Apunte de Ensayos de Impacto para UNNOBA
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4 - ENSAYOS DE IMPACTO
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CONTENIDO PÁGINA
1. Generalidades 3
2. Efectos fragilizantes 4
3. Energía de impacto 5
4. Métodos de ensayo 8
4.1 Flexión por choque sobre barras simplemente apoyadas (método Charpy ) 9
4.2 Fracturas 11
4.3 Temperatura de transición 13
4.4. Flexión por choque de barras empotradas (método Izod) 15
4.5. Tracción por choque 16
4.6. Flexión por choque - Método NDT 17
5. Condiciones de ensayo para flexión por choque 17
6. Flexión por choque de aceros al carbono 20
6.1 Efecto del carbono y agregados 21
6.2 Efecto del tratamiento térmico 22
6.3 Relación A0 - σ02 – T 23
7. Flexión por choque de metales no ferrosos 23
7.1 Flexión por choque de cobre y aleación ASTM 260 24
8. Máquinas de ensayos 24
8.1 Péndulo Baldwin 25
9. Mecánica de la fractura 25
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IMPACTO
1. Generalidades
Los ensayos bajo cargas progresivas aplicadas lentamente, conocidos como estáticos,
permiten determinar las propiedades mecánicas de resistencia y deformabilidad de los
materiales según los distintos esfuerzos a que pueden estar sometidos, siempre que
resulten aplicados en análogas condiciones.
Por último, resulta necesario analizar las consecuencias que generan en los metales
variaciones de cargas prácticamente instantáneas, del orden del millón de veces más
rápidas que en ensayos estáticos, que pueden ser las causantes de las fallas por
fragilidad, aún en aquellos considerados dúctiles, debido a que el brevísimo tiempo en
que actúan las ondas de tensión no permite el libre desarrollo de las deformaciones,
considerando que los mecanismos que las generan en su estado plástico
presumiblemente no varían con el modo de aplicación de la carga.
A tal efecto en los ensayos de impacto se calcula, según normas DIN, la denominada
Resiliencia (K), que resulta de la relación entre la energía consumida con la sección del
plano transversal donde se produce la fractura, o bien directamente, normas ASTM, del
valor de la energía de rotura en Joule o en kilogramo fuerza metro (libra-pie en unidades
de países anglosajones).
A
DIN 50115: Resiliencia K = (joule / cm2 o kgfm / cm2)
S
Esta determinación no nos ofrece sin embargo una propiedad definitiva de los metales
por ser muchos los factores que pueden incidir en los valores de ensayos, pero sí
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constituye un índice de la tenacidad con respecto a los obtenidos en experiencias
realizadas bajo idénticas variables, dado que no admite otra condición de comparación o
semejanza.
Por otra parte y a los efectos de evitar falsas interpretaciones recordemos que la
Capacidad de Trabajo de Deformación elástica o plástica, corresponde a la energía que
absorbe el material por unidad de volumen hasta alcanzar su límite elástico (Módulo de
Resiliencia) o hasta su rotura (Módulo de Tenacidad), posibles de determinar en un
diagrama de tracción estática.
Lo expuesto hace que los resultados obtenidos en uno y otro ensayo no puedan
compararse, no sólo por considerar distintos parámetros sino que por la forma de
aplicación de la carga, y su influencia en el proceso de deformación mediante el cual el
metal absorbe energía.
En ambos casos los valores de las resiliencias son de gran aplicación en la elección de
los materiales a utilizar en determinadas máquinas y estructuras.
2. Efectos fragilizantes
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un estado triaxial que suprima el deslizamiento, causa de la deformación, que sumado a
la naturaleza cuasi instantánea del impacto, aumentan la severidad de la prueba para
poder así establecer la aptitud de tenacidad con la sensibilidad del material a las
entallas.
Además de las entallas y del efecto dinámico de aplicación de las cargas, las bajas
temperaturas resultan otro importante factor que acrecienta el proceso de fractura frágil.
