Art 1760
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anuncios, del cartel desplegable o de las páginas centrales de la revista que
llegaron a todos los rincones del país. Durante la Segunda Guerra Mundial y la
guerra de Corea, los soldados norteamericanos hicieron de ellas el símbolo nacional
en el exilio, lo más admirado después de las barras y estrellas de la bandera. Por
extraño que parezca, se les llegó a instruir a través de comunicados oficiales y
transmisiones de radio, en la difícil forma de exhibir oficialmente en sus cubículos,
aviones de combate y trincheras, las ilustraciones, calendarios, portadas de revistas
o carteles de Marilyn Monroe, Bettie Page y otras féminas fetiche. Las chicas de
estas imágenes servían a los soldados para evadirse en situaciones de crisis y para
tener un referente de la mujer ideal norteamericana que les esperaba a la vuelta de
la guerra. Es significativo como los aviones bombarderos norteamericanos, como el
Enola Gay o el Memphis Belle, llevaban pintada en el morro una pin-up como siglos
atrás hicieron los griegos y otras civilizaciones en sus barcos de combate con otros
motivos diferentes.
Las pin-ups no responden a la imagen que tenemos hoy en día del erotismo o la
pornografía, para ello hay que entender la avalancha de imágenes a la que nos
vemos sometidos hoy en día por los medios de comunicación y que difiere
completamente de lo que había en los años 40. Si bien, cabe plantearse qué
fenómeno dio lugar a la difusión de las pin-ups, bombshells, cheesecakes, sexpots y
otra fruta fresca, como se conoce a las pioneras del erotismo de papel durante los
años de la segunda posguerra mundial.
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un universo creado por la televisión, el cine y la publicidad, medios que habían
ayudado a conformar un nuevo estado del bienestar. Desde la pasión por los
grandes cadillacs a la imagen optimista de una mujer ama de casa glamurosa en
una cocina hipermoderna y perfectamente equipada. “Durante los años 40 y 50
todo el país agarró una extraordinaria borrachera procreadora, más conocida como
el baby boom de la posguerra” recuerda el antropólogo Marvin Harris en La cultura
norteamericana contemporánea.
El matrimonio y la maternidad era lo
mejor visto en un claro contexto de
represión social que rozaba la
persecución. De manera que el sexo no
tardó en convertirse en un mito nutrido
por los medios de comunicación. Puede
resultar paradójico que en un contexto
tan conservador prosperasen con éxito
este tipo de imágenes tan descocadas.
La explicación es que las pin-ups
repartían aire fresco y felicidad,
conformaban el perfecto equipo de
animadoras que necesitaba el sueño
americano. Fueron el objeto de deseo
de los combatientes que luchaban en el
frente sin posibilidades de relacionarse con otras mujeres, y de civiles reprimidos
por leyes que prohibían pasárselo bien si no era para procrear. Eran las chicas de
los calendarios, de los pósters y las postales, aquellas que se asomaban en los
tebeos y en las nuevas revistas para hombres. Señoritas con medidas de infarto,
sugerentes, pícaras y joviales. Las pin-ups materializaban el ideal sexual del futuro.
La década de los cuarenta vio cómo de las chicas caleidoscópicas y juguetonas de
las películas de Busby Berkeley se pasó a las ninfas de acuarela y aerógrafo de
Alberto Vargas y Earl MacPherson, verdaderos escultores de las pin-ups, en las
páginas de la revista Esquire. Y la década de los cincuenta, gracias al
perfeccionamiento de las técnicas de impresión y reproducción, la sustitución de
esos prototipos de ficción por mujeres de carne y hueso gracias a la fotografía.
Además, en esta década de los cincuenta, las pin-up van a adentrarse en una
vertiente más extrema que roza claramente el erotismo descarado, el erotismo a
base de mostrar y no de sugerir. Van a aparecer las llamadas Playmates, las pin-
ups más explícitas, a raíz de la aparición de la revista Playboy, conocida como “la
revista para leer con una sola mano”.
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Principales artistas Pin-up más representativos
Son variados los artistas que trabajaron las técnicas de creación de imágenes pin-
up. Desde el peruano Alberto Vargas, uno de los máximos exponentes de este
género, sinónimo de la sensualidad femenina, elegancia y la belleza de las mujeres
americanas. Durante todas las décadas de cambio de ideales norteamericanos,
desde las chicas Ziegfeld de los 20 hasta las conejito Playboy de los 70, las chicas
Vargas cautivaron las fantasías de América y el mundo entero.
