Para Descubrir El Camino Del Padre PDF
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Nueve itinerarios encuentro con Dios
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Para descubrir
ELCAMINO DEL PADRE
Nueve itinerarios para el encuentro con Dios
Xabier Pikaza
Introducción
Cf. Las Dimensiones de Dios, Sigúeme, Salamanca 1973; Experiencia religiosa y cristia-
nismo. Sigúeme, Salamanca 1981; Pensar a Dios, Sec. Trinitario, Salamanca 1997, 17-92 y,
sobre todo, Misterio de Dios. De la búsqueda de Dios al Dios cristiano, Catequesis a Distancia,
San Pío XX, Madrid 1990.
Encuadre
orientativo Comenzamos este itinerario buscando el Nombre de Aquel que nos desborda, de mane-
ra que jamás podremos ver su rostro. No le conocemos pero nos llama, ofreciéndonos li-
bertad.
Éste es el itinerario del Sinaí y debemos recorrerlo con Moisés, para descubrir a Dios como
Nombre de misterio, Poder fuerte y Señorío que sale a nuestro encuentro, para revelarse como
fuego (zarza ardiente), sin que le podamos tomar en nuestras manos. Haremos la ruta sobre el
texto del Éxodo (Éx 2-4), situándonos al principio de la historia israelita, en la que estudiare-
mos después las tradiciones del Éxodo, Alianza y Promesa.
Para que la marcha resulte fructuosa, asumiremos el destino de Moisés, figura presente en
todo lo que sigue, en camino que para los cristianos conduce hacia Jesús, a quien veremos co-
mo Hijo de ese mismo Yahvé de la zarza de fuego en la montaña. Al principio de nuestros ca-
minos buscaremos al Dios que no se ve (que es Fuego), pero que habla, diciéndonos su nom-
bre (¡Yo soy: Yahvé!). Éste será el Dios que escucha y asume el grito de los oprimidos de la tie-
rra (antiguos y nuevos hebreos), bajando a liberarlos.
E
nerar y dialogar, en libertad (no para oprimir). El iti-
l Nombre de Dios constituye el primer ele- nerario incluye tres momentos: Dios recuerda a los
mento de este itinerario teológico. Buscamos a oprimidos, dialoga con Moisés, está presente.
Dios porque aún no le conocemos, pero ya le desea-
mos. Tendemos a él porque de algún modo sabemos
su Nombre, identidad y misterio. Se ha dicho que es- El principio generador de la Escritura no es el relato
ta búsqueda del Nombre es magia: conocer el nom- de la creación (Gen 1-3), sino la llamada y revelación de
bre supone dominar. Pero veremos que la magia se Dios a Moisés (Éx 2-4).
diluye pronto, pues el Nombre de Dios sirve para ve-
Dios se define Yahvé (Soy el que soy), añadiendo y el grito que nacía de su servidumbre subió a
que ha venido a liberar a los oprimidos. Ese nom- Elohim,
bre configura la experiencia y teología de cristianos y Elohim escuchó su clamor y se acordó de la Alianza
y judíos. Por eso lo pongo al principio de nuestro con Abraham, Isaac y Jacob,
itinerario. De u n modo excepcional (sólo aquí) he y Elohim miró a los hijos de Israel y les conoció (Éx
ofrecido algunas notas exegéticas, citando en he- 2,23-25).
breo los dos nombres principales del Dios israelita: Dios se llama aquí Elohim (crrrw), ser divino que
Elohim (OTT^J y Yahvé (mrr)1. rige el cosmos y la historia. Está vinculado, sin du-
El contexto es conocido. Moisés, hebreo de cul- da, a la Montaña sagrada de todos los pueblos. Pe-
tura egipcia, ha tenido que exiliarse a Madián, en ro viene a presentarse de un modo especial como el
las fronteras del desierto, donde pastorea el rebaño que escucha, mira, se acuerda y conoce los sufri-
de Jetró, su suegro sacerdote. Ha dejado a sus her- mientos de su pueblo (Éx 2,24-25). Ésta será siem-
manos cautivos en Egipto. La querencia de Dios, el pre su marca: se vincula a los h u m a n o s oprimidos:
recuerdo de su pueblo, le lleva a la montaña de Dios -Dios escucha (wayyisma'). Ciertamente, habla, y
que es Horeb (= Sinaí), lugar sagrado de las tribus hablando, en palabra de fuerte llamada, suscita todo lo
del entorno. Está solo ante Dios, en la inmensidad que existe (Gen 1). Pero antes de imponerse, él escucha
del desierto, en la falda de la montaña, con el dolor la llamada de aquellos que padecen. Hay en su misterio
de su pueblo cautivo. Pronto no es sólo Moisés un elemento receptivo: ha creado a los humanos ante
quien padece. De un modo superior padece Dios. Así sí, debe acogerles, dejando que ellos sean y le llamen.
viene a desvelarse en toda fuerza, de manera clara y -Dios mira (wayyare'). Para que nosotros, los hu-
sorprendente, en la zarza de fuego: manos, miremos y podamos verle, él tiene que mirar y
vernos primero. És Dios de la libertad, que nos permi-
Murió el rey de Egipto y los israelitas clamaban des- te vivir y realizarnos, como diferentes, en fuerte auto-
de su servidumbre, nomía. Cierto judaismo posterior dirá que Dios se ha
retirado, abriendo así un espacio de vida a los huma-
nos.
1
Cf. A. de Libera y É. Zum Brunn, Celui qui est. Interpré- - Dios se acuerda (wayyizkar). Es fiel a sí mismo: a
tations juives et chrétiennes d'Exode 3, 14, Cerf, París 1986. He su potencia creadora, a su palabra en favor de los hu-
estudiado el tema en Dios judío, Dios cristiano, EVD, Estella manos. En contexto israelita, ese recuerdo ha de en-
1996, 55-65. tenderse desde el pacto: los humanos tienden a rom-
Guía de lectura
En el principio de esta experiencia de Dios está Moisés, como saben judíos y cristianos; pe-
ro más que su persona y obra antigua nos importa su experiencia permanente de llamada y diá-
logo con Dios.
- Moisés sigue siendo el que ha ido a ddogar con Elohim (lo sagrado) en la montaña del ori-
gen, descubriendo su más honda trascendencia.
-Dios se desvela ahora mejor, diciendo a Moisés «Yo soy» (= Yahvé): siendo totalmente dis-
tinto se vuelve cercano, presencia liberadora.
- El pueblo nace de esta experiencia de Dios. Ciertamente, los israelitas están vinculados
también por raza, tierra y tradiciones. Pero lo que radicalmente les hace sentirse pueblo espe-
cial sobre la tierra es este conocimiento del Dios Yahvé.
La Biblia israelita ha descubierto y expresado el Así pregunta el humano que se mira pequeño y
sentido del Nombre supremo (= Yahvé) en el más poco preparado. Pero Dios le responde: ¡Yo estaré o
hermoso de los diálogos teológicos. No ha construi- seré ('ehyh) contigo!, en palabra que expresa de ma-
do un tratado de teología, no ha expuesto una de- nera enfática su presencia activa en el nuevo itine-
mostración. Ha hecho algo más hondo: ha tejido un rario. Entramos en el centro de la gran teofanía del
relato. Dios y Moisés hablan. En su diálogo, desde Dios que, diciendo seré-estaré contigo ('ehyh, ¡TTIN),
el Dios que actúa como liberador, emerge el miste- expresa su nombre más profundo.
rio de su Nombre:
Moisés: ¿Quién soy yo para ir al Faraón y sacar a los
israelitas de Egipto? Moisés ha preguntado en plano humano (¿Quién soy
Elohim: [Estaré (= 'ehyh) contigo! Y éste será el signo yo?); Dios le responde en un nivel divino: ¡yo seré contigo!
de que te he enviado:
cuando saques al pueblo de Egipto, adoraréis
a Elohim sobre este monte. Este Dios hecho presencia ofrece su signo a Moi-
Moisés: Cuando yo vaya a los hijos de Israel y les diga:
sés: ¡Y cuando saques al pueblo de Egipto adoraréis a
el Dios (= Elohim) de vuestros padres me ha
enviado a vosotros,
Elohim en este monte! (3,12), anticipando aquello que
si me preguntan ellos cuál es su nombre, ¿qué
debe suceder: ¡Sacarás al pueblo y me adoraréis aquí;
he de decirles? de esa forma veréis que yo os he acompañado! Moisés
Elohim: Soy el que soy. Así dirás a los hijos de Israel: ha descubierto a Dios, le ha visto en el fuego de la zar-
Yo soy ('ehyh = rrm) me ha enviado a vosotros. za. Luego han de verle, haciendo el mismo itinerario,
Yahvé fmrr), Dios (OTTJR) de vuestros padres... todos los oprimidos (cf. Éx 19-24): la experiencia de
me ha enviado a vosotros. Moisés ha de asumirla todo el pueblo israelita.
Éste es mi nombre para siempre y ésta es mi
invocación (Ex 3,11-15).
En este contexto se sitúa la pregunta de Moisés
(3,13). Elohim le ha dicho: yo estaré, anticipando su
Moisés debe sentir dificultad. Dios le pide que nombre (Yahvé significa ¡yo estaré!). Moisés no ha
abandone familia y vida antigua y se enfrente al Fa- comprendido todavía. Necesita más señales, una
raón, opresor de los hebreos, sucesor de aquel que concreción de la Presencia, un Nombre que pueda
antaño pretendió matarle (cf. Éx 2,15-23). Dios le en- presentar a los hijos de Israel y decirles ¡Este es
vía a liberar a quienes antes rechazaron su arbitraje quién me envía! (3,13). Sólo ahora, Elohim (= Poder
(Éx 2,13-14; cf. Hech 7,24-34). Es normal que le cues- divino) se revela plenamente a Moisés, diciéndole
te (cf. Je 6,15; Le 1,34 etc.) y diga: ¿Quién soy yo...? su nombre para el pueblo (Éx 3,14-15):
' Para los musulmanes, Moisés ha sido un profeta verdadero, palabra! (4,10). Se siente incapaz de hablar con rectitud,
pero limitado a Israel (como Jesús). Sólo Mahoma ha revelado para poniendo así en riesgo el sentido y fuerza de la revelación de
ellos el misterio total de lo divino. Los judíos, en cambio, se identi- Dios. Pero Dios le responde: Estaré contigo, estaré en tu boca
fican con la experiencia de Moisés. Según Ex 4,2-9, Dios ha confir- (como en 3,12; cf. 4,12). Dios mismo se vuelve así Yahvé
mado su autoridad con tres signos que anticipan su enfrentamien- (= Presencia salvadora) para Moisés y para aquellos que le
to con los magos y políticos de Egipto (cf. Éx 7-11); el bastón que escuchan: le asiste, se hace palabra en sus palabras (en sus
se vuelve serpiente, la mano leprosa y curada, el agua hecha sangre. leyes), habla por los labios (boca). En la culminación de ese
Pues bien, recibidos los signos anteriores, Moisés eleva aún camino, como Palabra plena de Dios, ponen los cristianos a
otra dificultad: ¡Por favor, Adonai (Yahvé), no soy hombre de Jesús, según Jn 1.
Guía de lectura
La experiencia israelita del ¡Yo soy! está en la base de gran parte de las interpretaciones poste-
riores de Dios, como indican las siguientes reflexiones, que son un poco técnicas, pero pueden ayu-
darnos a entender la más honda esencia de Dios, cuyo Nombre es guía en el itinerario de liberación:
- Para los judíos, Yahvé se ha hecho Nombre de misterio, de manera que no lo pronuncian.
- Los gnósticos antiguos y modernos se sienten molestos con Yahvé, no aceptan su presen-
cia liberadora, su opción por los pobres; prefieren un Dios de interioridad, separado de la his-
toria, sin compromiso de justicia.
- La filosofía ilustrada ha interpretado el ¡Yo soy! como ontología: expresión del Ser Supre-
mo o de la Idea Fundante (de la mente que se dice a sí misma), separando así a Yahvé de nues-
tra historia de liberación humana.
- Los cristianos afirman que el Nombre de Yahvé se ha expresado plenamente, como mis-
terio de liberación, por medio de Jesús, viniendo a presentarse al fin como Padre.
Las interpretaciones de esta palabra originaria de respeto religioso. Yahvé [mT, ", D"s, YHWH] es
(Yahvé: mn\ Yo-Soy) h a n sido y siguen siendo dife- Dios en sí, en su absoluta plenitud y lejanía.
rentes, definiendo de algún modo las más hondas
visiones de Dios en Occidente. Destacaremos las De esa manera, al separar el Nombre de Dios y de-
jarlo fuera de la «circulación» social y religiosa, los ju-
más importantes, para fijarnos al final en la cristia- díos posteriores han tenido que buscarle «sustitutos».
na. Evidentemente, ofrecemos una visión muy ge- Por eso han dicho y siguen diciendo en su lugar pala-
neral del tema, que debería matizarse con muchísi- bras más o menos equivalentes (pero nunca iguales)
m o cuidado. como Adonai, Kyrios, Dominus o Señor (the Lord), que
expresan de algún modo la grandeza de Dios, pero sin
expresarla. Estas palabras ya no actúan como «nom-
bres» (no expresan lo que es Dios), sino como adjetivos
LOS JUDÍOS que evocan de algún modo su grandeza.
