Verbum Domini
Verbum Domini
Verbum Domini
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Siguiendo el ejemplo del apóstol Juan y el de otros autores inspirados, se debe de ser
dócil al Espíritu Santo para amar cada vez más la Palabra de Dios.
Dios en diálogo: Dios se da a conocer en el diálogo que desea tener con los
hombres, un diálogo de amor, un amor tridentino, que ha existido ayer hoy y siempre.
Solamente el hombre encontrara sentido tanto cuanto el penetre en ese gran misterio.
Analogía de la Palabra de Dios: en este apartado se ve como la Palabra de Dios
puede tener distintos matices, pues indica que es el Verbo eterno, es decir el Hijo de Dios
hecho hombre. Es también la misma creación y también la misa historia de salvación,
que se refleja en la intervención de los patriarcas y profetas. También se entiende como
Palabra de Dios a la predicación de los apóstoles; al igual que la Sagrada Escritura
(Biblia) y la Tradición son las distintas sinfonías de varas voces en que se expresa el
único Verbo.
Dimensión cósmica de la Palabra: Todo fue creado por medio de la Palabra y sin
ella no se hizo nada. La creación lleva la marca imborrable de la Razón ordenadora que
ordena y guía todo cuanto existe, de ahí que en la misma creación Dios esté dando un
testimonio perene de sí mismo.
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Cristología de la Palabra: Dios comunica su Palabra, ha hablado por el Hijo. Dios
Hijo que se ha encarnado, se ha hecho carne, ha santificado el espacio y el tiempo
dándose a conocer como hombre. Cristo, Palabra de Dios encarnada, crucificada y
resucitada, es Señor de todas las cosas; él es el Vencedor, el Pantocrátor, y ha
recapitulado en si para siempre todas las cosas.
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Dios Padre Fuente y origen de la Palabra: Dios Padre habla mediante su Hijo
Jesucristo. El silencio de Dios Prolonga sus palabras precedentes. En esos momentos
de obscuridad, habla en el misterio de su silencio. De ahí que en la dinámica de la
revelación cristiana, el silencio aparece como una expresión importante de la Palabra de
Dios.
La respuesta del hombre a la Alianza con Dios: Dios busca al hombre y le otorga
el don de la Fe, haciéndolo capaz de buscarle. En ese diálogo con Dios, el hombre se
comprende a sí mismo y encuentra respuestas a las cuestiones más profundas que
anidan en su corazón, pues solamente Dios responde a la sed que hay en el corazón del
hombre. El Dios que habla también enseña cómo se puede hablar con Él, y esta es que
la respuesta propia del hombre al Dios que habla es la fe. En este diálogo entre Dios y el
hombre existe también una interferencia, el pecado, que lleva en la negativa a escuchar
la Palabra de Dios. María también tiene una gran familiaridad con la Palabra de Dios, y
esto se muestra en el Magnificat, a tal punto de que ella es la madre del mismo Hijo de
Dios, Jesucristo, el Verbo encarnado.
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meta del exegeta se alcanza cuando aclara el significado del texto bíblico como Palabra
actual de Dios.
Pues si se queda solo con la exégesis se cae solo en un texto del pasado al que
se le puede extraer consecuencias morales, haciendo un recuento de la historia, pero no
se comprende la Revelación en la tradición viva de la Iglesia y en la Escritura, llegando a
la negación de toda historicidad a los elementos divinos. Esto se ve muy peligroso y
negativo para la vida pastoral y espiritual de la Iglesia.
Hay una necesidad de trascender la letra: para lograr pasar de la letra al espíritu
se necesita de una comprensión y un movimiento interior, dicho movimiento no es un
paso automático; se necesita trascender la letra. Este trascender no se hace con un solo
fragmento sino con toda la unidad de la Escritura.
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Unida intrínseca de la Biblia: Es Cristo quine da unidad a las Escrituras, pues Cristo
es la única Palabra.