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Rolf Armstrong, uno de los pioneros que tras dedicarse a escenas de marineros,
boxeadores, cowboys y otros estereotipos masculinos, en 1919 empezó a producir
calendarios de chicas. El primero se llamó Dream Girl, y su apellido le sirvió como
etiqueta para sus producciones: The Armstrong Girl. Earl Steffa Moran, uno de los
mejores artistas pin-up de América que colaboró con las revistas Life y Beauty
Parade. George Petty, recordado por Las chicas Petty, un icono americano desde
1933 hasta 1956 de la revista Esquire e hizo publicidad, calendarios y carteles
cinematográficos. Earl MacPherson, una de las figuras más representativas que
comenzó su carrera tras pintar retratos de chicas en Hollywood. En 1941 pintó una
gran pin-up para el calendario de la compañía Shaw-Barton, que fue usado un año
después por la compañía de cigarrillos Lucky Strike para su calendario. Otros
nombres propios fueron William Albartus DeVorss, el italiano Edward Runci, Peter
Driben o Pearl Frush, una de las artistas femeninas más importantes del
movimiento hasta 1955.
Muchas fueron las modelos inspiradoras que saltaron al estrellato por dedicarse
principalmente a otras actividades artísticas como el cine, los espectáculos de
variedades o el striptease. Marlene Dietrich, Jean Harlow, Bettie Page, Mamie Van
Doren, Jane Mansfield, Anita Ekberg, Sugar Cain, Tempest Storm, Betty Grable o
Marylin Monroe fueron algunas de ellas.
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Betty Grable otra de las más adoradas por los soldados norteamericanos. Siempre
se ha comentado que miles de militares la tenían colgada en sus taquillas o tatuada
en sus cuerpos. Betty Brosmer, la típica rubia californiana, llegó a ser la chica con
glamour más popular después de Bettie Page. Hablaban de ella como una mezcla
de Marilyn Monroe y Grace Kelly, por la rotundidad de sus curvas y la sinuosidad de
sus movimientos. Bunny Yeagger tiene el mérito de ser una pionera en la
profesión que contribuyó con su objetivo fotográfico a la renovación de la estética
del calendario. Después de envejecer como una de las cheesecakes más activas de
la profesión, se convirtió en “La fotógrafa más guapa del mundo” según la portada
del U.S. Camera de agosto de 1952. Diane Webber saltó a la fama de la mano del
director cinematográfico Russ Meyer, con quien rodó varias películas. Trabajó con
fotógrafos de todo tipo de revistas. Tuvo problemas debido a su filosofía nudista
que la llevó a los tribunales y a abandonar su carrera de modelo dirigiendo sus
pasos hacia la televisión. Eve Meyer cambió su apellido original Tuner por este
apellido tras casarse con Russ Meyer. Además de ser guapa, llevar por cabarets un
original número de baile con ritmos afrocubanos y aparecer en algunos títulos de
Meyer, se encargaba de la producción de los trabajos de éste, y hasta su muerte
distribuía las películas e invertía el dinero de ambos en nuevos negocios
audiovisuales. Suya es la idea de una cadena de clips musicales que luego terminó
llamándose MTV. Lisa Winters fue la Playmate más votada de los 50 después de
Bettie Page. Descubierta por Bunny Yeagger, quien la condecoró Playmate de
diciembre del 56, fue elegida el conejito favorito de 1957 por los lectores de la
revista. Tempest Storm, debutó como stripper y se prestó a sesiones fotográficas
y cortometrajes con cierta frecuencia. Dio clases de canto y llegó a preparar un
disco, rodó con Russ Meyer y tuvo novios de revista del corazón como Elvis Presley,
Mickey Rooney, John F. Kennedy o Nat King Cole. Otras modelos fueron June
Wilkinson conocida con el sobrenombre de “El Pecho”, María Stinger, la madre de
tres hijos que paseaba con orgullo su condición de doble de Marilyn, Meg Myles o
Lili St. Cyr, la adicta al trabajo que triunfó con su número de burbujas de jabón y
bañera transparente.
