Entrar en La Vida - Andrés Botero
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Libro musical
ENTRAR EN
LA VIDA
Introducción
Tabla de contenido
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www.sanacionmusical.com
La palabra creencia viene del latín “credere” (creer) que significa poner
confianza en, confiar en. Incluso algunos dicen que su raíz más antigua pude
venir de “corazón” o aquello en lo ponemos el afecto, el ánimo o la fe.1
1 Etimoligias.dechile.net/?creencia
2http://bibliaparalela.com/rv/matthew/19.htm
escucha (es decir, es universal). Así pues, cuando dice “anda, vende lo que
tienes” nos invita a dejar de lado nuestras creencias actuales (lo que
tenemos), para poder acceder al “tesoro en el cielo”.
El joven (mancebo) en este relato se va muy triste pues se da cuenta que
tiene muchas creencias, está muy aferrado a ellas y no encuentra cómo
transformarlas.
Luego les dice a sus discípulos que es más fácil que un camello pase por el
ojo de una aguja que un rico entre al reino de Dios, con lo cual nuevamente
refuerza la idea de que un ser humano lleno de creencias (rico) no puede
acceder al reino de Dios (en donde no hay creencias sino EXPERIENCIAS).
“¿Quién pues podrá ser salvo?”, preguntan sus discípulos a lo cual contesta
que si bien para los hombres (sin consciencia de la divinidad) esto resulta
imposible, para Dios (consciencia de la divinidad) todo es posible. Aquí nos
recuerda que quien cree en lo imposible como posible es quien accede al
poder divino, es decir, quien se hace uno con Dios o se reconoce como
“imagen y semejanza”. Quien aún no se ha “creído” imagen y semejanza de
la luz, Dios, el gran misterio, el creador, el uno, etc, no puede acceder a este
nivel de consciencia.
Todo esto nos sirve para exponer una creencia que nos permite acceder al
reino de los cielos, al nuevo tiempo, nueva humanidad o nueva era del amor:
Dios está adentro del ser humano, somos imagen y semejanza de la
divinidad, de la luz. El cuerpo es el templo del alma, del espíritu, de la
chispa divina. Al mismo nivel de Dios, como hermandad debemos aprender
a relacionarnos con él, no como algo que está por encima y nosotros por
debajo.
experiencia, a una certeza, a una creencia real y verdadera para el ser que la
experimenta.
Así son las cosas del espíritu: los tiempos son de Dios, pero solo llegan para
quien está siempre preparado, para quien jamás deja de intentar, de desear
y anhelar. Intento implacable (el lado positivo de la obsesión) diría mi
psicoanalista, o como dice un reconocido chef de mi ciudad: “la danza de la
lluvia siempre funciona porque se danza hasta que llueva”. En los caminos
espirituales, cuando tenemos fe en algo, cuando sentimos esa corazonada,
ese impuso de creer en algo y experimentarlo (hacerlo verdad en nosotros)
entonces debemos practicarlo hasta lograrlo, nunca nos podemos dar por
vencidos en este camino, porque al que pide y quiere se le dará, no en los
tiempos caprichosos sino en los tiempos sincrónicos (cuando corresponde).
no hay tiempo lineal, todos los tiempos (pasado, presente y futuro) conviven
en un solo tiempo o instante. Así que cuando agradecemos sin saber por
qué, estamos actuando desde el futuro, lo cual inmediatamente cambia
nuestro presente y hace que recibamos el regalo (que tengamos la
compresión).
Es decir, como ya agradecí (en el futuro), ahora debo recibir un regalo (en el
presente). El regalo es, como habíamos dicho, ese darnos cuenta del
propósito sagrado de la experiencia que estamos agradeciendo.
Agradecer, sin saber por qué, es pues un truco de alta magia, donde actúo
en mi futuro para hacer que algo suceda en mi presente.
La palabra emoción viene del latin “emotio” y este del verbo “emovere” (e=de,
desde y moveré=mover, trasladar, impresionar) y significa “hacer mover”,
“desalojar de un sitio”. Es decir, algo que lo saca a uno de su estado habitual.5
La emoción es la respuesta corporal a un estímulo externo (una vivencia) o
interno (producto de la imaginación) y se manifiesta en cada ser humano de
manera única y singular. En una sabana en el áfrica un turista caminando
puede experimentar miedo al ver un león que se acerca, pero un cazador
puede, por ejemplo, experimentar excitación. La misma situación será
interpretada por uno como miedo a ser atacado y por el otro como una
oportunidad para atacar.
5 http://etimologias.dechile.net/?emocio.n
De cualquier forma, las emociones son energías maestras que nos permiten
hacer una auto-evaluación de nuestro proceso de desarrollo sin la
intromisión de la mente, sin juicio. Nos brindan una información pura,
segura y certera. Las emociones siempre hablan la verdad, nuestra verdad,
solo que habíamos olvidado escucharlas y aprender de ellas, pero ahora
conscientemente les devolvemos su propósito sagrado y su ofrenda en
maestría.
