Aproximacion
Aproximacion
Aproximacion
INTRODUCCIÓN
Existe mucha información circulante sobre las tecnologías y su impacto en la vida cotidiana,
especialmente en la de las nuevas generaciones. Adicionalmente, muchas de las inferencias
que circulan, se hacen sobre estudios globales que no contemplan las particularidades de Amé-
rica Latina, por lo que nos preguntamos: ¿Qué más podemos aprender sobre el tema? ¿Cuáles
son las particularidades locales del mismo?
Si las tecnologías son hoy tan preponderantes ¿cómo afectan a quienes están en proceso de
formarse como personas? ¿qué nuevas tensiones y desafíos genera esto en la crianza? Y final-
mente, ¿qué implica esto para la sociedad y el futuro?
Siguiendo las definiciones aportadas por la psicoanalista Silvia Bleichmar,1 entendemos que
la subjetividad en tanto que singularidad humana, no es algo que viene dado, sino que se pro-
duce a través de la socialización. Este proceso de devenir sujeto (o subjetivación) “está atrave-
sado por los modos históricos de representación con los cuales cada sociedad determina aque-
llo que considera necesario para la conformación de sujetos aptos para desplegarse en su inte-
rior”.2
En la misma línea y siguiendo los conceptos de Psicología Social 3, la subjetividad se define
como la experiencia de ser humano en contexto. En este sentido, incluye las relaciones que
construye con su entorno, y que a su vez lo construyen como persona.
Ya en la década de los '70s, Pichon-Rivière esbozó una inquietud acerca de la relación del
hombre con la tecnología situando que no se trata del dispositivo en sí, sino de hacer un buen
uso o un uso alienado de las mismas4. En la misma época, el médico psicoanalista Fernando
Ulloa5 se refirió a la posibilidad de usar los dispositivos para ser hacedores activos o dejarnos
en situación de pasividad, como “hechos por la tecnología”6. Es así que nos preguntamos:
¿Cómo impactan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la
construcción como personas de niños, niñas y preadolescentes?
PRÓLOGO
por SERGIO BALARDINI
Cuando Bob Dylan cantaba “Times are changing” sólo algunos pocos iniciados podían enten-
der, bajo código, qué nos transmitía el poeta en su canción. Algo similar sucedió cuando la an-
tropóloga Margaret Mead, en “Cultura y compromiso”, nos avisaba que la sociedad estaba in-
gresando en tiempos que llamó “postfigurativos” en dónde las nuevas generaciones tendrían
mucho que enseñar a las ya instaladas, invirtiendo el flujo de la experiencia por primera vez en
la historia. Justo cuando el adultocentrismo de posguerra mostraba sus frutos en la construc-
ción de sociedades de bienestar y cuando hasta escaso tiempo atrás los jóvenes deseaban
poco menos que ser la copia de sus padres, comenzó un cambio dentro del mundo técnico-pro-
ductivo capitalista, introduciendo un nuevo patrón tecnológico que habilitaría una profunda
transformación en las relaciones y direcciones de los vínculos, tanto de género como de gene-
raciones, dando lugar a nuevas lógicas vinculares, desde luego, junto a disputas culturales, va-
lorativas y políticas (algunas de las cuales les antecedían en mayor o menor dimensión). En
ese momento se cuestiona su lugar, el adultismo empieza a cimbronar y, por ende, su estructu-
ra de poder, es decir, el de los adultos.
Los impulsores de la revolución científico-técnica que impactaría con fuerza en el mundo pro-
ductivo dotando a nuevos artefactos de una potencia exponencial gracias al incremento de su
poder de cálculo, masificándolos y miniaturizándolos hasta hacerlos portables y personaliza-
bles, probablemente no imaginaron de modo cabal los gigantescos cambios sociales que em-
pujarían las nuevas tecnologías que estaban forjando. Sorpresas te da la vida.
Y así llegamos al presente, un tiempo pletórico de pantallas que transmiten la vida en vivo y
que la van haciendo al transmitirla, donde es frecuente ver a grandes y chicos, varones y muje-
res (y de diferentes sectores sociales) mirando hacia las pantallas de sus celulares, multiplican-
do sus relaciones, enviando y recibiendo mensajes en un real hiperconectado, superando las
viejas fronteras analógicas –que siguen allí y se superponen-. Ya nadie está afuera y, en lo que
refiere a las nuevas generaciones, ya no hay afuera... ni hay adentro, discurriendo en una cinta
CAPÍTULO 01
LAS TENSIONES QUE LOS ADULTOS PUEDEN TRANSFERIR A LOS NIÑOS
Los padres tienden a transferir sus propias frustraciones y percepciones respecto de la tec-
nología a sus hijos, sin llegar a comprender cómo los niños la experimentan.
10 Investigadora de Microsoft y miembro del Centro Berkman para Internet y la Sociedad, de la Universidad
de Harvard.
para lograrla. En la misma línea, la Doctora en Educación Inés Dussel, del Departamento de In-
vestigaciones Educativas del CINVESTAV-IPN, México, señala que “los niños en general tienen
a sus padres o profesores en Facebook, pero se resguardan en los mensajes cifrados, letras
de canciones, códigos que solo entienden con los amigos”.
Siguiendo al psicólogo Sergio Balardini, podemos afirmar que “en todas las épocas el adulto
ha criticado los espacios autónomos (o imaginariamente autónomos) que los jóvenes cons-
truían o ayudaban a construir”11. En términos de uno de los padres indagados: “También siem-
pre tu abuelo a vos te decía cuando yo era pibe, ustedes… Va a seguir siendo así, nosotros
con nuestros hijos y así sucesivamente...”
Sucede que este paulatino desapego y encapsulamiento de los hijos, que condena a los pa-
dres y madres a cierto natural y necesario “destierro”, no es tolerado del mismo modo por to-
dos. Siguiendo con Inés Dussel: “hay padres que soportan menos el conflicto que trae el creci-
miento de los hijos, es decir, les cuesta la herida narcisista de que los hijos no quieran estar
con ellos. Entonces parece que es culpa de la tecnología”.
La situación anterior, por último, admite una reflexión más, en tanto la tecnología representa
para los adultos una doble fuente de distensión. Además de permitirles “desenchufarse”, les
ofrecen la posibilidad de asegurarse que los hijos se entretengan por largos períodos de tiem-
po. Es así que muchas veces son los mismos padres y madres quienes alientan lo que luego
condenan (fenómeno que tampoco es nuevo y puede rastrearse, por ejemplo, en la actitud de
las generaciones anteriores en relación a la incorporación de la televisión a los hogares). En
palabras de los propios adultos: “Si lo llevás a la plaza o al shopping gastás un montón. Prefe-
rís que esté sentado un poco en trance ahí y no pegando plastilina en las paredes. Gasto me-
nos en lavandina, detergente, en tiempo, en mala sangre”, cuenta una madre del grupo de pa-
dres no primerizos. Otra, en el mismo sentido confiesa que: “si está con la Play o la compu, lo
pierdo un rato y me viene bien para tener mi momento”. Los testimonios en esta línea, abun-
dan: “Mi abuelo dice: están todo el día con la computadora, sácalos de ahí, pero los sacás y te
comen la cabeza...” / “La mía es un terremoto. A veces la levanto más temprano, para que se
canse y se acueste antes y no, sigue y sigue. La compu es un relajo para mí, porque vuelve
muy acelerada de la calle y así se distiende un ratito”. / “No se despegan o no se quieren des-
pegar de una. A mí me sirvió un montón para ponerme a estudiar, era lo que la mantenía con-
centrada en algo un rato”.
Al indagar sobre la reglamentación hogareña en el uso de Internet, la gran mayoría de los
padres, con valores similares en las tres plazas (Argentina: 85%; Brasil: 83% y México: 87%),
manifiesta que pauta con sus hijos dichas reglas, en particular respecto del tipo de contenidos
permitidos (aspectos más vinculados a la privacidad y confidencialidad de “la información que
suben”, y “el uso de contraseñas” más enfáticamente entre los preadolescentes de 10 a 12
años). También respecto a la cantidad de tiempo de conexión, (éste último aspecto más acen-
tuado con los niños más pequeños), se declara fijar reglas en una alta proporción (Arg. 68%,
Br.67%, Mx 79%) , mientras que la declaración de los niños muestra que la de mayor incidencia
de uso de Internet es de dos horas diarias como máximo (Argentina: 47%, Brasil: 41% y Méxi-
co: 63%). Se observa además, consistencia entre lo declarado por los padres y lo que afirman
los niños en cuanto al tiempo de conexión estipulado.
No obstante lo anterior, los expertos alertan sobre la relatividad de estas pautas: en palabras
de Dussel, “hay mucho de te doy el chupete electrónico para que no hagas ruido y yo puedo
hacer lo que tengo que hacer ya sea en casa, el café o donde sea”. En consecuencia, la esti-
mación de las TIC por parte de los adultos, así como las pautas de uso que determinan, no
siempre son consistentes. Los datos cuantitativos obtenidos entre los padres de niños y niñas
de 7 a 12 años, confirman que una proporción relevante de padres no establece pautas fijas a
sus hijos en cuanto al tiempo de conexión y que el mismo queda sujeto al día de que se trate
(Argentina: 38%; Brasil: 33% y México: 22%). En la misma investigación, el punto de vista de
los niños coincide con el de sus padres (Argentina: 34%; Brasil: 29% y México: 17%). Y como
señala la Psicoanalista Silvina Ferreira dos Santos: “cuando la pauta no tiene que ver con la re-
gulación sino con la conveniencia del adulto, la tendencia se vuelve caprichosa y no ayuda a
establecer acuerdos y reglas”. Por supuesto este fenómeno tampoco es exclusivo de estas tec-
11 Balardini, Sergio. Subjetividades Juveniles y Tecnocultura. Impacto y transformaciones de la cultura esco-
lar ante la inclusión de las tecnologías de la información y la comunicación.
nologías, sino que puede rastrearse con diferentes tecnologías en sus inicios, como sucedió
por ejemplo con la televisión, y se repite en nuestra época.
