Historia de Guatire PDF
Historia de Guatire PDF
Historia de Guatire PDF
Guatire
Visos de una historia gloriosa
Municipio Zamora, estado Miranda
Apuntes cronológicos para el estudio de su historia
© José M. Milano M.
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EDICIÓN AL CUIDADO DE
Mónica Piscitelli Página web:
Karen Rosa www.guatire.org
Raylú Rangel
Francisco Romero
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Guatire, visos de una historia gloriosa
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Introducción
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José M. Milano M.
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Valle de la Santa Cruz de
Pacairigua y Guatire
Capital del municipio Zamora, estado Miranda
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Datos geográficos
Sus límites
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Territorio
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Población
Símbolos municipales
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Monumentos naturales
Cuevas de Salmerón
Pozo de La Churca
Petroglifos de Zamurito
Petroglifos de Santa Rosa
Semblanza
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Un canto a Guatire
Coro
¡Honra al nombre que avala su estirpe!,
I
Es Guatire en su afán de progreso,
la esperanza y la fe de triunfar.
II
Pueblo airoso, de cívica historia,
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III
Es la cuna de ilustres varones,
IV
En los campos que adornan su suelo,
V
De su ayer al momento en que estamos,
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(Decretado en 1985)
Semblanza
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De los acontecimientos y otros hechos
de trascendencia histórica para el
municipio Zamora
Crónicas del siglo XVI
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Crónicas del siglo XVII
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Crónicas del siglo XVIII
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Crónicas del siglo XIX
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Batalla de El Rodeo
Esta batalla es llamada El Portal de Carabobo por las
siguientes razones históricas:
Al romperse las hostilidades, el 28 de abril de 1821
Bermúdez avanza desde Barcelona rumbo a Caracas, de
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Considerando
Que la villa de Guatire fue la primera que dio el grito
“¡Viva la Federación!” en el estado Caracas, el 26 de
julio de 1859 y 2º, que es un deber de gratitud para el
estado honrar a los pueblos que con hechos gloriosos
abrieron el camino hacia la libertad.
Decreta
Articulo 1. Se concede el título de Heroica a la Villa de
Guatire y así se denominará en todos los actos públicos
y oficiales, desde la promulgación de este decreto.
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El Presidente:
Jacinto Gutiérrez
El Diputado Secretario:
José de los Santos García
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Crónicas del siglo XX
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12 de diciembre
Hombres ilustres argumentaron con elocuencia las
razones que justificaban la existencia del pozo y plantea-
ron como ejemplo un antecedente: La Llovizna, inmenso
pozo del caudaloso río Norte que, argumentando progre-
so en el año 1975, bestialmente desangraron hasta dejar
en el sumo esqueleto su cauce. Temerosos de que se repi-
tiese la historia, gobierno y pueblo rechazaron de plano
los tecnicismos argumentados por el representante de la
empresa agresora. Nada justificaba un crimen ecológico
de tal magnitud. Los ediles y el alcalde argumentaron
desconocer el origen de los trabajos, sin embargo, la pren-
sa local fue elocuente: la concesión se había dado dos me-
ses antes y 60 millones de Bs. estaban destinados a tal fin.
El pueblo reaccionó entonces en bloque civil organizado.
