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Confort

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SISTEMAS CONSTRUCTIVOS APLICADOS A LA BIOTECNOLOGÍA.

Equipo No1.
¿Qué es el confort en la arquitectura?

PRESENTACIÓN.

Esta palabra a tenido y tiene distintas acepciones, pero nos concentraremos la


influencia que tiene la arquitectura para favorecerlo o disminuirlo y su relación.

Por definición el confort es una condición que proporciona bienestar o comodidad.

El confort que el ser humano siente o percibe en un lugar, está determinado por
parámetros objetivas (factor espacio) y subjetivas (factor personal).
Estos parámetros son específicos para cada sentido (térmico, acústico, lumínico,
olfativo, psicológico) a los cuales corresponden unidades físicas de medición
(Grados centígrado, decibeles, lux…)

Determinar el nivel del confort resulta complejo de aseverar, ya que como


veremos son muchos los aspectos que considera este término. Es una sensación
compleja que depende de factores físicos, fisiológicos, sociológicos, en donde el
cuerpo humano se siente encontrarse en equilibrio con el entorno.
ANALISÍS.

confort
Para su análisis lo podemos dividir en varios tipos de acuerdo al canal de
percepción sensorial que se involucra. Ejemplo: Confort termino, lumínico,
acústico, olfativo, psicológico.
Un espacio-ambiente arquitectónico que sea confortante tiene consecuencias
importantes en la funcionalidad del espacio, como podría ser, productividad en un
en el caso de una oficina o la relajación en el caso de una vivienda.

Confort ambiental.
Medio ambientes: Medio ambiente natural
Medio ambiente social (En donde se desarrolla diariamente en
hombre)
Medio ambiente artificial (modificado o creado por el hombre)

Mediante la modificación de los ambientes podemos lograr crear un mejor o peor


sensación de confort en ellos, además el medio ambiente influye en el
comportamiento físico y psicológico del hombre.

CONCEPTOS GENERALES

1.1 MEDIO AMBIENTE


Según la definición de Louis Goffin, (La Problematique de l’environnement,
Bruselas, F.U.L. 1984.) “Medio Ambiente es el sistema dinámico definido por las
interrelaciones físicas, biológicas y culturales, percibidas o no, entre el hombre y
los seres vivientes y todos los elementos del medio, ya sean naturales,
transformados o creados por el hombre” en un lugar y tiempo determinados.
de este concepto, el medio ambiente, aunque está integrado por todos los
elementos y variables, puede dividir a su vez en:
- Medio ambiente natural: El cual incluye todos los elementos bióticos y abióticos
en los que no interviene el hombre.
- Medio ambiente social o humano: El medio en el que se desarrolla el hombre y
que incluye factores sociales, culturales, políticos, económicos, etc.
- Medio ambiente artificial: El que ha sido creado o modificado por el hombre.
El hombre interactúa constantemente con el medio ambiente, tanto con el natural,
como con el social y el artificial, modificándolo constantemente, de ahí la vital
importancia de un equilibrio en las interrelaciones con los medios.
El medio ambiente determina el comportamiento físico y psicológico del hombre,
por lo que además se convierte en un factor clave, determinante en la salud,
bienestar y confort del individuo.

Confort y salud.

El término "confort" es un galicismo cuyo significado puede asimilarse al concepto


