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Antropologia de La Sexualidad

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ALUMNO: RODRIGO RUÍZ GARCÍA

MATERIA: FUNDAMENTOS DE LA

SEXUALIDAD HUMANA

PSICOLOGÍA

GRUPO: 305

SISTEMA: SABATINO

MAESTRA: PSIC. JULIETA REYES


MUÑOZ

TRABAJO:

ANTROPOLOGIA

Y SEXUALIDAD

14 DE OCTUBRE DE 2017
El resurgir de la Antropología de la Sexualidad equivale a decir del
desprendimiento de la interpretación biológica de la sexualidad en cultura; de la
Sexualidad bioculturalmente entendida. Las numeraras aportaciones de la
Antropología de Sexualidad en comparación con la postura abstencionista de los
últimos tiempos vine marcada por el construccionismo social y cultural
aportaciones:

1. Relación entre los significados que dan los sistemas culturales y sociales a la
sexualidad y el poder del sistema( fundamentalmente económico y político)

2. El impacto que la industrialización, modernización, occidentalización y


globalización de la sexualidad en países del Sudeste Asiático, africanos, caribeños
y latinoamericanos.

3. Contribuciones a la desestabilización del fijismo conceptual del genero y sexo,


favoreciendo la emergencia de la teoría de la performatividad que enfatiza mas la
ambigüedad e indeterminación de los actores sociales que producen los discursos
sexuales, que el significado de los mismos.

Lo que une a todas estas aportaciones por encima de los distintos objetivos del
estudio es su posicionamiento no esencialista: el paso de la biología a la cultura es
el sostén en la que reposan las columnas de la “nueva “sexualidad.

Desde los años 80 y debido a la aparición del SIDA y su posterior


evolución es cuando la antropología retoma con interés el estudio de la
sexualidad que desde la muerte de Malinowski (considerado como su
padre) se situaba de manera silenciosa.
Vance opone la construcción social de la sexualidad al “modelo de influjo
cultural”(imperante desde 1920 a 1990)que representa la versión antropológica del
modelo biomédico de sexualidad. Modelo de influjo cultural Modelo de
construcción social y cultural se sustenta en dos grandes apartados:

1. Salto de la Biología a la cultura, se culturaliza la Biología pero no se biologiza la


cultura.

2. Salto de la universalidad comprensiva de la sexualidad a la comprensión


particularizada de la misma, lo que conlleva a dar mayor relevancia a la
particularidad cultural de sociedades muy concretas.

Erotofobica: postura antropológica en la que en sus propuestas la sexualidad


resulta invisible, esta soterrada y no forma parte de la vida.

Erotoliminal: postura en la que la reproducción sigue considerándose cono centro


nuclear; este periodo se divide en dos rasgos fundamentales, que hacen del
mismo un periodo de transición: uno encerrado en sí mismo y otra mostrando
brotes que aunque empapados de biología anticipan el interés antropológico por la
sexualidad.

Este periodo supone un juego de tensiones en los escritos antropológicos que por
un lado se ocultan, ignoran o silencian por no ser la sexualidad “académicamente
“correcta y por otro lado dichos escritos de manifiestan aunque se les considere de
proscritos; por lo que, dichas publicaciones aparecen en revistas consideradas
marginales o secundarias y como no se publican revistas antropológicas de
sexualidad los antropólogos se acompañan a modo de adorno en otras
especialidades medicas.

De esta época quedan las referencias de: (Representaciones: Sexualidad,


sociedad y Cultura)
1. Kluckhohn basándose en los informes Kinsey (sexualidad
del varón Norteamericano) aplica a la Sexualidad las dos
primeras vertientes: la cultural y la biología de las cuatro que
conforman la Antropología, quieren culturizar la biología
pero esta a veces se le impone como remota; en realidad el
autor se muestra hermético y ambivalente cuando hace uso
de porcentajes.

2. Honigmann hace una critica del uso que los informes


Kinsey hacen del material antropológico a la hora de
establecer comparaciones con la realidad sexual
norteamericana; la critica se basa en dos puntos:

• Universalidad de ciertos patrones sexuales.

• Informes usan fuentes secundarias. Se le reconoce el merito que supone


formular en pleno periodo de ostracismo antropológicos sexual unas hipótesis /
predicciones como las de la universalidad.

3. Trager establece una guía metodologiíta para ordenar y presentar material


consistente y sistemático para que otros antropólogos puedan llevar a cabo
comparaciones sexuales; el objetivo de la guía metodologiíta de Trager queda
meridianamente claro: conseguir la sistematización teórica de los actos y las
funciones sexuales de una o varias culturas o sociedades, por medio de tres
niveles que Triger llama “procesos”: un primer nivel lo sitúa en el contexto cultural,
un segundo nivel queda establecido en el contenido de sistema cultural y un tercer
y ultimo novel en el funcionamiento de ese mismo sistema. Una subdivisión
posterior permite que estos niveles den lugar a la ordenación de actividades
sexuales que queda enmarcada en 9 focos culturales que se ramifican a su vez en
27 ámbitos culturales que por desgajamiento continuo se transforman en 81
sistemas culturales.

Las reiterada incidencia de Trager a referencias


culturalistas, no conduce, sin embargo, la
sexualidad a un umbral cultural; en consecuencia
lleva a engaño ya que sus bases están
firmemente encerradas en la naturaleza biológica
del ser humano.
4. La Barre, la inclinación biologista de este autor reconoce y da crédito a unas
bases primarias biológicas pero no se identifica con la sobre determinación
biológica que resalta los instintos. La sexualidad del ser humano puede
taxonomizarse en al menos diez niveles que se reúnen en tres niveles que se
reúnen en tres grupos: Sexualidad primaria, secundaria (como evolución de la
anterior) y terciaria (donde se da mayor peso a la cultura.

