Chicahuales PDF
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P o r t a d a d e J e s ú s R e yn a
Imágenes de Joel Torres, Gloria Elena Herrera y Víctor M. Solís.
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por escrito de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento mecánico o electrónico, actual o futuro, incluyendo las fotocopias y la difusión
a través de internet, y la distribución de ejemplares de esta edición mediante alquiler o préstamo públicos.
C hicahual
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M ITOS, R ITOS y D ANZAS J ACOBEAS
México
análisis genético-estructural
A mis padres: Esthela y Eugenio.
A mis hijos: Juanito, Eugenia y Rosita.
A mis hermanos: Luis Humberto, Eugenio, Martha Elba, Manuel y Carlos.
A mis maestros: Ana María Tiscareño, Ramiro Miguel González, Genaro Zalpa, Felipe Martínez,
Lucy Zchietakat, Luis Manuel Macías, Jesús Tapia, María Crumett, Franco
Petrinni, Salvador Urteaga, Jorge Ortiz, Silvia Ortega, Raúl Stallworth (R.I.P.).
A mis amigos: sociólogos y compañeros de toda la vida: Jesús Gómez, Enrique Rodríguez,
Andrés Reyes, Helio de Jesús Velasco, Refugio Acevedo, Salvador Camacho,
Víctor González, Andrés Aguilar, Salvador Rosales, Pascual Hernández, Jaime
Medina.
A los teólogos de la liberación;
los que aún viven en el clandestinaje y no han vendido sus convicciones a la
espiritualidad light.
A Joel Torres: por su aportación fotográfica.
A J. L. Engel (Ginger): por el apoyo editorial.
A todos los apasionados por el culto jacobeo y la cultura popular.
C hicahual
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CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
Desde 1984, al iniciar el verano, establecí mi primer encuentro con un producto cultural que
parecía más teatral que dancístico: La Danza de los Chicahuales en el municipio Jesús María del
estado de Aguascalientes, México.
Despertó mi interés porque aparente y superficialmente se consideraba que la tradición oral
daba cuenta de su significado. Posteriormente, y con un afán indagatorio, traté de investigar la
diversidad de tradiciones orales y testimonios escritos, referidos a esta danza perteneciente al
ciclo de Moros y Cristianos.
Esos primeros encuentros con las danzas regionales me motivaron a sistematizar y a tratar
de rescatar esa evolución histórica de la danza, así como el significado de las mismas y
desentrañar los mitos y ritos que las originaron.
Así, con las anteriores inquietudes, encontré en un primer acercamiento que en la memoria
histórica de la comunidad jesusmariana existen múltiples versiones sobre la evolución de la
danza de los Chicahuales, así como a las danzas pertenecientes al ciclo de Moros y Cristianos,
y sus variantes coreográficas existentes en el norte de Jalisco, Aguascalientes y en Zacatecas.
A la par con la recolección de entrevistas con informantes, seleccionados por haber pertenecido
en años anteriores a la organización de las danzas, trabajé en la recuperación de documentos
históricos que hicieran referencia a mi objetivo.
Finalmente traté de recuperar las imágenes vivas de estos testimonios mediante la utilización
de la fotografía y el video.
Sería injusto no mencionar que este trabajo estuvo apoyado por el grupo de investigadores
del Centro de Investigaciones Regionales de Aguascalientes, mis amigos sociólogos quienes
analizaron mis planteamientos, recomendaron puntos de análisis y posteriormente elaboraron
las críticas pertinentes.
Es inconmensurable el apoyo testimonial de don Luis Marcial (R.I.P.) y de los responsables de
la danza de Chicahuales de Jesús María, quienes con su apoyo y experiencia animaron la conse-
cución de mi objetivo: recuperar la historia de la danza de Chicahuales, desde sus orígenes
míticos así como sus influencias policulturales.
Este trabajo lejos de tener como objetivo, un interés meramente intelectual, fue el punto de
partida para la creación de un espectáculo artístico llamado “Xonacatique Leyenda y Tradición”
mismo que montaron alumnos y maestros de la Casa de la Cultura de Jesús María. El citado
espectáculo conjugó la danza la música y el teatro como medios para recuperar la cultura
popular de la comunidad.
Este esfuerzo se realizó gracias a la entonces directora de la Casa de Cultura de Jesús María,
Evangelina Terán Fuentes, con el apoyo de la misma comunidad estudiantil. El lector encontrará
los inicios históricos del culto al apóstol Santiago en Europa y en América, los orígenes de la
Danza de Moros y Cristianos en España y su posterior llegada en la región del centro de México
y, finalmente, la vigencia del mito santiaguino en la religión del centro de México, así como las
diversas manifestaciones dancísticas referidas al culto jacobeo.
En la presente investigación la danza popular es considerada como un manifestación cultural
inmersa en una cultura diferente a la “cultura ilustrada”. La danza popular es una manifestación
de la “cultura subalterna”, perteneciente a los indígenas, a los criollos desplazados y a las
demás clases marginales que heredaron ese capital cultural en la época de la conquista y
posteriormente en el virreinato.
Además se consideran las dos herencias culturales: la hispánica y la indígena fusionadas en
nuestro país, estas no son tendencias generales de la sociedad virreinal o independiente ya que
no se eliminan confluencias, interacciones, influencias recíprocas, contactos y préstamos
culturales que se originan en ambas.
Por ende, como afirma Robles Cahero, la cultura ilustrada es la que se expresó por un discurso
“público y consciente” manifiesto en la religión católica, el arte religioso, la ciencia incipiente,
las ideas ilustradas y las ideologías dominantes.
— 9 —
10
La danza, que en hebreo es kar ker, hul (hil), sihaq, que en griego es osquesis, coreia y en latín
saltare, saltatio es definida en la Enciclopedia de la Biblia1 como el movimiento rítmico del
cuerpo y los miembros conforme la música y el canto. En el idioma hebreo existen diversas palabras
para denotar esa actividad, pues en un principio significa danzar con diversos matices, giros,
retorcimientos con ánimos diferentes, etc. Existen varias citas en el Antiguo Testamento que
explican las dimensiones de la danza entre judíos; a continuación algunas de ellas.
Es común que se dance en grupo, lo corriente es que dancen grupos de muchachas,2 o las
mujeres.3 Los hombres danzaban con menor frecuencia, se citan algunos casos aislados como la
danza de Sansón, a quien los filisteos hicieron bailar por ludibrio.4 O la danza de Salomé, que
tampoco tuvo un carácter espontáneo como lo afirma el Nuevo Testamento.5 En cambio la
danza es expresión de alborozo y pleitesía en la persona de David, cuando bailó ante el Arca de
la Alianza, consideremos detenidamente la siguiente cita:6
EL ARCA EN JERUSALÉN
David y toda la casa de Israel iban danzando delante del Arca con todas sus fuerzas, cantando al
son de cítaras, arpas y tambores, David danzaba ante Yavé con todas sus fuerzas y llevaba ceñido
a un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel subieron el arca de Yavé entre gritos y jubilosos
sones en trompetas.
Cuando el Arca de Yavé llegaba a la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, estaba mirando por la
ventana y al ver al Rey David que saltaba y danzaba ante Yavé se rió de él; introdujeron el Arca de
Yavé y la colocaron en su lugar, en medio de la tienda; David ofreció a Yavé holocaustos y sacrificios
pacíficos. Al acabar de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre de Yavé Sabaoth.
Después distribuyó a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, una
torta de pan, un pedazo de carne y un pastel de uvas pasas; y todo el pueblo se retiró a sus casas.
Cuando David volvía a bendecir su casa. Micol hija de Saúl le salió al encuentro y le dijo:
¡Qué bien ha quedado el rey de Israel, al descubrirse ante los ojos de los criados de los servidores,
como se descubre un hombre vulgar¡
David respondió a Micol:
¡Yo he danzado ante Yavé¡ ¡Viva Yavé¡ El cual me eligió con preferencia a tu padre y a toda la casa
para hacerme jefe de tu pueblo Israel: ante Yavé danzaré yo, y me humillaré más que eso, seré vil
ante tus ojos, pero ante los criados de que me hablas, entre ellos quedaré bien.
Y Micol hija de Saúl no tuvo hijos hasta el día de su muerte.
El acto dancístico es elevado a una concepción místico-religiosa, digna de hacerse valer ya que
la burla de este acto sublime trae como consecuencia la maldición más temida entre las mujeres
tribales de Israel: la esterilidad.
Por otro lado, distintos textos bíblicos revelan la afición de los israelitas a la danza.7 Esa afi-
ción era compartida por otros pueblos orientales; en algunas tumbas egipcias se conservan
escenas de banquetes en que intervienen bailarinas. En lo profano, la danza servía para celebrar
los acontecimientos más señalados o dichosos,8 casamientos, festines,9 vendimias;10 en estos
1
J. A. G. Enciclopedia de la Biblia, tm. II, pág. 782-783.
2
2ª Jueces 11-34. Jueces 21, 21. Jeremías 31, 4-13.
3
Éxodo 15, 20. 1ª Samuel 18, 6.
4
Jueces 16, 25-27.
5
Mateo 14, 6. Marcos 6, 22.
6
2ª Samuel 6, 5-14-16.
7
Cantar de los cantares 7, 1. Libro de Job, 21, 11-12. Eclesiastés 3, 4.
8
Isaías 5-12. Jeremías 31, 4-13. Lamentaciones 5, 15.
9
Jueces 16, 25. Mateo14, 6. Marcos 6, 22.
10
Jueces 9, 27. Isaías 16,10.
— 11 —
12
hechos la danza era una expresión de júbilo, y en las victorias militares. A continuación una
elocuente cita:11
Así mismo, cuando volvió David, después de haber muerto al filisteo, salieron las mujeres de todas
las ciudades de Israel a recibir al Rey, cantando y danzando y mostrando su regocijo con panderos
y sonajas.
La danza a su vez servía para manifestar el regocijo por el regreso de seres queridos.12 La danza
de carácter ritual o religioso era conocida por los pueblos vecinos de los hebreos.13 Además
algunos pasajes bíblicos revelan que la danza era utilizada para provocar el éxtasis.14
Después que llegues a Gabón Elohim, donde está la estrella de los filisteos y entres en la ciudad,
encontrarás una compañía de profetas, que bajan de lugar alto, precedidos del salterio, tambor y
cítara y ellos profetizando.
Y te arrebatará el espíritu del Señor y profetizarán sobre ellos y quedarás mudado en otro hombre,
y cuando hubieres cumplido todas esas señales, harás cuanto te ocurra que debes hacer, porque
Dios está contigo. Después desdeñarás a Gálgala, donde iré a encontrarte para ofrecer oráculos y
sacrificios y víctimas pacíficas.
Me aguardarás siete días, hasta tanto yo te declare lo que debes hacer. Porque Dios está activo.
Así que Saúl volvió la espalda y se separó de Samuel, mudóle el corazón en otro Dios y se suce-
dieron aquel día aquellas señales. Desde aquí llegaron a Gaboa y he aquí que se encontraba con un
caso de profetas, profetizando, dijéronse unos a otros: qué también Saúl es uno de los profetas?
Por otro lado, en el propio Israel la danza se celebraba para reverenciar ídolos.15
Y habiéndose acercado, vio Moisés al becerro y las danzas e irritado de sobremanera arrojó las
tablas y las hizo pedazos en la falda del monte.
Su nombre alaben entre danzas, cantadle al son de tímpanos y de cítara, porque el Señor ama a su
pueblo, de victoria corona a los humildes. Alabad al Señor con tímpanos y danzas, alabadlo con
instrumentos de cuerda y con flautas, alabadle todo lo que suene aleluya.
Marchen delante los cantores, los citaderos, cierren el cortejo, en medio tañendo van los
tamboriles.
En el Nuevo Testamento se encuentra esta cita, cuando Jesús increpa a los judíos y los compara
con niños que juegan.18
Los hombres de esta generación se parecen a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros,
les cantamos al son de la flauta y no habéis danzado, entonamos lamentaciones y no habéis llorado.
11
1ª Samuel 18, 6. 21, 11.
12
Lucas 15, 25.
13
1ª Reyes 18, 21-26.
14
1ª Samuel 10, 5-15; 2ª Samuel 6-16.
15
Éxodo 32,19.
16
Salmos 149, 3-4. Salmos 150, 4.
17
Salmos 68, 26.
18
Lucas 7, 32.
19
Citado por Electra Montpradé y Tonatiúh Gutiérrez en Historia General del Arte Mexicano; Danzas y
Bailes Populares, pág. 151.
13
Esto mismo sucedió con el hombre primitivo, cada movimiento libre y natural se acopla a la ley
universal de la energía terrestre a través del cuerpo humano. No hay medios más admirables, y el
danzante extrae su fuerza y alegría de las fuerzas de la tierra y a través de su campo. Un médium
espléndido absorbe toda la energía extraída de los planetas y las transmite a los espectadores.
Existen otras maneras de llamar a la danza; por ejemplo, para Plutarco es la poesía muda. La
música se une a la danza así como la vestimenta, las máscaras y el canto. Todos estos elementos
se conjugaron en las danzas rituales de los griegos, las cuales constituyen el origen del teatro.
Para Montpradé y Gutiérrez, el ritmo concebido visualmente es la danza; entonces, desde los
tiempos más remotos el hombre –a través de la observación– al informarse de su universo asi-
mila dos ritmos: el humano y el cósmico, en una correspondencia entre el microcosmos y el
macrocosmos.
Para los griegos, la danza representaba: la perfecta armonía entre el cuerpo y el espíritu.
Jugaba un papel importante en las celebraciones religiosas, guerreras y de la vida cotidiana.
Las corodias, los coros cíclicos y ditirámbicos en honor de los dioses. Las gnossianas, danzas
de movimiento circular, que se ejecutaban alrededor del centro, con un idéntico tono de lentitud
y gravedad. Las danzas de las comitivas triunfales y las danzas funerarias revestían un carácter
singularmente solemne. Cuando un héroe moría se desarrollaban las danzas guerreras que
proyectaban el coraje y la fuerza, la cual debía preservarse.
A decir de los autores citados,20 los primeros cristianos suprimieron los ritos griegos y romanos,
pero la iglesia adoptó las danzas para su causa al no poder erradicarlas de la costumbre popular.
Siguiendo la tradición antigua, de las danzas funerarias que se ejecutan en círculo alrededor
del cadáver, para ayudarlo en su viaje al mundo subterráneo a través de los campos Elíseos, los
primeros cristianos efectuaban una danza funeraria alegre para celebrar el nacimiento de la
vida eterna a partir de la muerte.
Al Papa Clemente de Alejandría pertenecen las palabras siguientes: “Tu bailarás en círculo
entre los ángeles alrededor de aquel que existe sin comienzo ni fin.” De testimonios como este se
concluye la existencia de la danza en las iglesias europeas manteniéndose en ellas hasta el
siglo XVIII.
De la Iglesia, la danza pasó al atrio y de allí a la plaza, a las calles y finalmente a los esce-
narios. Cuando la sociedad llegó a un punto de desarrollo en el que las clases privilegiadas
contaban con el tiempo y con dinero para permitirse el lujo de practicar el baile, y admirarlo
como espectadores; de esta manera surgen bailarines profesionales y crean los primeros ballets.
Durante el largo desenvolvimiento de la danza las diferentes culturas se han influenciado
unas a otras; elementos africanos pasan a Europa a través de los griegos quienes a su vez fue-
ron influenciados por los egipcios. Más tarde, en la época de las cruzadas, los elementos orien-
tales hicieron contacto con los elementos occidentales para forjar el mundo maravilloso de la
fábula, en el que oriente se convirtió e hizo surgir el romanticismo medieval.
Con el descubrimiento de América se incorporaron nuevos elementos que influyeron mutua-
mente en el caudal dancístico.
L A D A N Z A E N M EX I C O P R E H I S P A N I C O
Tiembla la tierra
comienza el canto
la nación mexicana,
Tan pronto como la oyen
se ponen a bailar
Águilas y Tigres. (Poesía Indígena)
Según el investigador del folklore mexicano Vicente T. Mendoza,21 que cita al Padre Motolinía,
afirmaba que entre los antiguos mexicanos se designaba como danzante al macehualitzin, que
proviene del náhuatl macehua, que significa: hacer penitencia. También al acto de danzar se le
llamaba netotiliznemachtioyan, que según Remy Simeón22 es: salir de baile.
20
op cit. pág. 24.
21
Vicente T. Mendoza. La música y la danza, pág. 333-349.
22
Remy, Simeón. Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, pág. 342.
23
op. cit. 115.
14
En las fiestas religiosas repartidas durante todo el año, y que respondían a un calendario
ceremonial llamado tonalámatl, que significa según el imprescindible Remy Simeón23 el
martirologio, o el Libro de los Nacimientos; era un calendario basado en adivinación y adaptado
al ritual de las fiestas, su origen es desconocido y generalmente se le asocia con Quetzalcóatl;
está dividido en veinte meses; en este se contemplaban las celebraciones religiosas, militares o
las prácticas que iban siempre acompañadas de danzas.
En las fiestas los cantantes de boca no sólo alababan a los dioses sino con los sentidos del
cuerpo. Tenían y usaban muchas maneras de danzar; los meneos de cabeza, de los brazos, de
los pies; aquel trabajo de preservar un día y parte de la noche danzando llamábase macehualiztli,
que significaba: penitencia, merecimiento. Como la danza tenía un sentido profundamente reli-
gioso y mágico, cualquier error afectaba su propósito y constituía un verdadero atentado al bie-
nestar público. Había también danzas de placer, se les daba el nombre de netoliztli, que significa
regocijo. Con este tipo de danzas se celebraban las fiestas de carácter personal.
En el México precortesiano, a decir de T. Mendoza24 existieron con notoria importancia las
escuelas de danza. Se encontraban academias especializadas en lugares importantes como
Tenochtitlán, Texcoco, Tlacopan. En esas academias los muchachos y muchachas eran guiados
por los ayos, ancianos del mismo sexo que los acogían en su casa para llevarlos a la escuela, y
su principal misión era vigilar su comportamiento en las academias de danza.
El apóstol Santiago, tras abandonar oriente, había desembarcado en Iria Flavia, Galicia, y había
evangelizado España por espacio de varios años, tras lo cual retornó a Judea donde sufrió el
martirio. Sus discípulos tomaron el cuerpo del santo y lo embarcaron consigo en Jafra, y después
de una travesía milagrosa llegaron a Iria Flavia, España.
La tumba del apóstol fue edificada a cierta distancia del pueblo de Iria Flavia. Y dice la tradición
que tuvo como guardianes a los discípulos Teodoro y Atanasio, cuyos restos mortales recibieron
cristiana sepultura junto con los del Santo. No obstante esta tumba fue abandonada durante
las diferentes persecuciones que tuvieron los cristianos y, finalmente, se perdió.
La tumba, cuenta otra tradición, fue descubierta gracias a la claridad con que sobre ella
proyectó una estrella luminosa; al principio sólo fue objeto de culto local pero pronto se convirtió
en la meta de las peregrinaciones europeas, haciendo competencia a Roma y Jerusalén. La
figura del apóstol Santiago, como protector de los españoles se cita en la siguiente tradición:
Cuando los iberos luchaban en la batalla de Clavijo, contra los invasores árabes, se apareció el
apóstol Santiago, bajo la forma de un jinete de blancura deslumbrante y armado de una espada con
la que arremetía contra los moros.
24
op. cit. pág. 342 et seq.
25
Ives Botineau. El camino de Santiago. pág. 21 et seq.
26
M. 8. España No. 1.
27
Ives Botineau, op. cit. pág. 21.
15
La aparición del santo sentó precedente entre los pueblos iberos y así comenzó el papel de
protector contra las invasiones de infieles, misión que persistirá hasta nuestros días.
Particularizando en los hallazgos de los restos del apóstol, Botineau afirma que la fecha en
que se produjo el primer encuentro de las reliquias se sitúa en el año 818, pero que lo único que
se sabe es su situación temporal durante el reinado de Mauregato, rey de Asturias; en ese
tiempo un poeta latino anónimo, quizás el famoso Beato clérigo considerado en la carta de
Liébana, cantaba en un himno la evangelización de España:
Pero en el periodo comprendido entre 806 y 836, las adiciones al martirologio Florus de Lyón
(hacia 850-860) no sólo tratan de las festividades religiosas al Apóstol Santiago, sino del culto
que se le rendía en España. Los huesos del bienaventurado Santiago se veneran en algún lugar
situado en el extremo del país, frente al mar de Bretaña donde sus habitantes hacen objeto de
una devoción extraordinaria.28
El segundo hallazgo de las reliquias del apóstol Santiago, tuvo lugar en el siglo XIX, en una
cripta situada en el subsuelo del altar mayor en la catedral de Santiago, en Compostela, fueron
descubiertos entre el altar mayor y el muro que corona el ábside, durante la noche del 28 de
enero de 1879. El Papa León XIII, el primero de noviembre de 1884, emitió una bula con que
declara auténticas a las reliquias. La polémica referida a la autenticidad no se hizo esperar, no
obstante la tradición siguió y se respetó el dictamen pontificio. Pero aunado al anterior juicio
papal, un humilde sacerdote de aquel tiempo afirmo: “Estos restos mortales sea como sea, han
resucitado el actual movimiento de peregrinaciones.”
28
ibid. pág. 28.
29
Male, Emile. El arte religioso del siglo XII en Francia; citado por Botineau, op. cit. pág. 41.
30
Navascués. El camino de Santiago, pág. 9 et seq.
16
vez, a encontrarse en el obligado Puerto de la Reina, en Navarra. Desde el anterior punto la pere-
grinación se hacía por la misma ruta, es decir, por el camino francés hasta el mismo Santiago de
Compostela. La denominación de camino francés alude a tantos franceses que se establecieron
en él, como también por el número de peregrinos de aquellas tierras que acudían a Santiago y,
a su vez, estos peregrinajes promovieron los contactos culturales y contribuyeron a la europei-
zación, fenómeno que enriqueció los reinos de Aragón, Navarra y Castilla.
Existieron otras rutas como la que se recorría por los caminos cantábricos, o la ruta que
venía de Portugal por Braga y Tuy, o la antigua vía de la plata romana que cruzaba Salamanca,
o Zamora para unirse en León con el camino francés.31 A continuación Navascués, citando a
Aimery Picaud, autor de la Guía del Peregrino, obra escrita en 1140 e incluida en el libro V del
Codex Calixtinus, llamado también Liber Sancti Jacobi (Libro del Santo Jacobo) hace una
curiosa referencia a la vestimenta del caminante o peregrino santiaguino:
Inconfundiblemente llevaba un sombrero, una capa más o menos larga, una especie de bastón con
regatón de hierro, que servía de apoyo y al mismo tiempo como arma defensiva; la concha o vieira
(que era un molusco comestible muy común en Galicia, la cual era venerada), una calabaza para
llevar el agua y una escarcela (bolsa que pendía en la cintura) donde se guardaba la limosna y
algunos alimentos para el camino.
Por lo mismo que los peregrinos que vienen de Jerusalén traen las palmas, así los que regresan de
Santiago traen las conchas. La palma significa el triunfo, la concha significa las obras buenas. Así
como los vencedores en otro tiempo solían agitar las palmas en sus manos, mostrando que habían
triunfado, así los peregrinos que vienen de Jerusalén traen las palmas mostrando que han mortificado
sus vicios. Pues los que se embriagan, los deshonestos, los avaros, los ambiciosos, los litigiosos,
los usureros, los lujuriosos, los adúlteros o más vicios, no deben traer la palma, sino los que
vencieron completamente los vicios y se unieron a las virtudes. Pues hay unos mariscos en el mar
próximo a Santiago, a los que el vulgo llama vieiras, que tienen dos corazas, entre las cuales se
encuentra un molusco parecido a una ostra. Tales conchas están labradas como los dedos de la
mano y las llaman los provenzales nídulas, y los franceses crusillas, y al regresar los peregrinos
del santuario de Santiago las prenden en las capas para gloria del apóstol, y en recuerdo de él y
señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo.
La especie de coraza con que el marisco se defiende, significan los dos preceptos de la caridad,
quién debidamente los lleva debe defenderse, esto es: amar a Dios sobre todas las cosas, y al
prójimo como a sí mismo. Ama a Dios el que guarda sus mandamientos. Ama al prójimo como a sí
31
ibid. pág. 10.
17
mismo el que no hace al otro lo que no quiere para sí, y lo que quiere para sí hace a los demás. Las
conchas, acomodadas a manera de dedos, significan las obras buenas, en las cuales el que dignamente
las lleva debe de perseverar, y los dedos que simbolizan las obras buenas; de ellos nos valemos
cuando hacemos algo. Por tanto, como el peregrino lleva la concha así mientras esté en el camino de
la vida presente, debe de llevar el yugo del Señor, esto es: debe someterse a sus mandamientos.
Se cuenta que siempre que la melodía de la caracola de Santiago, que suelen llevar consigo los
peregrinos, resuena en los oídos de las gentes, se aumenta en ellos la devoción de la fe, se rechazan
lejos todas las insidias del enemigo; el fragor de las granizadas, la agitación de las borrascas, el
ímpetu de las tempestades se suavizan en truenos de fiesta; los soplos de los vientos se contienen
saludable y moderadamente, las fuerzas del aire se abaten.32
En otro site encontramos una referencia a Santiago: “¿Quién es este personaje tan grande y tan
ilustre al que acuden a rezar los cristianos de allende los Pirineos y aún más lejos?” Santiago,
hijo del Zebedeo y hermano de San Juan el evangelista, pescador del lago Tiberíades, se había
convertido en el siglo XI, por obra y gracia de la imaginación popular, en un caballero
“matamoros”, para derivar unos siglos después en un humilde peregrino cubierto con sombrero
de ala ancha y munido con bordón y calabaza.
Santiago, apóstol de Cristo, conocido como Hijo del Trueno predicó en España; según la tra-
dición se le apareció la virgen en el Pilar. Después de su fracaso en la evangelización volvió a
Jerusalén en donde fue decapitado por Herodes Agripa. Sus discípulos embarcaron su cuerpo
en un mausoleo al pié del Libredón. El cuerpo del apóstol permaneció ignorado en aquel alejado
rincón hasta que, en los primeros años del siglo IX, una luz sobrenatural indicó a un piadoso
eremita la situación del enterramiento. Así, el paraje que había ocupado un cementerio de la
época romana pasa a ser conocido en los escritos medievales como campus stellae, como el
campo de la estrella, que a partir de entonces va a ser el significado. La arqueología ha demostrado
la existencia real de tumbas romanas; la aparición de la estrella que, como a los reyes magos,
indicó un enclave escogido, sólo ha quedado registrada en las bien intencionadas crónicas,
pero en cualquier caso las dos interpretaciones no se excluyen mutuamente.
A comienzos del siglo XI el obispo de Iria, Teodomiro, que luego quiso enterrarse al lado del
apóstol, reconoció que las redescubiertas reliquias eran las de Santiago y las de sus discípulos
Atanasio y Teodoro; Alfonso II visitó el lugar, mandando erigir una primera y modesta basílica,
luego sustituida por la mayor en tiempos de Alfonso II. Diego Peláez comienza la catedral ro-
mánica (1075). Con Gelmírez se alcanza la esplendidez del culto, se engrasa el relicario y consigue
la dignidad arzobispal Calixto II instituyendo la gracia del año compostelano, anterior al año
romano, confirmada por la bula Regis Aeterni (1179).33 Se consigue así un jubileo extraordinario,
cada que la fiesta del apóstol, celebrada el 25 de julio, cae en domingo resultando una perio-
dicidad de 6, 5, 6, y 11 años.
Comienza así la etapa dorada de las peregrinaciones en las que Santiago se vuelve el centro
de itinerario peregrino, superando en mucho a Jerusalén y Roma. Reyes, santos, caballeros,
burgueses, artesanos y campesinos, con o sin cortejo, a pié o a caballo, dejando relatos del viaje
o anónimamente se acercaron a Compostela. Un embajador del emir Ali Ben Yusuf se asombraba
en el Siglo XII de tal movilización: “Es tan grande la multitud de peregrinos que van a Compostela
y de los que vuelven que apenas queda libre la calzada a occidente.”
La lista de las naciones que se congregan en la catedral es numerosa, según el Códex
Calixtinus, cuyo libro quinto es una compleja guía medieval de la peregrinación. Con la Reforma,
el espíritu humanista y las guerras de religión, descendió la afluencia de peregrinos. En 1588 el
arzobispo San Clemente ocultó precipitadamente las reliquias ante el peligro de un ataque
inglés; el flujo de peregrinantes medró en la época barroca, casi desaparece en el siglo XIX. Sólo
el tesón de cardenal Payá, que descubre los restos durante una excavación, y el certificado de
autenticidad expedido por León XIII en su bula Deus omnipotens, en 1884 consiguieron una
repercusión del antiguo fenómeno del que hoy somos herederos con un crecimiento espectacular.
En los años 1982 y 1989, por primera vez en la historia, un Papa, Juan Pablo II, peregrinó
también a Compostela.
Sobre el sentido de la peregrinación Dante, en la Vitta nuova, dice que sólo es peregrino el
que va o viene de la casa de Santiago y, aunque desde fecha temprana hubo una picaresca de la
ruta, no se puede olvidar que la mayor parte de los romeros están guiados por un fundamento
32
Moralejo S. C., y J. Feo. Liber Sancti Jacobi; codex calixtinus, pág. 205-206.
33
Bula Regis Aeterni, 1179.
18
espiritual, ya sea en cumplimiento de un voto, por motivos penitenciales, para dar culto al a-
póstol y rezar ante las reliquias de tantos santos, reflexionar es un camino simbólico como el de
la vida o buscar “algo impreciso”. Los peregrinos actuales cuentan con interés las ricas vivencias
que les ha proporcionado la ruta, muchos de ellos hacen diarios o itinerarios emulando a los
antiguos caminantes, llegándose a publicar varios en diferentes países. Todos coinciden en ha-
cer resaltar la variedad cultural de las diferentes regiones y comarcas. La red de caminos jacobeos,
por su función difusora de las manifestaciones culturales, y a la vez creadora de una identidad
común en los pueblos del viejo continente, fue ratificado como Primer Itinerario Cultural Europeo
en 1987, en el Consejo Europeo.
Otro site que nos enuncia la aparición de Santiago Apóstol versa de la siguiente manera:
Santiago aparece a Carlomagno (quizás parezca mero divertimento espiritual, pero sería intere-
santísimo, comparar este relato con el testimonio de don Luis Marcial, quién juró realizar el
papel de Santiago Apóstol de por vida, en la comunidad aguascalentense de Jesús María; lo
cumplió hasta su muerte, en el mes de enero de 1997).
El gloriosísimo apóstol de Cristo, Santiago, mientras los otros apóstoles y discípulos del Señor
fueron a diversas regiones del mundo, predicó el primero, según se dice en Galicia, después sus
discípulos, muerto el apóstol por el Rey Herodes y trasladado su cuerpo desde Jerusalén a Galicia
por mar, predicaron en la misma Galicia; pero los mismos gallegos más tarde, dejándose llevar por
sus pecados, abandonaron la fe hasta el tiempo de Carlomagno, emperador de los romanos, de los
franceses de los teutones y de los demás pueblos. Y pérfidamente se apartaron de ella.
Más Carlomagno, después que con múltiples trabajos por muchas regiones del orbe adquirió,
con el poder de su invencible brazo y fortificado con divinos auxilios, con distintos reinos a saber:
Inglaterra, Galia, Alemania, Baviera, Lorena, Borgoña, Italia, Bretaña y los demás países, así como
innumerables ciudades de un mar, y las arrancó de manos de los sarracenos y las sometió al im-
perio cristiano, fatigado por tan penosos trabajos y sudores, se propuso no emprender más guerras
y darse un descanso.
Y en seguida vio en el cielo un camino de estrellas que empezaba en el mar de Frisia y, extendiéndose
entre Alemania e Italia, entre Galia y Aquitania, pasaba directamente por Gascuña, Vasconia, Navarra
y España hasta Galicia, en dónde entonces se ocultaba, desconocido el cuerpo de Santiago. Y como
Carlomagno lo mirase algunas veces cada noche, comenzó a pensar con gran frecuencia qué signi-
ficaría. Y mientras con gran interés pensaba esto, un caballero de apariencia espléndida y mucho
más hermosa de los que decirse puede, se le apareció en un sueño durante la noche diciéndole:
— ¿Qué haces, hijo mío?
A lo cual dijo él: —¿Quién eres, señor?
— Yo soy –contestó– Santiago Apóstol, discípulo de Cristo, hijo del Zebedo, hermano de Juan el
Evangelista, a quién con su inefable gracia se dignó elegir el Señor, junto al mar de Galilea, para pre-
dicar a los pueblos; al que mató con la espada Herodes, y cuyo cuerpo descansa ignorado en
Galicia, ciudad todavía vergonzosamente oprimida por los sarracenos.
Por esto me asombro enormemente que no hayas liberado de los sarracenos mi tierra, tú que
tantas ciudades y tierras has conquistado, Por lo cual te hago saber que así como el Señor te hizo
el más poderoso de los reyes de la tierra, igualmente te ha elegido entre todos para preparar mi
camino y liberar mi tierra de la mano de los musulmanes, y conseguirte una corona de inmarcesible
gloria. El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has
de ir con un gran ejército a combatir a las pérfidas gentes paganas, y a visitar mi basílica y sarcófago.
Y después de ti irán allí peregrinando todos los pueblos, de mar a mar, pidiendo el perdón de sus
pecados y pregonando las enseñanzas del Señor, sus virtudes y las maravillas que obró.
Y en verdad que irán desde tus tiempos hasta el fin de la presente edad. Ahora pues, marcha
cuanto antes puedas, que yo seré tu auxiliador en todo; y por tus trabajos te conseguiré del Señor
de los cielos una corona, y hasta el fin de los siglos te será tu nombre alabado. De esta manera se
apareció a Carlomagno por tres veces el Santo Apóstol.
Así pues, oído esto, confiando en la promesa apostólica y, tras, habérsele reunido muchos ejércitos,
entró en España para combatir las gentes infieles.34
Otro relato mítico, encontrado en el Web, es el referido a la crónica de Aragón que cita Gauberto
Fabricio de Vagdad, Pablo Hurus en 1499:
Y bien así la primera voz que mas con efecto sonó de la fe en Zaragoza que es la cabeza de Aragón
tomó su mayor cimiento: porque viniendo a ella Santiago el Mayor: como algunos afirman y hasta en
la minerva de Roma por escrito se halla y hasta dentro de la casa santa lo han por mucho cierto.
34
Moralejo y Feo. op. cit. pág. 407-408.
19
Convirtió en la ciudad hasta siete varones cuyos nombres en el famoso martirologio de Cromacio
se asientan: Torcuato, Tesifonte, Segundo, Indalecio, Sicilio, Esicio, Eufracio. El cuerpo del santo
Indalecio trajo el rey don Sancho cuarto como a su natural y de su propia nación a San Juan de la
Peña; desde allá de la piedra pisada y fueron los primeros cristianos que nunca hubo en Europa.
Santiago llegó primero acá y antes que saliesen los apóstoles de Judea.
Y de esta forma labró Santiago en la misma ciudad la primer capilla que a honor de nuestra Señora
fue en el mundo labrada: porque al tiempo que de ella se despidió prometió hacerlo, y le fue por ella
tan bien encargado, que dondequiera que hiciese discípulos, le construía una capilla. Y las llamó
Santa María del Pilar, y la razón fue porque orando una noche en la orilla del río, con sus nuevos
siete criados: oyó cantares maravillosos del cielo y apareció de súbito Nuestra Señora con gran
muchedumbre y caballería de ángeles que aún ella viviendo la traían sobre un pilar asentada con
excelente corona en la cabeza: y con aquella fiesta gloria y triunfo que a tan alta reina se pertenecía:
y aún después de haber acatado tan devotamente el culto a la señora madre de Dios, por ello le fue
de nuevo mandado que asentase la primera y su excelente capilla de la misma forma y manera que
la asentó y le hacía saber y aún le prometía en ella para siempre su inmortal memoria sería festejada
y sería tan devotamente acatado.35
Una de las motivaciones espirituales, para el caminante jacobeo es sin duda el llamado jubileo,
esto es: el perdón de todos los pecados, por muy graves que sean, incluso aquellos cuya absolución
solo puede conceder el Papa. Este jubileo, fue legitimado en la bula Regis aeterna, por el Papa
Alejandro III en el siglo XII. Para ganar esta gracia, no es necesario hacer el camino. Basta con vi-
sitar la catedral de Santiago de Compostela cualquier año santo (cuando el 25 de julio coincide
en domingo) y rezar alguna oración como el Padre Nuestro o el Credo, rezando por las inten-
ciones del Papa, además de confesarse y comulgar cualquier día comprendido entre los quince
anteriores y los quince posteriores a la visita.
¿QUÉ ES LA COMPOSTELA?
Se conoce con el nombre de Compostela a la certificación oficial que concede la catedral de
Santiago a las personas que realizan la peregrinación por motivos religiosos (sea o no año
santo). Son requisitos necesarios para que se extienda esta certificación, aparte de los ya citados,
recorrer a pié, en bicicleta o a caballo una parte del camino de Santiago, y acreditar a la llegada
(al menos cien kilómetros a pié, o a caballo, y doscientos en bicicleta). La acreditación del reco-
rrido se efectúa con la credencial del peregrino, en la que se van poniendo sellos o firmas de las
parroquias, albergues, refugios o personas representativas de los pueblos por donde transcurre
la peregrinación. De no conseguir la credencial podrá suplir por un diario de ruta, con firmas y
sellos de cada etapa del camino en sus páginas.
Como hemos considerado, la Vía Láctea, o camino de Santiago, vuelve a ser el motivo de
identidad religiosa entre los peregrinos, entre los romeros del siglo XX y del XXI en Europa,
ahora ataviados con una jaca de hierro (bicicleta de montaña) computadora personal y carnet
compostelano.
Volviendo a las características de los peregrinos medievales recordemos algunos de los más
célebres. Si hubo peregrinos solitarios –añade el imprescindible Navacués– también hubo grupos.
Entre varios era más llevadero el camino, el clima duro, la defensa y las agotadoras jornadas a
pié. En la oportunidad se narraban entre sí los cuentos y las tradiciones de sus pueblos, y más
de seis veces iban cantando, como decía una cuarteta del vihuelista granadino Luis de Narváez,
fechada en el siglo XVI.
El romero y el peregrino
cansado de caminar
comienza luego a cantar
para olvidar el camino
Entre todos los cantos, el más conocido era el de Ultreia (grito análogo de guerra que utilizaban
los cruzados). En el Libro del peregrino de Santiago, aparece un canto de peregrinos flamencos:
Herru Santiagu
Got Santiagu,
35
Del disco compacto ADMYTE # 1.
20
De Tardajós a Rabé
libéranos Domine
y de Rabé a Tardajós
no te faltarán trabajos.
Isaac tomó a Rebeca por mujer y la amó veinte años después, Rebeca no había dado aún a luz, ni la
descendencia esperada por Isaac. Oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril y aceptándolo
Jehová, Rebeca –su mujer– concibió Mostrase Jehová generoso para Isaac ya que Rebeca su mujer
dio a luz mellizos y los llamaron: Esaú (el hirsuto) y como después nació su hermano tomándole el
talón a Esaú, al segundo le llamó Jacob.36
Jacob fue uno de los nombres preferidos entre los judíos, de ahí que entre los doce apóstoles de
Jesús hubiese dos con el mismo nombre: Jacob el menor y Jacob el mayor, éste último fue
hermano de San Juan evangelista.
Para Gutierre de Tibón, citado por Heliodoro Valle37 el vocablo latino Sanctus Jacobus (Santo
Jacob) se contrajo en Santi-Yagüe y más tarde se convirtió en Santiago. Los tres nombres
sirvieron a los españoles como gritos de batalla durante sus guerras de reconquista contra
moros. Se invocaba al patrono a romper la batalla con la expresión: ¡Santiago cierra España!
36
Génesis 25, 20-25.
37
Gutierre Tibón, citado por Heliodoro Valle en Santiago en América. pág. 100-102.
21
Seis días después tomó Jesús a Pedro, Santiago y Juan, su hermano, y los llevó aparte, a un monte
alto, y se transfiguró ante ellos; brilló su rostro como el sol y sus vestidos se volvieron blancos
como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él. Tomando Pedro la palabra dijo a
Jesús: ¡Señor, qué bien estamos aquí! Si quieres haré tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías. Aún estaba él hablando, cuando los cubrió una nube resplandeciente, y salió de la
nube una voz que decía: Este es mi hijo amado en quien tengo mi complacencia escuchadle.
Al oírla, los discípulos cayeron sobre su rostro, sobrecogidos de un gran temor, Jesús se acercó
y tocándolos les dijo: Levantaos, no temáis. Alzando ellos los ojos no vieron a nadie sino a Jesús.
Al bajar del monte les mandó Jesús diciendo: No deis a conocer a nadie esta visión hasta que el hijo
del hombre resucite de entre los hombres. Le preguntaron los discípulos ¿Cómo, pues dicen los
escribas que Elías tiene que venir primero? Él respondió: Elías en verdad está por llegar y restablecerá
todo, sin embargo yo os digo:
Elías ha venido y ya no le reconocieron: antes hicieron con él lo que quisieron; de la misma manera
el Hijo del Hombre tiene que padecer de parte de ellos. Entonces entendieron los discípulos que les
hablaba de Juan el bautista.
