denunciar o revelar el hecho o con-
ducta. Por «publicar» ha de entenderse la forma f)or la cual el autor, divulga
la noticia por medios susceptibles de llegar a un número indeterminado de
personas, puede ser por una publicación escrita, vía radial, etc. «Denunciar»
importa poner en conocimiento el hecho ante las autoridades estatales com-
petentes, ora a la policía ora al Ministerio Público, de un modo formal; si este
hecho le da apariencia de un supuesto delito y, sabiendo que en realidad
no se ha cometido, puede entrar en concurso con el tipo penal de denuncia
calumniosa. Por su parte «revelar» significa poner a la luz el hecho, de ex-
tender su conocimiento a terceros.
Finalmente, el hecho o la noticia que se pretende poner a la luz, puede
tener como protagonista a un tercero, donde la persona sobre quien recae la
amenaza, pretende defender su intimidad, de lo que se infiere que debe exis-
tir una estrecha relación entre ambos. El amante que es chantajeado, para
que no se publiquen las fotos en las que aparece con su amante, a fin de que
no se ponga en descubierto su infidelidad o, inclusive siendo personas libres,
pero una de ellas es una actriz famosa, donde en las fotos se encuentra
desnuda, siendo captada la imagen por los paparazis. En este último caso,
podría darse un concurso con el tipo de violación a la intimidad, si es que el
agente registró las imágenes en un ámbito estrictamente privado.
Enseña Nuñez, que una persona moral puede ser ofendida patrimo-
nialmente por la. extorsión y ser titular del honor (crédito) o del secreto en
peligro, pero únicamente sus miembros o representantes pueden ser los
sujetos pasivos de la amenaza, pues sólo ellos pueden experimentar sus
efectos sicológicos783. En efecto, el autor puede anunciar dar a la luz cierta
información que pueda perjudicar el prestigio de una empresa, pero para
que estemos ante un chantaje, dicha amenaza debe incidir directamente
sobre las personas que ejercen sus órganos de gestión y/o de representa-
ción, al gerente general por ejemplo, quien administra la persona jurídica.
783 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 271.
430 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
siempre y cuando haya tenido aptitud de efectos psicológicos positivos para
con el ofendido.
784 En contra SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 371.
CAPÍTULO VIII
USURPACIÓN
;
USURPACIÓN
Art. 202.- "Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
uno ni mayor de tres años:
1. El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o
altera los linderos del mismo;
2. El que, por violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza, despoja
a otro, total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble
o del ejercicio de un derecho real.
3. El que, con violencia o amenaza, turba la posesión de un inmueble33.
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN
Dando un vistazo a las figuras delictiva antes estudiadas, ha de conve-
nirse que en principio el bien jurídico es la propiedad, de forma comprensiva
la plena disponibilidad de los derechos reales inherentes a la misma, en la
medida que el sujeto pasivo cuando es desposeído del bien mueble, pierde
toda posibilidad de uso y disfrute, así como de enajenar el objeto. Caracteri-
zación identificable en los delitos de hurto, robo y apropiación ilícita, con los
matices que en cada uno de ellos se ha puesto de relieve.
El Derecho penal debe construir sus preceptos conforme a las carac-
terísticas que cada caso presenta, cuando el bien jurídico es objeto de ata-
que por la conducta lesiva, en tal virtud se ha formulado normativamente una
tipicidad penal que responde a la naturaleza del objeto material del delito,
nos referimos a la «Usurpación». Si se ha dicho que en los injustos de
hurto y de robo el objeto material del delito es un bien mueble, en los
injustos de Usurpación el objeto material es un bien inmueble, pero ello no
quiere decir, que el comportamiento prohibido supone la apropiación de un
bien inmueble,
432 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
sino el ius posessionis, la tenencia del bien, cuando la víctima es despojada
del ejercicio de un derecho real; (...) la naturaleza misma de las cosas hace
imposible la acción de apoderamiento, dada su inamovilidad* la que resulta
reemplazada, en términos generales, por el acto de ocuparlas desplazando
al que las tiene en su poder785. Más cabe también anotar que mediante el de-
lito de estafa, una persona puede perder la propiedad de un bien inmueble,
cuando se utiliza el fraude, ardid o engaño.
Con la incriminación de esta conducta se pretende tutelar, entonces
la posesión de los bienes inmuebles, su real use y disfrute, por lo que debe
rechazarse cualquier postura que se oriente a fijar a la propiedad como bien
jurídico protegido. La discusión que puede haber entre dos personas o mas
sobre el título dominical de un bien inmueble, ha de ventilarse en el Derecho
privado; aquello no le interesa al Derecho penal, el ius puniendi estatal solo
ha de intervenir ante aquellas conductas lesivas que atentan contra el ejerci-
cio de los derechos reales que toman lugar en los bienes inmuebles.
Ahora bien, con lo dicho, no se quiere decir, que el Derecho penal ten-
ga que intervenir ante todo ataque a la posesión de un bien inmueble, pues
para que pueda garantizarse su legitimación en esta esfera de la criminali-
dad, se requiere identificar un plus de sustantividad, que ha de sostenerse
sobre los medios comisivos que emplea el agente para perpetrar el injusto,
nos referimos a la violencia, la amenaza y el abuso de confianza, tal como se
desprende del artículo 202° del C.R., de no ser así estaríamos contravinien-
do los principios de subsidiariedad y de ultima ratio. Tradicional es también
la distinción entre lo que para nosotros podría llamarse despojo, la turbación
de posesión y la remoción de términos, por medio de la cual se alteran los
signos materiales de dominio, acción de la¡que puede resultar una invasión
parcial del inmueble ajeno, escribe Soler786.'
Peña Cabrera señala que la usurpaqión se caracteriza por incidir ex-
clusivamente sobre bienes inmuebles, resueltamente es una forma de ata-
que contra el patrimonio inmobiliario, por lo que el bien jurídico es el tran-
quilo disfrute de los bienes inmuebles, entendido éste como la ausencia de
perturbación en el ejercicio de la posesión o de cualquier derecho real sobre
los mismos787.
La propiedad no se protege en relación al título de dominio del inmue-
ble o al título de derecho real, sino en relación al hecho de la tenencia, pose-
2. BIEN JURÍDICO
Las conductas típicas que se comprenden en el artículo 202° del C.P..
no tienden a tutelar el patrimonio desde una acepción universal, sino de for-
ma concreta el uso y disfrute de los derechos reales 789, esencialmente la
posesión, que se ve mermada y atacada cuando la víctima es desocupada
del bien inmueble, mediante la alteración de linderos o la turbación de la po-
sesión. Por ello, cuando a pesar de producirse una ocupación ilegítima en un
bien mueble, más no se desocupa a su poseedor, no habrá Usurpación, pero
sí Allanamiento de domicilio.
En la ejecutoria recaída en el RN N° 3536-98-Junín, se señala lo si-
guiente: "Que, de otro lado no sólo protege el dominio que se ejerce sobre
un inmueble sino, propiamente el ejercicio de las facultades que tiene su
origen en derechos reales que se ejercen sobre él, requiriendo, además, de
parte del sujeto activo una especial intención de despojar al sujeto pasivo de
la posesión del bien por alguno de los modos señalados en la descripción
típica del artículo doscientos dos del Código Penal, presupuestos que no
concurren en el presente caso"190.
Merece destacar la postura de Bustos, quien escribe que la protección,
a la inversa que en las cosas muebles, está sumamente adjetivada. Sólo se
protege si hay violencia o intimidación y/o si hay utilidad, lo que parece lógico
ya que a diferencia de los que ocurre con las cosas muebles (salvo en el
caso de los vehículos a motor) lo único que se protege es el tranquilo disfrute
(el delito es sólo una perturbación de él), ya que es imposible que se pierda
la disponibilidad del inmueble791.
Debe también mencionarse que en el caso de la conducta contenida
en el inc. 2), también es objeto de ataque la libertad personal, la vida, el
cuerpo y la salud de los ocupantes del bien inmueble, por lo que sólo en este
caso habríamos de identificar un bien jurídico complejo.
788 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 478.
789 Así, CREUS, C.¡ Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 590; SALINAS SICCHIA, R.;
Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 377; DONNA, E.A.; Derecho Penal. Parte Especial,
T. Il-B, cit., p. 730.
790 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal..., cit, p. 624.
791 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 223.
434 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
3. BIEN INMUEBLE
Como se sostuvo en el estudio dogmático del delito d# hurto, bienes
muebles son todos aquellos susceptibles de ser valorados económicamen-
te en el mercado, que pueden ser trasladados de un lugar a otro, como los
semovientes o animales, objetos, muebles, etc. En oposición a los anterio-
res, son inmuebles aquellos bienes que no pueden transportarse de un lu-
gar a otro sin que se destruyan (no tienen la particularidad de los muebles).
Generalmente se encuentran adheridos al suelo, o en todo caso participan
de la inamovilidad de éste. Por ejemplo, una casa, un predio rústico, las
minas, etc792.
Según el artículo 885° del C.C., modificado por la Ley N° 28677 del 01
de junio del 2006, se consideran bienes inmuebles: el suelo, el subsuelo y el
sobresuelo, el mar, los lagos, los ríos, los manantiales, las corrientes de agua
y las aguas vivas o estanciales, las minas, canteras y depósitos de hidrocar-
buros y las naves y aeronaves.
La clasificación de inmuebles «por su naturaleza», da lugar en la doc-
trina entendida en la materia, que son los bienes inmuebles por excelencia.
Aquellos bienes materiales que permanentemente están fijos o adheridos a
un lugar (el suelo) y, por consiguiente, no pueden ser transportados ni cam-
biados de un lugar a otro. Por eso se les llama inmuebles por naturaleza,
porque no está en la voluntad del hombre el hacerlos variar de sitio793.
A nosotros lo que nos interesa es formular un concepto de "bienes
inmuebles", que pueda ajustarse a los comportamientos típicos que se glo-
san en el artículo 202°, en cuanto a su concepción punitiva, que sé trate
de inmuebles susceptibles de ser ocupados y/o objeto de alteración en sus
linderos correspondientes.
En relación a los inmuebles por accesión, es preciso puntualizar que
las construcciones realizadas con carácter temporal no serán pasibles del
delito de usurpación, pues tienen la calidad de muebles, dado el estado tran-
sitorio de su construcción; pero si bien es cierto no habrá usurpación por la
accesión del edificio, sí lo habrá por ocupación del terreno donde se haya
construido™.
Se requiere, entonces, de un terreno, edificado o no, que pueda ser
ocupado y, que se encuentre adherido al suelo, por lo que no pueden ser
transportados, desplazados de un lugar a otro.
795 PRADO SALDARRIAGA, VICTOR R.; Todo sobre el Código Penal. Tomo I, IDEMSA. Lima,
1996, p. 162.
796 ROY FREYRE, L.E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 72.
797 MUÑOZ CONDE en el análisis dogmático del delito de usurpación enfatiza, que la acción
consiste en ocupar (una cosa inmueble) o en usurpar (un derecho real inmobiliario aje-
no). Tanto en un caso como en otro, se requiere una apropiación y una coetánea des-
posesión del inmueble o derecho real; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 352.
436 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
798 OCTAVIO DE TOLEDO Y UBIETO, EMILIO Y HUERTO TOCILDO, SUSANA; Derecho Penal. Parte
General: Teoría jurídica del delito. 2da. Edición corregida y aumentada, Rafael Caste-
llanos editor, Madrid, 1986, p. 162.
799 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps. 1107-1108.
800 PEÑA CABRERA, R.; El delito de Usurpación. En: "Debate Penal", N° 14. Año I, enero-
junio de 1997, AFA Editores. Director: Raúl Peña Cabrera, cit., p. 54.
801 ROJAS VARGAS, Fidel. Jurisprudencia Penal y Procesal Penal (1999-2000). Idemsa,
2002, p. 624.
802 ROJAS VARGAS, F.; Código Penal..., T. II, cit., p. 348.
803 PEÑA CABRERA, R.; El delito de Usurpación, cit., p. 55.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 437
5. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo m
b. Sujeto pasivo
En este caso lo será todo aquel que ejercer la posesión, la tenen-
cia real del biert inmueble al momento de la acción punible (tempus comissi
delicti), al margen del título dominical que pueda presentar o, en cuanto al
derecho por el cual asienta su posesión sobre el inmueble; lo que no obsta
a que se pueda incluir al propietario poseedor. Puede tratarse, entonces, de
un tenedor legítimo o ¡legítimo, inclusive el precario es objeto de protección
por el derecho punitivo.
804 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 391.
805 Cfr., PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 538.
806 En opinión de CREUS, no es necesario que el agente actúe con animus domini; Dere-
cho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 598.
438 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
El inc. 1) del artículo 202°, señala a la letra lo siguiente: "El que, para
apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o altera los linderos del
mismo".
En lo que respecta al JDien jurídico, señala CREUS, que a diferencia de
lo que ocurre en la usurpación por despojo, en este delito, no solo se ataca
la posesión o tenencia, sino que la acción puede repercutir sobre el dominio
mismo del inmueble, ya que las modificaciones introducidas por ella pueden
menoscabar los elementos probatorios de su extensión807; en este caso ya la
propiedad per se es objeto de afectación, siempre y cuando se trate de una
propiedad que no cuente con un título debidamente inscrito en el registro808.
No olvidemos que para la demanda de rectificación o delimitación de áreas
o linderos, se debe acompañar los planos de ubicación y perimétricos, así
como descripción de las edificaciones existentes.
Por lo general sujeto activo de esta modalidad criminosa será el vecino
del sujeto pasivo, quien aprovecha su cercanía geográfica, para así verse
beneficiado con un mayor espacio territorial; parece que dicha calidad es
necesaria para que pueda configurarse la apropiación. El hecho de que de
lege lata el legislador haya abierto dicha cualidad a cualquier persona, no
puede llevar a una posición contraria809, la conducta que se contiene en el
tipo objetivo debe tener su correlato siempre en el tipo subjetivo, con arreglo
al principio de sistematicidad.
Según de lo que se desprende de la redacción normativa, el agente
a fin de apropiarse -total o parcialmente-, de un bien inmueble, destruye o
altera los linderos del mismo. El modo de describir la figura señalando el
propósito de la acción -para apoderarse de todo o en parte de un inmueble-,
responde a la circunstancia de que la destrucción o alteración de un cerco o
un alambrado, por sí misma no da la totalidad de los elementos necesarios
5.2. El Despojo i
814 Así, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., ps. 492-493; CREUS, C; Derecho Penal.
Parte Especial, T. I, cit., p. 599; GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p.
649; PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 546; PÉREZ MANZANO, M.;
Figuras afines, cit., p. 434.
815 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. IV, cit., p. 509.
816 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 545.
817 BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal..., cit., p. 347.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 441
plea para hacerse de la posesión y/o tenencia del bien inmueble de forma
¡lícita. Nos referimos a la violencia, amenaza, engaño y abuso de confianza.
Para ser considerado sujeto activo no se requiere de ninguna califica-
ción especial, como se dijo en líneas anteriores, pues inclusive puede ser
el propietario no poseedor, así como el co-poseedor. En el caso del sujeto
pasivo, éste para ser tal, no requiere del reconocimiento de un título domini-
cal que acredite su condición de propietario, basta con que acredite tener la
tenencia al momento de los hechos; tenencia que puede ser tanto la legítima
como la ¡legítima. Vínculo jurídico, por ende, que no requiere de una protec-
ción indiscutible, bastando con su apariencia. Sujeto pasivo, escribe Peña
Cabrera, es el titular del bien inmueble o de un derecho real constituido sobre
él, que es privado de ejercer el goce efectivo del predio818.
Por Ib dicho.ha de aceptarse la postura que apunta hacia una caracte-
rización compleja del bien jurídico tutelado, en la medida que la violencia y/o
amenaza que emplea el agente, ataca de forma concreta la libertad perso-
nal, la vida, el cuerpo y la salud del sujeto pasivo. Sin embargo, el legislador
no ha realizado una distinción penológica, en cuanto a las diversas conduc-
tas que se comprenden en el articulado, que implican reproches de diverso
nivel jurídico-penal, por lo cual el juez deberá graduar la pena conforme a
criterios de lesividad, culpabilidad y proporcionalidad.
Se dice entonces que lo que lesiona esta conducta típica es la po-
sesión que se ejerce sobre un bien inmueble. De forma comprensiva, se
entiende a la posesión como el señorío que se configura sobre una cosa, el
poder de hecho que se ejercita sobre el bien, de forma temporal o permanen-
te. Ramírez Cruz en la doctrina nacional, enseña que existen tres modos de
presentar la posesión en el derecho moderno, a saber: 1.-l_a posesión como
poder o señorío fáctico, relación puramente material (ladrón, usurpador): ius
possessionis. 2.-La posesión derivada de un derecho real, o sea posesión de
derecho (la del usufructuario, anticresista, etc.): sólo el ius possidendi. 3.-La
posesión del dueño que conduce o ocupa el bien directamente: iuspossesio-
nis y ius possidendi (éste último, siempre lo tiene)819.
Decía IHERING, que la posesión no era un fin en sí misma, sino un
medio para un fin: constituye la condición de hecho en virtud de la cual son
posibles los tres modos de usar la cosa, utilizándola para las necesidades
humanas y comprendiendo, por tanto, todo el contenido sustancial de la
propiedad: el uti, frui, consumere820.
818 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 511.
