Tilapia en PTAR
Tilapia en PTAR
Tilapia en PTAR
tecnologias de tratamiento
1. INTRODUCCION
El crecimiento acelerado de la población, especialmente en países en vía de desarrollo, la contaminación de los cuerpos
de agua superficial y subterránea, la distribución desigual del recurso y los graves periodos secos, han forzado a las
agencias del agua a buscar nuevas e innovativas fuentes de suministro de agua (Asano, 1991). Las aguas residuales son
convertidas en una fuente extra para la demanda del recurso, además el reuso de esta, ha sido indirectamente realizado a
través de la historia humana. Este fenómeno ha llegado a ser más común con los procesos de desarrollo del alcantarillado
y la urbanización.
Ahora si se tiene en cuenta que un tercio de la población mundial vive en países que sufren de carencia moderada a alta
de agua, donde el agua de consumo es más del 10% de los recursos hídricos renovables y se espera que en el 2025 dos
tercios de la población mundial esté en las mismas condiciones, esta situación ha creado que las agencias internacionales
comiencen a establecer directrices y estrategias que apunten al uso optimo del recurso hídrico y donde las aguas
residuales tienen un rol importante (Shafai, 2004).
Estos problemas están inmersos dentro del concepto de “Seguridad hídrica” el cual es definido por la misma Comisión con
el siguiente enunciado: “La seguridad hídrica, a cualquier nivel, desde los hogares hasta el mundo en su conjunto, significa
que toda persona tenga acceso suficiente al agua potable a un precio asequible que le permita llevar una vida limpia,
saludable y productiva, al tiempo que se asegura que el entorno natural esté protegido y se mejore.” (GWP, 2000).
Para la comisión, la seguridad hídrica y alimenticia (nivel de seguridad entre el agua y los alimentos) juega un rol
determinante de tal forma que: “La agricultura utiliza más agua que cualquier otra área de la actividad humana. Por lo
tanto, la seguridad hídrica y alimenticia están estrechamente relacionadas y sólo a través de acciones coordinadas puede
conseguirse mayores cosechas de cada gota de agua utilizada en la agricultura, especialmente con vistas al crecimiento
de la población. Una mayor productividad hídrica es un elemento clave tanto para conseguir la seguridad hídrica como la
alimenticia”. (GWP, 2000).
El suministro de agua y saneamiento, deben ser vistos como necesidades básicas y deben ser brindados con el propósito
de apoyar las actividades productivas de las personas de escasos recursos, lo cual es el punto de partida para el alivio de
la pobreza y el alcance de las metas globales del milenio (“Millenium Development Goals” – MDG´s). La pregunta es, por
su puesto, donde encontrar el agua requerida para las ciudades en rápido crecimiento. (Falkenmark, 2004)
Mientras que el suministro de agua para consumo humano y saneamiento tiende a capturar el 90% del interés general, la
producción de alimentos necesita de dos órdenes de magnitud de más de agua y por lo menos, merece el mismo interés
(Falkenmark, 2004). Durante la mayoría del siglo 20, el énfasis en el tratamiento del agua residual consistió en el
abatimiento de la polución, la protección de la salud pública y la prevención de la degradación del ambiente, a través de la
remoción de los materiales biodegradables, nutrientes y patógenos. (Asano, 2004) Durante las últimas décadas, el
beneficio potencial del reuso del agua residual en vez de su disposición en el ambiente ha sido reconocido en muchos
países industrializados.
De hecho, en muchas partes del mundo, no es práctico ni posible hacer uso del agua una sola vez (sin hacer ciclo). Por lo
tanto, la recuperación y reuso del agua residual se han transformado en una de las opciones viables en el manejo
integrado del recuso hídrico en áreas urbanas. (Asano, 2004).
La desnutrición en el mundo se asocia tanto a la disponibilidad como a la falta de calidad de alimentos. La carencia de
proteína animal y sus precios relativamente altos para la mayoría de los mercados, hacen que se requiera de una
producción más alta, una disminución de costos de producción y el foco en fuentes de proteína animal alternas. El
pescado emerge como una de las principales fuentes de proteína de cualquier país en desarrollo. El pescado es
particularmente nutricional, por su composición de grasas saturadas, bajo colesterol, y vitamina B12. (Shafai, 2004, citado
por Abenoza, 2006).
El uso de excretas y aguas residuales para la cría de peces es una practica milenaria, a través de la cientos de años en la
India, China y sur -este de Asia, donde el consumo de pescado es una fuente alimenticia, alta en contenido de proteína,
especialmente para las comunidades de bajos ingresos (Mara, 2004).
En su forma moderna, el reuso del agua residual en acuacultura y la irrigación de cultivos ofrecen beneficios atractivos,
incluyendo el aumento de fuentes de agua para uso agrícola y acuícola, y disminuir la polución de fuentes superficiales de
agua. (Edwards and Polpraser, 1987). Desde la antigüedad, la acuicultura ha estado usando deshechos, incluyendo aguas
residuales domésticas para fertilizar los estanques y lagunas y aumentar la producción de peces. (Lin, 1954, Prowse,
1962, Borgese, 1975, citados por Allen, Hepher, 1976). Diferentes estudios (Schroeder, 1975, Carpenter, 1974 Coleman et
al, 1974, Goldschmidt, 1970, citados por Allen, Hepher, 1976) han indicado que los peces mejoran el tratamiento de las
aguas residuales en sistemas de lagunas. (Allen, Hepher, 1976).
Se ha observado que, donde hay lagunas con peces, que actúan como lagunas de oxidación mejoradas, un efluente de
alta calidad se puede obtener para ser aplicado en cultivos agrícolas, además del cultivo de peces que existe en la laguna
de oxidación. Esto es una solución práctica de consideración. Por ello, estos sistemas integrados existen alrededor del
mundo con bases informales.
Estos probablemente funcionan sin demasiados riesgos de salud pública. Por lo tanto, hay razones sustanciales para
considerar que los esquemas cuidadosamente concebidos de producción de alimentos que emplean aguas residuales,
son capaces de suministrar productos más seguros en cuanto a riesgos en la salud pública de los consumidores, que los
productos provenientes de la pesca de cuerpos de agua naturales y contaminados. (Allen, Hepher, 1976).
Uno de los grandes retos que la Ingeniería debe afrontar para el uso de aguas residuales en piscicultura son los riesgos a
la salud generados por la presencia de microorganismos patógenos como bacterias, trematodos y helmintos, además de
sustancias como nutrientes (nitrógeno) y químicas como pesticidas, metales pesados entre otros, elementos estos que
generan la necesidad de tratar el agua antes de ser empleada para alimentar estanques o lagunas con peces, de tal forma
que minimice el riesgo de enfermar a través de la cadena de manejo de este producto, donde se destaca el cultivador del
pescado, el transportador, manipulador, vendedor y consumidor final del pez.
