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Tomo 5 - Poesías Diversas 1

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BIBLIOTECA AMERICANA

VÁZQUEZ CORES, DDRNALECHE Y REYES, Editores


13 DE JULIO, 1 4 6 Y 148 — MONTEVIDEO

OBRAS COMPLETAS
DE

i» arali i i FieiMii
POESÍAS DIVERSAS

T O IVI O IP R I M E 1« O
OBRAS COMPLETAS
DE

FRANCISCO ACUÑA DE FIGUEROA


BIBLIOTECA AMERICANA

OBRAS COMPLETAS
DE

FRANCISCO ACUÑA DE FIGUEROA


E:i;¡:'n r e v i c a í a y anclada por ¡airad B e r r i n e s

POESÍAS DIVERSAS

T O M O P R I M E R O

MONTEVIDEO
V Á Z Q U E Z C O R E S , D O R N A L E C H E . Y R E Y E S , Editores
CAT.I.13 1 S D E JULIO, XÚ.MKKOS MG 1" 1 1 3
IMPRENTA, LIBRERÍA Y ENCUADERNACIÓN
DE

VÁZQUEZ CORES, DORNALECHE Y REYES


• A L L E 18 D E J U L I O , 146 Y 1 4 *
AK LECTOR

Prólogo y advertencias

L a s poesías que contiene este volumen y los siguientes,


son las que conservo de mis numerosas composiciones, que
formarían como seis volúmenes iguales a l presente. H e
juzgado conveniente excluir de esta colección casi l a s
dos terceras partes de ellas ( y tal vez son l a s de más
mérito) en los géneros guerrero, satírico y erótico, p o r
referirse aquéllas, en estilo demasiado fuerte, á las circuns-
tancias y guerras de partido que varias veces han agitado
al país, por contener burlas y sátiras demasiado punzantes
y personales; ó, finalmente, por ser malsonantes a l pudor,
y, por tanto, no m u y dignas de la luz pública. N o deja
de afectarme esta exclusión, pues al que posee poco c a u -
dal real le es más sensible el sacrificio de las alhajas que
cree de algún valor.
Sin embargo, algunas de aquellas composiciones (refe-
rentes á guerra y política) han sido conservadas en esta
colección; pues tal vez conviene no condenar absoluta-
mente al olvido todos los recuerdos históricos, y los v e s -
tigios de nuestras convulsiones políticas y sus deplorables
extravíos, cuya memoria no deja también de ser útil p a r a
nuestra experiencia y para l a historia. Con todo, si algún
día se publican, bajo mi inspección, estas composiciones del
presente volumen, y o suprimiré los nombres y las personali-
dades de individuos que pertenezcan á nuestra sociedad.
8 F. A. DE FIGUEROA

H e copiado, interpolados expresamente, los diversos géne-


ros de mis composiciones, á manera de un mosaico poético,
para evitar al lector el fastidio de la monotonía; pues bien
conozco que sólo la variedad continuada de asuntos y estilos
puede hacer soportable la lectura de unas poesías general-
mente mediocres, y muchas veces triviales y frívol as.
A d e m á s de estas composiciones fugitivas, publicaré, á su
tiempo, el DIARIO HISTÓRICO razonado, en verso, del sitio
de Montevideo en los años 1 8 1 2 - 1 3 y 14, obra que com-
prenderá, impresa en 4. , cerca de mil páginas; producción
0

acreedora á la indulgencia pública, por ser la única crónica


escrita de aquella época memorable y por la imparcialidad y
verdad de sus relatos.
Concluyo este prólogo ó advertencia inclinando respetuoso
mi frente ante el público censor y pidiéndole, no aplauso,
sino indulgencia.

Montevideo, A b r i l ' 3 e 1816.

F . A . DE F l G U E R O A .
POESÍAS DIVERSAS

Himno Nacional
D E L A R E P Ú B L I C A O R I E N T A L DEL U R U G U A Y , REFORMADO
Y D E C L A R A D O T A L EN 12 DE JULIO DE 1845 ( I)

C O R O

/ Orientales, la Patria d la tumba!


¡ Libertad, ó con gloria morir !
Es el voto que el alma pronuncia,
Y que Jieroicos sabremos cumplir.

¡ Libertad, libertad! Oriéntalas,


Este grito á la Patria salvó,
Que á sus bravos en fieras batallas
D e entusiasmo sublime inflamó.
D e este don sacrosanto la gloria
Merecimos. . . . ¡ Tiranos, temblad!
¡ Libertad en la lid clamaremos,
Y muriendo, también libertad!

( í ) Queda excluido para en adelante el Himno Nacional antiguo, de que yo taiibién


era autor y corre impreso al frente del primer tomo del Parnaso Oriental; la adopción
del presente, reformado, se sancionó con las siguientes formalidades:
Exento, señor: — El ciudadano que suscribe, autor del H i m n o Nacional de la R e p ú -
blica, declarado tal por decreto do V. E . de 8 de Julio de 1883, ha meditado con el
consejo de persomis ilustradas, hacer una reforma en aquel Himno, poniéndolo más al
nivel de la altura de su asunto, corrigiéndolo de un tinte bien marcado que en él s e
trasluce de las circunstancias y actualidad en que fué hecho, y dándole un carácter m á s
10 F. A. DE FIGTJEROA

CORO

Orientales, la Patria, etc.

2
Dominando la Iberia dos mundos
Ostentaba su altivo p'oder,
Y á sus plantas cautivo yacía
E l Oriente sin nombre ni ser.
Mas repente, sus hierros trozando
A n t e el dogma que M a y o inspiró... (i)
Entre libres y déspotas fieros
U n abismo sin puente se vio.

CORO

Orientales, la Patria, etc.

vigoroso y permanente para todos tiempos. A c t u a l m e n t e , cuando á la República se


presenta un porvenir de regeneración, y acercándose el aniversario del gran día constitu-
c i o n a l , el autor juzga oportuno, político y conveniente el presentar, como lo hace, A la
s a n c i ó n ilustrada de V . E. el referido H i m n o Nacional reformado, que adjunto acom-
p a ñ a ; esperando que un decreto aprobatorio le dé aquel carácter y la publicidad debida.
E n el presente H i m n o se conserva íntegro el coro del antiguo y la ultima estrofa. V . E .
sabrá resolver en todo con la ilustración y dignidad que le distinguen. — D i o s guarde al
<¿obierno muchos a ñ o s . — E x c m o . s e ñ o r . — ( F i r m a d o ) Francisco A. de Figmroa.— DE-
C R E T O . — Montevideo, Julio 12 de 1815. — Como lo pide. — Declárase H i m n o Nacional el
corregido por su autor y presentado al Gobierno con CBta fecha ; admitiéndose de rigo-
rosa justicia toda la variación que ha sufrido el que fué declarado con ese rango en el
«lecreto de 8 de Julio de 1833. — En consecuencia, publíquese el 18 de Julio el nueva-
m e n t e presentado, archivándose el original. •— ( Rúbrica de S. E. el señor Presidente de
Sa R e p ú b l i c a . ) — ( F i r m a d o ) VÁZQUEZ.
En efecto, se publicó en El Nacional del 18 de Julio, aniversario de la Jura de la
Constitución, con un extenso y encomiástico análisis escrito por la elegante pluma del
s e ñ o r don Andrés Lamas, e x Ministro de H a c i e n d a ; y al día siguiente El Constitucifínal
t a m b i é n publicó el H i m n o con UDa lisonjera salva.

( 1 ) Alusión al 25 de Mayo de 1810, en que se dio en Buenos Aires el grito de li-


bertad.
POESÍAS DIVERSAS 11

S u trozada cadena por armas,


P o r escudo su pecho en la lid;
D e su arrojo soberbio temblaron
L o s feudales campeones del Cid.
E n los valles, montañas y selvas,
S e acometen con ruda altivez,
Retumbando con fiero estampido
L a s cavernas y el cielo á la vez.

CORO

Orientales, la Patria, etc.

4
A l estruendo que en torno resuena
D e A t a h u a l p a la tumba se abrió,
Y batiendo sañudo las palmas
S u esqueleto. . . . ¡ V e n g a n z a ! gritó.
L o s patriotas, al eco grandioso,
S e electrizan en fuego marcial,
Y en su enseña más vivo relumbra
D e los Incas el Dios inmortal.

CORO

Orientales, la Patria, etc.

5
L a r g o tiempo, con varia fortuna,
Batallaron Liberto y Señor,
Disputando l a tierra sangrienta
Palmo á palmo con ciego furor.
12 R A. DE FIGUEROA

L a justicia por último vence,


Domeñando las iras de un R e y ;
Y ante el mundo la Patria indomable
Inaugura su enseña y su Ley.

;ORO

Orientales, la Patria, etc.

.6

¡Orientales! mirad la bandera


D e heroísmo fulgente crisol;
Nuestras lanzas defienden su brillo:
¡Nadie insulte la imagen del S o l !
De\"los fueros civiles el goce
Sostengamos; y el código fiel
Veneremos inmune, y glorioso,
Como el A r c a S a g r a d a Israel.

CORO •

Orientales, la Patria, etc.

Por que fuese más alta tu gloria,


Y brillasen tu.precio y poder,
T r e s diademas, ¡ oh. Patria! se vieron
T u dominio gozar y perder. . . . ( i )

( 1 ) España, Inglaterra y el Brasil, que dominaron, la i.* desde el descubrimiento del


1

país hasta 1S14; la 2 . seis meses del año 1S07, y . l a 3 . desde 1817 hasta 1828. cu que el
a a

país, después de una larga guerra, sacudió la dominación, y quedó independiente, consti-
tuyéndose en República. ' '
POESÍAS DIVERSAS 13

Libertad, libertad adorada,


¡ Mucho cuestas tesoro sin p a r !
Pero valen tus goces divinos
E s a sangre que riega tu altar.

CORO

Orientales, la Patria, etc.

Si á los pueblos un bárbaro agita


Removiendo su extinto furor,
Fratricida discordia evitemos:
Diez mil tumbas recuerdan su horror.
Tempestades el cielo fulmine,
Maldiciones desciendan sobre él,
Y los libres adoren triunfante
D e las L e y e s el rico joyel.

CORO

Orientales, la Patria, etc.

9
D e laureles ornada brillando
L a A m a z o n a soberbia del Sud,
E n su escudo de bronce reflejan
Fortaleza, justicia y virtud.
Ni enemigos le humillan la frente,
Ni opresores le imponen el pie;
Que en angustias selló su constancia,
Y en bautismo de sangre su fe.

CORO

Orientales, la Patria, etc.


14 F. A. DE FIGUEROA

10

Festejando la gloria, y el día


D e la nueva República el Sol,
Con vislumbres de púrpura y oro
E n g a l a n a su hermoso arrebol.
Del Olimpo la bóveda augusta
Resplandece, y un ser divinal
Con estrellas escribe en los cielos,
¡ D u l c e Patria, tu nombre inmortal!

CORO

Orientales, la Patria, etc.


D e las L e y e s al numen juremos
Igualdad, patriotismo y unión,
Inmolando en sus aras divinas
Ciegos odios y negra ambición.
Y hallarán los que fieros insulten
L a grandeza del pueblo Oriental,
Si enemigos, la lanza de Marte,
Si tiranos, de Bruto el puñal.

/ Orientales, la Patria ó la tumba /


/Libertad ó con gloria morir !
Es el voto que el alma pronuncia
Y que heroicos sabremos cumplir.
POESÍAS DIVERSAS 15

El ramito de flores

Canción

D e junquillo, de malva y violeta


U n ramito compuso mi amada,
Y al mirarme, su faz delicada
S e encendía con dulce rubor.
Vacilando, dudosa y discreta,
Con reserva me ofrece el ramito;
Y o le beso, y humilde repito:
¡ A y , Dorina, no olvides mi amor!

Descorrida la venda, Cupido


A Dorina con ansia miraba,
Y rompiendo su flecha y aljaba,
Dio un suspiro de envidia y dolor.
¡Triste idea! Si el dios, ofendido,
Oscurece mis días serenos,
Si me anuncia rivales, al menos,
¡ A y , Dorina, no olvides mi a m o r !

E n mi pecho tu prenda divina


Conservaba, cual rico tesoro,
Y el recuerdo del ángel que adoro
D e la ausencia templaba el rigor.
¡Cuántas veces tus flores, Dorina,
Cual si fueran tu imagen, besaba!
¡ Cuántas veces, llorando, e x c l a m a b a :
¡ A y , Dorina, no olvides mi amor!
16 F. A. DE FIGUEROA

L a violeta me acuerda, en su aroma;


D e tu aliento la grata dulzura;
E l junquillo, tu esbelta figura,
Y la malva, tu genio y candor.
Cuando el sol al Oriente se asoma ;
Cuando en tumba de plata se esconde,
Y o pronuncio, y el eco responde:
¡ A y , Dorina, no olvides mi amor!

E n tu seno de candida nieve,


D o se anidan las gracias y amores,
¡ A y ! Dorina, recibe tus flores,
Q u e recobren fragancia y color.
Si adorarte pretende un aleve,
S i escuchares su acento enemigo,
Esas flores te digan c o n m i g o :
¡ A y , Dorina, no olvides mi amor!
POESÍAS DIVERSAS

A la muerte repentina de una madre

UN GEMIDO DEL CORAZÓN

Canción

S a l g a del alma angustiada


E l ¡ a y ! que en mis labios muere,
Y del puñal que m e hiere
Temple mi llanto el rigor.
O y e mi voz, sombra' amada,
Y en congojosa armonía
L l e g u e n á la tumba fría
L o s ayes de mi dolor.

Como funeral campana


Suena con triste tañido,
Prolongando su gemido
E n trémula vibración,
Así, en aflicción tirana,
Mis ayes el aura llenan, ..
Y al eco, heridas, resuenan
L a s fibras del corazón.

Con fiero dardo la muerte


T e arrebató á mi ternura,
¡ O h madre! y de la amargura,
L a infausta copa b e b í ;
H o y lloro mi triste suerte,
Como huérfano y herido
Gime en su desierto nido
E l mísero bengalí.
18 F. A. DE FIGUEROA

Cual hiere a g u d a saeta


A l pajarillo en su vuelo,
M e hirió un repentino hielo
A l separarnos los dos.
E n noche aciaga el planeta
Nimboso velo obscuraba:
T a l vez así me anunciaba
T u triste y último adiós.

U n a sombra que en mi lecho


M e conturbó de repente,
Cantaba un eco doliente
E n torno á un negro ataúd.
Y estremecióse mi pecho
Con fatídicos terrores,
r

A los ecos plañidores


D e su enlutado laúd.

Noche de horror, precursora,


Como el toque de agonía,
Triste presagio de un día
M á s aciago y más cruel:
Sonó en la noche la hor?.,
E l día alumbró el e s t r a g o ;
E n ella sentí el amago,
Y el golpe funesto en él.

Y o vi con acerba pena


Sin vida y sin luz tus ojos,
Y de tus caros despojos
Lívido y yerto el color.
Y en tan deplorable escena
N o pudo, ¡ oh madre querida!
Ni mi aliento darte vida,
Ni darme muerte el dolor.
POESÍAS DIVERSAS 19

Y a , para siempre enlutado,


Mi sol sus luces esconde;
Sólo hay tinieblas en donde
Brillaba el iris de paz.
Y a cubre un mármol helado
A l bien que halagaba el alma,
Y con él mi dulce calma
H u y ó cual sombra fugaz.

Mis tiernos hijos, que ansiosa,


Bajo tus alas cubrías,
Con pena en amargos días
Gemirán á par de mí.
Y o les diré, al ver tu fosa:
«¡ L a que amaba y murió amando,
Y a c e a q u í ! . . . . » y ellos llorando,
R e p e t i r á n : «. ¡ y a c e aquí!»

A s í en la mansión de muerte
Sobre tu sepulcro quiero,
Cual cisne en canto agorero,
Mis exequias prevenir.
Y si de mi polvo inerte
Como el fénix renaciera,
Mi cántico repitiera
P a r a tornar á morir.
20 F. A. DE FIGUEROA

A Leónidas

Soneto jocoso en terminaciones obligadas ()


1

L o s finales obligados que se dieron perentoriamente para


glosar un soneto, son los siguientes: Chacho, Coche, Tro-
chemoche, Gazpacho, Borracho, Noche, Desmoche, Muchacho,
Chucho, Chicha, MacJmcho, Ficha, Cucurucho, Salchicha;
imponiéndole por asunto preciso « Leónidas en las Termo-
pilas».

Baja de las Terpópilas, gran chacho,


Gritaba Jerjes desde su alto coche
A l griego, que matando á trochemoche,
L e iba haciendo su ejército gazpacho.
Viendo su ruina, de furor. borracho,
Manda asaltar la altura al ser de noche,
Y empieza de cabezas el desmoche,
Sin perdonarse al viejo ni al muchacho.
U n o s mueren de dardo, otros de chucho;
Preciso era tener sangre de. chicha,
Y era el tal Jerjes general machucho.
A l fin los espartanos pierden... ,.. Jiclia,
Y Leónidas, sangriento cucurucho,
Queda allí con su gente hecho salchicha.

i, 1 ) El sabio y malogrado don Florencio Várela, cu.uido vino de su misión á Europa,


me envió en el mismo día aquellos catorce finales, diciéndome que en París, en una
reunión de literatos, se habían dado á don Ventura de la Vega aquellos misinos para un
soneto, señalando por asunto preciso Leónidas en las Termopilas, lo que el poeta había
desempeñado en el d í a ; y que el señor Várela les había comprometido su palabra
ilo que yo en Montevideo haría otro tanto. En electo recibí el encargo, en la Biblioteca,
por mano de don Juan Madero, á las dos de la tarde, y y a á las cinco le había entregado
este soneto y el siguiente. Al siguiente día le entregue' otro mejor, que no publico.
POESÍAS DIVERSAS 21

OTRO

A O r i b e e n el Cerrito

ANTE MONTEVIDEO

R o s a s es un truhán, y Oribe un chacho,


Propios los dos para tirar de u n . . . . . . coche;
Que hacen matar su chusma á trochemoche,
Por sitiados que viven d é . . . . gazpacho.
¿ Y el tal Maza-Violín?• Ese: borracho
Tiene un alma más negra que la noche;
E n t r i u n f a n d o . . . . al degüello y a l . . . . desmoche,
Y tiembla en campo abierto de u n . . . . muchacho.
¡ P o b r e esclavo de R o s a s ! ¿ S i e n t e s . . . . chucho?
Eres tísico al fin, de poca chicha, -
Y las tienes que haber con un machucho,
Y a el j u e g o se te vio: no vales ficha ;
T u corona v a á ser un cuctirucho
Y tu lauro triunfal una salchicha.
22 F. A . D E FIGUEROA

OTRO

Á una maja y su chulo

— « Cuentas claras, » la T r o n g a dijo al. chacho,


« Y a que el diablo me lleve, que sea en. coche:
Quiero un viejo que gaste á trochemoche,
Que no he de estar ceñida á tu gazpacho.
Harta cruz es lidiar con un borracho,
Y , al fin, los cuernos no se v e n de. . . . noche;
Si te escuecen, habrá quien te desmoche;
T e n pruencia, que no eres tan muchacho. »
— « Aspado, » dijo aquél, « que eso d a . . chucho ;
T e m o que el vino te se vuelva chicha,
P u e s no ligan muchacha con machucho,
Y si h a y jolgorio, y le revidas ficha,
¿ Q u é importa que te afloje un cucurucho,
Si en lugar de jamón comes salchicha ?
POESÍAS DIVERSAS

Á la Purísima Concepción

Cántico

Salve, inmortal María,


D e l cielo reina hermosa,
T u concepción gloriosa
A d o r a nuestra fe.
E n ella el mundo atónito
S u dicha inmensa ve,
E l mundo atónito
S u dicha inmensa ve.

Salve, ¡ oh V i r g e n ! E n tu seno
Encarnado el V e r b o habita,
Y es del numen que le agita,
R e g i o templo y digno altar.
Admirando cielo y tierra
Tu grandeza y tu ventura,
¡Gloria, gloria, V i r g e n pura!
S e oye en torno resonar.

E n medio al cántico
Que te engrandece
M á s resplandece
T u humilde f e ;
T a sierpe indómita
Bramando gime,
Porque la oprime Se repiten estos tres versos

T u excelso pie.
F. A. DE FIGUEROA
24

Hosanna, gloria, el cielo


R e p i t e en alto coro,
Y suena en arpas de oro
E l himno divinal;
Porque es tan pura y candida
L a R e i n a celestial,
T a n pura y candida
L a R e i n a celestial.

Claro espejo do el Dios v i v o


S e refleja con decoro,
Mina inmensa del tesoro
Con que al Orbe enriqueció;
D e inefables resplandores
F u é tu frente coronada,
Cuando el ángel su embajada
Prosternado te anunció.

S a l v e purísima,
Iris de alianza,
D e alma esperanza,
L u z divinal;
A r c a simbólica,
Templo brillante,
Que elige amante Se repiten estos tres versos

Dios inmortal.'
POESÍAS DIVERSAS 25

A l Instituto Ortopédico del doctor Peichoto

Letrilla

Como el verso es reducido,


Y v a el Peichoto partido,
noto
Que en las estrofas siguientes
Cada uno añada entre dientes,
choto! ( i )

E n versos de pie quebrado


T a n suaves cómo alcachofas,
Ordenaré doce estrofas
E n forma de apostolado.
P u e s desde aquí al A r a p e y ,
Y hasta el confín más remoto,
E n el llano y en el soto,
S u e ñ a el nombre dé un tal Pei-
choto!

S u Casa de Sanidad,
U ortopédico instituto,
E s tal, que tan sólo un brütb
N e g a r á su utilidad.
D e aquel pontón es la l e y
E l p a g a r sin alboroto
E l falso flete al' piloto,
Que es el doctorcillo Pei-
cJwto!

( 1 ) L a palabra choto solamente significa un 'cabritilla que mama. Víase el Diccionario


de la Lengua Castellana.
26 F. A. DE FIGUEROA

Cubren su ancho frontispicio


Diez letreros ó renglones,
Que parecen cartelones
D e un drama de Beneficio.
A l l í , si el hijo del r e y
Pide un parche de cerote,
P a g a el precio enorme, ignoto,
Que le impone el señor Pei-
choto !

Según su propia aserción,


A l mudo, ciego y baldado,
Previo un talegón preñado,
Cura como un Sa¡nto A n t ó n ;
E n bandejas de carey
S e ven cebollas con broto,
Que en buen oro, y no en caloto,
S e hace pagar el tal Pei-
cholo !

Si uno sufre un sobrehueso,


A l l í entra el gran cirujano
Que le aprieta bien la mano
A la bolsa y al divieso.
Brama el triste como un b u e y
A quien un cuerno l e han roto,
Y aunque le grite: ¡ a h marotoí
N o suelta el mono el buen Pei-
choto l

F l a c o allí como lombriz.


Con la alma enferma, abatida,
A l oir: « ¡ L a bolsa ó la v i d a ! »
¿ Qué pacto hará el infeliz ?
POESÍAS DIVERSAS
27

Como un cautivo ante el B e y ,


Como un palurdo ante Escoto,
Dirá un amén m u y devoto
A l precio que ponga Pei-
choto!

Non plus de los faramallas,


Hambriento de la propina,
Con un cuerpo de sardina,
Tiene de taurón agallas.
¿Mordió el cebo un pejerrey?
¡ A d i ó s ! y a largó el poroto:
¡ Q u é Laquesis, ni qué Cloto!
Y a está fresco con don Pei-
choto !

E n partear es tan prolijo


Y estruja con tal primor,
Que deja al engendrador
Sin ganas de hacer más hijo.
N o han visto igual yacarey, ( i )
N i Vespucio, ni Gaboto,
P u e s tragará un bergamoto
Con sus peras ese Pei-
choto I

E n tiempos del retroceso


U n a tarifa existía,
Que al enfermo protegía
Contra el ambicioso exceso.
Cualquier déspota virrey,
¡ O h qué infamia!... bien lo noto,
Osaba poner un coto
A médicos como Pei-
choto !

( . 1 ) E l nombre propio es yacaré, pero vulgarmente se dice yacarey.


28 F. A. DÉ FIGUEROA

Pero h o y . . . . ¡ eso es un primor!


T o d o queda limpio y y e r m o :
T r a g a la tumba al enfermo
Y á sus bienes el doctor.
Si ordenó un mortal quibey,
U n protoalbéitar epoto,
Cobra su muerte el tal proto
Como puede hacerlo un Pei-
choto /,

Sufra, pues, la autoridad;


Calle la Junta de Higiene;
Muera quien manes no tiene,
Y ¡ viva la libertad!
Dichosa u r u g u a y a grey,
¿ Qué más quieres ? ¡ echa un voto !
S i te quejas,- te acogoto :
M u y bien que hace el señor Pei-
choto!

E n fin, honor inmortal,


A l •industrioso instituto,
Donde halló su dueño astuto
L a piedra filosofal.
É l responderá: vdo\sei
A l popular terremoto,
Y el que queda pernirroto
Grita en pos del señor Pei-
clioto! choto/
POESÍAS ; DIVERSAS 20

Al doctor Peichoto

Soneto

Con diez onzas de orgullo y diez de viento,


Y dos libras de polvos de ignorancia,
S e mezclan veinte gramos de jactancia
Con dos dracmas de empírico talento.

D e hambre - de - oro se añaden libras ciento


Y una arroba de charla oscura y rancia,
Y batiendo m u y bien cada-sustancia
S e pone en decocción á fuego lento;

L a mitad se evapora, y al minuto


Forma la crasitud como un escroto
Que envuelve un embrión informe y b r u t o :

Y , por fin, estrujando aquel ceroto,


Y soplando después por un cañuto,
Sale á luz un doctor-, y éste es Peichoto.
30
F. A . DE FIGUEROA

Al General Rivera

Anagrama

F R U C T U O S O Y SU F I E L BERNARDINA

Con estas 26 letras se compone el letrero siguiente :

A l fin un Dios fuerte os cubrirá

Al retrato de una niña cuya madre había muerto al


darla á luz

Parricida inocente, fiel trasunto


D e aquella que muriendo á luz te dio,
Reflejo de aquel sol que tú apagaste,
F é n i x que de su polvo renació:
El precio de tu vida fué su muerte,
D o b l e empeño á tu amor y gratitud;
D e un sepulcro naciste, y en un día
S e formaron tu cuna y su ataúd.
POESÍAS DIVERSAS 31

La gota

Enigma

S o y transparente y pequeña,
Y aunque de poco valor,
No hubiera mares ni ríos
Sin mí y otras como y o .

Tomada en otro sentido


Dejaré manco á un Sansón,
O le privo de la vista
Cuando más serena estoy. ( i )

E n mí h a y g a t o . encerrado,
Pues siendo tan débil yo,
A mis continuos ataques
N o resistirá un peñón.

( 1 ) Gofa serena.
32 F. A. D E FIGUEROA

La pluma

Bien que femenina soy,


Nací de barbas cubierta,
Y así he c r u z a d o l o s aires,
;

A un l a r g o cañón sujeta. ,
Dándome tres cuchilladas
M e sacan las tripas fuera,
Y sin ser pincel, dibujo
Cuanto pasa por la idea.

Pedro de Braganza

Anagrama

De proba grandeza
heis aquí cabal
do nome a belleza,
d'uma humana A l t e z a
compendió, é senhal.

O nome esplendente
R e h a r á . . . . lá o v e s ;
¿ D u v i d a tua mente?
E n t a o mais patente
P o n h o - o cá outra vez. ( i )

( 1 ) De proba grandexa . . . Encierra en anagrama este nombre: redro de Brajttnxa.


Y en las iniciales de abajo para arriba de la 2," quintilla, dice : Pedro.
POESÍAS DIVERSAS

Canto lírico

Al 25 de Mayo de /d'/o. en su aniversario de 1S44

¡ Helo en su alto zenit! ¡ Mirad mortales


A l sol de M a y o hermoso
Cuan sublime se ostenta y majestuoso,
Difundiendo de luz ricos raudales!

R e y de los astros, su grandeza suma


L o s astros contemplaron,
Y su imagen espléndida adoraron
L o s hijos de A t a h u a l p a y Moctezuma.

Lámpara celestial, y a del Oriente


Refleja en la bandera:
] Salud y acatamiento! E n tu carrera
Detente, ¡oh sol! detente;
¡ D a m e un clarín de bronce en vez de lira,
Q u e hoy tu fuego me inflama y Dios me inspira

U n día fué de complemento y gloria,


D e entusiasmo sublime;
H o y el pueblo inmortal que esclavo gime
E s de amarga memoria,
Palpitante sarcasmo de su historia.

Surgiendo de opresión como un coloso


A n t e el León de España
Adióse el pueblo argentino. Tempestuoso
E n su tremenda saña,
S u s cadenas destroza y los fragmentos ;
Gritando ¡ libertad! lanzó á los vientos.
F. A. DE FIGUEROA

A la heroica explosión, ¡ oh Dios! ¡ c u a n grandes


Los campeones de A m é r i c a se alzaron,
Y el grito proclamaron
Desde el Cerro de Oriente hasta los A n d e s !
S u entusiasmo divino
D e gloria y libertad trazó el camino.

E n el llano y la sierra
E c o s tremendos el clarín derrama,
Y de venganza y guerra
E n espantoso drama,
Corre la sangre y el furor se inflama.

A los A n d e s altivos,
Nuevos Titanes que el Olimpo asaltan,
Trepan, y entre las nubes vengativos
S u s proezas exaltan,
O ateridos del hielo
Quedan fijas estatuas junto al cielo.

Otros allí luchando, en suerte acerba,


R u e d a n sin desasirse hasta la hondura,
Patente sepultura,
D o la nieve abrazados los conserva,
Para ser con equívocos respetos
Símbolo de amistad sus esqueletos.

E l León poderoso
R u g e y defiende su feudal corona
Que el patriota impetuoso
E n cien combates derribar blasona.

Con suerte ora feliz, ora enemiga,


Lidiando exasperado,
Cual Jacob con el Á n g e l , se fatiga,
Y aliéntase después; mas y a irritado
V e en lucha interminable
R o t a la lanza y destrozado el sable.
POESÍAS DIVERSAS

Tenaz á par que fuerte,


Que á su despecho la paciencia falta,
Y a cuerpo á cuerpo á su adversario asalta,
Y allí, en combate á muerte,
A l León iracundo
Hizo á sus plantas vomitar un mundo.

Con indomable brazo


S e aferra á su g a r g a n t a ; el monstruo ibero,
A l lanzar el rugido postrimero,
Entre el mortal abrazo
Estremeció en contorno el Chimborazo.

Entonces en la altura
U n eco en vibraciones celestiales
¡ Veneración, mortales!
Dijo, y alzóse colosal figura,
Simulacro de A m é r i c a ; su frente
T o c a en el firmamento, y esplendente
Desde el R i m a c al Plata
Extendido su escudo se dilata.

II

¡ Oh, cuan sublime! ¡ cuan bella


L a A m é r i c a surge y brilla!
Hincad, pueblos la rodilla
A su augusta aparición.
L a Europa mismo admirada
E n acatarla compite,
Y el eco en lo alto repite:
¡ Mortales, veneración!

E n ambas playas del río


Q u e argentinas ondas mece,
M á s grandioso resplandece
E l sol de la libertad.
F. A. DE FIGUEROA
_ __ __ _ _____

D o s pabellones, del cielo


Penden con celajes de oro,
Brillando con real decoro
E n cada uno una deidad.

E s la princesa del Plata


Que ciñe un sol por corona:
Postrado un L e ó n pregona
L o excelso de su virtud;
E igual en pompa y trofeos
E s la amazona de Oriente :
Brillan en su altiva frente
Fortaleza y juventud.

En- pos de la guerra el genio


A b r i ó al libre sus arcanos,
D e l choque con los tiranos
B r o t ó centella inmortal;
Y en el progreso gigante
D e intelectual movimiento,
Realizóse el pensamiento
D e inspiración celestial.

Constituida, ¡ oh, cuan sublime


L a A m é r i c a resplandece!
Que en su Código establece
Igualdad ante la ley.
V i ó s e el pueblo soberano
Reinar sin trono; y la fama
E n su áureo clarín proclama
Que hombre libre es más que

Dios mismo la senda hermosa


Marcóle en su paraíso,
Y por norte darle quiso
Virtud y unión á la p a r ;
POESÍAS DIVERSAS Sf

Y ella un siglo en cada día


Gozó en brillante carrera,
Como si ansiosa quisiera
S u porvenir devorar.

III
t

A los libres del Sud, numen divino


Derramando en su E d é n la bendición,
Sin negarles el árbol de la ciencia,
L e s vedó el de anarquía y ambición.

Humanidad, civismo, ciencia y artes,


Florecían doquier con lauro i g u a l ;
Armonioso concierto de virtudes
Q u e se alzaba cual himno al inmortal.

A b r i ó Themis su ley, y al que supremo


Magistrado la Patria enalza allí,
U n a línea marcóle misteriosa,
Y , como Dios a l mar, dijo: / Hasta aqui!

L a sombra de su enseña allá en los tronos


Cual fatídica nube reflejar
S e vio, y á sus coronas los tiranos
L a s manos como atónitos llevar.

Empero, algún monarca desdeñando


S u augusta independencia conocer,
« ¿ Quién es ésta, » p r e g u n t a ; « ¿ el gorro acaso
Será la insignia de su real poder ? »

E l l a entonces potente asaz podía,


Y domando los mares, no cual hoy,
Desplegar su estandarte, y como el numen
Responder orgullosa: « / Soy quien soy ! » ( i )

( 1 ) Palabras divinas que dijo Dios A Moisés para denotar lo incomparable, lo i n e x p l i -


cable de su grandeza (Smn qui sum). Soy el que s o y ; es decir, ¡ Nadie como y o !
38 F. A. DE FIGUEROA

Empero en el Oriente se eclipsaron


L a Libertad y el S o l . . . . Pueblos, decid
S i no ligó sus brazos indomables
M á s que el águila audaz, la interna lid.

E n doradas cadenas un imperio


D o s lustros le oprimió; mas no apagar
Pudieron la opresión ni los halagos
E l fuego inextinguible de su altar.

E p o p e y a sublime á sus virtudes


E r a su esclavitud; nueva Israel,
Conservando á Jehová y al A r c a santa
S u fe v i v a en los grillos de Babel.

Mas, se alzaron sus bravos, y en las lanzas


L e dieron libertad; lució su sol:
¡ Vítor, vítor! ¡ oh Patria! el cautiverio
N o fué mancha á tu gloria: fué un crisol.

A su libre existir, puro, brillante,


V o l v i ó el Oriente, y con mayor poder,
Cual crisálida ó fénix que se vieran
D e su polvo ó su pira renacer.

Flavios, Epaminondas y Leónidas,


E n tus hijos tuviste, ¡oh Patria! s í ;
Y hoy gigantes de g l o r i a . . . . Mas, ¡silencio!
¿ Quién divisa á los hombres ante tí ?

Desplegando tus flámulas, los mares


Surcas nuevo bajel; y el huracán
R u g e en torno á la esfera: ¡amaina, amaina!
Que en la p l a y a argentina arde un volcán.
POESÍAS DIVERSAS 3Í>

IV

¡Execración, mortales,
A l monstruo horrendo! ¡ V e d l e !
Truena el cráter, y el siglo
A l volcánico aborto retrocede.

E n la sangrienta lava
D e la erupción parece
Más que Satán horrible,
D e víboras crinado y de serpientes.

¡El argentino R o s a s !
Grita el i n f i e r n o . . . ¡ Miente!
Ese monstruo sin alma
Ni á humanidad ni á patria pertenece.

Dividido, extenuado
Por anárquica fiebre
Y a c e el pueblo argentino,
Que al precipicio el estupor impele.

Entonces fué que el bárbaro


Cobarde, astuto, aleve,
S e alza, y con un rugido
¡ S a n g r e ! dice, y el suelo se estremece.

Y bramando sacude
D e su escuálida frente .
Mil víboras que en torno
E n feroces demonios se convierten.

¡ Oh, qué horror! ¡ cuánta sangre


Derrama el monstruo y bebe,
Que del pueblo infelice
L a s entrañas devora con sus dientes!
F. A. DE FIGUEROA

Y con su ejemplo excita


Y con su aplauso acrece
L a sangrienta hidrofobia
D e sus voraces animadas sierpes.

Con diabólico ingenio


Concibe, inventa, ejerce
Torturas que á sus víctimas
E n inmensa agonía desesperen.

L o s ungidos de Cristo,
E l guerrero, el inerme,
Caen sin piedad; su sangre
E s diadema espantosa de sus sienes.

¿ Y para esto, argentinas


Tenéis hijos? ¡oh suerte!
¡Perezca el monstruo infame,
O el cielo esterilice vuestros vientres!

E l destierro ó la tumba
T r a g ó á vuestros valientes:
¡ A y , D i o s ! Y entre sus hijas
¿ N o hallará una Judit ese Holofernes?

Mas y a la Esfinge odiosa


E n convulsión se muerde;
•Resuelto está el enigma,
Y el vengador Edipo en el Oriente.

j Asolación á Oriente y servidumbre!


E l tirano e x c l a m ó ; y el U r u g u a y ,
Bajo el peso de bélicas legiones,
S u p l a y a extiende murmurando un ¡ a v !
POESÍAS DIVERSAS 41

E n ¡ a y ! de execración cuyos acentos


E l rumor de las olas confundió,
Cuando trémulo y sordo, repetía:
¡ A y de aquel que á la patria p r o f a n ó ! . .. ( i )

A s í nueva Sagunto, y más dichoso


Brilla el pueblo de Oriente, que ante un mar
E s la roca T a r p e y a do se miran
D e un gigante las furias estrellar.

Gloria y triunfo te espera, -¡oh dulce patria!


Si heroica sangre tan supremo bien
Demanda en oblación, de los tiranos
R í o s de sangre correrán también.

R a s g a d o el manto y lastimado el pecho


Salvarás del naufragio; hermosa así,
Y más grande, dirás al mundo e s c l a v o :
/ Si aspiras d ser libre, aprende en mi /

{ 1 ) Desde aquí hnstu cerca del liti de esta composición li:i suprimido el autor cerca
de cien versos, tal vez los más valientes y enérgicos de ella, como s e echa de ver en lu
relación que aparece truncada. La terminación pacífica de la guerra fratricida aconseja
al autor el consumar el sacrificio de éstos y otros muchos versos. — ( N. del A.}
12 F. A. DE FIGUEROA

L a inundación de Maciel

Canto

E L OCASO D E L SOL

Con faz nebulosa, con luz decadente,


Tras larga tormenta poníase el sol,
Que apenas lustraba los campos de Oriente
Con trémulos rayos de turbio arrebol.

D e púrpura y nácar variados vislumbres


N o tiñen al cielo; ni el rico tapiz
D e yerbas y flores que adornan las cumbres
Ostenta á los ojos su hermoso matiz.

S u dulce gorjeo la alondra levanta


Cual tierno saludo al sol que se va,
Ó en rama flexible meciéndose canta,
Con ecos dolientes, el triste sabia'.

A l l á de un gigante la enorme figura


Proyectan las ramas del sauce llorón,
Y en sombras crecientes doquier la natura
Dibuja un diorama de infausta ilusión.

EL EJÉRCITO

L a luz falleciente al verde horizonte


T o c a b a . . . . y en esto, con aire marcial,
A l son de clarines desciende de un monte,
E n larga columna, la hueste oriental.
POESÍAS DIVERSAS

Cual nítido F e b o preside en la esfera,


A s í en la falange de tanto adalid
Descuella sublime el grande R i v e r a . . . .
A impíos tiranos tremendo en la lid. ( i )

Guerreros antiguos, de lustre y decoro,


Formando su escolta le siguen detrás,
Metálico el campo retiembla sonoro
Batido del trote que suena á compás.

L a selva agitada del viento ligero


Produce un susurro que inspira pavor,
Y en valles y montes retumba agorero
D e truenos lejanos el sordo rumor.

Siniestras las nubes se ven con reflejos


Preñadas de gases al Este mostrar
Sus negros contornos, cual suele de lejos
E l ojo del tigre su presa mirar.

E n larga planicie el héroe soldado


A c a m p a las huestes que marchan con é l ;
A l l í traicionero, cual sierpe en el prado,
Sus pérfidas ondas arrastra Macicl.

EL CAMPAMENTO

E l ejército apurando
U n a marcha fatigosa,
Fija en la orilla engañosa
S u alojamiento marcial.
Y entonan ledos cantares
Sin pensar que el río ameno
L e s prepara en su hondo seno
Frías tumbas de cristal.

f l ) Et Presidente de la República y General en Jefe don Fructuoso Rivera.


F. A. DE FIGUEROA

L a muchedumbre guerrera
D i v a g a n d o en la llanura,
D e rojas plumas figura
U n movedizo jardín.
E l bosque en ricos verjeles
Ofrece allí á sus miradas
D e fabulosas Dríadas
Floreciente camarín.

U n o s en círculo alegre
Devoran campestre cena;
Otros su sable en la arena
Bruñen cual rico joyel.
Ansioso aquél con sus manos
B e b e á sorbos la onda clara;
Este á su bridón prepara
Grillos de trenzada piel. ( i )

LOS DOS HERMANOS

A l l í á la par alternaban
D e los campeones más fieles
D o s generosos donceles
Honor del nombre de Ortiz.
Prendas amadas y amantes
S o n de una madre angustiada,
Y su esperanza fundada
D e un futuro más feliz.

E n juveniles facciones
Con expresión se advertía
D e Hilarión la bizarría,
D e Eusebio la intrepidez:
A l caro hermano imitaban
Q u e en fiera lid combatiendo,
L e s dio un ejemplo muriendo
D e alta gloria y digna prez.

11 ) La manca con que aprisionaban las patas delanteras de los caballos.


POESÍAS DIVERSAS

Y a de fatiga rendidos
L o s jóvenes se adormían,
Y ambos en su alma ofrecían
V o t o s de fraterna unión;
Y estrechamente abrazados,
R e c o r d a n d o sus trofeos,
L o s militares arreos
Son su mullido colchón.

E n tanto, ¡ ay D i o s ! que ominoso


E l sueño á todos sepulta,
S e avanza la parca oculta
E n el líquido raudal.
D e las lejanas colinas
P o r una y otra vertiente
Baja un mar. . . . y de repente
Desborda el río fatal.

