Zara (Espanol)
Zara (Espanol)
Zara (Espanol)
Inditex (Industria de Diseño Textil) de España, dueña de Zara y otras cinco cadenas
minoristas de ropa, continuaba una trayectoria de crecimiento rápido y rentable al
publicar un ingreso neto de €340 millones sobre ganancias de €3,250 millones durante
el año fiscal de 2001 (terminando el 31 de enero de 2002). Durante los siguientes doce
meses, el precio de las acciones de Inditex se incrementó en casi 50%, logrando un
valor en el mercado de €13.4 mil millones, representando el precio accionario más alto
logrado por su fundador, Amancio Ortega, quien había comenzado a trabajar en el
comercio de la ropa desde joven medio siglo antes, convirtiéndose en el hombre más
rico de España. Sin embargo, también implicaba un importante desafío para el
crecimiento. Basándose en algunos cálculos, por ejemplo, el 76% del valor de las
acciones de Inditex se basaba en las expectativas de su crecimiento futuro, el cual
debería ser más alto que el estimado de 69% para Wal-Mart o de otros minoristas
importantes.
Producción
La producción de ropa estaba muy fragmentada. En promedio, los fabricantes de ropa
empleaban solamente unas cuantas docenas de personas; sin embargo, la producción
de ropa de comercialización internacional podía consolidar incluso cientos de cadenas
de producción en diferentes países. Casi el 30% de la producción mundial de ropa era
exportada principalmente desde países en desarrollo, los cuales reflejaban insumos y
mano de obra más baratos en esos países. A pesar de las enormes inversiones para
sustituir el capital por la mano de obra, la producción de ropa tenía un alto uso de
mano de obra, a un grado que incluso los “fabricantes” relativamente grandes de
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Zara
Intermediarios fronterizos
Las compañías comercializadoras habían desempeñado tradicionalmente un papel
fundamental en los flujos físicos de la ropa desde las fábricas en países exportadores
hasta los minoristas en países importadores. Continuaron siendo importantes como
intermediarios fronterizos, pero la complejidad y la especialización de sus operaciones
se incrementaron con el paso del tiempo. De esta manera, la compañía
comercializadora más grande de Hong Kong, Li & Fung, derivaba el 75% de sus
actividades a la ropa a través de más de 30 países. Por ejemplo, el forro interior de un
abrigo vendría de China, la tela exterior de Corea, los cierres de Japón, el interior de
lino de Taiwán y los elásticos y etiquetas de Hong Kong. La pintura y los tintes se
llevarían a cabo en el Sur de Asia y se cosería en China, para posteriormente revisar la
calidad y empaquetar en Hong Kong. Luego, el producto sería enviado a Estados
Unidos a minoristas como Abercrombie & Fitch, quién realizaría investigaciones de
mercado o servicios de diseño.
Menudeo
Independientemente de que hicieran o no internamente las actividades de comercio
internacional, los minoristas desempañaban el papel dominante. La creciente
concentración de minoristas de ropa en los principales mercados era considerada como
una de las principales razones del incremento en la comercialización. En Estados
Unidos, las cinco cadenas más grandes llegaron a representar más de la mitad de las
ventas durante la década de los noventas. A finales de la década de los noventas, las
cadenas representaban el 85% de las ventas minoristas totales en Estados Unidos, casi
el 70% de Europa Occidental, entre una tercera parte y la mitad de Latinoamérica, Asia
Oriental y Europa del Este; y menos del 10% en mercados grandes y pobres como
China e India.
Los minoristas más grandes también dirigían y promovían una rápida respuesta a
través de políticas y prácticas enfocadas a mejorar la coordinación entre los minoristas
y los fabricantes para incrementar la velocidad y flexibilidad de las respuestas a los
cambios en el mercado, lo cual comenzó a tener mucha relevancia a partir de la
segunda mitad de la década de los ochentas. Esta rápida respuesta había logrado una
disminución en los ciclos productivos gracias a los mejoramientos en las tecnologías de
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Zara
información y debido a los ciclos de la moda cada vez más cortos, particularmente en
las prendas femeninas.
Mercados y clientes
En el año 2000, el consumo minorista de ropa alcanzó aproximadamente €900 mil
millones en todo el mundo. De acuerdo a varios estimados, Europa Occidental
representaba el 34% del mercado total, Estados Unidos el 29% y Asia el 23%. Las
diferencias en el tamaño del mercado reflejaban diferencias importantes en el consumo
per cápita en ropa así como en los niveles de población. El consumo per cápita en ropa
tendía a crecer menos que la proporción de los incrementos en los ingresos per cápita,
de tal suerte que el gasto típicamente disminuía a medida que el ingreso se
incrementaba. El consumo per cápita también se afectaba con los niveles de precios,
los cuales eran influidos por las variaciones en el ingreso per cápita, los costos y la
intensidad de la competencia.
