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Andrea y Los Símbolos Patrios

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Andrea y los Símbolos Patrios (Cuento)

¡¡¡Riiiiinnnnngg!!! El terrible repiqueteo del reloj despertador


hizo que Andrea se levantara de la cama apresuradamente, se
aseó y se vistió para ir a la escuela, cuando estaba
desayunando recordó que la semana iniciaba, y como todos
los lunes en su escuela se efectuarían los Honores a la
Bandera, esto no tendría nada de extraordinario si no fuera
porque a Andrea le dan flojera los homenajes de los lunes y le
son indiferentes los Símbolos Patrios.

Los honores transcurrieron sin ningún contratiempo, todos los


alumnos del colegio saludaron y mantuvieron su posición de
firmes cuando la bandera paso frente a ellos, algunos hasta se
les ponía la carne de gallina al ver ondear nuestro Lábaro
Patrio en las manos del niño que la portaba, que con
solemnidad y orgullo marchaba al centro de la escolta; solo
Andrea que si bien se portaba de una manera respetuosa, tal
parecía que no se daba cuenta de lo que pasaba a su
alrededor, como si estuviera en otro lado, esa era su actitud
en todos los lunes en el homenaje.
La maestra Juanita, de Civismo, observaba con detenimiento
la actitud de Andrea en los honores a la bandera e investigó
con sus compañeros el porqué de esa actitud, llegando a la
conclusión de que tal vez solo era que la jovencita no
comprendía el significado y la importancia que tienen los
Símbolos de la Patria: La Bandera, El Escudo y el Himno
Nacional, los cuales enaltecen nuestra nacionalidad y nos
identifica en el mundo entero como mexicanos.
Desde entonces, la maestra Juanita se dio a la tarea de
platicar en sus ratos libres con Andrea sobre la importancia de
saber valorar nuestra Bandera Nacional y el significado de sus
colores, la maestra le explico que el Verde representa a la
Esperanza, el Blanco a la unidad que debemos de tener todos
los mexicanos y el Rojo a la sangre derramada por nuestros
Héroes Nacionales para darnos Patria y Libertad.

Andrea se intereso cada vez más en la plática de su maestra y


curiosa preguntó ¿Y El Escudo Nacional, qué significa?,
¡Andrea! No sabes el gusto que me da que te intereses por los
Símbolos de tu Patria, pues bien, El Escudo Nacional simboliza
las raíces de nuestro pueblo, la señal del águila devorando
una serpiente, es la que los aztecas buscaron para fundar la
ciudad de Tenochtitlán, y el laurel simboliza la victoria de los
mexicanos ante las adversidades, así como la unión entre los
mismos.
Y el Himno, maestra, el Himno Nacional ¿También tiene algún
significado? Pregunto ansiosa Andrea, ¡Claro que tiene un
significado, mi querida Andrea!, y te lo explicare de una
manera muy breve, nuestro Himno Nacional es el canto que
nace del alma en cada uno de los mexicanos que lo
interpretan, es un canto a la libertad, al respeto de nuestra
soberanía, y si algún día te encuentras fuera de este
maravilloso país y escuchas las notas del Himno Nacional,
sentirás como se te hace un nudo en la garganta y no te
culparía si algunas lagrimas corrieran por tus mejillas, debido
a la emoción y el orgullo de sentirte mexicana.
Andrea se despidió con un fuerte abrazo de la maestra, y esa
noche después de cenar, estuvo un largo rato sin poder
dormir, recordando cada una de la palabras de la maestra
Juanita, la emoción con que le había explicado todo aquello
sobre los Símbolos Patrios le habían hecho reflexionar sobre lo
que ella pensaba de los mismos, después de todo era muy
joven y tenía mucho todavía por aprender.
El lunes siguiente a la hora del Homenaje, había una Andrea
con otra actitud, siempre había sido respetuosa, pero ahora
tenía una mirada diferente al ver ondear el Lábaro Patrio, su
voz se distinguía de las demás al entonar el Himno Nacional, y
escuchaba con atención las indicaciones del director del
plantel: “…Jóvenes alumnos, dentro de quince días se
efectuará el ya tradicional Concurso de Oratoria de nuestra
Zona Escolar, la convocatoria queda abierta para todo aquel
que quiera participar, el tema deberá de ser alusivo a
nuestros Símbolos Patrios…”.