de bienestar, aunque éste parece ser más amplio y relacionado directamente con
la salud.
La Organización Mundial de la Salud define la salud como “el estado de completo
bienestar físico, mental y social del individuo y no solamente la ausencia de
afecciones o enfermedades”.
Por otra parte, podemos describir el confort como el estado físico y mental en el
cual el hombre expresa satisfacción (bienestar) con el medio ambiente
circundante.
Como se puede apreciar no existe diferencia significativa entre las dos
definiciones, sin embargo conceptualmente la primera se refiere a un estado
temporal más amplio (aunque no permanente) y además abarcando aspectos que
no son considerados por el segundo.
La palabra confort se refiere, en términos generales, a un estado ideal del hombre
que supone una situación de bienestar, salud y comodidad en la cual no existe en
el ambiente ninguna distracción o molestia que perturbe física o mentalmente a los
usuarios
No obstante, a lo largo de la historia, la idea de confort ha evolucionado de
manera que en distintos períodos ha asumido diferentes significados. Inicialmente,
el término confort fue sinónimo de confortar, consolar o reforzar, pues éste era el
significado de su raíz latina “confortare”. En el siglo XVII, la idea de confort estuvo
vinculada con lo privado, con la intimidad y, a su vez, se relacionaba con la
domesticidad. En el siglo XVIII, esta palabra dio más relevancia al ocio y a la
comodidad, mientras que en el siglo XIX se tradujo como la calidad y el
comportamiento de los elementos en los que intervenía lo mecánico: luz, calor y
ventilación. Fue en los primeros años del siglo XX cuando las llamadas ingenieras
domésticas subrayaron la eficiencia y la comodidad como la idea de confort y, en
los años siguientes se planteó el confort como algo que podía ser cuantificado,
analizado y estudiado [Rybczynski, 1992].
El confort se refiere de manera más puntual a un estado de percepción ambiental
momentáneo (casi instantáneo), el cuál ciertamente está determinado por el
estado de salud del individuo, pero además por muchos otros factores, los cuales
se pueden dividir en forma genérica en dos grupos:
Los factores endógenos, internos o intrínsecos del individuo, y factores exógenos
o externos y que no dependen del individuo; entre los cuales podemos destacar
los siguientes:
Factores internos que determinan el confort
Raza, sexo, edad, características físicas y biológicas, salud física o mental, estado
de ánimo, grado de actividad metabólica, experiencia y asociación de ideas, etc.
Factores externos que determinan el confort
Grado de arropamiento, tipo y color de la vestimenta, factores ambientales como
temperatura del aire, temperatura radiante, humedad del aire, radiación, velocidad
del viento, niveles lumínicos, niveles acústicos, calidad del aire, olores, ruidos,
elementos visuales, etc.
Bajo este concepto el término «Confort Ambiental» puede parecer un pleonasmo,
ya que por definición se incluye la interrelación del individuo con el medio
ambiente. Sin embargo, confort ambiental es un término que excluye algunos
factores psicológico-sociales determinantes del confort, tales como la tensión y el
estrés ocasionados por la falta de trabajo, dinero o adecuadas condiciones
laborales, etc.
Es decir que el confort ambiental define sólo a aquellos factores ambientales
naturales o artificiales que determinan un estado de satisfacción o bienestar físico
o psicológico.
Si bien el confort se obtiene a través de la integración de todos los factores, con
fines prácticos, se divide en varios tipos de acuerdo al canal de percepción
sensorial que se involucra; de tal forma se cuenta con los siguientes tipos de
confort: Térmico, Lumínico, Acústico, Olfativo y Psicológico.
De estos tipos de confort, los tres primeros, el confort térmico, el lumínico y el
acústico son los que principalmente influyen en la percepción de un individuo de
un espacio, y pueden ser tratados y modificados por la arquitectura. El confort
olfativo tiene que ver con la arquitectura en alguna medida, sobre todo en la
limitación de la existencia de humedades o infiltraciones que puedan provocar
malos olores. En cuanto al confort psicológico, se refiere a la percepción global
que tiene el cerebro de toda la información sensorial que recibe del medio
ambiente y por tanto interactuando los demás tipos de confort.
La contaminación influye de manera directa en la salud del individuo, en su
percepción ambiental y por lo tanto en la obtención del confort. Ésta es percibida a
través de los distintos sentidos, afectándolos fisiológicamente, interfiriendo con su
funcionamiento en forma temporal o permanente o afectando y modificando la
interpretación de los estímulos sensoriales. En algunos casos la afectación del
confort se da de forma directa, en otras es indirecta, ya que en primera instancia
se afecta a la salud y consecuentemente al confort.
CALIDAD TÉRMICA DEL AMBIENTE
El Reglamento de Instalaciones Térmicas de la Edificación (RITE) determina que
la calidad térmica del ambiente se considera satisfecha en el diseño y
dimensionado de la instalación térmica si los parámetros que definen el bienestar
térmico, se mantienen en la zona ocupada dentro de los valores establecidos.
Los parámetros que definen el bienestar son por una parte los parámetros propios
del ambiente, temperatura, humedad relativa, corriente de aire, etc., y por otra
parte los relacionados con las personas, cómo están vestidas, qué actividad están
desarrollando, qué sensación térmica tienen, etc.
Lo primero es definir lo que el RITE entiende por "Zona ocupada" en el interior de
la cual se deben mantener las condiciones térmicas: es el volumen destinado para
la ocupación humana, delimitado por
planos verticales paralelos a las
paredes y un plano horizontal que
define la altura a las siguientes
distancias de las superficies interiores
del local:
- Límite inferior desde el suelo: 5 cm
- Límite superior desde el suelo: 180
cm
- Paredes exteriores con ventanas o
puertas: 100 cm
- Paredes interiores y exteriores sin
ventanas: 50 cm
- Puertas y zonas de tránsito: 100 cm
No se considera zona ocupada los
lugares donde puede haber
importantes variaciones de temperatura con respecto a la media y corrientes de
aire en la cercanía de las personas, como: zonas de tránsito, zonas próximas a
puertas de uso frecuente, zonas próximas a cualquier tipo de unidad terminal que
impulse aire y zonas próximas a aparatos con fuerte producción de calor.
PARÁMETROS Y FACTORES DE CONFORT
Los parámetros de confort son aquellas condiciones propias del lugar que inciden
en las sensaciones de los ocupantes. Se sostiene que estas condiciones pueden
variar con el tiempo y el espacio y, pueden clasificarse en:

