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RISA, SEXO Y CENSURA EN LA ARGENTINA DE

LOS AÑOS SETENTA. LA REVISTA SATIRICÓN


(1972-1974)

LAUGHTER, SEX AND CENSORSHIP IN ARGENTINA IN THE ‘70s.


SATIRICON MAGAZINE (1972-1974)

MARA BURKART
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas/
TAREA Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural,
Universidad Nacional de San Martín.
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Argentina
burkartmara@gmail.com

RESUMEN

Los años setenta en la Argentina estuvieron marcados por la politización de la cultura y la reactivación de la
modernización cultural –y, como parte de ella, de la revolución sexual- que la dictadura militar instaurada en
1966 había intentado frenar y reencauzar en sentido conservador y católico. Las clases medias, especialmente sus
jóvenes, fueron los sujetos por excelencia que motorizaron ambos procesos. En ese contexto surgió Satiricón. La
revista innovó en el campo periodístico y del humor gráfico. Su nombre condensaba una doble deuda que aludía
a las dos temáticas que por ese entonces más irritaban al poder: sexo y política. El tratamiento satírico de ambas
cuestiones por parte de la revista hizo que tuviera que confrontar con la censura, lo cual derivó en su clausura en
1974.
El artículo pone de relieve, por un lado, los alcances y las limitaciones de una publicación que se mostró abierta
a promover el cambio en el ámbito de la sexualidad, considerado hasta entonces como privado y tabú. Y por el
otro lado, analiza los tipos de censura que se desplegaron para evitar la difusión de imágenes que parodiaban y
satirizaban la incitación al deseo.

Palabras clave: Tercer peronismo, Revolución sexual, Censura, Humor gráfico, Revista Satiricón

ABSTRACT

In Argentina, the politicization of culture and the revival of cultural modernization –and the sexual revolution
as a part of it- marked the 1970s after the attempted to stop and reorient both processes in a conservative and
catholic direction made by the military dictatorship established in 1966. The middle classes, specially its youth,
were the subjects par excellence that motorized both processes. In this context, Satiricón magazine appeared,
making an innovation in the journalistic and in the comic and graphic humor fields. Its name condensed a double
debt related to two subjects that most irritated power: sex and politics. The satiric treatment made by Satiricón
confront the censorship, which led to its closured in 1974.
The article lends importance to, on one hand, the scopes and limitations of a magazine that seemed open to
promote changes in sexuality and sexual habits, considered up to then private and taboo. On the other hand,
analyzes the types of censorship used to avoid the dissemination of images that parody and satirized the incitation
of desire.

Key words: Third Peronism, Sexual revolution, Censorship, Graphic humor, Satiricón magazine

PRÁCTICAS DE OFICIO, v.2, n. 20, dic. 2018 - jun. 2019


ides.org.ar/publicaciones/practicasdeoficio 1
E
n Argentina, la década del setenta estuvo marcada obra clásica de humor antiguo. Esta identificación se
por la politización de la cultura y la reactivación de complementaba con la mascota que a modo de logo
la modernización cultural que la dictadura militar tenía la revista. “Sati” era un animalito que combinaba
instaurada en 1966 había intentado frenar y reencauzar rasgos de un sátiro mitológico con los de un diablo; su
en sentido conservador y católico. Las clases medias, pequeño cuerpo era rojo, llevaba un sombrero vikingo
especialmente sus jóvenes, fueron los sujetos por a modo de cornamenta, una trompa fálica y cola de
excelencia que motorizaron ambos procesos. Tras el diablo. Por otro lado, el nombre elegido hacía honor a
Cordobazo en 1969, la violencia política cobró nuevo Satirikón, revista satírica rusa de principios del siglo XX,
protagonismo y derivó en la transición democrática dirigida por el escritor y humorista Arkadi Averchenko
que encabezó el general Alejandro Lanusse. Ese marco (1881-1925). Esta revista, de ideología liberal, y su director
político generó, por un lado, un clima de libertad que, fueron perseguidos por la policía zarista y luego, por la
sumado al posible retorno de Juan D. Perón al país, bolchevique “porque en materia de tener sentido del
originó expectativas diversas de cambio. Por otro lado, humor aquellos enemigos coincidían” (S nº 1, 1972, 12).
redefinió las condiciones sociales de producción cultural Satiricón era “un gajo de aquel Satirikón del ruso, que no
lo cual favoreció el crecimiento del mercado de bienes fue ni blanco ni rojo sino de libre cabeza y de corazón
simbólicos y la expansión del campo cultural con el abierto a la gracia de la vida”.
despliegue de posiciones alternativas a las dominantes. El Ni el sexo ni la política eran nuevos para el humor
campo periodístico y del humor gráfico no estuvo ajeno gráfico. Las revistas Rico Tipo (1944-1972) y Tía Vicenta
a estos cambios y reacomodamientos, en ellos corrían (1957-1966) constituían los antecedentes más inmediatos
aires de revitalización e innovación. En 1971, en Córdoba en tanto la primera había sido una innovadora del
surgió la revista Hortensia; 1972, en Buenos Aires, la costumbrismo y, la segunda, de la sátira política. Pero
revista Satiricón y en 1973, se nacionalizó la página de la pérdida de picardía de Rico Tipo y la clausura de Tía
humor gráfico de Clarín, el principal diario argentino. Vicenta habían dejado un vacío en la prensa humorística.
Junto a estas nuevas propuestas editoriales irrumpió y Asimismo, desde los años sesenta, el periodismo ya daba
se consolidó una nueva generación de humoristas que cuenta de los cambios en las pautas de comportamiento
impuso un nuevo estilo gráfico y temático, y que reactivó y en las relaciones entre los géneros. Pero Satiricón no
tipos de risa que hasta ese entonces estaban replegados se sumó a los discursos informativos, médico-moralistas,
o habían perdido su efectividad. didáctico-iniciáticos ni de divulgación a los que apelaron
La propuesta de este trabajo es analizar las imágenes diarios y revistas, especialmente, las dirigidas a las
publicadas en la revista Satiricón que aluden a la mujeres. Su propuesta correspondía a un fenómeno
revolución sexual y su relación con la censura. Los como fue el aumento de la producción gráfica de
objetivos son, por un lado, poner de relieve los alcances material de contenido erótico producto de la revolución
y las limitaciones de la liberación sexual promovida por sexual. Satiricón se presentó particularmente abierta y
una publicación que se mostró abierta al cambio; y, por (aparentemente) desprejuiciada a promover el cambio
el otro, analizar los tipos de censura que se desplegaron en un ámbito considerado aún como privado y tabú
para evitar la difusión de imágenes que incitaban al como era el de la sexualidad.
deseo o parodiaban y satirizaban dicha incitación. Su propuesta implicó una ruptura con respecto a
En un período de reactivación de la modernización los contenidos, el diseño y el uso de la imagen de los
cultural, de gran expansión de las industrias culturales medios de prensa de la época. En cuanto al contenido,
y de creciente violencia política interesa indagar en se mostró abierta a promover cambios en los modos
un objeto de la cultura masiva, editado por personas de abordar el sexo y la sexualidad, instalándose
que no optaron por la lucha armada ni por la militancia como continuadora del clima de revolución sexual
de izquierda pero que usaron lo cómico con fines de las décadas previas. La originalidad y la disrupción
deliberadamente agresivos y le concedieron a la generada por su discurso se debían a que reconocía para
imagen un lugar privilegiado. En una sociedad que se hombres y mujeres una cotidianeidad sexuada donde
expresaba cada vez más violentamente, la sátira fue el sexo estaba omnipresente y su fin era la satisfacción
un arma más para participar en las luchas simbólicas del deseo antes que la reproducción. La disrupción
que atravesaban no sólo a lo estrictamente político estaba en reapropiarse y actualizar los postulados de la
sino también a aspectos considerados más privados e liberación sexual con desenfado, irreverencia y con fines
íntimos como el de la sexualidad. comerciales y de masividad.
Desde sus inicios, en noviembre de 1972, Satiricón se Si bien iba dirigida a un público masivo, el lector
propuso recuperar el clima de libertad generado por ideal de Satiricón era varón, porteño, de clase media
el proceso de modernización en curso. La flamante o media-alta, de unos treinta años, casado o a punto
revista se destacó por articular de modo novedoso las de estarlo, moderno, culto e inconformista. Satiricón
dos temáticas que por ese entonces irritaban al poder: le propuso reírse de sí mismo, de la clase media bien
el sexo y la política (Pujol, 2007). Su nombre condensaba pensante y de quienes detentaban posiciones de poder
una doble deuda que aludía tanto a uno como a otro. y autoridad. De este modo, ofreció una imagen de sí
Por un lado, era tributario de la película homónima de misma como una revista sin límites, desprejuiciada,
Federico Fellini por aquel entonces en cartel, la cual, a su dispuesta a faltarle el respeto a los valores instituidos,
vez, era una libre adaptación de El Satyricón de Petronio, siempre en nombre de la libertad. Ese sentimiento