En el tratamiento de aguas residuales se tienen dos grandes grupos como son los convencionales y los naturales. El
primer grupo se destaca por ser altamente eficiente en remover materia orgánica y de ocupar áreas pequeñas pero con
costos de inversión y operación y mantenimiento altos, además que no presentan buenas remociones de patógenos y
nutrientes. El segundo grupo se destaca por tener altas eficiencias de remociones de materia orgánica, nutrientes y
patógenos, pero las grandes demandas de áreas se convierten en una potencial desventaja de su uso.
Ante este panorama de escasez de agua, desnutrición y/o hambruna, contaminación del recurso hídrico y la enorme
cantidad de agua residual generada, crean las condiciones para que iniciativas con enfoques holisticos y concepciones de
ciclos cerrados comiencen a ponerse en marcha manteniendo una visión salubrista y ambiental. En este sentido,
proyectos como tratamiento de aguas residuales y su reuso para piscicultura es una excelente estrategia.
En este documento, se discute de manera conceptual la importancia del mejoramiento de la calidad de agua residual para
su uso en la cría de peces y su potencial impacto a la salud de la comunidad y complementado con un caso de estudio a
nivel piloto en ginebra, Valle del Cauca.
El ser humano extrae anualmente un 8% del total de agua dulce renovable y se apropia del 26% de la evapotranspiración
anual y del 54% de las aguas de escorrentía accesibles. El control que la humanidad ejerce sobre las aguas de
escorrentía es ahora global y el hombre desempeña actualmente un papel importante en el ciclo hidrológico. (ONU –
UNESCO, 2003)
La captación de agua dulce en el mundo ha crecido de 3 790 km3 (de los cuales el se destinó para consumo 2071 km3 o
el 61%) en el año de 1995, a 4 430 km3 (destinados para consumo 2304 km3 ó el 52%) en el año 2000. (ONU – UNEP,
2002). En el año 2000, cerca de la mitad del agua dulce mundial, y el 70% del consumo mundial se llevó a cabo en Asia,
donde están ubicados la mayor cantidad de campos de irrigación. Se espera que en las próximas décadas, el mayor
crecimiento de la captación se lleve a cabo en Sur África y Sur América (aumentando 1.5 a 1.6 veces) y el crecimiento
más pequeño se llevaría a cabo en Europa y Norte América (aumentando 1.2 a 1.3 veces). (ONU – UNEP, 2002).
El 70% del total del agua requerida por la población es utilizada para la agricultura y el 30% remanente es empleado para
consumo humano doméstico, comercial e industrial (FAO, 1993, citado en Valencia, 1998). Esta situación ha creado una
sobre explotación del recurso hídrico (ej. agua superficial y subterránea) y el reuso de aguas residuales se convierte en
una fuente alternativa para situaciones específicas. Tal como lo anota Mara et al. (1997), el actual reuso de las aguas
residuales para la agricultura es atractivo para muchas autoridades locales, pero especialmente para aquellas regiones
donde existe escasez de agua. El agua residual es reutilizada para diferentes propósitos en muchos lugares del mundo, y
esto ha contribuido al desarrollo de estándares dirigidos para proteger el ambiente y la salud pública (Asano and Levine,
1996).
Unos 2 millones de toneladas de desechos son arrojados diariamente en aguas receptoras, incluyendo residuos
industriales y químicos, vertimientos humanos y desechos agrícolas (fertilizantes, pesticidas y residuos de pesticidas).
Aunque los datos confiables sobre la extensión y gravedad de la contaminación son incompletos, se estima que la
producción global de aguas residuales es de aproximadamente 1.500 kilómetros cúbicos. Asumiendo que un litro de
aguas residuales contamina 8 litros de agua dulce, la carga mundial de contaminación puede ascender actualmente a
12.000 km3. Como siempre, las poblaciones más pobres resultan las más afectadas, con un 50% de la población de los
países en desarrollo expuesta a fuentes de agua contaminadas. (ONU – UNESCO, 2003)
En América Latina y el Caribe, el servicio de alcantarillado presentaba al año 1995 una cobertura del 49% y 40 millones de
metros cúbicos de agua residual eran descargados a fuentes hídricas (Cepis, 1995). Se estima que en el año 2000, más
de cien millones de metros cúbicos de agua residual son descargados diariamente a drenes y menos del 10% son
tratados antes de su descarga a ríos o usados para irrigación, equivalente a 8.400 tn de DBO5 /día (CEPIS, 1995 citado
en Peasey et al., 2000).
En esta región hay 275 ciudades costeras con más de 72 millones de habitantes que descargan agua residual cruda a
playas turísticas, sustancias nocivas a peces y plantas en las áreas circunvecinas y con impactos sobre el mercado
turístico (CEPIS, 1995).
La disposición de aguas residuales sin tratamiento en lagos y ríos utilizados como fuente de abasto, representa un alto
riesgo para la población debido a la pobre calidad microbiológica del agua y porque menos del 50% de los sistemas de
potabilizacion en la región aplican la desinfección. En América, 16 grandes ríos no cumplen con las normas
internacionales de calidad microbiológica como fuente de riego y cultivo de peces, esto es menos de 1000 UFC/100 ml
(Cepis, 1995).
En Colombia la situación es similar, pues 67 m3/s de agua residual son descargados en los cuerpos de hídricos
diariamente, pero solo un 8% es tratada (DNP, Documento Conpes 3177, 2002). En la región del Valle del Cauca, en el
área de las cuencas andinas, solamente un 2% del agua residual doméstica es tratada, mientras el 98% restante es
descargado en el río Cauca, la principal fuente para riego y empleado en muchas empresas de cría de peces (CVC,
2001).
Es claro que el reuso del agua residual tratada es una buena estrategia para reducir la presión existente sobre el recurso
hídrico y por lo tanto contribuirá a cumplir con el objetivo fijado para el 2025, que señala que algo así como 310.000
personas requerirán del abastecimiento de agua mejorado por día durante el periodo 2001-2025 (OMS, 2000). El empleo
de esta agua para la producción de proteína animal especialmente peces, igualmente aportará hacia el cumplimiento de la
meta 1 reducir la hambruna mundial.