1. Parámetros Ambientales:
- Temperatura seca del aire
- Temperatura relativa
- Humedad relativa
- Velocidad media del aire
- Temperatura radiante media

2. Parámetros Arquitectónicos:
- Adaptabilidad del espacio
- Contacto visual y auditivo
Los parámetros ambientales son muy importantes y quizás son los que se han
estudiado con mayor énfasis, ya que como pueden ser medidos se han
determinado rangos y valores estándar dentro de los cuales se pueden mantener
unas condiciones de bienestar para el individuo. Además, resulta evidente la
influencia directa que tienen sobre las sensaciones de las personas y sobre las
características físicas y ambientales de un espacio, sin ser determinante el uso y
las actividades que allí se generan.
Los parámetros arquitectónicos están directamente relacionados con las
características de las edificaciones y la adaptabilidad del espacio, el contacto
visual y auditivo que le permiten a sus ocupantes.
Parámetros Ambientales

TEMPERATURA SECA DEL AIRE


La temperatura del aire constituye uno de los parámetros principales para
determinar el grado de confort térmico de un espacio y se refiere básicamente al
estado térmico del aire a la sombra. Es uno de los parámetros fundamentales, ya
que para poder determinar si las personas sienten frío o calor en un lugar es
necesario contar con los datos de temperatura y humedad. Estos datos se remiten
a gráficas ya desarrolladas en las cuales se puede estimar con cierta fiabilidad la
zona en la cual la mayor parte de las personas se encontrarían confortables.
Además, con estos datos se puede determinar si un espacio de la vivienda, o la
vivienda en general, se mantiene dentro de rangos adecuados o no.
Se entiende por temperatura seca del aire, la temperatura del aire, prescindiendo
de la radiación calorífica de los objetos que rodean ese ambiente concreto, y de
los efectos de la humedad relativa y de los movimientos de aire.
Distintos especialistas han definido los valores de la temperatura del aire que
consideran como aceptables en el interior de los diferentes espacios de la
vivienda, aunque en algunos casos estos valores varían según el tipo de
actividades que se realizan. ITEC, OCT-COAC i Departament de Construccions
Arquitectòniques I ETSAB,1998 recomienda valores de temperatura según la
estación del año: 21ºC en invierno y 26ºC en verano, aunque admite una cierta
fluctuación de acuerdo a las características de los usuarios y de las actividades
desarrolladas en el espacio, así como de los valores de la humedad relativa.
TEMPERATURA OPERATIVA
Según la norma UNE-EN 12792, es la temperatura teórica uniforme de un recinto
en el que un ocupante intercambiaría la misma cantidad de calor por radiación y
convección que en el recinto real no uniforme.
La temperatura operativa es el parámetro utilizado para obtener el índice PMV
(voto medio estimado) en las tablas del anexo C (normativo) de la Norma UNE-EN
ISO 7730, para distintas combinaciones de actividad metabólica, ropa,
temperatura operativa y velocidad relativa del aire.
La temperatura operativa (TO), se obtiene como la media aritmética entre la
temperatura seca del aire (TS) y la temperatura radiante media (TR) de los
cerramientos del local:
Los valores de la temperatura operativa (ºC), según las categorías del Informe
CEN CR 1752 Y DE LA NORMA UNE-EN 15251, para una actividad metabólica
de 1,2 met, una humedad relativa del 50% y baja velocidad del aire se indican en
la tabla siguiente, en comparación con los valores fijados por el RITE.
HUMEDAD RELATIVA
La humedad relativa es otro de los parámetros de importancia para determinar el
nivel de confort de un espacio, ya que afecta en gran medida la sensación térmica.
Asimismo, es uno de los parámetros sobre el que se puede incidir directamente a
través de la aplicación de una serie de correcciones en el diseño o bien con la
incorporación de determinados sistemas de acondicionamiento.
Es entendida como la cantidad de agua que contiene el aire, por lo que si su valor
es elevado durante un día de calor puede afectar negativamente la sensación
térmica de un espacio ya que impide que las personas pierdan calor por
evaporación de agua, generando cierta incomodidad por el sudor. Pero, si este
porcentaje de humedad relativa es muy bajo, el organismo también responde
negativamente debido a que se puede deshidratar. No obstante, en algunos casos
