Gina Zabludovsky
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Durante los últimos años el debate sobre la modernidad en las ciencias sociales ha
dado un cambio significativo. Cada vez hay un mayor consenso en torno a la necesidad
de trascender las interpretaciones que parten de un modelo occidental relativamente
homogéneo aplicable a todo tipo de sociedades para, en su lugar, estudiar la realidad
mundial a partir de la propuesta de coexistencia de una multiplicidad de modernidades1.
En la medida en que, de forma casi inevitable, toda lectura de los clásicos se hace a la
luz de nuestras preocupaciones actuales y desde la mirada del debate contemporáneo, la
presente ponencia explora el pensamiento de los padres fundadores de la sociología para
evaluar hasta qué punto sus concepciones se aferran a una noción del progreso que
presupone un desarrollo común y relativamente homogéneo de la humanidad y una
concepción de un proceso civilizatorio relativamente homogéneo y hasta dónde
podemos encontrar la génesis de una sociología comparativa que se preocupa por
diferenciar culturas e instituciones que difieren según las distintas civilizaciones. Desde
esta perspectiva , a continuación se abordará el pensamiento de Montesquieu, Augusto
Comte, Carlos Marx, Alex de Tocqueville, y Max Weber.
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Para una exposición detallada sobre la tesis de las modernidades múltiples consúltese el influyente
trabajo de S.N Eisenstadt (2000)
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más como una síntesis filosófica sino que permite establecer relaciones múltiples entre
distintos factores sin la pretensión de que uno de ellos sea siempre el predominante o al
cual se le adjudique el “origen profundo” de la sociedad. (Aron, 1970, p. 83-86)
Como sociólogo, Montesquieu no se propone hacer una ciencia de la sociedad en
general, sino de todas las sociedades concretas de la historia. Nuestro autor sostiene la
existencia de una pluralidad indefinida de las explicaciones parciales y demuestra cuán
numerosos son los aspectos de una colectividad y los determinantes sociales a los que es
posible remitir los diferentes aspectos de la vida colectiva. En su conocido libro El
Espíritu de las Leyes, se plantea la necesidad de entender la diversidad humana a la luz
de las relaciones que se establecen entre las instituciones sociales y diversos factores
como los tipos de gobierno, las leyes, las creencias religiosas, las costumbres, las
características demográficas y las condiciones geográficas (Althusser, 1974, p. 16; Aron,
1970, p. 95, Montesquieu, 1985, p. 289).
Para Montesquieu, el “espíritu general de una nación” se concibe como la manera
de ser, de actuar, de pensar y de sentir de una determinada colectividad, según su
respectiva geografía e historia. Considerando que los “hombres son muy diferentes en los
diversos climas” y que la diversidad humana debe ser entendida con relación a la
“naturaleza del terreno”, estudia los caracteres de ciertos pueblos meridionales, y
contrasta los “usos y costumbres” de los países de Oriente con los de las sociedades
occidentales más desarrolladas (Aron, 1970, pp. 55-67; Montesquieu, 1985)
Si bien es cierto que la relevancia que otorga a ciertos factores territoriales y
climáticos en la conformación de los diferentes órdenes sociales podría a veces parecer
excesiva y ameritaría una discusión más detallada, lo que por ahora interesa señalar es su
constante preocupación por entender las actitudes de las distintas sociedades y de
desarrollar una estrategia de análisis comparativo para acercarse a los diversos pueblos.
En su visión del mundo, Montesquieu puede considerarse como continuador de la
tradición del pensamiento político clásico que contrasta el modelo de Occidente con el de
Oriente. Heredero del pensamiento Aristóteles, Maquiavelo y Bodino, Montesquieu
emprende la tarea de formular una madura conceptualización teórica del “despotismo
oriental” y en El Espíritu de las Leyes, el tema es abordado por primera vez, con gran
amplitud y cuidado. (Montesquieu, 1985; Zabudovsky, 1993, pp. 137-141).