La tragedia del hambre en medio de la abundancia sigue siendo una dura realidad en el mundo de hoy. En los países más pobres, la
mayoría de la población está afectada por el hambre. (ONU – FAO, 2001)
Las últimas estimaciones de la FAO (Figura 1) indican que, en 1997-99, había en el mundo 815 millones de personas subnutridas: 777
millones en los países en desarrollo, 27 millones en los países en transición y 11 millones en los países industrializados. Estudios
recientes han demostrado que la pobreza, el analfabetismo, la malnutrición y la degradación ambiental pueden ser causas directas, lo
mismo que efectos directos, de la inseguridad alimentaria. (ONU – FAO, 2001)
Figura 1. Numero de personas con desnutrición en el mundo
Según la FAO (2001), un objetivo fundamental de la estrategia para la reducción de la pobreza sigue siendo el acceso a suministros
alimentarios suficientes y el desarrollo rural. La seguridad alimentaria, consiste en conseguir tres condiciones:
• Debe haber alimentos en cantidades suficientes, teniendo en cuenta la producción interna, las importaciones comerciales y la ayuda
alimentaria y las existencias nacionales.
• Los medios de subsistencia de los hogares deben ser adecuados para proporcionar a la gente acceso a los suministros alimentarios; y
los suministros disponibles deben satisfacer las necesidades de alimentación y salud específicas de todos los miembros de la comunidad.
• La posibilidad de disponer fácilmente de agua inocua para los distintos usos domésticos, especialmente para beber, lavar y cocinar, es
fundamental para la buena salud y la seguridad alimentaria.
En las próximas dos décadas, la acuicultura contribuirá a la producción global de alimento y ayudará más a la reducción mundial de la
pobreza y de la inseguridad alimentaria. La producción de la acuicultura genera más alimento de base proteína animal que cualquier otro
sector equivalente. Durante las últimas tres décadas el sector se ha expandido, diversificado y avanzado tecnológicamente aportando
nuevos ingresos a nivel local, regional y global.
Por otro lado, la FAO ha reconocido la importancia de la acuicultura en la seguridad alimentaria. Una gran porción de de la producción
mundial de pescado proviene de granjas a pequeña escala en países en desarrollo y en donde existen escasez de alimentos. (Shafai,
2004, citado por Abenoza, 2006).
El porcentaje de población que cuenta con servicio de tratamiento de efluentes previo a su descarga en los cursos de
agua, es sumamente pequeño. El reuso de efluentes está experimentando un proceso de expansión que no se limita a las
zonas áridas o semiáridas, sino que abarca área con recursos hídricos que son abundantes pero que no alcanzan a cubrir
una demanda alta. (GWP, 2000)
El uso de agua residual para fertilizar lagunas con peces inicia en Alemania al final del siglo 19 (Prein, 1998, citado
CEPIS, 1995), en Calcuta india inicia en 1930 y actualmente existen largas experiencias instaladas en el Mundo (Edwards,
1985, citado por CEPIS, 1995).
Las aguas residuales domésticas, más que un problema, pueden generar múltiples oportunidades. Su composición
permite generar valores agregados a través de su reuso. (Jana, 2001). El concepto de implementación de la acuicultura en
el tratamiento de aguas residuales y reciclaje de agua y nutrientes, ha incrementado su popularidad en los últimos años,
desde el punto de vista de que los métodos de acuicultura podían resolver simultáneamente problemas ambientales y
sanitarios, al mismo tiempo que presentan una forma económica de producción de alimento. (Shafai, 2004).
La piscicultura alimentada por aguas residuales es un tratamiento productivo de aguas servidas, que se diferencia de los
métodos convencionales de tratamiento biológicos, en que estos últimos están basados principalmente en procesos de
degradación de materia orgánica, el agua residual es reutilizada en lugar de desecharse.
Esta actividad es una práctica antigua pero al a vez innovadora, pues integra exitosamente el reuso del agua residual.
Consiste en un ecosistema acuático construido, que consta de uno o muchos cuerpos de agua, que es cargado con agua
residual rica en nutrientes. El propósito central del sistema, es la asimilación de los nutrientes en la biomasa.
Simultáneamente, los componentes orgánicos, son también consumidos o mineralizados, y en consecuencia el agua
residual es tratada. El ecosistema construido, refleja procesos del ambiente natural y es de este modo estéticamente
agradable. (Junge-Berberovic, 2001)
La piscicultura ha tenido un crecimiento grande en los recientes años en América Latina, que es reflejado en la producción
de más de 160.000 tn de pez/año en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú. (Hernández, 1995, citado CEPIS
1995). Es fundamental destacar que esta actividad económica puede ser afectada por la calidad de agua que se emplea
como fuente. Algunos caso importantes en el mundo son mostrados en la Tabla 1.
Tabla 1. Experiencias mundiales en piscicultura con aguas residuales.
Situación Colombia.
La industria piscícola en Colombia produce 56.530 toneladas métricas de pescado de las cuales, 35.000 corresponden a
tilapia (Alceste y Jory, 1998). La información reportada para 1992 en el Boletín de Estadísticas del INPA (1993), es de 23
932 toneladas anuales para los productos provenientes de la acuicultura. De esta cifra, el 46.17% corresponden a las
tilapias (plateada y roja) con una producción anual de 11 050 toneladas. La producción de tilapia roja y plateada ha
pasado de 300 toneladas al año en 1985 a 11 050 en 1992 (Rodríguez, et al., 1993).
En el año de 1979 se introdujo la tilapia plateada a Colombia (Oreocromis niloticus), la cual se difundió ampliamente y se
constituyó en la base de la producción de aguas cálidas a nivel industrial a mediados y finales de la década de los ochenta
(Rodríguez, et al., 1993). El cultivo de tilapia es hecho principalmente en jaulas flotantes y estanques localizados en áreas
favorables para su cultivo (aguas con una temperatura de 23 a 32 °C). El producto, después de procesado (eliminación de
vísceras, escamas y agallas) tiene un precio en el mercado de $US 1.6 a 1.8 por kilo. Consecuentemente, el mercado
emergente donde la tilapia se ha vuelto un producto de alta demanda, se ha mantenido al interior del país (Alceste y Jory,
1998).
El cultivo de peces (especialmente la tilapia) de agua dulce se ha incremento significativamente durante los últimos años.
Actualmente, 4 años de historia de piscicultura en Colombia han desarrollado operaciones de producción de tilapia en los
departamentos de Huila, Tolima, Valle del Cauca, los Llanos orientales y la Costa atlántica. En estas áreas se concentra
cerca del 90% de la producción de pescado de agua dulce, con aproximadamente 28.265 toneladas métricas por año, de
acuerdo a los datos recientes del INPA (Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura). De todos modos, una producción
significativa no se reporta porque es consumida localmente y no entra a los mercados formales y por ende a los registros
oficiales, por lo tanto, se podría esperar que la producción real sea cercana a las 57.000 toneladas métricas por año.
