Pulsión de Muerte
Pulsión de Muerte
Pulsión de Muerte
de ellos de difícil encaje dentro del conjunto de su propuesta. Uno de estos conceptos es
la formulación de la pulsión de muerte, propuesto en su obra “Más allá del principio del
placer de 1920” (Zelaya, 2003). Con el desarrollo de esta teoría hizo posible la
Cada conducta, para Freud, estaría motivada por las pulsiones. La pulsión es el
impulso que mueve al sujeto a realizar una acción y satisfacer una necesidad (Freud,
1923), es un representante psíquico que proviene del interior del organismo, actuando
como una fuerza constante (Freud, 1915). Si ello es así, no tendría sentido abordar la
sustancia viva, sino las fuerzas que actúan en la sustancia orgánica, distinguiendo así dos
clases de pulsiones: unas que buscan conducir la vida a la muerte y las otras que intentan
en escritos anteriores Freud a estas pulsiones los había llamado pulsiones yoicas (o de
inmortales. La parte mortal sería el cuerpo, y la inmortal serían las células germinales;
sin embargo, no sustenta su teoría en los dos tipos de sustancias que describe este autor,
sino en las fuerzas o impulsos que actúan en la sustancia viva. (Jacob, 2010; Najla, 2015),
por ello postulará que la muerte se da como algo interno a todo ser vivo, por el mero
Fueron diversas las situaciones que llevaron a Freud a preguntarse por qué el
lugar de proceder a su descarga inmediata en el sentido del principio del placer (Grácia
1998).
replicando las experiencias más dolorosas una y otra vez. Otro ejemplo fue el juego que
reacciones terapéuticas negativas a la menor mejoría que sintieran (Freud, 1920; Grácia,
Según Grácia, estas diversas experiencias, las cuales tendían a replicar situaciones
regresión a posiciones más primitivas. Es así como Freud propone una nueva hipótesis,
“la compulsión a la repetición”. Empero, como lo refieren Arias y Landeta (2016), Freud
regulador que opera con independencia del principio del placer, generando displacer al
Yo, al sacar a la luz mociones pulsionales de contenido displacentero que se hallaban
puesto que es displacer para un sistema y satisfacción para el otro. Quizá en dicha
Strachey, 1955).
repetición no manifiesta una única tendencia, y no siempre es letal; por ejemplo, hay
En cuanto al principio de placer, Freud refiere que en el alma hay una tendencia
al principio de placer, pero hay fuerzas opuestas que la contrarían, por lo que se somete a
obstante, sustituye el principio de placer por la pulsión de muerte, ya que asigna a este
último un origen más primitivo, más elemental, más instintivo (Zelaya, 2003).
como ya lo había hecho anteriormente con la pulsiones sexuales y yoicas, planteará una
Estas dos pulsiones, las pulsiones de vida o Eros, y las pulsiones de muerte o
Thanatos, son pulsiones básicas, innatas; y ambas existen en la conducta humana (Freud,
1923), por lo que el uno y el otro, libidinales y destructivas, actuarían antes de toda
experiencia y estarían en continuo conflicto dentro del organismo desde su origen (Freud,
1920). Mediante esta idea de conflicto, Freud, intenta explicar el funcionamiento del
aparato mental, y como se ve, concebido con propiedades antagónicas (López, 1996). En
este antagonismo, al ser uno opuesto al otro formarían un equilibrio (Corsi, 2002). Sin
Eros opera desde el comienzo de la vida como una pulsión de vida, por lo que
muerte, creada por el hecho de que la materia inorgánica ha tomado vida (Fernández,
2013). Eros fuerza la unión de lo que ha sido separado, pero la pulsión de muerte presiona
hacia lo inorgánico, hacia lo que por fuerza de Eros se ha convertido en orgánico (Najla,
2015).
muerte, ya que ellas están íntimamente unidas desde el comienzo. Se desconoce cómo es
esa mezcla pulsional; sin embargo, se sabe que es variable y de diversa intensidad en cada
voluntad, propia, no piensa, no siente, por lo que no se les puede identificar, y sólo se le
observa cuando una parte de ella se exterioriza como pulsión de destrucción, mientras
que otra parte puede ser dirigido hacia el interior del sujeto que intentará destruirlo, Eros
vivo muere, por que como dice Freud la meta de toda vida es la muerte, y con este mismo
fundamento lo inanimado fue antes que lo animado. Resaltando así que el organismo
muere por causas internas, la muerte no le llega desde fuera, sino que lo lleva dentro, y
lucha por regresar a su estado inicial a lo inorgánico (Freud, 1920; Grácia, 1998).
Por tanto, la meta final de Thanatos es regresar al estado primigenio, al ser inanimado, a
(Corsi, 2002), siendo una de las señales latentes de la acción de la pulsión de muerte,
Landaeta, 2016).
Conclusión
En nuestra vida, dependiendo las experiencias vitales y los ciclos de la vida, hay
etapas en las que se hace más patente la pulsión de Eros; pero también es innegable que
en otros ciclos los instintos de muerte se expresan y se fortalecen, y sobre todo en las
hacen desde las políticas por mejorar la calidad de vida, por encontrar la cura de las
enfermedades, por erradicar todo aquello que produce muerte, como el hambre, la
violencia, muerte, destrucción, siendo cualquier cosa (raza, religión, origen…) motivo de
aniquilación.
muerte, es como una presencia que, si somos conscientes, nos recuerda que está ahí, que
Freud desertaron, e incluso hoy en día recibe grandes críticas, sobre todo el haberlo