Así en ensayos realizados en idénticas condiciones, pueden experimentar una transición
de rotura dúctil a frágil con la disminución de la temperatura, variaciones que tiene
lugar en un intervalo de -100 a +100 °C, en el que es posible fijar un valor definido por
las normas, a los efectos comparativos, como temperatura de transición.
En la gran mayoría de los casos son el estado triaxial y las bajas temperaturas las
causales de las roturas frágiles, que se intensifican al aumentar la velocidad de la carga
de impacto.
En los aceros dúctiles la transición de rotura dúctil a frágil se produce para caídas no
muy pronunciadas de las temperaturas, dentro de ciertos intervalos de valores, por lo
que por razones de seguridad la determinación de la tenacidad es de práctica en aquellos
a utilizar en la fabricación de tuberías, chapas soldadas, recipientes para almacenar
fluidos a presión, puentes, etc..
En resumen, existe una gran influencia de las entallas, la velocidad de aplicación de las
cargas y las temperaturas en el proceso de fragilización de los metales, consideraciones
aplicables a todo tipo de esfuerzo, debiendo tenerse en cuenta las características
especiales para cada caso.
3. Energía de impacto
Los valores obtenidos en estos ensayos son únicamente comparables entre sí cuando se
realizan bajo idénticas condiciones en lo referente a las probetas, velocidad de
aplicación de la carga, temperatura y energía de impacto, no admitiendo otra condición
de semejanza.
Figura 1. Principio de funcionamiento del péndulo para ensayos de flexión y tracción por choque
A0 = A1 - A2
Si A1 = G x h1 y A2 = G x h2 ; tenemos: A0 = G ( h1 - h2)
El valor numérico en kilogramo fuerza metro o en Joule del trabajo gastado para
producir la rotura queda indicado sobre una escala convenientemente graduada que
posee la máquina.
El trabajo o energía registrada será considerada aceptable cuando las pérdidas por
fricción entre las partes metálicas de la máquina, para la marcha en vacío, sea inferior al
0,4 % de la energía máxima.
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de alta intensidad de iluminación para medir la velocidad del golpeador inmediatamente
antes del impacto, han permitido un mejor análisis del comportamiento de los metales
bajo solicitaciones de choque.
t
Ea = V0 ∫ P . dt
o
Figura 2. Registro en osciloscopio de un aluminio 6061 para el ensayo Charpy, con entalla en V
Las tareas de cálculo y la posterior elevación del informe son notablemente mejoradas
gracias a la utilización de microprocesadores de datos, que reemplazan al osciloscopio
en el registro de los parámetros de ensayo, los procesa y entrega los resultados en forma
tabular y en diagramas P - t y A - t.
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3) Está constituido por el procesamiento de los valores medidos y su registro.
Figura 3. Funciones P-t y A0-t de un ensayo Charpy con entalla en V empleando un microprocesador
4. Métodos de ensayo
Desde el año 1892 en que Le Chatelier realizó por primera vez ensayos sobre materiales
que, en condiciones normales de trabajo, rompen por la denominada "fragilidad de
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entalla", hasta nuestros días, muchas son las teorías y métodos expuestos a fin de
obtener valores que indiquen, con la mayor exactitud posible, las características del
material cuando se encuentra sometido al efecto antes mencionado.
4.1 Flexión por choque sobre barras simplemente apoyadas (método Charpy)
Con la finalidad de que el material esté actuando en las más severas condiciones, el
método Charpy utiliza probetas entalladas (estado triaxial de tensiones) y velocidades
de deformación de 4,5 a 7 m/s, siendo el entorno recomendado por las normas el de 5 a
5,5 m/s.
Las probetas se colocan, como muestra la figura 4, simplemente apoyadas sobre la mesa
de la máquina y en forma tal que la entalla se encuentre del lado opuesto al que va a
recibir el impacto. En la misma figura se puede observar la correcta posición del
material como así también la forma y dimensiones de los apoyos y de la pena del
martillo pendular, normalizados a los efectos comparativos.
La elección del tipo de probeta depende del material a ensayar, adoptándose para cada
caso la que dé resultados más satisfactorios; en general se emplean las de entallas más
profundas y de menor ancho para los metales más dúctiles.