En la ocasión cuando pasaron por la aldea de Samaria y no haber sido recibidos allí, Juan y
Santiago pidieron al Señor que enviase fuego del cielo para arrasar aquel pueblo. Jesús les
reprendió por su espíritu extremista.46
Y envío mensajeros delante de sí, que en su camino entraron en una aldea de samaritanos para
prepararle albergue. No fueron recibidos, porque iban a Jerusalén, viéndolos los discípulos Santiago
y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que los consuma? Volviéndose
Jesús, los reprendió y se fueron a otra aldea.
Es posible que por ese carácter se les llama irónicamente Boanerges, hijos del trueno +Marcos 3, 17,.
38
Mateo 10, 2.
39
Mateo 4, 21-22.
40
Juan 1, 44.
41
Lucas 5, 10.
42
Marcos I, 19.
43
Lucas 5,4-11.
44
Lucas 8, 51-56.
45
Mateo 17, 1-13.
46
Marcos 3, 17; Lucas 9, 52-55.
22
Designó pues a los doce, a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; a Santiago el del Zebedeo
y a Juan, hermano de Santiago, a quienes dio el nombre de Boanerges, “hijos del trueno”.
Además de ser apasionados deberían de ser ambiciosos, pues presionaron a su madre para que
solicitara al maestro los dos primeros puestos en el reino mesiánico. Jesús no les promete nada
pero les predica que será preciso sufrir en adelante y luchar por el reino, a lo que los hermanos
contestaron estar dispuestos a todo.47
Los mismos hermanos estuvieron en los últimos momentos del Señor, en el huerto de Getsemaní:
48
LA ORACIÓN DE GETSEMANI
Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní. Y les dijo: Sentáos aquí mientras voy
a orar y tomando a Pedro y a los dos hijos del Zebedeo (Santiago y Juan) comenzó a entristecerse y
a angustiarse. Entonces les dijo triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo,
Y adelantándose un poco se postró sobre su rostro orando y diciendo: Padre mío, sí es posible,
pase de mi este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como quieras tú.
Después de la muerte de Jesús, el apóstol Santiago el mayor se distinguió como una figura del
Colegio Apostólico. Por eso cuando el rey Herodes Agripa decidió acabar con el cristianismo
incipiente, lo primero fue dar muerte al apóstol Santiago y encarcelar a Pedro.
LA PERSECUCIÓN DE H E R O D E S A G R I P A 49
Por aquel tiempo, el rey Herodes se apoderó de algunos de la iglesia para atormentarlos. Dió muerte
a Santiago, hermano de Juan, por la espalda. Viendo que este era grato a los judíos, llegó también a
aprehender a Pedro.
La acción anterior pudo acontecer en el año 42 d.C., siendo tan temprana la muerte del apóstol,
y en consideración que el cristianismo apenas comenzaba a divulgarse en los medios judíos del
Oriente Medio, por este lado no es fácil afirmar cuándo fue a predicar a España.
Pérez Urbel50 ha propuesto una hipótesis documentada para explicar la evangelización jacobea
en España; según el autor en la ciudad de Mérida, existían unas reliquias del apóstol traídas
desde Palestina, que por la invasión árabe fueron trasladadas a Galicia, donde comenzó a dár-
sele culto. Este sería –según Pérez Urbel– el origen de la tradición de Compostela como sede de
la tumba del apóstol. Reiterando; la tradición española ha legitimado en leyendas, canciones y
versos la figura victoriosa y protectora del Apóstol Santiago, ante los embates de los moros,
enemigos del cristianismo, los siguientes versos exaltan esa figura guerrera.
Otro símbolo, junto al apóstol Santiago, es el elemento crucífero. En efecto, la cruz es un elemento
simbólico inseparable en los milagros jacobeos; cuenta la tradición el siguiente relato: El valeroso
rey Ramiro se opuso a otorgar el tributo a los moros, el tributo era entregar cien vírgenes
cristianas. Se dice que desde tiempos de Felón, de Mauregato, seis mil vírgenes fueron ejecutadas.
Los moros enfurecidos contra el rey Ramiro lo atacaron en Clavijo y casi destrozaron su ejército.
Ahora bien, ¿cuál es el origen del símbolo de la cruz, qué significa su nombre, de donde proviene
ese suplicio, qué variaciones ha tenido históricamente y cómo lo adopta la religión cristiana
para su culto? La palabra cruz, probablemente se deriva del sánscrito Krugga, Cayado; los
griegos la llamaban palo o estaca, y los hebreos árbol; todos estos nombres indican el origen
primitivo de la cruz como suplicio en “árbol”, o palo en el cual fijaban con cuerdas o clavos al
condenado, o bien lo empalaban.52 Posteriormente le fue añadido un plano transversal que fue
la horca en las eras del patíbulo, llamado así por los romanos, porque en un principio era la
tranca de la puerta y una vez removida patebant fores: abrían hacia afuera. De la combinación
de ambos palos, el horizontal y el vertical resultaron las formas clásicas de la cruz.53
Existieron varios tipos de cruz, por ejemplo: la Cruz Comissa (o en forma de T, tau griega).
Se dice que por llevarla siempre unida a su manto San Antonio Abad, los cristianos de Egipto la
llamaron Cruz Antoniana. Existía también la Cruz Inmisa, capita o latina; la Cruz Griega de
trazos iguales, la Cruz Decusata de aspa, cuya existencia está documentada hasta el siglo X.
El primer pueblo que utilizó la cruz como suplicio fue el persa, de allí pasó a los griegos,
cartagineses y romanos. Los romanos utilizaban dicho suplicio en los pueblos que dominaron,
incluyendo el pueblo palestino. El signo crucífero se encuentra en culturas anteriores al nacimiento
de Cristo tales como los símbolos cruciformes de Asurbanipal Sambisamman, las pendientes
cruciformes encontradas en las tumbas de Cartago, la cruz suástica de los hindúes, cuyo sig-
nificado se ignora aunque se presume que era un signo astronómico. Finalmente está la cruz
ansada, de Egipto, la cual era señal de vida, por ello significa anh, y como lo da a entender la
efigie de la diosa Knu, en actitud de meter el signo por la nariz del hombre que acaba de formar.
La primera ocasión en que se menciona la utilización del suplicio crucífero en Palestina, se
menciona en tiempos de Antíoco Epífanis. Como preparación de la crucifixión se azotaba al
condenado, una vez atado al patíbulo y, mientras lo llevaban al suplicio por las calles más
concurridas para el escarmiento de los demás, ya que el palo vertical solía estar en el lugar de
las ejecuciones. Una vez llegados al lugar del suplicio, el reo, atado o clavado al patíbulo, era
levantado el palo vertical, por medio de cuerdas y el condenado era fijado a él. A la anterior ac-
ción se refiere una cita bíblica:54 “Cuando eras joven te ceñías e ibas a donde querías, más cuan-
do envejezcas, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras.”
El sufrimiento de la cruz, era propio para los esclavos, los desertores, los ladrones, a ellos
hay que sumarle los sufrimientos de la pérdida de sangre, la deshidratación y la sed. En ocasiones
51
Heliodoro Valle, op. cit. pág. 133-134.
52
Séneca, Epístola XVI.
53
M. Balagué S. CH. P. Enciclopedia de la Biblia. t. II, pág. 681-688.
54
Juan 21, 18-19.
24
se aceleraba la muerte con el crurifraggium, o ruptura de las piernas.55 Algunas veces las
familias o personas de mucha influencia podían conseguir que les devolvieran aún vivos o al
menos les entregaran el cadáver.56 La iglesia católica celebra el 3 de mayo a la Santa Cruz del
Salvador, porque es la fecha en que se supone fue encontrada, después de haber permanecido
desconocido su paradero durante muchos años. La fiesta de la invención, así como de la exal-
tación, primitivamente celebrada el mismo día, es de origen palestino y fue instituida para
conmemorar la dedicación de las dos basílicas construidas por Constantino; una construida
sobre el santo sepulcro y otra en el calvario el año 335.
Cuando en ocasión de boda de don Ramón Berenguer II, conde de Cataluña, con Petronila reina de
Aragón, cuya celebración religiosa se efectúo en la catedral de Lérida, en el año de 1150; en dicha
celebración se fingió un combate entre moros y cristianos.58
55
Juan 19, 31-34.
56
Juan 19, 38-40.
57
Warman, Arturo. La danza de moros y cristianos, pág. 15 et seq.
58
Capmany, Aurelio. El baile y la danza; folklore y costumbres de España, t. II. pág. 389. Citado por Warman,
op. cit. pág. 15.
59
Warman op. cit. pág. 23.
25
La otra gran forma de espectáculo se le conocía como Escaramuza, ésta se integraba a un com-
plejo cultural más amplio en el que se intercambiaban los toros y las justas caballerescas, co-
múnmente llamadas juegos de cañas. Desde aquel tiempo en las escaramuzas se utilizaban las
máscaras, las espadas de madera con las vestimentas hispánicas y moriscas. En este tipo de
espectáculo participaban cientos de personas.
Para Warman, la danza de moros y cristianos, fue un elemento cultural que despertó el
interés de las capas más altas de la sociedad hispánica y además se exportó a la Nueva España,
“donde llegaba el español, plantaba el estandarte, y realizaba un festín de moros y cristianos”.61
Finalmente, –afirma el imprescindible Warman– con el siglo XVI termina la borrachera de glo-
ria en España y se inicia el amargo tiempo de la resaca. Por ende la decadencia de la danza no
se hizo esperar a partir de la muerte de Felipe II. A pesar de ello no deja de celebrarse, porque ya
era una tradición. Para ese período –señala el mismo autor– lo más notable es la ausencia, casi
repentina, de la realeza en la celebración de moros y cristianos; las cortes y la nobleza co-
mienzan a preferir las diversiones exclusivas, intramuros de los palacios. Ganan auge los bailes
de salón en los que se siguen practicando derivaciones cada vez más alejadas de las morismas.
La Real Academia define la palabra matauchihin, como derivada del idioma árabe, cuyo
significado es Enmascarado; nos refiere a una danza que implicaba una especie de asaltos con
armas que se bailaba por el carnaval, y eran gente enmascarada y disfrazada de modo ridículo,
la cual, al son de un tañido alegre, se daban golpes con espadas o vejigas llenas de aire.62
En la primera mitad del siglo XVII el teatro gana popularidad en las cortes españolas. La par-
ticipación en los actos públicos por parte de las clases dirigentes comienza a regirse, y se decla-
ra el santo horror por los juegos bruscos. Los torneos que causaban más estragos en la nobleza
que en las guerras se convertían en juegos de sortijas y de cañas. Este último va perdiendo su
forma de desafío para incorporarse a las corridas de toros. Los signos de decadencia se perciben
en este período, incluso en las fiestas ciudadanas. Ya nadie sostiene el espíritu de cruzada; ha
pasado de moda. En 1626, en una fiesta de Jaén se encuentra una declaración que en el siglo
anterior hubiera sido insólita: “Las cuadrillas salieron vestidas para la corrida, de montera y de
capa, para que por ser fiesta tan cristiana quisieran salir de traje de moros.”
En ese tiempo surgen las corridas de toros, las representaciones teatrales y las danzas. Las
mojigangas, mascaradas y desfiles de antorchas gozan de la predilección entre el pueblo. Los
combates de cañas y el estafermo –muñeco de madera que devuelve el golpe al ser lanceado–
son ya de pleno dominio popular. Por último el castillo que ardía al final de la representación
de moros, se ha independizado de ésta y se ha convertido en un espectáculo de fuegos de arti-
ficio, aunque conserva su nombre hasta nuestros días.63
60
Cotarelo y Mori, Emilio. Colección de entremeses, los bailes, las jácaras y las mojigangas desde fines del
siglo XVI a mediados del siglo XVIII. vol. II, pág. 17-18. Citado por Warman, pág. 21.
61
Warman, Arturo. op. cit. pág. 35.
62
ibid. pág. 40.
63
ibid. pág. 41-42.
64
Weekman, Luis. La herencia medieval de México, pág. 199 et seq.
26
El Señor Santiago peleó visiblemente en el aire teniendo a su lado una cruz resplandeciente. En
memoria de aquel prodigio, en la fachada de la iglesia de San Francisco de Querétaro, cuya
construcción se terminó en 1556, hay un relieve con la figura de Santiago Apóstol.65
Otro símbolo de la civilización paleo-cristiana fue traído a Nueva España personalmente por
Hernán Cortes. Se trata del estandarte de la cruz, y se comentó anteriormente sus orígenes
persas, y han tenido un papel preponderante en la vida religiosa del pueblo cristiano.
Este estandarte de la cruz que el conquistador empuñó ante sus soldados, los arengó a
luchar bajo el amparo del símbolo de Cristo, aunque uno de sus objetivos era el botín. Según
Bernal Díaz del Castillo era una bandera negra con una cruz colorada con la cual Cortés exhortó
a sus soldados: “Hermanos y compañeros, sigamos la señal de la santa cruz con fe verdadera,
que con ella venceremos.” El citado lábaro tenía una cruz y ésta, durante las batallas, se llenaba
de resplandores, lo cual inspiraba valor en el ejército para lograr la victoria.
Según Weekman,66 Cortés antes de entrar al combate contra los indígenas mexicanos, llamaba
al auxilio de los poderes naturales, tal como los cruzados exclamaban Dieu le veult al cerrar
filas contra los musulmanes. El conquistador de México llamaba el auxilio del Patrono de España:
¡Santiago! ¡cierra España! Con estas expresiones cerraron la victoriosa batalla contra los
tlaxcaltecas y Xicoténcatl, y a decir de los españoles los indígenas se dieron cuenta de su
religión, era toda falsedad. Consecuentemente se puede comprender el carácter religioso con
que se consideraba al pueblo español, como elegido del cielo en su lucha contra los infieles.
Existe un documento, elocuente e importante, referido a la participación “divina” en favor
del ejército español durante la conquista de México. Es una misiva enviada al rey por el
conquistador Juan Troyano: “Fue Dios bien servido de favorecerle, por ruego y suplicación de su
bendita Madre y del Bienaventurado Santiago, Patrono de España.”67 Ahora bien, los prestamos
culturales de las figuras celestiales, pertenecientes al bando triunfador, son adoptados por los
indígenas cristianizados como objeto de reverencia; prueba de ello es el siguiente testimonio,
aunque se refiere a la guerra de independencia, no deja de ser importante.
Una de las intervenciones militares más importantes es la de Janitzio, Michoacán, donde el Apóstol
Santiago fue a ayudar a los indios tarascos sitiados por las tropas reales, durante la guerra de
Independencia. 68
En otro punto posterior se estudiará la actuación del apóstol en una región determinada, en la
Nueva Galicia. Así el apóstol Santiago se apareció desde los primeros combates de los conquis-
tadores contra los indígenas, en Tabasco, Jalisco, Querétaro, Nuevo México, Guadalajara y aún
en la trágica matanza del templo mayor, en la ciudad de México, y lo que quizá tenga algo de
mítico ó algo de cierto, provocó un culto inusitado a la figura del apóstol en casi todo el territo-
rio nacional. A continuación abordaremos los lugares específicos de la Nueva Galicia.
65
ibid. pág. 80-119.
66
ibid. pág.139.
67
Jacques Laffaye. Quetzalcoatl y Guadalupe, pág. 99 et. seq.
68
Heliodoro Valle, Rafael. Santiago en América. pág. 33
69
Cortés, Hernán. Cartas de relación de la conquista de México. Tercera carta, pág. 184.
27
y el otro fue derrotado por los colimotes; igual sucedió a Cristóbal de Olid quién fue en su au-
xilio. Al enterarse de tales descalabros, Cortés designó a Gonzalo de Sandoval para hacer frente
a los colimotes, con los soldados de Villafuerte, Avalos y Alvarez Chico y sólo así someterlos.
Pacificada la zona, Sandoval fundó la villa Santiago de los Caballeros el 25 de julio de 1523, en
las márgenes del río Colima, dejando a Alfonso de Avalos posesionado de las tierras que había
sometido y en su honor se llamó provincia de Avalos.70 Con el objetivo de explorar la costa del
sur “Nomás a efecto de saberle secreto de aquella costa y si en ella había puertos.”71
El mismo don Hernando encomendó a su sobrino Francisco Cortés de Sanbuenaventura la
expedición hacia occidente, a donde partió en agosto de 1524. El recorrido fue Amatlán de ca-
ñas, Ixtlán, Mexpán, Zoatlán, Tetitlán, Tepic, Xalisco y Guaristemba, llegando hasta la desemboca-
dura del río Santiago. En esta cuarta expedición iban los frailes franciscanos Juan de Padilla y
Miguel de Bolonia, los primeros en predicar el cristianismo en esas tierras.
La conquista del occidente es llevada a cabo por Nuño Beltrán de Guzmán, quién llegó a
Nueva España como presidente de la primera Audiencia, con indicaciones de atender la conver-
sión, instrucción en la fe cristiana y “buen trato a los indios, por encima de todo.” El proceder
de Nuño de Guzmán durante la primera Audiencia, fue de lo más negativo, permitió todo tipo
de desmanes, persiguió a los simpatizantes de Cortés, ocasionando serias humillaciones a los
desvalidos y trastornos en la sociedad, “un verdadero monumento a la infamia” lo calificó Fray
Juan de Zumárraga en carta al rey.
Al enterarse del regreso de Cortés, y para evitar todo tipo de represalias contra él, Nuño de
Guzmán decidió expedicionar el occidente con miras de conquista, ya que en la anterior expedi-
ción, Cortés de San Buenaventura no había dejado encomenderos, requisito indispensable para
adjudicar las conquistas, además pretendía aligerar todo el peso de la justicia que pesaba sobre
él: las conquistas eran sinónimo de riqueza y de gloria, aunque para ello se enfrentara a los
temibles chichimecas. Consiguió el permiso de la Audiencia, organizó su ejército con viejos
conquistadores y españoles sin fortuna con la promesa de repartirles pueblos y encomiendas,
hasta diez mil pesos para movilizar indios y blancos para conquistar tierras hombres y dinero.72
El contingente partió de México el 21 de diciembre de 1529 con la bendición del padre Bartolomé
de Estrada, ciento cincuenta caballos y otros tantos peones junto con cerca de ocho mil mexicas,
tlaxcaltecas, huejotzingos y xochimilcas, además de doce piezas de artillería que conformaban
la empresa.73 El veedor real Pedro Almíndez Chirinos figuraba como lugarteniente general, iban
otros famosos capitanes como Antonio Villaroel, Juan Fernández, Juan de Villalba y Cristóbal
de Oñate, así como el escribano Hernando de Sarmiento y los capellanes Bartolomé de Estrada y
Alonso Gutiérrez.
En mayo de 1530 la expedición llegó a Tepic, después de importantes combates con diversos
grupos de guerreros indígenas a los cuales fueron sometiendo. Además de explorar y conquistar
Nayarit, hicieron lo mismo con el territorio que hoy ocupan los estados de Sinaloa y Durango,
librando batallas con los pobladores de estos lugares. Al someter éstos, regresan a Tepic en no-
viembre de 1531, donde Nuño de Guzmán fundó la villa del Espíritu Santo de la Mayor España,
con la pretensión de capital para los territorios conquistados. El 16 de enero de 1532 Nuño de
Guzmán recibió respuesta a la petición hecha al rey, desde Ocaña; la reina doña Juana, en
ausencia del rey, envió una cédula “Al muy magnífico Señor”, en la que le ordena nombre a las
conquistas: reino de la Nueva Galicia, y al día siguiente el conquistador acató la orden.74
La conquista resultó todo un éxito y en menos de dos años Nuño de Guzmán y su gente
habían incorporado a España un inmenso territorio que además implicaba un gran número de
vasallos sometidos a la corona española, por este hecho fue nombrado gobernador Guzmán y
sujeto a la Audiencia de Nueva España. El gran problema fue la crueldad que utilizó para sus
conquistas, donde redujo los pueblos a escombros y a los naturales los esclavizó. Guzmán situó
su residencia personal y de su gobierno en Compostela, Nayarit, y dividió el reino en alcaldías,
encargando a los hombres de su mayor confianza cada una de ellas: San Miguel de Culiacán a
70
Villa Señor y Sánchez, José Antonio de. Teatro americano, descripción general de los reinos y provincias
de la Nueva España y sus jurisdicciones. t. II, lib. IV, pág. 214.
71
Cortés, op. cit. Cuarta carta, pág. 299.
72
López Portillo y Weber, José. La conquista de Nueva Galicia. pág. 120-121.
73
Razo Zaragoza, José Luis. 4 crónicas de la conquista del reino de Nueva Galicia en territorios de Nueva
España, “Carta a su majestad el Presidente de la República Mexicana”; pág. 25.
74
López Portillo y Weber, op. cit. pág. 154.
28
Salió entonces del templo un hombre montado un caballo blanco, y cubierto de un capa escarlata,
echando lumbre y acompañado de mucha gente de pelea, y así salvo de esta situación a los
cristianos”.75
No podía ser otro, afirma la leyenda, que el apóstol Santiago, aunque otros afirmaron que se
trataba del arcángel San Miguel cuya fiesta se celebraba ese día.
Antes de desarrollar particularmente el más importante de los testimonios de la mitología
jacobea en Nueva Galicia, es necesario recordar lo explicado magistralmente por el célebre
investigador de la conquista del norte del país Philip W. Powell;76 dos décadas después de que
los capitanes, soldados e indios aliados de Cortes habían tomado la capital azteca de Tenoch-
titlán, en 1521, el sueño de que en algún lugar del interior de México encontrarían inmensas
riquezas, seguía obsesionado a exploradores y conquistadores, y ese factor los movió a emprender
actividades de exploración más allá de las tierras conquistadas en las primeras victorias militares.
Entre 1529 y 1536 Nuño de Guzmán, como ya se había citado, aventurero político y conquis-
tador azoló las tierras situadas al norte y al oeste de la ciudad de México. En esas inmensas
extensiones fundó la provincia de Nueva Galicia, la cual pronto se centraría en la región Gua-
dalajara y Compostela. El hermano Marcos y posteriormente Coronado, recorrieron los límites
septentrionales de la meseta central en infructuosa búsqueda de ciudades fabulosas y posibles
riquezas. Cuando Coronado no encontró riquezas ni reinos en el norte, hacia 1540-1542, las
esperanzas comenzaron a desvanecerse. El fracaso de Coronado coincidió con un vigoroso intento
de los indios por arrojar a los españoles de los puestos avanzados del noroeste, en Nueva
Galicia.
La rebelión se caracterizaba por una fuerza bélica incontenible de los tribeños nómadas del
norte. Los españoles –señala Philip W. Powell– estuvieron a punto de ser vencidos en esa guerra;
y tuvo que encabezar la defensa el propio virrey de México, don Antonio de Mendoza. En esta
reivindicativa guerra indígena aparece la figura milagrosa de Santiago apóstol, en el célebre
testimonio del padre Tello77 apoyando a los cristianos; lo citaremos detenidamente en el siguiente
testimonio.
75
Weekman, op. cit. pág. 119 et seq.
76
Powell, Philiph W. La guerra chichimeca, pág. 20-21.
29
Descansaron aquel día y luego al otro día por la mañana, se juntó todo el campo en el real del Virrey
de Mendoza. Ahí oyeron misa, la cual dijo don Pedro Mancués, Deán de Oaxaca.
Traía el Virrey en el ejército religiosos de las tres órdenes: de Santo Domingo, San Agustín, San
Francisco, con los cuales tenía “Consejo de conciencia”, para hacer la guerra justificadamente.
Después de haber oído misa, los soldados se fueron a almorzar y el Virrey envió a requerir la paz,
diciendo a los indios alzados que se bajaran de las peñas, que él les perdonaba (Las peñas eran las
que se conocían como el Mixtón, el Lugar donde se montan los gatos). A lo que los indios
responderían que no querían la paz, que él y los españoles eran unos bellacos, que se fueran y
dijeron otros desacatos. Con todo esto, les mandó el virrey de Mendoza requerir la paz hasta tres
veces, y viendo que no querían les mandó los soldados para que les sometieran, y dejándole todo
a cargo del gobernador Oñate se fue a su tienda.
Comenzose a batir la fuerza tan recio y a tan grande tropel, que los enemigos se defendían tirando
piedras y arrancaban de los peñoles y herían a los españoles. Y así se dejó el combate ese día y no
lo pudieron ganar.
Curáronse las heridas y otro día volvió el virrey para enviarlos a requerir la paz, a lo que volvieron
a responder que qué paz, que ellos estaban quietos en su tierra, que a qué venían a ella, que sabían
que venían a quitársela, que se fueran, que eran gallinas. Vista la respuesta se mandó gastar más la
artillería para ver qué daño podía hacer, y volvieron a acometerles y a quererlos desalojar peleando
valerosamente, y como la artillería se les acercó tanto que hacía gran desastre en ellos, y caían
hechos pedazos.
Y visto el daño que hacía los españoles, los indios se retrasaron a otro puesto, donde no pudieran
encontrarlos. Los españoles, viendo que no podían ganarles, procuraron tenerlos cercados, y co-
gerlos con hambre. Los indios cercados, enviaron mensajeros a los del Teúl, o Tuich, para que les
dijeran que como no venían a probar fuerzas con los españoles, como ellos; así salieron los del
Teúl, dos mil hombres de guerra y habiendo llegado al Mixtón dijeron: Aquí hemos venido a ver
como pelean estos españoles; a lo que los que estaban montados en el Mixtón respondieron: No
nos atreveremos a bajar a pelear, si no que desde aquí lo hacemos. Entonces los del Teúl dijeron:
Esto no es pelear sino estar encaramados encima de vuestra peña. Ahora vosotros veréis nuestro
valor y quienes somos y cómo bajamos y lo que ha hacemos con estos que aquí tenemos.
Luego los dos mil indios de Teúl, muy solaces comenzaron a bajar para esa lucha y rodeando el
real del Virrey y ya cerca de su tienda, salieron a ellos. Y comenzó una escaramuza que puso al
Virrey en harto aprieto, posteriormente aprendieron al cacique y a los presos ante el virrey, los
cuales dieron la razón de la causa de su venida y cómo habían ido a instancias, ruegos e imperti-
nencias de los alzados, pidiéndole favor, y que porque no lo querían hacer los llamaban cobardes,
gallinas y mancebos de los españoles.
El cacique aseveró que los españoles eran tomados como amigos y que esto se echaría de ver
puesto que no habían herido a ninguno, después de haber dicho esto el cacique pedía al señor
virrey que no lo ahorcaran, sino que lo enviasen a sacar oro. Esto lo dijo con tantas lágrimas, que
el virrey se compadeció de él y por sus buenas razones le perdonó y le envió a su pueblo con su
gente. El cacique le dijo cómo se iba despoblando el Mixtón, y que había una entrada y callejón
dónde se podía ganar, y luego se fue el cacique a su pueblo para evitar que con tardanza se alzasen.
Hacía quince días que tenía cercados a del Mixtón, y habiendo sabido lo de la entrada que había
dicho al cacique del Teúl, mandó el virrey que se batiese con la artillería y se subiese a aquella
entrada. Y así comenzó a batir por todas partes en el Mixtón, hiriendo y matando a los españoles;
sería esto a medio día, cuando todos estaban cansados de pelear y colorados por el sol, pues fue
forzoso dejar el combate con pocas esperanzas de ganar el peñol, y todos confusos se fueron a
comer, y estando el virrey en su tienda, mandó llamar al gobernador Oñate y le dijo: Maravillado
estoy de ver causa tan fuerte, no se qué remedio tomar para ganarles y acabar esta empresa,
porque se nos va el tiempo.
Y Cristóbal de Oñate le respondió: Señor, la porfía mata la caza, y el hambre los va a hacer darse;
no dejarlos que esta victoria pende la seguridad de toda la tierra, y toda ella está en la mira y así
vuestra señoría, no muestre flaqueza ni siquiera aflojar, porque yo de mi parte, no la dejaré vencer
o morir. Y estando hablando los dos, un mancebo llamado Juan del Camino fue a dar agua a su
caballo por aquella parte de los indios del Teúl, habían dicho había entrada, y así que hubo bebido
el caballo estuvo mirando por donde era y vio en lo alto del mixtón:
Un hombre con caballo blanco, con una banderilla en la mano, y una cruz roja, el cual le dijo: ¡Por
ahí está la entrada soldado! Y Juan del camino subió por un callejón que había, cuando llegó junto
a él el del caballo le dijo: ¡Llano está, arremetamos a los enemigos de Dios, Santiago y los ángeles
sean con nosotros. Habiéndose ido Romero a caballo tras de Juan del Camino a ver a donde iba y
como no le halló, fue por el rastro, y entrando por el callejón, subió a lo alto del Mixtón y vio a los
dos matando e hiriendo a los enemigos, como leones, lo cual visto por Romero, y la matanza que
hacían el del caballo blanco y Juan del Camino, se metió entre ellos peleando y haciendo lo propio.
77
Padre Tello. Crónica miscelánea de la santa provincia de Xalisco. Lib. II. vol. II, pág. 315-322.
30
En esta ocasión estaba el virrey comiendo y todo el ejército y oyeron el gran tropel y el gran ruido
que había en lo alto, y viendo que los enemigos se desempeñaban se asomaron todos y fueron a ver
que era, y habiendo subido arremetieron los de a pie y a caballo, y fueron a buscar la entrada y el del
caballo les dijo: ¡Por ahí soldados! Y entraron y vencieron a los que estaban en el Mixtón, y el
caballero del caballo blanco se metió entre la tropa de los que andaban a caballo y no le vieron más.
Murieron en lo alto más de diez mil indios y se despeñaron casi otros tantos, entre chicos, grandes
y mujeres, y cautivaron más de tres mil, y se pusieron en huida casi diez mil, y estos fueron los que
habitaban aquellas barrancas, que habían ido más a robar que a pelear, si acaso alcanzasen victoria
sobre los españoles.
Conseguida esta grande y milagrosa victoria, el virrey mandó recoger el campo, y no le faltó
ningún indio o español, y luego preguntó el virrey cómo había sucedido, y habiéndole contestado
Juan del Camino, mandó que se supiese qué caballero de los que allí venían en caballo blanco, había
sido el que valientemente peleó; y habiéndose llamado a todos, dijeron que no estaba entre ellos, ni
ninguno subió allá, hasta que fueron todos, y entonces Juan del Camino dijo que aquel caballero
era esforzado y valiente, y que de golpes se daba entre los enemigos, caían tantos que era admiración;
y lo mismo dijo Romero y que después que subió toda la gente, nunca más se vio, ni reparó más en
él, pues creyó que era uno de los del campo.
Que sólo imaginó si era el Señor Santiago, por haberle enseñado la entrada con la bandera y la
cruz, y que el acometer ambos a tanto enemigo y derribar y matar a tanta infinidad de ellos,
reconoció ser obra de Dios.
Oído el caso por el Virrey y habiéndose averiguado ser el Señor Santiago, mandó juntar todo el
campo, y con todos los sacerdotes que había allí, se hizo una procesión muy solemne cantando
alabanzas a Dios y el Te deum laudamus la cual habiendo terminado pasaron a buen recaudo los
esclavos y cautivos así como los niños y mujeres y aquella noche hubo velas y gran juerga.
Y eran tantos los gemidos de los despeñados, que no acababan de morir, que otro día de mañana
fueron los indios mexicanos y tlaxcaltecas aliados y los mataron, las peñas y los riscos quedaron
corriendo de sangre, y los españoles pusieron de nombre al Mixtón; Santiago y el venerable padre
Antonio de Segovia, apóstol de los indios, hizo en el Mixtón una capilla de advocación al glorioso
apóstol, y con el tiempo se cayó y el Mixtón se quedó con el nombre que tenía.
El análisis inicial de este texto, versión de un testigo histórico, nos da varios elementos de la
visión mágica y protectora del apóstol contra los indígenas paganos. Salta a la vista ese mecanismo
de conciencia del virrey para la justificación política y teológica de esta guerra: contar con reli-
giosos de las tres ordenes y un consejo para vencer a los enemigos de la fe; imaginémos a los
frailes y enviados españoles cuestionando, en latín, a los indios nómadas sus presupuestos
teológicos de superioridad religiosa; obvio que los del Mixtón no responderían a la paz negociada.
La totalidad del relato, concibe una superioridad debido a los aliados celestiales, aún en las
condiciones adversas, en una guerra difícil de vencer, prueba de ello es que se mantuvo durante
varios años. Y la figura mítica de Santiago vuelve a atacar con su caballo blanco, la banderilla
en la mano y su cruz roja, pero necesita esta figura celestial un término mediador entre él y los
hombres ese fue: Juan del Camino, quién testimonió el portento jacobeo.
Esa acción milagrosa se cristaliza en el ritual de la misa de acción de gracias celebrada al
terminar la batalla, y el Te deum, así como la erección de aquella capilla dedicada al apóstol
guerrero, en plena región chichimeca. Afortunadamente aún en la Iglesia decimonónica se alzaban
voces que no concebían al apóstol Santiago como divinidad tutelar beligerante en el citado
etnocidio, y surge precisamente ésta de la prestigiada pluma del padre Francisco Ferjes,78 mani-
festando una posición crítica a la versión oficial que fue el apóstol guerrero quién ayudó a los
españoles a vencer a los indígenas en la Guerra del Mixtón, en Nochistlán, Zacatecas. Y con sus
expresivas palabras critica la versión de Mota y Padilla, aún sin ser teólogo de la liberación , o
a la mejor contaba con una conciencia crítica muy avanzada para su tiempo, diciendo:79
La historia de Mota Padilla que tengo a la vista dice que Santiago apareció en el Mixtón matando
indios. No es la primera vez que los conquistadores ocurren a la intervención de los santos para
cohonestar y autorizar sus crímenes.
¿Qué tenía qué hacer Santiago con los inocentes indígenas que solamente se defendían de una
agresión injusta?
78
Historia Breve de la Conquista de los Estados Independientes del Imperio Mejicano. Cronista del
Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe Zacatecas y su actual guardián. México. Impreso por J. Ojeda en Escalerillas
No. 2; 1839. pág. 31 et seq.
79
Op. cit. pág. 157 et seq.
31
¿Serán más indulgentes los hombres que los santos, como lo vemos en los privilegios que las leyes
les conceden a los neófitos, aún en delitos enormes, y en la excepción de ciertos deberes comunes
a los demás hombres?
No es mi intento hacer una apología de los defectos en que pueden haber incurrido los indígenas,
aún después de haber recibido muchos de ellos la religión; pero debemos confesar que el mayor
milagro que hizo Dios con los indios, fue que recibieran con tanto gusto y afición una religión que
los españoles les trajeron en la punta de la espada y en la boca del cañón.
Concluida aquella acción que remachó para siempre los grillos, o la esclavitud de los indios, aún se
habían quedado ocultos en una quiebra del cerro más de seis mil, sin duda resueltos a morir de
hambre antes que entregarse a sus enemigos.
Sabedor de esto el virrey trató que entrasen los soldados sobre ellos a acabarlos a fuego y sangre,
y oída semejante resolución por los misioneros que con otros capellanes estaban en el ejército, se
fue al virrey con la mayor intrepidez el P. Fray Antonio de Segovia y le dijo:
Basta ya Señor, de justicia dése lugar a la misericordia.
Yo me obligo a subir al cerro y me prometo con el auxilio de Dios, reducir a estos infelices y traerlos
a pedir la paz.
Suspendió al virrey la respuesta, sorprendido del valor del padre pues consideraba que no debía
exponer su vida a la venganza de los indios; pero el celoso ministro lo decidió diciéndo que contaba
con Dios, a quién nombraba fiador de su vida.
Mendoza aceptó la propuesta y tomando por compañero al padre Fray Miguel de Bolonia, sin más
armas que el Breviarium, una imagen de Cristo y otra de la expectación de María Santísima, que
cargaba en un nicho pequeño y es la misma que hoy se venera bajo la advocación de Nuestra Señora
de Zapopan, subió el cerro del Mixtón; a las treinta y seis horas salieron a los padres más de seis mil
indios de paz, y cumpliendo su palabra el virrey fundaron con ellos nuevamente con ellos los
mismos misioneros el pueblo de Juchipila en el lugar en donde hoy se halla.
Desde esa época a mediados del siglo XVI, hasta nuestros días, la figura de Santiago apóstol es
retomada culturalmente por los indígenas mexicanos, y son incontables sus milagros y hazañas
bélicas. Según Rafael Heliodoro Valle80 el apóstol se apareció más de diez veces, la última de
ellas cuando persiguió a Pancho Villa cerca de Tepehuanes, Durango. Es probable que no sea
ésta la última aparición; además, es difícil llevar un recuento de las apariciones, milagros y
proezas que divulga el pensamiento popular. A continuación cito una curiosa aparición del
apóstol Santiago en plena revolución mexicana.
En marzo de 1916, estaba el general Francisco Villa frente a la Plaza de Tepehuanes, Durango, listo
para atacarla. Montaba su celebre mula retinta, la cual esta ocasión se encabritó, lo que según el
general era mal augurio. La batalla duró de la seis de la mañana a las seis de la tarde, y fue tan
sangrienta que el arroyo que pasa por la población se tiñó de sangre.
Allí también el ángel o demonio tutelar del general lo salvó, pues salió ileso a pesar de que fue
blanco predilecto de la balas enemigas, que conocían a la perfección su cabalgadura. Al día siguiente
tuvo un nuevo ataque, Villa mandó a que se cortara la vía del ferrocarril, en la estación de Chinacates,
para impedir que pasaran refuerzos que comandaba el general Amaro. Pero estos pudieron hacerlo
porque los comisionados se extraviaron. Villa se retiró para el norte, en dirección al pueblo de San
José de la Boca, para tomar el camino de la Sierra.
La gente sintió pánico al saber que se acercaba el famoso Centauro del Norte, pero grande fue su
sorpresa y alegría al verlo pasar de largo, perseguido por un ejército frente al que se veía un bravo
capitán que montaba un caballo blanco. Y nadie puede quitarles de la cabeza a los habitantes de los
alrededores que fue el apóstol Santiago quién los defendió, pues aseguran que los triunfadores
nunca aproximaron en su persecución hasta San José de la Boca.
Podrían seguir los testimonios de las acciones milagrosas de Santiago en Nueva Galicia, y en
todo el norte del país hasta nuestros días, pero son valederos los ejemplos anteriores para
darnos una idea de la asimilación cultural de los símbolos hispánicos por parte del pueblo
mexicano, y los elementos prehispánicos que sobrevivieron en forma de danzas, artesanías, ves-
timentas, canciones, pinturas, diálogos e, incluso en algunos casos, el idioma.
Ahora bien, siguiendo el presupuesto que un mito genera ciertas prácticas culturales: ritos,
oraciones devocionarios, peregrinaciones, mandas, milagrería popular, artesanías, arquitectura
y, por supuesto, danzas. Es el momento de considerar las diversas manifestaciones dancísticas
que se han desarrollado en México a partir de la vigencia del culto a Santiago Apóstol. Antes de
80
Heliodoro Valle. op. cit. pág. 45-46.
32
finalizar este punto, recordemos que el culto a Santiago se encuentra en casi todo México: Gua-
najuato, Zacatecas, Jalisco, Veracruz, Nuevo México, Chihuahua, Aguascalientes, Michoacán.
Es de particular importancia encontrar manifestaciones meteorológicas en el pensar popular
las cuales se refieren a la figura del apóstol Santiago, por ejemplo en Michoacán, cuando en un
período de sequía aparece una nube que, de pronto se disipa; la gente llama a este fenómeno: la
carrera del señor Santiago. Se le identifica con una nube y se dice que éste ha pasado a escape.
En la ciudad de Zacatecas, por otro lado, se identifica a un grupo de estrellas:
En el firmamento brillan las constelaciones del trópico. Las estrellas relucen más claras en las
noches de invierno y anuncian heladas. La sabiduría popular ha transmitido los nombres familiares
con que tradicionalmente distinguieron los grupos siderales: las Cabrillas y las Tres Marías, el Cinto
de Orión, El camino de Santiago, en un zodiaco popular Venus, Júpiter y las estrellas errantes. La
astronomía y las lechuzas pueblan las noches de misterio y lejanía, de esferas rutilantes, de presagios
y augurios.81
Hay oraciones que se pregonan cuando se encuentra el creyente en peligro, cuando tiene alguna
necesidad económica o de salud, cuando va a dormir o cuando desea tener un momento espiritual:
81
Kuri Breña. Zacatecas, civilizadora del norte. Cap. II, pág. 23-24.
82
Oración perteneciente a la colección de Ernesto Mejía Sánchez. México, 1946.
33
Ahora bien, existen oraciones no muy ortodoxas, que no están validadas por el nihil obstat ni
por la santa madre iglesia: este es un sortilegio utilizado durante el virreinato:83
83
Jiménez Rueda, Julio. Herejías y supersticiones de la Nueva España. pág. 207 y 208.
34
Yendo Cortés rumbo a las Hibueras llegó a Coatzacoalcos donde se le hizo un gran recibimiento
con arcos triunfales y ciertas emboscadas de cristianos y moros, y otros grandes regocijos e
invenciones de juegos.
Dicho acontecimiento, a decir del estudio de Warman, se sitúa entre los años 1524 y 1526,
transcurridos tres años de la toma de Tenochtitlán. La asimilación de la cultura hispánica por
parte de los naturales mexicanos es vasta en las crónicas de la conquista, o en los testimonios
de los religiosos. Citemos algunos: en el año de 1531, en la ciudad de México, con motivo de la
colocación de la imagen guadalupana en el Tepeyac: “Hubo un festejo militar que hicieron los
indios al uso de su nación, entre mexicanos y chichimecas.”87
84
Weekman, op. cit. pág. 657 et seq.