LA INUNDACIÓN

E n sobresalto súbito aturdidos


Despiertan los valientes que se hallaban
Cercados de la muerte; y no abatidos,
Con ella brazo á brazo reluchaban.
A muchos en letargo entorpecidos
L a s ondas al profundo arrebataban,
Realizándose en ellos de esta suerte
Ser el sueño la imagen de la muerte.

Suenan gritos y voces lastimeras


Implorando favor. . . . ¡lamento vano!
Si al más amigo entre las pndas fieras
E l temor de morir le hace inhumano.
A l g u n o s con las ansias postrimeras
D e los cuerpos flotantes echan mano,
Pues no hallando en los vivos acogida,
A los muertos, tal vez, deben la vida.
40

En medio del espanto clamoroso


E l ilustre campeón de alma indomada,
Luchando con las ondas vigoroso,
Lleva en la boca su gloriosa espada;
L a espada á quien el hado misterioso
R e s e r v a una victoria señalada; ( i )
Y arribando á la playa apetecida,
Salva á la patria con salvar su vida.

Lías no desmaya el héroe, que al instante


Dando á los bravos con su ejemplo alientos,
A l torrente los guía amenazante,
D o resuenan los míseros lamentos.
E l se arroja también; su alma constante
N o arredran en furor los elementos,
Que un corazón latir su pecho siente
M á s grande y poderoso que el torrente.

E n la crin de un caballo allí sustenta


U n infeliz su vida y su destino;
Otro se afirma y su valor alienta
E n el vellón flotante de un merino:
A s í en mayores riesgos representa
N u e v o Jasón logrando el vellocino ;
Esotro gana un sauce y en su apuro
Mil terrores le asaltan mal seguro.

Como huyendo de un t i g r e el caminante


Trepa en la alta palmera, y afligido
S e estremece al mirar que amenazante
Muerde la fiera el tronco y da un bramido,
A s í aquél se horroriza trepidante
Y las piernas recoge pavorido,
Recelando que el río á cualquier hora
Turgente se levanta y lo devora.

( 1 ) I.a memorable victoria do Cagancl.a, que ganó después el mismo General P.ivcra.
POESÍAS DIVERSAS

E n un flotante tronco cabalgando


Hallan unos dichoso barquichuelo;
Este logra salvarse, aquél luchando
A g o t a y a sus fuerzas sin consuelo.
U n o s v a g a n exánimes boyando
Con el lívido rostro vuelto al c'elo,
Otros barren en tumba transparente
L a s arenas del fondo con la freite.

T o c a alguno la playa, y fatigado


R e s b a l a sobre el fango y la gramilla,
Y sucumbe á los choques, ¡ desgraciado!
Que después de nadar muere en la orilla.
Otro más precavido en tal estado
Para bien afirmarse se arrodilla,
Y hasta salir de su angustiosa pena
L a s uñas ó el puñal clava en la arena.

L a horrenda confusión, los alaridos


Y las aguas que en alto les suspenden,
Despiertan á los jóvenes que unidos
A ayudarse uno al otro sólo atienden.
¡Sálvate, caro hermano! enternecidos
S e dicen, y á la par las olas hienden,
H a s t a que un choque con violencia rara
L e s hace dar un vuelco y los separa.

¡ F a t a l separación! E l esforzado
Hilarión, que nadando se desliza,
A c u d e á dar auxilio á un soldado
Que entre angustias moríales finaliza;
Este préndese á él tan aferrado,
Que los brazos y pies le inutiliza;
Y y a el libertador, como en cadenas,
B e b e las ondas respirando apenas.
48

A su hermano infeliz Eusebio en v a n o


Pretende socorrer; mas, no pudiendo,
¡ S á l v a t e ! exclama en su dolor insano,
Con la opuesta corriente combatiendo.
Torna á llamar doliente al caro hermano,
Mas ¡ ay ! cuál desfallece percibiendo
Su débil voz que, en mísera agonía,
¡ Sálvate, caro hermano! repetía.

Y a exhausto y sin vigor, la fea muerte


L e arrebata hacia el fondo en remolino,
Y Eusebio entonces, que su horror advierte,
S e abandona á merced de su destino.
¿ Qué le importa el morir ? pero por suerte
L a s oladas lo arrojan, y sin tino
E n la playa una vida recupera
Que por la de su hermano ansioso diera.

Lucen por fin los rayos de la aurora


Terminando el horror de aquella escena,
Y entonces de la noche destructora
S e miran los estragos en la arena.
P o r la primera vez aflicto llora
E l héroe grande en angustiosa p e n a ;
Y al oir su lamento, al ver sú llanto,
Suspende A p o l o el doloroso canto. ( i )

( 1 J Sacedió lu inundación del río Maeiel en la noche del 14 de Febrero de 1S3Í).


POESÍAS DIVERSAS

La botella

Enigma

S o y una dama rolliza


D e m u y frágil condición,
D e cuello esbelto y pulido,
Pero algo oscuro el color.

E l que me mira el pellejo


M e registra el interior,
Y cuando me ven preñada
Me dan más estimación.

Chupando el hombre mi sangre


Cambia en placer su aflicción.
Y á veces me hace pedazos
Después que de mí gozó.
F. A. DE FIGUEROA

La Santa Cruz

¡Oh signo
Sagrado,
Cercad o
D e Luz,
E n la sangre de un Dios salpicado!
Hoy, mi pecho contrito, angustiado,
Busca ansioso su amparo en la Cruz.
Suplicio
Propicio
Del alma
Cordial;
Consuelo
Del cielo
A l débil
M o r tal;
Tesoro
D o adoro
A l dulce
Jesús,
Mi culpa
Declaro
| Y pido tu amparo
I S a n t í s i m a C r u z .
POESÍAS DIVERSAS

El Águila y el Pichón

Epigrama ( i)

U n a águila en protección
D e su cara prole ausente,
Mandó á un país del Oriente
U n blanquísimo Pichón.

Hacia allá un buitre cruel ( 2 )


Sus hijuelos devoraba,
Y el Pichón lo toleraba
Porque era un Pichón sin hiél.

E l buitre exhalando espumas


U n o á uno los comía,
Y el Pichón se adormecía
Entre R o s a s y entre plumas.

Viendo así su destrucción


L o s pollos, al fin, meditan
Que águilas no necesitan
E l auxilio de un Pichón.

Y de venganza y honor
Respirando iras bizarras,
Destrozan entre sus garras
A l buitre devorador.

( 1 ) Invectiva al Cónsul de Francia, M. Pichón, declarado abiertamente eu favor d e


l i o s a s y del partido que denominaban de blancos.
(2) El buitre e s Eosas y los polluelos los franceses que tomaron las armas en defensa
Oc Montevideo, á los que contrariaba P i c h ó n .
F. A. DE FIGUEROA

A la señorita doña Marcelina Almeida

A N A G R A M A S PUESTOS EN SU Á L B U M

Marcelina Almcida (i )

¡s^aná de la rica miel.


í>mad en mi clara lei.
Renacía de mi llama.
En.latín: oarmina mea de illa.
Wn ella mi rica dama.
E U latín: fteda in lacrima mea.
En l a t í n : H n alma die clamare.
í^ácar, miel, diamela.
£>1 día mi mal renace.
¡>llí da crema é imán.
En i t a l i a n o : [-ia rama medicínale
^ e indica alma real,
Hila mira mi cadena.
En i t a l i a n o : h h I ciel manda amare.

Oía y calma en el mar.


l>-llí renace mi.dama.

i. 1 I Después ile una laboriosa investigaciún, entresacando y combinando de mil mane-


ras las letras de aquel nombre y apellido, obtuve al íiu componer tantos anagramas c u a n -
tas son las letras (pie en ellos so contienen, como se ve.
NOTA. — Las 1(¡ letras iniciales de cada anagrama componen este nombro : Marcelina
Almcida.
POESÍAS DIVERSAS 03

Versos al mismo asunto, en el propio álbum

C u a l cincelado diamante
Multiplicando su brillo,
, Muestra en esmaltado anillo
U n a luz por cada faz,
A s í variando anagramas,
D e tu nombre misterioso,
U n concepto siempre hermoso
Halla el ingenio sagaz

E s tu nombre el claro espejo


E n que una apacible estrella
Refleja variada y bella
Con purpurino arrebol;
O el prisma que transparente
Con diáfanos resplandores
Reproduce en sus colores
L o s destellos de tu sol.

E s flor de aroma que en torno


Balsámica esencia deja,
L u z que en ánfora refleja
D e abrillantado cristal;
Nombre, en fin, que al alma h a l a g a
Con felicidad suprema,
Compendio, cifra y emblema
D e un tesoro divinal.

N i esta ofrenda, ¡ oh Marcelina!


P o r frivola desmerece,
P u e s á tu luz se ennoblece
L a misma frivolidad;
Cual pobre flor que en las aras
Deposita humilde mano,
L a desdeña el hombre vano
Y la acepta la Deidad.
5J F. A. DE FIGUEROA

Himno al Sol

E N EL A N I V E R S A R I O DE M A Y O DE 1844

Cantad, orientales,
Con gozo y ardor,
Las glorias de Mayo
Y el himno del Sol.

Celebre el Oriente
Con alta ufanía,
D e A m é r i c a el día,
Y el Sol inmortal;
E l astro fulgente
Que el mundo venera,
Que reina en la esfera
Con brillo triunfal.

CORO — Cantad, etc.

¡ Oh antorcha divina!
Y a en rubios reflejos
S e anuncia á lo lejos
T u hermoso arrebol;
Y a el cielo ilumina
T u lumbre naciente,
Y entona el Oriente
E l himno del Sol.

CORO. — Cantad, etc.


POESÍAS DIVERSAS
55

Sus tiernos capullos


Desatan las flores,
Que esencias y olores
Esparcen doquier;
Y en dulces arrullos,
E n trinos suaves,
Saludan las aves
T u luz al nacer.

C O R O . — Cantad, etc.

Cual numen velado


D e diáfanas nubes,
Y a espléndido subes
Brillando al trasluz;
Y a el velo ha rasgado
T u aurífera llama,
Que en torno derrama
Diluvios de luz.

CORO. — Cantad, etc.

F u g a c e s se alejan
L a s sombras del monte,
Y el turbio horizonte
S e mira inflamar;
Y azules reflejan
Con pompa y decoro,
E n láminas de oro,
L a s ondas del mar.

CORO — Cantad, etc.


56 F. A. DE FIGUE ROA

Y a te alzas triunfante
Dorando las cumbres
Con ricas vislumbres
D e vario color;
Con brillo ondulante
L a s ramas se mecen,
Y aljófar te ofrecen
L a palma y la flor.

CORO. — Cantad, etc.

Atónito y ciego
D e s m a y a el que mira
T u espléndida pira,
T u globo inmortal ;
Porque eres de fuego
A b i s m o insondable,
Espejo inefable
D e l Ser Divinal.

CORO. — Cantad, etc.

Y a brilla eminente
T u augusta diadema,
Magnífico emblema
D e regio esplendor;
E l indio la frente
L e v a n t a á tu aurora
Y absorto te adora
Deidad superior.

CORO. — Cantad, etc.


POESÍAS DIVERSAS

E l águila el vuelo
L e v a n t a orgullosa,
Y en lo alto pomposa
Desdeña al mortal;
T e mira y al cielo
Ansiosa se encumbra,
Y al fin la deslumbra
T u luz celestial.

CORO. - Cantad, etc.

T ú el aire depuras,
Fecundas el suelo,
Derrites el hielo
Y doras la mies;
Y allá en las alturas,
Entre auras serenas,
Divisas apenas
E l mundo á tus pies.

C O R O . — Cantad, etc.

D e Dios un destello
R e v e l a tu esencia,
Y á tu alma influencia
S e ven fomentar:
L a hormiga, el camello,
L a grama, la encina,
E l oro en la mina,
L a perla en el mar.

CORO. — Cantad, etc.


F. A. DE MGUEROA

E l lujo y las flores


Q u e ostenta natura,
S u varia hermosura,
¿ Qué fueran sin tí ?
Pues son los colores
D e l alba un suspiro
Que tiñe al zafiro,
Que enciende al rubí.

CORO. — Cantad, etc.

Si en cruel parasismo
T u luz se abismara,
Contigo expirara
E l orbe á la v e z ;
Cayendo al abismo
Que al mundo envolviera,
E l hombre, la fiera,
E l ave y el pez.

CORO. — Cantad, etc.

T ú alumbras los mares,


L a s leves espumas,
D o en nido de plumas
S e mece el alción;
Y ves los lugares
D o el polvo se ostenta
D e T y r o opulenta,
D e altiva Sidón.

CORO. — Cantad, etc.


POESÍAS DIVERSAS

T u curso y presencia
Demarcan fielmente
El día presente
Y el tiempo que fué;
L o s siglos tu esencia
Jamás alteraron:
I g u a l te miraron
A d á n y Noé.

CORO. — Cantad, etc.

T ú al griego en las lides


H a s visto tremendo
Cien pueblos venciendo
Con bélico afán;
Y hoy miras de Alcides
L a raza indomable
Gemir bajo el sable
D e un fiero Sultán.

CORO. — Cantad, etc.

T ú has visto opulentos


Palacios, y reyes,
Costumbres y leyes,
Surgir y caer;
T ú alumbras fragmentos
D e T r o y a y Palmira,
Y siempre se mira
I g u a l tu poder.

CORO. — Cantad, etc.


F. A. DE FIGUEROA

T ú alumbras y doras
L a excelsa montaña,
L a humilde cabana,
L a torre imperial;
M a s no te minoras,
N i en brillo decreces,
Ni en polvo pereces
Cual frágil mortal.

C O R O . — Cantad, etc.

T ú á Egipto alumbraste
E l día que osado
D e l mar devorado
S u ejército fué ;
E inmóvil paraste
T u curso esplendente,
Cumpliendo obediente
L a voz de Josué.

CORO. — Cantad, etc.

Postrado al embate
D e l mar y del noto,
S e aterra el piloto
E n noche fatal;
M a s su alma y a late
D e gozo y espera
A l ver en la esfera
T u luz matinal.

C O R O . — Cantad, etc.
POESÍAS DIVERSAS 61

T ú opaco luciste
E l día en que Oriente
A l cetro potente
D o b l ó su cerviz;
D o c e aftos le viste
Luchando en su pena,
Y en áurea cadena,
E s c l a v o infeliz.

CORO. — Cantad, etc.

T ú has visto grandioso


A l pueblo argentino
V e n c e r al destino,
Postrar un L e ó n ;
Y hoy ves un odioso
Califa sangriento
Domar su ardimiento,
Pisar su blasón.

CORO. — Cantad, etc.

H e aquí en el Oriente
S u s huestes altivas
R u g i r vengativas
Con fiero desmán;
M a s siempre potente
A l pueblo no esclavo,
Perínclito y bravo
T u s rayos verán.

CORO. — Cantad, etc.


52 F. A. DE FIGUEROA

H o y fuerte le miras,
S u gloria vislumbras
Y al cielo te encumbras
Con fuerza m a y o r ;
S u s plectros y liras
L a Patria ha templado,
Y el himno sagrado
R e s u e n a en tu honor.

CORO

Cantad, orientales,
Con gozo y ardor,
Las glorias de Mayo
Y el himno del Sol.
POESÍAS DIVERSAS

El reló de arena

Puesto en el álbum de una persona ya muerta

H e aquí nuestra vida: ¡de arena un reló! 3 7

E n polvo sus horas se ven deslizar, _


L e v e s ondas que el río conmueve 31
Y una á una desata en el mar; _s
Que entre dos eternidades, 2 5

D e l pasado al porvenir, 22
Punto imperceptible
Marca su-¡existir: _t¡
T a l del joven 13
Que brilló 10
L a vida -
Voló; 4

Sí,
Cayó, 4

¡Ohpena! '
Como arena, 10
Cual río pasó. 13
Hijos y consorte _G
Dejas, caro amigo, sí, 19
E n una patria adoptiva 22
Que ora gime en pos de tí. Ü 2

Mil honores debidos viviendo s 2

E n este recuerdo amor te dejó, 31


Ora que no vives, te deja un g e m i d o ; »1
H e aquí nuestra vida: ¡de arena un reló! y

"La numeración del margen indica el número de letras y de claros de dicción a dicción,
q u e importan el espacio de una letra ; d e manera que van disminuyendo de tres en tres
e n cada renglón, con una rigurosa precisión y laborioso trabajo, á ñu de conformar la figura
c ó n i c a sin violentar ni ensanchar la colocación de las letras.
F. A. DE FIGUEROA

A los que no existen

SALUD

A l m a s puras que gozáis


D e la celestial mansión,
Si un recuerdo al mundo dais,
E s fuerza que hoy recibáis
Mi fina y triste oblación.
Cuando el Criador os llevó
D e este destierro cruel,
Nuestro llanto ser debió,
N o porque os fueseis, sino
Porque nos dejáis en él.
POESÍAS DIVERSAS 05

Un aniversario en el Cementerio

Recuerdo de dolor d la muerte de la señora doña Pauchita


San Vicente de Béjar

Ossa quieta, precor, tutA reqúiescite iu urna


Et sit h u m u s ciueri nou onerosa t u o .

OVIDIO, Ú la muerto de Tíbulo.

En quieta paz la tierra leve sea


A estas cenizas que el sepulcro encierra.

A q u í , en el cementerio, do la muerte
Cual fantasma preside en su ataúd,
Celebre un doloroso aniversario
E n sonoros gemidos mi laúd.

Con vacilante pie y a he traspasado


E l dintel de esta infausta soledad,
Donde tocan sus turbios horizontes
E l mundo y la tremenda eternidad';

Donde el último adiós dice al que amaba


L a mísera orfandad; donde acudir
S e ven en triste coro hijos y amigos,
Y siempre h a y uno menos al salir.

Transformado Leteo, donde á veces


L a humana ingratitud también se vio,
Siendo el triste viajero el olvidado,
Y el que queda en la orilla el que olvidó.

D o n d e al ver de su víctima la fosa


S e estremece inseguro el criminal,
Fingiéndole su sombra un esqueleto
Q u e lo acusa con eco sepulcral.
3
GG F. A. DE FIGUEROA

Entre niebla y celajes, lentamente


Surca la luna el firmamento azul,
Bañando en débil luz el cementerio
Cual lámpara velada en pardo tul.

Los humanos despojos piso, y siento


Una voz que me dice en lo interior:
¡ He aquí el mundo y su p o m p a ! y en mi frente
Los cabellos se erizan con pavor.

A l sonido de horrífica trompeta


Esos huesos un día se alzarán,
Y el polvo ha de volver cuanto hoy devora
D e los yertos despojos que aquí están.

Inscripciones y emblemas á los grandes


Más que amor, vanidad allí ofreció;
Sus recuerdos conserva el mármol frío,
L o s que hicieron la ofrenda tal vez no.

Feos cráneos del aire carcomidos,


L o s dientes enseñando allí se ven,
Expresión del furor inanimada,
O sonrisa espantosa del desdén.

D e l reino de la muerte y los sepulcros,


Centinelas sin ojos y sin voz,
Que inmóviles al alma en mudo acento
Están diciendo: ¡ alerta, existe un D i o s !

Misteriosas luciérnagas divagan


E n las fosas, y en torno á la alta cruz,
Que aterrando la enferma fantasía
Muestran ó esconden su azulada luz.

Tropezando en mi pie vil sabandija,


Con chillido fatal me estremeció;
S i ella tuviese voz, tal vez dijera: -

¡ T ú aquí tiemblas ahora, y triunfo y o !


POESÍAS DIVERSAS 67

L l e g o , en fin, donde y a c e aquel tesoro


Que y o mismo al sepulcro acompañé:
Mujer a n g e l i c a l . . . . esposa y madre,
D e virtud y ternura ejemplo fué.

¡ Helo allí su sepulcro !. . . . Silenciosa


L a luna lo contempla con dolor;
Y trémulo riela, y se adormece,
Sobre el mármol su pálido esplendor.

E l recuerdo de un ángel de bondades


L a sensación de horrores calmó en mí,
Y el sombrío color de aquella escena
Tiñóse de celeste y carmesí.

R e c i b e en tu mansión, ¡ oh sombra a m a d a !
L a doliente oblación de mi amistad;
T ú aquí duermes en paz, y sin consuelo
T e lloran la indigencia y la orfandad.

L a s angustias del último combate


L a muerte en tu semblante no imprimió,
Pues al soplo de un Dios, y en su regazo,
Blandamente tu ser se adormeció.

A l golpe que te hirió, sintió en su pecho


Helado el corazón tu esposo fiel,
Cual mujer angustiada cuando lleva
E l fruto de su seno muerto en él.

¡ T ú aquí duermes, ¡ ay D i o s ! mas no despiertas!


Con ternura mi acento repitió,
Y el labio balbuciente entona el himno
Precedido de un ¡ a y ! que el alma dio.
F. A . DE FIGUEROA

Crisálida que dejando


E l yerto despojo al suelo, ,
Alzas, mariposa, el vuelo
Con más brillo y nuevo ser;
D e tus rozagantes alas
V u e l v e , vuelve el raudo giro,'
Porque hoy te acuerde un suspiro
Dulces memorias de ayer.

A q u í la amistad te ofrece
E c o s de un dolor infausto,
Que es propio al triste holocausto
L o solemne del lugar.
Y hasta el empíreo en que brillas
Subiendo el fúnebre canto,
S e a la ofrenda mi llanto
Y este sepulcro el altar.

L a s candidas palomitas
Que en morir te precedieron,
S u polvo á tu polvo unieron
Que esta urna conserva a q u í !
Pues Dios quiso, al elevarte
A sus divinas esferas,
Que hasta en la tumba tuvieras
Tres ángeles junto á tí.

H o y por los que tierna amaste,


Y por suavizar su pena,
Mi triste canción resuena
D e s a h o g o de un alma fiel;
M a s ¡ a y ! que aliviar la l l a g a
Desatando el ligamento,
E s consolar á un sediento
Con gotas de amarga hiél.
POESÍAS DIVERSAS G9

U n dardo tres corazones


Destrozó, pero en su duelo
Dejóles más viva el cielo
L a memoria fiel de tí,
Como tal vez parda nube
Fulmina ardiente saeta,
Que hiere el ara y respeta
L a imagen que está allí.

¡ Noche infausta! T o d o un pueblo


A l l í inmóvil, angustiado,
A n t e el féretro enlutado
Lloraba con pena i g u a l ;
Sollozos y bendiciones
L a orfandad te dirigía,
Dulce y triste melodía,
Preludio de lo inmortal.

A l l í en torno al simulacro
Que ciñen negros crespones,
L o s funerarios blandones
Brillan con pálida luz ;
Y sobre el ser que la muerte
Postró con letal beleño,
Como guardándole el sueño,
Tiende sus brazos la cruz.

Y siempre igual tu memoria


R e i n a en tu hogar, inmudable,
Que aun hoy se siente inefable
L a influencia de tu ser;
Como en un templo extasiada,
E l alma absorta imagina
D e l Numen que en él domina
L a luz ó la sombra ver.
F. A. DE FIGUEROA
so

E l ángel que tu alma pura


L l e v ó en alas de zafiro,
Dando un celestial suspiro
T u despojo abandonó.
Y al darle por despedida
E l ósculo reverente,
S u llanto en tu helada frente
E n perlas se convirtió.

L a rubia y tierna avecilla


Que con trinos te halagaba,
Blandos ayes modulaba
Como arrullos del dolor.
Perdió tu jardín su brillo,
E l sol se turbó en el cielo,
Haciendo á tu muerte duelo
E l ave, el astro y la flor.

Cual dorada aroma en torno


Deja un perfume propicio,
R i c a esencia y suave indicio
D e la flor que allí existió,
A s í en el círculo en donde
Giró tu apacible estrella,
Refleja su luz, y en ella
M e parece verte y o .

A l l í do amable y amada
Gozaste culto y respeto,
Doquiera y en cada objeto
H a l l o recuerdos de tí;
Siento el rumor de tus pasos,
O i g o tu voz, y aun percibo
Como un claror fugitivo
D e l ángel que estuvo allí.
POESÍAS DIVERSAS

Sueño á veces en las auras


Divisar celeste coro
Que celebra en arpas de oro
L a apoteosis de un mortal,
Y eres tú, fulgente y pura,
Bajo un dosel de azucenas,
Velando tu rostro apenas
Con transparente, cendal.

Ven, en fin, un solo instante


Como ángel que el cielo e n v í a ;
R e n a z c a el placer un día,
D o reinó un año el dolor;
¡ V u e l v e ! aunque luego te ausentes
A ser luminosa estrella:
V e r á el mundo á la más bella
D e las obras del Criador.
72
F. A. DE FIGUEROA

A la colocación de la piedra fundamental de la capilla del


Cordón en 16 de Octubre de 1842

SALUDO IMPROVISADO

Cuando el celo apostólico contemplo


D e l Pastor del Cordón, mi alma se encanta,
Y la g r e y que feliz sigue su ejemplo,
.Su nombre aprecia y sus virtudes canta.
A l v e r nuestros futuros este templo,
~ C u y o primer cimiento h o y se levanta,
V e r á n que han existido en una era
U n Estrázulas, un Suárez y un Rivera. ( 1 )

( 1 ) El Presbítero d e la capilla don Santiago Estrázulas ; el Vicepresidente de la R e -


pública don Joaquín Suárez y el Presidente de ella, General don Fructuoso Rivera.
POESÍAS DIVERSAS 73

Á la . Virgen María

Versos de Silvio Pellico, traducidos libreme?ite del italiano


y amplificados

Y o amo y con sello indeleble


T e n g o sobre el corazón
T u dulce nombre, ¡oh María!
Junto al nombre del S e ñ o r ;

T u divino nombre, ¡ oh V i r g e n !
Que sentada á par de Dios,
D e tu venturoso sexo
Eres la gloria y honor;

C u y a alma fué tan hermosa


Que el celestial Salvador
T u v o dignísimo templo
Cuando en tu seno habitó.

Pendiente á tu casto pecho,


Tierno infante, todo un Dios,
S e adormecía embriagado
D e l más divino licor.

Y él por premiar con grandeza


L o s méritos de tu amor,
A ser nuestro iris de alianza
A los cielos te exaltó.

Ciñen tu divina frente,


Con diáfano resplandor,
D o c e estrellas; y á tus plantas
Brilla por alfombra el sol.
74 F. A. DE FIGUEROA

E n tu grandiosa hermosura,
E n tu divina atracción,
Dios cifra su amor y orgullo,
S i es posible orgullo en Dios. ( i )

S a l v e ¡oh M a r í a ! tú al mundo
D a b a s luz tan superior,
Q u e los ángeles su gloria
Vieron dividida en dos.

T ú en Jesús nos diste, ¡oh Madre!


P o r hermano al Redentor,
Y abrazándolo, abrazabas
L a humana generación.

Pero en mí, con más ternura,


Con maternal distinción,
Fijaste tus dulces ojos
Desde que el ser me animó.

Y ante el excelso Hijo tuyo,


D e l cielo y tierra Señor,
T ú abogas por mí elocuente
Cuando enmudece mi voz.

P o r mí le pides ansiosa:
¡ A h ! no me abandones, no,
Hasta que me alce tu amparo
A la celestial mansión.

E n mis angustiosos días,


E n toda tribulación,
Siempre invisible tu mano
Mis lágrimas enjugó.

< 1 ) Esla'cuartcta y la antecedente no estón en el original italiano, y sou una aiu»


jiliación libre del traductor.
POESÍAS DIVERSAS 75

Siempre blanda te halló el alma,


A u n q u e frágil delinquió,
Siendo tu nombre á mis penas
Talismán consolador.

Por eso con fe, ¡ oh María!


T e amo, y sobre el corazón
T r a i g o tu precioso nombre
Grabado junto al de Dios.

T u nombre, ¡ oh Madre sublime!


Que incomprensible en tu amor,
A l Hijo divino entregas
Por precio á mi redención.
76 F. A . DE FIGUEROA

Al nuevo telón del teatro

Letrilla satírica (i)

H e allí del teatro el telón:


¡ V a y a una irrisión !
Gofio revuelto en g a z p a c h o :
¡ V a y a un mamarracho !

U n torpe adepto de A p e l e s
Osó, con audacia loca,
H a c e r del telón de boca
U n ensayo á sus pinceles;
D e empanadas y pasteles
N o he visto igual confusión:
¡ V a y a una irrisión !

E n la falda, no en la altura,
D e l Pindó (¡ raro programa !)
S e v e el templo de la F a m a
D e estrambótica estructura ;
Un jastial de atroz figura
Está allí con tm muchacho :
¡ V a y a un mamarracho!

S i es deidad, nada denota


Quien el gaznápiro sea:
M á s bien presenta la idea
D e algún guaicurú en pelota;
E l chico es como una sota,
Cambado, bizco y pelón :
¡ V a y a una irrisión !

l l ) De lodos los versos satíricos que he publicado, csla composición ha sido la m á s


generalmente aplaudida, no por s u mérito poético, sino por la exactitud y semejanza d e
las pinturas del verso cotejadas con el telón, el cual, en consecuencia, fué quitado del
teatro.
POESÍAS DIVERSAS

Seis ángeles barrigones,


Como seis sapos de feos,
Conduciendo unos trofeos
Vienen á pie, y sin calzones;
Hay flatos, hay narigones,
Y uno de ellos con mostacho :
¡ V a y a un mamarracho !

Tocando tino la cometa


Siguen del monte la falda,
Adornándoles la espalda
Una bocha, en v e z de a l e t a :
/ Qué ojos, qué frente, qué jeta
Tiene cada mascarón!
¡ V a y a una irrisión!

L a F a m a en aquel confín
Cual gaviota al aire sube,
Despatarrada en su nube,
Jugando con el clarín;
S u cara es de un galopín,
Sus formas de un marimacho :
¡ V a y a un mamarracho!

Delante, un ángel patudo,


Y de nalgas prominente,
V a cargando con la frente
U n canasto algo morrudo,
Si es de flores (que lo dudo),
Cada una ds como icu melón :
¡ V a y a una irrisión!

D e l Pindó en el alto pico


Muestra el P e g a s o sus galas,
De murciélago las alas
Sort, y de cerdo el hocico;
Monstruo de cabra y borrico,
Y en vez de cola un penacho :
¡ V a y a un mamarracho!
F. A. DE FIGUEROA

Tumbado, ó en diagonal,
Se v e hacia un lado un fragmento,
Que no atina el pensamiento
Si es sepulcro ó pedestal;
A l l í en verso descabal
H a y una tonta inscripción:
¡ V a y a una irrisión!

D e entre juncos y espadaña,


Perniquebrado se eleva
U n ángel, que al hombro lleva
U n a disforme g u a d a ñ a ;
Parece enferma alimaña
Con torcijones de empacho :
¡ V a y a un mamarracho !

Ornan con raro donaire


A q u e l campo y sus colinas,
Arambeles y cortinas
Que están colgadas del aire;
Viendo esto dije al socaire,
A c á para mi ropón:
¡ V a y a una irrisión!

T a l es la fiel descripción
D e este aborto de la ciencia;
Si está cargada, paciencia:
Más cargado está el telón;
Y por eso, en conclusión,
Este clavo le r e m a c h o :
¡ V a y a un mamarracho,
¡ V a y a una irrisión !
POESÍAS DIVERSAS 70

Á Su Majestad el Emperador del Brasil

Anagrama sacado del siguiente letrero propuesto al autor;

AL JOVEN HÉROE, SEGUNDO EMPERADOR Y SOL D E L BRASIL

De cuyas 41 letras, después de tentar mil combinaciones, saqué lo s i g u i e n t e :

LOORES AL HIJO DE PEDRO ; ES GRANDE Y LLEVA SU NOMBRE

Mira este letrero fiel


E n cuarenta y una letras:
Observa, y di si penetras
E l arcano que h a y en él.

Y o explotando veces mil


S u sentido misterioso,
Encontré un enigma hermoso,
Bien grato para el Brasil.

É l dice, mas no te asombre,


Que y o tampoco me arredro:
Loores al hijo de Pedro,
Es grande y lleva su nombre.
F. A. DE FIGUEROA
so

La Marsellesa

Himno Patriótico de los Franceses, traducido estrictamente

TEXTO FRANCÉS TRADUCCIÓN

Allons enfants de la Patrie ! ¡ Compatriotas, al campo volemos !


L e joui de gloire est arrivé ;
-
El- gran día de gloria l l e g ó ;
Coutre nous, de la tyrannie, Contra el libre la atroz ti rauta
L'étendard sanglant est levé ! Su estandarte sangriento elevó.
Entendez-vous dans les campagnes ;. No escucháis en los campos y s e l v a s
Mugir ces féroces soldats ? Sus feroces soldados bramar ?
l i s viennent jusque dans vos bras Ellos juran los hijos y esposas
Egorger vos Iris, vos compagnes ! Contra el seno materno inmolar.

Chocw Curo
A u x armes, citoyens ! ¡ A l a s armas corred, c i u d a d a n o s !
Formez vos bataillons ! ; Las falanges guerreras formad !
Marchons, marchons ! - ¡ Vamos, vamos; y en sangre traidora
Qu'un sang impur abreuve nos sillons ! Vengativos la tierra empapad !

Que veut cette horde d'esclaves, ¿Qué pretende esa horda de e s c l a v o s ,


D e traîtres, de rois, conjurés? Do traidores y reyes compló ?
Pour qui, ces ignobles entraves, ¿ Para quiénes las viles cadenas
Ces fers de longtemps préparés '.' Y los grillos, infame, forjó?
Français, pour n o u s . . . ah quel outrage! A nosotros franceses... ¡ oh mengua !
Quels transports ils doivent exciter! ¡ Exaltaos de injuria tan vil !
C'est nous qu'on ose méditer ¡ A nosotros meditan de nuevo
D e rendre à l'antique esclavage. Imponernos el yugo servil !

Choeur — A u x armes, etc. Coro— A las armas, e t c .

Quoi ! des cohortes étrangiVes ¡ Y esa turba extranjera imagina


Feraient la loi dans nos foyers ! E n la patria imponernos la l e y !
Quoi ! des falanges mercenaires ¡ Y que ¡i heroicos guerreros derriben
Terrasseraient nos fiers guerriers! Mercenarias falanges de un r e y !
Grand Dieu ! par des mains enchaînées ¡ Viles manos, gran Dios, osarían
N o s fronts sous le joug ploieraient ! Nuestras frentes al yugo h u m i l l a r !
D e vils esclaves deviendraient ¡ Y señores, los que antes esclavos,
Les maîtres de nos destinées ! Nuestra gloria y destinos mandar I

Choeur — A u x armes, etc. Curo—A las armas, e t c .


POESÍAS DIVERSAS 81

Tremblez tyrans ! et vous perfides, ; Opresores, temblad ! y vosotros


L'opprobe de tous l e s partis, Despreciables traidores, ¡ temblad !
T r e m b l e z ! . . V o s projets parricides D e esos planes de infiel parricidio,
V o n t enfin recevoir leur prix. ' ¡Miserables, el premio e s p e r a d !
Tout est soldat p o u r r o n s combattre; Para haceros la guerra, soldados
•S'ils tombent, nos j e u n e s héros, Somos todos, y armados doquier,
L a terre en produit de nouveaux Si unos héroes perecen, veremos
Contre vous tout prêts à se battre. Nuevos héroes del polvo nacer.

Choeur—Aux armes, etc. Coro — A las armas, e t c .

N o u s entrerons dans la carrière E n la senda gloriosa entraremos,


Quand nos aînés ne seront p l u s ; líeemplazaudo la fiel juventud,
N o u s y trouverons leur poussière A los bravos que allí nos dejaren
E t l'exemple de leurs vertus. Sus despojos, su ejemplo y virtud.
B i e u moins jaloux de leur survivre Anhelando bien menos la vida.
Que de partager leur cercueil, Que una tumba tan noble adquirir,
N o u s aurons le sublime orgueil El orgullo sublime tendremos
D e les venger ou de les s u i v r e . De vengarlos, ó heroicos morir.

Choeur— A u x armes, etc. Coro — A las armas, e t c .

Français! en g u e m c r s ' m a g n a u i m e s Cual gueireros magnánimos, siempre


Portez ou retenez vos coups, Vuestros golpes, franceses, r e g i d ;
Epargnez c e s tristes v i c t i m e s Perdonando ¡l las víctimas tristes
A regret s'armant contre nous. Arrastradas por fuerza á la lid.
Mais ces despotes sanguinaires, Mas perezcan los déspotas viles
Mais les complices de Bouille! Y esa turba secuaz de Bouillé,
Tous ces monstres qui, sans pitié , ' -
Eieros monstruos que el seno materno
Déchirent le sein de leurs m è r e s ! . . . Despedazan, sin patria, ni fe.

Choeur — A u x armes, e t c . Coro — A las armas, e t c .

Amour sacré de la Patrie, De la Patria amor sacrosanto,


Conduis, soutiens nos bras vengeurs ! Nuestros brazos dirige y s o s t é n :
Liberté, liberté chérie, Libertad, libertad adorada,
Combats avec tes défenseurs. Con tus hijos combate también.
Sous nos drapeaux, que la Victoire Bajo el patrio estandarte se mire
Accoure à tes mâles accents ; La victoria á tu acento acudir,
Que tes ennemis expirants ¡ Y expirantes los déspotas vean
Voient ton triomphe et notre gloire ! Nuestra gloria, y tu triunfo l u c i r !

Choeur final— A u x armes, etc. Coro final — A las armas, etc.


82
F. A . DE FIGUEROA

U n día de pagamento

Cual gaviotas y cuervos, con hambrienta


A g i t a c i ó n é instinto carnicero,
V u e l a n hacia el inmundo matadero
A l ver tripas, hachuras y osamenta,

L o mismo hoy en el Fuerte se presenta


E l escuadrón judaico y usurero
D e agiotistas que al humo del dinero
Olfatearon un sueldo á buena cuenta.

Suspira el militar que lo ha vendido


Por una suma despreciable y corta,
Gimen también la viuda y desvalido;

Mas el judío, que el infierno aborta,


Atendiendo á su cuenta, y no al gemido,
Guarda el oro, y repite: ¿ q u é me importa?
POESÍAS DIVERSAS

Rabo del soneto

Y añade, hablando entre s í :


E n vano embobarme esperan;
¿Tienen hambre? ¡ Q u e se mueran!
N o largo un maravedí;
H o y , maldiciendo de mí,
Cada uno un sayo me corta:
¿ Qué me importa ?

A l diez por ciento he comprado


S u s sueldos. . . . larguen el jugo,
Y en hora buena verdugo
M e llame el v u l g o menguado ;
Que me quieran ver colgado
O frito en una retorta,
¿ Qué me importa ?

U n o de esos plañidores
M e contaba muy. prolijo,
Que tiene baldado un hijo
Y la mujer con dolores:
¡ A l diablo con sus clamores!
Si ella revienta, ó si aborta,
¿ Q u é me importa?

E l otro con asma y tos,


Cuyos cien pesos le apando,
A h í se queda renegando
Porque no le vuelvo dos,
Y me sale con que Dios
L a caridad nos exhorta,
¿ Q u é me importa?
F. A. DE FIGUEROA

E n fin (dijo)," en esta danza


Piano piano engordaré;
Después más en grande haré
Con la Patria mi pitanza;
Cuando llene bien la panza,
Si entonces cambia la torta,
¿ Qué me importa ?
POESÍAS DIVERSAS 8ó

Historia griega

Epigrama (i)

A t e n a s á Esparta envió
U n Ministro, que á dos manos
A atenienses y espartanos
Con intrigas traicionó.

Mas, al fin, desengañado,


Solón castigó á su agente,
Y esta máxima excelente
Pronunció en pleno. S e n a d o :

« Nunca es justo ni civil


Que A t e n a s á un pueblo igual,
E n vez de un agente leal,
U n ministro mande-vil.

( 1 ) Esta invectiva epigramática, alusiva al ministro inglés Mandevil, residente en Buenos


Aires, tuvo en su época un mérito de circunstancias. [Ese Mandevil, ciego partidario de
Rosas, gobernador de Buenos Aires, engañó con intrigas y viles manejos diplomáticos, al
Gobierno de Montevideo, hasta que fué removido por su Corte.
86 F. A. DE FIGUEROA

1.", 2.*, 3.»

Ca-rro-sa

Charada

E n mi primera y tercera
T e n g o segura mansión;
D e mi segunda y primera
S a c o de piedras porción.

E n mi primera y tercera
Guardaré mi provisión ;
Y en mi primera y segunda
Puedo hacer la conducción.

Son mi tercera y segunda


Desaseo y corrupción,
Mas mi segunda y tercera
D a n fragancia superior.

Y porque no te confundas
Con tanta combinación,
Sólo diré que en mi todo
Haremos viaje los dos.
POESÍAS DIVERSAS

Canción acróstica

(En las iniciales de la canción se contiene la siguiente


cuarteta):

Suspiros de Pepita,
Recuerdos de dolor,
Y fineza esquisita
D e patriótico amor.

acolitaría, sin patria ni asilo,


cjlcerado de espinas el pecho,
T^obre escollos mi esquife deshecho,
hjude, apenas, las olas vencer ;
h-i anhelando que en calma dichosa
R a y e el día de unión soberana,
Q h infelice! sin hoy ni mañana
C/2ÓI0 tengo recuerdos de ayer.

O e tristes memorias
Wl pecho agitado,
p a d e z c o del hado
_ijl fiero r i g o r ;
hjerdí mi alegría
m en playa extranjera
i_^an sólo me espera
J>ngustia y dolor!. . . . ¡ angustia y dolor!

Recordando la patria y sus goces,


|r_n congojas el alma suspira,
Q u a l paloma que huérfana mira
c_¡surpado su nido y su amor.
F. A. DE FIGUEROA

\r¡n el sueño fatídica imagen


¡Renovando mi horror, me predice
Q e una tumba el asilo infelice
O un futuro de inmenso dolor.

(/¡us galas el prado


Qoquier me enlutece,
fijl sol me parece
y u d o s o alumbrar;
Oprímese el alma
t-'a pena ocultando,
O lloro, y llorando
¡Revive el pesar!. . . , ¡ revive el pesar!

