Resumen Del Cuento-El Lugar Más Bonito Del Mundo
Resumen Del Cuento-El Lugar Más Bonito Del Mundo
Resumen Del Cuento-El Lugar Más Bonito Del Mundo
Como no hay muchos coches, si alguien quiere algo tiene que cargar con
ello por muy pesado que sea. Cuando llega la tarde la gente deja de
acarrear cosas. Todo el mundo anda por las calles en el centro de las calles
y si un coche llega cuando alguien está hablando de algo interesante o
contando una historia, el coche tiene que esperar… aquí las historias con
importantes los coches no…
Junto a la playa hay algo en verdad muy bonito es una casa de un solo
piso, pero muy grande. Allí nací yo. Bueno yo nací en la casita que hay
detrás de la casa grande, mi padre era el guardia de la casa. Después de
nacer yo mi papá quería salir en las noches con sus amigos, igual que
hacia cuando aún no estaba casado, y mi madre le decía que no tenía
suficiente dinero para eso, así que se pelearon y mi papá se fue y nunca
volvió; yo me acuerdo más de los pavo reales de la casa donde vivíamos
que de él.
El portón de la casa de la abuela es muy alto y los únicos que tienen llave
son los tíos y ella y nadie puede entrar después de las ocho de la noche.
Un día salí a caminar y se me hizo tarde, no sabía qué hacer y solo se me
ocurrió ir a ver a mi mamá a la casa donde vivía con su nuevo esposo,
cuando toqué la puerta y me abrió me dijo: -¿qué haces aquí? Y
comprendió que me había quedado fuera de la casa de la abuela, así que
me sentó y me dijo: -no puedes estar aquí-
Yo esta temblando… a veces no solo se tiembla
de frio…Me tendió un tapete debajo del catre
en que ella dormía con su esposo y me quedé
sin moverme toda la noche ahí. Al otro día
entendí que tenía que no tenía que volver por
allí, pero la abuela regresó al otro día conmigo
y les dijo que me
consiguieran una cama
que era lo menos que
podían hacer por mí.
Un día la abuela me dijo que tenía que aprender a trabajar, así que me
compró un equipo de limpiabotas y un banquito para que se sentaran los
clientes y me enseñó a lustrar zapatos. Y me instalo frente a la oficina de
turismo. Los primeros días la abuela me vigilaba, a los dos primeros
clientes le lustre los zapatos muy bien pero el tercer cliente, me quedaron
poco menos bien.
Así que lustre los zapatos hasta dejarlos perfectos. Lustre muchos zapatos
hasta que me ganaba un dólar diario, la mitad de lo que ganaba un
hombre, así que todo se lo daba a mi abuela y ella me daba a mí un
céntimo de lo que ganaba.
Cuando no tenía clientes, lo que hacía era ver a los
chicos que iban a la escuela, yo quería aprender a
leer y escribir, pero tenía miedo de decirle a mi
abuela que me gustaría ir a la escuela. Cuando los
clientes llegaban les pedía que me dijeran las letras
de los anuncio y pronto aprendí a leer: COCA COLA,
BANCO DE GUATEMALA, OFICINA DE TURISMO.
Hasta lo que estaba escrito debajo de la foto de San
Pablo. Y cuando se me acabaron los carteles de los
alrededores, alguien me dio un periódico y corté
una página que siempre llevaba en el bolsillo del
pantalón.
-si- dije.
FIN