Los judíos han optado por divinizar de algún modo el
Nombre (Yahvé), dejándolo así, distinto, separado, como
expresión de absoluta trascendencia. Como guardianes Las traducciones cristianas de la Biblia han seguido la
de la Lejanía divina, testigos de la separación inefable de costumbre judía poniendo (y algunas lo hacen todavía) Se-
su Dios, quieren mantenerse a lo largo de los siglos. Éste ñor o su equivalente allí donde la Biblia Hebrea dice Yah-
es su tesoro, ésta su grandeza: ello sconocen un Nombre vé. Es buena esta reserva, si ayuda a descubrir y explicitar
que no puede pronunciarse, pero que les hace distintos y mejor el contenido misterioso del Dios personal de la his-
ricos sobre el mundo. toria israelita, pero quizá nos impide recordar que Yahvé
es ante todo un Nombre propio de redención, signo de la
presencia liberadora de Dios entre los humanos, como ha
vuelto a descubrirlo el evangelio.
1. Los judíos han destacado el valor de este Nom-
bre, condensando en Yahvé su experiencia de miste-
rio. Por u n lado, han seguido vinculándolo al pueblo,
como dice el Shema (Escucha, Israel, Yahvé, tu Dios 2. Los gnósticos (quizá de origen judío y cristia-
es un Dios único...: Dt 6,4-9), que estudiaremos al ha- no) de los siglos II y III d. de C. h a n invertido esa vi-
blar del doble mandamiento en Me 12,28-34 (cap. sión del judaismo, interpretando el nombre de Yah-
4."). Por otro, lo han sacralizado, de tal forma que vé no como señal del más alto misterio, sino como
procuran no escribirlo ya ni pronunciarlo, en signo expresión de un «dios opresor», que mantiene a los
Chouraqui, A., Moisés, Herder, Barcelona 1997. Mettinger, T. N., Buscando a Dios. Significado y mensaje
de los nombres divinos en la Biblia, Almendro, Córdo-
Dubarle, A. M., La signification du nom du Yahveh, RSPh ba 1994.
35(1951)3-21.
Olmo, G. del, La vocación de líder en el AT, UP de Sala-
9 manca 1973, 65-10.
En esta línea han seguido pensando autores judíos como
M. Buber y E. Levmas He planteado el tema en Dios como Vaux, R. de, Historia antigua de Israel I, Cristiandad, Ma-
Espíritu y Persona, Sec. Trinitario, Salamanca 1990, 323-329. drid 1974, 315-348.
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1. Ejercicio de autocomprobación
Completar la/s palabra/s que faltan. Solución en casilla siguiente.
2. Prueba de síntesis
- Comprensión bíblica Interpretar de forma personal el texto (Ex 2-4), utilizando, si hace falta, algunos libros arriba
citados. Condensar sus elementos básicos, actualizando sus aportaciones religiosas y sociales.
- Diáíogo cultural. Distinguir y comparar la lectura judía, cristiana, musulmana, filosófica y cultural de este pasaje.
¿Puede ampliarse su sentido, conviniéndolo en centro de diálogo entre todos los humanos?
- Compromiso. Acoger la palabra de Yahvé significa decidirse en favor de en su tarea de liberación. ¿Dónde están hoy
los hebreos (oprimidos) de la tierra?, ¿cómo les recuerda Dios y baja a redimirles? ¿Cómo podemos actualizar la palabra fi-
nal ile Dios a Moisés: Vete, ¡ibera a mi pueblo?
Encuadre
orientativo Es admirable que nosotros (violentos, envidiosos) hayamos caminado hasta aquí, rompien-
do mil barreras, superando mil obstáculos. Pues bien, las tradiciones de la Biblia saben que lo
hemos hecho porque Dios nos ha guiado con su mano protectora en el camino. Itinerario de
Dios ha sido y es nuestra historia.
Estamos aquí porque podemos recordar (guardamos la memoria del Éxodo) y buscamos el
futuro (tendiendo a la Promesa de Dios). Estamos aquí porque al principio (y para siempre) hi-
cimos y Dios hizo con nosotros una Alianza. Desde ese fondo trazamos este triple y único iti-
nerario de recuerdo y actualización de la historia de Dios con los humanos, en claves de pro-
mesa, éxodo y alianza.
Con los patriarcas de Israel comienza nuestro itinerario (¡sal de tu tierra...!), y continúa con
los hebreos esclavos (¡libera a mi pueblo de Egipto!), con los israelitas que llegan al Monte del
Pacto (¡hoy hago alianza con vosotros!). Así quieren mostrarlo las siguientes reflexiones, con-
firmando lo evocado al hablar sobre Yahvé: el ¡Yo soy! o presencia de Dios en nuestra vida se
expande en estas tradiciones.
1
Pienso que historia y verdad no pueden separarse: la verdad
aquí, estudiando la Escritura: la misma historia de de Dios se revela a través de la historia (o haciendo que surja la
Israel, que los profetas han visto y formulado en historia).
Guía de lectura
El tema anterior sobre el Nombre de Yahvé (Ex 2-4) remitía a la experiencia de un Dios que se
vincula con la tierra sagrada y de manera especial con los patriarcas, pues decía: ¡Yo soy el Dios de
Abrahán, de Isaac y de Jacob! Ese Dios de los patriarcas aparece como fértil en Promesas: Él abrió
desde antiguo un gran itinerario de esperanza y libertad, de tierra y plenitud para los humanos.
• Esas Promesas se expresan en el mismo camino de la vida humana. Los israelitas verdaderos
viven abiertos al futuro, convirtiendo la esperanza en base de su propia experiencia de presente.
• Dios mismo recibe según eso un nombre de futuro: es Aquel que ha de venir ofreciendo su
esperanza a los humanos. Sólo en esa perspectiva de futuro tiene sentido nuestra vida.
• Lectura básica. Será bueno que el lector conozca de un modo personal la historia patriar-
cal (Gen 12-37) y se identifique así con Abrahán y camino de esperanza. Cf. también bibliogra-
fía final de este capítulo.
' Dios no es peregrino que acompaña a los hebreos caminan- Esta unión (tierra y pueblo) pertenece a la expe-
tes, sino el dueño de la tierra, dador de descendencia. Puede ofre- riencia de muchas religiones antiguas que acentúan
cer la tierra porque es suya (suyo es todo lo que existe). Estas tra- la unidad sagrada de los hombres y mujeres con el
diciones patriarcales del pueblo (tierra y descendencia) se vincu- campo (espacio) de su vida. Por eso debemos desta-
lan a los santuarios (Hebrón, Betel, Gilgal, Siquem, etc.) donde car la diferencia israelita: la Biblia ha vinculado la
los varones y mujeres de la «liga de Israel» han recordado y vene- tierra a la Promesa (esperanza de futuro); no la mi-
rado al Dios de su principio y su futuro. De esa forma, el Dios de
la familia (de los padres) se unifica con el Dios que garantiza la ra simplemente como m a d r e sagrada; ella es la me-
vida de los campos, la lluvia, la siembra, las cosechas. ta siempre abierta:
Guía de lectura
De las tradiciones patriarcales (más centradas en el futuro de Dios) pasamos al recuerdo del
Éxodo (asumido por la Pascua cristiana y, en otro sentido, por la Hégira musulmana), que pre-
senta a Dios como Impulsor de libertad para los humanos: rompe las cadenas de la esclavitud,
les lleva hacia la tierra.
• La historia israelita ha de entenderse a partir de su experiencia de liberación primera. No-
sotros seguimos recorriendo aquel mismo itinerario, caminando por la libertad hacia Dios.
• La teología posterior interpreta a Dios como Éxodo: voluntad de amor que nos invita a
superar todo pasado de opresión, para que podamos realizarnos en libertad individual y co-
munitaria.
• Lectura básica: Éx 5-18 (especialmente Éx 14-15). Más bibliografía, al final del capítulo.
DIOS • ISRAEL
La misma vida humana se define así como libe-
ración: estábamos cautivos en Egipto, amenazados - Dios es impulsor de vida: libera de la dura esclavitud
por poderes exteriores e interiores de opresión que a los hebreos, para que recorran el camino de su historia.
escinden y destruyen de manera brutal nuestra exis- Así afirma su poder y su asistencia (su existencia) ha-
tencia, pero Dios ha querido liberarnos. ciéndose fuente de libertad para los humanos.
3. Dios del Éxodo, Dios de libertad. Pensamos a ve- - Israel es teodicea (prueba de Dios): el mismo camino
ces que tenemos un tipo de existencia definida y de- de su historia (centrada en la liberación de esclavos y cau-
cidida de antemano. Pues bien, aquí nos descubrimos tivos) es un argumento en favor de Dios: si Él no existie-
como Éxodo viviente: somos a medida que salimos ra la historia de Israel perdería su sentido.
del pasado y nos hacemos, en unión con lo divino:
• Humano es el viviente que se puede descubrir es-
clavo. El animal está sujeto a los múltiples poderes de Dios no aparece arriba como fuerza que ordena
la vida, pero tiene la suerte o, mejor dicho, la desgra- o desordena cosas, sino que se revela suscitando y
cia de ignorarlo. Humano, en cambio, quien logra des- liberando vida: crear es liberar, ofrecer a los huma-
cubrir su esclavitud de tal manera que puede protestar nos la posibilidad de que se realicen a sí mismos, de
en contra de ella (al menos con su grito). manera individual y comunitaria: El Éxodo, camino
• Dios es quien conoce y libera a los esclavos (cf. Éx de liberación individual y comunitaria, es prueba de
3,7-10). No le deñnimos simplemente como aquel que la existencia de Dios8.
8
Lógicamente, esta visión de teodicea ha de expandirse a que, como los hebreos, superan la opresión del mundo para
todos los humanos. Para la Biblia, el mundo es lugar de ídolos, vivir en libertad (cf. Éx 7,17.26; 9,13; etc.). Donde se impone el
libados a la naturaleza o a la estructura política de Egipto. Por Faraón, no se puede hablar de Dios como Yahvé, liberador de
i-I lonliario, Dios se encuentra vinculada al camino de aquellos los oprimidos.
2. Prueba de síntesis
Vincular los diversos rasgos de las tres tradiciones, interpretándolas de un modo teológico y social.
a. El Éxodo es un fenómeno histórico y religioso: distinguir y relacionar ambos rasgos.
b. La Promesa abre un futuro para los creyentes. Relacionar Promesa de Dios y promesas históricas.
c. El Pacto tiene un elemento histórico/social y otro religioso; ¡pueden separarse?, ¿todo pacto es signo de Dios o puede
haber pactos destructores para los humanos?
3. Prueba de ensayo
He presentado la teología de Israel como camino que conduce a Jesucristo. Será bueno comparar esta visión y la de un ju-
dío como Baeck, que interpreta a Israel como revelación definitiva y, en el fondo, exclusiva de Dios. ¿Por qué acepta sólo dos
tipos de religión? Ampliar el esquema y comparar judaismo, cristianismo e islam.
«Si el factor esencial de la religión radica en la actitud del hombre hacia el mundo... entonces hay sólo dos formas de-
terminantes de religión, la de Israel y la de Buda. La primera declara que el mundo es el campo para las tareas de la vida
y ofrece una afirmación moral del valor de la relación del hombre con el mundo mediante la acción y la voluntad. La se'
gunda declara que la tarea del hombre consiste en dedicarse a la automeditación sin ejercer la voluntad. Una expresa el
mandamiento de trabajar y crear, la otra la necesidad de descansar.
Eí judaismo conduce al deseo de trabajar por el remo de Dios en el cual todos los hombres pueden unirse, mientras que
el budismo lleva al deseo de hundirse en el Único, en la nada, para encontrar allí la liberación y la salvación del yo... El
judaismo exige creación, hombres nuevos y un mundo nuevo; el budismo busca la extinción, el alejamiento de la humani-
dad y del mundo. Así el judaismo es una religión del altruismo, pues declara que quien ha encontrado su camino hacia
Dios buscando a sus hermanos, el que sirve a Dios amándolos y siendo justo con ellos, ese hombre aspira a la perfección.
Por otro lado, el budismo es la religión del egoísmo, ya que atribuye perfección al hombre que se aparta de la humanidad
para descubrir la única manera de acercarse a sí mismo.
Entre estas dos religiones es necesario establecer polaridades de elección: sólo una de ellas es la revelación religiosa.
