Egloga I. Tito
Egloga I. Tito
Egloga I. Tito
Transmisión textual
C. Giarratano l 9 ha clasificado los manuscritos que La edición príncipe apareció en Roma el año
nos han transmitido las Bucólicas de Calpurnio íjunto 1471 2'. En España, Juan Gualberto González publicó el
con las de Nemesiano) en tres grupos de desigual valor, siglo pasado una traducción en verso suelto, anotada
pero que remontan todos, en último término, a un mis- y con el texto latino 22.
mo arquetipo. El primer grupo lo forman los códices La edición que se ha seguido aquí es la de C. Gia-
Neapolitanus V A 8 (N) y Gaddianus Laur. plut. 90, 12 rratano.
inf. (G), ambos de comienzos del s. xv. A pesar de los
no pocos errores debidos a ignorancia y descuido de
los copistas, como están casi exentos de interpolacio-
nes, hay que considerarlos como los mejores. Al segun- E. BAEHRENS, Poetae Latini Minores, 111, Leipzig, 1881, págs. 65-102.
do grupo (V) pertenecen una veintena larga de códices J. W. DUPF,A. M. DUFF,Minor Latin Poets (The Loeb classical library),
del s. xv que muestran múltiples errores comunes y Cambridge-Londres, 1961 (=1935). págs. 207-285 (con traducción
inglesa).
abundantes interpolaciones. El tercer grupo está repre- C. GUIUUTANO, Calpurnii et Nemesiani Bucolica. Einsidlensia C a m i n a
sentado solamente por el códice Parisinus 8.049 (P), de (Corpus scnptorum Latinomm Paravianum), 3.a ed., Tunn. 1973
los SS. XI-XII,que comprende hasta IV 12 y ocupa un ( = 1943).
lugar intermedio entre los dos grupos anteriores. A to- C. H. KEENE,The Eclogues o f Calpumius Siculus and M . Aurelius Olym-
dos estos manuscritos hay que añadir dos hoy perdidos, pius Nemesianus, Hildesheim. 1969 (= 1887).
D. KORZENIEWSKI, Hirtengedichte aus neronischer Zeit. Titus Calpurnius
pero colacionados en el Renacimiento, el Gemanicus Siculus und die Einsiedler Gedichte (Texte zur Forschung, l), Darm-
de Taddeo Ugoleto y el de Boccaccio; las lecturas del stadt, 1971 (con traducción alemana).
primero aparecen en los códices Riccardianus 636 y Har- H. SCHENKL, Calpurnii et Nemesiani Bucolica, Leipzig, 1885 (= J. P.
leianus 2.578, mientras que las del segundo sólo en este POSTCATE, Corpus Poetarum Latinorum, 11, Londres, 1905, págs. 197
Y sigs. ).
último. Se conocen, además, extractos en antologías. El
estema de los manuscritos es 20: zado, sin embargo, para indicar el arquetipo. H representa las lecturas
'8 W. P. MUSTARD, *Later echoes of Calpumius and Nemesianusw, del Harleianus, que se refieren tanto al códice de Ugoleto como al de Boc-
caccio.
Amer. lourn. Philol. 37 (1916), 73-83. 2L Listas bastante completas de las ediciones anteriores a las mo-
'9 En su edición, págs. VI-XXXIX.
20 C. GIARRATANO, 'La critica del testo., en Introduzione a'lo stu- dernas, recogidas éstas esencialmente en la bibliografía. aparecen en
las ediciones de CURRATANO, pág. XXXIX, y VERDI~RE. págs. 7-9.
dio della cultura classica, 11, Milán, 1973, págs. 705-706. Aquí utiliza U
Ciarratano la sigla U para las lecturas del códice de Ugoleto en el J. G . GONZALEZ, Obras en verso y prosa, 11, Madrid, 1844, págs.
47-168.