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The Gap
The Gap, establecido en San Francisco, se fundó en 1969 y alcanzó un crecimiento y
rentabilidad espectaculares a lo largo de la década de los ochentas y buena parte de los
noventas con lo que se describía como “ropa con una actitud auténtica y sin
pretensiones”, la cual incluía una variada colección de camisetas y pantalones de
mezclilla así como ropa de trabajo “casual e inteligente”. La producción de The Gap
era muy internacional, con más del 90% llevada a cabo fuera de Estados Unidos, pero
con las operaciones de sus tiendas dentro de Estados Unidos. La expansión
internacional de sus tiendas comenzó en 1987 pero su ritmo fue obstaculizado por la
dificultad de encontrar ubicaciones en mercados como Reino Unido, Alemania y Japón
(los cuales representaban el 86% de las ubicaciones fuera de Norteamérica), adaptarse a
las diferentes tallas y preferencias de los clientes, y enfrentarse con lo que, en muchos
casos, eran presiones más severas en los precios en comparación con Estados Unidos.
Al final de la década de los noventas, la cadena de suministro era demasiado larga, el
mercado estaba saturado, existían desequilibrios e inconsistencias entre las tres
cadenas de tiendas de la compañía (Banana Republic, The Gap y Old Navy), y faltaba
un reposicionamiento de sus colecciones más enfocado a la moda, todo lo cual provocó
pérdidas para el año fiscal 2001, una depreciación significativa del valor de las acciones
de The Gap, y la salida en mayo de 2002 de su antiguo gerente general Millard Drexler.
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Zara
entre precios y ganancias de H&M, aún siendo alta, había disminuido a niveles
comparables con Inditex debido a errores en la moda que habían reducido sus ingresos
netos en un 17% en 2000 y debido a un anuncio reciente que decía que el esfuerzo
agresivo para expandirse en Estados Unidos había sido detenido.
Benetton
Benetton, incorporado en 1965 en Italia, enfatizaba los tejidos de colores brillantes.
Alcanzó prominencia en la década de los ochentas y noventas por su publicidad
controversial y por su organización en redes de trabajo a través de las cuales
mandaban hacer externamente las actividades que ocupaban intensamente la mano de
obra y no requerían economías de escala. Sin embargo, Benetton hizo inversiones
relativamente importantes para controlar las actividades de producción. Por el
contrario, donde tenía poca inversión era en la comercialización: vendía su producción
a través de licencias, las cuales con frecuencia eran vendidas a emprendedores con no
más de US$100,000 para invertir en pequeñas tiendas que ofrecían únicamente
productos Benetton. A pesar de que Benetton era rápido en ciertas actividades, tales
como pintura y entintado, parecía que su negocio minorista operaba con ciclos de
producción de varios meses. El formato de Benetton parecía llegar a la saturación al
principio de la década de los noventas y la rentabilidad continuó disminuyendo
durante el resto de la década de los noventas. Como respuesta, se embarcó en una
estrategia de reducción de la línea de productos, consolidando más las actividades
claves de la producción al agruparlas en “polos de producción” en varias regiones
diferentes, expandiendo o enfocando sus tiendas al inicio de un programa para instalar
puntos de venta más grandes que fueran propiedad de la empresa en las grandes
ciudades. Alrededor de 100 megatiendas Benetton estaban en operación a finales de
2001, comparado con una red de aproximadamente 5,500 tiendas más pequeñas
operadas por terceros.
Inditex
Inditex (Industria de Diseño Textil) era un minorista global que diseñaba, fabricaba y
vendía ropa, calzado y accesorios para mujeres, hombres y niños a través de Zara y
otras cadenas alrededor del mundo. A finales del año fiscal 2001, operaba 1,284 tiendas
alrededor del mundo, incluyendo España, con un área de venta de 659,400 metros
cuadrados. Las 515 tiendas localizadas fuera de España generaban el 54% de las
ganancias totales de €3,250 millones. Inditex empleaba 26,724 personas, 10,919 fuera
de España, con una edad promedio de 26 años y la inmensa mayoría eran mujeres
(78%).
Un poco más del 80% de los empleados de Inditex estaban involucrados en las tiendas
con ventas al menudeo; 8.5% se empleaba en la manufactura; mientras que el
porcentaje restante se empleaba en diseño, logística, distribución y actividades
administrativas. Los gastos de capital se habían dividido recientemente en 80% para la
apertura de tiendas nuevas, 10% en la renovación del mobiliario y 10% en logística y
mantenimiento. El capital de trabajo era negativo casi siempre al final del año, aunque
típicamente registraba niveles más altos en otros períodos del año debido a la
estacionalidad de las ventas de ropa. Los planes para 2002 requerían una continua y
férrea administración del capital de trabajo y gastos de €510-€560 millones para los
gastos de capital, principalmente para abrir 230-275 tiendas nuevas (de entre todas sus
cadenas). Los datos económicos de operación para 2001 incluían márgenes del 52%,
gastos de operación equivalentes al 30% de las ganancias, de las cuales la mitad se
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Zara
relacionaban con el personal; y márgenes operativos del 22%. Los márgenes netos en
las ganancias de las ventas representaban casi la mitad de los márgenes operativos, con
depreciación de los activos fijos (€158 millones) e impuestos (€150 millones)
contribuyendo a reducir las ganancias de operación en €704 millones de un ingreso
neto de €304 millones. A pesar de estos amplios márgenes, la alta dirección enfatizaba
que Inditex no era el minorista más rentable de la industria en el mundo sino que su
estabilidad era su característica más distintiva.