Todas las otras religiones tienden hacia una u otra; en la mezcla que casi todas ellas constituyen los rasgos polares del bu-
dismo y el judaismo se revelan en mayor o menor medida» (L. Baeck, La esencia del judaismo, Paidós, Buenos Aires 1964,
63-64).
Encuadre
orientativo Pasamos del origen (Nombre) y camino (tradiciones) al misterio de la prueba: desde el do-
lor y falta de sentido llaman los humanos; allí debe responderles Dios. Éste es el momento cla-
ve de nuestro itinerario, hecho camino cortado, de dolores. Ciertamente, siguen influyendo en
nuestra vida las tradiciones del Éxodo, Alianza y Promesas; pero después ellas resultan insufi-
cientes: estamos ante un Dios que parece silencioso, callado a las preguntas que elevan los hu-
manos, dominado por el sufrimiento, el hastío o la injusticia.
Podíamos haber elaborado este itinerario con textos de poesía o pensamiento moderno, con
el grito de los torturados y las noticias de violencia y guerra que nos azotan cada día... Podía-
mos habernos fijados en los caminos de dolor de millones de personas de nuestro entorno. Pe-
ro hemos preferido volver a los clásicos de la Biblia: Job y Eclesiastés (Qohélet). Ellos nos per-
miten realizar el más intenso itinerario teológico, la ruta del dolor y de la angustia, el camino de
los grandes problemas.
Ésta sigue siendo un itinerario comprometido. No puede resolverse con teorías generales
sobre el mal de la vida, la angustia y dolor de la existencia. Sólo quien comparte el camino de
dolor del mundo, sólo quien sabe sufrir y se abre a Dios recorrerá hasta el final este itinerario.
2. Job sufriente. Es el humano, la entera huma- El creyente de Israel, escritor de nuestro libro,
nidad condensada en su figura. Parece que venimos partiendo de las buenas tradiciones del Éxodo y la
de un pasado de armonía, de existencia pacífica y Alianza, no puede responder a las preguntas de Job
riqueza. Pero luego sobreviene la violencia: uno por con argumentos viejos. Por eso ha colocado en el
uno va quebrando Dios nuestros arrimos, los apo- principio de la historia, ante la corte de Dios, a un
yos de la vida. El Dios satánico dirige este gran ex- personaje maléfico: Satán. Pero lo extraño no es
perimento del dolor humano (Job 1-2): que el Tentador venga ante Dios, sino que el mismo
Dios caiga en tentación. Por eso interrogamos
• Sufrimiento material, pobreza. Aplastado por la ¿quién es ese Dios que permite que Satán tiente a
rueda de un destino adverso, Job pierde sus bienes y los humanos?
padece, despojado de su protección externa, sobre el
suelo duro de la tierra, sin más ayuda o posesión que 3. Relato y poema. El libro de Job. Las preguntas
el sufrimiento. Ha perdido casa y campos, propiedades anteriores van surgiendo en los discursos del libro,
familiares y sociales. Desnudo de bienes y vestidos ya- que forman un «poema» sapiencial dialogado en
ce Job, hombre expulsado, fuera de la ciudad de los torno al sufrimiento (Job 3-41). Ese poema se dis-
humanos. tingue claramente del encuadre histórico de prólo-
• Sufrimiento afectivo, violencia y muerte de sus go y epílogo:
hijos (su familia). Pierde el presente de cariño y con-
fianza, el futuro de vida y descendencia. De esa forma • Prólogo (Job 1-2) y epílogo (Job 42,7-17) cuentan
queda a solas, a espaldas de la gente, como un conde- una especie de leyenda, en la línea de lo ya indicado.
Así se han invertido los papeles de la escena. En 3. Job apela. Un Dios sobre dios. Estamos cerca
u n primer nivel, Dios coloca a Job en prueba, por de la problemática de Job. Por eso, nuestro tema no
saber si le sirve de manera gratuita o por provecho es mostrar que Dios existe, sino encontrarle bueno.
(egoísmo) material. En u n nivel más elevado, es Job De una forma consecuente, el problema de Dios
quien pone a Dios en prueba, llegando a rechazarle. empieza siendo un problema de justicia:
Así dice (24,2-3. 12. 14. 16): • Mucho ateísmo moderno acaba siendo antiteísmo.
Así razonan algunos: no negamos a Dios, le combati-
Los malvados remueven los mojones, / roban al pastor mos; rechazamos su «injusticia» y procuramos cons-
y su rebaño. truir un mundo más humano, en clave antropológica.
Se llevan el asno de los huérfanos, / toman en prenda • Mucho ateísmo es protesta contra el sin-sentido de
el buey de la viuda. la vida, rechazo contra los sistemas de totalidad (cien-
Desde las ciudades gimen los que mueren, / el herido cia, idea, estado) que han querido triunfar en el mun-
grave pide auxilio; do, pero destruyendo o manejando la existencia con-
pero Dios no atiende a esos clamores. creta de los hombres y mujeres, especialmente de los
No se ha elevado aún el día y se levanta el asesino / pa- pobres. Por eso, es preferible rechazar el sentido de la
ra matar al pobre y desgraciado. totalidad (de Dios) y quedarse en los pequeños valores
Por la noche merodean los ladrones, / penetran a es- de la vida.
condidas en la casa ajena.
JOB EL EXPLORADOR
JOB Y DIOS EN GUERRA
Parece en un primer nivel antiteísta, pues no acepta el
Job acusa a Dios; Dios le condena. Ciertamente, Dios sentido de conjunto de la vida, tal como se entiende y des-
parece más fuerte y le maltrata: le agarra por el cuello, le pliega sobre el mundo. Pero no por eso es ateo ni posmo-
sacude con violencia, le traspasa con sus flechas (16,6- demo, pues sigue buscando. Pues bien, aquí, en el lugar
14). Le ha cercado sin piedad, le ha acorralado con vio- donde su pregunta desborda las respuestas precedentes,
lencia hasta encerrarle en el silencio maldito de la muer- descubrimos su grandeza, recibimos su lección en nues-
te (19,6-12). El poder de Dios se ha hecho fortuna y la for- tro tiempo.
tuna muerte. Job se encuentra así muy cerca de
Dostoievski: «No niego la existencia de Dios, pero prefie-
ro devolverle su billete». Dios le ha implantado sobre el
mundo, pero el mundo de Dios es un delito; por eso es Job es grande porque lucha contra el Dios de la
preferible rechazarle. tradición teológica anterior sin hacerse por eso an-
titeísta y porque rechaza el sentido actual de la
existencia sin caer por eso en un relativismo donde
todo acaba siendo equivalente y sólo importa el
Toda la injusticia del m u n d o se concentra en triunfo de mi vida, mi despliegue sobre el m u n d o .
esos rasgos: la maldad de los fuerte que oprimen sin Eso que llamamos «pensamiento débil», vinculado
cesar a los pequeños; la violencia de los grandes... a las pequeñas verdades parciales, sin justicia uni-
E n medio de esa injusticia se presenta Job, el ex- versal para los pobres, carece de sentido en nuestro
pulsado. Dios mismo ha salido a su encuentro, co- libro.
¿DESENCANTO?
La experiencia le ha dicho que no hay sanción
Eclesiastés, ser privilegiado, ha salido a conquistar el moral, ni en plano socio-económico (dominan el
mundo para descubrir y gozar su esencia humana, pero m u n d o los injustos), ni en plano vital (la muerte es
advierte que el mundo con sus bienes no le basta. Nada le igual para todos). Según eso, no se puede hablar de
sacia y todo acaba volviéndose espejismo: en realidad, es- Dios en clave de justicia: han perdido su valor las le-
taba buscando otra cosa y lo que encuentra y disfruta en yes morales; no hay premio para los buenos, ni cas-
su entorno de placer se le vuelve al fin mentira e injusti- tigo para los males y Dios planea, indiferente, sobre
cia. ¿Cómo hablar así de Dios? la vida, sin que nada le interese:
1. He visto que justos y sabios están con sus obras
en manos de Dios pero los humanos ya no saben si son
2. No hay moral de Dios sobre la tierra. Por eso objeto de amor o de odio: por eso todo es un absurdo.
triunfa el agrio pesimismo de vida. Pero éste es pe- 2. Padecen una suerte el justo y el injusto, el bue-
simismo razonado que deriva de la misma expe- no y el malo, el puro y el impuro, el piadoso y el impío,
riencia de la historia: ha buscado el placer y descu- el bueno y malhechor; no hay diferencia entre quien
bre sólo gestos de injusticia: jura y quieren rechaza el juramento.
Cuanto tu mano pueda hacer hazlo alegremente, Éste es el grito que Qohélet, varón de la asam-
porque no hay en el sepulcro donde vas ni obra, ni ra- blea, ha levantado ante la altura de u n Dios que pa-
zón, ciencia, ni sabiduría (9,7-10). rece inaccesible. La misma tristeza de la vida se
Este canto a la vida es el principio de la teodicea de vuelve así pegunta: llamada por Dios. Por eso, en un
Eclesiastés. A pesar de sus problemas, para los huma- momento dado, para vivir lo que se vive sobre el
nos la vida sigue llena de sentidos. Tiene sentido el go- mundo, le parece preferible el descanso de la nada
zo sobrio, mesurado, la felicidad pequeña, la alegría o de la muerte. Desde ese fondo han de entenderse
fugaz, en medio de un mar que parece azotado por to- estas palabra:
dos los vientos destructores. Eclesiastés ha perdido el Mejor es entrar en casa de luto que en un hogar en
sentido de la totalidad antigua: la visión salvadora de fiesta...
la naturaleza y de la historia, la comprensión divina de Mejor es la tristeza que la risa, el fin de una cosa que
su vida; pero conserva y cultiva el gozo de los peque- el principio (7,2.3.8).
ños valores y sentidos que le ofrece la tierra: ha descu-
bierto y cultivado el gozo de la finitud, la alegría limi-
tada pero intensa de una vida intensa sobre el mundo.
PREGUNTA
González de C. O., «Job, o permanencia en la fe sin teolo- Ellul, J., Razón de ser. Meditación sobre el Eclesiastés, Her-
gía»: Elogio de la Encina, Sigúeme, Salamanca 1973, der, Barcelona 1989.
159-184. Michaud, R., Qohélet y el helenismo, EVD, Estella 1988.
Gutiérrez, G., Job. Hablar de Dios desde el sufrimiento de Pérez R. G., Eclesiastés, en Biblia Comentada IV, BAC 218,
los inocentes, Sigúeme, Salamanca 1980. Edica, Madrid 1962, 868-931.
Jung, C. G., Respuesta a Job, FCE, México 1964. Vílchez, J., Eclesiastés o Qohélet, EVD, Estella 1996.
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1. Ejercicio de autocomprobación
2. Prueba de síntesis
Job y Eclesiastés señalan una sene de dolores y angustias que parecen mostrar la falta de sentido del mundo. Puede ser
interesante invertir el argumento y evocar el sentido de Dios desde otra perspectiva: trazando un catálogo de bienes del mun-
do. Describir estos (o algunos otros), presentándolos como itinerario positivo hacia Dios.
1) El amor y ternura de los que nos han dado la vida (padres).
2) El gozo por las cosas: la belleza del mundo, la salud...
3) La capacidad de trabajar, expresando así la fuerza creadora de la propia vida.
3. Prueba de ensayo
Sobre Job se han escrito centenares de libros. Uno de los más significativos es el de C. G. Jung donde, en plano estricta-
mente psicológico (como expresión de la imagen de Dios que va adquiriendo la humanidad) encontramos estas palabras, a
las que ya hemos aludido en el texto:
«¿En qué consiste la culpa de Job? Lo único de que podría reprendérsele sería de su optimismo que le hace creer que
puede apelar a la justicia divina. Al pensar así, Job no tiene, en efecto, razón, como lo muestran claramente las palabras
siguientes de Yahvé. Dios no quiere ser justo. Dios hace alarde de su poder y se burla de la justicia...
(Antes de la teofanía en que Dios muestra a Job su poder...) Job era un ingenuo, había llegado a soñar con un Dios
"bueno" y con un soberano complaciente y justo juez; se había imaginado que una "Alianza" era una cuestión de derecho,
y que uno de los aliados puede aferrarse al derecho que se le ha concedido. Job creía que Dios era veraz y fiel, al menos
justo, y que reconocía —como podía sospecharse por el decálogo (judío)— ciertos valores éticos, o cuando menos se sen-
tía obligado a mantener su propio punto de vista jurídico. Pero, para espanto suyo, Job ha visto que Yahvé no es un hom-
bre, sino que, en cierta manera, es menos que un hombre... Es como Leviatán: "menosprecia toda cosa alta, es rey sobre
todos los soberbios" (C. G. Jung, Respuesta a Job, FCE, México 1964, 26,31-32; cf. 41,34).
