Casacion 688-2016 Moquegua
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3. ANTECEDENTES:
a) Infracción normativa de los artículos IX y X del Título Preliminar y 128 literal c) del
Código del Niño y Adolescente. Alegan que se ha prohijado a la niña durante un periodo
mayor de dos años, conforme el acta de entrega de fecha dos de enero de dos mil doce.
No se ha tenido en cuenta que previo a este proceso se ha iniciado el proceso de
abandono moral y material, con lo que se demuestra que los recurrentes tienen bajo su
cuidado a la niña por adoptar, brindándole las facilidades y cuidados que el caso
amerita.
Asimismo se ha efectuado un examen psicológico y otro por la asistenta social, los
mismos que concluyen que la niña se encuentra en buenas condiciones psicológicas y
buena comodidad en el hogar. Debe considerarse que a la fecha la niña tiene cuatro
años y cuatro meses, de lo cual se deduce que ha existido mayor grado de afinidad e
identidad con los padres adoptivos. No se ha considerado lo establecido en los artículos
8.1 de la Convención de los Derechos del Niño y 6 del Código de los Niños y
Adolescentes, en el que se reconoce al menor su derecho a la identidad.
Infracción normativa del artículo 122 del Código Procesal Civil y Apartamiento
inmotivado del Tercer Pleno Casatorio Civil. Que no se ha considerado que el Tercer
Pleno Casatorio Civil, ampara la flexibilidad y legalidad del proceso, más aun por el
interés superior del niño.
4. ANALISIS:
PRIMERO.- Procediendo al análisis de las infracciones contenidas en los ítems A) y B)
del numeral III de la presente resolución, referentes al interés superior del niño y su
derecho a la identidad, resulta menester precisar previamente que, en cuanto al interés
superior del niño, este principio de protección especial del niño se erige en el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos como un principio fundamental, que fue
inicialmente enunciado en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño, que
parte de la premisa de que los niños son lo mejor que tiene la humanidad, razón por la
cual deben ser especialmente protegidos. De una manera más amplia y precisa fue
reconocido en la Declaración de los Derechos del Niño, en su Principio 2, en los
siguientes términos: “el niño gozará de una protección especial y dispondrá de
oportunidades y servicios (…) para que pueda desarrollarse física, mental, moral,
espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de
libertad y dignidad”.
El referido derecho también se encuentra reconocido en nuestro ordenamiento jurídico
en el artículo 6 del Código de los Niños y Adolescentes que establece que: “El niño y el
adolescente tienen derecho a la identidad, lo que incluye el derecho a tener un nombre,
a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y llevar
sus apellidos. Tienen también derecho al desarrollo integral de su personalidad” y que
además “es obligación del Estado preservar la inscripción e identidad de los niños y
adolescentes, sancionando a los responsables de su alteración, sustitución o privación
ilegal, de conformidad con el Código Penal”. Estas normas garantizan el derecho a la
filiación y de gozar del estado de familia, del nombre y la identidad, así como el derecho
del padre y de la madre a que se les reconozca y ejerzan su paternidad.
5. CONCLUSION:
Por consiguiente, se concluye que se han infringido las normas denunciadas y el Tercer
Pleno Casatorio que regulan el derecho a la identidad en ambas facetas estática y
dinámica, el interés superior del niño y el principio de flexibilidad en los procesos de
Familia (tuitivos).
6. RECOMENDACIONES:
Que en cuanto a la finalidad de la adopción el artículo 115 del Código de los Niños y
Adolescentes establece:
“La adopción es una medida de protección al niño y al adolescente por la cual, bajo la
vigilancia del estado, se establece de manera irrevocable la relación paterno-filial entre
personas que no la tienen por naturaleza. En consecuencia el adoptado adquiere la
calidad de hijo del adoptante y deja de pertenecer a su familia consanguínea”.