Fístula
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Información
Las fístulas se pueden dar en muchas partes del cuerpo y algunas de ellas son:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002365.htm
Introducción
Las fístulas biliares internas son complicaciones poco frecuentes de las enfermedades biliares
siendo su etiología fundamental la litiasis biliar. Mucho menos frecuentes son las fístulas
biliares secundarias a patología ulcerosa duodenal. Presentamos un caso clínico de fístula
coledocoduodenal en el contexto de una enfermedad ulcerosa duodenal de larga evolución.
Caso clínico
Se trata de un varón de 47 años de edad con historia de ulcus duodenal de 10 años de
evolución presentando clínica ulcerosa intermitente rebelde a tratamiento médico y pirosis
importante sin disfagia. 5 meses antes de su ingreso presenta un episodio de ictericia, coluria y
acolia que se resolvió espontáneamente y por el que no acudió a su médico. En estudio por su
proceso ulceroso se le realiza un Transito baritado esofago-gastro-duodenal observándose un
ulcus duodenal y una fístula coledocoduodenal que rellenaba la vía biliar, hallazgo por el cual
nos es remitido el paciente. Se realiza Endoscopia que observa un importante reflujo
gastroesofágico con esófago de Barret; gastritis crónica y ulcus duodenal con deformidad
postulcerosa. La ecografía abdominal no revela hallazgos significativos. En la C.P.R.E. se
objetiva el orificio fistuloso suprapapilar y se procede a sección papilar completa y unión del
puente mucoso; estando el resto de la vía biliar normal sin evidencia de litiasis. El paciente es
intervenido realizándose vagotomía troncular y piloroplastia tipo Heinecke-Mickulicz,
funduplicatura 360º tipo Nissen con cierre de pilares diafragmáticos y colecistectomía
profiláctica. El paciente evoluciona sin complicaciones estando asintomático a los seis meses
de la cirugía; en este momento se realiza un nuevo transito baritado comprobándose
desaparición de ulcus y ausencia de relleno de la vía biliar, lo que se interpreta como curación
de la fístula.
Figura 1.
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Comentarios
Las fístulas biliares internas son complicaciones poco frecuentes de las enfermedades biliares.
Su etiología fundamental es la litiasis(1,6,7) y en concreto suelen aparecer como complicaciones
de una colecistitis aguda(3), otras etiologias menos frecuentes de las fístulas biliares internas
son el traumatismo, los tumores, la enteritis regional y la ulcera péptica(3) y como yatrogenia al
realizar una falsa vía durante la papilotomía(3,5) o postquirúrgica(11,13).
Las fístulas más comunes son las colecistoduodenales; la siguen en orden de frecuencia las
fístulas colecistocólicas, coledocoduodenales y colecistogástricas(3).
La fístula coledocoduodenal es pues, poco frecuente, suponiendo un 5% de todas las fístulas
biliares internas(6,10).
La principal etiología de la fístula coledocoduodenal es la úlcera péptica en un 80% de los
casos(7), pero hay que destacar que solo muy raramente en el contexto de la enfermedad
ulcerosa se producen fístulas biliares; la vía biliar principal cruza la primera y segunda porción
duodenal por su pared posterior pero rodeada de tejido pancreático que la aísla de posibles
complicaciones. Sin embargo la mayoría de las fístulas secundarias a enfermedad ulcerosa son
comunicaciones coledocoduodenales(7).
No existe una clínica específica que indique la existencia de fístula coledocoduodenal; el
paciente refiere sintomatología superponible a la de su enfermedad ulcerosa. Algunos
autores(2,6) postulan una mejoría en la sintomatología ulcerosa del paciente debido a la
alcalinización del fluido que baña la úlcera. Los signos y síntomas atribuidos a la fístula como la
ictericia (por reacción inflamatoria alrededor del nicho ulceroso que engloba la vía biliar)como
sucedió en nuestro caso o la colangitis son raros, ocurriendo en menos del 10% de los casos(2),
siendo más frecuentes estas complicaciones en la fístula secundaria a litiasis.
