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Para Descubrir El Camino Del Padre PDF

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Para descubrir

EL CAMINO D airan]
Nueve itinerarios encuentro con Dios
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Para descubrir
ELCAMINO DEL PADRE
Nueve itinerarios para el encuentro con Dios

Xabier Pikaza
Introducción

E ste es un libro de itinerarios, mapa y guía en la ruta de aquellos que


quieran organizar su búsqueda de Dios. Está escrito al final del
segundo milenio, con ocasión del Año del Padre (1999), pero no quiere des-
tacar ese motivo, sino responder a la pregunta universal del ser humano
formulada un día por Tomás y Felipe: No sabemos hacia dónde vas, ¿cómo
podremos saber el camino? Señor, ¡muéstranos al Padre! (Jn 14,4-9). Hacia
el Padre Dios queremos abrir algunas vías en la dura y gozosa montaña de
la historia.
El tema es clásico, han trazado caminos de Dios algunos de los grandes
exploradores y testigos de tradición cristiana, como san Buenaventura
(1221-1274), Itinerario de la mente hacia Dios, san Juan de la Cruz (1542-
1591), Subida del Monte Carmelo, y Thomas Merton (1915-1968), La Monta-
ña de los Siete Círculos, por citar sólo tres ejemplos significativos y distantes
en el tiempo. Aquí lo retomamos de manera organizada, recogiendo algunos
de los hitos principales de eso que llamamos camino de Dios (camino del
Padre y del Reino, de la felicidad y de los pobres) dentro de la tradición is-
raelita, cristiana y moderna.
Al trazar este itinerario he pensado en los creyentes que pretenden razo-
nar y recorrer los caminos de su fe, buscando al Padre: pero pueden leerlo
y seguirlo igualmente aquellos que deseen conocer lo que se dice sobre Dios
en plano cultural y religioso. Está estructurado en tres partes y nueve ejer-
cicios que los propios lectores pueden precisar y elaborar de un modo más
concreto, trazando así su propia guía o mapa en el camino de misterio.
Cada itinerario empieza con un breve encuadre orientativo, esquema
general para el camino, y se divide en dos o tres etapas principales, cada una
con su anuncio o guía de lectura. Al fin de cada tema ofrezco un ejercicio de
síntesis y evaluación personal, que sirve para recapitular el camino seguido.
He dejado a un lado el camino de las grandes religiones, pues su estudio exi-
giría un método distinto de experiencia, y me he fijado en los tres grandes
momentos de la marcha religiosa de Occidente:
I. Yahvé, los caminos de Dios en el Antiguo Testamento o Biblia israelita.
1. Empiezo destacando la búsqueda del Nombre (Yahvé), que los judíos inter-
pretan aún como misterio fundante, secreto y sentido de todo lo que existe.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 5


2. Analizo después las tradiciones teológicas primeras (éxodo, alianza, prome-
sa) que encuadran y definen el camino de Dios para Israel, para la huma-
nidad en su conjunto.
3. Termina esta parte ofreciendo los problemas que el camino de Dios ha plan-
teado en relación al sufrimiento y sentido de la vida en Job y en el Qohélet
o Eclesiastés.
II. Padre de Nuestro Señor Jesucristo, el camino cristiano de Dios.
4. Tomo a Jesús como camino personal de Dios, en su mensaje, vida y pascua,
destacado el carácter liberador y dialogal de su mensaje.
5. Reelaboro después el camino del evangelio, destacando la entrega personal
de amor de Cristo y su apertura a Dios y a todos los humanos según Mar-
cos.
6. Presento, finalmente, el camino trinitario, exponiendo así el itinerario de la
iglesia más antigua y precisando el sentido de su confesión creyente: Dios
es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
III. Dios huidizo y fascinante, la búsqueda teológica al final del siglo XX.
7. Dios se hace camino en un itinerario lleno de problemas (de entendimiento
y voluntad, de acción y sentimiento) que debemos fijar con atención.
8. Éste es un itinerario de experiencia, que sólo conocen quienes quieren reco-
rrerlo, pues Dios se hace camino en el camino de los hombres y mujeres de
la historia.
9. He trazado, en fin, un itinerario de presencia, como una guía de encuentro
y comunicación entre Dios y los humanos; en el mismo camino está de
algún modo la meta.
Como advertirá el lector, las tres partes y los nueve temas van unidos de
manera progresiva, formando un fascinante itinerario de exploración y
encuentro de misterio, en perspectiva de experiencia humana. Evidente-
mente, por razones personales, el buen lector (o grupo de lectores) podrá
cambiar el orden de las partes y los temas, trazando así el itinerario que
mejor se ajuste a su propia condición de caminante de Dios. Al final, a modo
de conclusión, ofreceré u n sencillo esquema, con los riesgos y valores de la
búsqueda y presencia de Dios en nuestro tiempo, al filo entre el siglo XX y
XXI.
Este itinerario conduce hacia el Padre de la Misericordia (2 Cor 1,3), des-
tacando así el misterio cristiano de la paternidad/maternidad gozosa de
Dios, como indicaré al final del tema 4.°. Por eso he querido llamarle Cami-
no del Padre, esperando que cada lector le pueda dar al fin su propio nom-
bre y que alguno se atreva a titularlo Caminito de amor o Camino de cielo,
sabiendo que en el fondo es u n Itinerario de justicia y libertad humana.
No he querido escribir un Tratado sobre Dios o Teodicea, sino u n conjun-
to de reflexiones creyentes y racionales, que pueden servir de itinerario para
aquellos que se sientan capaces de explorar en la tierra del misterio. No es
libro para leer y aprender en teoría, sino guía de montaña, mapa de caminos
que se pueden emplear en la búsqueda de Dios. Por eso incluyo anotaciones
marginales, que podrán servir de ayuda a quienes quieran elaborar su pro-
pio libro de Dios. Los ejercicios del final de cada tema servirán de evaluación
y más estudio para aquello que deseen profundizar en los temas.

6 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Éste es un libro nuevo, reescrito en los meses finales del milenio; pero, al
mismo tiempo, es texto antiguo, que me viene acompañando desde los años
lejanos en que fui profesor del Misterio de Dios en la facultad de Teología de
Salamanca (1974-1984); por eso recoge y sistematiza esquemas y modelos
que he venido trazando desde antiguo, en libros anteriores, ya agotados o
imposibles de encontrar 1 .
Salamanca 12 de Junio de 1998

Cf. Las Dimensiones de Dios, Sigúeme, Salamanca 1973; Experiencia religiosa y cristia-
nismo. Sigúeme, Salamanca 1981; Pensar a Dios, Sec. Trinitario, Salamanca 1997, 17-92 y,
sobre todo, Misterio de Dios. De la búsqueda de Dios al Dios cristiano, Catequesis a Distancia,
San Pío XX, Madrid 1990.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 7


I
Yahvé, Dios de Israel

E n el principio del itinerario está el camino de Israel, peregri-


no de Dios. En algún sentido, todos (especialmente cristia-
nos y musulmanes) estamos injertados en la raíz israelita. Desde
ese fondo he querido escoger tres etapas de la búsqueda israelita
(humana) de Dios:
- Principio. Sentido del Nombre, revelación de Yahvé. Nos pone ante
el Dios de la Zarza Ardiente (Fuego), que revela a Moisés su misterio en
Éx 2-4. Es la carta fundacional de la religión israelita.
- Camino. Las tradiciones de Dios. Desde el Sinaí recorreremos los
caminos del Éxodo, Alianza y Promesa. Sólo porque es liberador, ami-
go y garante de futuro para los humanos podremos decir que Dios es
creador.
- Prueba. Job, Qohélet. Dios camina en dolor con los humanos, como
han mostrado los libros más sabios de la tradición israelita (Job y Qo-
hélet). En diálogo con ellos buscaremos su sentido en nuestro mundo.
Estos tres momentos de la trilogía teológica de Israel se vinculan
y completan. Ellos son el centro de la revelación para los judíos, si-
guen siendo venerables para los musulmanes y tienen importancia
fundante para los cristianos. Por eso situamos nuestro itinerario
en perspectiva de monoteísmo, como herederos de la tradición de
Abraham.
1
Yahvé, nombre de libertad
Moisés y el camino del Sinaí
(Éx 2,23-4,18)

Encuadre
orientativo Comenzamos este itinerario buscando el Nombre de Aquel que nos desborda, de mane-
ra que jamás podremos ver su rostro. No le conocemos pero nos llama, ofreciéndonos li-
bertad.
Éste es el itinerario del Sinaí y debemos recorrerlo con Moisés, para descubrir a Dios como
Nombre de misterio, Poder fuerte y Señorío que sale a nuestro encuentro, para revelarse como
fuego (zarza ardiente), sin que le podamos tomar en nuestras manos. Haremos la ruta sobre el
texto del Éxodo (Éx 2-4), situándonos al principio de la historia israelita, en la que estudiare-
mos después las tradiciones del Éxodo, Alianza y Promesa.
Para que la marcha resulte fructuosa, asumiremos el destino de Moisés, figura presente en
todo lo que sigue, en camino que para los cristianos conduce hacia Jesús, a quien veremos co-
mo Hijo de ese mismo Yahvé de la zarza de fuego en la montaña. Al principio de nuestros ca-
minos buscaremos al Dios que no se ve (que es Fuego), pero que habla, diciéndonos su nom-
bre (¡Yo soy: Yahvé!). Éste será el Dios que escucha y asume el grito de los oprimidos de la tie-
rra (antiguos y nuevos hebreos), bajando a liberarlos.

E
nerar y dialogar, en libertad (no para oprimir). El iti-
l Nombre de Dios constituye el primer ele- nerario incluye tres momentos: Dios recuerda a los
mento de este itinerario teológico. Buscamos a oprimidos, dialoga con Moisés, está presente.
Dios porque aún no le conocemos, pero ya le desea-
mos. Tendemos a él porque de algún modo sabemos
su Nombre, identidad y misterio. Se ha dicho que es- El principio generador de la Escritura no es el relato
ta búsqueda del Nombre es magia: conocer el nom- de la creación (Gen 1-3), sino la llamada y revelación de
bre supone dominar. Pero veremos que la magia se Dios a Moisés (Éx 2-4).
diluye pronto, pues el Nombre de Dios sirve para ve-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 1 1


1. Elohim: Dios mira y se acuerda de los oprimidos
Guía de lectura
Los israelitas pensaban que Dios pertenece a la experiencia universal de las religiones (a la
sacralidad cósmica): por eso pueden llamarle Elohim, lo divino. Pero saben también que su
Dios tiene un nombre especial, que sólo ellos conocen: es Yahvé, el «Yo soy» liberador cuyo sen-
tido estudiaremos a lo largo de este tema:
- Será bueno que empecemos situando la escena del Sinaí en el contexto de otras revelacio-
nes sagradas, no sólo de Israel, sino de los restantes pueblos de la tierra: en el desierto de pas-
tores nómadas, el Dios del fuego y libertad habla a Moisés, hebreo fugitivo.
- Desde ese fondo iremos descubriendo los rasgos especiales del Dios israelita, vinculado a la
liberación de los hebreos oprimidos: nombre (Yahvé) es signo de liberación para los humanos
esclavizados.
- Método. Será bueno leer con atención el texto bíblico (Éx 2-4). Para profundizar servirán
los comentarios al Éxodo o alguna de las obras que cito al final de este capítulo, especialmen-
te las de Mettinger o Eichrodt.

Dios se define Yahvé (Soy el que soy), añadiendo y el grito que nacía de su servidumbre subió a
que ha venido a liberar a los oprimidos. Ese nom- Elohim,
bre configura la experiencia y teología de cristianos y Elohim escuchó su clamor y se acordó de la Alianza
y judíos. Por eso lo pongo al principio de nuestro con Abraham, Isaac y Jacob,
itinerario. De u n modo excepcional (sólo aquí) he y Elohim miró a los hijos de Israel y les conoció (Éx
ofrecido algunas notas exegéticas, citando en he- 2,23-25).
breo los dos nombres principales del Dios israelita: Dios se llama aquí Elohim (crrrw), ser divino que
Elohim (OTT^J y Yahvé (mrr)1. rige el cosmos y la historia. Está vinculado, sin du-
El contexto es conocido. Moisés, hebreo de cul- da, a la Montaña sagrada de todos los pueblos. Pe-
tura egipcia, ha tenido que exiliarse a Madián, en ro viene a presentarse de un modo especial como el
las fronteras del desierto, donde pastorea el rebaño que escucha, mira, se acuerda y conoce los sufri-
de Jetró, su suegro sacerdote. Ha dejado a sus her- mientos de su pueblo (Éx 2,24-25). Ésta será siem-
manos cautivos en Egipto. La querencia de Dios, el pre su marca: se vincula a los h u m a n o s oprimidos:
recuerdo de su pueblo, le lleva a la montaña de Dios -Dios escucha (wayyisma'). Ciertamente, habla, y
que es Horeb (= Sinaí), lugar sagrado de las tribus hablando, en palabra de fuerte llamada, suscita todo lo
del entorno. Está solo ante Dios, en la inmensidad que existe (Gen 1). Pero antes de imponerse, él escucha
del desierto, en la falda de la montaña, con el dolor la llamada de aquellos que padecen. Hay en su misterio
de su pueblo cautivo. Pronto no es sólo Moisés un elemento receptivo: ha creado a los humanos ante
quien padece. De un modo superior padece Dios. Así sí, debe acogerles, dejando que ellos sean y le llamen.
viene a desvelarse en toda fuerza, de manera clara y -Dios mira (wayyare'). Para que nosotros, los hu-
sorprendente, en la zarza de fuego: manos, miremos y podamos verle, él tiene que mirar y
vernos primero. És Dios de la libertad, que nos permi-
Murió el rey de Egipto y los israelitas clamaban des- te vivir y realizarnos, como diferentes, en fuerte auto-
de su servidumbre, nomía. Cierto judaismo posterior dirá que Dios se ha
retirado, abriendo así un espacio de vida a los huma-
nos.
1
Cf. A. de Libera y É. Zum Brunn, Celui qui est. Interpré- - Dios se acuerda (wayyizkar). Es fiel a sí mismo: a
tations juives et chrétiennes d'Exode 3, 14, Cerf, París 1986. He su potencia creadora, a su palabra en favor de los hu-
estudiado el tema en Dios judío, Dios cristiano, EVD, Estella manos. En contexto israelita, ese recuerdo ha de en-
1996, 55-65. tenderse desde el pacto: los humanos tienden a rom-

12 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


perlo, Dios lo mantiene; los humanos pueden olvidar- b. Y he bajado para liberarlo del poder de Egipto
se, Dios no olvida. y para subirlo de esta tierra a una tierra buena y an-
-Dios conoce (wayyida). Los humanos se conocen cha,
entre sí, en gesto de entrega personal y matrimonio. que mana leche y miel, país del cananeo, del heteo...
Pues bien, ellos pueden conocer a Dios (comprometerse c. Mira: el clamor de los hijos de Israel ha llegado
en Alianza con él, fiarse de su amor) porque Dios les co- hasta mí
noce y acepta primero (es decir, les toma como suyos)2. y he visto la opresión con que los egipcios les opri-
men.
Este Dios universal (Elohim) aparece luego co-
Por tanto: ¡Vete! Yo te envío al Faraón,
mo Ángel (= enviado, presencia) de Yahvé (mir: Éx para que saques a mi pueblo... de Egipto» (Éx 3,4-
3,2). En la zarza de fuego, el mismo Elohim cósmi- 10).
co, Señor de todas las gentes y lugares, se identifica
con el Dios especial israelita: es como llama de fue-
go en una zarza que no se consume, para arder en ce-
lo de a m o r y liberar a los oprimidos de su pueblo. INTRODUCCIÓN, PASADO Y ACTUALIDAD
Muchas religiones vinculan a Dios con el fuego: 1. Introducción: llamada y respuesta. Todo empieza
llama que arde, vida que incesantemente se renueva. en forma de diálogo. Moisés ha buscado al Dios del fuego
Nuestro texto relaciona fuego y zarza (árbol y llama), y le sale al encuentro el Dios de la historia.
en paradoja donde se penetran mutuamente el fuego 2. El pasado de Dios. Está vinculado al lugar santo de
cósmico y la zarza (arbusto) de la vida. Los mismos las santas tradiciones de los pueblos y de un modo espe-
hebreos oprimidos son quizá la zarza, arbusto frágil cial a las tradiciones de los patriarcas, recordadas al prin-
que en cualquier momento puede quebrar y des- cipio de la historia.
truirse, desapareciendo en el desierto o montaña de 3. Actualidad y descenso de Dios, envío de Mosés. Sólo
los pueblos del entorno. Pues bien, en ella (lo más dé- ahora aparece el verdadero rostro yfigurade Dios, al iden-
bil, lo más frágil) se desvela Dios, vida de fuego. Pre- tificarse como aquel que mira/siente, desciende y envía.
sentaré el texto, dividido en tres partes, que después Estamos ante una preciosa historia de humanización (ca-
comentaré una por una. Advertirá el lector ya desde si encarnación) de Dios que mira y escucha desde arriba
ahora que los números del texto corresponden a los (momento a), para descender y comprometerse con su
del comentario que añado a su margen: pueblo, en un camino de liberación (momento b), que se
1. Y vio Yahvé que se acercaba a mirar realiza por medio de Moisés (momento c). Quizá pudiéra-
y le llamó Elohim desde la zarza: ¡Moisés, Moisés! mos decir que el mismo Moisés viene a presentarse como
Y Moisés respondió: ¡Heme aquí! exégesis de Dios, expresión de su presencia salvadora.
2. Y Yahvé le dijo:
No te acerques; quítate las sandalias de los pies,
porque el lugar sobre el que pisas es terreno santo.
Yo soy el Elohim de tu padre, de Abrahán, de Isaac... 1. Introducción (Éx 3,4). Moisés ha dicho: ¡mi-
3. Entonces Moisés se cubrió el rostro... Y le dijo raré...! (Éx 3,3). Así empieza la historia: ha venido a
Yahvé: la Montaña de Dios, dispuesto a ver el «espectácu-
a. «He visto la aflicción de mi pueblo de Egipto lo», como curioso que observa las cosas desde fue-
y he escuchado el grito que le hacen clamar sus ra. Es evidente que Dios h a de pararle: Y vio Yahvé
opresores, que se acercaba... y le llamó Elohim desde la zarza
pues conozco sus padecimientos. (3,4). De esa forma ha vinculado nuestro textos los
dos nombres: Yahvé mira de la zarza, Elohim que se
aparece y llama (cf. Gen 22,11; 1 Sam 3,4; etc.).
2
Para una lectura ulterior, cf. F. Michaeli, Exode, CAT 2,
Neuchátel 1974; B. S. Childs, Exodus, OTL, SCM, Londres 1974; 2. Autopresentación de Dios (Éx 3,5-6). Moisés
M. D. Dunnam, Exodus, CC 2, Waco TE 1987; M. Noth, Exodus, comienza su itinerario caminando a la «tierra de
ATD 5, Gotinga 1968. Dios», en la montaña sagrada. Viene como dueño

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 1 3


a. Dios de los oprimidos: ¡he visto...! Ve y escucha a
los cautivos para liberarles: desborda los límites de una
CONVERSACIÓN sacralidad local y/o cósmica, viniendo a presentarse co-
mo redentor para los «hebreos» antiguos y modernos.
Dios no empieza pidiendo, no enseña, no impone; Por eso es Dios de la plenitud humana, el gran liberador.
simplemente nos llama por el nombre ¡Moisés, Moisés! Es más que fuego sagrado de una tierra santa; es amigo
Sigue la conversación. Moisés no conoce todavía el nom- y salvador (futuro de vida) de los esclavos de Egipto. Se
bre de Dios. No le puede invocar. Simplemente dice ¡He- hallaba vinculado a los antiguos (padres). Ahora aparece
me aquí! con la actitud del que responde a un superior, como padre-madre para los humanos oprimidos, abrien-
rindiéndole obediencia. do para ellos un camino de libertad que se expresará en
su nombre principio: ¡Yo soy! (= \): ¡Yo vengo a liberaros!
b. Dios que actúa: ¡he bajado! Así asume el camino de
los oprimidos y se compromete a liberarlos. En el princi-
de su vida, calzados los pies, guiando el rebaño. pio de la experiencia religiosa de Israel (y de la visión del
Pues bien, Dios se presenta y Moisés debe cambiar: Dios cristiano) se encuentra este descenso (he bajado),
de encarnación (para liberar) y de ascenso (para subir)
1. Tierra sagrada. En ella se desvela Dios, expre-
del mismo Dios supremo. El itinerario teológico del pue-
sando su presencia como fuego. Es el Dios del cosmos,
blo se funda en el más hondo itinerario salvador de Dios:
signo y principio de santidad de un mundo que se abre l) He bajado: penetra en el conflicto y dolor de la histo-
a lo divino. Por eso, descalzarse ante Dios y adorarle ria. 2) Para liberar: rompe la opresión de Egipto. 3) Y pa-
en la montaña sagrada significa vincularse a la expe- ra subirlo (conduce al pueblo a su patria verdadera) 3 .
riencia de los pueblos que le han adorado y le siguen
adorando en los fenómenos del cosmos. c. Dios que envía: ¡vete! La tierra de la libertad es una
región bien concreta dentro de la geografía: es lugar don-
2. Padres sagrados. El mismo Señor de la tierra sa-
de se encuentran asentados los seis (o siete) pueblos: ca-
grada es Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, surgiendo de
naneos, héteos (= hititas), amorreos, etc. Israel nace por
un pasado de elección, llamada y Alianza (cf. 2,25; 3,6 gracia de Dios, pero, al mismo tiempo, por obra de Moi-
y 3,15). Ahora son santos los padres, es decir, los ante- sés a quien Dios mismo confía su itinerario de liberación:
pasados: esa fidelidad al pasado del pueblo definirá la 1) Por tanto ¡vete!; yo te envío al Faraón; 2) para que sa-
visión del Dios israelita, vinculado siempre al recuerdo ques a mi pueblo, los Hijos de Israel, de Egipto (3,10)".
de los antiguos patriarcas (de las tradiciones santas).
3. Poder y terror sagrado. Dios se presenta como
«fuego», fuente de terror sagrado. Así empieza mostran-
do su grandeza, imponiendo su miedo: ¡No te acerques, DIOS Y EL PUEBLO OPRIMIDO
quítate las sandalias! Desnudos ante Dios los pies, cu-
bierto el rostro, deben caminar los humanos. Este Moi- Dios y el pueblo oprimido se vinculan a través del iti-
sés descalzo y con el manto sobre los ojos sigue siendo nerario liberador de Moisés. Queda atrás la experiencia
el signo más hermoso de la experiencia israelita de Dios. de la zarza ardiente, la sacralidad de la naturaleza. Pasa a
primer plano la visión del pueblo oprimido; en el centro
de la manifestación de Dios se eleva la función de Moisés.
COMIENZO DE VIDA

Dios suscita una ruptura de muerte (dejar lo antiguo) y 3


nacimiento (subir hacia una tierra paraíso). De esa forma La tierra de este nuevo nacimiento es buena y ancha.
Egipto era maldad y estrechez, madrastra que destruye y opri-
actúa como madre hiena, engendrando al pueblo y alum- me a sus hijos. La nueva tierra, en cambio, es amplitud y abun-
brándolo en camino de felicidad. Del amor de Dios nacerán dancia: ¡nana leche y miel, como saben de viejos textos mitoló-
los israelitas, en itinerario que lleva al paraíso (cf. Gen 2-3). gicos, hablando de un Dios madre que ofrece su leche (cuidado,
cariño) y su miel (dulzura) en la tierra.
4
Para lectura ulterior: H. Cazelles, En busca de Moisés,
Verbo Divino, Estella 1981; A. Neher, Moisés y la vocación judía,
3. Mandato. Envío de Moisés (Éx 3,7-10). He di- Aguilar, Madrid 1962; M. Buber, Mosé, Marietti, Cásale Mo.
vidido el texto en tres secciones (a, b, c) que el mis- 1983; J. L. Ska, Le passage de la mer. Etude de la construction, du
mo lector podrá evocar y distinguir: style et de la symbolique d'Éx 14,1-31, AnBib 109, Roma 1986.

I4 VAHA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


2. Yahvé, Soy el que Soy: Dios de Moisés, Dios del pueblo

Guía de lectura
En el principio de esta experiencia de Dios está Moisés, como saben judíos y cristianos; pe-
ro más que su persona y obra antigua nos importa su experiencia permanente de llamada y diá-
logo con Dios.
- Moisés sigue siendo el que ha ido a ddogar con Elohim (lo sagrado) en la montaña del ori-
gen, descubriendo su más honda trascendencia.
-Dios se desvela ahora mejor, diciendo a Moisés «Yo soy» (= Yahvé): siendo totalmente dis-
tinto se vuelve cercano, presencia liberadora.
- El pueblo nace de esta experiencia de Dios. Ciertamente, los israelitas están vinculados
también por raza, tierra y tradiciones. Pero lo que radicalmente les hace sentirse pueblo espe-
cial sobre la tierra es este conocimiento del Dios Yahvé.

La Biblia israelita ha descubierto y expresado el Así pregunta el humano que se mira pequeño y
sentido del Nombre supremo (= Yahvé) en el más poco preparado. Pero Dios le responde: ¡Yo estaré o
hermoso de los diálogos teológicos. No ha construi- seré ('ehyh) contigo!, en palabra que expresa de ma-
do un tratado de teología, no ha expuesto una de- nera enfática su presencia activa en el nuevo itine-
mostración. Ha hecho algo más hondo: ha tejido un rario. Entramos en el centro de la gran teofanía del
relato. Dios y Moisés hablan. En su diálogo, desde Dios que, diciendo seré-estaré contigo ('ehyh, ¡TTIN),
el Dios que actúa como liberador, emerge el miste- expresa su nombre más profundo.
rio de su Nombre:
Moisés: ¿Quién soy yo para ir al Faraón y sacar a los
israelitas de Egipto? Moisés ha preguntado en plano humano (¿Quién soy
Elohim: [Estaré (= 'ehyh) contigo! Y éste será el signo yo?); Dios le responde en un nivel divino: ¡yo seré contigo!
de que te he enviado:
cuando saques al pueblo de Egipto, adoraréis
a Elohim sobre este monte. Este Dios hecho presencia ofrece su signo a Moi-
Moisés: Cuando yo vaya a los hijos de Israel y les diga:
sés: ¡Y cuando saques al pueblo de Egipto adoraréis a
el Dios (= Elohim) de vuestros padres me ha
enviado a vosotros,
Elohim en este monte! (3,12), anticipando aquello que
si me preguntan ellos cuál es su nombre, ¿qué
debe suceder: ¡Sacarás al pueblo y me adoraréis aquí;
he de decirles? de esa forma veréis que yo os he acompañado! Moisés
Elohim: Soy el que soy. Así dirás a los hijos de Israel: ha descubierto a Dios, le ha visto en el fuego de la zar-
Yo soy ('ehyh = rrm) me ha enviado a vosotros. za. Luego han de verle, haciendo el mismo itinerario,
Yahvé fmrr), Dios (OTTJR) de vuestros padres... todos los oprimidos (cf. Éx 19-24): la experiencia de
me ha enviado a vosotros. Moisés ha de asumirla todo el pueblo israelita.
Éste es mi nombre para siempre y ésta es mi
invocación (Ex 3,11-15).
En este contexto se sitúa la pregunta de Moisés
(3,13). Elohim le ha dicho: yo estaré, anticipando su
Moisés debe sentir dificultad. Dios le pide que nombre (Yahvé significa ¡yo estaré!). Moisés no ha
abandone familia y vida antigua y se enfrente al Fa- comprendido todavía. Necesita más señales, una
raón, opresor de los hebreos, sucesor de aquel que concreción de la Presencia, un Nombre que pueda
antaño pretendió matarle (cf. Éx 2,15-23). Dios le en- presentar a los hijos de Israel y decirles ¡Este es
vía a liberar a quienes antes rechazaron su arbitraje quién me envía! (3,13). Sólo ahora, Elohim (= Poder
(Éx 2,13-14; cf. Hech 7,24-34). Es normal que le cues- divino) se revela plenamente a Moisés, diciéndole
te (cf. Je 6,15; Le 1,34 etc.) y diga: ¿Quién soy yo...? su nombre para el pueblo (Éx 3,14-15):

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 1 5


EL LUGAR DE DIOS

El Nombre sólo adquiere su sentido en un contexto de


vocación fundante (Moisés) e itinerario liberador. Aquí
expresa Dios su ser como persona, aquí inicia una tarea
que se mantendrá por generación y generación en el pue-
blo de la Biblia. Sólo donde se recuerda (actualiza) este
momento de vocación y envío (camino) adquiere sentido
el Nombre y Dios puede afirmar: 'ehyeh: ¡estaré presente,
seré vuestro Yahvé!

Este recuerdo de Dios está vinculado a una ex-


1. Ser: «Soy el que Soy» (= El que estaré o seré contigo). periencia de llamada y envío liberador: Sólo escu-
Todavía no h a ofrecido Dios su nombre pleno, cha de verdad a Dios y conoce su Nombre (Yahvé),
pero amplía para el pueblo lo que dijo a Moisés (Soy quien se descubre enviado y, al ponerse en movi-
el que estaré con ellos: cf. 3,12), mostrándose así co- miento, le encuentra Presente en su camino. Este
mo presencia activa. Ese ser-estar con los suyos cons- Nombre es por un lado misterioso: los filólogos no
tituye su esencia. Moisés quiere su nombre. Dios ha logran precisar del todo su sentido original, los ju-
respondido asegurando su presencia (3,14). díos no lo pronuncian por respeto... Pero, al mismo
2. Envío: «Yo soy-estoy» me ha enviado a vosotros ('eh- tiempo, es el más sencillo, cordial, inmediato: Dios
yeh 'selahani, 3,14). es Yahvé .porque en el m o m e n t o clave de su revela-
Sólo puede enviar quien se encuentra presente ción ha dicho 'ehyeh (= estaré contigo o con voso-
('ehyeh = rrrm). No es el envío el que justifica la pre- tros). Es Nombre de camino: es garantía de presen-
sencia sino al revés: la presencia de Dios se hace cia personal (¡yo estoy!, cf. 3,12) y compromiso de
envío: Dios se manifiesta en su verdad como El que acción liberadora. Tres son, a mi juicio (y conforme
es ¡pasando así de 'ehyeh- rrr» a Yahvé-mrr~], hacien- al texto que sigue: Éx 3,16-4,18), sus elementos con-
do que Moisés libere (haga ser) a los oprimidos. formantes:
3. Nombre propio: «Yahvé, Elohim de vuestros pa- 1. Dios aparece como «Yo», Alguien que habla
dres..., me ha enviado a vosotros» (3,15). presentándose a sí mismo y diciendo «Soy el que
El mismo verbo ['ehyeh, rrrm: yo soy, estoy pre- soy/seré». Más aún, él se define como la Primera
sente] se hace Nombre personal [Yahvé, mir], defi- Persona, el «Yo» fundante, en la línea que más tar-
niendo para siempre el sentido y novedad del Dios de se podrá subjetivismo (activismo) liberador: to-
de la experiencia israelita. El Dios de los padres se
revela plenamente como aquel que sostiene y envía do lo que hay brota del Yo de Dios que dice: ¡quie-
a Moisés, liberando a su pueblo. Sólo en cuanto lla- ro acompañar anos, haciéndome camino con voso-
ma y ayuda, asiste y libera, el Dios (Elohim) de los tros!
padres se vuelve Yahvé, mrp, Dios del pueblo.
4. Nombre definitivo: «Éste es mi nombre para siem- Las formulaciones típicas del 2.°ls, fundadas en la re-
pre, es mi recuerdo...» (3,15).
Esta experiencia hecha Nombre (¡Estoy presen- petición del Yo Yahvé (mrr'»), deben entenderse como ex-
te!) define para siempre el «ser» (actuación) de Dios presión de su presencia creadora. Sólo allí donde habla
y viene a constituirse principio y centro de todos los suscitando diálogo personal Dios puede hacerse camino,
recuerdos religiosos: Dios «recuerda su Alianza» Comunicación o Diálogo fundante para todos los huma-
(2,25); por su parte, los israelitas deben recordar el nos.
signo y Nombre de Dios como presencia liberadora.

16 l'AHA l>l SCIJHMR El. CAMINO DEL PADRE


2. Mediación de Moisés. El Dios Yo-Soy se vuel- allá, es Señor universal, creador y salvador origi-
ve Estoy-contigo para aquellos que le acogen y res- nario. Pero, al mismo tiempo, es Inmanencia plena
ponden. Por eso, en nombre de ellos, Moisés eleva o, mejor dicho, presencia salvadora.
sus preguntas ¿que haré si no me creen y no me es-
cuchan y dicen: no se te ha aparecido Yahvé? (4,1) Un Dios, un pueblo, un profeta: éstos son los ele-
Si Dios no le hubiera llamado, la religión de Israel mentos principales de esta gran revelación. Lógica-
sería falsa; si los israelitas no pudieran creerle se- mente, de ahora en adelante, Moisés vendrá a
ría inútil su Dios. La persona y tarea de Moisés es- presentarse ante los judíos como el profeta por ex-
tá al principio de la fe de los israelitas a quienes no celencia, el hombre en el que Dios se ha revelado de
les basta con creer en Dios en general (como una forma decisiva a los humanos. Quien haya se-
Elohim de la montaña), sino que han de creer en guido nuestro desarrollo habrá visto la importancia
el Yahvé de Moisés, fundador y legislador del pue- que nosotros concedemos a su Nombre, aunque
blo. Los israelitas no dependen sólo del Dios cósmi- pensemos que su revelación debe ser profundizada
co, ni siquiera del Dios de los padres; ellos deben y expandida a todos los pueblos de la tierra. Eso es
creer por medio de Moisés, que así aparece como lo que, conforme a nuestra fe, ha realizado Jesu-
transmisor de la palabra de Dios, mediador de su cristo. Los musulmanes atribuyen a Mahoma la
experiencia nacional y/o religiosa 5 . ampliación y expansión de esta experiencia: para
ellos, el ¡Yo soy! del Éxodo judío encuentra su ver-
dad suprema en la Palabra del Corán, revelada por
Dios a Mahoma.
Son israelitas quienes creen que Dios se ha manifesta-
do a Moisés. Por eso, él forma parte del credo fundante. En
el camino que lleva a Jesús encontramos los cristianos a
Moisés como liberador del pueblo, es decir, como funda- SER Y DARSE
dor de su identidad nacional.
Sin hombres y mujeres que le acojan y se dejen trans-
formar por su presencia, el mismo Nombre de Yahvé pier-
3. Apertura a todo el pueblo. Dios se hace pre- de su sentido. Por eso, al decir Soy el que Soy, está mar-
sencia salvadora en Moisés, a fin de revelarse de esa cando su distancia y cercanía: sólo porque existe en li-
forma como Yahvé: un Yo-Soy de liberación para el bertad, porque es independiente, puede darse a los
conjunto de los israelitas. Por un lado, es Trascen- humanos, dependiendo de ellos. Así aparece desde ahora
dente, de manera que su Yo-Soy desborda todas las como fuente y centro de toda comunicación personal.
posibles afirmaciones humanas: está siempre más

' Para los musulmanes, Moisés ha sido un profeta verdadero, palabra! (4,10). Se siente incapaz de hablar con rectitud,
pero limitado a Israel (como Jesús). Sólo Mahoma ha revelado para poniendo así en riesgo el sentido y fuerza de la revelación de
ellos el misterio total de lo divino. Los judíos, en cambio, se identi- Dios. Pero Dios le responde: Estaré contigo, estaré en tu boca
fican con la experiencia de Moisés. Según Ex 4,2-9, Dios ha confir- (como en 3,12; cf. 4,12). Dios mismo se vuelve así Yahvé
mado su autoridad con tres signos que anticipan su enfrentamien- (= Presencia salvadora) para Moisés y para aquellos que le
to con los magos y políticos de Egipto (cf. Éx 7-11); el bastón que escuchan: le asiste, se hace palabra en sus palabras (en sus
se vuelve serpiente, la mano leprosa y curada, el agua hecha sangre. leyes), habla por los labios (boca). En la culminación de ese
Pues bien, recibidos los signos anteriores, Moisés eleva aún camino, como Palabra plena de Dios, ponen los cristianos a
otra dificultad: ¡Por favor, Adonai (Yahvé), no soy hombre de Jesús, según Jn 1.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 1 7


3. Ampliación: Dios de Moisés, Dios de los cristianos

Guía de lectura
La experiencia israelita del ¡Yo soy! está en la base de gran parte de las interpretaciones poste-
riores de Dios, como indican las siguientes reflexiones, que son un poco técnicas, pero pueden ayu-
darnos a entender la más honda esencia de Dios, cuyo Nombre es guía en el itinerario de liberación:
- Para los judíos, Yahvé se ha hecho Nombre de misterio, de manera que no lo pronuncian.
- Los gnósticos antiguos y modernos se sienten molestos con Yahvé, no aceptan su presen-
cia liberadora, su opción por los pobres; prefieren un Dios de interioridad, separado de la his-
toria, sin compromiso de justicia.
- La filosofía ilustrada ha interpretado el ¡Yo soy! como ontología: expresión del Ser Supre-
mo o de la Idea Fundante (de la mente que se dice a sí misma), separando así a Yahvé de nues-
tra historia de liberación humana.
- Los cristianos afirman que el Nombre de Yahvé se ha expresado plenamente, como mis-
terio de liberación, por medio de Jesús, viniendo a presentarse al fin como Padre.

Las interpretaciones de esta palabra originaria de respeto religioso. Yahvé [mT, ", D"s, YHWH] es
(Yahvé: mn\ Yo-Soy) h a n sido y siguen siendo dife- Dios en sí, en su absoluta plenitud y lejanía.
rentes, definiendo de algún modo las más hondas
visiones de Dios en Occidente. Destacaremos las De esa manera, al separar el Nombre de Dios y de-
jarlo fuera de la «circulación» social y religiosa, los ju-
más importantes, para fijarnos al final en la cristia- díos posteriores han tenido que buscarle «sustitutos».
na. Evidentemente, ofrecemos una visión muy ge- Por eso han dicho y siguen diciendo en su lugar pala-
neral del tema, que debería matizarse con muchísi- bras más o menos equivalentes (pero nunca iguales)
m o cuidado. como Adonai, Kyrios, Dominus o Señor (the Lord), que
expresan de algún modo la grandeza de Dios, pero sin
expresarla. Estas palabras ya no actúan como «nom-
bres» (no expresan lo que es Dios), sino como adjetivos
LOS JUDÍOS que evocan de algún modo su grandeza.
Los judíos han optado por divinizar de algún modo el
Nombre (Yahvé), dejándolo así, distinto, separado, como
expresión de absoluta trascendencia. Como guardianes Las traducciones cristianas de la Biblia han seguido la
de la Lejanía divina, testigos de la separación inefable de costumbre judía poniendo (y algunas lo hacen todavía) Se-
su Dios, quieren mantenerse a lo largo de los siglos. Éste ñor o su equivalente allí donde la Biblia Hebrea dice Yah-
es su tesoro, ésta su grandeza: ello sconocen un Nombre vé. Es buena esta reserva, si ayuda a descubrir y explicitar
que no puede pronunciarse, pero que les hace distintos y mejor el contenido misterioso del Dios personal de la his-
ricos sobre el mundo. toria israelita, pero quizá nos impide recordar que Yahvé
es ante todo un Nombre propio de redención, signo de la
presencia liberadora de Dios entre los humanos, como ha
vuelto a descubrirlo el evangelio.
1. Los judíos han destacado el valor de este Nom-
bre, condensando en Yahvé su experiencia de miste-
rio. Por u n lado, han seguido vinculándolo al pueblo,
como dice el Shema (Escucha, Israel, Yahvé, tu Dios 2. Los gnósticos (quizá de origen judío y cristia-
es un Dios único...: Dt 6,4-9), que estudiaremos al ha- no) de los siglos II y III d. de C. h a n invertido esa vi-
blar del doble mandamiento en Me 12,28-34 (cap. sión del judaismo, interpretando el nombre de Yah-
4."). Por otro, lo han sacralizado, de tal forma que vé no como señal del más alto misterio, sino como
procuran no escribirlo ya ni pronunciarlo, en signo expresión de un «dios opresor», que mantiene a los

i 8 l'AHA IHSCIIIIRIH EL CAMINO DEL PADRE


humanos sometidos. Así tienden a identificar este
Nombre con el principio divino del error y el egoís- Anatisemitismo. La crítica del Dios israelita constituye
mo, es decir, con un Dios falso: Yahvé, Dios del An- el principio de todo antisemitismo religioso. Conforme a
tiguo Testamento, sería en el fondo un demonio la visión de la gnosis, el Dios judío sería egoísta, estaría
(= Satanás); sólo el Padre de Jesús o un Dios pura- vinculado sólo a un pueblo, como fuerza irracional que
mente espiritual es para ellos verdadero. mata con violencia a los contrarios: a los egipcios en el
Mar Rojo, a los cananeos en Palestina. Los gnósticos en-
Por eso, allí donde en la Escritura israelita (Éx tienden el ¡Yo soy! de Yahvé en la línea de ¡Nosotros, los ju-
3,14) el Dios Yahvé proclama Yo soy (o sus equiva- díos, somos! como pueblo separado de los otros. Por eso,
lentes), algunos textos gnósticos hacen que se escu- frente al ¡Yo soy! judío, material y tribalista, quieren situar
che la voz del «Verdadero Dios» (superior y contrario el Absoluto de la divinidad universal.
al Dios israelita) que le responde ¡Te equivocas, Sa-
mael, Dios ciego!6 Así llaman a Yahvé con nombres
despectivos, como Dios de vergüenza (Samael), Dios
ciego de lucha y egoísmo, Yavaot, Yaldabaot o salva- 3. Los musulmanes han evitado en general la
dor material que sólo se ocupa de las cosas externas, hondura del « Yo soy», afirmando que Dios se ha ex-
incapaz de iluminar a los humanos, ofreciéndoles presado para siempre por Mahoma, de manera sen-
una experiencia espiritual de superación del mundo. cilla y segura, para todos los humanos, sin distin-
ción de razas o culturas. El mensaje teológico ha si-
Los dos temas que siguen (Dios de las tradiciones do siempre el mismo, desde Moisés hasta Jesús,
de Israel, Dios de Job y el Qohélet) ofrecerán una crí-
tica de esta visión de la gnosis. Ciertamente, el Dios is-
pero los receptores no han sabido conservarlo lim-
raelita se puede interpretar en claves parciales, de un pio, lo han mezclado con palabras que no vienen de
grupo separado de los otros (como ha destacado el Dios, lo han adulterado. Por eso ha sido necesaria
mismo cristianismo), pero en su raíz ha sido y sigue la profecía de Mahoma:
siendo un Dios de libertad, que se vincula en forma La piedad no estriba en que volváis vuestro rostro
salvadora a la historia de este mundo. hacia el Oriente o hacia el Occidente (= rezar mirando
Conforme a la visión gnóstica carece de sentido la a Jerusalén o la Meca)
encarnación cristiana: Dios no podría introducirse de - sino en creer en Dios y en el último día,
verdad en este mundo. Precisamente para defender la - en los ángeles, en la Escritura y en los profetas,
encarnación han aceptado los cristianos el Antiguo - en dar de la hacienda, por mucho amor que se le tenga,
Testamento, entendiendo el ¡Yo soy! de Dios no en for- a los parientes, huérfanos, necesitados, viajeros, men-
ma egoísta, sino liberadora. De todas formas, debemos digos y esclavos,
recordar con todos los auténticos judíos y cristianos en hacer la azalá (oración) y el azaque (= la limosna)...
que el ¡Yo soy! no puede interpretarse en la línea de (Corán 2,177).
una autoridad arrogante y egoísta, como expresión de
un Señor que se afirma a sí mismo en contra (a costa) Éstos son los pilares de la fe musulmana. En ella
de los otros. Al contrario, nosotros sabemos que el quedan incluidas las Escrituras (las antiguas están
Yahvé israelita sólo dice Yo soy para afirmar Yo estaré contenidas en el único Corán, manifestación supre-
con vosotros, os libraré de vuestras opresiones'. ma de la Suprema Verdad de Dios) y los profetas
(enviados de Dios, tal como culminan en el mismo
Mahoma), con los ángeles que son signo del miste-
6
Cf. «Sobre el origen del mundo» en J. M. Robinson (ed.), rio. De esa forma, los musulmanes universalizan y
The Nag Hammadi Lihrary in English, Brill, Leiden 1977, II, 5, simplifican de algún modo la confesión de fe judía
103, 5-19. Para lectura ulterior: F. García Bazán, Gnosis. La o Sahadá, diciendo: Atestiguo que no hay dios fuera
esencia del dualismo antiguo, Castañeda, Buenos Aires 1978; H. de Allah y Mahoma es el profeta (enviado) de Allah.
Ch. Puech, En torno a la Gnosis I-II, Taurus, Madrid 1982.
7
He estudiado el tema del Dios gnóstico en Dios corno No hay en el Islam teología intradivina: no puede
Espíritu y Persona, Sec. Trinitario, Salamanca 1989, 43-50. He haber especulación sobre Dios, pues Él sigue siendo
vuelto a ese motivo en Hombre y mujer en las grandes religiones, un misterio; ha revelado su Libro/Palabra en el Corán,
EVD, Estella 1996, 219-229. pero su esencia sigue estando escondida, de tal forma

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 1 9


que resulta imposible decir que Jesucristo es su «Hi- 4. La filosofía occidental, fundada en la expe-
jo», como afirman los cristianos. Para el Islam la esen- riencia griega del Ser (vinculando así helenismo y
cia de Dios sigue siendo misteriosa, incognoscible. Ló- judaismo) ha interpretado el ¡Yo soy! (Soy el que
gicamente, judíos y musulmanes se sienten vinculados Soy) israelita en perspectiva de trascendencia (Dios
en su teología m á s profunda, tanto en la visión del separado) y plenitud ontológica (el ser divino es lo
Dios trascendente (no trinitario), como en la visión de
absoluto). De esa forma, el Nombre de Dios pierde
su revelación (por la ley de Moisés, por la profecía de
su referencia salvadora (su raíz israelita, su vincu-
Mahoma). Esta vinculación es tan honda que algunos
llegan a sostener que judaismo e islam son variantes lación a Moisés) y viene a convertirse en expresión
de una misma religión de fondo: afirman unos que el de la Realidad en sí, de eso que pudiéramos llamar
islam es herejía (simpliñcadora, universalizadora) del la identidad ontológica.
judaismo; añaden otros que el judaismo es una herejía
Lógicamente, Yahvé deja de ser el Nombre pro-
(concretización nacional) del islam eterno. Pero los ju-
díos siguen manteniendo en el fondo de su experiencia pio de aquel con quien debemos dialogar de un mo-
y recuerdo el «Yo soy» de Yahvé en la montaña sagra- do personal, presencia liberadora, y viene a inter-
da, como secreto de libertad, mientras los musulma- pretarse como Ser en sí (= Aseidad ontológica). Al
nes apelan al conjunto del Corán, evitan ese misterio presentarse como Yahvé, Soy el que soy, Dios se
del Nombre secreto. vuelve Ser Supremo, Esencia pura y plena, el prime-
ro y más alto de todos los Conceptos. Decir Yahvé es
Como veremos en todo lo que sigue, es normal que
judíos y musulmanes rechacen la encarnación de Dios decir Divinidad, como veremos al hablar de san An-
en Jesús, viendo en ella u n a especie de recaída en el selmo (cap. 7.°): es el Ser más alto, la más perfecta
politeísmo pagano. Lógicamente, ellos rechazan tam- realidad que puede ser pensada.
bién la Trinidad: piensan que Dios se ha revelado, pe-
ro no ha penetrado de verdad en el mundo, no se ha
identificado con la persona y obra de Jesús de Nazaret.
En ese sentido, Judíos y musulmanes parecen más hu- CRÍTICA MODERNA ANTITEÍSTA
mildes: piensan que Dios está arriba y que nunca po-
demos conocerle del todo. Por el contrario, \os cristia- Gran parte de la crítica moderna antiteísta ha comba-
nos se atreven a definir a Dios como Padre de Jesús (Tri- tido al Dios de la filosofía, que aparece como Gran Ser
nidad), arriesgándose a penetrar en su misterio, (ontología original) y/o como Concepto Supremo (ida
afirmando que en el origen y base de todo está el amor perfecta). Éste es el Dios separado de la historia (no es
del Padre al Hijo en el Espíritu. salvador), impasible (no sufre con el sufrimiento de su
pueblo), autosuficiente (no se vincula a los humanos).
Contra ese Dios en sí (Yo soy ontológico o ideológico),
contra ese Señor autosuficiente donde se vinculan (e
LA SAHADA identifican) un tipo de Ser del pensamiento griego y un Yo
soy israelita vaciado de su fuerza salvadora, se dirige gran
La Sahada o confesión de fe musulmana, proclamada parte de la crítica religiosa de la modernidad.
desde todos los almuédanos y repetida sin cesar por los
creyentes, resume la fe musulmana. Ella sola basta para
expresar la sumisión religiosa y que un hombre (o mujer) Gnosis antigua y filosofía moderna se vinculan de
es musulmán. Dios ya no tiene un nombre especial (como algún modo: ambas vacían al Dios israelita (a su Yo
el Yahvé de los israelitas), ni aparece vinculado de forma soy) de la experiencia y fuerza de la historia. La gnosis
intradivina (trinitaria) a su mesías o revelador (como el criticaba a Yahvé porque no acepta su revelación en la
Padre de Jesús para los cristianos). Pero debemos añadir historia y porque quiere elaborar una visión religiosa
que, siendo trascendente, Dios habla (revela su Corán/Li- partiendo de una sabiduría intimista, propia de los ini-
bro eterno) a su profeta o enviado que es Mahoma. Esto es ciados sabios. La filosofía moderna ha rechazado a
Yahvé porque ha querido vincular a Dios con el Ser de
confesar la fe para un musulmán: someterse a Dios y acep-
su pensamiento y de sus obras (con el Todo del Mun-
tar su manifestación por medio de Mahoma.
do) o con el propio pensamiento, olvidando también el
sufrimiento de los pobres.

20 VAHA nnscunuiK EL CAMINO DEL PADRE


Pues bien, en contra de eso, después de treinta si- Me 1,9-11 par) y pascual (cf. Rom 1,3-4; Hebr 1,5) de
glos de dolor y esperanza, judíos y cristianos (unidos en Jesús culmina la teología israelita, nace el cristianis-
esto y separados de los musulmanes) seguimos vincula- mo. Siendo el auténtico ¡Yo soy!, Dios viene a definir-
dos a la experiencia israelita de Yahvé, a quien vemos se para los cristianos como el Padre de Nuestro Señor
como Dios liberador. Yahvé no es para nosotros un sim- Jesucristo. De esta forma se amplia el Yo de Dios, asu-
ple signo de identidad ontológica o interioridad sagra- miendo en su interior el Tú de Jesús (y de los humanos
da, sino el Nombre personal de aquel que se revela (des- oprimidos) en el Nosotros del misterio trinitario (del
pliega su presencia) liberando a los pobres y oprimidos Espíritu Santo), es decir, en el despliegue total de la
de la tierra. No es alguien que se impone desde arriba, Comunicación de amor.
exigiendo sumisión (como parece buscar el Islam), sino La experiencia de base sigue siendo la misma: tan-
Aquel que nos quiere y por querernos dice Yo soy, es de- to el Yahvé de Moisés como el Padre de Jesús se intro-
cir, Estoy con vosotros en medio del camino de la vida. ducen en la historia humana, asumen el dolor de los
Sobre esta base seguimos vinculados judíos y cristia- pobres, abren un camino de liberación. Pero los cris-
nos, aunque luego interpretemos a Yahvé en perspecti- tianos creemos que esa presencia salvadora de Dios en
vas diferentes, como indicaremos en todo lo que sigue8. el mundo ha culminado en forma de encarnación: en el
fondo de la experiencia básica de Jesús (de su misterio
5. Los cristianos interpretamos a Yahvé como de liberación y de su comunión trinitaria) sigue estan-
presencia salvadora (liberadora) que se comprome- do el más profundo y verdadero Yahvé del judaismo;
te en favor de todos los hebreos oprimidos. Segui- pero éste es un Yahvé que ha venido a desplegarse co-
mos, por eso, en la línea de la Biblia Israelita. Pero mo Padre, abriéndose en amor, por medio del mismo
damos un paso m á s y añadimos que el mismo Yah- Jesús (que es su Hijo) a todos los humanos.
vé, Nombre supremo del Dios liberador, se identifi-
ca con el Padre de N. Señor Jesucristo. Por eso, en
un sentido, los cristianos seguimos vinculados a la
revelación del Sinaí: nos situamos con Moisés ante MOISÉS Y JESÚS
la Zarza Ardiente, escuchamos su palabra de libera-
ción, nos comprometemos a seguir su camino. Pero Moisés fue un Siervo, alguien que recibe la palabra de
pensamos que eso resulta al fin insuficiente. Dios desde fuera; Jesús, en cambio, es Hijo y pertenece a
la Casa (= Familia) del Padre (cf. Heb 3,5-6). Por eso, en
No es que la experiencia israelita de Yahvé sea el principio de Dios, antes de todo Yo-Soy (plano de AT),
falta, sino todo lo contrario: es verdadera. Más aún, está el Tú-Eres que dice el Padre divino suscitando desde
es de tal m o d o verdadera que debe profundizarse, el fondo de sí mismo al Hijo Jesucristo. Así lo veremos en
llegando hasta sus últimas consecuencias. Eso es lo la segunda parte de este libro, a partir del mensaje de Je-
que ha hecho Jesús, nuevo Moisés, verdadero intér- sús y del evangelio de Marcos.
prete y hermeneuta del Yahvé israelita, como vere-
mos en la segunda parte de este libro. Allí donde
Moisés ha escucha el Yo soy de Dios, que se dice a
sí mismo salvando a los oprimidos, Jesús ha segui- Las reflexiones que siguen dejan a u n lado la
do escuchando la voz m á s profunda que dice ¡Tú gnosis y ontología moderna fundada sobre el Soy
eres mi Hijo! porque yo mismo estoy contigo. (estoy presente) o el Ser de la realidad, para asumir
y reinterpretar el Yo-Soy del Dios de Moisés desde el
En el paso y despliegue del ¡Yo soy! de Ex 3,14 al Tú-Eres del Padre de Jesús, que «se dice a sí mis-
¡Tú eres, vosotros sois! de la experiencia bautismal (cf. mo» (es Padre) en la medida en que «dice al otro»
(hacer surgir al Hijo). Eso significa que podemos
8
llamarnos israelitas, pero israelitas que han refor-
No podemos entrar en la gran polémica entre Dios judío y mulado el misterio del Dios de Moisés a través de la
Diosfilosófico.Siguen siendo significativos en este campo tra- palabra y experiencia del Dios de Jesucristo. E n el
bajos como los de H. Mühlen, El concepto de Dios, en Varios,
Trinidad ¿mito o misterio?, Sec. Trinitario, Salamanca 1973, lugar donde estaba Moisés viene a situarse Jesús,
153-179; E. Jüngel, Dios como misterio del mundo, Sigúeme, que más que un simple profeta (como era a ú n Ma-
Salamanca 1985. homa) es Palabra que brota del misterio de Dios,

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 1


p u e s p e r t e n e c e a s u identidad originaria (está e n el Eichrodt, W., Teología del AT I, Cristiandad, Madrid 1975,
s e n o del P a d r e : cf. J n 1,18) 9 . 163-208.
Kuschel, K.-J., Discordia en la casa de Abrahán. Lo que se-
Bibliografía para y lo que une a judíos, cristianos y musulmanes,
Auzou, G., De la servidumbre al servicio. Estudio del libro Verbo Divino, Estella 1996.
del Éxodo, FAX, Madrid 1972. Imschoot, P. van, Teología del AT, FAX, Madrid 1969, 36-
Cazelles, H., En busca de Moisés, EVD, Estella 1981. 60.

Chouraqui, A., Moisés, Herder, Barcelona 1997. Mettinger, T. N., Buscando a Dios. Significado y mensaje
de los nombres divinos en la Biblia, Almendro, Córdo-
Dubarle, A. M., La signification du nom du Yahveh, RSPh ba 1994.
35(1951)3-21.
Olmo, G. del, La vocación de líder en el AT, UP de Sala-
9 manca 1973, 65-10.
En esta línea han seguido pensando autores judíos como
M. Buber y E. Levmas He planteado el tema en Dios como Vaux, R. de, Historia antigua de Israel I, Cristiandad, Ma-
Espíritu y Persona, Sec. Trinitario, Salamanca 1990, 323-329. drid 1974, 315-348.

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1. Ejercicio de autocomprobación
Completar la/s palabra/s que faltan. Solución en casilla siguiente.

1. Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro en la tierra de... 1. Madián


2. Moisés descubrió a Dios en una... sagrada 2. Montaña
3. Los signos básicos de la teofanía fueron... y... 3. La zarza y el fuego
4. El nombre genérico de Dios para los hebreos es... 4. Elohim
5. El nombre particular del Dios israelita es... 5. Yahvé
6. La traducción normal de Yahvé es... 6. Yo soy el que Soy
7. No pronuncian ni escriben el nombre de Yahvé los... 7. Judíos
8. Suelen rechazar el nombre de Yahvé como imperfecto los... 8. Gnósticos
9. La confesión de fe de los musulmanes se llama... 9. Sahadá
10. En vez de Yahvé, las Biblias ponen de ordinario... 10. Señor
11. Más que de esencia, Yahvé es un Nombre de... 11. Presencia
12. Para los cristianos, el supremo explorador de Dios es... 12. Jesús

2. Prueba de síntesis

- Comprensión bíblica Interpretar de forma personal el texto (Ex 2-4), utilizando, si hace falta, algunos libros arriba
citados. Condensar sus elementos básicos, actualizando sus aportaciones religiosas y sociales.
- Diáíogo cultural. Distinguir y comparar la lectura judía, cristiana, musulmana, filosófica y cultural de este pasaje.
¿Puede ampliarse su sentido, conviniéndolo en centro de diálogo entre todos los humanos?
- Compromiso. Acoger la palabra de Yahvé significa decidirse en favor de en su tarea de liberación. ¿Dónde están hoy
los hebreos (oprimidos) de la tierra?, ¿cómo les recuerda Dios y baja a redimirles? ¿Cómo podemos actualizar la palabra fi-
nal ile Dios a Moisés: Vete, ¡ibera a mi pueblo?

22 VAHA DI SCÜUHIIi 1,1. LAMINO DEL PADRE


3. Prueba de ensayo
Destacar los elementos judíos del texto judío que sigue. ¿Ha sido bueno el traducir el Nombre de YHWH con el nombre
de Dios en otras lenguas? ¿Qué relación hay para los cristianos entre el Nombre de Dios y jesús? ¿Qué es lo específicamente
israelita del Nombre de Yahvé? ¿Cómo se puede y se debe actualizar hoy en el mundo? ¿Ese Nombre es necesario para los cris-
tianos? ¿Por qué?
«El Tetragrama (YHWH = las cuatro letras) constituye el corazón del misterio revelado a Mosheh (= Moisés) y el al-
ma del formidable impulso que él anima en el propio ser de la humanidad Un hombre nuevo nace cuando el Nombre se
apodera de él en la trascendencia del Ser creador, liberándolo de todas las fronteras idolátricas, haciendo de él una répli-
ca viva de YHWH. Tal es la identidad esencial de Israel y el fundamento de su particularismo que le ha sido tan cruel-
mente reprochado. Ya que sólo la absoluta consagración de un pueblo a YHWH puede hacer de él "un pueblo de sacer-
dotes", un pueblo ideal, el pueblo de la Alianza llamado a ser alianza de los pueblos».
«Un pueblo, no una raza, y consciente de que su consagración exclusiva a YHWH, lejos de anonadar a los Elohim de
las naciones, debe federarlos con sus pueblos en la unidad de la Alianza y la luz salvadora de una ley de justicia, de aber-
tura y de amor» (Chouraqui, A., Moisés, Herder, Barcelona 1997, 133)
«Este Nombre debía ser en la revelación bíblica un poderoso factor de unidad de los cielos y de la tierra, y sobre la tie-
rra el centro radiante de comunicación entre las diferentes etnias. En vez de ello, los traductores, traicionando las signi-
ficaciones evidentes de los textos, perpetúan la antigua separación excluyendo al Ser fundador y reemplazándolo por la
cacofonía de nombres arbitrarios sacados de los panteones de las naciones para reempla2ar en los labios de los profetas y
de los apóstoles el de Elohim del Sinaí. El mundo cristiano, a través de los nombres de los ídolos que continúa celebrando
en sus altares (Deus, Dio, Dios, Gott, God..., Kalou, Jaungoikoa, Imana, Dirava...) a todas luces tiene la intención de ado-
rar al Elohim de Abraham y de Jesús. Mas, entonces, ¿por qué reemplazar ese nombre sacro por el de los ídolos que los
profetas y los apóstoles no cesan de condenar7» (lbíd , 145 150).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 3


Antiguos caminos abiertos
El Dios de las tradiciones
de Israel

Encuadre
orientativo Es admirable que nosotros (violentos, envidiosos) hayamos caminado hasta aquí, rompien-
do mil barreras, superando mil obstáculos. Pues bien, las tradiciones de la Biblia saben que lo
hemos hecho porque Dios nos ha guiado con su mano protectora en el camino. Itinerario de
Dios ha sido y es nuestra historia.
Estamos aquí porque podemos recordar (guardamos la memoria del Éxodo) y buscamos el
futuro (tendiendo a la Promesa de Dios). Estamos aquí porque al principio (y para siempre) hi-
cimos y Dios hizo con nosotros una Alianza. Desde ese fondo trazamos este triple y único iti-
nerario de recuerdo y actualización de la historia de Dios con los humanos, en claves de pro-
mesa, éxodo y alianza.
Con los patriarcas de Israel comienza nuestro itinerario (¡sal de tu tierra...!), y continúa con
los hebreos esclavos (¡libera a mi pueblo de Egipto!), con los israelitas que llegan al Monte del
Pacto (¡hoy hago alianza con vosotros!). Así quieren mostrarlo las siguientes reflexiones, con-
firmando lo evocado al hablar sobre Yahvé: el ¡Yo soy! o presencia de Dios en nuestra vida se
expande en estas tradiciones.

Breve introducción: clave religiosa, es manifestación de Dios o teodicea.


Dios no es objeto de filosofía o pensamiento abs-
Dios de historia, tradiciones del pueblo tracto, sino que lo encontramos en el mismo cami-
no de la historia. Así lo ha destacado la Escritura al

H ay un Dios cósmico (misterio del mundo), un


Dios de interioridad (evocado por las religio-
nes del Oriente) y un Dios de la historia (propio de
las religiones proféticas). De ese último tratamos
centrarse en el camino de la historia 1 .

1
Pienso que historia y verdad no pueden separarse: la verdad
aquí, estudiando la Escritura: la misma historia de de Dios se revela a través de la historia (o haciendo que surja la
Israel, que los profetas han visto y formulado en historia).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 5


- Comenzare buscando los datos humanamente mas unía una experiencia semejante y compartida de
significativos de la historia israelita, sus mas hondas opresión, un mismo deseo de justicia, la fe en un
tradiciones antropológicas y sociales Promesas, Éxo- Dios de libertad Así lograron dominar a los anti-
do y Alianza guos cananeos de la tierra, a través de una profun-
- Fijare ¡a interpretación israelita de esos datos, en da mutación (revolución) económica, social y cul-
clave religiosa entendiendo asi la historia en clave de tural, formando la nación israelita
liberación apertura al futuro y justicia mterhumana
- Terminare aplicando los temas de manera univer- Los cananeos ocupaban la costa y llanuras, con
sal Las tradiciones de Israel son un momento primor- algunas ciudades esparcidas por los montes Ha-
dial de la cultura humana, en clave de dialogo con bían estado sometidos al poder de los egipcios Sin
Dios y de realización antropológica2 embargo, hacia el final del (siglo XII a de C ) ese
poder se derrumbaba (como muestran las cartas de
Tell El Amarna) y las ciudades cananeas comenza-
ron a ser independientes Por entonces comenzaron
- Queremos destacar la ruptura religiosa y social de Is- a asentarse los hebreos o habiru, desde la zona
rael, garante y transmisor de la revelación de Dios montañosa al interior de Palestina, hasta formar
- Por eso evocamos el contexto de la historia israelita, una «liga» o unidad de tribus que seguían mante-
destacando sus aportaciones fundamentales niendo su propia autonomía o casi independencia
interna, vinculándose en un plano social (militar) y
religioso Éste es el milagro del nacimiento o navi-
Entre los siglos XV y XII a de C se asentaron o dad israelita
lograron imponer su autoridad en Palestina vanos • Milagro social frente a las viejas monarquías sa-
grupos que se unieron en línea social y religiosa crales de la tierra cananea, asentadas en la fuerza mi-
Parece que tenían orígenes distintos litar y estructuradas de forma impositiva, surge una
• Unos venían escapados de los campos y ciudades nación sin poder central, un «estado» de familias li-
de Egipto donde habían trabajado como siervos al servi- bres e iguales Es pueblo sin rey, ni ciudad central ni
cio del estado (del sistema imperial del Faraón), trayen- sede militar que decida la suerte del conjunto de sus
do la certeza de que el mismo Dios guiaba su camino miembros Libremente viven, con libertad se reúnen y
• Otros llegaban de la estepa del oriente del Jordán, colaboran en la misma tarea (económica, social y mi-
litar) de la vida
como pastores trashumantes a las tierras donde había
sido recogida previamente la cosecha, hasta que un día • Milagro religioso Los cananeos del entorno co-
lograron asentarse en ella para cultivarla mo los egipcios y mesopotamios interpretaron el po-
• Otros vivían desde antiguo en Palestina, pero co- der en forma sacral, tomando al faraón (y a los otros
reyes) como signo de Dios sobre la tierra Pues bien, en
mo oprimidos eran labradores sin propiedad, merce- contra de eso, los hebreos entendieron a su Dios como
narios de las fuertes ciudades militarizadas, hombres poder de libertad, que les unía en pueblo (Alianza) e
y mujeres sin fortuna, deseosos de alcanzar la libertad impulsaba en esperanza creadora, hacia un futuro pre-
y vida digna fijado o anunciado en las Promesas
Pues bien, ellos se unieron, formando una enti-
dad diferenciada en el aspecto social y religioso Les
DIOS, LIBERTAD
2
Podemos conocer a Dios porque el mismo se revela en el El misterio de Dios es pnncipio de creatividad histo-
Libro de la Historia que nosotros vamos escribiendo con el nca En camino de búsqueda densa, los hebreos han lo-
Oeitamente la naturaleza es un libro de Dios, pero el verdadero y grado descubnrle como portador de libertad, superando
mas pi otundo es la misma historia como sabe Ap 5 cuando rati- asi los esquemas que le interpretaban como trasfondo sa-
fica en clave cristiana la visión israelita de la realidad De este cral de la vida (naturaleza sagrada) o garantía de poder
londo han de entenderse los temas que siguen El ser humano para los reyes (autoridad sagrada)
bnsi.i a Dios en su historia y no solo por teonas Dios le ha res
Iloiidido i n isa histona no en palabras separadas de la vida

26 r\h \ ni s< unían ri CAMINO nrLPADRE


De manera sorprendente, en esa nueva estructura función es sin duda más simbólica que histórica:
nacional Dios aparece como poder liberador, princi- Moisés es ahora el nombre donde deben incluirse
pio de unidad y futuro para el pueblo. Así ha surgi- miles de otros nombres: personajes anónimos que
do una visión más honda de las relaciones entre re- han ido conformando los aspectos primordiales de
ligión y sociedad (e historia): la religión es funda- la identidad israelita. Cuando entramos en la histo-
mento de creatividad social (toda la vida del pueblo ria (siglos XI-X a. de C.) el gran cambio ya se ha da-
es revelación de Dios sobre la tierra); la sociedad re- do: los hebreos han quebrado la visión sacral del
cibe forma religiosa (se unifica a partir de lo divino). cosmos y han trazado los principios de una nueva
Ésta es una revolución teológica de grandes con- experiencia de Dios y de la propia vida humana,
secuencias: desaparece la visión del Dios eterna- uniendo tres grandes tradiciones:
mente idéntico que sanciona y garantiza con su
• Promesas: el pueblo vive en esperanza de futuro;
misma presencia el orden actual de las cosas. Ésta Dios se manifiesta al ofrecerle su Promesa.
es una gran revolución humana: casi sin advertirlo,
• Éxodo de Egipto: surge el pueblo al superar la es-
hombres y mujeres dejan de encontrarse sometidos clavitud; Dios emerge así como liberador.
a los dictados del sistema sacral del m u n d o y de la
• Alianza: siendo distintos (uno arriba, otro abajo),
sociedad (entendida como situación de cautiverio) Dios y el pueblo se vinculan para siempre.
para descubrirse creadores de su historia.
• Antes del cambio se hallaban dominados por su
propio pasado, inmersos en un círculo de retorno don- UNION Y LIBERTAD
de todo se repite; no existía verdadera libertad, en-
cuentro creador con lo divino. En principio, cada tradición de Dios era patrimonio
• Tras el cambio se descubren libres: el pasado no espiritual o cultural de pequeños grupos. Al unirse en
les determina ya ni configura; pueden abrirse hacia el Alianza, ellos unieron también sus tradiciones, elaboran-
futuro de la vida, en confianza y solidaridad (con Dios do así una visión unitaria de Dios. El cambio es intenso y
y los humanos). los viejos, múltiples, hebreos, herederos del politeísmo
Como las grandes rupturas, ésta ha sido también (que veían a Dios como principio cósmico y vital), termi-
silenciosa, casi anónima. Resulta ya imposible des- naron convirtiéndose en el nuevo Israel monoteísta. Así
cubrir cómo se ha dado, no sabemos ni los nombres vieron que su historia, abierta al futuro de la libertad y
de sus grandes creadores. Ciertamente, conocemos comunión con los restantes pueblos, sólo se explica desde
a Moisés y es posible que su influjo haya sido muy la presencia activa de Yahvé, su Dios.
valioso (como vimos en el tema anterior). Pero su

1. Dios de Promesa. Abrahán, itinerario de esperanza

Guía de lectura
El tema anterior sobre el Nombre de Yahvé (Ex 2-4) remitía a la experiencia de un Dios que se
vincula con la tierra sagrada y de manera especial con los patriarcas, pues decía: ¡Yo soy el Dios de
Abrahán, de Isaac y de Jacob! Ese Dios de los patriarcas aparece como fértil en Promesas: Él abrió
desde antiguo un gran itinerario de esperanza y libertad, de tierra y plenitud para los humanos.
• Esas Promesas se expresan en el mismo camino de la vida humana. Los israelitas verdaderos
viven abiertos al futuro, convirtiendo la esperanza en base de su propia experiencia de presente.
• Dios mismo recibe según eso un nombre de futuro: es Aquel que ha de venir ofreciendo su
esperanza a los humanos. Sólo en esa perspectiva de futuro tiene sentido nuestra vida.
• Lectura básica. Será bueno que el lector conozca de un modo personal la historia patriar-
cal (Gen 12-37) y se identifique así con Abrahán y camino de esperanza. Cf. también bibliogra-
fía final de este capítulo.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 7


a) Hechos fundantes • Cambio social. Los antiguos nómadas debieron
crear estructuras de vida compartida, capaces de man-
Como hemos visto ya, Israel se ha ido formando tenerse y triunfar contra las ciudades cananeas. Para
ello se unieron, construyendo grupos de estructura tri-
a partir de diferentes grupos de oprimidos. Entre bal coherente y concienciada, pactando con otros gru-
ellos están los que han guardado el recuerdo de los pos marginales (de hebreos) para construir una liga
patriarcas, portadores de Promesas. de familiar libres, desde las comarcas montañosas, sin
1. Conquista y/o posesión de la tierra. Israel en Pa- ciudades militares ni reyes-sacerdotes.
lestina. Probablemente, los patriarcas eran árameos • Cambio religioso. Dios les sostiene en ese cam-
trashumantes, seminómadas que iban y volvían con- bio, ofreciéndoles su ayuda y prometiéndoles la tierra,
duciendo su rebaño entre las tierras de pastos inver- en un proceso fuerte de transformación religiosa. Así,
nales y estivales. En tiempo de lluvia (invierno y pri- el Dios de la familia (vinculado a los antepasados
mavera) podían mantenerse en sus lugares de la es- Abraham, Isaac, Jacob que dan nombre a los grupos
tribales) aparece como Dios de la Promesa de la tierra,
tepa transjordana. Al acercarse el verano, estaban Señor que les dirige hacia un futuro de vida y libertad
agotadas y agostadas las reservas de la estepa, cru- en Palestina.
zaban el Jordán y se acercaban a la tierra cultivada,
llevando sus ovejas y sus cabras a los campos de Ca- Resulta difícil definir la tradición primera. Qui-
naán (de Palestina) donde ya se había recogido la zá hubiera en el fondo una experiencia de los mis-
cosecha. Consumían de esa forma los rastrojos y mos «patriarcas» (o sus sucesores) que, en oráculo
abonaban la tierra para nueva sementera. Este siste- sacral o a través de una visión nocturna, pensaron
m a de trashumancia, con la simbiosis entre agricul- (sintieron) que Dios mismo les hacía dueños (o he-
tores sedentarios y pastores seminómadas, ha sido rederos) de la tierra en donde caminaban como
normal hasta hace pocos en diversos países de la huéspedes o siervos. Quizá influyó también aquí la
cuenca mediterránea (especialmente en España): tradición de los hebreos liberados de Egipto, que
buscaban nueva tierra.
• Los agricultores sedentarios, dueños de la tierra,
habitan en ciudades de estructura militarizada, bajo el
mando de reyes sacerdotes. Así vinculaban poder y re-
ligión, en sistema de carácter autocrático. Su Dios per- Los hijos sedentarios se han sentido vinculados a unos
tenecía a la categoría de los «baales»: era signo de la patriarcas peregrinos, a quienes Dios había prometido la
tierra y la cosecha (vida, sexo) que madura cada año. tierra, en esperanza. Por eso, ellos transmiten con fideli-
• Los pastores trashumantes, divididos en familias dad las viejas tradiciones, que vienen a contarse y a can-
o tribus, venían cada año de la estepa y pactaban con tarse en los lugares sagrados (santuarios) de la tierra.
los sedentarios para pastar sobre los campos segados
del verano. Adoraban al Dios de la familia: Dios de
Abraham (Gen 26,24; 28,13; 32,10), Terrible de Isaac
(Gen 31,42) o Fuerte de Jacob (Gen 49,24). Unos y otros (patriarcas nómadas, liberados de
Egipto) han formado u n pueblo. ¿Cómo? La res-
Este Dios de la familia no se hallaba en principio puesta sólo puede formularse de m a n e r a religiosa,
vinculado con la tierra, no era Dios de un santuario, en clave de celebración de gozo y canto: reunidos en
ni garante de los ciclos de la vida, sino que se en- los viejo santuarios vinculados al recuerdo de los
contraba estrechamente vinculado a un pueblo ca- padres (Hebrón, Betel) o en el nuevo santuario de las
minante, al que guiaba y protegía en su itinerario tribus, en Guilgal, los israelitas liberados y libres
de trashumancia: como «peregrino», acompañaba a alaban a Dios por la gracia de la tierra. Si la tienen
sus devotos en la marcha, ofreciéndoles futuro. y cultivan es porque el mismo Dios la había prome-
Pues bien, en un m o m e n t o dado, los pastores tras- tido en otro tiempo a los patriarcas. El mismo Dios
humantes empezaron a quedarse en Palestina, vol- de Abrahán (protector de los hebreos trashuman-
viéndose dueños de la tierra donde antes habitaban tes), siendo guía del pueblo, se ha vuelto Dios de la
por un tiempo como huéspedes, en cambio de gran- tierra palestina (es más, de todo el mundo), como
des consecuencias: testifica un bello texto:

28 VM<A lUiSailllilli EL CAMINO DEL PADRE


[Dios a Abraham] [Contexto]
Yo soy Yahvé, que te he sacado de la tierra de Caldea He aquí que Dios estaba en pie delante de Jacob y
para darte esta tierra en posesión. le dijo:
[Abraham a Dios] [Presentación]
Señor Yahvé, ¿cómo sabré que voy a poseerla? Yo soy Yahvé, el Dios de Abraham, tu padre, el
Dios de Isaac:
[Dios...]
Toma una novilla (para el sacrificio)... [Promesa]
La tierra donde estás tendido a ti te la daré y a tu
[Conclusión]
progenie (Gen 28,13).
Aquel día juró Yahvé con juramento, diciéndole a
Abraham: Este pasaje unifica, en forma de genealogía, a los
¡a tu descendencia daré esta tierra...! (Gen 15,7 ss). tres patriarcas que en principio podían hallarse des-
El texto es complejo, pues alarga los caminos de ligados (como padres epónimos de grupos distin-
Abraham y le presenta saliendo de Caldea (como los tos). Parece que la misma situación social ha vincu-
hebreos que salieron de Egipto). Pero ya no es un lado a diversos hebreos trashumantes, que querían
sencillo cautivo o trashumante, sino un viejo caldeo hacerse propietarios de la tierra: unos se llamaban
que dejó su tierra para avanzar por los caminos de «hijos de» Abraham, otros de Isaac, otros de Jacob.
Dios. Esta experiencia de Abrahán que sale de su Por eso han unido sus familias, en árbol genealógi-
tierra para buscar en nuevo itinerario de esperanza co. De manera semejante han vinculado su expe-
(cf. Gen 12,1-3) constituye el punto de partida de la riencia religiosa: el Dios que ha dirigido sus cami-
fe israelita y cristiana. nos (los caminos, esperanzas y pesares de todos los
hebreos) les vincula en una misma gran Promesa,
El Dios que le habla es Yahve, Señor de los he- dirigida de manera permanente a la posesión y dis-
breos liberados, Dios de todos los cautivos. Le escu- frute de la tierra. De esta forma se unifican y fecun-
cha Abraham y camina, recorriendo la tierra como dan dos aspectos de Dios y de la vida humana:
huésped, en itinerario de esperanza. Este Abrahán
caminante, que ofrece a Dios el sacrificio de su fide- - Les une el Dios de la tierra, vinculado a las fuen-
lidad, mientras recorre la tierra Palestina en una tes de la vidaÉ las estrellas del cielo y las praderas para
los rebaños, con el descanso de la casa (sin necesidad
marcha que le lleva hacia el futuro de la libertad me-
de andar errantes por el mundo).
siánica se ha hecho signo de todos los creyentes.
- Les une el Dios de la familia, que garantiza la
unión con el pasado y el futuro de vida por la descen-
dencia. De ahora en adelante, Dios se encuentra vin-
- Israel es pueblo de esclavos liberados que han logrado culado a la nación, a la genealogía.
fugarse del sistema de opresión de Egipto
- Israel es hijo de patriarcas itinerantes (trashumantes) He destacado la Promesa de la tierra puesto que
que buscaban a Dios al buscar su nueva tierra. ella sobresale en este paso de una vida trashuman-
En el mismo camino hacia Dios (hacia la plenitud me- te a la existencia sedentaria sobre u n suelo que es
siánica) se unen los esclavos liberados y los pobres que bus- don de Dios y propiedad de las tribus federadas. Pe-
can lariquezade Dios en el futuro prometido. ro en el fondo de los textos anteriores aparece la
Promesa del hijo (familia y descendencia), especial-
mente vinculada al recuerdo de Abraham, anciano
2. Signo de Abrahán: hijos y tierra. La Promesa de estéril suplicante:
Dios aparece ligada a u n juramento: en medio del [Abraham]
sacrificio, pasando como fuego entre las partes No me has dado hijos, y un criado ha de heredar-
cuarteadas de la novilla (y los restantes animales me.
muertos), Dios jura a Abrahán que sus hijos serán [Yahvé]
dueños de la tierra palestina (Gen 15,13.15), vol- (Le hizo salir fuera de la tienda y le dijo):
viéndose garante de futuro y tierra para el pueblo. Cuenta, si puedes, las estrellas; así será tu descen-
Así se lo dice a su nieto: dencia.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 9


[Abraham] • Dios de la familia. Repetidamente recuerdan el tema
Creyó a Yahvé y Yahvé cumplió lo prometido (Gen los relatos primordiales: los hebreos trashumantes son
15,15). un pueblo amenazado, al borde de la ruina familiar y el
exterminio; por eso, los relatos antiguos acentúan una y
Ésta es la fe del que confía en la palabra de Dios otra vez la angustia ante la falta de los hijos, tanto en pla-
y su futuro, porque el mismo Dios le ofrece su asis- no menor (de pequeña familia que se extingue) como en
tencia. Es la fe de un grupo trashumante, que cami- plano más extenso (acaba Israel, se extingue el pueblo).
na (peregrina) amenazado recorriendo los riesgos
de una tierra donde imponen su dominio los seño-
res de las grandes ciudades militares. Es la fe de Dios amigo. Él asume la angustia del grupo (familia,
aquellos que no tienen más riqueza que su propio ca- tribu o pueblo) que está en riesgo pues falta comida y se-
minar y la confianza que se prestan unos a los otros. guridad. Éste es el Dios que conoce el dolor de aquellos
Lógicamente, Dios se muestra para ellos como Pro- que perecen en manos de un sistema donde sólo triunfan
mesa de futuro (de tierra y familia). los más fuertes, como presupone el viejo canto de Ana (cf.
1 Sam 2,5). Sobre ese fondo ha resonado la Promesa: ¡Co-
mo las estrellas del cielo y las arenas de los mares será tu des-
LA FE DE LOS PATRIARCAS cendencia! (cf. Gen 13,16; 15,5).
La fe de los patriarcas (que aparecen como represen-
tantes del conjunto de Israel) es garantía de futuro para el
pueblo: verdaderos israelitas (y, en otro plano, verdaderos • Dios de la tierra. Está vinculado con todo lo que
cristianos y musulmanes) son aquellos que mantienen la ella significa: el don primero de la vida, el suelo en que
nacemos, el campo que nos alimenta, la tumba que re-
fe de Abraham. coge nuestro cuerpo. Ciertamente, Dios no es tierra,
no se identifica con el mundo (en contra de los viejos
mitos cósmicos), pero se revela y manifiesta por la tie-
De esta forma se unifican desde Dios presente y rra: por ella nos bendice, por ella nos ofrece su asis-
futuro. El presente se enriquece y los hebreos pue- tencia. Sólo así se vuelve fuente de descanso y casa
den caminar pues creen: saben que sus pasos no permanente para la familia: la esperanza de los hijos
son vanos, van tendiendo hacia u n futuro de tierra se diluye (pierde su sentido) si no tenemos casa o lu-
y descendencia. Éstos son sus valores primordiales, gar para ofrecerles: una pradera donde pasten los re-
baños, un campo en que madure el trigo, el vino y el
éstos los signos fundantes de Dios: una tierra (cam- aceite, una mesa donde puedan compartirse.
po, casa), una familia (mujer, hijos que sigan); éstos
fueron para los hebreos más antiguos los signos pri-
mordiales de Dios en este mundo 3 .
Las Promesas patriarcales se vinculan a la más honda
3. Dios de la familia y de la tierra. Estas Promesas pasión de la nueva itinerancia de los hombres y mujeres
patriarcales han unido y fecundado la experiencia que buscan una tierra «que mana leche y miel», tierra de
del camino de la vida (ampliada en la familia) y la creyentes, que pueda cultivarse de manera agradecida, in-
experiencia de la tierra (centrada en unos santua- tensa, en amor mutuo y apertura a lo divino.
rios que m á s tarde se unifican en Jerusalén):

' Dios no es peregrino que acompaña a los hebreos caminan- Esta unión (tierra y pueblo) pertenece a la expe-
tes, sino el dueño de la tierra, dador de descendencia. Puede ofre- riencia de muchas religiones antiguas que acentúan
cer la tierra porque es suya (suyo es todo lo que existe). Estas tra- la unidad sagrada de los hombres y mujeres con el
diciones patriarcales del pueblo (tierra y descendencia) se vincu- campo (espacio) de su vida. Por eso debemos desta-
lan a los santuarios (Hebrón, Betel, Gilgal, Siquem, etc.) donde car la diferencia israelita: la Biblia ha vinculado la
los varones y mujeres de la «liga de Israel» han recordado y vene- tierra a la Promesa (esperanza de futuro); no la mi-
rado al Dios de su principio y su futuro. De esa forma, el Dios de
la familia (de los padres) se unifica con el Dios que garantiza la ra simplemente como m a d r e sagrada; ella es la me-
vida de los campos, la lluvia, la siembra, las cosechas. ta siempre abierta:

30 /VI HA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


• Los mitos paganos interpretan la tierra como dio- [Guerra religiosa]
sa-madre: ella es al mismo tiempo cuna y tumba, prin- Cuando marche mi Ángel ante ti y te introduzca
cipio y fin de la existencia para los humanos. De la tie- en la tierra del amorreo, del hitita y fereceo...,
rra hemos venido y a la madre tierra vamos, como in- no adores a sus dioses ni les sirvas;
dican los mitos más variados de Oriente y Occidente, no fabriques lugares de culto como los suyos,
de América y de África. sino que los destruirás y derribarás sus piedras sa-
• La Promesa israelita ha interpretado la tierra co- gradas (Éx 23,20-24).
m o meta de un camino que vamos recorriendo (que
nosotros mismos somos). No podemos volver al pasa- Éste es el Dios comprometido en la lucha de su
do. La Promesa de Dios (cf. Gen 12,1-3 y 15,7) hace pueblo, porque quiere llevarle con fuerza a la tierra
que dejemos tierra y casa, buscando la más honda ver- prometida. Es un guerrero que combate por los
dad en un futuro que sólo Dios puede concedernos. suyos, imponiendo a sus devotos la obediencia, en
«pacto de conquista» (cf. Éx 34,10-11; Je 2,1-5):
Pero vengamos otra vez a los patriarcas trashu- Dios cumplirá su palabra ofreciendo heredad (tie-
mantes, que son garantía y/o Promesa de Dios para rra perpetua) a los hebreos oprimidos; los hebreos
su pueblo. Ellos definen la existencia israelita. Por deben responderle obedeciendo sus mandatos. La
eso, los mismos hebreos asentados en la tierra, co- tierra es dura y es preciso batallar por conquistarla,
mo pueblo grande, saben que jamás encontrarán respondiendo a la Promesa de Dios. Mientras lu-
descanso en ella: están siempre al principio, siguen chan contra los enemigos, los hebreos se saben se-
caminando. guros (pueden triunfar) porque el mismo Dios ava-
la su causa y les sostiene:
b) Intermedio discutido. • En principio, la Promesa patriarcal era pacífica:
Dios ayuda sin guerra a los hebreos trashumantes, ha-
Dios de paz, Dios de la guerra ciéndoles crecer y apoderarse de la tierra. ¿Cómo? Los
textos no lo dicen, pero quieren presentar en el co-
La Promesa anterior se vincula a la memoria pa- mienzo de Israel unos patriarcas no guerreros (sin em-
cífica de los viejos clanes trashumantes, pero hay bargo, cf. Gen 14; 32-34). Sea como fuere, la Escritura
otra que se encuentra formulada en clave de con- ha recordado una «toma pacífica de la tierra», un ca-
quista guerrera (cf. Dt 7; 20,11-18; Éx 23,20-33 y Je mino que conduce a la armonía universal, sin guerra,
2,1-5) y transmitida, al parecer, por los hebreos li- de Gen 12,1-3.
berados de Egipto. • Pero los textos arriba citados y otros de su estilo
(cf. Dt 7; 20,11-18; Éx 23,20-33) entienden la conquista
1. Dios violento. Tradición guerrera. Sus textos en forma de guerra. Ellos reflejan una tradición tam-
primordiales dicen que Dios ha prometido al pue- bién antigua y han sido utilizados sistemáticamente
blo la conquista de la tierra, exigiéndole en retorno para elaborar la teología de la conquista militar de Pa-
la más honda fidelidad social y religiosa. El mismo lestina, fijada en el libro de Josué. Yahvé aparece allí
Dios se ha presentado así como un militar: es Dios como Señor de guerra: sacramento de Dios es el com-
capitán, caudillo de soldados, defensor de los que bate «por su causa», y signo peculiar de su presencia
luchan por la tierra, en actitud de guerra santa: son los combatientes victoriosos, que Jueces presenta
como portadores del Espíritu de Dios.
[Yahvé guerrero]
He aquí que yo envío a mi Ángel ante ti, Ambas tradiciones (pacífica y guerrera) pueden to-
para que te defienda en el camino marse como propias de dos grupos: unos sienten que
y te haga entrar en el lugar que te he dispuesto. Dios les ayuda en camino de paz; otros le descubren
en la guerra. Pero ambos se han unido, entendiendo a
[Pacto militar] Dios como palabra y experiencia de Promesa.
Acátale, escucha su voz, no le resistas...
Si escuchas su voz y haces cuanto Yo te diga 2. Paz y guerra de Dios. Pero esta mediación gue-
seré enemigo de tus enemigos y oprimiré a quienes rrera ha sido menos importante y el Dios israelita
te opriman. ha podido desvelarse a los profetas como Señor y

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 3 1


Amigo que dirige a los humanos a un futuro de re- 1. Esperanza humana,^ Dios Promesa. Este Dios
conciliación final, en camino de paz: nos arranca del pasado (Éxodo), porque quiere con-
ducirnos a nuestro futuro. Eso significa que aún no
• El Éxodo pone de relieve la iniciativa de Dios.
Ciertamente, los humanos deben responderle, inician-
somos de verdad humanos, lo seremos: nuestra más
do un camino de ruptura (salir de Egipto, entrar al honda realidad se halla escondida y sólo vendrá a
mar). Pero el agente principal es Dios, que combate manifestarse cuando se despliegue y realice aquello
por los suyos de manera que la liberación no se consi- que buscamos 5 .
gue a través de guerra humana. Antes de todas las gue- • Como sabe el mito griego de Pandora, el humano
rras influye la gracia salvadora del Dios que nos libera es Esperanza, aunque ella por sí misma no basta: una
de la esclavitud y nos ofrece gratuitamente la tierra. esperanza sin Promesa de Dios nos desespera al fin o
• La Promesa, en cambio, puede situamos en el lu- diviniza los diversos signos de la idolatría humana. La
gar donde es preciso nuestro compromiso. La palabra de historia es un museo de esperanzas fracasadas. Por
Dios viene a insertarse en un presente de batalla: para eso, como indicaremos al final de este libro, ha creci-
conquistar la tierra del futuro los hebreos liberados de- do el desencanto: son muchos los que piensan que la
ben enfrentarse con otros poderes de violencia de la tie- vida lleva simplemente a nada.
rra. Lógicamente, en esa línea puede surgir y surgirá la • Los israelitas saben que la Esperanza humana es-
guerra, como supone la tradición más extendida de la tá fundada en la Promesa de Dios. La esperanza no se
Biblia al afirmar que los israelitas conquistaron Pales- puede tomar como principio (realidad divina, autova-
tina al filo de la espada, según la Promesa, guiados por liosa): ella depende de la voz de Dios, de la Promesa.
un Dios de guerra (libros de Josué y Jueces). Por eso, más que el Principio-Esperanza de una mo-
dernidad siempre fracasada destacamos el Principio-
La Promesa de Dios nos sitúa ante un futuro de Promesa de Dios que fundamenta y sostiene en su raíz
confianza, pero no resuelve mágicamente las ten- nuestra existencia.
siones y dificultades del presente. Con cierta exage-
ración, puede afirmarse que la Biblia israelita está Nuestra esperanza es así prueba de Dios: deci-
empeñada en descubrir las mediaciones divinas y mos que hay Dios porque nosotros podemos cami-
humanas que aseguran la conquista de la tierra, es nar y caminamos sin cesar hacia el futuro a pesar
decir, el surgimiento de la nueva humanidad. Cier- de que el camino resulta muchas veces hiriente y
tamente, Dios coloca a los humanos en camino y les despiadado; caminamos porque el mismo Dios va
ofrece su tierra. Pero son ellos quienes deben to- abriendo ante nosotros el camino, sin quedar nun-
marla en concreto, en de paz o guerra santa 4 . ca fijados, sin pararnos (detenernos) en aquello que
hemos conseguido6.
2. Dios, principio y garante de futuro. Ésta es la
c) Actualización. pregunta central: ¿Por qué nos levantamos de la rui-
Dios de esperanza, Dios de Promesas na y caminamos? E. Bloch y otros filósofos han di-

Dios ha recibido muchos nombres: se le ha lla-


mado Razón, Voluntad primera, Sentimiento origi-
nario, Amor fundante. Aquí le definimos en línea de ' En esta línea se sitúa E. Bloch (1885-1977), pensador
Esperanza. judío, que ha influido en ciertos teólogos cristianos vinculados
a la búsqueda de liberación o la esperanza, como J. Moltmann
(*1926).
6
Abunda el mal, dura es la vida, angustioso el porvenir... Y
4
Los que destacan la mediación pacífica suponen que Dios sin embargo seguimos caminando, aunque digamos que la tie-
actúa directamente (como en el Éxodo), sin necesidad de gue- rra verdadera está lejana todavía, como si Dios mismo dijera:
rra humana: en esta perspectiva se sitúa Isaías y gran parte de Construid casas y habitadlas, plantad huertos y comed sus frutos,
la profecía apocalíptica. Los que acentúan la mediación guerre- casaos y engendrad hijos e hijas, tomad esposa para vuestros hijos
ra piensan que Dios sólo concede a los suyos la tierra a través y casad a vuestras hijos... (Jer 29,5-6). ¿Por qué actuamos así?
de una batalla en contra de los adversarios: en esta perspectiva Porque creemos que Dios mismo nos alienta y dirige a la
oslan las profecías de guerra, 1 Me, Jud o Ester. Ciudad Futura.

32 l'A KA 1)1 SC •UBIilli EL CAMINO DEL PADRE


cho: «¡Porque nuestra misma vida es esperanza!» La 3. La razón de la Promesa. Por eso, m á s que prue-
Biblia israelita añade: «Porque el mismo Dios nos ha b a cósmica o histórica de Dios, la Biblia n o s ofrece
prometido su asistencia, fundando así nuestra espe- una prueba de Promesa. Sabemos que hay Dios por-
ranza!» Éste es el Dios que nos dice «¡salid de vues- que esperamos su futuro. Por eso tenemos que «dar
tra tierra a la tierra que he de daros!» (Gen 12,1-3), una razón de la esperanza» (1 Ped 3,15), como sabe
haciendo así que caminamos llenos de esperanza: la carta a los Hebreos:
[Principio] [Fe esperanzada]
Mirad: voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; La fe es substancia (hipostasis) de las cosas que es-
de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá ya pen- peramos, argumento de aquellas que no vemos. Por
samiento. ella ofreció Dios su testimonio a los patriarcas... No
es posible agradarle sin fe, porque aquellos que le
[Plano social] buscan han de creer que existe (Dios) y recompen-
Mirad: voy a cambiar Jerusalén en alegría... sa a quienes le buscan.
Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán sus frutos, [Los patriarcas]
no construirán para que otro habite, Por fe, siendo llamado por Dios, obedeció Abraham
no plantarán para que otro coma... y salió hacia el lugar que debía recibir como he-
No se fatigarán en vano, rencia; y salió no sabiendo hacia dónde caminaba.
no engendrarán hijos para la catástrofe. Por fe peregrinó como extranjero en la tierra pro-
metida, acampando en tiendas, con Isaac y Jacob,
[Plano cósmico] coherederos de su Promesa; ellos esperaban la ciu-
El lobo y el cordero pastarán juntos, dad que tiene fundamentos firmes, aquella cuyo ar-
el león y el buey comerán paja, quitecto y constructor es Dios... (cf. Hebr 11,1-9).
no harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo,
porque así dice Yahvé (Is 65,17-25). Así define la fe Hebreos, en clave de Promesa: es
substancia Qiypostasis) y argumento (elenkhos) de
Esta profecía ha recogido temas de diversas pro- aquello que esperamos. Creer es avanzar en la espe-
cedencias (paz de Jerusalén, reconciliación cósmi- ranza, siguiendo a los patriarcas.
ca: Is 2,4-6; 11,1-9): Dios se vuelve fuente de futuro
para el pueblo. Así le definimos como impulsor (pa- • El principio es la Promesa. No partimos de la nada,
no empezamos a correr en el vacío. Nos ha llamado Dios
labra) y garantía de esperanza para los humanos.
y su llamada suscita nuestra marcha, de manera que po-
Pues bien, ese futuro de esperanza no se identifica damos superar las pruebas del camino. No tenemos
con Dios en cuanto tal ni es una simple expresión aquí morada firme: somos peregrinos y Dios extiende
del ser del humano. ante nosotros el camino a medida que avanzamos.
• La meta es la ciudad esperada. No hemos logrado
alcanzarla todavía. Por eso caminamos en marcha que
DIOS define y determina nuestra vida. En ese aspecto, la fe
en Dios (creer que es) resulta inseparable de la fe en el
- Dios no es el futuro del humano. Contra aquello que cumplimiento de aquello que h a prometido (recom-
parecen suponer las religiones místicas (y algunos pan- pensa a aquellos que le buscan).
teísmos), la Biblia sabe bien que el futuro del humano no
consiste en disolverse Dios, pues Dios ha sido y seguirá
siempre trascendente. TEODICEAS PARCIALES
- El futuro del humano es más que humano. En con-
tra de un racionalismo que sólo valora las obras de la his- Por ahora no tenemos más que simple teodiceas, breves
toria, la Biblia sabe que el humano (con la ayuda de Dios signos de Dios en el camino. La meta será la teodicea plena:
y por su gracia), puede superar lo que ahora tiene y «sal- Dios se habrá manifestado en su verdad, como divino, ofre-
varse», en diálogo con Dios (en la resurrección). ciendo a los humanos cielo y tierra (cf. Ap 21,1) de la vida.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 33


De esa forma se vinculan Promesa de Dios y Es- • Pero la Promesa trasciende las limitaciones de la
peranza humana. Sólo al final de la historia, cumpli- historia dirigiéndonos hacia un futuro que sólo Dios
da su Promesa, podremos afirmar en plenitud que puede suscitar por gracia. Aquello que nosotros vamos
hay Dios, uniendo historia y plenitud escatológico: realizando es signo y anticipo de la ciudad escatoló-
gica.
• La esperanza busca dentro de la historia, partien-
do del esfuerzo humano, en gesto de creatividad histó- Acción de Dios y trabajo humano se vinculan en
rica: Dios ofrece a los humanos como gracia el futuro la Promesa israelita. La existencia de Dios sólo se
que ellos mismos van creando en camino que siempre puede «probar» donde los humanos caminamos ha-
les desborda. cia la verdad que nos desborda.

