La Perversion Ordinaria
La Perversion Ordinaria
La Perversion Ordinaria
50485
A partir de lo que llama clínica de On the basis of what is known as À partir de ce que l’auteur a appelé
lo cotidiano —esa que no llega a la everyday clinical practice—the clinique du quotidien, celle qui
consulta privada, fundamentalmen- one that does not go to private n’arrive pas au cabinet du psycha-
te marcada por la precariedad, no consult, which is characterized by nalyste, marquée surtout par une
solo económica— el autor interroga a precariousness that is not only précarité qu’il ne faut pas limiter
las profundas modificaciones de las economic— the author inquires à être économique, il interroge
sociedades contemporáneas que into the profound transformations comment les modifications socié-
afectan las subjetividades, e intenta of contemporary societies that af- tales atteignent les subjectivités,
dar cuenta de ello, mediante el con- fect subjectivities and provides an en essayant d’en rendre compte
cepto de perversión ordinaria. Se explanation based on the concept avec le concept de perversion or-
trata del sujeto, quien, incitado por of ordinary perversion. This refers to dinaire. C’est ce patient qui, vu le
el discurso de lo social, consiente en the subject who, pushed by social contexte de société d’aujourd’hui
impugnar el trabajo psíquico que le discourse, agrees to challenge the est spontanément invité à récuser
permitiría sostener la relación con psychic work that would allow him/ le travail psychique qui lui permet-
el agujero del Otro al que cada ser her to maintain a relationship with trait de soutenir le rapport au trou
hablante se ve confrontado. Dicho the void of the Other, which every de l’Autre, auquel chaque être
concepto indica por sí mismo que speaking being faces. The concept parlant ne peut qu’être confronté.
no se trata de perversión, sino de itself indicates that it is not really a L’expression rappelle qu’il ne s’agit
neurosis de aspecto perverso, aun- perversion, but rather a perverse pas de vraie perversion mais plutôt
que tampoco neurosis conviene, type of neurosis, although neurosis de névrose d’allure perverse. Mais
pues el referente ya no es el Edipo. is not an appropriate term either névrose ne convient pourtant pas
¿Qué es entonces? El artículo res- since Oedipus is no longer the ref- non plus puisque ce n’est plus la
cómo citar: Lebrun, Jean-Pierre. “La perver-
ponde a este interrogante convo- erent. What is it then? The article névrose œdipienne traditionnelle.
sión ordinaria… ¡aún!”. Desde el Jardín de cando principalmente la ausencia answers this question mainly by Alors de quoi s’agit-il? L’auteur ré-
Freud 15 (2015): 37-47, doi: dfj.n15.50485. de la instancia fálica a la que, hasta invoking the absence of the phallic pond à cette question faisant appel
ayer, el niño quedaba referido, vía instance which the child used to be à l’absence de l’instance phallique à
* Traducción del francés a cargo de Pío Eduar-
la intervención del padre. referred to through the intervention laquelle était aussitôt référé l’enfant,
do Sanmiguel, profesor de la Escuela de Estu-
of the father. via l’intervention du père.
dios en Psicoanálisis y Cultura, Universidad clínica de lo cotidia-
Palabras clave:
Nacional de Colombia. no, Nombre del Padre, objeto a, Keywords: everyday clinical practi- Mots-clés: clinique du quotidien,
perversión ordinaria, subjetividad ce, Name of the Father, object a, Nom du père, objet a, perversion
** e-mail: jp.lebrun@wol.be
neoliberal. ordinary perversion, neoliberal ordinaire, subjectivité néolibérale.
© Obra gráfica: Carlos Jacanamijoy subjectivity.
a r t í c u l o d e i n v e s t i g a c i ó n | f e c h a d e r e c e p c i ó n : 3 0 / 0 8 / 2 0 14 . f e c h a d e a c e p t a c i ó n : 2 0 / 11 / 2 0 14 .