Las páginas oscuras de la Biblia: hay páginas que cuestan trabajo o son difíciles
de leer por cómo están escritas. No hay que olvidar que la Revelación está arraigada en
la historia, y se acomoda a los condicionamientos culturales de aquellas épocas. Al
mismo tiempo no hay que olvidarla línea profética de denuncia contra las injusticias e
inmoralidades, que Dios da a su pueblo como preparación al Evangelio. Se necesita una
formación adecuada para entender estos textos en su contexto, y teniendo en cuenta el
género literario; por ello se debe hacer una lectura a la luz del misterio de Cristo.
Cristianos y judíos en relación con Sagrada Escritura: de los judíos se toma mucho
de lo que el cristiano tiene por alimento, pues se hunde en las mismas raíces espirituales.
Por lo tanto siempre se les debe de tener siempre una actitud de respeto y estima hacia
el pueblo judío. Es importante destacar lo importante del diálogo con los judíos hasta
lograr formas de colaboración mutua en el estudio de las Sagradas Escrituras.
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humana. Se debe de tener en cuenta la lectura la creyente, la que no ignora la mediación
humana ni los géneros literarios en los diferentes libros sagrados.
Verbum in Ecclesia
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Contemporaneidad de Cristo en la vida de la Iglesia: La contemporaneidad de
Cristo respecto al hombre de cada época se realiza ene l cuerpo vivo de la Iglesia. La
Iglesia no vie de sí misma sino del Evangelio encontrando directrices y orientación en él.
Sólo quien se pone primero a la escucha de la Palabra, puede convertirse después en su
heraldo
La Palabra de Dios en la sagrada liturgia: Todo acto litúrgico está por su naturaleza
empapado de la Sagrada Escritura. La Palabra de Dios se convierte en fundamento de
la acción litúrgica, norma y ayuda de toda la vida. En cierto sentido la hermenéutica de la
fe respecto a la Sagrada Escritura debe tener siempre como punto de referencia la
liturgia.
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del misterio de la revelación en obras y palabras íntimamente ligadas, favoreciendo la
vida espiritual de los fieles y la acción pastoral de la Iglesia.
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esto es, el sacramento de la Reconciliación o de la Penitencia, y el sacramento de la
Unción de los enfermos. Es necesario que se le dé a la Sagrada Escritura el lugar que
le corresponde.
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el templo cristiano, pero sin ocupar el centro, que corresponde al Sagrario con el
Santísimo Sacramento.
e) Exclusividad de los textos bíblicos en la Liturgia: los textos bíblicos no deben
ser sustituidos por otros textos, esto jamás. El Salmo responsorial siempre debe leerse o
mejor de preferencia cantarse.
f) El canto litúrgico bíblicamente inspirado: tener en cuenta cantos con inspiración
bíblica, que haya armonía entre las palabras y la música. Se sugiere el canto gregoriano.
g) Especial atención a los discapacitados de la vista y el oído: ayudar a estos
hermanos con dificultades a través de instrumentos adecuados para que tengan contacto
con la Palabra de Dios.
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Formación bíblica de los cristianos: es importante una adecuada formación de
todos los cristianos. Se sugiere apoyarse de los centros de formación y existentes o
también crear y adecuar algunos según las necesidades.
A los Sacerdotes, ellos han sido llamados para el Ministerio de la Palabra, para
anunciar el Evangelio del Reino. Debe cultivar una gran familiaridad personal con la
Palabra con corazón dócil y orante. Sólo permaneciendo en la escucha y obediencia de
la Palabra el sacerdote será perfecto discípulo del Señor.
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llamados a una profunda relación personal con la Palabra de Dios, especialmente en la
Lectio divina.
d) Palabra de Dios y fieles laicos: los laicos por su bautismo anuncian la Palabra
en la familia, el trabajo, la educación. En la medida de lo posible las diócesis deben
brindar ayuda formativa a los laicos respecto al estudio de las Escrituras.
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el amor al misterio de la encarnación. Se mencionan también algunas plegarias marianas
de Oriente.
Palabra de Dios y Tierra Santa: se llama a Tierra Santa el “Quinto evangelio” por
su importancia en que allí vivió y se entregó por nosotros Cristo. La Tierra Santa sigue
siendo todavía hoy meta de peregrinación del pueblo cristiano, como gesto de oración y
penitencia.
