Maurice Nicoll - El Recuerdo de Sí
Maurice Nicoll - El Recuerdo de Sí
Maurice Nicoll - El Recuerdo de Sí
No es una cuestión de creencia teórica el creer que hay algo superior, sino DE LA ACTUAL
PERCEPCIÓN de ello en sí mismo, en ese extraño y complejo ser que es el sujeto de este
Trabajo.
A menudo se observa una horda de pequeños "Yoes" desagradables y mezquinos que nos rodean
y tratan de arrastrarnos a su nivel, a su manera de tomar todas las cosas.
Y el acto de transformación consiste, en percibirlo y no identificarse porque se puede recordar
que hay maneras muy diferentes de tomar las cosas.
EL RECUERDO DE SÍ. II
A veces, cuando se observa a una persona uno se pregunta qué sucedería si dicha persona
pudiera ver sus formas de identificarse en un destello: sus modalidades, sus vestidos, sus
entonaciones, sus expresiones, la seriedad con que se contempla a sí mismo y su posición.
Sí, y lo mismo se aplica a nosotros.
Les relataré una historia sobre el olvido de recordarse a sí mismo.
Había una vez una isla en la que desembarcaron varias personas para ensayar una pieza de teatro.
Una persona debía representar el papel de un villano, otra el de un espía, otra el de una mujer
noble, otra el de un hombre valiente, otra el de un avaro, otra el de un héroe, otra el de una mujer
incomprendida, otra el de un marido incomprendido, otra el de una persona que había sufrido
mucho, y así sucesivamente.
El primer día todas representaron la pieza y les gustó mucho y luego se rieron de los papeles que
cada cual representaba.
Pero esa isla tenía una propiedad peculiar.
A medida que los días pasaban, cada vez que representaban esa pieza sentían cada vez más que
eran en realidad los papeles que representaban.
Y entonces todo anduvo mal y se quedaron en la isla y el barco desapareció, dejando sólo un
botecito.
Esta noche les hablaré otra vez sobre el Recuerdo de Sí y lo que el Trabajo enseña respecto a
cómo podemos cambiar nuestro propio nivel de Ser.
Como saben ustedes este Trabajo nos enseña a llegar a ser más conscientes de nosotros mismos y
esto empieza con cierta forma de observación de sí.
Nos dice que es preciso observarse a sí mismo según ciertas líneas muy definidas y que todos
deberían conocer.
El verdadero Recuerdo de Sí radica en recordar algo que no se Es, si me permiten esta paradoja.
Todo Recuerdo de Sí verdadero empieza con algo que tiene que ver con El Trabajo.
Por ejemplo, se dice que cuando una persona se recuerda a sí misma, es preciso que recuerde al
mismo tiempo su propósito.
El propósito debe estar siempre conectado con algo que se refiera a las ideas del Trabajo y para
hacerse tal propósito debe tener ya una considerable experiencia de la observación de sí desde
los diferentes ángulos del Trabajo.
Cuando una persona se hace un propósito que es un resultado definido de la observación de sí,
digamos, que es siempre negativa en relación con alguna u otra cosa en el pasado o en el
presente o en ambos, entonces logra el verdadero propósito-Trabajo de NO EXPRESAR esa
emoción negativa exteriormente y con el tiempo no identificarse con ella internamente en sus
centros Intelectual y Emocional.
Esto forma en dicha persona lo que es llamado el Mayordomo Delegado —es decir, coloca
algunos "Yoes" que ya comprenden de qué trata el Trabajo a cargo de sí mismo de tal modo que
aunque se olvide constantemente a sí —caiga en el sueño— recuerde que algo no anda bien en su
estado interior.
Con el tiempo el Mayordomo se presentará.
El Mayordomo está en un nivel mucho más elevado que el Mayordomo Delegado y viene de lo
alto y nos ayuda.
Y por encima del Mayordomo está el "Yo" Real.
Y por encima del “Yo” Real, está Dios.
Si pudiéramos ponernos en contacto directamente con el "Yo" Real sin tener que pagar todo lo
necesario para ese desarrollo interior, entonces seríamos capaces de recordarnos a nosotros
mismos en el sentido de Trabajo.