Desde el Jardín de Freud [n.° 15 , Enero - Diciembre 2015 , Bogotá] issn : ( impr e s o ) 1657-3986 ( en líne a ) 2256-5477, pp. 37- 47. 37
L
o que me impuso la necesidad de retomar las cosas de otra manera fue mi
clínica. No me refiero únicamente a la clínica de consultorio del psicoanalista
que está bien instalado y goza de cierta notoriedad y que, por ende, a menudo
ya solo ve llegar a su consulta solicitantes de una cura, cuando no candidatos
que quieren llegar a ser psicoanalistas, sino a la clínica a la que yo llamé de lo cotidiano,
aquella del día a día de un psiquiatra orientado por el psicoanálisis, y hasta por el
psicoanálisis lacaniano, acostumbrado a que lo consulten pacientes de todo tipo,
deprimidos, angustiados, sin síntomas precisos, pero que ya no saben bien dónde está
el sentido de su existencia, forzados a prácticas adictivas que de por sí no aceptan, a
veces sabiendo muy bien qué es lo que cojea pero sin ser capaces, por lo tanto, de
cambiar; mejor dicho el hombre o la mujer del común, que ha terminado por encontrar
cómo llegar a un lugar donde se trata de hablarle a otro que no necesariamente va a
conversar a la manera como convencionalmente se habla de un diálogo, pero de quien
se espera, sin embargo, que lo acoja, que lo oiga, y que se sitúe de tal manera que ello
pueda hacerle avanzar en su existencia.
Clínica de lo cotidiano, también, porque es así como llamé a varios grupos
de conversación regulares, que sostengo desde hace ya varios años con trabajadores
sociales de diversa formación, en los que se trata, para cada uno de ellos, luego de
dejarlo a la suerte echada al comienzo de la reunión, de hablar sin libreto, sin notas,
sino solamente de memoria, de su encuentro con un paciente, ya sea porque en ese
encuentro se han visto en dificultades o simplemente porque han quedado marcados
por ello, al punto de querer volver a hablar al respecto.
Ocasión única para tener acceso a una clínica que jamás llegará hasta la consulta
privada, a falta de dinero, sin duda, pero también más radicalmente a falta del apoyo
de los recursos culturales indispensables para la instauración de una relación de tipo
psicoterapéutico. Clínica sin embargo frecuente, de sujetos en situación precaria, cada
vez más afectados por los discursos de la sociedad en boga actualmente, que quieren
ignorar y hasta negar las circunstancias y los detalles que participan en lo que sucede
en un encuentro. Estos últimos se contentan, en efecto, con querer hacer entrar a
dichos sujetos en una perspectiva únicamente binaria, constituida por cifras y por letras
Y la autora prosigue, más adelante, haciendo escuchar asimismo cómo ese tipo
de vínculo objeta lo sexual:
Desde su hijo, ya no reconoce al hombre. Quiero decir que ya nada de él le es reco-
nocible; como al comienzo, cuando habían juntado sus dos miserias y eso les servía de
consuelo. Desde el hijo, ella ve la irremediable extrañeza del hombre. En las palabras
de amor que le canta al niño, dice que este amor basta, que ya nada le interesa del
hombre en el sexo extraño.9
Desde el Jardín de Freud [n.° 15 , Enero - Diciembre 2015 , Bogotá] issn : ( impr e s o ) 1657-3986 ( en líne a ) 2256-5477, pp. 37- 47. 43
la madre reconozca una causa sexual, que es la única capaz de significar, de manera
irreductible, su dependencia radical de alguien distinto a ella, iniciando por ese hecho
el régimen de dependencia específico en el que se encuentra todo humano. Porque
es en este sentido que puede decirse que solamente, a fin de cuentas, el remitir a una
causa sexual permite objetar el fantasma de partenogénesis.
De esta manera, si la madre es reconocida como ausente, por ejemplo, por
razones de duelo, de trabajo, de enfermedad física, de melancolía, etc., el efecto no
será el mismo que si su ausencia es, o ha sido, motivada sexualmente. Porque así
no podrá inducirse la entrada obligada al proceso de los intercambios, de don y de
contra-don que implicará la diferencia de los sexos, la disimetría que esa acarrea, y lo
real de la no relación con la que se confronta.