La necesidad de mantener a los hijos entretenidos dentro del hogar, puede condicionar per-
cepciones y reglas de uso poco estables, según sea la conveniencia, así como conceder a los
hijos momentos de excesiva autonomía para que circulen por el ciberespacio indiscriminada-
mente.
Por otra parte los datos cuantitativos muestran claramente que la mayoría de los niños ade-
más de conectarse en el hogar, lo hacen fuera del mismo. A mayor edad del niño, aumenta la
conexión fuera del hogar y en mayor cantidad de espacios. En los tres países se observa que
según los padres, los niños más grandes se conectan más horas diarias (tres o cuatro horas
diarias) y con mayor incidencia de variabilidad/ sin pauta fija diaria.
Los padres afirman que, más de la mitad de los niños, también se conecta desde casa
de familiares (Argentina: 56%; Brasil: 61% y México: 64%) y/o desde la escuela (Argentina:
54%; Brasil: 64% y México: 57%). Con respuestas similares a lo que sus padres afirmaron de
ellos, los niños señalan que: la casa de familiares (Argentina: 56%; Brasil: 56% y México: 53%)
y la escuela, más pronunciado entre los niños brasileros (Argentina: 46%; Brasil: 57% y México:
49%) son los lugares fuera del hogar más utilizados.
En Argentina y Brasil, 4 de cada 10 padres mencionan las casas de amigos (siendo en
México algo más bajo, del 23%) como espacio extra-hogareño de conexión. Los niños coinci-
den en la respuesta de sus padres, refiriendo también la casa de los amigos en orden de im-
portancia (Argentina: 38%; Brasil: 41% y México: 21%), e incrementando su frecuencia entre
preadolescentes.
¿QUÉ APRENDIMOS?
• A diferencia de lo que ocurre con los adultos, para los niños, niñas y preadolescentes, las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no representan en sí mismas una fuente
de tensión.
• Los adultos en cambio, se debaten entre añorar el pasado donde estas tecnologías eran
“prescindibles”, y una franca sensación de dependencia hacia los nuevos dispositivos, que les
facilitan cuestiones logísticas, les permiten trabajar, y también “desenchufarse”.
• Como sucede con toda tecnología, en las generaciones que nacieron cuando aún éstas no
existían, las TIC generan en los adultos a la vez idealización y frustración, asociada al esfuerzo
por aprenderlas.
• Lo particular de esta época, es que las TIC llegan en un contexto más plural, incierto y am-
biguo, y encuentran a las instancias de autoridad (padres y madres entre ellas) frecuentemente
no bien posicionadas en su rol de adultos. Así, las TIC funcionan para los padres y madres
como una suerte de “chivo expiatorio” en el que depositan gran parte de su malestar.
• Se invierte la lógica causa-consecuencia: se acusa a las TIC por el sedentarismo y el encie-
rro de los hijos, cuando en verdad los contextos urbanos inseguros promueven que los padres
perciban el entretenimiento on-line y la ciber deambulación como un pasatiempo comparativa-
mente más seguro.
• Las TIC también son acusadas de generar distanciamiento en los hijos, cuando lo cierto es
que lo natural es que los hijos se vayan desprendiendo, emancipando, batallando por sus espa-
cios privados y por su paulatina autonomía, que puede expresarse a través de las TIC (pero no
es causado por éstas).
• Al indagar sobre la reglamentación en el uso de Internet, la gran mayoría de los padres ma-
nifiesta pautar con sus hijos algunas reglas. Sin embargo, como los adultos tienen que atender
hoy a múltiples y complejas demandas (sobre todo por la menor división de roles laborales y
domésticos por género), muchas veces conceden momentos de consumo de TIC a los hijos
para poder tener tiempo libre. Así, se produce riesgo de no generar una pauta de uso clara res-
pecto de las TIC.
• Además, aún cuando los padres pauten con sus hijos reglas respecto del tipo de contenidos
permitidos y la cantidad de lapsos diarios de conexión, este acuerdo es cada vez más endeble
y relativo en el nuevo contexto de tecnología personal y móvil, que permite el consumo extra-
hogareño sin supervisión.
CAPÍTULO 02
ALGUNOS PREJUICIOS DE LOS PADRES RESPECTO DEL VÍNCULO DE SUS HIJOS
CON LA TECNOLOGÍA
2.1 Alarmas mal “programadas”, ¿hijos desprotegidos?
De la encuesta realizada, emerge que el tipo de control más utilizados por los padres en rela-
ción a la navegación de sus hijos gira en torno al control “in situ” mientras el niño está conecta-
do: estando presente, viendo y preguntando lo que hace (Argentina: 64%; Brasil: 51% y Méxi-
co: 60%). Otros controles involucran tener las claves y contraseñas de los dispositivos y colocar
los mismos en espacios comunes o fijar horarios de conexión fuera de los cuales el niño no tie-
nen acceso a los dispositivos: 27% para Argentina y Brasil, y el 31% para México. Una propor-
ción algo menor focaliza en el control de las redes sociales, en especial con los niños más
grandes (Argentina: 19%; Brasil: 8% y México: 9%).
No obstante veremos cómo y por qué, pese a estos esfuerzos, que en muchos casos involu-
cran intromisiones, los niños, niñas y preadolescentes pueden quedar desprotegidos ante ries-
gos on-line. Retomaremos aquí una de las conclusiones del informe Chic@s y Tecnología:
¿Una Interacción Sin Riesgos?: “(...) cuando los padres se alarman demasiado, su ignorancia
sobre estos temas puede alimentar normas drásticas y excesivas, instaurando restricciones en
el uso de la tecnología. Por eso, el aviso a los padres y el pedido de ayuda suele llegar recién
cuando existe un temor a que derive en un riesgo concreto en la vida física” 12. En este sentido,
entendemos que: Las ansiedades poco fundamentadas respecto del vínculo de sus hijos con
las tecnologías pueden enturbiar la lectura de los padres acerca de los riesgos que pueden vivir
en sus experiencias on-line
Es posible detectar diferentes prejuicios por parte de los adultos en relación al vínculo que
sus hijos tienen con la tecnología. Estos prejuicios pueden ser agrupados en torno a cuatro
grandes temores:
• a la compulsión (temor a que sus hijos generen un vínculo de “vicio”, dependencia, imposi-
bilidad de “cortar” con la tecnología).
• al aislamiento (temor a que sus hijos se “encapsulen”, queden “tomados” por los dispositi-
vos tecnológicos, pierdan sus vínculos presenciales -más cálidos y afectivos- y sufran déficits
de atención).
• a la destitución del juego, la imaginación y la fantasía (miedo a que sus hijos sustituyan los
juegos“clásicos” por medios que ya dan todo “servido”).
• al contagio de conductas autodestructivas o antisociales (miedo a que sus hijos se contami-
nen de malas actitudes, según los patrones ofrecidos por los videojuegos y juegos en red, o se
perjudiquen por la propagación on-line de pensamientos y acciones que los padres consideran
incorrectas).
12 Asociación Civil Chicos.net y Ecpat. Chic@s y Tecnología: ¿Una Interacción Sin Riesgos? Informe final
elaborado por TRENDSITY. Noviembre 2007:72
2.1.1 Temor a la compulsión
En términos generales y en todas las plazas investigadas, el vínculo entre los hijos y las TIC
tiende a ser calificado negativamente como compulsivo, o dicho en los términos de los padres y
madres: “vicioso”. La connotación social del vicio hace referencia directa a la adicción y a la de-
pendencia, es decir, a la imposibilidad de tener algún dominio sobre la propia voluntad. Así, las
TIC son vistas como telarañas que capturan, “emboban” e inmovilizan a los niños. En palabras
de los adultos indagados: “Se quedan como embobados, en trance, hipnotizados, hasta con la
máquina de la Sube”. “Si los dejás en la compu todo el tiempo, agarra el vicio y me da miedo
que cuando sea grande sea vago y no sepa trabajar”.
De acuerdo a la especialista en tecnología Danah Boyd,“(...) el lenguaje de la adicción sen-
sacionaliza el vínculo de los adolescentes con la tecnología y sugiere que la mera participación
conduce a la patología”. Y continúa señalando que “El problema con las discusiones populares
acerca de la adicción es que no importa si la gente es química o psicológicamente dependiente
de una sustancia o conducta. Cualquier persona que se dedique a una práctica de una manera
que la sociedad vea como una puesta en riesgo de aspectos socialmente más aceptables, es
vista como un adicto”.
En este sentido, un punto particularmente álgido para los padres es el uso de los videojuegos
y juegos en red, cuyo consumo perciben excesivo y patológico.
Frecuentemente los niños suelen dar crédito a las expresiones de sus padres, quedando in-
vadidos a su vez, por los mismos temores: “No quiero ser un adicto ni ser demasiado agresivo
cuando juego...” declaraba en el contexto de la visita etnográfica un niño brasileño.