Evaluar estas palabras a partir de la exposición anterior, asumiendo también la aportación del evangelio. Estudiar, sobre
todo, las posibles imágenes de un Dios de puro poder y violencia de muchos de nuestros contemporáneos. Valorar desde ese
fondo la protesta de Job contra Dios. Señalar, al mismo tiempo, los límites internos y de la interpretación de C. G. Jung, des-
tacando los elementos sociales de la respuesta de Job (la reconciliación entre Job y sus «amigos» sabios).
JUDÍOS Y CRISTIANOS
Encuadre
temático Para «contemplar» a Dios debemos recorrer y aplicar (actualizar) los diversos momentos de
la historia de Jesús, como sabía Ignacio de Loyola (Ejercicios Espirituales). Así lo haremos, re-
corriendo un itinerario evangélico esencial, para conocer a Dios partiendo de la vida y pascua
de Jesús.
Queremos situarnos desde Cristo en el centro de la búsqueda religiosa de la humanidad, pa-
ra descubrir los momentos fundamentales de su encuentro con el Padre. Haremos una catc-
quesis bíblica de conjunto, recorriendo el camino de los evangelios, para descubrir a Dios des-
de el Señor resucitado.
Como dirá Jn 14,9, «quien ha visto a Jesús ha visto al Padre». Sostenidos por esa experien-
cia, hablaremos de Dios no sólo como rico en misericordia (tema del AT), sino como Padre de
misericordia, es decir, como consolador y redentor de los humanos.
Guía de lectura
Hemos evocado el tema al ocuparnos del Dios de Israel. Volvemos a estudiarlo para situar
mejor el mensaje de Jesús sobre el Padre.
- El Dios de Israel nos invitaba a superar los ídolos del mundo: los dioses de los pueblos del
entorno, vinculados a los ciclos de la naturaleza y al poder establecido.
- Ese Dios israelita es trascendente: le llamamos «poder» (señor) y es más que todos los po-
deres; le decimos «amor» (padre), y no puede confundir con ninguno de los padres o madres
de la tierra...
- Método de estudio. Ofrecemos una visión general del AT y del entorno judío de Jesús. En
el principio de nuestro itinerario están las religiones de la tierra.
2
En general, los pueblos paganos han ido construyendo su
religión a través de la búsqueda de sus intereses particulares:
' Los dioses son una expresión de la estabilidad de la natu- toman a los dioses como garantes de estabilidad cósmica y
raleza: son vencedores de la lucha originaria y como tales (como superioridad política, reflejadas en la misma vida concreta del
Marduk en Babilonia) garantizan el orden cósmico y la organi- pueblo. Los israelitas, en cambio, se han hallado más abiertos
zación política. Son, al mismo tiempo, un signo del poder, no hacia el interés de la humanidad: en su religión importa sobre
gratuidad, ni acción liberadora. Los judíos han sabido que en todo la libertad del pueblo, el camino de la alianza, la esperan-
esos dioses esclavizan a sus fieles. za de futuro.
-Los cristianos hemos superado por medio de La afirmación fuerte de la paternidad de Dios resulta
Jesús esa reserva judía y llamamos a Dios Padre, inseparable de la encarnación. Los cristianos llamamos a
aunque no podemos olvidar que en el fondo de este Dios ¡Paire! no porque sigamos mitos de generación cós-
mismo Nombre (Padre) sigue estando la experien- mica, sino porque hemos descubierto su gracia radical en
cia de Moisés y su Dios liberador (Yahvé). Seguimos Jesucristo: porque Jesús le ha llamado de esa forma y co-
de esa forma fieles a la experiencia de la trascen- mo Hijo ha realizado la tarea redentora de Dios entre los
dencia radical: al manifestarse como Padre de Jesús, pobres de su tierra.
Dios n o niega su nombre de Yahvé sino que lo ex-
plícita, llevándolo a su plena manifestación. Dios si-
gue siendo el Yahvé de Israel al revelarse como Pa- La novedad cristiana de Dios tiene u n Nombre:
dre (no patriarcalista ni matriarcalista, sino perso- es Jesús, que ha recibido por su entrega pascual el
nal) de todos los humanos. Nombre sobre todo Nombre, de m a n e r a que toda
Algunos judíos han pensado que esta «vuelta» al lengua proclama Jesucristo es Señor para gloria de
Padre implica en el fondo una especie de «paganiza- Dios Padre (cf. Flp 2,6-11). De esa forma pasamos
ción»: habríamos dejado la experiencia de plena leja- del Señor de Israel (Yahvé) al Padre de Jesús, cul-
nía y misterio del Dios de Moisés, para recrear en for- minando así el camino de la revelación.
Guía de lectura
Jesús es ante todo exegeta de Dios, revelador del misterio. Así le preguntamos con Felipe:
¡Muéstranos al Padre! y él responde, como entonces: «Llevo tanto tiempo con vosotros y ¿aún
no me conoces, Felipe? ¡Quien me ha visto, ha visto al Padre!» (Jn 14,8-9).
- Dios está en el centro del mensaje de Jesús, avalando y sosteniendo como Padre su anuncio de
reino: es el que viene (está viniendo) para realizar su acción liberadora (cf. parábolas del reino).
- Dios fundamenta la vida de Jesús: le ha enviado y le sostiene, como Padre que engendra a
su Hijo, como amigo que anima a su amigo, como fuente de su vida y acción liberadora.
- Dios acoge a Jesús en la muerte. En sus manos de Padre se entrega Jesús, como profeta que
parece fracasado, en gesto dolorido de angustia y de confianza, esperando una respuesta, en el
Calvario.
- Método de estudio. Buscar en los evangelios los lugares donde Jesús habla de Dios, comentán-
dolos de un modo personal. Para profundiza el tema, cf. bibliografía citada al final del capítulo.
SER MÍTICO
Quizá en principio este Hijo podía pareder un ser mí- Dios ha creado paternalmente las cosas, no para
tico. Aquí es el mismo Jesús resucitado: es «Primogénito» que se pierdan o vacilen sobre el gran vacío, sino
(centro) de todos los seres creados porque ha dado la vi- para que lleven y nos lleven por Cristo hacia su pro-
da por ellos; por eso reconcilia todo lo que existe con el pia altura de Padre. No las ha fundado en un fondo
Padre, en gesto de amor redentor. de angustia, sino por el Hijo y en el Hijo, como ex-
pansión (espacio de apertura) del amor originario.
Así afirmamos que el mismo Hijo de Dios, el crea-
- Al final de (estos) los tiempos,
dor divino, ha penetrado en lo creado, animando y
Dios nos ha hablado en su Hijo, promoviendo la existencia de las cosas.
al que ha nombrado heredero de todo,
tras hacer oír él los siglos (Heb 1,2).
b) Padre de misericordia: itinerario del consuelo
HIJO Fundándose en una tradición del AT (cf. Ex
34,5-7; Jonás 4,2), asumida por Ef 2,4 (cf. también
Este Hijo, que está al principio y fin de las obras de 1 Ped 1,3; Tit 2,5), Juan Pablo II ha definido certe-
Dios (como creador y heredero), es el mismo Jesús muer- ramente a Dios como Rico en misericordia {Dives
to y resucitado del que habla todo Hebreos. Jesús es crea- in Misericordia, encíclica de 1980): la riqueza de
dor y salvador por su entrega en favor de los hermanos, Dios no se mide en términos de fuerza o poder, si-
en sacrificio de amor universal. no como abundancia de amor que da la vida, re-
conciliándonos en Cristo. Pues bien, partiendo de
7
Misericordia implica gratuidad, aquello que no merecernos.
Al ser misericordia, Dios se sitúa en el lugar de la más grande Dios había hablado como trueno, en experiencia
paradoja: 1) Nos vale y salva precisamente porque es diferente, cósmica terrible (Éx 19,19-20). Ahora lo hace con voz
inesperado, innecesario; porque existe por sí mismo, es misterio de compasión y cercanía, apareciendo como Dios hu-
soberano y siempre desbordante; porque así nos quiere, por su
gracia. 2) Pero, en otro plano, Dios es aquello (= Aquel) que más
mano, padre/amigo, buen educador que mantiene su
nos interesa. Nada que el humano construya con sus propias palabra y perdona a los pecadores. Así aparece como
fuerzas le apasiona de verdad; a él le importa en plenitud sólo rico en misericordia: perdona a los rebeldes, acoge de
aquello que es «distinto», Aquel que le desborda, por siempre y nuevo en amor a quienes le habían rechazado. Este
desde siempre: en otras palabras, el humano es realista buscan- Dios ha superado los esquemas moralistas viejos.
do lo imposible. Frente al señor talión (ojo por ojo...) emerge aquí el
Ordinariamente, el humano camina por el mundo mirándo- Dios-misericordia: amigo trascendente y cercano en
se al espejo, encontrando su figura en todo lo que hace o cons-
truye en la arena de la historia. Pues bien, en un momento
quien podemos confiar, por encima de nuestros pro-
dado, ese humano, constructor de dibujos de playa que el vien- pios males. Como signo de piedad infinita, experien-
to y el agua van borrando, descubre que hay «algo» (Alguien) cia de amor incondicionado que trasciende las condi-
que le sobrepasa y fundamenta con su misericordia. Pues bien, ciones del pacto, se eleva el Dios del perdón israelita
ese Dios es quien le importa, Ése le enriquece. Al humano le antes citado, como indican las dos estrofas del texto:
interesa Dios porque es distinto de todo lo que existe, porque
desborda sus necesidades e intereses, porque es siempre gracia -Estrofa 1.a. Dios ofrece misericordia hasta mil ge-
pura. neraciones, es decir, desde siempre y para siempre.
* * *
1. Ejercicio de autocomprobación
Completar lo que falta. Clave de corrección en la casilla que sigue.
2. Prueba de síntesis
Hemos reasumido algunos aspectos de la visión israelita de Dios porque Jesús asume la tradición de su pueblo. Reinter-
pretar desde la nueva perspectiva algunos rasgos importantes de la teología de Israel y de Jesús.
1. ¿ En qué momentos de la historia de Jesús se revela Dios?j ¿cómo?
2. ¿Cómo se relaciona el Dios de Jesucristo con el Dios del Éxodo?
3 Redefmir el pacto desde Jesús
4. ¿Cómo de puede afirmar que Dios cumple las promesas por medio de Jesús?
5. ¿Cómo responde Jesús a las preguntas de Job?
6. ¿Cómo responde Jesús a la problemática de Eclesiastés?
3. Prueba de ensayo
Comentar desde el Dios de Jesús los dos textos que siguen, mostrando sus diferencias fundamentales (uno es judío, otro
cristiano). A partir de ellos, elaborar los rasgos teológicos y morales que implica la visión cristiana de Dios como Padre. ¿Por
qué es esencial al cristianismo esa experiencia paterna/materna de Dios? ¿Dónde está el escándalo y la novedad cristiana de
la visión de Dios como Padre/Madre?
Encuadre I
temático Estrictamente hablando, todo itinerario hacia Dios es un camino de evangelio. Pero hasta
ahora no lo hemos destacado. Ahora lo hacemos, siguiendo y comentando un texto narrativo
(Me) que presenta la relación de Jesús con el Padre en forma de drama, llamada y respuesta
personal, don la vida.
El itinerario base es, por tanto, el evangelio de Marcos que los lectores podrán estudiar por
sí mismos, utilizando, si lo necesitan, algún comentario (de los citados en bibliografía). Para
acompañarles y/o ayudarles, hemos escogido y comentado estos pasajes que destacan la fun-
ción de Dios en relación a Cristo.
El texto de Marcos será una ventana abierta hacia el ancho campo de Dios Padre; será un
mapa de caminos que vamos recorriendo, haciéndonos cristianos desde el compromiso de la
entrega de la vida, con Jesús, como Jesús, en manos de Dios Padre. Ésta es, en cierto sentido,
la etapa central de nuestro itinerario teológico: con la ayuda de Me, queremos recorrer el ca-
mino de Jesús, actualizando su entrega por el reino, en favor de los demás, en esperanza de re-
surrección.
1
Utilizo con cierta libertad mis trabajos previos sobre
pascual). Ahora analizamos, de u n modo más con- Marcos: Para vivir el Evangelio. Lectura de Marcos, EVD, 1996;
creto algunos textos básicos de Marcos. Nuestras Pan, casa, palabra. La iglesia en Marcos, Sigúeme, Salamanca
reflexiones podrán (deberán) ser completadas con 1998.
