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Fusión Nuclear

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Fusión nuclear

En física nuclear, fusión nuclear es el proceso por el cual varios núcleos atómicos de carga
similar se unen y forman un núcleo más pesado.12 Simultáneamente se libera o absorbe una
cantidad enorme de energía, que permite a la materia entrar en un estado plasmático.

La fusión de dos núcleos de menor masa que el hierro (en este elemento y en el níquel ocurre
la mayor energía de enlace nuclear por nucleón) libera energía en general. Por el contrario,
la fusión de núcleos más pesados que el hierro absorbe energía. En el proceso inverso, la
fisión nuclear, estos fenómenos suceden en sentidos opuestos.

En el caso más simple de fusión, en el hidrógeno, dos protones deben acercarse lo suficiente
para que la interacción nuclear fuerte pueda superar su repulsión eléctrica mutua y obtener la
posterior liberación de energía.

En la naturaleza ocurre fusión nuclear en las estrellas, incluido el Sol. En su interior las
temperaturas son cercanas a 15 millones de Kelvin. Por ello a las reacciones de fusión se les
denomina termonucleares. En varias empresas se ha logrado también la fusión (artificial),
aunque todavía no ha sido totalmente controlada.

Sobre la base de los experimentos de transmutación nuclear de Ernest Rutherford, conducidos


pocos años antes, Mark Oliphant, en 1932, observó por primera vez la fusión de núcleos
ligeros (isótopos de hidrógeno).

Posteriormente, durante el resto de ese decenio, Hans Bethe estudió las etapas del ciclo
principal de la fusión nuclear en las estrellas.

La investigación acerca de la fusión para fines militares se inició en la década de 1940 como
parte del Proyecto Manhattan, pero no tuvo éxito hasta 1952. La indagación relativa a fusión
controlada con fines civiles se inició en la década de 1950, y continúa hasta el presente.
Fisión nuclear
En física nuclear, la fisión es una reacción nuclear, lo que significa que tiene lugar en el núcleo
atómico. La fisión ocurre cuando un núcleo pesado se divide en dos o más núcleos más pequeños, 1
además de algunos subproductos como neutrones libres, fotones (generalmente rayos gamma) y otros
fragmentos del núcleo como partículas alfa (núcleos de helio) y beta (electrones y positrones de alta
energía) además de gran cantidad de energía2. Su descubrimiento se debe a Otto Hahn y Lise Meitner,
aunque fue el primero el único en recibir el Premio Nóbel por el mismo.3

Mecanismo

La fisión de núcleos pesados es un proceso exotérmico, lo que supone que se liberan


cantidades sustanciales de energía. El proceso genera mucha más energía que la liberada en
las reacciones químicas convencionales, en las que están implicadas las cortezas electrónicas;
la energía se emite, tanto en forma de radiación gamma como de energía cinética de los
fragmentos de la fisión, que calentarán la materia que se encuentre alrededor del espacio
donde se produzca la fisión.

La fisión se puede inducir por varios métodos, incluyendo el bombardeo del núcleo de un
átomo fisionable con una partícula de la energía correcta; la partícula es generalmente un
neutrón libre. Este neutrón libre es absorbido por el núcleo, haciéndolo inestable4 (a modo
de ejemplo, se podría pensar en la inestabilidad de una pirámide de naranjas en el
supermercado, al lanzarse una naranja contra ella a la velocidad correcta). El núcleo inestable
entonces se partirá en dos o más pedazos: los productos de la fisión que incluyen dos núcleos
más pequeños, hasta siete neutrones libres (con una media de dos y medio por reacción), y
algunos fotones.

Los núcleos atómicos lanzados como productos de la fisión pueden ser varios elementos
químicos. Los elementos que se producen son resultado del azar, pero estadísticamente el
resultado más probable es encontrar núcleos con la mitad de protones y neutrones del átomo
fisionado original.
Energía nuclear
La energía nuclear o atómica es la que se libera espontánea o artificialmente en las
reacciones nucleares. Sin embargo, este término engloba otro significado que es el
aprovechamiento de dicha energía para otros fines, tales como la obtención de energía
eléctrica, energía térmica y energía mecánica a partir de reacciones atómicas.1 Así, es común
referirse a la energía nuclear no solo como el resultado de una reacción, sino como un
concepto más amplio que incluye los conocimientos y técnicas que permiten la utilización de
esta energía por parte del ser humano.