2. Dios del Éxodo: Itinerario de los hebreos liberados

Guía de lectura
De las tradiciones patriarcales (más centradas en el futuro de Dios) pasamos al recuerdo del
Éxodo (asumido por la Pascua cristiana y, en otro sentido, por la Hégira musulmana), que pre-
senta a Dios como Impulsor de libertad para los humanos: rompe las cadenas de la esclavitud,
les lleva hacia la tierra.
• La historia israelita ha de entenderse a partir de su experiencia de liberación primera. No-
sotros seguimos recorriendo aquel mismo itinerario, caminando por la libertad hacia Dios.
• La teología posterior interpreta a Dios como Éxodo: voluntad de amor que nos invita a
superar todo pasado de opresión, para que podamos realizarnos en libertad individual y co-
munitaria.
• Lectura básica: Éx 5-18 (especialmente Éx 14-15). Más bibliografía, al final del capítulo.

a) Tradición histórica. Éxodo de Egipto


Los israelitas han sabido que algunos de sus an-
tepasados «hebreos» habían sido esclavos: busca-
ban refugio y alimento en el país del Nilo, igual que
otros grupos seminómadas semitas; pero en un mo-
mento dado los egipcios respondieron con violencia
y les esclavizaron, obligándoles a trabajar sin liber-
tad ni descanso, en las duras faenas del estado (em-
presas de construcción pública).
Un grupo de hebreos se alzaron: no aguantaron
ese modo de vivir y decidieron escaparse de la tie-
rra y opresión de Egipto. No sabemos los detalles de Es probable que otros grupos de semitas entra-
la huida ni podremos llegar nunca a conocerlos, ran y salieran de Egipto sin sufrir por ello grandes
porque los relatos que transmiten el recuerdo han riesgos. Pero nuestro caso fue distinto. Probable-
sido teológicamente recreados. Pero podemos afir- mente habían cambiando las antiguas condiciones
mar que la experiencia de la esclavitud y la certeza sociales y políticas: no había cabida para grupos de
de que el mismo Dios alentaba su salida, les marcó emigrantes (como en tiempo de los hicsos)... Lo
de tal manera que acabaron vinculándole para cierto es que un puñado de hebreos fugitivos fueron
siempre con el Éxodo. perseguidos como peligrosos.

34 l'AHA DESCUBRIR El. CAMINO DEL PADRE


• Los egipcios persiguieron hasta el límite del mar turbaba solamente la fuerza destructora de la mala so-
a los hebreos, intentando esclavizarlos. ciedad (del Faraón), sino un cosmos adverso, la natu-
• Los hebreos escaparon y se liberaron, superando raleza irracional y desbocada, reflejada por las aguar
las aguas del Mar Rojo (cf. Éx 14). del Mar Rojo, que son signo de los riesgos de la vida,
de todo lo que oprime al h u m a n o desde fuera de su
Se han dado explicaciones diferentes de ese da- misma vida humana.
to: fue en marea baja y la subida posterior del agua
las que cerraron el camino de los perseguidores; la El Éxodo es, por tanto, cuna de la vida, trauma
fortuna y la osadía ayudó a los fugitivos que, sin ca- cuna de nuevo nacimiento para el pueblo. Previa-
rros militares ni ejército pesado, disponían de ma- mente los hebreos no existían: eran sólo esclavos al
yor libertad para moverse en terrenos pantanosos, servicio del sistema social (de Egipto), simples ju-
en el borde movedizo de las aguas... Son suposicio- guetes de la vida, oprimidos por los grandes pode-
nes. El hecho es que un puñado de hebreos someti- res de este mundo (el mar). No les puede sostener la
dos que buscaron libertad escapándose de Egipto y madre tierra, ni la genealogía del pasado con sus
su sistema político, social y religioso, se sintieron héroes victoriosos o sus dioses; eran simplemente
renacidos a la vida en el borde del Mar Rojo, con la esclavos: haz de hebreos, rebeldes fugitivos. Pues
ayuda de Dios a quien hallaron como liberador en bien, ahora han nacido: el Éxodo les saca de la
el peligro. Así lo recuerda el canto de los liberados: muerte (cesa la esclavitud) y les ofrece el verdadero
[Estribillo]
nacimiento: Dios mismo les libera del caos de opre-
Cantad a Yahvé, sublime es su victoria;
sión y les instaura como pueblo. Por eso ellos se
caballos y carros ha arrojado en el mar. han puesto en pie y caminan.
[Estrofa 1.a]
Yahvé es un Guerrero, su nombre es Yahvé;
lanzó al m a r los carros y soldados del Faraón,
b) Inteiyretación israelita
ahogó en el m a r Rojo a sus mejores capitanes...
1. Éxodo humano. Un pueblo entre otros pueblos
[Estrofa 2.a] Ciertamente, el Éxodo de Egipto no se puede tomar
mientras pasaba tu pueblo, Yahvé, como primera ni última ocasión en que unos hom-
mientras pasaba el pueblo que habías rescatado bres y mujeres han sentido la presencia de Dios en
(Éx 15,1.3.16).
su camino. Una experiencia semejante se repite en
Dios viene a mostrarse como amigos de rebel- muchas ocasiones, en pueblos y culturas diferentes.
des, protector de esclavos fugitivos. De esa forma se Sin embargo, sólo aquí se ha convertido en fuente
revela, por encima de Egipto y su sistema de opre- (signo distintivo) de todas sus vivencias religiosas:
sión estatal, como Guerrero de la libertad: ayuda a son israelitas quienes se hallan vinculados al Éxodo
los oprimidos, liberándolos de todos los peligros y y lo toman como clave de su vida, desde un plano
opresiones, simbolizadas de manera cósmica (mar) social y religioso:
y política (carros de combate del Faraón). Éste es el
recuerdo primigenio de la libertad, convertido en
signo universal de nuevo nacimiento.
EL DIOS HEBREO
• Egipto dominaba a los hebreos, haciéndoles es-
clavos, siervos de un sistema sacral que divinizaba al El Dios hebreo no es garantía del poder sacral del cos-
Faraón, concebido por los israelita como un «anti- mos, ni fuerza irracional, tirano que plantea de forma ca-
dios»: enemigo de los pobres. Significativamente, el prichosa por encima de los pueblos o las cosas, sino que
Dios de los hebreos, principio y signo de la libertad, no
lucha contra dioses separados del mundo, sino contra
ha venido a desvelarse así como persona: es amigo que
el Faraón, expresión concreta (política, social) de la conoce a los amigos para liberarles; voz de libertad que
idolatría. les convoca desde el fondo de dureza y cautiverio en que
• El Mar, signo de grandes poderes caóticos, cerra- se encuentra para conducirles a la vida.
ba el camino de la libertad a los hebreos. No les per-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 3 5


• Se encontraban en peligro, sin más fuerza ni más siendo opresores, dentro de un sistema de sacrali-
voz que la llamada de su llanto hecho oración, como dad política sin fin. Pues bien, en un momento da-
antes vimos (cf. Éx 2,23-24; 3,7-10). Dios les ha escu- do, en el paroxismo del dolor, cuando los esclavos
chado, abriendo para ellos una forma distinta de exis- parecían destruidos, ha brotado la palabra de Dios,
tencia. cambia la historia y nace el nuevo ser humano co-
• Han tenido un nuevo nacimiento. Los egipcios mo liberado.
apoyaban su vida en el poder organizado. En contra de
eso, los hebreos se vinculan desde el fondo del propio Ésta es la inversión creadora, lugar donde la lu-
sufrimiento abierto a la libertad de Dios. cha interhumana se resuelve en la victoria de los
Esta experiencia se ha vuelto memoria y riqueza oprimidos, hebreos, que se hallaban dominados por
teológica fundante de un pequeño grupo de escla- la rueda del sistema. Este cambio es posible porque
vos fugitivos, de hebreos liberados, que ofrecieron a actúa, se revela, el Dios de la inversión liberadora,
los otros «hebreos» su más honda visión de liber- como indica una palabra clave:
tad. Los liberados de Egipto han expandido su ex- [Servidumbre]
periencia original de fe, la han ofrecido como gran Era mi padre un arameo errante que bajó a Egipto
tesoro a los restantes grupos de oprimidos (pastores y vino a refugiarse allí cuando tenía pocos huma-
trashumantes, labradores pobres, soldados merce- nos; pero se hizo nación grande, llena de poder y
narios...), para celebrar con ellos una misma visión numerosa.
de libertad y nuevo nacimiento. Los egipcios nos maltrataron y oprimieron, impo-
niéndonos dura servidumbre.
2. Israel, pueblo del Éxodo. Sobre esa convicción
se ha edificado el pueblo, formando una comuni- [Liberación]
dad de renacidos a la vera del Mar Rojo. No ponen Clamamos entonces a Yahvé, Dios de nuestros pa-
ya como fundamento de su historia el mito de los dres, y Yahvé nos escuchó: vio nuestra miseria,
dioses del cielo que cohabitan con la tierra y que fe- nuestra penas y opresiones, y nos sacó de Egipto
cundan, de algún modo, la existencia humana. con mano poderosa y brazo tenso en medio de un
terror inmenso, de señales y prodigios.
Tampoco han colocado en el principio las hazañas
de guerreros que luchan contra fieras o potencias [Herencia]
adversarias de la tierra, sino estos dos principios Nos trajo aquí y nos dio esta tierra que mana leche
contrapuestos: y miel.
• Les amenaza un poder de opresión. También no- [Agradecimiento]
sotros, nuevos hebreos liberados, miramos hacia atrás Y aquí traigo las primicias de los frutos de la tierra
y descubrimos que al principio estaba el cautiverio: que tú, Yahvé, nos diste (Dt 26,5-10).
hemos nacido sobre un campo universal de lucha in-
terhumana. Ésta es una vieja confesión o credo que el devo-
• Descubren el Poder superior de libertad. Miramos to debe proclamar año tras año, al llegar la prima-
nuevamente y descubrimos en la misma raíz de nues- vera, después de haber recolectado los primeros
tra vida un amor que nos libra de ese riesgo de opre- frutos de la tierra.
sión y nos permite realizarnos como humanos.
3. El creyente como Éxodo. Ese credo no incluía
Precisamente esa oposición define la existencia principios generales o teorías sobre el ser divino.
verdadera. En plano narrativo, la historia empieza No contaba mitos sobre dioses cósmicos, pues su
siendo esclavitud: nuestro recuerdo más antiguo no Dios, Yahvé de libertad, se revelaba como fuente de
es el mito de la gloria humana, sino el fuerte dolor vida y libertad para los humanos. Ellos sabían que
de los esclavos sometidos a la dura opresión de los Dios se ha revelado dentro de la historia y así viene
egipcios (que reflejan el carácter destructor de los a confesarlo nuestro credo: verdadero israelita es
poderes de la tierra). Humanamente hablando no por lo tanto quien recibe (asume) la acción y pre-
había solución: los hebreos tendrán que ser hebre- sencia de Dios como principio de historia para los
os (sometidos) para siempre; los egipcios seguirán humanos:

3 6 VAHA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


• Esclavitud. Sólo puede ser creyente verdadero y Toda la vida es Éxodo: Dios nos ha librado ya al
recorrer su itinerario hacia Dios quien se sabe vincu- origen de los tiempos, suscitando la belleza de los
lado a los hebreos que sufrían cautiverio. Un opresor astros y la vida de la tierra, superando así y ven-
en cuanto tal nunca puede ser creyente, ni caminar ciendo los poderes del caos precedente (cf. Gen 1-
hasta el principio de la gracia. En sentido estricto, só- 2). No ha creado Dios las cosas para luego abando-
lo cree en Dios el oprimido que busca libertad o el que
diciendo las palabras de este credo se confiesa vincu-
narlas al destino o dominarlas con su fuerza aterra-
lado a todos los restantes oprimidos de la historia.
dora, sino para expresar en ellas su presencia,
abierta en amor a los humanos, en camino que cul-
• Libertad. Sólo es auténtico Dios quien escucha y mina por la pascua de Jesús (cristianos).
libera a los esclavos, revelándose así como fuente ori-
ginal de vida, abriendo para ellos un itinerario de li-
bertad. Los otros no son dioses, eran ídolos de Egipto,
poderes ciegos que mantienen a los humanos oprimi- c) Actualización. Dios Éxodo
dos. Sólo el que libera a los humanos y les abre hacia
el futuro de la historia puede hablarse del Dios israe- Entendido en perspectiva romántica, el Dios del
lita. Éxodo parece ingenuamente bueno: nos ama sin
La Biblia no ha estudiado la razones económi- más, nos libera de todos los dolores. Pero si mira-
cas, sociales y políticas que fundan ese cautiverio, mos las cosas a mayor profundidad descubriremos
ni pretende combatirlo en clave simplemente hu- que ese Dios es duro y exigente. Muchas veces pre-
mana, pero sabe que todo cautiverio se opone al iti- ferimos refugiarnos en Egipto, descansar ya en una
nerario de Dios entre los humanos. Por eso ha con- vida en la que estamos resguardados, como escla-
tado esta historia en clave religiosa. Sabemos desde vos satisfechos al servicio del sistema.
entonces que los rasgos religiosos y sociales se en- 1. El camino del Éxodo es duro. Así lo han descu-
cuentran vinculados: no se puede hablar de Dios si bierto y mostrado los israelitas, relatando los viejos
lo separamos del itinerario de la historia. El Dios recuerdos (cf. Éx 16-17; 32-33; Núm 10-14; Dt 1-4)
del Éxodo se expresa liberando a los humanos; la li- y escuchando la voz de los profetas. La libertad es
beración de los humanos oprimidos es revelación de costosa. ¿No serían mejores las cebollas de Egipto,
Dios sobre la tierra. los dioses de la vida, del poder y la opresión del
mundo: ser como los otros pueblos de la tierra? Así
han pensado en Israel muchos que han visto y han
temido la exigencia de Yahvé, los riesgos de la li-
EL ÉXODO bertad sobre el desierto:
El Éxodo que un día vivieron los hebreos en Egipto se • Fatiga de Éxodo. ¿Para qué ese caminar constan-
ha hecho fuente de ser y libertad universal: son israelitas te hacia la tierra del futuro, alejándonos de todo lo que
aquellos que renacen en un Éxodo que dura y se mantie- un día hemos amado? Por eso, en un momento dado
ne para siempre. preferimos «pactar con los poderes» de Egipto, encon-
trar una manera de vivir que sea fácil y pararnos para
siempre en lo ya sido. ¡Parar ya y detenerse, sin pensar
más ni arriesgarse sobre el mundo!
• El humano es Éxodo: camino hacia Dios a través • Tentación de Retorno. Probados fueron los ju-
de los conflictos de la historia. Nadie puede cautivarle díos: muchos acabaron adorando de nuevo los poderes
totalmente sobre el mundo, pues Dios mismo le con- de la tierra: la riqueza material, la fuerza bruta, el rit-
duce hacia su libertad. mo de la vida, el orden del estado... También nosotros
• Dios es Éxodo: nos hace vivir en libertad. En es- preferimos una parcela de seguridad: descansar de la
ta perspectiva, podemos traducir en clave israelita la fatiga, abandonar la marcha, apagar ya la inquietud
fórmula ¡Cristo es nuestra pascua! (1 Cor 5,7), dicien- del pensamiento y entornar los ojos sobre aquello que
do ¡Dios es nuestro Éxodo!, Itinerario de Libertad para gozamos, pactando con los ídolos del mundo, aunque
los cautivos. sea en cautiverio.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 3 7


• Herida de Nacimiento. La espada del Éxodo pe- sus seguridades ilusorias, de los ídolos que h a n ido
netra hasta la médula del alma (cf. Hebr 4,12-13), pa- modelando y adorando, al inclinarse ante las fuerzas
ra arrancarnos de las cosas que esclavizan nuestra vi- de la vida cósmica, el poder militar o las riquezas na-
da: el gran problema no es de aquellos que sufren y gri- cionales. Es el Dios de la Denuncia.
tan en Egipto, amordazados por la dura servidumbre • Dios, el gran Anuncio. Sólo entonces, cuando el
de un estado o Faraón que les oprime, sino el de los pueblo ya ha perdido sus seguridades anteriores (o sus
que callan (pues no tienen poder para gritar o pre- dioses) y se encuentra en cautiverio (en Babilonia), el
fieren ser esclavos). profeta habla de nuevo de u n Éxodo de vida, interpre-
tado como nuevo nacimiento. La crisis del exilio, sen-
Fatiga, tentación, herida: estos rasgos definen al
tida como muerte dolorosa del antiguo pueblo (con la
pueblo del Éxodo. A partir de aquí se entiende el ca- ruina de Jerusalén: 587 a. de C ) , ha sido necesaria. Así
mino posterior de la historia y profecía israelita, in- lo ha interpretado el autor de la historia deuterono-
terpretada en la Escritura como proceso, caída y mista, confesando a Dios las faltas y pecados de su
conversión. Cae el pueblo, pues prefiere retornar a pueblo, en los libros que van desde Josué a 2.° Reyes.
los «ídolos de Egipto» que emergen de manera nue- Sólo a partir de esa muerte, aceptada como expresión
va, en la misma Palestina. Se convierte el pueblo de la justicia de Dios, los últimos profetas (partes fina-
cuando Dios le ofrece de nuevo salvación. les de Ezequiel, 2.° Isaías, etc.) h a n proclamado el
Anuncio de Dios: la vuelta del exilio (Éxodo final) y el
Así han interpretado el camino de Israel los pro- nuevo nacimiento. El símbolo del Éxodo se vuelve ga-
fetas escritores más antiguo (Amos y Oseas, Mi- rantía de nuevo nacimiento. Los auténticos judíos si-
queas e Isaías, Jeremías y Ezequiel), criticando a guen confiando en la misericordia creadora de Dios en
los hombres y mujeres que vinieron a instalarse de medio de la ruina.
una forma servil, esclavizada, dentro de la tierra
prometida (en Palestina). Ellos combaten con pala-
bra de denuncia y anuncio salvador contra aquellos Adviento. Externamente hablando, el pueblo había
que han dejado al Dios de libertad y se han perdido, muerto: han entrado los paganos (asidos, babilonios) en la
se destruyen a sí mismos en el culto de los dioses de tierra; han destruido las fiestas de Yahvé, han quebrado la
la esclavitud del mundo. vida y esperanza de su pueblo, no dejando más que ruinas.
Pues bien, allí donde parece que ha llegado el fin y sólo
hay muerte, los nuevos profetas anuncian el adviento ver-
PROFECÍA, DENUNCIA DE DIOS dadero, el Éxodo del pueblo.

En proceso de fuerte pasión teologal, los profetas han


denunciado a los israelitas, anunciándoles la ruina: el
2. Nuevo Éxodo. Dios del futuro. Judíos verdade-
mismo Dios que antaño les libró de esclavitud, les expul-
ros son los que descubren al Dios liberador en estas
sa de la tierra prometida que han contaminado, para que
nuevas circunstancias de muerte y destrucción del
les puedan buscar y descubrir de nuevo desde el duro
pueblo, los que siguen aceptando al Dios del Éxodo,
cautiverio. Pertenece a la palabra creadora de Dios la De-
de forma que acogen y hacen suya la palabra de de-
nuncia que proclama (anuncia) el gran desastre: ¡Israel
nuncia y nuevo nacimiento:
será otra vez esclavizado! Así han dicho Oseas y Amos, Je-
remías y Ezequiel. Os sacaré de las naciones, os reuniré de los países
donde fuisteis dispersados.
Lo haré con mano fuerte y brazo tenso, con furor
• Dios, la gran Denuncia. Los profetas proclaman que se desborda.
un «Éxodo invertido»: el Dios que antaño liberó al pue- Os guiaré por el desierto de los pueblos, para juz-
blo de Egipto, arranca a los nuevos idólatras judíos de garos cara a cara,
la existencia confiada (egoísta) en que se habían insta- como juzgué a vuestros padres en el desierto de
lado, para hacerles retornar hacia la vida y libertad, en Egipto.
gesto de esperanza. Éste es el Dios que, conforme a los Os haré pasar bajo el cayado y os recogeré... (Ez
profetas, expulsa a los creyentes falsos de la tierra de 20,34-37).

38 VAHA DISCllliRlR EL CAMINO DEL PADRE


nio...); pero la vieja historia se vuelve principio de es-
-El Éxodo primero terminó en fracaso: el pueblo recha- peranza. Frente al Dios pasado, hecho de nostalgia y
zó la libertad de Dios, no ha querido caminar según su alian- evasión para los cautivos, el profeta anuncia la veni-
za y, de esa forma, ha terminado destruyéndose a sí mismo. da del Dios futuro, nuevo nacimiento para el pueblo:
- El Éxodo segundo ha terminado en vida: Dios ha ve-
Una voz grita:
nido al lugar de opresión, para habitar con los cautivos (cf. ¡abrid en el desierto el camino de Yahvé!
Ez 10), compartir su sufrimiento y liberarles (juzgarlos y ¡trazadle una calzada por la estepa! (Is 40,3-4).
salvarles) para siempre (cf. Ez 20,41-44; 33-37).
El profeta no habla ya de Dios (presenta su mis-
terio creador de vida y esperanza), sino que habla en
El pueblo está disperso, cautivo. Muchos quie- nombre de Dios, situando ante el pueblo su respon-
ren olvidarse de Yahvé y quedarse con los dioses, sabilidad mesiánica. El profeta hace suya la Palabra
declarando así que la experiencia de liberación an- de Dios, hablando en su nombre a los nuevos he-
tigua ha fracasado. El profeta en cambio anuncia breos oprimidos.
un nuevo nacimiento: lo que sucedió al principio se
repite: Dios envía su mensaje de perdón, de purifi-
cación (de juicio) y vida a través de los profetas. De EL PROFETA
esa forma resucita el pueblo. El 2° Isaías (Is 40-55)
asume este motivo y anuncia para los judíos cauti- El profeta se identifica de tal fomar con Dios que hace
vos en Babel su más hondo evangelio, el Éxodo fi- suya la Palabra de Yahvé, asumiendo/ el mismo Yo de Dios.
nal donde se cumplen las Promesas. El imperio ba- De esa forma, el ¡Sov quien soy! de Éx 3,14 se vuelve Pala-
bilonio está cayendo (tras el 545 a. de C ) . El profe- bra de Exigencia y Promesa en la historia. Así acompaña
ta ve la m a n o de Dios en las señales de la historia Dios a los hebreos en la marcha de la libertad, haciéndose
(victorias de Ciro) y proclama las más hondas pala- denuncia y anuncio de vida para los humanos.
bras de esperanza para el pueblo:
[Memoria]
Así dice Yahvé, el que abrió un camino por el mar, • Dios se «encarna» de algún modo en la palabra del
una vereda en medio de las aguas impetuosas, profeta, haciéndose principio de creatividad y liberación
el que arrojó en el mar a carros y caballos... para los que viven en exilio. Así actualiza el motivo ra-
[Superación] dical de la revelación teológica, estudiado en el tema an-
¡No os acordéis de lo pasado, terior: ¡Soy el que soy! (= Yahvé, cf. Es 3,14). Pero hay
no penséis más en lo que ha sido! una diferencia: antes (Éx 3,14) era Dios quien hablaba a
su profeta (a Moisés); ahora es el mismo profeta quien
[Promesa] toma la palabra y así habla en nombre de Dios7.
Voy a crear algo nuevo y ya surge, ¿no lo veis? • Israel viene a mostrarse como pueblo de profetas,
En verdad voy a crear camino en el desierto, Éxodo viviente. Si Dios se definía como «Soy el que
senderos en la estepa (Is 43,16-19). Soy» (el que viene a liberar a los cautivos), los israeli-
tas se definirán como aquellos «que han de ser»: ellos
Los antiguos prodigios llenaban la Memoria de pueden y deben realizarse como pueblo de humanos li-
Israel como historia hermosa del pasado inalcanza- berados, en actitud y compromiso de continuo naci-
ble. Pues bien, ella ha de hacerse Promesa para los miento, superando el cautiverio antiguo y renaciendo
cautivos de Babel. Frente a quienes quieren refu- como pueblo de Dios, Israel verdadero.
giarse en la nostalgia del pasado, el profeta abre un
futuro superior: ¡Voy a crear algo nuevo...! Dios apa-
rece así como esperanza para el pueblo. ' Cf. Dios ludio, Dios cristiano, EVD, Estella 1996, 160-167.
Más que una posible ontologta del ser (revelación de Dios como
Ciertamente, cambian los matices, los hechos entidad originaria), ésta es una experiencia de libeíación piofeti-
nunca se repiten (en vez del mar hallamos el desier- ca (cf. Dt 17,9-11), como afirman los cristianos al dech que el
to; en lugar de esclavitud egipcia, cautiverio babilo- Espíritu de Dios (= Dios mismo) hablo por los profetas.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 3 9


nos arraiga sobre el suelo fecundo de la vida para allí te-
nernos bien asegurados), sino como aquel que nos envía
EL PUEBLO DE ISRAEL sobre el mundo, haciéndonos capaces de asumir el ries-
go de la vida y superar la esclavitud que nos amenaza.
El pueblo de Israel representa a todos los hombres y • Sólo es humano verdadero quien escucha la lla-
mujeres de la tierra que aceptan a Dios como principio y mada de este Dios y se realiza en un camino de libera-
camino de liberación a partir del cautiverio. Los humanos ción personal y comunitaria. No soy h u m a n o porque
no se encuentran ya marcados y oprimidos por el peso de así me han hecho desde fuera, sino porque recibo y
un pasado insuperable, sino que viven (son) porque se asumo como gracia la existencia; no soy jamás perso-
elevan de la esclavitud y puede realizarse en libertad, na a solas, sino en comunicación y vida compartida.
pues escuchan a Dios y les responde.

DIOS • ISRAEL
La misma vida humana se define así como libe-
ración: estábamos cautivos en Egipto, amenazados - Dios es impulsor de vida: libera de la dura esclavitud
por poderes exteriores e interiores de opresión que a los hebreos, para que recorran el camino de su historia.
escinden y destruyen de manera brutal nuestra exis- Así afirma su poder y su asistencia (su existencia) ha-
tencia, pero Dios ha querido liberarnos. ciéndose fuente de libertad para los humanos.
3. Dios del Éxodo, Dios de libertad. Pensamos a ve- - Israel es teodicea (prueba de Dios): el mismo camino
ces que tenemos un tipo de existencia definida y de- de su historia (centrada en la liberación de esclavos y cau-
cidida de antemano. Pues bien, aquí nos descubrimos tivos) es un argumento en favor de Dios: si Él no existie-
como Éxodo viviente: somos a medida que salimos ra la historia de Israel perdería su sentido.
del pasado y nos hacemos, en unión con lo divino:
• Humano es el viviente que se puede descubrir es-
clavo. El animal está sujeto a los múltiples poderes de Dios no aparece arriba como fuerza que ordena
la vida, pero tiene la suerte o, mejor dicho, la desgra- o desordena cosas, sino que se revela suscitando y
cia de ignorarlo. Humano, en cambio, quien logra des- liberando vida: crear es liberar, ofrecer a los huma-
cubrir su esclavitud de tal manera que puede protestar nos la posibilidad de que se realicen a sí mismos, de
en contra de ella (al menos con su grito). manera individual y comunitaria: El Éxodo, camino
• Dios es quien conoce y libera a los esclavos (cf. Éx de liberación individual y comunitaria, es prueba de
3,7-10). No le deñnimos simplemente como aquel que la existencia de Dios8.

3. Alianza de Dios. Camino de pacto


Guía de lectura Como mediación entre el Éxodo y la Promesa se sitúa la experiencia fundante del encuentro
con Dios en la montaña de la ley (Sinaí), el despliegue de la Alianza. El camino de diálogo in-
terhumano se vuelve así argumento de la existencia de Dios.
• Israel es pueblo de Alianza y de esa forma ha descubierto a Dios como Aquel que ha que-
rido pactar con los humanos en gesto de fidelidad.
• Dios es principio y contenido de la Alianza: Amigo que vive en actitud de m a n o abierta
hacia los humanos.
• Lectura básica: Éx 19-23 y 33-34; Dt 27-30. La Biblia es libro de alianza antigua y nueva
con Dios.

8
Lógicamente, esta visión de teodicea ha de expandirse a que, como los hebreos, superan la opresión del mundo para
todos los humanos. Para la Biblia, el mundo es lugar de ídolos, vivir en libertad (cf. Éx 7,17.26; 9,13; etc.). Donde se impone el
libados a la naturaleza o a la estructura política de Egipto. Por Faraón, no se puede hablar de Dios como Yahvé, liberador de
i-I lonliario, Dios se encuentra vinculada al camino de aquellos los oprimidos.

40 V/\H\ DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


a) Principio histórico. nos hablan de ella han sido recreados a partir de
El Dios del pacto israelita concepciones y experiencias religiosas posteriores.
Pero podemos y debemos citar dos experiencias o
visiones complementarias.
Entre los grupos fundantes de la liga de Israel
(hebreos) resulta primordial el signo de la Alianza: 1. Dios del Sinaí. Pacto en el origen. La primera
pacto social y teológico. Significativamente, Th. perspectiva está ligada al Monte sagrado (Éx 19-24;
Hobbes presentó al Dios de estado moderno como 32-34) y los oasis de Cades (Éx 17-18; Núm 10-14),
Leviatán, figura mítica (cf. Is 27,1; Sal 74,14; en el sur de Palestina, donde algunos componentes
104,26; Job 3,8; 40,25), monstruo sagrado que se de Israel habrían vivido en tiempo antiguo una
impone sobre los individuos. En contra de eso, la fuerte teofanía que expresaron como Alianza.
Biblia le presenta como Amigo que ofrece su pacto
a los humanos. Toda la historia de Israel es itinera-
rio de pacto. El Monte Sinaí, llamado Horeb por el Dt, se hallaba en
• Antes del pacto había en Palestina una situación
territorio de Madián (cf. Hab 3,lss) y era lugar santo don-
de lucha mutua, controlada por el poder (Leviatán) de de adoraban a Yahvé, Señor de la Tormenta, los quenitas
las ciudades cananeas, orgullosas de su fuerza. Ellas errantes, emparentados desde antiguo con los hijos de Is-
eran signo del estado impositiva: repetían el esquema rael (cf. Éx 3,lss; compararlos con Je 1,16; 1 Sam 15,5ss;
de vasallaje de Egipto. Pues bien, en contra de ellas, 30,29). Allí había situado Éx 3-4 la revelación del Nombre
los hebreos han querido construir un pacto (Antilevia- (cf. tema anterior). Allí han descubierto a Dios algunos an-
tán) de humanos libres. Los firmantes de ese pacto no tepasados de Israel.
han sido los grandes y señores de la tierra, sino más
bien los pobres, esclavos fugitivos, pastores trashu-
mantes. Por eso, en la prehistoria de Israel no está la
lucha universal de todos, sino la imposición violenta
de los grandes y el peligro y sufrimiento de los oprimi-
dos. Pero estos oprimidos han aprendido a vincularse
y se vinculan de manera social y religiosa para conse-
guir y mantener su libertad.
• Los firmantes del pacto no abandonan sus poderes
en manos del rey o del estado, sino que se vinculan pa-
ra mantener su independencia y ayudarse en los pro-
blemas y tareas de la vida. Por eso, en vez de construir
un sistema de poder autoritario, forman una «liga de
familias y de tribus libres» que pueden actuar con
eficiencia y ofrecer a sus miembros un grado intenso
de vinculación civil y militar que les permita defender-
se de los riesgos exteriores y ejercer así su autonomía. • Teofanía cósmica. Dios se les mostró entre fuer-
• El Dios de la Alianza israelita no es la fuerza im- tes convulsiones de tormenta (cf. Éx 19). La tradición
positiva del sistema (como los dioses del entorno), ni el ha mantenido vivo el recuerdo de un encuentro con
Poder real (del Faraón egipcio o del rey mesopotamio), Dios entre relámpagos y truenos, en el monte de la
sino que se revela más bien como garante y fundador Alianza.
de libertad del pueblo al que ofrece nacimiento y espe- • Alianza. El Dios de cielo y tierra se vincula con
ranza de futuro (Éxodo y Promesa). De esa forma se un grupo pequeño de hebreos, oprimidos, prome-
define como pacto: los humanos pueden construir una tiéndoles su ayuda y pidiéndoles un gesto de res-
Alianza de paz, entre iguales, porque Dios mismo es puesta: deben adorarle en exclusiva (cf. Éx 24,1-11;
Alianza, como indicarán las reflexiones que siguen. 34,1-28).
Resulta muy difícil precisar el origen de la tradi- Esta experiencia de Dios en la montaña, con to-
ción o tradiciones de la Alianza, pues los textos que do lo que implica de presencia teofánica y fidelidad

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 4 1


del pueblo, se ha venido a grabar de manera inten- b) Interpretación israelita
sa en la tradición israelita como evocan diversos re-
latos y poemas: el canto de Habacuc (3,7), la bús- La experiencia de Siquem se ha vinculado según
queda de Elias (1 Rey 19) y algún salmo (cf. 29,8). eso a la Montaña Sagrada del encuentro con Dios
Más tarde, la Escritura oficial de la liga de Israel ha en Sinaí. En un momento dado, al principio de su
«canonizado» esa experiencia, viniendo a presen- historia, los hebreos liberados descubrieron y/o sin-
tarla como fundamento y sentido de toda la vida tieron algo que marcó toda su vida posterior:
religiosa y social del pueblo (libros de Éxodo y Le-
vítico). El misterioso acontecimiento y todo lo que de él se
derivó, la Alianza del pueblo con Dios, ocurrió en for-
2. Dios de Siquem. Pacto en la historia. Otra pers- ma históricamente condicionada. Si la ocasión fue mo-
pectiva nos conduce hasta la fiesta de la Alianza, ce- tivada por un peregrinaje al Sinaí éste habría sido ya
lebrada por las tribus de Israel ya dentro de la tie- desde antes un monte sagrado, al cual se realizaban pe-
rra palestina, quizá primero en Guilgal, luego en Si- regrinaciones, e incluso un lugar de culto. De hecho, el
quem, como indica el libro de Josué: allí vinieron a antiguo culto sinaítico parece haber tenido una in-
fluencia permanente en la fe de Israel. Todo hace su-
juntarse los fieles de Yahvé, comprometidos a ser- poner que el nombre divino de Yahvé deriva del culto
virle (cf. Jos 24), por medio de una Alianza, repeti- preisraelita que se practicaba en el Sinaí y del nombre
da de m a n e r a solemne en la fiesta de la liga de Is- de la divinidad que se adoraba en dicho lugar de culto9.
rael que debía renovarse cada siete años (cf. Jos
8,30ss; Dt 27,1 lss). Ella podría entenderse de dos El itinerario de pacto se inicia con el culto que
formas: algunos antepasados hebreos rendían a Dios en la
montaña del desierto, con el recuerdo de la teofanía
• Una destaca el elemento cananeo. Había en Si- cósmica, que ha sido interpretada más tarde en
quem un templo pagano dedicado a Baal-Berit, Dios perspectiva de Alianza, destacando así la vincula-
de la Alianza (Je 9,4), y sus habitantes se llamaban «hi- ción social de la tribu, de m a n e r a que Dios viene a
jos de Jamor», esto es, del asno, animal sagrado (= sa- presentarse como garante de unidad interhumana
crificado) al celebrar la Alianza. En un momento dado,
algunos grupos de hebreos que pugnaban por entrar para el pueblo. ¿Cómo se h a n unido estos aspectos?
en la tierra palestina habrían asumido la experiencia ¿De qué forma se vincula el Dios del montaña (teo-
siquemita, para actualizarla después en forma nueva, fanía, Alianza teológica) y el Dios de las tribus
a partir de los principios ya indicados (Éxodo y Pro- (Alianza interhumana)? No podemos responder con
mesa) del Dios de los hebreos. precisión. Posiblemente fueron los mismo fieles de
• Otra destaca el origen israelita de la Alianza, que Yahvé (que llevaban el recuerdo sacral de la monta-
sólo en un segundo momento se habría vinculado con ña) los que luego entraron de manera militar en Pa-
las tradiciones paganas de Siquem. Los diferentes gru- lestina, apareciendo como promotores entusiastas
pos de oprimidos (hebreos) se juntaban para de- de la unión israelita, formando el corazón de la «li-
fenderse mutuamente y crear de esa manera una «so- ga israelita».
ciedad sacral», en Alianza de fidelidad mutua, que ya
hemos evocado. De esa forma, los antiguos hebreos 1. Alianza con Dios: unidad del pueblo. Los «devo-
oprimidos crearon su nación por pacto. Previamente tos de Yahvé», vinculados a la Montaña Sagrada,
no eran pueblo (sólo grupos dispersos, sin más unión pueden haber sido promotores del llamado «pacto de
que el mismo sufrimiento). Luego se han unido, bajo Guilgal», vinculado a la conquista de la tierra, como
el patrocinio de Dios, en términos de Alianza. parece suponer Jos 4-5. Probablemente en torno al
santuario de Guilgal, donde se hallaban las doce pie-
Se puede suponer que los hebreos unieron la ex- dras santas de las tribus, se fueron vinculando los he-
periencia del pacto de Siquem y el Sinaí con los mo- breos, hasta construir la liga israelita, bajo el culto de
mentos más profundos de su historia, vinculada al
Éxodo y Promesas. De esa forma, el pacto israelita
ofrece elementos que sólo pueden entenderse desde 9
M. Noth, Historia de Israel, Garriga, Barcelona 1966, 132-
la novedad israelita. 133.

42 VAHA DESCUBRIR r.i. CAMINO DEL PADRE


Yahvé: Dios de la montaña, Dios del pacto. En la fies- en paradoja inexplicable, hubieran conseguido for-
ta de ese Dios vendrían a juntarse los hebreos deseo- mular la más profunda visión de lo divino. La para-
sos de tomar un día el poder sobre la tierra palestina. doja existe (todo en Israel resulta extraño), pero de-
be situarse mejor, vinculando lo h u m a n o y lo divino.
Convenían en la fiesta y se juntaban hebreos de
los varios grupos arriba mencionados (fugitivos de • Plano humano. La liga de Israel fue en el princi-
Egipto, pastores trashumantes...), mezclando así pio (y siempre) muy pequeña desde el punto de vista
sus tradiciones. De esa forma el Dios del Sinaí, Se- militar y demográfico: un pueblo de clanes o tribus de
ñor del pacto, fue asumiendo propiedades, rasgos y montaña y colina que no pudo (ni quiso) realizar gran-
exigencias del Dios de los restantes grupos, de ma- des conquistas, pueblo sin poder (o estado) central, sin
nera que se fue formando la unidad teológica y so- ejército poderoso, sin grandes posibilidades comercia-
cial del pueblo, que culminó quizá en la teología del les o industriales. A ese plano, no podemos comparar-
Pacto de Siquem. Éstos son sus elementos: lo con los grandes imperios de Egipto o Babilonia. Sin
embargo, su misma pequenez le permitió crear algo
• La experiencia de unidad del pueblo vino a proyec- que no habían conseguido los imperios: un pueblo de
tarse en la visión de un Dios único, de carácter mono- familias libres, vinculadas por Alianza, en compromi-
teísta. Otros pueblos mantenían las figuras de los dio- so de fidelidad y mutua asistencia, apoyado en un Dios
ses, formando un «panteón» donde cabía cada uno con personal y trascendente.
su nombre. En contra de eso, los hebreos vincularon las • Plano divino. Lógicamente, el Dios de estos es-
diversas tradiciones religiosas (teologales) en un relato clavos y pastores liberados, que establecen sobre el
histórico unitario, diciendo que el mismo Dios que li- mundo una Alianza de familias libres, será fuente de
beró de Egipto a los esclavos fue el que se mostró en el solidaridad y esperanza. Éste es un Dios de libertad que
monte de la Alianza, después de prometer la tierra a los protege a los que rompen las cadenas anteriores de la
patriarcas. De esa forma, el monoteísmo de Israel em- servidumbre; un Dios de Promesa que ofrece a los hu-
pieza siendo de tipo narrativo: Dios dirige los diversos manos un camino de futuro; será un Dios de pacto que
momentos de la historia del pueblo y de la humanidad. mantiene la existencia del pueblo como Alianza,0.
• La unidad de Dios se proyecta también sobre el
pueblo, haciendo así posible que los grupos de hebreos
oprimidos, antes desunidos, se integraran para formar
una nación con gentes que asumen un mismo pasado LA APORTACIÓN HEBREA
fundante (Éxodo), ratifican un mismo compromiso de
presente (Alianza) y tienden hacia una esperanza co- Un pequeño pueblo de pastores trashumantes, solda-
mún (Promesas). De ahora en adelante, los israelitas dos mercenarios y rebeldes o esclavos fugitivos (parias de
podrán distinguirse de otros pueblos porque conocen la tierra) construyó una sociedad de humanos libres, lle-
el nombre de Dios (Yahvé: Éx 3,14) y son depositarios na de fuerte experiencia de fidelidad ética. Por haber lo-
de un secreto inmenso: la unidad de Dios (confesada grado esto y por haberlo contado en forma bella y dura-
por el Shema de las oraciones posteriores: cf. Dt 6,4-5). dera en sus textos legales, históricos y proféticos, los he-
Los demás no lo saben, viven engañados. Sólo ellos, breos aportaron a la humanidad algo que ignoraron los
Tos judíos, conocen y saben: son portadores del único grandes estados imperailes de Egipto o Babilonia, edifi-
misterio de la Unidad de Dios sobre la tierra. cados por imposición de faraones o reyes: una experien-
cia y esperanza de libertad, fundada en Dios.
La unidad del pueblo se proyecta sobre Dios y la
unidad de Dios vuelve a proyectarse sobre el pue-
blo. Un nuevo Dios, u n nuevo pueblo: ésta es la
identidad israelita. 10
En este momento fundacional no hacían falta reyes; tam-
2. Alianza en la historia. Un modelo en crisis. Al- poco había grandes ciudades en la tierra liberada, ni o señores
gunas veces, para combatir una visión supuesta- poderosos, que pudieran oprimir a los demás. La misma expe-
riencia de Dios liberador, amigo de los pobres, les había lleva-
mente materialista de la historia, se suelen oponer do a construir una estructura de vida social en libertad y en ella
esos aspectos (el teológico y social), como si los ju- convivían, traduciendo en forma humana su visión de lo divino,
díos, pueblo histórica y culturalmente irrelevante, en una historia fuerte de creatividad teológica y política.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 4 3


Cuando esta unión ya estaba conseguida y el 1. Renovación de la Alianza. Dios esponsal. Desde
pueblo se encontraba «estructurado» en términos aquí se entiende la historia israelita como tradición
sociales y sacrales, los hebreos liberados de la liga de Alianza, camino de a m o r mil veces roto por los
israelita asumieron en su Alianza sagrada a dife- humanos y mil veces recreado por Dios. Lógica-
rentes grupos de habitantes palestinos, que pasaron mente, las rupturas de ese amor se h a n expresado
de esa forma del régimen antiguo de ciudades muy en términos de ruina para aquellos que dejan de
centralizadas a la nueva formación de tribus libres. apoyarse en Dios y quieren elevarse como pueblo a
Es evidente que surgieron rupturas y divisiones. partir de otros poderes de la tierra (de los ídolos).
Allí donde la Alianza con Dios quiebra, se destruye
La vieja federación de israelitas libres cesó, na-
el mismo pueblo de Israel, quedando a merced de
ció u n estado militar, centralizado, como los esta-
los poderes violentos de la tierra, como una y otra
dos del entorno (siglo X a. de C , con David y Salo-
vez han señalado los profetas (cf. Os, Jer, Ez). Pero
món). Más tarde, tras las duras experiencias del exi-
ellos saben igualmente que Dios a m a a los h u m a n o s
lio (en siglo V a. de C ) , los judíos vinieron a formar
a pesar de sus traiciones, ofreciéndoles de nuevo su
u n Estado Sacral, en torno a la Ciudad-Templo de
presencia:
Jerusalén. Pero la experiencia primera de la libertad
fundada en el pacto de Dios siguió latente en el pue- [Promesa]
blo. Desde aquel antiguo fondo han evocado los au- La cortejaré, la llevaré al desierto,
tores de la tradición deuteronómica una Alianza co-
m o aquella que se suele llamar «pacto de Siquem». [Diálogo]
Josué convocó a los «jefes de familia» para presen- hablaré a su corazón y allí me responderá,
tarles el compromiso de Yahvé: [Memoria]
[Josué] como en los días de su juventud,
Si os resulta duro servir a Yahvé, elegid hoy a quién el día en que le hice subir de la tierra de Egipto (Os
queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros 2,16-17).
padres al otro lado del río o a lo dioses de los amo- La Alianza se interpreta como unión de matri-
rreos en cuyo país habitáis. Yo y mi casa servire- monio: Dios y los h u m a n o s se vinculan en diálogo
mos a Yahvé. profundo en el que deben hablar y responderse. Es
[Pueblo] diálogo de amor doble: de los humanos entre sí
¡No abandonaremos a Yahvé para servir a otros (unión de los hebreos en la liga de Israel) y de los
dioses! Porque Yahvé, nuestro Dios, es el que nos humanos con Dios (como revelación teológica). En
sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud esta segunda perspectiva se sitúan de manera pre-
de Egipto... (Jos 24,14-18). ferente las palabras del profeta:
Los israelitas saben que ellos no han nacido por [Anuncio)
herencia nacional, sino que nacen y se unen por Vienen días en que pactaré con la casa de Israel (y
Alianza: libremente se vinculan entre sí, asumiendo con Judá) una Alianza nueva.
el mismo compromiso de Yahvé, que así aparece co-
mo promotor y garantía de la Alianza. El texto añade [Recuerdo]
que «Josué selló el pacto con el pueblo y les dio leyes No como la Alianza que pacté con sus padres,
y mandatos en Siquem» (Jos 24,25-26; cf. Dt 27-28). cuando los tomé de la mano para sacarles de Egip-
to (pues ellos la rompieron...).
[Cumplimiento]
c) Aplicación y conclusiones Ésta será la Alianza que yo'he de pactar... después
de aquellos días:
Sin perder su trascendencia, Dios se vuelve cer- pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus co-
cano, como amigo que, estando al principio (Éxo- razones;
do) y al fin (Promesa), se vuelve como compañero y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo (Jer 31,31-
de los hombres y mujeres de su pueblo. 33).

4 4 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Significativamente, estas palabras (reasumidas • Por otra parte, la verdad del ser humano consiste
por Ez 36,26-27) han venido a vincular todas las en alabar y bendecir a Dios. Ésta es la plenitud de los
tradiciones que venimos estudiando. Por un lado, el que rompen las cadenas del pasado, la gloria de aque-
profeta nos sitúa ante el Éxodo de Egipto, interpre- llos que buscan un futuro de libertad...; es la verdad de
tado como primer acto de una historia de amor. Por todos los que siguen compartiendo el camino de libe-
otro, reasume la esperanza final, aunque ahora ración y saben vincularse a los demás, en Alianza de
gracia. En ellos está Dios, conforme a la Escritura is-
ofrece un «nuevo corazón» (cf. Ez 36,26-27). raelita que nosotros descubrimos culminada en Jesu-
2. Vivir en Alianza. Desde ese fondo puede y de- cristo".
be entenderse la historia bíblica. Como he indicado
ya, los israelitas son portadores de un secreto (la Bibliografía
unidad de Dios), que se abre hacia el futuro para to-
dos los humanos: Dios les ama. De esa forma, Israel 1. Historia
nos ha enseñado a descubrir a Dios en el camino Bright, J., Historia de Israel, DDB, Bilbao 1970.
mismo de la historia de los humanos.
Gottwald, N. K., The Tribes ofYahweh, SCM, Londres
• Saber que hay Dios es conocer nuestro principio: 1980.
descubrirnos liberados de la nada (haber sido creados) Herrmann, S., Historia de Israel, Sigúeme, Salamanca
y la muerte (esperar la resurrección: cf. Rom 4,17). 1979.
Aquel que nos rescata de la esclavitud del mundo y de
la historia pervertida, ese es Dios. Noth, M., Historia de Israel, Garriga, Barcelona 1066.
• Saber que hay Dios es conocer y buscar nuestro fu- Id., Estudios sobre el AT, Sigúeme, Salamanca 1985.
turo: descubrimos que la vida no está hecha y termi-
Vaux, R. de, Historia antigua de Israel I-II, Cristiandad,
nada y que por eso hemos de hacerla en camino de
Madrid 1975.
confianza que nos lleva a la verdad y plenitud de aque-
llo que seremos. El que nos hace capaces de esperar y
tender al futuro la historia, ese es Dios. 2. Teología
• Saber que hay Dios implica realizar la vida como Eichrodt, W., Teología del AT, Cristiandad, Madrid
amor, descubriendo de esa forma que ella es compa- 1975.
ñía: amor que nos regalan y nosotros regalamos a los Imshoot, P. van, Teología del AT, FAX, Madrid 1969.
otros. Creer en Dios implica formar parte de la Alian-
za israelita de los oprimidos de la historia. Neher, A., Moisés y la vocación judía, Aguilar, Madrid
1966.
En esta perspectiva viene a situarnos la teodicea is- Otto E. y Schramm, T., Fiesta y gozo, Sigúeme, Sala-
raelita: la historia es libro en el que Dios nos habla y manca 1983.
que nosotros mismos vamos escribiendo, de tal forma
que la revelación de Dios resulta inseparable de nues- Rad, G. von, Teología del AT I-II, Sigúeme, Salamanca
tra plenitud humana. De esa forma se han unido para 1974.
siempre (sin perder sus notas distintivas) teodicea y íd., Estudios sobre el AT, Sigúeme, Salamanca 1976.
antropodicea, gloria de Dios y plenitud humana:
• La gloria de Dios es que los humanos vivan, como
destacó san Ireneo, pero no sólo en un plano de expe- " Las afirmaciones anteriores se pueden traducir en
riencia interior, sino en la misma historia social. El perspectiva cristiana, resaltando el sentido de Jesús resuci-
mismo Dios de la intimidad personal se revela en la tado como pasado, futuro y presente de la historia.
Sabemos, en primer lugar, que la pascua de Jesús es paso de
plaza más abierta de la historia, en el camino que con-
Dios, el Éxodo fundante y principio de la nueva realidad. Al
duce desde la liberación de los hebreos oprimidos a la mismo tiempo, ella es anticipación del futuro, escatología
plenitud de las Promesas; en ese camino de Alianza tie- adelantada o realizada. Finalmente, el Jesús pascual ha esta-
nen su lugar y reciben esperanza todos los «rebeldes y blecido el pacto eterno (es decir, definitivo) entre Dios y los
oprimidos de la historia», los nuevos trashumantes humanos: la historia de amistad ha culminado como encar-
y esclavos de la tierra. nación.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 4 5


1. Ejercicio de autocomprobación
Completar lo que falta. Respuesta en casilla siguiente.

1. Los israelitas antiguos se apoderaron de la tierra de... 1. Canaán o Palestina


2. La teodicea histórica destaca el valor teofánico del pueblo de... 2. Israel (de los hebreos)
3. Tradiciones teofánicas de la historia de Israel... 3. Éxodo, Alianza y Promesa
4. El camino de las promesas comienza con la fe de... 4. Abrahán
5 Planos en que se puede actualizar el Éxodo... 5. Individual, eclesial, universal israelita
6. Profetas que hablan de un nuevo Éxodo... 6. Ezequiel, Segundo Isaías
7. La esperanza de Israel está fundada en la... 7. Promesa de Dios
8. El itinerario patriarcal conduce, al mismo tiempo, a... 8. La tierra y a Dios
9. El Dios de de Israel prometa ante todo... 9. Tierra y descendencia
10. Textos que transmite la Promesa en forma guerrera... y... 10. Dt 20 y Éx 23
11. El Éxodo primero está relacionado con el paso por el mar... 11. Rojo
12. La teología de la Alianza está ligada al Sinaí y a la ciudad de... 12. Siquem

2. Prueba de síntesis
Vincular los diversos rasgos de las tres tradiciones, interpretándolas de un modo teológico y social.
a. El Éxodo es un fenómeno histórico y religioso: distinguir y relacionar ambos rasgos.
b. La Promesa abre un futuro para los creyentes. Relacionar Promesa de Dios y promesas históricas.
c. El Pacto tiene un elemento histórico/social y otro religioso; ¡pueden separarse?, ¿todo pacto es signo de Dios o puede
haber pactos destructores para los humanos?

3. Prueba de ensayo
He presentado la teología de Israel como camino que conduce a Jesucristo. Será bueno comparar esta visión y la de un ju-
dío como Baeck, que interpreta a Israel como revelación definitiva y, en el fondo, exclusiva de Dios. ¿Por qué acepta sólo dos
tipos de religión? Ampliar el esquema y comparar judaismo, cristianismo e islam.
«Si el factor esencial de la religión radica en la actitud del hombre hacia el mundo... entonces hay sólo dos formas de-
terminantes de religión, la de Israel y la de Buda. La primera declara que el mundo es el campo para las tareas de la vida
y ofrece una afirmación moral del valor de la relación del hombre con el mundo mediante la acción y la voluntad. La se'
gunda declara que la tarea del hombre consiste en dedicarse a la automeditación sin ejercer la voluntad. Una expresa el
mandamiento de trabajar y crear, la otra la necesidad de descansar.
Eí judaismo conduce al deseo de trabajar por el remo de Dios en el cual todos los hombres pueden unirse, mientras que
el budismo lleva al deseo de hundirse en el Único, en la nada, para encontrar allí la liberación y la salvación del yo... El
judaismo exige creación, hombres nuevos y un mundo nuevo; el budismo busca la extinción, el alejamiento de la humani-
dad y del mundo. Así el judaismo es una religión del altruismo, pues declara que quien ha encontrado su camino hacia
Dios buscando a sus hermanos, el que sirve a Dios amándolos y siendo justo con ellos, ese hombre aspira a la perfección.
Por otro lado, el budismo es la religión del egoísmo, ya que atribuye perfección al hombre que se aparta de la humanidad
para descubrir la única manera de acercarse a sí mismo.
Entre estas dos religiones es necesario establecer polaridades de elección: sólo una de ellas es la revelación religiosa.
Todas las otras religiones tienden hacia una u otra; en la mezcla que casi todas ellas constituyen los rasgos polares del bu-
dismo y el judaismo se revelan en mayor o menor medida» (L. Baeck, La esencia del judaismo, Paidós, Buenos Aires 1964,
63-64).

VAHA DI S( IllililR r.L CAMINO DEL PADRE


Caminos cortados:
los grandes dolores

Encuadre
orientativo Pasamos del origen (Nombre) y camino (tradiciones) al misterio de la prueba: desde el do-
lor y falta de sentido llaman los humanos; allí debe responderles Dios. Éste es el momento cla-
ve de nuestro itinerario, hecho camino cortado, de dolores. Ciertamente, siguen influyendo en
nuestra vida las tradiciones del Éxodo, Alianza y Promesas; pero después ellas resultan insufi-
cientes: estamos ante un Dios que parece silencioso, callado a las preguntas que elevan los hu-
manos, dominado por el sufrimiento, el hastío o la injusticia.
Podíamos haber elaborado este itinerario con textos de poesía o pensamiento moderno, con
el grito de los torturados y las noticias de violencia y guerra que nos azotan cada día... Podía-
mos habernos fijados en los caminos de dolor de millones de personas de nuestro entorno. Pe-
ro hemos preferido volver a los clásicos de la Biblia: Job y Eclesiastés (Qohélet). Ellos nos per-
miten realizar el más intenso itinerario teológico, la ruta del dolor y de la angustia, el camino de
los grandes problemas.
Ésta sigue siendo un itinerario comprometido. No puede resolverse con teorías generales
sobre el mal de la vida, la angustia y dolor de la existencia. Sólo quien comparte el camino de
dolor del mundo, sólo quien sabe sufrir y se abre a Dios recorrerá hasta el final este itinerario.

E l tema anterior nos situaba en el camino que


lleva de la esclavitud y cautiverio (Éxodo) al
futuro de esperanza (Promesas), a través de la Alian-
exilio (el cautiverio no cesa) y a la misma condición
de la existencia. Otros hombres y mujeres, de la In-
dia a Grecia, videntes como Buda, sabios como Só-
crates, se hacían preguntas semejantes. Entre ellos
colocamos los dos libros más hirientes de la Biblia:
za. Allí seguimos, pero en un momento dado las res-
puestas anteriores acaban siendo insuficientes, co- Job y Eclesiastés (= Qohélet). Los sabios de Egipto,
mo han visto los mismos judíos, entrando en crisis de la zona siro-palestina y Mesopotamia, llevaban si-
profunda de Dios. Es crisis de madurez, vinculada al glos planteando los problemas del dolor y falta de

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 4 7


sentido, de injusticia y de la muerte, las preguntas
más profundas de lo humano. Son los problemas IVAN
que sigue planteando un personaje de E M. Dos-
toievsky al que han dicho que la suma de dolor de los «Yo quiero ver con mis propios ojos al cordero tumba-
mortales es un tipo de ardid de la razón, un elemen- do junto al león [cf. Is 11,6] y cómo la víctima revive y se
to necesario en el sistema racional del mundo. abraza con su verdugo. Yo quiero estar allí cuando todos,
Éste es el problema: la visión de la historia que de pronto, vengan a saber para qué pasó todo aquello. En
hemos presentado en el capítulo anterior corre el este anhelo se fundan todas las religiones, y yo creo.
riesgo de quedar en abstracciones si no toma en se- Pero ahí están, sin embargo, los niños, ¿y qué voy a
rio el enigma primordial del sufrimiento de los ni- hacer con ellos entonces? He aquí un problema que no
ños (de los pobres e inocentes, de todos los enfer- acierto a resolver... Si el dolor de los niños está destinado
mos y oprimidos) de la historia. Parece que el Éxo- a completar esa suma de dolor que es indispensable para
do ha quedado lejos, la Promesa no se cumple. Nos comprar la verdad, de antemano advierto que toda la ver-
hallamos en el centro de un presente cargado de do- dad no vale ese precio.
lores. ¿Se puede hablar de Alianza con Dios en la in- No quiero que la madre del niño martirizado se abrace
justicia? ¿Tiene sentido hablar de Dios sobre una con el verdugo ...Yo no quiero esa armonía; por amor a la
tierra sin sentido? Estas preguntas y razones siguen Humanidad, no la quiero. Prefiero quedarme con mi dolor
lacerando la conciencia humana: «el ateísmo nace a no vengado y con mi indignación insaciable, aun cuando
veces como violenta protesta contra la existencia no tenga razón. Además: han tasado demasiado cara esa
del mal en el mundo» (Vaticano II, Gaudium et Spes armonía: no tenemos dinero bastante en el bolsillo para pa-
19). También nosotros queremos plantearlas, desde gar la entrada; así que me apresuro a devolver mi billete».
el centro de la crisis del humano, con la ayuda de Hermanos Karamazov II, V, 4.
Job y Eclesiastés (Qohélet).

1. Job y los falsos amigos de Dios. £1 itinerario de los expulsados


Guía de lectura
Job es la humanidad que llama a Dios en el reverso de la historia: desde el basurero en que
se pudren los restos de una sociedad opulenta que derrocha su fortuna a costa de dolores de
los otros.
- Job recoge la noticia del gran desafío: Dios prueba por Satán al h u m a n o al expulsarle de la
sociedad con sus dolores; Job prueba a Dios con su dura y honesta rebeldía.
-Job es el humano aplastado, pero su misma destrucción, la injusticia de la historia se ha-
ce fuente de creatividad. Antes que el «yo pienso» de Descartes o el «yo debo» de Kant, eleva
Job su «yo sufro» (= nosotros sufrimos), como fuente de racionalidad dolorida de la historia.
- La respuesta va emergiendo poco a poco, en gesto de respeto, aceptación, misterio. Dios
recibe con paciencia las preguntas de Job, las va elevando de nivel y al fin las hace suyas, ofre-
ciéndole camino de vida en el dolor. Ciertamente, el Dios de Job no ha respondido en plano ra-
cional a sus preguntas, pero le ofrece una palabra y lugar de reconciliación que él expande a
sus «falsos» amigos.
- Método de trabajo. Leer el libro de Job con cuidado, al menos principio y fin y algunos ca-
pítulos centrales. Para una profundización cf. bibliografía: obras de Alonso, Jung y Pixley.

4 8 VAHA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


sufrimiento, como pesadilla que jamás logra vencer.
¿Por qué?

a) Prueba: Dios y Job enfrentados

1. Parábola fundante. Dios y Satán disputan so-


bre Job. Comienza el libro en forma de parábola.
Allá en Oriente, en una tierra misteriosa, de sa-
bios de leyenda, hubo un hombre rico y justo. Dios
mismo se gloriaba de tenerle por amigo ante sus
siervos o sus hijos (los ángeles del cielo). «Un día,
cuando los hijos de Dios venían a presentarse ante
En la prueba de la vida hallamos a Job, hombre Yahvé, se presentó también con ellos Satán». Así
de todas las desgracias. Sufre en plano externo (con hablaron sobre Job:
su cuerpo), pero sobre todo le tortura la falta de jus- Yahvé: ¿De dónde vienes?
ticia: le han colocado en el m u n d o sin permiso y Satán: De recorrer la tierra y pasearla.
quiere saber por qué y de qué manera. Por eso gri- Yahvé: ¿No te has fijado en Job, mi siervo? No hay
ta, ha protestado. Quizá en otro tiempo bastaba el nadie como él sobre la tierra.
consuelo del pueblo. Pero Job no tiene pueblo o, Es hombre recto y cabal, que teme a Dios y
mejor dicho, tiene el pueblo en contra, pues los sa- que se aparta de lo malo.
bios vienen y le acusan, en nombre del Dios del sis- Satán: ¿Piensas que Job se porta así de balde?
tema. Está solo, arrojado en el basurero de la ciu- Tú mismo has levantado una valla en torno a
dad, condenado por los buenos que habitan dentro él, a su casa y a sus bienes.
de ella. Has multiplicado sus posesiones y se extien-
den sus rebaños por la tierra.
Pero extiende la mano y quítale los bienes.
Un rebelde. Job no es un espejo de paciencia sumisa, ¡Verás cómo te maldice abiertamente!
sino un fuerte luchador que eleva su pregunta ante el mis- Yahvé: Haz lo que quieras con sus bienes; pero no to-
terio: llama a las puertas de Dios y pide una respuesta. De ques su persona (Job 1,6-12).
esa forma asume nuestras cuestiones. Más que piadoso en Dios celebra consejo de gobierno. Le rodea el
el sentido tradicional, es un rebelde y honesto explorador misterio de los ángeles que el texto antiguo llama
de Dios desde el sufrimiento de la tierra. «hijos de Dios». Uno de ellos es Satán, Tentador,
que discurre por el m u n d o escudriñando sus rinco-
nes. No es aún el enemigo abierto de los buenos, no
es el Diablo de la tradición posterior. Pero ya viene
Esta soledad se hace pregunta. Le dijeron que a mostrarse como acusador. Vive en la trama de la
hay u n Dios que es la bondad, que protege al opri- tierra y sabe que no es fácil ser agradecido en la des-
mido, que es amigo de los pobres y les salva. Sin dicha. Por eso desconfía de aquellos que se dicen
embargo, su experiencia le ha llevado por caminos «fíeles de Yahvé»: duda de Job y su virtud gratuita.
diferentes: el poder original que llaman Dios se
vuelve adverso, como un destino que se ríe, se ale- Este Dios sorprende ya al principio. ¿Por qué
gra en destruir a los humanos, sin contar con los asiente a la propuesta de Satán, el Tentador?, ¿pue-
derechos o valores de los pobres. Los sabios de la den convencerle sus dudas maliciosas? Por otra
tierra a u m e n t a n su dolor al afirmar que su dolor es parte, ¿es justo probar de esa m a n e r a a u n hombre
resultado del pecado. Job se mira y no lo acepta: sa- sólo porque el tentador no está conforme con su fa-
be que en el fondo no es malvado. A pesar de eso m a de justicia? Quizá podamos añadir: ¿se hubiera
(quizá por eso mismo) le persigue sin descanso el comportado así el Señor del Éxodo, la Alianza y las

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 4 9


promesas? Evidentemente no: Dios no probaba de nado que espera la muerte en el estercolero de la ciu-
esas forma. La historia (parábola) de Job nos ha ve- dad, donde se pudren en vida las basuras. Significati-
nido a colocar donde la vida parece más perversa, vamente, sobrevive su mujer, pero sólo para atormen-
más sangrante para los humanos. tarle como acusadora, echándole en cara su pasado de
justicia (cf. 2,9).
• Sufrimiento físico: la enfermedad le corroe, el do-
- El Dios del paraíso colocaba a los humanos en la lor va quebrando y destruyendo su existencia. De esa
forma se derrumba (le derrumban) sobre el muladar,
prueba para que ellos pudieran superarla y existir por
sin fuerzas para vivir, como escoria viviente (mejor di-
siempre: la manzana prohibida era sólo una expresión del cho, muriente), allá en el basurero donde vienen a pa-
riesgo de la vida, del peligro que corremos al romper la vo- rar hombres y cosas que estorban en el mundo. Queda
luntad de Dios y destruimos de esa forma como humanos. allí, como un desecho: pura ruina h u m a n a entre las
- En contra de eso, el Dios de Job parece colocarnos en ruinas de la tierra.
la prueba simplemente por capricho de un Diablo que le • Sufrimiento social, destrucción ideológica. Los
acusa (nos acusa). Parece que nos prueba porque duda de responsables de la «buena sociedad» no sólo le han
nosotros. Lógicamente, no nos lleva para ello al paraíso, «echado a la basura» sino que le destruyen moralmen-
como en Gen 2-3, sino a la dura amenaza de la vida, en un te con su juego de razones. Los responsables del siste-
proceso radical de destrucción humana. ma se empeñan en quebrar sus defensas, para que con-
fiese su culpa ante el Dios que ellos presentan como
signo de armonía y verdad sobre la tierra. No les bas-
ta con matar al Job externo. Quieren destruirle inter-
Sabemos desde antiguo que Dios prueba, como namente, matando su simiente de honradez sobre la
indica Gen 2-3 (el relato del Edén). Pero allí lo ha- historia.
cía por fidelidad al ser humano, aquí por juego. • Sufrimiento personal: le van minando sus propias
Quizá pudiéramos decir que el Dios de Job «nos dudas, las dificultades interiores, los interminables ra-
desconstruye», deshaciendo hilo tras hilo la trama zonamientos diurnos, las pesadillas nocturnas... Ence-
en que ha venido a tejerse nuestra vida. Parece un rrado en su dura mente, Job tiene que luchar su lucha
Dios diabólico, un doble de Satán, dominado por interna, convertido en dura contradicción, un campo
un fuerte deseo destructor, alguien que goza en ver de batalla donde vienen a expresarse y combatirse mu-
cómo sufrimos. tuamente los problemas de la historia (cf. Job 1-2).

2. Job sufriente. Es el humano, la entera huma- El creyente de Israel, escritor de nuestro libro,
nidad condensada en su figura. Parece que venimos partiendo de las buenas tradiciones del Éxodo y la
de un pasado de armonía, de existencia pacífica y Alianza, no puede responder a las preguntas de Job
riqueza. Pero luego sobreviene la violencia: uno por con argumentos viejos. Por eso ha colocado en el
uno va quebrando Dios nuestros arrimos, los apo- principio de la historia, ante la corte de Dios, a un
yos de la vida. El Dios satánico dirige este gran ex- personaje maléfico: Satán. Pero lo extraño no es
perimento del dolor humano (Job 1-2): que el Tentador venga ante Dios, sino que el mismo
Dios caiga en tentación. Por eso interrogamos
• Sufrimiento material, pobreza. Aplastado por la ¿quién es ese Dios que permite que Satán tiente a
rueda de un destino adverso, Job pierde sus bienes y los humanos?
padece, despojado de su protección externa, sobre el
suelo duro de la tierra, sin más ayuda o posesión que 3. Relato y poema. El libro de Job. Las preguntas
el sufrimiento. Ha perdido casa y campos, propiedades anteriores van surgiendo en los discursos del libro,
familiares y sociales. Desnudo de bienes y vestidos ya- que forman un «poema» sapiencial dialogado en
ce Job, hombre expulsado, fuera de la ciudad de los torno al sufrimiento (Job 3-41). Ese poema se dis-
humanos. tingue claramente del encuadre histórico de prólo-
• Sufrimiento afectivo, violencia y muerte de sus go y epílogo:
hijos (su familia). Pierde el presente de cariño y con-
fianza, el futuro de vida y descendencia. De esa forma • Prólogo (Job 1-2) y epílogo (Job 42,7-17) cuentan
queda a solas, a espaldas de la gente, como un conde- una especie de leyenda, en la línea de lo ya indicado.

.SO /',-WM IHSCUIIRIR EL CAMINO DEL PADRE


Satán es principio de tentación y Dios mismo parece a Job como «chivo emisario». Así mantienen la justicia
esconder dentro de sí un rostro satánico. Pero todo se oficial, de forma que pueden sentirse seguros, destru-
resuelve al fin de una manera amable, positiva: Job yendo a Job, el rebelde, que es una amenaza para sus
mantiene su paciencia, acepta a Dios y acaba recibien- seguridades.
do el premio que Dios mismo va a ofrecerle (42,7-17). • Job, en cambio, mantiene su inocencia frente a
Es evidente que muchos israelitas se han identificado Dios, en contra del sistema. Es un hombre libre y li-
con esta figura piadosa y paciente de Job, proyectando bremente quiere hablar a Dios, sin mentir en su pre-
en ella sus mismos sufrimientos. sencia, ni humillarse ante el sistema que pretende do-
• El centro del libro es un largo poema (Job 3-41) blegarle. Presenta su alegato y lo rubrica: «ésta es mi
que al principio parece independiente de la leyenda firma; responda Dios omnipotente» (31,35). Se ha de-
anterior: una especie de drama o discurso dialogado, fendido honestamente; honestamente quiere que Dios
en largos versos duros, desgarrados, donde desatando hable y le presente sus razones.
su emoción interna y respondiendo a los amigos que le
acusan, Job responde a Dios, le acusa y le pregunta Job no niega la existencia de Dios. Tampoco le
con violencia. En este plano empezaremos caminando, condena de antemano. Ciertamente, ha proferido
para destacar la protesta de Job, aunque al final ad- acusaciones duras, pero «Dios» le ha tratado dura-
vertiremos que ambos, historia y poema, se encuen- mente. Job ha venido a ponerse ante Dios porque
tran muy bien entrelazados. sabe que Dios no ha dicho aún su palabra más pro-
funda, pues está manipulado por los falsos sabios
Los poemas (Job 3-41) forman un diálogo cruza- del sistema. Job ha entrevisto un rostro satánico de
do sobre el sufrimiento entre Job, sus amigos y Dios: el poder opresivo de su fuerza, su injusticia.
Dios. Habla Job desde el nivel de su experiencia, Ha descubierto la violencia de aquello que llaman
como hombre tentado, pero no destruido, que de- misterio de Dios y quiere superarlo. Por eso sale en
fiende poderosamente su justicia. Hablan los sabios busca de algo nuevo: presiente que ha de haber en
del mundo, llamados «amigos» que, en vez de con- Dios un rostro de gracia no opresora y por eso no se
solarle, quieren imponer sobre su mismo sufri- rinde en el camino de dureza y sufrimiento que le
miento una visión legalista de justicia, defendién- ahoga. También nosotros, guiados de la mano Job,
dose a sí mismos. Finalmente habla Dios, encausa- representados en su mismo dolor y en sus pregun-
do principal, diciendo sus razones. tas, queremos entender nuestra existencia y pre-
guntamos por Dios, desde el camino de la historia.

EL DIOS DE LOS SABIOS


b) Job, hombre de Dios
El Dios de los sabios no le convence porque se ha
puesto al servicio del sistema: el un dios de ideología, fal-
sa ruta de teóricos, que piensan conocerlo todo porque La narración histórica de prólogo y epílogo pa-
nunca han tomado el camino. Por el contrario, Job, su- rece presentar a Job como modelo de justicia (cf. Ez
friente universal, sigue buscando desde el propio dolor, 14,14). Dios mismo está orgulloso de su siervo (Job
abriendo en la dura montaña de Dios una ruta verdadera 1,8). Lógicamente, en esa perspectiva, el Job de la
que así ofrece a todos los sufrientes: desde el mismo do- gran prueba, vencido, desnudo, derribado, dice sus
lor que le vincula a los heridos y expulsados de la tierra, palabras de paciencia proverbial, tan citadas por los
piensa, va pensando. moralistas posteriores:
Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo tornaré.
Yahvé me lo ha dado, Yahvé me lo ha quitado; sea ben-
decido.
• Los amigos son sabios del mundo: defienden la De Dios recibimos lo bueno;
«justicia universal de Dios» y piden a Job que se hu- aceptemos también lo que es malo (1,21; 2,10).
mille, confesándose culpable. Son portavoces del siste-
m a que les ha exaltado, llamándoles sabios, y para de- Por el fin de la historia sabemos que Job no es
fenderse y mantener su privilegio necesitan condenar vengativo: no responde con violencia a la violencia

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 5 1


de sus falsos «amigos»; al contrario, les perdona y/o
pide a Dios que les perdone (42,9-10). Más tarde ve- DIOS SE MANIFIESTA
remos que esta paciencia final de Job tiene otro sen-
tido (de reconciliación, de ruptura del sistema). Por Dios se manifiesta como potencial de muerte, terror
ahora basta con decir que él reconoce a Dios como de la existencia, allí donde no queda más descanso que el
poderoso: nosotros no somos más que humanos; sepulcro, más familia que la pura tierra (17,13-16). La lla-
debemos agradecer sus beneficios, callar cuando re- mada por Dios brota del lugar donde la vida se descubre
tira sus favores. como abismo.
1. Job, un rebelde. Pues bien, superando sin ne-
garlo ese nivel de aceptación paciente, el Job de los
poemas (Job 3-37) se niega a presentarse como es- 2. Job, un cansado. De la rebeldía pasamos al
clavo. Ha descubierto la dureza y contradicciones cansancio. Parece que la vida es un horrible desa-
de la vida. Por eso se resiste a interpretar a Dios co- juste, equivocación sin remedio. Además es dura.
m o violencia superior que nos aplasta. A partir de Pues bien, desde el mismo centro del abismo, desde
aquí debemos afirmar que no es piadoso en el senti- el borde de la nada que parece ahogarnos, podemos
do moralista que ha tenido y tiene esa palabra. ir mostrando (ante los ojos de Dios) los tres aspec-
Más que u n hombre de falsa piedad, doblado de tos primordiales de nuestra condición cautiva: can-
manera servil ante el sistema, es un rebelde, como sancio, fragilidad, muerte.
los viejos hebreos de Egipto que u n día rechazaron ¡Dura esa la vida del humano sobre el mundo, son de
el sistema sacral del Faraón y comenzaron un ca- jornalero fatigado sus jornadas.
mino diferente de búsqueda y de lucha dirigiéndose Como el siervo que ansia la sombra, como asalariado
al desierto. Ambas rebeldías se expresar por un mis- que espera la paga,
mo lamento: los esclavos gritan, pidiendo libertad a así he pasado meses de desencanto y me han tocado
Dios (cf. Ex 3,9); Job protesta, grita con toda su exis- noches llenas de dolor (7,1-3).
tencia desgarrada y maldice de esa forma su exis-
tencia: De este origen brota el pensamiento: la razón
h u m a n a crece desde el cansancio de u n a vida que se
Maldito el día en que nací, siente frágil y pequeña, cansada y fugitiva sobre el
la noche en que se dijo: un varón fue concebido (3,3). m u n d o . ¿Qué hacer? Quizá muy poco; pero al me-
nos se puede reflexionar:
La novedad del Dios de Job se entiende partien-
do de ese fuerte potencial de rebeldía. Ciertamente, El ser humano, nacido de mujer,
puede haber quizá un m o m e n t o en que la vida se corto de días y harto de tormentos.
presenta bella: es hermosa y tranquila la existencia, Como la flor brota y se marchita;
de m a n e r a que tendemos a quedarnos en aquello huye como sombra sin pararse (14,1-2).
que teníamos ya, divinizando así el sistema (econó-
mico, social, etc.). Pues bien, en contra de eso, Job
nos lleva hasta el nivel en que la vida se desvela co- EL CANSANCIO
m o abismo: lugar de oscuridad, violencia y muerte,
donde hubiera sido preferible no nacer, el silencio El cansancio se vuelve fragilidad, la fatiga se ha vuel-
preconsciente de la nada (3,1-22). Desde ese fondo to sensación de nada. ¿Qué somos? ¡Muerte, experiencia
brota el grito por Dios, como gesto de inmensa re- de un dolor incesante que se acaba! Más grande que el do-
beldía: lor es quizá ese mismo acabamiento, la finitud originaria.
¡Quién me diera que mi ruego se cumpliese
y que Dios me concediese lo que espero!
¡Que se decida ya a aplastarme, Así crece sobre el dolor la conciencia de la pro-
c]iie suelte ya su mano y que siegue! (6,8-9). pia nada, la destrucción sin esperanza. La preten-

52 1'MiA /)/ SCIIIIKIU r.l. CAMINO DEL PADRE


sión de «justicia» de los sabios que acusan a Job se Asumiendo de esta forma las palabras de sabi-
edifica sobre un fundamento de dura, inexorable duría universal del Oriente, Job se ha puesto en pie
destrucción, sin razones ni verdades superiores: ante el Dios de cielo y tierra y, alzado de esa forma
Pero ¡ay! se desmorona el monte, se remueve del lugar
sobre el suelo, plantea su pregunta. Desde el basu-
la roca; rero de este mundo, en el abismo de su angustia ro-
y el agua corroe las piedras y la inundación se lleva los ta, sigue confiando en el sentido de la vida. Por eso
terrones; llama a Dios y pide una respuesta.
de manera semejante tú destruyes la esperanza de los
humanos (14,18-19).
Podemos resumir los argumentos anteriores re-
c) El Dios de Job
pitiendo las palabras: somos cansancio, fragilidad y
muerte, en progresión fatídica que marca nuestra En eso que llamamos historia de Job (prólogo y
desventura: epílogo del libro), Dios aparece como Señor orien-
• Cansancio por el trabajo, fatiga de vivir vencien-
tal muy poderoso, benévolo en el fondo, aunque
do sin cesar dificultades, sin llegar nunca a la meta. también desconfiado. Está orgulloso de Job, siervo
• Fragilidad por nuestra forma de existencia: tiem- justo que siempre le obedece (1,8). Sin embargo, no
po que se escapa, continuo movimiento, vida rota. tiene inconveniente en someterle a prueba, porque
• La muerte es la certeza mayor de nuestra vida: así Satán lo ha deseado (1,9 ss). Esto significa que
somos como un monte que al final se desmorona. la imagen de Dios no se halla clara: en un momen-
to dado cumple (o puede cumplir) funciones que
Desde aquí emergen las preguntas ¿por qué vivi- resultan satánicas, perversas.
mos?, ¿quién nos ha podido crear de esta manera?, ¿no
será nuestra existencia el castigo que ha querido im- Pues bien, el Job del poema (básicamente en Job
ponernos un Dios malo? Éstos son los temas primor- 3-31) se descubre manejado por el rostro satánico
diales de su (la) teología. Significativamente, Job se ha de Dios. Siente que le traen y le llevan, le utilizan y
situado muy cerca de las consideraciones fundantes destruyen. Su justicia no puede resistirlo y por eso,
del budismo: mala es en sí misma la existencia huma- desde el fondo de su angustia, eleva un grito de pro-
na, tal como ella surge del deseo de la vida; por eso es testa. A partir de aquí añadimos que el poema de
mejor renunciar a los deseos, desvivirse, en un proce- Job constituye una especie de proceso de purifica-
so de deconstrucción que nos lleva hasta el Nirvana. ción de Dios: Job recorre un itinerario de Dios que
le lleva desde la violencia y dureza (injusticia) del
Pero, a pesar de los posibles paralelos, la res- mundo hasta una meta de reconciliación gratuita
puesta de Job acaba siendo muy distinta del budis- de la vida.
mo. Job se niega a renunciar, quiere vivir; se niega a
callar, quiere saber. Este deseo de vivir y de saber es
el que mueve su existencia, en proceso impresionan-
te de creatividad humana. Ésta es quizá la palabra REBELDE Y JUSTO
primordial: está dispuesto a colaborar en la tarea crea-
dora. Por eso ha presentado su alegato ante el miste- Debemos afirmar: Job es más justo que el Dios del sis-
rio. En nombre de todos aquellos que han buscado tema (del satanismo). Si Dios sólo mostrara el rostro sa-
sobre el mundo la justicia, eleva su palabra ante Dios tánico que le atribuyen sus «falsos amigos», el libro de
para decirle que la vida está cargada de sentido: Job acabaría siendo un acta de repudio: el humano dolo-
rido niega a Dios, le rechaza por perverso. Pero el autor
Yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano caren- de nuestro libro quiere que Job siga buscando: así va
te de defensa.
Por eso me bendecían los oprimidos y se alegraba con- abriendo el camino hacia el Dios verdadero, más allá de
migo el corazón de las viudas... ese dios perverso y satánico, juega y ríe desde arriba
Yo era ojo para el ciego, pie para el cojo; era padre de mientras sufren los humanos sobre el mundo.
pobres, defensor de extraños (29,12-16).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 5 3


1. Dios, potencia irracional. Amoralidad fundan-
te. Pero volvamos al principio. Job ha mirado y ha FALSO DIOS, RAZÓN DE LA FUERZA
visto que Dios parece fuente del ser y la violencia de
la tierra. Por eso no se puede declarar ateo. Pero el En un primer momento, todo es fuerza. Por eso, en
Dios que ha visto le parece malo, sin conciencia ni un mundo donde Dios ignora el valor de la justicia, en
cariño a los h u m a n o s . Por eso protesta y corre el una tierra dirigida sin más por la fortuna, es casi necesa-
riesgo de volverse antiteísta. Así dice: rio que triunfen los malvados, es decir, aquellos que no
¿Quién le hizo frente y salió bien librado? tienen escrúpulos morales, buscando así el poder por el
Dios traslada los montes sin que ellos lo sepan, los sa- poder, por medio de violencia. Entre ellos encontramos a
cude con gran fuerza. los piadosos «amigos» de Job: aquellos que pretenden
Mueve la tierra y vacilan sus columnas. Manda al sol y condenarle, pidiéndole que calle y acate la ley de los po-
se apaga, se ocultan las estrellas. derosos (los triunfadores del sistema). De esa forma, con
Él solo desplegó los cielos y camina victorioso por los sus artes malas y su mala religión, unos y otros se hacen
mares (9,3. 5-8). dueños de la tierra.
Job sabe que Dios es el poder que determina y
dirige desde arriba nuestra vida. Pero ese saber le • Más que poder, Dios es fortuna. Así aparece como
lleva a la protesta: ha descubierto que Dios es injus- rueda que gira sin sentido repartiendo dones o desgra-
to, su poder perverso. Quizá más que perverso es cias a capricho: eleva a unos, humilla a los otros, sin
amoral: no le importan los humanos, trata a todos que cuente el valor o virtud de los humanos (12,17-25).
de la misma forma, extiende sobre todos su misma La sabiduría «sagrada» de los sabios acaba poniéndo-
indiferencia, sin cariño ni misericordia: se al fin al servicio de la fatalidad, pues la lógica del
destino se impone sobre la lógica de la fuerza. Más que
Si viene de pronto la plaga y los humanos mueren con el poder (razón de los triunfadores, violencia del
Dios se ríe de la angustia de los inocentes. mundo), el Dios de los sabios «amigos» de Job se iden-
Si un país cae en manos de malvados tifica así con la fortuna. En un primer momento ella
Dios mismo pone un velo a los jueces... (9,23-24). parece simplemente caprichosa, juguetona y/o, mejor
A partir de aquí se entiende la genealogía divina dicho, servidora de los fuertes. Pero al fin ella termina
igualando a todos en la muerte: el dios del poder y la
de los males. Hemos señalado la gama progresiva fortuna no nos puede dar la vida.
de sufrimientos h u m a n o s de Job (pobreza, soledad,
dolor, rechazo social, angustia; cansancio, fragili- • Más que poder y fortuna, Dios es silencio. Éste es
dad, muerte). Ahora trazamos la gama de males de el vacío del Dios que calla mientras gritan los violentos
Dios: de la tierra y gimen de dolor los pobres. Es un vacío
que pudiera interpretarse como «nada»: más allá del
• Dios es poder, violencia bruta: por eso se desve- mundo con su violencia y fortuna, sólo existe un gran
la y manifiesta de un modo especial en los que triun- silencio: hay pura vaciedad en la que todo (aun la for-
fan de manera externa, en aquellos que desprecian a tuna) carece de sentido. Culmina así la genealogía de
los pobres. Lógicamente, si miramos y medimos las los males de Dios y llega a su fin la tríada fatídica de
cosas de esta forma, sólo «los bandidos» (prepotentes violencia, fatalidad y nada. Sólo después, en un segun-
sin conciencia) podrán dominar y triunfar sobre la do momento, esta «nada» de Dios podrá venir a desve-
tierra (12,5-6). A este nivel se mueven los «amigos» de larse como espacio abierto a las preguntas de Job, lu-
Dios: en el fondo de su pretendida «piedad», ellos de- gar de una respuesta verdadera. Pero de eso hablare-
fienden la razón del sistema, la sacralización de la mos después. Permanezcamos por ahora en los planos
fuerza. Los sabios del dios de este mundo, defienden anteriores.
a los vencedores: de su triunfo viven, de su poder se
sirven. Por eso rechazan a Job, el humillado, hacién- 2. Dios, en guerra contra Job. Mientras tanto,
dole chivo emisario (responsable de sus males) y Dios no quiere preocuparse de problemas (21,7-21).
quieren (necesitan) que confiese sus pecados, para Permite que el perverso esté seguro y tome el poder
así quedar tranquilos, convencidos de su verdad divi- sobre la tierra, de manera que le tengan que honrar
na. de una manera interesada y servilista sus vasallos

54 l'AHA DF.SCUHHIR EL CAMINO DEL PADRE


(21,22-34). Es aquí donde introduce nuestro texto mo sale por su presa el cazador, disparándole sus
su palabra, en inversión paradójica que cambia la flechas (6,4; cf. 7,11-20). Job es un sencillo y simple
antigua visión de lo divino: humano: sólo quisiera estar en paz, tranquilo y re-
tirado sobre el mundo, sin preguntar por Dios, sin
• El Dios del mundo es pecado: sin piedad, ni com-
pasión o amor alguno. Por eso, Job le acusa y niega. angustiarse (10,20-21). Pero Dios le ha perseguido
• Job, el desgraciado, es mejor que Dios: su rebelde hasta romperle con sus males, amenazándole de
sufrimiento le ha elevado sobre el Dios antiguo. muerte (cf. 10,1-13).

Así se han invertido los papeles de la escena. En 3. Job apela. Un Dios sobre dios. Estamos cerca
u n primer nivel, Dios coloca a Job en prueba, por de la problemática de Job. Por eso, nuestro tema no
saber si le sirve de manera gratuita o por provecho es mostrar que Dios existe, sino encontrarle bueno.
(egoísmo) material. En u n nivel más elevado, es Job De una forma consecuente, el problema de Dios
quien pone a Dios en prueba, llegando a rechazarle. empieza siendo un problema de justicia:
Así dice (24,2-3. 12. 14. 16): • Mucho ateísmo moderno acaba siendo antiteísmo.
Así razonan algunos: no negamos a Dios, le combati-
Los malvados remueven los mojones, / roban al pastor mos; rechazamos su «injusticia» y procuramos cons-
y su rebaño. truir un mundo más humano, en clave antropológica.
Se llevan el asno de los huérfanos, / toman en prenda • Mucho ateísmo es protesta contra el sin-sentido de
el buey de la viuda. la vida, rechazo contra los sistemas de totalidad (cien-
Desde las ciudades gimen los que mueren, / el herido cia, idea, estado) que han querido triunfar en el mun-
grave pide auxilio; do, pero destruyendo o manejando la existencia con-
pero Dios no atiende a esos clamores. creta de los hombres y mujeres, especialmente de los
No se ha elevado aún el día y se levanta el asesino / pa- pobres. Por eso, es preferible rechazar el sentido de la
ra matar al pobre y desgraciado. totalidad (de Dios) y quedarse en los pequeños valores
Por la noche merodean los ladrones, / penetran a es- de la vida.
condidas en la casa ajena.

JOB EL EXPLORADOR
JOB Y DIOS EN GUERRA
Parece en un primer nivel antiteísta, pues no acepta el
Job acusa a Dios; Dios le condena. Ciertamente, Dios sentido de conjunto de la vida, tal como se entiende y des-
parece más fuerte y le maltrata: le agarra por el cuello, le pliega sobre el mundo. Pero no por eso es ateo ni posmo-
sacude con violencia, le traspasa con sus flechas (16,6- demo, pues sigue buscando. Pues bien, aquí, en el lugar
14). Le ha cercado sin piedad, le ha acorralado con vio- donde su pregunta desborda las respuestas precedentes,
lencia hasta encerrarle en el silencio maldito de la muer- descubrimos su grandeza, recibimos su lección en nues-
te (19,6-12). El poder de Dios se ha hecho fortuna y la for- tro tiempo.
tuna muerte. Job se encuentra así muy cerca de
Dostoievski: «No niego la existencia de Dios, pero prefie-
ro devolverle su billete». Dios le ha implantado sobre el
mundo, pero el mundo de Dios es un delito; por eso es Job es grande porque lucha contra el Dios de la
preferible rechazarle. tradición teológica anterior sin hacerse por eso an-
titeísta y porque rechaza el sentido actual de la
existencia sin caer por eso en un relativismo donde
todo acaba siendo equivalente y sólo importa el
Toda la injusticia del m u n d o se concentra en triunfo de mi vida, mi despliegue sobre el m u n d o .
esos rasgos: la maldad de los fuerte que oprimen sin Eso que llamamos «pensamiento débil», vinculado
cesar a los pequeños; la violencia de los grandes... a las pequeñas verdades parciales, sin justicia uni-
E n medio de esa injusticia se presenta Job, el ex- versal para los pobres, carece de sentido en nuestro
pulsado. Dios mismo ha salido a su encuentro, co- libro.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 5 5


Job no acepta la respuesta de los sistemas (de los recer inexorables) sistemas de egoísmo de la tierra.
sabios oficiales que le quieren condenar como cul- Su mismo dolor se vuelve pregunta. Hay un sufri-
pable, en aras del poder que triunfa sobre el mun- miento que destruye, embota la mente, aniquila. Pe-
do); pero tampoco quiere resignarse a la ignorancia ro hay otro que dilata la mente y nos hace capaces
o relativismo. Rechazando a los sabios del sistema, de abrir las ventanas del alma, en llamada profun-
Job se eleva ante nosotros como sufriente universal: da. Es el caso de Job; por eso apela:
u n pobre que pregunta en nombre de todos los po-
bres, un expulsado que proclama el derecho y la Ahora, pues, está en los cielos mi testigo, /allá en lo al-
to está mi defensor.
justicia de los expulsados de la tierra. Por eso no le
Mi clamor ha llegado hasta Dios, / las lágrimas de mis
basta su satisfacción particular. Ha sufrido y pre-
ojos corren ante él (16,19-20).
guntado en nombre de todos aquellos que padecen ¡Quién me diera que escribieran mis palabras! / ¡que
sobre el m u n d o : quedaran esculpidas para siempre!
Quisiera hablar al Poderoso, venir a cuentas con Dios; Porque yo sé que mi defensor está vivo / y que al fin ha
puede matarme, pero sólo me queda esperanza de elevarse como fiador.
si defiendo mi causa ante su juicio (cf. 13,3.15). Yo mismo le veré, le mirarán mis ojos (19,23-27).
De esa forma apela ante Dios, llevando en sus es- Con esta llamada culmina el poema. Más allá de
paldas el dolor de los dolores de la historia. Necesi- la violencia del mundo, superando el desencanto,
ta entender y por eso eleva su causa. La verdad ya miedo y/o egoísmo de aquellos que tienen un alma
no es u n lujo en el camino, sino fuerza y contenido de esclavos (servidores del sistema, como los «ami-
mismo del camino. Por eso pregunta. Sabe que la gos» sabios), Job rebelde apela al Dios de la verdad
verdad que está buscando es dialogal y por eso quie- redentora, de la no violencia creadora. No le ha vis-
re, necesita, escuchar una respuesta: to todavía, pero sabe que ha de verle. No lo encuen-
tra sobre el mundo, pero está seguro de que viene.
Ésta es mi última palabra. Ésta es mi firma. Y mientras aguarda, eleva sus preguntas, esperando
Que responda ya el Omnipotente (31,35). una respuesta.

EXISTENCIA DE DIOS d) ¿Hay una respuesta de Dios?


Elevado sobre la mentira y violencia del mundo Job
apela porque ha visto (ha vislumbrado) la existencia de Todos deseamos a veces la respuesta tumbativa:
un Dios verdadero. que Dios venga y que pruebe por sí mismo su exis-
tencia. Pero el libro de Job sabe que esa respuesta
tumbativa no existe, pues no sería de Dios, sino del
Diablo. Desde aquí h a n de comprenderse sus res-
Así se ha definido como h u m a n o universal: su- puestas.
pera las fijaciones anteriores (dioses precedentes
que no explican el sentido de la vida) y, animado 1. Un libro de varios finales. E n u n p r i m e r ni-
por un fuerte deseo de verdad universal, se eleva so- vel parece que todo sigue como estaba. Cierta-
bre sí y apela ante el misterio, rechazando el papel mente, Dios se m u e s t r a en torbellino, diciendo
de chivo emisario culpable que le han dado los sa- desde el viento y fuego u n a palabra (Job 38-41)
bios del sistema. Protesta contra la sabiduría oficial que n o resuelve n a d a a nivel de lógica del m u n d o .
de los «defensores violentos de Dios» y busca a u n Ciertamente, Dios desvela su potencia misteriosa
Dios verdadero (no violento), sobre la opresión del y fuerte, planteando a Job preguntas que ningún
mundo. h u m a n o puede responder. Pero el rebelde Job no
espera esas preguntas: conoce ya la fuerza de
Job apela porque sabe (presiente) que hay senti- Dios, busca su justicia. Y a ese plano todo sigue
do y palabra de amor más allá de los duros (al pa- como estaba.

5 6 l'AUA DnsCllUlilli EL CAMINO DEL PADRE


«amigos» o compañeros sabios, defensores del sis-
JOB, EL RECONCILIADOR tema. Dios no se revela para cambiar a Job, sino pa-
ra cambiarlos a ellos, declarándoles culpables y pi-
El libro abre un espacio de justicia para Job, a nivel diendo a Job que ofrezca u n sacrificio en su favor
de revelación divina y reconciliación humana. Frente a (el justo por los injustos), en gesto de perdón y ex-
las razones falsas de sus falsos amigos, Job tiene Razón: piación por sus pecados.
ésa es la respuesta primordial del libro. Pero este Job de Los sabios han de arrepentirse y cambiar, no tra-
la Razón, injustamente tratado por sus «sabios amigos», tando ya a Job como «chivo emisario», sino convir-
no debe vengarse, sino rogar por ellos ante el Dios de la tiéndole en objeto de su veneración, pidiéndole per-
reconciliación, abriendo así un itinerario nuevo de diálo- dón. Por su parte, Job debe interceder por los sabios,
go y justicia (sabiduría más alta) sobre el mundo. sin vengarse de ellos, sin acusarles. Éste es el punto
culminante del poema y del conjunto de la historia: el
mismo Job, rechazado e inútil, arrojado como culpa-
ble al estercolero de la ciudad, se eleva como interce-
Sin embargo, a otro nivel todo ha cambiado, co- sor por sus compañeros, verdadero «sacerdote», re-
m o indica sabiamente el epílogo del libro (42,7-17). conciliando a la ciudad de los sabios que antes le ha-
Al principio parece decepcionante: da la impresión bían condenado. Dios se lo pide, él responde,
de que Dios ha olvidado las preguntas que Job le ha ofreciendo a los sabios injustos la mano de su perdón
planteado, limitándose a premiarle de nuevo sobre solidario.
el mundo, con su favor particular, mientras el resto
de los pobres siguen padeciendo, sometidos para
siempre a la injusticia y muerte de la tierra; a ese ni- JOB, MAS SABIO QUE LOS SABIOS
vel perduran los dolores de la tierra. Pero después
descubrimos que todas las cosas son distintas, una Éstos habían querido edificar su ciudad expulsando a
vez que Job ha planteado las cuestiones. Desde ese Job, declarándole culpable, chivo emisario de sus males.
fondo han de entenderse sus tres conclusiones: Job, el leproso y humillado, el último del mundo, se vuel-
• Habla Dios: teofanía (Job 38,1-41,6). Se mues- ve «redentor» de sus «amigos». No responde con violen-
tra en torbellino y avala con sus grandes cuestio- cia a la violencia, no añade «justos» males a los males vie-
nes de misterio cósmico el valor de las cuestiones jos, sino que rompe la espiral de las venganzas e interce-
h u m a n a s de Job. Desde su m á s alta grandeza, este de por ellos, como nuevo y más alto sacerdote de Dios,
Dios de la teofanía no destruye las preguntas de para perdón de todos.
Job, no le aplasta ni quiere negar sus razones co-
m o hacían los tres (cuatro) amigos sabios de la tie-
rra. • Reconciliación universal (42,11-17). La palabra
Este Dios no es garante del sistema, defensor del de Dios, expresada a través de la conversión de los
orden violento, revelado en la riqueza de los ricos y la sabios y la intercesión de Job, suscita u n cambio
fuerza de los fuertes, como pretendían los sabios del esencial en los participantes del drama. Ahora y só-
mundo. Este Dios respeta a Job, no le convierte en chi- lo ahora vienen familiares y compañeros de Job (to-
vo emisario de los males del sistema, no le acusa de da la ciudad de este mundo) a ofrecerle su solidari-
culpable, sino que desde el más hondo misterio de su dad, comiendo con él y dándole de nuevo el poder
vida le acoge, invitándole a seguir preguntando y pe- sobre sus vidas (riquezas y anillo oficial para san-
netrando en el misterio. No se revela para negar las cionar juicios y contratos). Así le reconocen como
preguntas que Job ha planteado sino para darles con- «redentor» o rey sobre sus vidas (42,11).
sistencia.
Éste es Job, sufriente hecho rey, signo máximo de
• Perdona Job: intercesión sagrada (41,7-10). El la mayor inversión de este mundo. Normalmente, a los
argumento del libro no es sólo una cuestión entre humanos como Job se le expulsa y ellos terminan mu-
Job y Dios, sino (al mismo tiempo) entre Job y sus riendo sin honra. Los grandes amigos mantienen has-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 5 7


ta el fin sus razones sabias; sobre ellos se edifica la forma, tan duro y conflictivo?, ¿por qué n o viene y
«ciudad del Dios del mundo» (ciudad de las razones), cambia con poder las cosas? Quien así pregunta pi-
que una y otra vez condena a Job como culpable, en de que Dios solucione con poder más alto los pro-
nombre de ese mismo Dios. blemas de poder del mundo, no ha entendido el li-
Pues bien, en contra de esa tendencia normal de la bro: Job sabe al fin que hay un misterio, como indi-
vieja historia del mundo, esta nueva historia de Job ca el Dios de la teofanía; pero sabe también que su
presenta al sufriente no sólo como justo, sino también poder no resuelve externamente el enigma del mun-
(y sobre todo) como fundamento del nuevo orden so- do, que sigue estando en manos de los sabios que le
cial que debería edificarse sobre el mundo. Por eso, de habían expulsado.
un modo lógico, para que poema y relato tengan un
sentido, Job acaba elevándose de nuevo como «rey» Los sabios del sistema siguen dominando el
del nuevo orden social: ha recibido bienes y poder, re- m u n d o con sus razones de mentira, al servicio del
cibe y engendra nuevamente una familia, viniendo a propio sistema. Por encima de ellos ha elevado Job
convertirse en signo de una sociedad reconciliada (cf. ante Dios la gracia limpia de de sus fuertes pregun-
42. 12-17).
tas, ofreciendo después, a los mismos sabios, la gra-
cia de la reconciliación de Dios, en un nivel de gra-
cia. Su libro supone que, al fin, los sabios se han
JOB, PATRÓN DE LOS POBRES convertido. Pero ese «fin» no ha llegado todavía en
nuestra historia, de tal forma que seguimos enzar-
Quien recorra sus caminos, sabrá que el mismo Dios zados en la gran disputa, con Job en el estercolero
le lleva a descubrir una visión más radical de lo divino: y los sabios afilando las razones del sistema. No ha
Dios no quiere que los pobres sufran y padezcan sin sen- llegado el fin, pero está abierto el camino, que para
tido sobre el mundo. Quien camine con Job, desde el ba- los cristianos se ha venido a revelar del todo en
surero de la ciudad, sabrá que ellos (los expulsados) pue- Cristo (el verdadero Job):
den ser y son el fundamento de una nueva comprensión
de la existencia y de la paz verdadera sobre el mundo.
Por eso le llamamos patrón de barca marinera de los po-
LOS SABIOS DE LA TIERRA
bres.
Los sabios de la tierra tenían todas razones y con ellas,
en nombre del «dios» de su sistema, condenaban a Job.
El libro de Job no quiere ofrecer respuestas he- Eran los fuertes, ministros y garantes del orden de la tie-
chas, sino que hace mayor: muestra cómo a Dios le rra, sacerdotes de una humanidad que soluciona sus pro-
gusta que n o s o t r o s b u s q u e m o s , p r e g u n t e m o s , blemas expulsando y condenando a los más pobres. Pare-
protestemos, pues no quiere actuar como señor de cían impecables sus razones, pero habían secuestrado pa-
unos esclavos. Ha creado seres libres; por eso desea ra su provecho la Razón de Dios, vinculada a la más
que libremente le busquemos. Esto significa que honda teología israelita, a los hebreos cautivados como
debemos superar los rasgos viejos de un Dios im- Job, nuevo esclavo del Egipto nuevo.
positivo, ligado a las razones de los sabios «justifi-
cadores» de este m u n d o . No podemos quedar así
encerrados en el Dios de la moral antigua donde el • Los «amigos» de Job tenían las razones del mun-
bien se identifica con el triunfo del sistema, con la do: pensaban que podían demostrar «teológicamente»
felicidad que se consigue dominando a los más po- la acción de Dios sobre la tierra; sabían distinguir el
bres. bien del mal y la manera de actuar de Dios, conforme
a un equilibrio siempre repetido de justicia, que al fi-
2. ¿Dios más allá de los argumentos? Razón de nal era tan sólo «su justicia» (la del propio sistema).
Job, razón de Dios. Después de haber seguido las Por eso, tenían que expulsar a Job y con Job expulsa-
cuestiones anteriores, alguien puede preguntar de ban al verdadero Dios, arrojándolo al estercolero de su
nuevo: ¿por qué ha creado Dios el m u n d o de esta mundo.