85
Monpradé y Gutiérrez, op. cit. pág. 245 et seq.
86
Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. pág. 503-505.
87
Florencia, Francisco. La estrella del norte de México; historia de la milagrosa imagen de María Santísima
de Guadalupe. pág. 115.
35
Otro escrito por demás elocuente es este que demuestra la adopción y adaptación de la
cultura de la conquista, pero aplicada a los chichimecas nómadas del centro del país, con los
apoyos celestiales ahora a favor de los indígenas cristianizados:88
Se hizo la guerra de puñetes, patadas mordidas como gallos, entre católicos y chichimecas derrotados
éstos, gracias a la aparición del Señor Santiago, el Señor San Francisco y la Virgen Santísima;
quienes pararon el sol y los aterrorizaron. En señal de arrepentimiento los indios paganos pidieron
la instalación de la cruz, a la que venían bailando, haciendo escaramuza, tirando sus flechas arriba
y dando el alarido de contento.
Respecto al culto de la cruz existen, varias posiciones, algunos afirman que ya se conocía el
símbolo cristiano antes de la llegada de las naves españolas, otros afirman con elementos
arqueológicos y mitológicos que dicho símbolo era adorado por los antiguos mexicanos y era
llamado, estimulantemente para nuestro estudio: Chicahualistéotl.
Existía una fiesta al sol, y ofrecían a su imagen codornices y le quemaban copal a medio día,
estaban cautivos y todos los niños y adultos se sangraban las orejas y ofrecían la sangre a la
luminaria. La cruz del Nahui Ollín, por otro lado, significaba la sucesión de las cuatro estaciones,
o los cuatro movimientos del sol, de lo que depende la producción de los campos y por lo tanto
el sustento, la vida, la fortaleza, la salud. Argumentos como los anteriores pueden concebir una
favorable catequización, una adecuación al nuevo símbolo de la religión hispánica: la cruz.
Volviendo a la Danza de Moros y Cristianos, su expansión y generalización sigue la lógica de
las conquistas y expediciones hispánicas, hacia el norte del país. La colonización y conquista
no son misiones propiamente hispánicas, también los indígenas cristianizados y aliados se
encargaron de propagar su visión de la conquista. Prueba de lo anterior es que hacia 1542, se les
concede a los indios la autorización para celebrar anualmente la función de la Iglesia, y dos se-
manas de corridas de toros en la fiesta titular del patrono de San Miguel el Grande, sin que in-
tervinieran las autoridades españolas, por prohibición explícita de las autoridades virreinales.89
Como resultado de la generalización vino la institucionalización de la danza; de ahí que se
incluye en cierto tipo de festejos, especialmente en la recepción de funcionarios peninsulares.
También se reflejó en una reglamentación de la danza. La organización correspondía a los
diversos organismos: cabildos, reglamentos, regimientos, gremios que costeaban con frecuencia,
o ayudaban a pagar los costos al regidor que correspondiere. A finales del siglo XVI está genera-
lizada entre los principales grupos étnicos mexicanos, de ahí que aparecen en sus variantes.
En este grupo aparecen los gremios, que emergen como un estrato diferenciado del peninsular;
según el imprescindible Warman, entre los más importantes: Los de arte mayor, de la seda, los
sastres, los jugueteros, los panaderos y los aristócratas de la platería. Pero ese esplendor se
detiene hacia los años 1650 y 1700, las celebraciones ya no son fastuosas entre el grupo español
y sus aficiones se dirigen más hacia la preferencia de los toros y a la vida de tertulia y de salón.
En el grupo indígena hacia 1789 y 1791, la Danza de Moros y Cristianos estaba sumamente
desarrollada y contaba con elementos culturales propios. Por ejemplo, con motivo de la llegada
de la noticia de la proclamación de Carlos IV.90
Se celebraron fiestas por todo el país, se tiene constancia de fiestas de Moros y Cristianos en
Papantla, Pátzcuaro, Tehuantepec, Chilapa y Aguascalientes, en este último se celebró una variedad
de Mecos, una derivación de la lucha entre indígenas que se han convertido al cristianismo, y los
indígenas paganos, chichimecas llamados mecos.
Para el siglo XIX, al transformarse el país por la independencia de España y desarrollar una
aparente paz social, hasta el último tercio del siglo se conforma una sociedad clasista. Al cesar
la preeminencia española en lo político y cultural, en costumbres, modas y diversiones de
Francia adoptadas por las clases altas, son menospreciadas las “danzas del pueblo” estableciendo
una barrera cultural. Las elites adoptan como pasatiempos el teatro, la ópera y el baile de salón,
la tertulia y el pastoril, excursión campestre que frecuentemente se combina con la romería.
88
“Instalación de la Santa Cruz en Querétaro”; en Crónica de Michoacán, de Fray Paulo Beaument, t. III, pág. 214,
217; apéndice 2; fragmento de la relación del cacique don Nicolás de San Luis.
89
Rangel, Nicolás. Historia del toreo en México, época colonial; 1529-1821. pág. 395. Citado por Warman, op.
cit. pág. 78.
90
ibid. pág.100.
36
Las buenas familias, ya desde 1820, acostumbraban ir en romería a la villa de Guadalupe, al Santuario
de los Remedios, o a Chalma, para ver al pueblo practicar las danzas de segadores, de tejedoras, del
mitote, y los de la conquista.91
Casi al final del siglo XIX la morisma sigue una evolución propia; este espectáculo de masas,
dotado de una estructura dramática con argumento y personajes, escaso desde la colonia, fue
más limitado aún su ámbito de práctica. Se suspendieron Danzas de Moros y Cristianos en el
templo de Santo Domingo, en Puebla, pero la continuación de esta variante –a decir de Warman–
se cita en el siguiente documento fechado hacia 1910.92
La Morisma se celebraba el 24 de junio, el día de San Juan Bautista, en los alrededores de la capilla
llamada Bracho, y en ella intervenían cerca de mil personas, cuidadosamente adiestradas por soldados
retirados.
Este aparente refinamiento es sólo el resultado del impresionante arsenal, que se utilizaba: cañones
pequeños, rifles, lanzas, mosquetes, espadas, hachas y por supuesto machetes.
Los participantes con abigarradas vestiduras que ellos mismos conseguían, se agrupaban en dos
campos, uno al comando del rey Moro “Musa” y el otro al lado de don Juan de Austria y los reyes
católicos.
Estos eran los personajes que recitaban el texto dramático por los que se prefería que los
interpretasen actores con cierta experiencia.
Como detalle placentero, el rey moro, tenía su “Harem”, mientras que los cristianos, por no ser
menos, se hacían acompañar de sus odaliscas.
Durante tres días se luchaba para que al final el rey moro fuera decapitado, en justa venganza por
haber mandado robar la cabeza de la imagen de San Juan el Bautista.
Por otro lado, Daniel Kuri Breña93 recuerda los orígenes de la ciudad de Zacatecas y a la vez cita
la tradicional Morisma zacatecana:94
Zacatecas nació el ocho de Septiembre de 1546, en el siglo XVI, el gran siglo de la Nueva España.
Fue provincia de Nueva Galicia.
Se celebran ese día dos alegres nacimientos: la natividad de Nuestra Señora, fiesta predilecta de
los cristianos españoles, que sostuvo ardientemente la elección de la Inmaculada, y nosotros
humildemente el nacimiento de nuestra ciudad bajo su advocación.
Sus fundadores cuatro corazones hidalgos: Juan de Tolosa, Cristóbal de Oñate, Baltazar Termiño
de Bañuelos y Diego de Ibarra, caballero del hábito de Santiago (qué elocuente hallazgo, para
perpetuar el culto jacobeo en ésta región llamada Nueva Galicia). Su patrona la virgen del Patrocinio
recibió también su escudo: la virgen de la montaña, los conquistadores con sus armas, sus armaduras
y pendones, sosteniendo la cifra de Felipe II, las flechas, el sol, la luna y los arcos indígenas. Hacen
merced a dicha ciudad de que tenga sus armas y escudo, y en él una peña grande, por estar a pié de
la llamada Bufa, y en lo más eminente una cruz de plata, y en la otra parte, la más acomodada de la
misma peña, una imagen de Nuestra Señora por haber descubierto aquel cerro, y peñasco el día de
su natalicio. Y más abajo una cifra coronada de oro que diga: Filipo, y en los extremos el sol y la luna,
y en la falda de dicha peña cuatro retratos de personas por memoria de Juan de Tolosa, Diego de
Ibarra, Baltazar de Bañuelos y Cristóbal de Oñate, y en la orla cinco manojos de flechas, entremetidos
con cinco arcos, que son las armas de los indios chichimecas.
Tiene como lema Labor vincit omnia: el trabajo vence todo. Esa antigua ciudad seguirá
celebrando la morisma en las lomas de Bracho, la batalla que libró la humanidad contra la
invasión musulmana. Se incorporarán a esta representación entrañable y pintoresca los charros,
las chinas, los mecos y el viejo de la danza, los doce pares de Francia, los devastadores de la
Guerra de los Pasteles y la Cruz Roja neutral. Como esfuerzo conmovedor de síntesis histórica,
de amalgama colorida y anacrónica, que hace presenciar en el mismo escenario pueblerino a
representantes de diversas épocas en el duelo de la media luna, (el islam) y la cruz (el cristianismo).
Sobre la legión de los caballeros del hábito de Santiago el investigador Louis Cardaillac95 cita su
origen:
91
Prieto, Guillermo. Memorias de mis tiempos. t. 1, pág. 21. Citado por Warman, op. cit. pág. 105.
92
Toor, Frances. A treasury of mexican folkways. Citado por Warman, op. cit. pág. 108.
93
Kuri Breña, Daniel. Zacatecas civilizadora del norte; pequeña biografía de una ciudad. cap. II.
94
Padre Cuevas. Historia de la nación mexicana. t. I. pág. 228.
95
En Santiago Apóstol el santo de dos mundos, el Colegio de Jalisco, 2002, Méx. pág. 42-43.
37
La orden de Santiago fue fundada en 1161 por Fernando II de León, y contribuyó a la difusión del
culto al santo, mientras el patronazgo del apóstol resaltaba su carácter guerrero. Uno de los
cometidos de esta orden militar fue el proteger de los peregrinos en su camino hacia Compostela
contra los ataques de los musulmanes.
Sus miembros vestían un manto blanco señalado con una cruz roja en forma de espada. La orden
fue confirmada por el Papa en 1175. Estaba muy jerarquizada: dependían del maestre comendadores,
caballeros y frailes, así como los comportamientos que tenían prohibidos, de acuerdo con su doble
condición de eclesiásticos y soldados. Se les pedía un sencillo voto de castidad conyugal y se les
exigía estricta obediencia y espíritu de pobreza.
La orden nació como una cofradía que se reunía en San Marcos de León. La constituían hombres
que tomaron el nombre de Caballeros de Santiago de la Espada. Su propósito era luchar contra los
almohades, y beréberes venidos de Marruecos para dar un nuevo impulso a la resistencia musulmana
contra los progresos de la reconquista. Los almohades eran gente muy religiosa; su nombre significa
“partidario de la unicidad divina”. Quisieron los miembros de la orden imponer a ese ardor otro
idéntico e imaginaron para eso el emblema de la cruz-espada y el patronazgo de Santiago.96
La hermandad de caballeros pasó de León a Castilla, cuando el rey Alfonso VIII, el futuro
conquistador de la Cuenca y vencedor de las Navas, les regaló la fortaleza de Uclés en la Mancha,
para establecer allí su casa madre. La unión de Castilla y León en 1230, significó la estabilización
de la orden y su definitiva organización.
Por su parte Rafael Heliodoro Valle, citando a Leopoldo Martínez Cosío afirma que existieron
462 caballeros de la Orden de Santiago, en su libro Los caballeros de las órdenes militares en
México, entre ellos Hernán Cortés, cuyo abogado era Santiago, los virreyes Antonio de Mendoza,
Luis de Velasco, Juan de Acuña, Francisco Cagigal de la Vega, Juan de Mendoza y Luna y Pedro
Castro Figueroa; otros personajes como: Pedro de Alvarado, Leonel de Cervantes y Diego de
Ibarra, quién había sido compañero de Juan de Tolosa en la conquista de Zacatecas.
Y un ejemplo de persistencia de este tipo de cofradías hasta nuestros días es precisamente la de
Santiago de la Espada que custodia el Cristo Difunto de San Pedro de los Chalchihuites, Zac., he
aquí una curiosidad histórica:
y ORDENO a mi guardajoyas de mi Real casa del Parto, Don Alfonso de Baca, Márquez de Flores,
entregue a Don Hernando del Espexo, Comendador de Torres y Cañamares y Caballero de Santiago.
Para que lo haga llegar al Nuevo Reino de Galicia, donde está edificado mi dicho Real y Minas del Sor
San Pedro de los Chalchigüites, así mismo, ORDENO que si ahora en adelante haya y tenga dicho Real,
y para que siempre haya memoria de habérsele honrado y distinguido en el tiempo que por la
misericordia de Dios, Yo Rey, funde, establezca y dote mi Orden Militar de Caballero de Santiago de
la Espada, a cuya pertenecerán los Caballeros nobles y principales y sin tacha de mi dicho Real. Para
la custodia de mi amado Christo Difunto que dono, así como protección de mis vasallos contra los
indios infieles en esas mis tierras de guerra.
En Madrid, Corthe de las Españas, a XII de Junio de mil quinientos sesenta y dos años del nacimiento
de N.S. Jesús Christo,
YO EL REY. Por mandato de su Magestad Cathólica, yo Antonio de Erasso, Secretario de su Magestad.
96
También: García de Medrano Madrid; Historia del origen y principio de la caballería de Santiago de la
Espada, 1622; 2ª Ed. facsimilar a cargo de A. Porras Arboleda, Valladolid: Lex Nova 1991. También José Luis
Martín Rodríguez, Orígenes de la orden militar de Santiago (1170-1195) Barcelona, 1974.
38
ESTATUTOS DE LA HERMANDAD
DE LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUSCRISTO
ERIGIDA EN LA PARROQUIA DE SAN PEDRO APOSTOL DE LA CIUDAD DE CHALCHIHUITES, ZAC.
SECRETARIA DE LA SAGRADA MITRA
Artículo 2. Todos los socios deberán profesar una Artículo 2. El Director dirigirá una breve alocución
devoción muy grande a la Santísima Virgen en el a los presentes y hará la bendición de las insignias
misterio de la Anunciación del Verbo. propias de la hermandad y del cargo que los socios
desempeñarán en la misma.
Artículo 3. Se llamará nominalmente a los socios
CAPITULO VII
quienes al oír su nombre responderán: Viva la
DE LAS SANCIONES DE LOS SOCIOS
preciosa sangre de nuestro Señor Jesu- cristo.
Artículo 1. En caso de que alguno de los socios
Artículo 4. Para la bendición de las insignias se
den mal ejemplo, o sea por lo mismo, motivo de
usará la fórmula del ritual Romano bendictio ad
escándalo, deberá ser amonestado hasta por tres
omnia.
veces, por el Director Espiritual o por la Directiva y,
Artículo 5. En la imposición de las insignias se usará
en caso de que no se logre la enmienda, deberán ser
la siguiente formula: Recibe estas insignias
suspendidos de la hermandad por el tiempo que
santificadas por la bendición de Dios. Al llevarlas,
amerite la falta y desde luego, supuesta enmienda de
recuerda que eres hijo adoptivo de Dios, hermano
la misma.
de Jesucristo, hijo fiel de la Iglesia y que toda tu vida
Artículo 2. En caso de que no haya esperanza de
debe estar consagrada a amar, servir y defender a
enmienda, serán definitivamente expulsados de la
Jesucristo que te redimió con su preciosa sangre.
Hermandad.
Amén.
Artículo 6. Terminará el acto con el canto “Alabado”
CAPITULO VIII
de Fr. Margil de Jesús.
CEREMONIAL PARA LA ADMISIÓN DE NUEVOS SOCIOS
Artículo 7. Es conveniente que después de la
Artículo 1. Se hará la ceremonia delante de la
ceremonia todos los socios se reúnan en una
imagen del Santo Entierro, después de venir en
fraternal convivialidad para festejar la admisión en
procesión desde el Altar del Smo. Sacramento. Todos
la Hermandad de los nuevos socios.
de rodillas, rezarán la profesión de Fe, “El Credo”,
en voz alta.
Dadas en Durango de la Inmaculada a los 25 días del mes de Marzo, Festividad de la Anunciación del
Divino Verbo, del año del Señor, de mil novecientos sesenta y seis años.
Revelación que sobre la dolorosa Llaga de la espalda de Jesús fue hecha a San Bernardo Abad de
Claraval. Preguntando una vez San Bernardo a Nuestro Señor en la Oración, cuál había sido el
mayor dolor que sufrió en el cuerpo de su pasión, respondió el Señor:
Yo tuve una Llaga en la espalda, tres dedos de honda, que se me hizo llevando la Cruz, ésta me ha
sido de mayor pena y dolor que todas las otras, la cual consideren poco todos los hombres, por no
serles conocida, pero tú tenla en la veneración, y sabes que cualquier gracia me pidas en su virtud
te la concederé.
40
Y a todos los que por ella me honraren, les perdonaré sus pecados cotidianos, de los mortales
no me acordaré más y conseguirán mi gracia y misericordia.
Otra variante de la Danza de Moros y Cristianos, versión que se practica en el norte de Jalis-
co y sur de Zacatecas, es la llamada Danza de Tastoanes, posiblemente de la voz nahua tlatoani
(Señor). Esta versión se celebra en San Andrés, Mexquitlán, Huentitán, Tonalá, comunidades
cercanas a la ciudad de Guadalajara; en el estado de Zacatecas en Moyahua, Apozol, Juchipila
y otras pequeñas localidades. Estas celebran el día 25 de julio a Santiago Apóstol. A continuación
citaremos una excelente narración del maestro Agustín Yáñez, fechada en 1925.97
Moyahua, pueblo desamparado en la mitad del cañón de Juchipila, pequeño pueblo con sus vecinos
en pleito perpetuo , las calles anchas y solas, en la Iglesia la imagen de Santo Santiago, montado en
minúsculo corcel.
Santiagos por manda, en la fiesta del bélico patrón apostólico montan briosos caballos y empuñan
machetes para cumplir, unos en la puerta de la parroquia y otros en plaza cumpliendo su devota
misión.
— Deme diez, lo más recio que pueda, compadre; así se lo prometí a Santo Santiaguito cuando lo
del caballo desbocado.
Y a este diez, aquel veinte, al otro cuarenta, a los de más allá uno, dos tres cintarazos, los
Santiagos llegan a romper algunos sables y caen en cama por la fatiga de su ministerio.
Cuando pegan recio se apoyan en los estribos y toman vuelo.
El más fatigado es el Santiago de la puerta del atrio; cintarea a niños pequeños, algunos de pecho
y mujeres ancianas enfermas.
Es más pesada la manda de ser Santiago, que la de cincuenta a cien sablazos buenos, dice un
Santiago.
Vi penitentes que habían prometido recorrer el Calvario, los cuatro lados de la Plaza, de rodillas,
atados con grilletes, seguidos de su Santiago que sin tregua los azotaba.
Los Tastoanes son por voto o cofradía, se llaman esclavos de Santo Santiago y desde chicos están
consagrados a él. En la fiesta se visten estrafalariamente, se cubren con máscaras repugnantes, se
pintan de diversos colores, se pegan pelos de buey en las manos y en las piernas, en el pecho; aúllan
como demonios y llegada la hora del combate se encaraman en los Santiagos, asustan a los caballos,
a los descuidados les derriban y propinan furiosos golpes. “Imagínese entre los Tastoanes del año
pasado andaban unas de las Estrada, y una de los Reynoso, de lo mejor que hay aquí, exclama el
párroco. Porque aquí también las mujeres son Tastoanes, algunos nomás gritan y se revuelcan en
la plaza pero no van contra los Santiagos”. ¡Atrocidad, Señor¡ ya ve cómo les quedan las espaldas,
ya ve como les queda la plaza. Aquí la voz del buen cura se hace misteriosa y sonora.
— Mis antecesores que trabajaron por abolir esta bárbara devoción, murieron de una manera
inexplicable.
97
Yáñez, Agustín. Por tierras de Nueva Galicia. pág. 26-27. Fechada en 1925.
EVANGELIZACIÓN EN LA GRAN CHICHIMECA
Se les conoce entre nosotros los españoles y entre los indios de paz, a unos infieles y bárbaros que
no tienen asiento cierto, (especialmente en verano) andan discurriendo de una parte a otra no
sabiendo qué son riquezas o deleite ni contrato de policía humana, traen todos los cuerpos desnudos,
duermen en la tierra desnuda aunque sea empantanada y viven en perpetua soledad.
Sufren fríos y nieves, calores, hambre, sed y por estas y otras cosas no se entristecen.
Comen carne de venado, mula y caballo, víboras y otros animales ponzoñosos.
Se diferencian de los indios cristianos en lengua y costumbres y disposición de cuerpo por la vida
bestial en que se crían, son dispuestos, nerviosos y desbarbados.
No tienen reyes ni señores ni religión, aunque adoran y reverencian al “Demonio”, y con él se
comunican las cosas de la guerra y cuando este les infunde ánimo se determinan y aventuran o si
bien les infunde cobardía, dejan de dar la batalla aunque más les favorezca la situación.
Sacrifícanse ante ídolos de piedra y de barro y sángranse las piernas y otras partes del cuerpo.
De la religión cristiana tienen muchas noticias por los frailes menores, quienes a veces andan
entre ellos. Y si alguno se convierte es con mucho trabajo y perseverancia del ministro y con todo
ello han sido pocos los conversos.
Desde el punto de vista del connotado historiador de esta región, Philiph Wayne Powel, afirma
que: “El nombre con que los españoles habitualmente designaban a los indígenas nómadas del
norte: Chichimecas, tenía una connotación despectiva, algo así como perro sucio o inmoral.”2
Por otro lado, éste investigador sintetiza y clasifica a fondo los principales grupos indígenas
que habitaron la región donde hoy se sitúa el estado de Aguascalientes; veamos de una manera
rápida estos grupos y sus principales características culturales.
Las cuatro naciones principales chichimecas fueron: los Pames, los Guámares, los Zacatecos
y los Guachichiles. Estos últimos ocuparon el territorio más extenso y fueron considerados los
más belicosos y valientes, merodeaban desde Saltillo hasta San Felipe, Guanajuato, y desde la
Sierra Madre Occidental hasta la ciudad de Zacatecas.3 El centro principal de los Guachichiles
fue Tunal Grande, actual centro minero de San Luis Potosí. El nombre guachichil significa
“Cabezas pintadas de rojo”, porque se distinguían con sus tocados de plumas rojas. Los informes
de canibalismo entre ellos, así como su célebre refinamiento en la tortura de cautivos aumentaron
su aterradora reputación entre los españoles e indios sedentarios.4
Cuerpo pintado, pelo teñido, uso de bonetes, residencia matrilocal, libertad de las mujeres casadas,
especiales formas de crueldad sobre los prisioneros, marcas de los huesos para contar los enemigos
muertos, incineración de los cadáveres, uso del teponaztli, consumo de pulque y juego de pelota.
Los Guachichiles fueron tildados por varios escritores españoles como los más feroces, los más
valientes y los más escurridizos de todas las tribus chichimecas. Los calificativos fomentaron
la creencia que sólo la espada era la única manera efectiva de subyugarlos al poder hispánico.
1
Padre Torquemada. Monarquía indiana. t. III, pág. 602-603.
2
Philip W. Powell. La guerra chichimeca. op. cit. pág. 47-68.
3
Orozco y Berra, Fernando. Geografía de las lenguas. pág. 285; Gonzalo de las Casas, pág. 155; Beals
comparative ethnology. pág. 96; Arregui, pág. 299. Citados por Powell, op. cit., nota 3.
4
Relación de Pedro de Ahumada. B. S. pág. 59. Kirchoff, Recolectores N. D. M. pág. 142. En esta importante nota se
caracteriza a los Guachichiles de ese modo.
— 41 —
42
5
J. Ignacio Dávila Garibi. Bosquejo histórico de Teocaltiche; Tm. I Desde los tiempos que se tiene noticia hasta
el 15 de septiembre de 1810. México, 1945. Librería San Ignacio de Loyola
6
op. cit. pág. 74.
43
comían las tunas crudas, secas o en forma de licor; también comían las hojas, el corazón y las
flores de los cactos, y a menudo las cocían en hornos subterráneos. Con el mezquite hacían el
pan blanco, el cual era comestible durante varios meses y, de la misma planta, preparaban licor.
En toda la gran chichimeca se consumía la miel de abeja y a la vez el jugo del maguey se
bebía en lugar de agua cuando ésta no podía obtenerse. Los españoles pronto aprendieron a
utilizar este líquido siendo un verdadero salvavidas en algunas expediciones. Los chichimecas
también se alimentaban de un tipo de fruta llamado dátil por los españoles, y a su árbol lo lla-
maban Palma Datilera.7 El pozol era parte del régimen alimenticio de los chichimecas, especial-
mente en las zonas más cercanas a los pueblos sedentarios. Otra parte de la dieta chichimeca se
derivaba de la caza; ellos no desechaban casi nada como fuente de alimento: gusanos, víboras,
ratas, conejos, aves, peces, ciervos, luego aprendieron a comer mulas, caballos, reses y otros ani-
males traídos por los españoles a estas tierras.
El cazador no iba a recoger sus presas durante la cacería, esta labor dependía de las mujeres,
así como la distribución de alimento a la comunidad, el cazador sólo conservaba para sí la piel.
La afición de los chichimecas para cazar animales mayores fue introducida por los españoles,
fue un factor importante tanto para la guerra como para la paz. Otro factor importante fue su
creciente afición por la ropa, introducida a gran escala durante la conquista del norte de México.8
En lo referente a la religión, al parecer los aborígenes rendían culto a los principales cuerpos
celestes, a las deidades animales y a ciertos árboles y plantas. También observaban determinados
rituales en los entierros, en el trato a los prisioneros y en un canibalismo limitado. Algunos
quemaban a los difuntos de su propio pueblo y conservaban las cenizas. O bien, junto al cuerpo
colocaban alimentos y agua para el más allá; en otras ocasiones quemaban a sus enemigos y
dispersaban sus cenizas. También se supone que las danzas alrededor de los cautivos, antes de
matarlos, tenían una importancia ritual. Los chichimecas creían que podrían adquirir las
cualidades deseables de ciertos hombres o animales si se lo comían, o si se pintaban el cuerpo
con su sangre.
Este ritual lo encontramos contemporáneamente en el substrato de una tradición que
permaneció hasta el siglo XX, en la pequeña fábrica San Ignacio, ahora unida a la ciudad de
Aguascalientes, tradición de la que sólo quedó el siguiente testimonio que se enuncia por el
paralelismo con aquel ritual guachichil, y como mera curiosidad intelectual respecto a la fiesta
de San Ignacio en aquella próspera fábrica.9
A SAN IGNACIO
Sábado y último día del mes. Ningún trabajo pendiente en el Juzgado. Al otro día el turno en lo penal.
La invitación sugestiva: concurrir a una romería. Algo folklórico.
El juez la acepta.
Le habría bastado el placer de cabalgar, de romper la isocronía de su vivir sedentario.
Pero, además, no puede substraerse al ambiente.
Desde días antes todo mundo habla de excursión a San Ignacio ¿Dónde queda ese lugar? pregunta.
Al noreste –le contestan– desde cualquier altura se alcanza a ver. ¿Algún pueblecito?
— No, una factoría.
* * *
La ciudad se vacía. El desagüe es por la Plaza de las Tunas, las calles que en ella convergen de
todos los rumbos, excepto del poniente, son afluentes que aportan caudal. Peatones, jinetes, acémilas
y vehículos concurren a tomar cauce. Los primeros encuentran distintos medios de transporte;
burros, caballos, carretas, carretones, guayines, carretelas, bogues. Es el inicio de la pintoresca
excursión, donde se transforman las caravanas más numerosas y boruquientas.
Grupos de jóvenes alegres, derrochadores de buen humor. Las calles de Guadalupe son ríos de
gente, y en zaguanes se agrupan a gozar del espectáculo y a murmurar de los que pasan. Los
paseantes toman el camino de Curtidores. A ambos lados, en los maizales fulgura el oro de los
jilotes.
En las orillas de los vallados, sobre jorongos o petates, golosinas para los romeros; plátanos,
limas, mezquites, cañas de milpa, elotes y calabazas calientes, quesos, aguas frescas, tunas.
Las puertas de las chozas abiertas sobre el camino polvoso, convertidas en comercios de diversas
clases.
7
Gonzálo de las Casas. Citado por Powell, op. cit. Ver también la nota 57. pág. 396 de Powell, Chichimecas.
8
Herrera y Tordecillas, Cap. VIII, lib. VI, pág. 180-181. Padre Tello, Crónica, pág. 776; citados por Powell, op. cit.
pág. 56.
9
Eduardo J. Correa. Viaje a Termápolis, pág. 119.
44
Se marcha entre nubes de tierra que levantan los transeúntes. Abundan las guitarras, y de las
carretas, donde se miran rostros primaverales se escapan canciones conocidas. En una se oye “La
Golondrina”, en otra el “Adiós”, ambas saturadas de tristeza. ¿Por qué si el regocijo reina la raza
calla su quejumbre?
* * *
Todos los viandantes se conocen y se cambian saludos; los grupos van creciendo y menudean la
sátira fina y los donaires ingeniosos. De un carretón sin toldo se alza vocerío estrepitoso.
Allí la zambra y la jácara llegan a plenitud. Se charla, se grita, se bromea y se aplauden las canciones
intencionadas, que con voz llena y pastosa lanza un español apuesto y simpático: don Manuel
Otálora.
Son los literatos –le dicen al juez– (¡Oh Henry Mürger, aún no se conoce tu bohemia), y le sueltan
un chorro de nombres de los cuales sólo conserva algunos: José Herán, Emilio Rey, Blas Elizondo,
Macedonio Palomino, Benjamín Garibay… Con ellos van Manuel Aizpuru, Julio Pani, el licenciado
Collado y otros.
A los lados, haciéndoles guardia van sumándose jinetes que hacen caracolear sus caballos, charros
auténticos o de ocasión. Y que el grupo alborotador no alcance al otro, en que muchachas hermosas
y pizpiretas, al lomo de asnos como jamugas, arman también su borlote, porque entonces es de ver
el escándalo que se forma, pero mientras los de los pencos se introducen entre la recua y alborotan
los pollinos, y las chicas prorrumpen regocijadas en aspavientos, del carretón llueven piropos y de
la vihuela de don Manuel vuela la canción, que hace pensar en Málaga o en Sevilla.
En alto, a la vera del camino, donde el declive del terreno empieza, el tendejón famoso La Piedra
Liza, con su concurso de valientes. A la puerta, sin desmontarse del caballo, apura grande vaso de
mezcal Manuel Martínez, quién parece pegado a los lomos del cuadrúpedo. Cuando se puede se
introduce con la cabalgadura a las cantinas para beberlo. Pocos lo habrán visto a pie. Puede tenérsele
como molde para estatua ecuestre.
* * *
Se pasa por el arroyo de los Arellanos y luego el río de Curtidores, de vado extenso y linfas claras,
cuando no las enturbian las crecientes.
Tiene algún sitio peligroso, a no mucha distancia de donde se badea, conocido como el charco del
campanero y no hay quién se excuse de referir la historia de éste, recargada de colorido trágico
pues se asegura que en su fondo se han ahogado muchos, muchos...
Probablemente uno o dos; pero se confunde el número de las víctimas con el de los relatores.
Apenas se gana la otra orilla, se sube poco y luego se destaca ya próxima la fábrica de San Ignacio,
entre profusa arboleda, de donde sólo emergen los chacuacos de las chimeneas.
Tras no largo caminar, se tocan los lindes de la factoría, y la verbena se admira en todo su
esplendor. Una prolongada alameda conduce del límite del camino a las puertas del jardín, un
hermoso jardín, rodeado por las habitaciones de los empleados, construidas en forma de herradura,
y cerrado al norte por los edificios de la negociación, donde sin cesar se escuchan el rumor de las
turbinas y motores cantando el himno del progreso.
Por supuesto que los paseantes echan pie a tierra y dejan en sus sitios adyacentes los medios de
locomoción usados, pues empresa de romanos es atravesar el sendero que conduce a la floresta y
que está en su totalidad ocupado por comercios de ocasión e invadido por la muchedumbre que ha
dejado la ciudad para trasladarse al pequeño burgo.
El recorrido se hace con lentitud y resistiendo las tentaciones que se brindan al paso, desde el
agua de chía con limón, hasta las olorosas enchiladas y el chorizo que brinca en los comales, entre
olas de manteca.
Cuando se transpone la entrada prosiguen los puestos a uno y otro lado del andén, que separa el
alumbrado que circunda el grande y bien cuidado jardín, de las risueñas moradas de los trabajadores,
que se codean con los de mayor prestancia, en los extremos de la herradura, y que habitan el
gerente y el tenedor de libros de la empresa.
Frente a la fábrica hay también su pensil, sombreado por árboles corpulentos y a su espalda se
mira el guión esmeraldino de la fresnada, que denuncia la presencia del río San Pedro, cuyas aguas
aprisiona allí la industria para su provecho.
No obstante que el bullicio de la fiesta es ensordecedor amortigua, pero no apaga el estruendo de
la maquinaria que mueve los talleres, de modo que el estrépito del popular regocijo, se une al
constante rumor de aquella colmena de trabajo.
¡Qué hermoso maridaje forman la belleza del panorama y el desarrollo de la negociación próspera¡
¡Qué agradable corre la vida de los operarios de aquel rincón soledoso y florido¡
En todas las casas, que se esconden entre los prados, hay también fiesta. Se han abierto para
recibir a las visitas, que vienen a gozar de la verbena.
En la grande, representando al dueño don Pedro Cornu, los empleados principales don Luis Stiker,
don José Bazin y don Enrique Farjou, franceses alharaquientos y rumbosos, han dado cita a lo
mejor de Termápolis.
45
Por el amplio portón abierto se mira el comedor, donde aún no termina el banquete, con sus
ventanales hacia enorme huerta, que ofrece paisaje bucólico: árboles, flores, el espejo de un estanque
y una barca que cabecea...
(Allí espía la tragedia, que semanas después, al celebrar una fiesta menor, la del santo de don Luis,
el 25 de agosto, pondrá velos de luto en varios hogares y conmoverá a la sociedad, sepultando en
sus aguas a los tripulantes y devolviendo dos cadáveres: el de don Luis y el de la señorita María
Recalde.)
Ya brindaron muchos, Rafael Sagredo, pico de oro, según lo llaman por su destreza en engrasar
frases de cliché en la oratoria pantagruélica. José María Peón Valdés, que sí tiene enjundia y brillantez.
Otros varios.
El Gobernador Chávez, que se excusó de asistir a la comida para celebrar su día y querer festejarlo
íntimamente, ofreciendo ir por la tarde, se presenta cuando la temperatura entre los comensales
alcanza grados elevados y es recibido con aclamaciones y aplausos, en tanto que otros piden a la
orquesta que toque una diana y el himno patrio.
Sereno, e imperturbable, acepta el agasajo. Sin duda que interiormente lo estima más por
considerarlo como una de las postreras lisonjas a la autoridad que representa, pues está por
entregar el poder. Sus ojos miopes parecen achicarse tras las gafas observar impávidos regocijo
que lo rodea.
Detona el champaña, en obsequio al recién llegado, y se pide que hable de nuevo Peón Valdés. Lo
hace con galanura, fluidez y discreción, logrando imponer silencio a la barahúnda imperante, que
arrecia en cuanto el orador concluye y se le aplaude con entusiasmo, destacándose entre el clamoreo,
el grito de guerra del doctor Camarena: ¡Ah malvados¡
El juez va enterándose de que la urbe triste sabe divertirse con mayor frecuencia de lo que
supone. Solo anota, con dejo de amargura, que en el jubiloso ambiente gran participio corresponde
al alcohol.
* * *
Hay barruntos de tormenta, con satisfacción de los paseantes, que no juzgan completa la excursión,
si el regreso no se hace bajo las cataratas de la lluvia y el sobresalto de que el río crezca, ya para
sentir la emoción del peligro al cruzarlo, ya para prolongar el pase, rodeado por el camino del
puente.
Muy lejos por el noreste, el relámpago pone sus rúbricas de fuego sobre el vientre preñado de las
nubes, mientras el ocaso parece un horno de ignición, que firmaría con orlas de púrpura los
perfiles de la montaña.
Al juez no le seduce la perspectiva del baño y decide acelerar el regreso, calculando que las
sombras de la noche lo envolverá en las orillas de la urbe y que tendrá qué recorrer el arrabal bajo
las pupilas lejanas de las estrellas y el ladrido hostil de los canes.
Como él, otros muchos emprenden la retirada.
Son los que forman la falange de la prudencia. Quedan aquellos a quienes el entusiasmo ha hecho
perder la noción de las horas y piensan que todo el monte es orégano y gritan: “es chico el mar de
un sorbo me lo bebo” y en riesgo están de dormir la mona en cualquier barbecho.
Mientras salía de la factoría, aprecia con más pesadumbre la exactitud de su observación.
Dondequiera mira grupos de individuos que se bambolean y que ya sienten la amistad con ese
fervor que está próximo a la riña.
Por dolorosa experiencia sabe que el licor ocasiona la mayoría de los delitos de sangre.
Preocupado por esta idea, y su correlativa la de que al otro día va a estar de turno en el Juzgado,
ve a distancia que varios hombres llevan camisas ensangrentadas y supone que ya hubo pleito, que
ya el licor hizo de las suyas.
Sus amigos lo tranquilizan.
— Lo que se les ve en las pecheras y camisas no es sangre– afirma uno de ellos.
— ¿Entonces? –pregunta sorprendido el juez.
— Algo típico de la verbena.
No entiendo.
Como prueba de que anduvo en la romería, esa gente acostumbra beber colonche y derramarse
algo en la ropa.
¿Qué es colonche?
— Un vino de tuna.
— ¡Ah¡ ¿De modo que no basta con apurarlo al interior y que se trepe a la cabeza, sino que es de
rito que se vea al exterior?
— Exacto.
Ya están cerca de los que escanciaron la bebida fermentada de higos chumbo, y el abogado
aprecia que sobre las blancas pecheras –bien relucidas para que resalte la mancha– no hay sangre
sino púrpura, un morado vestimenta eclesiástica.
Saborea la bebida local, hallándola agradable, y continúa el retorno, embelezándose en el panorama.
Atrás quedan la fábrica jardín y más lejos las moles del Picacho, recortadas sobre un monte de
ópalo.
46
Al frente, ondulada, la cinta de esmeralda de los fresnos, que viven mirándose al margen del río,
y la enorme culebra zigzagueante de la multitud que regresa, en la paz de la tarde.
Y más distante, la urbe triste odalisca indolente reclinada en el valle, en el pénsil de sus huertas,
bajo la amenaza de la lluvia, que probablemente no permitirá que en la melancolía del crepúsculo se
empiecen a encender las lámparas votivas de las estrellas en los altares del firmamento.
Continuando con las costumbres chichimecas, para defenderse de los espíritus malos, de las
epidemias y de los intrusos, rodeaban sus asentamientos con estacas y espinas, y se refugiaban
en lugares abundantes de abrojos y cactos. Temían al embrujo y se cuidaban de no dejar objetos
ni siquiera restos de tuna, a su paso por territorio enemigo. Sólo existía entre los pueblos Caxca-
nes y en algunos Pames un grado superior de práctica religiosa formalizada en templos, poblados
sagrados de la jerarquía religiosa, como entre los tarascos y aztecas.10
Las creencias religiosas chichimecas fueron un factor que sostuvo la hostilidad contra los
hombres blancos y sus ayudantes cristianizados. Entre los brujos chichimecas, la fe en ciertos
augurios y la veneración del peyote ayudaron a mantener una poderosa resistencia al cristianismo
de los invasores, y en algunos lugares hicieron parecer la lucha contra el invasor, como una
guerra santa. Las diversiones de los chichimecas generalmente tenían alguna significación
religiosa o práctica, que contribuía al tipo de guerra que podían hacer a los blancos. Las
principales diversiones aún para los niños más pequeños, incluían el arco y la flecha. Su juego
ritual era el Batey, que entre los mexicanos era un juego agotador, a menudo se practicaba
durante muchas horas en un campo que podía tener tres kilómetros de longitud.11
Al parecer disponían en abundancia de enervantes y tenían la bebida como una de sus
principales ocupaciones. La bebida y las danzas ceremoniales se efectuaban alrededor de una
hoguera, por la noche, diversión que a menudo se combinaba con un frenesí nacido de las
creencias religiosas. Con alcohol y peyote, más la repercusión emocional de los brujos, las
admoniciones de sus ancianas (cuyos manejos se tenían en alta estima, como símbolos de sabi-
duría y de fertilidad) y la danza, entraban en un estado de furor bélico que resultaba terrible
cuando atacaban a sus enemigos.