Estas reacciones se dan en los núcleos atómicos de algunos isótopos de ciertos elementos
químicos (radioisótopos), siendo la más conocida la fisión del uranio-235 (235U), con la que
funcionan los reactores nucleares, y la más habitual en la naturaleza, en el interior de las
estrellas, la fusión del par deuterio-tritio (2H-3H). Sin embargo, para producir este tipo de
energía aprovechando reacciones nucleares pueden ser utilizados muchos otros isótopos de
varios elementos químicos, como el torio-232, el plutonio-239, el estroncio-90 o el polonio-
210 (232Th, 239Pu, 90Sr, 210Po; respectivamente).

Existen varias disciplinas y/o técnicas que usan de base la energía nuclear y van desde la
generación de energía eléctrica en las centrales nucleares hasta las técnicas de análisis de
datación arqueológica (arqueometría nuclear), la medicina nuclear usada en los hospitales,
etc.
Radiactividad
La radiactividad o radioactividad1 es un fenómeno físico por el cual los núcleos de algunos
elementos químicos, llamados radiactivos, emiten radiaciones que tienen la propiedad de
impresionar placas radiográficas, ionizar gases, producir fluorescencia, atravesar cuerpos
opacos a la luz ordinaria, entre otros. Debido a esa capacidad, se les suele denominar
radiaciones ionizantes (en contraste con las no ionizantes). Las radiaciones emitidas pueden
ser electromagnéticas, en forma de rayos X o rayos gamma, o bien corpusculares, como
pueden ser núcleos de helio, electrones o positrones, protones u otras. En resumen, es un
fenómeno que ocurre en los núcleos de ciertos elementos inestables, que son capaces de
transformarse o decaer, espontáneamente, en núcleos atómicos de otros elementos más
estables, en palabras más simples, un átomo inestable emite radiactividad para volverse
estable.

La radiactividad ioniza el medio que atraviesa. Una excepción la constituye el neutrón, que
posee carga neutra (igual carga positiva como negativa), pero ioniza la materia en forma
indirecta. En las desintegraciones radiactivas se tienen varios tipos de radiación: alfa, beta,
gamma y neutrones libres.

La radiactividad es una propiedad de los isótopos que son "inestables", es decir, que se
mantienen en un estado excitado en sus capas electrónicas o nucleares, con lo que, para
alcanzar su estado fundamental, deben perder energía. Lo hacen en emisiones
electromagnéticas o en emisiones de partículas con una determinada energía cinética. Esto
se produce variando la energía de sus electrones (emitiendo rayos X) o de sus nucleones (rayo
gamma) o variando el isótopo (al emitir desde el núcleo electrones, positrones, neutrones,
protones o partículas más pesadas), y en varios pasos sucesivos, con lo que un isótopo pesado
puede terminar convirtiéndose en uno mucho más ligero, como el uranio que, con el
transcurrir de los siglos, acaba convirtiéndose en plomo.
Defecto de masa
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El defecto de masa (o exceso de masa) en los núcleos atómicos AZXN es la diferencia entre
su masa real medida experimentalmente M(Z,N) y la indicada por su número másico , es
decir empleando el principio de equivalencia masa-energía:

Comúnmente se confunde el exceso de masa con la energía de enlace B(Z,N) del núcleo.
La energía de enlace es la diferencia entre las energías en reposo mc2 del núcleo y la
correspondiente a los Z protones y N neutrones en particular.

Esta energía es una medida de las fuerzas que mantienen los nucleones juntos, y que
representa la energía que deben ser suministrados por el medio ambiente si el núcleo desea
dividirse. Comparando ambas ecuaciones, se obtiene una expresión que relaciona los
defectos de masa del protón y del neutrón con el defecto de masa d(Z,N) del núcleo.

Ejemplo: Si se comparan las masas de neutrones y protones en MeV con la del hidrógeno-
2 (deuterio) ionizado se puede obtener la energía de ligadura. Se han utilizado las tablas del
National Nuclear Data Center y que una unidad de masa atómica (uma) o u corresponde a
931.944 MeV/c2

Lo anterior confirma la diferencia entre estos criterios experimentales. También se obtiene


un resultado positivo lo cual indica que existe una cierta cantidad de materia que en el

proceso de formación del núcleo se ha transformado, mediante la famosa ecuación , en


energía que liga el núcleo. Los datos de la masa nuclear y la energía de ligadura son
fundamentales a la hora de estudiar los distintos procesos de decaimiento nuclear posibles
(desintegración del núcleo en otro u otros de mayor energía de ligadura por nucleón).
Partícula alfa
Las partículas (α) son núcleos completamente ionizados, es decir, sin su envoltura de
electrones correspondiente, de helio-4 (4He). Estos núcleos están formados por dos protones
y dos neutrones. Al carecer de electrones, su carga eléctrica es positiva (+2qe), mientras que
su maza es de 4 uma.