Mara Burkart
2 Risa, sexo y censura en la Argentina de los años setenta. La revista Satiricón (1972-1974)
de superioridad y de trasgresión fue muchas veces comunismo). El sexo, en nombre de la moral; y la
exaltado, en efecto, su lema fue “la revista que empieza política, en nombre de la seguridad nacional, fueron los
donde muchas terminan” y, sumado al tono agresivo blancos predilectos del discurso censor y su normativa.
de varios de sus colaboradores, se convirtió en un Este discurso entendía que era función del Estado
entretenimiento mordaz y pedante que entusiasmó actuar para preservar la escala de valores “nuestros”
a unos lectores y colaboradores, desalentó a muchos y eliminar “lo ajeno”, considerado una amenaza
otros1 e incitó a la censura. El tratamiento irreverente potencial. Bajo este criterio, su accionar recayó con
y desprejuiciado que hizo Satiricón del sexo y la especial énfasis sobre los jóvenes, sospechados de
sexualidad, la convirtieron en blanco de censura, lo alterar el orden establecido.
cual derivó en la prohibición de su sexto número y en El Estado argentino ejerció la censura apelando al
su clausura en agosto de 1974. 2 andamiaje legal que construyó a lo largo de esos años
El artículo se divide en tres secciones. La primera se y -a diferencia, por ejemplo, de la España franquista o
centra en las características que asumió la práctica de de la dictadura brasileña-, de una oficina centralizada,
la censura en la Argentina en las décadas del sesenta sin contar de prácticas establecidas y una organización
y setenta. La segunda analiza las representaciones administrativa reconocida. En efecto, una de las
visuales publicadas en Satiricón que aluden a las características distintivas de la práctica de censura en
costumbres y, específicamente, a lo sexual y a los actos Argentina fue su ubicuidad. A ese estar en todas partes
de censura que la afectaron. Y por último, se presentan y en ninguna se sumó la articulación y superposición de
las conclusiones. la censura nacional y la provincial o municipal y otros
tipos de censura como fueron la censura no oficial, las
CENSURA Y SEXUALIDAD EN ARGENTINA EN LOS amenazas, las listas negras, las bombas, la quema de
AÑOS SETENTA libros, las persecuciones y la desaparición forzada de
personas.
La llamada modernización cultural comenzó Entre 1957 y 1983, el discurso y la práctica de censura
en la Argentina en la segunda mitad de los años tuvieron un punto de inflexión a mediados de 1974,
cincuenta y su tenor y amplitud fue tal que como la a partir de entonces alcanzó un nivel de intensidad
otra cara de una misma moneda implicó un renovado represiva nunca antes experimentado. Asimismo,
despliegue del discurso de censura y una nueva la primera etapa de la censura, esto es, entre 1957 y
legislación a los fines de efectivizar el control sobre principios de 1974, tuvo un primer ajuste entre 1963 y
dicho proceso. Producida en el contexto de la Guerra 1964 y otro más completo durante la dictadura militar
Fría, la modernización cultural era parte de una instaurada en 1966. Junto a la prohibición de numerosas
política de desarrollo destinada a impedir el avance manifestaciones artísticas y culturales, se prohibió el uso
del comunismo. La censura se legitimó bajo aquella de la minifalda y el pelo largo, los hoteles alojamiento
misma política: había que resguardar el “modo de fueron frecuentemente allanados y los espacios de
vida occidental y cristiano” porque “el sistema cultural sociabilidad juvenil fueron blanco de razzias policiales.
propio y la nación misma se hallan expuestos al peligro Por su parte, la segunda etapa, que se extiende entre
de una infiltración o penetración ideológica corruptora 1974 y 1983, tuvo con la instauración de la dictadura
que posee objetivos precisos y planes de acción militar en 1976 su giro más siniestro y destructivo al
minuciosamente estudiados” (Avellaneda, 1986, 22). articularse con el terrorismo de Estado.
En un mundo polarizado, el proceso de modernización En cuanto a la censura sobre la prensa satírica -el caso
se relacionaba estrechamente con el “fortalecimiento que interesa a este trabajo-, la principal responsable
y militarización de los servicios de inteligencia, [con] oficial de ejercer el control moral del material difundido
la objetivación y sentidos de la Doctrina de Seguridad fue la Municipalidad de Buenos Aires. Para ello contó
Nacional en Argentina, [y con] la legislación represiva y con el decreto 115 de 1958 que establecía los criterios
la inflación semántica del ‘otro’” (Funes, 2010, 306). de clasificación para libros, revistas y otros materiales
Según Avellaneda (1986), dos ejes estructuraron el impresos. Estos eran: 1. Material inmoral y presuntamente
discurso de la censura, por un lado, la definición del obsceno (venta y circulación prohibidas, más remisión
sistema cultural lo cual abarcaba lo moral, lo sexual, la de las actuaciones a la justicia para que ésta examine
familia, la religión y la seguridad nacional; y por otro, la posibilidad de que el material incurra en lo tipificado
la definición del “estilo de vida argentino” y su relación por el artículo 128 del Código Penal, sobre obscenidad);
con lo propio (católico/cristiano) y lo ajeno (marxismo/ 2. Material inmoral (venta y circulación prohibidas); 3.
Material de exhibición limitada (venta permitida sólo
1 Satiricón rápidamente se tornó un éxito de ventas. Según el
Instituto Verificador de Circulaciones (IVC), en febrero de 1973
en escaparates exteriores). Entre 1971 y 1977, fue muy
vendió 33.644 ejemplares; en junio triplicó sus ventas y en octubre habitual la aplicación de este decreto sobre la prensa
de ese mismo año, las quintuplicó llegando a los 156.208 ejemplares satírica y sobre la prensa considerada pornográfica. A
vendidos. En 1974, siguió aumentando sus ventas, alcanzando los esta censura se sumaba, como se dijo, las amenazas
250.000 ejemplares.
personales y de bombas a las redacciones, y las listas
2 Satiricón volvió a editarse brevemente entre noviembre de 1975
y marzo de 1976 y en 1984, pero estas etapas no serán analizadas en
negras.
este trabajo. Para un análisis más amplio sobre Satiricón, ver Burkart Asimismo, en cuanto a la censura legal, mientras
2017, 2013, 2011. la Municipalidad ejerció el control moral, la Nación

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ejerció el control político del material impreso. La
Secretaría de Informaciones del Estado (SIDE), creada
en 1956, tuvo a cargo la labor censoria en materia
política. Las clausuras definitivas de las revistas
satíricas las llevó adelante el Poder Ejecutivo Nacional
apelando, sin embargo, a imperativos morales. Esto
cambió en enero de 1983, cuando la dictadura militar,
al secuestrar el número 97 de la revista HUM®, apeló
a argumentos estrictamente políticos para justificar su
accionar (Burkart, 2017).

IMÁGENES QUE INCITAN EL DESEO SEXUAL, QUE


LO PARODIAN Y QUE PROVOCAN LA CENSURA

SATIRICÓN EN LA SENDA DE PETRONIO

En su primer número, Satiricón dejó en claro que


la libertad sería la base valorativa sobre la cual iba a
construir cultural y políticamente su identidad (Fig. 1).
Así quedó representado en la caricatura de la primera
tapa donde el vuelo de una paloma blanca aludía
al clima de libertad política y cultural que se vivía
después de la larga dictadura militar. La reivindicación
de la libertad se reforzaba con la presentación de la
actriz y vedette Libertad Leblanc, “La gran esperanza FIG. 1 SATIRICÓN Nº 1, NOVIEMBRE DE 1972
blanca”, entrevistada en ese número. La sección
reportajes no era cómica y ésta fue la primera de una Como parte de la revolución cultural y sexual, en
serie de entrevistas a mujeres que para los editores los años sesenta los mandatos de género sufrieron
de la revista representaban la liberación femenina una profunda mutación. Como señala Isabella Cosse
y sexual. 3 Satiricón buscó en los exponentes de la (2009), el longevo modelo femenino de la domesticidad
cultura comercial esos nuevos modelos de mujer comenzó a resquebrajarse y un nuevo prototipo de
antes que en la cultura estrictamente moderna, 4 mujer empezó a difundirse. A principios de los setenta,
cuyos exponentes (las actrices “serias” Bárbara Mujica esta mutación evidenció su irreversibilidad y el modelo
y Norma Aleandro o la cineasta María Luis Bemberg, de la mujer joven que aceptaba “el deseo sexual, con
por mencionar algunos ejemplos) también circulaban expectativas de desarrollo en el terreno profesional y
en los medios masivos de a aquel entonces. En otras laboral y proyectos vitales que trascendían el matrimonio
palabras, más que promocionar el modelo más radical y el hogar”, se radicalizó (Cosse, 2009, 172). Sin embargo,
y progresista de mujer liberada que circulaba desde los esta radicalización y la irreversibilidad de los cambios no
años sesenta, Satiricón patrocinó el prototipo de mujer estuvieron exentas de contradicciones ni de limitaciones
afín al showbusiness, el cual también incentivaba a la a la hora de extenderse por los sectores más amplios
“liberación” de la mujer pero desde un lugar que no de la sociedad. Como señala Ulanovsky (1997, 127), en
cuestionaba su condición de objeto sexual. aquel entonces, la mujer de las clases medias más vastas
trabajaba fuera del hogar pero seguía haciéndose cargo
de las tareas domésticas, de la cocina, de la crianza de
los hijos, se trataba de “marchar hacia la independencia
pero con marido e hijos”.
En Satiricón, la contraposición entre esos dos modelos
de mujer y la postura de la revista frente a la misma
quedó expuesta en la entrevista que publicó a la famosa
cocinera televisiva, Doña Petrona, fiel exponente del
modelo de la domesticidad propio de las generaciones
previas. La agresividad con la que se presentó a la
3 Liberad Leblanc se consideraba así misma libre y un símbolo
cocinera da cuanta de la ruptura que se quería establecer:
sexual; representaba a la self-made woman que había abandonado el Doña Petrona era
rol de maestra y esposa para ser actriz de películas eróticas. También
fueron entrevistadas las hermanas Pons y la rival de Leblanc, la sex representante de una ideología que repudiamos: la de las
symbol del cine argentino, Isabel Coca Sarli.
comidas que engordan, la de las señoras gordas, la del
4 Sergio Pujol (2007) ofreció una distinción entre “cultura moderna” ‘nene comé’, la de ‘esta chica no me come nada’, la de las
y “cultura rebelde” para aludir a las opciones culturales de los
madres que encajan comida a sus hijos hasta atosigarlos,
años sesenta, a ese binomio yo le agrego la “cultura comercial” o
showbusiness (Burkart, 2017).