K¡a los días de gloria argentina


^¡unestosos se anuncian, y el cielo
i—¡rritado no atiende á mi duelo,
¡2¡i esperanza me deja entrever.
Hntre sirtes y escollos vacilo,
z o z o b r a n d o cual nave sin guía,
a t e r r a d a mi mente sombría
Wn abismos de penas doquier.

s e n s i b l e al deseo
iQue en mi alma se graba,
C¡n néctar soñaba
n acíbar bebí.
íTÁn tino entre sombras
i n c i e r t a camino:
Hal es mi destino,
¡>y triste de m í ! . . . . ¡ ay triste de m í ! -

d e s a n g r a d a mi patria infelice
Wn las garras de un tigre se a g i t a ;
hjalidece cobarde, y no grita:
J> las armas! con brío y con fe,
POESÍAS DIVERSAS

priste esclava la i reina del Plata,


Rinde el cuello p o s t r á n d o s e . . . . ¡oh crimen!
t-mvisibles los cielos la oprimen
O- no es ella la misma que fué.
Han noble, y sufriendo
h-infame cadena!
O u á n honda es su pena;,
O h , basta de horror!
¡>lzate: no sufras
^ e n g u a d a zozobra,
O h Patria ! y recobra
Renombre y h o n o r ! . ; . , ¡renombre y honor!
F. .A DE FIGUEROA

La Damajuana

D a m a soy, nadie lo ignora,


De capacidad y peso,
M u y estimada; y con eso,
Nunca llego á ser señora.

D e junco, ó grosera paja


M e visten la tersa piel;
Mas mi amo me guarda fiel'
E n prisión húmeda y baja.

Y cuanto más viejo y a


E s t á mi oculto tesoro,
Tanto más dulce enamoro
A l que sus besos me da.
POESÍAS DIVERSAS 91

El juicio del año. . . (1843)

A r m a d o de pluma en ristre
El agorero de antaño,
Que hizo el juicio, sin tenerlo,
A l anterior calendario,
H o y torna á lps malandrines
U11 recipe, aunque más blando;
Pues n o ha de hacerse de pencas,
Cuando ellos se hacen de cardos.

Sin prólogo humilde,


Ni ambajes preñados,
Dirá los futuros
Según su astrolabio;
Y nadie se muestre
Sentido ni huraño,
A l ver lo que anuncia
E l juicio del año.

Habrá fatal muchedumbre


D e empíricos afamados,
Que á mansalva h a g a n su agosto
Con pretendidos milagros.
Mancos, gibosos y tuertos
Acudirán al reclamo,
S a l i e n d o . . . . los que no mueran,
Tuertos, gibosos ó mancos.

Médicos y tumbas
Iránse t r a g a n d o :
Ellas á los muertos,
Y ellos á los cuartos.
Y aquel que se queje
Llevará un araño,
Que esto es lo que anuncia
E l juicio del año.
92 F. A. . DE FIGUEROA

H a b r á cosecha de vates
Y vatas... ( v a l g a el vocablo)
Q u e elevándose á las auras
Brillen luminosos astros.
Pero otras más positivas,
Sin tomar vuelo tan alto,
Darán á luz, si h a y barullo,
N o v e r s o s . . . . sino muchachos.

Y al bobo que pesquen


Dirán con descaro
" Que tienen tan sólo
E l cuerpo opilado;
O que una hechicera
L e s hizo aquel daño,
Porque así lo anuncia
E l juicio del año.

Cuando apuren con la guerra


L o s conflictos del Erario,
Famélicos agiotistas
Acudirán como g a t o s ;
Q u e bajo veinte hipotecas
( N o m u y seguras acaso),
Cargando ciento por uno
L e den patriótico amparo.

L a s rentas futuras
Caerán en sus manos,
Y los financistas
D i r á n : ¡ oh qué pasmo!
Y en vano es que bale
E l torpe rebaño,
.Si esto es lo que anuncia
E l juicio del año.
POESÍAS DIVERSAS 03

D e embanderarse las tiendas


Crecerá el furor insano,
Anunciando quemazones
Tremolantes mamarrachos.
A s í el pueblo, viento en popa
Irá á la vela, imitando
U n a escuadra cada calle
Y cada tienda un corsario.

Exóticos nombres
Darán á sus trapos,
Para que hasta el quilo
Dejen los incautos,
Sisando por vara
Tres dedos al p a ñ o :
T a l es lo que anuncia
E l juicio del año.

A las antiguas parteras


N o se llamará en los partos,
Porque habrá sabias madamas
D e frontispicio y retablo.
S i cuesta un ojo el nacido,
N o importa, si luce el garbo,
Y habrán de parir por veinte
L a s que parían por cuatro.

T a l vez porque ignoran


L a lengua en que hablamos,
D e tres veces una
Suceda un fracaso.
M a s si h a y trocatinta,
Dirán que fué engaño,
Que así lo anunciaba
E l juicio del año.
F. A. DE FIGUEROA

E n fin, estas profecías


Y otras cien que no relato,
A nadie aplicarse deben,
A u n q u e á muchos caen de plano.
E l médico, el prestamista,
L a doncella, el magistrado,
Si con sus deberes cumplen,
¿por qué han de calarse el sayo

A l g u n o s y algunas
Dirán murmurando:
A hacer profecías
¿Quién mete á este diablo?
Mas y a le responde
Mi numen picaño:
T o d o esto lo anuncia
E l juicio del año.
POESÍAS DIVERSAS

L o s gansos del Capitolio

Epigrama

— « L o s diputados de hoy día,»


Clamaba %m rosín, «son brutos :
Están del bando de Frutos.... ( i)
S o n m u y GANSOS, » repetía;
— « Mas,» respondióle uno al otro,
« Serán gansos en tu idioma;
P e r o los gansos en R o m a
Salvaron al Capitolio.

( 1 ) Frutos, síncopa irregular con que geaeralaisn'.e prcn m e a b a n el nombre de Fruc-


t u o s o EiTera,
Á Jesús Nazareno

Tributo, de veneración

Se humilló & sí mismo, hecho obediente hasta la muerte,


y muerte de cruz.

S.vx PARLO á los P h i l i p . , cap. 2.°, v. 8.

¿ Q u é es esto, R e y celestial?
Dios de bondades, ¿qué es esto?
¿ T ú en tanta ignominia puesto
Sufriendo angustia mortal ?

¡ Nuevo Isac, mi buen Jesús


T e entregas al sacrificio;
Y para el fiero suplicio
T ú mismo cargas la cruz!

Mas, ¡ a y ! ¡ sólo halla desdén


Y crueldad tu amarga pena,
Y á muerte vil te condena
L a ingrata Jerusalén!

A y e r con regia ovación


T e dio alabanzas divinas, ( i )
Y h o y te corona de espinas
Por sacrilega irrisión.

Colmado de oprobios mil


T e viste, ¡oh Dios! insultado,
Escupido y flagelado
Como el esclavo más vil.

( 1 ) Diciendo : Bendito el E e y que viene en el nombre del S e ñ o r ; paz en el cielo y


gloria en las alturas. — S A N L U C A S , cap. 1 0 , vers. ! Í S .
POESÍAS DIVERSAS

Fieros lobos, con furor


S u s bocas sobre tí abrieron,
¡ Y tus mejillas hirieron
Hartándose en tu dolor! ( i )

Con refinada crueldad


D e mil modos te escarnecen,
Y las insignias te ofrecen
D e irrisoria majestad. ( 2 )

Y luego, á morir, Señor,


¡ Oh infamia! entre dos ladrones
T e arrastran viles sayones
Con diabólico rigor.

Sangriento, llagado, en fin,


Y a en tu celestial figura
No hay sombra de la hermosura
Que extasiaba al Serafín. ( 3)

¡Basta, buen Jesús, no m á s !


Que da horror y pena el v e r t e ;
V e que es terrible esa muerte
A que destinado estás.

Bien sé que con tu pasión


Redimes al mundo impío;
M a s ¿por qué ha de ser, Dios mío,
T a n cara su redención ?

( 1 ) Abrieron sobre mí sus bocas y zahiriéndome hirieron mi m e j i l i a ; hartáronse de


m i s p e n a s . — .Ton, c a p . 1<>, vers. 11..
( '2) Y le vistieron un manto de púrpura ; y veuíau á él y decían : ; Dios te salve, R e y
<le los j u d í o s ! y le daban do bofetadas. — S A X J U A N , cap. 10, vers. 2 y :i.
( ' ! ) Despreciado, y el postrero de los h o m b r e s . . . . y como escondido su rostro y d e s -
preciado; por lo que no hicimos aprecio de él. — I S A Í A S , cap. 5:í, vers. ;J.

•1
98 F. A. DE FIGUEROA

Mira cuál v a en pos de tí


E s a V i r g e n de ansias llena;
Grande como el mar, su pena
L a abisma al mirarte así. ( i )

Y a con tu sangre esa cruz


T u triunfo exalta y tu nombre :
Harto ciego será el hombre
Si aun no le alumbra esa luz.

Detente, p u e s . . . . mas mi voz


T a l vez blasfema, te ofende:
¡Insensato el que pretende
Medir por el hombre á D i o s !

Sigue, dulce Jesús, pues tú lo quieres,


A darnos con tu muerte la salud:
Inefable holocausto que obcecada,
Desconoce la humana ingratitud.

Sangre bebiendo v a s ; y aun en el cáliz


Quedan agrias las heces de la hiél;
¡ Mas tú lo has de apurar!. . . . Sube al Calvario
A dar la redención al mundo infiel.

T u estandarte es la cruz; tú eres con ella


D e Luzbel y el infierno vencedor:
Sube al G ó l g o t a infausto, y con tu muerte
Consuma el sacrificio de tu amor.

¡ Tú, que R e y de los cielos, por alfombra


Pisas soles y estrellas, hoy te ves
Arrastrado vilmente, y con tu sangre
V a s marcando la huella de tus pies!

( 1 ) ; 0 h Virgen, hija de Siiín ! ]>ori|iie grande como el mar es tu quebranto, - r .TKIU:-

aií.vs, lamentaciones, cap. 2, vers. KJ.


POESÍAS DIVERSAS 90

Á n g e l e s del Olimpo, que á Dios mismo


V e i s en tan fiera angustia mancillar,
L a s lágrimas velad con vuestras alas,
S i es posible á los ángeles llorar.

M á s paciente que Job, siendo el objeto


D e bárbara irrisión, sufres allí
Herida sobre herida, y cual gigante
E l celeste rigor cae sobre tí. ( i )

Sintiendo tus angustias una á una,


Y bebiendo agonías, ¡ oh mi D i o s !
V i e n e tu aflicta madre, y el martirio
S e aumenta al dividirse entre los dos.

E l mundo te abandona; mas bien puede


P o r todo el mundo su dolor s u p l i r :
Sólo ella te comprende, y no le es dado
N i aliviar tus tormentos, ni morir.

Y a pisas el Calvario; allí extenuado


Desfalleces á impulsos de un v a i v é n ;
Y caes bajo la cruz, y las espinas
Hieren más hondas tu sagrada sien.

L a túnica inconsútil los sayones,


P o r sórdida codicia, ó por rigor,
T e arrancan i n h u m a n o s . . . . y tus llagas
Desgarran y renuevan con furor.

"Extendido después sobre el madero,


P a r a clavarte en él, ¡ oh buen Jesús!
Descoyuntan tu cuerpo, ¡y sólo tienes
Por lecho en tu dolor la dura cruz!

( 1 ) Me cayó herida sobre herida, se arrojó sobre mí como gigante. — J O B , cap. l ü ,


100 F. A. DE FIGUEROA

Y a presentas tu mano. . . . ¡ Aparta, aparta!


Que es un clavo, no un cetro, el que te dan ;
Y esos golpes horribles del martillo
Ora en mi pecho resonando están.

Y a enarbolan la c r u z ; allí pendiente


D e tres clavos los bárbaros te ven
Entre horribles martirios, y te insultan
Con sarcasmos y estúpido desdén.

« / Si él es hijo de Dios, que haga prodigio ! »


Gritan los a s e s i n o s . . . . ¡oh impiedad!
Ellos ante la luz cierran los ojos
Y atribuyen al sol su oscuridad. ( i )

Lázaro, el Centurión, la Cananea,


Y otros mil, que r e s p o n d a n . . . . ¡ Pero n o !
¿ Q u é harán fieros verdugos, cuando miran
Que aun tu Padre inmortal te abandonó? (2)

« ¡ T e n g o sed! » expirante repetías,


¿ Y qué es lo que te dan ? ¡ vinagre y hiél!
¡ Y tú, que confundir allí pudieras
A ese pueblo feroz, pides por é l !

Longinos, ciego por saciar sus iras,


Con fiera lanza tu costado hirió,
Y en tu sangre preciosa salpicado,
L a vista y aun la fe recuperó.

M a s ¡ ay i y a a g o n i z a n t e . . . . ¡ Basta, b a s t a !
N o me es posible tu pasión seguir;
Y o sería de bronce si pudiera
Presenciar tu agonía y no morir.

( ! ) Mas éste os el juicio : que la luz vino al m u n d o ; y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz.— S A X J U A X , cap. 3 , vers. 1 0 .
( 2 ) E x c l a m ó J e s ú s con grande voz, diciendo : < Dios mío, Dios mío, ¿ por qué m e lias
desamparado ? — S A X M A K C O S , cap. 1 5 , vers. 3 - 1 .
POESÍAS DIVERSAS 101

Empero, por piedad, sobre mi frente


H a z que caiga una gota, ¡ oh buen S e ñ o r !
D e esa sangre preciosa, que expirando
Derramaste en la cruz por nuestro amor.

U n a gota, no más, para salvarme


T e pido, ¡ oh Nazareno! Y a me v e s
Confundido gemir, y de tu imagen
Besar humilde los sagrados pies.
102 F. A . DE UGUEROA

El ramito misterioso

Canción

Eclipsando mil bellas rivales,


Cual querube de aureola divina,
E n el baile brillaba Dorina,
Que es de Oriente la g a l a y la ñor.
D e jazmines, violetas y rosas,
U n ramito guardaba en su m a n o :
¿ Quién dichoso descifra el arcano
D e esas flores, misterio de amor?

E n saberle su dulce secreto


E l deseo curioso se empeña,
Mas, Dorina, graciosa y risueña,
Deja á todos en duda v a g a r ;
Cautelosas preguntas elude,
Y miradas que están en acecho,
Y las flores coloca en su pecho
Como ofrenda que adorne su altar.

A l ramito volando rodean


Mariposas de varios colores,
Q u e extasiadas morían de amores
E n su seno de nieve y carmín;
M a s á impulsos del baile violento,
Donde todos su gala admiraron,
Como estrellas errantes volaron
Varias hojas de rosa y jazmín.
POESÍAS DIVERSAS 103

L o s despojos Dorina recobra


D e l dichoso que alzólos del suelo:
¡Misterioso ramito, que un cielo
Mereciste por urna tener!
T ú eres sólo feliz confidente
D e l enigma que aquélla recata,
Y en su seno te halaga la ingrata
Porque mueras de envidia y placer.

Mas, ¿qué digo? perdone Dorina:


S u secreto no es dable al profano;
E s la prenda de un ángel humano
Que embelesa con dulce candor.
Sus rivales y amantes en torno
E l curioso deseo devoren,
Y en silencio rendidos adoren
A l ramito, misterio de amor.
TO-í F. A. DE FIGUEROA

El reló

Ei

E n arca estrecha encerrado


M e puso el que me formó;
M a s y o saco, cual tortuga,
L a s manos á lo exterior.
Con golpes á cada instante
L l a m o ; pero mi señor
M e ciñe porque no mueva
L a cadena en mi prisión.
POESÍA!» DIVERSAS

Miniatura poética

Cántico

Á EA PACIFICACIÓN DE LA REPÚBLICA ORIENTAL ( I)

Alcemos D e l fiero
las palmas, gigante
las almas, triunfante
la voz, David,
sin ira con gloria
ni encono, divina
al trono termina
de Dios. la lid:

D e timbres Sangriento
Oriente y exhausto,
fulgente con fausto
se ve. valor,
Vencieron vindica
¡ Dios mío ! su afrenta,
su brío, sustenta. ..
su fe. su honor.

Lidiando D e pompa
sañudo, ceñido;
su escudo lucido
sois vos. jardín,
Y . libre brotaba ;

se ufana: por flores .


¡hosanna horrores .'
gran D i o s ! sin fin.

( 1 ) Aunque la pacificación ( o u 1S45 ) no tuvo efecto en la fornia" que se esperaba (le


l a s negociaciones de los Ministros interventores de Inglaterra y Francia, poi' la oposición
de Rosas, este himno, preparado ya p a r a l a festividad, se p u b l i c ó ' e n 16 de A g o s t o .
106 F. A. DE FIGUEROA

7 11

M a s firme N o ciñe
y osado celada,
al hado espada,
venció; ni a r n é s ;
y lauro ni embraza
de gloria de acero
la historia guerrero
le dio. pavés.
8 12

Empero ¡ Oh j o y a
su ira de Oriente,
se mira luciente
templar: rubí!
el cielo aprenda
le advierte Numancia
su suerte constancia
fijar. de tí.

9 13
L o s odios Por senda
ajusta caminas
augusta de espinas
razón, y horror,
al eco y vences,
sentido y aclama
de olvido la fama
y unión. tu honor.
io 14
D e orgullo L o s bravos
rebosa al verla
la hermosa cual perla
ciudad; del Sud,
brillando heroica
más viva la llaman
su altiva y exclaman:
beldad. ¡ salud!
POESÍAS DIVERSAS 107

15 18

L a s ninfas Matrona
donosas preclara,
cual rosas de rara
brillar virtud,
se miran, loores
ó en coro le cante
sonoro brillante
danzar. laúd.

16 19
S u s galas D e l pueblo
resaltan brioso
que esmaltan valioso
de azul, joyel,
cual bellos ausente
querubes reciba
en nubes el viva
de tul. más fiel.

17 20
M a s falta Gozosa
la bella la tierra
estrella sin guerra
é imán; tenaz,
sus suaves levanta
reflejos festiva
¡ c u a n lejos la oliva
están! ( 1 ) de paz.

( 1 1 A!u>L'u ¡i la señora doña Bernardina Fragoso de Rivera, entonces ausente en Río


Gr.mde.
108 F. A. DE FIGUEROA

2 1 25
E l bando E l odio
que iluso fraterno
le opuso no eterno
desdén, será;
a l signo que a m a r g a
que brilla memoria
se humilla por gloria
también. nos da.
22 26
N i triunfo D e sangre
ni muerte y a basta,
es fuerte nefasta,
mirar, cruel;
inulto la g u e r r a .
su agravio se lleve •. t

y el labio su aleve
sellar. laurel.
27
A l pecho Agite
llagado su tea '
no es dadc quipn sea
gemir,; ;
ruin, i
ni ¡ofensas y nombre-
y luto .. reclame '
sin fruto de infame
plañir. Caín. .
• 28 '
U n ángel ¡ Silencio
del cielo rencores!
el velo ¡furores
rasgó, calmad!
y el iris las tumbas
de alianza profana
lá lanza insana ""
cubrió. crueldad.
POESÍAS DIVERSAS 109

2 9
33
Fiereza S u ansia
sería devore
impía quien llore
querer su amor,
á estragos, velando
penurias la pira
y furias que inspira
volver. dolor.

30 34
¡ Oh madres! L a patria
¡ oh esposas! que hiciera
las fosas la esfera
cubrid temblar,
con flores, rompiendo
y al canto su lanza
sin llanto afianza
venid. su altar.

3i 35
E l mártir Grandiosa
valiente se eleva,
no aliente renueva
rencor: su ser;
endulce perdona
su pena y olvida
la escena su herida
de amor. de ayer.

36
N o mire Su rayo
su herida, reprime
ni pida sublime
la miel sin par,
al cáliz y oculta
que brota más penas
la gota que arenas
de hiél. el mar.
110 F. A. DE FIGUEROA

37 38

Postrada ¡ Miradla
de hinojos, cuál llora!
sus ojos deplora
sin luz, la lid.
resiente Patriotas
su flecha al t e m p l o :
y estrecha S u ejemplo
la cruz. seguid.
POESÍAS DIVERSAS 111

Charada y anagrama en portugués

1." 2." 3.« 4.* ó."

O IM PE R A DOR

Sou gostosa ao paladar


oera •!
' Era verde verco nascida; (3. é 4. sillaba) a a

O u cidade conhecida,
N o Bosphoro, he meu lugar.

, \ Mais transtorna - me, e entao


^ i E n pó fico reduzido; ( 4 . é 3 . )
r a e A A

( E o que percebe o sentido


odor{ . . . ,
l A pnmeira e quinta o dao ( i . e 5. ) a a

| Sen mim o ser immortal (2. ] a

ím I Existir j á nao podia,

ídem ^ ^ e
existiría
m m e n o s

1 O seraphim divinal.

Com ecos sonoros,


opera Com suave armonía
A s almas enleio
E m doces delicias. ( i. , 3. é 4. ) a a a

Mais, seguir nao posso


Bailando Maxilia,
S e em minha terceira
pe -dorI
V e m ferir a quinta. (3. é 5 . a A
112

E m fin, o meu todo


Magnifico enigma,
Poder é seu nome, ( i )
A m o r sua divisa.

Se ainda o nao percebes,


Indaga, analiza,
A s lettras que encerrara
X a acrostica linha.

£>quí ñas iniciaes transparente,


g o s t r a o todo este acróstico espanhol:
' o b s e r v a , e tu verás como fulgente
Rasgando á nevoa, resplandece o sol.
K¡ndigena for que bella,
i-¿ara ser única estrella
O novo mundo a brotou . ;

y e amor y poder formado;


K m esse astro illuminado
R e v i v e outro que brilhou.

f l ) roda- es acróstico <le Pedro, nombre del Kmperador, así como amor y poder- l'onnn
el acróstico de <: O Jui]!crador,' (pie es la incógnita para descifrarse.
POESÍAS DIVERSAS

Carta en títulos de comedias

E S C R I T A DESDE EL RÍO DE J A N E I R O EN 1856

Caro Ernesto, amigo fiel,


Dios ponga tiento en mi mano
O me dé del gran Mantuano
E l poético pincel,
Porque esta carta ó cartel
S a l g a con pompa y con brillo;
Mas si mi numen sencillo
E n tal empresa zozobra,
Habré perdido:'mi obra
C o m o . . . . El Sastre del Campillo.

Glosando una colección


D e títulos de comedias,
Más zurcida que- mis medias
Saldrá esta composición:
Pondrélos sin distinción,
Aprensados como atunes;
Pero, Ernesto, no te alunes,
Pues vas á ver más tonteras
Que lanzas ganó y banderas
Carlos Quinto sobre Túnez.

A'oy á empezar. . . . San P e l a y o


Me asista, pues no lo. entiendo:
¡ Apurar, cielos,, pretendo !. . . .
¡Eli! ¡ y a he cometido un-.plagio!
Aquí, v á l g a m e . un adagio,
¡Qué. consonante tan prieto!
Dejar debiera discreto-: ,
L a pluma, si -no, '.me- ofreces
Que has d e , s e r á mis,..sandeces
El Alcázar del Secreto.
F. A. DE FIGUEROA

Después del día fatal


E n que te ausentaste tú,
Marchando al alto Perú,
Siendo Nieto el general,
Y en Suipacha por tu mal,
D e tu suerte inoportuna
Viste eclipsarse la l u n a ;
Prisionero, y abatido,
¡ Bien sé cuántas has sufrido
Mudanzas de la fortuna/

Que hiciste fuga, no ignoro,


D e las prisiones, porque
N o está contento aunque esté
El esclavo en grillos de oro ;
Honor dio á esta acción decoro,
Por más que la envidia ladre,
Porque ya, cuadre ó no cuadre,
S e ve, sin que cause horror,
Por acrisolar su honor,
Competidor lujo y padre.-

Quiero hacerte narración


D e mi historia, aunque bien creo
Que y a por Montevideo
Tendrás de ella una noción;
Y a su capitulación
Sabrás, y que su enemigo
Faltando á ella. . . . pero, amigo,
Obviemos rivalidades:
Para averiguar verdades,
El tiempo el mejor testigo.
POESÍAS DIVERSAS

E l sitio largo y penoso


Que sufrió aquella ciudad
H a r á en la posteridad
S u renombre alto y glorioso:
¡ Pueblo heroico y animoso
A u n después de sucumbir,
T u honor v a á sobrevivir
Con corona inmarcesible,
Q u e á tí sólo te es posible
Reinar después de morir!

Y si la fama pregona
Ilustre á otra población,
Parece en tu parangón
L a más ilustre fregona. •
T o d a mujer fué amazona
E n heroísmo y v a l o r ;
E n el plebeyo y señor,
Milicia y paisanos, era
Tanto el ardor, que tuviera
Envidia El Cid Campeador.

N o sólo un sitio, mas dos


Sufrimos con igualdad,
Porque hicimos de lealtad
El juramento ante Dios.
Y determinándonos
f

A no ceder á un partido,
Y al rey en Francia oprimido
Conservar en nuestros pechos,
Sostuvimos los derechos
D e El príncipe perseguido.
11« F. A. DE FIGÜEROA

Si un rey es úe su nación
E l padre, y o considero
Que para alzar el acero
Contra tin padre no hay razón.
Sentada esta conclusión,
Por la cual y o me dirijo,
Con justa razón colijo
Que si sabe 'aquella ley,
N o podrá ofender al rey
El verdadero buen hijo.

Duró el asedio cruel


Veinte y dos meses cabales,
Donde hemos sufrido males
Más que El cautivo cu Argel.
Mil estragos hubo en él
D e bala, bomba y granada,
Mas la ciudad empeñada.
Se hallaba en su bizarría,
Y antes que caer quería
Ser como Troya abrasada. ( i )

Mas ¡basta ! Mucho he hablado,


Y aunque mil causas me inflamen,
N o quiero que allí me llamen
El señorito'ini¡ñado.
F u é el sitio estricto apurado,
H u b o peripecias varias,
Y si fuesen necesarias
Deserciones, y a se ve,
Tendré que 'charlar más que
La niña de Gómez Arias.

• 1 ) Aquí .se h:m suprimido siete décimas por ser algo cáusticas. Ucbc tenerse presen
•pie esta caita l'ué escrita siendo el autor muy joven y alucinado en el partido realista.
1
POESÍAS DIVERSAS 117

H a eclipsado nuestra gloria


U n sapo Gobernador, ( i )
B u e n animal, y mejor
P a r a tirar de una noria;
U n fraile de ruin memoria
F u é su digno consulto r, ( 2 )
Que insípido redactor
D e pamplinas indiscretas,
Parecía en las gacetas
El diablo predicador. •

A q u e l rudo catalán
F u é parto, según discurro,
D e l concurso de algún burro
E n la burra de Balan;
Coronado charlatán,
F u é el otro, ¡bravo perailel
Cumplió bien si de aquel baile
.Sacó lleno su bolsón,
Q u e . . . . el fraile ha de ser ladrón,
Ó el ladrón ha de ser fraile.

Firmó A l v e a r la más ampliada


D i g n a capitulación:
T a l vez era su intención
Darlo todo y no dar nada;
E l no estar ratificada
A l e g ó luego : ¡ oh falsía !
F u é una cruel superchería
Que á su altó triunfo hace m e n g u a ;
F u é . . . . pero, detente l e n g u a :
Mañana será otro día.

( 1 ) lil Mariscal de Campo don (¡aspar Yigodef, Gobernador y Capitán General de la


Provincia.
( 2 ) Fray Cirilo Alameda, misionero y franciscano, escritor de la Gaceta de Montevideo.
118 F. A. DE FIGUEROA

Cuando entraron tan ufanas


L a s tropas de su poder,
Mucho me temí tener
Las Vísperas Sicilianas;
Empero, acciones villanas
Desecha la heroicidad,
Y cuando aquella ciudad
Sufría infaustos rigores,
D a b a á sus dominadores
La escuela de la amistad.

M a s viendo en tales andanzas,


Que abatido y desterrado
Iba á sufrir, de contado,
De castigo dos venganzas,
D i j e : ¡ malas van las chanzas !
Q u e en las pajas no me duermo;
Y fingiendo estar enfermo
L o g r é á Maldonado ir,
Q u e no me ganó á fingir
El mágico de Palcrmo.

L o s exaltados de allá,
Que h a y muchos y de lo bueno,
P o r llamarme el Sarraceno,
Llamábanme el Mustafá.
Y o callaba, claro está,
A l insulto y al furor,
Y al ver con cuanto rigor
Mis patricios me apuraban,
E n mi pecho se alternaban
Afectos de odio y amor.
POESÍAS DIVERSAS

L o s curas y el comandante,
L a gente de educación,
N o insultaban la aflicción
D e El español naufragante;
L a s señoras, es constante,
A aquél piadosas atienden,
L e dan la mano y defienden
Con acciones señaladas,
Pues como son delicadas,
Las manos blancas no ofenden.

Y o conocí desde luego


Que era el mayor disparate
Irritarme, y dije: ¡ tate !
Entre bobos anda el juego ;
Traté de ser mudo, ciego,
Y sordo á insultos y apodos,
Y cuando gritaban: ¡ g o d o s !
Respondía y o con flema:
Cada loco con su tema,
Dios hace justicia á todos.

E n esta época y sazón,


A r t i g a s con su partido
Pareció haber conocido
La fuerza de la razón.
L a altiva dominación
D e Buenos A i r e s le inquieta;
E l con previsión discreta
E l plan siniestro advirtió,
Y el Oriente se volvió
El laberinto de Creta.
F. A . DE FIGUEROA

Y o me uní al Jefe Oriental


Que á Maldonado sitiaba,
Pues hacia él me inclinaba
La fuerza del natural.
Mi proyecto principal
L o g r a b a así con primor;
Y fué mi suerte mejor
Cuando vi en tales empeños,
Vencidos y a los porteños,
Ser' vencido el vencedor.

Entre la turba confusa


A l g u n a s indias venían,
Cuyas greñas parecían
Los cabellos de Medusa;
U n a vi con lazo y chuza
Que la llamaban Polonia,
D e una indígena colonia
Cacica, que al parecer
Era, en traje de mujer,
El Bruto de Babilonia.

Unos instantes tan bellos


N o quise desperdiciar,
Y era prudencia agarrar
L a ocasión por los cabellos;
T o d o anunciaba destellos
D e un tormentoso fracaso,
Y por si llegaba un caso
Que me hiciese naufragar,
E r a prudencia evitar
Los empeños de un acaso.
POESÍAS DIVERSAS 121

Y o afianzaba mi reposo
H u y e n d o de aquel lugar,
Y no era justo dejar
Lo cierto por lo dudoso.
Érame m u y doloroso
Dejar mi suelo adorado;
D e un ciego honor compulsado
T a l vez me he extraviado así;
Mas si en esto delinquí,
S o y . . . . el delincuente honrado.

Mi situación era dura,


Sin recursos para el viaje;
M a s dióme el rancho y pasaje
La mas hidalga hermosura ;
S u generosa finura
M e sacó de aquel aprieto,
Y hoy, precavido y discreto,
S u nombre no te diré,
Pues siempre conviene que
Nadie fie su secreto.

Embarquéme en una escuna


D e mezquina y mala estrella,
Que temieran de ir en ella
Los hijos de la fortuna;
P o r seguir opaca luna
Dejaba un naciente sol, ( i )
Que en su espléndido arrebol
T a l vez me fuera propicio:
N o hiciera igual sacrificio
El más heroico español..

( 1 ) A l u s i ó n á la bandera de los patriotas independientes, que tenía por escudo un


sol, en c u y a alusión y en lo que sigue, se traducen bien las simpatías que el autor sen
fía hacia la causa de los libres, batallando interiormente entre su pretendido deber y s u
i n c l i n a c i ó n natural.
122 F. A. DE FXGUEROA

U n huracán horroroso
T>3 lluvia, rayos y viento,
D e la mar en un momento
Movió el impulso furioso ;
D e l embate proceloso
L a escuna era el triste juego,
Parecía desde luego,
Que mi estrella infausta, impía,
Contra mi vida quería
Venganza en agua y en fuego.

Salvar la vida, infeliz,


Desnudo, y en un desierto,
E n tales ansias, por cierto,
E r a . . . . el naufragio feliz;
Dio el palo mayor un triz,
Y al darlo segunda vez
S e vino abajo. . . . ¡pardiez !
F u é el lance tan apurado,
Que en él hubiera temblado
El gran príncipe de Fez.

Entre el horrendo tronar,


Entre el rugir de los vientos,.
O y ó mis tristes lamentos
Nuestra Señora del mar.
A l punto empezó á calmar
L a tempestad con la aurora;
L a ira del mar destructora
R e s p e t ó su excelsa voz,
Porque á la madre ele Dios
Hasta lo insensible adora.
POESÍAS DIVERSAS 123

Cuando el mar se hubo aplacado,


Y con vida me encontré,
Y o mismo á mí me j u z g u é
El muerto resucitado ;
Pero estando maltratado
E l bajel, se determina
Ir á Santa Catalina,
Isla florida y tan bella,
Que pensé habitaba en ella
Marta la Reníorantina.

Salvado y a del rigor


D e Neptuno y sus enojos,
Pareció la isla á mis ojos
El primer templo de amor;
E n su playa con ardor
Mi labio imprimí aquel día:
¡ Oh, cuan grato es, á fe mía,
V e r , de un modo singular,
Convertirse un gra?i pesar
En la mayor alegría!

V e n c e r del mar el encono,


Y de la opresión salir
A ser libre, era subir
De la sepultura al trono;
Brilló la suerte en mi abono
Sin contrariedad alguna,
Favorable y oportuna
Mis deseos la encontraron;
Y en verdad, no me faltaron
Lances de amor y fortuna.
124 F. A. DE FIGUEROA

Quince días solamente


A l l í estuve, hasta que hallé
U n lugre, en que me embarqué
A esta corte diligente;
A q u í llegué felizmente
A l término apetecido:
Pasólo asaz divertido
Dando de mano al pesar,
P u e s aquí vine á encontrar
Las botellas del olvido.

A nuestra Carlota infanta


Hablé, y besé la real mano,
C u y o porte soberano
Tanto admira como encanta;
L e hablé con soltura tanta
Cual tú no imaginarás:
E l l a me honraba, además,
Con bondad, y en tal momento
El honor da entendimiento,
Y el más bobo sabe más.

A n t e el príncipe R e g e n t e
U n fidalgo me llevó,
Y , en verdad, me pareció
El monarca más prudente;
A su pueblo - ama clemente
Como un pastor á su g r e y ;
D e A s t r e a observa la ley,
É imparcial en sus acciones,
E s en todas ocasiones
El mejor alcalde el Rey.
POESÍAS DIVERSAS

Contra el poder y violencia,


A l que v e inocente a m p a r a ;
Que es su virtud más preclara
Saber premiar la inocencia.
E l oye con indulgencia
D e la humanidad el g r i t o ;
Mas, si un odioso delito
A ser severo le obliga,
Su alma gime, porque abriga
L a gran clemencia de Tito.

Mas, si el príncipe al Brasil


D a ejemplos tan paternales,
E n los demás t r i b u n a l e s . . , .
Duendes hay, señor don Gil.
Cualquier bajo ministril
T o m a aire de altanería;
A n t e ellos, con tiranía,
Siempre el grande h a de triunfar,
.Si llegan á testigar
El labrador y el Usía.

N o imagines que esto es


U n defecto nacional,
A n t e s es fino y leal
E l carácter p o r t u g u é s ;
S i en unos el interés
Obra, en otros hay nobleza:
Y o , al menos, hallé llaneza,
Protección y amable trato,
Y no he de volver, ingrato,
Agravio contra fineza.
126 F. A. DE FIGUEROA

Este puerto es sin segundo


E n belleza y extensión,
Y en la común aserción
T a l vez el mejor del m u n d o ;
E s en islas m u y fecundo,
D e apariencia peregrina;
L a vista de la marina
U n mágico cuadro ofrece,
Tanto, que el puerto parece
El jardín de Falcrina.

Como en torno á la ciudad


S e elevan cerros y montes,
Tiene bellos horizontes
D e una agreste variedad;
E n lujo y feracidad
S u campiña es un tesoro:
Verjel de esmeralda y oro
D e belleza más completa
Que aquel que forjó un poeta
P a r a . . . . Angélica y Medoro.

E n la ciudad es variable
E l clima, como el ambiente:
P o r el verano es ardiente,
P o r el invierno a g r a d a b l e ;
Cuando h a y seca es m u y durable,
Y de influencia fatal;
Pero cuando llueve es tal
L a abundancia, que hubo día
Que pensé que volvía
El diluvio tmiversal.
POESÍAS DIVERSAS 127

D e dolencias achacosas
D e l país, la más temible
E s la excrecencia terrible
D e piernas. . . . y de otras cosas;
A l g u n a s h a y espantosas,
D e un volumen extremado,
M a s dicen, y está probado,
Q u e se libra de hinchazones
Quien diere á ciertas pasiones
El garrote más bien dado.

H a y aquí cierta locura


(Pero en la clase vulgar),
Que es el vivir en su hogar
E l bello sexo en clausura;
Mas, bien poco se asegura
D e su A r g o s la pretensión,
A u n q u e evite con tesón
A su oprimida sultana
L o s riesgos de una ventana,
Los peligros de im balcón.

Bien pudiera la experiencia,


Con ejemplos numerosos,
H a c e r ver á estos celosos
Que amor no admite violencia;
Mas, no sé si es influencia
D e l país, ó fanatismo:
Ellos siguen en su abismo,
Y al gamo hay tan necio, que
Sería m u y capaz de
Tener celos de si mismo.
F. A. DE FIGUEROA

Pero aunque h a y a hombres tan fieros,


H a y criadas fieles y activas,
Y las astutas cautivas
Burlan á sus carceleros;
Tienen modos hechiceros,
Llenas de amable ternura,
Y el amor les asegura
Casi infalibles despojos,
Pues puso en sus lindos ojos
Las armas de la hermosura.

E n las noches no pluviosas


Salen á cazar pichones
Garzas con largos mantones
E n forma de dolorosas;
A l g u n a s , m u y cuidadosas,
S e cubren el rostro tanto,
Que á veces parece un santo
L o que es un diablo encubierto:
A s í son muchos, por cierto,
Los lances que tapa un manto.

Esta raza seductora


D e las Circes de esta tierra,
Mayores males encierra
Que la caja de Pandora;
E l mísero que esto ignora
D a sin remedio en la trama,
Y después tendrá en la cama
Que p a g a r su error insano,
O á manos de un cirujano
Dar la vida por su dama.
POESÍAS DIVERSAS 129

Cuando van á las funciones,


L a s brasileras vulgares
S e ponen cintas, collares,
Cadenas y medallones;
Flotan vistosos festones,
R i c a s plumas, y valonas,
A s í algunas de estas donas
Con sus gorras y aparejos
Parecen, vistas de lejos,
La Circe de dos coronas.

L a s brasileras que son


D e un orden más distinguido,
E n su porte y su vestido
Guardan mejor elección;
D e finura y discreción
Son las imágenes b e l l a s :
Sólo critiqué de aquéllas
Sin mérito, y lo prevengo,
Porque á un mismo tiempo tengo
Guerra y paz con las estrellas.

También es una excepción.


Entre otras más que no cito,
Cierta joven que visito,
D e hermosura y discreción;
Pero una tía, ó dragón,
L a guarda con su poder,
Y no es dado adormecer
A este A r g o s que no la deja,
Porque tiene la tal vieja
Astucias de Lucifer.
130 F. A. DE FIGUEROA

Despechado algunos días


Contra esa tía, ó pantera,
Confieso que ser quisiera
E l patriarca Mata - tías;
N o por esto de falsías
Quieras, Ernesto, argüirme,
Ni juzgues pienso evadirme
De mi ya empeñada fe,
Pues creo que bien podré
Amar á dos y ser firme.

D e rostro amable y gentil


Conozco á otra, y tan bella,
Que envidia tuvieran de ella
Las zagalas del fcnil;
A l ver su rostro infantil
M e encanto y me maravillo;
Pero á un ángel tan sencillo
Oprime un tutor severo,
Que es, como otro cancerbero,
El alcaide del Castillo.

Cierta bondad candorosa


E s propia en las brasileras,
M a s las de Europa, altaneras,
L a s tienen en poca cosa;
Con vanidad desdeñosa
L a s tratan, y ellas también
Resentidas, porque ven
Procedimiento tan necio,
P a g a n en justo desprecio
El desden con el desdén.
POESÍAS DIVERSAS 131

H a y suntuosas procesiones ;
Pero una vi, que, á fe mía,
T o d a ella se componía
D e angelitos y sayones ;
Unos santos gigantones
E n altas andas se elevan,
Que al ver las caras que llevan
Pudiera hacerles la cruz
El más temido andaluz
Y guapo Francisco Esteban.

Entre el v u l g o h a y un error,
Que hará gran cuenta al demonio,
Y es, que hace su San Antonio
Milagros sólo á rigor;
L o amarran que es un dolor,
Y con impía piedad,
D e l niño la Majestad
L e arrancan al pobre santo:
Que no le hiciera otro tanto
El califa de Bagdad.

Cuando un negro se les h u y e ,


D a n con el Santo en un pozo,
Y si aparece es forzoso
Que á milagro se atribuye;
M a s si no le hallan, concluye
Enteramente el respeto:
L o castigan, no en secreto,
Sino ante la luz del d í a ;
Si á esto no llamo heregía,
Póngale nombre el discreto.
132 F. A. DE FIGÜEROA
J

L a Divina Majestad
Sale de día ó de noche,
Bajo de palio ó en coche,
Con música y su hermandad;
Tributan á la Deidad
Adoración ostentosa,
M a s no es oro toda cosa
Que á la vista resplandece,
Y á veces virtud parece
La devoción engañosa.

E l coliseo real
Tiene formas elegantes,
Decoraciones brillantes
Y gran banda musical;
D e un mérito sin igual
E n ella un negro famoso
A l concurso numeroso
D e varios modos encanta,
Pues es cuando toca, ó canta,
El negro más prodigioso.

Pero los cómicos son


Malísimos, en efecto,
Porque tienen el defecto,
D e gritos y afectación;
Cargan su declamación
Con empalagosa miel:
Ellos, en su tono infiel,
Grandes pasiones declaran,
Y habla Orestes como hablaran
Los amantes de Teruel.
POESÍAS DIVERSAS

M a s y a de este pueblo hermoso


Largamente he criticado,
Y es que sólo lo he mostrado
P o r el lado defectuoso;
Indemnizarlo es forzoso
Y por las nubes ponerlo,
Y para mejor hacerlo
L o he criticado este d í a :
E s t o sí que es, á fe mía,
Ser fino y no parecerlo.