Se generan habitualmente en reacciones nucleares o desintegración radiactiva de otros


núclido que se transmutan en elementos más ligeros mediante la emisión de dichas partículas.
Su capacidad de penetración es pequeña; en la atmósfera pierden rápidamente su energía
cinética, porque interaccionan fuertemente con otras moléculas debido a su gran masa y carga
eléctrica, generando una cantidad considerable de iones por centímetro de longitud recorrida.
En general no pueden atravesar espesores de varias hojas de papel.

Tiene una carga de coulombs y una masa de kg.

Historia del descubrimiento de las partículas


La radiación alfa consiste en núcleos de helio-4 (4He) y es detenida fácilmente por una hoja de papel.
La radiación beta, que consiste en electrones, es detenida por una placa de aluminio. La radiación
gamma es finalmente absorbida cuando penetra en un material denso. El plomo es bueno en la
absorción de la radiación gamma, debido a su densidad.

En los años 1899 y 1900, los físicos Ernest Rutherford (trabajando en la Universidad McGill
en Montreal, Canadá) y Paul Villard (trabajando en París) separaron la radiación en tres tipos
basándose en la penetración de objetos y en la deflexión por un campo magnético, finalmente
nombradas por Rutherford radiación alfa, radiación beta y radiación gamma.1 Los rayos alfa
fueron definidos por Rutherford como los que tienen la menor penetración de objetos
ordinarios.
Partícula beta
La radiación alfa está compuesta por un núcleo de helio y puede ser detenida por una hoja de
papel. La radiación beta, compuesta por electrones, es detenida por una hoja de papel de
aluminio. La radiación gamma es absorbida cuando penetra en un material denso.

Una partícula beta (β) es un electrón que sale despedido de una desintegración beta. Por la
ley de Fajans, si un átomo emite una partícula beta, su carga eléctrica aumenta en una unidad
positiva y el número de masa no varía. Esto se debe a que el número de masa o másico sólo
representa el número de protones y neutrones; en este caso el número total no se ve afectado,
ya que un neutrón pasa a ser protón, emitiendo un electrón. Cabe destacar que el electrón
emitido proviene del núcleo del átomo (transformación entre quarks) y no de un orbital de
éste.

Historia

Henri Becquerel, mientras experimentaba con fluorescencia, descubrió accidentalmente que


el uranio impresionaba una placa fotográfica, envuelta con papel negro, con una radiación
desconocida que no pudo ser considerada como rayos X.

Ernest Rutherford continuó estos experimentos y descubrió dos tipos diferentes de radiación:

 partículas alfa que no aparecen en las placas de Becquerel porque eran fácilmente
absorbidas por las envolventes negro;
 partículas beta que son 100 veces más penetrantes que las partículas alfa.

Publicó sus resultados en 1899.1

En 1900 Becquerel midió la relación masa carga (e ∕ m) para las partículas beta por el método
que J.J. Thomson había usado para estudiar los rayos catódicos e identificar el electrón.
Encontró que para una partícula beta e ∕ m era la misma que la de los electrones de Thomson,
y por lo tanto sugirió que la partícula beta era, de hecho, un electrón.
Rayos gamma
La radiación gamma o rayos gamma (γ) es un tipo de radiación electromagnética, y por
tanto constituida por fotones, producida generalmente por elementos radiactivos o por
procesos subatómicos como la aniquilación de un par positrón-electrón. También se genera
en fenómenos astrofísicos de gran violencia.

Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación
ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa y la beta.
Pueden causar grave daño al núcleo de las células, por lo cual se usan para esterilizar equipos
médicos y alimentos.

La energía de esta naturaleza se mide en megaelectronvoltios (MeV). Un MeV corresponde


a fotones gamma de longitudes de onda inferiores a 10-11 m o a frecuencias superiores a 1019
Hz.

Los rayos gamma se producen por desexcitación de un nucleón de un nivel o estado excitado
a otro de menor energía y por desintegración de isótopos radiactivos. Se diferencian de los
rayos X en su origen. Estos se generan a nivel extranuclear, por fenómenos de frenado
electrónico. Generalmente la radiactividad se vincula con la energía nuclear y con los
reactores nucleares, aunque existe en el entorno natural: a rayos cósmicos, expelidos desde
el sol y desde fuera de nuestro sistema solar: de las galaxias; b isótopos radiactivos en rocas
y minerales.

