La Película Pornografica
La Película Pornografica
La Película Pornografica
“Supuse que todo debía ceder a mis deseos, que el universo entero debía responder a mis caprichos y
que tenía el derecho de satisfacerlos a mi voluntad”. Donatien Alphonse François de Sade, “Marqués de
Sade”.
En el «guión» de las películas pornográficas hay una clara ausencia de funciones Superyoicas donde se
subraya la ausencia de la vergüenza, característica de la sexualidad en la primera infancia, que está
prácticamente abolida. Una vez que se acepta la ruptura de los valores convencionales y en particular de
los valores individuales, la libertad respecto del juicio moral se duplica con la liberación respecto de la
responsabilidad personal —esa liberación que Sigmund Freud ha señalado como característica de las
masas—.
El espectador de estos filmes se identifica con actividades sexuales más que con interrelaciones
humanas. La falta de ambigüedad, la carencia de sentido en la trama (casi inexistente) no permite
ninguna fantasía adicional sobre la subjetividad de los protagonistas, por lo que esto contribuye a la
mecanización del sexo.
Hay un paralelo entre el filme pornográfico y el deterioro del amor apasionado cuando en la relación
sexual prevalecen los impulsos agresivos, cuando la agresión inconsciente destruye las relaciones
objetales profundas y la falta de un Superyó integrado en cada partenaire facilita la disolución de la
privacidad y la intimidad que provoca un sexo mecanizado. No es casual que la película pornográfica, que
deliberadamente explota la disociación del sexo y la ternura, se termine experimentando (después del
impacto inicial, sexualmente activador, del despliegue desafiante de una sexualidad perversa polimorfa)
como mecánico y tedioso, del mismo modo que los sujetos que practican el estilo de vida Swinger al
cabo de cierto tiempo experimentan una erosión de su capacidad para la excitación sexual como
consecuencia del deterioro de sus relaciones objetales y la desestructuración del Complejo de Edipo.
También una de las características de la película pornográfica es que liberan a los espectadores de la
carga pulsional implícita de la Escena Primaria invadida, pero al mismo tiempo existe la amenaza de
confrontar la integración de la ternura y la sensualidad, que es intolerable para el Superyó en la etapa de
la latencia. En este sentido, el filme pornográfico es lo opuesto de la película convencional (romántica-
erótica) pero, paradójicamente, en todos los otros aspectos obedece al mismo dominio inconsciente del
Superyó de la latencia. De hecho, aparte de la descripción de la interacción sexual, los filmes
pornográficos tienden a ser sumamente parecidos (sin trama), y a menudo adoptan una aptitud
“humorística” cuanto a la falta de comunicación de los participantes; esto le permite al espectador evitar
cualquier reacción emocional o toma de conciencia profunda acerca de los elementos agresivos del
contenido sexual de la película. La ausencia sorprendentemente sistemática de un marco estético refleja
también la inexistencia de funciones Superyoicas maduras, lo que se expresa en la vulgaridad del
decorado, de la música de acompañamiento, de los gestos y el ambiente en general. Lo típico es que el
despliegue agresivo, la conducta voyeurista, el acto mecánico de penetrar y ser penetrado, la exhibición
de los genitales y los fluidos que absorben y son absorbidos, contribuyen a la escisión del cuerpo
humano en partes aisladas, cuya exhibición repetitiva indica un enfoque fetichista.
La descripción minuciosa que expresa Robert Jesse Stoller sobre los actores, directores y productores de
filmes pornográficos ilustra dramáticamente sus experiencias traumáticas, agresivas, en particular de
humillación y traumatización sexual en su infancia. Stoller dice que, para los involucrados en su
producción, la pornografía representa un esfuerzo inconsciente por transformar esas experiencias
mediante la expresión disociada de la sexualidad genital bajo el impacto de la sexualidad infantil
perversa polimorfa. Aunque el filme pornográfico da la impresión de no ser como las películas
convencionales, en uno y otras encontramos la misma disociación absoluta de los sexual y sensual
respecto de los aspectos tiernos e idealizados del erotismo.