58 VA HA DI Sí IIBKIR EL CAMINO DEL PADRE


• Job va descubriendo la Razón misteriosa y gratui- historia, en un camino que se abre a la justicia de la
ta de Dios, no las razones «sabias» de este mundo (que reconciliación (no a la expulsión antigua de los pre-
pertenecen siempre al Faraón y sus ministros). Esta tendidos culpables).
Razón de Job (de Dios) se expresa en las preguntas de
su propio sufrimiento, en el grito de dolor que eleva al Siguiendo a Job, pero unidos a Jesús, los cris-
cielo (como los esclavos hebreos de Éx 2-4). Desde esas tianos saben que la nueva teología sólo puede plan-
nuevas y eternas preguntas del dolor, como más hon- tearse y resolverse en el reverso de la historia (en el
do Moisés (como Cristo en quien se encarna el sufri- estercolero de Job, desde la Cruz de Jesucristo). En
miento de todos los esclavos y enfermos, expulsados y ese reverso de la historia, lugar de los caídos, de-
oprimidos del mundo), Job eleva ante Dios la razón del rrotados, marginados, explotados del sistema, nos
sufrimiento. ha situado este libro, ayudándonos a superar la
Le han fallado las razones viejas y por eso puede vis-
máscara de Dios que era Satán, el tentador, para
lumbrar una razón más honda: él ha planteado la pre- llegar a la Verdad de Dios, el misterio de gracia que
gunta más primordial de la historia, empalmando con se abre y ofrece como amor (y en amor) desde el
la más fuerte tradición israelita. Sabe que Dios no es- sufrimiento de la tierra. De esa forma, el libro de
tá en la fuerza que avasalla, en la riqueza y poderío de Job evoca dos grandes «correctivos» en la visión de
los grandes y sabios que se imponen en el mundo, ex- Dios:
pulsando a los pobres al estercolero (convertido en
«templo» del honor divino). Por eso busca la verdad de • Correctivo de historia. El Dios de la Biblia sólo
Dios y la existencia h u m a n a desde el reverso de la his- emerge allí donde se libera a los esclavos (Éxodo) y se
toria (como hará Mt 25,31-46). ofrece una esperanza de justicia y plenitud a los he-
breos (oprimidos) de la tierra. Según Job, la historia
verdadera ha de trazarse desde el reverso de la tierra,
a partir del sufrimiento de aquellos que han sido ex-
TESTIGO DE DIOS pulsados y aplastados, en los estercoleros de la tierra.
Sólo si escucha la protesta del pueblo de Job (de los
marginados y humillados), y responde a su grito, Dios
Job sabe que Dios no es la salud de los que tienen sa- puede revelarse ya como divino en el camino (o meta)
lud sobre la tierra, ni la justicia de aquellos que pretenden de la historia.
convertirse en jueces de los otros, edificando su ciudad
• Correctivo de satanismo. Al principio del libro de
sobre el «templo» falso del estercolero donde mueren los Job, Dios parecía Satán: tentador para los humanos.
sacrificados de la tierra. Sólo por eso puede elevarse al fin Este Dios-Satán edifica su reinado sobre la opresión y
como testigo del Dios verdadero, sacerdote (intercesor) expulsión de los «disidentes», ratificando el orden del
de una nueva religión en la que caben todos, pues ya no sistema. Pues bien, el despliegue del libro nos muestra
se edifica sobre la expulsión de aquellos que juzgamos pe- que ese Dios-Satán era falso (no tenía razón). Existe y
ligrosos, enfermos o culpables. se revela el verdadero Dios de la misericordia, que no
tienta a los humanos, ni utiliza la opresión para some-
ternos, sino que acoge y salva (responde con amor) a
los tentados. Sólo allí donde se borra todo satanismo y
Conforme al viejo esquema de este mundo, Job Dios se muestra como puro amor, en libertad y
no es un teólogo antiguo, pues le fallan las razones concordia, en apertura a todos los humanos, partien-
viejas. Teólogos son otros, los amigos que se en- do de los pobres, como Job, hay revelación religiosa
cuentran seguros y argumentan, encontrando res- sobre el mundo 1 .
puesta a las dificultades de la vida, pero sólo a cos-
ta de acusar y expulsar a los «culpables». Job no es
teólogo, sino ser humano y por eso plantea las au- 1
ténticas preguntas desde el altar y sacrificio de su Los problemas que plantea Job siguen siendo fundamen-
propia vida. No es servidor del sistema, sino algo tales para la tradición bíblica, como muestran apocalípticos y
sapienciales, lo mismo que en el NT. Con cierta exageración se
mucho más grande: es hombre de Dios, pues Dios podría decir que Dios se ha encarnado (ha nacido y ha sufrido)
se encuentra allí donde los humanos saben pregun- en Jesús para responder en forma humana (con su vida) a las
tar y preguntan, desde el propio sufrimiento de la preguntas que Job había planteado.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 5 9


2. Qohélet, vanidad de vanidades. Caminar donde no existe itinerario
Guía de lectura
El hombre llamado Eclesiastés (= Qohélet, rey de Jerusalén, Varón de la Asamblea) es rico y
goza de todas las fortunas: como varón y rey, señor de muchos bienes, lleno de salud, podría
ser feliz. Pero tampoco él ha encontrado sentido a la existencia y así aparece, junto a Job, en-
tre los sufrientes.
- Para Eclesiastés el mundo es bueno: Hay mil cosas agradables. Pero, al fin de todos sus
placeres, el humano está vacío y todo le resulta indiferente. Ciertamente, le parece que hay un
Dios, pero no ofrece ningún itinerario para los humanos. ¿Merece la pena vivir sin caminos?
- Eclesiastés es un hombre vital: quiere desplegar el potencial de vida que le llena y caminar
honradamente sobre el mundo. Pero no sabe dónde ir y así la vida se torna vacía, las cosas sin
sentido. Por eso piensa, escribe un hondo, desgarrado, libro que ahora comentamos.
- Método. Lea cada uno el libro (Ecl o Qoh). Para un estudio más profundo cf. bibliografía.

nado a morir en el estercolero de la ciudad, grita y


pregunta. Pues bien, Eclesiastés lo hace desde la
vertiente opuesta de la plaza: es rey y rico, sano y
sabio y, sin embargo, ya no le convencen las razones
de los «sabios» amigos de Job:
[Autor] Yo, Eclesiastés, he sido rey de Israel en
Jerusalén...
[Gozo] a. Hablé en mi corazón: ¡adelante, voy a
probarte en el placer!, ¡disfruta de la di-
cha!
[Trabajo] b. Hice grandes obras: construí palacios,
planté viñas, huertos y jardines con fruta-
les...
Eclesiastés, Varón de la asamblea (en hebreo Qo-
hélet), es otro testimonio de la crisis de confianza de [Poder] c. Tuve siervos y siervas. Poseía servi-
muchos israelitas. Parece rota la fe antigua que dumbre.
guiaba a los hebreos a través de la Alianza y así que- [Dinero] b'. También atesoré el oro y la plata, tri-
da, solitarios ante Dios, sin otro interrogante que el buto de reyes y provincias.
cansancio, sin más gozo que los breves placeres de
[Gozo] a'. De cuanto me pedían los ojos nada les
una vida que pronto se marchita. Cansado y solita-
negué, ni rehusé a mi corazón gozo nin-
rio está el humano, pero sigue preguntando por su guno (2,1-10).
Dios.
Éstos son los dones que hacen al h u m a n o dicho-
so: poder, salud y dinero; belleza y placer, dominio
a) Ser humano en un mundo sin Dios sobre el mundo. Éstos son los bienes que han bus-
cado por milenios varones y mujeres. Los mismos
hebreos oprimidos que dejaron Egipto (en Éxodo
1. Todo es vanidad, locura. Job había interroga- fundante) salieron en busca de esas cosas: Promesa,
do desde u n a situación social y personal de margi- Éxodo y Alianza tendían a u n futuro donde los hu-
nado: desde su pobreza y soledad y muerte, conde- manos pudieran ser afortunados, gozando el gozo

60 l'AUA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


el bueno (los poderes) de la tierra. Pero ha llegado Volví mi vista y descubrí las violencias que se hacen
la crisis más fuerte y Qohélet descubre que tampo- bajo el sol.
co el goce de la tierra y de la vida resulta suficiente. Escuché el llanto del oprimido que no tiene ya quien le
consuele.
No basta la riqueza que concede el mundo; tam- Y advertí que el poder se encuentra en manos opreso-
bién son incapaces de ofrecer felicidad auténtica los ras,
bienes y fortunas de una vida que rueda hacia la sin que nadie se preocupe ahora de hacer justicia al
muerte. Por eso, el m á s afortunado los hombres, oprimido (4,1-2).
Eclesiastés, varón privilegiado que preside la asam-
blea social y religiosa de Israel, acaba siendo infor- Eclesiastés no ha visto orden de Dios sobre la tie-
tunado. No es que la riqueza sea mala, que los do- rra: ni justicia, ni amor al oprimido. Es rey, jefe de
nes de la tierra (pan y vino, amigos, posesiones) de- asamblea, y podía transformar las estructuras, co-
ban evitarse. Pero este nuevo sabio, que no condena mo habían querido los profetas (cf. Is 2,2-5; 11,1-9),
a Job como los sabios falsos de su libro, necesita al- en Éxodo más hondo hacia la tierra de la dicha. Pe-
go más y lo busca de manera experiencial: ha dedi- ro ya no cree en ese Dios. A su juicio, los humanos
cado el tiempo de su vida a conocer y probar todas habitamos en u n m u n d o donde todo está reglamen-
las cosas (cf. 1,12-13), concluyendo, sin embargo: tado por la fuerza.
De todo he visto en mis fugaces días:
Todo es vanidad y perseguir al viento (2,11). justos que mueren a pesar de su justicia,
He observado cuanto pasa bajo el sol impíos que viven muchos años a pesar de su iniquidad.
y he visto que todo es vanidad y perseguir al viento El humano domina al humano, a fin de hacerle daño.
(1.14). Por eso se venera a los impíos (7,15; 8,9-10).
Ésta es la experiencia del h u m a n o que ha subi-
do, desde el h o n d o placer de la tierra hasta el más
alto desencanto: «vanidad de vanidades, todo vani- ECLESIASTÉS
dad» (1,2). El dolor y la injusticia eran en Job prin-
cipio de protesta. El mismo gozo se vuelve para Eclesiastés no cree en la teología de la liberación, pe-
Eclesiastés hastío (vanidad de vanidades) como ro tampoco cree en el sistema: triunfa la violencia en los
h a n repetido en nuestro tiempos muchos posmo- violentos, la fortuna en los afortunados, mientras sufren
dernos. los pequeños, sin que el rey pueda cambiarlo. Es un pen-
sador que parece cansado.

¿DESENCANTO?
La experiencia le ha dicho que no hay sanción
Eclesiastés, ser privilegiado, ha salido a conquistar el moral, ni en plano socio-económico (dominan el
mundo para descubrir y gozar su esencia humana, pero m u n d o los injustos), ni en plano vital (la muerte es
advierte que el mundo con sus bienes no le basta. Nada le igual para todos). Según eso, no se puede hablar de
sacia y todo acaba volviéndose espejismo: en realidad, es- Dios en clave de justicia: han perdido su valor las le-
taba buscando otra cosa y lo que encuentra y disfruta en yes morales; no hay premio para los buenos, ni cas-
su entorno de placer se le vuelve al fin mentira e injusti- tigo para los males y Dios planea, indiferente, sobre
cia. ¿Cómo hablar así de Dios? la vida, sin que nada le interese:
1. He visto que justos y sabios están con sus obras
en manos de Dios pero los humanos ya no saben si son
2. No hay moral de Dios sobre la tierra. Por eso objeto de amor o de odio: por eso todo es un absurdo.
triunfa el agrio pesimismo de vida. Pero éste es pe- 2. Padecen una suerte el justo y el injusto, el bue-
simismo razonado que deriva de la misma expe- no y el malo, el puro y el impuro, el piadoso y el impío,
riencia de la historia: ha buscado el placer y descu- el bueno y malhechor; no hay diferencia entre quien
bre sólo gestos de injusticia: jura y quieren rechaza el juramento.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 6 1


3. Esto es lo malo: que hay un destino común para ¿Por qué pues hacerme sabio?, ¿qué prove-
todos. Por eso el corazón del humano está lleno de cho sacaré de todo ello?»
maldad: enloquece mientras vive y después la muerte [Juzgar] Y advertí que también eso es vanidad,
(9,1-4). porque ni el sabio ni el necio serán eterna-
mente recordados,
sino que, pasado un tiempo, todo se acaba
olvidando.
INDIFERENCIA, CONFUSIÓN, JUICIO
[Actuar] Muere, pues, el sabio igual que el necio y
por eso aborrecí la vida,
1. Indiferencia. En el fondo, amor y odio no se distin- viendo que todo bajo el sol es un absurdo,
guen: el Dios/Destino parece indiferente a los humanos. perseguir al viento (2,15-17).
2. Confusión. La moral suele fundarse en la distin-
ción entre bien y mal, en la posibilidad del juicio. Para
Qohélet eso no existe. MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL
3. Más allá del juicio: la maldad. Eclesiastés sólo des-
cubre por ahora la violencia.
Allí buscaba Nietzsche el sentido de la vida, superan-
do el nivel de la razón intelectual, moral y estética. Pero
él corría el riesgo de acabar en manos de una pura volun-
tad de poder. Eclesiastés es más sabio que Nietzsche y sa-
Duras son estas palabras: Dios planea como sim- be que tampoco podemos divinizar el poder. Como ire-
ple espectador sobre la rueda de fortuna de la his- mos viendo en todo lo que sigue, más allá del bien y del
toria; por eso ya no importa la moral, pues no hay mal estará el Dios de la gracia de Jesús. He desarrollado
frontera o división que delimite lo bueno de lo ma- extensamente el tema en Antropología Bíblica, Sigúeme,
lo. Dios no tiene rostro personal: parece fuerza sin Salamnca 1993.
conciencia, fatalidad sin vida, mientras sufre el ser
h u m a n o y se fatiga sin razón, caminando sin rum-
bo. Parece que la historia de Israel se ha liquidado.
¿Dónde quedan Alianza y Promesas?, ¿es cierto que 3. Necedad y cansancio universal. Llegamos de
Dios nos ha librado de Egipto en el Éxodo? Sobre el esta forma hasta la meta de una larga carrera de
vacío que deja la ausencia de Dios sería necesario fracasos. Por siglos y milenios, los h u m a n o s h a n
u n Éxodo distinto, Alguien que pudiera señalarnos querido descubrir su realidad, fijar u n norte en ca-
un camino de salida liberadora, para superar la in- mino. Así han trazado normas de conducta, bien
ferencia cósmica (divina) en la que todos nos halla- fundadas en la sabiduría. Pues bien, tras razonarlo
mos perdidos, angustiados, destruidos sobre el todo, el sabio advierte que al fin todo se mezcla y
mundo. confunde:
Ciertamente, Eclesiastés, hombre de asamblea, • ¿Gozar? Necedad (= vanidad) son los placeres,
valora el buen conocimiento, no es defensor de los pues acaban y no logran saciarnos. «Vi que todo es va-
impulsos más irracionales de la vida: por lo menos nidad, un perseguir el viento» (2,11). El hastío lo do-
el sabio «tiene los ojos en la frente, mientras que el mina todo y roe nuestro esfuerzo, de manera que la
necio camina en la tiniebla» (2,14). Pero después, misma riqueza de la tierra cansa, porque el rico come
mirando con más rigor, descubre que esa misma su riqueza (su pan) «entre congoja y tiniebla, entre ra-
ventaja del que sabe es ilusoria, pues tampoco su bia y llanto» (cf. 5,14-15). Creciendo las riquezas, cre-
conocimiento logra liberarle: cen los afanes. Con los placeres aumenta el cansancio
y la náusea (cf. 5,9).
[Ver] Vi también que la suerte del necio y del sa- • ¿Conocer? Necedad es el mismo saber. ¿Para qué
bio es la misma. Entonces dije: esforzarse por conocer más, si es que ningún problema
«También yo quiero seguir el camino del grande se resuelve con razones? Además, «creciendo el
que es necio. saber crece el dolor» (1,18). Por eso, en un determina-

6 2 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


do sentido sería mejor el ignorarlo todo, pasar en la in- Todo gira, no hay historia nueva y así todo se ol-
consciencia por la vida, como sombra que va y viene vida. Falta el discernimiento moral, la distinción de
sin que nada le preocupe. lo bueno de lo malo. No hay itinerario hacia Dios,
• ¿Hacer? Es vanidad el afán de la justicia, porque pues Dios no encaja con la vida y con las cosas. Ló-
al fin no sabemos si vale la pena cumplirla. Escudriña gicamente, a ese nivel ya no se puede hablar de Dios
el justo sobre el mundo, en los caminos de la vida, y no sobre la tierra, dentro de una historia sin historia
descubre norma alguna que pudiera guiarle, dirigirle. donde todo rueda y ya no vamos a ninguna parte.
Todas las leyes que los humanos han trazado dentro de
la historia acaban siendo, a su entender, convenciona- E n este aspecto, Eclesiastés defiende u n tipo de
les, carecen de sentido y permanencia. Eclesiastés, rey ateísmo metodológico y cósmico. En u n determina-
de Jerusalén, ya no sabe si merece administrar justicia. do plano (de m u n d o y de vida), todo sucede como si
Dios no existiera. Esto que nosotros hemos aprendi-
No es que Eclesiastés condene la existencia como do ahora, entrado el siglo XX, lo sabían en el tiem-
mala, no es que la rechace por perversa. El problema po antiguo los sabios verdaderos, como Eclesiastés.
es más hondo: carece de sentido, no es camino, pues El m u n d o se ha cerrado en su propia necesidad
no lleva hacia ninguna parte, ni hay señales que dis- (¿necedad?, ¿destino?). No se puede presentar co-
tingan montaña o abismo, vida y muerte, amor y mo signo de un misterio trascendente.
odio. Se ha perdido el norte y todo da lo mismo. He-
mos vuelto a una especie de «paraíso» original pero
invertido (en contra del Gen 2-3), un paraíso sin el
árbol de lo bueno y de lo malo, y no sabemos cómo CONTRAPUNTO
comportarnos. Éstos son los presupuestos, ésta la ta-
rea: cómo organizar la vida si no puede haber cami- Por gozo vital y amor pensante, quiero citar los más
nos. Eclesiastés ha explorado los vientos del mundo, hermosos versos del camino del más hondo místico cris-
descubriendo sólo que no puede descubrirse nada: tiano (Juan de la Cruz, Cántico b, 3). Este sí que sabe ofre-
no hay señales de Dios, ni caminitos de amor, ni sen- cer su itinerario:
das de montaña hacia el misterio. Sólo quedan
sendas perdidas en el bosque ciego, eterno y despia- Buscando mis amores,
dado retorno de las cosas: iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
[Círculo] 1. Una generación va, otra generación ni temeré las fieras,
viene, pero la tierra permanece para y pasaré los fuertes y fronteras.
siempre.
- Sale el sol y el sol se pone; corre a
su lugar para salir de allí otra vez.
- Sopla el viento y gira al norte; gira
que te gira sigue el viento y así vuel-
ve a girar. b) Más alia de la necesidad (necedad)
- Todos los ríos van al mar y el mar
nunca se llena; del lugar donde los cósmica. El Dios de Eclesiastés
ríos van, de allí surgen de nuevo.
[Cansancio] 2. Todas las cosas dan fastidio. Se cansa 1. Ateísmo inicial. Eclesiastés es testimonio de
el ojo de mirar, el oído se cansa de oír. ateísmo cósmico, histórico y antropológico. Todo
Lo que fue eso será. Lo que se hizo eso sucede a u n nivel como si Dios no existiera. Por eso
se hará. Nada nuevo hay bajo el sol. debemos superar los ídolos antiguos:
Si de alguna cosa puede asegurarse
«mira, es nuevo», aún eso ya existía • Ateísmo cósmico. El mundo no es ya lugar de
en los tiempos que pasaron. Dios, sino espacio donde todo sucede conforme a los
[Muerte] 3. No hay recuerdo de lo antiguo, ni ha- principio del eterno retorno de las cosas. En plano de
brá un día memoria de lo nuevo, para vientos y de mares, de agua, fuego y tierra, el humano
aquellos que vengan después (1,4-11). se encuentra inmerso en la gran rueda de fortuna de

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 6 3


una vida no divina donde todo nace y gira (muere). Ló- En un primer momento, ese proceso de ruptura
gicamente, Dios es el orden (desorden, cansancio) de la resulta tan intenso y doloroso, que Eclesiastés (ami-
naturaleza. Si existe Dios, debe encontrarse a otro nivel. go de los goces y placeres) siente que todas sus certe-
• Ateísmo histórico. Si no es divino el mundo, tam- zas quiebran: ¿cómo vivir sin Dios?, ¿cómo soportar
poco son divinas nuestras obras, la historia que noso- una existencia de antemano condenada? Pues bien,
tros construimos y tejemos en el tiempo. No podemos en esa situación en la que el viejo Dios pierde senti-
divinizar (idolatrar) las creaciones humanas, pues to- do, quiere vivir Eclesiastés y así lo dice, para condu-
das pasan y terminan, de diluyen y se olvidan con el
tiempo (o como el tiempo). Lógicamente, Dios no pue- cirnos al lugar de la paradoja creyente.
de concebirse como creación política, no se identifica
con aquello que podemos ir haciendo sobre el mundo.
• Ateísmo antropológico. Las religiones de la in- PARADOJA
terioridad (hinduismo, budismo y cierto esplritualis-
mo helénico tardío) tienden a divinizar la hondura hu- Nosotros, acostumbrados a la claridad de la razón
mana: su atmán originario, el gran nirvana, el espíritu cartesiana, solemos tener miedo de una experiencia para-
eterno. Pues bien, en contra de eso, con la tradición is-
dójica donde se vinculan el gozo de la vida y el más hon-
raelita, Eclesiastés confiesa que el hombre y la mujer
no son divinos, superando así la misma concepción de do desencanto. Pues bien, Eclesiastés no ha visto oposi-
Nietzsche que podía terminar divinizando la voluntad ción (contradicción) entre esos planos: sabe, por un lado,
de poder o, mejor dicho, el Poder humano dentro del que no existe sentido (demostrable); afirma, por otro, que
eterno retorno de las cosas. debemos vivir ante Dios (en gozo y desencanto).

Eclesiastés es radical, como buen israelita. La


conciencia de la finitud de la vida (del mundo, de la
historia, del ser h u m a n o ) le envuelve de manera 2. Pero la vida merece la pena. Ésta es la parado-
que rechaza todo intento de divinización de sus po- ja: Eclesiastés sabe que la vida carece de sentido y,
deres. Así llega al nivel más hondo del proceso de sin embargo, afirma que merece la pena disfrutar-
purificación de Dios. Para encontrarse (si es que la. Hay «un gozo de Dios» (= gozo grande) y como
existe) debemos superar el plano de las obras y los tal debe cultivarse, por encima de las crisis y las
ídolos del m u n d o . Así pregunta nuestro autor: pruebas. Ciertamente, el h u m a n o ha quedado sin
Dios en el mundo y la historia, pero tiene la vida y
1. Humano y bestia tienen una misma suerte. Muere decide vivirla como expresión de Dios, a pesar de
el uno como el otro; ambos comparten un hálito de vida. todo, mesuradamente aunque con gozo. Por eso, en
2. En nada aventaja el humano a la bestia pues to- contra de todas las posibles tentaciones de condena
do es vanidad. Los dos caminan a la misma meta: sa- total o de rechazo, Eclesiastés acepta la existencia:
lieron del polvo y hacia el polvo vuelven.
3. ¿Quién sabe si el aliento vital de los humanos sube No existe para el humano algo mejor que comer,
a la altura y el aliento de la bestia va a la tierra? (3,19-21). beber, gozar de su trabajo (2,24; 3,12-13).
Es bueno comer, beber y disfrutar en medio de tan-
tos afanes.
También el recibir de Dios riquezas y hacienda en
VER, JUZGAR, PREGUNTAR don divino... (5,17-19).
Vete, come alegremente tu pan y bebe tu vino con
1. Ver. Eclesiastés sabe, como Buda, que el final de los
alegre corazón
caminos es la muerte. Frente a ella se define la existencia.
porque se agrada Dios con tu fortuna.
2. Juzgar. La muerte forma parte del eterno retorno Vístete en todo tiempo de blancas vestiduras y no
de la vida, como dice en forma dramática Gen 3,19: «eres falte el ungüento en tu cabeza.
polvo y al polvo tornarás». Goza de la vida con tu amada compañera todos los
3. Preguntar. Todo acaba en esta gran pregunta: días de tu rápida existencia...
¿quién sabe? Ella define el camino posterior de la vida. porque ésa es tu porción en esta vida entre todos
los trabajos que padeces bajo el sol.

64 /' >/M III SCUHKIH EL CAMINO DEL PADRE


\

Cuanto tu mano pueda hacer hazlo alegremente, Éste es el grito que Qohélet, varón de la asam-
porque no hay en el sepulcro donde vas ni obra, ni ra- blea, ha levantado ante la altura de u n Dios que pa-
zón, ciencia, ni sabiduría (9,7-10). rece inaccesible. La misma tristeza de la vida se
Este canto a la vida es el principio de la teodicea de vuelve así pegunta: llamada por Dios. Por eso, en un
Eclesiastés. A pesar de sus problemas, para los huma- momento dado, para vivir lo que se vive sobre el
nos la vida sigue llena de sentidos. Tiene sentido el go- mundo, le parece preferible el descanso de la nada
zo sobrio, mesurado, la felicidad pequeña, la alegría o de la muerte. Desde ese fondo han de entenderse
fugaz, en medio de un mar que parece azotado por to- estas palabra:
dos los vientos destructores. Eclesiastés ha perdido el Mejor es entrar en casa de luto que en un hogar en
sentido de la totalidad antigua: la visión salvadora de fiesta...
la naturaleza y de la historia, la comprensión divina de Mejor es la tristeza que la risa, el fin de una cosa que
su vida; pero conserva y cultiva el gozo de los peque- el principio (7,2.3.8).
ños valores y sentidos que le ofrece la tierra: ha descu-
bierto y cultivado el gozo de la finitud, la alegría limi-
tada pero intensa de una vida intensa sobre el mundo.
PREGUNTA

El humano aparece así como una inmensa paradoja: es


TEODICEA DEL GOZO, TEODICEA DE BELLEZA gozo de vida y tristeza, es camino creador y fatiga donde
acaban todas las creaciones. Por eso no puede encontrar
No podía haberse dicho de manera más hermosa: co- una respuesta que resuelva sus problemas. Cerrar los ojos
mer y beber, trabajar y gozarse con la compañía del ama- sería quedar sólo en el llano. Engaño seríafijarsesolamente
do o de la amada... Éstos son los signos de Dios sobre la en la alegría. En el centro de esa paradoja, como contradic-
tierra, éstas son las pruebas del valor de la existencia. Fa- ción viviente, emerge nuestra vida, preguntando por Dios.
llan otras razones, queda la razón de los grandes y senci-
llos gozos de la tierra.

Parece que todo ha sido creado para morir y, sin


embargo, el h u m a n o vive. Su destino consiste en
2. En medio de la tristeza. Ciertamente, hay go- terminar y consumirse y, sin embargo, pregunta, se
zo, pero cesa al poco tiempo; se diluye la alegría; duele. Toda la existencia parece trabajo inútil, como
acaba pronto el camino que lleva a la experiencia noria que da vueltas y no logra sacar agua del pozo,
sosegada y bondadosa de las cosas (descanso y co- pozo que se excava y nunca tiene agua. Y sin em-
mida, amistad y trabajo); se abre pronto la vía que bargo, desde el fondo de la misma fatiga, el sufri-
conduce a la infortuna: miento h u m a n o se eleva ante Dios como pregunta.
Tórneme y vi las violencias que se hacen bajo el sol... 4. Sigue el problema, misterio, de Dios. Éste es el
y proclamé dichosos a los muertos que se han ido; drama h u m a n o . No es comedia pura, pero tampoco
más dichosos que los vivos que existen todavía. tragedia, sino campo de cruce, encrucijada de ca-
Pero más dichosos aún a los que nunca fueron... (4,1-3).
minos. Por eso el autor dice:
Una misma es la suerte de todos: ¡la muerte!
Pero mientras uno vive hay esperanza.
BLASFEMIA Que mejor es perro vivo que león que ha muerto.
Pues los vivos saben que han de morir, más el muerto
Estas palabras parecen blasfemia y, sin embargo, no nada sabe
lo son, pues reflejan la nostalgia inmensa por la Vida ver- y ya no espera recompensa, habiéndose perdido su
dadera y de esa forma reasumen el gemido de los esclavos memoria.
hebreos en Egipo, el llanto fuerte de Job. Amor, odio, envidia: para ellos todo ha terminado.
Ya no participan en aquello que pasa bajo el sol (9,4-6).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 6 5


Éste es en el fondo u n Canto al Dios de Vida. do un fuerte proceso de desmitologización que nos si-
Eclesiastés ha transitado los caminos, ha recorrido gue valiendo todavía.
los diversos argumentos. Al fin sólo le queda este -Positivamente resulta difícil decir una palabra.
simple y fuerte deseo de vivir, a pesar de todo, en En este campo, Eclesiastés no nos ayuda de un modo
medio de u n a tierra paradójica. Es como si el ser directo. Pero, indirectamente, pudiéramos decir que
h u m a n o fuera demasiado complejo, su existencia su Dios viene a mostrarse como principio de dignidad
demasiado cargada de contradicciones. No hay cer- para los humanos: nos impulsa a preguntar, mante-
niendo siempre la mesura, la grandeza de la propia vi-
tezas absolutas, no existen demostraciones. Pero en da, en medio de la prueba.
el fondo de todo, a pesar de todas las palabras an-
teriores, la existencia está llena de sentido, siempre
que la vivamos con sobriedad amable, moderada:
No quieras ser demasiado justo ni sabio, ¿para qué PRUDENCIA TEOLÓGICA
destruirte?
No hagas mucho mal, no seas insensato, ¿para qué Esto es lo que queda al final, tras las dudas y breves
morir antes de tiempo? (7,16-17). razones: Dios como itinerario abierto en una vida que pa-
rece que no tiene itinerarios. Alguien dirá que es poco y,
Pedirle demasiado a la existencia es malo. Bus- sin embargo, es mucho. Frente a todas las rápidas ra-
car a Dios con ansiedad desesperada resulta al fin zones de aquellos que quieren resolver muy pronto los
inconveniente. Pero tampoco tiene sentido el ence- problemas, eleva Eclesiastés esta pregunta, se hace iti-
rrarse en lo perverso: el ansia de placer y de dinero nerario.
terminan destruyendo la existencia. ¿Qué nos que-
da? ¡Queda todo! Sólo ahora puede abrirse en ver-
dad nuestra existencia, como gran pregunta por
Dios. Ésta es la cuestión que permite al h u m a n o Ha dicho que no hay camino y, sin embargo, si-
romper el círculo cerrado de la tierra, abriéndose gue caminando. Al final de sus sus negaciones y
sobre su propia realidad, sobre su historia. Por eso cautelas, Eclesiastés sigue teniendo la certeza de
nos sigue valiendo Eclesiastés, con su mensaje de que hay Alguien que le sobrepasa, Alguien que sos-
sobriedad y de finura, de honestidad y verdad en tiene, alienta y da sentido a su existencia. Éste es
medio de otras voces m á s solemnes de la tierra, allí su camino: vivir en fidelidad y gozo, aunque no se
donde preguntamos ¿qué es Dios? puedan trazar mapas, ni seguir itinerarios en la
prueba:
Alégrate, mozo, en tu mocedad...
Pero ten presente que de todo esto te pedirá cuentas
LA VIDA ES YA EL ITINERARIO Dios (11,9).
En los días de tu juventud acuérdate de tu Hacedor
Con su mismo equilibrio vital, Eclesiastés nos dice antes de que vengan días malos... y torne el polvo que
que es preciso mantenernos y seguir buscando, más allá antes era
del dolor y el gozo relativo de la vida. Dios no es alegría y retorne a Dios el Espíritu que Dios te ha dado (12,
en sí. Tampoco es la tristeza de la muerte. No es círculo 1.5).
del cosmos donde todo acaba por curvarse y gira sin ce-
sar sobre su centro, ni tampoco un puro ideal humano... Éstas son sus últimas palabras: ¿quién sabe si el
¿Qué es, por tanto? ¡Sigamos buscando! Hagámonos iti- aliento de los humanos sube hacia la altura y el de la
nerario. bestia baja hacia la tierra? (3,21) y has de dar cuen-
tas a Dios (cf. 12,13). Una ante la otra, las dos jun-
tas. Vivimos sobre un m u n d o de ignorancia; apenas
- Negativamente es fácil contestar: Dios es lo con- sabemos lo que implica nuestra vida. Pero al fondo
trario a lo que nosotros construimos o inventamos de de ella alienta una presencia superior que nos fun-
manera idolátrica en el mundo, es más que mundo, damenta y sobrepasa. Esto es Dios: Aquel que está
más que historia. Por decir eso, Eclesiastés ha realiza- en el fondo de nuestra búsqueda.

66 VAHA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Bibliografía Píxley, J., El libro de Job, CBL, San José de Costa Rica 1982.
von Rad, G., La sabiduría en Israel. Los sapienciales y lo sa-
Job piencial, AB 31, Madrid 1973, 266-290.
Alonso, L. y Sicre J. L., Job, Cristiandad, Madrid 1983.
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Gutiérrez, G., Job. Hablar de Dios desde el sufrimiento de Pérez R. G., Eclesiastés, en Biblia Comentada IV, BAC 218,
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Jung, C. G., Respuesta a Job, FCE, México 1964. Vílchez, J., Eclesiastés o Qohélet, EVD, Estella 1996.

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1. Ejercicio de autocomprobación

Completa las frases que siguen. Solución en recuadro siguiente.

1. Job y Qohélet vinculan el tema de Dios... 1. Al dolor y sentido de la vida.


2. Los sabios del libro de Job defienden a su Dios y... 2. A su sistema social
3. Planos del sufrimiento de Job, según su libro:... 3. Material, afectivo, físico, social...
4. Los amigos condenan a Job para... 4. Defender su idea de Dios.
5. Los elementos de la condición del hombre según Job son... 5. Cansancio, fragilidad, muerte.
6. Notas de Dios según la experiencia de dolor de Job... 6. Poder, destino (fortuna), silencio
7. Desde el dios imperfecto... ante el Dios auténtico. 7. Apela
8. Job no ha podido construir un... teológico que explique su experiencia. 8. Sistema
9. El Eclesiastés interpreta la vida como... 9. Vanidad
10. Para el Eclesiastés pierden solidez los grandes valores del... 10. Placer, conocimiento, justicia.
11. El Eclesiastés cree en Dios, pero no... su itinerario. 11. Conoce
12. Pero, al final, el libro del Eclesiastés es una... en favor de la vida. 12. Apuesta

2. Prueba de síntesis
Job y Eclesiastés señalan una sene de dolores y angustias que parecen mostrar la falta de sentido del mundo. Puede ser
interesante invertir el argumento y evocar el sentido de Dios desde otra perspectiva: trazando un catálogo de bienes del mun-
do. Describir estos (o algunos otros), presentándolos como itinerario positivo hacia Dios.
1) El amor y ternura de los que nos han dado la vida (padres).
2) El gozo por las cosas: la belleza del mundo, la salud...
3) La capacidad de trabajar, expresando así la fuerza creadora de la propia vida.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 67


4) El amor a los demás en el camino de la vida (amor esponsal, de amistad, etc.).
5) La solidaridad, la búsqueda de justicia en muchos de los hombres y mujeres.
6) Señala otros valores que veas como signo de Dios.

3. Prueba de ensayo
Sobre Job se han escrito centenares de libros. Uno de los más significativos es el de C. G. Jung donde, en plano estricta-
mente psicológico (como expresión de la imagen de Dios que va adquiriendo la humanidad) encontramos estas palabras, a
las que ya hemos aludido en el texto:
«¿En qué consiste la culpa de Job? Lo único de que podría reprendérsele sería de su optimismo que le hace creer que
puede apelar a la justicia divina. Al pensar así, Job no tiene, en efecto, razón, como lo muestran claramente las palabras
siguientes de Yahvé. Dios no quiere ser justo. Dios hace alarde de su poder y se burla de la justicia...
(Antes de la teofanía en que Dios muestra a Job su poder...) Job era un ingenuo, había llegado a soñar con un Dios
"bueno" y con un soberano complaciente y justo juez; se había imaginado que una "Alianza" era una cuestión de derecho,
y que uno de los aliados puede aferrarse al derecho que se le ha concedido. Job creía que Dios era veraz y fiel, al menos
justo, y que reconocía —como podía sospecharse por el decálogo (judío)— ciertos valores éticos, o cuando menos se sen-
tía obligado a mantener su propio punto de vista jurídico. Pero, para espanto suyo, Job ha visto que Yahvé no es un hom-
bre, sino que, en cierta manera, es menos que un hombre... Es como Leviatán: "menosprecia toda cosa alta, es rey sobre
todos los soberbios" (C. G. Jung, Respuesta a Job, FCE, México 1964, 26,31-32; cf. 41,34).
Evaluar estas palabras a partir de la exposición anterior, asumiendo también la aportación del evangelio. Estudiar, sobre
todo, las posibles imágenes de un Dios de puro poder y violencia de muchos de nuestros contemporáneos. Valorar desde ese
fondo la protesta de Job contra Dios. Señalar, al mismo tiempo, los límites internos y de la interpretación de C. G. Jung, des-
tacando los elementos sociales de la respuesta de Job (la reconciliación entre Job y sus «amigos» sabios).

VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


II
Padre de nuestro Señor Jesucristo
El Dios cristiano

L os cristianos han hallado a Dios por de Jesús y no le llaman


Yahvé, Señor (como los judíos), sino Padre de Nuestro Señor
Jesucristo. Así lo iremos indicando en esta segunda parte de nues-
tro libro. Ella consta, como la anterior, de tres itinerarios:
- Padre de misericordia. Jesús, camino de Dios. Lógicamente, he que-
rido empezar por el mensaje y vida de Jesús donde culmina, para los
cristianos, el itinerario de búsqueda y experiencia israelita. Dios apare-
ce así como aquel que envía a Jesús (nacimiento), le sostiene en la vida
(misión) y le acoge en la muerte (pascua). Desde este fondo le presento
como Padre de misericordia.
- ¡Tú eres mi hijo! El evangelio, itinerario de Dios. Marcos. He trazado
después el itinerario de Dios, tal como ha sido evocado y desplegado por
un evangelio (Me). El Dios de los cristianos no puede interpretarse como
Dios de un libro (Biblia), sino como Señor y amigo de la vida, principio
y centro de amor para los creyentes. A pesar de eso, su misterio ha veni-
do a reflejarse de manera muy precisa en el mejor de todos los textos de
teodicea que pudieran encontrarse: en un libro como Marcos.

JUDÍOS Y CRISTIANOS

Judíos y cristianos seguimos teniendo un Dios común y muchos textos del


NT así lo testifican: Jesús ha sido auténtico judío; también han sido judíos
sus primeros discípulos, muchos de los cuales han querido mantenerse en la
comunidad israelita, no para destruir sino para plenificar su experiencia de
Dios. Magníficat y Benedictas (Le 1,46-55.67-79), Padrenuestro (Mt 6,9-13) y
Mandato fundamental (Me 12,28-34 par), Sermón de Esteban (Hech 7) y Car-
ta de Santiago, textos centrales de la tradición cristiana sobre Dios, podrían
ser y son judíos, reinterpretados en clave mesiánica por los discípulos de Je-
sús, como hemos señalado en Dios judío, Dios cristiano, EVD, Estella 1996.
- Trinidad. El Dios, cristiano. Itinerario de dogma y teología. Final-
mente, el Dios de Jesús ha de entenderse desde el camino y experiencia
de la Iglesia, que ha expresado su fe en la confesión trinitaria, diciendo
que el único Dios de salvación es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Así de-
bemos evocarlo, elaborando un itinerario teológico que servirá de cul-
minación teórica no sólo de esta segunda parte, sino de todo el libro.
En este contexto recordamos la palabra de Jn 1,18: «A Dios na-
die le ha visto jamás; pero el Dios Unigénito, que estaba en el seno
del Padre, ése nos la ha revelado». Ese «Dios revelador», a quien
llamamos Hijo Unigénito, es el mismo Jesús, mensajero del reino,
Señor de la pascua. Desde ese fondo quiero hablar de la novedad
cristiana de Dios, sabiendo que el Dios Padre de Jesús ha sido y si-
gue siendo el mismo Yahvé de la revelación israelita. Por eso he
mantenido la identidad fundante entre el Padre de Jesús y el Dios
de la tradición israelita*.

* En el camino que va del Yahvé-Señor israelita al Padre de Jesús quieren situar-


se estas reflexiones. Desde el momento en que Jesús se muestra exégesis plena y
personal del único Dios, el camino de la teología cambia de sentido: ya no vamos
simplemente a Dios (buscando su misterio), sino que le descubrimos en Jesús que
es su Palabra o Logos donde todo encuentra su centro y su sentido (cf. Jn 1,14).
Padre de misericordia
Jesús, camino de Dios

Encuadre
temático Para «contemplar» a Dios debemos recorrer y aplicar (actualizar) los diversos momentos de
la historia de Jesús, como sabía Ignacio de Loyola (Ejercicios Espirituales). Así lo haremos, re-
corriendo un itinerario evangélico esencial, para conocer a Dios partiendo de la vida y pascua
de Jesús.
Queremos situarnos desde Cristo en el centro de la búsqueda religiosa de la humanidad, pa-
ra descubrir los momentos fundamentales de su encuentro con el Padre. Haremos una catc-
quesis bíblica de conjunto, recorriendo el camino de los evangelios, para descubrir a Dios des-
de el Señor resucitado.
Como dirá Jn 14,9, «quien ha visto a Jesús ha visto al Padre». Sostenidos por esa experien-
cia, hablaremos de Dios no sólo como rico en misericordia (tema del AT), sino como Padre de
misericordia, es decir, como consolador y redentor de los humanos.

L a Biblia ha destacado el riesgo de manipula-


ción teológica: «no profieras el Nombre de
Yahvé, tu Dios, en vano porque Yahvé condenará a
el rostro de Dios Padre como Amor gratuito, dona-
ción de vida que desborda nuestros intereses egoís-
tas. Ciertamente, en el sentido verdadero, Dios es
Aquel que más nos interesa: valor fundamental de
quien lo haga» (cf. Éx 20,7; Dt 5,11). El Nombre la existencia. Pero su interés originario sobrepasa
(realidad) de Dios no puede utilizarse para resolver todos los intereses y nos lleva al lugar de la pura
nuestros problemas, pues Dios existe y se revela por gracia.
sí mismo, como gracia fundante y no porque noso-
tros le busquemos y/o nos falte. Nos interesa Dios y nos atrae como Padre de
amor que funda lo que somos. Pero, a la vez, nos so-
Culminando ese camino y superando el riesgo brepasa porque existe por sí mismo (¡Soy el que
de manipulación teológica, Jesús nos ha mostrado soy!: Éx 3,14), revelándose por Cristo como Padre.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 7 1


Ésta es la paradoja central (¡santificado sea tu Nom-
bre!), evocada en estos tres momentos: NO TOMAR EL NOMBRE DE DIOS EN VANO

Lo toman en vano quienes justifican desde Dios su ido-


1. Principio. Evocaremos el trasfondo israelita del latría o privilegios, defendiéndose a sí mismos e imponien-
Padre de Jesús. Así nos mantenemos dentro del con- do su poder (sus intereses) por encima de los otros. Mani-
texto de la Biblia Hebra (AT), reasumiendo temas ya
estudiados. pulamos a Dios cuando en su Nombre exigimos la obedien-
cia de los otros, en contra de Jesús que habla de Dios
2. Camino. En línea de Alianza evocaremos la rela- ofreciendo salvación a los pequeños (pobres, cojos, mancos,
ción entre Jesús y el Padre, estudiando para ello su ciegos) de la tierra. Manipulamos a Dios cuando en su Nom-
mensaje, vida y pascua. Ésta es la aportación suprema bre queremos implantar un tipo de poder sacral o social, si-
de Jesús: ha manifestado al Padre (cf. Jn 17). lenciando y/o llegando a matar a quienes piensan lo contra-
3. Culminación. En perspectiva de Promesa, cele- rio. Este Dios que utilizamos para dominar a los demás es
braremos el misterio de Dios como Padre, al descubrir ídolo: falso dios de nuestro crecimiento egoísta, garante de
que ha resucitado a Jesús de entre los muertos. Así le nuestros caprichos, egoísmos o deseos de venganza. Por eso,
llamaremos, al fin, Padre de Misericordia. con la Biblia israelita y cristiana debemos superar su riesgo.

1. Camino de religiones, Dios de la Biblia

Guía de lectura
Hemos evocado el tema al ocuparnos del Dios de Israel. Volvemos a estudiarlo para situar
mejor el mensaje de Jesús sobre el Padre.
- El Dios de Israel nos invitaba a superar los ídolos del mundo: los dioses de los pueblos del
entorno, vinculados a los ciclos de la naturaleza y al poder establecido.
- Ese Dios israelita es trascendente: le llamamos «poder» (señor) y es más que todos los po-
deres; le decimos «amor» (padre), y no puede confundir con ninguno de los padres o madres
de la tierra...
- Método de estudio. Ofrecemos una visión general del AT y del entorno judío de Jesús. En
el principio de nuestro itinerario están las religiones de la tierra.

Jesús no le ha inventado: todo su vida se ha mo- existencia de dioses y h u m a n o s inferiores; pero su


vido en u n ambiente cargado de Dios: así acepta la función más honda ofrecía u n rasgo cósmico: era
tradición de sus antepasados de Israel, para edificar punto de partida y centro de u n proceso de gene-
sobre ella su mensaje. ración universal. En esa misma línea se mantienen
los paganos del entorno de Jesús. El helenismo ha-
bía penetrado por doquier en Palestina (cf. 1 y 2
a) Idolatría cósmica. El Antiguo Oriente Mac). Pero desde el conjunto de la Biblia quere-
m o s destacar la tradición antigua, evocando el
Dios del paganismo egipcio, mesopotamio y cana-
Dios (o lo divino) aparecía en el Antiguo Orien-
neo.
te como ser fontal del cosmos. Ciertamente, pre-
sentaba también rasgos de poder político o social: - Los egipcios concebían a Dios como fuente de la
es monarca superior, soberano fuerte que rige la realeza y poder del Faraón, a quien miraban de algún

72 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


modo como un Dios encarnado: el poder de Dios se ex- b) Dios judio, historia y persona
presa en el poder central del mundo, reflejado y con-
densado en el estado. Evidentemente, en esta línea no
podrá hablarse de un Dios Padre del Cristo, liberador
Israel ha interpretado a Dios como principio de
de los humanos oprimidos; por eso, el éxodo de Egip- liberación para los humanos. Dios desborda la clau-
to (ruptura con el Dios-Faraón) sigue siendo esencial sura cósmica: supera los poderes de la naturaleza y
para el cristianismo. aparece en sí, como persona. Dios trasciende tam-
- Los mesopotamios (en especial babilonios y asi-
bién la fijación religiosa del poder: no es fuerza im-
rios) ven al Dios supremo (Marduk) como el que ha positiva, sino fuente de humanización creadora.
domado con su fuerza el caos, suscitando de esa forma Lógicamente (cf. 1.a parte de este libro), los israeli-
el mundo. Según esa visión, Dios será quien vence a to- tas han interpretado la estructura y práctica religio-
dos los poderes adversarios. Pues bien, los israelitas, sa de los pueblos del entorno (egipcios, babilonios,
exiliados en Babel, han descubierto que su Dios es más cananeos) como idolatría: adoración de los poderes
que el orden conseguido por la fuerza; en esa línea se cósmicos, sacralización de la autoridad política; así
mantienen los cristianos: Dios es para ellos más que el han podido conducirnos al lugar de la liberación
simple orden logrado por la fuerza. originaria que se expresa como éxodo (ruptura crea-
- Cañarnos y fenicios concebían lo divino como dora), alianza (diálogo de amor) y promesa (libertad
fundamento y sentido del proceso de la vida, centrada y esperanza para los humanos) 2 .
sobre todo en los ciclos de la vegetación (muerte, na-
cimiento) y en la unión germinal de Dios y Diosa (Dios En esa línea avanza y se mantiene el Dios judío
y el mundo). Los israelitas superaron para siempre es- del tiempo de Jesús. Siguen influyendo los antiguos
ta visión de los «baales», de los cultos de la vida, des- elementos (de tipo histórico y sapiencial), pero tam-
cubriendo a Dios como persona que conoce y libera bién ha destacado la tendencia apocalíptica y el le-
para la vida personal a los humanos. En esa línea galismo que, siendo parcialmente antagónicas, se
avanza Jesucristo cuando proclama el reino de Dios completan y enriquecen mutuamente, dando origen
Padre 1 . a múltiples variantes religiosas.
• La apocalíptica (expresada por ejemplo en el li-
bro de Daniel) concibe a Dios como Aquel que, ha-
LAS ANTIGUAS Y NUEVAS RELIGIONES biendo dirigido en forma oculta la marcha de los tiem-
DE LA NATURALEZA pos, vendrá a manifestarse al ñ n de un modo fuerte,
destruyendo para siempre las fuerzas de lo malo. En el
Las antiguas y nuevas religiones de la naturaleza vén a momento actual, la realidad y justicia de Dios se en-
cuentra oculta, escondida tras los males de la historia,
Dios como sacralidad del cosmos (del poder y estado, de
permitiendo que las fuerzas negativas, destructivas (o
la vida y sexo). Actualmente parece haber un retorno ha- diabólicas) dominen sobre el mundo. Pero Dios vendrá
cia esos dioses: hay una nostalgia de los tiempos viejos, a mostrarse de verdad, con claridad al final, desvelan-
cuando el humano se encontraba inmerso en los poderes do su poder y realizando su juicio sobre la historia.
de la naturaleza. Pues bien, nosotros, para llegar al Padre • En perspectiva legalista, que triunfará tras el 70 d.
de Jesús, debemos superar ese nivel cósmico, asumiendo de C. con los fariseos, Dios se ha desvelado sobre todo
el camino purificador (de trascendencia) del pueblo is- por la «ley» y así rige (ha de regir) la existencia histó-
raelita.

2
En general, los pueblos paganos han ido construyendo su
religión a través de la búsqueda de sus intereses particulares:
' Los dioses son una expresión de la estabilidad de la natu- toman a los dioses como garantes de estabilidad cósmica y
raleza: son vencedores de la lucha originaria y como tales (como superioridad política, reflejadas en la misma vida concreta del
Marduk en Babilonia) garantizan el orden cósmico y la organi- pueblo. Los israelitas, en cambio, se han hallado más abiertos
zación política. Son, al mismo tiempo, un signo del poder, no hacia el interés de la humanidad: en su religión importa sobre
gratuidad, ni acción liberadora. Los judíos han sabido que en todo la libertad del pueblo, el camino de la alianza, la esperan-
esos dioses esclavizan a sus fieles. za de futuro.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 7 3


rica del pueblo. Ciertamente, hay u n a ley del cosmos, camino que tiende a la manifestación última de Dios,
que se expresa en la misma realidad física del mundo. que ellos conciben luego de maneras diferentes (según
Pero Dios se manifiesta de manera especial en aquella destaquen unos u otros rasgos, de violencia bélica o jui-
ley más honda que dirige y regula la vida de los fíeles cio forense). Esta vinculación suscita u n grave proble-
de Israel en el camino de la historia. El juicio del futu- ma de política: ¿cómo han de portarse los judíos frente
ro (al que aludían los apocalípticos) viene a sancionar a los restantes pueblos del entorno?, ¿cómo han de es-
las normas de vida que la ley establecía para el pueblo perar que se resuelvan, con la intervención de Dios, las
israelita sobre el mundo. contradicciones actuales de la historia?, ¿cómo habrá
de revelarse Dios a los gentiles? Éstos son problemas
En tiempos de Jesús había también otras postu- que plantean los judíos de aquel tiempo y que Jesús ha
ras: esenios, saduceos, quizá celotas... Ellas desta- de asumir y resolver en su mensaje y existencia.
caban otros rasgos en la concepción de lo divino.
Sin embargo, por encima de las diferencias, los ju- Sobre este fondo israelita, dentro del Oriente, ha
díos mantenían unos elementos comunes, que en- de entenderse el evangelio. Por eso, Jesús no ha te-
contramos también en las posturas evocadas nido que inventar una «teología» nueva. En un
(apocalíptica y legalista). Éstos son los esenciales: principio acepta aquella que le ofrece la tradición
social y religiosa de su pueblo para transformarla,
• Dios es ante todo trascendente: tiene autonomía y como luego iremos viendo.
por tanto no se puede confundir con el camino de vida
o movimiento de este cosmos. Sólo porque es inde-
pendiente (existe en sí), Dios puede desvelarse en
cuanto tal (se revela), influyendo como agente supe- c) ¿Dios es Padre?
rior en el proceso del cosmos y de forma especial en la
historia humana. Entre Dios y el m u n d o existe, por lo
tanto, una relación de encuentro: siendo divino en sí,
Dios ofrece a los humanos su amistad activa; siendo SÍMBOLOS MATERNO Y PATERNO
diferentes de Dios, los humanos necesitan su ayuda
para realizarse plenamente. - El símbolo materno ha destacado los aspectos de
cercanía vital y cariño: lo humano y lo divino tienden a
• Dios es persona: es dueño de sí mismo, porque sa-
formar un todo, de manera que la experiencia religiosa
be (se sabe, se conoce) y porque ama (es capaz de dar-
más profunda ofrece rasgos oceánicos: la Gran Madre di-
se a los demás, conviviendo con ellos). No es sencilla-
mente el signo del poder ciego del cosmos, ni una espe- vina, identificada muchas veces con la tierra, es una es-
cie de ley física que actúa sin saberlo, sin saberse. Dios pecie principio y plenitud de ser del que nacemos y al que
«se sabe»: tiene pensamiento, se conoce y nos conoce, retornamos, para disolvernos de nuevo en su misterio.
en un misterio de revelación (alianza) que desborda los - El símbolo paterno ha destacado en lo divino los ras-
aspectos y los planos precedentes de la vida humana. gos de la autoridad violenta, del orden conseguido por la
• Dios se ha vuelto judío de algún modo. Cierta- fuerza; lógicamente, el Dios Padre, simbolizado por el cie-
mente, su trascendencia le vincula con todos los pue- lo y trueno, viene a presentarse como guerrero y rey, vio-
blos (y humanos) de la tierra; pero, al mismo tiempo, lador y engendrador, protector y dueño de todo lo que
se halla unido de manera especial a su nación judía, existe.
que así viene a presentarse, de algún modo, como «epi-
fanía» o manifestación de Dios sobre la tierra. Por eso,
a partir de su propio estatuto teológico (como lugar de
presencia específica de Dios), el pueblo de Israel asu- Volvamos al principio, retomemos los símbolos
me dos compromisos que a veces resultan difíciles de paganos. La mayor parte de las religiones antiguas
armonizar: ha de abrirse a todos los pueblos de la tie- empleaban imágenes familiares para hablar de Dios
rra, apareciendo para ellos como mediador de Dios; y así le presentan como madre (en línea matriarcal)
tiene que defender su identidad e independencia, co- y/o como padre (en línea patriarcal). Esos símbolos
mo expresión de Dios ante los pueblos. (materno y paterno) se han expresado a través de los
• Dios está vinculado a la escatología. Los judíos sa- diversos pueblos de la tierra, en múltiples variantes
ben que su relación con Dios es definitiva: están en un y combinaciones: en Grecia encontramos un pa-

74 /' l/M IIISCIIIIRin El. CAMINO DEL PADRE


triarcalismo familiar y dinástico de tipo masculino
(centrado en Zeus y sus dioses olímpicos), donde si- YHWH ES AQUEL QUE ESTA PRESENTE
gue influyendo la figura de la diosa tierra (Demeter-
Madre); figuras semejantes aparecen en las religio- Yhwh es Aquel que está presente, no un Padre, aunque
nes de Egipto, Mesopotamia y Siria-Palestina, con esafigurapaterna podría encontrarse asociada al Becerro
sus imágenes paternas o masculinas (El, Baal) y ma- de Oro de Éx 32, que destaca el poder y la paternidad bio-
ternas o femeninas (Ashera, Anat). El hecho de que lógica. Al tomar a Yahvé como Nombre propio de (su)
Dios se conciba como «padre» (o como madre) per- Dios israelita, el judaismo ha sabido y sigue sabiendo que
tenece a los principios de nuestra cultura y no pue- El no es femenino ni masculino, no es diosa ni dios: es
de tomarse como signo distintivo del cristianismo. Adonai (Kyrios, Señor), que ha establecido alianza con su
Pues bien, tanto la visión materna como la pa- pueblo, para acompañarle en el camino de la libertad y la
terna de Dios entraron en crisis al comienzo de eso esperanza de la vida.
que se suele llamar el tiempo-eje, es decir, entre los
siglos VII y V a. de C, en las grandes culturas de
China y la India, de Persia, Israel y Grecia. Ha se-
guido predominando en ellas el patriarcalismo, de - Los judíos, por lo menos desde el I a. de. C, al
manera que Dios o lo divino ha recibido (y en parte sacralizar el Nombre (Yahvé), h a n resaltado de tal
sigue recibiendo todavía) rasgos masculinos. Pero, modo la experiencia de su poder y lejanía que no
estrictamente hablando, El ha dejado de ser Padre pueden ya entenderle como Padre. De esa forma
(engendrador y guerrero, señor político violento), mantienen el rechazo original contra los dioses de
para convertirse en Ser fundante (helenismo), In- la generación vital y la naturaleza. Ciertamente,
terioridad abarcadora (brahmanismo hindú), Silen- ellos saben que se puede aplicar y h a n aplicado a
cio nirvánico (budismo) o Tao universal (China). Dios el símbolo paterno, en formas espirituales, co-
mo metáfora de poder y cariño (el padre da la ley,
Desde el fondo de esa crisis queremos destacar acompaña a sus hijos a lo largo de la vida). Sin em-
la novedad israelita, con su visión personal y tras- bargo, en su experiencia original, prescinden de ese
cendente de Dios, que no aparece ya como Padre, símbolo familiar.
sino como Yahvé (El que es, Señor). Sabemos por
los restos arqueológicos (figurillas sagradas de to-
ros divinos y diosas de la fecundidad) que los israe-
litas anteriores al exilio seguían venerando al padre PADRE
sacral y a la madre divina: la misma Biblia Hebrea
incluye evocaciones y figuras de ese tipo. Sin em- Padre es para los judíos un símbolo más, no el Nom-
bargo, en línea oficial, los israelitas superaron esa bre verdadero de Dios. Así lo hemos podido advertir al
visión sexual y familiar de la religión, presentando ocuparnos del Dios israelita (en éxodo-alianza-promesa,
a Dios como Yahvé, Aquel que está presente y actúa en Job y Eclesiastés): los judíos no rechazan la paternidad
de un modo liberador, como hemos visto en el cap. de Dios, pero no han querido (o podido) ponerla en el
1.° al tratar de Éx 3,14. Yahvé, Dios de Israel, no es centro de su experiencia religiosa y teología.
Padre ni Madre, aunque de hecho se vincule a ras-
gos patriarcales.
Dios se nombra Yahvé porque, en el momento El verdadero Dios judío sigue siendo Yahvé, el ale-
clave de la vocación y envío de Moisés, ha dicho jado: sin Rostro que nosotros podamos contemplar,
y sigue diciendo 'Ehyeh (= Estaré contigo; cf. Ex sin Nombre que podamos decir en ese m u n d o (aunque
3,12.14). Ese Nombre define el principio y transcur- sabemos que ese nombre existe: es Yahvé). Éste es un
so de la historia israelita: Dios se muestra en su ser Dios sin encarnación, Señor de trascendencia siempre
como presencia personal, no simplemente como se- superior, que actúa porque quiere y se revela por su
xo (o género), aunque la tradición unánime ha ten- Ley a los humanos. En esa línea se mantienen también
dido a interpretarle después en formas masculinas. los musulmanes.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 7 5


ma nueva (trinitaria) algunos viejos mitos de dioses
engendrado res. De esa forma, por llamar a Dios «Pa-
JUDÍOS Y MUSULMANES dre», y por hacerlo con toda fuerza, los cristianos han
sido a veces acusados de estar parcialmente repagani-
Judíos y musulmanes, seguidores del Dios de los pa- zados (han pactado con los pueblos del mundo, en
dres (Abrahan, Isaac y Jacob, Moisés y Mahoma), no del contra de la diferencia judía de Dios). Pues bien, en
Dios-Padre de Jesús, siguen ofreciendo el testimonio má- contra de esa acusación, quiero mantener en lo que si-
ximo de una trascendencia divina sin encarnación. Para gue la radical fidelidad judía y la más honda novedad
ellos, Dios no puede ser Padre de manera consecuente, del Dios cristiano, a quien la Iglesia define como Padre
pues no existe el misterio de vida compartida (Trinidad de de Jesús.
amor), ni puede encarnarse (no puede dar a los humanos
la vida de su Hijo, pues no tiene hijo ninguno).
PATERNIDAD Y ENCARNACIÓN

-Los cristianos hemos superado por medio de La afirmación fuerte de la paternidad de Dios resulta
Jesús esa reserva judía y llamamos a Dios Padre, inseparable de la encarnación. Los cristianos llamamos a
aunque no podemos olvidar que en el fondo de este Dios ¡Paire! no porque sigamos mitos de generación cós-
mismo Nombre (Padre) sigue estando la experien- mica, sino porque hemos descubierto su gracia radical en
cia de Moisés y su Dios liberador (Yahvé). Seguimos Jesucristo: porque Jesús le ha llamado de esa forma y co-
de esa forma fieles a la experiencia de la trascen- mo Hijo ha realizado la tarea redentora de Dios entre los
dencia radical: al manifestarse como Padre de Jesús, pobres de su tierra.
Dios n o niega su nombre de Yahvé sino que lo ex-
plícita, llevándolo a su plena manifestación. Dios si-
gue siendo el Yahvé de Israel al revelarse como Pa- La novedad cristiana de Dios tiene u n Nombre:
dre (no patriarcalista ni matriarcalista, sino perso- es Jesús, que ha recibido por su entrega pascual el
nal) de todos los humanos. Nombre sobre todo Nombre, de m a n e r a que toda
Algunos judíos han pensado que esta «vuelta» al lengua proclama Jesucristo es Señor para gloria de
Padre implica en el fondo una especie de «paganiza- Dios Padre (cf. Flp 2,6-11). De esa forma pasamos
ción»: habríamos dejado la experiencia de plena leja- del Señor de Israel (Yahvé) al Padre de Jesús, cul-
nía y misterio del Dios de Moisés, para recrear en for- minando así el camino de la revelación.

2. Jesús, camino de reino. ¡Abba Padre!

Guía de lectura
Jesús es ante todo exegeta de Dios, revelador del misterio. Así le preguntamos con Felipe:
¡Muéstranos al Padre! y él responde, como entonces: «Llevo tanto tiempo con vosotros y ¿aún
no me conoces, Felipe? ¡Quien me ha visto, ha visto al Padre!» (Jn 14,8-9).
- Dios está en el centro del mensaje de Jesús, avalando y sosteniendo como Padre su anuncio de
reino: es el que viene (está viniendo) para realizar su acción liberadora (cf. parábolas del reino).
- Dios fundamenta la vida de Jesús: le ha enviado y le sostiene, como Padre que engendra a
su Hijo, como amigo que anima a su amigo, como fuente de su vida y acción liberadora.
- Dios acoge a Jesús en la muerte. En sus manos de Padre se entrega Jesús, como profeta que
parece fracasado, en gesto dolorido de angustia y de confianza, esperando una respuesta, en el
Calvario.
- Método de estudio. Buscar en los evangelios los lugares donde Jesús habla de Dios, comentán-
dolos de un modo personal. Para profundiza el tema, cf. bibliografía citada al final del capítulo.

7 6 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Como hemos dicho ya, el cristiano sabe que Dios
se ha revelado plenamente por Jesús, siendo miste- JUDÍOS Y CRISTIANOS
rioso. Así lo indicaremos ahora, hablando del Dios
que se desvela en el mensaje, vida y muerte de Je- Pablo ha presentado, de forma ejemplar y polémica
sús, llevando a plenitud el camino del Antiguo Tes- (quizá un poco injusta), su diferencia en 2 Cor 3-4: los ju-
tamento. díos siguen llevando un velo ante sus ojos, no pueden mi-
rar a Dios cara a cara, ni nombrarle; los cristianos se han
quitado el velo y, por medio de Jesús, pueden contemplar
a) Dios del reino, el mensaje de Jesús cara a cara a Dios Padre.
Moisés descubrió a Dios (Elohim) como Yahvé en
la zarza ardiente de su vocación. Los cristianos le en-
contramos como Padre en el mensaje, vida y muerte Jesús ha centrado su mensaje en el Reino de
de Jesús. Por eso, es normal que los antiguos escri- Dios y no en Dios en cuanto aislado, separado de la
tores de la Iglesia hayan presentado a Jesús como historia. No ha buscado el misterio original del Ab-
nueva zarza ardiente, aquel que nos revela al Padre, soluto de Dios en camino de trascendencia interior
como afirma, de manera lapidaria Jn 1,18: «A Dios o meditación sagrada. Como buen judío, heredero
nadie le a visto jamás; el Hijo (= Dios) Unigénito, de las tradiciones de Yahvé, sabe que Dios se ma-
que estaba en el seno del Padre, nos lo ha revelado». nifiesta en la historia, liberando a los humanos y
ofreciéndoles su reino. Pues bien, él ha llegado has-
- Los judíos no le conocían (no podían ni decir su ta el final en esa línea: Dios se manifiesta ahora del
Nombre) y así siguen afirmando, basados en la expe- todo, diciendo el más profundo secreto de su amor
riencia de Moisés, que Dios es Yahvé ante quien debe-
mos esconder el rostro, pues mirarle sería destruirnos
y de su vida, no en el templo (para los sacerdotes),
y morir; Dios es para ellos el gran desconocido, más no en la ley (para los buenos cumplidores), sino en
allá de los signos matriarcales o patriarcales, más allá medio de los pobres, de los nuevos «hebreos» de la
de todas las palabras o razones. tierra.
- Los cristianos, en cambio, afirmamos sorprendi-
dos y gozosos que podemos conocer a Dios, que le he-
mos visto en Jesús y que podemos llamarle desde aho-
ra Padre, de manera no patriarcalista, sino salvadora. ITINERARIO DE JESÚS
Así acogemos a Jesús como Revelador del Padre: no es
un místico oriental que explora y busca lo divino en la La vida de Jesús es camino de Dios. Por eso quere-
hondura de su alma, ni un filósofo que estudia el ser mos situarle en el trasfondo de los otros caminos de su
de lo divino por teorías conceptuales, ni un sacerdote tiempo. Los sumos sacerdotes de Jerusalén vinculan a
pagano que quiere revelarnos el misterio eterno de la Dios con el orden sacral de su templo. Muchos fariseos le
Madre Tierra, ni un profeta del Gran Desconocido. Je- interpretan como garante de una ley que regula su con-
sús es ante todo Hijo del Padre Dios que le implanta, dición social y familiar. Los esenios le miran como inspi-
impulsa y acoge a su amor. rador de su retiro y protesta escatológica. Juan Bautista
Como israelita fiel a la memoria y promesas de afirma que el plazo se ha cumplido y llega el Dios del jui-
su pueblo, Jesús ha dialogado con el Dios descono- cio y penitencia. Pues bien, buscando a Dios, Jesús inicia
cido (Yahvé) a quien conoce por su propia expe- un camino de reino. Por eso le ha presentado a Dios co-
riencia amorosa y filial, misericordiosa y salvadora, mo Amor de reino (Padre) que actúa en favor de los más
de forma que se atreve a presentarle como Padre pobres de la tierra. La Pascua, o paso de Dios, para Jesús
propio (siendo a la vez Padre de todos los huma- expresa su presencia salvadora en favor de los antes ex-
nos). De esa forma se ha entregado en sus manos de cluidos del sistema religioso de Israel y de los poderes de
amor fuerte, descubriéndole, al mismo tiempo, co- la tierra. Éste es el acontecimiento salvador, el origen del
mo Padre y/o Madre. Así supera y recrea los viejos cristianismo.
simbolismos de la historia y la familia humana.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 7 7


1. Dios del reino, Padre de Jesús. Como la tradi- quiere darnos, se encuentra en el futuro y sólo po-
ción evangélica recuerda, Jesús fue en el principio dremos alcanzarlo en la medida en que sigamos
u n discípulo de Juan: compartió con el Bautista su abiertos a su gracia.
visión del juicio de Dios y su exigencia radical de • Dios nos asiste, dándonos su fuerza para que no-
penitencia, recibiendo su bautismo (cf. Me 1,9-11 sotros podamos actuar y hacernos de verdad humano.
par). Pero en u n momento dado asumió un camino No es «señor» cerrado en sí, cultivando su grandeza;
propio. Probablemente descubrió que Dios había no es tirano opresor, ni ley que se impone de modo in-
perdonado, renunciando al juicio de violencia (al flexible sobre el pueblo. Al contrario, el Dios de Jesús
hacha, al fuego, el viento destructores que anuncia- es garantía de vida y libertad para los humanos, espe-
cialmente los pobres y expulsados. Por eso, la palabra
ba Juan: cf. Mt 3,7-12). Quizá pensó que el juicio se «hay Dios» (¡Dios viene!) es buena nueva para los per-
había cumplido y que Dios había decidido ofrecer a didos de la tierra.
los h u m a n o s u n tiempo nuevo de «reino», en per-
dón y gratuidad liberadora. Por eso, abandonando • Dios actúa como gracia, enriqueciendo así nues-
a Juan junto al río, comenzó a proclamar en Galilea tra existencia. El Dios pagano, y a veces el mismo
Dios judío, corría el riesgo de identificarse con el or-
su mensaje: den cósmico, mostrándose de un modo impersonal o
Se ha cumplido el tiempo y se ha acercado el Reino de fatalista. Por el contrario, el Dios de Cristo se presen-
Dios. ta como principio de creatividad humana: viene has-
Convertios y creed en el evangelio (Me 1,15; cf. Mt ta nosotros porque quiere iluminar nuestra existen-
4,17). cia, haciéndonos capaces de querernos los unos a los
otros.
El mensaje de Jesús se ha interpretado así como
evangelio: es buena nueva de liberación que Dios Por eso, el mismo hecho de que exista, Dios se
ofrece a los que se hallan perdidos en el mundo, es entiende como fuente de liberación. Nos libra Dios
de perdón y gratuidad para aquellos que se encuen- del peso del cosmos y su angustia, del entorno opre-
tran aplastados por la vida. Por eso en el principio sor de la sociedad violenta y de la misma violencia
se halla el don de Dios; la conversión que ha de ve- de la vida (dominada por el miedo de la muerte: cf.
nir será una consecuencia. Hebr 2,14). Por encima de estas preocupaciones se
revela el Dios de Jesucristo:
a. No os agobiéis pensando qué vais a comer o a
beber...
DIOS DE GRACIA, CAMINO DE REINO
b. Vuestro Padre celeste sabe que tenéis necesidad de
El punto de partida del mensaje de Jesús es el amor todo eso.
recreador de Dios que acoge a los pequeños, pecadores y b'. Buscad primero el Reino de Dios y su justicia
perdidos de la tierra. Sólo como efecto de esa gracia pue- a. y todo eso se os dará por añadidura (Mt 6,31-33).
den y deben convertirse los humanos, pues el mismo Dios Hemos destacado la estructura «circular» del texto,
les capacita para ello. relacionando a con a (Dios responde al agobio del hu-
Jesús es el camino de Dios, siendo camino y portador mano) y poniendo en el centro (b y b") el amor del Pa-
de reino. Jesús nos ha trazado el itinerario final y más dre y su reino.
perfecto: si queremos encontrar a Dios asumamos el ca-
mino real, la vía regia de Jesús, que lleva al reino. Este Dios del reino es Padre/Madre que nos ha-
ce superar el agobio de las cosas materiales, siendo
amigo que se ocupa de los lirios del campo y de los
pájaros del cielo (cf. Mt 6,25-30 par). Es el Dios de
• Dios nos llama desde la altura de su reino, apa- los pequeños, pobres y perdidos: Amor entrañable,
reciendo como Aquel que viene a regalar su amor a Principio liberador, Presencia acogedora. Por eso,
los pobres discípulos de Jesús (cf. Le 12,32). Eso sig- el evangelio de Dios h a de entenderse como fuente
nifica que la vida no ha culminado todavía: lo pri- de consuelo para aquellos que se encuentran ago-
mordial, la plenitud de la existencia, aquello que Dios biados y oprimidos en el m u n d o (cf. Mt 11,28).

7 8 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


- Este Padre/Madre de Jesús es Gracia fundante: Ma- La figura de este Padre de Jesús emerge de ma-
dre que regala vida sin pedir a cambio cosa alguna; Pa- nera ejemplar en las parábolas: le acusan de comer
dre en cuyas manos se siente y se sabe «Hijo querido» con manchados, de perdonar a pecadores, de aco-
(cf. Me 1,9-11 par). Creer en Dios significa acoger su ger a los perdidos; él se defiende apelando a la con-
don de vida, por encima de toda imposición, ley o pe- ducta de su Dios (Dios del Éxodo y profetas), que
cado. En nombre de ese Dios que es Madre/Padre de
amor (no un Yahvé que hemos dejado lejos, en los ri- perdona a los pecadores (Le 15,11-32; 18,2ss), reci-
tos de la ley o el templo), Jesús se ha atrevido a perdo- be en casa a los perdidos (Le 15,4 s) y ofrece pleni-
nar a los humanos (cf. Me 2,1-12). tud a los pequeños (Le 18,2s).
- Este Padre/Madre de Jesús es Fuerza creadora y así 2. Padre de Gracia: nacer en confianza. El reino
impulsa a los humanos a volverse responsables de su de Jesús no proviene de la evolución del cosmos, ni
vida: Poder que nos hace poderosos, Amante personal
que nos impulsa a amar a los humanos, partiendo de es resultado de conquista violenta, sino don del Pa-
los pobres y excluidos. Cierto judaismo antiguo (y mu- dre que ofrece su vida a los h u m a n o s . Desde ese
cho cristianismo moderno) domestica a Dios, introdu- fondo descubrimos a su Dios como Padre/Persona
ciéndole en esquemas de ley, para sancionar con su fi- que nos a m a y en a m o r nos llama a la existencia.
gura la figura actual del mundo. En contra de eso, el Frente a quienes quieren entenderle como Absolu-
Dios de Jesús es creador mesiánico que invita a los hu- to cósmico, Sentido inmanente de la historia o
manos a buscar y recibir, a cultivar y compartir el rei- Nueva Era de la h u m a n i d a d que forja por sí misma
no. su grandeza, afirmamos con Jesús que es Padre-
- Este Padre/Madre de Jesús es Promesa escatológi- Madre: Gracia creadora y Trascendente, gozo de la
ca. Antaño parecía velado: su figura se escondía en los vida.
poderes y violencias de la historia. Ahora se desvela re-
velando en Jesús su propio Rostro salvador: se ha ade- - A principios del XX, algunos protestantes liberales
lantado el Reino, de manera que podemos habitar al y modernistas católicos corrieron el riesgo de entender
interior de su mismo ser divino. Por eso, escatología y a Dios como pura interioridad (sentimiento) de la
teología, plenitud del tiempo y manifestación salvado- conciencia o de la historia; en contra de eso, el evan-
ra de Dios constituyen las dos caras del mismo evan- gelio afirma que es Padre/Persona: existe en sí mismo,
gelio de Jesús: creer en el Padre de Jesús significa es- es más que simple hondura humana.
perar su futuro de gracia salvadora3. - Tras un siglo, al final del segundo milenio, pode-
mos diluir también los rasgos de Dios, identificándole
con un tipo de vida social o de progreso; pues bien, en
contra de eso, Jesús le ha presentado como voluntad
JESÚS, REVELADOR DE DIOS, MESÍAS DEL REINO personal de amor, Padre/Madre a quien podemos co-
nocer (escuchar y responder) por su gracia.
Con su vida y mensaje ha revelado Jesús el Rostro de
Dios que es Padre/Madre, siendo fuente de gracia, com-
promiso creador y amor intenso que da vida (muerte y re-
surrección) por los humanos. Pues bien, Jesús ha revela- Padre y/o Madre. A este Dios Padre/Madre le pedimos
do a Dios abriendo un camino de reino: ofreciendo gracia ante todo vida y gracia (perdón), como muestran de for-
y amor, esperanza y salvación a los pequeños y perdidos ma convergente Me 11,25 («cuando estéis orando perdo-
de la tierra. nad...») y Mt 6,8: («cuando oréis no habléis mucho, pues
sabe vuestro Padre lo que necesitáis...». La confianza en
Dios nos hace ser personas (cf. Mt 6,32-24; Le 12,29-31):
3
creemos en la gracia (seno materno) del Dios que nos
El Dios de Jesús es Padre total, fuente de existencia, recon- ama, haciéndonos nacer, pues nuestra vida no se encuen-
ciliación y justicia salvadora para los humanos: nos ha dado la tra terminada; no estamos fijados, acabados; seguimos
vida (engendramiento, implantación), nos ha impulsado hacia naciendo del seno de Dios, en amor que fecunda y per-
su reino (exigencia de realización) y quiere acogernos en el seno
gozoso de su misericordia, regalándonos su gracia (cf. Mt 7,9- dona.
11; Le 12,32).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 7 9


Siendo lejano (trascendente), Dios se muestra a 3. Padre que actúa: cumplir su voluntad. Dios se
la vez muy cercano: es principio creador, Padre-Ma- define como aquel que amando (actuando de forma
dre, fuente de cariño, gracia en que se arraiga toda gratuita y creadora) nos capacita para amar en gra-
vida. De su fuente nacemos, en su amor crecemos, tuidad y realizarnos así como personas, cumplien-
en su plenitud culminamos. Algunos le llaman sin do su voluntad (como reza el Padrenuestro). El hu-
más el Lejano; otros le toman como puro signo filo- mano sólo puede amar porque es amado: por des-
sófico; Jesús le ha visto y proclamado como Aquel cubrirse agraciado puede hacerse gratuidad;
que está viniendo ya, en amor, a nuestra vida. Tal es porque es perdonado puede perdonar. Dios, en cam-
su noticia: el milagro de la vida que brota de la gra- bio, puede amar en gratuidad y perdón, porque es
cia, la fuerza original del Evangelio. Dios es más desde sí mismo Padre-Madre, fuente original de vi-
que orden legal, más que la fuerza escatológica o da y gracia.
guerrera de algunos militares o profetas judíos, más
que el Ser de Grecia o el Silencio Absoluto de cier- De esa forma, el mismo amor del Padre/Madre
tos meditadores de la India. Él es ante todo gracia: se traduce para los humanos como exigencia amo-
su Amor nos fundamenta, su Vida sostiene nuestra rosa de creatividad. Para los judíos, Dios era Yahvé,
vida; creer en él implica cultivar el gozo, alegría, sa- el que está presente, liberando a su pueblo. Los cris-
lud y esperanza de lo humano. tianos añaden que él es Padre/Madre, Aquel que
amando gratuitamente capacita a Jesús (y a los hu-
Descansar en el seno de Dios, sabiendo que ni manos) para responderle en actitud de gracia. La
un solo cabello de nuestra cabeza se pierde sin que misma fe en el Padre es principio de creatividad:
él lo sepa y considere (cf. Mt 10,29): ésta es la raíz creer en Dios significa recibir su gracia (nacer de su
teológica del evangelio. Así podemos como niños llamada) y responderle en amor, entregando la vida
confiar, seguir naciendo y viviendo y muriendo, en en amor por los otros.
amor y esperanza radicales, pues Dios nos da su
reino (cf. Me 9,33-37; 10,13-16 par). El mundo no La fe en el Padre/Madre nos hace por lo tanto ac-
es lugar donde domina el Diablo, ni la historia ca- tivos: cuanto más recibimos más podemos dar. El
mino donde sólo brota y crece (nos ahoga) el mal compromiso específicamente humano de «buscar
de muerte, calculando sus horas y momentos. el reino» (cf. Mt 6,33) no proviene de la fatalidad
Mundo e historia son casa de Dios Padre, hogar cósmica, no es tampoco un deber que se impone
donde es posible nacer, crecer y morir en confian- desde fuera, sino que brota de la llamada personal
za amorosa, compartiendo mesa y palabra, porque de Dios que nos ha elegido, invitándonos a colabo-
en todo y sobre todo se está manifestando el Pa- rar en su obra, al servicio de los más necesitados.
dre.

DIOS ES FUENTE DE VIDA


CONFIAR EN DIOS, Dios es fuente de vida que mana en nuestra propia vi-
NACER DESDE SU SENO DE AMOR da, por medio de la acción mesiánica de Jesús (cf. Jn 5,17;
9,4). Es Padre haciéndonos hijos (hermanos) que pueden
Ésta es la verdad del evangelio, su novedad primera y darse unos a otros en amor e igualdad, sin jerarquías ni
duradera; todo lo demás es consecuencia. Por eso defini- dominios (cf. Mt 23,8-12).
mos a Jesús como creyente y revelador del Padre: ha con-
fiado en Dios, abriendo su fe a todos los humanos, des-
cubriendo así el sentido de la naturaleza, superando el pe-
cado y venciendo incluso a la muerte (porque Dios, su Dios no garantiza y justifica simplemente lo que
Padre, le ha resucitado). Éste es el axioma cristiano, la existe (el orden de los poderosos de la tierra), sino
verdad por excelencia. que ofrece vida a los que parecían condenados por
las fuerzas negadoras de la vida. Siendo delegado

8 0 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


de ese Padre-Dios, Jesús no conquista el reino por
las armas, ni controla el templo por la fuerza mili- Creer en Dios significa sabernos capaces de amar con
tar, ni destruye en batalla a los pervesos, sino que él, superando la violencia vieja de la tierra. Dios no sólo
ofrece ayuda y curación a los necesitados (enfer- habita entre nosotros, haciéndonos nacer/vivir, sino que
mos, expulsados...) de su pueblo. actúa por nosotros, haciéndonos portadores de su perdón
creador y gozoso, para todos los humanos.
- Como «encarnación» de ese Dios Padre, Jesús afir-
m a que «el tiempo se ha cumplido y ha llegado el rei-
no» (Me 1,15). No ofrece teorías sobre Dios, sino que 4. Padre que responde: cumplimiento de nuestros
actúa en su nombre, expandiendo su perdón creador. deseos. De la Gracia de Dios (Padre/Madre que en-
Precisamente por eso podemos y debemos confesarle gendran en amor), a través de su Acción presente
Cristo: mesías de la acción liberadora del Padre, mesías (impulsora), pasamos al Futuro de su vida, que se
que entrega su vida a ese Padre, entregándola al servi- expresa como Resurrección y Reino para los huma-
cio de los necesitados de la tierra.
nos. Algunos han destacado de tal forma la trascen-
- Como garante de la obra de Jesús, Dios viene a dencia e intimidad de Dios que casi renuncian a su
presentarse como Padre-Madre, voluntad creadora (cf. esperanza de futuro (a la llegada de su reino). En
Mt 6,10; Me 12,28 par; Jn 10,18; 13,43, etc.): no es ley contra de eso, afirmamos que Dios sólo se expresa
que oprime desde fuera, ni imperativo abstracto de la plenamente como Padre-Madre allí donde nos une
razón, ni idea o ser supremo, sino Padre que acoge en
amor la vida de Jesús y le resucita, haciéndole Hijo
a Jesús resucitado, ofreciéndonos el nuevo naci-
pleno y Salvador de los humanos (cf. Rom 1,3-4). miento de la vida. Creer en Dios significa saber que
aún no somos del todo; naceremos de verdad y le
Sólo por medio de la entrega filial (muerte y pas- veremos cara a cara en la resurrección de entre los
cua) de Jesús, Dios se revela en su verdad más hon- muertos.
da como Padre/Madre en quien debemos confiar, Padre/madre de este mundo suelen habitar en el
buscando su amor-reino y sabiendo que todo lo res- principio (nos dan vida y educan, acabando su fun-
tante se dará por añadidura (cf. Mt 6,10.33; Le ción cuando llegamos a mayores). Por el contrario.
12,31). Muchos buscan sólo a Dios por comida y Dios será del todo Padre-Madre en el futuro: por
vestido, poder y egoísmo de la tierra. Pues bien, en eso esperamos en él, confiando en su amor recrea-
contra de eso, desbordando ese nivel de deseo im- dor, aguardando la filiación completa (cf. Gal 4;
positivo y violencia, Dios es Padre-Madre que Rom 8): naceremos al fin como hijos, recibiremos
acompaña a Jesús hasta la muerte, dándole y dán- en Jesús la herencia plena, Dios será en nosotros ya
donos así la vida plena. del todo Padre-Madre de la gloria.
Este Padre-Madre, que envía, acompaña y resu- Ese Padre-Madre es verdadero Amigo y Compa-
cita a Jesús es perdón incondicional, como sabe Pa- ñero, Dios de esperanza a quien oramos: él acoge
blo. No impone su perdón como exigencia, como nuestras peticiones y nos recibe en la muerte, para
ley que obliga a responderle en sumisión, sino que resucitarnos. Así ha dicho Jesús: «¡Pedid y se os da-
lo regala en gracia, como amor que invita al amar, rá, buscad y encontraréis...!» (Mt 7,7.9-11; Le 11,9-
regalo que nos hace ser regalo a lo largo y a ancho 13). La experiencia de Dios no es negación o indife-
de la vida. Ese perdón del Padre Dios, que resucita rencia del deseo (como supone el budismo), sino to-
a su Hijo, no es confesión de derrota o victimismo, do apertura infinita del deseo, promesa de
sino fuente universal de gozo fuerte y amor com- existencia, gozo pleno. Siglos de ascetismo han
partido que vence los odios del mundo. Así pode- manchado esta experiencia, interpretando a Dios
mos afirmar que Dios es Padre/Madre de misericor- como pura negación. En contra de eso, la fe en el
dia (cf. Le 6,36) y le imitamos al recibir su gracia y Dios del evangelio (Padre/Madre, crecimiento) en-
responderle como el Cristo, dejando que sea volun- sancha al infinito los deseos: No temas, pequeño re-
tad de amor (misericordia, perdón) al interior de baño, porque ha placido a vuestro Padre concederos
nuestra propia vida. el reino (Le 12,32).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 8 1


El Dios a quien así rogamos no está fuera, sino - Ha derribado a los potentados de sus tronos
dentro de nosotros, como Madre engendradora, y ha elevado a los oprimidos.
fuerza de ser que nos hace creadores, responsables - A los hambrientos los ha colmado de bienes
de la vida de los otros, Padre creador que nos invita y a los ricos los ha despedido vacíos (Le 1,47-53).
a dar la vida por los necesitados. Así rompe las fron- Este Dios de Jesús (de María) es Señor y Salva-
teras que en su nombre se h a n trazado desde anti- dor, conforme a la más honda tradición israelita: es
guo entre limpios y manchados, buenos y malos, ju- Yahvé (= Kyrios, Señor: ¡Soy el que Soy!) que asiste
díos y gentiles, para presentarse como fuente de es- al pueblo caminante, Salvador (= Sóter) que ayuda
peranza para todos. los pobres del mundo. Pues bien, aquí aparece co-
mo Aquel que mira y actúa con ojos de a m o r gran-
de, como aclaran los tres nombres que definen y
El deseo de Dios Padre-Madre ha de entenderse en sen- precisan su misterio:
tido integral, abarcando alma y/o cuerpo, vida individual
• Es Poderoso (Dynatos), frente a todos los poderes
y/o social, todo lo humano, como saben las bienaventu- deficientes y opresores de este mundo.
ranzas (Le 6,20-21 par). Éste es el placer del deseo que se • Es Santo (Hagion): excelso y puro, como supone
reconoce bueno, abierto por Dios desde la misma comple- el Padrenuestro (santificado sea tu Nombre).
jidad de este mundo; éste es el deseo de nacer del todo, de • Es Misericordia (Eleos): amor cercano que cuida
hacernos hijos perfectos del Dios Padre-Madre. a los pobres y salva a los angustiados.

Creer en Dios no es un simple sentimiento, ni una for-


De esta forma, el Dios Padre/Madre se muestra ma de conocer mejor el mundo, sino un compromiso en
desde ahora Amigo, fuente de ternura y comunión, favor de los necesitados.
que sostiene nuestra vida y con su misma realidad
de a m o r nos introduce en el gozo de su reino. Éste
es el Dios de la Esperanza que nos conduce hacia el
placer final, la bienaventuranza realizada del amor, En la primera parte (1), el himno canta la «gra-
gozo y paz (cf. Gal 5,22). Le hemos buscado con Je- cia» de Dios, pero en la segunda (2) se vuelve exi-
sús, con Jesús hemos amado a los demás, en Jesús gencia y/o fuente de transformación para los cre-
le encontraremos al fin de nuestros días: como Pa- yentes: actúa el brazo de Dios, vinculado a la tradi-
dre-Madre que nos acoge en la cuna de la muerte, ción del Éxodo (cf. con brazo extendido, Éx 6,6; Dt
ofreciéndonos su resurrección. 4,34). Pues bien, Dios ha desplegado ahora el Poder
de su Brazo, expresándose de forma redentora:
5. Nota conclusiva: Poderoso, Santo, Misericor-
dioso. Las observaciones anteriores pueden situarse • Contra Dios se había elevado la soberbia humana
en el trasfondo teológico más amplio del salmo pro- de los potentados (dynastas) y los ricos, que viven de
fético (de fondo judío) que Le ha puesto en boca de imponerse sobre los débiles y pobres. De esa forma di-
María, la m a d r e de Jesús (Magníficat), salmo que vinizan los bienes materiales (o sociales).
ofrece quizá la más precisa y más extensa defini- • Dios se expresa en cambio como poder de gratui-
ción cristiana de Dios, en clave de evangelio: dad, invirtiendo la soberbia de la historia desde los pe-
queños (oprimidos) y los pobres y revelando su amor
1. - Engrandece mi alma al Señor, transformador en medio de la historia.
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador
- porque ha mirado la pequenez de su sierva,
he hecho en mí cosas grandes el que es Poderoso; b) Vida y muerte de Jesús, revelación de Dios
- su Nombre es Santo y su Misericordia
llega a sus fieles de generación en generación. El mensaje de Jesús sobre Dios es verdadero por-
2. - Ha desplegado el poder de su brazo, que el mismo Jesús lo ha encarnado en su vida y
ha dispersado a los soberbios de corazón. muerte sobre el m u n d o . Él es revelación de Dios.