País de origen
Inditex tenía sus oficinas centrales y la mayoría de sus activos de producción
concentrados en la región de Galicia, al noroeste de España. Galicia, la tercera región
autónoma más pobre de España, reportaba una tasa de desempleo de 17% en 2001
(comparada con el promedio nacional de 14%), tenía vías de comunicación deficientes
con el resto del país y dependía enormemente de la agricultura y la pesca. En cuanto a
la ropa, sin embargo, Galicia tenía una tradición que se remontaba al Renacimiento,
cuando los gallegos eran sastres de la aristocracia y Galicia representaba el hogar de
miles de pequeños talleres de confección. Lo que no tenía Galicia era una fuente textil
importante, demanda local sofisticada, institutos y universidades tecnológicas que
facilitaran la especialización y capacitación ni una asociación industrial que fortaleciera
éstas u otras actividades de cooperación. Y aún más importante para Inditex, como lo
dijo su gerente general José María Castellanos, era el hecho de que “Galicia es la
esquina de Europa desde la perspectiva de los costos de transporte, los cuales son muy
importantes para nosotros debido a nuestro modelo de negocios”.
Historia
Amancio Ortega Gaona, el fundador de Inditex, era aún el presidente y el principal
accionista a principios de 2002 y se presentaba a trabajar todos los días, incluso se le
podía ver almorzando en la cafetería de la compañía con los empleados. Ortega nació
en 1936, hijo de un trabajador ferrocarrilero y una ama de casa; su primer empleo fue
como mandadero para un fabricante de camisas de La Coruña en 1949. A medida que
fue avanzando en la compañía, Ortega fue desarrollando la habilidad de identificar la
manera en que los costos se generaban a lo largo de la cadena de producción. En 1963,
fundó Confecciones Goa (sus iniciales al revés) y comenzó a fabricar productos como
abrigos. Con el tiempo, Ortega mejoró las interfaces de manufactura y
comercialización logrando así integrar completamente la comercialización al menudeo:
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Zara
la primera tienda Zara se abrió en una avenida comercial en La Coruña en 1975. Desde
el comienzo, Zara se posicionó como una tienda que vendía “ropa de moda de calidad
media a precios económicos”. Al final de las década de los setentas había media
docena de tiendas Zara en varias ciudades gallegas.
Estructura
A principios de 2002, Inditex operaba seis cadenas separadas: Zara, Massimo Dutti,
Pull & Bear, Bershka, Stradivarius y Oysho. Estas cadenas subsidiarias en España y el
mundo estaban agrupadas en 60 compañías, o casi la mitad del número total de
compañías cuyos resultados estaban consolidados a los de Inditex como un nivel
grupal; el resto estaba involucrado en compra y preparación de textiles, manufactura,
logística, bienes raíces, finanzas, entre otros. Debido a la transferencia interna de
precios y otras políticas, el menudeo (a diferencia de la manufactura y otras
actividades) generaban el 82% del ingreso neto de Inditex, el cual era acorde con la
asignación de la inversión del capital y el número de empleados.
Las seis cadenas minoristas estaban organizadas como unidades de negocio separadas
dentro de una estructura general que también incluía seis áreas de apoyo (materias
primas, plantas de producción, logística, bienes raíces, expansión e internacional) así
como nueve departamentos corporativos o áreas de responsabilidad. En efecto, cada
una de las cadenas operaba independientemente y era responsable de su propia
estrategia, diseño de productos, fabricación, distribución, imagen, personal y
resultados financieros, mientras que la administración establecía la visión estratégica
del grupo, coordinaba las actividades de los conceptos y les facilitaba servicios
administrativos, entre otros.
La coordinación entre las cadenas había estado deliberadamente limitada pero había
sido incrementada en áreas particulares como bienes raíces y expansión, debido a que
recientemente Inditex había establecido ubicaciones con múltiples cadenas. En
general, la experiencia de las cadenas antiguas y mejor establecidas, especialmente
Zara, había ayudado a acelerar la expansión de las cadenas nuevas. De esta forma,
Oysho, la cadena de lencería, atrajo 75% de sus recursos humanos de otras cadenas y
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Zara
había llegado a operar tiendas en siete mercados europeos dentro de los primeros seis
meses de su lanzamiento en septiembre de 2001.
Los altos ejecutivos, los cuales eran todos españoles, consideraban el papel del centro
corporativo como un “controlador estratégico” involucrado en el establecimiento de la
estrategia corporativa, aprobando las estrategias de negocios de las cadenas
individuales y controlando su desempeño en lugar de ser un “operador”
funcionalmente involucrado con la puesta en marcha de las cadenas. Su habilidad para
controlar el desempeño al nivel de las tiendas locales se basaba en la estandarización
de los sistemas de reportes que se enfocaban en el crecimiento de las ventas, márgenes
de utilidad antes de intereses e impuestos y retorno del capital. Castellanos revisaba
los indicadores claves del desempeño una vez a la semana, monitoreándolos directa y
diariamente.
