Manual Eysenck
Manual Eysenck
Manual Eysenck
INSTRUCCIONES Y CALIFICACIÓN
EYSENCK
PERSONALIDAD
N- E -L
ADULTO
INVENTARIO DE PERSONALIDAD DE EYSENCK – FORMA B
“N” Estabilidad
Inestabilidad
Sujeto Extrovertido : Le gusta participar en las fiestas, tener amigos, no le gusta leer ò
estudiar solo, es despreocupado, bromista optimista, le gusta reír y ser divertido.
Prefiere mas actuar que pensar (práctico), es agresivo y pierde rápidamente el
temple.
ESCALA “L” (Veracidad).- Los ítem de la escala de mentira son :6, 12, 18, 24, 30, 36,
42, 48, 54. Están distribuidos de manera estructural y sistemática: El puntaje mayor de 4
en esta escala anula los resultados de la prueba, es decir que el sujeto no muestra su
auto evaluación real.
Metas.- Permite ser usada como prueba de entrada ya que su uso es rápido y economiza
tiempo para el empleo de otras pruebas psicológicas que el examinador desee emplear.
4.- Flemático (introvertido – estable) : Son sujetos fuertes , equilibrados, lentos. Son
pacíficos, pasivos, control formal.
Es natural que no todas las personas se puedan distribuir en los cuatro temperamentos,
únicamente algunos son representantes tìpicos de los tipos indicados , en la mayorìa de la
gente se observa la combinación de los rasgos de un temperamento con los de otro. Sin
embargo se pueden encontrar en la vida representantes característicos de cada
temperamento.
INTERPRETACIÓN CUALITATIVA DEL
TEST DE EYSENCK FORMA B
SANGUÍNEO
El sanguíneo es una persona cálida, vivaz, alegre, que da gusto. Por naturaleza es
receptivo y las impresiones externas se abren camino fácilmente en su corazón donde
prestamente provoca una respuesta atropellada. Para tomar sus decisiones predominan
más los sentimientos que los pensamientos reflexivos. Es un superextrovertido. Tiene una
capacidad poco común para divertirse y generalmente contagia su espíritu alegre y
divertido. Fascina cuando narra cuentos y su naturaleza cálida y entusiasta le hace revivir
prácticamente la experiencia que relata.
El sanguíneo nunca se encuentra perdido por falta de palabras, aun cuando con
frecuencia habla sin pensar. Su franca sinceridad, sin embargo, tiene un efecto
desarmador sobre muchos de sus interlocutores, de tal modo que los hace responder a su
humor. Su modo libre de desenvolverse hace que los de temperamento más tímido lo
envidien.
Al sanguíneo le gusta la gente y detesta la soledad. Nunca se siente mejor que cuando
está rodeado de amigos donde él es el alma de la fiesta. Tiene un repertorio interminable
de cuentos que relata en forma dramática.
Su modo ruidoso, afable, atropellado, lo hacen parecer más seguro de lo que él mismo se
siente; pero su energía y su disposición amable lo ayudan a superar sus problemas en la
vida. La gente suele disculpa sus debilidades diciendo “Él es así”.
Cualquiera sea la actividad a que se dedique el sanguíneo, siempre conviene que sea una
actividad que le proporcione mucho contacto con otras personas.
La voluntad débil y falta de disciplina hacen que les resulte fácil hacerse deshonestos,
falsos y poco dignos de confianza. Tienden a cometer excesos y a aumentar de peso y les
resulta sumamente difícil mantener una dieta; en consecuencia es muy normal que un
sanguíneo de treinta años de edad pese quince kilos de más y que siga aumentando
rápidamente.
La inseguridad: Aún cuando su personalidad extrovertida lo hace ver como una persona
segura de sí misma en realidad es una persona muy insegura.
COLÉRICO
El colérico es de un temperamento ardiente, ágil activo, práctico y de voluntad fuerte que
se tiene por autosuficiente y muy independiente. Tiende a ser decidido y lleno de
opciones, y le resulta fácil tomar decisiones por su cuenta, y por cuenta de otros también.
Al igual que el sanguíneo, el colérico también es extrovertido, pero es mucho menos
intenso.
Al colérico no le asustan las adversidades; más aún, éstas tienden a alentarlo. Su tenaz
determinación generalmente le hace tener éxito donde otros fracasan porque él sigue
empeñado en la tarea cuando otros se desalientan. El colérico es un líder nato, lo que los
expertos en administración empresarial llaman un líder natural fuerte.
