Discursos
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NÉSTOR KIRCHNER
25 DE MAYO DE 2003,
Es que nos planteamos construir prácticas colectivas de cooperación que superen los
discursos individuales de oposición. En los países civilizados con democracias de
fuerte intensidad, los adversarios discuten y disienten cooperando. Por eso los
convocamos a inventar el futuro.
Venimos desde el Sur del mundo y queremos fijar, junto a ustedes, los argentinos,
prioridades nacionales y construir políticas de Estado a largo plazo para de esa
manera crear futuro y generar tranquilidad. Sabemos adónde vamos y sabemos
adónde no queremos ir o volver. (Aplausos)
No es necesario hacer un detallado repaso de nuestros males para saber que nuestro
pasado está pleno de fracasos, dolor, enfrentamientos, energías mal gastadas en
luchas estériles, al punto de enfrentar seriamente a los dirigentes con sus
representados, al punto de enfrentar seriamente a los argentinos entre sí.
En esas condiciones, debe quedarnos absolutamente claro que en la República
Argentina, para poder tener futuro y no repetir nuestro pasado, necesitamos enfrentar
con plenitud el desafío del cambio.
Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, ésta es la
oportunidad de la transformación, del cambio cultural y moral que demanda la hora.
Cambio es el nombre del futuro.
Así, en una práctica que no debe repetirse, era muy difícil de distinguir la solución
pragmática de la cirugía sin anestesia.
En este nuevo milenio, superando el pasado, el éxito de las políticas deberá medirse
bajo otros parámetros en orden a nuevos paradigmas. Debe juzgárselas desde su
acercamiento a la finalidad de concretar el bien común, sumando al funcionamiento
pleno del Estado de derecho y la vigencia de una efectiva democracia, la correcta
gestión de gobierno, el efectivo ejercicio del poder político nacional en cumplimiento
de trasparentes y racionales reglas, imponiendo la capacidad reguladora del Estado
ejercidas por sus organismos de contralor y aplicación.
El cambio implica medir el éxito o el fracaso de la dirigencia desde otra perspectiva.
Discursos, diagnósticos sobre la crisis no bastarán ni serán suficientes. Se analizarán
conductas y los resultados de las acciones. El éxito se medirá desde la capacidad y la
decisión y la eficacia para encarar los cambios.
En esta nueva lógica, que no sólo es funcional sino también conceptual, la gestión se
construye día a día en el trabajo diario, en la acción cotidiana que nos permitirá ir
mensurando los niveles de avance. Un gobierno no debe distinguirse por los discursos
de sus funcionarios, sino por las acciones de su equipos. (Aplausos)
Deben encararse los cambios con decisión y coraje, avanzando sin pausas pero sin
depositar la confianza en jugadas mágicas o salvadoras ni en genialidades aisladas. Se
trata de cambiar, no de destruir; se trata de sumar cambios, no de dividir. Cambiar
importa aprovechar las diversidades sin anularlas.
Por eso, nadie piense que las cosas cambiarán de un día para otro sólo porque se
declamen. Un cambio que pueda consolidarse necesitará de la sumatoria de hechos
cotidianos que en su persistencia derroten cualquier inmovilismo y un compromiso
activo de la sociedad en ese cambio.
Ningún dirigente, ningún gobernante, por más capaz que sea, puede cambiar las cosas
si no hay una ciudadanía dispuesta a participar activamente de ese cambio.
Desarmado de egoísmos individuales o sectoriales, la conciencias y los actos deben
encontrarse en el amplio espacio común de un proyecto nacional que nos contenga,
un espacio donde desde mucha ideas pueda contribuirse a una finalidad común.
Basta ver como los países más desarrollados protegen a sus trabajadores, a sus
industrias y a sus productores. Se trata, entonces, de hacer nacer una Argentina con
progreso social, donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que su padres, sobre la
base de su esfuerzo, capacidad y trabajo. (Aplausos)
Para eso es preciso promover políticas activas que permitan el desarrollo y el
crecimiento económico del país, la generación de nuevos puestos de trabajo y la
mejor y más justa distribución del ingreso. Como se comprenderá el Estado cobra en
eso un papel principal, en que la presencia o la ausencia del Estado constituye toda
una actitud política.
Por supuesto no se trata de poner en marcha, una vez más, movimientos pendulares
que vayan desde un Estado omnipresente y aplastante de la actividad privada a un
Estado desertor y ausente, para retornar continuamente de extremo a extremo, en lo
que parece ser una auténtica manía nacional que nos impide encontrar los justos,
sensatos y necesarios equilibrios.
Se trata de tener lo necesario para nuestro desarrollo, en una reingeniería que nos
permita constar con un Estado inteligente. Queremos recuperar los valores de la
solidaridad y la justicia social que nos permitan cambiar nuestra realidad actual para
avanzar hacia la construcción de una sociedad más equilibrada, más madura y más
justa. (Aplausos). Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no
articula socialmente, debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el
mercado excluye y abandona. (Aplausos).
Es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales
en un trabajo permanente de inclusión y creando oportunidades a partir del
fortalecimiento de la posibilidad de acceso a la educación, la salud y la vivienda,
promoviendo el progreso social basado en el esfuerzo y el trabajo de cada uno. Es el
Estado el que debe viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores
más vulnerables de la sociedad, es decir, los trabajadores, los jubilados, los
pensionados, los usuarios y los consumidores. (Aplausos). Actuaremos como lo que
fuimos y seguiremos siendo siempre: hombres y mujeres comunes, que quieren estar
a la altura de las circunstancias asumiendo con dedicación las grandes
responsabilidades que en representación del pueblo nos confieren. (Aplausos).
Estamos dispuestos a encarar junto a la sociedad todas las reformas necesarias y para
ello también utilizaremos los instrumentos que la Constitución y las leyes contemplan
para construir y expresar la voluntad popular. Vamos a apoyarnos en la Constitución
para construir una nueva legitimidad de las leyes, que vaya más allá de la prepotencia
del más fuerte. Un Estado no puede tener legitimidad si su pueblo no ratifica el
fundamento primario de sus gobernantes. De la misma manera que luchamos contra
la pobreza económica tendremos una conducta sin dobleces para impedir la pobreza
cívica. (Aplausos). Sólo cuando el Gobierno se desentiende del pueblo es que toda la
sociedad empobrece, no sólo económicamente sino moral y culturalmente.
Este combate es una tarea conjunta del Poder Ejecutivo, el Congreso y el Poder
Judicial, pero también de la sociedad porque no podemos ignorar que es de esa
misma sociedad de donde provienen los hombres y mujeres que integran las
instituciones públicas y privadas.
Aquel viejo sistema no fue suplantado por otro. Por si esto fuera poco se le agregó
con muy buena intención, pero con resultado dudoso, lo que quiso ser la
federalización de la educación que trató de lograr autonomía, objetivo con el que
estamos de acuerdo, pero se terminó en un grado cierto de anarquía en los contenidos
curriculares y en los sistemas funcionales. La igualdad educativa es para nosotros un
principio irrenunciable (Aplausos) no sólo como actitud ética, sino esencialmente
como responsabilidad institucional. Debemos garantizar que un chico del Norte
argentino tenga la misma calidad educativa que un alumno de la Capital Federal.
(Aplausos).
El objetivo de dar salud a los argentinos impone que se asuman políticas de Estado
que sean impermeables a las presiones interesadas, por poderosas que sean,
provengan de donde provengan. (Aplausos).
Entre los fundamentales e insustituibles roles del Estado ubicamos los de ejercer el
monopolio de la fuerza y combatir cualquier forma de impunidad del delito, para
lograr seguridad ciudadana y justicia en una sociedad democrática en la que se
respeten los derechos humanos.
El cumplimiento estricto de la ley que exigiremos en todos los ámbitos debe tener
presente las circunstancias sociales y económicas que han llevado al incremento de
los delitos en función directa del crecimiento de la exclusión, la marginalidad y la
crisis que recorren todos los peldaños de las sociedad.
Pero también hay que comprender que, como sociedad, hace tiempo que carecemos
de un sistema de premios y castigos. En lo penal, en lo impositivo, en lo económico,
en lo político, y hasta en lo verbal, hay impunidad en la Argentina. En nuestro país,
cumplir la ley no tiene premio ni reconocimiento social. (Aplausos).
El Estado debe ser esclavo de la ley para enfrentar el delito, pero no puede aceptar
extorsiones de nadie, ni de quienes aprovechan una posición de fuerza en cualquiera
de los poderes del Estado o en la economía, ni de quienes usan la necesidad de los
pobres para fines partidistas.
El delito es delito, sea de guante blanco, sea de naturaleza común, sea de mafias
organizadas. (Aplausos).
El resultado debe ser la duplicación de la riqueza cada quince años, y una distribución
tal que asegure una mayor distribución del ingreso y, muy especialmente, que
fortalezca nuestra clase media y que saque de la pobreza extrema a todos los
compatriotas. (Aplausos).
La sabia regla de no gastar más de lo que entra debe observarse. El equilibrio fiscal
debe cuidarse. Eso implica más y mejor recaudación y eficiencia y cuidado en el
gasto. El equilibrio de las cuentas públicas, tanto de la Nación como de las
provincias, es fundamental.
Ese equilibrio fiscal tan importante deberá asentarse sobre dos pilares: gasto
controlado y eficiente e impuestos que premien la inversión y la creación de empleo y
que recaigan allí donde hay real capacidad contributiva.
Mantenimiento del equilibrio fiscal y trajes a rayas para los grandes evasores, en la
seguridad de que si imponemos correctamente a los poderosos el resto del país se
disciplinará. (Aplausos).
Terminaremos con la Argentina donde el hilo se corta por lo más delgado y en eso
actuaremos con energía, porque no es posible una economía sin esfuerzo y no
alcanzará para ayudar a los desprotegidos si no hay cumplimiento impositivo. Quien
no cumple sus obligaciones impositivas les resta posibilidades de ascenso social a los
demás. La evasión es la contracara de la solidaridad social que exigiremos.
(Aplausos).
Los fondos externos deben ser complementarios a este desarrollo de los mercados
locales y su gran atractivo está ligado a que sean fondos de inversión extranjera
directa –inversión productiva-, que no sólo aportan recursos sino también traen
aparejado progresos en la tecnología de procesos y productos.
Nuestro país debe estar abierto al mundo, pero abierto al mundo de una manera
realista, dispuesto a competir en el marco de políticas de preferencia regional y
fundamentalmente a través del MERCOSUR, (aplausos), y de políticas cambiarias
flexibles acordes a nuestras productividades relativas y a las circunstancias del
contexto internacional.
El crecimiento requerirá de una demanda creciente que aliente las inversiones, tanto
para atender el mercado interno como a las exportaciones.
Este gobierno seguirá principios firmes de negociación con los tenedores de deuda
soberana en la actual situación de default, de manera inmediata y apuntando a tres
objetivos: la reducción de los montos de la deuda, la reducción de las tasas de interés
y la ampliación de los plazos de madurez y vencimiento de los bonos.
Una relación seria, amplia y madura con los Estados Unidos de América y los
Estados que componen la Unión Europea, es lo que debe esperarse de nosotros, el
estrechamiento de vínculos con otras naciones desarrolladas y con grandes naciones
en desarrollo del Oriente lejano y una participación en pro de la paz y la obtención de
consenso en ámbitos como la Organización de las Naciones Unidas para que
efectivamente se comprometa con eficacia en la promoción del desarrollo social y
económico ayudando al combate contra la pobreza. (Aplausos)
Finalmente, no se trata de agotar en estas líneas la totalidad del curso de acción que
seguiremos; no creemos en los catálogos de buenas intenciones, queremos expresar el
sentido y la dirección de las cosas que haremos. Se trata de abordar de una manera
distinta los principales temas identificando adecuadamente los verdaderos problemas
de la agenda social con la finalidad que el conjunto sepa cómo ayudar, cómo sumar,
cómo ayudar a corregir.
Sabemos que estamos ante un final de época; atrás quedó el tiempo de los líderes
predestinados, los fundamentalistas, los mesiánicos. La Argentina contemporánea se
deberá reconocer y refundar en la integración de tipos y grupos orgánicos con
capacidad para la convocatoria transversal en el respeto por la diversidad y el
cumplimiento de objetivos comunes. (Aplausos)
Con la ayuda de Dios, seguramente se podrá iniciar un nuevo tiempo que nos
encuentre codo a codo en la lucha por lograr el progreso y la inclusión social.
Poniendo en una bisagra la historia, con mis verdades relativas, en las que creo
profundamente pero que sé que se deben integrar con las de ustedes para producir
frutos genuinos, espero la ayuda de vuestro aporte.
Vengo a proponerles un sueño: quiero una Argentina unida, quiero una Argentina
normal, quiero que seamos un país serio, pero, además, quiero un país más justo.
Anhelo que por estos caminos se levante a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa
Nación: la nuestra.
http://www.democraciasur.com/documentos/ArgentinaKirchnerPresidencial.htm
3 de Junio 2003
Por eso, de nosotros no esperen anuncios rutilantes; día tras día trabajando como
ustedes lo hacen en sus trabajos, porque el Presidente o el ministro o el gobernador
definitivamente no son de una casta diferente, somos hombres comunes que, en el
caso mío, hoy me toca trabajar de Presidente, pero bajo ningún aspecto voy a
instrumentar o voy a llevar adelante discursos o acciones que generen nuevos
fracasos en la fe y en la credibilidad del pueblo argentino. La acción, el hecho que se
pueda palpar o se pueda tocar...(Aplausos).
Por eso, hoy cuando estamos acá, vengo casi por décima vez a San Juan este año, les
quiero decir a los sanjuaninos que la palabra empeñada en cada vez que estuve aquí,
es una palabra de honor. Me tocó estar cuando San Juan estaba paralizada, estuve con
los gremios, estuve con la gente en el momento de la mayor crisis, cuando muchos
sanjuaninos aún conservaban sus fuerzas, no bajaban los brazos pero bastaba verles
los rostros para ver el grado de sufrimiento que estaban pasando por la situación que
vivían, como pasó en tantos lugares de la Argentina.
Por eso, desde San Juan le queremos decir a todos los argentinos que, trabajo,
solidaridad, humildad son temas centrales y fundamentales. Hoy venimos a firmar
este acuerdo que viene a solucionar los salarios atrasados en primer lugar de los
docentes sanjuaninos. Fíjense qué abajo del subsuelo estaremos que todos estamos, y
está bien que estemos felices y contentos, pero estamos terminando con un acto de
indignidad, que quienes imparten la educación en San Juan ni siquiera podían cobrar
sus salarios. Es la Argentina que debe quedar atrás. (Aplausos).
Por eso bien dijo el Ministro: calidad educativa, calidad institucional, 180 días de
clases como objetivo central. Debemos buscar la forma y vamos a trabajar para
institucionalizarlo definitivamente, deben ser elementos centrales. Pero también bien
dijo la secretaria general del gremio de CTERA: la calidad de la educación no
solamente se va a obtener con la vocación, con la entrega que tiene el docente, con la
participación de la comunidad educativa, de los padres, de los chicos, de las
agrupaciones vecinales que participan activamente siempre, de construir ese ámbito
de la educación que ya ha permitido traspasar las distintas crisis que hay. También
debemos construir la Argentina del esfuerzo, del trabajo y de la solidaridad que nos
permita empezar a tener en nuestras manos paulatinamente un país más justo.
Vamos a avanzar en todo el esquema en próximos viajes de las obras que son
fundamentales para estructurar, para darle la infraestructura a San Juan como al resto
de la Argentina, pero en el día de hoy estos eran los dos temas centrales. Vinimos en
un día de trabajo, a trabajar con ustedes, a compartir en esta tierra argentina, estos
instantes, estos momentos y convocamos a todos, a todos con mucha grandeza;
tenemos que construir nuestra Argentina; tenemos que reconstruir nuestra Patria;
tenemos que volver a sentirnos, a creer y a referenciar cariño y afecto entre nosotros.
Tenemos que darnos cuenta que no hay salidas fundamentalistas o mesiánicas. Se
terminó esto de aquel líder que puede arreglar todo y solucionar todo. La
construcción colectiva plural con el esfuerzo de cada uno de nosotros, nos va a dar
esa opción superadora que los argentinos estamos necesitando.