la elevación de la humedad relativa hasta alcanzar valores medios hace que la
humedad de la piel se evapore más fácilmente y el vapor cedido al respirar sea
mayor incidiendo positivamente en el proceso de refrigeración del cuerpo al ceder
el calor.
Los rangos de humedad relativa considerados apropiados, al igual que los de
temperatura del aire, suelen ser muy discutidos. Algunos investigadores
consideran cierto rango a lo largo de todo el año y en todo tipo de edificación,
mientras que otros señalan que, debido a los cambios estacionales y a la reacción
psicológica y fisiológica del hombre, es lógico pensar que los valores considerados
apropiados varían del invierno al verano y, además, indican diferentes valores
según el tipo edificatorio, según sus espacios y las actividades que se estén
realizando.
En la tabla siguiente se indican, de acuerdo con la norma UNE-EN 15251, los
criterios de diseño, recomendados para la humedad relativa en espacios ocupados
si están instalados los sistemas de humidificación o deshumidificación, según la
categoría:

Los valores indicados son válidos en espacios donde la humedad relativa viene
impuesta por la ocupación humana.
Por razones de bienestar e higiene son inadmisibles los valores por debajo del
35% y por encima del 65%. Según la norma UNE-EN 15251, el valor de la
humedad específica en el interior de los edificios nunca debe superar 12 g/kg.
TEMPERATURA RADIANTE MEDIA
Se trata de un parámetro ambiental que con frecuencia se minusvalora a la hora
de evaluar las edificaciones existentes, así como en el diseño de nuevas
viviendas. No obstante, en espacios cerrados puede ser un parámetro
determinante, ya que influye directamente en el nivel de la temperatura de
sensación.
Según la norma UNE-EN 12792, es la temperatura superficial teórica uniforme de
un recinto en el que un ocupante intercambiaría la misma cantidad de calor
radiante que en el recinto real no uniforme.
Es definida como la temperatura media irradiada por las superficies envolventes
desde un espacio a su interior. Teniendo presente que el calor por radiación se
intercambia cuando existen diferencias de temperaturas, generalmente desde un
cuerpo caliente a uno frío, la temperatura radiante de las paredes, el suelo y la
cubierta de una habitación puede dar una sensación de calor o frío a sus
ocupantes independientemente de la temperatura del aire contenido en su interior.
Es por esta circunstancia que la temperatura radiante no solamente debe ser
considerada en la evaluación de las viviendas, sino que además puede ser
aprovechada como un principio para prever sistemas de calefacción o
refrigeración que se tengan que introducir en el reacondicionamiento.
Cuando la radiación de calor, que puede ser producida por un elemento puntual o
por toda una serie de superficies de la vivienda, excede significativamente la
temperatura ambiente, aumenta la incomodidad y reduce la capacidad de trabajo
de los usuarios en verano. Sin embargo, durante el invierno, esta situación puede
ser aprovechada para mejorar las condiciones interiores. Si la suma de la
temperatura de las superficies de un espacio es mayor que la temperatura de una
persona, ésta sentirá calor, pero por el contrario si es más baja, sentirá frío. En
este caso lo que sucederá es que el calor corporal será irradiado hacia las
superficies envolventes. No obstante, en épocas de frío, ésta es una de las formas
de transmitir calor de un modo más confortable, ya que no se trata de calentar el
aire sino de irradiar energía infrarroja de un modo muy similar a como recibimos la
radiación solar.
Como puede apreciarse, la temperatura radiante es un parámetro muy valioso
para el análisis del comportamiento térmico de un espacio, la determinación de los
posibles niveles de confort, así como para el posterior acondicionamiento de las
viviendas. No son muchos los rangos establecidos para la temperatura radiante en
viviendas, aunque el programa Life [ITEC, OCT-COAC i Departament de
Construccions Arquitectòniques I ETSAB,1998] sostiene que ésta debe equivaler a
un valor muy cercano al de la temperatura del aire, de donde la diferencia entre la
temperatura ambiente y las paredes no debe ser superior a 3ºC, mientras que con
el techo no debe ser mayor a 2ºC, a excepción de las superficies vidriadas,
puertas o claraboyas.