819 RAMIREZ CRUZ, E.M".; Tratado de Derechos Reales, T. i, cit., p. 278.
820 DIEZ-PICAZO, L. y otro, Sistema de Derecho Civil, Vol. III, cit., p. 87.
442 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Según lo previsto en el artículo 986° del C.C., la posesión es el ejer-
cicio de hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad. Constituye
en realidad una situación táctica con reconocimiento jurídico. Resulta impor-
tante citar lo que se dispone en el artículo 897° (in fine), que no es poseedor
quien, encontrándose en relación de dependencia respecto a otro, conserva
la posesión en nombre de éste y en cumplimiento de órdenes e instrucciones
suyas. De lo expuesto se colige, que sólo podemos hablar de un verdadero
poseedor cuando éste tiene un título legítimo o ilegítimo a su nombre que
ampare su derecho real, mas en el caso del guardián por ejemplo, que a
nombre de un tercero en encuentra en el bien inmueble, a su nombre y re-
presentación deberá ser considerado como un mero «tenedor» y no como
un «poseedor», lo cual tiene especial significancia en orden a establecer la
calidad del sujeto pasivo de la modalidad típica del «despojo». En suma, el
servidor de la posesión es el ejecutor material de la posesión que otro tiene,
pero nunca puede ser considerado jurídicamente como poseedor821. Empero
al margen de las distinciones jurídico-conceptuales, el legislador decidió que
no sólo el poseedor puede ser víctima de este delito, sino también el simple
tenedor; v.gr., cuando el empleado de una casa, que la cuida a nombre de su
patrón, es despojado de la tenencia del bien inmueble, tal como se despren-
de claramente de la redacción típica.
En la doctrina civilista más reconocida, nos dicen que la distinción
entre poseedores y tenedores de la cosa es infecunda en gran medida, por-
que tanto unos como otros están protegidos por las acciones posesorias 822. El
artículo 598° del C.P.C, señala que la legitimación activa en materia de
Interdictos, la tiene todo aquel que se considere perturbado o despojado en
su posesión puede utilizar los interdictos, incluso contra quienes ostentan
otros derechos reales de distinta naturaleza sobre el bien objeto de la ¡
perturbación; mientras que el artículo 599° del cuerpo de leyes precitado
estipula que el interdicto procede respecto de inmueble, así como de un '.>
bien mueble inscrito, siempre que no sea de uso público823. También procede
el interdicto para proteger la posesión de servidumbre, cuando ésta es
aparente. De lo anotado se infiere que también el tenedor está legitimado
para interponer acción posesoria, por ende, también es objeto de tutela por
el Derecho penal.
821 DIEZ-PICAZO, L. y otro; Sistema de Derecho Civil, Vol. III, cit., p. 97.
822 Diez-Picazo, L. y otro; Sistema de Derecho Civil, Vol. III, cit., p. 95.
823 El artículo 603° del C.P.C, establece que el interdicto de recobrar, procede cuando
el poseedor es despojado de su posesión, siempre que no haya mediado proceso
previo. Sin embargo, si se prueba que el despojo ocurrió en ejercicio del derecho con-
tenido en el artículo 920° del Código Civil, la demanda será declarada improcedente.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 443
829 SALINAS SICCHIA, R.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 872.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 447
vínculo, le da por ejemplo habitación, de la cual se aprovecha el autor para
hacerse con la posesión del bien, para ello se requiere que el sujeto pasivo-
sea desocupado total o parcialmente, del mismo.*
La manera más frecuente de abuso de confianza es el despojo, es la
intervención del título, que le permitió originalmente la ocupación del predio.
Intervenir, significa cambiar. Así interviene el título, el carpintero o pintor que
se erige en tenedor o inquilino, habiendo recibido el inmueble sólo para el
cumplimiento de su oficio830.
Siguiendo el patrón denominar subrayado en los supuestos preceden-
tes, hemos de delimitar la perfección delictiva, cuando el autor logra despojar
-total o parcialmente-, al sujeto pasivo de la propiedad inmueble, sin necesi-
dad de que se obtenga un provecho de aquél.
830 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 520.
448 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
sonalmente con ejecutar violencias, si el poseedor larga hacienda a determi-
nado potrero no corresponderle en posesión a la víctima831.
Hemos de convenir, entonces, que el Derecho penal nc#ia de reprimir
una mera perturbación al normal desenvolvimiento del derecho posesorio de
la víctima, sino que la intervención punitiva ha de ceñirse a un plus de sus-
tantividad, que es recogida mediante el uso de violencia o de la amenaza.
Así, cuando el arrendador, que vive en el mismo edificio de su arrendatario,
coloca una serie de obstáculos para que el sujeto pasivo pueda ingresar al
bien inmueble, a lo cual debemos agregar la violencia o la amenaza, que
ha de exteriorizarse cuando se anuncia la realización de un mal inminente,
si es que el poseedor no desocupa voluntariamente el bien inmueble; (...) o
cualquier otro acto que recayendo sobre el inmueble, afecte el uso y goce
del poseedor, verbi gratla, limitando su acceso al inmueble o su utilización
/ \832
USURPACIÓN DE AGUAS
Art. 203.- "El que, con el fin de obtener para sí o para, otro un provecho ilí-
cito con perjuicio de tercero, desvía el curso de las aguas públicas o privadas,
impide que corran por su cauce o las utiliza en una cantidad mayor de la
debida, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de tres años".
1. BIEN JURÍDICO
El artículo 203° del C.P., contiene una conducta singularmente diferen-
ciada, en comparación con las modalidades típicas que se comprenden en
el artículo 202° (in fine), en la medida que la primera de las mencionadas,
no recae sobre el ejercicio de los derechos reales de un bien inmueble, sino
sobre el curso normal de las aguas públicas o privadas, en cuanto a su dis-
tracción, evitando que sigan su cauce normal o empleándola en una medida
que sobrepasa la legalmente admitida.
Según lo dispuesto en el artículo 885° del C.C., inc. 2), las corrientes de
agua y las aguas vivas o estanciales, son considerados como bienes inmue-
bles. La consideración de inmuebles requiere que estén unidas a sus cauces
o álveos, o, en todo caso, depositadas en represas, estanques, acueductos,
reservónos, canales y, en general, cualquier receptáculo que contenga aguas
2. TIPICIDAD OBJETIVA
840 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (IV), cit., ps. 649-650.
841 BAJO FERNANDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 207.
842 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 552.
843 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 402.
452 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
dad que haya de verificarse la obtención del beneficio ¡lícito para el autor así
como el perjuicio de la víctima.
La segunda modalidad viene definida por «impedir qu§ las aguas co-
rran por su cauce normal»; no se trata en este caso de desviar el curso de
las aguas, como se vio en el apartado anterior, sino de evitar que éstas sigan
su normal dirección; v.gr., cuando el paso de las aguas queda neutralizado,
no se abre la llave el canal, el regadío que permite su trayecto previamente
determinado. La tipicidad objetiva toma lugar cuando el autor obstruye la di-
rección normal de las aguas, las que debe tener un destinatario, para poder
hablar de un sujeto perjudicado.
Las aguas deberán ser corrientes o fluidas; de no ser así, materialmen-
te sería imposible llegar al delito en comento, porque para ejecutar la primera
hipótesis es necesario represar, o detener el agua, y ello sólo será posible,
cuando sean fluidas; de Igual modo, en la segunda premisa, la usurpación
comprende sólo a los derechos referentes al "curso" de aguas, es decir, a las
aguas vivas o fluidas844.
De igual forma que en el supuesto anterior, los medios que ha de uti-
lizar el agente resultan indiferentes, siempre que éstos sean idóneos para
poder impedir que las aguas corran por su cauce normal.
El estado consumativo de esta variante delictiva, ha de fijarse cuando
el autor logra impedir que las aguas corran por su cauce normal, los actos
ejecutivos que de forma material pretenden sin éxito, -por razones ajenas a
la voluntad del autor-, llegar a dicho estadio, ha de ser reputados como delito
tentado.
El tercero de los comportamientos prohibidos que se deducen del te-
nor literal del artículo 203°, es aquel consistente en «utilizar las aguas priva-
das o públicas en una cantidad mayor a la debida»; ello presupone primero
lo siguiente: que el agente cuente legalmente con el derecho de recibir un
afluente de agua determinado, el cual es sobrepasado en su empleo845. Tiene
el derecho, entonces, de recibir un volumen determinado de agua, que es
rebasado en su límite por el autor, a fin de verse beneficiado ilícitamente.
De común idea con los supuestos delictivos antes analizados, los me-
dios a utilizar por el autor, resultan indiferentes, lo importante es que sean
eficaces para lograr la realización típica.
844 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 553.
845 Así, BRAMONT-ARIAS TORRES/ GARCÍA CANTIZANO; Manual de Derecho Penal. Parte Especial,
cit., p. 380.
TITULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 453
La perfección delictiva de esta tercera modalidad ha de alcanzarse
cuando el agente logra utilizar aguas, por un nivel mayor al cual tiene dere-
cho, sin necesidad que haya de constarse la obtención del beneficio ilícito
así como el perjuicio del tercero.
El dolo del autor debe abarcar el conocimiento a exactitud de que esta
empleando una cantidad de agua superior a la que tiene derecho 845, por lo
que si se advierte un equívoco sobre ello, podemos estar ante la concurren-
cia de un error de tipo.
846 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., II-A, cit., p. 554.
847 Asi, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 404.
848 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., II-A, cit, p. 555.
849 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 517.
850 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (IV), cit, p. 650; PÉREZ MANZANO, M.;
454 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
USURPACIÓN AGRAVADA
1. CONSIDERACIONES GENERALES
2. TIPICIDAD OBJETIVA
852 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 558-559.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 457
853 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 560.
458 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
como «patrimonio cultural de la Nación»; todas aquellas en cuyo ámbito es-
pacial se desarrollan actividades socio-jurídico-estatales.
Por otro lado, también son objeto de una tutela per?al intensificada,
aquellos inmuebles que están ocupados por comunidades campesinas o na-
tivas, quienes en razón del reconocimiento jurídico que les concede la Carta
Política, importa que se declare la imprescriptibilidad de la propiedad de sus
tierras, salvo en el caso de abandono, las que pasan al dominio del Estado
para su adjudicación en venta, de acuerdo a lo previsto en los artículos 88° y
89° de la C.P.E. El interés público prima ante el interés privado.
CAPÍTULO IX
DAÑOS
DAÑOS
Art. 205.- aEl que daña, destruye o inutiliza un bien, mueble o inmueble,
total o parcialmente ajeno, será reprimido con pena privativa de libertad
no mayor de dos años y con treinta a sesenta días-multa3'.
854 Vid., al respecto, BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Espe-
cial, cit., p. 503.
855 CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 607.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 461
son catalogados como faltas y aquellos constitutivos de delito, en cuanto
a la valoración económica del bien, lo que resulta acertado político crimi-
nalmente, amén de evitar criminalizaciones innecesarias, lo que se ajusta
plenamente a los principios de subsidiariedad y de ultima ratio. En principio
la frontera valorativa entre el injusto penal y la falta, fue fijada en cuatro
RMV, pero luego de la dación de la Ley N° 28726 del 09 de mayo del 2006,
fue bajada de forma significativa a una RMV, producto del afán penalizador
del legislador, interesado en colmar las demandas prisionizantes de ciertos
sectores de la población. La intención es clara: de sancionar punitivamente
una mayor gama de conductas y así extender la propiedad hospedante de
las cárceles; pretensión en puridad retributiva incompatible con los límites
garantísticos del ¡us puniendi estatal.
El daño o menoscabo del bien ajeno protegido jurídicamente, da lu-
gar, en base a los supuestos de antijuricídad de este acto a una obligación
defrestaurar o de-compensar el derecho vulnerado856. Sujetos al ámbito del
Derecho privado, ha de convenirse en que todo daño a la propiedad ajena
debe ser susceptible de ser reparado o, en su defecto de ser indemnizado;
así lo entiende el C.C, cuando en el artículo 1969°, dispone que aquel por
dolo o culpa causa un daño a otro, está obligado a indemnizarlo. El descargo
por dolo o culpa corresponde a su autor. ¿Cómo distinguir el dolo civil del
dolo criminal? No resulta en realidad de fácil concreción, consideramos que
la esfera subjetiva determina un contenido harto complejo de descifrar; mas
se es de la opinión que el dolo civil, importa mas que un descuido que una
intencionalidad, máxime si la responsabilidad civil puede atribuirse mediando
una relación de garantía (representante legal), mientras que la responsabili-
dad penal responde a criterios muy rígidos de imputación: acción y reproche
individual son dos aristas que de forma conjunta forman un criterio muy par-
ticular de atribución de responsabilidad.
En lo que respecta a la naturaleza del daño, Peña Cabrera, nos dice
que es incuestionable que el daño civil y el daño penal comparten una franja
común pero también lo es que hay rasgos diferenciadores e insalvables; el
daño civil posee mayor radio de acción porque involucra los perjuicios morales
y el lucro cesante, resultados muy ambiciosos para la aprehensión penal857.
2. BIEN JURÍDICO
Somos de la concepción que el tipo penal contenido en el artículo
205°, ha de tutelar también el patrimonio, pero de forma concreta la funcio-
nalidad del bien, su integridad material así como su valor en el mercado,
que han de afectarse cuando el agente destruye, daña o inutiliza el objeto
material del delito.
856 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 573.
857 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 576.
462 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Lo protegido es la capacidad de disposición que tiene el propietario
sobre la cosa, por eso se afecta materialmente el mismo, en la medida en
que ella tiene una determinada relevancia económica y esa Rapacidad de
disposición aparece protegida jurídicamente (derecho de propiedad)858; (...)
es el uso de los bienes y el aprovechamiento de los mismos, cubriéndose en
este sentido el mero deterioro del bien incidíéndose también el disfrute. No
puede decirse stríctu sensu, que el bien objeto de tutela sea la propiedad,
pues cuando se trata de menoscabo o inutilización de la cosa el derecho
de propiedad puede quedar incólume (piénsese por ejemplo, en quien da
libertad a un valioso pájaro enjaulado) en cuyo caso se lesiona el contenido
jurídico y económico del derecho de propiedad859.
En otras palabras, dígase en términos funcionales, se produce una de-
fraudación de las legítimas expectativas del propietario del bien, en cuanto a
los fines que le esperaba obtener con su uso y disfrute así, como con el valor
económico que pretendía obtener con su posterior enajenación.
Coincidimos con Nuñez, cuando afirma que en realidad, el daño como
delito contra la propiedad, atenta contra el valor económico de la cosa, extin-
guiéndolo o disminuyéndolo860.
3. TIPICIDAD OBJETIVA
858 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 256.
859 BAJO FERNÁNDEZ, M.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 507.
860 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 526.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 463
864 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., ps. 413-414.
865 Asi, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 502; FONTAN BALESTRA, C; Dere-
cho Penal.. Parte Especial, cit., ps. 596-597.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 465
sector importante de la doctrina nacional866, pues al haberse sancionado la
Ley N° 27309 del 17 de julio del 200°, que incorpora al texto punitivo los
denominados «delitos informáticos», con arreglo* al principio de legalidad,
debemos subsumir las acciones de sabotaje informático, es decir, los daños
que se materializan en el ordenamiento informático en el artículo 207-B del
C.P.867.
Luego, se habla de «destrucción», lo que importa la desaparición del
bien, dejarlo en añicos, alternándose en su propia esencia y/o configura-
ción, su estructuración material es objeto de una total modificación, por lo
que el bien no puede ser susceptible de ser recompuesto o refaccionado,
a diferencia de lo que acontece en ei daño. Esto se puede hacer mediante'
destrucción de la cosa, esto es, deshaciéndola, arruinándola o asolándola,
de manera que ya no exista más o que, perjudicando su valor, ya no sea lo
que ha sido por su naturaleza, calidad o forma868; v.gr., el arrendatario que
ataca de forma integral una ventana, antes de la entrega de la posesión del
inmueble. No es necesario, (...), que se trate de una destrucción total y efec-
tiva de la cosa: basta dañarla, es decir, disminuir irreparablemente su calidad
o la posibilidad de utilizarla o sus fuerzas naturales 869. Se puede llegar a
dicho resultado, cuando se le prende fuego al bien o simplemente golpeán-
dolo con una fuerza intensa o derribando una puerta de una patada. Bajo el
supuesto de que el agente mutila una parte del bien, sea cortando una parte
de un mantel, también será posible su conducción típica a este supuesto, sin
embargo, ante la rotura de una parte integrante del bien, resulta preferible
adecuarlo bajo los alcances de la hipótesis anterior.
En lo que respecta al tercer verbo empleado «inutilización», se discute
en la doctrina si el daño ha de referirse a la afectación a la sustancia misma
del objeto o si sólo es necesaria una lesión que recaía sobre su estimación
pecuniaria. Puede decirse que se presenta una inutilización cuando se per-
judica la esencia misma de la cosa, propiciando su disfunción, en el sentido
de que el bien sigue en poder fáctico de su dueño, mas ya no puede repor-
tarle la utilidad que éste tenía antes de la acción perjudicial; v.gr, cuando
se saca una pieza fundamental del motor de un automóvil que impide su
funcionamiento. La cosa es inutilizada cuando deja ser apta para su desti-
no870. Se diría por otro lado, que también puede inutilizarse un bien, cuando
el autor suelta un animal de la custodia de su amo, al lesionarse su valor de
866 Cfr., PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 580-581.
867 Asi, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 415.
868 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 529.
869 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit, p. 503.
870 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 530.