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Montesquieu continúa señalando que la tradición aristotélica hace su clasificación con base en factores
accidentales y no en la forma de constitución de los gobiernos (Zabludovsky ,1993 pp. 141- 146)
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Cuando Montesquieu pretende comprender las “escandalosas” costumbres de los chinos y de los turcos,
la sociedad europea le objeta sus virtudes humanas y cristianas.(Vèáse, Althusser, 1994, p. 19)
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Al respecto Montesquiu observa que “ en Francia hay tres clases de Estados. La Iglesia, El Estado y la
toga”( Montesquieu, 1982, p. 91)
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Montesquieu a través de Usbek, se refiere en particular a Séneca ( Montesquieu, 1982, p. 66).
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Con relación a la tasa de progreso Comte señala que hay diferentes causas que afectan su ritmo y una de
ellas es“el aumento natural de la población , que contribuye más que cualquier otra influencia a acelerar la
velocidad. Este aumento siempre ha sido considerado el síntoma más claro del mejoramiento gradual de la
condición humana; y nada puede ser más incuestionable cuando tomamos en cuenta a toda la raza; o por lo
menos, a todas las naciones que tienen intereses mutuos… Sólo tengo que considerar la concentración
progresiva de nuestra especie como un último elemento general que concurre a la regulación de nuestra tasa
de progreso social …” ( Comte, selecciones de Thompson, 1976, p. 248)
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Entre estas concepciones previas destacan las de Bernier, Montequieu, Jones , Stuart Mill, y Hegel entre
otros .( vèase al respecto Sachs, 1979)
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dificultad de reconciliar la repugnancia por los invasores causantes del sufrimiento de los
orientales que viven la modificación violenta de la sociedad con la necesidad histórica de
la transformación ( Said,1979, p. 153) Al respecto el propio Marx señala:“ Por muy
lamentable que sea desde un punto de vista humano ver cómo se desorganizan y
disuelven estas decenas de miles de organizaciones laboriosas, patriarcales e inofensivas,
por triste que sea verlas sumidas en un mal de dolor… no debemos olvidar al mismo
tiempo que esas idílicas comunidades rurales , por inofensivas que pareciesen ,
constituyeron siempre una sólida base para el despotismo oriental ; que restringieron el
intelecto humano a los límites más estrechos, convirtiéndolos en un instrumento sumiso
de la superstición , sometiéndolo a la esclavitud de reglas tradicionales y privándolo de
toda grandeza y toda iniciativa…” ( Marx, “ Sobre el sistema colonial” en Sachs, 1979 ,
p. 23)
Dadas las condiciones climáticas y las características del suelo en las grandes
extensiones asiáticas, la base de la agricultura oriental es un sistema de irrigación
artificial que necesita de la intervención de un poder gubernamental responsable de la
organización de las obras públicas .Estos sistemas de regadío aparecen por encima de las
pequeñas comunidades. El poder estatal centralizador actúa sobre estas comunidades. Así
en las sociedades orientales, el estado es una unidad omnicomprensiva que está por
encima de las pequeñas comunidad y actúa como propietario superior. A semejanza de
Montesquieu, Marx habla del dominio de un Estado despótico, pero a diferencia del
sociólogo francés enfatiza el acaparamiento que éste hace de la mayor parte del
excedente,
La contraposición de Marx entre el Oriente y el Occidente se sustenta, en gran
parte, en su preocupación por defender las tesis de la revolución socioeconómica. . En
este sentido la conceptualización de las sociedades precapitalistas feudales y no feudales
(asiáticas) tiene mayor relevancia como un elemento dentro den un proyecto más general
para la lucha en los países europeos, que como un intento particular de comprender las
sociedades asiáticas.