Las normas aconsejan realizar el ensayo de choque por el método Charpy con el empleo
de probetas entalladas aprobadas por ISO (International Standards Organization), que
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tienen las dimensiones indicadas en la figura 5, pudiendo reducirse la profundidad de la
entalla, para materiales de poca resistencia a la flexión por choque, a 3 mm para el tipo
B y a 2 mm para el C, obteniéndose en este último caso la probeta denominada
Mésnager, o bien variarse el ancho a 7,5; 5 ó 2,5 mm para el tipo A, cuando el espesor
del producto sea inferior al necesario para el maquinado de la probeta estándar, en cuyo
caso deben especificarse las dimensiones de la utilizada.
El impacto sobre las probetas de sección trapezoidal debe darse en la cara más angosta.
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En la tabla 4.1 damos los valores de energías de impacto de algunos metales, obtenidos
en ensayos Charpy a temperatura ambiente (10 a 35 °C), con el empleo de probetas con
entalla V y como referencias comparativas los valores de sus propiedades mecánicas de
Resistencia y Deformabilidad bajo cargas estáticas de tracción a igual temperatura.
Figura 6. a) Zona de propagación de las deformaciones. b) Estado de tensión por flexión por choque.
4.2 Fracturas
El análisis de las fracturas obtenidas en ensayos de impacto por el método Charpy dan
una referencia sobre la posibilidad de los metales de absorber energía (tenacidad), según
que resulten dúctiles (fractura fibrosa mate) o frágiles (fractura granular brillante), o
bien una combinación de ambas.
Es así que las aleaciones de estructuras cristalinas cúbica de caras centradas (ccc: cobre,
aluminio, níquel, etc.), muestran por lo regular, fracturas dúctiles con empleo de
probetas entalladas en V.
Las hexagonales compactas (hc: cinc, manganeso, titanio, etc.) presentan en cambio,
fracturas granulares. Sin embargo en estos casos, generalmente, no se producen
traumáticas transiciones de dúctil a frágil al disminuir la temperatura.
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Como referencia, que podemos considerar de relevancia, téngase en cuenta que el acero aleado de
muy bajo porcentaje de carbono (0,10 a aproximadamente 0,20 %), de gran empleo en piezas de
máquinas, en construcciones civiles y móviles en general, las que pueden pasar en cortos lapsos
de tiempo a bajas temperaturas, presentan energías de rotura que van desde aproximadamente
200 J a 0 °C hasta solamente 10 J a - 40 °C.
Figura 7. Fracturas por flexión por impacto en ensayos Charpy sobre probetas con entalla en V a
temperatura ambiente
El mecanismo de las roturas de los metales con estructuras cúbica centrada se produce
por no presentar planos especialmente compactos, por lo que carecen de sistemas de
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deslizamiento bien definidos, que hace que la mecánica de las dislocaciones, que
generan las deformaciones, resulte más lenta a bajas temperaturas y consecuentemente
con muy pequeña capacidad para absorber energía en comparación con otras
estructuras.
Es así que se impone la realización de experiencias (se utiliza el método Charpy con
entalla en V) a partir de un intervalo de temperaturas en la cual la rotura resulta dúctil,
con disminución de 10 en 10 °C según normas, hasta alcanzar aquella en que se estime
se llegó a la fractura de naturaleza frágil.
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Del análisis de la curva se deduce que la energía absorbida por el material puede
disminuir en forma notable al bajar las temperaturas, sin embargo en la mayoría de los
metales no se produce un tránsito brusco para un valor bien definido, por lo que ante la
necesidad de fijar un punto que identifique al proceso de fragilización, la norma ASTM
da procedimientos para determinar la temperatura de transición a los efectos
comparativos. Así del gráfico A0- T: transición de la energía resulta:
Este valor no se fijó arbitrariamente, sino que corresponde a la energía hasta la cual las
chapas de acero naval soldadas con soldadura continua, utilizadas en cascos de buques,
no experimentan fracturas frágiles debido a las entallas producidas por defectos de
unión o metalúrgicos bajo las temperaturas más bajas posibles a las que pueden estar
afectadas en servicio.