Nosotros hoy, somos quienes nos toca estar al frente de esta historia; muy poco
podríamos hacer solos, pero sé que tomados de la mano y hermanados con nuestro
pueblo, más allá de cualquier cuestión partidaria, a la nueva Argentina van a llegar
las esperanzas que se van a transformar en realidades y los sueños van a ser cuestión
cotidiana. (Aplausos)
3 de Junio 2003
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/24366
"El Hambre más Urgente" tiene que llegar a todos los sectores de la sociedad,
nosotros los dirigentes políticos, los que representamos a los Estados nacionales,
provinciales y municipales tenemos que alejarnos de cualquier tentación
clientelística, porque también eso le hace un tremendo daño a las políticas sociales en
la Argentina. Discriminar, determinar o facturar lo que el Estado hace como si fuera
una actitud de benevolencia, cuando el Estado debe estar allí con su calidad
promotora, presencial, juntamente con los sectores distintos de la comunidad, con las
distintas organizaciones aquí presentes, con los distintos periodistas que tuvieron al
valentía de asumir de cara a la sociedad este problema, pero garantizándose y
garantizándonos que esto debe ser una verdadera tarea de reivindicación, de
promoción social para aquellos hermanos y hermanas que más sufren.
Por eso creo que es fundamental consolidar este tipo de políticas, empezar a llevarlas
a adelante, profundizarlas, extenderlas a todas las organizaciones populares. Que no
me vengan a decir que hay organizaciones populares que porque no son afines a
determinados gobiernos no hay que tenerlas en cuenta, yo creo que hay una nueva
problemática social en la Argentina donde muchas organizaciones populares no
vinculadas a los gobiernos han tenido mayor agudeza y mayor respuesta en las
políticas sociales que la sociedad necesitaba ante este fenómeno tremendo de la
exclusión social e institucional que vive nuestro país. Nosotros como Estado tenemos
que aprender de esas organizaciones que han sabido organizar comedores
comunitarios, farmacias comunitarias, panaderías comunitarias, en el marco de una
pobreza absoluta pero con una actitud solidaria realmente importante. Son cuestiones
que tenemos que recepcionar los Estados nacionales, provinciales y municipales,
porque allí más allá de cualquier visión que tengamos de la sociedad, vamos a estar
terminando con la fragmentación y vamos a estar estructurando definitivamente una
sociedad que tenga esquemas superadores y nos devuelva la esperanza de que
podemos a volver a ser todos los argentinos dentro de nuestra propia sociedad, este es
el gran desafío que tenemos por delante. Por eso lo tenemos que hacer con una gran
convicción, con una gran firmeza, con una gran solidaridad, con una gran amplitud,
dejando aquellos vicios que tanto daño nos han hecho para volver a retemplar
realmente el trabajo mancomunado de todos los argentinos, para consolidar las bases
de las políticas de inclusión social y de inclusión institucional que este país está
necesitando.
También les digo a los amigos de la comisión que ha trabajado allí que otro gran
desafío que tenemos los argentinos -y ya estamos trabajando nosotros en este tema,
por ahí es un guante que les dejo- es ver si entre todos podemos trabajar para
erradicar el trabajo infantil, ver si en la Argentina definitivamente podemos avanzar
sobre un tema que nos avergüenza día a día y cotidianamente a todos. Creo que sería
otro salto cualitativo de la sociedad y otra respuesta clara y concreta a lo que están
necesitando los argentinos.
Muchísimas gracias por el trabajo que han hecho, por la solidaridad, por la presencia
de todos ustedes, ONGs de distinta diversidad, de los distintos matices que pueda
tener nuestra sociedad. Creo que los desafíos que tiene la Argentina los debe poner
por arriba de cualquier contradicción menor. Muchísimas gracias.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/24422
Cuando con mucho esfuerzo tratamos de dejar atrás los años que quebraron a nuestras
instituciones y a nuestra sociedad, tras la más brutal concentración del ingreso y la
más impiadosa exclusión social, años en los que transitamos tras la quimera de un
ingreso a la globalización sin estrategia nacional, es bueno que miremos a nuestra
industria.
Porque queremos como la mayoría del pueblo argentino construir ese país, nos
sorprende ver que, como si emergieran de pronto a la vida pública, sin historias y sin
responsabilidades, que algunos economistas y periodistas insisten en reclamar, bajo el
pretexto de que los inversores externos esperan eso para venir, que se explicite un
plan económico a la vieja usanza. Pareciera que quieren jugar con las esperanzas y las
expectativas de un pueblo que aprendió a temerle a los grandes enunciados, llenos de
frases altisonantes y palabras difíciles dichas con el propósito de disimular los temas
que enuncian.
Con este Presidente, tal como lo he señalado hace unos instantes en la Bolsa de
Comercio y tal cual ha sido mi concreto comportamiento desde siempre en la función
pública, tendrán que acostumbrarse a ver en el Poder Ejecutivo a un hombre que
trabaja por el interés de todos, a un hombre que jamás será gerente de los negocios
que ellos imaginan como el camino más corto hacia las ganancias de su mandantes.
Para ellos, durante toda la década del 90 hubo plan económico, nadie les escuchó
quejarse de que no hubiera plan. Es que estaban aplicando el plan de ellos y de los
intereses que representan. Ahora se aplica el plan de los ciudadanos. Por eso las
quejas. ¿O no han sido en nada responsables de lo que nos pasó? ¿O es que de pronto
no tienen nada que ver con la concentración de la riqueza cada vez en menos manos?
¿Es que no se van a hacer cargo de la corrupción que asoló a la patria? ¿Es que no
tienen que ver la existencia de aquel plan que aplaudían con desocupación? ¿La
exclusión social no es un resultado de lo que para ellos era un buen plan? Señores:
somos pocos y nos conocemos mucho.
Fueron esas formas de gestionar el Estado, que fue cooptado por los intereses de
grupo y esas ideas de apertura indiscriminada, endeudamiento externo y eterno, entre
otras, las que hundieron la producción nacional, las que destruyeron el trabajo de los
argentinos, hipotecaron el país y sumieron a millones de compatriotas en la miseria.
La firme convicción de que el Estado debe suplir las carencias del mercado, la férrea
defensa del crecimiento impidiendo que ningún ajuste, ahogue la incipiente
reactivación. En realidad todos lo sabemos, pasa que no tenemos el plan de ellos.
Ellos quieren que volvamos a las medidas y a loas a las políticas que devastaron el
país, quieren que volvamos al endeudamiento, al desguace de lo que resta del
patrimonio nacional, a los organismos de control al servicio de las empresas que
tienen que controlar. En síntesis, a lo que hemos vivido en los últimos tiempos: la
corrupción de la política para que les resulte más fácil aplicar su plan con políticos
como lobbistas de sus intereses.
Ven con histeria que hablamos de inversión pública a cargo del Estado, porque lo
conciben como un gasto improductivo y no les importa el trabajo que ella crea ni su
impacto en la vida cotidiana del que no tiene agua, cloaca, pavimento ni vivienda. Se
escandalizan cuando pedimos a los bancos que otorguen préstamos a los sectores
productivos. Pero que ese compromiso se observa por parte de la actividad productiva
y del Estado, no puede verificarse en quien hoy desarrolla las actividades financieras.
Bien se ha dicho aquí que, contrariamente a lo esperado, las entidades bancarias
privadas acumulan una liquidez inusual que no se encargan del volcar al crédito. Una
política de restricción crediticia no guarda ninguna lógica en un país que demanda del
auxilio financiero interno para favorecer su despegue económico definitivo, se
convierte en un obstáculo difícil de sortear y de obviar en un análisis como el que
aquí se hace.
No son estos tiempos para la especulación ni para el egoísmo, menos son tiempos de
presionar sobre la necesidad del conjunto en busca de un beneficio singular. No se les
pide sensibilidad en discursos lacrimógenos, sino inteligencia y racionalidad como
sector.
Nuestro plan es sostener una política fiscal encaminada a mantener los más altos
niveles posibles de inversión pública, sin poner en riesgo el equilibrio de las cuentas
públicas. El plan es mantener un superávit fiscal primario que permita cumplir los
compromisos internos, la deuda social y afrontar racionalmente los pagos al exterior,
la deuda externa en un marco que no ahogue el crecimiento que necesitamos. Si
nuestro país detiene el crecimiento que ha iniciado, si se impide o traba de algún
modo la reactivación que ha comenzado, no sólo resultará negativo para quienes en él
vivimos, los acreedores deben entender que nuestro crecimiento es también para ellos
la única alternativa.
Queremos superar este año el 5 por ciento de crecimiento del Producto Bruto Interno,
en una ejecución plurianual nos disponemos a destinar 4.500 millones a la inversión
pública reactivante. Estamos logrando sostener el crecimiento de la ocupación, que se
elevó de mayo a julio, en el 1.1 por ciento, acumulando desde octubre de 2002 a julio
de este año el mayor crecimiento del empleo de la década.
Es también parte de nuestro plan la política de gasto público con transparencia, con
objetivos prioritarios en la educación, ciencia y tecnología, la promoción social y la
integración del territorio.
Constituye parte del plan la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, fortaleciendo
los organismos de recaudación y logrando el crecimiento sostenido de la recaudación.
Y también es parte del plan el haber entablado una negociación diferente con el
Fondo Monetario Internacional, sin pedir fondos frescos, buscando la fijación de
objetivos cumplibles y sin aceptar la imposición de recetas que puedan limitar las
posibilidades de crecimiento incipiente de nuestra economía. (Aplausos)
Como vemos, no es que no haya plan, lo que pasa es que el plan que hay no les gusta
a esos raros capitalistas que se declaran como tales pero que no quieren ni creen en la
competencia ni en el riesgo empresario ni en las reglas claras y transparentes ni en el
consumo masivo. Y como no creen en la competencia ni en el riesgo empresario, es
que muchas veces se aseguran prácticas monopólicas o rentabilidades exorbitantes
desde las resoluciones y regulaciones del propio Estado. Y como no quieren reglas
claras y transparentes que permitan rentabilidades pero cuiden el derecho de los
usuarios y consumidores, quieren funcionarios, organismos y marcos regulatorios a la
medida de sus intereses. Raros capitalistas que no creen en el consumo como motor
de la economía y que históricamente han demandado achicamiento de salarios para
mejorar supuestamente la situación del país. ¿O será a caso que propugnan un inédito
capitalismo donde sólo consuman ellos?
La más profunda depresión afectaba las economías más importantes y los países
como el nuestro se encontraban en ella como una hoja al viento. Nosotros venimos
saliendo de una crisis que ha sido varias veces más profunda que aquella depresión y
estamos también ante un final de época.
El cambio es nuestro futuro, el futuro de todos, no sólo el futuro de los industriales o
de un gobierno. Como los que en otras latitudes hicieron para superar sus problemas,
debemos romper los viejos moldes, debemos intentarlo con nuevas ideas, con
modernidad, con creatividad, pensando distinto a lo tradicional. Por supuesto que
encontraremos resistencias, pesimismo e intereses contrapuestos, pero cuando a tanto
les va mal o a unos pocos les va bien, que no quieren postergar sus privilegios, la
lucha y el camino no será fácil. Pero debemos iniciar, a pesar de las dificultades, un
nuevo ciclo virtuoso construyendo un capitalismo en serio, que no puede sino
respetar las instituciones de la democracia, los derechos humanos y la dignidad del
hombre; un capitalismo en serio, en donde valga la pena esforzarse, arriesgarse,
emprender y ganar.
Queremos desde aquí integrarnos al mundo para prestigiar de tal modo nuestros
productos que en cualquier lugar se pueda decir “está bien hecho, fue hecho en la
Argentina”, que algunos de ustedes lo han logrado y obtuvieron y tienen prestigio
internacional. Se trata de que otros muchos más lo logren, pues eso es lo que mide la
grandeza de un país.
Es muy importante que todos los argentinos tengamos clara conciencia –y yo sé que
ustedes la tienen- de porqué llegamos adonde estamos. Entremos a valorar, mejorar y
perfeccionar los datos positivos y la recuperación que podamos lograr, pero también
entendamos que nosotros le queremos devolver la tranquilidad a los inversores
externos e internos. No queremos nunca más que los que invierten, los que arriesgan,
los que creen en la producción nacional, los que creen en el trabajo nacional, los que
creen en la industria nacional estén sufriendo con la pantalla de televisión donde cada
cuatro o cinco días aparezca algún iluminado con medidas que absolutamente
revierten todo el camino que estratégicamente se había delineado: la Argentina del
saltinbanco, la Argentina de ese proyecto hegemónico, uniforme, que nos llevó a la
situación que hoy tenemos todos los argentinos.
Señores: nuestra presencia acá, la presencia del Gabinete, no es una presencia casual,
es una presencia de compromiso y sabemos que tenemos que escuchar y sabemos que
muchas veces tendremos que corregir cosas. Estamos dispuestos a hacerlo, creemos
en la Argentina de la pluralidad, creemos en el capitalismo nacional, creemos en las
estrategias nacionales, creemos en tener un país con estrategia y creemos
necesariamente que la posibilidad de hacer una Argentina sin exclusión social en gran
parte está en las manos, en la elaboración, en el esfuerzo y en riesgo que hacen los
grandes y pequeños empresarios nacionales, los emprendedores y aquellos que se
quieren sumar. Este Gobierno los va a estar acompañando.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/11005
Lo que pasa es que no son palabras jóvenes las que estoy diciendo, son palabras que
se han venido repitiendo en distintos funcionarios, en distintos presidentes, en
distintos dirigentes durante varias décadas en la Argentina. Siempre los discursos
tienen este contenido, pero es evidente que hay caminos absolutamente diferentes.
Todavía recuerdo en 1996 cuando el paradigma y el rumbo era que para que haya
distribución del ingreso, haya inversión y haya empleo se tenía que llenar el vaso para
que derrame, en una actitud absolutamente voluntaria; hoy cuando nos vemos en el
tiempo nos parece casi ridículo, pero tengamos la capacidad de autocrítica de que
altos niveles de la sociedad argentina estaban casi con una cultura fundamentalista
convencidos de que éste era el camino y el rumbo.
Se nos dijo también durante mucho tiempo que la quita de aportes patronales para la
baja de costos laborales iba a generar miles y miles de puestos de trabajo, y cuando se
produjo, en 1996, tuvimos el primer déficit fiscal importante del presupuesto.
Pantallas como la que acabamos de exhibir, que nosotros ponemos con la mejor de
las voluntades, si hablaran, recordarían las cosas que se fueron exponiendo y diciendo
durante mucho tiempo. La sociedad argentina en general trató de creer y acompañar,
pero no fueron más que acciones para transferir ingresos a los sectores de siempre.
Por eso nosotros creemos que la Argentina tiene que crecer; no hay que enamorarse
de los números, estamos empezando a crecer pero aún estamos bien en subsuelo de la
patria, estamos saliendo de situaciones dolorosas y lamentables. No vamos a caer en
la euforia o en la actitud coyuntural, sin visión estratégica, de salir a hacer una fiesta
de un crecimiento que es el crecimiento sobre el dolor que nos ha tocado pasar a
todos los argentinos, esperando que la Argentina pueda definitivamente estructurar un
fuerte avance en todo su esquema económico y obviamente en el esquema de la
distribución del ingreso. La Argentina creció al 7 y al 8 por ciento pero no pudo
vencer la desocupación y no pudo tener una distribución del ingreso diferente; y en
situaciones bastante mejores, desde todo punto de vista, que la que tenemos nosotros.
Tenemos un 150 por ciento de endeudamiento de nuestro producto bruto interno, y
todavía algunos nos dicen que no es seria nuestra propuesta cuando decimos que
podemos pagar el 75 por ciento de la deuda a los tenedores y acreedores de títulos
externos. No hay nada más serio, si van a mirar nuestros números tenemos que hacer
bastante esfuerzo todos los argentinos para cumplimentar lo que estamos diciendo,
para llevar la deuda respecto al producto bruto de un 150 por ciento a un 80, un 70
por ciento, para empezar a ser un país con alguna posibilidad de viabilidad.
Esta es la situación que tiene la Argentina hoy. Se podrán hacer todo tipo de
disertaciones, todo tipo de elaboraciones, podemos seguir escuchando a los
tecnócratas que escuchamos durante la década del 90 seguir exponiendo si la
Argentina va a crecer o tiene proyecto coyuntural, o no tiene plan económico, o que
va a crecer solamente hasta el 2006; cuando escucho que vamos a crecer hasta el
2006, después de las cosas que nos han pasado, a uno lo motiva fuertemente. Pero
tenemos que partir de la situación en la que estamos, y este plan se ubica en esta
situación. Empezar a transformar los planes sociales, que sirvieron en la coyuntura,
que sirven, pero tenemos que transformarlos en planes genuinos, tenemos que
devolverle a la gente el instrumento de la dignidad del trabajo; tenemos que combinar
con todos los sectores empresarios, con las pymes, con las empresas nacionales la
reconstrucción del capital nacional, tarea central y esencial para hacer una nueva
Argentina, en una forma coordinada -Estado, trabajadores y empresarios-, para
definitivamente empezar a generar la simbiosis de nuevas síntesis que nos permitan
dar las respuestas que los argentinos necesitamos.