82 I'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


I:
1. Dios de Jesús: mensaje poderoso y peligroso. po no se dice que las riquezas pueden volverse anti-
Como testigo de la gracia de Dios ha actuado Jesús. divinas. La misma gracia de Dios exige que los po-
Por eso ha ofrecido perdón, esperanza y futuro de tentados y ricos del m u n d o se transformen (como
vida (curación) a los oprimidos de su entorno (cf. sabía el Magníficat). Para revelar a Dios Padre de vi-
Me 1,39-3,12; Le 7,47-49), como sabe Le 4,18-18: da, Jesús ha desenmascarado los ídolos de muerte 4 .
El Espíritu de Dios está sobre mí. Por eso me ha ungido; Nadie puede servir a dos señores...
me ha enviado para anunciar la Buena Noticia a los No podéis servir a Dios y a la Mamona (Mt 6,24).
pobres,
para proclamar la libertad a los cautivos, para abrir los
Mamona es el dinero sacralizado, «el capital»,
ojos a los ciegos, interpretado como seguridad propia, falso dios que
para enviar en libertad a los que estaban oprimidos (cf. oprime y destruye a los humanos (Mt 6,21). Como
Is 58,6; 61,1-2). profeta de la buena nueva, Jesús ha debido procla-
mar la mala nueva de su denuncia contra los dioses
Ésta es la acción mesiánica de Jesús (cf. Le 11,2- enemigos de la vida. Por eso ha rechazado al dios-
6), Evangelio (buena noticia) para los pobres: cura- dinero (Mamona: divinización de la riqueza des-
ción para los enfermos, luz para los ciegos, perdón tructora) y a la diosa-ley (un tipo de norma impues-
para los pecadores, bienaventuranza para los ham- ta por los señores del sistema, para triunfar ellos a
brientos y afligidos (cf. Le 6,20-21). Pero las biena- costa de los otros). Siendo anuncio muy preciso de
venturanzas se vuelven malaventuranzas para aque- salvación, el evangelio es palabra de «controversia
llos que pretenden dominar a los demás, mante- teológica» y condena: para revelar al verdadero
niendo sus propios privilegios. Así, el anuncio de Dios debe rechazar los dioses falsos.
Dios Padre se vuelve gran denuncia para aquellos
que prefieren apoyarse en sus dioses idolátricos (di-
nero y saciedad del mundo): - El Dios verdadero, a quien Jesús concibe Padre (Pa-
Ay de vosotros los ricos, porque habéis recibido vues- dre/Madre de gracia, don vida Padre), es principio de per-
tra recompensa. dón y gracia para los pequeños y perdidos de la tiena (po-
Ay de vosotros, los que estáis ahora saciados, porque bres, enfermos, pecadores) y no podemos confundirle con
un día pasaréis hambre. ningún privilegio o «capital» del mundo. En nombre de
Ay de vosotros los que ahora reís, porque lloraréis y ge- ese Dios perdona y cura Jesús a los necesitados.
miréis (Le 6,24-25). - El Dios falso de los sacerdotes, y de aquellos que con-
denan a Jesús, se identifica con el «orden sagrado» del
templo o la ley nacional del judaismo. Los adoradores de
ese dios pensaron que Jesús era un hombre teológicamen-
EL ESCÁNDALO DE DIOS
te peligroso, mensajero de un dios equivocado (un poseso
La misma bondad curadora y sanante de Dios se vuel- de Satán, un hechicero).
ve escándalo y controversia para muchos que le escu-
chan: podrían aceptar a un Dios de gracia y conversión
interna, a nivel de religiosidad separada de la tierra; pero Este problema es de tipo teológico y social: es
al ofrecer acción y gracia de Dios a los perdidos del mun- teológico pues trata del ser de Dios; es social porque
do, Jesús se vuelve peligroso, como indica el final de la es-
cena de Nazaret: sus paisanos quisieron despeñarle en
condena sacral (cf. Le 4,20-30). 4
En la línea de F. Nietzsche se ha presentado a Jesús como
profeta de simple dulzura: testigo de un amor intenso, que sólo
supo perdonar, no tuvo valor para enfrentarse a los males de
este mundo, no supo decir «no», oponerse a los principios nega-
Estas «malaventuranzas» surgen de la entraña tivos de la vida. Pues bien, esa visión nos parece simplemente
del evangelio: no se puede llamar bienaventurados falsa. Sin perder su dulzura, Jesús ha condenado a los «dioses»
a los pobres de Dios (Le 6,20-21), si al mismo tiem- de este mundo, siendo por ello ajusticiado.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 8 3


está en juego la forma la vida de Israel y su misión 2. Dios de los jueces, Dios del juzgado. Los sacer-
universal. Ciertamente, Jesús asume las más hon- dotes han juzgado a Jesús por blasfemo, enemigo de
das tradiciones de su pueblo. Pero piensa que la la ley (ha querido colocarse en el lugar de Dios: cf.
verdad israelita ha de entenderse partiendo de los Me 14,64). Los romanos le juzgan como «rey de los
pobres: ha terminado el viejo pacto, se ha cumplido judíos» (ha querido colocarse en el lugar de la Dio-
el tiempo de una ley que defendía los valores de los sa-Roma: cf. Me 15,12.26 par). En ambos casos, la
privilegiados. Ahora, en el lugar de Dios se han ele- condena tiene un sentido religioso, vinculado a la
vado los pobres (hambrientos, enfermos), como pri- «verdad social» (intereses) de judíos y romanos.
vilegiados del reino (cf. Mt 25,31-46).
Los sacerdotes concebían a Dios como principio
Esta revelación de Dios (del reino), que supera el y sentido de la vida entera; no entraban en disputas
viejo judaismo, se ha expresado de forma peculiar teológicas «puras» (sobre Dios en cuanto aislado),
en el signo del templo, «casa de Dios», lugar de su pero intervenían cuando un gesto social (como las
misterio y providencia especial sobre la tierra. En curaciones y perdón de Jesús) ponía en duda o ne-
algún sentido se podía decir que Templo y Dios iban gaba su autoridad sacral. El Dios de Jesús no caía
unidos. Pues bien, en gesto poderoso de revelación bajo su control; es más, iba en contra de la estruc-
mesiánica, Jesús ha «purificado» el templo, indi- tura sacral de la sociedad israelita, centrada en el
cando así que ha terminado su función sacral y so- templo.
cial sobre la tierra (cf. Me 11,15-18 par). Dios se
muestra ya en su vida como fuente universal de rei-
no, garantizando gracia y perdón para los pobres y - La blasfemia de Jesús no ha consistido en propagar
expulsados del sistema (los que no cabían en el tem- puras ideas discutibles sobre Dios, sino en presentarse, en
plo israelita). Lógicamente, los representantes del nombre de Dios, como creador del nuevo pueblo mesiáni-
viejo Israel (sobre todo, sacerdotes) han sentido la co. No ha criticado a los sacerdotes en cuanto tales, pero
amenaza de Jesús y han decidido condenarle a hace algo más «peligroso»: les ignora, niega su valor y re-
muerte. suelve los problemas de Israel (de los humanos) sin nece-
sidad (en contra) del templo.
Conflicto teológico. En nombre de Dios, Jesús ha ofre- - Los sacerdotes condenan a Jesús porque ha usurpado
cido su reino a los pobres y expulsados del sistema sacral, su poder: acoge a los expulsados (leprosos, enfermos), y
sin exigirles que cumplan previamente la ley; de esa forma perdona a los pecadores, rompiendo los cauces sociales
ha roto las barreras que la «buena» sociedad israelita ha- (religiosos) centrados en el templo.
bía establecido entre buenos y malos (cf. Mt 5,43 ss). Tam-
bién en nombre de Dios, los cumplidores de la ley (escribas,
sacerdotes) le han condenado.
Jn 11,50 sabe que los sacerdotes condenaron a
Jesús para mantener la integridad social y religiosa
de «su» pueblo (y su autoridad como sacerdotes; cf.
• El Dios de Jesús exigía un nuevo nacimiento: su-
perar el tipo de vida anterior y sustentarla sobre bases
Me 14,62-64). Tampoco los romanos se ocupaban
de pura gratuidad, en amor universal que derriba (di- de Dios en plano de teoría: a Pilato no le importa la
luye) las barreras anteriores. Como mensajero de ese verdad, sino los temas de la praxis concreta de la vi-
Dios Padre, Jesús ha ofrecido perdón-vida-amor (nue- da, tal como se expresa en el imperio (cf Jn 18,38).
vo nacimiento) a los pequeños de la tierra. Pues bien, Jesús acaba apareciendo en ese plano co-
• El Dios del orden social establecido (sacerdotes, mo peligroso, enemigo del César, y por eso Pilato le
fariseos) justifica la existencia de los «buenos» (es de- condena (cf Jn 19,6-16)5.
cir, de ellos mismos). Significativamente, para de-
fender a ese Dios de ley, los judíos observantes han
matado a Jesús con la ayuda de los ricos y poderosos 5
Los que acusan a Jesús ante Pilato han entendido bien: el
de este m u n d o (oligarquía sacerdotal, poder romano). Dios del evangelio va contra el sistema judío y romano. Así lo ha

84 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Dios, en gratuidad y no violencia (cf Me 9,33-35;
Dios ¿jerarquía? ¿Dios Padre? Unos y otros, judíos y ro- 10,13-15; Jn 3,1-15). Evidentemente, el Padre de Je-
manos, eran defensores de un Dios jerárquico (del siste- sús es peligroso para el Dios de judíos y romanos.
ma). Por el contrario, el Padre de Jesús no necesita más je- Es peligroso porque ofrece su diálogo en amor y en
rarquía que el amor gratuito: no le hacen falta ejércitos ni igualdad a todos los humanos, rompiendo los es-
templos, leyes militares ni sistemas de control sacral. Sin quemas aristocráticos del diálogo romano (fundado
duda alguna es peligroso. Este Padre es peligroso para aque- en el poder de la alcurnia nacional y de las armas)
llos que quieren imponer su jerarquía por fuerza, utilizando y judío (realizado a través de la aristocracia legal de
para ello la violencia militar y social. Es peligroso perdo- los puros y limpios del sistema).
nar gratuitamente a todos, empezando por los cojos-man-
cos-ciegos, pecadores, enfermos y perdidos, construyendo 2. Sacerdotes judíos y soldados romanos de-
a partir de ellos una sociedad universal, sin fronteras mili- fienden otros dioses, quizá los más grandes que nun-
tares y sacrales. ca han expresado su fulgor sobre la tierra: dioses (o
dios) del orden sacral, representado por el templo,
donde los grandes sacerdotes saben separar lo puro
de lo impuro, edificando de esa forma un pueblo
Desde aquí podemos volver atrás y preguntarnos limpio de judíos cumplidores sobre el mundo; dioses
¿Era tan peligroso ese Dios de Jesús? A primera vis- (o dios) de la gran ciudad conquistadora que ha ex-
ta parece que no: judíos y romanos se han equivo- tendido el beneficio de su paz sobre el conjunto de la
cado, pues el Dios de Jesús no es legislador o rey tierra, dioses que se expresan y ofrecen sus favores a
que puede competir con los legisladores judíos o el través de los representantes del sistema imperial.
emperador romano. La condena y muerte de Jesús
habría sido un error, resultado del nerviosismo de
sacerdotes y procuradores, en un momento delica-
do de la historia. Pues bien, en contra de eso, quie- JUDÍOS Y ROMANOS
ro mostrar que ni Jesús ni sus jueces se han equi- Parecían separados, eran muchas veces enemigos
vocado. (años después, tras el 67 d. de C. lucharán en dura gue-
1. Jesús ha puesto en el centro de su mensaje la rra). Pero ahora, ante Jesús se han vinculado, de manera
súplica «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu que el Yahvé de aquellos sacerdotes judíos y la Diosa Ro-
reino» (Le 11,2 par). Así ha orado ante el Dios que ma de Pilato han podido y debido vincularse. Es evidente
le envía para anunciar y adelantar o realizar su rei- que el auténtico Yahvé de Éx 3,14 es mucho más que el
no. Ciertamente, Dios Padre: no rey que se impone Dios de templo y ley, controlado por sacerdotes y escribas
por la fuerza (Roma), ni legislador que impone un (como sabe toda la tradición cristiana al mantener el An-
sistema de sacralidad (judaismo). Es Padre, pero no tiguo Testamento). Es evidente que Roma es más que la
«inofensivo», sino todo lo contrario: Dios da vida, divinización del imperio (como sabrán más tarde los cris-
perdona y dialoga, suscitando de esa forma un «rei- tianos). Pero es el dios de aquellos sacerdotes y soldados,
no» que es distinto (y contrario) al que buscan los el opuesto al Dios «Padre» de Jesús, condenando a su Hi-
romanos con el orden militar y los judíos con la ley jo por profeta y blasfemo.
sacral. Frente a todos los que quieren presentarse
como grandes, personajes ya maduros (en línea ro-
mana o judía), Jesús ha definido a los humanos ver-
daderos como «niños»: tienen que dejarse amar por Hemos retomado de esta forma el argumento de
Pablo en 1 Cor 1, cuando afirma que la sabiduría
griega (representada en el imperio) y la gran obra
judía (expresada en el culto del templo) no han lo-
comprendido Pilato cuando mantiene la inscripción de su sen-
tencia «rey de los judíos» (Jn 19,21) Está en juego el problema grado conocer a Dios. Sólo a través de Jesús cruci-
del verdadero «judaismo», el sentido social de la presencia de ficado hemos podido conocerle, descubriendo su
Dios sobre la tierra mayor sabiduría, su fuerza más excelsa. Así lo ha

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 8 5


proclamado el mismo Jesús, Hijo verdadero, en su gado: en el seno de su voluntad de amor que es du-
palabra de revelación originaria: ramente misteriosa. De esa forma ha creído hasta el
Yo te confieso, Padre,
fin, ratificando con la vida y muerte su mensaje. Je-
Señor del cielo y de la tierra, porque sús permanece en su fe, y permanecen en su gesto
has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes de condena aquellos que le han juzgado por blasfe-
y las has revelado a los pequeños... mo, enemigo de su «dios» y sus seguridades, acu-
sándole en escarnio:
Todo me lo ha dado el Padre
y nadie conoce al Hijo sino el Padre ¡Tú que destruías el templo!, ¡tú que salvabas a los
y nadie conoce al Padre sino el Hijo otros!,
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar (Mt 11,25-27). ¡tú que te llamabas Cristo, Hijo de Dios, rey de Israel!
Baja de la cruz para que veamos y creamos! (cf. Me
Sabios y prudentes son, sin duda, los judíos y ro- 15,26-32, par).
manos que, fundados en los dioses de su seguridad y
grandeza, han condenado a Jesús. Pequeños, en cam- Así dicen los enemigos, entendiendo su muerte
bio, aquellos que han acogido la revelación de ese Je- como «juicio teológico»: Dios le ha abandonado, le
sús, descubriendo por medio de él al Padre. El verda- ha marcado con su maldición y como maldecido jde
dero Dios (Padre) aparece así especialmente vincula- todos perece el pretendido Cristo en el Calvario. És-
do con Jesús, en amor originario, en diálogo personal ta parece la palabra final, conclusión de su existen-
que sólo ha culminado en el Calvario (y en la pascua). cia. El mismo Jesús grita:
¡Dios mío, Dios mío!
Este diálogo entre Jesús (Hijo) y el Padre no es
tipo sólo gnóstico (de simple conocimiento inte- ¿Por qué me has abandonado? (Me 14,34).
rior), es gnosis total de la vida, el conocimiento ple- Miradas las cosas desde el viejo «dios» del mun-
no del Padre y de Jesús, la comunión originaria y fi- do (de imperio y sacerdotes), este abandono de Je-
nal, culminada en la cruz y abierta por la pascua a sús es definitivo. Como expulsado de la tierra y de-
todos los humanos, es decir, a los pequeños de este nigrado ha muerto. Dios no le ha salvado como sal-
mundo (= aquellos que no han absolutizado su po- vó a los hebreos de Egipto (Éxodo), no le ha
der o su ley, sino que acogen la comunión mesiáni- reconciliado con sus acusadores como reconcilió al
ca en el Cristo). final a Job con sus «amigos». Humanamente ha-
blando, Jesús ha muerto sin que el Padre, en cuyo
Hemos dicho ya que Padre/Madre verdadero es nombre ha proclamado el reino, haya respondido 6 .
quien engendra al hijo, le acompaña en vida y le
acoge en muerte. Pues bien, ahora descubrimos que Así acaba la vida de Jesús. Su visión de «Dios»
Jesús ha muerto en manos de Dios Padre: le han con- (el ideal de su existencia) ha fracasado. Años más
denado los «dioses» de sacerdotes y Roma, pero el tarde, reflexionando sobre el misterio de la Cruz,
verdadero Padre de su mensaje y vida le ha escu- Pablo dirá que el mismo Dios de la ley israelita con-
chado y respondido, acogiéndole en la muerte. No denó a Jesús, haciéndole colgar un maldito del ma-
ha sido un juego fácil, sino un duro «combate», el dero (cf. Gal 3,1-13). La nueva vida sólo puede dar-
drama de la vida, como muestra la oración y entre- la el Padre de Jesús, revelándose en la pascua.
ga de Jesús en el Huerto, cuando vienen a prender-
le los legados de los ídolos del mundo:
' Jesús parecía un ingenuo: perseguía un imposible; no sabía
Abba, Padre, tú lo puedes todo: pase de mí este cáliz, comprender y valorar la vida; ignoraba las leyes de la política
pero no se haga mi voluntad sino la tuya (Me 14,36 social, la fuerza del dinero, el peso del poder establecido. Quiso
par). apoyarse sólo en la gracia de su «Padre», pero las ruedas de la
historia han seguido girando y le han triturado. Pero él era un
Dios se desvela como Padre pleno en la gran os- rebelde peligroso para judíos y romanos, pues su misma vida era
curidad del abandono y muerte, allí donde Jesús amenaza para las instituciones oficiales de la religión y la políti-
culmina su camino de revelación gratuita de la vi- ca que, al unirse para matarse, han querido «borrar la memoria
da. Pues bien, en manos de ese Padre se ha entre- de su Dios», para seguir viviendo como siempre sobre el mundo.

86 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


3. Pascua, Dios, camino de vida en la muerte
Guía de lectura
El mensaje de Jesús es verdadero y Dios su Padre porque le ha resucitado de entre los muer-
tos, revelando así su Nombre más profundo. Pasan a segundo plano sus restantes atributos (de
tipo cósmico o legal, social o religioso). El Yahvé de la zarza ardiente (Éx 3,14) es el Dios de Je-
sús.
- Dios se revela como Padre de todos los humanos, pues ha resucitado a Jesús como Primo-
génito de muchos y no de forma aislada, como simple Unigénito» (único). Así es Padre de los
pobres, marginados, derrotados.
- Dios se muestra creador de cielo y tierra, pero no de modo impositivo, como fuerza de la
naturaleza que está siempre por encima (lejos de nosotros), sino como vencedor de la muerte.
- Ahora podemos llamarle no sólo «rico en misericordia» sino Padre/Madre de misericordia,
culminando en la pascua la revelación de la Biblia Israelita (cf. Éx 34,1-13).
- Método de trabajo. Leer y comentar los textos básicos (Rom 4; Jn 1; Hebr 1; Col 1).

En manos de Dios, como pretendiente mesiáni-


co fracasado, ha muerto Jesús. Pues bien, ratifican- PASCUA, ITINERARIO CRISTIANO HACIA DIOS
do su camino e invirtiendo el juicio de sacerdotes y
soldados, Dios le ha recibido en su regazo creador Sólo hay un camino para conocer, al Dios de Cristo:
de Padre, haciéndole nacer (renacer) como Señor e escuchar su mensaje, asumir su muerte, proclamar su
Hijo supremo por la pascua. Ésta es la experiencia pascua.
primordial de los cristianos, que definen a Dios co- -Pascua, humanidad histórica. Jesús ha culminado
mo Aquel que ha resucitado a Jesús de entre los por la muerte su camino y se muestra ya como humano
muertos (cf. Rom 4,24). La verdad del Evangelio, la verdadero, Hijo de Dios sobre la tierra.
buena nueva de la liberación es Jesucristo, Hijo de - Pascua, humanidad gloriosa. Dios Padre recibe a Je-
Dios sús en el misterio de su Vida, dándole una vida que per-
- que nació de la estirpe de David según la carne, dura por siempre (cf. Jn 17; Hebr 10-11).
- que fue constituido Hijo de Dios, en poder, - Pascua, humanidad de Dios. Sólo por pascua, sabe-
por la resurrección de entre los muertos (cf. Rom mos que hay Dios de Verdad y que es Padre de Jesús. La
1,3-4). Pascua es el itinerario del cristiano hacia Dios.
Dios y Jesús se definen, de esa forma, al mismo
tiempo: Dios resucitando a Jesús como Hijo; Jesús
culminando y expandiendo su filiación por la pascua. Según Rom 1,3-4, Jesús nace por la pascua como
Hijo de Dios (verdadero ser divino), naciendo, al
mismo tiempo, como humano verdadero, abriendo
a) Ha resucitado a Jesús. Dios Padre y creador un camino de humanización pascual para todos sus
hermanos. Filiación divina y plenitud humana se
vinculan, por tanto, de manera muy estrecha: Jesús
1. Dios de la resurrección: Padre del Cristo. En la ha resucitado como humano porque es el mismo
muerte culmina la humanización intrahistórica de Hijo de Dios; no ha perdido su humanidad, la ha
Jesús (se encarna del todo cuando entrega su vida conserva en plenitud, como Hijo pascual de Dios.
en el Calvario) y el despliegue paterno de Dios (reci-
be a Jesús plenamente, acogiéndose en su gloria). El mismo Dios que ha liberado de Egipto a los he-
Cristo triunfa muriendo de la muerte. breos (cf. Éx 20,2; Dt 5,6) se revela ahora por siem-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 8 7


pre como Padre porque ha resucitado a Jesús de en- Esta paternidad universal de Dios no es de ca-
tre los muertos (cf. Gal 1,1; Rom 4,24; 8,11), como rácter cósmico-vitalista, como aquella que de-
destacaremos al estudiar la Trinidad (tema 6.°): fienden las religiones de la naturaleza; tampoco es
de tipo racional, como la que habían destacado los
• Dios no es sólo Padre, es Hijo: es el mismo Jesús estoicos, sino que ha de entenderse en forma me-
que ha vivido como humano nuestra historia y como siánica y trinitaria.
humano la ha cumplido, resucitando de los muertos.
Ese Jesús que nace, muere y resucita como humano es • Paternidad mesiánica: Dios es Padre universal
el Hijo del Dios que asume nuestra historia para que porque acoge en Jesús a los pequeños y perdidos, a los
nosotros asumamos su misterio trinitario. cojos-mancos-ciegos y a los pobres (cf. Mt 25,31-46).
• Dios es finalmente Espíritu de amor: poder que Por eso su paternidad ha de expandirse y anunciarse
resucita a Jesús de entre los muertos (cf. Rom 18,11). como Buena Nueva de liberación, con el gesto de la vi-
El Espíritu de Dios viene a mostrarse de esa forma co- da y el servicio a todos los pequeños de la tierra.
mo fuente de resurrección: es el amor de Dios que da • Paternidad trinitaria. Dios ha expresado su pater-
la vida y que convoca (reúne) a los humanos en el Cris- nidad en Cristo porque es Padre desde siempre y para
to ya resucitado. siempre, en el misterio eterno de su amor. No ha que-
rido buscar en Jesús aquello que le falta en lo divino,
sino que expresa y realiza en él, humanamente, su pa-
Hijo de Dios, humano verdadero. Jesús ha realizado ternidad originaria.
humanamente (en la historia) el camino de su filiación 2. Dios de cielo y tierra: Padre universal. Las reli-
eterna, de Hijo de Dios. De esa forma, siendo humaniza- giones cósmicas tendían a mezclar generación y
ción de Jesús, la pascua es revelación suprema de la pa- creación, concibiendo el m u n d o como resultado de
ternidad de Dios. Ésta es la verdad y novedad del cristia- u n proceso de engendramiento sagrado. De esa for-
nismo: Dios se revela plenamente como Padre al resuci- ma, teogonia (generación intradivina) y cosmogo-
tar a su Hijo Jesucristo de los muertos. Sólo así despliega nía (surgimiento del cosmos) venían a cruzarse y
su amor fundante y final, expresando su paternidad. confundirse. En contra de eso, el judaismo asegura-
Siendo acontecimiento humano, la pascua de Jesús per- ba que Dios no es padre de los cielos y la tierra, si-
tenece a la entraña de la paternidad de Dios y del miste- no el Señor (Yahvé) que lo ha creado todo porque
rio trinitario. quiere, poniendo el m u n d o «fuera de sí mismo», ha-
ciéndolo independiente de su esencia. Asumiendo y
completando ese esquema israelita, los cristianos
saben que Dios es trascendente (ha creado el mun-
Desde ese trasfondo, podemos definir a Dios co- do de la nada, no en proceso de generación inter-
m o Padre de Nuestro Señor Jesucristo y a Jesús na). Sin embargo, a partir del evangelio, ellos aña-
como el Hijo de Dios, como NT testifica en sus es- den que, en misterio de gracia primigenia, Dios ha
tratos más solemnes (cf. Rom 15,6; 2 Cor 1,3; 11,31; querido crear todas las cosas «en su propio Hijo Je-
Ef 1,3; Col 1,3; 1 Ped 1,3; 1 Jn 1,3; 2 Jn 3.9). sucristo». La creación viene a mostrarse así como
- Jesús es por un lado Unigénito del Padre (= mo- una expansión de la redención (y del misterio trini-
noguenes: cf. Jn 1,14.18; 3,16.18; 1 Jn 4,9; Heb 11,17). tario).
Hijo y Padre se vinculan en misterio protológico (de
eternidad) y escatológico (de pascua). Dios aparece Esto lo sabían ya de alguna forma los israelitas,
así como Trinidad: amor del Padre al Hijo (en el Es- cuando colocaban en el centro de la manifestación
píritu). de Dios el éxodo y la alianza (la obra salvadora), in-
- Jesús es Primogénito entre muchos hermanos terpretando desde aquí la creación: la Biblia puede
(Rom 8,29), abriendo el misterio trinitario y haciéndo- afirmar que Dios es creador porque «ha sacado a
lo fuente de liberación sobre la tierra. De esa forma ha los hebreos de Egipto». El judaismo posterior man-
expandido Jesús su filiación (cf. Heb 1,6: Col 1,15.18), tiene esta postura al afirmar que la misma creación
mostrándose hermano de todos, Hijo de un Dios Padre se subordina al despliegue salvador (a la revelación
universal de los humanos. de la Ley). El cristianismo la culmina al decir que la

8 8 ¡'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


obra creadora de Dios ha de entenderse desde la re De formas diferentes y complementaria, esos
velación de Dios en Cristo, su Hijo redentor: textos transmiten una m i s m a experiencia cristoló-
- En el principio era el Logos... gica y divina: Jesús, m u e r t o y resucitado, es la Pa-
Todas las cosas se hicieron por él, labra creadora, Logos de Dios, Hijo del Padre. Es-
y sin él no se ha hecho nada te Jesús, Logos Hijo, es don de Dios y principio de
de aquello que se ha hecho (Jn 1,1.3). vida para todo lo que existe. Por eso, al mismo
tiempo, es el camino que conduce al Padre. De esa
forma viene a presentarse como itinerario univer-
sal que lleva del mundo hacia Dios. Como entorno
LOGOS de Jesús, expansión del misterio pascual, han sido
creador todos los vivientes del cielo y de la tierra.
Este Logos en quien Dios todo lo hizo es su Hijo Jesu-
cristo, el Unigénito del Padre. Contra una especulación
gnóstica o filosófica sobre un Logos separado de la histo-
ria, Juan habla de Jesús, hombre concreto, en quien el Pa- PASCUA DE JESÚS, CAMINO DE DIOS
dre se revela y crea todo lo que existe.
La creación entera, sometida al cautiverio del pecado
y gime (grita) pidiendo libertad, la filiación completa (cf.
- El Hijo... es imagen de Dios invisible, Rom 8,18-25). Es como si hubiera en el mundo orfandad,
primogénito de toda la Creación; si es que Jesús no nos conduce a la plena filiación, al go-
pues en él fueron creadas todas las cosas, zo de Dios Padre (cf. Gal 4,1 -7). Camino y pregunta por la
las del cielo y de la tierra (Col 1,15-16). libertad y amor del Padre, eso es la Pascua de Jesús para
los cristianos.

SER MÍTICO

Quizá en principio este Hijo podía pareder un ser mí- Dios ha creado paternalmente las cosas, no para
tico. Aquí es el mismo Jesús resucitado: es «Primogénito» que se pierdan o vacilen sobre el gran vacío, sino
(centro) de todos los seres creados porque ha dado la vi- para que lleven y nos lleven por Cristo hacia su pro-
da por ellos; por eso reconcilia todo lo que existe con el pia altura de Padre. No las ha fundado en un fondo
Padre, en gesto de amor redentor. de angustia, sino por el Hijo y en el Hijo, como ex-
pansión (espacio de apertura) del amor originario.
Así afirmamos que el mismo Hijo de Dios, el crea-
- Al final de (estos) los tiempos,
dor divino, ha penetrado en lo creado, animando y
Dios nos ha hablado en su Hijo, promoviendo la existencia de las cosas.
al que ha nombrado heredero de todo,
tras hacer oír él los siglos (Heb 1,2).
b) Padre de misericordia: itinerario del consuelo
HIJO Fundándose en una tradición del AT (cf. Ex
34,5-7; Jonás 4,2), asumida por Ef 2,4 (cf. también
Este Hijo, que está al principio y fin de las obras de 1 Ped 1,3; Tit 2,5), Juan Pablo II ha definido certe-
Dios (como creador y heredero), es el mismo Jesús muer- ramente a Dios como Rico en misericordia {Dives
to y resucitado del que habla todo Hebreos. Jesús es crea- in Misericordia, encíclica de 1980): la riqueza de
dor y salvador por su entrega en favor de los hermanos, Dios no se mide en términos de fuerza o poder, si-
en sacrificio de amor universal. no como abundancia de amor que da la vida, re-
conciliándonos en Cristo. Pues bien, partiendo de

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 8 9


2 Cor 1,3, hemos preferido llamarle Padre de mise- Sube de nuevo Moisés a la montaña, desciende
ricordia1. Dios y dialogan en palabra de misericordia. A dife-
rencia de la teofanía anterior (Éx 19,16-20), no hay
1. Rico y Padre de misericordia. La tradición teo- rayos o truenos ni volcanes. Simplemente una nu-
lógica del Pentateuco israelita no se centra sólo en be, una presencia silenciosa: ¡se quedó Yahvé con
Éx 3,14 (Nombre de Yahvé), sino también en la ex- Moisés! ¡Moisés invocó el nombre de Yahvé! Conver-
periencia de Moisés cuando vuelve a subir a la mon- saron los dos y Dios quiso mostrarle «su espalda»,
taña, el día de renovación de la alianza. Tras u n pri- el reverso del misterio, pasando ante la cueva de
m e r encuentro con Dios, Moisés había bajado con Moisés y diciendo (Éx 34,6-7):
las tablas de la ley, para descubrir que el pueblo ha-
bía rechazado esa ley, construyendo y adorando al 1. a. Yahvé, Yahvé, Dios compasivo y clemente,
anti-dios, el Becerro de Oro. Lógicamente como b. lento a la ira y rico en misericordia y lealtad,
mensajero frustrado, destruye las tablas inútiles (Éx c. misericordioso hasta la milésima generación;
32,15-20). Pero luego, intercede ante Dios por su 2. a. que perdona culpa, delito y pecado,
pueblo (cf. Éx 33) y Dios responde a su ruego, reno- b. pero no deja impune y castiga la culpa de los pa-
vando su alianza con Israel. dres
c. en hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta gene-
ración.

COMPASIVO, CLEMENTE Y MISERICORDIOSO

- £5 compasivo y clemente. Actúa de manera entraña-


ble (rahum), como madre que cuida a sus hijos. Es cle-
mente (hannun), amando a quienes han pecado.
- £5 rico en misericordia (hesed) y lealtad ('emet), por-
que mantiene su alianza aunque la rompan los humanos,
y ofrece su palabra, aunque ellos la retiren.

7
Misericordia implica gratuidad, aquello que no merecernos.
Al ser misericordia, Dios se sitúa en el lugar de la más grande Dios había hablado como trueno, en experiencia
paradoja: 1) Nos vale y salva precisamente porque es diferente, cósmica terrible (Éx 19,19-20). Ahora lo hace con voz
inesperado, innecesario; porque existe por sí mismo, es misterio de compasión y cercanía, apareciendo como Dios hu-
soberano y siempre desbordante; porque así nos quiere, por su
gracia. 2) Pero, en otro plano, Dios es aquello (= Aquel) que más
mano, padre/amigo, buen educador que mantiene su
nos interesa. Nada que el humano construya con sus propias palabra y perdona a los pecadores. Así aparece como
fuerzas le apasiona de verdad; a él le importa en plenitud sólo rico en misericordia: perdona a los rebeldes, acoge de
aquello que es «distinto», Aquel que le desborda, por siempre y nuevo en amor a quienes le habían rechazado. Este
desde siempre: en otras palabras, el humano es realista buscan- Dios ha superado los esquemas moralistas viejos.
do lo imposible. Frente al señor talión (ojo por ojo...) emerge aquí el
Ordinariamente, el humano camina por el mundo mirándo- Dios-misericordia: amigo trascendente y cercano en
se al espejo, encontrando su figura en todo lo que hace o cons-
truye en la arena de la historia. Pues bien, en un momento
quien podemos confiar, por encima de nuestros pro-
dado, ese humano, constructor de dibujos de playa que el vien- pios males. Como signo de piedad infinita, experien-
to y el agua van borrando, descubre que hay «algo» (Alguien) cia de amor incondicionado que trasciende las condi-
que le sobrepasa y fundamenta con su misericordia. Pues bien, ciones del pacto, se eleva el Dios del perdón israelita
ese Dios es quien le importa, Ése le enriquece. Al humano le antes citado, como indican las dos estrofas del texto:
interesa Dios porque es distinto de todo lo que existe, porque
desborda sus necesidades e intereses, porque es siempre gracia -Estrofa 1.a. Dios ofrece misericordia hasta mil ge-
pura. neraciones, es decir, desde siempre y para siempre.

90 VA HA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Eso significa que la historia de la salvación no se en- el paralelo entre los dos versos (esticos) centrales de
cuentra pendiente del hilo delicado de las obras hu- la primera estrofa (b y b'), entre Dios Padre de Jesús
manas, sino que se sostiene por la misericordia Dios y Padre de misericordia Jesús es misericordia en-
mismo es la esperanza de futuro y vida para el pueblo carnada y Dios un «vientre materno» preñado de
- Estrofa 2 " Dios castiga de forma limitado, solo en amor, que consuela y perdona
tres o cuatro generaciones Esta es la experiencia que
los israelitas han vivido en el exilio y en las crisis pos- También es importante la relación entre miseri-
teriores como pueblo experto en opresiones que du- cordia y consuelo, que son notas fundantes de Dios
ran el tiempo, unas generaciones Después brilla para misericordia es el amor cercano que perdona, con-
siempre el perdón y la gracia de Dios suelo es, más bien, la ternura, el aliento vital, que la
Allí donde parecía que la historia acaba (tras la tradición de Jn ha vinculado al Espíritu Santo, a
alianza rota solo hay muerte), se eleva la más fuerte quien presenta como Paráclito en persona (el gran
palabra de promesa Dios es rico en misericordia de Consolador) El consuelo proviene de Dios, de su
manera que, tras un breve camino de corrección, ofre- paternidad misericordiosa Ciertamente, Pablo alu-
ce a los humanos la gracia sin fin de su misericordia de a su propia situación de lucha y desconsuelo,
eterna Asi puede acabar en palabra de amor el Anti- que ha superado con la gracia de Dios Pero su ex-
guo Testamento, proyectando la clemencia de Dios so- periencia se abre a todos los h u m a n o s que quieren
bre los pecados y castigos temporales del pueblo recibir el mensaje y aliento de Jesús
Pues bien, pasando ya al Nuevo Testamento, des-
cubrimos que Dios n o castiga, ni siquiera por u n Consuelo de Dios, consuelo humano El texto de Pablo
breve tiempo, sino que, por medio de su Hijo, asu- culmina (2a estrofa) con la expenencia activa del consuelo
me nuestras culpas y carga con nuestros pecados, de Dios que le ha convertido en ministro de consuelo para los
de manera que nosotros no debemos ser ya castiga- atribulados Dios nos ha consolado «para que podamos con-
dos, porque Dios mismo nos ama en amor desbor- solar a los que están atnbulados con el mismo consuelo de
dante y se revela como misericordia pura (cf Rom Dios» Del misteno apostólico de Pablo y de sus compañe-
5,10, 8,3 32) Así podemos afirmar que es luz y en él ros, portadores de reconciliación sobre la tierra trata 2 Cor
no existe oscuridad alguna es puro amor, bondad
Testigos del consuelo de Dios en el mundo, eso han de
suprema y gracia plena
ser los cristianos Misericordia de Dios encamada en el
Desde aquí se entiende una de las mas bellas des- mundo, eso han de ser los apostóles del Cnsto Pablo ha
cripciones de Dios que ofrece Pablo Se ha visto en- sabido captar bien la raíz del evangelio Por eso ha definí
vuelto en grandes pruebas, ha sufndo en carne viva las do a Dios como Padre/Madre de misericordia
dificultades, divisiones y problemas de la iglesia Pues
bien, tras superar la prueba, bendice a Dios en pala-
bras de fuerte emoción e intenso contenido hímmco - Todo se funda en el gesto amoroso de Dios a quien
Pablo define como Padre, en clave de ternura Frente al
1 a Bendito sea Dios, Dios de la ley o poder, frente a un Señor resentido (que
b Padre de Nuestro Señor Jesucristo, parece estar en lucha contra los humanos), frente al
b' Padre de las misericordias Juez alejado que mira las cosas desde fuera, Pablo ha
a y Dios de toda consolación, definido a Dios como Padre del consuelo es Aquel que
2 a que nos ha consolado en toda tribulación nos ama y por amor por su gran misericordia, nos ha
b para que podamos consolar a los que están en to- ofrecido el don de su propio Hijo redentor Esta expe-
da tribulación riencia paterna y misericordiosa de Dios es el centro
a con el consuelo con que Dios nos ha consolado (2 de todo lo que sigue8
Cor 1 3-4)
La palabra clave es Padre de misericordia Dios
no es simplemente rico (cargado) de misericordia, 8
He estudiado el tema de Dios como Padre de Nuestro Señor
como suponía Éx 34, sino Padre, en palabra que de- Jesucristo y Padre de Misericordia en El Evangelio Vida y Pascua
bemos tomar en su sentido más profundo Notemos de Jesús Sigúeme, Salamanca 1993, 403-415

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 9 1


- Este Dios de consuelo (a quien el texto llama Pa- a' para liberar a los que estaban bajo la
dre porque así lo exige la tradición social de aquel ley...
tiempo), es más Madre que Padre. Sus más hondos [Presente] Por tanto, ya no eres esclavo sino Hijo, y
atributos (misericordia, consuelo) se vinculan al géne- si eres Hijo también heredero.
ro materno y femenino. Llegando al límite de su expe-
riencia, fundando su vida en el Dios de Jesús, Pablo El Padre Dios expresa su misericordia liberando
descubre que ese Dios, Padre de consuelo, tiene aspec- a sus hijos oprimidos, conforme a u n proceso que
tos que podemos evocar como femeninos: es el Dios comentamos en forma quiástica (circular), siguien-
Madre que nos consuela en Jesús, dándonos lo más do el esquema del texto:
grande que tiene, su propio Hijo.
a. Éramos menores, éramos esclavos. Los hebreos
2. Aplicación redentora. Misericordia de Dios, libe- de Egipto buscaron libertad al descubrirse esclavos.
ración del ser humano. La experiencia anterior se ha Pues bien, ahora Pablo dice que todos éramos esclavos,
explicitado a lo largo de la historia de la Iglesia en herederos de Dios, pero menores de edad, sometidos a
muchas ocasiones. Queremos evocar un texto me- la servidumbre (douleia) de un mundo de lucha y
dieval, escrito por unos mercaderes redentores que muerte, de angustia sin fin y violencia infinita, pues se
han sentido la misericordia de Dios y quieren apli- oponen entre sí varones y mujeres, judíos y griegos, es-
carla a través de su trabajo en favor de los cautivos 9 : clavos y libres (Gal 3,28).
b. Envió Dios a su Hijo. No quiso arreglar nuestras
1. Como Dios, Padre de misericordia cosas de arriba, empleando su fuerza, con tácticas de
a. y Dios de toda consolación, engaño o pactos de violencia. Nos dio lo más querido:
y dador de aliento en toda consolación, el amor de su entraña, su Misericordia encarnada, su
b. por su gran misericordia Hijo. Esta ternura de Dios que ama a su Hijo y lo en-
envió a su Hijo al mundo, trega en amor, para que podamos vivir en plenitud (en
2. a. para visitar a todo el linaje humano libertad), condensa todo el cristianismo. Aquí se dife-
que en este mundo estaba como en cárcel... rencia el evangelio del judaismo e islam.
b. para visitar y sacar a todos los amigos... b'. Nacido de mujer, nacido bajo la ley... No lo envió
c. para introducirlos (en el reino de la libertad); como ser excelso y victorioso, que impone desde arri-
3. así, los hermanos de la Merced (= Misericordia)... ba su reinado, sino en pequenez de amor (cf. Flp 2,6-
Estas palabras recogen el principio de las Cons- 11), para compartir con nosotros la existencia, en con-
tituciones de la Merced, que definen a Dios, desde 2 suelo cercano, en misericordia encarnada, ofreciéndo-
Cor 1,3 como Padre de misericordia 10 . En este con- nos su ternura de amor.
texto citan Gal 4,3-7: a'. Para liberar... La misericordia del Padre se ex-
presa y define a través de la acción redentora del Hijo.
[Pasado] a. Cuando éramos menores, estábamos Ahora sabemos que libertad es filiación, don de Dios
esclavizados bajo los elementos de que nos hace hijos suyos en Cristo. Ahora sabemos que
este mundo. la misericordia es libertad y no un sentimentalismo
[Redención] b. Pero cuando llegó la plenitud de los aislado de la dureza de la vida.
tiempos, envió Dios a su Hijo,
b' nacido de mujer, nacido bajo la ley, La misericordia y libertad se fundan en el mis-
terio de Dios que ha enviado a su Hijo p a r a salvar
a los h u m a n o s oprimidos: Tanto amó Dios al mun-
* Constituciones de La Merced, 1.272. Original y versión cas- do que le dio a su Hijo Unigénito... (Jn 3,16; cf. Me
tellana en R. Serratosa, «Las Constituciones Primitivas de la 12,6). Ésta es la verdad fundante, el primer mo-
Merced»: Estudios 12 (1956) 413-583; J. Devesa Blanco, «Las mento de la redención, que se expande en el se-
Primitivas Constituciones de la Merced o Constituciones ame- gundo: la misericordia redentora. Dios es Padre de
nanas».- Analecta Mercedaria 2 (1983) 5-120. la misericordia porque ha enviado a su Hijo para
10
La misericordia de Dios se expresa en tres planos. 1) Ha liberar (o comprar, hiña exagorasé: Gal 4,5) a los
enviado a su Hijo redentor, en gesto de encarnación. 2) Visita,
redime y libera a los humanos por Jesús. 3) Dios es Padre de mi- h u m a n o s cautivados (cf. Gal 4,5; cf. Jn 3,17). És-
sericordia y quiere que los «frailes» (= hermanos) redentores ex- tos son los m o m e n t o s de su acción paterna, mise-
presen su misericordia liberando a los cautivos y oprimidos. ricordiosa:

92 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


a. Visita: encarnación. Moisés quiso «visitar» a sus E s t a s p a l a b r a s {visitar, sacar e introducir: encar-
hermanos oprimidos (Éx 2,11). Es más, el Dios mismo n a c i ó n , l i b e r a c i ó n y l i b e r t a d ) c o n s t i t u y e n las claves
se define como Aquel que visita y redime a su pueblo d e la topografía redentora q u e n o s i n t r o d u c e y a e n el
(cf. Le 1,68; 7,16), especialmente por medio de su Hi- ú l t i m o m o m e n t o del t e x t o m e d i e v a l a n t e s e v o c a d o ,
jo, que ha puesto su tienda (eskénósen) entre nosotros d o n d e se d i c e q u e , p a r a e x p r e s a r la m i s e r i c o r d i a d e
(Jn 1,14). Por eso, Mt 25,31-46 pide a los creyentes que
Dios P a d r e , los Hermanos de Merced (= Misericor-
«visiten» en nombre de Dios a los enfermos y encarce-
lados: la misericordia de Dios Padre ha de expresarse, dia) y t o d o s h u m a n o s , h a n d e e n t r e g a r s u v i d a p o r
según eso, compartiendo la vida con los pobres de la la r e d e n c i ó n y l i b e r t a d d e los n e c e s i t a d o s .
tierra. -Dios es Padre de Misericordia, como hemos ido
b. Saca: liberación. Asumiendo la experiencia del viendo y veremos a lo largo de este libro dedicado a su
Éxodo y de todo el evangelio (cf. Le 4,18), nuestro tex- misterio. Por eso, frente toda genealogía idolátrica, que
to añade que Dios ha visitado a los humanos para sa- ha divinizado y sigue divinizando los poderes de opre-
carlos de la cárcel de opresión en que vivían cautivados. sión, envidia y muerte (lucha mutua), encarnados en el
Dios había pedido a Moisés que «libere» a su pueblo, «diablo», queremos situar y situamos en el principio y
para introducirlo en la tierra de promesa, que mana le- fundamento de la vida al Padre de misericordia, reve-
che y miel. Pues bien, la plenitud de amor del Padre se lado en Jesucristo.
ha expresado ahora por la acción liberadora de Jesús - Los hombres y mujeres de la tierra podemos ser y so-
que ofrece su vida en amor, a fin de que los cautivos mos en Cristo Hermanos de Misericordia, es decir, ami-
puedan superar la opresión de muerte en que se en- gos y liberadores de los oprimidos (como supone Jn
cuentran, viviendo en libertad y en comunión sobre la 15,15 y el texto de la Merced arriba citado; cf. Mt 23,8-
tierra. 10 par; 25,31-46). Hermanos que se sirven y aman con
misericordia, eso han de ser y son los seguidores de Je-
c. Introducir: libertad. El camino de la liberación, sús sobre la tierra: hombres y mujeres que han vencido
que Ex 3,8 interpretaba como ruptura o salida del hor- la ley de la opresión, la envidia y miedo de la muerte, pa-
no de opresión culmina con la entrada mesiánica en el ra expresar sobre la tierra la Misericordia de Dios Padre.
reino la verdadera libertad. El Éxodo define ese reino
como tierra que mana leche y miel. Para los cristianos
es la la tierra del Padre querido, la comunión eclesial Bibliografía
donde varones y mujeres pueden encontrarse y com-
partir la vida en esperanza, habiendo ya vencido el Entorno israelita
miedo de la muerte, pues expresan y cantan (se cele- Briend, J., Dios en la Escritura, DDB, Bilbao 1996.
bran) sobre el m u n d o las señales de la resurrección,
como saben las Cartas de la Cautividad (Efesios y Co- Mettinger, T. N. D., Buscando a Dios. Los nombres divinos
losenses) y el evangelio de Juan. en la Biblia, Almendro, Córdoba 1994.
Vermeylen, J., El Dios de la promesa y el Dios de la alian-
za, PT 60, Sal Terrae, Santander 1990.
Wright, G. E., El Dios que actúa. Teología bíblica como na-
PRINCIPIO MISERICORDIA, rración, FAX, Madrid 1974.
ITINERARIO DE LA MISERICORDIA
Dios de la vida y pascua de Jesús
Conforme a lo indicado, Dios es misericordia: ha en-
Cullmann, O., La oración en el NT, Sigúeme, Salamanca
viado a su Hijo inerme y débil al mundo de opresión, pa-
1998.
ra liberar a opresores y oprimidos (cf. Me 12,1-9 par). Por
eso, el camino hacia Dios ha de ser itinerario de miseri- Durrwell, F. X., Nuestro Padre. Dios en su misterio, Sigúe-
cordia: sólo aquellos que actúan con misericordia, libe- me, Salamanca 1990.
rando a los demás, podrán hallar a Dios. El Eclesiastés no González de Cardedal, La Entraña del Cristianismo, Sec.
encontraba caminos; el evangelio sabe que el camino real Trinitario, Salamanca 1997, 619-692.
hacia Dios es la misericordia.
Sabugal, S., Abba'. La oración del Señor, BAC 467, Madrid
1985.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 9 3


Schillebeeckx, E., Jesús. La historia de un viviente, Cris- Torres Queiruga, A., Creo en Dios Padre, Sal Terrae, San-
tiandad, Madrid 1980, 105-245. tander 1986.
Schlosser, J., El Dios de Jesús. Estudio Exegético, Sigúeme, Vidal, S., La resurrección de Jesús en las cartas de Pablo,
Salamanca 1995. Sigúeme, Salamanca 1983.
Schurmann, H., Padre Nuestro, Sec. Trinitario, Salaman- von Balthasar, H. U., «El camino de acceso a la realidad
ca 1982. de Dios»: MS II, I, 41-76.

* * *

1. Ejercicio de autocomprobación
Completar lo que falta. Clave de corrección en la casilla que sigue.

1. Para el judaismo, más que Padre Dios es... 1. Señor


2. Jesús habla de Dios en el contexto de su anuncio del... 2. Reino
3 En el Magníficat, Dios aparece como.. 3. Poderoso, santo, misericordioso
4. Jesús libera a los humanos con la fuerza del... 4. Espíritu de Dios
5. Para Jesús, el «anti-dios» se llama... 5. Mamona
6. Jesús se ha enfrentado con el Dios de los sacerdotes en... 6. El templo
7. Para Jesús, Dios es Padre porque.. 7. Crea, perdona, dialoga, exige, acoge
8. La filiación de Jesús culmina históricamente en... 8. Su muerte
9. Rom 4,14 define a Dios como aquel que... 9. Ha resucitado a Jesucristo de los muertos
10. Por la encarnación Jesús realiza su filiación divina... 10. En la historia humana
11. Dios es todopoderoso no como imposición sino como... 11. Padre que ama
12. El amor del Padre y el Hijo se comunica por... 12. Medio del Espíritu Santo

2. Prueba de síntesis
Hemos reasumido algunos aspectos de la visión israelita de Dios porque Jesús asume la tradición de su pueblo. Reinter-
pretar desde la nueva perspectiva algunos rasgos importantes de la teología de Israel y de Jesús.
1. ¿ En qué momentos de la historia de Jesús se revela Dios?j ¿cómo?
2. ¿Cómo se relaciona el Dios de Jesucristo con el Dios del Éxodo?
3 Redefmir el pacto desde Jesús
4. ¿Cómo de puede afirmar que Dios cumple las promesas por medio de Jesús?
5. ¿Cómo responde Jesús a las preguntas de Job?
6. ¿Cómo responde Jesús a la problemática de Eclesiastés?

3. Prueba de ensayo
Comentar desde el Dios de Jesús los dos textos que siguen, mostrando sus diferencias fundamentales (uno es judío, otro
cristiano). A partir de ellos, elaborar los rasgos teológicos y morales que implica la visión cristiana de Dios como Padre. ¿Por
qué es esencial al cristianismo esa experiencia paterna/materna de Dios? ¿Dónde está el escándalo y la novedad cristiana de
la visión de Dios como Padre/Madre?

94 ¡'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


«Esta es la concepción judía de Dios: el perverso no es digno de que el sol de Dios salga sobre él (en contra de Jesús que
dice que Dios hace llover y envía el sol sobre justos y pecadores)... Dios es bueno, pero también exige justicia. Es "misericor-
dioso y compasivo, de gran paciencia y benevolencia", pero no obstante, "de ningún modo absolverá al culpable". Es por es-
ta razóti que los judíos llaman a su Dios en un solo aliento "nuestro Padre, nuestro Rey": no es solamente "Padre de miseri-
cordia" sino también "Rey de justicia", Dios del orden social, Dios de la nación, Dios de la historia. La idea de Dios en Jesús
es completamente opuesta... y el judaismo de ningún modo podía aceptar esa idea de Dios» (J. Klausner, Jesús de hlazaret, Pai-
dós, Buenos Aires 1971, 380)
«Abba, Padre querido, con esta sencilla fórmula recogió la Iglesia primitiva el núcleo de la fe en Dios que es propia de Je-
sús. ¿Qué significaba esta invocación para la cristiandad primitiva? Pablo lo indica con claridad y concisión en Gal 4,6 y Rom
8,15-16... Lo que quieren decir estas dos frases es lo siguiente: gritar Abba es algo que supera todas las capacidades humanas, es-
to no es posible más que dentro de la nueva relación con Dios que nos ha dado el Hi¡o, por la acción del Espíritu... Dios mismo hace
brotar ese grito, en el que se actualiza, siempre que resuena, la filiación divina. O más sencillamente: siempre que gritáis Ab-
ba, Dios os da esta seguridad: ¡vosotros sois realmente hijos míos, podéis estar plenamente seguros de ello'» (J. Jeremías, Abba El
mensaje central del NT, Sigúeme, Salamanca 1981, 73).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 9 5


5
¡Tú eres mi Hijo!
Dios, itinerario evangélico
(Marcos)

Encuadre I
temático Estrictamente hablando, todo itinerario hacia Dios es un camino de evangelio. Pero hasta
ahora no lo hemos destacado. Ahora lo hacemos, siguiendo y comentando un texto narrativo
(Me) que presenta la relación de Jesús con el Padre en forma de drama, llamada y respuesta
personal, don la vida.
El itinerario base es, por tanto, el evangelio de Marcos que los lectores podrán estudiar por
sí mismos, utilizando, si lo necesitan, algún comentario (de los citados en bibliografía). Para
acompañarles y/o ayudarles, hemos escogido y comentado estos pasajes que destacan la fun-
ción de Dios en relación a Cristo.
El texto de Marcos será una ventana abierta hacia el ancho campo de Dios Padre; será un
mapa de caminos que vamos recorriendo, haciéndonos cristianos desde el compromiso de la
entrega de la vida, con Jesús, como Jesús, en manos de Dios Padre. Ésta es, en cierto sentido,
la etapa central de nuestro itinerario teológico: con la ayuda de Me, queremos recorrer el ca-
mino de Jesús, actualizando su entrega por el reino, en favor de los demás, en esperanza de re-
surrección.

un estudio más extenso y preciso de Marcos 1 . Éstos

A cabamos de ofrecer u n a visión general del


Dios de Jesús, empleando un método sintéti-
co (trasfondo israelita, vida de Jesús y confesión
son los temas que desarrollamos:

1
Utilizo con cierta libertad mis trabajos previos sobre
pascual). Ahora analizamos, de u n modo más con- Marcos: Para vivir el Evangelio. Lectura de Marcos, EVD, 1996;
creto algunos textos básicos de Marcos. Nuestras Pan, casa, palabra. La iglesia en Marcos, Sigúeme, Salamanca
reflexiones podrán (deberán) ser completadas con 1998.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 9 7


1. Bautismo (Me 1,9-11). El itinerario empieza jun- dre mío, desde el fondo de su mismo sufrimiento, en-
to al río, en el bautismo: nacer de nuevo, descubrirle tregándole la vida.
como Padre. Ésta es raíz de toda búsqueda de Dios. 6. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandona-
2. Transfiguración (Me 9,7). El itinerario pasa a do? (15,34). Al final de todos los caminos está esa pre-
través de la montaña del Jesús glorioso, Hijo de Dios, gunta de Jesús en el Calvario, como experiencia máxi-
cuya palabra debemos escuchar para escuchar al Pa- ma de fidelidad, dolor y gracia.
dre. 7. Conclusión pascual. El itinerario culmina en la
3. Dios de vivos (12,28-37). El itinerario nos lleva a meta de gloria: el joven de la tumba vacía anuncia el
Jerusalén donde, oponiéndose al «dios de muertos, Je- gran misterio, Dios ha resucitado a Jesús de entre los
sús anuncia un Dios de vivos, libertad y resurrección muertos, diciendo que vayamos a encontrarle a Galilea.
para varones y mujeres.
4. Doble mandamiento (12,28-34). Seguimos en Je- Son temas que se pueden ver por separados, pe-
rusalén. Jesús nos dice que para caminar hacia Dios ro resultan más claros si los tomamos como etapas
tenemos que amar al prójimo. Ambos amores se vin- de un único itinerario mesiánico donde viene a des-
culan, forman un único itinerario. velarse Dios, como principio de reino, Padre de Je-
5. Aparta de mí este cáliz (14,32-42). No hay cami- sús. Para encontrar a Dios debemos recorrer el ca-
no hacia Dios sin Getsemaní: Jesús le llama ¡Abba!, Pa- mino original del evangelio.

1. Bautismo y nacimiento mesiánico: Tú eres mi Hijo (Me 1,9-11)


Guía de lectura
El itinerario empieza en el Jordán. Vamos a confesar los pecados, pero escuchamos la voz
que el Padre ha dirigido al Hijo, constituyéndole en su amor, fundándole en la gracia de su vi-
da. Para destacarlo analizamos con cierta precisión sus palabras.
- Dios aparece así como el que dice «tú»: antes de crear el mundo ha suscitado en amor a su
Hijo; esta comunión personal (Padre-Hijo) es fuente y sentido de todo lo que existe.
- Dios llama a Jesús «Hijo querido». Ésta es quizá la más honda sorpresa de la revelación
cristiana. En el tema anterior hemos ido buscando al Padre, con Jesús. Ahora descubrimos que
el mismo Dios nos busca, llamándonos «hijos» en Cristo.

Sobre el desierto anunciaba Juan la llegada del sámente en el bautismo de Juan, donde van a im-
Más Fuerte que debe bautizar con Espíritu de Dios. plorar su perdón los judíos pecadores, en el límite de
Hablaba así en nombre de Yahvé, Dios de Moisés, sus posibilidades humanas, enfrentados a su propia
Señor que existe en sí mismo y actúa desde lo alto destrucción, poniéndose ante el Dios del juicio.
en gesto de poder (cf. Me 1,1-6; Mt 3,7-12). Allí nos
lleva Jesús para iniciar su/nuestro itinerario, escu- Busca a Dios siguiendo la tradición del profetismo
chando la voz de Dios Padre, que le engendra, sos- israelita, en gesto de penitencia, pero le encuentra de
tiene y envía para realizar su tarea sobre el mundo. un modo distinto, como Padre que le ama, ofrecién-
dole su Espíritu (su tarea redentora). En este cambio
1. Bautismo, experiencia de Dios Como judío, Je- de sentido entre la búsqueda (Dios como fuente de
sús ha comenzado buscando a Dios en el bautismo de conversión) y el encuentro (Dios como Padre amoro-
conversión, para perdón de los pecados. Ese mismo so), comienza el itinerario de evangelio (Me 1,9-11)2:
comienzo nos muestra una fuerte diferencia respec-
to a Moisés: Jesús no ha encontrado a Dios como
por acaso, en la montaña sagrada y el fuego de la 2
La epifanía (revelación de Dios) se concretiza y expresa en
zarza (cf. Ex 2-4), sino que ha ido a buscarle expre- el nacimiento mesiánico de Jesús (a quien el Padre engendra

98 l'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


a Y sucedió entonces que llegó Jesús, de Nazaret de voz de Yahve fue insuficiente para unir cielo con tie-
Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán rra, Dios a los humanos Conforme a la visión normal
b En cuanto salió del agua vio los cielos rasgados judia de aquel tiempo, Dios estaba separado de la tie-
y al Espíritu descendiendo sobre el como paloma rra Pues bien, Jesús abre los ojos y se unen cielo y tie-
c Se oyó entonces una voz desde los cielos rra han cesado las antiguas divisiones, se han roto las
Tu eres mi Hijo Querido, en ti me he complacido distancias, Dios es Padre y Cielo (realidad de salva
cion, ser verdadero) para los humanos
- (Y vio) al Espíritu bajando como una paloma sobre
el (1,10c) Como antaño sobre el agua del gran caos, pa-
BAUTISMO, IRRUPCIÓN Y REVELACIÓN ra suscitar el mundo (Gen 1,1-2), desciende ahora el Es-
píritu sobre Jesús, haciéndole mesias y cumpliendo la
-Bautismo penitencial Jesús asume el camino del palabra que Juan, representante de Israel, ha prometi-
Bautista do Vendrá el Mas Fuerte y os bautizara en Espíritu San-
- Irrupción escatologica se cumple el tiempo de Juan, to (1,8), vendrá Jesús con palabra y salvación de Dios
se inicia el tiempo de Dios Padre para los humanos (cf Me 4,14) Su función no
- Revelación del Padre Dios se dice a si mismo, di- consiste en proclamar sentencias de ley o realizai una
ciendo a Jesús que es su Hijo acción exterior a su persona, como hacia Moisés (Ex 2-
4), no es tampoco crear o mantener una comunidad pe-
nitencial (como hace Juan), para atravesar un día el
Jordán de las promesas y adentrarse en la tierra pro-
Éste es un pasaje que debemos leer al trasluz, re- metida Jesús aparece como portador del Espíritu en
lacionándolo con la vocación de Moisés, donde persona (con su vida) por eso, bautizara a los humanos
Dios aparecía como el Yo-Soy para los israelitas en Espíritu Santo, ofreciéndoles la plenitud de Dios 4
oprimidos, aquí aparece el Padre que dice a Jesús - Escucho una voz que decía ¡ Tu eres mi Hijo Que-
Tú-eres, presentando y revelando así por él su hon- rido, en ti me he complacido1 (1,11b) Al decir esto, Dios
dura divina De esa forma se identifican revelación se deñne como Padre (en su mas honda verdad, en su
de Dios Padre y plenitud humana de Jesús 3 misterio mas profundo) y constituye a Jesús como Hi-
jo Mas alia del silencio de Dios (de Yahve cuyo nombre
- Y sucedió que fue bautizado por Juan en el Jor- no puede ni siquiera pronunciarse), desbordando el ni-
dán (Me 1,9) Nada se dice de la vida anterior de Jesús, vel de penitencia del Bautista, el evangelio nos condu-
de su origen h u m a n o o pasado Todo eso queda en si- ce al misterio original de Dios Padre que se revela a si
lencio Este es su origen verdadero viene Jesús con los mismo, diciendo a Jesús / Tu eres mi Hijo' y ofreciendo
humanos penitentes y asume el rito de Juan, introdu- asi sentido y fundamento a todo lo que existe'
ciéndose en el agua de purificación y profecía (rio que
lleva a la tierra prometida) para descubrir y recibir su
verdad desde el Cielo (voz del Padre que le engendra) 4
Jesús busca en Juan el bautismo judio de la penitencia para
- Vio los cielos rasgados (1,10b) Hasta ahora esta- perdón de los pecados Pero superando ese nivel recibe en el
ban lejos Dios arriba, como cielo incognoscible, ence- Jordán un bautismo trinitario Nace desde Dios, como Hijo que-
rrado en su Yo-Soy de salvación enigmática y ley, los rido en el Espíritu Por eso, el podra bautizar a los demás en el
humanos abajo, divididos en sus luchas y purificacio- Espíritu Santo (1,8) Por eso, el no ofrece el agua de la punñ-
nes sacrales La experiencia de la zarza ardiente y la cacion por los pecados sino la gracia del Espíritu Para Marcos,
el pentecostes cristiano se identifica con el camino de entrega
de Jesús y en esta linea ha de entenderse la asistencia del Espí-
ritu a los creyentes perseguidos (13,11) Este es el bautismo de
desde el cielo) Nuestro itinerario hacia Dios (búsqueda huma- la entrega de la vida simbolizada por el cáliz el bautismo que
na) solo tiene sentido y puede culminar si el mismo Dios nos Jesús ofrece a los zebedeos (10 38-39) y al conjunto de sus dis-
llama, haciéndonos capaces de buscarle cípulos en el momento de la cena (14,23) En esta perspectiva se
1 identifican bautismo cristiano y eucaristía en el gesto de la
Ademas de comentarios citados en bibliografía, para inte-
resados en el tema cf M -J Lagrange Saint Marc Gabalda, muerte (entrega) por los demás (por el remo)
5
París 1929 Luhrmann, D , Das Markusevangehum (HNT 3), Interpretamos esta palabra y gesto del bautismo de Jesús
Tubmga 1987, Nineham, D E , Saint Mark, Pelikan, Londres como axioma o principio que, estando por encima de toda expli-
1967, Pesch R , II vangelo di Marco I-II, Paideía, Brescia 1980 cación, explica y fundamenta lo que existe Ella ocupa para los

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 99


Antes de toda acción humana está la voz del Pa- El judaismo en su conjunto ha partido del Yo Soy
dre que reconoce a Jesús ¡Hijo! en palabra que re- de Dios (= Yahvé, mrr) que se define como misterio
cuerda lo dicho en Gen 1, donde Dios creaba el incognoscible, antes de toda comunicación. El evan-
mundo con su voz para gozarse en lo creado, vien- gelio en cambio se funda en el descubrimiento gozo-
do que era bueno. Entonces Dios creaba las cosas so del diálogo de Dios que es en sí mismo diciendo
fuera de sí. Ahora no crea, reconoce a su Hijo; no Tú Eres. No empieza asegurando su ser, sino dando
llama hacia fuera, dice lo que lleva dentro, dicién- ser al otro; no comienza sosteniendo el poder de su
dose a sí mismo. Yo, para así hacerse presente y sostener a los demás,
sino dándose en amor al Hijo, dicéndole Tú eres6.

La primera palabra. Descartes comenzaba su discurso


diciendo «pienso, luego existo», Kant imponiendo «tú de- Itinerario humano. Lo primero que hallamos en la vi-
bes». Otros han empezado con el ser o con la idea. Inclu- da no es el Poder del yo que se autofirma, ni la Esencia im-
so algunos, como Fichte, aplicando a los humanos un mis- personal de la realidad que existe en sí (el ipsum esse de la
terio divino, han comenzado afirmando «yo soy yo». Pues tradiciónfilosófica),sino al Padre/Madre que empieza di-
bien, la primera palabra de Dios Padre (del cristiano) dice ciendo tú eres y suscita de esa forma al otro (al Hijo), para
en amor «tú eres». Así empieza todo: porque digo al otro compartir con él la vida en comunión. Desde este fondo
«tú» existo yo mismo. podemos afirmar que Dios es amor: existe en sí haciendo
existir al otro (el Hijo); se conoce conociendo al otro (al
Hijo), se dice diciéndole. Lógicamente, en el principio es-
tá el Yo para (con) el Tú o, mejor dicho, están el tú y el yo
2. La palabra de Dios. El Padre llama y constitu- como encuentro originario. El «yo» de Dios aislado es, se-
ye al Hijo. Aquí no hay tierra sagrada, no hace falta gún eso, secundario.
arbusto o fuego (en contra de Ex 3,1-5). Todo suce-
de de manera personal, dialogada, en la experiencia
de Jesús. Para los demás, las cosas siguen como es-
taban: un penitente más ha salido del agua, quizá b. Mi hijo (b ulóc |j.ou). ES como si dijera: Eres
envuelto en un tipo de experiencia extática, común mío (lo más íntimo de mí), siendo tú mismo. Este
en aquellas circunstancias. Sólo él sabe, descubre al Hijo no era o existía de manera independiente, sino
Padre Dios. Así escucha estas palabras: que ha brotado de la misma relación (generación)
del Padre que le hace ser diciendo ¡Eres! Ésta es la
a. Tú eres (Su' el). La primera palabra del Cielo (de palabra que Me 1,11 ha puesto al principio de su
Dios) no es la autoafirmación ¡Yo soy!,^ que está al fon- texto, como «esencia» y base (principio divino) de
do de Yahvé (mrp: Soy el que soy; cf. Ex 3,14), sino la todo su evangelio: Jesús se abre a la voz del Cielo
afirmación engendradora del Dios Padre, que sale de que le llama y escucha (escuchamos con él) la Pala-
sí y suscita al otro, diciéndole ¡Tú eres! Ciertamente, bra que le engendra haciéndole Hijo. Previamente
la Escritura israelita recuerda esta expresión como
propia del Dios que reconoce al rey o profeta, asegu-
rando ¡Tú eres! (cf. Sal 2,7; Is 41,8), pero no la consi- 6
En esta línea asumo y continúo las observaciones sobre el
dera primordial, ni la interpreta como fuente de iden- triadismo del yo y no-yo y del yo y tú de autores como Fichte y
tidad de Dios y fundamento de todo lo que existe. Hegel, que expuse en Dios como Espíritu y persona, Sec.
Trinitario, Salamanca 1990, 290-309. Asumo en esta línea la
obra del judío e E. Lévinas, Totalidad e Infinito, Sigúeme, Sala-
manca 1977, para descubrir y fijar la prioridad del tú sobre el yo.
cristianos el lugar de Yahvé (mrr) de los judíos, del Pienso, luego Lo que Lévinas decía a nivel de fenomenología humana se pue-
existo de los cartesianos o del imperativo categórico de los kan- de aplicar al mismo Dios, destacando la prioridad (ontológica,
tianos. No es palabra derivada que pueda explicarse desde no cronológica, para los humanos) del tú del engendramiento
otras, sino afirmación original, principio primero desde el que (digo tú eres y hago surgir al otro) sobre el tú del reconocimien-
se deben entender y explicar las restantes realidades (como en to del pobre que me interpela (en quien descubro el rostro de
el Ser en sí o el Motor inmóvil de algunas teologías). Dios).

I0 0 l'AHA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


no existía: todo su ser lo ha recibido: de esa voz na- c. El Querido (ó áyaTrryróc). No es uno cualquie-
ce, en la madurez de su experiencia, surgiendo de ra sino el único, escogido, preferido, como aquel a
Dios, en el lugar donde culmina por medio del Bau- quien Abrahán estaba dispuesto a sacrificar (Agapé-
tista la conversión penitencial del judaismo. tos: Gen 22,2.12), como el pueblo de Israel (primo-
génito, elegido: Ex 4,22-23) a quien amaba Dios
Ésta ha sido una palabra histórica que Jesús ha intensamente. También el profeta final, Siervo Ele-
escuchado en el Jordán, saliendo del agua, en un gido (Eklektos) de Is 42,1, ha sido concebido por la
momento clave de su vida. Pero ella es, a la vez, la tradición judía como amado (jhjd). Pues bien, aho-
palabra originaria, pues nos introduce en la entraña ra es Dios quien llama así a Jesús, con este nombre
de Dios, desvelando su misterio. En el mismo cen- íntimo y gozoso, en declaración de amor que define
tro de nuestra vida emerge y se despliega por Jesús y da sentido a todo el evangelio: Dios se expresa y
la historia fundante, lo que era en el principio o, me- dice su verdad diciendo (= haciendo) a Jesús, Que-
jor dicho, el principio de todo lo que existe. rido suyo, destinatario personal de su afecto más
profundo, más cercano.
El ser de Jesús ha de entenderse como acogimiento, su Al fondo de esta expresión (Querido) puede estar
existencia como filiación: no tiene nada que «hacer», nada una experiencia filosófica de tipo platónico que pre-
que conquistar; Dios no le pide cosa alguna, nada quiere senta al Bien (= ser divino) como diffusivum sui, es
imponerle; simplemente le dice que es Hijo, haciéndole decir, como expansivo. Pero más al fondo se en-
Hijo, dándole la vida. Esto no lo sabe Jesús por teoría, no cuentran la certeza bíblica del Dios que ama a su
lo descubre por demostración, sino que lo sabe y acoge en pueblo como esposo a la esposa, como padre al hi-
la más honda experiencia personal, escuchando la voz que jo. En el principio hallamos el amor del Padre que
le engendra (le hace ser), cutiéndole Eres mi hip. suscita por amor al Hijo y se lo dice, en palabra en-
gendradora. En este contexto, decir es hacer, procla-
mar el amor es engendrar. En esta palabra de amor
de Dios a Jesús se asienta y recibe su sentido todo
E n el origen del misterio no está el Yo-Soy de lo que existe8.
Dios que planea por encima de las cosas, ni la voz
del ser h u m a n o que suplica desde el fondo de su so-
ledad, llamando ¡Padre! o ¡Madre! Incluso esas pa-
labras resultan derivadas. La primera, la más hon- EL PRINCIPIO QUERER
da, la fundante, es la que ha dirigido el mismo Pa-
dre/Madre, diciendo a Jesús ¡Tú eres mi hijo! Esta Todo lo que Marcos (y el conjunto de la tradición
es palabra de creación/engendramiento: Jesús ha si- evangélica) irá mostrando sobre el surgimiento y sentido
do (empieza a ser) porque ha escuchado la voz que de la Iglesia como familia mesiánica de madres/hijos, her-
le llama ¡tú eres mi Hijo!7 manos/as (cf. Me 3,31-35; 10,28-30) debe interpretarse co-
mo consecuencia o expansión de esta primera palabra de
amor de Dios que dice a su Hijo: ¡Mi Querido! Al descu-
7
brirse Querido, Jesús descubre (encuentra, acoge) a Dios
Posiblemente, al fondo del término Hijo influye el mensa- como Padre que le ama, en gesto personal de comunica-
je profético de Is 41,8 y 42,1, donde Dios llama a su profeta y le ción engendradora
constituye mensajero de salvación, diciéndole Tu eres mi Siervo
(País) Hijo y Siervo son términos distintos, pero la tradición
judía ha tendido a identificarlos, de manera que en el fondo del
Hijo de Me 1,11 podemos descubrir al Siervo de Yahvé Quizá
influye también Sal 2,7, donde Dios dice al rey mesiánico Tú
eres mi Hijo (Hyios) El Dios de Me 1,11 no llama a Jesús Siervo the Markan Tradition and its Redaction by the Evangehst (FB
(definiéndole así por lo que hace), sino Hijo (definiéndole por 33), Wurzburg 1979, 27-72, J D Kmgsbury, The Chnstology of
su mismo amor de Padre) Éste es el principio del evangelio, la Mark's Gospel, Fortress, Philadelphia 1983, 60-69, J J Marín,
raíz de toda salvación, como ha precisado la exégesis y teología The Chnstology of Mark (EUS 417), Lang, Berna 1991, 25-104
8
posterior. Cf. C R Kazmierski, Jesús, the son ofGod A Study of Cf C Spicq, Ágape en el NT, Cares, Madrid 1977, 121-128

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 101


d. En ti me he complacido. Esta expresión rea-
sume en otra clave la palabra fundante de Gen 1 El principio felicidad. Las palabras de Dios en el bau-
donde Dios mismo proclama, tras crearlas, que las tismo de Jesús constituyen la Buena Nueva del amor de
cosas son buenas, para alegrarse en su bondad. En Dios, son verdadero Comienzo del Evangelio (cf. 1,1). La
este gozo de Dios por los humanos (Gen 1,27-28) existencia y revelación de Dios no se expande como ley de
recibe su sentido todo lo que existe. Pues bien, ese conversión, sino como anuncio de gozo. Más allá del Dios
gozo de Dios culmina en esta palabra que dirige a Violencia, que ha fundado en poder de sangre lo que exis-
Jesús. te (en talión de sacrificio y venganza), estas palabras des-
velan el misterio del Dios felicidad que funda en amor a los
En otro nivel, esta palabra está relacionada con humanos y así constituyen la declaración fundacional de la
Is 41,8; 42,1 donde Dios se goza (se complace) en su nueva comunidad mesiánica. Éste es un Dios feliz: es Pa-
Siervo (Elegido). En perspectiva más amplia pode- dre que goza en su Hijo, es Hijo que recibe el ser por gozo
mos evocar la teología de la alianza donde el mismo y para gozo del Padre. Allí donde el Padre expresa su gozo
Dios parece entregarse, complacido y exultante, en por el Hijo y el Hijo se goza escuchando la voz de felicidad
brazos de su esposa (cf. Os 2,21; Is 62,5; Ct 2,10). del Padre se funda según Marcos todo lo que existe.
En esta línea aparece nuestro texto, presentando el
gran amor del Padre que suscita a su Hijo para des-
cubrirle luego como fuente de su felicidad (de su 3. Dios de Jesús, Dios de la vida. Sabemos ya que
más honda complacencia). el fundamento de toda relación humana es el don
Quien hubiera leído este pasaje desde Sal 2,7 engendrador de Dios (que es Padre/Madre) y el gozo
podría haber esperado otro final (hoy mismo te compartido del Hijo (y de aquellos que escuchan con
he engendrado), en clave de generación simbólica él la voz del que les ama). Había en la Escritura is-
fundante (que el NT ha reasumido en Heb 1,5 y la raelita atisbos de esta nueva visión de Dios y el ser
tradición teológica posterior ha desplegado en humano (Gen 22,2; Sal 2,7; Is 41,8; 42,7; cf. 1 Henoc
perspectiva más específicamente trinitaria). Pero 46,4; 62,1; 71,12, etc.), pero sólo ahora se expresa
Me 1,11 no destaca ese nivel de investidura de po- en plenitud, apareciendo como palabra fundante de
der (latente con todo en el texto), sino el gesto go- Dios y principio de todo lo que existe.
zoso de amor del Padre que disfruta con su Hijo Allí donde Gen 1 situaba la creación, donde Éx
(su amigo). Por eso añade en ti me he complacido 3,14 evocaba la automanifestación de Dios (Soy el
y de esa forma encuadra en el placer paterno de que soy: mrr) y Jn 1,1 la Palabra eterna, ha colocado
Dios la historia humana 9 . nuestro texto la llamada personal del Padre que ras-
ga el cielo (se abre, se expande) y habla a Jesús di-
Sobre el Principio Terror que algunos coloca- ciéndole ¡Tú eres mi Hijo! Dios mismo se autoex-
ron al origen de las cosas, superando el Realismo presa a través de ella, abriendo un espacio de duali-
Violento que otros aplicaron al mismo Rey del dad (suscita un ¡tú!) en clave de amor {¡querido!) y
cielo, desbordando el nivel de Conversión de Juan gozo intenso {¡en ti me he complacido!).
Bautista y el Contrato social de los viejos y nuevos
roussonianos, nuestro texto ha destacado el amor
gozoso de Dios Padre, que suscita por amor al Hi-
jo y se goza compartiendo la vida con los huma- PALABRA DE GOZO
nos.
Dios es Gozo de Padre que engendra por placer al Hijo
y se complace al engendrarlo. Esto es Dios: Padre que di-
ce su gozo al Hijo, llamándole querido y diciéndole su go-
9
Cf. G. Schrenk, Eudokeó, TDNT II, 738-751. En esta zo. Dios ha dicho a Jesús su palabra originaria, cuando
perspectiva debe elaborarse una teología trinitaria del gozo sale del agua del bautismo, culminando así su misterio in-
expresado en forma de alabanza y doxologia, una teología del tradivino (cf. Jn 1,1).
placer y la alegría de Dios, cosa hasta ahora bastante des-
cuidada.

102 l'A RA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Sólo este Padre que sabe dar vida y gozar, di- ¡Eres mi Hijo! Con la luz de ese gozo ha sabido mirar,
ciendo que se goza, puede ser feliz haciéndonos fe- viendo los cielos abiertos y el Espíritu como paloma des-
lices. Sólo u n Dios que r o m p e la malla de envidia, cendiendo sobre él (1,10). La misma ternura de Dios
la espiral de deseos que nos atan en violencia m u - (¡te quiero, en ti me he complacido'.) enriquece a Jesús,
tua, puede revelarse como fuente de vida comparti- naciéndole el Más Fuerte, Iskhyroteros.
da, Padre de u n mesías que reúne en a m o r a los hu- Los poderes del m u n d o i m p o n e n su ley de vio-
m a n o s . Frente al miedo y dureza del Bautista, h a lencia y son fuertes p o r q u e logran d o m i n a r con
revelado Dios su a m o r hecho ternura, principio de sangre sobre los d e m á s . Jesús, en cambio, es re-
familia. Aquí encuentra sentido, aquí se funda, toda presentante del Poder filial que brota del a m o r go-
familia de amor, toda Iglesia como espacio de co- zoso. Sentimos incluso reparo en llamarle poder,
municación gratuita sobre el mundo 1 0 . pues los poderes del m u n d o son perversos (como
- El Bautista vivía a nivel de penitencia (conversión), sabe Me 10,35-45), pero lo h a c e m o s queriendo su-
obsesionado por las purificaciones judías (¡siempre el perar todo matiz de imposición violenta, para des-
agua!) y su ritual más hondo estaba vinculado al deseo tacar el hecho de que el verdadero poder nace del
ineficaz (¡no soy siquiera digno!) de servir como criado amor. Por eso a ñ a d e el texto que Jesús bautizará a
que ata y desata las sandalias de su amo (1,7-8). los humanos en Espíritu Santo (1,8), les introduci-
- Jesús ha superado ese nivel de servidumbre y pe- rá en la c o m u n i ó n de a m o r que funda todo lo que
nitencia, pues Dios le ha revelado su gozo diciéndole: existe".

2. Éste es mi Hijo Querido, escuchadle (9,2-8)

Guía de lectura
Del río del bautismo pasamos al monte de la entrega y del gozo, en el principio de la se-
gunda parte de Marcos (que empieza en 8,27). A los que quieren encontrarle sobre el monte,
Dios mismo les acoge como Padre que tiene un Hijo querido, pidiendo que le escuchen y sigan:
- La Paternidad de Dios no es ya un secreto entre Jesús y el Padre, sino un elemento central
de la revelación de Dios, vinculada al camino de amor (de entrega) de Jesús (cf. 8,3lss).
- Ésta es una Paternidad liberadora que debe expresarse y expandirse en la fe de un padre
enfermo de un muchacho mudo (cf. 9,14-29). Jesús, revelador de Dios Padre, enseña a ese pa-
dre a portarse como Dios, para decir una palabra de fe/amor a su hijo enfermo.

El itinerario de evangelio nos lleva del río del 11


El poder del Espíritu Santo no actúa por las bestias de
Bautismo al m o n t e de la Transfiguración. Jesús h a Dan 7 (oso, león o leopardo), que dominan el mundo en violen-
realizado su gran tarea, ha culminado su misión en cia, sino por la paloma frágil, delicada, maternal, el más peque-
ño, pobre e indefenso de los animales que los judíos podían
ofrecer en sacrificio (cf. Lev 5,7; 14,22; 15,14; Núm 6,10). La
10
En el principio no aparece ya la guerra (como dice tradición israelita presentaba al Espíritu de Dios como paloma
Heráclito), ni el padre monstruo (Cronos) que devora a su prole, que planea creadora sobre el agua/caos del principio (cf. Gen
porque tiene envidia de ella, ni el hijo que mata al padre y/o 1,2); ahora desciende sobre el Cristo, para que la vieja sociedad
madre, para así sobrevivir y alzarse a nivel de competencia des- humana (violencia de fieras: Dan 7) se vuelva comunión de
piadada y enfermiza (mito de Edipo o Marduk), como he estudia- humanos liberados que se unen en amor gozoso. Jesús ha sali-
do en Hombre y mujer en las grandes religiones, EVD, Estella 1996, do del Jordán, superando la ley de violencia y conversión, para
87-166. El origen de todo es la palabra fecunda del Padre que sabe expandir el amor de Dios, como Siervo que recibe el Espíritu de
crear y gozarse en lo creado, con su Hijo Jesús (y los humanos). Dios para extender su derecho (rnispat: salvación) a los gentiles
De la fuente de amor/gozo de Dios hemos nacido. Sólo en ella (cf. Is 42,1), a todos los humanos. En las aguas de ese río de
podemos madurar, recibiendo el Espíritu divino (cf. Me 1,8). Jesús ha empezado nuestro itinerario.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 103


Galilea (tal como aparece en Me 8,27-9,1). Ahora, ría de Dios y recibiendo el testimonio de Moisés y
en el comienzo de la segunda parte del evangelio Elias. Abajo se afanan los otros nueve discípulos, in-
(que abarca de 8,27 a 16,8), Dios dirige de nuevo su capaces de curar a un niño enfermo, discutiendo
palabra fundante, pero no a Jesús, sino a sus segui- con los escribas. La experiencia de la Montaña de
dores. Ella reasume la experiencia bautismal de Je- Dios, con la voz del Padre que actúa como «apóstol»
sús (y ratifica su misión en Galilea), situando todo (pregonero) de su Hijo ante sus mismos discípulos,
lo anterior en el contexto de su entrega (cf. Me 8,31: en presencia de Moisés y Elias, debe vincularse a la
sólo es Hijo de verdad quien da la vida) y de su pas- curación del niño enfermo, que no tenía padre que
cua. le amara sobre el m u n d o .
Jesús h a realizado su tarea y, como nuevo y ver- a. El Padre Dios reconoce y confiesa a Jesús como su
dadero Moisés, sube a la m o n t a ñ a de la revelación Hijo, para que todos lo escuchemos (9,2-8).
de Dios para encontrarle. Ya no necesita del Bau- b. Jesús «obedece» a Dios (es su Hijo) entregando la
tista (como en 1,9-1 l).Viene con sus discípulos, vida pos los demás (9,9-13).
para que ellos mismos escuchen la Palabra de Dios a'. El padre humano aprende a creer, para hablarle
y puedan proclamarla por la Iglesia, en testimonio (quererle) ya así curarse ambos (9,14-29).
pascual. Así culmina, en la m o n t a ñ a de la entrega Dejamos la escena la escena del centro (9,9-13:
y de la pascua, u n o de los itinerarios teológicos entrega de la vida) p a r a fijarnos en los extremos,
más hondos, como ha sabido la Iglesia ortodoxa, vinculados por la figura del padre. Al principio ac-
al presentar el Icono del Tabor como signo supre- túa y habla el Padre Dios; al final ha de hablar y
m o de encuentro con Dios. Buscamos a Dios y le curar (con la ayuda de Jesús) el padre h u m a n o .
hallamos en la Nube, m á s alto que Moisés y Elias En medio ha quedado Jesús, exegeta del Padre
(que subieron para verle al Sinaí: cf. Éx 34 y 1 Re Dios, liberador de los h u m a n o s , d a n d o por ellos
19): su vida.
Vino entonces una Nube que los cubrió
y se oyó una Voz desde la nube:
- Éste es mi Hijo Querido, El Tabor, estación de Dios. Allí revela su paternidad en-
escuchadle. gendradora, en gesto de manifestación gloriosa, para que
De pronto, cuando miraron alrededor, la Iglesia entera (expresada por los tres discípulos) conoz-
vieron sólo a Jesús con ellos (Me 9,7-8). ca y actúe en consecuencia: ¡Éste es mi Hijo Querido, es-
cuchadle! (9,7). Los discípulos deben conocer lo que Jesús
conoce (conocerle él), en misterio que sólo el Padre Dios
puede revelar, al decirles sobre el Monte que tiene ¡un hi-
NUBE
jo querido! (cf. Mt 11,25-28). Esta revelación superior (voz
- Desde la Nube (sumo misterio, lejanía, oscuridad), de la Nube) desvela en un mismo gesto de amor la pater-
va a escucharse la Voz. Este es un nuevo Sinaí, Dios habla nidad engendradora de Dios y el poder creador (salvador)
a los humanos. de Jesús, a quien el mismo Dios proclama su Querido
(agapétos), para que nosotros le escuchemos. Lo que Me
- En el viejo Sinaí, Dios dictó su ley; aquí muestra a su
1,11 presentaba de engendramiento personal se expresa
Hijo: es Padre y quiere hablarnos por medio de su Hijo.
ahora como epifanía de pascua: Dios desvela su misterio
- Dios ha hablado, queda Jesús, revelador del Padre,
de Padre (su amor más profundo), presentando a su Que-
iniciando su camino de entrega de la vida.
rido ante los humanos, para que así todos le escuchen (le
sigan).

Situemos la escena (Me 9,2-8) en su contexto to-


tal (9,2-29). Hemos subido a la m o n t a ñ a y allá arri- a. Arriba (9,2-8) está el Padre Dios llamando a
ba está Jesús con sus tres privilegiados (Pedro, San- Jesús Hijo Querido. Así culmina u n itinerario ini-
tiago y Juan), dejando que brille en su rostro la glo- ciado por la ley (Moisés) y los profetas (Elias). Je-

104 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


sus está rodeado de discípulos que han subido al
monte pero miran ignorantes y no «conocen» lo El Padre del labor y el padre del niño enfermo. Jesús re-
que pasa: piensan que ha llegado el fin del tiem- vela el misterio de Dios Padre curando al padre enfermo de
po, quieren construir unos «tabernáculos» o tien- este niño mudo en este mundo. Quiere Jesús que los padres
das escatológicas, para descansar así por siempre. dialoguen con sus hijos, de forma que sean reflejo y signo
Dios en cambio «conoce» a Jesús y de esa forma del más alto amor divino (de la paternidad engendradora
le define y constituye en palabra de amor, dicien- de Dios). No basta con decir que Dios es Padre. No basta
do a sus discípulos que éste es su Hijo amado, en con añadir que es Padre de Jesús. Hay que expandir su pa-
palabra que sólo Jesús y los lectores de Marcos ternidad sanadora, engendradora, dentro de este mundo,
conocían, por la etapa ya evocada del bautismo en relación a los niños perdidos, enfermos, mudos.
(cf. 1,11).
a'. Abajo (9,14-29) hay un padre humano fraca-
sado que no logra hablar a su hijo enfermo, ni decir- Ese niño/hijo mudo, que parece un epiléptico
le aquello que Dios, Padre eterno, ha dicho a Jesús: violento (y casi autista, pues no habla), sufre sole-
¡Eres mi hijo! Desde este fondo ha de entenderse el dad paterna: está en silencio por falta de comunica-
gesto central de Jesús (9,9-13), que desciende de su ción, encerrado en la violencia de su propia mudez,
montaña pascual y, cumpliendo la voluntad de su porque no ha tenido un padre que le hable. Para re-
Padre (iniciando su camino de entrega), cura al pa- dimir a ese niño es necesario que su padre aprenda
dre humano, haciéndole capaz de hablar a su hijo, a decir ¡tú eres mi hijo!, llamándole por su nombres,
llamándole agapétos, querido, es decir, traduciendo ofreciéndole confianza. Dios no es ser, ni pensa-
en forma humana el misterio celeste del Dios Padre miento puro o absoluto de la idea, sino Alguien mu-
de la nube. cho más hondo y cercano: es redentor por ser Pa-
dre, es engendrador porque quiere que nosotros
Así presenta el mundo la escena de la parte infe- también actuemos como él, aprendiendo a decir
rior del tríptico: un padre incrédulo, un hijo mudo, ¡hijo mío», después de haber escuchado con Jesús
incomunicados entre sí, entre profesionales de la su gran palabra: ¡Eres mi Hijo!
religión (escribas, discípulos inútiles del Cristo) que
no saben más que discutir gritando. Sobre esta vie-
ja tierra habita una familia rota, una sociedad im-
potente, consumiéndose en estériles disputas, con DIOS SE DICE A SI MISMO
un padre que no logra hablar al hijo. Pues bien, Je-
sús desciende hasta esa hondura de dolor, para ex- Dios se dice a sí mismo (es auténtico Yahvé: nv?) en-
presar allí su evangelio (la Paternidad de Dios), pa- gendrando a Jesús como su Hijo (diciéndole ¡Hijo
ra enseñarle al padre enfermo la manera de curar mío!), y suscitando así amor entre los hombres y muje-
(= querer) a su hijo12. res (padres e hijos) de la tierra. Por eso, la experiencia
teológica (trinitaria) de la Iglesia no brota de especula-
Desde este fondo deben vincularse los dos rasgos ción, ni es producto de una teoría filosófica. Los cris-
de la teología de Marcos (y de todo el evangelio). tianos decimos que Dios es trinidad (encuentro perso-
Por un lado, Dios engendra, es Padre que suscita vi- nal) porque al comienzo de todas sus palabras hemos
da en comunión, diciendo ¡Eres mi Hijo! Por otro escuchado en el Tabor la voz que decía a Jesús: ¡tú eres
lado, Dios redime: su misma palabra de paternidad mi Hijo!
se expande y revela al liberar al niño mudo.

12
Cf. G. Bornkamm, «Pneuma alalon»: íd., Estudios sobre el
NT, Sigúeme, Salamanca 1983, 261-268.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 105


3. Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. Dios de vivos (12,18-27)
Guía de lectura
El itinerario de Marcos nos lleva al templo (cf. Me 11,27) donde Jesús discute con los sa-
duceos sobre la «ley del levirato» aplicada a los siete hermanos maridos de una sola mujer. Pa-
rece que aquí no cuenta Dios y, sin embargo, éste es un lugar espléndido para hablar de Dios
en relación con el matrimonio y la resurrección.
- Dios es fuente de comunicación entre varones y mujeres, principio de una relación inter-
humana (intersexual) igualitaria. En su reino no caben disputas de «hermanos» varones por la
propiedad de una mujer.
- Dios es fuente de vida. La resurrección de los muertos no es un tema de antropología (si el
alma tiene poder de perdurar, esencia eterna), sino de teología, de «comunicación» de Dios con
los humanos.

Los saduceos, contrarios a la resurrección, ha-


bían planteado su pregunta capciosa: una mujer te-
nía (había tenido) siete maridos: ¿de quién será al
final, ya sobre el cielo?, ¿cómo entender la vida
eterna en clave de competencia sexual o matrimo-
nial? Jesús responde de forma sencilla, con argu-
mentos de la tradición de Israel que, mirados en
profundidad, transmiten la más honda aportación
del evangelio. Está en juego el valor de las relacio-
nes interhumanas, el misterio de Dios como Vivien-
te, creador de vida. En este contexto se sitúa su res-
puesta (12,24-27):
a. Estáis muy equivocados,
pues no comprendéis las Escrituras ni el Poder
de Dios.
b. - Cuando resuciten de entre los muertos,
ni ellos se casarán, ni ellas serán casadas,
sino que serán como ángeles en los cielos.
El itinerario de Dios nos ha llevado a la disputa b'. - Y en cuanto a que los muertos resucitan,
¿no habéis leído en el libro de Moisés,
de Jesús con el judaismo, en los atrios del templo. en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios:
El camino iniciado en Me 8,3 lss, con el anuncio de Yo soy el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob?
la pasión, y ratificado por la Voz del Padre en el Ta- a'. - Dios no es Dios de muertos, sino de vivientes.
bor (9,7), está culminando: como revelador de Dios, Estáis muy equivocados.
Jesús ofrece sus enseñanzas finales sobre el Tem- a. El poder de Dios actúa y se expresa en la resurrec-
plo. Pues bien, de forma sorprendente, la figura y ción, pues Dios es Dios de vivos (cf. a').
obra de Moisés emerge otra vez en el centro de la b. La estructura actual del matrimonio, vinculada al
escena: tentado por los jerarcas del templo (sadu- dominio de unos sobre otros, cesa en la resurrec-
ceos), Jesús nos lleva de nuevo al lugar donde Moi- ción; al final, cesará el patriarcalismo posesivo.
sés escuchaba, ante la zarza ardiente, la Voz: Soy el b'. Desbordando el plano de su Nombre intrajudío
Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, soy Yahvé, el Dios de {Yahvé: Soy el que Soy), Dios aparece como Dios
la vida. de los humanos (a partir de los patriarcas).

106 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


a'. Dios es viviente haciendo que los muertos (los hu- de Vida, Señor del mensaje y esperanza de Jesús, que
manos) vivan. Ésta es su «ley» más honda: dar vi- ha vinculado en amor a los humanos (varón y mujer)
da a lo que muere. desde el principio (cf. Me 10,6-8), se desvela como fuen-
te de libertad, de diálogo interhumano y resurrección13.
1. Vida futura: problema humano, misterio de
Dios. La cuestión había sido astutamente planteada,
pues la resurrección no es mera supervivencia del
espíritu sino realización h u m a n a a nivel individual y DIOS DEL REINO, DIOS DEL MATRIMONIO
comunitario. Es evidente que esta mujer de siete
maridos, concebida como propiedad del varón, no Lo que se aplica al reino (resurrección futura) debe
tiene cabida en u n reino de Dios, pues allí todos han aplicarse (anticiparse) al tiempo de este mundo. Los astu-
de vivir en libertad y concordia. Sin duda alguna, un tos saduceos tenían razón en un sentido: si las estructuras
cielo entendido como lugar de disputa de siete ma- sociales y sacrales que han hecho a las mujeres posesión
ridos por una mujer (que al fin los mata a todos, co- de sus maridos perduraran, el reino de Dios sería malo, se-
mo en la «historia» de Tobías) sería objeto de sar- ría mejor que no existiera. Pero Jesús sabe que los saduce-
casmo, lugar de puro infierno. Así plantean el tema os se equivocan, respecto al futuro de Dios y a la forma de
los saduceos a quienes Marcos presenta como ene- aplicarlo en el presente: quienes creen en el reino de Dios
migos de la resurrección (12,18), en aparte explica- ya no pueden vivir aquí esclavizándose unos a los otros.
tivo para lectores no judíos (como en 7,3-4).
Los saduceos, expertos sacerdotes, piensan que
no existe más vida que la vida en esta tierra. Ellos 2. Dios de Jesús y de Israel: Dios de vivientes. Sobre
se valen de la ley (religión) para reprimir de una el fondo anterior, recupera Jesús la gran definición de
manera compulsiva (sacrificial) los impulsos de vio- Dios a quien la Escritura llamaba Dios de Abrahán, de
lencia de la sociedad, los problemas que puedan Isaac y de Jacob (Me 12,26; cf. Éx 2,25; 3,6). Esa defi-
surgir entre los sexos. Lógicamente, ellos conciben nición podía quedar minusvalorada de dos formas, a)
a la mujer como criada al servicio del deseo sexual Algunos la entendían de un modo nacionalista, apli-
y la seguridad genealógica de los varones, siempre cándola a un solo pueblo, de manera que el Dios de
amenazados. Jesús responde ofreciendo una pro- Abrahán terminaba siendo sólo un Dios de judíos, b)
funda y total relectura de la Biblia Israelita, para Otros podían relegar esa visión del Dios de vida, des-
suscitar así más honda comprensión del misterio de tacando el Yo-Soy (Yahvé: mrr), en perspectiva de pu-
Dios (12,24). Empecemos por la relación interhu- ra trascendencia. Pues bien, Jesús ha superado esos
m a n a (varones y mujeres en el reino). Después tra- riesgos, situando la palabra sobre el Dios de los vi-
zaremos la visión de Dios aquí implicada. vientes en el trasfondo de la esperanza escatológica y
vinculando sus dos rasgos fundamentales:
- Los resucitados no vivirán ya a nivel de posesión: - Dios aparece como Dios de vivos (= vivientes): no
por eso, la mujer no podrá ser concebida como pro- eleva su poder sobre la muerte, no reina matando o
piedad que se disputan siete (o setecientos) varones destruyendo a los demás, como hacen de ordinario los
(Me 12,25). Cesará la lucha, la competencia violenta y humanos. El ser de Dios consiste en dar vida. No exis-
envidiosa de la vida, interpretada como erotismo po- te contra los demás, sino a favor de ellos: su ser es dar-
sesivo (que destruye a los mismos varones, que van se, suscitando de esa forma vida verdadera. Allí donde
muriendo uno a uno). La resurrección será el triunfo la muerte impone su última palabra, Dios desaparece.
de la transparencia radical y gratuita entre los huma-
nos. El cielo es según eso una protesta radical contra
todo matrimonio y relación humana impositiva.
"La fe cristiana en la resurrección sólo tiene sentido allí
- La nueva vida (realizada en transparencia personal donde varones y mujeres empiezan a ser en este mundo (en esta
no posesiva) se vincula al Dios de la resurrección (12,26- Iglesia) libres e iguales, superando el clasismo y avanzando en
27). Este viejo mundo, alejado del Dios de la Vida, ha- camino defidelidadesponsal y gratuidad en la línea de Me 10,1-
bía convertido a las mujeres en esclavas (y a los hom- 12.28-30. La resurrección es, pues, una protesta contra toda
bres en seres para la muerte). Por el contrario, el Dios injusticia matrimonial y social.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 107


Allí donde la vida triunfa en su verdad sobre la muer- - Es Dios de Resurrección, es Vida para los muer-
te, Dios se manifiesta en su ser, como divino. tos): así existe y se muestra divino en sí mismo siendo
-Dios se define por su relación con los humanos Dios de los otros (de Abrahán y de Moisés). Es vida
(Ahrahán, Isaac y Jacob). No es un Elohim (orr») cerra- dando vida y de esa forma aparece como auténtico
do, un dios que sólo vive para sí mismo, diciendo de for- Yahvé (mn'': Soy el que soy), haciendo que los otros
ma egoísta su Yo soy (Yahvé: mrr) en la ceremonia más sean. Este Dios se dice a sí mismo (es Yahvé), dicien-
sagrada de su templo (la fiesta del Yom Kippur de Lev do a los demás, dando vida a los vivientes (haciendo
16), pero condenando a muerte a los humanos (como que vivan Abrahan, Isaac y Jacob).
piensan los saduceos). El Dios de la Biblia es Existencia Al presentar a Dios de esta m a n e r a (vinculando
haciendo existir, es Comunión que se comunica a los
comunión y resurrección), Jesús ha superado el
demás, vinculando en amor permanente a las personas.
riesgo de posible aislamiento de cierto Dios judío.
Nuestro pasaje ha vinculado así resurrección y No ha negado a Moisés, sino todo lo contrario: ha
comunión de amor o comunidad interhumana (a ni- vuelto a Ex 2-4, no p a r a prescindir del Dios de
vel de matrimonio o de otras relaciones personales). Abrahán, quedándose en u n Yahvé aislado de la
Una resurrección solitaria no sería plenitud mesiáni- historia, sino para profundizar en el auténtico sen-
ca sino triunfo del aislamiento egoísta, una especie tido del Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Ja-
de infierno permanente, contraria al evangelio. Y cob... De esa forma nos conduce al principio de la
una comunión interhumana sin resurrección (sin revelación (cf. Me 10,6), presentando a Dios como
apertura hacia el futuro, sin victoria sobre la muer- relación de a m o r abierta a la vida (que supera la
te) quedaría truncada. El Dios de Jesús vincula esos muerte) 1 5 .
elementos: es Dios Trinidad (comunión de amor) y
es Dios de vivientes (resurrección para los muertos):
Dios de comunión y vida. Puede unir a los esposos,
- Es Dios trinitario, de entrega y comunión de vida, co- porque él mismo es comunión (cf. Me 10,1-12). Siendo
mo han ido señalando los textos anteriores, refiriéndose al
Padre y al Hijo. El evangelio de Marcos es testimonio bá- Dios de los patriarcas, es Dios de vida que supera a la
sico de una vida entendida y realiza como donación mu- muerte. En este retomo a los patriarcas viene a expresar-
tua, en transparencia. Desde ese fondo afirmamos que se (desde el contexto de la vieja tradición israelita) la no-
Dios es Dios de vivientes: Dios de la Vida que se entrega vedad del evangelio, que define a Dios como Dios-de-Jesús
(por Jesús, como Jesús) y que culmina en la resurrección (siendo Dios-de-los-patriarcas).
compartida, tal como ha venido a expresarse por Jesús'4.

4. Amar a Dios, amar al prójimo. Doble mandamiento (12,28-34)


Guía de lectura
El camino de Dios sigue siendo itinerario discutido, sobre el templo. Moisés había descu-
bierto a Dios en los hebreos cautivos. Jesús le encuentra en el prójimo; por eso, quien quiera
amar a Dios y confesarse (encontrarse), debe aprender a amar al prójimo.
- Israel había destacado la exigencia de amar a Dios y al prójimo, pero los judíos corrieron el ries-
go de encerrar el prójimo en su pueblo. Para Jesús es prójimo todo ser necesitado, todo humano.
- El camino de Dios son según eso los humanos. En favor de ellos ha recorrido Jesús su itine-
rario teológico. Su vida entera, dedicada a los demás, viene a presentarse así como exégesis de Dios.

"Sabemos por Me 1,11 que Dios es Dios de Jesús y que esa


14
relación perdura para siempre: es principio y meta de todo lo
Cf. J. Schlosser, O. c. 88-93 que estudia el trasfondo judío que existe. Desde ella ha de verse la relación de Jesús (y de Dios)
y las implicaciones de esta formulación. con los patriarcas.

