El jazz experimentó grandes cambios tras la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento del bebop liderado por Charlie Parker y Dizzy Gillespie, renovando las armonías y ritmos; también hubo una época de esplendor del rhythm and blues con figuras como Ray Charles y el cool jazz como estilo más apaciguado.
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El jazz experimentó grandes cambios tras la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento del bebop liderado por Charlie Parker y Dizzy Gillespie, renovando las armonías y ritmos; también hubo una época de esplendor del rhythm and blues con figuras como Ray Charles y el cool jazz como estilo más apaciguado.
El jazz experimentó grandes cambios tras la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento del bebop liderado por Charlie Parker y Dizzy Gillespie, renovando las armonías y ritmos; también hubo una época de esplendor del rhythm and blues con figuras como Ray Charles y el cool jazz como estilo más apaciguado.
El jazz experimentó grandes cambios tras la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento del bebop liderado por Charlie Parker y Dizzy Gillespie, renovando las armonías y ritmos; también hubo una época de esplendor del rhythm and blues con figuras como Ray Charles y el cool jazz como estilo más apaciguado.
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El jazz tras la segunda guerra mundial.
En 1941, los Estados
Unidos entraron oficialmente en guerra y buena parte de los músicos de jazz se vieron obligados a vestir el uniforme militar y a colaborar con las bandas del ejército o a grabar discos destinados al esparcimiento de la tropa. En Europa tampoco se respiraban buenos aires para esa música que los nacionalsocialistas calificaban de "degenerada". La influencia de la guerra en la vida de los músicos y sobre todo las ansias de innovación de los más jóvenes contribuirían a una profunda renovación del jazz. El club Minton´s Playhouse sería la cuna de un nuevo estilo, el bebop, que tiene en Charlie Parker y Dizzy Gillespie a sus líderes indiscutibles. Los músicos de jazz ya no encontraban en el mundo del espectáculo el lugar adecuado para expresar su talento, simplificando las cosas, si Louis Armstrong representó en su momento la toma de conciencia del solista dentro de las formaciones del jazz, los bopper representaron una toma de conciencia mucho más amplia, se trata de volver a los orígenes, de reinterpretar y reescribir la tradición mediante la exploración de nuevas armonías, la ampliación de los registros sonoros y explotar todas las posibilidades de los ritmos y los tempos a la vez. Entre los nuevos músicos Thelonius Monk sería uno de los primeros en adaptar el piano al bebop, igual harían Charles Mingus con el contrabajo y Miles Davis con la trompeta entre otros muchos. La escena del jazz de la segunda mitad de los años cuarenta era un auténtico hervidero, pues, ante el nacimiento del bebop, los representantes de la tradición trataron de revitalizar el estilo de Nueva Orleans, a la vez que la música afrocuabana, instalada en Nueva York, se adueñó de buena parte de las salas de baile
Fue también la época del gran triunfo de la cantante Ella Fitzgerald,
con unos recursos técnicos incomparables como el "scat", forma vocal basada en sílabas onomatopéyicas (ya utilizada por Louis Armstrong) que permite competir con la improvisación instrumental. Junto a ella destacaron como las más grandes figuras del jazz vocal Billlie Holiday, con un estilo más intimista y Sarah Vaughan, la cantante más emblemática del bebop. Además de los clásicos como Armstrong, Basie o Ellington y de los modernos Parker y Gillespie, el rhythm and blues vivía un momento de esplendor con la aparición de figuras como Ray Charles, Etta James o Chuk Berry. Incluso parecía que algo empezaba a cambiar en la política estadounidense, surgiendo las primeras emisoras radiofónicas destinadas al público afroamericano y desterrando etiquetas como la de "race records" que se habían destinado a esta música.
Los años cincuenta: bebop, coul y rhythm and blues. En la
relativamente breve historia del jazz, apenas un siglo, los cambios se han producido siempre a caballo sobre movimientos existentes, que no han desaparecido, sino que sólo han cedido la primera página de la actualidad sin llegar a extinguirse. Lo que en principio parecían "modas" son en realidad estilos, que se han afirmado con el paso del tiempo y están obligados a convivir en el amplio espacio de la música afroameriana. Esta situación se hace patente en los años cincuenta. Por un lado algunos músicos blancos, como Chet Baker, rehuyeron el lado más explosivo del bebop sin renunciar a los progresos que éste suponía y adoptaron una estética más apaciguada con un toque de lirismo y emoción a la que se aplica el nombre de cool jazz . El cool jazz, sin embargo es un movimiento amplio que abarca desde el llamado "jazz de cámara", por ser demasiado elegante según algunos, del Modern Jazz Quartet, hasta colaboraciones irrepetibles como la Miles Davis y Gil Evans, pianista y compositor cuyos sabios arreglos, entre los mejores de la historia del jazz, crearon la atmósfera ideal para que el estilo intimista de Davis alcanzara algunas de sus puntos culminantes. Por otra parte con Max Roach, los Jazz Messengers y las formaciones del saxofonista Sonny Rollins o del contrabajista Charles Mingus, el bebop proseguía su evolución, enriqueciéndose día a día con nuevos hallazgos que sentarían las bases del jazz moderno. Mientras tanto el rhythm and blues, la forma más popular de la música afroamericana, había alcanzado un desarrollo imparable gracias a figuras como Ray Charles, Louis Jordan, Fats Domino, o Chuk Berry. En el terreno estrictamente del jazz, algunos músicos surgidos del bebop comenzaron a cultivar el funk, impregnado de resonancias del blues y del gospell, en el que destacarían organistas como Lou Benett, guitarristas, Grant Green o trompetistas como Donald Byrd. Su música era densa y tórrida, con ese mismo espíritu de trance místico heredado del gospell y que el soul haría suyo.