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ZIZEK Slavoj Sobre La Violencia PDF

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Sl avo j Z ß ek

S ob re l a violenc ia.
Seis ref lexiones m arginales
PAIDÓS CONTEXTOS
SLAVOJ 2i 2e K

Últimos títulos publicados:


111. J. Baggini, El cerdo que quería ser jam ón y otros nov enta y nueve
experimentos para filósofos de salón
112. A. Comte-Sponville, L'ànima de l’ateisme
113. J. Redorta, Cómo analizar los conflictos
114. S. Cardús, El desconcierto de la educación
115. R.-P. Droit, La r eligión explicada a m i hija
S O BRELA
116. R. C. Solomon, Ètica emocional
117. M. Cruz, Siempre me sacan en página par
118. A. Einstein, Sobre el humanismo
119. A. Comte-Sponville, La v ida hu mana
VIOLENCIA
120. T. Eagleton, El sentido de la vida
121. M. Motterlini, Economía emocional
122. D. Fo, El mundo según Fo
123. N. Angier, El Canon
124. P. Zimbardo, El efecto Lucifer
125. J. Baggini y J. Stangroom, ¿Pienso luego existo?
126. P. Abreu, Cómo volverse loco
128. B. Ehrenreich, Una historia de la alegría Seis reflexiones marginales
129. M.-F. Hirigoyen, Las n uevas soledades
130. E. Morin y N. Hulo t, Añ o I de la era ecológica
131. D. Levy, Am or y sexo co n ro bots
132. T. Nield, Supercontinente. La inc reíble h istoria d e la vida en nuestro
planeta
133. M. Hanlon, Diez preg untas. Una guía para la per plejidad científica
134. W. B. Irvine, Sobre el dese o. Por qué queremos lo qu e queremos
135. J. Lloyd y J. Mitchinson, El pequeñ o gran libro de la ignorancia
136. M. Onfray y G. Vattimo, ¿Ateos o creyentes? Conversaciones
sobre filosofía , política, ética y ciencia
137. P Khanna, El segundo mundo
138. T. Todorov,El jardín imperfecto. L uces y sombras de l pensamiento
humanista
139. J. McConnachie, El libro del amor
141. S. Zizek,Sobre la violencia
142. D.
143. Puig,ElMarca
T. Fo, amor yciudad.
la risaCómo rediseñarla para asegurar un fu tur o
espléndido para todos
144. Z. Bauman, El arte de la vida. De la vida como obra de arte
145. Z. Bauman, La ri de la vida. D e la vida com a obra d’art
146. J. M. Esquirol, El respirar de los días. Una refle xión filosófica sobre el
tiempo y la vida
147. E. Cantarella, El beso de Eros. Una introducción a los dioses y héroes
mitológicos de la Antigüeda d
148. Ramón Bayés, Vivir. Una guía para la jubilac ión activa
149. Genis Guedj, Las ma temáticas explicadas a m i hija
150. J. M. Esquirol, El respirar deis dies. Una reflexió filosòfic a sobre el
temps i la vida PAIDÓS d
Buenos Aires · Barcelona · México N|
Título srcinal: Violence , de Slavoj Zizek
Originalmente publicado en inglés por Profile Books LTD,
Londres, en 2008

Traducción de Antonio José Antón Fernández

Cubierta de Compañía Sumario


Zizek, Slavoj
Sobre la violencia : seis reflexiones marginales . - la ed. -
Buenos Aires : Paidós, 2009.
288 p. ; 21x14 cm. - (Contextos; 52141)
Traducido por: Antonio José Antón Fernández
ISBN 978-950-12-6902 -4
1. Filosofía. I. Antón Fernández , Antonio José, trad.
CDD 190

I a ed ición en A rge ntin a, 200 9

Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la Introducción:


autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones
establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra
El manto ensangr entado del tira no ........................ 9
por c ualq uier medi o o proce dimi ento , incl uidos la re prog rafi a y el tra
tamiento informático.
1. Adagio ma non troppo e molto espressivo'.
SOS Violencia
© 2008, Slavoj ZiZek V iolencia subjetiva y o bje tiv a .......................... 19
© 2009 de la traducción, Antonio José Antón Fernández
© 2009 de todas las ediciones en castellano, Los homb res bueno s de Porto Dav os .............. 26
Ediciones Paidós Ibérica SA, Una aldea liberal- comunista... ...... ..... ..... ...... ... 36
Av. Diagonal 662-664, Barcelona
© de esta edición, La sexuali dad en el mundo a to na l .................. 43
Editorial Paidós SAICF,
Defensa 599, Buenos Aires
e-mail: difusion@areapaidos.com.ar 2. Allegro moderato-Adagio: ¡Teme a tu vecino
www.paidosargentina.com.ar como a ti mismo!
La política del mie do........................................ 55
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 La cosa del pr ójim o.......................................... 62
Impreso en Argentina - Printed in Argentina L a violencia del leng uaje .................................. 75
Impreso en Gráfica MPS,
Santiago del Estero 338, Lanús, en abril de 2009 3. And ante ma non troppo e molto cantabile:
Tirada : 3000 ejemplares
«La oleada sangrient a se ha desatado»
ISBN 978-950-12-6902-4 Un ex traño caso d e comunicació n f áti c a ........ 93
SUMARIO
8

Resentimiento terrorista ................................. 105 INTRODUCCIÓN


E l sujeto que se supone saquea y v io la ............ 115

4. Presío:Antinomias de la razón tolerante


El manto ensangrentado del tirano
¿L iberali smo o fun damental ísmo? ¡ Una plaga
en las casas de am bos !.. ...................... ......... 129
El círculo de tiza de Jerusalén ......................... 142
La religión anónima del ateísmo ..................... 155

5. Molto adagio-Andante: La tolerancia como


categoría ideológ ica
La culturización de la política ......................... 169
L a univers alidad efectiva ........ . ....................... 174
Acheronta movebo: las regiones infernales . . . . 189
Hay una vieja histor ia acerca de un trabajador sospe
choso de robar en el trabajo: cada tarde, cuando aban
6. Allegro: Violencia divina
dona la fábrica, los vigilantes inspeccionan cuidadosa
Benjamí n y Hitc hcoc k............... ......... ........ .....211
mente la carretilla que empuja, pero nunca encuentran
V iolencia divina: lo que no es.......................... 219
nada. Finalmente, se descub re el pastel: ¡ lo que el tr aba
... Y finalmente, ¡ lo que sí e s ! ......................... 232
jador está robando son las carretillas!
Si hay una tesis que eng lobe la serie de reflexiones s o
lipílogo:A d a g io ......................................................243 bre la violencia que siguen a esta introducción, es que en
Bibliografía...............................................................257
la realidad nos encontramos con una paradoja similar res
índice analí tico y de no mb re s ............................. 264
pecto a la violencia. T enemos muy presente que las cons
tantes señales de violencia son actos de crimen y terror,
disturbios civiles, conflictos internacionales. Pero debe
ríamos aprender a distanciarnos, apartarnos del señuelo
fascinante de esta violencia «subjetiva», directamente vi
sible, practicada por un agente que podemos identificar
al instante. Necesitamos percibir los contornos del tras
fondo que generan tales arrebatos. Distanciarnos nos per
mitirá identificar una violencia que sostenga nuestros es
fuerzos para luchar contra ella y promover la tolerancia.
SOBRE LA VIOLENCIA EL MANTO ENSANGRENTADO DEL TIRANO 11
10

Éste es el punto de partida, quizá inclu so el ax ioma, ancho del mundo, uno debería siempre tener en mente
del presente libro: la violencia subjetiva es simplemente que una crisis concreta sólo irrumpe en la visibilidad de
la parte más visible de un triunvirato que incluye tam los medios como resultado de una compleja conjunción
bién dos tipos objetivos de violencia. En primer lugar, de factores. Las consideraciones específicamente hu
hay una violencia «simbólica» encarnada en el len guaje manitarias por regla general desempeñan una función
y sus formas, la que Heidegg er llama nuestra «casa del menos importante que las consideraciones culturales,
ser». Como veremos después, esta violencia no se da ideológico- políticas y económicas. E l tema de portada
sólo en los obvios —y muy estudiados— casos de pro de la revista Time del 5 de junio de 2006, por ejemplo,
vocación y de relaciones de dominación social reprodu era «La guerra m ás mor tal del mundo», y ofrecía docu
cidas en nuestras formas de discurso habituales: toda mentación detallada de cómo alrededor de 4 millones

vía hay una forma más primaria de violencia, que está de personas
Congo como murieron
resultado en
de la
la República Democrática
violencia política del
a lo largo
relacionada con el lenguaje como tal, con su imposición
de cierto universo de sentido. En segundo lugar, existe de la última década. No se produjeron las habituales
otra a la que llamo «sistémica», que son las consecuen protestas humanitarias, tan sólo un par de cartas de lec
cias a menudo catastróficas del funcionamiento homo tores, como si algún tipo de mecanismo de filtro impi
géneo de nuestros sistemas económico y político. diese a esta noticia producir un efecto mayor en nues
La cuestión está en que las violencias subjetiva y obje tro espacio simbólico. Por ponerlo en términos más
tiva no pueden percibirse desde el mismo punto de vista, cínicos, Time escogió a la víctima errónea en la lucha
pues la violencia subjetiva se experimenta como tal en por la hegemonía en el sufrimiento. Debería haberse
contraste con un fondo de nivel cero de violencia. Se ve atenido a la lista de sospechosos habituales: la situación
como una perturbación del estado de cosas «normal» y de las mujeres musulmanas o las familias de víctimas
pacífico. Sin embargo, la violencia objetiva es precisa del 11 de septiembre de 2001 y cómo éstas han sobre
mente la violencia inherente a este estado de cosas «nor llevado sus pérdidas. El Congo ha resurgido hoy como
mal». La violencia objetiva es invisible puesto que sostie un conradiano «corazón de las tinieblas». Nadie osa en
ne la normalidad de nivel cero contra lo que percibimos frentarse a él. La muerte de un ni ño palestino de Ci sjor-
como subjetivamente violento. La violencia sistémica es dania, por no mencionar un israelí o un estadouniden
por tanto algo como la famosa «materia oscura» de la fí se, vale para los medios mil veces más que la muerte de
sica, la contraparte de una (en exceso) visible violencia un congoleño desconocido.
subjetiva. Puede ser invisible, pero debe tomarse en ¿Necesitamos má s pruebas de que el sentido huma
cuenta si uno quiere aclarar lo que de otra manera pare nitario de lo urgente y lo relevante está mediado, sin
cen ser explosiones «irracionales» de violencia subjetiva. duda sobredeterminado, por consideraciones clara
Cuando los medios nos bombardean con las «crisis mente políticas? Para responder a ello debemos distan
humanitarias» que parecen surgir constantemente a lo ciarnos y considerar la cuestión desde una posición di-
12 Sobre l a violenc ia EL MANTO ENSANGRENTADO DEL TIRANO 13

ferente. Cuando los; medios estadounidenses reprocha Ido traumatizado confirman la veracidad del testimo
ron a las poblacion.es de países extranjeros no demos nio, puesto que señalan que el contenido narrado «con
trar suficiente simpatía por las víctimas de los ataques tamina» el modo de «informar acerca de él. Lo mismo
del 11 de septiembre estuve tentado a responderles con vnlc, desde luego, para la llamada no fiabilidad de las
las palabras que Robespierre dirigió a aquellos que se i lescripciones ver bales de los s uperv ivientes del Holo-
lamentaban por las víctimas inoc entes del terror rev olu I :ti isto: los testigos capaces de una nar ración clara de su
cionario: «Dejad dfe sacudir ante mi rostro el manto en icrrible experiencia se descalificarían por de su clari-
sangrentado del tir ano o creeré que deseáis encadenar il;ul.2El único acercamiento válido al tema que trata el
me a Roma».1 I h esente li bro será el que nos per mita mantener una ne
En vez de enfrentarse a la violencia directamente, el ri-sa ria distancia de r espeto con las v íctimas.
presente libro presenta seis miradas de soslayo. Hay ra I,a famosa frase de A dor no necesitaría pu es una
zones para mir ar al[ sesgo el proble ma de la violencia. M i i Di rección: no es la poesía lo que es imposible des
premisa subyacente es que hay algo inherentemente pues de Auschwitz, sino más bien la prosa? La prosa
desconcertante en. una confrontación directa con él: el lealista fracasa donde tiene éxito la evocación poética
horror sobrecogedlor de los actos violentos y la empatia il·· la insoportable atmósfera de un campo. Es decir,
con las víctimas fiuncionan sin excepción como un se i nando A dorn o declara que la poesía es impos ible (o
ñuelo que nos impúde pensar. Un análisis conceptual de mas bien bá rbara ) después de A uschw itz, esta i mpo-
sapasionadode la tipolog ía de la violen cia debe por defi Mliilidad es habilitadora: la poesía trata siempre, por
nición ignorar su impacto traumático. A un así hay un
sentido en el que ian análisis frío de la violencia de algún A l',l tar dío libr o de Prim o Levi sobre los elementos quími-
modo reproduce jy p articipa de su horror. A demás hace ■ni O'he Periodic Table, Nueva York, 1984; trad. cast.: El sistema
falta una distincióin entre ver dad (factual) y veracidad : lo fii riixliro, Barcelona, El Aleph, 2007) ha de leerse con el trasfon-
que hace del testirmonio de una mujer viola da (o de cual ■ I·μ Ir las dificultades — de la esencial imposibilidad— de narrar
quier otra descrip)ción de un trauma) algo veraz es su in | i|i mímente la propia condición, de contarla propia vida en una
im i hiiión coherente: el trauma del Holocausto lo impedía. Así,
coherencia factual, su confusión, su informalidad. Si la
| mi ,i I,rv¡ el único modo de evitar el colapso de su universo sim
víctima fuese cajpaz de describir su dolorosa y humi ili il u n era encontrar apoyo en alg ún real ex tras imbólico: lo la
llante experiencia de manera clara, con todos los datos •l.i iliciirión de los elementos químicos (y, desde luego, en su
situados en un orrden consistente, su claridad nos haría μ itu m de los elementos, la clasificación servía sólo como un

sospechar de su v/eracidad. E l pro blema aquí es parte de limi i η viieío: cada elemento era ex plicado en función de sus aso-
• liu ti mes simb ólicas) .
la solución: las ¿(eficiencias factuales del informe del su-
' <·I'’.seribir poesía después deAuschwitz es aberrante» (Theo-
• ti h W. A dorno, «C ultura l Criticism and Society», en Neil Lev i y
1. Maximilien ]Robespierre, Virtue and Terror, Londres, Ver Mu luid Roihberg [comps.], The Holocaust: TheoreticalReadings,
so, 2007, pág. 47. (I· u' lin iswick, Rutgers University Press, 2003, pág. 281.)
ii
14 SOBRE LA VIOLENCIA EL MANTO ENSANGRENTADO DEL TIRANO 15

definición, «acerca» de algo que no puede ser nombra arte. No se trata de una descripción que localiza su con
do de forma directa, sólo aludido. No debería temerse tenido en un espacio y tiempo históricos, sino de una
dar este paso más y remitirse al viejo dicho de que la descripción que crea, como trasfondo del fenomeno
música llega donde las palabras fallan. Debe haber al que describe, un espacio (virtual) propio inexistente,
guna verdad en la consabida idea de que, en una espe de modo que lo que aparece en él no es una apariencia
cie de premonición histórica, la música de Schönberg sostenida por la prof undidad de una re alidad, sino una
articula las ansiedades y pesadillas de Auschwitz antes apariencia descontextualizada, una apariencia que
de la existencia de este campo como tal. coincide plenamente con el ser real. Citando de nuevo
En sus memorias, Anna Ajmátova cuenta lo que le a Stevens: «Es lo que parece, y en tal parecer están to
ocurrió cuando, en el apogeo de las purgas estalinistas, es das las cosas». Esta descripción artística «no es un sig
taba haciendo cola en u na larga fila ante la pris ión de L e no de algo que yace fuera de su forma»,5sino que más
ningr ado para obtener noticia s de Lev, su hijo arrestado: bien extrae de la confusa realidad su propia forma inte
rior, del mismo modo que Schönberg «extrajo» la for
En los espantosos años del terror yezhoviano me ma interior del terror totalitario. Ev ocó el modo en que
pasé diecisiete m eses haciendo cola ante la pr isión de L e este terror afecta a la subjetividad.
ningrado. Cierto día alguien me identificó entre la mu
¿Este recurso a la descripción artística supone que
chedumbre. Detrás de mí se hallaba una mujer con los
estamos en peligr o de volver a una actitud contemplati
labios azules de frío, que, evidentemente, antes nunca
había oído que me llamaran por mi nombre. Entonces va que de algún modo traiciona la urgencia de «hacer
salió del letargo c omún y me preg untó en un susurro (allí algo» en cuanto a los horrores descritos?
todo el mundo susurraba): Pensemos en el falso sentido de urgencia que domi
— ¿Puede describir est o? na el discurso humanita rio liberal- progresista sobre la
Y le contesté: violencia: en él la abstracción y la (pseudo) concreción
—Puedo. gráfica coexisten en la representación de la escena de
Una especie de sonrisa cruzó fugazmente por lo que violencia — contra mujeres, n egros, vag abundos, gays,
alguna vez había sido su rostro.4 etc.— : «E n este país se viola a una mujer cada seis se

La cuestión clave, desde luego, es a qué tipo de des gundos» de


morirán y «En el tiempo
hambre diezque te lleva
niños» sonleer
doseste párrafode
ejemplos
cripción se alude aquí. Seguramente no a una descrip ello. Precisamente hace un par de añ os la cadena come r
ción realista de la situación, sino a lo que Wallace Ste cial Starbucks instr umentalizo este tipo de pseudour-
vens llamaba «descripción deslocalizada» propia del gencia cuando, e n la entrada de las tiendas, unos carteles

4. Citado según Elena Feinstein, Anna o f all thè Russians , 5. A lain Badiou, «Draw izng», Lacanian In k , n° 28, otoño de
Nueva York, Knopf, 2005, pág. 170. 2006, pág. 45.
16 SOBRE LA VIOLENCIA EL MANTO ENSANGRENTADO DEL TIRANO 17

de agr adecimiento al cliente señalaban que apr ox imada tes. En un pasaje muy conocido de El existencialismo es
mente la mitad de los beneficios de la fra nquicia se des un humanismo Sartre expuso el dilema de un joven
tinaban a mejora rla salud de los niños de G uatemala, de francés forzado en 1942 a decidir entre cuidar de su
donde procedía su café, de lo cual se infería que por madre, sola y enferma, o entrar en la Resistencia y lu
cada taza que te bebías salvabas la vida de un niño. char contra los alemanes; la conclusión de Sartre es,
Hay un límite antiteórico fundamental a estas acota desde luego, que no hay una respuesta a priori a este di
ciones de urgencia. No hay tiempo para reflexionar: de lema. El joven necesita tomar una decisión fundada
bemos actuar ahora.A través de esta falsa sensación de sólo en su propia libertad insondable y asumir plena
urgencia, el millonario pos tindustr ial que vive en su reti mente la responsabilidad correspondiente.6Una terce
rado mundo vir tual no sólo no niega o ig nora la cruel re ra vía, esta vez obscena, para salir del dilema podría ha
alidad, sino que se refiere a ella constantemente. Como ber sido aconsejar al joven que pidiera a su madre que
lo expresó no hace mucho Bill Gates: «¿Qué importan se uniera a la Resistencia y decir a sus amigos de ésta
los ordenadores cuando hay millones de personas que que debía cuidar de su madre mientras buscaba un re
mueren innecesariamente de disentería? ». fugio para recluirse y estudiar...
A esta falsa urgencia queremos oponer la maravillo Hay algo más que cinismo barato en este consejo.
sa carta de Marx a Engels de 1870, cuando por u nos mo Recuerda a un viejo chiste soviético sobre Lenin. En
mentos pareció que la revolución europea volvía a ser tiempos del socialismo, el consejo de Lenin a los jóve
inminente. La carta de Marx expresa su pánico: ¿no nes, su respuesta sobre lo que deberían hacer, era
pueden esperar un par de años los revolucion arios? T o «aprender, aprender y aprender». Esto se repitió infini
davía no había acabado El capital. tas veces e incluso fue pintado en los muros de las es
Un análisis crítico de la actual constelación global cuelas. El chiste dice: preguntaron a Marx, Engels y Le
—que no ofrece soluciones claras, ningún consejo nin si preferían una esposa o una amante. Como era de
«práctico» sobre qué hacer, y no señala luz alguna al fi esperar, Marx, más bien conservador en cuestiones pri
nal del túnel, pues uno es consciente de que esa luz po vadas, res pondió: « ¡ Una esposa!», mientras que E n
dría pertenecer a un tren a punto de arrollarnos— que gels, más hon vivant, optó por la amante. Para sorpresa
a menudo va seguido de un reproche: «¿Quieres decir de todos, Lenin dijo:
que no deberíamos hacer nada? ¿Simplemente sentar — ¡ Me gustaría tener ambas!
nos y esperar?». Deberíamos tener el coraje de respon — ¿Por qué? ¿Hay un lado ocult o de jouisseur deca
der: «¡ Sí, ex actamente eso! ». Hay situaciones en que lo dente tras su austera imagen revolucionaria?
único verdaderamente «práctico» que cabe hacer es re
sistir la tentación de implicarse y «esperar y ver» para 6. V éase Jean- Paul Sartre, Existenţialism and Humanism,
hacer un análisis paciente y crítico. El compromiso pa Londres, Methuen, 1974 (trad. cast.: El existencialismo es un hu
rece ejercer su presión sobre nosotros desde todas par manismo, Barcelona, Edhasa, 2000).
18 SOBRE LA VIOLENCIA

— No — ex plicó— , así puedo decirle a mi mujer CAPITULO


que voy a ver a mi amante, y a mi amante que teng o que
estar con mi mujer... ________________ 1
— ¿Y luego, qué hace?
— ¡ Voy a un lugar solitario para apren der, aprender
y aprender !
Adagio ma non troppo
¿No es esto exactamente lo que hizo Lenin tras la e molto expressivo
catástrofe de 1914? Se escabulló a un lugar solitario de SOS Violencia
Suiza, donde «aprendió, aprendió y aprendió» leyendo
La ciencia de la lógica de Hegel. Esto es lo que debería
mos hacer hoy cuando nos vemos abrumados por tan
tas imágenes y representacion es mediáticas de la v iolen
cia. Necesitamos «aprender, aprender y aprender» qué
causa esta violencia.
V i ol enc ia : subjet i va y obje t i va

En 1922 el gobierno soviético expulsó a los líderes


intelectuales anticomunistas, desde filósofos hasta eco
nomistas e historiadores. Abandonaron Rusia camino de
A lemania en un barco c onocido como el Buque filosofía.
Antes de su ex pulsión, Nikolai Lossky, uno de los forzados
al exilio, había disfrutado con su familia de la cómoda vida
de la alta burguesía, contando con criados y niñeras. El

sencillamente
truir su modo no podía¿Qué
de vida. comprender quién los
habían hecho querría desy
Lossky
sus chicos? Sus hijos y los amigos de éstos, que habían
heredado lo mejor que ofrecía Rusia, habían ayudado a
mejorar el mundo con sus conversaciones sobre literatu
ra, música y arte y con sus vidas discretas. ¿Qué había de
malo en ello?1

1. Lesley Chamber lain, The Philosophy Steamer, Londres,


A tlantic Books, 2006, págs 23- 24. Para evitar cualquier mala in-
20 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 21

Si bien Lossky era sin duda una persona sincera y jiimin llamó en Hacia una crítica de la violencia «violen-
benevolente, que se preocupaba por los pobres e inten ( ni pura, div ina» .3
taba civilizar a la sociedad rusa, tal actitud delata una La oposición a toda forma de violencia — desde la
acentuada insensibilidad hacia la violencia sistémica directa y física (asesinato en masa, terror) a la violencia
necesaria para hacer posible su confortable vida. Esta ideológica (racismo, odio, discriminación sexual)— pa
mos hablando aquí de la violencia inherente al sistema: rece ser la principal preocupación de la actitud liberal
no sólo de violencia física directa, sino también de las lolerante que predomina hoy. Hay una llamada de so
más sutiles formas de coerción que imponen relaciones corro que apoya tal discurso y eclipsa los demás puntos
de dominación y explotación, incluyendo la amenaza de vista: todo lo demás puede y debe esperar. ¿No hay
de la violencia. Los Lossky y sus semejantes «no hicie :ilgo sospechoso, sin duda sintomático, en este enfoque
ron
sus nada
vidas,malo»,
sólo el no había ninguna
invisible trasfondomadeldad subj etivasisen
la violencia unico centrado en la violencia subjetiva (la violencia de
los agentes sociales, de los individuos malvados, de los
témica. «Entonces, en este mundo casi proustiano ;iparatos disciplinados de represión o de las multitudes
irrumpió repentinamente el leninismo. El día en que fanáticas)? ¿No es un intento a la desesperada de dis-
nació Andrei Lossky, en mayo de 1917, la familia oyó a ! raer nuestra atención del auténtico problema, tapando
unos caballos desbocados que galopaban calle abajo otras formas de violencia y, por tanto, participando ac-
por la avenida Ivanovskaya.»2Tales intrusiones pertur I ivamente en ellas? Seg ún cuenta una co nocida anécdo-
badoras se multiplicaron. Una vez, en la escuela el hijo la, un oficial alemán visitó a Picasso en su estudio de
de Lossky fue brutalmente intimidado por un compa París durante la Segunda Guerra Mundial. A llí vio el
ñero de clase trabajadora, que le gritó: «tus días y los de Guernica y, sorprendido por el «caos» vanguardista del
tu familia han acabado». En su benevolente inocencia, cuadro, preguntó a Picasso: «¿Esto lo ha hecho us
los Lossky percibieron tales signos de la inminente ca ted?». A lo que Picasso respond ió: «¡ No , ustedes lo hi
tástrofe que parecían surgidos de la nada como señales cieron!». Hoy día muchos liberales, cuando se desatan
de la presencia de un nuevo espíritu incomprensible explosiones de violencia como las que se han produci
mente maligno. Lo que no comprendían era que bajo el
ropaje de esta violencia subjetiva irracional estaban re do de un tiempo
preguntan a esta parte
a los pocos en los suburbios
izquierdistas de París,
que aún creen en
cibiendo en forma invertida el mismo mensaje que ellos tina transformación social radical: «¿No fuisteis voso
habían enviado. Es en esta violencia que parece surgir tros los que hicisteis esto? ¿Es estolo que queréis?». Y de
«de la nada» en la que acaso encaje lo que Walter Ben- beríamos respond er, como Picasso: « ¡ No , vosotros lo
terpretación he de aclarar que esta decisión de expulsar a los 3. Walter Benjamin, «Cr itic of V iolence», en Selected Wri-
intelectuales antibolcheviques la encuentro totalmente justi tings, vol. 1, 1913-1926, Cambridge, MA, Harvard University
ficada. Press, 1996 (trad. cast.: «Hacia una crítica de la violencia», en
2. Ibid ., pág. 22. Obras completas, vol. 1, Madrid, Abada, 2007).
22 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 23
habéis hecho! ¡ Éste es el ver dadero res ultado de vues jmtoengendrado que c ontinúa su r umbo ignorando cual
tra política!». quier respeto por lo humano o por el ambiente es una
Hay un viejo chiste sobre el marido que vuelve a casa nbstracción ideológica, detrás de la cual hay personas
después del trabajo pero algo más pronto de lo habitual rivales y objetos naturales en cuyas capacidades produc-
y e ncuentr a a su mujer en la cama con otro hombr e. L a livas y en cuyos recursos se basa la circulación del capi
mujer, sorprendida, exclama: «¿Por qué vuelves tan tal y de los que se nutre como un gigantesco parásito. El
pronto? ». Y el marido repli ca, furioso : « ¿ Qué haces en problema es que esta «abstracción» no está sólo en la
la cama con otro hombre ?» . A lo que la mujer respond e: percepción errónea de nuestros «especuladores» finan
«Yo he preguntado primero, no intentes escabullirte y cieros, sino que es «real» en el preciso sentido de deter
cambiar de tema».4Del mismo modo, respecto a la vio minar la estructura de los procesos materiales sociales:
lencia la tarea es precisamente cambiar de tema, despla el destino de un estrato completo de la población, o in
zarnos desd e el SOS humanitario desesperado para aca cluso de países enteros, puede ser determinado por la
bar con la violencia hasta el análisis de otro SOS, el de la danza especulativa «solipsista» del capital, que persi
compleja interacción entre los tres modos de violencia: gue su meta del beneficio con total indiferencia sobre
subjetiva, objetiva y simbólica. La lección es, pues, que cómo afectará dicho movimiento a la realidad social.
debemos resistirnos a la fascinación de la violencia sub Así que la clave de Mar x no es pr incipalmente re ducir
jetiv a, de la violencia ejercida por los agentes sociales, esta segunda dimensión a la primera, es decir, demos
por los individuos malvados, por los aparatos represivos trar que la enloquecida danza teológica de las mercan
y las multitudes fanáticas: la violencia subjetiv a es, s im cías surge de los antagonismos de la «vida real». El
plemente, la más visible de las tres. asunto es más bien que no se puede tomar la primera (la
realidad social de laproducción material e interacción so
cial) sin la segunda: es la danza metafísica autopropulsa
Es preciso historiar a fondo la historia de la noción da del capital lo que hace funcionar el espectáculo, lo
de violencia objetiva, que adoptó una nueva forma con que proporciona la clave de los procesos y las catástro
el capitalismo. Marx describió la enloquecida y autoes- fes de la vida real. Es ahí donde reside la violencia sisté
timulante circulació n del capital, cuyo rumbo solipsista mica fundamental del capitalismo, mucho más extraña
de partenogénesis alcanza su apogeo en las especulacio que cualquier violencia directa socioideológica preca
nes metarreflexivas actuales acerca del futuro. Es dema pitalista: esta violencia ya no es atribuible a los indivi
siado simplista afirmar que el espectro de este monstruo duos concretos y a sus «malvadas» intenciones, sino
4. Cuando los palestinos responden a la exig encia israelí de que es puramente «o bjetiv a», sistémica, anónima. A quí
que deberían detener sus ataques terroristas, con un «¿y qué hay se halla la diferencia lacaniana entre la «realidad» y lo
de vuestra ocupación de Cisjordania?», ¿no responde Israel con «real»: la «r ealidad» es la rea lidad socia l de las personas
una versión del «no me cambies de tema»? concretas implicadas en la interacción y en los procesos
24 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 25
productivos, mientras que lo «real» es la lógica espec pillar y arbitrario de los caprichos). Étienne Balibar
tral, inexorable y «abstr acta» del c apital que determina proporciona un caso ejemplar de esta interdependencia
lo que ocurre en la realidad social. Este es un vacío que y distingue dos modos opuestos pero complementarios
puede experimentarse cuando se visita un país donde tle violencia excesiva: la violencia «ultraobjetiva» o sis
reina el desorden, donde el deterioro ecológico y la mi témica, inherente a las condiciones sociales del capita
seria a que se ve expuesta su población están presentes lismo global y que implica la creación «automática» de
en cada detalle. Sin embargo, los informes económicos individuos desechables y excluidos, desde los sin techo
sobre dicho país pueden decir lo contrario, su econo a los desempleados, y la violencia «ultrasubjetiva» de
mía puede ser, y de hecho lo es en muchas ocasiones, los nuevos y emergentes «fundamentalismos» éticos o
«financieramente sana»: la realidad no es lo que impor religiosos, o ambos, en definitiva racistas.5
ta; lo que importa es la situación del capital... Nuestra ceguera ante los resultados de la violencia
¿No es esto hoy más cierto que nunca? ¿No apun sistémica se percibe más claramente en los debates
tan los fenómenos normalmente considerados propios acerca de los crímenes comunistas. La responsabilidad
del capitalismo virtual (el mercado de futuros y especu que se deriva de ellos es sencilla de localizar; nos en
laciones financieras abstractas similares) hacia el reino frentamos con el mal subjetivo, con sujetos que actua
de la «abstracción real» en su máxima pureza mucho ron mal. Podemos incluso identifica r las f uentes ide oló
más radicalmente que en tiempos de Marx? En pocas gicas de los crímenes: la ideología totalitaria, El
palabras, la forma más elevada de ideología no consiste manifiesto comunista, Rousseau e incluso Platón. Pero
en estar atrapados en lo espectral de la ideología, olvi cuando se llama la atención sobre los millones de per
dando su fundamento en las personas reales y en sus re sonas que murieron como resultado de la globalización
laciones, sino precisamente en pasar por alto lo real de capitalista, desde la tragedia de México en el siglo xvi
esta espectralidad y pretender dirigirse directamente a hasta el holocausto del Congo Belga hace un siglo, en
las «personas reales con sus preocupaciones reales». gran medida se rechaza la responsabilidad. Parece que
Los v isitantes de la Bolsa de Londres reciben un folleto todo hubiera ocurrido como resultado de un proceso

gratuito
que ver que
con explica que el
misteriosas mercado de valores
fluctuaciones, sino connoperso
tiene «objetivo» que«manifiesto
había ningún nadie planeó ni ejecutó(Quien
capitalista». y paramás
el que
cerno
nas reales y con sus productos. Esto es realmente la ide ca estuvo de escribirlo fue Ayn Rand.)6El hecho de que
ología en su forma más pura.
La regla fundamental de Hegel es que el exceso 5. Véase Etienne Balibar, «La violence: idéalité et cruauté»,
«objetivo» (el reino de la universalidad abstracta que en La crainte des masses: politique et philosophie avant et après
impone su ley mecánicamente y con completa indife Marx, Paris, Galilée, 1997.
6. Y ahí reside también la limitación de los «comités éticos»
rencia al sujeto capturado en su red) siempre se ve com que salen por todas partes para contrarrestar los peligros del de
plementado por un exceso «subjetivo» (el ejercicio irre- sarrollo científico-tecnológico desatado: con toda su buena in-
26 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 27
el rey de los belgas, Leopoldo II, que fue quien presidió Ü'/ación capitalista no es nuestro destino, de que (como
el holocausto congoleño, fuese un gran filántropo ben dice el eslogan oficial) «otro mundo es posible». Du
decido por el papa no puede descartarse en tanto que rante los últimos años, sin embargo, las reuniones de
mero caso de hipocresía ideológica y cinismo. Des de un Porto Alegr e parecen hab er per dido de algún modo su
punto de vista subjetivo bien pudo ser un filántropo ímpetu. Cada vez se habla menos de ellas. ¿Dónde es
sincero y que incluso intentara compensar las conse tán ahora las brillantes estrellas de Porto Alegre?
cuencias catastróficas del enorme proyecto económico A lgunas, al menos, se trasladaron a Dav os. Cada vez
que condujo a la despiadada expoliación, por él presi más, un grupo de empresarios, algunos de los cuales se
dida, de los recursos naturales del Congo . ¡ El propio refieren a sí mismos irónicamente como «comunistas li
Congo era un feudo personal suyo! La ironía final es, berales», llevan la voz cantante en los encuentros de
además, que la may or parte de las ganancias producidas I )avos: no aceptan ya la oposición entre Davos (capita
por este esfuerzo resultó beneficiosa para el pueblo lismo global) y Porto Alegre (los nuevos movimientos
belga, al que proporcionó obras públicas, museos y sociales alternativos al capitalismo global), sino que
otros provechos. En este sentido cabe decir que el rey af irman que se puede logr ar un pastel capitalista glo bal,
Leopoldo II de Bélgica fue posiblemente el precursor esto es, prosperar como empresarios de éxito y además
de los «comunistas liberales» de hoy, incluyendo a... comer de él, esto es, aprobar las causas anticapitalistas
de la responsabilidad social y la preocupación ecológi
Los HOMBRES BUENOS DE PORTO DaVOS ca. Así pues, no hay necesidad de Porto Alegre, puesto
que Davos puede convertirse por sí mismo en Porto
En la última décad a se ha presentado a Davos y P or Davos.
to A legre como las ciudades g emelas de la g lobaliza- Los nuevos comunistas liberales son, desde luego,
ción. Davos, un exclusivo centro turístico suizo, es don nuestros sospechosos habituales: Bill Gates y George
de la élite global de empresarios, hombres de Estado y Soros, los directores generales de Google, IBM, Intel,
personalidades mediáticas se reúnen bajo la protecc ión eBay, así como sus filósofos a sueldo, principalmente el
de la policía en condiciones de estado de sitio y desde periodista Thomas Friedman. Lo que hace a este grupo
donde intentan convencernos a nosotros y a sí mismos interesante es que su ideología se ha hecho indistingui
de que la globalización es su mejor receta. Porto Alegre ble de la nueva generación de radicales izquierdistas
es la ciudad subtropical brasileña donde se reúne la antiglobalización: el mismo Toni Negri, gurú de la iz
contraélite del movimiento antiglobalización e intenta quierda posmoderna, elogia el capitalismo digital por
convencernos a nosotros y a sí mismos de que la globa- que contiene in nuce todos los elementos del comunis
mo: basta con quitarle el envoltorio capitalista, y el
tención, consideraciones éticas, etc., ignoran la violencia «sisté objetivo revolucionario se ha alcanzado. Tanto la vieja
mica», mucho más básica. derecha, con su ridicula creencia en el patriotismo de
28 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 29

miras estrechas, la autoridad y el orden, como la vieja ion grandes corporaciones. Su dogma es una versión
izquierda, con su capitalizada lucha contra el capital, nueva y posmoderna de la vieja mano invisible del mer
son conservadores, pues combaten en sus luchas de tea cado de A dam S mith. En ella el mercado y la responsa
tro de sombras y siempre fuera de juego respecto a las bilidad social no se oponen, sino que se pueden reunir
nuevas realidades. El significante de esta nueva reali en aras del beneficio mutuo. Como afirma Thomas
dad en la neolengua comunista liberal es «inteligente»: 11'riedman, uno de sus gurús, para hacer negocios nadie
inteligente indica lo dinámico y nómada como opuesto lia de ser vil: la colaboración con y la participación de
a la burocracia centralizada; el diálogo y la cooperación los empleados, el diálogo con los clientes, el respeto por
contra la autoridad jerárquica; la flexibilidad contra la el medioambiente y la transparencia en los negocios
rutina; la cultura y el conocimiento frente a la produc son hoy día las claves del éxito. En un perspicaz infor
ción industrial antigua; la interacción espontánea y la me, Oliv ier M alnuit enumera los diez mandamientos de
autopoiesis frente a la jerarquización rígida. los comunistas liberales:
Bill Gates es el icono de lo que ha denominado «ca
pitalismo sin fricciones», una sociedad postindustrial 1. Ofre ce gr atuitamente cualquier cosa (libre ac
en la que somos testigos del «fin del trabajo», en que el ceso, sin copyright...)y cobra solamente los ser
software está ganando frente al hardware y los jóvenes vicios adicionales, lo que te hará aún más rico.
informales frente al empresario trajeado. En el cuartel 2. Cambia el mundo , no te limites a vender cosas:
general de su empresa hay muy poca disciplina externa. revolución global, un cambio en la sociedad
Los antiguos hackers que dominaron la escena trabajan hará que todo sea mejor.
largas horas y disfrutan de refrescos gratuitos en am 3. Cuídate de compartir y sé consciente de la res
bientes ecológicos. Una característica crucial de Gates ponsabilidad social.
como icono es ser percibido como el ex hacker que tuvo 4. Sé creativo: céntrate en el diseño, en las nuevas
éxito. Hay que dar al término «hacker» todas sus con ciencias y tecnologías.
notaciones subversivas, marginales y antisistema. Los 5. Cuéntalo todo: no d ebe haber secretos. Apr ue

hackers
to de lasquieren perturbar
grandes empresasla fluidez del funcionamien
burocráticas. En un nivel ba y practica
flujo el culto atoda
de información; la transparencia,
la humanidadeldebe
libre
fantasmático, la noción subyacente es en este caso que ría colaborar e interactuar.
Gates es un hooligan subversivo y marginal que se ha 6. No malgastes tu ti empo: ten un horar io fijo de
hecho con el poder y se ha disfrazado de respetable nueve a cinco. Simplemente mantén comunica
presidente. ciones inteligentes, improvisadas, dinámicas y
Los comunistas liberales son grandes ejecutivos que flexibles.
recuperan el espíritu de la protesta o, por decirlo en los 7. Vuelve al colegio y recíclate.
otros tér minos, geeks contraculturales que se han hecho 8. A ctúa como una enzima: tr abaja no sólo para el
30 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 31

mercado, sino fomentando nuevas formas de pagando a blancos y negros el mismo salario por el mis
colaboración social. ino trabajo y demás— fue tan importa nte como la lucha
9. Muere pobre: devuelve parte de tus ganancias a directamente política. ¿No es éste un caso ideal de la
quienes la necesitan, puesto que tienes más de superposición entre lucha por la liber tad política e inte
lo que podrás gastar. reses económicos? Aquellas mismas compañías pueden
10. Apoya al Estado: practica la asociación entre ahora prosperar en la Sudáfrica postapartheid.
empresas y Es tado.7 Los comunistas liberales también aman las protes
tas estudiantiles que sacudieron Francia en mayo de
Los comunistas liberales son pragmáticos. Odian el 1968; ¡vaya una explosión de energía y creatividad ju
enfoque doctrinario. Para ellos no hay una única clase veniles! ¡ Cómo sacudieron los límites del ríg ido orden
trabajadora explotada, hay sólo problemas concretos burocrático! ¡ Qué nuevo ímpetu dieron a la vida eco
que deben resolverse: la hambruna de África, la condi nómica y social, una vez que las ilusiones políticas se
ción de la mujer musulmana, la violencia religiosa fun- desvanecieron! Después de todo, por entonces muchos
damentalista. Cuando hay una crisis humanitaria en de ellos eran jóvenes que protestaban y luchaban en las
África — ¡y los comunistas liberales realmente aman las calles contra la policía. Si ahora han cambiado no es
crisis humanitarias porque sacan lo mejor de sí mis porque se resignen a la realidad, sino porque necesitan
mos! — , no hay motivo para r ecurrir a la añeja retórica cambiar para poder transformar realmente el mundo,
antiimperialista. Más bien, s implemente todos debería para revolucionar realmente nuestras vidas. ¿No había
mos concentrarnos en lo que verdaderamente resuelve preg untado ya Mar x qué son las agitaciones políticas en
el problema: implicar a las personas, a los gobiernos y a comparación con la invención de la máquina de vapor?
las empresas en un esfuerzo común; comenzar a mover ¿No hizo esto más que todas las revoluciones por cam
las cosas en vez de conformarse con la simple ayuda cen biar nuestras vidas? ¿Y no habría preguntado Marx
tralizada del Estado; enfocar la crisis de un modo creati hoy qué valen todas esas protestas contra el capitalismo
vo y no convencional, sin por ello colgarse etiquetas. global en comparación con la invención de Internet?
Los comunistas liberales gustan de ejemplos como Po r encima de todo, los comun istas liberales son au
la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Comentan ténticos ciudadanos del mundo. Son buenas personas
que la decisión de algunas grandes corporaciones inter que se preocupan por los fundamentalistas populistas y
nacionales de ignorar las reglas del apartheid en sus su por las- corporaciones irresponsables y codiciosas. Ven
cursales sudafricanas —aboliendo toda segregación, las «causas profundas » de los problemas de hoy día: por
ejemplo, que el terror f undamentalista se n utre de la po
7. Véase Oliv ier Malnuit, «P ourquoi les géants du business
breza generalizada y la desesperación. A sí que su objet i
se prennent-ils pour Jésus? », Technikart,febrero de 2006, págs. vo no es ganar dinero, sino cambiar el mundo, aunque si
32- 37. ello les proporciona más dinero como consecuencia co-
32 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 33

lateral, ¿qué hay de malo? Bill Gates es ya el más grande los días salvajes del capitalismo de los magnates indus-
benefactor en la historia de la humanidad, ha hecho gala I ríales estadounidenses, se ha hecho ahora moneda co
de su amor al prójimo con cientos de millones donados a rriente? El viejo Andrew Carnegie empleó un ejército
la educación, la lucha contra el hambre y contra la mala privado para suprimir de forma brutal la fuerza de tra
ria. La clave, desde luego, está en que para dar, antes tie bajo organizada en sus acerías y después dedicó gran
nes que tomar, o, como lo expresan algunos, crear.La parte de su riqueza a causas humanitarias, artísticas y
justificación de los comunistas liberales es que para ayu t*i lucativas. U n hombr e de acero que demostró tener un
dar realmente a la gente has de tener los medios para ha corazón de oro. Del mismo modo, los comunistas libe
cerlo, y, como enseña la experiencia del sombrío fracaso rales de hoy dan con una mano lo que antes tomaron
de todos los enfoques centralizados y colectivistas, el con la otra. Esto recuerda a un laxante de chocolate a la
modo más eficiente es la iniciativa privada. Así que si el
Estado quiere regular sus negocios, gravarlos excesiva venta en Estados
paradójica: Unidos.
«¿T ienes Se publicita¡ Come
estreñimiento? con lamás
afirmación
de este
mente, ¿es consciente de que está minando la consecu chocolate!».
ción de su meta, esto es, hacer la vida mejor para la ma En otras palabras, come aquello que causa estreñi
yoría, ayudar a los necesitados? miento para poder curarte de él.
Los comunistas liberales no quieren ser simplemen Idéntica estructura —la cosa es en sí misma el reme
te máquinas de generar beneficios, quieren que sus vi dio contra la amenaza que constituye— puede verse con
das tengan un significado más profundo. Están contra claridad en el paisaje ideológico de hoy. Tómese por
la religión a la vieja usanza pero a favor de la espiritua ejemplo la figura de George Soros, el magnate financie
lidad, de la meditación no con fesional. ¡ Todo el mundo ro y filántropo. Soros representa la ex plotación financie
sabe que el budismo se adelantó a las ciencias neuroló ra y especulativa más despiadada combinada con una
gicas, que el poder de la meditación puede ser medido opuesta preocupación humanitaria por las consecuen
científicamente! Su lema preferido es el de la responsa cias sociales catastróficas de una economía de mercado
bilidad social y la gratitud: son los primeros en admitir desbocada. Incluso su rutina está marcada por un con
que la sociedad fue muy generosa con ellos al permitir trapunto autoeliminador: la mitad de su tiempo de tra
les desplegar sus talentos y así amasar sus fortunas, por bajo está dedicada a la especulación financiera, y la otra
lo que es su deber devolver algo a la sociedad y ayudar mitad a actividades humanitarias, como proporcionar
a la gente. Después de todo, ¿cuál es la clave de su éxi linanciación para actividades culturales y democráticas
to sino ayudar a la gente? Es sólo esta preocupación lo en países poscomunistas, escribir ensayos y libros que,
que hace del éxito empresarial algo valioso... en definitiva, combaten los efectos de su propia especu
Hemos de preguntarnos si hay realmente algo nue lación.
vo en todo esto. ¿No es ésta una actitud que siendo algo Las dos caras de Bill Gates corresponden a las dos
excepcional (aunque no tanto como podría parecer) en caras de Soros. El cruel hombre de negocios destruye o
34 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 35
fagocita a sus competidores, persigue un monopolio siquiera capaz de soñar».9 La mención positiva de A n
virtual, emplea todos los trucos del mundo de los nego drew Carneg ie muestra el modo: el gesto soberan o auto-
cios para conseguir sus objetivos. Mientras tanto, el fi negador de la inf inita acumulación de riqueza es e l gesto
lántropo más grande de la historia de la humanidad de gastar esa riqueza en cosas sin tener en cuenta su pre
pregunta: «¿Para que sirve tener ordenadores si la gen cio y ajenas a la circulación mercantil: el bien público,
te no tiene suficiente para comer y muere de disen las artes y las ciencias, la salud, etc. Este concluyente
tería? ». E n la ética liberal- comunista, la despiadad a gesto «soberano» permite al capitalista romper el círcu
persecución del beneficio se ve contrarrestada por la lo vicioso de la reproducción infinitamente ampliada,
caridad. Tal es la máscara humanitaria que oculta el del ganar dinero para ganar más dinero. Cuando dona
rostro de la explotación económica. Cediendo a un su riqueza acumulada al bien público, el capitalista se
chantaje del superyó de dimensiones gigantescas, los niega a sí mismo como mera personificación del capital y
países desarrollados «ayudan» a los subdesarrollados de su circulación reproductiva: su vida adquiere senti
con aportaciones humanitarias, créditos y demás, y de do. El objetiv o ya no es la repr oducción ampliada. A de
este modo evitan la cuestión clave, es decir, su compli más el capitalista alcanza así el cambio de erosa thymos,
cidad y corresponsabilidad en la miserable situación de de la lógica «erótica» perversa de la acumulación al re
aquéllos.8 conocimiento y el prestigio públicos. Lo que esto signi
Relacionada con la noción de Georges Bataille de fica es nada menos que elevar a figuras como Soros o
«economía general del gasto soberano», que se opone a Gates al nivel de personificaciones de la autonegación
la «economía reservada » del beneficio inf inito capitalis inherente al proceso capitalista en sí: su obra de caridad
ta, el filósofo posthumanista alemán Peter S loterdijk de (sus inmensas donaciones al bienestar público) no es
linea los contornos de la autoescisión del capitalismo, sólo una idiosincrasia personal. Sincera o hipócrita, es el
su inmanente autosuperación: el capitalismo culmina punto de conclusión lógico de la cir culación capitalista,
cuando «produce fuera de sí mismo su opuesto más ra necesario desde el punto de vista estrictamente econó
dical —y el único provechoso— , totalmente diferente mico, puesto que permite al sistema capitalista pospo
del que la izquierda clásica, atrapada en su miseria, fue ner su crisis. Restab lece el equilibrio (redistr ibución de
la riqueza entre los auténticos necesitados) sin caer en la
8. El mismo argumento se aplica a la oposición entre el en trampa fatídica: la lógica destr uctiva del res entimiento y
foque «inteligente» y el «no inteligente». Deslocalizar es la pala la forzada redistribución estatal de la riqueza sólo pue
bra clave aquí: por medio de la deslocalización exportas el (ne den acabar en miseria generalizada. Se evita también,
cesario) lado oscuro —trabajo disciplinado y jerarquizado,
contaminación ambiental...— a los países del Tercer Mundo (o podría añadirse, el otro modo de reestablecer cierto
lugares invisibles del primer mundo). El sueño liberal- comunis-
ta es el de exportar la clase obrera a las fábricas, maquilas o ta 9. Peter Sloterdijk, Zorn und Zeit , Frankfurt, Suhrkamp,
lleres del Tercer Mundo. 2006, pág. 55.
S<>URHLA VIOLENCIA sos VIOLENCIA 37