. Riccardianus, pero en la edición usa A, letra que en el estema ha utili-
R. VERDIERE,T. Calpurnii Siculi aDe laude Pisonisv ef *Bucolica~et
M. Annaei Lucani #De laude Caesaris~Einsidlensia quae dicuntur
Camina (Coll. Latomus, 19), Bruselas, 1954 (con traducción francesa).
ESTUDIOS:
H. BARDON, Les empereurs et les lettres latines d'Auguste a Hadrien,
París, 1940, págs. 221-256.
L. CASTAGNA, 1 bucolici latini minori. Una ricerca di critica testuale,
Bérgamo-Florencia, 1976.
E. CESAREO, La poesia di Calpurnio Siculo, Palermo, 1931.
E. CIZEK,L'époque de Néron et ses controverses idéologiques (Roma
Aetema, 4), Leiden, 1972, págs. 371-378. Coridón y Qmito. su hermano, deciden resguardarse del calor a
J. A. CORREA, =LOSpastores de Calpumio Sículo*. Habis 8 (1977), 149-159. la sombra de un haya, en cuya corteza ven grabado un largo vaticinio
M. HAUPT, .De carminibus bucolicis Calpurnii et Nemesianis, en Opus- de Fauno que anuncia la vuelta de la edad de oro, presagiada ya por
culo, 1, Hildesheim. 1967 (=1875), págs. 358-406. el brillo continuado de un cometa. Ornito, que ha leído la profecía,
J. HUBAUX, Les thkrnes bucoliques dans la poesie latine, Bruselas, 1930. invita a su hermano a cantarla con acompaíiamiento de flauta en la
D. JOLY,.La bucolique au service de l'empire. Calpumius interprete
esperanza de que llegue a oídos del emperador.
de Virgilem, en L'idéologie de l'imperialisme romain, París, 1974,
págs. 42-65.
D. KORZENIEWSKI, ~ N é r o net la Sibyller. Latomus 33 (1974). 921-925.
-, azur ersten und siebten Ekloge des Calpurnius Siculus~,Museum
Helveticum 33 (1976). 248-253.
E. MERONE, lnnovazioni linguistiche in Calpurnio Siculo, Nápoies, 1967. C. -Todavía el verano, que va de caída, no aplaca
G. SCHEDA, Studien zur bukolischen Dichtung der neronischen Epoche,
Bonn, 1969. a los caballos del So1 2 , aunque las prensas caigan so-
M. D. SPADARO, Sulle Egloghe politiche di Tito Calpurnio Siculo, Cata- bre los zumosos racimos y los mostos, al fermentar, es-
nia. 1969. pumeen en sordo susurro 3. {Ves, Órnito, cómo allí las
R. VERDI~RE, gtudes prosodique et mktrique du .De Laude Pisonis. et vacas que padre nos ha confiado han recostado sus mue- s
des rBucolica~de T. Calpurnius Siculus, Roma, 1971. lles ijares bajo la hirsuta hiniesta? ¿Por qué no nos me-
-, .La bucolique post-virgilienne*, Eos 56 (1966), 161-185.
temos también nosotros bajo la sombra vecina? (Por
qué protegemos con sólo un gorro' nuestros rostros
quemados?
' Para la personalidad de Condón y Omito, véase Introd., pág. 71.
Eran éstos, Pirunte, Eoo. Aetón y Flegonte.
La acción se sitúa, literariamente, a finales de verano en época
de vendimia. Como de la profecía de Fauno (w. 33-88) se deduce la
inminencia de la muerte de Claudio y el acceso al trono de Nerón,
e, igualmente, en ella se alude a un cometa que brilló esos días (véase
n. 23), parece fuera de duda que se trata de poco antes del 13 de octu-
bre del año 54.
Hecho de piel (galerus).