El guerrero chichimeca de México en el siglo XVI era un luchador formidable, uno de los que
más resistieron a la invasión española. El modo de la vida de los indios, la extensión y agreste
topografía de sus tierras, su primitivo desarrollo político le hicieron difícil de conquistar por
pueblos tan sedentarios y políticos como los españoles y nahuas. Por naturaleza el chichimeca
se desplazaba constantemente, no estaba acostumbrado a trabajar, su vida era la guerra. Arrancar
el cuero cabelludo era algo que practicaban en el Gran Chichimeca, a menudo mientras la vícti-
ma aún estaba con vida. El guerrero chichimeca, colocaba un pié sobre el cuello de la víctima y
le arrancaba la piel de la cabeza y de la cara tirando contra la dirección natural del crecimiento
del pelo.
Los guerreros también ocasionalmente le cortaban los genitales a la víctima, empalaban a
los cautivos, “como hacen los turcos”, arrancaban varias partes de su cuerpo hasta que el cauti-
vo moría. En otras ocasiones arrojaban a las víctimas desde despeñaderos, a otras las colgaban.
A los niños que aún no caminaban los tomaban de los pies y los estrellaban de cabeza contra
las rocas, hasta que saltaban los sesos.
Cuando mataban algún cautivo, bailaban a la redonda de él, y aún le hacen bailar, y los españoles
han entendido que esta es una manera de hacer sacrificio, aunque a mi parecer es más crueldad que
el diablo y sus malas costumbres, que les ha enseñado a no tener horror a la muerte de los
hombres, sino que matan por placer y pasatiempo, como quién mata a una liebre o a un venado.12
Esta ferocidad no es gratuita, ya que ellos, auténticos dueños de esos desolados territorios, se
veían en el peligro de verse subyugados por los españoles y los indios de paz, así como el
conocimiento de su esclavitud al ser capturados. A los anteriores factores añádanse su antipatía
contra la nueva religión y, por supuesto, el desconocimiento de ésta y su franca ininteligibilidad.
Ante estas situaciones por demás contradictorias y difíciles, contados frailes que desechaban
la protección militar se aventuraron a la tierra de la gran chichimeca con la firme intención de
llevar la cristianización a estas tribus nómadas y guerreras. “Con un costalillo de maíz al
10
Orozco y Berra, op. cit. pág. 284-285; nota 47.
11
Gonzálo de las Casas. op cit. p. 161; nota 53.
12
Gonzálo de las Casas, Descripción de Querétaro. pág. 150-157. Citado por Powell, pág. 65.
47
hombro, para poder caminar muchas leguas a pié y trabajosamente, y hacer fruto en esas
naciones bárbaras.”13
Contiene la historia del fraile Pedro de Almonte, quién duró tres o cuatro años comiendo
sólo raíces. El fraile vino a conocer varias de las lenguas chichimecas y en numerosas ocasiones
anduvo entre los nativos de Zacatecas.14 El contacto cultural entre los pueblos chichimecas y
los españoles comenzó en 1550, cuando los chichimecas invadían los caminos y los ranchos de
los campos mineros, justamente al norte de la ciudad de México. En este contexto los frailes
evangelizadores del norte no estuvieron exentos de vejaciones y de torturas. El virrey marqués
de Villamanrique, describe la muerte de uno de los franciscanos bajo las siguientes circunstancias:
“El Fraile fue el hermano de uno de los más famosos capitanes de la frontera”, Río de la Loza.15
Otro testimonio afirma que:
El Padre Beltrán del convento de Charcas murió justamente por un corto martirio ya que el citado
padre fue arrastrado por los indios, despojado de todas sus ropas y forzado a participar en danzas
nativas. 16
Una vez que la guerra a “sangre y fuego” contra los chichimecas probó su inefectividad, la coro-
na española comenzó a utilizar otras prácticas de pacificación y de colonización, entendidos
de que el esclavismo hacía más feroces a los nómadas:
Los últimos años del siglo XVI, mostraron una pacificación extensiva mediante una combinación de
asistencialismo (con la donación de alimentos, regalos y ropa), la intensificación de esfuerzos
misioneros y el movimiento hacia el norte de indios colonizadores para enseñar a los chichimecas
la vida sedentaria.17
13
José Torquemada. “Servicios que las Tres Ordenes han dado…” En Nueva colección de documentos de la historia
de México, de Joaquín García Icazbalceta. Y: Velázquez D.S.L.P. pág. 202-203.
14
Esta parte del trabajo está basada en la obra de Philip W. Powell. Franciscans on the Silver Frontier of old
Mexico. The Américas, vol. III, january, 1947, No. 3, Washington D. C.
15
Carta al Rey. Mayo 10, 1586; Audiencia de México, 58-3-9. Citado por Powell. pág. 299.
16
Velázquez, D. S. L. P. I. pág. 137. Powell, op. cit. pág. 299.
17
Philip W. Powell. Franciscans on the… cit. 300.
18
Powell. Cfr. Torquemada, op. cit. lib. V. cap. 22, pág. 642.
19
ibid. Cap. III, pág. 471.
20
Wigberto Jiménez Moreno, “Colonización y evangelización en Guanajuato en el siglo XVI”. En Powell, op. cit. p.
301. El norte de México, pág. 28. Eduardo Enrique Ríos tiene un drama corto de la vida de este fraile, titulado Fray
Juan de San Miguel, fundador de pueblos. México, 1943.
48
21
niños nativos. El sucesor de Fray Juan de San Miguel, Bernardo Cossin, también fue hacia el
interior de las sierras de Río Verde, pero perdió el retorno en una de las entradas; probablemente
fue el primer mártir franciscano de la Gran Chichimeca.22
La expedición que descubrió los yacimientos de plata de Zacatecas, en 1546 era acompañada
por cuatro franciscanos. No fueron los últimos en participar en los descubrimientos minerales
de la frontera, algunas de las grandes minas fueron descubiertas como un resultado de la in-
fluencia de los frailes en las recientes conversiones.23 Sobre el margen oeste de la Gran Chichimeca,
en la custodia franciscana de Jalisco, los frailes exploradores fueron descubriendo por el año de
1552, miles de almas para su salvación. En este territorio el valiente padre Cintos y Pedro de
Espinareda, se aventuraron en la tarea de la evangelización chichimeca. El padre Cintos fue
llamado así por los indios, su nombre completo fue Jacinto de San Francisco.24 Ellos fueron los
fundadores de pueblos y comenzaron en remotos campos mineros y ayudaron a encontrar los
caminos para el paso español hacia Nuevo México.25
Uno de los más significativos medios defensivos en la colonización del norte fue la creación
de Nombre de Dios, pueblo fundado por mexicanos y tarascos cristianizados, los cuales estaban
guiados por el tutelaje franciscano.26 En esta década (1560-1570) se podría pensar que la pacifi-
cación está estancada; las razzias indias fueron incursionando en número y destructividad,
por ende los mártires religiosos fueron en aumento.27 El gobierno virreinal por medio de Gastón
de Peralta, marqués de Falcés, había hecho un extraño esfuerzo para persuadir a los chichimecas
a permanecer en paz los primeros meses de 1567. La quiebra de este esfuerzo, condujo a la deci-
sión de retornar a la guerra de “sangre y fuego.”28
Fray Pedro de Ayala, obispo de Guadalajara había repudiado a los oficiales civiles de aquella
jurisdicción por haber llevado incompetentemente la guerra.29 El virrey y sus oficiales de Guada-
lajara sostuvieron una acalorada y sarcástica argumentación acerca de la jurisdicción de la
frontera chichimeca. Los logros de los frailes comenzaron a ser limitantes por el insuficiente
personal, y el virrey estuvo litigando por más misioneros.30
Dos cuestiones legales y morales fueron complicando la política gubernamental y contribu-
yeron a la ineficiencia de la administración de la frontera. La primera ¿fue la guerra un camino
legal? ¿Fue lícito esclavizar a los cautivos tomados en cada combate? Esta era la situación
general cuando el virrey don Martín Enríquez arribó al final de 1568 al poder, hasta 1580. Ese
período de doce años pasó a ser el primer esfuerzo substancioso militar del virreinato contra
las tribus chichimecas. Importantes y poderosos oficiales fueron asentándose hacia la frontera
para supervisar los modelos de guerra.31
Al final de este período, veintidós presidios fueron establecidos para la defensa general y
aprovisionamiento de tropas para escoltar los vagones desde el principio hasta el final de la
tierra de guerra. En este período se fundaron pueblos como Celaya, Aguascalientes, León, Jerez
y Saltillo para contener los embates chichimecas, y éstos reflejaron el comienzo de las importantes
ciudades modernas.32
Los chichimecas fueron haciendo justicia sobre los ranchos, incendiándolos y exterminando
sus enemigos españoles e indios invadiendo los caminos, que llevaban a las minas del norte.
Por casi una década después de Enríquez, la guerra continuó y los militares españoles hicieron
un pequeño intervalo. Las conferencias abarcaron los más altos rangos civiles y militares, así
como religiosos y éstos discutieron la legalidad de la guerra y la esclavitud chichimeca.
21
Francisco de la Maza, San Miguel de Allende, pág. 27.
22
Jiménez Moreno. Colonización; loc. cit. pág. 30-31.
23
Powell, op. cit. pág. 301. Un ejemplo de esta participación franciscana en el descubrimiento de las minas de San
Luis Potosí en 1590, es descrito por Velázquez, D. S. L. P. I. XXV-XXVI.
24
Velázquez D.S.L.P.; I.141.
25
Powell, op. cit. pág. 302. J. Lloyd Mechan Durhan N. C. Francisco de Ibarra y Nueva Vizcaya, pág. 191.
26
Powell, op. cit. pág. 302. Relación hecha por Pedro de Ahumada; Francisco Orozco y Jiménez. En Colección de
documentos históricos inéditos y raros referentes al Arzobispado de Guadalajara, pág. 102-116.
27
ibid. pág. 302. Muchos lugares son nombrados Del Fraile en memoria de los sacrificados por los Chichimecas. p.
37. Velázquez D.S.L.P.; I, pág. 135-151. Jiménez Moreno, Colonización.
28
Zavala; Los esclavos indios de México; pág. 89-90.
29
Pedro de Ayala al rey; mayo 16 de 1567. Orozco y Jiménez, Co. I, 336.
30
Mecham Ybarra, pág. 236. Basado en la carta de Martín Enriquez al rey, abril de 1572, A.G.I. Audiencia, México,
58-3-8.
31
Powell; Spanish warfare. H.A.H.R., XXIV, 1944, pág. 582-583.
32
Powell; Presidios, ibid, pág. 179-200.
49
Temeroso de Dios, experimentado y conocido por su deseo de servir a Dios. Con él podrían venir
un ciento de españoles colonizadores del más alto calibre moral, los cuales contarían con la
concesión de tierras y de minas siendo conocedores del trabajo indio. El capitán pudiera ser
seleccionado por los franciscanos; sus títulos pueden ser coadjutor o ayudante de la fe, más que
los títulos temporales los cuales sólo servían para engreír la vanidad de los oficiales.34
Los españoles no serían los únicos receptores de concesiones. Los pacíficos nativos podrían ser
similarmente premiados para cubrir sus necesidades. Fray Cintos, buscó asentar en la frontera
como capitán a Don Alfonso de Zurita, Juez de la Audiencia Mexicana, y un comprensivo estudioso
de las razas nativas.35 El plan del buen fraile sembró las semillas de las propuestas de pacifica-
ción que finalmente se aceptaron. Estas ideas contienen, en gran parte, la ideal ingenuidad del
famoso fraile dominico, protector de los indios, Bartolomé de las Casas. Aunque la opinión
general de los franciscanos condenó la guerra contra los chichimecas y limitó la esclavitud, no
sólo el padre Cintos elevó su voz contra la citada privación de la libertad.
Por ejemplo, fray Pedro de Ayala, de Guadalajara, elevó sus enérgicas protestas hacia el rey,
dado que los españoles locales, alcaldes mayores y corregidores habían esclavizado chichimecas
injustamente, capturando mujeres y niños en lugar de los asaltantes de caminos. La anterior
fue una seria causa para el incremento de las agresiones chichimecas. Similares quejas provienen
de otros frailes de la orden; por ejemplo el gran cronista franciscano Gerónimo de Mendieta,
muestra diferencias al tratar el problema chichimeca. Él fue quién originalmente se comprometió
a salvar a los indios del repartimiento forzado, para él los chichimecas, a la par con aquel pira-
ta luterano Francis Drake, eran dos plagas enviadas por Dios para castigar a los españoles por
haber maltratado la libertad de los nativos sedentarios. Las siguientes palabras de Mendieta
son probablemente indicativas de la opinión prevaleciente en la Orden, durante los primeros
años de la guerra chichimeca:
Y pudiera no ser que a causa de la misma inhumanidad (maltrato a la población india) Dios ha
enviado sobre los españoles de esta Nueva España, el azote de los chichimecas, quienes hoy en día
(año de 1582) son tan poderosos que los españoles tiemblan junto a la mención de ellos.
Consecuentemente ellos son tan intrépidos que con pocos atacan pueblos y tan seguros como las
ciudades españolas de Madrid o Valladolid, y Dios permite tal ceguera entre nosotros, que los
chichimecas están permitiéndose diariamente adquirir más tierras y más aliados.
Nuestras negligencias pudieran ser tan grandes que en un pequeño tiempo la ciudad de México,
estaría en peligro y consecuentemente toda España.
Y que otro tan divino castigo puede ser inferido por el hecho de que un simple soldado, Francis
Drake, inglés, pudiera haber desafiado a atacar semejante y poderoso monarca como el Rey Felipe,
por la incursión a las costas del Océano, robando sus barcos, saqueando sus ciudades y pueblos
sin oposición.
Justo como Dios pone a los chichimecas sobre el camino de las minas de donde proviene la
extracción de la plata.
Y también como pone a ese otro asesino sobre las sendas del mar, de esta forma la mitad de los
provechos de esta tierra pudieran ser empleados para el propio beneficio, así como el establecimiento
de guarniciones sobre la frontera chichimeca y en los esfuerzos para dominar la amenaza chichimeca
y arrojarlos fuera de esta tierra.36
33
Zavala; Los esclavos indios, pág. 90-96.
34
Powell, op. cit. pág. 304.
35
Powell, op. cit. pág. 304. Fray Jacinto de San Francisco al Rey. México, julio 20 de 1561. En García Icazbalceta, op.
cit. cap. II, pág. 244-247.
36
Memoria que envió Mendieta al reverendísimo padre general fray Francisco de Gonzaga; ibid, IV, pág. 245-247.
50
Estos miserables indios apostatas, pudieran más bien ser tratados con amor y con palabras de Dios
que con armas, una opción de la cual tenemos larga experiencia, es aquella acuñada por los frailes
que se han integrado a estos idólatras y no han sido dañados, aún más que los contrarios: aquellos
a quienes los indios han asesinado o herido en los últimos treinta años, fueron tratados así porque
estaban en compañía de soldados o de otros españoles.37
Los otomíes vinieron a ser una garantía especial de privilegios para la colonización defensiva,
donativos de bueyes y arados, libertad de todos los tributos por los últimos diez años; elección de
sus oficiales y amplias garantías de tierras. Estos indios vinieron a los lugares de la Gran Chichimeca,
bajo el cuidado de los religiosos franciscanos.38
A lo largo de líneas similares, otros esfuerzos colonizadores fueron construidos bajo la guía de
los frailes durante las primeras décadas del conflicto fronterizo, pero dicha colonización defensi-
va no recibió sustancial apoyo gubernamental, hasta finales de 1580, cuando el virrey marqués
de Villamanrique (1545-1589) tomó la idea con entusiasmo, como una solución porque el esfuerzo
militar había fallado. También fueron favorables al plan los importantes capitanes y adminis-
tradores, una clase de líderes con actitudes favorables a la paz. Los magnates fronterizos tuvieron
qué dar importancia a los aguerridos chichimecas y al desierto, que la constante guerra había
traído a sus ranchos.
El más grande esfuerzo de toda la colonización proviene de principios de 1590, mostrando
tentativas de paz, con algunos de los capitanes chichimecas. Convinieron recibir en paz a colo-
nos de familias tlaxcaltecas para permanecer entre ellos. En provecho tanto para los tlaxcaltecas
como los chichimecas irían a ser provistos con alimento, ropa y otras necesidades, privilegios
extensivos de gobierno local y tierras, todo esto a expensas del tesoro real.
Bajo la persuasión franciscana los tlaxcaltecas aceptaron el arreglo. Ellos iban a ser
especialmente premiados siendo declarados nobles (hidalgos) y acordaron el gran honor usual-
mente no dado a los indios, de ser premiados para conducir caballos y portar armas españolas.39
El gran empeño fue ligeramente echado a perder por un pequeño grupo de agitadores que
trataron de disuadir a sus compañeros de emigrar hacia el norte; no obstante el problema fue
solucionado por el virrey.40 Protegidos los tlaxcaltecas en sus privilegios y en sus destinos por
los frailes que los acompañaron, cuatrocientas familias de Tlaxcala en un ciento de vagones
provistos por el gobierno, viajaron al norte de México para establecer nuevos asientos de
civilización en tierras de plata y de terríficos chichimecas.
Rodeando su camino hacia Zacatecas, a una tierra donde la paz era precaria, existía la
posibilidad de morir asesinados por las flechas chichimecas. En poco tiempo se encontraron
37
Carta de varios franciscanos pidiendo ayuda de otros treinta religiosos; 23 de marzo de 1583. Orozco y Jiménez,
Colección III, pág. 219. Powell, op. cit. pág. 305.
38
Ver nota 44, op. cit. pág. 306. Powell, en nombre de su majestad concede a los indios de Xilotepeque que han de
poblar en el camino real de Zacatecas, en un sitio adelante de San Miguel; mayo 29 de 1560. A. G. M. Mercedes, V.
pág. 91-93.
39
Powell, op. cit. pág. 307. Capitulaciones del virrey Velasco con la ciudad de Tlaxcala para el envío de cuatrocientas
familias a poblar tierras chichimecas, 1591, Velásquez, D. S. L. P. I. 177-183. “Repartimiento de los tlaxcaltecas y
su asiento en la villa”. 1591, ibid. I. 177-183. “Repartimiento de los tlaxcaltecas y su asiento y congregación de los
indios en San Miguel Mexquitic y Tlaxcalilla. 1617, ibid. I. 211-225.
40
Powell, op. cit. A. G. N. Indios V, fol. 136-137, f. 141.
51
que el destino, a pesar de las opiniones del padre Mendieta, a la mayor parte de los tlaxcaltecas
y a sus frailes les fue favorable, así como a sus excelentes capitanes, gracias a la ayuda oportuna
del gobierno virreinal.41 Muy pronto con elaboradas ceremonias civiles y religiosas los nuevos
tlaxcaltecas que nacen vienen a ser signo de una nueva forma de vida sobre la frontera norte.
Para el gobierno español, mineros, rancheros y funcionarios o comerciantes fronterizos, la
ganancia propiciada por la paz vino inmediatamente, ya que los costos producidos por la gue-
rra de pacificación se redujeron drásticamente. Con la paz, se incrementaron las salidas de
plata, mayores abastecimientos de alimentos, telas y otras provisiones, y se aseguró el transporte
de carga y de pasajeros sobre los caminos del norte. La colonización tlaxcalteca de 1590 cobró
grandes dividendos y se volvió una práctica en otras lejanas latitudes así como en Estados
Unidos. Muy cercana a esta política fue aquella otra llamada “Paz por negociación”, a esta tam-
bién el gobierno virreinal y los frailes cooperaron para establecer un efectivo modelo para tran-
quilizar las tribus chichimecas.
Esto es fácilmente comprensible porque se ha comprobado que los nativos chichimecas para
efectuar sus invasiones eran provocados por el hambre y la falta de ropa. Cuando los guerreros
nómadas probaron el confort del tipo de ropa usado por los invasores, y la abundante carne de
caballo, de buey, vaca, mulas cerdos y ovejas; éstos se vuelven rápidamente ambiciosos y añoran
ese tipo de alimento. Conociendo la afición por la ropa y por la carne, el gobierno español trató
de solucionar la amenaza chichimeca mediante paliativos y negociaciones.
Como se ha visto en esta obra, el esfuerzo militar español falló contra los chichimecas y dio
la sabia decisión de hacer la prueba de la paz por una apelación a las básicas necesidades de
los indios. Los frailes y algunos de los más responsables capitanes habían ya comenzado a pa-
cificar a los nativos mediante dones, alimentos y ropa, antes que la administración de Villaman-
rique hicieran de este método una práctica oficial.42 Los frailes franciscanos en Xichú fueron
distribuyendo ropa para pacificar a los chichimecas, como a principios de diciembre de 1583.43
Basado en fondos ordenados por el propósito del virrey conde de Coruña, “Libramiento de
treinta pesos en Diego Serrano para comprar sayal, para los indios de paz de Xichú.”44 En la
década de 1590, la nueva conciliación fue en escala extensiva. La paz por negociación fue un
sistema simple y de lejos menos costoso que la manutención militar para combatir a los peligrosos
chichimecas.45 Su sucesor el virrey Velasco, pensaba que los gastos de la paz negociada nunca
pudieran ascender tan altos costos de la guerra, por ello él prefirió este tipo de negociación que
de cualquier punto de vista era la más preferible.45 En ciertos puntos estratégicos los capitanes
y los frailes se unieron para distribuir provisiones a los grupos chichimecas poniéndoles como
condición que se establecieran en paz.46
En 1615 eran frecuentes los envíos a Acaponeta, Zacatecas y San Luis de la Paz; después Río
Verde volvió a ser el principal punto de distribución. Estas observaciones se basaron en los
documentos localizados por P. W. Powell en el archivo histórico de Hacienda (México), en el
ramo de tesorerías. Los abastos fueron negociados por el tesoro real y enviados por recuas de
mulas y carretas al capitán o fraile de ambos. Un caudal de artículos como zapatos, ropa, botas,
enaguas, blusas, mantas, sombreros, cobertores, camisas y ropas de muchos y variados colores,
cuchillos de carnicería, arados e implementos agrícolas los dirigieron al norte del país, prove-
nientes de la ciudad de México. Había completos pertrechos para los capitanes chichimecas,
camisas de fantasía, botas cordobesas, espadas, sables, equipos de asalto. Por otro lado los bá-
sicos alimentos donados a la Gran Chichimeca fueron el maíz y el ganado.
Algunos de los líderes chichimecas en precipitada salida de su estado primitivo de desnudez,
deben haber padecido algunas asombrosas transformaciones, veamos la siguiente cita:
41
Powell, op. cit. pág. 307. Cuenta por sus nombres de los indios de Tlaxcala que vinieron a poblar entre los
chichimecas, 1591. Mendieta al virrey Velasco, mayo 14, 1592. En García Icazbalceta, op. cit. V. 114-115.
42
Esta fue la práctica oficial de los últimos capitanes de 1580, Francisco de Urdiñola y Miguel Caldera. Nota 49,
Powell, op. cit. pág. 308.
43
AGN, Mercedes XIII, f. 38f.
44
AGN, Mercedes XIII, f. 121-FV.
45
Velasco al Rey, diciembre 22 de 1590, A. G. I. Audiencia de México 58-3-11; transcrito en la colección Ayer,
Newberry Library.
46
Powell, op. cit. pág. 309, nota 51. Los principales puntos de distribución, a su juicio: Acaponeta, Zacatecas,
Colotlán, Venado, San Luis de la Paz (a cargo de jesuitas); los envíos eran frecuentes hacia 1615 para Acaponeta,
Zacatecas y San Luis de la Paz, después Río Verde volvió a ser el principal punto de distribución.
52
A Don Andrés de Alvarado, gobernador de los indios chichimecas, fueron enviados una gran capa
y trozos de púrpura, con orlas de tafeta y collar de terciopelo, dos yardas y media de género para
enaguas, un sombrero y una rica blusa que según dicen había costado veinte pesos… Otro sombrero
era medianamente fino, tafeta formada un cordón y un fleco blanco. Además de tales galas con
botas de fantasía y capas de púrpura, también había trajes de Inglaterra, tela de encaje dorado,
sombreros de fieltro con plumajes, doublettes holandeses y collares de Rouen linen.47
Los frailes que habían supervisado los establecimientos chichimecas, utilizaron todas las formas
de aprovisionamiento para su uso personal y para las funciones religiosas, negociando con el
tesoro real y con la etiqueta de “Costos de la Guerra Chichimeca”, para esta nueva política,
reemplazando por completo el sistema de presidio militar.48 El envío de este tipo de bienes se
prolongó hasta entrado el siglo siguiente.49
Este fue el precio de la paz en la tierra de la plata, una paz que hizo posible el paso hacia
Nuevo México, al final del siglo XVI, sobre una de las más difíciles fronteras de toda América, en
la fase de una vigorosa resistencia nativa y muchas veces obstruida por las aborrecidas acciones
de los oficiales irresponsables, en este contexto los valerosos frailes franciscanos construyeron
una de las más importantes contribuciones para la difusión de la cristiandad y para la formación
de una sociedad americana. Los humildes frailes construyeron pueblos, abrieron los caminos y
establecieron conventos que aún permanecen inmóviles como testimonio de las actividades
pioneras de evangelización.
La documentación analizada por Powell refrenda los años de pacificación, hacia el final del
siglo da un amplio testimonio de la influencia en el desarrollo de la política de paz española.
Lo más importante fue la unidad religiosa y la textura de la raza del área aún conocida como la
gran chichimeca, donde permanecen hasta nuestros días los monumentos testigos de los sucesos
y de las heroicas de los frailes quienes contribuyeron finalmente a construir la paz para una
frontera y así formar una nación.
Como reminiscencia de ese proceso de pacificación en el norte de México encontré un curioso
ritual en una de las zonas de guerra chichimeca, mismo que aún prevalece hasta nuestros días;
me refiero a la tradición de las Banderas de Carnestolendas que celebra la manera en que los
indígenas chichimecas, tlaxcaltecos y zacatecos, junto con los españoles lograron convivir en
paz en el pueblo minero de Chalchihuites, Zacatecas. Y es precisamente la tradición de las
Banderas de Carnestolendas un ritual en el que se recuerda en forma lúdica, didáctica y testimo-
nial la manera en que se conjuntaron las voluntades para lograr una paz duradera y negociada
entre estos pueblos en pugna.
A raíz de los cruentos asesinatos y las luchas en la conquista del norte de la antigua ciudad
minera de San Pedro de los Chalchihuites, se buscó una forma cómo los cuatro barrios recordaran
simbólicamente su convivencia cordial, que olvidaran sus guerras y vivieran en paz. Por ello un
cuarteto de jóvenes que representan los cuatro barrios, con sus respectivas banderas gritan a
los cuatro vientos las razones para firmar la paz. Ellos se polvean la cara con pinole, acción a
la que le llaman “borrarse”; se dice que los pueblos indios se pintaron simbólicamente unos a
otros para que no hubiese diferencias entre españoles, chichimecas, tlaxcaltecas y zacatecos.
Este ritual se inició en el barrio de La Concordia.
La razón por la cual se escogió el martes de carnestolendas para este ritual es, quizá, porque
en este día se permitía a los esclavos burlarse de sus amos, a los pobres burlarse de los ricos y
de los poderosos, legitimando un mundo al revés, siguiendo la tradición europea medieval,
precisamente un día antes del miércoles de ceniza con el que comienza la cuaresma.
Actualmente el señor cura bendice las banderas, se bailan en el templo de San Pedro y
posteriormente se borra cada abanderado uno a otro y se van por todo el pueblo, borrando a los
jóvenes y a los niños; la gente se llena la cara de pinole, bailan las banderas al Santo Niño de
Tlaxcala desde hace muchos años, un señor llamado Amador, antes que falleciese, tocaba los
sones con su violín; también se cantaba en el barrio de Jalisco a este santo niñito; desgraciada-
mente su capilla se destruyó, el custodio quiso guardar este santito y allí está en una casa par-
ticular.
47
Powell, op. cit. pág. 309. Velázquez, D.S.L.P.; I. 371-377.
48
ibid. IV. 7.
49
ibid. I. 134. II. XXX, IV, 7-10. Powell, op. cit. pag. 309.
53
Cuando se bailan las banderas de carnestolendas se recitan y se cantan los siguientes versos
que rememoran el hecho histórico:
Abordar esta temática implica analizar textos que refieran indirectamente a las danzas populares,
ya que desde la colonia, y en la actualidad, las consideran intrascendentes las elites cultas de
las clases en el poder, y sin ningún simbolismo. Un documento inicial puede ser considerado el
trabajo del padre Ricardo Corpus Alonso.1 El autor desarrolla una descripción sobre la planta
física de la catedral, su estilo, sus detalles y las celebraciones en su inauguración.
Para el padre Corpus el estilo de la catedral de Aguascalientes, su frontispicio es del tipo
“barroco salomónico” y la fachada norte ostenta la severidad del estilo toscano. La construcción
de la parroquia de la villa de la Aguascalientes principió en 1704, siendo el párroco don Antonio
Flores Acevedo, y terminó don Manuel de Larreátegui en 1738. La dedicación fue el 4 de octubre
de 1738. A continuación citaremos una detallada relación de este acontecimiento.
Se trajo en procesión el día tres a las cuatro de la tarde, en manos de Don Manuel Colón de
Larreategui, cura y vicario en esta villa, el Divino Señor Sacramentado, desde la iglesia de San Diego,
acompañando a su majestad las imágenes de San Francisco, San Pedro Nolasco, San Juan de Dios
con sus comunidades, Nuestra Señora del Rosario, San Luis Rey de Francia, San Pedro Almánzar
con sus terceras ordenes, y el glorioso apóstol San Pedro con su clero, cofradías, cabildo, justicia
y regimiento.
Se cantaron vísperas y al día siguiente se celebró misa y sermón el día de la dedicación, con octava
y en cuyos días por la tarde se celebraban comedias y en las noches se quemaban fuegos; después
de seis días se lidiaron toros y juegos de cañas.
Ante este antiguo testimonio histórico, referido a las fiestas de la parroquia, se puede trazar la
hipótesis que los juegos de cañas, como anteriormente se argumentó, siendo una derivación de
la Danza de Moros y Cristianos, ya tenían arraigo entre los antiguos pobladores de la villa, y
posiblemente varias décadas de celebrarse en nuestro estado. Otro aspecto importante de la
cita anterior, es la descripción de las diferentes cofradías que existían en nuestro pueblo, ello
nos lleva a pensar en la existencia de un incipiente proceso de organización social ya sea en
torno a los santos patronos o en torno a las actividades o gremios existentes.
Otro documento el cual indirectamente nos refiere a las danzas derivadas de moros y
cristianos existentes en nuestro suelo es el trascrito por Acevedo Escobedo,2 tiene como subtí-
tulo Crónica con que fueron recibidas las monjas del convento de enseñanza, de la villa de
Nuestra Señora de la Asunción de Aguascalientes el día 26 de octubre de 1807:
Salieron las Madres de la Hacienda de Peñuelas acompañadas del dueño de ésta, el regidor alférez
José Antonio Dávalos y su familia; el doctor Francisco Zúñiga llegó al sitio donde las esperaban a las
diez de la mañana; besaron las manos de S. S. ilustrísima y acomodados en los carros aprevenidos,
los particulares y el clero con algunos individuos de las comunidades religiosas, cada una de las
madres con su madrina, el ayuntamiento S. S. Ilustrísima acompañado del presidente del cabildo,
haciendo escolta a los primer coches y a los últimos, la oficialidad.
Comenzó a moverse esta magnífica procesión, precedida de seis danzas momas, dos danzas
regulares de indios, jovencitas vestidas con la decencia posible de estos miserables, cuyas sencillas
ceremonias hacen el espectáculo más tierno, por ser un argumento de inocencia, manifestando así
sus buenos sentimientos hacia la Santa Religión, que gustosamente han abrazado.
Las otras tres danzas de moros estaban airosamente vestidas de gigantones y pigmeos,
ridículamente montados en pavos, con antiparras, invenciones extravagantes a la verdad, pero que
fomentaban el regocijo del pueblo.
El presente testimonio nos expresa esa conjunción de danza popular, con los acontecimientos
sociales, a principios del siglo XIX; además nos remite a ese carácter catequético, que le imprimían
1
Corpus Alonso, Ricardo. La catedral y su cabildo; pág. 12 et seq.
2
Acevedo Escobedo, Antonio. Letras sobre Aguascalientes, pág. 124-128.
— 55 —
56
en las citadas coreografías. Es importante señalar que ya para este período se nos muestra la
Danza de Moros y Cristianos como independiente, ya no en su forma de juego de cañas; esto
nos lleva a pensar en una evolución propia, y en una aceptación social. Al hablarse de las
Máscaras Momas (expresión que proviene del francés momon: Máscara) se hace alusión a una
especie de mojiganga característica del período carnavalesco europeo.
Por otra parte el historiador liberal Agustín R. González,3 recuerda quizá de una manera
etnocentrista las danzas populares; a continuación una referencia a la Danza de Chicahuales
de Jesús María, Aguascalientes.
Las procesiones de santos, que no eran por cierto obras acabadas, de reputados artistas a las que
acompañaban las danzas profanas, las chirimías, los cohetes, las cámaras; eran fiestas consagradas
por la idolatría con que la civilización se avergonzaba y se espantaba la moral. Los chicahualistles,
simulacros que recordaban las victorias de los españoles sobre los moros, con su Santiago espada
en mano y a caballo con sus comparsas, con sus hombres de peluca de ixtle y vestidos ridículamente,
sus danzas con señoras monarcas y sus bailarinas con penachos y malinches. La veneración de
ciertas reliquias que curaban todas las enfermedades, sus cristos con enaguas y rosarios; todo
esto alejaba a la gente del culto puro y sincero que el “hombre ilustrado” tributaba a su creador. Y
entre la multitud de mascarada, todo lo que envilece, lo que degrada; la obediencia ciega a la
inquisición y al rey, la veneración casi idolátrica a los sacerdotes, el respeto servil a los mandarines
y a los pretendidos nobles.
Anteriormente, hacia 1830, Giacomo Beltrami en su libro Le Mexique,4 relata su viaje y precisa-
mente se refiere a la danza de los naturales de Jesús María, Aguascalientes, en honor a Santiago.
3
González, Agustín R. Historia de Aguascalientes, pág. 294.
4
Giacomo Beltrami en su obra En México; referido por Margó Glantz, Viajeros en México, crónicas extranjeras,
pág. 361.
57
especial para ser retenidos. En 1837 retorna a su villa en Filottrano, donde pasa sus últimos
días hasta que se convierte en monje franciscano, donde toma el nombre de Fra Giacomo. Muere
en su casa a la edad de 76 años.
El último acto de la farsa ocurre en la iglesia del patrón de la fiesta, con excepción del caballo allí los
encontrará tal y como los vio en la calle. Allí el jinete es elevado momentáneamente a la calidad de
santo, encima de todos, hasta del sacerdote que celebra la santa misa, el cabildo le rodea y le
reserva la plaza de honor, el sacerdote o monje que pronuncia el panegírico se dirige a él como a
Santiago en persona, le pide misericordia para esos ciegos heréticos lanzándoles una mirada de
lastima, o de desprecio, como si de quienes habla fuesen realmente esas máscaras monstruosas. Al
terminar el predicador recuerda y celebra con el triunfo de la religión todas las masacres que una
historia impía y sacrílega le atribuye a ese buen apóstol, ultrajando así el cielo y la tierra, esto
sucede en la mañana.
Por la tarde, después de una comida durante la cual el pulque y el mezcal se consumen a granel, los
licores que se extraen del maguey, esa tropa báquica se dirige hacia el atrio de la iglesia, allá
representan el gran combate entre Santiago y los herejes, cayendo éstos sobre el campo de batalla,
solo el Apóstol permanece vivo, glorioso y triunfador; el cielo y la tierra retumban entonces con el
mismo grito: ¡Viva Santiago el matamoros¡ Su imaginación le pintará mejor esa escena que mis
expresiones podrían hacerlo, me limitaré diciéndole que hay materia para todos los pinceles. Tuve
que hacer tales esfuerzos para mantener unas impetuosas ganas de reír que todavía me siento
compulsivo y enfermo. Pregunté al señor cura, que es un hombre de gran autoridad ya que su plaza
vale más que veinte mil piastras, ¿por qué permitía que una creencia religiosa tuviera una
representación tan degradante para el hombre, tan profana hacia la divinidad?
Me contestó: ¡Qué importa la manera cómo les hace creer¡ ¡ Lo importante es que crean¡ Hay cosas
que despojadas de ciertas formas exteriores pierden una gran parte de su valor intrínseco, y esos
pueblos ya no creerían en nada si se les prohibiera ahora lo que en un principio se les permitió para
inducirlos a creer y añadió, ya que no son más que máquinas unas marionetas.
¿Qué dice de la tesis de este cura Condesa? Si fuera cierto, lo que se repitió tantas veces que la
religión no fue otra cosa que una invención humana con resorte político, yo alabaría la sabiduría de
esas observaciones, las repetiría en coro con el señor cura, entonces ya no tendríamos que
asombrarnos tanto de que tantos errores se repitieran, y los jesuitas me agradecerían en cierto
punto que convendría con ellos en aquella aseveración de que el mundo no es más que un gran
teatro que pertenece al que mejor sabe hacer mover las máquinas que lo animan, y hace bailar las
marionetas que allí ejercen su influencia.
El señor cura me reprochó un poco, aunque en términos muy corteses, por haberme reído durante
el panegírico (sermón) que era absolutamente falso, pero sin rebajarme demasiado protestando me
defendí un poco a la manera de Piron, replicando que me hubiera sido imposible reírme ya que me
había pasado el tiempo bostezando, y cuando no bostezaba estremeciéndome al oír profanar la
humanidad y la divinidad. Me hizo comprender que me daba la razón pero no me lo dijo.
Ya es tiempo para usted condesa de descansar y para mí de volver a tomar mi Rocinante (caballo)
pero una palabra más y esa será tal vez lo mejor de mi carta después de lo que mi veneración le
dedica a usted. Una palabra de vivo agradecimiento a la amable familia que vive en esta ciudad, al
señor apoderado, es a su esposa que la ofrezco creo yo tan matronal en sus aspectos que noble en
sus maneras, también a su hija la más hermosa criatura que haya hasta ahora encontrado en estos
países; bonita como un ángel y buena como una griceida.
La elección que ella supo hacer de un joven criollo enteramente digno de poseerla, hace honor a su
corazón y a su cordura, ellas quisieron que me alojase en su casa y me colmaron de atenciones;
debo a esta familia, y a sus amigos, una pequeña colección de los más ricos productos de las minas
de antigua y moderna explotación de las minas de Zacatecas y, sobre todo, de la de Ramos, de la cual
el marqués de Guadalupe tiene la copropiedad.
Hay fragmentos magníficos de Iridens argentum, rubescens etc.
Quisiera exclamarle como Ovidio... Carta, va, vuela, etc. Pero ¡ay¡ un secreto presentimiento la
detiene, prestará nuevas armas a la maldad; en ella encontrarán blasfemias, palabras oscuras la
calumnia insidiosa la señalará; hará de ella, según su costumbre un horrible comentario, a una
reflexión repentina y espontánea sustituirán opiniones, en lugar de la franqueza de la historia pon-
drán pasiones, ficciones se oscurecerá a Dios y a la religión en lo que sólo atribuyo a los hombres
que por ella hacen un comercio escandaloso, se me reprochará donde solo acuso un culto profano
e impío, y yo veo una multitud de críticos amigos que me calumnian, me degüellan aparentando
aconsejarme y compadecerme. Pero no importa que se vaya esa carta, mi conciencia me responde
del cielo y sobre la tierra espero que los buenos se queden conmigo con la estima y la amistad de
usted.
En este período las representaciones de tipo popular estaban alejadas de los cánones ilustrados,
de los poderosos, de los científicos, de ahí que sus opiniones respecto a la danza popular casi
siempre se caracteriza por su crítica etnocentrista. Otro testimonio indirectamente pertinente a
la danza de chicahuales es el de Eduardo J. Correa y fue elaborado hacia el año de 1875:5
5
Correa, Eduardo J. Un viaje a Termápolis, cap. XIX.
59
El juez rehusó al convite que se hizo para ir a Jesús María a la fiesta de los Chicahuales, no puede
desdeñar el que de la misma procedencia se le pasa, para asistir a las danzas del 8 de Septiembre.
La acepta a regañadientes. No le entusiasma conocer un pueblo de indios, a los que ha mirado
impenetrables, rebeldes a la adaptación, pletóricos de desconfianza.
Dos cosas le brindan consuelo: el verano en plenitud, aunque según el calendario y la compañía
agradable de tipo pintoresco, en cuyo espíritu quiere ahondar, pues le pareció interesante desde la
primera vez que lo vio en la plaza, golpeándose con el azote la charolada bota, en los labios el puro
y tocado con sombrero de copa, sorprendiéndose más de mirarlo otra ocasión jugueteando con
unos muchachos a los que perseguía con el chicote.
Las lluvias veraniegas caen abundantes y el campo es un pebetero. Asiéndose a las cañas de las
milpas, abrazando los troncos erizos de los mezquites, poniendo grecas en los vallados o
encaramándose en cualquier altura, una avalancha de flores anónimas hace irrupción dondequiera,
saturando el ambiente y haciendo fiesta de colores.
Delicia, en la paz del agro, significa embriagarse de aromas y sumergirse en el deslumbramiento
de fantásticas policromías.
Un viaje encantador, en la tibieza de la tarde de septiembre. La cinta gris y polvorienta del camino
cortando la esmeralda de los maizales, coronados con el oro de los jilotes, que se mecen como
banderas victoriosas. A lo lejos, las montañas circundando el valle con su cinturón azul.