VELOCIDAD DEL AIRE


Para el reacondicionamiento pasivo de viviendas, la velocidad del aire constituye
un parámetro muy valioso, pues produce corrientes que pueden ser aprovechadas
para refrescar o calentar los espacios. Sin embargo, hay que tener presente que,
dependiendo de la velocidad y la procedencia del aire que llega a la vivienda,
estas corrientes pueden resultar un inconveniente más que una ventaja,
especialmente en invierno. Por lo tanto, el objetivo del reacondicionamiento será
proteger los diferentes espacios de estas masas de aire. En el caso de que la
temperatura del aire esté por debajo de la temperatura de la piel, la velocidad del
mismo provocará una pérdida de calor que generará una sensación de frescura,
pero, si es al revés, el cuerpo tomará calor del aire.
Además, la velocidad del aire es una preexistencia ambiental que puede ayudar a
reducir la humedad y favorecer la ventilación de los espacios de la vivienda,
modificando, con su frecuencia y con su fuerza, la sensación térmica de las
personas.
Las sensaciones pueden ser positivas o negativas, dependiendo de la relación de
este parámetro con la temperatura y la humedad del lugar, así como de las
condiciones de los habitantes. Asimismo, hay que tener presente que diferentes
velocidades del movimiento del aire pueden ser apreciadas de modos muy
distintos por las personas.

Al respecto Olgyay (1998) señala que los límites convenientes de la velocidad del
aire se definen por los efectos generados en el hombre. Estos límites pueden
observarse en la tabla 6, en la cual se indican las percepciones del hombre a
determinadas velocidades del viento:
En la arquitectura tenemos la fortuna de poder manipular, de cierta manera los
medio Ambientes (espacios) para obtener un fin determinado y dar solución de
manera eficaz y confortable a una necesidad (habitabilidad y funcionalidad de un
espacio).
Por ejemplo: diseñando espacios ventilados naturalmente en lugares para evitar
temperaturas demasiado altas y poco placenteras (confortables) en determinados
lugares o… generando espacios adecuadamente asoleados para evitar humedad
excesiva en sitios como lo podrían ser baño por ejemplo.

En términos generales, el confort es un estado ideal del hombre, que supone una
sensación de bienestar, salud y comodidad en un ambiente, lugar o espacio,
donde no existe ninguna distracción o molestia física o mentalmente al usuario.
Hablar de confort implica eliminar la posibilidad de molestia e incomodidades
generadas por distintas causas como los son el ruido, la luz, el calor, el espacio, la
falta de oxígeno de entre tantos más.
La luz, el calor, la ventilación, los materiales son solo algunos factores que pueden
ser empleados en la arquitectura para generar espacios confortables en el sentido
de eficiencia y comodidad.

Diseño para de solución al confort térmico y de iluminación de un espacio.


Bibliografía.

Laura Solano Martínez (2011) “La percepción del confort” Valencia, España.
Universidad politécnica de valencia.

Jornada técnica (2011) “Arquitectura y confort parámetros objetivos y subjetivos”


Bilbao, España.

Eadic (2018) “Arquitectura bioclimática”

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