Resumen Reingeniería (Hammer)
Resumen Reingeniería (Hammer)
Resumen Reingeniería (Hammer)
La BPR, como una más de las nuevas herramientas de gestión, debe entenderse como una
reacción al cambio de las realidades empresariales. Pretende aportar soluciones que permitan
combatir: los retos que imponen los clientes, las barreras que supone la competencia y sobre
todo los riesgos que implica el cambio profundo y fugaz de la realidad empresarial.
Según Hammer y Champy, existen tres tipos de compañía que emprenden la BPR. En primer
lugar, se encuentran las empresas con graves problemas de subsistencia, aquellas en
situaciones desesperadas donde peligra la continuidad de la actividad económica. Estas
compañías recurren a la Reingeniería porque no tienen más remedio que hacerlo. Debido a
que se necesitan mejoras inmensas para seguir en el mercado y no ser eliminado por la
competencia, se opta por emprender la BPR asumiendo que, si esta no resulta, es posible que
el negocio conozca su fin en breve.
Dentro del primer grupo de la clasificación de Hammer y Champy de las empresas que se
disponen a iniciar la BPR encontramos el caso de Ford, que hace veinte años atravesó una
crisis brutal que estuvo a punto de acabar con su actividad. Este caso práctico nos sirve para
ilustrar cómo la Reingeniería se aplicó en dicha empresa, analizando uno de los ámbitos sobre
la que esta actuó.
A comienzos de la década de los ochenta, Ford se encontraba en una situación en la cual veía
como se desbordaban sus gastos administrativos y de gestión interna de la compañía. Para
intentar reducir dichos costes, se estudió el departamento de cuentas por pagar, que en aquel
momento estaba formado por más de 500 personas. Los ejecutivos pensaron que usando
ordenadores lograrían reducir el personal en al menos un 20%, según sus previsiones
iniciales.
Como hemos señalado, está reducción de los costes no puede considerarse Reingeniería, ya
que no se alcanzan resultados espectaculares. No obstante, los directivos de Ford pensaron
que un 20% era más que suficiente hasta que visitaron a Mazda, compañía japonesa cuyo
25% había sido adquirido recientemente por Ford. Los directivos de Ford observaron
estupefactos como Mazda atendía sus cuentas por pagar a través de sólo cinco empleados.
Evidentemente estos directivos habían tenido en cuenta el hecho de que Mazda era mucho
más pequeña que Ford. Sin embargo, la diferencia de cinco a quinientos debía residir en algún
otro factor aparte del tamaño.
Una vez acometida la reingeniería Ford redefinió el proceso “cuentas por pagar”, que pasó
a ser “abastecimiento”. Ese proceso tomaba una orden de compra de una planta y le
proporcionaba a esa planta bienes comprados y pagados. Por tanto, abastecimiento incluye
la función de cuentas por pagar, pero también comprende compras y recibos.
El nuevo proceso redujo considerablemente la cantidad de documentación generada en cada
pedido, recondujo los esfuerzos hacia los pasos necesarios en cada orden de compra,
eliminando algunos trámites inútiles. Este proceso de Reingeniería acabó con reglas muy
rígidas que se habían observado siempre.
A veces cambios de una sola palabra pueden cambiar radicalmente los procesos. Este es el
caso de Ford, que, por ejemplo, pasó de “pagar al recibir la factura” a “pagar cuando se reciba
la mercancía”. Para llevar a cabo todo este proceso Ford tuvo que desplegar un potente plan
de reconversión e introducción de equipos informáticos. Gracias a este despliegue
tecnológico, que actuó como instrumento habilitador, la BPR se implantó con éxito.
En segundo lugar, aparecen las empresas que todavía no están dificultades pero cuyos
sistemas administrativos permiten anticiparse a posibles crisis, de forma que se detectan con
anticipación la aparición de problemas. A pesar de que por el momento los resultados puedan
parecer satisfactorios, el escenario en que se desenvuelve la actividad de la compañía es
incierto y en todo momento está presente la posible aparición de nuevas amenazas bien en
forma de competidores, de cambios en las preferencias de los clientes, cambios en la
reglamentación, etc. La misión de estas compañías es ejercer una Reingeniería de carácter
preventivo, antes de que las cosas empiecen a ponerse mal.