108 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


El Padre de Jesús, a quien el texto anterior pre- de la vocación de Moisés (centrada en Éx 3,14). Los
sentaba como Dios de vivos, se presenta ahora vin- seguidores de Jesús aceptan como propia esta confe-
culado a los humanos, y en especial a los más nece- sión creyente (son israelitas), pero después la entien-
sitados. El camino de Dios sigue pasando el Tem- den a partir de su propia experiencia mesiánica.
plo, en gesto de disputa. Un escriba de Israel le
pregunta los mandamientos. Jesús responde vincu- Ciertamente, Dios es único, pero ¿con quién se
lando a m o r a Dios y a m o r al prójimo. De esta for- vincula especialmente? El texto supone que con Is-
ma, asume la tradición israelita, de manera que su rael: Por eso dice: Escucha, Israel, el Señor, «nuestro»
sentencia podría haberla proclamado algún otro sa- Dios... ¿Quién es ese Israel con quien Dios se relacio-
bio de Israel, como afirma el mismo escriba (cf. na de un modo especial? ¿Quiénes pueden decir que
12,32-33), pero Jesús la reinterpreta 1 6 . el Señor es «nuestro» Dios? ¿La humanidad entera?
¿Los pobres de Jesús, los desclasados y proscritos,
- El primero [mandamiento] es éste: aquellos que no caben en el templo? Estas son las
Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el Señor único. preguntas fundamentales a las que Jesús ha respon-
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda dido al optar por los marginados, al ofrecer casa y
tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. pan, palabra y esperanza a los expulsados del siste-
- El segundo es éste: ma: ellos son para Jesús el verdadero «Israel» de Dios.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Me 12,29-3).

Los escribas judíos tendían a cerrar la presencia de Dios


en las fronteras de su ley y pueblo; Jesús expande esas fron-
ESCUCHA, ISRAEL...
teras, incluyendo en su Israel a todos los necesitados (los
El amor a Dios no es algo que el humano haya inven- humanos). Es evidente que Israel significa algo distinto pa-
tado; nace de la revelación de Dios como Señor único, es ra unos y otros. Jesús y los escribas no disputan sobre Dios
decir, como Yahvé; sólo en respuesta a su don podemos en sí, sino sobre la forma en que expande y manifiesta su
nosotros amarle. misterio, en paternidad (Jesús) o señorío sacral (judaismo).
- El segundo... Entre el humano y Dios está siempre el
prójimo, como otro tú, revelación de Dios.
2. Amarás a tu prójimo... También en este caso
puede haber lecturas distintas. Conforme a una lec-
tura normal del judaismo, Dios pide que amemos al
Un escriba ha interrogado a Jesús sobre el primer hermano del pueblo israelita, que resulta digno de
mandamiento (entolépróté). Jesús responde que hay ese amor. Para Jesús, en cambio, es prójimo ante to-
dos, vinculando experiencia teológica (amarás a do el que está necesitado (publicanos, prostitutas y
Dios; cf. Dt 6,4-5) y social (y a tu prójimo; cf. Lev por ampliación los paganos); prójimo especial han
19,18). El escriba asiente y Jesús ratifica: no estás sido para el Jesús de Marcos los leprosos y enfermos,
lejos del reino de Dios (12,34). Sobre el fondo israe- los pecadores y hambrientos, todos los humanos.
lita ha de entenderse la novedad del Dios cristiano:
La vida de Jesús ha sido una exégesis teológica
1. Escucha, Israel, el Señor (en el original es Yahvé: (mesiánica) de este mandamiento de a m o r doble.
mr), nuestro Dios... (12,29-30; cf. Dt 6,4-5). Este pasa- Quizá pudiéramos definirle como hermeneuta per-
je, llamado normalmente Shema (¡no = Escucha), por sonal de este mandamiento: ha traducido el amor de
su comienzo en hebreo, nos sigue situando en la línea Dios (amarás al único Señor) en formas de amor al
prójimo (ofreciendo la gracia de Dios a los más ne-
cesitados de su entorno). Todos los judíos (incluidos
16 sacerdotes y celotas) están de acuerdo con Jesús en
Escriba y Jesús se diferencian a la hora de concretar al
prójimo, como he mostrado en Dios judío, Dios cristiano, EVD, que se debe amar a Dios y a prójimo; unos y otros
Estella 1995, 343-349; cf. C. Spicq, Ágape en el NT, Cares, empiezan a distinguirse cuando quieren relacionar-
Madrid 1977, 114-120. se ambos amores y, de u n modo especial, cuando se

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 109


definen las fronteras del prójimo, como ha mostra- car dos normas teológicas: una para judíos puros (cer-
do de forma especial el paralelo de Lucas (Buen Sa- canos a Dios) y otra para los gentiles e impuros.
maritano: Le 10,25-37). - Jesús ha roto según Marcos esa escisión, tanto en
perspectiva teológica como social. El Padre Dios que le
Claramente ha mostrado Jesús que no basta con ha dicho ¡Tú eres! dice ya ¡Vosotros sois! a todos los
un mandamiento: donde sólo se ama a Dios no hay to- humanos, vinculándose a ellos en amor redentor. Por
davía amor a lo divino. Por amor al prójimo (por la eso, la confesión de Dios va unida al amor universal al
sacralidad de Israel) mantienen los sacerdotes el cul- prójimo, en gesto que el mismo Jesús irá precisando a
to del templo y los escribas las normas de pureza de lo largo del evangelio".
la ley dentro del pueblo. Por amor al prójimo, en
cambio, ha realizado Jesús su señal sobre el templo
del único Dios (cf. Me 11,11-25), enfrentándose con JESÚS, HISTORIA DE DIOS
los sacerdotes y reinterpretando la tradición israelita.
- Los sacerdotes de Jerusalén sabían que se debe Marcos no elabora una teoría separada sobre Dios, no
amar al prójimo, pero no habían sacado las mismas tiene un tratado especial sobre su esencia o sus virtudes,
consecuencias: parecían colocar el honor de Dios por sino que habla de Dios contando la vida de Jesús, que es
separado, desligándolo del honor (amor) del prójimo. historia teológica (= trinitaria), iniciando así un camino
Dios quedaba así inmunizado (más allá de nuestra his- que ha desarrollado en otra perspectiva el evangelio de
toria, fuera de la humanidad) y separado (vinculado a Juan, al afirmar: «quien me ha visto a mí, ha visto al Pa-
un grupo especial de personas, u n pueblo escogido de dre» (Jn 14,8).
puros). Desde esa segunda perspectiva se podían apli-

5. Padre, aparta de mí este cáliz (14,32-42)

Guía de lectura
El itinerario de Dios pasa por Getsemaní. La «historia» de amor había comenzado por Dios
que dice a Jesús ¡Eres mi Hijo! Esa historia culmina ahora, cuando Jesús se entrega en manos
de Dios y le dice desde la angustia de la muerte cercana ¡Abba, Padre! De esta forma, siendo
despliegue mesiánico el evangelio es revelación entera del entero Dios.
- Dios es Padre de Jesús y en su camino mesíanico de entrega le encontramos; por eso, su
camino pasa por el Huerto de Olivos, del Dolor y de la Entrega, para que allí descubramos su
misterio de amor y muerte.
- Dios es Padre de todos los humanos. Por eso, Jesús pide a sus discípulos (signo de los bus-
cadores de Dios) que se estén preparados para la prueba: que la carne débil no les separe del
Padre amoroso.

Ha culminado el camino, ha cumplido sus ta-


reas, ha dicho todas sus palabras: ha revelado el "Alguien podría desear que Me concretara el amor de her-
misterio de Dios, ha ofrecido a los humanos el más mano/a, madres/hijos (cf. 3,31-35; 10,29-30), esposo/a (cf. 10,1-
16), trazando una tabla de deberes domésticos, como la tradi-
hondo amor del Padre. Ahora lo ratifica. Le van a ción pospaulina (cf. Col 3,18-4,1; 1 Ped 2,11-3,12; Ef 5,21-33; 1
traicionar sus discípulos, le van a entregar los Tim; Tito). Pero no lo ha hecho y pienso que su opción es
sacerdotes, le van a condenar los romanos, pero en buena. Frente al legalismo judío que traduce el amor en claves
el fondo es él mismo quien se entrega, poniéndose de seguridad social (nacional), organizando funciones y distin-
en manos de Dios, llamándole Padre desde el mis- guiendo deberes (en perspectiva jerárquica), Jesús entiende y
mo fondo de su angustia. amplía el amor en línea de libertad e igualdad universal: próji-
mo son todos los humanos. Por eso es bueno que Marcos no cite
No hay itinerario de Dios sin Getsemaní. No se los códigos domésticos que tienden a rejudaizar la comunidad
puede subir a su Montaña de Gloria sin pasar por el en claves de dominación patriarcalista.

1 10 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


huerto del dolor, de la soledad y de la entrega de la tira y tentación duermen en el centro del huerto de Je-
vida. Allí tenemos que venir todos nosotros con Je- sús los tres más íntimos (los de la Montaña de la
sús, para escuchar a Dios (14,33-39) transfiguración Me 9,2-9) no quieren reconocer el
a Tomo consigo a Pedro, a Santiago y a Juan
nuevo camino de Jesús, siguen aferrados a lo antiguo
Comenzó a sentir pavor y angustia, y les dijo Jesús, en cambio, conoce a Dios y dice su verdad, in-
- Siento tristeza de muerte Quedaos aquí y velad merso en el miedo, angustiado Así ora, desvelando su
b Y avanzando un poco mas, se postro en tierra secreto ante el Dios que un día le llamó su Hijo, res-
y suplicaba que, a ser posible, pasara de el aquella pondiéndole ahora Padre ¡Abba, Padre1 (Aj3/3a ó
hora ¡IaTTip) Aparta de mí este cahz (14,36) De esta forma
- ^Abba, Padre' Tu lo puedes todo culmina su diálogo personal (= trinitario) con Dios
Aparta de mi este cahz - ¡Eres mi Hijo1 Esta fue la primera palabra de Dios,
Pero no se haga como yo quiero, sino como tu quie- que engendraba a Jesús (1,11),
res -¡Eres mi Padre1 Esta es la ultima palabra de Jesús
a' Volvió y los encontró dormidos Y dijo a Pedro que pone su angustia ante Dios y le suplica
-Simón, ¿duermes?
cNo has podido velar ni siquiera una hora? Sólo ahora descubrimos de verdad su filiación
Velad y orad para que no caigáis en tentación, Jesús ratifica con su vida lo que el Padre le ha dicho
que el espíritu esta pronto, pero la carne es débil en el bautismo (1,11), lo que sus discípulos oyeron
b' Se alejo de nuevo y oro repitiendo lo mismo en la transfiguración (9,7, cf también Me 13,32) Es
Hijo y como tal se pone confiado, suplicante, en ma-
nos de su Padre, culminando el diálogo El Padre le
ANGUSTIA, ORACIÓN ha engendrado y él responde como Hijo, entregán-
dose al Padre desde el fondo de su angustia, vincu-
a Angustia Jesús, el humano mas humano, siente lado a todos los sufrientes de la tierra Así se ha des-
pavor ante Dios, desde el fondo de si mismo, por la muer plegado la hondura de Dios en Jesús, según Me18
te Necesita la ayuda de sus discípulos
b Oración Jesús y el Padre Hincadas las rodillas en
la «madre» tierra que no puede responderle, llama al Pa Gozo y dolor de Dios Lafiliaciónera fuente de gozo en
dre, diciendole su angustia y poniéndose en sus manos 1,11, cuando el Padre le decía ¡Tu eres mi Hip Querido, en ti
Le cuesta el camino, le duele el dolor, pero esta dispuesto me he complacido1 Ahora se vuelve tarea dolorosa Jesús ha
a cumplir la voluntad de Dios recorrido el camino que el Padre le mostraba, amando a los
a' Discípulos dormidos El Padre le ha escuchado, humanos, y alfinaldescubre que la vida se le vuelve cahz
sus discípulos le dejan en la hora de la tentación Por eso, No es un concepto, una teoría lo que Jesús dice a Dios
tiene que morir a solas, contando con la ayuda de un Dios al entregarse en sus manos, sino una palabra de dolorosa
a quien no siente y presentando su dolor como modelo de e intensa comunión vital ¡Eres mi Padre1 Ha concluido el
entrega para los discípulos camino y desde el borde de la muerte, envuelto en su pro-
b' Insistencia Jesús sigue ante Dios pia angustia, invoca a quien le ha dado y sigue dándole la
vida Quien llama de esta forma no desea engañarse, no
busca compensaciones, no miente Se sabe miedoso y lo
dice ante Padre, en oración de transparencia
1 Ante el Padre oración de la vida Como Hijo
verdadero, ora Jesús desde el fondo de su debilidad
Se ha inclinado hasta la tierra, como un Adán que
vuelve a su origen (del polvo ha brotado), recono-
ciendo su pequenez, la angustia de su muerte cer- 18
Cf X Pikaza «Padre», en X Pikaza y N Silanes,
cana Diccionario Teológico El Dios Cristiano, Sec Trinitario,
Salamanca 1962, 1003 1020 J Jeremías, Abba El mensaje cen-
En la mentira de sus falsos sueños mesiánicos tral del NT, Sigúeme, Salamanca 1981 A Marchel, Abba Pere,
quedan los discípulos al extremo del huerto, en men- AnBib 191 Roma 1971

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 111


Mirada en esta perspectiva, la historia de Jesús Reconocer al Padre: eso es ser Hijo, eso es orar.
no ha sido fácil. Le ha llamado Dios, él ha respon- En el huerto y noche de la decisión, Jesús vuelve a
dido. Ahora pide ayuda a Dios, desde la angustia de ponerse en manos del Dios que le ha llamado, como
su vida hecha cáliz, bebida de dolor y muerte. Está Hijo que confía en su Padre. Sólo así, al final del ca-
triste, la flaqueza parece dominarle. Por eso invoca, mino, Jesús sabe que la Voz de Dios fue verdadera.
presentando su dolor (su vida hecha problema), en Aquí culmina, aquí viene a desvelarse en forma hu-
petición orante. Todos los demás motivos pasan a mana (como expresión de plenitud humana) el mis-
segundo plano. En el centro queda el cáliz (poté- terio trinitario. Desde ese fondo podemos recordar
ñon) de la entrega19. la transfiguración (9,2-8).
-La montaña del Tabor (9,2-8) acentuaba la gloria
2. Confianza ante el Padre. Al final de su camino,
de Jesús. Acababa de invitar a sus discípulos, diciendo
en vez de elevarse lleno de certeza y autoestima, or-
que le sigan con la cruz (8,37-9,1); lógicamente, ha
gulloso de sí mismo y de su entrega en favor de la querido mostrarles la luz que irradie de ella.
verdad, Jesús se inclina ante Dios y sus hermanos -El huerto de Getsemaní (14,32-42) destaca la en-
como suplicante. Así expresa su misterio de Hijo de trega. Jesús pide a sus discípulos que le acompañen vi-
Dios, hermano de todos los humanos. No se ha en- gilantes (14,35). Pero ellos no pueden, no quieren, tie-
gañado, no miente. Humildemente, desde el fondo nen miedo 21 .
de su angustia, invoca:

- Pide al Padre, que había dicho primero ¡eres mi


Hijo! (1,11), suplicando ¡Tú lo puedes todo! (14,36). DIOS, PODER DE AMOR EN LA PRUEBA
- Pide porque confía. No se impone a Dios, no exige
una respuesta: ¡No se haga lo que quiero...! (14,36)20. Jesús viene a expresar el más hondo misterio divino
(= trinitario): es Hijo de Dios en la pequenez de nuestra
vida; así, abandonado por los humanos y entregando por
ellos la vida, se descubre (se mantiene) como Hijo. Por
Dios mantiene su fidelidad paterna, sosteniendo a Jesús eso invoca, confesando su fe, ratificando su filiación y di-
y acompañándole en la noche de su entrega. De esa forma ciendo: ¡Abba, Padre! Tú lo puedes todo (14,36). Este Dios
se desvela como Padre en el mismo camino de muerte de su que todo puede porque es Padre, este Dios que sostiene a
Hijo. Jesús mantiene su fidelidad filial. Le ha llamado Dios y Jesús con su Espíritu, como había hecho en el bautismo
él sigue respondiendo, en medio de la angustia. Mientras to- (Me 1,10), es el único que puede salvar a los humanos en
dos se derrumban él resiste, mientras niegan él afirma. medio de una tierra de poderes destructores (cf. 10,27).

El mismo Jesús que ha pedido ayuda a Dios pide


" Cáliz (= potérion) es el «trago», bebida amarga de la entre- a los suyos compañía, mostrándoles el miedo que le
ga de la vida (cf. 10,39). Jesús había encarnado su mensaje en
el pan multiplicado y compartido en las multiplicaciones. Pues
bien, ahora descubre en propia carne lo que implica hacerse 21
cáliz (vino) para todos, como ha dicho en su Cena eucarística En ambos casos Jesús toma (paralambanei) a Pedro,
(14,23-24). Tiene miedo, es duro hacerse cáliz. Quizá al fondo Santiago y Juan, esperando que le ofrezcan compañía. En
de esa palabra late también el recuerdo del veneno, bebida que ambos casos duermen, no saben responderle (cf. 9,6; 14,40). Allí
sirve para matar (como la cicuta de Sócrates). Jesús ha de donde Jesús realiza su camino de filiación, en intensa vigilancia
bebería, dejando que le maten. Ciertamente, tiene miedo. (cf. 14,35.37) le abandonan sus amigos (14,38-41). Él no ha que-
20 rido recorrer su camino de manera aislada. Dialogando con
La oración se identifica con en Jesús con la vida. No pide a Dios ha dialogado con sus seguidores, convertidos en amigos,
Dios cosas externas (lluvia, fortuna, buena suerte...). Simple- en experiencia compartida de búsqueda de reino (cf. Me 3,31-
mente le dice que sea Padre, colocándose en sus manos. En esa 35). Lógicamente, en la prueba les pide su ayuda: necesita de
perspectiva podemos definir la trinidad como misterio de ora- ellos, pero ellos no le escuchan. Queda solo en su itinerario de
ción: un decirse mutuo del Padre el Hijo, en engendramiento y entrega en manos de Dios, por el Reino.
entrega confiada.

I I2 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


embarga (pavor y angustia: 14,33). No teme perder compañía. De la debilidad de esa carne está cons-
su autoridad descubriéndose débil. Les ha convoca- truido el edificio de este mundo. Jesús en cambio tie-
do para el día del peligro, pero ellos le abandonan. ne Espíritu (Pneuma; cf. 1,10), fuerza y prontitud pa-
Les ha pedido ayuda en la prueba y se la niegan. ra la entrega de la vida, sin ira ni violencia, superan-
En este fondo ha utilizado Marcos dos palabras do el miedo. Ese Espíritu es aquí comunidad en la
de gran densidad dentro de la Iglesia (carne y espíri- plegaria. Los discípulos no tienen Espíritu y por eso
tu). Los discípulos son carne (sarx): siguen buscando abandonan al maestro. En la noche de la prueba se
su propia seguridad, no ofrecen a Jesús verdadera le duermen; sólo Dios le asiste en la agonía (14,38) n .

6. Dios mío, Dios mío, ¿por qué m e has abandonado? (Me 15,34)
Guía de lectura
La penúltima estación de nuestro itinerario hacia Dios es la Cruz. Desde ella eleva la última
pregunta: ¿por qué me has abandonado?
- Ésta es la pregunta de Jesús, que sigue confiando sobre la cruz, al borde de la muerte, gri-
tando al mismo Padre que le ha dado vida y le ha enviado a proclamar el reino, para «abando-
narle» ahora.
- Ésta es la pregunta de los condenados de la historia, millones y millones de personas re-
chazadas, humilladas... Los millones de sufrientes elevan su voz, diciendo a Dios ¿dónde te en-
cuentras?
- Desde el fondo de su silencio, el Dios de la Cruz acoge la pregunta de Jesús, le acuna y re-
cibe en su amor, le resucita. Si no pasa por la cruz, el itinerario hacia Dios resulta vano.

- Los espectadores se mofan del crucificado y, de un


modo especial, los sacerdotes con los escribas, indican-
do con sus burlas que Dios ha rechazado a Jesús. La
cruz no es para ellos itinerario de Dios.
- Jesús, abandonado de todos, muere en la cruz, sin
condenar a nadie. Dolorosamente, desde el patíbulo
del mundo, condenado como Job por los justos y sa-
bios del mundo, llama a su Dios, con el Salmo 22.
Éste es el texto y pasaje más alto de la teodicea
cristiana, el momento supremo de la revelación de
Dios, desde la cruz donde Jesús, su Hijo, asume la
suerte de los condenados y pregunta. Como vere-
mos, la respuesta sólo puede darse por la pascua:
a. Los que daban vueltas por allí blasfemaban diciendo:
La paternidad de Dios se vuelve drama: historia de - ¡Ay, tú que destruías el templo y lo reedificabas en
un encuentro personal que se expresa en acogida y tres días!
respuesta, en nacimiento y muerte. El misterio de ¡Sálvate a ti mismo, bajando de la cruz!
Dios no se resuelve a través de una teoría separable de
la vida, sino en la densidad gozosa y dura de la mis-
ma vida. Por eso, la pregunta por Dios, que en el tex- 22
Los discípulos no saben mantenerse en actitud filial en
to anterior expresaba en forma de confianza básica medio del peligro. Ellos pertenecen al plano de la carne (sarx);
(¡hágase tu voluntad!), se traduce aquí como pregun- viven a nivel de poder, imposición y miedo. Por eso no pueden
ta ante la muerte. Situemos la escena (Me 15,21-41): acompañar todavía a Jesús en la entrega.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 113


Y de manera semejantes, los sumos sacerdotes, diculizan su impotencia (cf. 11,12-26; 14,58): se había
riéndose entre sí, con los escribas, decían: opuesto al Templo, pero el Templo permanece y él se
- ¡A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse! muere; evidentemente es un mesías falso. Así se bur-
¡El Mesías! ¡El rey de Israel! ¡Que baje ahora de la cruz, lan los sacerdotes: ¡A otros salvó, a sí mismo no pue-
para que lo veamos y creamos! (Me 15,28-32). de salvarse! ¡El Cristo, el Rey de Israel, que baje ahora
b. Y a la hora de nona gritó Jesús con fuerte voz: de la cruz, para que veamos y creamos! (15,31-32). Los
- Eloí, Eloí, ¿lema sabaktaní?, es decir: sanedritas habían rechazado la pretensión de Jesús
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? sobre el templo (14,53-65), ahora le desprecian.
(Me 14,34).
a'. Algunos decían: Mira, llama a Elias...
b'. Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró (15,35-
37). División ante la muerte. Los jerarcas de Jerusalén in-
terpretan la condena y muerte de Jesús como castigo: ellos,
los buenos servidores de Dios, hacen morir en su nombre
al falso mesías, como chivo emisario, descargando en él su
GENTE violencia, para así pacificarse. Jesús no acusa a los jerar-
cas, llama a Dios. Es inútil todo intento de entender o ex-
a. La gente. Los que se ríen de la muerte de Jesús, pa- plicar su llamada. En nombre de Dios ha actuado, en su
sando de largo ante la cruz y tomando al crucificado como busca ha caminado (tras oír ¡Eres mi Hijo...!). Ante él pone
culpable (chivo emisario de los males del mundo) represen- alfinalsu itinerario, en soledad y angustia dolorida.
tan la teodicea invenida. Defienden el argumento del anti-
dios, la inversión total de la gracia, del don de la vida (como
los «amigos» de Job). Son adoradores del ídolo del mundo.
b. Jesús. Pregunta a Dios desde la angustia y fracaso, 2. Jesús muere en soledad ante Dios, encontrando
como hacía Job, con los auténticos orantes de la tradición el abandono en el fondo de su entrega (15,33-37).
israelita. Por voluntad de Dios ha trazado y culminado su iti-
b'. Nueva gente: temen al «juez» Elias, nerario (desde 1,9-11). Ante Dios, protagonista de su
a'. Jesús. Muere en manos de Dios. historia, viene a ponerlo, confiándose en sus manos,
pero preguntando Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me
has abandonado? (15,34). De esa forma se vincula
con los hombres y mujeres que buscan y gritan, que
sufren y no logran descubrir la verdad. Ellos, los su-
Como hemos visto en la oración del huerto
frientes de la tierra, son ahora su comunidad, for-
(14,32-42) que ser Hijo de Dios no implica «no mo-
man su iglesia. La soledad completa se vuelve de es-
rir» sino todo lo contrario: saber morir en manos de
ta forma su más amplia compañía. Jesús muere con
Dios Padre. Sólo dos rasgos queremos destacar en
(por) todos los impuros de la historia, para reunirlos
esta muerte: el escarnio de aquellos que se burlan
en iglesia de marginados evangélicos. Caben en ella
de Jesús, diciendo que no es Hijo de Dios quien así
los leprosos y posesos, los enfermos y expulsados
muere, y la angustia suplicante de Jesús:
que ha venido encontrando y ayudando en su cami-
1. Jesús muere rodeado del escarnio de aquellos no; con ellos, para ellos, ha muerto Jesús, en soledad
que le han condenado (15,29-32). La cruz marca el completa, en completa compañía.
final de su proyecto mesiánico y por eso cantan
Muere condenado por unos, despreciado por
triunfo los que han buscado su muerte, en dos ges-
otros, abandonado por la mayoría, llamando a su
tos paralelos que transmiten la última palabra de
Dios desde su angustia, unido así a todos los huma-
las autoridades israelitas.
nos despreciados, expulsados, rechazados sobre el
En torno a Jesús se forma un itinerario de ironía mundo. Se ha vinculado a los impuros y expulsados a
blasfema de gentes que pasan y pasan diciendo: ¡Tú lo lago de su vida, con los impuros muere; ha ofreci-
que destruías el Templo y lo edificabas en tres días, sál- do solidaridad a los enfermos y pecadores, con ellos
vate a ti mismo, bajando de la cruz! (15,29-30). Así ri- fracasa en la tierra. Se han unido para matarle los po-

114 l'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


deres de la ley y fuerza de este mundo (universalidad
de la violencia), pero en él se vinculan también todos Reino de Dios, cmz de Jesús. Del anuncio de reino a la
los humanos despreciados, impuros, rechazados; con cruz hay un camino recto y sobre ella queda elevada la má-
ellos ha creado su Iglesia desde el Calvario. xima pregunta de la historia: en nombre de todos los cruci-
ficados de la tierra, haciendo suya la voz de todos los humi-
llados y ofendidos, muere diciendo Dios mío, Dios mío, ¿por
Llama a Dios, no a Elias. No busca ni llama a un pro- qué me has abandonado? Esta pregunta insondable no tiene
feta de venganza, no muere invocando el fuego de un «se- respuesta total en esta vieja tierra. Sólo Dios Padre, si ha si-
ñor de violencia» sobre jueces y verdugos (15,35-37). Su- do cierto el camino anterior de Jesús, puede responderle,
plicando al Dios de la gracia, creyendo en sus cosas por en- respondiendo así a todos los crucificados de la historia.
cima de las leyes y razones de este mundo, tal como había
empezado su camino de entrega (cf. 8,33), expira Jesús.
Ha fracasado el mesianismo nacional judío. Se
abre desde la cruz la iglesia de todos los marginados
La muerte de Jesús hace juego con su vida. Éste que abre al mundo entero la experiencia de Jesús.
es quizá el mayor descubrimiento teológico de Mar- Dios no planea por encima del dolor del mundo, no es
cos: ha vinculado el mensaje en Galilea (1,1-8,26) un elohim (orr»*) que sacraliza los poderes de la tierra,
con el camino de entrega (8,27-16,8), mostrando un mal Yahvé (mir) de sacerdotes y templo, que truena
que son inseparables. Quien vive como Jesús (para desde arriba, con u n ¡Yo soy! manipulado por los
acoger a los impuros y compartir con ellos el pan fuertes de la tierra. Jesús vive y muere en manos de
multiplicado de la gratuidad) ha de estar dispuesto Dios Padre, en solidaridad filial (fraterna) con todos
a morir como él. No se han equivocado quienes le los expulsados de la tierra. Los sacerdotes que le juz-
mataron. Tampoco ha fallado Jesús al aceptar su gan y se burlan de sus pretensiones, se apoyaban en
muerte, poniéndose en manos de Dios con todos los un tipo de Elohim aliado a los poderes de la tierra, a
que ha ido buscando en el camino de la vida, para la victoria de los fuertes en la historia, a la sacralidad
formar con ellos iglesia o comunidad de reino. del templo. Jesús ha muerto invocando: ¡Abba, Padre!

7. Meta pascual. Itinerario abierto

Guía de lectura
Los momentos anteriores del itinerario de Dios conforme a Marcos han de entenderse des-
de el mensaje de la pascua. Todo lo ya dicho, sobre el Padre Dios, en Bautismo y Tabor, en Get-
semaní y en Cruz, recibe en ella su verdad.
-Dios ha resucitado a Jesús. La pascua no un simple momento final de la vida de Jesús, si-
no revelación plena de Dios, que manifiesta su amor (realiza su misterio) resucitándole de en-
tre los muertos.
- La experiencia pascual de Dios ha sido transmitida por el Joven de la tumba vacía a las mu-
jeres, para que todos la asumamos. La palabra de Dios se dirige hoy a nosotros: por eso nos pi-
de que vayamos a Galilea para descubrir allí la vida y presencia de Jesús resucitado, para en-
contrarnos allí con Dios (cf. Me 16,7-8).

\
El evangelio primitivo de Marcos (que concluye en este mundo) para ungir su cadáver, perpetuando
en Me 16,8) tiene un final enigmático, propio de la su memoria vieja dentro de la historia. Pero la tum-
más honda catequesis: a la tumba de Jesús (signo ba de Jesús está abierta y vacía, para indicar que la
de muerte) llegan las mujeres (mediadoras de vida verdad de su vida y el misterio de su mensaje no

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 115


puede recordarse en la muerte. Así lo sigue dicien- ñeros han huido a la vieja Galilea de sus orígenes y
do enigmáticamente el relato: sueños carnales (cf. Me 14,28). Sólo quedan ante el
a. Cuando entraron al sepulcro, vieron un Joven, sepulcro de Jesús una mujeres, dispuestas a realizar
sentado a la derecha, vestido con una túnica blan- con el difunto asesinado el rito interminable de la
ca. unción y canto funerarios. Vienen buscando u n
Ellas se asustaron. Pero él les dijo: cuerpo muerto. Ha sido bello el evangelio, fuerte la
b. - No temáis. apuesta de Jesús con Dios Padre. Pero, al final, ha
Buscáis a Jesús el Nazareno, el Crucificado. vencido otra vez el orden del Orden de la tierra, dios
Ha sido resucitado; no está aquí. de muerte. No hay m á s remedio que aceptarlo así,
Mirad el lugar donde lo habían puesto. ungiendo el cadáver, cerrando ya el itinerario.
b'. Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro:
«El os precede a Galilea; allí lo veréis, tal como os Por eso, con la lógica del m u n d o viejo, vienen
dijo». para culminar la historia, pero descubren que la
a'. Ellas huyeron del sepulcro, llenas de temor y asom- puerta de la muerte (el sepulcro es signo del infier-
bro, y no dijeron nada a nadie, pues tenían miedo no) se halla abierta y ven sólo a un Joven vestido de
(Me 16,5-8). blanco (16,5). Es, sin duda, u n emisario de Dios,
mensajero de pascua. Jesús había elevado su pre-
gunta al Padre, en Getsemaní, sobre la Cruz del Cal-
vario (¿por qué me has abandonado?). Deberían
PASCUA comprender que sigue, se abre de verdad, el verda-
dero itinerario de Dios que Jesús ha recorrido en vi-
a. Un Joven en la tumba. Esperan un cadáver en la tie-
da y muerte.
rra, encuentran un Joven del cielo, signo de Dios, testigo
de pascua. ¿Es Jesús? Dios ha respondido: ha esperado a Jesús en la
b. Mensaje de pascua. Lo proclama el joven celeste, tumba, desde allí se manifiesta, diciendo su palabra
¡ha sido resucitado!, es decir, Dios le ha liberado de la de vida a las mujeres, por el Joven de Pascua. Es
muerte. La tumba vacía no es pascua en sí, pero es signo Ángel de Dios, Dios mismo hecho palabra de men-
de ella. saje, gloria pascual para sus discípulos. Es quizá el
b'. Misión de pascua: las mujeres deben juntarse con mismo Jesús, que les habla desde la tumba vacía,
Pedro, en Galilea. hecha signo de reino. Pero dejemos las suposicio-
a'. Miedo ante la pascua. Pero ellas, las mujeres, ¿Pe- nes, escuchemos la Palabra. Ellas querían un cadá-
dro? se dejan dominar por el temor. ver, reciben su Palabra:
- No temáis: buscáis a Jesús el Nazareno, el Crucifi-
cado (16,6). La experiencia de Jesús Crucificado les si-
Estas mujeres de la tumba son el signo de un iti- gue animando; su recuerdo les mantiene anhelantes.
nerario fatigado y amoroso, pero equivocado. Han Por eso sufren y temen, creyendo ver sólo fantasmas.
seguido a Jesús preparándose en el fondo para mo- Una tumba vacía empieza siendo menos que un cadá-
rir. Por eso están dispuestas a realizar sobre su ver. No les queda ni siquiera el recuerdo palpable de
cuerpo el signo funerario. Honrar un cadáver, tal es Jesús. Pero el Joven de Dios, voz del Padre, les alienta:
la última verdad de nuestra historia. Dios existe, ¡no temáis! Así solía hablar Yahvé, Dios del AT, en los
ciertamente; pero está más allá, prometiendo la vi- momentos del peligro, sosteniendo en la batalla de la
da del futuro, como sabe bien Marta (cf. Jn 11,24); vida a los atribulados. Ahora dice esa Palabra el Padre
por eso, Jesús, igual que Lázaro, resucitará en el úl- Dios, desde la misma tumba vacía de Jesús: ¡no te-
máis!
timo día. Mientras tanto, hay que honrar su memo-
ria en el sepulcro. - ¡Ha sido resucitado! No está aquí, mirad el lugar
donde lo habían puesto (16,6). Ésta es la palabra crea-
Han ido solas las mujeres. Este fin de itinerario dora de Dios, éste el final de la historia mesiánica. ¡Ha
de Jesús no es para los hombres que buscan de or- sido resucitado! Es Palabra performativa, que realiza lo
dinario otros valores y poderes. Pedro y sus compa- que dice. Culmina así la Palabra que el Padre dirigió en

116 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


primer lugar a Jesús, diciéndole en la muerte: ¡Tú eres tumba y nos dice que sigamos el camino de Jesús, que
mi Hijo! (Me 1,11). Es Palabra que Dios había ampliado él nos precede en Galilea23.
en la transfiguración (Me 9,7; cf. Rom 1,3-4; Hech
13,13). Es la palabra que estos discípulos pascuales Frente a Dios de la pureza judía, que sigue vincu-
(ahora las tres mujeres, no los tres varones del Tabor) lada a la ley (ungir un cadáver, venerar u n muerto,
han de extender, para que nazca así la Iglesia. perpetuar la existencia del pueblo), la palabra de la
pascua nos sitúa ante eZ Padre Dios que ha resucita-
do a Jesús: Dios nos sigue hablando desde el sepul-
Ha terminado el pasado. No pueden buscar a Jesús en cro vacío, para iniciar u n camino que nos lleva más
allá de Jerusalén, desde la Galilea del mensaje del
el fracaso, ni encerrar su memoria en la muerte, ni divini-
reino, a todos los pueblos de la tierra, como bien sa-
zar el recuerdo de su sepultura. Lo que ha sido y ha dicho
be Marcos (cf. Me 13,10; 14,9).
es verdadero (es la Verdad de Dios) porque Dios le ha re-
sucitado. Por eso, el Evangelio es la historia del Viviente, Sólo desde la experiencia de un sepulcro abierto,
de Aquel que hace vivir para Dios (en Dios) a los humanos. convertido en principio de nuevo nacimiento, sólo
desde el triunfo del crucificado, que no vuelve para
destruir a quienes le mataron, sino para ofrecer la
- Pero id (salid) y decid a sus discípulos y a Pedro: paz a todos, puede extenderse y se extiende el men-
¡Os precede a Galilea! (16,7). Galilea puede significar saje del Dios de la Pascua por el mundo, como sabe
varias cosas, pero evidentemente alude, por lo menos, la mujer de la unción que Me 13,9 presentaba como
al espacio y proyecto de Jesús, al lugar de su mensaje. auténtica discípula. Pues bien, en contra de aquella
Allí deben reunirse de nuevo Pedro y sus discípulos, to- mujer de la unción, cuyo mensaje se escuchará en to-
dos los amigos de Jesús, para rehacer su camino, para do el mundo, Marcos sigue diciendo que estas muje-
encontrar con él al Padre. Ésta es la Palabra creadora, res de la tumba vacía «salieron huyendo, no dijeron
la catequesis fundante de la Pascua: los discípulos, no- nada a nadie... pues tenían mucho miedo» (16,8).
sotros, debemos abandonar la tumba, con las seguri- Así acaba el texto antiguo, así termina la catequesis
dades y miedos que ella implica, para hacer el camino de Dios y su Hijo en san Marcos. ¿Qué significa eso?
de Dios en Galilea. Quien lo entienda entiende todo evangelio.
- En un primer nivel, quizá de recuerdo histórico,
Me 16,8 afirma que las mujeres no han ido a Galilea, no
NOSTALGIA DE TUMBA han cumplido lo que Dios les ha pedido, en el fondo no
han creído. En la raíz del evangelio sigue estando el
Muchos preferiríamos la tumba, encerrarnos en el si- miedo: ¿cómo puede ser verdad todo esto?, ¿quién nos
lencio sin fin, en el descanso de la nada, en el vacío. ¿Pa- garantiza que la muerte de Jesús es revelación de Dios
ra qué vivir? Muchos desearíamos la muerte: que todo para los humanos?
termine y se acabe. Pues bien, en contra de eso, la cate- - En otro nivel, también de recuerdo histórico, es evi-
quesis de Cristo es mensaje de pascua, palabra de vida dente que ellas han ido, han anunciado el mensaje de
que Dios mismo nos dirige: ¡Id a Galilea! pascua, pues de lo contrario no podía contarse esa his-
toria «incontable» que es el evangelio, misterio de re-
velación de Dios Padre en Jesús. Ellas, las mujeres del
miedo, constituyen para la Iglesia la garantía de la pas-
-Allíle veréis como os dijo (16,7). Ciertamente, los cua, como sabe, en otro plano el mismo Me 16,9-10 (fi-
poderes de este mundo han matado a Jesús, pero no nal canónico), con Jn 20 y Hech 1,13-14.
han podido silenciar su Palabra, destruir su vida. Lo
que ha comenzado continúa: la vida de Jesús ha triun-
fado en la gloria de Dios (el Padre le ha resucitado) y 23
se expande desde Galilea (la misión cristiana es el tes- Entre los trabajos sobre el fin de Marcos cf. N. R. Petersen,
Wlien is the End not the End? Literary Reflections on the Ending
timonio de la victoria de Dios, que ratifica la obra de of Mark's Narrative, Int 34 (1980) 15-66; T. E. Boomershine,
Jesús). Esta esperanza, ¡allí le veréis! sostiene a los cre- Mark 16, 8 and the Apostolic Commission, JBL 100 (1981) 225-
yentes. Buscábamos y seguimos buscando a Dios, que- 239; A. T. Lincoln, The Promise and the Failure: Mark 16, 7.8, en
remos el amor del Padre. Pero el Padre nos habla en la Telford (ed.), Interpretation 229-252 [= JBL 108 (1989) 283-300].

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 117


- Finalmente, Marcos dice que las mujeres no fueron Aquí nos ha dejado Marcos, con las mujeres y
porque «tenemos que ir nosotros mismos». El evangelio Pedro; ¿queremos ir?, ¿iremos? La respuesta no
no es un libro sobre algo que pasó hace tiempo, no es puede darla nadie por nosotros. Allí veremos a Je-
cuento sobre realidades que siempre suceden, sino pala- sús, allí encontraremos a Dios. Éste es el final del
bra que Dios nos dirige hoy mismo. También nosotros mapa. El resto, el camino verdadero, tenemos que
hemos llegado a la tumba vacía, con unos aromas inúti- hacerlo nosotros. Quien llegue hasta el final de iti-
les. A nosotros, ahora, se dirige la voz del Joven de pas-
cua: ¿Crees de verdad que ha resucitado?, ¿quieres ir, que- nerario, para encontrar a Jesús en Galilea sabrá que
remos ir a Galilea, para encontrarle allí y seguir recomen- hay Dios. Podrá contárselo a los otros.
do su camino? Somos ya nosotros los que debemos
responder, no ellas, las primeras mujeres de la pascua
que, sin duda alguna, acabaron creyendo y anunciando el ESTÁ DIOS EN GALILEA
evangelio, como sabe el testimonio unánime de la Iglesia.
Muchos de nosotros, quizá una parte de la misma A veces pensamos que hubiera sido mejor que Marcos
Iglesia institucional, prefiere quedarse en Jerusalén, (Mateo y Lucas, Juan y Pablo) contaran historias maravi-
administrando el recuerdo de un muerto y recons- llosas de la resurrección de Jesús: que nos hicieran ver la
truyendo una iglesia hecha sepulcro, u n vacío epita- gloria de Dios Padre, brillando sobre el sepulcro, matan-
fio de palabras mentirosas. Continuar en Jerusalén do a los malvados... Pues bien, ése no es el estilo de Dios,
significa mantener las estructuras viejas, una iglesia no es su camino. El Padre de Jesús nos ha dicho una Pa-
que en el fondo es u n judaismo más grande (quizá labra pascual respetuosa, dejándonos en libertad para ir
más imperfecto). Ir a Galilea significa dejarlo todo a Galilea ¿Iremos?
desde el gozo de la pascua, para asumir ya en forma
plena el proyecto de Jesús (pan compartido, perdón,
confianza en Dios Padre). Este es el verdadero itine-
rario de Dios, el camino de Cristo, en la pascua. Quien Bibliografía
se arriesgue a recorrerlo sabrá que existe Dios, Padre
de Jesús, sabrá que Jesús ha resucitado. Gmlka, J., El evangelio según Marcos I-II (BEB 55-56), Si-
gúeme, Salamanca 1986.
González Ruiz, J. M., Evangelio sergún Marcos, Verbo Di-
Iünerano de pascua: ¡Id a Galilea! El miedo de las mu- vino, Estella 1988.
jeres de 16,8 forma parte de nuestra historia cristiana. No
Maggiom, B., El relato de Marcos, Cristiandad, Madrid
es miedo a la muerte, sino a una resurrección entendida 1981.
como vida nueva y forma de compromiso misionero, de
apertura hacia todos los pueblos. Estamos preparados pa- Marxsen, W., El evangelista Marcos (BEB 33), Sigúeme,
ra creer en Dios desde la muerte (desde la opresión del Salamanca 1981.
mundo). Quisiéramos creer en Dios desde la resurrección Mateos, J. y Camacho, F., Ev. de Marcos, Almendro, Cór-
totalmente realizada, es decir, desde el cielo. Pero nos doba 1993, I, 57-104.
cuesta creer en Dios y buscarle, con Jesús resucitado, en el
camino que empieza en Galilea. Navarro, M., Ungido para la vida. Me 14,3-9 y Jn 12,1-8,
EVD, Estella 1998.
Pikaza, X., Para vivir el evangelio. Lectura de Marcos, EVD,
Creer en Dios desde este m u n d o , asumiendo el Estella 1995.
camino de Jesús, retomando su tarea e iniciando su íd., Pan, casa y palabra. La iglesia en Marcos, Sigúeme, Sa-
mensaje de Pascua, desde Galilea: éste es el verda- lamanca 1998.
dero itinerario cristiano, ésta es la vía regia de la sal-
vación. Aquí nos ha dejado Marcos, diciendo que Taylor, V., Evangelio según san Marcos, Cristiandad, Ma-
vayamos, superando el último obstáculo, recorrien- drid 1980.
do los últimos pasos del trayecto, para reiniciar el Trevijano, R., Comienzo del evangelio. Estudio sobre el pró-
camino de pascua de Dios en Galilea. logo de Marcos, Fac. Teología, Burgos 1971.

1 18 l'AHA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


* * *

1. Ejercicio de autocomprobación
Llenar lo que falta. Respuesta en la casilla siguiente.

1. Marcos sitúa el origen mesiánico de Jesús... 1. En el bautismo


2. Dios expresa su paternidad llamando a Jesús 2. Hijo querido
3. En lugar del Yo soy de Ex 3,14, el Dios de Me 1,9-11 dice... 3. Tú eres
4- Cuando Jesús sale del agua, se abre... 4. El cielo
5. La palabra de Dios en la transfiguración se dirige... 5. A los discípulos
6 Después de la transfiguración, Jesús ha de curar... 6. A un padre enfermo
7. La mujer oprimida de Me 12,18-27 está sujeta a la ley del... 7. Levirato
8. El Dios de Abrahán, Isaac y Jacob es Dios de... 8. Vivos
9. El amor de Dios es inseparable del amor... 9. Al prójimo
10. En Getsemaní, Jesús pide a Dios que aparte su... 10. Cáliz
11. En Getsemaní, Jesús acepta la voluntad... 11. Del Padre
12. Dios se revela plenamente en la. de Jesús 12. Resurrección

2. Prueba de síntesis
1. Elaborar con los textos estudiados de Marcos un cuadro de conjunto, destacando la unidad de los temas.
2. Relacionar a Dios con Jesús y Juan, con los judíos y romanos, con la muerte y resurrección (en Marcos).
3. Indicar lo que el Dios de Marcos ofrece a los humanos: curación, casa (acogida), esperanza.

3. Prueba de ensayo
1. Destacar algunos temas de Dios en Lucas y Mateo que parecen faltar en Marcos: concepción por el Espíritu, Sermón
de la montaña, la parábola del Buen Samantano o Hijo pródigo, etc.
2. Reescnbir en otra clave (poética, dramática, temática, litúrgica, homilética) el evangelio de Marcos, actualizando su
mensaje en las diversas situaciones de nuestro tiempo.
3. Escribir una catequesis cristiana sobre Dios partiendo de Marcos. ¿Cómo presentarías los temas de Marcos para no cris-
tianos?

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 119


6
Trinidad, el camino de la Iglesia
Dios, el gran itinerario

Encuadre I
orientatíVO ^ e l itinerario de Marcos pasamos al misterio propiamente dicho: comunión del Padre con
el Hijo en el Espíritu, conforme a la experiencia y teología de la Iglesia. Más que camino de
aprendizaje y seguimiento, éste será un ejercicio celebrativo que nos hará descubrir gozosa-
mente la hondura del amor divino, para cantar y bailar en su presencia.
Quizá podemos definir la Trinidad como mapa cristiano de Dios. Judíos y musulmanes pi-
den silencio: no podemos pronunciar el Nombre, ni penetrar en el misterio; lleguemos al Dios
y callemos, sin formular ninguna palabra, sin evocar ninguna imagen: la hoja de Dios se en-
cuentra totalmente en blanco. Por el contrario, instruidos por Jesús, los cristianos sabemos que
Dios es amor, camino de encuentro del Padre y el Hijo el Espíritu, el único gran itinerario. Por
eso queremos esbozar sus rasgos, explorando al interior de su misterio, para elaborar un mapa
de vida colmada.
La Trinidad de Dios es itinerario de admiración y gozo, de adoración y canto, anticipo de la
bienaventuranza escatológica. En un sentido, éste es el tema más sencillo de nuestro itinerario:
etapa de alabanza y de belleza, estallido de felicidad. Pero, en otra perspectiva, este tema nos
sitúa ante la especulación básica de la Iglesia. Por eso puede resultar difícil de entender para
los menos iniciados en la reflexión filosófica y teológica.
Es posible que a algunos les cueste mi discurso. En ese caso, no se esfuercen, no se empe-
ñen en seguir y comprenderlo todo. Dejen el tema a un lado y pasen a la última parte del libro
(a los tres itinerarios finales). Podrán volver al fin a la Trinidad. Si aún entonces no lo entien-
den, no echen la culpa a su menor preparación, sino a la lógica de mi discurso dogmático y teo-
lógico, lleno de dificultades añadidas.

L a T r i n i d a d ( c o n la E n c a r n a c i ó n ) es el m i s t e r i o
p o r e x c e l e n c i a . N o es u n d o g m a e n t r e o t r o s , n i
u n a v e r d a d q u e se s u m a a l a s r e s t a n t e s v e r d a d e s d e
la fe: es el dogma, el p r e s u p u e s t o g l o r i o s o e n q u e s e
f u n d a n los r e s t a n t e s e l e m e n t o s d e la c o n f e s i ó n cris-
t i a n a , la verdad d o n d e se a p o y a n y r e c i b e n s e n t i d o
t o d a s las v e r d a d e s del s í m b o l o eclesial.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 121


nocimiento h u m a n o . Es fundamento (dogma) sien-
El misterio trinitario es un dogma, algo que brilla, ver- do meta de toda reflexión, compendio del misterio.
dad luminosa y bien clara, en el principio de toda la ver- Es misterio que «hace pensar» a los creyentes, es
dad. Pero, al mismo tiempo, es objeto de dura especulación, fuente y reto de todo pensamiento, como indican
de manera que resulta difícil de entender para muchos los tres apartados que siguen:
cristianos. Téngase esto presente en todo lo que sigue. Qui-
siera decir a los lectores que el misterio es simple y lumi-
- Trasfondo religioso. La Trinidad pertenece al
misterio cristiano: nadie fuera de la Iglesia de Cristo
noso: Dios es comunión de amor, Amor compartido. Por el la conoce, nadie puede confesarla. Pero, al mismo
contrario, la explicación racional del misterio puede ser du- tiempo, ella brota de la búsqueda religiosa de la hu-
ra, por la misma dificultad que tenemos en expresarlo con manidad.
razones, fuera de la experiencia de la vida. - Dogma. La Trinidad recoge el planteamiento bá-
sica de la fe cristiana del Nuevo Testamento y de los
primeros Padre y Concilios de la Iglesia. Por eso debe-
mos fijarlo con cuidado.
Nos centramos en la Trinidad. Siendo el primer - Teología. Ciertamente, la Trinidad en sí es incog-
dogma y verdad de los cristianos, ella puede y debe noscible, pero el estudio de la Trinidad está en el co-
formularse también como última experiencia y co- mienzo de la teología y pensamiento de Occidente.

1. Culturas y religiones. Trinidad y tríadas sagradas

Guía de lectura
Siendo centro de la fe cristiana, la Trinidad responde a la búsqueda humana.
- Hay tríadas sacrales, dioses y esquemas ternarios en el pensamiento filosófico.
- La revelación o comunicación sagrada incluye también estructuras ternarias.
- La trinidad distingue al cristianismo de las otras formas de monoteísmo abrahámico: ju-
daismo e islam.

El itinerario de la Trinidad puede puede pasar y cananea de de dioses (El, Ashera y Baal) y la tríada
pasa a través de casi todas las culturas de la tierra. egipcia de Osiris, Isis, Horus, que tanto ha influido en
Así lo indicaré, abriendo u n abanico de representa- las formulaciones filosóficas del platonismo medio y
ciones ternarias de tipo religioso, para venir des- del neoplatonismo. Estas religiones poseen tríadas sa-
pués a las religiones monoteístas. gradas, pero los dioses que las forman no se pueden to-
mar como personas, en el sentido estricto del término;
son más bien un signo de las fuerzas de la naturaleza
y de la vida.
a) Trinidades y/o esquemas ternarios
- Cierto politeísmo naturalista toma como signo
hierofánico primero el despliegue sagrado de la vi- Tres dioses, tres funciones divinas. Muchas religiones
da, elaborando así a veces una especie de Trinidad hablan de tres funciones o figuras de Dios, en línea politeís-
o, mejor dicho, una tríada de tipo familiar, formada ta (habría tres dioses básicos) o mística (Dios tendría tres
por el Dios Padre del cielo, la Diosa Madre de la tie- nombres principales). Esos modelos nos ayudan a entender
rra y el Dios Hijo, que nace de ellos y expresa en ge- la Trinidad cristiana pero hay una diferencia: esas visiones
neral la victoria de la vida sobre la muerte. no conocen tres personas concretas que se aman del todo y
Ese modelo se ha concretado de un modo especial al amarse forman, en comunión, el único ser divino.
en el oriente mediterráneo donde hallamos la tríada

122 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


- También se puede hablar de un Dios que se ex- ley universal de la realidad, el Buda o revelador de su
presa a través de tres funciones sagradas formando luz y la Sangha o comunidad de monjes iluminados
un triadismo funcional intradivino. Algunas tradi- que expresan sobre el m u n d o el sentido de la realidad
ciones hindúes hablan de la Trimurti o tres formas original, del nirvana. Ciertamente hay un proceso ter-
de Dios (= Brahma, Vishnú, Shiva). En el fondo de nario de despliegue de la realidad sagrada, pero no po-
la divinidad está Brahma, entendido como espíritu demos hablar de personas trinitarias.
universal o sustrato fundante de toda realidad, es- - Puede hablarse también de una Trinidad filosó-
pecialmente de la hondura (Atmán) del ser huma- fica expresada de múltiples maneras en las tradicio-
no. De Brahma provienen los otros dos grandes sig- nes de Occidente. La más conocida es la del neo-
nos de Dios: Vishnú y Shiva. platonismo con sus diversas variantes. Algunos ha-
Brahma es la conciencia universal, totalidad sagra- blan del Dios-Artífice como causa activa, de la
da; Vishnú es la fuerza del amor y de la vida creadora, Materia-Preexistente como causa receptiva y del
Shiva el misterio de la muerte donde todo se disuelve Mundo divino (o las ideas) que brotan de la unión
para renacer de nuevo. Los tres momentos sagrados de los momentos anteriores. Otros aluden al Uno
(Brahma, Visnú y Shiva) constituyen formas del ser di- como Dios fundante, a la Sophia o Logos, que ex-
vino, pero estrictamente hablando no se pueden lla- presa el sentido de ese Dios en perspectiva de idea
m a r personas, no son Trinidad. creadora, y al Alma sagrada del mundo.
- También suele hablarse de la Trinidad revelatoria, En el fondo de este esquema hallamos la certeza de
formada por los tres momentos que integran la mani- que la realidad es originalmente u n proceso divino
festación de lo divino (el Revelador, la Revelación, lo donde todo se encuentra sustentado y vinculado: la vi-
Revelado). Hay un Dios revelador, principio y fuente da de la realidad se expresa y despliega en tres mo-
de todo lo que existe: ley divina en que se fundan to- mentos. Hay ciertamente un esquema ternario, no
existe Trinidad de personas.
das las diversas realidades del cielo y de la tierra. Hay
una Revelación divina, entendido como proceso de
despliegue del mismo Dios que se vuelve luz (en cier-
tas formas de budismo) o palabra (en el judeocristia- TRINIDAD RACIONAL, ITINERARIO DE HEGEL
nismo e islam). Está, finalmente, lo Revelado, la nue-
va Realidad que brota de la revelación de Dios y que La unidad se abre a la dualidad, y ésta sólo alcanza su
se puede identificar con el Espíritu Santo de las tradi- sentido allí donde supera esa misma dualidad o antítesis,
ciones cristianas y se relaciona con la comunidad sa- a través de un retorno entendido como reconciliación del
grada (la Umma del Islam o la Shanga del budismo). Hijo que vuelve al Padre por el Espíritu. La unión total de
lo divino es el final del proceso trinitario. Tanto el esque-
ma de despliegue racional como la visión de las personas
Revelación de Dios y ser divino. Se puede hablar de las como momentos de ese despliegue divino resultan valio-
tres formas o momentos de la manifestación de Dios... Pe- sas para entender la teología cristiana. Pero estrictamen-
ro ellos no forman todavía la Trinidad cristiana, pues fal- te hablando, Hegel ofrece una tríada racional, no la Tri-
tan las personas en concreto, falta la comunión de amor y, nidad cristiana, pues le falta la gracia del Cristo, la acción
sobre todo, falta Jesucristo: el Hijo de Dios, Dios en perso- concreta (liberadora) del Espíritu Santo, en la historia
na, dentro de la historia humana. concreta del amor y sufrimiento de los hombres y muje-
Para los cristianos, la confesión trinitaria resulta inse- res de la tierra.
parable de la fe en Jesús. Sólo porque decimos que Jesús
es Hijo de Dios creemos en la Trinidad, diciendo que Dios
es Padre, Hijo y Espíritu Santo. - La filosofía hegeliana interpreta la Trinidad como
dialéctica del Espíritu que se revela a sí mismo en un
proceso ternario de salida (dualidad) y retorno (supe-
Este esquema se hallaría especialmente expresado ración de la dualidad), de tesis y antítesis que culmi-
en las Tres Joyas del budismo que incluyen el Dhatna o nan en la síntesis. Ser es pensar, diría Hegel; pero

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 123


pensar es contraponerse: salir de sí, poner la propia ellas conocen una ortodoxia: una forma recta y nor-
esencia fuera, en proceso de autodonación que puede mativa de manifestar la propia fe, en ámbito de
entenderse como pérdida de sí y como ganancia pos- iglesia. Dentro de las religiones abrahámicas distin-
terior. Eso se afirma simbólicamente diciendo que el guimos tres confesiones fundantes que se pueden
Padre entrega su esencia al Hijo, se pierde en él, para delimitar de esta manera:
luego encontrarse ambos en el mismo Espíritu.
• Los judíos han centrado la confesión de fe en el
Shemá: «Escucha Israel, Yahvé nuestro Dios es un
Dios único, amarás a Yahvé tu Dios con todo el cora-
b) Trinidad y confesión de fe. zón, con toda el alma, con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-
Israel, cristianismo, islam 5). Al pueblo se le pide que «escuche», es decir, que
acoja la revelación de Yahvé que se presenta como
nuestro (Dios del propio pueblo israelita) y que le res-
Judíos, cristianos y musulmanes se definen co- ponda con amor.
m o creyentes confesionales en el sentido fuerte del
término: no se limitan a creer sino que declaran y
confiesan públicamente su fe.
El judaismo carece de confesión oficial, aunque el She-
- Creen en un Dios que ha venido a revelarse dentro má («escucha Israel: Yahvé, nuestro Dios, es Uno; amarás
de la historia, a través de los profetas. a Yahvé, tu Dios...»; cf. Dt 6,4-5) tiene casi esa función.
- Se vinculan por la fe, uniéndolos hacia dentro y Hay a su lado otros textos fundamentales como el credo
separándolos de los restantes grupos religiosos1. histórico de Dt 25,5-10, la confesión pactual de Dt 6,20-24
Estrictamente hablando, sólo estas religiones pi- o los mandamientos deDt 5 y Ex 20. Sea como fuere, para
den a sus fieles una confesión de fe estricta, sólo los judíos, la confesión de fe se expresa en el compromiso
de cumplimiento práctico de la ley de Dios: judío es aquel
que asume la tradición nacional de Israel y cumple la ley, es-
1 cuchando a Yahvé como Dios del pueblo.
La confesión es una fórmula de fe muy condensada que
transmite la experiencia religiosa de una comunidad, concreti-
za su visión de Dios y delimita las fronteras espirituales de los
creyentes. Puede hablarse de confesión de fe en las religiones
cósmicas que proclaman de un modo solemne la supremacía de Esta confesión tiene un centro: frente a todas las
un determinado Dios que ha vencido al Caos y empieza a reinar restantes figuras religiosas, que no son Dios de verdad
sobre el universo. En esta línea se mueven las aclamaciones de sino dioses mentirosos o ídolos falsos, hay un Dios ver-
Marduk en Babilonia (cf Enuma Elish IV,5; V, 110) o de Ba'lu dadero que es Yahvé. Eso significa que sólo ellos, los ju-
(Báal) en la religión de los cananeos, tan cercanos a los israeli- díos, conocen de verdad a Dios como Yahvé que está
tas: ¡Mlkn aliyn B'l! (¡Nuestro Rey es el poderoso Ba'lu!) [Cf. presente, les elige y actúa sobre el mundo. Esta confe-
¡Reina Yahvé! o ¡Nuestro rey es Yahvé! en Sal 93,1; 97,1; 99,1 sión tiene una consecuencia social: «sólo hay un pueblo
etc.]. de Dios que es Israel», elegido entre todos los restantes
Las religiones místicas, que propiamente hablando carecen para confesar la verdad del único Dios verdadero. Por
de revelación positiva (histórica), no han sentido la exigencia de eso se le pide a cada israelita que responda: «amarás a
formular su fe en un credo. Así es generoso el hinduismo: todo Yahvé, tu Dios, con corazón, alma y fuerzas».
lo que exprese una experiencia de apertura hacia el misterio
puede considerarse como signo de verdadera fe: algunos hindú- • Los cristianos han empezado confesando al en-
es destacan la confesión de la identidad de Atmán (vida inte- viado de Dios (¡Jesús es el Cristo! cf. Me 8,29), para
rior) con lo Brahmán (el absoluto divino); otros pueden acen- ampliar o profundizar su fe diciendo ¡Creo en Dios Pa-
tuar su vinculación a una figura cuasi-personal de Dios consi- dre, creo en Jesucristo su Hijo y creo en el Espíritu San-
derado como ser supremo (Vishnú o Shiva). Por su parte,
ciertos grupos budistas acentúan la doctrina a las tres joyas: ¡Me to! De esta forma, su fe recibe una estructura trinita-
refugio en Dhamma! (acepto la ley universal, divina, que en la li- ria: son cristianos los que descubren a Dios como Pa-
teratura sánscrita suele llamarse Darma); ¡Me refugio en Budha! dre, los que aceptan su manifestación plena en Cristo
(iluminador o maestro que ha revelado la salvación); ¡Me refu- (su Hijo) y creen en su Espíritu, el poder transforman-
gio en Sangha! (es decir, en la comunidad de los monjes que te de la vida pascual de Jesús y su presencia salvadora
asumen y recorren juntos el camino de la salvación). (divina) para los humanos.

124 VAHA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


compromiso de libertad, de apertura hacia los po-
Para los cristianos, fe trinitaria y fe en Jesús son inse- bres), la confesión trinitaria pierde su sentido, se
parables. Si alguien dijera que Dios es Trinidad, pero no convierte en pura especulación. Así lo veremos en
afirma que Jesús es Hijo de Dios no sería cristiano. Una las reflexiones que siguen.
Trinidad independiente de Jesús sería especulación o teo-
ría filosófica. La confesión trinitaria sirve para asegurar la
divinidad de Jesús, es decir, el valor pleno y definitivo de
su evangelio, por medio del Espíritu Santo. TRINIDAD, ITINERARIO MONOTEÍSTA

- Para el judaismo es determinante la vinculación en-


tre Dios (Yahvé) y el pueblo: por eso van unidas confesión
En un sentido estricto, esta confesión tiene un ca- de fe y pertenencia social; sólo puede aclamar a Dios,
rácter más teológico: no está centrada en el pueblo que
debe responder a Dios (¡escucha, amarás...!) sino en el
confesando su nombre y amándole con todo el corazón,
Dios que es misterio en sí mismo (Trinidad) y se ma- los que forman parte de Israel: un solo Dios, un solo pue-
nifiesta como salvador universal (por la encarnación y blo escogido, ésa es la fe de los judíos.
la efusión del Espíritu Santo). Pero también ella es in- - El cristianismo ha extendido la confesión de fe en
separable de la aceptación don de Cristo por medio de forma teológica: son creyentes aquellos que por Jesús han
la Iglesia: sólo es creyente verdadero el que asume el penetrado en el misterio de Dios, viéndole como Padre,
camino eclesial de la comunión católica (la vincula- Hijo y Espíritu Santo; por eso, el credo cristiano se ex-
ción gratuita y salvadora de todos los humanos). tiende y elabora, incluyendo tres partes o elementos: una
más teológica (¡creo en Dios como Padre, Hijo y Espíritu
• Los musulmanes universalizan y simplifican de al-
Santo!), otra más cristológica (cuenta la vida de Jesús: ¡na-
gún modo la confesión de fe judía en su Sahada o credo
básico: «Atestiguo que no hay dios fuera de Allah y que ció, murió, resucitó) y otra finalmente más antropológica
Mahoma es el profeta (enviado) de Allah». Esta palabra (incluye el compromiso creyente de comunión universal).
no se encuentra al pie de la letra en el Corán, pero con- - Los musulmanes han condensado la fe de una for-
densa su enseñanza, conteniendo sus dos verdades fun- ma profética y universal. Por un lado confiesan a Dios,
damentales: la Unicidad de Dios (Señor universal) y su presentándole como Allah, único ser divino. Pero, al mis-
Revelación definitiva (por Mahoma). Ella resume la fe mo tiempo, afirman que ese Dios se ha manifestado para
musulmana; ella sola basta para expresar la sumisión todos los humanos por Mahoma. No basta con decir que
religiosa y para certificar que un hombre (o mujer) es hay Dios; hay que afirmar dónde se ha revelado y cómo
musulmán (pues no hay en el Islam rito de iniciación ha expresado su voluntad salvadora (su Corán o Libro):
como la circuncisión judía o el bautismo cristiano). ¡por medio de Mahoma, su profeta!
Dios ya no tiene un nombre especial (como el Yah-
vé de los israelitas); tampoco aparece vinculado de for-
ma intradivina (trinitaria) a su mesías o revelador (co-
mo el Padre de Jesús para los cristianos). Él es simple-
mente Dios y por eso su nombre se puede traducir a c) Trinidad y visión de Dios. Teología básica
toda lengua (el nombre de Allah no lleva en sí misterio;
es sólo la forma árabe de decir Dios). Ese Dios no se Judíos, cristianos y musulmanes asumen una ex-
vincula con un pueblo especial (como en el judaismo), periencia común: Dios es misterio (incognoscible) y,
ni con un Hijo intradivino (como en los cristianos). Pe- sin embargo, podemos y debemos hablar de Él y con-
ro debemos añadir que, siendo trascendente, Dios ha-
bla (revela su Corán/Libro eterno) a su profeta. Esto es
fesarle. Por eso, cada grupo a su manera, todos ellos
confesar la fe para un musulmán: someterse a Dios y han cultivado un diálogo fecundo con el pensa-
aceptar su manifestación por medio de Mahoma. miento filosófico de su entorno, es decir, con la he-
rencia intelectual de Grecia. Saben que Dios es su-
La confesión trinitaria forma parte de un itine- prarracional y que la teología es un conocimiento
rario integral de seguimiento de Jesús y de comu- negativo (¡se conoce de Dios lo que no es, no lo que
nión de fe y de vida dentro de la Iglesia. Desligada es!). Pero en el fondo de esa negación han visto una
de este itinerario de experiencia y vida eclesial (de afirmación muy honda: ¡Podemos hablar de Dios!

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 125


Unos y otros saben que la fe es más que «razón»: - Dios es trascendente y nadie puede conocerle; to-
no es algo que se pueda demostrar, objeto de razo- do intento de fijar sus propiedades es idolatría.
namiento, sino gracia y don de Dios. Pero añaden - Dios se ha manifestado a los humanos por la na-
que esa fe puede y debe situarse en el campo del turaleza, por los signos del cosmos (cf. Sab 13,1-9).
pensamiento h u m a n o , dialogando con los sabios y - Dios ha revelado su Ley a los israelitas, que descu-
empleando los argumentos de la filosofía. En esta bren y expresan su más honda presencia.
perspectiva podemos y queremos distinguir tres 2. Cristianismo. Su teología ha vinculado ley
modelos o formas principales de hacer teología. cósmica y gracia de Cristo, que viene a presentarse
por la Pascua como verdadero Hijo divino. La ley
pierde para los cristianos su carácter de n o r m a na-
Dios de la ley. Los judíos rabínicos interpretan la Ley co- cional, entendida casi como imposición exterior le-
mo expresión de la voluntad de Dios para el pueblo y la colo- galista, y se transforma en la más honda verdad de
can en el lugar donde los cristianos ponen al Hijo de Dios. La una persona (que es Jesús, el Hijo). Eso les lleva a
teología del judaismo se ha centrado en esa Ley nacional sa- elaborar una teología trinitaria, tanto en clave in-
grada; ciertamente, ella no defiende un nomismo (hipertrofia manente (Dios es Trinidad en sí) como económica
de la ley en cuanto mandato), pero puede llamarse nomo-lo- (Dios es Padre que nos habla por Jesús, en el Espí-
gia o nomo-sofía: estudio de la sabiduría profunda, escondida ritu):
y revelada en los mandatos de Dios a Moisés y los profetas.
- En clave de Trinidad inmanente (= intradivina) de-
cimos que Dios es por sí mismo fuente de amor (Pa-
dre), amor recibido, engendrado (Hijo) y amor com-
1. Judaismo. Vincula ley cósmica (presencia uni- partido (Espíritu Santo).
versal de Dios en el mundo) y ley nacional (revelación - En clave de Trinidad económica (= de la historia
específica de Dios para Israel). Hay una ley del cos- de la salvación) decimos que el Padre ha creado y fun-
mos, que es objeto de estudio de la filosofía, y que el. dado las cosas en Jesús (su Hijo), para culminarlas por
judaismo puede aceptar, asumiendo parte de la he- el Espíritu Santo (en comunión y plenitud de amor).
rencia racional de Grecia, como hace al modo antiguo
de Filón de Alejandría, al modo místico la kábala, al 3. Islam. Su teología vincula ley cósmica y vo-
modo de los clásicos del medievo Maimónides. Pero el luntad de Dios. En u n primer m o m e n t o pudiera pa-
sentido más profundo de esa ley del cosmos sólo puede recer que el Islam nos pone en brazos del irracio-
revelarse y se ha revelado por medio de la manifestación nalismo o, mejor dicho, del fatalismo de una volun-
supracósmica de Dios, a través de la Ley nacional ju- tad de Dios que planea sobre los humanos, sin
día, revelada por Moisés y acogida, estudiada y culti- dejarles espacio de libertad (habría una predestina-
vada por el pueblo, en siglos de fidelidad admirable. ción universal) y sin permitirles el acceso claro al
El judaismo ha expresado de esa forma su más honda pensamiento (Dios lo ha resuelto todo, nada pode-
paradoja, diciendo tres cosas complementarias: mos aclarar nosotros): Dios es casi el destino. Pero,
superando ese nivel, el Islam ha desarrollado uno
de los diálogos religiosos más fecundos con el pen-
samiento filosófico:
Dios de Cristo. La Ley más profunda de Dios (ley del
mundo, ley del pueblo, sentido de toda realidad) viene a ex- Para el Islam la esencia de Dios sigue siendo in-
presarse y encuentra su sentido en la vida, muerte y pascua cognoscible, a pesar de que ha atraído y sigue atra-
de Jesús. Por eso, decimos que Dios ha creado todas las co- yendo la mirada y deseo de sus místicos, especial-
sas por Cristo, es decir, por su Hijo encarnado (cf. Jn 1; Col mente sufíes. Pues bien, sobre ese fondo de «supra-
1); la misma teología se vuelve así cristología y pneumatolo- rracionalidad», el Islam ha elaborado u n profundo
gía. Creer en la Trinidad significa afirmar que Dios se ha ex- racionalismo religioso: entre el Dios creador del
presado en la persona de Jesús. Más allá de toda ley o fatali- m u n d o y el Dios que se revela por Mahoma hay una
dad hay un ser humano que es Hijo de Dios, centro y senti- continuidad profunda que se puede estudiar y con-
do de toda realidad. Éste es Jesús, el Hijo querido del Padre. cretar de diferentes formas, según las escuelas de
pensamiento.

126 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


daísmo sería un anticipo (concretización nacional,
Dios lo quiere, Dios es grande. El Islam no tiene verda- con hipertrofia de leyes particularizadas) del islam
dera teología intradivina: no tiene una especulación sobre eterno. Les une la visión de Dios y el mundo; les se-
el interior de Dios, pues ese interior sigue siendo siempre para la forma de aplicar la ley de Dios y sobre todo la
misterioso. Pero, añade que Dios ha revelado su Libro/Pa- manera de organizar e interpretar el pueblo.
labra en el Corán. Ciertamente, para el Islam es imposible
una afirmación como el homo-ousios o consubstancial del Por el contrario, el cristianismo representa un
Credo cristiano: no hay nadie que tenga la esencia de Dios. cambio teológico de fondo. No es u n a simple va-
Pero el Libro sagrado es la expresión de ese Dios incog- riante, sino una verdadera mutación, tanto en su vi-
noscible. Allí donde los cristianos ponen a Jesús, el amor sión de la inmanencia de Dios como la de su reve-
entre Jesús y el Padre como Trinidad, ponen los musulma- lación o economía salvadora. Es normal que judíos
nes la voluntad de Dios y el misterio de su Libro (destino) y musulmanes rechacen la Trinidad, viendo en ella
eterno. Para los cristianos, la Trinidad es la forma de ex- u n a especie de recaída en el politeísmo pagano. Ló-
presar el carácter personal de Dios, que se revela como gicamente, ellos rechazan también la encarnación:
misterio de amor, encuentro del Padre y del Hijo, no por piensan que Dios se ha revelado, pero no ha entra-
medio de un Libro donde expresa su voluntad insondable. do de verdad en el mundo, no se ha identificado con
la persona y obra de Jesús de Nazaret.

En ese sentido, Judíos y musulmanes parecen


4. Visión de conjunto. En cierto sentido, judíos y más humildes: piensan que Dios está arriba, no ha
musulmanes se sienten más vinculados en su teología, entrado en el m u n d o de verdad, nunca podemos co-
tanto en la visión del Dios trascendente (no trinitario), nocerle del todo. Por el contrario, los cristianos se
como en la visión de su revelación (ley de Moisés, pro- atreven a definir a Dios como Trinidad, arriesgándo-
fecía de Mahoma). Esta vinculación es tan honda que se a penetrar en su misterio (el origen y base de to-
algunos llegan a sostener que judaismo e islam son do es el amor del Padre y el Hijo en el Espíritu),
variantes de una misma religión: el islam sería herejía añadiendo que el Hijo de Dios se ha encarnado en
(simplificadora, universalizadora) del judaismo; el ju- medio de la historia, por de Jesús de Nazaret.

2. Trinidad, nombre de Dios. El itinerario de los dogmas


Guía de lectura
Éste es el momento central de nuestra presentación teológica del Dios cristiano. El itinera-
rio hacia Dios se vuelve confesión de Dios. Más que un mapa de caminos que llevan a Dios, aho-
ra ofrece un esbozo de los caminos internos de amor que conforman el mismo ser divino.
- En línea dogmática aludiremos a los concilios de Nicea y Constantinopla, que han defini-
do el carácter divino de Jesús, Hijo de Dios, y del Espíritu Santo, poniendo las bases de toda
teología cristiana.
- Como reflexión fundante de la Iglesia situaremos las formulaciones teológicas posteriores:
Dios es proceso y comunión de vida, donación y comunicación personal, como principio de to-
do lo que existe.

La base de la formulación cristiana de la Trini- ficas de los pensadores, pero el centro de la fe es es-
dad es la revelación de Jesús y del Espíritu Santo. ta doble afirmación:
Ciertamente, siguen al fondo las experiencias reli- - Dios se ha revelado totalmente como Padre de Je-
giosas de otros pueblos y las especulaciones filosó- sús, de manera que la vida, muerte y pascua de Jesús

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 127


constituyen el centro de toda teología. Por eso deci- rente del cristianismo, a partir de u n presupuesto
mos: Dios es Padre; Jesucristo es su Hijo; y ambos se racional (de especulación filosófica) y de otro de ti-
vinculan por el Espíritu, completando y culminando el po religioso (de carácter piadoso):
amor originario.
- Dios está presente por su Espíritu en la Iglesia, de - Conforme al presupuesto racional, de tipo platóni-
manera que el amor mutuo que tienen (que se tienen) co, el arrianismo concibe la realidad de forma escalo-
Padre e Hijo en el Espíritu se expande a todos los hu- nada, como un despliegue jerárquico que va pasando
manos. En otras palabras, la Pascua del Hijo de Dios de lo más perfecto (el Dios trascendente) a lo menos
se explícita por Pentecostés en la misión de los cre- perfecto (el mundo inferior); en el intermedio entre el
yentes y amigos cristianos. Dios inaccesible y este bajo mundo se halla el Logos.
Los humanos estamos en el mundo inferior, lejos de
Los cristianos saben que Padre, Hijo y Espíritu Dios, y necesitamos que alguien (Cristo, Logos de
Santo no pueden separarse, de manera que ellos Dios) nos lo revele. Lógicamente, ese Cristo interme-
forman u n único misterio de gracia y adoración. dio es más que humano, pero menos que divino.
Eso significa que en un primer momento, la Trini- - Conforme a ese presupuesto religioso de tipo jerár-
dad es un (el) misterio total de los cristianos, es ex- quico, los arríanos confiesan que Jesús ha sido un in-
periencia de absoluta Trascendencia (Dios, amor ori- dividuo sumiso y obediente a Dios. Ésta es su grande-
ginario), de absoluta Encarnación histórica (Dios se za, el ejemplo que ha podido ofrecernos. Resulta osa-
hace en Jesús a m o r completo, en el centro de la his- día llamarle divino, es soberbia hacerle igual a Dios.
toria) y total Inmanencia (Dios mismo es Espíritu Jesús no ha sido soberbio ni osado, sino humilde ser-
de vida y comunión para los creyentes). vidor del misterio. Por eso le vemos bajo Dios, como
ministro de su amor, intermediario que sufre por no-
sotros y obedece al gran misterio.
La confesión trinitaria implica una experiencia total-
mente nueva, no una pequeña variación en el esquema an-
terior del judaismo: es una mutación absoluta y, por ella, El arrianismo es una forma lógica y piadosa de entender
iluminados por el recuerdo del Jesús histórico y la presen- el evangelio: Dios seguiría estando siempre alejado, Jesús se-
cia de su Espíritu, los cristianos se han visto sorprendidos ría un subdito de Dios..., ejemplo de obediencia para los hu-
por la novedad de un Dios que, siendo amor mutuo (co- manos. Pues bien, en contra de eso, la Iglesia ha defendido
munión personal) puede encarnarse y se encarna en la his- que la experiencia cristiana no es de sumisión del inferior a
toria de los hombres y mujeres de la tierra. Esto es creer los superiores, sino de amor mutuo entre iguales. Por Trini-
en la Trinidad: afirmar que Dios está totalmente presente dad y encarnación, los cristianos saben que Dios no está fue-
en la vida y amor de Jesús, no en una Ley (judíos), ni en el ra del mundo, sino en la misma historia humana, por medio
Libro de su voluntad eterna (musulmanes). de Jesús, uniendo en comunión de amor a todos los seres.
Los amaños eran más piadosos, los cristianos «ortodoxos»
han querido ser fieles al amor: Dios es misterio de comunión
que se ha hecho totalmente presente sobre el mundo. Por
a) Arrianismo. El dogma básico de Nicea eso, creer en la Trinidad implica comprometerse en favor de
la igualdad y comunión universal sobre la tiena.
Esta nueva experiencia ha obligado a los cristia-
nos a recorrer u n fuerte camino conceptual. No
eran filósofos profesionales, pero su misma fe les
La razón y piedad (y u n tipo de oportunismo po-
ha obligado a elaborar la más honda teología de los
lítico) se hallaban de parte del arrianismo. No es de
tiempos nuevos, con ocasión de las dos herejías an-
extrañar que u n día el imperio romano (helenista)
tiguas (el arrianismo y la negación de la divinidad
pudiera convertirse al cristianismo tanto por políti-
del Espíritu Santo). Aquí nos fijaremos principal-
ca (el emperador necesita fomentar la sumisión; le
mente en la primera.
viene bien que Cristo haya sido el gran sumiso), co-
El arrianismo ha mostrado u n a gran agudeza ra- mo por piedad (nosotros, con Jesús, debemos ser
cional, elaborando una visión judeo-helenista cohe- obedientes a Dios).

128 l'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Pues bien, tras búsqueda u n a laboriosa, el con- Estas formulaciones de Nicea continúan fun-
junto de la Iglesia cristiana sintió la necesidad de dando nuestra visión de Dios, tanto en perspectiva
rechazar las posturas a m a n a s , para mantenerse fiel de piedad como de pensamiento Se escuchan de
a su experiencia original, tanto en plano religioso nuevo en nuestro tiempo las voces de nuevos piado-
como filosófico Así lo hizo en el concilio de Nicea sos «ortodoxos» (aparentemente no arríanos) que
(año 325), al afirmar que Jesús es consubstancial defienden el sometimiento eclesial o teológico y la
(= homo-ousios) a Dios Padre Eso significa que Je- fuerte obediencia religiosa Frente a ese nesgo de-
sús y Dios se unen como iguales, en comunión de bemos elevar el principio dogmático de la consubs-
a m o r completo, sin superioridad de uno, ni sumi- tanciahdad personal, de la igualdad en el diálogo,
sión de otro De esa forma, Nicea ha rechazado tanto en Dios como en los humanos, fuente y ga-
todo intento de interpretación jerárquica de Dios rantía divina de ese diálogo personal sigue siendo el
y del cristianismo La sumisión es antictnstiana concilio de Nicea
Cristiano es el a m o r mutuo, la comunión entre
iguales
Dios es divino, sin necesidad de mundo no crea el
mundo ni se encarna en Cristo para resolver alguna ca-
rencia, sino para expresar su amor ya pleno Por su parte,
CREDO DE NICEA
el mundo es mundano, no necesita convertirse en Dios
- Creemos en un solo Dios, Padre Omnipotente, crea- (perderse en lo divino) para alcanzar de esa manera su
dor de todas las cosas, visibles e invisibles grandeza Pero entre Dios y el mundo se ha establecido
- Y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, úni- por Jesús la mas honda comunión de amor todo el ser de
co engendrado del Padre, es decir de la substancia del Pa- Dios se ha hecho presente en Jesús (a quien llamamos por
dre, Dios de Dios, luz de luz, verdadero Dios de verdade- eso homo-ousios, de la misma naturaleza del Padre)
ro Dios, engendrado no creado, consubstancial con el Pa- Descubrimos por Jesús que entre los humanos y Dios
dre, por quien todo ha sido hecho [Denzinger 54/125, puede haber una comunión total de amor Siguiendo en
Trad G Dumeige, La fe católica, Estela, Barcelona 1964, esa linea, entre los humanos puede y debe haber comu-
18] nión de amor, entre iguales, sin jerarquía de unos sobre
otros De esa forma, ellos son imagen de la Tnnidad

• En perspectiva religiosa, Nicea añrma que la pie- También es importante el dogma de Nicea en cla-
dad no consiste en el sometimiento u obediencia de ve de pensamiento Hay en el fondo de nuestra cul-
una persona a otra, sino en la comunión de todas, por tura un miedo a la autonomía h u m a n a Algunos qui-
eso, la fe de Nicea en la consbstanciahdad entre el Pa- sieran que el h u m a n o fuera una especie de apéndice
dre y el Hijo constituye el principio y salvaguardia de de Dios, un último eslabón de lo divino Otros lo in-
todo pensamiento y comunión cristiana Frente a la
falsa virtud pagana (amana) del sometimiento ha des- troducen del todo en la materia, haciéndole un mo-
tacado Nicea la verdad suprema de la comunión per- mento del despliegue cósmico Unos y otros parecen
sonal no somos subditos unos de los otros (ni siquie- negar lo que tiene de más propio su identidad hu-
ra de Dios), sino hermanos y amigos, compartiendo la mana, su capacidad de encuentro personal con Dios,
misma «esencia» entre los humanos, en libertad compartida
• En perspectiva filosófica, Nicea ha rechazado la
visión de un Dios jerárquico, de una divinidad descen-
dente y gradual, que vincula en un todo sagrado lo mas b) Dios comunión, Dios de los humanos.
alto (el Dios separado) y lo mas bajo (la humanidad
mundana) Nicea sabe que hay distinción (Dios es divi- Teología fundamental
no, el humano creatura), pero ella no conduce a la je-
rarquía (uno sobre otro, uno mandando y el otro obe- La formulación de Nicea tiene dos grandes con-
deciendo), sino a la vinculación personal en el amor secuencias independiza a Dios respecto al mundo,

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 129


descubriendo su verdad interna como diálogo entre pleta en sí, como divino), no para cerrarse o separar-
iguales (entre consubstanciales) y definiéndole co- se de forma orgullosa en relación a los humanos, sino
mo encuentro personal de amor; presente al ser hu- precisamente para abrirse de un modo gratuito hacia
mano como distinto de Dios, haciéndose autónomo, ellos.
personal, responsable de sí mismo. Según Nicea, el • Estaba en juego la identidad del diálogo humano,
ser humano pertenece al mundo y se encuentra vin- entendido en su forma más plena, ternaria como sepa-
culado con Dios, pero no es puro mundo ni un sim- ración (dualidad) y vinculación de personas (Trini-
ple momento del ser de lo divino. El ser humano dad). Al tomar en serio a Dios, la Iglesia toma en serio
tiene entidad en sí mismo y su verdad se expresa co- al ser humano, descubriéndole como signo de ese Dios
mo diálogo personal entre iguales, fundado en el y como ser independiente en su misma relación comu-
misterio trinitario. nitaria. El humano (varón y mujer) se define como
proceso y encuentro personal, donación de sí y expe-
La respuesta de Nicea no resolvió externamente riencia de complementariedad en el diálogo. Eso sólo
los problemas, de manera que la historia cristiana es posible en perspectiva trinitaria.
del siglo IV fue un inmenso hervidero de ideas, ex- Esta formulación, tal como ha sido asumida y
periencias religiosas e intereses políticos, que vi- expresada por los grandes teólogos de la iglesia
nieron a expresarse en los problemas de la realidad oriental del siglo IV, sobre todo por los santos capa-
divina de Cristo y de la identidad personal del Es- docios (Gregorio Nacianceno, Basilio y Gregorio
píritu Santo. Ratificando y ampliando la palabra Niseno), ha tenido grandes consecuencias. Aquí só-
de Nicea, la gran Iglesia fijó su respuesta en el lo destacamos de forma esquemática las más signi-
concilio de Constantinopla (año 381), afirmando ficativas, en clave experiencial (cristiana) y racional
que el Espíritu Santo pertenece al misterio divino, (teológica).
siendo fundamento de todo diálogo humano de la
Iglesia.
TRINIDAD, COMUNIÓN CRISTIANA
CREDO CONSTANTINOPOLITANO Sólo como expresión total del evangelio tiene sentido
la Trinidad cristiana. Frente a las tríadas de tipo natura-
- Y en el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, que lista (padre, madre, hijo), religioso (Brahma, Vishnú, Shi-
procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es adorado va) o filosófico (Uno, Mente, Alma), los cristianos han
y glorificado, que habló por los profetas. ofrecido y siguen ofreciendo el testimonio supremo de su
- Y en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostó- experiencia de comunión mesiánica. La Trinidad es la ga-
lica. Confesamos un solo bautismo, para perdón de los rantía del valor del evangelio. Sólo porque Dios es comu-
pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la nión de amor entre iguales, los humanos pueden vivir en
vida del mundo futuro. Amén [Denzinger 86/150]. comunión, compartir la vida, en gesto de gratuidad. Por
eso dicen que el Espíritu Santo es Dios, no un mero don
divino: es la comunión perfecta, culminación del encuen-
tro de amor entre personas.
• Estaba en juego la identidad del diálogo divino. Al
concebir al Espíritu como una especie de semidiós
(Dios inferior), los neoarrianos (pneumatómacos: con-
trarios al Espíritu Santo) seguían manteniendo la ló-
gica anterior de sumisión piadosa (= la religión sería 1. Clave experiencial. Debemos recordar que la
sometimiento) y gradación ontológica (lo divino apa- Trinidad no ha formado para los capadocios o cris-
rece como una jerarquía de seres desiguales). En con- tianos del siglo IV un objeto de teoría, sino más
tra de ellos, la iglesia ortodoxa ha ratificado la identi- bien un presupuesto y condición de su experiencia
dad divina del Espíritu Santo, entendiéndole como creyente. Quizá pudiéramos decir que ella aparece
m o m e n t o final y culmen del misterio de la comunión como hermenéutica primera o más profunda del
divina. Esto significa que Dios se clausura (se com- misterio cristiano:

130 l'AKA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


• La Trinidad es una exégesis de la vida y persona de afirmar que cada persona existe en sí misma exis-
Jesús, tanto en su vinculación a Dios (en su relación tiendo en la otra, en gesto de inhabitación mutua
con el Padre) como en su apertura hacia los humanos: (en griego perikhóresis) que la tradición latina pos-
en su mensaje de libertad y en el don pascual que el terior ha precisado utilizando dos palabras vincu-
Espíritu ofrece a los creyentes. El Dios cristiano es co- ladas y muy significativas, que expresan eso que
munión de amor que se expresa como don fundante
(Jesús brota de Dios) y entrega personal (Jesús pone su
pudiéramos llamar la presencia de cada persona
vida en manos de Dios), culminada en la comunión trinitaria en las demás, la más honda comunión
(encuentro de amor del Padre y del Hijo, donde todo intradivina:
alcanza su verdad perfecta). - Cincumincessio (= Proceso comunicativo). Cada
• La Trinidad es la hondura de Dios, que despliega y persona existe en la medida en que «camina» (incede-
regala su misterio, por medio Espíritu, en la Iglesia. La re) hacia la otra en proceso circular (circum). De esa
Trinidad es la misma comunión divina, culminada y forma, lo que solemos representar como triángulo tri-
perfecta, que viene a revelarse como fuente de toda co- nitario (tres personas vinculadas desde sus ángulos
munión para los humanos. Dios es vida eterna com- respectivos, en la unidad del triángulo divino) puede y
partida: sólo por fundarse en ese Dios, la Iglesia puede debe representarse como itinerario completo: el cami-
ser experiencia de vida compartida: encuentro de her- no de Dios culmina en amor, para abrirse a los huma-
manos que regalan y reciben (comunican) la existen- nos en donación total.
cia. El Dios encarnado en Jesús se revela y despliega - Circuminsessio (= Proceso de inhabitación). Cada
en la Iglesia (sin dejar de ser divino) como proceso cul- persona se asienta o tiene su sede en la otra. No sólo
minado y comunión perfecta: eso es lo que la Iglesia camina hacia ella sino que habita en ella: existe en sí
llama Espíritu Santo y así lo han defendido con gran (tiene sentido, se realiza) en la medida en que está fue-
fuerza los Padres del concilio de Constantinopla (año ra de sí, dando el ser a la otra, recibiendo el ser de ella.
381). En otras palabras, cada persona «reina» haciendo rei-
nar a las otras, teniendo en ellas su trono.
2. Clave racional (teológica). Podemos destacar
en ella un elemento más especulativo, otro más
práctico. Ambos son fundamentales para entender
la Trinidad cristiana, tanto en perspectiva intradivi- La trinidad es perikhóresis, itinerario de una persona a
na (Trinidad en sí), como en su apertura al ser hu- las otras, presencia de una en otra, comunión del Padre
mano (presencia trinitaria). con el Hijo en el Espíritu. Cada persona existe en sí reci-
biendo y compartiendo el ser desde y con las otras. Por
En sentido más especulativo la Trinidad nos eso, como muestran las fórmulas latinas más precisas de
muestra que Dios es un despliegue de amor que la circumincessio y circuminsessio, la Trinidad es la forma
brota del Padre, se expande por el Hijo y culmina en suprema de comunicación, de presencia de cada persona
el Espíritu Santo. Desde ese fondo, podemos hablar en las otras. De esto hablaremos, en clave más humana, en
de los tres momentos constitutivos y fundantes de el capítulofinalde este libro.
su realidad. Dios es ousia o esencia fundante (Pa-
dre) que se entrega a sí misma y sólo existe al en-
tregarse; Dios es dynamis, la fuerza del amor que se Esta terminología de inhabitación dialogal (que
entrega y se expresa en el mundo en forma humana los griegos llamaban perikhóresis) nos permite com-
(es Hijo); Dios es finalmente entelekheia o perfec- prender el misterio de Dios y nos lleva a valorar me-
ción cumplida (Espíritu Santo). jor la comunión humana. En el principio y cumbre
Todo Dios es un despliegue de amor personal. de todo lo que existe (en el misterio de Dios) halla-
Sólo existe y sólo puede concebirse en la medida mos un camino de entrega mutua, que culmina co-
en que se entrega a sí mismo, en generosidad inte- mo encuentro de amor y vida compartida.
rior, para compartir la vida. Así lo hemos visto en • En Dios hay un itinerario icircumicessio), que lle-
Jesús: él nos ha mostrado que Dios mismo es amor va del Padre al Hijo por el Espíritu y viceversa: Dios es
compartido, comunión de personas que existen camino bueno, que no se pierde en el vacío, ni se tiene
gozosamente al darse una a la otra. Así podemos que repetir en una especie de eterno retorno, siempre

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 131


igual, nunca completo. El itinerario de Dios es proce-
so culminado. Por eso, los cristianos (en contra de mu- Camino de felicidad. La Trinidad es la expresión del go-
sulmanes y judíos que no se atreven a penetrar en el zo de Dios (no tiene que crear ni encarnarse para ser divi-
misterio de Dios) podemos decir y decimos que en no) y la expresión del gozo humano: ya no tenemos que
Cristo hemos podido conocer el ser del Padre en cuan- andar buscando nuestra identidad como «judíos errantes»,
to Padre: hemos penetrado en su mismo itinerario de como peregrinos siempre fracasados, sino que alcanzamos
amor. Éste es el camino supremo: el que va de una per-
sona a otra persona, de un humano a otro humano. Es nuestra verdad y plenitud en el misterio trinitario; allí ha-
más fácil escalar el Himalaya que conocer de verdad bita, allí encontramos nuestro más hondo sentido.
de un hermano, llegando en respeto y amor al interior
de su persona y dejando que ella pueda caminar a mi
interior. • Todo lo que Jesús ha dicho y realizado es verdad
• Por eso, al mismo tiempo, decimos que Dios es en- para los humanos. Jesús mismo es la vida hecha dona-
cuentro de amor (circuminsessio), una especie de fies- ción y entrega, la vida abierta a la culminación de la
ta de gloria, pues cada persona descubre y posee (goza comunidad (en el Espíritu). A ese nivel, la Trinidad es
y despliega) su sentido y plenitud en la otra. El itine- la hondura de conocimiento y experiencia que brota
rario ha culminado: cada persona llega hasta la otra; de la Cruz, de la vida interpretada como donación de
se dan mutuamente, ambas comparten la vida, habi- sí, como regalo que se vuelve fuente de comunión pa-
tando una en la otra. Lógicamente, la Trinidad viene a ra los hombres.
presentarse como misterio de adoración comunitaria, • Al mismo tiempo, Jesús es la verdad de Dios, el
experiencia de gloria. No es algo que pueda demos- Logos fundante. Así le vemos como Hijo eterno del
trarse. No es un enigma que deba resolverse con mé- eterno Padre, Hijo que recibe la vida y que la entrega
todos de lógica o de ciencia. No es un problema que nuevamente, compartiéndola en el Espíritu. Es Hijo
consigan resolver los sabios de la tierra. Más que enig- porque proviene del Padre en el Espíritu, naciendo de
ma o problema, ella es misterio que hace pensar y can- los humanos (misterio de la Navidad); es Hijo porque
tar, en gozo inenarrable. devuelve su propio ser al Padre en el Espíritu, dándo-
lo a los hombres (misterio de Pascua).
Por eso volvemos a la base de la experiencia cris-
tiana, descubriendo el sentido de la Trinidad en la No hay dos leyes una para Dios y otra para los
misma experiencia de Jesús. No hay dos experien- humanos, no hay dos Trinidades, sino u n a sola ver-
cias, una para Dios, otra para los hombres. No exis- dad del evangelio (revelación de Dios) que es la ver-
ten dos leyes, una de poder superior (propia de dad de la comunión divina: Dios se expresa en Cris-
Dios) y otra de sometimiento servil (reservada para to, haciéndose principio y espacio de realización
los hombres). Hay u n a misma ley, una experiencia para los hombres; Cristo se funda en Dios; ambos se
cristiana que debe entenderse desde la doble pers- unen, por siempre y para siempre, en la comunión
pectiva: del Espíritu.

3. Teología trinitaria. El itinerario de la teología


Guía de lectura El estudio de la Trinidad se ha tomado tradicionalmente como cumbre de la especulación teo-
lógica. No podemos entrar en sus más hondas discusiones, pero esbozamos algunos de sus rasgos:
- Expongo los modelos trinitarios fundamentales, aquellos caminos de experiencia y estudio
que nos permiten plantear el misterio del Dios cristiano.
- Dentro de su gran oscuridad (siempre nos trasciende), este misterio abre nuevos caminos de
especulación y búsqueda teológica, que no han sido ni podrán ser resueltos. Es bueno que que-
den así expuestos, líneas de búsqueda, no como solución ya conseguida.