Cemag, C.C. Antonio Machado, Paradigma, Fundapacz,
Sociedad de escritores y poetas de La Cuenca del Río
Grande, Cuéntame que te Cuento, B. P. don Luis y misia
Virginia, Asopueblo, Círculo de lectores Guido Acuña,
La Escalera y un sinnúmero de personalidades del mun-
do cultural, social y económico del municipio. La empre-
sa Hidrocapital cita entonces en una amistosa reunión a
personas representantes de dicho bloque de instituciones,
para exponer su proyecto e impresionar con argumentos
técnicos sobre el alcance y necesidad de este dique o aduc-
ción de La Churca; sin embargo, este hecho solo logró
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Bibliografía
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La Batalla del Rodeo
Participación de Guatire en la Guerra de
Independencia
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La Guerra de Independencia
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Antecedentes de la Batalla de
Carabobo
La liberación de Nueva Granada tuvo gran repercu-
sión en España, al grado de fraguarse una revolución de-
nominada de Riego y Quiroga, oficiales que impusieron
a Fernando VII la Constitución Liberal de 1812. Estos
acontecimientos dieron pie a los españoles para la búsque-
da de la paz en América y por ende propusieron un trata-
do. Es así como los primeros días de enero de 1821 el país
se encontraba en medio de una tensa calma, producto de
la firma de un armisticio que propició luego el encuentro
de Bolívar y Morillo el 27 de noviembre de 1820. Dicho
tratado debía durar 6 meses, o sea, hasta el 18 de abril de
1821, pero el 28 de enero del mismo año la provincia de
Maracaibo se pronunció por la independencia. Haciendo
buena la ocasión, el general Rafael Urdaneta envía un ba-
tallón de republicanos y ocupa la convulsionada ciudad. A
todas estas, el general La Torre, jefe del ejército español
ya que Morillo se había embarcado el 14 de diciembre para
España, protestó enérgicamente por lo que consideró una
violación del armisticio, exigiendo que se desocupara esa
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plaza. Bencomo (1971, pág. 31) plantea que el Libertador
dio a la sazón una ingeniosa respuesta a La Torre, alegan-
do que al declararse Maracaibo independiente el 28 de
enero, la ocupación el 29 por Urdaneta ya se hacía sobre
un país libre y por ende no violaban el tratado.
En carta de Bolívar, fechada el 6 de mayo de 1821, a
W. Write se expresa lo siguiente:
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Caucagua con 500 hombres de los Valles del Tuy; tal des-
pliegue republicano contrarió a Pereira de tal forma que
no atacó y se limitó a escribir a La Torre, pidiendo deses-
peradamente refuerzos del batallón del rey, en cartas fe-
chadas 1ro y 3 de junio, respectivamente.
Sin embargo, no contaban los patriotas con la presen-
cia del capitán realista Ramón Aboy quien, casualmen-
te, se encontraba recogiendo ganado en Santa Lucía, y
al divisar la tropa de Mazero le atacó de sorpresa el día
8 de junio con 400 hombres, haciéndolo retirarse desor-
denadamente y dejándole a Aboy más de 100 reses. Pero
Bermúdez, al enterarse de tan lamentable acontecimien-
to sale veloz de El Rodeo, con dos columnas, una a cargo
del coronel Pacheco que se enrumbó al encuentro de Aboy
por la vía de Aragüita y la de Bermúdez, que se encaminó
por la quebrada Kempis bordeando el sector Cupo. Ambos
convergieron en la quebrada Siquiare. Ya para el día 15 di-
visan al enemigo en cerro El Frío, en Santa Lucía.
Se inicia el ataque a las nueve de la mañana, el cual
duró siete horas, con resultado favorable a los patriotas.
En ese combate pierde la vida el comandante realista co-
ronel Lucas González, quien había sido enviado con 200
hombres a reforzar a Aboy, ya que este recibió dos bala-
zos en la anterior refriega. Nadie espera más pelea, pero
en ese momento se presentó el coronel Pereira, que ve-
nía desde Guarenas en auxilio de Aboy y González. Una
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Los historiadores y
la Batalla de El Rodeo
“A consecuencia de esta maniobra, el mariscal La
Torre abandonó su ofensiva contra los patriotas de occi-
dente y se replegó velozmente a cubrir la línea Valencia-
Puerto Cabello, a la vez que enviaba hacia Caracas fuerzas
importantes de la Campaña. Sin duda alguna fue este el
acontecimiento que marcó la pérdida de acción del coman-
dante realista” (Bencomo Barrios: 129).
“Alarmado La Torre por los efectos de aquella au-
daz acometida, varía de consejo al encontrarse entre dos
amenazas; deja en Araure la tercera y quinta división para
cubrir sus movimientos y observar los del Libertador, y
retrocede hacia San Carlos y luego hasta Valencia, con el
propósito de auxiliar con mayor eficacia las operaciones
que ordena practicar sobre la capital” (Blanco: 60).