Mara Burkart
4 Risa, sexo y censura en la Argentina de los años setenta. La revista Satiricón (1972-1974)
la de la comida como actividad fundamental de la vida y,
también, la de un tiempo que ya pasó. (S nº 2, 1972: 12)

Pero Doña Petrona contaba que había percibido y


reconocido los cambios en el rol de la mujer y que había
adaptado su recetario para ofrecerles a las mujeres
jóvenes alternativas para que pudieran seguir haciendo
un “menú rápido, fácil y rico” (S nº 2, 1972: 13). Desde
mediados de los años sesenta Doña Petrona venía
acomodando su imagen y su recetario a las nuevas
necesidades de las mujeres (Cosse, 2009; Pite, 2009),
con lo cual Satiricón no presentaba una novedad. En
todo caso, la revista recurría a su célebre figura para
hacer pública su propia postura, provocar y exaltar la
confrontación.
Como buena parte de los diarios y revistas de la época,
Satiricón trató de interpretar e intervenir en las luchas por
la construcción de sentido en torno al proceso de cambio
social que incluía cuestiones relativas a la realización y
liberación femenina. Si bien la revista se presentó como
disruptiva y de avanzada, no adoptó el discurso de las
feministas ni siquiera el de las revistas más sofisticadas y
a la vanguardia como había sido Confirmado, Panorama
y Primera Plana, años antes. La nota distintiva de Satiricón
fue abordar el tema con la agresividad de la risa satírica FIG. 2 SATIRICÓN Nº1, NOVIEMBRE DE 1972
lo cual le permitió tener una postura ambigua frente
al nuevo lugar de la mujer en la sociedad. En Satiricón Las imágenes fotográficas de chicas bonitas fueron
coexistieron diversas representaciones de la mujer, comunes en la efímera sección “Señoritas…”, la cual
algunas de ellas contradictorias entre sí. La mujer fue anunciaba: “ya no basta ser mona. O (…) ser mona
representada como objeto a la vez que como sujeto se convierte en un atributo a utilizar en la lucha por la
de deseo sexual. Asimismo podía cumplir diferentes liberación, la independencia, la propia realización” (Fig.
roles: madre, esposa, amante, hija, estudiante, militante 2) (S nº 1, 1972, 44). La belleza estaba al servicio de la
política, ama de casa, prostituta y, en menor medida, “liberación”, en lograr “ser una misma”. Si, como señala
profesional o estar intelectualmente realizada. En Cosse (2009, 174), las jóvenes compartían el deseo
cualquiera de los casos, esos modelos de mujer no de ser “mujeres económicamente independientes,
fueron contra la maternidad ni contra el matrimonio sexualmente atractivas y capaces de realizarse fuera
como institución. Si bien éste fue objeto recurrente de del hogar”; Satiricón, para atraer a los hombres, ponía el
la sátira, seguía siendo el modo natural de consolidación acento en la segunda cuestión: el atractivo sexual.
de la pareja. Además, la revista avalaba la separación, En la primera entrega de “Señoritas”, varias jóvenes
práctica recurrente en una sociedad que no había fueron presentadas al lector cual desfile de modelos: se
legalizado el divorcio. las describía físicamente, se indicaban sus gustos, a qué
Entre enero y octubre de 1973, Satiricón invitó a los se dedicaban y que esperaban de la vida a nivel laboral
lectores hombres no sólo a reírse de los políticos sino y personal. Sus atributos de belleza se confirmaban
también gozar visualmente de la sensualidad femenina. con las fotografías de cuerpo entero que las mostraban
La sátira política y lo sátiro-lujurioso se alternaron en sus en poses sensuales y ropa provocativa –pantalones
páginas con cierta equidad. La caricatura política tuvo su ajustados o minifaldas. Los otros atributos -como eran
lugar privilegiado en la portada de la revista aunque ésta la inteligencia, el compromiso político y social, y su
también incluía, en esta primera etapa, una pequeña independencia económica- carecían de la “prueba
fotografía de mujeres bonitas y sensuales que posaban objetiva” que aportaba la fotografía para el caso de
con pocas ropas. La invitación continuaba en el interior la belleza física. Al poner el acento en los atributos de
de la revista donde la sátira política se combinaba con belleza y en el aspecto físico de las mujeres, la liberación
el humor costumbrista asociado a la activación de la femenina pregonada reforzaba el lugar de la mujer
modernización de las pautas de comportamiento sexual como objeto sexual. De hecho, promovía y legitimaba
y de relación entre los sexos; y con algunas fotografías que las mujeres mismas asumieran dicho rol.
más de muchachas bonitas y sensuales. La sección “Señoritas…” duró poco tiempo pero
Satiricón no dejó de publicar fotografías de bellas
mujeres que posaban sensuales y semidesnudas ni
modificó su representación de la mujer “liberada”. A
estas imágenes se sumaron otras, las fotografías de los
anuncios de las casas de indumentaria Lee y Giovane que

