Ainsa Ensayo
Ainsa Ensayo
Ainsa Ensayo
Fernando Aínsa
España
Palabras Clave
LITERATURA LATINOAMÉRICA - IDENTIDAD - MESTIZAJE
- SÍMBOLO - NÚCLEO ÉTICO/MÍTICO - NUEVO MUNDO
- FILOSOFÍA INTERCULTURAL
-239-
-240-
-241-
y cerrado de los antiguos, sino a la hasta la raíz de las cosas que quere-
curva abierta, al proceso en marcha, mos decir: afinar, definir, con ansia de
al etcétera”13. En ese vasto “etcétera” perfección”15. Lo que se dice es cómo
que da cabida al análisis y a la creati- se lo dice, lo que si bien agudiza la
vidad, la vocación literaria del ensayo dificultad para distinguir la forma del
es manifiesta, ya que en su forma de contenido, hace del estilo ensayístico
expresión ancilar intercambia técnicas algo muy personalizado e íntima-
y procedimientos, preocupaciones con mente ligado al autor. El ensayista es
la literatura y otras disciplinas. siempre el núcleo vital de lo tratado,
un centro de irradiación germinativa
Aunque, de todos los géneros, a partir del cual despliega su tema,
el ensayo es probablemente el menos aunque se disimule en un “nosotros”
sometido a modas y escuelas literarias, colectivo o en un “yo” nacional.
la “voluntad de estilo” como preocu-
pación que inaugura el modernismo El ensayista es un “un lírico en
con Los raros (1896) de Rubén Darío prosa” capaz de poetizar por medio
y Ariel (1900) de José Enrique Rodó, de la inteligencia y la fantasía (Mario
resulta esencial para comprender su Praz), algo así como “una lírica de las
especificidad. Es más, de acuerdo a la ideas” (Anderson Imbert), rasgos de la
acepción estricta de ensayo es Rodó lírica que se reconocen en la medida
quien escribe el primer ensayo pro- en que el hablante lírico —a diferencia
piamente dicho en América Latina. del narrador ficticio en la novela o en
Sólo entonces y merced a la búsqueda la épica— está siempre directamente
de la perfección estética a través de la asociado a su autor16. De ahí que, para
acumulación de recursos estilísticos, Octavio Paz, el valor de una obra resi-
la unidad del ensayo se logra en el de en su novedad, en la invención de
trazo artístico unívoco, donde se formas o combinación de las antiguas
concilian “la profundidad y la gracia” de una manera insólita, en el descu-
(Ricardo Gullón). brimiento de mundos desconocidos
o exploración de zonas ignoradas en
“El estilo es el hombre” —re- los conocidos, en las revelaciones y
cuerda José Luis Martínez— ya que sorpresas que puede procurar 17.
“un ensayo, generalmente, atrae a los
lectores no por el tema que trata, sino La “doctrina” diluida en “el
por el autor implícito que reflexiona comentario animado o con la medita-
sobre él mismo”14. En efecto, más allá ción alada” (Cintio Vitier) hace que la
del interés del tema, muchos ensayos “nobilísima función del ensayo” con-
se leen por el estilo de su autor. Su sista en poetizar en prosa el ejercicio
nombre, sus opiniones, la columna o pleno de la inteligencia y la fantasía.
el artículo periódico que firma, más El ensayo se propone como una es-
que el tema tratado, conduce a la lec- tructura lógica, pero donde la lógica
tura. Por ello, Pedro Henríquez Ureña “se pone a cantar”18, tal vez porque
aconseja que el secreto de la expresión ese “extraño puente entre el mundo
es trabajar hondamente la lengua de las imágenes y el de los conceptos”
castellana, “trabajarla hondamente, —que es el ensayo— protege un poco
esforzarse en hacerla pura, bajando al hombre entre “las oscuras vueltas
-242-
-243-
-244-
-245-
-246-
-247-
-248-
-249-
-250-
por una “clase sacerdotal”, está más tonterías”. Evitar el “espíritu de secta”
cercana del esfuerzo “liberador” del tanbién obsesiona a Jesús Silva Herzog
ensayo latinoamericano. que concibe el ensayo como parte
de una “disidencia herética” abierta
Carlos Arturo Torres en Idola donde “lo humano” es el problema
Fori (1910) retoma esa misión desde esencial. “El hombre es periferia y
la perspectiva del Nuevo Mundo centro, medio y fin, irradiación y foco
donde hay que debatirse contra luminoso de él mismo” —recuerda—,
ideas, ideologías y formas de pensar por lo cual “hay que buscar en un
que llama “verdaderas supersticio- nuevo humanismo los materiales para
nes políticas”, que lejos de ayudar construir el mundo del mañana”43 .