“(...) Con el movimiento estratégico del avance de El
Rodeo sobre Caracas y la toma de la capital, y luego la pro-
secución del avance hasta La Victoria, contrae a La Torre y
le obliga a reforzar al brigadier Correa con el envío del 2do
del Valencey” (Villarroel: 31).
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“Bermúdez y los suyos cumplieron admirablemente
su principal misión, que consistía en impedir que La Torre
pudiese disponer de los importantes contingentes que le
hubiesen fortalecido contra Bolívar” (Nectario: 27).
“Tan grave acontecimiento como fue la pérdida de la
capital, obligó a La Torre a reunir a su oficialidad en con-
sejo de guerra, resultando que La Torre pierde toda inicia-
tiva, a quien Bermúdez ocasionó un trastorno general y el
cambio total del frente de guerra” (Hellmund Tello:116).
“El general La Torre cambia sus planes de campaña,
divide sus fuerzas y pierde muchas ventajas de su posición
central” (Pietri: 6).
“Morales, que marchaba a reunirse con La Torre, debió
interrumpir su movimiento y acudir en socorro de Correa.
Mientras La Torre detenía su avance y a poco debía retro-
ceder pues temía no solo por la capital, asiento tradicional
del poder político, sino por sus comunicaciones” (Pérez
Tenreiro: 21).
Anécdotas curiosas
sobre los hechos de El Rodeo
Un patriota con sotana
El cura Ascensión González, párroco de Guatire, se-
gún se desprende de cartas fechadas el 18 y el 21 de ju-
nio, emitidas desde Caracas y Carabobo por los señores
Antonio Tovar y La Torre y encontradas en el archivo del
general La Torre, fue apresado por los españoles acusán-
dolo de espía rebelde o partidario de los disidentes repu-
blicanos, ya que según ellos este emitió datos falsos sobre
las fuerzas rebeldes y por ende Antonio Tovar, interino de
Caracas, lo envía a Maracay con una escolta oficial, mas
el mismo escapó en la travesía, luego fue delatado por un
vecino de Caracas y fue encadenado y enviado a Puerto
Cabello, cuartel general de La Torre.
Un soplón en Guarenas
El labrador Pedro Herrera fue espía de los realis-
tas, permaneciendo varios días en las inmediaciones de El
Rodeo. Cuando fue interrogado por los realistas este dio
la siguiente información: “Ocupan todo el término de El
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Binomio de impotencia
Según cartas fechadas por don José Pereira, jefe del
batallón Valencey, fechadas el 1ro y el 3 de junio de 1821 y
dirigidas al mariscal La Torre, se puede percibir la tensión
que ejerció Bermúdez sobre los realistas. En la primera
expresa lo siguiente: “Con nuestra paralización aumentan
sus fuerzas y concepto; y para salir del paso necesito con
urgencia a todo el tercer batallón del rey; de otra suerte es-
toy imposibilitado de emprender movimiento alguno”. En
la segunda aumenta su desesperación: “Estoy consumido
con el enemigo al frente y sin poderlo batir. Tenga usted
la bondad de sacarme de aquí y que otro con más robustez
mande estas operaciones, que yo no puedo seguir porque
no alcanzo los milagros de estos tiempos, que solo están
reservados para otros”. Evidentemente, Pereira trasmitió
tal presión a La Torre y este clima psicológico contribuyó
a su precipicio en Carabobo.
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El Rodeo o trapiche Ibarra
Muchos historiadores los perciben como sitios distin-
tos, mas fue el mismo escenario, pues El Rodeo se debe no
a la doma de bestias para la monta, sino más bien a la des-
viación y donde se debía bordear el cerro para tomar el ca-
mino a oriente. El trapiche Ibarra estaba ubicado en tierra
plana al pie de las colinas donde se montaron los cañones y
las faldas donde alistaban las trincheras republicanas, mas
la batalla de infantería se daba en el plano del trapiche pero,
¿por qué Ibarra? Estas tierras pertenecieron a don Andrés
Ibarra, quien era dueño de la zona desde el año 1793. Estos
datos fueron confirmados por el profesor René García Jaspe.