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solo haber protagonizado dos películas de éxito, es recordada porque al posar
practicaba una cara de inocente detrás de una determinación diabólica para obtener
lo que quería. Hacía de todo por un poco de publicidad, tal era su ambición que los
periódicos neoyorquinos hicieron un complot para no publicar fotos suyas durante
una temporada. Kim Novak con solo 14 años ya ejercía de modelo. A los veinte
apareció en su primera película y se convirtió en una de las sensaciones oficiales de
Hollywood. Aunque sus apariciones en mini-mags y otras publicaciones para
hombres no eran habituales, sí llegó a posar para Playboy en una sesión calificada
por los testigos de la época como elegancia cargada de sensualidad, el perfecto
ejemplo del glamour de Hollywood que tanto perseguían los estudios. Mamie Van
Doren hizo televisión, ganó concursos de belleza desde bien joven, bailó en Las
Vegas y fue una de las musas de Alberto Vargas. El prestigioso ilustrador le hizo un
retrato desnuda publicado en el Esquire de julio de 1951 que dio la vuelta al
mundo.
Marilyn Monroe empezó a posar desde muy joven para algunos fotógrafos y pasó
un casting de la 20th Century Fox que la contrató como objeto decorativo en varias
películas. Continuó posando para diversos artistas, entre otros el ilustrador Earl
Moran que realizó unos dibujos de la chica desnuda para Playboy en 1947. Su fama
llegó cuando Tom Kelley hizo la famosa fotografía con el terciopelo rojo en 1948. En
1953 Playboy compró los derechos para publicar el calendario y poner una de las
fotos en la portada de su primer número. A partir de ahí se desarrolló toda la
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carrera cinematográfica de la modelo sin dejar de aparecer en revistas de gran
tirada. El 5 de agosto de 1962 moría la pin-up y nacía el mito erótico de cientos de
miles de editores de todo el mundo.
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Las chicas pin-up se convirtieron en el contenido más demandado de las revistas
norteamericanas para el hombre moderno, por delante de todo tipo de reportajes,
entrevistas o relatos de autores con nombre destacado. En los años 40 la novedad
fueron los pulp magazines, publicaciones baratas de literatura de usar y tirar,
relatos y novelas cortas de serie negra, ciencia-ficción o terror. El atractivo eran las
ilustraciones de chicas aterradas con ropas transparentes que aparecían en sus
portadas. Este tipo de producto arrasó de manera multitudinaria pero, a finales de
la década, el público empezó a cansarse de la pulp fiction y el formato sufrió un
gran desgaste.
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fetiche en las series de fotos, por demanda pública. Wink contenía imágenes de
chicas encadenadas y azotadas. Además, Wink publicaba “Sweet Gwendoline” una
creación de John Willie a modo de cómic erótico con contenido sobre bondage y
dominación. Cuando Whisper se publicó por primera vez en abril de 1946, no
parecía provenir de la factoría de Harrison, pues se trataba de una revista más
extensa que otras publicaciones y en la portada, pintada por Peter Driben, se hacía
referencia a los contenidos del interior. Los contenidos eran más sórdidos que en
las otras revistas y contenían unos temas más violentos y sexuales. Dentro de
estas publicaciones de Robert Harrison cabe citar la presencia constante de Bettie
Page, quien se convirtió en seguida en una de las modelos más reconocidas por los
compradores de girlie magazines. Harrison llevó las fotos de la joven de Tennessee
a Irving Klaw, otra de las figuras más significativas del movimiento pin-up.
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Irving Klaw empezó su carrera erótica a finales de los años 30 con una tienda
situada en un sótano de Manhattan donde vendía, junto a su hermana Paula, libros
usados y fotografías de las estrellas de Hollywood, de la música y el deporte. Los
hermanos Klaw no tardaron en darse cuenta que aquellas imágenes sugerentes
aumentaban las ventas. Se centraron en buscar material con señoritas algo ligeras
de ropa y pusieron un cartel de reclamo en el escaparate que decía: Irving Klaw,
The Pin-up King. No tardaron mucho en descubrir y en ofrecer lo que su público
buscaba, montones de supermujeres que evocaran sus fantasías caseras, llegando
a producir sus propias sesiones fotográficas. Los Klaw ampliaron su negocio a la
venta por correo ante la petición de un cliente, de manera que todos los meses
editaron un par de catálogos con las imágenes más sugerentes de sus modelos:
Irving Klaw Bulletin y Cartoon & Model Parade. Bettie Page, que protagonizó
muchos de sus números entre 1952 y 1956 declaró que le gustó Klaw, “me pareció
un hombre que estaba muy ocupado con su trabajo, pero que disfrutaba con lo que
hacía. Le dedicaba horas y horas, siempre atareado en embellecer a las chicas”.