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se publicitaban en la revista. Las publicidades de la firma
estadounidense mostraban a delgadísimos jóvenes
vistiendo pantalones “pata de elefante” en situaciones
bucólicas e inocentes, en cambio, los anuncios de
Giovane eran más audaces y provocativos. Bajo el slogan
“Giovane no guarda las formas, las descubre”, se veía a un
hombre y una mujer vistiendo los pantalones de la marca
y sus torsos desnudos (la fotografía no mostraba más
allá de la cintura de ambos) en una pose muy sensual:
el hombre estaba sentado con las piernas semiabiertas
y la mujer, de frente a él, sentada a caballito sobre
una de su piernas. Satiricón publicaba esas imágenes
provocativas a la vez que satirizaba al mundo de la
publicidad por imponer lo que denominaron “la cultura
anal”: imágenes en las cuales las mujeres aparecían de
espalda mostrando su cola (S nº 13, 1974). Estas audacias FIG. 3 BRÓCCOLI, SATIRICÓN Nº 2, DICIEMBRE DE
e irreverencias de la revista fueron limitándose una vez 1972
que Juan D. Perón asumió como presidente de la Nación.
A partir de entonces, la censura política que apelaba Pero las mujeres bonitas también constituían una
a imperativos morales se endureció y provocó que la amenaza para los hombres… a veces de muerte como
revista y sus anunciantes desistieran publicar ese tipo de el cartoon de Bróccoli que muestra a una hermosa mujer
imágenes. avanzar firme en su camino y aplastar con sus enormes
Por otro lado, Satiricón no evitó los típicos chistes plataformas a un hombre diminuto (Fig. 3); o aquel chiste
picarescos sobre hombres casados que se les van los ojos de Fontanarrosa en el cual un hombre había quedado
cuando ven pasar a una linda joven en bikini o minifalda. atrapado en la inmensidad de un cuerpo femenino. En
Mientras los hombres mantenían sus deseos sexuales en Satiricón se expresaba una contradicción, si bien, se
el plano de las fantasías, las mujeres los consumaban: los estaba a favor de la liberación femenina, en muchos
chistes sobre adulterio femenino fueron abundantes. de sus chistes se satirizaban a las mujeres y se exponía
La situación típica era que los maridos encontraban el temor de los hombres al avance de la mujer sobre
a sus mujeres con otros hombres en la cama. El efecto terrenos que antes eran exclusivamente de ellos.
cómico provenía de la reacción del primero: el marido En Satiricón, de modo inverso a Rico Tipo, las fotografías
se enojaba y perseguía al otro hombre, o se mostraba fueron más provocativas que las imágenes humorísticas y
indiferente o lo asumía como algo natural y reclamaba constituyeron una invitación inequívoca a la sensualidad.
un espacio en la cama, no se enteraba y el otro hombre Es posible pensar que por esos motivos en un contexto
permanecía escondido o lograba huir antes de ser de mayor censura, Satiricón se despojó de las primeras
descubierto.5 Esta mirada exclusivamente masculina y puedo mantener a las segundas. Efectivamente,
sobre el adulterio, se articulaba con representaciones las imágenes que incitaban el deseo coexistieron en
despectivas del cuerpo femenino cuando este no estaba Satiricón con otras, las humorísticas, que, como se verá
en forma. La contraposición entre las “señoras gordas” y a continuación, satirizaron dicha incitación a la vez que
las jóvenes delgadas y bonitas, de larga tradición en el ampliaron el repertorio de las representaciones de los
humor gráfico, siguió siendo utilizada por los humoristas aspectos que hacían a la revolución sexual.
de Satiricón, todos ellos varones. El carácter satírico-lujurioso de Satiricón tuvo su
expresión más acabada en la historieta de Fernández
Branca, “El Sátiro Virgen”, una parodia con ribetes
grotescos de la liberación sexual. La historieta narra la
“dulce y trágica historia del sátiro virgen, mitológico ser
repleto de lascivia, quien jamás pudo cumplir el papel
que le asignó la tradición” (Fig. 4) (S nº 3, 1973, 20). El
protagonista es un sátiro representado como las criaturas
prototípicas de la mitología griega, de sexo masculino,
mitad hombre, mitad carnero, con orejas puntiagudas
y cuernos en la cabeza, abundante cabellera y cola de
cabra, con la excepción –y este era un límite autoimpuesto
para esta revista considerada “sin límite”– de no mostrar
su miembro viril de tamaño sobrehumano ni erecto.
5 Hubo un único caso en el cual la mujer era sorprendida por el Sus acciones eran adaptaciones contemporáneas y
marido en la cama con otra mujer (S nº 16, 1974: 6). En Satiricón, el paródicas de las mitológicas, andaba por los bosques
lesbianismo fue el tema menos abordado, quedando bajo las sombras
del tabú. También hubo un único cartoon en el cual un hombre fue
leyendo revistas pornográficas o manuales sexuales para
sorprendido por su mujer con otro hombre en el sofá de la casa (S nº saber cómo conquistar a las menadas y ninfas, víctimas
15, 1974: 7). más o menos reacias de su lubricidad (Grimal, 1994). Sin

Mara Burkart
6 Risa, sexo y censura en la Argentina de los años setenta. La revista Satiricón (1972-1974)
embargo, el acto sexual nunca se consumaba porque, del texto al punto de llevarlo al absurdo. Con este tipo
por ejemplo, “tendré que repensar la mitología griega… de representaciones, Satiricón daba cuenta de la crisis
esto de los ‘travestis’ no figura en ningún lado…” (S nº de la hegemonía masculina producto de una mayor
1, 1972, 17). Identidades de género nuevas dislocaban el inclusión de la mujer en la vida social. El reconocimiento
tradicional binomio femenino/masculino y la novedad de la mujer como sujeto de deseo sexual implicaba una
generaba desconcierto. Si Fellini había recuperado a la mayor presión sobre el hombre, ante la cual éste tenía
Grecia antigua de manera idealizada como una época que responder… y bien. Como se verá a continuación,
de libertinaje para aludir a la decadencia moral de Satiricón reparó insistentemente en la crisis de la virilidad
Roma; Satiricón recurría a su mitología para satirizar, sin masculina. 6
ninguna cuota dramática, a quienes se consideraban En su tercer número, Satiricón se asumió explícitamente
libertinos en materia sexual en los años setenta del siglo iconoclasta, reconocía que estaba dispuesta a faltar el
XX. Para Satiricón, el libertinaje sexual que se proclamaba respeto a los valores tradicionales y a aquello instituido.
no era natural, sino que tenía su componente cultural Asimismo, aclaraba que hablaba y dibujaba sobre sexo
representado por los manuales y cursos que enseñaban para reírse y no por un interés comercial de vender
a los hombres a obtener placer y evitar la represión más. En el número siguiente a este anuncio, el audaz
sexual, la cual sí parecía ser lo natural. reportaje de Alicia Gallotti al boxeador Oscar “Ringo”
Bonavena, causó enorme revuelo. Tanto la entrevista
como las imágenes que la acompañaban fueron muy
provocativas. Bajo el título “El Gran Macho Argentino”,
como se definió a sí mismo Bonavena, quedó expuesto
su exacerbado machismo, al límite de la misoginia. Su
mirada era muy conservadora e incluso anacrónica.
Distinguía dos tipos de mujeres: las “de barrio” que eran
para casarse y debían llegar vírgenes a tal circunstancia,
y las que eran para divertirse, las mujeres que “van a un
boliche a tomar una copa” y “te enganchás así nomás”.
Asimismo, justificaba la violencia hacia la mujer: “A
veces sí, una buena agarrada de los pelos viene bien, un
decirle ‘mirá que te mato’ mientras se la zamarrea, eso es
bueno, es bueno para que se dé cuenta de que el macho
es uno” (S nº 3, 1972, 45). Bonavena estaba convencido
que trataba bien a las mujeres y que la distinción que
hacía de éstas era natural. Este autoconvencimiento y
la reiteración en sus respuestas lo dejaban en ridículo y
exaltaban el papel de Alicia Gallotti, la reportera.
A diferencia de la misma Satiricón, cuyo machismo se
expresaba de modo más complejo al estar articulado
con discursos a favor del cambio cultural y la burla a
la virilidad masculina; Bonavena era claro y directo,
y así por momentos grotesco. El boxeador quedó
representado como un retrógrado por esas convicciones
FIG. 4 FERNÁNDEZ- BRANCA, SATIRICÓN Nº 1, y declaraciones, producto de la apropiación diferenciada
NOVIEMBRE DE 1972 (écart) que Satiricón hizo del discurso del boxeador. En
otras palabras y siguiendo a Roger Chartier (2005), este
La parodia de los manuales sobre sexo llegó a su discurso al ser reproducido en una revista satírica que
máxima expresión con el “Curso libre de divulgación abordaba abiertamente los aspectos de la revolución
sexual”, realizado por Oski. Las cinco entregas del sexual y, como parte de la misma, el nuevo lugar que
“Curso… ” tenían el propósito de brindar “todo lo que el tenía la mujer en la sociedad y en la pareja, habilitaba ser
hombre moderno necesita saber para no ser un pazguato objeto de operaciones de lectura diferentes del sentido
en el amor” (S nº 6, 1973, 32). Dirigido a los hombres más original que Bonavena le asignaba a sus palabras. Un
que a las mujeres, Oski ofreció su recopilación, síntesis indicio de esto lo dio la revista al titular cada secuencia
y versión ilustrada y cómica de los manuales sobre de fotografías que lo mostraban en pose vistiendo un
educación sexual desde la Antigüedad hasta los tiempos
6 La sátira sobre la virilidad masculina quedó plasmada en la
más actuales. Como bien caracteriza Juan Sasturain nota “Fútbol, ese deporte de machos” donde varias fotografías de
(2004: 165), el arte de Oski reside en cultivar la aparente futbolistas abrazándose y dándose besos eran la “prueba” irrefutable
ingenuidad, la literalidad desamparada de las cosas; del excesivo cultivo de la amistad viril (S nº 5, 1973, 20-21). Otro
su trazo simple e infantil muestra “las cosas como son caso fue en referencia a la moda masculina de usar la “carterita” o
portadocumentos. En una serie de cartoons de Bróccoli se muestra
literalmente- y no como aparecen o se manifiesta”. Las a hombres incómodos y avergonzados por una moda que los hacía
ilustraciones del “Curso…”, con esa aparente inocencia adoptar objetos que eran considerados propios de las mujeres (S nº
y la reparación de los detalles, reforzaban el contenido 5, 1973, 18-19).