La Cruz de El Rodeo
Sitio curioso. Cuentan los antiguos y presentes pa-
rroquianos que en El Rodeo, hasta mediados del siglo XX
hubo en uno de los cerros en cuestión una enorme cruz,
que al tiempo fue deteriorándose, una por la acción del
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Algunas cartas y partes sobre la
diversión
Archivo del General Miguel de la Torre
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Número 2°
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en perjuicio del soldado, que escaso de alimento lo hace
con niñerías que le acarrean enfermedades cuya epidemia
se nota con abundancia, en particular la calentura y, como
así siga, pronto cuento con baja que imposibilita al bata-
llón hacer uso de él.
Todos los días estoy haciendo prisionero al enemigo
por el descuido y confianza con que bajan a los cañavera-
les de Castilla. Mandé al Hospital de Caracas 8 heridos y 9
dispersos con un teniente que se me reunieron y ya tengo
cuatro más.
El compromiso en que me puso el señor brigadier
Morales solo lo guardo para mi cuerpo, se lo agradezco.
Este señor, satisfecho con la acción de Las Cocuizas, se fio
en las noticias de los que decían que no llevaban más de
300 a 400 hombres, cuando era general su retirada con
cerca o más de mil disponibles, sabiendo que los enemi-
gos cacareaban la venida de Arismendi, y que iban espe-
rar nuestras tropas. Se olvidó de todos y solo me destinó
a su persecución, habiéndole hecho sobre el particular mil
reflexiones en obsequio de las armas. Claro está que si la
división se adelanta tres días, se consuma la obra y cuando
no, entonces cualquier cuerpo podía responder de las ope-
raciones de esta parte, así es, ahora no me atrevo aunque
venga el rey a comprometer acción en sus posiciones, cuyo
resultado lo miro cuando no a su favor, muy ambiguo, se-
gún lo fortificado que tiene los puntos de ataque, y solo si
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Bibliografía
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La Villa Heroica
Participación de Guatire en la Guerra Federal
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La Guerra Federal
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amplio que incluía mejoras económicas, eliminación de cier-
tas leyes perjudiciales para pequeños comerciantes y agri-
cultores, elecciones libres y mayor autonomía regional.
De este último punto viene el nombre de Federación.
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Participación de Guatire en la Guerra
Federal
El grito “¡Viva la Federación!”
Para el año 1859, cuando Ezequiel Zamora asume el
liderazgo de la Revolución Federal, pocos pueblos cono-
cían en realidad el significado de la palabra “Federación”.
Parte del auge de esta lucha se debía a la magnetizante
personalidad de Zamora, quien representaba para la clase
popular un símbolo de igualitarismo que era, en fin, si-
nónimo de oportunidades y derechos que desde hacía casi
cuatro siglos no le habían sido reconocidos.
Los gestores de la idea de la revolución nunca confia-
ron en el triunfo, solo Zamora lo tomó para sí, y con él, el
pueblo. Los artífices de este proyecto político no podían
confiar en las masas desposeídas para alcanzar la victoria.
Lo cierto es que para la fecha ya habíanse sucedido va-
rios alzamientos en contra del régimen de Julián Castro,
tales como el de la facción de la sierra, encabezados por
Zoilo Medrano y Jesús González.
Estos se revelaron a principios de julio del año 1858,
pero fueron vencidos por el coronel P. Ramos en San
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Francisco de Tiznados el 20 de julio. Es este revoluciona-
rio, Jesús González, quien rechaza el indulto y se interna en
Cojedes hasta el año siguiente.
Casi un año después, el 25 de marzo de 1859, el co-
mandante González se alza en Guatire con la consigna
“¡Abajo el gobierno, viva Monagas!”. 400 hombres se con-
centran en los Altos de El Rodeo el día 28 de marzo, muy
bien armados y organizados, ubicándose estratégicamen-
te en la pendiente de Buena Vista. El coronel Pedro Juan
Gómez y Bernandino Vásquez, a la cabeza de las fuerzas
del Gobierno, trata de reducirlos pero son rechazados por
los insurgentes y se ven obligados a pedir refuerzos. La lu-
cha armada comienza en el centro del país. Poco después,
el 31 de marzo, González es vencido por el comandante
Avelino Pinto y José Vallenilla en Reventón.