466 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
uso871; así cuando se deja en libertad una vaca lechera o un gallo de peleas;
quiere decir a todo esto, que lo relevante a efectos penales es un pérdida de
la funcionalidad del bien, a diferencia de la destrucción que s¿ requiera de
una lesión a la sustancia del objeto. Lo que dará lugar a un delito de daños
siempre y cuando el agente no traslade el bien a su esfera de custodia a fin
de obtener un provecho sobre el mismo, pues de ser así será constitutivo de
un hurto. Como apunta correctamente Fontán Balestra, la acción de llevarse
el animal de un lugar a otro, (...) no es suficiente para caracterizar el hecho
como hurto. Esa acción fugaz de apoderamiento, es necesaria para hacer
desaparecer la cosa872.
Puede cometerse el injusto también por comisión por omisión873; v.gr.,
cuando el autor no realiza una acción que estaba en obligación de realizar,
para evitar el daño del bien; si esta pintando la casa, usando tiner, liquido que
cae sobre un objeto, al cual debía remover. Debiéndose agregar el dolo.
871 Cfr., BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 507;
Ver al respecto, GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (Vil), cit., p. 753.
871 FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 597.
872 Así, BAJO FERNÁNDEZ, M.; Delito de Daños, cit., p. 507.
873 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., ps. 585-586.
874 GONZÁLEZ RUS, J.J.; De//fos contra el Patrimonio (Vil), cit., p. 751.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 467
bien que ya se encontraba en estado de deterioro que es destruido, puede
inclusive reportar un beneficio de la víctima, al no tener que sufragar su man
tenimiento costoso. *
876 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 585.
877 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit, p. 506.
878| BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal..., T. II, cit., p. 373.
468 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1. DESARROLLO DOGMÁTICO
879 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 425.
472 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
gando en este caso a las plantaciones, pero para ello deben ser susceptibles
de ser valorados económicamente y, deben contar con un propietario, de no
ser así no se cumpliría con las exigencias normativas que s£ desprenden
del artículo 205° del C.P.. Como apunta Peña Cabrera se entiende que las
plantas a las que se refiere la agravante son aquellas que tienen un valor
económico o comercia!, o que sirven de materia prima (bosques) para la ela-
boración de productos terminados, ya sea de propiedad privada o estatal 880.
Por ejemplo un parque forestal, que es de propiedad estatal o un vivero de
dominio privado donde se cultiva toda una variedad de plantas (hortalizas),
también debemos incluir a los frutales.
La redacción típica de este inciso nos habla de «destrucción de plan-
tas o muerte de animales», la primera de ellas ha de configurarse cuan-
do el agente arranca las plantas de su raíz, cuando las quema o rocía con
cualquier sustancia nociva que pueda causar su eliminación, se dice que la
planta muere cuando esta gravemente marchitada. Por su parte la muerte
de un animal se dará cuando el semoviente ha fallecido, igual que el ser
humano, en el momento en que se paralizan las funciones de los órganos
principales. El legislador no ha especificado que clase de animal se trata,
serán todos aquellos que pueden ser cuantificados económicamente y que
tienen reconocimiento como dueño a una determinada persona, puede ser
un canario, un ave, un león, etc. Si la acción sólo ha de provocar una herida
de consideración al semoviente, la tipificación será por el artículo 205° y, si la
intención era de matarlo, mas no logra dicho resultado, será reputado como
delito tentado, puesto que el dolo debe estar orientado a dicho disvalor.
Cuestión importapte a destacar es la posible intercesión de tipicidad
con la figura descrita como una falta en el artículo 450°-A (actos de crueldad
y maltrato de animales}, que fuese incorporada por la Ley N° 27265 del 22
de mayo del 2000, en él sentido de que dicha conducta también toma lugar
cuando acaece la muerte del animal. La distinción en todo caso, habría que
fijarla en los medios que se compaginan en ambos articulados (maltratos,
trabajos excesivos), dé mayor relieve, que la muerte del semoviente en el
caso de daños debe ser expresión de una conducta dirigida con dolo, mien-
tras que la contenida en el artículo 450°-A, parece ser imputable a título de
culpa, es decir, el autor no era consciente de que la acción generaba ya un
riesgo de lesión fatal para el animal. De no ser así, no sería factible trazar su
diferenciación típica.
880 PEÑA CABRERA, R.; Delitos contra el Patrimonio..., Il-A, cit., p. 585.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 473
1.5. Es efectuado en bienes cuya entrega haya sido ordenada judicial-
mente
1. BIEN JURÍDICO
Constituye un patrón denominador, que el legislador opte generalmen-
te por construir y elaborar el mayor número de construcciones típicas, pre-
tendiendo captar normativamente hechos, que supuestamente lesionan o
881 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 590.
474 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
ponen en peligro bienes jurídicos -merecedores de tutela penal-, sin reparar
en que muchas veces la inclusión de un determinado comportamiento resul-
ta ser la repetición de otra modalidad delictiva, que sólo viege a exteriorizar
una forma concreta de cómo ha de perpetrarse el injusto, como si esto fuera
necesario, en orden a cautelar eventuales penalizaciones, lo que a la postre
significa una lesión al principio de legalidad. O de otro lado anticipando de
forma significativa la represión penal, a estadios previos de lesión, sin inte-
resar el grado de relevancia del bien jurídico tutelado, como sucede en este
caso, puesto que la consumación de los delitos contra el patrimonio esta
condicionada a la exteriorización de un resultado material.
Si hemos dicho que en los daños se tutela el uso y disfrute de los
bienes, conforme a las propiedades inherentes que le han de reportar a su
propietario así, como su valor económico en el mercado; no se tutela pues,
la integridad de los semovientes, como objeto material del delito, sino como
elemento integrante del acervo patrimonial del sujeto pasivo. En el caso de
que se pretenda tutelar la salud de los animales, debemos remitirnos a los
artículos 450° y 450°-A del Libro Tercero del C.P.; mas de una lectura so-
mera del articulado en cuestión, pareciese que esa fuera la intención, em-
pero, si debemos fijar el norte interpretativo desde un orden sistemático, en
cuanto a los tipos penales de daños, debemos apuntalar que el bien jurídico
protegido en lo que respecta al artículo 207° debe ser el mismo que en las
tipificaciones anteriores.
Nadie duda que en el mercado pueda comercializarse productos para
consumo de animales desprovistos de las garantías de salubridad mínima, en
cuanto a su elaboración por ingredientes en estado de descomposición o por
elementos que no pueden ser empleados para ello. Constituye una realidad
innegable en nuestro país, donde se falsifica todo, incluidos los productos des-
tinados al consumo humano y animal, mas ello no resulta justificación nece-
saria para que de forma expresa se tipifique esta clase de conductas. Lo cual
no abona mucho en la construcción de un Derecho penal apegado al principio
de la lex stricta.
Consideramos que esta modalidad hubiese sido mejor incluirla en el
artículo 205°, tomando en cuenta que se tutela el mismo bien, con la única
diferencia de que el legislador ha considerado necesario adelantar las barre-
ras de intervención del derecho punitivo, vía la elaboración normativa de un
tipo de peligro, en tanto la conducta que se contrae en el tipo base de Daños
es de naturaleza resultativa. Para algunos no resulta adecuado esta penali-
zación, pues son suficientes las medidas sanitarias dictadas por las autori-
dades municipales o por las de salud882; de conformidad con el principio de
882 Cfr., PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit, p. 592.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 475
ultima ratio. Habría que ver el rendimiento efectivo que ha tenido esta figura
criminosa en la realidad social, si como creemos ha sido nulo, no queda mas
que plegarnos a la postura anotada, pues la norma jurídico-penal no esta
confeccionada para servir de mero ornamento en la codificación, sino para
resolver la conflictividad social generada por el hecho socialmente negativo.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
CAPÍTULO X DELITOS
INFORMÁTICOS
1. A MODO DE APROXIMACIÓN
888 No obstante que el legislador haya determinado en el articulo 207-A, que la intru-
sión informática se haya ejecutado con el afán de obtener un provecho económico,
lo que castiga con severidad punitiva, son sólo los motivos que impulsa al autor la
comisión de la conducta típica, lo que no puede llegar a inferir que sea en realidad el
patrimonio, lo que es objeto de tutela en éstos tipos penales. Los daños que pueden
provocarse en las redes informáticas no tienen porque traducirse únicamente en tér-
minos monetarios; Cfr., de postura contraria es Salinas Sicchia; Derecho Penal. Parte
Especial, cit., p. 905; Para DURAN VALLADARES el bien jurídico protegido es la seguridad
informática y no el patrimonio ni la intimidad; Los Delitos Informáticos en el Código
Penal peruano, cit., p. 309; En cambio, para Blossiers Manzini y Calderón García, no
sólo se vulnera valores de carácter económico sino de carácter tan valioso y personal
como la intimidad, lo que hace imposible negar su existencia; Los Delitos informáticos,
cit., p. 66; esta última postura habría de definir un bien jurídico supraindividual, que a
nuestro parecer advierte una mayor intensificación en la Seguridad de la información
contenida en la base de datos.
889 TIEDEMANN, K.; Criminalidad Informática y Derecho Penal, cit., p. 101.
890 TIEDEMANN, K.; Criminalidad Informática y Derecho Penal, cit., p. 102.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 481
Lo dicho puede también dar a entender, en el sentido de que el acceso
a los datos que se contienen en estos sistemas informatizados (ordenadores),
pueden ser utilizados con el propósito ulterior de encañar a un tercero, cuando'
se recoge información clasificada, reservada al referirse por ejemplo al movi
miento económico y financiero de una empresa así como lo que concierne a
su manejo de naturaleza tributaria; por lo que puede apreciarse un concurso
real de delitos (medial). Así también, cabe precisar que en la marco concreto
del artículo 207°-B, puede que el sujeto pasivo vea lesionado su patrimonio
como consecuencia de los daños que el agente propicia en la base de datos,
sistema, red o programa de computadoras; empero para la perfección delicti
va no se requiere de dicha verificación, por lo que decir de forma rayana que
el patrimonio es el objeto de protección no importa un análisis que refleje la
ratio de la norma. Cuestión distinta es que se pueda decir que son delitos de
peligro, lo que tampoco es así, puesto que los ánimos que motivan al autor la
realización típica, son ajenos a la materialidad que el legislador ha propuesto
en estos tipos penales, para dar por declarada la perfección delictiva. Son en
realidad delitos de resultado. -.
Conforme a lo expuesto considero que no existe inconveniente alguno
desde un punto de vista metodológico y dogmático a la vez, que se pueda
construir un bien jurídico plenamente autónomo, a efectos de sistematizar
adecuadamente el interés -objeto de tutela penal-; para seguidamente, in-
cluir otros comportamientos, que también reflejan cierta lesividad social, que
parece haber dejado de lado del legislador, con arreglo a criterios de mere-
cimiento y necesidad de pena. Aspectos de política criminal que debe servir
al legislador para una eventual reforma de lege ferenda891.
Cabiendo anotar que el objeto sobre el cual recae las modalidades
típicas son de naturaleza «inmaterial», esto quiere decir, que a diferencia
del hurto o de la apropiación ilícita, aquel no puede ser materia de un apo-
deramiento físico, sino de su acceso visual, dando lugar con ello, una mayor
particularidad de estos injustos con el resto que se compaginan en el Título
V del C.P..
Por otro lado, resulta también de relevancia, que la definición de la
conducta típica, se determine conforme a criterios materiales, en sujeción
a los principios límites del ius-puniendi en un Estado democrático de dere-
cho, de fragmentariedad, de subsidiariedad y de última ratio. En tal orden de
ideas, debe descartarse la punición de un mero acceso ilegal del agente a
una base de datos, burlando para ello de claves secretas, siempre y cuando
aquélla no se ejecuta con un propósito determinado (dañar, alterar, etc.), lo
que no obsta a que dicha clase de acciones puedan ser.objeto de adecuación
típica por otras figuras delictivas, como los delitos que afectan la intimidad.
891 Vid., al respecto, BLOSSIERS MAZZINI, J. J./ CALDERÓN GARCÍA, S.; LOS Delitos informáticos,
cit., ps. 75-78.
482 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO
II
Sin duda, la investigación de estos delitos no es empresa fácil, en la
medida que dar el paradero con esos autores importa ingresar a mecanis-
mos o dígase dispositivos informáticos que son de difícil concreción. Máxime
si éstos son empleados por el agente precisamente para no dejar huella de
su actuación delictiva, requiriéndose por tanto, de ámbitos de la policía es-
pecializada en esta esfera de la criminalidad, que pueda estar a la altura de
las circunstancias.
1, TIPICIDAD OBJETIVA
892 BLOSSIERS MAZZINI, J. J./ CALDERÓN GARCIA, S.; LOS Delitos informáticos, cit., p. 68.
484 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
datos de trabajadores que no laboran en la misma distorsionando el contenido
real de la información.
Por su parte, el «ingreso indebido», importa el acceso tiel agente a la
base de datos, sistema o red de computadoras o cualquier parte de la mis-
ma, a la cual no esta autorizado, en tal virtud manipula la clave de acceso,
usando para ello softwares especiales que permiten burlar los mecanismos
de seguridad o identificando la palabra que utiliza el titular (sujeto pasivo) en
su password. Son los denominados «hackers», quienes de forma habitual,
usando técnicas propias de la informática, ingresan a los sistemas informáti-
cos ajenos, para diseñar, ejecutar o alterar un esquema u otro similar o, para
acceder o copiar información en tránsito o contenida en una base de datos.
Y si el acceso indebido a la base de datos, que contiene información referida
a la intimidad personal y/o familiar del titular, no se realizó para la obtención
de los propósitos subsecuentes que se hace mención en el artículo 207°-A,
será constitutiva la conducta del tipo penal comprendido en el articulo 154°
del C.P., por tales motivos sí resulta de relevancia analizar los ánimos que
impulsan al agente la concretización típica.
En la ejecutoría recaída en el RN N° 32-2005-Lima, se sostiene lo si-
guiente: "Que se cumple el elemento material de la exigencia previa de una
base de datos - registro y almacenamiento de una determinada información
con un orden más o menos establecido- a la que, según se afirmó en el fallo
impugnado, se accedió indebidamente, lo cual incluso no requiere que la in-
formación accesada por el agente posea algún especial nivel de seguridad,
tal como se desprende del artículo 207-A del Código Penar93.
El legislador ha incluido en la composición típica, como elemento
normativo el término «indebido», en virtud de poner en claro, considero de
forma innecesaria, que para que la intrusión informática sea de relevancia
jurídico-penal debe ser contraria a ley, esto es ¡legal, tomando en cuenta
que la divulgación y/o apertura de la información contenida en la base de
datos o en el sistema de red de computadoras, constituye plena disponibi-
lidad de su titular, por tales motivos la autorización previa a la conducta, su
consentimiento elimina su relevancia típica894. Seguidamente, en el segundo
escalafón de la teoría del delito, en consuno, en el marco de la antijuridici-
dad penal pueden observarse ciertas permisiones, en cuanto a la concre-
ción de la conducta lesiva; v.gr., la persecución penal requiere la realización
de ciertas diligencias dirigidas a la adquisición de evidencias y/o fuentes de
895 Ver más al respecto mi obra "Delitos contra la Libertad e Intangibilidad Sexual", cit ps
359-365.
486 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1. TIPICIDAD OBJETIVA
896 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 905.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 487
de los sistemas informáticos y generalmente por sus situación laboral se
encuentran en lugares estratégicos de manejo de información de carácter
sensible, o más bien son hábiles para el uso de loas programas informáticos
aunque no desarrollen actividades laborales, de manera que el sujeto activo
está dado por la persona que "entra" a un sistema informático con intencio-
nes delictivas, por ejemplo cuando desvía fondos de las cuentas bancarias
de sus clientes897.
897 BIOSSIERS MAZZINI, J. J./ CALDERÓN GARCIA, S.; Los Delitos informáticos, cit., p. 67.
898 BLOSSIERS MAZZINI, J. J./ CALDERÓN GARCIA, S.; LOS Delitos informáticos, cit., p. 57.
488 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
ta de cierta persona. En realidad resulta difícil y harto complicado descubrir
el origen de la fuente, tomando en cuenta los mecanismos que emplean
estos agentes. n
Se recoge también en términos informáticos, lo que se conoce como
bombas lógicas o "Logic Bombs". El método consiste en introducir en un
programa un conjunto de instrucciones no autorizadas para que en una fe-
cha o circunstancia predeterminada se ejecuten automáticamente desen-
cadenando el borrado o la destrucción de información almacenada en el
computador, distorsionando el funcionamiento del sistema o paralizaciones
intermitentes899.
En la doctrina se rotula a esta modalidad como el «Sabotaje Infor-
mático». La realización de estos actos de sabotaje suelen ir dirigidas a la
causación de un perjuicio económico en el usuario del ordenador (empresas,
entidades bancarias, financieras o de ahorro), perjuicios que pueden alcan-
zar cifras muy elevadas, lo cual se comprende en seguida, pues se le priva
de todo sus sistemas de gestión (contabilidad, administración, carteras de
clientes) o, incluso de planificación y organización del trabajo, así como de
la actividad empresarial misma (diseños industriales, los archivos o ficheros
de las agencias dedicadas a proveer información a sus clientes, etc.)900. Sin
duda los hechos descritos pueden propiciar cuantiosas pérdidas económicas
a los afectados, imagínese aquellas grandes corporaciones, cuya función
esencial es la de sistematizar bases de datos de otras empresa, al prestar
servicios de esta naturaleza así como otras entidades, como la RENIEC, que
cuenta con la información del estado civil de millones de personas901.