<t| iiilil>i ¡o y al lunar el thymos por me dio del gasto sobe *meramente las comodidades de su tiempo. El padre
rano: esto es, la guerra. I··Walk er había sido un hombre de negocios millona-
Esta para doja señala nuestra tr iste s ituación: el capi Iii », usi que compraron tierras, las calificaron como «re-
talismo de hoy no puede reproducirse por sí mismo, ne Mi va protegida», las rodearon con una enorme valla y
cesita la caridad extraeconómica para sostener el ciclo i 11111 cantidad de guardias, sobornaron a funcionarios
de reproducción social. <Irl gobierno para apartar las rutas aéreas de la comuni-
• l.u Iy urdieron la historia de «aquellos de los que no ha
blamos» para asegurarse de que nadie la abandonase.
U N A ALDEA LI BERAL-COMUNI STA ( !on la bendición de su padre, Ivy escapa al exterior, en-
■nentra a un g uardia de se guridad amistoso que le da
El mérito de The Village,de M. Night Shyamalan, .il/ţ unos medicamentos y vuelve par a salvar la vida de su
reside en cómo reproduce la esencia del modo de vida prometido. A l final de la película los mayores de la al
liberal- comunista basado en el miedo. Q uienes califi dea deciden continuar sus vidas recluidas: la muerte del
can las películas de Shyamalan como lo peor del kitsch idiota del pueblo puede presentarse a los no iniciados
New Age se encontrarán con algunas sorpresas. El pue como prueba de que l os monstruos ex isten, confirman-
blo de la película, situado en Pensilvania, está aislado i lo así el mito fundador de la comunidad. La lógica sa
del resto del mundo y rodeado de bosques llenos de crificial se reafirma así como la condición de la comuni
monstruos peligrosos conocidos por los aldeanos como dad, su lazo secreto.
«aquellos de los que no hablamos». La mayor parte de No sorprende que la mayor parte de los críticos re
los habitantes del pueblo se contentan con vivir según chazaran la película como un pésimo caso de refugio
el pacto que establecieron con aquellas criaturas: ellos ideológico: «Es fácil comprender por qué le atrae situar
no entran en el bosque y las criaturas no entran en el la película en un per íodo en que la gente procla maba sus
pueblo. E l conflicto su rge cuando el joven L ucius H unt emociones con frases intensas y sentidas o por qué le
incita a los monstruos a abandonar el pueblo en busca gusta construir una aldea que es impenetrable desde el
de nuevas medicinas, por lo que el pacto se rompe. L u mundo exterior. No hace películas, hace escondites».10
cius e Ivy Walker, la hija invidente del líder del pueblo, En la película late de modo subyacente el deseo de re
deciden casarse, lo que enfurece de celos al idiota de la crear un universo cerrado de autenticidad en que la ino
aldea, que apuñala a Lucius casi hasta matarlo, deján cencia está resguardada de la fuerza corrosiva de la mo
dolo a merced de una infección que requiere medicinas dernidad: «Es acerca de cómo evitar que tu inocencia
del mundo exterior. El padre de Ivy le cuenta el secreto sea herida por las “cr iaturas” que aparecen en tu vida; el
de la aldea: no hay monstruos, y en realidad no viven en
1897. Los ancianos de la aldea son parte de un grupo de 10. Michael Agg er, «V illage Idiot: T he Case against M.
terapia de apoyo del siglo xx que decidieron abandonar Night Shyamalan», ww w.s late.com/id/ 2104567.
38 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 39
deseo de proteger a tus hijos al adentrarse en lo desco «le /’he Village es una excepción. Una de las escenas bo-
nocido. Si bien estas criaturas te han herido, no quieres 11 .ulas muestra a Walker haciendo doblar una campana
que hieran a tus hijos, y la generación más joven puede | )*ira avisar del simulacro de una veloz retirada a los re-
correr ese ries go».11 111/»ios subterráneos adonde han de ir en caso de ataque
Vista más de cerca la película revela una may or am (le* las criaturas. Es como si la auténtica c omunidad sólo
bigüedad. Cuando los críticos señalaron que «la pelícu liicse posible en condiciones de amenaza permanente,
la está en el territorio de H. P. Lovecraft: usa una pale <‘μ un estado constante de emerg encia.13 Esta amenaza
ta intensa e invernal para retratar Nueva Inglaterra, una es orquestada, como se nos muestra, de la manera más
incitación a la endogamia, menciones susurradas de •• lotalitar ia» por el círculo inter ior, los «may ores» de la
“los antiguos ”, “aquellos de los que no hablamo s” »,12 misma comunidad, con el objeto de evitar que los jóve
todos olvidaron
comunidad tener presente
autosuficiente el contexto
del siglo xix evocapolítico.
los nume La nes no iniciados abandonen la aldea y se atrevan a atra
vesar el bosque hacia las ciudades decadentes. El mal
rosos ex perimentos utópicos- socialistas que surg ieron en sí mismo debe redoblarse: el mal «re al» de la desin-
en América. Esto no significa que la referencia lovecraf- legración social tardocapitalista debe transferirse al mal
tiana al horror sobrenatural sea sólo una máscara o un nrcaico mágico- mítico de los «monstr uos». El mal es
señuelo. Tenemos dos universos: la abierta y moderna una parte del círculo interior mismo: es imaginado por
«sociedad del riesgo» frente a la seguridad del antiguo sus miembros. Parece que volvamos aquí, junto con G.
y cerr ado «univer so del se ntido»; pero el prec io del K. Chesterton, a El hombre que fue jueve s , donde la má-
«sentido» es un espacio finito, cerrado y guardado por
monstruos innombrables. En ese espacio utópico y ce 13. Uno de los reproches más estúpidos hechos a la pelíc u
rrado el mal no se excluye simplemente, sino que se la (que no difieren mucho de los que se hicieron a Vértigo, de
I fitchcock) es que arruina el suspense desv elando el secreto an
transforma en una amenaza mítica con la que la comu tes del segundo tercio de la película. Sin embargo, este mismo
nidad establece una tregua temporal y contra la que conocimiento hace del último tercio —más precisamente, el do
debe mantenerse en permanente estado de emergencia. lorosamente lento avance de Ivy a través del bosque— algo mu
cho más interesante, pues nos enfrenta con un claro enigma (o,
LaVposibilidad
los D D actuales de visionar
hace que ellasespectador
escenas eliminadas en
se d é cuenta como alguien ha dicho, una inconsistencia narrativa): ¿por qué
teme Ivy a las criaturas, por qué se presenta a las criaturas toda
demasiado a menudo de que el director tenía razones
vía como una amenaza mítica cuando sabe ya que éstas no exis
de peso para eliminarlas. C on todo , la edición en DV D ten, que son un fraude? En otra escena eliminada, Ivy, tras oír
el pavoroso (y como sabemos, generado artificialmente) sonido
11. Shane Händler, « M. Nig ht Shy amalan’s T he V illage», que anuncia la proximidad de las criaturas, llora con desespera
ww w.g lidemaga 2ine.com/articlesi 2 O.html. ción: «¡ Es por amor por lo que estoy aquí, así que os pido que
12. David Edelstein, «Village of thè darned: More pious me dejéis cruzar!». ¿Por qué lo hace si sabe que no hay criatu
Hokum from M. Night Shyamalan», www.siate.com/id/210 ras? Lo sabe muy bien, pero aun así... hay más realidad en los
45 12. amenazantes espectros que en la misma realidad.
40 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 41

xima autoridad policial es la misma persona que el su- .salvoconducto para huir de las consecuencias de su
percriminal, que libra una batalla contra sí mismo. De propia actividad, viviendo en urbanizaciones cercadas,
un modo protohegeliano, la amenaza externa contra .il imentándose de producto s macr obióticos, yéndose
la cual lucha la comunidad es su propia esencia inhe de vacaciones en reservas de vida salvaje, etc.
rente...14 En Hijos de los hombres, de Alfonso Cuarón, basa-
¿Y qué ocurriría si esto es verdad de un modo mu <l:i en la novela de P. D. Ja mes, la aldea liberal- comunis
cho más radical de lo que pueda parecer en un primer ta es el propio Reino Unido. Estamos en el año 2027 y
momento? ¿Qué pasaría si el mal auténtico de nuestras la raza humana ya no es capaz de reproducirse. El ha
sociedades no fuera su dinámica capitalista como tal, bitante más joven de la tierra, nacido hace dieciocho
sino nuestros intentos de sustraernos a ella — sin dejar :iños, acaba de ser asesinado en Buenos Aires. El Reino
de beneficiarnos— construyendo espacios comunales 1Jnido vive en un permanente estado de emergencia: es
cercados y protegidos, desde «barrios residenciales pri cuadrones antiterroristas persiguen a inmigrantes ile
vados» hasta grupos raciales o religiosos exclusivos? Es gales y el poder del Estado gobierna a una población
decir, ¿no es precisamente la clave de The Village de menguante que vegeta en un hedonismo estéril. Una
mostrar que hoy día un retorno a una comunidad au permisividad lúdica junto con nuevas formas de apart
téntica en que el discurso aún expresa emociones ver heid y control social basadas en el miedo: ¿no son así
daderas — la aldea del sociali smo utópico— es un actualmente nuestras sociedades? Pero aquí está el gol
fraude que sólo puede escenificarse para los realmente pe de genio de Cuarón: «Muchas historias del futuro
ricos? Hoy día las figuras ejemplares del mal no son implican algo así como el “Gran Hermano”, pero creo
consumidores normales que contaminan el medio am que tal es la visión de la tiranía en el siglo xx. La tiranía
biente y viven en un mundo violento de vínculos socia lioy imperante adopta nuevos disfraces; la tiranía del si
les en desintegración, sino aquellos que, completamen glo XXI se llama democracia» ,15P or eso los gobernantes
te implicados en la creación de las condiciones de tal del mundo de Cuar ón no son gri ses y orwellian os b ur ó
devastación y contaminación universal, compran un cratas totalitarios vestidos de uniforme, sino adminis
14. A quí, Nicholas Meyer acierta en su pastiche a lo Sher tradores ilustrados, democráticos, cultos, cada uno con
lock Holmes «The seven-per-cent solution». Dentro del espacio su propio «estilo de vida». Cuando el héroe visita a un
diegético de las historias de Sherlock Holmes, Moriarty, el archi- ex amigo, ahora alto funcionario del gobierno, con el
criminal (el «Napoleón del crimen» y rival final de Holmes) es objeto de conseguir un permiso especial para un refu
claramente una fantasía del mismo Holmes, su doble, su «lado giado, entramos en algo parecido al loft de una pareja
oscuro»: en las páginas iniciales de la novela de Meyer, Moriarty, gay de clase alta de Manhattan y vemos al funcionario
un humilde profesor de matemáticas, en una visita se queja a
Wats on de que Holmes está obsesionado con la idea de que es
un maestro del crimen. Para curar a Holmes, Watson lo lleva a 15. Accesible en línea en www .impactservices.net.au/mo-
Viena, a la consulta de Freud. vies/childrenofmen.htm.
42 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 43

vestido informalmente sentado a la mesa con su compa mos hombres», inmersos en estúpidos placeres diarios,
ñero lisiado. mientras que los musulmanes radicales están dispues-
Por supuesto, Hijos de los hombres no es una pelícu ins a arriesgarlo todo, implicados en un combate nihi
la acerca de la infertilidad biológica, sino que trata de lista hasta el extremo de su autodestrucción. Lo que
una infertilidad que hace mucho tiempo diagnosticó está desapareciendo de forma gradual en esta oposición
Friedrich Nietzsche, cuando percibió que la civiliza cutre los que están «dentro», los «últimos hombres»
ción occidental se movía en dirección al «último hom i| iie moran en asépticas urbanizaciones cerradas, y los
bre», una criatura apática sin grandes pasiones o com que están «fuera» son las viejas clases medias de siem
promisos, incapaz de soñar, cansada de la vida, que no pre. La «clase media es un lujo que el capitalismo no
asume riesgos, que sólo busca su comodidad y seguri puede seguir per mitiéndos e» .17 E l único lug ar en Hijos

dad, unadeexpresión
veneno de tolerancia
vez en cuando producemutua:
sueños«Un poco de
agradables. de
noslos hombres
invade donde
es en unaonextraña
Bexhill sensación
Sea, una especie de
de libertad
territo
Y mucho veneno al fina l, para tener una muerte agr a rio virgen al margen de la omnipresente y sofocante
dable. La gente continúa trabajando, pues el trabajo es opresión. El pueblo que mantienen sus habitantes, que
un entretenimiento. Mas procura que el entretenimien son inmigrantes ilegales, está aislado por un muro y se
to no canse. [...] La gente tiene su pequeño placer para lia convertido en un campo de refugiados. La vida
el día y su pequeño placer para la noche, pero honra la prospera aquí entre manifestaciones fundamentalistas
salud. “Nosotros hemos inventado la felicidad”, dicen islámicas, pero también entre actos de auténtica solida
los últimos hombres, y par padea n».16 ridad. No debería de sorprendernos que la extraña
Nosotros, habitantes de los países del primer mun criatura, el bebé recién nacido , aparezca aquí. A l final
do, encontramos cada vez más difícil imaginar una cau del film las fuerzas aéreas bombardean despiadada
sa pública o universal por la que estaríamos dispuestos mente Bexhill on Sea.
a dar la propia vida. De hecho, la división entre el pri
mer y el tercer mundo tiende cada vez más a la línea de
SEXUALIDAD EN EL MUNDO ATONAL
una oposición
llena de riquezaentre llevaryuna
material vida ylarga
cultural y satisfactoria
dedicar la propia
vida a alguna causa trascendental. ¿No es éste el anta ¿Qué tipo de sexualidad cuadra con este universo?
gonismo entre lo que Nietzsche llamó nihilismo «pasi El 6 de agosto de 2006 Londres acogió el primer Mas-
vo» y «activo»? En Occidente nosotros somos los «últi- 111 rbaratón del Reino Unido, un evento colectivo en el

16. Friedrich Nietzsche, Thus Spake Zarathustra, Nueva 17. J ohn Gray, Straw Dogs, Londres, Granta, 2003, pág.
York , Prometheus, 1993, pág. 41 (trad. cast.: A sí hablo Zaratus- 161 (trad. cast.:Perros de paja: reflexiones sobre los humanos y
tra, Madrid, Alianza, 1999). otros animales,Barcelona, Paidós, 2003).
44 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 45

que cientos de hombres y mujeres se dan placer a sí La postura ideológica que subyace a la noción del
mismos para obtener dinero destinado a agencias de sa Masturbaratón está marcada por un conflicto entre su
lud sexual y reproductiva. También despertaron con torma y su contenido: construye una colectividad a par-
ciencias y disiparon vergüenzas y tabúes que persisten I i r de individuos que están listos para compartir con
en torno a esta forma de actividad sexual habitual, na otros el egoísmo solipsista de su placer estúpido. Esta
tural y sana. La fórmula fue inventada en Good Vibra contradicción, sin embargo, es más aparente que real.
tions, una empresa de salud sexual de San Francisco, I'rcud ya sabía de la relación entre narcisismo e inmer
como parte del Mes Nacional de la Masturbación, fun sión en la masa, reflejada en la expresión californiana
dado y acogido por ella a partir de 1995, cuando tuvo «compartir una experiencia». Esta coincidencia de ca
lugar el primer Masturbaratón. Así es como el doctor racterísticas opuestas se basa en la exclusión que com
Carol Queen justifica el evento: parten: uno no sólo puede estar, sino que de hecho está
solo en la masa. Tanto el aislamiento individual como la
Vivimos en una sociedad en que la expresión de la inmers ión en la masa ex cluyen la propia intersubjetivi-
sexualidad siempre ha sido legislada y restringida y la dad, el encuentro con un otro. Esto es porque, como el
búsqueda del placer puro se condena con frecuencia filósofo francés Alain Badiou expresó de modo perspi
como egoísta e inmadura. Gran cantidad de personas caz, hoy más que nunca se debería insistir en el amor
que se consideran libres de prejuicios sexuales simple como centro de atención, no meramente en el placer: es
mente han reescrito la ecuación «el sexo sólo es bueno si
el amor, el encuentro de dos, lo que «transustancia» el
implica la procreación» como «el sexo sólo es bueno si
implica a dos personas enamoradas» [...] la masturba placer idiota y masturbatorio en un auténtico aconteci
ción es nuestra primera actividad sexual, una fuente na miento.19 Una se nsibilidad mínimamente ref inada nos
tural de placer disponible para nosotros a lo largo de dice que es más difícil masturbarse frente a otro que es-
nuestras vidas y una forma única de autoexpresión crea lar inmerso en una interacción sexual con él o ella: el he
tiva. Cada vez que te masturbas estás celebrando tu se cho de que el otro se vea reducido al papel de observa
xualidad y tu capacidad innata para el placer, así que, dor que no participa en mi actividad hace mi acto
¡échate una mano! [...] La masturbación puede ser un mucho más «vergonzoso». Acontecimientos como el
acto radical,
podría tambiény lasuprimir
cultura muchas
que suprime la masturbación
otras libertades perso Masturbaratón señalan justamente el fin de la vergüen
za. Esto es lo que hace de él una de las más claras indica
nales. Mientras celebras el Mes Nacional de la Masturba ciones acerca de dónde nos situamos hoy, de la ideología
ción y pones de tu parte para sacar del armario el amor a
que sostiene nuestra más íntima experiencia interior.
nosotros mismos, recuerda que la libertad erótica es
esencial en cualquier parte para el auténtico bienestar.18 «¿Por qué masturbarse?» He aquí la lista de razones
propuestas por Carol Queen:
19. A lain Badiou, Logiques des mondes, París, Editions du
18. Accesible en línea enwww .masturbate- a- thon.com. Seuil, 2006.
46 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 47

— Porque el placer sexual es un derecho inherente En diciembre de 2006 las autoridades neoyorquinas
de cada persona. declararon que elegir el propio género —y por tanto,
— Porque la masturbación es el sexo más seguro. de ser necesario, hacerse una operación de cambio de
— Porque la masturbación es una alegre expresión sexo— es uno de los derechos humanos inalienables.
de amor propio. La diferencia final, la diferencia «trascendental» que
— Porque la mas turbació n ofrece nu merosos bene lundamenta la propia identidad humana, se convierte
ficios para la salud, incluyendo la atenuación del así en algo abierto a la manipulación: en su lugar se afir
dolor menstrual, la reducción del estrés, la libe ma la plasticidad más fundamental del ser humano. El
ración de endorfinas, el fortalecimiento de los Masturbaratón es la forma ideal de actividad sexual del
músculos pélvicos, la reducción de infecciones sujeto transgénero, o, en otras palabras, de tú, el sujeto
de próstata en los hombres y la resistencia a in elevado por la revista Time a «Persona del año» en el
fecciones vaginales en las mujeres. número del 18 de diciembre de 2006. Este honor anual
— Por que la masturbac ión es un ex celente ejercicio no fue para A hmadineyad, Chávez, K im Jong- Il o cual
cardiovascular. quier otro miembro de los sospechosos habituales, sino
— Porque cada uno es su mejor amante. a «ti»: cada uno de nosotros que usa o crea contenidos
— Porque la mas turbació n incrementa el conoci en la World Wide Web. La portada mostraba un pe
miento sexual. queño teclado con un espejo en vez de monitor, donde
cada uno de los lectores podíamos ver nuestro propio
T odo se encuentra aquí: desa rr ollo de la autocon- reflejo. Para justificar su elección, los editores citaban
ciencia, beneficios para la salud, lucha contra la opre el giro de las instituciones hacia los individuos, que es
sión social, la postura políticamente correcta más radical tán emergiendo como los ciudadanos de la nueva de
(y en este caso nadie se ve presionado) y la afirmación mocracia digital.
del placer sexual en su forma más elemental, pues Hay más de lo que vemos en esta elección, y en más
«cada uno es su mejor amante». El uso de una expre de un sentido. Si hubo alguna vez una elección ideoló
sión habitualmente reservada a homosexuales («la mas gica, es ésta: el mensaje (una nueva ciberdemocracia en
turbación saca el amor a sí mismo fuera del armario») la que millones de personas pueden comunicarse direc
insinúa un tipo de teleología implícita de la exclusión tamente y organizarse, evitando el control centralizado
gradual de toda otredad: en primer lugar, en la homo del Estado) encubre una serie de huecos y tensiones
sexualidad se excluye al otro sexo (uno lo hace con otra molestos. El primer y obvio aspecto irónico es que
persona del mismo sexo). Así pues, en una especie de aquello que ve cualquiera que mire la portada de Time
burda negación de la negación hegeliana se cancela la no es otro con el que él o ella se supone que se in terre -
auténtica dimensión de la otredad: uno lo hace consigo laciona, sino su propio reflejo. No sorprende que Leib
mismo. niz sea una de las referencias filosóficas predominantes
48 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 49

entre los teóricos del ciberespacio: ¿no va de la mano inos espe rand o. Nadie como John E K ennedy pro por
nuestra inmersión en el ciberespacio con nuestra re cionó una descripción concisa de esta cuestión: «La
ducción a una mónada leibniziana que refleja el univer esencia de la decisión final resulta impenetrable para el
so entero, aunque «sin ventanas» que puedan abrirse observador; y a menudo, sin duda también para el que
directamen te a la realidad exterior? Podr ía deci rse que decide». Este gesto decisivo que nunca puede basarse
el típico cibernauta de hoy, sentado solo frente a la pan en razones es el del amo.
talla del PC, es cada vez más una mónada sin ventanas Una característica básica de nuestro mundo pos-
directas a la realidad que sólo se encuentra con simula moderno es lo que intenta hacer de esta actividad es
cros virtuales, y además inmerso más que nunca en una tructurante del signi fican te- amo: la complejidad del
red de comunicaciones global. El Masturbaratón, que mundo necesita ser afirmada incondicionalmente. Cada

construye un colectivo a partir de individuos dispues signifi cante- amo qu e implique impone r alg o de orden
tos a compartir el solipsismo de su propio goce estúpi debe ser deconstruido, dispersado: «La moderna fija
do, es la forma de sexualidad que encaja a la perfección ción en la “complejidad” del mundo [...] no es sino un
con estas coordenadas ciberespaciales. deseo genera lizado de ato nía».22 E l ex celen te ejemplo
A la in B adiou desarrolla la noción de mundos «ato- de Badiou de un mundo «atonal» se corresponde con
nales» — monde atone — que carecen de la intervención la visión políticamente correcta de la sexualidad tal y
de un «signi ficante- amo» qu e imponga un orden de sen como la promueven los estudios de género, con su ob
tido en la confusa multiplicida d de la r ealidad.2 0¿ Qué es sesivo rechazo de la lógica binaria: éste es un mundo
un significante- amo?21 E n las últimas páginas de su mo lleno de matices con múltiples prácticas sexuales que
numental La Segunda Guerra Mundial, Winston Chur no tolera ninguna decisión, ningún ejemplo de la dua
chill pondera el enigma de una decisión política: des lidad, ningún valor en el sentido nietzscheano fuerte
pués de que los especi alistas — analistas económicos y del término.
militares, psicó logos, meteorólo gos— propong an sus Las novelas de Michel Houellebecq son interesan
múltiples análisis, elaborados y refinados, alguien debe tes en este sentido,23 pues m odifica n infinitam ente el
asumir el simple y por ello más difícil acto de transferir motivo del fracaso del acontecimiento del amor en las
su compleja multitud de puntos de vista, donde por sociedades occidentales contemporáneas, caracteriza
cualquier razón hay dos razones en contra y viceversa, das, tal y como comentó un crítico, por «el colapso de
en un simple y decisivo sí o no. Ataquemos o continue- la religión y la tradición, la adoración desenfrenada del
placer y la juventud y la perspectiva de un futuro totali-
20. Ibíd.
21. Para el concepto de signi ficante-a mo, véase Jacques La- 22. Badiou, Logigues des mondes , op. cit.
can, The Other Side of Psychoanalysis, Nueva York, Norton, 23. Por ejemplo, Miche l Houellebecq, The Possibility o f an
2006 (trad. cast.: El reverso del psicoanálisis , Barcelona, Paidós, Island, Nueva York, Knopf, 2006 (trad. cast.: La posibilidad de
1992). una isla, Madrid, Alfaguara, 2006).
50 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 51

zado por la r acionalidad científica y la infe licidad ».24 ι··ι minada. La clave hegeliana sería aquí que es precisa
A quí observ amos el lado oscuro de la «liberac ión se mente la neutra lización de algunas características en un
xual» de la década de 1960: la plena mercantilización i Ίmtex to ac eptado con e spo ntane idad lo que def ine la
de la sexualidad. Houellebecq retrata, en la mañana ideología en su grado más puro y efectivo. Ésta es la
posterior a la revolución sexual, la esterilidad de un <-coincidencia de los opuesto s» dialéctica: la act ualiza
universo dominado por el imperativo de goce del su- ción de una noción o una ideología en su grado más
peryó. Todo este trabajo se centra en la antinomia entre l'iuo coincide con, o más precisamente, aparece como
amor y sexualidad: el sexo es una necesidad absoluta y »ii opuesto, como no ideología. Mu tatis mutandis, lo
renunciar a ella es marchitarse, así que el amor no pue mismo ocurre con la violencia. La violencia social-sim-
de florecer sin sexo; de forma simultánea, sin embargo, I'olica en su grado más puro aparece como su opuesto,
el amor es imposible precisamente a causa del sexo: el
sexo, que «prolifera como el epítome de la dominación romoque
.me la espontaneidad
respiramos. del medio en que vivimos o del
del capitalismo tardío, ha teñido permanentemente las lista es la ra zón de que los delicados comunistas lib e-
relaciones humanas como reproducciones inevitables mies — asustados, pre ocupados , contrarios a toda vio
de la naturaleza deshumanizadora de la sociedad libe lencia— y la ex plosión de rabia fundam entalis ta sean las
ral; esencialm ente, ha ar ruinado el amor» .25 E l sex o es »los caras de la misma moneda. Mientras que luchan
entonces, por expresarlo en términos derrideanos, la • diiir a la v iolencia s ubjetiv a, los co munistas liberales
condición simultánea de posibilidad e imposibilidad ■ ¡im los auténticos agentes de la violencia e structura l que
del amor. •ien las c ondiciones par a las e x plosiones de viol encia
Milijefiva. Los mismos filántropos que donan millones
I»nui la lucha contra el sida o la educación tolerante han
V ivimos en una sociedad en la que se da una especie .....i inado la v ida de miles de personas po r medio de la
de identidad especulativa de los opuestos. Ciertas ca i ipeculación financie ra , cre ando así las condiciones del
racterísticas, actitudes y normas de vida no son ya per '.m i··imiento de la misma intoleranc ia contr a la que se lu-
cibidas como si estuvieran marcadas ideológicamente, •11.11>a. En las décadas de 1960 y 1970 se podían comprar
sino que parecen ser neutrales, no ideológicas, natura Iμ>si :iles eróticas de una chic a en bik ini o en camisón.
les, de sentido común. Designamos como ideología lo 1 h. mdo se movía un po co la posta l o se miraba desde
que se mantiene fuera de este contexto: el celo religioso miii perspectiva ligeramente diferente, su ropa desapa-
extremo o la dedicación a una orientación política de- III i.i como por arte de mag ia y mostr aba el cuerpo d es-
mu lo déla chica. Cuando nos bombardean con noticias
24. Nicholas Sabloff, «O f Filth and Frozen Di nners », Com f .| «'lanzadoras sobre cancelaciones de deudas o gran-
mon Review, invierno de 2007, pág. 50. ■ I· ■
.i'iimpañas huma nita rias par a er radicar una peligros a
25. Ibid., pág. 51. »*| mlemia, s implemente debemos g irar un poco la postal
52 SOBRE LA VIOLENCIA SOS VIOLENCIA 53

para echar un vi stazo fugaz a la ob scena figura del li beral I)a un paso al frente: oímos
comunista que actúa por debajo. (juc eres un buen hombre.
No deberíamos hacernos ilusiones: los comunistas No pueden comprarte, pero el relámpago
liberales son en la actualidad el enemigo de cualquier que golpea la casa tampoco
lucha progresista. E l resto d e los enemigos — fundamen- puede ser comprado.
Mantienes tu palabra.
talistas religiosos y terroristas, ineficaces y corruptas
Pero ¿qué dijiste?
burocracias de Estado— son personaj es concretos cuyo
lires sincero, das tu opinión.
auge y caída dependen de circunstancias locales contin ¿Qué opinión?
gentes. Precisamente porque quiere n resolver todas las lires valiente.
disfunciones secundarias del sistema global, los comu ¿Contra quién?
nistas liberales son la encarnación de lo que está mal en lires sabio.
el sistema como tal. Es necesario tener esto presente ¿Para quién?
en todas las alianzas tácticas y compromisos que se hace No persigues tu beneficio personal.
preciso adoptar con los comunistas liberales cuando ¿Qué persigues entonces?
se lucha contra el rac ismo, el sex ismo y el oscurantismo Iires un buen amigo.
religioso. ¿Lires también un buen amigo de la gente buena?
¿ Qué debe hacerse ent onces con nu estr o comunista
Escúchanos: sabemos
liberal, que e s sin duda un buen hom bre y está realme n
(| ue eres nuestro enemig o. P or ello
te preocupado por la pobreza y la violencia en el mundo
le pondremos frente al muro. Pero en consideración
y puede af ro ntar estas preocupa ciones? E n rea lida d, n tus méritos y buenas cualidades
¿ qué hacer con un hombre que no pu ede ser sobor nado le pondré frente a un buen muro y te dispararemos
por los intereses de las corporaciones, puesto que es co con una bala buena de un arma buena y te enterraremos
propietario de ellas, que sabe lo que dice acerca de lu con una pala buena en la buena tierra.26
char contra la pobreza porque se aprove cha de ella, qu e
expresa con sinceridad su opinión puesto que es tan po
deroso que puede permitírselo, que es valiente y sabio a
la hora de llevar adelante de forma despiadada sus em
presas y no considera sus ventajas personales, puesto
que todas sus necesidades están ya satisfechas, y que
además es un buen amigo, en especial de sus colegas de
Davos? Bertolt Brecht proporcionó una respuesta en su
poema «L a preg unta sobre el bi en»: 26. Bertolt Brecht,«Verhoer des Guten», en Werke,vol. 18,
prosa 3, Frankfurt, Suhrkamp, 1995, págs. 502-503.
CAPITULO
___________ 2
Allegro mo derato-Adagio
¡Teme a tu vecino como a ti mismo!

I .Λ POLÍTICA DEL MIEDO

H o y en día la moda en p olítica e s la biopolítica pos-


política, un excelente ejemplo de jerga teórica que, sin
embargo, puede desvelarse fácilmente: «pospolítica» es
una política que afirma dejar atrás las viejas luchas
ideológicas y además se centra en la administración y
p,ostión de expertos, mientras que «biopolítica» designa
como su objetivo principal la regulación de la seguri-
(lad y el bienestar de las vidas humanas.1Está claro que
estas dos dimensiones se solapan: cuando se renuncia a
Ins grandes causas ideológicas, lo que queda es sólo la
eficiente administración de la vida... o casi solamente

1. Par a la noción de biopolítica, véase Gior gio Ag amben,


Hom o sacer, Stanford, Stanford University Press, 1998 (trad.
cusi.: Ho mo sacer, Valencia, Pre- textos, 1998). Para la noción de
I m »stpolitica véase Jacques Rancière, Disagreement, Minneapolis,

I luiver sity o f Minnesota Press, 1998 (trad . cast.: El Desacuerdo,


Unenos Aires, Nueva Vision, 1996).
56 SOBRELAVIO LEN CIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 57

eso. Esto implica que con la administración especializa tes son invitados que deben acomodarse por sí mismos
da, despolitizada y socialmente obj eti va,- y con l a coor a los valores culturales que definen a la sociedad anfi-
dinación de intereses como nivel cero de la política, el iriona: «Es nuestro país, ámalo o vete».
único modo de introducir la pasión en este campo, de La actual tolerancia liberal hacia los demás, el res
movilizar activamente a la gente, es haciendo uso del peto a la alteridad y la apertura hacia ella, se comple
miedo, constituyente básico de la subjetividad actual. menta con un miedo obsesivo al acoso. Dicho de otro
Po r esta razón la biopolí tica es en ú ltima instancia una modo, el «otro» está bien, pero sólo mientras su pre
política del miedo que se centra en defenderse del aco sencia no sea invasiva, mientras ese otro no sea real
so o de la victimización potenciales. men te «otro »... En estri cta homología con la estructu ra
Es to es lo que separa una política r adical emanci pa- paradójica del laxante de chocolate del capítulo ante
toria de nuestro sta tu quo político. No hablamos aquí rior, la tolerancia coincide con su opuesto. M i oblig a
de la diferencia entre dos visiones o conjuntos de axio ción de ser tolerante con el otro significa en efecto que
mas, sino de la diferencia entre la política basada en un no debería acercarme demasiado a él, invadir su espa
conjunto de axiomas universales y una política que re cio. En otras palabras, de bería respetar su intolerancia a
nuncia a la dimens ión auténticamente constitut iva de l o mi prox imidad excesiva. L o que emerge a pasos agi gan -
polí tico, puesto que recu rre al mie do como principio m o- lados en la sociedad tardocapitalista como el derecho
vilizador fundamental: miedo a los inmigrantes, miedo lu iman o centr al es el derecho a no ser acosado , que es
al crimen, miedo a una pecam inosa deprav ación sexual , mi derecho a permanecer a una distancia segura de los
miedo al e xceso estat al — con su carga impositi va exce <lt‘inás.
siva, etc. — , mie do a l a catástrofe ecológica, miedo al La biopolítica pospolítica también tiene dos aspec-
acoso. La corrección política es la forma liberal ejem los que inevitablemente parecen pertenecer a dos espa-
plar de la política del miedo. Tal (pos)política siempre ( ios ideoló g icos opuestos: prime ro, la re ducción de los
se basa en la ma nipul ac ión de una m ultitud u ochlos pa
ranoide: es la atemorizada comunión de personas ate humanos a la «nuda vida», al H om o sacer , ser sagrado
que es objeto del conocimiento de todo gobierno, pero
morizadas. ex clui do — como l os pri sioneros de Gua ntánam o o l as
De este modo, el gran acontecimiento de 2006 se vici ¡mas del Holoc aus to— de todos los derechos; y se
produjo cuando las políticas antiinmigración se popu cundo, el respe to por la v ulnerab ilidad del otro llevada
larizaron y cortar on fin alme nte el cor dón umbili cal que ¡il extremo con una actitud de subjetividad narcisista
las había conectado a los partidos de la extrema dere que experimenta el yo como vulnerable, expuesto sin
cha más radi cal. Desde Fr ancia a A lemania, desde A us descanso a una multitud de «acosos» potenciales. ¿Pue
tria a Holanda, con su nuevo espíritu de orgullo por la de haber un contraste más marcado que el que hay
identidad cultural e histórica, los principales partidos mire el respeto por la vulnerabilidad del otro y la re
encuentran ahora aceptable subrayar que los inmigran- ducción del otro a la «nuda vida» regulada por el cono-
58 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 59

cimiento administrativo? ¿Y si esas dos instancias, no condicionadas por las reacciones adultas instintivas ha
obstante, surgen de un único tronco común? ¿Y si son cia el sufrimiento y el dolor que se presencia. Por ello
dos aspectos de una y la misma actitud subyacente? ¿Y disparar a alguien a quemarropa nos resulta mucho más
si coinciden en lo que uno se ve tentado a designar repulsivo que presionar un botón que mate a gran can-
como un caso contemporáneo del «juicio infinito» he I ¡dad de personas a las que no vemos:

ge liano que afirma l a identidad de l os opu estos? ¿ Y si


lo que estos dos polos comparten es precisamente el re Pues para muchos de nosotros que creemos en las
chazo subyacente de cualquier causa mayor, la noción exigencias de nuestra guerra contra el terrorismo, la
práctica de la tortura, en ciertas circunstancias, puede
de que el último objetivo de nuestras vidas es la vida en
parecer no sól o permisible, s ino incluso necesaria. Y sin
sí misma? Por ell o no hay contra dicció n entre el resp e
to al otro vulnerable y la preparación para justificar la embargo no nos parece más necesaria, en términos éti
cos, antes. Las razones de ello son, creo, exactamente tan
tortura, la expresión extrema de tratar a los individuos neurológicas como las que dieron impulso a la ilusión de
como H o m in i sacer} la luna. [...] Acaso sea el momento de relevar a nuestros
E n E l fin de la fe, Sam Harris defiende el uso de gobernantes y elevarlos al cielo.3
la tortura en casos excepcionales (pero claro, cualquie
ra que defiend a la tortu ra la defiende com o una me dida No sorprende q ue Har ris se refiera a A lan Dersho -
excepcional; nadie abogaría seriamente por torturar a vvitz y a su leg itimación de la tortur a.4 Pa ra s uspender
un niño hambriento que ha robado una chocolatina). esta vulner abili dad e voluti va condicionada al despliegue
Es ta defensa se basa en la distinción entre nuestro ab orre- . físico del sufrimiento de los otros, Harris imagina una
cimiento instintivo a presenciar la tortura o el sufri «píldora de l a ver dad» ideal, u na tortura efectiva equiva
miento de un individuo con nuestros propios ojos, y lente al café descafeinado o la cola baja en calorías:
nuestro conocimiento abstracto del sufr imiento de las ;
masas: es mucho más difícil para nosotros torturar a un una droga que podría sustituir tanto los instrumentos de
individuo que permitir desde lejos el lanzamiento de tortura como el instrumento para el completo oculta-
una bomba que puede causar una muerte mucho más miento de sus secuelas. La acción de la píldora sería la de
dolorosa a miles de personas. producir una parálisis y tristeza transitorias de un tipo al
T odos nos vemos presos en una especie de i lusión que ningún ser humano podría someterse voluntaria
mente una segunda vez. Imaginemos cómo nos sentiría
ética, similar a las ilusiones perceptivas. La causa final
mos los torturadores si, después de dar esta píldora a los
de estas ilusiones es que, aunque nuestro poder de ra
zonamiento abstracto se ha desarrollado mucho, nues 3. Sam Harris, The End of Faith, Nueva York, Norton,
tras respuestas emocionales y éticas siguen estando El fin de la fe, Madrid, Paradigma,
,M)()5, pág. 199 (trad. cast.:
;oo7).
2. Véase Aga mben, op. cit. 4. Ibid., págs. 192-193.
60 SOBRELAVIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 61

terroristas capturados, se levantaran de lo que parecería dios de forma detallada, pero se condenó a la televisión
una siesta de una hora para directamente confesar todo Al Yazira por mostrar las fotos de los resultados del
lo que saben acerca de las operaciones de su organiza bombardeo de Faluya por Estados Unidos y por com
ción. ¿No estaríamos al final tentados de llamarlo una plicidad con los terroristas.
«píldora de la verdad»?5 Hay, sin embargo, una manera mucho más inquie-
iunte de ver todo esto: la proximidad (del sujeto tortu-
Las primeras palabras —«una droga que podría lado) que causa simpatía y hace de la tortura algo ina
sustituir tanto los instrumentos de tortura como el ins ceptable no es la mera proximidad física de la víctima,
trumento para el completo ocultamiento de sus secue sino, en su versión más fundamental, la prox imidad del
las»— introducen la lógica típicamente posmoderna prójimo, con toda la carga judeocristiana y freudiana
del laxante de chocolate: la tortura concebida aquí es *Ici término; la prox imidad de algo que, sin importar lo
como el café descafeinado, es decir, obtenemos el resul
tado deseado sin tener que sufrir los molestos efectos lejos que esté
«demasiado físicamente,
cerca ». A lo que está siempre
apunta Harris por
condefinición
su ima
secundarios. En el conocido Instituto Serbsky de Mos ginaria «píldora de la verdad» es nada menos que a la
cú, el desagüe psiquiátrico del KGB, inventaron una ttholición de la dimensión del prójimo. El sujeto tortura
droga para torturar a los disidentes: una inyección en la do deja de ser un prójimo, es ahora un objeto cuyo do
zona del corazón del preso que ralentizaba su pulso y le lor es neutralizado, reducido a un factor con el que hay
causaba una ansiedad terrorífica. Visto desde fuera, el que vérselas como en un cálculo racional utilitario (el
prisionero parecía simplemente estar dormitando, pero dolor es tolerable si evita una cantidad de dolor mucho
en realidad estaba viviendo una pesadilla. mayor).
Harris viola sus propias reglas cuando se concentra Lo que desaparece aquí es el abismo de infinitud
en el 11 de septiembre y en su crítica de Chomsky. El t| ue se relaciona con un sujeto. Es por tanto significati
punto defendido por Chomsky es precisamente que vo que el libro que argumenta a favor de la tortura sea
existe cierta hipocresía a la hora de tolerar el asesinato además un libro titulado El fin de la fe , no en el sentido
abstr acto- anónimo de miles de personas mientras se obvio de «¡ves, es sólo nuestra creencia en Dios, el
condenan los casos individuales de violación de los de mandato divino de amar a tu prójimo, lo que nos pre
rechos humanos. ¿Por qué debería Kissinger, cuando viene en última instancia de torturar a la gente!», sino
ordenó el bombardeo de Camboya que causó la muer en un sentido mucho más radical. El «otro» sujeto —y,
te de decenas de miles de personas, ser menos criminal en definitiva, el sujeto como tal— es para Lacan algo no
que los responsables de la caída de las Torres Gemelas? dado directamente, sino una «presuposición», algo que
¿No será porque somos víctimas de una ilusión ética? se presume, un objeto de creencia.¿Cómo puedo estar
El horror del 11 de septiembre se presentó en los me- seguro de que lo que veo ante mí es otro sujeto y no una
5. Ibid., pág. 197. máquina biológica carente de profundidad?
62 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME ATU VECINO COMO ATI MISMO! 63

La cosa y e l pró ji mo
pimovich, último superviviente del círculo má s pr óx imo
¡i Stalin, que dirigió el programa de colectivización de
Así pues, este pre sunto sujeto no es otro ser humano I'J29-1933 y fue responsable de muchas destrucciones y
con una rica vida interior llena de historias personales i Ir mucho sufrimiento. Siendo un nonagenario, llevaba
que se narran a sí mismas para adquirir una experiencia una vida de reclusión en un apartamento solitario. Lo
de la vida llena de sentido, puesto que tal persona no que fascinaba a Remnick era la perspectiva de ver a una
puede ser en última instancia un enemigo. «Un enemigo I >rrsona v erdaderamente malvada:
es alguien cuya historia no has escuchado.»6Qué mejor
ejemplo literario de esta tesis que el F'rankenstein de ¿Todavía creía Kaganovich? Quería saber. ¿Sentía
Mary Shelley. Shelley hace algo que un conservador alguna culpa, algunavergüenza? ¿Y qué piensa de Gor-
nunca habría hecho. En la parte central de su libro per bachov, actual secretario general? Pero no se trataba de
eso, en realidad. Lo que yo quería principalmente era
mite
desdealsumonstruo hablar por síSumismo,
propia perspectiva. contar
elección la hil storia
expresa a ac ti sentarme en la misma habitación que Kaganovich, ver de
tud liberal de libertad de expresión en su mayor pureza: qué manera era un hombre malvado, saber lo que hizo,
todo punto de vista debe ser escuchado. En Frankens qué libros tenía a su alrededor.7
tein , el monstruo no es una «cosa», un objeto horrible al
que nadie osa enfrentarse, sino que está plen amente sub- Lo que con toda probabilidad encontró Remnick
jetivizado. Mary Shelley se mueve dentro de su mente y fue un frágil y benévolo anciano atascado en sus sue
le pregunta qué es ser etiquetado, definido, oprimido, ños. Cuando, en la década de 1960, Svetlana Stalin emi
excomulgado, incluso físicamente deformado por la gró a Estados Unidos a través de la India y escribió sus
sociedad. Es permisible pues presentar al criminal defi memorias, presentó a Stalin «desde dentro» como un
nitivo como la víctima definitiva. El asesino monstruoso padre cálido y un líder responsable, que cargó sobre
se revela como un individuo profundamente herido y sus espaldas todos los asesinatos en masa impuestos por
desesperado, an sioso por encontrar compañía y amor. sus malvados colaboradores, Lavrentii Beria en parti
Sin embargo, este procedimiento tiene un límite cla cular. Más tarde el hijo de Beria, Sergo, escribió unas
ro: ¿estamos preparados para afirmar que Hitler era un memorias en las que presentaba a su padre como un ca
enemigo puesto que su historia no fue escuchada? En riñoso padre de familia que simplemente seguía las ór
Len in’s Tomb, David Remnick cuenta sus intentos, du denes de Stalin y que secretamente había intentado li
rante su visita a Moscú en 1988,de conocer a Lazar Ka- mitar los daños. El hijo de Georgy Malenkov, Andrei,
también contó su propia historia, en la que describía a
6. Epígrafe de «L iving Room Dialogues on the middle su padre, el sucesor de Stalin, como un honesto y acti-
East», citado de Wendy Brown, Regulative Aversion: Tolerance
in the Age o f Identity and Empire, Princeton, Princeton Univer 7. Dav id Remnick, Lenins Tomb, Nueva York, Random
sity Press, 2006, pág. 1. House, 1993, pág. 11.
64 SOBRE LA VIOLENCIA ¡Te m e a t u vecino como a t i mismo ! 65

vo trabajador, siempre temeroso por su vida. Hannali lii'.tk- nen su propia comunidad discursiv a. Neg ar los
A re ndt tenía razón. Estas figuras no son personifica cio i'niMuos derechos éticos básicos tanto a los que son fo
nes del sublime y byroniano mal demoníaco: la distan in neos a nuestra comunidad como a los de su interior es
cia entre su experiencia íntima y el horror de sus actos que un ser humano no hace de forma natural. Es
era inmensa. La experiencia que tenemos de nuestras iin.i violación de nuestra proclividad ética espontánea e
vidas desde nuestro interior, la historia que nos narra implica una a^tonegación y una represión brutales.
mos acerca de nosotros mismos para poder dar cuenta ( 'nando, después de la caída del comunismo, al disi
de lo que hacemos, es fundamentalmente una mentira. dí ule de Aleiïiania Oriental Stephan Hermlin se le re
La verdad está fuera, en lo que hacemos.8 inochó haber escrito algunos textos y poemas, antes de
A lg o que nunca deja de sorprender a la conciencia Indecada de 1950, en honor de Stalin, replicò con furio
ética ingenua es cómo la misma gente que comete terri şiindig nidad qUe en aquellos años en Europa el nombre
bles actos de violencia contra sus enemigos puede des ..Si :ilin» servía como inspirac ión para hablar de liberta d
plegar una cálida humanidad y una sincera preocupa V justicia y no tenía nada que ver con las horribles cosas
ción por los miembros de su propio grupo. ¿No es ,| iic «secre tamente» sucedían en la U nión Sov iética.
extraño que el mismo soldado que asesina a civiles ino Una excusa, desde luego, hábil y facilona: no es preciso
centes esté dispuesto a sacrificar la vida por su bata •üiber la verdad acerca del terror estalinista para sospe-
llón? ¿Que el comandante que ordena el fusilamiento I liar que en el estalinismo había algo terr iblemente
de rehenes pueda esa misma tarde escribir una carta a iikiIo. Leer los textos públicos (los informes oficiales de

su familia llena de sincero amor? Esta limitación de I, >sjuicios, los ataques contra los enemigos , los panegíri
nuestra preocupación ética a un estrecho círculo social cos oficiales a Staliny otros dirigentes) tenía que haber
parece ir en contra de nuestra comprensión espontánea sido más que suficiente. En cierto sentido bastaba con

de que todos somos humanos, con las mismas esperan ello para saber todo lo que había que saber. Y por esta
zas básicas, miedos y penurias, y por tanto con el mis razón, la mayor y más sorprendente de las hipocresías
mo derecho al respeto y a la dignidad. Iiic la actitud de los observadores comunistas occidenta
Consecuentemente, los que limitan el alcance de su les al considerar que las acusaciones estalinistas revela
preocupación ética son en un sentido profundo incohe ban una realidad psicológica de los acusados verdadera,
rentes, «hipócritas» incluso. Por decirlo en términos lín una carta a Wa lter Be njamin de 1938, T heodor
habermasianos, están implicados en una contradicción Adorno le explica una conversación que tuvo con el
pragmática, puesto que violan las normas éticas que compositor izquierdista Hans Eisler en Nueva York:

8. Por ello cualquiera interesado en el tema del mal debe


echar un vistazo a La conciencia Nazi, de Claudia Koonz (Barce Escuché con no poca paciencia su floja defensa de
lona, Paidós, 2005), un informe detallado del discurso ético nazi los juicios de Moscú, y con considerable disgusto el chis
que proporcionó la inspiración fundamental de sus crímenes. te que hizo acerca del asesino de Buja rin. A fir mó haber
66 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 67
conocido a este último en Moscú, y me dijo que la mal;i I 'mied A irlines y de los otros tres aviones que se divisa-
conciencia de Bujarin era tal que no pudo ni siquiera mi
i.tii en el cielo estadounidense el 11 de septiembre de
rarlo a él, a Eisler, directamente a los ojos.9
'1101 : «Te quiero». Mar tin Amis subrayó la cuestión
I>,nilma de que todo lo que importa en última instancia
A quí la ceguera psicológica de Eisler es asombrosa:
. '* el amor: « El amor es un nombre abstracto, algo ne-
malinterpreta el terror de Bujarin (su miedo al contacto
I mi loso. Y aun así el amor vuelve a ser la única parte de
con ex tranjeros cuando sabe que está bajo observ ación y
iiosol ros que es sólida, tanto si el mundo se desmorona
a punto del arresto) como una culpa interior por los crí
i nino si la pantalla se vuelve negra».10
menes de los que fue acusado. ¿Cómo podemos com
Sin embargo persiste una sospecha: ¿esta confesión
prender esto junto al hecho de que los productos cultu
desesperada de amor es además un fraude del mismo
rales del estalinismo eran percibidos por muchos en
upo que el repentino giro hacia Dios de alguien que
Occidente como una expresión de auténtica moralidad, inopinadamente se enfrenta a la muerte, en fin, un mo
llena de un cálido humanismo y fe en el hombre? (re
vimiento oportunista e hipócrita de miedo, no de au-
cuérdese la recepción en Occidente de la trilogía de
lentica convicción? ¿Por qué tendría que haber más
Gorki de Mark Donsksoi). Quizá debamos desplazar
verdad en lo que hacemos en esos momentos desespera
nos desde el reproche de la ingenuidad de los viajeros
dos? ¿No será más bien que en esos momentos el ins
occidentales acerca de los horrores de la Unión Soviéti
inuo de supervivencia nos hace traicionar nuestro de
ca estalinista hasta una noción más deleuziana de series
scaí En este sentido, las conversiones en el lecho de
contingentes que se intersectan y generan significados
muerte o las confesiones de amor son sacrificios del de
totalmente divergentes, como una historia de ciencia
seo. De acuerdo con numerosas autobiografías, mu
ficc ión en que los científicos descubren que la ex plosión
chos de los condenados en los juicios estalinistas se en
que en la B iblia s eñala el mensaje div ino fue en efecto la
frentaron al pelotón de fusilamiento defendiendo su
huella visual de una terr ible catástrofe que destruyó una
inocencia y su amor a Stalin, gesto patético dirigido a
floreciente civilización alienígena. Lo difícil de aceptar
redimir su imagen a ojos del gran «otro». Así pues, uno
es que los horrores de los que surge la trilogía de Gorki
no puede sino sentirse afectado por cómo, en su corres
en ningún modo socavan la autenticidad de su efecto so pondencia íntima, Ethel y Julius Rosenberg negaban
bre una a udiencia occidental o incluso rusa.
ser espías soviéticos, inter preta ndo el papel de víctimas
Es significativo lo que dijeron a sus parientes minu
inocentes de un complot del FBI, aunque, para emba
tos antes de estrellarse los pasajeros del vuelo 93 de
razo de sus defensores, documentos recientes prueban
9. T heodor W. A dorno y Walter Benjamin, The Complete que por lo menos Julius era un espía (aunque de nivel
Correspondence: 1928-1940,Cambridge, MA, Harvard Univer
sity Press, 1999, pág. 252 (trad. cast.: Correspondencia,Madrid, 10. Martin Amis, «A ll that Survives Is Lov e», The Times, 1
Trotta, 1998).
de junio de 2006, págs. 4-5.
68 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 69

menor de lo que sostenía la acusación). Lo extraño es soviético» es el constituyente más fundamental de cual
que cuando leemos sus documentos íntimos ahora, in quier postura ética?
cluso sabiendo lo que era, no podemos escapar a la ilu Kant era consciente de esta paradoja cuando des
sión de que lo que dice en ellos es cierto, como si Ro plegó su noción de entusiasmo por la Revolución fran
senberg se hubiese convencido a sí mismo de su cesa en El conflicto de las facultades (1795). La auténti
inocencia. Esta circunstancia se hace todavía más extra ca significación de la Revolución no reside en lo que
ña cuando tenemos en cuenta que, si realmente creía en realmente estaba sucediendo en París (gran parte de lo
la Unión Soviética, ¿por qué no iba a espiar para ella, y cual era terrorífico e incluía explosiones de pasión ase
estar orgulloso de ello? (Esto, por cierto, nos lleva a lo sina), sino en la respuesta entusiasta que los aconteci
que hubiera sido un acto ético verdadero: imaginemos mientos en París generaron en los observadores simpa
a una esposa telefoneando a su marido en los últimos tizantes a lo largo de Europa:
segundos de su vida para decirle: «Sólo quería que su
pieses que nuestra boda fue un engaño, que no soporto La revolución de un pueblo lleno de espíritu, de la
verte...».) que hemos sido testigo, puede tener éxito o fracasar.
Los izquierdistas occidentales que desafiaron her oi Puede acumular tantas miserias y horrores que un hom
camente la histeria anticomunista de sus propios países bre sensato que pudiera promoverla por segunda vez
y lo hicier on con la may or sinceridad pr oporcionan más con la esperanza de un resultado feliz jamás se resolve
ría, sin embargo, a repetir el experimento a semejante
ejemplos de la trag edia producida por la guerra fría. Es
precio. Pero esa revolución encuentra en los espíritus
taban dispuestos a ir a la cárcel por sus convicciones co
de todos los espectadores (que no están comprometi
munistas y en defensa de la Unión Soviética. ¿No es la dos en el juego) una simpatía[eine Teilnehmung dem
misma naturaleza ilusoria de su creencia lo que hace tan Wunsche nach\rayana en el entusiasmo, y cuya mani
trágicamente sublime su postura subjetiva? La misera festación lleva aparejada un riesgo que no podía obede
ble realidad de la Unión Soviética estalinista confiere a cer a otra causa que a una disposición moral del géne
su convicción interior una frágil belleza. Esto nos lleva ro humano.11
a una conclusión radical e inesperada: no es suficiente
con decir que nos las estamos viendo con una convic Traducido al lenguaje lacaniano, el acontecimiento
ción ética trágicamente extraviada, con una confianza real, la auténtica dimensión de lo real, no estaba en la
ciega que evita la confrontación con la mísera y terrible inmediata realidad de los acontecimientos violentos de
realidad de su punto de referencia ético. ¿Y si, por el París, sino en qué les parecía esta realidad a los obser-
contrario, tal ceguera, tal gesto violento de exclusión,
11. Immanuel K ant, «T he Conflict of Faculties», en Politi
de negarse a ver, tal traición a la realidad, tal actitud fe
cal Writings, Cambridge, Cambridge University Press, 1991,
tichista de «sé muy bien que las cosas son terribles en la pág. 182 (trad. cast.:El conflicto de las facultades, Buenos Aires,
Unión Soviética, pero creo pese a todo en el socialismo Losada, 2004).
70 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO CO MO A TI MISMO! 71

vadores y en las esperanzas despertadas en ellos. La rea i onocimiento, de modo que puedo continuar actuando
lidad de lo ocurrido en París pertenece a la dimensión t orno si no lo supiese.
tempor al de l a historia empírica; la i mag en s ubli me que Com ienza a quedar claro que c ualqui er ética podría
generó aquel entusiasmo pertenece a la eternidad... I«asarse en este gesto de denegación fetichista. Incluso
M utatis m utandis , lo mismo se aplica respecto a los In excepción aparentemente obvia, la ética budista de
admiradores de la Unión Soviética. La experiencia so • solidari dad con t od o ser viv iente, cae de ntr o de este
viética de «constr ucción del social ismo en un s olo p aís» hiieo. Después de todo, lo que el budismo ofrece como
ciertamente «acumuló miseria y atrocidad», pero aun mi iln ció n es una indi fer encia unive rsalizada, un apre ndi
así generó entusiasmo en el corazón de los espectadores óle de cómo sustraerse a un exceso de empatia. Por eso
(qu e no supieron de su otra cara). La pr eg unta aquí es : I
I lui dismo puede convertirse con tanta facili dad en l o
¿debe cualquier ética basarse en semejante gesto de de ntiénticamente opuesto a la compasión universal: la
nega ció n fetichi sta? ¿E stá obligada incluso la ética m ás ilrlensa de una actitud despiadada y militar, que es lo
universal a trazar una línea divisoria e ignorar cierta ι| πι· el des tino del budism o zen dem uestra c on acierto.
parte del sufrimiento? ¿ Y los an imal es que destrip amos Sorprenderse de este hecho no es una actitud pro
para nuestro consumo? ¿Quiénes de entre nosotros se piamente filosófica. Es decir, ¿y si lo que aparece como
rían capaces de continuar comiendo cortezas de cerdo •m n t incoherencia, como el fracaso a la hora de delinear

después de visitar una granja en la que se priva de vi In consecuencias de la propia actitud ética, es, por el
sión a estos animales y en la que no pueden siquiera ■murar io, su co ndición de pos ibilidad positiv a? ¿ Y si
moverse y, son cebados sólo para morir después? ¿Y t il ex clusió n de cierta for ma de alte ridad del alcance d e
qué, por ejemplo, de la tortura y el sufrimiento de mi ..... si ras preocupaciones éticas es consustancial al au-
llones de personas, de lo que somos conscientes pero nmioo gesto fundador de la universalidad ética, de
que elegimos ignorar? Imaginemos el efecto de tener nu μ lo que cuanto m ás univers al es nuestra ética ex plíci-
que ver una película snuff que r etratase lo que ocurre M mas brut al e s la ex clusió n subyacen te? L o que la ac
miles de veces al día a lo largo y ancho del mundo: ae ui mi omnicomprensiva cristiana (recuérdese el famoso
tos brutales de tortura, extracción de los ojos, aplasta I- m.i de san Pablo , « no hay hombr es ni mujeres , judí os
miento de testículos (la lista sería infinita). ¿Podría el " i'i ie| >os») implica es una pro fun da e x clusión de quie
espectador se r capaz de continuar con su vida tranqui ti· no a cept an la i nclusión en la co munidad cristi ana.
lamente? Sí, aunque sólo si de algún modo fuera capa/, I h niras religiones «particularistas» (e incluso en el is
de olvidar (en un acto que suspende la eficacia simboli· tmi, a atusa de su expansionismo global) hay un lugar
ca) lo que ha pres enciado. Este olv ido implica un gcslo l'.ii .i los otros: se les tolera e incluso se les mira con con-
de lo que se llama deneg ación fetichista: « L o sé, peí o ■ I' 11 1 ti Icncia. E l lema cr istiano «to dos los hom bres son
no quiero s aber lo que sé, así que no s é». L o sé, pero re ·<· i manos», sin em barg o, tam bién sig nifica que quienes
chazo asumir por completo las consecuencias de esiti *··< h epian la her ma ndad no son hombres. En los pri
72 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 73

meros años de la revolución iraní, Jomeini aprovechó la ihui, el carácter traumático del prójimo hace fácil com
misma paradoja cuando afirmó, en una entrevista para pì ender cómo la noción de Lévinas del otro preparó el
la prensa occidental, que la revolución iraní era la más ici reno (abrió el espacio) para ello del mismo modo
humana de la historia: nadie había sido asesinado por i| iie la ética kantiana pr epar ó el ter reno para la noc ión
los revolucionarios. Cuando el sorprendido periodista Ί«· mal diabólico. Po r hor rible que pueda sonar, el
le preguntó por las penas de muerte de que habían un o levinasiano c omo abismo de otr eda d del que
dado cuenta los medios de comunicación, Jomeini res emana el imperativo ético y la figura nazi del judío
pond ió con total pasividad: «¡ L os que fueron ase sina* tomo el en emigo- otro subhumano tienen el mismo
dos no eran hombres, sino perros criminales!». i h i|',en.
Los cristianos suelen elogiarse a sí mismos por su Cuando Freud y Lacan insisten en la naturaleza
perar la noción judía exclusivista del pueblo elegido y luoMemática del imperativo básico judeocristiano de
abarcar a la humanidad entera. Pero el caso es que, en *·.ima a tu prójimo», no marcan la típica posición criti-
su misma existencia como pueblo elegido por Dios y •11 ideológica sobre cómo toda noción de universalidad
con un privilegio directo, los judíos aceptan la huma olá contaminada por nuestros valores particulares e
nidad de otros pueblos que veneran a sus dioses falsos, implica por ello exclusiones secretas, sino que señalan
mientras que el universalismo cristiano excluye ten In eiiestión mucho más potente de la incom patib ilidad
denciosamente de la universalidad humana a los no ilei prójimo con la dimensión misma de la universali
creyentes. té« I. Lo que se resiste a la universalidad es la dimensión
¿Y qué hay acerca del gesto opuesto (como el reali limpiamente inhumana del prójimo. Por ello encon-
zado por el filósofo francés Emmanuel Lévinas) de 11m se a uno mismo en la posición del amado resulta tan
abandonar la afirmación de mismidad que subyace a Ι:ι violento, incluso traumático: ser amado me hace sentir
universalidad, y cambiarla por el respeto a la otredad t i li rectamente la distancia entre lo que soy como ser de
Hay, como ha apuntado Sloterdijk, otra faceta «anver- n-i minado y la insondable X que hay en m í y que causa
sa» y mucho más perturbadora de la figura levinasian;i
del prójimo como el otro imponderable que merece H
iil}’umor.
,o queLaunodefinición
no tienelacaniana
...») ha del
de amor («amar
ser com es dar
pleme ntada
nuestr o respeto inco ndicio nal.12E st o es, el otro impon 11 ni: «... a alguien que no lo quiere» . Pues, efectivamen-

derable como enemigo, el enemigo que es el otro abso n , ¿somos conscientes de que los conocidos versos de
luto y ya no es el «enemigo honorable», sino alguien Venís describen una de las más cla ustrofóbicas conste
cuyo razonamiento nos es ajeno, de mo do que no es po la iones que uno pueda imaginar?
sible encuentro alguno con él en la batalla. A unque Lé
vinas no tiene esta faceta en mente, la radical ambigüe- Si tuviese yo las telas bordadas del cielo
recamadas con luz dorada y plateada,
12. Sloterdijk, Zorn und. Zeit , op. cit., pág. 134. las telas azules y las tenues y las oscuras
74 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEMEA TU VECINO COMO A TI MISMO! 75

de la noche y la luz y la media luz, 11 h·.I rabajaba en su película Sacrificio.Se le ofreció una
extendería las telas bajo tus pies: ni h ina en el mismo edificio en que disponía de una
pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños; liif’nuir Bergman, que por entonces todavía vivía en Es-
he extendido mis sueños bajo tus pies;
IIholmo. A unque los dos directores se profesaban un
pisa suavemente, pues pisas mis sueños.
pini undo respeto y una gran admiración, nunca se co
in K'icron, sino que se evitaron escrupulosamente, como
En pocas palabras, como afirmó el filósofo francés
μ su encuentro directo pudiese haber sido demasiado
Gilles Deleuze, «Si vous êtes pris dans le rêve de l’autre, doloroso y destinado a fallar por la aproximación de
vous êtez foutu» (Si estás preso en el sueño del otro, es
•ms universos. Ellos inventaron y respetaron su propio
tás jodido); o, como escribió en un memorable pasaje
i m ligo de discreción.
Neil G aima n, el autor de la novela gr áfica TheSandman :

¿Has estado alguna vez enamorado? ¿Horrible, ver


Ι.Λ VIOLENCIA DEL LENGUAJE
dad? Te hace muy vulnerable. Abre tu pecho y abre tu
corazón y significará que alguien puede entrar en ti y re
volv erte por dentr o. T ú construyes todas esas d efensas, Entonces, ¿por qué hoy este miedo a la sobreproxi-
construyes una armadura completa de forma que nada Inielad del otro como sujeto de deseo? ¿Por qué la ne
pueda herirte, y entonces una persona estúpida, similar a cesidad de descafeinar al otro, de privarlo de la materia
cualquier otra estúpida persona, se aventura en tu vida prima de su goce? Sospecho que ésta es una reacción a
estúpida... les das una parte de ti. No la pidieron. Sólo la desintegración de los muros simbólicos de protec
que un día hicieron alguna tontería, como besarte o son- ción que mantienen a los demás a una distancia segura.
reírte, y desde ese momento tu vida ya no es tuya. El Aquello de lo que carecemos en nuestra cultura, en que
amor toma rehenes. Se mete dentro de ti. Te come por las confesiones brutales son contrarrestadas por el mie
completo y te deja llorando en la oscuridad, de forma do políticamente correcto al acoso, lo que mantiene al
que una simple frase como «quizá sólo deberíamos ser
olro a distancia, es el espíritu tan bien descrito por
amigos» se convierte en una astilla de cristal directa ha
( ¡ore Vidal. Vidal dio una respuesta perfecta al perio
cia tu corazón. Duele. No sólo en la imaginación. No dista vulgar e intruso que le preguntó a quemarropa si
sólo en la mente. Duele el alma, un verdadero dolor que-
se- mete- dentro- de- ti-y- te-descuartiza. Od io el amor .13 su primer compañero sexual había sido un hombre o
una mujer: «Era demasiado educado como para pre
En los últimos años de su vida, el director de cine guntarlo», dijo.
soviético Andrei Tarkovski vivió en Estocolmo mien- Esté donde esté, esta desintegración de los muros
protectores de la civilización es más palpable que en los
13. Accesible en línea en http://thinkexist.com/quotes/ne choques de diferentes culturas. En otoño del año 2005
il_gaiman. ( )ccidente fue conmocionado por una ex plosión de
76 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 77

violencia que amenazó con desembocar en un literal • l<>¡i( irma r que la ac titud de «c om pre nde r al ot ro » debe
choque de civilizaciones: las crecientes manifestaciones •mnpletarse con la a ctitud de «apar tars e del cam ino del
en los países árabes contra las caricaturas del profeta • >ii*<>» ma nte nien do una dista ncia apr opia da , im ple
Mahoma publicadas en el Jyllands-Posten, un periódico mentando un nuevo «código de discreción».
danés de pequeña tirada. Lo primero que se debe des 1.a civilización europea encuentra más fácil tolerar
tacar, tan obvio que habitualmente se pasa por alto, es Ii i« diferentes modos de vida, teniendo en cuenta lo que
que la mayor parte de los miles de personas que se sin mis críticos p or lo general denuncian como su debilida d
tieron ofendidas y se manifestaron contra las caricatu V írucaso, es decir , la alienac ión de la v ida social. U no
ras ni siquiera las habían visto. Este hecho nos enfrenta Ίι' los aspectos que de mues tra n esta aliena ción es que
a otro aspecto de la globalización menos atractivo: la Im distancia está entrelazada con el tejido de la vida co

«aldea
cho dede la algo
que información global»enesun
que apareció la diario
condición del he
desconocido in liana: los
mtrinai inclus o si. Nvivo
ignoro junt
o me estáo permitido
c on otrosacercar
, en m i me
es tado
de
de Dinamarca causara una enorme conmoción en paí masiado a los otros, a los demás. M e m uev o en un espa-
ses musulman es remotos. Es como si Dinamar ca y Siria, ■ii i social don de int er ac túo con otr os o be dec iendo cier-
Pakistán, Egipto, Irak, el Líbano e Indonesia realmente Ius reglas externas «mecánicas», sin compartir su
fueran países vecinos* Los que entienden la globaliza ηh indo interior. Quizá la lección que deba aprenderse
ción como una oportunidad para la tierra de ser un •'f! que alg unas veces es indis pensable una dosis de alie-
espacio unificado de comunicación, un espacio que , Imción para la coe x istencia pacífica. A veces la alie na-
reúna a toda la humanidad, a me nudo no advierten este i I h m no es un problema, sino una solución.
lado oscuro de su propuesta. Puesto que el prójimo* es I-as multitudes musulmanas, en cuanto tales no re-
— como Fr eud sospechó hace mucho tiempo— una iu i ionan a las caricaturas de Ma homa , sino a la com ple-
cosa, un intruso tr aumático, alguien cuyo modo de vida j<i lis ura o imag en de Oc cide nte que percib en como la
diferente — o, más bien, modo de goce mate rializado en mliind que ha tras las caricaturas. Quienes propusie-
sus prácticas y rituales sociales— nos mole sta, alguien II tn el término « occidenta lismo» como contr apar tida
que destruye el equilibrio de nuestra manera de vivir y •I· I «or ientalismo» de Edw ar d S aid tienen raz ón hasta
que cuando se acerca demasiado puede provocar una i ir Ho punto: lo que hay en los paí ses m usulmane s es
reacción agresiva con vistas a desprenderse de él. Como i ir ría visión i deológica de Occidente que distors iona la
afirma Peter Sloterdijk, «más comunicación significa n ulidad occidental, aunque de un modo diferente, de
sobre todo mucho más conflicto».14Por ello es acerta· In misma forma que la visión orientalista distorsiona
' 'imite. Lo que explotó de manera violenta fue una
* Recuérdese el doble sentido de neighbour como «vecino»
11 1 1(le símbolos , imágenes y a ctitudes, entre ellos el im-
y como «prójim o» . (N. del t.)
14. Peter Sloterdijk, «War ten auf den Islam», Focus, ocubn· I" riiilismo occidental, el materialismo ateo, el hedonis
de 2006, pág. 84. mo y el sufrimiento de los palestinos, y esto fue lo que
78 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 79

quedó ligado a las caricaturas danesas. Tal es el motivo ri hombre es un «animal que habla», esto significa que
de que el odio se expandiera desde el periódico a Dina In renuncia a la violencia define el núcleo de la existen-
marca entera, y luego a Escandinavia, a Europa y a Oc t t;i humana: «S on r ealmente los métodos y principios
cidente: en las caricaturas se condensó un torrente de tic la no violencia [...] los que constituyen la humanidad
humillaciones y frustraciones. Esta condensación, de de los seres humanos, la coherencia e importancia de
bemos tenerlo en cuenta, es un hecho básico del len los principios morales basados en las convicciones y en
guaje, de la construcción e imposición de cierto campo un sentido de la responsabilidad», de modo que la vio
simbólico. lencia es «realmente una perversión radical de la huma
Esta reflexión simple y demasiado simbólica sobre nidad».17En tanto que el lenguaje está infectado por la
cómo funciona el lenguaje problematiza la difundida violencia, su emergencia se da bajo la influencia de cir-
idea del lenguaje y el orden simbólico como medio de
reconciliación y mediación, o de la coexistencia pacífi uinstancias contingentes «patológicas» que distorsio
nan la lógica inherente de la comunicación simbólica.
ca como lo opuesto a un medio violento de confronta Ahora bien, ¿y si los humanos superan a los animales
ción cruda e inmedia ta.15E n el lenguaje, en vez de ejer en su capacidad para la violencia precisamente porque
cer violencia directa sobre el otro queremos debatir, hablan?18Como ya sabía Hegel, en la simbolización de
intercambiar palabras, y tal intercambio, incluso cuan tilfţ
o hay violencia, lo que equivale a su mortificación.
do es agresivo, presupone un reconocimiento mínimo I.sia violencia opera a múltiples niveles. El lenguaje sim
de la otra parte. La entrada en el lenguaje y la renuncia pli lica la cosa designada reduciéndola a una única ca-
a la violencia son a menudo entendidas como dos as hieterística; desmiembra el objeto, destroza su unidad
pectos de un mismo gesto: «Hablar es el fundamento y orgánica y trata sus partes y propiedades como a utóno
la estructura de la socialización y se caracteriza por la mas. Inserta la cosa en un campo de sentido que es en
renuncia a la violencia», como nos dice el texto escrito itliima instancia externo a ella. Cuando nombramos al
por Jean- Marie Mull er para la U NE S CO .16Puesto qu e mo «oro», extraemos con violencia un metal de su teji
15. La idea propagada por Habermas (véase Jürge n Haber-
do natural, invis tiéndolo, dentro de nuestra ensoña-
I ion, de riqueza, poder, pureza espiritual, etc., cosas to-
mas,
BeaconThePress,
Theory of Communicative
1985 Action,
[trad. cast.: Teoría de la2 acción
vols., Nueva York, ,
comunicativa tLis ellas que no tienen nada que ver con la realidad
2 vols., Madrid, Taurus, 1995]), pero no ajena a cierto Lacan inmediata del oro.
(véase Lacan, «The Function and Field of Speech and Language I,acan condensó este aspecto del lenguaje en su no-
in Psychoanalysis», en Ecrits, Nueva York, Norton, 2006 [trad.
t ion del significante- amo que «s utura» o «acolcha» y
cast.: «La función y campo del discurso y el lenguaje en el psico
análisis», en Escritos, Madrid, Siglo X X I, 1998]). 17. Ibíd.
16. Jean- Marie Muller, «Non- V iolence in Education», 18. V éase Clement Rosset, Le réel: traité de Γ idiotie, Paris,
http://portal.unesco.org/education/en/file_download.php/fa99 I i luions de Minuit , 2004, págs. 112-114 (trad. c a s t Lo real: tra-
ea234f4accboad43040eld60809cmuller_en.pdf. t-hlo de la idiotez, Valencia, Pre-textos, 2004).
80 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 81

mantiene unido un campo simbólico. Es decir, para La- Muller es el rechazo de todos los intentos de distinguir
can (al menos en su teoría de los cuatro discursos elabo «ni re la violencia «buena» y «mala»:
rada a finales de la década de I960)19la comunicación
humana, en su parte más básica y constitutiva, no impli Es esencial definir la violencia de tal modo que no
ca un espacio de intersubjetividad igualitaria. No está pueda ser calificada como «buena». En el momento en
«equilibrada». No coloca a los participantes en una si que afirmamos que somos capaces de distinguir la vio
metría de posiciones recíproca donde deben seguir las lencia «buena» de la «mala» perdemos el uso apropiado
mismas reglas y justificar sus afirmaciones con razones. de la palabra y caemo s en la confusión. Y sobre todo, tan
pronto como afirmemos estar desarrollando criterios por
A l contr ario, lo que indica Lacan con su noción del dis
los cuales definir una violencia supuestamente «buena»,
curso del amo como primera (inaugural, constitutiva)
forma de discurso es que cualquier espacio de discurso cada uno de nosotros encontraremos fácil usarlos para
just ific ar nuestros propio s actos viole ntos .
«realmente existente» está basado en última instancia
en una imposic ión violenta por parte del significa nte- Pero ¿cómo puede uno repudiar por completo la
amo, que es sensu stricto «irracional»: no puede basar violencia cuando la lucha y la agresión son parte de
se ulteriormente en «razones». Llegados a este punto, la vida? La solución sencilla es una distinción termino
sólo puede decirse que «el problema acaba aquí», mo logica entre la «agr es ión», que pertenece efectivamen -
mento en que, para detener el regreso al infinito, al ic a la «fuerza vital», y la «violencia», que es una «fuer
guien deb e decir: «¡ Es así porque lo digo y o!» . En este za mortal»: «violencia» no es aquí la agresión como tal,
caso Lévinas tenía razón al subrayar el carácter asimé sino su exceso que perturba el curso normal de las co
trico de la intersubjetividad: en mi encuentro con otro sas deseando siempre más y más. La tarea se convierte
sujeto no hay nunca una reciprocidad equilibrada . La en librarse de este exceso.
aparición de la égalité está siempre sostenida en el dis Desear propiedad y poder es legitimar, en tanto que
curso por un eje asimétrico de amo frente a esclavo, del permite a un individuo alcanzar la independencia de los
portador de un conocimiento universal contra su obje otros. Los adversarios en un conflicto, sin embargo, tie
to, de un pervertido frente a un histérico, etc. Ello, des nen ambos una tendencia natural a exigir siempre más.
de luego, va contra el enfoque ideológico dominante Nada es suficiente para ellos, nunca se ven satisfechos.
sobre el tema de la violencia, que entiende esto como No saben cómo detenerse, no conocen límites. El deseo
algo «es pontáneo», un enfoque bien e jemplificado en el exige más, mucho más de lo que necesitan. «Hay siem
texto de Muller para la UNESCO, que adquirió un es pre un sentido de ilimita ción en el deseo»,21 es cribió la
tatus programático semioficial.20El punto de partida de teóloga francesa Simone Weil. Para empezar, los indivi-
19. Para la noción de los cuatro discursos, véase Lacan, The
OtherSide ofVsychoanalysis, op. cit. 21. Simone Weil, Oeuvres complètes VI: Cahiers, vol. 1,
20. Muller, «Non- violence in Educat ion», op. cit. 1933- septiembre de 1941, Paris, Gallimar d, 1994, pág. 74.
82 SOBRE LA VIOLENCIA iTEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 83

duos buscan el poder para no ser dominados por otros, que la moralidad es la más oscura y atrevida de las cons
pero si no s on cuidadosos pueden encontrarse ensegui piraciones.23
da con que han sobrepasado el límite que separa su li
bertad de la libertad de los dem ás. La r iva lidad entre se He aquí la matriz elemental del proceso dialéctico
res humanos sólo puede ser superada cuando cada hegeliano: la oposición externa (entre la ley y su trans
individuo pone un límite a sus propios deseos. «Los de gresión criminal) se transforma en la oposición interna
seos limitados — señala We il— están en armonía con el a la transgresión misma, entre transgresiones particula
mundo; los que contienen el infinito, no lo están».22 res y la transgresión absoluta que aparece como su
Esta visión permanece firmemente dentro de las co opuesto, como ley universal. Y, mutatis mutandis, lo
ordenadas premodernas aristotélicas: la tarea es mante mismo vale respecto a la violencia: cuando percibimos

ner el deseo en su justa medida. La modernidad se de algo comobásico


principio un acto de de
acerca violencia,
lo que eslouna
medimos por«nun
s ituación or
fine, sin embargo, por las coordenadas de la revolución
filosófica kantiana, en la que el exceso absoluto es el de mal» no violenta, y la más alta forma de violencia es la
la ley en sí misma. La ley interviene en la estabilidad imposición de este principio con referencia al cual algu
«homogénea» de nuestra vida orientada al placer como nos acontecimientos se muestran como «violentos».
la fuerza devastadora de una «heterogeneidad» absolu Por ello el lenguaje mismo, el auténtico medio de no
tamente desestabilizadora. G. K. Chesterton hizo la violencia, de reconocimiento mutuo, implica la violen
misma afirmación en su famosa «Una defensa de las cia incondicional. En otras palabras, es el lenguaje en sí
historias de detectives», en la que subraya cómo la his mismo lo que empuja nuestro deseo más allá de los lí
toria detectivesca mites adecuados, transformándolo en un «deseo que
contiene el infinito», elevándolo a una compulsión ab
recuerda previamente en cierto modo que la civilización soluta que nunca puede satisfacerse. Lo que Lacan lla
misma es el más sensacional de los comienzos y la más ma objet petit a es precisamente este objeto «no muer
romántica de las rebeliones. Cuando el detective se que to» etéreo, el objeto sobrante que causa el deseo en su
da solo y de algún modo tontamente valeroso entre los aspecto excesivo y desviado. Uno no puede librarse de
cuchillos y los puños de un grupo de rateros, sin duda este exceso, pues es consustancial al deseo humano
sirve para recordarnos que él es el agente de la justicia como tal.
social que representa la figura srcinal y poética, mien Así que, parafraseando a We il, en la modernidad
tras que los ladrones son meros, plácidos y arcaicos con «los deseos limitados en armonía con el mundo» son el
servadores, felices en la inmemorial respetabilidad de si
srcen último de nuestra postura antiética oportunista,
mios y lobos. [La novela policial] se basa en el hecho de
23. G. K. Chesterton, «Defensa de las historias de detecti
22. Simone Weil, Oeuvres complètes VI: Cahiers, op. cit., ves», srcinal incluido en e l libro «T he Defendant», L ondres, R.
Hrimley Johnson, 1902.
pág. 325.
84 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 85

sostienen la inercia del egoísmo y la búsqueda del pla i limaciones del mal obsceno. La del bien contra el mal
cer, mientras nuestro contacto con el bien se ve sosteni mi es la lucha del espíritu contra la naturaleza, sino que
do por «deseos que contienen el infinito», que aspiran ιΊmal primordial es el espíritu mismo con su violento
al absoluto. Esto da srcen a una ambigüedad irreduc •ili'iainiento del curso de la naturaleza. La conclusión
tible: la fuente del bien es un poder que destruye las co <| ΐκ· debe extraerse de esto es que el bien propiamente
ordenadas de nuestra existencia finita, un poder des Iii imano, el bien elevado por encima del bien natural, el
tructivo que, desde el punto de vista de nuestra forma 1111"i i espiritual infinit o, es finalmente la máscara del mal.
de vida estable, no puede sino mostrarse como el mal. Así que acaso el hecho de que la razón y la raza ten-
Lo mismo se aplica a la relación entre mortalidad e in pm la misma raíz latina {ratio)nos diga algo; el lengua-
mortalidad. De acuerdo con el lugar común ideológico h , no el interés eg oísta primitivo , es la primera y más
tradicional,
mortalidad al la mal:
inmortalidad estáhace
lo que nos vinculada
buenosalesbien y la
la con mande fuerza de división. Es gracias al lenguaje como
inisotros y nuestro prójimo podemos «vivir en mundos
ciencia de la inmortalidad (de Dios, de nuestra alm:i, • lile rentes» incluso cuando compartimos la misma ca
del impulso ético sublime...), mientras que la raíz dc-l li' Lo que esto sig nifica es que la violencia verbal no es
mal es la resignación a nuestra propia mortalidad (to mili distorsión secundaria, sino el recurso final de toda
dos debemos morir, así que realmente no importa, sim· ink-ncia humana específica. Tomemos el ejemplo de
plemente hazte con todo lo que puedas, satisface tus ca ln·. pogromos antisemitas, que ejemplifican toda la vio-
prichos más oscuros... ). ¿ Qué ocurrir ía, sin embargo, si lim ia racista. Lo que para los perpetradores de pogro
diésemos la vuelta a este tópico y barajáramos la hipó mos es intolerable y supone una provocación racial, a la
tesis de que la inmortalidad primordial es la del mal: el • |ii<* reaccionan, no es a la realidad inmediata de los ju-
mal es algo que amenaza con volver siempre, una di ■ liiis, sino a la imagen/figura del «judío » que circula y
mensión espectral que sobrevive por arte de magia a su lia sido construida en su tradición. El punto, desde lue-
aniquilación física y continúa acec hándonos. P or ello ln ni. está en que un único individuo no puede distinguir
victoria del bien sobre el mal es la capacidad de morir, •l> ningún modo sencillo entre los judíos reales y su
de recuperar la inocencia de la naturaleza, de encontrai imagen antisemita: esta imagen «sobredetermina»
la paz en la liberación de la obscena infinitud del mal ■nino ex perimento a los judíos reales, y además afecta
Recordemos la escena clásica de las antiguas película·* • il modo en que ol s judíos se ven a sí mismos. A sí pues,
de terror: un hombre pos eído por alg una fuerza mal i^, lii i| iie hace que un antisemita encuentre intolerable ver
na —posesión que se señala por medio de una mons un judío por la calle, lo que el antisemita intenta des
truosa desfiguración del cuerpo— , finalmente se ve li unir cuando ataca al judío, el auténtico objetivo de su
berado de ella y entonces recupera la serena belleza di· lin ia, es esta dimensión fantasmática.
su forma normal y muere en paz. Por ello Cristo del ir Iil mismo principio se aplica a cualquier manifesta-
morir; los dioses paganos que no pueden morir son ni i"ii política: cuando los trabajadores protestan contra
86 SOBRE LA VIOLENCIA (TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 87

su ex plotació n, no se mani fies tan contra una simple rea Desenredemos esto un poco. Para un cristiano me
lidad, sino contra una experiencia de su situación real dieval la «ese ncia» del oro reside en su incor ruptibili-
que ha cobrado sentido a través del lenguaje. La reali dad y brillo divino, que hacen de él un metal «divino».
dad en sí misma, en su existencia estúpida, nunca es in Para nosotros es un material flexible que puede usarse
tolerable: es el lenguaje, su simbolización, lo que la hace ron propósitos indu str iales o estéti cos. Ot ro ejemplo: la
tal. Así que precisamente cuando nos las estamos viendo voz del castrato se consideraba en su mome nto la autén-
con la esce na de una turba f uriosa, ata cando y queman lica voz de los ángeles antes de su caída, pero para no
do edificios y coches, linchando a gente, etc., no debe sotros hoy es una creación monstruosa. Este cambio de
ríamos olvidar las pancartas que llevan y las palabras nuestra sensibilidad está sostenido por el lenguaje, que
que sostienen y justifican sus actos. Fue Heidegger r jerce de bisag ra en el c ambio de nuestr o univers o sim-

quien elabor
formal, ó esta
cuando, en característica
su lectura de en el nivel ontológico-
la «esencia o Wesen» I)ólico.
ic En esta habilidad
una violencia «esenciante»
fundamental: del lenguaje
nuestro mundo exis-
sufre una
como ver bo («ese nciar»), lo que sugería era u na noción lorsión parcial, pierde su equilibrada inocencia, un co
«desesencializada» de la esencia. Tradicionalmente, lor particular da el tono a la totalidad. La operación de
«esencia» se refiere a un núcleo estable que garantiza la signada por el filósofo político Ernesto Laclau como la
identidad de la cosa. Para Heidegger «esencia» es algo de la hegemonía es inherente al lenguaje. Así pues, en
que depende del contexto histórico, de la revelación del su lectura del famoso coro de Antigona acerca del ca
ser que sucede en y a través del lenguaje. Llama a esto rácter «extraordinario/demoníaco» del hombre, en In
«la casa del ser». Su expresión Wesen der Spracheno sig troducción a la metafísica, Heidegger despliega la no
nifica «la esencia del lenguaje», sino el «esenciar», ese ción de violencia «ontologica» que se vincula a todo
hacer esencia que es la función propia del lenguaje: l’csto fundador del nuevo mundo común de un pueblo
realizado por poetas, pensadores y estadistas. Debería
[...] el lenguaje lleva las cosas a su esencia, el lenguaje mos tener siempre presente que esta dimensión «extra
«nos mueve» de manera que las cosas nos importen de ordinaria/demoníaca» es finalmente la del lenguaje en
una manera particular, sus senderos nos permiten mo
vernos entre los entes, y tales entes pueden manifestarse sí mismo:
como las entidades que son [...]. Compartimos un len La violencia, en este sentido, es considerada desde el
guaje srcinario cuando el mundo está articulado del ámbito en el cual el criterio de existir se basa en el con
mismo modo para nosotros, cuando «es cuchamos al len venio establecido sobre la base de la igualdad y la mutua
guaje», cuando al lenguaje «le dejamos decir su decir asistencia y conforme al cual toda violencia es necesaria
para nosotros». 24 mente despreciable, entendida tan sólo como molestia y
ofensa [...] significa violencia en el sentido de que aquel
24. Mark Wr athall, How to read Heidegger, Londre s, Gran- que la usa no sólo dispone de ella, sino que es violento en
ta, 2005, págs. 94-95. la medida en que el empleo de la violencia para él no sólo
88 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 89

const ituye un rasgo fundamenta l de su conducta, sin o d e I'i n i,i m bién hallamos la locura, como en el caso de los
i

toda su existenci a [ ...]. Pero el hombre es lo má s p a v o r o μιiiuilcs poetas, desde Hölderlin a Ezra Pound, que
so no sól o porque su ese ncia tran scurre en me dio de lo | in n m cegados por la potencia misma de su visió n po
pavoroso así entendido, sino porque se pone en ca m in o il h .i, I )e un modo interesante, el mom ent o en Antígo-
y tr as cie nde los límite s que ini cial me nte y a m e nud o le /Mi Imide el coro se lamenta del hombre comparándolo
son habi tual es y famil iares. [ ...] La v iolenci a, lo que s o mu ln más «demoníaca» de todas las criaturas, mos-
mete, con stitu ye el cará cter esen cial del imperar m is m o .
ti.nulolo como un ser del exceso, un ser que viola toda
A ll í do nde ir r um pe , pue de re tener en sí m is mo su p o d e r
im ilu la, viene después de que se revele que alguien ha
«sometedor» . [.. .] Porque él , entendido como el q ue
hace violencia , sobrep asa lo s límites de lo fa miliar , s i • I· aliado el orden de C re ón y ha r ealizado el ritual fu -
guiendo justamente la dirección de lo pavoroso o no fa iiri.u ¡ o con su cuerpo.2 7 Es este acto el que se percibe
mili ar, e ntendido como poder «so metedor ».25 i m no un acto «de moníaco » excesivo, no la pr ohibición
' I* <a'eón. A ntig ona está lejos de ser el m ode lo de mo-
Como tal, el creador es hupsipolis ápolis CA ntigona, • Ir ilición, de res peto po r los p ro pios límite s, contr a la
v. 370): se mantiene fuera y por encima de la polis y de iiybr/x sacrilega de Creón, más bien al contrario, la vio-
su ethos\ no está ligado a ninguna regla de «moralidad» Irm ia auténtica es la de ella.
(que son solamente una forma degenerada de ethos ); y I-oque da cuenta del carácter escalofriante del pasa-
sólo como tal puede fundamentar una nueva forma de ¡i i il ado es que Heide gg er no pro por cio na tan sólo una
ethos, del ser comunitario en una polis... Desde luego, m n-va variante de su típica figura retórica de inversión

lo que resue na aquí e s el tópico de una viole ncia « ile i ·Ί·ι es encia de la v iolenc ia no tiene nada que v er con la
ga l» que funda la regla d e la ley misma.2 6 He ideg g er se violencia óntica, el sufrimiento, la guerra, la destruc-
apresura a añadir cómo la primera víctima de esta v io •ion, etc.; la esencia de la violencia reside en el carácter
lencia e s el mismo cread or, que d ebe borrarse con el a d violento de la imposición/fundación real del nuevo
venimiento del nuevo orden que funda. Este borrarse II iodo de la Esencia — revelació n del ser com unitario—

puede tomar diferentes formas. La primera es la des m si misma»). Implícita pero clarament e, Heidegg er lee
trucción física (desde Moisés y Julio César en adelante, • ■‘da vio lenc ia es encial como algo que f undam enta — o,
sabemos que una figura fundadora debe ser asesinada). al menos abre el espacio para — las explosiones de vio
lencia óntica o física en sí mismas. En consecuencia, no
25. Mart in Heidegger, Introduction to Metaphysics, New Ha - deberíamos inmunizarnos contra los efectos de la vio
ven, Yale University Press, 2000, págs. 115-128 (trad. cast.: intro lencia de la que habla Heidegger clasificándola como
ducción a la metafisica,Barcelona, Gedisa, 1993, págs. 139 y ss.). '• meramente» ontològ ica. A unque es violento como tal,
26. El tema de esta violencia fue desarrollado tanto por
W alt er Benja min como por Car i Schmitt: Benjamin, «C r it ic o f
imponer cierta revelación del mundo, esta constelación
V iole nce», op. cit.; Ca rl Sc hmitt , El concepto de lo politico, M a
drid, Alianza, 2002. 2.7. Véase Rosset, Le réel, op. cit., págs. 22-23.
90 SOBRE LA VIOLENCIA ¡TEME A TU VECINO COMO A TI MISMO! 91

del mun do tamb ién i mplica r elacio nes soci ales de autori viajar por Estados Unidos para convencerte de ello».29
dad. E n su interpretació n del fragme nto 53 de Her ácli to Su postura acerca del racismo ha sido malinterpretada
(«El combate [o conflicto, pó lem os] es el padre de todas demasiado fácilmente. En un comentario reciente, por
las cosas y de todas también es rey; a unas las presentó ejemplo, Stella Sandford afirma que «nada justifica la
como dioses, a otras como hombres; a unas las hizo es aceptación por parte de Beauvoir [...] del “hecho” de
clavos, a otras libres»), Heidegger, a diferencia de aque est a inferioridad»:
llos que lo acusan de evitar considerar los aspectos
«crueles» de la vida en la antigua Grecia (la esclavitud, Desde su marco filosófico existencialista, podríamos
entre otros), llama la atención abiertamente sobre cómo esperar que Beauvoir hablase acerca de la interpre tación
«el r ango y la dominación» están l igados a una rev elaci ón de las diferencias fisiológicas existentes en términos de
del se r, p ropor cionando así una fundam entac ión ontolò inferioridad y superioridad [...] o señalar el error que im
plica el uso de los juicios de valor «inferior» y «superior»
gica directa a las relaciones sociales de dominación: para nombr ar las propiedades citadas de los se res huma
nos, como si «confirmaran un hecho dado».30
Y a que ho y a veces se inv oca la polis de los griegos in
cluso con afán excesivo, no habría que pasar por alto es
tos aspectos, porque de otro modo el concepto de la polis Está claro qué molesta en este caso a Sandford. Ella
corre el peligro de volverse anodino y sentimental. Lo je es conscient e de que la afirm ación de B eauv oir acerca de
rárquico es más fuerte. Por esta razón el ser, el logos, en la inferioridad fáctica de los negros apunta a algo más
tanto que armonía del conjunto no es fácil e igualmente que el simple hecho social de que, en el sur estadouni
accesible para todo el mundo, sino que permanece cerra dense de (no sólo) aquel tiempo, los negros eran trata
do, al contrario de aquella otra armonía que no es más dos como inferiores por la mayoría blanca, y en cierto
que arreglo, anulación de la tensión y allanamiento.28 sentido efectivamente eran inferiores. Pero su solución
crítica, impulsada por el cuidado de evitar las afirmacio
A q uí es tá po r ta nt o el v íncul o dir ect o en tr e la v io nes racistas sobre la infer ioridad fáctica de los negros , es
lencia ontologica y el tejido de la violencia social (rela relativizar su inferioridad en una cuestión de interpreta
ciones de dominación forzada) que se relaciona con el ción y juicio por parte de los racistas blancos, y distan

lenguaje.
auvoir anotaba: Am éricaracistas,
En su «Muchos día a día (1948), Simone
ignorando los rigo de Be ciarlo de un cues tionamiento de su auténtico se r. Per o lo
que esta distinción atenuante omite es la mordaz dimen
res de la ciencia, insisten en declarar que incluso si las sión del racismo: el «ser» de los negros (como el de los
razones psicológicas aún no han sido establecidas, el
hecho es que los negros son inferiores. Sólo tienes que 29. Simone de Beauvoir, America Day by Day, citado de Ste
lla Sandford, Η ο ιυ to Read Beauvoir,
L ondres, G ranta, 2006, pág.
28. Heidegger, Introduction to Metaphysics, op. cit., pág. 42 (trad. cast.:América dia a día, Barcelona, Mondadori, 1998).
128. 30. Ibid., pág. 40.
92 SOBRE LA VIOLENCIA

blancos o cualesquiera otros) es un ser sociosimbólico. CAPITULO


________ 3
Cuando los blancos los tratan como inferiores, esto los
hace realmente inferiores en cuanto a su identidad so-
ciosimbólica. En otras palabras, la ideología racista
blanca ejerce una eficiencia performativa. No es mera
mente una interpretación de lo que son los negros, sino Andante ma non troppo
una interpretación que determina el auténtico ser y la e molto cantabile
ex istencia social de los s ujetos interpretados.
A hor a pode mos loc aliza r con precis ión lo que hace
«La oleada sangrienta
que Sanford y el resto de los críticos de Beauvoir se re se ha desatado»
sistan a su formulación de que los negros eran realmen
te inferiores: esta resistencia es en sí misma ideológica.
En la base de esta ideología está el miedo de que si uno
concede este punto, habrá perdido la libertad interior,
la autonomía y la dignidad. Por tanto, tales críticos in UN EXTRAÑO CASO DE COMUNICACIÓN FÁTICA
sisten en que los negros no son inferiores, sino que han
sido meramente «inferiorizados» por la violencia que Los disturbios que se produjeron en los suburbios
impone sobre ellos el discurso racista blanco. Esto es, franceses durante el otoño de 2005 se saldaron con
se ven afectados por una imposición que no les afecta miles de coches quemados y una enorme explosión de
en el auténtico nú cleo de su ser, y por consiguiente pue violencia pública. Se trazaron entonces numerosos pa
den (y de hecho lo hacen) resistir como agentes libres ralelismos con los saqueos de Nueva Orleans tras el
autónomos a través de sus actos, sueños y proyectos. paso del huracán Katrina el 29 de agosto de 2005 y
Esto nos lleva de nuevo al punto de partida de este con los acontecimientos de mayo del 68 en París. Sal
capítulo, el abismo del prójimo. Aunque pueda parecer vando las diferencias, pueden extraerse algunas lec
que hay una contradicción entre cómo el discurso cons ciones de la comparación de estos acontecimientos.
tituye el auténtico núcleo de la identidad del sujeto y la Las algaradas de París tuvieron un efecto moderador
noción de este núcleo como un abismo insondable más en aquellos intelectuales europeos que se refirieron a
allá del «muro del lenguaje», hay una sencilla solución Nueva O rleans para subrayar la ventaja del modelo de
a esta aparente paradoja. El «muro del lenguaje» que I'’stado del bienes tar e uropeo s obre el capitalism o s al
me separa eternamente del abismo del otro sujeto es a vaje de Estados Unidos. Ahora estaba claro que tales
la vez lo que abre y sostiene este abismo; el auténtico cosas podían ocurrir también en la Francia del bienes-
obstáculo que me separa del más allá es lo que crea su lar. Aquellos que habían atribuido la violencia de
espejismo. Nueva Orleans a la ausencia de solidaridad al estilo
94 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 95

europeo demostraron estar tan equivocados como los mis oportunidades de empleo», pr oclamaban, mie n-
progresistas estadounidenses defensores del libre mer ii;is descuidaban las claves que presentaban las re
cado, que ahora devolvían sonrientes la acusación y se vueltas.
ñalaban cómo era realmente la rigidez del interven Los manifestantes, aunque privados de todo privile
cionismo estatal qu e limit a la competencia del mercado gio y excluidos de facto, no vivían en absoluto al límite
y su dinámica, que evitó el auge económico de los t\v la hambruna ni su situación era de supervivencia.
inmigrantes marginados en Francia, a diferencia de Es Las gentes de estratos mucho más pobres, sin tener en
tados Unidos, donde entre los grupos sociales de más (tienta las condiciones de opresión física e ideológica,
éxito se cuentan muchos colectivos de inmigrantes. habían sido capaces de organizarse como actores políti
Los paralelismos con mayo del 68 aclaran la total cos con agendas programáticas más o menos claras. El

ausencia de cualquier
manifestantes: si mayo perspectiva
del 68 fue utópica entre con
una revuelta los Ilecho
bios dede queesnoenhubiese
París sí mismounun
programa trasdebe
hecho que los subur
ser in
una visión utópica, la del 2005 fue tan sólo una explo terpretado. Nos da una buena pista acerca de nuestra
sión incontrolada sin perspectiva alguna. Si el típico si (nación político- ideológica. ¿En qué tipo de mundo
lugar común de que viv imos en una era postideológi- habitamos, que puede v anagloriarse de tener una s ocie
ca tiene algún sentido, es éste. No había demandas es dad de la elección, pero donde la única opc ión dispo ni
pecíficas en los disturbios parisinos, sino sólo una in ble para el consenso democrático forzado es un acto
sistencia en el reconocimiento , basada en un vago e ciego y desesperado? El lamentable hecho de que la
inarticulado resentimiento. La mayor parte de los en oposición al sistema no pueda articularse en forma de
trevistados hablaban acerca de lo muy inaceptable una alternativa realista, o al menos de un proyecto utó
que era que el ministro de Interior en aquel momen pico con sentido, sino solamente adoptar la forma de
to, Nicolas Sarkozy, les hubiese llamado «escoria». En una explosión sin sentido, es un grave retrato de nues
un extraño cortocircuito autorreferencial, estaban tra situación. ¿ Para qué sirve nuestra celebrada libert ad
protestando contra la reacción a sus propias protes de elección cuando la única opción está entre aceptar
tas. «La razón populista» encuentra aquí su límite las prohibiciones y una violencia (auto)destructiva? La
irracional: lo que tenemos es una protesta de nivel violencia de los manifestantes estaba casi exclusivamen
cero, un acto de protesta violento que no exige nada. te dirig ida contra ellos mismo s. L os coches incendiados
Había cierta ironía en contemplar a los sociólogos, in y las escuelas asaltadas no fueron las de los barrios ri
telectuales y comentaristas intentando comprender y cos, sino que eran parte de las conquistas duramente
ayudar con sus aportaciones. Ellos intentaban deses adquiridas por los estratos sociales de los que provení
peradamente discernir el sentido de las acciones de an los manifestantes.
los manifestantes: «Debemos hacer algo respecto a la A lo que hay que resistirse cuando nos enfre ntamos
integración de los inmigrantes, por su bienestar, por a las chocantes noticias e imágenes de los suburbios en
96 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 97

llamas de París es a lo que llamo la «tentación herme nos franceses, pero no eran plenamente reconocidos
néutica»: la búsqueda de algún significado más profun como tales.
do o de un mensaje oculto en tales explosiones. Lo más El filósofo francés Alain Finkielkraut provocó un
difícil de aceptar es precisamente la falta de sentido de escándalo en Francia cuando, en una entrevista para el
los disturbios: más que una forma de protesta, son lo periódico israelí Haa retz , calificó los disturbios como
que Lacan llamó un passage à l'acte , un movimiento im un «pog rom o antirr epublicano» y «una revuelta é tnico-
pulsivo a la acción que no puede ser traducido al dis religiosa». Estaba errando el tiro: el mensaje de los esta-
curso o al pensamiento y que conlleva una intolerable II idos v iolentos no era que los manifes tantes viesen
carga de frustración. Esto atestigua no sólo la impoten amenazada su identida d étnico- religiosa por el uni v er
cia de los perpetradores, sino, aún más, la ausencia de salismo republicano francés, sino que, al contrario, no
lo que el analista
«cartografía cultural
cognitiva», Fredricla Jameson
es decir, ausenciaha
de llamado
capaci estaban
muro que incluidos
separa laenparte
él. Sevisible
encontraban al otro lado
de la invisible deldel
es pa
dad para localizar la experiencia de su situación en un cio social republicano. No estaban ofreciendo una solu
todo dotado de sentido. ción ni constituyendo un movimiento para proporcio
Los estallidos de violencia parisinos no estaban en narla. Su objetivo era crear un problema, señalar que
raizados en ningún tipo de protesta socioeconómica, y ellos mismos eran un problema que no podía continuar
mucho menos en una afirmación del fundamentalismo siendo ignorado. Para esto era necesaria la violencia. Si
islámico. Uno de los primeros lugares que incendiaron hubiesen organizado una marcha no violenta, sólo ha
fue una mezquita, razón por la cual los representantes brían conseguido una pequeña crónica al final de la pá
religiosos musulmanes condenaron de inmediato los al gina de sociedad.
tercados. Las revueltas eran simplemente un esfuerzo El hecho de que los manifestantes violentos quisie
directo por hacerse visibles. Un grupo social que, aun sen y exigiesen ser reconocidos como ciudadanos fran
que procedente de Francia y compuesto por ciudada ceses de pleno derecho no señala sólo el fracaso cose
nos franceses, se veía a sí mismo excluido del espacio chado en cuanto a su integración, sino, de forma
político y social y quería hacer de su presencia algo pal simultánea, la crisis del modelo francés de integración
pable para el público general. Sus acciones hablaban como equivalente a la plena ciudadanía, con su norma
por ellos: guste o no, estamos aquí, no importa cuánto tiva implícitamente racista. Dentro del espacio de la
desees no vernos. Los analistas no advirtieron el hecho ideología del Estado francés, el término «ciudadano»
crucial de que los manifestantes no reclamaban ningún se opone a «indígena» y sugiere una parte primitiva de
estatus especial para sí mismos como miembros de una la población aún no lo suficientemente madura como
comunidad religiosa o étnica que luchaba por conser para merecer l a plena ciudadanía. Y es por esto por lo
var su propio modo de vida. A l contrario, su p remisa que la exigencia de los manifestantes de ser reconoci
principal fue que querían ser y de hecho eran ciudada dos implica además un rechazo del marco en que tiene
98 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTASE HA DESATADO» 99

lugar el reconocimiento. Es una llamada de atención La vacuidad de la conversación tiene una función
para la construcción de un nuevo marco universal.1 técnica positiva como test del sistema mismo: un «Hola,
Esto nos lleva una vez más a nuestro punto de par ¿me escuchas?». La función fática es próxima por tan
tida: la historia del trabajador que robaba carretillas. to a la función «metalingüística»: comprueba si el canal
Los analistas que investigaban el contenido de las ca está en funcionamiento. El emisor y el receptor com
rretillas y las revueltas por su significado oculto están prueban a la vez si están usando el mismo código.2¿No
alejándose de lo obvio. Como habría dicho Marshall es esto exactamente lo que tuvo lugar durante las re
McLuhan, aquí el medio mismo es el mensaje. vueltas de los suburbios de París? ¿El mensaje no era
En la época dorada del estructuralismo, Roman Ja una suerte de «hola, ¿me escuchas?», una comproba
kobson desplegó la noción de función «fática», deriva ción tanto del canal como del código mismo?
da del concepto de comunión fática de Malinowski: el
uso del lenguaje para mantener una relación social a queA habitamos
lain B adiouenhaunreflex ionado
espacio acerca
social que del hechocada
vivimos de
través de fórmulas ritualizadas como agradecimientos, vez más como «privado de mundo».3En tal espacio, la
charlas acerca del tiempo y otros detalles formales se única forma que puede adoptar la protesta es la violen
mejantes de la com unicación social. Buen estructu ralis- cia sin sentido. Incluso el antisemitismo nazi, por muy
ta, Jakobson incluyó el medio de la comunicación dis horrible que fuera, abrió un mundo: describió su situa
continua: según él, la mera pretensión de prolongar el ción crítica presente creando un enemigo que era la
contacto comunicativo sugiere la vacuidad de tal con «conspiración judía»; nombró un objetivo y los medios
tacto. El lingüista cita un diálogo de Dorothy Parker: para alcanzarlo. El nazismo reveló una realidad de un
— Bueno, pues aquí estam os — dijo él. modo que permitió a sus sujetos adquirir una «carto
— Sí, aquí estamos — dijo ella— . ¿V erdad? grafía cognitiva» global que incluía un espacio para su
— Eso parece — contestó é l. implicación completa. Quizá es aquí donde debe ser lo
calizado uno de los peligros principales del capitalismo:
1. A quí también, en el caso de la relación entre los distur
bios en Los Angeles (después de que los vídeos que mostraban a aunque sea global y abarque el mundo entero, sostiene
sensu stricto
la
laspolicía golpeando
películas a Rodney
de Hollywood, King
lo que fuesenyahechos
ocurrió se habíapúblicos)
sentido y una constelación
mundo» ideológica
despojando a la gran mayoría de la«privada
poblaciónde
y v isto una década antes. Recordemos El Odio (Mathieu Kasso- de cualquier cartografía cognitiva significativa. El capi
vitz, 199 5)yla película en blanco y negro acerca de la Intifada en talismo es el primer orden socioeconómico que destota-
los suburbios franceses, que retrata la violencia juvenil sin senti
do, la brutalidad de la policía y la exclusión social en París. No 2. Véase Roman Ja kobson, «Closing Statemente: Linguis-
hay potencial alguno en esos estallidos de violencia para el surgi lics and Poetics», en T. A. Sebeok (comp.), Style in Language,
miento de un agente político consistente, todo lo que se puede Nueva York, Wiley, 1960, págs. 350-377.
esperar es que sobrevivirán en algún especie de registro cultural, 3. A lain Ba diou, «T he caesura of nihilism», conferenci a im
como el auge de una nueva cultura punk suburbana. partida en la Universidad de Essex, el 10 de septiembre de 2003.
10 0 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 10 1

liza el sentido: no es global en cuanto al sentido (no hay que forman junto a otro tipo de violencia que la mayo-
realmente una «visión del mundo capitalista» global ni ii.i liberal hoy percibe como una amenaza a nuestro
una «civilizac ión capitalista»; la lección fundamental de modo de vida: los ataques terroristas y los atentados
la globalización es precisamente que el capitalismo pue suicidas. En ambos ejemplos, la violencia y la contra-
de acomodarse a todas las civilizaciones, desde la cris violencia se ven inmersas en un círculo vicioso en que
tiana a la hindú o la budista, desde Occidente a Orien cada una genera las mismas fuerzas que trata de comba-
te). Su dimensión global sólo puede ser expresada en el Iir. En ambos casos nos las vemos con ciegospassages à
ámbito de la verd ad- sin- sentido, como lo «r eal» del me l'acte en que la violencia es una admisión implícita de
canismo del mercado global. impotencia. Lo que cambia es que, a diferencia de los
Por tanto, la primera conclusión que debemos ex disturbios de Paris, que eran de nivel cero, es decir, un

traer de lostanto
malestar, disturbios franceses
liberales es que las reacciones
como conservadoras, al
fracasan estallido violentoseque
ques terroristas no quería
llevan a cabo conseguir
en nombrenada, los sen
de ese ata
claramente. Los conservadores subrayan el choque de tido absoluto proporcionado por la religión. Su objeti
civilizaciones y, por supuesto, la ley y el orden. Los in vo último es el modo de vida ateo occidental basado en
migrantes no deberían abusar de nuestra hospitalidad, la ciencia moderna. En efecto, la ciencia compite hoy
son nuestros invitados, así que deberían respetar nues con la religión en tanto que sirve a dos necesidades pro
tras costumbres. Nuestra sociedad tiene derecho a sal piamente ideológicas, la esperanza y la censura, que tra
vaguardar su cultura y su modo de vida. No hay excusa dicionalmente eran satisfec has por la r eligión. Por citar
para el crimen y el comportamiento violento. Los jóve a Jo hn Gray :
nes inmigrantes no necesitan más ayuda social, sino dis
ciplina y trabajo duro... Mientras tanto los liberales iz Sólo la ciencia tiene el poder de silenciar a los herejes.
quierdistas, no menos predeciblemente, se aferran a su Hoy es la única institución que puede exigir autoridad.
mantra acerca de los programas sociales olvidados y de Como la Iglesia en el pasado, tiene el poder de destruir o
los esfuerzos por la integración, que han privado a las marginar a los pensadores independientes. [...] Desde la
jóvenes generaciones de inmigrantes de cualquier pers posición de cualquiera que valora la libertad de pensa

pectiva económica y social clara. Los estallidos violen miento


fuente presto puede
incipal delser desafortunado,
interés de la ciencipero es ra
a. Pa sinnosotros,
duda la
tos son su único modo de articular su insatisfacción. la ciencia es un refugio contra toda incertidumbre, que
Como hubiera dicho Stalin, es un sinsentido debatir promete —y en cierta medida proporciona— el milagro
qué reacción es peor: las dosson peores, y ello incluye de la liberta d del pensamiento, mientras que las iglesias se
la advertencia formulada por ambos lados acerca de han convertido en santuarios de la duda.4
que el peligro real de estos estallidos reside en la reac
ción racista predecible del pueblo francés.
Los disturbios de París han de situarse en una serie 4. Gray, Straw Dogs> op. cit.,
pág. 19.
102 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 10 3