Cerca del 62% de esta producción corresponde a tilapia roja (Oreochromis sp.) y la mayoría se produce en jaulas (Alceste,
Jory, 1998).
El tamaño comercial de la tilapia suele estar alrededor de los 350 gramos. Los precios locales están por encima de los que
prevalecen en las exportaciones internacionales, por lo que no existe prácticamente exportación de tilapia desde Colombia
(Alceste, Jory, 1998). En Colombia, el cultivo de la tilapia roja se ha incrementado significativamente en los últimos años, y
actualmente contribuye con el 3.3% de la piscicultura y los ingresos asociados pueden estar cerca de los $US
194.000.000 por año. Por esto, las perspectivas para la ampliación de su cultivo son excelentes.
Patógenos, metales pesados y toxinas son los aspectos más importantes a considerar para la salud pública. (Iqpal, 1999)
Los riesgos de salud afectan principalmente a tres grupos de personas: En primer lugar, los trabajadores que tienen
contacto directo o indirecto con el agua residual durante la operación y cosecha del pez; los transportadores; y
manipuladores del pez y los consumidores.
Los trabajadores durante su rutina de operación y mantenimiento de los sistemas de agua residual, son los más
vulnerables, este grupo se considera como el que más alto riesgo sanitario padece. Estos trabajadores deben mantener
un alto nivel de higiene y protección personal y recibir un entrenamiento adecuado con el que comprendan el riesgo alto y
puedan adoptar las medidas pertinentes. (Iqpal, 1999).
La primera impresión que se tiene de peces que son cultivados en lagunas alimentadas con aguas residuales es que
estos son peligrosos y no son seguros de comer por la probabilidad de contraer enfermedades infecciosas causadas por
microorganismos patógenos presentes en las aguas residuales.
En contraste, anécdotal evidencia y un creciente cuerpo de evidencia científica indican como los peces tienen un relativo
bajo riesgo a la salud pública, incluso así el agua residual este altamente contaminada con carga toxicas provenientes de
descargas industriales, contribuyendo de esta manera al bienestar de la población de bajo ingresos económicos de las
zonas rurales y peri urbanas (Edwards, 2001).
Las concentraciones de patógenos entéricos en el agua residual cambian de acuerdo con la prevalencia e intensidad de la
infección en la población, produciendo el agua residual y las condiciones socio económicas prevalecientes de tal
población. Sin embargo, existen grandes cantidades de datos de estudios previos acerca de la presencia de patógenos en
el agua residual. En la tabla 2, se muestra la cantidad típica de patógenos en el agua residual cruda.
Tabla 2: Cantidades de patógenos encontrados en aguas residuales crudas
El riesgo es definido como la exposición a la posibilidad de una infección que podría ocurrir, pero que no ocurre en el
presente. Desde el punto de vista epidemiológico, el riesgo es definido como la probabilidad que un individuo desarrolle
una enfermedad dada en un periodo de tiempo específico (Blumenthal et al., 1989).
En el pasado, la valoración de los riesgos a la salud provenientes de los desechos humanos se basó en criterios
microbiológicos. Un “riesgo potencial “podría ocurrir cuando organismos patógenos fueran detectados en aguas residuales
o cultivos, aún si no se hubieran detectado casos de enfermedades debido a tales microorganismos.
Los contaminantes en el agua residual tratada que son de significancia para la salud pública contienen agentes químicos y
biológicos. Cuando el agua residual tratada es usada, los mayores riesgos agudos potenciales para la salud están
asociados con la exposición a patógenos biológicos, incluyendo bacteriales, helmintos, protozoarios y virus entéricos, pero
especial mención y cuidado debe ser realizado sobre los trematodos. En la Tabla 3 se muestran las importancias de los
riesgos a la salud asociados al uso de aguas residuales en el cultivo de peces.
Tabla 3. Importancia relativa de varios riesgos a la salud por el uso de aguas residuales en el cultivo de peces.
Los trematodos tienen al caracol como el primer huésped intermediario. Los Schistosomas no tienen un secundario
huésped, pero Clonorchis, tiene al pescado (usualmente miembros de la familia de la Carpa) y fasciolopsis (gigante
intestinal) tiene vegetales acuáticos como huéspedes secundarios (Mara, 2004). Esta condición, hace que en zonas
endémicas de Trematodos y en especial schistosoma se convierta en un riesgo para los trabajadores piscícolas y los otros
dos trematodos para los consumidores del producto cultivado en las lagunas alimentadas con aguas residuales tratadas
parcialmente o no tratadas.
Cáncer del tracto biliar (Carcinoma biliar) no es un resultado improbable de una clonorchiasis crónica y esta enfermedad
tiene una alta prevalencia siempre y cuando la población consuma pescado crudo cultivado en lagunas con aguas
residuales (Mara, 2004). Esta especial e importante atención sobre los trematodos se fundamenta en las características
de estos gusanos, ya que ellos son latentes, razonablemente persistentes, disponibles para multiplicarse y tienen una alta
infectividad.
Adulto femenino del Schitosomas produce hasta 1000 huevos por día, adulto femenino del gusano Clonorchis hasta 4000
y del Fasciolopsis 25.000 huevos por día. Los huevos son expulsados a través de las excretas, pero el S Haematobium en
la orina (Mara, 2004). Estas condiciones de los gusanos y su alto riesgo a la salud generaron que las directrices de calidad
de agua se fundamentaran en estos trematodos y sea bastante restrictiva, lo que de manera precisa establece la
necesidad de contar con sistemas efectivos de remoción de estos agentes patógenos.
Las normas microbiológicas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (1989) para aguas residuales que se
destinen al cultivo de peces, se muestran el la Tabla 4.
Tabla 4. Calidad microbiológica de agua residual para reuso en piscicultura.
Ahora si la E coli, esta por encima del limite, puede haber un riesgo que bacterias patógenas estén presentes, ya que
estos microorganismos ese encuentran no solo en la piel del pescado sino en su carne y órganos internos. (Buras et al,
1987; Pal, 1991, citados por Mara, 2004). Sin embargo, Moscoso (Cepis, 1995) encontró que peces cultivados en lagunas
con aguas residuales con niveles de E coli hasta de 104 UFC/100 ml estaban libres de patógenos, lo que deja un potencial
margen de seguridad con respecto a la norma de la OMS.
El otro caso también puede ocurrir, existe cierta evidencia que sugiere que puede darse cierta acumulación de organismos
entéricos y patógenos, en el cuerpo del pez, cuando la concentración de coliformes fecales en el agua es menor a 1000
por cada 100 mililitros. De todos modos, no hubo datos epidemiológicos que sugirieran efectos en la salud en las
comunidades que consumen peces cultivados en aguas residuales (Blumenthal et al., 2000).