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Aron señala que “ Tocqueville es un sociólogo al estilo de Montesquieu “ . El propio Tocqueville ha
dicho que fue su modelo en el momento de escribir La Democracia en América. El problema fundamental
de Tocqueville es el desarrollo de uno de los problemas que Montesquieu no pudo resolver “ de acuerdo
con este último, la república o la monarquía pueden ser, regímenes moderados, en los que se preserva la
libertad, mientras que por su esencia misma el despotismo, es decir el poder arbitrario de uno solo, no es ni
puede ser un régimen moderado. Pero entre los dos regímenes moderados, la república y la monarquía, ya
hay una diferenta fundamental: la igualdad es el principio de las repúblicas antiguas, mientras que la
desigualdad de los órdenes y las condiciones es la esencia de las monarquías modernas, o por lo menos de
la monarquía francesa… “ ( Aron, 1970, pp. 272- 273) Como Montesquieu, Tocqueville establece una
discriminación entre las causas históricas y las actuales, entre el medio geográfico y la tradición histórica,
entre la acción de las leyes y la acción de las costumbres. Por otro lado, la concepción aristocrática de las
sociedades es característica tanto de Montesquieu como de Tocqueville. , a sus ojos, únicamente el sector
rico y esclarecido podía ejercer el gobierno de una nación “ ( Aron, 1970 p. 296)
11
“ El juicio de Tocqueville acerca de la Revolución, los sentimientos que lo animan respecto de ella son
exactamente los que Augusto Comte habría denominado aberrantes. A los ojos de A Comte, la tentativa de
la Constituyente estaba condenada porque apuntaba a una síntesis entre las instituciones
teológicas y feudales del Antiguo Régimen y las instituciones de los tiempos modernos. Ahora bien,
afirmaba Comte con su habitual intransigencia, la síntesis de las instituciones derivadas de modo de pensar
radicalmente opuestos es imposible. Por parte de Tocqueville había deseado precisamente, no que el
movimiento democrático respetase las instituciones de la antigua Francia- el movimiento era irresistible-
sino que conservase todo lo posible las instituciones del Antiguo Régimen…” ( Aron, 1970,, p. 302)
Tocqueville no conocía la obra de A Comte , pero ciertamente oyó hablar de ella y no parece que
representara ningún papel en el desarrollo de su pensamiento. En cuanto a la obra de Marx, Aron señala
que no cree que la haya conocido El Manifiesto Comunista , más célebre en 1948 que lo que era en 1848.
No hay pruebas de que Tocqueville conociera “ este oscuro folleto que después llegó a hacer carrera “
(Aron, 1970,, p. 275)
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“Si Tocqueville , a quién en los países anglosajones se considera uno de los más grandes pensadores
políticos, igual a Montesquieu en el siglo XVIII, jamás ha sido contado en Francia entre los sociólogos, ello
responde al hecho de que la escuela moderna de Durkheim se originó en la obra de Augusto Comte “
(Aron, 1970,, p. 270)
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“al conjunto de las ideas de que forman los hábitos del espíritu y “ que tienen que ver
con “ el estado moral e intelectual de un pueblo” ( Tocqueville, 1996-1, p, 286).13 .Las
mejores leyes no sería capaces de mantener una constitución a despecho de las
costumbres que constituyen un punto central para la explicación de las prácticas políticas
en una sociedad determinada. ( Tocqueville, 1996-1, p. 305)
Por su manera de analizar las distintas sociedades, Tocqueville podría ser
considerado como el pionero de la sociología comparativa. Esta estrategia se hace
evidente en La Democracia en América, donde lo que ocurre Estados Unidos es
entendido a la luz de sus contrastes con la realidad europea y, en particular, con la de
Francia.14. ,La estrategia comparativa de Tocqueville también se aplica en su otro
conocido libro, El Antiguo Régimen y la Revolución , donde se estudian las razones
sociológicas de una crisis histórica y se exponen las causas por las cuales Francia tiene
dificultades de mantener un régimen político liberal en el curso de su evolución a la
democracia. ( Tocqueville, 1996-2) 15.
