Plantilla Unidad III
Plantilla Unidad III
Plantilla Unidad III
Cada vez más las compañías y organizaciones utilizan las pruebas de integridad en la
selección de candidatos a empleo. Moliner (2007) define la integridad como la persona
que cumple exactamente y con rectitud los deberes de su cargo y posición. Bennis y
Warren, s.f. (citado en Quesada, 2006) la definen como el conjunto de estándares de
honestidad moral e intelectual que rigen la conducta de una persona. Gooleman, s.f.
(citado en Quesada,2006), señala que las personas íntegras son aquellas que actúan
ética e intachablemente, son honradas y sinceras, de modo que se ganan la confianza
en su entorno, admiten sus errores y desaciertos con humildad y honestidad. Es
importante destacar que el concepto de integridad no es sinónimo de honestidad,
aunque ambos conceptos se encuentren estrechamente relacionados. Podemos decir
que el término honestidad se adhiere a una conducta sincera, la cual se manifiesta en
forma de hablar con veracidad. Por otra parte, el concepto de integridad se refiere al
sustento firme de un código moral, se adhiere al mantenimiento inflexible de los valores
de un individuo. Dicho de otro modo, la honestidad es indicar la verdad, mientras que la
integridad es mantenerse firme a las creencias. La honestidad es parte de ser una
persona íntegra, sin embargo, la integridad no necesariamente forma parte de la
honestidad. En cuanto a lo anterior, Muchinsky (2010) señala que el surgimiento de la
evaluación de la personalidad en la selección de personal también se demuestra con el
desarrollo reciente y uso creciente de pruebas de honestidad e integridad.
Las pruebas de integridad están diseñadas para identificar a candidatos a empleo que
no le robarán a su patrono ni adoptarán una conducta contraproducente en el trabajo.
Estas pruebas son de lápiz y papel y por lo general caen en uno de dos tipos según,
Sakett y Wanek (1996) (citado en Muchinsky, 2010). El primer tipo de prueba, una
prueba abierta de integridad, el candidato a empleo entiende con claridad que la
intención de la prueba es evaluar la integridad. Por lo general, la prueba tiene dos
secciones: una relacionada con las actitudes hacia el robo y otras formas de
deshonestidad (a saber, creencias sobre la frecuencia y extensión del robo por parte de
los empleados, el castigo hacia el robo, la facilidad percibida del robo, y aprobación de
explicaciones racionales comunes acerca del robo), y una segunda sección relacionada
con confesiones de robo y otras actividades ilegales (como cantidad en dólares robadas
en el año pasado, consumo de drogas y juego) (Muchinsky, 2010).
Los autores de dichas pruebas sugieren que éstas se deben usar de manera conjunta o
combinada con algunos tipos de herramientas. Esto ayuda a disminuir los falsos
positivos y falsos negativos. Se ha encontrado que estas pruebas tienen buena
predicción de conductas contraproducentes como lo son: rotación, absentismo,
problemas de disciplina y tiempo perdido. Las pruebas de integridad correlacionan bien
con los cinco factores de personalidad, especialmente con concienciación (Psigma
Corporation 2005). El supuesto de honestidad es que las personas que hayan mostrado
conductas poco deseables serán más propensas a repetirlas que aquellas que no lo han
hecho. Para efectos de medición y objetividad de los instrumentos, la integridad puede
mostrarse muy ambigua y en cierta medida subjetiva y amplia, por lo que se ha tratado
de incluir nuevos términos para la medición de este constructo o incluirlo dentro de
marcos de referencia más amplios y definidos (Psigma Corporation 2005). Las
investigaciones en el ámbito de la personalidad en las organizaciones también han
demostrado 54 Antonio Zapata que las medidas de personalidad están centradas en
criterios ocupacionales (Criterion-Focused Occupational Personality Scale) tales como
las pruebas de integridad orientación al servicio al cliente, potencial de dirección,
tolerancia al estrés o potencial comercial son excelentes predictores de diversos
criterios organizacionales, incluyendo el desempeño ocupacional, el éxito en la
formación y los comportamientos contraproductivos (Ones & Viswesvaran, 1998, citados
en Salgado, 2005).