El diagnóstico suele establecerse por la existencia de aerobilia en la radiografía simple de
abdomen o como hallazgo casual durante la realización de un tránsito esofago-gastro-duodenal
con Bario que demuestre el trayecto fistuloso. Es necesario la realización de una Endoscopia
digestiva alta para comprobar la existencia de un nicho ulceroso, siendo la demostración de un
orificio descargando bilis el signo más importante.
Figura 2.
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http://www.cirugest.com/htm/revista/1998-05-10/1998-05-10.htm
doi: 10.4321/S1130-01082007000900015
CARTAS AL DIRECTOR
Sr. Director:
Bibliografía
http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1130-01082007000900015&script=sci_arttext
REVISTA DE GASTROENTEROLOGÍA
RESUMEN
SUMMARY
36 internal choledocoduodenal fistulaes were found. 19 (52.7%) were distal or periampular and
13 (36.1%) were proximal 21(58.3%) were associated with choledocolithiasis and 7 (19,44%)
with duodenal diverticula.
Appearance of papilla was normal in 12 (33.3%) and abnormal in 9 (25%). Air in biliary tract
was present at the begining of the procedure in 9 patients (25%). Association with gender was
1:1.4 being a little more frequent in females.
INTRODUCCION
Las fístulas bilioentéricas internas coledocoduodenales espontáneas constituyen un hallazgo
ocasional durante la colangiografía retrógrada endoscópica (CPRE) (6, 8, 10). Se han
clasificado de acuerdo con su relación con la papila, según Ikeda y Okada (1975), en tipo I,
para las ubicadas sobre la papila y tipo II si se ubican inmediatamente sobre su borde papilar o
proximalmente a él (4). Según Sheu y Shin (1996), en distales o peripapilares, cuando el orificio
fistuloso aparece sobre la papila o dentro de 2 cm en torno a ella, y proximales, cuando el
orificio fistuloso se halla por encima de esa área (13). En un comienzo y antes del advenimiento
de la colangiografía retrógrada endoscópica, su etiología se relacionaba con la úlcera duodenal
(1-3, 11); sin embargo, esta asociación no explica claramente la ubicación anatómica clásica
tanto de la úlcera como de los tipos de fístulas hallados (6-7, 10-11). Más adelante, con base
en estudios de revisión en diferentes poblaciones con variadas prevalencias de enfermedad
litiásica, se han identificado otros factores asociados que pueden explicar más certeramente su
causalidad. (6, 8, 10, 12-13, 17). Hoy se acepta para las fístulas espontáneas una clara relación
causal con la colelitiasis y específicamente con la coledocolitiasis en las zonas de mayor
prevalencia (6, 10, 13); al igual que con la manipulación quirúrgica del área vateriana, ya sea
abierta o endoscópica, para las secundarias (8, 10, 12, 15-17). Sin embargo, ningún estudio
previo las relaciona con la presencia de divertículos duodenales como sí fue evidente en
nuestro hospital.
MATERIALES Y METODOS
Se revisaron los reportes de CPRE realizadas en el Hospital San Ignacio de Santafé de Bogotá
entre el 1° de enero de 1992 y el 31 de diciembre de 1996, sin importar la indicación que
motivó al estudio. Se excluyeron todos los casos de fístulas bilioentéricas externas e internas
que habían aparecido posteriormente a una intervención quirúrgica. Se utilizó la clasificación
propuesta por Sheu y Shin mencionada anteriormente (12).
Con base en los registros de CPRE, se determinó la asociación entre la fístula bilioentérica y la
presencia de litiasis, colangitis, divertículo duodenal, neumobilia, forma de la papila y el calibre
de la vía biliar; al igual que la técnica de abordaje de la vía biliar para la colangiografía y los
procedimientos endoscópicos terapéuticos realizados.