Adiós, pues, amigo a m a d o ;


T ú indulgente á mis defectos,
E n mis más finos afectos
Manda, cual siempre has mandado.
S é que te habré fastidiado
Con tanto dislate escrito;
S o y culpable, lo repito,
A p o l o lo quiso así:
Con esto dirás que fui
El culpado sin delito.
F. A . DE FIGUEROA

La metromanía

Décima de otro autor

Tocando la lira Orfco,


Y cantando Jeremías,
Bailaban unas folias
Los hijos del Cebedeo ;
En esto el dios Himeneo
Viendo d la casta Susana,
Que asomada á una ventana
Se rascaba la mollera,
Exclamó: ¡oh quién te viera
Gran Duquesa de Toscana!

Glosa hecha por mi

L a tribu de Nepthalí
E n pos de los argonautas
Salió en coro, á son de flautas,
Declinando el quis vel qui;
Y estando en el Potosí
Neuton parando rodeo,
T i r ó al aire el solideo
Y dijo al r e y de L o a n g o :
¡ C a l l a ! . . . . y empiece el fandango
Tocando la lira Orfeo.
POESÍAS DIVERSAS
135

David, cual loco de atar,


S e arremangó la chaqueta,
Y dio con su arpa en la jeta
U n golpe al rey Baltasar.
¡Guerra á muerte! gritó A g a r ,
¡Guerra, g u e r r a ! el Cid R u i - D i a z ;
Mas, para obviar fechorías,
Celebraron un festín,
Tocando Homero el violín
Y cantando Jeremías.

Dido empezó con Sansón


Bailando la media caña,
Y por darse poca maña
S e le rompió el peinetón.
Salió en seguida Escipión
Con Betsabé la de U r í a s ;
Sonaban mil chirimías,
Y entre tanto en un desván
Pompeyo, Jerjes y A d á n ,
Bailaban unas folias.

Picóse Numa Pompilio


Y casi rompen los platos,
M a s recordóle Pilatos
L a s Geórgicas de V i r g i l i o ;
Con su prudencia y auxilio
Terminó en paz el bureo,
Bien que al incauto Theseo
Con insolencia y descaro,
Ganaron el poncho al paro
Los hijos del Cebedco.
F. A. B E FIGUEROA

E n el galpón un debate
Tuvieron Ciro y Patroclo,
Sobre si es mejor el choclo
Que la cuajada y el víate;
V a m o s jugando al uñate,
Gritó entonces Clodoveo,
Y volviendo al regodeo
S o n ó la gaita gallega,
Cuando de repente llega
En esto el dios Himeneo.

Frunció Cupido el bigote,


Y echando al hombro su aljaba,
S e fué á j u g a r á la taba
A tm rancho con don Quijote;
R e s o n ó entonces el pote
Que hacía oficio de campana,
Y entrando con su macana
Dio A s u e r o un golpe á Nebrija,
Que estaba por una hendrija
Viendo á la casta Susana.

D e resultas de este agravio


Mandó Bélianis de Gaula
Matar de hambre en una jaula
A l rey don Alfonso el Sabio ;
M a s luego César Octavio,
Terciándose l a sotana,
Gritó á la Samaritana,
Que al balcón salió en camisa:
Mejor te era estar en misa
Que asomada d una ventana.
POESÍAS DIVERSAS 137

Viendo que y a con e l Vino


Todos iban dando en borra,
Salió á vender mazamorra
E l gran sultán Saladino;
Recibióle el rey Pepino
Con salvas en su frontera,
Mas Héctor como una fiera
Mirándolos de reojo,
P o r v e r si atrapaba u n piojo
Se rascaba la mollera.

Jacob sobre esta jarana


Escribió un libro d e á folio,
Y en lo alto del Capitolio
Bailó el ondú y la tirana;
V e n u s con su áurea manzana
S e le acercó zalamera,
Y Jacob, c u y a ceguera
No le impedía él olfato,
Relamiéndose cual gato
Exclamó: ¡ oh quien te viera f

P o r último, con R a q u e l
B a i l ó Ovidio tm pericón,
Y tras de ella A g a m e n ó n
A n d a b a hecha un c a s c a b e l ;
Entonces desde B a b e l
Nemrot vino en una alfana,
Y porque le dio la gana,
Causando envidia y asombro,
Dijo á R a q u e l : y o te nombro
Gran duquesa de Toscana.
138 F. A. DE FIGUEROA

A una vieja que fingía dolor de muelas

Soneto

F i n g e s dolor de muelas y te quejas,


Cuando en esas quijadas ha diez años
Sólo habitan dos dientes ermitaños,
P u e s las muelas cayéronse de añejas.

N o me arrugues la frente ni las cejas,


P u e s no me haces tragar tales engaños,
Y aunque pintes el pelo con cien baños,
L a s niñas de tus ojos son dos viejas.

A puro solimán, como retablo


S e v a volviendo turca esa tu cara,
R e t r a t o fidelísimo del diablo;

M a s lo que es tu nariz, es prenda rara:


T a n extraña es su forma, por San Pablo
Q u e no sé si es nariz ó si es mampara.
POESÍAS DIVERSAS

Gemidos de una madre

VERSOS DEL POETA ZORRILLA

Si en la muerte y el no ser
Hay un recuerdo de ayer,
Otra vida como aquí,
Detrás de esc firmamento
Conságrame tm pensamiento
Como el que tengo de ti.

Glosa

Sombra amada ¿ dónde estás ?


Mas ¡ a y ! no me es dado el verte
Jamás. . . . ¡ Oh mísera suerte,
Qué horrible es este jamás!
V e n hijo amante y verás
Cuál me ha puesto el padecer;
N o sé y a donde ha de haber
U n alivio á mi honda herida,
Si en la existencia y la vida,
Si en la muerte y el no ser.

Feliz y o con mi tesoro


S o ñ é un brillante futuro,
Mas derribó un viento impuro
Mi bien, mis castillos de oro.
H o y sólo el amargo lloro
Queda á esta infeliz mujer;
Nada hay que me h a g a entrever
Mi antiguo y feliz delirio: ,
Sólo para más martirio
Hay tm recuerdo de ayer.
F. A . D E FIGUEROA
lío
E n dos afectos mi pena
M e divide y me reclama:
U n o á la tumba me llama,
Otro al vivir me encadena;
M a s vivir de angustias llena
¿ D e qué me s i r v e ? . . . . ¡ y sin tí!
Y o te siguiera, ¡ a y de m í !
N a d a al mundo me ligara,
.Si allí contigo gozara
Otra -vida, como aquí.

Gime el bengalí en su nido


Q u e halló yermo y destrozado;
Y o sobre un sepulcro helado
Lloro al hijo que he perdido.
H e aquí su polvo querido;
A l cielo v o l ó su aliento,
A l l í desde el áureo asiento
Mi pena angustiosa mira,
Y tal v e z por mí suspira
Detrás de ese firmamento.

¿ Qué he pronunciado ? E l error


M e abisma, estoy delirante;
Perdona á una madre amante
E l frenesí del dolor.
E n su esfera de esplendor
N o h a y suspiros, no h a y tormento;
M a s si l l e g a allá el lamento
Desde este valle infelice,
Oirás uno que te d i c e :
Conságrame un pensamiento.
POESÍAS DIVERSAS

Si es dable en la eterna vida


Que nos amemos los dos,
Que entre una madre y un Dios
T u tierno amor se divida,
Á m a m e s i e m p r e . . . . y mi herida
Tendrá un dulce alivio así;
U n recuerdo para mí
Usúrpale al Ser Divino,
Puro como tu alma, y fino
Como el que tengo de ti.
Н2 F. A. DE FIGUERO A

Acróstico de felicitación

AL EXCMO . S E Ñ O R DO N F R U C T U O S O RIVERA, BRIGADIER


G E N E R A L Y P R E S I D E N T E DE L A REPÚBLICA

¡> esfuerzos de tu heroísmo


t^ibre la patria se mira
O e su estrago, y y a respira
Wn su poder y en tí mismo
4 i e r o un monstruo del abismo
Wxhaló su ira infernal;
l2¡ada alcanzó. . . . Siempre igual
С/зе fijó el lauro en tus sienes:
Oh qué honor! mil parabienes
Recibe, ilustre oriental. ( i )

K o y torna el monstruo á invadir


Msta patria que adoramos;
Rivera, á tu lado estamos:
O excelso triunfo, ó morir.
i n f a m i a fuera el vivir
n o n degradante señal:
Orientales! si fatal
C e la lid la muerte fiera,
Hn la tumba nos espera
i^a palma y prez inmortal.

( 1 ) Deb e notarse que los versos finales de las seia décimas de esta composición c o m ­
ponen el verso que para glosar se m e dio, y á cuya circunstancia añadí yo la de h a c e r l o
eu acrósticos. Dicho verso es el siguiente :

Recibe, ilustre oriental,


La palma y prez inmortal
En premio á tu alto valor ;
Todos con lauro y oliva,
Lleguen y repitan : ; Viva !
A su heroico defensor.
POESÍAS DIVERSAS 143

¡> esclavitud entregado


*-i al látigo ignominioso,
í^o será el pueblo glorioso
tjel mundo hasta hoy admirado.
Mi tirano detestado
i-rjerezca envuelto en horror:
Mntonces con doble honor
ízjueva aureola y más luciente
Oará la patria á tu frente
t>¡72 premio ci tu alto valor.

S¡o h a y dudar! el monstruo inmundo ( i )


Oaerá, y en la fiel historia
i n m o r t a l será tu gloria
í>nte A m é r i c a y el m u n d o ;
alzaránse del profundo
Oien pueblos con frente altiva;
Otros la emoción más viva
!^os expresarán gozosos,
(/¡aliendo á tu encuentro ansiosos
K^odos con lauro y oliva.

*-Hgual gloria y no más duelo


h-jendrá á par de tí la esposa
Cánida á tu suerte hermosa
D o m o un ángel de consuelo;
i n e f a b l e voz del cielo
Oirá la ciudad c a u t i v a ;
l l u e v o sol su luz festiva
Qará cuando aun tus rivales
Mn fraterno coro iguales
^leguen y repitan: / Viva /

( l ) El Dictador de B u e n o s Aires don Juan Manuel liosas


144 F. A. DE FIGUEROA

>sí entre himnos y blasones


Reines, no cual potentado
Wn frágil trono elevado,
hjero sí en los corazones;
Cnida en aclamaciones
bjendiga tu alto esplendor
f a patria; por que el honor
i g u a l e al merecimiento,
Oonsagre ella un monumento
¡\ su heroico defensor.
POESÍAS DIVERSAS 145

A Dorina llorosa

V u e l v e á llorar, ¡oh. dulzura!


Llora, con tal que no penes,
Pues en tus lágrimas tienes
L a s armas de la hermosura.

Llorando te vi, y amor


T o d a el alma me extasiaba,
Y absorto te contemplaba
Como al ángel del dolor.

Mi mente embriagada y loca,


S e abismó en delirio insano,
Y sobre tu dulce mano
Imprimí ansioso mi boca.

En mi ciega agitación
Te miraba, y la amargura
En otra emoción más pura
Me inundaba el corazón.

Cual sol naciente brillar


Suele con dulces desmayos,
Porque el ardor de sus rayos
Templa en las ondas del mar,

A s í tus tristes miradas


Lánguidamente me herían,
S u a v e s flechas que venían
E n dulce llanto bañadas.
F. A. DE FIGUEROA

Desde aquel día tu amor


R e i n a en mi pecho, apacible;
A m o r tímido y sensible,
Porque nació del dolor.

Desde entonces marcaré


Mi existencia por mi herida,
Ni he de contar como vida
E l tiempo en que no te amé.

M a s tú excitas mi ternura,
Llorando sin aflicción,
Pues y a sabes cuáles son
L a s armas de la hermosura.
POESÍAS DIVERSAS 147

Á la negrita Remedios

Juguete poético

Linda y donosa negrita,


A z a b a c h e sin' mixtura,
Antítesis de la albura,
¡ C u a n venturoso es tu ser !
P o r j o y a nueva en su clase
T u rareza se valora,
Y de tu amable señora
Eres el mimo y placer.

Y a entre cariños te mece


Pepita amable en su falda,
O ensaya en tí la guirnalda
Que debe su frente ornar;
Y a con balbuciente labio
S u acento en el canto sigues;
Feliz tú, si así consigues
S u oculta pena aliviar.

Ora sin concierto y sola


Cantas de tu patria amada
L a canción, antes sagrada,
Cuando allí imperó la l e y ;
O r a infantil y donosa
Bailas con giro travieso,
Y ella en p a g o te da un beso
Que lo envidiaría un rey.
F. A . DE FIGUEROA

L a esmaltada dentadura
Muestras, que perlas imita,
O la torneada manita
D o blanco el color se v e ;
Y con inocente orgullo,
Soy niña blanca, repites,
Y ninguna gracia omites
P o r que más besos te dé.

Objeto de esos cariños


Que así te halagan dichosa,
A la niña más hermosa
N o le envidies el color;
Que en el tuyo inalterable
H a y bellezas exquisitas,
Y lucen dos estrellitas
D e apacible resplandor.

Si á par de un albo angelito


T e ponen en competencia,
N o sé qué rara excelencia
Tienes, negrita gentil;
Pues con tu collar ornada,
Peinado el tenaz cabello,
Dudaré cuál es más bello,
Si el ébano ó el marfil.

V e n d r á un día en que obsequiada


Serás, negrita argentina,
Y vestirás seda fina,
R i c a s blondas y tisú.
¿Cómo te l l a m a s ? — R e m e d i o s ,
Dirás t ú . . . . mas los curiosos
Preguntarán maliciosos:
— ¿ Y qué males curas t ú ?
POESÍAS DIVERSAS 14!»

Al retrato de la señora doña Bernardina Fragoso de


Rivera

Improvisación

N o es dado al pincel humano


Copiar, bella Bernardina,
L a expresión amable y fina
D e tu rostro soberano;
E n este retrato en vano
Busco al bello original:
N o hallo ese encanto ideal
N i aquellas gracias que ostentas
Cuando hermosa te presentas,
¡ O h ángel del pueblo oriental!

Si A p o l o me concediera
Con blando verso pintar
T u imagen, que en digno altar
M i pecho guarda y venera,
¡ Oh, cuál tu retrato hiciera
Lleno de atractivos mil!
T a n majestuoso y gentil,
Q u e no lo hicieran más fiel,
Ni de A p e l e s el pincel,
Ni de Fidias el buril.
150 F. A. DE FIGUEROA

L a letra E

Enigma

S o y una entre otras hermanas


D e tan varia condición,
Que siempre en penas me miro ( i )
Y nunca estoy con dolor.

E n la inocencia y pecado
E x i s t o á un tiempo; mas y o ,
A u n q u e me hallo en ciclo y tierra,
N i mortal, ni santo soy.

T e n g o en medio de la nieve
Y del fuego mi mansión,
Y no falto al Ser Supremo,
A u n q u e siempre falto á Dios.

E n quietud y en movimiento
M e hallo, y es admiración
Que nunca estoy con soldados
Y estoy en un escuadren.

E n fin, esta quisicosa


E s t á en tu cuerpo, ¡oh lector!
Y l a hallas en todo instante
A u n q u e no en toda ocasión.

( 1 ) Es decir, en la palalira penis se mira la letra c y no está en la voz dolor. Por esta
clave se pueden comprender las demás indicaciones que se h a c e n .
POESÍAS DIVERSAS 15L

Mas y o cien duros te ofrezco


Y un gran poema en tu honor,
S i consigues el prodigio
D e hallarla en un año ó dos.
152 F. A. DE FIGUEROA

El Cielito Oriental

EN L A J U R A DE L A CONSTITUCIÓN

Entre tantos juramentos


Q u e hicimos en la opresión,
S ó l o v a l e el de l a patria,
Que es libre y del corazón:
¡Cielito de los tiranos,
¡ A y ! cielo, ¿ de qué sirvió
Q u e la boca diga sí,
Cuando el alma dice n o ?

C o m o entre frías cenizas


Conserva el fuego su ardor,
A s í en la opresión guardasteis
E l fuego libertador,
j Cielo de la independencia,
Cielito del patrio amor,
Q u e de vina chispa inflamada
F o r m a el incendio m a y o r !

D e la esfera del Brasil


U n a estrella se eclipsó,
Y h o y en el patrio estandarte
S e v e convertida en sol. ( i )
¡ Cielo de nuestra esperanza,
Cielito del pabellón,
N o vuelvas á ser estrella,
P u e s has llegado á ser s o l !

( 1 ) E n «1 t i e m p o de la dominación del Brasil, el Imperio añadió en su escudo una


estrella, simltolizando en ella la Provincia Oriental, llamada Estado Cisplatino.
POESÍAS DIVERSAS lí>3

Como del crisol el oro


S a c a acendrado valor,
A s í de opresión la patria
S a l e con más esplendor.
¡ Cielito de las tinieblas,
¡ A y ! cielo del resplandor,
Después de sombras opacas,
Qué hermoso parece el sol!

H o y los pueblos argentinos


S e arruinan en división:
Guardad la unión, orientales,
Q u e es nuestro escudo la unión.
¡ Cielito de la concordia,
Cielito de la Nación,
¡ Q u é débil es un cabello
Y qué fuerte es un cordón!

Con sangre á la patria dimos


Libertad, vida y honor;
Que no es posible á más precio
Comprar tesoro m a y o r :
¡ Cielito de las hermosas,
¡ A y ! cielo del dulce amor,
E l que muestre más heridas
E s e logre más favor !

L a dulce patria, orientales,


N u e v o fénix, renació:
Que las virtudes sustenten
L o que la espada alcanzó.
¡ Cielo de la libertad,
Cielito del patrio amor!
¿ D e qué sirve, si se pierde,
Gozar tan precioso don?
154 F. A. DE FIGUEROA

L a que en verdes esmeraldas


Pálida estrella se vio,
H o y entre azules y záfiros
N u e v o sol resplandeció. ( i )
¡Cielito de los colores,
E l azul prefiero y o !
D e celos quiero vivir,
Pero de esperanzas, no.

Enciende, ¡ oh patria! en los pechos


E s e incendio superior,
P o r que inflamados v í v a n o s ,
Salamandras de tu amor.
¡ A y ! cielo de los ardores,
Cielo de inmenso valor,
P o r que nuestra patria v i v a
Daremos la vida en flor!

( 1 ) Lii bandera del Imperio tiene fondo verde, y la Oriental fajas de azul c e l e s t e .
POESÍAS DIVERSAS 155

V e r s o s sueltos

Á L A J U R A D E L A CONSTITUCIÓN ( I )

En 18 de Julio de 1830

Mira ¡ oh patria! los' hijos que te aman,


Q u e tus cadenas en la lid rompieron;
L o s que allí á los tiranos resistieron,
A q u í á tu ley se humillan y te aclaman.

E l patriotismo y el valor unidos


P a r a salvarte, ¡ oh patria! concurrieron,
Cuando en la lid tus hijos decididos
Gritaron: ¡ libertad! y libres fueron;
T a n virtuosos cuan bravos y atrevidos,
E l bien que alcanzan, mejorar supieron;
Y alzando el templo de las leyes bellas,
Sabrán ser libres respetando á aquéllas.

Dejad, sombras ilustres, un momento,


L a mansión del sepulcro pavorosa,
R e s u r g i d á la luz, y el sacro acento
E s c u c h a d de la patria venturosa.
Libróla de opresión vuestro ardimiento,
Y h o y constituida en libertad reposa:
V u e s t r o heroísmo el galardón reciba,
P u e s supisteis morir porque ella viva.

(1) P a t a estas solemnes festividades hice como cuatrocientas estrofas en verso, cjue en
tarjetas, e n transparentes iluminados, ó recitadas en las funciones, solemnizaron el día •
d e ellas sólo conservo unas pocas, de las cuales son las que aquí van copiadas.
156 F. A . DE FIGUEROA

Mil glorias te anuncia,


¡ O h n u e v a nación!
L a dulce concordia,
L a Constitución.

S i un déspota osare
L a s leyes hollar,
Si el libre lo sufre
¡ A d i ó s libertad!

A r t e s y comercio,
Industria y saber,
Darán al Oriente
Grandeza y poder.

Manes de los bravos


Muertos en la lid,
A ver nuestras glorias
D e l polvo salid.

L a lanza y la espada,
Guerreros colgad,
Y alegres danzando
B e b e d y cantad.

Entre amor y patria


A c u d e el honor:
A ella antes que todo,
Y luego al amor.

Cantad, orientales,
E l día feliz
D o el sol de las leyes
Empieza á lucir.
POESÍAS DIVERSAS 157

Odio á los tiranos,


R e s p e t o á la ley,
E s de los patriotas
Virtud y deber.

D e Esparta y A t e n a s
L a ciencia y valor
Brillan en la patria
Con nuevo esplendor.

D e Themis al templo,
Patriotas v e n i d :
E l himno á las leyes
Cantemos allí.

Ninfas de Hipocrene
Cantos inspirad,
Que ensalcen de Oriente
L a gloria sin par.

Sangrienta anarquía
É infausta opresión,
S o n pésimas plagas,
Ninguna peor.

P a r a saberse regir
Tiene el Oriental Estado
L a fortaleza del joven,
L a prudencia del anciano.

L a gloria y prosperidad,
L a vida de la Nación,
Descansan en tres columnas:
L e y e s , libertad y unión.
F. A. DE FIGUEROA

L a excesiva libertad
E s fantasma destructor;
T r a e desorden, anarquía,
Ruinas, y al fin opresión.

Mostrad al mundo, orientales,


P a r a que sirva de ejemplo,
Que sabe ser ciudadano
E l que supo ser guerrero.

Junta, patria, las cenizas


D e los que por tí murieron,
P o r que de ejemplo nos sirvan,
E n suntuoso mausoleo.

Libre el que gimió cautivo,


A l ver rota su cadena,
Cambia en himnos de alegría
Sus lamentosas endechas.

Si amáis vuestra libertad,


L a g-ozaréis, en efecto,
Q u e un pueblo, á pesar del orbe,
E s libre si quiere serlo.

Cantad, nobles labradores,


Que fuisteis soldados fuertes;
Y a Marte no destruirá
L a s abundancias de Ceres.

A l sonar himnos de gloria,


P o n en tu pecho la mano,
Y si agitado no salta,
O eres servil, ó tirano.
POESÍAS DIVERSAS

Entre fajas de zafiros


U n sol brilla cual topacio,
Y como es sol del Oriente,
Nunca llegará á su ocaso.

H o y las bellas se atavían


Gon nueva g a l a y primor,
Y á los que Marte liberta
L o s v a á cautivar A m o r .

E s el amor de la patria,
Cual salamandra inmortal,
Que cuando arde más el pecho
Entonces más vivo está.

Escuchad, hijos de M a r t e :
H o y deposita la patria
S u respeto en vuestros pechos,
Sil defensa en vuestra espada.

D e patria el amor se muestra


E n el celo, no en los celos,
Que aquel que más los abriga
E s el que la quiere menos.

D e entre las cenizas yertas,


Constituida y liberal,
R e n a c e s hoy, dulce patria,
Como el fénix, inmortal.

Si no se guardan las leyes,


L a independencia es quimera,
Porque libertad y patria
S o n sueño ideal sin ellas.
1U8 F. A. DE FIGUEROA

A l g ú n numen protector
T e defiende, ¡ oh patria mía!
Pues, cuando te a m a g a un daño
T e sobreviene una dicha.

E n política también
H a y hipócritas perversos:
L o que dicen con la boca
L o desdicen con los hechos.

R o m a virtuosa mantuvo
A l mundo bajo su mano,
Después corrompida y débil
B e s ó las plantas de Octavio.

E s deber del magistrado


Dirigirnos con su ejemplo,
Q u e el cangrejo en vano enseña
A andar sus hijos derecho.

E l que v e y sufre indolente


Hollar la ley y sus fueros,
O no merece ser libre
Ó no tiene gusto en serlo.

T u honor y palabra empeñas,


Fabio, en guardar nuestras l e y e s :
N o seré y o el que te fíe
Sobre prendas que no tienes.

T u fortuna floreciente,
¡ O h patria! siga en aumento,
H a s t a que próspera alcance
T u fin al fin de los tiempos.
POES [AS DIVERSAS

A l a j u r a de l a Constitución

Oda

¡ S a l v e día feliz! para el Oriente


D e dulcedumbre y gloria ;
D e h o y m á s l a p a t r i a b r i l l a r á en la historia
C o n s t i t u i d a , feliz é independiente;
Y el Código sagrado
Q u e en sus aras sus hijos h a n j u r a d o .
O b r a d i g n a de T h e m i s y de Astrea,
D e sus derechos el b a l u a r t e sea.

¡ S a l v e otra vez, aurora,


D e tantos beneficios precursora!
Tu luz pura esplendente
S u claridad difunda,
Y encienda dulcemente
E l a l m o f u e g o e n q u e el a m o r se i n u n d a ,
D u l c e amor de la patria y sus derechos.
Q u e a r d e r á i n e x t i n g u i b l e en nuestros pechos.

¡ S a l u d a l héroe que c o n faz serena,


libertad proclamando,
Y l u e g o heroico en S a r a n d í triunfando, i \ )
T r o z ó de Oriente l a fatal cadena !
¡ S a l u d al que en Misiones
T r e m o l ó victorioso sus pendones ! (2)
C o n su valor, con su virtud y ejemplo
E l l o s abrieron de l a patria el templo.

( 1 ) El General clon Juan Antonio Lavalleja, que en Abril de 1825 desembarcó en la


líanda Oriental, con otros ¡V2 bravos, y dio el iirinier grito de lti g u m a contra los por-
tugueses y brasileros, que dominaban el país, conflagró cu entusiasmo á los habitantes
de la campaña, y ganó» la célebre victoria de Sarandí.
(2) El General don Fructuoso Itivera, (pie uniéndose á la revolución, y arrastrando en
pos de sí el resto de la campaña, dio á aquélla un impulso decisivo ; gituó la batalla del
Hincón, conquistólos pueblos de ¿listones, é hizo grandes proezas.

G
102 F. A. DE FIGUEROA

¡ Y vosotros, varones,
Émulos de Licurgos y Solones,
Que con alta prudencia,
Con ilustrado celo,
L a cara independencia
E n las leyes fundáis del patrio suelo,
Gózaos en la obra, recibid las palmas
Y tanta gloria inunde vuestras a l m a s !

¡ Orientales! el fuego que exhalando


Están los corazones,
Para ejemplo y lección de otras naciones,
Dure más que el vivir reanimando
A uestra ceniza inerte;
r

Y allá en la oscura estancia de la muerte,


D e l patriótico ardor que hoy os inflama,
Fósforo sepulcral arda la llama.

Y arderá permanente,
Que si algún opresor osa impudente,
Cual Prometeo impío,
R o b a r el fuego sacro,
D e entre el sepulcro frío
Alzándose en sangriento simulacro,
L e despedace allí por tanto insulto,
Quedando su cadáver insepulto.

i Oh c u a n dichosos días el futuro


T e anuncia, ¡oh patria m í a !
N o más la esclavitud ni la anarquía
Turben tu dicha con aliento impuro:
E n tu fecundo suelo,
S u s bendiciones derramando el cielo,
Gozarás venturosa, independiente,
L a paz y la abundancia permanente.
POESÍAS DIVERSAS 1U3

V e r á s crecer frondoso
De libertad el árbol delicioso:
Bajo su sombra amena
D e l Támesis al Nilo,
Y desde el V o l g a al Sena,
Vendrán los libres á buscar asilo;
Y dirá el mundo al repetir tu n o m b r e :
¡ H e allí. la patria universal del hombre!

E n la industria y las artes prosperando


Irás con tal presteza,
Que al contemplar tu colosal grandeza,
Si eres tú misma quedarás dudando;
Mas viendo de repente
D e l Sarandí la plácida corriente,
D i r á s : ¡ la misma soy, aquí vencieron !
¡ A q u í mis hijos libertad me dieron!

¡ Oh placer! ¡ oh alegría !
Cantemos, orientales, este d í a ;
Cantemos, y gozosos
Mil himnos entonemos,
Y en ecos armoniosos
L a Nación Argentina saludemos;
Nación grande, que fuerte y denodada,
Nos cubrió con su escudo y con su espada.

Y tú vuela, canción, y al héroe digno


D e la augusta corona,
Que allí impera, do la Una y otra zona
T o c a y divide el Capricornio s i g n o ;
D e l Brasil esperanza,
V a s t a g o el más ilustre de Braganza, ( i )
V e . . . . y le saluda con afecto fino
P o r el pueblo Oriental y el Argentino.

( 1 ) P o n Pedro I, Emperador del Brasil, que había aceptado y reconocido la indepen-


dencia de la República.
101 F. A. DE FIGUEROA

E l mundo, ¡oh patria! admira


V u e l t a en halago tu sangrienta i r a ;
La dulce independencia
T u s hijos defendiendo,
D o encuentran resistencia
Allí se estrellan con furor tremendo;
A l c a n z a n libertad . . . . A l punto unidos
S e abrazan vencedores y vencidos.

H o y t o d o es c o m p l a c e n c i a : el rostro adusto
E s c o n d e el fiero Marte,
Y festivo resuena en toda parte
De u n i ó n y l i b e r t a d el eco augusto.
¡Ved cuan ledo el anciano,
Q u e doce lustros lamentara en vano,
C l a m a jurando nuestras leyes bellas,
G o z a r sus fueros ó morir por ellas!

L o s fuegos, l a armonía,
S u b e n a l éter m e j o r a n d o e l d í a ;
L a s ninfas del Oriente,
Con danzas y primores,
Giran vistosamente
Sembrando gracias, recogiendo amores,
Y doquier suena en música festiva:
¡Vivan las leyes! ¡el Oriente viva!

L a s trompas y clarines repitiendo,


En l a esfera el sonido,
Y del bronceo cañón el estampido,
H i e n d e n la auras. A l marcial estruendo
Del Uruguay undoso,
Las Náyades en coro delicioso,
S u s pabellones de cristal dejando,
H i m n o s entonan con acento blando.
POESÍAS DIVERSAS

Y el caudaloso río
Alzando el rostro venerable y frío
D e sauces coronado,
Y en la diestra el tridente,
Prorrumpe enajenado,
Con voz de trueno: ¡ Oh p ueblo del Oriente,
T ú serás venturoso cual ninguno!
Esto te anuncia el hijo de Neptuno.
1GG F. A. DE FIGUEROA

L a muerte del pescador

Canción (i)

H e allí sola y vagando


Francina en la ribera;
A l pescador espera,
Consuelo de su hogar.
Entona en dulce acento
L a canción de su amante,
Y tiembla á cada instante
Mirando triste al mar.

L a vacilante luna
E n las ondas riela,
Y ella con ansia anhela
S u barca divisar.
M a s y a las turbias a g u a s .
Furioso el viento agita,
Y su pecho palpita
Mirando triste al mar.

Entonces su lamento
R e s u e n a acongojado,
Y el nombre de su amado
R e p i t e sin cesar.
Nadie responde . . . . E n vano
A l sordo cielo implora
Y se confunde y llora,
Mirando triste al mar.

( 1 ) Esta coninosición es imitación libre de una en francés,


POESÍAS DIVERSAS 167

Repente allá en las ondas


Luchar un bulto mira:
E l es, ¡oh Dios! y a expira
E l ángel de su hogar.
A l cadáver ansiosa
Lanzarse en vano quiere,
Su horror la rinde y muere
Mirando triste al mar.
1CS F. A. DE FIGTJEROA

L a huerfanita

Canción

A la margen de un manso arroyuelo,


Bajo un sauce frondoso se sienta
L a infeliz huerfanita, y lamenta
D e esta suerte del hado el rigor:
« Solitaria cual flor sin abrigo,
D e l amor y el misterio nacida,
¿Qué pretendes hallar Celeonida?
¡Nada tienes sino tu dolor!
Celeonida,
¡Nada tienes sino tu dolor!

¿ D o se ocultan las prendas amadas


Que la triste existencia me dieron ?
¡Desgraciados! en vano me hicieron
U n presente funesto y fatal.
Sin hallar el consuelo anhelado
Que mi pena profunda suavice,
N o me es dado gozar, infelice,
Ni el halago de amor maternal!
¡ Infelice,
Ni el halago de amor maternal!

Cuando al cielo la candida luna


Ilumina, rielando serena,
Y o la miro, y exclamo con p e n a :
¡ T a l vez ellos la miran también!
D e un objeto ideal y apacible
E n las nubes la imagen se ofrece,
¡ Pero luego en vapor desparece
L a agradable ilusión de mi bien!
¡ Desparece
L a agradable ilusión de mi bien!
POESÍAS DIVERSAS

Y o vi un día una tierna paloma


Que á su implume polluelo arrullaba,
Y el palomo en su nido enlazaba
Blandas plumas de vario matiz;
Bajo el ala materna piando,
L a avecilla sacaba el piquito,
Y y o triste e x c l a m é : ¡ Pichoncito,
Cuánto envidio tu suerte feliz!
¡ Pichoncito,
Cuánto envidio tu suerte feliz!

¡ O h ! arroyuelo, que al mar en tus ondas


Murmurando te llevas mi lloro,
T ú entre flores, alegre y sonoro,
A tu centro consigues llegar.
Y o entre espinas que el alma me hieren,
D e mi centro me miro arrojada,
Tan aflicta y asaz desgraciada,
Que mi llanto se pierde en el mar!
¡ Desgraciada,
Que mi llanto se pierde en el mar!»

A q u í alzando la huérfana al cielo,


Como un ángel la faz seductora,
R i c a s perlas que envidia la aurora,
D e sus ojos se vieron caer.
Mas un genio de luz en las auras
R o z a g a n t e sus alas agita,
Y repite: «¡No más, huerfanita;
Y a tu pena se cambia en placer!
¡ Huerfanita,
Y a tu pena se cambia en placer! »
170 F. A. DE FIGUEROA

Á las siete palabras

Endechas devotas

i. a
palabra — P a d r e : ¡perdónalos que no saben lo que hacen!

D e fieros verdugos
Cercado, mi Dios,
V o s pedís por ellos
Y nadie por vos.
¡Qué raro contraste
E l cielo admiró,
D e agravio y finezas,
D e ofensa y perdón!

2. a
palabra — Hoy serás conmigo en el Paraíso

Dimas un recuerdo
Pide al Salvador,
Y un cielo consigue:
¡ Dichoso ladrón!
« ¡ A c u é r d a t e ! » . . . . dijo,
Y el Dios le escuchó,
Y un premio le ofrece
D e inmenso valor.

3. p a l a b r a — ¡ M u j e r ,
a
esees tu hijo !

A l ver de María
L a angustia y dolor,
« Mujer: ve á tu hijo, »
Dice el Redentor.
N o la llama madre,
Que en tal aflicción
U n nombre tan tierno
Quiebra el corazón.
POESÍAS DIVERSAS
171

4. palabra — / Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has dcsam*


a

parado ?

E n cruel desamparo
E inmensa aflicción,
«¡Dios mío, Dios m í o ! »
Clama el mismo Dios.
E l sol se conturba
A l triste clamor,
L a s piedras se ablandan,
Los bárbaros no.

5. a
palabra — Sed tengo

Sediento se queja
E l R e y que nos dio
E n fuente de vida
Raudales de amor.
L a hiél que le aplican
D e amargo sabor,
Mezclada en su sangre
S e dulcificó.

6. palabra — Consumado
a
está

Y a e l gran sacrificio
Consuma su a m o r ;
Y a del fiero cáliz
L a s heces bebió;
Y a en cruel agonía
S u b o c a entreabrió,
Cuel si nos mandara
S u último adiós.
F. A. DE FIGUEROA

7. palabra — Padre:
a
en hes manos encomiendo mi espíritu

S u espíritu sacro
A l Padre ofreció,
Y e x p i r a . . . . y al suelo
S u rostro inclinó.
¡ Oh bondad inmensa !
¡ Oh abismo de amor!
¡ A u n muerto se inclina
H a c i a el p e c a d o r !
POESÍAS DIVERSAS

E n i g m a aritmético

D o s son tres, y tres son cuatro; ( i )


Siete son cinco, uno es tres;
También diez y ocho son nueve,
Y diez y nueve son diez.

(1) Dos, conlicno fres letras ; ¿res, contiene cuatro, etc.


F. A. DE FIGUEROA

A l álbum de una hija

E s un álbum el templo misterioso


Donde ingenio y amor se ven brillar:
Holocaustos al mérito y virtudes
Son las ricas ofrendas de su altar.

E n las aras del tuyo mil recuerdos


Lucirán como estrellas de r u b í ;
Mas será sobre todos el más puro
E l beso paternal que imprimo aquí.
POESÍAS DIVERSAS

A l álbum de A m a l i a

D e los rayos que el genio difunde,


U n destello mi espíritu encienda,
Por que digna mi débil ofrenda
Pueda al ángel de Oriente ofrecer;
Y merezca con himno sonoro,
( Q u e repita de Diosa de Idalia)
E n el álbum precioso de A m a l i a
Con orgullo mi nombre poner.

Dulce joven, honor de la patria,


D e virtudes sociales modelo,
¿ Quién con pecho de bronce ó de hielo
Tantas gracias impune miró ?
S u hermosura, candor y talento,
Resplandecen cual pálida estrella,
Que al formarla' tan pura y tan bella,
Sus tesoros el cielo agotó.

Con la banda de V e n u s divina


S u cintura las Gracias ciñeron,
Y ellas mismas de envidia murieron
Cuando vieron su forma ideal.
Sus cabellos en blondos anillos
Sobre el seno de nácar descienden,
Y sus ojos serenos no ofenden
A l que hieren con luz divinal.
F. A. DE FIGUEROA

Candorosa como alba azucena,


R e s p i r a n d o del cielo la calma,
M á s virtudes le adornan el alma
Q u e atractivos l a faz j u v e n i l .
D e sus padres orgullo y decoro,
C a d a día su mérito aumenta,
Y d o q u i e r a q u e a m a b l e se ostenta,
E s A m a l i a l a h e r m o s a enti'e m i l .

M a s y a vemos el mísero anuncio


D e su ausencia futura, y parece
Q u e en la esfera la luz desfallece
A m a g a n d o sombrío capuz.
Y Cupido mirando á las bellas,
Sin A m a l i a , dirá desarmado:
¿ De qué sirven las flores al prado,
S i d e l c i e l o se a u s e n t a l a l u z ?
POESÍAS DIVERSAS

Al álbum ds María

\> l ' A l b u m de M a r i e , objet de tant d'hommages,


î£j a p l u m e o f f r e u n b o u q u e t e n c h i f f o n n a n t d e u x p a g e s :
! > h, p a r d o n ! S i m o n c œ u r s ' é l è v e j u s q u ' à t o i
Y$ e p r o c h e s o n a r d e u r , m a i s p a r d o n n e s a f o i ;
i—i 1 d e v r a i t s e b o r n e r ( g r a n d D i e u , q u e l hémistiche!)
ï > répéter deux fois ce q u e dit l'acrostiche. ( i )

( 1 ) El acróstico dice : Á Ntri't. Repitiendo dos veces de seguida, se dirá : .lmríí'íVí á


Markt, que equivale á : yo debería amar á Muría; he aquí toda la sut ile/.a.
F. A. DE FIGUEROA

La copa de Ganimedes

La espléndida copa do el néctar divino


Sirvió Ganimedes á Jove inmortal,
Para hacer su saludo, previno
A L u i s i t a m i afecto leal.
Delicada, dulce y bella,
H o y la canta mi laúd,
Pues lucen en ella
Candor y virtud.
L o s que miran
Tai primor,
Aspirarán
Amor.
Sí,
Sí,
Venid.
No,
No,
Volad:
Es ella
D e los Pérez l a nítida estrella,
De los Sierra la amable deidad.
POESÍAS DIVERSAS

Á un niño retratado después de muerto

D e l amor conyugal prenda primera,


Compendio de las gracias, ¡ oh dolor!
F a l l e c i ó en su naciente primavera,
C o m o herida por el cierzo tierna flor.

C o n fiera r a p i d e z l a p a r c a impía
D e v o r ó una existencia sin piedad,
Q u e á n o ser t a n veloz, se ablandaría
Mirando su inocencia y tierna edad.

E n la u r n a funeraria el p o l v o helado
L a madre al ausentarse abandonó ;
Y esta i m a g e n también del hijo amado
P a r a triste recuerdo aquí dejó. ( i )

D e j a r así el retrato n o es o l v i d o ,
P u e s ausente suspira, y es p o r é l ,
Sino que el propio dardo que l a h a herido
G r a b ó en su corazón otro m á s fiel.

( 1 ) La madre, doña Antouita Bejar de Baradere, al ausentarse con su esposo para


Francia, había dejado á su familia el retrato del malogrado n i ñ o .
180 F. A . DE 1-IGUEROA

Á la v i c t o r i a de C a a g u a z ú en Corrientes

Soneto (improvisado)

Vomitando diabólicas legiones,


S a n g r e el T i g r e argentino demandaba,
Y con sed y con hambre devoraba
El senp de l a patria y sus campeones.

j S a n g r e ! torna á pedir, y sus sayones


A Corrientes frenético mandaba,
M a s esta n u e v a E s p a r t a en pie se alzaba
T r e m o l a n d o de M a y o los pendones.

Y trabóse la lid, fatal, terrible,


A l bando odioso, que probó sangriento
En Caaguazú la destrucción horrible.

La muerte lo tragó. . . . y en su escarmiento,


A n t e el mundo, Corrientes invencible,
L e v a n t a de su g l o r i a u n monumento.
POESÍAS DIVERSAS mi

Otro, no improvisado

Glosando los mismos finales

E l corrido en C a g a n c h a , cien legiones


Al diablo en otro a p u r o demandaba,
Que y a un fiero terror le devoraba
Al divisar á P a z y sus campeones.

¿ Q u é m á s diablos queréis q u e esos sayones?


D i j o S a t á n , y a l cuerno, lo mandaba,
Y á m a n e r a d e c a n l a p a t a alzaba,
A s p e r j a n d o de u n chorro sus pendones.

H a c e s u efecto l a a s p e r s i ó n terrible,
P u e s c o n p u j o pestífero y sangriento
C a a g u a z ú r e c i b i ó s u a l m a horrible :

A l l í f u é s u d e r r o t a y escarmiento ;
Y el v i l que blasonaba de invencible,
D e j ó de su i g n o m i n i a el monumento.
182 F. A. DE FIGUEROA

El almíbar y la hiél

Canción

E n t r e el desdén y el favor,
M i ternura sólo alcanza
L a ilusión de l a esperanza,
L a r e a l i d a d del dolor.
D e s p u é s de ansioso remar,
S i a l fin naufrago en l a orilla,
¿ D e qué sirve á mi barquilla
V e n c e r las olas del mar?