El colérico reconoce rápidamente las oportunidades y con igual rapidez descubre la mejor
forma de sacarle provecho. Tiene una mente bien organizada, aunque suelen aburrirlo los
detalles. Como no es muy dado al análisis, sino más bien a una estimación rápida, casi
intuitiva, tiende a poner la mira en la meta que quiere alcanzar sin tener en cuenta las
posibles trampas y escollos en el camino. Tiende a ser dominante y autoritario y usa a la
gente sin vacilación a fin de lograr sus fines. A menudo se le considera oportunista.
La mayoría de los financistas son coléricos. Formulan sus ideas y tienen ese espíritu de
aventura que los lleva a lanzarse en direcciones nuevas. No se limitan tampoco a sus
propias ideas; a veces oyen hablar de alguna idea progresista y ellos la toman como
bandera. Sin embargo, una vez que el colérico ha iniciado un nuevo negocio, no es difícil
que se aburra muy pronto a pesar del éxito, por dos razones: cuando el negocio crece
bajo su dinámica dirección necesariamente surgen muchas cuestiones de detalle. Pero
como los coléricos son malos delegando responsabilidad terminan haciéndolo todo ellos
mismos. Cuando descubre que está tan ocupado que le faltan manos para hacerlo todo,
opta por buscar a alguien que le compre el negocio. Es pues común, que un colérico inicie
entre cuatro y diez negocios en el curso de su vida.
Cruel cortante y sarcástico: Nadie pronuncia con su boca comentarios más ácidos que el
colérico sarcástico, el cual está preparado con un comentario cortante que es capaz de
aniquilar a los que se sienten inseguros y demoler a los menos combativos. Raras veces
titubea cuando quiere cantarle las cosas claras a alguien o hacerlo papilla. En
consecuencia, va dejando un reguero de casos psíquicos y de personas heridas por
donde pasa.
Frío y sin afecto: De todos los temperamentos el colérico es el que evidencia menos
afecto y se neutraliza ante la idea de hacer alguna demostración pública de afecto; su
rigidez emocional rara vez le permite derramar lágrimas.
MELANCÓLICO
El melancólico es un amigo muy fiel, pero a diferencia del sanguíneo no hace amistad con
facilidad. Pocas veces se esfuerza por conocer a la gente; mas bien se limita a esperar
que acudan a él. Quizás sea el de temperamento más confiable, por cuanto sus
tendencias perfeccionistas no le permiten hacerse a un lado o abandonar a otros cuando
cuentan con él. Su reticencia natural a tomar la delantera no es indicación de que no le
guste la gente. Como a todos, no sólo le gusta la gente sino que tiene un gran deseo de
ser aceptado por ellos. Las experiencias desalentadoras lo llevan a rehusar a la gente por
lo que parecen; por ello tiende a sospechar cuando lo buscan o le hacen atenciones.
Los melancólicos deben luchar constantemente contra su espíritu de crítica que proyectan
hacia los que lo rodean como hacia sí mismo, razón por la cual suele sentirse sumamente
disconforme consigo mismo.
FLEMÁTICO
El flemático es un individuo tranquilo, sereno, que nunca se alarma y casi nunca se enoja.
Sin duda alguna es la persona con la cual es más fácil llevarse y es, por naturaleza, el
más simpático de los temperamentos. Para él la vida es una alegre y agradable
experiencia, sin emoción, en la que evita comprometerse todo lo posible. Es tan tranquilo
y sereno que parece no agitarse nunca, cualesquiera que sean las circunstancias que lo
rodean. Es el único tipo temperamental que es invariablemente consecuente. Bajo su
personalidad tranquila el flemático experimenta más emociones de las que aparecen en la
superficie, y tiene capacidad para apreciar las bellas artes y las cosas buenas de la vida.
Al flemático no le faltan amigos porque le gustan las personas y tiene un sentido del
humor natural y satírico. Es del tipo de persona que puede hacer que los demás se
desternillen de la risa mientras él permanece imperturbable. Posee una capacidad
especial para descubrir el lado humorístico de los demás, y de las cosas que hacen los
demás, y tiene una actitud siempre positiva hacia la vida. Tiene buena retentiva y puede
ser un buen imitador. Una de sus grandes fuentes de diversión consiste en provocar a los
demás o en burlarse de los otros tipos temperamentales.
El flemático tiende a ser más bien espectador, y procura no comprometerse mucho con
las actividades de los demás. Más aún, cuesta mucho lograr que tome parte en alguna
actividad que no sea su rutina diaria. En general el flemático es de buen corazón y
compasivo, pero raras veces deja traslucir sus verdaderos sentimientos. Sin embargo,
toda vez que su interés ha sido despertado, y resuelve poner manos a la obra, sus
capacidades de cualidad y eficiencia se ponen de manifiesto. No se ofrece
voluntariamente para ocupar la posición de líder, pero, cuando se ve obligado a ocuparla,
da muestras de ser un líder sumamente capaz. Ejerce una influencia conciliadora sobre
otros y es un planificador nato.