En la práctica funciona así: una vez que llega una emoción debemos entablar
comunicación oral audible con ella: “hola emoción, gracias por estar aquí.
¿Qué me viniste a enseñar hoy?, ¿qué me quieres mostrar?
Las emociones “negativas” son como una serpiente arisca, con ganas de
morder y envenenar. Por eso debemos amansarlas y suavizarlas, tal cual un
encantador de serpientes, que las embruja con el sonido de su flauta. Uno
de los trabajos de un sanador es el de ayudar a encantar las emociones y
“amansarlas” para que al bajar su intensidad puedan ser reconocidas con
“mente fría” por el paciente. En mis terapias, las emociones las amanso con
el sonido de la flauta, simulando el poder del encantador de serpientes. Las
emociones no nos permiten pensar, solo sentir. Es como si nos hiciéramos
uno con ellas en su momento más intenso, pero si logramos suavizarlas
entonces entramos en un lugar privilegiado en donde nos podemos
distanciar de ellas, reconocerlas y comprender lo que nos muestran. Es la
diferencia entre “ser el miedo”, “experimentar el miedo” y “observar el
miedo”.
6.1 El miedo
aprendizaje y desde ese día pude dormir con las luces apagadas sin miedo
a lo que pueda traer un nuevo día.
6.2 La ira
La emoción que llamamos ira (rabia, enojo) nos permite poner límites, decir
“basta” y decir NO, ayudándonos a preservar nuestra integridad, nuestro
valor y a “no dejar que pasen por encima de”. Cuando una situación o alguien
quiere “aprovecharse de” o “pasar por encima de”, entonces viene la ira y nos
da la señal de que ciertos límites, principios o valores están siendo
traspasados y no lo debemos permitir. Es una emoción que nos avisa cuando
algo está intentando abusarnos, transgredirnos o dañarnos y nos invita a
poner límites sanos a tiempo. Cuando no logramos poner esos límites a
través de la comunicación, entonces esa ira se convierte en enojo, rabia,
impotencia o frustración. La ira es en esencia una invitación al AMOR PROPIO.
Es precisamente desde la falta de amor propio que permitimos que otro
abuse, dañe, moleste o vulnere nuestro ser.
El otro día me chocó el carro una moto por descuido. Mi primera reacción al
sentir el golpe fue de ira y dije “este pendejo!”. Luego me bajé del carro
impulsado por esa ira, pero mientras iba caminando hacia el motociclista
pude observar la emoción, adueñándome de ella. Entonces, inmediatamente
6.3 La tristeza
II
calma encontrar esa luz verde ESPERANZA al final del túnel. Y más allá del
túnel un nuevo amanecer te espera, un motivo más elevado por el cual vivir,
amar, existir y gozar la vida.
7 La recapitulación.
Creer y tener fe en este proceso tan simple de soltar o sacar las emociones
con la respiración es difícil para el ego y la razón, pero en la práctica funciona
a la perfección. Así que solo debemos seguir la máxima de “no me crea,
experimente” para reconocer el servicio y el poder sanador de esta técnica.
Este proceso de contar la nueva historia era lo que Jesús enseñaba como
“arrepentimiento” o Metanoia. Una vez que me he arrepentido (depurado,
soltado, reconocido, perdonado, agradecido, comprendido, valorado)
entonces puedo corregir lo sucedido a mi antojo y conveniencia. Por eso él
decía “arrepiéntete y vete en paz…”. Es decir, una vez que nos hemos dado
cuenta de la falla o el “error” y hemos tomado consciencia, ya no es necesario
que ese “error” esté más en nuestra vida, en nuestra historia, porque ya ha
ofrendado su semilla de consciencia y ha cumplido su propósito sagrado de
brindarnos un aprendizaje para nuestro desarrollo y evolución.
creía. Que finalmente había sido hasta bueno, había estado de buenas, había
contado con suerte.
reprimido) y rencor porque él no dejó a su familia para irse a vivir con ella y
su hijo, iniciamos un proceso de reclamo, perdonar y pedir perdón para que
pudiera depurar esas emociones negativas contenidas. Ella logró hacer todo
el proceso hasta el punto de arrodillarse ante él, perdonarlo, pedirle perdón
y besarle los pies (un acto ritual para dar por concluida la rabia y el enojo
desde el poder del amor). A los días de haber culminado el proceso, ella se
hizo unos exámenes para ver el grado de desarrollo del cáncer y recibió la
buena noticia de que había disminuido su tamaño en casi la mitad, aun
cuando los médicos no le daban ninguna esperanza de que esto fuera
posible. Sin embargo, si recordamos que toda enfermedad es una emoción
no experimentada, la expectativa era que una vez sanada la rabia y
trascendido el rencor y el odio desapareciera el cáncer o la mayor parte de
este.
