Reseña Bestiario PDF
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193-200
Reseña
enero-junio, 2018 / ISSN 0120-1263 / ISSN: 2390-0032 (en línea)
http://dx.doi.org/10.18566/escr.v26n56.a09
L
os caminos espinosos en la construcción del conocimiento son un
cometido al que solo el animal humano se ha enfrentado. El uso de un
lenguaje proposicional le ha permitido iniciar construcciones racionales,
que dan origen a las teorías más complejas en pos de comprender los enigmas
del universo, y con ello iniciar la separación tajante entre episteme y doxa.
Los discursos más enmarañados, rígidos y rigurosos convocan a científicos y
epistemólogos. Enunciados con términos que, en ocasiones, se tornan oscuros
y poco comprensibles a quienes inician sus procesos formativos en el campo
de la ciencia y la filosofía. Tal vez por ello se presenta un contraste actual en
la enseñanza de las ciencias: por una parte, quienes apuestan por enseñar la
rigidez de los enunciados científicos, y la conciben bajo un lenguaje unívoco,
neutral y de carácter lógico-deductivo; y por otro lado, quienes la humanizan
desde dinámicas móviles y cimentaciones semánticas artificiosas, las cuales,
se alejan —como lo expone Héctor Palma en el prólogo del libro Bestiario
epistemológico. Metáforas zoomórficas y de otras entidades en la enseñanza
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Apoyados en Maliandi (1984), los autores dan inicio a su obra con las
metáforas del «puente» y la «muralla», con las cuales representan las tensiones
y polaridades que se evidencian en las concepciones de la ciencia y del
pensamiento científico; entre la animalidad racional y la irracional, entre lo
rígido y lo dinámico. Como señala el prologuista del libro:
En las últimas décadas han surgido trabajos de los filósofos que han
enriquecido los tradicionales enfoques semánticos con los análisis de la
dimensión pragmática del lenguaje de los epistemólogos que han estudiado
los modelos y su promiscua cercanía con las metáforas, y han comenzado a
revalorizar el rol epistémico que las metáforas tienen en la ciencia pasada y
presente […] (Palma 12).
Es precisamente esta la labor que han asumido en su obra los autores. Bestiario
epistemológico presenta metáforas zoomóficas, útiles en la enseñanza de las
ciencias, de la filosofía de la ciencia y la epistemología: La abeja lógica, la
mosca estética, el pavo inductivista, el cisne negro, el pato-conejo, el camello, el
león (riente), el gallo positivista, el humo (del progreso), el fantasma teleológico,
el gatopardo inverso, el árbol de la vida, el conejo blanco, el gato Chesire, el
ornitorrinco son algunas de las figuras animales y otras entidades que permite a
los autores identificar «el animal que somos», para exponerlo en su conclusión.
A través de éstas logran proponer una nueva forma de introducir la filosofía
de la ciencia y la epistemología en las aulas a estudiantes de pregrado, bajo un
lenguaje más asequible a los jóvenes que están iniciando su aproximación a la
investigación y pensamiento científico.
Visto así, el libro presenta una propuesta para superar los obstáculos
epistemológicos y pedagógicos; una apuesta para hacer catarsis de los conceptos
momificados de la ciencia, y presentarlos en un lenguaje que, en muchas
ocasiones, ha sido menospreciado por la ciencia misma. Una nueva perspectiva,
Es válido decir, que más que ser cercana, la metáfora ha sido usada en la ciencia
misma, ello se evidencia, por ejemplo, en el lenguaje usado por el etólogo
y zoólogo Dawkins, quien en su libro, El gen egoísta. Las bases biológicas de
nuestra conducta, presenta la metáfora como una forma de lenguaje revelador
para la ciencia. En su texto afirma:
Las metáforas —afirman los autores— forman parte del lenguaje filosófico
desde sus mismos orígenes. El río y el fuego son aludidos por Heráclito para
caracterizar el origen de todas las cosas. Platón nos ha legado la alegoría de
la caverna. Hegel alude al búho de minerva que levanta el vuelo al atardecer
Con lo anterior, podría decirse que el lenguaje metafórico acaba por ser útil,
no solo para la enseñanza de las ciencias, sino a la ciencia misma, ya que este
tipo de lenguaje ha permitido la construcción de conocimiento. Gran parte de
las teorías científicas poseen enunciados metafóricos, enunciados que no son
contrastables empíricamente y sobre los cuales se construyen teorías. Ejemplos
platónicos, aristotélicos y popperianos, entre otros, dan cuenta de que en la
ciencia parte del discurso sobre los hechos es adornado con metáforas. De
esta manera, si en la ciencia el lenguaje no siempre es de carácter descriptivo y
sintético, entonces, ¿por qué rechazar su uso en la enseñanza de las ciencias? En
la enseñanza de la ciencia, los enunciados metafóricos resultan significativos y
necesarios en el discurso para aclarar las teorías. Las metáforas y las analogías
llegan a ser herramientas útiles para propiciar procesos de aprendizaje;
claro está, sin que el aprendizaje conceptual se limite a ellas. Este tipo de
lenguaje usado en la enseñanza de la ciencia se convierte en un medio para la
comprensión de los conceptos enseñados y el abordaje de sus significados, a
través de diversas representaciones semióticas que evidencian una evolución
conceptual por parte de los estudiantes.
En tal sentido: “El cisne negro”, “El pavo inductivista”, “El pato-conejo”, “La
mosca estética”, “La abeja lógica”, como los personajes imaginarios que se
presentan en este libro, permiten resignificar la realidad, además de representar
las tensiones presentadas en la ciencia, entre métodos, concepciones,
pensamientos, simbolismos de pensamientos antagónicos y opuestos como el
deduccionismo e inductivismo, el pensamiento de Nietzsche y de Lewis Carroll,
El gallo del positivismo y el cisne negro popperiano; además, de llevarnos a
transitar por la reflexión de nuestra cuestionada animalidad racional:
Lista de Referencias