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diminuto slip con la frase: “Me llaman Trinity” (S nº 3, negó a “la utilización de lo sexual como tema o motivo
1973, 45). Los lectores, por el pacto de lectura que tenían de atracción para el lector” (Steimberg, 2013, 71). Como
con la revista, entendieron el mensaje y, al igual que ésta, Oscar Steimberg (2013) nota, Patoruzú demuestra una
sugirieron que las declaraciones de Bonavena ocultaban ternura que nunca es heterosexual, todos sus amigos y
su homosexualidad o su impotencia sexual.7 Las lectoras, familiares son hombres. La excepción es La Chacha, la
en particular, si bien reconocieron que sus palabras nodriza de Patoruzú, pero se trata de una mujer que más
eran denigratorias para la mujer, las entendieron como bien destila virilidad. En “La vida sexual de Patoruzú”
producto de sus “limitaciones mentales”, generándoles no sólo se “revela” que Patoruzú consume drogas
pena más que indignación. recreativas y es homosexual sino que es el sexboy del
La homosexualidad masculina fue tratada con coronel Cañones y de su sobrino, Isidoro Cañones, los
asiduidad por los humoristas y periodistas de Satiricón, otros personajes de la historieta (S nº 6, 1973, 37).
lo cual constituía en sí mismo una gran osadía. Si En “Milonga del gaucho raro”, la burla estaba dirigida
bien, Satiricón se presentaba a sí misma sin tabúes ni a las recuperaciones y exaltaciones del gaucho como
prejuicios, no pudo desprenderse de estos últimos. La exponente de la masculinidad y de lo popular-nacional
revista no difundió una representación del homosexual que se estaban haciendo en aquel entonces, y a los
distinta a la que ya era común en el teatro de revistas y galanes de las telenovelas. Pero el efecto cómico se
en el cine, en especial, en las comedias pícaras de gran lograba a través de una representación estereotipada y
éxito en aquellos años. La imagen estereotipada del peyorativa del homosexual. De este modo, se criticaba
homosexual como afeminado era bastante recurrente un lugar común -la masculinidad del gaucho- apelando a
y era la representación dominante para su integración otro lugar común –el homosexual afeminado. Después de
a la cultura masiva en los años setenta. La diferencia, la Martín Fierro y Juan Moreira hubo otros gauchos, decían
otredad, quedaba expuesta y sobre esa base se construía Trillo y Dolina, 8 “que la historiografía liberal se empeñó
el efecto cómico de los chistes. en ocultar, como si sus vidas no merecieran ver la luz (…)
Intentando revisionar (sic) acartonados conceptos sobre
el gaucho, presentamos esta versión, trunca y hasta hoy
inédita” (S nº 10, 1973, 43). La historieta asumía en clave
paródica una postura revisionista. “Milonga…” contaba
la historia de un gaucho “raro”, a quien “en el pago le
llamaban Marilú” pero “el mote no lo ofendía pues tenía
una virtud. Reconocía ser raro Marilú”. A partir de este
falso reconocimiento, los autores legitimaban el efecto
denigratorio que el hecho de ser presentado como “raro”
implicaba. La historia narrada y su “final feliz” cumplían
el mismo efecto: Marilú migraba de campo a la ciudad
y terminaba convirtiéndose en galán de telenovela
heterosexual. Como en “La vida secreta de Patoruzú”, la
homosexualidad era aquello oculto o silenciado que se
FIG. 5 SIN FIRMA, SATIRICÓN Nº 6, ABRIL DE 1973 develaba pero el hacerla pública se hacía -y este era su
límite- reforzando estereotipos ya instalados.
Dos ejemplos sobresalen en Satiricón que refuerzan Otras representaciones de la homosexualidad
los prejuicios y, en sintonía con el reportaje a Bonavena, también estereotipadas circularon por la revista. La
sugieren que algunos modelos de masculinidad homosexualidad aparecía vinculada a la juventud, al
ocultaban su verdadera condición homosexual; estos hippismo, al consumo de drogas, al arte y a lo intelectual.
son “La vida sexual de Patoruzú” de Mario Mactas y Es de destacar que por lo general, las representaciones
Oskar Blotta y “Milonga del gaucho raro” de Carlos Trillo cómicas de homosexuales no los encuentran desnudos
y Alejandro Dolina e ilustraciones de Sergio Izquierdo en la cama sino vestidos, en espacios no privados. Un
Brown. En ambos casos, la sátira estaba al servicio de cartoon de Fontanarrosa precisamente se burlaba de
la desmitificación de estos personajes célebres de la los encasillamientos: un hombre y a una mujer muy
cultura argentina y exponentes de la argentinidad. glamorosos conversan, el hombre dice: “Creo que
En el primer caso, Satiricón se burlaba del legendario estoy empezando a ser un artista de fama, Mariel…ya
personaje de historieta creado por Dante Quinterno en se comenta que soy marica” (S nº 12, 1973, 41). En otro
1928, gran exponente de la moral tradicional, “paladín caso, un cartoon realizado por Pacho, mostraba a dos
de las buenas costumbres” y superhéroe criollo (Fig. 5). hombres jóvenes, con gestos y atuendos afeminados
En el extremo opuesto a Satiricón, Quinterno mantuvo conversar sobre la prohibición de la venta de la píldora
a la historieta y a la revista Patoruzú castas, es decir, se anticonceptiva: “La verdad, que a mí no me preocupa

7 Incluso una de las cartas que se reprodujo era de la “Liga


de Homosexuales ‘La Mariposa’” que lo invitaban a unirse a su
organización, la redacción de Satiricón para darle credibilidad o un 8 Los autores se referían a las adaptaciones cinematográficas de
mayor efecto cómico, decía: “Juramos haber recibido esta carta y esos clásicos de la literatura argentina realizadas en aquellos años por
haberla publicado tal cual” (S nº 4, 1973, 6). Leopoldo Torre Nelson y Leonardo Favio.

Mara Burkart
8 Risa, sexo y censura en la Argentina de los años setenta. La revista Satiricón (1972-1974)
demasiado, yo las tomaba de vicioso nomás” (S n º 17, no era “el mayor peligro” como la querían presentar
1974, 17). sus detractores. Y les aconsejaba a los homosexuales:
No obstante, hubo chistes que procuraron evitar “que la pertenencia a una minoría, sea cual sea, no es
los estereotipos y las miradas peyorativas de la motivo de orgullo […] refugiarse en el clasista Frente de
homosexualidad. En la serie “Al pan con pan…” Liberación Homosexual, por ejemplo-, es egresar de una
realizada por Viuti (S nº 9, 1973, 52-53) el acento estaba marginación para ingresar a otra” (S nº 12, 1973: 21).
en los gustos y en el modo de actuar de quienes En Satiricón, lo satírico-lujurioso también quedó
supuestamente tienen inclinaciones homosexuales. En expresado en las alusiones cómicas a la centralidad del
estos cartoons, hombres normales y corrientes tienen deseo sexual en la vida cotidiana de hombres y mujeres.
fantasías sexuales homosexuales, hacen proposiciones El humor en torno al sexo que difundió Satiricón se
sexuales a otros o exaltan objetos fálicos. En estos caracterizó por tener a la cama como escenario principal,
casos, lo estereotipado era aquello que conformaba aunque no exclusivo. Los humoristas se metían en la
las fantasías de esos hombres más no los hombres en cama de hombres y mujeres para explorar y reírse de
sí. Dos cartoons sobresalen por cuestionar los apodos cómo las transformaciones que afectaban ese espacio
peyorativos y el sentido común estigmatizante que íntimo y privado. Los lectores se podían ver reflejados
recaía sobre la homosexualidad. El primero, realizado por en los chistes sobre el nuevo intruso que había llegado
Limura, procuraba desnaturalizar el apodo de “invertido” para quedarse en los dormitorios: la televisión. También
y muestra a un hombre y a una mujer desnudos frente podían reírse de los maridos que dejaban esperando
a una cama, y el hombre, que tiene invertida su zona a sus mujeres porque se habían olvidado de la “nueva
pélvica, dice: “Bien Rosalía, este es mi secreto” (S nº 13, posición” y debían consultar el Kamasutra, que tenían en
1973, 10). El segundo es de Fontanarrosa y satiriza cierto la mesa de luz. En la cama, los hombres encontraban a
sentido común que ubicaba a la homosexualidad entre sus mujeres con otro hombre, las prostitutas esperaban
los peores temores de los padres con respecto a sus a sus clientes y se tenía sexo colectivo.
hijos a la vez que evidenciaba que la naturalización de Estar “con el sexo en el seso” implicaba no sólo
la violencia de género: una madre se encuentra con el tener fantasías sexuales sino también incursionar en la
pediatra de su hijo y le dice: experimentación. Como parte de la revolución sexual, se
legitimaron y promovieron además de la homosexualidad,
“¿Se acuerda doctor, que yo estaba preocupada porque prácticas sexuales colectivas, la masturbación, la
Huguito se pasaba el santo día con las nenas? ¿Qué yo sodomía, la prostitución, el sadomasoquismo, todo lo
tenía miedo de que me saliera medio rarito? Bueno, ahora cual fue objeto de las humoradas de Satiricón. La revista
estoy más tranquila ¿sabe? Me enteré de que se las viola…” se burló de quienes incursionaban en esas prácticas
(S nº 15, 1973, 2) como un cartoon de Limura en donde en una gran cama
se encuentran recostadas ocho personas desnudas: un
En la misma línea, Alicia Gallotti escribió la nota militar, Frankenstein, un travesti, un payaso, una mujer,
“La ofensiva de la subcultura homosexual”, donde un joven, un hombre mayor y un chancho, uno de ellos
reflexiona sobre la creciente aceptación social de la preguntaba: “¿estamos todos listos?” (S nº 13, 1973, 5).
homosexualidad: El efecto cómico de estos chistes consistía en mostrar
como natural aquello que aun evidentemente no lo
nunca como ahora hubo tantos espectáculos de travestis, ni era y ridiculizar las prácticas de quienes se sentían a la
existieron mejores señales de convivencia que las actuales vanguardia de los cambios, como quedaba sugerido en
para los 600.000 argentinos que cada día corren el riesgo el título que reunía a ese y otros cartoon: “Parejas eran
de ser cariñosamente rebautizados como “marcha atrás”, las de antes…” (S nº 8, 1973, 27). Una tira cómica del
“topu”, “invertido”, “pederasta”, “ambidextro”, “mariposón” humorista inglés Mc Lachlan, originalmente publicada
o mediante la elipsis “hombre pero no fanático” o “la mina
en la revista Playboy -revista prohibida en Argentina,
con cariño”. (S nº 12, 1973, 20-21)
como Satiricón se encargó de señalar-, le daba una
vuelta cómica y, a primera vista, más audaz a la práctica
La mayor tolerancia hacia la homosexualidad no de sexo colectivo. En las primeras viñetas se ven cuerpos
implicaba el abandono de los apodos estigmatizantes desnudos enmarañados entre los cuales sobresale un
sino el surgimiento de nuevos eufemismos para hombre, también desnudo, que disfruta de la orgía. En
nombrarla y una mayor censura social hacia el insulto: las siguientes viñetas, se lo ve salir de entre los cuerpos
apilados, pararse a un costado y con una mano tirar del
Por supuesto, aún es posible seguir verificando cabezas dedo gordo del pie de una persona, provocando que
que piensan como hace 20 años, pero cada día resulta más esa pila de cuerpos desnudos se desinfle. En la última
difícil resolver el asunto con un rabioso ‘marica de eme’ y viñeta, el hombre guarda el rollo de vinilo con el dibujo
hay que apelar al “Para mi este tipo es medio raro” o, como de los cuerpos desnudos enmarañados (S nº 6, 1973,
dice La Chona, “Es enfermo, pobre muchacho”. (S nº 12, 7-8). No hacía falta conseguir personas reales para
1973, 20)
obtener la satisfacción sexual, los avances tecnológicos
abarcaban a aspectos de la vida novedosos y para
Para Gallotti, la homosexualidad era una subcultura muchos impensables, y proveían de todo lo necesario.
que estaba siendo perseguida políticamente pero En este mismo sentido, la mujer desnuda inflable,