13
Al respecto, nuestro autor señala que “ Son particularmente las costumbres las que hacen a los
americanos de los Estados Unidos, los únicos entre todos los americanos capaces de soportar el imperio de
la democracia, y son ellas todavía las que hacen que las diversas democracias angloamericanas sean más o
menos reglamentadas y prósperas “ ( Tocqueville, 1996 p. 304)
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En este destacado texto Tocqueville se propone responder a la pregunta en torno a las razones por las
cuales los Estados Unidos constituyen una sociedad democrática liberal. .Lejos de ser un admirador
ingenuo de la sociedad norteamericana, Tocqueville conserva , en el fondo de sí mismo, una jerarquía de
valores tomada de la aristocracia francesa que es la clase a la que pertenecía Para él, , la democracia se
justificaba por el hecho de que favorecía el bienestar del mayor número; pero este bienestar carecía de
brillo y de grandeza, y no dejaría de implicar ciertos riesgos políticos y morales ( Aron, 1970,, p. 289)
Son múltiples las partes de La Democracia… donde nuestro autor compara la situación en Estados Unidos
con la de Francia. Así por ejemplo afirma que “ En Francia, el conflicto entre el espíritu moderno y la
iglesia es la causa última de las dificultades con que tropieza la democracia para mantener su carácter
liberal, y por el contrario la semejanza de inspiración entre el espíritu religioso y el espíritu de libertad es
el fundamento final de la sociedad norteamericana “ ( Aron; 1970, p. 283)
Mas adelante Tocqueville prosigue señalando que :“ Si en las naciones en que la aristocracia domina la
sociedad y la tiene inmóvil, el pueblo acaba por habituarse a la pobreza y los ricos a su opulencia. Los unos
no se ocupan del bienestar material, porque lo poseen sin trabajo, los otros no piensan en él , porque tienen
perdida la esperanza de adquirirlo y ni aun lo conocen bastante para desearlo “ ( Tocqueville, 1995, p. 489)
15
Tocqueville rehúsa a aceptar la crisis revolucionaria como un mero accidenta y analiza sus caracteres
específicos. Al respecto, Raymond Aron, señala que este libro puede ser comparable a la tentativa
desarrollada por Montesquieu en las Considerations sur les causes de la grandeur el de la dècadence des
Romains. ya que en ambos se hace un intento de explicación sociológica de los acontecimientos históricos.
( Aron, 1970,, p. 292)
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“La aristocracia procede sabiamente; conoce el arte de hacer convergir al mismo tiempo, hacia el mismo
punto, la fuerza colectiva de todas sus leyes “ ( Tocqueville, 1996-1, p. 242)
17
“… En las sociedades aristocráticas, los hombres no necesitan unirse para obrar, porque se conservan
fuertemente unidos. Cada ciudadano rico y poderos forma allí como la cabeza de una asociación
permanente y forzada que se compone de los que dependen de él y hace concurrir a la ejecución de los
designios “ ( Tocqueville, 1996-1, p. 474)
16
número de los suicidios es cada vez mayor, en Norteamérica el suicidio es raro, pero se
asegura que la demencia es más común que en cualquiera otra parte. Estos son síntomas
diferentes del mismo mal“ (Tocqueville, 1996-1 p. 491) “ Los norteamericanos no se
matan por agitados que se hallen porque la religión les prohíbe hacerlo y porque entre
ellos no existe, por decirlo así, el materialismo, aunque la pasión al bienestar material sea
general. Su voluntad resiste pero muchas veces su razón cede“ ( Tocqueville, 1996-1, p.