P u e s sólo m e ofrecen
Con vario rigor,
D e s d é n tus acciones,
T u s labios amor.
S i tierna me halagas,
M e hieres cruel,
Así son mis goces
D e almíbar y hiél,
D e almíbar y hiél.

Tú m e dices que jamás


S e r á s de otro, ¡ o h a l e g r í a !
J u r a s q u e toda eres mía
Y n i a u n l a m a n o m e das.
La flor q u e h u m i l d e te d i ,
E n tu albo seno acaricias;
P a r a ella son l a s delicias,
L a privación para mí.
POESÍAS DIVERSAS

S i un favor espero
E n tierna inquietud,
L a s h o r a s se arrastran
Con más lentitud.
O vienen las penas
Mezcladas con él,
Q u e así son m i s goces
D e almíbar y hiél,
D e almíbar y hiél.

U n a s o n r i s a d e tí
M e e m b r i a g a en delicia amante,
P e r o es u n d a r d o punzante
S i á otro l a das y no á mí.
S i el sol y el alba al nacer
G o z a n tu presencia un día,
B r i l l a el cielo de alegría,
Y y o de orgullo y placer.

M a s s i te embelesa
S u hermoso arrebol,
Ya me dan envidia
E l a l b a 3' e l s o l .
Y aunque amor me dice
Q u e no eres infiel,
S i e m p r e son mis goces
D e almíbar y hiél,
D e almíbar y hiél.

Soñada felicidad
Es ésta en que río y lloro,
D o el d i s i m u l o es decoro
Y prudencia la crueldad.
¡ E s p e r a ! . . . . sueles decir,
Y me haces pagar cruelmente,
C o n un infierno presente
La gloria de un porvenir.
1S4 F. A. DE FIGTJEROA

E l sí, q u e amoroso
Tu labio expresó,
E s en sus efectos
L o m i s m o que u n no.
E s humo mi estrella,
S u brillo oropel:
Así son mis goces
D e almíbar y hiél,
D e almíbar y hiél.

En fin, Cloris, por merced


Mátame ó hazme dichoso,
Q u e es s u p l i c i o m u y penoso
Ver l a onda y morir de sed.
Tu divinal posesión
Calmará mi incertidumbre;
Y . . . . ¡el abismo ó la cumbre!
N o más fiera indecisión.

P o r q u e p a r a el alma
Es muy desigual
L a impresión sensible
D e l bien y del mal.
Después del acíbar
E s agria la miel:
M á s quiero hiél sola
Que almíbar y hiél,
Que almíbar y hiél.
POESÍAS DIVERSAS

La escarlatina

Oda

¿ C ó m o es q u e s o l i t a r i a e s t á sentada
La opulenta ciudad, h o y abatida?
¡Cual viuda abandonada,
Y en dolor sumergida,
De cien provincias la ínclita señora
Sin regia pompa y enlutada llora! ( i )

¡ Y a se f u e l a hermosura
D e l a h i j a de S i ó n ! . . . S u s a n c h a s puertas
Derrumbadas, desiertas,
P u b l i c a n su desastre y amargura,
Y en fúnebres querellas
G i m e n sus sacerdotes y doncellas.

A l a h i j a de S i ó n , ¡ oh D i o s tremendo !
C u b r i ó de oscuridad tu m a n o airada,
P o r q u e á tí desoyendo
Corrió desenfrenada;
Y a l tocar de sus crímenes l a cumbre,
P r o b ó aflicción y dura servidumbre.

Sus muros dominantes


L a v i r g e n de J u d á m i r a enlutados;
N i cánticos sagrados
R e s u e n a n en su templo. . . . ¡ O h caminantes,
D e c i d , y o os desafío,
S i h a y u n dolor que iguale al dolor mío!

( 1 ) El To-iulo y el tono do osla estrofa, y las tres siguientes, son una imitación ex-
presa do las lamentaciones de Jeremías.
1S6 F. A. DE FIGUEROA

Así en Jerusalén desamparada


S u s ruinas el Profeta contemplando,
Con voz acongojada
Se lamentaba, cuando
E l D i o s de las v e n g a n z a s por castigo
La a b a n d o n ó a l poder de su e n e m i g o .

Y tú, ¡ oh patria a f l i g i d a !
D e l contagio cruel, ¿ á quién lamentas?
¿ Cómo librar intentas
L o s hijos de tu amor, c u a n d o extendida
M i r a n l a espada fuerte,
Y en l a respiración beben la muerte ?

¿ C ó m o al Juez vengador en desagravio


N o levantas, ¡ o h m í s e r a ! tus preces?
Mas, ¡ a y ! sellas el labio,
Confundida enmudeces;
iY el remedio á tu inmenso desconsuelo
L o buscas en l a tierra y no en el c i e l o !

¿ N o oyes cuan doloroso


D o q u i e r s u e n a el c l a m o r ? L a triste viuda
En su aflicción aguda
S e a b r a z a del c a d á v e r d e l esposo,
L e estrecha, y afligida
Quisiera con su aliento darle vida.

Aquí u n a madre en queja lamentosa


E x h a l a su dolor; y delirante
Besa, y besa ardorosa
A l hijo que expirante
Transmite, ¡ oh D i o s ! á su materno seno
C o n el postrer suspiro s u veneno.
POESÍAS DIVERSAS 187

Allí gime afligido


E n torno á u n a t a ú d el triste esposo;
Aquí más clamoroso
E l tierno infante con acento herido
Llora, porque h a quedado
E n mísera orfandad, desamparado.

C o n f a t a l estridor cruzar se miran


L o s carros de la muerte pavorosos,
Q u e y a cansados tiran
L o s brutos vagarosos,
A n u n c i a n d o su fúnebre trofeo
L o s oscuros penachos del arreo.

N a d i e en el ansia fiera
O s a aspirar el aire inficionado;
Mas, ¡ oh inútil cuidado,
S i de improviso asaltan, y doquiera,
Al d é b i l c o m o a l fuerte,
L o s feos p a r a s i s m o s d e l a muerte!

E n l a desolación é inmenso duelo,


Ya el triste llanto y l a p l e g a r i a ansiosa
D e s o y e airado el cielo;
Y l a muerte horrorosa,
P a r a tragar más víctimas, hambrienta
S u vientre ensancha, y su furor aumenta.

Ya en las auras tremendo


V i b r a su espada el á n g e l del e s p a n t o ;
E l a b i s m o entre tanto
L a n z a u n clamor de gozo, recibiendo
L a s numerosas almas,
Y l a profundidad bate sus palmas. (i)

( 1 ) Imitación del Profeta IIAIÍACUC. El abismo dio su voz, la profundidad alzó sus
manos. Cap. n i , vers. x .
18S F. A . DE FIGUEROA

D e u n a j o v e n en féretro enlutado
He allí el c a d á v e r lívido y adusto:
¡Cuál la han abandonado!
¡ Y a con horror y susto,
N a d i e se a c e r c a e n torno d e l a q u e antes
E r a tan bella y tuvo m i l amantes!

¿Do está l a faz serena,


La graciosa sonrisa, el rojo labio?
¿Quién con bárbaro agravio
M u d ó en cárdeno lirio l a azucena?
¿Do está el dorado lecho?
L o s q u e ayer l a s e r v í a n . . . ¿ q u é se h a n h e c h o ?

A s í , de m i l terrores afligidos,
T o d o s e n l a r g a n o c h e se estremecen,
Y apenas se adormecen,
C u a n d o y a e n los oídos
S u e n a a l primer albor de l a mañana
El eco funeral de l a campana.'

Q u i e n despierta, y su pecho
V i e n d o de rojas m a n c h a s salpicado,
Al punto horrorizado,
¡Escarlatina! exclama desde el lecho;
Y á su voz repentina
Todos huyen gritando: ¡Escarlatina!

La p r o l e de E s c u l a p i o se confunde,
Y l a s tinieblas de s u error no aclara,
Y el m a l acrece, y cunde;
¿Quién, ¡ a y Dios! nos ampara,
S i l o s hijos d e l arte e n c o m p e t e n c i a
D i v a g a n en las sombras de su ciencia?
POESÍAS DIVERSAS

En t a n aflicta suerte,
C e r c a d a de l a p a r c a y sus despojos,
V u e l v e , ¡ o h patria! los ojos
A A q u e l q u e es solo sabio, solo fuerte;
Y es e l ú n i c o m e d i o ,
Q u e e l q u e te h a d a d o el m a l te d é el r e m e d i o .

V u e l v e ya. p r e s u r o s a . . . e n s u amargura
Ve c u a l tendió su m a n o al israelita
Con paternal ternura;
Pero también medita
Q u e le dijo con eco tempestuoso:
Soy el Señor tu Dios, fuerte y celoso. ( i )

P o r q u e e n s u fe confía
Vence D a v i d al bárbaro gigante;
El concede triunfante
A Jehú las victorias . . . . mas la impía
Jezabel obcecada
F u é por hambrientos perros devorada.

C o n diez p l a g a s , que a n u n c i a n sus furores,


Intima á F a r a ó n que endurecido,
S e obstina en sus errores;
Y cuando al escogido
P u e b l o v a á d e v o r a r con torpe enojo,
L e sepulta en las ondas del m a r rojo.

Allí el tirano mismo,


S u s carros, sus caballos y guerreros,
E n remolinos fieros
B a j a r o n como el plomo al hondo abismo,
Q u e h e n c h i d o de repente
E x t e n d i ó , rebramando, su corriente.

( 1 ) É x o d o , Cap. 20, Ycrs.


180 F. A . DE FIGTJEROA

Tú s o l o , sí, m i D i o s , f u e r t e y piadoso,
A l a patria infeliz s a l v a r pudieras;
Tú que oyes bondadoso
L a s preces lastimeras;
M a s ¡ a y del pueblo impío á quien desamas,
S i en tu furor tu indignación den-amas!

O y e , pues, su lamento,
Y el hondo cáliz de tu grande ira
R e t i r a , ¡oh D i o s ! retira,
P u r i f i c a n d o el a u r a con tu aliento,
P o r que en tu templo santo
R e s u e n e de alegría el dulce canto.
POESÍAS DIVERSAS l'Jl

Al retrato de un anciano con su nietecito

Soneto

T u s venerables canas, tu semblante,


B i e n expresa el pincel, ¡oh padre amado!
M a s de t u h i j a en el pecho estás grabado
C o n carácter m á s v i v o y semejante.

G r a b a d o está también el tierno infante


Q u e esa pintura fiel muestra á tu lado,
Y allí e s t a r á n los dos, h a s t a q u e helado
S e disuelva en l a t u m b a el pecho amante.

O r a de hija y de m a d r e con dulzura


S a t i s f a g o el deber, y v e n m i s ojos
D o s prendas de m i a m o r y m i ternura;

Así, á pesar del hado y sus enojos,


Guardará vuestra imagen la pintura
C u a n d o y a no la guarden mis despojos.
lí)2

Otro en portugués

A UN 'MAL CIRUJANO QUE PUSO EN SU P U E R T A UN


L E T R E R O CON SU N O M B R E Y PROFESIÓN

O h cirurjiao das duzias, oh macaco!


D e p o i s d e t e r e s t a n t a g ente m o r t a ,
_

Teu oficio e teu n o m e poens n a p o r t a !


I s t o si foi conselho do D e u s Baco.

N a o f a g a s g e s t o s p o r q u e a s s i m te a t a c o ,
Pois b e m pouco a tua colera me importa,
C u a n d o i n d i g n a d o o p u b l i c o te exhorta
A que nao sejas tolo, n e m belhaco.

P a s s a fóra impostor! pois tenho indicio


Q u e a h i p o c r a t i c a g e n t e se desdoura
E r a seres tao patife e m teu o f f i c i o ;

E porque e m esta idade e n a vindoura


Te conhecam melhor, no frontispicio
M a n d a pintar a P a r c a e a Tissoura.
POESÍAS DIVERSAS

A la memoria del venerable presbítero don


Manuel Barreiro

Oda

i O h infausta r e a l i d a d ! Sí, h a expirado (i)


E l M i n i s t r o de p a z ; y a v o l ó a l cielo
El sacerdote amado,
D e infatigable celo,
D e virtud evangélica el modelo.

Ya no h a y m á s esperar. E n este d í a
L a s c a m p a n a s con ecos plañidores,
A p a r de los clamores,
A n u n c i a r o n del justo la agonía,
Y luego me han herido
C o n redoblado funeral gemido.

E l v e n e r a n d o asilo á l a indig-encia,
L a m a n s i ó n a l retiro consagrada,
Y al duelo y penitencia, ( 2 )
F u é por él restaurada,
Y del naufragio impío libertada.

Allí fué donde el S e r inexorable


D e m a n d ó en holocausto su a l m a pura;
Allí á la edad futura
A l z ó Barreiro u n templo, y era dable
Q u e su obra y monumento
R e c i b i e s e n t a m b i é n s u ultime a l i e n t o . ( 3 )

V ! ) lista ocla fué improvisada en ei momento en que las camnanas ¡inuneiaron c


dobles la muerto de aquel sacerdote : y se imprimió el mismo día.
( 2 ) La Casa de Ejercicios, (pie él restauró del abandono y conservó.
{ ;', ) Con infatigable solicitud y limosnas hizo él mismo la hermosa iglesia de los Eji
vicios; en cuya casa se enfermó y murió , siendo sepultado allí mismo.
1ÍI4 F. A. DE FIGUEROA

¿ Q u i é n podrá enumerar sus dignos hechos


En once lustros de intachable v i d a ?
¿Y quién de nuestros pechos
(¡ O h e s p e r a n z a perdida!)
P o d r á en la tierra consolar la herida?

En su recinto silencioso y puro,


S u caridad inmensa desplegaba;
Allí el mortal hallaba
En tempestuoso mar, puerto seguro,
Y él en su malandanza
E r a el ángel de paz y de esperanza.

O r a en torno á su t u m b a , en triste llanto


S u doliente familia r i e g a el s u e l o :
¡ Todos le a m a b a n tanto !
Y todos sin consuelo
G i m e n doquiera con luctuoso duelo.

A n t e las aras del S u p r e m o , en vano


La R e l i g i ó n su pérdida deplora.
¿ Y tú, qué harás ahora,
O h m a n s i ó n de p i e d a d que alzó s u m a n o ?
C o m b a t i d o del noto,
¿ Q u é harás, pobre bajel, muerto el piloto ?
POESÍAS DIVERSAS

Cañapistola (caña-pistola)

Charada

Mi primera, n o te a s o m b r e ,
Es u n licor que hace a l hombre
Delirar;
O bajo otra forma, á veces
E s fatal p a r a los peces
D e la mar.

Así al anciano sostiene,


S i contra e l suelo l a tiene
Según es;
O y a , en la acepción primera,
L e hace bambolear doquiera
De través.

Mi segunda es p e r m a n e n t e
Y h a c e a l h o m b r e q u e l a siente
Maldecir;
E s de mal Jmmor y a l e r t a
Come c o n l a b o c a abierta
Sin nutrir.

Mi todo, e n b o s q u e ó v e r j e l
N a c e en elevado asiento,
D o n d e halagado del viento
S e mece en verde dosel.

O lo arranca el vendaval,
O el hombre si ella ennegrece,
Y así e n l a f a r m a c i a ofrece
S u virtud medicinal.
lar, F. A. DE FIGUEROA

1.» 2.»

Frío - lento

Charada

Lo q u e e x p r e s a mi primea
L o hago con fuego encendido; (i)
T o m a d a e n otro sentido,
T a m b i é n c o n f u e g o se v a .

El q u e mi segunda fuere
E n l o recto y figurado,
I r á m á s asegurado
Y menos tropezará.

En el sol su alivio funda,


Y e n e l f u e g o , mi total;
P u e s s i esto le falta, e l t a l
M u e r e á primera y segunda. (2 )

( 1 ) Vrío, del verbo Fív.'V,


(2 ) E s decir, :i frío ionio
POESÍAS DIVERSAS

Improvisación en equívocos

UNA J O V E N Á QUIEN OBSEQUIABA UNO L L A M A D O


AGOSTA

Un verso m e m a n d a hacer
C l o r i s : e l c a s o es m u y j u s t o ;
M a s y o para hacerle el gusto
A - costa d e e l l a h a d e s e r .
A - costa d i j e , ¡ o h q u é e s t r e l l a !
Efecto de m i impericia,
P u e s no dije c o n m a l i c i a
Q u e h a d e s e r a-costa de ella.
C u p i d o en cierta ocasión
L o hizo u n amante reclamo,
Y ella respondió: ¡ y o te a m o
A - costa d e l c o r a z ó n !
Y é l desde entonces á ella
Sus flechas quiso ofertar;
P u e s quiere aprender á amar
A - costa d e C l o r i s b e l l a .
198
F. A. DE FIGUEROA

L a letra M .

S o y , entre varias hermanas,


L a m á s a n c h a ; pues entre ellas
Va ostentando m i figura
D o s j o r o b a s y tres piernas.

S i á orillas del w a r m e miro,


N a d i e en sus a g u a s m e encuentra,
Y estoy en el fir///a7//ento
C o n duplicada presencia.

S i n m í v o l a r í a e l ah/ia.
D e leves p l u m a s cubierta;
Y , e n fin, s i a l arte m e a p l i c a n ,
S e r é terrible en l a guerra. ( i

< 1 ) I.a palabra alma, sin la w, queda ala, y á la vez arle, añadiendo M, e s Marte.
POESÍAS DIVERSAS 190

Las tijeras

U n i d a s por la cintura
Hay dos hermanas, que muestran,
C o n sólo u n cuerpo, dos brazos,
Y algo cambadas dos piernas.

L o s dedos por a m b o s ojos


L e s mete el que las gobierna,
Y entonces ellas destrozan
C u a n t o entre sus brazos cierran.
F. A. DE FIGUEROA

La copa de miel ( i )

FEL.TCTTACIÓX DE UN H E R M A N O A U S E N T E , A O T R O

Del público aplauso dignísimo o b j e t o ,¡ (i

te a d m i r a ¡ o h h e r m a n o ! m i p e c h o l e a l , .¡ ¡ : :

d o se anidan ternura y respeto, ¡ , v

realzando el amor f r a t e r n a l . 27
D e j a n d o una madre amante JI
t u n o r t e c o n fe s e g u í ; >i L

y h o y m í s e r o l l o r o ,, s

s i n e l l a , s i n tí. 1.-,
M a s m i l a b i o 12
con ardor, «
repita
l o o r , ,1
sí, 2

sí, o

loor; i
No, 2

no, 9

c r u e l r,
desconsuelo, u

y u n q u e r u b e b a j a n d o d e l c i e l o 2:1
á u r e a c o p a te o f r e z c a d e m i e l . 211

1 I ) Los números (luí margen indican las letras y ciaros <pte importan en lugar de una
Irtia. y van disminuyendo de :í en ;J, con una precisión laboriosa, á lin de conformar lu
-•upa sin violentar la colocación de las letras.
POESÍAS DIVERSAS

El caramba ó las gitanas

Caucione/lia

M i tronga y mi ñata
R i ñ e r o n por mí:
¡ Z a m b o m b a ! qué genios
¡ Caramba!
De ají cumbarí.

La ñata en chinelas
M e b a i l a el ondú,
Con una sandunga,
¡ Caramba!
Q u e vale un Perú.

Dióme un anillito
Labrado á cincel,
Q u e el dedo meñique,
¡ Caramba!
N o m e cabe en él.

La t r o n g a es l a reina
D e l garbo español,
Q u e d e j a per istaui,
¡ Caramba!
Al hijo del sol.

Hoy le hace soponcios


Cierto motilón,
P o r q u e en las alforjas,
¡ Caramba!
Trae la provisión.
F. A. DE FIGUEKOA

E l fraile por ella


S e h a c e e l fililí,
C o n tinas agallas,
¡ Caramba!
Como un surubí.

Y e l l a q u e es culebra
D e las de m i flor,
L e canta el zorongo,
¡ Caramba!
P o r q u e entre en calor.

En fin, l a colmena
Va á medias con é l :
Yo m e chupo el dedo
¡ Caramba!
Y el fraile l a miel.

Y así d i g o b a s t a :
C a r g u e otro l a cruz,
Q u e si no reviento,
¡ Caramba!
M e dá un patatús.
POESÍAS DIVERSAS

Gemidos de la amistad

Á. LA M U E R T E DE L A I N T E R E S A N T E Y V I R T U O S A JOVEN
DOÑA B E N I T A LÓPEZ

D u l c e tesoro q u e e n v i d i a b a el cielo,
Á n g e l a m a b l e que volaste á él,
O y e m i s quejas, si a l empíreo suben
M í s e r o s a y e s de dolor cruel.

A y e s de a q u e l l a que en dolor dejaste,


D u l c e Benita, sollozando aquí;
E l l a en tu fosa por consuelo anhela,
F l o r e s y llanto derramar por tí.

¡ I n ú t i l llanto que desoye el cielo,


Á t o m o d é b i l q u e se l l e v a el mar!
S ó l o el sepulcro de m i tierna amiga
E s de m i ofrenda doloroso altar.

P o r ella elevo mi angustioso canto


A l a alta esfera do reside en Dios;
Y entre gemidos l a m i t a d m á s pura
S u b e de m i a l m a dividida en dos.

V e n , ángel bello, que m i voz fallece,


Al tierno v a l e de tu a m i g a . . . ¡ v e n !
H i e n d e las auras de zafir ceñida,
D e p a l m a y rosas la virgínea sien.
F. A. DE FXGUEROA

E r a m i inocente amiga
Candorosa á par que bella,
Suave flor, nítida estrella
De aroma y luz celestial,
D e l alto genio u n destello
B r i l l a b a en su faz de rosa,
Y l a sonrisa era hermosa
En sus labios de coral.

O r a en lucientes anillos
O n d e a b a el negro cabello,
( j a l a del torneado cuello,
M á g i c a s redes de amor;
O r a sus divinos ojos
Dulces flechas despedían,
Q u e en el corazón que herían
D a b a n dulzura al dolor.

R e a l i d a d v i v a de u n ángel
Q u e se a l z a e n e n s u e ñ o s d e o r o ,
L a tierna a m i g a que h o y lloro,
S e vio tres lustros lucir;
U n talismán seductivo
B r i l l a b a en su rostro amable,
T e s o r o inmenso, inefable,
D e esperanza y porvenir.

S i n celos, l a preferencia
M i l v í r g e n e s le cedían,
D i g n o holocausto que harían
Al mérito superior;
P o r q u e el cielo, q u e admiraba
Su obra predilecta en ella,
P a r a que fuese m á s bella
L e dio modestia y candor.
POESÍAS DIVERSAS" 205

L o s que en su filial ternura


S u orgullo y placer pusieron,
C a d a día en ella vieron
N u e v a s virtudes nacer;
Y cien madres que á sus hijas
Por modelo la enseñaban,
L a gloria y gozo envidiaban
D e l a q u e l e d i e r a e l ser.

E r a u n rosicler del alba


Q u e el sol naciente ilumina,
R o s a que reina y domina
En su florido confín;
E r a . . . . mas, ¡ oh desventura!
Ya n o es m á s q u e u n p o l v o i n e r t e ,
Porque devoró la muerte
Rosicler, rosa y jardín.

Y devoró la esperanza
D e una madre sin consuelo,'
Lanzando amargura y duelo
C o n espantoso rigor.
S u alma, sin piedad, penetran
A g r i a hiél y espada aguda,
¡ I n f e l i z i . . . . s u l e n g u a es m u d a ,
P o r q u e es i n m e n s o e l d o l o r .

¡ H e allí el sepulcro! ¡ E n su losa


Cuántas lágrimas vertidas!
¡ Cuántas quejas doloridas !
Y el á n g e l no existe y a .
S u p o s e s i ó n se d i v i d e
Entre la altura y el suelo;
S u a l m a h e r m o s a v o l ó a l cielo,
E l p o l v o sólo aquí está.
F. A. DE FIGUEROA

¡ Sólo el p o l v o ! Y e r t a yaces
Crisálida silenciosa,
Q u e á renacer mariposa
T e puso la muerte así.
¡ O h ! . . . . si lágrimas pudieran
D a r v i d a á yertos despojos,
H a s t a agotarse mis ojos
Siguieran llorando aquí.

M a s , ¡ a y de m í ! al polvo frío
N o h a y llorar. ¡Adiós Benita!
R e c i b e esta flor marchita
D e angustiada inspiración.
¡ Q u e d a en paz! . . . . y sobre el mármol
D e tu funeral morada
T i e n d a su sombra sagrada
E s t e á r b o l de R e d e n c i ó n .

D e santa
Dulzura
S e g u r a
S e n a l ;
D e consuelos e m b l e m a y figura,
A tu sombra benéfica y pura,
Cruz divina, renace el mortal.
Renazca
M á s bella
A q u e l l a
Que aquí
R e p o s a
V e1a d a ,
Guardada
P o r tí.
S e g u r a
R e c i b a
Más viva
T u l u z .
Gozan d o
D i c h o s a
A s i l o en la fosa,
A m p a r o en l a cruz.
POESÍAS DIVERSAS 207

L a glosa de pies quebrados (i)

CUARTETA

St doy fe, Elisa, á lo que


Jlfiro,' ya mi dicha no
7"ornará jamás, y yo
Desdichado moriré'.

Primera glosa

C o n celosa indignación
Quise á Elisa confundir,
Y el abismo descubrir
D e m i agravio y su traición;
M a s faltóme l a expresión
Cuando á quejarme empecé;
Sólo á decirla acerté,
C o r t a n d o á m i frase e l lloro:
S i es cierto l o q u e . . . . ¡ o h d e s d o r o !
Si doy fe, Elisa, á lo que. . . .

L a voz suspensa en el labio


Quedó y trabada m i lengua,
Q u e e n p u n t o s de a m o r es m e n g u a
Confiar, ni á l a voz, su a g r a v i o ;
E l q u e e n m u d e c e , ése es sabio,
P u e s s u herida no irritó:
Quéjese e l que espera . . . . y o
T e n g o la esperanza yerta;
M i m u e r t e , sí, c o m o cierta
Miro ya, mi dicha no.

(, 1) l'u ilustrado amigo, queriendo ponerme en un conflicto poético, m e presentó para


glosar en cuatro décimas la presente intrincada cuarteta, en la que cada verso deja e x p r e -
samente pendiente la oración y sentido para acabarlo á la mitad del verso siguiente. Y o
venciendo estas dificultades la glosé de tres modos diferentes, como se ve.
F. A . DE FIGUEROA

¡Ingrata! Ella llorará


C u a n t o en p e r d e r m e h a p e r d i d o ,
Y ese r i v a l preferido
C o n celos m e venerará.
Aun la compadezco, ya
Que al fin m i pecho la a m ó ;
Mas . . . . ¿qué hablo? ¿no me ofendió
S u f r a ella, q u e es c r i m i n o s a ;
S é q u e n u n c a á ser dichosa
Turnará jamas. . . . ¿y \o?

T a l combate de afecciones
M i a l m a en silencio sufría,
Y ella nada respondía
A mis primeras razones;
M a s el rubor sus traiciones
R e v e l ó , y su falsa fe;
Entonces la abandoné,
E x c l a m a n d o en h o n d a pena:
Morir, el amor m e ordena;
/ Desdichado /..../ moriré'!
POESÍAS DIVERSAS

Otra glosa

Asustóse E l i s a un día,
Y esto s u c u l p a anunciaba,
C u a n d o y o ni aun sospechaba
D e un papel que ella escondía;
— ¡ P e r d ó n ! dijo; ¡ oh suerte i m p í a !
I n f e l i z s o y , s i d a s fe
A m i . . . . á l o . . . . ¿ qué diré ?
S i d a s fe á l o . . . . y m á s temblaba.
Yo entonces l a dije : — ¡ A c a b a !
Si doy fe, Elisa. . . . ¿d lo qué /

D e l seno a r r a n c a r l e en vano
Q u i s e el papel homicida,
Q u e c u a l sierpe entumecida
H i z o estremecer m i mano;
Al fuego el escrito arcano
V e l o z m e n t e ella arrojó,
Y. . . . —¡Tuya soy! exclamó.
- - ¡ M i e n t e s ! l a dije en delirio;
En tí, s ó l o m i martirio
Aíiro ya. . . . ini dicha- no.

M a s lloró la encantadora,
Y y a templó mis enojos:
¡ A h , quién resiste á sus ojos
Cuando seductiva llora!
— Confiesa, añadí, traidora,
r ;Tú sucumbiste ? — ¡ E s o no!
M i fe n o se m a n c i l l ó .
— ;Y r ese r i v a l ? — Y o le olvido.
— M a s , t a l v e z á ser querido
Tornará. — ¡ Jamás! — ¿ Y yo/
F. A. DE FIGUEROA

T a l pregunta fué u n exceso


D e fragilidad, do Elisa
Vio m i indignación remisa,
Y dióme en respuesta u n beso.
Muy débil fui, lo confieso,
Y m i derecho abdiqué;
S i a h o r a m e ofende ¿ q u é haré?
¿ M a t a r l a ? . . . . N o , ¡ q u e es matarme
H u i r é de ella, y sin quejarme,
Desdichado moriré'.
POESÍAS DIVERSAS

Otra glosa

— Escucha, Juana: ayer Blas,


D a n d o un traspié por premisa,
D í j o m e : — S i d o y fe, E l i s a ,
A lo q u e . . . . y no dijo m a s .
— Desembucha, Barrabás,
F i n g i e n d o enojo, e x c l a m é ;
T a r t a m u d o estás, y á fe
Q u e esos t a p u j o s n o entiendo,
N i qué me indicas diciendo :
Si doy fe, Elisa, d lo que....

— P u e s y a que quieres que cante,


P r o s i g u i ó ensopado en vino....
Corre la voz que el marino
Ha dado en ser tu aspirante ;
M a s p o r sí ó p o r n o , a l marchante
Ya mi navaja achocó ;
B i e n s é q u e es c h u l o d e p r o ,
Q u e tiene oro y lo derrama,
Pero yo á mi honra y mi fama
Miro, y d mi dicha no.

— ¡Miren qué honra ! ¡ a y qué pollino !


T e dije, y largué un redondo ;
¡Yaya !.... y estás m u y orondo |
Porque has birlado al marino;
\ A c a s o piensas, endino,
r

Q u e el m u n d o en él se cifró ?
D i r á s que y a se acabó
T a causa de tus desvelos ;
B i e n . . . . él n u n c a á darte celos
Tornará jamás.... ¿y yo ?
F. A. DE FIGUEROA

A q u í lo cómico empieza,
Y el gemir gordo y vinoso,
Porque, Juana, á hombre celoso
No h a y como palo y dureza.
— P e r d ó n ! dijo, á m i torpeza; •
Y o , Elisa, m e enmendaré.
— ¡ X o h a y perdón ! . . . . le repliqué ;
Y B l a s , con su Jioura y su fama,
C a e c o m o u n tercio, y exclama:
— / Dcsdicliao !. . . . morir c.
POESÍAS DIVERSAS 213

Ruede la bola

Letrilla satírica

U n a b o l a es e s t e m u n d o :
Si así lo hizo Dios, Bartola,
¡ R u e d e la b o l a !

S i n objeto personal
Va este v e r s o , c o m o ensayo,
Y á quien le viniere el sayo
Tómelo como cordial;
S i al vicioso pruebo mal
C o n m i cáustica parola,
¡ R u e d e la bola!

Un estadista oropel
S e alza con fama estupenda:
Guerra, Gobierno y Hacienda,
T o d o es c i e n c i a i n f u s a e n é l ;
Y e n p r o y e c t o s . . . . de papel
H a c e á todos l a mamola:
¡ Ruede la bola!

G r i t a contra el fraude y robo:


¡ E s t e sí q u e es r e c t o y puro!
P e r o así q u e está s e g u r o ,
D e s e n v a i n a u ñ a s de lobo;
Y se h i n c h a , y a l v u l g o bobo
A p r i e t a al cuello la piola:
¡ R u e d e la bola!
->14 F. A. DE FIGUEROA

C o m o llovido, u n don T e j o
En chancletas se aparece,
Y y a u n M e c e n a s le ofrece
Un cargo de buen manejo,
P o r q u e el t a l es u n espejo
D o n d e el honor se a c r i s o l a :
¡ R u e d e la bola !

Pero a l mes y a encuentra el modo


De remediarse, y presenta
D e l g r a n capitán l a cuenta,
Metiendo el brazo hasta el codo;
Y el M e c e n a s c a l l a á todo
P o r q u e es d e p a j a s u c o l a :
¡ Ruede la bola!

P a s m a el ver u n empleado
Vivir sin stceldo, n i h e r e n c i a ,
Y a u n gastar magnificencia
É l y su tormento amado,
Vistiendo y a de brocado
T a que ayer de a n g a r i p o l a :
¡ R u e d e la bola !

Otro, h u y e n d o del fusil,


S e d a á repartir raciones,
Q u e á los heroicos campeones
Cercena con alma v i l ; ( i )
Y y a u n saco, y a u n barril
E n t r e u ñ a s se le i n t e r p o l a :
¡ R u e d e la bola !

(1) Estos versos fueron hechos durante el sitio de nueve años, cuando todos tomaron
POESÍAS DIVERSAS

A una garza injerta en beata


P i d e u n g a l á n ex profeso
U n a cabriola y u n beso,
Sin alumbrarle con p l a t a ;
¡Ay! dice la mojigata,
¡ E s e es m a n d i n g a , y con cola!
¡ R u e d e la bola !

M a s , saca l a bolsa al cabo,


Q u e e l l a v e y n o le disgusta,
Y y a e n t o n c e s n o se a s u s t a
D e m a n d i n g a ni del rabo,
Y no tiene á menoscabo
D a r el beso y l a cabriola:
¡ Ruede la bola!

L l a m a a l doctor Matatías
U n enfermo, y el doctor,
A ciegas y con furor,
O r d e n a dieta y sangrías,
C o n que en fieras agonías
S u triste v í c t i m a inmola:
¡Ruede la bola!

Y nadie chiste indiscreto


S i v a n cien por u n camino,
Q u e al empírico asesino
S e debe honor y respeto,
Y ensalzarlo en u n panfleto
S i acierta por carambola:
¡ R u e d e la bola !
F. A. DE FIGUEROA

Un gran trampista deudor,


S i n que algún servicio haga,
C o n decir: hoy nadie paga,
S e b u r l a de su acreedor;
Y h a y j u e z q u e a n i m a este error
Armando gran batahola:
¡ R u e d e la b o l a !

P e r o é l m i s m o n o d a fe,
]S i r e c i b e a l l i t i g a n t e ,
T

S i c u a l potra por delante


L a s costas lucir no ve,
Aunque vaya, venga y dé
M á s vueltas que perinola:
¡Ruede la bola!

Un mandarín encargado,
C a d a mes cobrar pretende
P o r l u c e s , <]iic nunca enciende,
E l impuesto de alumbrado;
Y con celador armado
Al renitente atortola:
¡ Ruede la bola!

S i se q u e j a a l g ú n p a t á n ,
(i-rita e l j u e z : ¡ C u i d a d o en e s o !
L e v a n t a n d o el dedo tieso,
Como pintan á S a n Juan;
Y quiere, siendo u n sultán,
C e ñ i r de T h e m i s l a aureola:
¡ Ruede la bola!
POESÍAS DIVERSAS

Muchos al gobierno en guerra,


D a n auxilio por terrenos;
¡ S i serán patriotas buenos,
Q u e e n t r e g a n oro por t i e r r a !
Y si e l g a t o q u e esto e n c i e r r r a ,
Maulla y el rabo enarbola,
¡Ruede la bola!

O t r o s sin más garantía


Q u e liipotcca y retrovcnta,
D a n plata a l ciento por treinta
Por pura filantropía;
Y al deudor, c u m p l i d o el día,
L o dejan en camisola:
¡ Ruede la bola!

C u a n d o la patria v a mal,
Hay quien cambia su divisa,
Y e x t r a n j e r o se improvisa
S i n fe n i h o n o r n a c i o n a l ,
Asilándose á un neutral
Q u e regia insignia tremola:
¡ Ruede la bola!

P e r o del triunfo en el día


V u e l v e á tomar su cucarda,
Y acaso u n premio le aguarda
S i adula con villanía,
C u a n d o sólo merecía
U n b u e n d o g a l en l a gola:
¡ R u e d e la bola !
218
F. A. DE FIGUEROA

Parece estúpido cuento


Q u e cualquier zopenco pueda,
C o n cruzar u n a moneda,
¡ Quitarle u n veinte por ciento! ( i )
Y n o h a y c o n t r a este d e s c u e n t o
U n a providencia sola:
¡ Ruede la bola!

¿En qué cristiana nación


S e v e que el valor real
D e s t r u y a , ó le infiera m a l ,
E l signo de redención?
M a s y a que no h a y represión
Al q u e así l a s l e y e s v i o l a ,
¡ Ruede la bola!

C o n celo y santo rigor


La B i b l i a sin- comentarios
S e v e asaltada en los diarios,
P a s a n d o á fiebre el fervor. (2)
Y esto enfrente a l sitiador,
Q u e está á tiro de p i s t o l a :
¡Ruede la bola!

La o b r a es i n t r i n c a d a , m a s
Ha de ser u n a de d o s :
U n o s d i c e n q u e es de D i o s ,
Y otros q u e de S a t a n á s .
S i d e esto se a l z a u n tris t r a s
Y anárquica banderola,
¡ R u e d e la bola !

( 1 ) l'i»r un almso estúpido, ó injustamente tolerado, los almaceneros, pulperos y cual-


quiera, luego que una moneda de cordoncillo tenía algo gastado el escudo, le pasaban unas
rayas en forma de cruz ; y ya perdía un 20 "A, de su valor legal.
(2) Alude á la lliblia sin nota, con respecto á la cual se levantó una polémica furi-
bunda en los diarios.
POESÍAS DIVERSAS 219

Y por último, aunque abundo


En materia, callar quiero,
P u e s si n o toco á u n tercero
P u e d o pisar á u n segundo;
Y e n fin, c o m o es b o l a e l m u n d o ,
Y así lo hizo D i o s , B a r t o l a ,
¡Ruede la bola!
'220 F. A . DE FIGUEROA

Himno místico

A M A R Í A S A N T Í S I M A I N M A C U L A D A , EN SU N A T I V I D A D Y
EN SU CONCEPCIÓN

Pues te produjo el Criador


Para el liumano consuelo,
Recibe, reina del ciclo,
Pos himnos de nuestro amor.

i."

Ved á María ¡oh mortales!


N a c e r c u a l candida l u n a ; (i)
A'ed p o s t r a r s e a n t e s u c u n a
A los coros celestiales;
Ya las tinieblas fatales
A l u m b r a luz superior.

CORO QUE R E P I T E N TODOS

Recibe, reina del ciclo.


Los himnos de nuestro amor.

( 1 ) Pulcra sicut luna (hermosa como la l u n a ) . Cantar de los caut., cap. 0 , . v e i s . í),
POESÍAS DIVERSAS

2."

D i o s para formar s u ser


D e tan sublime excelencia
D e s p l e g ó toda l a ciencia
D e s u infinito poder ; ( i )
Vio su obra y con placer
Exclamó el mismo .Señor:

CORO

Recibe, reina del cielo,


Ros himnos de nuestro amor.

A b r i ó el Eterno sus manos,


Q u e s o b r e tí se e x t e n d i e r o n ,
Y cual diluvio llovieron
S u s tesoros soberanos;
Tú sola ante los h u m a n o s
Mereciste tanto honor.

CORO

Recibe, reina del cielo,


Los himnos de nuestro amor.

• { 1 ) Ksia proposición, que parecerá atrevida, la autorizo con San liuenavi-muru. que lia
Oielio: • J'uede Dios hacer un mundo más grande, un cielo mayor; pero e s a más gramic
quo la madre de Dios, no puede hacer. •
322 F. A . DE FIGUEROA

4-a

D e l Paráclito increado
La l u z d i v i n a te enciende,
Y a l casto seno desciende
El V e r b o eterno humanado,
Saludándote, y postrado,
El celeste Embajador.

CORO

Recibe, reina del cielo,


Los himnos de nuestro amor.

~ a
0-

Tú eres d e l j a r d í n de E d é n
L a rosa de alba hermosura,
Y m á s espléndida y pura,
L a joven Jerusalén;
Tú eres de Jessé también
La raíz, l a v a r a y l a flor. (i)

CORO

Recibe, reina del cielo,


Los himnos de nuestro amor.

I) Y saldrá una vara de la raíz de J e s s é , y de su raíz subirá imallor. — ISAÍAS. eai>.


POESÍAS DIVERSAS

Ya en las auras la doncella,


D e s l u m h r a n d o a l s o l se ofrece, ( i )
Q u e á p a r d e l astro aparece
M á s rutilante y m á s b e l l a ;
Es María. . . . en torno k ella
S u e n a este a u g u s t o clamor:

CORO

Recibe, reina del cielo,


Los himnos de nuestro amor.

Una aureola divinal


C i ñ e de estrellas tu frente ( i )
C u a l rocicler transparente
Que alumbra el sol matinal;
Y canta el coro inmortal
A l a emperatriz mayor:

CORO

Recibe, reina del cielo.


Los himnos de nuestro amor.

( 1 ) Y apareen', en el cielo una grande señal, t.'na mujer cubierta del sol. — A n o s . . cap-,
12, vers. 1."
v'J ) Una mujer.... y en su cabeza una corona de doce estrellas. — Apor.u.tt'sts. cap,,
.12. vers. I."
F. A. DE FIGUEROA

8 . a

B a j o tus plantas divinas


E x t i e n d e e l ángel sus alas,
Cuando con pompas y galas
Sobre los tronos dominas,
Y todo el cielo iluminas
C o n t u inefable esplendor.

CORO

Recibe, reina del cielo,


Los himnos de nuestro amor.