As+Ai
Tdb =
2
Es de hacer notar que los valores así obtenidos no deben tomarse como definitivos, en
consideración a que un mismo lote puede exhibir una notable dispersión. La variable
más importante corresponde a la presencia de significativas grietas microscópicas.
Por otra parte debe tenerse en cuenta que algunas aleaciones del cobre y del aluminio
presentan un aumento de la resiliencia con temperaturas decrecientes y que en ciertas
aleaciones de níquel, sólo a muy bajas temperaturas acusan un descenso de su
tenacidad.
Las bajas temperaturas aumentan el valor de las tensiones al límite elástico de casi todos
los metales, incremento que resulta mayor en aceros de bajo carbono, que aumenta su
predisposición cristalográfica a la fragilización.
Además, si se tiene en cuenta que existe una correlación entre el porcentaje de fractura
dúctil y la energía gastada para producirla, se puede utilizar un segundo procedimiento
para fijar la temperatura de transición en base al aspecto de la fractura. En este caso se
consideran en abscisas el porcentaje de rotura dúctil para cada temperatura, tomándose
como la de transición la que corresponde al 50 % (gráfico Reducción de área % -
Temperatura: Transición de la fractura)
Los valores de las temperaturas de transición varían con los métodos y parámetros de
ensayo e inclusive con las entallas de las probetas.
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Los metales que se utilizan a bajas temperaturas deben seleccionarse de manera tal que
aquella de trabajo esté lo suficientemente arriba de la zona de transición; los aceros de
bajo carbono pueden fracturarse de forma instantánea a partir de los - 18 °C.
Los aceros aleados con níquel permiten reducir la temperatura de transición, tal el caso
del acero inoxidable que se utilizan en recipientes que contengan gas licuado por debajo
de los -100 °C. Para tuberías que soportan temperaturas criogénicas se emplean aceros
de alta resistencia que contengan molibdeno, silicio y columbio.
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Figura 10. Probeta Izod de sección redonda
En estas pruebas, los valores de ensayos se dan directamente por la energía de impacto
en kgfm o Joule, no siendo recomendable su uso para temperaturas distintas de la
ambiente.
El ensayo de tracción por impacto de efectúa sobre probetas redondas que pueden o no
tener extremos roscados, presentando secciones mínimas en su parte media con
longitudes que varían desde l mm a 90 mm; en la figura 11, se indica la probeta
recomendada por la casa Tinius Olsen para utilizar con el péndulo de su fabricación.
Estas probetas se utilizan en la misma máquina que para flexión por choque, en la que
debe cambiarse en el dispositivo pendular, el golpeador por el accesorio correspondiente
para la fijación de las mismas; en el otro extremo se rosca un tope.
Los ensayos de tracción por choque han adquirido importancia debido a que la rapidez
de la aplicación de la carga hace que el material se encuentre sometido a esfuerzos que
producen mejores condiciones de tracción pura que en los estáticos y permiten,
inclusive, poder utilizar los valores obtenidos en el cálculo de piezas.
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además la longitud de la parte de menor diámetro dentro de la cual tendrá lugar, debido
a que antes de la rotura, las probetas de mayor longitud se deformarán más, haciendo
que el esfuerzo actúe sobre las mismas en una distancia mayor, por lo que también se
incrementará el trabajo absorbido por el material.
Figura 12. Probeta y representación esquemática del método NDT (ASTM E 208)
El ensayo debe realizarse sobre una serie de probetas a temperaturas decrecientes hasta
encontrar aquélla para la cual las fisuras se propagan hasta uno o ambos extremos.
Los materiales a ensayar deben terminarse sin marcas de herramienta, sin llegar
necesariamente a su pulido, especificando la forma de extracción con respecto a la
dirección de laminado, por producirse modificaciones significativas en el
comportamiento de los metales bajo efectos de impacto con la orientación relativa de la
probeta con el laminado (fig. 13).