a la organización mental y social la
congelan con “letal fuerza catalép- “Nos sobraron las creencias,
tica”. Consciente de lo arduo de su nos faltaron las ideas”, sentencia En-
empresa, Torres considera que el sólo rique Krauze, para proponer que hay
intentarlo, “el señalar la posibilidad que “someter las creencias al examen
de reducir a sus verdaderas propor- de las ideas” y distinguir entre “el
ciones de pensares falibles o caducas claustro de las creencias y la intem-
opiniones cuantos ya se tuvieron por perie de las ideas”. La tarea resulta
canon y dogma incontrovertible de la urgente en un continente donde las
política y de la filosofía, es despertar creencias “lindaron con la ortodoxia”
los aletargados estímulos del examen y proliferan tantas “ideas fijas” sobre
y exaltar el valor y las afirmaciones la realidad44. A esta dicotomía entre la
de la autonomía humana”41 , ya que situación real y las ideologías sistemá-
frente al fanatismo de los principios ticas que dicen interpretarla consagró
se yergue el fanatismo “oscuro y mi- José Luis Romero su obra Situaciones e
lenario de las tradiciones”. Las ideas ideologías en Latinoamérica (1986).
no son formas estáticas —recuerda
citando a Hegel— impulso inmanen- La actitud crítica, la descon-
te que hace del principio del devenir fianza ante la institucionalización de
una ley de sistematización filosófica una razón política promotora de una
para luchar “contra el fiero ideal de retórica cerrada a toda alternativa
la cristalización del pensamiento en cultural disidente, la incredulidad
formas inmutables”. ante los mitos fundacionales creados,
la sospecha de vivir una nacionalidad
Octavio Paz recuerda que “el artificial y ficticia ya había sido de-
pensamiento independiente es casi nunciada por el movimiento de “los
siempre impopular”42 en la línea de Contemporáneos” en México, especial-
aquellos ensayos de Bertrand Russell mente a través de los ensayos de Jorge
—“Esbozo del disparate intelectual”, Cuesta. Este pensamiento “disidente”
“Ideas que han ayudado a la huma- —que puede rastrearse en otros países
nidad” e “Ideas que han perjudicado latinoamericanos desde la Argentina a
a la humanidad”reunidos en Ensayos Cuba— considera que la verdadera tra-
impopulares— escritos para combatir dición puede ser la de la ruptura y del
“el desarrollo del dogmatismo” y desarraigo, la del rompimiento con los
contra “los predicadores de ampulosas modelos establecidos y la innovación
-251-
-252-
-253-
lector con su propio bagaje, ya que tivo) para conocer y mostrar la realidad
leer ensayos suscita ideas, reacciones, social, política, cultural y económica.
trae a colación otros temas, estimula Su profunda vocación social, aunque
el propio pensamiento como una se- integre aspectos emotivos, éticos, ideo-
milla que pregona su potencialidad en lógicos, armonizados conceptualmente
el espíritu del lector. El grado de su con notas filosóficas, se plasma en
recepción se puede medir en la inter- “ensayos prácticos” e instrumentales.
pelación y en la capacidad de involu- Desde los albores de la independen-
crarlo, pero también en la capacidad cia americana, un autor como Simón
de modificar los propios planteos. Rodríguez propone nuevas formas dis-
cursivas capaces de construir un modo
El ensayo se desarrolla gracias didáctico de exponer las ideas basado
a la heterogeneidad espiritual, la va- en una original disposición gráfica de
riedad de opiniones que propicia su las oraciones en las páginas y en las
mayor apertura a la otredad y lo hace reglas de una nueva gramática. Hostos
no para formular verdades tajantes o con tono didáctico y un claro afán de
definitivas desde un punto de vista ilustrar y aleccionar, pretende ser maes-
autoreferido, sino para entablar un tro y guía moral de su pueblo. En la
diálogo intercultural en pie de igual- renovación de modelos educativos que
dad. Su “propedeútica cordial” (José propone, aún influida por el krausismo
Edmundo Clemente) se traduce, en y el positivismo, su pasión redentora
general, en un estilo límpido, claro, toma la forma de un discurso pedagó-
que privilegia la densidad metafórica gico orientado a la independencia de
o aforística en desmedro de la retó- Puerto Rico en el marco de una visión
rica ampulosa explicativa, cuando global de las Antillas. Del mismo modo,
no aseverativa del tratado. Con la en la prosa de las Catilinarias (1880)
