Dossier Dsppostre PDF
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Ingredientes Para elaborar “Deja sitio para el postre”, primero es necesario contar con el mejor
equipo de reposteros de España, preferiblemente un Gran Juez y tres mentores de
Muchos kilos de pasión reconocido prestigio que se encargarán de formar y de valorar el trabajo de los
Toneladas de creatividad concursantes. El siguiente paso es elegir, de entre un casting de más de 3.000
Una pizca de buen gusto… candidatos, a 18 apasionados por la repostería. Al mismo tiempo, se añade una
presentadora capaz de combinar a partes iguales las expectativas de los concursantes con el
Todo ello mezclado con: rigor de los mentores y el calor de los espectadores. Por último, se agrega un buen
18 candidatos número de pruebas y sesiones de trabajo en equipo en las que se producirán distintas
1 gran juez eliminaciones. Se mezclan todos los ingredientes con pasión y se deja a fuego vivo antes de
3 mentores llegar al punto de ebullición: una gran final de la que surgirá el mejor repostero no
profesional de España.
La búsqueda de la mejor materia prima será otra de las piezas fundamentales. En “Deja sitio para el postre”, los
ingredientes no aguardan en una sala anexa. Al contrario, la compra se realizará en establecimientos reales, por
lo que será necesario desplazarse para adquirir los productos. Además, los equipos contarán con un presupuesto
limitado.
Esta primera prueba será protagonista de distintos eventos en los que los concursantes tendrán que mostrar su
creación. Una tarde en el circo, una fiesta de la alta sociedad o un macroconcierto con artistas de primer nivel son
algunos de los escenarios en los que los participantes medirán sus creaciones.
Con el fin de superar este reto, los tres equipos tendrán que aplicar todos sus conocimientos técnicos en la mejor
manera de transportar el postre sin perder sabores ni texturas, una dificultad añadida cuando la temperatura y la
estética son factores básicos para el éxito. ¿Llegarán los productos como imaginan? Los nervios aflorarán y la
competitividad estará a flor de piel, pero será una rivalidad “dulce”, como mandan los cánones de la buena
Los equipos que no consigan la inmunidad tendrán que medir de nuevo sus fuerzas en los fogones. En cada
programa, un jurado de expertos propondrá a los concursantes un reto temático que deberán superar. Unas
monjas clarisas confeccionando yemas de Santa Clara, críticos culinarios esperando una fascinante creación o
un maestro heladero retándoles a imitar su mejor helado son solo algunos de los invitados de excepción de esta
prueba que cada aprendiz a repostero deberá superar en solitario.
El comité de expertos invitado cada semana será el encargado de seleccionar a los dos concursantes más
débiles. El resto será salvado y continuará con su equipo en la competición una semana más.
3. El cara a cara
Los dos candidatos a la expulsión se medirán en un último reto gastronómico a propuesta de Paco
Torreblanca. Este desafío se convertirá también en una dura prueba para sus mentores. En esta fase final,
Sergi, David y Amanda tendrán que expulsar cada semana a un concursante, sin atender al equipo de
pertenencia.
La última palabra ,
en manos de Paco Torreblanca
Gran Juez del programa y maestro de los concursantes y mentores: Paco Torreblanca será
la llave definitiva para continuar en “Deja sitio para el postre”. En su poder está la
facultad de salvar al concursante nominado si considera que su progresión está
siendo la adecuada o incluso “repescar” a algún expulsado. Pero no siempre será así.
Torreblanca también podrá expulsar a un concursante salvado cuando estime que no
está aprovechando las enseñanzas del programa, o reorganizar los equipos para
mantener la tensión competitiva entre ellos. Riguroso y comprensivo a partes iguales,
Torreblanca impartirá diferentes clases magistrales en cada prueba creativa y en los
“cara a cara”, momentos en los que tomará el pulso a sus aprendices.
Paco Torreblanca
Gran Juez del programa Alquimia de sabores. Lujo a la medida. Exclusividad, perfección,
exquisitez y pasión. Estos son los atributos que mejor definen las
creaciones de Paco Torreblanca, para muchos el mejor exponente de
la repostería en nuestro país. El Gran Juez de “Deja sitio para el
postre” sólo podía encarnarse en una personalidad como la de Paco
Torreblanca: rigurosa y perfeccionista, pero también cercana y
amable. Él tendrá potestad no sólo para valorar los trabajos de los
candidatos y sus mentores, sino también para alterar la dinámica del
concurso en ocasiones excepcionales.