132 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Hemos presentado algunos elementos básicos de sólo se conoce y ama en la medida en que se abre a
la teología trinitaria a partir de las formulaciones otras personas.
conciliares (Nicea y Constantinopla) y de los Padres
orientales (especialmente capadocios). Ahora am- • Trinidad interpersonal. Ricardo de san Víctor.
pliamos el tema trazando algunos modelos trini- Desarrollando una línea esbozada por el propio san
tarios y sacando algunas consecuencias de todo el Agustín, Ricardo de san Víctor ha expuesto en el si-
planteamiento anterior. glo XII el más perfecto de los esquemas dialogales
de la Trinidad: sólo es persona (Padre) quien sale de
sí mismo, haciendo así surgir al otro (Hijo), para
compartir con él un mismo amor (Espíritu Santo).
a) Modelos trinitarios La personalización no es resultado de un despliegue
individual (como en la línea anterior) sino proceso
No son formulaciones dogmáticas (de fe), ni pu- de donación y encuentro entre sujetos. Comunidad
ra especulación racional, sino esquemas de pensa- perfecta, realizada en lo divino, fuente de toda co-
miento y vida que pueden ayudarnos a situar mejor munión humana, eso es la Trinidad.
el misterio de Dios dentro del pensamiento huma-
no. En ellos se expresa la búsqueda filosófica del
occidente cristiano, sobre todo en clave antropo- Itinerario de comunicación interpersonal. Sólo hay una
lógica. persona allí donde existen, al menos, dos personas. Si só-
lo hubiera en Dios una persona no habría todavía ningu-
na persona. Esto es lo que piensa Ricardo de san Víctor.
Camino de interioridad. Dios es la intimidad perfecta, Por eso concibe a Dios a modo de comunión interperso-
la plena transparencia del Ser que se conoce y ama gozo- nal, vida compartida. A través de la encarnación, Jesús ex-
samente a sí mismo. Transparencia y gozo, eso es Dios. Lo presa y realiza en el mundo su misterio de amor, vida
tiene todo, es el ser plenamente realizado. Pero le falta el compartida.
gozo del encuentro mutuo, la comunicación interpersonal.
Por eso decimos que este modo de ver a Dios no es defini-
tivo, no se puede tomar como el más perfecto. Este esquema sigue siendo valioso y en algún
sentido lo tomamos como base de estas reflexiones.
Fundamentalmente aceptamos su análisis del
• Trinidad intrapersonal. San Agustín. En obra amor: la Trinidad es misterio de gloria y gozo, amor
de impresionante lucidez, que ha inspirado gran comunicado, presencia afectiva; pero es misterio
parte de la reflexión posterior, san Agustín interpre- que debe profundizarse desde la encarnación (el Hi-
ta la Trinidad a partir del despliegue de la mente jo de Dios se hace persona en lo humano) y la pas-
humana que se conoce y se ama a sí misma, en pro- cua (pertenece a la persona la muerte, la entrega en
ceso de autorrealización consciente. La Trinidad favor de los demás).
avala y funda el proceso de personalización indivi-
dual, en conocimiento y amor: soy humano (Padre • Trinidad como historia del Espíritu. Hegel. La
de mí mismo) al conocerme (haciéndome idea, Hi- realidad fundante y plena se define a su juicio como
jo) y al amarme (asumiéndome a mí mismo, Espíri- movimiento y vida: por eso la misma realidad divi-
tu Santo). na debe dualizarse (es en sí misma saliendo de sí
misma, en antítesis de Padre e Hijo), para superar
Es bueno este modelo, que late en gran parte de después la disociación (Espíritu), en proceso que
la teología occidental (Anselmo, Tomás de Aquino). podemos presentar como la historia de Dios y que
Pero posiblemente olvida un poco el aspecto comu- incluye todo lo que existe: la revelación cristiana
nitario de la Trinidad, el carácter dialogal de la per- aparece a sus ojos como expresión de la verdad
sona. No basta para el diálogo interior del Divino (despliegue lógico) del Espíritu y como verdad de la
Solitario que se conoce y ama sólo a sí mismo; de- misma historia, entendida ya como teodicea, des-
bemos añadir que una persona (divina, humana) pliegue y suma del mismo ser divino.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 133


Se ha dicho algunas veces que Dios manifiesta a
Viernes Santo Especulativo, Trinidad eterna. Para He- los humanos «las verdades de la salvación». En
gel, el misterio trinitario resulta, en el fondo, indepen- contra de eso, Barth y Rahner afirman que Dios no
diente de Jesús: es un momento del mismo despliegue de revela verdades, sino que se revela a sí mismo, en
la idea o realidad de Dios, a nivel eterno. Nos parece posi- gesto de donación completa de su propio ser divi-
tivo su esfuerzo de especulación, pero quizá corre el ries- no. Se define así como el que se da, saliendo de sí
go de olvidar la historia concreta de Jesús y de negar la li- mismo en absoluta transparencia (Padre); pero de-
bertad del ser humano, al concebirle como expresión de bemos añadir que, al mismo tiempo, Dios es el don,
un misterio que no se encarna en su historia concreta. Pa- lo revelado, pues se da a sí mismo en su totalidad
rece además que los individuos pierden su valor, quedan (Hijo); Dios es finalmente el proceso y culmen de la
englobados en una especie de sistema necesario donde no donación, de tal forma que él se presenta como el
existe verdadera libertad, ni amor auténtico. que recibe y plenifica la revelación (es Espíritu
Santo).
Es valioso este esquema que interpreta la Trinidad
Más que Trinidad de personas hay en Hegel una
a partir de la revelación de Dios, pero resulta incom-
dialéctica de ideas, enfrentadas de algún modo en cla- pleto pues no permite hablar de personas, sino de mo-
ve de batalla. Es bueno el hecho de que haya acentua- dos de ser o manifestarse de Dios. Tanto Barth como
do la antítesis: sin enfrentamiento (lo que los latinos Rahner corren el riesgo de negar la Trinidad, cayendo
llamaban oppositio) no existe relación entre personas. en una especie de modalismo.
Pero corre el riesgo de entender la oposición como
violencia, ratificando así la lucha entre las personas. La misma presentación de estos esquemas, con
• Trinidad como autorrevelación. K. Barth y K. Rah-
su distinción y convergencias, nos invita a ser cau-
ner. En formas distintas, aunque con esquemas con- tos a la hora de proponer un modelo trinitario que
vergentes, Barth y Rahner han vuelto a utilizar el es- resuelva todos los problemas y exprese la novedad
quema agustiniano del despliegue intrapersonal para del evangelio. Es bueno que existan esquemas dis-
exponer la Trinidad. Pero no lo han hecho a partir del tintos y puedan completarse.
ser humano que se conoce y ama, sino desde el miste-
rio fundante de la revelación de Dios, desarrollando así
una perspectiva que se encuentra implícita en Hegel. b) Misterio es misterio. Itinerario abierto
Judíos y musulmanes han acusado a los cristia-
TRINIDAD COMO HISTORIA nos de banalizar el misterio terrible de Dios bus-
cando en su interior unas relaciones personales de
Son muchos los autores que, desde diversas perspecti- tipo casi politeísta. En contra de eso, queremos afir-
vas, están presentando la Trinidad como historia de Dios, mar que la Trinidad no destruye el misterio, sino
aunque después maticen y distingan sus afirmaciones. /. que lo sitúa en su lugar más hondo: allí donde Dios
Motmann parece haber destacado la implicación escatológi- emerge como Padre que se revela misteriosamente
ca de la Trinidad, vinculada al despliegue total del ser huma- por Cristo, en el Espíritu.
no. B. Forte pone de relieve el aspecto revelatorio de la histo-
ria, con rasgos que parecen conducirnos a la mística del si- La Trinidad es un misterio para ser pensado,
lencio: la verdad de las personas se encuentra más allá de la pero su sentido más hondo no es de tipo concep-
palabra. L Bojfy los teólogos de la liberación han acentuado tual (o lógico), sino antropológico integral: de co-
la vinculación entre libertad y Trinidad, en camino de dona- nocimiento y vida: es Itinerario de experiencia in-
ción personal abierta a la participación comunitaria. Estos dividual y comunitaria, de historia y escatología.
intentos nos parecen valiosos, pero quizá no han estudiado La Trinidad es centro (casa) de todos los miste-
de forma suficiente la relación entre el despliegue de Dios y rios, el lugar donde se cruzan y fecundan Dios y el
el tiempo humano, en claves de encarnación y pascua. ser humano, lo más divino (misterio incognosci-
ble), siendo lo más conocido (camino de gracia,

134 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


vida hecha don por la Cruz y en el gozo de la Pas- mos superar unos esquemas de personalismo in-
cua). timista (de pura introspección), vinculando eco-
• Por eso, la Trinidad forma la base y sentido del nomía divina (historia de salvación) y Trinidad in-
camino eclesial. Conseguir una buena formulación manente.
trinitaria independiente de la vida personal y co- • El mayor problema teórico de la Trinidad es la
munitaria de los fieles sería un engaño, una menti- identificación de la persona del Espíritu Santo. En la
ra, porque la Trinidad es ante todo misterio de vi- línea de nuestra exposición, el Espíritu, visto como
da. Siendo tema para pensar, ella es don para vivir plenitud trinitaria puede y debe entenderse en va-
(introducirnos en Dios por el mutuo amor) y para rias formas que son complementarias:
celebrar (convertir nuestra existencia en alabanza
de su gloria). Por eso, frente a los que quisieran re- - Es tercera persona: Aquel que brota de la unión
solver la Trinidad para «dejarla a un lado», pasan- del Padre y el Hijo, como nuevo «sujeto» o centro de
do a otros problemas, debemos afirmar que ella amor. En esta perspectiva se le ha venido concibiendo
nunca se podrá resolver, no lograremos dejarlo de ordinario, cuando se presenta simbólicamente la
atrás, porque nosotros mismos estamos inmersos Trinidad como unión de tres personas (= sujetos). Se-
gún eso, el Espíritu está simbolizado en el «otro», es
en él. Conocer y vivir la Trinidad es conocernos a decir, en aquella persona a la que nosotros (simboli-
nosotros mismos, en forma evangélica; es darnos zados por el Padre y el Hijo) a m a m o s juntos, aquella
unos a otros, continuando así la encarnación de que nos une en comunión, que nos vincula en amor
Jesús. pleno.
- Es itinerario de unión comunitaria y/o interperso-
nal: es el Amor común que vincula al Padre y al Hijo;
EVANGELIO TRINITARIO: no es u n tercero sujeto, sino la misma Dualidad, amor
GRACIA, POBREZA, UNIVERSALIDAD común, la vida compartida hecha persona, el Camino
pleno del amor. En algún sentido se puede afirmar que
El Padre es gratuidad plena, el Hijo plena pobreza (en la Trinidad está formada por «dos sujetos personales»
(Padre e Hijo) y un único itinerario de encuentro, que
pequenez y muerte), y el Espíritu universalidad (encuen- es la persona o don común del Espíritu.
tro abierto a todos). Estas expresiones han de entenderse
de forma complementaria: el Hijo se ha hecho (es) por - £5 persona y comunicación perfecta, itinerario de
nosotros Pobre siendo Rico (poseyendo toda la riqueza de amor realizado. Allí donde Padre e Hijo, siendo distin-
tos, se comunican amor definitivo está el Espíritu. És-
Dios); el Padre es gratuidad que se vuelve Comunión,
te es el misterio, el don supremo: la vida es regalo, la
pues el Hijo vuelve a darle todo lo que de él ha recibido. vida es comunión, comunicación perfecta, Amor que
Finalmente, la universalidad del Espíritu ha de entender- es camino: Espíritu Santo.
se en clave de Comunicación evangélica, como signo del
despliegue total de Dios en nuestra historia.

ESPÍRITU SANTO, EL DIOS-REGALO


• Debemos encontrar categorías trinitarias de
tipo evangélico, que broten del mensaje, muerte y «Puede decirse que en el Espíritu Santo la vida íntima
pascua de Jesús, en clave de gratuidad (Dios Pa- de Dios uno y trino se hace enteramente Don, intercam-
dre es fuente de todo de todo lo que existe), po- bio del amor recíproco entre las Personas divina, y que
breza (el Hijo recibe su ser del Padre y lo entrega por el Espíritu Santo Dios «Existe» como don. El Espíri-
otra vez al Padre, en favor de los humanos) y uni- tu Santo es pues la expresión personal de esta donación,
versalidad (la comunión del Espíritu en Dios es de este ser-amor. Es Persona-amor. Es Persona-don... Es
fuente y sentido de toda comunión interhumana). Amor y Don (increado) del que deriva como de una fuen-
Ellas han de mantener su más hondo sentido per- te (fons vivus) toda dávida a las creaturas (don creado)...»
sonal, aplicadas al Padre, Hijo y Espíritu Santo. [Juan Pablo II, Dominum et Vivificantem 10].
Así, en perspectiva personalista ampliada, debe-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 135


Estas visiones plantean problemas y conse- s u v i d a d e s d e D i o s . D e b e m o s a f i r m a r q u e la Tri-
c u e n c i a s d e t i p o a n t r o p o l ó g i c o q u e es difícil r e - n i d a d , v i n c u l a d a c o n la e n c a r n a c i ó n , e s el ú n i c o
s o l v e r d e u n m o d o t e ó r i c o (y m e n o s e n u n t r a b a - m i s t e r i o c r i s t i a n o , el m i s t e r i o q u e m á s d a q u e
j o g e n e r a l c o m o e s é s t e ) . E s t a m o s e n el c e n t r o d e p e n s a r , p u e s es a q u e l q u e m á s n o s h a c e vivir. D e
la a n t r o p o l o g í a teológica, e n t e n d i d a c o m o expe- esta f o r m a r e t o r n a m o s a los t e m a s p l a n t e a d o s al
r i e n c i a f u n d a n t e d e l c r i s t i a n o , q u e vive y p i e n s a principio.

Conclusión.
- Hay signos trinitarios en diversas religiones y experiencias, como los Padres de la Iglesia ha-
Camino abierto bían indicado, con ejemplos del mundo mineral y vegetal: raíz, tronco, ramas; fuente, río, mar;
fuego, llama, luz... Sin embargo, el único signo verdadero de la Trinidad es el ser humano, en
su despliegue personal y comunitario. En esa línea debemos avanzar, continuando el diálogo
interreligioso.
- Diálogo con religiones de la interioridad. La Trinidad ofrece a los cristianos la posibilidad
de hablar de Dios, de encontrar signos que puedan expresarlo. Frente al silencio del budismo
y a las avataras del hinduismo y su tres posibles formas de hablar de lo divino, los cristianos
debemos destacar la encarnación histórica del Hijo de Dios en Cristo y la vinculación del Es-
píritu con la vida eclesial.
- Diálogo con el judaismo. La confesión trinitaria supera y/o desarrolla la visión judía de
Dios, centrada en el misterio de su unicidad y su relación con la Ley israelita. En aquel fondo
seguimos y hoy, tras veinte siglos, debemos replantearnos por Jesús, en claves de comunión
personal, el sentido bíblico de la trinidad cristiana.
- Diálogo con el islam. Deberá mostrar que la visión popular que ofrece el Corán (Dios, Ma-
ría, Jesús) no responde a la raíz del cristianismo. Para los cristianos, el misterio trinitario ex-
presa el carácter personal de la revelación de Dios, que no se manifiesta en un Corán escrito si-
no por la persona e historia de Jesús.

Bibliografía Forte, B., Trinidad como Historia, Sigúeme, Salamanca


1988; La iglesia de la Trinidad, Sec. Trinitario, Sala-
He dedicado diversos trabajos al tema: Dios como Espíri- manca 1997.
tu y Persona, Sec. Trinitario, Salamanca 1989; Trinidad
y comunidad critiana, Sec. Trinitario, Salamanca 1990; Milano, A. (ed.), Persona e personalismo, Dehoniane, Ña-
Antropología Bíblica, Sigúeme, Salamanca 1993, 515- póles 1987.
532; «Bibliografía Trinitaria del NT»: EstTrin 11
(1977) 135-306; 25 (1991) 7-158; Diccionario Teológico. Moltmann, J., Trinidad y Reino de Dios, Sigúeme, Sala-
El Dios Cristiano, Sec. Trinitario, Salamanca 1992 (en manca 1983.
colaboración con N. Silanes). Cf. además: Pannenberg, W., Teología Sistemática I, Univ. Comillas,
Boff, L., La Trinidad, la sociedad y la liberación, Paulinas, Madrid 1994.
Madrid 1987.
Rovira, J. M., Tratado de Dios uno y trino, Sec. Trinitario,
Coda, P., Dios uno y trino, Sec. Trinitario, Salamanca 1996. Salamanca 1993.

13 6 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


1. Ejercicio de autocomprobación
Completar lo que falta. Respuesta en 2. a casilla.

1. Los tres dioses de la tríada sacral de Egipto son... 1. Osins, Isis y Horus
2. Las figuras divinas de la Tnmurtí hindú son... 2. Brahma, Vishnú y Shiva
3. Entre las tríadas ontológicas del neoplatonismo destaca la de... 3. Uno, Sophia y Logos
4. La confesión de fe más importante del judaismo se llama... 4. Shema
5. La Sahada o confesión de fe musulmana sostiene que Alá es Dios... 5. Y Mahoma su profeta
6. Las tres Joyas del budismo son... 6. Dhamma, Buda y Shanga
7. En el lugar de Cristo, Hijo de Dios, el judaismo tiende a poner... 7. La Ley de Dios
8. El concilio de Nicea (325) declara que el Hijo es... al Padre. 8. Consubstancial
9. El arnanismo es «piadoso» porque defiende el... a Dios 9. Sometimiento
10. El concilio de Constantmopla (381) define la... del Espíritu Santo 10. Divinidad
11. La presencia de una persona divina en las otras se llama... 11. Penkhóresis o inhabitación
12. Ricardo de san Víctor defiende una visión... de la Trinidad 12. Interpersonal

2. Prueba de síntesis
1. Trazar la diferencia básica entre judaismo, islam y cristianismo a partir de la temática trinitaria.
2. Precisar la relación entre Trinidad y Encarnación dentro del cristianismo.
3. ¿Por qué la Trinidad es misterio de fe y no pura especulación filosófica? Distinguir los planos.
3. Prueba de ensayo
Comentar, partiendo del tema estudiado, el Credo apostólico y el de Nicea-Constantinopla, precisando las semejanzas y
las diferencias. Reelaborar desde la visión trinitaria los conceptos básicos de la antorpología cristiana: persona y comunidad,
soledad y diálogo, libertad y responsabilidad mutua.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 137


III
Dios del milenio,
Dios de siempre

D el camino israelita y la experiencia de Jesús que culmina en


el misterio trinitario quiero pasar a la búsqueda racional y
cristiana, elaborada por la tradición teológica y filosófica de Occi-
dente. Así planteo expresamente algunos grandes problemas racio-
nales de la modernidad.
Esta parte se encuentra más específicamente dirigida a lectores
con cierto interés filosófico: personas que preguntan por los gran-
des problemas, para entender mejor la realidad. Con ellos y para
ellos ofrezco estas etapas finales de mi itinerario, centrado en tres
palabras fundamentales: problema, experiencia, presencia.
• Dios como problema. Los lugares de la búsqueda. Los cristianos
afirmamos que Dios se ha revelado por la historia de Israel y en el men-
saje y la persona de Jesús, el Cristo. Pues bien, esa respuesta resulta in-
suficiente para muchos. Por eso, es bueno que con ellos sigamos pre-
guntando por Dios, interpretando su existencia y/o realidad como pro-
blema y precisando los lugares donde viene a desvelarse.
• Experiencia de Dios. Exploración comprometida. Dios no es sim-
plemente problema, es camino de exploración, Alguien a quien busca-
mos tanteantes. Para mostrarlo, elaboramos no un itinerario de «expe-
riencias», como normalmente se hace, sino un proceso experiencial de
vida: inmersión creadora en el misterio que fundamenta nuestra reali-
dad y nos abre hacia el futuro de su propia trascendencia.
• Presencia de Dios. Encuentro amante. Algunos hablan de un des-
bordamiento místico, pero he querido referirme, más bien, a una pre-
sencia o conversación con lo divino, recuperando así algunos elementos
fundamentales de la teología e historia israelita (y de la trinidad cris-
tiana), en plano de comunicación radical, definiendo a Dios como el diá-
logo más hondo, el mutuo amor perfecto, ofrecido a los humanos.

Algún lector podrá sentir que he descendido de nivel: después


de haber expuesto con cierta radicalidad el carácter específico del
Dios cristiano (Padre de Jesús, Trinidad), vuelvo a la búsqueda hu-
milde, dialogando con el pensamiento de Occidente. Sin duda, en
un aspecto descendemos, si es que esa palabra puede utilizarse. Pe-
ro en otro avanzamos, realizando un gesto de diálogo creyente: si-
tuamos el misterio cristiano de Dios ante el despliegue de la razón,
ante el tribunal del pensamiento.
Advertirá el lector que he prescindido, casi en general, de la bús-
queda antigua: del mundo griego, de la edad media creyente. Lo
hago así precisamente porque quiero ser fiel a la modernidad, en-
tendida en sentido positivo y crítico. Sólo podremos ser buenos
«posmodernos» si hemos asumido creadoramente los valores de la
modernidad. Así quiero hacerlo, situando el misterio de Dios en el
trasfondo de la problemática, experiencia y diálogo de este tiempo,
en el cruce de milenios.
El problema de Dios
Lugares para buscarle
"• y: •

Encuadre
temático He querido dialogar con la cultura en sus relaciones con la idea de Dios, para así precisar
los lugares de vida donde debemos buscarle. Estudio el tema como cristiano, desde la confian-
za básica de la fe, pero no puedo tomar a Dios como presupuesto, ni condenar a quienes nie-
guen su existencia, sino estudiar los lugares donde emerge su problema en la cultura.
No presento una excursión cultural, uno de esos «viajes a lo divino» que hoy se ofrecen a tu-
ristas y curiosos, interesados por saber quién es Dios en tres sesiones de iluminación o terapia
mental. El problema es mayor: no se puede conocer a Dios en una tarde de gira iluminada. Pe-
ro dicho eso, quiero añadir que este itinerario va pasando a través de algunas de las etapas más
significativas de la búsqueda cultural de la humanidad, descubriendo que los momentos prin-
cipales de la vida humana (entendimiento, sentimiento y voluntad) son lugares de Dios.
Espero que, siguiendo el itinerarios que les ofrezco, los creyentes podrán conocer mejor las
implicaciones del misterio de Dios en quien confían y los no creyentes harán un fuerte ejercicio
intelectual de búsqueda: no hay en el mundo problema que pueda y deba estudiarse con más
pasión que éste. He llamado a Dios problema, sabiendo, le veré como Misterio: Gracia desbor-
dante, Vida gozosa.
Dificultad. Siendo, como digo, el gran Misterio, Dios está vinculado a los más grandes pro-
blemas de la vida humana: hay dificultades en torno a su conocimiento, hay cuestiones discu-
tidas en torno a su sentido. En ese aspecto le presento como problema, itinerario de cierta di-
ficultad para los no expertos en filosofía. Es tema difícil, pero no he querido presentarlo de for-
ma complicada.

D
Dios no era problema: simplemente estaba (era), en
esde hace algún tiempo (a partir del siglo el principio de la vida, como estaban otras realidades
XVIII) se suele hablar de teodicea, que signifi- primordiales: cielo y tierra, nacimiento y muerte. Se
ca «defensa o justificación de Dios». En otro tiempo, hallaba Dios en la base de todo y en él encontraban

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 141


sentido las restantes realidades; por eso, no debía Al final de un largo camino de conquistas técnicas
plantearse expresamente, estaba siempre planteado hemos descubierto nuestra soledad, nuestra fortísima
y afirmado. Pero ahora, tras largo esfuerzo, nos esta- impotencia: Somos fuertes: hemos dominado con po-
mos convirtiendo en dueños y gestores de la tierra. der el mundo, hemos ordenado con rigor la econo-
Por vez primera en nuestra historia nos sentimos mía. Y, sin embargo, somos impotentes: seguimos di-
responsables de nuestra existencia; pues bien, al mis- vididos, luchando unos contra otros, nos hallamos
mo tiempo, corremos el riesgo de hallarnos vacíos. solos. Y por eso preguntamos: ¿tiene sentido todo es-
to? Pues bien, en ese mismo camino, cuando parecía
que todo se puede cerrar y se cierra por la ciencia en
Es misterio de vida y vida, pero para muchos Dios se ha torno a nuestra vida, descubrimos que la vida misma
vuelto problema. Por eso es necesario plantearlo y estudiar- se halla abierta. Somos una soledad que busca com-
lo con cuidado. Se nos ha vuelto difícil hablar de Dios; por pañía, una existencia inquieta por el misterio, en to-
eso tenemos que justificar su acción y definir su esencia. das las claves, en casi todas las posibles dimensiones.

Antes, desde el hueco de una pobre y limitada ex-


periencia de la vida, llamábamos a Dios y parecía DIOS NO ES NECESARIO PARA NADA
que Dios nos ofrecía la respuesta total, resolviendo
el misterio de nuestra vida. Pero ahora nuestra vida, Lo que hacemos y pensamos, lo que conocemos y pro-
tan rica en posesiones y poderes, se ha vuelto muy yectamos vale por sí mismo, sin Dios o ángel ninguno. So-
pobre; no tenemos a Dios para resolver nuestros mos la primera generación de mundanos estrictamente
problemas. Más aún, él se ha vuelto a veces un pro- dichosos, hombres y mujeres que viven sin necesidad de
blema añadido. Dios y, sin embargo, morimos y no somos felices. Somos
la primera generación de mundanos sin Dios y, sin em-
bargo, descubrimos por doquier sus huellas. Éste es el
misterio.
Como si Dios no existiera. Los viejos esquemas sacra-
les de un mundo edificado en torno a Dios han caído. De-
bemos alegrarnos del triunfo de la secularidad: Dios, por
ser divino, se ha «ocultado», no quiere ni puede imponer- - No podemos entender a Dios como tapa agujeros,
nos su presencia. Por eso, en un plano, todas las cosas son en sentido negativo: Dios es una figura que inventa-
y actúan en el mundo como si Él no existiera. mos para que resuelva o solucione sin más nuestros
problema; no está para cerrar los «agujeros negros»
por donde se pierde o escapa nuestra vida; ni para re-
El mundo se nos ha cerrado. El valor de la seculari- solver nuestras cuestiones de ciencia.
dad. La ciencia dice muchas cosas, ofrece muchas sa- - Y, sin embargo, nosotros mismos (tan sabios, tan
tisfacciones, resuelve casi todos los problemas, pero al llenos de cosas) seguimos siendo un gran hueco, una
fin nos deja vacío ante el problema central de nuestra pregunta inmensa donde se expresa la respuesta de un
propia vida: no revela el secreto de la realidad, no re- Dios, no para tapar nuestros agujeros, sino para abrir
suelve el enigma de nuestra existencia. Por otra parte, más nuestro hueco, para abrirnos al espacio y sentido
nuestra propia vida tiende a cerrarse en sí misma, co- de nuestra propia trascendencia'.
m o realidad sin trascendencia. Y así nos encontramos,
solos con nosotros mismos, en un desierto de abun-
dancia y hambre, como seres que lo tienen casi todo y
que a la vez no tienen nada. En esa situación (sabien- ' Ciertamente, al situarnos allí donde la vida se hace hueco
do que Dios no es necesario en clave de ciencia o do- podemos afirmar que echamos de tríenos a Dios. Pero quien le
encuentra sabe que Dios no existe porque nosotros le hayamos
minio del mundo, en línea de política o estructuración echado de menos, sino por sí mismo, por exceso de ser, por sobre-
social) preguntamos de nuevo por Él, pues seguimos abundancia de sentido. Por eso, al encontrarle, empezamos a
encontrando signos gozosos y gratuitos (no impositi- echarle de más, gozando su presencia. Le hemos buscado con
vos) de su presencia. pasión y al encontrarle descubrimos que Dios mismo nos buscaba.

142 I'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Por todo eso, nosotros posmodernos, sin necesi- que parecía cerrarse en torno a las pequeñas verda-
dad física o política de Dios, seguimos planteando des de la ciencia y la cultura. Así lo iremos mos-
su problema. Antes, Dios venía incluido en la cultu- trando en las páginas que siguen, exponiendo los
ra, como presupuesto de ella. Ahora aparece como lugares donde Dios se hace presente y sus dimensio-
expresión de la Verdad más honda, en un mundo nes principales.

1. Campos de Dios. Lugares teológicos

Guía de lectura
La modernidad ha buscado y encontrado a Dios por tres caminos principales:
- Idea: Dios es el pensamiento fundante que nos permite conocer el orden de las cosas.
- Sentimiento: Dios es vivencia interior, al más hondo sentido originario, amor completo.
- Acción: Dios es Creador y nos hace creadores, a nivel externo (trabajo) e interno (vida per-
sonal).
Así ha pensado el hombre de Occidente, situando el problema de Dios en la línea de las tres
facultades del alma (memoria, entendimiento y voluntad: aquí ponemos el sentimiento en el lu-
gar de la memoria). Pero la posmodernidad ha puesto en crisis esos caminos: Dios no es algo
que pensamos, sentimos, actuamos, se ha vuelto un gran problema.

Hay en teología un tratado clásico titulado De Dios porque podemos pensar y lo hacemos con preci-
Locis Theologicis, es decir, Sobre los lugares donde sión; Dios es, según eso, el pensamiento originario,
Dios se manfiesta. Normalmente, esos lugares eran Aquel que garantiza y sanciona el valor y verdad (la
Escritura y Tradición, razón humana y experiencia claridad y distinción) de nuestros pensamientos.
sacral de los creyentes, ritos sagrados y vida de los
santos etc. Pues bien, avanzando en esa línea, que-
remos evocar los lugares fundamentales de mani- Dios, itinerario central de la vida. A veces le hemos
festación de Dios, allí donde la vida se presenta más puesto al margen de la vida, allí donde no pueden resol-
intensa y fuerte, misteriosa y creadora, a nivel de verse ya de forma humana (racional, técnica, inmediata)
pensamiento, sentimiento y acción. Destacamos de los problemas que más nos interesan: salud, tranquilidad,
un modo especial el nivel de la acción. El itinerario dinero, etc. Ciertamente, Dios se encuentra también en ese
de Dios se vuelve camino a través del campo de nivel, pero queremos encontrarle sobre todo en el centro de
nuestra realidad humana. la vida humana. Por eso iniciamos este itinerario de pro-
blemas recorriendo los campos y caminos más hermosos e
importantes de la vida (el alma) humana: su pensamiento,
a) El Dios del pensamiento sentimiento y obra.

Resulta misterioso que el humano piense. Y más


misterioso todavía que ese pensamiento pueda pre- En esta perspectiva, Dios es por lo menos Idea:
sentare como expresión o signo de una realidad que la representación primordial que los humanos han
nos desborda. Tan misterioso es este dato que Des- hallado o inventado para organizar su pensamien-
cartes, estudiando el proceso del razonamiento (ex- to. Lógicamente, como suponía ya Lucrecio, un fi-
presado en la frase «yo pienso»), se vio obligado a lósofo de Roma, los humanos han imaginado y bus-
postular la presencia de Dios en nuestra mente co- cado dioses con forma humana (los bueyes los ha-
mo garantía del valor de nuestro pensamiento. Hay brían inventado con sus propias formas boyunas).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 143


Pero el problema no está en que los h u m a n o s hayan sar en (tenemos su idea en la mente), Dios debe exis-
inventado dioses con forma humana, sino en que tir de forma verdadera: nuestro pensamiento es una
los hayan «inventado». ¿Por qué lo han hecho ellos especie de reflejo misterioso de la realidad aún más
y no los bueyes? ¿Qué sentido tiene el pensamiento misteriosa de Dios: nuestra mente es como espejo
de Dios? donde el mismo Dios (a quien tenemos dentro como
idea) va dibujando su figura. Así decía Anselmo:
1. San Anselmo (1033-1109), argumento ortoló-
gico. Desde ese fondo ha de entenderse un argu- 1. El insensato (que niega la existencia de Dios)
mento que san Anselmo planteaba con toda radica- debe convenir en que tiene en su entendimiento la idea
lidad: los h u m a n o s tenemos en la mente una idea de un ser por encima del cual no se puede imaginar nin-
de Dios como ser supremo, que incluye en sí todas guna otra cosa mayor, porque cuando oye enunciar es-
las posibles perfecciones; por eso le pensamos co- te pensamiento lo comprende y todo lo que se com-
m o Id quo maius nihil cogitan potest (= Aquel ma- prende está en la inteligencia.
yor que el cual nada podemos pensar). Dios se defi- 2. Y sin duda alguna esta realidad por encima de la
ne según esto como pensamiento básico, idea radi- cual no se puede concebir nada mayor no existe sólo en
cal fundante, donde se encuentran incluidas de la inteligencia; porque si así fuera se podría al menos
algún modo todas las restantes ideas. suponer que existe también en la realidad; y en ese ca-
so habría algo mayor que nuestro pensamiento...
3. Existe, por consiguiente, de un modo cierto, un
ser por encima del cual no se puede imaginar nada, ni
DIOS, PENSAMIENTO ORIGINARIO en el pensamiento ni en la realidad (Proslogion 11).

Siempre que pensamos nos estamos apoyando en su


verdad, que es principio de todas las verdades. Los res- PUNTO DE PARTIDA, ARGUMENTO, CONCLUSIÓN
tantes pensamientos resultan derivados: brillan y se apa-
gan; aparecen un instante y después desaparecen, como 1. Punto departida (ver). Tenemos en la mente la idea
expresión derivada de nuestra capacidad conceptual. Só- de Dios, es decir, del Ser supremo (de una realidad total-
lo el pensamiento de Dios existe por sí mismo y nos per- mente perfecta, que nos desborda). Todo lo que sigue
mite pensar todas las cosas. depende de este presupuesto: la idea de Dios de nuestra
mente.
2. Argumento (juzgar). La idea de Dios (del ser supre-
Más que u n pensamiento aislado. Dios es la ver- mo) no podemos tenerla sólo en la mente, pues en ese ca-
dad de nuestro pensamiento: Aquel que nos desliga, so (si sólo existiera en la mente) no podríamos tomar a
nos separa del m u n d o en el que estamos dominados ese Dios mental como el ser supremo.
por la cosas, abriéndonos al plano de la absoluta li- 3. Conclusión (actuar). Ese ser supremo que pensa-
bertad, del bien supremo. Así podemos decir que el mos en la mente debe existir en la realidad, para que el
h u m a n o es el viviente que, elevándose sobre sí mis- pensamiento mental tenga sentido.
mo, piensa en aquello que le desborda (Dios). Pues
bien, teniendo eso en cuenta preguntamos: ¿de dón-
de le ha venido al h u m a n o este pensamiento de
Dios? Las respuestas pueden ser diversas, según las Según Anselmo, esta idea de Dios (Ser supremo)
diferentes posturas filosóficas. sólo se comprende y adquiere sentido si el Ser su-
premo existe. Si sólo existiera en nuestra mente des-
San Anselmo y con él algunos de los sabios más truiría nuestro pensamiento: no podríamos confiar
grandes de Occidente (Descartes, Leibniz, Hegel...), en la verdad de nuestras ideas. Anselmo y aquellos
afirmaban que este pensamiento más alto (= idea de que le siguen analizan la idea de Dios y descubren
Dios) que tenemos no puede ser u n simple «invento» que ella es principio de todos los restantes pensa-
de nuestra mente, pues no hemos podido crear aque- mientos y verdades. Sólo porque pensamos en Dios
llo que desborda. Por eso, si nosotros podemos pen- tiene sentido y verdad nuestro pensamiento. Si dejá-

14 4 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


ramos de pensar en Dios, si el Ser supremo no exis- portante para el pensamiento y vida de los huma-
tiera, perdería sentido nuestra mente, no sabríamos nos (como ideal regulador de la razón), pero no ga-
orientarnos en el mundo de las ideas y verdades. rantiza su existencia. Como veremos aún, la reali-
dad de Dios ha de probarse según Kant desde el
2. Contra Anselmo. La idea de Dios no incluye su campo de la voluntad, en un itinerario de praxis.
realidad. Pero otros pensadores, como los tomistas (de
línea escolástica tradicional) y E. Kant (1724-1804) Otros pensadores no teístas como L. Feuerbach
han separado idea de existencia. El hecho de que ten- (1804-1872) afirman que esa idea de Dios en la men-
gamos una idea de Dios no presupone que Dios deba te es una proyección antropológica: siendo incapaces
existir en realidad, fuera de la mente que le piensa. Se- de expresar humanamente su visión de la realidad y
gún eso, el pensamiento en cuanto tal no garantiza la de centrarla en de los límites de aquello que existe
existencia exterior de lo pensado. Por eso, la idea que sobre el mundo, los humanos han «proyectado» so-
tenemos de Dios puede haber surgido por obra de la bre Dios sus propios valores o carencias.
propia mente (como ilusión o engaño, creación o fan-
tasía del propio pensamiento), sin que exija la exis- En conclusión: Dios se ha vuelto problema en el ni-
tencia de la realidad externa, en este caso, la divina. vel de nuestra mente. Unos dicen que su idea es fun-
La idea de Dios puede ser una ficción bella y suprema damental, que nos ayuda a pensar y vivir. Otros sos-
que nosotros mismos inventamos: ciertamente, tene- tienen que es puro ideal, duro engaño; ¿a quién creer?
mos una idea o pensamiento de Dios, pero puede re- Haga cada uno su ejercicio, decida por sí mismo: ana-
sultar equivocado, es siempre insuficiente. lice su idea de Dios: ¿de dónde le viene?, ¿quién se la
ha dado? Responda como responda, parece claro que
Esta nueva perspectiva en la que Dios ya no apa- Dios ha enriquecido y enriquece nuestro pensamien-
rece internamente vinculado con su idea puede in- to. No es fácil responder por qué hemos creado (o des-
terpretarse, a mi entender, de dos maneras: una po- cubierto) la idea de Dios. Quizá esa idea proviene del
sitiva (Dios es ideal que nosotros mismos suscita- mismo Dios que, a través de caminos misteriosos, ha
mos, por necesidad de la razón) y otra negativa venido a revelarnos su presencia a lo largo de la his-
(Dios es proyección equivocada): toria de nuestro pensamiento, como diciendo «aquí
estoy» y enriqueciendo nuestra mente.

KANT, EL DIOS DE LA IDEA


RAZÓN SUFICIENTE, MENTE SIN DIOS
De manera necesaria, para organizar su propio pen-
samiento, el humano ha tenido que condensar su visión La idea de Dios cumplió en otro tiempo una función,
de la realidad en una imagen (ideal) de Dios, pero toma- pero acaba siendo perniciosa: ha llegado el momento en
da por sí misma esa imagen no basta para demostrar su que los hombres y mujeres deben descubrir y reconocer
existencia. La idea de Dios es buena, necesaria para que en sí mismos la grandeza suprema (lo divino), sin pro-
el humano piense, pues le ofrece un encuadre mental yectar sobre dioses externos su verdad o su sentido más
donde todo adquiere orden y sentido. Pero la idea de Dios profundo. Dios es pura idea, sin realidad exterior, un pu-
sólo se conoce (se explícita y demuestra) por el compro- ro pensamiento humano.
miso de la razón práctica. Para conocerse (o soportarse) a sí mismos, los huma-
nos han objetivado en Dios (o sobre Dios) parte de su pro-
pia realidad: han condensado en Dios los valores supre-
Kant (Crítica de la razón pura) entiende a Dios mos de su vida (en una especie de proyección idealizado-
como ideal positivo (existe en nuestro interior), pe- ra); o le han atribuido aquello que no logran realizar
ro que no garantiza racionalmente su existencia sobre la tierra (en una proyección que acaba siendo alie-
real (externa), pues sólo podemos hablar de que las nante para ellos). La idea de Dios pertenece al nivel de los
cosas existen allí donde tenemos una experiencia sueños, puede ser mentira.
directa de ellas. Ciertamente, la idea de Dios es im-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 145


b) El Dios del sentimiento encontrar a Dios aprende a sentir; deja que se expre-
se en plenitud tu amor y verás que Dios mismo emer-
ge en tu interior de manera poderosa!
El itinerario anterior era racionalista, pues conce-
de un valor primordial al pensamiento. Pero a partir
del siglo XVIII, diferentes filósofos vinculan a Dios Dios, el Primer Sentimiento. Ciertamente, él nos piensa
con el sentimiento. El itinerario básico del ser huma- y hace, pero sobre todo nos hace sentir: esto ha sido y es la
no no es conocer, sino sentir. Dios no es el principio experiencia religiosa, escuela del más hondo y verdadero
de los conocimientos, sino el sentimiento más hondo sentimiento.
o, quizá mejor, aquel que nos hace capaces de orga-
nizar los sentimientos primordiales de la vida.
En esta perspectiva, F. D. E. Schleiermacher
(1768-1834) interpreta al humano como ser que só-
lo habita y se realiza de verdad a nivel del senti-
miento: más allá de lo que piensa y lo que hace, más
allá de sus idea y sus obras, el humano es experien-
cia de absoluto (abierta a lo divino) en claves de
sentimiento: no es lo que él hace (pues le hacen), no
es lo que piensa, pues le piensan.
- Hay sentimientos de tipo derivado, secundario,
que vinculan al humano con las diferentes realidades
de la creación o de la historia: el sentimiento del amor
que nos pone en relación especial con otras personas;
el sentimiento de comunión o identificación social nos
vincula a un determinado grupo, a una cultura, a un
pueblo; hay sentimientos de dolor y de alegría, de go-
zo y plenitud, de miedo o de vacío ante las cosas, etc.
- Hay un sentimiento originario que desborda los
niveles anteriores y define al ser h u m a n o en su más
honda realidad, en su vinculación primigenia con el
1. El valor del sentimiento. Lo que más importa ser de lo divino. A ese nivel, el ser h u m a n o no hace ni
no son las razones que, al final, pueden mostrarse piensa, sino que siente, pero no de un modo externo
falsas (ideologizadas). El humano realiza su exis- (por los sentidos materiales: vista, oído...), sino en su
tencia a través de un camino de «sentimiento» que más honda verdad. Así podemos definirle como Senso-
trasciende el nivel de las razones; sólo así acaba rium Dei, lugar donde el sentimiento de Dios.
descubriéndose a sí mismo, allá en la hondura pri-
mordial de su existencia. 2. El itinerario del sentimiento. Desde ese fondo,
Schleiermacher ha definido la religión como senti-
Así han trazado el itinerario hacia Dios aquellos miento absoluto de absoluta dependencia. En un
que saben que su sentimiento «razón» y sentido son primer momento, en una obra titulada Discursos
todos sus amores. Esta postura está más vinculada {Reden, 1799), entendía la experiencia religiosa en
a la experiencia interior, donde resultan secunda- clave de intuición profunda del misterio universal
rias las ideas: ella valora el mundo de los sueños y (del cosmos), como un tipo de vivencia originaria
vivencias hondas, donde mora y se muestra lo divi- de la realidad que se desvela en el fondo de la vida.
no. Los defensores de esta vía del sentimiento afir- Más tarde, en su Doctrina de la fe (Glaubenslehre,
man que el humano de la modernidad ha aprendi- 1830), ha precisado su postura, ofreciendo una in-
do a pensar con exactitud, al modo «cartesiano», terpretación más amplia y detallada del hecho reli-
pero no sabe sentir. A nivel de sentimientos, esta- gioso, en clave de unidad abarcadora con Dios y
mos en la prehistoria. Por eso nos dicen: ¡Si quieres sentimiento.

146 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


- La religión es sentimiento. No pertenece al pensar porque las ideas van y vienen, son invento de la
u obrar, no es una idea ni tampoco creación de la cul- mente. Dios se encuentra y se revela en el lugar del
tura, sino un modo de «sentirse», una forma de vivir la sentimiento: a través de un itinerario por el que los
propia realidad en clave de presencia original (Dios es humanos se descubren arraigados y fundados en el
presencia) y de trascendimiento humano. Por eso, la absoluto del amor originario.
verdadera religión «nos sobreviene»: no es idea o sen-
timiento que podamos dominar y planear, sino expe-
riencia de Dios como misterio interior (y superior) que
nos fundamenta y sobrecoge, nos libera y nos domina Sentimiento: dependencia liberadora. La realidad de
al mismo tiempo. En clave religiosa, de silencio inte- Dios resulta paradójica. Por un lado nos hace dependien-
rior y sensación inefable pero llena de todos los senti- tes: nuestra misma existencia mana del misterio; no somos
dos, descubrimos lo que somos: Dios mismo se mues- creadores de la vida, sino que la acogemos y vivimos como
tra en nuestra vida, alienta dentro de ella, nos trans- gracia. Pero, al mismo tiempo, esa experiencia religiosa
forma y de ese modo nos define como humanos. nos hace independientes: precisamente porque Dios nos
realiza podemos realizar nuestra existencia, porque Dios
nos encamina podemos caminar, como dueños de una vi-
El sentimiento más hondo del humano es el amor (el da que tenemos y desarrollamos como gracia.
enamoramiento). Creer en Dios significa vivir y caminar
enamorado, en relación afectiva con el conjunto de la rea-
lidad y de un modo especial con su principio divino. Quien El itinerario hacia Dios pertenece a la analítica
no sabe amar no sabrá jamás de Dios, no podrá creer en existencial más honda' escuchamos el sentido de la
su misterio. Entendiendo así, el amor es principio de la propia vida, buscamos la raíz en la que estamos sus-
más honda dependencia (no podemos vivir sin Aquel que tentados y encontramos que Dios mismo es la raíz, Él
nos ama) y de la más radical autonomía (el mismo amor nos sustenta. Eso significa que podemos confiar en
nos hace libres). aquello (Aquel) que nos hace ser: no estamos arroja-
dos y perdidos sobre el mundo, condenados a pensar
sin encontrar nunca respuesta; nos hallamos arraiga-
- El sentimiento religiosos «nos hace conscientes de» dos en Dios; tenemos base y sentido en la existencia.
nuestra dependencia creadora. No es experiencia irracio-
nal, sólo inefable, sino fuente de vida que nos trasciende,
pero al mismo tiempo viene a reflejarse en nuestra mis-
ma conciencia de personas, haciéndose río de palabras ITINERARIO DE AMOR: ESO ES LA RELIGIÓN
en la vida. De esa forma nos descubre lo que somos, se-
res que debemos realizarnos en un gesto de amor y co- Maestro de amor, Amigo pleno: ése es Dios. Emplean-
munión con Dios. Sólo a través del sentimiento religioso do la división antigua de las facultades del alma (entendi-
descubrimos nuestra hondura como humanos: nos sen- miento, memoria y voluntad), podríamos decir que Dios
timos llamados por Dios y valorados, como seres que es memoria y esperanza de amor, como ha mostrado Juan
trascienden los restantes planos de la vida de la tierra. de la Cruz en la Subida al Monte Carmelo. La modernidad
- Finalmente, el sentimiento religioso nos hace cons- ha enseñado muchas cosas, pero no nos ha iniciado en el
cientes de nuestra «absoluta dependencia». Hay depen- camino de los sentimientos. Éste es nuestro problema: no
dencias limitadas, contrarias a la dignidad de nuestra somos capaces de sentir en radicalidad. Por eso nos cues-
vida, pues nos hacen estar subordinados a los otros (al ta hablar de Dios, Sentimiento radical de amor.
menos de una forma general). En ese aspecto deben re-
chazarse las dependencias esclavizadoras de tipo social
o psicológico. Pues bien, en contra de eso, esta depen-
dencia «absoluta» respecto de Dios nos libera y permi- - Una experiencia de separación (autonomía, indepen-
te que nos realicemos verdaderamente como humanos. dencia) absoluta es negativa. El humano no es un ser que
se descubre aislado, condenado a vivir como flotando en
Según eso, Dios funda y da sentido a nuestro sen- el vacío, a girar sobre sí mismo, sin más base ni res-
timiento. No se encuentra vinculado con la idea, puesta que su vida tan pequeña, siempre amenazada.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE \A1


- La religión es experiencia de relación fecunda. Es Este imperativo es categórico: brota de la razón
religioso el h u m a n o que se sabe cimentado en Dios, en sí, no se halla sometido a hipótesis o condiciones
positivamente dependiente. El sentimiento religioso es particulares y nos sitúa en la verdad originaria don-
experiencia de sentido y compañía: creyente es quien de encuentra sentido y se apoya nuestra vida más
advierte que su vida se encuentra asegurada (apoyada profunda. El humano no habita a nivel de raciona-
sobre Dios) y valorada (pues Dios mismo le valora).
lidad abstracta (no se limita a conocer lo que exis-
te, en plano de teoría). Tampoco se define a nivel de
sentimiento (experiencia interior de lo divino), sino
c) El Dios de la acción por aquello que realiza, por su acción o praxis. En
el principio de su vida está el imperativo, aquel
Pero, más que razón y sentimiento, el moderno mandado o ley que regula su acción:
ha sido voluntad, deseo de ser y realizarse, como sa-
ben Marx y Nietzsche. Muchos han pensado que la 1. Somos humanos no por pensar o sentir, sino
razón puede volverse mentirosa, el sentimiento se porque podemos y debemos actuar, conforme a un
hace engaño: es débil y ciego. El ser humano es Vo- imperativo que nos dice ¡obra! La vida es acción:
luntad de Poder, fuerza creadora. Por eso, si hay soy lo que hago, haciéndome a mí mismo y supe-
Dios, tenemos que encontrarle sobre la base de la rando todo cansancio y duda: ¿Por qué debo hacer-
creatividad o acción humana. Así lo ha mostrado lo?, ¿no será mejor dejarme y olvidarme, quedar así
Kant, cuyo razonamiento seguiremos. parado y en silencio, en manos de una vida trascen-
dente, de un misterio que me hace, sin tener que es-
En su Crítica de la razón práctica (1787), Kant tar yo forjando con dureza, día a día, mi existencia?
quiso formular y definir las bases de nuestra acción. ¡De ninguna forma! Mi vida es acción, soy lo que
A su juicio, el gran y reto no es que el ser humano hago (lo que me hago) y no puedo evadirme.
«piense» o «sienta», sino que pueda obrar y lo haga
rectamente. ¿Cómo justificar su acción?, ¿cómo
avalarla y potenciarla? En un mundo donde el hu- Principio imperativo. En la raíz de nuestra vida está el
mano perdiera las razones para obrar (ir actuando y imperativo. La primera palabra que escuchamos no es ¡Yo
trabajando), la vida acabaría perdiendo su sentido. soy! ni ¡Tú eres, yo te quiero!, como hemos visto hablando
Por eso dice Kant que «nada es absolutamente bue- de Moisés o de Jesús, sino ¡Tú debes! El ser humano es
no en este mundo, excepto una buena voluntad». Te- aquel que escucha un mandato y responde a su exigencia.
niendo esto en cuenta, estudiaremos el principio de En el origen de su ser no está el pensamiento o sentimien-
acción de la voluntad humana, que él define como to, sino una ley que dice: ¡actúa rectamente! Dios empieza
imperativo categórico (cf. Crítica de la razón práctica siendo, según esto, aquel que nos impone la ley, Imperativo.
7). Alguien nos manda que actuemos así:
1. Obra de tal forma que
2. la máxima de tu voluntad pueda valer, El humano es ser moral: se descubre interpelado o
3. siempre, al mismo tiempo, exigido y debe responder. La naturaleza prehumana
4. como principio de una legislación universal. vive a nivel de inconsciencia, es incapaz de recibir una
orden. El humano, en cambio, alguien que escucha
una orden, que puede acogerla de u n modo conscien-
te y vivir según ella. Por tanto, en el principio no están
IMPERATIVO, LEY, TIEMPO ni el amor ni la palabra de llamada, sino el imperativo.
Según eso, el humano es aquel ser que surge cuando
1. Imperativo: primera palabra, dirigida a la voluntad hu- hay un imperativo que le interpela para actuar.
mana.
2. Ley individual: dirige la voluntad, encauza el deseo. 2. Somos humanos porque nuestra acción indivi-
3. Tiempo: no hay diferencia histórica en este campo. dual puede y debe ponerse al servicio del conjunto de la
4. Ley universal: la norma suprema es el bien de la especie. sociedad. El imperativo brota de la propia Razón de la
humanidad (= Dios), no en plano teórico, sino prácti-

148 l'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


co: el humano alcanza su verdad y se humaniza allí racional, impulsándole a actuar de tal manera que
donde recibe un mandato que le llega desde el fondo su acción aparezca como ejemplo para los humanos
divino de sí mismo; definiendo su propia identidad. (sirva para el despliegue y plenitud de la Especie hu-
mana); no habita a nivel de puro gozo de la vida, de
sentimiento fundante o fantasía creadora de ilusio-
Somos imperativo. Según Kant, sólo es humano quien nes, sino que vive y se realiza a través de su propia
modela y realiza su ser a través de su propia acción. De esa acción, puesta al servicio de la Humanidad racional.
forma está en manos de su actividad y llega a ser aquello
que él mismo realiza (se realiza), respondiendo a la voz del De esta forma, Kant ha situado la ética racional
Imperativo que le llega de la Razón divina. Sólo es persona en el principio y centro de la vida: el humano se de-
quien actúa conforme a un deber, no porque piensa (razón fine por aquello que realiza. La ética es el lugar de
pura), ni porque ama (razón sentimental), sino por el Impe- los valores primordiales, el espacio donde el huma-
rativo que se expresa en su misma razón práctica. Estamos no se descubre a sí mismo en dimensión de trascen-
cerca de aquello que san Pablo llamaría «el nivel del judais- dencia (cumple su tarea o se condena para siempre).
mo»: judíos son aquellos que definen a Dios como fuente y Aquí es donde se plantea expresamente el tema de
principio de su ley más honda. Éstos son evidentemente los Dios: ¿Cómo sabemos que la acción humana tiene
judíos de línea farisea, tal como Pablo los ha caracterizado, sentido y consistencia, que el bien conduce a la feli-
los que quieren definir su vida a través de sus obras. cidad y el mal a la condena?, ¿quién garantiza el va-
lor de nuestras obras? ¡Dios! En el plano externo del
mundo no existe coincidencia entre moralidad y di-
cha; pero hay un mundo superior de Dios (de vida
Pues bien, ese imperativo le vincula a todos los eterna) que establece esa conexión entre lo que ha-
humanos: ¡Obra de tal forma que la máxima de tu cemos y la felicidad que conseguimos, entre el deber
voluntad concuerde con (pueda ser fuente de) la le- cumplido y la felicidad radical de la existencia.
gislación universal! Eso significa que mi vida y ac-
ción está ligada a la Vida (al bienestar y despliegue)
de todos los humanos; por eso puedo y debo vincu-
larme por mi acción a ellos. La misma universali- Sísifo y Kant. Quizás pudiéramos volver al mito griego
dad, es decir, la pervivencia y despliegue de la Es- y entender al ser humano como un Sísifo, condenado a su-
pecie humana, aparece así como norma y principio bir la piedra de su vida al alto de la gran montaña. Pero la
de acción de cada individuo. Es como si la Fuente acción de Sísifo, titán malvado, acaba siempre en el fraca-
de vida (lo divino) hubiera dejado su sello o su mar- so: la piedra rueda otra vez hasta el hondo valle. Por el
ca en cada uno de nosotros. De esa forma, nuestra contrario, la de Kant está abierta al bien de todos los hu-
acción verdadera (fundada en el imperativo) es sig- manos, al despliegue radical de lo divino.
no y camino de Dios en medio de la historia. En este sentido ha de entender elfinalde la Crítica de
la razón práctica. Después de haber admirado la armonía
En este aspecto sólo es humano aquel ser que es- externa del mundo estrellado encima de nosotros, Kant se
cucha y asume para actuar el Imperativo o mandato admira de la ley interior de la razón humana, ley que nos
que le llega desde el Fondo divino de su propia reali- invita a actuar para servicio del conjunto de la especie. So-
dad racional. La fuente de ese imperativo no aparece
en principio como una persona determinada, un Dios
mos producto de esa ley, expresión de su fuerza divina.
o un Demonio, sino que es la propia Naturaleza racio-
nal. Pues bien, esa Naturaleza racional que se expresa
en cada uno de los individuos a través del imperativo, 3. Dios, postulado de la acción humana. No es
impulsándoles a obrar al servicio de la humanidad en verdad de la razón, ni hondura del propio senti-
su conjunto, tiene para Kant un carácter sagrado: ella
es divina o, mejor dicho, ella es el Dios racional.
miento, sino Aquel que avala, potencia y sanciona el
valor de la acción moral para los humanos, Aquel
Los humanos se individualizan y socializan al que me dice ¡actúa!, dándome poder para hacerme
mismo tiempo, a través de sus obras. Sólo es huma- responsable de mí mismo y de la vida de los oíros.
no el viviente que escucha la voz de su Naturaleza Dios me dice ¡actúa para bien de todos!, haciendo

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 149


que mi vida se vincule a la vida de los restantes hu-
manos de la tierra. Así me habla a través del Impe- NATURALEZA Y DIOS
rativo racional, vinculado al deseo de felicidad.
1. La naturaleza (mundo exterior, plano de la ciencia) no
responde a la moral, no es signo de Dios. Pero en el fondo de
DIOS, GARANTÍA DE FELICIDAD ella, Kant ha descubierto una Causa superior que actúe «se-
gún ley», guiando así la voluntad humana y estableciendo en
Kant supone que el humano (al actuar o realizarse a el fondo de la misma naturaleza el más alto orden moral.
sí mismo) busca felicidad: una forma de ser donde cul- 2. Dios aparece, según eso, como arbitro (garante) y
mine y encuentre sentido lo que ha hecho, con premio pa- juez de la moralidad. Quedan en silencio sus restantes
ra el bien y condena para el mal. Pero en este mundo no atributos (amor, misterio, fascinación, gratuidad...). El
hay tal sanción: hombres y mujeres se encuentran some- Dios de Kant es el responsable de la rectitud moral de los
tidos a una batalla general (envidia y egoísmo, violencia y humanos: ha impuesto la ley y vela por cumplirla.
muerte), que no expresa ni demuestra el triunfo de lo bue-
no. Sólo en la eternidad (vida tras la muerte) podrá haber
una sanción equilibrada; premio para los que han res- En un primer momento, en el reino de la natu-
pondido al imperativo categórico, castigo para los otros. raleza exterior no encontramos huellas de Dios:
Como justo juez, que sanciona de esa forma a los huma- todo sucede sin orden, como si Dios no existiera; to-
nos, ha postulado Kant la existencia y obra de un Dios sa- do sucede sin ley (sin correspondencia entre el bien
bio y poderoso, que establece por fin la justicia. y la felicidad). Por el contrario, en el nivel de su ra-
cionalidad ética el humano ha descubierto el orden
supremo: un Imperativo que lleva, que impone jus-
Dios es Aquel que avala la unidad o coincidencia
ticia y promete felicidad. Pues bien, como garante y
entre moralidad (bien obrar) y felicidad (sanción
sentido de ese imperativo ha presentado Kant a
definitiva, sentido de las obras). Ciertamente, el hu-
Dios. Según eso, la existencia de Dios no se de-
m a n o debe actuar por respeto a la «potencia crea-
muestra o postula a base de razones (contra Ansel-
dora» de la ley (por obediencia al imperativo). Pero
mo), ni en función de sentimientos (contra Sch-
el filósofo sabe que, para ser verdadera y poderosa,
leiermacher), sino de acción humana solidaria2.
esa ley ha de fundarse y culminar en un Dios que la Esto significa que Dios no es un «objeto» de revela-
sostiene y ratifica. Siendo Juez final, Dios tiene que ción sacral, de teoría o sentimiento interior, cosas que
ser Causa de la Naturaleza: puede dar felicidad a los son secundarias. A Dios no le pensamos ni sentimos,
justos porque ha creado todo lo que existe. Así lo sino que le descubrimos (le postulamos) sólo a nivel de
muestra este pasaje, de difícil lectura: nuestra acción, en el fondo de aquello que realizamos,
como impulsor y garante del valor de nuestras obras,
1. Por lo tanto, se postula también la existencia de especialmente a nivel de sanción escatológica. Por eso,
una Causa de la naturaleza que sea distinta de toda na- la existencia de Dios sólo puede mostrarse partiendo
turaleza, Causa que contenga el fundamento de esa re-
lación, a saber, de la coincidencia exacta de la felicidad
del deber y sanción moral de los humano.
con la moralidad... Por lo tanto, el bien supremo sólo
es posible en el m u n d o si se acepta una Causa supre- 2
ma de la naturaleza que tenga una causalidad confor- Kant ha permanecido en un plano «formal» (universal),
me a la intención moral. diciendo que la voluntad que debe actuar para bien de todos los
humanos, pero sin concretar los elementos «materiales» de su
2. Ahora bien, un Ente capaz de actos según la re-
acción, sin evaluar las contradicciones económicas y sociales,
presentación de leyes es una inteligencia (ente racional) raciales y nacionales de la historia. En ese aspecto resulta «pre-
y la causalidad de tal ente... (es) una voluntad. Por crítico»: no estudia ni analiza las dificultades de la acción ni la
consiguiente, la Causa suprema de la naturaleza... es forma concreta de actuar para bien de todos los humanos.
un ente que mediante entendimiento y voluntad es la Tendremos que esperar a Marx (1818-' 883) para que la «filoso-
Causa (por consiguiente), el Autor de la naturaleza, es fía oficial» estudie las mediaciones (concreciones) de la acción
decir, Dios (Crítica de la razón práctica II, V). racional al servicio del género humano.

150 ¡'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


2 Dios, Juez moral Dentro de este mundo, la ra-
zón garantiza una correspondencia entre justicia y fe-
LA SANCIÓN DEL DEBER licidad, por eso tenemos que postular un nivel superior
de razón que la suscite y sancione Ese Juez y dador de
El humano solo puede actuar y realizarse, cumphen felicidad eterna para los justos se llama Dios
do el imperativo, si Dios mismo sostiene y garantiza el va-
lor (felicidad) de su conducta Por eso, Dios se revela so Desde ese fondo, podemos hablar de Dios y pre-
lamente en el nivel de la moralidad, no en el plano de los sentarle como garantía de la felicidad que brota de la
viejos mitos de las religiones antiguas En el fondo, Dios ley cumplica es aquel que funda la correspondencia
se identifica con el valor y felicidad del deber cumplido entre lo que hacemos (lo que somos haciendo) y lo
que seremos Dios es fuente de felicidad y de esperan-
za para los que cumplen el imperativo categórico3
4 Dios, felicidad y eternidad Precisemos el argu-
mento anterior El imperativo decía «actúa de tal
manera que tu acción pueda ponerse como modelo Moral y felicidad El humano se hace a si mismo, en
para el conjunto de lo humanos» La razón univer- virtud de su propia razón (moralidad), pero en este mun-
sal me impulsa a actuar de esa manera Por eso, de- do ella no garantiza la felicidad Por eso, tiene que haber
bo poner mi acción individual al servicio del con- supervivencia con felicidad para los justos y un Dios capaz
junto de la humanidad Pues bien, a pesar de hacer- de garantizarla De esa forma, en el fondo del imperativo,
lo no encuentro en ello la felicidad, no hay en este Dios viene a presentarse para Kant como garantía de feli-
mundo una sanción que responda a mis acciones cidad para los humanos
• Razón externa Muchos humanos honestos que
actúan conforme a la razón universal, no encuentran sa-
tisfacción ni respuesta en este mundo, siendo objeto in- Según eso, para Kant Dios es la expresión de la
cluso del desprecio, de la utilización de los prepotentes
felicidad de la ley es la garantía y permanencia (san-
• Razón interna Otras veces, los humanos que ac-
túan conforme a razón, encuentran dentro de si mis-
ción) del valor de nuestras obras De esa forma lle-
mos la tristeza, no se sienten satisfechos, t a que se de- va hasta su culmen (en plano de universalidad), una
be e s t o ' Eso se debe a que en este mundo no existe co- experiencia que habían destacado en otro tiempo
rrespondencia entre moralidad y la felicidad, como los judíos y que Pablo había superado (al entender
hemos indicado ya a Dios en claves de fe y de gratuidad, de perdón de
los pecados y de amor transformante, más allá de la
Para Kant, es indudable que el humano está lla- pura ley)4
mado a la felicidad a través de su propia acción Por
eso, el hecho de que exista un desfase entre morali-
dad y felicidad muestra que este mundo no puede ser
5
el definitivo Una razón moral que nos cerrara en es- El principio del ser humano es el imperativo el mandato
te mundo no sería justa Un imperativo que nos man- de la razón practica que le impulsa a obedecer la ley La meta
dara obrar para bien del conjunto de lo humano y de la ley es la felicidad Precisamente como garantía de felicidad
nos hiciera después infelices no tendría sentido A ha presentado Kant a Dios
4
partir de aquí plantea Kant las consecuencias o pos- Yo soy (me hago humano) escuchando la ley de la humani-
dad y poniendo mi acción al servicio de ella A juicio de Kant la
tulados de la acción humana Para que el imperativo felicidad humana brota de la ley, del deber cumplido Eso signifi-
tenga sentido y pueda sostenerse, para que la acción ca que el gozo de Dios es gozo del deber, felicidad que biota de la
humana sea racional es necesaria una Sanción eter- misma ley El Kant de la Critica de la Razón Practica supone que
na (después de esta vida) y un Juez que la garantice ese Dios tiene carácter personal (entendimiendo y voluntad) sien
do capaz de actuar según justicia, sancionando a los humanos
1 Sanción eterna, inmortalidad Cuando actúa Quiza el Kant postenor (del Opus Postumuw) no haya visto tan
conforme a su propio principio racional o imperativo, clara la personalidad de ese Dios identificándole con el simple
el h u m a n o tiene derecho a buscar, esperar, exigir feli- despliegue de la razón divinizada Aquí no podemos di I mimos
cidad Esa felicidad que sobrepasa la frontera de la sobre ese tema Nos basta con planteai el tema más pioluiulo de
muerte implica inmortalidad la relación entre deber y gozo, cumplimiento moial y felicidad

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 151


Kant nos ha situado en el lugar central de la exis-
EL IMPERATIVO DEFINE LA MODERNIDAD tencia h u m a n a al vincular ley y felicidad, cumpli-
miento ético y gozo de la vida. Posiblemente, su res-
Somos lo que hacemos sobre el mundo. Pero hoy sabe- puesta ya no nos convence: Dios no es puro juez, su
mos que una modernidad centrada en la pura praxis del hu- existencia no está primordialmente vinculada al de-
mano (constructor de máquinas y bombas, de instituciones ber, en la línea de cierto judaismo condenado por
sociales, estados y empresas económicas) resulta insuficien- Jesús y Pablo (no del conjunto de la tradición is-
te y puede acabar siendo peligrosa, llevándonos a nuevas y raelita). La experiencia de Dios está vinculada a
más hondas esclavitudes. Por eso, en línea pos-moderna, pe- otros aspectos de gozo y gracia, de a m o r y sentido
ro recuperando la raíz evangélica de nuestra acción, tene- de la vida, ya en el mundo; no podemos identificar-
mos que definir mejor el sentido de la creatividad del ser hu- le con la pura ley y la felicidad que brota de ella.
mano, destacando sobre todo el tema de la felicidad. Ciertamente, la ley es importante, el juicio moral
resulta básico para el despliegue de lo humano. Sin
justicia no se puede hablar de Dios. Pero un Dios
que se identifique sólo con la justicia y la felicidad
En línea de Kant (no de Pablo) se sitúa gran par- del deber cumplido no es divino: no es el Yahvé de
te del pensamiento moderno. Cuando Marx o Comte Moisés, ni es el Padre de Nuestro Señor Jesucristo.
(1798-1857) afirman que ha pasado ya el tiempo del Por eso debemos superar a Kant, desbordando el ni-
mito y la filosofía (del sentir y soñar, de la gratuidad vel de la pura racionalidad moral al hablar de lo di-
y la entrega generosa de la vida), cuando añaden que vino. Así lo haremos en la parte final de este tema 5 .
es necesario transformar el mundo por la ciencia y
sus obras, avanzan (o retroceden) en la línea del kan-
tismo, situando la verdad del humano en un plano de d) Pausa. Ser y gracia de Dios
obras que definen y deciden el valor (o desvalor) de
lo divino. A partir de Kant surgen dos direcciones: Siendo pensamiento, sentimiento y ley moral,
Dios es mucho más, como hemos dicho ya y como di-
- Unos (como Marx y Comte) toman al humano co- remos al final del tema. Desde ese fondo, a manera de
mo viviente autónomo, dueño total de su existencia, breve pausa, queremos recuperar algunos elementos
rechazan la existencia de Dios, precisamente para in- filosóficos y culturales de la tradición griega y medie-
sistir en el valor creador de la acción humana. Según val (escolástica) que han mirado a Dios con trascen-
ellos, el humano no necesita de Dios para dominar el
mundo, ni para realizarse a sí mismo. Centrado en la dencia fundante de toda realidad. Pensamos en Dios,
exigencia de la transformación social que lleva a la su- pero es más que pensamiento; le sentimos, pero es
peración de clases sociales y/o al dominio técnico del más que sentimiento; le obedecemos, pero Él es más
mundo, el humano ha de portarse como ser autóno- que toda ley. Existe en sí mismo, es trascendente. Por
mo, sin Dios sobre la historia. Pero sigue abierto el eso, en un sentido más filosófico le llamamos Ser, en
problema: ¿tomado así, el humano es feliz? un sentido más cristiano le llamamos Gracia:
- Otros (como Blondel y Zubiri, Rahner y Girard), - Dios es ante todo el Ser, Esencia absoluta, Aseidad
sostienen, de formas nuevas, que Dios es fundamento suprema, como han dicho en formas distintas los gran-
de acción y comunión para los humanos: sólo un Dios des escolásticos. Más allá de los «trascendentales deri-
que sea libre y creador les capacita para obrar de for- vados» ya evocados (Dios en línea de pensamiento, vo-
ma libre, creadora, sobre el mundo. Así conciben a luntad, sentimiento), los teólogos cristianos han busca-
Dios como Aquel que nos potencia y enriquece de tal do la Trascendencia original de Dios, su Ser fundante.
forma que nos da el impulso para realizarnos. Por eso
reinterpretan de formas nuevas (más profundas) el im-
perativo categórico, pero no lo entienden ya en plano ' He dedicado al tema de la «superación del juicio» (de la
de «ley» (modo kantiano), sino de experiencia y acción moralidad del talión) mi Antropología Bíblica, Sigúeme,
comunicativa, de presencia amorosa y encuentro de Salamanca 1993. Allí se encontrará el fundamento exegético de
amor, como indicaremos todavía. lo que aquí expongo de manera condensada.

152 ¡'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Así afirman que Dios es aseidad: el Ser en sí, Existencia (plano cristiano), superando (sin negarlos) los nive-
infundada, que no tiene más razón ni principio que ella les de la acción, pensamiento y sentimiento (que
misma. Todas las restantes realidades participan de su aparecen como derivados). Sólo porque existe por
Ser divino: tienen existencia derivada. Por eso, siempre sí mismo y se desvela como gracia. Dios puede ilu-
que evocamos el Ser (aquello que las cosas están sien- minar nuestra mente, encender nuestro corazón y
do) aludimos a Dios como existencia radical (el esse ple- ofrecernos u n camino o ley de existencia. Nosotros,
no) de todo lo que existe (de los entes).
los humanos, no somos Dios, pero podemos encon-
- Dios es gratuidad, Don fundante, Realidad inmere- trarle en nuestra entraña de personas que caminan
cida. No existe para nada, sino por sí mismo. Antes de y se hacen, conociendo, sintiendo, queriendo a los
todo pensamiento, sentimiento o juicio Él Es, como demás.
sabía Moisés al escuchar: ¡Soy el que Soy! En esta pers-
pectiva sigue 1 Cor 1 cuando afirma que los griegos
han buscado sabiduría (razonamiento) y los judíos
quieren obras que les justifiquen... o buenos senti- EL SER Y LA GRACIA
mientos de corazón. Pues bien, en contra de eso, con
todos los auténticos israelitas, Pablo sabe que Dios es Dios es Ser en sí (realidad originaria) siendo Gracia en
pura gracia. Existe por sí mismo, sin ninguna razón o sí (realidad que se regala, dando vida y existencia a todo
finalidad y se expresa gratuitamente y para todos en el
amor supremo de Jesús crucificado6. lo que existe). Estos dos aspectos estaban en el fondo de
las formulaciones anteriores, pero aparecerán como más
Debemos vincular estos aspectos, descubriendo fuerza en lo que sigue.
así la relación de ser (plano ontológico) y gracia

2. La diferencia divina. Más allá de la ley, el Dios de gracia


Guía de lectura Hemos presentado el problema de Dios en perspectiva de pensamiento, sentimiento y acción,
destacando su presencia en la cultura de Occidente, para afirmar al fin que es ser y gracia. Avan-
zando en ese itinerario, quiero descubrirle en la cultura y gracia, naturaleza y sobrenaturaleza.
- Principio: Dios, realidad cultural. Algunos dirán que existe en sí mismo y sostiene nuestra
vida. Otros niegan su existencia independiente. Pero es al menos un dato cultura.
- Dios, naturaleza. Quienes le toman como el Ser tienden a verle como naturaleza fundan-
te. Su Vida es vida y realidad para los humanos.
- Dios, sobrenaturaleza. No es cultura, ni naturaleza, sino Gracia (regalo primero) y así fun-
damenta de forma inmerecida y generosa la existencia de los seres humanos del mundo.
- Dificultad de tema. Seguimos a nivel un poco abstracto y por eso algunos lectores pueden
perderse en nuestra exposición. Si así fuere, pasen directamente a la parte final de este tema.

Por u n lado sabemos que Dios se halla ligado a nidad). Pero, al mismo tiempo, parece vinculado a
la cultura de Occidente (y del conjunto de la huma- la naturaleza humana, entendida en su sentido espi-
ritual. Pues bien, dando un paso más, podemos
añadir que él se sitúa en u n plano de sobrenaturale-
za (y también de sobrecultura): desborda aquello
* Al afirmar que Dios es Gracia podemos evocar la filosofía que los humanos son en su raíz (naturaleza) y aque-
neoplatónica (= Dios como el Bien que se expande y difunde por llo que realizan con su pensamiento y con sus obras
su propia esencia). Pero en un sentido radical, la gracia de Dios
sólo se puede expresar en línea religiosa y de un modo fuerte (cultura). De estas dimensiones trataremos en las
por el cristianismo. notas que ahora siguen.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 153


a) Dios de cultura, el surgimiento humano múltiple donde van apareciendo, se cruzan y entre-
cruzan, se potencian y combaten culturas diferen-
Dios pertenece, por lo menos, a la historia cultu- tes: formas de entender la realidad, maneras de ex-
ral de nuestro mundo: lo encontramos en los mitos presar y concretar, de asumir y realizar la vida hu-
más antiguos, que definen y explicitan el sentido y mana.
la tarea del humano sobre el cosmos, en las leyes 2. Sentido religioso de la cultura. Pues bien, la vi-
primigenias, que regulan nuestra vida individual y sión de Dios o la experiencia religiosa ocupa un lu-
social; lo hallamos, finalmente, en la experiencia gar muy importante en el conjunto cultural huma-
creadora del arte. no, como han señalado con mucha precisión algu-
1. El humano, ser de cultura. De manera general, nos sociólogo como P. Berger y T. Luckmann:
cultura es el esfuerzo ordenado y duradero que los - Dato básico. Dios o lo divino pertenece a la expe-
humanos realizan a fin de conocer (organizar) la riencia cultural del conjunto de la humanidad, pues to-
realidad y conocerse a sí mismos, en el campo del dos los pueblos conocidos, desde el alba de los tiem-
saber (ciencia), del obrar (praxis, moral) y de la pos, han expresado y definido su visión del m u n d o y de
creatividad estética (arte). Es el cultivo de la vida: el la vida, su trabajo y presencia en el m u n d o en clave re-
humano nace imperfecto, «animal sin definir», ser ligiosa. La religión pertenece, según eso, al entramado
prematuro que surge (deja el vientre de su madre) cultural de la historia; sin ella es imposible entender la
sin hallarse vitalmente ajustado en el entorno natu- humanidad.
ral por el instinto. Por eso, abandonado a sus re-
cursos naturales, si aprende a hablar, sentir y tra-
bajar de manera «cultural» sobre la tierra, el huma- Religión y cultura unidas. Los humanos han logrado
no es inviable, el humano muere. «humanizarse» en clave religiosa: sólo utilizando símbolos
sacrales han descubierto o «construido» su visión de la
La cultura no es un lujo de la especie: es necesa- realidad y se han realizado como seres que desbordan los
ria para que vivamos sobre el mundo; sin cultura no niveles previos de la naturaleza. La experiencia de Dios se
existe ser humano. No podemos habitar la tierra si encuentra por lo menos en el fundamento y principio de la
no la trabajamos. No podemos pervivir en grupo vida: la religión es la «matriz» donde ha nacido el ser hu-
(comunión) si no hablamos. Por eso, en paradoja mano. Las restantes formas de entender la realidad, de in-
profunda, afirmamos que la cultura es necesaria terpretarla y actuar creadoramente en ella (ciencia, técni-
para el mismo despliegue natural del ser humano: ca, etc.), resultan derivadas.
- El humano nace como ser biológico, al nivel de los
restantes animales; pero nace en forma prematura, sin
poder valerse por sí mismo. Por eso necesita la cultu- - Interpretación. En un plano filosófico o de juicio
ra para ser viable como especie pensante. de valor, pueden formularse y defenderse diferentes opi-
- El humano nace por cultura, a través de la palabra niones. Algunos seguirán diciendo que el surgimiento
que le ofrecen aquellos que le educan, por la ley, que le religioso de la humanidad ha sido bueno y que es pre-
permite realizarse con los otros, en diálogo y trabajo; ciso asumirlo y potenciarlo. Otros, por el contrario,
nace en un nivel de valores simbólicos que enmarcan que ese nacimiento ha sido malo o, por lo menos, de-
y definen su lugar en la existencia (arte, religión, ficiente: la religión ha realizado una función, nos ha
amor). servido por un tiempo para comprender la realidad y
obrar en ella como humanos; pero ahora el tiempo de
Parece que el progreso (evolución) de la natura- su influjo ha terminado, el h u m a n o no la necesita más.
leza humana está parado hace milenios. Los huma-
nos ya no avanzan a nivel de biología (en plano so- Evidentemente el tema resulta complejo y deben
mático, genético), pero progresan, avanzan, cam- evitarse las respuestas prematuras. No se puede
bian y se mudan (es decir, evolucionan) de manera sostener sin más que la cultura demuestra la exis-
más profunda, en el nivel de la cultura. Por eso, tencia de Dios, pues ella misma es imperfecta: los
nuestra historia puede definirse como escenario que niegan la existencia de Dios pueden pensar que

154 I'ARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


la cultura va avanzando por tanteos; busca primero cuentra criticada, combatida y condenada por el
soluciones que son provisionales (como la existen- mismo destino de la historia, convertida en juez de
cia e influjo de Dios) para después abandonarlas toda realidad: ella ha elevado a los dioses por un
cuando ya han cumplido su función y vienen a mos- tiempo y ha terminado después por destruirlos. La
trarse falsas o por lo menos deficientes. cultura de Dios ha sido buena, ha realizado múlti-
ples servicios, en los tiempos anteriores, pero ahora
no es posible conservarla: se ha agotado, ha perdi-
La «solución Dios» ha valido por milenios, haciéndo- do su lugar en el camino, ya no ofrece estímulos y
nos capaces de entender la realidad. Pero muchos piensan fuerzas a los humanos.
que ella es actualmente innecesaria: los humanos deben
vivir sin apelar a ella. Así ha pensado gran parte de la modernidad, de-
fendiendo una visión evolucionista de la cultura.
Pues bien, hoy pensamos que ella no puede soste-
nerse, por ingenua, parcial y optimista (en el mal
3. A. Comte. Dios, cultura superada. Así piensan sentido del término). No sabemos si la cultura avan-
muchos racionalistas de los siglos XIX y XX. Ellos za de esa forma, en línea recta, como decían los
entienden la cultura de la humanidad como un pro- ilustrados del siglo XIX y XX. Tampoco nos parece
ceso de avance en que, de forma general, pueden fi- clara la existencia de u n progreso sostenido, de ma-
jarse tres momentos, determinados por A. Comte. nera que lo nuevo venga a presentarse siempre co-
m o bueno y mejor que lo anterior (en camino que
- Hay un estadio religioso o de infancia: los huma- va de la religión a la filosofía y ciencia). Ciertamen-
nos apelaban a dioses y fantasmas, espíritus y fuerzas
misteriosas para conocer el mundo y dominarlo. te, en un determinado plano confesamos que hay
- El estadio filosófico está marcado por las inquie- progreso. La historia avanza y cada generación co-
tudes racionales: se pensaba que el sentido de la vida mienza su camino desde el fondo de posibilidades
venía definido por ideas y/o trascendentales (verdad, culturales que le ofrece la anterior. Pero en ciertos
bondad, belleza), fundados en un Dios de metafísica. aspectos de la vida ese esquema de progreso pierde
- En el tercer estadio, propio de la ciencia, no existe su sentido (o no puede aplicarse). Por eso, más que
más verdad ni valor que los que pueden demostrarse de un avance sostenido tenemos que hablar de rup-
por fórmulas exactas, aplicables después por la técni- turas o cortes significativos, que no nos permiten
ca. La ciencia ocupa de esa forma el lugar que antes te- «resolver» el problema de fondo de la realidad 7 .
nían ideas y dioses. El humano es desde ahora ser de
pura ciencia. 4. Problema abierto. Revolución humana y religio-
sa. No aceptamos ya una visión puramente evolutiva
de la realidad. En un momento dado las coordena-
das del conocimiento (o la cultura anterior) quie-
DIOS EN EL MUSEO bran, volviéndose incapaces de explicar y potenciar
la vida humana. Sobre esta crisis ha podido surgir
Conforme a esta visión, el tiempo de Dios y la religión una forma nueva de entender la realidad (o de vivir-
ha terminado. Todo cumple su función, todo termina. Los la). En contra de la modernidad, que ha sido evolu-
mitos de los pueblos famosos, los dioses de las religiones cionista (y racionalista), defendemos una visión pa-
y las grandes ideas conceptuales (filosóficas) que han ido radójica de la realidad humana, viendo en ella la
elaborando los genios de la historia deben ir a un museo. unión de aspectos que antes parecían oponerse.
Junto al hacha de sílex y la rueca, recubiertos por el pol-
vo de los siglos, quedan ya los dioses, lo mismo que los En esta perspectiva, el surgimiento del h u m a n o
humanos religiosos. ha de entenderse como verdadera revolución no só-

En realidad, conforme a esta actitud, no debe- ' Cf. T. S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas,
mos criticar la religión ni combatirla, pues se en- FCE, México 1971.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 155


lo epistemológica sino también ontológica, si se per- el h u m a n o es u n ser abierto al simbolismo social y
mite esa palabra. El h u m a n o no ha brotado sólo por religioso.
un simple proceso evolutivo, a través de unos cam-
bios muy pequeños que marcan su frontera o lími- Ciertamente, en u n nivel tiene razón Comte: pa-
te respecto al animal antiguo, que vivía ajustado a rece que en el tiempo antiguo ha dominado la ex-
su medio biológico, sino que ha comenzado a vivir periencia religiosa, luego la ontológica y por fin la
y comportarse como diferente a través de un esta- ciencia. Pero ésta es sólo u n a m a n e r a superficial de
llido radical, de una m u y h o n d a mutación (revolu- interpretar la realidad. En un sentido más profun-
ción) que afecta a todas los principios y esquemas do, esos aspectos (dimensiones) de nuestra com-
de su vida. Sin duda, en u n determinado nivel pue- prensión del m u n d o van unidos desde el principio
de hablarse también de «evolución», pero en una de la historia h u m a n a y así siguen unidos todavía.
perspectiva más profunda hay que hablar de verda- Podemos ser y somos, a la vez, vivientes míticos y
dera mutación, de un cambio que afecta a la es- religiosos, racionales y científicos. El ser h u m a n o
tructura misma de su vida 8 . ha cultivado desde el principio u n tipo de técnica y
religión, de ciencia y pensamiento abstracto. Juzga-
mos, según eso, que la religión n o es algo que aca-
ba con el despliegue cultural, sino elemento que se
¿Sólo racionalismo? Ciertamente, un nivel de religión encuentra vinculado a todas las formas de cultura.
ha terminado: la modernidad ha cumplido su camino y ya
no podemos creer en los viejos dioses cósmicos, tomados
en forma personal. Pero podemos creer y creemos, de al-
gún modo, en la sacralidad del cosmos. Podemos creer y b) Dios de naturaleza, el pasado humano
muchos creemos en la realidad personal de lo divino, tal
como se expresa en las religiones monoteístas y de un mo- Podemos resumir lo anterior diciendo que Dios
do especial en el cristianismo. Los auténticos dioses (o el no es pura creación de la cultural. Pues bien, ahora
Dios verdadero) siguen donde verdaderamente estaban: en debemos añadir que no es tampoco una simple ex-
la dimensión radical de la existencia humana. presión de naturaleza.
- Algunos han pensado que la religión tiene raíces de
carácter biológico. Dios está vinculado a un «atavismo
animal», es una especie de reminiscencia simbólica de
El h u m a n o surge por revolución o mutación, algunos comportamientos ya superados de nuestros
desbordando el equilibrio natural que le unía con la antepasados, vivientes. El humano ha superado la ani-
naturaleza. Por eso, ya no puede mantenerse en u n malidad en otros planos, especialmente en el razona-
nivel de instintos. Sólo puede vivir y desplegarse co- miento abstracto y en la conducta social programada.
m o h u m a n o si se abre hacia el nivel del simbolismo Pero su creencia religiosa permanece ñjada al mo-
y de la comunicación, de la creatividad social y del mento anterior (animal) de su vida. La religión es un
lenguaje. Por eso, mito (religión), metafísica y cien- recuerdo del viejo terror cósmico que dominaba al ser
cia ya no se conciben como momentos sucesivos de humano, de la visión irracional de los poderes que le
una evolución donde lo antiguo acaba cuando llega encerraban en el mundo.
lo nuevo, sino como aspectos diferentes (paradóji- Dios constituiría, según eso, un «residuo» del co-
cos y complementarios) de una misma realidad hu- nocimiento animal que ha sido transmutado y reasu-
mana. Desde el primer momento de su despliegue, mido por el humano en formas de apariencia simbóli-
ca. En el momento en que el humano se humanice ce-
sará la religión: la cultura habrá triunfado sobre la
8 naturaleza precedente. En esta perspectiva se sitúan
El humano no ha podido surgir por acumulación de notas algunos autores como G. Bueno (*1924).
animales, sino precisamente allí donde esas «notas» no resultan
suficientes para mantenerle en la existencia. Sobre el «hueco» - Otros piensan que la religión surge por causas y po-
de la animalidad brota (emerge, sobreviene) la nueva realidad deres de carácter psicológico. Brota del inconsciente co-
del humano como viviente cultural que debe definirse a sí lectivo, es un despliegue de los arquetipos primigenios.
mismo en pensamiento y acción. Todo lo que el humano piensa y hace, el desarrollo de

156 VARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


su historia conceptual y filosófica, se debe interpretar realizarse a sí mismo en u n camino de creatividad
como expansión de ese inconsciente donde se encuen- que desborda lo ya dado. Por tanto, en ese camino,
tran las raíces y esencia de lo divino. Por eso debemos como un signo de apertura ilimitada y exigencia de
afirmar que el humano es «naturalmente religioso»: realización personal hallamos el hecho religioso.
por naturaleza está llamado a desplegar sus fuerzas in-
teriores, los poderes de la vida que le constituyen.
Esos poderes de la vida definen la realidad huma- c) Dios sobre-natural y sobre-cultural
na (el Selhst profundo) que sólo puede expresarse ple-
namente de manera religiosa. Quizá pudiera decirse
que Dios mismo «está alentando» en nuestra vida, ac-
tuando a través de nuestra acción, pensando en nues- Dios no forma parte de la naturaleza humana. Cierta-
tro pensamiento. Por eso, estrictamente hablando, el mente, él avala y potencia aquello que nosotros somos. Pe-
humano sólo se conoce y se despliega en clave religio- ro, al mismo tiempo, nos trasciende, de manera que debe-
sa. En esta perspectiva se sitúa C. G. Jung (1875-1961). mos caminar (salir de nosotros mismos) para encontrarle.
- Otros, en fin, han supuesto que la religión pertene- Precisamente en este lugar de ruptura y trascendimiento,
ce a la naturaleza intelectual del humano. La religión se donde el humano ya no puede refugiarse en lo que es (na-
identifica con el mismo pensamiento racional, en una turaleza) ni en aquello que realiza (cultura) viene a des-
línea que hemos esbozado de algún modo al tratar de plegarse la experiencia religiosa.
la presencia de Dios en la razón (argumento «ontoló-
gico» de san Anselmo). En esta línea se puede definir
al ser humano como pensamiento de Dios, en el doble El h u m a n o es ser itinerante y paradógico, que
sentido de ese término: Dios piensa en nosotros y no-
sotros «pensamos a Dios». Según eso, la religión es la desborda las posibles fijaciones de la naturaleza o
verdad y despliegue racional del humano, como han de la historia (la cultura). Precisamente en su cami-
dicho de maneras diferentes los gnósticos del siglo II no de inquietud y paradoja situaremos la experien-
d. de C. y los ontologistas del siglo XIX. cia de Dios. Empecemos recordando lo ya dicho:
- El humano es un itinerante que no puede encerrarse
en su cultura: nunca logra contentarse con aquello que él
va haciendo, pues él trasciende sus propias creaciones:
por eso no se puede instalarse en su cultura y contentar-
se para siempre con lo que ha hecho o que habrá de ha-
cer un día (sus ideas, creaciones sociales, culturales). Por
eso, todo intento de divinización de la cultura resulta
destructor para los humanos: allí donde culmina todas
sus acciones culturales el humano continúa abierto.
- El humano ya no puede retornar a la naturaleza, a
fin de resguardarse en ella, como Ulises en su vieja tie-
rra y casa, a la pequeña isla de ítaca, alcanzando de
esa forma su felicidad. No hay retorno posible. Hemos
quemado para siempre las naves del retorno a la natu-
Pues bien, en contra de estas perspectivas, pien- raleza y no podemos definirnos ya por experiencias o
so que la religión no forma parte de la naturaleza tesoros que pudieran encontrarse en el pasado (ani-
mal, psicológico, intelectual) de nuestra vida. Nosotros
h u m a n a , pues ni el h u m a n o se define como natura- ya no somos un círculo que rueda y que se cierra, ab-
leza, ni la experiencia de Dios puede entenderse co- solutizando nuestra propia realidad natural.
m o u n a simple expresión de nuestra realidad. He-
mos dicho ya que el humano es más que naturaleza: Somos itinerantes teológicos: somos más que lo
no está hecho de antemano, ha roto el equilibrio que hacemos (cultura) y más que el puro mundo
con la naturaleza y no puede retornar en modo que nos hizo (naturaleza). No podemos limitarnos,
alguno a ella, para identificarse con algo que esté ni cerrar nuestro camino en un plano o en otro. So-
fuera de sí mismo. Por el contrario, el humano debe mos por esencia itinerantes de Dios. Precisamente

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 157


aquí recibe su sentido y se realiza la religión, como
experiencia de ruptura y trascendimiento: DIOS AYER, HOY, SIEMPRE
- Dios implica una ruptura: descubrimiento de la fi-
nitud (vacío) de todo lo que existe. Llegando hasta el No es tradicional, ni moderno, no es signo del pasado
ñnal, los humanos no podemos identificarnos con nin- o del futuro. Él aparece más allí donde el humano supera
guna realidad del mundo: no podemos cerrar los ojos el nivel de naturaleza y cultura; Él pertenece al nivel de la
y volver a la naturaleza, para descansar por siempre en experiencia específicamente humana de realización perso-
ella; pero tampoco podemos instalarnos en nosotros nal. Por eso, siendo el más esperado, Dios resulta siempre
mismos, felices con aquello que vamos creando sobre
el mundo. Hemos roto los niveles anteriores de la vida un descubrimiento absolutamente inesperado, regalo sor-
y en el alma llevamos una herida que no puede curar- prendente y siempre nuevo, gozoso, del misterio de la vida.
se sobre el mundo. Por eso caminamos.
- Dios es trascendimiento: no soy yo quien descubro
a Dios, sino que Dios me busca y saca de mi vieja reali- ¿Dónde se halla Dios? Él se desvela precisamen-
dad, capacitándome para vivir de una manera plena, co- te allí donde los humanos, caminando desde su pro-
mo humano, más allá de la naturaleza y la cultura. És- pia inquietud, rasgan los planos precedentes de na-
ta es la palabra original que la tradición judeocristiana turaleza y de cultura. E n ese lugar de escisión, allí
ha descubierto en la llamada de Abraham, allí donde donde el h u m a n o itinerante trasciende aquello que
Dios le dice: «sal de tu casa y de la casa de tu padre y ve- es (su origen cósmico y vital), superando al mismo
te hacia la tierra que yo te mostraré» (Gen 12,1-3).
tiempo, lo que hace, se vuelve posible la experiencia
El h u m a n o religioso es, como Abraham, u n pe- de Dios.
regrino: alguien que ha escuchado la llamada que le
pone en camino hacia lo nuevo, a la verdad de sí
mismo. Por eso debe caminar, sin volverse hacia d) Más allá de Kant. El Evangelio, voz de Dios
atrás, sin girar los ojos y mirar hacia el pasado (na-
turaleza). Tampoco puede quedar en su propia tie- Volvamos a la primera parte de este tema. Para
rra, para construirla con su esfuerzo (cultura); debe Descartes, Dios se vinculaba al despliegue de la ra-
caminar creadoramente hacia un tierra que Dios le zón, para Schleiermacher era sentimiento, para Kant
mostrará, u n a tierra donde al final todo es gracia. imperativo. Pues bien, en contra de eso, el Dios
Desde esa perspectiva, reasumiendo de manera sis- del Evangelio está vinculado a la gracia y autoridad
temática lo dicho, quiero situar nuestra itinerancia creadora. Así lo mostraremos, destacando el valor y
a nivel sobrenatural y sobrecultural. riesgos de una interpretación legalista de Dios.
- Dios pertenece al nivel de la sobre-naturaleza. No
es algo (alguien) cuya realidad pudiera deducirse de
aquello que nosotros mismos somos, en plano de vida DIOS
o pensamiento. Por eso, estrictamente hablando, la na-
turaleza no es Dios, pero nos pone en búsqueda, nos • Dios viene como gracia. En el principio de todas sus
hace itinerantes. Ella nos plantea una pregunta, no palabras Él es gracia, viene porque quiere. No ha empe-
puede darnos la respuesta. Dios, si existe, es más que zado diciendo ¡piensa, siente, actúa!, sino que su palabra
toda la naturaleza.
primera y más honda es ¡tú eres, yo te amo!, como vimos
- Dios pertenece al plano de la sobre-cultura. Cultu- al tratar de Me 1,9-11 (tema 5o). Así nos habla Dios, así se
ra es aquello que el humano realiza por sí mismo. Pues ha revelado como Padre.
bien, como hemos visto, Dios no es cultura de acción
o pensamiento humano. Todo lo que nosotros inventa- • Dios nos da autoridad. Al decirnos «tú eres», en pa-
mos o creamos es nuestro, proyección de nuestra acti- labra de amor, Dios nos ofrece poder para realizarnos cul-
vidad, pero nosotros seguimos caminando. El Dios de minando nuestra itinerancia, dándonos el Espíritu Santo,
nuestra itinerancia debe sorprendernos desde fuera: es decir, su misma capacidad creadora (cf. Me 1,9-11). De
tiene que venir por sí mismo, a fundar y culminar esa forma, su misma gracia se vuelve exigencia.
nuestro camino.