Sin embargo, la psicoanalista Silvina Ferreira dos Santos, desestima la idea de una relación
directa entre video-juego y adicción: “No es que los videojuegos sean adictivos. Muchos de los
aspectos que se suelen señalar de los videojuegos son componentes propios del jugar, por
ejemplo, la intención de repetir aquello que es del orden de lo placentero. Los niños suelen pe-
dir ‘una vez más...’ ya sea que se trate de un juego, un cuento, etc. El juego en sí mismo tiene
ese componente. Cuando el chico se mete en la trama no quiere salir, no va a salir por mottus
propio, el adulto tiene que ayudar a regularlo, marcando distinciones entre rutinas placenteras y
otras que hacen a su cotidianeidad. Por ende, la patología del jugar de un niño no está determi-
nado por el soporte lúdico sino por su subjetividad y debe evaluarse singularmente, en el caso
por caso”.
Por otra parte, en relación a los juegos en red y como anticipo al siguiente punto, queda claro
que entrenarse para así lograr una mejor performance y destacarse entre los pares, tampoco
es un fenómeno inédito. En su libro Juegos, Juguetes y Nuevas tecnologías, Carolina Duek
deja claro que “Entrenarse para estar integrado es una continuidad histórica (...). Lo que se mo-
difica es la escala y los soportes a través de los cuales se construyen (...) las destrezas que
aparecen como relevantes para vivir una sociabilidad integral e integrada” 13. Además, la posibi-
lidad de exhibir públicamente un ranking de resultados donde posicionarse, puede impulsar a la
auto-superación puesto que “el rendimiento y la valoración de los logros es una de las variables
que interviene en la pertenencia a grupos de pares pero, también, en las interacciones de cada
niño o niña”14.
13 DUEK, Carolina. Juegos, juguetes y nuevas tecnologías. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014: 176.
14 DUEK, Carolina. Juegos, juguetes y nuevas tecnologías. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014: 200.
Como segunda motivación de conexión, aparecen distintas actividades orientadas a sociali-
zar, como el chateo, la participación en redes sociales y el consumo de contenidos on-line, que
a su vez se intensifican entre los preadolescentes. El chateo es la segunda actividad más rele-
vante en el uso de dispositivos móviles (Argentina: 32%, Brasil: 48% y México 35%), mientras
que la participación en redes sociales, aparece en el uso de ambos dispositivos, y con mayor
fuerza en Brasil. En las tres plazas, Facebook es la principal red social utilizada (aunque Face-
book requiera que los usuarios tengan una edad mínima de 13 años para crear una cuenta, los
niños –muchas veces bajo consentimiento de los adultos- declaran un año de nacimiento que
les permita acceder):
• 72% en Argentina: 55% en el segmento de 7-9 años, y 88% en el de 10-12 años (seguida
por YouTube con un 46%)
• 89 % en Brasil: 80% en el segmento de 7-9 años, y 98% en el de 10-12 años (seguida por
YouTube con un 48%)
• 71% en México: 50% en el segmento de 7-9 años, y 92% en el de 10-12 años (seguida por
YouTube con un 49%)
Pero también, la socialización on-line persigue fines muy valorados por los adultos, como el
cumplimiento de los deberes escolares: “Si no llegaste a copiar, las mamás se pasan la tarea
por Facebook”. (Niños 7-9 años NSE medio-bajo Arg) / “Whatsapp sirve para la comunicación,
tenemos un grupo para relajarse y otro para hacer la tarea”. (Preadolescentes Brasil 10-12
años NSE medio-bajo).
Los números así lo confirman, puesto que la búsqueda de información para la escuela (reali-
zada especialmente a través de PCs y notebooks de los padres, familiares o provistas por los
programas de gobierno) ocupa un lugar destacado, en especial para Argentina y México (41% y
48% respectivamente) mientras que para Brasil está a la par de otras actividades, con el 24%.
Asimismo, como señala una investigación desarrollada por Save the Children: “Navegar libre-
mente facilitó en los pequeños internautas el despliegue de diversas emociones, aptitudes y
habilidades, entre ellas, (...) el desarrollo de actitudes solidarias de quienes más sabían hacia
quienes menos y la socialización de los conocimientos entre pares”15
Para los niños indagados, los motivos de mayor impacto para la conexión giran en torno al
contacto con otros: el contactarse con amigos que ya conocen (Argentina: 66%; Brasil: 85% y
México: 69%) y el juego a través de las redes (Argentina: 62%; Brasil: 64% y México: 55%). Sin
embargo, los adultos indagados ven en las TIC una amenaza latente hacia el sostenimiento de
los lazos sociales afectivos, asociados con el “calor humano” que proporciona el encuentro en
persona. Estos temores, van desde la fantasía de extinción de ciertos espacios de socialización
clásicos-como el café- hasta, nuevamente, la patologización del vínculo con la tecnología bajo
la figura del “autismo”.
“Va a dejar de existir el juntarnos a tomar un café. El café virtual va a ser muy frío”. / “Con la
tecnología (mi hija) está más enfrascada. Ni parpadea. Me da miedo que se vuelva autista”.
Sin embargo, a lo largo de todo el estudio y en las múltiples fuentes analizadas, no se encon-
traron evidencias que señalen a las TIC como “causantes de autismo” de autismo, sino que por
el contrario, tanto los niños como los referentes académicos tendieron a manifestar que las TIC
pueden colaborar en su desempeño social, y no parecen suplir la necesidad de contacto e in-
tercambio personal. En palabras de los niños: “Hay un álbum digital como de mentira. Bah, no
es de mentira... pero no es lo mismo porque no podés cambiar figuritas con los demás”. (Niñas
Arg 7-9 años NSE medio-alto Arg) / “Es como más valiente hablar cara a cara... no esconderte
a través de Facebook... si una amiga se mete los dedos para vomitar, es un tema difícil para la
otra persona... si la encarás por Facebook va a pensar que no lo estás tomando tan en serio”.
(Preadolescentes 10-12 años NSE medio-bajo Arg) / “Si no es cara a cara no es honesto, que
tal si te está mintiendo”. (Niños 7-9 años NSE medio-alto Mx) / “Algunas cosas que te enterás
por la web, luego sólo se hablan personalmente. Un secreto, por ejemplo”. (Niños 7-9 años
NSE medio-alto Brasil) / “Personalmente es como el amigo puede dar opiniones sinceras. Se
15 “Investigación comparativa sobre los usos y disfrute de Internet por niñ@s de entre 8 y 10 años” conduci -
do por la Organización Savethechildren y por chicos.net en Argentina, Perú y Paraguay
entiende más cuando se enfada, cuando está molesto o cuando está contento”. (Niñas 7-9
años NSE medio-alto Brasil).
En el mismo sentido, Sonia Livingstone, investigadora y experta internacional en el uso de In-
ternet en la infancia, refuerza lo referido por los niños al subrayar que: “a partir de entrevistas
que les hago a niños, pude encontrar muy interesante el hecho de que cuando quieren decir
algo realmente importante a alguien, se lo dicen cara a cara”.
Los niños siguen manteniendo sus vínculos cara a cara en complemento con el mundo on-li-
ne y prohibirles la interacción on-line por miedo a que se aíslen, sería producir exactamente lo
que se teme, sería aislarlos. ñEn palabras de Sergio Zabalza: “Algunos padres no entienden
que los chicos se juegan su inclusión en el grupo de pares mediante el ciberespacio y en eso le
va a la vida, no hay nada más terrible para un ser hablante que la exclusión”. Paula Sibilia
avanza también en esta línea: “La culpa era el mecanismo de control que funcionaba de mane-
ra más eficaz en la sociedad de la interioridad, una sociedad rígida, muy estricta en las reglas y
con una moralidad consensual. Tanto la interioridad como la culpa se desarrollaban de modo
prioritario en el espacio privado, totalmente separado del público. Nuestra sociedad es muchísi-
mo más sensible o incluso vulnerable a la mirada de los otros. Al disminuir el peso y el valor de
la antigua interioridad, lo que nos define es cada vez más lo que hacemos y mostramos, cómo
somos con los demás y cómo ellos nos ven. Esto podría configurar formas de encuentro más
interesantes”. (...) “Tiendo a pensar que hay un estar juntos on-line poderoso, no es que vale
menos porque es virtual”.
Cuando los adultos interpretan que sólo el encuentro cara a cara permite hablar de un víncu-
lo legítimo, y que la interacción on-line es causa de aislamiento social, tienden a restringir la in-
teracción on-line de sus hijos.
Paradójicamente, esto puede generar la misma marginación que intentaron evitar (ya que
hoy, no participar del mundo on-line, es aislarse).
Las declaraciones de los niños, niñas y preadolescentes entrevistados, siguen esta línea:
“Me dicen que el GTA es agresivo, pero necesito tenerlo no porque me aburro, es por un tema
social... quiero hablar con mis amigos del juego”. (Preadolescentes 10-12 años NSE medio-alto
Arg) / “Los que no se interesan por tener celular con Internet, son los antisociales”.(Preadoles-
centes 10-12 años NSE medio-bajo Arg).
Un apéndice al temor al aislamiento, es el miedo a que el manejo simultáneo de diferentes
mensajes y estímulos (del mundo on y off-line) dificulte la capacidad de los hijos de conectar
con el mundo “exterior”. Para los adultos –acostumbrados a una atención focalizada- a raíz de
las TIC los niños “no prestan atención al 100 %... aprender, van a aprender, pero no al 100%. El
que mucho abarca...”
La Lic. Dussel cuestiona, sin embargo, la dicotomía que los adultos establecen entre el uso
de las TIC y la atención: “A veces los padres dicen Apagá el celular y concentráte... como si
no hubiera concentración en el uso de las tecnologías. Un jugador de videojuegos muy apasio-
nado esta súper concentrado. Y hay atención flotante, de distracción, del multitasking, que es
otro tipo de atención. Estas son nuevas condiciones que hay que pensar y atender”. Los niños,
por su parte, aportan expresiones como las siguientes: “Un día estaba haciendo todo junto.