Figura 13. Influencia de la dirección del laminado sobre la energía de rotura para un acero de 0,12 % de
C, bruto de laminación
2) Las entallas tienen gran influencia en los resultados del ensayo, especialmente
por el radio de la curva de enlace, por lo que las mismas deben realizarse con gran
exactitud mediante el empleo de mechas, fresas o amoladoras, presentando sus caras sin
ralladuras ni marcas y perfectamente paralelas según el tipo de probeta.
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Para 2 mm de profundidad de entalla con ángulo de 45°
sin curva de enlace : …………………………….. 2,99 kgfm = 29,3 J
Para 2 mm de profundidad de entalla con ángulo de 45°
y radio de la curva de enlace de 0,25 mm : ……... 3,46 kgfm = 33,9 J
Para 2 mm de profundidad de entalla con ángulo de 45°
y radio de la curva de enlace de 1 mm: …………. 5.57 kgfm = 54.6 J
c) Variación en la energía absorbida y en la temperatura de transición de un mismo
metal, según el tipo de probeta utilizada, entre las normalizadas del método
Charpy (fig. 14).
Figura 14. Influencia del tipo de entalla sobre la función de energía de rotura de un acero al carbono
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Velocidad de impacto Trabajo de fractura
m/s kgfm (J)
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6.1 Efecto del carbono y agregados
En correspondencia con lo visto al analizar las propiedades de los aceros para el estado
de tracción simple, un aumento en el porcentaje de carbono o lo que es lo mismo un
incremento de la estructura perlítica, provoca una disminución de la tenacidad del
material, que se manifiesta en los ensayos de flexión por choque como una disminución
de la energía de rotura a temperatura ambiente (de aproximadamente 300 a 15 Joule) y
un aumento en la de transición de aproximadamente -70 a + 100°C, para una variación
del porcentaje de carbono de 0,01 a 0,67 %, figura 15. Considerando como temperatura
de transición "a la temperatura para la cual la energía absorbida es de 21 Joule (15 lb-
pie)", Tda, de la figura 8.
Otro efecto observado es la variación del salto de temperatura que provoca la transición
dúctil-frágil; así para aceros de 0,01 % a 0,11 % de C se pasa de una a otra fractura para
pequeñas diferencias, las que aumentan considerablemente para los de 0,22 % a 0,31 %.
A partir de 0,43 % de C los diagramas A 0 - T tienden a la horizontal, indicando que las
temperaturas se deben elevar considerablemente para cambiar las características de
plasticidad del material, aún para pequeñas variaciones en el valor de la energía.
Es de hacer notar que, si bien una transición suave puede ser beneficiosa, la mayor
ductilidad está definida por altos valores de la energía absorbida y bajas temperaturas de
transición (aceros de 0,01 % a 0,31 % de carbono).
Por otra parte, como ya hicimos referencia, elementos de aleación como el manganeso,
molibdeno, níquel, silicio, etc., mejoran la capacidad de los aceros para absorber cargas
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dinámicas por aumento de la energía y/o por disminución de la temperatura de
transición.
Figura 17. Variación A0 – T con el tratamiento térmico: a) SAE 4340, b) SAE 1040
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Teniendo en cuenta la gran dependencia de la energía absorbida y de la temperatura de
transición con la microestructura, el ensayo de choque es el medio ideal para la
verificación y control de calidad de los tratamientos térmicos realizados.
La figura 18 obtenida sobre trabajos de W. S. Pellini -1971, para ensayos de flexión por
choque en aceros de igual aleación pero distinta composición (serie SAE 1Oxx),
muestra la variación de la energía de rotura con la temperatura y el límite de elasticidad
del material.
Como ya hemos visto (fig. 15), a una temperatura dada la energía absorbida decrece con
el aumento de la resistencia de los aceros hipoeutectoides, disminución que también se
manifiesta para cada tipo de acero al bajar la temperatura.
El cinc, que de acuerdo a normas se ensaya en flexión por choque entre -20 y + 40° C,
presenta a bajas temperaturas muy pequeña resiliencia, la que se eleva
considerablemente para valores ligeramente superiores a la del ambiente. Sin embargo,
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aumentando la temperatura, tiene tendencia a disminuir su capacidad de absorber
energía; esta característica es de importancia si se tiene en cuenta que la disminución de
la ductilidad puede corresponder a temperaturas de uso del material.