Los 3 mentores
Raquel Sánchez Silva
Una presentadora muy dulce
Raquel Sánchez Silva es uno de los rostros más representativos de Cuatro. Desde los
inicios del canal, la presentadora ha estado vinculada a distintos programas, entre los
que destacan las dos primeras ediciones del ‘reality’ de aventuras “Pekín Express”,
“Expedición Imposible”, los programas de factual “Soy lo que como”, “Perdidos en
la tribu” y “Perdidos en la ciudad”, el concurso “El Cubo” y otros espacios como
“Oído Cocina”, “Qué desperdicio” o “Idénticos”, entre otros. En Telecinco ha
presentado “Supervivientes: perdidos en Honduras” y “Acorralados: aventura en
el bosque”.
“Nací en la ciudad costera de Safi y me vine a España hace 10 años para estar
junto a mi marido. Soy madre de dos niñas, Sundus y Asil. Desde muy pequeña
me han apasionado la repostería y las manualidades. A los 15 años empecé a
experimentar a la hora de elaborar pastas y dulces. Mi primer experimento
fueron unos ‘cuernos de gacela’, típico postre de mi tierra, que elaboré con la
ayuda de mi abuelo. Ya en España, pasé por varios trabajos y al final decidí
dedicarme a lo que más disfruto haciendo: elaborar tartas y dulces árabes por
encargo. Sigo aprendiendo, formándome todos los días de forma autodidacta y
endulzando la sobremesa de mi gente”.
“He tenido innumerables empleos, pero nunca me identifiqué con ninguno. Cuanto más
buscaba, menos encontraba. Pero nunca es tarde y, cosas del azar, las personas que más me
quieren pusieron en mi camino lo que me apasiona: ¡Crear! Hacer feliz a alguien, dibujar una
sonrisa, hacer de una reunión una fiesta… Son cosas que puedo hacer a través de la
repostería, mi pasión, a la que me quiero dedicar en cuerpo y alma. Me levanto por las
mañanas y pienso: ¿Qué dulce me pongo hoy?”
“Soy padre de Enzo, la persona que verdaderamente me ha enseñado a ver la vida de otra
manera. He crecido entre fogones, ya que mi padre se ha dedicado toda la vida a la hostelería.
Fue él quien me enseñó la pasión, el esfuerzo, la perfección… Después de años haciendo
cocina clásica me di cuenta de que el recuerdo con el que se quedaba la gente era el postre,
así que comencé a copiar recetas, reinventarlas y trabajar en nuevas ideas. Aquí he
encontrado el lugar perfecto para demostrar mi pasión, constancia, esfuerzo y perfección y
para aprender a endulzar la vida a los que me quieren”.
“Vengo de Torrelaguna, en Cantabria, pero me crié en el puerto de Santa María, por lo que
tengo el corazón dividido. Desde muy joven he sido una enamorada de la pastelería casera,
que es la que hago habitualmente para mis fans: mi familia. Tengo tantos años como ilusiones,
ganas de aprender y de vivir. Esta aventura no va a cambiar mi forma de vida, pero de alguna
manera va a ser un soplo de aire fresco. Es una oportunidad que nunca pensé encontrarme en
el camino, pero mi familia me empujó a aprovechar, por lo que afronto el reto con muchísima
ilusión”.
MARTA DALMAU. 25 años. Valencia. Optimismo y estética a partes iguales
“Creativa, exigente, curiosa, con poca vergüenza y mucho sentido del humor.
Hablo por los codos y siempre veo el vaso medio lleno o lleno entero.
Antepongo el corazón a la razón, soy puro sentimiento. Me apasiona la moda
-sin obsesionarme-, la fotografía y, por supuesto, la pastelería. Detallista sin
remedio, no concibo la repostería sin cuidar la decoración al mínimo detalle. Mi
color es el verde esperanza y si fuese un postre sería el pan con chocolate, que,
como yo, no es el postre perfecto pero simboliza la felicidad”.