Viendo la televisión en mi iPad, jugando con la Play y comiendo bananas. Es fácil”. (Niños 7-9
años NSE medio-alto Brasil) / “Creo que la tecnología no es sólo para interrumpir la atención,
también veo las tabletas como herramienta de trabajo: para el diseño, para hacer montajes”.
(Preadolescentes Brasil 10-12 años NSE medio-bajo)
Por otra parte, este estudio nos permitió detectar una lógica de sentido inverso: algunos ni-
ños y niñas, cuando sienten que los adultos no les prestan atención –por ejemplo, cuando com-
partiendo la mesa no los involucran en sus conversaciones- recurren a las TIC para sentirse
parte... de algo.
“En un restaurante pido la clave de Internet porque mis tíos hablan mucho del doctor, de
cuando la abuelita está enferma del ojo”. (Preadolescentes 10-12 años NSE medio-bajo Mx) /
“Muchas veces mis papás están muy ocupados, trabajan mucho, no llegan con ganas de po-
nerse a jugar conmigo, entonces voy a los videojuegos”. (Preadolescentes 10-12 años NSE
medio-alto Arg).
2.1.3 Temor a la destitución del juego, la imaginación y la fantasía
Este temor de los adultos radica en la creencia de que la tecnología ha quitado a sus hijos la
virtud de valorar sus juguetes “físicos”, así como la posibilidad de entretenerse sin artefactos,
usando sólo su creatividad o su imaginación.
“Los niños ya no juegan y los adolescentes no te leen. Quieren todo servido”.
Sin embargo y a pesar de estos temores, son los propios padres y madres los que admiten
que sus hijos no han perdido la capacidad de jugar: “Cuando hacen las pijamadas sí juegan,
sacan todo, arman carpas. Ahí no tanto la compu, más la tele con videos específicos de músi-
ca, karaoke”. / “A mi nena le gusta tanto diseñar cupcakes en la compu, como que le haga
masa, con harina y agua, con el amasador y los moldes”.
Más aún, advertimos que muchas veces los niños y niñas obtienen en la web lo que podría-
mos denominar insumos digitales inspiradores para la elaboración de tramas de juego, dibujos
y fantasías. Siguiendo el discurso de los niños: “En Minecraft podemos construir lo que quera-
mos, un cerdo, una casa del árbol. Una biblioteca en medio de la nada. Libras tu imaginación”!.
(Niños 7-9 años NSE medio-alto Mx). Es decir que ocurre una articulación entre lo que sucede
en las pantallas, y fuera de ellas. Tanto es así, que la Universidad Robert Morris de Pittsburgh,
Estado de Illinois (la primera del país en contemplar los deportes electrónicos en su programa
de ayudas por habilidades deportivas) incluye los videojuegos en su lista oficial de deportes ap-
tos para solicitar una beca. Según publicaciones del Chicago Tribune (uno de los principales
diarios de la ciudad de Chicago), la Robert Morris ha presentado un programa de becas para
jugadores ‘League of Legends’16, ofreciendo a los atletas electrónicos una reducción de hasta el
50% en la matrícula y alojamiento. Así, la institución “reconoce el valor y la legitimidad de los
deportes electrónicos”17.
• Argentina es el país donde se mencionan mayor cantidad promedio de juegos por niño y
Brasil registra la tendencia contraria (Argentina:4,27; Brasil:2,88 y México: 3,37).
• En Argentina, mercado de mayor consumo lúdico, lideran los juegos “locales”, instalándose
fuertemente Mundo Gaturro18 (56%), personaje inicialmente aparecido en la prensa escrita.
Preguntados/Cierto o Falso (42%), puntúa fuerte entre los preadolescentes. Club Penguin
(37%), juegos de The Walt Disney Company Latin America (31%) y juegos de Juegosgratis
(30%) se mencionan en 3ero, 4to y 5to lugar.
• En Brasil lidera Farmville de Facebook (41%), siendo consecuente con la alta penetración
de esta red, al que le siguen los del sitio de Cartoon Networks (27%), de Discovery Kids (21%),
Minecraft (21%), FIFA (20%) y Club Penguin (19%).
• En México lidera en cambio The Walt Disney Company Latin America con el 35%. Le siguen
Farmville (29%), Club Penguin (28%), Juegosgratis (26%), los del sitio de Nickelodeon (26%) y
Minecraft (25%).
Para la Lic. Dussel, no sólo lo digital no anula per se la fantasía, sino que los niños tienen un
universo de fantasía que se despliega en los juegos digitales, tanto como en otros espacios.
Carolina Duek, propone debatir si los nuevos juegos no son acaso capaces de generar nuevas
prácticas lúdicas. Y tomando el concepto de mediamorfosis de Fidler (1997), al que ya nos he-
mos referido, en articulación con la idea de “ludomorfosis” de Tourn (2013) 19, Duek sugiere que
se trata de un proceso de co-existencia y co-evolución entre lo precedente y lo nuevo. “En este
16 League of Legends es uno de los juegos más grandes del mundo y cuenta con 67 millones de usuarios que
juegan, al menos, una vez al mes y con otros 27 millones que lo hacen a diario. Se trata de uno de los vide -
ojuegos que más ha hecho difuminar la línea que existe entre los deportes tradicionales y los electrónicos:
la empresa de distribución de videojuegos RiotGames ya ofrece millones de dólares en premios económi-
cos para los mejores equipos del mundo y el Gobierno de Estados Unidos empezó a emitir visados especia-
les a los jugadores de primer nivel, de manera que se les reconoce como atletas profesionales.
17 Las universidades de EEUU darán becas a jugadores del ‘League of Legends’. Publicado en www.teintere -
sa.es / 24 de Junio de 2014.
18 Gaturro es una serie de libros escrita por Cristian Dzwonik (conocido como Nik). La serie cuenta con más
de 50 libros, entre historietas y pequeñas novelas. Una adaptación cinematográfica ha sido estrenada en
2010, así como un mundo virtual para niños. A través de distintas acciones, el usuario conseguirá monedas
que luego puede cambiar por productos existentes en catálogos para vestir a su avatar o decorar su casa.
sentido (...) la vinculación y las continuidades entre los juegos ‘tradicionales’ y los juegos en la
computadora podría pensarse como un proceso de articulación entre textualidades disponibles
que se imbrican en un nuevo espacio constituido por las pantallas disponibles”.20
Lo que puede ocurrir algunas veces, es que los adultos muy exigidos en la sociedad contem-
poránea, descansen en el entretenimiento que ofrecen los juegos virtuales (que los niños agra-
decen y parecen disfrutar), porque tienen menos tiempo y energías para integrarse a los juegos
de los niños y proponerles otros soportes de juego (como los juegos de mesa) de manera
atractiva. Como lo explicita Duek: “La clave radica aquí (...) en la compañía que pueda tener
ese niño o niña a la hora de abrir esa caja, bolsa o contenedor en que se encuentre esa pro-
puesta lúdica. Si los más chicos suelen estar solos, o al menos, no cuentan con la posibilidad
de que un adulto u otro amigo se siente con ellos a jugar, es muy fácil que el destino de esa
caja sea llenarse de polvo”.21
¿Por qué no aceptar, entonces, la invitación que hace Anne Collier? “Sería mucho mejor si
los adultos pudiésemos querer jugar un poco más y probar cosas nuevas. Probar la tecnología
y los medios que nuestros hijos aman, y así poder entenderlos mejor a ellos. Y en el intento, en
el juego, darnos cuenta de que no hay peligro realmente”.
¿QUÉ APRENDIMOS?
• Los distintos prejuicios que los adultos tienen acerca de las TIC, hacen que muchas veces
orienten mal sus “alarmas”, señalando como dañino aquello que no necesariamente lo es.
• Es importante revisar los temores que están en la base de estos prejuicios, para que los pa-
dres puedan gestionar estrategias preventivas adecuadas en sus hijos.
- Temor a que sus hijos generen un vínculo de vicio, dependencia, imposibilidad de “cortar”
con la tecnología (compulsión y rechazo social)→ sucede que la trama de todo juego puede ser
atrapante en la infancia, sea o no mediada por las TIC.
- Temor a que sus hijos queden “tomados” por los dispositivos tecnológicos, pierdan sus vín-
culos presenciales y sufran déficits de atención (aislamiento, “autismo”)→ Sin embargo, cuando
los adultos restringen la socialización on-line pueden terminar ocasionando aislamiento.
- Temor a que sus hijos sustituyan los juegos “clásicos” por medios que ya dan todo “servido”
(destitución del juego, la imaginación y la fantasía)→ Los niños siguen disfrutando de sus ju-
guetes físicos cuando son estimulados con propuestas atractivas. La web puede ser una fuente
de insumos para generar tramas de juego, dibujos y fantasías. El problema es que, a veces so-
mos los adultos los que no nos permitimos jugar lo suficiente con los niños.
- Temor a que sus hijos se “contagien” de pensamientos y acciones dañinas, así
como de conductas autodestructivas y/o antisociales desde los videojuegos→ los niños no
parecen confundir juego virtual con realidad, así como no confunden juego físico con realidad.
No existe evidencia científica concluyente que señale a los contenidos de los videojuegos como
causantes de respuestas agresivas o violentas, o al menos, no más que los contenidos y estí-
mulos que reciben desde el off-line.
22 DUEK, Carolina. Juegos, juguetes y nuevas tecnologías. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014
¿CUÁL ES EL IMPACTO EN LA SUBJETIVIDAD DE LOS NIÑOS/AS Y PREADOLESCEN-
TES?