Los clientes postales crecieron rápidamente y como la relación que existía entre
productor y consumidor se realizaba confidencialmente a través del papel, el
público se atrevió a solicitar sin tapujos sus preferencias, pidiendo cosas poco
habituales como que las chicas se pegaran o aparecieran atadas. De esta manera
tan pragmática, las pin-up se convirtieron en las precursoras del bondage o
esclavismo fotográfico. El flequillo corto y cuadrado creó un estilo todavía deseado
por los fetichistas, así como la actitud femenina pero dominante que excita al gran
público. Según las cartas recibidas por la familia Klaw, los complementos favoritos
de los compradores eran los arneses de pony. Y con ellos aparecían sus chicas en
los catálogos.
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Durante los años que Joseph McCarthy estuvo como senador de los EEUU, impuso
unas reglas de conducta moral cercanas al fanatismo religioso. A principios de los
años 50, una subcomisión del senado recibió el encargo de investigar las causas de
la delincuencia juvenil norteamericana. Los senadores comenzaron por censurar la
fuerte industria del cómic a la que consideraban responsable de todos los
problemas. Los tebeos atravesaron su mayor crisis y sus lectores se encontraron
sin la posibilidad de cubrir sus necesidades. Con la caída de las dos principales
fuentes de entretenimiento impreso surgieron los mini-magazines o revistas de
bolsillo que, a poco precio, ofrecían contenido fresco e impactante: chicas. El mini-
mag tenía contenidos sobre cine, historias policíacas, de terror o cotilleos, pero lo
más importante eran las chicas que se mostraban. Mientras la década de los 50 fue
la edad de oro de las revistas de variedades, se cuentan con los dedos de una
mano las que consiguieron soportar el salto a los 60, una década muy diferente
porque los gustos del público cambiaron, así como las actividades desarrolladas en
el tiempo libre. Quick, abreviación de Quick Pocket News Magazine, surge en 1949
y a partir de ahí aparecieron rápidamente otras muchas como He, Bare, Show o TV
Girls and Gags, junto con el paquete creado por Robert Harrison. En poco tiempo
estas revistas se convirtieron en las más vendidas de entre las 50 mini-revistas
nacidas durante los años 50. Hubo magazines creados a partir de un monográfico
de fotografías de una pin-up que se publicaban con el nombre de la figura en
cuestión como cabecera, así Marilyn, Marie o Jayne tuvieron sus mini-mags
exclusivos.
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Las publicaciones más destacadas en el ámbito europeo
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con titulares del tipo “Siete maneras de mejorar tu vida sexual”, “¿Son normales los
sueños húmedos?” o “Guía de los mejores clubes de striptease de Los Ángeles”.
Comprar un mini-mag o una girlie-magazine para leer una entrevista sin interés o
leer una suerte de relatos de ficción seriados, se convertía en el pretexto perfecto
para conseguir acceso a un universo de mujeres seductoras que cautivaron las
retinas de hombres y mujeres, unos ansiosos de encontrar una vía de escape a la
represión social del momento, y otras deseosas de buscar referentes para
conformar su imagen ideal de mujer ama de casa glamurosa.
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Fuentes empleadas para la realización de esta compilación
Bibliografía
ANDRADE, Isabel, Bettie Page: la reina de las curvas y otras pioneras del erotismo de papel, Valencia:
Midons, 1996.
COMA, Javier, Del gato Félix al gato Fritz: historia de los comics, Barcelona: Gustavo Gili, 1979.
GABOR, Mark, The pin-up: a modest history, London: Pan Books, 1978.
HARRIS, Marvin, La cultura norteamericana contemporánea: una visión antropológica, Madrid: Alianza,
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Internet
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http://www.thepinupfiles.com/
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