En general, los rayos gamma producidos en el espacio no llegan a la superficie terrestre, pues
los absorbe la alta atmósfera. Para observar el universo en estas frecuencias es necesario
utilizar globos de gran altitud u observatorios exoespaciales. Para detectarlos, en ambos casos
se utiliza el efecto Compton. Estos rayos gamma se originan por fenómenos astrofísicos de
alta energía, como explosiones de supernovas o núcleos de galaxias activas.
DECAIMIENTO RADIOACTIVO
El decaimiento radioactivo es un proceso en el que un núcleo inestable se transforma en
uno más estable, emitiendo partículas y/o fotones y liberando energía durante el proceso.
Una sustancia que experimenta este fenómeno espontáneamente se denomina sustancia
radioactiva. Pueden emitir tres tipos de radiación:

* Radiación α (alfa);
* Radiación β (beta);
* Radiacón γ (gamma).

Leyes de desintegración radioactiva

Los procesos de desintegración nuclear son estadísticos. La desintegración de todos los


núcleos de una cierta masa no se suceden a intervalos iguales de tiempo sino que obedecen
a leyes estadísticas. En base a ésto podemos determinar la velocidad a la que ocurre un
proceso de decaimiento en una muestra radioactiva, la cual es proporcional al número de
núcleos radioactivos presentes.
Si N es la cantidad de núcleos radioactivos presentes en la muestra en algún instante,
entonces la razón de cambio de N es:

(1)
dNdt=−λ∗N

donde λ se denomina constante de decaimiento.


La constante de decaimiento es la probabilidad de que un núcleo decaiga en un instante de
tiempo.
Isótopo
Se denomina isótopos a los átomos de un mismo elemento, cuyos núcleos tienen una cantidad
diferente de neutrones, y por lo tanto, difieren en número másico.1

La palabra isótopo (del griego: ἴσος isos 'igual, mismo'; τόπος tópos 'lugar', "en mismo sitio")
se usa para indicar que todos los tipos de átomos de un mismo elemento químico (isótopos)
se encuentran en el mismo sitio de la tabla periódica. Los átomos que son isótopos entre sí
son los que tienen igual número atómico (número de protones en el núcleo), pero diferente
número másico (suma del número de neutrones y el de protones en el núcleo). Los distintos
isótopos de un elemento difieren, pues, en el número de neutrones.1

La mayoría de los elementos químicos tienen más de un isótopo. Solamente 8 elementos (por
ejemplo berilio o sodio) poseen un solo isótopo natural. En contraste, el estaño es el elemento
con más isótopos estables, 10.

Otros elementos tienen isótopos naturales, pero inestables, como el uranio, cuyos isótopos
pueden transformarse o decaer en otros isótopos más estables, emitiendo en el proceso
radiación, por lo que se dice que son radiactivos.2

Los isótopos inestables son útiles para estimar la edad de una gran variedad de muestras
naturales, como rocas y materia orgánica. Esto es posible, siempre y cuando, se conozca el
ritmo promedio de desintegración de determinado isótopo, en relación a los que ya han
decaído.3 Gracias a este método de datación, se puede estimar la edad de la Tierra.4
Ionización
La ionización es el fenómeno químico o físico mediante el cual se producen iones, estos son
átomos o moléculas cargadas eléctricamente debido al exceso o falta de electrones respecto
a un átomo o molécula neutra. A la especie química con más electrones que el átomo o
molécula neutros se le llama anión, y posee una carga neta negativa, y a la que tiene menos
electrones catión, teniendo una carga neta positiva. Hay varias maneras por las que se pueden
formar iones de átomos o moléculas.
Química

En ciertas reacciones químicas la ionización ocurre por transferencia de electrones; por


ejemplo, el cloro reacciona con el sodio para formar cloruro de sodio, que consiste en iones
de sodio (Na+) e iones de cloruro (Cl-). La condición para que se formen iones en reacciones
químicas suele ser una fuerte diferencia de electronegatividad entre los elementos que
reaccionan o por efectos de resonancia que estabilizan la carga. Además la ionización es
favorecida por medios polares que consiguen estabilizar los iones. Así el pentacloruro de
fósforo (PCl5) tiene forma molecular no iónica en medios poco polares como el tolueno y
disocia en iones en disolventes polares como el nitrobenceno (O2NC6H5).

La presencia de ácidos de Lewis como en los haluros de aluminio o el trifluoruro de boro


(BF3) también puede favorecer la ionización debido a la formación de complejos estables
como el [AlCl4-]. Así la adición de tricloruro de aluminio a una disolución del cloruro de tritl
(Cl-CPh3), un compuesto orgánico, resulta en la formación del tetracloroaluminato de tritilio
([AlCl4]-[CPh3]+), una sustancia iónica y la adición de cloruro de alumino a
tetraclorociclopropeno (C3Cl4, un líquido orgánico volátil) proporciona el
tetracloroaluminato de triclorociclopropenilio ([AlCl4]-[C3Cl3]+) como sólido incoloro. A
este proceso se le suman las sumas de los electrones compuestos por menos cargas negativas
al núcleo del primer átomo consecutivo.

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