La mayoría de los maestros de la escuela primaria son flemáticos. Esto se aplica también
al nivel secundario y superior, donde tienen preferencia por las matemáticas, la física, la
gramática, la literatura, etc. Otro campo que apela al flemático es la ingeniería. Le atraen
los planos y los cálculos, es bueno como ingeniero civil tanto en estructuras como en
sanitaria, ingeniero químico, ingeniero mecánico, dibujante, estadística, etc. Tienen
además excelentes aptitudes artesanales, por lo que suelen ser buenos mecánicos,
torneros, carpinteros, electricistas, relojeros, especialistas en cámaras fotográficas y otros
instrumentos de precisión. Suelen también ser excelentes capataces, supervisores o
dirigentes de personal pues son diplomáticos y no provocan roces.
Sin interés, lento y ocioso: La debilidad más evidente del flemático es su aparente falta de
empuje o de ambición. Si bien pareciera que siempre hace lo que se espera de él, raras
veces hace más de lo necesario. Hace pensar en que tiene un metabolismo bajo, o lento,
y con frecuencia se queda dormido en el momento que se sienta. Raramente propicia
alguna actividad, y en cambio busca excusas para evitar tener que comprometerse en las
actividades de los demás. Incluso su ritmo tiende a disminuir con el paso de los años. El
flemático generalmente se levanta temprano, se va a su trabajo o actividad diaria de buen
humor, y habiendo cumplido un horario corrido, regresa “completamente agotado”. Con
frecuencia duerme una larga siesta, tras lo cual se sienta frente al televisor ( que maneja a
control remoto), y en el curso de la tarde se duerme y se despierta según los programas.
Por último, después de las noticias de la noche, su mujer lo despierta y lo ayuda a
meterse en la cama, donde se duerme profundamente hasta la mañana siguiente. Y esto
todos los días invariablemente.
Mezquino y avariento: Esta es una característica de las que solo pueden dar fe las
personas que viven con un flemático, pues su actitud siempre cortés y correcta para con
los demás, hacen que el resto de las personas no se percaten de ella. El flemático cuida
cada centavo y actúa como un avaro, excepto cuando se trata de comprar algo para sí
mismo. Normalmente es el que da las propinas más pequeñas.
Terco, terco y terco: Nadie es más terco que el flemático; pero es tan diplomático, hasta
en eso, que a la gente le puede pasar desapercibido. Casi nunca se enfrenta con otra
persona, ni se niega a hacer algo, pero de algún modo se las arregla para eludir la
responsabilidad. Ante una situación familiar el flemático jamás grita o discute. Se limita a
arrastrar los pies o se planta y se niega a moverse.
http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/tesis/Salud/Zavala_G_G/cap3.htm
La introversión y la extroversión según las teorías de la personalidad
El primero en trabajar con la dimensión de extraversión - introversión fue Carl Jung, aunque ya
antes de que Jung forjara estos términos, William James había llamado la atención sobre la
diferencia que existía entre los individuos “de mente resistente” y los “de mente sensible”; los
que miran hacia afuera y los que miran hacia adentro. Jung define al extrovertido como ‘la
persona cuyo interés en general se enfoca hacia la vida social y el mundo externo y no hacia
sus experiencias internas’, por otro lado define al introvertido como ’una persona que en
general se enfoca hacia sus pensamientos y sentimientos interiores’.
Las personas introvertidas prefieren las actividades a solas que con la gente, como las
actividades intelectuales o los libros. Tienden a planear las cosas y desconfían de los
impulsos. Se toman seriamente sus actividades, les gusta llevar una vida ordenada y sus
sentimientos suelen estar bajo su control. Raramente son agresivas y no suelen perder el
control fácilmente. No necesitan a los demás para estar contentos, tratan de entender las
situaciones con más interés que los extravertidos y son más reflexivos.
Dada la naturaleza de la personalidad de los individuos, tanto los sujetos introvertidos como
extravertidos, van a evitar los contextos, situaciones y circunstancias que vayan en contra del
gradiente de su personalidad. Así mismo, el introvertido evita la gente en masa, ya que es
individualista. El extravertido dada su naturaleza sociable, locuaz y dependiente del grupo,
evitaría situaciones de aislamiento, que comporten silencio o soledad.
La extroversión estaría relacionada con una menor activación cortical del cerebro, lo que
explicaría para Eysenck la variabilidad de actividades y la búsqueda de excitación de estos
sujetos. Por contra, los introvertidos tienen una mayor activación cortical que explicaría la
mayor perseverancia de su conducta y el alejamiento de las actividades de mayor excitación.