9-"

T ú , en fin, ¡ oh V i r g e n ! levantas
S o b r e e l sol l a h e r m o s a frente,
Tú á la indómita serpiente
La fiera cerviz q u e b r a n t a s ; ( i )
Así el m u n d o ante tus plantas
H o y repite c o n f e r v o r :

COR.O F I N A L

Pues te produjo el Criador


Para el humano consuelo,
Recibe, reina del cielo,
Los himnos de nuestro amor.

i 1 i Y . l i j o el S o i l c i r á la s e r p i e n t e : E l l a ( l a m u j e r ) quebrantará tu cabeza. — IÍÍ.VK-


MS, c a p . vers. ló.
POESÍAS DIVERSAS

1.» 2.»
Caca - rea... K — K — rea

Charada

U n a letra solamente
L a s dos sílabas primeras
T e repiten, a u n q u e quieras
Repetirlas velozmente.
En esta parte verás
P o r todo significado,
L o que yace reservado
Y en u n a y hallarás. ( i )
Mi segunda parte odiosa
A l a e x e c r a c i ó n se ofrece,
Y es e l n o m b r e q u e m e r e c e
U n a mujer criminosa.
M u y bien puede u n a princesa
Mi primera parte hacer,
M a s n o por esto h a de ser
L o q u e la segunda expresa.
El todo e s p a r a anunciar
U n fruto q u e á luz s a l i e r a ;
Y la mujer vocinglera
S u e l e aquel todo i m i t a r .
Y tal a v e suele haber
Q u e h a c e mi todo y traidora,
Como Saturno devora,
E l fruto á q u i e n d i e r a e l ser.

( 1 ) En. la y gvlega, ó la excusada.

9
226 F. A. DE FIGÜEROA

El rulito de pelo

Canción

D e jazmines y rosas, Dorina


Matizaba su blondo cabello,
Q u e en la nieve del mórbido cuello
R e s a l t a b a con raro primor.

S u sonrisa graciosa y divina


Anunciaba bondad y ternura,
Y en sus ojos con l l a m a m á s pura
R e f l e j a b a n los fuegos de amor.

C u a l seda joyante
D e un brillo exquisito,
Adorna un rulito
Su candida sien;
Y el céfiro amante
Con blandas caricias
Respira delicias
En torno á m i bien.

L o s dorados anillos el viento


P e r f u m a d o de a r o m a s rizaba,
M a s m i vista tan sólo fijaba
E l rulito de f o r m a ideal.
Acerquéme y en tímido acento
Yo la dije: permite que sea
E l rulito la digna presea
D e m i afecto constante y leal.
POESÍAS DIVERSAS 227

L a j o y a que anhelo
Será mientras viva
D e mi alma cautiva
Encanto. y prisión;
Que amor un anzuelo
F o r m ó del rulito,
Y en vano me agito
Prendido al arpón.

Y a , sensible D o r i n a , m e h a dado,
Deponiendo desdenes y enojos,
E l rulito que el a l m a y los ojos
M e hechizaba como un talismán.
Sólo saben los que h a y a n amado,
D e un rulito l a inmensa valía:
R a r a prenda que premia en u n día
L a r g o s años de pena y afán.

T u hermoso rulito
Ale alivia, y convierte
E n vida la muerte
Y en gozo el dolor.
Guardarlo medito
C u a l prenda divina
Q u e afiance, ¡ oh D o r i n a !
M i dicha y tu amor.
F. A. DE FIGUEROA

V e r s o s en francés

À LOS AFICIONADOS DEL N U E V O T E A T R O DE LOS « V A U -


D E V I L L E S », SITUADO Â POCA D I S T A N C I A DE L A P L A Z A
D E TOROS.

O h ! n i m p h e dont l a l y r e a u x sons mélodieux


S a i t charmer d ' H é l i c o n les bords délicieux !
C é l e s t e déité, si j a m a i s de tes d o n s
L e s enfants de T h e r p i s couronneront leurs fronts,
V i e n s v i t e , fends les airs, s o u t i e n s p a r tes l u e u r s
Du T h é â t r e français les jeunes amateurs,
Q u i l o i n de leur p a y s ont e u l'honneur surtout
D'ériger par leurs mains un nouveau temple au goût.
C e n'est p a s q u e j e p e n s e a v e u g l é m e n t épris
D'un Maiquez, d'un T a l m a leur décerner le prix;
M a franche l o y a u t é ne leur offrira pas
D'un laurier trop flatteur le séduisant appas;
I l s n'y pensent n o n plus. M a i s m o n modeste h o m m a g e
N'est que d'un c œ u r a m i le sincère langage.

E t p o u r q u o i refuser, q u a n d le devoir m'excite,


Un mot encourageant au talent, a u mérite?
O u i , mes jeunes amis, je ferai tour â tour
R é p é t e r votre gloire a u x échos d'alentour.
O h ! q u ' i l est d o u x d ' e n t e n d r e a u s o n d u clavecin
L a charmante Dormois, ou l'aimable Bertin!
A u s s i v o i t - o n p a r t o u t l e f a u b o u r g et l a ville
Accourir a u s i g n a l d'un c h a r m a n t vaudeville.
A h ! quel plaisir pour nous ! quel triomphe pour e u x !
S i c h a u s s a n t l e c o t h u r n e , et r e m p l i s s a n t n o s vœux,
I l s s'élèvent, g u i d é s par l a f l a m m e divine,
Aux beautés de Molière, a u x g r a n d e u r s de Racine,
S u c c é d a n t tour à tour sur l a n o u v e l l e scène
L e s chants de T e r p s i c h o r e a u x pleurs de Melpomène,
POESÍAS DIVERSAS

A l o r s abandonnant ( g r a n d D i e u ! quels sacrifices ! )


Le Cirque de T a u r e a u , jusqu'ici m e s délices,
C e t o b j e t s i c h a r m a n t qui non loin de ces lieux
A t t i r e , m a l g r é m o i , m e s regrets, et m e s y e u x , ( i )
J e dirai, s o u l a g e a n t m e s l a r m e s et m e s m a u x ,
Un adieu de tendresse a u x courses des taureaux.
N o u v e a u T a n t a l e alors, v i c t i m e volontaire,
S a n s a p a i s e r m a soif, j e v e r r a i l ' o n d e c l a i r e ;
E t m ê m e j'oserai chanter u n e a u t r e fois,
Oubliant mes héros, v o s c o m i q u e s e x p l o i t s ; ( 2 )
C a r si faisant excuse a u x fautes d u l a n g a g e ,
D'une l y r e étrangère vous acceptez l'hommage ;
S i j'obtiens pour ces vers l'indulgence docile
Du poète argentin traducteur de V i r g i l e ; ( 3 )
S i m a l g r é leurs défauts sautillants p a r milliers,
I l détache sur m o i u n seul de ses lauriers,
J e n e v o u d r a i c h a n g e r p a r t o u t l'or d u P a c t o l e
D e m o n front o r g u e i l l e u x l'éclatante, auréole.

( 1 ) Le eh-que, la plaza do toros, situada e u ol m i s m o camino, u n poco más adelante :


y es' preciso advertir que las tiestas do toros y las funciones dramáticas francesas se ha-
cían los días festivos por la tarde ; do modo que, el que asistía á éstas perdía aquéllas.
( 2 ) Mes héros, los toreros, cu elogio de los cuales yo había publicado muchos versos.
( 8 ) E l distinguido poeta argentino don Juan Cruz Várela, venido en aquellos días del
Brasil.
230 F. A. DE FIGUEROA

Canción báquica

CORO

Bebamos, bebamos,
Con ansia y ardor,
Cantando jestivos
A Baco y Amor.

D e l dios de las uvas


Empiece la ronda:
La copa m á s honda
Será la mejor;
Y todos beodos
D e l néctar libemos
Y el himno cantemos
De Baco y Amor.

CORO

Bebamos, etc.

D e l tierno Cupido
Al templo subamos,
Y alegres hagamos
La ofrenda en su honor;
Y á par nos inflamen,
E n horas propicias,
De amor las delicias,
D e B a c o el furor.

CORO

Bebamos, etc.
POESÍAS DIVERSAS

N o envidio de J o v e
E l trono opulento,
N i el lauro sangriento
D e Marte cruel;
Q u e á p a r de m i amada
M e basta, y estimo,
Por lauro un racimo,
P o r trono u n tonel.

CORO

Bebamos, e t c .

Cantemos, ¡ oh B a c o !
T u s grandes acciones:
T ú sabes leones
Y tigres rendir;
T u néctar iguala
E l débil al bravo,
Y el tímido esclavo
Al fiero visir.

CORO

Bebamos, e t c .

A impíos raptores
Q u e á tí s e a t r e v i e r o n ,
T u s dardos volvieron
Delfines del mar;
Y astuto y valiente,
Supiste con arte
D e J u n o librarte,
D e l indo triunfar.

CORO

Bebamos, e t c .
F. A . DE FIGUEROA

A Baco y Cupido
C a n t a d reverentes,
C e ñ i d a s l a s frentes
D e pámpano y v i d ;
Y henchidas las copas
D e vino espumoso, .
En coro armonioso
Cantad y decid:

CORO

Bebamos, etc.

¡ O h néctar de gloria
Que el alma me hechizas!
T ú m e magnetizas,
Y o nado en placer;
Ya diviso estrellas,
Ya m e bamboleo,
Y sólo deseo
Beber y beber.

CORO FINAL

Bebamos, bebamos,
Con gozo y ardor,
Cantando festivos
A Baco y Amor.
POESÍAS DIVERSAS

Horacio

ODA 8. ,
a
LIBRO 3 . 0

A Mercurio

Traducción estricta

Mercurio, á cuya ciencia


Y docto magisterio,
Dócil Amphión debiera
M o v e r las rocas con divino acento;

Y tú, c ó n c a v a lira,
Delicioso instrumento,
Q u e sonora produces
D e siete c u e r d a s a r m o n i o s o s ecos;

N i acorde, ni parlera,
Fuiste, ¡ oh l i r a ! en u n tiempo,
Mas hoy ya solemnizas
R i c o s banquetes y sagrados templos.

Inspírame sonidos
Numerosos y tersos,
Porque Lide indulgente
Preste atención y oído á tus acentos.

Tú e n p o s d e tí pudieras
L o s tigres y los cerros
Arrastrar, y en su curso
Detener los veloces arroyuelos.
234
F. A. DE FIGUEROA

A tu potente magia
Vio adormecerse Orfeo
Al Cervero implacable,
G u a r d a feroz d e l espacioso Averno,

C u y a furial cabeza,
Cien culebras ciñendo,
P o r la trilingüe boca
E x h a l a podre y corrompido aliento.

A u n de I x i ó n y Ticio
L o s rostros macilentos,
C o n expresión forzada,
E n medio á sus martirios, sonrieron,

Y el tonel fatigoso
Quedó enjuto un momento,
E n tanto que extasiabas
A l a s D a n a i d e s con divinos ecos. (i)

O i g a Lide su crimen
Y el notorio tormento,
Y el tonel horadado
Q u e llenar d e b e n con a f á n eterno.

Y los fatales hados


S e g u r o s , a u n q u e lentos,
Q u e infalibles amagan
A los delitos en el O r c o fiero.

¡ Impías!. . . (-Ciertamente,
¿ Q u é más hacer pudieron ? )
Feroces trucidaron
A sus consortes con a g u d o hierro.

( 1 ) Las Danaides fueron 50 hijas de Danao, que se casaron en un dfa con ios 50 hijos
d e l R e y Egipto, y en la primera noche degollaron á sus maridos; excepto Hypermenestra.
que libertó á su esposo Linceo. Su castigo es el trabajar en vano y sin descanso, para
Henar de agua un tonel horadado por el fondo.
POESÍAS DIVERSAS 255

U n a entre todas, digna


D e l sagrado Himeneo,
Mintió a l perjuro padre
Y ennobleció su engaño y sus recuerdos,

Q u e a l caro esposo dijo:


¡ Levántate, Lynceo!
¡ D e s p i e r t a , no te asalte,
D o n d e n o temes el eterno s u e ñ o !

Frustremos la venganza
D e tu pérfido suegro;
Engaña á mis hermanas,
A esas nefarias, corazón de acero,

Que cual fieras leonas


C a e n sobre los becerros,
Así, ¡ oh dioses ! d e g ü e l l a n
U n o por u n o á sus esposos tiernos.

Yo m á s sensible que ellas,


N o te h e r i r é , n i pienso
G u a r d a r t e e n este alcázar,
P u e s no puedo guardarte aquí en m i pecho.

A u n q u e agobie mi padre
C o n cadenas m i cuerpo,
Porque al mísero esposo
D e lástima y amor salvé del riesgo,

A u n q u e sobre u n a armada
M e relegue severo
A gemir, de Numidia
E n los campos lejanos y desiertos,
236 F. A. DE FIGUEROA

H u y e doquier te lleven
T u s pasos y los vientos:
N o c h e y V e n u s te a y u d e n ;
H u y e , bien mío, con dichoso agüero;

Y allá en memoria mía,


E n fácil mausoleo,
I n s c r i b e u n epitafio,
Q u e eternice en el m á r m o l m i lamento.
POESÍAS DIVERSAS 2:¡7

Al taburete bordado (i)

Sollozando y riendo de alegría,


Muestra Panchita el lindo taburete
Q u e la hija amada por señal le envía
D e l amor que en ausencia le promete;
Y lo besa y lo h a l a g a todo el día
C o m o infante endiosado en su j u g u e t e :
. S i e m p r e es n i ñ o e l a m o r e n s u cariño,
P e r o a m o r m a t e r n a l es e l m á s niño.

( 1 ) Doña Panchita San Vicente de líejar había recibido aquella prenda de recuerdo,
enviada desde Francia rmr s u hija, doña Antouita de Baradéré.
238 F. A. DE FIGUEROA

Al retrato de doña Antonia Bejar de Baradéré

D e un ángel la sombra bella,


E l reflejo de u n a estrella,
Nada más,
Aquí la pintura imita;
P e r o tú, a m a b l e Antonita,
¿Dónde estás?

Feliz conyugal cadena


T e llevó de Oriente a l Sena;
Desde allí,
A reclamo de u n suspiro,
Describiendo un nuevo giro,
Vuelve aquí.

V u e l v e . . . que y a en aflicciones
T e esperan tres corazones
C o n ardor ;
T r a y e n d o á p a r d e l esposo,
A esa niña, don precioso
Del amor.

Y u n nuevo infante que el cielo


O s regale por consuelo
Conyugal;
Formando ambos angelitos,
D e mimosos pichoncitos
Un casal.
POESÍAS DIVERSAS 239

Y en esa prenda esperada


V e a s tu faz retratada,
y, ¡ oh placer !
Cuando todos con cariño
E x c l a m e n mirando al niño:
¡Barader!
2-10 F. A. DE FIGUEROA

Al retrato de doña Pepita Bejar

¡ B e l l a i m a g e n ! mas no igual
A l original precioso;
Velado, aunque siempre hermoso,
T u sol, Pepita, está aquí;
Falta ese dulce donaire
Que tus encantos releva
Y cual talismán se lleva
Tos ojos en pos de tí.

Falta la sonrisa amable,


Que al que aprisiona enriquece,
Pues ricas perlas le ofrece
D e un clavel partido en dos.
' Dios mismo, que mira entonces
D e sus obras la más rara,
Para un ángel la envidiara,
Si cupiera envidia en Dios.
POESÍAS DIVERSAS 241

Al General D. Juan Lavalle

Recuerdo funeral

Tristes hijas del pueblo Argentino,


Que hoy un tigre devora insolente,
Entonemos la endecha doliente
A Lavalle, gimiendo por él;
A los ecos del mísero canto
E n la tumba su polvo se anime,
Y rebosen con pena sublime
E n los pechos, la angustia y la hiél.

Sus cenizas en tierra extranjera


H o y se miran, ¡oh patria! angustiosa;
T ú les debes magnífica fosa
Pues que fuiste su amor y deidad. .
M a s ¡ ay t r i s t e ! . . . . Si el mundo olvidare
Con desdenes al héroe sin vida,
A n t e el mundo que ingrato lo olvida,
Argentinas, ¡ venid y llorad!

A los libres con eco grandioso


Recordóles la patria oprimida,
E inflamando la hueste aguerrida,
Dijo heroico: ¡Salvarla ó morir!
Sus valientes el rico estandarte
Desplegaron de gloria, y de M a y o ,
Y cayeron heridos del rayo
Los bandidos del torpe Visir.
F. A. DE FIGUEROA
242

Y a la enseña triunfante tremola


E n las cumbres del pueblo cautivo,
Y hacia ella con gozo festivo
Nos impulsa magnético imán.
A l estruendo de patria y venganza,
Y á los ecos que en torno responden,
Bajo el trono de sangre se esconden
L o s verdugos y el fiero Sultán, ( i )

M a s la escena cambióse, y repente


D e esperanzas el astro se aleja;
Su vislumbre se eclipsa, y nos deja
Sumergidos en ansia y dolor.
Y el tirano se alienta, y se anima,
Porque plugo fatídico al cielo,
Nuestra gloria mudar en desvelo,
Nuestro gozo cambiar en dolor.

E n fatigas y fieros combates


Acrisola su ardor argentino,
Mas ¡ a y cielos! cumplióse el destino
A l impulso del plomo fatal.
Los caribes, ¡oh excelso L a v a l l e !
A l despojo sangriento acudieron,
Y á tus yertas miradas huyeron
Como heridos del rayo inmortal.

E n su seno la ilustre Bólivia


T u cadáver recibe y ampara,
Por que formen su tumba preclara
L a s montañas del áureo Perú.
A tu lado lidiando cayeron,
Emulando tu ejemplo glorioso,
Dignos héroes de nombre grandioso,
¡ Pero nadie más grande que tú!

( 1 ) El fumoso I). Juan Manuel Rosas, Dictador abso'.uto de la República Argentina.


POESÍAS DIVERSAS 243

La trompeta oriental

Canción guerrera

CORO

/ Orientales, la patria peligra !


¡Argentinos al punto actidid7
He aquí el día de infamia ó de gloria:
¡ Entre gloria ó infamia, elegidf

L o s sicarios del hombre sangriento,


D e ese tigre que el Plata abortó,
Y a se acercan, y altiva y tremenda,
Orientales, la patria se alzó.
Respirando diabólicas iras,
D e serpientes ceñida la sien,
¡ V e d al monstruo!. . . . Lascivia y horrores
S u s bandidos respiran también.

C O R O — Orientales, la patria peligra, etc.

A l arrastrar con pérfido engaño


D e orientales la ilusa facción,
¡Insensatos! al hórrido abismo
O s impulsa su encono y pasión.
U n a suerte si triunfa el aleve,
Nos aguarda de su odio infernal:
A nosotros cadalso y renombre,
A vosotros oprobio y puñal.

CORO — Orientales, la patria peligra, etc.


•244 F. A. DE FIGUEROA

Si á deshonra ó á látigo infame


Nuestras hijas botadas están,
Con nosotros perezcan, y al menos,
Ni ofendidas ni esclavas serán.
T r a g u e á todos la tumba horrorosa
Si la patria sucumbe; y así,
Por trofeos del torpe tirano
N o habrá siervos . . . . ¡cadáveres sí!

C O R O — O r i e n t a l e s , la patria peligra, etc.

A r g e n t i n o s : ¡ hé allí los v e r d u g o s !
¿Queréis patria? . . . .¡venid, y triunfad!
Desplegad el glorioso estandarte
Y sus manchas con sangre lavad.
Degollados mirasteis los hijos
Y ultrajado el virgíneo pudor;
Cien gargantas por una reclaman
Tanta ofensa, tan bárbaro horror.

C O R O — O r i e n t a l e s , la patria peligra, etc.

Profanando sacrilego el Templo,


¡ "Ved al monstruo que al cielo insultó!
Que su imagen cual ídolo inmundo
E n las aras soberbio e l e v ó ;
V e d al tigre con torpe hidrofobia,
¡ S a n g r e ! ¡ sangre! sediento bramar;
Y en cadalsos con lento martirio
¡ Los ungidos de Cristo inmolar!

C O R O — Orientales, la patria peligra, etc.


POESÍAS DIVERSAS 215

A l z a , ¡ oh patria! tu escudo invencible,


L o s caribes se estrellen en é l ;
Ellos gritan, y el grito a c e p t a m o s :
¡Guerra á muerte! sangrienta y cruel.
¡Alaridos de estúpido orgullo!
¡ Miserables! S u estrago verán,
Cuando suene la horrible trompeta,
Y sus rayos vomite el volcán.

CORO — Orientales, la patria peligra, etc.

¡ M a s y a tiemblan ! L a horrenda pelea


N o resisten: se aumenta el horror;
Y a á la fuga se entregan, y en torno
A degüello redobla el tambor.
Por la espalda, cual siervos y viles
V a n heridos, tropiezan en sí,
Y mordiendo rabiosos la tierra,
A l tirano maldicen allí.

CORO — Orientales, la patria peligra, etc.

¡ S o l de Mayo, que brillas, detente!


Para absorto tu giro inmortal,
Porque mires tremenda y sublime,
L a venganza del pueblo Oriental.
¡ Negros cuervos, carnívoras aves,
A las playas de Oriente venid!
¡ U n convite de espléndido estrago
S e os prepara, después de la lid!

CORO FINAL

/ Orientales, la patria peligra !


¡Argentinos, al punto acudid!
He aquí el día de infamia ó de gloria:
¡Entre gloria ó infamia, elegid!
F. A. DE FIGUEROA

La enhorabuena

yi la señora doña Pandilla San Vicente de Befar, por el


restablecimiento de su hija

Vuestras ventanas gozoso


V i , Panchita, abrirse al sol,
Y dije: y a en su arrebol
Brilla el otro sol hermoso;
¡ V í t o r ! ¡ vítor ! y a en reposo
V a á cambiar la infausta pena:
¡ S e a en hora buena !

E l parabién de alegría,
U n a y mil veces os doy,
Pues Pepita desde h o y
R e c o b r a su lozanía;
L a luz que se oscurecía
V u e l v e á brillar más serena:
¡ S e a en hora b u e n a !

Marchita esa flor preciosa,


S u último aroma e x h a l a b a ;
Mas Dios benigno miraba]
Vuestra aflicción congojosa;
Y hoy se v e purpúrea rosa
L a que ayer mustia azucena:
¡Sea en hora b u e n a !

T a l vez al ver vuestro duelo


S e apiadó la parca dura,
Que tan dulce criatura
N o osó arrebatar al suelo,
Y de un ángel privó al cielo,
Por no apurar vuestra pena:
¡ Sea en hora b u e n a !
POESÍAS DIVERSAS 247

L a s bellas de quien Pepita


E s flor que las engalana,
S e dan la nueva, y ufana
Cada cual se felicita;
Tierna emoción las agita,
Y sólo esta voz resuena:
¡Sea en hora buena!

N o temáis nuevo accidente,


Pues la deidad conmovida,
Y a anuncia esplendor y vida
A esa estrella del Oriente,
Y un porvenir refulgente
A la que hoy brilla en el S e n a :
¡ Sea en hora b u e n a !

Quiérales el cielo dar,


Libres de angustia y dolencia,
Tantos días de existencia
Como arenas tiene el mar;
Y un g o c e puedan contar
P o r cada grano de arena:
¡ S e a en hora buena!

A par del amante esposo,


¡ Oh Panchita! disfrutad
Tanta dicha, y aceptad
Este holocausto afectuoso;
Mientras repito ardoroso,
Con placer que me enajena:
¡ Sea en hora buena!
¡ S e a en hora b u e n a !
2AS F. A. DE FIGUEROA

Al Excmo. señor don Fructuoso Rivera

La copa poética

D e rubios topacios, de verde esmeralda,


L a patria que premia el alto valor,
H o y te ofrece valiosa guirnalda,
Como signo de gloria y honor;
Otra más bella y más pura
T e envía todo oriental,
Que es la fe segura
D e amor inmortal.
Pues en ellos
Como en mí,
E s fino
Rubí,
Sí,
Sí,
Rubí.
¡Oh!
No,
Mejor,
Orientales,
E s t a copa brindemos leales
A R i v e r a y su ángel de amor.
POESÍAS DIVERSAS 21!)

Sáneos y adónicos

A la memoria de la excelente niña doña Mercedes Antuña


y del joven poeta don Adolfo Berro

Flébiles ecos que en el alma suenan,


Lance enlutada la doliente lira,
Y el triste labio modulando penas,
Trémulo gima.

Lloras, y al Cielo funeral plegaria


Y hondo lamento, con dolor envías,
Mísera patria. . . . tan acerbo duelo
¿Quién lo motiva?

V a t e s ilustres, en laúd sonoro


Himnos llorosos entonar se miran,
Siendo sus cantos de amargura llenos,
Copas de acíbar.

T ú de la muerte vacilante y sola,


¡ O h triste patria! la mansión visitas,
Y en dos sepulcros que con ansia abrazas,
¡ Gimes aflicta!

Bien el motivo de tu amargo lloro


D e esos sepulcros la inscripción p u b l i c a :
H e allí dos seres que en tu honor brillaron,
¡ P o l v o y ceniza!
250 F. A. DE FIGUEROA

¡ Dulce Mercedes, candorosa virgen,


Sílfida amable de pudor ceñida,
Y a c e entre sombras!. . . . marchitado lirio,
L u z que no brilla.

Nombre inefable, que h a l a g a b a al alma,


Y es de bondades misteriosa cifra,
H o y le pronuncian, y al materno pecho
R a s g a la herida.

Vibra la parca su segur, y al verla


Cierra los ojos de pesar movida,
Y sufre el ángel, de inseguro golpe,
L a r g a agonía.

Mas ¡ a y ! ¡tú g i m e s ! la vecina tumba


También, ¡ oh patria! sollozando miras,
E l mármol besas, y á tu caro A d o l f o
¡ N o reanimas!

Deuda es sagrada que angustiada llores,


Y en dos recuerdos tu dolor dividas,
A l l í la parca, de tu dulce vate
R o m p e la lira.

Triste memoria que doquier me sigues,


Y eres del pecho dolorosa espina,
T ú á un mismo tiempo mi dolor renuevas,
T ú me lo alivias.

D o s esperanzas, de inocencia y gloria,


Bárbara muerte, con rigor disipas,
Palma y violeta, de ilusiones de oro
F r á g i l enigma.
POESÍAS DIVERSAS 251

Bardo de Oriente, la celeste llama


D e excelso genio con ardor seguía,
Que era en su mente, derramando luces,
Fúlgida pira.

E n pro del débil, que su voz defiende,


Blanda y sociable su misión cumplía;
N u n c a su plectro disonó exhalando
Torpe diatriba.

Ora en defensa del opreso esclavo


Fiero anatema con furor fulmina,
Ora en la llaga de infeliz mendigo
Bálsamo aplica, ( i )

Mira en su verso la infeliz ramera


Hórrido espejo que terror le inspira,
Y huye del vicio, do engañoso halago
Pérfido habita.

Lámpara exhausta, que muriendo arroja


Trémulos rayos que su lumbre avivan,
T a l en sus ansias el doliente vate
Pulsa la lira.

Cisne canoro, presagiando muerte,


A l z a su canto y angustioso trina,
E c o solemne que del hondo pecho
Hiere la fibra.

E c o del cielo, divinal preludio


D e l sacro hosanna que su mente agita,
Que ora ante el trono de la luz repite
S u arpa divina.

( 1 ) Alusión i. varias composiciones poéticas, muy bellas, del joven Berro.


252 F. A. DE FIGTJEROA

¡ O h Dios inmenso! si tu gloria ensalzan


A l t o s querubes de mayor valía,
¿ Cómo, dos seres que á la patria adornan,
Sordo le quitas?

Mas, ¡ a h ! perdona: maldición al hombre


Q u e tus arcanos indagar medita;
¡ Todos te adoren, y mi humilde canto
Calme tus iras!
POESÍAS DIVERSAS

Epitafio (i)

Ultima ofrenda de amistad

D u l c e y modesta, juvenil encanto,


F u é de virtudes el ejemplo fiel,
Nítida estrella que apagada al mundo
Brilla en el cielo renaciendo en él.

Mustia la rosa que alegraba al prado


Y a c e , y opaca su apacible l u z ;
¡ H e l a sin v i d a ! su humanal despojo
Cubre benigna la sagrada cruz.

Manes que en torno suspiráis, decidla


Que eterna vive su memoria en mí,
Y que estas flores del amor más puro
Puso su amiga sollozando aquí.

( 1 ) Este epitafio, expresamente encargado con tanta extensión, se colocó impreso en


raso dentro de un cuadro, con una guirnalda de llores en contorno. I.o mismo se lnzo
con oí epitafio siguiente.
asi F. A . DE FIGUEROA

OTRO

A una niña de siete meses

Prenda querida del amor materno,


Ángel del cielo que volaste á él,
Vuelve á la v i d a . . . . Pero no, no dejes
Néctar divino por amarga hiél.

¡Tierna paloma! T u doliente madre


A q u í en la fosa que á su bien robó,
R e g a d a en llanto con dolor te ofrece
Esta guirnalda que su amor tejió.
POESÍAS DIVERSAS 255

1.» 2.« 3." 4."


Ce-be-de-o (i)

Charada

E n mi primera y segunda,
Tercera y cuarta también,
A u n q u e suenan cuatro letras,
Cuatro sílabas se ven.

Obedece es anagrama
D e mi todo.... hombre vulgar,
Q u e sólo por sus dos hijos
S e v e en la Biblia brillar.

( 1 ) El Cebedeo, segrtn la Biblia, era el padre de los apóstoles Santiago y San Juan.
F. A. DE FIGUEROA

Epístola hispano - latina ( i )

Á UN M E C E N A S

Caro Señor, á quien llego


Guiado por una estrella,
Yo... Et mea cymba scmél
Vasta percussa procella. OVIDIO, Trklluní, lili. 1.", el«-
gfa 1.»

D e quien merecí en un tiempo


Aprecio, amistad, franqueza,
Dulces exuvice, dúm
Futa, dcUSqilC Sincbant. VIRGILIO,. Enrida, lili. 4."

Fabio, que el noble apellido


Con tanto honor desempeñas,
Fabio. . . máxime, qui claris
ex Ponto, lilj.
Nomcn virtutibtcs a;quas. OVIDIO,
epíst. 1 . a
1.",

Que y a de joven gozasteis


D e l honor las preminencias,
Y m á s . . . candidior postquam
Tondcnti barba cadcbat. V I R G I L I O , égloga

P a r a saludaros hoy
Y á vuestra elevada esfera
Llegar... Nunc cgo jac tandas
Optaron SlímcrC pcnnas. OVIDIO, Trisliitm, elegía S.»

( 1 ) Eu esta composición van, según se v e , los versos castellanos mezclados y acabados


eon versos exámetros latinos de los mejores p o e t a s ; circunstancia que ha h e c h o m u y l a -
boriosa esta poesía, como bien lo advertirán los inteligentes. — (N. del A.)
l'OESIAS DIVERSAS

Como lo hizo el arquitecto


D e l laberinto de Creta,
J)édalus f ai fama es!)
Fuginis ni¡iioia regna. v ¡u-,, /•;..:.•/,/•.', ni., o.

Pues hablaros es difícil.


Q u e entre atenciones diversas,
Nec tibí coutt'iiginit (]!'«-,
Grutibns olía Artes/as. cn^.^ í v v ^ , o h , . 2.",eie-

Por eso, para informaros


D e la ansiedad que me- cerca,
X o sé . . . quid, itisi Piérides,
(Solatia frigida!) restai. /* M
V|>;M. J.-

A s í , intercalando flores
D e los latinos poetas,
P o r q u e . . . q.'/id/ibet andendi
Se inper jiiil i r qua poi e s ! as.

Este ramillete ó carta


M i fino afecto os presenta,
Por v e r . . . quis ad'iuc:!sctta-iti
¡Vostri non i mine mor èx tai. • " r-nlt.,. liii. 1.»

M a s mi musa al elevarse,
C u a l Icaro á la eminencia,
R e c e l a . . . si.'spieiriis cecia;;!,
Tenditqne ad si'dera dexfra;;i. V I K - . I : . : •. 7 > UI>. 12.

Pues sabe que mi barquilla


Perdió las jarcias y velas
C u a n d o . . . paitllalím adnabam
Terree, el jain tata teiiebain. vnu.n.t.., £, ¡,i,i,
K \w,, 0..
F. A . DE FIGUEROA

Por eso es que sin pulsar


D e l plectro las áureas cuerdas,
Tiempo ha q u e . . . dejiciens animo
il fausto cuín carde jaecbat. u-CKI-XIO, hi>. O.-

Y es bien que h o y alcance olvidos


Si ayer lauros, por que v e a
Que al fin... has totics opiatas
Excgit gloria pee ñas . JI-VBXAT., S¡U. 1 0 . "

Y aun debió romper su lira


Cuando advirtió que proterva
La envidia . . . mostrabai grávidam
Te lis se ferré pharetram . sn.io I T Á L I C O ' , i¡I>. i.-

Y a , aunque tarde, aprovechando


E n su costosa experiencia,
C e d e . . . deponitque sitos
IMUTOS, bellique tropheca. IÍAPIM,
ttam.
poema, dira Lutc-

N o pretendo, pues, loaros


Con adulación abyecta
Que os o f e n d e . . . ad quiddam vitii
O V I D I O , Tristlum, Hb. ele-
Quicnmque Jiinc coucipit errat. gía 1 0 . «
13.",

A u n q u e miro cuanto el hombre


Con la adulación progresa,
Y más . . . qui studet opiatam
Cursa coiitiiigere metam . IIOHAU», J ™ . ¡mt.

Solo intacta mi opinión


Ambiciono, mas riquezas
J a m á s . . . ah pereat qui primus
Opcs cffodit operías. SIIIKOXIUS UOSCIIHS, Super
diettias.
POESÍAS DIVERSAS 2o!)

D e l campo el grato retiro


E s cuanto mi pecho anhela,
Y ver c u a l . . . luxuriant peen des
iVasceuti iu gramiuis herba. M E T Í vi un, Himno al sol.

V i v i r é libre y tranquilo,
Y en descendiendo á la huesa,
T a l vez l o g r e . . . ut me non docta
Deploret pasto?- avena, S A X N A Z A I Í , poeta napolitano.

¡ L a huesa! ¡ oh triste recuerdo!


H e allí el fin de la soberbia:
¡ E l polvo ! . . . O miseras hominuiu
.Mentes, o pectora cecea!... r,I'CRI:CIO, lib. 2.»

A l l í igual el chico al grande,


Q u e aun pretenda precedencias
D i r á : hic tibi cedo niJiil,
Mors omn.es ómnibus cequat. V.iisi'jtr, Condilio in mortc.

¿ Q u é son h o y Ciro, Alejandro,"


Héctor, A q u i l e s y César?
. ¡ P o l v o ! . . . uum minas interiit,
•Qui cantil saxa movebatf. S m n o x i o , égloga á Tyrsis.

T a l es el mundo; mas, ¿dónde


Mi ciego numen me lleva ?
E x t r a v i a d o . . . has inter voces,
Media inter Talia verba. V I H U I I J O , Eneida, lib. 1 2 .

Torno á mi asunto, diciendo


Q u e mis bienes y mis penas
H o y . . . ante oculos, inter que
Manus sunt omnia vestras. VIRCILM, Eneida, lib. 1L.
F. A. DE FIGUEROA

Pues sembrando en tierra dura


Cogí agravios por finezas,
Tanto que . . . hoe. u.iciniíii. quoiidam

F i e r i non posse loqfichar. OVIDIO, Tf'txlitini. lib. .">.", ( l i -


gia ó."

Bien sé que la torpe intriga


Contra mí su furia acerba
Suscitat, ira'nini que'

O mués effudit habatas. Y m o i i . i o , Knc'uki, lib. 1 2 .

Mas, cúbrame vuestra egida,


Veréis, de esa turba fiera,
Parte ... ingeuti trepidare

.Me tu. pars, verteré ferga. Y i i w ü u o , Kueúla, lib. G."

S é que calumnia y envidia


Venenosas me vulneran,
P o r q u e . . . uoiniíiis et faincc,

Quondaiii fulgore trahebar. OVIDIO. TvíMotn), lib. 5.", elo-


gia 12.«

Y que este doble reptil


N o bien mis lauros recuerda,
C u a n d o . . . lubrica convolvit.

Subíalo pectore, ferga. Yir.oii.io, Knriila, lib. 12.

Mas, así el Cielo me vengue


Y de Ixión en la rueda
P e r e z c a . . . ut ve f e r o x Pha'laris

JJllglta prillS Clise resecta . OVIDIO, in Ibim.

A s í al recordar mi agravio
E l alma en furor se quema
C u a l . . . -noli ipsa Alecto, nee

Pee ta furaré Alegara. S i u o r i . u . n o , ni,, i:;.

¡ Cuántas veces en mis sueños


V i al monstruo, y su horrible testa
P o s t r a b a . . . et dígitos digifis,

E l fronte 111 fronte f rancha¡ll ! OVIDIO, Mdaimrphoí. lib. !i.»


POESÍAS DIVERSAS

Y al dar su mortal gemido,


Parecíame en la idea
O i r . . . S(cpc cavas mol/.'-
Tcn-(C IllUglIT cavernas. ¡.I­CANO. Пт-aiHa. llh. ».»

Cual anunciando desastres


S e vio estremecer la esfera
C u a n d o . . . flcbilc tcrrificis
Gemu-it niiigitibus ylitna. CR..VN>iAxo, NI.. -i.-

Perezca el v i l ; mas no queden


S u infamia y muerte secretas,
N o . . . Sed cada i- ante diem
Media. iiiJiumatiis arena. VIM.IUV, Í . V Í . / » . M.. A.*

D e ardiente hidrofobia acabe,


Cual descomunal culebra
Q u e . . . mandil: h umum, moricnsque
Suo se iu vulnere versal. VIMUUO, /;«««/«. UI.. N .

É insepulto y arrastrado
P o r carnívoras panteras,
A l l í . . . nec sua quam Pyrri,
Felicites ossa quiepaut. ПУШШ, ;„ и.; . м

Descarga ¡ oh numen! tu rayo


Que le aniquile en pavesas ;
Descarga ...o pater, o h ominum
Divumque eUcrna- potestas ! VIKHH.II>, KMII*. \\K H>.

O si quieres que esos viles


Sufran con ansia más lenta,
V i v a n . . . perpetuo m errare,
El uigra ves/e seuescant. JVVKXAL, S&\. KV­
F. A . DE FIGUEROA

V a g u e n sin hogar ni asilo,


Y que sus víctimas puedan
V e r l o s . . . qticrrcri', ct effossam,
Sitíenles, lamberé terram. I I U C A N O , Pliarsal, lib. 0."

Mas, y o , Señor, me extravío,


P u e s recordar tanta ofensa, '
Non cquidem vcllcm, sed
J¡fe mea fata trahebant. OVIDIO, Trislimn. lib. 2.",ele-
gía 1.»

P u e s mi musa inofensiva,
S ó l o de la patria excelsa,
Scmper cquos, atque arma
Virum, pugnasque ca:nebat. V I K C I I L I O , Eneida, lib. 9 . '

Y éste era el grato descanso


Q u e prestaba á mis tareas,
C u a n d o . . . nox erat, ct bifores
Intrabat luna fenes tras. OVIDIO, ex Ponto, epíst. 3 . "

JEste el patriótico afán


E n que el sueño me rindiera,
C u a n d o . . . auroram phactoutis
JEqui jam luce vehebant. V I B O I L I O , Eneida, lib. 5.«

A tí consagrando, ¡oh patria!


A tu historia, á tus grandezas,
M i l a ú d . . . Te, veniente die,
Te decedente, canebam. VIEGIIJO, Gcúrgieas, lib. 4.»

E n tanto, mis detractores,


Q u e mi derrota contemplan,
A l f i n . . . conticucrc omnes
Intcntiquc ora tcnebant. V I R G I L I O , Eneida, lib. 2.«

Y o también el labio sello,


Q u e á mis iras la prudencia
[ C o n s u . . . imperio premit, ac
Vindis ct carccrc, frenat. V I R G I L I O , Eneida, 1¡V. 1.«
P O E S Í A S D I V E R S A S
2(53

Y tornando de mi carta
A l objeto, fin, y tema,
Pues T a l í a . . . iu partes rapit
Varias atqiie O l l i n i a VCrsat. VIRGILIO, Eneida, lib. 4.»

Vuestra palabra os recuerdo,


A u n q u e el temor que me cerca
D i g a . . . quid facis ? ah danois !
Cúr, si fortuna recédât f ovmio, «• Ponto m,. i.-,
J
opfst. 4,"

Mas, ved que la vida es breve,


Que se me pasa en promesas,
Y q u e . . . ja m mi/ii dctcrior
Canis aspergitur cetas. OVIDIO,
epísl. 4.
e¡r Ponto,
11
lib. 1»/

Pues si la verdad en v o s
N o se asila, no se alberga,
E x c l a m a r é . . . ad virgo infelix,
Tu nilllC ill I l i o n t l ' b l t s erras. VIRGILIO, égloga G.°

T a l no es p o s i b l e . . . y creeré,
Primero que esto suceda,
Ksse canes útero sub
Virnuis, CSSe chillicraill. OVIDIO, Tñslhim, lib. 4.-,
elegía 7. A

N u e v a Babel, en el orbe
Con rara y confusa mezcla
V e r e m o s . . . Oniiiia imitar i
Mores, decreta loqñelaiu . MKTIVIKR, Wmno ai «•/.

Ituzaingó y Sarandí
Contra su corriente amena
Correrán... et ver autuiuuo
Bruma lllisccbitur (estas. OVIDIO, in Ibñn.

A n t e s veránse olvidadas
L a s patrióticas proezas
D e vuestro h i j o . . . et rudee qücercus
Slldabunt roscidu V i c l l a . VIRGILIO, égloga 4 -
F. A. DTÍ FIGUHROA

Joven héroe, que entre lanzas


Pereció con gloria excelsa,
C u a n d o . . . Ule siiam heñís,
'Patriani, vietorque petebat.

E n fin, la tierna paloma


S e verá rugir tremenda
Cual monstruo... Itorreuduiu strideus
Flammisque anua ta C/iyinera. VIP.MLM, KH-M', r¡u. ¡\

Que es más imposible que esto


Faltar vos, cuya alma bella
N u n c a . . . illa dolos, dirunqiie
Xefas iu -perfore versat. Vii¡<¡it.!<>, / . w . / » , ni.. •>

L a verdad y la justicia
Son blasón del que gobierna
Áureas hanc vitam, iu
y.crris Safreiuus agebat.

Alas,ya mi carta concluyo,


Y si os acordáis por ella
De mí... 7)iiJaeiaut ut ceepc
Tita sit epístola dexfra. ovimo. rri«ii»„; w.
1
elegía <.»

Oblándoos en gratitud
Mi afecto, y por lo que resta,
Los cielos . . . persolvant grates
Dignas, et prermia reddaut. vinumo, KMU«, bi>. :
POESÍAS DIVERSAS

Al caballo pampa

EPITAFIO

Este es el esqueleto, ¡ oh caminan ti*!