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símbolo del entretenimiento sexual para los soldados escolares y varios chistes se burlaron de los intentos de
estadounidenses en Vietnam, fue también motivo de docentes y padres de explicar un tema aún considerado
numerosos chistes junto con otros sobre la masturbación. tabú en relación a los niños.
Este despliegue del aspecto sátiro-lujurioso de
Satiricón entusiasmó a muchos lectores que no dudaron
en pedir más sexo o en especular “cómo se le debe fruncir
el culo a la Moral Nativa cuando Satiricón, loco-alegre-
inmaculado, sale a la calle todos los meses” (S nº 5, 1973,
6). Pero también alejó a otros, un lector descontento les
reprochaba que la revista “está perdiendo todo lo bueno
que me hizo empezar a comprarla y que poco a poco se
está transformando en un compendio de aberraciones
sexuales (ahora podrían llamarla PORNOGRAFÓN)”
(S nº 10, 1973). No obstante, en la ecuación ganaban
los primeros como demostraba las cifras siempre en
aumento de la venta de la revista.
La primera etapa de Satiricón tuvo un punto de
inflexión en abril de 1973 cuando el sexto número fue
calificado de “inmoral” por la Municipalidad de Buenos
FIG. 6 FONTANARROSA, SATIRICÓN Nº6, ABRIL DE Aires que prohibió su venta y circulación (BOM nº
1973 14.517, 04/04/1973). Satiricón se sumaba a las revistas
consideradas “pornográficas” por la censura como era el
Satiricón también se burló de la juventud politizada caso de Playboy, Stern y otras publicaciones que provenían
e intelectualizada al sugerir que en definitiva el sexo del exterior y se impedía su circulación. El motivo de la
era más importante que la revolución, como se puede censura fue la profundización del abordaje satírico de
ver en el cartoon de Fontanarrosa que muestra a una temas sexuales, hecho que Satiricón explícitamente
chica desnuda en una cama junto a dos hombres y otra advertían en el editorial del número censurado:
muchacha, mientras le explica a quien podemos deducir
que es su madre: “En realidad, la idea original era formar este número está repleto de sexo, porque nosotros
un grupo para estudiar marxismo-leninismo” (Fig. 6) sospechamos que el sexo es una cuestión bella y refrescante
(S nº 6, 1973, 21). Pero no eran sólo los jóvenes los que a la que se suele meter en una olla a presión con tapa
pensaban y practicaban sexo, las señoras también lo hermética para hacer un guiso de preconceptos, represiones
disfrutaban como quedaba demostrado en la tira cómica y oscuridades. Para no estar en esa olla, en la que se meten
los que niegan al sexo y comercian suciamente con él, hoy
de Rafael que mostraba a una señora caer en un pozo en
nos sacamos pantalones y corpiños. (S nº 6, 1973, 14)
la calle que decía “hombres trabajando”. Al salir, se la veía
desconcertada y compungida, otras señoras se juntan
a su alrededor en solidaridad y primero, se muestran Los temas sexuales en clave cómica aparecían en ese
enojadas pero luego, cuando la víctima cuenta lo que le número en la nota ilustrada “La vida sexual de Patoruzú”
pasó al caer, una sonrisa se les dibuja en la cara y una de y en la primera entrega del “Curso libre de divulgación
ellas salta con entusiasmo adentro del pozo, mientras las sexual” ya mencionados; y en el conjunto de cartoons de
demás se prestan a hacer fila (S nº 12, 1973, 48). Chistes Viuti, titulado “Humor (porno)gráfico”. Si bien, el número
como este dejan en evidencia que la violencia de género censurado tenía “más sexo” y desafiaba al poder al jugar
no era un tema repudiable sino bien gracioso, incluso en los límites de lo moralmente censurable, también era
hubo chistes que muestran a mujeres que buscando cierto que la dictadura militar estaba en retirada –habían
intencionalmente ser violadas. sido las elecciones y la fórmula Cámpora-Solano Lima
La representación de niños y bebés en relación al sexo había resultado ganadora– y quería hacer demostración
tenía como fin legitimar la mirada pícara de los adultos de su poder antes de concretar el cambio de autoridades.
(S nº 12, 1973, 44), reforzar la idea de la centralidad del Es decir, la censura a Satiricón puede entenderse en el
sexo en la vida de hombres y mujeres. Tener relaciones marco de esas medidas que los funcionarios salientes
sexuales era algo natural y no un comportamiento tomaban para obstaculizar a sus sucesores. En la puja
“desviado”. La tensión intergeneracional que generaba entre militares y políticos, Satiricón salió ganando ya que
esta concepción en torno al sexo quedó representada el inminente cambio de autoridades la habilitó a seguir
en el cartoon de Sanzol que muestra en la nursey de un editándose y le facilitó asumir una postura desafiante
hospital a dos bebés besarse apasionadamente bajo hacia el poder censor.
la mirada de dos hombres, uno dice al otro: “Con usté En efecto, Satiricón respondió con ironía desde el
quiero parlare… ío sono il padre de la nena” (S nº 17, 1974: editorial del número siguiente al censurado. Agradeció a
63). El uso del italiano remite a los valores tradicionales la “bruja buena” por “su acción moralizadora y educativa”
y conservadores en torno a la familia. Precisamente en (S nº 7, 1973, 3) pero no bajó el tono de sus chistes sino que
aquel entonces, se discutió (y finalmente, fracasó) la incorporó a la censura entre los blancos de su sátira. En
inclusión de la educación sexual infantil a los programas ese número, Viuti se lució con “Sucedió en Puritania” (S nº