Hemos de convenir que la interferencia a la base de datos debe estar
destinada a menoscabar las funciones propias del sistema y/o red de com-
putadoras y, no con el sólo fin de obstruir su funcionamiento. No se trata,
por ende, de un delito de resultado como la figura de Daños, sino de una
tipicidad mutilada en dos actos, donde la relevancia típica sólo depende de
la inutilización, ingreso o interferencia indebida, cuya materialización persi-
ga los fines que se han fijado en la redacción normativa. En la codificación
penal española, de forma concreta en el artículo 264°, apartado segundo,
se ha incluido los daños que se producen a los programas o documentos
electrónicos ajenos contenidos en redes, soportes o sistemas informáticos.
Por ello, MUÑOZ CONDE, analizando el disvalor del resultado, señala que si el
virus afecta el funcionamiento del aparato de un modo relevante o destruye
899 BLOSSIERS MAZZINI, J.JV CALDERÓN GARCIA, S.; LOS delitos Informáticos, cit, ps. 47-48.
900 ROMEO CASABONA; Citado por PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p.
581.
901 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-A, cit., p. 581.
TÍTULO V; DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 489
alguno de los programas, habrá daños, pero si el ordenador afectado actúa
más lentamente pero no es destruido o alterado en su esencia o prestancia
como tal, ni en sus programas, difícilmente se podrá hablar de daños902.
Elemento a saber, es que el agente debe utilizar, ingresar o interferir
«indebidamente» la base de datos, sistema o red de computadoras, es decir,
no debe estar autorizado para la realización de dichos comportamientos, de
no ser así, no podríamos hablar de una conducta de relevancia típica. Con-
tando con la autorización de su titular da lugar a una ausencia de tipicidad
penal y, cuando la lesión se produce como consecuencia de una permisión
autoritativa, importa la presencia de una causa de justificación.
Se utiliza una base de datos, cuando el agente se sirve de la informa-
ción allí contenida, para luego alterarla, dañarla o destruirla; v.gr., cuando
el autor pretende ,hacer uso de una información específica sobre un tema
concreto, luego de ello ejecuta su destrucción.
Por su parte el ingreso supdne, que se accede a la base de datos, me-
diando una serie de mecanismos y/o dispositivos electrónicos, a diferencia
de la conducta anterior, el agente no esta autorizado para dicha actividad. El
delincuente puede aprovechar la falta de rigor de las medidas de seguridad
para introducirse o ingresar o puede descubrir deficiencias en las medidas
vigentes de seguridad o en los procedimientos del sistema y comienza a
dañar el sistema sin que el titular tome conocimiento903.
Finalmente interferir, significa que el autor empleando claves electróni-
cas específicas, intercepta la base de datos o la red de computadoras, propi-
ciando defectos propios en su funcionamiento, evitando que su titular pueda
hacer un uso normal de la información contenida en la misma o ejecutando
los programas inherentes a la misma.
De común idea con lo anotado en el articulado precedente, la perfec-
ción delictiva hemos de fijarla cuando el autor utiliza, ingresa o interfiere de
forma indebida la base de datos, sistema, red o programa de computadoras,
sin que sea necesario verificar su alteración daño o destrucción, es decir,
no se requiere acreditar perjuicio económico alguno en el patrimonio de la
víctima, lo. que no obsta a que en algunos casos así sea. Los actos que se
dirigen al ingreso o interferencia de la base de datos, siempre que revelen
peligrosidad objetiva, serán constitutivos de delitos tentado (tentativa).
En nuestra opinión aparte del dolo, de la conciencia y voluntad de
realización típica, advertimos un elemento subjetivo del injusto de naturaleza
902 MUÑOZ CONDE, F.; Derecho Penal. Parte Especial, dt, p. 416.
903 SALINAS SICCHIA, R.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 910.
490 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Art. 207-C- 'En los casos de los Artículos 207°-A y 207°-B> la pena será
privativa, de libertad no menor de anco ni mayor de siete años, cuando:
1. El agente accede a una base de datos, sistema o red de computadora,
haciendo uso de infirmación privilegiada, obtenida en función a su
cargo.
1. El agente pone en peligro la seguridad nacional3'.
1. FUNDAMENTO DE AGRAVACIÓN
904 Asi, SALINAS SICCHIA, R.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 912.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 491
da por éste a fin de acceder a la base de datos, sistema o red de compu-
tadora. Entonces es el aprovechamiento de la función lo que determina la
rigurosidad de la sanción punitiva, la que puede Sarse tanto en instituciones
públicas como privadas. A lo cual debemos añadir, que la información que
se contenga en la base de datos debe tener el carácter de «privilegiada», se
refiere a aquella que no puede ser conocida por cualquiera, sino que sólo
ciertas personas en virtud al cargo que desarrollan se encuentran autoriza-
dos a acceder a la misma; v.gr., el gerente de una empresa que cuenta con
plenas potestades para ingresar a la información tributaria de la persona
jurídica, que usándola indebidamente altera o daña el sistema de compu-
tadoras. Cuestión importante, es que debe verificarse que el autor realizó
la acción típica, en base a la función que ejercía y no en mérito a cualquier
otra circunstancia. En suma, la circunstancia agravante está en función a la
confianza depositada en la persona del autor y al manejo de determinada
información, como pueden ser claves de acceso, password, etc905.
En la segunda circunstancia calificada, se hace mención a un bien
jurídico de especial relevancia en cualquier sistema jurídico-estatal, a la «Se-
guridad Nacional», al Estado mismo que involucra la integridad territorial y
los intereses propios de la Nación peruana que pueden correr peligro cuando
se filtra información de relevancia y ésta recala en una potencia extranje-
ra. Se tratara de cierta información que es manejada y/o canalizada en las
instituciones estatales correspondientes, en los Ministerios de Defensa, del
Interior, Sistema de Inteligencia Nacional, etc., que cuentan con datos clasi-
ficados, rotulados como de «máxima seguridad», cuyo acceso únicamente
se le confiere a ciertas personas, que por el rango de la función que ejercen,
se hacen responsable de mantener su alta confidencialidad 906. La tipificación in
comento puede ingresar en un conflicto aparente de normas con el com-
portamiento recogido en el artículo 330° del C.P., referido a la Revelación
de secretos nacionales. Si la información que se accede de una base de
datos, de forma indebida claro esta, se realiza a fin de hacerla accesible
a un Estado extranjero y no para dañarla o destruirla, debemos inclinar la
adecuación típica en base al artículo 330°, aunque pueda decirse que el sólo
hecho de usar de forma indebida dicha información pueda poner en peligro
la Seguridad Nacional, en el sentido de que el bien jurídico tutelado por el
artículo 207°-C constituye la Seguridad de la información contenida en base
de datos o red de computadora. Considero que al incluirse de forma expre-
sa el interés jurídico puesto a discusión, se desnaturaliza la esencia de los
injustos informáticos.
905 DURAN VALLADARES, R.; LOS Delitos Informáticos en el Código Penal peruano, cit., p. 314.
_____ ____
906 Asi, SALINAS SICCHIA, R.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 914.
•
CAPÍTULO XI
DISPOSICIÓN COMÚN
EXCUSA ABSOLUTORIA
Art. 208.-<rNo son reprimibles, sin perjuicio de la reparación civil, los
hurtos, apropiaciones, defraudaciones o daños que se causen:
1. Los cónyuges, concubinos, ascendientes, descendientes y afines en línea recta.
2. El consorte viudo, respecto de los bienes de su difunto cónyuge, mientras
no hayan pasado a poder de tercero.
3. Los hermanos y cuñados, si viviesen juntos."
1. FUNDAMENTOS
Los hurtos, las defraudaciones y los daños, para ser merecedores de
una sanción, deben constituir un injusto penal culpable, quiere decir esto,
que el autor con su obrar, con su condición conductiva de haber creado un
riesgo jurídicamente desaprobado con aptitud de lesión, que justamente se
ha concretizado en la afectación del bien jurídico tutelado, habiéndose orien-
tado cognitivamente conforme a un sentido preciso de lo que perseguía. Lo
descrito afirma el componente objetivo y subjetivo, que de forma conjunta
determina la valoración de la tipicidad penal; a lo cual debemos agregar la
ausencia de preceptos permisivos que puedan hacer de la conducta típi-
ca, una penalmente justificada, en cuanto a las causas de justificación se
refieren. Dicho con un ejemplo: de que el autor haya dañado la propiedad
ajena, sabiendo lo que estaba haciendo y, sin que dicha conducta fuese
realizada para salvaguardar un bien jurídico preponderante. El análisis de la
imputación individual, concretamente la capacidad del sujeto para haberse
motivado conforme al mensaje normativo, según su estructura psico-física,
determinará si la sanción punitiva que racionalmente debe aplicarse sea una
pena o una medida de seguridad.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 493
Dicho anterior parece haberse agotado el análisis en puridad dogmáti
co, pero parece que en el presente caso, aún no le hemos dicho todo, en el
sentido de que la exención de pena, no tiene qu% ver ni con el Injusto ni con
la Culpabilidad del autor, tampoco ha de fundarse en un supuesto estado de
Inexigibilidad, no se trata de una circunstancia excepcional, que desencadene
defectos de motivación normativa. Se trata en realidad de una excusa907 basa
da en las condiciones particulares del actor, en cuanto a la relación de paren
tesco que lo une con la víctima. Son razones de política social, que prevalece
ante la obligación de someter a una pena a todo aquel que comete un hecho
punible (principio de legalidad)908. ~ "
En la doctrina nacional, Peña Cabrera, rechaza la denominación de la
Excusa Absolutoria y, siguiendo a Zaffaroni, se inclina por llamarlas como
"causas personales de exclusión de punibilidad". Señala que el término
absolutorio supone un acto procesal anterior, una resolución a favor del
procesado. El fallo que declara la inocencia del acusado y que da término
al proceso es absolutorio; de ahí, que en sentido estricto, la denominada
"excusa absolutoria" no sea tal, porque no absuelve, sino que Impide la pu-
nición909. El autor citado parte de una premisa correcta: de que sin duda la
«absolución», sólo puede obedecer al dictado de la resolución jurisdiccional
que emite el juzgador luego de culminado el juzgamiento, cuando no se
ha demostrado de forma convincente su responsabilidad penal en el pro-
ceso. Institución que tiene una connotación procesal, mas a mi entender,
los efectos jurídicos que se deriva de la Excusa Absolutoria o de la causa
personal de exclusión de punibilidad, que pueden ser también llamadas
«Causas supresoras legales de punición»910, son las mismas: prescindir de la
imposición de una pena, a quien comete el delito, siendo portador de la
relación de parentesco que se contiene en la norma. Máxime si la absolu-
ción del acusado, habiéndosele encontrado inocente, importa a su vez, la
imposibilidad del juez, de fijar un determinado monto dinerario por concepto
de Reparación Civil, de acuerdo a lo previsto en el artículo 92° del C.P.
Empero, la exención de pena, en el caso del artículo 208°, deja intacta la
responsabilidad civil; de tal manera, que la discusión es más terminológica
que sustantiva.
907 Asf, FONTÁN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 402; BAJO FERNÁNDEZ,
M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 44; BUSTOS RAMÍREZ, J.;
Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 191; NUNEZ, R.; Derecho Penal Ar-
gentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 550.
908 Vid., al respecto, GONZALEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (Vil), cit., ps. 763-
764.
909 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Vol. I, cit., ps. 602-603.
910 Asi, VIVES ANTÓN, T.S./ GONZALEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio y el Orden
Socioeconómico (I), cit., p. 390
494 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Según COBO VIVES, por una parte puede sostenerse que no excluyendo
ni el injusto penal ni tampoco la posibilidad de imputarlo al sujeto, no impiden
la presencia de un delito, sino, sólo excepcionalmente el castigo del mismo
cuando es cometido por una determinada persona911, circunstancias que de-
ben existir al momento de la realización típica. Son causales de exclusión
de pena que hace referencia a una determinada relación que debe subya-
cer entre el sujeto activo con el sujeto pasivo del delito, relación que per se
fundamenta políticb-criminalrnente el decaimiento de merecimiento de pena.
La selección de los hechos penalmente típicos no depende sólo de su daño-
sidad social, sino también que parezca necesaria y oportuna su conminación
penal912. En definitiva, las excusas legales absolutorias son circunstancias
personales que por estrictas razones de utilidad en relación a la protección
del bien jurídico excluyen la imposición de pena a un delito913.
Surgen pues, razones de oportunidad y de conveniencia, definidas en
criterios político-jurídicos, concordantes con el fin preventivo del Derecho
penal. El derecho punitivo, en tal mérito, realiza un proceso de exclusión ante
determinadas conductas típicas que son realizadas por un autor que deten-
ta ciertas cualidades, que exigen un tratamiento punitivo diferenciado. La
exclusión de punibilidad recae exclusivamente en determinadas personas,
que revelan ciertas particularidades que la ley estima como positiva, v.gr., la
exención de pena prevista en el art. 208° del Código penal914, es considerada
como una Excusa Absolutoria en sentido estricto, es una condición que debe
concurrir al momento de la comisión del Injusto penal (tempus comissi delic-
ti). Dicha condición está definida por una relación de parentesco, que concu-
rre entre el sujeto activo con el sujeto pasivo, por una especial y específica
911 COBO DEL ROSA/ VIVES ANTÓN; Derecho penal. Parte General...... cit., ps. 957 y ss.;
Cfr.; CUELLO CONTRERAS señala que se trata de causas de exclusión de la punibilidad
que presuponen la constatación del Injusto y la culpabilidad que, sólo posteriormente,
producen sus efectos excluyentes de la responsabilidad penal por las más diversas
razones de política criminal, que van desde el comportamiento posterior a los hechos
del autor de los mismos, caso del desistimiento de la tentativa, hasta circunstancias de
carácter personal basadas en las relaciones entre autor del delito y la víctima, caso del
encubrimiento y los delitos patrimoniales no violentos entre parientes...; El Derecho
Penal Español. Parte General, cit., p. 1172.
912 MIR PUIG, S.; Derecho pena!, Parte General, cit., p. 117.
913 BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal..., cit., p. 252.
914 Así, el artículo 489° del C.RCH, que libera de sanción penal a los parientes que en él
se enumeran y a los cónyuges -apunta GARRIDO MONTT-, por los hurtos, defraudacio-
nes y daños que recíprocamente se causen; el referido precepto los declara exentos
de responsabilidad penal por tales hechos, sin perjuicio de la responsabilidad civil que
puede afectarles, que se mantiene vigente. Esta causa libera únicamente al pariente
o cónyuge pero no asi a los "extraños en el delito"; Derecho Penal. Parte General, T.
II, cit., p. 327; Así, el artículo 185° del C.P. argentino.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 495
915 Así, SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 463; NUÑEZ, R.; Derecho
Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 551.
916 NÚÑEZ, R.C.; Manual de derecho penal; Citado por BUTELER, ER.; La punibilidad, cit., p.
642; Roxin, C; Política Criminal y Sistema del Derecho Penal, cit, p. 94.
917 Creus. C; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 614.
918 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 44; Ver,
VIVES ANTÓN, J.L./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio y el Orden So-
cioeconómico (I), cit., p. 389.
919 Así, VIVES ANTÓN, T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio..., cit., p.
390.
496 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
convicción de que el hecho deba ser sancionado punitivamente, por lo que
de cierta forma la legislación positiva superpone el interés general al interés
particular, que no siempre puede coincidir. Sin embargo, el artículo 208°, es
claro al sostener que los hechos delictivos que allí se detallan, no resultan
reprimibles, por lo que todo órgano jurisdiccional, se encuentra en la obliga-
ción de eximir de pena, a aquellos autores que se encuentren recogidos en
el articulado en cuestión.
Ahora bien, una cláusula de exoneración así concebida, sólo puede
tomar lugar en el marco de una determinada criminalidad, cuya sustantividad
no revele un injusto muy calificado. Se ha fijado la procedencia de la Ex-
cusa Absolutoria, sólo en el caso del hurto, apropiaciones, defraudaciones
y daños; injustos todos ellos, que atacan de forma singular el bien jurídico
patrimonio. Interés jurídico que si bien es importante en una sociedad demo-
crática, no lo es al nivel de otros bienes jurídicos como la vida, el cuerpo, la
salud, etc. En tal virtud, sería inimaginable que los Homicidios y/o lesiones
puedan quedar cubiertos por esta cláusula de exención de pena. Máxime,
la relación de parentesco entre la pareja criminal, ha incidido en una agrava-
ción de la respuesta punitiva, tal como es de verse en el delito de Parricidio.
Así, también en el caso de las Lesiones, cuando el autor es el padre, tutor u
otro responsable del impúber, recibe una sanción más drástica, de acuerdo
a lo normado en los artículos 121°-A y 122°-A. Por consiguiente, la exención
de pena, en la hipótesis del artículo 208°, se ajusta sólo a los delitos patri-
moniales que no lesionan bienes jurídicos personalísimos; de ahí que no se
hayan incluido ni al Robo ni a la Extorsión.
Sin duda, el Estado reconoce a la unidad familiar como célula básica
de la sociedad y a, fin de evitar su destrucción preservando su unidad, eli-
mina la posibilidad de imponer una pena, en el ámbito estricto de algunos
delitos patrimoniales. Dicho con otras palabras: razones de política social
se constituyen en auténticos candados de la efectiva plasmación del ¡us pu-
niendi.