RESULTADOS
La prevalencia fue mayor entre las mujeres y aumentó proporcionalmente con la edad, siendo
más frecuente en las mayores de 60 años, para una relación hombre mujer de 1:1,4 (cuadro 2,
gráfico 1).
El tipo de fístula más frecuente fue la distal con 19 casos (52,7%), seguida de la proximal con
13 (36,1%).
LITIASIS NUMERO %
COLEDOCOLITIASIS 21 58.3
COLELITIASIS 0 0
SIN LITIASIS 7 19.4
NO REFERIDA 8 22.2
TOTAL 36 100
DISCUSION
La distribución por sexo y edad hallada fue básicamente la misma que la de otras latitudes; con
44% de los casos en mayores de 60 años y con una relación 1: 1,4 hombre mujer, (1, 5-6, 9,
14, 17).
El tipo de fístula encontrado con mayor frecuencia fue la distal o peripapilar (52,7%), mientras
que para Sheu y col. fue 88,8%.
En nuestra revisión, también se presentaron tres casos con fístulas múltiples: dos de ellos con
2 orificios en la papila y el tercero con dos orificios en la papila y uno proximal a ella.
La coledocolitiasis fue un hallazgo común (58,3%), lo cual está de acuerdo con las cifras
reportadas en la literatura: 31% para Tanaka y col. (6); 61,5% para Sheu y col. (12), y 64,2%
para Díaz y col. en Argentina. Esta alta asociación con la litiasis de la vía biliar es la que más
contundentemente permite asumir su origen como secundario a un proceso necroinflamatorio
producido por los efectos mecánicos combinados de propulsión e hiperpresión, sobre una
estructura diseñada para mantener un tono permanentemente elevado como lo es la papila y
un conducto que no ha evolucionado con la cualidad de ser un continente, lo que en últimas
conduce a inflamación, obstrucción del flujo microvascular, isquemia y necrosis que luego, por
contigüidad, se conviene en un evento transmural necrótico que permite la patencia de la
comunicación anormal entre los dos conductos, tal como lo describiera magistralmente Glen en
1957 (1).
La dilatación de la vía biliar fue similar a la presencia de coledocolitiasis: 55,5% vs. 58,3%,
respectivamente. La estenosis distal al orificio fistuloso proximal, sólo se documentó en 4 casos
(11,1%); y tenía un tamaño normal en 6 (16,6%).
TRATAMIENTO
Tan sólo en dos pacientes con orificio fistuloso infundibular se practicó papilotomía como
medida terapéutica. Dado que la mayoría de nuestros pacientes fueron admitidos solamente
para el estudio endoscópico y luego regresaban a sus centros de tratamiento, no tenemos
información acerca de los procedimientos terapéuticos implementados ni de su seguimiento.
Teniendo en cuenta que las fístulas bilioentéricas implican una pérdida de la competencia de la
papila como barrera protectora de la esterilidad de la vía biliar, cursan con episodios
recurrentes de colangitis. Según Sheu y Shin, en 12 individuos que no aceptaron ningún tipo de
tratamiento, todos tuvieron episodios de colangitis recurrente, comparado con 15% de los que
aceptaron alguna modalidad de tratamiento endoscópico (12).
Se han descrito múltiples modalidades terapéuticas dependiendo del tipo de fístula y de las
condiciones clínicas asociadas, por ejemplo, la presencia de colangitis, así como del grupo
clínico tratante, ya sea quirúrgico o médico.
El tratamiento endoscópico está indicado especialmente para pacientes con un elevado riesgo
quirúrgico y comprende desde la colocación de drenajes nasobiliares, hasta la papilotomía; y
más recientemente, la colocación de endoprótesis de pequeño calibre y sellantes de fibrina (9,
12).