Mara Burkart
10 Risa, sexo y censura en la Argentina de los años setenta. La revista Satiricón (1972-1974)
7, 1973, 50-51), un conjunto de cartoons que satirizaba a los SATIRICÓN EN LA SENDA DE SADE
censores y los presentaba como hipócritas: era imposible
no dejarse llevar por la sensualidad femenina de ciertas Contra las expectativas de muchos, el acceso de
imágenes. Los censores aparecían vinculados a la Iglesia Perón al gobierno no puso fin a la violencia política ni
católica y eran representados a imagen y semejanza del terminó de aflojar la censura sino por el contrario, ésta
responsable del Ente Calificador Cinematográfico de se endureció. El reconocimiento del giro autoritario de
aquél entonces, Ramiro de la Fuente, es decir, como un Perón y que éste había accedido al poder en elecciones
señor mayor, calvo y con anteojos de marco de carey democráticas, llevó a Satiricón a autocensurarse y
negro. Esto se debía a que el cine fue el único ámbito de actuar en consecuencia con un clima más hostil. En este
la cultura y los medios de comunicación de la Argentina sentido, entendió que la risa satírica no tenía lugar en
que contó con una institución destinada a controlar el una sociedad que había elegido mayoritariamente al
contenido que difundía. De esta manera, primero Ramiro líder justicialista. El equilibrio entre las dos derivaciones
de la Fuente y luego, Miguel Paulino Tato se convirtieron que se desprendían de su nombre, la sátira política y
en símbolo de la censura en los años setenta. lo sátiro-lujurioso, se rompió y predominó lo segundo
La censura también mereció una nota seria por aunque ajustado a las nuevas circunstancias. Satiricón y
parte de Satiricón, como fue la de Carlos Ulanovsky, sus anunciantes redujeron la publicación de fotografías
“La censura madre que nos tocó”9 (S nº 12, 1973) que se insinuantes, la revista se desprendió de su vertiente más
acompañó con una ilustración realizada por Cascioli, libertaria en materia sexual y, en cambio, recurrió a lo
del “Sr. Censor” quien en vez de una cabeza tenía una escatológico.
gran mano que sostenía una gran tijera que cortaba el La irreverencia se expresó en representaciones de
negativo de una película erótica, como las de Isabel Sarli, partes del cuerpo humano gesticulando de modo soez
y de una película política, como podía ser “La hora de que ocuparon en la tapa el lugar de las caricaturas
los hornos” de Fernando “Pino” Solanas o “Estado de políticas. La risa escatológica fue promovida en
sitio” de Costa Gavras (Fig. 7). En todo caso, quedaba imágenes como “El auge de la cultura anal”, “Todos
claramente representado el hecho de que los blancos de somos culipanza!” y “Los asquerosos” como así también
la censura eran el sexo y la política. en otras más audaces que insinuaban el clima enrarecido
por el incremento de la violencia política, las presiones
y persecuciones, como “En boca abierta… entran
moscas!” y “A veces hay que tragarse el sapo!” o “¿Ud.
de qué se ríe?”. La materia prima de estas imágenes eran
gestos, expresiones populares y cotidianas, algunas de
las cuales tenían significados obscenos o insultantes.
Esta gestualidad fue utilizada ante la incapacidad de
expresar ideas en textos o imágenes de modo explícito.
Satiricón hacía referencias solapadas a la situación
política imperante pero evitó las personificaciones y la
sátira política. Se aludía y denunciaba la censura y se
representaba el tabú que rodeaba a los comportamientos
sociales a los que estos gestos aludían.
La historieta paradigmática de esta nueva etapa de
Satiricón fue “El Marqués de Sade” realizada por Oskar
Blotta e Izquierdo Brown en reemplazo de “El sátiro
virgen”. La representación de Sade ponía el énfasis en
su vida sexual sin hacer alusión alguna a su profesión
de escritor ni a la persecución a la cual fue sometido.
Sin embargo, la apropiación y el tributo que Satiricón
hacía del escritor maldito francés era un reconocimiento
implícito de aquella.10 Si el “sátiro virgen” paseaba por los
espacios públicos; Sade estaba confinado a su castillo,
ubicado sobre un peñasco, aislado del resto de la
sociedad. De este modo, quedaba representado el nuevo
FIG. 7 CASCIOLI, SATIRICÓN Nº 12, OCTUBRE DE clima que imperaba en el cual el sexo dejaba de ser un
1973
10 El tributo a la figura de Sade (1740-1814) tuvo su antecedente
en la sección que llevaba el nombre de una de sus novelas, “Filosofía
en el tocador” (1795) –considerada una de las obras sádicas por
9 La nota hacía referencia al relevo de Ramiro de la Fuente y excelencia. En esta segunda etapa, dicha sección cambió su nombre
al nombramiento de Octavio Getino al frente el Ente Calificador por “Filosofía en el baño”, para interpelar de modo más directo a
Cinematográfico en agosto de 1973. El cambio de autoridades fue los lectores masculinos. En ella, Jorge Guinzburg y Carlos Abrevaya
considerado positivo y generador de grandes expectativas. Sin abordaron temas como los métodos anticonceptivos, la virginidad,
embargo, la liberalización fue extremadamente breve, Getino duró la fidelidad, el nudismo, la masturbación, la menstruación, la luna de
en el cargo sólo unos meses, hasta noviembre de 1973. miel, la micción y la “franela”.

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tema público, se replegaba, volvía a ser una cuestión
privada. La figura de Sade ofrecía una nueva síntesis
que representaba al perseguido por sus convicciones
en cuanto a la moral sexual por parte del poder político
fuera éste monárquico, dictatorial, revolucionario o
democrático. En otras palabras, la persecución que
sufrió Satiricón y otros sujetos de la cultura argentina
bajo el gobierno democrático de Perón encontró su
mejor expresión a partir de esta figura controvertida
de la cultura occidental. No obstante, esta asociación
quedaba implícita; la historieta narraba las desventuras
del Marqués y su sirviente, para que el primero pudiera
satisfacer sus apetitos sexuales.

FIG. 9 GARAYCOCHEA, SATIRICÓN Nº 21, AGOSTO


DE 1974

Contraria a la representación de la mujer que ofrecía


la historieta de Garaycochea eran los postulados de El
varón domado de Esther Vilar, el cual en ese entonces
generó gran polémica. Contra los principios de las
feministas, Vilar sostenía que la mujer no era oprimida
por el hombre sino que ésta era quien controlaba al
hombre a través de sus estrategias de seducción sin que
aquel fuera consciente de ello. Satiricón se hizo eco de
la polémica que generó el libro a través de tres de sus
dibujantes Fontanarrosa, Limura y Viuti. Fontanarrosa
ofreció una historieta en la cual satirizaba la propuesta
FIG. 8 IZQUIERDO BROWN Y OSKAR BLOTTA, de Vilar a partir de aludir a las trampas del discurso y la
SATIRICÓN Nº 13, NOVIEMBRE DE 1973 enunciación, y su relación con las prácticas concretas.11
Por su parte, Limura ofreció una serie de cartoons como
Las representaciones plasmadas en los cartoons respuesta “valerosa y masculina a esa Esther Vilar” y
e historietas fueron las que menos modificaciones burlándose decía: “Yo no soy ningún varón domado.
tuvieron, éstas no dejaron de aludir a los distintos Mi mujer no me lo permite”. En “El varón amodorrado”
aspectos de la revolución sexual tal como los abordó en se llevaban al ridículo las situaciones que Vilar entendía
la primera etapa: la homosexualidad, la prostitución, la como de sometimiento del hombre por parte de la
mujer infiel, los hombres “atrevidos”, las relaciones de mujer y las estrategias de seducción de ésta (S nº 19,
pareja, etc. En todo caso, se destacó, por su continuidad, 1974, 26). Viuti, en cambio, ofreció una historieta que
la historieta “El Sr. Cienfuegos” de Garaycochea. Siempre invertía los roles: “La mujer domada” (S nº 19, 1974, 66).
que Jorge Cienfuegos llegaba del trabajo al hogar le Satiricón se burló tanto de Vilar como del feminismo,
traía a su joven mujer Eloísa, que lo esperaba como
buena ama de casa, alguna novedad que la excitaba 11 En la historieta, el “hombre domado”, enrolado en el “Movimiento
sexualmente y provocaba que quedara desnuda (Fig. de liberación masculino”, se liberaba del yugo, abofeteando y
9). Pero el Sr. Cienfuegos no hacía caso al estado de torturando a la mujer que le dominaba. Una vez que ésta deja el
departamento, tocan el timbre y un hombre, marinero, de tez negra
excitación de su esposa y, sin satisfacerla, la hacía volver y bien musculoso, pregunta por Lulú, y se descubre que el “hombre
a la “normalidad”. De este modo, el hombre aparecía en domado” era el cafisho y la mujer una de sus prostitutas a la cual había
control siempre de la situación y el deseo sexual de la echado por haberse “tirado a chanta”. No obstante, el hombre seguía
mujer era objeto de burla. sosteniendo sus principios y explicaba: “Es que ya no podía soportar
más […] yo lucho por la reivindicación masculina. La igualdad de los
sexos…”, el marinero le responde que lucha por lo mismo y “me da igual
cualquier sexo”; así es que en la última viñeta se lo ve irse, tras haber
mantenido relaciones con el “hombre domado” (S nº 18, 1974, 37-39).