Pero tenemos que partir de donde estamos y, gradualmente, mediante un proceso de separación
interior y de selección, aprender a no dejarse llevar por ciertos "Yoes" y preferir otros "Yoes"
diferentes que están en un nivel ligeramente más alto en nuestro ser ordinario.
Ya han oído decir que la única cosa que podemos sacrificar es nuestro sufrimiento.
¿Qué significa el sacrificio?
Sacrificio quiere decir originariamente santificar.
¿Significa ello que es preciso que nuestro sufrimiento sea santo?
No, su significado es mucho más hondo.
Mientras siga identificándome con mi sufrimiento, mientras siga atribuyéndolo a mí mismo,
seguiré identificándome con él.
Ahora bien, santificar significaba originariamente que se había renunciado a toda conexión
personal.
Pertenecía entonces a Dios.
Si prefieren pueden sustituir la palabra "santo" por la palabra "consciente".
No se llega a ser consciente de una cosa en uno mismo mientras se está identificado con ella.
Tener realmente conciencia de una cosa en uno mismo es no estar más identificado con ella, no
ser más ella.
Si tengo conciencia de las formas mecánicas de mi sufrimiento y de mis cargos internos y de mis
estados negativos, ya no son más yo.
Me desprendo de ellos, los dejo partir, por así decirlo, ya no me siento a mí mismo por medio de
ellos.
De resultas de ello, el sentimiento de mi mismo se transformará.
Este acto permite obrar a la transformación y todo lo que es verdadero en su sufrimiento lo
encontrará en un nivel superior completamente transformado en otra cosa, pero mientras
permanezca atado a su sufrimiento y se sienta realmente a sí mismo a través de su sufrimiento —
de hecho, sienta su propia importancia de este modo— no puede esperar transformación alguna.
Como dije hace mucho tiempo, se asemeja a estar parado sobre una tabla y tratar de levantarla.
Es preciso estar fuera, y entonces no cuesta nada levantarla.
No se hace nada para crear la propia vida, para crearse, en suma, a uno mismo.
La vida entonces nos arrastra como una correa de transmisión hace funcionar centenares de
pequeñas máquinas.
Este no es un estado deseable, porque entonces no hay nadie, se es en realidad nadie, sin el poder
de transformar una situación cualquiera.
Se gasta todo el dinero y luego no se tiene nada, por así decirlo.
No hay fuerzas de reserva.
Nada se crea en uno mismo.
En este caso uno está identificado con cuanto sucede.
En otras palabras, es no recordarse a uno mismo.
Si un hombre, una mujer, en un desdichado y característico evento de los cuales hay muchos
característicos y estereotipados YA HECHOS DE MEDIDA —si se identifican plenamente con
ellos PIERDEN FUERZA—.
Son máquinas, que reaccionan mecánicamente contra esos eventos característicos y
estereotipados, YA PREPARADOS PARA ELLOS COMO LOS SALTOS EN UNA
CARRERA DE OBSTÁCULOS.
Si, en verdad se asemeja a esto.
Llega a un salto típico y cae de bruces.
Ahora repetiremos —"El Trabajo enseña que el Recuerdo de Sí quiere decir al punto mejor
alimento para las células del cuerpo"—
Pero permítanme que les recuerde que el Recuerdo de Sí depende en última instancia de sentir
algo superior en uno mismo.
Cuando un hombre aplica prácticamente la Enseñanza del Trabajo a sí mismo empieza, por así
decir, a VOLAR por encima de la superficie de la tierra.
Las cosas con las cuales tropezaba ya no lo hacen tropezar más.
En otras palabras, está viviendo en una escala más alta —en un nivel ligeramente más elevado—.
Lo que hubiera sido una catástrofe es ahora tan sólo un incidente momentáneo.
Les pido a todos ustedes que piensen y reflexionen sobre el significado de "RECORDARSE A SÍ
MISMO" en medio de las cuitas y ansiedades y, en suma, en medio del tumulto de los
estereotipados incidentes diarios, de los eventos diarios de la vida.