El rol de los coliformes fecales como un indicador de la calidad del pez, ha sido cuestionado, pues estos no siempre son
detectados en los músculos de los peces, mientras eran encontradas otras bacterias. Por lo tanto, el uso del recuento de
bacterias (SPS) fue propuesto como indicador. (Blumenthal et al., 2000).
De otro lado, una barrera adicional de protección a la salud de la población por el consumo de pescados cultivados con
aguas residuales es el control sobre la calidad microbiológica de los peces que se venden en los sitios públicos. En este
sentido, se han desarrollado diversos estándares por cada país y mucha información producto de las investigaciones
epidemiológicas ha permitido establecer algunos niveles de confianza para consumir dicho producto. En las Tablas 5 y 6
se presentan los estándares internacionales de calificación del producto y la norma Colombiana respectivamente.
Tabla 5: Estándares de calidad microbiológica del músculo de peces cultivados en aguas residuales según Buras (1987)
(citado por Mara, 2004)
Tabla 6. Norma Colombiana de calidad microbiológica para alimentos destinados al consumo humano.
El tratamiento del agua residual genera un efluente de suficiente calidad, por lo cual debería ser usado de manera
benéfica y no desperdiciado (Asano, 1998, citado en Blumenthal et al., 2000). Adicionalmente, el reuso del agua residual
tratada ha sido exitoso para la agricultura y piscicultura y se han reportado incrementos de la producción.
Para lograr las metas de calidad del agua, se requiere desarrollar y poner en operación una gran infraestructura en el país.
Antes de elegir un sistema de tratamiento de las aguas residuales, es necesario definir los “objetivos del tratamiento”. Para
propósitos de piscicultura, existen dos objetivos que se deben considerar: la calidad química y los riesgos a la salud
pública.
Durante el último siglo, se hicieron avances tecnológicos en el procesamiento físico, químico y biológico del agua y el
agua residual. La primera parte de este siglo fue llamado “La Era del Reciclaje, Reuso y recuperación del Agua Residual”
(Asano y Levine, 1996). Las tecnologías fueron desarrolladas acorde con los propósitos de reuso, los cuales iban desde la
remoción de materia orgánica para el uso de los paisajes hasta un nivel de riesgo cero a la salud para el reuso con fines
de potabilización. Estos avances han resultado en un incremento en la implementación de proyectos de reuso de agua
residual en diversas regiones en el mundo y también en la evolución de nuevas alternativas de reuso.
Desde el marco de la sostenibilidad, el tratamiento de las aguas residuales en países en desarrollo, deben tenerse en
cuenta una serie de aspectos importantes, entre otros se tienen:
• Bajo costo de inversión inicial y operación y mantenimiento.
• Simplicidad en la operación y mantenimiento.
• Bajo y preferible cero consumo de energía, esencial para bajo costo O&M
• Bajo y preferible cero uso de desinfectantes químicos.
• Bajo uso de terreno.
• Baja producción de lodos.
• Alta eficiencias y la disponibilidad para producir un efluente con adecuada calidad.
Estas consideraciones pueden ser muy evidentes, pero a pesar de esta condición, dichas consideraciones no son tenidas
en cuenta por los profesionales de los países en desarrollo , quienes por desconocimiento o por importaciones de
tecnologías mecanizadas producto de posibles formaciones y/o pasantías en países desarrollados consideran que el
grupo de las convencionales son la mejor alternativa para sus países ya que estas funcionan adecuadamente en las
naciones ricas y bajo esta premisa consideran que en países con menos ingresos también van a funcionar. Esta situación
es un gran error, pues como se muestra en la Tabla 7, las prioridades para los dos grupos de naciones son diferentes.
Tabla 7 Comparación de la importancia de factores en tratamiento de aguas residuales en países desarrollados y en
desarrollo.
De la tabla anterior, se puede evidenciar que los dos grupos de naciones tienen diferentes percepciones de lo que es
importante en el tratamiento de aguas residuales. Lógicamente, existen ciertas circunstancias en donde algunas
tecnologías pueden ser apropiadas, es el caso de las megas ciudades.
Para el tratamiento de las aguas residuales teniendo en cuenta las calidades mínimas del agua para su uso en la
piscicultura, existen dos grupos de paquetes tecnológicos que están siendo utilizados mundialmente, pero que las
diferencias entre ellos deben ser muy bien analizadas de tal forma que se pueda escoger e implementar la opción técnica
acorde al contexto social, económico, cultural y ambiental de la zona. Las diversas tecnologías de tratamiento de agua
pueden ser divididas en:
Los sistemas mecanizados o convencionales son el primer grupo donde se destacan los lodos activados, filtros
percoladores, aeración extendida y laguna aeradas y biodiscos se destacan por su gran eficiencia en remoción de materia
orgánica ocupando pequeñas áreas pero demandan grandes consumos de energía.
El segundo grupo son los sistemas naturales (denominados también ecotecnologías) donde se destacan las lagunas de
estabilización, los sistemas de plantas emergentes (humedales artificiales) y acuáticas (duckweed). Estas tecnologías
además de remover materia orgánica y nutriente eliminan con altísimas eficiencias los microorganismos patógenos,
condición que en el primer grupo no se presenta.
Dado que las grandes experiencias de reuso de aguas residuales en piscicultura se han construido en países tropicales de
bajos ingresos y son en estas naciones donde las tecnologías no convencionales tienen altas condiciones de ser
empleadas como mejoradoras de calidad de agua. Desde esta perspectiva, se hace una pequeña discusión conceptual
sobre este grupo de tecnologías.
Los Sistemas Naturales de tratamiento (SN) están surgiendo como alternativas de bajo costo, fáciles de operar y
eficientes en comparación con los sistemas de tratamiento convencional para una amplia gama de aguas residuales.
Estos sistemas tienen mundialmente una ventaja es que estos no requieren grandes cantidades de energía como
insumos, contrario a los sistemas mecanizados.
Así mismo, futuros beneficios pueden obtenerse, en los sistemas naturales, es posible el reuso del agua, nutrientes y
energía del agua, cerrando el ciclo del agua y nutrientes. Sin embargo, al comparar sistemas mecanizados con naturales,
se puede ver que estos últimos requieren de grandes extensiones de tierra, y la operación de los sistemas es
generalmente controlada por factores ambientales. Así mismo, la alta concentración de algas, en el efluente, las pérdidas
por evaporación, los olores, mosquitos y la sensibilidad de las algas a materiales tóxicos presente en el agua residual
cruda son también otros factores pequeños de desventajas de dichos sistemas cuando se emplean para el tratamiento de
aguas residuales.