Primero, Los Pocitos, emergiendo de verde oscuro de la arboleda, que se destaca sobre el bronceado
de las milpas.
Después, el río, arrastrándose bajo el follaje de álamos y fresnos y rimando con sus trinos de
cristal la armonía del viento en las frondas.
Luego la subida al pueblo, un burgo árido, hosco que se antoja más triste por estar de fiesta.
La Parroquia, grande y fea, con enorme atrio cementerio.
Al frente cuadrado enorme, La Plaza, acotado por árboles opulentos, bajo cuyos toldos se ven
puestos, abundando los corales de tunas cardonas, que se esconden dentro de la cáscara llena de
espinas del sabroso fruto de pulpa cárdena y por regatos que suenan a quejumbre.
Al centro, las danzas.
Periódicamente de lejos llega el son doliente y monótono del teponaxtle.
Cuatro distintos grupos danzan, danzan, danzan…
Túnicas de colores chillantes, diademas con espejos y plumas policromas, petos igualmente
llamativos, los pies calzados por huaraches y las manos ocupadas con sonajas y macanas.
Rostros fundidos en cobre, rígidos con impasibilidad de estatuas.
Dos filas uniformes y al centro el capitán, yendo y viniendo, marcando el compás y prorrumpiendo
a intervalos en alaridos guturales.
La chirimía solloza sin pausas…
Ni ella ni los danzantes descansan. Alrededor, el público goza del espectáculo.
Mujeres de gruesas trenzas endrinadas y faldas de indiana en solferino, en escarlata, en azul que
tira a morado.
Matices fuertes.
Hombres con el embozo hasta la nariz, calzones anchos aspecto torvo.
Los representantes de la raza, que reviven el pasado.
En los comercios fronteros se bebe mezcal; el alcohol anima los semblantes; las lenguas rompen
la mudez.
El isócrono golpear de los danzantes, que así parecen marcar el ritmo; el chas-chas de las sonajas
y el sollozo de la chirimía producen un sonido melódico, igual arrullador.
¿Esto es la fiesta? –pregunta el juez.
— Sí –le responde.
— ¿Desde a qué hora están estos hombres danzando?
— Desde el alba.
— ¿Cuándo terminan?
— A la media noche.
Siente espanto.
Allí están la resistencia, la imperturbabilidad, el duelo y la historia de la raza.
¿Qué pensamientos se agitarán bajo los cráneos de aquellos individuos sin que les afloren a los
labios convertidos en palabras?
¿Qué emociones sacudirán a esas almas primitivas, como torrentes en el abismo de un pozo,
incapaces de asomar a los rostros estratificados?
¿Acaso esos seres autómatas, danzarines y espectadores vivirán aletargados en la catalepsia de
siglos?
¿Será cierto de sus ojos, que no parecen mirar, escrutan el misterio del infinito, leen en los
jeroglíficos de las estrellas y se abisman oyendo el idioma de las tunas?
¿Será cierto que sus oídos, que se antojan sordos a la civilización, escuchan en el silencio nocturno
las voces de los árboles, de los vientos y de las aguas?
Don Leonardo aparta al juez del espectáculo de las danzas, de la fiesta triste, que le pone las
arrugas en la frente y sombras de hosquedad en el semblante.
60
— Vamos a que vea usted un panorama alegre –le dice, San Miguel, el Camino a los Cuartos, La
Presa…
¡Que lindura de paisajes¡
Alfombras, pabellones, túneles de verdor, feracidad de la tierra óptima.
Después el retorno, la paz agreste entran en la ciudad cuando el palio del firmamento es pénsil de
rosas de cristal y de plata, y en los barrios alborotada la chiquillería de pies descalzos, persiguiendo
a los cocuyos que se escapan de las huertas para irse de picos pardos a encender faroles en las
calles soledosas.
Este testimonio por demás coloquial, denota la posición del jurista ilustrado y su concepción
cientificista, pero afortunadamente nos describe las Danzas de Matlachines, derivadas de las
de moros y cristianos en la comunidad indígena de Jesús María, invitándonos a reflexionar
sobre este tipo de danzas.
Para el investigador Luis Weekman6 la Danza de Matlachines, se refiere a la expresión árabe
matauchihin, enmascarado; recuerda a los bufones de Europa occidental en la Edad Media, que
vestidos abigarradamente y adornados con cascabeles se pasaban la vida yendo de una parte a
otra. En la versión mexicana es una danza rítmica, bastante monótona practicada desde la
zona que va de Sonora a la Huasteca, y en la parte norte, hasta Arizona.
Siguiendo las definiciones de la palabra matlachín,7 entiende por Matlazinca, citando a su
vez a Sahagún: “Matlacincatl tomóse de Mátlatl, que es la red con la cual se desgranaban el
maíz y se hacían cosas.” Los que se llamaban Matlazincas, para desgranar el maíz, echan en
una red las mazorcas y allí las aporrean para desgranar. También los llaman de red porque es
la principal, porque cuando a su ídolo sacrifican alguna persona la echaban dentro de una red,
y allí la retorcían y estrujaban hasta que le hacían echar los intestinos. La comarca que habitaban
estos indios se llamaba valle Matlazinco, hoy valle de Toluca.
Según testimonios de antiguos danzantes aguascalentenses, se cree que la danza indígena
chichimeca que se baila en Aguascalientes proviene desde los primeros pobladores, que fueron
indios chichimecas, siendo el último tradicionalista Bernabé Félix Rivera, el tomó el mando en
1912, perteneciendo a esta danza don Lucio Díaz, Juan Mireles, Carmen Montes Salas, Marcos
Montes y Antonio Santos Rivera, éste último obtuvo cinco triunfos nacionales. La danza perdió
su nombre original desde 1949, cuando en una presentación de danzas en México por estado de
la república, en el Cine Politeama, de la calle Izazaga, Marcelo Torreblanca y Carlos López Negre-
te les pusieron “Los Matlachines” y de allí como la danza de Lucio Díaz se desbarató, de repente
han salido muchas danzas que no sabían ni quién les cambió el nombre.
Se dice que en el año de 1575 danzaron a la Santa Cruz tres danzas: la de La Conquista, la de
La Pluma, de Oaxaca, y la auténtica Chichimeca. La Danza de la Conquista y la de la Pluma los
españoles la enseñaron por 1570, y posteriormente desaparecen casi por completo, quedando
hasta la fecha la de la Pluma y la Danza Chichimeca, que le nombran Matlachines posteriormente.
An- tes de familiarizarse con los españoles, la danza chichimeca era ofrecida al Dios del Agua,
Tláloc, y al Dios de las Guerras, Texcaltipócatl, y de 1575 hasta la fecha se juntaron la de la
Conquista y la de la Pluma, y a veces se bailaban juntas a imágenes como de la Santa Cruz, a
San Isidro Labrador, a la virgen de Guadalupe, por ciertos favores y ellos sufragaban los gastos
de su uniforme pagándole a las divinidades por los favores recibidos.
Finalmente un testimonio de recuerdos infantiles de don Francisco Díaz de León, que nos
remite al culto a la Santa Cruz de Buenos Aires, que se encontraba en el antiguo estanque con
que contaba la ciudad de Aguascalientes en lo que hoy es la colonia Gremial y parte del norte
de la ciudad. Este recuerdo se sitúa en la fiesta de la Santa Cruz, y cita felizmente para este
ensayo las Danzas de Matlachines.8
El violín entona aires monótonos y chillones, mientras danzan los hombres marcando sus pasos
con sonajas.
El sol se quiebra en los espejos que adornan las cabezas, y cada que se inicia un nuevo paso, hay
revuelo de cintas y pañuelos multicolores.
Los gritos destemplados y el estallido de los látigos que traen los Viejos de la Danza, intimidan a
los niños, que buscan el apoyo maternal.
6
La herencia medieval de México, cap. XXXV, pág. 641-657.
7
Robelo, Cecilio A. Diccionario de mitología náhuatl, vol. I. pág. 263.
8
Díaz de León, Francisco. Zodiaco provinciano, pág. 35-36.
61
Cerca de nosotros ha venido uno de ellos y con ridículos ademanes, blandiendo una espada de
madera, araña la tierra.
Los pequeños carrizos cosidos a un levitón pardusco, se agitan produciendo cascabeleos; pero
su máscara es aterradora como los cuentos de aparecidos.
Una cruz engalanada ha sido puesta en lo alto del nicho del estanque y despliega sus brazos en el
cielo azul, cuya serenidad se turba a veces con las nubecillas de los cohetes que estallan arriba.
A distancia, los patos dan gratis lecciones de natación en las tranquilas aguas del estanque.
Otro testimonio de la mente infantil lúcida y congruente con su tiempo, es el testimonio de don
Francisco Díaz de León, en su Zodiaco Provinciano:9
ARIES
V IERNES DE D OLORES , por la noche, la luna es semejante a una uña de gato que ilumina débilmente las
calles e invita a ver los altares donde lucen el trigo anémico, las naranjas con banderitas de oro
volador y los vasos de agua coloreada con el marco de la Virgen Dolorosa.
D OMINGO DE R AMOS es preludio de agonía. Hay un tibio aroma en las avenidas de los jardines y todos
tienen el escrúpulo de manchar su ropa nueva.
J UEVES S ANTO es luna llena y altares que se incendian en oros y brillos.
V IERNES S ANTO ; interminables viacrucis en la penumbra violeta de los altares cubiertos; Cristos atados
a la Columna, sanguinolentos y con ojos vidriosos; madres en actitudes patéticas de dolor.
Las “matracas” sobrecogen el corazón llamando a las “Siete Palabras”.
La gente, enlutada y sudorosa, se detiene a beber agua de chía, antes de entrar al templo.
Por la noche van a dar el “pésame” a la inconsolable Madre, mientras los niños meditan la venganza
de quemar mañana al Diablo y ver salir de sus entrañas destrozadas, panes en abundancia y
también zapatos para calzar pies desnudos.
Qué mañana tan alegre la del Sábado de Gloria, cuando revientan en las calles los “chamucos
multicolores” ¡Sábado de Gloria, que desatas la voz de las campanas y alejas la angustia de la
Semana Mayor¡
Es un lugar común entender que la religión católica, siendo la oficial de España, se legitimase
por varios siglos como la única de los llamados mexicanos. No obstante por la persistencia de
elementos tanto culturales como de organización comunitaria, la visión de los naturales era
más compleja en su concepción teológica que la de los ministros católicos.
ANTECEDENTES INDÍGENAS
En una obra clásica sobre la evangelización llamada La conquista espiritual de México, de
Robert Ricard, nos ilustra con argumentos sólidos que esa llamada evangelización fue en algunos
casos superficial y, sobre todo, que dio pie al llamado sincretismo religioso, ya que bajo los
mantos de la religión católica se ocultaron verdaderos cultos a los antiguos dioses del panteón
prehispánico, que se manifestaron en peregrinaciones, rituales agrícolas, danzas, sacrificios de
plantas y animales, conjuros de palabras en náhuatl y en latín, españolas y árabes, oraciones y
novenas que jamás obtuvieron el Nihil Obstat, permiso eclesiástico de publicación, y manifes-
taciones teatrales que fueron adoptadas como toleradas, por parte de la jerarquía católica a
pesar de denotar subyacentemente un culto a los dioses prehispánicos.
En un documento llamado Calendario Mexicano, dado a la luz pública por don Juan B.
Iguínez, y atribuido a Fray Bernardino de Sahagún, manuscrito que se encuentra en la Biblioteca
Nacional de México; se comienza a poner en duda la destrucción completa de la idolatría a pe-
sar de los esfuerzos de los primeros religiosos, y agrega que es cosa averiguada que las prácticas
paganas tienden a renacer y a propagarse en secreto, dice el manuscrito:
Los indios siguen haciendo sacrificios ya no de seres humanos, pero sí de animales a los cuales les
sacan el corazón. Adoran a sus ídolos escondidos en los templos cristianos, y si se levanta un
santuario en donde estuvo un templo antiguo a quién vienen a venerar es a la vieja deidad.
9
Díaz de León, Francisco. ibid. pág. 229.
62
Más tarde constantes incidentes indicaron que la idolatría se seguía llevando en secreto; ídolos
detrás de los altares, cultos a los cuatro puntos cardinales que se ocultaban en los signos crucí-
feros, rituales y ofrendas agrícolas a Tlaloc que ahora se representaba por San Isidro Labrador,
honor y gracia a las antiguas deidades en Zongolica, Veracruz, como la invocación al Dios Ve-
nado, y esta actitud no era propia sólo de los grupos aislados, o mal evangelizados en Michoacán,
tierra donde dejó un legado impresionante la evangelización primitiva, era común que los indí-
genas de Santa Fe de la Laguna, fueran a ofrecer copal a un pescado de piedra, para augurar
una buena captura. En Huexotla los indígenas adoraban el signo pagano de los puntos cardinales
estilizados por aristas en forma de cruz.
Este tipo de manifestaciones se multiplican por todo el territorio de México, y aún con el
paso del tiempo persisten denotando un arraigo e interés por parte de los grupos indígenas y
mestizos y una reminiscencia del pasado prehispánico.
Entre los indígenas de Nueva España existía una fiesta llamada Tlacaxipehualiztli, que
significaba el desollamiento de hombres y se celebraba entre el 22 de febrero y el 21 de marzo,
en ella se imploraba a Huitzilopochtli por la fertilidad de las plantas, y una nueva piel en
campos, hierbas y sementeras. Los enfermos de la piel, sarna, males de ojo o del viento, hacían
votos al dios para vestirlo y rendirle culto en este período de sacrificio, que casi se sitúa en la
llamada cuaresma de los católicos. En esta fiesta, los plateros hacían un rito para atemorizar a
los codiciosos del oro y de la plata. Desollaban a los sacrificados y enterraban sus pieles para
esperar su resurrección en la piel de la naturaleza.
Otra fiesta que se celebraba en este período era la de Tozotzontli que comenzaba entre el 4
de marzo y el 10 de abril, y significa “la pequeña vigilia”; en ella se invocaba a Tláloc, dios de la
lluvia, a Coatlicue patrona de la tierra, y a Quetzalcóatl deidad de la fertilidad. Su función reli-
giosa era pedir por las aguas, tierras y viento; se entonaban cantos recordando al dios y no se
bailaba, velaban los tlamacazqueque, cuidaban el incienso y al paso de las horas celebraban
procesiones por volcanes y cerros, y los sacerdotes anunciaban la penitencia de este período.
Y finalmente otra fiesta que se celebraba en este período es la de Huey Tozoztli, “la gran vela,
o vigilia” que se celebraba del primero a 10 de abril; se invocaba al Dios Centéotl del maíz; a
Tláloc del agua y a Chicomecóatl, dios de los granos. Se hacía penitencia por la fiesta del próxi-
mo mes (por el surgimiento de los primeros brotes de plantas después del invierno) y se realizaba
un rito de la fertilidad en el que se circuncidaban a los mancebos, se purificaba a las mujeres
recién paridas y se hacía penitencia sin canto ni baile; se ofrecían niños a las deidades y los
creyentes se autoflagelaban y se extraían sangre; las ofrendas características de este tiempo
eran frijoles, pinolli y maíz.
En este contexto de ritos y fiestas paganas uno de los mecanismos didácticos de los misioneros
con que sustentaron su evangelización fue la utilización de procesiones y de cultos públicos
religiosos que tenían gran aceptación entre la población indígena; uno de ellos fue la celebración
de la Semana Santa.
Fue a partir de 1675, debido a los desórdenes ocurridos en Madrid durante una procesión
que el arzobispo de Sevilla y el obispo de Cádiz prohibieron que los penitentes llevaran el rostro
cubierto; con la disposición se corrió el riesgo de desaparecer las cofradías, ya que en 1676 sólo
salió en Cádiz la cofradía de Humildad y Paciencia, posteriormente se generalizó el uso de
máscaras y capuchas, y la tradición continúa hasta este inicio de milenio.
EL MESTIZAJE RELIGIOSO
En México, durante los primeros años de la evangelización se generalizaron las procesiones
sobre todo en las fiestas principales. El Domingo de Ramos iban los indígenas cada uno con su
palma en la mano; en medio de alegría y entusiasmo, los niños subían a los árboles y cantaban
al paso de las cruces echando sus ropas y mantas en el camino. Pero aunque había una procesión
solemnísima el día de la Pascua, al parecer las más grandiosas eran las de duelo o penitencia.
En San José de los Naturales, adjunta a la Iglesia de San Francisco de México, había una procesión
cada viernes de cuaresma y cada día de la Semana Santa.
El lunes, la de las ánimas del purgatorio; el martes la de San Juan Bautista por ser patrono
del barrio; el miércoles la de San Diego de Alcalá por tener una cofradía entre los indios; jueves
y viernes día de conmovedores recuerdos, había dos: la de la Santísima Trinidad y la del Santo
Cristo, la de la Virgen de la Soledad y la del Santo Entierro; todas ellas dispuestas a la usanza
española, llevaban sus correspondientes pasos, así las de San Francisco sacando las ánimas del
purgatorio con su cordón; la vida del precursor, la muerte de San Diego, el Santo Ecce Homo e n
la segunda procesión del Jueves Santo, que llegó a ser muy famosa, y se contaron hasta tres mil
santos cristianos, dado que cada indio llevaba el suyo.
ALTARES DE DOLORES
Stabat mater dolorosa iuxta crucem lacrimosa, dum pendebat filius.
Estaba la madre dolorosa cerca de la cruz, llorosa de donde colgaba su hijo.
Otro aspecto simbólico que vino a apoyar las tradiciones de la Semana Santa fueron los altares
de dolores que se desarrollaron durante el período virreinal y que actualmente forman parte del
acervo cultural popular mexicano. Estos altares se exponen el viernes anterior a la Semana
Santa para recordar los sufrimientos de la virgen María, a propósito de la pasión de su hijo
Jesucristo. Esta tradición se origina en la España del siglo XV, y en Nueva España adquirió
características especiales: los altares se montaban en templos y en los hogares, precedidos por
la imagen de María en su advocación Dolorosa, acompañada de un crucifijo y diversos objetos
que evocan la pasión y muerte de Jesucristo, y el consecuente sufrimiento de la virgen María.
Entre ellos se encontraban recipientes con aguas de sabores que recordaban las lágrimas de
la Virgen, naranjas doradas con banderitas que representaban a la virgen como reina triunfante
del mundo, grandes velas de cera decoradas que recordaban la presencia de Cristo y trigo que
significaba su sacrificio en la cruz y el simbolismo de la comunión. Uno de los elementos en los
que en la actualidad queda materializada la creatividad de la sociedad mexicana, es en la ela-
boración de mosaicos realizados con semillas muy variadas y que muestran algunos símbolos
de la pasión de Cristo como los clavos, el gallo, el martillo, la corona de espinas, la columna, las
monedas, la túnica, la lanza y otros.
Por otro lado, el proceso de cristianización del norte del país, en especial el de la Gran Chi-
chimeca, se desarrolló gracias a las acciones de los mártires franciscanos quienes propusieron
al gobierno virreinal la salida pacífica al conflicto, y éste se vino a solucionar con el envío ini-
cial a tierra chichimeca de cuatrocientas familias tlaxcaltecas cristianizadas, pero huelga decir
¿éstas eran en realidad una muestra efectiva de evangelización? La realidad a casi más de qui-
nientos años nos muestra que no. ¿Pero cómo surge en estas tierras la tradición por las procesiones
y el gusto por representar teatralmente la Pasión de Cristo? Así como eran populares los altares,
los incendios de Dolores tuvieron auge hasta que fueron prohibidos por la autoridad religiosa.
E D I C T O P R O H I B I E N D O L O S I N C E N D I O S E N V I E R N E S D E D O L O R E S 10
Nos. Dn. Fr. Francisco de San Buenaventura Martínez de Tejada Díaz de Velazco, por la Divina gracia
y de la Santa Sede Apostólica obispo de Guadalajara, Nuevo Reino de Galicia y de León, Provincias
de Nayarit, Californias, Coahuila y Texas, del Consejo de su majestad etc. A todos los fieles cristianos,
10
Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio. Historia de la iglesia católica en Aguascalientes. Tm. I; UAA, 2003.
64
vecinos, moradores, estantes y habitantes en esta ciudad y todo este obispado, salud y paz en
Nuestro Señor Jesucristo. Ha llegado a nuestra noticia los desórdenes que se han introducido por
el enemigo maligno, moviendo muchas almas que incautas al daño, han seguido sus sugestiones,
engañados quizás con capa de virtud o a la Santísima Cruz de nuestro Redentor, o a los dolores
Santísimos de su santísima Madre nuestra señora, haciendo en varias casas altares con gran número
de luces; para cuyo fin hay varios convites, repartiendo días así para el gasto de la cera como para
el agasajo, que se reduce no sólo a comidas, sino a la mayor parte a bebidas, dándoles a éstas unos
nombres que son indignos de ponerse en público, porque solamente en la boca del blasfemo,
hereje o cuanto fuese en algún católico estaría loco o ebrio, se pueden llamar o proferir, con otros
muchos desórdenes y daños que de semejantes devociones introducidas se siguen y estamos
bastantemente informados, sin que los dichos daños los hayan advertido los que son causa de
ellos, ni los conozcan quizás porque son engañados del diablo discurren no en ello culpa; o porque
el mismo enemigo les quita el conocimiento. Pues muy a mano la tienen en el mismo nombre de
incendios.
¡Y qué propio nombre¡ Infernales incendios son, porque en ellos son donde se enciende con la ira,
la gula, la trasgresión del precepto del ayuno, el incendio de la carne para depravadas operaciones.
Se incendian las pasiones para que con desorden haya inmortificación que tanto pretende el enemigo
común quitar del alma cristiana. ¡Malditos incendios son¡
Pues antes con las imágenes sagradas de la Santa Cruz y de María Nuestra Señora quiere el demonio
sean autorizados los vicios como la embriaguez, la murmuración, los bailes y los demás desórdenes,
que los que a semejantes teatros concurren habrán notado y conocen.
COFRADIAS
Hurgando en el Archivo Parroquial de Aguascalientes encontramos una cita elocuente donde se
da parte de la existencia de cofradías, de la majestuosidad de sus procesiones y de las disputas
por las preferencia religiosas de éstas. En un documento fechado y localizado en el Archivo, en
el año de 1740,11 se establece un testimonio del obispo de Guadalajara, Antonio Alcalde, donde
se menciona que los miembros de la archicofradía del Santísimo Sacramento, citada y fundada
en la capital de Aguascalientes:
Viven en paz y en armonía con los terceros de la venerable orden, situada en el curato de San
Diego de la misma villa sin llegar a disputar la preferencia de los concurrentes, en las que asistiese
dicha Archicofradía y Tercera Orden.
Según se afirma, para dictaminar esta situación actuaron como árbitros los principales individuos
de la misma Archicofradía, en la junta formal que tuvieron, dejando a cada parte sus derechos para
que sean relevados por su Señoría Ilustrísima. Y las recomendaciones que dan a las cofradías es
que estas consten de: La cruz parroquial conducida por el mayordomo y diputados, con los pértigos,
sin acompañamiento alguno de cofrades, a quién se les permite que puedan salir en aquellas
procesiones donde no haya concurrencia con los terceros.
A su vez los terceros tienen prohibido asistir a la causa de los difuntos y deben éstos de concurrir
a la Iglesia Parroquial, donde deberían formarse procesionalmente sin permitir que se mezclen en
la calle ni se incorporen, ni en la casa del difunto, para prevenir así el ritual romano y los decretos
de la Santa Congregación de Ritos. Ignacio Vázquez, secretario.
Ahora bien la representación teatralizada de la Semana Santa, tiene sus orígenes en nuestro Es-
tado, según los antiguos habitantes de San José de Gracia, pueblo con raíces indígenas, en el
siglo XVIII, y sólo tuvo tres años de suspensiones durante, la construcción de la presa Calles y
el traslado al nuevo Pueblo de San José.
En esta representación participan los pobladores de la comunidad y comienza su celebración
desde sábado anterior al Domingo de Ramos, cuando se celebra la bendición de los ramos, y la
actividad continúa hasta el Jueves Santo con el toque al alba, la entrada de la armada y la reu-
nión de garrochas, la reunión de Cristos en el templo, la misa de la institución y el lavatorio,
para concluir con la procesión de Cristos.
Para el Viernes Santo, siguiendo la tendencia de los mexicanos cristianizados, es el día más
importante incluso más que la resurrección, quizás será por esa tendencia al sacrificio y a la
mortificación que desde las épocas prehispánicas los indígenas profesaban. En él se presenta a
Jesús ante el Sanedrín, posteriormente ante Pilatos, luego el juicio y la sentencia, la procesión
por la calle de la amargura, las caídas, el encuentro con María su madre, el ahorcamiento de Ju-
11
Libro I, pág. 376.
65
Como afirma el investigador Jesús Gómez Serrano,13 el pueblo de Jesús María de los Dolores fue
la tercera comunidad indígena que se estableció en Aguascalientes y su principal promotor fue
el cacique indígena Matías Saucedo y Moctezuma, quién había negociado desde 1699 la obtención
de un sitio conocido como Xonacatique. El citado predio estaba situado a cuatro leguas al
norponiente de la Villa de Aguascalientes y pertenecía al mayorazgo de Ciénega de Mata, aunque
no estaba ligado a él. El titular del vínculo, el capitán José Rincón Gallardo, aceptó ceder un
sitio de ganado mayor y cuatro caballerías (aproximadamente 1927.2 hectáreas) con la precisa
condición de “recibir a cambio ciertos servicios en sus tierras de labor.”
La donación fue escriturada en la real Audiencia de Guadalajara, ante las autoridades el 24
de julio de 1699. De esta manera el 23 de diciembre de 1700 el doctor Alonso de Ceballos Villa
Gutiérrez, funcionario Real de la Audiencia, y don Francisco Domínguez de Riezo, concedieron
la licencia de fundación. A su vez el 29 de noviembre de 1701, el licenciado Diego de Parga y
Gallozo, abogado de la real Audiencia de Nueva Galicia, regidor decano de la ciudad de Zacatecas
y alcalde mayor de la Santa Hacienda de la villa de Aguascalientes, procedió a confirmar el
derecho de los indios y fundar su pueblo. A continuación enunciaremos una síntesis del acta
de fundación del pueblo, y su ritual de fundación:
12
Miguel Álvarez Acosta. Jesús María. En: Letras sobre Aguascalientes, de Antonio A. Escobedo, 3a Ed. pág.126.
13
Hacendados y campesinos en Aguascalientes, pág. 14 et seq.
66
Así por levantado llano y descubierto en el sitio como porque el agua, que les había de servir,
entraba por sí sola, por todo esto puede aprovecharse para fabricar su casa y huertas y dejando
asentado el sitio para la iglesia; se echaron las medidas al formar la plaza y por ser pocos naturales
se les dio de largo trescientos pasos y doscientos de ancho, advirtiéndoles que habían de cuadrar
como estaba asignada dicha plaza.
Por una parte la Iglesia, por otra las Casas Reales, y por lo demás techados y fábricas en sus casas
para que estando juntos cercanos y vecinos unos con otros se pudieran socorrer y acudir en lo que
necesitasen.
Y en cada esquina de dicha plaza se formarán dos calles para que siguiesen sus legítimas y
extendiesen su población, según el orden y regla que les dio, después de lo cual cogió su merced
por la mano al dicho don Juan Rodríguez de Tapia y a los demás naturales que se hallaban presentes,
y les dio posesión nombre de su Majestad.
Ellos en señal de aprehenderla, hicieron los actos de posesión: Arrancando yerbas, tirando piedras,
manoseando el agua, repicando la campana y en cuya posesión su merced dijo: las amparaba y
amparo y en cuanto a los ejidos de dicho pueblo observen las distancias de dicho sitio y tierra que
se les donó.
Y sobre de esto y repartimiento de suertes y solares hubiere algún inconveniente, ocurran a su
merced ocurran a su merced por la providencia necesaria y asó lo proveyó y mandó y firmó el licen-
ciado Diego de Parga y Gallozo, ante mí Salvador Delgado Cervantes, escribano público del cabildo.
Pantécatl, gobernador que fue del señorío de Tzapotzinco, quién recogió de su padre Xonácatltayorit
las tradiciones más importantes que había acerca de su país, las cuales el propio Xonácatlayorit,
hombre de mucha fama y reputación, había a su vez recogido de sus abuelos y antepasados y las
dio a conocer al padre Tello en su Crónica miscelánea de la conquista espiritual de Xalisco, la
cual dice el mismo Tello dejó escrita dicho cacique Pantécatl. Esta obra es la más pura fuente de la
historia regional.
Pasando a otro hecho memorable en la historia del pueblo de Jesús María, encontramos en el
Archivo Parroquial de Aguascalientes,17 la siguiente reseña:
El día 8 de febrero de 1750, que es memorable por la común necesidad, que experimentó el reino,
por la falta de granos que se perdieron por recias y combinadas heladas, que cayeron en las milpas
desde el 18 de octubre del año antecedente (1749), se dedicó la Iglesia del pueblo de Jesús María, de
esta jurisdicción, con sus vísperas, misa y sermón y mucho consenso de los vecinos de esta villa.
Esta Iglesia estaba comenzada y en cimientos, desde el año de 1735 y se dio principio a su progre-
so, concurriendo los indios con su trabajo, a la “saca y al acarreo de piedra”, con cuyo auxilio se si-
guió y se prosiguió pagándose solamente a los oficiales de cucharas, canteras y jarcia (trabajo
hecho con mecates) y otras menudencias, que se costearon con el dinero de la limosna que se reco-
gió en el Obispado. Con dichas limosnas, se costearon las puertas, las chapas, y demás herraje que
fue necesario y comprendió también el gasto de los ornamentos que trajeron de México, frontal,
mitral, encerado y otras menudencias. Importaba todo el costo de esto: Iglesia y su torre: dos mil
trescientos veintisiete pesos un real y un tomín.
El retablo era aquel retablo viejo que tenía la parroquia de la Villa de Aguascalientes y era del Señor
San José, por el que se dieron cien pesos.
Por otro lado la erección de la parroquia de Jesús Maria data de 1854, información localizada
en el Archivo Parroquial de Aguascalientes18 que enuncia lo siguiente:
14
Cabrera, Luis. Diccionario de aztequismos, pág. 155.
15
Entrevista al maestro Miguel León Portilla, realizada por el autor en agosto de 1987.
16
Tm. I, pág. 72.
17
Caja 1, lib. 1, pág. 547.
18
ibid, ramo Gobierno Eclesiástico, caja 2, lib. 21, legajo s/n.
67
Lo que transcribo a vos de orden superior suplicándole que luego que estén evacuados los
puntos de dicho dictamen y de examen contado, se sirva remitir para la secuela del expediente
respectivo; a la vez presento a usted mi consideración y verdadero aprecio.
D. N. S. G. U. E. a V. M. julio 15 de 1854
Doctor Francisco Arias y Cárdenas
Las razones para constituir la parroquia de Jesús María eran de carácter pastoral, pero se deja
entrever en el complicado texto que, también los bienes terrenales eran determinantes para di-
vidir por “vientos” y con ello reducir las posibilidades de ingreso económico a las citadas parro-
quias de El Encino y de Aguascalientes. ¡Cuán alejados estaban en esta disertación fiscal los
jerarcas de la iglesia de la tesis de San Francisco, referente a la “pobreza evangélica”; pero en
fin, eran los tiempos cuando para la Santa Madre Iglesia las almas eran también “su campo” en
el sufragio del tan terrenal aspecto económico. Otro documento por demás interesante, es el que
localizamos en el Archivo General del Estado,19 nos habla del robo de la caja de la comunidad
de Jesús María, de una posible sublevación de los indios del pueblo de San Marcos debido a la
aprehensión de su alcalde, la posible agitación en las demás comunidades indígenas (Jesús
María, San José de Gracia y San José de la Isla; esto es un acontecimiento memorable ya que
Aguascalientes se caracterizaba por la paz y tranquilidad de los indios cristianizados).
19
Ramo penal, 1810-1812.
68
Nos han escrito los de la República de San Marcos, y necesitamos juntar todos los que han sido
alcaldes, para acordar sobre lo que pretenden.
Que no le expresó a qué se dirigió tal pretensión, pero que el que declara le respondió que no se
metería a tales negocios, que si los alcaldes de San Marcos estaban presos, razón habría de ello.
Que en su pueblo nunca había habido discordias; que el correo que despacharon con la carta a su
pueblo, pasaba al de San José de Gracia y de este al de San José de la Isla.
Que en la resistencia que los del pueblo hicieron al Señor Juez, todo le constó de vista y no sobre
quienes hicieron cabeza en el alboroto.
Otro testimonio que, a mi humilde juicio, puede ser el más relevante hasta la fecha en el que se
describe plásticamente la fiesta de los chicahuales en Jesús María, es el de Almavís Star,20 el
cual contiene expresiones árabes, francesas, latinas y náhuas, mismas que explicamos en el
apartado “Mascarada Epica”. A continuación se reproduce con explicación, entre paréntesis,
dado que el autor utiliza expresiones en español antiguo, alemanas y latinas.
Oíase un tamboril en la campiña de Jesús María; sonaba en los aldeorríos (lugar pequeño o pobre),
hacia los liños (hilera de árboles o arbustos) de los álamos de las heredades, en la hoz del río, lejos
de la carretera a Aguascalientes y sin que se les viese cruzar por ella.
Mi caballo volvía la vista recelosa en todas direcciones, echando las orejas y atabaleaba (sonaba
como redoble de tambor, de atabal) en acompasado trote.
A pocos días resonaba el tamboril aún a deshora como en incesante martilleo que se amortigua y
crece, en aquel tranquilo pueblecillo; en los cortinales, en las huertas, adentro de algunas casas y en
las callejuelas.
Yo no había dado con él, esperé a verlo sin preguntar nada de tan extraño y continuo tamborileo.
Cierta mañana, de súbito rompe en un redoble que se prolonga muchísimo, frente a la cerrada
puerta de mi casa. Abro y allí están tres hombres y una mujer, destacándose del grupo de otros que
lo siguen; uno toca el atabal, otro tiene sobre la cabeza un cajón abierto de adelante, el tercero
porta bujarca (del latín bursa: bolsa grande de cuero que los peregrinos o mendigos medievales
solían llevar bajo el brazo izquierdo, unido a la correa cinto o cordel en el cuál metían el pan y
demás cosas que les daban de limosna) la mujer parece que reza.
Acercándose a mí, dirigiéndome la mujer, que por el ruido del atabal no entiendo, sino hasta que
sube al andén y las repite en el batiente de la puerta. Pide limosna para la fiesta del santo, llamada de
“los Chicahuales” y que se celebra en aquella comarca por espacio de tres días, desde el 24 de julio.
La imagen del santo se halla en el fondo del cajón, y es una estatua ecuestre de Santiago el Mayor,
con sombrero jarano, chaqueta negra con almares (puñales de tres aristas), banda roja y pantalón
cebruno con abotonaduras de plata, por todo almete (del alemán helm, pieza de armadura que cu-
bría la cabeza) espalda, peto, brazales y escarcelas (proviene del italiano scarcella, de scarso,
avaro; especie de bolsa que se llevaba pendiente de la cintura, podría ser también mochila para el
cazador, a manera de red, adorno mujeril especie de cofia; parte de la armadura que caía desde la
cintura al muslo).
Está encabritado el bellorio (caballo) y el jinete blandiendo la tizona (alusión a la célebre espada del
Cid campeador) y pisando una disforme cabeza de moro que yace boca arriba, debajo del estribo
derecho.
20
Almavís Star, publicado en la revista Bohemia, dirigida por Flores y Correa, fechado en 1901, No. 23-24.
21
Simeón, Remi. Diccionario de la lengua mexicana, pág. 49.
22
Diccionario de mitología náhuatl; vol. I, pág. 147.
69
Todo el que da limosna tiene qué besar al santo, introduciéndose hasta la cintura, en la profunda
caja, y si no alcanza a él, ha de besar el caballo que a decir de aquella tocha (posiblemente palabra
derivada del latín ptuscus: tosco, inculto) es santo (sobre las figuras míticas de los caballos
recordaremos este aspecto posteriormente) y decía la señora: “Aunque lo veáis animalito, es el
padre del Señor Santiago, que se volvió caballo para llevarlo a la guerra”.
Y tan grosera patraña ofensiva al Zebedeo, es creída por los campesinos.
Continúan pidiendo limosna de calle en calle, de casa en casa; el tamborileo redobla sin cesar, la
gente sale a las puertas, va al encuentro del santo en las encrucijadas, lo siguen hasta los alijares
(afueras de la población, lugares incultos de la población). Y le llevan monedas, gallinas, pollos,
huevos, ristras de ajos, almuerzos de maíz y ropa vieja.
La tarde del 24 de julio se ve concurridísimo el jardín, y en una de las adyacentes calles, bajo los
copudos y airosos fresnos hay en el suelo canjilones o frascos de colonche (bebida fermentada de
tuna, de los antiguos chichimecas que poblaron esta región). Están tapados con blanquísimas
toallas y orondas jícaras en qué beberlo.
Desde las tres comienzan a reunirse los chicahuales, con rebullicio y algaraza entre el jardín y el
cementerio. Pero esa multitud que grita, que ríe, que salta, con las carantamulas (careta de cartón de
aspecto horrible, feo) se ha vuelto monstruosa. Veo narices abohetadas (cachetonas), ojos sesgos
e inmóviles, bocas desmedidas y besudas, colmillos salientes y arrezagados, mofletes que rojean y
barbas hirsutas y crecidísimas, contrastando con el banquete mil tiznajos en tan descomunales y
duras fracciones.
El vestido de esas máscaras es variado y astroso: pantalones bombachos, estrechos, sacos levitas
de telas y cortes diferentes pesados sobretodos; pero con pringues (grasientos) arrapiezos (harapos)
rodilleras deshilachadas, remiendos y corcusidos con que los desecharon sus dueños. Por los
arremangos, las rugosidades y añadiduras se adivinan sus tallas, las jibas (jorobas) las audorgas de
los vivos y de los difuntos que se vistieron con esa ropa larga y felices años.
En estos moharraches (del árabe moharrech: la persona que se disfraza ridículamente en una
formación, para alegar o entretener a los demás haciendo gestos y ademanes ridículos). De arga-
mandel (del árabe hirga: mandil, harapo de lienzo, andrajo, pedazo de ropa sucia y muy usada) y
careta pintorreada y gestosa, lo único uniforme es el ancho sombrero de palma, de copa cónica y
ala de dos metros de circunferencia, y las luengas y curvas espadas de palo que empuñan en alto.
Las esgrimen y a la vez brincan, y se mueven los sombrerazos como un oleaje.
La tropa de carihartos (cari-redondos) y desarrapados también enmascarada y astrosamente ves-
tida. Sus instrumentos son gigantescos y desfigurados: cornetines de un metro de longitud, trompetas
tres veces retorcidas, fagotes del tamaño del músico, tambores mayores que él, platillos de la
circunferencia de la tambora y éste de la rueda del carro, compuestos de armazones de listas de
carrizo y forro de papel de estraza, imitando en forma exageradísima las formas de pistones, llaves,
boquillas, etc.
Reunidos el centenar de moharraches, sacan de la iglesia la imagen del santo y la pasean procesio-
nalmente por la plaza. Van adelante los músicos estrafalarios con un ademán de tocar en los instru-
mentos de papel, resoplando, graznando, contoneándose. Otros enmascarados arrastran dos grue-
sos cañones de bronce, en cureñas diminutas que los levantan de un palmo del suelo y disparan esa
artillería en los ángulos de la plaza. El humo de la pólvora envuelve y ahoga la multitud y en el
estrépito formidable conmueve el caserío y ahuyenta de los fresnos del jardín a los pájaros, que se
escapan en bandada y chirriando.
Pasa después el pelotón de moharraches, bajo sus aludos sombreros y los sables en alto con
momerías y despatarradas embestidas y bufones en torno a la imagen, la que fuera del cajón, y en
unas andas va cabalgando en su cabreado bellorio, amenazando con la espada y oprimiendo con la
cervis el muslime (del árabe muslim, el que se entrega a Dios, el que profesa el islamismo) con la
planta y el estribo.
Junto a los andaderos caminan dos músicos de violín y del atabal, que una semana ha resonado en
el pueblo y en sus cercanías, y es un tocar afanoso en medio de los alaridos, repiques y cañonazos,
hasta que vuelve la imagen al cementerio. Aquí colocan las andas en el centro de un arco revestido
con blanca tela y ornado con esferitas de colores brillantes cazolejas y jarros figulinos. Otra vez
ocupa la calle la soldadesca y siguen redoblando el tamboril, gimiendo los violines, graznando los
músicos con los pitos de estraza (del español antiguo: despedazar, romper, retazo, desecho de
ropa) en la boca y los otros moharraches bailan y balandrán (del latín: balatro-balatronis: fanfarrón,
rebelde, que dice bravatas) se acometen, se huyen, se dan lapos (del latín alapa: cintarazo, bastonazo,
en América significa bofetada), y trompicones hasta que empieza el paloteado.
Al aparecer en el término de la calle un jinete sin disfraz, que representa al santo apóstol guerrero,
montado en el caballo, con banda roja y una espada de verdad, se abre el pelotón de doble fila,
dejando anchísimo campo en medio, para maniobrar libre y desembarazadamente.