EL RECUERDO DE SI. VI
EL TIEMPO
EL TIEMPO II
EL RECUERDO DE SÍ. IX
LA SEPARACIÓN
Así el Recuerdo de Sí, que es infinito en sus diferentes formas, nunca puede fundarse en el
mérito de sí, sino en un sentimiento gradual —profundamente emocional— y con ello se quiere
decir LA PERCEPCIÓN INTERIOR DE LA VERDAD acerca de sí, de la irrealidad que hasta
ahora se ha tomado como la propia persona.
Por eso El Trabajo habla del "Yo" Imaginario o Falsa Personalidad, y enseña de diversas
maneras que ese "Yo" Imaginario, con el cual las gentes andan por la vida y las hace padecer
constantemente, debe llegar a ser PASIVO.
Les recordaré otra vez lo que nos dijeron en Francia:
"La Personalidad apenas tiene derecho a existir aquí".
Reflexionen sobre lo que esto significa.
Ahora bien, en cuanto a la separación por medio de la no identificación, se dice que en el
separarse, digamos, de una emoción negativa —esto es, en la lucha por no identificarse con ella
—es preciso, al mismo tiempo, recordarse a sí mismo, recordar el propio propósito, recordar todo
lo que El Trabajo significa para uno.
Entonces LA FUERZA EXTRAÍDA de alguna reacción típica mediante la separación PASA al
Recuerdo de Sí y así no anega otra reacción mecánica.
Este es el comienzo de la transformación de la energía de las impresiones.
Esto es. Do 48 pasa a Re 24, y eventualmente a Mí 12.
EL RECUERDO DE SÍ. X
IDEA-TRABAJO
El hombre ha nacido para recordarse a sí mismo pero, como fue criado entre gente dormida, se
ha olvidado de hacerlo.
COMENTARIO
Debilita el poder que la vida externa ejerce sobre nosotros, porque DEBILITA EL PENSAR
MECÁNICO inducido por la vida sensual y su aparente realidad.
LA MENTE DEBE SER REMODELADA.
Ahora bien, si la vida entrante, que penetra en nosotros en la forma de impresiones por la vía de
los sentidos, pudiera caer en El Trabajo, su energía quedaría transformada.
Esta idea es presentada por el diagrama del Primer Choque Consciente.
Ahora bien, por lo común, no recibimos la vida en El Trabajo, sino directamente.
Primero, esto ocurre así porque no hemos construido el sistema de pensar llamado El Trabajo en
nosotros mismos, y así recibimos la vida en nuestra psicología adquirida, mecánica, a la que
tomamos equivocadamente por nosotros.
Segundo, porque por mucho tiempo no vemos diferencia alguna entre la vida y El Trabajo, aun
después de años de práctica de no identificación.
Leemos los diarios y nos sentimos conmovidos.
El Trabajo dice que el Hombre, en su nivel actual de conciencia, NO PUEDE HACER.
Nos sorprende y nos deprime el que el Hombre no pueda hacer —no pueda detener las querellas
y las guerras, etc.
Si recibiéramos la vida en El Trabajo, no nos sentiríamos sorprendidos ni deprimidos, y así la
vida no nos haría negativos.
Pero puesto que no nos recordamos a nosotros mismos y así transformamos los efectos de vida,
llegamos a ser negativos.
De hecho, somos impulsados por la vida, por lo que sucede, y no tenemos nada de interno con lo
cual resistir.
Así somos máquinas, tal como lo enseña El Trabajo, impulsados por la vida y sus aconteceres.
En otras palabras, no existimos —sin embargo fuimos creados para existir— PARA SER —para
tener un ser además de la maquinaria—.
Esta es nuestra tarea —CREARNOS A NOSOTROS MISMOS—.
Ahora bien, la gente —la humanidad— que vive en el segundo estado de conciencia, el
denominado estado de conciencia despierta, nunca podrán entenderse los unos a los otros.
Esto, en esoterismo, se llama el Círculo de Babel o la Confusión de las Lenguas.
No quiere decir meramente las lenguas literales —los idiomas—.