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Zara
Como resultado, el sistema de negocio era particularmente distintivo de tal forma que
Zara producía sus productos más sensibles a la moda internamente mientras que las
otras cadenas de Inditex eran demasiado pequeñas como para justificar tales
inversiones pero generalmente enfatizaban su confianza en proveedores en Europa
más que en lugares más lejanos. Los diseñadores de Zara analizaban continuamente
las preferencias de los clientes y colocaban órdenes con proveedores externos e
internos. Casi 11,000 artículos únicos eran producidos durante el año, con algunas
variaciones en colores, telas o tallas (en comparación con 2,000-4,000 artículos de los
competidores). La producción tenía lugar en pequeñas cantidades con integración
vertical en su manufactura para los artículos más sensibles a la moda. La producción
interna y externa fluía hacia el centro de distribución central de Zara. Los productos
eran enviados directamente desde el centro de distribución central a las tiendas dos
veces a la semana, eliminando la necesidad de almacenes y manteniendo los
inventarios al mínimo. Zara era capaz de generar diseños y tener artículos terminados
en las tiendas en cuatro o cinco semanas para diseños totalmente nuevos, y dos
semanas para modificaciones de productos existentes. A diferencia del modelo de la
industria tradicional que involucraba ciclos de hasta seis meses para el diseño y tres
meses para su manufactura.
Los ciclos cortos redujeron la intensidad del capital de trabajo y facilitó la producción
continua de nueva mercancía, incluso durante los periodos de ventas anuales,
permitiéndole a Zara comprometerse con su línea de productos en una temporada
mucho mejor que sus competidores.
Pero aunque una rápida respuesta era fundamental para el desempeño superior de
Zara, la conexión entre los dos no se hacía automáticamente. World Co. de Japón, era
quizás el único minorista de ropa en el mundo con ciclos comparables. También había
integrado su producción, la cual era local, y había alcanzado márgenes de ganancias
comparables con los de Zara. Pero los márgenes permanecían en alrededor del 2% de
las ventas para World Co., comparado con el 10% de Zara; debido principalmente a los
gastos de venta, generales y administrativos que absorbían casi el 40% de las
ganancias, contra el casi 20% de Zara. Cada una de las compañías había tomado
diferentes decisiones sobre cómo aprovechar las capacidades de rápida respuesta, las
cuales subrayaban las diferencias en su desempeño. World Co. operaba en el
relativamente deprimido mercado japonés, le daba menos importancia al diseño, tenía
casi 40 marcas diferentes con identidades distintas para uso exclusivo de su propia red
de tiendas (más pequeñas que Zara) con menos de 100 metros cuadrados de área de
venta total. Zara había tomado decisiones muy diferentes en estas y otras dimensiones.
Diseño
Cada una de las líneas de productos de Zara (mujeres, hombres y niños) tenía un
equipo creativo que consistía en diseñadores, especialistas en compras y personal para
el desarrollo de productos. Los equipos creativos trabajaban simultáneamente en
productos para la temporada actual creando variaciones constantes, expandiendo la
vida de los productos exitosos y continuando en el desarrollo a lo largo de la
temporada. Luego, en la siguiente temporada seleccionaban la mezcla de telas y
productos que serían la base de una colección inicial. La alta gerencia enfatizaba que la
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Zara
organización del diseño no se llevara a cabo por maestros sino que fuera una estructura
plana y enfocada en la cuidadosa interpretación de las tendencias en las pasarelas
apropiadas para el mercado masivo.
Zara creaba dos colecciones básicas cada año, una otoño/invierno y otra
primavera/verano, comenzando en julio y enero, respectivamente. Los diseñadores de
Zara asistían a las exposiciones comerciales y espectáculos de moda en París, Nueva
York, Londres y Milán, consideraban catálogos con las colecciones de marcas de lujo y
trabajaban con los gerentes de las tiendas para comenzar a desarrollar los primeros
bosquejos de su colección nueve meses antes del inicio de la temporada. Luego, los
diseñadores seleccionaban las telas y otros complementos. Simultáneamente, el precio
relativo al cual se vendería un producto era determinado. Las muestras se preparaban
y se presentaban al personal de compra el cual identificaba los requerimientos de
producción y decidían si un artículo sería hecho interna o externamente. Asimismo,
desarrollaban un cronograma para asegurarse que la colección llegara a las tiendas al
inicio de la temporada de ventas.
En general, las responsabilidades del equipo de diseño de Zara iban más allá del
diseño. Los equipos también seguían continuamente las preferencias de los clientes y
usaban información sobre ventas y análisis de los ciclos de vida de los productos.
Manufactura
Zara encargaba las telas, otros insumos y algunos productos terminados a proveedores
externos con ayuda de las oficinas de compras en Barcelona y Hong Kong, así como del
personal de las oficinas centrales. Mientras que Europa había dominado
históricamente los patrones de compra de Zara, el reciente establecimiento de tres
compañías en Hong Kong con propósitos de compras sugería que las adquisiciones con
Oriente, particularmente China, crecerían substancialmente.
Casi la mitad de las telas compradas eran “grises” (sin pintar) para facilitar la
actualización durante la temporada maximizando la flexibilidad. Mucho de este
volumen era manejado a través de Comditel, una subsidiaria 100% propiedad de
Inditex, que trabajaba con más de 200 proveedores externos de telas y otras materias
primas. Comditel estaba a cargo de la pintura, patrones y terminado de la tela gris
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Zara
para todas las cadenas de Inditex, no sólo Zara, y proveía telas terminadas. Este
proceso, similar al de Benetton, ayudaba a que llevara una semana tener telas
terminadas.