Al son del atabal y los violines, casi ahogado por los graznidos de los que fingen tocar los
instrumentos de papel y por la algarada (del árabe: gran vocería provocada por gente), cruza por la
calle el jinete y la fila formada a la derecha, sin abandonar el ala que ocupa, descarga furiosos
mandobles. El que los recibe en su desnuda espada de acero sale y sobre sale de la batahola (batalla)
que llena el triquitraque del paloteo.
70
Apenas llegó el de a caballo a una extremidad, atraviesa la calle en sentido opuesto, abriéndose
camino entre la lluvia de sablazos que descarga ala otra fila. Vuelve a pasar la calle muchas veces y
en cada una se enardece más ante la refriega y aumenta el vocerío. El toroso caballo se detiene y
amusga ante la fila que acomete piafa al sentir de las espuelas y avanza corcoveando entre el bati-
dero de espadas. Bailan los esgrimidores, se arrodillan, se echan de panza y ruedan por el suelo.
Al acabar la tarde arrojan armas a las patas del caballo, se postergan a su paso y con la frente en
el polvo fingen llanto y abatimiento. La imagen que ha permanecido en el pórtico, es conducida en
procesión ritual por la plaza y como si los ya vencidos e inermes moharraches no sintieran la
menor fatiga, cercan las andas en mayor tropel y con más estridente gritería. Llevan casi en peso al
charro que personifica el primer apóstol de España, y acarician su caballo, lo besan y le tiran las
crines. Clamorean las campanas truenan los cañones y encienden las velas de cera aquí y allí hom-
bres y mujeres se forman en la procesión rezando devotamente.
Vuelve después la imagen a la iglesia donde queda hasta otro día. Al salir del templo se desencaretan
los pingos y desperdigados por el jardín y calles adyacentes se confunden con el gentío que se
retira a pié, en asnos, a caballo o en coche. Repiten la zambra (fiesta morisca con baile y canto fla-
menco de gitanos) y es entonces más concurrida, mayor número de moharraches, pelean con ardor
y son fervorosas sus manifestaciones de gratitud a Santiago, por algún beneficio que le pagan con
ese linaje de rendimientos, pues casi todos cumplen así con una manda.
Por el alivio del padre, o el feliz alumbramiento de la esposa, o la libertad del hijo preso, o la vuelta
del que ha huido, por el buen temporal, aparezca el buey robado, se gane el pleito o se desempeñen
las escrituras del rebujal (español antiguo: número de cabezas de ganado, que exceden de cincuenta
o de un múltiplo de cincuenta) prometen al santo vestirse de chicahuales y bailar y pelear en la fies-
ta. Las mujeres y los inválidos prometen poner por su cuenta quién lo haga, y piden limosna para
pagarle y adquirir el sombrero y la espada: le consiguen ropa de desecho y si a mano viene una vela.
El último día de la zambra, entre el garbullo (del italiano: garbuglio, barullo, agitación) de
moharraches, cortejada por todos y ante la que doblan la rodilla, liban el colonche (bebida fermentada
de tuna que era una bebida ritual de los antiguos chichimecas que habitaron esta región) sobresale
entre ellos una mujerona alta de adiposidad fenomenal con cabellera y blancas sortijas y caretas
con flácidos perigallos (pellejo que con exceso pende de la barba y precede a la vejez) su locuela (del
latín loquor, loqueris, loqui, loqutus sum: hablar) y sus zarpas nudosas y ennegrecidas denuncian
jayán (del francés antiguo jayant: gigante, persona de gran altura) que con ese pregunto (de pergeño,
aspecto o apariencia) hace de Señora Santa Ana. Acabado el reencuentro, a media calle, ante la
imagen de Santiago, rodeada de moharraches y entre mil dengues (cotoneos y contorciones) destem-
plados gritos y fingido patatús, la vieja rompe la olla que lleva oculta y atada a la cintura, y sale de en
medio de la expectación universal, una runfla de ardilla, arriscando las esponjadas colas.
Los circundantes se precipitaron sobre ellas y las persiguen por atrio y jardín. Estalla la grita y
atruenan los repiques y cañonazos. Una hora más tarde quedó Jesús María desierto. La claridad de
la luna inundaba el espacioso jardín con la gaya (del latín gaudium: gozo alegre) florescencia de los
rosales, y las sombras replegadas bajo los fresnos y las aceras obscurecían el andén que los
circulaba y las cerradas viviendas. En la extremidad del jardín opuesto a la que yo había quedado,
la torrecilla y el dombo (albar del templo) se recortaban por encima de los árboles, en la transparencia
del espacio.
Ni un murmullo, ni un eco de la estruendosa fiesta turban el silencio, y volvía a reinar aquel apaci-
ble lugarcillo el encanto de la soledad y el reposo.
En el vecino y pintoresco pueblo de Jesús María, se celebró con mucho entusiasmo el domingo
pasado, la tradicional fiesta de Santiago Apóstol. Con tal motivo fue grande, el número de concurrentes
que acudieron a ese lugar procedentes de esta ciudad y de las rancherías inmediatas.
No fueron ya los famosos chicahuales los que divirtieron a los paseantes; pues sabido que tal
pantomima indiana, por orden de la autoridad y de acuerdo con el buen criterio de la iglesia católica,
quedó suprimida hace varios años por el carácter fanático salvaje que ofrecía.
El buen apóstol desde el esplendor de su gloria, ha de haber quedado grandemente agradecido
con esa orden tan prudente de las autoridades, porque de seguro no vería con ojos gratos, en su
honor a los indios que en ese lugar, de suyo son tranquilos y pacíficos pero que se convierten el
veinticinco de julio en exóticas y terribles fieras que no se encuentran en los mismo bosques
africanos.
23
El Clarín, No. 53. 4 de agosto de 1909.
71
En cambio de esto, lo que mucho distrajo y recreó fueron las danzas formadas por tres numerosos
grupos de indígenas que al son de monótona música primitiva, recordaba el antiguo baile de los
mexicanos.
Salta a la vista que el tradicional evento de los Chicahuales era censurado aún por la llamada
opinión pública, de suyo formada por licenciados, bachilleres de tendencia ilustrativa, quienes
veían en las manifestaciones culturales propias de las clases inferiores, un mero retroceso, una
acción anti-cultural, un motivo para reaccionar a favor de la cultura afrancesada y burguesa de
la época, justo en la víspera de la revolución social de nuestra nación (no ha variado mucho
nuestra imagen racista y excluyente, respecto a este tipo de manifestaciones culturales).
Otra cita, citable, es la que encontramos en Letras sobre Aguascalientes, antología de
Antonio Acevedo Escobedo:24
Ya en la quinta década de este siglo, la actividad cultural fue impulsada por el gobernador
Edmundo Gámez Orozco, quién fue un enamorado de la cultura nacional, hombre culto que
hacía versos y paseaba plácidamente por el jardín de San Marcos con sus gobernados.
En el año de 1951 propuso se restaurara el buen sabor antiguo de la Feria de San Marcos y
patrocinó toda idea sensata que fuera en ese sentido, así por ejemplo y a iniciativa de Héctor
Ruelas Flores, se retiraron del jardín de San Marcos la infernolas (sinfonolas) que escupen ruido
y algo parecido a música, y se efectuó un festival de dignificación de la música mexicana, con
miras a reintegrarle a la melodía ingenua y apasionada de otros tiempos, y por último se
presentó junto con la danza de matlachines la muy impresionante de los “Chicahuales” bailada
por los habitantes del poblado de Jesús María, el veinticinco de julio de cada año. En la citada
danza Santiago Apóstol, montado en un caballo blanco de maravilla, cierra contra los indígenas
que se atavían con sombreros mexicanos de tamaño descomunal, complementados con guirnaldas
que van de la copa a la falda.
En esta danza va la muerte al costado de Santiago y mantienen a raya a los supuestos indí-
genas que rugen y gesticulan mientras no les es dado tenderlos con su guadaña. Una vez espar-
cidos los cadáveres, el caballo blanco arrancado del romancero, recorre a lo largo de la fila de
cuerpos exánimes sin pisarlos.
Volviendo a citar algunos hechos memorables en el pueblo de Jesús María, Aguascalientes,
tenemos que el Palacio Municipal fue inaugurado en el año de 1903, la Plaza Principal en 1908
y su nombre original es “Rafael Arellano Valle”, en memoria de un gobernante de Aguascalientes.
El alumbrado domiciliario se inició en el año de 1924, mediante un generador de corriente y
posteriormente en 1927 se instaló la línea directa de corriente eléctrica desde la ciudad de
Aguascalientes. Es en el año de 1957 cuando se instala la comunicación telefónica en la comu-
nidad en cooperación del municipio con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y en
ese mismo año se terminó la carretera asfaltada Aguascalientes–Jesús María. Para 1955 inician
la instalación de la red de agua potable domiciliaria, supervisada por la Secretaría de Recursos
Hidráulicos, y empezó a funcionar en el año de 1956. Las obras del drenaje se iniciaron en 1958.
En el año de 1960 comienza a funcionar la primera escuela, la Sebastián Lerdo de Tejada.
L O S C H I C A H U A L E S Y S A N T I A G O A P OS T O L E N J E S Ú S M A R Í A
A la memoria de don Luis Marcial,
porque entregó su vida al culto de Santiago Apóstol
Al final del siglo XX, hemos sido testigos de la evolución y la persistencia de ese testimonio
cultural que tiene su origen en la medieval danza de moros y cristianos y que incorpora elementos
propios de nuestra cultura como el ritual lúdico de la Vieja de los Chicahuales, el culto a la cruz
prehispánica del Nahui Ollín y el reconocimiento al símbolo hebraico y cristiano.
Esa evolución se debe, afortunadamente para nosotros al trabajo generoso y callado, de
esencia religiosa y trascendente de la directiva de los Chicahuales que a casi más de dos centurias
ha mantenido vigente el culto a Santiago Apóstol muchas veces con el destino y el poder huma-
no en su contra. Existe uno, entre tantos guerreros chicahuales, que ya se unió a Santiago Após-
tol, y trascendió su vida porque entregó al culto jacobeo cincuenta y cinco años de su vida.
24
op. cit. pág. 61.
72
Me refiero al señor don Luis Marcial, quién asumió el papel de Santiago Apóstol durante más
de medio siglo. Afortunadamente cuando comencé a elaborar este estudio don Felipe de Luna,
don Apolonio de la Cruz, el sacristán don Tomás y varios informantes fueron entrevistados por
un servidor, dejando su testimonio oral como una ofrenda al hijo del Zebedeo y una reliquia
viva para la danza de los Chicahuales.
Me contaba don Luis Marcial, cuando le pregunté sobre el período en que fueron prohibidos
los chicahuales y él recordaba:25
— Trajeron unos danzantes moros y cristianos de Michoacán, a representar la lucha de
Santo Santiago pero no eran como los de aquí. Traían un plumero como el que usan en la danza
de matlachines, estaban chaparritos pero mensos… muy mensos comparados con los de aquí ya
que éstos son más alegres, más vigorosos, más alocados, brincan, saltan, le estiran la cola a los
caballos de los moros, se les paran casi enfrente cuando vienen en carrera los caballos y no les
hacen nada. Pues resulta que esos moros y cristianos de Michoacán no les gustaron a la gente,
la gente de Jesús María añoraba sus chicahuales por su valentía su alegría y por su fe.
A la vez, don Apolonio de la Cruz,25 al citar la actitud protectora de Santiago Apóstol hacia
su pueblo, Jesús María, nos lega este testimonio:
— Hubo un señor cura que se llamaba Lorenzo, no recuerdo el apelativo, pero a él no le gus-
taban los chicahuales. Quiso quitarlos, y un día por el mes de mayo iba en su carretón de mulas
para Aguascalientes; como deben saber en ese mes casi no llueve y hay años en que la sequía es
muy dura. Bueno pues llegando al río comenzó a llegar el agua nueva y el río se llenó casi
llevándose el carrito. El padre en su interior reflexionó: a lo mejor este castigo me viene porque
no quiero dejar que haya chicahuales este año. Entonces sacó la cabeza y comenzó a gritar al
cielo: ¡Santiago¡ ¡Santiago¡ ¡tus chicahuales¡ y poco a poco comenzó a bajar el agua del río. Y las
mulas cortaron el agua y se salvaron. Asustado el señor cura se regresó al pueblo y dijo en su
sermón: Ya que me escapé de morir en el río, permitiré que celebren su fiesta los chicahuales. Y
ese milagro a cada rato lo mencionaba en sus cofradías y capellanías. Decía: con los santos
poco y bien porque ellos tienen preparadas sus acciones para premiarnos o castigarnos y ese
año hubo chicahuales por toda una semana con sus toritos y su vieja de los chicahuales.
Después vino otro señor cura, –continúa el testimonio de don Apolonio de la Cruz–26 de esos
que vivían allá en los ranchos, muy buen predicador, pero le comenzó a girar a la danza de
Chicahuales; no le gustaba la danza. Los responsables de la danza le dijeron:
— Si no le gusta la danza de chicahuales pos quítela. –Y en esos días cayó una gran tormenta
sobre el pueblo.– Y ahí tiene que nuestro señor y el Apóstol Santiago liberaron al pueblo de esa
catástrofe. Después de esa acción salvadora, el señor cura en su sermón decía: Es muy fuerte la
devoción que tienen aquí por nuestro señor Jesucristo y por el glorioso Apóstol Santiago. ¡Por
ello siempre habrá chicahuales aquí en Jesús María¡.
Para finalizar este pequeño testimonio sobre el culto a Santiago Apóstol es necesario tomar
como corolario de una vida sencilla piadosa y entregada al culto jacobeo, el testimonio ejemplar
de don Luis Marcial para las nuevas generaciones.27
— Yo en mi vida, aunque soy humano, trato de vivir lo mejor que puedo con mis semejantes,
para que la gente no diga: ¡hombre¡ el Santo Santiago nomás salió de la fiesta y andaba borracho
o con fulana o con zutana. Desarrollo mi papel y me recojo a mi casa, para prepararme a seguir
con la representación del Apóstol. Cuando estoy actuando como el Apóstol Santiago me pregunto
si acaso soy digno de representarlo, me acuerdo de mi promesa y tengo qué realizar mi actuación.
Porque nuestros trajes son benditos ya que el color blanco significa la pureza, la santidad y por
ello debemos de ser respetuosos con nuestro papel y nuestro juramento.
25
Entrevista realizada por el autor en junio de 1987.
26
Entrevista realizada por el autor en julio de 1987.
27
Entrevista realizada por el autor en julio de 1987.
28
En el año 2002 se celebró en la Casa de la Cultura del municipio de Jesús María, con la temática de la fiesta de los
Chicahuales, un Encuentro de Historia Oral en el cual participé, y sintetizo.
73
— Según eso, la fiesta era muy diferente a la que se hace ahora, tendría pos que de imagen en
particular, era la que se veneraba entonces tenían los símbolos, no eran como ahora, según
razones, tengo entendido, el que la hacía de Santiago, nada más se terciaba una banda roja, y
todos los que lo acompañaban como moros no traían nada, nomás así; la señal de Santiago era
una banda nada más, entonces los moros vestían nada más como charros, y el Santiago una
banda, eso es lo que yo tengo entendido que era el simulacro que hacían, sí lo hacían, como se
hace ahora, el triunfo, el vencimiento, la victoria ¿verdad? Pero no traían como hoy la imagen,
la imagen vino al modelo de España, color blanco su vestido y, este, su capa café, y su terciado
guindo, entonces hoy viste el tal Santiago en esa forma, a la vestidura de la imagen que quedó
al público en la parroquia, y de ahí el moro que está pisando el caballo mismo de la imagen que
le tiene la pezuña puesta en la espalda, al moro, es lo que visten los que son moros, como el
significado del moro mayor, el rey, eso es lo que se hacía antes con las primeras fiestas, con la
imagen particular, y ya hoy no lo alcanzo a rescatar; cuándo fue el primer día de esta imagen,
cuándo fue la primer fiesta es lo que yo no alcanzo a rescatar todavía...
29
Génesis 41, 43.
30
Jueces 1, 19.
31
2ª Samuel, 10, 18.
32
1ª Crónicas 18, 4.
33
2ª Crónicas 9, 25.
34
1ª Reyes 10, 26-29.
35
Zacarías 14, 20.
36
Esther 6, 9-11.
37
Job 39, 19-25.
76
Dime: ¿Sabrías dar tú al caballo la valentía y revestir su cuello de ondulada cría? ¿Le harás tú brincar
como langosta? Causa terror el bufido de sus narices
Y lo vuelven a citar:38
Desde Dan se ha oído el relinchar de los caballos, y el estrepitoso ruido de los combatientes se ha
conmovido toda la tierra; han llegado y han consumido el país, y todas sus riquezas las ciudades y
sus moradores.
Escarba la tierra con una pezuña: escríbase con brío; corre al encuentro del ejército armado. No
conoce el miedo ni se rinde a la espada. Oye el ruido de la aljaba, el vibrar de la lanza y el bardo.
Agitándose con impaciencia, devora el espacio, no puede detenerse cuando oye el sonido del
clarín; A cada toque de la trompeta dice: ¡Ah... huele de lejos la batalla, la voz atronadora de los
capitanes a gritos¡
El libro del Apocalipsis (revelaciones) viene a ser el clímax en lo que se refiere a la figura mítica
de los caballos, directamente citados como agoreros del mal en las profecías de San Juan, hermano
de Santiago el mayor, las cuales concibió en la isla de Patmos:39
Vi después cómo el cordero abrió el primero de los siete sellos; y oí al primero de los cuatro
animales, que decía con voz de trueno: Ven y he ahí un caballo blanco y el que lo montaba traía un
arco y diósele una corona, y salió victorioso para seguir venciendo. Y como hubiese abierto el
segundo sello oí al segundo animal que decía ven. Y salió otro caballo bermejo y al que lo montaba
se le concedió el poder de desterrar la paz sobre la tierra, y de hacer que se matasen unos a otros,
y se le dio una gran espada.
Abierto que hubo el tercer sello, oí al tercer animal que decía; ven. Y salió otro caballo negro; y el
que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí cierta voz en medio de los animales que decía:
Dos libras de trigo, un denario y seis libras de cebada, un denario más de vino y al aceite no le hagas
daño. Después se abrió el cuarto sello oí una voz del cuarto animal, que decía ven. Y he aquí que un
caballo bayo, cuyo nombre era el de muerte, y el infierno le iba siguiendo y diósele el poder sobre
las cuatro partes de la tierra para matar a cuchillo, con hambre, con peste y mediante fieras de la tierra.
Por otro lado, en la mitología clásica griega existe también la exaltación mítica al noble
cuadrúpedo. He aquí una cita de: Ángel María Garibay K.40
Pegazo era un caballo alado que lléva los rayos de Zeus, Medusa al morir le dio la vida. Mientras
bebía el caballo en la fuente de Pirene, Belero Ponte, apoyado por Poseidón o por Atenea, según
otros se apoderó de él y lo amansó. Cuando Belero Ponte necesitó ayuda par luchar contra la
Quimera (monstruo fabuloso que tenía la cabeza de León, vientre de cabra y cola de dragón que
vomitaba fuego o llamas) pegazo le ayudó. Pero cuando intentó que lo condujera al cielo, el caballo
lo arrojó de sí pegazo era un ser mítico anterior a la invasión griega y se halla en muchas
representaciones artísticas de la primera época, el sufijo “ssos” sugiere igualmente ese viejo origen
(cfr. el análisis del origen del caballo en el territorio bíblico); hay quién piense que procede de Siria
o de la Mesopotamia, en donde hay varios seres alados en el conjunto de sus mitos.
James George Frazer41 sintetiza un curioso análisis comparativo mítico relativo a la figura de
los caballos en varias culturas, a continuación algunas referencias:
Entre los korkus, tribu aborigen de las provincias del centro de la India se cree que Rawan, rey de
los demonios de Ceilán, observó que las cadenas de las montañas de Vindhyan y de Saptura no
estaban habitadas, por lo que instó al gran dios Mahadeo para que las poblase. Mahadeo nombre
que los korkus dan a Siba, encargó entonces a un cuervo para que le buscase un hormiguero de
tierra roja. El ave descubrió entre las montañas de Betul uno de tales hormigueros. El dios acudió al
lugar, tomó con las manos un puñado de polvo rojo y formó dos imágenes a semejanza de un
hombre y una mujer. Pero no bien había acabado de hacerlos cuando dos fogosos caballos, enviados
a Indra, brotaron de la tierra y pisotearon las figuras hasta reducirlas al polvo.
Durante dos días el creador persistió en su obra, pero tan pronto terminaba las imágenes, los
caballos las destrozaban. Por fin Dios hizo la imagen del perro y le insufló la vida, y el animal
38
Jeremías 8, 16.
39
Apocalipsis 6, 1-8.
40
Mitología griega. Ed. Porrúa, 1964; pág. 194.
41
El folklor en el Antiguo Testamento; pág. 19-20.
77
mantuvo a raya a los salvajes corceles de Indra. De esta manera el Dios fue capaz de terminar sin
tropiezos las dos figuras; de un hombre y de una mujer, y tras haberlos insuflado el aliento vital los
llamó Mula y Mulai. Tales fueron los antepasados de la tribu korku.
Por otra parte los Mundá, tribu primitiva de Chota Nagpur, cuentan el siguiente mito:
Según ellos el Dios sol se llamaba Simbonga, empezó por hacer dos figuras de arcilla, una que
representase al hombre y la otra a la mujer. Pero antes de que pudiese otorgar la vida, el caballo,
temeroso de lo que tendría qué sufrir más tarde a sus manos, las aplastó con sus cascos.
En aquel tiempo el caballo tenía alas y podía moverse con mucha mayor rapidez que en la actualidad.
Cuando el Dios Sol halló que el caballo había destrozado las dos figuras semejantes ordenó a la ara-
ña que les guardase de los ataques del caballo, con lo cual el insecto tejió su tela alrededor de ellas
de tal modo, que el caballo no pudiese volver a romperlas, y entonces el Dios les infundió la vida, y
fueron los primero seres humanos.
Según Frazer42 entre los griegos se utilizó el caballo para promesas y juramentos:
Los pretendientes que cortejaban a la bella Helena eran muy numerosos. Tíndaro, padre de la corte-
jada, temía la venganza que pudiesen querer tomar los amantes rechazados, por eso antes de
llevarlos ante la presencia de su hija hacia que todos los candidatos prometiesen en juramento
defender a ella y al hombre que eligiese, fuera quién fuere.
Y para solemnizar la promesa sacrificaba a un caballo, lo cortaba en trozos y hacía que los
pretendientes jurasen por ellos.
Cuando el rey de Esparta llamado Cleómenes pretendía invadir la Argólida, llegó con su ejército
a las márgenes de Erasino y allí ofreció un sacrificio a los dioses, pero los augurios fueron con-
trarios al cruce. Por lo cual el rey comentó que le causaba admiración el patriotismo del dios río,
puesto que se negaba a traicionar al pueblo, pero que a pesar de todo no dejaría de invadir la
Argólida a despecho del dios, con lo cual llevó a los hombres hasta la orilla del mar, sacrificó un
toro en honor al mar y transportó a su ejército en barcos hasta el país enemigo. Cuando las hu-
estes persas conducidas por Jerjes llegaron al río Estimón, que atraviesa Tracia, los magos ofre-
cieron caballos blancos y llevaron a cabo otras ceremonias extrañas antes de cruzar la corriente.
Entre los indios americanos también existen ritos referidos a la figura mítica del caballo, por
ejemplo entre los Comanches, famosa tribu de indios de Texas, por lo general se daba muerte a
los caballos de una persona fallecida y se les enterraba, para que pudiesen montarlos y así diri-
girse a las Felices Praderas de la Caza, también se les quemaban todos los bienes que había po-
seído, para que pudiesen encontrarlos a su disposición al llegar al otro mundo.
Sus viudas se juntaban al rededor de los caballos muertos, con cuchillo en una mano y pie-
dra de afilar en la otra, proferían ruidosos lamentos, al mismo tiempo se daban cuchilladas en
los brazos, las piernas y el cuerpo hasta que caían exhaustas por la pérdida de sangre.
Como se puede apreciar, los mitos de los caballos son múltiples y pluriculturales, en la se-
gunda parte estos mitos y otros materiales servirán de base para el análisis estructural a partir
de la apreciación de la humilde campesina jesúsmariana referida al caballito de Santo Santiago.
42
Frazer, op. cit. pág. 207.
78
campestre a San Ignacio; la citada bebida es de color rojo y se elabora a base de tunas que se fer-
mentan y dan como resultado, una bebida espirituosa que los antiguos guerreros la mezclaban
con peyote y les proporcionaban valor suficiente para la guerra y de repente aparece una “mu-
jer de adiposidad fenomenal”, quién con sus características físicas denuncian un joven mozalbete,
a esa mujer le llaman la Vieja de los Chicaguales y ésta representa a Señora Santa Ana. Pero
¿porqué se le llama a esta vieja, Señora Santa Ana? Según el ilustre Gutierre de Tibón43 al hablar
sobre el culto a Señora Santana afirma:
Para Sahagún, así como Júpiter romano, óptimo máximo se asimiló con el dios cristiano igualmente
óptimo máximo, y la diosa Ibis de los egipcios con su niño Horo, se equiparó con la Virgen María que
porta al divino infante; y así también en México se establecieron con o sin la ayuda de los frailes,
relaciones entre las antiguas deidades del panteón prehispánico y los nuevos católicos.
Se sabe que el lugar de Tláloc, dios del agua, lo ocupó San Isidro Labrador y que el Cristo Negro de
Esquipulas, Guatemala, continúa el culto con un dios maya. Se especula sobre la sustitución de
Huitzilopochtli por Jesús, había una obvia relación entre la sangre del Nazareno, el corazón símbolo
del sacrificio religioso entre los mexicas, tiene su equivalencia en el Sagrado Corazón de Jesús.44
Cerca de Tlaxcala había un templo a la Diosa Toci, nuestra abuela; ahora bien, Santa Ana es la
abuela de Jesús, y por consiguiente, también nuestra abuela, y si Santa Ana es la abuela de Jesús,
por consiguiente también nuestra abuela.
Su culto ha sustituido a la diosa antigua, pero los fieles siguen llamando a Santa Ana, con el nom-
bre cariñoso de Toci.
Por otro lado en un erudito estudio, del maestro Francisco Salmerón45 afirma:
Al undécimo mes se le llamaba Ochpaniztli, y llevaban así también a la mujer que había de morir a
la casa donde la guardaban. Esta mujer se llamaba Toci, que quiere decir nuestra abuela, llamaban
así a la madre de los Dioses, a cuyo honor de ella, había de morir… Sacaban aquella mujer a pasear
al teangues, porque nunca más había de volver.
43
Origen de la palabra México, p. 821, apéndice II.
44
Sahagún, 2178, cap. III; 352, 253, 8. Citado por Tibón.
45
Lo efímero y lo eterno en el arte popular. tm. II.
46
Costumbres, fiestas, entretenimientos y diversas formas que proceden los indios de la Nueva España,
pág. 47-49.
47
Gómez de Orozco, Federico; en Tlalocan, vol. II pág. 37-67.
48
Historia general de las cosas de la Nueva España, vol. I. libro II. cap. XXX pág. 190-194.
79
Saliendo del teangues recibían la visita de los sátrapas de la diosa Chicomecóatl, y llevaban lo a la
casa donde habíanla de matar. Y llegada la media noche, llevaban la al cú (templo) donde había de
morir… Tomaban le de las espaldas y cortaban le presto la cabeza y luego la desollaban.
Primero degollaban el muslo, y el pellejo del muslo, llevábanlo al cú de su hijo, que se llamaba
Cintéotl que estaba en otro cú, y vestíanle, y llegando al pié del cú de Huitzilopochtli y esto lo hacía
cuatro veces. Hecho esto volvían donde estaba la estatua de Cintéotl, hijo de aquella diosa llamada
Toci, a quién este representaba.
El Cintéotl era mancebo el cual llevaba puesta una carátula del pellejo del muslo de la mujer que
había muerto y sentábase con su madre, iba junto a ella muy despacio iban al cú de la madre Toci,
donde había muerto aquella mujer, poníase en el cú aquel que representaba a la diosa Toci, en el
centro del cú, en lo alto y todos los principales que estaban abajo, comenzaban a subir con prisa
por las gradas del cú de arriba.
Luego ponían en ronda todos los cautivos que habían de morir, y ella tomaba uno y echábale sobre
el tajan de piedras que llamaban téchcatl (piedra sobre la cual se verificaban los sacrificios humanos;
tenía tres o cuatro palmos de alto y uno y medio de ancho) y luego se iba con su hijo para el cú
donde solía estar. Iban adelante sus devotos que se llamaban icuexcoan aderezados con sus
papeles, llegando al lugar donde habían de dejar el pellejo, que se llamaba moyaguácatl, acabados
todos esos juegos que hacían, aquel que llevaba o representaba a la diosa Toci, era portado al
templo que llamaban Atempan.
Acabando esto ya estaban haciendo areito en el patio de la diosa Toci, ya la tarde salían los
sátrapas de la diosa Chicomecóatl, vestida con los pellejos de los cautivos que habían muerto el día
anterior. Subía encima de un cú pequeño que se llamaba la Mesa de Huitzilopochtli, luego los
sátrapas iban a recogerse a las sacristías y luego descendían un sátrapa de lo alto de un cú y traía
un cetro de madera, luego había de derrumbarse el pellejo en el lugar de Tocititlán.
Otra versión de la fiesta de Ochpaniztli a la diosa Toci es descrita por Fray Diego de Durán,49
Otro fraile, Fray Toribio de Benavente, Motolinía, en sus Memoriales o Libros de las cosas de
la Nueva España y de los naturales de ella, en el estudio analítico Edmundo O, Gorman
refiere abundantemente las características de la fiesta de Ochpaniztli en honor a Toci:
Esta fiesta se hacía a Cintéotl, y en los cuatro barrios de México había un templo de él, y mataban en
cada uno a una mujer, la diosa Toci. Este día salían los valientes hombres con las armas o cuchillos
y flechas y dábales otras Motizuma, y el que no los traía rotos o los osaba sacar y duraban dos días,
y esta fiesta tenía por abogada “del mal de ojos” y los ofrecían, y los hombres traían dos cañas de
maíz y esta ofrenda era para él.
Otra vez nos encontramos con que esta diosa era la patrona de las curanderas del “mal de ojos”;
¿no será acaso esta fiesta una forma secreta para guardar el culto aún prevaleciente en Jesús
María Ags; tierra de brujos? Continúa la narración:
Otro día que se llamaba Ochpaniztli sacrificaban a una mujer de cada parte y desollábanla y un
joven se vestía del cuero de ellas y bailaba con todos los del pueblo y los otros con sus plumajes.
Ochpaniztli, cuando moría la Teteoinnan o Toci y veinte días después en el Ciuapan se cantaba, y
todas persona bailaba y veinte días después en el Ciuapan se cantaba, y toda persona bailaba: Los
49
Historia de los indios de la Nueva España e islas de tierra firme. vol. I. cap. XV. pág. 143 a 145.
80
supremos sacerdotes, y los soberanos, los señores, los capitanes, las mujeres, y se adoraban y
vestían su xicolli y su tilma de mariposas, su calabaza de tabaco […] Y los capitanes con ello se
ataviaban: ellas con sus trenzas y ellos con su ceñidor y las mujeres solamente con su enagua; su
huipil. Y cuando se bailaba en esta fiesta, sólo iban ordenados en cada fila, iban y venían y todo
macehual (hombre de pueblo) toda persona bailaba.
Y cuando llegamos a su día […] ya casi al anochecer, moría la Teteoinnan… Y cuando ya murió la
desollaron, y una persona se vestía de su piel. Luego iban al patio de Huitzilopochtli, por eso se
llama (pisa su tambor) y al anochecer se llamaba (escaramuza contra los huastecos armados de
escobas). Cuando ya amaneció en el patio de Huitzilopochtli se bailaba con todas las insignias y las
prendas guerreras y con macanas se bailaba y con la máscara de piel del muslo humano y luego de
allí partían para colocarla sobre el palo, a la que se llamaba yaocíhuatl, mujer guerrera.
La fiesta salía (empezaba) el mes de de agosto el vigésimo quinto.
Finalmente Fray Juan de Torquemada en 1723,50 sitúa la fiesta dentro del calendario gregoriano:
FIESTA DE OCHPANIZTLI
En el undécimo mes del calendario mexicano tenía su día y su fiesta, cuando la madre de los dioses
llamada Teteoynan… Llamaban a este mes de Ochpaniztli, y caía su primer día a los veinte y cuatro
de agosto y fenecía el doce de septiembre. Pero cinco dan antes que entrara el mes de Ochpaniztli,
cesaban todas las fiestas del pasado, y quedaba el tiempo de sosiego y calma sin fiesta, ni celebración
alguna.
En entrando el primer día, bailaban en el dicho templo, sin teponaztli ni canto, sino en un
concentrado, y mudo silencio, componían a la mujer, que representaba la imagen de ésta […] diosa,
con sus aderezos y ornamentos y acompañaban la gran número de mujeres (en especial de médicas
y parteras) y la quinta fiesta que daban al pueblo, era como un juego, a manera del de cañas.
Hacían para este juego unas pelotas de una hierba llamada Pachtli (manojo, planta que crece sobre
los árboles con lo que adoraban los templos para las ceremonias), otras de espadañas y juncia,
otras con pencas de tunas, y con estas cosas que tiraban las unas y las otras… este juego duraba
cuatro días.
Llegaba la noche que había de morir, componíanla y aderezábanla muy ricamente y con mucha
curiosidad: haciéndola entender que era para que se fuese a dormir, y pasar algún tiempo y horas
con algún señor, o príncipe, y con este engaño, y mucho silencio la llevaban al cú, y templo, donde
había de morir, y ser sacrificada. De esta manera la subían arriba de todas las gradas y la ponían
sobre otra mujer, vuelta espaldas con espaldas, de la que tenía a cuestas.
Luego que mataba a esa mujer, la desollaban, ese sacrificio que se inventó […] en Culhuacán, en
servicio de ésta Diosa, y el pellejo se lo vestía un mancebo robusto, al cual llevaban los sátrapas, y
sacerdotes de aquel templo, con toda las demás gente del pueblo, al de Huitzilopochtli.
Con este mancebo iban otros muchos cautivos: de los cuales, en llegando al altar de Huitzilopochtli,
el mismo mancebo revestido de este pellejo, mataba por una mano, y persona cuatro, y les sacaba
los corazones, y ofrecía al Dios; todos los demás, que eran del sacrificio, los mataba, y ofrecía al
sacerdote, dedicado para ello.
En el anterior texto, existen varias afirmaciones de interés nodal para este estudio, ya que el
padre Torquemada hace el paralelismo entre la fiesta de las “barredoras de ojos” con el “juego
de cañas”, que es una derivación de la citada Danza de Moros y Crisitianos.
Otra afirmación interesante es aquella donde el sabio sacerdote enuncia: que la tradición de
desollar a una mujer, y sacrificarla en honor de Toci, la abuela de los dioses, nació en Culhuacán;
y con los despojos de la sacrificada se hacía una máscara para que la vistiese un jóven robusto:
(¡qué feliz paralelismo con el joven que se viste de mujer en la danza de la Vieja de los Chicahuales¡)
Ahora vayamos al fondo del mito; ¿Cuál es el origen de esa diosa Toci, de dónde proviene ese
cruento ritual? Los elementos básicos para responder los encontré en el Códice Ramírez (la
relación del origen de los indios que habitan la Nueva España, según sus historias) el cual es un
manuscrito del siglo XVI, y fue descubierto por el erudito bibliógrafo José Fernández Ramírez,
en el convento de San Francisco en la ciudad de México.
Ramírez a quién se le debe el nombre del códice, preparó el manuscrito para su publicación
anteponiéndole una advertencia y notas, sin embargo no vio cumplido su acometido, ya que
murió antes de ser publicado. Don Alfredo Chavero, heredero de la biblioteca de Ramírez, inmedia-
tamente regaló el manuscrito a su maestro y amigo, el historiador Manuel Orozco y Berra y de-
seando honrar la memoria de Ramírez, le dio el citado nombre.51 En ese memorable estudio,
50
Veinte y un libros rituales y monarquía indiana, vol. II, libro X, cap. XXIII, pág. 275-276.
51
Códice Ramírez. La relación del origen de los indios que habitan la Nueva España, según sus historias.
81
titulado Crónica Mexicana, de 1598, anotada por el Lic. Manuel Orozco y Berra, y precedida
del Códice Ramírez,52 se desarrolla íntegramente el mito, que aunque sólo se ha enunciado en
citas anteriores este escrito muestra su riqueza y nos explica el porqué de cada elemento mítico
genéticamente, vayamos al mito madre.
DIOSES
Que una de ellas se llama Toci, que quiere decir nuestra Abuela hija del rey de Culhuacán
Uno de estos dioses tuvo un hijo, grandísimo cazador, que después tomaron como dios los de
Tlaxcalan, donde había gran abundancia de cazadores, por ser la tierra aparejada para ello;
estos, en la solemnidad de la fiesta, por ser gente rica y poderosa no menos ceremonias y gastos
hacían que los demás, en particular la otra diosa era aquella que llamaban Toci, que quiere
decir nuestra abuela, que fue la hija de Culhuacán, que fue la primera que desollaron por
mandato de Huitzilopochtli, haciéndola de éste su hermana, y desde entonces comenzaron a
usar este género de desollar en los sacrificios.
Y el otro sacrificio de sacar corazones, les enseñó el mismo ídolo cuando sacó a los que cas-
tigó de Tula, como queda referida en la historia de los mexicanos.53
EL MITO DE TOCI
Estando en paz y sosiego Huitzilopochtli, dios de los Mexicanos, viendo el provecho que le seguía
de sus intentos con tanta paz, dijo a los viejos: Necesidad tenemos de una mujer, la cual se ha de
llamar ‘la mujer de la discordia’ y ésta se ha de llamar mi agüela, en el lugar que hemos de ir a morar,
México, porque no es este el sitio donde hemos de morar, Tizapán (lugar de las aguas blancas)
donde abundaban las serpientes y las domaron los mexicanos. Nuestra habitación no es esta, más
atrás queda el asiento que os tengo prometido y es necesario que la ocasión de dejar este que
ahora habitamos sea con guerra y muerte y empecemos a levantar nuestras armas, arcos, flechas,
rodelas, espadas, y demos a entender al mundo nuestro valor de personas. Comenzad pues a aper-
cibidos de las cosas necesarias, para nuestra defensa y ofensa de nuestros enemigos, y búsquense
luego medio para que salgamos de este lugar; y sea esto: Que luego os dará, y esta ha de ser la mujer
de la Discordia, como adelante lo veréis.
Los mexicanos que fueron siempre obedientes a su dios, fueron luego al rey de Culhuacán, y
proponiendo su embajada, y viendo este que le pedían a su hija para “reina de los mexicanos”,
y “abuela de dios”; con codicia éste diósela sin dificultad, a lo cual los mexicanos llevaron con
honra posible, con mucho contento y regocijo de ambas partes. Puesta en su trono aquella
noche habló a sus ayos y sacerdotes diciéndoles:
Ya os avisé que esta mujer había de ser la discordia entre vosotros y los de Culhuacán, y para lo que
yo tengo determinado se cumpla, matad a esa moza y sacrificadla a mi nombre, a la cual desde hoy
tomo como madre. Después de muerta desolladla toda y el cuero vestídselo a uno de los principales
mancebos y encima vestidle de los demás vestidos mujeriles de la moza.
Además convidaréis al rey su padre a que venga a su adoración, a la diosa su hija, y a ofrecerle
sacrificios. Todo lo cual, se puso en obra, y esta diosa es la que después los mexicanos tuvieron
por Toci, nombrada así en el Libro de los Sacrificios que quiere decir nuestra abuela.
Llamaron luego al rey su padre, para que la viniese a adorar según el ídolo lo había mandado; aceptó
el rey de Culhuacán el convite y juntado por sus principales y señores les dijo que llevaran sus
ofrendas y presentes para ofrecer a su hija, que ya era diosa de los mexicanos; ellos teniéndolo
como cosa muy justa, juntaron muchas y diversas cosas acostumbradas en sus ofrendas y
sacrificios. Y saliendo con todo este aparato con su rey, vinieron al lugar de los mexicanos, los
cuales los recibieron y aparentaron lo mejor que pudieron dándoles el parabién de su venida:
Después que hubieron desempacado metieron los mexicanos al indio que estaba vestido con el
cuero de la hija del Rey, al aposento del ídolo Huitzilopochtli, y poniéndolo a su lado salieron a
llamar al rey de Culhuacán diciéndole: “Señor si eres servido, bien puedes entrar a ver a nuestro
dios, y a la diosa tu hija, y hacerle ofrendas y reverencias.”
El rey teniendo por bien se levantó y entrando en el aposento del ídolo, comenzó a hacer grandes
ceremonias, y cortó cabezas de muchas codornices y otras aves que había llevada al sacrificio, y
52
Orozco y Berra, Manuel. Crónica mexicana. Vol. III. julio-agosto, 1953, No. 1. Artículo de Luis Leal.
53
op. cit. pág. 28.