Andrea emocionada fue corriendo con la maestra Juanita y le


pidió que la asesorara para el concurso de Oratoria, le dijo
que en verdad deseaba participar pues había comprendido la
importancia que tienen en el sentir de los mexicanos La
Bandera, El Escudo y El Himno Nacional. ¡Ayúdeme por favor
maestra! ¡Busquemos juntas un buen tema lleno de fervor
patrio! ¡Asesóreme para este concurso de Oratoria! ¡Confié en
mí, no la defraudaré! Imploró Andrea a su maestra.

La maestra Juanita no sabía que decir, no daba crédito a lo


que veía y a lo que escuchaba, pero era tanta la emoción y la
sinceridad de las palabras de Andrea que no le quedo más
remedio que aceptar asesorarla para el concurso, después de
todo, ella también era una mujer mexicana que no le temía a
los retos.

Los días fueron pasando, Andrea y la maestra Juanita todas las


tardes después de clase se reunían para practicar el discurso,
hubo sacrificios para Andrea, pero poco le importaban, ella
sentía un verdadero compromiso consigo misma y con su
maestra, sabía perfectamente que no podía fallarle. Sin
embargo sucedió algo que no estaba previsto por nadie, dos
días antes del concurso, Andrea se sintió mal, ardía en fiebre,
el médico le diagnosticó una fuerte infección en la garganta,
antibióticos y desinflamatorios le fueron recetados y sobre
todo, absoluto reposo. La maestra no lo podía creer. No era
posible, pensaba Andrea con lagrimas en los ojos, tanto
esfuerzo ¿Para qué? ¿Y la maestra, que va a decir? ¡Ayúdame
Señor!
El día esperado por Andrea llegó, la maestra Juanita se
presentó en el recinto en donde se iba a efectuar el concurso
para disculparse con el Jurado de que su alumna se
encontraba enferma de la garganta y no podía participar, en
eso una voz le hizo darse media vuelta, ¡Maestra Juanita!
¡Maestra Juanita! ¡Ya estoy aquí!, ¡Pero Andrea tu deberías
estar en reposo, puedes recaer! ¡No maestra, mi deber es
estar aquí!, no olvide que hicimos un compromiso; sí Andrea,
¿Pero tu salud…? ¡Ya estoy bien maestra Juanita, confié en
mí!, está bien Andrea, que sea lo que Dios quiera.
Uno a uno los alumnos de las diferentes escuelas fueron
pasando por el escenario, cuando el maestro de ceremonias
anuncio a la alumna Andrea Domínguez Castillo y esta
comenzó su discurso, el silencio era absoluto, la voz de
Andrea retumbo en todo el recinto, habló de la Bandera, del
Escudo y de nuestro glorioso Himno Nacional, de la sangre
derramada por los Héroes que nos dieron esta libertad de la
que hoy gozamos, de la grandeza de nuestros antepasados y
de la alegría y orgullo de ser mexicanos.
El público al escuchar aquellas palabras dichas con tanto
fervor, sentía que una corriente eléctrica les recorría por la
espalda, otros se emocionaban tanto que no podían evitar
alguna lágrima, sin duda alguna este era un magistral
disertación.
Cuando Andrea terminó su discurso, el publico la ovacionó de
pie, la maestra Juanita corrió a abrazarla y a felicitarla, el
trabajo había sido excelente, ¡Maestra¡ ¿Ganaremos el primer
lugar?, no lo sé, no lo sé, respondió la maestra, solo sé que tú
has ganado algo mejor, ¡Un premio que vas a disfrutar toda tu
vida!

Kassandra Barradas Martínez

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