Mara Burkart
12 Risa, sexo y censura en la Argentina de los años setenta. La revista Satiricón (1972-1974)
como en el cartoon de Crist, donde una mujer de clase Bradbury “Fahrenheit 451” (S nº 16, 1974, 31-33). La
baja, madre de seis niños, portaba la pancarta que decía censura era satirizada y se ridiculizaba los argumentos
“Abajo el feminismo” (S nº extra, 1973). El feminismo era que la justificaban.
un reclamo de clase media-alta promovido por mujeres La muerte de Perón y la asunción de su viuda a
jóvenes, modernas, sofisticadas con sus necesidades la Presidencia de la Nación modificaron para peor
básicas más que satisfechas. las condiciones de producción y circulación cultural
Por último, los cambios en las costumbres fueron y periodística. En septiembre de 1974, Satiricón
representados en el contrapunto “antes-ahora”. Se vivían fue clausurada por ser una “interferencia” y una
tiempos de cambio y Satiricón reflexionaba sobre los “perturbación” del orden a través del decreto secreto
prejuicios de antaño porque “los años transcurren, la vida 866/74 del Poder Ejecutivo Nacional. La “Bruja buena” se
cambia y lo que ayer fue vergüenza, hoy es honor y lo que había transformado en la “Bruja mala”, y ésta entendía
ayer fue ¡Dios me libre! es a Dios gracias” pero reconocía que Satiricón constituía:
que “no tener prejuicios también es un prejuicio” (S nº
22, 1974, 16). Según Ortiz, los “tormentos morales de un evidente ataque contra os elevados valores y
otro tiempo” eran el compromiso y la virginidad antes costumbres del pueblo argentino.
del casamiento, el luto por más de tres años, que las Que es una incitación constante a cometer delitos
mujeres no salieran solas de noche y tuvieran que ir tipificados contra la honestidad de las personas.
acompañadas por algún hermano como chaperón, los Que sus 22 números editados tanto sus ilustraciones
como su lenguaje tienen un neto carácter pornográfico
padres “aconsejando” a sus hijos sobre sus parejas.
reprimido expresamente por el art. 128 del Código penal.
Satiricón que había intentado integrarse a la (Decreto 866/74, 17/09/1974)
democracia peronista, fracasó. En enero de 1974,
recibió la clasificación de “exhibición limitada” a la cual
respondió reafirmando su identidad e identificando a Satiricón se despidió de sus lectores por medio de
su contrincante: los “seriotes generalmente enfermos una solicitada donde informaba sobre el decreto de
de constipación”, “los que trabajan, por mangos o ad clausura y explicaba que habían solicitado audiencia
honorem, de señores serios que nos protegen de todo a las autoridades para aclarar la situación y habían
mal” (S nº 15, 1974, 10). Para Satiricón, interpuesto las acciones judiciales correspondientes.
Sin embargo, días después de la clausura, el 28 de
sin el sentido del humor, a la inteligencia del hombre le septiembre, la legislación en torno a la censura se
falta un buen pedazo. Es necesario que haya gente con endureció. En nombre de la seguridad nacional se
la capacidad de ver que detrás de cualquier fenómeno, sancionó la ley 20.840 que impuso prisión de dos a seis
de cualquier episodio, yace un toque de absurdo, ese que años a quien “divulgara, propagandizara o difundiera
hace a la vida mágica y vivible. (S nº 15, 1974, 10) noticias que alteren o supriman el orden institucional y la
paz social de la Nación”. Paralelamente, la organización
Satiricón se dedicaba a ello y ofrecía una forma de ver el parapolicial Triple A (Alianza Anticomunista Argentina)
país que “no reconoce las correas del sectarismo” porque comandada por el ministro de Bienestar Social José
“las cosas, la gente, las naciones, no tienen solamente un López Rega, emitió sus listas negras con amenazas que
modo de presentarse a la faz de la tierra sino una manera obligaron a varios agentes del campo de la cultura a
claroscuro de ser”. Los números publicados entre abril y abandonar el país. El campo cultural perdía buena parte
agosto de 1974 fueron todos clasificados de “exhibición de autonomía por el avance legal, ilegal y violento del
limitada” por la Municipalidad de Buenos Aires. Y poder político.
Satiricón volvió a hacer chistes sobre los censores. En
uno de ellos, un niño le dice a su amiguita: “¡A mí me REFLEXIONES FINALES
gusta mucho la pornografía!... Cuando sea grande voy a
ser censor como papá!” (S nº 18, 1974, 10). El abordaje cómico y serio del sexo y la sexualidad
El continuo llamado al orden por parte de la censura no fue una de las notas distintivas de Satiricón. En ella
se correspondía con el reconocimiento del público que quedaron representados diversos aspectos que hacían
la revista recibía. Pero Satiricón no era el único blanco del a la liberación sexual en la Argentina de principios de
poder censor, la prohibición de libros y películas cobró la década del setenta. La revista percibió, plasmó y
nuevas dimensiones. A la censura legal se sumaron promovió el clima de libertad sexual que en el marco
atentados, listas negras y demás formas ilegales y de la modernización cultural se había reactivado
paraestatales que generaban miedo e impedían las cuando comenzó la transición democrática. Si esa breve
actividades y manifestaciones culturales. Satiricón no coyuntura, que se extiende entre 1972 y el gobierno
eludió estos temas. El año 1974 se había iniciado con de Héctor Cámpora, fue vivida como un momento de
los atentados con bombas a los Cines Gran Splendid y renovadas expectativas en torno a la posibilidad de
Lorena por el estreno de la película “Jesucristo Super- generar profundos cambios sociales y culturales, el
Star” y una historieta realizada por Crist, aludió a dichos acceso de Perón al poder y luego, de su viuda significaron
hechos. También Fontanarrosa abordó los ataques a la su violenta clausura. En Satiricón el retraimiento del
cultura, en particular el secuestro y quema de libros, clima de libertad frente al avance del autoritarismo, el
con una versión libre en historieta de la novela de Ray conservadurismo y la violencia quedó representado

PRÁCTICAS DE OFICIO, v.2, n. 20, dic. 2018 - jun. 2019


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en el pasaje de Petronio – cuyo exponente es la tira “El
sátiro virgen”- a Sade - representado por la historieta “El
Marqués de Sade”-.
En sus inicios, Satiricón se mostró abierta a promover
el cambio en el ámbito de la sexualidad considerado
aún como privado y tabú como así también a explorar
y ampliar los límites de lo socialmente permitido. Esta
apertura y promoción sin embargo estuvo lejos de los
discursos y prácticas más radicales, y más bien expuso
contradicciones y limitaciones. En cuanto a las imágenes,
aún siendo éstas dibujos cómicos cabe destacar la
ausencia de represtaciones de relaciones sexuales
explícitas y de genitales masculinos. En cambio, si puede
encontrarse desnudos femeninos, parciales o totales. De
este modo, la revista no rompe con la hegemonía de la
figura femenina como objeto de deseo sexual para un
lector que se presume siempre masculino. No obstante
la mujer no aparece como mero objeto sexual sino que
también se la reconoce como sujeto de deseo, y este
reconocimiento es acompañado por una propuesta
humorística por la cual los hombres se ríen de sí mismos
en cuanto a las dificultades de satisfacer a estas mujeres
sexualmente activas. En otras palabras, Satiricón se
caracterizó por publicar imágenes que incitaban al
deseo sexual junto con otras que lo parodiaban y
satirizaban. Satiricón se definió y muchos la definieron
como una revista sin límites y sin prejuicio. Sin embargo,
hemos observado que en ese intento por mostrarse
desprejuiciada reforzó varios prejuicios y estereotipos.
Las contradicciones más evidentes quedaron expuestas
en las representaciones de la homosexualidad y de la
mujer liberada, modernizada.
Del mismo modo, si bien, uno de los escenarios
predilectos de los chistes sobre sexo fue la cama, en
ella salvo alguna excepción aislada (que la hay), no
se representó a parejas homosexuales. En todo caso
Satiricón se destacó por desplegar el arte de la insinuación
y de la sugerencia; lo cual en aquel entonces, incluso eso
era de mucha audacia y provocación. Era el lector quien
debía aportar su cuota de imaginación para que las ideas
cerrasen, los chistes tuvieran sentido y causaran risa,
una risa que en muchos casos hoy nos parece inocente.
Esta exigencia de un lector activo, ávido en captar las
insinuaciones, generó un vínculo de complicidad no sólo
entre la revista y sus lectores sino entre los lectores entre
sí. La comunidad de lectores de Satiricón se reconocía en
su irreverencia, en las ganas de soltar la imaginación más
allá de lo permitido legal y socialmente.
La censura actuó sobre la propuesta y los valores que la
revista promovía como sobre ese lazo de complicidad que
se había generado. Se trató de censura moral y política
que revela la intolerancia hacia los gestos irreverentes
y hacia las propuestas de cambios propuestas que aún
con las limitaciones ya mencionadas, eran promovidos
por medios masivos de comunicación como fue el caso
de Satiricón.

Fecha de recepción: 7 de septiembre de 2017


Fecha de aceptación: 16 de mayo de 2018

Mara Burkart
14 Risa, sexo y censura en la Argentina de los años setenta. La revista Satiricón (1972-1974)
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