Este es el gran debate de la idea del país que queremos construir. No se pude
construir un país sin ideas, no es cierto que se hayan muerto las ideologías, las ideas y
las visiones; las hay argentinas y construcciones diferentes, algunas las hemos
soportado y ya vimos lo que nos ha pasado, nosotros tenemos la oportunidad, desde
la pluralidad, de construir una Argentina diferente, y lo tenemos que hacer con ideas
reales, concretas, con los pies sobre la tierra, discutiendo los temas que tenemos que
discutir y aspirando a construir la Argentina que deseamos tener en nuestras manos.
Tenemos que perder la vergüenza de que son ideas que no circulan más, que están
fuera de onda, o lo que dicen algunos que han pugnado por estos proyectos, con los
que se ha consolidado una gran exclusión en la Argentina, con pequeños sectores
absolutamente desnacionalizados favorecidos con la rentabilidad de la economía
cuando esa economía creció. Nosotros queremos hoy que cuando la Argentina crezca
genere empleo y distribuya el ingreso de manera diferente, que genere inclusión. Ese
es el proyecto que le va a permitir al país volver a ser viable y construir una
Argentina solidaria entre todos, con un capitalismo serio, nacional y competitivo.
Este es el gran desafío que tenemos por delante.
Por eso con el señor ministro de Trabajo, con los responsables de todas las áreas,
Planeamiento Federal, las áreas sociales, salud, las universidades y la educación,
tenemos que trabajar fuertemente mancomunados, pero con este concepto y con esta
filosofía. Este es el desafío, tenemos que demostrarnos a nosotros mismos que
podemos hacer un país equitativo y justo. ¿Si no para qué? ¿Conducir a la Argentina
nuevamente por el sólo hecho de ser ministros, diputados o presidentes, lo que pueda
ser cada uno, para volver a llevar a este programa de agudización de las
contradicciones, de exclusión social e institucional? A mí no me interesa ser parte de
esa Argentina.
Apostamos y decidimos jugar todo a esta visión de país. Por eso creemos en todos
ustedes, en que todos somos absolutamente conscientes y responsables de nuestra
verdad relativa y del momento que estamos viviendo. Vamos a apostar a estos planes,
estamos dispuestos a ir teniendo y recibiendo todas las ideas creativas e imaginativas
que nos permitan avanzar con estos temas, porque estoy seguro que si avanzamos por
este camino, y combinamos crecimiento productivo y crecimiento económico con
generación de empleo y distribución del ingreso correcta, la Argentina va a empezar a
ser diferente y vamos a consolidar la posibilidad de tener nuevos sueños.
Este es el desafío que tenemos, éste es el camino que nosotros vamos a seguir
transitando, absolutamente dispuestos a tener toda la autocrítica necesaria para
corregir los errores que podamos cometer, pero absolutamente decididos a
profundizar en el rumbo de estas ideas. Muchas gracias.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/24408
PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR
KIRCHNER EN EL ENCUENTRO DE LA
MILITANCIA
Me preguntaban cómo viví el 11 de marzo del 73. Me tocó ser el fiscal de mesa y
recuerdo hasta hoy que había tanto miedo a la trampa y al fraude que la orden que
teníamos era subirnos a los camiones que transportaban las urnas para cuidarlas hasta
que se terminara de revisar el último voto. Era el 11 de marzo del 73, una generación
de argentinos nos incorporábamos a la vida democrática con la fuerza y el deseo de
construir un nuevo país. Después nos tocó vivir tantas cosas, nos tocó pasar tantos
dolores, nos tocó ver diezmada esa generación de argentinos que trabajaba por una
Patria igualitaria, de inclusión, distinta, una Patria donde no sea un pecado pensar,
una Patria con pluralidad y consenso como el que tenemos hoy aquí, que el hecho de
pensar diferente no nos enfrentara sino por el contrario, nos ayudara a construir una
Argentina distinta.
No queremos ayudar a conjugar y a que todo el mundo nos diga que sí, a tener tropas
“disciplinadas”, como se estila. Queremos tener compañeros que piensen, que nos
digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que ayuden a equivocarnos lo
menos posible. (Aplausos).
Queremos terminar con la idea del influyente, del “vení conmigo que yo tengo
conexiones” para generar el acomodo en la historia, porque eso también quebró la
moral de la política, de la práctica, que tanto daño hizo. (Aplausos).
También cuando hay una masa crítica que piensa, que elabora, que participa, evita
que aquellos que tenemos que ir a cumplir responsabilidades nos creamos más de lo
que somos y nos olvidemos de dónde venimos y para qué venimos (Aplausos).
Y en esta Argentina en la que nos tocó vivir un año 2001, que nos tocó ver explotar la
política, que nos tocó ver las cosas que vimos durante todo este tiempo, es
fundamental poner todas nuestras fuerzas para construir ámbitos como el que hoy se
empieza a construir aquí. Acá no vinimos con la ficha de afiliación, acá no vinimos a
pasar listados, acá no vinimos a ver quién está presente o quiénes están ausentes, acá
vinimos peronistas y no peronistas, gente de todas las ideas y de todas las fuerzas que
quieren cambiar a la Argentina a sentarnos en una mesa para empezar a discutir, para
empezar a pensar en conjunto, para calificar la política. (Aplausos)
Queremos nuevamente que los locales políticos no sean lugares de “trenzas”, o que
no sean lugares -para definirlos con toda exactitud- donde nos juntemos solamente a
tomar unos vinos o a comer asados. Queremos que los lugares políticos sean lugares
de meditación, de formación, de conciencia cívica, que tiendan a consolidar una
Argentina diferente. (Aplausos).
Por eso cuando estamos tratando de levantar esta Argentina que fue hundida y
quebrada, cuando tengo que soportar que me digan verborrágico, que me digan que
sobreactúo por el sólo hecho de defender a la Argentina, de decir lo que pienso y
pensar que hay que levantar este país quebrado, con dignidad, con responsabilidad y
racionalidad, no entiendo por qué me agreden así aquellos que condujeron la
Argentina durante tantos años y nos llevaron a ese proyecto económico de hambre, de
exclusión y de desocupación. ¿Por qué nos atacan como nos atacan, porqué me dicen
lo que me dicen? ¡Que afronten ante la responsabilidad de la historia las cosas que
hicieron, pero que entiendan que en la Argentina hay nuevos y buenos aires para
hacer un país distinto! (Aplausos).
En este país las cosas tienen que ser serias y claras para hacer un país normal y serio.
El que hace las cosas bien debe ser absolutamente estimulado; el que investiga, el que
estudia, el que trabaja, definitivamente el más decente y el más honesto. Y como en
cualquier país serio del mundo el delincuente, el corrupto, el que no hace las cosas
que tiene que hacer debe ir a un calabozo, como corresponde, para construir un país
distinto. (Aplausos).
Son valores y cuestiones que tenemos que llevar con todas nuestras fuerzas adelante.
No hay que caer en la disputa corta de espacios, hay que construir la Argentina. Por
eso el ámbito y espacio de hoy, en la diversidad y la pluralidad que se ha generado
aquí, no tiende a consolidar el liderazgo de nadie, sino la presencia de argentinos y
argentinas que quieren tener un rol protagónico en la construcción de la nueva
Argentina, en la construcción de la Argentina que nos merecemos todos.
Por eso queridos amigos, compañeros y compañeras, nosotros tenemos que tomar la
lección de la historia, debemos entender que el concepto de solidaridad y pluralidad
es central, pero también debemos entender que tenemos que informarnos y
prepararnos para poder conducir con todas nuestras fuerzas y capacidad este pequeño
país. Claro que venimos de una situación límite, pero es hora también de que en la
Argentina tengamos clara memoria de las cosas que nos han pasado, pero no desde el
patrioterismo vacío, sino que desde el sentido de Patria, lleno de dignidad, de justicia
y de inclusión, podamos decir que lo que los argentinos pretendemos es tener una
Patria, un hogar y una bandera que nos cobije a todos y nos dé aunque sea un
poquitito de posibilidades para poder realizarnos. (Aplausos).
Tenemos que dejar de sentir vergüenza de las cosas que defendemos, nos quieren
hacer sentir a veces que son posturas que deben ser “revisadas” en nombre de la
supuesta racionalidad. ¿Qué es la racionalidad, amigos y amigas, compañeras y
compañeros? ¿La racionalidad es bajar la cabeza, acordar cualquier cosa pactando
disciplinada y educadamente con determinados intereses, y sumar y sumar excluidos,
sumar y sumar desocupados, sumar y sumar argentinos que van quedando sin
ninguna posibilidad? ¿O la racionalidad es trabajar con responsabilidad, seriedad, con
fuerzas para abrir las puertas de la producción, del trabajo y del estudio para todos los
argentinos? Yo quiero adherir a este tipo de racionalidad, es la única racionalidad
viable que nosotros tenemos para poder realizarnos. (Aplausos).
Claro que hay asignaturas pendientes por doquier, pero también asumamos de dónde
partimos, un país que lo llevaron a deber 174 mil millones de dólares. No hay otro
país en el mundo que lo hayan endeudado así. Y los que lo endeudaron, los que
fueron símbolos intelectuales de ese endeudamiento todavía nos quieren decir qué es
lo que tenemos que hacer. ¡Por Dios, argentinos y argentinas, reaccionemos y
tengamos buena memoria! (Aplausos).
Cuando veo que algunos se desesperan por tratar de mostrarse y existir en la vida
política o haciendo oficialismo cerrado o haciendo oposición por oposición para
figurar en los diarios, digo ¿no se dan cuenta, no caminan la Argentina? Cuando
vamos barrio a barrio, provincia a provincia, vemos miles y millones de compañeros,
de hermanos y hermanas argentinas que nos miran con lágrimas en los ojos, en el
olvido a que han sido sometidos. ¿Por qué no dejamos de jugar a la política corta y
escribimos la historia grande de una Argentina que nos contenga a todos? (Aplausos)
Nosotros tenemos que ser el punto de inflexión de esa Argentina vacía y sin
contenido, de esa Argentina donde el que más triunfaba era el más sinvergüenza y
tenemos que construir la Argentina donde el obrero vuelva a ser el respeto central de
nuestras acciones, el que estudia pueda ser valorado como corresponde, el que
investiga – el investigador- vuelva a ser tener el lugar que merece. Que podamos,
como cuando éramos chicos, mirar a nuestros padres y ver el símbolo del esfuerzo y
del trabajo, y ellos sentirse orgullosos de que con su esfuerzo y trabajo lograron que
la generación que viene esté mejor que la que se va. Eso es cuando un país empieza a
cambiar, no como nos pasó hasta ahora en la Argentina y que estamos tratando de
revertir, que la generación que viene está peor y se tiene que ir a acurrucar en la casa
del viejo para poder sobrevivir y tener un techo. ¡Hay que dar vuelta a la historia y yo
sé que con ustedes vamos a tener la posibilidad de hacerlo! (Aplausos)
Claro que uno puede tener posturas y determinadas consignas que pueden ser muy
lindas, pero lo que yo aprendí durante toda mi vida de militante es que lo importante
es poder ir llevando paso a paso nuestras ideas para poder concretarlas. Yo lo que no
quiero es mentirle al pueblo argentino, no quiero hacer un manoseo más de la
credibilidad de nuestra Argentina y les voy diciendo paso a paso lo que vamos
haciendo, pero no me van a ver a mí tratando de mostrar un proyecto grandioso para
después defraudar a todos. Prefiero ir construyendo con todos ustedes día a día la
nueva Argentina, pero sin caer en promesas vanas y vacías. (Aplausos).
Nos decían cuando nos tocó empezar a gobernar. “ diez días y se cae, quince días y se
cae”, rogaban que nos cayéramos y que no pudiéramos funcionar. Ahora dicen que
nos vamos a caer a fines del 2004 o del 2005, y mañana no sé cuándo dirán. Yo digo
por qué, si el éxito de la Argentina va a ayudar a cobijarnos a todos los argentinos.
Por eso nosotros desde acá venimos a convocar al amor, a la convivencia, hay que
abrir todas las compuertas y hay que buscar que la Argentina en la diversidad y la
pluralidad pueda construir el destino que necesitamos. Es absolutamente factible, día
a día vamos a seguir mejorando, día a día recorreremos nuestro país, día a día nos
arrimaremos y trabajaremos palmo a palmo con aquellos hermanos y hermanas que
más necesitan; día a día iremos construyendo una Argentina donde se puedan ir
consolidando las posibilidades de tener absolutamente mediatizada la concentración
económica y una distribución del ingreso diferente. Pero para eso hay que ir
construyendo el país y el país no se construye solamente desde un discurso. Desde un
discurso se expresan las intenciones pero el país se construye con acciones que se
implementan día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto para poder cambiarlo.
(Aplausos)
Yo les quiero contar que no soy ni eufórico ni depresivo, pero que me siento
optimista y con fuerza, me siento con absolutas ganas de avanzar y construir un país
distinto. Yo sé que a mí por el voto de todos ustedes, por la voluntad del pueblo
argentino me toca ir adelante. No tengan ninguna duda, lo dije el día que me tocó
asumir, no vine a dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno
(aplausos) ni vine a sentarme en un sillón para seguir estando por estar, para tratar de
ser por ser o para tratar de hacer una presidencia de protocolo como les gusta a
muchos. Les puedo asegurar que he venido a poner todo lo que tengo, con mis
aciertos y mis errores, como todos los seres humanos; me vine a jugar con todos
ustedes por un país distinto. ¡No me interesa durar 10 años de fracaso o cuatro años y
medio –como me tocan- de fracaso, prefiero vivir dos años, un año, dos horas o un
minuto a pleno sabiendo que tengo que hacer lo que nuestro pueblo necesita y lo
puedo hacer! (Aplausos)
A pocas horas de empezar el gobierno nos decían que estábamos abriendo muchos
frentes, pero nosotros dijimos “venimos a construir una Justicia independiente en la
Argentina”. Cuando empezamos a construir una Justicia independiente, y está
probado en la Corte Suprema que se está constituyendo en nuestro país, aparecieron
aquellos que no querían cambiar nada y entraron a mostrar su verdadera cara. Ustedes
los vieron, decían “están haciendo procedimientos que no corresponden”, cuando nos
movimos dentro del marco de la ley. Pero dijimos que este país necesita justicia y los
doctores que van a la Corte Suprema de la Nación Argentina son absolutamente
independientes, apenas los conozco, hicimos una Justicia independiente y está en
marcha. (Aplausos)
Dijimos que veníamos a terminar con la impunidad, que queríamos justicia, verdad y
memoria, y salieron a decir que por qué removía el pasado. Yo pensaba y pienso que
no es el pasado sino que es el presente doliente de 30.000 argentinos que fueron
desaparecidos por pensar diferente. (Aplausos)
Dijimos que veníamos a terminar con la vergüenza de las leyes de Obediencia Debida
y Punto Final, y se ha declarado la nulidad de las mismas, para que haya verdadera
justicia y para que haya verdadero equilibrio y responsabilidad en nuestro país.
Dijimos que veníamos a construir un país donde las posibilidades y la defensa del
capital argentino, el empresariado nacional, la producción y el trabajo argentino sean
prioritarios. En 9 meses de gobierno bajamos 9 puntos la desocupación en la
Argentina, nunca en tan poco tiempo, tan rápido, bajó tanto la desocupación.
(Aplausos) Calculo que cuando el INDEC decía que había 25 ó 26% de desocupación
había algunos que lo levantaban, ahora que hay el 14,5% no van a decir que no están
de acuerdo. Es la realidad concreta, con esas mismas cifras fue bajando.
Pero también dijimos que veníamos a esclarecer atentados e íbamos a abrir el derecho
a la verdad y a la justicia, y hoy que vemos tantos problemas y atentados como el de
España que pasan en el mundo, podemos decir que nosotros tuvimos el valor de abrir
todos los archivos secretos para saber la verdad de esos atentados que enmudecieron
a los argentinos, como fueron los de la AMIA y la embajada de Israel. (Aplausos)
Dijimos que veníamos con toda nuestra fuerza a invertir más en la educación
universitaria, a invertir más en investigación, y ya los presupuestos lo van marcando.