Sobre el desierto anunciaba Juan la llegada del sámente en el bautismo de Juan, donde van a im-
Más Fuerte que debe bautizar con Espíritu de Dios. plorar su perdón los judíos pecadores, en el límite de
Hablaba así en nombre de Yahvé, Dios de Moisés, sus posibilidades humanas, enfrentados a su propia
Señor que existe en sí mismo y actúa desde lo alto destrucción, poniéndose ante el Dios del juicio.
en gesto de poder (cf. Me 1,1-6; Mt 3,7-12). Allí nos
lleva Jesús para iniciar su/nuestro itinerario, escu- Busca a Dios siguiendo la tradición del profetismo
chando la voz de Dios Padre, que le engendra, sos- israelita, en gesto de penitencia, pero le encuentra de
tiene y envía para realizar su tarea sobre el mundo. un modo distinto, como Padre que le ama, ofrecién-
dole su Espíritu (su tarea redentora). En este cambio
1. Bautismo, experiencia de Dios Como judío, Je- de sentido entre la búsqueda (Dios como fuente de
sús ha comenzado buscando a Dios en el bautismo de conversión) y el encuentro (Dios como Padre amoro-
conversión, para perdón de los pecados. Ese mismo so), comienza el itinerario de evangelio (Me 1,9-11)2:
comienzo nos muestra una fuerte diferencia respec-
to a Moisés: Jesús no ha encontrado a Dios como
por acaso, en la montaña sagrada y el fuego de la 2
La epifanía (revelación de Dios) se concretiza y expresa en
zarza (cf. Ex 2-4), sino que ha ido a buscarle expre- el nacimiento mesiánico de Jesús (a quien el Padre engendra
Guía de lectura
Del río del bautismo pasamos al monte de la entrega y del gozo, en el principio de la se-
gunda parte de Marcos (que empieza en 8,27). A los que quieren encontrarle sobre el monte,
Dios mismo les acoge como Padre que tiene un Hijo querido, pidiendo que le escuchen y sigan:
- La Paternidad de Dios no es ya un secreto entre Jesús y el Padre, sino un elemento central
de la revelación de Dios, vinculada al camino de amor (de entrega) de Jesús (cf. 8,3lss).
- Ésta es una Paternidad liberadora que debe expresarse y expandirse en la fe de un padre
enfermo de un muchacho mudo (cf. 9,14-29). Jesús, revelador de Dios Padre, enseña a ese pa-
dre a portarse como Dios, para decir una palabra de fe/amor a su hijo enfermo.
12
Cf. G. Bornkamm, «Pneuma alalon»: íd., Estudios sobre el
NT, Sigúeme, Salamanca 1983, 261-268.
Guía de lectura
El itinerario de Dios pasa por Getsemaní. La «historia» de amor había comenzado por Dios
que dice a Jesús ¡Eres mi Hijo! Esa historia culmina ahora, cuando Jesús se entrega en manos
de Dios y le dice desde la angustia de la muerte cercana ¡Abba, Padre! De esta forma, siendo
despliegue mesiánico el evangelio es revelación entera del entero Dios.
- Dios es Padre de Jesús y en su camino mesíanico de entrega le encontramos; por eso, su
camino pasa por el Huerto de Olivos, del Dolor y de la Entrega, para que allí descubramos su
misterio de amor y muerte.
- Dios es Padre de todos los humanos. Por eso, Jesús pide a sus discípulos (signo de los bus-
cadores de Dios) que se estén preparados para la prueba: que la carne débil no les separe del
Padre amoroso.
6. Dios mío, Dios mío, ¿por qué m e has abandonado? (Me 15,34)
Guía de lectura
La penúltima estación de nuestro itinerario hacia Dios es la Cruz. Desde ella eleva la última
pregunta: ¿por qué me has abandonado?
- Ésta es la pregunta de Jesús, que sigue confiando sobre la cruz, al borde de la muerte, gri-
tando al mismo Padre que le ha dado vida y le ha enviado a proclamar el reino, para «abando-
narle» ahora.
- Ésta es la pregunta de los condenados de la historia, millones y millones de personas re-
chazadas, humilladas... Los millones de sufrientes elevan su voz, diciendo a Dios ¿dónde te en-
cuentras?
- Desde el fondo de su silencio, el Dios de la Cruz acoge la pregunta de Jesús, le acuna y re-
cibe en su amor, le resucita. Si no pasa por la cruz, el itinerario hacia Dios resulta vano.
Guía de lectura
Los momentos anteriores del itinerario de Dios conforme a Marcos han de entenderse des-
de el mensaje de la pascua. Todo lo ya dicho, sobre el Padre Dios, en Bautismo y Tabor, en Get-
semaní y en Cruz, recibe en ella su verdad.
-Dios ha resucitado a Jesús. La pascua no un simple momento final de la vida de Jesús, si-
no revelación plena de Dios, que manifiesta su amor (realiza su misterio) resucitándole de en-
tre los muertos.
- La experiencia pascual de Dios ha sido transmitida por el Joven de la tumba vacía a las mu-
jeres, para que todos la asumamos. La palabra de Dios se dirige hoy a nosotros: por eso nos pi-
de que vayamos a Galilea para descubrir allí la vida y presencia de Jesús resucitado, para en-
contrarnos allí con Dios (cf. Me 16,7-8).
\
El evangelio primitivo de Marcos (que concluye en este mundo) para ungir su cadáver, perpetuando
en Me 16,8) tiene un final enigmático, propio de la su memoria vieja dentro de la historia. Pero la tum-
más honda catequesis: a la tumba de Jesús (signo ba de Jesús está abierta y vacía, para indicar que la
de muerte) llegan las mujeres (mediadoras de vida verdad de su vida y el misterio de su mensaje no
1. Ejercicio de autocomprobación
Llenar lo que falta. Respuesta en la casilla siguiente.
2. Prueba de síntesis
1. Elaborar con los textos estudiados de Marcos un cuadro de conjunto, destacando la unidad de los temas.
2. Relacionar a Dios con Jesús y Juan, con los judíos y romanos, con la muerte y resurrección (en Marcos).
3. Indicar lo que el Dios de Marcos ofrece a los humanos: curación, casa (acogida), esperanza.
3. Prueba de ensayo
1. Destacar algunos temas de Dios en Lucas y Mateo que parecen faltar en Marcos: concepción por el Espíritu, Sermón
de la montaña, la parábola del Buen Samantano o Hijo pródigo, etc.
2. Reescnbir en otra clave (poética, dramática, temática, litúrgica, homilética) el evangelio de Marcos, actualizando su
mensaje en las diversas situaciones de nuestro tiempo.
3. Escribir una catequesis cristiana sobre Dios partiendo de Marcos. ¿Cómo presentarías los temas de Marcos para no cris-
tianos?
Encuadre I
orientatíVO ^ e l itinerario de Marcos pasamos al misterio propiamente dicho: comunión del Padre con
el Hijo en el Espíritu, conforme a la experiencia y teología de la Iglesia. Más que camino de
aprendizaje y seguimiento, éste será un ejercicio celebrativo que nos hará descubrir gozosa-
mente la hondura del amor divino, para cantar y bailar en su presencia.
Quizá podemos definir la Trinidad como mapa cristiano de Dios. Judíos y musulmanes pi-
den silencio: no podemos pronunciar el Nombre, ni penetrar en el misterio; lleguemos al Dios
y callemos, sin formular ninguna palabra, sin evocar ninguna imagen: la hoja de Dios se en-
cuentra totalmente en blanco. Por el contrario, instruidos por Jesús, los cristianos sabemos que
Dios es amor, camino de encuentro del Padre y el Hijo el Espíritu, el único gran itinerario. Por
eso queremos esbozar sus rasgos, explorando al interior de su misterio, para elaborar un mapa
de vida colmada.
La Trinidad de Dios es itinerario de admiración y gozo, de adoración y canto, anticipo de la
bienaventuranza escatológica. En un sentido, éste es el tema más sencillo de nuestro itinerario:
etapa de alabanza y de belleza, estallido de felicidad. Pero, en otra perspectiva, este tema nos
sitúa ante la especulación básica de la Iglesia. Por eso puede resultar difícil de entender para
los menos iniciados en la reflexión filosófica y teológica.
Es posible que a algunos les cueste mi discurso. En ese caso, no se esfuercen, no se empe-
ñen en seguir y comprenderlo todo. Dejen el tema a un lado y pasen a la última parte del libro
(a los tres itinerarios finales). Podrán volver al fin a la Trinidad. Si aún entonces no lo entien-
den, no echen la culpa a su menor preparación, sino a la lógica de mi discurso dogmático y teo-
lógico, lleno de dificultades añadidas.
L a T r i n i d a d ( c o n la E n c a r n a c i ó n ) es el m i s t e r i o
p o r e x c e l e n c i a . N o es u n d o g m a e n t r e o t r o s , n i
u n a v e r d a d q u e se s u m a a l a s r e s t a n t e s v e r d a d e s d e
la fe: es el dogma, el p r e s u p u e s t o g l o r i o s o e n q u e s e
f u n d a n los r e s t a n t e s e l e m e n t o s d e la c o n f e s i ó n cris-
t i a n a , la verdad d o n d e se a p o y a n y r e c i b e n s e n t i d o
t o d a s las v e r d a d e s del s í m b o l o eclesial.
Guía de lectura
Siendo centro de la fe cristiana, la Trinidad responde a la búsqueda humana.
- Hay tríadas sacrales, dioses y esquemas ternarios en el pensamiento filosófico.
- La revelación o comunicación sagrada incluye también estructuras ternarias.
- La trinidad distingue al cristianismo de las otras formas de monoteísmo abrahámico: ju-
daismo e islam.
El itinerario de la Trinidad puede puede pasar y cananea de de dioses (El, Ashera y Baal) y la tríada
pasa a través de casi todas las culturas de la tierra. egipcia de Osiris, Isis, Horus, que tanto ha influido en
Así lo indicaré, abriendo u n abanico de representa- las formulaciones filosóficas del platonismo medio y
ciones ternarias de tipo religioso, para venir des- del neoplatonismo. Estas religiones poseen tríadas sa-
pués a las religiones monoteístas. gradas, pero los dioses que las forman no se pueden to-
mar como personas, en el sentido estricto del término;
son más bien un signo de las fuerzas de la naturaleza
y de la vida.
a) Trinidades y/o esquemas ternarios
- Cierto politeísmo naturalista toma como signo
hierofánico primero el despliegue sagrado de la vi- Tres dioses, tres funciones divinas. Muchas religiones
da, elaborando así a veces una especie de Trinidad hablan de tres funciones o figuras de Dios, en línea politeís-
o, mejor dicho, una tríada de tipo familiar, formada ta (habría tres dioses básicos) o mística (Dios tendría tres
por el Dios Padre del cielo, la Diosa Madre de la tie- nombres principales). Esos modelos nos ayudan a entender
rra y el Dios Hijo, que nace de ellos y expresa en ge- la Trinidad cristiana pero hay una diferencia: esas visiones
neral la victoria de la vida sobre la muerte. no conocen tres personas concretas que se aman del todo y
Ese modelo se ha concretado de un modo especial al amarse forman, en comunión, el único ser divino.
en el oriente mediterráneo donde hallamos la tríada
La base de la formulación cristiana de la Trini- ficas de los pensadores, pero el centro de la fe es es-
dad es la revelación de Jesús y del Espíritu Santo. ta doble afirmación:
Ciertamente, siguen al fondo las experiencias reli- - Dios se ha revelado totalmente como Padre de Je-
giosas de otros pueblos y las especulaciones filosó- sús, de manera que la vida, muerte y pascua de Jesús
• En perspectiva religiosa, Nicea añrma que la pie- También es importante el dogma de Nicea en cla-
dad no consiste en el sometimiento u obediencia de ve de pensamiento Hay en el fondo de nuestra cul-
una persona a otra, sino en la comunión de todas, por tura un miedo a la autonomía h u m a n a Algunos qui-
eso, la fe de Nicea en la consbstanciahdad entre el Pa- sieran que el h u m a n o fuera una especie de apéndice
dre y el Hijo constituye el principio y salvaguardia de de Dios, un último eslabón de lo divino Otros lo in-
todo pensamiento y comunión cristiana Frente a la
falsa virtud pagana (amana) del sometimiento ha des- troducen del todo en la materia, haciéndole un mo-
tacado Nicea la verdad suprema de la comunión per- mento del despliegue cósmico Unos y otros parecen
sonal no somos subditos unos de los otros (ni siquie- negar lo que tiene de más propio su identidad hu-
ra de Dios), sino hermanos y amigos, compartiendo la mana, su capacidad de encuentro personal con Dios,
misma «esencia» entre los humanos, en libertad compartida
• En perspectiva filosófica, Nicea ha rechazado la
visión de un Dios jerárquico, de una divinidad descen-
dente y gradual, que vincula en un todo sagrado lo mas b) Dios comunión, Dios de los humanos.
alto (el Dios separado) y lo mas bajo (la humanidad
mundana) Nicea sabe que hay distinción (Dios es divi- Teología fundamental
no, el humano creatura), pero ella no conduce a la je-
rarquía (uno sobre otro, uno mandando y el otro obe- La formulación de Nicea tiene dos grandes con-
deciendo), sino a la vinculación personal en el amor secuencias independiza a Dios respecto al mundo,
Conclusión.