Por otro lado, un aspecto importante que guarda una relación directa con los
cuestionarios de integridad es el tema de deseabilidad social. (Matesanz, 1997 citado en
Lemos, 2006) la define como la tendencia de los sujetos a idealizar sus respuestas
Estos comportamientos son divididos en dos categorías, las interpersonales, las cuales
incluyen conductas como agresiones, amenazas, y rumores negativos, y las
organizacionales, las cuales hacen referencia a conductas que directamente afectan a la
organización como el sabotaje, robo y el ausentismo. Ones, Viswesvaran & Schimdt
(1993), aseguran que algunas dimensiones de la personalidad muestran una relación
consistente con las conductas contraproducentes. Estos autores basan esta declaración
en la evidencia metaanalítica de la literatura de las pruebas de integridad, la literatura de
los cinco grandes rasgos y la literatura de predicción de la ejecución militar. Estos
autores especifican que el hallazgo más sólido fue con la dimensión de concienciación y
que las pruebas de integridad mostraron relaciones significantes con las conductas
contraproducentes. Aseguran que ésta, entre otras conclusiones, fue basada en más de
cien estudios y más de cien mil individuos. Por tanto, entre las dimensiones de
personalidad de los Cinco Grandes Rasgos, concienciación es el predictor más fuerte
para una amplia clase de conductas contraproducentes en el trabajo. Investigaciones.
Dado el énfasis puesto en las pruebas de integridad en la selección de personal, está
claro que la investigación es necesaria para evaluar su eficacia. Bayle y Holtgraves
(2008), llevaron a cabo una investigación con el propósito de examinar el “Personality
Reaction LA MEDICIÓN DEL CONSTRUCTO DE INTEGRIDAD 55 Blank (PRB), y las
características de personalidad relacionadas entre la honestidad y la falsificación en las
puntuaciones de dichas pruebas. Para este estudio se utilizó dos diseños separados
para analizar la falsificación en el Personnel Reaction Blank (PRB) y los constructos de
personalidad relacionados a las puntuaciones obtenidas en las pruebas. Los
participantes fueron una muestra de estudiantes subgraduados de la Universidad de
Midwest donde 119 eran mujeres y 92 fueron hombres. El estudio demostró que, el PRB
puede ser falsificado con éxito, b) la magnitud de falsificar tiene que ver con el diseño
utilizado, c) resultados honestos en el PRB se correlacionan positivamente con esmero
y amabilidad, y negativamente con el neuroticismo y, d) concienciación se correlaciona
negativamente con la magnitud de la falsificación en el PRB. El hallazgo más importante
en dicho estudio es que añadió evidencia de que la prueba PRB puede ser falsificada
con éxito.
También Lee, Asthon, Morrison, Cordery, y Patrick (2008) señalan que investigaciones
recientes han sugerido que un modelo de seis dimensiones de la personalidad llamada
HEXACO puede tener un valor particular en el contexto organizacional debido a su
capacidad para predecir los resultados relacionados con integridad. Estos autores,
llevaron a cabo dos estudios y en esta serie de estudios el potencial valor de la
HEXACO era conocer la honestidad y humildad de los examinados. El primer estudio
fue conocer la distinción empírica del constructo de las dimensiones de personalidad
para demostrar la situación en los altos niveles en la selección de personal. La muestra
fue de 1.105 aplicantes, todos varones para el puesto de bomberos en Western
Australia.