- Contrariamente a lo que piensan los padres y madres, las TIC bien implementadas pueden
facilitar el desarrollo de actitudes solidarias entre pares, ya que fomentan el deseo de interac-
tuar con más personas.
- Por otra parte, estas nuevas competencias lúdicas (siempre que no sean las exclusivas, es
decir, que los niños sigan jugando con juguetes y juegos físicos) pueden dotarlos de habilida-
des sociales “para la vida”, ya que se entrenan sus destrezas mentales y sociales, en un marco
reglado y desafiante.
- Además, las herramientas digitales les permiten recrear y explorar lúdicamente su identi-
dad, que puede ayudar a desarrollar un yo más rico: menos rígido y menos unidimensional.
CAPÍTULO 03
OBSTÁCULOS E INTERFERENCIAS A LA HORA DE LA INTERVENCIÓN ADULTA
En el capítulo anterior hemos analizado algunos de los temores y prejuicios de los padres en
relación al vínculo de sus hijos con la tecnología.
En este capítulo profundizaremos en los obstáculos e interferencias a la hora de la interven-
ción adulta respecto de las interacciones on-line de los niños.
3.1 Riesgos percibidos por los padres en relación a las actividades on-line de sus hijos
El estudio cuantitativo señala que los riesgos que más inquietan a los padres en relación a
sus hijos y los peligros on-line, refieren al acceso a contenidos inadecuados y contactos peli-
grosos. En primer lugar, en Argentina y México, inquieta el acceso a contenidos inadecuados,
especialmente pornográficos y sexuales (con el 47% en Argentina y el 57% en México), mien-
tras que en Brasil se posiciona en segundo lugar (con un 39%). Los riesgos referidos a contac-
tos peligrosos (principalmente acosadores, abusadores, impostores) son el principal riesgo per-
cibido en Brasil (con el 66%), mientras que en Argentina y México se posicionan en segundo lu-
gar (con un 41% y un 46% respectivamente). También se menciona la interacción con descono-
cidos, en donde el niño pueda proporcionar información personal o relativa a la privacidad de la
familia, más enfatizado entre padres argentinos (Argentina: 30%; Brasil: 9% y México: 19%).
24 Doctora en Ciencias Sociales (UBA) y Magister en Comunicación y Cultura (UBA). Investigadora del
CONICET, donde dirige proyectos de investigación vinculados con el juego y los medios de comunica-
ción.
25 DUEK, Carolina.Juegos, juguetes y nuevas tecnologías.Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014: 58.
26 Asociación civil Chicos.net y Ecpat. Chic@s y Tecnología: ¿Una Interacción Sin Riesgos? Informe final
elaboradoporTRENDSITY.Noviembre 2007:32
En otras palabras, el riesgo ronda en torno a situaciones que les suceden a otros, generando
un bajo nivel de implicación.
“Salió en las noticias de uno que por jugar videojuegos mató a su familia”. (Preadolescentes
10-12 años / “Hay chicos de Estados Unidos que por hacerse los cancheros y tener amigos de
todo el mundo aceptan a desconocidos, y después los matan”. (Preadolescentes 10-12 años
NSE medio-alto Arg) / “En la escuela dieron una obra de teatro que un chavo tenia Face y se
robó a una niña y ella no recordaba con qué la durmió ni qué le hizo”. (Niñas 7-9 años NSE me-
dio-bajo Mx) /NSE medio-bajo Mx)/ “Hay antecedentes de gente de Estados Unidos que en la
vida real le pasa algo con esos juegos, de tanto que se posesionan”.
Este “otro grupo” construido, donde anclan los temores extremos en relación a la tecnología,
no ayuda a generar una conciencia de riesgo realista, que permita detectar amenazas concre-
tas, más frecuentes y posibles.
La exploración cuantitativa de las experiencias que efectivamente habían vivido los niños en-
cuestados, arroja los siguientes resultados:
• El cyberbullying es la situación que mayor incidencia directa o indirecta presenta (Arg:14%;
Bra: 21% y Méx: 17%), es decir que le sucedió a los niños encuestados o conocen a alguien a
quien le sucedió.
• La vivencia o conocimiento directo de otras situaciones menos frecuentes, como el chateo
con adultos desconocidos que incomodaron al niño registra el 14% entre niños argentinos, el
28% en Brasil y el 18% entre niños mexicanos encuestados. Estas situaciones son más fre-
cuentes en los niños de 10 a 12 años que entre los más pequeños.
• El pedido de fotos íntimas propias, es una situación menos experimentada en Argentina y
México (5% y 11% respectivamente) en cambio en Brasil esta situación adquiere mayor presen-
cia (19%).
• El recibir fotos íntimas de un desconocido es algo más frecuente en Brasil (14%) y México
(12%). En Argentina un 9% atravesó esa situación o conoce a alguien a quien le sucedió.
• Y quienes afirman haber tenido o conocer de manera directa un pedido de encuentro perso-
nal por parte de un desconocido son el 9% para Argentina, el 21% para Brasil y el 9% para Mé-
xico.
¿A quién recurrir frente a estas situaciones? Entre todos los niños que atravesaron o cono-
cen a alguien que atravesó situaciones de este tipo, alrededor de un tercio acudiría a los pa-
dres frente a una situación de esta índole (Argentina: 32%, Brasil: 37% y México: 33%).
3.6 ¿Mayor peligro para las niñas que para los niños?
Las connotaciones de debilidad femenina y fortaleza masculina propias de una cultura sexis-
ta, llevan a asumir que existe un mayor peligro para las niñas que para los varones. Así, para
los padres “Al ser varón no me preocupo tanto, si fuese nena sería distinto”. / “Siendo varones
es más fácil, si tuviera una mujer sería peor”.
Sin embargo, a nivel global, más hombres que mujeres utilizan Internet. Según informes de
la ONU: “la penetración de Internet alcanza un 41% de los hombres comparado con un 37% de
las mujeres, ó 483 millones de usuarios varones en comparación con 475 millones de mujeres.
Esta brecha, es aún más pronunciada en los países en desarrollo, donde 16% menos de muje-
res utilizan Internet versus los hombres”. Asimismo, la misma fuente recoge también indicios
acerca de que los niños en Europa “poseen un mayor y mejor acceso a Internet que las niñas,
patrón que posiblemente se reproduzca en otras regiones, especialmente en contextos donde
las niñas experimentan consistentemente una mayor discriminación en la sociedad que los ni-
ños”.
También más varones utilizan el locutorio o cyber como lugar de conexión. Este lugar de na-
vegación se caracteriza por presentar un bajo nivel de supervisión adulta y mayor posibilidad
de intercambio entre adultos y niños. Según el relevamiento cuantitativo realizado en el presen-
te estudio, la navegación en el cyber/locutorio alcanza el 4% en Argentina y Brasil, llegando al
9%en México, con una mayor penetración en varones, en todos los países (Argentina: 7% de
niños versus 1% de niñas; Brasil: 5% de niños versus 3% de niñas; México 13% de niños ver-
sus 5% de niñas).
Todos estos indicadores nos permiten suponer que más allá de los prejuicios adultos respec-
to de un mayor peligro para las niñas, como mínimo, el riesgo para niños y niñas no sería tan
diferente.
3.7 Consejos para padres que resultan comprensibles, pero muchas veces impractica-
bles
Actualmente, distintos emisores transmiten listados de consejos relacionados con el uso de
las TIC por diferentes medios masivos. Sin embargo, aunque los padres acuerden con los mis-
mos y los comprendan perfectamente, e incluso en muchos casos intenten seguirlos, suelen te-
ner un barniz ideal que no es empático con la dinámica y los vínculos entre padres e hijos con-
temporáneos. Así, ponerlos en práctica parece resultar difícil, y por ende, frustrante: “Los ex-
pertos te la pintan muy lindo pero en casa, ¡hay que estar! Llega la hora de la comida y si no
están los dibujitos mi nena no quiere comer. Es una negociación constante”.
Estos consejos, se transforman así en un ideal difícil de lograr. Lo que resulta es un efecto
rebote: los padres tienen una sensación de incompetencia, ante la que sólo les queda (para es-
capar de la resignación), acudir a los prejuicios que hemos detallado en el capítulo anterior.
Por otra parte, estos consejos tienden a restringirse al uso de las TIC (dejando por fuera la
vida off-line) y a concentrarse en aspectos formales (por ejemplo: erradicar la PC de la habita-
ción del niño o fijar horarios claros de navegación), de modo que quedan desfasados respectos
de las nuevas dinámicas familiares, así como de las posibilidades que abren los nuevos dispo-
sitivos cada vez más móviles y personales.
¿QUÉ APRENDIMOS?
• La idea de que los niños “vienen más adelantados” puede dificultar ver que la subjetividad
se construye sólo en el contexto del encuentro entre quien llega al mundo, y el mundo que lo
recibe. Es cierto que los niños de hoy son distintos... pero también lo somos los adultos y el
mundo que nos rodea. Considerar que los niños “vienen” distintos puede promover una actitud
pasiva en los adultos a la hora de protegerlos on-line.
• Los adultos se encuentran perplejos ante el nuevo escenario tecnológico, particularmente
cuando comparan su baja pericia (necesidad de leer los instructivos, etc.) con el dominio intuiti-
vo que parece tener los niños.
• Cuando los padres y las madres confunden menor pericia con menos autoridad, subesti-
man su poder para instalar reglas y ceden a la hora de establecer pautas, así como de transmi-
tir criterios.