- Hay signos trinitarios en diversas religiones y experiencias, como los Padres de la Iglesia ha-
Camino abierto bían indicado, con ejemplos del mundo mineral y vegetal: raíz, tronco, ramas; fuente, río, mar;
fuego, llama, luz... Sin embargo, el único signo verdadero de la Trinidad es el ser humano, en
su despliegue personal y comunitario. En esa línea debemos avanzar, continuando el diálogo
interreligioso.
- Diálogo con religiones de la interioridad. La Trinidad ofrece a los cristianos la posibilidad
de hablar de Dios, de encontrar signos que puedan expresarlo. Frente al silencio del budismo
y a las avataras del hinduismo y su tres posibles formas de hablar de lo divino, los cristianos
debemos destacar la encarnación histórica del Hijo de Dios en Cristo y la vinculación del Es-
píritu con la vida eclesial.
- Diálogo con el judaismo. La confesión trinitaria supera y/o desarrolla la visión judía de
Dios, centrada en el misterio de su unicidad y su relación con la Ley israelita. En aquel fondo
seguimos y hoy, tras veinte siglos, debemos replantearnos por Jesús, en claves de comunión
personal, el sentido bíblico de la trinidad cristiana.
- Diálogo con el islam. Deberá mostrar que la visión popular que ofrece el Corán (Dios, Ma-
ría, Jesús) no responde a la raíz del cristianismo. Para los cristianos, el misterio trinitario ex-
presa el carácter personal de la revelación de Dios, que no se manifiesta en un Corán escrito si-
no por la persona e historia de Jesús.
1. Los tres dioses de la tríada sacral de Egipto son... 1. Osins, Isis y Horus
2. Las figuras divinas de la Tnmurtí hindú son... 2. Brahma, Vishnú y Shiva
3. Entre las tríadas ontológicas del neoplatonismo destaca la de... 3. Uno, Sophia y Logos
4. La confesión de fe más importante del judaismo se llama... 4. Shema
5. La Sahada o confesión de fe musulmana sostiene que Alá es Dios... 5. Y Mahoma su profeta
6. Las tres Joyas del budismo son... 6. Dhamma, Buda y Shanga
7. En el lugar de Cristo, Hijo de Dios, el judaismo tiende a poner... 7. La Ley de Dios
8. El concilio de Nicea (325) declara que el Hijo es... al Padre. 8. Consubstancial
9. El arnanismo es «piadoso» porque defiende el... a Dios 9. Sometimiento
10. El concilio de Constantmopla (381) define la... del Espíritu Santo 10. Divinidad
11. La presencia de una persona divina en las otras se llama... 11. Penkhóresis o inhabitación
12. Ricardo de san Víctor defiende una visión... de la Trinidad 12. Interpersonal
2. Prueba de síntesis
1. Trazar la diferencia básica entre judaismo, islam y cristianismo a partir de la temática trinitaria.
2. Precisar la relación entre Trinidad y Encarnación dentro del cristianismo.
3. ¿Por qué la Trinidad es misterio de fe y no pura especulación filosófica? Distinguir los planos.
3. Prueba de ensayo
Comentar, partiendo del tema estudiado, el Credo apostólico y el de Nicea-Constantinopla, precisando las semejanzas y
las diferencias. Reelaborar desde la visión trinitaria los conceptos básicos de la antorpología cristiana: persona y comunidad,
soledad y diálogo, libertad y responsabilidad mutua.
Encuadre
temático He querido dialogar con la cultura en sus relaciones con la idea de Dios, para así precisar
los lugares de vida donde debemos buscarle. Estudio el tema como cristiano, desde la confian-
za básica de la fe, pero no puedo tomar a Dios como presupuesto, ni condenar a quienes nie-
guen su existencia, sino estudiar los lugares donde emerge su problema en la cultura.
No presento una excursión cultural, uno de esos «viajes a lo divino» que hoy se ofrecen a tu-
ristas y curiosos, interesados por saber quién es Dios en tres sesiones de iluminación o terapia
mental. El problema es mayor: no se puede conocer a Dios en una tarde de gira iluminada. Pe-
ro dicho eso, quiero añadir que este itinerario va pasando a través de algunas de las etapas más
significativas de la búsqueda cultural de la humanidad, descubriendo que los momentos prin-
cipales de la vida humana (entendimiento, sentimiento y voluntad) son lugares de Dios.
Espero que, siguiendo el itinerarios que les ofrezco, los creyentes podrán conocer mejor las
implicaciones del misterio de Dios en quien confían y los no creyentes harán un fuerte ejercicio
intelectual de búsqueda: no hay en el mundo problema que pueda y deba estudiarse con más
pasión que éste. He llamado a Dios problema, sabiendo, le veré como Misterio: Gracia desbor-
dante, Vida gozosa.
Dificultad. Siendo, como digo, el gran Misterio, Dios está vinculado a los más grandes pro-
blemas de la vida humana: hay dificultades en torno a su conocimiento, hay cuestiones discu-
tidas en torno a su sentido. En ese aspecto le presento como problema, itinerario de cierta di-
ficultad para los no expertos en filosofía. Es tema difícil, pero no he querido presentarlo de for-
ma complicada.
D
Dios no era problema: simplemente estaba (era), en
esde hace algún tiempo (a partir del siglo el principio de la vida, como estaban otras realidades
XVIII) se suele hablar de teodicea, que signifi- primordiales: cielo y tierra, nacimiento y muerte. Se
ca «defensa o justificación de Dios». En otro tiempo, hallaba Dios en la base de todo y en él encontraban
Guía de lectura
La modernidad ha buscado y encontrado a Dios por tres caminos principales:
- Idea: Dios es el pensamiento fundante que nos permite conocer el orden de las cosas.
- Sentimiento: Dios es vivencia interior, al más hondo sentido originario, amor completo.
- Acción: Dios es Creador y nos hace creadores, a nivel externo (trabajo) e interno (vida per-
sonal).
Así ha pensado el hombre de Occidente, situando el problema de Dios en la línea de las tres
facultades del alma (memoria, entendimiento y voluntad: aquí ponemos el sentimiento en el lu-
gar de la memoria). Pero la posmodernidad ha puesto en crisis esos caminos: Dios no es algo
que pensamos, sentimos, actuamos, se ha vuelto un gran problema.
Hay en teología un tratado clásico titulado De Dios porque podemos pensar y lo hacemos con preci-
Locis Theologicis, es decir, Sobre los lugares donde sión; Dios es, según eso, el pensamiento originario,
Dios se manfiesta. Normalmente, esos lugares eran Aquel que garantiza y sanciona el valor y verdad (la
Escritura y Tradición, razón humana y experiencia claridad y distinción) de nuestros pensamientos.
sacral de los creyentes, ritos sagrados y vida de los
santos etc. Pues bien, avanzando en esa línea, que-
remos evocar los lugares fundamentales de mani- Dios, itinerario central de la vida. A veces le hemos
festación de Dios, allí donde la vida se presenta más puesto al margen de la vida, allí donde no pueden resol-
intensa y fuerte, misteriosa y creadora, a nivel de verse ya de forma humana (racional, técnica, inmediata)
pensamiento, sentimiento y acción. Destacamos de los problemas que más nos interesan: salud, tranquilidad,
un modo especial el nivel de la acción. El itinerario dinero, etc. Ciertamente, Dios se encuentra también en ese
de Dios se vuelve camino a través del campo de nivel, pero queremos encontrarle sobre todo en el centro de
nuestra realidad humana. la vida humana. Por eso iniciamos este itinerario de pro-
blemas recorriendo los campos y caminos más hermosos e
importantes de la vida (el alma) humana: su pensamiento,
a) El Dios del pensamiento sentimiento y obra.
Por u n lado sabemos que Dios se halla ligado a nidad). Pero, al mismo tiempo, parece vinculado a
la cultura de Occidente (y del conjunto de la huma- la naturaleza humana, entendida en su sentido espi-
ritual. Pues bien, dando un paso más, podemos
añadir que él se sitúa en u n plano de sobrenaturale-
za (y también de sobrecultura): desborda aquello
* Al afirmar que Dios es Gracia podemos evocar la filosofía que los humanos son en su raíz (naturaleza) y aque-
neoplatónica (= Dios como el Bien que se expande y difunde por llo que realizan con su pensamiento y con sus obras
su propia esencia). Pero en un sentido radical, la gracia de Dios
sólo se puede expresar en línea religiosa y de un modo fuerte (cultura). De estas dimensiones trataremos en las
por el cristianismo. notas que ahora siguen.
En realidad, conforme a esta actitud, no debe- ' Cf. T. S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas,
mos criticar la religión ni combatirla, pues se en- FCE, México 1971.
* *
1. Ejercicio de autocomprobación
Completar las palabras que faltan. Solución en casilla siguiente.
1. La idea que tenemos de Dios demuestra su existencia según... 1. San Anselmo y Descartes
2. Interpreta la idea de Dios como ideal... 2. Kant
3. Según Feuerbach, Dios es una... del pensamiento humano. 3. Proyección
4. Schleiermacher define la religión como... dependencia. 4. Sentimiento de absoluta
5. La dependencia respecto a Dios permite que seamos... 5. Independientes
6. Kant dice: «sólo es totalmente buena una...» 6. Buena voluntad
7. El principio que regula la acción humana según Kant se llama... 7. Imperativo categórico
8. Según Kant, la existencia de Dios está... por la acción humana. 8. Postulada
9. Según Kant, tras la muerte Dios ha de ofrecer a los humanos... 9. Felicidad
10. Los estadios de la historia según A. Comte son los... 10. Mítico, filosófico y científico
11. El evangelio es palabra... 11. Narrativa, creadora...
12. El Dios del Evangelio empieza siendo... 12. Padre de Jesús
2. Prueba de síntesis
Para Kant, la existencia de Dios está ligada a la forma de actuación de los humanos. El Vaticano II (en el documento GS,
Gaudium et Spes, «Sobre la Iglesia en el mundo actual») ha querido destacar la relación entre fe en Dios y plenitud del hom-
bre, en clave individual y social. Desde ese fondo:
1. ¿En qué sentido decimos que Dios es principio y fuente de dignidad para el ser humano? ( G S 12-14).
2. ¿Qué aporta Dios a la conciencia moral de los hombres? (GS 16).
3. ¿Cómo podemos decir que Dios es principio de libertad para los humanos? (GS 17).
Encuadre
orientativo De los lugares (entendimiento, sentimiento, voluntad) pasamos a la experiencia. No se pue-
de hablar de Dios en abstracto, sino en la medida en que nos relacionamos con él: nos hace-
mos personas y podemos vivir de un modo humano mientras avanzamos de manera tanteante.
Pues bien, la relación con Dios es un momento significativo de ese tanteo experiencial.
Quizá en otro tiempo estuvimos dominados por un tipo de religión dogmática, muy segura de
sus formulaciones sobre Dios, muy parecida a un sistema de conocimientos y normas morales.
Pues bien, desde la misma raíz del cristianismo y a partir de la búsqueda moderna (posmoder-
na), se vuelve necesario situar a Dios en el itinerario de la experiencia fundante del humano.
Como maestro y amigo de experiencia evocamos a Jesús (de quien trataban los temas 4.° y
5.° de este libro). Pero, al mismo tiempo, queremos que nuestro recorrido sirva para no cre-
yentes, personas que buscan a Dios sin la confianza de encontrarle. Éste será un itinerario an-
tropológico que iremos trazando y recorriendo con la ayuda de algunos pensadores de los últi-
mos decenios. No podremos aferrarle con las manos, pero es posible que el rostro de Dios se
(nos) ilumine mientras vamos avanzando en el trayecto.
S
omos experiencia. Muchas veces quisiéramos Ciertamente, la experiencia de Dios no es de ti-
hablar de Dios desde lo externo, sin compromi- po extático (expresada en visiones, audiciones, sen-
so personal, como si el tema de su realidad no timientos de tipo emocional...), sino que se en-
se encontrara vinculada a nuestra vida, como si su cuentra vinculada a la tarea primordial de nuestra
ser o no ser fuera solamente u n juego de teoría. Pues propia vida. No estamos definidos, ni leñemos un
bien, en contra de eso sostenemos que Dios forma camino ya trazado: debemos trazarlo, probando,
parte de nuestra experiencia original: podemos en- tanteando y aprendiendo a través tic los fracasos.
contrarle (se nos muestra y le «probamos») allí don- Pues bien, como elemento primordial tic esc lanloo
de buscamos y encontramos en forma agradecida y y prueba que nosotros mismos somos emerge lo di-
tanteante el sentido radical de nuestra vida. vino.
Guía de lectura El humano es un viviente que pregunta por su origen. Se eleva sobre su medio vital, vuelve
atrás y mira a su principio, descubriendo de esa forma el «humus» o tierra donde se encuentra
sustentado.
- Dios aparece así como aquel que implanta nuestra vida en su misma realidad y riqueza.
- Dios es aquel que envía a los humanos, ofreciéndoles la tarea de ser y realizarse como hu-
mano.
- Finalmente, el ser de Dios habita al interior de los humanos en experiencia de religación
intensa.