Solo la gente que logra el Tercer Estado de Conciencia puede empezar a entenderse
recíprocamente.
Un Hombre Número 1 no puede entender a otro Hombre Numero 1, ni tampoco un Hombre
Número 2 o Número 3 puede entender a la gente de su respectivo tipo.
Por eso el Trabajo dice:
"El Hombre no puede hacer" —esto es, mientras no despierte—.
Imaginen lo que sucedería si todos comprendiéramos que no somos propiamente conscientes y
nos asemejamos a gente dormida que quiere alcanzar un fin común —cada cual identificado con
— sueños—.
Ahora bien.
El Círculo Consciente de la Humanidad empieza con aquellos que han alcanzado el Tercer
Estado de Conciencia —mediante un arduo trabajo sobre sí.
Aquí, obtienen la ayuda de los Centros Superiores —encuentran otra manera de comprender sus
problemas vitales aparentemente insolubles—
Esta es una idea interesante.
Si se pudiera hallarle solución a la vida, entonces este Trabajo no tendría razón de ser.
Este Trabajo se propone hacer que la vida sea posible en el sentido que, tal como dice, no se
puede entender la vida salvo en función de alguna otra cosa.
Esta otra cosa es El Trabajo.
Por lo tanto, si el Trabajo cayera internamente en El Trabajo, despertaríamos.
EL RECUERDO DE SÍ. XI
Ahora bien, ninguna persona puede recordarse a sí misma a no ser que comprenda, cada cual
según su propia manera, que a cada momento del día se olvida de sí y de este modo no se
recuerda a sí misma.
Hablando de un aspecto de este grande y multifacético tema del Recuerdo de Sí, cabe decir aquí
que un hombre, una mujer que no se recuerdan a sí mismos, se identifican con todo lo que les
está sucediendo.
Están a la merced de cada cambiante suceso, de cada cambiante pensamiento y sentimiento.
Tal hombre, tal mujer se parecen a UN COLADOR lleno de agujeros.
Permiten el escurrimiento.
Su aparato receptivo es casi inútil.
PIERDEN TODO; aun cuando hayan tenido momentáneamente una breve experiencia de un
estado más consciente, lo pierden al identificarse al próximo momento con hechos nimios, tal
como el haber perdido el botón del cuello o su cartera, etc.
¿No ven lo que esto significa?
Dichas personas NO TIENEN NADA QUE PUEDA PROTEGERLAS de las influencias de vida
y así la vida las penetra y las controla, y son máquinas manejadas por la vida, por las influencias
A.
Si un hombre, una mujer estuvieran en un estado de Recuerdo de Sí ya no estarían más bajo las
influencias A, las influencias de vida, sino que SE RESISTIRÍAN A LA VIDA.
Y muchas cosas extrañas les sucederían.
El hombre o la mujer que se recuerda a sí mismo es una persona muy diferente en todo sentido
del hombre mecánico o de la mujer mecánica.
Pero es muy difícil recordarse a sí mismo por más de unos pocos segundos, o, digamos, minutos,
o quizá, más tarde, un tiempo más prolongado —o tal vez, eventualmente, en todo momento, a
condición de haber PAGADO EL PRECIO.
Intentaré ahora transmitirles las ideas de Recuerdo de Sí sobre las cuales he estado hablando.
Tal como son al presente la vida se precipita sobre ustedes y NADA HAY EN USTEDES
CAPAZ DE RESISTIRLA.
ES NECESARIO CONSTRUIR ALGO en ustedes que pueda, al menos por breve tiempo, no
quedar sumergido por sus pensamientos y sentimientos mecánicos que surgen de la multitud de
cosas que se precipitan sobre ustedes.
UNA PERSONA PUEDE CONSTRUIR ALGO QUE LA RODEE DE TAL MODO QUE AL
CABO DE UN TIEMPO POCAS COSAS O QUIZÁS NADA PUEDA ATACARLA.
Se lo logra mediante cierta forma de Recuerdo de Sí que todos han de descubrir por si mismos
porque es diferente en cada caso.