Para otros autores, la fundamentación reposa en términos "normativis-
tas"; (...) en la ausencia de necesidad preventivo general de pena en cuanto
la no imposición de la pena no quebranta el sentimiento de confianza de la
comunidad en la vigencia de la norma920; no consideramos que la exención
de pena fortalezca la vigencia de la norma con respecto al resto de la socie-
dad, pues la colectividad -en muchas oportunidades- puede ver con malos
"ojos" que un individuo sea exento de pena, por el solo hecho de mantener
un vínculo de parentesco con la víctima; más aún, para algunos, dicha cir-
cunstancia, debiera merecer una mayor reprobación jurídico-penal. Carece
de verificación empírica, un argumento así concebido.
920 J.A., CHOCLAN MONTALVO/ A. CALDERÓN CEREZO; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 250.
TITULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 497
1.1. Figuras delictivas incluidas
921 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Vol. I, cit., p. 608.
498 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
bilidad, resultan también incluidos, a menos que haya recaído una sentencia
judicial declarando su Nulidad. Con respecto al matrimonio puede suceder
una circunstancia particular, en el sentido de que la Separación de hecho,
que ha tomado lugar entre los cónyuges, sin que se haya iniciado proceso
judicial alguno de divorcio, consecuencia inmediata es el quebrantamiento
del cohabito. Ante esta hipótesis, no debería operar la exención de pena,
pues el fundamento de la liberación de responsabilidad es la tutela de los
vínculos familiares922 y, éstos acá prácticamente ya están disueltos, si bien
no derecho, sí de hecho. El régimen esponsalicio esta fuera del alcance de
la norma.
Mediante el Concubinato, un varón y una mujer, libres de impedimento
legal, llevan una vida común, por lo menos de dos años continuos. Una unión
de hecho que inclusive da lugar a una sociedad de bienes que se sujeta al
régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuera aplicable.
Los ascendientes, son todos aquellos parientes que se identifican por
un tronco común, por vínculo consanguíneo, en línea recta, v.gr., padre, abue-
lo, bisabuelo, etc.; mientras que los descendientes, son todos aquellos que
proceden de un mismo tronco, en línea descendiente; v.gr., hijos, nietos, etc.
Ahora bien, en cuanto a los descendientes, la relación se basa en un vínculo
sanguíneo. Sin embargo, nuestra legislación positiva también reconoce a los
hijos adoptivos, donde la relación de parentesco se adquiere de forma legal,
adquiriendo aquellos la calidad de «hijo». Si bien, la norma en cuestión no
recoge de forma expresa al hijo adoptivo, no encontramos razones valederas
para proceder a su exclusión923, so pena de vulnerar el principio de igualdad
constitucional, con arreglo a una aplicación de analogía in bonam partem.
Los afines en línea rectaj serán aquellos parientes que se producen
como consecuencia del matrimonio, entre cada uno de los cónyuges con
las parientes consanguíneos dql otro; v.gr., los suegros, los yernos, nueros,
nueras. La afinidad en línea recta no acaba por disolución del matrimonio
que la produce.
Segundo, se comprende al «consorte viudo, respecto de las cosas de
la pertenencia de su difunto, cónyuge, mientras no hayan pasado a poder de
otros». El fallecimiento de uno de los cónyuges provoca indefectiblemente la
disolución del vínculo conyugal, dando por fenecida la sociedad de ganan-
ciales. En este caso, el cónyuge supérstite es heredero forzoso del causante,
según lo previsto en los artículos 816° y 822° del C.C., inclusive si el cau-
sante no ha dejado descendientes ni descendientes con derecho a heredar,
la herencia le corresponde por completo, así lo ha previsto el artículo 825°;
922 Así, BAJO FERNÁNDEZ, M.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 45; VIVES
ANTÓN, T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L; Delitos contra el Patrimonio..., cit., ps. 390-391.
923 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Vol. I, cit., p. 611.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 499
pero para determinar la propiedad de los bienes, previamente debe proce-
derse con la Sucesión Intestada, siempre que el causante no haya dejado un
Testamento. Se requiere también de un lnventaric*de bienes. La norma en
comento sólo menciona a que los bienes deben ser del difunto, es decir, aun
no puede haberse determinado la sucesión de los bienes, si esto fuese así
la viuda no podría cometer delito alguno y, segundo, se habla que la exen
ción ha de ser excluida, cuando los bienes hayan pasado a poder de otro,
se refiere a un poder fáctico, no necesariamente legal, no obstante, debe'
requerir también un reconocimiento jurídico; si el viudo se apodera de bienes
de un tercero que sólo los estaba custodiando en un lugar cercano a la casa,
no hay hurto, pero si éste los sustrae, del lugar donde elAlbacea los tiene
administrando, no podrá operar la eximente. Por "otros" debemos entender a
aquellas personas sin vinculación familiar en los grados establecidos; existir
esta relación, el autor estaría exento de responsabilidad penal por esta ra
zón924. La excusa es procedente, escribe CREUS, siendo indiferente que cuan
do se cometió el delito el agente se encontrará todavía en estado de viudez
o hubiese contraído ya nuevo matrimonio925. \-,
Finalmente se indican a los «hermanos, cuñados, siempre que vivan
juntos». Los hermanos son parientes en segundo grado por línea colateral,
mientras que los cuñados son parientes por afinidad. Dada la naturaleza del
vínculo, no tan fuerte que en el caso de los ascendientes y descendientes,
se exige que al momento de haberse cometido el delito, agresor y víctima sé
encuentren conviviendo bajo un mismo techo. No basta que, al momento del
hecho, se encuentren cohabitando accidentalmente926.
924 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Vol. I, cit., p. 613.
925 CREUS, C; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit., p. 615.
926 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 553.
927 Asi, FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 403; NUÑEZ, R.; Dere-
cho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit, p. 555.
500 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
928 Asi, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Vol. I, cit., p. 614.
929 SALINAS SICCHIA, R.; Delitos contra el Patrimonio, cit., p. 462.
928 Vid., al respecto, NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., ps. 554-
555.
930 Cfr., NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 556.
TÍTULO V: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 501
TÍTULO VI
DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA
BUENA FE EN LOS NEGOCIOS
*
CAPÍTULO I
ATENTADOS CONTRA EL SISTEMA CREDITICIO
1. CONCEPTOS PRELIMINARES
935 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 648.
936 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 657.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 509
940 GONZÁLEZ CUSSAC, J.J.; Las Insolvencias Punibles en las Sociedades Mercantiles, En:
Temas de Derecho Penal Económico. III Encuentro Hispano-ltaliano de Derecho Pe-
nal Económico. Coordinadores: TERRAOILLOS BASOCO, J.M. Y ALCALE SÁNCHEZ, M.; cit., p.
88.
941 Hasta antes de la modificatoria invocada, la doctrina nacional, en este caso BRAMONT
ARIAS, L.A. y BRAMONT-ARIAS TORRES, L.A., sostenían que el bien jurídico tutelado es la
protección de la buena fe contractual contra toda especie de fraude, distinto a la estafa
en su forma típica; Código Penal Anotado, cit., ps. 379-380.
942 BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 314.
943 Al respecto MUÑOZ CONDE, en cuanto a la legislación penal española se refiere, sos-
512 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
ello suponga desconocer, que éstos encierran en su seno interior derechos
subjetivos individuales. Lo dicho lleva a la inferencia, que la consumación de
los supuestos delictivos, puestos en relieve en el artículo 209°, no requieren
una efectiva causación de perjuicio de los créditos reconocidos a la masa
concursal, sino que resulta suficiente, que se efectúen los actos jurídicos que
se contienen en ios incisos en referencia944.
Entonces, en esta capitación toma lugar una doble perspectiva, en
cuanto al bien jurídico protegido: primero, de naturaleza supra-individual,
en lo que refiere al Sistema Crediticio per se, que puede verse en peligro,
con la ejecución de las conductas típicas de Insolvencia punible y, segundo,
un interés jurídico de estructura individual, de forma concreta las legítimas
acreencias de los acreedores, que pueden correr peligro de no ser sufraga-
das, cuando al agente realiza los comportamientos prohibidos en esta cap^.
tulación. En virtud de tal compromiso legal, el deudor viene a convertirse en'
una especie de gestor de negocios ajenos en el que los acreedores deposi-
tan su confianza (o, por lo menos, del que esperan que no se comporte frau-
dulentamente), sabiendo además, que, en caso de incumplimiento, podrán
satisfacer su créditos en su patrimonio945.
En la doctrina argentina, Creus es de la opinión que el Capítulo V
(Quebrados y otros deudores punibles), por medio de sus distintos delitos,
tiende a proteger la incolumidad del patrimonio como prenda común de los
acreedores, procurando que ellos puedan cobrar sus deudas, ejecutando los
bienes que lo componen, en igualdad de condiciones con los otros acree-
dores946. En tanto que para Nuñez, los distintos delitos que lesionan la pro-
piedad ajena mirada como el derecho que sobre el patrimonio de un deudor
declarado judicialmente en cesación de pagos, tiene la masa de sus acree-
dores para satisfacer sus créditos947.
Peña Cabrera, inclusive antes de la dación de la Ley N° 27146, avizo-
raba la postura reseñada por nosotros, con su propia rigurosidad sistemática
que nos tiene acostumbrados, al considerar que en los delitos de quiebra lo
948 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 687.
949 Vid., al respecto, BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit, p.
313.
950 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 221.
951 MUÑOZ CONDE, F.; Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 394.
952 MUÑOZ CONDE, F.; Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 398; Así, GONZÁLEZ RUS, J.J.;
Delitos contra el Patrimonio (Vil), cit., p. 726.
514 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1.3. Requisito de procedibilidad o condición objetiva de punibilidad
953 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 690.
954 Así, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Exégesis al nuevo Código Procesal Penal, cit., p.
183.
955 CREUS, analizando la legislación penal argentina, estima que la declaración de quiebra
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 515
es un elemento del tipo (no una condición objetiva de punibilidad), ya que las acciones
del autor son típicas en relación a una quiebra declarada, no a una simple cesación de
pagos; Derecho Penal. Parte Especial, T. I, cit, p. 571.
956 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 693.
957 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., p. 720; Asi, PEÑA CA-
BRERA FREYRE, A.R.; Exégesis del nuevo Código Procesal Penal, cit., p. 183.
516 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
dirigen entonces a penalizar conductas que sólo pueden cometer aquellos
que se encuentran revestidos de una condición especial. En el caso de las
figuras delictivas, que se ponen de relieve en esta capitación, son «delitos
especiales propios»958, en la medida que sólo pueden ser configurados por
quienes tienen la calidad jurídico-obligacional de «deudor», aquel que tiene
por cargas una serie de acreencias, donde los sujetos legitimados cuentan
con créditos reconocidos por parte de la autoridad administrativa (INDECO-
Pl). Naturaleza jurídico-penal que se acentuado con mayor énfasis, luego de
la modificación producida, por efectos de la Ley N° 27146, en la redacción
primigenia se hacia alusión al «comerciante declarado en quiebra», defini-
ción normativa que en definitiva no se adecuaba a las nuevas estructura-
ciones societarias y/o empresariales, que traen a la luz la asunción de una
serie de órganos de representación que se plasman a través de una serie
de órganos de gobierno de la persona jurídica así como de aquellos que
asumen funciones cuando la empresa es sometida a un proceso concursal.
Por consiguiente, la nueva composición típica, como se verá más adelante,
tiende a corregir las inmensas lagunas de impunidad que se advertían en la
tipificación originaria del delito de quiebra.
Ahora bien, parece que el legislador ha optado por una ampliación sig-
nificativa de la calidad de autor, que habría de deducirse directamente de la
redacción literal de la tipicidad penal, sin necesidad de acudir a la fórmula del
«actuar en nombre de otro», de conformidad con la cláusula legal prevista
en el artículo 27° del C.P., por lo que la imputación jurídico-penal a quienes
ostentan la calidad de «administrador o liquidador» habrá de operar de forma
directa, sin reparo alguno.
Si hablamos de delitos especiales propios, quiere decir esto, de forma
material, que sólo el deudor podrá ser responsable penalmente, únicamente
el intraneus; aspecto de importancia, ai momento de resolver una presunta
autoría mediata, cuando el hombre de atrás se sirve del hombre de adelante,
para la realización delictiva, en base al dominio de la voluntad como postula-
ba WELZEL; pero dicha fórmula sólo cabe aplicar en el caso de los delitos co-
munes, en el caso de los delitos especiales propios, la persona de adelante,
el «extraneus», el supuesto «instrumento», nunca podrá ser autor mediato,
pues en él no recaen las condiciones que exige el tipo penal para poder ser
considerado autor. Portales motivos, cabe negar de forma rayana, la posibi-
lidad de una autoría mediata desde afuera, cuando el sujeto no cualificado,
instrumentaliza al sujeto cualificado (intraneus) para la lesión y/o la.puesta en
peligro de un bien jurídico -merecedor de tutela penal-, de que un tercero se
aproveche de la ignorancia del sujeto deudor, para que ésta cometa cuales-
quiera de las conductas que se comprenden en el artículo 209° y siguientes.
A la inversa, cuando el sujeto cualificado, quien posee las cualidades exigidas
958 Así, MUÑOZ CONDE, R; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 402.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 517
959 GONZÁLEZ CUSSAC, J.J.; Las Insolvencias Punibles en las Sociedades Mercantiles, cit., p.
92.
960 Vid., al respecto, BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Espe-
cial, cit, ps. 221-222; Asi, GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (Vil), cit., p.
733.
518 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Aspecto que también debe destacarse, es que en la fórmula normativa
del artículo 209°, se ha incluido el término de «la persona que actúa a nom-
bre del deudor», lo que a primera vista habría de inferir que'la cláusula del
actuar a nombre de autor ha sido incluida de forma expresa en la tipicidad
penal, lo que en realidad era innecesario, en vista de que el contenido que
se contrae del artículo 27° del C.P., llega a la misma conclusión; mas se ex-
tiende la punibilidad a personas que no asumen órganos de representación
alguna en la persona jurídica. En palabras de GARCIA CAVERO, en el delito
de atentado contra el sistema crediticio se considera autor no sólo al deu-
dor incurso en un procedimiento concursal, sino también al que actúa en su
nombre, administrador o liquidador. Como puede verse, se amplía el círculo
del actuar en lugar de otro no sólo a personas que no necesariamente po-
seen una relación de representación, sino que admite incluso la posibilidad
de un actuar en lugar de otro'entre particulares 961. Si bien esta extensión de
punibilidad puede alzar reparos de orden sistemático, es decir, en puridad
dogmáticos, no es menos cierto que la amplitud que se propone en la redac-
ción normativa, en cuando a la responsabilidad penal a título de autor, viene
a colmar ciertos vacíos que se desprenden de la propia fórmula del actuar
en nombre de otro, según su contenido, que se revela en el artículo 27°, en
tal virtud no resulta nada desdeñable desde una visión político criminal, de
cerrar los espacios de impunidad de quienes se escudan en ciertos formalis-
mos legales, para eludir su responsabilidad.
Al margen de lo dicho, aún no damos respuesta al interrogante plan-
teado en líneas anteriores, si es que era necesario o no la inclusión de la
persona que actúa a nombre del deudor, que no significa actuar en su repre-
sentación.
En la doctrina, hispana, se ha entendido que la expresión «actúe en
su nombre», no es en realidad superflua, en lo que refiere a la represión de
quienes actúan a nombre de la persona jurídica, puesto que se trataría de
castigar al deudor- o al administrador en los casos del artículo 31- cuando se
valga de un extraneus para ocasionar la insolvencia o agravarla sin aparecer
él como autor de la misma962; cuando el intraneus, emplea a un tercero no
calificado, a efectos de que éste a su nombre ejecute algunos de los compor-
tamientos que se ajustan a los términos de tipicidad penal. Estaríamos ante
un caso de Inducción, puesto que el sujeto obligado, el deudor, determina a
un tercero que actúa de forma dolosa, para enajenar sus bienes o disponer-
961 GARCIA CAVERO, R; El actuar en lugar de otro en el Derecho Penal Peruano, cit., p.
109.
962 NIETO MARTÍN; Las insolvencias punibles en el nuevo Código penal; Citado por GON-
ZÁLEZ CUSSAC, J.J.; Las insolvencias punibles en las Sociedades Mercantiles, cit., p.
100.
TÍTULO VI: DEUTOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 519
963 GONZÁLEZ CUSSAC, J.J.; Las insolvencias punibles en las Sociedades Mercantiles, cit., p.
101.
964 As(, GONZÁLEZ CUSSAC, J.J.; Las insolvencias punibles en las Sociedades Mercantiles, cit., p.
104; PENA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, cit., ps. 250-253.
DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1. TIPICIDAD'OBJETIVA
No puede ser cualquier persona, pues deberá ser un acreedor, cuyo cré-
dito haya sido reconocido por la autoridad concursal; puede tratarse de una
persona natural o de una persona jurídica. Víctimas pueden ser también los
trabajadores, cuyos créditos laborales pueden verse burlados, cuando el agente
realiza alguna de las modalidades típicas que se contraen del artículo 209°.
1.3. Modalidades típicas
Previamente al análisis de las diversas formas de relevancia típica,
hemos de anotar ciertos conceptos fundamentales, para comprender de for-
ma correcta la forma de cómo se perpetran estos injustos típicos. Lo dicho
en el sentido de que los tipos legales que se han tipificado en este capítulo,
responden a la categoría de «normas penales en blanco».