informalidad que asume pretende de Juan Montalvo se reconoce un tono
evitar “cierta pedantería magistral”, moralizante enraizado en la mejor
de cuadrarse con “aires académicos” tradición oratoria hispánica, donde se
o predicar “cosas sabias o necias, que combinan rasgos del estilo panfletario
podrían decirse con mayor sencillez, y de la encendida diatriba con una
o callarse por decoro elemental”. Se vocación de transmitir que aproxima
trata de evitar decir “nimiedades muy el saber del ensayo a la didáctica. El
discutibles, con flema dogmática”52. mismo Rodó concibe la “oración cívi-
ca” de Ariel (1900) como las lecciones
que el “Maestro Próspero” dirige a la
5. Función didáctica y juventud americana.
moralizante
Esta vocación pedagógica del
La intensidad docente, la voca- ensayo lleva a definirlo como “di-
ción pedagógica social es una de las dáctica hecha literatura” (Gómez de
características más notorias de la ensa- Baquero) y a que Arturo Andrés Roig
yística latinoamericana, un género que, lo considere un modo de aprendizaje,
tanto por su fondo político como por cuya relevancia pedagógica tiene un
su forma estética, se proyecta como el gran valor para asegurar una coedu-
medio más eficaz (por no decir opera- cación permanente.
-254-
-255-
-256-
voca una saludable sorpresa que para bibliográficas, han ido esterilizando la
Liliana Weinberg resulta esencial: “La fresca y espontánea prosa ensayística.
paradoja y el ensayo se han unido en El ensayo se despersonaliza en benefi-
su común vocación de crítica y hetero- cio de la monografía. La profundiza-
doxia, en su común afán por constituir ción exhaustiva de un tema acotado
interpretaciones originales del mundo y su presunta objetividad científica se
y despertar a las conciencias dormidas, aprecia más que el devaneo diletante
provocando admiración y moviendo a o el gusto por la forma estilística de la
compromiso” 60. Sus características son ensayística. La sociología, las ciencias
el carácter crítico–constructivo de los sociales han despojado al ensayo de
conceptos aceptados o “institucionali- esa complicidad entre autor y lector
zados” y, al mismo tiempo, su capaci- que era parte de su esencia y donde
dad para interesar al lector, superando era más importante el comentario que
el ensayo didáctico o el texto plano en la información, la interpretación que
favor de una crítica más profunda e in- el dato, la creación que la erudición,
cisiva. A través de la paradoja, se llega la postulación que la demostración,
más lejos y se descubren perspectivas la opinión personal que la afirmación
insospechadas. demostrada científicamente, las hi-
pótesis y conjeturas que las verdades
tajantes o definitivas.
CONCLUSIÓN
Ante este panorama, es posible
El ensayo latinoamericano ha preguntarse: ¿Puede el ensayo latino-
podido desarrollarse gracias a la di- americano regresar a sus fuentes de
versidad cultural, la heterogeneidad rebeldía y discrepancia?; ¿puede vol-
espiritual, la variedad de opiniones ver a ser vehículo para un pensar inde-
que propicia su mayor apertura a la pendiente y desprejuiciado?; ¿puede
otredad. Consagra el derecho de cada volver a regodearse libremente en las
individuo y cada cultura a dialogar en formas que asume, prescindiendo de
pie de igualdad, un relativismo cultural las jergas universitarias que imponen
propiciatorio de interculturalidad del “los estudios culturales”?; ¿Puede
que la ensayística contemporánea es su desafiar al “pensamiento único” o al
mejor prueba. “políticamente correcto” que constri-
ñen la libre asociación de ideas?
Sin embargo, esta tradición del
ensayo latinoamericano —indagar Si bien los márgenes que se le
libremente, escudriñar más allá de han dejado al ensayo son estrechos,
las apariencias y elaborar imágenes es necesario impulsar cuatro vías
alternativas—está hoy amenazada. El para que siga siendo el género por
creciente predominio de la crítica y el excelencia del pensamiento latino-
academicismo que va borrando toda americano: utilizar el periodismo
subjetividad; la prosa monográfica y en todas sus formas como soporte y
didáctica; el artículo de revistas espe- medio de comunicación para man-
cializadas, académicas o universitarias tener su esencial condición dialogal;
acompañado de un riguroso y regla- manejar la ironía y la paradoja como
mentado aparato de notas y referencias armas para desmontar certidumbres;
-257-
NOTAS
-258-