Estos resultados sugieren que los hallazgos anteriores que muestran que el modelo
HEXACO superó al B5/FFM en la predicción de algunas variables organizacionales (Lee
et al., 2008) no se pueden atribuir únicamente a los efectos producidos por el método
común de evaluación de una sola fuente. Por otra parte, Ones (2007), realizó una
investigación para examinar la relación entre las medidas de conocimientos y la
integridad en la predicción de las pruebas de rendimiento máximo en el trabajo. El
objetivo fue presentar datos que apoyen la noción de que las pruebas de integridad
pueden predecir el rendimiento máximo, además de su meta-analítica establecida
anteriormente para la validez predictiva típica por rendimiento. También demostrar que
las pruebas de integridad tienen validez sobre el incremento en la carga de trabajo. Se
utilizó una data de los solicitantes de empleo de una compañía de manufactura
especializada en la producción de productos mecánicos y eléctricos. El resultado mostró
que, la correlación observada entre el personal basado en la integridad de la prueba y el
rendimiento máximo fue de .27, lo que indica que las pruebas de integridad pueden ser
predictivos de un mejor funcionamiento. Por otra parte, las calificaciones de exámenes
de integridad correlacionó .14 con conocimiento del trabajo y el conocimiento en las
puntuaciones de trabajo tenían una validez de .36 para un mejor funcionamiento. De la
misma manera, Casillas, Robbins, Mckiniss, Postlethwaite & In-Sue (2009) llevaron a
cabo un estudio que describe el desarrollo y validación de una prueba de integridad,
WorkKeys de Evaluación del Desempeño, diseñado específicamente para medir dos
dominios: reducción de la plantilla de riesgo (es decir, el comportamiento de seguridad)
y las actitudes generales de trabajo.
dominios de integridad. Por otro lado, los estudios cuantitativos sobre la validez
predictiva de pruebas que emplean preguntas directas tomando como criterio
indicadores subjetivos de desempeño y detección de las conductas no deseables,
muestran correlaciones significativas para dichas pruebas. Los autores de estas
pruebas sugieren que estas se deben usar de manera conjunta o combinada con
algunos tipos de herramientas. Esto ayuda a disminuir los falsos positivos y falsos
negativos. (Barret, 2001; Camara & Schneider, 1994; Goodstein & Lanyon, 2003; Ones
et al., 1993; Schmidt & Hunter, 1998). También hay evidencia encontrada en diferentes
estudios realizados desde el campo de la selección de personal en cuanto a la utilidad
de los instrumentos para predecir efectivamente la emisión de conductas particulares
deshonestas (hurto, sabotaje, entre otras) y para predecir un mejor desempeño laboral
de los empleados que puntúan positivamente en estos instrumentos.
Se recomienda que esta prueba tenga un 33% del peso en el proceso de selección.
Arnold (2006), señala que, para el 1990, la OTA, (Office of Technology Assessment)
revisó estos instrumentos y concluyeron que las investigaciones sobre las pruebas de
integridad apoyan su validez y su utilización para la selección, pero que no predecía
conducta deshonesta. Para 1991, la American Psychological Association (APA), apoyó a
la OTA sobre su evidencia admitiendo la validez predictiva. En 1993, se llevó a cabo un
meta análisis de los exámenes de integridad donde se evaluaron sobre 600 estudios
respecto al tema, con un total de participantes de 576.460. Este concluyó que las
pruebas de integridad predicen ejecución y conductas contraproducentes en el trabajo
como lo es el robar, los problemas disciplinarios y absentismo y no tienen impacto
adverso para raza o género. Los últimos estudios para 1998 de un meta-análisis de
Hunter y Hunter (1984) con ocho años de estudio, estos autores evaluaron 19 técnicas
diferentes de selección incluyendo pruebas de integridad y concluyeron que el uso de
pruebas de habilidad general e integridad en combinación tienen una de las mejores
validez que cualquier otra combinación de los 19 métodos. También encontraron que
esta combinación tiene una buena validez predictiva de ejecución. Algunos criterios de
los cinco grandes factores de la personalidad, (Responsabilidad). Además, la literatura
científica de las pruebas de integridad ha determinado que estos instrumentos tienen
alta utilidad y validez para predecir no solamente conductas contraproducentes, pero
también para identificar individuos que son superiores en ejecución.