Claro que falta mucho más, claro que hay que invertir más allí, pero hay que ver de
dónde partimos, hay que ver dónde estábamos para poder entender cómo hemos
avanzado y cómo estamos tratando de llegar. Y claro, estamos decididos a ir
afrontando problema tras problema y situación tras situación, para ir esclareciendo y
para ir fortaleciendo, invirtiendo y generando las posibilidades de ese país diferente.
Dijimos que íbamos a renegociar los contratos de servicios públicos con dignidad, y
así lo estamos haciendo. Dijimos que no iba a caer sobre las espaldas de la gente el
aumento de tarifas y cayeron sobre los grupos económicos, fundamentalmente los
que exportan en dólares y cobran en pesos. (Aplausos)
Es decir que estamos tratando, con los errores que se pueden cometer, de
cumplimentar lo que decimos para que nuestra sociedad vuelva a creer.
Dijimos que veníamos con los brazos abiertos a no hacer ningún tipo de
diferenciación partidaria porque estábamos cansados de ver a esta Argentina partida
por las cúpulas políticas, que no entendían lo que estaba pasando en el subsuelo de la
patria, y les puedo asegurar que estamos haciendo todos los esfuerzos para que así
sea, absolutamente abiertos, dispuestos a escuchar, dispuestos a corregir, dispuestos a
poner todo nuestro esfuerzo para que los argentinos podamos converger en un
proyecto común.
Tenemos que volver a recuperar las ansias de la participación, pero nosotros mismos
también tenemos que hacernos la autocrítica, debemos entender que la política no
puede ser una herramienta para buscar solamente el mejoramiento de nuestra posición
y nuestra vida. Si los militantes y los dirigentes políticos entienden que tienen que ser
los que den el primer ejemplo, les puedo asegurar queridos amigos y amigas,
compañeras y compañeros, que estaremos dando un salto cualitativo. Esto es
tremendamente importante, tenemos que dar ese ejemplo y evitar las tentaciones.
(Aplausos)
Creo honestamente que tenemos que avanzar con todas nuestras fuerzas, que tenemos
que poner toda nuestra mayor capacidad de creación, pero les voy a contar algo que
me pasa en privado todas las mañanas: es tal el endeudamiento que tiene la Argentina
que para saber y para darme fuerzas para seguir la tengo que imaginar. ¿Se imaginan
ustedes 170.000 millones de dólares de deuda, 5.000 millones en BODEN que vencen
el año que viene en dólares y 5.000 más en el 2006? ¡Yo no generé esta deuda pero
estoy dispuesto a ponerle el pecho con toda nuestra fuerza para hacer una negociación
justa y digna que nos permita salir! (Aplausos) Ni ustedes. Tengo que imaginarla y
me dicen: “hay que definir la proyección, las metas”, ¡yo digo por qué no pensaron!
Nosotros vamos definiendo con seriedad y responsabilidad las metas y proyecciones,
aquéllos que dicen esas cosas por qué no pensaron antes de endeudar a la Argentina
como la endeudaron. O si me disculpan, cómo casi la pusieron a remate a espaldas de
todos los argentinos.
Queridos compañeros y amigos: les quiero ser totalmente sincero, yo no tengo una
actitud imperativa cuando digo que vamos a pagar el 25 y vamos a hacer un recorte
del 75; no es una actitud viril, de fuerza la que hago, es una actitud de la realidad
argentina: juntando monedas entre todos los argentinos no podemos pagar más que
eso. Este es el esfuerzo que debemos hacer todos nosotros. (Aplausos)
Se los digo a través de los medios a todos los argentinos y argentinas que están en sus
casas, a aquéllos que les dicen que tenemos que pagar más porque es fundamental
quedar bien y cumplir el compromiso –que son los que tomaron el compromiso de la
deuda- yo les pido que digan la verdad a todos los argentinos. ¿Saben lo que significa
pagar más? Es eso que nos prometió un ministro que estuvo 15 días en el Gobierno y
tuvo que salir corriendo y rápidamente: pagar más es sacar plata de las universidades,
sacarle plata a los trabajadores, sacarle plata a los planes sociales, sacar plata a la
educación argentina, sacar plata de la inversión en el trabajo, sacar plata a la
producción, seguir perjudicando a los argentinos. Yo prefiero que me traten como me
tratan pero saber que por lo menos con esfuerzo impedimos que le quiten un peso
más a este sufriente pueblo argentino para alimentarle las posibilidades de un futuro
distinto. (Aplausos).
Las cosas las tenemos que llamar por su nombre, todos tenemos que estar atentos,
porque los argentinos seremos afectados directos de las decisiones incorrectas y no
vamos a tener ningún tipo de actitud que sea intemperante o imperativa. Nos va a
guiar el buen sentido y la responsabilidad argentina que tuvimos siempre porque la
dignidad se practica con las acciones de todos los días, la dignidad se practica en los
hechos y no en la consigna, la dignidad se practica tomando acciones todos los días
que lleven a defender las posibilidades de un país distinto, la dignidad se practica no
mintiéndole a la gente, la dignidad se practica trabajando, la dignidad se practica
haciendo, la dignidad se practica no robando, la dignidad se practica haciendo
trabajo, la dignidad se practica generando inclusión social, la dignidad se practica
abriendo los brazos y las puertas para un país distinto. (Aplausos).
Con Cristina cuando tenemos problemas límites -a veces uno viene con los problemas
en la espalda- e inclusive cuando las situaciones se complican y veo a los amigos
periodistas que me preguntan angustiados cómo está cada situación y uno tiene que
absorber la responsabilidad que tiene, les puedo asegurar que tomamos fuerza,
combinamos sentimiento con acción y es lo que yo les contaba a ustedes: pienso
entonces cómo me pueden sobrepasar las responsabilidades después que tanta gente
dio tanto y tanta gente quedó en el camino por un país mejor. (Aplausos). Me siento
con muchas ganas.
También algo que les quiero decir a ustedes aquí. Cuando dicen que venimos por el
revanchismo del pasado, cuando queremos que haya justicia, memoria, que se
termine definitivamente la impunidad de ayer, de hoy, y generar los caminos para que
la impunidad no exista más en la Argentina, yo les puedo asegurar que no vengo con
ningún tipo de revanchismo, no vengo con odios porque el odio no construye nada,
pero creo que la voluntad de los argentinos es tener un país donde haya justicia,
verdad, memoria sin impunidad ni odios, sino que haya justicia. Ahora me pregunto
yo, ¿la justicia es sinónimo de odio, la justicia es sinónimo de remover el pasado o la
justicia es la justicia sea en el tiempo que sea? ¿O el paso del tiempo habla de la no
justicia porque pasó mucho tiempo? La justicia se debe aplicar siempre porque es la
única forma en que podemos construir un país diferente. (Aplausos)
Yo quiero cerrar este 11 de marzo acordándome de los jóvenes radicales del 73, de
los jóvenes de la Alianza, del doctor Allende del año 73, de los jóvenes de la
democracia cristiana, los jóvenes de los partidos de izquierda, de los jóvenes del
Justicialismo que creían que se podía hacer un país distinto. Nosotros creemos y lo
vamos a hacer, tomamos el desafío y el mandato de la historia. Contamos con todas
nuestras fuerzas, con las fuerzas de los jóvenes independientes, de los profesionales,
de los universitarios, de la gente de Argentina, de argentinos que creemos que la
justicia se puede construir.
Amigos y amigas de todas las ideas: muchísimas gracias, gracias por dar este ejemplo
de convivencia, gracias por compartir este momento. Dios quiera que podamos
escribir un tramo importante de la historia argentina. Muchísimas gracias, muchas
gracias por compartir este momento. (Aplausos).
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007?start=1800
Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor jefe del Estado Mayor General
del Ejército; señor director del Colegio Militar de la Nación; autoridades nacionales,
provinciales y municipales; personal militar superior y subalterno del Ejército
Argentino; señores cadetes; señoras y señores: realmente nunca hubiera querido tener
que estar ante esta instancia, porque recordar el 24 de marzo de 1976 es uno de los
instantes más dolorosos y más crueles que le ha tocado vivir a la historia argentina en
su conjunto.
No hay nada por grave que sea que esté pasando en un determinado momento de la
sociedad argentina o de cualquier sociedad, que habilite el terrorismo de Estado, y
menos que en eso sean utilizadas nuestras Fuerzas Armadas que deben ser el brazo
armado del pueblo argentino, deben estar absolutamente solidarias, conviviendo con
todos los argentinos en pluralidad y consenso.
Vengo hoy, junto a los señores generales y al teniente general, jefe del Ejército
Argentino, a rescatar el espíritu Sanmartiniano de nuestras Fuerzas Armadas y de
nuestro Ejército, para que juntos podamos reconstruir en paz, convivencia y
creatividad, un país con justicia, inclusión social, democracia, pluralidad y
convivencia plena. Este es el objetivo que tiene nuestra presencia hoy aquí, este 24 de
marzo.
El retiro de los cuadros que procedió a hacer el señor jefe del Ejército, marca
definitivamente un claro posicionamiento que tiene el país todo, nuestras Fuerzas
Armadas, nuestro Ejército y quien les habla como Presidente y como Comandante en
Jefe de las Fuerzas Armadas, de terminar con esa etapa lamentable de nuestro país y
que definitivamente, en todos los lugares de la Patria y de nuestras instituciones
militares, esté consolidado el sistema de vida democrático, desterrado el terrorismo
de Estado y apuntando a la construcción del nuevo país.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/11154
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN,
DOCTOR NÉSTOR KIRCHNER,
Queridos Abuelas, Madres, Hijos: cuando recién veía las manos, cuando cantaban el
himno, veía los brazos de mis compañeros, de la generación que creyó y que sigue
creyendo en los que quedamos que este país se puede cambiar. (Aplausos)
Fueron muchas ilusiones, sueños, creímos en serio que se podía construir una Patria
diferente y también cuando escuchaba a H.I.J.O.S. recién vimos la claudicación a la
vuelta de la esquina. Es difícil, porque muchos especulan, porque muchos están
agazapados y muchos esperan que todo fracase para que vuelva la oscuridad sobre la
Argentina y está en ustedes que nunca más la oscuridad y el oscurantismo vuelvan a
reinar en la Patria. (Aplausos)
Las cosas hay que llamarlas por su nombre y acá si ustedes me permiten, ya no como
compañero y hermano de tantos compañeros y hermanos que compartimos aquel
tiempo, sino como Presidente de la Nación Argentina vengo a pedir perdón de parte
del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia
por tantas atrocidades. (Aplausos)
Hablemos claro: no es rencor ni odio lo que nos guía y me guía, es justicia y lucha
contra la impunidad. A los que hicieron este hecho tenebroso y macabro de tantos
campos de concentración, como fue la ESMA, tienen un solo nombre: son asesinos
repudiados por el pueblo argentino. (Aplausos)
Por eso, sé que desde el cielo, de algún lado, nos están viendo y mirando; sé que se
acordarán de aquellos tiempos; sé que por ahí no estuvimos a la altura de la historia,
pero seguimos luchando como podemos, con las armas que tenemos, soportando los
apretujones y los aprietes que nos puedan hacer. Pero no nos van a quebrar,
compañeros y compañeras.
Aquella bandera y aquel corazón que alumbramos de una Argentina con todos y para
todos, va a ser nuestra guía y también la bandera de la justicia y de la lucha contra la
impunidad. Dejaremos todo para lograr un país más equitativo, con inclusión social,
luchando contra la desocupación, la injusticia y todo lo que nos dejó en su última
etapa esta lamentable década del ’90 como epílogo de las cosas que nos tocaron vivir.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/11155
DISERTACIÓN DEL PRESIDENTE NÉSTOR
KIRCHNER EN EL FORO ARGENTINA,
ORGANIZADO POR EL CONSEJO DE LAS
AMERICAS, EN NUEVA YORK
6 de Mayo 2004
Luego de superar la peor parte de la crisis que nos ha afectado y atender las graves
secuelas sociales y económicas más inmediatas, enfrentamos el esfuerzo de
consolidar un programa económico que nos garantice el crecimiento sostenido, una
mejora en la valorización internacional de nuestro país y su reinserción plena en el
mundo.
Cuando crecemos a muy altas tasas; alcanzamos un superávit fiscal consolidado sin
precedentes en los últimos 40 años de nuestro país; tenemos una inflación anual que
se ubicó en el 3,7 para el 2003; logramos la reunificación monetaria y cancelamos
deuda neta por 7.000 millones con el Fondo Monetario Internacional y las
instituciones financieras internacionales, encontramos que nuestra reputación como
país no es la mejor.
Por ello puede decirse que estamos superando en soledad, sin apoyo internacional y a
veces contrariando el asesoramiento de los organismos, la peor crisis económica,
social y política de los últimos 150 años de nuestra joven historia. Pretendemos ahora
lograr la comprensión y la mejora de la reputación internacional de la Argentina para
la inserción en la comunidad internacional.
Por eso valoramos que se reflexione acerca de los motivos que hicieron que un país
considerado estrella, que obtenía el apoyo de organismos, se derrumbara en una crisis
profunda de enorme magnitud, puesto que si todo estaba tan bien como parecía,
debemos explicarnos cómo pudo caerse de manera semejante.
Nuestro Producto Bruto Interno creció en el año 2003 un 8,7 y creemos que con los
últimos números puede llegar cerca del 8,9; más que China, si bien venimos de una
crisis muy profunda. Las estimaciones privadas esperan un crecimiento superior al
7% en el 2004; el Banco Central elevó su pronóstico de crecimiento del 6 al 8.
Estamos profundamente preocupados porque en los primeros tres meses la Argentina
creció a un nivel muy fuerte, del 10,4 casi, y si bien esperamos que el crecimiento va
a ser menor durante todo el año, eso nos pone ante desafíos muy importantes de
inversión, en infraestructura, y evidentemente esto va elevando la calificación del
desafío que tiene Argentina. Esto en el marco de un nivel de inflación compatible con
los estándares internacionales, que como dijimos fue del 3,7 el año pasado,
ubicándose en el 2,3 interanual de marzo de este año.
Por primera vez en más de cuatro décadas logramos dos años consecutivos de
superávit fiscal primario del Gobierno central y existe superávit fiscal también en el
conjunto de las provincias argentinas, algo imposible de pensar en la crisis que nos
tocó vivir en la década del 90. El esfuerzo fiscal ha sido del 5 por ciento del Producto,
mientras que había sido inferior al 2 por ciento en la década del 90. El fuerte
crecimiento de la recaudación tributaria la ubica en niveles históricos récord, ya que
subió un 33 por ciento interanual. El IVA creció el 53 por ciento en el primer
trimestre, el gasto primario se mantiene dentro de las pautas presupuestarias, el
programa monetario se ha venido cumpliendo durante 10 meses consecutivos. Se ha
logrado la reunificación monetaria rescatando en un programa de financiamiento
ordenado, las cuasimonedas provinciales.
Las reservas se recomponen hacia los niveles previos a la crisis, a pesar de que la
Argentina ha sido el único de los grandes deudores del Fondo Monetario
Internacional, del Banco Mundial y del BID. Estamos llegando casi a 16 mil millones
de dólares de reserva. Cuando comenzamos el gobierno en mayo del año pasado
teníamos 9 mil millones de reservas, es decir que también hemos tenido un
crecimiento muy importante en el nivel de reservas en el programa que nosotros
estamos llevando adelante.
La banca, luego de registrar beneficios negativos por casi 9 por ciento de sus activos
en 2002, obtuvo ganancias hacia el último trimestre de 2003. El tipo de cambio es
flexible y sin restricciones significativas. Existe un superávit comercial externo
equivalente al 12,2 de su Producto Bruto Interno.
Como ustedes saben, acá hay otro tema muy importante: estamos en fuerte
crecimiento de la demanda y fuerte crecimiento del consumo. Nuestra capacidad
instalada se está empezando a cubrir totalmente; tenemos un fuerte crecimiento en
nuestras exportaciones pero también un fuerte crecimiento en las importaciones,
cerca del 90 por ciento en el primer trimestre de este año. El riesgo de que no
aumente nuestra capacidad instalada nos podría poner en un problema de crecer con
perspectivas de inflación porque la demanda puede superar a la oferta. Entonces, el
crecimiento de la inversión en capacidad instalada lo consideramos fundamental para
la consolidación del proyecto que estamos llevando adelante.
Pero ese Estado debe actuar con inteligencia para no ahogar la iniciativa privada ni
aplastar con su peso exagerado la actividad de los particulares. Un Estado inteligente
debe promover las inversiones productivas sin endeudarse por culpa de su déficit y
por ello debe ser cuidadoso del equilibrio fiscal. El Estado debe recuperar su
capacidad de regulación y control absolutamente disminuidos en la década
precedente.