Más adelante en la cadena de valor, casi el 40% de la ropa era producida internamente
y del resto, aproximadamente dos tercios de los artículos eran encargados en Europa,
Norteamérica y un tercio en Asia. Los artículos más vanguardistas tendían a ser los
más arriesgados y por lo tanto, eran producidos en cantidades pequeñas internamente
o bajo contrato con proveedores que se localizaban cercanamente y se reordenaban si
se vendían bien. Los artículos más básicos y que eran más sensibles al precio eran
particularmente mandados hacer en Asia, debido a que la producción en Europa era
típicamente un 15%-20% más cara para Zara. Casi 20 proveedores representaban el
70% de todas las compras externas. Mientras que Zara tenía vínculos a largo plazo
con muchos de sus proveedores, minimizaba los compromisos formales con ellos.
Incluso para la ropa que era producida internamente, los cargamentos se enviaban a
casi 450 talleres, localizados principalmente en Galicia y en la frontera norte con
Portugal, que llevaban a cabo la costura, una actividad intensa en mano de obra e
insensible a la escala. Tales talleres eran generalmente de operaciones pequeñas, con
un promedio de 20-30 empleados (aunque algunos empleaban más de 100 personas),
especializados en los tipos de productos. Como subcontratistas, tenían generalmente
relaciones de largo plazo con Zara. Zara representaba la mayor parte, sino es que la
totalidad, de su producción, y les proveía tecnología, logística y apoyo financiero, les
pagaba cuotas pactadas previamente, llevaba a cabo inspecciones en sus instalaciones e
insistía que cumplieran con sus obligaciones fiscales y legales.
Después de la costura, los cargamentos eran enviados otra vez a las instalaciones de
producción de Zara, donde eran inspeccionados, planchados, doblados y etiquetados
para ser enviados a los centros de distribución.
Distribución
Como cada una de las cadenas de Inditex, Zara tenía su propio sistema centralizado de
distribución. El sistema de Zara consistía en una instalación de aproximadamente
400,000 metros cuadrados localizados en Arteixo y con centros satélites mucho más
pequeños en Argentina, Brasil y México que consolidaban los envíos desde Arteixo.
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Zara
móvil que ordenaba los artículos de acuerdo al código de barras en carruseles capaces
de colgar 45,000 piezas por hora. Una vez que las órdenes eran recibidas en las tiendas
utilizando computadoras de mano (dos veces a la semana durante periodos regulares y
tres veces a la semana durante la temporada de ventas) la mercancía era registrada por
el centro de distribución y, si un artículo en particular escaseaba, se tomaban
decisiones de abastecimiento usando los niveles históricos de ventas y otras
consideraciones. Luego que la orden se aprobaba, el almacén enviaba la lista que era
utilizada para organizar las entregas.
Los envíos desde los almacenes se hacían dos veces a la semana hacia cada tienda a
través de servicios de entrega externos, con envíos dos veces a la semana para una red
tiendas y dos días a la semana para la otra red de tiendas. Aproximadamente el 75%
de la mercancía de Zara era enviada por vía terrestre a las tiendas en España, Portugal,
Francia, Bélgica, Reino Unido y partes de Alemania utilizando un servicio externo. El
25% restante era enviado por vía aérea por KLM y DHL desde aeropuertos en Santiago
de Compostela (un importante centro de peregrinaje en Galicia) y Porto en Portugal.
Los productos eran generalmente entregados en 24-36 horas a las tiendas localizadas
en Europa y en 24-48 horas a las tiendas fuera de Europa. El envío aéreo era más caro
pero no prohibitivo. De esta manera, un participante de la industria sugirió que el flete
aéreo de España al Medio Oriente podría costar 3%-5% del precio (comparado con el
1.5% de la vía marítima) y, junto con un cargo de 1.5% por aterrizaje, un 1% de cargos
financieros, gastos misceláneos y (generalmente) un 4% de impuestos arancelarios;
llega al 12% del precio aproximadamente. En el caso de Estados Unidos consistía en
un 20%-25% debido a las tarifas por encima del 12% así como otros elementos de
costos.
A pesar del éxito histórico de Zara al hacer más eficiente su sistema de distribución, los
analistas especulaban que el modelo logístico centralizado podría finalmente estar
sujetos a no lograr economías de escala; lo que funciona bien con 1,000 tiendas podría
no funcionar con 2,000 tiendas. En un intento por incrementar la capacidad, Zara
comenzó la construcción de un segundo centro de distribución en Zaragoza, al noreste
de Madrid. Este segundo centro de distribución comenzaría a operar en el verano de
2003 y añadiría 120,000 metros cuadrados de espacio de almacenaje a un costo de €88
millones y cercano al aeropuerto local y con acceso directo al ferrocarril y las carreteras.
