Acompañamiento Terapéutico
Acompañamiento Terapéutico
Acompañamiento Terapéutico
Así, con un niño que se opone a la autoridad y se pelea con sus profesores, el trabajo va de la
mano con establecer primero un rol de autoridad en el acompañante, para acto seguido
reestablecer la confianza en que las figuras de autoridad van a ser justas y van a permitirle
expresarse. Al mismo tiempo, ha de facilitar que el niño internalice progresivamente que no va
a conseguir ganarle a otras personas mediante el uso de la violencia. Por otra parte, en una
persona que sufre una severa depresión y que se ha aislado del mundo exterior, el trabajo
iniciará por reestablecer la capacidad para construir vínculos significativos con otras personas,
consiguiendo así despertar la capacidad de socializar y de establecer vínculos significativos.
Finalmente, en un paciente con Alzheimer el acompañante inicialmente brindará asistencia al
cliente con demencia, pero con el tiempo, extenderá su asistencia a los familiares del mismo,
ayudándolos a tomar las mejores decisiones para el bienestar no solo del paciente sino de las
personas cercanas a él.
Por lo general, se buscará siempre fortalecer y reforzar las conductas asociadas a las estrategias
que el terapeuta, psiquiatra u otro profesional esté aplicando, así como de brindar un constante
canal de retroalimentación con el cuerpo de profesionales de la salud y familiares que participen
del proceso del paciente. El acompañante no ha de ser una isla en un océano vacío, sino que ha
de fungir como hilo conductor entre el paciente y el cuerpo de médicos, psicólogos y demás
profesionales que estén apoyando en el proceso de mejorar la sintomatología del paciente.
C.Ps.P. 28361