Sin controles por las características del proceso de privatización y por desidia estatal,
en los últimos años las empresas del sector dejaron de producir el ritmo de las
necesarias inversiones. Acelerado el crecimiento de la economía y con ello
acrecentado el consumo de energía, los plazos se acortaron y ello puso en evidencia
la posibilidad de problemas en la provisión de gas natural con impacto en la ecuación
energética.
He allí un caso, no es que no existan ya los problemas, venimos de muy abajo, de una
muy grave y crítica situación. Es lo que los argentinos nos disponemos hoy a
detectarlos, asumimos la responsabilidad de la solución y procuramos los medios
prácticos para solucionarlos. Queremos profundizar este cambio que es ante todo
cultural.
Sabemos que no somos los dueños de la verdad, escuchamos y valoramos los aportes.
Estos son los números de nuestra recuperación, aquí están los resultados de nuestros
esfuerzos.
Les doy las gracias por la oportunidad que me dieron de poder reflexionar ante
ustedes, en definitiva se trata de que no se siga contribuyendo a la paradoja que
mencionábamos al comienzo; queremos que nuestra reputación como país se cimente
en los números de la economía, en la realidad de nuestros logros más allá de toda
retórica.
Estamos haciendo de la Argentina un país en serio, sabemos que es muy difícil volver
a construir la credibilidad; sabemos que cuando un país ha vivido la magnitud de la
crisis que nosotros tuvimos en 2001, más allá de los contenidos, de los marcos y de
las responsabilidades de esas crisis, donde saltaron las obligaciones, la previsiones,
los contratos, no es fácil después reconstruir la credibilidad.
6 de Mayo 2004
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/10806
SEÑOR PRESIDENTE:
Deseo para comenzar, expresar mis felicitaciones por su elección para presidir estas
deliberaciones y saludar al Presidente saliente, Sr. Julián R. Hunte, por su labor al
frente de esta Asamblea.
Mi país agradece aquí el endoso del Grupo Latinoamericano y del Caribe para ocupar
un asiento del Grupo Regional en el Consejo de Seguridad como miembro no
permanente para el período 2005/2006.
La República Argentina reafirmará allí la voluntad de promover consensos orientados
al fortalecimiento del derecho internacional, la paz y la seguridad internacionales.
El informe del Grupo de Alto Nivel sobre las amenazas, los desafíos y el cambio,
puede ser clave en tal sentido. Sus propuestas tendrán que ser debidamente debatidas
y consensuadas para fructificar en decisiones concretas que reflejen y respondan a las
diversas perspectivas e intereses de todos los Estados Miembros.
En virtud de ello, apoyamos los esfuerzos por dotarlo de una mayor transparencia y
participación de la comunidad internacional en sus decisiones, sin que ello signifique
aumentar los privilegios existentes ni el establecimiento de nuevas categorías.
Condenamos con firmeza los actos de terrorismo internacional y sus delitos conexos,
que tan profundas huellas han dejado en la memoria del pueblo argentino y de otras
naciones del mundo, asignándole la máxima prioridad.
Por lo tanto, es preciso articular políticas activas que, al tiempo que propicien el
desarrollo de los negocios y la inversión productiva, tengan como objetivo prioritario
la generación de trabajo decente, en el marco de un nuevo paradigma que dote a las
transformaciones económicas de un fuerte contenido ético.
El trabajo decente constituye el instrumento más efectivo para asegurar un marco de
progreso material y humano, y debe constituirse en una meta de la próxima década en
la comunidad internacional.
Las condiciones institucionales propicias para la generación de empleo, son sin duda
múltiples y varían de acuerdo a los contextos específicos de cada país.
Los países más pobres pierden casi 40.000 millones por año por menos exportaciones
debido al proteccionismo agrícola de los países industrializados.
El mundo, y esa actitud de los países desarrollados, deben cambiar, para de ese modo
de impedir que los acontecimientos sigan el actual rumbo perverso.
La década del 90, con excesos financieros a escala global dio lugar a la expansión de
deudas sobredimensionadas en un alto número de países.
Para el desarrollo de esos países y para el propio sistema financiero internacional será
importante incorporar de manera expresa el concepto de que el crecimiento
económico es la variable central y decisiva en lo que hace a la capacidad de pago y la
sustentabilidad de sus deudas.
Sabemos que los superávit fiscales sostenibles son requisito para estabilizar las
economías y respetar las obligaciones con la comunidad financiera internacional,
pero debe entenderse que no cualquier superávit es defendible.
Del drama de los países sobre endeudados puede concluirse que las recetas únicas,
con pretensión de ser universales y aplicables bajo cualquier circunstancia, tiempo y
lugar, resultan ser sólo aproximaciones ideológicas a cuestiones concretas que sólo
pueden ser resueltas con realismo, flexibilidad y actitudes proactivas.
Nos hacemos cargo de la adopción de políticas ajenas que nos llevaron al peor de los
mundos. Pero no basta con la simple aceptación por parte de los organismos
multilaterales de crédito respecto de su error al aconsejarlas, exigirlas y apoyarlas.
De otro modo, sólo contará con capacidad para reclamar teóricas reformas
estructurales sobre cuyos resultados nadie garantiza nada, para seguir luego su
sucesión de constantes autocríticas.
Mientras tanto, en nuestros países se incrementará la desigualdad a causa de la
aplicación de esas reformas y se derramarán lágrimas y pobreza para los millones de
excluidos que esas reformas crean.
Ellos harán su "mea culpa" y nosotros veremos crecer la cantidad de pobres si les
volvemos a hacer caso. Por eso decimos que los que más reformas estructurales
necesitan son esos organismos de crédito internacional.
En este sentido, nuestro país respalda plenamente el logro de una paz estable y
duradera en el Medio Oriente, fundada en el inalienable derecho a la libre
determinación del pueblo palestino y a un Estado independiente y viable, al mismo
tiempo que apoyamos el derecho de Israel a vivir en paz con sus vecinos dentro de
fronteras seguras e internacionalmente reconocidas.
Esperamos que las partes reinicien las negociaciones con vistas a solucionar sus
diferencias y den cumplimiento a lo que respectivamente les estipula la "Hoja de
Ruta", plan que la Argentina, junto a la comunidad internacional, considera como
proceso más idóneo para llegar a la paz definitiva y justa en la región.
Muchas gracias.
http://www.presidencia.gov.ar/discursos-2007/24648
De eso se trata. Tomar nota del estado en que los asuntos de la Nación se encuentran,
repasar lo hasta aquí recorrido y marcar los rumbos que debemos seguir.
Sin hipocresías, con la mano tendida para recibir los aportes que contribuyan a
esclarecer más aún aquella situación, venimos a reflexionar con la finalidad de que se
pueda resaltar el punto donde nos encontramos, el orden que los acontecimientos
guardan y, en consecuencia, el probable rumbo que seguirán los hechos.
Es un aporte que busca que podamos actuar como un conjunto, sabedores todos de
cuánto podemos aportar para la prosecución de los grandes objetivos nacionales, en
función de lo que ya hemos alcanzado y los logros que nos prometemos obtener.
No resulta ocioso en este momento y en este lugar recordar de dónde venimos para
poder valorar la situación en su exacta dimensión. Despojados de voluntarismos, sin
subordinar a las urgencias lo que constituyen las decisiones estratégicas, ni proceder
con lentitud en los procesos de modo que las tardanzas provoquen más daño que el
sufrido y que estamos superando.
Son los hechos los que con toda contundencia marcan a veces cuánto hemos
avanzado, cuánto nos falta por recorrer y otras tantas, cuánto cuesta reconstruir lo que
ha sido destruido.
Hemos dicho adentro y afuera del país que no somos el gobierno del default, que no
somos el gobierno de la convertibilidad, que no somos el gobierno del endeudamiento
eterno.
Saben todos que no lo decimos para evadir los desafíos ni para ahondar diferencias.
Queremos suturar las terribles heridas que produjeron las políticas erradas aplicadas
en el pasado. Queremos superar la frustración en que nuestra crisis nos sumiera.
Soñamos con dejar a quienes nos sucedan un país mejor, un país donde el próximo
gobierno pueda dedicarse a consolidar, no a reconstruir, a crear, no a restaurar, a
hacer crecer con dignidad, no sólo a incluir venciendo la pobreza y la indigencia..
Tenemos que recrear los valores nacionales tras nuevos paradigmas que permitan que
nuestra bandera se extienda protectora sobre cada uno de los argentinos.
Aspiramos en este tiempo en que nos tocan las más grandes responsabilidades, a
crear las condiciones políticas en las que se elija en función de las mejores cualidades
mostradas por cada uno y no por la capacidad de criticar las acciones de los demás.
Recuperar, reconstruir, reparar, es una parte de la tarea que el conjunto debe asumir.
No se trata de hacerlo desde ningún lugar nostálgico, evocativo o de regreso al
pasado.
Sabemos que los que más impaciencia muestran son precisamente los grandes
responsables de nuestra decadencia.
Los mismos que desguazaron el estado en función de sus intereses y negocios, los
que se favorecieron con la pérdida y el retroceso del poder público, los mismos que
se enriquecieron favorecidos por la permisividad interesada de otros tiempos, se
quejan hoy por la ausencia de Estado, intentando nuevamente llevar agua para su
molino a costa de los demás.
El pueblo argentino tiene memoria y sabe que los mismos que contribuyeron a
generar gigantescos negocios a costa del erario público, o los que sólo supieron
criticar pero fueron incapaces de resolver ni el más mínimo problema, no pueden ser
los que reconstruyan el país.
Este tiempo de la historia continental y mundial está signado por el cambio a favor de
los pueblos, y el pueblo argentino es el principal protagonista de los cambios que
estamos produciendo.
Así, son funcionales unos a otros. Los partidarios del pasado y los que supuestamente
quieren cambiar instantánea y mágicamente todo, se ayudan para intentar impedir
cada mejora real y concreta.
Con el recuerdo de lo que nos tocó sufrir, con memoria de las responsabilidades que a
cada uno le corresponden, los argentinos debemos profundizar los cambios,
consolidar el crecimiento y ser optimistas respecto de nuestro futuro.
Una Argentina revitalizada por la mejora de su infraestructura con obras públicas que
mejoren la calidad de vida de millones de compatriotas con mejor educación y más
salud.
Tenemos que dar los pasos que nos permitan dejar atrás un país del que se adueñaron
los intereses y proliferaran los genocidas, ladrones y corruptos, para ser una Nación
que sobre la base de un proyecto nacional reinstale la movilidad ascendente de modo
que los hijos puedan aspirar a vivir mejor que sus padres.
Esto tiene que acompañar al cambio de los paradigmas. Los argentinos debemos
poner las cosas en su lugar.
De esta manera, con gran esfuerzo, nuestro país ha dejado atrás el default, debiendo
hoy considerarse íntegramente reestructurada la deuda argentina.
Por primera vez podrá decirse que no se pagará deuda sobre el hambre y la sed del
pueblo argentino.
El día jueves de esta semana informaremos al país los números exactos, en función de
operaciones de última hora todavía en curso de procesamiento. Pero vale la pena
destacar que una vez más, afortunadamente, economistas y gurúes vernáculos
fallaron en sus pronósticos y políticos con vocación de oráculos y pitonisas se
equivocaron en sus profecías, también una vez más.
A veces pienso que uno no puede equivocarse tantas veces y hacerlo siempre de
buena fe.
Intuyo que algunos, que nunca han logrado construir un éxito propio sólo se
reconocen a sí mismos en el fracaso del otro, aunque ese otro sea el pueblo argentino
y no como ellos creen el fracaso del gobierno de turno.
La concreción de este logro, lejos de culminar con los problemas heredados, nos pone
en ocasión de asumir con la misma firmeza nuevos desafíos.
Vaya por caso un ejemplo, una rápida aproximación al problema. De los 7.800
millones que los medios de comunicación, es decir la prensa oral, escrita o televisada,
facturaron el año pasado en concepto de publicidad en nuestro país, la publicidad
oficial apenas supera los 100 millones y el conjunto de las empresas que son su
contraparte en esta negociación gastaron directa o indirectamente casi 1.200 millones.
Esto explica muchas cosas. Sólo se trata de saber leer.
Queremos arribar a buen puerto y por eso hacemos esta aclaración. Sabemos que
discutimos intereses económicos y sabemos de qué lado estamos. Esta vez, el pueblo
argentino tendrá en el gobierno el primer defensor de sus intereses.
Hay un punto de la discusión en que los intereses públicos y los intereses privados
pueden compatibilizarse. La invitación a los verdaderos empresarios que saben que
en el capitalismo toda actividad económica implica riesgo, es para que discutan con
buena fe para encontrar ese punto compatible en que existan un buen servicio y una
ganancia razonable.
No nos va a temblar el pulso para tomar las decisiones que tengamos que tomar, ni
tendremos exigencias exorbitantes a lo que la realidad económica de los servicios
indique, pero es forzoso aclarar desde el Estado que el gobierno defenderá con uñas y
dientes los derechos del pueblo argentino. (Aplausos)
Esta renegociación tiene plazos otorgados por la ley y debe realizarse en nuestro país
conforme a sus normas sin que deba inmiscuirse tribunal ni árbitro alguno por
amañada que resulte la interpretación que de los tratados se haga para activar
supuestas competencias. (Aplausos)
Ningún tratado firmado por Argentina puede haber delegado en árbitros el manejo de
la política económica ante una situación de emergencia. Las leyes argentinas
garantizan hoy las inversiones extranjeras sin riesgo.
Para lograr simultáneamente esos objetivos deberá mirarse hacia delante, prestando
atención a los flujos futuros de ingresos y utilidades, sin quedar atados a contratos del
pasado que correspondían a un modelo económico y social que terminó siendo
largamente inviable.
Las exportaciones han llegado durante el 2004 a un récord histórico que supera los
34.000 millones y muestran una notable diversificación de mercados además de un
fuerte incremento en las exportaciones industriales.
El superávit fiscal primario tanto de la Nación como de las Provincias se ubica en los
mayores valores históricos de los últimos 50 años. La vigencia de la ley de
responsabilidad fiscal brinda transparencia junto con los instrumentos adecuados para
mantener esa solidez fiscal que hoy muestran las cuentas públicas.
La tasa de la inflación minorista para el total del año 2004 ha sido del 6,1 por ciento
midiendo diciembre contra diciembre del año anterior.
El país no ha hecho uso del crédito externo y en forma neta ha hecho cancelación de
deuda a los organismos internacionales de crédito en concepto de capital e intereses
por casi 10.000 millones de dólares.
Se han creado más de 2,5 millones de nuevos puestos de trabajo de los cuales más del
70 por ciento corresponden al sector privado de la economía. Ello ha significado que
la tasa de desempleo, desde el momento máximo de la crisis, se reduzca de casi el 25
por ciento a poco más del 12 por ciento. (Aplausos)
Esta mejora de la situación que venimos detallando posibilita también que el Estado
asuma un rol proactivo de la actividad a través de medidas muy puntuales:
Se realizaron acuerdos que permitieron la reapertura del Astillero Río Santiago, los
talleres ferroviarios de La Plata, se construirán los radares en el país, se ha
rehabilitado la fábrica de aviones de Córdoba.
Para crear una sociedad integrada, con movilidad social y con bienestar es necesario
abordar con decisión los temas que constituyen el verdadero núcleo duro de nuestro
programa de crecimiento sustentable, producción y empleo con justicia social.
Este punto central del programa está constituido por la distribución del ingreso, las
inversiones, la integración al mundo, la promoción de desarrollos tecnológicos. Allí
se sitúa el corazón del esquema de mediano y largo plazo de nuestra política.
En ese camino es imperioso que evitemos pujas distributivas entre sectores y entre
actividades. No debemos actuar con complacencia o facilismo. En la certeza de que
no se puede ni crear ni distribuir riqueza a partir de la nada, debemos entender que el
único proceso sólido es aquel en el que existe un efectivo aumento de la producción y
cuenta con una adecuada distribución de esos logros.
Los ingresos deben moverse al ritmo del aumento de las inversiones, del mayor
empleo y de la productividad. Ignorar esto abrirá la puerta a estériles disputas
generadoras de presiones inflacionarias.
Cada sector, cada actividad, muy especialmente aquellos que viven un fuerte proceso
de expansión, inversión y aumento de utilidades, debe actuar con responsabilidad
social.
En el año 2004 hemos ejecutado obras por la suma de 3.046 millones, es decir un 90
por ciento superior al año 2003 y un 300 por ciento más que en año 2002.
En materia vial se ejecutaron obras por 1.057 millones de pesos y se prevé ejecutar
para el 2005 1.367 millones. El total de licitaciones asciende a la fecha a 4.876
millones de pesos.
