Demencia Senil
Demencia Senil
Demencia Senil
Definición
Cambios cognitivos
La demencia senil incluye el deterioro de funciones cognitivas. Una de las funciones más
sensibles y, por tanto, una de las más afectadas es la memoria. La capacidad para
almacenar nueva información se reduce en los pacientes que sufren de demencia senil
(amnesia anterógrada) y, al mismo tiempo, puede haber pérdida de las memorias que
previamente se habían formado (amnesia retrógrada). Asimismo, los pacientes pueden
presentar dificultades en el reconocimiento de caras o reconocimiento de lugares
destacados. Otra función cognitiva que afecta al paciente con demencia senil es la
dificultad para producir y comprender el lenguaje. Este problema se puede manifestar
cuando haya una incapacidad de nombrar a personas u objetos, lo que pueden impedir
una buena interacción y relación con las personas de su entorno. En ciertos casos, se
puede llegar a perder el contenido semántico al momento de hablar. Otras funciones
cognitivas también pueden verse perturbadas por la enfermedad. Estas funciones
incluyen la habilidad para abstraer, organizar, anticipar, iniciar y controlar conductas
complejas. El declive en estos procesos cognitivos impide la inhibición de respuestas para
el paso de una actividad a otra y para realizar diferentes actividades al mismo tiempo. 4
Síntomas Conductuales
Los cambios en la conducta pueden darse en cualquier momento de la enfermedad. Su
intensidad y frecuencia no es necesariamente progresiva y no aparecen en todos los casos
de demencia senil. Los más recurrentes son la deambulación errática, agitación-
agresividad, reacciones catastróficas, desinhibición, quejas, negativismo, intrusividad y
trastornos del comportamiento alimentario y sexual.
Los cambios conductuales pueden afectar la vida diaria del paciente, dichos cambios
requieren de un ambiente apropiado para facilitar la adaptación del paciente.
La literatura recomienda que cada familiar del paciente posea tareas específicas a
realizar, para que, de ese modo, exista una organización y que se sepa quién y en qué
momento se cuidará de la persona. Esta organización de las tareas también puede incluir
al paciente, siempre y cuando este esté en la capacidad de realizarlas. Para ello, se
necesita que las actividades se descompongan en una serie de pasos, lo que ayudará a
que las tareas del hogar sean más sencillas y amenas para la persona en cuestión. Si el
paciente puede realizar la actividad parcialmente, también es de gran importancia que
haya alguien que realice los pasos que él no pueda para que, de esa manera, sienta que
es ayuda para las actividades que se realizan. Además, los horarios estructurados con los
hábitos diarios del paciente y la constante explicación de los mismos permiten que la
persona no se desoriente y pueda llegar a adquirir la sensación de seguridad. En cuanto
al ambiente, el centro Family Caregiver Alliance (FCA) menciona que el espacio debe estar
libre de objetos que puedan dañar a la persona que padece de demencia senil. Además, el
ambiente incluye a las personas que están a su alrededor, pues es de gran importancia
que exista una interacción entre estos últimos y el paciente, para que este no se sienta
solo. La actitud de cada miembro es importante, así como su lenguaje corporal, ya que-
en muchos casos- serán estos los que comunicarán las ideas y sentimientos con mayor
fuerza que las palabras. Por tanto, se debe crear un ambiente positivo, tanto en lo físico,
como en la interacción con otros y de ese modo, ayudar a que la persona se ocupe de
actividades que impidan el avance inmediato de la enfermedad.
Piédrola señala: “En relación con la dependencia, la demencia plantea nuevos retos a la
sociedad y al sistema sanitario, como son el respeto a la autonomía del paciente, la
información al paciente y a la familia, la posibilidad de complementar el documento de
voluntades anticipadas, el consentimiento informado y, en especial, la elección de un
tutor o representante”.
Mantenimiento de las actividades diarias del paciente
Administrar dinero
En el caso del paciente con demencia, la pérdida progresiva de la memoria ocasiona que
se vuelva más ansioso y suspicaz con respecto a su dinero, acusando a los cuidadores de
robarle cuando no puede recordar dónde lo dejó. En situaciones similares, Mace y Rabins
proponen desproveer a la persona de todo contacto directo con las tarjetas de crédito,
chequera, efectivo, etc. Sin embargo, administrar su propio dinero es una muestra de
independencia que a las personas no les gusta perder, y por la cual estarían dispuestos a
luchar. Por lo tanto, se recomienda a los cuidadores otorgarle al paciente una pequeña
cantidad de dinero de la que pueda disponer, dejar notas visibles que le indiquen quién es
ahora el encargado de la administración del hogar, así como tener paciencia y mantener
la calma ante cualquier acusación de robo, comprendiendo la naturaleza del mismo. 2
Conducir
Estimulación de la memoria
Existen diversos ejercicios para estimular la memoria de los pacientes, pero primero debe
tomarse en cuenta la etapa de la enfermedad en la cual estos se encuentran. Además las
actividades propuestas deben ser del agrado del paciente, debido que de lo contrario, esto
puede generarle ansiedad y frustración.De preferencia, es necesario aplicar ejercicios y
actividades que concuerden con la historia bio-psico-social de la persona, puesto que así
es más probable que la motivación incremente y surjan resultados positivos. 8 La memoria
del paciente puede ser estimulada a través de varias actividades, las cuales pueden ser
mentales, físicas, sociales, laborales, creativas y memorísticas.