474)
Con base en estas comparaciones, en el primer volumen de La Democracia en
América Tocqueville sustenta sociológicamente el retrato de la sociedad
norteamericana. Como ya se ha señalado, el segundo volumen del texto difiere del
primero por el método utilizado y los problemas propuestos, en éste Tocqueville
desarrolla una especie de tipo ideal de sociedad democrática definida por un
desdibujamiento progresivo de las distinciones entre las clases y la creciente
uniformidad en las condiciones de vida. A partir de estas características se deducen
algunas tendencias de las futuras democracias.
En una sociedad de este orden, todas las profesiones serán consideradas
honorables porque en el fondo tienen la misma naturaleza. La democracia se concibe
como una sociedad del asalariado universal que tiende a suprimir las diferencias de
naturaleza y de esencia entre las actividades denominadas nobles y las que no lo son.
Comparando el caso de Francia con el de Estados Unidos, Tocqueville explica
como las costumbres de la sociedades democráticas tienden a suavizarse, las relaciones
son directas y se inclinan a la sencillez y la soltura, con pocos amaneramientos y
estilizaciones “los refinamientos sutiles y delicados de la cortesía aristocrática se
desdibujan en una especie de “camaradería”. Aún las relaciones entre amos y servidores
tienden a ser del mismo tipo que las que se establecen entre las personas de la llamada
buena sociedad. El matriz de la jerarquía aristocrática que sobrevive en las relaciones
interindividuales de las sociedades europeas desaparece cada vez más” ( Aron ; 1970. p.
315)
Tocqueville establece tendencias comparativas que destacan las diferencias entre
las democracias, sin embargo piensa que hay una propensión universal hacia el desarrollo
gradual de la igualdad de condiciones que se considera como “ un hecho providencial“
17
con las siguientes características : “…es universal, durable, escapa la protestad humana y
todos los acontecimientos, como todos los hombres, sirven para su desarrollo“
(Tocqueville, 1996-1 p. 32) Al respecto Tocqueville afirma que no existe ninguna duda
de que, “tarde o temprano, llegaremos, como los norteamericanos, a la igualdad casi
completa de condiciones “ 18( Tocqueville, 1996-1, p. 38)
Si bien es cierto que Tocqueville es el sociólogo de las diferencias y del estudio
de sociedades específicas, en su obra también encontramos directrices que se pretenden
universales como es la tendencia hacia la igualdad de condiciones. A pesar de que
considerar que este fenómeno es particular de las sociedades norteamericanas, también
sostiene que las sociedades europeas evolucionarán en el mismo sentido a medida que se
democraticen.
El tradición de Tocqueville y Montesquieu por contrastar las diferentes
sociedades tendrá una nueva dimensión a principios del siglo XX con el pensamiento de
Max Weber y su interés por el estudio de las principales religiones.
18
Sin embargo en el ensayo titulado “ Memorias sobre el Pauperismo” Tocqueville analiza el caso de Gran
Bretaña señalando que , “ debajo del brillante manto que admira a Europa “ se ocultan “ miserias
importantes “ ( Tocqueville,, 2003, p. 33)
19
En Kings of people, Richard Bendix ( 1978) parte de ciertos conceptos que define apropiadamente y a
través de un detallado examen compara los casos de Inglaterra, Francia, Alemania, Japón y Rusia. Sin
embargo, como otros estudios con una clara influencia weberiana, estas investigación no ha sido
suficientemente apreciada y no ha alcanzado el impacto dentro de la academia que si tienen otros análisis
histórico- comparativos como los de Barrington Moore , Theda Skocpoll , los enfoques braudelianos como
el de Charles Tilly y los del sistema mundial de Immanuel Wallerstein (Kalberg, 1994, pp. 4-6)
18
20
Los tipos ideales de Weber y sus análisis sobre realidades concretas se distinguen de otras corrientes de
la sociología contemporánea como las del sistema mundial, de las escuelas analíticas causales y de las
histórico- interpretativas. Al cotejar las contribuciones de la sociología sustantiva de Max Weber con las
escuelas recientes de análisis comparativo, Kalberg señala como esta últimas se han concentrado