En saneamiento se destaca el Programa Agua más Trabajo, que ejecuta obras a través
de cooperativas de desocupados que resultan así reingresados al mercado laboral y
favorecidos por las propias obras ejecutadas. 62 millones de pesos en el 2004 y 72
millones para este año han permitido y permitirán inclusión y mejora de la calidad de
vida.
Además del Programa Ferroviario, que incluye más de 250 obras que favorecerán a
2.000.000 de habitantes con una inversión de más de 3.000 millones de pesos hasta el
2008, se puso en marcha el Fondo Fiduciario de las Telecomunicaciones, se
modernizarán las instalaciones del yacimiento carbonífero de Río Turbio, y se
mejoran instalaciones portuarias.
Entre múltiples obras que resultarían de una muy extensa enumeración y que figuran
en la memoria respectiva, cabe destacar la trascendencia del inicio de la construcción
y ampliación de gasoductos que transportarán desde el Norte y desde el Sur, además
del Patagónico que abastecerá pueblos cordilleranos.
ENARSA actuará para que el Estado disponga de instrumentos para que los recursos
energéticos se exploten racionalmente, para el desarrollo de la infraestructura
asociada de modo de asegurar disponibilidad y precio de los productos compatibles
con el nivel de competitividad argentina e internacional. Dará un fuerte impulso a las
áreas off-shore con sensibilidad ambiental, desarrollando yacimientos en zonas
profundas hasta alcanzar un estado de madurez exploratoria de las mismas para
satisfacer la demanda de gas y petróleo e impulsar el desarrollo industrial y
sustentable de las regiones.
En materia de empleo, durante todos los meses de nuestro gobierno creció en forma
ininterrumpida. Este es el período más prolongado de crecimiento del empleo que
Argentina conoce desde hace más de veinticinco años.
Este crecimiento estuvo liderado por el sector industrial, cuyos puestos de trabajo
exigen calificación técnica y profesional. Comenzó en el interior del país y, por
primera vez en muchos años, la creación neta de empleo registrado superó al empleo
precario.
Durante la década del 90 de cada 100 puestos de trabajo que se creaban sólo el 10 por
ciento eran empleos registrados. Hoy el 70 por ciento de los empleos creados son
formales, dignos y con protección social.
Las políticas activas marcaron una nueva etapa de la negociación colectiva. Los
incrementos salariales otorgados por el Gobierno dinamizaron la negociación y 358
convenios colectivos que agrupan a más de un millón y medio de trabajadores
permitieron mejorar salarios y reabrir materias de negociación como tiempo de
trabajo, capacitación, seguridad y salud de los trabajadores.
El salario mínimo vital y móvil creció un 125 por ciento y hoy está fijado en 450
pesos. Las jubilaciones fueron elevadas en su piso un 36 por ciento y los haberes
inferiores a 1.000 pesos se incrementaron un 10 por ciento.
Por virtud de estas medidas recién ahora podemos decir que no ha quedado docente
universitario con nivel de ingresos por debajo de la línea de pobreza.
En materia de Desarrollo Social, buscamos como Estado aplicar las políticas sociales
con eje en la persona, la familia y la comunidad.
Creemos que las problemáticas se superan no sólo con las medidas de inversión y
crecimiento que hemos adoptado, sino con compromiso ético. Este es el valor
agregado que tratamos de ponerle a la inversión social
Tenemos en cuenta a la región, pues sólo a partir del conocimiento fehaciente de cada
realidad se pueden garantizar acciones de impacto social.
Hacemos desde la gestión un trabajo intersectorial e interdisciplinario. Los
Ministerios de Desarrollo Social, Salud, Trabajo, Educación, Planificación Federal y
Economía gestionan las políticas sociales de manera asociada.
En esta primera etapa se han formalizado las etapas previas a la construcción de 258
Centros. El CIC es el ámbito físico donde se desarrollarán acciones de salud y de
promoción social, de creación y capacitación para el trabajo, de apoyo educativo, de
estimulación temprana y desarrollo infantil para estar junto a las comunidades más
vulnerables de nuestro país, viabilizando los derechos de los que menos tienen.
Otro ejemplo es la capacitación que estamos haciendo con líderes y actores locales de
distintas organizaciones civiles, de base y religiosas, para consolidar mejores
políticas.
El Programa Mi Pueblo busca en aquellas comunidades que han quedado aisladas del
crecimiento y desarrollo, poner al alcance de los ciudadanos soluciones de gestión
adecuadas a sus necesidades. Este programa es también una expresión concreta de la
integración de esfuerzos y del impacto que produce en una comunidad el trabajar
juntos. Hoy estamos en las provincias de Chubut, Jujuy, Corrientes, Río Negro,
llegando a 33 municipios, y seguiremos trabajando con este criterio en otros
territorios.
Las políticas sociales así concebidas hacen referencia directa a las necesidades
sociales detectadas en cada territorio y, necesariamente, deben promover la
participación activa de todos los actores locales para dar una eficaz respuesta a las
mismas.
“El hambre más urgente” consiste en un plan dirigido a familias que viven en
situaciones socialmente desfavorables y de vulnerabilidad nutricional. Se constituyó
en política de Estado en materia alimentaria, más allá de la emergencia, porque tiende
a elevar la calidad de vida de toda la población y abarca el mejoramiento de la salud y
la nutrición en el mediano y largo plazo. Este año la entrega de alimentos, módulos o
tickets alcanzó a 4.460.000 personas.
Otra línea del Plan es el Refuerzo a los Servicios Alimentarios Escolares que
beneficia a 1.221.543 alumnos. Su finalidad es mejorar el nivel nutricional de los
niños que asisten a escuelas en situación de mayor riesgo socioeducativo, de Nivel
Inicial y 1º y 2º ciclo de Educación General Básica y/o Escuelas de Educación
Especial de Gestión Pública Estatal, mediante el envío de fondos para refuerzo
alimentario de las dietas financiadas por las jurisdicciones provinciales.
Con el apoyo que se brinda a estos comedores y a los comedores comunitarios hoy
estamos llegando 1.985.470 personas.
El Programa para jóvenes tiende a trabajar muy fuertemente con este grupo etario,
que ha sido uno de los más postergados en la década perdida para la equidad de los
’90.
Más allá de las cifras, este abandono debe ser revertido y hoy lo estamos haciendo
desde la educación y la capacitación, en una política pública vigorosa, donde importa
también el desarrollo social, que es lo que pretendemos hacer desde el Programa
INCLUIR. Los programas específicos orientados a la juventud de manera directa
favorecieron este año a 205.626 jóvenes y de manera indirecta a 140.000 jóvenes.
En todo el país se asistieron a las familias vulnerables con una asistencia directa de
elementos personales, equipamiento para la vivienda, etc., de 1.875.000 unidades.
El Plan Manos a la Obra también fue pensado con el objetivo de apoyar a las
comunidades más vulnerables para que estas, progresivamente y a partir de su
inclusión, puedan lograr un desarrollo social económicamente sustentable. El mismo
ha permitido generar empleo y mejorar la calidad de vida de 410.000 emprendedores
y sus familias, a través del desarrollo de 31.500 emprendimientos. Se apoyaron a 155
organizaciones dedicadas a las microfinanzas.
Nuestro objetivo como Estado es ayudar para que otros puedan. Estamos convencidos
de que es necesario trabajar por la generación de igualdad de oportunidades para
poder efectivizar la justicia social.
Queremos un Estado para todos y no sólo para unos pocos. Un Estado representativo,
ético, conciente de su lugar y responsable de sus funciones, fruto de los valores, no
sólo enunciados, que intentamos llevar permanentemente a la práctica.
Por cada peso que sacamos a la corrupción o a la ineficiencia, ganamos otro para
mejorar la atención a los beneficiarios.
El instituto paga al día a sus prestadores y los hospitales públicos empiezan a recibir
lo que les corresponde por la atención de afiliados.
A través del Plan Nacional de Manejo del Fuego hemos transferido fondos a
provincias y distribuido medios aéreos (helicópteros y aviones hidrantes), insumos
para combatir incendios, como equipos para combatientes, ropa ignífuga,
herramientas, motobombas, equipos de comunicaciones, mangueras, además de
contar con la Brigada Nacional de combatientes con su propio equipo.
Cambio climático, protección del bosque nativo y control de agua tienen que ser los
ejes principales de una política de Estado en materia ambiental, junto a provincias y
municipios.
Guardando memoria de lo que nos pasó, sin anclarnos por ello en el pasado, la
búsqueda de verdad y justicia y el fin de la impunidad son unas de las más preciadas
banderas de nuestra sociedad y de nuestro gobierno.
Por ello los objetivos fijados consisten en crear condiciones para la igualdad de
posibilidades de acceso a aprendizajes de calidad, universalizar el egreso de los
niveles básico y medio, incorporar más tempranamente al jardín a los niños con
mayores necesidades, integrar masivamente la alfabetización digital y en una segunda
lengua a todas las escuelas, aumentar el nivel de exigencia y dedicación al estudio de
nuestros alumnos, mejorar las condiciones de trabajo y capacitación de nuestros
docentes, recuperar la posibilidad de contar con un sistema educativo nacional con
estructuras y calidad más homogéneas.
Hemos priorizado las políticas educativas y científicas con el objetivo de revertir los
principales aspectos de una crisis causada por décadas de desatención.
Hoy podemos decir con orgullo que en menos de dos años hemos más que duplicado
el presupuesto educativo del Estado Nacional. No existe en la historia argentina un
incremento de tal magnitud. Sumando los recursos que en los últimos días hemos
volcado hacia el presupuesto universitario podemos afirmar que nos encontramos
ante la participación más alta de inversión educativa del Estado nacional, tanto
respecto de la inversión total en educación del país como del porcentaje del PBI
nacional.
No es esta una cuestión menor. Baste recordar que hace apenas un poco más de un
par de años algún breve ministro de economía sostenía que la solución del país
pasaba por la reducción de su presupuesto universitario.
Hace unos días, con motivo de anunciar algunas de estas mejoras, pude recordar junto
a docentes y dirigentes gremiales del sector que quien habla, a diferencia de muchos
políticos, nunca había visitado la Carpa Blanca, pero que sin embargo, en estas
decisiones y en otras tantas, estaba el espíritu de aquellas luchas.
Pero no sólo hemos atendido el histórico deterioro de los aspectos materiales de las
escuelas fortaleciendo las condiciones concretas con que se encuentran en las aulas
diariamente docentes y alumnos. También hemos dado enormes avances en dirección
a estructurar un sistema educativo nacional profundamente fragmentado y
anarquizado por falta de articulación entre las políticas jurisdiccionales y débil
presencia del Estado Nacional.
En esta dirección hemos avanzado decididamente en generar parámetros nacionales
que, con el acuerdo del Consejo Federal de Educación, permitan mejorar la calidad de
la educación e igualar los aprendizajes que incorporan nuestros chicos y jóvenes en
cualquier lugar del país donde vivan. Esos parámetros nacionales que nos permitirán
homogeneizar los niveles de egreso de nuestros alumnos en todo el territorio
nacional.
Así, entre otras acciones, hemos impulsado la Ley que fija un mínimo de 180 días de
clase, los Núcleos Básicos de Aprendizaje que año por año proponen qué es lo que
nuestros alumnos deben aprender y modificado los mecanismos de evaluación para
aumentar los niveles de exigencia y recuperar la cultura del esfuerzo que fuera
patrimonio histórico de la educación argentina.
Mejorar la educación es una tarea de largo plazo y deben fijarse los objetivos
concretamente. Aspiramos a llegar en cinco años a destinarle por lo menos el 6 por
ciento del PBI.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/11305
Para nosotros - y no sólo porque yo la viví muy de cerca- sino por una cuestión de
convicción, como la del Ministro y de quienes nos acompañan hoy aquí, como
Teresa, Malvinas es causa nacional, es causa de orgullo nacional. Más allá de quienes
circunstancialmente e históricamente les tocaba detentar el poder en la Argentina
porque quienes fueron a Malvinas, quienes lucharon en Malvinas, quienes
defendieron en condiciones, a veces, totalmente desfavorable el sentido de soberanía,
de dignidad nacional, son una cuestión de orgullo y son una referencia constante para
todos los argentinos. Nosotros si lo reconocemos permanentemente y lamentamos
profundamente el olvido.
Acá en la Argentina se trata de olvidar todo lo que nos fue pasando, creyendo que se
puede construir un país sin ir solucionando los graves problemas que nos fueron
quedando. Esto es como nos pasó con quienes fueron desaparecidos durante la
dictadura militar, esto nos pasó con los combatientes de Malvinas y algunos también
quieren olvidar el proceso de exclusión global, de pobreza, que nos tocó vivir durante
toda la década del 90.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/10995
DISCURSO DEL PRESIDENTE
NESTOR KIRCHNER
ANTE LA ASAMBLEA PLENARIA DE LA
ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS
Señor Presidente: hace cinco años los gobiernos de nuestros países se reunieron en
este mismo recinto con la misma esperanza de trabajar juntos en la solución de
algunos de los problemas más urgentes y graves que enfrentaban y enfrentan nuestros
pueblos. Así surgió la Declaración del Milenio y el compromiso renovado de la
comunidad internacional, a favor del multilateralismo y el respeto a la dignidad
humana.
Los modestos avances en algunos temas no pueden, sin embargo, debilitar nuestra
voluntad ni adormecer nuestras conciencias. La pobreza, el hambre y la enfermedad
siguen castigando hasta la obscenidad a una gran proporción de las mujeres y los
hombres del planeta.
La ausencia del Estado de derecho y las violaciones masivas a los derechos humanos
en distintos lugares, provocan grandes sufrimientos y profundizan la inestabilidad
política y los conflictos civiles. Las nuevas y graves amenazas a la seguridad
internacional, han tenido todo el efecto del debate internacional. La pobreza, las
desigualdades sociales, la injusticia, la exclusión social y el divorcio entre las
expectativas y las realidades, introducen notas de inestabilidad, conspirando contra el
fortalecimiento de la democracia y el desarrollo.
Gran parte del problema reside quizás en la falta de correspondencia entre las
declaraciones, verdaderas expresiones de deseo, y los actos. Esto es evidente en dos
materias clave: la deuda y el comercio internacional. La persistencia de políticas
discriminatorias e inequitativas en el comercio internacional se inscriben en esta lista
de obstáculos al desarrollo, tanto de las naciones más pobres como de los países más
desarrollados, y en países intermedios, como es el caso de mi país, la República
Argentina.
El predominio del componente ideológico en las políticas de los organismos
internacionales de crédito es también preocupante. El enfoque ortodoxo que se le
quiere dar al tema de la deuda, un enfoque éste que ha mostrado sus falencias e
ineficacia, y que ha agravado las condiciones de pobreza en el mundo en desarrollo,
es quizás el punto donde más se evidencie el predominio de ese componente.
La Argentina está logrando, con grandes esfuerzos, retomar la senda del desarrollo y
ha alcanzado un importante y sostenido crecimiento en su economía, a la vez que ha
logrado reducir de manera significativa los índices de desocupación, pobreza e
indigencia. Los indicadores muestran, después de la salida de la crisis, un crecimiento
sostenido de la economía y la situación superavitaria de las cuentas fiscales y
externas, junto con una recomposición de las reservas.
Argentina creció el 8,8 por ciento en 2003, el 9 por ciento en 2004 y, en el primer
semestre de 2005, se superó el 9 por ciento; el superávit primario consolidado se
ubica en el 5 por ciento del PBI, y las reservas crecieron casi 10 mil millones de
dólares, a más de 25 mil millones; las exportaciones superarán este año los 40 mil
millones, estimando su crecimiento en un 15 por ciento; el desempleo bajó del 24 por
ciento en 2003 al 2,1 en el primer semestre de este año; la pobreza del 57,5 al 40,2; la
indigencia del 27,5 en 2003 al 15 en 2004, y continua descendiendo; la mejora de los
salarios en el índice general real de salarios alcanza el 16 por ciento. Desde la salida
del default Argentina se consolida como una oportunidad para inversiones
productivas. La matricula de la enseñanza primaria y el número de alumnos que
empiezan el primer grado se ubican por encima del 91 por ciento y el 86 por ciento de
la población analfabeta no supera el 3 por ciento, llegando la alfabetización de la
mujer al 97,4 por ciento. La participación de la mujer crece de modo que ocupan más
del 33 por ciento de las bancas de diputados y un 43 por ciento de senadores; la tasa
de mortalidad infantil ha descendido significativamente, bajando del 18,8 por mil al
14,4 por mil; se ejecutan programas de salud, extendiendo la prevención de toda la
población; se incrementan las redes de agua potable y cloacas, y en acuerdo con
Brasil se producirán medicamentos para cubrir a la población afectada de sida, a un
costo accesible.