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Zara
Menudeo
Zara se enfocaba a ofrecer artículos frescos de estilo de diseñador y accesorios (zapatos,
bolsas, bufandas, joyería y, más recientemente, cosméticos) con precios relativamente
accesibles en tiendas sofisticadas en ubicaciones ideales para atraer al mercado masivo
de clientes conscientes por la moda. A pesar de la integración en la manufactura, Zara
le daba más énfasis al uso de la integración vertical para convertirse en un seguidor
sumamente rápido de la moda. Las corridas de producción eran limitadas y los
inventarios eran estrictamente controlados incluso si eso significaba dejar a la demanda
insatisfecha.
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Zara
Para los clientes que entraban a la tienda, los cambios dinámicos creaban obviamente
un sentido de “compra ahora porque ya no lo verás después”. Además, el sentido de
escasez era fortalecido por las entregas pequeñas, vitrinas que eran acomodadas de
manera especialmente esparcida, límites de un mes para que artículos individuales
pudieran ser vendidos en las tiendas y un grado deliberado de abastecimiento
limitado.
Por supuesto que aunque Zara trataba de seguir la moda en lugar de arriesgarse, llegó
a cometer algunos errores en el diseño. Tales errores fueron relativamente baratos para
resarcir. Los artículos que eran lentos en su venta eran inmediatamente evidentes y
eran removidos por los gerentes de las tiendas teniendo incluso incentivos para
hacerlo. Las devoluciones al centro de distribución eran enviadas y vendidas en otras
tiendas Zara o desechadas a través de una pequeña cadena separada de tiendas
cercanas al centro de distribución. El objetivo era minimizar los inventarios que tenían
que ser vendidos a precios rebajados en las tiendas Zara durante los períodos de ventas
que terminaban cada temporada. Tales rebajas tenían un impacto significativo en las
ganancias de los minoristas de ropa: en Estados Unidos, por ejemplo, las tiendas de
ropa para mujer tenían en promedio rebajas de más del 30% de las ventas potenciales a
mitad de la década de los noventas. Algunas estimaciones para Europa occidental
indicaban que las rebajas eran más pequeñas pero aún muy significativas. Se estimaba
que Zara generaba el 15%-20% de sus ventas a través de rebajas, comparado con el
30%-40% de casi todos los rivales europeos. Adicionalmente, debido a que Zara tenía
que mover menos de su mercancía durante esos períodos, el porcentaje de descuento
no tenía que ser tan grande, quizás la mitad del 30% promedio que otros minoristas
europeos ofrecían.
Operación de las tiendas. Las tiendas Zara funcionaban como la cara de la compañía
en el mundo y como fuentes de información. Las tiendas eran típicamente ubicadas en
localizaciones con alta visibilidad, frecuentemente en calles comerciales de lujo (por
ejemplo, Champs Elysées en París, Regent Street en Londres, Fifth Avenue en Nueva
York y Ginza en Tokio) y en centros comerciales de prestigio. Zara había comprado
inicialmente muchas de las ubicaciones de sus tiendas, particularmente en España pero
había preferido arrendamientos a largo plazo (de 10 a 20 años) desde mediados de la
década de los noventas, excepto cuando la compra del sitio era necesaria para asegurar
el acceso a una ubicación sumamente atractiva. El balance contable de Inditex valuaba
las propiedades de Zara (mayormente tiendas Zara) en casi €400 millones pero algunos
analistas estimaban que el valor de mercado de estas propiedades podría ser tres o
cuatro veces mayor a esa cantidad.
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Zara
Además de la supervisión del personal de las tiendas, los gerentes de las tiendas
decidían cuál mercancía se debía ordenar y cuál se debía descontinuar además
transmitían los datos de los clientes y sus puntos de vista propios a los equipos de
diseño de Zara. En particular, le proveían a los equipos creativos un sentido de
demanda latente de productos nuevos que no pudieran estar registrados en el sistema
de ventas. La disponibilidad de gerentes de tiendas capaces de sobrellevar estas
responsabilidades era, según el CEO Castellano, la única restricción importante que
influía en la tasa de apertura de nuevas tiendas. Zara ascendió aproximadamente el
90% de sus gerentes de tiendas y había experimentado muy pocas renuncias por partes
de sus gerentes. Una vez que un empleado era seleccionado para un ascenso, su tienda
junto con el departamento de recursos humanos, desarrollaban un programa de
capacitación completo que incluía entrenamiento en otras tiendas y un programa de
capacitación de dos semanas, con personal especializado en las oficinas centrales de
Zara. Esa capacitación respondía a los importantes objetivos de socialización y era
seguida por una capacitación complementaria periódica.
Los gerentes de las tiendas recibían un salario fijo más una compensación variable
basada fundamentalmente en el desempeño de su tienda. La parte variable
representaba más de la mitad del total del sueldo, lo cual hacía que la compensación se
basara intensamente en los incentivos. Debido a que los precios se fijaban
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Zara
Para nosotros es más barato hacer entregas en 67 tiendas que en una sola. Otra razón,
desde el punto de vista del posicionamiento de Inditex o Zara para los clientes, es que no
es lo mismo si tenemos una sola tienda en París en comparación con tener 30 tiendas en
París. Y la tercera razón es que cuando abrimos en un país, no tenemos costos en
publicidad ni almacén local sino que tenemos el costo de las oficinas centrales.