Primero resulta importante definir el estado jurídico-comercial de
«insolvencia»; se podría decir, en principio, que se trata de una situación
económica-financiera de crisis, por la cual atraviesa la empresa, que no le
permite asumir sus obligaciones frente a sus acreedores. La insolvencia se
relaciona con el incumplimiento de pago de las obligaciones, sin embargo
para que pueda declararse la insolvencia debe encontrarse el sujeto en una
situación constante y significativa para acreditar una inconducta en el pago
de sus obligaciones. En términos reales, la insolvencia responde no sólo al
incumplimiento sino al incumplimiento permanente en el pago de obligacio-
nes, señala MONTOYA MANFREDI966.
En definitiva, la insolvencia se produce cuando el patrimonio del deu-
dor resulta insuficiente para satisfacer las obligaciones contraídas. En la
práctica ello se pondrá generalmente de manifiesto en que dejan de pagarse
de manera sistemática las deudas pendientes967.
Para otro sector doctrinal, la insolvencia como situación fáctica debe
ser entendida como un estado de desequilibrio patrimonial entre los valores
realizables y las prestaciones exigibles, de modo que el acreedor no en-
cuentra medios a su alcance para satisfacer su crédito en el patrimonio del
deudor968.
973 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 450.
974 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 700.
975 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 699.
976 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 447.
526 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
977 Articulo 24° de la Ley N° 27146; articulo 42° de la Ley N" 27809.
978 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 701.
979 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V, cit., p. 451.
980 GONZÁLEZ RUS, J. J.; Delitos contra el Patrimonio (Vil), cit., p. 742.
528 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
voluntades criminales, de que se advierta un pacto previo entre el deudor y
los acreedores, para ejecutar los actos de disposición patrimonial. Siendo
así, el acreedor sería en realidad un cómplice primario, pues s« participación
fue fundamental o dígase imprescindible para que el autor (deudor), logre a
cabalidad la realización típica, que según lo previsto en el artículo 25° del
C.P.., recibe la misma pena que el autor. Parece que la intención del legisla-
dor es de que la sanción punitiva que haya de recaer sobre el acreedor, lleve
indefectiblemente la misma magnitud de la pena que se impone al autor,
pues es sabido que la regulación contemplada en el artículo 25° del C.P., no
es cortapisa para que el juzgador pueda fijar una pena al cómplice primario
por debajo a la del autor, con arreglo a los principios de culpabilidad y de
proporcionalidad.
La imputación jurídico penal que ha de erigirse en el caso del «acree-
dor», puede resolverse según las fórmulas dogmáticas que se apuntalaron
en los aspectos preliminares de la capitulación en análisis. No sólo podrá
atribuirse responsabilidad penal al acreedor de forma directa sino también al
tercero que actúa a su nombre.
Renglón más abajo se establece normativamente ciertas condiciones,
para que la modalidad típica en análisis sea objeto de punición, concreta-
mente cuando la Junta de Acreedores hubiere aprobado la reprogramación
de obligaciones en un procedimiento de insolvencia, procedimiento simplifi-
cado, concurso preventivo, procedimiento transitorio u otro procedimiento de
reprogramación de obligaciones cualesquiera fuera su denominación, según
el caso o, el convenio de liquidación o convenio concursal, las conductas tipi-
ficadas en el inciso 3) sólo serán sancionadas si contravienen dicha reprogra-
mación o convenio. En efecto, la Junta de Acreedores, según las facultades
que le confiere la Ley, ha de acordar la reprogramación de obligaciones, esto
es, el calendario de pago de los créditos previamente reconocidos, según el
orden fijado para ello; entonces, la conducta del agente sólo será reprimible
penalmente si es que se infringe dicho orden, según lo plasmado en la repro-
gramación y/o convenio, debiéndose añadir que debe concurrir el dolo en el
autor y, si se pretende atribuir responsabilidad penal a los acreedores, ha de
verificarse el concierto de voluntades criminales.
Asimismo, si fuera el caso de una liquidación declarada por la Comi-
sión, conforme a lo señalado en la ley de la materia, las conductas tipificadas
en el inciso 3) sólo serán sancionadas si contravienen el desarrollo de dicha
liquidación. La Ley de la materia regula un proceso de liquidación, que de-
berá llevar a cabo la Comisión Liquidadora, cuya función más importante es
la referida al orden de los pago de los créditos reconocidos; en tal virtud, el
liquidador estará incurso en este supuesto delictivo, cuando realiza un acto
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 529
MODALIDAD CULPOSA
Artículo 210.- aSi el agente realiza por culpa, alguna de las conductas
descritas en el Artículo 209, los límites máximo y mínimo de las penas
privativas de libertad e inhabilitación se reducirán en una mitad".
981 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, cit., p. 457.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 533
1. TIPICIDAD OBJETIVA
Víctimas del injusto in examine, serán todos aquellos que cuentan con
un título legítimo, de exigir el cobro de una obligación contraída por el sujeto
activo, que ven frustradas sus legítimas expectativas crediticias, cuando se
suspende la exigibilidad de sus acreencias.
1. ASPECTOS PRELIMINARES
La capitulación en estudio ha sido objeto de una profunda modifica-
ción, producto de los avatares legislativos, de adecuar normativamente estos
injustos penales a la normatividad concursal, hasta el punto de incluir de
forma expresa una institución netamente procesal, pues es de recibo que la
rebaja sustancial de pena que pueda recibir un imputado como consecuen-
cia de actos positivos de colaboración, mediando entrega valiosa de infor-
mación, para con la persecución penal es denominada en la doctrina como
«Colaboración Eficaz», de tal modo que no consideramos acertado en que
un articulo del Código Penal se haga alusión a un mecanismos que respon-
de a una naturaleza práctica, que no se corresponde con la estructuración
sistemática que debe cautelar toda codificación punitiva, pero bueno aquello
es ya una costumbre de la técnica legislativa que muestra el Parlamento en
las reformas penales que se han ido sucediendo años atrás.
Hasta antes de la dación de la Octava Disposición Final de la Ley N°
27146, publicada el 24 de junio de 1999, la conducta típica que se describía
en el artículo 212° del C.P., respondía al nombre de «Quiebra de deudor no
comerciante» en su redacción original.
Entonces, aquellas ventajas sustantivas que puede obtener el impu-
tado, en cuanto a la graduación de la sanción punitiva, que se tramitan en
un procedimiento especial, cuando aquél provee de información útil, impres-
cindible y valiosa a la fiscalía, a efectos de alcanzar objetivos estrictamente
político criminales, se adscriben en corriente llamada «Derecho penal pre-
mial», que hunde sus raíces en la forma de cómo el Estado enfrenta crimi-
nalidades per se complejas, que no pueden ser combatidas, con los méto-
dos tradicionales y/o convencionales que caracterizan a cualquier Estado
de Derecho. Estrategias de política criminal que fueron implementadas en
algunas Naciones de Europa Continental a fin de poner freno a las mafias
de narcotraficantes y a las organizaciones subversivas, luego importadas
por efectos del Derecho anglosajón al hemisferio Sudamericano. La figura
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 537
982 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., p. 730.
983 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., p. 729.
984 Ver más al respecto, PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit.,
ps. 733-735.
538 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
democrático de derecho, de que los delitos sean sancionados en estricta
correspondencia con los elementos que de forma conjunta han de sostener
la imputación delictiva. De forma concreta, no encontramos acertado que
delitos como los comprendidos en esta capitulación sean objeto del proce-
dimiento de Colaboración Eficaz, al reflejar un contenido del injusto típico
mínimamente grave.
985 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., p. 731.
985 Se podrá evitar la continuidad del delito, cuando ya siendo infringida la norma por vez
primera, el colaborador otorga ciertos datos de cómo el autor opera y así evitar que
vuelva a contravenir la prohibición normativa. Por su parte, evitar la consumación del
delito, supone que el hecho punible no puede haberse desarrollado en su perfección,
v.gr., elaborado un documento falsario, el colaborador permite descubrir dicha natura-
leza y, asi impide que el agente lo pueda incluir en los libros contables de la empresa.
540 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
sobre asociaciones delictivas que usualmente cometen este clase de delitos,
pues el colaborador debe «delatar» a otros presuntos sospechosos, cuya
información la ha recogido precisamente por formar parte cíe la banda de-
lictiva. En el caso de un solo agente, que ha cometido de forma individual el
delito, difícilmente podrá acogerse a este procedimiento, al carecer de datos
que puedan involucrar a otro individuo. Parece ser que la ratio de la norma de
dirige en dicha dirección; no obstante, el partícipe que por ejemplo, ha inter-
venido en la realización delictiva, permitiendo el ocultamiento de los bienes
en un determinado lugar, sí estará en posición de informar sobre el paradero
de los bienes -objeto material del delito-, para que puedan ser restituidos al
patrimonio del deudor.
Si son varios coautores, únicamente podrá ser beneficiado aquel que
de forma primera se acerque al Ministerio Público y brinde la información
eficaz, por lo que el otro coautor, no le quedará otra que someterse a la in-
vestigación y luego al proceso penal. Finalmente, dos sujetos que detentan
un mismo nivel de responsabilidad penal, recibirán una sanción punitiva en
suma diversa, lo que no es compatible con una Justicia material sujeta al
Estado de Derecho, que debe tratar a todos por igual. Lo que se esta promo-
viendo en todo caso es la delación, propiciando al disociación delictiva; que a
nuestro entender, sólo debería estar circunscrito al caso de las organizacio-
nes delictivas y no a la delincuencia ordinaria, a la larga lo propuesto en esta
norma genera una abierta contravención a los principios elementales de un
Derecho penal democrático. ,
Finalmente se dispone que la pena del autor se reducirá en dos tercios
respecto del máximo legal y el partícipe quedará exento de pena si, durante
la investigación a cargo del Ministerio Público o en el desarrollo del proceso
penal en el que estuvieran incursos, restituye voluntariamente los bienes
o entrega una suma equivalente a su valor, los mismos que serán destina-
dos al pago de sus obligaciones según la ley de la materia. La reducción o
exención de pena sólo se aplicará a quien o quienes realicen la restitución o
entrega del valor señalado.
En este último apartado del artículo 212° del C.P., se regula una res-
puesta penal en realidad mitigada, que se concede a partir de un criterio es-
trictamente «patrimonialista», en el sentido de que el premio (pena atenuada
y/o exención de sanción), ha de tomar lugar sólo cuando el imputado devuelve
voluntariamente los bienes o entrega una suma equivalente a su valor, que ni
siquiera debe ir aparejada con la entrega de una información eficaz. La resti-
tución del bien o el pago de su valor constituye el contenido de la Reparación
Civil, que el juzgador determina conjuntamente con la pena en el marco de la
resolución de condena, según lo establecido en el artículo 93° del C.P.; en tal
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 541
Art. 213.- aEn los delitos previstos en este Capítulo sólo se proceder A por
acción privada, ante el Ministerio Público. El Instituto Nacional de De-
fensa de la Competencia y Protección de la Propiedad Intelectual (INDE-
COPI), a través de sus órganos correspondientes, podrá denunciar el hecho
en defecto del ejercicio de la acción privada y en todo caso podrá intervenir
como parte interesada en el proceso penal que se instaure".
1. GENERALIDADES
La acción penal, (...), deviene en un poder-deber de quien asume la
función requirente, como organismo público legitimado que formula la pre-
tensión penal (denuncia) en representación de la sociedad, reclamando ante
la jurisdicción la imposición de una sanción punitiva al imputado987. Dicha
delegación tiene que ver con un doble baremo a saber: primero, en corres-
pondencia con la naturaleza social de los bienes jurídicos que son objeto de
lesión como consecuencia de la conducta criminal y, segundo, conforme a
la función tutelar del interés público que la Ley Fundamental le confiere al
representante del Ministerio Público.
Según lo anotado, al persecutor público se le atribuye la persecución
de aquellos delitos perseguibles por acción «penal pública», con arreglo a
los principios de legalidad procesal, oficialidad y obligatoriedad en el ejer-
cicio de la acción penal, por lo que ni bien toma conocimiento de la noticia
criminal, tiene el ineludible e indeclinable deber de iniciar una investigación
y, si de ella, se desprenden suficientes indicios de criminalidad, formalizar
denuncia penal ante el órgano jurisdiccional competente, asumiendo la pre-
tensión punitiva ante el juzgador.
La gran mayoría de los ilícitos penales que se han compaginado en
nuestro texto punitivo, son objeto de acción penal pública, sólo algunos deli-
tos, como los que atentan contra el Honor y la Intimidad son materia de per-
secución penal «privada», esto es, a instancia del ofendido, quien de forma
directa acudirá al órgano judicante, denunciando el hecho punible de que ha
sido víctima. Bajo dicha premisa, surgen los bienes jurídicos -en principio
disponibles por su titular-, es decir, todos aquellos en los cuales el titular, es
el único que podrá determinar, si realmente se ha producido una lesión o una
puesta en peligro como una magnitud de daño que amerite ser considerado
como estado de perturbación social988.
987 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., p. 67.
988 PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Manual de Derecho Procesal Penal, cit., p. 72.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 543
1. COMENTARIO
Siguiendo las pautas reseñadas en los artículos precedentes, hemos
de analizar el tipo penal contenido en el artículo 213°-A, que fuese incorpora-
do por efectos de la sanción del Decreto Legislativo N° 861 - Ley de Mercado
de Valores (según la 12 Disposición Transitoria), que según lo dispuesto
en su artículo 1o tiene por finalidad promover el desarrollo ordenado y la
transparencia del mercado de valores, así como la adecuada protección del
inversionista. Quedan comprendidas en la dicha ley las ofertas públicas de
valores mobiliarios y sus emisores, los valores de oferta pública, los agentes
de intermediación, las bolsas de valores, las instituciones de compensación
y liquidación de valores, las sociedades titulizadoras, los fondos mutuos de
inversión en valores, los fondos de inversión y, en general, los demás parti-
cipantes en el mercado de valores, así como el organismo de supervisión y
control. Salvo mención expresa en contrario, sus disposiciones no alcanzan
a las ofertas privadas de valores.
Entonces, la ley anotada, se orienta a regular el mercado de valores,
cautelando los legítimos derechos de los inversionistas, que sus operaciones
sean efectuadas con total transparencia y publicidad (oferta pública de accio-
nes), en el marco de una actuación leal y sobre todo legal de sus agentes;
comprendiendo en su seno una serie de títulos bursátiles (mercantiles) que
puedan tomar lugar a partir de la inclusión de una serie de conceptos, cuya
normación ha de repercutir en el resto de parcelas del orden jurídico, en el
caso que nos amerita la atención, del Derecho penal.
Por lo antes dicho, resulta factible anotar que la descripción típica en
análisis se aleja de la contenido material de los injustos que hemos tenido
de oportunidad de examinar -en páginas precedentes-, es que no se trata
propiamente de sancionar aquellos comportamientos prohibidos, que tien-
dan a poner en peligro las legítimas expectativas de la masa concursal, de
que sus créditos estén debidamente garantizados, sino que en este caso
ha de advertirse una forma particular de quebrantar la lealtad que el admi-
nistrador de estos patrimonios (fideicometidos), debe guardar conforme a
TITULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 545
Sujeto activo
991 Ruiz RODRÍGUEZ, L.R.; Protección Penal del Mercado de Valores, cit., p. 68.
992 De conformidad con el artículo 302°, la Sociedad Titulizadora es la sociedad anónima
de duración indefinida cuyo objeto exclusivo es desempeñar la función de judiciario en
procesos de titulización, pudiendo además dedicarse a la adquisición de activos con
la finalidad de constituir patrimonios fideicometidos que respalden ia emisión de valo-
res. Excepcionalmente, la Sociedad Titulizadora podrá efectuar las demás actividades
que le autorice CONASEV.
993 Sus obligaciones especiales según el artículo 306°, es mantener los activos fideico-
metidos separados de los que integren su patrimonio y de los que corresponden a
otros patrimonios fideicometidos.
994 Se da la posibilidad, cuando las circunstancias lo requieran, que la sociedad tituliza-
dora designe a una comisión administradora a cuyas decisiones se somete el factor fi-
duciario; siendo la sociedad titulizadora solidariamente responsable con los miembros
de la comisión administradora por los actos que se practiquen en ejecución de sus
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 547
CAPÍTULO
II USURA
USURA
Art. 214.- aEl que, con el fin de obtener una- ventaja patrimonial, para
sí o para otro, en la concesión de un crédito o en su otorgamiento, renova-
ción, descuento o prórroga del plazo de pago, obliga o hace prometer pagar
un interés superior al límite fijado por la ley, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años y con veinte
a treinta días-multa.
Si el agraviado es persona incapaz o se halla en estado de necesidad, la pena
privativa de libertad será no menor de dos ni mayor de cuatro años33.
1000 BAJO FERNANDEZ, M. y otro; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 460.
1001 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 326.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 553
1002 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 461.
554 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1003 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 758.
1004 Así, FONTAN BALESTRA, C; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 554; CREUS, C; Dere-
cho Penal. Parte Especial,'!. I, cit., p. 565.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 555
1005 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 463.
1006 Así, BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 328.
1007 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 464.
1008 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 760.
1009 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 328.
556 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
A nuestro parecer, si bien el bien jurídico descansa bajo una orienta-
ción en si patrimonialista, no es menos cierto que la lege lata no siempre se
condice con el orden sistemático que ha de caracterizar todo cuerpo de nor-
mas y, en este caso, siguiendo con rigor el principio de lesividad, hemos de
concluir que la redacción normativa del tipo penal de Usura no ie correspon-
de de forma real con lo que Iegalmente aspira a protegerse, puesto que son
objeto de intervención punitiva comportamientos que revelan un ambiente de
plena libertad por parte de los contratantes, por tanto deberían ser ajenos al
radio de acción de las normas jurídico-penales, por ende al descenderse a
un nivel que debe reservarse a otras ramas del orden jurídico, la tutela de los
más débiles del mercado crediticio, el Derecho penal esta asumiendo unas
funciones que no le corresponde, si con ello se pretende desconocer el con-
tenido ético-social que se encubre de forma inútil con esta incriminación.