Método: Izod.
El cobre y los llamados latones monofásicos, como el ensayado (figura 19) son
ejemplos típicos de metales de estructura cúbica de caras centradas. Se verifica el
aumento de la energía al disminuir la temperatura y la carencia del período de transición
dúctil-frágil en el rango de las temperaturas de ensayos.
8. Máquinas de ensayos
Para los ensayos de choque pueden utilizarse distintos tipos de máquinas, las que se
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agrupan en pendulares, de cabeza giratoria, y martinetes o de impacto vertical. Entre las
primeras, o sea en aquéllas en que el impacto se produce con una masa o martillo que
puede oscilar como un péndulo, podemos mencionar a las de Charpy, Izod y Oxford.
Las máquinas de Fremont y Turner resultan martinetes que producen la fractura por
medio de una masa que rompe a la probeta por flexión o compresión. La primera está
constituida por un martillo de 10 a 15 kgf que posee en su parte más baja un
"golpeador" en forma de V de acero duro, el que choca con la cara opuesta a la de la
entalladura de la probeta al caer desde una altura de 4 m.
La energía de ensayo será la necesaria para producir la fractura del material en un solo
golpe y quedará indicada, en el cuadrante del péndulo, por una aguja arrastrada por otra
fija solidaria al eje del golpeador.
Calibres de control aseguran la correcta posición de las probetas para los ensayos
Charpy e Izod, para dar cumplimiento a lo exigido por las normas: que el plano de la
punta del martillo coincida con el de la sección transversal afectada por la entalla.
9. Mecánica de la fractura
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cualitativos sobre la fragilidad de los metales en condiciones relativamente sencillas, con
parámetros previstos de entallas, temperaturas y velocidad de aplicación de las cargas.
Resultan de gran importancia para determinar la temperatura de transición de dúctil a
frágil, comprobar la calidad de algunos tratamientos térmicos o simplemente verificar las
fracturas de materiales a partir de valores previstos según sus usos.
Estos ensayos tuvieron marcado auge durante la segunda guerra mundial por las
inexplicables fracturas, en zonas muy frías, por pérdida de la tenacidad en chapas de
aceros o tuberías con soldadura continua, en las que el comienzo de una fractura frágil
se transmitía casi inmediatamente al resto del conjunto estructural.
Más recientes resultan las roturas catastróficas del proyectil Polaris y de aviones Comet,
lo que hizo suponer que los ensayos de impacto no proporcionan datos del
comportamiento de los materiales a utilizar en el diseño de secciones que contengan
grietas o imperfecciones, por lo que se creó la Mecánica de la fractura, que contempla
la falla frágil en un campo de tensiones elásticas de los metales con defectos
preexistentes. El análisis de estas roturas, debido a su gran complejidad, sólo fue
posible, en principio, relacionando teorías de fracturas con la de la elasticidad. Es así
que entre otros, G.R. Irwin determina la fuerza efectiva para resistir el movimiento de
una grieta como consecuencia del trabajo realizado para desplazarla a una mínima
distancia, a partir de pruebas experimentales.
La intensidad del esfuerzo en el extremo de la grieta depende del valor de las tensiones
aplicadas y de su extensión, designándose al "factor de intensidad del esfuerzo" con la
letra K.
A medida que se incrementa el esfuerzo aplicado se llega a un valor crítico Kc, a partir
del cual la grieta se extiende con rapidez, por lo que se le denomina "tenacidad de la
fractura", que depende del modo del deslizamiento de las superficies de la grieta. Así en
el modo 1, las superficies se desplazan normalmente a ellas mismas con el esfuerzo de
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tracción, según el eje y, en los modos básicos designados como 2 de resbalamiento y 3
de desgarramiento, el desplazamiento se produce según los ejes x y z respectivamente,
o sea en los casos en que las grietas se expanden en dirección normal o paralela a sus
bordes.
KC1 = σy x√ a x π
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