Simultáneamente a estos hechos Zamora toma los
Llanos y Falcón intenta una incursión desde Curazao.
A pesar de estos brotes revolucionarios, los pueblos del
estado Caracas (conformado por lo que es hoy el Distrito
Federal, Miranda y parte de Aragua) no se habían sumado
a la Federación, cuestión que era primordial para los federa-
listas, ya que necesitaban una plataforma que les permitiera
tomar Caracas, centro del poder.
En abril, los insurgentes liderados por Antonio Leocadio
Guzmán, hacen circular el rumor de que el Gobierno pla-
neaba volver a la esclavitud a los negros ya que no había sido
cancelada la indemnización a sus antiguos amos. Imprimen
un boletín atribuyéndolo al Gobierno y lo reparten por
todo el pueblo de Guatire. Esto exaspera a los guatireños
y hace que un gran número de hombres se pasen a las filas
revolucionarias.
El 24 de junio de 1859 se unen las fuerzas de los se-
ñores José Rafael Pacheco y Juan Francisco Pérez en el
pueblo de Guatire y el 26 de julio lanzan el grito de “¡Viva
la Federación!” El 18 de agosto establecen su cuartel ge-
neral y entregan el mando al comandante Acevedo. Ya or-
ganizados suben a Guarenas y vencen al coronel Garrido
de las fuerzas del Gobierno en la célebre batalla de El
Tamarindo. Con esta victoria confirman el dominio del
valle de Guarenas y Guatire.
El Gobierno se ve en la necesidad de parlamentar
con los insurrectos y envía una misión pacificadora enca-
bezada por el señor Guevara y Valentín Espinoza, quie-
nes fueron recibidos a balazos en el sitio conocido como
Mampote, lo cual los obliga a regresarse a Caracas.
En julio de 1859 se agudizan las hostilidades. Acevedo
asume las fuerzas revolucionarias al mando de casi 500
hombres y se enfrenta Al general Rafael Capó, quien lo
hace retroceder hasta Reventón. Capó, ante lo dificultoso
e intrincado de la zona, se ve obligado a suspender la per-
secución y se retira para incrementar sus fuerzas.
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José M. Milano M.
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Estados Unidos de Venezuela
Asamblea Constituyente del estado Bolívar
Considerando
Que la Villa de Guatire fue la primera que dio el grito
“Viva la Federación” en el estado Caracas, el 26 de julio
de 1859 y 2do que es un deber la gratitud para el estado
honrar a los pueblos que con hechos gloriosos abrieron el
camino a la libertad.
Decreta
Artículo 1. Se concede el título de “Heroica” a la villa
de Guatire y así se denominará en todos los actos públicos
y oficiales, desde la promulgación de este decreto.
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El Presidente: Jacinto Gutiérrez
El Diputado Secretario: José de los Santos García
Despacho del Ejecutivo
El nombramiento
El hallazgo
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José M. Milano M.
Fermín Toro
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Juicio sobre la Guerra Federal
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La Revolución Azul
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La Villa Heroica hoy
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Unas palabras reflexivas
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Bibliografía
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Guatire, visos de una historia gloriosa
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Índice
Introducción 9
139
Crónicas del siglo XX 55
Bibliografía 73
La Batalla de El Rodeo
La Guerra de Independencia 79
Antecedentes de la Batalla de Carabobo 81
La Batalla de El Rodeo 83
Los historiadores y la Batalla de El Rodeo 95
Anécdotas curiosas sobre
los hechos de El Rodeo 97
Algunas cartas y partes sobre la
diversión 101
Bibliografía 109
La Villa Heroica
La Guerra Federal 113
Participación de Guatire en la Guerra Federal 117
Estados Unidos de Venezuela 123
Juicio sobre la Guerra Federal 129
La Revolución Azul 131
La Villa Heroica hoy 133
Unas palabras reflexivas 135
Bibliografía 137
Edición digital
marzo, 2018
Caracas-Venezuela