¿Cómo hemos de entender a la conducta «usurera»? como aquel mu-
tuo dinerario que por una parte suscribe el denominado prestamista, como
titular del dinero que entrega al deudor, a cambio de que éste último no solo
le pague el importe del capital, según los cuotas convenidas consensual-
mente, sino también un margen porcentual de interés que ha de fijarse por
encima de los límites legales, es decir, un monto en realidad excesivo -del
promedio del mercado-, destinado a la obtención de una ventaja patrimonial.
Empero, para poder construir una definición acorde a la esencia del Derecho
penal, debemos agregar una cuota de disvalor de la acción, que ha de co-
rresponderse con el aprovechamiento, el abuso del usurero, en cuanto a la
situación de necesidad apremiante que padece el prestatario, al no quedarle
más opción que aceptar las condiciones impuestas por el agente.
Como se dijo antes, de acorde a las disposiciones del C.C., préstamo
usurario sería aquel que pacta intereses por encima al interés legal fijado por
el Banco Central de Reserva del Perú y, a partir de aquí identificar los ele-
mentos objetivos que se contienen en el marco de la tipicidad penal1010, pues
de no ser así estaríamos Construyendo una usura estrictamente «objetiva».
Préstamo usurario a efectos del delito de usura es aquel en el que
se pacta un interés notablemente superior al normal del dinero y mani-
fiestamente desproporcionado con las circunstancia del caso, impuesto al
prestatario a causa de una situación angustiosa, de su inexperiencia o de
lo limitado de sus facultades mentales1011.
El delito de usura viene condicionado por la exigencia del ilícito civil,
y a la cual se agrega !a temeridad de la conducta que imprime el carácter
coactivo para obligar a prometer pagar un interés notablemente superior al
1010 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., ll-B, cit., p. 764.
1011 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 464.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 557
límite fijado por la tasa legal 1012. Será en definitiva el mercado crediticio, con-
cretamente sus condiciones inherentes, que propiciaran la aparición de las
conductas usureras. Siempre en una sociedad habrá personas que nece-
siten la obtención de un determinado capital, para tales efectos surgen los
prestamistas; pero nos preguntamos ¿Qué provoca la presencia del presta-
mista usurero? Diríamos que ciertos ciudadanos, por no tener una solvencia
económica suficiente o no poseer bienes para que sean puestos en garantía,
no pueden acceder al crédito formal, es decir, al sistema bancario y/o finan-
ciero, por que no le queda otra alternativa que acudir a los prestamistas
informales, quienes aprovechando dicha situación, exigen el pago de intere-
ses leoninos (usureros). Ño obstante, el derecho positivo vigente permite a
las entidades bancarias y financieras que puedan pactar en los préstamos
intereses superiores a ios previstos por Ley, lo que desencadena un doble
baremo a saber: primero!', una usura penalizada, por quienes informalmente
conceden préstamos y, segundo una usura legalizada, cuando el prestamista
es un Banco o una Financiera, que es objeto de regulación por parte de la
Superintendencia de Banca y Seguros.
3. TIPICIDAD OBJETIVA
1012 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 767.
558 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
intereses por encima del límite permitido por la Ley, Para tales efectos sería
el autor inmediato un inculpable o una persona que actúa sin dolo, lo cual
de cierta forma resulta de difícil concreción, que alguien vaya a alegar que
no sabía que los intereses que estaba pactando eran prohibidas. No puede
aceptarse que un menor de edad o un privado de discernimiento pueda sus-
cribir contratos de mutuo, para aquello se requiere capacidad de goce y de
ejercicio, por lo que los negocios jurídicos estarían viciados con sanción de
nulidad.
Con mayor corrección, hemos de advertir una inducción, cuando el
hombre de atrás, determina psicológicamente al hombre de adelante, provo-
cándole el dolo de usura; siendo irrelevante que la persona del autor sea un
autor proclive a cometer esta clase de conductas, es decir, un habitual.
Puede ser cualquier persona, pero de todos modos para ser víctima
de esta infracción delictiva, se requiere que ésta haya asumido un crédito, un
préstamo en la calidad de deudor, por el cual se obligue a pagar no sólo el
capital prestado, sino también por añadidura el pago de intereses por encima
del límite fijado por la Ley.
Hemos de considerar que todos aquellos que carecen de discernimien-
to, los «inimputables» carecen de una capacidad psico-motriz suficiente, para
poder válidamente suscribir contratos de mutuo, con arreglo a lo dispuesto
en el artículo 43° del C.C., concordante con el artículo 219° (in fine)1013, por lo
que su participación en dichos contratos esta sancionado con Nulidad; sin
embargo, el legislador los ha incluido, tratándose de la circunstancia agra-
vante, tal vez en la necesidad de penalizar una situación que puede¡darse en
la realidad fáctica. Así también ocurre en el caso de los impúberes.1
La tipicidad objetiva en cuestión ofrece una particularidad que la reviste
de una determinada sustantivad, al tratarse de un delito de «participación
necesaria», pues la realización delictiva importa una contribución fáctica de
la víctima, cuya ausencia hace imposible su consumación. Se trata de una
visión criminológica, que advierte el interés por valorar la conducta del agra-
viados, muchas veces de importancia para delimitar los ámbitos de respon-
sabilidad (auto-puesta en peligro). Las peculiares características que pre-
senta la víctima (apremiada de una necesidad económica), es el factor que
precisamente es aprovechado por el autor, para poder concertar un préstamo
bajo la aplicación de intereses por encima del límite establecido por la Ley
y, ello debe ser lo que sustente la represión punitiva. En palabras de CREUS,
1013 La excepción constituye lo dispuesto en el artículo 1358" del C.C., en cuanto a los
contratos relacionados con los gastos de la vida diaria.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 559
1018 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 467.
1019 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal...,II-B, cit., p. 769.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 561
1020 PEÑA CABRERA, R.; Tratado da Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 767.
1021 BACA CABRERA, D. y otros; Jurisprudencia Penal..., T. II, cit., p. 399.
562 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
tear una necesidad elemental para el sujeto; v.gr., pagar una operación mé-
dica a la cual debe ser sometida de urgencia su esposa, para poder salvarle
la vida o para sufragar las gastos escolares de matiícula, de no ser así el hijo
perdería el año escolar, etc. Esto excluye del amparo legal a los préstamos
u otras obligaciones usurarias contraídas por empresas o negocios en que
los hombres de iniciativa suelen hallar amplio campo para la creación de
riqueza, siempre que cuenten con los capitales necesarios -aunque tengan
que retribuirlos con intereses altos-, pues en estos casos no juega para nada
el citado concepto de apremio económico en que consiste la necesidad1030.
Así tampoco, para costear actividades banales o dígase superficiales, v.gr.,
una operación de cirugía plástica, la adquisición de un vehículo del año (tal
vez distinto la necesidad de comprar un carro de segunda, para trabajarlo
como taxi), la compra de una mascota, etc. En la siguiente ejecutoria - Exp.
Nq( 7061-97-B, se pone de relieve lo siguiente: "El artículo 214 que tipifica el
delito de crédito usurario señala como agravante del mismo el hecho objetivo
que el agente obligue o haga prometer al sujeto pasivo el pago de intereses
leoninos, abusando de que éste es incapaz o que se halla en un estado de
necesidad. Entendiéndose que este estado debe ser extremo, además de
actual e inmediato, circunstancias que motivan al agraviado a que se vea
forzado a aceptar el pago de intereses superiores a los permitidos por ley; en
el presente caso al no existiría necesidad extrema por parte del agraviado,
ello hace que la conducta del procesado no se adecué a la agravante del
delito de usura"™3\
No se requiere, de que el agente haya sido quien propició el estado de
necesidad de la víctima; el sujeto pasivo se presenta ante el usurero, carac-
terizado por el estado de necesidad.
La necesidad puede ser propia o de un tercero a quien el sujeto pasivo
trata de solventar su situación1032.
El estado de necesidad económica no debe entenderse como de ex-
trema necesidad, ni siquiera indigencia o pobreza, sino como el malestar en
que se encuentra la víctima1033. Tampoco que dicho estado este generando
un riesgo de lesión para bienes jurídicos fundamentales del ofendido o de
persona cercana a él.
CAPÍTULO III
LIBRAMIENTOS Y COBROS INDEBIDOS
1. FUNDAMENTO DE INCRIMINACIÓN
La confianza y la buena fe en los negocios po sólo puede verse que-
brantada, cuando se ejecuten los actos típicos que atenían al Sistema Cre-
diticio, cuando el agente alza sus bienes en el marco de un procedimiento
concursal o ante aquella conducta que se encamina a obtener un provecho
económico pactando en los créditos, intereses por encima a los permitidos
por Ley (Usura), puesto que también es objeto de reproche jurídico-penal,
aquel comportamiento que atenta contra la credibilidad de los títulos va-
lores que se emplean para satisfacer las obligaciones crediticias y otras
operaciones mercantiles, esto es, «el cheque» como medio de pago.
El auge del comercio y la industria, alcanzando magnitudes importan-
tes, a comienzo del siglo XX, habiendo propiciado una incesante actividad
económica entre los agentes, de alcance internacional en algunos casos,
determinó la aparición de medios de pago ajenos a la moneda con curso
legal, esto es, el dinero conteniendo diversqs valores monetarios, por otros
mecanismos de intercambio comercial y/o fiduciario, de forma concreta los
«títulos valores». Los títulos valores constituyen intrínsecamente bienes
muebles inmateriales, cuya acción cambiaría le permite a su titular, hacerse
de un determinado patrimonio.
El documento -en cierta medida, el papel- que contiene o representa
derechos patrimoniales (o sea créditos, valores en dinero o en mercancías)
y que los prueba, reúne las características de título valorado, siempre que
este destinado a la circulación y reúna los requisitos de ley, salvo el vale a
la orden y el pagaré donde se establece claramente el origen de la obliga-
ción1034. La nueva Ley de Títulos Valores - Ley N° 27287, dispone que los
valores materializados que representen o incorporen derechos patrimoniales
tendrán la calidad y los efectos de Título Valor, cuando estén destinados a la
circulación, siempre que reúnan los requisitos formales esenciales que, por
imperio de la ley, les corresponda según su naturaleza. Las cláusulas que
restrinjan o limiten su circulación o el hecho de no haber circulado no afectan
su calidad de título valor.
Los títulos valores, entonces, importan especiales mecanismos de
pago, incorporando un valor patrimonial determinado, que pueden ser libre-
mente comercializados, sea al portador o nominativas.
Ahora bien, la pregunta sería la siguiente ¿Cuál ha de ser el rol, o
mejor dicho la función que ha de desempeñar el Derecho penal en el ámbito
estricto del comercio y los negocios crediticios, sin que ello ha de significar
1035 BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 330; Ver al res-
pecto, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. IV, cit., p. 445.
1035 CUELLO CALÓN, E.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 1006.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 569
1037 BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 535.
1038 GONZÁLEZ RUS, J.J.; Delitos contra el Patrimonio (V), cit., p. 680; Vid., al respecto, VIVES
ANTÓN.T.S./ GONZÁLEZ CUSSAC, J.L.; Delitos contra el Patrimonio y el Orden Socioeco-
nómico (Vil), cit., p. 496; PÉREZ MANZANO, M.; Las Defraudaciones (I). Las Estafas, cit.,
p. 466.
1039 MESTRE DELGADO, E.; Delitos contra el Patrimonio y el Orden Socioeconómico, cit., p.
268.
570 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
2. BIEN JURÍDICO
El legislador ubico la figura del Libramiento Indebido, en la capitulación
de aquellos delitos que atenían contra la «Confianza y la buena fe en los ne-
gocios», descartándose por tanto, que sea el patrimonio el objeto de tutela.
Debemos cotejar, entonces la nomenclatura mencionada, con las conductas
que sé persiguen criminalizar, de acuerdo al ámbito de protección de la nor-
ma, lo cual nos conduce a la afirmación de que el bien jurídico es el Siste-
ma de pagos en el mercado económico1043, que toma lugar con el empleo
específico del cheque como titulo valor, afectándose la confiabilidad de los
agentes hacia dicho mecanismo de valor.
Conforme a lo expuesto, se advierte una sobreprotección injustificada,
hacia los medios de pago, a través del Derecho penal, incidiendo en zonas
de penalización, que abarcan planos pertenecientes al Derecho privado.
Si se pretende una mayor protección en la seguridad del cheque
-como medio de pago-, apunta otro sector, la seguridad del tráfico mercantil
sería el bien jurídico protegido; anotándose también que el caso de la abs-
tención en el ejercicio de la acción penal, que toma lugar en nuestro derecho
positivo vigente, importaría el reconocimiento del patrimonio individual1044. Lo
cual es discutible, al tomar en cuenta la naturaleza del bien jurídico tutelado,
de acuerdo a nuestra regulación punitiva, lo que se privilegia son ciertos
motivos que hacen decaer la necesidad y el merecimiento de pena, dando
lugar a una Excusa Absolutoria, que a mi entender pasa por racionalizar el
castigo, dejando de lado la pena, cuando se valora positivamente la conduc-
ta del agente, de que el acreedor no vea frustrada su expectativa de pago, al
margen de que dicho reconocimiento sea de dudoso convencer dogmático.
El interés jurídico -penalmente tutelado-, sería el patrimonio individual, en
el caso de que cheque sea un medio utilizado para la configuración de la
Estafa.
1043 Así, BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 331.
1044 Cfr., BAJO FERNÁNDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.
537.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 563
1024 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 771.
1025 Vid., al respecto, BAJO FERNÁNDEZ, M.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit, p.
470.
564 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
tarse un ánimo de naturaleza trascendente ajeno al dolo 1026. En mi opinión
esta intención u propósito delictivo, se encuentra Ínsito en el dolo del autor;
quien pacta intereses leoninos en la concesión de un crédito, de seguro lo
hace con el afán de hacerse de una ventaja patrimonial, no para lograr el
empobrecimiento del deudor.
6. CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE
Líneas anteriores formulamos nuestros reparos de que el delito de
Usura puede configurarse, cuando haya de advertirse la suscripción de un
negocio crediticio, en el marco de una voluntad libre y responsable, según
los principios inspiradores del ius puniendi en un Estado democrático de
derecho; de forma tal, que la relevancia típica de este injusto penal, debería
circunscribirse a un estado psico-social particular de la víctima, en este sen-
tido una situación de «vulnerabilidad», que precisamente aprovecha el autor,
para lograr que el sujeto pasivo, acepte contraer el negocio, con la aplicación
de intereses leoninos. Apreciándose, por tanto, una voluntad de cierta forma
mermada en su conformación volitiva, que habría de justificar la intervención
del Derecho penal en esta esfera de interactuación social.
Son dos las circunstancias incluidas por el legislador: primero, abusar
de que el agraviado es una «persona incapaz»; ¿Quién es persona incapaz?
Aquel individuo que se encuentra privado de discernimiento, un incapaz ab-
soluto, de conformidad con el listado previsto en el artículo 43° del CC o el
incapaz relativo, que se contienen en el artículo 44° (in fine). En suma, todos
aquellos que por variados motivos, no tienen la potestad de exteriorizar una
voluntad que haya de ser considerada «válida» por el ordenamiento jurídi-
co. Como dice Nuñez, se trata de incapacidades por inmadurez o defectos
psíquicos, pues su razón está en la calidad personal de la víctima, que la
vuelve proclive a la explotación1027. Mas cabe destacar, que no basta con que
se acredité dicha condición jurídica en la persona de la víctima, sino que el
autor abuse de dicho estado, para poder contraer el negocio crediticio y así
convenir los intereses usurarios10281029.
Segunda circunstancia aprovecharse del «estado de necesidad de la
víctima»; ha de convenirse que dicha circunstancia importa una situación
apremiante, cuando la obtención del crédito (capital), se requiere para cos-
1026 As!, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 770.
1027 NUÑEZ, R.; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, cit., p. 393.
1028 Así, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 772.
1029 Vid., al respecto, BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 329.
572 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
1045 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 800.
1046 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., ll-B, cit., p. 784.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 573
4. TIPICIDAD OBJETIVA
1047 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 803.
1048 El articulo 190.1 (in fine), dispone que el Cheque emitido con la cláusula "intransferi-
ble", "no negociable", "no a la orden" u otra equivalente, sólo puede ser pagado a la
persona en cuyo favor se emitió.
574 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Vayamos a ver si el emisor puede ser considerado autor, cuando le
emite a su favor, del propio girador, de acuerdo a la naturaleza del bien jurí-
dico definido por nuestra parte, cabria afirmar la tipicidad. *
Requisito sine qua non para que se pueda emitir legalmente un che-
que, es que el emisor cuente con fondos disponibles en la cuenta corriente
de una entidad bancaria determinada; por lo que se infiere, que el emisor,
previamente debe haber abierto una cuenta de esta naturaleza, proveyéndo-
la de fondos suficientes. Así, lo expresa el artículo 173° de la Ley de Títulos
Valores, al señalar que para emitir un Cheque, el emitente debe contar con
fondos a su disposición en la cuenta corriente correspondiente, suficientes
para su pago, ya sea por depósito constituido en ella o tener autorización del
banco para sobregirar la indicada cuenta. Sin embargo, la inobservancia de
estas prescripciones no afecta la validez del titulo como Cheque, esto quiere
decir, su naturaleza ejecutiva a favor del beneficiario; pero cuestión distinta
es la responsabilidad penal que puede tomar lugar en este caso.