La sexualidad básica se divide en cuatro componentes todos ellos enfundados en


la Biología y son:

Sexo Celular.
Sexo Gonadal.
Sexo Genital externo.
Estructuras de reproducción interna.

Su posicionamiento le hace situarse entre dos extremos, en uno sitúa la


sobredimension biológica de la sexualidad y en el otro la sobredimension cultual,
propia de los antropólogos culturales

Erotofilia: registro etnográfico de


la diversidad sexual.

Todas las culturas instituyen


procesos políticos formales en
informales que troquelan el
alcance de lo permitido y el ámbito
de lo que no se acopla a lo
pautado: la diversidad. En materia
de sexualidad el discurso de la diversidad se encarna en directrices políticas y
sociales que no constituyen pruebas científicas irrefutables, por ello son dos los
procesos sociales que intervienen y dan forma a la sexualidad:

1. Sociedad; permite que se fijen límites de lo que sexualmente es aceptado o


inaceptado. Constituyen procesos reguladores que van de arriba hacia abajo.

2. Individuos, actores sociales; permite al individuo de una sociedad dada


abordar su propia sexualidad. Constituyen procesos reactivos, el individuo
reacciona aceptando o rechazando la hegemonía de las pautas culturales.
Ambos procesos, los reguladores y los reactivos hay que tenerlos en cuenta
para construir modelos culturales específicos de sexualidad y por tanto el
científico dedicado a la investigación como sujeto social que es, también
puede incurrir en dos lógicas procesales: una que remite a la aceptación y
continuismo de practicas científicas que obvian el constituyente social de la
sexualidad y por otro lado la ruptura de la continuidad imperante como sucede
en la construcción social.

Re conceptualizar la sexualidad desde la antropología.

Reconceptualizar la sexualidad desde la antropología. Biología y Cultura


convergían desequilibradamente, así la interpretación de la sexualidad venia dada
en clave biológica; no existía de hecho tal bipolaridad, su existencia hubiera
requerido que biología y cultura tuvieran un mismo nivel de hegemonía y
prevalecía; la vida social lejos de interpretarse con patrones de culturofilia, estaba
inyectada de cultura biologizada; se trataba pues de sociedades biofilas.

El modelo unitario de la biología y la cultura como en el modelo de influjo cultural


es pues n modelo bipolar ficticio, cuya propensión teórica se trunca y quiebra de
continuo en la practica societaria; la construcción social surge del rechazo a esta
imbricación modélica y se su imposibilidad practica.
La cultura no parecía confirmar los principios universalizantes de la biología, más
aun, los trasgredía; por ello se desprende que para los construccionistas sociales
comprender la sexualidad significa transformarla de sentido, pasar de una
interpretación biológica a una interpretación socio antropológica.
La sexualidad ya no es equiparable a la reproducción como objetivo del coito
prevaginal, como núcleo duro del acto sexual, se trasforma en opción a elegir, y,
en consecuencia, su universalización se erradica.

Por otro lado la sexualidad al expandirse


comprensivamente, al pluralizarse y
diversificarse culturalmente, resalta no solo
conductas y practicas múltiples, sino que
también las corporal iza. La construcción social
y cultural de la sexualidad trastoca lo singular
genital, para convertirlo en plural y corporal; así,
el protagonismo de los cuerpos conduce al
protagonismo de los individuos y al significado se sus acciones; los individuos no
se sujetan al guión cultural también hay en ellos capacidad innovadora.

Los significados de la expresión sexual han pasado de tener una plasticidad


biológica a tener una plasticidad cultural y sin abandonar esa representación
cultural han alcanzado una plasticidad corporal subjetiva; los mismos actos tienen
significaciones distintas según los sujetos quien las interprete: biólogos,
antropólogos culturalistas-biologicistas, antropólogos socialconstrucionistas y
también los simples actores sociales.

Partiendo de un mismo paradigma el análisis y la interpretación social y cultural se


la sexualidad, la construcción sociocultural se diversifica en tres grandes
itinerarios:
1. “La cultura como transformación de la biología” implica que es aquella y no esta
la que explica la sexualidad y sus actos, se trata de una inversión del modelo de
influjo cultural.
2. “La cultura como entidad interpretativa predominante” de la sexualidad requiere
de múltiples formas de sustentación y apoyo. El deseo sexual no viene dado en
términos de fijación.
3. “La cultura como determinante explicativo de la sexualidad” implica la negación
del deseo sexual biológico.

Estos tres grandes itinerarios tiene un mismo denominador común: la


discontinuidad o, si se quiere, la de construcción de las contribuciones
antropológicas sexuales que les precedieron.

Sexualidad y Trabajo de Campo


Por ideología y universalización, es por lo que el trabajo de campo “exótico” del
modelo de influjo cultural, en este sentido, es mera proyección, con algunas
variantes, de la sexualidad biomédica; la biomedicina y su modelo sexual
universal, de hecho, limita y, en su extremo, rechaza la diversidad sexual. Lo
normal es lo sexualmente saludable y lo desviado lo sexualmente enfermo. El
modelo Biomédico contempla a la sexualidad a manera de estratos descansa en
primer lugar en la biología, en segundo lugar en la Psicología y en tercer lugar
aparecería la siciologizacion de la sexualidad; en este tripartito la
antropologización cultural de la sexualidad ni se menciona.

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