Verbum Mundo
La Palabra del Padre y hacia el Padre: A Dios nadie lo ha visto jamás y nuestras
palabras para expresarnos sobre Él siempre nos quedan limitadas, pero algo sí es
contundente como lo dice el prólogo de San Juan: el Verbo se hizo carne. Jesús de
Nazaret es el revelador del Padre, es el exegeta de Dios. Es la Palabra definitiva y eficaz
que ha salido del Padre y ha vuelto a Él.
Para ello San Pablo es ejemplo eximio de misionero .Palabra y Reino de Dios: el
anuncio de la palabra tiene como contenido el Reino de Dios, que es la persona misma
de Jesús. Se trata no sólo de anuncia una palabra de consuelo sino de avivarla conciencia
de la conversión.
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Todos los bautizados responsables del anuncio: en virtud del bautismo todos
somos discípulos llamados a anunciar la Palabra nadie debe sentirse ajeno a esta misión.
Se debe despertar esta conciencia en la familia, la escuela, los grupos parroquiales. Los
que han recibido una vocación particular al ministerio episcopal, sacerdotal, diaconal o
quienes están consagrados en la Vida Religiosa son los primeros llamados a una vida
dedicada al servicio de la Palabra.
Valor de la cultura para la vida del hombre: reconocer la riqueza de las culturas y
su importancia para la vida de todo hombre. La Palabra de Dios ha inspirado a lo largo
de los siglos las diferentes culturas, generando valores morales fundamentales,
expresiones artísticas y estilo de vida ejemplares.
La Biblia como un gran códice para las culturas: aprovechar los valores filosóficos
y antropológicos que contiene la Biblia para llevarlos a los creyentes y no creyentes.
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religión representan para muchos el único contacto con el mensaje de la fe. Los pastores
han de prestar atención especial a la escuela y la universidad.
La Palabra de Dios supera los límites de la cultura: sabemos por Pentecostés que
tenemos que salir de nuestros límites y abrirnos a otros para entrar en la universalidad
que nos relaciona a todos. Supone el éxodo de dejar nuestros pensamientos y dejar
espacio en nosotros a Cristo.
Diálogo entre cristianos y musulmanes: mirar con aprecio a los musulmanes que
reconocen a un Dios único y que en la tradición musulmana hay muchas figuras, símbolos
de temas bíblicos.
Diálogo con las demás religiones: la Iglesia respeta las antiguas religiones y
tradiciones espirituales de los diferentes continentes. Hay temas frecuentes en los que
sintonizamos, como son los valores que hay en los libros religiosos del Budismo,
Hinduismo, su respeto por la vida, la contemplación, el silencio, la sencillez, el sentido de
lo sagrado, el sacrificio, el ayuno; los valores familiares y sociales en el confucianismo.
Conclusión
La Palabra definitiva de Dios: se exhorta una vez más a todo el Pueblo de Dios, a
los Pastores, a las personas consagradas y a los laicos a esforzarse para tener cada vez
más familiaridad con la Sagrada Escritura. Nunca hemos de olvidar que el fundamento
de toda espiritualidad cristiana auténtica y viva es la Palabra de Dios anunciada,
acogida, celebrada y meditada en la iglesia.
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Nueva Evangelización y nueva escucha: a imitación de San Pablo escuchemos
también la Palabra de Dios y dejémonos transformar por Cristo. El Espíritu
Santo sigue llamando hoy incesantemente a oyente y anunciadores convencidos y
persuasivos de la Palabra del Señor.
Mater Verbi et Mater laetitiae: esta relación íntima entre Palabra de Dios y alegría
se manifiesta en María Dichosa tú que has creído. Se dirige finalmente a los que se han
alejado de la Iglesia, que han abandonado la fe o nunca han escuchado el mensaje de
salvación, a cada uno de ellos el Señor les dice: estoy a la puerta llamando, si alguien
oye y me abre entraré y comeremos juntos.
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