Insistamos. No se trata, aquí, de promulgar que únicamente la realidad cuenta
y de extraer conclusiones que desacreditarían las nuevas parentalidades, por ejemplo.
Se trata de tomar nota de que la lectura que haga el niño, en términos de realidad
sexual, es la más apta para transmitir lo que le es necesario para funcionar de la mejor
manera. Debería agregarse que, paradójicamente, esto vale tanto para el caso de un
bebé probeta como de un bebé que ha nacido de una pareja homoparental, porque
será aun ese escenario sexual el que deberá hallar su lugar en el inconsciente del sujeto
para dar su justo lugar a lo que la estructura exige. Aquí estamos, entonces, lejos de
los anatemas o de los elogios progresistas de las nuevas formas de parentesco, pero
intentemos, sencillamente, no desconocer las dificultades que estas podrían enfrentar.
Para decirlo en términos más clínicos, la denegación, la desmentida, en una
evolución llamada normal, debe ceder poco a poco en el niño, para culminar en que
este acepte su propio origen sexual; en otras palabras, que reconozca que su madre,
de quien era y creía ser el objeto privilegiado, se remitió primero a otro diferente a él,
y ello, a pesar de todo el amor con que lo rodeó. El descubrimiento del niño, acerca
de que lo que está en juego en la madre, no le es dirigido primero a él, sino que,
además, él mismo no es más que un producto de lo que ella dirigió antes a otro, es y
seguirá siendo, más allá de la realidad concreta, ciertamente, la vía regia por la que se
inscribe en su propio inconsciente la dimensión tanto de lo real como de la alteridad.
Precisamos, además, que esta lectura no implica, tampoco, que la relación con el padre
se continúe, porque lo que importa para el niño en ese trayecto de la significación es
que ubique que su madre estaba destinada a otro, aun antes de su propia existencia.
En otras palabras, el final de la omnipotencia infantil y el consentimiento de lo
real se inscribirán en lo inconsciente de un sujeto, en la medida de su reconocimiento
de que la ausencia de la madre, y por lo tanto la sustracción de goce que ello acarrea
para él, es causada, por la presencia sexual de un hombre, en este caso su padre.
B ibliogr afía
Freud, Sigmund. “El interés por el psicoanálisis” Lebrun, Jean-Pierre. Un mundo sin límite. Ensayo
(1913). En Obras completas. Vol. XIII. Bue- para una clínica psicoanalítica de lo social.
nos Aires: Amorrortu, 1975. Barcelona: Ediciones del Serbal, 2003.
Freud, Sigmund. “Psicología de las masas y Lebrun, Jean-Pierre. “Lacan et les états-limites”.
análisis del yo” (1920-1921). En Obras Connexions 97, 2012.
completas. Vol. XVIII. Buenos Aires: Amo- Lebrun, Jean-Pierre. Les couleurs de l’inceste.
rrortu, 1986. Paris: Denoël, 2013.
Lacan, Jacques. “Función y campo de la palabra L érès, G uy. “Démensonges”. Essaim 12, 1
y del lenguaje en psicoanálisis” (1953). En (2004): 170. Doi: 10.3917/ess.012.0155.
Escritos I. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, Lesourd, Serge. Comment taire le sujet? Des
2003. discours aux parlottes libérales. Toulouse:
Lacan, Jacques. El seminario. Libro 11. Los cuatro Erès, 2006.
conceptos fundamentales del psicoanálisis Malinconi, Nicole. Nous deux. Bruselas: Labor,
(1964). Buenos aires: Paidós, 1981. 2002.
Lacan, Jacques. “Nota sobre el niño” (1969). En
Otros escritos. Buenos Aires: Paidós, 2012.
L acan, Jacques. Les non-dupes errent (1973-
74), inédito.