Además actividades cotidianas como cepillarse los dientes y cambiarse la ropa también
son útiles.9
Estimulación de la atención
Para que el paciente capte la atención de uno y de esa manera se estimule este proceso
cognitivo, es importante que esté fuera de objetos como el televisor y la radio, en el
momento que el cuidador le hable, pues de esa manera, se llega a concentrar más en la
persona y no hay distractores que interrumpan esta función. Asimismo, es importante
llamar a la persona siempre por su nombre, y recordarle quien es el que está con él, es
decir su relación o parentesco que existe con el paciente, siempre haciendo contacto
visual con este último y así otra vez centrando la atención. 10 También, se puede
implementar una técnica que consiste en traer recuerdos de la historia personal del
sujeto a la conciencia, el cual estimula el proceso de la memoria con la reactivación del
pasado personas. Sin embargo, no solo ayuda al proceso mencionado, sino que posibilita
una activación de la atención en el paciente y el aumento del lapso de tiempo de
concentración. Además, el cuidador o terapeuta puede apoyarse en instrumentos como
diarios personales, lo que también ejercitará si atención al tener que leer para poder
recordar.11 A nivel visual, la atención puede ser estimulada por ejercicios como laberintos,
buscar diferencias, localizar elementos concretos dentro de una gran variedad de
elementos similares y encontrar errores en fotografías. En el nivel auditivo, el cuidador
puede leer ciertos párrafos sobre los que después de leerlos se preguntará sobre
determinados detalles escuchados, trabajando paralelamente la memoria de corto y largo
plazo. A nivel olfativo y táctil, se puede estimular al paciente con demencia senil, a través
de la entrega de un conjunto de elementos diferentes, los cuales el paciente, con los ojos
cerrados, describa las cualidades y elabore hipótesis sobre lo que se trata. 12
Los problemas de la persona con demencia para expresarse pueden ser de diferentes tipos
según la enfermedad. Puede confundir algunas palabras por otras, divagar sobre una
misma idea, comunicar solo algunas palabras para indicar una idea, etc. En estos casos,
es necesario que el cuidador trate de interpretar lo que se le quiere decir, evitando que el
paciente se frustre ante dicha situación. De esta manera, se recomienda completar la idea
de la persona cuando tiene dificultades en hacerlo, hacer suposiciones de lo que intenta
comunicar y preguntarle si son correctas y dejar pasar pequeños errores que pudieran
molestar al paciente si se los recuerda constantemente.2 En la primera fase de la
demencia, no suele haber problemas de comprensión de lenguaje, los cuales se podrían
presentar, posteriormente, al momento de identificar el significado de frases e ideas
complejas. Por otro lado, la detección de problemas en la comprensión del lenguaje facilita
el diagnóstico del paciente, puesto que se descartaría una demencia frontal o
exclusivamente frontal, ya que sería necesario que el área afectada fuera la parte
posterior del lóbulo temporal del hemisferio izquierdo, donde se encuentra el área de
Wernicke.13 En este sentido, se conoce como Demencia Semántica a una de las variantes
de la afasia primaria progresiva, el cual conlleva a que el paciente vaya perdiendo
gradualmente la capacidad para comprender palabras, reconocer objetos y, en especial, el
nombre de las personas.14
Cambios en el DSM-5
Asimismo, el DSM-5 solicita especificar si el síndrome fue originado por alguna de las
siguientes enfermedades: “Enfermedad de Alzheimer, Degeneración del Lóbulo
Frontotemporal, Enfermedad por cuerpos de Lewy, Enfermedad vascular, Traumatismo
cerebral, Consumo de sustancias o medicamentos, Infección por VIH, Enfermedad por
priones, Enfermedad de Parkinson, Enfermedad de Huntington, otra afección médica,
etiologías múltiples, no especificado”.21
En el Perú
Según la Organización Mundial de la Salud, se ha calculado que para el año 2050 habrá
115 millones de personas viviendo con demencia senil en el mundo. Actualmente 35,6
millones de personas viven con demencia senil en el mundo, y en dos décadas la cifra se
duplicará con 65,7 millones de casos.22
Según el INEI, en el año 2014, la edad mediana de la población peruana se sitúa en 26,9
años. Hace dieciocho años era 21,6 años, lo que revela que hay más población en el grupo
de edades mayores. La población de 65 y más años de edad en el Perú representa el 6,4%
de la población total. Los mayores porcentajes se presentan en los departamentos de
Arequipa (7,5%), Lima y Moquegua (7,3%, en ambos casos), La Provincia Constitucional
del Callao (7,2%), Áncash (7,1%) y Lambayeque e Ica (7,0%, en cada caso). Asimismo, las
personas de alrededor de ochenta años de edad superan la cifra de 350 mil y la mayoría
pertenecen al sexo femenino (58,4%).23 Sobre la base de que la cantidad de adultos
mayores de 60 que padecen demencia senil oscila entre el 5 % y 8% de dicho sector de la
población, se estima que un cuarto de millón de peruanos lo padecen. Esto según el
neurólogo Danilo Sánchez, quien es el presidente de la Asociación Memoria, Alzheimer y
Enfermedades Relacionadas (AMAR).24