19
únicamente en ciertos temas como los de la modernización política, los movimientos sociales, las
revoluciones, el totalitarismo, el poder del Estado moderno y las transformaciones recientes del
capitalismo occidental. (Kalberg, 1994, p. 17-18, p. 81)
20
21
En su sociología de la dominación Weber distingue los tipos ideales, el significado sociológico, de la
realidad histórica . Así por ejemplo, en sus estudios sobre China Weber muestra la confluencia de los
diferentes tipos de dominación, su sustento es básicamente patrimonial pero también tiene componentes
racionales y carismáticos. ( Weber, 1968, ;Weber, 1974,pp. 700-706; Zabludovsky,1993, p. 24)
22
El interés de Weber por estudiar otras culturas pretendía también entender mejor la propia. Tanto en su
sociología religiosa, como en la legal y la política, su preocupación fundamental es el Occidente. De allí
que enfatice el desarrollo de los factores patrimoniales, feudales y carismáticos que contribuyen u
obstaculizan el surgimiento y consolidación del Estado moderno ( Consúltese al respecto Buss, 1987; 272-
275; Weber, 1974; Weber Marianne, 1975; y Zabludovsky, 1993,)
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Así se explica como la arbitrariedad sultanista se basa en la inexactitud de lar racionalidad material
jurídica
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Como lo señala Ahmad Sadri la sociología de los intelectuales se expresa con particular lucidez en sus
estudios sobre las religiones. Si bien es cierto que en su sociología política Weber refleja sus intereses
ideológicos sobre la temática, sus perspectivas teóricas sobre la cuestión se encuentran desarrolladas con mayor
precisión en sus textos sobre religiones donde el papel de los intelectuales y guerreros adquiere una particular
relevancia. En estas obras, Weber muestra como las religiones siempre han estado influenciadas por distintas
formas de intelectualismo y por las relaciones que se establecen entre los sacerdotes y las autoridades políticas
( Sauri, 1992;Weber, 1964;,Zabludovsky, 2005)
22
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El anti-intelectualismo que muestran estas religiones a menudo está relacionado con los propios
intelectuales, Sin la presencia de éstos, no se logra explicar el éxito de estas dos religiones en su lucha
contra las interpretaciones mágicas y el logro de una notable racionalización teórica que se expresa tanto en
la consistencia de la condena a la idolatría en el Viejo Testamento cómo en la fundamentación de la
creencia en la “Divina Providencia” del Cristianismo.( Sadri, p. 61)
27
Tanto en la India como en China la presentación de la sosterología religiosa estuvo a cargo de los
intelectuales. A pesar de las diferencias entre estas dos civilizaciones, en ambas existía un importante status
de intelectuales integrado por los literati cuyo carisma residía en el conocimiento. Ambos grupos
desarrollaron un orgullo en una educación similar que –a los ojos de los creyentes- les permite combatir la
irracionalidad de las religión masiva.
28
Así, Weber ve en la figura de los intelectuales religiosos en China un ejemplo típico de la alianza entre
éstos y el poder, mientras el caso de algunas religiones de la India sería la contraparte. Por la manera en que
nuestro autor trata este tema, se podría afirmar que las diferencias sobre la actuación de los intelectuales en
estas dos sociedades constituyen una especie de arquetipos que van más allá de los análisis concretos y de
los ámbitos específicos de la sociología de la religión y pueden ser considerados como una especie de
arquetipos. ( Zabludovsky, 2005)
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29
Para un mayor desarrollo sobre la concepción de Weber en torno al status y su importancia dentro de la
sociología comparativa consúltese de Holton y Turner, 1989, 131-149
30
Ver la exposición sobre Maquiavelo, Bodino y otros autores presente en el capítulo “La contraposición
Oriente- Occidente en el pensamiento político clásico (Zabludovsky 2003, pp. 136-159) ,
24
REFERENCIAS
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