No estamos hablando de la ciencia como tal, así que curso científico). Por el camino nuestra identidad se ha
la idea de la ciencia enfrentada en parte a la «libertad ulo fundamentando en identificaciones simbólicas. No
de pensamiento» no es una variación de la noción de sorprende que la modernidad nos haya llevado a la lla
Heidegger de que «la ciencia no piensa». Hablamos mada «crisis del sentido», esto es, a la desintegración
de cómo funciona la ciencia como fuerza social, en tan del vínculo entre —o incluso de la identidad de— ver
to que institución ideológica: a este nivel, su función es dad y sentido.
proporcionar certidumbre, ser un punto de referencia En Europa, donde la modernización tuvo lugar a lo
en el que podamos apoyarnos y que nos traiga esperan largo de varios siglos, hubo tiempo para ajustar esta
za. Las nuevas invenciones tecnológicas nos ayudarán a ruptura, para atenuar su efecto devastador, a través del
luchar contra la enfermedad, prolongar la vida, etc. En Kulturarbeit, el trabajo de la cultura. Poco a poco se
este aspecto, la ciencia es lo que L acan llamó «e l discur asentaron nuevos mitos y narraciones sociales. Algunas
so universitario» en su forma más pura: el conocimiento otras sociedades — notablemente las musulmanas— se
cuya «verdad» es un significante- amo, esto es, poder.5 expusieron a este efecto directamente, sin protección,
La ciencia y la religión han intercambiado asientos, y así que su universo simbólico se vio perturbado de un
hoy la ciencia proporciona la seguridad que otrora ga modo mucho más brutal. Perdieron su fundamento
rantizó la religión. En una inversión interesante, la reli (simbólico) sin tiempo apenas para establecer un nuevo
gión es uno de los lugares en que cabe desplegar dudas equilibrio (simbólico). No debe sorprender, por tanto,
críticas acerca de la sociedad de hoy. Se ha convertido que en estas sociedades el único modo de evitar la ban
en un espacio más de resistencia. carrota fuera erigir a la desesperada el escudo del «fun-
El carácter «privado de mundo» del capitalismo damentalismo», esa reafirmación psicotica, delirante e
está vinculado a esta función hegemónica del discurso incestuosa de la religión como comprensión directa de
científico en la modernidad. Hegel advirtió esta carac lo real divino, con todas las terroríficas consecuencias
terística al observar que, para nosotros modernos, el que tal reafirmación implica, incluyendo el retorno de
arte y la religión ya no merecen un respeto absoluto. la obscena divinidad del superyó exigiendo sacrificios.
Podemos admirarlos, pero ya no arrodillarnos ante Como en los ataques «terroristas » de los fundamen-
ellos, pues nuestro corazón no está realmente con ellos. talistas, lo primero que salta a la vista es la inadecuación
Sólo la ciencia —el pensamiento conceptual— merece de la idea, desarrollada de forma más sistemática por
este respeto. Y sólo el psicoanálisis puede revelar los lí Donald Davidson, de que los actos humanos son racio
mites del devastador impacto de la modernidad (esto nalmente intencionales y explicables en términos de las
es, el capitalismo combinado con la hegemonía del dis creencias y los deseos del agente.6Tal enfoque ejempli-
6. Véase Donald Davidson, Essays on Actions and Events,
5. Para el concepto de «discurso de la universidad», véase Oxford, Oxford University Press, 1980 (trad. cast.: Ensayos so
Lacan, The Other Side o/Psycboanalysis, op. cit. bre acciones y sucesos
, Barcelona, Crítica, 1995).
10 4 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HADESATADO» 10 5

fica el prejuicio racista de las teorías de la «racionali está claro que los coreanos del norte habrían respondi
dad»: aunque su objetivo es comprender al otro desde do: desde luego esta historia no es literalmente v erdade
dentro, acaban atribuyendo al otro las creencias más ri ra, sólo pretende representar el espíritu de sacrificio in
diculas, incluyendo las famosas cuatrocientas vírgenes condicional y la disposición del pueblo coreano a hacer
que esperan al creyente en el paraíso, como explicación lo imposible con tal de derrotar la invasión imperialista
«racional» de por qué está dispuesto a saltar por los ai en su tierra. ¿ Y si el error es el mismo que el de los a n
res. En su esfuerzo por hacer al otro «como nosotros», tropólogos cuando adjudican a los aborígenes «primiti
acaban haciéndolo r idiculamente ajeno.7 vos» que celebran al águila como su ancestro la creencia
He aquí un pasaje de uno de los textos de propa de que realmente descienden del águila? ¿Por qué no
ganda distribuidos por Corea del Norte durante la gue leer este pasaje — que más bien parece pr opio de una
rra de Corea: pieza operística con todo su pathos— del modo en que
escucharíamos el acto tercero del Tristan de Wagner,
El héroe Kang- Ho- yung fue gravemen te herido en donde el héroe mortalmente her ido desgrana su cautiva
ambos brazos y ambas piernas en la batalla de Kamak dor canto de muerte a lo largo de casi una hora? ¿ Quién
Hill, así que se lanzó rodando entre las filas del enemigo de entre nosotros está dispuesto a imputar a Wagner la
con una granada de mano en la boca y los destruyó gri
creencia de que esto sea posible? Pero cantar la muerte
tando: «Mis brazos y piernas estaban rotos. Pero en con
de Tristán es mucho más difícil que lo que hizo el infeliz
trapar tida mi espíritu venga dor contra vosotros, cana
llas, se hizo mil veces más fuerte. Mostraré el inflexible
Kang... Quizá deberíamos imaginarnos a Kang cantan
ardor guerrero de un miembro del Partido de los Traba do un aria antes de rodar bajo el tanque, en ese momen
jadore s de Corea y su v olun tad inque brant able, fir me to, propio de la ópera, de suspensión del curso del tiem
mente comprometida con el Partido y el Líder».8 po real en que el héroe reflexiona en una canción sobre
lo que está a punto de hacer.
Es fácil sonreír ante el carácter ridículo e irreal de
esta proclama: ¿cómo pudo el pobre Kang hablar si su
R esent i mi ent o t errori sta
jetaba
de unalaferoz
gr anada contuvo
batalla la boca? ¿ Y para
tie mpo cómotales que ención
declara medio
re
tórica? A hora bien, ¿y si el error es le er este pasaje como «El segundo advenimiento» de William Butler Yeats
una descripción realista y por tanto adjudicar creencias parece expresar perfectamente nuestra situación: «Los
ridiculas a los coreanos? Si se pregunta directamente, mejores carecen de toda convicción, mientras que los
peores están llenos de intensidad a pasionada». H e aquí
7. J ean- Pierre Dupuy, Avions-nous oublié le mal? Penser la
politique après le 11 septembre, Paris, Bayard, 2002. una excelente descripción del corte actual entre los
8. Citado en Bradley K. Mar tin, Under thè loving care of thè anémicos liberales y los exaltados fundamentalistas.
Fatherly leader,Nueva York, Thomas Dunne, 2004. «Los mejores» no son ya capaces de implicarse, mien-
10 6 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 107

tras que «los peores» se implican con el fanatismo r acis basado en la convicción por los terroristas de su propia
ta, religioso y sexista. superioridad y en su deseo de salvaguardar su identidad
Sin embargo, ¿son los terroristas fundamentalistas, cultural y r eligiosa de la embestida de la civilización g lo
sean cristianos o musulmanes, realmente fundamentalis bal de consumo. El problema de los fundamentalistas
tas en el sentido auténtico del término? ¿Creen r ealmen no es que los consideremos inferiores a nosotros, sino
te? De lo que carecen es de una característica fácil de más bien que secretamente ellos mismos se consideran
discernir en todo s los fundamentalistas auténticos, des inferiores. Por eso nuestra condescendiente y política
de los budistas tibetanos a los amish en Estados Unidos: mente correcta aseveración de que no sentimos superio
la ausencia de res entimiento y envidia, una prof unda in ridad respecto de ellos sólo los pone más furiosos y ali
diferencia hacia el modo de vida de los no creyentes. Si menta su resentimiento. El problema no es la diferencia
los llamados fundamentalistas de hoy creen realmente cultural (su esf uerzo por preservar su identidad), sino el
que han encontrado su camino hacia la verdad, ¿por qué hecho opuesto de que los fundamentalistas son ya como
habían de verse amenazados por los no creyentes, por nosotros, pues han interiorizado secretamente nuestros
qué deberían envidiarles? Cuando un budista se en hábitos y se miden por ellos. (Está claro que lo mismo
cuentra con un hedonista occidental, raramente lo cul puede decirse también del Dalai Lama, que justifica el
pará. Sólo advertirá con benevolencia que la búsqueda budismo tibetano en los términos occidentales de bús
hedonista de la felicidad es una derrota anunciada. A di queda de la felicidad y alejamiento del sufrimiento.) La
ferencia de los verdaderos fundamentalistas, los terro paradoja subyacente en todo esto es que en realidad ca
ristas pseudofundamentalistas se ven profundamente recen precisamente de una dosis de esa convicción «ra
perturbados, intrigados, fascinados, por la vida pecami cista» en la pro pia superioridad.
nosa de los no creyentes. Queda patente que al luchar El hecho desconcertante de los ataques «terror istas»
contra el otro pecador están luchando contra su propia es que no encajan bien en nuestra oposición típica entre
tentación. Estos llamados «cristianos» o «musulmanes» el mal como egoísmo o desprecio del bien común y el
son una desgracia p ara el auténtico fundamentalismo. bien como el espíritu para y la disposición al sacrificio
Es aquí donde el diagnóstico de Yeats falla respecto en nombre de alguna causa mayor. Los terroristas no
a la situación actual: la intensidad apasionada de una pueden parecer sino algo semejante al Satán de Milton
turba delata una ausencia de auténtica convicción. En lo con su «Ma ldad, se tú mi Bien»:9 mientras ellos pers i
más profundo de sí mismos los fundamentalistas tam guen lo que nos parecen objetivos malvados mediante
bién carecen de una convicción real, y sus arranques de
violencia son prueba de ello. Cuán frágil debe de ser la 9. ¿ No propor cionó Shakespeare, incluso antes de la famo
sa frase del Paraíso perdidode Milton, la fórmula del mal diabó
creencia de un musulmán si se siente amenazado por una lico, en suTito Andrónico, donde las últimas palabras de Aarón
estúpida caricatura en un periódico danés de circula son: « Si una buena acción en toda mi vida hice / debo arrepen-
ción limitada. El terror fundamentalista islámico no está tirme desde mi propia alma»?
108 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 109

medios malvados, la forma misma de su actividad alcan El problema del deseo humano es que, como dijo
za el máx imo valor del bien. La so lución de este enigma Lacan, siempre es «deseo del otro» en todos los senti
no es difícil y ya era conocida por Rousseau. E l eg oísmo, dos del término: deseo por el otro, deseo de ser desea
o la preoc upación por el bienestar de uno mismo, no se do por el otro, y especialmente deseo de lo que el otro
opone al bien común, puesto que las normas altruistas desea.12 Esto último hace de la envidia, que incluye el
pueden ser deducidas fácilmente de las preocupaciones resentimiento, un componente constitutivo del deseo
egoístas. 10El individualismo f rente al «c omunitarismo» humano, algo que Agustín ya sabía. Recordemos el pa
y el utilitar ismo frente a la af irmación de normas univer saje de sus Confesiones, a menudo citado por Lacan,
sales son oposiciones falsas, puesto que dos opciones que retrata la escena de un bebé celoso del hermano
opuestas llegan a idéntico resultado. Los críticos que se que mama del pecho de la madre: «Yo mismo he visto y
quejan de que en la sociedad egoísta y hedonista de hoy comprobado cómo un infante puede estar celoso aun
faltan valores auténticos se equivocan por completo. Lo que no pueda hablar. Palidece y lanza miradas furtivas
auténticamente opuesto al amor propio egoísta no es el a su hermano de leche».
altruismo, la preocupación por el bien común, sino la Desde esta perce pción, Jean- Pierre Dupuy propone
envidia, el resentimiento que me hace actuar contra mis una cr ítica convincente de la teoría de la justicia de John
propios intereses. Freud lo sabía bien: la pulsión de Raw ls.13E n el modelo raw lsiano de una sociedad justa,
muerte se opone tanto al principio del placer como al las desigualdades sociales sólo se toleran si los favoreci
principio de realidad. El verdadero mal, que es la pul dos también ayudan a los de la parte más baja de la esca
sión de muerte, implica el sabotaje de uno mismo. Nos la social y mientras no se basen en jerarquías heredadas,
hace actuar contranuestros propios interes es.11 sino en desigualdades naturales, que son consideradas
contingentes, no mer ecidas.14Incluso los conservadores
10. El ejemplo más famoso es el de Rober t Ax elrod, en The británicos parecen estar ahora preparados para aprobar
Evolution of Cooperation, Nueva York, Basic Books, 1984 (trad. la noción de justicia de Rawls: en diciembre de 2005,
cast.: La evolución de la cooperación, Madrid, Alianza, 1996). David Cameron, líder tory recién elegido, propuso al
11. Dupuy se equivoca en su caracterización del psicoanáli Partido Conservador la defensa de los desafortunados,
sis lacaniano como parte de la emergente «mecanización de la declarando: «Creo que el test de nuestras políticas debe
mente». El psicoanálisis, por el contrario, reintroduce las nocio
nes del mal y de la responsabilidad en nuestro vocabulario ético: consistir en la pregunta: ¿qué hacen por los que tiene
«pulsión de muerte» es el nombre para lo que perturba el meca menos las personas que no tienen nada?». Pero Rawls
nismo homeostático de búsqueda racional del placer, la extraña
inversión en la que saboteo mis propios intereses. Si es éste el 12. Lacan, Ecrits, op. cit.
mal auténtico, entonces no tan sólo las teorías éticas seculares 13. V éase Dupuy, op. cit.
pragmáticas de hoy, sino incluso la «mecanización de la mente» 14. John Rawls, A Theory of Justice, Cambridge, MA, Har
en las ciencias cognitivas deben ser concebidas no como «malig vard University Press, 1971; edición revisada, 1999 (trad. cast.: Te
nas» en sí mismas, sino como una defensa frente al mal. oría.de la justicia, Madrid, Fondo de Cultura Economica, 2002).
110 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTASE HA DESATADO» 111

no ve que una sociedad tal crearía las condiciones para indo de una fuerza ciega impersonal: lo bueno de la
una explosión incontrolada de resentimiento: en ella <·i rr acionalidad» del mercado y del éx ito o fracaso en el
podría percatarme de que mi situación inferior está ple capitalismo es que me permite precisamente pe rcibir mi
namente «justif icada» y podría por ello verme desp oseí Irncaso o éxito como «inmerecido», contingente.16Re
do del recurso de excusar mi fracaso como resultado de cordemos el viejo tema del mercado como la versión
la injusticia social. moderna de un destino imponderable. El hecho de que
Rawls propone así un modelo terrorífico de una so el capitalismo no sea «justo» es una característica clave
ciedad en que la jerarquía está directamente legitimada que le permite res ultar aceptable para la may oría. Puedo
por propiedades naturales, y por ello se desvía de la lec convivir con mi fracaso mucho más fácilmente si sé que
ción que enseña una sencilla anécdota acerca de un no es debido a mis cualidades inferiores, sino al azar.
campesino
gir esloveno.
entre entregarle a élUna
unabruja
vaca ybondadosa le da ao ele
dos a su vecino, lle Lo que Nietzsche y Freud comparten es la idea de
que la justicia como ig ualdad está fundada en la envidia,
varse una de sus vacas y dos de su vecino. El campesino en la envidia del otro que tiene lo que nosotros no tene
inmediatamente elige la segund a opción.15 Gor e V idal mos, y que disfruta de ello. Así pues, en definitiva la exi
demuestra la cuestión sucintamente: «No me basta con gencia de justicia es la exigencia de que el goce excesivo
ganar, el otro debe perde r». La tra mpa de la envidia/re- del otro haya de ser restringido de modo que el acceso
sentimiento es que no sólo aprueba el principio del jue de todo el mundo a la jouissance sea el mismo. E l re sulta
go de suma cero, en que mi victoria es igual a la pérdi do necesario de esta demanda, desde luego, es el ascetis
da del otro, sino que implica además un intervalo entre mo. Puesto que no es posible imponer igual jouissance ,
los dos, que no es un intervalo positivo (todos podemos lo impuesto, en vez de lo compartido con equidad, es la
ganar sin ningún perdedor), sino negativo. Si tengo que prohibición. Con todo, en nuestra sociedad presunta
elegir entre mi ganancia y la pérdida de mi oponente, mente permisiva, hoy día este asceti smo asume la for ma
prefiero la pérdida de mi oponente, incluso si eso signi de su opuesto, un imperativo generalizado del superyó,
fica también una pérdida para mí. Es como si mi ganan el mandato de «¡ g oza! ». T odos estamos bajo el hech izo
cia, sin la
especie depérdida delpatológico
elemento oponente,que
funcionase
contaminacomo una
la pure de este mandato. El resultado es que nuestro goce se ve
más perturbado que nunca. Pensemos en el yuppie que
za de mi victoria. combina la «autorrealización» personal con disciplinas
Friedrich Hayek supo que era mucho más fácil acep totalmente ascéticas como el jogging , la comida sana y
tar las desigualdades si uno puede decir que son el resul- demás. Quizá fuera esto lo que Nietzsche tenía en men
15. En una versión más suave, la bruja le dice: «Te daré lo te con su noción del «último hombre», aunque sólo hoy
que quieras, pero te advierto, ¡se lo daré por duplicado a tu veci 16. Véase Friedrich Hayek, The Road to Serfdom , Chicago,
no! ». E l campesino, con una sonrisa malévola, le dice: «¡ A rr án University of Chicago Press, 1994 (trad. cast.: Camino de servi
came un ojo! ». dumbre , Madrid, Alianza, 2006).
112 SOBRELAVIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 11 3

podamos discernir realmente sus contornos bajo el dis sucede con el sujeto melancólico que posee el objeto,
fraz del ascetismo hedonista de los yuppies. Nietzsche no como el avaro, pero pierde la razón que le hizo desear
defendía sólo la afirmación de la vida frente al ascetismo: lo. Lo más tr ágico es que el melancólico tiene libre acce
era consciente de que cierto ascetismo es el anverso de so a todo lo que desea, pero no encuentra satisfacción
una sensualidad excesiva y decadente. Su crítica del Par en ello.18
sifal de Wagner, y más en general de la decadencia tardo- Este exceso de envidia es la base de la conocida
rromántica que oscila entre la lúbrica sensualidad y el aunque no plenamente explotada distinción de Rousse
esplritualismo oscuro, da totalmente en el clavo.17 au entre egoísmo, amour de soi (ese amor del yo que es
Entonces, ¿qué es la envidia? Volvamos a la escena natural) y amour propre,la preferencia perversa de uno
agustiniana del hermano envidioso. El sujeto no envidia mismo sobre los otros en que una persona se centra no
del otro la posesión del objeto preciado como tal, sino en la consecución de un objetivo, sino en destruir el
más bien el modo en que el otro es capaz degozarde este obstáculo para alcanzarlo:
objeto, por lo que para él no basta con robar y recuperar
la posesión del objeto. Su objetivo verdadero es des Las pasiones primitivas, que apuntan todas a nuestra
truir la capacidad/habilidad del otro para gozar del ob propia felicidad y que no nos ocupan sino con objetos
jeto. A sí pues, vemos que la envidia ha de situarse en la que se relacionan con ellas y no tienen por principio otra
tríada de la envidia, la avaricia y la melancolía, las tres cosa que el amour de soi , son en esencia todas amorosas
formas de no ser capaz de gozar del objeto y, desde lue y tiernas. P ero cuando, desviadas de su objeto por los obs
táculos, se preocupan más del obstáculo que debe ser apar
go, de gozar de forma reflexiva de esa misma imposibili
tado que del objeto por alcanzar, entonces cambian de na
dad. A diferencia del sujeto de la envidia, que envidia la turaleza y se hacen irascibles y odiosas, y de este modo el
posesión del otro o la jouissance del objeto, o ambas, el amour de soi, que es un sentimiento bueno y absoluto, se
avaro posee el objeto, pero no puede gozarlo/consumir convierte en amour propre, es decir, un sentimiento rela
lo. Su satisfacción deriva tan sólo de poseerlo eleván tivo por el que nos comparamos, que pide preferencias,
dolo a una entidad sagrada, intocable/prohibida, que por el que el disfrute es puramente negativo y no busca ya
no debe ser consumida bajo ningún concepto. La figura
proverbial del avaro solitario es aquella en que lo vemos 18. ¿Es posible envidiarse a sí mismo, no sólo a otro sujeto?
volver a casa, cerrar con llave las puertas, abrir su cofre y Acerca de sujetos que, incapaces de prolongar su felicidad o
echar entonces un vistazo al preciado objeto, observán suerte, se sabotean obstinadamente, puede decirse a veces, de
dolo con ansia. Lo que evita que el objeto sea consu un modo freudiano cruel, que su superyó envidia el éxito de su
mido garantiza su estatus como objeto del deseo. Igual yo. La fractura entre lo que Lacan llama el «sujeto de lo enuncia
do» (el modo en que el yo, el sujeto hablante, se representa en su
discurso) y el «sujeto de la enunciación» (el yo hablante mismo)
17. Véase Alenka Zunpancic, The Shortest Shadow , Cam es llevada al extremo aquí: el sujeto se convierte en su propio
bridge, MA , MIT Press, 2006. otro, ocupando una posición desde la cual se envidia a sí mismo.
11 4 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 11 5

satisfacerse por nuestro propio bien, sino sólo por el m al de Ιίΐ. SUJET O Q UE SE SU PON E SA QUEA Y VIOLA

los otros.19
Uno de los personajes populares de la guerra entre
A sí pues, una persona malvada no es egoísta «cuan listados Unidos e Irak fue Muhamad Saeed al- Sahaf, el
do piensa sólo en sus propios intereses». Un auténtico desafortunado ministro de Información iraquí. En sus
egoísta está demasiado ocupado preocupándose de su conferencias de prensa diarias negó heroicamente in
propio bien como para tener tiempo para causar mal a cluso los hechos más evidentes y fue fiel a la línea ira
otros. El vicio primario de una mala persona es precisa quí. Cuando los tanques estadounidenses estaban tan
mente estar más preocupada por los demás que por sí sólo a algunos metros de su oficina, continuó afirman
mismo. Rousseau está por tanto describiendo un meca do que las imágenes de la televisión estadounidense que
nismo libidinoso preciso: la inversión que genera un mostraban los tanques en las calles de Bagdad eran me
cambio de la asignación libidinosa, del objeto al obstá ros efectos especiales de Holly wood. A veces, sin em
culo mismo. E sto podr ía aplicarse a la violencia fu nda- bargo, daba en el clavo: cuando tuvo que contestar a las
mentalista, sea en los atentados de Oklahoma o en el noticias que afirmaban que los soldados estadouniden
ataque a las Torres Ge melas. En ambos casos se trata de ses tenían bajo control partes de la ciudad, replicó:
odio puro y simple: lo que realmente importaba era «¡ No tienen nada bajo control, ni s iquiera se controlan
destruir el obstáculo (la sede federal de Oklahoma City, a sí mismos!».
el World Trade Center) no alcanzar el noble objetivo de Con las noticias del caos en que se vio sumida Nue
una sociedad ve rdaderamente cristiana o musulmana.2 0 va Orleans, el viejo dicho de Marx de que la tragedia se
He aquí la razón por la que el igualitarismo nunca repite como farsa parece haberse invertido: la cómica
debería ser aceptado en su sentido literal: la noción (y replica de Saeed se transformó en tragedia. Estados
práctica) de la justicia igualitaria, en tanto que esté sos Unidos, la policía mundial que pretende controlar las
tenida por la envidia, yace en la in ver sión de la típica re amenazas a la paz, la libertad y la democracia en el
nuncia r ealizada para beneficiar a otros: «¡ Estoy listo inundo, pierde el control de una parte de los propios
para renunciar a ello, así que (TAMPOCO) los demás po listados Unidos. Durante unos pocos días Nueva Orle
drán tenerlo!». Lejos de oponerse al espíritu del sacrifi ans experimentó la regresión a un salvaje coto de saque
cio, el mal emerge aquí como el auténtico espíritu del os, asesinatos y violaciones. Se convirtió en una ciudad
sacrificio, preparado para ignorar el propio bienestar de muertes y asesinatos, una zona postapocalíptica
si, a través de mi sacrificio, puedo despojar al otro de donde aquellos que el filósofo Giorgio Agamben llama
su goce... //om ini sacer—las personas excluidas del orden civil—
vagaban sin rumbo. Existe un temor creciente de que
19. Jean-Jaeques Rousseau, Oeuvres, vol. 1, Gallimard, 1990.
este tipo de desintegración de la entera estructura social
20. Véase Jean-Pierre Dupuy, Petite Métaphysique des tsu
namis, Paris, Editions du Seuil, 2005, pág. 68. pueda llegar en cualquier momento, que algún acciden
11 6 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 117

te natural o tecnológico —sea u n terremoto, un fallo ¿Entonces, qué es lo que ocurrió en Nueva Orle
eléctrico o el famoso efecto 2000— reducirá nuestro ans? En un análisis más profundo, lo primero que hay
mundo a un primitivo estado salvaje. Este sentido de la que advertir es su extraña temporalidad, una suerte de
fragilidad de nuestro vínculo social es en sí mismo un reacción a destiempo. Inmediatamente después de la
síntoma social. Precisamente cuando y donde uno es irrupción del huracán hubo un alivio momentáneo: su
peraría un s urgimiento de la solidar idad frente al desa s ojo pasó a una veintena de kilómetros de Nueva Orle
tre, hay un miedo a que explote el egoísmo más despia ans. Tan sólo se contabilizaron diez muertes, así que lo
dado como sucedió en Nueva Orleans. peor, la temida catástrofe, se había eludido. Después,
No es momento para cualquier clase de Schaden con la resaca tras el huracán, las cosas comenzaron a ir
freude del tipo «Estados Unidos tiene lo que se mere mal. Parte del dique de contención de la ciudad se rom
ce». La tragedia de Nueva Orleans fue inmensa: se ha pió, con lo que la ciudad se inundó y el orden social se
demorado demasiado el análisis de lo que ocurrió. Las desintegró... La catástrofe natural, el huracán, reveló
escenas que vimos en los telediarios no pueden sino re estar «mediado socialmente» de múltiples maneras. En
cordarnos numerosos documentos históricos y fenóme primer lugar, hay buenas razones para sospechar que
nos culturales de nuestra historia. La primera asocia Estados Unidos recibe más huracanes de los habituales
ción, desde luego, es la de los reportajes televisivos de debidos al calentamiento global producido por el hom
las ciudades del tercer mundo hundiéndose en el caos bre. En segundo lugar, el inmediato efecto catastrófico
durante una guerra civil (Kabul, Bagdad, Somalia, Li
beria...), y esto da cuenta de la verdadera sorpresa ante que se una megalópolis estadounidense pierde todo tipo de or
den público y las bandas criminales se han hecho con el poder.
lo que pasó en Nueva Orleans: lo que estábamos acos
Más interesante es, sin embargo,El efecto dominó, de David Ko-
tumbrados a ver que ocurría allí estaba teniendo lugar epp, en el que, cuando el poder escapa de la gran ciudad, la so
aquí. La ironía es que Luisiana es a menudo designada ciedad comienza a hundirse. La película pone en juego de mane
la «república bananera de Estados Unidos», el tercer ra imaginativa las relaciones entre razas, y nuestras actitudes
mundo dentro de Estados Unidos. Esta es probable prejuiciosas hacia los extranjeros. Como decía la publicidad del
mente una de las razones por las que la reacción de las íilm, «cuando nada funciona, todo vale». Detrás se ocultaba el

autoridades llegó demasiado tarde. Aunque racional aura de Nueva


vientes y vudú,Orleans
dondecomo
algunala ciudad
fuerza de vampiros,
espiritual muertos
oscura vi
amenaza
mente sabíamos que podía ocurrir, no creíamos en rea siempre con destruir la fábrica social. De modo que, de nuevo,
lidad que pudiese ocurrir, al igual que la amenaza de la como con el 11 de septiembre de 2001, la sorpresa no era tan sólo
catástrofe ecológica. Lo sabemos todo acerca de ella, una sorpresa. Lo que ocurrió no fue que la torre de marfil de la
pero de algún modo no creemos que vaya a ocurrir vida en Estados Unidos fuese sacudida por la intromisión de
la realidad de caos social del Tercer Mundo, sino, por el contra
efectivamente...21
rio, lo que (se percibía como que) no era parte de nuestra reali
21. No obstante, ya había ocurrido en Estados Unidos. En dad —algo de lo que sólo éramos conscientes como ficción de la
el cine, desde luego: la serie de películas «Escape from...», en la televisión y del cine—, entró brutalmente en nuestra realidad.
SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 119

del huracán, la inundación de la ciudad, fue en gran I" na verse como un eco de los disturbios de Rodney
parte debido a un error humano: las presas de proteo I ni); en Los A ngeles, o incluso las revuel tas de Detr oit
ción no eran lo suficientemente buenas y las autori V Newark a finales de la década de 1960.
dades estaban poco preparadas para enfrentarse a las I)e un modo más fundamental, ¿y si la tensión que
necesidades humanitarias predecibles que siguieron. III vó al estallido de violencia en Nueva Orleans no era
Pero el golpe auténtico y más grande tuvo lugar tras el l.i tensión entre la «naturaleza humana » y la f uerza de la
acontecimiento, bajo la forma del efecto social de la ca i ivilización que la mantiene a raya, sino la tensión entre
tástrofe natural. La desintegración del orden social lle »los aspectos de nuestra civilización? ¿ Y si, en el esfuer-
gó como una especie de acción diferida, como si la ca ,<>por controla r est allidos co mo el de Nuev a O rle ans,
tástrofe natural se repitiera a sí misma como catástrofe* l.is luerzas de la ley y el orden se enfrentaron con la au-
social.
¿Cómo leer este colapso social? La primera reac iriitica
pura, lanaturaleza
lógica de ladelcompetición
capitalismo individualista,
en su forma de más
la
ción es la conservadora. Los acontecimientos de Nueva nutoafirmación más despiadada, una «naturaleza» mu-
Orleans confirman de nuevo cuán frágil es el orden so (lio más amenazadora y violenta que todos los huraca
cial, cuánto necesitamos un refuerzo estricto de la ley y nes y terremotos juntos?
una presión ética para prevenir la explosión de pasio En su teoría de lo s ublime (das Erhabene), Immanuel
nes violentas. La naturaleza humana es esencialmente I' ant interpretó nuestra fascinación por las acometidas
malvada, el descenso al caos social es una smenaza per (leí poder de la naturalez a como una prueba negativa de
manente... Este argumento puede recibir también una la superioridad del espíritu sobre la naturaleza. No im-
vuelta de tuerca racista: los que cayeron en la violencia I >orta cuán brutal sea el despliegue de la ferocidad de la
eran casi exclusivamente negros, así que aquí tenemos naturaleza, no puede afectar a nuestra propia ley moral.
de nuevo la prueba de la falta de civilización de los ne ¿No proporciona la catástrofe de Nueva Orleans un
gros. Las catástrofes naturales hacen aflorar a la chus ejemplo simil ar de lo subli me? No impor ta la br utalidad
ma que en tiempos de paz normalmente se mantiene <leí vórtice del huracán: no puede interrumpir la espi
oculta y bajo control.
Desde luego, la respuesta obvia a esta línea de argu ral de la dinámica
Hay, capitalista.
no obstante, otro aspecto de los sucesos de
mentación es que el descenso al caos de Nueva Orleans Nueva Orleans que es crucial respecto a los mecanis
hizo visible la división racial persistente en Estados mos ideológicos que regulan nuestras vidas. De acuer
Unidos. Nueva Orleans era negra en un 68 %. Los ne do con una anécdota antropológica bien conocida, los
gros son los pobres y los menos privilegiados: no tuvie «primitivos» a quienes se atribuye ciertas creencias su
ron medios para huir de la ciudad a tiempo. Fueron persticiosas (que descienden de un pez o de un pájaro,
abandonados, murieron de hambre y desprotegidos. por ejemplo), cuando son interrogados directamente
No sorprende que estallasen. Su reacción violenta de- por estas creencias, responden : « ¡ Des de lueg o que no,
12 0 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 12 1

no somos tan estúpidos! Pero algunos de nuestros an Cuando construyo una imagen «falsa» de mí mismo
cestros efectivamente lo creían...». En pocas palabras, que me representa en una comunidad virtual en la que
transfieren su creencia ά otro. Nosotros hacemos lo participo (en los juegos sexuales, por ejemplo, un hom
mismo con nuestros hijos. Pasamos por el ritual de San bre tímido adopta a menudo el papel de una mujer
ta Claus, puesto que a nuestros hijos se les supone la atractiva y promiscua), las emociones que siento y «fin
creencia en él y no queremos decepcionarlos. Ellos fin jo» como parte de mi personaje en la pantalla no son
gen creerlo para no decepcionarnos a nosotros y nues simplemente falsas. Aunque lo que experimento como
tra creencia en su inocencia (y para recibir regalos, por mi «auténtico yo» no los siente, son sin embargo «ver
supuesto). ¿No es ésta también la excusa habitual del daderas» en cierto sentido, como cuando veo una serie
político deshonesto que se vuelve sincero? «No puedo en televisión llena de risas enlatadas; incluso si no río,
decepcionar a la gente normal que cree en mí (o en sino que simplemente miro fijamente la pantalla, cansa
ello).» Dándole una vuelta de tuerca más, ¿no es esta do tras un duro día de trabajo, me siento igualmente
necesidad de encontrar a otro que «realmente cree» lo animado tras el espectáculo...22
que impulsa nuestra necesidad de estigmatizar al otro Los acontecimientos de Nueva Orleans después de
como «fundamentalista» (religioso o étnico)? De modo que la ciudad fuese sacudida por el huracán Katrina
ex traor dinario, algunas creencias s iempre parecen fun proporcionan un nuevo añadido a esta serie de «sujetos
cionar «a distancia»: para que funcione la creencia, que se presuponen...»: el sujeto que se supone saquea y
debe haber un garante final de ella, aunque este garante viola . Todos recordamos los reportajes sobre la desinte
sea siempre diferido, desplazado, nunca esté presente gración del orden público, la explosión de violencia en
in persona . La clave, desde luego, está en que este otro tre la población negra, los saqueos y las violaciones.
sujeto que cree de modo absoluto no necesita existir Con todo, investigaciones posteriores demostraron que
para que la creencia sea operativa. Es suficiente con en la g ran mayoría de los casos estas supuestas orgías de
pr esup on er su existencia, esto es, creer en ella, tanto en violencia simplemente no ocurrieron : los rumores no
la forma del otro primitivo como en la forma del «se» comprobados se reprodujeron como hechos probados
impersonal («se cree...»). por los medios de comunicación. Por ejemplo, el 4 de

¿No funciona
nuestros este diferir
sentimientos o desplazar
y actitudes tambiénDesde
más íntimas? en septiembre
licía el supervisor
de Nueva Orleans fuejefe delen
citado Departamento
el N ew Yo rk de Po
Times,
las llamadas « plañidera s» , mujeres contratadas para llo en un texto sobre las condiciones en las que se encon
rar en los funerales en las sociedades «primitivas», a las traba la ciudad: «Los turistas pasean por aquí, y en cuanto
«risas enlatadas» de las comedias televisivas, en que la esos individuos los ven, se convierten en sus presas. Los
reacción de risa ante una escena cómica se incluye en la 22. Para el concepto de «sujeto- supuesto- saber», véaseel cap.
banda sonora, hasta la adopción de un avatar en el cibe 3 de Slavo) Zizek, The Plague o f Fantasies, Londres, Verso, 1997
respacio está en acción el mismo tipo de fenómeno. (trad. cast.:El acoso de lasfantasías, Madrid, Siglo X X I, 1999).
12 2 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 123

golpean, los violan en la calle». En una entrevista dos hieran «exag erados», sino por una ra zón mucho más r a
semanas posterior reconoció que algunas de sus afirma dical. Jacques Lacan afirmó que, incluso si la mujer del
ciones más chocantes eran falsas: «No tenemos datos paciente está acostándose realmente con otros hombres ,
oficiales que documenten asesinato alguno. Ningún in los celos del paciente deben ser tratados como una con
forme de violación o asalto sex ual».23 dición patológica. De modo parecido, incluso si los ju
La realidad de los ne gros pobres abandonados y de díos ricos en la Alemania de los últimos años de la déca
jados a s u suerte sin medios de supervivencia se trans da de 1930 «realmente» explotaban a los trabajadores
formó entonces en el espectro de un estallido de violen alemanes, seducían a sus hijas, dominaban la prensa po
cia negra, de turistas asaltados y asesinados en las calles, pular y demás, el antisemitismo nazi seguía siendo radi
que habían degenerado en anarquía, en un enorme coli calmente «no v erdadero», una condición ideológica pa
seo lleno de bandas que violaban a mujeres y niños... Es tológica. ¿Por qué? Lo que la hacía patológica era la
tos informes no eran palabras vacías, eran palabras que inconfesada inversión libidinosa de la figura del judío.
tenían efectos materiales precisos: generaron miedos que La causa de todos los antagonismos sociales fue pro
llevaron a las autoridades a frenar el despliegue de tro yectada en el «judío» , el objeto de un amor- odio perver
pas, ralentizaron las evacuaciones médicas, llevaron a so, una figura espectral de fascinación y repugnancia.
los oficiales de policía a abandonar la ciudad, prohibie Exactamente lo mismo se aplica a los saqueos en Nueva
ron despegar a los helicópteros. Por ejemplo, los coches Orleans: incluso si TODOS los informes acerca de violencia
de la compañía de ambulancias A cadian quedaron g uar y saqueosfueran probados comofácticam ente verdaderos,
dados bajo llave cuando llegó el rumor de que las reser las historias que circulaban sobre ellos seguirían siendo
vas de agua de un parque de bomberos de Covington «patológicas» y racistas,pues lo que motivó esas historias
habían sido saqueadas por asaltantes armados, noticia no eran hechos, sino prejuicios racistas, la satisfacción
que r esultó ser totalmente infundada. sentida por quienes fueran capaces de decir: «¡Ves, los
Desde luego, el sentido de amenaza fue activado por negros son realmente así, bárbaros violentos sin ningún
un desorden y una violencia genuinos: los saqueos co sentido de civilización!». En otras palabras, podríamos
menzaron en el momento en que la tormenta pasó sobre estar viéndonoslas con lo que podría denominarse men
Nueva Orleans.
tos a mano Abarcaron
armada, desdepor
impulsados robos menores adeasal
la necesidad so tir bajo la forma de la verdad:incluso si lo que estoy di
ciendo es fácticamente cierto, los motivos que me hacen
brevivir. Sin embargo, la (limitada) realidad de los crí decirlo son falsos.
menes de ningún modo condena los «informes» del ¿ Y qué hay del obvio contra arg umento derechista-
colapso total de la ley y el orden; y no porque tales datos populista? Si decir la verdad fáctica implica una menti
23. Véase J im Dwyer y Christopher Drew, «Fear Exceeded ra subjetiva — la ac titud racista— , ¿ no sig nifica esto,
Crime’s Reality in New Orleans», New York Times, 29 de sep más allá de la corrección política, que no podemos ex
tiembre de 2005. presar los meros hechos empíricos cuando los negros
12 4 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADA SANGRIENTA SE HA DESATADO» 125

cometen un crimen? La respuesta está clara: la obliga i| tie era moralmente censurable recomendar el aborto
ción no es mentir, falsificar o ignorar los hechos en tic un grupo entero de población. Pero esto es lo que
nombre de alguna verdad política mayor, sino —y esto ocurre cuando argumentas que los fines pueden justifi
es algo mucho más difícil de hacer— cambiar la posi car los medios». Esto es exactamente lo que Freud que
ción subjetiva propia de modo que decir la verdad fác ría decir cuando escribió que el inconsciente no conoce
tica no implique la mentira de la posición subjetiva de negación: el discurso oficial (cristiano, democrático...)
enunciación. En ello reside la limitación de la correc está acompañadoy sostenido por un nido entero de fan-
ción política estándar. En vez de cambiar la posición I ;isías obscenas, brutales, racistasy sexistas que sólo
subjetiva desde la que hablamos, impone sobre noso pueden admitirse sometidas a censura.
tros un conjunto de reglas respecto al contenido. No se Pero aquí no tratamos sólo del viejo racismo. Está en
ñalemos que los negros cometen crímenes. No mencio juego algo más: una característica fundame ntal de nues
nemos que las parejas lesbianas maltratan a sus hijos. tra sociedad «global» emergente. El 11 de septiembre
No nos explayemos en cómo las minorías desvalidas de 2001 fueron atacadas las Torres Gemelas. Doce años
maltratan a las mujeres y a los niños... Pero todas estas untes, el 9 de noviembre de 1989, cayó el muro de Ber
reglas sobre el contenido dejan de hecho intacta nues lín. Esa fecha señala el comienzo de la «feliz década de
tra posición subjetiva. 1990», el sueño de Francis Fukuyama del «fin de la his-
Desde luego, no admitimos abiertamente estos mo loria», la creencia de que, en principio, la democracia li
tivos. De vez en cuando, sin embargo, surgen en el espa beral había ganado, de que la búsqueda había acabado,
cio público bajo forma censurada, bajo el disfraz de la de que la llegada de una comunidad global liberal estaba
denegación, evocados como una opción y después in a la vuelta de la esquina, de que los obstáculos a este su
mediatamente descartad os. Recordemos lo que W illiam perfinal made inHolly wood eran meramente empíricos
Bennett, el juga dor y autor neoconservador de The Book y contingentes (focos locales de resistencia donde los lí
ofVirtues, dijo el 28 de septiembre de 2005 en su prog ra deres no se habían percatado aún de que su tiempo ha
ma con llamadas del público Morning in America: «Pero bía acabado). A diferencia de entonces, el 11 de sep-
sé que es verdad que si quieres reducir el crimen, puedes tiembre es el símbolo principal del fin de la feliz década
hacerlo. Si ése fuera tu único propósito, podrías abortar ciintoniana de 1990. La era en que surgieron nuevos
a todos los niños negros del país, la tasa criminal bajaría. muros en todas partes, entre Israel y Cisjordania, alrede
Eso sería algo ridiculamente imposible y moralmente dor de la Unión Europea, en la front era c on Méx ico. E l
censurable, pero la tasa cr iminal bajaría». L a Casa Bla n auge de la nueva derecha populista es sólo el más emi
ca reaccionó de inmediato: «El presidente cree que los nente ejemplo de la urgencia por construir nuevos muros.
comentarios no fueron apropiados». Dos días después Hace un par de años pasó casi desapercibida una si
Bennett matizó sus palabras: «Estaba emitiendo una niestra decisión de la Unión Europea: el plan de estable
proposición hipotética [...] y después dije acerca de ella cer una policía de fronteras europea para as egurar el ais
12 6 SOBRE LA VIOLENCIA «LA OLEADASANGRIENTASE HA DESATADO» 127

lamiento del terr itorio de la Unión y prev enir así el flujo Lulo del muro. Es de este sujeto de quien habla Ben
de inmigrantes. Esta es la verdad de la globalización, I j i nen, confesando así de modo censurado sus sueños ase
constr ucción de nuevos muros que def ienden a la prós ónos. Más que cualquier otra cosa, los rumores y noti-
pera Europa de la marea inmigrante. Uno se ve tentado t ms falsas de los res ultados del K atr ina atestiguan la
a resucitar aquí la vieja oposición «humanista» marxista I »rotunda división de clase de la sociedad estadouni

entre las «relaciones entre cosas» y las «re laciones entre dense.
personas»: en la celebrada libre circulación desplegada Cuando, a comienzos de octubre de 2005, la policía
por el capitalismo global, son las «cosas» (mercancías) española se enfrentó al problema de cómo detener el
las que circulan libremente, mientras que la circulación llujo de inmigrantes africanos desesperados que inten
de «personas» está cada vez más controlada. No esta taban penetrar en el pequeño territorio español de Me-
mos tratando aquí de la «globalización» como un pro lilla, en laun
construir costa
muro africana
entre eldelenclave
Rif, desplegó
españolely Marrue
plan de
yecto inaca bado, sino con auténtica «dialéctica de la
globalizac ión»: la segr egación de las personas es la reali cos. Las imágenes presentadas —una compleja estruc
dad de la globalización económica. Este nuevo racismo tura con la última tecnolog ía— tenían una ex traña se
de los desarrollados es en cierto modo mucho más bru mejanza con el muro de Berlín, sólo que con la función
tal que los anteriores: su legitimación implícita no es opuesta. Este muro estaba destinado a impedir a la gen
naturalista (la superioridad «natural» del Occidente te entrar, no salir. La cruel ironía de la situación es que
desarrollado) ni tampoco culturalista (en Occidente no (4 gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en el mo
sotros también queremos preservar nuestra identidad mento actual líder del gobierno europeo probablemen
cultural), sino desvergonzado egoísmo económico. La te más antirracista y tolerante, se ve forzado a adoptar
división fundamental es la que se hace entre los inclui estas medidas de segregación. He aquí una señal clara
dos en la esfera de la prosperidad ec onómica (relativa) y del límite del enfoque multiculturalista «tolerante» que
los ex cluidos de ella. predica abrir fronteras y acoger al otro. Si se abriesen
Esto nos lleva de vuelta a los rumores y a las noticias las fronteras, los primeros en rebelarse serían las clases
trabajadoras locales. Está cada vez más claro que la so
acerca
En de «sujetos
Estados Unidos, que se Orleans
Nueva suponensesaquean y violan».
cuenta entre las lución no es «derruir los muros y dejar entrar a todos»,
ciudades más marcadas por el muro interno que separa que es la exigencia fácil y va cua de los bondadosos libe
a los r icos de los negros recluidos en guetos. Y es sobre rales progresistas «radicales». La única solución autén
quienes están al otro lado del muro sobre quienes fan tica es derruir el auténtico muro, no el del Departamen
taseamos: viven cada vez más en otro mundo, en una to de Inmigración, sino el socioeconómico: cambiar la
tierra de nadie que se ofrece como pantalla para la pro sociedad de modo que la gente no intente escapar de
yección de nuestr os miedos, ansiedades y deseos secre sesperadamente de su propio mundo.
tos. El «sujeto que se supone saquea y v iola» está al otro
CAPITULO
__________ 4
Presto
Antinomias de la razón tolerante

¿ L i bera l i smo o fundamenta lis mo ?


¡Un a plaga e n l a s casas d e ambos !