6 . -Vayamos, más bien, Coridón, hermano mío, a 6 . - Ya nos hemos metido los dos en la sombra que
este bosque, a ese refugio del padre Fauno 5 , donde el buscábamos. Pero, ¿qué son esas líneas escritas en la 20
io pinar espesa su grácil cabellera y alza la cabeza enfren- sagrada haya que alguien ha marcado, poco ha, con ner-
tándose al ímpetu del sol, donde el haya protege las viosa podadera? ¿Ves cómo todavía las letras conser-
aguas, a su mismo pie bullentes, y con ramas oscilantes van los trazos verdes sin abrirse aún en seca hendidura?
trenza sombras. C. - Ornito, acerca tus ojos: tú puedes examinar más 2s
C. - Adondequiera que me invites te acompaño, 6 r - deprisa los versos grabados en lo alto del tronco, pues
nito; pues mi Leuce b , al negarme abrazos y nocturnos padre te dio generosamente unas buenas zancas y ma-
goces, me ha hecho accesible el santuario del cornígero dre, sin mezquindad, un esbelto cuerpo.
15 Fauno '. Saca entonces la siringe, y tus cantos, si algu- 6.- No son éstos versos de pastor o caminante a
no guardas en secreto. No te faltará mi flauta, que, po- modo vulgar, sino que un dios en persona los canta, no
co ha, me ha construido de caña seca el mañoso La- suenan a vacada ni gritos montañeses interrumpen los 30
dón s. versos sagrados.
C. - Extraño es lo que dices, pero venga ya y léeme
5 Dios latino, habitante de los bosques y protector de rebaños y con ojo atento, cuanto antes, todo el divino poema 9.
pastores, confundido a menudo con Pan, pero no siempre en nuestro 6. - .Yo, Fauno, nacido del éter 'O, protector de
poeta (cf. IV 133), que tampoco conoce su rnultiplicacióii en faunos, montes y bosques, este porvenir profetizo a los pueblos.
divinidades campestres, mitad hombres, mitad cabras, amigos de los
pastores (sí aparecen, en cambio, en 11 13, los sátiros helénicos, SU Es grato grabar en un árbol safrado versos de júbilo 35
modelo). El carácter oracular de Fauno, fundamental en esta bucólica, para revelar los hados. Vosotros, sobre todo, habitantes
es sin embargo ocasional (presente ya en VIRGILIO, Eneida VI1 45 SS., de los bosques, alegraos, alegraos vosotros, pueblo mío.
81 SS., donde Fauno es padre del rey Latino). Aunque el ganado todo ande errante sin que se preocu-
6 Este nombre, que significa ublancan, se emparenta por el senti-
dio de serena paz, vuelve a la tierra el alma Temis, de- Resplandeciente se presentará la Paz 16, resplandecien-
jando al fin su duelo y abandono ", y acompañan tiem- te no sólo en el rostro como tantas veces lo fue, cuando, 55
45 pos de felicidad al joven que ha ganado la causa en de- sin guerra declarada, cuando, dominado el lejano ene-
fensa de los descendientes de Julo, parientes de su migo a pesar de la indisciplina militar 17, sembró la
madre 12. discordia ciudadana con silencioso hierro. La Clemencia
»Mientras este dios en persona gobierne a los pue- ha proscrito todas las lacras de una paz fingida y mella-
blos, la impía Belona I 3 entregará, rendidas a la espal- do la locura de las espadas. Ni el cortejo fúnebre del 60
da, sus manos y, despojada de armas, lanzará locas den- senado en cadenas fatigará en su tarea a los verdugos
telladas contra sus propias entrañas, y la que, poco ha, ni, mientras la cárcel está colmada, la desgraciada cu-
so sembró el orbe todo de guerra intestina se la hará a ria contará con unos cuantos senadores 18. Habrá una
sí misma. No plañirá ya Roma por un Filipos l4 ni en- tranquilidad completa que, ignorando el desenvainar de
cabezará, cautiva, su mismo cortejo triunfal. Todas las las espadas, volverá a traer al Lacio otro reinado de
guerras serán reducidas en la cárcel del Tártaro y hun- Saturno 19, otro reinado de Numa, el primero que a los 6s
dirán su cabeza en las tinieblas, temerosas de la luz 15. ejércitos, exultantes por las matanzas y enardecidos aún
con las campañas de Rómulo, les enseñó las tareas de
" Calpurnio identifica a Temis, personificación de la ley eterna,
la paz, ordenando que, acalladas las armas, en los sacri-
con su hija Astrea. Esta fue la última de las divinidades que abandonó
la tierra, empapada en sangre, en la Edad de Hierro (OVIDIO, Metam. dependiente de los Infiernos. Es un lugar temido por los propios dio-
1 149-150). siendo ecatasterizadaw en la constelación Virgo; su regreso ses y en el que encerraban a sus enemigos derrotados.
