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Taller de Investigacion Administrativa 1

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA MARÍA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICO ADMINISTRATIVAS


ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACIÓN DE
EMPRESAS

“ EL ACOSO SEXUAL A LAS MUJERES EN EL AMBITO


LABORAL”
INTEGRANTES:

MALAGA CUADROS KAREN

SAVINA QUISPE JENNIFER

SOSA CASTRO ANGELICA

SOTO QUISPE NICOLE

AREQUIPA – PERÚ

2019
- PROBLEMA: “EL ACOSO SEXUAL A LAS MUJERES EN EL AMBITO LABORAL”

- DESCRIPCION DEL PROBLEMA:


El acoso sexual es un fenómeno social de múltiples y diferentes dimensiones,
denunciado por distintas organizaciones e instituciones y constatado por distintas
investigaciones que han evidenciado la existencia, extensión y gravedad de este
fenómeno en el ámbito laboral. El acoso sexual puede ser sufrido tanto por
hombres como por mujeres. Sin embargo la mujer se convierte en la principal
víctima del mismo porque su situación en el mercado laboral es claramente inferior
respecto a los hombres, por su inestabilidad en el empleo y su subordinación
jerárquica profesional.
Dentro del acoso sexual tenemos 2 tipos:
1. Chantaje sexual : Se trata propiamente de un chantaje sexual, es decir,
“esto a cambio de favores sexuales”. Se obliga al trabajador a someterse a
determinados requerimientos sexuales y en caso de negarse, ser
perjudicado laboralmente. Se utiliza explícita o implícitamente para tomar
una decisión que afectará al futuro profesional del trabajador. Son sujetos
activos de este tipo de actos quienes tienen poder para decidir sobre la
relación laboral de la “víctima”.
2. Acoso ambiental: Todas aquellas conductas que crean un ambiente de
trabajo hostil, humillante o amenazador para el acosado. Pueden ser
sujetos activos tanto superiores como compañeros de trabajo. Otros
autores, para realizar su clasificación, se basan en la presencia o ausencia
de acciones ejecutivas; se hace una discriminación entre aquellas
manifestaciones que se desarrollan a “nivel de palabras”, es decir en el
plano puramente comunicativo y aquellas que implican acciones ejecutivas,
en cuyo caso se las considera modalidades más graves. Debe quedar claro
que, sea cual sea la modalidad padecida, cualquiera de ellas (leve,
moderada, grave) es lo suficientemente importante para utilizar todas las
herramientas que estén en nuestras manos para prevenirla.
- CAUSAS:
Sexismo: discriminación de la mujer en el mundo laboral.
Estereotipos de género/educación: creencias populares a través de las cuales
se perpetúan características que, tradicionalmente y a lo largo de la historia, se
han considerado propias de hombres o mujeres y que determinan diferencias en
cuanto a sus capacidades de ejecución de roles sociales, familiares y
profesionales.
Existe un fondo ideológico que perpetúa, y hasta cierto punto justifica el AS, sobre
todo las modalidades menos graves. Las mujeres, dada la educación recibida,
además de víctimas actúan en algunos casos, inconscientemente, como
cómplices. Presentan un elevado nivel de tolerancia, asumiendo situaciones de
acoso como algo “natural”.
Falta de ética en las relaciones interpersonales: el acosador busca su propio
placer sin tener en cuenta el daño que pueda producir a su “víctima”.
Falta de normas laborales claras: la organización no se ha planteado la
posibilidad que esta situación pueda producirse. No ha contemplado estrategias de
prevención ni de afrontamiento, propiciando de esta manera que el AS pueda
desarrollarse con mayor facilidad.
Precariedad laboral: se ha comprobado la existencia de correlación entre
inestabilidad laboral y mayor incidencia de AS. A mayor vulnerabilidad, mayor
probabilidad de padecer AS.

SOLUCIONES:
- Evitar al acosador. Dicha estrategia inicialmente puede parecer positiva pero no
siempre lo es, fundamentalmente en aquellos casos en los que debemos mantener
una relación laboral directa con nuestro acosador. En tales circunstancias la
evitación no aporta ninguna solución al problema pudiendo agravar sus
consecuencias.
- Buscar apoyo en familiares y amigos. Es una buena medida de apoyo pero
evidentemente, no resuelve la situación.
- Enfrentarse verbal o físicamente con el acosador. La confrontación verbal es
positiva, el acosado debe explicar de forma clara y directa que le incomoda dicha
actitud. La confrontación física no suele dar buenos resultados ya que combatimos
el abuso con otro abuso, respondiendo con una actitud que a nosotros nos
desagrada y que, en definitiva, ha originado en gran medida la situación conflictiva.
- Denunciar ante los organismos competentes. Los datos estadísticos muestran la
renuncia generalizada de las mujeres acosadas a denunciar la agresión sufrida.
Consideran que denunciar es un deber pero no una ayuda.

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