Las reflexiones anteriores se mantenían de ma- Continuamos de esta forma en la línea de lo que an-
nera general a nivel de arqueología (= estudio del tes hemos presentado como envío o misión (Dios
origen): presentaban al h u m a n o como árbol bien nos concede una tarea y debemos realizarla), pero
fundado sobre el «humus» de la madre tierra. Aho- destacando los aspectos personales de nuestra rela-
ra pasamos al nivel de la teleología: buscamos la me- ción con lo divino. Para plantear el tema empezare-
ta final de nuestra vida y destacamos el aspecto dia- mos diciendo que existe en nuestra misma vida u n
logal del camino de Dios. Seguimos siendo como u n desnivel entre las cosas que sabemos y queremos
árbol que h u n d e sus raíces en la madre tierra. Pero (entes, valores limitados) y aquello que en verdad
más que las raíces nos importan ya las ramas, que deseamos saber y conocer (lo Infinito del ser y el
se elevan y elevan en el cielo, siempre buscando a Bien supremo).
Dios hacia la altura.
Más que su origen (haber nacido de la tierra), al
El humano, viviente abierto. Somos una gran inteno-
h u m a n o le define su meta: tiende hacia un futuro y
gación. Nos han hecho para conocer y amar lo trascen-
trascendencia que, siendo inalcanzable, le mantie-
dente, tendiendo hacia una meta que siempre nos desbor-
ne en tensión incesante. Así lo ha destacado el pen-
da, que buscamos sin cesar y nunca hallamos por nosotros
samiento trascendental, que han desarrollado algu-
mismos. Así nos vinculamos con un Dios que nos envía y
nos teólogos alemanes, especialmente Rahner, a
nos espera (le buscamos), desbordando aquello que pode-
quien t o m a m o s como punto de partida de la expo-
mos conocer y realizar por nosotros mismos.
sición que sigue.
El mismo ser humano es apertura: como un árbol cu-
Se suele llamar trascendental la realidad que por ya rama (su tronco principal) se extiende siempre más y
abrirse a lo infinito supera los niveles concretos del expande nuevamente sus brotes hacia el Infinito, sin llegar
m u n d o (= predicamentales). Pues bien, como vi- nunca a encontrarlo. Así se distiende y expande el huma-
viente que se mantiene y realiza en camino de rea- no, sin jamás saciarse, sin hallar reposo o patria verdade-
lización infinita, el h u m a n o se define por esa aper- ra sobre el mundo. Conoce y ama los entes limitados, pero
tura trascendental. Ciertamente, conoce los seres no logran saciarle, pues en ellos busca el Ser ilimitado, en
concretos (los entes), desea y se goza en los bienes plano de conocimiento (contemplar la Realidad en sí) y de
finitos (pequeños valores y gozos del mundo). Pero amor (unirse al Absoluto).
sólo puede hacerlo porque se halla abierto al Ser de
lo infinito, en conocimiento y voluntad.
- Conocemos y queremos, por un lado, cosas bien
E n esta perspectiva, llegando hasta el fondo del concretas: todo lo que existe sobre el mundo, en clave
esquema trascendental, hemos querido destacar la de producción y consumo, de afecto personal y rela-
novedad del diálogo sagrado. Dios irá mostrándose ciones sociales. En este nivel de realidades «predica-
como alguien que (si existe) se desvela al llamarnos mentales» (limitadas) nos movemos sin cesar sobre la
y acogernos, al abrir nuestro deseo y respondernos. tierra.
b) Dios, la respuesta
Potencia dialogal. El ser humano se halla abierto al in-
Rahner definía al humano como oyente de la pala- finito porque el mismo Dios le abre y llama con su gracia:
bra: ser internamente preparado para escuchar la voz es pregunta veradera porque Dios mismo la alienta con su
de una posible revelación de Dios. El humano puede gracia. Rahner había definido al ser humano como poten-
buscar a Dios, pero es incapaz de encontrarle por sí cia obediencial, capacidad de escucha del misterio Dando
mismo. Puede acogerle cuando viene, pero es incapaz un paso más, pienso que somos potencia dialogal: más que
de resolver su misterio con razones. Nos hallamos simple búsqueda o escucha, somos una fuerte capacidad
otra vez en el centro de la paradoja religiosa: en el lu- de diálogo con el misterio y con los otros seies humanos.
gar donde se cruzan naturaleza (potencial de trascen- En esa perspectiva iremos avanzando en lo que sigue, de-
dencia) y gracia de Dios (amor que recoge nuestra finiendo a Dios en claves de comunicación y nicuenlio
trascendencia, voz que responde a nuestras llamadas). (como vimos al tratar de la Trinidad tema 6.")
Guía de lectura
En un determinado plano debemos afirmar que Dios es lo que somos: verdad original de
nuestra vida. Por eso, descubrirle implica descubrirnos, porque estando fuera él está dentro de
nosotros.
- Historia. Dios parece brotar de nuestra entraña, como potencial de vida al interior de
nuestra vida. Pero, a la vez, sabemos que él nos sobrepasa: es más que aquello que nosotros so-
mos; su voz es como siembra, Palabra nueva y creadora que nos sobreviene y enriquece desde
arriba (desde fuera).
- Revelación. Ciertamente, Dios se encuentra ligado a nuestra historia: es meta y sentido del
camino que nosotros realizamos, a nivel de conocimiento y amor. Pero, en otra perspectiva, Él
desborda aquello que nosotros podemos realizar, revelándose a partir de sí mismo.
La experiencia religiosa sabe que el Reino se en- encuentra, según eso, al interior de nuestra vida y la
cuentra dentro de nosotros (cf. Le 17,21). Por eso, el marcha religiosa puede definirse como de «mayéutica»
camino de Dios es ruta de interioridad. Pero las re- o alumbramiento: damos a luz aquello que tenemos (so-
flexiones anteriores han mostrado que esa interiori- mos) dentro de nosotros mismos.
dad ha de entenderse de manera dialogal: para ha- - El modelo de revelación destaca la ruptura: Dios
llarse verdaderamente dentro de nosotros, respon- se encuentra por encima de aquello que podemos des-
diendo a la pregunta que le hacemos, Dios ha de cubrir en nuestra vida interna, a lo largo de la historia;
por eso, su Palabra es voz que sobreviene desde fuera,
encontrarse también fuera, como amor que nos en- semilla que fecunda y enriquece nuestra vida. Dios no
riquece, palabra que nos interpela. Así lo indicare- está porque nosotros le busquemos y podamos cono-
mos, empleando el esquema anterior, pero en clave cerle, sino porque él mismo es amor y porque quiere
de historia y revelación positiva de Dios: en amor revelarnos su misterio.
- El modelo de historia destaca el camino de búsque-
da humana, la inmanencia, definiendo a Dios como Vi- 2
Nuestra pregunta por Dios resulta insuficiente, a no ser
da al interior de nuestra vida, Aquel cuya figura vamos que el mismo Dios quiera responderla. Somos trascendencia
descubriendo y modelando a medida que avanzamos en porque existe el Trascendente (Dios); buscamos lo infinito por-
nuestra racionalidad (nuestro conocer y amar). Dios se que nos busca el Infinito.
3
Cf. A. Torres Queiruga, La revelación de Dios en la realiza- Dios mismo late desde siempre, al interior tío los
ción del hombre, Cristiandad, Madrid 1987, 117-160. humanos, pero es un Dios que late (¡bello diiiniicii
2. Prueba de síntesis
a) Relacionar las notas de implantación-misión-religación con la mayéutica teológica, señalando diferencias y posibles
coincidencias.
b) Comparar el modelo de apertura trascendente (Rahner) con el despliegue de la historia bíblica, estudiado en el tema
2. s de este libro.
c) Elaborar una visión de conjunto de la experiencia de Dios, precisando a partir de ella los rasgos fundamentales del Dios
de la Biblia.
3. Prueba de ensayo
Comentar y recrear el texto siguiente de X. Zubiri, en plano filosófico y religioso, destacando de un modo especial los te-
mas y frases en cursiva. Elaborar después la propia visión de la apertura del ser humano a Dios:
«Por esto mismo el problema de Dios no es tampoco formalmente un problema del más allá. Ésta es otra cuestión. No se
trata de esto sino al revés: es que la voluntad de verdad real y el problema de Dios inscrito en ella son una dimensión que cons-
tituye la posibilidad de mi existencia misma en la realidad, para poder soportar el estar en este mundo
El problema de Dios es un problema que afecta radical y formalmente a la constitución de la persona humana y, por con-
siguiente, no es un problema que formalmente concierne al más allá. El problema de Dios, repito, concierne precisamente y
ante todo a la realidad misma de este mundo y a nuestra realidad personal en él. Por consiguiente, el problema de Dios no es
la investigación de algo que está fuera del mundo sino de algo que está precisamente en la realidad que nos circunda, en la
realidad personal mía. A este algo estamos problemática pero inexorablemente lanzados todos para poder optar a la figura absoluta de
nuestro ser» (El hombre y Dios, Alianza, Madrid 1984, 110-111).
Encuadre
orientativo Podríamos haber culminado nuestro itinerario en una etapa final de mística de inmersión
en lo divino: el problema de Dios y su experiencia se resolvería en la identificación con Dios.
Pero ello iría en contra del itinerario anterior. El fin del ser humano no es hacerse Dios, sino
hacerse humano verdadero, en comunión de encuentro personal con lo divino; por eso habla-
mos de Presecia.
En la Presencia de Dios culmina nuestro itinerario (y este libro), reasumiendo todos los te-
mas anteriores: la visión de Yahvé (El que es, está presente), las tradiciones de la Biblia Israeli-
ta (éxodo y alianza eran formas de presencia de Dios), con encarnación y la Trinidad cristiana.
Dios es presencia y comunicación, diálogo de personas. Así lo mostraremos en este tema,
que puede resultar difícil para los no iniciados. Quienes así lo sientan, déjenlo por ahora, pa-
sen a la conclusión.
Nos hemos referido al tema al hablar de re-vela- sí (esencia infinita), quiere darse, regalándonos su
ción: Dios quita el velo que parecía cubrirle y se gracia. Una presencia impuesta no sería presencia;
muestra, tal cual es, en desnudez de a m o r y vida, en u n a desnudez forzada es destructora.
potencia creadora. De esa forma, presencia y esen-
cia de Dios se identifican, sin confundirse. Dios no 1. Dios, infinitud radical. Han desarrollado este
está obligado a revelarse (presentarse); no nos mira aspecto de Dios los autores de la escuela del Beato
y ama de m a n e r a necesaria (por obligación), sino Duns Escoto (1265-1308). Ellos conciben la entidad
por gracia. Dios actúa y nos ofrece su mirada (des- o realidad del m u n d o como limitación: los entes
cubre su presencia y hermosura) porque, siendo en son finitos, no sólo porque tengan un límite exte-
1
Asi preguntaba Leihniz (1646-1716) t poi qué exislen los
Dios es Ipsum Esse, Ser en Sí, Existencia plena. entes en vez de que haya solo pina nada' Existen porque hay
Por eso decimos que es más que In-finitud (en sen- Dios, que no es un ente más (aunque supiemo), sino el Sci ori-
tido negativo), más que unión de opuestos. Existe ginario, más allá de toda esencia La Uadiuón escolástica,
representada por Tomas ele Aquino (1221-1274) no luí loma tío a
por sí mismo y así, por desbordamiento, pura gra- Dios como un ente, no le ha situado enlie las ollas lealuladrs
cia, suscita todo lo que existe'. Entre el Ser que es existentes (como terceía esencia, al laclo del mundo y del alma),
Dios y los entes del mundo (de la historia) hay por sino que le concibe como Existencia oiiginal, Sel de dulas las
tanto una ruptura radical, un desnivel que llama- restantes realidades
Guía de lectura
La Presencia gratuita de Dios se llama re-velación. De ella hemos hablado ya de diferentes
formas. Ahora la estudiamos distinguiendo, con la tradición, sus modos principales:
- Está presente por esencia: con su propio ser sustenta y suscita lo que existe.
- Está presente por conocimiento: con su verdad (aletheia, emuna) crea y sustenta cada cosa.
- Está presente, en fín, como potencia, como fuerza o energía creadora de la vida universal.
Revelación es donación personal: Ser que existe nidad) y desde esa donación interna se revela de
haciéndose Presente, manifestándose a sí mismo. m o d o personal, en proceso de patencia y oculta-
No dice cosas, no cuenta historias, se dice a sí mis- miento.
mo, despliega su historia de a m o r trinitario, ha- - Patencia: Alumbra Dios y las cosas son, se vuelven
ciéndose comunicación de vida entre los h u m a - claras.
nos. Dios existe en sí, como Absoluto, en donación - Ocultamiento: Ilumina con su rostro lo que existe
comunitaria (dando y compartiendo su ser, en Tri- siendo en sí tiniebla.