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Zara
Históricamente, Zara había buscado países nuevos con mercados parecidos al mercado
español con un nivel mínimo de desarrollo económico y con una entrada relativamente
fácil. Para analizar una oportunidad de entrada específica, un equipo comercial de las
oficinas centrales llevaba a cabo un análisis micro y macro. El análisis macro se
enfocaba en las variables macroeconómicas locales y su probable evolución futura,
particularmente en cómo se podrían ver afectados los prospectos de las tiendas
(ejemplo: tarifas, impuestos, costos legales, salarios y rentas/precios de las
propiedades). El análisis micro, llevado a cabo en el sitio, se enfocaba en información
específica del sector como la demanda, canales, ubicaciones de las tiendas disponibles
y competencia. La información explícita sobre la competencia que se reunía incluía
datos sobre los niveles de concentración, los formatos que competirían más
directamente con Zara y su potencial legal o político para resistir o retardar su entrada,
así como los niveles de precios locales. De acuerdo con Castellano, Zara –a diferencia
de sus competidores- se enfocaba más en los precios del mercado que en sus propios
costos al presupuestar los precios en un mercado en particular. Estos presupuestos
eran luego incorporados en los estimados de costos, que incluían consideraciones como
distancia, tarifas, impuestos y demás, para ver si un mercado potencial podría lograr
ser rentable lo suficientemente rápido (a veces en un año o dos después de abrir la
primera tienda).
Ingreso al mercado
Si la evaluación comercial de un mercado en particular era positiva, el siguiente paso
lógico era considerar la manera de entrar en él. A diferencia de España, donde todas
las tiendas Zara eran propiedad de la compañía y administradas por ella, había tres
modos distintos de entrada al mercado las cuales eran usadas internacionalmente:
tiendas propiedad de la compañía, alianzas estratégicas y franquicias. Zara
usualmente empleaba sólo uno de estos modos de participación en el mercado en un
país en particular, aunque a veces cambiaba de uno a otro. De esta forma, entró a
Turquía a través de franquicias en 1998 pero adquirió todas sus tiendas turcas en 1999.
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Zara
Zara utilizó las franquicias por primera vez cuando entró a Chipre en 1996 y para
finales de 2001 tenía 31 franquicias. Zara tendía a utilizar franquicias en países que
eran pequeños, riesgosos o sujetos a diferencias culturales significativas o barreras
administrativas. Algunos ejemplos incluyen: Andorra, Islandia, Polonia y los países
del Medio Oriente (donde las restricciones de propiedad extranjera prohibían la
entrada directa). Los contratos de franquicias eran típicamente de cinco años
disponibles para candidatos bien establecidos y financieramente poderosos con
negocios complementarios. Los franquiciados recibían usualmente franquicias
otorgadas exclusivamente para todo el país que podían incluir otras cadenas de
Inditex; sin embargo, Zara siempre se reservaba el derecho de abrir tiendas propiedad
de la compañía también. La cuota de la franquicia variaba de 5% a 10% de las ventas
pero Zara ofrecía acceso completo a los servicios corporativos tales como recursos
humanos, capacitación y logística sin ningún costo adicional. Además les permitía
devolver hasta el 10% de la mercancía comprada, un nivel más alto que muchas de las
otras franquicias permitían.
Mercadotecnia
A pesar de que la administración enfatizaba que Zara utilizara el mismo sistema de
negocios en todos los países en donde operara, había también un poco de variación en
las operaciones al menudeo en un nivel local. Las primeras tiendas que abrían en cada
mercado (a menudo una tienda insignia en una ciudad importante) jugaban un papel
particularmente crítico al refinar la mezcla de mercadotecnia permitiéndose detallar
más a fondo la demanda local. La mezcla de mercadotecnia que emergía era luego
aplicada en otras tiendas del país.
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Zara
efectivamente pagaban los costos adicionales del envío desde España. Los precios
eran, en promedio, 40% más altos en los países de Europa del Norte que en España,
10% más altos en otros países europeos, 70% más altos en el continente Americano y
100% más altos en Japón. Por tradición, Zara marcaba los precios en moneda local
para cada país en donde operaba en cada etiqueta, como un “atlas” de su huella en
expansión. Luego de que los mercados de los países claves de Europa Occidental
cambiaron su moneda al euro a principios de 2002, Zara simplificó sus etiquetas
enlistando sólo los precios de los mercados locales en los que determinados artículos
podrían ser vendidos, aunque ésto complicaba la logística.
Los precios más altos fuera de España implicaron un posicionamiento diferente para
Zara en el extranjero, particularmente en mercados emergentes. Castellano explicaba
la situación con un ejemplo:
En España, con los precios que tenemos y la información disponible para el público, casi
el 80% de los ciudadanos españoles pueden comprar Zara. Al ir a México, por razones
culturales y económicas (el ingreso promedio en México es de $3,000 comparado con el
de $14,000) nuestra base de clientes objetivo es más pequeña. ¿Quién nos compra en
México? La clase media y alta. Esa es la clase que conoce la moda, que está
acostumbrada a comprar en Europa o en Estados Unidos, en Nueva York o Miami. En
México estamos enfocándonos en 14 millones de habitantes, comparado con 35-36
millones en España (de una población de 100 millones y 40 millones, respectivamente).
Pero 14 millones es más que suficiente para establecer una red de tiendas ahí.