• Si bien el 60% de los niños mexicanos encuestados, el 52% de los argentinos y el 47% de
los brasileros afirma que usar Internet y redes sociales es muy o algo peligroso (siendo el cy-
berbulliyng y el contacto con extraños con propuestas indecentes, los principales riesgos perci-
bidos), la gran mayoría considera que sus pares no sienten preocupación extrema al navegar
por Internet, debido a que creen que no les va a ocurrir nada malo. Esto parece ser producto
tanto de una sobrevaloración de su pericia tecnológica a la hora de protegerse, como de la in-
genuidad infantil.
• Cuando la idea de riesgo en el uso de las TIC, aparece asociada a peligros extremos y con-
secuencias.... consecuencias dramáticas pero lejanas y que “les suceden a otros”, se puede di-
ficultar detectar focos de amenaza más concretos, frecuentes y posibles.
• A su vez, los consejos para padres que se difunden en los medios, tienden a ser desalenta-
dores, porque aunque son comprensibles, en lo cotidiano parecen poco accionables. Se suelen
concentrar en aspectos formales (lugar de ubicación de la PC, etc.) y resultan poco sensibles a
las dinámicas familiares contemporáneas, así como a las posibilidades y riesgos que abren los
nuevos dispositivos cada vez más móviles y personales.
¿CUÁL ES EL IMPACTO EN LA SUBJETIVIDAD DE LOS NIÑOS/AS Y PREADOLESCEN-
TES?
- Cuando se confunde dominio técnico con capacidad de auto-regulación, los niños son em-
pujados de manera prematura a una “falsa autonomía” que puede incrementar los riesgos en
sus experiencias on-line.
CAPÍTULO 04
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS A LOS QUE ESTÁN EXPUESTOS LOS NIÑOS?
En los capítulos previos hemos profundizado en los prejuicios y temores que los padres sien-
ten respecto del vínculo de sus hijos con las tecnologías y cómo pueden ayudarlos a tomar re-
caudos al respecto.
A continuación, veremos cuáles son, según los expertos y fuentes bibliográficas consultadas,
los riesgos asociados a las TIC.
4.1 Las TIC como medio para propagar y amplificar formas pre-existentes de agresión
Las TIC resultan un medio que se presta para distintas maniobras de hostigamiento, intimida-
ción, acoso, humillación y extorsión del yo, que no son en sí mismas nuevas, pero que sí en-
cuentran vías facilitadas para su propagación (tal es el caso del cyberbullying). 27 Según el re-
porte Releasing children’s potential and minimizing risks: “el cyberbullying puede incluir la difu-
sión de rumores; la publicación de información falsa o mensajes desagradables, comentarios o
fotos embarazosas; o excluir a alguien de las redes on-line u otras comunicaciones. Caracteri-
zado por un desequilibrio de poder, el daño que causa el cyberbullying puede ser profundo.
Esto es, en parte debido a que Internet permite esta intrusión en el espacio privado de un niño
que queda sin lugar para escapar, y debido a que el alcance on-line de mensajes o imágenes
hirientes es mucho mayor que en la intimidación off-line”.
Según el mismo informe, “está comenzando a emerger evidencia de la participación de los
mismos niños en la ciberdelincuencia, incluyendo la piratería (hacking), estafas on-line y el con-
sumo y difusión de material de abuso sexual infantil”. La naturaleza semi-anónima de Internet
puede generar cierta sensación de “impunidad” que funciona como permiso para la crueldad.
También permite reclutar fácilmente a otros participantes así como amplificar la audiencia, por
lo que maximiza el impacto sobre la víctima. En palabras de Inés Dussel: “la red ofrece cierto
anonimato que hace que herir sea menos costoso: lanzo la piedra y listo”. Si bien no siempre la
víctima conoce la identidad del autor, un estudio realizado por Chicos.net, ECPAT Internacional
y Save the Children en la Argentina 28 sugiere que la agresión virtual entre niños es más fre-
cuente entre aquellos que se conocen de la escuela o del barrio.
La situación que genera la mayor preocupación en los padres de los tres países, es que sus
hijos sean abordados por un adulto que los induzca a algo peligroso (Argentina: 82%; Brasil:
82% y México: 83%). La posibilidad de que sus hijos puedan sufrir cyberbullying también preo-
cupa a los adultos de los tres países (Argentina: 72%, Brasil: 78% y México: 74%), mientras
que entre los niños encabeza el listado entre las situaciones más temidas en relación a la tec-
nología.
27 “Detrás de la pantalla todos somos parte de una masa sin líder evidente que opina según lógicas binarias,
dónde ‘likeo’ lo que más me gusta sin pararme a reflexionar. Reflexionar interrumpiría la cadena multipli-
catoria. Bastaría con que sólo uno de esos ‘repetidores’ se preguntase por lo que está haciendo. ¿El proble-
ma es el mundo cibernético o la dificultad para pensar en la consecuencia de los propios actos?” María Eu-
genia Farrés- Lic. Silvina Ferreira dos Santos. Una reflexión sobre el suicidio de la joven canadiense. En:
http://www.diariouno.com.ar/mundo/Una-adolescente-canadiense-se-suicido-por-sufrir-humillaciones-en-
las-redes-luego-de-una-violacion-20130412-0072.html)
28 Chicos.net, Ecpat y Save the Children Sweden.“Chic@s y Tecnologías, usos y costumbres de niñas, niños
y adolescentes en relación a las Tecnologías de la Información y la Comunicación”. 2009: 45.
4.2 El sinóptico: me muestro, luego existo
En una sociedad que apuesta al valor de la visibilidad y la celebridad, las TIC constituyen
una plataforma ideal para “mostrar que existimos”. Como lo expresa Paula Sibilia: “La visibili-
dad y la conexión son dos ingredientes fundamentales para construir la subjetividad contempo-
ránea. De hecho, estos nuevos aparatos tienen cámara embutida y conexión a las redes”. P. Si-
bilia señala que las TIC son producto de una sociedad que desplaza el núcleo de lo subjetivo
de lo interior hacia lo visible: “Cada vez menos el centro de la subjetividad reside en esa interio-
ridad esencial y enigmática, misteriosa, etérea, y cada vez se desplaza más hacia lo que se ve.
Tenemos que mostrar todo lo que hacemos y queremos que nos defina, porque es fundamental
que los demás lo vean para que gane verdadera existencia. Entonces, lo que los demás ven en
nosotros es más valioso y más definitorio para que los otros tengan una idea de quiénes so-
mos, para que nos evalúen, nos juzguen y nos conozcan. Las redes sociales son una prueba
sintomática de que los nuevos modos de ser se realizan en la visibilidad”.
Hasta hace unos años se hablaba del “panóptico de Foucault”29. El psicoanalista Sergio Za-
balza - entrevistado para este estudio - plantea un nuevo concepto, el de sinóptico, de la si-
guiente manera: “Sólo es mirado quien interesa, de lo contrario simplemente no existís. Nadie
te vigila. Estás conectado o no estás”30. Y sitúa: “ahora el problema es el sinóptico del que ha-
bla Bauman31, quiere decir si no me miran no existo, este es el tema. Si no aparezco en las fo-
tos de la fiesta no estuve en la fiesta. Me miran y luego existo. Este es el jueguito cartesiano de
nuestra época”. No participar en estos medios, es en algún sentido un “no existir” y por eso, es
fuente de angustia.“En las redes sociales, el mercado y la espectacularización son complemen-
tarios; es la lógica del rating: cuanto más comentarios o ‘me gusta’ tenés... más valés”, señala
Paula Sibilia.
Las personas construimos nuestra subjetividad en sociedad y, en gran parte, a través de la
mirada de los otros. Es necesario que los padres puedan acompañar a sus hijos en el proceso
de construcción de la imagen que eligen mostrar, la respuesta que esta imagen recibe y lo que
esto implica para su subjetividad.
33 DUEK, Carolina. Juegos, juguetes y nuevas tecnologías. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014: 57.
dónde intervenir, el tipo de consecuencias que un riesgo en particular puede tener, éstas son
las cosas que están reconfiguradas por Internet”.
¿QUÉ APRENDIMOS?
• Las TIC se prestan como nuevo medio para la propagación de situaciones de vulneración y
violencia de la infancia – que si bien podían existir anteriormente – hoy se ven amplificadas por
la tecnología. Esto refuerza la necesidad de instalar conciencia de cuidado.
• En un contexto donde mostrarse es condición para “existir”, las TIC son un medio privilegia-
do para explorar, editar y difundir la propia imagen. No participar en estos medios, en algún
sentido es “no existir”, pero participar sin los correspondientes recaudos puede ser riesgoso.
• Dado que en la infancia la construcción del yo está en proceso, el soporte y marco prove-
niente del adulto resulta crítico. Sobre todo porque a pesar de saber manejarse con las plata-
formas digitales, los niños podrían no comprender cabalmente los alcances de sus actividades
on-line.
• La pericia técnica no habilita la “emancipación”. Pretender que los niños se auto-regulen
con madurez en el uso de las TIC, es ceder la responsabilidad adulta.
• Confundir control con intervención y acompañamiento, es sostener un vínculo de poder
concentrado en el adulto, en lugar de empoderar paulatinamente a los niños.
CAPÍTULO 05
LOS FILTROS QUE PROTEGEN SE CONSTRUYEN DESDE ADENTRO
5.1 Una tecnología cada vez más móvil y personal
Los expertos consultados pronostican que la tendencia hacia la tecnología móvil seguirá en
aumento. Para Sonia Livingstone “el pasaje de las computadoras de escritorio a la tecnología
móvil y los dispositivos personales ha ocurrido muy rápido. Lo que hace el gran cambio es la
sensación de tener tecnología en todos lados, cuando sea que se necesite. Y eso permite que
todo sea mucho más personalizado e individualizado”. En la misma línea, Martín Restrepo sos-
tiene que “Ya son tecnologías de estar en movimiento, ocupan el mundo real, ya no les gusta
estar quietas”.