Immanuel Kant desarrolló la noción de «antino


mias de la razón pura». La razón finita humana cae ine
vitablemente en la autocontradicción cuando intenta ir
más allá de la experiencia de los sentidos concretos al
responder a preguntas como: ¿tiene el universo un co
mienzo en el tiempo, un límite espacial, una causa ini
cial, o es infinito? La antinomia surge porque es posible
construir argumentos válidos para ambas partes de la
pregunta: podemos demostrar de forma concluyente
que el universo es finito y que es infinito. Kant argu
menta que si este conflicto de la razón no se resuelve, la
humanidad caerá en un estéril escepticismo que él de
nominó la «eutanasia de la r azón pura» .1Las r eacciones

1. Véase Immanuel K ant, «T he A ntinomy of Pure Reason»,


en Critique of Pure Reason: The Trascendental Dialectic(trad.
130 SOBRE LA VIOLENCIA
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 131
violentas tras la publicación de las caricaturas de Maho ¡íleo en todo ello, pues esta ridiculización es una parte
ma, la otra manifestación de violencia que conmocionó inherente de la vida religiosa. Del mismo modo que en
a la opinión pública occidental en el otoño de 2005, pa
el caso del cris tianismo no debemos olv idar los momen-
recen enfrentarnos a una antinomia similar de la razón
los de ir onía car navalesca en las parábolas y acertijos de
tolerante·, pueden narrarse dos historias opuestas acer ( ! risto. Inclus o la c rucif ix ión conti ene su pro pia r idicu-
ca de las caricaturas, ambas convincentes y bien argu Ii/ación, espectáculo blasfemo de ese rey que es Cristo,
menta das, sin posibilidad alg una de med iación o recon
rebalgando a lomos de un asno con su corona de espi
ciliación entre ellas. nas. El cristianismo interrumpe la noción pagana de la
Según el liberal occidental, para quien la libertad de
inversión cómica de la s relaciones normales de autori-
prensa es uno de lo s máx imos bienes, el caso está claro. tlad en las que, por un tiempo limitado, un idiota es ce
Incluso si rechazamos las caricaturas con desagrado, su lebrado como rey. En el cristianismo, el «auténtico» rey
publicación no justifica en absoluto la violencia asesina se revela como su propia blasfemia, un señor del desor-
de las turbas y la estigmatización de un país entero. Los (Icn, un loco. Por eso, cuando en diciembre de 2006 un
ofendidos por las caricaturas deberían haber ido a jui
Kt'iipo de conservadores nacionalistas del Parlamento
cio para perseguir al infractor, y no exigir disculpas de: polaco propusieron proclamar a Jesús rey de Polonia,
un Estado que se ad hiere a la liber tad de pren sa. L a re no sólo confundían los niveles religioso y político, sino
acción musulmana despliega una clara incomprensión <1ue su propuesta era también pro fundame nte pag ana,
del principio occidental de una sociedad civil indepen nnticristiana: hacía un chiste del cristianismo mismo.
diente. El libera l occidental tambi én encuentra el problem a
L o que subyace a la ac titud mus ulmana es su creen i le las caricaturas vulgares antisemitas y anticristianas
cia en el estatus sagrado de lo escrito (motivo por el que: «μie abunda n en la prensa y en los libro s escolares de los
tradicionalmente los musulmanes no usan papel en el I »aises musulmanes . N o hay respeto por los demás pue-
baño). L a idea de la escritura minuciosame nte seculari I'los y su relig ión, respeto que se ex ige a Occ idente . Pe ro
zada, por no mencion ar una «V ida de Mahom a» a lo asimismo ha y ta mbién poco respeto por su propio pue
Monty Python, es inimaginable en la cultura islámica. blo, como ates tigua el caso de Sheik Taj Din al- Hilali, el
Hay más que rascar de lo que puede parecer en un pri i Irrigo musulmán más importante de Australia, que
mer momento: una ridiculización de la divinidad es i .itisó furor cuando, en otoño de 2006, después de que
parte de la misma tradición religiosa europea, comen un grupo de hombres musulmanes fuera encarcelado
zando con la ridiculización ritualizada de los dioses del por asociación delictiva, dijo: «Si coges carne y la colo-
Olimpo en la antigua Grecia. No hay nada subversivo o I .is en la calle [...] y los gatos se acercan a comerla [...],
Λ le quién es la culpa , de los gatos o de la car ne? L a cul-
cast.: «La antinomia de la razón pura», en Crítica de la razón I ul >le es la ca rne». L a naturale za ex plosiva y provocado-
pura, Madrid, Alfaguara, 2000). ι,ι de la comparación entre una mujer que no lleva el
1 32 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERAN TE 13 3

velo y la ca rne c ruda distr aía la ate nción de otr a prein ifui, A lg unos de los par tida rios occ identales de la tole-
mucho más sorprendente, que subyacía al argumento <li I.nicia multicultural, que intentan alcanzar cierta «com
A l- Hilali. Si se culpa a las mujer es de la conducta sexiwl pì (*nsión» de la reacción musulmana, señalan que la hi-
de los hombres, ¿no implica esto que los hombres esl ;m I rreacció n a las caricaturas tiene una causa subyacente.
tan indefensos frente a lo que perc iben como tentación I.»i violencia asesina en un primer momento dirigida a
sex ual que son incapaces de res istirla, que están toi ni I )inamarca, p ero después ex pandida a toda E uro pa y
mente a mer ced de su apetito sex ual, como un gii lo ii ( )ccidente, indica que las manifestaciones no tenían
cuando ve carn e cr uda?2 A diferencia de esta presun »| iie ver con las caricaturas e n concreto, sino c on las hu
ción de total falta de responsabilidad masculina por su millaciones y fr ustraciones as ociadas a la ac titud impe-
propia conducta sexual, la insistencia pública de Occi iiíilista de Occidente. En las semanas posteriores a las
dente en el erotismo femenino se basa en la premisa dr manifestacion es, los periodistas com pitier on entre s í a la
que los hombres sí que son capaces de contenerse sc« hora de enumerar las razones «reales» de los disturbios:
xualmente, que no son esclavos ciegos de sus impulsos l;i ocupación israelí, la i nsatis fac ción con el rég imen pro-
sexuales.3 estadou nidense de Musharr af en Pak istán, el antiameri
2. Esta re sponsa bilidad total de la mujer en el acto sexual
canismo en Irán, etc. El problema de esta línea de argu
ha sido sancionada legalmente en Irán, donde, el 3 de enero de mentación está claro si la extendemos al antisemitismo
2006, una chica de 19 años fue sentenciada a la horca por admi en sí mismo: el antisemitismo musulmán no tiene que
tir haber apuñalado a uno de los tres hombres que intentaron ver «realmente» con los judí os, sino con una manifesta
violarla. He aquí la paradoja: si hubiese elegido no defenderse, y ción desplazada acerca d e la e x plotación capitali sta. P ero
permitirla violación, habría sido sometida a 100 latigazos, según
esta excusa sólo lo empeora todo para los musulmanes y
la ley de castidad iraní. Si hubiese estado casada en el momento
de la violación, posiblemente habría sido culpable de adulterio y nos fuerza lógicamente a preguntar: ¿por qué no nos
sentenciada a muerte por lapidación. Así que ocurriera lo que muestran la causa V ERDA DERA ?
ocurriera, la responsabilidad era sólo de ella. Por otro lado, una acusació n no menos convincente
3. Sin embargo, hay otr a lectura más siniestra de esta ausen puede hacerse contra Occidente. Pronto se supo que el
cia de responsabilidad
realizar el acto sexual enencualquier
los hombres: ¿no en
momento,
es tal habilidad
cualquier
para
lugar, periódico danés que publicó las caricaturas de Mahoma,
en un descarado despliegue de prejuicios, había recha
una fantasía femenina? Recuérdese la ridicula prohibición de los
talibanes respecto a que las mujeres llevaran tacones, como si, zado previamente caricaturas de Cristo por ser dema
incluso si las mujeres están completamente cubiertas con ropa, siado ofensivas. Además, antes de recurrir a manifesta
el sonido de sus tacones pudiese provocar a los hombres. ¿No ciones públicas, los musulmanes daneses intentaron
presupone esto de nuevo una imagen totalmente erotizada del durante m eses segui r el camino « europe o» del diá logo,
hombre, que puede ser provocado incluso por un sonido ino
cente, si señala la presencia de una mujer? El otro lado de la to
lerancia occidental hacia el comportamiento provocativo de las sivas, los hombres están cada vez menos interesados en la rela
mujeres podría ser entonces que, en nuestras sociedades permi- ción sexual, y lo consideran más un deber que un placer.
134 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 135

pidie ndo ser recib idos por la s autoridades g ubernamei i i| iic se ocupa de ello, así que se trata de estar atentos.
tales. Se l es igno ró. L a re alidad subyacente es el a uge de ,í(.)ué más quieren? ¡Déjenme llevar mi vida en paz!».
la x enof obia en Din amar ca, que señ ala el fin del mito de I Irsele lueg o, la idea subyace nte no es que necesitemos
la tolerancia escandinava. Finalmente, debemos exami mi David Irving para resucitar nuestra memoria histori
nar las diversas prohibiciones y limitaciones que su bya- en del Holocausto y despertarnos del sueño dogmático
cen a la llamada libertad de p rensa de O ccidente. ¿ No es i le la confianza en la me mor ia of icial ex terna(li zada). Es
el Holocausto un hech o sagrado e int ocable? En el mo ((tic a veces la admisión expresa de un crimen puede ser
me nto e n que la s prot estas musulmanas estaban au men el modo más eficaz de e ludir la res ponsabilid ad.
tando, el historiador británico David Irving estaba en El equivalente musulmán de esta hipocresía legalis
una prisión austríaca cumpliendo una condena de tres mi es la ex traña incohere ncia de sus pro pias refere ncias
años por haber expresado sus dudas acerca del Holo ;il Holocausto. El periódico jordano Ad -D ustou r publi
causto en un artículo publicado quince años antes.4 có el 19 de octubre de 2003 una tira cómica en la que se
¿Cómo debemos interpretar estas prohibiciones le mostraban las vías férreas que conducían al campo de
gales contra el cuestionamiento (público) del (los) he- ex terminio d e A uschwitz- Birk enau con band eras israe
cho(s) del Holocausto? El sentido común moral nos líes ree mplaza ndo a l as nazis. E l cartel en árabe reza:
dice con r azón que h ay algo falso en todo ello: la legali «Franja de Ga za o cam po de ex terminio i sraelí ». (Es in
zación del estatus intocable del Holocausto es, en cierto teresante notar cómo esta identificación del ejército is
sentido, la versión más refinada y perversa de la nega raelí con los nazis fue extrañamente reproducida por
ción d el Holocausto.5 A un cuando admiten p lenamente los colonos de Gaza, que, cuando eran evacuados por
el (los) hecho(s) del Holocausto, tales leyes neutralizan las Fuerzas de Defensa de Israel, también identifica ban
su eficacia simbólica. Con ellas la memoria del Holo a los au tobu ses y camiones proporc ionados po r las F D I
causto se externaliza, de modo que el individuo se ve con los tren es que lleva ban a l os judí os a Aus chw itz, y
ex imido de su i mpacto. As í, podría res pon der con toda de hecho afirmaban que podía ocurrir otro holocausto,
tranquilidad a los críticos: «Está escrito en nuestra ley, otra destrucción de la nación judía si no se ponía fin a
esos nuevos tras lados. A qu í se encuentr an dos ejemplos
opuestos per o r elacionad os de la brutal instru mental i-
4. Esto, por supuesto, no justifica a Irving, que fue invitado
a Austria por un partido de extrema derecha y sabía que iba a ser zación del Holocausto.) Esta idea de que las políticas
arrestado. de Israel respecto a los palestinos eran comparables a
5. Y en tanto que cualquier cálculo es inmediatamente des las acciones nazis contra los judíos contradice la nega
calificado, podría imaginarse el nivel último de obscenidad en el ción del Holocausto. El chiste que exponía Freud para
debate acerca del nivel «tolerable» de muertos, que se haría eco hacer comprensible la extraña lógica de los sueños
del debate sobre la tasa de alcohol en sangre para los conducto
res; ¿deberían ser 5,5 millones, o se sigue siendo un historiador arroja luz sobre la lógica que actúa en este caso: 1) Yo
respetable si se deja el número «tan sólo» en 5,3 millones? nunca cogí tu tetera; 2) te la dev olví int acta; 3) la tetera
136 SOBRE LA VIOLENCIA
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 137
estaba ya rota cuando me la prestaste. Tal enumeración
claración citada es el recuerdo de la hipocresía europea:
de argumentos incoherentes, desde luego, confirma por
los europeos pretendían expiar su culpa con la tierra de
negación lo que pretende negar: que te devolví la tetera
otro pueblo. A sí que cuando el portavoz del gobierno is
rota. ¿No caracteriza esta incoherencia el modo en que
raelí Ra’anan Gissin respondió a Ahmadinejad: «Permí
los radicales islamistas responden al Holocausto? 1) El
tame recordarle, señor A hmadine jad, que estábam os
Holocausto no ocurrió; 2) ocurrió, pero los judíos se lo
aquí mucho antes que sus ancestros; por tanto, tenemos
merecían; 3) los judíos no se lo merecían, pero han per
derecho a estar aquí, en la tierra de nuestros antepasa
dido el derecho a lamentarse al hacer a los palestinos lo
dos, y a vivir aquí», evocaba un derecho histórico que,
que los nazis les hicieron a ellos. de aplicarse universalmente, nos llevaría a una matanza
En diciembre de 2005 Ahmadinejad, presidente de
generalizada. Dicho de otro modo, ¿puede concebirse
Irán, insinuópor
culpabilidad en eluna intervención
Holocausto llevóen Lapaíses
a los Meca euro
que la un mundo en el que los grupos étnicos continuamente
«recordasen» a sus vecinos que estaban allí antes que él,
peos a apoyar la creación del Estado de Israel. aun cuando eso fuera hace un millar de años, y utilizar
esta circunstancia para justificar sus esfuerzos para apo
Algunos países europeos insisten en que Hitler asesi
derarse de la tierra del vecino? Sig uiendo este mismo ra
nó a millones de judíos inocentes en hornos crematorios,
hasta tal punto que si alguien prueba lo contrario, con zonamiento, una escritora france sa judía, Cécile Winter,
denan a esa persona y la encierran en la cárcel. [...] A un propuso un interesante experimento mental: imagine
que no aceptemos esa afirmación, suponiendo que sea mos Israel tal y como es y su historia a lo lar go del último
cierta, nuestra pregunta para los europeos es: ¿apoyan a medio siglo, pero ignorando el hecho de que los judíos
los ocupantes de Jerusalén a causa del asesinato de judí estaban estigmatizad os por su carácter de víctima abso
os que perpetró Hitler? [...] Si los europeos son hones luta, y por tanto más allá del reproche moral. L o que nos
tos, deberían dar una parte de su territorio (Alemania, queda entonces es una típica historia de colonización.6
Austria u otros países) a los sionistas, y así los sionistas Pero ¿por qué debemos abstraemos del Holocausto
podrían establecer su Estado en Europa. Ofreced parte cuando juzgamos las políti cas de Israel respecto a lo s pa
de Europa, y nosotros lo apoyaremos. lestinos? No porque sean comparables, sino porque el
Holocausto fue un crimen muchísimo más grave. La
Esa afirmación es repugnante pero a la vez acierta auténtica necesidad de evocar el Holocausto como de
en algo. La parte repugnante es, desde luego, la nega fensa de las actuaciones israelíes implica subrepticia
ción del Holocausto y algo más problemático, la insi mente que Israel está cometiendo crímenes tan horri
nuación de que los judíos merecían el Holocausto. («No bles que sólo la baza del Holocausto puede redimirlos.
aceptamos esta afirmación »: ¿c uál?, ¿que Hitle r asesinó
a millones de judíos o que losjudíos eran inocentes y no
6. V éase A lain Ba diou y Cecile Winter, Circonstances, vol.
merecían ser asesinados?) Lo que sí es correcto en la de
3, Portées du mot «juif», Paris, Leo Scheer, 2005.
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 139
138 SOBRE LA VIOLENCIA

¿Significa esto que uno deba ignorar el Holocausto cen una imagen ridicula del islam perfectamente adap-
cuando se enfrenta a la política actual, puesto que cual I- iada al cliché occidental? L a iro nía final, desde luego, es
quier uso del mismo para legitimar los actos políticos que la ira de las turbas musulmanas se dirigió hacia la
equivale a una instrumentalización obscena? Tal proce IEuropa que contiene a los antiis lámicos , com o la cono-
der, sin embargo, se acerca demasiado a la obscenidad I cida periodista Or iana Fa llaci, que mu rió en septiembre
(pseudo)izquierdista según la cual cualquier mención del de 2006, percibida incluso como demasiado tolerante
Holocausto en el discurso político actual es un fraude, hacia el islam. Y, dentro de Europa, contra Dinamarca,
una manipulación para ocultar los crímenes israelíes parte del propio modelo de tolerancia que representa
contra los pal estinos (o, má s g eneralmente, para min imi Escandinavia. Esta constelación reproduce a la perfec
zar el no menos terrible sufrimiento del tercer mundo, ción la paradoja del superyó: cuanto más obedeces lo
donde la referencia al Holocaust o permite a los coloniza que el otro exige de ti, más culpable te sientes. Es como
dores presen tarse como las víctimas auténticas y def initi si cuanto más toleraras el islam, mayor fuera la presión
que ejerce sobre ti.
vas). Nos vemos entonces atrapados en una antinomia
Oriana Fallaci era la mujer intolerante que actuaba
kantiana (aunque podría ser demasiado obsceno deno
como síntoma de los hombres tolerantes. En los libros
minar a esto «la antinomia de la razón del Holocausto»):
escritos en sus últimos años, rompió dos reglas cardina
si bien toda referencia positiva al Holocausto supone
les: su escritura era apasionada y plenamente compro
una instrumentalización, la reducción de cualquier refe
metida, y despreciaba totalmente el mantra política
rencia al Holocaus to a tal in str umentalizac ión (por ejem
mente correcto del respeto por el otro.7Fallaci sostenía
plo, la imposición de silen cio total acerca del Holocausto
que la continua guerra contra el terror no era un cho
en el discurso político) es no menos inaceptable.
que de civilizaciones, sino un choque entre civilización
Pero quizás esta referenc ia a Ka nt propor ciona tam
bién una solución: según la argumentación kantiana del y bar bar ie. E l enemig o no es el uso ind ebid o del islam
en términos políticos, sino el islam mismo. El peligro
«uso negativo de la razón» como el único legítimo cuan
que acecha desde dentro es la actitud predominante en
do se trata del noúmeno, deberíamos limit ar su uso al as
Europa. Su tesis es que Europa había capitulado espiri
pecto
caustonegativo. La la
debería ser única referencia
negativa. permitidanoaldebería
El Holocausto Holo tualmente: preocupada por hacer valer su identidad
cultural y política, se trata a sí misma como una provin
ser evocado para justificar o legitimar medidas políticas,
cia del islam. En repetidas ocasiones Fallaci llama la
sino tan sólo para deslegitimar (algunas) medidas, para
imponer limitaciones a nuestros actos políticos. Está 7. Véase Oriana Fallad, The Rage and the Pride, Nueva
jus tif icado co ndenar actos que des plieg an una hybris Y ork, Rizz oli, 2002 (trad. cast.: La rabia y el orgullo, Madrid, La
cuya expresión extrema fue el Holocausto. Esfera de los Libros, 2002); The Force of Reason, Nueva York,
¿ Y si en tal caso las caricatu ras del islam no fueran Rizzoli, 2006 (trad. cast.: La fuerza de la razón, Madrid, La Esfe
ra de los Libros, 2005).
más que manifestaciones violentas antidanesas que ofre-
140 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 14 1

atención sobre la asimetría de la tolerancia: Europa se en una ideología falaz. En el siglo xxi el antirracismo
disculpa todo el tiempo, apoya la construcción de nue será lo que el comuni smo f ue para el siglo xx : una fue n
vas mezquitas, anima al respeto mutuo, etc., mientras te de violencia». Fink ielkr aut tiene razón, p ero por m o
que en algunos países musulmanes la conver sión al cris tivos erróneos: lo que está mal en la lucha políticamen
tianismo se castiga con la muerte. La postura inflexible te correcta del multiculturalismo contra el racismo no
de Fallaci es quizá la razón de que sus libros sean mar es su excesivo antirracismo, sino su racismo encubierto.
ginados y percibidos como inaceptables, pues después Comparemos dos afirmaciones de George W. Bush
de reclamar el apo yo mut uo contr a la amenaza funda- para observar esto en detalle. En su discurso inaugural
mentalista Bush, Blair e incluso Sharon no olvidan elo de febrero de 2005, Bush proclamó: «Estados Unidos
giar al islam como religión de amor y tolerancia que no no pretende que los disidentes encarcelados prefieran
tiene nada que ver con los despreciables actos terroris sus cadenas o que las mujeres celebren la humillación y
tas llevados a cabo en su nombre. la ser vidumbre». J unto a esto debemos colocar l as repe
Fallaci era una atea del liberalismo ilustrado, no una tidas declaraciones de Bush acerca de que el islam es
fundamentalista cristiana, y es demasiado fácil rechazar una gran religión pacífica, que los fundamentalistas ma-
sus últimos libros como una explosión de racismo histé linterpretan. Un multiculturalista liberal tenderá a re
rico. Su extraordinario éxito la convirtió en una especie chazar la primera afirmación por tratarse de una expre
de sujeto excrementicio «intocable», y el azoramiento sión de imperialismo cultural, y calificará la segunda de
que provocó en los liberales multiculturalistas demostró aceptable, aunque en realidad sea una máscara para la
que había alcanzado el punto espinoso del liberalismo, hipocresía. Quizá deba invertirse esta valoración y se
su zona «re primida». guirla sin miedo hasta sus últimas consecuencias. Lo
Pero el error de Fallaci era que se tomaba en serio el más problemático del «respeto hacia el islam» que
servil «respeto» multicultural al otro musulmán. No muestran las declaraciones de Bush no es su hipocresía,
fue capaz de ver que este «respeto» es un fraude, un el hecho de que encubren un racismo subyacente y el
signo del racismo oculto y condescendiente. En otras imperialismo cultural eurocèntrico, sino el contenido
palabras, lejos de oponerse a la tolerancia multicultural, real de e sas af irmaciones. E l juego de r edimir la verdad
lo que hizo Fallaci fue sacar su núcleo oculto. En una interior de una r eligión o id eolog ía y separarl a de su ex
entrevista publicada en Ha’aretz el 18 de noviembre de plotación política posterior o secundaria es simplemen
2005, el filósofo francés Alain Finkielkraut declaró te falso. Es no filosófico. Tenemos que ser despiadados
acerca de las ex plosiones de, viole ncia ur bana en las con respecto al islam, al cristianismo y hasta con el mar
banlieues de París: «Si un árabe incendia una escuela, xismo. Lo verdaderamente hipócrita es la primera afir
es una revuelta. Si lo hace un hombre blanco, es fascis mación de Bush: deberíamos apoyarla del todo, aunque
mo. [...] Poco a poco, la generosa idea de una guerra advirtiendo al mismo tiempo que los actos políticos de
contra el racismo se va convirtiendo monstruosamente Bush no la secundan.
142 SOBRELAVIOLENCIA
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 14 3
E l CÍRCULO DE TIZA DE Je RUSALÉN
davía no ha borrado la «violencia» de sus orígenes «ile
gítimos», reprimiéndolos en un pasado inmemorial?
Con todo, resulta demasiado fácil ganar puntos en En este sentido, a lo que nos enfrenta el Estado de Isra
este debate mediante inversiones ingeniosas que pue
el es al pasado borrado de todo poder estatal.
den seguirse de forma indef inida, de modo que detenga
¿Por qué somos más sensibles a esta violencia en la
mos esta discusión imaginaria y arriesguémonos a dar
actualidad? Precisamente porque, en un universo glo
un paso hacia el «corazón de las tinieblas» del conflicto bal que se legitima con una moralidad global, los Esta
de Oriente Próximo. Muchos pensadores políticos con
dos soberanos no están ya exentos de valoración moral,
servadores (y no sólo conservadores), desde Blaise Pas
sino que son tratados como agentes morales que pue
cal a Immanuel Kant y Joseph de Maistre, elaboraron la
den ser castigados por sus crímenes, por muy discutida
noción de los orígenes ilegítimos del poder, del «crime n
que sea la cuestión de quién ejerce la justicia y quién
funda dor » s obre el que se construy en los Estados, r azón juzga al juez. La sober anía del Es tado está por tanto se
de la existencia de «mentiras piadosas» bajo la aparien
veramente constreñida. Esto da cuenta del valor emble
cia de narraciones heroicas de los orígenes. Respecto a
mático del conflicto de Oriente Próximo: nos señala lo
tales ideas, lo que suele decirse acerca de Israel es bas
frágil y permeable que es la frontera que separa el po
tante cierto: la desgracia de Israel es que se estableció
der «ilegítimo» no estata l del poder «leg ítimo» esta tal.
como Estado- nación uno o dos siglos despu és, cuando
En el caso del Estado de Israel, sus orígenes «ilegíti
tales crímenes fundadores ya no eran aceptables. La
mos» no se han ocultado todavía. Sus efectos aún se
ironía última de todo ello es que ¡fue la influencia inte
sienten. Todo ello nos trae a la mente el lema de Bertolt
lectual judía la que cont ribuy ó al auge de esa inacepta-
Brecht en La ópera de cuatro cuartos: ¿qué es el robo de
bilidad!
un banco comparado con la fundación de un banco?
Durante mi última visita a Israel se me acercó un in
En otras palabras, ¿qué es el robo que vulnera la ley
telectual israelí que, consciente de mis simpatías pales
comparado con el robo que tiene lugar dentro de los lí
tinas, me preguntó con sorna: «¿No te avergüenza estar
mites de la ley? Uno se sentiría tentado a proponer una
aquí, en Israel, en este Estado criminal, ilegal? ¿No te
nueva variación de este lema: ¿qué es un acto de terro
preocupa que tu estanci a a quí contamine tus cr edencia rismo frente a un poder estatal que hace la guerra con
les izquierdistas y te haga cómplice del crimen?».
tra el terror?
Con toda sinceridad debo admitir que, cada vez que
Cuando los desesperados observadores occidenta
viajo a Israel, experimento esa extraña emoción del que
les se preguntan por qué persisten los palestinos en su
entra en un territorio prohibido donde impera la vio
terco apego a la tierra y rechazan disolver su identidad
lencia ilegítim a. ¿S ignifica esto que soy (no tan) secreta
en el amplio mar árabe, están exigiendo que los palesti
mente un antisemita? Pero ¿y si lo que me perturba es
nos ignoren precisamente lo que es la «ilegítima» vio
precisamente que me encuentro en un Estado que to
lencia fundadora del Estado de Israel. En un desplie
SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 1 45
144

gue de justicia poética que impone la ironía de la histo rrorista» tuviera una connotación positiva. Hagamos
ria, los palestinos están devolviendo a Israel su propio ahora otro experimento mental: supongamos que lee
mensaje en su for ma inve rtida verdadera. A hí se en mos en la prensa una carta abierta titulada «Carta a los
cuentra el apego patológico a la tierra, lo cual implica el terroristas de Palestina»:
derecho a retornar a ella miles de años después: una ne
gación de facto de la desterritorialización que caracteri Mis valerosos amigos: No daréis crédito a lo que os
escribo, dados los tiempos que vivimos; pero os doy mi
za presuntamente al capitalismo global de hoy en día.
palabra de escritor de que lo que escribo es cierto. Los
Pero el mensaje invertido va más allá. Imaginemos que palestinos de Estados Unidos están con vosotros. Sois
se nos presentara la s iguiente declaración en los medios sus héroes. Sois la sonrisa que llevan impresa en su ros
actuales: tro. Sois la pluma de sus sombreros. Sois la primera res

Nuestros enemigos nos llamaron terroristas. [...] puesta


explotáisque
unda sentido
arsenal al Nuevo
israelí Mundo.una
o destrozáis Cada vezisraelí
cárcel que
Personas que no eran nuestros amigos ni nuestros ene o saltáis por los aires una línea férrea israelí o asaltáis un
migos [...] también usaron este nombre latino. [...] Y banco israelí o pasáis por vuestras armas y bombas a los
aun así, no éramos terroristas. [...] Los orígenes históri traidores israelíes e invasores de vuestra madre patria,
cosy lingüísticos del término político «terror» demues los palestinos de Estados Unidos tienen un breve des
tran que no puede ser aplicado a una guerra revoluciona canso en sus corazones.
ría de liberación. [...] Los luchadores por la libertad
deben armarse, pues de otro modo serán aplastados al Una carta abierta muy similar fue publicada a finales
amparo de la noche. [...] ¿Qué relación existe entre lalu
de la década de 1940 en la prensa estadounidense por
cha contra la opresión, en pro de la dignidad del hombre
nada menos que Ben Hecht, el célebre guionista de
y el «terrorismo»?
I lollyw ood. T odo lo que h e hecho es sustituir la p alabra
«judíos» por «palestinos» y «británicos» por «israe
A utomáticame nte podríamos atr ibuir estas palabras
líes».9Es interesante ver a los líderes de la primera gene
a un grupo terrorista islámico y condenarlo de inmedia
ración isra elí confes ando el hecho de que sus ex igencias
to. Sin embargo, el autor de estas palabras no es otro
que Menachem Begin en los años en que la Haganah lu sobre la tierra palestina no pueden fundarse en la justi
cia universal, sino que nos enfrentamos a una simple
chaba contra las fuerzas británicas en Palestina.8Resul
guerra de conquista entre dos grupos en la que no hay
ta interesante que, en aquellos años de la lucha judía
mediac ión posible. E sta es la razón por la que Dav id Ben
contra el ejército británico en Palestina, el término «te
( ¡ urion, prime r ministr o israelí, escribió:
8. Menachem Beg in, The Revolt , Nueva York, Dell, 1977,
págs. 100-101 (trad. cast.:La rebelión: historia dellrgun contra las 9. L a carta apareció como un anuncio a plena página en el
fuerzas británicas en Palestina, Barcelona, Plaza y Janés, 1981). New York Post, 14 de mayo de 1947, pág. 42.
146 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 147

Cualquiera puede ver el alcance de los problemas en una violencia con vul neraciones controlad as. (En cua n
las relaciones entre árabes y judíos. Pero nadie ve que no to a la dispersión de los colonos, la población del terri
tienen solución. ¡No hay: solución! A quí se abre un abis torio palestino en 1880 era de 25.000 judíos y 620.000
mo, y nada puede unir ambos lados. [...] Nosotros que palestin os.) Sin embar go, desde nu estra pers pecti va ac
remos esta tierra para nuestro pueblo; los árabes quieren tual la frase más interesante del ensayo de Wiesenthal
que esta tierra sea para su pueblo.10 se encuentra en la página anterior, donde escribe: «El
Iistado siempre victorioso de Israel no puede depender
El problema que presenta esta declaración está cla por siemp re de la simpa tía debida a las víctima s» .12
ro: tal exención de toda consideración moral respecto a Wies enthal parece quere r dec ir que ahor a que el Es ta
los conflictos étnicos por la tierra ha dejado de ser do de Israel es «continuamente victorioso», no necesita
aceptable.
famoso Por esta
cazador de nrazón
azis Selimon
modoWies
en que lo afronta
enthal, en su el
Justi ya conducir se como una v íctima , sino que puede rea fir
mar plenamente su fuerza. Esto puede ser cierto, siem
c e not Vengeance , resulta tan profundamente proble pre que se añada que tal posición de poder conlleva
mático: nuevas responsabilidades. En la actualidad el problema
reside en que el Estado de Israel, aunque «continua
A lgún día tendremos que ser conscientes de que es mente victorioso», todavía depende de l a imagen de los
imposible establecer un Estado sin que ciertas personas judíos como víctimas par a leg itim ar su política de po
que han vivido antes en la región vean restringidos sus
der y para denunciar a sus críticos como simpatizantes
derechos. (Porque donde no ha vivido gente es imposi
encubiertos del Holocaus to. A rthur K oestl er, el gr an
ble que viva nadie.) Uno debe contentarse con que estas
infracciones se mantengan dentro de un límite y que re converso anticomunista, hizo una profunda reflexión:
lativamente pocas personas se vean afectadas por ellas. «Si el poder corrompe, lo inverso también es cierto: la
Eso es lo que sucedió cuando se fundó Israel. [...] Al fin persecución corrompe a las víctimas, aunque quizá de
y al cabo, aquí había una población judía asentada desde formas más sutiles y trágicas».
hace tiempo, mientras que la población palestina estaba Este es el defecto fatal que presenta el único argu
dispersa y tenía numerosas opciones a la hora de ceder mento con sistente acerca de la cr eación d e un Estado-
terreno.11 nación judí o después del Holoca usto. A l crear su pro pio
Iastado, los judíos no volverían a quedar a merced de los
L o que W iesenthal está defe ndiend o es nada meno s listad os de la diàspora ni de la tolerancia e intol era ncia
que la violencia fundadora con rostro humano; esto es, de la mayoría de ell os. A unque esta línea arg umentativa
es diferente de la religiosa, debe basarse asimismo en la
10. Cita do de la revista T ime, 24 de julio de 2006. i radición religiosa para justificar la localización geográ-
11. Simon Wiese nthal, Justice, not vengenc e , Londres, Ma n
darin, 1989, pág. 266 (trad. cast.: Justicia, no venganza , Barcelo
12. Ib id., pág. 265.
na, Ediciones B, 1989).
148 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 149

fica de ese nuevo Estado. De otro modo nos encontraría 11 olocausto: la refer encia al Holo ca usto perm ite a los
mos en la misma situación que ese loco del chiste que israelíes eximirse de esta cadena de sustituciones. Pero
busca su billetera perdida bajo la luz de las farolas y no aquello s que evocan e l Holocaus to de este mo do lo m a
en la esquina donde la per dió porq ue se ve mejo r bajo la nipulan, instrumentalizándolo para los usos políticos
luz: dado que era más fácil, los judíos tomaron la tierra del momento.
de los palestinos y no de aquellos que tanto sufrimiento E l g ran misterio del c onflicto pal estin o- israelí es por
les causaron y que por tanto debían compensarles. qué ha persistido durante tanto tiempo cuando todo el
Robert Fisk, un periodista británico que vive en el inundo conoce la única solución viable: la retirada de los
Líbano, realizó un documental acerca de la crisis de israelíes de Cisjordania y Gaza, el establecimiento de un
Oriente Próximo en el que muestra que listado palestino, así como algún tipo de compromiso
respecto a Jerusalén. Siempre que el acuerdo ha pare
sus vecinos árabes, refugiados palestinos, le habían mos cido esta r al alcan ce de la mano, ha te rminado es fumán
trado la llave de una casa que tuvieron un tiempo en Hai dose. ¿Cuántas veces ha sucedido que, justo cuando pa
fa, antes de que les fuera arrebatada por los israelíes. De
rece que sólo falta encontrar una for mulac ión precisa de
modo que visitó a la familia judía que vivía en la casa y les
alg unos detalles menores par a llegar a la paz, tod o se cae
preguntó de dónde venían. La respuesta fue Chrzanow,
un pueblo cercano a Cracovia, en Polonia, y le mostraron de repente, mostrando la fragilidad del compromiso ne
una foto de su antigua casa, que habían perdido durante gociado? E l confli cto de Oriente Próx imo ha adoptado
la guerra. Así que viajó a Polonia y buscó a la mujer que la forma de un síntoma neurótico: todo el mundo sabe
vivía en la casa de Chrzanow. E lla era una «r epatr iada» de cómo superar el obstáculo, pero nadie quiere apartarlo,
Lemberg, actualmente parte de Ucrania occidental. No como si hubiese una especi e de benef icio patológico l i
era difícil imaginar el siguiente eslabón en la cadena. La bidin os o para quien persista en e l punto muer to.
repatriada habí a s ido expulsada de su ciudad natal cuan Precisamente por esta razón la crisi s de Or iente P ró
do ésta fue
su casa fue anexionada
ocupada porpor
loslarusos
Uniónque
Soviética. Sin duda
habían sido trasla ximo es un punto delicado en toda política pragmática
que trate de r esolver p roblemas paulatinamente y de un
dados por el régimen de posguerra en su campaña por so-
modo realista. En este caso, lo utópico es la idea de que
vietizar la ciudad.13
un enfoque «r ealista» sí que func ionará ya que la úni ca
solución «realista» para este p roblem a es la grande, esto
Y la his toria con tin úa, des de lueg o: esta familia rusa
es, solucionar el pro blema de raí z. A qu í se aplica el viejo
probablemente se desplazó desde una casa en Ucrania
lema de 1968: Soyons réalistes, dema ndons l’impossible!
oriental que fue destruida por los alemanes en el duro
Sólo un gesto radical que parece «imposible» dentro de
combate del frente del Este. Es aquí cuando viene el
las coor denadas ex iste ntes s olucion ará el problema con
13. Norman Davies, Europe at war, Londres, Macmillan, realismo. Quizá la solución «que todo el mundo cono
2006, pág. 346. ce» com o la única v iable — la retir ada de lo s israelí es de
150 SOBRE LA VIOLENCIA
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 1 51
Cisjordania y Gaza, el estableci miento de un Es tado pa La fundación de un Estado sionista era una realidad
lestino— no funcione, pues hay que cambiar todo el de múltiples aspectos, profundamente compleja. Por
contexto, la situación entera, teniendo la solución de un una parte tenemos un acontecimiento que forma parte
solo Estado en el horizonte. de un acontecimiento mayor: el auge de los grandes pro
Podríamos hablar entonces de un nudo sintomáti yectos re volucio nar ios , tanto comunistas co mo socialis
co: ¿no podría ser que, en el conflicto entre israelíes y tas, la idea de fundar una sociedad completamente nueva.
palestinos, los papeles típicos se hayan invertido de al Por otra parte tenemos su contrario, otro acontecimien
gún modo, se hayan retorcido como en un nudo? Isra to que forma parte de otro mayor: el colonialismo, la
el, que representa oficialmente la modernidad liberal conqu ista brutal de un pueblo ve nido de E uropa y asen
tado en la nueva tierra donde vivía otro pueblo. Israel es
occidental en la zona, se legitima en términos de su
una extraordinaria mezcla de revolución y reacción, de
identida d étnico- religiosa, mientras que los palestinos,
emancipación y opresión. El Estado sionista debe mate
tildados
man de «fundamentalistas»
sus exigencias premodernos,
en los términos legitise
de la ciudadanía rializar lo que tenía en sí mismo de justo y nuevo. Debe
convertirse en el menos racial, menos religioso y menos
cular. (Resulta tentador aventurar la hipótesis de que nacionalista de los Estados. El Estado más universal de
fue la ocupación israelí de los territorios palestinos la todos.14
que empujó a los palestinos a percibirse a sí mismos
como una nación separada en busca de su propio Esta A unque haya algo de verdad en esta visión, el pr o
do, no sólo como parte de la masa árabe.) Así llegamos blema permanece: ¿puede uno realmente desatar el
a la paradoja del Estado de Israel, esa isla de la ¿apues nudo y separar los dos aspectos de Israel, en el sentido
ta modernidad dem ocrática liberal en Orie nte Pr óx i de que se completará el proyecto revolucionario del Es
mo, que contrarresta las exigencias árabes con una afir tado sionista sin su sombra colonialista? Esto se asemeja
mación étnico- religiosa aún más «f undame ntalis ta» de a la legendaria respuesta condicional que dio un políti
su tierra sagrada. La ironía ulterior es que, según algu co estadounidense de la década de 1920 a la pregunta
nas encuestas, los israelíes son la nación más atea del «¿ A poyaría la p rohibició n del vino?»: «S i con vino alu
mundo: alrededor del 70 % no creen en ningún dios. de usted a la terrible bebida que arruinó a miles de fa
Su referencia
chista: a labien
«Sé muy tierra
quedepende
Dios nodeexiste,
una negación
pero aunfeti
así milias, haciendo de los maridos despojos humanos que
pegaban a sus mujeres e ignoraban a sus hijos, estoy
creo en que nos dio la tierra del Gran Israel». Y, como totalmente de acuerdo con la prohibición. Pero si se re
nos cuenta la historia del nudo gordiano, el único fiere a la noble bebida de fantástico sabor que hace de
modo de resolver tal punto muerto no es desenredar el cada comida un placer, ¡entonces estoy contra la prohi
nudo, sino cortarlo. Pero ¿cómo? Badiou ha tratado re bición!».
cientemente esta cuestión:
14. A lain Badiou, «T he question of Democrac y» , Lacanian
Ink, n° 28, otoño de 2006, pág. 59.
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 15 3
15 2 SOBRE LA VIOLENCIA

Quizá necesitemos algo más, no sólo trazar la línea ocupación israelí impulsará la democratización del mun
de demarcación entre el Israel bueno y el Israel malo, do árabe se equivocan. Las cosas son de otra manera.
sino un auténtico cambio de las coordenadas de la situa- Se debería comenzar por ocuparse abiertamente de los
ción presente. El ex primer ministro israelí Isaac Rabin regímenes corruptos clericales y militares, desde Siria
dio el primer gran paso en esta dirección cuando reco hasta Arabia Saudí, que utilizan la ocupación israelí
noció a la O L P como el represent ante leg ítimo de los pa para legitimarse. Lo paradójico es que esa obsesión con
lestinos y por tanto el ú nico interloc utor v álido en las ne Israel es la razón por la que los árabes están perdiendo
gociaci ones. Cuando R abin anunció el giro de la política la batalla. El sentido básico de yihad en el islam no es el
israelí de «no neg ociación con la OL P, una org anización de guerra contra el enemigo externo, sino el de esfuer
terrorista» y pronunció las simples palabras: «Acabe zo de purificación interna. La lucha debe centrarse en
el propio fracaso y en la debilidad moral, así que quizá
mos con esta farsa de negociaciones con palestinos sin los musulmanes debieran practicar más activamente el
vínculos públicos con la OLP y comencemos a hablar
con nuestros interlocutores reales», la situación de verdadero sentido de yihad. Los tres agentes principa
Oriente Próximo cambió de la noche a la mañana. En les de la guerra contra el terror (Estados Unidos des
ello reside el efecto de un acto político real: hace de lo pués del 11 de septiembre, Israel y los árabes) se ven
impensable algo pensable. Aunque era laborista, Rabin como víctimas y usan su victimización para legitimar su
realizó un gesto que caracteriza a los políticos conser política expansionista. En cierto sentido, el 11 de sep
vadores: s ólo un De Ga ulle podía gar antizar la indepen tiembre llegó en el momento idóneo para justificar el
dencia de Argelia, sólo un conservador como Nixon agresivo ex pansionismo militar de Estados Unidos: aho
pudo establecer relaciones con China.15 ra que somos también víctimas, podemos defendernos
Entonces, ¿qué puede constituir un acto de este y contraatacar. L a alianza Estados Unidos- Israel, esa
tipo para los árabes de hoy día? Hacer lo que Edward extraña asociación entre la nación (desarrollada) más
Norton hace en El club de la lucha: atacarse primero a sí grande del mundo que insiste en la separación entre re
mismos, dejar de echar toda la culpa a los judíos, como ligión y Estado, y el pueblo más irreligioso del mundo

si la expansión sionista en Palestina fuese el srcen y ga que insiste en lacomo


de presentarse naturaleza
un ejereligiosa de su Estado, pue
de víctimas.
rante simbólico de todas las desventuras árabes, de
modo que la victoria sobre Israel sea siempre la condi A sí lleg amos a la cues tión capital: ¿cuál podría ser
ción sine qua non de la autoafirma ción árabe. Los pales hoy en día el acto verdaderamente radical en términos
tinos que afirman que la liberación de su territorio de la ético- políticos en Or iente P róx imo? Para israel íes y
árabes, sería la re nuncia (política) al contro l de Jerusa-
15. De manera similar, uno debería elogiar a Ehud Barak su lén, esto es, aprobar la transformación de la ciudad vieja
respuesta a Gideon Levy en Ha’aretz, cuando Barak fue interro de en un enclave extr aestatal d e culto religioso contro
gado acerca de lo que habría hecho si hubiese nacido palestino:
«Me habría unido a una organización terrorista».
lado (temporalmente) por alguna fuerza neutral inter-
154 SOBRE LA VIOLENCIA
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 155

nacional. Lo que ambos lados deberían aceptar es que, resolver el dilema maternal, propuso una solución en
renunciando al control político de Jerusalén, no están dos pasos: debían cortar al hijo en dos y entregar a cada
renunciando a nada, sino que están obteniendo la con madre una mitad. La madre auténtica, desde luego, re
versión de Jerusalén en un lugar sagrado auténtico, aje nunciaba a su reclamación sobre el niño.
no a lo político. Lo que podrían perder es precisamen Judíos y palestinos comparten el hecho de que la
te lo que en sí mismo merece ser perdido: la reducción existencia en la diàspora forma parte de sus vidas, de su
de la religión a una baza más en el juego del poder po auténtica identidad. ¿Y si se uniesen en este aspecto, no
lítico. Esto podría ser un auténtico acontecimiento en en cuanto a la ocupación, posesión o división del mis
Oriente Próximo, la explosión de una universalidad mo territorio, sino manteniendo su territorio comparti
política verdadera en el sentido paulino de «para noso
tros no hay judíos ni palestinos». Ambas partes tendrí do como un
Jerusalén no refugio para los
se convirtiese en conden
su lugar,ados
sinoaen un sitio¿Y si
vagar?
an que darse cuen ta de que esta renunci a al Estado- na destinado a los que carecen de espacio? Esta solidari
ción étnicamente «puro» es una liberación para ellos dad compartida es el único terreno para la auténtica re
mismos, no un mero sacrificio que deba hacer el otro. conciliación: así se comprendería que, al luchar con el
V olv amos ahora a la hist oria del círculo de tiza cau otro, uno lucha contra lo que es más vulnerable en la
casiano sobre la que Brecht basó una de sus últimas propia vida. Lo cual ex plica por qué, siend o plenamen
obras. En la época antigua una madre biológica y una te conscientes de cuán grave puede ser este conflicto y
madrastra apelan a un juez del Cáucaso para que deci sus consecuencias potenciales, debemos insistir más
da a quién pertenece el niño. El juez dibuja un círculo que nunca en que nos hallamos ante un conflicto falso,
de tiza en el suelo, coloca al bebé en el medio y dice a un conflicto que difumina y conf unde la aut éntica zona
las dos mujeres que cojan un brazo cada una: el niño de combate.
pertenecerá a la que lo saque antes del círculo. Cuando
la madre verdadera percibe el dolor del niño, tironeado

en diferentes direcciones, L a RELIGIÓN ANÓNIMA DEL ATEÍSMO


Desde luego, el juez le dio leel deja
niñolibre porpuesto
a ella, compasión.
que ha
bía sido ella la que había manifestado un auténtico En la furiosa turba musulmana nos encontramos
amor maternal. En la ar gumentació n ex puesta anterior con el límite de la tolerancia multicultural del liberalis
mente, podemos imaginar un círculo de tiza con Jerusa mo, de su propensión a autoinculparse y su esfuerzo
lén en disputa. El que realmente ame Jerusalén lo deja por «comprender» al otro. El otro se ha convertido en
rá ir antes que verlo sufrir por la lucha. Por supuesto, la un otro real, real en cuanto a su odio. A quí está en esen
ironía suprema es que esta anécdota brechtiana es una cia la paradoja de la tolerancia: ¿hasta dónde puede lle
variación del juicio del rey Salomón del Antiguo Testa gar la tolerancia respecto a la intolerancia? Todas esas
mento, quien, sabiendo que no había un modo justo de fórmulas hermosas, políticamente correctas y liberales
156 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 157

sobre cómo las caricatu ras de Mahom a eran insul tantes Lo que se esconde en el horizonte si evitamos este
e insensibles, aunque las reacciones violentas a las mis sendero es una perspectiva de pesadilla, una sociedad
mas eran tam bién i naceptab les, acerca de cómo la libe r reg ulada por un pac to perverso entre los fu ndamenta-
tad trae consigo una responsabilidad y que no se debe listas religiosos y los políticamente correctos apóstoles
ría abusar de ella, muestran sus limitaciones. ¿Qué es de la tolerancia y el respeto por las creencias del otro:
esa famosa «libertad con responsabilidad» sino una una sociedad inmovilizada por la preocupación de no
nueva versión de la vieja paradoja de la elección forza herir al otro, no importa cuán cruel y supersticioso sea
da? Se te concede la libertad de elección a cambio de y qué tipo de ind iv iduos estén implic ados en rituales
que hagas la elección acertada; te dan libertad siempre periódicos de «consag rac ión» de su victimizaci ón. C uan
que no la uses realmente. do visité la Universidad de Champaign, en Illinois, me
¿Cómo podemos romper este círculo vicioso de os llevaron a un restaurante donde ofrecían patatas de la
cilación eterna entre los pros y los contras que lleva a la Toscana. Pregunté a mis amigos acerca de tan curioso
razón tolerante a un punto muerto debilitador? Sólo plato y me explicaron que el propietario había querido
hay un modo: r echazando los términos en que se plantea mostrarse como un patriota desde que se había conoci
la cuestión. Como Gilles Deleuze subrayó en repetidas do la oposición francesa al ataque de Estados Unidos a
ocasiones, no sólo hay soluciones correctas y equivoca Irak, así que hizo caso al Congreso estadounidense y
das a los problemas, también hay problemas correctos llamó a las patatas fritas [French fries] «patatas de la li
y erróneos . Pe rc ibir este proble ma co mo una cuestión bertad» [Freedom frie s ]. P ero los docentes pro gres istas
que atañe a la correcta medida entre el respeto por el de la universidad (la mayoría de sus clientes) amenaza
otro frente a nuestra propia libertad de expresión es ron con boicotear el local si las patatas de la libertad
una mistificació n. N o result a sor prendente qu e, tras un permanecían en el menú. El propietario no quería per
análisis más detallado, ambos polos revelen su secreta der a sus clientes, pero quería seguir pareciendo un pa
solidaridad. El lenguaje del respeto es el lenguaje de la triota, así que inventó un nuevo nombre, «patatas de la
tolerancia liberal, y el respeto sólo tiene sentido como Toscana» \Tuscany fries]. Estas tenían la ventaja añadi
respeto hacia aquellos con los que no estoy de acuerdo. da de recordaban tanto a Europa como la moda de pe
Cuando los musulmanes ofendidos piden respeto por lículas idílicas acerca de la Toscana.
su otredad, están aceptando el marco del discurso tole En una jugada parecida a la del Congreso estadou
rante liberal. Por otro lado, la blasfemia no revela sólo nidense, las autoridades iraníes ordenar on a las pastele
una actitud de odio, de intentar golpear al otro donde rías cambiar el nombre «pasta danesa» por «rosa de
más le duele, en el núcleo fundamental de su creencia, Mahoma». Sería interesante, sin embargo, vivir en un
sino que, en sentido estricto, es también un problema mundo donde el Congreso de Estados Unidos cambia
religioso, p ues sólo funciona dentro del ma rco de un es se el nombre de las patatas fritas por el de patatas de
pacio r eligioso. Mahoma, y las autoridades iraníes transformasen las
158 SOBRE LA VIOLEN CIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 159

pastas dane sas en rosas de la liberta d. Pe ro el prev isible das como un argumento en favor de la diferencia de ci
futur o de la tolerancia nos hace p ensar que nuestros co vilizaciones. Europa surgía como algo superior, puesto
mercios y restaurantes se llenarán de versiones de las que nosotros, cristianos, nos limitamos a protestar ver
patatas de la Toscana. balmente, mientras que los musulmanes reaccionaron
A lo largo de los últimos años se ha des arrollado un asesinando y quemando.
debate público en mi srcinaria Eslovenia: ¿pueden los Tales extrañas alianzas enfrentan a la comunidad
musulmanes, en su mayoría trabajadores inmigrantes de musulmana e uropea a una ele cción difícil que r esume su
la antigua Yugoslavia, construir una mezquita en Liu- posición paradójica: la única agrupación política que no
bliana, la capital? Mientras los conservadores se opusie les reduce a ciudadanos de segunda clase y les permite
ron a la mezquita por razones culturales, políticas e in ocupar el espacio necesario para desplegar su identidad
cluso arquitectó nicas, el semanario Mladina se convir tió religiosa es la de los liberales ateos, mientras que los que
en el más consistente y enérgico apoyo a la mezquita, están más cerca de su práctica social y religiosa, su ima-
sig uiendo su línea habitua l de apoyo a los derechos civi gen- espejo cristiana, son sus má s acérrimos enemigos
les y sociales de la población de la antigua Yugoslavia. políticos. L a par adoja está en que sus verdaderos aliados
Como era de esperar, en concordancia con su actitud no son los que publicaron primero las caricaturas, sino
libertaria, Mladina fue también el único medio que im los que, en solidaridad con esa libertad, volvieron a im
primió las caricaturas de Mahoma. Y, a la inversa, los primir las caricaturas de Mahoma.
que desplegaron la mayor «c ompre nsión» haci a las vio Es necesario recordar en este punto el análisis que
lentas protestas musulmanas fueron precisamente los hizo Mar x del enfrentamiento políti co de la Rev oluci ón
que expresaron reiteradamente su preocupación por la francesa de 1848. El Partido del Orden, en el poder, era
Europa cristiana. una coalición de dos sectores monárquicos, los borbóni
El paralelismo que evocaron estos conservadores cos y los orleanistas. Ambos eran, por definición, inca
estaba relacionado con un escándalo ocurrido en Eslo paces de llegar a un consenso respecto a la Corona fran
venia hace unos años. Un grupo de rock llamado Strel- cesa, puesto que sólo se puede apoyar a una casa real
determinada. El único camino para que ambos se unie
nikoff
cierto imprimió
con una un póster
pintura en el que
clásica de laanunciaban su con
Virgen María y el sen era hacerlo bajo la bandera del «reino anónimo de la
niño Jesús, pero con una vuelta de tuerca adicional: República». En otras palabras, el único modo de ser leal
María sostiene en su regazo una rata en vez de a su hijo. a la Cor ona era ser republica no.16 L o mismo v ale para
El punto clave del paralelismo era, desde luego, repren la religión. Uno no puede ser religioso sin más: es preci
der las caricaturas que se burlaban del cristianismo junto so creer en algún (algunos) dios(es) en detrimento de
a las de Mahoma. Asimismo, los conservadores aprove
charon la oportunidad para llamar la atención sobre la 16. Véase K arl Marx , «Class Struggles in France», Collected
distinta reacción de las comunidades religiosas afecta Works , vol. 10, Londres, Lawrence and Wishart, 1978, pág. 95.
160. SOBRE LA VIOLENCIA
ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 16 1

otros. El fr acaso de todos lo s esfuerzos por unir religio i ra única moralidad es entonces la de la manada de Ιο
nes prueba que el único modo de ser religioso en tèrmi
ί>os y que sólo la religión puede elevarnos a un nivel es
nos generales es bajo la bandera de la «religión anonimii piritual mayor. Hoy día, al tiempo que la religión emer
del ateísmo». Com o demuestra el destino de las comuni ge como la fuente principal de violencia homicida en el
dades musulmanas en Occ idente, s ólo se puede prospe mundo, uno se cansa de oír tantas afirmaciones acerca
rar de esa manera. Hay por tanto una especie de justicia de que los fundamentalistas cristianos, musulmanes o
poética en el hecho de que las protestas en todo el mun
hindúes sólo están abusando y pervirtiendo el noble
do musulmán contra la Dinamarca infiel fuesen segui mensaje espiritual de su credo. ¿No es el momento de
das inmediatamente de una violencia creciente entre su- restaurar la dignidad del ateísmo, quizá nuestra única
níes y chiíes, las dos facciones musulmanas de Irak. La oportunidad de conseguir la paz? Por lo general, allí
lecció n que hemo s apre ndido de lo s totalitarismos que donde aparece la violencia inspirada en motivos religio
da explicitada aquí: la lucha contra el enemigo exterior sos, echamos la culpa a la violencia misma: es el agente
tarde o temprano se convierte en una fractura interna y político violento o «terrorista» el que «abusa» de una
en lucha contra el enemigo interior.
religión noble, así que se trata de rescatar el núcleo au
Después de todos los argumentos que han procla téntico de una re ligión de su i nstr umentalizac ión po líti
mado recientemente el retorno «postsecular» de lo reli ca. ¿ Y qué sucedería entonces si uno corr e el riesg o de
gioso, los límites del desencantamiento y la necesidad invertir est a relación ? ¿ Y si lo que ap arece como una
de redescubrir lo sagrado, quizá lo que necesitamos en fuerza moderadora, convenciéndonos de que controle
realidad es una dosis del buen ateísmo de siempre. Las
mos nuestra violencia, e s su instiga dor secreto? ¿ Y si en
protestas causadas por las caricaturas de Mahoma en vez de renunciar a la violencia tuviéramos que renun
las comunidades musulmanas nos proporcionan una ciar a la re ligión — incluidas sus rever beracio nes secula
prueba más de que las creencias religiosas son una fuer res como el comunismo estalinista, con su dependencia
za que debe ser tenida en cuenta. Por deplorable que
pueda ser la violencia de las masas musulmanas, parece del gran otro histórico— y pers eg uir la violencia en sí ,
asumiendo nuestra plena responsabilidad sin ninguna
recordarnos que los libertarios occidentales, tan teme
cobertura bajo la figura del gran otro?
rarios como cínicos, deben aprender también algo de
A me nud o se a firma que toda dis puta ética co nte m
todo lo sucedido: ahí se encuentran los límites del de poránea es en realidad un debate entre Charles Darwin
se ncantamiento secular. O eso se nos ha dicho.
y el papa . Por un lado hay una (in)m or alid ad se cular
Pero ¿es ésta realmente la lección que debe apren
que encuentra aceptable y deseable usar y sacrificar in
derse de los asesinatos, saqueos e incendios hechos en dividuos de forma despiadada. Por el otro está la mora
nombre de la religión? Durante mucho tiempo se nos
lidad cristiana que afirma que todo ser humano tiene
ha dicho que, sin religión, somos meros animales egoís
un alma inmortal y por ello es sagrado. En este contex
tas que luchamos por nuestra supervivencia, que nues-
to es interesante notar como, tras el estallido de la Pri
16 2 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 16 3