82
por estar la pieza obscura, no veía a quién ni adelante estaba haciendo los sacrificios. Hasta que
tomando el bracero de lumbre, en la mano según la industria que le dieron echó el incienso en él de
modo que la llama aclaró el lugar del ídolo y el cuero de su hija, y reconociendo aquella crueldad tan
grande, cobrando grandísimo horror y espanto, soltó de la mano el incensario y salió dando voces
diciendo: “¡Aquí mis vasallos de Culhuacán, contra una maldad grande como la que los mexicanos
han cometido, que han muerto a mi hija, y la han desollado, han vestido a un mancebo a quién me
han hecho adorar¡”
¡Mueran y sean destruidos, hombres tan crueles y malos de costumbres; no queden restos del
ellos ni memoria, demos fin de ellos, vasallos míos¡
Ahora bien, si Toci era la deidad principal de los tlaxcaltecas, ¿qué tiene qué hacer en Jesús Ma-
ría, Aguascalientes, en la personificación de la Vieja de los Chicahuales? ¿Cómo llegó este tipo
de reminiscencia cultural hasta el centro del país?
Primero dejemos bien establecido qué según el juicio de Guitérre de Tibón hubo una extrapo-
lación del panteón cristiano, una vez consumada la conquista militar y religiosa de México. De
ahí que si la abuela de los dioses prehispánicos era Toci, esta cambiaría su nombre por el de Se-
ñora Santa Ana, la abuela de Jesús el Nazareno, de la religión cristiana. En segundo lugar consi-
deremos cómo surge en Tlaxcala este culto mediante numerosos testimonios, por ejemplo el del
ilustre Antonio Peñafiel sospecha que el templo principal de Camaxtli y de la diosa Toci, dei-
dades principales de los tlaxcaltecas, se encontraban en el cerro de Ocotlán. El único fundamento
de esta hipótesis es la costumbre que tenían los misioneros católicos, en construir templos en
los mismos asientos de los teocallis de los ídolos.
Donde estuvo la diosa Toci se llamaba Tocititlán, lugar de la Diosa Toci, una casa de paja
sosteniendo en lo alto por cuatro morrillos, clavados en la tierra, de más de veinticinco brazos
de alto, en la cumbre de éstos había un tablado y sobre él un adoratorio de paja.54
El ídolo de paja, representaba a una anciana, con media cara blanca, de las narices para arriba y
negra de la otra mitad para abajo; su tocado de mujer con cabellera, según las mujeres usaban;
pero lo que formaba sus distintivos principales eran unas juergadas de algodón pegado, formando
una corona y clavados en la misma cabellera, con unos huesos y sus mazorcas, molotes de hilo y de
sus puntos colgaban unas copas de algodón cordado. En una tenía una rodela y en otra una escoba,
signo de la fiesta de Ochpaniztli; que significa barredoras, porque en esa fecha se barrían los
caminos.
Se dice que esta diosa era el corazón de la tierra, porque cuando quería hacía temblar la tierra.
Asentado que Toci era una de las principales deidades de los tlaxcaltecas, y era además la a-
buela de los mexicanos su culto se extrapoló a Señora Santa Ana, con el advenimiento de la nue-
va religión. Ahora bien, la pacificación de la frontera norte de México infestada con tribus nó-
madas de Chichimecas nombre generalizado, que en realidad contenía a las diversas tribus de
pames, zacatecos, caxcanes, huachichiles, guámares, huaxtecos, etc. asumió características épicas,
desde las acciones militares, las acciones religiosas y finalmente las más acertadas; las pacifistas
y de contacto con indígenas ya culturizados como los tlaxcaltecas.
El clásico conocedor de estos temas Philip Wayne Powell, afirma que una vez consumada la
conquista de México Tenochtitlán, los esfuerzos por colonizar y descubrir los grandes yacimientos
de oro y plata, del norte del país fueron magnos. Así con la protección y proveeduría, la enseñanza
y la agricultura apoyada por maestros y ex soldados, así como por los clérigos aconteció un
hecho fundamental para la pacificación de la Gran Chichimeca. Este fue el envío de cuatrocientas
familias cristianizadas de Tlaxcala a la Gran Chichimeca para que ellos fueran modelos sociales
de comportamiento civilizado, para los chichimécas nómadas del norte.
Los tlaxcaltecas obtuvieron privilegios (más allá de los que ya gozaban con sus aliados españoles,
a la caída del imperio azteca) cortesías y honras además de buenas tierras y suficiente ayuda y
sustento, en tanto que comenzaban las cosechas.55
Uno de los principales pacificadores del norte del país fue el capitán Miguel Caldera, quién
promovió para que el virrey Velazco permitiera que colonizasen estos tlaxcaltecas, la frontera
norte. El propio capitán Caldera fue el superior encargado de la distribución y protección de los
54
Antonio Peñafiel. La ciudad virreinal de Tlaxcala; editado por acuerdo de Porfirio Díaz en 1909.
55
Powell. Capitán mestizo, Miguel Caldera; pág. 195 et seq.
83
Que los tlaxcaltecas disponen de todo lo que dentro de mis posibilidades les podemos administrar,
y ellos parecen contentos al hacer esto. Quiera Dios que les lleve éxito, siempre existe la dificultad
ya que todos son indios, y los chichimecas son tan bárbaros que no hay certeza en qué acabará
esto. Sin embargo yo estoy contento de todo lo que he hecho, dentro de mis posibilidades para que
haya resultado favorable.
Al concluir esta visita, el seis de julio de ese mismo año envió por medio del correo de indios
estos regalos a los tlaxaltecas:56
Cuarenta y ocho máscaras nativas de la tierra, de todas clases, treinta y nueve pelucas
nativas, cada una diferente a las demás, doscientas cuarenta pequeñas campanas, seis
piezas de colores para pintar: azul, rojo, amarillo, morado y mil agujas de España.
El mes de julio del mismo año, cuando la gran caravana cruzó la mitad del camino entre
Jilotepec y Querétaro, se tomó un censo oficial, la cuenta dio: novecientos treinta y dos colonos,
seiscientos noventa casados, ciento ochenta y siete niños y cincuenta y cinco adultos solteros.
Ya con un mes de camino, los emigrantes se encontraron a menos de la mitad del camino,
con los capitanes protectores en el Presidio de Coicillo (¿será cerca de Aguascalientes, casi a la
altura del actual Luis Moya?) unas cuantas millas antes de llegar a Zacatecas. Ellos llegaron al
citado punto del Coicillo a principios de agosto y fueron saludados por el general Rodrigo Río
de la Loza, el juez Caldera y otros oficiales, el mismo capitán Caldera escribió:57
En el lugar de Ojocaliente, llamado Cuisitique, yo dividí a los tlaxcaltecas que el Virrey Velazco, me
había dado a petición mía: a unos los coloqué en Tequisquiapan (más tarde S. L. P. donde Caldera
había comenzado la pacificación de los Guachichiles) a otros en Saltillo y San Andrés Chalchihuites,
y los que quedaron los coloqué en la frontera occidente, en San Luis Colotlán.
Con los anteriores testimonios, aparte de la labor catequizadora de los franciscanos y demás
ordenes religiosas, la función de los indios cristianizados tlaxcaltecas fue determinante para la
pacificación del norte del país.
Tlaxcala con sus elementos culturales mexicas, propagó testimonios de sus anteriores
reminisencias simbólicas y a manera de hipótesis podemos creer que esas similitudes entre el
mito de Toci, la abuela de los mexicanos o Señora Santa Ana, la abuela de Jesucristo y la danza
jesusmariana de la Vieja de los Chicahuales; contienen características similares y se conectan
estos elementos culturales con las citada migración de tlaxcaltecas, en la frontera norte.
A pesar de que el pueblo de Jesús María de los Dolores, se fundó en 1701, el motivo de su
creación, a decir del investigador Jesús Gómez Serrano no fue la pacificación de la frontera ya
que para ese año la zona de Aguascalientes no representaba ningún problema político, además
que pocos indios que merodeaban en la región, y la mayoría había sido incorporada a los nú-
cleos de población hispana.
Ahora bien el origen étnico de los indios que poblaron Jesús María, Aguascalientes, es desco-
nocido pero “con mucha probabilidad se trata de mexicas” la citada hipótesis es del maestro
Alejandro Topete del Valle, quién basa esta afirmación, en el apellido Moctezuma del cacique
fundador de Jesús María. Solo nos queda reiterar como mera hipótesis las similitudes tanto en
elementos como en estructura general, referidos al mito de Toci, la abuela de los mexicanos y
de la manifestación cultural de la Vieja de los Chicahuales como idénticos; además podemos
añadir otra hipótesis complementaria:
56
ibid. pág. 200, U.F.M. 185.
57
ibid. pág. 201 V.H.S.L.P. 435.
84
Que los indios colonizadores de orígen tlaxcalteca, propagaron de una manera secreta o por lo
menos no explícita, el culto a la Abuela de los Dioses, Toci, Señora Santa Ana, en la persona de la
Vieja de los Chicahuales, manteniendo vivo el recuerdo del ritual cruento de Culhuacán, pero res-
petando a la religión católica.
Existe un elemento simbólico primordial que representa a la “abuela de los mexicanos”; ese ele-
mento es el maíz. En los siguientes textos encontraremos la razón por la cual el maíz representa
a Toci. El testimonio de Cesar Macazaga58 versa en el sentido de que el hombre mesoamericano,
al dejar de ser nómada, al tener asiento tuvo su vida, su sustento eterno, descubriendo la plan-
ta sagrada del maíz. Esta planta siendo cultivada aún en condiciones primitivas, sin instrumentos
especializados, llega en algunos lugares a dar tres cosechas al año. Siendo el maíz un producto
cultural de los pueblos mesoamericanos, provocó que los sacerdotes de diversas religiones, lo
consideran como alimento teístico.
Por ejemplo, Centéotl era el dios, o la diosa del maíz en general; proviene del náhuatl: centli,
maíz y téotl: dios. Esta era la deidad entre los mexicas de los que labraban piedras preciosas,
quizás porque la mazorca parece un mosaico como las piedras que esculpían estos artífices.
Sahagún afirmaba que Centéotl, o Huiztacolihuiqui, era el hijo de aquella diosa llamada To-
ci. Xilonen era la diosa de las mazorcas tiernas, aún en el México rural contemporáneo se dice:
“el maíz está jiloteando”, que ya tiene una espiguita dorada y afortunadamente esta espiguita,
es Xilonen, la diosa del maíz tierno. Chicomecóatl, la diosa de los mantenimientos, tanto de lo
que se come como de lo que se bebe, a ella se le ofrecía todo tipo de maíz, toda variedad de
frijoles y de chía, porque decían que ella los cultivaba y era la dadora de los mantenimientos
para que viviera la gente. Ilamatecuhtli: la princesa vieja, la diosa del maíz seco, que de otro
modo llamaban la Tona, o Teteoina, Toci. Una representación de esta diosa del maíz seco es la
famosa piedra verde del templo mayor, que apareció enterrado al lado de Coyolxauhqui.
Fray Toribio de Benavente afirma59 que la fiesta de Ochpaniztli, se hacía a Cintéotl, y en los
cuatro barrios de la ciudad de México, y en esta fiesta se tenía como “abogada del mal de ojo”.
Los hombres traían dos cañas de maíz atadas y un papel, revueltas con dos mazorcas de maíz,
y esta ofrenda tomaba el sacerdote para él.
Finalmente Gutiérre Tibón60 considera que en la fiesta de Ochpaniztli, (barrido de caminos)
se sitúa en nuestro actual mes de septiembre, desde luego en época de cosechas, Toci moría
simbólicamente para que los humanos pudiéramos vivir; a su muerte correspondía el nacimiento
de su hijo Cintéotl, dios del maíz tierno, opuesto a Xilonen diosa del maíz tierno.61
Otros atributos que se le daba a Toci era el de mujer guerrera,62 La fiesta de Ochpaniztli, era
un complejo de ceremonias de esta diosa y parecen haber tenido diferentes niveles de simbolismo.
Por una parte tenemos las ceremonias referentes al maíz y la fertilidad, pero esta fiesta tenían
indudablemente una relación muy destacada con la guerra, La diosa Toci era invocada como
yaocíhuatl. 63
Las luchas rituales formaban parte muy importante en esta fiesta. Parece por lo tanto, continúa
Broda, que el relato del desollamiento de la hija del rey de Culhuacán es el prototipo histórico-
mitológico en la fiesta de Ochpaniztli, contenía precisamente ceremonias que parecen haber
simbolizado el casamiento de la diosa Toci con Huitzilopochtli, mientras que el hijo que nació
de esta unión fue Cintéotl.64 De esta forma concluye la investigadora, parece lógico suponer que
los mexicas hayan adoptado ceremonias de los culhúa, durante su dependencia política, y que
estos ritos hayan sobrevivido en la fiesta de Ochpaniztli.
A la diosa Toci también se le da el carácter de deidad lunar.65 Para el autor existen varios
testimonios de investigadores que consideran a Teteo Innan y a Xochiquétzal como las diosas
lunares por excelencia. Ellos consideran a Toci o Teteoinnan como la luna vieja y a Xochiquetzal,
la luna joven. Toci es identificada con Tlazotéotl y con Mayáhuel y a todas ellas se les considera
58
Los ritos de la fertilidad. Ed. Huracán, 1981.
59
Memoriales o Libro de las Cosas de la Nueva España y de los naturales de ella. Ed. UNAM, 1971.
60
Historia del nombre y fundación de México; pág. 77.
61
ibid. pág. 682-683.
62
Johanna Broda. Consideraciones sobre historiografía e ideología mexicas; las crónicas indígenas y
elestudio de los ritos y sacrificios. Ed. UNAM, 1978.
63
Del verbo yacihua; hacer la guerra: oyacihu. Simeon, op. cit. pág. 161.
64
Seler, Eduard. t. 1. pág. 120; citado por Broda.
65
Yólotl González. Algunos aspectos del culto a la luna en el México antiguo; pág. 113, et. seq.
85
como diosas lunares. En un estudio que hizo Thomson,66 sobre las deidades lunares, se encuentran
las siguientes características:
1. Era esposa, a veces hermana del sol.
2. Era patrona de los trabajadores textiles y presumiblemente inventó el tejido.
3. Presidía la procreación y el nacimiento y fue la primera mujer que tuvo relaciones sexuales.
4. Era licenciosa.
5. Como primera mujer era considerada Nuestra Abuela o la madre de los dioses.
6. A través de sus características licenciosas era relacionada con la rosa.
7. Su esposo o asociado era un poeta o cantante.
8. En la tradición mexicana y presumiblemente la maya, ella era la madre de la tierra y
madre del dios del maíz.
9. Estaba asociada con el zopilote rey, con el venado y la araña.
10. Era la diosa de la adivinación.
11. Estaba relacionada con el agua.
Ochpaniztli, la fiesta en que se celebraba a Teteo Innan, o Toci, contiene gran cantidad de
simbolismo lunar, la luna está universalmente asociada a la magia y la adivinación. En Ochpa-
niztli los médicos y adivinos (otra coincidencia que nos reafirma el carácter de hechiceros y
brujos que heredaron los pobladores de Jesús María) ofrecían a la mujer que representaba a Te-
teo Innan y antes de morir la acompañaban en sus bailes y en su vigilia, esta representante era
desollada a la media noche, posteriormente el sacerdote se vestía la piel desollada a la que se
llamaba teccizcuacuilli, “el tonsurado del caracol”, la piel del muslo mexayácatl, “cara de muslo”
o “cara de luna”, era usada como careta de otro sacerdote que representaba al dios Cintéotl, al
que también se le llamaba Itzacoliuhqui, hijo de la diosa Teteo Innan,67 el dios Itztacoliuhqui,
hijo de la diosa Teteo Innan es representado en algunos códices frente al templo norte, dentro
del cual había una imagen de ella. El sacerdote que personificaba a Toci, mataba a cuatro cauti-
vos y los demás eran sacrificados por otros sacerdotes. Las pieles de las víctimas eran vestidas
por sacerdotes de la diosa Chicomecóatl y Cintéotl y con ellas puestas, repartían al pueblo maíz
y semillas de calabaza.68
La asociación lunar parece bastante clara; el astro ejerce fuerte influencia sobre la vida vege-
tal, en este caso el maíz, por lo que Chicomecóatl y Cintéoltl participaban en una ceremonia en
la que seguramente se festejaba a Teteo Innan en su aspecto de diosa lunar. El rito del desolla-
miento y vestirse la piel del desollado simboliza el renacer de la naturaleza.
66
Krikeber y Tompson; pág. 127.
67
Florentine Codex, l. II. pág. 112. del Paso y Troncoso, pág. 90.
68
Otra coincidencia con la vieja de los Chicahuales que dona tortilla a sus hijos chicahuales.
69
1ª Samuel 1, 1-2 et. seq. Enciclopedia de la Biblia, t. I. pág. 444-446.
86
conyugal. Acudía a diario al templo y servía a Dios de día y de noche con ayunos y oraciones.
Tenía ochenta y cuatro años cuando, al ir al templo, ocurrió la presentación de Jesús, entonces
alabó a Dios y habló del niño a cuantos esperaban la redención de Israel. El texto evangélico
dice que no se alejaba del templo habiendo de entender que por ello vivía en un edificio anexo
al santo lugar. El Martirologio Romano, celebra su fiesta el primero de septiembre, la iglesia cop-
ta el 2 de febrero y el rito bizantino el 3 de febrero, o el 28 de septiembre. Ana fue la madre de
la virgen María y esposa de San Joaquín, cuyo nombre se conoce gracias a los evangelios apócrifos.
Ahora bien; en México, una vez que la religión católica se oficializó, el sentir popular comenzó
a utilizar la figura de la abuela de Jesucristo para las canciones de cuna. Veamos el elogio lírico
recolectado por Vicente T. Mendoza:70
CANCIÓN DE CUNA
LA MANZANA PERDIDA
Se trata de un texto sin música, fechado en Puebla, en 1914, y recogido por el Sr. Manuel Toussaint.
Estos textos son utilizados por las madres mexicanas, cuando el niño por alguna causa tarda
en dormir. N. B. Si persisten las molestias del insomnio, cántele la última estrofa y déle una nal-
gada al niño, y lo dejará dormir pacíficamente.
70
Mendoza, Vicente T. Lírica infantil de México; pág. 29-30. Testimonio recuperado en la ciudad de Cholula,
Puebla; la cantaba la señora Guadalupe Gutiérrez de Mendoza.
87
No fué Dionisios la única deidad griega cuya historia trágica y ritual parece reflejar la decadencia y
vivificación de la naturaleza. En otra forma y con diferente aplicación aparece la antigua leyenda
en el mito de Démeter y Perséfona.
En la fábula griega, con sus descendientes asiáticas y egipcias una diosa llora la pérdida del ser
amado, que personifica la vegetación, más específicamente el cereal, que muere en invierno y
revive en primavera. Mientras que la imaginación oriental representó al amante o perdido como
un marido muerto, y llorado por su amada, la fantasía griega realizó la misma idea bajo la
forma de una hija muerta y llorada por su madre apenada.
El documento que narra el mito de Démeter es el Himno Homérico, que la crítica histórica
sitúa en el Siglo VII a.C. El objeto del poema es explicar el origen de los versos Eleusinos. El
creador del poema manifiesta el carácter y las funciones de las deidades griegas.
La juvenil Perséfona, se encontraba recogiendo rosas, lirios, violetas y flores de azafrán, jacintos,
narcizos, en una verde pradera cuando se abrió la tierra y Plutón (dios de los muertos), surgió del
abismo y raptó a la joven y se la llevó en su carro dorado para que fuese desposada y reinara en
el tenebroso mundo subterráneo.
Su afligida madre Démeter con sus rubias trensas veladas bajo un manto negro de luto, la buscó
por cielo tierra y mar y conociendo por el Sol, la suerte de su hija se retiró encolerizada contra los
dioses, fijando su morada en Eleusis, donde se presentó ante las hijas del rey; con la apariencia de
una anciana sentada tristemente bajo las sombras de un olivo junto a un pozo de doncellas al que
las damiselas venían a sacar agua en jarras de bronce para la casa de su padre.
Encolerizada por la desgracia que sufría no permitió que germinasen las semillas en la tierra,
haciendo que quedaran ocultas bajo el suelo, y juró que no pondría los pies más en el Olimpo, ni
consentiría que el cereal germinase mientras su hija perdida no le fuese devuelta.
En vano los bueyes arrastraban los arados de acá para allá en los campos; en vano el sembrador
dejaba caer la simiente de cebada en los pardos surcos; nada brotaba del suelo reseco y aterronado.
Hasta la planicie Rariana (entre los griegos la primera siembra y siega se hacía un ritual en la
planicie Rariana, que está a unos 22 km. al oeste de Atenas, pasada la tierra baja de Eleusis. Allí
dicen que Démeter sembró la primera mies y en ese mismo lugar está el campo de Orgas, cuyo
arbolado está consagrado a Démeter y Perséfona. El pueblo actual se llama Lepsina) cercana a
Eleusis, que solía ondular con doradas mieses, estaba desnuda en el barbecho.
El género humano había padecido de hambre y los dioses se habrían privado de sacrificios si
Zeus, alarmado, no hubiera ordenado a Plutón devolver su presa y entregar su desposada a su
madre Démeter. El ceñudo señor de los muertos obedeció sonriendo, pero antes de devolver a la
reina al aire libre le brindó una granada para que comiera, con lo que aseguró que volviera a él.
Zeus, entónces estipuló que de allí en adelante Perséfona habría de pasar dos tercios del año con
su madre y con los dioses del mundo superior, y un tercio del año en el mundo inferior con Plutón.
Alegremente volvió la hija a la luz y con gozo la recibió su madre abrazándola, y en su gozo por
haber recobrado a la hija perdida hizo brotar al grano de los terrones del campo, llenanado de ho-
jas y flores, alegrando el panorama que inmediatamente mostró a los príncipes de Eleusis: a Tripo-
lemo, Eumolpo, Diocles y al propio rey Celeos, revelándoles por añadidura sus ritos sagrados y
misteriosos.
Bendito el mortal que ha visto estas cosas, dice el poeta, pero el que no ha participado de la vida,
nunca será feliz en la muerte cuando descienda a las tinieblas de la tumba. De esta forma las dos
diosas se marcharon a compartir la gloria con los dioses del Olimpo. El poeta termina con una
piadosa oración a Démeter y Perséfona, para que tengan la complacencia de concederle seguramente
71
Frazer, op cit. cap. XLIV, pág. 451-456.
88
La profunda fé arraigada a Démeter, entre los antiguos griegos, como la diosa del grano, puede
juzgarse por la circunstancia que ésta persistió entre los descendientes cristianos en su viejo
santuario de Elusis, hasta comienzos del siglo XIX, cuando el viajero inglés Dodwell visitó por
segunda ocasión, y en ese tiempo los habitantes se quejaron con él por la pérdida de una
imágen colosal de Démeter que se había llevado Clarke, en el año de 1802 como regalo a la
Universidad de Cambridge, donde permanece aún.
Por otra parte, esa tradición de mitificar la figura de la madre o la abuela y representarla en
el ritual que honra al grano viejo y al grano joven que legitima la figura de la hija, referida
como la hija o la nieta, se puede encontrar en los siguientes ritos de la Europa central. Namhart,
citado por Frazer72 argumenta que la primera parte del nombre de Démeter se deriva de una
supuesta palabra cretense: deai, cebada, y en consecuencia Démeter significa Madre de la Cebada,
madre del grano, pero la raíz de la palabra se aplica a diferentes clases de grano. Además el uso
de la cebada, en el ritual religioso, tanto de los indostanos como de los antiguos griegos, recuerda
que éste fué practicado por los habitantes de los palafitos en la Edad de piedra en Euopa. El
citado autor recolectó del folklore europeo una abundancia respetable de analogías con la
madre y la abuela del grano de la antigua Grecia.
En Alemania el grano es comúnmente personificado con la expresión madre del grano, de
esta forma en primavera se dice: la madre de la mies está caminando por el campo. Cuando los
niños alemanes quieren ir a las mieses a recoger frutos o amapolas rojas, les dicen los mayores
que no vayan porque: la madre del grano está sentada entre las espigas y los atrapará. También
la llaman según la cosecha de que se trate, ya sea la madre del centeno, o la madre del guisante.
Se tiene la creencia de que la madre de la mies hace madurar la cosecha de esta forma; en las
vecindades de Majdeburg se dice en ocasiones: será un buen año para el lino, han visto a la
madre del lino.
72
ibid. pág. 457-479.
89
73
Frazer, op. cit. pág. 478-479.
90
Los mandanos y minitaris de Norteamérica solían tener en primavera un festival que llamaban la
fiesta femenina de la “Medicina del Maíz”, creían que cierta vieja que nunca muere hacía crecer las
mieses, y que viviendo en algún lugar del sur enviaba las aves acuáticas emigrantes en primavera, o
como representantes de símbolos suyos.
Cada especie de aves representaba una clase especial de planta cultivada por los indios; el ánade
salvaje representaba al maíz, el cisne a las calabazas y el pato salvaje a los frijoles. De esta manera
cuando los plumíferos consejeros empezaban a llegar en primavera, los indios celebraban la fiesta
femenina de la medicina del maíz. Levantaban unos tablaos en los que la gente colgaba carne seca,
y otras cosas a manera de ofrenda a “la vieja” y en un día determinado todas las ancianas de la tribu,
como representantes en vida de la vieja que nunca muere, se reunían en los tablaos llevando cada
una de ellas una mazorca de maíz atada a un palo. Mientras las ancianas batían tambores y agitaban
maracas como acompañamiento musical del baile de ancianas.
Además las mujeres jóvenes llegaban para poner en las bocas de las ancianas un poco de tabaco,
por lo que recibían a cambio para comerlo un grano de maíz consagrado. (Cualquier similitud con
los ritos eleusinos griegos es mera simetría estructural mítica.) Las ancianas dejaban en los platillos
de las mujeres jóvenes tres o cuatro granos de maíz santo, para que las mezclaran, con todo
cuidado, con el maíz simiente que, así suponían, se fertilizaba. La carne seca colgada en plataformas
que daba para las ancianas, pues ellas representaban a la vieja que nunca muere.
Un festival de mujeres de la medicina del maíz se celebraba en el otoño, con el propósito de atraer
a las manadas de búfalos y asegurar así su dotación de carne. En esta ocasión del año todas las
mujeres llevaban un plato de maíz desarraigado. Daban el nombre de la “vieja que nunca muere” al
maíz, y también a las aves que consideraban como símbolo de frutos de la tierra, y les oraban en
otoño diciendo:
“Madre ten piedad de nosotros, no nos envíes el fruto amargo demasiado pronto, pues tememos no
tener la carne suficiente. No permitas que se manche la caza que podamos tener algo en invierno.”
En el otoño, cuando las aves volaban hacia el Sur, los indios creían que estas se marchaban a la
“casa de la vieja” llevándo ofrendas que habían sido expuesta en el tablado, en particular la carne
seca que ella comía.
Este rito, concluye Frazer, considera el espíritu o divinidad del maíz como una vieja, representada
corporalmente por las ancianas, que en su calidad de representantes recibían algo, por lo menos,
de la ofrenda que destinaban a ella.
A nálisis
E structural
CAPÍTULO II
PROPUESTA
Tratar de concluir una labor de búsqueda, de indagación e investigación sobre mitos sin un
presupuesto estructural, equivaldría a entregar un producto cultural culinario en el que probamos
su sabor y desconocemos los ingredientes con que fue creado, la manera como se preparara y
desconociendo la génesis de la tradición. En lo consecutivo se tratará de establecer un análisis
estructural sobre el cúmulo de mitos jacóbeos y sus correspondientes ritos y danzas.
Se preguntará porqué un análisis estructural y no de otro tipo; las razones son las siguientes:
El análisis estructural permite esclarecer, a partir de su método, las estructuras formales
inconscientes a través de categorías empíricas tales como: paz H guerra, fertilidad H esterilidad;
mundo externo H inframundo, crudo H cocido, fresco H podrido, definibles con precisión en
cada caso y dar un punto de vista de una cultura particular.1 A su vez el método estructural
implica los siguientes aspectos:
Observación rigurosa de los hechos sin permitir que los perjuicios alteren la naturaleza del
mito. Además, el detalle es importante y éste puede ser pertinente como instrumento de enlace
o de análisis. La homogeneización, la transformación y el detalle han sido los instrumentos
para introducir un orden en los grupos míticos en los sistemas.
El método estructural propone un gran orden y un nivel de complejidad. El gran objetivo del
método estructural es la construcción de un cuerpo multidimensional cuyas partes centrales
organizan un todo. Esta multidimensionalidad está dada por la integración de códigos, la inte-
gración de la cadena sintagmática, y la elaboración de metagrupos y metasistemas.
Un código es el sistema de funciones asignadas por cada mito; es el conjunto de propiedades
que se mantienen invariables en dos o más mitos2 los mitos transmiten el mismo mensaje con
auxilio de varios códigos: el culinario, el acústico, el sociológico, el cosmogónico, el técnico eco-
nómico, el ético, etc. El método estructural trata de conjugar los diferentes códigos esperando
que la homología surja dentro de ellos. El punto inicial del método es la observación rigurosa de
los hechos. La regla principal es que los hechos deben ser observados y descritos con exactitud,
sin permitir que los perjuicios alteren su naturaleza y su importancia.
¿Cuáles son los hechos? Esa es la pregunta. Es la primera que se debería responder y ella
preside todas las demás. Por otro lado la explicación comienza cuando se ha llegado a construir
nuestro objeto3 Por lo tanto un mito no se discute, siempre debe ser recibido tal como es:4 El
método estructuralista no es inductivo, pero tampoco puramente deductivo; es un ir y venir de
los hechos a la teoría y de la teoría a los hechos. El método que utiliza Levi Strauss no es sólo
dialéctico entre las relaciones de deducción y la experiencia, lo es en su recorrido. El método se
mueve en prospectivo y retrospectivo interrelacionando estructuras de mitos.
Por otro lado, las demostraciones de Levi Strauss son globales con referencia a la totalidad
de los argumentos utilizados con respecto a un tema, y tendrían validez en la medida en que la
coherencia a que se llegue y del orden se logre construir. La grupalización en el objeto concreto
del análisis estructural, pone en orden la materia prima que se le ofrece en la construcción del
sistema. Los instrumentos del método son:
1. Homogeneizar los elementos comunes que se tienen enfrente; Claude Levi Strauss juzga
importante haber encontrado en todos estos mitos elementos similares.
2. Después de encontrar las semejanzas, encontrar las diferencias y las oposiciones como:
— 93 —
94
M. O.
M. 0.
M.4. MITOS DE T OCI ENTRE LOS M.5. LAS ABUELAS Y LABIBLIA, M.6. EL MITO GRIEGO DE DÉMETER
ANTIGUOS MEXICANOS. EN EL ANTIGUO Y EL Y P ERSÉFONA .
R.4.1. El rito de Toci a Démeter N UEVO T ESTAMENTO . R.6.1. Ritos griegos eleusinos
y Perséfona M.5.1. Ana en el proto- referidos a Démeter y Per-
R.4.2. Ritos a Toci en Jesús Ma. evangelio de Santiago. séfona.
R.4.3. Toci en el ritual Azteca M.5.2. Ana en el evangelio de R.6.2. Triptolemo, el sembrador
(Relación anónima) la natividad de María. del cielo.
R.4.4. La fiesta de Ochpaliztli M.5.3. Evangelio del pseudo- R.6.3. Deai y Démeter; madre de
(Fray Bernardino de Mateo. la cebada (Origo Términi)
Sahagún) R.6.4. Ritual a la madre del gra-
R.4.5. Toci y la fiesta de Och- no (Alemania).
paniztli (Fray Toribio de R.6.5. Rituales a la madre del
Benavente) grano en Estiria.
R.4.6. Ochpaniztli (Sahagún) R.6.6. Los rituales a la abuela en
R.4.7. El ritual de Ochpaniztli. Osnüdbuck.
Grano en Auxerre Fran- R.6.7. Rituales campesinos a la
cia, al muñeco que lla- Madre del grano en Aux-
man Ceres (Fray Toribio erre, Francia, al muñeco
de Benavente) que llaman Ceres.
R.4.8. Toci: Situación diacró- R.6.8. Un ritual a Carline en
nica de Ochpaniztli Escocia
R.4.9. La fiesta de Cintéotl en R.6.9. Ritual referido a Boba, en
Ochpaniztli Lituania.
R.4.10. Ochpaniztli: El ritual del
Barrido de Caminos en la
época de la cosecha
R.4.11. Atributos a Toci: Och-
paniztli, Yaocíhuatl
R.4.12. El espíritu del cereal “La
Fiesta del Maíz”
ICONOS U TILIZADOS
f
Y Transformación
r
Disyunción
X
Mayor que
Cambia en, Muda en, Va seguida de
o Es a
s Menor que
0
.
Función
Como
Invertido
H
/ Isomorfismo
Oposición
x Congruencia
Ñ Identidad, o igualdad
Movimiento
97
M.1.4.
MITO DE SANTIAGO EN ESPAÑA
Con esta afirmación, veamos paralelismos simbólicos. Ormús: es el rey de la luz, entre el
zoroastrismo. Zeús: dios del rayo y del fuego entre los griegos.
Ahora bien, desde tiempos remotos el rayo y el sonido, del bronce o del metal, han estado
íntimamente ligados, en el código sacerdotal del +Exodo 28, 31-35,. Se propone que aunado al
manto sagrado Efod de púrpura violáceo, en la orla inferior del manto, pondrás granadas de
púrpura escarlata y carmesí: todo alrededor y alternando con ellas campanillas de oro. “Aarón
lo llevará al oficiar, para que se oiga el tintineo cuando entre el sacerdote ante Yahavé y
cuando salga y aún cuando se mueva”.
Según Frazer, con el tintinear de las campanillas sagradas se pretendía ahuyentar los espíritus
malignos, que se suponía acechaban a la entrada del santuario sagrado. Por esta analogía
sonora, se identifica el sonido de los metales como capaz de provocar la huida de demonios y
espíritus de ahí que algunas religiones han utilizado, desde tiempos remotos el sonido de las
campanas como auxiliar en los exorcismos.
M.1.2.1. La opinión de los frailes medievales, en el primer Concilio Provincial de la ciudad de
Colonia afirmaban: “Que el sonido de las campanas que llamaban a los fieles a la oración,
aterrorizaba a los demonios y los obligaba a huir; además ese sonido apaciguaba el espíritu de
las tormentas y las potencias del viento +Mateo 17, 1-13,.
M.1.2.2. El libro de oraciones Pontificial Romano reconoce la virtud de las campanas
dondequiera que se oye su tañido, para ahuyentar los poderes del mal, los avezados espíritus
de la muerte y de las tormentas.
M.1.2.3. W. de Wade, en la Leyenda dorada, menciona la repugnancia de los espíritus a las
campanas. En el prólogo de la obra muestra la aguja de la catedral de Estrasburgo, en medio
de la noche y en la tormenta, a Lucifer y las potencias del aire volando, a su alrededor y echan-
do abajo la cruz y tratando de callar el clamor de las campanas. Por encima del fragor de la
tormenta y el furor de las legiones infernales, se escucha la voz solemne de las campanas.
M.1.2.4.
1. Defunctos ploro (lloro a los difuntos) Anuncia muerte (—)
Pestem fugo (hago huir la peste) Provoca vida contra enfermedad (+ —)
Festa decoro (decoro a la fiesta) Promueve alegría (+ +)
Y de nuevo repican diciendo:
2. Funera plango (llamo a los funerales) Muerte (—)
Fulgura frango (quiebro los rayos) promover vida H contra la muerte del rayo (+ —)
Sabbata pergo (celebro los sábados) celebra la fiesta. (+ +)
3. Hasta que derrotados los demonios se ven obligados a huir en medio de las tinieblas,
dejando la catedral incólume.
En el pasaje Purgatorio de Dante, lograr aplicar el concepto del toque de difuntos, al sonido de
las campanas de vísperas, que los marinos distantes en el mar oyen al atardecer, como si la
campana tocase por la muerte del día o por el ocaso del sol.
M.1.2.5. En la Edad Media, y hasta los tiempos más modernos, también se echaba mano de las
campanas especialmente de la Iglesia, para ahuyentar con su sonido a las brujas y hechiceras
que se juntaban invisibles en el aire, y realizar sus aquelarres y fechorías, en detrimento de
hombres y bestias.
M.1.2.6. En Francia, existía la creencia de que brujas poblaban el aire especialmente, durante
la noche de Santa Ágata. El cinco de febrero y por eso se ahuyentaban con las campanas de las
parroquias durante la noche.
M.1.3. La época del año preferida por todo el brujerío, era la víspera del día de San Juan, el 23
de junio: en algunas parroquias para este día, las campanas tocaban durante toda la noche
desde las nueve hasta rayar el alba del día siguiente. También solían escoger brujos y brujas,
para sus aquelarres las vísperas del día de Reyes y la famosa noche de Walpurgis en la víspera
del primero de mayo.
En estas fechas, era necesario que serenos y vigilantes que recorrían durante la noche las
calles desiertas, hacían tocar una campanilla y rezaba una bendición para que los durmientes
si despertaban en la madrugada, se reconfortaran espiritualmente.2
2 Frazer. El folklore en el Antiguo Testamento; Cap. XXVII, Las campanillas de oro. Ed. FCE, 1981;
pág. 558-561.
100
En M.1.3.1. el número doce tiene un simbolismo especial, este número recuerda las doce tribus
de Israel y los patriarcas. Al elegir a los doce apóstoles, Jesús afirma:
En verdad os digo que vosotros, que me habéis seguido, en el día de la resurrección, cuando el hijo
del Hombre se sentará en el trono de su majestad; vosotros os sentaréis sobre doce sillas y
juzgaréis a las doce tribus de Israel.
Éramos tus siervos, doce hermanos, todos del mismo Padre, en la tierra de Canán, el más pequeño
se quedó con nuestra madre y el otro murió ya +Génesis 42, 13-22,. Tomarás flor de harina y cocerás
doce panes, de dos décimos cada uno. Y los colocarás en dos líneas de seis cada uno, sobre la
mesa de oro de Yahavé +Levítico 24, 5,. Llevaron sus ofrendas ante Yahavé; seis carros cubiertos y
doce bueyes, un carro por cada dos, y un buey por cada uno de los príncipes, y los presentaron
ante el tabernáculo +Números 7,. Yahavé habló a Moisés diciendo: “Recibe de ellos eso, y que se
destine al servicio del tabernáculo de la reunión; se los darás a los hijos de Leví, a cada uno
según las necesidades de su servicio. Moisés tomando sus carros y los bueyes, se los entregó a
los levitas, dio dos carros y cuatro bueyes a los hijos de Gersón, según sus funciones: cuatro
carros y ocho bueyes a los hijos de Merarí. Conforme a su servicio bajo la vigilancia de Itamar
hijo de Aarón, sacerdote; pero no dio ninguno a los hijos de Caat, porque el servicio suyo de las
cosas santas habían de hacerlas llevándolas en sus hombros. Los príncipes hicieron su ofrenda
para la dedicación del altar cuando fue ungido, presentando su ofrenda ante el altar.
Aquel DÍA PRIMERO, presentó su ofrenda Nasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá ofreciendo
un plato de plata de ciento treinta ciclos de peso y un jarro de plata de setenta ciclos, según el
peso del ciclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para las ofrendas,
una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes; un novillo, un carnero y un cordero primal,
para el holocausto; un macho cabrío, para el sacrificio expiatorio y para el sacrificio pacífico
dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos primales. Esta fue la ofrenda
de Nasón hijo de Aminadab.
EL SEGUNDO DÍA hizo su ofrenda Natanael, hijo de Suar, príncipe de Isacar. Ofreció un plato de
plata de ciento treinta ciclos; un jarro de plata de setenta ciclos lleno de perfumes de flor de
harina amasada con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes,
un novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el
sacrificio expiatorio, y para el sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos
cabríos y cinco corderos primales. Esta fue la ofrenda de Natanael, hijo de Suar.
EL TERCER DÍA el príncipe de los hijos de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón, ofreció: Un plato de plata
de ciento treinta ciclos; un jarro de plata de setenta ciclos, el peso del ciclo del santuario, llenos
ambos de harina amasada con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos; llenos de
perfumes; un novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío,
para el sacrificio expiatorio, y para el sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco carneros, cinco
machos cabríos, y cinco corderos primales. Esta fue la ofrenda de Elab hijo de Jelón.
EL CUARTO DÍA, el príncipe de los hijos de Rubén Elisur, hijo de Sedeur, ofreció un plato de plata
de ciento treinta ciclos, un jarro de plata de setenta ciclos, al peso del ciclo del santuario,
ambos llenos de perfumes de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda; una taza de
oro de diez ciclos llena de perfumes, un novillo, un carnero y un cordero primal, para el
holocausto; un macho cabrío para el sacrificio expiatorio, y para el sacrificio pacífico dos bueyes,
cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos primales.
EL QUINTO DÍA, el príncipe de los hijos de Simeón Samaliel hijo de Suridasal, ofreció un plato de
plata de setenta ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de
harina amasada con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un
novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio
expiatorio, y para el sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco
corderos primales. Esta fue la ofrenda de Samaliel hijo de Suridai.
EL SEXTO DÍA el príncipe de los hijos de Gad, Eliasar hijo de Reuel, ofreció un plato de plata de
setenta ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de harina amasada
con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un novillo, un
102
carnero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio expiatorio,
y para el sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos
primales. Esta fue la ofrenda de Eliasaf.
EL SÉPTIMO DÍA, el príncipe de los hijos de Efraín, hijo de Amiud, ofreció un plato de plata de
setenta ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de harina amasada
con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un novillo, un car-
nero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio expiatorio, y
para el sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos
primales. Esta fue la ofrenda de Elisama hijo de Amiud.