Según el estudio cuantitativo realizado, tanto en Argentina como en Brasil, la PC de escritorio
es el dispositivo de mayor penetración en los hogares, (79% para ambos países, versus el 60%
en México, superada por las computadoras portátiles). Los Smartphones también registran una
presencia considerable: 69% en Brasil, 63% en México y 55% en Argentina.
34 El Poder Judicial de la Nación Argentina define el daño psíquico como las consecuencias traumáticas que
devienen del impacto que produce en la integridad de un individuo, un hecho súbito, violento e inesperado;
vivido como un ataque, que desborda la tolerancia del sujeto y sus capacidad de controlar y elaborar psí -
quicamente el flujo excesivo de excitación que representa trastornos patológicos por un lapso indetermina-
do, pudiendo remitirse o no. (...) Este daño debe ser pensado desde una perspectiva estructural y dinámica
de la personalidad, considerando al sujeto como una entidad bio-psico-social. Jornada de Capacitación en
Cámara Gesell. Escuela de Capacitación del Poder Judicial. En:
http://www.jussanjuan.gov.ar/escuelajudicial/index.php/biblioteca/nuestro-material-de-estudio/163-
jornada-de-capacitacion-en-camara-gessel?start=7
5.2 Implicancias de la tecnología móvil y personal sobre la subjetividad
¿Por qué lo anterior afecta nuestra construcción como persona, nuestra subjetividad? Porque
la subjetividad, siguiendo las definiciones del Psicoanálisis y la Psicología Social ya expresa-
das, es la experiencia de devenir sujeto en contexto y las TIC hoy pueblan los contextos huma-
nos, están donde están las personas.
A continuación, algunas de las tendencias que se manifiestan en este sentido, según los ha-
llazgos de nuestro estudio e integrando la perspectiva de los expertos entrevistados.
39 DUEK, Carolina. Juegos, juguetes y nuevas tecnologías. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014: 170
Asimismo, el hecho de que los dispositivos tecnológicos sean cada vez más portables y per-
sonales refuerza la necesidad de comprender las implicancias que esto conlleva, ya que los pa-
dres no pueden desplegar constantemente mecanismos de control externos presenciales o me-
diante filtros.
La encuesta on-line realizada, como ya se señaló, expresa claramente que la mayoría de los
niños además de conectarse en el hogar, lo hacen fuera del mismo, y que esta tendencia se in-
crementa en cantidad de tiempo y espacios conforme aumenta la edad del niño/a.
Un padre primerizo reconoce la situación con estas palabras “Uno enseña hasta donde pue-
de, pero si se mete al baño con el celular no lo puedo perseguir... Así como a mi papá se le pa-
saron algunas cosas conmigo, no voy a poder estar en todo encima de él”.
Sucede que las estrategias de control hogareñas (tales como los filtros para PC) podrían te-
ner alguna operatividad dentro de los límites de la casa, pero no siempre aplican ni transfieren
aprendizajes por fuera de dicho ámbito. El Lic. Zabalza coincide en que el uso de filtros en de-
terminados dispositivos “sólo tiene que ser un recurso más. Hay quienes ponen el acento en el
control y estar muy encima de los chicos, para evitarles el contacto con ciertos sitios. Si pone-
mos el acento en el control no va a servir. Lo decisivo es la actitud del adulto, si se hace cargo
o no”. El especialista define el “hacerse cargo” en términos de: “Ser responsable de tus decisio-
nes como padre, de los límites que pones, estar comprometido con las decisiones que adoptás;
estar advertido que no hay una verdad definitiva, poder hablar, poder escuchar”.
Es necesario que los niños construyan un juicio crítico que funcione como guía interna pro-
tectora, aún en ausencia de sus padres.
Los referentes ponen el énfasis en que es necesario salir de la dicotomía on-line / off-line, en
materia de protección. Pues el control interno es algo que se convierte en un recurso aplicable
a la vida en general, y sólo puede ser transmitido por los adultos: “La protección externa (...) no
es el único tipo de protección que los niños necesitan en momentos en que la conectividad es
tan móvil como lo son nuestros niños. Por lo tanto, nuestro enfoque colectivo tiene que estar
mucho más sobre la necesidad de construir salvaguardas internas (...) que están con nuestros
hijos donde quiera que vayan, en la vida on-line y en la vida off-line, y por el resto de sus vidas:
la resiliencia, la empatía, el respeto por uno mismo y los demás, su brújula moral (o sistema de
guía interior) y las alfabetizaciones de esta cultura en red, digital, social...”
Anne Collier argumenta en el mismo sentido, que lo correcto es trabajar de adentro hacia
afuera en pos de ayudar a los niños y niñas a construir sus propios filtros: “La seguridad exter-
na implica todo lo que es filtros y monitoreos, reglas, políticas y leyes. Y todos tienen un rol.
Pero no podemos ignorar las protecciones internas, que son la empatía, la resiliencia, la habili-
dad para colaborar, y un sistema moral o de guía interno. (...) El ambiente psico-social de un
niño, junto con el ambiente escolar y el del hogar, son mejores predictores de los riesgos on-li-
ne que cualquier otra tecnología que el niño utilice. (...) Es difícil de controlar el uso de la tecno-
logía en los chicos. (...) Los padres pueden poner filtros parentales (...), pero creo que lo que es
realmente necesario es que estén comprometidos. Debemos trabajar desde adentro hacia
afuera más que desde afuera hacia adentro”.
¿QUÉ APRENDIMOS?
• El primer dispositivo tecnológico propio oficia como una suerte de “rito de iniciación”. Sin
embargo, que el niño posea un dispositivo tecnológico y sepa utilizarlo, no equivale a que po-
sea capacidad de cuidarse por sí mismo.
• La fase cuantitativa del estudio realizado, revela que iPads, tablets y iPods son los primeros
dispositivos que los padres conceden a los hijos, quienes los utilizan focalizándose en activida-
des “de entretenimiento” (juegos y chateo), en contraposición a los fines más “virtuosos” (por
ejemplo, informativos/escolares) asociados a los dispositivos que pertenecen en mayor medida
a los padres o al grupo familiar en su conjunto. Esto podría consolidar cierto prejuicio en torno
al consumo “ocioso” por parte de los hijos, oponiéndolo a un consumo “productivo y virtuoso”
por parte de los adultos.
• Que los dispositivos tecnológicos sean cada vez más portables y personales refuerza la ne-
cesidad de transmitir reglas internas de cuidado, ya que los padres no pueden desplegar cons-
tantemente mecanismos de control externos. Los niños deben poder incorporarlas para estar
más protegidos y atentos en sus interacciones on-line.
• Ningún filtro externo reemplaza el cuidado parental. Es necesario desarrollar en los niños
los recursos internos para protegerlos en el on–line (respeto, empatía, resiliencia, juicio crítico y
autoconfianza), así como confianza en los adultos a cargo de cuidarlo.
CAPÍTULO 06
DIME QUÉ TIPO DE PADRE ERES, Y TE DIRÉ QUÉ ACTITUD FOMENTARÁS EN TUS HI-
JOS...
Más allá de los aspectos ya descriptos, comunes a los diferentes modelos de ser padre o
madre, el presente estudio permitió identificar cuatro maneras de involucrarse con el uso que
los hijos hacen de la tecnología. Cada uno con distinta capacidad de diagnosticar, prevenir e in-
tervenir. Describiremos así, 4 perfiles de padres y madres: quien está “adelante”, quien está
“atrás”, quien está “encima” y quien efectivamente “está”.
Vale aclarar que no hacemos referencia a un tipo de personalidad paterna o materna en es-
pecial ni a los padres concretos. Cuando nos referimos a “padre” no lo hacemos en tanto que
progenitor masculino, sino en tanto que función paterna (asociada con los límites y la autoridad,
que puede ser ejercida por cualquier género, e incluso por todas las instituciones involucradas
con el cuidado de los ciudadanos y la crianza). Deseamos resaltar entonces, que usaremos las
categorías a los fines de tensar a trazo grueso las diferencias, lo que no significa que estos per-
files se den de manera pura.
41 DUEK, Carolina.Juegos, juguetes y nuevas tecnologías. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014: 58
“Hay cosas buenas que puede copiar, el mío aprende jugadas en YouTube y después en el
club las quiere hacer”. También las disfruta y juega con ellas, sin avergonzarse por esto. “Me
vienen las notificaciones que el gato Tom Talking quiere ir al baño, quiere comer, prendéme la
luz que estoy despierto... y como me da lástima me termino ocupando”.
Cuando entiende que corresponde limitar el uso, no lo hace como “castigo” ni bajo amenaza,
sino que se ocupa de ofrecer un plan “superador”. “Cuando quiero que salgan de la computa-
dora los saco armando un plan fuerte como ir al kiosco, vení con papá al patio que vamos a
limpiar la bici...”
Los datos cuantitativos, son en este sentido esperanzadores: la persuasión de los padres
para que los hijos se “desconecten” pasa por proponer actividades al aire libre tentadoras para
los hijos, destacado entre padres argentinos y mexicanos y con menor relevancia relativa entre
brasileros (Argentina: 53%; Brasil: 17% y México: 47%). Con una intensidad algo menor se pro-
ponen otras actividades como formas de disuasión: manualidades, dibujo y música (Argentina:
51%; Brasil: 30% y México: 42%). Realizar una actividad en conjunto (padres e hijos) se men-
ciona por el 42% en Argentina, el 43% en Brasil y el 39% en México.