En este grupo se destacan los siguientes sistemas: Lagunas de estabilización (Anaerobia, Facultativa y Maduración);
Humedales artificiales de flujo subsuperficial y superficial; lagunas con lenteja de agua (Duckweed) y reactores anaerobios
como el UASB (Manto de lodos anaerobio de flujo ascendente).
Lagunas de Estabilización (LE): Son sistemas poco profundos hechos por el hombre en donde después de un tiempo de
retención de varios días (mayor a las horas en sistemas convencionales) se genera un efluente bien tratado. Este sistema
se compone de una serie de lagunas el cual inicia con la laguna anaerobia, seguida de la facultativa y acorde a la calidad
deseada se puede complementar con laguna de maduración.
Una de las grandes ventajas de este sistema es su alta eficiencia para remover materia orgánica, nutriente y patógena con
cero usos de energía externa que se traduce en bajo costos de operación y mantenimiento. En las Tablas 8, 9 y 10 se
muestran estas ventajas.
Tabla 8. Consumo de energía para diferentes sistemas de tratamiento.
Tabla 9. Eficiencias de remoción de patógenos alcanzadas en Lagunas de Estabilización (LE) y Sistemas Convencionales
(SC).
Las Tablas anteriores muestran las bondades del sistema de LE, las cuales lo colocan como una de las mejores opciones
para los países tropicales y una excelente elección para proyectos donde se desea utilizar el efluente en el cultivo de
peces, situación que ha sido mostrada igualmente por las recientes recomendaciones de la OMS en calidad
microbiológica de las aguas residuales para uso tanto en agricultura como en piscicultura donde las lagunas son la opción
ideal para alcanzar dichos estándares.
En el caso especial de Colombia, datos del ya desaparecido ministerio de Desarrollo Económico, hoy en día incorporado
al ministerio de Vivienda, Medio Ambiente y Desarrollo Territorio (MAVDT), muestran los siguientes costos para los
sistemas de lagunas y lodos activados:
Lagunas de estabilización: US $ 30/persona
Lodos Activados: US $ 130/persona
Para poblaciones menores de 250.000 habitantes, el MAVDT exige un minucioso estudio y evaluación de la alternativa de
sistemas naturales para el tratamiento de aguas residuales, pues se corre el riesgo de no ser beneficiado con créditos de
financiación para este tipo de obras.
Laguna Anaerobia (LA): usualmente es la primera barrera en una serie de lagunas. Estas son de 2 a 5 m de profundidad
y reciben una alta carga orgánica (usualmente mayor a 100 g DBO/m3-d, >3000 kg/Ha-d). Esta laguna no contiene
oxigeno disuelto ni algas. La función primaria de esta unidad es remover DBO. Lagunas anaerobias trabajan de manera
excelente en climas calidos, bien diseñadas y sin soportar sobre cargas pueden remover más de 60% de la DBO presente
en el agua residual. El Tiempo de Retención Hidráulico (TRH) es corto, 1 días es adecuado, pero ahora existen
mejoramientos de esta unidad que han reducido el TRH hasta 12 horas manteniendo la eficiencia de remoción, unidades
conocidas como lagunas de alta tasa. (Peña, 2002).
Laguna Facultativa (LF): esta unidad usualmente recibe el efluente de la LA, son diseñadas para remover DBO sobre la
base de bajas cargas orgánica superficial (100-400 kg DBO/Ha/d) para permitir el desarrollo saludable de algas. Estas
unidades trabajan con profundidades entre 1 a 1,8 m, pero nunca menores de 1 m, pues vegetación emergente puede
aparecer. TRH de 5 días son adecuados para el diseñó de esta laguna.
En LE se alcanzan remociones finales de DBO del orden del 80 al 90%, de nitrógeno 80% o más y patógenos más de 3
unidades logarítmicas. Estos valores permiten que se puedan alcanzar los estándares de calidad exigidos para aquellas
aguas que vayan a ser reusadas en el cultivo de peces, mostrando de esta manera que este tipo de lagunas son una
excelente opción no solo para tratar el agua residual si no para darle un valor agregado a dicha agua y generar
condiciones de su uso en otros fines, que otro tipo de sistemas no lo pueden generar.
Laguna de Maduración (LM): Son lagunas poco profundas (1-1,5 m) reciben el efluente de la LF, generalmente deben
ubicarse varias LM en serie para alcanzar los niveles de remoción deseados, en particular de patógenos. La función
principal de esta unidad es la remoción de microorganismos patógenos presentes en el agua residual y estas son
extremadamente excelentes en esta función cuando han sido bien diseñadas. Así mismo contribuye a la remoción de
nutrientes (nitrógeno y fósforo).
Sistemas de humedales artificiales. Los sistemas de tratamiento de aguas residuales basados en macrofitas pueden ser
definidos como SN en los cuales las macrofitas acuáticas (plantas que crecen en suelos saturados de agua) tienen una
función vital en relación con la depuración del agua residual. Los humedales están entre los ecosistemas más importantes
de la tierra por sus condiciones hidrológicas, y porque constituyen un enlace entre sistemas terrestres y acuáticos.
En este grupo se encuentran los humedales con plantas flotantes como el sistema duckweed (lenteja de agua) y los de
plantas emergentes como los humedales de flujo sub-superficial.
Duckweed: Las lagunas cubiertas con lenteja de agua son soluciones de bajo costo en inversión inicial y en
mantenimiento. No requieren componentes importados ni insumos, y son robustos en su capacidad de operación. Además
pueden producir un alcance en el tratamiento similar al de un tratamiento terciario, el cual es igual o superior al de otros
sistemas de tratamiento convencionales (Skillicorn, et al., 1993).
Los sistemas de tratamiento de agua residual que emplean lenteja de agua, remueven, por bio-acumulación, hasta el 99
por ciento de los nutrientes y sólidos disueltos contenidos en el agua residual. (Skillicorn, et al., 1993). Las lagunas
cubiertas por lenteja de agua, se diferencian de las lagunas facultativas convencionales en:
1. Alcanzan una remoción significativa de remoción de nutrientes del flujo de agua residual.
2. Alcanzan una remoción importante de sustancias consumidoras de oxígeno y organismos patógenos que en una
facultativa no se alcanzan a remover en tan alta proporción.
3. No presentan la desventaja de una producción importante de sólidos suspendidos en forma de algas.
4. Requieren de menos área para alcanzar un mayor grado de tratamiento.
Una planta típica de tratamiento de aguas residuales que emplea lagunas cubiertas por lenteja de agua, produce hasta
una tonelada de plantas por hectárea (peso húmedo) diariamente. (Skillicorn, et al., 1993)
Figura 2. Sistema Duckweed y laguna de estabilización, Ginebra valle.