mera Guerra Mundial, algunos darwinistas sociales eran no parece funcionar . C onvierte a las personas en borre
pacifistas a causa de su darwinismo antiigualitario. Ernst gos odiosos y no demasiado compasivos.» Los dirigen
Haeckel, el principal impulsor del darwinismo social, tes religiosos han fracasado también a la hora de hacer
se opuso a la guerra porque en ella morían las personas algo respecto a las tensiones y los conflictos mundiales.
equivocadas: «Cuanto más fuerte, sano y normal es un «¿ Por qué no cele bran un cón clave? ¿P or qué no se reú
hombre joven, más probable es que sea asesinado por nen?», se preguntaba.
cuchillos, cañones y otros instrumentos similares de la El predominio de la violencia justificada religiosa o
cultura» .17 El problema era que los déb iles y enfermos étnicamente puede explicarse por el hecho de que vivi
no podían entrar en el ejército. Se les exoneraba para mos en una época que se per cibe a sí misma como posti-
que concibieran hijos, llevando así a la nación a su de deológica. Puesto que las causas del gran público no
cadencia biológica. Una de las soluciones era obligar a pueden ser ya movilizadas para preparar el terreno de l a
todos los hombres a servir en el ejército y después, en la violencia de masas (por ejemplo, la guerra) y puesto que
batalla, usar sin piedad a los débiles y enfermos como la ideología hegemónica realiza constantes llamamien
carne de cañón en ataques suicidas. tos a gozar de la v ida y a realizarnos, a la mayoría l e res ul
Lo que complica esta cuestión en la actualidad es ta difícil superar su repulsión a la tortura y el asesinato
que los genocidios se ven legitimados cada vez más en de otro ser humano. La inmensa mayoría de la gente es
términos religiosos, mientras que el pacifismo es predo espontáneamente «moral»: matar a otro ser humano es
minantemente ateo. Es la creencia misma en una meta algo traumático para ellos. Así que, para conseguir que
divina superior la que nos permite instrumentalizar a lo hagan, se necesita una causa «sagrada» mayor, que
los individuos, mientras que el ateísmo no admite esa hace que los insignificantes reparos respecto al asesinato
actitud y repudia por tanto toda forma de sacrificio sa parezcan triviales. L a r elig ión o la pertenenci a ética rea
grado. No sorprende, entonces, que, como informaba lizan esta tarea a la perfección. Desde luego, hay casos
A P el 12 de noviembr e de 2006, Elto n J ohn admiras e de ateos patológicos que son capaces de cometer asesi
las enseñanzas de Cristo y otros líderes espirituales al natos en masa sólo por el placer de hacerlo, pero son ex
tiempo que se oponía a todas las religiones organizadas. cepciones. La mayoría tiene que ser «anestesiados» con-
«Creo que la religión ha intentado siempre sembrar el I ra su sensibilidad elemental respecto al sufrimiento del

odio hacia los homosexuales», declaró en el suplemen otro. Por eso se requiere una causa sagrada.
to de música del Observer. «La religión promueve el Hace más de un siglo Dostoïevski advirtió en Los
odio y el rencor contra los gays. [...] Si pudiera, prohi hermanos Karamazov contra los peligros del nihilismo
biría la religión completamente. La religión organizada moral ateo: «Si Dios no existe, todo está permitido». E l
nouveau philosophe francés André Glucksmann aplicó
17. Citado de Edw ard T. Oakes, «Da rw in’s Grav eyar ds», la crítica de Dostoïevski al nihilismo ateo al ataque te
Books and Culture , noviembre- diciembre de 2006, pág. 36. rrorista del 11 de septiembre, como sugiere el título de
16 4 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 1

su libro, Dostoïevski en Manhattan,18 No podría estar eso es en sí mismo una prueba de que no amas realmen
más equivoc ado, pues la lec ción que debemos aprender te a Dios. No obstante, sigue siendo un mandato ambi
del terrorismo actual es que si hay Dios, entonces todo, guo, puesto que no existe ninguna gar antía ex terna a tu
incluso volar por los aires a cientos de espectadores creencia de que Dios realmente quiere que lo hagas. En
inocentes, les está per mitido a los que af irmen actuar en ausencia de toda norma ética externa a tu amor y creen
nombre de Dios, en tanto instrumentos de su voluntad, cia en Dios, siempre está acechando el peligro de que
puesto que un vínculo directo con Dios justifica nues uses tu amor a Dios como legitimación de los actos más
tra transgresión de cualquier obligación y considera terribles.
ción «meramente humana». Los comunistas estalinistas En el curso de la cruzada del rey San Luis, Yves le
«ateos» son la prueba definitiva de ello: todo les estaba Breton narraba como encontraron una vez una anciana
permitido mientras se percibiesen como instrumentos que vagaba por la calle con un plato en llamas en la
directos de su divinidad, la necesidad histórica de pro mano derecha y un cuenco lleno de agua en la izquier
greso hacia el comunismo. da. Cuando le preguntaron por qué iba de esa guisa,
La formulación de la suspensión fundamentalista ella respondió que con el fuego quemaría el paraíso
de la ética religiosa fue propuesta por Agustín, que es hasta que no quedara nada, y con el agua apagaría to
cribió: «A ma a Dios y haz lo que te plazca». A su vez, dos los fuegos del infierno. «Pues no quiero que nadie
esto se convierte en «A ma y haz todo l o que quieras», haga el bien para recibir el premio del paraíso, o por
pues, desde la perspectiva cristiana, ambas afirmacio miedo al infierno, sino solamente por amor a Dios».19
nes al final valen lo mismo. Dios, después de todo, es Lo único que cabe añadir es esto: entonces, ¿por qué
amor. Desde luego, la clave está en que, si realmente no eliminar a Dios y simplemente hacer el bien por el
amas a Dios, querrás lo que él quiere; lo que le place a bien mismo? No resulta sorprendente que hoy en día
él te place a ti, y lo que le disgusta te hace infeliz. Así esta instancia ética cristiana sobreviva sobre todo en el
que no se trata de que puedas hacer lo que quieras: tu ateísmo.
amor por Dios, si es verdadero, garantiza que en lo que Los fundamentalistas hacen (lo que perciben como)
quieres hacer seguirás los estándares éticos más altos. buenas acciones para cumplir la voluntad de Dios y
Esto iría en la línea de un conocido chiste: «Mi novia para merecer la salvación; los ateos simplemente las ha
nunca se retrasa en las citas, porque si se retrasa, deja cen porque es lo correcto. ¿No es ésta también nuestra
de ser mi novia». Si amas a Dios, puedes hacer cual experiencia de la moralidad más elemental? Cuando re-
quier cosa que desees, porque cuando haces algo malo,
19. Hay una ve rs ión parecida en el islam sufi: «Oh, señor, si
le rindo culto por m iedo al infier no, hazme arder en él. Si t e ado
18. A ndré Glucks mann, Dostoïevski à Manhattan, Paris, ro por las esperanzas en el paraíso, prohíbemelo. Y si te adoro
Robert Laffont, 2002 (trad. cast.: Dostoïevski en Manhattan, Ma por ti mismo, no me prives de tu belleza eterna» (Rabi’a al-'Ada-
drid, Taurus, 2002). wiyya de Basra, 713- 801).
166 SOBRE LA VIOLENCIA ANTINOMIAS DE LA RAZÓN TOLERANTE 16 7

alizo una buena acción, no lo hago con la perspectiva litución europea? A l final se lleg ó a un acuerdo: el cris-
de ganar el favor divino, sino porque no puedo proce I ianismo se citaría junto al judaismo, el islam y el legado
der de otro modo . Y si no lo hiciera, no sería capaz d e de la A ntigüedad. Per o ¿ dónde estaba el legado má s va
mirarme al espejo. Una acción moral es por definición lioso de Europa, el del ateísmo? Lo que hace única a
la propia recompensa. El filósofo y economista del si IMiropa es que se trata de la primera y única civilización
glo x viii Dav id Hume, creyente, construyó su argumen en la que el ateísmo es una opción plenamente legítima,
tación de un modo muy conmovedor cuando escribió no un obstáculo para obtener un puesto público. Éste
que el único modo de mostrar un respeto auténtico por es un legado europeo por el que realmente vale la pena
Dios es actuar moralmente a la vez que se ignora su luchar.
existencia. Dejando de lado que no necesita incentivar su pro
La historia
griegos del ateísmo
y romanos europeo,
en De rerum desde
natura sus orígenes
de Lucrecio has pia postura escandalizando al creyente con afirmaciones
blasfemas, el auténtico ateo rechaza además reducir el
ta los clásicos modernos como Spinoza, ofrece una lec problema de las caricaturas de Mahoma al respeto de las
ción de dignidad y valentía. Mucho más que por los es creencias del otro. El respeto de las creencias del otro
tallidos ocasionales de hedonismo, está marcada por la como valor supremo puede significar sólo una cosa: o
conciencia del amargo resultado de toda vida humana, bien tratamos al otro de un modo condescendiente y
puesto que no existe una autoridad superior que vigile evitamos herirle para no arruinar sus ilusiones, o bien
nuestros destinos y garantice un final fe liz. A l mismo adoptamos la postura relativista de los múltiples «regí
tiempo, los ateos se esfuerzan por formular un mensaje- menes de verda d», des calificando como imposición vio
de alegría que no procede de la realidad, sino de su lenta toda insistencia manifiesta en la verdad. Pero ¿y si
aceptación y del encuentro creativo del propio lugar en sometiésemos al islam, junto a todas las demás religio
la misma. Lo que hace única a esta tradición materialis nes, a un análisis respetuoso aunque no por ello menos
/
ta es cómo combina la humilde conciencia de que no riguroso? Esto, y sólo éste es el modo en que se muestra
somos los amos del universo sino simplemente parte de un auténtico respeto por los musulmanes: tratándolos
un todo mayor
destino, expuesto
con una a distorsiones
disposición contingentes
a aceptar el del
peso de la res como adultos serios y responsables de sus creencias.
ponsabilidad de lo que hacemos en nuestras vidas.
Dada la amenaza de una catástrofe impredecible que
nos acecha por todas partes, ¿no estamos ante una acti
tud más necesaria que nunca en nuestros días?
Hace unos años hubo un curioso debate en Europa:
¿debía ser mencionado el cristianismo como parte cla
ve de la herencia europea en el preámbulo de la Cons-
CAPITULO
_______________________________ 5
Molto aâagio-Andante
La tolerancia como
categoría ideológica

La cul t uri zaci ón d e l a polít i ca

¿Por qué hay tantas cuestiones hoy en día que se per


ciben como problemas de intolerancia más que como
problemas de desigualdad, explotación o injusticia? ¿Por
qué creemos que la tolerancia es el remedio en lugar de
serlo la emancipación, la lucha política o el combate ar
mado? La respuesta se halla en la operación ideológica
básica del liberalismo multiculturalista: la «culturiza
ción de la política». Las diferencias políticas, derivadas
de la desigualdad política o la explotación económica,
son naturalizadas y neutralizadas bajo la forma de dife
rencias «culturales», esto es, en los diferentes «modos
de vida», que son algo dado y no puede ser superado.
Sólo pueden ser «tolera do». E sto ex ige una respu esta en
los términos que plantea W alter Benjamin: de la culturi
zación de la politica a la politización de la cultura. La cau
sa de esta culturización es la retirada, el fracaso de las so
luciones claramente políticas como la del Estado del
170 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 171

bienestar o los di vers os proyectos socialistas. L a toleran mundo vital en el que nacen— y aquellos que mera
cia es su principio básico pospolítico.1 mente «gozan» de su cultura elevados por encima de
Fue el politòlogo Samuel Huntington quien propu ella, libres para elegir. Esto nos lleva a la siguiente para
so la formulación más conocida de esta «culturización doja: la fuente definitiva de barbarie es la cultura mis
de la política» al localizar la fuente principal de los con ma, esa identificación directa con una cultura particu
flictos actuales en el «choque de civilizaciones», al qui* lar que nos hace intolerantes respecto a otras culturas.
podríamos llamar «la enfermedad de Huntington de La oposición fundamental gira en torno a lo colectivo y
nuestro tiem po». C omo dijo Hunting ton, tras el fin d e ln lo particular, lo localista, lo exclusivo de otras culturas,
Guerra Fría, el «telón de acero de la ideología» ha sido mientras que — sig uiente para doja— es el indiv iduo el
reemplazado por el «telón de terciop elo de la cultura».2 que es universal, el lugar de la universalidad, en tanto

Su oscura
parecer lo cvisión del de
ontrario «choque
la perspdeectiva
civilizaciones»
lumin osapuede·
de Fran que se libra
ticular. Con de y sepuesto
todo, eleva por
queencima de su cultura
los individuos debenpar
ser
cis Fukuy ama del fin de la h istoria bajo la forma de la de particularizados de algún modo, deben morar en un
mocracia liberal en todo el mundo. Para este último el mundo de vida particular, el único modo de resolver
mejor orden social se halla en la democracia liberal capi esta disonancia es dividir al individuo en universal y
talista, de mo do que en el la no hay ahora es pacio para un particular, público y privado (donde «lo privado» cu
progreso conceptual ulterior, sino sólo obstáculos empí bre tanto el refugio familiar como la esfera pública no
ricos que superar.3¿Qué puede ser más diferente de esta estatal de la sociedad civil, la economía).
idea p seudoh eg eliana de Fukuyama del « fin de la histo En el liberalismo, la cultura sobrevive, pero privati
ria» que el «choque de civilizaciones» de Huntington zada, es decir, como modo de vida, como conjunto de
como la principal lucha política del siglo xxi? El «cho creencias y prácticas, no como una red pública de nor
que de civilizaciones» es la política del fin de la historia. mas y reglas. La cultura se ve así transustanciada: los
La oposición básica sobre la que se sustenta la vi mismos conjuntos de creencias y prácticas pasan del
sión liberal se plantea entre aquellos que son domina poder vinculante de un colectivo a una expresión de
dos por la cultura — determinados por com pleto por e l idiosincrasias personales y privadas. Si la cultura es
fuente de barbarie e intolerancia, la conclusión ine
1. M e baso en Br ow n, Regulating Aversion. vitable es que el único modo de superar la intolerancia
2. Véase Samuel P. Hunting ton, The Clash of Civilizations, y la v iole ncia es librar de la cultura al núcle o del ser del
Nueva York, Simon and Schuster, 1998 (trad. cast.: El choque de sujeto, su esencia universal: en su esencia, el sujeto debe
civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Barcelona,
ser kulturlos .4El sostén filosófico de esta ideología del
Paidós, 2007).
3. Véase Francis Fukuyama, The End ofH istory and thè Las t
Man , Nueva York, Free Press, 2006, reimpresión (trad. cast.: El 4. Esto le da incidentalme nte un nuevo cariz a la fórm ula
fin de la historia y el último hombre , Barcelona, Planeta, 1992). famosa atribuida a Goering, «cuando oigo la palabra “cultura”,
172 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 17 3

sujeto universal liberal es el sujeto cartesiano, especial divergencia entre Kant y Richard Rorty respecto a esta
mente en su versión kantiana. Se concibe a este sujeto distinción de lo público y lo privado se advierte en con
como alguien capaz de desprenderse de sus raíces par tadas ocasiones, pero no deja de ser crucial que ambos
ticulares culturales/sociales y de afirmar su plena auto distingan con claridad entre los dos dominios, pero de
nomía y su universalidad. La experiencia fundadora de modos opuestos. Para Rorty, posiblemente el gran libe
la duda universal de Descartes es precisamente una ex ral contemporáneo, lo privado es el espacio de nuestras
periencia «multicultural» de cómo la propia tradición idiosincrasias donde imperan la creatividad y la imagi
no es mejor que lo que nos parecen las tradiciones «ex nación salvaje, y las consideraciones morales quedan
céntricas» de los demás: (casi) suspendidas, mientras que lo público es el espa
cio de interacción social donde debemos obedecer las
[...] Se
queme
noha
hayenseñado,
nada tanincluso en omis
tandías
pocodecruniversi reglas de lo
modo que es
no eldañemos
dad, ex traño eíble que palabras, privado espacio adelosla demás. En otras
ironía, mientras
no haya sido sostenido por un filósofo u otro, y a lo lar que lo público es el espacio de la solidaridad.
go de mis viajes me di cuenta enseguida de que todos Para K ant, sin emb arg o, el espacio público de la «so
aquellos cuyos sentimientos son contrarios a los nuestros ciedad civil mundial» designa la paradoja de la singu
no son sin embargo bárbaros o salvajes necesariamente,
laridad universal, de un sujeto singular que, en una
sino que pueden estar dotados de razón en un grado
especie de cortocircuito, al evitar la mediación de lo par
igual o incluso mayor que nosotros.5
ticular, participa directamente en lo universal. Esto es
lo que Kant, en el famoso pasaje de «¿Qué es la Ilus
Por eso las raíces étnicas, la identidad nacional y de
tración?», quiere decir por «público» como opuesto a
más rasgos no son simplemente una categoría de la ver
«privado». «L o priv ado» no e s la individualidad propia
dad para un filósof o cartesiano. Por decirlo en términos
que se opone a los vínculos sociales, sino el auténtico
kantianos, cuando reflexionamos acerca de nuestras ra
orden comunitario- institucional de la identificación par
íces étnicas, nos implicamos en el uso privado de la ra
ticular de uno mismo; mientras que «lo público» es la
zón, el cual está limitado por presuposiciones dogmá
ticas contingentes, esto es, actuamos como individuos univer salidad transnacional del ejerci cio de la propia r a
zón. L a paradoja de la fórmula subyacent e «piensa libre
«inmaduros», no como seres humanos libres que mo
mente, ¡ pero obedece! » — que, desde lueg o, plantea
ran en la dimensión de la universalidad de la razón. La
una serie de problemas en sí misma, puesto que depen
de también de la distinción entre el nivel «performati
echo mano a mi revólver», pero no, desde luego, cuando oigo la vo» de la autoridad social, y el nivel del pensamiento li
palabra « civilizació n».
5. René Descartes, Discourse on Method , South Bend, IN,
bre donde tal act uación queda s uspendida— es que uno
Univerisity of Notre Dame Press, 1994, pág. 33 (trad. cast.: Dis participa en la dimensión universal de la esfera «públi
curso del método , Madrid, Alianza, 2006). ca» precisamente como un individuo singular extraído
LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 175
174 SOBRELAVIOLENCIA

de (o incluso opuesto a) la identificación comunitaria beralismo está también marcado por un fuerte prejui
particular de uno mismo. Uno sólo es universal cuando cio: es intolerante cuando a los individuos de otras cul
es radicalmente singular, en los in ters ticios de las identi turas no se les da libertad de elección, como es evidente
dades comunitarias. Es Kant quien debe ser leído aquí en cuestiones como la ablación femenina, el matrimo
como crítico de Rorty. En su visión del espacio público nio infantil, el inf ant icidio, la polig amia y el incesto. Sin
en el ejercicio libre de la razón, afirma la dimensión de embargo, ignora la tremenda presión que, por ejem
là universalidad emancipatoria fuera de los límites de la plo, empuja a las mujeres en nuestra sociedad liberal
identidad social del individuo, de la posición de uno a someterse a procedimientos como la cirugía estética,
mismo dentro del orden del ser (social). Esta es la di los implantes cosméticos o las inyecciones de bótox
mensión que se ha perdido en Rorty. para seg uir s iendo competitivas en el merca do del sexo.
A sí pues, la idea libe ral de «libr e ele cción» siempre
se ve atrapada en un callejón sin salida. Si el sujeto quie
L a UNIVERSALIDAD EFECTIVA re, puede optar por la tradición local en la que nació,
siempre qufc se le ofrezcan alternativas para poder esco
Es fácil hacer que esta noción liberal de la toleran ger con li bert ad. A los adolescentes amish, por otra p ar
cia resulta problemática y muestre de manera palpable te, se les da la posibilidad de elegir con libertad, pero
la violencia que la sustenta. En primer lugar, no es 1111
las condiciones en las que se encuentran mientras reali
concepto realmente universal, kulturlos, sin cultu ra. Y la zan su elección hacen que ésta no sea del todo libre.
razón es que en nuestras sociedades las diferencias la Para que de verdad pudieran elegir se les debería infor
borales en cuanto al género están a la orden del día: las mar de manera adecuada sobre todas las opciones y ser
categorías liberales básicas (autonomía, actividad públi educados en ellas. Pero la única manera de hacerlo pa
ca, competencia) son esencialmente masculinas, mien saría por eliminar su bagaje cultural amish y americani
tras que se reserva a las mujeres para la esfera privada zarlos.
de la solidaridad familiar. El propio liberalismo, en su A simismo se de ben cons ider ar las limita ciones de la
oposición de privado y público, promueve la dominación típica actitud liberal respecto a las mujeres musulmanas
masculina. Además, sólo gracias a la cultura moderna que llevan velo. A las mujeres se les permite llev ar velo
occidental del capitalismo, la autonomía y la libertad si es su voluntad y no una imposición de sus maridos o
individual se mantienen por encima de la solidaridad familiares. Sin embargo, desde el momento en que las
colectiva, la conexión, la responsabilidad respecto a los mujeres llevan velo como consecuencia de una elección
que dependen de nosotros, el deber de respetar las cos individual y libre, es decir, para afirmar su propia espi
tumbres de nuestra comunidad. El liberalismo privile ritualidad, el sentido del velo cambia por completo: ya
gia por sí mismo cierta cultura: la cultura occidental no es un signo de pertenencia a la comunidad musul
moderna. Además de por la libertad de elección, el li mana, sino una expresión de su propia individualidad.
176 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 177

La diferencia es la misma que existe entre un granjero A bu Hanifa, el g ran inte lectual m us ulm án del s iglo x vm:
chino que se alimenta de comida china porque así se ha «La divergencia de opinión en la comunidad es una se
hecho en su pueblo desde tiempo inmemorial, y un ciu ñal de misericordia divina».6Sólo dentro de este espacio
dadano de una megalópolis occidental que decide ir a ideoló gico puede uno ex periment ar la propia ide ntidad
comer a un restaurante chino local. En nuestras socie como algo contingente y «construido» de forma discur
dades seculares, basadas en la libre elección, las perso siva. Por decirlo en pocas palabras, en filosofía no en
nas que mantienen un compromiso religioso sustancial contramos el discurso de Judith Butler o su teoría de la
están en una posición subordinada. Incluso si se les per identidad de género producida performativamente sin
mite mantener su creencia, esta creencia es «tolerada» el sujeto cartesiano. Sea lo que sea aquello de lo que se
porque se trata de su elección u opinión personal. En el acuse al multiculturalismo liberal, deberíamos admitir
momento en que la presentan públicamente como lo al menos que es en gr an med ida «anties encialista»: es su
que es para ellos, es decir, una cuestión de pertenencia otro bárbaro el que se percibe como esencialista y, por
sustancial, se les acusa de «fundamentalismo». Lo cual tanto, falso. El fundamentalismo «naturaliza» o «esen-
implica que el «sujeto de libre elección», en su «tole cializa» rasgos condicionados en términos históricos.
rante» y multicultural significado occidental, puede sur Para los europeos modernos, hay otras civilizaciones
gir sólo como resultado de un violento proceso de ex que se ven atrapadas en su cultura específica, mientras
trañamiento de un mundo de vida particular, de un ser que de la suya p iensan que es flex ible y que cambia c ons
arrancado de las propias raíces. tantemente sus presupu estos .
Debería tenerse siempre en cuenta el aspecto enor Los críticos «poscoloniales» gustan de subrayar la
memente liberador de esta violencia que nos hace ex insensibilidad del liberalismo respecto a su propia limi
perimentar nuestro propio marco cultural como algo tación: al defender los derechos humanos tiende a im
conti ngente. N o olvidemos que el liberalismo surgió en poner su propia versión de sí mismo a los demás. Sin
Europa después de la catástrofe de la guerra de los embargo, la sensibilidad autorreflexiva respecto a las
Treinta Años que enfrentó a católicos y protestantes. propias limitaciones sólo puede emerger sobre el tras
Fue una respuesta a la angustiosa pregunta de cómo po fondo de las nociones de autonomía y racionalidad
dían convivir personas con diferentes lealtades religio promovidas por el liberalismo. Uno puede, desde lue
sas y exigía de los ciudadanos algo más que una toleran go, mantener que la situación occidental es incluso
cia condesc endiente respecto a las di versas religiones, más peor porque en ella la opresión es borrada y enmasca
que la tolerancia como compromiso temporal: exigía rada como libre elección . (¿ De qué te qu ejas? T ú ele-
respeto por las demás religiones no a pesar de nuestras
convicciones religiosas más íntimas, sino gracias a ellas. 6. Citado de Ziauddin Sardar y Merryl Wy n Davies, The
El respeto a los demás es una prueba de auténtica fe. Nonsense Guide to Islam, Londres, New Internati onali st/V erso,
Esta actitud se expresa mejor a través del ejemplo de 2004, p. 77.
178 SOBRE LA VIOLENCIA
LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 179

giste hacer eso.) En efecto, nuestra libertad de elección términos más precisos, tal postura se halla contenida en
funciona a menudo como un mero gesto formal de con la posición típica posmoderna y antiesencialista, una es
sentimiento respecto a nuestra propia opresión y ex pecie de versión política de la noción foucaultiana del
plotación. Con todo, aquí es pertinente la enseñanza de sexo en tanto ha sido generado por multitud de prácti
Hegel acerca de la importancia de la forma: la forma cas sexuale s: aquí un conjunto de prácticas políticas que
tiene una autonomía y eficiencia prop ias. Cuando com materializan la ciudadaní a construye al «hom bre », al ti
paramos a una mujer del tercer mundo forzada a some tular de los derechos humanos. Los derechos humanos
terse a una ablación o comprometida desde niña con la surgen como una uni ve rsa lidad ideoló gica falsa que en
dolorosa cirugía estética de la mujer del primer mundo mascara y legitima la política concreta del imperialismo
«libre para eleg ir», la forma de la li berta d importa, pu es y la dominación occide ntal, las interv enciones milita re s
abre un espacio para la reflexión crítica. y el ne ocolonialismo. L a cuest ión sería si eso es sufi rie n -
A demás , la desca lifica ción de otras cultur as como te para c onstituir una cr ítica.
intolerantes o bárbaras tiene como contrapartida la rá Una lectura s intomáti ca de caráct er marx ista puede
pida admis ión de su superioridad. Recordemos cuántos demostrar con convicción el contenido particular que
colonos británicos de la India admiraban la profunda da el sesgo ideológico burgués a la noción de derechos
espiritualidad de la sociedad de este país, fuera de al humanos: los derechos humanos universales son en rea
cance para los occidentales, teniendo en cuenta nuestra lidad el derecho de los propietarios blancos a intercam
obsesión por la racionalidad y la riqueza material. ¿No biar y explotar en el mercado a los trabajadores y a las
es uno de los topoi del liberalismo occidental la proyec mujeres con total libertad, así como el derecho a ejercer
ción en el otro de una vida que es más armoniosa, más la dominación política.
orgánica, menos competitiva, y dirigida a la coopera L a identificación d el contenido particular que prima
ción más que a la dominac ión? V inculado a ello está la en la forma universal muestra, sin embargo, sólo la mi
ceguera a la opresión en nombre del «respeto» por la tad de la historia. La otra parte, de carácter crucial, con
cultura del otro. Incluso la libertad de elección se evo siste en proponer una cuestión suplementaria mucho
ca a menudo de un modo perverso: esas personas han más difícil, la de la emergencia de la auténtica forma de
elegido su modo de vida, incluyendo quemar a las viu universalidad. ¿Cómo y en qué condiciones históricas
das, y por muy deplorable y repulsivo que nos parezca, específicas se convierte la universalidad abstracta en un
debemos respetar su elección. «hecho de la vida (social)»? ¿En qué condiciones se
La crítica «radical» poscolonial del liberalismo per sienten los individuos como sujetos de los derechos hu
manece entonces en el típico nivel marxista de denuncia manos universales? Esta es la clave del análisis de Marx
de la falsa universalidad, de mostrar cómo una posición del fetichismo de la mercancía: en una sociedad en la
que se presenta como neutral y universal privilegia cier que predom ina el intercambio de mercan cías, los indiv i
ta cultura (heterosexual, masculina, cristiana). Dicho en duos, en su vida cotidiana, se relacionan consigo mis-
180 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORIA IDEOLÓGICA 181

mos — así como con los obj etos que encuentran— como una estructura social dada, la universalidad se hace
encarnaci ones conti ngentes de nocion es abstrac tas uni «para sí» sólo en aquellos individuos que carecen de un
versal es. L o que so y, mi tras fondo concreto social o cul lugar propio en ella. El modo en que aparece una uni
tural, lo experimento como algo contingente, puesto versalidad abstracta, su entrada en la existencia actual,
que lo que me define en última instancia es la capacidad produce así la violencia: irrumpe con violencia en una
abstracta un iversa l de pensar y trabajar. Cualquier obje estructura orgánica precedente.
to que pueda s atisfacer mi deseo e s percibido como con Y a no bas ta con señalar el conoc ido análisis ma rx ista
tingente, puesto que mi deseo es concebido como una acerca d e la brec ha que existe entre la apariencia ide oló
capacidad formal abstracta, indiferente respecto a la gica de la forma legal universal y los intereses particula

multitud de objetos
lo, pero que nunca particulares
lo hacen porque puedenLa
completo. satisfacer
concep res que la sostienen, como es común entre los críticos
políticamente correctos de la izquierda. El contraargu
ción moderna de la profesión implica que me percibo ment o ex puesto por teó rico s como Claude L efort y Ja c
como un individuo que no «nace directamente en» su ques Rancière según el cual la forma nunca es «mera»
papel social. En qué me convierta depende de la rela forma, sino que implica una dinámica propia que deja
ción que exista entre las circunstancias sociales contin huellas en la mater ialidad de la vida s ocial, e s totalme nte
gentes y mi libre elección. En este sentido decimos que váli do.7Despu és de todo, la «libertad f orm al» del bur
el indiv iduo contempor áneo ti ene una profes ión — es gués pone en marcha todo el proceso de exigenci as p olí
electri cista o profesor o camarero— , pero no tien e s enti ticas materiales y prácticas, desde las demandas de los
do afirmar que un siervo medieval era campesino de sindicatos hasta las del feminismo. Rancière subraya con
profesión. El punto crucial es que, una vez más, en cier acierto la ambigüedad radical de l a noción marx ista de l a
tas condiciones sociales de intercambio de mercancías y brecha entre la democracia formal con su discurso acer
economía global de mercado, «la abstracción» se con ca de los derechos del hombre y la libertad política, y la

vierte
tual. Aen unaa cómo
fecta característica directa deconcreto
lo s individuos la vida social ac por
s se com realidad económica de explotación y dominación. Esta
brecha en tre la «apariencia» de l a igualdad- libertad y
tan y se re lacionan con su des tino y con su círculo social. la realidad social de las diferencias económicas y cultu
Marx comparte la opinión de Hegel acerca de cómo la rales puede interpretarse de dos modos: el modo típico
unive rs alidad se hace «para sí» sól o en tanto que l os in
dividuos no identifican por completo la esenci a de su se r 7. Véase Claude Lefort, The Politic ai Forms o f M odem So
con su situación social particular. Una circunstancia de ciety: Bureaucracy, Democracy, Totalita rianism , Cambridge, MA,
rivada de ello es que estos individuos se perciben siem MIT Press, 1986 (trad. cast.:Las form as de la historia: ensayos de
antropología política, Fondo de Cultura Econòmica, 1988), y
pre «sin v ínculo alg uno» r especto a su situ ació n: la exis
Jacques Rancière, Ha tred to Democracy, Londres, Verso, 2007
tencia concreta y efectiva de la universalidad produce (trad. cast.: El odio a la democracia, Buenos Aires, Amorrortu,
un individuo sin lugar propio en el edificio global. En 2007).
18 2 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORIA IDEOLÓGICA 18 3

sintomático, de acuerdo con el cual la forma de los dere ocurre cuando una dimensión universal correcta explo
chos humanos, es decir, la igualdad, la libertad y la de ta desde dentro de un con texto concreto, se hace « para sí»
mocracia, es simplemente una expresión necesaria pero y es v ivida directam en te co mo un ive rsal. Esta «uni vers a
ilusoria de su contenido social concreto (el universo de lidad para sí» no sólo es externa a todo contexto o está
la explotación y la dominación de clase); o en el sentido po r encim a del mismo, sino que se inscribe en su inte
mucho más subversivo de una tensión en la que la «apa rior y lo modifica y afecta desde dentro, de modo que la
riencia» de la égaliberté no es precisamente una «mera identidad del particular se divide entre sus aspectos
apariencia», sino que tiene su propio poder, que le per particu lar y universal. Sin duda Ma rx ya vis lumbró que
mite poner en mar cha el proceso de r ear ticulación de las el problema real en lo que atañe a Homero no era ex
relaciones socioeconómicas actuales a través de su pro plorar las raíces de su épica en la temprana sociedad
gresiva «politización»: ¿por qué no deberían votar las griega, sino dar cuenta del hecho de que, aunque clara
mujeres?, ¿por qué las condiciones de trabajo no pue mente arraigado en su contexto histórico, fuera capaz
den ser una preocupación política pública?, etc. Aquí de trascender sus orígenes históricos y hablar a todas
resulta tentador emplearse el viejo término levi-straus- las épocas. Quizá la prueba hermenéutica más elemen
siano de «eficacia simbólica»: la apariencia de égaliberté tal de la grandeza de una obra de arte sea su capacidad
es una ficción simbólica que, como tal, posee una efica para sobrevivi r arrancada de su contexto or iginal. E n el
cia real por sí misma. No obstante, debemos resistirnos caso del auténtico gran arte, cada época lo reinventa y
a la tentación cínica de reducirla a una mera ilusión que redescubre. Así tenemos un Shakespeare romántico y
oculta una facticidad diferente. Eso sería caer en la un Shakespeare realista.
trampa de la vieja hipocresía estalinista que se burlaba Las óperas de Richard Wagner proporcionan otro
de la libertad burguesa «meramente formal»: si era tan ejemplo. Los trabajos de investigación más recientes in
formal y no perturbaba las verdad eras relaciones de po tentan extraer el «verdadero significado» de varios per
der, ¿por qué no la permitió el régimen estalinista? sonajes y temas wagnerianos: Hagen es en realidad un
¿Qué le asustaba de ella? judío aficionado a la mas turbación, la enfermedad de
El momento crucial en cualquier lucha teórica —y, A mfor tas es en r ealidad la sífilis, etc. Wagner, pros igue
por tanto, ética, política y, como demostró Badiou, in la argumentación, hacía funcionar códigos históricos
cluso estética— es el surgimiento de la universalidad a conocidos por todo el mundo en su propio tiempo.
par tir de un m undo de la vida concreto. El lugar común Cuando un personaje tropezaba, cantaba en tonos altísi
según el cual estamos basados por completo en un mos o hacía gestos nerviosos, «todo el mundo» sabía
mundo de la vida efectivo, contingente, de modo que que era un judío, así que el Mime de Sigfrido es la carica
toda univers alidad está i rre ductiblemente contamin ada tura de un judío. La herida en la ingle que aparece tras
y v inculada a ese mundo de la vida, debe ser inv ertido. mantener relaciones con una mujer «impura» era, pues
El auténtico momento del descubrimiento, del avance to que la mujer padecía sífilis, una obsesión en la según-
184 SOBRE LA VIOLENCIA I.ATOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 185
da mita d del siglo x ix , de modo que estaba clan» |·.<in nu m· desacertada, sea más productiva. Es m ás bie n
todo el mundo que Amfortas en realidad se había <<μη* •im 1.1 lensión entre el marco básico univer sal d e l pen-
giado de Kundry. El primer problema de esta leci um n« .milenio de Nietzsche y su particular c onte x tualiz a-
que, incluso siendo exacta, las hipótesis barajad;is ns» •nm histórica está inscrita dentro de la misma es tr uctu-
contribuyen demasiado a una comprensión pertinenti» I I del pensamiento nietzschea no, forma parte de s u
de la obra. E n realidad, los lugares comunes historie ¡mi •u ladera identidad, del mismo modo que la te ns ión
pueden diluir nuestro contacto con la obra. Para inm min· la forma universal de los derechos humanos y su
prender Parsifal es necesario abstraerse de tales trivwli diméntico se ntido» en el momento hist órico de su
dades históricas, descontextualizaria obra y ex traerla il·! •iimiciación forma parte de su ident idad.
contex to en que fue introducida or iginalmente. I l.iy I,a hermenéutica marx ista que desvela los pr ej uicio s
más verdad en la estructura formal de Parsifal, que peí
mite diferentes c ontex tualizaciones históricas, que en su i micretos
>li que subyacen
Ί>ο suplementarse bajo la con
entonces univers alidad abs con
su opuesto, tr ac ta
el
contexto srcinal. Nietzsche, gran crítico de Waj>nn, ¡ iu )ce dimiento propiamente hegeliano que descubre la
fue el primero en realizar tal descontextualización, pin universalidad de lo que se presenta como una posición
poniendo una nueva figura de Wagner: ya no el Waj’iii'i I mirl icular. Es valioso echar de nuev o un vis tazo al aná
poeta de la mitolog ía te utónica, de la pomposa grane l<v.n lisis de Marx de cómo, en la Revolución francesa de
heroica, sino Wagner «el miniaturista», el Wagner de ln IK48, el Par tido del Orden, co nser vador - republicano,
feminidad «histerizada», de los pasajes delicados, »l< luncionó como la coalición de las dos ramas del realis
la decadencia de la familia burguesa. mo, orleanistas y legitimistas, en el «reino anónimo de la
En la misma línea, Nietzsche fue reinventado nume Kcpública».8Los diputados parlam entarios del P a r tid o
rosas veces a lo largo del siglo xx. El Nietzsche heroin > del Orden percibían su propio republicanismo como
conservador y protofascista se convirtió en el Nietzsche una burla: en sus discursos parlamentar ios te nía n cons-
francés y después en el Nietzsche de los estudios culli i I mitemente lapsus monárquicos y ridiculizaban la Re
rales. Análisis históricos convincentes pueden mostnn pública para hacer saber que su auténtico objetivo era
con facilidad cómo la teoría de Nietzsche encajaba con restaurar el reino. De lo que no eran conscientes es de
su propia experiencia política. Su virulento ataque a l.i que ellos mismos eran víctimas del impacto social real
«rebelión de los esclavos» fue una reacción a la Conni de su manera de actuar. Lo que estaban haciendo en
na de París. Pero esto no contradice en modo alguno el realidad era establecer las condiciones mismas del or
hecho de que haya más verdad en el «descontextualiza den republicano burgués que tanto despreciaban, por
do» Nietzsche francés de Deleuze y Foucault que en ejemplo, garantizando la protección de la propiedad
este Nietzsche preciso en términos históricos. El argu privada. Así que no es que fueran monárquicos ocultos
mento no es tan sólo pragmático ya que no es que csm
lectura de Nietzsche por Deleuze, aunque histórica 8. Véase Marx, «ClassStruggles inFrance»,op. cit.
186 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIACOMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 18 7

tras una máscara republicana, aunque ellos se percibie pitalismo, cuya ideología es el liberalismo, es en efecto
sen así, sino que su propia convicción monárquica era universal, ya no está arraigado en una cultura o «mun
la máscara que les hurtaba la percepción de su verdade do» particular. Por ello Badiou afirmó que nuestro
ro papel social. En síntesis, lejos de ser la verdad oculta tiempo está desprovisto de mundo: la universalidad del
de su republicanismo público, su sincero monarquismo capitalismo reside en el hecho de que el capitalismo no
era el soporte fantasmagórico de un efectivo republica es el nombre de una «civ ilización», de un mundo cultu-
nismo. Y esto era lo que les propor cionaba la pasión ral- simbólico específico, sino que es el nombre de una
que había tras su actividad. máquina económico- simbólica neutral que opera con
¿No es ésta la a uténtica lección de l a «as tucia de la ra los valores asiáticos tan bien como con los demás. En
zón» de Hegel? La particularidad puede enmascarar la este sentido, el triunfo europeo a lo largo y ancho del
universalidad misma. Los monárquicos franceses de mundo es en realidad su derrota, su autocancelación.
1848 eran víctimas de la «astucia de la razón», ciegos al El cordón umbilical del capitalismo con Europa ha sido
interés universal (capitalista- republicano) que servían en cortado. Los críticos del eurocentrismo que se esfuer
la persecución de sus metas monárquicas. Eran como el zan por desenterrar el secreto prejuicio europeo del ca
valet de chambre de Hegel, que no podía ver la dimens ión pitalismo yerran el tiro: el problema del capitalismo no
universal, de modo que para él no había h éroes. Más ge es su secreto prejuicio eurocèntrico, sino el hecho de
neralmente, un capitalista indiv idual piensa que actúa en que realmente es universal , una matriz neutral de rela
beneficio propio, ig norando el hecho de que está sirv ien ciones sociales.
do a la reproducción extendida del capital universal. No La misma lógica vale para la lucha emancipadora: la
es sólo que toda universalidad esté embrujada por un cultura particular que intenta defender su identidad
contenido particular que la contamina, es que toda posi desesperadamente debe reprimir la dimensión univer
ción particular está embrujada por su universalidad im sal que está activa en su mismo corazón, y que es el va
plícita, que la socava. El capitalismo no es simplemente cío entre lo particular (su identidad) y lo universal que
el universal en sí, es el universal para sí, en cuanto poder lo desestabiliza desde dentro. Esta es la razón por la
corrosivo que soca va todos los mundos de vida par ticula que el argumento de «déjanos nuestra cultura» falla.
res, sus culturas y tradiciones, cortándolos de un lado a Dentro de toda cultura particular los individuos sufren :
otro, capturándolos en su vórtice. No tiene sentido pre por ejemplo, las mujeres pr otes tan cuando se las fuerza
guntar: «¿Es esta universalidad verdadera o una másca a someterse a la ablación, y estas protestas contra las
ra de intereses particulares?». Esta universalidad es ver obligaciones comunitarias de la propia cultura están for
dadera como universalidad, como la fuerza negativa de muladas desde el punto de vista de la universalidad. La
mediación y destrucción de todo contenido particular. universalidad real no es el profundo sentimiento de
Este es el momento de la verdad en la exigencia de que, por encima de todas las diferencias, las diferentes
universalidad kulturlos por parte del liberalismo: el ca civilizaciones comparten los mismos valores básicos,
188 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGIC A 189

etc., sino que aparece (se actualiza) como la experiencia A cheronta movebo .·l as regiones i nfern ales
de la negatividad, de la i nadecuación a uno m ismo de una
identidad particular. La fórmula de la solidaridad revo L a s ustancia étnica particu lar, nuestro « mundo de la
lucionaria no es «dejadnos tolerar nuestras diferen vida», que resiste la universalidad, está hecho de cos
cias», no es un pacto de civilizaciones, sino un pacto de tumbres. Pero ¿ qué son las costu mbres? T odo orden le
luchas que atraviesa las civilizaciones, un pacto entre lo gal o todo or den de normativ idad ex plícita debe basa rse
que, en cada civilización, socava su identidad desde en una red compleja de reglas informales que nos dice
dentro, lucha contra su núcleo opresivo. Lo que nos cómo debemos relacionarnos con las normas explícitas:
une es la misma lucha. U na f órmula me jor podría ser: a cómo debemos aplicarlas, hasta qué punto podemos
pesar de nuestras diferencias, podemos identificar el tomarlas literalmente y cómo y cuándo se nos permite,
antagonismo
mos básico
presos, de modoo que
luchacompartamos
antagonista en que nos intole
nuestra ve incluso
truyen elsolicita,
dominio i gnorarlas. Estas
de la costum reglas
bre. informales
C onocer las cos cons
tum
rancia y unamos fuerzas en la misma lucha. E n otras pa bres de una sociedad es conocer las metarreglas acerca
labras, en la lucha emancipadora no son las culturas, en de cómo aplicar sus normas explícitas: cuándo se deben
su identidad, las que unen sus manos, es el reprimido, usar, cuándo se puede infringirlas, cuándo no tenemos
el explotado y el que sufre, las «partes sin parte» de que emplear una elección que se nos ofrece, cuándo es
toda cultura, los que se unen en una lucha compartida. tamos obligados a hacer algo, pero se pretende que lo es
A Primo Lev i se le pre g untaba a menudo si se c on tamos haciendo como una elección libre, como en el
sideraba principalmente un judío o un humano. Levi a caso del po tla tch. Pensemos en todas esas educadas su
menudo oscilaba entre las dos opciones. La solución gerencias que se hacen para después rechazarlas: es una
obvia (que precisamente como judío era humano, esto «costumbre» rechazar tales ofrecimientos, y cualquiera
es, uno es humano, uno participa en la humanidad uni que los acepte comete una burda torpeza. Lo mismo
versal a través de la identificación étnica de cada uno) vale para muchas situaciones políticas en las que se nos
falla. La única solución coherente no es decir que Levi presenta una elección a condición de que hagamos la
era un humano al que le ocurría el hecho de ser judío, elección correcta: se nos recuerda con solemnidad que
sino que él era humano (participaba «por sí mismo» en podemos decir no, pero se espera que no lo hagamos y
la función universal deja humanidad) sólo en la medi digamos con entusiasmo que sí. En muchas prohibicio
da en que estaba incómodo o era incapaz de identificar nes sexuales, la situación es la opuesta: el «no» explícito
se plenamente con su ju d eid a d : «ser judío» era un pro funciona como el imperativo implícito para lanzarse a
blema para él, no un hecho, no un refugio seguro al que ello, ¡ pero de modo discreto!
poder retirarse. Una de las estrategias de los regímenes totalitarios es
tener regulaciones (leyes criminales) tan severas que, si
se toman literalmente, tod o el mund o es culpable de algo.
190 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 191

Pero luego su pleno cumplimiento se suaviza. De este los sobornos y las trampas se convierten en las condicio
modo, el régimen pu ede parecer compasivo: «V es, si hu nes para sobrevivir.
biésemos querido, podríamos teneros a todos arrestados El problema de los años caóticos del gobierno de
y condenados , pero no os pre ocupéis , somos indulg en Y eltsin en la Rus ia posts ov iética pue de localiz ar se en
tes». A l mismo tiempo, el rég imen ej erce la amenaza per este plano: aunque las normas legales eran conocidas y
manente de disciplinar a sus sujetos: «No juegues dema básicamente idénticas a las que imperaban en la Unión
siado con nosotros, recuerda que en cualquier momento Soviética, lo que se desintegró fue la compleja red de
podemos...». En la antigua Y ugoslavia, el famoso artícu normas implícitas, tácitas, que sostenían el edificio so
lo 133 del Código Penal, podía invocarse a voluntad cial. Si en la Unión Soviética querías tener una mejor
para perseguir a los escritores y periodistas. Condenaba atención médica o un nuevo apartamento, si tenías una
todo tex to que p resenta se de for ma f alsa l os logros de la queja de las autoridades, si te llamaban a declarar, si
revolución socialista o que pu die se sem bra r la t ensió n y el querías que tu hijo fuera aceptado en una escuela de éli
descontento entre el púb lico por la manera en que trataba te, si el administrador de una fábrica necesitaba que los
temas políticos o sociales. Por supuesto, esta ú ltim a cate contratistas del Estado entregaran las materias primas
goría no es só lo en extre mo plástica, sino tam bién opor a tiempo, todo el mundo sabía lo que había que hacer.
tunamente autorreferenciad a: ¿ no es el propio hecho de Todos sabían a quién dirigirse, a quién sobornar, qué
que estás acusado por los que detentan el poder lo que podían hacer y qué no podían hacer.
prueba que sembra ste l a tensión y e l descon tento entre el Tras el col apso de la Unión Sov iética, uno de los as
pú blico ? Recuerdo que en aquellos años pregunté a un pectos más frustrantes de la ex isten cia diaria de la g en
político esloveno cómo justificaba esta ley. Simplemente te corriente fue que esas normas tácitas a menudo se di-
sonrió y, haciendo un guiño, me dijo: «Bueno, debemos fuminaban. La gente simplemente no sabía qué hacer,
tener alg una herr amienta para someter a nu estra v olun cómo reaccionar, cómo enfrentarse a las regulaciones
tad a aqu ellos que n os moles tan». A quí ten emos una su legales explícitas, qué debían ignorar, cómo funciona
perposició n de la potencial c ulpabilidad total (cualqui er ban los sobornos. Una de las funciones del crimen or
cosa que h agas pued e s er un crimen) y la misericordia (el ganizado fue proporcionar una especie de sucedáneo
hecho de que se te per mita llev ar t u vida en paz no es una de legalidad: si poseías un pequeño negocio y un clien
prueba o consecuencia de tu inocencia, sino una prueba te te debía dinero, te dirigías a tu protector mafioso,
de la misericordia y benevolencia, de una «co mprens ión que se ocupaba del problema, mientras que el sistema
de las circunstancias de la vida» de aquellos que gobier legal del Estado era ineficaz. La estabilización del régi
nan). Esto constituye una prueba adicional de que los re men de Putin equivale básicamente a la transparencia
gímenes totalitarios son por definición regímenes de la recién establecida de esas normas no escritas: ahora la
misericordia: toleran las violaciones de la ley puesto que gente tiene que aprender a bregar con las complejida
en el modo en que enmarcan la vida social violan la ley; des de las interacciones sociales.
19 2 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIACOMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 193

Esto subraya cómo el nivel más elemental de inter después de entablar una feroz competición por un as
cambio simbólico está hecho de los llamados «gestos censo laboral con mi mejor amigo, gano, lo justo es ofre
vacíos», ofertas hechas o pensadas para ser rechazadas. cer mi retirada, de modo que él consiga el ascenso. Lo
Brecht expresó de manera conmovedora esta caracte propio entonces sería que él rechazara mi oferta. De este
rística en sus obras de juventud, sobre todo en Der Jasa modo, quizá nuestra amistad pueda continuar. Lo que
ger, donde a un joven se le pide que elija aceptar lo qui tenemos aquí es el intercambio simbólico en su forma
en cualquier caso iba a ser su destino: ser arrojado al va más pura: un gesto hecho para ser rechazado. La magia
lie. Se gún le enseña su maestro, es costumbre pre guntar del intercambio simbólico es que, aunque al final este
a la víctima si está de acuerdo con su destino, pero tam mos como al comienzo, hay un beneficio distinto para
bién es costumbre que la víctima diga que sí. Pertene ambas partes en su pacto de solidaridad. En el proceso
cer a una sociedad conlleva un aspecto paradójico en t-l de las disculpas opera una lógica similar: si hiero a al

que a cada uno de nosotros se nos ordena que abrace guien con un sincera,
nna disculpa comentario
y lo grosero,
propio delo lapropio es ofrecer
otra persona es
mos y hagamos nuestro lo que se nos impone. Todos
debemos amar a nuestro país o a nuestros padres. Esta decir algo como: «Gracias, aprecio tus disculpas, pero
paradoja de desear o elegir con libertad lo que de todas no me has ofendido, sabía que no querías decirlo, así
formas es obligatorio, de mantener la apariencia de que: que no me debes ninguna disculpa». La clave está en que,
hay una libre elección cuando no existe, depende en aunque el res ultado fina l es que no es preciso disc ulpar
sentido estricto de la noción de gesto simbólico vacío, se, uno debe pasar por el proceso de ofrecimiento. «No
un gesto — una oferta— que debe rechazarse. me debes una disculpa» sólo puede decirse después de
¿ No hay algo muy similar en nuestra v ida cotidi ana? que uno ha ofr ecido una disculpa, de mo do que, aunque
En Japón, los trabajadores tienen derecho a cuarenta formalmente nada ocurra, y el ofrecimiento de disculpa
días de vacaciones al año. Sin embargo, se espera de: sea proclamado sin necesidad, todos ganan al final del
ellos que no usen plenamente este derecho: hay un proceso y quizá se salva una amistad.
acuerdo implícito de que no deben disfrutar de más de Pero ¿y si la persona a la que va dirigida la oferta
là mitad. En Oración por Owen, de John Irving, des que debe ser rechazada la acepta? ¿ Y si, después de ser

pués de que el pequeño Owen mate en un accidente a derrotado en la competición,


amigo de aceptar el ascenso queacepto la oferta
ha ganado de mi
él? Tal si
la madre de su mejor amigo, John, el narrador (Owen)
está, desde luego, terriblemente disgustado. Para mos tuación es, en efecto, catastrófica: causa la desintegra
trar cuánto se arrepiente, le hace a John un regalo, su ción de la apariencia de libertad que se vincula al orden
más preciada posesión: el mejor cromo de su colección social, lo cual equivale a la desintegración de la sustan
de béisbol. Dan, el solícito padrastro de John, le dice cia social en sí misma, la disolución de los vínculos so
que lo justo es devolver el regalo. ciales. Es en este preciso sentido en el que las figuras re
Imaginemos una situación más prosaica. Cuando, volucionarias igualitarias, desde Robespierre a John
194 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 19 5