caracteriza a la edad de oro (Buc. Eins. 11 23). Hay aqui una clara 16 Como la Clemencia, líneas más abajo, también aqui la Paz es-
alusión a las irregularidades jurídicas del reinado de Claudio, como tá personificada, como lo muestra su oposición a Belona; pero tal per-
se desarrolla en los versos siguientes. sonificación es fluctuante, pues se habla, igualmente, de una paz fingi-
l 2 Según SUETONIO, N e r h VI1 2, y T k x o , Anales XII 58, el futu- da. Clemencia y paz son dos conceptos íntimamente unidos a la figura
ro emperador pronunció, en presencia de Claudio, un discurso en grie- del emperador, y en honor de la Paz al26 Augusto un altar en Roma
go en defensa de los habitantes de Troya, que consiguieron con ello (Ara Pacis, a. 9 a. C.).
la exención de toda carga pública. Pero el texto admite otra traduc- l7 Parece aludir a hechos como la incruenta expedición realizada
ción: .al joven que ha ganado su causa con el apoyo de su madre, a Britania por Claudio en el año 43 (SUETONIO, Claudio XVII) y el le-
de la familia de Julo*. En efecto, la ascensión al trono del joven Nerón vantamiento frustrado del legado de Dalmacia, Furio Camilo Escribo-
fue favorecida por Agripina, su madre, que, por pertenecer a la fami- niano (ibid. XIII 2).
lia Julia, descendía en último término, según la tradición, de Julo, hijo l8 Según SUETONIO, ibid. XXIX 2. este emperador ordenó ejecu-
del troyano Eneas. - Los versos siguientes, que constituyen el núcleo tar a la ligera a treinta y cinco senadores y a más de trescientos caba-
de la profecía de Fauno, presentan una cierta coincidencia con el dis- lleros; y en S ~ N E CApocoloc.
A, XiV l, se le acusa, en los Infiernos ante
curso pronunciado ante el senado por el nuevo emperador Nerón (cf. el tribunal de h c o , del asesinato de igual número de senadores, de
TiScr~o,Anales XIII 4, 2-4). doscientos veintiún caballeros y, en cuanto a otros ciudadanos, de *un
l3 Diosa de la guerra.
número igual al de la arena o el polvo,.
l4 La batalla de Filipos (42 a. C.), en la que Octaviano y Marco l9 La edad de oro coincidía con el reinado olímpico de Crono; pe-
Antonio derrotaron a Bruto y Casio, asesinos de César, pasó a simboli- ro, identificado Saturno con éste, entre los latinos se precisó el mito
zar las guerras civiles. en el sentido de que, al ser desterrado Saturno por su hijo Júpiter,
' 5 Aunque terminó considerado como la región de los Infiernos
emigró al Lacio, donde aparece como dios civilizador, siendo ésta la
en que se atormentaba a los criminales, sin embargo, el Tártaro, en edad de oro (cf. Buc. Eins. 11 23).
Hornero y Hesíodo, está situado a mucha mayor profundidad y es in-
84 CALPURNIO S ~ C U L O
lio César divinizado (44 a. C.), durante siete dias brilló un cometa, lo