Pareja Combinaciones Conyugalidad
Pareja Combinaciones Conyugalidad
Pareja Combinaciones Conyugalidad
La conyugalidad
La conyugalidad puede ser definida de diversas formas. Una remitiría al amor complejo o nutrición
relacional, aplicado a la relación entre los dos miembros de la pareja parental. Constaría de
componentes cognitivos (como, por ejemplo, reconocimiento y valoración), componentes emocionales
(cariño, ternura…) y componentes pragmáticos (deseo, sexo y gestión de la vida cotidiana, entre
otros). De manera más simple y operativa, la conyugalidad equivaldría a la capacidad de resolver los
conflictos surgidos en el ámbito de la pareja.
Así que, si asumimos los fundamentos básicos del mito, Adán y Eva debieron de redefinir su
conyugalidad en las nuevas circunstancias surgidas a raíz de su expulsión del paraíso. Y cabe
establecer dos hipótesis sobre cómo lo hicieron: negociando armoniosamente la resolución de los
conflictos, o bien sucumbiendo al rencor y a la disarmonía.
PARENTALIDAD
La parentalidad define la manera como se desempeñan las funciones parentales, es decir, el amor
complejo o nutrición relacional en su vertiente parento-filial. Al igual que la conyugalidad, la
parentalidad posee componentes cognitivos, emocionales y pragmáticos, y, si los primeros y los
segundos no se diferencian mucho de los de aquélla (reconocimiento y valoración, así como cariño y
ternura, respectivamente), los terceros son radicalmente distintos. En efecto, los componentes
pragmáticos de la parentalidad consisten principalmente en la sociabilización, con sus dos vertientes,
protectora y normativa: proteger al niño de los peligros presentes en el entorno y enseñarlo a
respetarlo para, a su vez, ser respetado.
Al verse obligados a abandonar el paraíso, Adán y Eva se encontraron, también, con hijos, lo cual les
exigió con toda seguridad definir su parentalidad. ¿Dieron prioridad a la pareja? ¿Atendieron
adecuadamente a los hijos en sus necesidades relacionales? Respecto a la parentalidad de nuestros
"primeros padres" cabe establecer tres hipótesis.
Conyugalidad y parentalidad son las dos dimensiones relacionales más importantes presentes en toda
familia de origen. Aunque son independientes entre sí, también es cierto que se influyen mutuamente,
dando, como consecuencia de sus diversas combinaciones, las atmósferas relacionales que pueden
encontrar los niños. El resultado será de importancia decisiva para la construcción de la personalidad
de éstos.
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personalidad de Abel se tiñe de depresión, lo que lo convierte en receptor natural de los raptos de
violencia de Caín, borderline.
Combinación: Conyugalidad Armoniosa y Parentalidad.
Caín llegó en un mal momento, cuando el trauma de la expulsión tenía a sus padres contra las
cuerdas. Milagrosamente indemne la pareja, la parentalidad les vino grande y el vínculo se resintió. El
niño creció sintiéndose rechazado y malcriado, sin la menor receptividad por las normas sociales y,
por tanto, candidato a un diagnóstico de personalidad borderline. Por contra, Abel, nacido cuando la
recuperación de sus padres, adaptados ya a la adversidad, estaba en marcha, encontró circunstancias
mucho más favorables y creció sano y maduro. Desgraciadamente, sus intentos por mejorar la
relación con su hermano no hacían sino aumentar la rabia de éste, arrinconado progresivamente en el
papel de malo. Hasta que, tras uno de tantos gestos apaciguadores (por ejemplo, Abel pudo haberse
ofrecido a Caín para ofrendar él mismo sus sacrificios), sobrevino la tragedia.
Estas ideas permiten revisar el viejo concepto sistémico de equifinalidad ( ) desde la óptica de la
complejidad. Desde luego que se puede llegar a una misma situación desde puntos de partida muy
diversos, pero ni el significado relacional del final será el mismo, ni tampoco el proceso a él
conducente. No es lo mismo que la muerte de Abel a manos de Caín fuera el resultado de un
enfrentamiento entre psicópatas, que la agresión impulsiva de un borderline fuera de control, o que
un acto de legítima defensa … Aunque, en cualquier caso, haya sido presentado por la historia oficial
como el asesinato de un inocente perpetrado por un malvado. Y ya hemos visto que detrás de cada
una de esas opciones, y aun de otras muchas posibles, existe un substrato relacional coherente y
distinto.
De todas formas, como los mitos son una fuente inagotable de material relacionalmente sensible,
volvamos por un momento al Génesis para verificar que Adán y Eva tuvieron un tercer hijo, al que
llamaron Set. Y que la misión de éste era sustituir a Abel, puesto que la estirpe de Caín estaba en
cierto modo maldita. ¡Sustituir a un hermano muerto y a otro condenado! ¡Qué pesado fardo debió de
cargar el pobre Set…! ¡Y qué legado le tocó transmitir a sus descendientes!
Pero, evidentemente, ése es tema para otra historia.