Br own, son — potencialmente, al menos— figuras sin ga. Su primera reacción es un ataque de cólera. Des
costumbres, pues rechazan tener en cuenta los hábitos pués, tras una operación fallida para separar a unos ge
que determinan el funcionamiento de una norma uni melos siameses, vuelve a aceptar a Chris, con un largo
versal. Si todos los hombres son iguales, entonces todos discurso en la me sa de operaciones: «N unca te perdo na
los hombres son iguales y deben ser tratados como ta ré lo que has hecho. Pero Matt es demasiado valioso, el
les; si los negros son también humanos, han de ser tra mejor resultado de nuestra amistad, y eso es algo que no
tados como iguales. debemos perder». El mensaje es obvio, demasiado ob
En un plano menos radical, a comienzos de la déca vio. Una solución mucho más elegante habría sido que
da de 1980 un semanario estudiantil disidente de la an Sean dijera: «Nunc a te perdonaré lo qu e has hecho». L a
tigua Yugoslavia se expresó contra las amañadas elec posición subjetiva de esta afirmación es ya de acepta
ciones «libres» celebradas en el país. Conscientes de las ción: así es como se habla a alguien a quien ya hemos de
limitaciones del eslogan «dile la verdad al poder» («el cidido perdonar, de manera que el problema es que
problema de este eslogan es que ignora el hecho de que Sean dice demasiado.¿ Por qué lo hace? Esta es, en reali
el poder no escucha y que la gente ya sabe la verdad, tal dad, la pregunta interesante. ¿Es el público de Estados
y como queda clar o en sus chistes »9), en vez de denun Unidos tan estúp ido? No , así que ¿por qué lo hace? ¿ Y
ciar directamente las elecciones como amañadas, deci si un signo de auténtica reconciliación hubiese sido un
dieron tratarlas como si fueran realmente libres, como exceso, algo demasiado intenso, de manera que intervie
si su resultado en realidad no estuviera predetermina nen lugares comunes para rebajarlo? Quizá, dado que
do. Poco antes de los comicios imprimieron una edi Nip/Tuck es una serie estadounidense, este exceso pue
ción extra de su publicación con el siguiente titular: de explicarse a partir de la diferencia que existe entre
«Resultados de las últimas elecciones: ¡los comunistas Europa y Estados Unidos. En Europa, la planta baja se
siguen en el poder!». Esta simple intervención rompió cuenta como 0, de modo que el piso superior es el pri
la «costumbre» no escrita según la cual todos sabíamos mer piso, mientras que en Estados Unidos, el primer
que las elecciones no eran libres, simplemente no lo de piso está al nivel de la calle. Dicho con brevedad, los es
cíamos en pú blico. A l tra tar las elecc iones como c omi tadounidenses comienzan a contar con 1 mientras los
cios celebrados libremente, recordaron a la gente su ca europeos saben que el 1 está ya por encima del 0. Para
rencia de libertad. decirlo en términos históricos, los europeos son cons
En la segunda temporada de la serie de televisión cientes de que, antes de comenzar a contar, debe haber
Nip/Tuck, Sean descubre que el verdadero padre de un «sustrato» de tradición, un sustrato que está siempre
Matt, su hijo adolescente, es Christian, su amigo y cole dado y que, como tal, no puede contarse, mientras que
Estados Unidos, una tierra sin tradición histórica pre
9. Moustapha Safouan, «¿Por qué los árabes no son libres? moderna, carece de tal sustrato. La cuestión clave se ini
La política de la escritura», manuscrito inédito. cia con l a libertad autolegislad a. E n E uropa el pasado se
196 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 197

borra o se transporta.10La carencia de sustrato debe su- pie desear la desaparición de las distinciones sociales no
plementarse con un discurso excesivo: Sean no puede se consigue nada. Mejor dicho, es preciso desear que de
fiarse del sustrato simbólico que podría garantizar que saparezcan, pero tal deseo carec e de eficacia si no se com
Christian captara el mensaje sin afirmarlo de forma ex prende lo que representa. El hecho que debemos afrontar
es que es la abo lición de las distinciones sociales significa
plícita. o
abolir una parte de uno mismo. Todas mis ideas son ideas
Las costumbres son la materia de la que están he
de la clase media, y para s uperar mi pertenencia a una cla
chas nuestras identidades. En ellas promulgamos y, por se, debo eliminar no sólo mi esnobismo, sino también la
tanto, definimos lo que somos como seres sociales, a mayoría de mis gustos y prejuicios. Debo cambiarme a mí
menudo de manera diferente a nuestra propia percep mismo de manera tan radical que si lo hiciese, casi no se
ción de lo que somos. Merced a su transparencia son el me reconocería como la misma persona.11

medio
Orwell mismo
expuso de la violencia social.
la ambigüedad Ya en izquierdista
de la actitud 1937, George Lo que Orwell dice es que los radicales invocan la
predominante respecto a la diferencia de clase: necesidad de un cambio revolucionario como una espe
cie de reclamo supersticioso que al final se alcanzará,
Todo el mundo condena las distinciones de clase, pero evitará que el cambio ocurra realmente. El iz
pero muy poca g ente quiere abolirías. Y así llegamos al quierdista académico de hoy que critica el imperialismo
importante hecho de que toda opinión rev oluci onaria ex cultural capitalista en realidad se horroriza ante la idea
trae parte de su fuerza de la secreta convicción de la im
de que este campo de estudio pudiera desaparecer.
posibilidad de cambiar nada. [...] Mientras se trate sólo
Para Orwell está claro que en nuestro día a día ideoló
de mejorar la situación del obrero, toda persona decente
estará de acuerdo. A todo el mund o, ex cepto a los tont os gico, nuestra act itud predom inante mu estra una distan
y a los sinv ergüenzas , le gusta ría que el mine ro , p or ejem cia irónica respecto a nuestras auténticas creencias:
plo, viviese mejor. [...] Pero, desgraciamente, con el sim-
Las opiniones «izquierdistas» del intelectual medio
V.

suelen ser falsas. Por puro espíritu de imitación se ríe de


10. Quizá esta característica dé cuenta de otro fenómeno: en
(casi) todos los hoteles estadounidenses con más de doce plantas, cosas
tre en las tomemos
muchos que en realidad cree.deComo
el código honorundeejemplo en
la escuela
no hay decimotercer piso (para evitar la mala suerte, por supues
to), se salta del piso decimosegundo al decimocuarto. Para un eu pública, con su «camaradería», su «no atacar al que ha
ropeo, tal procedimiento no tiene sentido: ¿a quién intentamos caído» y todas esas consabidas tonterías. ¿Quién no se
engañar? ¿Intentamos que Dios no se dé cuenta de que lo que ha ha reído de él alguna vez? ¿Quién de los que se conside
sido designado como decimocuarto piso es realmente el piso de ran «intelectuales» se atrevería a no reírse de él? Pero la
cimotercero? Los estadounidenses pueden jugar con esto preci
samente a causa de que su Dios es simplemente una prolongación 11. George Orw ell, The Road to Wigan Pier , Londres, Go-
de nuestros egos individuales, no es percibido como un auténtico llancz, 1937 (trad. cast.: El camino de Wigan Pier , Barcelona,
fundamento del ser. Destino, 1976).
198 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 199

cosa cambia un poco cuando nos encontramos con al descafeinado, los pasteles sin grasa, la coca- cola light y la
guien que se ríe de él desde fue ra , de la misma manera qui cerveza sin alcohol, ahora tenemos judías sin gases...12
nos pasamos la vida echando (pestes de Inglaterra peru
A quí llegamos al «corazón de las tinieblas » de las
nos enfadamos cuando oímos a un extranjero decir exac
costumbres. ¿Recuerdan los numerosos casos de pedo
tamente las mismas cosas. [...] Sólo cuando se trata a al
guien de una cultura diferente a la de uno mismo, se eni
filia que sacudieron a la Iglesia católica? Cuando sus re
pieza a ver cuáles son realmente las propias convicciones, presentantes insistieron en que esos casos, tan deplo
rables como fueron, eran un problema interno de la
No hay nada «inter ior» en esta identidad ideol ógica Iglesia y mostraron una gran renuencia a la hora de co
real que plantea Orwell. Las creencias más íntimas es laborar con la policía en sus investigaciones, tenían ra
tán todas «ahí fuera», encarnadas en prácticas que lle zón en cierto sentido. La pedofilia de los curas católicos
gan hasta la materialidad inmediata de mi cuerpo. Mis no es algo que ataña sólo a las personas que, a causa de
nociones — del bien y del mal, de lo placenter o y lo de razones accidentales de su historia privada sin relación
sagradable, de lo divertido y de lo serio, de lo feo y lo alguna con la Iglesia como institución, eligieron el sa
bello— son en esencia nociones de clase media. Mis cerdocio como profesión. Es un fenómeno que concierne
gustos literarios, gastronómicos, de vestimenta, mis mo a la Iglesia católica como tal, que está inscrito e n su pro
dales en la mesa, mis expres iones, m i acento, incluso los pio funcionam iento como ins titución socio- simbólica.
movimientos característicos de mi cuerpo son cuestio No concierne al inconsciente «privado» de los indivi
nes de hábito. El olor podría ser convenientemente aña duos, sino al «inconsciente» de la propia institución: no
dido a esta lista. Quizá la diferencia clave entre las pre es algo que ocurra porque la institución deba adaptarse
ocupaciones de clase baja y las de clase media se basen a las realidades patológicas de la libido para sobrevivir,
en cómo se relacionan con el olor. Para la clase media, sino que se trata de algo que la institución necesita para
los estratos más bajos de la sociedad huelen: sus miem poder reproducirse. Uno puede imaginar un sacerdote
bros no se lavan con la suficiente regularidad, y esto nos «heterosexual» (no pedófilo) que, tras años de servicio,
lleva a una de las posibles definiciones de lo que signi se ve implicado en la pedofilia porque la misma lógica
fica hoy «prójimo»: se trata de alguien que por defini de la institución le induce a ello.
ción huele. Por eso los desodorantes y jabones son hoy Tal inconsciente institucional designa la cara obsce
en día cruciales, pues hacen al prójimo mínimamente na y denegada que, precisamente por ser negada, sos-
tolerable: estoy listo para amar a mis semejantes... siem
pre que no huelan demasiado mal. Según una noticia 12. A unque, incluso aquí, el benéfico Estado del bienestar
publicada recientemente, los científicos de un laborato intenta equilibrar las perturbaciones del prójimo maloliente con
preocupaciones acerca de la salud: hace unos años, el Ministerio
rio de Venezuela pudieron manipular genéticamente
de Salud holandés aconsejó a los ciudadanos expulsar gases al
judías para que, tras su consumo, no generas en mal olor menos quince veces al día, para evitar tensiones y presiones in
ni gases socialmente embarazosos. Así que, tras el cafe ternas negativas para el organismo.
20 0 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 20 1

tiene a esta institución pública. En el ejército, este re posiciones: no es simplemente una composición para
verso consiste en rituales obscenos de humillación se piano, sino una composición con la línea vocal reduci
xual contra el compañero que sustentan la solidaridad da al silencio, de modo que todo lo que escuchamos es
de grupo. En otras palabras, no es sólo que, por razones el acompañamiento del piano. Así, deberíamos inter
conformistas, la Iglesia intente encubrir los escándalos pretar la famosa «voz interior» ( innere St imme ) añadida
de pedofilia, sino que al defenderse la Iglesia defiende por S chumann a l a partitura como una terce ra línea e n
su secreto obsceno más íntimo. Ello implica que identi tre las dos del piano, la superior y la inferior, como la
ficarse con este lado secreto es un elemento clave de la melodía vocal que permanece como una «voz interior»
auténtica identidad de un sacerdote cristiano: si un sa no vocalizada. Lo que oímos es una serie de variaciones
cerdote denuncia (no sólo retóricamente) estos escán sin un tema específico, un acompañamiento sin una lí

dalos,
ca. Ya se
noexcluye a sídemismo
es «uno de la comunidad
los nuestros», al igual eclesiásti
que un nea melódica
sik, cómo principal
música visualque
bajoexiste sólode
la forma como Augen mu -
notas escritas.
sudista de Estados Unidos que delataba a alguien del Esta melodía ausente debe ser reconstruida teniendo
K u K lux K lan se ex cluía a sí mismo de su comunidad, en cuenta que los niveles primero y tercero (las líneas
al haber traicionado su solidaridad fundamental. Por de piano de la mano izquierda y de la derecha) no se re
consiguiente, la respuesta a la renuencia de la Iglesia no lacionan con la otra directamente, esto es, su relación
debe ser sólo que nos enfrentamos a casos criminales y no es la de un espejo. Para conocer su interconexión,
que, si la Iglesia no participa con rigor en su investi uno se ve impelido a (re)construir un tercer nivel «vir
gación, es cómplice de los mismos. La propia Iglesia tual» interme dio, la lí nea melódica que, por razon es es
como institución debe, ser investigada en cuanto al truct urales, no pued e interp retarse. A dquiere la catego
modo en que crea de forma sistemática las condiciones ría de un ente real imposible que sólo puede existir bajo
para que se cometan tales delitos. la forma de la escritura. Su presencia física aniquilaría
Este trasfondo obsceno, el terreno inconsciente de; las dos líneas melódicas que escuchamos en realidad.
las costumbres, es lo que en realidad dificulta el cam En su breve ensayo «Pegan a un niño», Freud ana
bio. Por eso el lema de toda revolución radical coincide liza la fantasía de un niño que es testigo de la paliza que
con la cita de Virgilio que Freud eligió como inicio de recibe otro chico: el niño identifica su fantasía como la
La interpretación de los sueños'. «Acheronta movebo·. última de una cadena de otras tres fantasías, en la que
moveré la s region es infernales». ¡ Que alg uien ose per las dos anteriores son: «Veo a mi padre golpeando a un
turbar el sustrato de los apuntalamientos silenciados de niño» y «Mi padre me está golpeando». El niño nunca
nuestra vida cotidi ana! fue consciente de la segunda escena, así que debe ser
Humoresque, posiblemente la obra maestra para reconstruida para proporcionar el eslabón perdido en
piano de Robert Schumann, debe interpretarse tenien tre la primera y la última escena, como la tercera línea
do en cuenta la ausencia gradual de la voz en sus com melódica de Schumann que nunca se interpreta, pero
20 2 SOBRE LA VIOLENCIA ' LA TOLERANCIA COMO CATEGORIA IDEOLÓGICA 203

que el oyente debe reconstruir como el enlace perdido su sombra virtual no escrita: «¿Quieres que pongamos
entre las dos líneas que escucha. Schumann lleva este en práctica la democracia socialista? Muy bien, pues
procedimiento de melodía ausente hasta una autorrefe- aquí la tienes». Y cuando uno recibía de lo s apparat-
rencia en apariencia absurda, cuando más tarde, en el chiks del partido insinuaciones desesperadas acerca de
segundo fragmento de Humoresque, repite las dos líne que aquélla no era l a for ma en que f uncionaban las co
as melódicas, aunque esta vez la partitura no contiene sas, simpl emente tenía qu e ignorar las. P or ello el ache-
una tercera, no hay voz interior, pues lo que está ausen ronta movebo implica que, en la práctica de la crítica de
te es la propia melodía ausente o la misma ausencia. la ideolog ía, no se d ebe cambiar el tex to ex plícito de la
¿Cómo podemos tocar esas notas cuando, respecto a lo ley, sino más bien intervenir en su obsceno suplemento
que debe interpretarse, repiten exactamente las notas virtual.
previas? Estas notas interpretadas están privadas de lo ¿Recuerdan cómo actúa la relación con la homose
que no está ahí, de su carencia constitutiva o, parafra xualidad en una comunidad de soldados? Hay dos ni
seando la Biblia, pierden incluso lo que nunca tuvie veles claramente diferenciados. Por un lado, se ataca
ro n.13 El auténtico pianista debe entonces tener el sa con brutalidad la homosexualidad: se margina y golpea
voir-fairepara interpretar las notas existentes, positivas, a aquellos identificados como gays. Pero, por otro lado,
de tal modo que uno pueda ser capaz de discer nir el eco una red implícita de indirectas homosexuales, chistes y
de las notas acompañantes «silenciosas» o su ausencia. prácticas obscenas acompaña a esta homofobia explíci
¿No es así como funciona la ideología? Una serie de ta. La intervención radical en la homofobia militar no
suplementos obscenos del superyó que no son interpre debería centrarse en la represión explícita de la homo
tados sustentan el texto o la práctica ex plícitamente ideo sexualidad, sino más bien en «mover los cimientos», en
lógicos. En el socialismo, un conjunto de imperativos y perturbar las prácticas homosexuales implícitas que
prohibiciones tácitos, silenciosos — que enseñaban al sostienen la homof obia ex plícita.
sujeto a no tomar en serio algunas normas explícitas y a Es este subsuelo obsceno el que nos permite enfo
realizar un conjunto de prohibiciones públicamente car el fenómeno de A bu G hra ib de un modo nuevo. En
desconocidas— sostenían la ideología explícita de la de su reacción a las fotos que mostraban a los prisioneros
mocracia socialista. Una de las estrategias de disidencia iraquíes torturados y humillados por soldados estadou
en los últimos años del socialismo era, por tanto, la de nidenses, hechas públicas a finales de abril de 2004,
tomarse más en serio la ideología en el poder y literal George Bush, como era de esperar, subrayó que se tra
mente más de lo que ella se tomaba a sí misma, ignorando taba de hechos aislados que no reflejaban aquello que
defiende y por lo que lucha Estados Unidos: los valores
13. «P orque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en de la democracia, la libertad y la dignidad personal. Y,
abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará» en efecto, el hecho de que el caso se convirtiese en un
(Mateo, 25:29). escándalo para la opinión pública que colocó a la admi
204 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORIA IDEOLÒGIC A 205

nistración estadounidense en una posición defensiva horpe y las extrañas escenas de las películas de David
fue en sí mismo un signo positivo. En un régimen «to Lynch, por citar dos ejemplos).
talitario», el caso simplemente se habría encubierto. Es esta característica la que nos lleva a aclarar la
(Del mismo modo, no olvidemos que el mismo hecho cuestión. A cualquiera que esté familiariza do con el
de que las tropas estadounidenses no encontrasen ar modo de vida estadounidense, las fotos le evocaban
mas de destr ucción masiva es una señ al positi va. Un po el reverso obsceno de la cultura popular de este país, es
der realmente «totalitario» habría hecho lo que hacen decir, los r ituales de iniciac ión en la to rtura y la humilla
siempre los malos policías: colocar la evidencia para ción a los que uno debe someterse para poder ser acep-1
después «descubrirla».) tado en una comunidad cerrada. Fotos similares apare
Con todo, varias características molestas complican cen a intervalos regulares en la prensa estadounidense
este sencillo retrato. La que salta a la vista es el contras cuando estalla algún escándalo en una unidad del ejérci
te entre el modo «estándar» en que se torturaba a los to o en un instituto donde el ritual de iniciación se esca
prisioneros durante el régimen de Sadam Husein y las pa de las manos y en los que se fuerza a soldados o estu
torturas que inflingía el ejército estadounidense: bajo diantes a asumir una posición humillante o a realizar
Sadam, se ponía el acento en la provocación directa y actos degradantes, como insertar una botella de cerveza
brutal de dolor, mientras que los soldados estadouni en su ano o clavarse agujas, mientras sus compañeros
denses se centraron en la humillación psicológica. La observan. (Por cierto, puesto que el mismo Bush es
grabaciónde la humillac ión con una cá mara — en la que miembro de Skull and Bones, la más exclusiva sociedad
aparecen los perpetradores, que mostraban una estúpi secreta de Yale, sería interesante conocer a qué rituales
da sonrisa en sus rostros, incluida en la imagen, junto a tuvo que someterse para ser aceptado.)
los retorcidos cuerpos desnudos de sus prisioneros— Desde luego, la diferencia obvia es que, en el caso de
forma parte integral del proceso, en severo contraste los rituales de iniciación, como reza su nombre, uno se
con la discreción total de las torturas de Sadam. Cuan somete a ellos por elección propia, s abiendo muy bien lo
do vi la conocida foto de un prisionero desnudo con que cabe esperar y con el claro objetivo de obtener el
una capucha negra cubriéndole la cabeza, cables eléc premio que le espera: ser aceptado en ese restringido
tricos conectados a sus miembros, sentado en una silla círculo y que se le permita realizar los mismos rituales a
en una postura ridiculamente teatral, mi primera reac los nuevos miemb ros. En A bu G hra ib los ritu ales no
ción fue pen sar que se trataba de una foto del último es eran el precio que debían pagar los prisioneros para ser
pectáculo de performance artística de Manhattan. Las aceptados como «uno del clan», al contrario, era la mis
posturas y la ves timenta de los prisioneros s ugieren u na ma marca de su exclusión. Pero ¿no es la «libre elección »
puesta en escena teatral, una especie de tableau vivant, de los que se someten a los humillantes rituales de inicia
que no puede sino recordar al performance estadouni ción un caso ejemplar de falsa libre elección, en la estela
dense y al «teatro de la crueldad» (las fotos de Mapplet- de la libertad del trabajador para vender su fuerza de
206 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 207

trabajo? Es más, deberíamos recordar aquí uno de los de la comunidad, el código rojo representa el «espíritu de
más desagradables rituales de violencia que se ejercen la comunidad» en su estado más puro, ejerciendo una
contra los negros en los estados del sur en Estados Uni fuerte presión en los individuos para pongan en escena
dos: aquellos en qu e una pand illa de gamberros arrinco la identificación de grupo. A diferencia de la ley escrita
na a un hombre negro para obligarle a realizar un gesto y ex plícita , este códig o obs ceno del supery ó es en esen
agresivo ( «¡ Es cúpeme a la cara !», « ¡ D i que soy una cia oral. Mientras que la ley explícita está sostenida por
mier da! »), que se supon e justificaría la paliza o el li ncha el padre muerto en cuanto autoridad simbólica (el
miento ulteri ores. P or último , hay un mensaje cínico de «nombre del padre» de Lacan), el código no escrito se
finitivo en la aplicació n del r itual de iniciación estadou sostiene gracias al suplemento espectral del nombre del
nidense a los prisioneros árabes: «¿Quieres ser uno de padre, el obsceno espectro del «padre primordial»
los nuestros? Muy bie n, a quí tienes un aperitivo de nu es fr eudiano .14A hí reside también la lecc ión clave de Ap o
tro auténtico modo de vida». calipsis Now: en el personaje de Kurtz, el «padre pri
Llegados a este punto, me viene a la memoria Algu mor dial» fr eudiano — el padre obsceno cuyo goce no se
nos hombres buenos , de Rob Reiner, un drama acerca de subordina a ley simbólica alguna, el amo total que osa
un consejo d e g uerra contra dos mar ines es tadoun iden enfren tarse cara a ca ra con lo real del g oce terrorífico—
ses acusados de asesinar a uno de sus compañeros. El se presenta no como un resto de algún pasado bárbaro,
fiscal militar afirma que ha sido un asesinato deliberado, sino como el resultado necesario del poder occidental
mientras que la defensa (interpretada po r T om Crui se y moderno en sí mismo. K urtz era un soldado perfecto. A
Demi Moore, ¿cómo podían fallar?) logra demostrai' través de su sobreidentificación con el sistema del po
que los defensores siguieron el llamado «código rojo», der militar, se convirtió en la figura excesiva que el sis
una regla no escrita de la comunidad militar que auto tema debe eliminar. El horizonte último de Apocalipsis
riza la paliza clandestina nocturna de un compañero No w es esta comprensión íntima de cómo el poder ge
que haya transgredido las normas éticas de los marines. nera su propio exceso, que debe aniquilar en una ope
Tal código perdona una infracción, es «ilegal», al mis ración que h a de imitar aquello contra lo que lucha. L a
mo tiempo que reafirma la cohesión del grupo. Tiene misión de Willard, asesinar a Kurtz, no constará en los
que aplicarse al amparo de la nocturnidad para que no registro s ofici ales: «Nunc a ocur rió», como dice el gene
sea detectado, para que permanezca silenciado. En pú ral que da i nstrucci ones a Willar d. He mos entrado en el
blico todo el mundo parece no saber nada acerca de dominio de las operaciones secretas, de lo que el poder
ello, o incluso niega su existencia. El clímax de la peli hace sin p oder siqui era a dmitirlo. A quí es donde se
cula muestra predeciblemente que Jack Nicholson, el
14. Par a una elaborac ión más detallada de ésta problemáti-
oficial que ordenó la paliza nocturna, pierde los estri V

ca, ver el cap. 3 de Slavoj Zizek, The Métastas és o f Enjoyment,


bos: su explosión pública de rabia marca, desde luego, Londres, Verso, 1995 (trad. cast.: La metástasis del goce , Barce
el mom ento de su caída. A l violar las reglas ex plícitas lona, Paidós, 2001).
208 SOBRE LA VIOLENCIA LA TOLERANCIA COMO CATEGORÍA IDEOLÓGICA 209

equivoca Christopher Hitchens cuando escribió de loy ra americana. Se les dio a probar su reverso obsceno,
carc eleros de A bu G hraib: que conforma el suplemento necesario para los valores
públicos de la dignidad personal, la democracia y la li
Una de estas dos cosas debe ser necesariamente ver bertad. Por tanto, Bush estaba equivocado, pues lo que
dadera. O bien esos idiotas estaban actuando por orden obtenemos cuando vemos las fotos de los prisioneros
de alguien, lo cual significa que hay personas de medio .1 iraquíes humillados es precisamente una perce pción d i
alto nivel que piensan que no están limitadas por las Ir recta de los valores es tadounidenses , del auténtico n ú
yes, los códigos y las órdenes regulares. O bien actuaron
cleo del goce obsceno que sustenta el modo de vida es
por iniciativa propia, en cuyo caso son rebeldes, deserto
tadounidense. Esas fotos colocan en una perspectiva
res o traidores. Por eso uno se pregunta, con cierta nos
talgia, si no hay ninguna previsión en los procedimiento?» adecuada la conocida tesis de Samuel Huntington del

de la justicia militar para poder expulsarlos o, direct ¡i «choque de civilizaciones».


ciones árabe El choque
y estadounidense entre
no es el quelas
seciviliza
da entre
mente, pegarles un tiro.15
la barbarie y el respeto por la dig nidad humana, sino un
El problema es qu e las tortu ras de A bu G hraib no choque entre la tortura brutal anónima y la tortura
encajan en ninguna de estas dos opciones: dado que no como un espectáculo mediático en el que los cuerpos
pueden ser reducidos a simples actos de maldad de sol de las víctimas sirven de trasfondo anónimo para los
dados indiv idua les son, des de lueg o, actos no direcţii sonrientes rostros de los «inocentes estadounidenses»
mente ordenados, sino legitimados por una versión es- que perpretan la tortura. Parece, p arafr aseando a W al
pecífi ca del obsceno «código rojo». A firm ar que ern n ter Benjamin, que todo choque de civilizaciones en rea
obra de «rebeldes, desertores o traidores» incurre en c\ lidad es un choque entre barbaries subyacentes.
mismo sinsentido que el que dice que los linchamientos
del K u K lux K lan eran acto s de traidores a la ci vilizn
ción occidental cristiana y no el estallido de su propio
reverso obsceno, o que los abusos infantiles de los sn·
cerdotes católicos son perpetrados por «traidores» ;il
catolicismo. A bu G hra ib no era simplemente un c aso
de arrogancia estadounidense ante personas del tercer
mundo: al ser sometidos a torturas humillantes, los pri
sioneros iraquíes fueron de hecho iniciados en la cultu

15. Christopher Hitchens, «Prison Mutiny», www .slatc ,


com/id/2099888.
CAPÍTULO
6
} Aï
Allegro
Violencia divina

B enja mi n y H i t chcock

En la película Psicosis, de Alfred Hitchcock, el ase


sinato en la escalera del detective Arbogast nos propor
ciona el hitchcockiano plano desde el punto de vista de
Dios. Asistimos desde arriba a la escena del pasillo del
primer piso y las escaleras. Cuando la extraña criatura
que chilla entra en el encuadre y comienza a apuñalar a
A rbogast, pasamos al punt o de vis ta subje tiv o de la
criatura: un primer plano del rostro de Arbogast que

cae apuñalado por las escaleras, como si, en su giro des


de una toma objetiva a otra subjetiva, el mismo Dios
hubiese perdido su neutralidad y hubiese «caído en» el
mundo, interviniendo con brutalidad, repartiendo jus
ticia.1«Violencia divina» significa aquí intrusión de la
justicia más allá de la ley.

1. Esta dimens ión «div ina » rever bera en el asesinato en la du


cha de Marion, una escena en la que la violencia surge de la nada.
21 2 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 213

En la novena de sus «Tesis de filosofía de la histo acumulando, se registran las equivocaciones, la tensión
ria», Walter Benjamin se refiere al Angelus Novus de crece y cada vez es más insoportable, hasta que llega un
Paul Klee, que muestra momento en que la violencia divina explota en una ra
bia destructi va venga dora.3
un ángel, al parecer en el momento en que se aleja de algo Frente a tal refuerzo violento de la justicia se alza la
que atrae su mirada. Tiene los ojos desorbitados, la boca violencia divina como injusticia, como una explosión
abierta y las alas extendidas. El ángel de la historia debe
de capricho divino cuyo caso ejemplar es, desde luego,
de tener ese aspect o. Su r ostro está vuelto ha cia el pasado.
el del trabajo. Después de que el trabajo se vea gol
En lo que a nosotros nos parece una cadena de aconteci
peado por calamidades, sus amigos teológicos vienen
mientos, él ve una catástrofe única, que arroja a sus pies
ruina sobre ruina, amontonándolas sin cesar. El ángel ofreciendo interpretaciones que dan sentido a estas ca

quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lamidades.


lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se vindicar su La grandezacomo
inocencia de Job
en no reside
insistir entanto en rei
el sinsentido
arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no de sus calamidades. Cuando Dios por fin aparece, afir
puede pl egarlas. Este huracán lo arr astra irres istibl emen ma la posición de Job contra los defensores teológicos
te hacia el futuro, al cual vuelve la espalda, mientras el cú de la fe.
mulo de ruinas crece ante él h asta el cielo. Es te hura cán es A quí la es tructura es ex actamente la mis ma que en
lo que nosotros llamamos progreso.2 el sueño de Freud sobre la inyección de Irma, que co
mienza con una conversación entre Freud y su pa
¿Y si la violencia divina fuera la intervención salva ciente acerca del fracaso de su tratamiento debido a
je de este ángel? A l ver el mon tón de es combr os que una inyección infectada. En el curso de la conversa
crece hacia el cielo, ese vertedero de injusticias, de vez ción, Freud se le acerca, se aproxima a su rostro y mira
en cuando contraataca para restaurar el equilibrio, para en el interior de su boca, enfrentándose a la espantosa
vengarse por el efec to destruct ivo del «progr eso». ¿ No visión de su carne viva. Un vez alcanzado el horror más
podría ser vista la historia entera de la humanidad insoportable, el sueño cambia de tono y pasa abrupta
como una normalización progresiva de la injusticia, mente del terror a la comedia: aparecen tres doctores
acarreando el innombrable y anónimo sufrimiento de amigos de Fr eud que, en una jerga ridicula pseudopro-
millones de personas? En algún lugar, en la esfera de lo fesional, enumeran múlti ples — y mutuamente exclu-
«divino», quizá esas injusticias se olvidan. Estas se van yentes— razones por las que el env ene namiento de
Irma debido a la inyección infectada no era culpa de
2. Walter Benjamin, «Theses on thè Philosophy of His-
tory », tesis IX , en Illuminations , Nueva York, Schocken Books, 3. Para más modalidades de violencia divina, véase Terry
1968 (trad. cast.: «Tesis de filosofía de la historia», en Ilum ina Eagleton, Sweet Violence: The Idea ofthe Tragic , Oxford, Black
ciones, Madrid, Taurus, 1999). well, 2002.
214 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 215

nadie, pues no había inyección o ésta estaba esteriliza profundo» que podría cubrir la brutal realidad de las
da. Así que primero hay una visión traumática, la visión catástrofes históricas.4
de la carne cruda de la garganta de Irma, seguida por Hay una resonanci a hitch cockiana en la iconograf ía
el repentino salto a la comedia que se produce en la de la catástrofe del 11 de septiembre: la repetición infi
conversación entre tres doctores ridículos que permite nita del plano del avión aproximándose y colisionando
al soñador evitar el encuentro con el trauma verdadero. contra la segunda to rre del W orld Trade Center emerge
Los tres doctores desempeñan la misma función que como una versión de la vida real de la famosa escena de
los tres amigos teólogos en la historia de Job, esto es, Los pájaros en la que Melanie avanza hacia el puerto de
disfrazan el impacto del trauma con una apariencia Bodega Bay en su pequeño bote. Mientras se aproxima
simbólica. al muelle ella saluda a su (futuro) amante. Un único pá
Esta resistencia al sentido es crucial cuando nos en jar o, perc ibido prime ro como un borrón neg ro ind is
frentamos a catástrofes potenciales o reales, desde el tinguible, entra en el plano de forma inesperada desde
sida y el desastre ecológico hasta el Holocausto: recha la parte superior derecha y se abate sobre su cabeza.5El
zan el «significado profundo». Las enseñanzas de Job avión que impactó contra el World Trade Center po
nos impiden buscar refugio en la típica figura trascen dría ser entendido como el borrón hitchcockiano defi
dente de Dios como Señor omnipresente que conoce el nitivo, la mancha anamórfica que desnaturaliza el pai
significado de lo que nos parece una catástrofe sin sen saje idílico de Nueva York. Los pájaros agresores son el
tido, el Dios que ve todo el panorama en el cual lo que último element o de la tr íada integrada por Con la muer
nosotros percibimos como manchas contribuye a la ar te en los talones, Psicosis y Los pájaros-, primero, el
monía global. Cuando nos enfrentamos a un aconteci avión, una metáfora del pájaro, ataca al héroe en la fa
miento como el Holocausto o, más recientemente, la mosa secuencia de las afueras de Chicago, después, la
muerte de millones de personas en el Congo, ¿no es habitación de Norman Bates está llena de pájaros dise
obsceno afirmar que esas manchas tienen un sentido cados (una metonimia); finalmente, los pájaros mismos
más profundo gracias a su contribución a la armonía son los que atacan.
del todo? ¿Hay un todo que puede justificar ideológi En el quinto aniversario del 11 de septiembre se es
camente y, por tanto, redimir o cancelar un aconteci trenaron dos producciones de Hollywood: United 93,
miento como el Holocausto? La muerte de Cristo en la de Paul Greengrass, y World Trade Center, de Oliver
cruz significa que uno debe abandonar la idea de Dios Stone. Lo primero que salta a la vista en estas películas
3
como acompañante trascendente que garantiza el resul
tado feliz de nuestros actos, reforzando de esta manera 4. Deber ía recordarse la hi storia de J ob en el sentido en q ue
Job desempeña un papel crucial en el islam, para el que Job es el
la teleología histórica. La muerte de Cristo en la cruz es
símbolo del auténtico creyente.
en sí misma la muerte de su Dios protector, es una repe 5. Véase Ray mond Bellour, The Analysis o f Film, Blooming
tición del ejemplo de Job: rechaza todo «significado ton, Indiana University Press, 2000, cap. 3.
216 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 217

es que ambas intentan ser lo más anti- Holly wo od posi Falwell y Pat Roberts on fue int erpretarlos como una se
ble. Se centran en la valentía de la gente corriente, sin ñal de que Dios había retirado su protección a Estados
estrellas glamurosas, sin efectos especiales ni gestos he Unidos a causa de las pecaminosas vidas de sus ciuda
roicos grandilocuentes, simplemente un conciso retrato danos. Maldijeron el hedonismo materialista, el libera
realista de personas normales en circunstancias extra lismo y la omnipresente sexualidad y afirmaron que Es
ordinarias. Sin embargo, ambas películas contienen tados Unidos había recibido lo que se merecía. El
también notables excepciones formales, momentos que hecho de que la misma condena de un Estados Unidos
vulneran su estilo básico. United 93 comienza con los liberal, también pronunciada por el otro musulmán, vi
secuestradores en una habitación de motel, rezando, niera del corazón de VAm érique profonde , debería dar
preparándose para el ataque. Parecen austeros, como que pensar.
ángeles de la muerte. La primera escena que aparece De un modo indirecto, United 93 y World Trade
tras los títulos de crédito confirma esta impresión: es Center tienden a la interpretación opuesta: quieren leer
una vista panorámica desde el cielo nocturno de Man la catástrofe del 11 de septiembre como una bendición
hattan, acompañada por el sonido de los rezos de los disfrazada, como una intervención divina que ha servi
secuestradores, como si éstos estuviesen flotando sobre do para despertar a Estados Unidos de su letargo moral
la ciudad mientras se preparan para descender a tierra y sacar lo mejor de su pueblo. World Trade Center aca
y recoger su cosecha. D e modo similar, en World Trade ba con unas palabras sobreimpresionadas que mues
Center no hay tomas directas de los aviones colisionan tran el siguiente mensaje: los acontecimientos terribles,
do con las torres. Todo lo que vemos, segundos después como la destrucción de las Torres Gemelas, sacan lo
de la catástrofe, es un policía en una calle concurrida, peor Y lo mejor de las personas: valentía, solidaridad,
entre la muchedumbre, y una sombra amenazadora que sacrificio por la comunidad. La gente se muestra capaz
pasa veloz sobre ellos: es la sombra del primer avión. de hacer cosas que nunca habría imaginado. Esta pers
(Sig nificativame nte, después de que los héroes- policías pectiva utópica es una de las tendencias ocultas en que
sean atrapados entre los escombros, la cámara, en un basa nuestra fascinación por las películas de desastres:
movimiento hitchcockiano, se retira hacia arriba, a un es como si nuestras sociedades necesitasen una catás
«punto de vista de Dios» de la ciudad de Nueva York.) trofe terrible para resucitar el espíritu de solidaridad
Este paso directo de la vida diaria terrenal a la vista des comunitaria.
de arriba confiere a ambas filmaciones una extraña re Sin embargo, al enfrentarse a toda tentac ión de bus
verberación teológica, como si los ataques «terroristas» car un «significado profundo» en las cosas, G. K. Ches
fueran una suerte de intervención divina. ¿Qué puede terton está en lo cierto cuando concluye «El oráculo del
significar? perro» con una defensa, pronunciada por el padre
La primera reacción a los ataques del 11 de sep Brown, de la realidad de sentido común de que las co
tiembre por parte de los cristianos conservadores Jerry sas son simplemente lo que son (no portadoras de signi-
218 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 219

ficados místicos ocultos) y del milagro cristiano de la tective acerca del complicado engaño por medio del
encarnación como la excepción que garantiza y sostie cual se cometió el asesinato en una habitación cerrada
ne la realidad común: ¡es mucho más «mágica» que la afirmación de que el
criminal tenía una habilidad sobrenatural para atrave
—La gente se traga todo lo que le cuentan sin que se sar paredes!
haya demostrado. Es algo que va a acabar con todo su Resulta tentador ir un paso más allá y dar a las últi
antiguo racionalismo y su escepticismo y que sube como mas líneas de Chesterton un sentido diferente, desde
la marea. Y tiene un nombre: s uperstici ón. luego no pretendido por Chesterton, pero cercano a
Se puso en pie con brusquedad, con gesto adusto, y cierta verdad. Cuando la gente imagina todo tipo de
siguió hablando casi como si estuviera solo: significados profundos porque le asustan unas cuantas
—La primera consecuencia de no creer en Dios es
palabras, «Se hizo hombre», lo que realmente le aterra
que uno pierde el sentido común y no es capaz de ver las
cosas tal y como son. Cualquier cosa que te cuentan y di es que pierde a su Dios trascendente.
cen que es muy importante cobra un v alor inf inito, como Este es el Dios que g arantiza el s entido del univers o,
el paisaje de una pesadilla. Un perro se convierte en orá el Dios como maestro oculto que maneja todos los hi
culo, y un gato en misterio, y un cerdo en mascota, y un los. En vez de ello, Chesterton nos da un Dios que
escarabajo en animal sagrado, y se resucita todo el zoo abandona su posición trascendent e y se arroja a su mis
del politeísmo de Egipto y de la India antigua; el perro ma creación. Este hombre- Dios se implica plenamente
A nubis y el gr an Pas ht de ojos verdes y los sag rados to en el mundo, incluso hasta la muerte. Nosotros, los hu
ros mugidore s de Basán. Y así regresáis en elefantes y manos, nos vemos abandonados sin ningún poder su
serpientes y cocodrilos, y todo porque no os atrevéis a perior que nos observe, solo s con nuestra terr ible carga
decir estas cuatro palab ras: « Y se hizo hombr e» .6 de libertad y responsabilidad a causa del destino de la
creación divina y, por tanto, de Dios mismo.
Era por tanto este cristianismo el que hacía que
Chesterton prefiriese las explicaciones prosaicas al rá
pido recurso de la magia s obrenatural. Y así se inicia su V i ol enc i a divina : l o qu e n o es ...
compromiso con la ficción detectivesca: si se roba una
joya de un contenedor cerrado con llav e, la solución no Nuestra primera conclusión debe ser que la com
es la telekinesia, sino el uso de un fuerte imán o alguna prensión de Benjamin de la «violencia divina» no tenía
otra prestidigitación; si una persona se desvanece ines nada que ver con la violencia terrorista ejercida por los
peradamente, debe de haber un túnel secreto. Las ex fundamentalistas religiosos de hoy, que pretenden ac
plicaciones naturalistas son más mágicas que el recurso tuar en nombre de Dios y como instrumentos de la vo
de la intervención sobrenatural. La explicación del de- luntad divina, aun cuando la cobertura mediática nos
6. Accesible en línea enww w.cse.dmu.ac.uk . induzca a saltarnos tal asociación. El candidato más ob-
22 0 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 221

vio a la «v iolenci a div ina» es la ex plosión violenta de re comunistas, en el contexto del thymos. Aquel año re
sentimiento que encuentra expresión en un espectro presentó tanto el fin de la lógica revolucionaria emanci
que va desde los linchamientos hasta el terror revolu padora estatal como el fin de la lógica mesiánica de
cionario organizado. Una de las tareas principales de la concentra ción de ira y venganza total que ex plotó con
«postizquierda» de hoy es referirse a esta área de vio el judeocristianismo y cuya secularización fue el pro
lencia para denunciar la propia idea de revolución. El yecto comunista. Slote rdijk propone entonces una his
último representante de esta tendencia es el filósofo toria alternativa de Occidente como historia de la cóle
alemán Peter Sloterdijk, cuyos procedimientos típicos ra. L a litada, el texto fundador de Occidente, comienza
consisten en suplementar una categoría filosófica cono con la palabra «cólera»: Homero apela a la diosa para
cida con su opuesto negado. Por ejemplo, en su lectura que le ayude a cantar la canción que narra la cólera de
crítica de Heidegg er, añade al ser- para- la- muerte hei A quiles y sus calamitosas consecuencias. A unque la dis
deggeriano el trauma opuesto del nacimiento, del na- puta entre Aquiles y Agamenón tiene que ver con lo
cer- en, ser- arrojado- en, la apert ura a la vida .7 De un erótico (A g amenón se llevó a Briseida, escl ava de A qui
modo similar, su obra Zorn u nd Zeit (en alusión al Sein les), Briseida no encarna una pasión erótica intensa,
und Zeit, de Heidegger) suplementa la lògica eròtica sino que en sí misma es algo totalmente irrelevante. Lo
predominante con su parte velada, el thymos. Eros (la que importa no es la gratificación sexual frustrada, sino
posesión de objetos, su producción y goce) se alza con el orgullo herido. Lo que resulta crucial, sin embargo,
tra el thymos (envidia, competición, reconocimiento).8 en esta posición es la transmutación posterior de la có
La premisa de Sloterdijk es que sólo puede alcan lera en la religión monoteísta judeocristiana. Mientras
zarse el verdadero sentido de los acontecimientos de que en la antigua Grecia la cólera se exploraba de for
1990, centrados en la desintegración de los regímenes ma directa, posteriormente se sublima, se aplaza tem
poralmente, se pospone, se transfiere: no somos noso
7. Todo el desarrollo de Sloterdijk del tema de las esferas tros sino Dios quien debe tener constancia de los
está basado en este desplazamiento del énfasis: las esferas son
agravios y cuentas pendientes hasta el Juicio Final. La
vientres maternales reconstruidos y expandidos, desde las casas
prohibición cristiana de la venganza («ofrecer la otra
al mismo lenguaje
8. Sloter como «casa
dijk propone del ser».
en Zorn und Zeit una lectura crítica in mejilla») es en realidad un correlato del escenario apo
teresante de Lacan: la debilidad central de Freud es su enfoque calíptico de los Ultimos Días.
ex clusivo en el eros,lo que le hace incapaz de dar cuenta de las lu El proyecto izquierdista moderno adopta en su for
chas del thymos (la pulsión de muerte, creada para ex plicar esto, ma secularizada esta idea del Día del Juicio, cuando to
falla miserablemente); para suplir la debilidad de Freud, Lacan
«thymotiza» el mismo eros (reinterpretando a Freud a través del
das las deudas acumuladas serán saldadas y un mundo
Hegel de Kojève: el deseo es siempre también un deseo de reco carente de víncu los será finalmente r eajustado . A quí el
nocimiento, su realización plena es el reconocimiento del deseo, agente del juicio ya no es Dios, sino el pueblo. Los mo
etc.), pero entonces se pierde la especificidad de lo erótico. vimientos políticos izquierdistas son como «bancos de
222 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 223

cólera»: almacenan las inversiones de cólera del pueblo tiva. Sloterdijk incluso menciona «el susurro del iz-
y les prometen venganza a g ran escala, esto es, el resta quierdismo fascista q ue vuelve a emerger en los márg e
blecimiento de la justicia global. Pero dado que, tras la nes de la academia»,9 a la que supongo que yo perte
explosión de cólera revolucionaria, nunca tiene lugar nezco. A unque estos estallidos locales son lo que los
una plena satisfacción y que aparecen la desigualdad y críticos de Fukuyama celebran como el «retorno de la
la jerarquía, siempre surge un impulso hacia una segun historia», quedan como pobres sustitutos que no pue
da revolución —verdadera e integral— que satisfará a den esconder el hecho de que ya no hay un potencial de
los decepcionados y acabará realmente con el trabajo cólera global.
emancipador: 1792 tras 1789, octubre después de fe ¿Cuál es entonces el programa de Sloterdijk? Es pre
brero... ciso ir «más allá del resentimiento», como parece seña
El problema es que nunca hay suficiente capital de lar el título del último epígrafe del libro. Es preciso des
cólera. Por eso es necesario pedirlo prestado o combi leg itimar el enlace fatal que une a la intele ctualidad con
narlo con otras rabias: la nacional o la cultural. En el el resentimiento en todas sus modalidades, incluyendo
fascismo, predomina la cólera nacional; el comunismo la fe minista, la poscolonialista y la e cológico. Se debería
de Mao Ze dong moviliza la rabia de los campesinos ex reafirmar el enfoque liberal cuya formulación gira en
plotados, no la de los proletarios. No debe sorprender torno a la tríada de John Locke de vida, libertad y pro
que Sloterdijk use sistemáticamente el término «fascis piedad, cuidada por la amarga píldora nietzscheana
mo de izquierdas » y que se refiera a menudo a Ernst contra el resentimiento. Tenemos que aprender a vivir
Nolte, el historiador revisionista «alemán» que desa en una cultura m undial posmonoteísta, en una merito-
rrolló la idea del nazismo como reacción deplorable pero cracia antiautoritaria que respeta las normas civilizadas
comprensible al terror comunista. Para Sloterdijk, el y los derechos individuales, en un equilibr io entre elitis
fascismo es definitivamente una variación secundaria mo e igualitarismo. Debemos articular un «código de
del proyecto izquierdista de la cólera emancipadora así conducta» liberal que sea capaz de equilibrar el juego
como una reacción al mismo. En nuestra época, cuando de múltiples agentes thymóticos y prevenga así el flujo
esta cólera global ha agotado su potencial, subsisten
dos grandes formas de rabia: el islam (la cólera de las 9. Sloterdijk, Zorn un dZ eit , op. cit.,pág. 107. La ironía está
víctimas de la globalización capitalista) más los estalli en que en este trabajo Sloterdijk se remite constantemente al tér
dos «irr acionales» de la juventud. Q uizá se debería aña mino Unksfaschismus , hecho famoso por su archienemigo en
dir a éstos el populismo latinoamericano, los ecologis Alemania, Jürg en Habermas , quien lo usó ya en 1968 para de
tas, los anticonsumistas y otras formas de resentimiento nunciar a los manifestantes violentos que querían reemplazar el
debate con más «acción directa». Quizá este detalle nos dice
antiglobalizador. El movimiento de Porto Alegre falló a
más de lo que podría parecer, puesto que la conclusión de Slo
la hora de establecerse como un banco global para esta terdijk, su «programa psoitivo», no es tan diferente del de Ha-
rabia, puesto que careció de una visión positiva alterna bermas, a pesar de su antagonismo público.
224 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 225

fatal hacia la destrucción ecológica y ética. No sorpren Cuando se hiere a un sujeto de un modo tan devas
de que Sloterdijk esté tan conectado al filósofo francés tador que la idea de venganza de acuerdo con el tus ta
A lain Fink ielk ra ut, con el que public ó un libro de c on lionis es no menos ridicula que la promesa de reconci
versaciones: aunque pertenecen a contextos ideológi liación con el perpetrador una vez expiada su culpa, lo
cos diferentes, F inkielk ra ut se mueve en la misma línea único que queda es persistir en la «denuncia incesante
antitotalitaria. Así pues, volviendo a Benjamin, ¿podría de la injusticia». Debemos dar a esta posición toda su
decirse que esta concepción de la violencia divina apun carga antinietzscheana: aquí el resentimiento no tiene
ta también hacia las explosiones de resentimiento? nada que ver con la moralidad del esclavo, sino que su
A hora necesitamos una doble estrateg ia, y para comen pone más bien un rechazo a la «normalización» del cri
zar es necesario rehabilitar la noción de resentimiento. men, a que éste for me parte del flujo or dinario/ex plica-
Recordemos lo que Jean
cómo se enfrentaba escribió W. alG.trauma
Améry Sebalddeacerca de
los cam ble/descriptible de lasconsistente
una narración vital cosas, a que
y se integrededentro
dotada de
sentido.
pos de concentración nazis: Después de todas las ex plicaciones posibles, v uelve con
su pregunta: «Sí, tengo todo esto, pero ¿cómo pudiste
La energía que había tras la polémica de Améry deri hacerlo? ¡Tu historia no tiene sentido!». En otras pala
vaba de un resentimiento implacable. Muchos de sus en bras, el resentimiento por el que Sebald suplica es un
sayos tienen que ver con la justificación de su emoción resentimiento nietzscheano heroico, un rechazo a com
(generalmente considerada como una perversa necesi prometerse, una insistencia «contra todo pronóstico».
dad de venganza) en tanto elemento esencial para una
¿Cómo se relaciona entonces este resentimiento
auténtica visión crítica del pasado. El resentimiento, es
cribe Améry plenamente consciente de lo ilógico de su
auténtico con la tríada de castigo (venganza), perdón y
intento de definición, «nos clava a todos en la cruz de olvido como los tres modos típicos de enfrentarse a un
su pasado de ruinas. De modo absurdo, exige que lo crimen? Lo primero que debe hacerse es afirmar la
irreversible vuelva de nuevo, que el acontecimiento sea prioridad del principio judío de la venganza/castigo
cancelado». [...] Por tanto no se trata de resolver sino de justo — «ojo por ojo» , la ius talionis o ley del talión—
revelar el conflicto.
nos lleva El
enimpulso haciaexige
el resentimiento
un reconoci al por encima
que Améry su discusión crimen, perodenolalofórmula estándar
olvidaremos». E de «perdonamos
l único tu
mo do verda
miento del derechoal mismo, lo que implica nada men os dero de perdonar y olvidar es llevar a cabo una vengan
que un intento programático de despertar la conciencia za (o un castigo justo): después de que el criminal es
de un pueblo «ya rehabilitada por el tiempo».10 castigado adecuadamente, se puede seguir y dejar atrás
todo el asunto. Hay, sin embargo, algo liberador en ser
10. W. G . Sebald, On the Natural History of Oestruction, justamente castigado por el propio crimen: pago mi
Londres, Penguin, 2003, págs. 160-162 (trad. cast.: Sobre la his deuda a la sociedad y soy libre de nuevo, sin cargas del
toria natural de la destrucción,Barcelona, Anagrama, 2005). pasado. La lógica «compasiva» del «perdonar, pero no
226 SOBRE LA VIOLENCIA
VIOLENCIA DIVINA 227
olvidar » es, al contrar io, mucho más opresiva: y o (el cri En una carta a su padre, Franz Kafka señala esta pa
minal que es perdonado) quedo para siempre perseg ui radoja de la piedad (gracia): «De las muchas ocasiones
do por el crimen que cometí, puesto que el crimen no en las que, de acuerdo con tu opinión claramente ex
puede «deshacerse» (ungeschehengemacht), ser retroac presada, merecí unos azotes pero me fueron perdona
tivamente cancelado, borrado, aspecto en que Hegel ve dos en el último momento por obra de tu gracia, he
el sentido del castigo. vuelto a albergar un profundo sentimiento de culpa. En
La rigurosa justicia judía y la piedad cristiana, el todo lo que yo era culpable estaba en deuda cont ig o».12
inexplicable gesto del perdón inmerecido, se oponen. Los contornos de este Dios como agente del superyó
Desde el punto de vista cristiano, los humanos hemos cuya misma piedad genera una deuda imborrable en los
nacido en pecado. No podemos saldar nuestras deudas creyentes se perciben claramente en el caso de Stalin.
y redimirnos a través de nuestros propios actos. Nues No debería olvidarse que, según demuestran las graba
tra salvación depende de la piedad de Dios, en su sacri ciones de las que disponemos hoy día de las reuniones
ficio supremo. En este mismo gesto de romper la cade del Politbüro y del Comité Central celebradas en la dé
na de justicia a través del inex plicable acto de la piedad, cada de 1930, las intervenciones directas de Stalin eran
en pago de nuestra deuda, el cristianismo nos impone por r egla general muestras de piedad. Cuando los miem
una deuda aún más onerosa: estamos endeudados para bros más jóvenes del Comité Central, impacientes por
siempre con Cristo, jamás podremos pagarle lo que demostrar su fer vor re volucionario, ex igían la pena de
hizo por nosotros. El término freudiano que designa muerte inmediata para Bujarin, Stalin siempre interve
esta presión excesiva que nunca podemos compensar nía y decía: «¡ Pac iencia! ¡ Su culpabilida d aún no está
es, desde luego, el superyó. Por regla general, es el juda probada!», o algo similar. Desde luego, era una actitud
ismo el que se conci be como la re ligión del s upery ó y de hipócrita, pues Stalin era consciente de que él mismo
la subordinación humana a un Dios severo, celoso y generaba ese fervor destructivo y de que los jóvenes
omnipotente, a diferencia del Dios de la piedad y el miembros estaban deseosos de agradarle, pero la apa
amor que es el cristiano. Sin embargo, precisamente al riencia de piedad era necesaria.
no exigirnos ningún pago de nuestros pecados, pagan Hay algo más que una ironía de mal gusto en propo
do él mismo
cristiano de laelpiedad
precio se
porestablece
nosotros,a es como elcomo
sí mismo Dios el ner una síntesis pseudodialéctica de ambos términos
como modo de resolver el eterno dilema de «castigar o
agente supremo del superyó: «Yo pago el precio más
alto por vuestros pecados, y vosotros estaréis por siem con la excusa habitual de los israelíes hacia los palestinos; que «de
pre endeudados conmig o».11 ben» bombardearlos: «Te perdono por tus crímenes, pero nunca
te perdonaré por el hecho de tener que realizar los actos violentos
que no tengo opción de no hacer». ¡ Podríamos imaginar perf ecta
11. Contra este trasf ondo, deberíamos rechazar también la mente a Hitler o Himmler diciendo lo mismo a los judíos.
fórmula típica de justificación de los propios actos de venganza 12. ww w.kafk a- fra nz.com/KA FKA - letter.htm.
228 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 229