Humedales artificiales: Los sistemas de tratamiento de aguas residuales basados en macrofitas pueden ser definidos
como SN en los cuales las macrofitas acuáticas (plantas que crecen en suelos saturados de agua) tienen una función vital
en relación con la depuración del agua residual. Los humedales están entre los ecosistemas más importantes de la tierra
por sus condiciones hidrológicas, y porque constituyen un enlace entre sistemas terrestres y acuáticos. Un humedal
artificial (Wetland) es un sistema complejo de medio saturado, diseñado y construido por el hombre, con vegetación
sumergida y emergente y vida animal acuática que simula un humedal natural para el uso y beneficio humano. Existen
básicamente dos tipos de humedales de flujo superficial (HFS) y flujo Subsuperficial (HS) (Peña, et al, 2003).
Los humedales de flujo subsuperficial (HS) se diseñan y construyen para que el agua fluya a través de la zona radicular de
la vegetación y por lo tanto no presentan una superficie libre de flujo. Este sistema consiste en una excavación que
contiene un lecho de material filtrante que generalmente es grava, el cual soporta el crecimiento de la vegetación
emergente. En esencia, un humedal de flujo subsuperficial se clasifica como un sistema de tratamiento de película fija. Los
humedales de flujo superficial, el agua fluye superficialmente y sobre ella emergen plantas acuáticas (flotantes o
enraizadas).
Los contaminantes en los sistemas con macrofitas son removidos por una variedad compleja de procesos biológicos,
físicos y químicos, incluyendo sedimentación, filtración, adsorción en el suelo, degradación microbiológica, nitrificación y
desnitrificación, decaimiento de patógenos y metabolismo de las plantas. Las macrofitas remueven contaminantes por
asimilación directa dentro de sus tejidos, además proveen superficie de contacto y un ambiente adecuado para que los
microorganismos transformen los contaminantes y reduzcan sus concentraciones. En la Tabla 11 se muestran las
macrofitas más utilizadas en humedales de flujo sub superficial.
Tabla 11 Propiedades de macrofitas utilizadas en HFS
Tratamiento anaerobio: El tratamiento anaerobio cada vez es más reconocido como un tratamiento avanzado para la
protección del ambiente, y representa, combinado con otros postratamientos adecuados, un sistema sostenible para los
países en desarrollo .
El tratamiento anaerobio es un proceso de mineralización, que convierte el abono orgánico en dióxido de carbono y gas
metano; los compuestos nitrogenados en amonio y fosfatos orgánicos en fosfatos inorgánicos. El reactor anaerobio UASB
se visualiza hoy como una tecnología robusta y es la tecnología más común de los procesos anaerobios de lata tasa para
el tratamiento de vertimientos. La aplicación de esta tecnología para el tratamiento de agua residual doméstica, está
creciendo rápidamente en países en desarrollo Algunas características de la tecnología del reactor UASB son:
1. Se presenta una mezcla completa del flujo.
2. Se presenta un buen contacto entre el sustrato (agua residual) y la biomasa (bacterias)
3. Existe una remoción de huevos de nemátodos como resultado de la filtración y agregación que se lleva a cabo en el
lodo.
4. Se presenta una buena separación entre el gas, líquido y sólidos.
5. El biogás que se genera en el proceso es atrapado y puede ser re - usado o dispuesto en forma controlada,
reduciéndosela emisión del metano a la atmósfera. 6. La extracción del lodo es un proceso simple.
7. Se requiere de un tiempo de retención y consecuentemente, de un tamaño mucho menor que una laguna.
5. Caso piloto de piscicultura con aguas residuales. Ginebra, Valle del Cauca.
Se ensayó el crecimiento y supervivencia de la tilapia roja (Oreochromis sp.) cultivados en jaulas al final de una laguna
facultativa en la planta experimental de tratamiento de aguas residuales de Ginebra, Valle del Cauca, Colombia.
Se observaron los efectos asociados a la densidad de siembra (cantidad de peces en cada jaula de igual tamaño) y la
inclusión de la biomasa de lenteja de agua (Lemna minor, planta flotante componente del tratamiento biológico del agua
residual) en la dieta de los peces.
Se emplearon jaulas construidas en bambú forradas con mallas plásticas de 1m3 con 1m2 de área superficial cada una,
para hacer el cultivo de los peces.
Se incluyeron dos tratamientos en el experimento: La densidad de siembra (número de peces por jaula) y el tipo de dieta
(inclusión o no de biomasa de lenteja de agua e n la dieta de los peces).
En el factor “Densidad de siembra” se definieron 4 niveles: 5, 7, 10 y 12 peces por jaula. En el factor “Tipo de dieta” se
definieron dos niveles: Dieta compuesta por un 50% de concentrado y presencia de biomasa de lemna en la jaula, y, dieta
a basa de concentrado con eliminación total de la biomasa de la lemna de agua de la jaula.
En las jaulas sin dieta combinada, se alimentó a los peces con concentrado comercial (Solla) de acuerdo a las raciones
sugeridas por el productor. (“Tilapia 38” hasta los 20g de peso, “Tilapia 32” entre los 21g y 60g de peso y “Tilapia 24” para
los pesos mayores e iguales a 70g. La frecuencia de eventos de alimentación empleados fue: 6 veces al día para los
peces cuyo peso era inferior a los 30g; 5 veces al día para los peces cuyo peso era mayor a los 30g La cantidad de
alimento dado a cada jaula se calculó multiplicando el número de peces existentes en la misma por la ración de alimento
recomendada por Solla S.A. la cual es:
%R = 9.204 * P (-0.324)
Donde:
%R: Porcentaje de la ración de alimento en relación a la biomasa del pez
P: Peso del pez
El experimento se llevó a cabo en paralelo en una granja piscícola. Allí, se sembraron los peces en varios estanques a
una densidad de 5 peces por metro cúbico de agua aproximadamente. Se suministró concentrado como única fuente de
alimento externa y se contó con aireación mecánica para oxigenar el agua especialmente durante la noche y días
lluviosos. El experimento empleó un subgrupo de los peces que se compraron para cultivarse en esta granja piscícola, los
cuales fueron sembrados al mismo tiempo en las dos partes.
Se llevó a cabo un muestreo del agua de la entrada de la planta de tratamiento, a la salida (a la altura de las jaulas con
peces) y del agua de uno del estanque de la granja piscícola. Se encontró que el agua de la laguna facultativa tenía menor
oxígeno disuelto, una mayor contaminación orgánica, pero una menor concentración de coliformes totales.
