El Renacer de Las Ciudades
El Renacer de Las Ciudades
El Renacer de Las Ciudades
La civilización cristina pervivió en los pueblos que se asentaron a partir del siglo V en
los territorios que anteriormente pertenecían al Imperio romano.
Sin embargo, las diferencias entre los distintos pueblos dio lugar a sociedades muy
distintas:
El reino germánico más destacado fue el reino franco, que a partir del reinado de Pinino
y, sobre todo de su hijo Carlomagno se transformó en el imperio más grande de Europa,
conocido como el Imperio Carolingio.
En la civilización cristiana también hay que incluir a los pueblos eslavos, que durante el
siglo VI se extendieron por el centro y este de Europa y recibieron influencia tanto del
Imperio bizantino como de los reinos germánicos.
1
2. EL IMPERIO BIZANTINO
En el año 330, el emperador romano Constantino fundó una nueva ciudad, a la que
llamó Constantinopla sobre una antigua colonia griega llamada Bizancio. El Imperio de
bizantino se formó en torno a esa cuidad.
Este Imperio ocupaba los territorios de Grecia, los Balcanes, Asia Menor, Siria,
palestina y Egipto. Los emperadores bizantinos soñaban con que su Imperio llegara a
tener todos los territorios que en su día tuvo el Imperio Romano. Esto lo consiguió el
emperador Justiniano el Grande en el siglo VI (527-565) que recuperó algunos
territorios que bordeaban el mar Mediterráneo: Italia, norte de África y sudeste de la
Península Ibérica.
El Imperio bizantino recibió mucha influencia de Oriente: la lengua oficial era el griego.
Sin embargo conservó de los romanos: las costumbres, la religión cristiana, el derecho
romano…
Durante el reinado de Justiniano el Imperio Constantinopla se convirtió en una gran
ciudad comercial. Fue una de las ciudades más ricas y activas del mundo que llegó a
tener más de medio millón de habitantes.
Tenía un ejército poderoso, que fue capaz de resistir la invasión de los pueblos bárbaros
y más tarde del islam y los pueblos eslavos (del norte de Europa).
Esta organización era posible gracias a las recaudaciones de impuestos que pagaban las
personas que se dedicaban a la agricultura, la artesanía, el comercio…
Las tres actividades económicas más importantes del Imperio bizantino fueron: la
agricultura, la artesanía y el comercio.
2
- La agricultura
- El sistema que empleaban consistía en que cada provincia se especializaba en un sólo
producto (olivo, cereal…), que luego intercambiaba con otras provincias del Imperio
(comercio interno).
Había grandes propiedades o latifundios de las que eran dueños los altos cargos de la
Administración o el Ejército. En estas tierras trabajaban colonos (campesinos libres que
arrendaban pequeñas parcelas pagando un alquiler) y esclavos.
- El comercio
El comercio tanto interior como exterior se desarrolló mucho. La capital del Imperio,
Constantinopla, se convirtió en una de las principales rutas comerciales que unía
Oriente y Occidente.
El Imperio exportaba: telas, vino, cuero, marfil, mirra, pieles, especias, piedras
preciosas y perfumes.
2.3. LA CULTURA
En el Imperio bizantino se desarrolló la literatura. Se escribieron muchas enciclopedias
históricas, tratados de medicina y agronomía, biografías de santos y epopeyas (poemas
que narraban la vida de los héroes).
Una de las obras escritas más conocida es el Código de Justiniano, que recoge todas las
leyes del emperador Justiniano y está considerada la obra jurídica más importante de la
historia.
2.4 EL ARTE
La unidad mediterránea que consiguió Justiniano duró poco tiempo y el Imperio se fue
debilitando poco a poco. En el siglo XI se inició la decadencia del Imperio bizantino: El
Imperio empezó a descomponerse como resultado del debilitamiento económico.
Los ejércitos de las themas (provincias) pasaron a un segundo plano ya que se creó un
ejército de mercenarios (soldados que combatían a cambio de dinero).
3
En el siglo XI, los pueblos normando y turcos otomanos, que venían de Asia central,
invadieron una tras otra las ciudades del Imperio. La capital del Imperio,
Constantinopla, cayó en 1453 y el Imperio Bizantino desapareció definitivamente.
Durante el Imperio romano, el territorio que hoy son Francia, Bélgica, Alemania y ,
Suiza, entre otros países, estaba habitado por los galos, un pueblo celta, por eso a este
territorio se le conoce por la Galia.
En siglo V, tras la caída del Imperio romano, los pueblos bárbaros que se establecieron
en la Galia fueron los francos. Fue su rey Clodoveo quién venció a los últimos ejércitos
romanos y extendió su reino por todo el actual territorio francés.
A partir del siglo VII, los sucesores de Clodoveo se despreocuparon de los asuntos del
gobierno y lo dejaron en manos de unos funcionarios a los que llamaban los
mayordomos de palacio, quienes asumieron el poder político y militar.
Entre los mayordomos de palacio destacó uno llamado Carlos Martel que en el año 732
detuvo a los musulmanes en la famosa batalla de Poitiers, cuando ya Hispania había
sido invadida por los musulmanes y convertida en Al-Andalus. Gracias a la victoria en
esta batalla se frenó la invasión musulmana en Occidente.
El hijo, Pinino el Breve, se proclamó rey de los francos, dando lugar a la dinastía
carolingia. Además, ayudó al papa de Roma en la lucha contra otros pueblos germanos
que habían invadido Italia, entregándoles los Estados Pontificados. Por eso, Pinino y sus
descendientes (su hijo Carlomagno…) quedaron identificados con la Iglesia romana.
Entre mediados del siglo VIII y finales del IX, en Europa se desarrolló el Imperio
carolingio. El artífice de este poderoso imperio fue el rey de los francos Carlomagno,
hijo de Pinino el Breve y nieto de Carlos Martel.
Este Imperio llegó a ocupar las actuales Francia, Alemania, Italia y parte de Cataluña, y
tuvo su capital en Aquisgrán.
En el año 800 Carlomagno se hizo coronar emperador por el papa León III, el día de
Navidad en la Iglesia de San Pedro de Roma.
Cuando Carlomagno murió, el Imperio carolingio se dividió en tres zonas, una para
cada uno de sus hijos: Carlos el Calvo, Lotario y Luis el Germánico. Este reparto se
hizo en el conocido como Tratado de Verdún.
4
Además, entre los siglos IX y XI, con la llegada de otros pueblos invasores (normandos,
húngaros…), se deshizo aún más el Imperio carolingio.
3.5. LA CULTURA
3.6. EL ARTE
El arte carolingio supuso una vuelta al arte clásico de Grecia y Roma, al que se añadió
un marcado carácter cristiano. En él, además se observan influencias del arte bizantino e
islámico.
En arquitectura, se construyeron catedrales, monasterios y palacios.
La arquitectura se caracteriza por:
- Muros de sillería (bloques de piedra) y ladrillo.
- Arcos de medio punto.
- Planta basilical de tres naves y crucero (nave que cruza a las otras
perpendicularmente).
- Cubiertas de madera.
5
por una piña de oro macizo. En su interior está el trono de mármol del emperador
Carlomagno.
En cuanto a la escultura, las obras son escasas, pero hay piezas realizadas en marfil de
gran belleza.
Destacan los mosaicos, las miniaturas, y sobre todo, la orfebería (labrado en oro, plata y
metales preciosos), que se utilizó para decorar cubiertas de libros, altares…