Para resolver esta otra mitad del cáncer entonces se debe recurrir
nuevamente a la fantasía y la imaginación creativa. Pero esta vez es al
contrario: en vez de sacar las emociones, lo que hay que hacer es
experimentarlas, vivirlas, hacerlas surgir. Una vez experimentadas estas
Los procesos de sanación son siempre guiados por nuestro ser esencial, por
nuestro maestro interno o la propia divinidad, así que solo se requiere
nuestra disposición y total entrega para que la magia se haga realidad, para
que la curación se dé, para que la liberación y la reconciliación se haga vida
en nosotros. Y recordarnos siempre el ingrediente secreto: constancia e
intento implacable (hacer hasta lograr).
Para el chakra sexual ella hablaba de placer y gusto por la vida, de los
órganos sexuales, del poder para crear y manifestar, de los sueños y deseos,
de la relación con el papá y la mamá y con el padre y la madre internos.
Otra experiencia que tuve unos años más tarde, en agosto de 2014, fue
comprender que a través de los sentidos y de cada uno de estos centros
energéticos, nuestra alma experimenta a través del cuerpo humano. Cada
uno de estos centros le permite al alma encarnada una percepción y una
experiencia diferente, así puede ver la realidad desde varios puntos de vista
y no desde una visión sesgada. El chakra plexo solar, por ejemplo, le permite
experimentar las emociones. El mental le permite pensar, imaginar, razonar
Podemos decir entonces que los chakras son LOS ESPEJOS DEL ALMA, son los
receptores que conectan el cuerpo con el alma, el alma con el cuerpo. En
palabras del canal pleyadiano Juan Manuel Giordano9: “(A través del cuerpo
humano) Dios se encuentra con Dios”.
9 www.juanmanuelgiordano.com
En agosto del año 2014, estando en una sesión de sanación con el canal juan
Manuel Giordano, me dijo apenas iniciando: ¿Quién eres tu? ¿Y a qué
viniste a este mundo?
La pregunta, que no había sido escuchada por mi antes de ese momento
(había sido oída, más no escuchada), me dejó completamente sin palabras.
Sondeé mi interior con foco y precisión para dar alguna respuesta y salir del
paso, pero no encontré absolutamente nada adentro que me permitiera
contestar de manera alguna. Pasados unos segundos opté por decir que yo
era una esencia divina, amor puro, que había encarnado un cuerpo humano
para experimentar en la tierra (que era lo que había escuchado de una de
mis profesoras del camino). No había terminado de hablar cuando Juan
Manuel me interrumpió y me dijo: “solo te hice la pregunta para que te dieras
cuenta que no sabes la respuesta”. Me dijo que era la pregunta fundamental
a la que todo ser humano se vería enfrentado en algún momento de su
existencia y que al responder a la primera pregunta –quién soy- se abría la
puerta para resolver la segunda –a que vine a este mundo
Me explicó que lo que uno hace, su misión, es el producto de saber quién se
es, de conocer su esencia, que la misión de un ser lo definía en su esencia
porque era un compartir de eso que ES. Me dijo también que la primera
pregunta era obligatorio contestarla en algún momento, pero que la segunda
–qué quiero hacer- cada ser humano era libre de decidir si hacer algo o no,
si quería compartir o no.
Algo más me dijo ese día, algo que marcó mi vida: solo tú puedes contestarte
esa pregunta, nadie afuera puede ni debe hacerlo, porque el estado esencial
es la ausencia de toda influencia externa. Ese día entendí que mucho de lo
que nos define desde niños, adolescentes y adultos viene de afuera: de lo
que papá y mamá desean y sueñan para nosotros, de lo que la sociedad
quiere que seamos, lo que la cultura impone y el sistema imperante espera,
de lo que otros esperan de nosotros y sobre todo de lo que nosotros
esperamos o aparentamos ser. Ante la falta de auto-definición, ante la
pérdida de identidad, dejamos que sea el afuera el que nos defina y armamos
una “personalidad”, un personaje que nos representa y representa todas esas
expectativas. En palabras del psicólogo Cesar Augusto Hernández: “el ego,
en cuanto a la personalidad, es la imagen que yo quiero que los otros tengan
de mí, es decir, lo que quiero que los otros piensen de mí, que no tiene nada
que ver con lo que Yo Soy”. Lo importante, dice Cesar, es que este proceso
es natural y necesario en el ser humano, hasta que se tenga la madurez, la
fortaleza y la consciencia que permita recuperar la propia identidad y la
esencia, es decir, lo que algunos llaman el proceso de desestructurar el ego
(volverlo a estructurar desde adentro).
Así que uno de los grandes propósitos como humanidad o como seres
humanos es precisamente dar respuesta a esta pregunta fundamental:
¿quién soy? Y tal parece que de alguna manera estamos jugando a recordar
quienes somos y cuál es el sentido de existir y de encarnar un cuerpo
humano. Es el “encuentro consigo mismo”: el gran propósito del camino
espiritual.
FIN