La lógica de criterios y límites en lo virtual es consistente con la de la vida off- line. “Uno trata
de estar presente en la vida de los hijos, saber quiénes son los compañeros, ir a las reunio-
nes”.
Los hijos/as del padre Sembrador mantienen con él un lazo de confianza, por lo que tienden
a contarles aquellas cosas que los incomodan o preocupan, on y off-line, lo que conduce a una
mayor capacidad de preservación en el niño.
En este sentido, Sonia Livingstone42 señala que niños más comunicativos o aquéllos con ma-
yor confianza en sí mismos, tienden a actuar de forma más proactiva ante los riesgos, mientras
que los niños más vulnerables y con problemas de autoconfianza, tienden a comportarse de
manera más pasiva y a sufrir más.
¿QUÉ APRENDIMOS?
• Los niños dan signos cuando algo no anda bien, no es recomendable ni saludable para
ellos que los adultos espíen qué hacen en la web para saber en qué andan o cómo se sienten.
• El tipo de padre/madre condiciona las competencias on y off-line que desarrollan los niños,
y esto tiene un fuerte impacto en su subjetividad.
• Las posturas de confianza, control “consensuado”, y control “solapado” segmenta a los pa-
dres consultados.
42 LIVINGSTONE, Sonia, HADDON, Leslie and GORZIG, Anke. Children, risk and safety on the internet:
research and policy challenges in comparative perspective. 2012
• Teme a las malas influencias: que los contactos ajenos al hogar frustren, o contaminen a
sus hijos con “malos ejemplos”. Es así que todo lo que no regula dentro del hogar, lo controla
por fuera.
CAPÍTULO 07
HACIA UNA INFANCIA PROTEGIDA, RESPETADA Y CUIDADA
Consideramos que es necesario ayudar a los padres a deshacerse de algunos prejuicios en
relación a las tecnologías. También darles herramientas para que puedan ayudar a sus hijos a
desarrollar criterios internos de cuidado frente a los riesgos en sus experiencias on- line.
Creemos que esto sólo es posible desde una postura comprometida con la construcción de
la subjetividad de los hijos que pueda ir acompañando su progresiva autonomía.
43 DUEK, Carolina. Juegos, juguetes y nuevas tecnologías.Capital Intelectual, Buenos Aires, 2014: 216
44 Red PaPaz: Kit intimidación escolar.
La resignificación de tiempo y espacio promovidas por las TIC, amplifican las posibilidades
en el mundo, lo que requiere de un marco estable que funcione como base para la incorpora-
ción de reglas y criterios. Por eso, lo más recomendable es evitar administrar los permisos se-
gún las necesidades adultas (cansancio, agenda, etc.) porque esto genera desconcierto. En
cambio, lograr establecer pautas y criterios sostenidos brinda estabilidad.
¿QUÉ APRENDIMOS?
• No hace falta saber más que los hijos en materia de TIC para tener autoridad sobre el uso
de las mismas. Reconocer y transmitir que los adultos no lo pueden ni lo saben todo también
es un modo de enseñar límites.
• La brecha generacional existe, como siempre ha existido; sin embargo es posible y neces-
ario generar puentes entre lo anterior y lo nuevo.
• Es importante prestar atención a los focos de riesgo cotidianos, que permitan implicarse
como padres y madres, funcionando como guías para los hijos sin generar temores que parali-
cen.
• Animarse a jugar más con los nuevos dispositivos, disfrutarlos junto a los hijos, y reunirse
para intercambiar experiencias y puntos de vista con otros padres.
• Reconocer los beneficios que reportan las TIC es el primer paso para hacer las paces con
ellas: permiten un acceso más democrático a los contenidos, y son útiles en la exploración y el
desarrollo de talentos.
• Dada su llegada masiva y su protagonismo en la vida social, las TIC también pueden contri-
buir a generar un mejor mundo off-line, y poner en evidencia problemáticas que afectan históri-
camente a la infancia, permitiendo la cooperación global sobre temas relevantes.
• Para los niños no se trata de dos instancias: on-line y off-line, sino que se trata de la vida
misma. Por eso, lo que protege a los niños en línea, es lo mismo que los protege off-line.
CONCLUSIONES
Vivimos en un mundo conectado donde los niños parecen tener un manejo intuitivo de las
tecnologías. Un mundo donde se rompe la correlación entre edades y saberes: la información
ya no es propiedad exclusiva del adulto.
En este contexto global, nos hemos preguntado cómo las TIC afectan en Latinoamérica a
quienes se encuentran en pleno proceso de construirse como personas – los niños, niñas y
preadolescentes - y qué nuevos desafíos implica esto para los adultos, sus padres.
Existe consenso entre los expertos entrevistados y en la bibliografía consultada sobre la te-
mática, acerca de que las TIC (como cualquier herramienta) no son intrínsecamente buenas ni
malas. No obstante, se observa que los padres y madres mantienen distintas percepciones y
temores en relación a las tecnologías y al vínculo que sus hijos mantienen con ellas.
Este estudio se propuso enriquecer la comprensión de las transformaciones que se introdu-
cen con las tecnologías, tanto a nivel personal como vincular, ya que entendemos que la subje-
tividad no puede pensarse por fuera del contexto que la determina y sobre el que a su vez influ-
ye. Llegamos a las siguientes conclusiones:
EN LOS PADRES:
• El avance de las TICs introduce nuevos cuestionamientos en la crianza, dado que la cons-
trucción del sujeto como persona se realiza en un ida y vuelta con su entorno y hoy el entorno
está atravesado por las coordenadas de lo tecnológico. Los adultos se encuentran perplejos
ante este nuevo escenario, particularmente cuando comparan su baja pericia (necesidad de
leer los instructivos, etc.) con el dominio intuitivo que los niños parecen tener de la tecnología.
• Cuando a esto se suma la idea ampliamente difundida de que los niños hoy “vienen más
adelantados”, los padres corren el riesgo de colocarse en un rol pasivo o impotente a la hora de
ayudar a sus hijos a prevenir riesgos e incorporar criterios de protección. Si los adultos confun-
den dominio técnico con capacidad de auto-regulación, los niños pueden ser empujados de
manera prematura a una “falsa autonomía” que los deja desprotegidos en sus experiencias on-
line.
• Los distintos prejuicios que los padres tienen acerca de las TIC, hacen que muchas veces
las demonicen y orienten mal sus “alarmas”, señalando como dañino aquello que no necesaria-
mente lo es, y corriendo el riesgo de no intervenir adecuadamente cuando la situación sí lo re-
quiere.
• A su vez, a pesar de saber manejarse con las plataformas digitales, los niños podrían no
comprender cabalmente los alcances de sus actividades e interacciones on-line y en este senti-
do el soporte y marco proveniente del adulto resulta crítico.
Sin embargo, cuando se confunde el acompañamiento y la intervención de los adultos con un
control invasivo, se impide el empoderamiento paulatino a los niños y el fortalecimiento de los
criterios de cuidado.
EN LOS NIÑOS:
• Para los niños no se trata de dos instancias: on-line y off-line, sino que se trata de la vida
misma, por eso lo que los protege en un ámbito, los protege en el otro.
• El primer dispositivo tecnológico propio oficia como una suerte de “rito de iniciación” para
los niños. Que los dispositivos tecnológicos sean cada vez más portables y personales refuerza
la necesidad de que construyan filtros subjetivos con la ayuda de sus padres, porque sólo así
serán eficaces para protegerlos, estén o no físicamente presentes los adultos.
• Las TIC se prestan como nuevo medio para la propagación de situaciones de violencia y
vulneración de la infancia – que si bien podían existir anteriormente – hoy se ven amplificadas
por la tecnología. Sin embargo, en un contexto donde mostrarse es condición para “existir”, las
TIC son un medio privilegiado para que los niños puedan explorar su identidad, intercambiar
con otros y socializar. No participar en estos medios, en algún sentido es “no existir”, pero parti-
cipar sin criterios de protección es exponerse a riesgos.
• Cuando la idea de riesgo en el uso de las TIC, aparece asociada a consecuencias dramáti-
cas pero lejanas y que siempre “les suceden a otros” (“Hay chicos de Estados Unidos que por
hacerse los cancheros y tener amigos de todo el mundo aceptan a desconocidos en las redes y
después los matan”), sumado a su “omnipotencia” tecnológica y una esperable ingenuidad in-
fantil, podrían no detectarse focos de amenaza más concretos, frecuentes y posibles. Si los ni-
ños, niñas y preadolescentes utilizan la tecnología sin suficientes referencias, experiencias y re-
cursos internos (fortaleza, juicio crítico, autoestima, confianza, criterio de privacidad) provenien-
tes del off-line que transferir al on-line, se puede dar una mayor propensión a que la situación
de riesgo desborde su capacidad de afrontarla, y se convierta así en daño psíquico.
Para concluir, deseamos enfatizar que cuando los niños, niñas y preadolescentes, mediados
por la protección de sus padres y de otros actores sociales relevantes, pueden vincularse de
manera saludable con las tecnologías, existe una mayor posibilidad de que se conformen como
sujetos curiosos, creativos, sociables, conectados e integrados.
Por el contrario, cuando el vínculo con las TIC resulta inhibido por temores infundados, o en
el polo opuesto -pero con similares efectos- es indiscriminado, los niños pueden quedar en po-
sición de objeto y las repercusiones sobre la subjetividad, en este caso, pueden ser muy nega-
tivas: deslizamiento hacia una falsa autonomía, imposibilidad de enriquecer con aprendizajes
recíprocos el on y off-line y potencial falta de recursos para manejarse como ciudadanos digita-
les a futuro.
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