Si una persona no lo tiene en sí perderá fuerza con cada evento.
En los días de la antigüedad se lo llamaba el Sello Hermético.
Se decía en un antiguo libro que los discípulos se sellaban todas las mañanas.
Y esto, desde luego, significa que deben recordarse a sí mismos a todo lo largo del día.
Pero nos levantamos como quiera que sea, hablando psicológicamente, y en seguida pasamos a
ser NEGATIVOS.
Como al presente la mayoría no está muy bien interiorizada sobre este particular hemos de
empezar observando DE QUÉ MODO PERDEMOS FUERZA debido a no haber establecido UN
LUGAR INTERIOR EN NOSOTROS CAPAZ DE RESISTIR EL PLANO EXTERIOR DE LA
VIDA PARA QUE NADA PENETRE SIN EL CONSENTIMIENTO DEL PLANO INTERIOR.
NOS ENSEÑAN QUE DEBEMOS RESISTIR LA VIDA.
SÍ, PERO ¿CÓMO?
Primero, debemos observar cómo reaccionamos mecánicamente a la vida.
Hemos de resistir los efectos que la vida nos impone en diferentes momentos y darnos cuenta
que si de la manera en que tomamos la vida nada hay en nosotros que pueda gradualmente
resistir, ¿cómo podemos esperar crecer internamente y formar con el tiempo un Segundo Cuerpo,
tal como es llamado?
El recuerdo de sí tiene que ocupar el lugar del identificarse.
Al no identificarse cabe la posibilidad de otra psicología —de otro Cuerpo— el hombre nuevo
—la mujer nueva.
Ahora bien, anoten en el pizarrón los Cuatro Estados de Conciencia y recuerden el hecho que las
influencias provenientes de los Centros Superiores que pueden ayudarnos —esto es, el Circulo
Consciente de la Humanidad— tan sólo pueden alcanzamos en el Tercer Estado de Conciencia
—a saber, el Recuerdo de Sí—.
Es preciso trazar la distinción entre uno mismo y la vida.
DECIR: "YO NO SOY LA VIDA."
Pero si una persona está pegada a la vida y su cambiante calidoscopio —esto es, si está
gobernada por las influencias A— dicha persona está en el Segundo Estado de Conciencia, que
en este Trabajo se llama Sueño.
Dicha persona no puede distinguirse de la vida.
El verdadero propósito de este Trabajo es el de despertar, y sólo a través de la auto-observación y
el Recuerdo de Sí se puede despertar realmente de la vida.
Pero a menos que un hombre, una mujer, sean capaces de distinguirse de sus acostumbradas y
mecánicas reacciones a la vida —esto es, de lo que imaginan ser— no hay posibilidad de
despertar fuera de la vida —esto es, fuera de lo que la Psicología Occidental acepta como
Conciencia, el así llamado Segundo Estado de Conciencia, controlado por la vida.
En realidad, es un estado de sueño, nuestra vida diaria es sueño.
TRATEN DE NOTAR, en cuanto a la observación de sí, dónde están ustedes identificados,
cómo no se recuerdan a sí mismos, y cuándo, en cuanto les está permitido al presente, se
recuerdan a sí mismos.
La mayoría de la gente ha experimentado momentos de Recuerdo de Sí una o dos veces en la
vida.
Pero ahora debemos trabajar por ellos.
Y una cosa que es preciso notar, con el fin de ponerse en contacto con los Centros Superiores o
con el Hombre Superior, es que debemos SEPARARNOS DE LAS EMOCIONES
NEGATIVAS, y muchas otras cosas que el Trabajo nos enseña en la práctica.
Pero al hacer este Trabajo y no meramente escucharlo nos permite acercarnos a lo que es
llamado el "crearse uno mismo", que quiere decir EMPEZAR A PONERSE EN CONTACTO
con lo que ya está allí pero con lo cual hemos perdido todo contacto debido a la hipnosis de la
vida externa.
Si nada hubiera allí para devenir, luego ¿qué?
Así, esotéricamente, somos llamados semillas.
Esta idea es fundamental en El Trabajo.
LA SUGESTIÓN