Teniendo en cuenta que las fístulas peripapilares suelen ser de orificios más pequeños y
muchas veces múltiples y con un proceso inflamatorio concomitante, su asociación con
obstrucción, ictericia y colangitis es mayor (6, 12); por tanto, su necesidad terapéutica está
claramente indicada. Dado su compromiso puramente local, específicamente del colédoco
intramural y de su papila, luce razonable un abordaje endoscópico del tipo de la papilotomía,
como primera opción terapéutica; sin embargo, muchas veces no se logra canalizar la papila, y
se termina haciendo la colangiografía a través del orificio fistuloso, sin evidenciar una
comunicación competente entre éste y el orificio papilar; en estos casos, no se logrará alcanzar
un éxito terapéutico razonable comparado con los riesgos de practicar una papilotomía sobre
un área postinflamatoria, teniendo en cuenta que tendría que recurrir muy seguramente a la
técnica de precorte con aguja. En estos casos, estaría indicado un abordaje quirúrgico similar al
propuesto para las fístulas proximales.
En los casos en que se logra canular la comunicación entre el orificio fistuloso y el orificio
papilar, el practicar una tractotomía del puente de tejido interpuesto permitirá ampliar el estoma
e instrumentar la vía biliar, a menos que se haya producido una densa reacción fibrótica
postinflamatoria que impida este abordaje terapéutico (12, 14).
Teniendo en cuenta que las fístulas proximales han sido causadas por el compromiso
transmural suprapapilar de un cálculo de gran tamaño, su orificio suele ser amplio y, en
consecuencia, tienen una menor asociación con ictericia y colangitis; sin embargo, dada la
colonización de la vía biliar con organismos enterales, sí se aumenta la predisposición a
desarrollar colelitiasis primaria coledociana y con ella obstrucción y colangitis (12, 14); en cuyo
caso, estará indicado una exploración quirúrgica de la vía biliar que permita remover el cálculo
y derivarla más eficientemente, por ejemplo mediante una coledocoduodenostomía o una
hepático o coledocoyeyunostomía en Y de Roux (14-16).
http://www.encolombia.com/gastro_fistulas.htm
Duzgun AP et al . Internal biliary fi stula, World J Gastroenterol September 14, 2007 Volume 13 Number
34
3. FÍSTULAS BILIARES Diagram of sagittal section through the ninth costal cartilage, indicating
relations of the gall bladder. J. L. A. Dowse, Gut 1964;5;429-436
4.
o FISTULA BILIAR INTERNA
5. FISTULA BILIAR INTERNA
o Son el resultado espontáneo de una enfermedad biliar.
o La presencia de fístula biliar interna espontánea incrementa la morbilidad.
o Su incidencia es de 2 % del total de enfermedades biliares.
o El diagnóstico preoperatorio es difícil.
o Las fístulas bilioentéricas se asocian a mayor incidencia de carcinoma del aparato
biliar.
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communications between the gall bladder, duodenum, and colon.
15. Gas in the biliary tree in a case of cholecystoduodenalfistula
16. FISTULA BILIAR INTERNA
o TRATAMIENTO:
o DX. Es antes de la operación: evaluar si hay cálculos residuales, obstrucción y la
anatomía de la vía biliar.
o Colecistectomía + reparación de la fístula.
o Colecistectomía + tubo kehr + reparación primaria de la fístula,
o Colecistectomía + hepatoyeyunostomía.
o Coledocoduodenostomía.
o Duodenostomía
o Enterotomía .
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22. FISTULA BILIAR INTERNA
o TRATAMIENTO:
Tratamiento médico de la Enf. Úlcero Péptica
Vagotomía + antrectomia + reconstrucción Billroth II.
Derivación Biliodigestiva en Y de Roux.
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42. FÍSTULA BILIAR EXTERNA HPB Surgery, 1998, Vol. 10, pp. 375-377
43.
o Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de donde vienen; los
hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a donde van.
José Ingenieros
http://www.slideshare.net/ivojvodic2000/fistula-biliar