Como tantos países en desarrollo, continuamos siendo afectados tanto por esa visión
arcaica del tema de la deuda, como por un sistema de comercio internacional injusto
para los productos agrícolas donde los subsidios y medidas paraarancelarias de los
países desarrollados, continúan impidiendo que nuestros países puedan crecer
plenamente con sus recursos genuinos.
En ese marco, queremos reiterar nuestra decisión de que el pago de los compromisos
financieros externos, no debe hacerse a expensas de los recursos comprometidos para
áreas sociales, tales como educación, salud, vivienda y promoción del empleo.
Mantendremos con firmeza y convicción esta postura en nuestra negociación con los
organismos internacionales de crédito respecto a lo que seguimos reclamando: mayor
transparencia, democracia y profunda reestructuración y revisión de sus políticas para
dotarlas de equidad y eficiencia.
Deseo concluir mis palabras señalando que el pueblo argentino espera fervientemente
que las Naciones Unidas contribuyan a conducir nuestros destinos por la senda de la
paz, la justicia y el desarrollo.
Numerosas resoluciones de esta Asamblea General y de su Comité de
Descolonización han establecido que la cuestión de las Islas Malvinas, Georgia del
Sur y Sandwich del Sur, constituye una situación colonial especial que debe ser
resuelta mediante negociaciones bilaterales entre mi país y el Reino Unido. El Comité
de Descolonización se ha pronunciado reiteradamente en ese sentido y mucho
valoramos su acción a favor de la búsqueda de una solución de esta cuestión.
Reafirmamos una vez más la permanente disposición de nuestro país a alcanzar una
solución justa, pacífica y duradera de esta disputa de soberanía que constituye una
cuestión central para el pueblo argentino.
http://www.casarosada.gov.ar/discursos-2007/24802
15 de diciembre de 2005.
Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política sabemos que
esta es la oportunidad del cambio, de la transformación profunda. El cambio que
puede consolidarse no depende de una persona, ni de un grupo de elegidos o
iluminados; es tarea colectiva, diversa, plural.
Creemos, sin embargo, que nuestro futuro será hijo de nuestra capacidad para
articular respuestas colectivas y solidarias de nuestro compromiso con la defensa del
interés conjunto. Intentando superar el infierno en que caímos, sabemos que estamos
recuperando la esperanza y que debemos adueñarnos de las herramientas para
construir nuestra autonomía.
Para dar continuidad al cambio se deben superar de raíz los problemas de arrastre,
creando las condiciones para una estrategia de desarrollo a largo plazo. Un problema
de arrastre central y condicionante, es nuestra deuda.
En el día de la fecha, hemos tomado las decisiones institucionales, que nos permitirán
destinar nuestras reservas de libre disponibilidad al pago de la deuda total con el
Fondo Monetario Internacional. Hace 50 años que viene siendo motivo de nuestros
desvelos.
Podemos hacerlo por la continuidad del notable esfuerzo en materia fiscal, que
permite dar consistencia a sucesivos superávit, como por el dinamismo exportador
creciente, que permite contar con superávit comercial y dar cuenta corriente de la
balanza de pagos, que contribuya a la generación de un ambiente macroeconómico
estable. Podemos hacerlo porque hemos acumulado reservas que llegan casi o ya
están llegando a los 27.000 millones de dólares y que hemos multiplicado más de tres
veces, desde el mínimo de 8.250 millones, registrados a comienzo de 2003 y que
respaldan un cambio flexible y una política monetaria prudente, que no
abandonaremos.
Hoy podemos decir que cada vez que nos endeudábamos, no sólo nos debilitábamos
ante el mundo, sino que fuimos perdiendo nuestra capacidad de resolver. Esta lógica
siempre defendida por adalides locales de modelos que no tienen en cuenta ni las
necesidades ni las realidades de los pueblos, llevó a consolidar una verdadera
adicción al endeudamiento, en la que cada vez más nuestros acreedores encarecieron
sus intereses, endurecieron su auditoria, su control y sus exigencias.
Antes bien, nosotros debimos abonar 6.484 millones de dólares al organismo, sin que
nos prestaran suma alguna, mientras desembolsaron 3.000 millones de dólares, a dos
meses de la caída del Gobierno del Doctor De la Rúa. Esa misma experiencia puso en
evidencia el desacierto de condicionalidades estructurales innecesarias y exigencias
exageradas para un país en nuestra situación.
Este pago anticipado entonces, que implica saldar una deuda no podrá ser
interpretado como un obstáculo en la relación con el Fondo, y nos dará más fuerza y
autoridad para seguir reclamando una profunda reestructuración de ese organismo.
Nuestro reclamo de que esa institución cumpla un rol contracíclico, que no es más
que exigir el cumplimiento de la finalidad para la que fue creado, evite el sistema de
condicionalidades cruzadas, aumente el grado de transparencia de sus operaciones,
reduzca el costo de su funcionamiento y mejore su capacidad de préstamo, adquirirá
aún mayor fuerza.
Queremos superar las terribles heridas que produjeron las políticas herradas aplicadas
en el pasado, queremos superar entre todos con la frustración que nuestra crisis nos
sumiera. Soñamos con dejar a quienes nos sucedan un país mejor, donde el próximo
gobierno pueda dedicarse a consolidar, a imaginar, a crear, a crecer con dignidad.
Nuestras crisis recurrentes han obstaculizado la permanencia de las políticas
correctas, nuestros errores han impedido que se continúe el mismo rumbo. No
queremos volver a ese pasado, queremos con memoria, verdad y justicia construir las
bases de un sólido futuro. Por eso incansablemente trabajamos con el objetivo de
lograr, para el final de nuestro mandato, que la desocupación, que ya en octubre
ronda el 10 por ciento, se ubique en un dígito; que la indigencia que ya ha caído a la
mitad, también se ubique en un dígito; que la pobreza, que ha bajado
significativamente, cuando esté terminando nuestro mandato pueda estar en la mitad
de la que tuvimos cuando nos tocó empezar nuestra gestión, en el momento en que
asumimos, el 25 de mayo del 2003.
Lo estamos logrando después de haber crecido casi un tercio del Producto Bruto
Interno, con cifras anuales entre el 8 y el 9 por ciento, lo lograremos, si el año que
viene, como confiamos y lo hemos enviado presupuestariamente, podemos volver a
crecer al 4 por ciento.
Queremos dar este paso, se trata de un paso trascendental, que nos permitirá mirar sin
imposiciones, con autonomía y tranquilidad, sin urgencias impuestas, sin presiones
indebidas la marcha de nuestro futuro. Un paso que con toda responsabilidad nos
ayuda a construir un futuro más justo, inclusivo y equitativo, con una mayor
flexibilidad en el diseño y la ejecución de la política económica, un paso que liberará
recursos para afrontar con mejores herramientas la lucha por el crecimiento, el
empleo y la inclusión social. Un paso que es ponerle fin a una época, un paso que
debemos dar todos juntos.
Desde que empezamos nuestra gestión muchas cosas parecían imposibles, desde el
punto de vista institucional, económico, desde el punto de vista de la verdad, de la
memoria, de la justicia. Claro que falta muchísimo, desde acá hacemos un llamado
permanente a que en la diversidad, en la pluralidad, en el consenso, pensemos que la
Argentina puede lograr muchas cosas. Pero no con la máquina de impedir y el no se
puede, sino tratando de superar y calificando cada propuesta que cada uno de
nosotros tenga. La calificación de la propuesta, prepararse y saber que nadie es el
dueño de la verdad absoluta, entender que cada uno de nosotros tiene la verdad
relativa.
Argentinos y argentinas, a quienes nos acompañan acá y a quienes nos miran desde
su casa: en esta temporalidad que nos toca ejercer la iniciativa política en la
Argentina estamos dejando todo, tratando de hacer las cosas lo mejor posible. Les
pido que nos ayuden, porque el éxito no va a ser de un gobierno, va a ser de todos los
argentinos. Un país que se desbarrancó por la acusación, la imputación falsa y la
descalificación, un país que tiene toda su potencialidad en el campo empresario,
sindical, en las entidades libres del pueblo, en las organizaciones sociales, para crear
un destino distinto. Creo que entre todos lo podemos hacer, sí, desde la diferencia,
con pluralidad y con consenso. Todos nosotros sabemos, los empresarios, los
trabajadores, los gobernantes, las organizaciones sociales, que a partir del 1ª de enero
ya por lo menos sabemos que empezamos a recuperar el esfuerzo argentino. Muchas
gracias.
http://es.wikisource.org/wiki/Discurso_de_N%C3%A9stor_Kirchner_en_el_acto_de_
anuncio_del_Plan_de_Desendeudamiento_con_el_FMI
15 DE JULIO DE 2008
Queridos compañeros, queridos amigos, les pido por favor que bajemos un poco los
carteles para vernos la cara, los ojos, los sentimientos, para sentir el palpitar de
nuestro corazón. En primer lugar, quiero traer el saludo, el abrazo fraterno y la lealtad
permanente de nuestra compañera presidenta Cristina, que le están cayendo como
nunca lágrimas de los ojos porque ven esta asamblea popular... Fortalece la esperanza
de cambio, fortalece la posibilidad de estar en un punto de inflexión para construir un
nuevo país, el país que nos contenga a todos los argentinos.
Todavía recuerdo aquel 25 de mayo de 2003 cuando nos dejaron la Argentina
prendida fuego, y tuvimos que sacar el pecho para levantar la patria con coraje, con
fuerza y con amor. Todavía recuerdo los rostros de millones de argentinos que
clamaban por un trabajo, por reconstruir su hogar, por poder vivir. Reconozco el
permanente acompañamiento del pueblo argentino. Pero ustedes saben que hemos
sido leales, que nos hemos jugado siempre y que estuvimos al frente de todas las
batallas de la recuperación argentina. También me paro ante ustedes y ante todos los
hermanos que nos están mirando por los distintos medios, y les digo que apenas
empezamos nuestro gobierno allá en 2003, terminamos con la Corte Suprema
vergonzosa que tenía la patria, para garantizar la justicia independiente;
renegociamos la deuda externa privada, y por primera vez en la historia la Argentina
obtuvo una quita del 70% de esa deuda; ahorró 70.000.000.000 dólares, que no
salieron de los bolsillos de los argentinos. Y también ustedes saben que la noticia de
todos los medios era cuando llegaba a la Argentina la comisión del FMI. Junto con la
dignidad de este pueblo, le pagamos al Fondo y le dijimos “Chau. Los argentinos
vamos a gobernar nuestro destino”.
Trabajamos par a par con todos los productores y refundamos la industria nacional
con un crecimiento industrial que no ve en décadas la Argentina. Fuimos a trabajar y
a desendeudar a los productores argentinos, a quienes abrazamos, porque los
productores no son nuestros enemigos. Nosotros con los que tenemos que estar atento
y con los que tenemos que tener cuidado es con aquellos pooles que especulan con la
riqueza argentina y que quieren enriquecerse a costa de todo el pueblo argentino.
Nuestros productores crecieron como nunca lo hicieron; se desendeudaron. Por eso
yo les pido que tengan la gratitud no con un gobierno, sino con la patria, de aplicar
toda la solidaridad que se pueda para que en esta Argentina la distribución del ingreso
y la pobreza desaparezcan definitivamente. Solidaridad, convivencia son elementos
fundamentales para construir un país que lo soñamos, que Cristina lo sueña, con una
clase media, como está ahora haciéndolo junto a los trabajadores, junto a los
empresarios, junto a los intelectuales, junto a los estudiantes, junto a todos los
argentinos que quieren construir este nuevo país.
Y decirles a los jóvenes argentinos que ellos... Hoy ustedes, hermanos de la juventud,
militen donde militen, tienen la posibilidad de hacer el cambio en paz y en
democracia que nosotros como generación no tuvimos. Por eso, participen; por eso,
opinen; por eso, sean transgresores; por eso, ganen las calles; por eso, recorran las
universidades, recorran los talleres, los trabajos... Esta juventud tiene que ser el punto
de inflexión de la construcción del nuevo tiempo. Esta Argentina que tuvo héroes
como Mariano Moreno, José de San Martín, Manuel Belgrano, Hipólito Yrigoyen,
Juan Perón... El corazón vivo de la transformación: ¡Eva Perón, Evita! Y aquellos
pañuelos blancos que fueron la consciencia vida de la justicia: nuestras abuelas en
Plaza de Mayo, que siempre las recordamos con nuestra fuerza y nuestro amor.
Hemos trabajado intensamente por construir una Argentina diferente. Yo desde acá
les quiero agradecer todo lo que me ayudaron, y les pido que como me ayudaron a mí
la ayuden a Cristina, que es una mujer con coraje, dispuesta a transformar la patria.
¿O ustedes creen que si Cristina hubiera querido quedar bien con ciertos sectores no
lo hubiera hecho, como lo hicieron tantos dirigentes, dándose un abrazo en la
oscuridad, fuera del aire libre, tratando de arreglar este conflicto de cualquier
manera? Y Cristina dijo “No, no vine a dejar las convicciones en mi casa. Las voy a
llevar hasta el final. Vine a luchar por una patria justa, vine a luchar por la equidad,
por la inclusión social, porque se consolide el nuevo modelo, por el nuevo tiempo, la
nueva historia”.
Para algunos, lo que tenía que hacer la presidenta era un acto de racionalismo, era
tratar de acordar de cualquier forma. Ese el racionalismo claudicante y temeroso.
Cristina tiene el racionalismo de la inclusión, de la equidad, de la justicia, y por eso
está al lado del pueblo, al frente de la lucha de la distribución del ingreso. Todavía
nos falta mucho. Generamos mucho trabajo, pero tenemos que recuperar la calidad
del trabajo; logramos la financiación para el sistema educativo con el 6% del PBI,
pero falta una educación de calidad y que llegue a todos los argentinos; logramos
jubilar muchísimos compañeros y mejorar los sueldos, pero tenemos que seguir
mejorando los sueldos de nuestros jubilados para que recuperen todo el tiempo
perdido; logramos el financiamiento de nuestras universidades, pero tenemos que
hacer universidades que consoliden cuadros al servicio del crecimiento del país y la
transformación que en el país se está llevando adelante.
¿Qué les quiero decir con esto? Que faltan asignaturas pendientes. Estamos
conduciendo y tenemos la iniciativa política en el Estado, pero tenemos que mejorar
el Estado, tenemos que mejorar las neuronas del Estado; tenemos que hacer un
Estado eficiente, cristalino y al servicio del pueblo, donde todo el pueblo se sienta
representado. Tenemos en claro cuáles son las asignaturas pendientes. Cuando
venimos a una plaza como esta, venimos a decir lo que hicimos, venimos a
criticarnos lo que hicimos y venimos a decir lo que nos falta hacer, porque lo
importante es tener los oídos bien abiertos y el corazón despierto para que el pueblo
siga en el proceso evolutivo hacia un mejor mañana. En estos tiempos y en estos días,
dijo la presidenta que era fundamental -y escuchen bien- que a la mesa de los
argentinos los alimentos lleguen a precios nacionales y no internacionales, y puso las
retenciones. Y aquellos que ahora tienen que ser solidarios, no todos, pero aquellos
de la concentración económica, saltaron rápidamente porque no quieren compartir
ningún esfuerzo con el resto de los argentinos. Entonces, hay un Estado que tiene que
poner equilibrio, y las retenciones permiten que ustedes puedan comer a costos
nacionales. Hay un dirigente de ellos que lo dijo casi con una actitud de caradurismo
increíble: dijo que paguemos el lomo a $80, como los uruguayos. ¡Qué poco le
importan los argentinos! (Se corea “Hijo de puta”)
La presidenta me pidió que sigamos poniendo la otra mejilla, que por la patria vale
todo, que unidos y solidarios vamos a lograr los objetivos que nosotros tenemos que
llevar adelante en la construcción de la Argentina que todos estamos soñando. Pero
también tenemos que tener en cuenta que el mundo vive un problema central con el
precio de los commodities y el petróleo, o sea, el de los alimentos. Todos sabemos
por qué suben los precios del petróleo: porque las transnacionales han perdido
reservas; entonces, para mantener el valor de las acciones, suben su precio. Y
nosotros tenemos que cuidar acá el bolsillo de todos los argentinos. Es la tarea que
todos nosotros tenemos que llevar adelante con toda nuestra fuerza. Por eso, también
la presidenta me pidió que les diga: más institucionalidad, más democracia; y me dijo
que me juramenta ante ustedes que nosotros respetamos la decisión del Congreso
Nacional sea cual fuere. No venimos a apretar a nadie ni venimos a especular.