Alguien que es extravertido, decía Eysenck, tiene una buena y fuerte inhibición: cuando se le
enfrenta a una estimulación traumática (como un choque en un automóvil), el cerebro del
extravertido se inhibe, lo que significa que se vuelve “insensible”, podríamos decir, al trauma y
por tanto recordará muy poco de lo que ha ocurrido. Después del accidente de coche, el
extravertido podría decir que es como si hubiese “borrado” la escena y le pediría a otros que le
recordasen la escena. Dado que no sienten el impacto mental completo del accidente, podrían
estar conduciendo perfectamente al día siguiente.
Por otro lado, el introvertido tiene una pobre o débil inhibición: cuando hay un trauma, como el
accidente de coche, su cerebro no le protege lo suficientemente rápido; no se “apaga” en
ningún momento. Más bien están muy alertas y aprenden bastante, de manera que pueden
recordar todo lo que ha pasado. Incluso dirían que han visto el accidente en “¡cámara lenta!”.
A la inversa, aquéllos con un nivel de excitación mínimo asimilan mucha menos información
por segundo que el individuo normal, y por tanto pueden sentir la necesidad de aumentar el
“volumen” de estímulos. Esto hace que los demás los perciban como extravertidos. Esto se
debe a que como el extrovertido tiene una excitación mínima, tiene dificultad para pensar con
claridad y puede incluso adormilarse si no recibe estimulación de parte de su entorno. Por
eso, muchos extravertidos suelen aumentar el volumen de estímulo en el ambiente que los
rodea. Encienden la radio o la televisión. Dejan la radio encendida mientras leen, o buscan
leer en lugares ruidosos.
El individuo introvertido tiene un nivel de alerta naturalmente alto, que hace que busque
niveles de estimulación menores a los normales para no sentirse abrumado. Con el transcurso
de los años, esta necesidad de evitar ser abrumado por el estímulo del exterior se transforma
en un estilo de razonamiento concentrado e introyectivo que puede hacer que el individuo
parezca replegado, meditabundo, sereno o incluso recluido ante el observador más
extrovertido. Las típicas maneras en que el introvertido intenta controlar el nivel de
estimulación incluyen: la lectura, la reflexión, los momentos en soledad; el evitar el contacto
con otros o tener que adaptarse a ellos; la competencia consigo mismo o con la imagen de sí;
el concurrir a reuniones pequeñas o a lugares apartados. Frecuentemente se asocia
introversión con timidez, pero pese a estar correlacionados son dos conceptos diferentes, la
gente tímida evita o se siente incómoda en los encuentros sociales por miedo, algo que no
necesariamente le sucede al introvertido.
Los introvertidos no son necesariamente tímidos, las personas tímidas son algo ansiosas y
temen la auto-exposición en sitios sociales; los introvertidos generalmente no sienten nada
similar. En realidad, los introvertidos son personas que encuentran a otras personas fatigantes
y tienden a buscar la soledad en según que momentos. Les agradan las conversaciones
complejas sobre sentimientos o ideas y aunque tienden a comportarse de forma reservada y
distante en grupos, en realidad lo que necesitan es una razón para interactuar.
¿Los introvertidos son arrogantes? Raramente. Quizás esta idea falsa común tiene algo que
ver con el hecho de que parece ser que la gente introvertida tiende a ser más intelectual,
reflexiva, independiente y sensible que la gente extrovertida. También, probablemente se debe
a la falta de interés en la conversación en algunos contextos sociales que muestran los
introvertidos, una carencia que los extrovertidos usualmente toman por error como desdén. El
introvertido tiende a pensar antes de hablar. Un introvertido no se queja abiertamente con
facilidad, es más probable que se aleje de forma silenciosa.
Según el Dr. Hans Eysenck, Jung estaba totalmente en lo cierto cuando afirmaba que la
introversión es una manera normal y saludable de vivir para algunos individuos, según su
fisiología. Al mismo tiempo, Jung también estaba totalmente en lo cierto cuando observó que
por lo menos algunos Introvertidos parecen actuar como negándose a vivir. En verdad, los
introvertidos absorben tanta información cada segundo que podría afirmarse que se
“embriagan” con información, lo cual es un genuino “sí” a la vida. Sin embargo, el hecho de
que los entornos demasiado activos en los que suceden demasiadas cosas puedan hacer que
se sientan “abrumados” puede, en apariencia, llevarlos a “negarse” a la vida en dicho
contexto, cuando lo que en realidad hacen es simplemente “negarse” a la experiencia de
sentirse abrumados.
Además, algunos introvertidos desarrollan una actitud negativa hacia la vida como resultado
de un menoscabo y desvalorización constante hacia ellos cuando viven en una cultura que
valora y recompensa la Extraversión en desmedro de la introversión. En esto consiste la
observación de Elaine Aron en The Highly Sensitive Person (entrada relacionada en el blog)