perdonar»: primero, castigar al culpable; después per Dicho brevemente, su papel activo indica una sumisión
donarlo. ¿ No es éste el resultado final de la trilog ía «fe renovada respecto a la autoridad paternal.
menina» de Lars von Trier Rompiendo las olas, Bailan Ot ro acercamiento a la trilogía mencionada serí a in
do en la oscuridady Dogville? En las tres películas, la terpretar Dogville de manera muy literal, es decir, como
heroína (Emily Watson, Björk, Nicole Kidman) es ex una película sobre la auténtica compasión. Grace care
puesta a una humillación y sufrimiento terroríficos, ce de compasión en la medida en que «comprende»
cuando no escandalosamente melodramáticos. Sin em condescendientemente a los habitantes, ofreciéndoles
bargo, mientras que en las dos primeras películas la te sus servicios, aguantando en silencio su calvario, recha
rrible experiencia de la heroína culmina en una muerte zando la venganza. Su padre mafioso está en lo cierto:
horrible y desesperada, en Dogville ella contraataca sin ahí reside su arrogancia. Sólo cuando Grace decide so

piedadeny exige
modo que launa venganza
trataron total por eldedespreciable
los habitantes la pequeña ybre
se su venganza
convierte enactúa como
uno de losperdiendo
ellos, habitantesasí
delsupueblo
posi
ciudad donde se refugiaba, que habían asesinado a su ción arrog ante y superior. A l asesinarlos, los reconoce
ex amante. («Hay cosas que debe hacer uno mismo.») de un modo hegeliano. Cuando los ve «bajo una nueva
Este desenlace no puede sino provocar en el espectador luz», los ve como son, no como gente pobre e idealiza
una satisfacción plena aunque éticamente problemáti da. Su asesinato es por tanto un acto de auténtica com
ca: todos los malhechores reciben su merecido con cre pasión.
ces. Sin embargo, podemos darle a este enfoque un giro El gr an arg umento de los defensores de la abolición
feminista: después del espectáculo del masoquista su de la pena de muerte es la arrogancia de quien preten
frimiento femenino de una duración insoportable, la de castigar a otros seres humanos o incluso asesinarlos.
víctima encuentra por fin la fuerza necesaria para con ¿Quién nos da derecho a hacerlo? ¿Estamos realmente
traatacar con una venganza, reafirmándose como sujeto en posición de juzgar? Para responder a estas cuestio
y obteniendo pleno control sobre su s ituación. Parece nes basta con dar la vuelta al argumento: lo realmente
entonces que conseguimos lo mejor en ambos ámbitos: arrogante y pecaminoso es asumir la prerrogativa de la
no sólo se satisface nuestra sed de venganza, sino que piedad. ¿Quién de entre nosotros, comunes mortales,
incluso se legitima en términos feministas. Lo que es especialmente si no somos la víctima directa del crimi
tropea esta fácil solución no es el predecible (pero fal nal, tiene derecho a borrar el crimen de otro, a tratarlo
so) contraargumento feminista de que ella alcanza su con indulgencia? Sólo Dios mismo (o, en términos esta
victoria mediante una actitud violenta «masculina», tales, quien se halla en la cúspide del poder, el rey o el
sino que hay otra característica que debería ser mostra presidente), merced a su posición excepcional, tiene la
da con toda su carga: la heroína de Dogville sólo es ca prerrogativa de borrar la culpa de los demás. Nuestro
paz de llevar a cabo su despiadada venganza cuando su deber es actuar de acuerdo con la lógica de la justicia y
padre (un jefe de la mafia) llega a la ciudad en su busca. castigar el crimen: no hacerlo acarrea la blasfemia de
230 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 231

ponernos nosotros mismos al nivel de Dios, actuando no encontramos en ella ningún tema «freudiano» espe
con su autoridad. rado, nada acerca del vínculo incestuoso entre herma
¿Cómo aparece entonces el resentimiento auténtico nos.14A hí reside también la clave del «K ant avec Sade»
en este proceso? En tanto término suplementario de la de Laca n.15 ¿No sabe hoy todo el mundo , en nuestra
tríada de castigo (venganza), perdón y olvido, surge como era postidealista de la «hermenéutica de la sospecha»,
la única postura auténtica que puede adoptarse cuando que la clave del «avec» es la verdad del rigorismo ético
nos enfrentamos a un crimen tan monstruoso (el asesi de Kant, el sadismo de la ley, es decir, que la ley kantia
nato de los judíos europeos a manos de los nazis) que na sería una instancia superyoica que goza con sadismo
las tres primeras posturas pierden su impacto. Uno no del punto muerto del sujeto, de su incapacidad para sa
puede perdonar y mucho menos olvidar tal acto, pero tisfacer sus demandas implacables, como la profesora
tampoco puede castigarlo adecuadamente. que tortura a sus alumnos con tareas imposibles y secre
Esto nos lleva de nuevo a Sloterdijk: ¿de dónde par tamente saborea sus fracasos? Sin embargo, lo que La-
te su denuncia de todo proyecto emancipatorio global can destaca es justamente lo opuesto a esta primera aso
como ejemplo de envidia y resentimiento? ¿De dónde ciación: no es Kant el que era un sádico disfrazado, sino
surge ese impulso obsesivo- compulsivo de encontrar Sade el que era un kantiano oculto. Es decir, lo que uno
tras la solidaridad la envidia de los débiles y su sed de debería tener en cuenta es que el centro de Lacan es
venganza? En resumen, ¿de dónde viene su desatada siempre Kant, no Sade, pues en lo que está interesado
«hermenéutica de la sospecha» al estilo de un Nietzs es en las consecuencias definitivas y las premisas nega
che caricaturizado? ¿Y si su mismo impulso estuviera das de la revolución ética kantiana. En otras palabras,
basado en una envidia negada y en el resentimiento, en la Lacan no intenta plantear la habitual argumentación
envidia de la posición universal emancipatoria,
que es «reduccionista» de que todo acto ético, por muy puro y
por lo que uno TIENE que encontrar alguna mancha en desinteresado que pueda parecer, está siempre basado
sus fundamentos que la privaría de su pureza?13El ob en alguna motivación «patológica» (el propio interés a
jeto de envidia es aquí el MILAGRO de la universalidad largo plazo del agente, la admiración de sus congéne
ética que no puede reducirse a un efecto distorsionado res, incluso la satisfacción «negativa» proporcionada

de los procesos
Quizás libidinosos
el principal «inferiores».
hallazgo de la lectura que hace por actos
los el sufrimiento y lanúcleo
éticos). El extorsión que a menudo
del interés exigen
de Lacan reside
Lacan de Antigona es su insistencia en este punto: que más bien en la inversión paradójica por medio de la
cual el mismo deseo (por ejemplo, actuando sobre el
13. ¿No es esto por lo que Nietzsche cayó en la locura? No
permaneció en sus últimos días antes del derrumbamiento bajo el 14. Jacques Lacan, The Ethics of Psychoanalysis, Londres,
signo de una ambigua fascinación por el enigma de Cristo? Re Routledge, 1992, cap. 19-21 (trad. cast.:Ética del Psicoanálisis,
cordemos cómo, en este período difícil, firmó a menudo como Barcelona, Paidós, 1988).
«Cristo». 15. VéaseJacques Lacan, «K ant con Sade», en Escritos, op. cit.
232 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 233

propio deseo, no comprometiéndolo) ya no se puede Últimamente, las palabras «dictadura del proletaria
basar en la motivación o el interés «patológico», por lo do» han vuelto a sumir en un santo horror al filisteo so-
que sigue los criterios del acto ético kantiano, de modo cialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿quieren saber qué
que «seguir el propio deseo» se superpone a «cumplir faz presenta esta dictadura? Miren la Comuna de París:
con nuestro deber». Por ello Lacan invierte en su no ¡he ahí la dictadura del proletariado!16
ción del acto la típica «hermenéutica de la sospecha»:
cuando el mismo Kant, guiado por la sospecha, admite Se podría re petir esto, mutatis mutandis, a propósito
que nunca podemos estar seguros de que nuestros ac de la violencia divina: «Muy bien, señores críticos,
tos sean en realidad de carácter ético y no basados se ¿quieren saber a qué se parece esta violencia divina?
cretamente en algún motivo «patológico» (incluso si Echen un vistazo al terror revolucionario de 1792-1794.
este motivo es la satisfacción narcisista que proporcio Eso fue la violencia div ina». (Y la serie podría c ontinuar:
na el hecho de cumplir con nuestra obligación), come el terror rojo de 1919, etc., etc.) Es decir, quizá debiéra
te un error. Lo realmente traumático para el sujeto no mos identificar sin miedo la violencia divina con los
es el hecho de que un acto puramente ético sea (quizá) fenómenos históricos existentes, evitando así cualquier
imposible, que la libertad sea (quizá) una apariencia mistificación oscurantista.
que se basa en nuestra ignorancia de las motivaciones He aquí algunos pasajes de las densas últimas pági
reales de nuestros actos; lo verdaderamente traumático nas de «Cr itique o f V iolence», de Benjami n:
es la libertad misma, el hecho de que la libertad ES po
sible, y buscamos desesperadamente determinaciones Así como en todos los campos Dios se opone al mito,
«patológicas» para poder evitar esta circunstancia. En del mismo modo la violencia divina se opone a la mítica.
otras palabras, la verdadera teoría freudiana no trata de La violencia divina constituye la antítesis de la violencia
mítica en todos los aspectos. Si la violencia mítica instau
reducir la a utonomía ética a una ilusión basada en la re
ra el derecho, la divina lo destruye; si aquélla pone lími
presión de nuestros «bajos» motivos libidinosos. tes, ésta destruye sin límites; si la violencia mítica inculpa
y expía al mismo tiempo, la divina redime; si aquélla

‘... Y FINALMENTE, ¡LO QUE SÍ ES! amenaza,ésta


grienta, éstaviene
golpea; si aquélla
a serlo de formaesincruenta.
letal de manera san
[...] Pues
la sangre es el símbolo de la mera vida. El desencadena
Los intérpretes de Benjamin tratan de dilucidar lo que miento de la violencia jurídica deriva [...] de la culpabili-
la «violencia divina» puede significar en realidad. ¿Es
otro sueño izquierdista de un acontecimiento «puro» que 16. Friedrich Engels, «Introduction» a Karl Marx, The Ci
nunca tiene lugar? Uno debería recordar aquí la r eferen vil War in France, en Marx/Engels/Lenin on Historical Materia
lism, Nueva York, International Publishers, 1974, pág. 242
cia de Friedrich Engels a la Comuna de París de 1891 (trad. cast.:La guerra civil en Francia, Madrid, Ricardo Aguilera,
como ejemplo de la dictadura del proletariado: 1976).
VIOLENCIA DIVINA 235
234 SOBRE LA VIOLENCIA

dad de la vida natural, que entrega a los seres vivos, ino no es expresión de una patología personal (idiosincra
centes e infelices a la expiación, al castigo que expía su sia, impulso destructivo), ni un crimen (o su castigo),
culpa, y redime también al que es culpable, pero no de ni un sacrificio sagrado. No es tampoco algo estético ni
una culpa, sino del derecho. Pues con la mera vida cesa ético ni religioso (un sacrificio a los dioses oscuros). Así
el dominio del derecho sobre los seres vivos. La violencia que, paradójicamente, la violencia divina se superpone
mítica es violencia sangrienta sobre la mera vida a causa en parte a la disposición biopolítica de los Hom ini sa
de la violencia que le es propia; la pura violencia divina cer:en ambos casos, matar no es un crimen ni un sacri
es, por su parte, violencia sangrienta sobre toda vida en ficio. Los aniquilados por la violencia divina son plena
nombre del viviente. La primera exige sacrificios, mien y absolutamente culpables, y no se les sacrifica, puesto
tras que la segunda los acepta. que no lo merecen ni tampoco que algún dios les acoja,
[...] A la pregunta «¿puedo matar?» sigue la res
sino que son aniquilados sin sacrificio alguno. ¿De qué
puesta inmutable del mandamiento «no matarás». Dicho
mandamiento es anterior a la acción, como la «mirada» son culpables? De llevar una mera vida (natural). La
de Dios contemplando esa acción. Pero, si no es el mie violencia divina purifica al culpable no de la culpabili
do al castigo lo que induce a obedecerlo, este manda dad, sino de la ley, porque la ley se limita a los vivientes:
miento resulta inaplicable, inconmensurable respecto a no puede llegar más allá de la vida para tocar lo que ex
la acción ya realizada. Del mandamiento no se deduce cede la vida, que es más que la mera vida. La violencia
ning ún juicio sobre l a acción. Y por ello no se puede pre divina es una expresión de pura pulsión, de no muerte,
decir el juicio divino sobre la acción ni el fundamento de del exceso de vida, que golpea a la «vida desnuda» re
dicho juicio. Por lo tanto, no aciertan quienes basan en gulada por la ley. La dimensión «teológica», sin la que
este mandamiento la condena de toda muerte violenta de según Benjamin la revolución no puede ganar, es la mis
una persona a manos de otra. El mandamiento no es un ma que el exceso de pulsión, de su «demasía».18
criterio del juicio, sino sólo una pauta de conducta para Es la violencia mítica la que demanda sacrificio y
la comunidad o persona actuante que deben saldar sus
mantiene el poder sobre la vida desnuda, mientras que
cuentas a solas y, en casos extremos, asumir la responsa
la violencia divina es no sacrificial y expiatoria. Por tan
bilidad de no observarlo.17
to, habría que afirmar sin miedo que existe un paralelis

Éste es el dominio de la pura violencia divina que es mo


miniformal entreejemplo,
sacer (por la aniquilación del Estado
el asesinato Ho
nazi dedeloslosjudíos)
el dominio de la soberanía, el dominio en el que matar
y el terror revolucionar io, donde también se puede ma
17. Benjamin, «Cr itique of Violence», op. cit.La palabra ale tar sin cometer un crimen y sin sacrificio. La diferencia
mana Gewalt significa tanto «violencia» como «autoridad» o «po reside en que el asesinato nazi queda como un medio
der establecido» (un vínculo similar puede encontrarse en la frase
inglesa «reforzar la ley», que sugiere que es imposible pensar acerca 18. Véase Eric Santner, On the Psychotheology ofEveryday
de la ley sin referirse a cierta violencia, tanto en los orígenes cuan Life , Chicago, University of Chicago Press, 2001.
do la ley se crea por primera vez, como cuando la ley se «aplica»).
236 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIADIVINA 237

del poder del Estado. Sin embargo, en el párrafo de narle algún «sentido profundo» . T odo ello implica que,
conclusión Benjamin afirma que «la violencia revolu para expresarlo en términos de Badiou, la violencia mí
cionaria, la más alta manifestación de violencia por par tica pertenece al orden del ser, mientras que la violencia
te del hombre, es posible», y añade una característica divina pertenece al orden del acontecimiento: no hay
crucial: criterios «objetivos» que nos permitan identificar un
acto como propio de la violencia divina. Un acto que
No resulta igualmente posible ni igualmente urgente para un observador externo es sólo un estallido de vio
para el hombre decidir cuándo esa violencia pura fue lencia, puede ser divino para los implicados en él. No
real en un caso en verdad determinante. Porque sólo la existe ningún gran otro que garantice su naturaleza di
violencia mítica, no la divina, se deja conocer exacta vina, pues el riesgo de interpretarlo y asumirlo como
mente y en tanto que tal (aunque sea con efectos real divino pertenece totalmente al sujeto. Sucede aquí
mente incomparables), por cuanto que la fuerza reden
tora propia de la violencia no se halla a la vista de los como lo que enseña el jansenismo acerca de los mila
gros: éstos no pueden verificarse con objetividad, pues
hombres. [...] La violencia divina [...] puede aparecer
tanto en la guerra como en el juicio divino de la multitud para un observador neutral, pueden explicarse en tér
respecto al criminal. [...] La violencia divina, insigniay minos de la causalidad natural. Sólo para el creyente
sello, nunca medio de santa ejecución, se ha de calificar ese acontecimiento es un milagro.
como imperante.19 Cuando Benjamin escribe que la prohibición de
matar es «una pauta de conducta para la comunidad o
Es crucial interpretar la última frase correctamente: persona actuante que deben saldar sus cuentas a solas y,
la oposición entre violencia mítica y violencia divina re en casos extremos, asumir la responsabilidad de no ob
side en los medios y el carácter propio de cada cual, servarla», ¿no está proponiendo leerla como una Idea
esto es, la violencia mítica es un medio para establecer reguladora kantiana en lugar de como un principio
el dominio de la ley (el orden social legal), mientras que constitutivo de la realidad ética? Nótese cómo Benja
la violencia divina no sirve a ningún medio, ni siquiera min se opone aquí a la justificación «totalitaria» de ma
al castigo de los culpables para así reestablecer el equi tar aludida por aquellos que actúan como instrumen
librio de la justicia. Es tan sólo el signo de la injusticia tos del gran otro (necesidad histórica, etc.): uno debe
del mundo, de ese mundo que éticamente «carece de «combatirla en soledad», asumiendo su plena respon
vínculos». Esto, sin embargo, no implica que la justicia sabilidad en ella. En otras palabras, la «violencia divi
divina tenga un significado, sino que más bien es un sig na» no tiene nada que ver con los estallidos de «locura
no sin s ignificado, y la tenta ción que debemos resistir es sagrada», con aquellas bacanales en las que los sujetos
la que Job resistió con éxito, la tentación de proporcio renuncian a su autonomía y su responsabilidad, puesto
que es un poder divino superior el que actúa a través
19. Benjamin, op. cit. de ellos.
238 SOBRE LA VIOLENCIA 239
VIOLENCIA DIVINA

La violencia divina es precisamente no una inter La violencia divina debería concebirse como divina
vención directa de un Dios omnipotente para castigar a en el sentido preciso de la expresión latina vox populi,
la humanidad por sus excesos, sino una especie de pre vox dei: no en el sentido perverso de «actuamos como
visión o anticipo del Juicio Final: la distinción definiti meros instrumentos de la voluntad del pueblo», sino
va entre violencia divina y los impotentes o violentos como la asunción heroica de la soledad que conlleva la
passages à l’acte de nosotros los humanos es que, lejos decisión soberana. Se trata de una decisión (matar,
de expresar la omnipotencia de Dios, la violencia divi arriesgar o perder la propia vida) tomada en total sole
na es un signo de la propia impotencia de Dios (el gran dad, sin la cobertura del gran otro. Si es extramoral, no
otro). Todo lo que cambia entre la violencia divina y un es «inmoral», no da al agente licencia para matar con
ciego passage a l’acte es el lugar de la impotencia. una especie de inocencia angélica. C uando los que se ha
La violencia divina no es el srcen reprimido ilegal llan fuera del campo s ocial estructurado golpean «a cie
del«srcen
el orden oscuro»
legal. El terror revolucionario
del orden burgués, enjacobino no esde
el sentido gas», exigiendo y promulgando la justicia/venganza in
mediata, esto es violencia divina. Recordemos el pánico
la violenci a heroico- criminal fundadora del Es tado y que se desató en Río de Janeiro hace aproximadamente
que ensalza Heidegger. La violencia divina debe distin una década, cuando la turba descendió desde las favelas
guirse de la soberanía estatal en tanto excepción que a la zona rica de la ciudad y comenzó a saquear e incen
funda la le y, pero también de la violenci a pura como ex diar supermercados. Esto era efectivamente violencia
plosión anárquica. En la Revolución francesa fue, signi divina. Eran como langostas bíblicas, el castigo divino
ficativamente, Danton y no Robespierre el que propor por las acciones pecaminosas de los hombres. Esta vio
cionó la fórmula más concisa del cambio imperceptible lencia divina que golpea desde la nada es un medio sin
de la «dictadura del proletariado» a la violencia estatal, fin o, como expresó Robespierre en su discurso en el
o, en términos benjaminianos, de la violencia divina a la que pedía la ejecuci ón de Luis X V I:
mítica: «Seamos tan terribles que la gente no tenga que
serlo».20Para el jacobino Danton, el terror de Estado Las personas no juzgan del mismo modo que los tri
revolucionario era una especie de acción preventiva bunales: no realizan sentencias, lanzan disparos; no con
cuyosino
gos, auténtico objetivo
prevenir no era«divina»
la violencia vengarse
de de
loslos enemi
sans-cu- denan a los reyes, los arrojan al vacío. Y esta justicia vale
tanto como la de los tribunales.21
lottes, del pueblo mismo. En otras palabras, hagamos
lo que el pueblo nos pide para que no lo hagan ellos Por ello, como bien sabí a Robespi erre, sin la «fe» en
mismos. (una presuposición puramente axiomática de) la idea
eterna de libertad que persiste a través de todas las de-
20. Citado en Simon Schama, Citizens, Nueva York, Vi
king, 1989, págs. 706-707.
21. Robespierre, op. cit.
240 SOBRE LA VIOLENCIA VIOLENCIA DIVINA 241

rrotas, una revolución «es sólo un ruidoso crimen que tos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario
23
destruye otro crimen». Esta fe está expresada de mane
^
auténtico sin esta característica.
ra conmovedora en el último discurso de Robespierre,
pronunciado el 8 de Termidor de 1794, un día antes de El odio es un factor de lucha, ese odio intransigente
su arresto y ejecución: al enemigo que impulsa más allá de las limitaciones del
ser humano y le convierte en una máquina de matar efec
tiva, violenta, selectiva y fría. Nuestros soldados tienen
Pero aquí hay, os lo puedo asegurar, almas que son que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre
sensibles y puras. Hay una pasión imperiosa, irresistible
un enemigo brutal.24
y llena de ternura, que es el tormento y delicia de los co
razones magnánimos. Hay ese horror profundo hacia la
tiranía, esa compasión por los oprimidos, ese amor sa Estas dos posturas aparentemente opuestas están
unidas en el lema del Che «Hay que endurecerse sin
grado pory sagrado
sublime la patria,por
y un
la amor aún más
humanidad singrande, un amor
el que una gran perder j amás la ter nura».25 O , por citar a K ant y a Ro
revolución es sólo un ruidoso crimen que destruye otro bespierre de nuevo: el amor sin crueldad es impotente;
crimen. Aquí está la generosa ambición de establecer en la crueldad sin amor está ciega, no es más una pasión
la tierra la primera República del mundo.22 breve que pierde su duradero filo. La paradoja subya
cente es que lo que hace del amor algo angélico, lo que
Estas palabras nos permiten comprender que la vio lo eleva por encima de la sentimentalidad meramente
lencia divina pertenece al orden del acontecer. No hay inestable y patética, es la crueldad misma, su vínculo
criterios «objetivos» que nos permitan identificar un con la violencia. Es este vínculo el que lo eleva «por en
acto de violencia como divino: el mismo acto que para cima y más allá de las limitaciones naturales del hom
un observador externo es tan sólo un estallido de vio bre» y lo transforma así en una pulsión incondicional.
lencia, puede ser divino para los implicados en él. No De ahí que Che Guevara creyera en el poder transfor
hay un gran otro que garantice su naturaleza divina. El mador del amor, pero nunca se le habría oído canturre
riesgo de interpretarlo y asumirlo como divino es lo ar «el amor es todo lo que necesitas» (love is all you
propio del sujeto: la violencia divina es el trabajo del need). Necesitas amar con odio. O, como Kierkegaard
amor del sujeto. Dos pasajes del Che (tristemente) fa
23. Citado de J on Lee A nderson, Che Guevara: A Revolu
mosos nos dan la clave: tionär Life, Nueva York, Grove Press, 1997, p. 636 (trad. cast.:
Che Guevara, Barcelona, Anagrama, 2000).
Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el 24. Accesible en línea en www.marx ists.org /archive/gueva-
auténtico revolucionario se guía por grandes sentimien- ra/1967/04/16.htm.
25. Peter McLaren, Che Guevara, Paulo Preire and thè Pe
dagogo of Revolution, Oxford, Rowman and Litdefield, 2000,
J
22. Ibíd. pág. 27.
242 SOBRE LA VIOLENCIA

dijo hace tiempo: la consecuencia necesaria (la «ver EPÍLOGO


dad») de la exigencia cristiana de amar a nuestros ene
migos es
Adagio
la exigencia de odiar al amadofuera y dentro del amor.
[...] Hasta esepunto —podríamos hablar hasta de una es
pecie de locura— puede el cristianismo promover la exi
gencia de amor si éste ha de ser la realización de la ley. De
modo que el mandamiento cristiano exige ser capaz de
odiar al padre y a la madre y a la hermana y el ser amado.26

Kierkegaard aplica aquí la lógica de la hainamora-


ción, articulada más tarde por Lacan, que depende de la
escisión en el amante entre la persona amada y el verda
dero objeto- causa de nues tro amor por ella, que está El círculo de nuestra investigación está cerrado: he
«en él más que en esa persona» (para Kierkegaard: mos viajado desde el rechazo de la falsa antiviolencia a
Dios ). A veces, el odio es la única pr ueba de que real la aprobación de la violencia empancipatoria. Comen
mente amamos. El concepto de amor debería conside zamos con la hipocresía de aquellos que, combatiendo
rarse aquí en su sentido paulino: el dominio de la pura la violencia subjetiva, hacen uso de una violencia sisté
violencia, el dominio fuera de la ley (poder legal), el do- mica que genera los propios fenómenos que aborrecen.
minio de la violencia que ni se funda en la ley ni se sos Localizamos la causa última de la violencia en el miedo
tiene en la ley es el dominio del amor. al prójimo y mostramos cómo a partir de la violencia
que es inherente al lengu aje mismo se establece el medio
real de superar la violencia directa. Luego continuamos
analizando tres tipos de violencia que acechan en nues
tros medios de comunicación: los estallidos de violencia
juve nil en los suburbios de París en 2005, los recientes
ataques terroristas, el caos en Nueva Orleans tras el hu
racán Katrina. Después seguimos demostrando las anti
nomias de la razón tolerante a propósito de las manifes
taciones violentas contra las caricaturas de Mahoma
26. Soren Kierkeg aard, Works o/Love , New York, Harpa
and Row, 1962, pág. 114 (trad. cast.: Las obras del am or , Sulii
publicadas en un periódico danés. Desplegamos las li
manca, Sígueme, 2006). mitaciones de la tolerancia como la noción predomi-
244 SOBRE LA VIOLENCIA EPÍLOGO 245

nante que sostiene la ideología ac tual. Y por último, ra de la sala de convenciones, implica a Ford en una lu
nos enfrentamos directamente a la dimension emanci- cha encarnizada, violenta: se golpean hasta que sus ros
patoria de la violencia divina, tal y corno la articuló tros se llenan de sangre. La escena es reveladora por su
Walter Be njamin. ¿ Cuál es entonces la conclusión de carácter abiertamente ridículo, como si, para salir del
este libro? embrollo ideológico que supone juguetear con el anti
Es triple. En primer lugar, anatemizar la violencia, capitalismo, uno debiera hacer una jugada que permi
condenarla como «mala» es una operación ideológica tiera percibir claramente las grietas en la narración. El
por excelencia, una mistificación que colabora con la malo se transforma en un personaje malicioso, despre
invisibilización de las formas fundamentales de la vio ciable y patológico, del mismo que su depravación psi
lencia social. Es prof undamente s intomático que las so cológica (visible en el deslumbrante espectáculo de la
ciedades occidentales, tan sensibles a las diferentes for pelea) de algún modo reemplaza y desplaza la pulsión
mas de persecución, sean también capaces de poner en anónima, completamente apsicológica, del capital. Un
marcha infinidad de mecanismos destinados a hacernos gesto mucho más apropiado habría sido presentar al
insensibles a las formas más brutales de la violencia, pa colega corrupto como un doctor sincero y honesto que, a
radójicamente, en la misma forma en que despiertan la causa de las dificultades financieras que atraviesa el hos
simpatía humanitaria para con las víctimas. pital en que trabaja, habría accedido a tragarse el cebo
Segunda lección: es difícil ser realmente violento, de la c ompañía fa rmacéutica.
realizar un acto que perturbe con violencia los paráme El fugitivo proporc iona así una clara v ersión del pas
tros básicos de la vida social. Cuando Bertolt Brecht vio sage à l’acteviolento que sirve como cebo, el mismo ve
una máscara japonesa de un demonio maligno, escribió hículo del desplazamiento ideológico. Un paso más allá
que sus hinchadas venas y sus horribles muecas «reve de este nivel cero de la violencia puede encontrarse en
laban el esfuerzo que cuesta ser malos». Lo mismo vale Taxi Driver de Paul Schrader y Martin Scorsese, en el
para la violencia que tiene algún efecto en el sistema. estallido final de Travis Bielde (Robert De Niro) contra
Una típica película de acción hollywoodiense es siem los chulos que controlan a la joven que quiere salvar
pre una muestra de ello. Hacia el final de El fugitivo, de (Jodie Foster). A quí es crucial la dimens ión implícita
A ndrew Davis , el inocente doctor al que persig uen
(Harr ison For d) se enfrenta a su colega (Jer oen Krab- mente
preparasuicida su passage
para eldeataque, à l’acte·,
practica cuando su
mostrando Travis
armase
bé) en una convención médica y le acusa de falsificar frente a un espejo: en la que es la escena más conocida
datos médicos en nombre de una gr an compañía farma de la película, se dirige a su propia imagen en el espejo
céutica. En ese momento, cuando uno esperaría que la con un agresivo y condescendiente «¿me estás hablan
película se centrara en la gran empresa farmacéutica do a mí?». Como en una ilustración de la noción laca-
(capital corporativ o) como el auténti co culpable, Krab- niana del «estadio del espejo», la agresión se dirige cla
bé interrumpe a Ford y le invita a salir; después, ya fue ramente hacia uno mismo, a la propia imag en especular
246 SOBRE LA VIOLENCIA
EPÍLOGO 247

del sujeto. Esta dimensión suicida emerge al final de la de millones de personas no debería engañarnos. La ca
refriega, cuando Travis, herido de gravedad e inclinado racterización de Hitler que le describa como un ser per
hacia la pared, simula con el índice de su mano derecha verso, responsable de la muerte de tantas personas y no
un arma dirigida a la frente y la dispara burlonamente, obstante un hombre con agallas que persiguió sus fines
como diciendo «el objeto real de mi rabia era yo mis con una voluntad de hierro no sólo es éticamente repul
mo». La paradoja de Travis es que se percibe a sí mismo siva, sino que también está equivocada: no, Hitler no
como una parte de la basura degenerada de la vida de
«tuvo agallas» para cambiar las cosas, pues todas sus
la ciudad que quiere erradicar, de modo que, como
acciones eran reacciones: actuó de modo que nada
Brecht expresó acerca de la violencia revolucionaria en
cambió realmente y sólo con el fin de prevenir la ame
La medida, quiere ser la última mancha tras cuya lim
naza comunista de un cambio real; su acusación contra
pieza la habitación quedará limpia.
Corrigiendo lo que se deba, lo mismo vale también los judíosy fue
en otros un acto
evitaba merced real,
al enemigo al cual desplazaba
esto la carga
es, las relaciones
respecto a la violencia orga nizada colectiva. Par a ilustrar
sociales capitalistas. Hitler representó un espectáculo
estas palabras la Revolución Cultural china nos servirá: la
de revolución para que el orden capitalista pudiese so
destrucción de todos los monumentos acabó siendo no
brevivir. La ironía estriba en que fueron sus grandes
una auténtica negación del pasado, sino más bien un im
gestos de desprecio hacia los bu rg ueses autocompla-
potente passage à l’acte, algo que da fe del fracaso que su
cientes los que le permitieron continuar: en lugar de
pone querer librarse del pasado. Hay una especie de jus
acabar con el despreciable y «decadente» orden bur
ticia poética en el hecho de que el resultado final de la
gués, de despertar a los alemanes, el nazismo era un
rev olución cultural de Mao Ze dong sea la incomparable
sueño que les per mitió posponer el despertar. A lemania
explosión actual de la dinámica capitalista en China.
sólo despertó con la derrota de 1945.
Ex iste una semejanza estr uctural pr ofunda entre la rev o
Un acto realmente atrevido, para el que verdade
lución permanente del maoismo, la lucha permanente
ramente había que tener las «agallas» de intentar lo
contra la osif icación de las es tructuras del Es tado y la di
imposible, pero que fue a la vez un acto de terrible vio
námica inherente del capitalismo. Resulta tentador par a
frasear de nuevo a Brecht: «¿ Qué es el robo de un banco lencia quefue
prensión, causó un sufrimientoforzosa
la colectivización más allá
dede todaa com
Stalin fina
comparado con la fundación de un nuevo banco?».
les de la década de 1920. E incluso este despliegue de
¿ Qué f ueron los estallid os violentos y destructores de un
violencia despiadada culminó en las grandes purgas
guardia rojo comparados con la auténtica Revolución
de 1936-1937, que fueron, de nuevo, un impotente pas
Cultural, la permanente disolución de todas las formas
de vida que dicta la reproducción del capital?
sage à l’acte:
Desde luego, lo mismo puede aplicarse a la Alema
nia nazi, donde el espectáculo de la brutal aniquilación No fue una persecución de enemigos, sino rabia cie
ga y pánico. Reflejó no el contr ol de los acontecimientos,
248 SOBRE LA VIOLENCIA EPILOGO 249

sino un reconocimiento de que el rég imen carecía d e me modo que eran capaces de expresar su odio a la nomen
canismos de control regulados. No era política, sino el klatura arr estando y tortura ndo a los altos apparatchiks.
fracaso de la política. Era una señal del fracaso de gober La tensión inherente entre la estabilidad del gobierno
nar con algo que no fuera la fuerza.1 de la nueva nomenklatura y el perverso «retorno de lo
reprimido» bajo el disfraz de las purgas repetidas de los
La misma violencia infligida por el poder comunis altos cargos de la nomenklatura está en el mismo cora
ta a sus propios miembros es prueba de la radical con zón del fenómeno estalinista: las purgas son la misma
tradicción interna del régimen. Si bien en los orígenes forma en que la herencia revolucionaria traicionada so
del régimen hubo un «auténtico» proyecto revolucio brevive y acecha al régimen.2
nario, las purg as incesantes eran nece sarias no sólo para En Asesinato en las caballerizas, una temprana his
borrar las huellas de los orígenes del régimen, sino tam toria de Agatha Christie, Poirot investiga la muerte de
bién como una especie de «retorno de lo reprimido», Mrs. Allen, a la habían disparado por la noche en su
un recuerdo de la radical negatividad del corazón del apartamento de Guy Fawkes. Aunque parece un suici
régimen. Las purgas estalinistas de los grandes jefes del dio, numerosos detalles indican que se trata de un ase
partido se basaban en su traición fundamental: los acu sinato. La mujer compartía un piso con Mi ss Plender-
sados eran en efecto culpables en tanto que, como leith, que estaba fuera en ese momento. Pronto se
miembros de la nueva nomenklatura, traicionaron la re encuentra un gemelo en la escena del asesinato, y su
volución. El terror estalinista no es sólo la traición de la propietario, el comandante Eustace, se ve implicado en
revolución, esto es, un intento de borrar las huellas del el crimen. La solución de Poirot es una de las mejores
pasado revolucionario auténtico, sino que además da fe
de una especie de «diablo de lo perverso» que obliga al 2. La condena típica de Sta lin incluye dos proposiciones: 1)
nuevo orden posrevolucionario a (re)inscribir su trai era un cínico que sabía muy bien cómo estaban las cosas (que los
ción de la revolución dentro de sí misma, a «reflejarla» acusados en los juicios eran realmente inocentes, etc.); 2) sabía
o «remarcarla» bajo la forma de arrestos y asesinatos ar lo que hacía, esto es, tenía pleno control sobre los acontecimien
tos. Los documentos de los archivos, ahora accesibles, más bien
bitrarios que amenazaron a todos los miembros de la
apuntan en el sentido opuesto: Stalin básicamente tenía sus creen
nomenklatura. Como sabemos gracias al psicoanálisis, cias (en la ideología oficial, en su papel como líder sincero, en la
la confesión estalinista del culpable oculta la auténtica culpabilidad de los acusados) y en realidad no tenía control so
culpa. Es bien sabido que Stalin reclutó sabiamente bre los acontecimientos (los resultados de sus propias decisiones
para el N K V D a personas de estrato s sociales bajos. De e intervenciones a menudo le sorprendían). Véase la introduc
ción de Lars T. Lih a su libro con Oleg V. Naumov y Oleg V.
1. J . A rch Getty y Oleg V. Naumov, The Road to Terror. Sta Khlevniuk, Stalin’s letters to Molotov, New Haven, Yale Univer
lin and thè Self-Oestruction o f the Bolsheviks, 1932-39, New Ha- sity Press, 1995, págs. 60-64. Lih propone una conclusión angus
ven y Londres, Yale University Press, 1999, pág. 14 (trad. cast.: tiosa: «La población de la Unión Soviética habría estado mejor si
La lógica del terror, B arcelona, Cr ítica, 2001). Stalin hubiese sido más cínico de lo que fue» (pág. 48).
250 SOBRE LA VIOLENCIA EPILOGO 251

de la obra de Agatha Christie: da la vuelta a la típica tra de violencia impotente son fundamentalmente reacti
ma de un asesinato realizado de modo que parezca un vos, una reacción a algún intruso molesto.
suicidio. La víctima, que años atrás se había visto impli En último lugar, pero no por ello menos importan
cada en un escándalo en la India, donde conoció a Eus- te, tenemos la lección de la intrincada relación entre la
tace, se había prometido con un parlamentario del ala violencia subjetiva y sistémica es que la violencia no es
conservadora. Sabiendo que ese escándalo de llegar a una propiedad exclusiva de ciertos actos, sino que se
hacerse público arr uinaría su posible ma trimo nio, Eus- distribuye entre los actos y sus contextos, entre activi
tace la chantajeaba. Ella, desesperada, acabó pegándo dad e inactividad. El mismo acto puede aparecer como
se un tiro. Una vez en casa inmediatamente después del violento o no violento en función de su contexto: a ve
suicidio, Miss Plenderle ith — que sabía acerca del ces una sonrisa educada puede ser más violenta que un
chantaje de Eustace y le odiaba por ello— reo rdenó los explosión de brutalidad. Una breve referencia a la físi
detalles de la escena para que pareciese que el asesino ca cuántica puede sernos de ayuda. El campo de Higgs
había intentado presentar el supuesto crimen como un es una de las nociones más inquietantes de la física
suicidio. As í se castigaría a Eustace por prov ocar el sui cuántica. Liberados por sus propios dispositivos en un
cidio de Mrs. Allen. La historia entonces plantea la pre entorno al que pueden pasar su energía, todos los siste
gunta de en qué dirección deberían leerse las pruebas mas físicos finalmente pasan a un estado de menor
contradictorias advertidas en la escena del crimen. ¿Es energía. Dicho de otro modo, cuanta más masa quita
un asesinato enmascarado como suicidio o un suicidio mos de un sistema, más se reduce la energía, hasta que
enmascarado como asesinato? La historia funciona por llegamos al estado de vacío en el que la energía es cero.
que, en vez de ocultar el asesinato, como es habitual, se Sin embargo, existen fenómenos que nos obligan a pro
pone en escena su apariencia: en vez de ocultarse el cri poner la hipótesis de que hay algo (alguna sustancia)
men, se le crea como cebo. que no podemos eliminar de un sistema sin ELEVAR la
Esto es precisamente lo que hacen los instigadores energía de dicho sistema.A este «alg o» se le lla ma cam
de tales violentos passage à l’acte, pues interpretan mal po de Higgs. Una vez que este campo aparece en un re
el suicidio como crimen.· En otras palabras, falsifican cinto que se ha vaciado y cuya temperatura se ha redu
las pistas de modo que una catástrofe parezca un «sui cido al máximo, su energía se reducirá. Lo que aparece
cidio» (el resultado de antagonismos inmanentes), el es algo que contiene menos energía que cero. En resu
trabajo de un agente criminal: judíos, traidores o reac men, algunas veces cero no es el estado «más barato»
cionarios. Por ponerlo en los términos nietzscheanos de un sistema, de modo que, paradójicamente, «nada»
que son apropiados aquí, la diferencia clave entre la po cuesta más que «a lg o». En una tosca analo gía, la « nada»
lítica radical emancipadora y los estallidos de violencia social (el estado congelado de un sistema, su mera re
impotente es que el gesto político auténtico es activo, producción sin cambios) «cuesta más que algo» (un
impone, fuerza una visión, mientras que los estallidos cambio), esto es, demanda mucha energía, de modo que
252 SOBRE LA VIOLENCIA EPÍLOGO 253

lo primero que hay que hacer para provocar un cambio subversión si n ser descub iertos? Cuand o se les preg unta
en el sistema es reducir la actividad, no hacer nada. cómo votaron, los ciudadanos corrientes simplemente
Así, la novela de José Saramag o Ensayo sobre la lu res ponden que tal infor mac ión es priva da y ademá s, ¿no
cidet podría tomarse como un experimento mental de están en su derecho de vota r en blanco? Incapaces de
la estrategia bartlebyana.4Narra la historia de los extra responder a una protesta pacífica pero convencidos
ños acontecimientos ocurridos en una capital sin nom de que ha tenido lugar una co nspira ción antidemocrática,
bre de un país democrático sin identificar. Cuando el el gobierno tacha al movimiento de «terrorismo, puro y
día de las eleccio nes se ve entur biado por una lluvia t o no adulterado» y declara el estado de emergencia, lo que
rrencial , se registra un bajo nivel de participación, pero le permite s uspender todas las gar antías constitucionales.
a media tarde arrecia y la población acude a votar en Se arresta a quinientos ciudadanos aleatoriamente,
masa a los colegios electorales. El gobierno respira ali
viado hasta que el recuento revela que más del 70 % del que desaparecen
«códig paraSe
o rojo secreto». serinfor
interrogados, sometidos
ma a sus familias. A l al
esti
electorado ha votado en blanco. Desconcertados por lo orw elliano, se les dice que no deben preocup arse por
este aparente fallo de la sociedad civil, a la semana si la falta de información, pues «en ese mismo silencio está
guiente el gobierno da a la ciudadanía una oportunidad la clave qu e gar antiza su seg uridad p ers onal». Com o es
para enmendarlo con una nuevas elecciones. Los resul tas acciones no dan resultado, el gobierno adopta una
tados son peores: ahora el 83 % corresponde a votos en serie de medidas drásticas, desde declarar el estado de
blanco. Los dos partidos políticos principales, el parti sitio hasta inventar tramas para crear el caos en la ciu
do gobernante de derec has (p.d.d) y su adversario prin dad, retirar a la policía y as altar el gobier no de la capital,
cipal, el partido de centro (p.d.c), son presas del páni sellando tod as las entradas y s alidas de la ciudad, y fina l
co, mientras el desventurado y marginado partido de la mente crear su propio cabecilla terrorista. La ciudad
izquierda (p.d.i) realiza un análisis en el que afirma que continúa funcionando en un ambiente de normalidad,
los votos en blanco eran es encialmente voto s a favor de la población paraliza todas las embestidas del gobierno
su programa progresista. con una unidad inexplicable y con un nivel realmente

¿Senotrata
rrocar sólodealuna conspiración
gobierno organizada
en el poder sino al para de
sistema ga ndhiano de resisten cia no v iolenta.
En su perspicaz reseña de la novela, Michael Wood
democrático? De serlo, ¿quién está detrás y cómo pu advierte una similitud brechtiana:
dieron organizar a cientos de miles de personas en tal
3. José Saramago, Seeing, Nueva York, Harcourt, 2006 En un famoso poema escrito en Alemania Oriental
(trad. cast.: Ensayo sobre la lucidez , Madrid, Alfaguara, 2002). en 1953, Brecht cita a un contemporáneo que afirma que
4. El término «bartlebyano» se refie re al Bartleby d e He r la gente ha perdido la confianza en el gobierno. ¿No se
man Melvijle, un oficinista despiadadamente pasivo que respon ría más fácil, pregunta maliciosamente Brecht, disolver
de a toda petición de su jefe con un «preferiría no hacerlo». al pueblo y que el gobierno elija otro? L a novela de Sar a-
254 SOBRE LA VIOLENCIA EPÍLOGO 255

mago es una parábola de lo que ocurre cuando ningún En términos psicoanalíticos, la abstención de los
gobierno ni ningún pueblo puede ser disuelto.> votantes es de algún modo como la Verwerfung (forclu
sion, recha zo/repudio), que es un mucho más radica l
Si el paralelismo es válido, tal conclusión parece que la represión {Verdrängung).De acuerdo con Freud,
quedarse corta, pues el mensaje inquietante de la nove el sujeto acepta intelectualmente lo reprimido, puesto
la no es tanto la indisolubilidad del pueblo y del go bier que lo nombra pero al mismo tiempo lo niega porque
no como la naturaleza compulsiva de los rituales demo rechaza reconocerlo y rechaza reconocerse en ello. En
cráticos de libertad. Lo que ocurre es que, al abstenerse cambio, la forclusion rechaza lo simbólico tout court.
de votar, la gente disuelve el gobierno, no sólo en el li Para circunscribir los márgenes de ese rechazo radical,
mitado sentido de derrocar al gobierno existente, sino resulta tentador evocar la prov ocadora tesis de Badiou:
en un sentido más radical. ¿Por qué se ve preso el go «Es mejor no hacer nada que contribuir a la invención
bierno de tal estado de pánico ante la abstención de los de nuevas formas de hacer visible lo que el imperio ya
votantes? Está obligado a enfrentarse al hecho de que reconoce como existente».6 Mejor no hacer nada qu e
existe, que ejerce su poder sólo en tanto que es acepta implicarse en actos localizados cuya función última es
do como tal por sus sujetos, aceptado incluso en la for hacer funcionar más suavemente el sistema (actos como
ma de rechazarlo. La abstención de l os votantes va más proporcionar espacio para la multitud de nuevas subje
allá de la negación intrapolítica, el voto de no confian tividades). Hoy la amenaza no es la pasividad, sino la
za: rechaza el mismo marco de decisión. pseudoactividad, la necesidad de «ser activo», de «par
ticipar», de enmascarar la vacuidad de lo que ocurre.
5. Michael Wood, «T he Election with No Results», <www.
slate.com/id/2139519>. En la novela hay otra dimensión brech
L a g ente interviene todo el tiempo, siempre se está «ha
tiana detectada por Wood, que también define los libros de Sa- ciendo algo», los académicos participan en debates sin
ramago: «Son novelas, no ensayos. Pero hacen un guiño a la for sentido, etc. En realidad, lo más difícil es dar un paso
ma ensayística. En sus obras, la gente no tiene nombre, sólo atrás, sustrae rse. Los gobernantes prefiere n incluso una
funciones sociales: el ministro de Justicia, la mujer del doctor, el participación «crítica», un diálogo, al silencio: simple
policía, el funcionario de correos, etc. Sus conversaciones están
marcadas s ólo por comas y letras mayú sculas; no hay comillas n i mente
gurarsepretenden
de que se implicarnos en elamenazadora
quiebre nuestra «diálogo» para ase
pasivi
espaciado entre líneas. Los personajes y diálogos están agrupa
dos en formas sociales, como si una cultura entera estuviera ac dad. L a a bstenció n de los votant es es, por tanto, un acto
tuando y hablando a través de sus representantes más significa político auténtico, pues nos enfrenta a la vacuidad de
tivos». ¿No es esto estrictamente homólogo a las austeras piezas las democracias actuales.
teatrales de Brecht, en las que los personajes tampoco tiene
nombre, sino sólo funciones sociales (capitalista, trabajador, re
volucionario, policía), de modo que es como si «una cultura en
tera (o más bien, una ideología) estuviera hablando y actuando a 6. A lain Badiou, «Fifteen Theses on Contemp orary A rt»,
través de sus representantes más identificables»)? Lacanian In k, n° 23, primavera de 2004, pág. 119.
256 SOBRELAVIOLENCIA

Si con el término «violencia» queremos designar el


trastorno radical de las relaciones sociales básicas, enton
ces, por muy disparatado o de mal gusto que parezca, el
problema de los monstruos históricos que asesinaron a
millones de personas es que no fueron suficientemente Bibliografía
violen tos. A veces no hacer nada es l o más v iolento que
puede hacerse.

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Slavoj Zizek, uno de los i En ese apas iona do Slavoj Zizek, doctor en
iconos filosóficos de la llamamiento a la toma de Filosofía y en Artes e
contemporaneidad, nos conciencia, Zizek dirige investigador del Instituto
ofrece las claves para su mirada implacable a de Estudios Sociales en
interpretar la violencia. las democracias en las Liubliana, Eslovenia,
que vivim os, gober nadas profesor en la New School
i La vio len cia está por un imperativo for Social Research y en la
presente en todas partes económico. Explora los Universidad de París VIII.
y aún no podemos sangrientos regímenes Entre sus libros se cuentan
explicarla o aceptarla. totalitarios del último Porque no saben lo que
La provocativa premisa siglo y esta violencia a la hacen, Mirando el sesgo,
del filósofo Slavoj Zizek que llamamos "divina". El espinoso sujeto, Las
es que lo que vemos (la ¿Qué otras opciones se metástasis d el goce,
violencia ejercida por un abren ante nosotros? Violencia en acto, El títere
agente claramente y el enano y Cómo l ee r a
identificable) está i Inspi rándose en la alta Lacan, todos ellos
generado por una cultura y en la cultura publicados en nuestro
violencia oculta, la popular, en Kant, Lacan, fondo editorial.
misma que sostiene en los chistes y en el
nuestro sistema político cine contemporáneo,
y económico, que tal vez este intelectual esloveno
no resulte obvia, pero lucha contra el sistema
que según Zizek es la con brillantez. En el
clave para comprender proceso, confronta
lo que de otro modo liberalismo y
parecen fundamentalismo y
manifestaciones reflexiona sobre la
irracionales de filantropía, la política del
violencia. miedo o la violenciá
lingüística, y se plantea
qué significa ser
"tolerante" con el
j prójimo.

w w w .p a id o s .c o m
w w w . p a i d o s a rg e n ti n a .c o m . a r
ISBN 978-950-12-6902-4
5 2 14 1
9 789501 269024

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