“Soy muy positivo, muy alegre y hablador. Siempre estuve ligado al mundo de la
hostelería, de hecho fui maître, aunque nunca me había adentrado de lleno en el mundo
de la pastelería. Mi afición viene de forma accidental, nunca mejor dicho, porque hace
unos años un infarto me dijo que me tenía que tomar la vida con más calma. Cuando
estuve de baja, la repostería se convirtió en un refugio donde podía relajarme y desde
entonces no he parado. El cuidado y los tiempos que necesita la repostería los he
aplicado también a mi vida. Se puede decir que me ha ayudado a cambiar. Mi público
es mi familia, mi mujer y mis hijos, que me han animado muchísimo a lanzarme y
cumplir el sueño de estar en ‘Deja sitio para el postre”.
BERNABÉ GÓMEZ, 19 años. Jaén. El benjamín del concurso
“Siempre insistía a mi madre para que me enseñase las recetas de la familia. De ella y mis
abuelas aprendí mientras ayudaba a preparar la comida. Toda clase de mezclas y al horno, de
niño siempre me entusiasmaba mirar mientras la masa se transformaba en un bizcocho.
Practicaba la alquimia en la cocina poniendo en práctica lo aprendido en las vacaciones en
casa de los abuelos. Estudié Escultura y Bellas Artes y vivo mi vida sobre patines. Hace unos
años, en Londres, quedé prendado con los dulces de los escaparates y pensé que podría
fusionar mi vena artística con la repostería. Desde entonces intento hacer obras de arte
comestibles”.
PABLO MARGOS, 23 años. Valencia. Basta ya de tanta paella
“Me considero una persona que sabe lo que quiere y que trabaja duro para conseguir aquello
que se propone. Una parte vital de mi vida es la familia. Me he criado en una muy numerosa y
todos hemos trabajado juntos, por lo que siempre hemos estado muy unidos, tanto en los
buenos momentos como en los malos. Trabajo como cocinero de platos salados, la
especialidad de la casa son las paellas, pero me apasiona la repostería. Quiero transmitir lo
mismo que yo siento cuando elaboro un buen postre. Esa sensación de felicidad y del trabajo
bien hecho es inmejorable, por eso intento ser el mejor y darlo todo en cada cosa que hago”.
“En mi vida he emprendido muchas aventuras, sueños e ilusiones, de hecho creo que he
dedicado gran parte de mi vida a soñar, a lograr objetivos, a caer, a ilusionarme, a
desilusionarme. Hace años un sueño comenzó a inquietarme, pero era un sueño que al
despertar veía a años luz de mis posibilidades: vivir de la repostería. No tenía medios, ni
experiencia, ni tiempo, así que lo dejé marchar. Pero un día llegó mi hijo Miguel. Mi vida se
llenó de colores, muñecos, dibujos animados, sonrisas… Y sin saber cómo, de repente, la casa
estaba llena de harina, azúcar, chocolate, moldes, libros de cocina, recetas... Poco tiempo
después dejé mi trabajo como militar en su submarino torpedero y empecé a dedicarme en
cuerpo y alma a mi dulce sueño”.
“Vengo de Motilla del Palancar, aunque mi corazón familiar es madrileño. Soy risueña,
trabajadora, familiar, luchadora, muy expresiva y una madraza. Desde 2011 cuido de mi tarta
más dulce: mi pequeña Inés, mi masa más perfecta, con la cantidad exacta de dulzura. La
repostería es, desde hace muy poco tiempo, mi nuevo estilo de vida. No hay nada tan bonito
como ver las reacciones que producen mis postres amateurs en mi familia. Disfruto muchísimo,
me encanta y ya no concibo mi vida sin la repostería. ¡Y eso que yo era de salado!”.
ALICIA PIGUILLEM, 32 años. Barcelona. La tarta nupcial puede esperar
VALENTÍN RUIZ. 39 años. Ciudad Real. Una estirpe pastelera en plena renovación
“Extrovertido, apasionado, cariñoso, generoso con los demás, soy ‘todo corazón’, sensible,
pero a la vez muy fuerte y de los que siempre se queda con el lado bueno de las cosas. Vengo
de estirpe pastelera. Mi vida dio un giro de 180 grados al fallecer mi padre, cuando tomé una
de las decisiones más importantes de mi vida: hacerme cargo del negocio familiar, la pastelería
‘Valentín’, como se llamaban mi padre y mi abuelo. Compartir esto junto a mi madre ha sido
uno de los mejores regalos que la vida me ha podido dar, además de mis dos hermanos, Ángel
y Jaime, dos pilares básicos en mi vida”.
Dirección
Óscar Vega