(Se corea “El pueblo unido jamás será vencido”)
Todos sabemos que hemos sido sometidos a agresiones diferentes; todos sabemos que
nos intentaron confundir. Pero todos sabemos que la historia muestra que el pueblo
jamás se confunde. Nosotros también dejamos en claro eso, porque entendemos y
somos la generación que sufrimos terriblemente la falta de democracia. Cuando se
resolvía en otro lugar, que no era en el Congreso, que no era en el Poder Judicial o
que no era en el Poder Ejecutivo, donde se resolvía en las sombras, y en las sombras
se condenó a muerte a 30.000 compañeros desaparecidos que nosotros tenemos, todos
los argentinos ¡30.000 amigos, 30.000 argentinos de distintas ideas!
Y nosotros recordemos que el 2 de abril de 1976, como otro de los días nefastos de la
historia, cuando el jefe de la banda de desenlace o de la junta de desenlace o la junta
de enlace -como le dicen-, Martínez de Hoz, iniciaba el remate de la República
Argentina. Por eso, con la firmeza en las convicciones, con la firmeza en las ideas...
Muchos de ellos ni siquiera cambiaron los collares; son los mismos. Por eso tenemos
que tenerlo absolutamente presente, y por eso nuestra clase media, que fue
lamentablemente instrumentada muchas veces, tiene que darse cuenta de que nunca
van a encontrar la solidaridad de los sectores de la oligarquía argentina. Sí van a
encontrar la solidaridad de los trabajadores, de los intelectuales, de los estudiantes, de
toda la patria entera. Por eso la Argentina hoy se encuentra acá. Yo hoy les puedo
asegurar que vine a esta plaza a convocar a los argentinos en el campo nacional y
popular...
Fíjense ustedes que cuando digo permanentemente que acá quisieron destituir al
gobierno nacional y popular lo digo con la fuerza de la realidad. Hoy están mostrando
todos los que actuaban en la oscuridad dónde están, cómo se movían; hoy empezaron
a verse en los diarios abrazados unos con otros. Ellos eran los que estaban y los que
quieren desestabilizar la patria. Ahí están los que quieren enlodar las banderas de
Perón y Evita, claudicando con esa oligarquía que persiguió hasta el cadáver de Eva
Perón; ahí están los que claudicando y queriendo enlodar la memoria de Perón y
Evita se abrazan junto a Rojas y a todos aquellos que históricamente estuvieron
contra los intereses nacionales y popular. Ahí están, ahí los vieron. También pasó en
las dictaduras y en la noche liberal.
Por eso, nosotros sigamos fuertes con las banderas y el espacio nacional y popular, en
la alianza policlasista, en la convergencia de todos los sectores de la sociedad. Y para
ir terminando, queridos compañeros, que de esta plaza no salga un solo gesto de
rencor, sino un gesto de dignidad. Venimos a defender nuestras ideas en paz, en
convivencia, en pluralidad; que no salga un gesto de odio, sino que pongamos la otra
mejilla; que no salga un gesto de intolerancia, sino la tolerancia que necesita la patria.
Y a todos los argentinos, por favor, a todos los que están mirando, nosotros
aceptamos la resolución del Congreso Nacional, sea cual sea, porque queremos más
institución, más democracia y porque es la única forma en que pueden convivir los
pueblos civilizados que buscan la justicia y la equidad. Esperemos que todos hagan lo
mismo. Basta al corte de rutas, basta a los comandos civiles, basta al grupo de tareas,
basta todos estos esquemas de enfrentamiento, estos esquemas de cobardía que el
pueblo no necesita más. Abramos los brazos, abramos las avenidas de la patria,
abramos la convivencia, abramos la pluralidad. ¡Viva la patria, viva la Argentina,
vivan los trabajadores, vivan los estudiantes, viva la juventud, vivan nuestros
intelectuales, vivan nuestras madres y abuelas, vivan el general Perón y Eva Perón!
¡Viva la patria! ¡Fuerza, dignidad, alegría, convivencia! Con los brazos abiertos, con
el corazón… Los abrazo fuertemente y les digo y les juro por Cristina, que me dijo
que se lo transmita y que lo dijo con lágrimas en los ojos, adelante con ustedes.
Vamos adelante, como corresponde. Muchas gracias, compañeros."
http://apuntesmilitantes.blogspot.com/2008/07/discurso-de-nstor-kirchner-en-la-
plaza.html
ULTIMO DISCURO
Hay temas que son de permanente actualidad en la Argentina, uno de esos temas es la
seguridad, otro es la educación. Yo, por eso, en esta asamblea de dirigentes, de
militantes le pido al gobernador, a mi amigo, el gobernador Scioli, que nos diga quien
le ata las manos para profundizar el modelo de seguridad en la provincia de Buenos
Aires porque estamos todos dispuestos a ayudar pero hay que hablar con nombre y
apellido definitivamente para terminar con los malos entendidos. (Aplausos) Quiénes
son los que impiden o traban la aplicación de la seguridad en la República Argentina.
Recordemos a todos los argentinos que la seguridad no la van a traer aquellos que
tenían la mejor policía del mundo y nos dejaron en un fango. (Aplausos)
Recordemos que la seguridad no la van a traer aquellos que viven pactando en las
sombras permanentemente, muchas veces con la delincuencia institucionalizada en
algunas organizaciones de seguridad. (...) Nosotros también tenemos en claro que la
seguridad no la van a traer aquellos que crearon el hambre, la pobreza, que no
pudieron administrar la Argentina, que generaron los mayores focos de marginalidad
(...) Entonces terminemos con este discurso simplista que quiere generar una
dicotomía que no existe. Que haya memoria, justicia y que se respeten los Derechos
Humanos en la Argentina significa profundizar la seguridad porque si no se hubiera
generado la impunidad que se generó en aquellos años, no estaríamos soportando las
cosas que todavía tenemos que soportar hoy. (...) No hay que buscar la salida
coyuntural o ver cómo me acomodo ante cada hecho de inseguridad. Tampoco van a
solucionar la inseguridad aquellos que en el 2009 recorrían la provincia de Buenos
Aires y decían “tengo un plan”. ¿Por qué no nos traen el plan que lo estamos
esperando? A ver cómo lo solucionan rápidamente. (Aplausos, gritos de ¡bravo!,
cánticos)
Nosotros, por eso, queremos hablar y tenemos que hablar de este tema con absoluta
claridad: hay que profundizar la creación de trabajo, hay que profundizar la inclusión
social, la igualdad de posibilidades, hay que recuperar y le pedimos a nuestra justicia
que recupere su capacidad de administración de decisión, de responsabilidad
fuertemente, que no se enojen, no estamos abordando la independencia de otro Poder,
le estamos pidiendo a otro Poder que, por favor, cumpla con el mandato
constitucional que tiene para que conjuntamente podamos hacer un combo entre
todos para derrotar a estas pequeñas minorías que impiden el tranquilo vivir que nos
merecemos los argentinos de una punta a la otra de la Patria. (...) No hagamos como
hace alguien que gobierna aquí la Capital Federal, que le echa la culpa de lo que no
puede hacer a los demás, nosotros no le echemos la culpa a nadie. Si el pueblo nos da
la responsabilidad, tenemos que asumirla, en vez de estar analizando si quedan bien o
mal mediáticamente las cosas que se dicen, en vez de estar viendo si trae costo o no
trae costo político. Esto de estar rodeado de asesores de imagen para tratar de ver
cómo hay que responder a cada caso, la verdad debe ser definitivamente desterrado
de la política para volver a la verdad, dejar la hipocresía, volver a la sinceridad,
volver a sentirnos libres, volver a sentirnos que tenemos principios, convicciones.
(Aplausos)
Y les digo acá, a todos los dirigentes que me acompañan, no tengan miedo ¡Por favor,
no les tengan más miedo a la concentración mediática ni a Clarín! ¡¡Coraje, que hay
un nuevo amanecer y una nueva Patria, demostrémosles a todos!! ¡No dejemos a la
presidenta sola en esa batalla, la tienen que acompañar todos ustedes! (Aplausos) No
hay que mirar al costado. (Aplausos, cánticos) (...) Lo que les pido es que la
Argentina tiene que avanzar hacia esa Argentina del ’74, cuando la distribución de la
torta, del Producto Bruto argentino era 50% para los que trabajan y del 50% para las
empresas argentinas, en una distribución equitativa y justa. A nosotros nos parece
bien que los trabajadores puedan ver los balances de sus empresas por varios
motivos. Primero, porque es justo que quien trabaja y es el motor de la producción,
junto con el capital, si a la empresa le va bien, tenga la retribución que corresponde
por el esfuerzo que hace para que esa empresa pueda crecer. Esto es central y
esencial. (Aplausos)
Segundo, porque eso nos va a dar cristalinidad en los balances para evitar que haya
quebrantos raros o empresas que crecen pero que nunca ganan nada, o empresas que
son muy grandes y nunca pagan casi nada de impuestos en la Argentina. Yo creo que
con la participación del empresario, de los trabajadores, en una discusión no
apresurada, tenemos que acordar… La presidenta lo dijo con toda claridad: a ella le
encantaría ver y le encanta ver a los trabajadores y a los empresarios discutiendo
todos estos temas, discutiendo con seriedad y responsabilidad para que sirvan al
crecimiento de la Argentina, alejados de cualquier voracidad, buscando el punto de
equilibrio y el punto de justicia. Ahora miren lo que estamos charlando en la
Argentina de hoy, por cómo sigue creciendo la Argentina, hablamos de cómo
distribuimos el ingreso y cómo se distribuyen las ganancias. Hasta la ortodoxia
neoliberal dice por allí que hay que dar premios por producción y hay muchas
empresas argentinas que ya lo están haciendo. Así que tiene que tranquilizarse el
señor dirigente de la UIA, con mucho respeto se lo digo. Lo que hay que hacer es
sentarse a conversar, pero sin avaricia ni voracidad, sino con el criterio y el sentido
común para que todos, solidariamente, podamos hacer seguir creciendo a la
Argentina con inclusión, con justicia, con equidad y con distribución. Fíjense ustedes
entonces las metas de esta Argentina que hay por delante. (...) Seguir fortaleciendo la
educación pública, la formación docente, consolidando fuertemente nuestras escuelas,
la infraestructura, discutiendo toda la renovación de planes, adecuandolos y
modernizándolos, haciendo lo que haya que hacer para tener y formar chicos
modernos, adecuados al mundo que tenemos hoy. Grandes tiempos vienen para la
Nación si sabemos trabajar con toda la comunidad educativa para construir juntos un
sistema superador al que aún hoy estamos llevando adelante. Pero estamos
construyendo el primero o segundo piso y nosotros queremos llegar a tener una
educación que sea una de las mejores educaciones del planeta, para que sean
definitivamente nuestros recursos humanos reconocidos en todos lados y para que
tengan las posibilidades de realización concreta que deben tener. La lucha contra la
inseguridad que termine de ser un motivo de lamentable disputa entre los dirigentes y
los partidos políticos, que van a buscar votos en el dolor de la gente, al que le
mataron, le hirieron, le robaron a un familiar y van a buscar votos con ese dolor que
nunca más se cura. No se puede tener ese grado de ruindad. Nosotros tenemos que
tratar de ayudarlos a ellos con todas las fuerzas, pero la mejor respuesta a ese familiar
perdido, herido, desaparecido, es hacer funcionar institucionalmente el Estado para
que paulatinamente la seguridad se vaya convirtiendo en un valor en la Argentina, ya
que es una tarea central y fundamental que tenemos que llevar adelante. (Aplausos)
No vayamos a tratar de especular y buscar votos con esa situación. Nuestro gobierno
nacional, nuestros gobernadores, nuestros intendentes, han invertido en todo tipo de
infraestructura para la seguridad. Han comprado patrulleros, han construido
comisarías, han colocado cámaras… han avanzado mucho. Siempre les digo que eso
se hace, pero se dice lo menos posible, porque la seguridad debe ser un valor donde la
gente nos vea trabajar, pero que no nos vea especular porque con este temita estamos
buscando otro voto, y la gente va a saber reconocer el esfuerzo que estamos haciendo
muchas veces en soledad, tratando de saldar asignaturas pendientes desde hace
muchísimo tiempo. (...)
Por eso, no los voy a cansar más, pero son cosas que tenemos que empezar a hablar.
No sirve ser gobierno por ser gobierno y nada más. No sirve ganar elecciones por
ganar elecciones. Miren lo que pasó en el 2009, (susurrando) “terminemos con la
hegemonía de quienes gobiernan porque así hacemos un Parlamento democrático”.
Eso decían. Lo armaron desde la pseudoderecha, desde la pseudoizquierda, todos
piensan diferente, pero el asunto es votar contra el gobierno, ma que debate ni debate,
levantemos la mano de la peor forma. A nosotros la verdad que nos hubiera gustado,
era una linda oportunidad, que nos demostraran que, aun pensando que lo que decían
estaba equivocado, tenían su verdad. Nosotros siempre dimos todos los debates que
teníamos que dar, no sólo en la Cámara de Diputados. Los dimos en la calle, los
dimos en los barrios, en las escuelas, en las fábricas, los dimos frente a la dictadura,
los dimos frente a los problemas más difíciles porque los debates se dan en todos
lados. Por eso esa tarea de votar por votar cualquier cosa no sirve, porque fíjense que
lo único que logramos instalar en el Parlamento es una máquina de impedir. Quieren
generar leyes que no tienen ningún sentido, el asunto es a ver si le quebramos el
funcionamiento económico al gobierno para ver si este gobierno trastabilla y nosotros
podemos lograr algunos votos para llegar al poder por decantamiento. Lo importante
sería que se hubieran preparado para ser mejores, para que los argentinos que estén
esperando el 2011 diciendo “bueno, esta gente ha gobernado, pero acá hay una
alternativa”, pudieran votarlos con alguna esperanza. Pero los hermanos y hermanas
argentinas, cuando miran alrededor saben que la alternativa real, la alternativa es este
mismo espacio, las convicciones y los principios y las propuestas superadoras salen
de este mismo espacio. Las nuevas ideas, la autocrítica, la corrección, las ganas de
mejorar, de corregir el error, el abrir los brazos, el convocar a todos los argentinos,
sale de este lado. No tengan ninguna duda y lo digo con absoluta claridad, para que
después nunca más tengamos que arrepentirnos o decir “yo no sabía”. Acá en la
Argentina pasaron cosas muy graves. Bueno, ahora sepamos todo porque el “yo no
sabía” para un nuevo fracaso puede ser doloroso y lamentable para todos los
argentinos. Por eso es fundamental tener un gran sentido de convencimiento, un gran
sentido de convencimiento con el proyecto y no caer bajo ningún aspecto en ninguna
trampa. A nosotros lo que nos interesa es tener la iniciativa en la Argentina para
seguir transformando la Patria, un diputado más, un concejal menos, realmente con
un gobierno nacional transformando la Historia no se nota. Por eso convocamos a los
empresarios, a los trabajadores, a los estudiantes, a los intelectuales, a los pensadores,
a hablar, a debatir, a hablar con sinceridad. Nosotros estamos diciendo lo que
pensamos y lo que sentimos. Seguimos preparándonos y trabajando con grupos de
gestión y con nuestros equipos políticos técnicos, preparándonos para afrontar el
desafío, para gobernar la Argentina los años que vienen. Por eso ¡a gobernar, a
trabajar, a amar la Patria, a amar a todos los argentinos, a no responder las agresiones
con agresiones, pero sí a decir las cosas con absoluta sinceridad! Y les pido
fuertemente, desde acá, a todos los argentinos, que ayudemos a esta mujer coraje que
es nuestra Presidenta, que se animó a lo que no animaron, a lo que no nos animamos
muchísimos argentinos y hoy visualizamos en ella la construcción de una nueva
historia y un nuevo tiempo. ¡Apoyemos a Cristina! ¡Muchas gracias, amigos,
compañeros y compañeras! ¡Mucho orgullo, mucha dignidad, mucho principio!
Volvamos con fuerza a la utopía, volvamos con fuerza a la incorporación de las
nuevas generaciones y no especulemos, no tengamos miedo. ¡Es la Patria la que nos
pide, ayudemos a la presidenta a seguir haciendo Patria! Muchas gracias.
http://tiempoarg.elargentino.com/notas/no-pasaran-historia-aquellos-que-especulen-
sino-los-que-mas-se-jueguen