La contaminación microbiana en el estanque piscícola fue de 3.9 x 104 UFC/100ml y en la laguna facultativa a escala
piloto fue de 6x103 UFC/100ml. Se hizo un análisis microbiológico del músculo de una muestra de los peces cultivados en
la laguna facultativa y en el estanque comercial. Se encontró que todos los peces analizados (provenientes tanto de la
laguna facultativa como del estanque piscícola) cumplieron con las normas colombianas de calidad de alimentos para
consumo humano o sea, no se detectó Salmonella en 25g de tejido muscular y la concentración de coliformes fecales fue
inferior a 100 NMP/g. (Normas NTC 1276 Segunda actualización, numeral 4)
Se encontró que no hubo diferencias significativas con P = 0.1, en las variables respuesta (“Peso promedio final de las
jaulas – crecimiento de los peces” y “Porcentaje de mortalidad”), en presencia de los factores “Tipo de dieta” y “Densidad
de siembra de los peces” (Abenoza, 2006).
6. CONCLUSIONES
Con base en la discusión conceptual sobre la calidad de aguas residuales a reusar en cultivos de peces y las tecnologías
de tratamiento que más se ajustan a las condiciones de los países tropicales y los estándares de calidad exigidos, las
siguientes son las conclusiones que se derivan de este trabajo.
1. El uso de aguas residuales para la piscicultura es una actividad que esta creciendo a pasos agigantados y se requiere
una estrategia de seguimiento y control a la calidad del agua ya que los riesgos asociados con esta actividad son grandes,
especialmente los asociados a la presencia de agentes patógenos.
2. Debe garantizarse una calidad adecuada de las aguas residuales a emplear en el cultivo de peces, en lo referente a
riesgo microbiológico, especial atención debe centrarse en la presencia de trematodos humanos, por ejemplo los
Schistosomas.
3. Los estándares de la calidad microbiológica del agua en lo que se refiere a la presencia de bacterias patógenas, debe
ser un poco más flexibles, niveles de 103 microorganismos/100 ml, demandan la necesidad de ubicar una serie de
lagunas de tratamiento para alcanzar este valor y puede generar la reducción de fertilizante vital para la acuicultura lo que
se podría traducir en una reducción de la productividad.
4. Las normas epidemiológicas de calidad de agua deben ser diseñadas sobre riesgos actuales y no sobre riesgos
potenciales, ya que esta concepción establece menos exigencias que la segunda.
5. El agua residual nunca debe ser utilizada cruda o con tratamiento parcial para el cultivo de peces. Esto dado que se
requiere un mínimo de 8 a 10 días de retención de las aguas para la eliminación de trematodos, los cuales son el mayor
riesgo a la salud pública.
6. Los riesgos a la salud por los contaminantes químicos (metales pesados y compuestos clorados) presentes en aguas
residuales es bajo, pero esta condición debe ser eficientemente monitoreada, ya que existe poca evidencia científica que
establezca la condición contraria.
7. Controlar las condiciones operacionales de los sistemas de cultivo de peces alimentados con aguas residuales, de tal
forma que se puedan evitar potenciales riesgos. Acciones como suspender entrada de agua semanas antes de la cosecha
aparece como una excelente medida de prevención.
8. Los sistemas que más fácilmente pueden alcanzar las normas de calidad de agua para cultivo de peces son los
métodos naturales o sistemas no convencionales. Su alta degradación de materia orgánica, reducción de patógenos y
nutrientes convierten a estos sistemas en la primera opción a considerar.
9. Los sistemas de lagunas de estabilización por sus características de alta eficiencia y bajo costo es la tecnología más
empleada como tratamiento de las aguas residuales que se emplean en cultivo de peces.
10. Una buena combinación es el uso de aguas para lagunas de peces y el empleo de los efluentes para irrigación son
una excelente combinación con un enfoque de cerrar el ciclo del agua.
7. REFERENCIAS
Abenoza, J. A. 2006. Estudio del efecto de la densidad de siembre y tipo de alimentación en el crecimiento de un cultivo
comercial de Tilapia (Oreochromis sp) en una laguna facultativa para el tratamiento de aguas residuales domésticas de
ginebra, Valle del cauca. Tesis de Ingeniería Sanitaria, Escuela EIDENAR, Universidad del valle, Cali, Colombia.
Alceste, C., y Jory D. E. 1998. Análisis de las tendencias actuales en la comercialización de tilapia en los Estados Unidos
de Norteamérica y Europa. Proceedings, First South American Aquaculture Congress. Recife, Brazil. 2-6 Noviembre. 1998.
349 – 364pp.
Allhen, G., y Hepher, B. 1976. Waste and use of recirculation water in aquaculture. Technical conference in aquaculture.
Tokyo, Japan.
Asano, T., y Levine, A. 1996. Wastewater reclamation, recycling and reuse: Past, present and future. Wat. Sci. Tech. 33
(10-11), 1 -14.
Asano, T. 1991. Planning and implementation of water reuse projects. Wat .Sci. Tech. 24(9), 1-10
Asano, T. 2004. Urban water recycling. IWA Publishing, London, UK. Wat. Sci. Tech. 51(8) 83 – 89p.
Blumental, U., Strauss, M., Mara, D.D., Y Cairncross, S. 1989. Generalised model of the effect od different control
measures in reducing health risk from waste reuse. Wat. Sci. Tech, 21, 567-577.
Blumenthal U., Passey A., Ruiz-Palacios G., Mara D. Guidelines for wastewater reuse in agriculture and aquaculture:
recommended revisions bases for a new research. Task. No. 68. Part 1. Water And Environment Health at London and
Loughbroug (WELL). 2000. 5-7p, 34-37p.
CVC. 2001. Plan
CEPIS. 1995. Aquaculture using treated effluents from the san Juan stabilization ponds. Lima, Peru.
de Acción Trienal: Construyendo una cultura ambiental para el Valle del Cauca, 2001-2003, Cali,
Colombia.
DNP. 2002. Documento CONPES 3177, Acciones prioritarias y lineamientos para la formulación del Plan Nacional de
Manejo de aguas Residuales en Colombia. Bogotá.
DC: Edwards, P., and Polprasert C., Wee K. 1987. Resource recovery and health aspects of sanitation. AIT Research
Report No. 205.. pp 324.
Edwards, P., Hassan M. S., Chao C. H., and Pacharaprakiti C. 1992. Cultivation of duckweeds in septage loaded earthen
ponds. Bioresource Technol.40: 109- 117pp.
Edwards, P. 2001. Public Health Issues of Wastewater-fed Aquaculture. Urban Agriculture Magazine, vol1, no 3, pp 20-22.
Falkenmark, M. Overarching, conclusions and comments from the 2004 Stockolm Water Symposium. IWA Publishing.
London, UK. 2004. Wat. Sci. Tech. 51 (8) pp 1- 4.