MÁS ALLÁ DE LOS PODERES NATURALES En esta perspectiva, el ser humano es capaz de
realizarse en un camino de creatividad histórica;
Para los creyentes de las religiones de la interioridadpor su parte, Dios actúa potenciando creadoramen-
aquellos poderes son negativos. Por eso, la experiencia re- te a los humanos. Acción de Dios y acción humana
ligiosa nos lleva a superarlos. vienen a implicarse de una forma intensa y miste-
- Sometido externamente al mundo, el humano lleva riosa, tal como lo muestran de manera convergen-
dentro de sí mismo un Poder de libertad más alto. La tes las grandes religiones proféticas (judaismo, is-
religión es el cultivo interior y consecuente de ese Po- lam), que a nuestro juicio han venido a culminar en
der. el cristianismo.
- Dios es Poder de libertad interna. Ofrece diversos ros-
tros, y nombres diferentes, pero es siempre plenitud de La Presencia de Dios se vuelve fuente de comuni-
realidad y vida «espiritual» para los humanos. cación gratuita. Ésta es la mística cristiana, ésta la
sorpresa del misterio: que los seres existen al co-
municarse unos a otros; que la vida sea donación y
gratuidad, presencia mutua, resurrección comparti-
da en el Cristo. Así, al final de nuestro itinerario
Más allá de los poderes de este mundo, que aca- descubrimos que Dios estaba aquí desde el princi-
ban encerrando al humano en su rueda de fortuna pio, como Presencia dialogal, como amigo que co-
ciega, está el poder de libertad interna (o libertad labora con nosotros.
A lo largo de nuestro itinerario hemos buscado a que no puede sumarse en plano de igualdad o coo-
Dios. Ahora descubrimos que hemos estado colabo- peración con ninguna de las otras causas (llamadas
rando con Él. Estaba aquí, en nosotros, con noso- segundas), que sólo se mueven y actúan si la causa
tros. Su presencia era y sigue presencia comunica- primera les impulsa y mueve de m a n e r a trascen-
tiva, de acción compartida. Así lo veremos reasu- dente. Sólo Dios existe y actúa por sí mismo: por
miendo uno de los temas clásicos de la teología. eso ha de ofrecer existencia y movimiento (autono-
mía) a cada uno de los entes que ha creado sin po-
nerse nunca a su nivel, manteniendo sin cesar su
Frente a frente. Si ponemos de relieve la actuación de trascendencia. Pues bien, sobre ese fondo viene a
Dios parece que el humano ya no puede comportarse li- plantearse luego un gran problema: ¿cómo actúan
bremente, de manera que termina siendo un tipo de má- libremente los humanos? Hemos buscado afanosa-
quina o juguete en manos del poder divino. Por el contra- mente a Dios y ahora, al encontrarle, nos parece
rio, si destacamos la actividad libre del humano, parece mejor que no lo hubiéramos hecho, pues Dios lo
que no queda ya lugar para ninguna actividad de Dios en ocupa todo, no nos deja actuar como personas:
nuestra historia.
- Dios lo mueve todo desde arriba. Por eso decimos
que su acción tiene carácter especial, de precedencia:
Dios premueve. Su premoción no se limita a sostener a
Sabemos que Dios «lo hace todo», pues es crea- los agentes, de manera que ellos sean después los que
dor. Pero también sabemos que los h u m a n o s actua- decidan en un sentido u otro (de manera libre). Dios
mos con él, colaboramos en su obra creadora. ¿Có- premueve a los mismos agentes (especialmente a los hu-
m o explicarlo? Éste es bello problema que pusieran manos) de manera que les traza desde arriba su cami-
de relieve y plantearon con finura los grandes pen- no y en el mismo camino les sostiene y mueve. De esa
sadores católicos (cristianos) del siglo XVI en la fa- forma conoce lo que harán o lo que hacen los humanos,
mosa controversia «de auxiliis» cuyos representan- mirando hacia su propia fuerza divina, creadora, por-
que él mismo les «mueve», haciéndolos obrar. Queda
tes principales eran Báñez y Molina. Báñez defen- de esta forma clara la actuación de Dios, como existen-
día la premoción, Molina el concurso, como ahora cia en sí y potencia de todas las potencias. Pero es difí-
mostraremos. cil comprender la libertad del humano.
- El humano actúa libremente, si miramos las cosas
a nivel de mundo, en su propia condición de crcaturu:
a) Actividad de Dios. Premoción en ese plano puede decidir y decidirse, escogiendo en
el camino de la vida aquellos medios que juzga más va-
Domingo Báñez (1528-1604) y los seguidores de liosos y oportunos para realiza de esa manera MI pro-
su escuela, sobre todo dominicos, destacaban la ac- pia acción humana. Pero lo que él mueve en un nivel
ción de Dios a quien tomaban como causa primera creado lo premueve Dios en su nivel de trascendencia,
* * -k
1. Ejercicio de autocomprobación
Completa lo que faltan. Solución en casilla siguiente.
Prueba de síntesis
a) Dios es infinitud radical y aseidad. Busca otras notas que tenga, justifícalas.
b) La verdad es aletheia, emuna y veritas. Busca y justifica otras palabras relacionada con él (cf. omnisciencia, providen-
cia, etc.).
c) He destacado la acción de Dios en línea de premoción y el concurso. Encuentra y justifica otras notas de la acción de
Dios, en plano filosófico y religiosa (cf. es acción salvadora, misericordiosa, etc.).
Encuadre
orientativo Este libro consta de nueve itinerarios y de una conclusión. Hemos trazado los itinerarios.
Queda la conclusión, que puede resultar reiterativa para aquellos que han ido pensando bien
en el camino. Por eso será breve y podrá leerse o estudiarse de un modo más rápido. Tiene dos
partes.
- Fin del siglo XX. Ha crecido el desencanto. ¿Abandonamos el itinerario de Dios?
- Principio de milenio. Queremos ofrecer una teología de la comunicación, que nos abra a
la esperanza del gran itinerario y presencia de Dios en la vida humana.
sastres que se avecinan. Otros piensan que debemos - Presencia implica distinción: para que Dios se mani-
aprender a dialogar. Quizá ambas cosas significan fieste, el humano ha de existir como distinto de Dios, de
lo mismo. Paradójicamente, nosotros, posmoder- manera que pueda recibirle o rechazarle.
nos de Occidente, seguimos situados ante el proble- - Presencia implica alianza: Dios se expresa en todo el
m a con que terminaba el 9.° itinerario: ¿cómo dia- mundo, pero sólo puede hacerse de verdad presente si al-
logar con Dios, colaborar unos con otros? guien le recibe en libertad de diálogo amoroso.
No es u n problema para resolver, sino u n miste-
rio para habitar en su interior de forma creadora. Al
final de los itinerarios nos hallamos donde estába- He dicho que Dios es comunión de amor, Pre-
mos al principio, quizá más enriquecidos de expe- sencia mutua de personas que se entregan y com-
riencias, pero igualmente llenos de preguntas: de- parten la existencia. Le he presentado como Hxis-
E n los últimos decenios ha cambiado poderosa- nuevo, subiendo con Moisés a la Montaña de la Zar-
mente nuestra conciencia cultural. Hemos pasado, za de Yahvé (tema 1.°), caminando con los patriar-
con mucha rapidez, casi sin advertirlo, de una si- cas a la nueva tierra (tema 2.°), etc.
tuación pre-moderna, marcada por un fuerte pre-
Este contrapunto de desierto, que evocaremos,
dominio cristiano, al m u n d o posmoderno, sin pre- de manera casi telegráfica, servirá para entender
sencia social de la Iglesia, sin razones metafísicas. mejor todo lo anterior y situar los itinerarios de la
Es como si Dios hubiera perdido su base racional, la búsqueda y presencia de Dios en el trasfondo de
h u m a n a 1 . Es como si tuviéramos que empezar de nuestro tiempo. El título (ha crecido el desierto) evo-
ca la falta de caminos. Pero el saber que está en de-
sierto es también anuncio de esperanza.
' Aludimos de un modo especial a la situación hispana:
parece que hemos «avanzado» siglos en unos pocos decenios,
pasando de la edad media a la posmodernidad, sin haber reco-
rrido los estadios y momentos intermedios (en plano filosófico, a) La ruptura
económico, político, religioso, etc.). En los años 50 y 60, antes
del Concilio Vaticano II, dentro del franquismo, parecíamos Hemos dejado un mundo anterior, hemos abando-
morar en un castillo medieval de nacional-catolicismo, domi- nado viejos y largos caminos. Posiblemente hallare-
nado por un pacto entre el estado y ciertas formas de cristian-
dad sociológica. Pasados sólo unos decenios, aquello se ha olvi- mos nuevos caminos. Pero mientras tanto es bueno
dado y queremos ser los más occidentales de los occidentales, que nos situemos. Éstos son, de un modo quizá exa-
totalmente modernos. gerado, algunos momentos clave de nuestra ruptura.
He venido ofreciendo en cada itinerario algunos libros PIKAZA, X., Dios judío, Dios cristiano, Verbo Divino, Este-
que pueden ayudar a conocer mejor el tema. Ahora, a lia 1996. [Un exegeta, filósofo de las religiones, anali-
modo de conclusión, me atrevo a presentar diez libros sig- za algunos textos bíblicos fundamentales sobre Dios,
nificativos sobre el tema, todos en lengua castellana: distinguiendo y comparando la perspectiva judía y
cristiana desde el fondo común de la experiencia israe-
DÍAZ, C , Preguntarse por Dios es razonable. Ensayo de Teo- lita; sirve para reasumir la tradición bíblica].
dicea, Encuentro, Madrid 1989 [Libro para iluminar el
compromiso racional de la fe en Dios: un filósofo dialo- PIKAZA, X. Y SILANES, N. (eds.), El Dios cristiano. Dicciona-
ga con la crítica religiosa y teológica de la modernidad rio teológico, Est. Trinitarios, Salamanca 1992. [Enci-
y responde con argumentos clásicos y nuevos de la tra- clopedia sobre Dios, escrita por más de setenta autores,
dición cristiana]. la mayoría españoles; recoge los temas básicos de la
búsqueda de Dios y de la revelación del Dios cristiano,
JÜNGEL, E., Dios, misterio del mundo, Sigúeme, Salaman- en clave cristológica y trinitaria. La obra más comple-
ca 1985. [Testimonio básico de la moderna teología ta sobre el tema; sirve sobre todo como libro de con-
protestante; destaca la paradoja de Dios o, quizá sulta].
mejor, su más intensa tensión: justicia y gracia, aleja-
miento y cercanía, vida total y muerte en Cristo. De SCHLOSSER, J., El Dios de Jesús. Estudio exegético, Sigúe-
difícil lectura, de gran impacto creyente]. me, Salamanca 1995. [Analiza, a partir de los textos
básicos de la tradición evangélica, la singularidad del
KÜNG, H., ¿Existe Dios?, Cristiandad, Madrid 1979. [Libro Dios de Jesús. Destaca la visión de Dios como Padre,
que ilumina el camino filosófico: un teólogo dialoga pero se fija de un modo especial en su carácter para-
con los grandes pensadores de la filosofía europea, dójico, en dimensión de gracia].
desde Pascal y Descartes hasta Whitehead y Horkhei-
mer. La modernidad ha sido una pregunta por Dios, TORRES QUEIRUGA., A., Creo en Dios Padre. El Dios de Jesús
que Küng resitúa a nivel de confianza fundante de la como afirmación plena del hombre, Sal Terrae, Sala-
vida]. manca 1986. [Un filósofo y creyente reinterpreta la
figura de Dios tras la gran crisis de la ilustración; fren-
LÉVINAS, E., Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exteriori- te al Dios de negación y destrucción, dador de dolores,
dad, Sigúeme, Salamanca 1977. [El filósofo judío quizá eleva la figura un Dios de libertad, que crea en amor a
más significativo de los últimos decenios interpreta al los humanos, asumiendo por ellos y con ellos el riesgo
Dios de la filosofía europea como ídolo, signo de Tota- de la finitud].
lidad destructora; sólo es verdadero Dios el Infinito que
asume la causa de pobres y expulsados del sistema]. ZUBIRI, X., El hombre y Dios, Alianza, Madrid 1984. [La
obra de reflexión filosófica más significativa de los
MARTÍN VELASCO, J., El encuentro con Dios, Cristiandad, últimos decenios, escrita en lengua castellana. Exige
Madrid 1976 (= Caparros, Madrid 1995). [Un filósofo e un gran esfuerzo intelectual, pero está pensada en
historiador de la cultura analiza la visión de Dios en las clave de compromiso antropológico: Dios aparece
diversas religiones, para destacar el carácter personal como principio y fuerza impulsora de un intenso iti-
del Dios cristiano; nos ayuda a ensanchar la perspecti- nerario antropológico, evocado en el tema 8.° de este
va y buscar a Dios con toda la humanidad]. libro].