D e aquel caballo pampa tan preciado,
A cuya ilustre fama no han llegado
Bucéfalo, Babieca y Rocinante.

Enfermóse de un p a s m o . . . . y al instante
E n balsámica enjundia embadurnado,
S u dueño le asistió con más cuidado
Que pudiera á su dama un tino ama-ite.

Mas, de noche en la cuadra, un perro brav


Sintiendo la fragancia en sus narices.
L e asalta hambriento, y le devora al cabo.

¡ Oh cuidados fatales é infelices !


"Más te valiera, ¡oh p a m p a ! por el rabo
H a b e r olido á potro que á perdices.
266 F. A. DE FIGUEROA

L a madre africana

Oda (i)

T a i r a i - j e ces enfants de la rive africaine


e Qui cultivent pour nous la terre américaine ?
^Différents de couleurs, ils ont les mêmes droits,
• Vous mêmes, contre vous, les armez de vos lois !

DKurxrc. — Poema IM Desgracia


y la Piedad, canto 1.°

¿ Y así, cruel pirata, así te alejas,


Robándome tirano
L o s hijos y el esposo ? ¿ A s í inhumano
E n desamparo y en dolor me dejas?
¡ A y ! ¡ vuelve, vuelve ! E n mi infeliz cabana,
Donde te di acogida,
¡ V e cuál me dejas como débil caña
D e l huracíin violento combatida !

Vuelve, entrañas de fiera,


Que por mi mal viniste ;
Llévame á mí también, y al menos muera
Con mis prendas a m a d a s . . . . Mas, ¡ a y triste !
Y a no espero ablandar tu pecho duro
Con lamentos prolijos :
¡ T ú no sientes amor ni tienes hijos!

< 1 ) Estos versos los publiqué en execración del bárbaro comercio de negros, que c u
OMitraveución de la ley de libertad y abolición de este tráfico, seguían haciendo v a n o s
«especuladores; y muy especialmente el buque llamado el Águila, que con bandera orien-
tal fué á la costa de África á tan reprobado comercio.
POESÍAS DIVERSAS 2€7

¿ Y es posible que el sol resplandeciente


Que ostenta esa bandera
L l e g u e ¿i estas playas por la vez primera
A autorizar un crimen tan patente ?
¡ Oh globo celestial, que esplendoroso
Dominas en las cumbres,
Oscurece tu luz, y al monstruo odioso
Sólo sangriento y con horror alumbres!

Mas, ¡ a y ! ¡ qué nueva pena


Descubren y a mis ojos!
H e allí el arco y las flechas, que en la arena
D e l asalto traidor fueron despojos;
¡ Infeliz compañero, tú ignorabas
Que esos blancos altivos
Proclaman libertad, y hacen cautivos!

D e esta suerte la mísera africana


S e queja inútilmente,
Mientras su nave apresta indiferente
E l traficante vil de carne humana.
Y truena el bronce, y su clamor repite,
Que el clamar la consuela ;
Mas el Águila, en hombros de Anfitrite
Suelta las alas, y al estruendo vuela.

A l punto encadenados
Los cautivos se miran,
Y al fondo del bajel desesperados
Los lanzan sin piedad, y ellos suspiran;
Mientras que la infeliz desde la peña
S e arroja y da un lamento,
Que en pos de la alta popa lleva el viento.
F. A. DE FIGUEROA

El oriental celoso ( i )

Romance heroico

E r a una hermosa mañana


D e Diciembre, cuando apenas
R a y a b a Fcbo ahuyentando
L o s celajes y las n i e b l a s ;
E i l u m i n a n d o las m i e s e s
O n e al b l a n d o céfiro ondean,
Les c o n v e r t í a en d i a m a n t e s ,
L o q u e el a l b a les d i o en p e r l a s .
L a s p i n t a d a s avecillas
A m o r o s a s y parleras,
E n variado contrapunto
L a luz m a t i n a l c e l e b r a n ;
Y e n magnífico paisaje,
Con v e r d e p o m p a reflejan
D e l frondoso Jfiguelcte
Los jardines y florestas,
( J u c e x h a l a n d o mil a r o m a s ,
Y o s t e n t a n d o s u s riquezas,
Ora e m b a l s a m a n las auras,
O r a los ojos r e c r e a n .
T o d o e n la a l e g r e c a m p i ñ a
Respira vida y presenta,
D e libertad y d e gloria.
L a deliciosa influencia.

• csh- romanen s.* r e f i e r e :í la -'¡Mu-a e n q u e las [rujias d e l Imperio del


n .Muiilnvnleo, que s e li;.!laliu s i i i a i l o y a por la v a n g u a r d i a del ejOvilo
POESÍAS DIVERSAS

Por las lejanas colinas,


Marciales fuegos humean,
Que con moribunda llama
L a s auras lamen y besan.
E n torno v a g a n los libres,
A c u y a heroica paciencia
L a tierra es mullida cama,
Y el cielo estrellada tienda.

Sólo la noble ciudad


En vil servidumbre opresa,
A l través de sus murallas
Cual triste sombra se eleva.
D e cuando en cuando el cañón,
Que inflama sulfúrea mecha,
Con pavoroso estampido
Lanza un relámpago y truena,
<) con trémulos penachos,
Vigilantes centinelas,
E n misterioso silencio
S e cruzan por sus almenas,
Que los patriotas en torno,
Por las zanjas y las cercas,
A la imperial avanzada
Doquier amagan y acechan.
E n alto mástil se mira
Sobre los muros soberbia.
D e amarilla y verde g a s ¿ i
Flamear la infausta bandera.
E n cuyo imperial escudo.
Rodeando á una verde eslora,
.Por señal de nuestro oprobio
S e mira una opaca estrella.. . i ')

(i) l"na e s t r e l l a , añadid:! á las .10 Iiinierio, ind¡:-ab.i ,n, MI e s c u d o e s t a Provincia


Oriental.
270 F. A. DE UGUEROA

Entretanto, y a adornado
Con espléndida diadema,
Sobre el dorado horizonte
Majestuoso el sol se eleva.
Cuando á la playa que el mar
E n forma de arco rodea,
Y con apacibles ondas
S u s márgenes ciñe y riega,
Sobre un un soberbio alazán,
Que en pos los vientos se deja,
Baja veloz un guerrero,
Y es Julio, amante de Celia.
V u e l a el bridón, y excitado
P o r el látigo y la espuela,
E n torno al diestro jinete
L e v a n t a nubes de arena.
No bien el gallardo joven
D e edad cuatro lustros cuenta,
Y y a agobiado parece
Con cuatro siglos de penas.
Sus juveniles facciones
Que un blando vello sombrea,
Muestran las gracias de A d o n i s
Y de Marte la fiereza.

Ornan su dolman celeste


Alamares de oro y seda,
Q u e en más venturosos días
L e bordó su ingrata bella.
Sobre el luciente morrión
D e doradas carrilleras,
T r e s rojas plumas al viento
A fuer de estandarte ondean.
Mientras que al siniestro lado,
A l compás de su carrera,
E n la acicalada vaina
E l corvo sable resuena.
POESÍAS DIVERSAS

¡ O h ! ¡ cuál devora el espacio


E l bruto, y fiero escarcea,
Cuando ante sus pies las ondas
E n blanca espuma se quiebran!
Hiende el adalid las auras,
Mas repente con destreza
S e echa hacia atrás, sujetando
Con ambas manos la rienda.
Cede el ardoroso bruto
A l impulso, con tal fuerza,
Que doblando los garrones,
Estampó el anca en la arena.

Entonces los torvos ojos


Dirige al pueblo, y contempla
D e sus altos edificios
L o s balcones y azoteas.
Mas entre todos distingue
Y con ansia considera,
D e la mansión de su amada
E l mirador y veleta.
Y demudado el semblante,
E x c l a m ó con voz opresa:
« H e allí una imagen voluble
D e mi engañosa Sirena ;
¿Cómo así, ingrata mujer,
Me abandonas ?. . . . ¿ Por qué premias
Con olvido mi constancia,
Y con traición mi fineza ?
¿ Cómo, por un extranjero
Que á nuestra patria encadena,
Mi amor y tus juramentos,
Olvidas, ingrata Celia ?
L a fineza de tu amor
D e bajos quilates era,
Pues su poca ley descubre
E n el crisol de la ausencia.
F. A. DE FIGUEROA

Cuantío Treinta y Tres valientes


A darnos patria vinieran,
Y de libertad y gloria
Sonó Ja trompa guerrera ;
Cuando mi pecho inflamado
Por patriótica centella,
Dejé del hogar paterno
L a abundancia y la indolencia,
r; X o me dijiste, excitando
Mi p e c h o á la heroica empresa,
Que sólo siendo patriota
T u mano obtener debiera?
r Y no juraste también.
Con esa pérfida, lengua,
Que t u constancia sería
D e mi amor la recompensa?
Pues, /cómo has podido, aleve,
Olvidar tu fe y promesas,
Y á un opresor extranjero
Unir tu suerte deseas?
Dícenme que un Alburqucrquc
D e tu amor se lisonjea;
Que pronto debe á los dos
Unir c o n v u g a l cadena.
Mas no. Xo verá tal dicha,
Pues aquí mismo, ó doquiera,
Con la vida ha de pagarme
E l bien que robarme intenta.
V e n g a ese rival dichoso,
Si de ser noble se precia;
V e n g a a q u í con sable ó lanza,
Donde mi furor íc reta.
D o s días le d o v . . . . mas l u e g o
Y o haré que la luz febea,
Si por dos veces le alumbra,
Se le eclipse á la tercera.
POESÍAS DIVERSAS

P u e s t r e p a r é por el m u r o ,
Iré al t e m p l o , y con fiereza,
S a b r é al soplo d e m i s iras
A p a g a r n u p c i a l e s teas.
S e r á n los cirios su a n t o r c h a ,
S e r á t á l a m o la h u e s a ,
A' por d i g n o e p i t a l a m i o
'Tendrán fúnebres e x e q u i a s . •>

E s t o d i j o . . . . y á un bajel
( J u e r o t o en la p l a v a o b s e r v a ,
S a c a n d o un c a r t e l del p e c h o ,
Con Itero a d e m á n se a c e r c a .
A" en la d e s t r o z a d a p r o a ,
(Jue u n a sierpe r e p r e s e n t a ,
L o c l a v a con el p u ñ a l
P o r q u e del m u r o se v e a .
Allí en rojos c a r a c t e r e s
E s t a s p a l a b r a s se e n c i e r r a n :
A A l b n r q u e r q u o un oriental
Emplaza á campal pelea;
' • D o s días n o m á s le a g u a r d a ,
-•: P o r q u e en él v e n g a r i n t e n t a
<: D e su p a t r i a el vilipendio
• V <le su a m o r las ofensas. *•

A l p u n t o el s e n t i d o a m a n t e
V o l v i e n d o á m i r a r con p e n a
1.a ciudad, lanza') un suspiro,
A" soltó ad b r u t o la rienda.
Del m a n s o m a r p o r la p l a y a
S i g u e r á p i d o la v u e l t a ,
A" bis rmdas q u e s a l p i c a
D e s c i e n d e n c u a l lluvia, en per'
L a s olas, c u a l c o n m o v i d a s
1 >e su furor }" sus p e n a s ,
(> a s u s t a d a s r e t r o c e d e n ,
O c a r i ñ o s a s se a c e r c a n .
371 F. A. DE FIGUEROA

Sigue veloz, y subiendo


Cual fugitiva centella,
Traspone una altura, y l u e g o
Se pierde en la polvareda.
POESÍAS DIVERSAS

Charada en francés

Volage.... ( Vol - âge )

Mon premier ( i ) quelque fois conduit à l'échafaud ;


L a fin de mon second ( 2 ) est toujours le tombeau ;
L e premier fait la honte, ou donne l'opulence,
L'autre est un don des c i e u x : son fruit est la prudence.
L'un traverse la sphère, et l'autre les époques,
Qu'en dis-tu, mon lecteur? peut-être tu t'en m o q u e s :
Mais, enfin, des amants l'union se dissout
Lorsque leur caractère est é g a l à mon tout.

( 1 ) Vol, 1. 1L
mitad, significa robo y también volido.
(2) A<jc, edad, acaba siempre con la muerte.
F. A. DE FIGÜEROA

Cuarteta

D E L S E X O R D O X Y I C E X T E L O I ' E Z

Calle Esparta, su virtud,


Sus hazañas calle Roma ;
¡ Silcnciü : que al mundo asoma
La gran capital del Sud !

Glosa, del autor dedicada d. Ráenos Aires bajo la


tiranía de Rosas

l í e l a allí, la g r a n c i u d a d ,
Q u e en la a r g e n t i n a ribera.
L a n z ó al m u n d o la p r i m e r a
E l grito de ¡ L i b e r t a d !
1 í o y apresa, en orfandad
1 .lora s o b r e su a t a ú d ;
V e d l a en triste e s c l a v i t u d ,
P e r o en su dolor m á s b e l l a :
¡ A y ! . . . . y a n o dicen p o r ella :
/ Calle Esparta, su virtud!

E l l a , o r n a d a de b l a s o n e s ,
V i o , c o m o heridos del r a y o ,
Caer a n t e el S o l de M a y o ,
Los castillos y leones;
L a q u e a s o m b r ó á las naciones,
1 l o y t i e m b l a , ¡débil p a l o m a !
\"\\ S u l t á n la o p r i m e y d o m a ;
M a s si ella el r a y o despide,
G r e c i a s u s triunfos olvide,
Sus hazañas calle Roma.
POESÍAS DIVERSAS

M a s ¡que m i r o ! . . . . L a opresión
Y a al p u e b l o a p u r a en s u s p e n a s ,
Y de s u s m i s m a s c a d e n a s
H a c e a r m a s la i n d i g n a c i ó n ;
Y a a s a l t a al fiero X e r ó n ,
A l fanático M a h o m a ,
Y a el cielo v e n g a n z a t o m a ,
Y a n t e el m u n d o q u e la a c a t a ,
S u r g e la v i r g e n d e l P l a t a :
¡Silencio: que al mundo asoma!

¡Oh c u a n grandiosa ostentaba


S u triunfo asaz m e r e c i d o !
¡ S í ! . . . . q u e era m e n g u a h a b e r sido
Libre para verse esclava;
U n (renio el h i m n o e:.tonaba,
Y en a r m o n i o s o laúd,
D i c e : / Al gran- pueblo salud!
¡ S a l u d ! r e s p o n d e el O r i e n t e ;
Y e n t o n c e s se a l z a e s p l e n d e n t e
La gran capital del Suel.

glosa de la misma- cuarteta

U n día el p u e b l o g u e r r e r o ,
Q u e h o y so p o s t r a a n t e un t i r a n o ,
V e n c i ó al p o t e n t e b r i t a n o
Y h u m i l l ó al s o b e r b i o i b e r o ;
C r u z ó t r i u n f a n t e el p r i m e r o
D e s d e el s e p t e n t r i ó n al S u d ,
S u h e r o í s m o la a m p l i t u d
D e l orbe e n t e r o l l e n a b a ,
Q u e al ver su gloria e x c l a m a b a :
/ Calle listarla su virtud!
F. A. DE FIGUEROA

¿ Y cómo al pueblo glorioso


Humilla un déspota así ?
¿ S e alzará del polvo ?. . . . ¡ oh! . . . . ¡ sí!
Y más fuerte y más grandioso;
Veréis sobre el monstruo odioso
Cuan tremendo se desploma;
Ejemplo será y axioma
S u venganza escrita en bronces;
E l dirá: ¡ aquí e s t o y ! . . . . y entonces
Sus hazañas calle Roma.

Opreso sí, mas no inerte,


Tronará el pueblo de M a y o ,
Cual su estrecha nube el rayo
R o m p e en explosión más fuerte.
Ya el hado . . . . Victoria tí muerte
A g i t a en fatal redoma,
Y a un genio la insignia toma
D e los colores divinos;
¡ H e allí la patria !. . . . A r g e n t i n o s -

/ Silencio: que al mundo asoma !

Caerá del sitial sangriento


E l detestable tirano,
Y el gran pueblo americano
S e gozará en su escarmiento;
A l l í un nuevo juramento
S e hará de unión y virtud,
Y libre de esclavitud,
Como el fénix renaciente,
S e alzará más esplendente,
La gran capital del Sud. ( i)

(1J liste vaticinio se publicó algunos años antes de la caída de Rosas.


POESÍAS DIVERSAS

L a botella y la mujer

Disputaban sin ceder,


U n pastor y un lechuguino,
Cuál es tesoro más fino :
L a botella ó la mujer;
E l pastor dijo: — A mi ver,
E s más sabrosa y más bella
L a botella.

Cuando exhausto de fatiga


Bajo un ombú me reclino,
U n sendo trago de vino
Mi ansia y cansancio m i t i g a ;
A l l í es mi mejor amiga,
Mi sol, mi luna, mi estrella,
L a botella.

E l que empieza á envejecer


Halla más excitación
E n dos cuartas de carlón
Que en seis cuartas de mujer;
Porque siempre está en su ser,
Sin melindres de doncella,
L a botella.

— ¡ C a l l a ! dijo el lechuguino ;
Solo un patán sin templanza
Puede poner en balanza
A la mujer con el v i n o :
¿ Quién nuestro adverso destino
Cambia en supremo placer ?
¡ L a mujer!
F. A. DE FiGUEROA

N o h a y n é c t a r m á s delicado
Q u e el d e la copa, de amor,
Xi o t r a delicia m a y o r
Q u e el a m a r y v e r s e a m a d o ;
l i s el don m á s s u b l i m a d o
Q u e D i o s q u i s o al h o m b r e h a c e r ,
L a mujer.

Sin ellas t o d o sería


C a o s de i n m e n s a tristura,:
E l l a s son d e la natura.
L a m á s perfecta, armonía,:
¿ Q u i é n del h o m b r e es la a l e g n u
Y alivio en su p a d e c e r ?
¡ L a mujer i

— X o siempre, dijo el pasb >r.


P o r q u e salen, o u m a r a d u ,
A estocada por cornada
L o s d i s g u s t o s \- el a m o r ;
M a s mi p r e n d a es s u p e r i o r .
P u e s n o es íalaz c o m o a q u é l l a
L a botella.

C u a n t o s m á s b e s o s la dov,
Mas me inllama v cnardoce,
Y c u a n d o aquél desfallece,
Yo m a s a n i m a d o c s t o v ;
Y P r í n c i p e ó P a p a soy,
Sin q u e ni o c a u s o q u e r e l l a
• L a botella.

D a m a que n o pid'~> y da.


(írata aun después de gozada,
C'uando la ven m á s p r e ñ a d a
Tanto más virgen e s t á ;
Sin mujer m u v bien m e va,
Porque me suple p o r ella
L a botella.
V O K S Í A S D I V E R S A S

Silenciosa v n o profana,
l ' n t a p ó n tiene su b o c a ;
A u n q u e á celos la provoca
T a l vez cierta dama-juana,
E s p e r a su t u r n o ufana
Y á, su rival no a t r o p e l l a
1.a botella.

— Mug-er, dijo el lechuguín,


Dice r,\gm:! al r e v é s ,
< ) cosa d-' ;'''i'í".v es
T r a d u c i d o del latín ;
Alas n o s a b e u n g a l o p í n
D e c u a t i L o puede valer
i .a mujer.

A. n u e s t r o s hijos, h u m a n a s ,
D a n s u s c u i d a d o s prolijos,
r A q u e n o c u i d a n t u s hijos
B o t e l l a s ni d a m a j u a n a s ?
E n sus p e n u r i a s t i r a n a s
S a b e al h o m b r e s o s t e n e r
1 .a mujer.

T i e n e el h o m b r e u n a aflicción,
(rime solo. . . . mas repente
Y e á su a i n a d a , y l u e g o siente
P a l p i t a r l e el corazón,
P o r q u e u n a i n n a t a afección
h e dice cea'- es su p l a c e r
1 .a mujer.

E n esto d é j a n s c ver
.P>aco y C u p i d o a b r a z a d o s ,
Y dicen : (dallad, c u i t a d o s ,
Q u e n o os s a b é i s e n t e n d e r :
Todo pued complacer
T o m a d o en m e d i d a bella,
T a m u j e r y la b o t e l l a
L a b o t e l l a y la mujer.
F. A. DE FIGUEROA

La guitarra

ENIGMA

T e n g o boca mas no lengua,


Fino talle y dos barrigas,
Y sólo soy bulliciosa
Cuando me rascan las tripas.

S o y emblema de la vida,
S o y símbolo de un suplicio,
S o y un árbol que sin hojas
Produjo el fruto más rico.

1." 2."
Sol dados

Charada

La primera es luz hermosa,


La otra es un j u e g o de azar
Y sin mi todo en la guerra
Nadie pretenda triunfar.
POESÍAS DIVERSAS

A Juan Copete

Letrilla satírica

Si el enderezar entuertos
N o es cosa que te compete,
¿ Quién te mete,
Juan Copete?

Que Blas se descrisme en balde,


Siempre con vana esperanza,
Y Gil h a g a la pitanza
Por tener el taita alcalde,
Y que cuando cuentas salde
Cargue setenta por siete,
¿Quién te mete?

Q u e un agiotista avariento
Compre el sueldo á un empleado
P a g á n d o l e al desdichado
A veinte , por cada ciento, ( i )
Y él cobre su documento
Por entero en un billete,
¿ Quién te mete ?

S i obtiene un pelafustán
U n empleo financiero,
Y se pone altivo y fiero
Como pudiera un S u l t á n ;
Y si humilla con desmán
A todos en su bufete,
¿ Quién te mete ?

( 1 ) Esto sucedía cu 1S10, cuando se hicieron estos versos. Jtas e n lfi-lj, con motiva
del largo asedio, las liquidaciones se vendían á un peso por ciento.
F. A. DE FIGUEROA

Si el que ayer vino en chancletas


H o y anda en soberbio coche,
Apandando á trochemoche
Cargos, honras y pesetas;
S i á otro dan duras galletas,
Y él logra el blando rosquete,
¿ Quién te mete ?

Si humanidad proclamando
Esotro al v u l g o seduce,
Y él cada mes introduce
Diez negros por contrabando;
V i l impostor negociando
Con la carne humana á flete,
; Quién te mete?
P

Si á un médico allá en Turquía


Priva el Diván del turbante, ( i )
Porque sana con purgante,
Y 110 mata, con sangría
Y si el gran señor se fía
E n lo que el D i v á n decrete,
¿ Quién te mete ?

Si anda con su roja bincha


Como un campeón aguerrido,
E l que sólo ha conocido
L a batalla de Pichincha
E n sillón de tafilete,
¿Quién te mete?

( 1 ) Sátira t i l a Juntarte Higiene, que había prohibido el ejercicio de médico al doctor


Capdehourat.
POESÍAS DIVERSAS

Si u n t r u h á n con a r t o y sisas
L u c e el c a u d a l q u e a t e s o r a ,
A u n q u e el p ú b l i c o n o i g n o r a
D e d o n d e salen l a s m i s a s ;
Y si al e n t r a r e n p e s q u i s a s
L e v u e l c a n el cubilete,
¿ Quién te mete?

Si e n c o p e t a d o u n g a n d u l
L o g r a u n cargo de importancia,
R e t o b a d o en s u i g n o r a n c i a
C o m o e n su c u e r o u n b a ú l ;
Si p o n e d e o r o y a z u l
A l q u e e n su o r g u l l o l e i n q u i e t e ,
¿Quién te mete?

Si a l g u n o s q u e al C a r n a v a l
L l a m a n t o r p e en. s u s escritos,
E n pandillas y entre gritos
Juegan de un modo brutal;
Si d e h u e v o s u n n i d a l
"Llevan bajo el t o n e l e t e ,
¿ Quién te mete ?

Si contra los toros Tello


Grita, h a c i é n d o s e el sensible,
D e s p u é s q u e asistió i m p a s i b l e
A l mazorquero degüello; ( i )
S i se le eriza el c a b e l l o
P o r q u e u n b u e y s e desjarrete,
¿ Quién te mete?

( 1 ) L o s degüellos <iuc l a s o c i e d a d d e la m a z o r c a liacía e n lUienos A i r e s SOITC tos i n -


felices unitarios.
F. A. DE FIGUEROA

Si un preste humildad predica,


Q u e al buen cristiano acrisola,
Y si le pisan la cola
S e alza cual víbora, y p i c a ;
Si en su doctrina se implica
Haciendo de ella un juguete,
¿ Quién te mete ?

S i condena un clerizonte
D e l j u e g o el vicio profano,
Y á él con el naipe en la mano
N o habrá tahúr que le afronte,
Porque es devoto del monte,
Mas no del monte Olívete,
¿Quién te mete?

Si al contrario, otro es modelo


D e virtud, mas la impiedad
L l a m a á su fe necedad,
Y fanatismo á su celo;
S i ves que irle contra el pelo
M á s escándalos promete,
¿ Quién te mete ?

S i un periodista enemigo
A otro antagonista inflama,
Y al mismo tiempo le llama
Sabio colega y amigo;
S i así le corta el ombligo
Con suave y dulce falsete,
¿Quién te mete?

S i reniega un empleado
Porque el sueldo no se abona,
Pero el puesto no abandona
N i amaina el lujo extremado;
S i ves que al monte y al dado
Derrocha á tente bonete,
¿Quién te mete?
POESÍAS DIVERSAS

Si con astucias, Fabricio


L o g r a hacerse diputado,
Y de un cargo tan sagrado
H a c e g a n g a y beneficio;
Si afloja con artificio,
Cuando es preciso que apriete,
¿Quién te mete?

Si olvidando la constancia
Que le impone su deber,
Vende su voto al poder
Por una suerte de estancia;
Y si aun le dan importancia,
E n vez de darle un grillete,
¿ Quién te mete?

Si á fuer de ilustre, un autor


E l escándalo concita
Con la infanta Margarita,
() con la obscena T u d o r ;
Si á la moral y al pudor
S e lastima y compromete,
¿Quién te mete?

Si una nación principal


A l l í es vilmente injuriada;
Si una reina es descarada
Y hace alarde de ser tal;
Si embajador imperial
Sirve como de alcahuete,
¿ Quién te mete ?

S i al romanticismo plugo
D a r siempre de manifiesto
Adulterio, muerte, incesto,
Monjas, veneno y verdugo;
Si por ser de Víctor H u g o
Calla el juez ó se somete,
¿ Quién te mete?
F. A. DE FIOUEROA

E n fin, u n a cosa sola


Diré, y lo d o m a s es puya:
Si quien debe el mal no alaj,
Deja lú correr la bofa ;
P u e s g a s t a r á s tu p a r o l a ,
Y te d i r á n : - ¡ A y p o b r e t e !
¿ Q u i é n te m e t e ,
Juan Copete ? :>
POESÍAS DIVERSAS

Cédulas de novios y compadres

PARA L A S NOCHES DE SAN J U A N Y SAN P E D R O ( I )

Mientras v i v a rendiré,
A pesar de tu rigor,
E n las aras de tu amor
Holocaustos de mi fe.

Calma, tirana, el rigor,


Duélete de mis desvelos,
Y si he de morir de celos,
Déjame morir de amor.

Cual mariposa, en despojos,


D e la luz que la enamora,
A s í y o muero, señora,
A l fuego de vuestros ojos.

Si sólo es j u e g o y ficción
E l bien que logro este año,
No me mate un desengaño,
Pues vivo de una ilusión.

— S i e t e vidas, prenda mía,


Quisiera tener ahora:
U n a para tí . . . . — ¡ Qué p o c o !
¿ Y las seis ? — Para las otras.

( 1 ) Aunque estos versutos son triviales y fáciles ( c o m * f u é son para un j u e g o «le ter-
tulia ) l*e querido darles aquí colocación por el m u c h o mm que se hace de ellos, e n
aquellas noches, cuando se tiran á la suerte las cedulillns dé novios y compadres.

10
F. A . , DE FIGTJEROA

Si dentro del pecho tengo


V i v a tu imagen, ¡ oh ingrata !
Cuando me afliges te ofendes,
. Cuando me hieres te matas.

Cien pretendientes tenías,


Ingrata, y hoy tienes m i l ;
D e perilla te ha venido
L a intervención del Brasil.

D e tu luz son mariposas


Dos brasileros pulidos,
T ú de fuego, ellos de cera,
A s í están tan derretidos.

D e poco sirve á mi estrella


L a dulce luz que gozó,
Si la enciendes con un sí
Y la apagas con un no.

¿ Por qué, dime, ingrata bella,


Muestras ternura y candor,
Si prendido en tus alhajas
Hallo cadena y dolor?

L a inocente mariposa
Cercos á la lumbre dio,
Y al fin la sirve de pira
L a luz que la enamoró.

T ú que por novio me sales,


Si eres pobre, vade retro,
P u e s mi fina voluntad
E s t á dada á don Dinero.

Cual talismán tus ojos


M e magnetizan,
Tanto que mi alma ignora
Si es muerta ó viva.
POESÍAS DIVERSAS 291

E n el tierno ramito
Que A m o r te ofrece,
Y o puse un pensamiento
Y un no me dejes.

D e mi convento un día
Serás profeso,
Sufriendo el noviciado
D e ausencia y celos.

H o y daré á mis cautivos


Carta de p a g o :
T ú serás el dichoso
Quedando esclavo.

D e sus alas un ángel


Sacó una pluma,
Y escribió estas palabras:
« A m o r los una. »

Que te dote tu novio,


Niña, si es viejo,
Que duelos y pesares
Con pan son menos.

L a s niñas de tus ojos


Mi alma esclavizan,
Porque son poderosas
A u n q u e son niñas.

T ú te llevas los ojos


D e l mundo, y luego
N o quieres dar limosna
A tanto ciego.

Cien vasallos tenía,


Y h o y ciento y uno;
Pero éste es fiel y firme
Más que ninguno.
292 F. A . DE FIGUEROA
dH

Adormidos tus ojos,


Niña, me han muerto;
Si esto hacen adormidos,
¿ Qué harán despiertos ?

A m o r puso almoneda:
H a g a n fortuna,
Pues la prenda se lleva
E l que más puja. -

Como el A m o r es ciego,
N o siempre acierta,
Y hoy quiere por tus ojos
Trocar sus flechas.

A l que todas desdeñan


A ése me inclino,
Que en las r e g l a s del gusto
N a d a hay escrito.

Diez galanes á un tiempo


Me dio la suerte;
Si el décimo me olvida,
M e quedan nueve.

N o hay que pedirme cuentas,


Pues si me caso
T e daré solamente
L a s de un rosario.

Quiero en plata explicarme,


Mas, sabe ingrata,
Que no te hablo en moneda
A u n q u e hablo en plata.

A riquezas y honores
Suple el talento :
Más quiero pobre y sabio,
Que rico y necio.
POESÍAS DIVERSAS 2S8

L a s aguas g o t a á g o t a
Labran la p e ñ a :
¿Qué m e Importan, desdenes.
Cuando h a y firmeza?

L a tierna sensitiva.
E s fiel modelo
D e l pudor delicado
D e l bien que quiero..

L a dorada manzana
V e n u s no hubiera,
S í allá con las tres diosas
T ú compitieras.

Viendo A m o r que tus ojos


N e g ó l e el cielo,
Prefirió despechado
Quedarse ciego.

Dicen que es arca cerrada


L a mujer, y es cosa cierta;
M a s y o que el secreto entiendo,
A s í la quiero, y no abierta.

N o el mérito ponderes
S i el premio a n h e l a s :
A m a r sin esperanza
E s a es fineza.

A j u g a r me convidas
M a s que te impongo
Q u e al j u e g o que y o entiendo
Triunfos son oros.

S u comodín te llaman
Niñas y viejas,
P u e s con cualquier figura
Haces pareja.
F. A . D E FIGUEROA

A bodas convidan
San Pedro y S a n Juan:
Que se v a n los novios
Niñas, ¡ que se v a n !

Bajo esta escritura


Q u e v a l g a doquier,
Firmo ante testigos
Ser tuyo, y ser fiel.

Tentando van, sin ser ciegos,


E l diablo y cierta muchacha,
Pues ella tienta las bolsas,
Y el otro tienta las almas.

Son las horas de mi amor


Y a turbias y y a serenas,
Que apenas me das la vida,
Y a quieres matarme á penas.

Son mis dádivas bien cortas,


Lesbia, pues sólo merece
L a que me da mala vida,
R e g a l o s de mala muerte.

T ú te haces la mosca muerta


Y eres araña t e n a z ;
Que la mosca es el dinero
Y tú tras la mosca vas.

S i dices que s o y tu cruz,


Bien puedes tomarme á cuestas,
Y ahuyentarás con mostrarme
A l demonio si te tienta.

N o sé por cuál decidirme;


H o y me dio mi suerte hermosa
Tres novios . . . . mas de los tres
E l diablo v e n g a y escoja.
POESÍAS DIVERSAS

Para agradar á una hermosa


Esta regla enseña A m o r :
Gastar mucho oro es mejor
Que no gastar mucha prosa.

Bien pudieras, buena alhaja,


Darme de oro una cadena,
Si un buena alhaja es capaz
D e dar una alhaja buena.

¿ T u buena ventura quieres


Oir? Pues dame atención:
Ser monja de dos en celda,
E s tu signo y vocación.

Si del mundo fuera rey


M i cetro á tus pies pusiera,
Y ningún vasallo hubiera
Más obediente á tu ley.

— El amor que te debí


Hoy tu voto lo confirme:
¿No es verdad que me eres firme,
Que siempre serás así?
— Sí, sí.

— Y a el pajarito cayó,
Y a en mi red está prendido;
¡ A y ! tal vez me dé al olvido
Porque otra su amor ganó.
— No, no.

— Dices que me amas aquí,


Que el gozo en tu alma no c a b e ;
Mas viendo á otras quién sabe
Si te acordarás de mí,
— Sí, sí.
F. A. DE FIGUEROA

— Si la suerte nos unió,


N o desairemos la suerte;
Y o soy fiel hasta la muerte:
¿Serás tú menos que yo?
•— No, no.

— U n a emoción siento en mí,


Blanda, pura, indefinible;
Dime tú si eres sensible
A tan dulce frenesí.
— Sí, sí.

— N o s casaremos; mas y o
Espero que me permitas
Juegos, bailes y visitas,
Y máscara y dominó.
— N o , no.

— V e d á la hermosa á quien di
D e mi amor la prenda fiel:
¿No es más bello que el clavel
E s e rubor carmesí?
— Sí, sí.

Y a arrepentida, dejó
Lesbia á tanto pretendiente;
Y a está segura mi frente,
Y a á todos abandonó.
— No, no.

— N o por interés cedí


A tu amor; mas si me caso
M e has de dar gorras de raso
Y vestidos de ormesí.
— S í , sí.
POESÍAS DIVERSAS

— Seré tuya, mas si y o


Diere algunos resbalones,
Espero que me perdones
Como Dios nos perdonó.
— No, no.

Si es pesada de llevar
L a cruz que te dio el sorteo,
Y o buscaré un Cirineo
Que te la ayude á cargar.

E s salerosa y picante,
Por eso de ella se cuenta
Que cuando llega á querer
E s con su sal y pimienta.

Ni aunque me dotes te escucho


Por más que andes obsequioso;
Tienes fama de celoso
Y cara de vivir mucho.

•--¿Ves un serafín del cielo?


¿ V e s un sol que allí brilló ?
¿ V e s , niña, á Cupido y V e n u s ?
— S í . . . . — P u e s no los v e o y o

Hablas mucho y con jactancia


D e mi puro amor en m e n g u a ;
Pienso que has comido lengua,
Pero es lengua sin sustancia.

— Si señor del mundo entero


M e hiciera, ¡ oh Filis! la suerte,
Y o entonces hasta la m u e r t e . . .
— ¿ Q u é harías? — V i v i r soltero.
298 F. A. DE FIGUEROA

¿Quién, Filis, te ha de entender


Con tanta contrariedad,
Si en lo hermoso eres deidad
Y en lo varia eres mujer ?

Con celo amaré y ardor,


Libre de injustos desvelos,
Que en el celo y no en los celos
S e acredita el fino amor.

Filis en su linda boca


Muestra de Ofir las riquezas,
Tanto que si habla entre dientes
Parece que habla entre perlas.

Mira si es fino mi amor,


Pues amo sin espe/ar,
Que amar sólo por amar
E s la fineza mayor.

Sin gozar el bien que miro,


Como Tántalo padezco;
Y aun más, viendo que otro goza
L a s glorias que no poseo.

A u n q u e sea con enojos,


Mírenme tus ojos bellos,
Pues nunca podrás con ellos
Mirarme con malos ojos.

Sobre tu boca disputan


L a s abejas y el a m o r :
Este dice que es coral
Y las abejas que es flor.

E l te dirá: y o te adoro,
Muero si no te poseo,
Vc-me cual triste avecilla,
Mas tú dile bicn-te-vco.
POESÍAS DIVERSAS

Después de penas y afanes,


¿ Qué alcanzará mi constancia ?
¡ Vencer, nadando, las olas,
Y naufragar en la playa !

¡ E n vano es que el alma mía


T e idolatre con pasión,
S i tienes de acero, el pecho
Y de nieve el corazón!

Cuando en ardientes suspiros


S e exhala mi fino amor,
A mi fuego eres de hielo,
Y de piedra á mi dolor.

Si á cuantas juré querer


Hice en falso el juramento,
A tí para amarte siempre
Juraré que no te quiero.

Esta cédula tendré


P a r a halagar mi pasión,
Siempre unida al corazón,
Donde tu imagen se ve.

Será eterna mi firmeza,


Y mi afecto siempre fiel;
Aunque/! me vuelvas, cruel,
Agravi'o contra fineza.

Pobre, celoso y gruñón,


E s infierno sin descanso:
E l que me quiera ha de ser
R i c o , mudo, ciego y manso.

Este papel vaticina


T u suerte, y si no me engaño,
A c a b a r á en casamiento
L o que empieza en compadrazgo.
3<№ F. A. B E FIGÜEROA

M i amada muestra a l reir


Em e l mosto dos ojitos,
Donde, para herir mejor,
E l A m o r está escondido..

D e las cejas de mi amada


E l Dios Cupido hizo el a r c o :
Sus miradas son las flechas,
Y mi corazón el blanco.

Virtud, patriotismo, honor,


¡ V e d lo que uní alma prefiere i
Sin tales prendas no espere
E l que pretenda, mi amor.

¿ D e qué sirve á mi pasión


Mirar l a lámpara ardiendo,
Si otro se sopla el aceite
Y y o me chupo los dedos?

San Juan y San Pedro hacen


Prodigios m u y señalados:
S e ven novios sin casorio,
Y compadres sin ahijados.

Y o sabré g-uardar discreto


E n mi pecho este favor,
Siendo en materias de amor
E l alcázar del secreto.

Tienes corazón m u y grande,


Dices, y con gran razón,
Pues lo repartes con tantas
Y aun te queda provisión.

Si tú más ingrata estás


Cuanto y o más fino estoy,
A quererte menos v o y
Por ver si me quieres más.
POESÍAS DIVERSAS 301

A los hombres tal cual son


Como á mí misma los quiero:
Son prójimos. . . . y así cumplo
E l mandamiento primero.

N o te acobarde el temor
D e mis celosos desvelos,
Pues y a sabes que los celos
Son la salsa del amor.

Los de otras son feos,


N o valen un pito;
E l mío es un dije,
Mozo y rechonchito:
¡Mira qué bonito!

Tendré junto al pecho


Este papelito,
Donde de mi prenda
E l nombre está escrito:
¡Mira qué bonito! ,.,

A u n q u e gruña mama, . •,
A u n q u e me d é . u n grito,
N o he de ser ingrata
A • tal compadrito :
¡ Mira qué bonito !

Cnatro pretendientes
Tenía, y h o y cinco.:
Y a puedo entre tantos
E s c o g e r marido.
F . A. DE FIGUEROA

E n los misterios de amor


Desde hoy quedas iniciado:
U n a arca ha de ser tu pecho
Y tus labios un candado.

T u s ojos al dios Cupido


R o b a n las flechas y el arco,
Y él dio otro nudo á su venda
Por no verse desarmado.

Mucho siento en la ocasión,


Cuando tan digno os mostráis,
Que á un acaso le debáis
L o que en mí fuera elección.

Si desdeñosa se queja
Su sinrazón acredita:
E l joven, y ella bonita,
Cada cual con su pareja.

Con melindroso recato,


Con estudiado desdén,
Mi amada sabe m u y bien
Donde le aprieta el zapato.

Dijo un mágico insolente


Que en llegándote á casar
T u mujer te ha de plantar
U n San Cornelio en la frente.

Ten cuidado si te casas


No seas como los ciervos,
Que les ajustan la cuenta
D e los años por los cuernos.

Por si fueres inconstante,


Este papel guardaré;
Veré si cumples amante
L a escritura de tu fe.
POESÍAS DIVERSAS

N o es gran cosa, y a se ve,


E l galán que me ha salido:
Bueno está para marido. . . .
L o demás y o buscaré.

L a luna de mi esperanza
Brilló con claro primor,
Mas tus desdenes eclipsan
T u apacible resplandor.

T ú que entre miles de ninfas


L l e v a s la palma por bella,
H a s t a lástima sería
Que te enterrasen con ella.

Si de yemas sois golosa,


L a s de mis dedos os diera;
Pues mis dádivas, señora,
Serán claras, mas no yemas.

Tiéntasme á pagar la cuenta


D e joya, s a y a y mantón;
M u y bien: y o en la cuenta caigo,
Pero no en la tentación.

Cásate, y una comedia


Será tu vida después:
Entre semana habrá riñas,
Y penurias entre mes.

U n nuevo amor será, ingrata,


Antídoto á mi dolor :•
Si un clavo saca otro clavo,
U n amor saca otro amor.

Sin razón en triste afán,


Gimes cual beata en clausura:
Si tu mal no tiene cura,
Puede tener sacristán.
F. A. DE FIGUEKOA

De amor y su falso brillo.


¿ Q u é se saca en conclusión?
Un peso en el corazón
Y ninguno en el bolsillo.

E n este papel, no más, ' J

Firmemos, que desde ahora


Ni y o tendré otra señora,' "' 1

Ni tú otro esclavo tendrás.

Triunfaré de amor huyendo,


Sin que el huir me avergüence,
Que amor rinde al que le busca
Mas el que le huye lo vence.