158 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


A partir de aquí podemos retomar el evangelio, mando la vida de aquellos que lo acogen Su lenguaje
no como demostración teórica de la existencia de no es simplemente indicativo no se limita a decir lo
Dios, sino como «anuncio y camino gozoso» de su que existe, a mostrarme lo que soy, sino que crea con
gracia Por eso, la manera de encontrar a Dios no es su palabra, dándome una capacidad nueva de ser y
pensar bien (como Anselmo o Descartes), ni sentir realizarme Dios dice su palabra y se muestra a si mis-
bien (como Schleiermacher), ni actuar bien (como mo creando nueva vida Por eso, frente al imperativo
kantiano de obligación (tu debes), el Dios del evangelio
Kant), sino dejar que Él venga a nuestro camino, ofrece su imperativo creador diciendo a los humanos,
como ha hecho en Cristo, escuchando y acogiendo por medio de Jesús / Vtve, yo te amo'
su Palabra El mismo Dios dirige así nuestro itine-
c Dios, palabra liberadora El Evangelio es libera-
rario nos abre el camino que lleva a su gracia dor, porque no se limita a crear simplemente de la na-
da sino que lo hace desde el fondo de pecado, angus-
tia y muerte en que se encuentra sumido el ser huma-
no Conforme a la experiencia profetica israelita, la
palabra Dios crea liberando a los humanos de la enfer-
medad y angustia en que se encuentran atrapados Se-
gún Mt 25,31-46, solo se puede hablar de Dios liberan-
do a los humanos dando de comer al hambriento, aco-
giendo al exiliado, visitando al enfermo y encarcelado
Por eso, allí donde no haya pensamiento, sentimiento
o ley dentro del viejo mundo, sin cambiar la realidad,
no se puede hablar de Dios en lenguaje cristiano
d Dios, palabra que llama El Evangelio es vocati-
vo palabra que interpela y pone en pie a quien puede
y quiere escucharla De alguna manera existían ya per-
sonas antes del Evangelio, es decir, antes de que Dios
les dirija la palabra había seres que pueden escuchar-
le, conforme a la definición de Rahner, que entiende al
ser humano como oyente de la Palabra de Dios Pero en
sentido estricto, el h u m a n o verdadero emerge allí don-
1 Llamada de Dios, camino humano de dialoga con Dios, en amor compartido Solo allí
donde hay amor existe ser h u m a n o verdadero como
Volvemos a la perspectiva de los temas 4 ° y 5 ° Palabra que llama al amor se expresa Dios, según el
(el Padre de Jesús, visión de Dios en Marcos) Dios Evangelio
nos habla Sólo así puede dar sentido a nuestra íti- e Dios, palabra dialogada El Evangelio llama para
nerancia traza y abre para nosotros un camino, que podamos responder y colaborar No crea por si
con su palabra narrativa, creadora, liberadora de mismo ni libera a solas, sino que crea y libera lla-
evangelio mando y colaborando con los humanos Por eso, por
su misma esencia, el Evangelio hace que surja una per-
a Dios palabra narrativa El Evangelio no enuncia sona responsable capaz de acoger y responder, un in-
lo que siempre existe como realidad intemporal del ser dividuo que desde esa llamada del Evangelio se en-
humano, sino que anuncia la actuación o llegada de cuentra a si mismo enriquecido e interpelado, pudien-
Dios que de forma creadora abre a los humanos una do responder al mismo Dios que le llama y a los
posibilidad nueva y fuerte de existencia El Evangelio humanos de su entorno Solo allí donde los humanos
es por tanto anuncio y narración de la existencia de dialogan entre si, alh donde se ayudan unos d otros en
Dios que se expresa y revela en la vida y mensaje hu- gesto de amor mutuo puede hablarse de Dios según el
mano de Jesús Los cristianos muestran la existencia Evangelio
de Dios contando la historia de Jesús, en forma de f Dios, palabra de gozo Paia Kant Dios se mos
mensaje y celebración (eucaristía) traba al fin como promesa de iehcidad asi gaianti/a
b Dios, palabra creadora (= performativa) El ba el cumplimiento y/o sanción de la ley Pues bii.n
Evangelio habla de Dios en forma creadora, transfor- para el Evangelio la palabra de felicidad se encuenda

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 159


al principio del despliegue de Dios: su evangelio es dialogar: es el descubrimiento práctico de la voz de
buena nueva, su mensaje es bienaventuranza. En el Dios, que a través de los siglos me ha venido creando
principio no está la ley, ni la dureza del pensamiento, y preparando para llamarme y enriquecerme ahora.
sino Gozo de la Vida: saber que existimos porque nos En ese aspecto el Evangelio se identifica con la misma
aman, gozar en la existencia. voz de Dios que potencia y libera. Su voz no m e dice:
¡tú eres porque piensas o actúas!, sino ¡vive, porque yo
E s t o s a s p e c t o s se c o n d e n s a n e n d o s : el D i o s d e l te amo, actúa porque estoy contigo!
E v a n g e l i o es p a l a b r a h i s t ó r i c a y c o m u n i t a r i a ; n o b. El Dios del Evangelio tiene un Mediador. No des-
p e r t e n e c e a la r a z ó n e t e r n a , s i e m p r e i d é n t i c a , s i n o cubro a Dios por mí mismo a través de una reflexión o
al c a m i n o y m e n s a j e d e la h i s t o r i a h u m a n a ; e n ella por mis obras. Sé que hay Dios y Dios es Padre porque
se m u e s t r a , e n ella v i e n e a d e s v e l a r s e , a b r i e n d o u n me lo dice Jesús, con la autoridad de su vida. Por eso
c a m i n o de diálogo h u m a n o , de b ú s q u e d a y comu- el Dios del Evangelio resulta inseparable de Jesucristo
nicación: Evangelizador. Sócrates era un mayeuta o partero, que
nos ayudaba a descubrir lo que existe en el fondo de
1. El Evangelio es palabra histórica: no expresa la nuestra vida. Descartes nos hacía pensar y precisar la
verdad eterna del h u m a n o como pensamiento o idea, verdad de nuestro pensamiento. Kant nos invita a for-
sino el camino de su historia, abierto y potenciado des- mular la ley moral. Sólo Jesús nos ha dado a Dios con
de la voz y testimonio de Jesús. Dios nos sigue hablan- su vida y con su muerte, pues Dios forma parte de su
do en la voz de su promesa, como vimos ya al tratar del misma vida.
Antiguo Testamento (tema 2.°); por eso, su palabra re-
sulta inseparable del éxodo y alianza israelita. Lógica- c. El Evangelio se expande en la historia. Por eso,
mente, el Evangelio tiene un pasado -Israel-, un cen- resulta inseparable de la vida y testimonio de la Iglesia
tro -la llamada de Jesús-, y un futuro -la culminación y de esa forma se entrelaza con la misma historia de
escatológica-. Dios se introduce en el camino de la his- los humanos que lo acogen, lo encarnan y responden
toria, o mejor dicho: hace posible el surgimiento de la por medio del Espíritu Santo. De esa forma nos sitúa
historia como realización de lo humano. en el lugar del riesgo: allí donde podemos rechazar la
oferta de su gracia y destruirnos a nosotros mismos.
2. El Evangelio es palabra comunitaria. No es algo Pero, al mismo tiempo, nos pone en el camino de la
que descubro por aislado, a través de un pensamiento gracia salvadora, allí donde el mismo Dios, por medio
interior, sino que me llama desde los demás, me inter- de Jesús, invita a ver a los ciegos, a trabajar a los man-
pela en unión con los humanos, especialmente con los cos, a caminar a los cojos, etc. Dios se hace principio
pobres y necesitados dentro de la historia. El Dios del de vida liberada y compartida. Allí donde los humanos
evangelio no viene a revelarse al que explora sin más se aman en libertad pueden decir y dicen: ¡Existe Dios
en la línea del «yo pienso, luego existo» (Descartes) o y vive, se expresa, en medio de nosotros!
del «tú debes...» (Kant), sino que se dirige siempre a
un «nosotros» comunitario, suscitando una «iglesia» o A partir de a q u í p o d e m o s volver a n u e s t r o diálo-
grupo de personas que se descubren vinculadas en el go c o n K a n t , p a r a c u l m i n a r n u e s t r a v i s i ó n d e D i o s
mismo camino de llamada y liberación. c o m o p r o b l e m a . P a r a Kant, e n el p r i n c i p i o del h u -
m a n o e s t a b a el i m p e r a t i v o ( a c t ú a . . . ) y al final la
p r o m e s a d e felicidad. P u e s b i e n , el Dios del Evange-
2. Historia de Dios, itinerario de felicidad lio comienza por el don de la felicidad:

S u p o n g o lo d i c h o al h a b l a r d e la T r i n i d a d ( t e m a • Dios no está al final, como garante de la corres-


pondencia entre acción y felicidad, sino al principio, en
6.°) y lo explícito e n clave d e h i s t o r i a y felicidad.
la raíz misma de nuestro surgimiento humano. No está
E m p e c e m o s p o r la h i s t o r i a t r i n i t a r i a :
al final como juez, para resolver el problema de una
a. En el origen está Dios Padre, no la humanidad racionalidad moral que no consigue hacernos felices,
que se expresa a sí misma como ley, ni el deber o pen- sino al principio como Padre que nos hace nacer, Crea-
samiento abstraco. El principio es el Padre: Dios como dor que nos pone en pie. Por eso la fe en Dios pertene-
persona que me llama. Por eso el Evangelio no es sim- ce a la raíz y a la verdad del Evangelio.
plemente el despliegue de mi propia humanidad, sino • La llamada a la felicidad pertenece a la raíz del
la voz de Aquel que me ha creado precisamente para Evangelio. El amor y gozo de Dios no está al final, si-

1 6 0 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


no al principio. No es amor de un Dios-Juez que san- un misterio de amor personal y de compromiso go-
ciona, conforme a lo que hicimos, sino amor de Padre zoso por el reino, es decir, por la vida de los demás.
que se goza en crearnos y acogernos (amarnos) como No es que sea «mala» o negativa la práctica kantia-
somos. Por eso la felicidad no es un postulado para el na, pero resulta insuficiente: Kant sigue inmerso en
final, sino un don original, que se escucha y expande la teoría, en las consideraciones generales sobre el
allí donde Jesús dice «bienaventurados vosotros, los
funcionamiento de la razón; habla de Dios desde la
pobres y enfermos, bienaventurados porque Dios os
ama y porque llega el reino» (cf. Le 6,20-21 par).
ley de la existencia. En contra de eso, Jesús habla y
actúa desde el hontanar del amor poderoso de Dios,
La felicidad no es consecuencia, algo que viene que transforma y enriquece la vida de los humanos.
después de que el ser humano ha trabajado, como
premio ultraterreno, sino que surge allí donde aco-
gemos la voz de Dios como explosión de vida, invi-
KANT Y JESÚS
tación al Evangelio. De esta forma invertimos el es-
quema kantiano. Para Kant en el principio está el • Kant es un teórico de la razón universal humana: di-
deber y la felicidad al final, como premio para cum- ce a los humanos que escuchen el imperativo y lo cumplan.
plidores de la ley. Para el Dios del Evangelio la feli- De esa forma ofrece una teoría moralista de lo humano que
cidad es lo primero: interpreta la muerte como fracaso, postulando para el más
• En el principio está la felicidad, no el deber. El allá la felicidad divina para los cumplidores de la ley.
Dios de la vida y amor es lo primero. No debo ganar la • Jesús, en cambio, es un profeta de la «razón salva-
felicidad a pulso, a base de buenas acciones, no tengo dora» de Dios. No teoriza sobre la ley, sino que ofrece, en
que esforzarme y trabajar para al fin ser feliz, sino al nombre de Dios, la gracia de la vida a los pobres y pe-
contrario: puedo y debo ser feliz sin hacer nada, por- queños de este mundo. Más allá de la ley, en gesto crea-
que Dios m e a m a y me llama (por puro amor) a su glo- dor de gozo, Jesús va ofreciendo la bienaventuranza de
ria. Por eso la felicidad es el origen de Dios, la palabra Dios a los perdidos de la tierra.
primera del Evangelio que dice ¡Bienaventurado! por-
que eres destinatario del amor de Dios y puedes trans-
mitirlo a los hermanos.
El Evangelio no presenta u n a teoría, no ofrece
una solución de carácter universal, sino que anun-
La felicidad es más poderosa que la muerte. Por eso, el cia y pone en marcha el gran acontecimiento de la
creyente puede ser feliz en medio de la persecución del salvación. Estrictamente hablando, Jesús no pro-
mundo, porque lleva dentro de sí el don de Dios, el gozo de mete ni inmortalidad, ni resurrección, sino que ha-
su reino. bla del Reino de Dios, que irrumpe y transforma la
vida de los humanos. Dios mismo se vuelve evange-
lio en Jesús, buena nueva de existencia para los hu-
• La felicidad empieza en este mundo. Para Kant, el manos. Saber que hay Dios y descubrir su presencia
m u n d o es lugar donde los humanos tienen que cum- en nuestra vida: ése es el mensaje básico de Cristo,
plir su deber, esperando una felicidad que les vendrá ésa es su revelación suprema.
sólo al final, tras el juicio de la muerte. En contra de
eso, el Dios del Evangelio ofrece desde ahora su felici-
dad de reino (curación, pan compartido, amor gozoso) Kant y Jesús. Kant era un teórico, hablaba de cosas aje-
a los pobres y pequeños, a los necesitados de la tierra, nas a su vida. Jesús, en cambio, habla a lodos con MI pro-
a través de los signos de este mundo: en el pan com- pia vida. Adaptando unas palabras clásicas de Orígenes
partido y la salud, en el amor mutuo y el don de la
vida.
que le presentaba como «reino en persona» (Autobasileia),
yo he querido interpretarle como «Dios en persona»: Jesús
Para Kant, el problema de Dios se sigue plan- es mensaje y palabra de Dios encarnada en la historia (cf.
teando a nivel abstracto, incluso en su Crítica de la Éste es el Hombre, Sec. Trinitario, Salamanca 1987).
razón práctica. Por el contrario, Dios es para Jesús

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 1 6 1


Bibliografía González, A., Teología natural, E u n s a , Pamplona 1985.
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Gómez Caffarena, J., El teísmo moral de Kant, Cristian- von Balthasar, H. U., El problema de Dios en el hombre ac-
dad, Madrid 1983. tual, Guadarrama, Madrid 1960.

* *

1. Ejercicio de autocomprobación
Completar las palabras que faltan. Solución en casilla siguiente.

1. La idea que tenemos de Dios demuestra su existencia según... 1. San Anselmo y Descartes
2. Interpreta la idea de Dios como ideal... 2. Kant
3. Según Feuerbach, Dios es una... del pensamiento humano. 3. Proyección
4. Schleiermacher define la religión como... dependencia. 4. Sentimiento de absoluta
5. La dependencia respecto a Dios permite que seamos... 5. Independientes
6. Kant dice: «sólo es totalmente buena una...» 6. Buena voluntad
7. El principio que regula la acción humana según Kant se llama... 7. Imperativo categórico
8. Según Kant, la existencia de Dios está... por la acción humana. 8. Postulada
9. Según Kant, tras la muerte Dios ha de ofrecer a los humanos... 9. Felicidad
10. Los estadios de la historia según A. Comte son los... 10. Mítico, filosófico y científico
11. El evangelio es palabra... 11. Narrativa, creadora...
12. El Dios del Evangelio empieza siendo... 12. Padre de Jesús

2. Prueba de síntesis
Para Kant, la existencia de Dios está ligada a la forma de actuación de los humanos. El Vaticano II (en el documento GS,
Gaudium et Spes, «Sobre la Iglesia en el mundo actual») ha querido destacar la relación entre fe en Dios y plenitud del hom-
bre, en clave individual y social. Desde ese fondo:
1. ¿En qué sentido decimos que Dios es principio y fuente de dignidad para el ser humano? ( G S 12-14).
2. ¿Qué aporta Dios a la conciencia moral de los hombres? (GS 16).
3. ¿Cómo podemos decir que Dios es principio de libertad para los humanos? (GS 17).

162 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


3. Prueba de ensayo
Valorar y comentar el texto que sigue, teniendo en cuenta lo dicho sobre el carácter natural, cultural, supranatural, su-
pracultural del hecho religioso, fijando el sentido de la desacrahzación moderna:
«Religión es la empresa humana por la que un cosmos sacrahzado queda establecido. Dicho de otro modo, religión es una
cosmización de tipo sacrahzante... La cosmización implica la identificación de este mundo humanamente significativo con el
mundo como tal, el primero con base en el segundo, bien reflejándolo, bien derivando de él en sus estructuras fundamenta-
les. Un cosmos así, como última base y título de la validez de los nomoi (sentido de la vida humana) no necesita ser sagrado.
Especialmente en los tiempos modernos se han hecho intentos totalmente seculares de cosmización, entre los cuales la
ciencia moderna es con mucho el más importante. Podemos decir, sin embargo, y sin temor a equivocarnos, que originaria-
mente toda cosrruzación tuvo un carácter sagrado. Y ello es verdad no sólo referido a los pocos milenios precedentes de la his-
toria de la humanidad a los que llamamos civilización, sino a la mayor parte de la historia humana. Desde un punto de vista
histórico, la mayor parte de los mundos del hombre han sido sacralizados. Efectivamente, parece como si solamente a través
de lo sagrado pudiera el hombre hasta hace poco concebir un cosmos.
Podemos, pues, afirmar que la religión ha desempeñado un papel estratégico en la empresa humana de construcción del
mundo. En la religión se encuentra la autoexterionzación del hombre de mayor alcance, su empresa de infundir en la reali-
dad sus propios significados. La religión implica que el orden humano sea proyectado en la totalidad del ser. O dicho de otro
modo, la religión es el intento audaz de concebir el universo entero como algo humanamente significativo (P. L. Berger, Va-
ra una teoría sociológica de la religión, Kairós, Barcelona 1971, 46-47, 49-50).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 163


8
Experiencia de Dios
Exploradores de misterio

Encuadre
orientativo De los lugares (entendimiento, sentimiento, voluntad) pasamos a la experiencia. No se pue-
de hablar de Dios en abstracto, sino en la medida en que nos relacionamos con él: nos hace-
mos personas y podemos vivir de un modo humano mientras avanzamos de manera tanteante.
Pues bien, la relación con Dios es un momento significativo de ese tanteo experiencial.
Quizá en otro tiempo estuvimos dominados por un tipo de religión dogmática, muy segura de
sus formulaciones sobre Dios, muy parecida a un sistema de conocimientos y normas morales.
Pues bien, desde la misma raíz del cristianismo y a partir de la búsqueda moderna (posmoder-
na), se vuelve necesario situar a Dios en el itinerario de la experiencia fundante del humano.
Como maestro y amigo de experiencia evocamos a Jesús (de quien trataban los temas 4.° y
5.° de este libro). Pero, al mismo tiempo, queremos que nuestro recorrido sirva para no cre-
yentes, personas que buscan a Dios sin la confianza de encontrarle. Éste será un itinerario an-
tropológico que iremos trazando y recorriendo con la ayuda de algunos pensadores de los últi-
mos decenios. No podremos aferrarle con las manos, pero es posible que el rostro de Dios se
(nos) ilumine mientras vamos avanzando en el trayecto.

S
omos experiencia. Muchas veces quisiéramos Ciertamente, la experiencia de Dios no es de ti-
hablar de Dios desde lo externo, sin compromi- po extático (expresada en visiones, audiciones, sen-
so personal, como si el tema de su realidad no timientos de tipo emocional...), sino que se en-
se encontrara vinculada a nuestra vida, como si su cuentra vinculada a la tarea primordial de nuestra
ser o no ser fuera solamente u n juego de teoría. Pues propia vida. No estamos definidos, ni leñemos un
bien, en contra de eso sostenemos que Dios forma camino ya trazado: debemos trazarlo, probando,
parte de nuestra experiencia original: podemos en- tanteando y aprendiendo a través tic los fracasos.
contrarle (se nos muestra y le «probamos») allí don- Pues bien, como elemento primordial tic esc lanloo
de buscamos y encontramos en forma agradecida y y prueba que nosotros mismos somos emerge lo di-
tanteante el sentido radical de nuestra vida. vino.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 165


principio, fuerza) de aquello que nos hace ser y
PRUEBAS Y EXPERIENCIAS SECUNDARIAS realizarnos como humanos.
Quizá pudiéramos decir que Dios es la experien-
• Hay pruebas y experiencias secundarias, que nos cia originaria. No está fuera de nosotros, sino den-
afectan a nivel externo (como casi todas las que pueden tro, como fuente y sentido del camino que vamos
programarse y medirse por las ciencias positivas). Pero recorriendo. Pero, al mismo tiempo, debemos aña-
hay otras que conforman y definen nuestro propio ser dir que Él nos sobrepasa, desbordando siempre
personal: no estamos hechos, nos hacemos, a lo largo de aquello que podemos alcanzar en nuestra propia
un proceso en el que vamos tanteando para encontrar de marcha humana. El conocimiento de Dios pertene-
esa manera nuestro propio ser, nuestro futuro. ce a lo que Pascal llamaba «espíritu de finura» y se
• En el sentido más profundo, nosotros mismos so- encuentra vinculado a u n riesgo o apuesta que no-
mos experiencia: vamos realizando la vida en una marcha sotros mismos somos. Apuesta significa desafío: si
probativa que define realidad como personas. No es que no arriesgamos nada, si no le entregamos nuestra
podamos escoger: queramos o no, estamos obligados a vida jamás conoceremos a Dios. Pues bien, dicho
elegir nuestro camino y realizarnos de manera tanteante, eso, debemos añadir que la experiencia de Dios
en un proceso experiencial que define nuestra propia vi- constituye una apuesta o riesgo creativo:
da dentro de este mundo.
- Es un riesgo razonable. Ciertamente, Dios no se
demuestra por la ciencia. Pero resulta razonable plan-
tearse su problema, conforme a lo indicado en el tema
B. Pascal (1623-1662) distingue dos actitudes que defi- anterior, al relacionarle con razón y sentimiento.
nen nuestra forma de entender a Dios e interpretarle en el - Dios es un riesgo compartido. No buscamos a Dios
conjunto de la vida. 1) Hay un espíritu de geometría que se a solas, no somos los primeros en hacerlo, sino que
aplica en el estudio de las cosas exteriores (de los seres ma- asumimos su búsqueda con millones de varones y mu-
teriales o en el mundo externo que estudiaba R. Descartes). jeres que, a lo largo de la historia, han planteado su
existencia.
Por eso, las verdades de la geometría no me atañen, no me
- Es un riesgo enriquecido por la propia presencia de
inquietan. Lógicamente, no se puede demostrar que hay Dios que nos alienta y sostiene. En las páginas que si-
Dios por geometría, como parecían intentarlo de algún mo- guen destacamos sobre todo este tercer rasgo: Dios
do Descartes y aquellos que sitúan su problema en un nivel nos acompaña en nuestro riesgo, haciendo que poda-
de pensamiento racional y de teoría. 2) Hay un espíritu de mos optar por su existencia, con la ayuda de su propia
finura o sabiduría personal que se aplica al conocimiento gracia (de su presencia en nosotros).
interior, a la experiencia propia de la vida. En esta pers-
pectiva no podemos ya mirar «como espectadores» hacia
las cosas que se encuentran fuera, pues aquello que busca-
mos forma parte de nuestra propia vida, está implicado en CONABRAHÁN
nuestra misma forma de existir y realizarnos sobre el mun-
do. A este nivel sólo podemos conocer una realidad si no- Creer en Dios implica realizarnos plenamente como
sotros mismos nos hallamos implicados en ella. humanos, en camino de ruptura y creatividad: Sal de tu
casa, de la casa de tu padre, y vete hacia la tierra que yo te
mostraré (cf. Gen 12,1-3). También nosotros, como Ábra-
hán, tenemos que dejar la vieja patria y caminar, hacién-
Sólo en esta marcha experiencial podemos en-
donos humanos, hacia el futuro de la manifestación de
contrar a Dios, como presupuesto y sentido de
Dios, en marcha arriesgada y hermosa en la que Dios vie-
aquello que somos y buscamos. No le hallamos en
ne a desvelarse.
plano de ideas o vivencias, ni a nivel de actuación (o
praxis) sobre el m u n d o . Dios se encuentra vincula-
do a nuestro mismo proceso experiencial, a nuestra
forma de ser y realizarnos como humanos. Así Ésta es una itinerancia o marcha teológica, que
decimos que él habita en la hondura (inspiración, resulta inseparable de la marcha antropológica: ca-

166 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


m i n a m o s hacia Dios en la medida en que tendemos - Buscamos nuestro origen, la raíz donde estamos
hacia el sentido y plenitud de nuestra vida, confor- implantados (X. Zubiri).
m e a la palabra fundante de la Biblia: Creced, mul- - Buscamos nuestro fin, la trascendencia, que nos
tiplicaos, dominad la tierra (cf. Gen 1,28). También hace ser (K. Rahner).
nosotros queremos hacernos h u m a n o s buscando a - Buscamos al Dios que está fuera y dentro de noso-
Dios, en u n camino que incluye tres momentos: tros, uniendo revelación e inmanencia.

1. Religación. Caminar desde el origen

Guía de lectura El humano es un viviente que pregunta por su origen. Se eleva sobre su medio vital, vuelve
atrás y mira a su principio, descubriendo de esa forma el «humus» o tierra donde se encuentra
sustentado.
- Dios aparece así como aquel que implanta nuestra vida en su misma realidad y riqueza.
- Dios es aquel que envía a los humanos, ofreciéndoles la tarea de ser y realizarse como hu-
mano.
- Finalmente, el ser de Dios habita al interior de los humanos en experiencia de religación
intensa.

a) Estamos implantados. Principio del camino


En las raíces. Estamos sustentados: nuestra vida tiene
un fondo en el que puede centrarse y apoyarse, como sa- Somos «como u n árbol plantado a la ribera de la
ben las antiguas religiones de la naturaleza. Volvemos de acequia y que da fruto a su tiempo» (Sal 1,3). Se
algún modo a ellas, recuperando en clave de trascendencia hunden nuestras raíces sobre el suelo de la m a d r e
judía y encarnación cristiana sus elementos básicos. Éstos tierra y allí crecen, se afirman y aseguran, de ma-
son sus rasgos principales: la confianza originaria del hu- nera que nosotros podemos crecer bien asegura-
mano, su apertura a la sacralidad del mundo. dos 1 . Esta tierra es signo religioso: expresión de la
potencia germinante de la vida divina que actúa co-
mo «madre engendradora». Nacemos de esa madre,
Las reflexiones que siguen se inspiran libremente en ella se ha implantado nuestro tronco y de esa for-
en el pensamiento de X. Zubiri (1898-1983), desde su ma nos sentimos sustentados, cobijados, bien segu-
obra más antigua (Naturaleza, Historia, Dios: 1944), ros. Por eso, la experiencia de Dios es en principio
hasta algunos de sus últimos trabajos (El problema confianza originaria. No estamos arrojados sobre el
teologal de Dios: 1982). Dejo a un lado la trilogía teo- mundo, dislocados, desgajados, vacilando sobre un
lógica postuma (El Hombre y Dios, 1885; El problema fondo de terror y nada. Tampoco nos hallamos en-
filosófico de historia de las religiones, 1993; El proble-
ma teologal del hombre, 1997), pues su estudio obli-
garía a realizar una serie de precisiones filosóficas 1
Destacamos el origen o arkhé: miramos hacia atrás, para
que desbordan nuestro intento. Más que la fidelidad conocer nuestro fundamento: ¿dónde estamos cimentados?, ¿do
a Zubiri me importa el despliegue del tema (de mi dónde provenimos?, ¿quién sostiene nuestra vida, si es que cst.i
propio pensamiento) fijando los tres rasgos de la ex- mos sobre el mundo sostenidos? Así responde Zubiri: nos ImlLi
periencia fundamental del ser humano: implantación, mos implantados sobre el mundo, nos envía Dios y descubi i
mos finalmente que ese Dios habita dentro de nosolms (nos
misión, religación. Lo divino no es algo añadido, que religa a su misterio). He ofrecido una visión práctica de csla
se pueda quitar y poner, sino un momento básico de experiencia en Hombre y mujer en las religiones, RVU, Estclla
nuestro itinerario de realización personal. 1996.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 167


cerrados en nosotros mismos, obligados a girar so- Esta experiencia puede y debe estructurarse en tér-
bre nuestro centro (nuestra vida). minos maternos: el mundo es como madre que nos ha-
ce nacer y nos protege. Sin esta raíz, sin la confianza
básica en Aquello (Aquel) que nos sustenta, sería luego
muy difícil hablar de lo divino. En el principio era la
materia sustentante (madre buena que nos ha dado la
vida), de manera que nosotros somos como un «árbol»
que se arraiga y va creciendo en buena tierra.
Esta experiencia de confianza original sitúa el co-
mienzo de nuestra marcha hacia Dios en el lugar
donde nosotros, pobres humanos, nos sentimos sus-
tentados, protegidos, por la fuerza primigenia, ma-
terna de la vida. En este plano nos sabemos «hijos»
de un Dios a quien podemos presentar como madre
y padre (en sentido abarcardor). Apoyados en su
fuerza germinal, nos sentimos «hermanos» de todos
las restantes realidades de este cosmos, del sol y de
la luna, etc. Compartimos una vida más extensa que
florece sin cesar y que se expande, llena de misterio
y de sentido porque brota como u n árbol desde el se-
no de la madre realidad (del Dios originante).
Esta experiencia de implantación, vinculada al
• Vivimos porque estamos implantados. Esta expe- Dios del cosmos, no pasa y se pierde en los nuevos
riencia de fundamentación no es algo que nosotros ha- momentos que veremos (de envío y religión) sino
cemos sino que nos hace. No somos nosotros los que ela- que queda asumida en ellos. Hoy, al final del siglo
boramos esta experiencia, sino que ella viene a susten-
tarnos, de manera que sirve de base para las restantes XX, cuando muchos hombres y mujeres de Occi-
experiencias de carácter humanizador. Conforme a esta dente parecen olvidar sus raíces cristianas, puede
visión, en el principio, nuestra vida está llena de sentido. encontrarse en ellos esta experiencia, lo mismo que
sucedió en los siglos fuertes de crisis y caída de la
Lo primero no es la angustia existencial, ni la lucha
a muerte por la vida, ni la nada amenazante. Tampoco cultura helenista. En ese contexto podemos citar u n
hallamos al principio la envidia que enfrenta a los her- famoso texto hermético, ya conocido y nuevamente
manos, o el vacío de la mente que debe evadirse de las encontrado entre los libros gnósticos de Nag Ham-
cosas de la tierra. Nuestra raíz es el sentido de la vida, madi (copiados en el siglo IV d. de C ) . Los orantes
fuente de ser y confianza originaria. Quizá pudiéra- se acercan al Dios padre/madre agradeciéndole la
mos añadir que el principio es «la madre divina», sim- vida y pidiéndole conocimiento (gnosis):
bolizada por la tierra. En perspectiva de revelación Nos alegramos de haber sido iluminados por tu gnosis.
cristiana, Jn 1,1 dirá que en el principio era la palabra, Nos alegramos porque, en este cuerpo,
esto es, la comunicación divina. tú has hecho de nosotros dioses en tu gnosis.
• Esta experiencia de implantación cósmica (de La acción de gracias del humano, que llega hasta ti,
arraigo en lo divino) nos vincula al conjunto del cos- es la única (cosa) que hace que te conozcamos.
mos, entendido como realidad fundante (natura natu- Te hemos conocido, oh luz espiritual, oh vida de la vida.
rans: «materia originante). Por eso, antes de hablar de Te hemos conocido, oh seno maternal de toda semilla.
Dios o de los dioses, debemos hablar de la realidad que Te hemos conocido, oh seno maternal
nos ha hecho nacer y nos cobija, ofreciéndonos princi- que concibes por la naturaleza del Padre engendrador.
pio y raíz en la existencia. Ésta es una experiencia bá- He aquí cómo hemos venerado tu bondad.
sica de radicalidad: no estamos simplemente arrojados Te pedimos que accedas a un solo deseo:
en el mundo, vacilando entre el ser y el no ser, sino queremos ser guardados en la gnosis.
bien arraigados en la realidad nutricia, de manera que [NHL VI, 7; cf. R. Kuntzmann (ed.), Nag Hammadi,
podemos confiar en ella. EVD, Estella 1988, 103].

168 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


- Por un lado, perdemos nuestra anterior pasividad:
ahora tenemos que ser «por nosotros mismos». Ya no
PRINCIPIO RELIGIOSO estamos simplemente arraigados sobre el mundo co-
mo árbol en equilibrio total con el ambiente, o como
En esta perspectiva, Dios está cerca de lo que pudié- animal vinculado de manera biológica a su medio.
ramos llamar naturaleza sagrada y la religión es vivencia Precisamente por haber asumido su propia libertad,
de sentido (de inmersión cósmica). Esta experiencia se el humano tiene muchas veces la impresión de ha-
encuentra especialmente vinculada a las religiones de la llarse desfondado, sin guarida sobre el mundo, sin
naturaleza (= paganas), pero ella ha pervivido y se expre- cobijo en el ambiente. Mira en el entorno y se siente
sa también en las restantes religiones (tanto de la interio- extraño: no hace juego con los otros vivientes de la
ridad como de la historia), que deben volver siempre a la tierra.
raíz sacral del cosmos. Pues bien, esto que parece su pobreza en relación
con otros animales (ajustados a su medio) constituye
la máxima riqueza del humano que, naciendo del
Esta oración destaca la confianza originaria: el cosmos, lo desborda, viniendo a realizarse de esa for-
creyente es creatura resguardada en el seno de la ma como un ser autónomo, capaz de ir trazando su
camino. Esta ruptura o desgarrón, esta extrañeza del
madre, árbol plantado junto al agua (para emplear humano es primordial para entender la experiencia
la metáfora anterior). Por la religión nos descubri- de Dios: quien se sienta «totalmente ajustado a su
mos arraigados en la vida: la sabia de Dios sube, contexto», quien se juzgue feliz por encontrarse «ins-
alienta en nuestra entraña. No estamos como pie- talado en la finitud» no podrá tener esta experiencia
dra que rueda y se pierde a la vera del camino. No religiosa de libertad y envío de que hablamos; queda-
somos desperdicio de la tierra, débil luz que brilla rá fijado en el plano precedente, del árbol que se
para luego oscurecerse sin sentido para siempre. arraiga de manera natural sobre la entraña de la ma-
Somos, de algún modo, divinos, inmortales, pues la dre tierra.
vida de Dios vive y permanece en nuestra entraña. - Esta experiencia se encuentra vinculado al carácter
de camino de la vida. El árbol se limita a mantenerse
donde está: no tiene más función que crecer y mante-
b) Somos enviados. Tarea en el camino nerse en equilibrio vital con los restantes seres de su
ambiente. Por el contrario, el humano debe realizarse
No estamos condenados a la inmovilidad, con a sí mismo, asumiendo la tarea de ser en itinerancia
las raíces en la tierra, como el árbol que no puede (en libertad) sobre la tierra. En el plano anterior, la re-
separarse de su origen. En un momento dado, el ligión era experiencia de absoluta y rica dependencia
(en la línea que hemos visto al tratar de Schleierma-
principio de la vida (madre/padre) nos desliga de su cher). Ahora, ella viene a mostrarse como experiencia
seno y nos «alumbra» de manera que debemos rea- de libertad, como indicación de una tarea que debe-
lizarnos como libres, responsables de nosotros mis- mos realizar sobre la tierra.
mos, asumiendo nuestra propia tarea y camino, so-
Dios, a quien seguimos entendiendo como principio
bre el ancho campo de la tierra. Ya no estamos sim- de realidad, ha «enviado» al ser humano para que asuma
plemente implantados: somos enviados. su ser y lo despliegue. Sólo cumpliendo esa tarea (desde
Eso significa que hemos recibido el encargo de su propia libertad), el humano puede crecer y definirse,
ser y realizarnos. Nuestra vida es misión: nos han realizando su existencia. No le basta con dejarse estar,
puesto en el m u n d o con el fin de que podamos rea- tiene que hacerse, descubriendo a Dios como aquel que
funda su libertad y le envía de manera libre y responsa-
lizarnos de manera independiente, es decir, como ble sobre el mundo. El ser humano ha perdido su esta-
personas. Rompemos de esa forma el «huevo cósmi- bilidad cósmica y debe alcanzar otro tipo de estabilidad
co», rasgamos la matriz de la naturaleza originante o plenitud, asumiendo su propia tarea de hacerse, en re-
y comenzamos a vivir como personas, desde un Dios lación con los restantes humanos del entorno.
que aparece como gran mitente, aquel que nos ha
puesto sobre el mundo, ofreciéndonos la tarea de ser Una vez que hemos llegado aquí, debemos dis-
libres. Dos son los supuestos principales de su envío. tinguir nuevamente los diversos tipos de experien-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 169


cia religiosa, avanzando sobre lo que ya hemos vis-
to en el momento anterior. Utilizamos para ello los Novedad israelita. Así pasamos del espacio cósmico
símbolos más hondos y comunes de padre y madre. (religiones paganas) al camino israelita, definido (como
Significativamente, invertimos el orden de los tér- hemos indicado en la primera parte de este libro) por el
minos, comenzando por la madre, porque en ella éxodo y promesas, es decir, por la tarea que Dios mismo ha
está el principio de la vida, la fuente de toda expe- querido asignarnos. Ya no es religioso aquel que se deja
riencia religiosa. enriquecer por la sacralidad del cosmos, sino aquel que su-
be a la «montaña de Dios» para recibir y realizar su tarea.
- En la línea maternal antes citada (implantación),
La religión ya no es hundirse en un mundo sagrado: no es
la religión era vivencia de inmersión sacral, u n a espe-
cie de sentimiento oceánico: Dios es como el m a r de vi- cerrar los ojos y saber que no existen ya contradicciones,
da donde m e dejo vivir, muchas veces sin saberlo. pues todo es paraíso. Al contrario, Dios me invita a salir
- En esta nueva línea, de tipo más paterno, Dios del paraíso, confiándome la tarea de existir y realizarme
ya no se entiende como el Todo donde viene a cobi- como humano, a través de una existencia conflictiva.
jarse mi existencia, sino que es Aquel que m e envía Aceptar ese conflicto y aceptarme en él como tarea: eso es
sobre el m u n d o y m e señala la tarea de la vida de tal la experiencia religiosa.
forma que yo debo realizarla (y realizarme a través
de ella).
La tarea religiosa no consiste en hacer cosas, re-
correr caminos exteriores, resolver problemas. La
tarea consiste en ser yo mismo, pues me he vuelto
ahora tarea, camino y problema. En esta perspecti- TODO CREYENTE ES PROFETA
va, Dios viene a mostrarse como experiencia de su-
Todo creyente es profeta o, quizá mejor, mesías: Dios
prema libertad: soy porque me ha hecho ser; cami-
mismo le ha encomendado una tarea sobre el mundo y él
no porque Dios va suscitando y abriendo mi cami-
debe realizarla. Dios aparece a este nivel como fuente de
no; existo plenamente en la medida en que asumo
libertad radical: me impulsa y envía, me habla y me lla-
mi tarea y cumplo con fidelidad la misión que me
ma, para que yo pueda realizarme de manera autónoma,
ha asignado (de ser yo mismo). Por eso, superando
desplegando así mi propia humanidad, al servicio de los
el nivel del «sentimiento oceánico» de inmersión sa-
otros. Conforme a la palabra israelita, esta experiencia de
grada en el todo divino, la religión viene a enten-
libertad se encuentra vinculada a la exigencia del amor
derse como sentimiento de máxima creatividad, tal
interhumano, en línea de justicia: creer en Dios implica
como han mostrado de un modo muy claro los pro-
asumir la tarea de la propia libertad sobre el mundo, en
fetas de Israel. Así la definimos:
apertura confiada a los demás, conforme a los principios
- Creer en Dios es escuchar: saber que me envía y del pacto.
conocer la tarea que ha querido asignarme, en medio
de la tierra. En el momento anterior, el ser divino no
tenía que decirme nada; simplemente me hacía ser, me
implantaba. Ahora m e habla: yo soy: existo como per-
sona responsable, en la medida en que escucho su pa-
labra y le respondo: ¿Qué quiere de mí? ¿Hacia dónde
En esta línea, la religión es expresión de mesia-
dirige mi existencia? nismo: el creyente sabe que Dios le ha encomenda-
do una tarea; por eso ya no se limita a pervivir, de-
- Creer en Dios implica un compromiso de «obe-
diencia»: escuchar con asentimiento y responder con
jando que la vida le resbale desde fuera, sino que se
la vida a la tarea que Dios me ha encomendado. Al asu- hace a sí mismo (en gesto de fidelidad ética), res-
mir esa tarea, m e asumo a mí mismo como humano y pondiendo de esa forma a lo divino. E n algún senti-
despliego mi existencia en gesto de creatividad funda- do, la religión se vuelve ética (proceso de fidelidad y
mentante. No me limito a hacer pequeñas cosas: me realización humana). Esto lo sabe de algún modo
hago a m í mismo, desde Dios; hago mi vida en diálogo toda religión, pero sólo lo ha desarrollado de forma
de fidelidad. consecuente la israelita.

170 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


c) Somos religados En este último nivel de religación me sitúo, no
para rechazar los anteriores sino para asumirlos
Dando u n paso más, puedo afirmar que el Dios desde su máximo despliegue. Estrictamente ha-
que me ha enviado (plano israelita) no queda luego blando, la religación (presencia de Dios como fuen-
fuera de mí vida, observando lo que pasa, sino que te de vida personal al interior de nuestra vida) for-
permanece conmigo y me acompaña. No me lanza m a parte de la estructura más profunda de las gran-
sobre el m u n d o para luego abandonarme en el ca- des religiones. De m a n e r a ilustrativa podemos
mino, como espectador que espera el fin de la aven- distinguir tres modelos:
tura o como juez ya preparado para sancionarla, si- - Religación por pacto. Está vinculada a la expe-
no que me acompaña: camina dentro de mí, como riencia israelita: Dios aparece como Aquel que, siendo
vida de mi vida, en gesto de enriquecimiento reli- fundamento de todo y habiéndonos dirigido su pala-
gioso que llamamos re-ligación. bra, camina con nosotros en alianza. Como amigo que
habita en amigo, como esposo/a que enriquece en
Llegados aquí podemos trazar el esquema con- amor la vida de la esposa/o, así se «re-liga» o vincula
creto de los tres «momentos» de la religión o, mejor Dios con los humanos, alentando por dentro su exis-
dicho, de los niveles de la manifestación de Dios. Se tencia.
ha dicho a veces que Dios y amor son las palabras - Religación por encarnación. Avanza en la línea an-
más confusas del vocabulario, porque pueden sig- terior, llevando al máximo la experiencia de enriqueci-
nificar casi todas las cosas. Pues bien, en contra de miento interior. Ya no estamos simplemente implan-
eso, quiero destacar los tres rasgos principales de tados en Dios, ni caminamos con él en alianza, pues
Dios, viéndolos como momentos de un proceso Dios mismo «se implanta» y realiza en nuestra histo-
de despliegue divino y realización del ser humano: ria, vinculándose por dentro a nuestra vida, en gesto
de solidaridad y enriquecimiento máximo.
- Implantación. En el primer momento, Dios es Im-
plantador, Madre abarcadora en cuyo seno sigo respi- -Religación por inhahitación espiritual. Es la res-
rando, pero sin lograr verdadera independencia. Quizá puesta más conocida de las religiones orientales (hin-
pueda añadir que el mismo Dios respira y vive en mi duismo, en algún modo budismo). Lo divino penetra
interior, ofreciéndome su vida, pero sin hacerme toda- por dentro en la vida interior de los humanos, hacién-
vía verdaderamente independiente. dose Vida y amor en su vida.
- Envío. Dios es Mitente: Padre que me envía y obli- Entendida así, en sus varias formas, la religa-
ga a vivir por mí mismo, haciéndome capaz de asumir ción asume y recupera aspectos del primer mo-
una tarea para realizarla y realizarme así de forma ver- mento religioso (de la implantación). Pero ahora,
dadera. Antes era prioritario el símbolo de Madre, aho- una vez que el envío ha iluminado la libertad del
ra el de Padre, pero luego descubrimos que ambos se ser h u m a n o , debemos superar los posibles rasgos
vinculan, de manera que pueden emplearse al mismo
tiempo en el doble sentido de fundamentación y envío. vitalistas de la implantación (tierra m a d r e y planta
que nace de esa tierra), para interpretar nuestra
- Religación. Culminado el camino anterior, el mis-
mo Dios Madre/Padre aparece como Religante: es Ami- existencia en forma de camino personal de diálogo
go/Amor cercano que llena mi existencia. Este Dios ya sagrado. El Dios que nos re-liga en Amor (que se
no habita en mi interior como substrato o raíz de mi vincula de forma personal y profunda con noso-
existencia (madre), ni dirige mi vida desde fuera, tra- tros) es el mismo que parecía Madre y Padre, cul-
zando un camino que yo debe recorrer después a solas minando así la genealogía del Amor, que se vuelve
(padre). Éste es El Dios que Está con Nosotros, Vida in- principio de encuentro y comunión entre perso-
terior que alienta en nuestra vida. nas.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 171


2. Trascendencia. Caminar hacia la meta
Guia de lectura
Por buscar su origen y tarea en Dios, el humano puede cesar hacia su propia trascendencia,
entendida como desbordamiento y plenitud de vida.
- El humano camina hacia su propio futuro y sólo puede encontrarlo si, de algún modo, co-
noce ya la Meta a la que tiende, si Dios mismo, potencia de futuro, le hace tender hacia su Meta.
- Dios llama y atrae al ser humano desde su futuro, invitándole a tender hacia su Meta, sin
dejarse vencer por las limitaciones del camino.

Las reflexiones anteriores se mantenían de ma- Continuamos de esta forma en la línea de lo que an-
nera general a nivel de arqueología (= estudio del tes hemos presentado como envío o misión (Dios
origen): presentaban al h u m a n o como árbol bien nos concede una tarea y debemos realizarla), pero
fundado sobre el «humus» de la madre tierra. Aho- destacando los aspectos personales de nuestra rela-
ra pasamos al nivel de la teleología: buscamos la me- ción con lo divino. Para plantear el tema empezare-
ta final de nuestra vida y destacamos el aspecto dia- mos diciendo que existe en nuestra misma vida u n
logal del camino de Dios. Seguimos siendo como u n desnivel entre las cosas que sabemos y queremos
árbol que h u n d e sus raíces en la madre tierra. Pero (entes, valores limitados) y aquello que en verdad
más que las raíces nos importan ya las ramas, que deseamos saber y conocer (lo Infinito del ser y el
se elevan y elevan en el cielo, siempre buscando a Bien supremo).
Dios hacia la altura.
Más que su origen (haber nacido de la tierra), al
El humano, viviente abierto. Somos una gran inteno-
h u m a n o le define su meta: tiende hacia un futuro y
gación. Nos han hecho para conocer y amar lo trascen-
trascendencia que, siendo inalcanzable, le mantie-
dente, tendiendo hacia una meta que siempre nos desbor-
ne en tensión incesante. Así lo ha destacado el pen-
da, que buscamos sin cesar y nunca hallamos por nosotros
samiento trascendental, que han desarrollado algu-
mismos. Así nos vinculamos con un Dios que nos envía y
nos teólogos alemanes, especialmente Rahner, a
nos espera (le buscamos), desbordando aquello que pode-
quien t o m a m o s como punto de partida de la expo-
mos conocer y realizar por nosotros mismos.
sición que sigue.
El mismo ser humano es apertura: como un árbol cu-
Se suele llamar trascendental la realidad que por ya rama (su tronco principal) se extiende siempre más y
abrirse a lo infinito supera los niveles concretos del expande nuevamente sus brotes hacia el Infinito, sin llegar
m u n d o (= predicamentales). Pues bien, como vi- nunca a encontrarlo. Así se distiende y expande el huma-
viente que se mantiene y realiza en camino de rea- no, sin jamás saciarse, sin hallar reposo o patria verdade-
lización infinita, el h u m a n o se define por esa aper- ra sobre el mundo. Conoce y ama los entes limitados, pero
tura trascendental. Ciertamente, conoce los seres no logran saciarle, pues en ellos busca el Ser ilimitado, en
concretos (los entes), desea y se goza en los bienes plano de conocimiento (contemplar la Realidad en sí) y de
finitos (pequeños valores y gozos del mundo). Pero amor (unirse al Absoluto).
sólo puede hacerlo porque se halla abierto al Ser de
lo infinito, en conocimiento y voluntad.
- Conocemos y queremos, por un lado, cosas bien
E n esta perspectiva, llegando hasta el fondo del concretas: todo lo que existe sobre el mundo, en clave
esquema trascendental, hemos querido destacar la de producción y consumo, de afecto personal y rela-
novedad del diálogo sagrado. Dios irá mostrándose ciones sociales. En este nivel de realidades «predica-
como alguien que (si existe) se desvela al llamarnos mentales» (limitadas) nos movemos sin cesar sobre la
y acogernos, al abrir nuestro deseo y respondernos. tierra.

172 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


- Pero en el fondo buscamos lo Infinito, en plano de nera que somos haciéndonos camino. Frente al ani-
conocimiento y amor. Sólo ese itinerario trascendente mal que viene con las respuestas sabidas (al menos
(que no se para en ninguna realidad del mundo) fun- en general), el humano tiene unas preguntas a las
damenta y da sentido a los aspectos más profundos de cuales no ha dado todavía una respuesta.
la vida h u m a n a (en plano de conocimiento y voluntad).
- En un plano más superficial, hay preguntas inme-
De esa forma vive y se despliega el ser humano, diatas o penúltimas que vamos planteando y resolvien-
dislocado, distendido entre lo que tiene y aquello do en el camino, a medida que avanzamos: son cues-
que busca y le desborda. ¿No sería mejor que le sa- tiones acerca de los entes que queremos conocer o dis-
ciara ya aquello que posee? ¿No sería preferible que frutar. A este nivel se sitúan los deseos que se sacian a
le contentara lo que ya conoce? ¿No será locura ese nivel de historia.
camino de búsqueda inquieta que nunca se acaba, - Hay últimas preguntas que nos acompañan siem-
ese constante desajuste? ¿A quién está buscando el pre y que definen nuestra más honda realidad como
humano de esa forma? La tradición religiosa ha res- personas: ¿hacia dónde vamos?, ¿tiene sentido nuestra
pondido: busca al Infinito Dios que, sin cesar, le vida?, ¿hay Alguien que pueda recibir (o culminar)
atrae y guía su camino. nuestra existencia? (Cf. L. Cencillo, La última pregun-
ta, Sigúeme, Salamanca 1983).
Estas últimas preguntas se resumen sólo en una:
PENSAMIENTO TRASCENDENTAL ¿existe en realidad para el humano un camino que
conduce hacia su propia verdad o hay sólo Sendas Per-
Podemos evocar a M. Blondel (1861-1949) y/. Mare- didas en un bosque, que vuelven y se cruzan sin cesar,
chal (1878-1944), P. Tillich (1886-1965) y K. Rahner (1904- sin llevar a ningún lado (como dice el título famoso de
1984). De un modo general, la religión es para ellos expe- un libro de M. Heidegger, Holzwege)? A la luz de lo an-
riencia de realización integral del ser humano donde se terior, quiero y debo responder de manera positiva:
vinculan, de manera complementaria, pregunta y res-
- La inquietud del ser humano, que busca su Ver-
puesta: precisamente allí donde la pregunta de los huma-
dad y Bien perfecto no nace de algún tipo de ilusión,
nos (por el Ser, por Dios) desborda la respuesta que ellos sino que es signo de Dios en nuestra vida. El mismo
pueden darse por sí mismos se sitúa lo divino. Dios ha querido hacernos pregunta, para que así le
busquemos; ha sembrado en nuestra vida su inquietud
para que queramos encontrarle.
- El h u m a n o es un viviente desajustado: plantea - Los animales viven por necesidad, no tienen más
preguntas que le sobrepasan, abre caminos que no aca- alternativa. Los humanos, en cambio, viven porque
ban; por eso, sin cesar sigue buscando sobre el mundo. quieren, de tal forma que podrían negarse a la existen-
Dios es fundamento de ese rico desajuste humano. cia, si quisieran, matándose y diciendo «no» a su pro-
- En el fondo de la vida humana late una honda co- pia vida. No están obligados, viven porque quieren, es
rrelación entre su pregunta y la posible respuesta divi- decir, porque se quieren y gozan buscando a Dios.
na. La vida no es un puro error, efecto de fortuna:
nuestra pregunta es signo de la manifestación divina. Según esto, Dios no es un aspecto secundario de
la vida, sino elemento clave del itinerario existencial
Desde ese fondo, teniendo la certeza de que la del ser humano. Dios se desvela no sólo al principio
pregunta del humano está llena de sentido, la evo- y final, sino en el mismo camino de la vida. No es
camos de manera algo más extensa. Luego trazare- una teoría, un principio general, un tipo de amor
mos la posible respuesta divina. intimista. Al contrario, el mismo Dios que unios di-
jimos que «no sirve para nada» (es pura gratuidad)
nos sirve ahora para vivir sin suicidarnos. Porque el
a) Dios, ¿final de itinerario? problema es éste: los humanos podemos rechazar a
Dios y suicidamos, podemos condenar la vida y ne-
La pregunta pertenece al camino: como un hue- garnos a caminar en este duro itinerario de dolor que
co que se abre por delante de nosotros, de tal ma- es la existencia.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 173


vel de las respuestas que podemos concedernos. A ese
plano somos seres extraños, dislocados sobre el mun-
LA PRUEBA DEL SUICIDIO do: sabemos (a manera de pregunta) más que aquello
que podemos conocer como respuesta, somos (de al-
La vida se nos ha vuelto prueba y sólo podemos reco- gún modo) más que lo que somos.
rrerla si queremos. Nadie nos obliga, nadie nos impone la
existencia; podemos suicidarnos. Ha llegado el momento
en que vivimos por quererlo: no por deber, sino por pla- Potencia obedencial. Planteamos una pregunta que so-
cer, y el hecho mismo de que vivamos es prueba de que la brepasa el nivel de nuestras potencias inmediatas (memo-
Vida tiene sentido. ria, entendimiento, voluntad). Tenemos (o somos) la capa-
Ciertos eclesiásticos hablan de este contexto de peca- cidad de escuchar (= ob-audire, obedecer) la voz del Dios
do, condenando el suicidio como malo, utilizando para que nos trasciende. Nuestra máxima potencia es tipo re-
ello un lenguaje sacral que sólo algunos cristianos acep- ceptivo: podemos recibir la voz de lo divino.
tan. Pero el problema no son ellos, los pocos cristianos
que escuchan los discursos del magisterio «jerárquico», si-
no todos los otros. A ellos no se les puede decir que el sui-
Ésta es nuestra paradoja: somos poderosos, pero
cidio es pecado (pues no aceptan el lenguaje del pecado).
no por lo que hacemos (conquistar la tierra), sino
Hay que ofrecerles un lenguaje de gozo, invitándoles a
por lo que Dios puede en nosotros. Ciertamente, so-
vivir, mostrándoles (con Cristo) la belleza y gozo fuerte de
mos buscadores; pero sólo podemos convertirnos
un itinerario que se abre al Reino de Dios (de lo humano).
en oyentes, si Dios mismo nos ofrece su palabra de
amor y nosotros la acogemos. Éste es el lugar don-
de se anuda y desanuda de verdad nuestro misterio.
Ya no vivimos por deber, como creía Kant, sino Necesitamos saber por qué vivimos: para qué
por gozo y plenitud: porque creemos que la vida asumimos la gran marcha de dureza y soledad, de
merece la pena. Precisamente ahí, en el mismo he- angustia y llanto de la historia. Quizá en otro tiem-
cho de optar por la vida, se desvela Dios, no como po no fueron necesarias las razones conscientes,
teoría, sino como Aquel que camina con nosotros pues eran más palpables las razones inconscientes
como vimos en el tema 1.° (Yahvé) y 4.° (Cristo). de la vida. Pero hoy necesitamos conocer de alguna
Tres son, a mi entender, los rasgos principales del forma nuestro itinerario: la razón de la vida (el deseo
camino h u m a n o y los tres h a n de entenderse, al fin, de vivir) y las razones de la mente o conciencia en el
en clave religiosa: camino que conduce a nuestra tierra verdadera. He-
mos dejado de ser naturaleza (physis) que vive sin
- El camino es infinito: todas las clausuras que pon- saberlo (sin saberse) desde el fondo de sí misma. So-
gamos son insuficientes para contener el caudal de
nuestra vida. No existe para el ser humano ningún cie-
mos, de algún modo, trascendencia religiosa: sólo
rre, no hay sobre el m u n d o meta alguna donde pueda podemos expandimos, extendiendo las ramas de la
detenerse y a ñ r m a r «he terminado». Eso significa que vida, si encontramos un sentido a esa expansión:
no puede idolatrar ninguna riqueza o ilusión, ninguna - Somos potencial de trascendencia: caminamos,
verdad o plenitud del m u n d o (en plano material, afec- podemos realizarnos porque existe al interior de nues-
tivo, ideológico). tra vida un potencial, como una fuente de ser, que nos
- El mismo ser humano es prueba. No puede con- impulsa. No podemos mantenernos sin más quietos,
templar las cosas como espectador, ni contratar a na- fijados en aquello que somos o tenemos. Hay en nues-
die para que recorra en su lugar la vida, ni encerrarla tra entraña un desnivel de realidad, un «exceso» de
en un nivel de ideas, sentimientos o tareas exteriores. fuerza y añoranza que nos hace tender hacia una vida
El mismo ser h u m a n o es prueba (ausencia, búsqueda) y plenitud más grande. Por eso somos siempre cami-
de Dios sobre la tierra. nantes. Si en un momento dado nos «fijamos» y para-
- El camino se vuelve pregunta. Preguntamos por mos en aquello que hemos conseguido acabamos por
Dios con nuestra vida, pero no podemos nunca fijar perder lo que tenemos y quebramos, destruimos, nues-
una respuesta. La pregunta que somos sobrepasa el ni- tro mismo ser humano.

174 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


- Pero no podemos alcanzar esa trascendencia. Esto apertura que jamás se sacia por el bien y amor de lo di-
significa que tenemos (o somos) la pregunta, pero re- vino, pertenece a la naturaleza del humano.
sultamos incapaces de obtener una respuesta. Plantea- - Pero sólo podemos conocerle por gracia. Somos ca-
mos una cuestión mayor que nosotros mismos y nadie paces de proyectar su figura sobre el fondo cósmico,
sobre el mundo puede contestarnos, diciéndonos esbozar sus rasgos sobre el gran vacío (o plenitud) de
aquello que queremos y aquietando de esa forma nues- nuestra mente y sentimientos, pero nunca lograremos
tra inquietud originaria. Eso significa que no existe pa- alcanzarle de ese modo. Por definición, siendo divino
ra el ser humano un «cierre racional», una clausura (ser que está en el cielo), Dios desborda nuestras posi-
que le aquiete dentro de la historia. Quizá pudiéramos bilidades racionales (naturales). Le habíamos busca-
decir que nuestro ser debe entenderse (definirse) como do, pero al encontrarle descubrimos que él ha sido el
potencial de trascendencia que no llega a trascenderse que venía de verdad a nuestro encuentro.
y alcanzar la meta por sí misma.

Conocer a Dios, conocernos a nosotros mismos. Cono-


Buscamos a Dios por naturaleza, le encontramos por gra- ciendo nuestra vida, conocemos de algún modo los rasgos
cia. Por nosotros mismos no hacemos más que inventar ído- de aquel Dios que puede respondernos. Pregunta por Dios
los que no logran saciarnos. Es como en el amor: buscamos somos. A Dios mismo lo llevamos dibujado como esbozo
al otro, pero si el otro no quiere regalarnos su vida no podre- de ser en nuestra entraña. Pero tenemos que escucharle y
mos jamás encontrarle. Así podemos afirmar que todo amor dejar que él mismo sea quien responda.
interhumano empieza siendo naturaleza, pero, si culmina, es
siempre gracia, donación mutua de dos enamorados.
La experiencia religiosa implica siempre una
ruptura. Dios se muestra desde el fondo de sí mis-
Allí donde se cruzan y fecundan pregunta humana mo: viene porque quiere y se mantiene sin cesar en
(que humanamente no tiene respuesta) y respuesta de su nivel o dimensión de verdadera trascendencia.
Dios (que se muestra a sí mismo) surge la experien- Sólo así, porque es distinto y porque guarda su pro-
cia religiosa. Eso significa que no existe un conoci- pia distinción, puede sostener nuestra inquietud,
miento natural de Dios en el plano puramente hu- mantener nuestro camino de apertura y transfor-
mano, como expresión de pura búsqueda. A Dios le marnos en su plano más alto de misterio; su misma
conocemos de hecho porque Él quiere revelarse. revelación suscita y o mantiene, de algún modo,
nuestra búsqueda:

b) Dios, la respuesta
Potencia dialogal. El ser humano se halla abierto al in-
Rahner definía al humano como oyente de la pala- finito porque el mismo Dios le abre y llama con su gracia:
bra: ser internamente preparado para escuchar la voz es pregunta veradera porque Dios mismo la alienta con su
de una posible revelación de Dios. El humano puede gracia. Rahner había definido al ser humano como poten-
buscar a Dios, pero es incapaz de encontrarle por sí cia obediencial, capacidad de escucha del misterio Dando
mismo. Puede acogerle cuando viene, pero es incapaz un paso más, pienso que somos potencia dialogal: más que
de resolver su misterio con razones. Nos hallamos simple búsqueda o escucha, somos una fuerte capacidad
otra vez en el centro de la paradoja religiosa: en el lu- de diálogo con el misterio y con los otros seies humanos.
gar donde se cruzan naturaleza (potencial de trascen- En esa perspectiva iremos avanzando en lo que sigue, de-
dencia) y gracia de Dios (amor que recoge nuestra finiendo a Dios en claves de comunicación y nicuenlio
trascendencia, voz que responde a nuestras llamadas). (como vimos al tratar de la Trinidad tema 6.")

- Nos hallamos naturalmente dirigidos hacia Dios,


como decía Agustín: «nos hiciste Señor para ti y está -Búsqueda humana. El pensamiento lauonal, imi-
inquieto nuestro corazón hasta encontrarte». Vista to, es incapaz de precisar o h|ji las piopiedades di' Dios,
desde el mundo, esta «inquietud del corazón», esta si es que El no nos habla. Estrictamente hablando, la ía-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 175


zón (intelectual y afectiva) plantea (o sitúa) la pregunta, mos potencial de trascendencia porque el mismo Dios
definiendo al ser humano como animal de trascenden- que es trascendente ha querido crearnos como un
cia. Más aún, la razón consigue esbozar los elementos «hueco» en que podemos recibirle y escucharle cuan-
primordiales de nuestra apertura: si Dios existe y viene, do llega.
debe responder a nuestra propia inquietud trascenden-
tal, a la pregunta que nosotros mismos somos. Podemos buscar a Dios porque Dios mismo nos
busca, podemos escucharle porque él mismo nos
-Revelación. Pero en un momento dado, debemos
superar ese nivel de apertura humana, acogiendo en
llama. Este no es un círculo vicioso donde los hu-
concreto la palabra de Dios que quiere regalarnos su manos giramos engañados, sino el abanico o pará-
vida como Gracia (no porque nosotros así se lo im- bola de Dios: somos como el árbol que extiende sin
pongamos). Sólo cuando Dios revela su misterio pode- cesar sus ramas (o su copa); extendemos sin angus-
mos definirnos plenamente como humanos: seres ya tia ni fracaso nuestra vida al infinito porque el mis-
transformados y enriquecidos desde la palabra de Dios mo Infinito (= Dios) nos llama, abriendo un espacio
que han recibido. Sólo cuando Dios se ha revelado des- de amor dialogal (de encuentro interhumano) don-
cubrimos la verdad de nuestra esencia precedente: éra- de podemos expandir nuestra vida y alcanzarle 2 .

3. Dios interno, Dios externo

Guía de lectura
En un determinado plano debemos afirmar que Dios es lo que somos: verdad original de
nuestra vida. Por eso, descubrirle implica descubrirnos, porque estando fuera él está dentro de
nosotros.
- Historia. Dios parece brotar de nuestra entraña, como potencial de vida al interior de
nuestra vida. Pero, a la vez, sabemos que él nos sobrepasa: es más que aquello que nosotros so-
mos; su voz es como siembra, Palabra nueva y creadora que nos sobreviene y enriquece desde
arriba (desde fuera).
- Revelación. Ciertamente, Dios se encuentra ligado a nuestra historia: es meta y sentido del
camino que nosotros realizamos, a nivel de conocimiento y amor. Pero, en otra perspectiva, Él
desborda aquello que nosotros podemos realizar, revelándose a partir de sí mismo.

La experiencia religiosa sabe que el Reino se en- encuentra, según eso, al interior de nuestra vida y la
cuentra dentro de nosotros (cf. Le 17,21). Por eso, el marcha religiosa puede definirse como de «mayéutica»
camino de Dios es ruta de interioridad. Pero las re- o alumbramiento: damos a luz aquello que tenemos (so-
flexiones anteriores han mostrado que esa interiori- mos) dentro de nosotros mismos.
dad ha de entenderse de manera dialogal: para ha- - El modelo de revelación destaca la ruptura: Dios
llarse verdaderamente dentro de nosotros, respon- se encuentra por encima de aquello que podemos des-
diendo a la pregunta que le hacemos, Dios ha de cubrir en nuestra vida interna, a lo largo de la historia;
por eso, su Palabra es voz que sobreviene desde fuera,
encontrarse también fuera, como amor que nos en- semilla que fecunda y enriquece nuestra vida. Dios no
riquece, palabra que nos interpela. Así lo indicare- está porque nosotros le busquemos y podamos cono-
mos, empleando el esquema anterior, pero en clave cerle, sino porque él mismo es amor y porque quiere
de historia y revelación positiva de Dios: en amor revelarnos su misterio.
- El modelo de historia destaca el camino de búsque-
da humana, la inmanencia, definiendo a Dios como Vi- 2
Nuestra pregunta por Dios resulta insuficiente, a no ser
da al interior de nuestra vida, Aquel cuya figura vamos que el mismo Dios quiera responderla. Somos trascendencia
descubriendo y modelando a medida que avanzamos en porque existe el Trascendente (Dios); buscamos lo infinito por-
nuestra racionalidad (nuestro conocer y amar). Dios se que nos busca el Infinito.

176 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


humanos) y no con las mujeres, tendiendo además a
provocar el parto en las almas y no en los cuerpos... A
PARADOJA mí me ocurre con esto lo mismo que a las comadronas:
no soy capaz de engendrar la sabiduría, y de ahí la acu-
La visión de aquellos que quieren encerrar a Dios en sación que me han hecho de que dedico mi tiempo a
el despliegue de la historia (como si fuera sólo un ele- interrogar a los demás...
mento de nuestro proceso cognoscitivo) es, a mi juicio, - La causa verdadera es ésta: ¡a divinidad me obliga
equivocada. Pero también es equivocada la postura de a este menester con mi prójimo, pero a mí me impide
aquellos que hablan de una pura revelación, sin arraigar- engendrar. Los que se acercan hasta mí semejan de
la en el proceso de la historia. El mismo Dios de fuera es primera intención que son unos completos ignorantes,
el que se halla dentro de nosotros. Ésta es su paradoja. aunque luego todos ellos, una vez que nuestro trato es
más asiduo, y que por consiguiente la divinidad les es
más favorable, progresan con maravillosa facilidad,
tanto a su vista como a la de los demás.
- Resulta evidente, sin embargo, que nada han
a) Interioridad sagrada, camino hacia Dios aprendido de mí y que, por el contrario, encuentran y
alumbran en sí mismos esos numerosos y hermosos
Ésta es la paradoja: la idea de Dios (siendo tras- pensamientos. ¡Ah!, pero la causa de tal engendro so-
cendente) va emergiendo al interior de nuestra histo- mos la divinidad y yo mismo» (Platón, Teeteto 150 d.
ria, como si estuviera dentro, como si formara parte Palabras de Sócrates).
de nuestro ser profundo, como si sólo tuviéramos ne-
El ser h u m a n o (en nuestro caso la historia) co-
cesidad de afinar el oído y esucharla (escuchándonos
noce la verdad, pero no puede alumbrarla (no la sa-
a nosotros mismos). Esta perspectiva de inmanencia
be decir), si no encuentra quien le ayude, haciéndo-
histórica de Dios la han evocado de formas comple-
le preguntas, llevándole al lugar en donde emerge la
mentarias algunos grandes pensadores de la moder-
ciencia verdadera del conocimiento de sí mismo.
nidad, de Hegel al último, Zubiri, desarrollando una
Por eso es necesario el arte del mayeuta educador, de
imagen de Platón, que presentaba a Sócrates como
aquel que está versado en las técnicas más hondas
mayeuta, partero de Dios en la historia 3 .
de maduración y alumbramiento, que va guiando a
1. Partero de buenas ideas. La mayéutica es el ar- los demás en el camino de gestación, hasta que pue-
te de las comadronas. Ellas no engendran, pero dan encontrarse a sí mismos, descubriendo y alum-
ayudan a que nazca lo engendrado, para que los brando forma su verdad interna.
hombres o mujeres «grávidos de Dios» culminen su
itinerario de alumbramiento. Ella responde de ma-
nera clásica al esquema filosófico y h u m a n o de Pla- PARTO DE DIOS
tón, que haciendo suyos los principios de Sócrates,
concibe el pensamiento como reminiscencia: recor- El conocimiento es a veces doloroso porque el huma-
damos y alumbramos aquello que llevábamos den- no prefiere la ignorancia: mantenerse en un nivel de su-
tro de nosotros desde el mismo principio, de mane- perficie, dejando que la vida le resbale, sin alzarse ni en-
ra que el proceso de la vida se concibe así como des- frentarse con ella. Pues bien, en contra de eso, el verda-
pliegue del germen de Dios (amor, conocimiento) dero mayeuta es un experto en ciencias de gestación: es
que nosotros mismos somos: como evocador (despertador) de divinidad. Nos ayuda a
- «M¿ arte mayéutica tiene seguramente el mismo dar a luz a Dios en nuestra vida: ésa es su larca en el ca-
alcance que el de las comadronas, aunque con una di- mino.
ferencia, y es que se practica con los hombres (seres

3
Cf. A. Torres Queiruga, La revelación de Dios en la realiza- Dios mismo late desde siempre, al interior tío los
ción del hombre, Cristiandad, Madrid 1987, 117-160. humanos, pero es un Dios que late (¡bello diiiniicii

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL I'A DRE 177


te del bosque!), a quien nosotros mismos debemos emergiendo la idea de Dios y emergemos (nacemos)
despertar, para que así despertemos nosotros, to- nosotros mismos, en proceso de maduración, reco-
m a n d o conciencia de nuestra raíz divina y alum- gido por los grandes textos religiosos de la humani-
brando nuestra propia verdad al alumbrarle (ha- dad (Biblia, Vedas, etc.): la idea de Dios nace al in-
ciendo que se exprese en nosotros). Dios viene a terior de nuestra idea, la vamos descubriendo a me-
mostrarse, según eso, como la Semilla más honda dida que avanza la historia.
de nuestra existencia: Aquel que va expresándose y
desplegando su verdad a medida que nosotros des-
pertamos a la verdadera vida humana. Castillo interior. Éste es el camino que han seguido al-
gunos grandes testigos de Dios, como santa Teresa de Je-
Los hombres y mujeres religiosos y/o los sabios, sús, cuando buscándose a sí misma en lo más hondo de su
como Sócrates y Hegel, han sido auténticos mayeu- vida descubren al mismo Dios, tras las siete murallas o
tas de Dios, ayudándole a nacer en la conciencia hu- cercos que custodian y defienden su secreto. Al buscarse a
mana, como expertos en alumbramiento religioso: sí mismos, ellos han buscado su identidad divina, abrien-
han penetrado hasta el estrato más profundo de la do así una vía mística (misteriosa, personal y sorprenden-
vida, asumiendo el dolor del alumbramiento sagra- te) de búsqueda y encuentro con Dios, en la gran roca o
do. Este camino de búsqueda interior y gestación es muro inaccesible de su divinidad.
doloroso y arriesgado, pues lleva al h u m a n o más
allá de la cortina de apariencias, de las cosas que se
dicen sin pensar, hasta la hondura de los grandes
pensamientos, al plano donde el mismo Dios habi- Esta mayéutica destaca el camino de la inma-
ta y se desvela en nuestra vida. nencia: lo divino es como germen que se encuentra
dentro, latente en nuestra vida, y que nosotros de-
bemos despertar. Dios se hace camino (nace) en
nuestro mismo caminar h u m a n o . Dios se manifies-
MAYÉUTICA ta desde el fondo de nuestra vida, como semilla que
va madurando a medida que nosotros mismos va-
- Hay una meyéuticafilosófica,que entiende la histo- mos madurando. No somos dos «cosas» distintas
ria como camino de nacimiento de Dios. La misma histo- (Dios y nosotros), sino dos momentos o aspectos de
ria es así la educadora (= educere, sacar lo que había den- la misma realidad. El itinerario de Dios es, según
tro): conduce al humano hasta el lugar donde puede dar eso, nuestro mismo itinerario:
a luz su «idea» más alta. Esta visión, que aparece en G. E.
Lessing y culmina en Hegel, domina el pensamiento idea- • Vamos descubriendo nuestra hondura como hu-
lista de Europa. manos, seres que pueden conocer y amar, reconocien-
- Hay una mayéutica psicológico-religiosa, reflejada en do su verdad como personas. Ciertamente, para ha-
C. G. Jung, que ha interpretado al ser humano como por- llarla debemos vencer dificultades exteriores, resisten-
cias interiores y dolores: el camino que conduce al
tador de una «semilla originaria» en la que estaban es- castillo interior de nuestra vida es complicado, largo
condidos ya al principio los tesoros de la sabiduría y ex- laberinto, ascenso que va en contra de las mil facilida-
periencia humana, para desarrollarse a través de la cultu- des de la vida que nos quieren encerrar en lo inmedia-
ra. En esta línea han entendido la experiencia religiosa to. Por eso, aquel que logra conocerse es como un «hé-
muchos movimientos espiritualistas de los últimos siglos, roe» de la vida y plenitud interna, vencedor de mil ol-
empeñados en fijar el despliegue universal de Dios a lo vidos y obsesiones, muertes interiores y dragones (por
largo de la historia. utilizar un lenguaje psicológico y simbólico).
• Pues bien, en esa hondura más profunda que
nuestra radical profundidad, emerge el ser divino, a
quien vamos descubriendo a lo largo de la historia,
2. Mayéutica divina, alumbramiento de Dios en con la ayuda de los grandes itinerantes (mayeutas,
la historia. Nacimiento de Dios y nacimiento huma- místicos y santos) que nos hacen penetrar hasta el mis-
no son inseparables: a lo largo de la historia va terio divino de la historia. Pues bien, en esa hondura,

178 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


al encontrarnos a nosotros mismos, descubrimos al Él mismo viene y se revela porque quiere, desde su
Dios que nos habita (nos llena por dentro, nos impul- propia trascendencia, introduciéndose en nuestro pro-
sa). Proceso de desvelamiento de Dios a través de pio despliegue racional. Por eso tendremos que hablar
nuestro propio caminar, eso es la historia. de un Dios externo, Realidad que llega de fuera y nos
sorprende, superando aquello que nosotros somos y
podemos.
- Hay un momento de inmanencia cultural. La misma Este camino interior, que interpreta la historia
historia es proceso engendrador de Dios que va emergien- humana como proceso de revelación de Dios acaba
do en forma humana, en el camino creador (revelador) de siendo, según eso, insuficiente, pues ignora o silen-
la cultura. Pero más que expresión de la cultura en gene- cia los momentos de ruptura y destrucción interna.
ral, la religión pertenecería al despliegue peculiar de algu- Sin una semilla superior de Dios resulta difícil ha-
nos pueblos (Israel, la India) o individuos (Buda, Cristo, llar un futuro de reconciliación total para los hu-
Mahoma) dotados para expresar (alumbrar) lo divino den- manos 4.
tro de ella.
-Hay un momento de trascendencia. Los cristianos
confiesan que Dios mismo se ha revelado, porque así lo ha b) Revelación. Dios, sembrador de caminos
querido, en el despliegue de la historia israelita, tal como
ha venido a culminar en Jesucristo. El mismo Dios que nace de nosotros viene desde
fuera. No estamos condenados a escuchar tan sólo
las voces que brotan de nuestro interior; podemos y
La misma historia es «matriz» donde se engen- debemos escuchar la Voz más alta, que nos interpe-
dra lo divino, en un proceso intenso y fuerte de ma- la y edifica como humanos.
duración sagrada, como indican algunos de los sig- • No estamos sólo grávidos de Dios. Somos radical
nos más profundos de la revelación israelita y cris- y verdaderamente «creaturas»: distintos de Dios. Jun-
tiana. La Mujer de Ap 12,1-5 es sin duda una to a la posible semilla de Dios, tenemos el hueco que
expresión de esta historia, entendida como matriz deja su ausencia, la herida que nace de no hallarle. El
de Dios, en medio de la prueba. Está grávida de ser humano es un viviente, está escindido de Dios y ha-
Dios, y así le engendra (engendra a su Hijo), supe- bita en su propia libertad; por eso, todo intento de di-
rando la persecución del Dragón adverso. La reve- vinizar su vida interna, la semilla de su alma, acaba
lación se identifica así con un proceso de madura- siendo destructivo.
ción: la misma vida humana es camino de emer- • Más que semilla divina, el humano es pregunta
gencia sagrada, religiosa, y Dios aparece como por Dios. Le busca porque quiere dialogar con él, des-
germen de vida y realidad que habita-alienta (se cubriéndole precisamente como distinto. El h u m a n o
despliega) dentro de nosotros. Esta perspectiva tie- lleva dentro sí un conocimiento de aquello que por sí
ne grandes valores de carácter filosófico y teológi- mismo no tiene (no alcanza). Por eso la apertura a
Dios no puede interpretarse sólo en forma de mayéuti-
co, pero ofrece también algunos riesgos: ca, sino como llamada y esperanza: búsqueda de Dios
• Riesgo cultural. Igual que la cultura «crea» dio- y acogida de su posible revelación.
ses, ella los destruye. Siendo proceso de emergencia
sagrada, ella puede convertirse en momento de eclipse
Sólo en esta perspectiva se comprenden las imá-
de Dios, como destacamos al final de este libro. La his- genes más hondas de la Biblia. Ciertamente, la se-
toria no es sólo una Madre sagrada que engendra al hi- milla del Reino (de Dios) penetra en nuestro cam-
jo divino; es también Dragón de sangre, que quiere de- po, como sabe Me 4, pero no proviene ele nosotros
vorar al Hijo bueno (como sabe Ap 12). La Razón en- mismos, sino que la recibimos de modo gratuito,
gendra dioses y monstruos de violencia (como pintó como don de Dios que Cristo siembra en nosotros.
Goya).
• Riesgo religioso. Como hemos dicho ya, la reli-
4
gión implica una experiencia de ruptura: Dios no nace He desarrollado extensuna-iiu- osla i/xponomi;! i-n (¡ititi\ ¡le
sólo por impulso de la historia humana, sino porque lectura del Nuevo Testamento. Apocalipsis, KVI), l'.slcll:i 1998.

PARA DESCUBRIR BL CAMINO Dlil. I'ADRI! 179


De esa forma, junto a la mayéutica (dar a luz lo que lidad o amor que llevamos. Dios no es simplemente
ya somos o llevamos dentro), destacamos la imagen algo (Alguien) que nace de nosotros, sino Aquel que
de la siembra: estamos vacíos de Dios, aunque le nos sobrepasa: así se manifiesta Dios en su verdad,
buscamos; somos capaces de recibir su Palabra, pe- como distinto de nosotros.
ro necesitamos que El mismo nos la siembre.
Por eso, al lado del esquema mayéutico, de la his-
toria como proceso de alumbramiento divino, de-
bemos situar el esquema revelatoño de la siembra y
gracia de Dios. Lógicamente, junto a la palabra in-
terior (idea divina que brota dentro de nosotros) de-
bemos escuchar y cultivar la palabra externa: Dios
nos ofrece su semilla desde fuera. En esa última lí-
nea, el evangelio habla del Cristo sembrador: no es
un simple mayeuta (aunque lo es también, en cuan-
to sabio), sino un profeta escatológico del reino:
1. Salió el Sembrador a sembrar...
2. Parte de la semilla cayó sobre el camino...
Otra cayó en tierra pedregosa...
Otra parte cayó entre zarzas...
Otra cayó en tierra buena...
3. El Sembrador siembra la Palabra (cf. Me
4,3-9.14).

CRISTO, PODER, PALABRA

SEMBRADOR DE CAMINOS 1. Cristo es sembrador, no puro mayeuta.


2. El poder de las tierras... La semilla de Dios (de su
Para hacer los caminos de Dios no basta con ser bue- reino) es la misma para todos. La diferencia en el fruto
nos parteros. Tenemos que ser dialogantes en clave de mis- proviene de la misma tierra, que aparece así como lugar
terio: seres que acogen la Palabra de Dios y le responden, de libertad.
como tierra que recibe una semilla de amor y realidad, 3. La Palabra: Cristo siembra dialogando.
para dar así su fruto.
Por nosotros mismos (encerrados en nuestra diferen-
cia) no podemos recorrer nuestro itinerairo. Tiene que
abrirlo Dios, al sembrar su semilla de vida en nuestro Ciertamente, somos campo capaz de semilla de
campo. Dios mismo siembra en nosotros su camino para amor y entendimiento y para desplegar nuestra m á s
que podamos recorrerlo. Sembrador de caminos (= del honda potencialidad necesitamos que Dios quiera
Cristo Camino), éste es su título más alto. sembrarnos. Por eso, la Palabra m á s honda no nos
pertenece: la siembra Dios en nuestra vida como
gracia. El hombre moderno h a querido poseer la
Palabra en propiedad, dominando de esa forma al
Volvemos así a la experiencia de ruptura. En un mismo Dios. Pues bien, en contra de eso, los hom-
momento dado, no podemos avanzar en el camino. bres y mujeres religiosos (amantes verdaderos) sa-
Nuestra historia es incapaz de expresar por sí mis- ben que no es bueno volverse propietarios. E n diá-
ma lo divino. Por eso, si es que existe, para hacer- logo vivimos; sólo en diálogo de donación y acogida
nos caminar en su camino, Dios mismo ha de venir podemos desplegar nuestras m á s hondas posibili-
para ayudarnos, desbordando la semilla de raciona- dades. Pues bien, en esa línea h a de entenderse lo

180 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


divino. En esa línea queremos definirle, como sem- La revelación de Dios se expresa, según eso, en
brador de Palabra, sembrador de caminos. De aquí u n proceso o camino dialogal entre Dios y los hu-
derivan tres consecuencias: manos: personalmente les habla Dios al ofrecerles
• Trascendencia. Estando dentro, Dios se encuen- su palabra creadora, su amistad intensa; personal-
tra por encima de nosotros. Por eso, el ser humano es mente deben responderle los humanos, en actitud
persona independiente y puede escuchar la Palabra de de trascendimiento. Este camino no se puede esta-
su Dios. blecer de una forma general, sino que debe descu-
• Camino. Dios ha sembrado en nosotros su cami- brirse y cultivarse dentro de u n a determinada tra-
no, debemos recorrerlo, buscando, como sabe Ap 21- dición religiosa, en nuestro caso la israelita y la
22, el Cielo nuevo y la nueva Tierra del amor defini- cristiana (como han mostrado las partes anteriores
tivo. de este libro). La experiencia de Dios se expresa en el
camino concreto del diálogo, campo de presencia de
Dios y los humanos. De eso trata el 9° itinerario.
• El modelo mayéutico, dominante de Sócrates a Hegel,
presenta al ser humano como alguien que sale en busca de Bibliografía
su propia identidad, en clave interna, para encontrar siem- Díaz, C, Preguntarse por Dios es razonable, Encuentro,
pre aquello que llevaba dentro de sí mismo, a modo de se- Madrid 1989.
milla.
• El modelo cristiano concibe al ser humano como Fraijó, M. (ed.), Filosofía de la religión, Trotta, Madrid
1994.
creador de sí mismo, en diálogo con Dios: no se encuentra
todavía hecho, debe hacerse, en creatividad (entrega de Gómez Caffarena, J. y Martín Velasco, J., Filosofía de la re-
amor). ligión, Cristiandad, Madrid 1973.
• Diálogo. Un modelo y otro se vinculan en el diálogo. Meslin, A., Aproximación a una ciencia de las religiones,
Sócrates, mayeuta, dialogaba con sus oyentes; por eso era Cristiandad, Madrid 1978.
maestro de la palabra compartida. En esa línea avanza Je- Rahner, K., Espíritu en el mundo, Herder, Barcelona 1963;
sús, presentando su vida como «semilla», fuente de diálo- Oyente de la palabra, Herder, Barcelona 1967.
go personal de los humanos con Dios.
Torres Queiruga, A., La revelación de Dios en la realización
del hombre, Cristiandad, Madrid 1987; La constitución
moderna de la razón religiosa, EVD, Estella 1992.
Trascendencia y camino se concretan y expresan Weber, M., Ensayos sobre sociología de la religión I-III,
en forma de diálogo. Así se definen Dios y los hu- Taurus, Madrid 1987.
m a n o s como dialogantes: seres que se escuchan y se
Zubiri, X., «En torno al problema de Dios» e «Introduc-
hablan m u t u a m e n t e . Por eso, decimos que la verdad ción al problema de Dios», en Naturaleza, historia,
del camino es el diálogo. El diálogo es nuestra patria Dios, Edit. Nacional, Madrid 1963; El hombre y Dios,
verdadera, lugar de encuentro con Dios (revelación Alianza Editorial, Madrid 1984; El problema filosófico
de su presencia), lugar de encuentro don los demás de la historia de las religiones, Alianza, Madrid 1993; El
humanos. problema teologal del hombre, Alianza, Madrid 1997.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 181


1. Ejercicio de autocomprobación
Completa lo que falta. Clave de corrección en casilla siguiente.

1. El lugar privilegiado de la experiencia de Dios es... 1. La vida humana


2. El ser humano tiene preguntas que no puede... por sí mismo. 2. Responder
3. Según Zubiri, el humano no está arrojado en el mundo sino... 3. Implantado
4. La implantación utiliza un símbolo de tipo... 4. Vegetal
5. Si Dios nos envía, nuestra existencia se define como... 5. Misión
6. El humano enviado no debe retornar a su origen sino... 6. Buscar su futuro
7. Además de implantado y enviado, el humano se encuentra... 7. Religado
8. Rahner entiende al humano como... de la palabra. 8. Oyente
9. El humano puede escuchar a Dios según Rahner porque es... 9. Potencia obediencial
10. Rahner mira la pregunta por Dios como apertura... del humano. 10. Trascendental
11. El método mayéutico acentúa la... de Dios en nuestra vida. 11. Inmanencia
12. La revelación implica una... personal de Dios. 12. Manifestación

2. Prueba de síntesis
a) Relacionar las notas de implantación-misión-religación con la mayéutica teológica, señalando diferencias y posibles
coincidencias.
b) Comparar el modelo de apertura trascendente (Rahner) con el despliegue de la historia bíblica, estudiado en el tema
2. s de este libro.
c) Elaborar una visión de conjunto de la experiencia de Dios, precisando a partir de ella los rasgos fundamentales del Dios
de la Biblia.

3. Prueba de ensayo
Comentar y recrear el texto siguiente de X. Zubiri, en plano filosófico y religioso, destacando de un modo especial los te-
mas y frases en cursiva. Elaborar después la propia visión de la apertura del ser humano a Dios:
«Por esto mismo el problema de Dios no es tampoco formalmente un problema del más allá. Ésta es otra cuestión. No se
trata de esto sino al revés: es que la voluntad de verdad real y el problema de Dios inscrito en ella son una dimensión que cons-
tituye la posibilidad de mi existencia misma en la realidad, para poder soportar el estar en este mundo
El problema de Dios es un problema que afecta radical y formalmente a la constitución de la persona humana y, por con-
siguiente, no es un problema que formalmente concierne al más allá. El problema de Dios, repito, concierne precisamente y
ante todo a la realidad misma de este mundo y a nuestra realidad personal en él. Por consiguiente, el problema de Dios no es
la investigación de algo que está fuera del mundo sino de algo que está precisamente en la realidad que nos circunda, en la
realidad personal mía. A este algo estamos problemática pero inexorablemente lanzados todos para poder optar a la figura absoluta de
nuestro ser» (El hombre y Dios, Alianza, Madrid 1984, 110-111).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Presencia de Dios
Una guía para el camino

Encuadre
orientativo Podríamos haber culminado nuestro itinerario en una etapa final de mística de inmersión
en lo divino: el problema de Dios y su experiencia se resolvería en la identificación con Dios.
Pero ello iría en contra del itinerario anterior. El fin del ser humano no es hacerse Dios, sino
hacerse humano verdadero, en comunión de encuentro personal con lo divino; por eso habla-
mos de Presecia.
En la Presencia de Dios culmina nuestro itinerario (y este libro), reasumiendo todos los te-
mas anteriores: la visión de Yahvé (El que es, está presente), las tradiciones de la Biblia Israeli-
ta (éxodo y alianza eran formas de presencia de Dios), con encarnación y la Trinidad cristiana.
Dios es presencia y comunicación, diálogo de personas. Así lo mostraremos en este tema,
que puede resultar difícil para los no iniciados. Quienes así lo sientan, déjenlo por ahora, pa-
sen a la conclusión.

H e presentado la experiencia como marcha


probativa, que nos lleva a buscar y descubrir
a Dios desde la entraña de la historia. Ahora quiero
mostrar a Dios como presencia, llegando así a la
influyen. Pero, en sentido originario, sólo hay pre-
sencia entre personas, que pueden ocultarse y/o co-
municarse en libertad y amor. La tradición religio-
sa ha destacado la presencia de Dios. Así quería ver-
le el orante israelita, en ámbito del templo:
meta de nuestro itinerario. Después de esto no hay
Como busca la cierva corrientes de agua
nada, pues «todo es presencia y gracia, vivir en este así mi alma te busca a ti, Dios mío;
encuentro», como sabe u n himno litúrgico {Alfarero tiene sed de Dios, del Dios vivo:
del hombre, en Liturgia de la Horas, Tercia).
¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
La categoría de presencia nos sitúa en nivel de Las lágrimas son mi pan noche y día, mientras todo el díu
encuentro personal. Plantas y animales se acercan e me repiten ¿dónde está tu Dios? (Sal 42,2-4).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 183


¿dónde está tu Dios? Él le busca dolorido, con la
EN CLAVE FILOSÓFICA misma sed del alma, como ciervo que corre por
agua. En ese mismo fondo, con evocación de ciervo
• En clave filosófica, presencia (prae-essentia) es ma- herido, fugitivo, clama también el orante (amante)
nifestación en cercanía. La esencia de Dios se sitúa ante de san Juan de la Cruz:
nosotros iprae), de tal modo que podemos verla y sentir- Descubre tu presencia
la, pues se hace visible y sensible. En griego se dice para- y máteme tu vista y hermosura;
ousia (parusía): manifestación (para) de la esencia (ou- mira que la dolencia
sia), desvelamiento plano. Es patencia del ser originario de amor, que no se cura
(Dios), que se abre o desnuda ante quien le acoge. sino con la presencia y la figura.
• En clave religiosa, presencia es el modo primigenio ¡Oh cristalina fuente,
de revelación de Dios. Si podemos conocerle es porque Él si en esos tus semblantes plateados
mismo se manifiesta, enriqueciendo y potenciando la formases de repente
existencia de aquellos que le acogen (los humanos). De los ojos deseados
los modos más concretos de esa manifestación nos ha- que tengo en mis entrañas dibujados {Cántico b, 12-13).
blan las distintas religiones de la historia.
No podía decirse de m o d o más bello. Presencia
de amor, eso pide el amante: mirar y ver, ver y tocar,
curando así el dolor de ausencia. Ejercicio fuerte de
Busca agua la cierva. Busca el orante a Dios: comunicación, presencia de Amor es el Cántico de
quiere ver su rostro, recorriendo para ello un cami- Juan de la Cruz. Así queremos evocarla, al final de
no de experiencia gozosa, tanteante, impulsado por nuestro itinerario. No pudiendo encontrarle por no-
la sed, envuelto en llanto. Le hieren, preguntando sotros mismos, le pedimos ¡descubre tu presencia...!

1. Esencia y presencia de Dios. Caminar es encontrarse


Guía de lectura
Presencia es «parousia»: revelación de la esencia. Por eso empezamos estudiando la esen-
cia de Dios, para descubrir que su ser es revelarse.
- Dios es infinito: desborda por trascendencia la búsqueda de todos los humanos. Por eso,
es aseidad: tiene en sí mismo la raíz de su existencia; es, no debe andar buscándose a sí mismo
o a los otros para realizarse.
- Siendo aseidad infinita, Dios es pura presencia: puede comunicarse del todo y se comuni-
ca, desde el fondo de sí mismo, no por carencia sino por abundancia, no por pobreza sino por
desbordamiento.

Nos hemos referido al tema al hablar de re-vela- sí (esencia infinita), quiere darse, regalándonos su
ción: Dios quita el velo que parecía cubrirle y se gracia. Una presencia impuesta no sería presencia;
muestra, tal cual es, en desnudez de a m o r y vida, en u n a desnudez forzada es destructora.
potencia creadora. De esa forma, presencia y esen-
cia de Dios se identifican, sin confundirse. Dios no 1. Dios, infinitud radical. Han desarrollado este
está obligado a revelarse (presentarse); no nos mira aspecto de Dios los autores de la escuela del Beato
y ama de m a n e r a necesaria (por obligación), sino Duns Escoto (1265-1308). Ellos conciben la entidad
por gracia. Dios actúa y nos ofrece su mirada (des- o realidad del m u n d o como limitación: los entes
cubre su presencia y hermosura) porque, siendo en son finitos, no sólo porque tengan un límite exte-

184 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


ñor, sino porque en sí mismos son insuficientes,
creaturas Dios, en cambio, es infinito no se en- DIOS, MÁS ALLÁ DE LA LÓGICA
cuentra limitado por ninguna parte, en tiempo o es-
pacio, en potencia o perfecciones Por eso, mirado Algunos pensadores han aplicado al estudio de Dios
desde el m u n d o , es totalmente distinto las nuevas formas de lógica paraconsistente, que superan
el pnncipio de contradicción «La tesis principal defendi-
da en este libro es que las creencias religiosas de buena
DIOS SE REVELA parte de los pueblos, pese a que aparecían como ilógicas
(o sea irracionales, absurdas) al examinarlas bajo el pris-
Sabemos que Dios «es» porque se revela si no lo hicie- ma de la lógica clasica (la lógica bivalente venfuncional)
ra no podramos saberle Se revela porque es su presencia y de otras lógicas similares, se revelan como dotadas de
amorosa es consecuencia de su esencia Desde este fondo coherencia lógica cuando se toma como rasero una ló-
debemos superar cierto actualismo hegebano que reduce gica paraconsistente o sea, que admita contradicciones
el ser de Dios a su revelación, identificando sin mas ser y Otros entes pueden también cristalizar paradojas, pe-
presencia, en un sentido objetivista ro las paradojas que surgen y se manifiestan en torno a lo
divino son superlativas en el sentido de que constituyen
un desafio imparangonable a los intentos humanos de re-
Sin duda, Dios posee ser y perfecciones, de ma- ducir o disipar lo paradójico y de conceptuahzarlo racio-
nera que podemos aplicarlas a su esencia, diciendo nalmente Ese carácter superparadojico de lo divino, esa
que él es bueno, justo, inteligente Pero, dicho eso, su mistenosidad estnba en que lo divino es concebido co-
debemos añadir que las posee de forma muy diver- mo poseyendo a la vez, en alto grado, propiedades mu-
sa, que nosotros ignoramos Por eso está alejado, tuamente opuestas (contradictoras)» [Lorenzo Peña, La
mas allá de toda posible «analogía» que pudiéra- coincidencia de los opuestos en Dios, Umv Católica, Quito
mos usar para entenderle o compararle Lógica- 1982,23, 34-35]
mente, Él se define como Altendad, es decir, como
Infinito, y sólo podemos nombrarle de manera ne-
gativa es «No Finito», es decir, «No creatura» De En ese plano superior habita Dios, rompiendo
aquí pueden sacarse y se han sacado dos conclusio- todos los límites del m u n d o Por eso, su presencia
nes diferentes nos saca y arranca de las seguridades precedentes,
situándonos en clave de trascendimiento originario
- Unos acentúan la trascendencia de Dios y nos in- (más allá de las ideas y principios de este mundo),
vitan al silencio Sabemos que hay Dios porque todo lo superando todo aquello que sabemos y decimos,
ñnito es dependiente Pero ignoramos todo lo que es que sentimos y buscamos en las cosas
Dios, pues no podemos aplicarle las formas y concep-
tos de este mundo Por eso, al final estamos invitados - La presencia de Dios es silencio, negación de todo
(obligados) al silencio la única manera de portarnos lo sabido En esa perspectiva se sitúan muchos orien-
con El es el respeto misterioso y la ignorancia ante la tales, especialmente budistas, testigos de la diferencia
gran infinitud que nos desborda Solo en ese gran si- sagrada La presencia de Dios es de tal forma negativa
lencio, Dios se puede hacer presente como aquel que si- que no podemos concretarla en modo alguno Debe-
gue siendo totalmente diferente mos guardar silencio o contentamos con «decir» enig-
- Otros intentan encontrar un nuevo tipo de lengua- mas (koan) que sirven solo para superar el plano anti-
je para Dios No conocemos a Dios en cuanto tal, pero guo (normal) del lenguaic, penetiando sin palabias en
sabemos que en su esencia se unifican y encuentran la Presencia/Ausente del misterio
los opuestos, como pensaba Nicolás Cusano (1501- - Esa presencia es unidad de opuestos el silencio de
1464) Eso significa que ante Dios debemos emplear Dios vincula las contradicciones pi cuídenles de la his-
otro lenguaje, mas allá de los principios de la contra- toria En esta linea se sitúan Hegel y en ella han avan-
dicción que tienen vigencia en este mundo, un lengua- zado sobre todo los marxislas, al enlciidci la i calidad
je donde los opuestos coincidan y se impliquen, lle- originaria como «lucha y ícconciliauon» de opuestos
vándonos a un plano mas alto de presencia y sentido Pero los marxistas abandonan la búsqueda di Dios v

PARA DESCUBRIR Ll CAMINO 1)11 l'ADKI 185


quieren dominar humanamente las contradicciones de cósmicas del mundo brillan un momento y pasan. Las
la historia. Por el contrario, a partir de Nicolás de Cu- presencias personales (humanas) quedan, permanecen
sa, algunos pensadores de Occidente han intentado en- de manera duradera. Sólo la Presencia infinita dura
tender la Presencia infinita de Dios. por siempre, como «música callada» y soledad carga-
da de presencias (cf. San Juan de la Cruz, Cántico).
La experiencia normal sirve para conocer las co- - Más que unión de opuestos (cf. Hegel y el Cusa-
sas de este m u n d o , aplicando el principio de con- no), Dios es relación de personas, comunicación infini-
tradicción que distingue (separa) los opuestos: unas ta. Es aquí donde tenemos que encontrar y desarrollar
propiedades o cosas se distinguen y separan de las la lógica de Dios, el lenguaje de presencia personal, de
otras de tal forma que pueden distinguirse con niti- comunicación salvadora. Ciencia y filosofía nos han
dez. Por el contrario, Dios supera ese principio de enseñado a emplear un lenguaje de poder y dominio,
contradicción, de tal manera que en su esencia de imposición y lucha mutua, de contradicciones y
coinciden y se implican los opuestos. En un primer afirmaciones egoístas. Pues bien, en contra de eso, el
momento, pudiera parecer que Dios es todo y que lenguaje de Presencia de Dios es Gracia personal,
podemos aplicarle notas y experiencia que parecen Amor compartido, Diálogo de amigos. Sólo aquí pode-
contradicciones dentro de este m u n d o . Pero luego mos afirmar que Dios es infinito.
descubrimos que, más allá del puro silencio y de la
unidad de opuestos, Él es presencia personal.
Yahvé, Padre: Presencia. Dios no es la totalidad de la vi-
Sólo las personas pueden ser y son infinitas: no da o pensamiento, ni el ser abarcador en el que todo se
podemos encerrarlas dentro de unos límites, mani- contiene, sino Él Mismo (= Soy El que Soy): infinito, habi-
pularlas o determinarlas desde fuera. Son infinitas ta en su propia trascendencia, comunicándose del todo.
porque actúan desde el fondo de sí mismas, expre- Por medio de Jesús, los cristianos han descubierto a Dios
sando su propio ser de manera creadora, ofrecien- como Presencia paterna.
do su vida de forma gratuita. Dios es la presencia
personal primera, Aquel que se comunica de tal for-
m a que nos hace capaces de comunicarnos en li-
bertad. Desde aquí, retomando lo dicho en temas
anteriores, podemos superar los rasgos de negativi-
dad antes señalados: «AB ALIO», «A SE»

• Todas las cosas que conocemos son «ab alio» (= des-


de otro): tienen fuera de sí la razón y realidad de su exis-
DIOS, PRESENCIA PERSONAL tencia. Son «contingentes»: existen, pero bien pudieran
no existir, sin que por ello cesara o cambiara lo divino.
No podemos identificarle con la «ley» de la historia, • Dios existe «a se» (= por sí mismo) y por tanto es
entendida en forma impersonal (tipo Hegel o Marx); tam- necesario, de tal forma que no puede no existir. El princi-
poco es proceso de vida sin sujetos personales (como pio no es vacío, lucha o «dialéctica» de opuestos en bata-
piensan algunos partidarios de la «filosofía del proceso». lla, sino la Existencia originaria: Ella es Dios.
Dios es, ante todo, relación de personas (Trinidad) y pre-
sencia personal. Su infinitud no es negación sino En-
cuentro de amor pleno que suscita y define todo encuen-
tro. Al situar a Dios como In-finito, más allá de todos
nuestros sistemas racionales, realizamos un ejercicio
de sana sabiduría, como destacaba £. Lévinas (1905-
- Siendo silencio infinito (como afirmaba el budis- 1996), desarrollando tradición israelita: Dios no for-
mo), Dios es Presencia comunicativa, plena Transpa- ma parte de nuestras «totalidades» conceptuales o
rencia. Calla (es silencio infinito) porque puede decir y sociales; no es un elemento del sistema, Alguien a
dice todas las palabras, diciéndose a sí mismo. No es quien podernos convertir en garante de nuestras se-
Infinito de ausencia sino de Presencia. Las realidades guridades; Él existe en sí mismo, como infinito, y só-

186 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


lo se revela ofreciendo dignidad (valor pleno) a los mos diferencia ontológica, principio, de todas las
excluidos de nuestros sistemas ideales y sociales. restantes diferencias:
Seguimos definiendo a Dios como infinito, es de- • Los entes somos realidad participada, pues Dios
cir, no le definimos, no podemos limitarle en modo hace que seamos, ofreciéndonos por gracia (sin que Él
alguno. Pero sabemos que es Infinitud de presencia. nos necesite) el poder de la existencia. Por eso, estric-
No está más allá de todo para aislarse así mejor, si- tamente hablando, después de afirmar que es la Exis-
no para introducirse amorosamente en todo. Por tencia (sin necesidad de nadie), debemos añadir que
eso le llamamos Presencia de gracia: no está para juz- Dios nos existe: nos arrebata de la nada y de esa forma
nos asienta, como esencias limitadas, en el mismo po-
garnos, no viene para imponernos su miedo. Es Pre- der original de su Existencia. Ésta es nuestra paradoja:
sencia de amor, más allá de las contradicciones del limitamos, por un lado, con la nada (somos realidad fi-
mundo, unificando en su gracia todo lo que existe. nita); por otro limitamos con la misma Existencia di-
vina y así participamos de su infinitud.
2. Dios, aseidad. Los filósofos de línea más to-
mista (seguidores de Tomás de Aquino: 1221-1274) • Dios es Ser en sí, Existencia que fundamenta y sus-
han intentado conocer a Dios de manera más afir- cita lo que existe. Para ser fuente de todo, Dios ha de
mativa, utilizando para ello los principios de la ana- conservar su diferencia, manteniéndose en sí mismo co-
mo el Ipsum Esse, Existencia original. Sólo porque exis-
logía: Dios no es solamente infinitud, aquello que te en sí y no forma parte de ningún sistema de entes,
desborda los límites del mundo, sino que existe por Dios puede mostrarse como creador de todos ellos. En
sí misma, de manera que su Esencia se confunde en otras palabras: para hacerse Presente como divino en la
realidad con su Existencia: es la Existencia origina- historia, Dios ha de ser independiente. Su Presencia es
ria, ser que es fuente y raíz de todos los entes. de esa forma gracia y no necesidad vital o material.