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Zara
Administración
Las actividades internacionales de Zara eran organizadas principalmente bajo una
compañía creada en 1988, Zara Holding, B.V., en Holanda. Las transacciones de Zara
Holding con las franquicias internacionales se realizaban en euros (la moneda oficial de
Inditex).
Las operaciones de los países se realizaban bajo Zara Holding, el cual llevaba a cabo el
control administrativo de las actividades básicas de la cadena de valor, tales como
bienes raíces y los costos del personal asociados con las operaciones de las tiendas.
Los equipos de administración de los países consistían generalmente de un gerente
general del país, un gerente de bienes raíces, un gerente de recursos humanos, gerente
comercial y gerente administrativo y financiero. Esos equipos de administración
frecuentemente operaban grupos de países vecinos (por ejemplo: Bélgica y
Luxemburgo) cuando los países eran muy pequeños. Los gerentes generales de los
países desempeñaban un papel particularmente importante al vincular la alta gerencia
en las oficinas centrales con los gerentes de las tiendas en un nivel local: representaban
el conducto a través del cual, por ejemplo, comunicaban las mejores prácticas a través
de la organización. Un comité de subsidiarias se reunía cada dos o tres meses, lo cual
era especialmente útil para llevar a cabo este tipo de funciones. Los gerentes de los
países tomaban individualmente de cuatro a seis meses de capacitación en las oficinas
centrales. Los gerentes de los países de los mercados europeos claves eran nacidos en
cada uno de esos países pero algunos en el continente Americano eran expatriados.
Opciones de crecimiento
Los planes de Inditex para 2002 requerían añadir de 55 a 65 tiendas Zara, 80% de ellas
fuera de España. Pero el enfoque geográfico de las tiendas Zara que se añadían había
permanecido desde hace mucho tiempo sin determinar. Debido a que Zara
representaba dos tercios del área total de venta que se añadía Inditex en todas sus
cadenas en 2001, las decisiones sobre la expansión de Zara tendrían implicaciones
importantes para todo el grupo. Las opciones de crecimiento para Zara en el mercado
local de España parecían de alguna manera limitadas. Zara aún tenía únicamente el
4% de participación ahí pero la participación total de Inditex representaba el 6%. Y la
experiencia de H&M, que experimentó una disminución de sus ventas luego que su
participación en su mercado local, Suecia, llegara al 10%, sugería que habría
restricciones relativamente importantes en un enfoque de este tipo. Además de la
posible relevancia del ingreso de H&M en España en 2001.
Castellano y su equipo de alta gerencia veía al resto de Europa con los mejores
prospectos de crecimiento significativo y sostenido a mediano plazo. Italia era
considerada como el mercado individual más grande de Europa, en parte porque los
italianos gastaban más de €1,000 per cápita en ropa (contra menos de €600 per cápita
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Zara
de los españoles). Los consumidores italianos visitaban las tiendas de ropa con relativa
frecuencia y eran considerados relativamente muy innovadores en la moda. El
menudeo de ropa en Italia estaba dominado por tiendas independientes, que
registraban el 61% del mercado (contra 45% en España y 15%-30% en Francia,
Alemania y el Reino Unido. Similarmente, la concentración de los niveles era más baja
en Italia que en cualquier otro mercado importante en Europa.
Los dos intentos de Zara para ingresar al mercado italiano fueron llevados a cabo a
través de alianzas estratégicas debido a la planeación y a las regulaciones al menudeo
que hacían difícil asegurar la ubicación y las múltiples licencias que se requerían para
abrir una tienda nueva. Un acuerdo de alianza estratégica inicial con Benetton, llevado
a cabo en 1998, no logró resolver esta dificultad y fue posteriormente disuelto. Durante
ese mismo periodo, Benetton aparentemente aseguró un importante préstamo bancario
y lanzó una agresiva campaña, particularmente en Italia, para abrir megatiendas
administradas directamente y que eran más grandes que las tiendas administradas por
terceros que tradicionalmente operaba a través de licencias. En 2001, Inditex formó
una alianza estratégica de 51:49 con Percassi, un grupo italiano especializado en
propiedad y menudeo de moda y una de las más grandes licencias de Benetton, para
lograr la expansión en Italia. Esta segunda alianza estratégica resultó en la apertura de
la primera tienda Zara en Milán en abril de 2002, con 2,500 metros cuadrados, la tienda
Zara más grande en Europa y uno de los más importantes eventos mediáticos. Inditex
y Percassi planearon la apertura de 70-80 tiendas Zara en Italia en un periodo de diez
años.
Prospecto
Aunque el asunto referente al futuro enfoque geográfico de Zara era importante, la alta
gerencia tenía que considerar algunas cuestiones que iban más allá. Una preocupación
inmediata era que recientemente las cadenas de Inditex que no eran Zara habían
proliferado pero eran menos significativas. ¿Podría Inditex lidiar con la complejidad
de administrar múltiples cadenas sin comprometer la excelencia de las cadenas
individuales, especialmente en vista de que su alcance geográfico era también
relativamente amplio? Viendo más allá, ¿debería comenzar a adquirir cadenas
adicionales? Estas preguntas se acentuaban con los requisitos de crecimiento, los
cuales según la alta gerencia eran de más del 20% al año.
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