Dos novios tengo, y por Dios


Que en la elección no me entiendo:
Si á uno tomo, al otro ofendo : -

Pues bien: tomaré los dos.

A l ver tal novia, ¡ oh doncel!


No te alegres con e x c e s o :
B u s c a otra de carne y hueso,
Que esta novia es de papel.

Juro ser . t u y a . . . . E s o sí,


No falto á este juramento:
L o tengo hecho á más de ciento,
Y á todos se lo cumplí.

Si te pide chai de chapa,


Dile que el invierno viene,
Que hay frío, que no conviene,
Mas si pide capa, escapa.

Ninfa que lisonjas tragas,


Cuando los dientes te duelan
Dirás que entre los corales
Tienes un dolor de perlas.
POESÍAS DIVERSAS Mi

Porque n o . h a y a en mi querer
Mudanza ni indiscreción,
A mi lengua y corazón
U n candado he de poner.

Este papel la presea


Sea,
D e que ye- tu fe posea;
Mas como A m o r es travieso,
D a m e en hipoteca un beso.

Mil veces dije á Cupido:


Pido •
Que pronto un novio me des;
¡Qué f o r t u n a ! . . . : , ¡ y me da tres! •

A m o r en esta demanda
Manda,
Como juez, que me ames l u e g o :
Y o recuso al juez por ciego.

Por más que en subir trabajo,


Bajo,
Y en amor v o y para atrás;
Mas, hoy volaré hasta el cielo
Si tú las alas me das.
806 F. A. DE FIGUEROA

T e amaré, si me regalas
Galas,
Oro, perlas y corales:
Tanto tienes, tanto vales.

Besar tus pies pido en vano,


Y aun este bien no alcancé:
Temes que dándome el pie
M e quiera tomar la mano.

T u s dientes y labios son


Perlas y coral luciente,
Y tendrás, por consiguiente,
D e diamante el corazón.

¿ Q u é habrá al fin de esta jornada?


Nada.
L o que luce es oropel,
Y y o saco. . . . este papel.

U n salero sin igual


E s mi amada, y viva y ágil,
Y linda; pero en lo frágil
E s salero de cristal.

Jugando al tira y afloja,


E s t á con mi amor Doricia:
Si me enojo me acaricia,
Si la acaricio se enoja.

T ú , ingrata, sólo me das,


P o r mi amor, una esperanza;
Pongamos esto en balanza -
A ver lo que pesa más.
POESÍAS DIVERSAS 307

Y o á tus leyes me atempero,


Pero
Que pagues es necesario:
Nadie sirve sin salario.

N o pongas á esta tarjeta


Jeta,
O endósame la receta,
Que éste es buen oro y de ley,
¡ O h ! y a lo quisiera un rey.

— N o sacarás de esta empresa


Presa,
Porque y a presa se v e ;
— ¿ Y quién sacará? — No sé.

Cuando éste á amar se recuesta


• Cuesta
E l desprenderlo de sí:
E s tiempo, mira por tí.

Cesa, mi amable princesa,


Cesa
T u rigor que tanto p e s a ;
H a z lo que hace un soberano :
D a m e á besar tu real mano.

H a y muchachas sardinetas
Netas,
Con sus escamas y a l e t a s :
Ésta es con g a l a mejor
Sirena del mar de amor.

Si eres enfermo' ó. calvete,


¡ Vete!
O sahúmate con pebete,
Pues como oro, el que he de amar
•Sahumado me lo han de dar.
F. A. DE FIGUEROA

S i me admite sin desdén,


Bien;
Si me trata con rigor,
Mejor;
Y h a y a calma, h a y a vaivén :
Para mí todo está bien.

— T e m o decidirme y o
Por quien tuvo otra querida :
Si no sana de su herida,
Dime, amor, si y a s a n ó :
— N o , no.

Si olvidarte en la ausencia
M e mandas, Nice,
N o liago-Nice tal cosa,
Aunque agonice.

P o r servicio no alegues
T u amor ficticio;
Puede ser-vicio amarme,
M a s no servicio.

L a hoguera que en el pecho


T u amor inspira ,
Es -pira, siempre ardiente,
Que nunca espira.

Si amarte el hado ordena


H a s de extremarte:
T e quiero amartelado
No helado amarte. .
POESÍAS DIVERSAS

Con firma de tu mano


Confirma, ¡oh diosa! .
Mi ventura, y que cese
Mi duda odiosa.

N o merece el que te olvida


Vida,
Ni el que con otra divida
A m o r que se debe á tí:
Si no sabe, aprenda en mí.

A u n q u e tu amor no consiga,
Siga,
L a constancia es lo que o b l i g a ;
Si al fin ves el desengaño,
D i r á s : tal día hará un año.

Esta es, si bien se examina,


Mina
Que guarda esmeralda fina;
Pero • el caso está, y la treta,
E n saber dar con la veta.

Llámase este verso hueco


Eco,
Retruécano ó embeleco,
Mas para hacerte oblación
E s eco del corazón.

Amarlo no me es dable,
Que es imitario:
A mazorca me atengo
A n t e s que d-mar lo.
310 F. A. DE FIGUEROA

A u n herido resisto
A tus ojuelos;
M a s si sueltan el llanto,
M e d o y por muerto.

Tienes un amor poético,


Etico,
Con melindres de patético;
T o d o es brosa:
Y o quiero un amor en prosa.

A Cupido preguntó
Esta niña: ¿podré amar?
Y del ara del altar
Este eco triste sonó:
No, no.

Perdió en el mar mi barquilla


Quilla,
A n c l a y velas, y en tu orilla
M e arroja la tempestad:
D é m e amparo tu deidad.

S i tierna sus ayos oyes,


N o será tu cura cara;
N i le creas cuanto cuenta,
Pues luego que pisa pasa.

Cual luciérnaga nocturna


D a s volidos y no paras,
Y tu fosfórico fuego
Y a se enciende y y a se apaga.
POESÍAS DIVERSAS sil

E n el mundo h a y tanto tonto,


Q u e un discreto es cosa escasa;
M a s tú de este amante, Aminta,
Con boca de perlas parlas.

E n vano es que Apolo apele,


Pues será su vena vana;
M a s de amor la llave lleva
S i el oro del saco saca.

S i ardes en la pura pira,


Y v a s por acaso tí casa,
Habíame en la sala sola
P e r o por la calle calla.

Pónle, niña, si es gazmoño,


Moño,
Y un copete cada otoño,
Y si aun no sana después,
Ponle dos en cada mes.

D e envidia se muerden,
¿ Q u é me importa?. . . . nada;
Y o me saboreo
Con esta empanada:
¡Mira qué monada!

Si otra corderita
S e entra en tu majada,
Carnerito mío
Dale una cornada:
¡ Mira qué monada!
F. A. DE FIGUEROA

S i buscas novia en S a n Juan


Tendrás afán y pesares;
Si en San Pedro la buscares
Tendrás pesares y afán.

Esta cédula es la prueba


D e l bien que mi amor alcanza.,
F r á g i l como mi esperanza
Que un débil soplo la lleva.

Firmo y declaro ante vos,


Que es más que ante un escribano,
Que si me dais una mano
Y o ofrezco daros las dos.

¡ A y a m o r ! . . . ¿quién me socorre?
Corre
Que estoy cautiva en la tcrre;
D a m e tus alas, Cupido,
Para volar á otro nido.

Si de amor los mares miras


Cuando agita ol turo al aura,
H a r á s de las ramas remos,
P u e s sobre sus ondas andas.

Siento como hombre machucho


Chucho,
A l mirar tanto aguilucho,
Que tú atiendes sin desdén,
Y así v o y m e ten con ten.

Mi novio sin ser conde


Juega con - dados .-
A l que le mate d-punto,
Y o apunto y mato.
POESÍAS DIVERSAS

Y a que de hacer gastos gustas,


D a l e para el plato plata,
Que aunque tiene poco pico
V e r á s como el trigo traga.

Despéname y no alargues
Mi ansia, que es mengua
Que des-penas á un triste
Que no despenas.

Si eres como un turco terco,


A m o r , r e y del mundo, manda
Q u e indómitas damas domes
Donde sólo lucres lacras.

Si ésta con su mano mona


L a herida á mi seno sana,
Desde h o y serle firme firmo
A l pie de esta corta carta.

Ojo avizor con las novias,


No canten de tu himeneo
Sobre el atril de S a n L u c a s
L a oración de S a n Cornelio.

Porque pico aquí y allí


M e llaman el picaflor ;
M a s á la que pican todos,
¿ Q u é nombre he de darle y o ?

E l que á muchas enamora


Sin preferir á ninguna,
Gasta su pólvora en salvas,
Y al fin se q u e d a . . . . en ayunas.

Dicen que amor, por despojos


T e ofrece, y tú lo desechas,
Darte su aljaba y sus flechas
Con tal que le des tus ojos.
F. A. DE FIGUEROA

Desnudo pidió Cupido


U n a limosna á mis puertas,
Y y o dije: v u e l v a hermano
Con más ropa y menos flechas.

Si te casas con A m a n c i a
San Marcos te favorezca,
Y h a g a que en tu frente crezca
E l cuerno de la abundancia.

P a r a amar á otra más fina


Quisiera tener, ¡oh ingrata!
Dispuestos dos corazones
Como tú tienes dos caras.

E n el reloj de mi amor
Son más los padecimientos :
E l bien marca los momentos
Y las horas el dolor.

Llora y ganarás el cielo,


Que lo que es mujer. . . .¡nequáquam
Pues las lágrimas del pobre
Más humedecen que ablandan.

Esta es libranza de amor;


Y dice así: « L a aceptante
A l portador, á la vista,
P a g a r á un beso sonante.»

N o te empeñes en querer
L o que y a tiene otro dueño,
P u e s lograrás con tu empeño
Que te llegue á aborrecer.
POESÍAS DIVERSAS 315

Dióte el cielo ojos tan bellos,


Que Cupido con enojo
Porque no le ha dado aquéllos
Prefirió quedar sin ojos.

Hazle un gesto, una caroca,


Y al darle este papelito,
T ó c a l e un poco el dedito;
Y si ella también te toca,
¡ Punto en boca!

Dura está como una r o c a ;


N o importa: sigue en tu amor,
M a s si logras un favor,
A u n q u e sea una bicoca,
¡ Punto en boca!

En amorosa pasión
El más cauto más acierta;
Si hay rivales, ojo alerta,
Y si premian tu pasión,
¡ Chitón!

Y a amante, y a desdeñosa,
M e absuelves ó me condenas,
Y apenas me das la vida
Y a quieres matarme á penas.

S i en el pleito de mi amor
Piensas fallar en mi daño,
Calla, calla, que es mejor
Tener en duda el favor,
Q u e no cierto el desengaño.
310 F. A . D E F7GDEROA

A nadie diré mis penas,


Pues no quieres, homicida,
Que aun dichas á tí, me engañen
Con la ilusión de ser dichas.

De mi fortuna el blasón
A celebrar no me atrevo,
Pues á la suerte lo debo
Y no á tu libre elección.

Si las gracias que en tí miro


Arrebatan mi deseo,
Para que te admire más
Hazme ver las que no veo.
POESÍAS DIVERSAS 117

Al hospital de los heridos, instaurado por las damas orien-


tales

Canción

Inspirando sagrado heroísmo


E n las damas la excelsa deidad,
A los bravos heridos, su celo
A l z a un templo de asilo y piedad.
Los que heroicos su sangre derraman
Por la patria con alto valor,
Aliviados por ángeles miran
E n consuelo cambiar su dolor.

CORO

Heroínas, que dais el ejemplo


De virtudes al pueblo Oriental,
Los campeones, la patria y el mundo,
Os tributan aureola inmortal.

2. a

D e las bellas en pro de los bravos,


Compitiendo bondad y virtud,
Para nuevos combates aquéllos
Recuperan vigor y salud.
Mas de R o s a s se miran doquiera
L o s esclavos rabiando morir;
L a s sublimes virtudes no pueden
E n la esfera de un monstruo lucir.

C O R O — Heroínas, etc.
F. A. DE FIGUEROA

3- a

Sacrificios, constancia y desvelos,


Inauguran el nuevo hospital:
Monumento de orgullo al Oriente,
Y á las damas de aplauso inmortal.
Y a se eclipsan de Esparta y A t e n a s ,
A n t e el mundo la fama y honor:
S u s matronas ilustres no dieron
U n ejemplo tan grande en valor.

C O R O — Heroínas, etc.

Rivalizan campeones y damas,


E n valor y virtud á la vez,
Y á tu nombre glorioso refleja,
D u l c e patria, dignísima prez.
T ú j u r a s t e . . . . y el voto se c u m p l e :
¡Jamás Rosas mi frente hollarás !
Y sus tigres, heridos de espanto
H u y e n lejos, gritando: ¡ J a m á s !

CORO

Heroínas, que dais el ejemplo


De virtudes al pueblo Oriental,
Los campeones, la patria y el mundo,
Os tributan aureola inmortal.
POESÍAS DIVERSAS

El espejo

Enigma

S o y liso y llano en extremo,


Y aunque me falta la voz,
D i g o en su cara á cualquiera
L a más leve imperfección.
Respondo al que me consulta,
Sin lisonja ni ficción,
Y si mala cara pone,
L a misma le pongo y o .

El fuego

Enigma

S o y uno, entre otros hermanos,


Terrible á par que sutil,
Que nadie impune me toca
Ni mi ser puede oprimir.
N o tengo cuerpo, y devoro
Cuanto se aproxima á mí,
Y repartido me aumento
E n lugar de disminuir.
F. A. DE FIGUEROA

Representación de los perros de B u e n o s Aires

Al Gobernador Rosas

L o s once perros que firman


E s t a representación,
Apostolado perruno
Donde sólo faltáis v o s ;

Perros que abajo suscriben,


Por sí y por procuración,
A nombre de cien mil otros
D e varia casta y color :

Dogos, podencos,' lebreles,


Pelados ó del Japón,
D e aguas, g a l g o s y sabuesos,
Mastines y de pastor;

Perdigueros y de presa,
Canes, en fin, de alta pro,
Desde el tímido faldero
H a s t a el b r a v o cimarrón;

A vos, del Pino y la P a m p a


Héroe perínclito, á vos
Can trifauce ó can-cerbero,
Más grande que el de Plutón,

Con el rabo entre las piernas,


Exceptuando el que es rabón,
A vos aullando acudimos,
¡ Oh ilustre R e s t a u r a d o r !
POESÍAS DIVERSAS 821

Acuden, pues, los que firman


Esta humilde exposición,
Haciendo formal protesta
A un decreto superior.

A esa ley sobre patentes


Que á las de perros fijó
De tres, seis y quince pesos;,
La onerosa imposición;

Imposición asesina,
Perdonadnos la expresión»
Pues vota á patente ó muerte
A nuestra raza, señor.

Y si están flacas las bolsas


De nuestros amos, ¡ qué horror!
Correrá sangre perruna
¡ Cual de salvajes corrió!

Aun desigual é irritante


Es la ley, pues señaló
Ofensivas diferencias
Del campo y la población.

Mas campestres y puebleros,


A un ladrido ó á una voz,
Todos aullando se quejan,
Movidos de igual dolor.

También ambiguo el decreto


Se mira, pues no explicó
Si á nuestras amables hembras
Comprende aquella exacción.
F. A. DE FIGUEROÁ

Y h a y quien h a c i é n d o s e el zorro
P r e g u n t a en tono z u m b ó n :
« ; Y de p e r r a s , c ó m o a n d a m o s ?
r

¿ P a g a n la p a t e n t e , ó n o ? »

;Y
r p o r q u é , en vez d e nosotros,
No h a n d e contribuir, señor,
Los g a t o s , q u e sólo sirven
De e s c á n d a l o en la estación?

Si v e n d e r g a t o p o r liebre
P u d i e s e i s , ¡ v a y a con D i o s !
M a s ¿ d e q u é sirven los g a t o s
Donde no chilla un ratón ?

A s í a n t e esa c a s t a a l e v e
.Suspiran p e r r o s d e honor,
Y se les cae el h o c i c o
D e v e r g ü e n z a y aflicción.

E n su c a l i d a d d e perros,
S i e m p r e á la federación
Con fina benevolencia
A c r e d i t a r o n su amor.

Y a en los c a m p o s d e v o r a n d o
U n o á u n o y dos á dos,
L o s prisioneros salvajes
Q u e el p l o m o h e r i d o s p o s t r ó ;

Y a a s a l t a n d o p o r las calles,
C u a n d o el popular furor,
A e x t r a n j e r o s y unitarios,
I n d i g n o s de Compasión ;
POESÍAS DIVERSAS

P o p u l a r efervescencia
D o el m i s m o p u e b l o se vio
V i v i r en c u e n t a d e p e r r o ,
O h a c e r s e p e r r o p o r vos.

¡ C u á n t a s v e c e s la mazorca
C a n s a d a , p e r o h a r t a no,
Sus víctimas designaba
A n u e s t r o i n s t i n t o feroz !

¡ Y c u á n t a s veces, ¡oh i l u s t r e !
V u e s t r a g r a n d e z a se vio
Con el ¡chámale! azuzando
L a perruna indignación !

¡ C u á l n o s h a r t a m o s de c a r n e
E n t o n c e s !. . . . M a s , y a v o l ó
E l t i e m p o en q u e nos a t a b a n
Con l o n g a n i z a s , señor.

Bien v e m o s q u e en. larg-a g u e r r a


E l t e s o r o se a g o t ó ,
C a y e n d o el p a p e l d e precio
Con t a n t a o c u l t a emisión.

L a B a n d a Oriental, Corrientes
Y h a s t a el P a r a g u a y traidor,
B r o t a n a r m a d o s salvajes
Con diabólico tesón.

¿ Y es en t a n d u r o s conflictos,
C u a n d o se os eclipsa el sol,
Q u e el e x t e r m i n a r los p e r r o s
V u e s t r a facundia inventó !
F. A. DE FIGUEROA

Perros que con sus colmillos


Por un simpático amor
Sostienen fieles la causa
Que llamáis federación ;

L a federación perruna
A vuestra usanza y sabor,
Donde la unidad compacta.
Reside en vos y por' vos.

N o arruinéis, pues, con patentes


L a perrería, señor,
Porque os pillarán sin perros
E l Manco y el Pardejón. (i)

No hagáis tal desaguisado,


Héroe del desierto, no,
Que os llamarán Mataperros
A más de Degollador.

Formad crecidas falanges


D e perros, que á vuestra voz
Irán, no sólo á Corrientes,
Sino al Cairo y al Mogol.

Y por vos, en los combates,


A l viento, al frío, al calor,
Olvidarán generosos
L a perra que los parió.

Y la infiel Montevideo
Que os da angustias y temor,
A l ¡guau, guau / de vuestros perros,
Caerá como Jericó.

( 1 ) Los Generales Va/, y Rivera, á los que así designaba Rosas,


POESÍAS DIVERSAS 325

L o s blancos y colorados
Entonces, por mucho honor
Tendrán que arrastrar sumisos
Vuestro carro ó carretón.

P a g u e n ellos la patente
P u e s todos bien, perros son,
Y harta gracia es el honrarlos
Con vuestro collar punzó.

Entonces en vuestro escudo


Añadiréis por blasón
L a enseña oriental de alfombra
Y un mastín sobre su sol.

T a l es nuestra f e : P o r tanto
A vuecencia con fervor
D e las patentes de perros
Pedimos la suspensión.

Y dirá el mundo emperrado:


] V i v a esa federación!
\ V i v a n los perros ! y ¡ v i v a
.Su digno R e s t a u r a d o r !

F i r m a d o s : Medoro, Aníbal,
Turco, Trabuco, Almanzor,
Sidtdn, Rabón. Matamoros,
Tigre, Mambrá y Escipión.
F. A. DE FIGUEROA

XiOS heridos del Hospital de las D a m a s á su benefactora

Los mártires que á la patria


S u sangre han sacrificado,
Que en vos asilo han hallado
Y protección maternal;

E n vuestro natal dichoso


A l z a n sus voces al cielo,
Y al ángel de su consuelo
Bendicen en coro igual.

Vuestro nombre, ¡ oh Bernardina!


Que suave en sus almas suena,
Calma la angustiosa pena
Y es antídoto al dolor.

Ploy no hay ayes ni gemidos,


Y en señal de su contento
Os mandan un juramento
D e gratitud y de amor.
POESÍAS D E V E R S A S

Charada en portugués,

1." 2." 3.'

Ca-dc-tc (K-D-T)

Escorchando a lingoa bella


D e Camoens, e de Filinto,
V o u entrar no labyrinto
D a charada. . . . lá vai ella:

Letra e adverbio, a primara,


Letra só é proposi cao
E a segunda verdadeira,
Tambem letra, e variacào
D e um pronome é a lerceira. ( i )

O total nào é morgado,


Àlais nobre por nascimento
V a i indo n'ura R e g i m e n t ó
A ser mais condecorado.

(!•) La 1." sílaba es K ú cu. — L a 2 . « , D ú dt. — L a 3 . » T ú te. — E l l o l a l e s : Cadete.


328
F . A. DE FIGUERO A

Otra charada

1.« 2.»
Pe - ch a

(Significa defecto 6 tacha)

A primeira é para andar,


A segunda herva que vem
D'um pais d'além do m ar;
O todo é com voz vulgar,
Falta que Elisa nao tem . ( i )

( 1 ) La 1 . sílab a pe, significa p i e . — La 2 .


Л л
cita, el té que viene de la India. —­ El todo,
pecha, ток algo m i g a r en portugués.
POESÍAS DIVERSAS

E l Stabat Mater

PARÁFRASIS Y TRADUCCIÓN EN VERSO

Stabat Mater dolorosa


Juxta • Crucem lacrymosa
D u m pendebat Filius.

Estaba allí dolorosa


La V i r g e n Aladre llorosa,
Inmóvil junto d la Cruz;
Donde d sus ojos pendiente
Yace el hijo omnipotente,
Y muerta con él su luz.

Cujus animam gementem,


Contristatam et dolentem,
Pertransivit gladius.

Cuya alma gimiendo herida


Contristada, y dolorida,
Su martirio acrisoló;
A l l í en tormento indecible,
A su corazón sensible
Una espada traspasó.

O quam tristis et afñicta


F u i t illa benedicta
Mater Unigeniti!

/ Oh cuan triste y sin consuelo


La bendecida del cielo,
Se vio en suplicio c r u e l !
Del Unigénito Santo
La Madre, que en dolor tanto
A p u r ó al cáliz l a hiél.
F. A . DE FíGUEROA

Q u s 3 mcerebat, e t d o l e b a t ,
E t tremebat, cum videbat
N a t i pasnas inclyti.

/ Cuál se angustiaba, y dolía,


Y absorta, se estremecía
E n c o n v u l s i v a ansiedad,
Mirando el martirio h o r r e n d o
De su Hijo adorable, y v i e n d o
Del m u n d o la atrocidad ! ( i )

Q u i s est h o m o q u i n o n fleret,
Christi M a t r e m , si v i d e r e t
I n t a n t o supplicio ?

Que hombre con a l m a d e fiera


Dejar de llorar pudiera,
Y llorar con frenesí,
Al ver en suplicio tanto,
Gemir a n e g a d a en llanto
La Aladre de Cristo allí?

Quis non posset contristan,


Piam Matrem contemplar!
D o l e n t c m c u m Filio ?

¿ Quién, sin emoción penosa


Viera á esta Madre piadosa,
Que tí par del lijo sufrid ?
¡Sublime en padecimientos,
Sintió t o d o s s u s t o r m e n t o s ,
Sin m o r i r c o m o él m u r i ó ! ( 2 )

( 1 ) Ella padeció juntamente en su espíritu la pasión d e la Cruz. — S A X I J K K N A I Í D O ,


•sermón 2." de la Pasión.
( 2 ) Moría viviendo, vivía muriendo, ni podía morir, porque vivienda n a o r t a estalla. —•
.SAN IÍKIÍNAUDO, Lmtinúox <!c la Yirjcn.
POESÍAS DIVERSAS S31

Pro peccatis suas gentis


V i d i t Jesum in tormentis
E t flagellis subditum.

Por pecados de su gente


Miró d fcsús inocente
Sujeto d un suplicio v i l ;
Vio al rey de eterna grandeza
Azotado con fiereza
Y objeto de oprobios mil.

Vidit suum dulcem Natum


Morientem, desolatum
Cum emisit spiritum.

Vio al I-fijo dulce y sagrado


Muriendo desamparado
D e l mundo á quien redimió ;
Y fuerte en su inmensa pena,
Presenció la infausta escena
Hasta que Aquel expiró.

Eia, Mater, fons amoris,


Me sentiré vim doloris
T a c , ut tecum lugeam.

¡Ea, Madre,fuente pura


De amor sanio, y de ternura,
T u s ojos vuelve hacia mí;
Ha: que mi alma empedernida
Sienta del dolor la herida,
Porque llore junto á ti!
F. A . D E FI GÜERO A

F a c ut ardeat cor meum


In amando Christum Deum,
U t sibi complaceam.

Haz que el corazón helado


Arda, en tu fuego inflamado,
Amando á Cristo mi Dios;
Porque d complacerle, acierte,
Y mí amor hasta la muerte
S e divida entre los dos.

Sancta Mater, istud agas,


Crucifixi fige plagas
Cordi meo valide.

Hazlo así, Madre sagrada,


Y alumbre á mi alma extraviada
U n reflejo de tu l u z ;
Deja en mi pecho esculpidas
Las llagas, y hondas heridas,
Del Dios que murió en la Cruz.

T u i Nati vulnerad,
T a m dignati pro me pati,
Pcenas mecum divide.

De tu Hijo que se ha dignado


Padecer por mi, llagado,
V í c t i m a de inmenso amor;
Parte las penas conmigo,
Pues, y a sumiso al castigo,
No me intimida el dolor. ( i )

( 1 ) Porque aparejado estoy para los azotes, y nú dolor está siempre delante de mf. —
Salmo 37, vers. 1S.
POESÍAS DIVERSAS

F a c rae veré tecum flére


Crucifixo condoleré
Doñee e g o vixero.

Haz que un llanto verdadero


Viertan mis ojos, pues quiero
Llorar contigo y gemir,
Y condolido y postrado
Votarme al Crucificado
Mientras diere mi existir.

Juxta Crucem tecum stare,


T e libenter sociare
In planctu desidero.

Yo anhelo ansioso, Señora,


Contigo estar desde ahora,
Dándote pruebas de amor;
Y acompañando tu llanto,
Ser junto al madero santo
V i v a estatua del dolor.

V i r g o V i r g i n u m praeclara,
Mihi j a m non sis amara,
F a c me tecum plangere.

Virgen de vírgenes pura,


No merezca tu amargura,
Pues eres bondad y amor;
Y si con llorar te obligo,
Déjame llorar contigo
Por tu Hijo, mi Salvador.
V. A . DE FIGUEROA

F a c u t p o r t e m Christi m o r t e m ,
P a s s i o n i s fac c o n s o r t e m
E t p l a g a s recolcre.

Haz que presente en vi i idea


La muerte de Cristo vea.
Y su pasión, en mi fe;
Haz que sus llagas venere,
Y q u e en ellas c o n s i d e r e
L o s d a r d o s q u e le clavé. ( i )

F a c me plagis vulneran,
C r u c e h a c inebriari
O b a m o r c m Filii.

Hiéreme tú con sus llagas,


Y h a z q u e en mis p e n a s a c i a g a s ,
Me embriague con esa Cruz;
A s í , en g o c e s d e t e r n u r a ,
S e r á dulce mi a m a r g u r a
Por el amor de Jesús. (2)

I n f l a m m a t u s , et a c c e n s u s
P e r te, V i r g o , sim defensus
I n die judicii.

Asi, encendido, inflamado


Mi p e c h o en a m o r s a g r a d o ,
L a ira del J u e z t e m p l a r á .
Por tí, ¡oh Virgen / defendido
Sea en el día t e m i d o
En que al inundo juzgará. (3)

( 1 ) Mas K! fia' llagado por nuestras iniquidades, quebrantado filó por nuestros pecados.
— I S A Í A S , cap. t:>, veis. 0.

( 2 ) Porque en verdad, nuestra Cruz está ungida, y aun puedo decir quv nuestra amar-
gura e s dulcísima. — S A N 1 1 ! : Í : N A J : I ) O , Sirmoiu*.

i ;í) V (.el P a d i e ) le dio el poder de juzgar, porque es hijo del hombre. -•- S A N J I ' A X ,
cap. 5, vers. C7.
POESÍAS DIVERSAS

F a c m e C r u c e custodiri,
M o r t e Christi p r c e m u n i r e
Comproveri gratia.

Haz que allí i:ii escudo fuerte


Sean la Cruz y la mu críe
Que Cristo sufrió p o r m í ;
Tu gracia eficaz me ampare,
Que aunque en mis culpas repare,
N o p e d r á n e g a r s e á tí. ( i )

G u a n d o c o r p u s morietur,
F a c u t anima? d o n e t u r
P a r a d i s i gloria.
Amen.

E n fin, cuando el cuerpo muera,


C u a n d o en la a n g u s t i a p o s t r e r a
L a n c e el a l i e n t o vital,
fíaz que c o n g l o r i o s a p a l m a
Vuele e n t u s b n í z o s el alma
Al Paraíso inmortal.
Amen.

(. 1 ) E n tus ata*** tata» ; olí M u r í a ! todos los tesoros d e !a miserieuidla de Dios.—


s.\x ri:m;o UAMÍANO.
336 F. A. DE FIGUEROA
S&

A l retrato de doña Panchita S. V. de Bejar

E n la imagen de Panchita
Hablando están como en ella
Su atractivo y su alma b e l l a :
N o le hizo el pincel favor;
T a l es su mirar amable,
Y aun su languidez visible:
H e aquí el símbolo apacible
D e la sensitiva flor.

Mudo objeto, que elocuente,


A la hija y esposo amante
Parece que á cada instante
L e s está diciendo: ¡ A d i ó s !
A otra hija que ausente adora
Irá esta prenda estimable,
Mas su original amable
Queda aquí, para los dos.
POESÍAS DIVERSAS

El ¡ Bim Bom !

Cancioncilla para Carnaval

i.»
Llegaron los días
D e zambra y locura,
Que el alma procura
Cora ansia g o z a r ;
L a s trabas y penas
D e un año olvidemos:
H o y sólo debemos
Correr y bailar.

CORO

Que suene el cañón,


/ Bim... bom !
Repita el violin :
¡Rin... rin!
/ Viva Carnaval!
¡ Y vivan las bellas
Del pueblo oriental!

2.*

Q u e v e n g a n loqueando
L a s madres, las hijas,
Con a g u a en vasijas,
Con huevos de olor;
Que vengan, y todas
Serán consoladas:
Saldrán remojadas
Si tienen calor.

C O R o — Q u e suene el cañón, efce.


F. A. DE FIGUEROA

-> .1

o-
E s de esta comparsa
Divisa esplendente
Valencia y Oriente:
Los leones y el sol.
L a unión venturosa
X o sufre desmayo
D e l pueblo uruguayo
Y el reino español.

C O R O —- Que suene el cañón, etc.

4- : l

Vendrá la cuaresma
Con rezos y ayunos:
S e enferman los unos,
Los otros se van.
Los tiempos se mudan :
Gocemos el día,
Que hoy es de alegría,
Mañana es de afán.

C O R O — Que suene el cañón, etc.

- n
O-

L a máscara á veces
Encubre las tachas;
Mas ora, muchachas,
N o hay trampa sutil:
Tirar la careta
Pudieran ufanos,
Pues son valencianos
D e faz juvenil.

C O R O — Que suene el cañón, etc.


POESÍAS DIVERSAS

6. a

V e n i d , b e l l a s ninfas,
Q u e h a y n o v i o s en v e n t a ;
L a g a n g a hace cuenta :
A l fiado se d a n .
C u a l h u e v o s del día,
Frescos, y aun mojados,
Por agita pasados
L o s novios están.

CORO — Que suene el cañón, etc.

D e j a d á los viejos
C l a m a r con t r i s t u r a :
«¡ L l e g ó la l o c u r a !
¡ Llegó Carnaval! »
Q u e si ellos diez l u s t r o s
Quitarse pudieran,
T a m b i é n h o y se v i e r a n
S e r o t r o s q u e tal.

CORO — Que suene el cañón, etc.

8. a

E n fin, este día


Bureo y parranda,
Y s i g a la b a n d a
T o c a n d o el l a ú d ;
Q u e el baile, y los j u e g o s , '
Y el a g u a c o n v i e n e n
A a q u e l l o s q u e tienen
Vigor y salud.
3 i 0 F. A . DE FIGUEROA

CORO

Que suene el cañón,


¡ Bim... bom J
Repita el violin:
/ Rin... rin !
¡ Viva Carnaval!
¡ Y vivan las bellas
Del pueblo oriental!
POESÍAS DIVERSAS !54l

A la victoria de Cagancha (i)

HIMNO TRIUNFAL

1. a

E l tirano que oprime y destroza


E n cadenas al pueblo argentino,
A n e g a r n o s en sangre previno
Y al Oriente su y u g o imponer.
A los libres sus viles esclavos
Aterrar con rugidos creyeron:
¡ Miserables ! los libres supieron
P o r su patria lidiar y vencer.

CORO

/ Oh inmenso placer l
/ Oh heroico Rivera l
Tus valientes supieron doquiera
Por su patria lidiar y vencer.

2. a

Todo asalta e l famélico bando:


L o s hogares, la honra y la v i d a ;
E l destruye, violenta y trucida
Con sangriento y lascivo furor.
A l inerme y anciano degüellan
Y con furia satánica insultan,
Y en su rabia ferina no indultan
Ni la infancia ni el tierno pudor.

( 1 ) Victoria memorable por el ejército oriental al mando del Presidente de la R e p ú -


blica y General en Jefe don Fructuoso Rivera, sobre el ejército de Rosas mandado por
s u General don Pascual Echagiie, en 29 de Diciembre de 1839.
F. A. DE FIGUEROA

CORO

/ (¿lié crimen, qué horror/


¡ Oh bárbaro bando /
Cuyas iras no aplacan llorando
Á ¿ la infancia ni el tierno pudor.
r

y1

L o s salvajes del m o n s t r u o i n h u m a n o
R e b r a m a b a n cual tigres hambrientos,
Y de estragos y s a n g r e sedientos
D e v o r a b a n el suelo O r i e n t a l .
Mas Rivera tronando venganza
A c o m e t e las h o r d a s d e esclavos,
Los destruye y confunde... y sus braves
S e c i ñ e r o n con l a u r o i n m o r t a l .

CORO

/ Oh día triunfal!
/ Honor al Oriente !
Y á los héroes que la ínclita frente
Se ciñeron con lauro inmortal.

4- a

Lloy del P l a t a la esfinge h o r r o r o s a


N u e v a s furias r e v u e l v e en la idea,
Y s u s ojos feroces r e c r e a
E n las t u m b a s q u e e n s a n g r e a n e g ó .
¡ S a n g r e .pide con r o n c o a l a r i d o ;
A p u r e m o s su-horrenda agonía,
Y la' s a n g r e v o m i t e en un día
Q u e en diez a ñ o s s e d i e n t o b e b i ó !
POESÍAS DIVERSAS

CORO

Ya infunda sonó
Su hora delincuente ;
Pague el tigre la sangre inocente,
Que en diez años sediento bebió.

¡ Orientales, la palma ó la t u m b a !
H e aquí el voto jurado y cumplido;
Y a las hordas que os han invadido,
Consumisteis cual rayo en la lid.
Eclipsar del Oriente la gloria
A un tirano sangriento no es dado,
Que es el cielo su escudo sagrado,
Y R i v e r a su invicto adalid.

CORO

Tiranos, o id
Sentencia de muerte:
/ Viva el pueblo magnánimo y fuerte,
Y Rivera su invicto adalid!

FIN D E L TOMO I
IN D I C K
Í N D I C E ..

BE LAS

POESÍAS DIVERSAS

I'ágs.

Al lector 7
Himno Nacional 9
El ramito de flores, canción 15
A la muerte repentina de una madre, canción 17
A Leónidas, soneto jocoso en terminaciones obligadas 20
Otro, á Oribe en el Cerrito ante Montevideo 21
Otro, á una maja y su cbulo 22
A la Purísima Concepción, cántico 23
Al Instituto Ortopédico del doctor Peiclioto, letrilla 25
Al doctor Peichoto, soneto 29
Al General Rivera, anagrama 30
Al retrato de una niña cuya madre había muerto al darla á
luz.'. 30
La gota, enigma 31
La pluma 32
Pedro de Braganza, anagrama 32
Canto lírico al 25 de Mayo de 1810 en su aniversario de 1844. 33
La inundación de Maciel, canto _ 42
La botella, enigma 49
La Santa Cruz 50
El Águila y el Pichón, epigrama ; 51
A la señorita doña Marcelina Almeida, anagramas puestos
en su álbum 52
ÍNDICE

Págs.

Versos al mismo asunto, en el propio álbum 53


Himno al Sol, en el aniversario de Mayo de 1844 54
El reló de arena, puesto en el álbum de una persona ya
muerta 63
A los que no existen (54
Un aniversario en el Cementerio • 65
A la colocación de la piedra fundamental de la capilla del
Cordón, en 16 de Octubre de 1842 72
A la Virgen María, versos de Silvio Pellico, traducidos li-
bremente del italiano y amplificados 73
Al nuevo telón del teatro, letrilla satírica 76
A Su Majestad el Emperador del Brasil, anagrama 79
La Marsellesa, Himno patriótico de los Franceses, traducido
estrictamente 80
Un día de pagamento, soneto 82
Rabo del soneto £3
Historia griega, epigrama 85
Ca-rro-sa, charada • 8(5
Canción acróstica » 87
La Damajuana 90
El juicio del año ( 1843) . 91
Los gansos del Capitolio, epigrama 95
A Jesús Nazareno » 96
El rámito misterioso, canción 102
El reló, enigma 104
Miniatura poética, cántico 105
Charada y anagrama en portugués 111
Carta en tirulos de comedias, escrita desde el Río de Janeiro
en 1856 113
La metromanía, décima de otro autor 134
Glosa hecha por mí , 134
A una vieja que fingía dolor de muelas, soneto 138
Gemidos de una madre, versos del poeta Zorrilla 139
Glosa 139
Acróstico de felicitación al Excmo. señor don Fructuoso
Rivera, Brigadier General y Presidente de la República.. 142
A Dorina llorosa 145
A la negrita Remedios, juguete poético 147
ÍNDICE ¡y»)

l'ágs.

Al retrato de la señora doña Bernardina Fragoso de Rivera,


improvisación 149
La letra E, enigma 150
El Cielito Oriental, en la jura de la Constitución 152
Versos sueltos á la jura de la Constitución 155
A la jura de la Constitución, oda 161
La muerte del pescador, canción 166
La huerfanita, canción 168
A las siete palabras, endechas devotas 170
Enigma aritmético 173
Al álbum de una hija 174
Al álbum de Amalia 175
Al álbum de María 177
La copa de Ganimedes 178
A un niño retratado después de muerto 179
A la victoria de Caaguazú en Corrientes, soneto (impro-
visado) 180
Otro, no improvisado, glosando los mismos finales 181
El almíbar y la hiél, oanción 182
La escarlatina, oda 185
Al retrato de un anciano con su nietecito, soneto 191
Otro en portugués 192
A la memoria del venerable presbítero don Manuel Barreiro,
oda 193
Cañapistola (caña - pistola), charada 195
Frío - lento, charada 196
Improvisación en equívocos, á una joven á quien obsequiaba
uno llamado Acosta 197
La letra M 198
Las tijeras 199
La copa de miel 200
El caramba ó las gitanas, cancioncilla 201
Gemidos de la amistad 203
La glosa de pies quebrados . . . . 207
Primera glosa 207
Otra g l o s a . 209
Otra glosa 211
Ruede la bola, letrilla satírica , 213
ÍNDICE

J'ágs.

Himno místico, á María Santísima Inmaculada, en su Nativi-


dad y en su Concepción 220
Caca-rea... Lv—K—rea, charada 225
El rulito de pelo, canción 226
Versos en francés 228
Canción báquica • 230
Horacio, oda 233
Al taburete bordado 237
Al retrato de doña Antonia Bejar de Baradéré 238
Al retrato de doña Pepita Bejar 240
Al General don Juan I/avalle, recuerdo funeral 241
La trompeta oriental, canción guerrera 243
La enhorabuena 246
Al Excmo. señor don Fructuoso Rivera, copa poética 248
Sálicos y adónicos 24!)
Epitafio 253
Otro, á una niña de siete meses 254
Ce-be-de-o, charada 255
Epístola hispano-latina 256
Al caballo pampa, epitafio 2t>5
La madre africana, oda ..... 266
El oriental celoso, romance heroico 268
Charada en francés 275
Cuarteta del señor don Vicente López 276
Glosa del autor dedicada á Buenos Aires bajo la tiranía de
Rosas 276
Segunda glosa de la misma cuarteta 277
La botella y la mujer «... 279
La guitarra, enigma 282
Sol - dados, charada 282
A Juan Copete, letrilla s a t í r i c a . . , . . , 283
Cédulas de novios y c o m p a d r e n ; l a s noches de San Juan
y San Pedro '. 28!)
Al hospital de los heridos, instaurado por las damas orien-
tales, canción 317
El espejo, enigma 319
El fuego, enigma 319
Representación de los perros de Buenos Aires al Goberna-
dor Rosas 320
ÍNDICE

L o s heridos del H o s p i t a l de las D a m a s ;i su benef'actora. . . . 32(


C h a r a d a en p o r t u g u é s 327
Otra charada :>2b>

El S t a b a t Mater 32í>
Al r e t r a t o de d o ñ a P a n c h i t a S. V . de l i e j a r 33b
El ¡ l i i m . . . . I!om ! cancioncilla p a r a C a r n a v a l 337
A la victoria de ( ' a g a u c h a , h i m n o triunfal 341
BIBLIOTECA AMERICANA

VAZQUEZ CORES, D O R N A L E C H E Y REYES, Editores

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O B R A S DEL MISMO AUTOR

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Diario Histórico del Sitio d e M o n t e v i d e o . — T o m o I.


Diario Histórico del Sitio d e Montevideo. — T o m o I I .
A n t o l o g í a epigramática. — T o m o I.
A n t o l o g í a epigramática. — T o m o I I . — Toraidas.
Poesías diversas. — T o m o I.

2 2 XT P S E X T S A :

P o e s í a s diversas. — T o m o I I .

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