La Esencia de Dios consiste en Existir en sí (co-


Dios, Aseidad. No es una cosa que se pueda sumar a las mo absoluto en relación: Trinidad), siendo Existen-
restantes, para formar con ellas el conjunto del sistema. cia fundante de todos los entes. Está más allá de to-
No podemos sumar mundo, alma «y» Dios (o mundo, his- da esencia, fundándolas a todas. Sólo porque es Di-
toria «y» Dios), como si Dios fuera el momento supremo ferente (no es parte de nada), puede hacerse del todo
de un sistema abarcador de realidades Siendo Aseidad Presente, en comunicación gratuita. No regala su vi-
(Ser en sí mismo), Dios no necesita nada para ser o reali- da por necesidad u obligación, sino por gracia: se da
zarse, ni se incluye, como un elemento más, entre los otros en amor total, en comunión de Vida. Por eso, debe-
elementos de las cosas. Por eso, su estudio (teología) no se mos afirmar que la Presencia de Dios es por sí mis-
puede situar junto a la psicología y cosmología, como si al- ma creadora. Nosotros jamás creamos de la nada,
ma y mundo fueran realidades homogéneas a Dios, en sino que mantenemos relaciones de comunicación
contra del sistema de Ch. Wolff (1679-1754). Por ser in- más o menos gratuita, dentro de un sistema social
finito y definirse como Aseidad (Causa de sí), Dios habita que nos engloba. Por el contrario, al superar todo
separado, en su propia trascendencia: no tiene fronteras sistema, Dios se hace presente por pura gracia y así,
pues nada le limita. Sólo por eso es Ipsum esse: existencia gratuitamente, va creando lo que existe, a través de
original y originante de todo lo que existe. su mirada, como sabe Juan de la Cruz:

1
Asi preguntaba Leihniz (1646-1716) t poi qué exislen los
Dios es Ipsum Esse, Ser en Sí, Existencia plena. entes en vez de que haya solo pina nada' Existen porque hay
Por eso decimos que es más que In-finitud (en sen- Dios, que no es un ente más (aunque supiemo), sino el Sci ori-
tido negativo), más que unión de opuestos. Existe ginario, más allá de toda esencia La Uadiuón escolástica,
representada por Tomas ele Aquino (1221-1274) no luí loma tío a
por sí mismo y así, por desbordamiento, pura gra- Dios como un ente, no le ha situado enlie las ollas lealuladrs
cia, suscita todo lo que existe'. Entre el Ser que es existentes (como terceía esencia, al laclo del mundo y del alma),
Dios y los entes del mundo (de la historia) hay por sino que le concibe como Existencia oiiginal, Sel de dulas las
tanto una ruptura radical, un desnivel que llama- restantes realidades

PARA DESCUBRIR EL CAMINO ÜEI. PADRE 187


¡Oh bosques y espesuras, Camino de Dios por las cosas, presencia de amor
plantadas por la mano del Amado! y belleza, ésta es su acción creadora. No está obli-
¡Oh prado de verduras, gado a pasar; su presencia de gracia no resulta ne-
de flores esmaltado, cesaria en el sistema, pero su paso es bello, su pre-
decid si por vosotros ha pasado! sencia es abundante: ojos que miran, figura que to-
Mil gracias derramando do lo transforma. La «esencia infinita» de Dios, más
pasó por estos sotos con presura, allá de todo lo que nosotros conocemos e ignora-
y yéndolos mirando, mos, se vuelve asi comunicación y presencia perso-
con sola su figura nal, suprema gracia. El mismo Juan de la Cruz lo ha
vestidos los dejó de hermosura (Cántico b, 4-5). concretado al decir (comentando estos versos) que
pasar por los sotos es criar los elementos que aquí lla-
ma sotos. El paso de Dios es creación: así surgen las
cosas, como signo y expansión de su presencia:
DIOS ABSOLUTO
Miró Dios todas las cosas, que fué darles el ser na-
• Las cosas de este mundo son relativas y sólo en cla- tural, comunicándoles muchas gracias y dones natura-
ve de relación pueden entenderse. les, según se dice en el Génesis por estas palabras: Mi-
• Dios no es relativo, existe por sí mismo: es Causa sui, ró Dios todas las cosas que había hecho y vio que eran
Ipsum Esse. Por eso no podemos definirle desde el mundo. mucho buenas (cf. Gen 1,31). El mirarlas mucho bue-
• Dios es Absoluto, siendo plena comunicación, gratui- nas era hacerlas mucho buenas en el Verbo su Hijo
dad total. Los entes del mundo se necesitan unos a los (Comentario a Cántico b, 5).
otros; por eso, ellos no pueden darse de manera plena. Por Siendo ilimitado, Dios se ha introducido en el lí-
el contrario, siendo Existencia absoluta (sin necesidad de mite del mundo, suscitando con su paso todo lo que
relación), Dios puede darse en absoluta gratuidad, tanto a existe, cada cosa con su esencia, su espacio y su
nivel de comunión divina de personas (trinidad), como de frontera. Sólo porque sigue siendo In-finito, Exis-
donación de vida (creación, comunicación personal). tencia en sí, Dios puede abrirse, en Presencia crea-
dora, suscitando lo finito.

2. Revelación de Dios. Modos de presencia

Guía de lectura
La Presencia gratuita de Dios se llama re-velación. De ella hemos hablado ya de diferentes
formas. Ahora la estudiamos distinguiendo, con la tradición, sus modos principales:
- Está presente por esencia: con su propio ser sustenta y suscita lo que existe.
- Está presente por conocimiento: con su verdad (aletheia, emuna) crea y sustenta cada cosa.
- Está presente, en fín, como potencia, como fuerza o energía creadora de la vida universal.

Revelación es donación personal: Ser que existe nidad) y desde esa donación interna se revela de
haciéndose Presente, manifestándose a sí mismo. m o d o personal, en proceso de patencia y oculta-
No dice cosas, no cuenta historias, se dice a sí mis- miento.
mo, despliega su historia de a m o r trinitario, ha- - Patencia: Alumbra Dios y las cosas son, se vuelven
ciéndose comunicación de vida entre los h u m a - claras.
nos. Dios existe en sí, como Absoluto, en donación - Ocultamiento: Ilumina con su rostro lo que existe
comunitaria (dando y compartiendo su ser, en Tri- siendo en sí tiniebla.

188 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


EXISTENCIA ORIGINAL

• El emisor primero es Dios, existencia original. Sien-


do en sí, Dios se revela, sale de su ocultamiento y de esa
forma se expresa y manifiesta. No retiene el ser: tenién-
dolo, lo ofrece de manera que otros puedan igualmente
compartirlo, viniendo a ser así sus amigos, compañeros.
De ese modo es persona: siendo dueño de sí puede darse,
diciéndose a sí mismo en forma humana. Porque es per-
fecto en sí se da perfectamente.
• El ser humano es «oyente de la palabra», Receptor de
la revelación. Dios ha creado el mundo porque quiere re-
velar su Presencia a los humanos. Como destinatarios de
este despliegue personal de Dios hemos surgido, no como
«pastores del Ser» (cf. M. Heidegger), sino como Amigos
de Dios.
• Dios y el humano se encuentran y dialogan, volvién-
dose Presencia compartida. Dios se revela en el mundo: a) Dios está presente por esencia
signos de su revelación son las diversas realidades, como
sabe las religiones. Para nosotros, los cristianos, ese men- Suele decirse utilizando un lenguaje más plató-
saje de Dios se identifica con Jesús, su propio Ser hecho nico, que está presente por participación: Dios es
Presencia, Logos personal. Por medio de Jesús, Dios y hu- Existe en sí, los entes son (existen) porque reciben
mano verdadero, se vincula lo que Dios dice a los huma- ser de Dios, comparten de algún modo su existen-
nos (haciendo presente su misterio) y aquello que los hu- cia, como ampliación del mismo ser divino. A par-
manos dicen a Dios (al responderle en el Cristo): la Pre- tir de aquí, podemos esbozar una sencilla división
sencia divina (Trinidad) y la comunicación humana se que servirá de esquema a lo que sigue:
vinculan y unifican en el Cristo.
• Dios es en sí y no se encuentra limitado ni a lo
externo por la nada ni a lo interno por ninguna otra
posible realidad con la que deba compartir su esencia.
El sentido de la revelación se identifica con el • Los entes sólo existen desde Dios y expresan su
mismo ser de los humanos. Siendo en sí, Dios se ha- existencia en múltiples esencias, que brotan de la más
ce Presencia para ellos. Desarrollando su propio ser, honda unidad divina, dentro del gran todo del cosmos,
el h u m a n o vive en la Presencia de Dios, como vi- a lo largo de la historia.
viente peculiar que, hallándose en el mundo, entre
el conjunto de las cosas, puede escuchar y respon-
der al Dios que le dirige su Palabra. El h u m a n o vi- Esencia, revelación. La misma esencia de las cosas con-
ve en la presencia de Dios y Dios se le muestra por siste en ser revelación de Dios, como muestran las diversas
esencia, conocimiento y potencia 2 . religiones. La experiencia religiosa de acogida y cullivo de
la revelación de Dios es una dimensión originaria del hu-
mano, en cuanto viviente que cultiva la presencia del mis-
2
Los modos de revelación de Dios se identifican con sus terio en el mundo.
modos de presencia: con las formas primodiales de su desplie-
gue en el mundo. Aquí los evocamos de manera muy sencilla,
asumiendo parcialmente una división tradicional, que recuerda
Teresa de Jesús, cuando afirma que Dios está presente en el Dios se encuentra así presente en cada una de las
mundo «por esencia, presencia y potencia» (cf. Moradas V, 1,10). cosas por esencia: su misma esencia luí de c-niender-
Por comodidad, hablo de «esencia, conocimiento y potencia». se como un modo de presencia do Dios. Ellas sur-

PARA DESCUBRIR EL CAMINO Mil. I'ADKI- 189


gen porque Dios ha decidido estar presente fuera de el ser humano puede conocer el gran Miserio no por
sí mismo. ser más hábil, sino porque Dios mismo ha querido des-
velarlo. El conocimiento ofrece a este nivel un signo
• Dios ha querido revelarse fuera de sí mismo. Su religioso: no es dominio técnico del mundo, ni pensa-
Existencia se vuelve así Presencia para los restantes se- miento caprichoso que inventamos según las conve-
res (los humanos), que son una expansión de Dios, se- niencias, sino aletheia: desvelamiento más profundo
ñal de su presencia. del misterio de Dios en nuestra vida.
• El mundo es espacio donde Dios se manifiesta,
suscitando múltiples esencias que son como «cuerpo Ciertamente, en u n nivel de ciencia conocemos
finito de Dios», manifestación multiesencial y limitada solamente aquello que nosotros mismos vamos
de su Existencia trascendente. construyendo con la mente. Pero, en el nivel más al-
• Sólo el humano sabe (o puede saber) dentro del to, conocemos a Dios porque Él mismo hace pre-
mundo que es «cuerpo de Dios», pues Dios se le revela sente su Verdad en nuestra vida: su presencia es
de un modo personal, compartiendo con él un mismo verdadera, porque Él mismo ha querido desnudar-
camino de amor, que culmina en la Presencia del Es- se en amor y claridad ante nosotros, en actitud fon-
píritu, meta del camino de la vida. Acogiendo la Pre- tal de gracia.
sencia de Dios, el humano conoce su propia realidad
como persona y puede dialogar con Dios y realizarse 2. En hebreo verdad es «emuna» o fidelidad: ver-
humanamente. dadero es lo firme, aquel que ofrece garantía y da
confianza, tanto en plano activo como receptivo.
Pues bien, Dios nos ofrece la máxima confianza;
b) Dios está presente por conocimiento por eso nos sentimos seguros en su presencia. La
verdad ha de entenderse así en clave personal: es fi-
Sabemos que Dios es más que idea, pero debe- delidad de Dios que asiste a los h u m a n o s a lo largo
mos añadir que su Él se hace presente en un cami- del camino; es fidelidad de los humanos que se fían
no de conocimiento. El h u m a n o es el viviente que de su gracia de Dios, viviendo su presencia. Por eso,
acoge la Verdad (= Presencia de Dios en cuanto co- ella es siempre dialogada:
nocimiento) y la cultiva humanamente. Así lo indi-
• La Verdad es Presencia fiel de Dios, que ofrece su
caremos, distinguiendo y vinculando tres palabras palabra y la mantiene por encima de las dificultades y
fundantes de la tradición occidental: aletheia, entu- rechazos del humano. Dios es Verdadero, pues se
na y ventas. añanza como Roca firme en la que pueden asentarse
1. En griego, verdad se dice aletheia: desvelamien- los creyentes. No es una ilusión de ensueño, un espe-
to del Ser (de Dios), que rompe el velo del engaño y jismo que nos deja vacíos cuando le queremos tocar
con nuestras manos. No es mentira que va y viene, que
olvido, para desplegarse en desnudez fundamental, se dice primero sin firmeza y después se niega o se re-
en todo su misterio. Dos son sus aspectos o mo- tira, cuando llega el tiempo malo. La Verdad de Dios
mentos principales: es Fidelidad, Presencia amistosa para siempre.
• Dios es voluntad y poder de manifestación: no se • La Verdad ha de expresarse como Presencia fiel
oculta primero y luego viene a desvelarse de manera de los humanos, confianza entre personas. Sólo ellas,
caprichosa; no se esconde para burlar a los humanos, las personas, pueden ser en ese plano verdaderas. Así
ofreciéndoles un rostro que varía según las circuns- lo certifica la Biblia Hebrea cuando dice que el co-
tancias, de manera que ellos nunca pueden conocerle nocimiento más perfecto surge a nivel de relación in-
plenamente; no es esfinge indescifrable que jamás co- terhumana, allí donde el varón y la mujer se encuen-
noceremos porque nunca desvela totalmente su miste- tran y conocen como tales, en amor enamorado.
rio. En contra de eso, Dios es verdad manifestada: des- Pues bien, Dios y el humano se vinculan en un tipo
corre el velo de su rostro y nos deja penetrar en el mis- de Verdad de matrimonio, en Presencia de alianza,
terio de su vida (cf. 2 Cor 3,12-18). como sabe la tradición profética (Oseas, Jeremías,
• El humano aparece en muchos mitos como vi- Isaías). Éste es el Dios que se preocupa de los po-
viente superior que puede desvelar enigmas, penetran- bres, los perdidos y pequeños de su pueblo, siendo
do de esa forma en el misterio de las cosas. Pues bien, fiel, portador de emuna.

190 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Sólo conoce quien ama, haciéndose presente. 1. Está presente por energía. Así le han entendido
Dios conoce en verdad: se fía de los humanos, sien- las antiguas religiones de la naturaleza cuando,
do Presencia para ellos. El humano conoce en ver- abriéndose hacia el mundo, han descubierto a Dios
dad cuando, apoyado en la promesa de Dios, acoge en los poderes que actúan de manera superior y sor-
su presencia y se acerca en amor a los hermanos. prendente en nuestra vida. Había entonces múlti-
En este plano, la Presencia de Dios está ligada al ples poderes de misterio: de la vida y la muerte, sa-
despliegue de su propia Verdad como confianza lud y enfermedad, lluvia y sequía, viento y tormen-
creadora, suscitando para los humanos un camino ta... El humano vivía al interior de esos poderes. En
fiable de existencia compartida. medio de ellos debía realizarse, en camino de bús-
queda difícil, donde pueden distinguirse dos res-
3. En latín verdad es «ventas»: es la justicia en las puestas principales:
relaciones interhumanas. Para convivir sobre la tie-
rra, los humanos tienen que aceptar la ley y respe- • La magia ha querido apoderarse de las fuerzas
tarse mutuamente. De esa forma, la relación perso- sagradas para controlarlas en provecho propio. Mu-
nal se vuelve signo de un misterio trascendente chos piensan que al principio, la experiencia religiosa
pues Dios sanciona la verdad y justicia entre los hu- no sería más que magia: un modo especial de contro-
manos. lar los poderes cósmicos, para servicio propio. Pienso,
en contra de eso, que religión era (y es) más que ma-
gia.
• La religión no quiere utilizar el Poder sagrado de
LA VERDAD Dios, sino acogerlo en gesto reverente. En ella, Dios se
expresa como energía primigenia de amor; cuando Él
La Verdad de Dios se vuelve así principio de comuni- actúa acogemos reverentes su presencia.
cación: Dios se hace Presencia por Jesús a fin de que no-
sotros nos hagamos presencia personal, los unos con los
otros. - Lo divino suele presentarse en general como luminoso:
energía o fuerza trascendente que desborda lo que somos
(lo que hacemos o pensamos) para fundarnos en el fuerte
Poder de su presencia.
El mismo Dios que manifiesta su verdad (ale- - La experiencia religiosa primordial nos lleva a recibir
theia), que nos protege y da confianza, dialogando con reverencia ese Poder, reconociendo su misterio y dejan-
con nosotros (emuna), ratifica con su propia justi- do de esa forma que Dios se manifieste y fundamente
cia la verdad interhumana, como sabía la tradición nuestra vida.
profética de Israel al referirse al juicio. Ciertamen-
te, la Presencia de Dios es más que una Verdad de
puro juicio, en plano de talión o deber intramunda- Dios es Poder originario que sustenta nuestra
no: antes que «justicia» judicial, Dios es misterio de vida y así la Biblia le define como Aquel que ac-
amor, encuentro de personas. Pero, dicho eso, de- túa3. Más allá de los restantes poderes que se ex-
bemos añadir que su Verdad/Presencia se expresa presan en cielo y tierra (ángeles, demonios), el hu-
en la justicia humana. mano religioso acoge el Poder de la trascendencia,
dialogando con lo divino. Esa experiencia de gra-
tuidad ante el misterio, que acogemos en adora-
c) Dios está presente por potencia ción y alabanza, puede hallarse mezclada con mo-
tivos de egoísmo y magia. Pero en su fondo hay,
Ciertamente, Dios es más que pura acción mate-
rial. Pero, dicho eso, debemos añadir que Él se des-
pliega o manifiesta en clave religiosa como Fuerza
creadora en plano de energía, poder liberador, po- 1
Cf. G. E. Wright, El que actúa. Teología bíblica como narra-
tencia creadora. ción, FAX, Madrid 1974.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 191


sin duda, una experiencia religiosa. No es la magia divina) como principio de realización para los hu-
la que logra humanizar al humano, sino la Acción manos. La religión se define, por tanto, como ex-
más alta del poder divino. Como viviente interpe- periencia y cultivo de ese Poder supracósmico: es
lado, enriquecido y transformado por el flujo de religioso aquel humano que quiere superar el ries-
Energía de Dios ha surgido y se mantiene el ser go y apariencia, la muerte y destrucción del mun-
humano. do en un camino de iluminación (transformación)
interna.
2. Está presente como poder de libertad interna.
Las religiones de la interioridad (hinduismo, budis- 3. Dios, Poder de liberación histórica. Las religio-
mo, espiritualismo griego, etc.) tienden a conside- nes proféticas, derivadas de la experiencia israelita,
rar la realidad del mundo como mala o por lo me- han descubierto a Dios como el Poder de creación
nos como negativa: es apariencia o cárcel donde que se explícita (actúa) en el camino de la historia.
estamos amarrados al giro de los tiempos que van- Por eso, ellas no buscan en primer lugar una viven-
vienen, a la esclavitud de la materia y deseos del cia interior de libertad para liberarse (evadirse) de
mundo que pretenden mantenernos para siempre este mundo cautivante y malo en que el humano se
sometidos; el poder de Dios no puede revelarse ya encuentra sometido, sino que quieren transformar
en los signos de la naturaleza. el mundo, en una historia abierta al futuro escato-
lógico.
Sobre un mundo perdido (condenado al eterno
retorno de la vida y de la muerte) el verdadero Dios
se muestra como fuerza interior de redención: Es-
píritu que puede liberarnos de la esclavitud cósmi- - Dios es presencia personal: comunicación del Padre
ca para conducirnos nuevamente o levantarnos has- con el Hijo en el Espíritu, fuente de comunicación para los
ta el plano de su propia trascendencia. Desde ese humanos.
fondo, lo divino (en el budismo lo nirvana) debe in- - Los humanos se definen como seres de presencia: pue-
terpretarse como antipoder: es lo contrario del po- den comunicarse, compartiendo la vida desde Dios (y los
der del cosmos. unos con los otros).

MÁS ALLÁ DE LOS PODERES NATURALES En esta perspectiva, el ser humano es capaz de
realizarse en un camino de creatividad histórica;
Para los creyentes de las religiones de la interioridadpor su parte, Dios actúa potenciando creadoramen-
aquellos poderes son negativos. Por eso, la experiencia re- te a los humanos. Acción de Dios y acción humana
ligiosa nos lleva a superarlos. vienen a implicarse de una forma intensa y miste-
- Sometido externamente al mundo, el humano lleva riosa, tal como lo muestran de manera convergen-
dentro de sí mismo un Poder de libertad más alto. La tes las grandes religiones proféticas (judaismo, is-
religión es el cultivo interior y consecuente de ese Po- lam), que a nuestro juicio han venido a culminar en
der. el cristianismo.
- Dios es Poder de libertad interna. Ofrece diversos ros-
tros, y nombres diferentes, pero es siempre plenitud de La Presencia de Dios se vuelve fuente de comuni-
realidad y vida «espiritual» para los humanos. cación gratuita. Ésta es la mística cristiana, ésta la
sorpresa del misterio: que los seres existen al co-
municarse unos a otros; que la vida sea donación y
gratuidad, presencia mutua, resurrección comparti-
da en el Cristo. Así, al final de nuestro itinerario
Más allá de los poderes de este mundo, que aca- descubrimos que Dios estaba aquí desde el princi-
ban encerrando al humano en su rueda de fortuna pio, como Presencia dialogal, como amigo que co-
ciega, está el poder de libertad interna (o libertad labora con nosotros.

192 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


3. Acción de Dios, acción humana. Meta de diálogo
Guía de lectura
La teología clásica del siglo XVI planteó con fuerza el tema de la relación entre Dios y los
humanos, en términos de acción y conocimiento. Desde ese fondo quiero evocar el sentido de
la presencia de Dios en la existencia humana.
- Unos destacaban el influjo de Dios en línea de premoción o movimiento originante: el mis-
mo Dios actúa al interior del ser humano, haciéndole actuar y realizarse así con su presencia.
- Otros destacaban la autonomía del humano a quien el mismo Dios debe ayudar, de ma-
nera que los dos concurren: corren y actúan a la vez y así realizan una misma acción.

A lo largo de nuestro itinerario hemos buscado a que no puede sumarse en plano de igualdad o coo-
Dios. Ahora descubrimos que hemos estado colabo- peración con ninguna de las otras causas (llamadas
rando con Él. Estaba aquí, en nosotros, con noso- segundas), que sólo se mueven y actúan si la causa
tros. Su presencia era y sigue presencia comunica- primera les impulsa y mueve de m a n e r a trascen-
tiva, de acción compartida. Así lo veremos reasu- dente. Sólo Dios existe y actúa por sí mismo: por
miendo uno de los temas clásicos de la teología. eso ha de ofrecer existencia y movimiento (autono-
mía) a cada uno de los entes que ha creado sin po-
nerse nunca a su nivel, manteniendo sin cesar su
Frente a frente. Si ponemos de relieve la actuación de trascendencia. Pues bien, sobre ese fondo viene a
Dios parece que el humano ya no puede comportarse li- plantearse luego un gran problema: ¿cómo actúan
bremente, de manera que termina siendo un tipo de má- libremente los humanos? Hemos buscado afanosa-
quina o juguete en manos del poder divino. Por el contra- mente a Dios y ahora, al encontrarle, nos parece
rio, si destacamos la actividad libre del humano, parece mejor que no lo hubiéramos hecho, pues Dios lo
que no queda ya lugar para ninguna actividad de Dios en ocupa todo, no nos deja actuar como personas:
nuestra historia.
- Dios lo mueve todo desde arriba. Por eso decimos
que su acción tiene carácter especial, de precedencia:
Dios premueve. Su premoción no se limita a sostener a
Sabemos que Dios «lo hace todo», pues es crea- los agentes, de manera que ellos sean después los que
dor. Pero también sabemos que los h u m a n o s actua- decidan en un sentido u otro (de manera libre). Dios
mos con él, colaboramos en su obra creadora. ¿Có- premueve a los mismos agentes (especialmente a los hu-
m o explicarlo? Éste es bello problema que pusieran manos) de manera que les traza desde arriba su cami-
de relieve y plantearon con finura los grandes pen- no y en el mismo camino les sostiene y mueve. De esa
sadores católicos (cristianos) del siglo XVI en la fa- forma conoce lo que harán o lo que hacen los humanos,
mosa controversia «de auxiliis» cuyos representan- mirando hacia su propia fuerza divina, creadora, por-
que él mismo les «mueve», haciéndolos obrar. Queda
tes principales eran Báñez y Molina. Báñez defen- de esta forma clara la actuación de Dios, como existen-
día la premoción, Molina el concurso, como ahora cia en sí y potencia de todas las potencias. Pero es difí-
mostraremos. cil comprender la libertad del humano.
- El humano actúa libremente, si miramos las cosas
a nivel de mundo, en su propia condición de crcaturu:
a) Actividad de Dios. Premoción en ese plano puede decidir y decidirse, escogiendo en
el camino de la vida aquellos medios que juzga más va-
Domingo Báñez (1528-1604) y los seguidores de liosos y oportunos para realiza de esa manera MI pro-
su escuela, sobre todo dominicos, destacaban la ac- pia acción humana. Pero lo que él mueve en un nivel
ción de Dios a quien tomaban como causa primera creado lo premueve Dios en su nivel de trascendencia,

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 193


actuando así como existencia originante y como fuer- su libertad para influir en ella y dirigirla o regularla
za de actuación originaria para los humanos. Así pare- desde fuera. Dios influye más bien en la actuación pos-
ce haberse convertido en un juguete de Dios. terior, cooperando con él en las obras que realiza (en
clave de concurso).
Evidentemente, surgen las preguntas ¿cómo es • El humano vive, por lo tanto, en «soledad» origi-
libre un humano al que le mueve siempre Dios desde naria. Por eso debe hacerse, decidirse y realizarse en el
su altura trascendente?, ¿cómo se puede evitar en camino, aunque luego Dios concurra y coopere con él
esa línea un tipo de predestinación impositiva en la para ejecutar la misma obra. No existe, por lo tanto,
que Dios hace y deshace nuestra vida a su capricho? premoción (Dios no decide ni empuja desde arriba a
Llevando este modelo hasta el final, los humanos los humanos). Hay un concurso: el humano y Dios ca-
seríamos un instrumento sin voluntad que utiliza la minan juntamente en dimensión de alianza.
Causa trascendente: como una carretilla que Dios va
conduciendo y arrastrando con su propia voluntad Al hablar de la premoción dijimos que el huma-
y sus brazos al lugar que ha decidido. Seríamos el no parecía una carretilla en manos de Dios: un ins-
barro que ha tomado en su m a n o el alfarero, para trumento que maneja y dirige el ser divino. Pues
hacer así en nosotros lo que él mismo ha decidido. bien, ahora Dios y el h u m a n o caminan lado a lado,
Hemos buscado a Dios, parece que Dios nos des- el uno junto al otro, como seres libres que concurren
truye. ¿No será mejor olvidarle o rechazarle? y cooperan en la misma obra. Por eso se pueden
comparar con dos agentes (móviles) que arrastran a
lo largo de un canal la misma barca. Actúan de con-
suno, ambos unidos, como en sirga, cada uno a u n
RIESGO DE IMPOSICIÓN DIVINA lado del canal: si sólo uno tirara de la barca, ella ven-
dría a incrustarse contra un lado de la orilla.
Es evidente que en esta perspectiva puede hablarse de
Dios y de su acción (de su ser, conocimiento y potencia),
pero resulta más difícil valorar al ser humano como al-
guien que acoge a Dios y dialoga con su gracia. La causa EN SIRGA
primera tiende a convertirse así en única causa; su movi-
miento aparece como el solo movimiento de los seres del De esta forma se vinculan las dos fuerzas, Dios y los
cielo y de la tierra. humanos, tirando a cada lado del canal la misma barca,
de manera que suscitan en unión el movimiento de la his-
toria. Ni el humano puede hacer historia sin Dios. Ni Dios
sin el humano. Ambos son libres, se sitúan el uno junto
al otro y colaboran en la tarea social y religiosa de la his-
b) Cooperar con Dios. Concurso toria.

Para responder a las preguntas anteriores, la tra-


dición jesuítica, representada por L. Molina (1536- Por sí mismo, Dios ignora lo que debe ser (o su-
1600), ha elaborado u n esquema que destaca la ac- ceder) sobre la tierra: ha creado el m u n d o y lo ha
ción y libertad del ser humano, en un libro que dejado a los humanos, de manera que ellos mismos
titula Concordia, pues quiere que se unan y con- son quienes deciden y definen su futuro. Sin em-
cuerden Dios y los h u m a n o s . Por eso empieza de- bargo, esa ignorancia no se puede tomar como ab-
fendiendo la acción libre del h u m a n o que es sujeto soluta: Dios sabe lo que debe suceder porque «co-
de sus obras, responsable de sí mismo. Dios le ha noce de manera muy intensa lo que existe al inte-
dado libertad para que pueda decidirse: rior del ser humano». Sabe su m a n e r a de sentir, la
forma en la que debe responder en las diversas cir-
• Dios ha creado al humano en libertad. Por eso le cunstancias.
hace ser, dejando que trace su camino. Eso significa
que el humano tiene un momento radical de autono- Esto es lo que Molina llama ciencia media que,
mía: ni Dios mismo puede penetrar en el sagrario de de un modo general, y sin entrar ahora en detalles

1 94 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


más precisos, podemos definir como la ciencia que teológico: no vamos simplemente hacia Dios, como
Dios tiene (va teniendo) en cuanto actúa y colabora si Él fuera un gran pico de 8.000 metros de altura,
con los humanos: les ha creado de tal forma que que debemos escalar con nuestro esfuerzo; vamos
«depende» en su mismo conocer y en su actuar de con Dios, con él estamos, uno en otro cohabitamos
su respuesta. a lo largo de una marcha que se viene a definir co-
mo existencia en compañía.
Este esquema es bueno, pero suscita algunas
cuestiones: da la impresión de que Dios no actúa en El esquema del concurso y cohabitación debe
el ser humano, sino que se limita a colaborar con él. reelaborarse en perspectiva de alianza personal, de
Pues bien, conforme a todo lo que voy indicando en acción comunicativa. En esta línea, y volviendo a
este itinerario, lo más importante es precisamente las raíces de la tradición bíblica, culminando lo an-
este momento de acción compartida, de amor mu- terior deberíamos elaborar una Teología Comunica-
tuo, entre Dios y los humanos. No basta con que tiva, interpretando al Dios de Cristo (Dios de Trini-
Dios y el humano colaboren (como hacen dos re- dad y encarnación) como Presencia de diálogo para
meros de una misma barca); ellos deben convivir, los humanos. Para ello sería conveniente crear y/o
hablarse al corazón uno al otro. Para esto hemos re- precisar un vocabulario más preciso de la comuni-
corrido todo nuestro itinerario: para sentarnos, al cación:
fin, y dialogar con Dios; para descubrir su presen- • Alianza. Son aliados aquellos que se juntan para
cia y desnudarnos ante Él en gozo pleno. De este ser realizar una determinada acción (para un fin) o sim-
en común queremos hablar en esta conclusión al te- plemente para convivir (en plano de amor o matrimo-
ma 9.° y en la conclusión de todo nuestro itinerario. nio). El misterio de Dios se vincula a la alianza, no só-
lo a nivel ético (cumplir sus estipulaciones), sino tam-
bién y sobre todo en clave personal (de amor mutuo).
• Diálogo. Lo cultivan las personas que comparten
c) Conclusión provisional. la palabra, que se hablan y que, hablando, logran no
Presencia comunicativa sólo actuar de manera coordinada, sino conocerse y
vincularse mutuamente. Al nivel del diálogo pertenece
En el esquema de la premoción Dios actúa de tal la transparencia comunicativa y la oración, entendida
modo que parece ocupar todo el espacio de la vida como experiencia de búsqueda y escucha, de contem-
del humano. Da la impresión de que sólo existe y ac- plación y acogida de Dios.
túa el gran Dios: tan grande es su Presencia que al fi- • Encuentro. Es el secreto y culmen del camino:
nal pudiéramos decir que no hay presencia, pues no cada uno cumple su tarea o se afana por tender hacia
existe ya persona humana (libre y responsable, dife- su propia meta, pero descubre que, al hacerlo y para
hacerlo, debe unirse a los demás. No importa el lugar
rente) a la que Dios pueda presentarse en su verdad al que tendemos, sino la compañía con quien vamos.
como divino. Presencia implica diálogo y mutua li- Cuando existe auténtico encuentro el camino ha cul-
bertad. Un humano sólo puede presentarse ante otro minado.
humano en respeto y comunicación personal. Por • Encarnación. Para que lo anterior sea posible es
eso nos parece más valioso el esquema del concurso, necesaria una profunda «encarnación»: cada uno ha
pues Dios y el ser humano pueden dialogar e in- de ponerse en el lugar del otro, pensando y actuando
fluirse mutuamente, en un encuentro de comunica- desde aquello que los otros piensan o actúan. Sin este
ción activa. Dios necesita que el humano sea y actúe «salir de sí», sin un profundo vaciamiento interior, en
como libre, para concurrir (cooperar) con él. actitud de encarnación personal no hay diálogo ni en-
cuentro.
Pero debemos avanzar sobre Molina, afirmando • Inhabitación. Es el vivir uno en el otro, como el
que Dios concurre con el ser humano no sólo en lo amado en el amante, como el Espíritu Sanio en cada
que hace, sino en aquello que es. Ambos caminan uno de los fieles... Conforme a lo anterior, Dios .se de-
juntos y dialogan a lo largo de la marcha, ambos se fine como aquel que, siendo en sí, infinito y sulicienle,
influyen, uno al otro, uno en el otro, hablando al co- habita en los humanos; les anima y enriquece desdo
razón. Éste es el final y meta de nuestro itinerario dentro.

PARA DESCUBRIR PA. CAMINO DEL l'ADRP. 1 95


Estos y otros términos deberán ser matizados y
Báñez y Molina. Ésta es la paradoja. Por un lado sabe- empleados para así precisar ese misterio de la pre-
mos que Dios actúa por sí mismo, como Ser infinito, pura sencia de Dios. Así lo h a r e m o s en la conclusión de
aseidad. Todo lo que somos y hacemos depende de Él, co- este libro.
mo afirmaba Báñez. Pero, al mismo tiempo, Dios ha que-
rido hacerse presente a los humanos y comunicarse con Bibliografía
ellos, de manera que su acción depende de aquello que no- E. Gilson, El ser y la esencia, DDB, Buenos Aires 1961.
sotros seamos y actuemos, como sabía Molina. Éste es el
problema superior, éste el más hondo misterio de Dios en J. Gómez Caffarena, Filosofía de la religión, Rev. de Occi-
dente, Madrid 1973.
relación a los humanos: ¿cómo actúan juntos?, ¿cómo
pueden compartir un mismo camino, influyéndose uno en M. Heidegger, Sobre la cuestión del ser, Rev. de Occidente,
otro? A partir de aquí debemos entender la comunicación Madrid 1958.
personal. Creer en el Dios de la presencia comunicativa J. Martín Velasco, El encuentro con Dios, Cristiandad, Ma-
significa creer en la posibilidad de comunicación interhu- drid 1976.
mana.
L. Peña, La coincidencia de los opuestos en Dios, Univ. Ca-
tólica, Quito 1982.

* * -k

1. Ejercicio de autocomprobación
Completa lo que faltan. Solución en casilla siguiente.

1. Duns Scoto define a Dios como... 1. Infinitud radical


2. Nicolás Cusano interpreta a Dios como... 2. Coincidencia de opuestos
3. La lógica que admite la contradicción suele llamarse... 3. Paraconsistente
4. Dios no es un ente, es... 4. La existencia originaria
5. Dios como existencia en sí suele llamarse en latín... 5. Ipsum esse
6. La revelación exige tres elementos que son:... 6. Emisor, receptor, mensaje
7. Según Teresa de Jesús, Dios está presente en las cosas por... 7. Esencia, presencia y potencia
8. Verdad se dice en griego, hebreo y latín... 8. Aletheia, emuna y veritas.
9. Conforme a la Biblia Hebrea, la verdad implica... 9. Fidelidad y/o confianza
10. Las religiones místicas sitúan el poder de Dios en plano de... 10. Liberación interior
11. La premoción física la ha defendido... 11. Báñez
12. Según Molina, Dios y el humano... en su acción 12. Concurren

Prueba de síntesis
a) Dios es infinitud radical y aseidad. Busca otras notas que tenga, justifícalas.
b) La verdad es aletheia, emuna y veritas. Busca y justifica otras palabras relacionada con él (cf. omnisciencia, providen-
cia, etc.).
c) He destacado la acción de Dios en línea de premoción y el concurso. Encuentra y justifica otras notas de la acción de
Dios, en plano filosófico y religiosa (cf. es acción salvadora, misericordiosa, etc.).

196 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


3. Prueba de ensayo
Th. Hobbes afirmaba que los humanos por sí mismos estarían siempre el lucha mutua. Para superar ese peligro han elegi-
do un poder más alto (el estado) dándole plena autoridad y conviniéndolo en una especie de «dios» sobre el mundo. Mati-
zar y superar esta perspectiva desde el desarrollo precedente del tema, comentando (y quizá criticando) las afirmaciones que
siguen:
«Hecho esto, la multitud así unida en una persona se llama república, en latín civitas Esta es la generación (el surgi-
miento) de ese gran Leviatán o más bien (por hablar con más reverencia) de ese Dios mortal a quien debemos, bajo el Dios
inmortal, nuestra paz y defensa. Pues mediante esa autoridad, concedida por cada individuo particular en la república, admi-
nistra tanto poder y fuerza que por terror a ello resulta capacitado para formar las voluntades de todos en el propósito de paz
en el interior (de la república) y en el propósito de la mutua ayuda contra los enemigos del exterior. Y en esto consiste la
esencia de la república que, por definirla, es una persona cuyos actos ha asumido como autora una gran multitud, por pactos
mutuos de unos con otros, a fin de que pueda usar la fuerza y los medios de todos ellos, según considere oportuno, para su paz
y defensa común». (Th. Hobbes, Leviatán, Editora Nacional, Madrid 1983, 267).

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 197


Conclusión
Casa de Dios
Dialogar en el Tercer Milenio

Encuadre
orientativo Este libro consta de nueve itinerarios y de una conclusión. Hemos trazado los itinerarios.
Queda la conclusión, que puede resultar reiterativa para aquellos que han ido pensando bien
en el camino. Por eso será breve y podrá leerse o estudiarse de un modo más rápido. Tiene dos
partes.
- Fin del siglo XX. Ha crecido el desencanto. ¿Abandonamos el itinerario de Dios?
- Principio de milenio. Queremos ofrecer una teología de la comunicación, que nos abra a
la esperanza del gran itinerario y presencia de Dios en la vida humana.

N uestro m u n d o parece cansado, dividido, pero


también lleno de ilusiones. Algunos dicen
que necesitamos mística para sobrevivir a los de-
bemos aprender a compartir, a vivir en comunión, a
convertir la vida en presencia compartida.

sastres que se avecinan. Otros piensan que debemos - Presencia implica distinción: para que Dios se mani-
aprender a dialogar. Quizá ambas cosas significan fieste, el humano ha de existir como distinto de Dios, de
lo mismo. Paradójicamente, nosotros, posmoder- manera que pueda recibirle o rechazarle.
nos de Occidente, seguimos situados ante el proble- - Presencia implica alianza: Dios se expresa en todo el
m a con que terminaba el 9.° itinerario: ¿cómo dia- mundo, pero sólo puede hacerse de verdad presente si al-
logar con Dios, colaborar unos con otros? guien le recibe en libertad de diálogo amoroso.
No es u n problema para resolver, sino u n miste-
rio para habitar en su interior de forma creadora. Al
final de los itinerarios nos hallamos donde estába- He dicho que Dios es comunión de amor, Pre-
mos al principio, quizá más enriquecidos de expe- sencia mutua de personas que se entregan y com-
riencias, pero igualmente llenos de preguntas: de- parten la existencia. Le he presentado como Hxis-

PARA DESCUBRIR 1:1. íAMINO 1)1:1. l'ADRÍ: 199


tencia radical de todo lo existente y Potencia primi- En ese lugar vuelvo a situarme, presentando el
genia de todo lo que actúa. Pero, sobre todo, le he tema bajo el título de casa de Dios. El fin de todo iti-
llamado Diálogo fundante. El h u m a n o y Dios no se nerario es una casa, una morada donde Dios y los
limitan a colaborar en la tarea común de la historia. h u m a n o s comparten la existencia (cf. Jn 14,2.23).
Colaboran desde la hondura de su entraña perso- Situado en la divisoria de los dos milenios, comen-
nal, como amigos que se van enriqueciendo mien- zaré hablando simbólicamente del fin del siglo XX
tras hablan. En el misterio de ese diálogo, allí don- como tiempo infértil de desierto (sin camino, ni ca-
de Dios funda y recrea al h u m a n o a través de su pa- sa). Hablaré después del nuevo milenio como tiem-
labra, allí donde el h u m a n o le responde, viene a po de esperanza: casa de comunicación en Cristo,
situarse la experiencia religiosa. desde Dios, para todos los humanos.

1. Caída de siglo. Mundo sin Dios. Ha crecido el desierto


Guía de lectura Se dice que la modernidad ha terminado, fracasada o triunfante, según las opiniones. Se di-
ce que entramos en un mundo sin razones metafísicas, sin verdades absolutas.
- Es un mundo sin filosofía (es decir, sin prueba filosófica de Dios). Todo parece contin-
gente, cambiante.
- Es un mundo sin teología oficial. No valen los amigos de Job, mientras mueren los pobres.
Este final pos-moderno ¿pos-cristiano? quiere servir de contrapunto a todo lo anterior. Co-
rremos el riesgo de volver a un desierto sin caminos, ni esperanzas, desierto de tribus urbanas
que no van a ningún sitio, que no quieren liberarse, que no se comunican. Ésta es la «cruz» del
mundo actual. No todo es esto, no sólo hay esto, pero esto es significativo. Por eso lo presento.

E n los últimos decenios ha cambiado poderosa- nuevo, subiendo con Moisés a la Montaña de la Zar-
mente nuestra conciencia cultural. Hemos pasado, za de Yahvé (tema 1.°), caminando con los patriar-
con mucha rapidez, casi sin advertirlo, de una si- cas a la nueva tierra (tema 2.°), etc.
tuación pre-moderna, marcada por un fuerte pre-
Este contrapunto de desierto, que evocaremos,
dominio cristiano, al m u n d o posmoderno, sin pre- de manera casi telegráfica, servirá para entender
sencia social de la Iglesia, sin razones metafísicas. mejor todo lo anterior y situar los itinerarios de la
Es como si Dios hubiera perdido su base racional, la búsqueda y presencia de Dios en el trasfondo de
h u m a n a 1 . Es como si tuviéramos que empezar de nuestro tiempo. El título (ha crecido el desierto) evo-
ca la falta de caminos. Pero el saber que está en de-
sierto es también anuncio de esperanza.
' Aludimos de un modo especial a la situación hispana:
parece que hemos «avanzado» siglos en unos pocos decenios,
pasando de la edad media a la posmodernidad, sin haber reco-
rrido los estadios y momentos intermedios (en plano filosófico, a) La ruptura
económico, político, religioso, etc.). En los años 50 y 60, antes
del Concilio Vaticano II, dentro del franquismo, parecíamos Hemos dejado un mundo anterior, hemos abando-
morar en un castillo medieval de nacional-catolicismo, domi- nado viejos y largos caminos. Posiblemente hallare-
nado por un pacto entre el estado y ciertas formas de cristian-
dad sociológica. Pasados sólo unos decenios, aquello se ha olvi- mos nuevos caminos. Pero mientras tanto es bueno
dado y queremos ser los más occidentales de los occidentales, que nos situemos. Éstos son, de un modo quizá exa-
totalmente modernos. gerado, algunos momentos clave de nuestra ruptura.

2 0 0 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


1. Es ruptura religiosa. E n o t r o t i e m p o , la reli- lo conocido; dominamos mucho mundo, pero no sabe-
g i ó n a c t u a b a c o m o p r i n c i p i o u n i f i c a d o r del p e n s a - mos para qué lo dominamos; esa razón es incapaz de
m i e n t o y v i d a social, d e m a n e r a q u e los v a r i o s a s - resolver los problemas primordiales de la vida.
p e c t o s d e la r e a l i d a d s e h a l l a b a n e n t r e l a z a d o s y ex- • También ha muerto la razón práctica. Kant pensa-
plicados (arraigados) sobre u n fondo cristiano que ba que la moralidad se arraiga en Dios, como hemos
les d a b a s e n t i d o . P u e s b i e n , la m u e r t e ( c u l t u r a l ) d e visto en el tema 7.°. Pero ese Dios de la razón moral ha
D i o s h a r o t o la u n i d a d h u m a n a , e s c i n d i e n d o s u s di- muerto y con él ha terminado la certeza de que debe
versos elementos: haber una conexión entre bondad y gozo sobre el mun-
do (o tras el mundo). Actualmente podemos actuar de
• El mundo queda sin explicación religiosa, como una manera programada, tenemos un inmenso poder
realidad que parece estar regida por principios de fa- de producir y dominar la tierra, pero apenas podemos
talidad, de pura dialéctica vital o material. Dios no se comunicarnos, compartir la vida y encontrar un senti-
desvela ya en un cosmos que parece conducido por sus do en lo que hacemos. Conocemos la manera de actuar,
propias leyes y estrategias de evolución material. pero ignoramos para qué. La razón práctica no puede
• La vida social ha perdido su sanción divina. Antes resolver ninguno de nuestros grandes problemas.
parecía signo de Dios: estaba dirigida por una ley sa- • La razón estética (vinculada al placer y gozo de la
cral que sustenta toda convivencia. Esa ley se ha roto vida) tampoco puede respondemos. Ciertamente, pode-
(se ha perdido) y los humanos ya no tienen más posi- mos y queremos gozar sobre el mundo: hemos explo-
bilidades de «encuentro y relación» que los que pue- rado mucho en la línea de las emociones y placeres, de
dan ir establecimiento por sí mismos, por convenio o la creatividad artística y el conocimiento experiencial
utilidad de algunos (del conjunto). Lo que se llamaba de la realidad. Pero tampoco en este campo hemos po-
«Dios» se identifica así con la «razón social» (por no dido hallar a Dios. Parece que estamos a merced de pe-
decir a veces la razón de estado). queños placeres efímeros que pasan y vuelven, sin
• El individuo queda abandonado (¿o confiado?) a su nunca quedarse. Por eso es más fuerte que nunca la
propia voluntad de ser, a su deseo de realización, sin un ca- búsqueda de evasiones (no sólo en la droga, pero espe-
mino religioso socialmente avalado. Antes, cada humano cialmente en ella). Ciertamente, el ser h u m a n o sabe
crear y disfrutar, pero ignora el sentido profundo de
parecía signo de misterio (imagen de Dios): podía culti-
aquello que crea y disfruta. Tampoco aquí parece ha-
var unos valores trascendentes que le definían como au-
ber un camino claro de Dios.
tónomo, distinto de todos los restantes individuos, con
responsabilidad ante Dios y ante los otros. Ahora, queda 3. Hay una ruptura politeísta. H a t e r m i n a d o el
encerrado en su propia soledad de gozo o de angustia. m o n o t e í s m o religioso ( c r i s t i a n o ) y el r a c i o n a l (filo-
2. Es una ruptura racional. C u a n d o e n el siglo sófico) y m u c h o s b u s c a n u n n u e v o t i p o d e politeís-
XVIII e m p e z ó a c a e r la religión, p a r e c í a s u r g i r (y mo, de múltiple verdad, de pluralismo de sentidos de
s u s t i t u i r l e ) la filosofía. P o r e s o , m u c h o s se a l e g r a - la vida. M. W e b e r a f i r m ó q u e el t i e m p o d e la m a g i a y
r o n , b u s c a n d o u n a s o l u c i ó n r a c i o n a l a los p r o b l e - religión h a t e r m i n a d o y q u e t e n d r e m o s q u e vivir y a
m a s d e la v i d a . E n e s t a l í n e a se h a m o v i d o el p e n s a - sin razones abolutas. Pues bien, a h o r a d e s c u b r i m o s
m i e n t o de Occidente, desde Descartes hasta Hegel o q u e e n el h u e c o d e la R a z ó n a u s e n t e h a n v e n i d o a si-
M a r x : la r a z ó n h a q u e r i d o p r e s e n t a r s e c o m o p o r t a - t u a r s e las p e q u e ñ a s « r a z o n e s » , r o d e a d a s d e u n h a l o
d o r a d e s e n t i d o , o f r e c i e n d o s u s a l u d a los h u m a n o s . s a c r a l o religioso. C i e r t a m e n t e , h a y a g n ó s t i c o s y
Pero h a m u e r t o t a m b i é n esa razón salvadora: a t e o s e n el m u n d o . T a m b i é n h a y a n t i t e í s l a s . P e r o s o n
m á s frecuentes a q u e l l o s q u e la Biblia l l a m a b a «idó-
• Ha muerto la razón teórica. Funcionaba en un latras»: a d o r a d o r e s politeístas d e los viejos o n u e v o s
plano de ciencia, elaborando una verdad que parecía dioses del m u n d o y d e la vida. É s t o s son s u s d i o s e s :
hacernos dueños de la tierra. Esta razón instrumental
y productiva ha crecido en los últimos decenios de una • Hay dioses de la ciencia, pero ellos son incapaces
forma prodigiosa: ha conseguido explorar y conquistar de resolver el misterio de la vida: nos permiten domi-
espacios de vida que antes quedaban muy lejanos. Pues nar el mundo y producir bienes de consumo, pero no
bien, al final de esa camino esa razón científica resulta nos enseñan a vivir en verdad; más uún, ellos se ha
incapaz de responder a nuestros más hondos proble- puesto muchas veces al servicio de los intereses de un
mas. Conocemos mucho, pero ignoramos el sentido de determinado grupo social o partido.

PARA DESCUBRIR /•'/. CAMINO DEA. l'ADKli 2 0 1


• Hay dioses sociales, también incapaces de ofre- • Desencanto social y económico. Parecía que el di-
cernos comunicación amorosa. Para algunos, dios es nero podría resolver casi todos los problemas; pero los
el estado (que Hobbes entendió como el Leviatán divi- problemas siguen donde estaban y aumentan. Junto a
no de este mundo, necesario para mantener a los hu- los adelantos materiales ha crecido también el desem-
manos sometidos y tranquilos). Para otros es divina la pleo, la falta de incentivo en el trabajo. Mucha gente se
razón revolucionaria que intenta transformar la injus- encuentra preocupada (casi angustiada) por el paro.
ticia actual del mundo. Otros sacralizan una forma de Otros viven bien con lo que tienen, pero se despreocu-
nación, una cultura o sociedad determinada (sea en pan de los demás. La mayoría pasa hambre o sufre pri-
formas fascistas o liberales). No hay un Dios rico, sino vaciones, mientras al resto le sobran las cosas.
muchos pobres dioses.
• Hay finalmente dioses de la vida o, quizá mejor, 2. Teorías del desencanto. Desde el fondo ante-
del gozo tomado en sus formas más concretas: desde rior han surgido teorías de lo frágil, filosofías de lo
el placer erótico, hasta el disfrute económico, etc. Son efímero y parcial, respuestas débiles, que nos per-
dioses en principio buenos (en la línea de las antiguas miten sobrevivir en tiempos de angustia y/o dificul-
divinidades griegas: Afrodita, Diónisos, Apolo...), pero tad (cf. estudios de Lyotard, Vattimo, Derrida, Bau-
al fin acaban siendo insuficientes: nos dejan en manos drillard, Rorty). Éstos son algunos de sus presu-
de los propios poderes vitales; no logran conducirnos puestos o afirmaciones principales:
al Amor en el que todos podemos encontrarnos.
• La modernidad no ha conseguido aquello que
En el vacío de caminos del desierto hemos en- quería. Ha fracasado el intento racional de explicar
cendido pequeñas luces de dioses. No llevan a nin- la realidad y de resolver técnica o políticamente los
guna parte, pero nos entretienen. Y mientras tanto problemas del ser h u m a n o . Ahora, sobre las ruinas
crece la injusticia sobre el m u n d o . de los viejos ideales, no podemos ya creer en nada.
- No creemos en las ideologías del progreso burgués,
pues han conducido al triunfo inhumano de algunos
b) ¿Condenados al desencanto? privilegiados, condenando a la mayoría.
- No creemos en la racionalidad del marxismo y de
1. Desencanto real. Las rupturas anteriores han otros pensamientos revolucionarios, pues también han
producido algunos frutos buenos de humanidad, fracasado: no lograron mejorar la vida a los humanos,
pero en el fondo se percibe u n fuerte desencanto, terminaron siendo dictaduras.
más cercano al Qohélet que a Job. Éstos son algu- - No creemos en la racionalidad política. Cierta-
nos de sus rasgos: mente, los viejos estados nacionales tuvieron un senti-
do en el pasado, pero ya sólo unos pocos fanáticos o
• Desencanto político. Los cambios de los últimos fascistas los defienden.
decenios no han logrado aquello que prometían; las
utopías (ligadas en parte al marxismo) han perdido • Sólo conocemos «retazos», fragmentos de reali-
fuerza. Por eso nos cuesta creer en la política. Parece dad. Ha muerto la «razón», interpretada como
que la sociedad se estabiliza y siguen dominando los «diosa», verdad plena, sólo quedan «pequeñas razo-
poderes fácticos (dinero, ansia de dominio, grupos nes», verdades limitadas, que valen solamente en
partidistas) sin que exista un deseo eficaz y profundo u n espacio diminuto de nuestra realidad. Sólo co-
de verdad al servicio del humano. nocemos diferentes «juegos» de lenguaje, separados
• Desencanto religioso. Las esperanzas de trans- unos de los otros. Ha triunfado «la razón débil»; no
formación, ligadas al Vaticano II, parecen haber fra- hay lugar para teorías grandes, fuertes verdades.
casado. Mucha gente sigue dejando la fe o por lo me-
nos la iglesia organizada, por simple cansancio o de- - Triunfa el fragmento. Significativamente, hemos
sinterés. La religión aparece sin fuerza (no hay perdido el todo y solamente quedan valores aislados,
profetas verdaderos), a no ser que se ligue al sistema, que valen sólo un tiempo, pues también ellos pasan y se
como institución que defiende más sus propios privi- pierden. Se ha dividido el espacio y el tiempo: no hay
legios; algunos la toman como un «jardín mágico», un orden de sentido para el conjunto de la realidad.
«reserva medieval» de tipo folclórico, en medio de un - Sólo existe una ontología débil o quizá mejor un
mundo secularizado. conjunto de antologías débiles, breves destellos de rea-

202 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


lidad o gozo que emergen un momento, para apagarse conservar sus conquistas (indudables en el plano de
luego, como los viejos dioses del instante. Más allá de la libertad formal), para justificar de nuevo su domi-
esos fugaces momentos de sentido estético o erótico, nio sobre el mundo. Los que así piensan rechazan la
intelectual o material, no existe nada bueno. posmodernidad, para empalmar de nuevo con la ilus-
• Avanza el neoindividualismo. Mientras socie- tración capitalista de Occidente. Como representan-
dad e historia ruedan sin meta o solución, cada hu- tes de esta línea podríamos citar a varios sociólogos
m a n o vuelve a encontrarse cerrado en sí mismo, americanos como P. Berger, D. Bell, M. Novak, etc.
aislado de los otros: Éstos son los elementos principales de su postura:
- Individualismo significa soledad, como sí volvié- - Quieren una corrección social del capitalismo: los
ramos al existencialismo, pero sin angustia, pues la an- defensores de esta visión quieren superar el libre jue-
gustia es en el fondo una protesta y hoy hay sólo re- go del mercado, procurando que la producción pueda
signación aprovechada. repartirse más en el conjunto del sistema.
- Individualismo significa indiferencia ante aquello - Buscan una mayor participación del estado (o de los
que no sea el propio goce. Ya no merece la pena luchar estados) en la gestión económica: aumentan así el poder
contra nada: somos lo que somos y estamos donde es- de los funcionarios sociales (de la burocracia del sistema),
tamos, sin mayores ilusiones. dejando menos espacio para los capitalistas clásicos.
- De ahí puede pasarse a un neovitalismo (fabricado - Acentúan el poder de la tecnocracia, que constitu-
con retazos de Nietzsche), que se centra en las diversas ye la nueva clase dirigente de la sociedad. El poder su-
emociones intensas del instante. Dios significa «sentir- premo es la información, en el amplio sentido de la pa-
se bien», sin mayores complicaciones. Se trata de de- labra: los dueños de ella (plano de ciencia) toman las
jar que el «instinto» nos conduzca, sin regularlo ni po- riendas del sistema (en colaboración con los burócra-
nerlo al servicio de otros valores. tas de la política). De esa forma se instaura el poder de
la tecnoburocracia.
Ciertamente, no hay camino. Más que itinerario - Quieren mantener el nivel de producción (progre-
hacia Dios parece haber u n infinito cruce de cami- so) y bienestar de Occidente, de manera que resulta ne-
nitos que no llevan a ninguna parte. Parecemos cesario el crecimiento del sistema (para lo cual deben
condenados a la impotencia. Lógicamente, en tiem- quedar fuera del sistema el tercero y cuarto mundo, en
pos de impotencia suele crecer la violencia. situación de neodependencia o neoesclavitud).
¿Se está abriendo u n camino hacia el Dios neo-
c) ¿Soluciones duras, fundamentalismos? conservador? Lógicamente, para defender el nuevo
crecimiento capitalista, algunos han buscado el apo-
E n esta situación, es normal que algunos justifi- yo de lo religioso, como si Dios fuera el Gran Con-
quen y promuevan una vuelta a la institución, a los servador, garante de la razón de la «derecha». Este
valores del orden, tanto en línea de neoconservadu- apoyo es más débil en países de tradición «anticleri-
rismo occidental (político, económico), como de cal» (como Italia y España), es más fuerte en países
fundamentalismo religioso, sea musulmán o cris- de tradición más secular (Estados Unidos, quizá In-
tiano. Podemos distinguir ambos momentos, pero glaterra, Alemania). Pero en uno y otro caso son mu-
sin identificarlos. No estudiamos sus causas, no chos los que piensan que para que triunfe el sistema
analizamos sus relaciones. Simplemente los evoca- capitalista neoconservador debe obtener el respaldo
mos, como aspectos importantes de la búsqueda de las «religiones» (del judeocristianismo).
h u m a n a y religiosa de este tiempo.
• Hay un riesgo de fundamentalismo religioso, no
• Hay una búsqueda neoconservadora de tipo so- sólo en el islam y en ciertas formas de religión muy
cial, adornada a veces con aires paganos, simboliza- vinculada a una cultura (en la India), sino en el mis-
da otras veces con toques religiosos (defensa de la li- mo cristianismo. El fenómeno es comprensible: son
bertad cristiana, de los valores de Occidente). Es nor- muchos los creyentes que tienen miedo a los cambios
mal que, vinculando elementos culturales, sociales sociales, culturales, religiosos; les parece que para
y nacionalistas, haya surgido una tendencia a la se- mantener el orden resulta indispensable un tipo ele
guridad: el sistema capitalismo de Occidente quiere «imposición» sacral. Por eso, las religiones (y ele un

PARA DF.SCUBR1R F.l. CAMINO 1)1:1. I'ADRF. 2 0 3


modo especial el cristianismo católico) pueden tender - Hay un riesgo oriental, que se expresa en algunos
a cerrarse en sí mismas, en u n tipo de fe sin razona- hinduismos y budismos de importación acelerada. An-
miento, de uniformidad social sin verdadera libertad. te el budismo (e hinduismo) auténtico debemos tener
siempre gran respeto, pero los grupos orientalistas de
- El Dios fundamentalista es un Señor que aparece Occidente suelen reflejar actitudes de huida espiritual
lleno de seguridad, como alguien a quien se conoce bien y social. Su «dios» nos hace olvidar los problemas de
y que puede exigir de sus devotos un comportamiento este mundo.
regulado, uniforme, en plano intelectual y social. - Hay un riesgo esotérico (gnosis, neomisticismos
- La religión fundamentalista suele estar guiada por vinculados a la tradición hermética y gnóstica, espiri-
el miedo más que por la libertad, como si Dios fuera tismo...). Ofrecen un aspecto positivo, pues destacan la
un «valor» que debe conservarse a la fuerza y se de- exigencia de cultivar las potencialidades interiores del
biera ayudar a los humanos, para que ellos se manten- ser humano, pero pueden hacernos perder contacto
gan religiosos, para bien de ellos mismos. con la realidad social, con los pobres del mundo.
- Hay un riesgo de sectas cristianas, de tipo apocalíp-
¿Se está abriendo el camino hacia un Dios Funda- tico, carismático, etc. Ciertamente, ellas ofrecen elemen-
mentalista? Toda nuestra reflexión religiosa y cultu- tos de cercanía humana, de comunicación cordial, de in-
ral, ha querido superar ese riesgo. La experiencia de tensidad emotiva que resultan importantes y evangéli-
Dios ha de entenderse como llamada a la libertad, a cos. Pero corren el riesgo de separar a los creyentes de
la comunicación transparente, al amor mutuo sin las tareas cristianas de anuncio y testimonio del reino.
violencias. Nuestro Dios no quiere ser justificación de
ningún sistema (ni estatal ni social, ni político ni ecle- Hemos presentado estos riesgos al final de nues-
siástico), sino fuente de libertad y comunión interhu- tro libro, para que no influyeran en su desarrollo.
mana, en línea de gratuidad y apertura universal. Así los dejamos, evocados de u n modo general. Para
situarnos ante ellos hemos presentado nuestro itine-
• ¿ Un Dios de evasión? El «dios» de muchos pos- rario de Dios, a quien hemos ido viendo, a lo largo
modernos aparece como Alguien que nos hace tras- de este libro como Fuente de experiencia comparti-
cender los problemas de este mundo, no para resol- da, solidaria, de humanización gozosa en Cristo. Es-
verlos sino para que ellos no nos determinen o do- te final del siglo XX no es tiempo mejor ni peor que
minen (orientalismo, gnosis, esoterismos, etc.). Ese los anteriores. Es tiempo de ídolos, tiempo para
«dios» se encuentra vinculado en esta línea al gran Dios. Por eso, frente a los riesgos y evasiones, frente
rechazo de los problemas de tipo social, de las difi- a los fundamentalismos y neoconservadurismos, he-
cultades de la historia, conduciéndonos a un plano mos querido presentar el itinerario regio de la bús-
de tranquilidad superior, en línea de misterio. queda bíblica, cristiana y moderna de Dios.

2. Nuevo milenio. Dios, la comunicación fundante. Siete tesis


Guía de lectura ' Se suele atribuir a A. Malraux la frase de que el siglo XXI será místico o no será. Prefiero tra-
ducirla en clave social y afirmar que el siglo XXI será tiempo de la comunicación o no será. No
me refiero a la información en general, sino a la comunicación humana, conforme a ese cami-
no ya indicado de experiencia, presencia y diálogo, estudiado en el tema 9.°.
- He resumido los nueve itinerarios en uno: al comienzo del segundo milenio, el camino de
Dios sigue siendo, por Jesús, camino de comunicación gratuita y gozosa, creadora y encarna-
da, para los humanos. Verá el lector que defino a Dios como la Comunicación absoluta, el ca-
mino eterno del amor personal.
- Desde ese fondo he querido ofrecer siete tesis básicas de teología de la comunicación, desde
una perspectiva cristiana. Al final de nuestro itinerario estamos en la misma montaña de Dios
del comienzo, con Moisés ante el Sinaí, con Jesús ante la Cruz, aprendiendo a comunicarnos.

204 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


ción de amor constituye el centro de la utopía del
Cristianismo, comunicación perfecta. Voy a suponer Evangelio. Se ha venido diciendo que el progreso es el
que el cristianismo implica y ofrece (en línea de fe y com- nuevo nombre del amor, otros han afirmado que el ver-
promiso creyente) la comunicación total, de manera que el dadero amor humano es la justicia. Sin negar eso, deci-
dogma cristiano (fe en Dios: ortodoxia) se identifica cop la mos que el amor cristiano es la comunicación integral,
comunicación en conocimiento y efecto (ortopraxia). Ésta anunciada y vivida por Jesús.
es una hipótesis de fe, no un dato de la ciencia, un dogma Ciertos grupos eclesiales hablan de una restaura-
que brilla y se expande a través del testimonio personal de ción cristiana. Suponen que la ilustración y secula-
los creyentes. rización resultan contrarias al Evangelio. Piensan
que la modernidad se ha rebelado contra Dios, que
el cristianismo ha sido negado o desterrado de la
A modo de conclusión, y situándome al final del sociedad. Pues bien, en contra de eso, pienso que no
itinerario cristiano, respondiendo a las voces del podemos recuperar unos «valores» pasados de la
gran desencanto (final del siglo XX), quiero presen- historia eclesial, que quizá fueron buenos antaño,
tar el siglo XXI como tiempo de la comunicación, en- pero que no responden a la raíz de gratuidad del
tendiendo la fe en Dios (el mensaje y vida de Jesús) Evangelio, ni a los problemas reales de la humani-
en esa clave. Frente al pesimismo de los desencan- dad actual. En contra de esa restauración expongo
tos, que acabo de reseñar; ofrezco la esperanza y de nuevo los momentos básicos de lo que a mi jui-
gozo de la comunicación. Éste es el centro de la uto- cio ha sido y sigue siendo el verdadero itinerario de
pía reino: el Dios de Jesús es principio y centro de Dios: el camino del encuentro y de la comunicación
comunicación para todos los humanos: el Dios tri- interhumana. Desde ese fondo quiero ofrecer las
nitario es la comunicación perfecta. siete tesis que siguen, al comienzo del tercer mile-
nio 2 .

¿RENACIMIENTO CRISTIANO? a) Comunicación social y religiosa se implican.


No estoy seguro de que el cristianismo, como utopía Desde el comienzo de la historia,
evangélica y recuerdo de Jesús, haya muerto entre noso- los humanos han construido y entendido
tros (lo que ha muerto es un tipo de cristiandad). El cris- su realidad social en clave religiosa
tianismo no debe renacer, pues ha nacido una vez y sigue
vivo como fermento en el conjunto de la humanidad. La experiencia religiosa no se puede tomar como
Sólo puede hablarse de renacimiento cristiano si lo en- irracional (en la línea de R. Otto), ni desligarse de
tendemos en el sentido de recreación constante. La utopía otras formas de relación social (humana). Al con-
de Jesús no es un «hecho objetivo» o una forma de co- trario, la comunicación cristiana (religiosa) es gra-
municación entre otras, sino la comunicación mesiánica, cia de Dios que penetra en la red de relaciones hu-
abierta en gratuidad a todos los hombres. manas para fecundarla. La experiencia religiosa no
se introduce desde fuera, sino que forma parte de la
misma trama humana; no es algo marginal en ella,
- Contra el pesimismo de aquellos que hablan de es su verdad fundante, en forma de palabra.
antihumanismo, caída de los valores occidentales y Así lo suponen las tesis antiguas de E. Durkheim y
muerte del cristianismo, pienso que (a pesar de todo) las nuevas de P. Berger y Th. Luckmann, lo mismo
la evolución histórica de los últimos decenios resulta
positiva, pues nos capacita para valorar el sentido y ta-
reas de la comunicación, en los diversos niveles (afec-
tivo, intelectual, social) de la existencia. 2
Pensamos de un modo especial en la obra clásica de J.
- El cristianismo, religión del amor por excelencia, Habermas, Teoría de la acción comunicativa I-II, Taurus,
debe sentirse a gusto en este tiempo, pues la comunica- Madrid 1988.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 0 5


que las concepciones de R. Girard 3 . En formas dis- Desde ese fondo, podemos dividir las religiones con-
tintas pero convergentes, ellos han supuesto que los forme a su universalización comunicativa (huma-
humanos se h a n comunicado en claves de experien- na). Será «perfecta» (culminada) aquella que funda
cia religiosa. La relación humana rompe el modelo de y mantiene la comunicación más plena:
intercambios naturales (reacciones físicas o biológi-
• La religión israelita es un proyecto de comunica-
cas) de los seres anteriores (incluidos animales), para ción universal: la unidad y trascendencia de Dios tiende
situarse en un plano del misterio religioso. Desde es- a explicitarse en forma de unidad y apertura hacia los
te fondo podemos asumir la secularidad moderna: pueblos, pero su comunicación aparece sólo como un
• Nuestra comunicación es simplemente racional o horizonte utópico: Dios mismo hará que al final todos
humana (no sacral). Conforme a una tesis de M. We- los pueblos se vinculen y dialoguen sobre el Monte de
ber, hemos recorrido hasta el ñnal los caminos del de- Sión, en paz mesiánica y/o transparencia interhumana.
sencantamiento: hemos abandonado el jardín mágico • Israel ha creído que su proyecto comunicativo no
religioso del comienzo de la Humanidad. Vivimos so- puede expandirse por ahora a todos los humanos. Por eso
bre un mundo sin dioses. se «separa» y crea unas formas especiales de comunica-
• Pero la comunicación secular es religiosa. La reli- ción interna, en clave de Ley, que les distingue de otros
gión no es algo exterior, sino la misma comunicación: pueblos. De esa manera la utopía final (comunicación
que los humanos pueden escucharse y dialogar, realizan- mesiánica) queda desligada de la realidad actual de la
do su existencia en libertad, en donación de amor gratui- nación israelita que tiende a cerrarse en sí misma, sus-
to. El mismo amor mutuo, eso es Dios en los humanos. citando formas muy precisas de unidad nacional que les
separan de todos los restantes pueblos de la tierra.
La religión es la profundidad comunitaria (dialo- Según eso, desde una perspectiva de universali-
gal) de la cultura. Por eso, el proceso de secularización dad cristiana, los judíos son Antiguo Testamento:
no es contrario al cristianismo. Lo contrario al cristia- han postulado la religión universal como riqueza de
nismo es la carencia de comunicación o la comunica- futuro, pero no han sido capaces de buscarla (y
ción de tipo impositivo, la falta de amor al prójimo 4 . crearla) en el presente. Piensan que seguimos en
tiempos de lucha mutua: es necesaria la ley para
mantener aplacados a los hombres y mujeres sobre
b) Israel ha interpretado su experiencia el mundo; todo universalismo intrahistórico se en-
religiosa en claves de comunicación, cuentra condenado al fracaso 5 .
pero no ha logrado hacerla que sea universal
Por eso, tomamos su experiencia y proyecto c) Cuando Jesús anuncia la llegada del reino de
como Antiguo Testamento Dios y lo inicia con su vida está anunciando
e iniciando el cumplimiento de la
De un modo general, las religiones han sido y son
procesos de experiencia comunicativa. Lo divino (lo
comunicación universal entre los humanos
incondicionado, fundante, numinoso) se revela y
realiza en formas de relación y diálogo humano. Por ¡Vendrá Dios!, decían los judíos: m a n t e n g a m o s
eso, Dios no es lo irracional, el principio de diálogo, mientras tanto la estructura del pueblo; fieles a la
fundamento y sentido del encuentro interhumano.
5
Evoco temas que he desarrollado en Dios judío, Dios cris-
1
Cf. especialmente Berger, P., Para una teoría sociológica de tiano, EVD, Estella 1996. La división y estructuración de las
la religión, Kairós, Barcelona 1971, Luckmann, Th., La religión religiones sigue siendo un tema fascinante, como ha mostrado,
invisible. El problema de la religión en la sociedad moderna, con su rigor habitual, X. Zubiri, El problema filosófico de las reli-
Sigúeme, Salamanca 1973. giones, Alianza, Madrid 1993; el lector atento advertirá las dife-
4
He estudiado el sentido de la religión en claves comunica- rencias de mi esquema con el suyo. Visión distinta del mesia-
tivas en El Fenómeno Religioso, Trotta, Madrid 1999. Allí desa- nismo y universalismo futuro del judaismo en F. Rosenzweig,
rrollo lo que está implicado en las afirmaciones anteriores. La estrella de la redención, Sigúeme, Salamanca 1997.

206 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Ley que el mismo Dios nos ha dado para el tiempo Esta apertura universal no es una idea o decla-
de la espera. ¡Está viniendo ya!, dice Jesús: expre- ración de principios, sino un camino de creatividad
semos por tanto su venida; vivamos a partir de su que Jesús inicia con su vida. Desde el centro de la
presencia. Esta palabra (Me 1,14-15 par) expresa la historia humana (como un grano de mostaza, como
novedad radical del cristianismo, entendido como simiente sembrada en la tierra) ha puesto en mar-
experiencia presente, teológica y social, de comu- cha el proceso de comunicación universal de Dios.
nicación entre todos los humanos. Por eso, el cris- Externamente, su obra es pequeña, pero lleva el
tianismo no es religión «sacralizante» (no santifica germen fuerte de transformación universal. Jesús
el ser actual del mundo), ni de interioridad (de sal- puede entenderse como una mutación antropológi-
vación del alma), sino experiencia de apertura co- ca, alguien que supera el mundo viejo de violencia
municativa, que Jesús ha iniciado con su vida y ra- y abre a los humanos un camino de comunicación
tificado con su muerte 6 . gratuita.
• El Evangelio es culminación temporal del proceso De esa forma, Jesús asume y comienza a reali-
comunicativo. Por eso dice Jesús que el tiempo se ha za con su propia vida aquello que los israelitas es-
cumplido: h a terminado el proceso de la espera, puede peraban para el tiempo mesiánico: traduce la Pa-
vivirse en plenitud la transparencia dialogal. labra (amor universal) de Dios en forma de Co-
• El Evangelio es culmen teológico del proceso de municación (amor) interhumano. Sabían los
comunicación. Por eso dice que Dios ¡ha llegado! No se judíos que amor a Dios y a los humanos se impli-
limitará a venir, sino que ¡ha venido ya!, expresando en can, de manera que en el fondo son inseparables.
este m u n d o su verdad definitiva. Pues bien, Jesús lo ha vivido, iniciando desde Is-
• El Evangelio es, finalmente, plenitud antropológi- rael un camino de universalidad {¡llega el reino!)
ca. El ser h u m a n o estaba inmerso en un mundo de po- que es, por un lado, acción humana (gesto de Je-
deres cósmicos y violencias sociales. Ahora ha podido sús y de aquellos que le siguen), y es, por otro,
expresarse en su verdad, en comunión gratuita.
manifestación de Dios que se revela allí donde los
humanos se vinculan en gratuidad de mesa y casa
compartida 7 .
JESÚS

• Jesús ofrece a todos palabra de reino, a partir de los


marginados y humillados de su tiempo. No realiza su
'Desde este fondo vinculamos acción comunicativa y utopía
obra con armas, dinero o influjos materiales, sino por la mesiánica. Frente a otros tipos de racionalidad que corrían el
palabra. De tal forma realiza su tarea que él mismo viene riesgo de volverse dictatoriales (imponer una verdad previa, por
a presentarse en su verdad como Palabra: Comunicación encima del diálogo humano) el modelo de acción-razón comu-
para (entre) los humanos (cf. Me 4,1-20 par; Jn 1,1-18). nicativa se expresa en claves de gratuidad. En este plano de
• Jesús es la encamación de la Palabra, realizando en razonamiento-acción queremos situarnos, vinculándonos con
su persona lo que ofrece en su mensaje. En un rincón del la tradición del pensamiento occidental. La misma razón comu-
nicativa se abre (puede abrirse) a una utopía de gracia (don de
imperio romano, culminando la esperanza de Israel, con Dios) que le desborda. El Evangelio, no como simple deseo de
la certeza de que ha irrumpido el tiempo de Dios (huma- apertura racional, sino experiencia concreta de gracia comunica-
nidad universal), Jesús ha comenzado a realizar su pro- tiva, ofrecida por Jesús. Esta utopía no niega o sustituye la
yecto de comunicación sobre la tierra. racionalidad anterior, sino que la culmina desde el don gratui-
to de Dios.
Ha desarrollado su visión cristológica (teológica) en claves
de mutación antropológica (genética) y de comunicación hu-
mana G. Theissen, The Christian Faith. An Evolutionary Appro-
ach, SCM, Londres 1984. He ofrecido una visión sistemática del
6
Aquí se funda el carácter escatológico permanente de la tema en Éste es el Hombre. Manual de Cristología, Sec. Trini-
racionalidad cristiana que J. Moltmann, Teología de la tario, Salamanca 1988. En La Iglesia según Marcos, Sigúeme,
Esperanza, Sigúeme, Salamanca 1973, expresó de una forma Salamanca 1998, he interpretado la comunicación evangélica
que sigue siendo magistral. de Jesús en claves de casa, mesa y palabra.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 0 7


d) La comunicación del reino de Jesús ha sido pero el mismo Dios (fuente de comunicación que su-
pera la muerte), acoge a quienes mueren de esa forma.
combatida por los poderes establecidos que
le acaban matando; inviniendo esa muerte, El camino de Jesús continúa: Dios mismo ha ra-
tificado su proyecto de apertura universal, de diálo-
Dios se ha desvelado por la resurrección de go en humanidad, a partir de los pobres. Ésta es la
Jesús como triunfo de la comunicación verdad, de la pascua: el a m o r a los demás tiene sen-
tido y triunfa por la Cruz. El cristianismo se define
La comunicación universal de Jesús, que ofrece así como victoria de la comunicación sobre la
palabra y salud, vida en dignidad y amor, a los an- muerte (en medio de la muerte). El gesto de Jesús
tes marginados (pobres, pecadores...), ha suscitado que se deja m a t a r manteniendo su proyecto de rei-
el rechazo de los poderes establecidos que contro- no es principio y centro del Evangelio 8 .
lan la comunicación religiosa nacionalista (sacer-
dotes) y la política imperial (romanos). Para man-
tener sus privilegios, impidiendo el acceso de los
pobres a la vida compartida, en nombre del «dios» e) IM experiencia pascual permite conocer
del orden político establecido, los poderes del mun- a Dios y definirle como la comunicación
do h a n m a t a d o a Jesús. fundante y fundadora, en formas
de encuentro personal (= trinidad)
La verdadera comunicación, creadora de humanidad, Fundándose en la pascua, los cristianos afirman
ha de ofrecerse de modo gratuito y compartirse sin violen- que Dios es comunicación (donación m u t u a y reve-
cia, elevando para ello a los entes oprimidos, ofreciendo lación, amor intradivino y efusión de amor). No hay
palabra a quienes no tenían acceso a la palabra. Así lo ha- primero un Dios en sí (más allá de toda comunica-
ce Jesús, en nombre de Dios que es fuente de comunica- ción, como puro misterio insondable) y después co-
ción universal. Lógicamente, aquellos que se creen deposi- municación de Dios, que se revela porque así lo ha
tarios del poder de Dios se sienten amenazados y, para aca- decidido. De manera sorprendida y gozosa, los cris-
llar la voz de los pobres, matan a su representante, Jesús. tianos han traducido el mensaje de Gen 1,1 (en el
principio Dios creó...) en claves de «comunicación
racional» intradivina: «en el principio era la Pala-
La muerte de Jesús no es el asesinado de un ino- bra...» o, mejor dicho, Dios mismo era Palabra (Jn
cente más (aunque él se asocie con todos los ino- 1,1) que se da, se acoge, se comparte. Esto es lo que
centes), sino de aquel inocente que ha querido abrir llamamos experiencia trinitaria:
para todos los h u m a n o s u n camino de comunica-
ción universal. Lo que está en juego en su muerte • Judíos y musulmanes siguen dejando a Dios en el
no es la vida de u n particular (por más sagrada que silencio, como Nombre que no puede nombrarse
sea), sino la vida y diálogo de todos los humanos. (YHWH), Voluntad que no puede influirse ni cambiar-
se. Por eso ellos extienden en torno a Dios un manto
• La pascua es respuesta de Dios a la muerte de Je- de silencio, situándole más allá de todas las palabras:
sús. Él ha recorrido su camino en diálogo con Dios: en no sabemos quién es, ante lo desconocido estamos.
su nombre ha proclamado el reino, en sus manos se ha • Los cristianos, en cambio, creemos que Dios es Co-
entregado. Pues bien, Dios le responde por la pascua. municación. No conocemos simplemente lo que hace,
El diálogo de Vida no se ha roto con la muerte, sino to- sino que le conocemos a él, en el misterio de su realidad
do lo contrario: porque ha creído en el diálogo con inabarcable: es Padre que ama al Hijo, Hijo que respon-
Dios por encima de la muerte, Jesús ha mantenido su de al Padre, Comunión de amor o Espíritu Santo.
palabra de reino y Dios le ha resucitado.
• La pascua es el triunfo de la comunicación de rei-
no de Jesús. Dios mismo ha ratificado el evangelio de 8
Precisamente aquí, en el lugar donde Jesús muere por
la apertura universal, del perdón de los pecados, de la defender su proyecto de universalidad y donde Dios le resucita,
curación de los enfermos. Quien quiera seguir el ca- haciéndole principio de comunión para todos los humanos,
mino de Jesús ha de hallarse dispuesto a que le maten; recibe su sentido y plenitud el Evangelio.

208 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Dios es Trinidad: Comunicación personal, Pala- • La Iglesia es misionera (cf. Mt 28,18-20): los cre-
bra que se da gratuitamente (Padre), que se acoge yentes ofrecen a todos los humanos su experiencia.
en a m o r (Hijo) y se comparte (Espíritu Santo). Por Ella sólo cree en la Palabra cuando se vuelve espacio y
la Pascua de Jesús, los humanos penetramos por camino donde todos los humanos puedan encontrarse.
medio de ella en el misterio original de lo divino. No condena el cristianismo a las otras religiones,
Dios no regala algo externo, se regala a sí mismo, en ni quiere destruirlas o convertir a sus creyentes por la
diálogo de amor. fuerza, pues la fuerza es lo contrario a la comunión
universal del Evangelio. La verdad del cristianismo es
• Dios no es silencio cerrado en sí mismo, ni poder oferta de comunión; por eso, todo intento de impo-
miedoso, ni fuerza que se impone desde fuera... No es tam- nerlo sin diálogo de amor, es contrario al Evangelio.
poco envidia entre nosotros, ni juicio autosuficiente, ni Un cristianismo que impone su verdad no es cristia-
egoísmo siempre separado. No está por encima, como Se- nismo, una iglesia que condena las restantes religio-
ñor que nos obliga a someternos a su fuerza. nes no es iglesia. Como signo de esa comunicación
• Dios es el milagro de la comunicación gratuita y per- universal abierta en Cristo puede expandirse y se ex-
sonalizante. Los cristianos se han sentido enriquecidos por pande la Iglesia, ofreciendo un hogar de acogida y
este Dios de Jesús que viene a presentarse ante ellos como afecto, de amor y palabra para todos los humanos.
principio y sentido de comunicación gratuita.
g) El contenido fundante de la comunicación
Esto es creer: acoger la comunicación fundante cristiana (Dios es Trinidad, Cristo
de Dios que se abre de manera creadora hacia todos ha resucitado) se identifica con
los humanos. Creer en Dios es creer en la comunica-
ción, vivir en fe que se funda en el misterio pascual y (¿se expresa en?) el principio, camino
se abre a todos los humanos. Así el milagro de Dios y meta de la misma comunicación eclesial
se convierte en principio de racionalidad universal.
La razón fundante de la comunicación religiosa
(¡hay Dios!, ¡Dios es Cristo!) se expresa y expande
f) El Dios de la pascua de Jesús, expresado en la acción comunicativa. Aquí se funda y crece la
como Espíritu Santo, suscita sobre el mundo «racionalidad» del cristianismo, condensada allí
una iglesia o comunidad de creyentes donde la Iglesia identifica a su Dios (¡Dios es Jesús!)
con el Logos o Razón fundante de la humanidad,
que comparten la palabra y la expanden que es la Razón Comunicativa (el a m o r mutuo).
de forma misionera Quiero contraponer desde aquí dos perspectivas:
Iglesia es la comunidad de aquellos que, creyen- • Algunos dicen que la fe existe de forma indepen-
do en la Palabra de Jesús resucitado, pueden com- diente, como depósito de dogmas o verdades que se
partirla y celebrarla en medio de la Historia. No les aceptan por revelación/autoridad. Por eso añaden que
vincula la raza, la historia pasada del pueblo o al- esa fe sólo se comunica en un segundo momento, en
gún tipo de intereses materiales, sino la misma pa- gesto de información (se dicen verdades) y de testimo-
labra de Dios, encarnada en Jesús. Creer en Dios nio personal. Eso significaría que la fe tendría sentido
significa creer en la Palabra que vincula a los hu- y consistencia (realidad) en sí misma, fuera de la co-
municación creyente.
manos en vida compartida. Por eso, son cristianos
aquellos que creyendo en Dios se creen unos a otros • En contra de eso, pienso que la comunicación de
fe (diálogo) no puede separarse de su contenido. En
y se comunican la vida, en gesto de pan y vino otras palabras, la fe cristiana sólo existe y puede ex-
(amor) compartido, es decir, de eucaristía. presarse en forma de comunicación, es decir, de diálo-
• La Iglesia es don gozoso de Dios, el grupo de go interhumano (y con Dios). Por eso, ella se identifi-
aquellos que creen en la palabra de Jesús que les vin- ca con (y se expresa en) la comunicación radical, gra-
cula, enriqueciendo a cada uno y haciendo que todos tuita, de entrega de la vida y esperanza pascual entre
puedan compartir el mismo camino de vida. los humanos.

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 209


XXI. No soy futurólogo, ni quiero ser un agorero.
EVANGELIO No conozco el futuro, que está en manos de Dios y
de la creatividad histórica y utópica de los huma-
El Evangelio no es extraño a la razón sino fuente y nos. Pero tengo la certeza de que el camino está
sentido de esa misma razón comunicativa. Lógicamente, abierto y he trazado algunos itinerarios que pueden
hablando así no quiero volver a posturas de sacralización ayudarnos a tender a lo divino.
impositiva, que introducen la «palabra» cristiana desde Parece un largo y hermoso camino: se abre ante
fuera (a veces por la fuerza) en el campo de la razón hu- nosotros el itinerario de la comunicación, un reto hu-
mana. Pero tampoco quiero inventar ninguna teología mano, una invitación cristiana. Ciertamente, para los
nueva, sino recuperar la más valiosa tradición teológica, cristianos existe Dios, pero éste no es un Dios que es-
desde la visión de los alejandrinos (que entendieron a Je- tá fuera de la comunicación, sino que se ha introdu-
sús como Logos o Palabra de Dios), hasta la teología de la cido dentro de ella, por el Cristo, haciéndose carne de
secularizción y liberación (que sigue queriendo entender a vida y muerte, de entrega y pascua, en el centro del
Jesús como palabra significativa en nuestro contexto cul- diálogo humano. No podemos buscarle arriba, fuera,
tural y social). en un espacio resguardado de trascendencia, sino en
la misma acción comunicativa del amor mutuo entre
los creyentes, entre todos los humanos.
Este planteamiento nos sitúa en el mismo centro
de la fe cristiana, tal como se expresa (encarna) en Por eso, este libro, quiere terminar siendo una in-
una iglesia, entendida en forma de comunidad co- vitación para aquellos que se atrevan a ser caminan-
municativa (valga la redundancia): comunidad cu- tes de Dios. Los humanos hemos explorado extraños
ya única tarea y meta consiste en el despliegue y continentes, iniciando un camino de búsqueda es-
surgimiento de una comunicación gratuita, espe- pacial que será fascinante. Empezamos a conocer
ranzada, universal, entre los humanos 5 . No hay ver- nuevos secretos de genética, formas de comunica-
dad cristiana fuera del camino del amor, del diálo- ción insospechada. Pues bien, en el fondo de todo
go de la comunión. El amor mutuo, eso es la ver- eso, pienso que somos y seguiremos caminantes ha-
dad. La comunión afectiva y efectiva entre todos los cia Dios. Se ha dicho mil veces caminante, no hay ca-
humanos, eso es la iglesia10. mino, se hace camino al andar. Completando esa fra-
se, desde todo lo anterior, con palabras que A. Ma-
Así, de manera provocadoramente abrupta, chado, podría compartir, añado: caminante, hay un
quiero terminar este libro de itinerarios hacia Dios, camino de Dios sobre la tierra: la comunicación y
en este tiempo de cambios, entre el siglo XX y el transparencia de amor entre los humanos.

* El cristianismo tiene aspectos informativos (que se pue-


den codificar y aprender, en forma impersonal, incluso en un
manual de teología), pero la utopía del Evangelio no es infor-
mación, sino comunicación personal: no transmite saberes o
noticias, sino que ofrece un itinerario de vida personal y comu-
nitaria.
10
Siguiendo la tradición de autores como Orígenes y
Anselmo, podemos hablar de un camino descendente y otro
ascendente. Conforme al modelo descendente, podríamos
hablar primero de Dios y de su Logos (Cristo), para tratar des-
pués de su presencia en el camino de la iglesia. Conforme al
modelo ascendente, tendríamos que hablar primero de Jesús,
para aplicar después su experiencia al misterio original de lo
divino. Según lo que hemos venido mostrando, ambos modelos
se vinculan y de hecho resultan inseparables.

210 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


Diez libros sobre Dios
Bibliografía básica

He venido ofreciendo en cada itinerario algunos libros PIKAZA, X., Dios judío, Dios cristiano, Verbo Divino, Este-
que pueden ayudar a conocer mejor el tema. Ahora, a lia 1996. [Un exegeta, filósofo de las religiones, anali-
modo de conclusión, me atrevo a presentar diez libros sig- za algunos textos bíblicos fundamentales sobre Dios,
nificativos sobre el tema, todos en lengua castellana: distinguiendo y comparando la perspectiva judía y
cristiana desde el fondo común de la experiencia israe-
DÍAZ, C , Preguntarse por Dios es razonable. Ensayo de Teo- lita; sirve para reasumir la tradición bíblica].
dicea, Encuentro, Madrid 1989 [Libro para iluminar el
compromiso racional de la fe en Dios: un filósofo dialo- PIKAZA, X. Y SILANES, N. (eds.), El Dios cristiano. Dicciona-
ga con la crítica religiosa y teológica de la modernidad rio teológico, Est. Trinitarios, Salamanca 1992. [Enci-
y responde con argumentos clásicos y nuevos de la tra- clopedia sobre Dios, escrita por más de setenta autores,
dición cristiana]. la mayoría españoles; recoge los temas básicos de la
búsqueda de Dios y de la revelación del Dios cristiano,
JÜNGEL, E., Dios, misterio del mundo, Sigúeme, Salaman- en clave cristológica y trinitaria. La obra más comple-
ca 1985. [Testimonio básico de la moderna teología ta sobre el tema; sirve sobre todo como libro de con-
protestante; destaca la paradoja de Dios o, quizá sulta].
mejor, su más intensa tensión: justicia y gracia, aleja-
miento y cercanía, vida total y muerte en Cristo. De SCHLOSSER, J., El Dios de Jesús. Estudio exegético, Sigúe-
difícil lectura, de gran impacto creyente]. me, Salamanca 1995. [Analiza, a partir de los textos
básicos de la tradición evangélica, la singularidad del
KÜNG, H., ¿Existe Dios?, Cristiandad, Madrid 1979. [Libro Dios de Jesús. Destaca la visión de Dios como Padre,
que ilumina el camino filosófico: un teólogo dialoga pero se fija de un modo especial en su carácter para-
con los grandes pensadores de la filosofía europea, dójico, en dimensión de gracia].
desde Pascal y Descartes hasta Whitehead y Horkhei-
mer. La modernidad ha sido una pregunta por Dios, TORRES QUEIRUGA., A., Creo en Dios Padre. El Dios de Jesús
que Küng resitúa a nivel de confianza fundante de la como afirmación plena del hombre, Sal Terrae, Sala-
vida]. manca 1986. [Un filósofo y creyente reinterpreta la
figura de Dios tras la gran crisis de la ilustración; fren-
LÉVINAS, E., Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exteriori- te al Dios de negación y destrucción, dador de dolores,
dad, Sigúeme, Salamanca 1977. [El filósofo judío quizá eleva la figura un Dios de libertad, que crea en amor a
más significativo de los últimos decenios interpreta al los humanos, asumiendo por ellos y con ellos el riesgo
Dios de la filosofía europea como ídolo, signo de Tota- de la finitud].
lidad destructora; sólo es verdadero Dios el Infinito que
asume la causa de pobres y expulsados del sistema]. ZUBIRI, X., El hombre y Dios, Alianza, Madrid 1984. [La
obra de reflexión filosófica más significativa de los
MARTÍN VELASCO, J., El encuentro con Dios, Cristiandad, últimos decenios, escrita en lengua castellana. Exige
Madrid 1976 (= Caparros, Madrid 1995). [Un filósofo e un gran esfuerzo intelectual, pero está pensada en
historiador de la cultura analiza la visión de Dios en las clave de compromiso antropológico: Dios aparece
diversas religiones, para destacar el carácter personal como principio y fuerza impulsora de un intenso iti-
del Dios cristiano; nos ayuda a ensanchar la perspecti- nerario antropológico, evocado en el tema 8.° de este
va y buscar a Dios con toda la humanidad]. libro].

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 211


índice

Introducción 5 3. Caminos cortados: los grandes dolores... 47


I 1. Job y los falsos amigos de Dios. El itine-
YAHVÉ, DIOS DE ISRAEL rario de los expulsados 48
a) Prueba: Dios y Job enfrentados 49
1. Yahvé, nombre de libertad. Moisés y el b)Job, hombre de Dios 51
camino del Sinaí (Éx 2,23-4,18) 11 c) El Dios de Job 53
d) ¿Hay una respuesta de Dios? 56
1. Elohim. Dios mira y se acuerda de los
oprimidos 12 2. Qohélet, vanidad de vanidades. Caminar
donde no existe itinerario 60
2. Yahvé, Soy el que Soy: Dios de Moisés, a) Ser humano en un mundo sin Dios 60
Dios del pueblo 15 b) Más allá de la necesidad (necedad) cós-
3. Ampliación: Dios de Moisés, Dios de los mica. El Dios de Eclesiastés 63
cristianos 18
2. Antiguos caminos abiertos. El Dios de II
las tradiciones de Israel 25 PADRE DE NUESTRO SEÑOR
1. Dios de Promesa. Abrahán, itinerario de JESUCRISTO. EL DIOS CRISTIANO
esperanza 27
Padre de misericordia. Jesús, camino de
a) Hechos fundantes 28 Dios 71
b) Intermedio discutido. Dios de paz,
Dios de la guerra 31 1. Camino de religiones. Dios de la Biblia... 72
c) Actualización. Dios de esperanza, Dios a) Idolatría cósmica. El Antiguo Oriente... 72
de Promesas 32 b) Dios judío, historia y persona 73
c) ¿Dios es Padre? 74
2. Dios del Éxodo. Itinerario de los hebreos
liberados 34 2. Jesús, camino de reino. ¡Abba, Padre! 76
a) Tradición histórica. Éxodo de Egipto 34 a) Dios del reino, el mensaje de Jesús 77
b) Interpretación israelita 35 b) Vida y muerte de Jesús, revelación de
c) Actualización. Dios Éxodo 37 Dios 82
3. Alianza de Dios. Camino de pacto 40 3. Pascua, Dios, camino de vida en la muerte 87
a) Principio histórico. El Dios del pacto a) Ha resucitado a Jesús. Dios Padre y
israelita 41 creador 87
b) Interpretación israelita 42 b) Padre de misericordia: itinerario del
c) Aplicación y conclusiones 44 consuelo 89

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 213


5. ¡Tú eres mi Hijo! Dios, itinerario evangé- b)El Dios del sentimiento 146
lico (Marcos) 97 c) El Dios de la acción 148
d) Pausa. Ser y gracia de Dios 152
1. Bautismo y nacimiento mesiánico. Tú
eres mi Hijo (Me 1,9-11) 98 2. La diferencia divina. Más allá de la ley, el
Dios de gracia 153
2. Éste es mi Hijo Querido, escuchadle a) Dios de cultura, el surgimiento humano.. 154
(Me 9,2-8) 103 b) Dios de naturaleza, el pasado humano.. 156
3. Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. Dios de c) Dios sobre-natural y sobre-cultural 157
vivos (Me 12,18-27) 106 d) Más allá de Kant. El Evangelio, voz de
Dios 158
4. Amar a Dios, amar al prójimo. Doble
mandamiento (Me 12,28-34) 108 8. Experiencia de Dios. Exploradores de
misterio 165
5. Padre, aparta de mí este cáliz (Me 14,32-42) 110
1. Religación. Caminar desde el origen 167
6. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has a) Estamos implantados. Principio del
abandonado? (Me 15,34) 113 camino 167
7. Meta pascual. Itinerario abierto 115 b) Somos enviados. Tarea en el camino 169
c) Somos religados 171
6. Trinidad, el camino de la Iglesia. Dios, el
gran itinerario 121 2. Trascendencia. Caminar hacia la meta.... 172
a) Dios, ¿final de itinerario? 173
1. Culturas y religiones. Trinidad y tríadas b)Dios, la respuesta 175
sagradas 122
a) Trinidades y/o esquemas temarios 122 3. Dios interno, Dios externo 176
b) Trinidad y confesión de fe. Israel, cris- a) Interioridad sagrada, camino hacia Dios.. 177
tianismo, islam 124 b) Revelación. Dios, sembrador de caminos 179
c) Trinidad y visión de Dios. Teología bá- 9. Presencia de Dios. Una guía para el ca-
básica 125 mino 183
2. Trinidad, nombre de Dios. El itinerario 1. Esencia y presencia de Dios. Caminar es
de los dogmas 127 encontrarse 184
a) Arrianismo. El dogma básico de Nicea.. 128
b) Dios comunión, Dios de los humanos. 2. Revelación de Dios. Modos de presencia. 188
Teología fundamental 129 a) Dios está presente por esencia 189
b) Dios está presente por conocimiento 190
3. Teología trinitaria. El itinerario de la teo- c) Dios está presente por potencia 191
logía 132
3. Acción de Dios, acción humana. Meta de
a) Modelos trinitarios 133 diálogo 193
b) Misterio es misterio. Itinerario abierto.. 134 a) Actividad de Dios. Premoción 193
Conclusión 136 b) Cooperar con Dios. Concurso 194
c) Conclusión provisional. Presencia co-
municativa 195
III
DIOS DEL MILENIO, DIOS DE SIEMPRE Conclusión. Casa de Dios. Dialogar en el
7. El problema de Dios. Lugares para bus- Tercer Milenio 199
carle 141 1. Caída de siglo. Mundo sin Dios. Ha creci-
1. Campos de Dios. Lugares teológicos 143 do el desierto 200
a) El Dios del pensamiento 143 a) La ruptura 200

214 PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE


b) ¿Condenados al desencanto? 202 c) Cuando Jesús anuncia la llegada del
c) ¿Soluciones duras, fundamentalismo? .. 203 reino 206
d) La comunicación del reino de Jesús 208
2. Nuevo milenio. Dios, la comunicación e) L\a experiencia pascual permite 208
fundante. Siete tesis 204 f) El Dios de la pascua de Jesús 209
a) Comunicación social y religiosa se im- g) El contenido fundante de la comuni-
plican 205 cación cristiana 209
b) Israel ha interpretado su experiencia
religiosa 206 Diez libros sobre Dios. Bibliografía básica.. 211

PARA DESCUBRIR EL CAMINO DEL PADRE 2 1 5

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