El verbo girar lo podemos definir como el traslado de fondos de pro-
piedad del librador o girador del patrimonio del beneficiario por medio de una
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 575
1049 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 805.
1050 Así, BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit, p. 333.
1051 Cfr., PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit, ps. 806-807.
576 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
tiva así como la antijuridicidad penal, dando a un análisis negativo, en cuanto
al merecimiento y necesidad de pena.
« Punto importante a
saber es que el agente debe saber con exactitud de que el cheque, al
momento de ser girado, no cuenta con fondos suficientes para su cobro
efectivo; si por obra de una evidente indiligencia o por factores ajenos a su
esfera de organización, vg.r., no le llega sus estados de cuenta a tiempo,
que el Banco estaba en la obligación de remitirle, no llega a proveer de
dinero suficiente a la misma, no se dará la tipicidad subjetiva que resulta
indispensable para que se materialice esta hipótesis delictiva. Ni la
imprudencia ni la impericia del agente, pueden desencadenar una reacción
punitiva, en el marco de los Libramientos indebidos; por ende, el dolo debe
de abarcar el estado desprovisto de fondos que ha de presentar la cuenta
corriente del autor.
Puede configurarse también esta modalidad del injusto, cuando el
agente gira un cheque, sin estar autorizado para sobregirarse. Constituye
una práctica bancaria usual, que las entidades del sistema, permitan a cier-
tos clientes disponer de fondos, más allá de su cobertura real. Importante en
el mundo de los negocios, permitiendo la traslación incesante de capitales
entre los agentes. Facultad que no obedece a una voluntad unilateral del
cuenta correntista, sino previamente, éste debe estar autorizado por la en-
tidad autoritativa; para ello deben existir ciertos mecanismos que permitan
al titular de la cuenta saber cuando puede sobregirarse, en la medida que si
éste contaba con dicha facultad, puesto que el agente bancario, le dio una
información equivocada, no estaríamos ante la figura delictiva en estudio,
al exigirse que el dolo (elemento cognitivo) del autor cubra la situación que
se contempla en esta modalidad: «girar el cheque pese a saber, que no se
encuentra autorizado para sobregirarse».
En lo que respecta al ejercicio de la acción penal por parte del repre-
sentante del Ministerio Público, será importante que el Fiscal a nivel de las
Investigaciones Preliminares, proceda a oficiar a la entidad bancaria res-
pectiva, a fin de que le remita el estado de la cuenta corriente del imputado,
al momento en que se emitió el Cheque, lo cual resulta fundamental para
determinar la relevancia jurídico-penal de la conductas y así promover la
persecución penal con arreglo al principio de legalidad.
El estado consumativo ha de fijarse cuando el agente emite el che-
que y se lo entrega al beneficiario, cuando ingresa al tráfico jurídico; en el
momento del cobro la conducta típica se encuentra ya agotada, su pago a
posteriori ha sido valorado como una Excusa Absolutoria, de acuerdo a lo
contemplado en el último párrafo del artículo 215°.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 577
107o1052, indicando su causa que sólo podrá ser una de las señaladas en el
Artículo 102°1053, bajo condición de interponer demanda judicial de ineficacia
respectiva, por la misma causal señalada en dicha solicitud. Exta suspensión
caduca conforme al Artículo 98o1054. Por su parte el artículo 208.3 (in fine),
prescribe que la suspensión solicitada según el párrafo antenor que resulte
ser por causa falsa conlleva además responsabilidad penal, según la ley de
la materia.
De acuerdo a las prescripciones legales anotadas, podrá verificarse la
figura en cuestión, cuando el agente solicita la suspensión del pago, sin que
concurran algunas de las causales glosadas en el artículo 102° de la Ley N°
27287, falseando su concurrencia en la declaración jurada que presenta ante
la entidad pertinente, con el propósito de frustrar el pago de un cheque emitido
a un determinado beneficiario,
Si estamos hablando de una frustración maliciosa, se requiere del dolo
del agente, de dirigir su conducta al resultado que recoge como disvalor la nor-
ma, sin necesidad de que se acredite la presencia de un ánimo de naturaleza
trascendente.
1056 Vid., al respecto, PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., cit., p. 815.
580 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
Según lo previsto en el artículo 208M de la Ley N° 27287, la orden de
pago contenida en el Cheque sólo puede ser revocada por el e/nitente, cuan-
do haya vencido el respectivo plazo para la presentación que fija el Artículo
207°, salvo mandato judicial, esto es de treinta días, desde que el título valor
fue emitido, a excepción de resolución jurisdiccional autoritativa.
Si en el presente caso no han de concurrir la causales previstas para
que proceda la suspensión del pago del cheque, queda únicamente condi-
cionar la relevancia jurídico-penal de la conducta, a que el emisor (sujeto ac-
tivo) revoque la orden de pago contenida en el título valor antes de los treinta
días que se hace alusión en el artículo 207M de la Ley de Títulos Valores;
lo que de cierta forma permite inferir una maniobra dolosa, dirigida a neutra-
lizar al cheque como medio de pago, en perjuicio del beneficiario. Empero
no nos resulta suficiente dicho dato, para poder revestir de materialidad a
este injusto típico, de modo que nos inclinamos por una solución basada en
criterios de interpretación sistemática, conviniéndose que las causales para
la suspensión del pago pueden ser tomadas también en cuenta para la «Re-
vocación» del título valor.
Dicho lo anterior, podemos adecuar el criterio esgrimido a la descrip-
ción literal que ha de recogerse del inc. 4) del artículo 215°.
Esta modalidad sólo ha de ser reprimible a título de dolo, puesto que
el agente sabe perfectamente que la revocatoria del pago del cheque, sólo
resulta factible, cuando concurren las causales previstas en el artículo 102°
de la Ley N° 27287, incidiendo en una conducta defraudatoria, al pretender
acogerse a dichas circunstancias, conociendo perfectamente que ninguna
de ellas se ajusta a su caso.
Tanto en esta variante delictiva, como la contenida en el inc. 2), pue-
den entrar en concurso ideal con el tipo penal de Falsedad material previsto
en el artículo 427° deíC.P.
El delito en cuestión adquiere perfección delictiva, cuando el agente
exterioriza su voluntad al Banco de que no se pague el cheque, requiriéndo-
se que la revocación reciba una respuesta positiva por parte de la entidad
bancaria.
las cuales se puede frustrar la calidad del cheque como medio de pago. El
comportamiento que se ha recogido en el ¡nc. 5), implica la exteriorización
propia de una falsedad, en el sentido de que el autor se hace pasar por el
verdadero beneficiario del título valor, haciéndose pasar por aquél; para tales
efectos se seguro que hará uso de documentos apócrifos, falsificando el DNI
del titular de la cuenta corriente o, en utilizando el documento verdadero, se
presente como tal, aprovechando su parecido físico. Suplantación que pue-
de tomar lugar, tanto en la identidad del emitente del endosatario o en lo que
respecta las firmas que sé consignan en el cheque, pues puede que el agen-
te haya tomado el cheque que iba ser girado a un tercero y, en ese mismo
acto, consigna la firma, como si fuese su titular, a fin de poder cobrarlo.
El artículo 184° de la Ley N° 27287, regula el denominado «Cheque
cruzado», señalándose en el artículo 184°.2, que el cruzamiento se efectúa
mediante dos líneas paralelas trazadas en el anverso del título. Puede ser
general o especial. Es general si no contiene entre las líneas designación al-
guna, o constare sólo la mención "banco", una denominación equivalente. Es
especial si entre las líneas se escribe el nombre de un banco determinado.
Entonces, la modificación de estas líneas, que permitan al agente utilizar el
cheque como medio de pago.
En las cláusulas del cheque se puede hacer constar que el beneficiario
puede ser el mismo emitente, mediante la cláusula "a mi mismo" o, también
cuando se emite a la orden de persona determinada, con la mención "al por-
tador". Ambas cláusulas pueden ser variadas por el agente, a fin de que se
vea beneficiada con el cobro del cheque, el mismo o un tercero1057.
Los requisitos formales del cheque se encuentran comprendidos en el
artículo 174° de la Ley N° 27287, v.gr., el número o código de identificación
que le corresponde, la indicación del lugar y de la fecha de su emisión, la or-
den pura y simple de pagar una cantidad determinada de dinero, expresada
ya sea en números, o en letras, o de ambas formas, etc. La modificación (al-
teración), de cualesquiera de estos elementos supondrá Ja adecuación a los
alcances normativos de este inciso, siempre y cuando dicho aspecto resulte
fundamental para la materialización del cheque como medio de pago, con
las salvedades que se hacen mención en el artículo 175° (¡n fine).
Las formas que adquiere el injusto, por lo general conllevara la presen-
cia de un concurso ideal de delitos, ora el delito de Falsedad material ora el
delito de Falsedad Genérica.
No se podrá afirmar la tipicidad, cuando el agente elabora un talonario
de una cuenta corriente (cheque), es decir, "falsario", bajo la titularidad de
1057 La Sección Tercera del Título IV de la Ley, regula de forma específica las denomina-
das «Cláusulas especiales de los títulos valores», artículo 48° y ss.
582 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
cualquier persona, logrando cobrar una suma de dinero. Ello es así, por la
sencilla razón de que la realización típica del Libramiento indebido esta suje-
ta a una condición indispensable: la existencia real de una cuenta corriente
que da derecho a su titular girar cheques (este o no provisto de fondos); por
consiguiente la prescindencia de dicho elemento desplaza la valoración de
tipicidad, al tipo penal de Estafa en concurso con Falsedad material.
El dolo del agente debe cubrir todos los elementos constitutivos, cuya
facticidad debe estará cubierta por su elemento cognitivo; debe saber que
esta suplantando al beneficiario o al endosatario, al momento de materiali-
zar el cobro del título valor.
1058 Sous ESPINOZA; Citado por PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p.
817.
1059 En el endoso en blanco, cualquier tenedor podrá llenarlo con su nombre o con el de un
tercero, o transmitir el titulo valor por tradición sin llenar el endoso.
1060 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 817.
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 583
mandato y/o prohibición contenido en la norma penal. Con ello toma lugar,
la motivación normativa que ha de negarse en ciertos individuos, a quien la'
Ley penal los ha declarado como «¡n¡mputables»üiante estas personas, las
penas, que persiguen esencialmente fines preventivo-generales, tiene una
capacidad nula de rendimiento, por tales motivos la respuesta monologante
del Estado se traduce en las denominadas «Medidas de Seguridad», que
se orientan básicamente bajo los fines preventivo-especiales de la sanción
punitiva. Se dice, por tanto, que mientras la pena requiere como presupuesto
fundamental la «culpabilidad del agente», las medidas de seguridad toman
como factor previo la «peligrosidad del autor». Empero, ambas reacciones
jurídico-penales deben ajustarse a un principio de ineludible cumplimiento:
de «legalidad material» - nullum crimen sine lege praevia. No puede impo-
nerse una pena ni una medida de seguridad, si no se ha verificado de forma
anterior, que el agente ha cometido una acción y/o omisión que pueda ser
ajustada a los alcances normativos de algún tipo penal al momento de sti
perpetración (tempus comissi delicti).
En resumidas cuentas nuestra sistema de punición se ajusta a la idea
del «Sistema Vicarial», puesto que según lo dispuesto en el artículo 77° del
C.P., cuando se necesite aplicar una medida de internación a un imputable
relativo, o a un toxicómano o alcohólico imputable, el Juez dispondrá que
ella tenga lugar antes de la pena; (...) sin perjuicio de que el juzgador pueda
dar por extinguida la condena o reducir su duración ateniendo al éxito del
tratamiento. Muy a pesar de que el legislador siga empleando términos como
la «peligrosidad» que se corresponden con la doctrina del Positivismo que
impregnó de forma sustantiva el Corpus punitivo derogado, afirmamos con
corrección que el C.P. de 1991 elevó como categoría fundamental el «prin-
cipio de culpabilidad» que se adecúa plenamente a un «Derecho penal del
acto», consustancial a un Estado Social y Democrático de Derecho.
No obstante lo acotado, aún no hemos dicho todo, en la medida que al
injusto y a la culpabilidad, en ciertas circunstancias debemos valorar también
ciertos estados excepcionales por los cuales un individuo lesiona un bien
jurídico fundamental, denominado como «Estados de inexigibilidad» (nece-
sidad disculpante y miedo insuperable), comprendidos en la idea de la res-
ponsabilidad penal y no en la culpabilidad en sentido estricto (imputabilidad),
cuya concurrencia puede determinar la prescindencia de pena, por motivos
de orden material (motivación normativa) conjugados con los factores pre-
ventivos de la pena -tanto especial como general-, que decaen de forma sig-
nificativa, por lo que muy a pesar, de haber cometido el autor un injusto penal
culpable, se le exime de sanción en vista de no haber procedido conforme a
un estado normal de motivación.
Renglón seguido hemos de advertir un cuarto elemento, que hemos
de llamar «Punibilidad», que responde a ciertos criterios de orden político
586 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO II
criminal que el legislador incluye en ciertas figuras legales, para determinar
el merecimiento y la necesidad de pena. Cuestiones de orden material del in-
justo, para cualificarlo como tal, requiere, de que el autor en sá proceder de-
lictivo haya también realizado dichas condiciones, cuya ausencia imposibilita
al Estado materializar la reacción punitiva. Causas éstas o dígase factores
de punición que operan en "positivo", mas existen otras circunstancias, cuya
advertencia en el caso concreto, determinan la exención de pena, fundamen-
tado también en razones de política criminal, puesto que la sanción penal no
puede significar en la práctica el avasallamiento de ciertas políticas jurídicas,
que en algunas oportunidades resultarán preponderantes a la potestad penal
estatal. Nos referimos a las denominadas «Excusas Absolutorias», que han
sido objeto ya de análisis en el artículo 208°, que como se dijo responden
a criterios de política familiar, (social), que hace que ciertos injustos no sean
alcanzados por una pena, al margen de la pretensión indemnizatoria.
Ahora bien, vayamos a ver a que responde la exención de pena pre-
vista en el último párrafo del artículo 215°, cuando en los incisos 1), 2), 3) y
6), el agente abona el monto total del cheque, dentro del tercer día hábil de
la fecha de requerimiento escrito y fehaciente, sea en forma directa, notarial,
judicial o por cualquier otro medio con entrega fehaciente que se curse al
girador. Hemos de convenir que la consumación de las modalidades del in-
justo, que hemos analizado, toma lugar cuando el autor frustra que el cheque
pueda ser empleado por su beneficiario como un medio de pago o cuando
gira el título valor a sabiendas que al momento de su emisión no tiende fon-
dos suficientes para ser cobrado, de tal forma que con dicha conducta están
agotados los elementos constitutivos del tipo penal. En tal virtud, el hecho
posterior, a lo descrito, cuando el agente abona el monto total del cheque,
previo requerimiento, es un dato ajeno al injusto penal y a la culpabilidad,
instituyéndose en una variante de Excusa Absolutoria. No obstante, no en-
tendemos cual es el interés político jurídico relevante que se antepone a la
potestad punitiva estatal. Una vía adecuada, tal vez, de racionalizar el uso
de la pena, que en este marco de la criminalidad debe ser más restringido,
tomando en cuenta su opaca delimitación con las infracciones meramente
contractuales. Una vía adecuada de despenalización.
Como se postulo en líneas precedentes, la Excusa Absolutoria ha de
proponer reparos, en caso de que el bien jurídico protegido sea el cheque
como medio de pago, en cuanto a su eficacia en el mercado mercantil, lo
que no se ajusta a la posibilidad de una exención de pena, que privilegia al
patrimonio individual del sujeto pasivo. En palabras de BAJO FERNÁNDEZ, lo
que ocurre en el caso que nos ocupa es que las razones político-criminales
de la excusa noTesulta de todo convincentes, ya que si se quiere proteger el
TÍTULO VI: DELITOS CONTRA LA CONFIANZA Y LA BUENA FE EN LOS NEGOCIOS 587
1061 BAJO FERNANDEZ, M. y otros; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 538;
Vid., al respecto, BUSTOS RAMÍREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.
332!
1062 PEÑA CABRERA, R.; Tratado de Derecho Penal..., Il-B, cit., p. 819.
*
BIBLIOGRAFÍA
1. En casa habitada.
2 Durante la noche
3. Mediante destreza, escalamiento, destrucción o
rotura de obstáculos
4 Con ocasión de incendio, inundación, naufragio.
calamidad pública o desgracia particular del
agraviado
5. Sobre los bienes muebles que forman el equipaje
de viajero
6 Mediante el concurso de dos o más personas
1 En casa habitada
2. Durante la noche o en lugar desolado
3. A mano armada.
4 Con el concurso de dos o más personas.
5. En cualquier medio de locomoción de transporte público
o privado de pasajeros o de carga, terminales terrestres,
ferroviarios, lacustres y fluviales, puertos, aeropuertos,
restaurantes y afines, establecimientos de hospedaje y
lugares de alojamiento, áreas naturales protegidas,
fuentes de agua minero-medicinales con fines turísticos,
bienes inmuebles integrantes del patrimonio cultural de
la Nación y museos.
6 Fingiendo ser autoridad o servidor público o trabajador
del sector privado o mostrando mandamiento falso de
autondad.
7. En agravio de menores de edad, discapacitados,
mujeres en estado de gravidez o ancianos.
8. Sobre vehículo automotor.