EL OCTAVO DÍA el príncipe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur, ofreció un plato de
plata de setenta ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de
harina amasada con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un
novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio
expiatorio, y para el sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco
corderos primales. Esta fue la ofrenda de los hijos de Gamaliel, hijo de Pedasur.
EL NOVENO DÍA el príncipe de los hijos de Benjamín, Abidán, ofreció un plato de plata de setenta
ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de harina amasada con
aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un novillo, un carnero
y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio expiatorio, y para el
sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco corderos primales.
Esta fue la ofrenda de los hijos de Abiadán.
EL DÉCIMO DÍA el príncipe de los hijos de Dan, Ajiezer hijo de Amisadán, ofreció un plato de
plata de setenta ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de
harina amasada con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un
novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio
expiatorio, y para el sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco
corderos primales. Esta fue la ofrenda de Ajiezer hijo de Amisadán.
EL UNDÉCIMO DÍA el príncipe de los hijos de Aser, Paquiel, hijo de Ocrán, ofreció un plato de
plata de setenta ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de
harina amasada con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un
novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio
expiatorio, y para el sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos, y cinco
corderos primales. Esta fue la ofrenda de Paquiel, hijo de Ocrán.
EL DUODÉCIMO DÍA el príncipe de los hijos de Neftalí, Ajira hijo de Enán, ofreció un plato de plata de
setenta ciclos; el peso del ciclo del santuario, llena de perfumes ambos de flor de harina amasada
con aceite para la ofrenda; una taza de oro de diez ciclos llena de perfumes, un novillo, un carnero
y un cordero primal para el holocausto; un macho cabrío para el sacrificio expiatorio, y para el
sacrificio pacífico dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos primales.
Estos fueron los dones de los príncipes de Israel para la dedicación del altar, el día en que
los ungió, doce platos de plata, doce jarros de plata, doce tazas de oro, cada plato de ciento
treinta ciclos de peso, cada jarro de setenta ciclos, total de plata de estos utensilios, dos mil
cuatrocientos ciclos, al peso del ciclo del santuario, doce tazas de oro llenas de perfume, de diez
ciclos cada una, al ciclo del santuario, total del oro de las tazas ciento veinte ciclos.
Total de los animales para el holocausto; doce novillos, doce carneros, y doce corderos primales,
con sus ofrendas y doce machos cabríos, para el sacrificio expiatorio.
Total de los animales para el sacrificio pacífico, veinticuatro bueyes, setenta carneros, setenta
machos cabríos y setenta corderos primales.
Quizá este largo testimonio, nos propone hasta qué nivel llega el simbolismo del número doce
en el Antiguo Testamento.
M.1.3.4. E L N o . 1 2 E N E L A P O C A L I P S I S
Ap. 21, 12 Tenía un muro grande y alto, y doce puertas sobre las doce puertas, doce ángeles.
Y nombres escritos que son los nombres de las doce tribus de Israel.
En la puerta norte había tres puertas.
En la puerta sur había tres puertas.
En la puerta oriente había tres puertas.
En la puerta poniente había tres puertas +Apocalipsis 21, 18-21,
El muro de la ciudad tenía doce hilados y sobre ellos los doce nombres del Cordero. Midió la
ciudad y tenía doce mil estadios. Los hilados del muro de la ciudad eran:
1. El jaspe. 5. La sardónica. 9. El topacio.
2. El zafiro. 6. Cornalina. 10. El crisopasa.
3. La calcedonia. 7. Crisólito. 11. El jacinto.
4. La esmeralda. 8. El berilo. 12. La amatista.
Retornando a analizar la estructura de los relatos referidos al origen del culto a Santiago
Apóstol, como protector de España, recordemos los siguientes elementos.
M.1.4. S A N T I A G O E N E S P A Ñ A
En el eje diacrónico, el relato surge mediante el reinado de Carlo Magno, en occidente en la
Edad Media. Epoca de Alfonso II el Casto, 782-842.
En el eje sincrónico:
1. Entre los pueblos cristianos se corrió de boca en boca el descubrimiento de los restos de
Santiago Apóstol.
2. En el confín del “Humilde Reino Astur” (+) en Galicia a la vera del océano +M.1.4.1.,
Fue descubierta la tumba, gracias a la claridad que sobre ella proyectó una estrella luminosa.
3. Hasta este momento, los datos aportados por el relato, son mínimos. Pero veamos un
paralelismo interesante que nos refiere, en el contexto local, una simetría entre Compostela
Galicia (del humilde reino Austur). Y Belén de Judá. (Patria de David, humilde lugar donde
nació Jesucristo).
Belén de Judá tiene varios significados: M.1.4.1.1. M.1.1.4.2.
Idea de abundancia 1. Arameo: Bit — Lahmi: Casa de Dios.
de fertilidad: 2. Hebreo: Bet — Léhem: Casa del Pan.
3. Arabe: Bayt — Lahn: Casa de la Carne.
Tres concepciones o tres culturas.
Belén: Fue la patria de David +I Samuel 17, 12; 20, 6-28,, de ahí partió a matar al gigante Goliat,
en el Valle de Elah. (Terebinto) más el oeste. Los profetas de la Biblia nunca olvidaron los
destinos de Belén. Miqueas presenta a Belén de Judá como el lugar de nacimiento de el príncipe
104
caudillo de la casa de David. “Y tu Belén Efratah (fértil)”. Pequeña entre los clanes de Judá de
ti ha de salir el que ha de dominar Israel. (El humilde pueblo de Belén Ñ dará a luz al dominador
de Israel).
Finalmente, en el Nuevo Testamento, Belén de Judá, cuna de Jesucristo es referida por la
visita de los reyes del Oriente quienes fueron guiados por una estrella +Mateo 2, 6,. Feliz analogía
con Compostela. La tradición medieval explica la aparición del apóstol en España, como un
hecho real, no obstante la narración puede sintetizarse de esta forma:
M.1.4. L E Y E N D A M E D I E V A L D E L A P O S T O L S A N T I A G O
El apóstol, tras abandonar oriente desembarca en Iria Flavia, Galicia. (España).
(1) Oriente (2) Occidente
Retorna a Judea donde recibe el martirio.
(3) Oriente (4) Occidente
Sus discípulos toman el cuerpo del santo y lo embarcaron consigo rumbo a Jafra.
Después de una travesía milagrosa, llegan a Iria Flavia, Galicia.
Ocupó demasiado sitio en el cielo, para que ningún ojo pudiera equivocarse.
OESTE ESTE
SUR
Sus discípulos, post mortem lo embarcaron en Jafra. Llega su cuerpo santo a España. Después
de que Cristo hubo subido a la diestra del Padre, (nivel celestial), los apóstoles se repartieron
las naciones donde cada uno predicó la buena nueva. A Santiago el mayor le tocó España; pero
a pesar de su esfuerzo su misión se reveló estéril. Su misión no dio mucho fruto, sólo formó
siete o nueve discípulos. El apóstol regresa a Jerusalén, donde sus habitantes habían olvidado
la predicación de Jesús; ya no escuchaban la palabra, se dejaban seducir por los encantamientos
de los magos célebres, entre los fariseos; Hermógenes y su discípulo Fileto. Fileto fue enviado
por su maestro, con el fin de convencer a Santiago, en la presencia de los judíos, de que su
doctrina era falsa (ver carácter de pugna teológica entre el cristianismo y el paganismo).
En la lucha pública Santiago vence a Fileto, tanto por su palabra como por la evidencia de
sus milagros. Fileto arrastrado por la fe del apóstol, retornó con Hermógenes, le contó lo que
había visto y le anunció que se transformaba desde ese momento en discípulo de Santiago.
Hemógenes irritado lo ligó con sortilegios de tal suerte que trabajado no podía moverse. Pero
un criado (termino mediador) previene al apóstol de lo ocurrido, Santiago le envió un manto y
añadió: Que él tome este manto y diga: ¡Dios levanta a los que han caído! ¡El libera
a los que están cautivos! Tan pronto como Fileto hubo tocado el manto, se vio liberado, y se
apresuró a reunirse con Santiago. Lleno de despecho Hermógenes, convocó a los demonios a ir
en busca de Santiago y Fileto, con el fin de apresarlo. Mientras iban volando los demonios en los
aires; imploraban al apóstol: Apiádate de nosotros, Santiago apóstol de Dios, apiádate
de nosotros pues nos abrazaron a ésto ha llegado nuestro tiempo.
El apóstol les preguntó: ¿Por qué venís hacia mí?
Ellos respondieron: “Es Hermógenes quién nos envía; quiere que Fileto y Tú seáis conducido
por nosotros a él. Pero mientras venías, el ángel del Señor nos ha atado con cadenas de hierro y
nos ha atormentado.”
El apóstol prosiguió: “Volved hacia Hermógenes quien los ha enviado, traedle, pero no le
hagáis ningún mal.”
105
Hermógenes con los piés, y las manos atadas a la espalda no tardó en hallarse en presencia
de Santiago. Los demonios mientras le conducían habían sido atormentados duramente, le
pedían venganza a Santiago, pero este negándose a ello le sugería a Fileto: “Jesucristo nos ha
enviado el precepto de devolver el bien por el mal, Hermógenes te ató, ¡suéltate! Santiago le dejó
su bastón (ver el significado esotérico).
Hermógenes al ver esto renunció a sus creencias mágicas y a partir de esos acontecimientos,
predicó la palabra del Señor, y fueron muchos los que creyeron. Pero a los judíos les irritaba la
predicación de Santiago. Abiathar, el sumo sacerdote, asusó a las multitudes contra el apóstol
y éstos le ataron una soga al cuello y los condujo ante Herodes Agripa, el cual le condenó a
muerte. Cuando marchaban al suplicio, un paralítico le suplicó que lo curara lo cual Santiago
hizo diciendo: “En el nombre de Jesucristo, por cuya fe se me lleva al suplicio, levántate y
bendice al Señor.”
El paralítico se levantó, entonces Josías el escriba que sujetaba la cuerda con la que el santo
iba atado, se arrojó desecho gritando que deseaba convertirse en cristiano. Enloquecido de rabia
Abiathar, lo amenazó con decapitarlo junto al apóstol, pero sus amenazas fueron vanas. Josías
respondió: ¡Tú estás maldito y todos tus días están malditos, porque el nombre de Jesús sea
bendito, por los siglos de los siglos!
Santiago bautizó a Josías y ambos fueron decapitados; los judíos, por odio arrojaron a los
campos, la cabeza y el cuerpo del santo, con el fin de privarlos de sepulcro y que las fieras los
devoraran. Pero los discípulos de Santiago, ayudados por la noche, recogieron los restos sagrados
del apóstol y los llevaron junto al mar. Allí arribó una embarcación dispuesta a navegar, pero
sin tripulación, y los restos de Santiago fueron embarcados.
Según ciertas narraciones, los discípulos abandonaron el navío a la providencia, que lo
había enviado y un ángel guió la navegación y al cabo de siete días (o quizá al cabo de una
noche milagrosa, según otras narraciones populares), la embarcación milagrosa llegó a Galicia,
junto a Iria Flavia.
La tumba fue edificada a cierta distancia del pueblo de Iria Flavia, tuvo como guardias a los
discípulos Teodoro y Anastacio, cuyos restos recibieron cristiana sepultura, junto a Santiago
Apóstol. No obstante, la tumba fue abandonada debido a las constantes acciones bélicas contra
los cristianos.
La tradición medieval indica que la tumba de Santiago fue descubierta, gracias a la claridad
que proyectaba una estrella luminosa de allí su nombre: Compostella.
Al principio fue objeto del culto local, pero pronto se convirtió en meta de las peregrinaciones
europeas. Existen, consideraciones esotéricas sobre el apóstol Santiago.5
1. Fue sabio, Santiago en la ciencia divina.
2. Se parecía a Jesús que a menudo lo confundían con él, le llamaban hermano de Jesucristo.
3. Un judío le acusó de ser mago, por que su irradiación era extraordinaria.
4. Santiago luchó contra el mago Hermógenes, valiéndose de los mismos medios de él.
5. Santiago de Compostella, el lugar donde yacen los restos del apóstol, no cesa de provocar
milagros entre los peregrinos.
6. El camino de Santiago, es el camino de célebre peregrinaje, donde continuamente se aparecía
Santiago Apóstol con su bordón en la mano (símbolo mágico) su sombrero levantado, la
concha en el pecho y la canasta a un lado.
7. Santiago Apóstol fue adoptado por los esoteristas de la Cábala; a causa de sus viajes, su
peregrinación, sobre el camino del perfeccionamiento y su gravitación sobre el conocimiento.
8. La concha (vieira) fue considerada como un símbolo del valor de la estrella llameante.
9. Nicolás Flamel adoptó a Santiago por patrón, en Saint Jacques, de la Boquiere, en París, a
éste célebre alquimista hizo construir una Torre Campanario, la torre de Santi Jacques, que
se adornó con estatuas misteriosas destinadas a los esoteristas.
10. En el camino de Santiago, por la calle de Santiago, sobre la propia Compostella, y en la
cueva del albergue del Puerto de la Salud, ofician las fraternidades jacóbeas, en recuerdo
vibrante del suplicio del maestro Jacques, el gran maestro Jacques de Moley. Razgos de
personalidad que se asocian con este nombre.
11. Frente a las imposiciones de dureza ,mantiene el esfuerzo.
12. La base de sus logros consiste en controlar sus impulsos.
5
Según Francoise Ribbadeau Dumas, Historia de la Magia: pág. 207-208.
106
13. Sabe trabajar sistemáticamente y ello puede ser causa de disturbios con sus colaboradores,
debido a la exigencia que mantiene con los mismos.
14. Su ingeniosidad y poder de penetración, guardados ocultamente, le permiten conocer bien
a los demás para saber cómo tratarles.
En la 2a. Epístola de San Pablo a los Corintios: “El mismo Satanás se disfraza de ángel de luz”
+Ezequiel XXVIII 12,19,. La caída de los ángeles implica la base de la demonología. Los ángeles caídos
son asociados con: las serpientes, los chacales, los lobos, las hienas.
Los demonios demonium daemon daemones
es el nombre que se le da a los ángeles que se revelaron contra Dios y fueron precipitados al
infierno +2 Pedro 2, 4,.
La palabra proviene del griego, no tiene necesariamente sentido peyorativo, y se aplica a espíritus
buenos y malos. (+) (—).
En el Nuevo Testamento siempre se adjudica a los malos espíritus enemigos de los hombres.
En la sagrada escritura reciben varios nombres, aplicados exclusivamente al jefe:
1. Satanás: Adversario.
2. Diablo: Calamidad, acusador.
3. Belcebú: dragón: serpiente antigua. Tentador maligno, adversario, espíritu inmundo, príncipe
y gobernador de este mundo de tinieblas.
Un hecho innegable, respecto a la simbología de los équidos es la casi totalidad de las culturas,
es que éste se asocia; en un primer plano, al mundo, al mundo khtónico. Por mundo khtónico,
se refiere al epíteto griego khtón; que es el nombre dado a la tierra madre de los titanes y resi-
dencia de muertos y vivos.
Es, en términos estructuralistas, lo bajo por su aspecto sombrío y primitivo y su oposición a
lo alto. El epíteto khtónico, se refiere a los seres fabulosos, dragones, serpientes, de origen sub-
terráneo, de naturaleza a menudo terrible. El aspecto khtónico de lo inconsciente se aplica a
todo lo que pueda resultar temible de éste por su carácter escondido, imprevisto, súbito, violento,
casi irresistible. Lo khtónico es el aspecto nocturno de la esposa y la madre.
Ahora bien, de ese mundo khtónico surge galopando, como la sangre en las venas, desde las
entrañas de la tierra, o de los abismos del mar, hijo de la noche y del misterio, el caballo khtó-
nico, que es a la vez símbolo de la vida y de la muerte; luego ligado al fuego, destructor y
triunfador y al agua; alimentadora o asfixiante.
El caballo tiene una multiplicidad de acepciones simbólicas, las cuales derivan de las figuras
lunares, ahí donde la imaginación asocia, por analogía, la tierra en su papel de madre, su lumi-
108
7
Carl G. Jung. Psicología y alquimia. 1944.
8
G. Durand. Las estructuras antropológicas de lo imaginario. Taurus, 1983.
9
Canto XXIII.
109
L O S C A B A L L O S D E L A P O C A L I P S I S +6, 1-8,
PRIMER SELLO, el caballo blanco
Voz de trueno Ñ similitud con el Boanerges
Ñ Santiago Ñ símbolo del trueno
Portaba arco y coraza, es un caballo victorioso. Este caballo blanco uránico; diferente al caballo
blanco o lívido de la blancura pálida, del sudario de los muertos. Este caballo uránico o sea
celeste, según la teogonía de Hesíodo, es también símbolo de fecundidad; ya que implica acepción
de carácter solar; por ende el caballo de Santiago Apóstol, que deslumbraba a sus enemigos,
tanto en Europa como en América.
SEGUNDO SELLO el caballo bermejo: (rojizo).
A este jinete se le ordena: Destruir la paz sobre la tierra. El caballo bermejo o rojizo, implica:
guerra: su símbolo una gran espada: La espada Ñ símbolo del estudio militar; virtud, bravura,
así como de su función, el poderío. El poderío supera un doble aspecto Ñ destructor que implica
justicia e injusticia. (positivo) (negativo). La espada es el símbolo de la justicia: separa el bien
del mal, hiere al culpable.
El símbolo de la espada también tiene un carácter de guerra santa; es una guerra interior; ver
el carácter santo y salvífico de la espada de Santiago Apóstol, en la fiesta contemporánea de los
Chicahuales. Significación que puede ser la espada de Cristo.
“No vine a traer la paz sino la espada” +Mateo 10, 34,. La espada es también la luz, y el relámpago
ya que su hoja brilla es la “cruz de la luz”, como decían los cruzados. Aunque la Tizona (espada
del Cid) se le conoce como el relámpago y el fuego, se le llamó a veces Centella, con este tipo de
argumentos; el rayo está relacionado con el trueno y el trueno con las campanas, como se vio
anteriormente en el código sacerdotal del Exodo es, por tanto, el fuego; los ángeles que expulsan
a Adán y Eva del paraíso llevan espada de fuego.
En términos de alquimia, “La espada de los filósofos” es el fuego del crisol.
En la tradición bíblica, la espada forma parte de las tres plagas: guerra, hambre y peste
+Jeremías 21, 7-24, 10; Ezequiel 5, 12-17; 6, 11-12; 12-16 etc.,. Aquí la espada simboliza la invasión de los
ejércitos enemigos. En las tradiciones cristianas la espada es un arma noble que pertenece a los
caballeros y a los héroes cristianos. Aparece a menudo en cantares de gesta de personajes como:
Roldán, Oliveros, Turpín, Carlo Magno, Ganelón, el emir Baligante, el Cid, quienes poseen espadas
personalizadas: Alegre, Durandal, Huateclaire, Corte, Bantraine, Musaguine, Tizona, Colada,
etc. En el arte del renacimiento la espada se utiliza para representar la justicia, el vicio, la fama,
la victoria, la cólera, el oficio de las armas, la habilidad en la retórica y la dialéctica, el dios de
la guerra.
Volviendo al significado del caballo bermejo o rojizo, del Apocalipsis, es una valoración
negativa del símbolo khtónico; una manifestación de la muerte, caballo rojizo Ñ muerte.
El tercer sello Ñ caballo negro: El jinete portaba una balanza en la mano; quizás manifestando
la injusticia material. “Dos libras al trigo, un denario y seis libras de cebada, un denario más de
vino, y al aceite no hagas daño.” El carácter cromático; esto es el color del caballo, en este caso
110
el negro implica: como las Keres: genios de la muerte Ñ negros de los griegos. Frecuentemente
son negros los corceles de la muerte cuya cabalgada infernal persigue largo tiempo a los viajeros
perdidos, en Francia como en toda la cristiandad. El caballo negro; a su vez tiene dos acepciones:
a. El caballo negro implica la muerte.
b. En la poesía popular rusa: se convierte en símbolo de juventud, y de vitalidad triunfante.
Estos caballos negros de los cuentos de hadas, se enganchan a la carroza nupcial, son también
los caballos del deseo liberado; son como los evocaba una canción popular:
¡Eh mis años mozos!
CANCION DEL JINETE ¡Eh mis caballos negros!
Federico García Lorca En su extremos las palabras de caballo: yegua,
Por el llanto, por el viento, potranca toman significación erótica, caballo Ñ
jaca negra, luna roja. eros Ñ vitalidad. Prueba de ello es este hermoso
verso de Federico García Lorca.
Este tópico de identificar el caballo como fuerza fecundante el instinto, y la sublimación del
espíritu, ocurre que la yegua encarna el papel de la madre tierra, en la hierogamia Ñ en el
matrimonio sagrado tierra cielo, que preside las creencias de los pueblos agricultores.
Es precisamente en este punto nodal, donde
LA CASADA INFIEL nos conectamos con un ramal mítico donde se
Romancero Gitano considera la figura de Démeter y Perséfona co-
Aquella noche corrí mo representantes del grano viejo y del grano
el mejor de los caminos nuevo; como representantes míticos de la
montado en potra de nácar fertilidad agrícola y como deidades entre los
sin brida y sin estribos.
agricultores griegos. Y con apasionado entu-
siasmo ya que le dedicamos un apartado propio
a los mitos y ritos de la fertilidad, con estos elementos, del caballo como símbolo de fertilidad
veremos las siguientes concepciones:
1. Démeter se representa con cabeza de caballo, y dice diosa de la fertilidad, se unió a un
mortal; el bello Jasón, en los surcos de un campo recién labrado.
2. En los ritos de entronización de los reyes de
CABALLO Irlanda, en el siglo XII, tal como lo refiere
Efraín Huerta Schroder el futuro rey, en el curso de un rito,
Pido debía unirse a una yegua blanca, era
permiso sacrificada en el acto y su carne hervida,
para
repartida en un festín ritual, donde sólo el
dormir
esta rey no tomaba parte alguna pero era necesario
noche que se bañase en el caldero que contenía el
a caldo del animal.
rienda El acoplamiento hombre — yegua — matri-
suelta. monio
Urano khtónico
El futuro rey se substituye por la divinidad celeste para fecundar la tierra — representada
por el caballo. En la última prueba del ritual la del baño del caldo el monarca opera un verdadero
— regressus ad úterum. El caldero representa el vientre de la madre y el caldo las aguas
placentarias.
En este sentido es importante recordar la
José Juan Tablada similitud, entre los ritos de la fertilidad,
Caballo del referidos a Toci en Jesús María, Aguascalientes,
diablo; donde a principios del siglo XX la Vieja de los
clavo de vidrio Chicahuales, salía a la plaza un día 26 de julio
con alas de talco.
a darles a comer a sus hijitos chicahuales para
que se prepararan en la guerra. En el fragor de
la “locuela”. La Vieja de los Chicahuales, rompe una olla, de donde salen una “runfla” (gran
cantidad) de ardillas; Techalote, en náhuatl, y conocidos alegóricamente como “hijitos de Dios”.
El análisis de este ritual nos lleva a considerar varios elementos: La vieja Ñ que implica fertilidad
pues es abuela de los mexicanos, rompe la olla Ñ símbolo del vientre de la tierra madre. Y de
ahí da a luz a sus hijitos; Techalots. Volvamos a la narración del Apocalipsis y analicemos el
carácter simbólico del último caballo.
EL CUARTO SELLO: Caballo bayo (blanco amarillento). Este caballo pálido o lívido, su nombre era:
111
el de la muerte, el infierno le iba siguiendo y diósele poder sobre las cuatro partes de la tierra.
NORTE
OESTE ESTE
SUR
Este caballo es diferente al caballo uránico Ñ del resplandor solar; de la divinidad y de la
victoria, blancura diurna a la nocturna. Este tipo de caballo nos refiere a la blancura lunar. El
caballo blanco es igual que el sudario, como la
EL RECUERDO DE LA CONQUISTA característica de el fantasma. Es el blanco del
Miguel León Portilla duelo, de blancura cadavérica. El caballo blanco
Y Moctezuma lo tuvo presagio de muerte en las creencias alemanas o
a muy mal presagio, inglesas. Algunos de ellos: El schimmel reiter
cuando vio las estrellas (caballo blanco) que destruyó los diques durante
y el Mastelejo. la tempestad. La Blanque Jument del Paso de
Pero cuando vio por segunda vez la mollera Calais y el Bian Cheval de Celles. Sur Plaine,
del pájaro, nuevamente
hasta el Drac, hermoso caballo blanco que
vio allá en Loltananza;
como si algunas sumergía a los viajeros en el río Doubs.
personas vinieran de prisa; Así, el significado del caballo, lejos de ser
bien estiradas; simple; adopta una simbología prolifera y
dando empeñones. contemporánea, demostrando con los anteriores
Se hacían la guerra unos a otros, argumentos, que la humilde mujer campesina
los traían a cuestas de Jesús María, Aguascalientes, enunciaba toda
unos como venados. una concepción mítica de la metamorfosis del
hombre en caballo.
10
El Corán; www.escolar.com.
112
SURA II, 91: Di quién se declarará enemigo de Gabriel (esto lo dirigió a los judíos, que consideraban
a Gabriel como enemigo suyo, porque por mediación de él les anunciaba calamidades todas y
ejecutaba sus sentencias).
El es quien con permiso de Dios, depositó en tu corazón el libro destinado a confirmar los libros
sagrados antes de él, para servir de dirección y anunciar felices nuevas a los creyentes.
El que sea enemigo del Señor, de sus ángeles, de sus enviados, de Gabriel y de Miguel, tendrá a Dios
por enemigo; porque Dios odia a los infieles.
Pues nosotros te hemos enviado signos manifiestos, sólo los perversos se negarán a prestarles
créditos.
113
Pero ¿qué significa Gabriel? Gabriel, según las sagradas escrituras: en hebreo: varón de Dios; en
griego: Gabriel; en latín: Gabriel.
En al Antiguo Testamento, aparece en el Libro de Daniel su aspecto es el de un varón; se da
a entender que tiene alas, “como símbolo de espiritualidad” +Daniel 8, 15-18,. Mientras yo Daniel,
contemplaba la visión y buscaba la inteligencia, púsose ante mí como un hombre. Y oí una voz
de en medio del Ulai que gritaba y decía: “Gabriel explicaba a éste la visión”.
Daniel 9, 21: Todavía estaba hablando en mi oración, y aquel varón, Gabriel, a quien antes vi
en la visión volando rápidamente, se llegó a mí, como a la hora del sacrificio de la tarde.
En el Nuevo Testamento, se aparece a Zacarías, a la derecha del altar del incienso, le anuncia
el nacimiento de San Juan Bautista; castiga la incredulidad del anciano con la mudez temporal,
y destaca su propio nombre y su dignidad.
Lucas 1, 11-20: Apareciósele un ángel del Señor, de pié, a la derecha del altar del incienso, al verle
se turbó Zacarías, y el temor se apoderó de él.
Díjole el ángel: no temáis Zacarías, porque tu plegaria ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, dará a
luz un hijo al cual pondrás por nombre: Juan.
Será para ti gozo y regocijo, y todos se alegrarán de su nacimiento. Porque será grande en la
presencia del Señor.
No beberá vino ni licores, y desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo.
Y a muchos de los hijos del Señor, los convertirá al Señor. Y causará delante del Señor en el
espíritu y el poder de Elías, para reducir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a los
sentimientos de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.11
Dijo Zacarías al ángel: ¿Y qué señal tendré de esto? porque yo ya soy viejo y mi mujer muy
avanzada de edad.
El ángel le contestó diciendo: Yo soy Gabriel, que asisten ante Dios y he sido enviado para hablarte
y comunicarte esta buena nueva. He aquí que tú estarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que
esto se cumpla, por cuanto no has creído en mis palabras, que se cumplirán a tiempo.
Lucas 1, 26-38: En el sexto mes fue enviado el Ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret (+ ÑPequeña ciudad de Galilea, no es conocida ni en el Antiguo Testamento
ni en el Nuevo Testamento).
A una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de la virgen
era María. Entrando a ella, le dijo; Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al
oír tales palabras y discurría que podría significar aquella salutación.
El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios, y concebirás en tu seno y
darás a luz un hijo, a quien pondrá por nombre Jesús. El será grande y será llamado hijo del
Altísimo y le dará el Señor Dios, el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por siglos,
y su reino no tendrá fin.
Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto pues no conozco varón? El ángel le contestó y dijo: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra y por esto el hijo
engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios e Isabel, tu parienta, también ha concebido un
hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de la estéril.12 Porque nada hay imposible para Dios. Dijo
María: He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y se fue de ella el ángel.
No se menciona al ángel Gabriel por su nombre en el Apocalipsis, pero podría ser el que entrega
a Juan el pequeño rollo, porque le da a Juan un mensaje de buena nueva.
EL LIBRITO PROFÉTICO
Apocalipsis 10, 1-11: Ví otro ángel poderoso que descendía del cielo envuelto en una nube; tenía
sobre su cabeza el arco iris, y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego, (según
la Biblioteca de Autores Cristianos toda la descripción de este ángel la claridad en el rostro, el arco
iris que rodea su cabeza, indica que viene en son de paz, que anuncia un juicio de benevolencia y
amor, el librito que trae en la mano está abierto, porque las cosas que contiene ya están patentes al
profeta) y en su mano tenía un libro abierto. Y poniendo su pié derecho sobre el mar y el izquierdo
sobre la tierra, gritó con poderosa voz como león que ruge. Cuando gritó hablaron los siete truenos
con sus propias voces.
Cuando hubieron hablado los siete truenos iba yo a escribir; pero oí una voz que decía:
11
Elías, el gran celador del honor de Dios y velado por del culto de Baal, pasó a la historia como modelo de profeta
(Malaquías 3, 11).
12
Cfr. mitos de la abuela como símbolo de fertilidad.
114
Sella las cosas que han hablado los siete truenos y no lo escribas, el ángel que yo había visto sobre
el mar y sobre la tierra levantó al cielo su mano derecha.
Y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y cuanto hay en ella, y el mar y
cuanto existe en él, que no habrá más tiempo, sino que en los días de la voz del séptimo ángel.
Se cumplirá, el misterio de Dios, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
A la voz que yo había oído del cielo, de nuevo me habló y me dijo: ve, toma el librito abierto y
amargará tu vientre, más en tu boca será dulce como la miel (la imagen está tomada de Ezequiel 3, e
Isaías, y significa el apropiarse el contenido del libro. Su gusto dulce, amargo, significa la naturaleza
de su contenido, que es a la vez de amor y de justicia).
Tomé el libro de mano del ángel y me puse a comérmelo y era en mi boca, como miel dulce; pero
cuando lo hube comido sentí amargadas mis entrañas. Me dijeron: es preciso que de nuevo profetices
a los pueblos, a las naciones, a las lenguas, y a los reyes numerosos.
La palabra ángel: es enviado, mensajero, los ángeles son intermediarios entre Dios y los hombres
(en lo cual coinciden todas las religiones antiguas); en la literatura apócrifa se le nombra arcán-
gel; la iconografía de Gabriel es abundante, en especial en imágenes sobre el tema de la anun-
ciación. Existen otras expresiones menos frecuentes: Bene, Elohim, Hijo de Dios, “Santos, fuertes,
valientes, sublimes, hijos de Dios.”
Genesis 3, 24 : Espíritus custodios. Expulsó al hombre del paraíso, y puso delante un querubín,
que blandía flamante espada para guardar el camino del árbol de la vida (Los querubines son
mencionados en varias partes de la Escritura, como sostenedores del trono de Dios, y los que
tiran de su carro).
Salmos 18, 11; 99; 1: Ezequiel 1, 4.13 Aquí son los guardianes del jardín para impedir la vuelta
del hombre a su anterior felicidad, como los sedu, lambu, garibu,14 representados en varias
formas por los asirios y egipcios, y colocaban en la puerta de los palacios reales o templos para
impedir el acceso a los malos espíritus. La espada es la imagen del rayo, el arma potente de Dios
según Salmos 18, 15; 3, 4-11. Los asirios representaban también a Abad, blandiendo su espada
de fuego a unos dardos encendidos; el arma sola, emblema de Dios, era la representación de su
poder. En el texto sagrado es imágen para decir al hombre que debe abandonar toda esperanza
de recobrar inmortalidad. En el Salmo 148 se invita a los ángeles y demás espíritus a alabar a
Dios, pues a sus órdenes fueron creados.
Los cuatro ángeles del mundo: Es una concepción cósmica muy extendida entre los pueblos,
basada en la idea del espacio, y que supone sostenido el mundo por cuatro ángeles, a modo de
columnas, que a la vez se encargan de regular
Aleluya: los vientos sobre la tierra, pudiendo enviar
Alabad a Yahavé en los cielos. Alabad, en lo alto.
sobre ellas tanto calamidades como bienes. La
Alabadle vosotros, sus ángeles todos.
Alabadle vosotros, todas sus milicias. concepción más depurada de este pensamiento
se encuentra en Apocalipsis 7, 1-3.
Ezequiel 37, 9: Díjole entonces: Profetiza al espíritu, profetiza hijo de hombre y dí al espíritu; Así
habla el Señor; Yahavé ven, ¡Oh espíritu! ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos
muertos y vivirán.
13
cfr. la lucha de Jacob conbtra el ángel (Mateo 18,10).
14
Enciclopedia mítica; www.panteón.org
15
Ver la descripción del asno salvaje en Job 39, 5-8.
115
Por otro lado es común que se le conozca al curador del espíritu individual, como el Ángel de la
Guarda, es una idea corriente, sobre todo en la época del exilio, que Dios se sirve de sus ángeles
o enviados especiales suyos, para cumplir sus designios providenciales.
Repetidas veces se dice que Yahavé envía a sus ángeles a proteger al justo, “pues te cometerá
a sus ángeles para que te guarden en todos sus caminos, y ellos te llevarán en sus manos para
que no tropieces en piedras” +Salmo 91, 11-13,, para librarle de los peligros +Judith 13, 20,, para
defenderse de las acechanza del demonio +Tobías 8, 3,. “El demonio en cuanto olió aquel humo,
huyó al Egipto superior, donde el ángel le ató.” San Agustín interpreta este pasaje donde el
diablo huye del olor del corazón y del hígado del pez quemados, y es atado en el desierto por el
ángel diciendo: que el ángel coartó el poder del diablo; Potestatem eius cohibuit et frenavit.
Esta metáfora tiene un origen anterior, así los egipcios y babilonios decían que los espíritus
malos gustaban de morar en el desierto.
Y para presentar sus oraciones a dios +Tobías 12, 12, Cuando orabas tú y tu nuera Sara, yo presentaba
ante el santo vuestras oraciones. Cuando aterrabas a tus muertos yo te asistía [...] Yo soy Rafael, uno de los
siete santos ángeles que presentamos las oraciones de los justos y tienen entrada ante la majestad del
mundo. En el Nuevo Testamento encontramos la misma idea, hablándose de ángeles protectores
de los justos +Hebreos 1, 14,. ¿Y cuál de los ángeles dijo alguna vez: “Siéntate a mi diestra mientras
pongo a tus enemigos por escabel de sus pies.” De el ángel que presenta el alma de Dios +Lucas 16,
22,. Refiriéndose al rico Epulón y al pobre Lázaro:
Sucedió pues que murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también
el rico y fue sepultado. En el infierno, en medio de los tormentos, levantó sus ojos y vio a Abraham
de lejos y a Lázaro en su seno. Y de los ángeles que separan a los justos de los pecadores en el
último juicio.
Mateo 13, 49: Así será la consumación del mundo; saldrán los ángeles y separarán a los malos de
los justos, y los arrojarán al fuego eterno, allí habrá llanto y crujir de dientes. Jesús había dicho que
los ángeles de los niños, ven la faz de Dios.
Mateo 18, 10: Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus
ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos. Porque el Hijo del
hombre ha venido a salvar lo perdido.
Además +Hechos de los apóstoles 12, 15, se trata del ángel que liberó a San Pedro, de la cárcel. Todos
estos textos confirman la enseñanza de la teología católica sobre un ángel custodio de cada
cristiano. En los libros pre-exílicos se les nombran con frecuencia como enviados de Dios a los
hombres, aunque no se les asigna nombre particular al parecer, para evitar la ocasión de la
idolatría. Se aparecen a Agar, la esposa de Abraham, para nuestro estudio felizmente la madre
de Ismael, padre de los árabes, quienes tienen como ángel protector a Gabriel.
16
Asno salvaje. Job 34, 5-8.
116
¿Quién da libertad al asno salvaje? ¿Quién rompe las ataduras al onagro al que por casi di el desierto
por guarida las estériles estepas? Se ríe del estrépito de las ciudades y no oye las voces del arriero;
vaga por los montes al pasto, se va tras de toda hierba verde.
Dio Agar a Yahavé el nombre de Atta-El-Roi pues se dijo: ¿no he visto también aquí al que me ve? Tú
eres el Dios de la visión, Agar expresa su admiración de haber visto a Dios, sin quedar herida por el
rayo de su majestad. (Se le da la descripción de asno salvaje a Ismael, Onager, para pintar el carácter
de el patriarca de los agarenos, y de sus descendientes nómadas del desierto, amantes de su
libertad, enemigos de toda sujeción, y prontos a caer sobre los incautos viajeros.) Por eso llamó al
pozo: Ber–Lai–Roi. Es el que está entre Cades y Berid (Pozo del viviente que me ve).
Parió Agar a Abraham un hijo, y le dio Abraham el nombre de Ismael. Tenía Abraham ochenta y
seis años cuanto Agar le parió a Ismael.
En los libros postexíclicos se da el nombre de tres de ellos: Rafael +Tobías 12, 5,. “Y llamando al
ángel, le dijo: Toma la mitad de todo lo que habéis traído y vete en paz.
Tobías 12, 15: Yo soy Rafael uno de los siete ángeles que presentamos las oraciones de los justos
y tienen entrada ante la majestad del Santo.
Gabriel. Daniel 8, 16: Y oí una voz de hombre que me decía, en medio del Ulai gritaba y decía: Gabriel
explícale a éste la visión.
Daniel 10, 13; y Miguel: Pero el Príncipe del Reino de Persia se me opuso veintiún días; más Miguel,
uno de los príncipes supremos, vino en mi ayuda.
Daniel 7, 10: Su número es ingente: Un río de fuego salí delante de él, y le servían millares y le
asistían millones de millones. Sentíse el Juez y fueron abiertos los libros.
M.S.M.1. S A N T I A G O E N M E X I C O
Santiago, representa la figura celestial que pugna, a favor de los cristianos, en una trama
militar y teológica entre paganos y cristianos esa dialéctica, se proyecta en una lucha de símbolos
y culturas. La pugna estriba entre representantes (+) Ñ del bien Ñ Cristianismo y representantes
(—) Ñ del mal Ñ Paganismo. Se cristaliza en la producción cultural de una figura de Santiago
Apóstol. Este producto implica una asimilación cultural por parte de la cultura subordinada
militar y espiritualmente +ver M.S.M.1.,.
En el mito M.S.M.2. la bandera (símbolo de los conquistadores) ibéricos, tenía estos códigos
cromáticos: negra H roja. En el fondo una cruz. Este símbolo nos remite al cúmulo de significados
culturales crucíferos, y en la cual someramente se nos dan las dimensiones culturales de este
símbolo. La cruz, en este tópico, implica la victoria militar y teológica. Durante la batalla militar
la cruz se llena de resplandores, esta afirmación quizá nos remita a la implicación del apoyo
celestial de Santiago Apóstol y de las divinidades en su guerra militar y teológica.
Volviendo a la imagen de Santiago Apóstol, vemos que en M.S.M.3. Santiago en Michoacán, los
indígenas tarascos (ya cristianizados y una vez adoptados los símbolos de la cultura domi-
nante), justifican el apoyo celestial de Santiago Apóstol, contra los realistas ibéricos, en la
lucha por la Independencia de México.
Indígenas católicos implícitamente reciben apoyo celestial (+), ibéricos realistas (—), son
vencidos irónicamente por su propio patrón, Santiago Apóstol (en este caso vemos una inversión
típica de los símbolos, casos muy comunes en el análisis estructural.
En M.S.M.4. Santiago Apóstol aparece en Nueva Galicia; en el corte diacrónico se sitúa la
aparición el 29 de septiembre de 1541. El contexto en el cual aparece Santiago Apóstol en la
guerra entre
1. Caxcanes, texuexques y zacatecos (—) (Paganos no cristianizados enemigos de los
conquistadores y de la religión cristiana. Prenden fuego a la Iglesia. (—) (Acto de rebeldía
que implica una contradicción teológica y simbólica).
2. Sale del templo un hombre montado en un caballo blanco. (Caballero Ñ montado en un
caballo blanco; conexión con la figura mítica, de los caballos, en particular con la imagen de
el caballito de Santiago Apóstol Ñ el Zebedeo, su padre). (Caballero Ñ sale cubierto con una
117
capa roja Ñ símbolo de la sangre de los mártires). Echando lumbre Ñ el fuego Ñ relación
simbólica con su epíteto hebreo (Boanerges) Hijo del Trueno 0 rayo. Santiago Apóstol.
3. Vence cristianismo (+) paganismo (—) Santiago Apóstol, acompañado de mucha gente:
(Carácter bélico Ñ justificando una pugna teológica entre cristianos y paganos).
El mito M.S.M.5. sitúa la aparición de Santiago Apóstol en el lugar ritual de los caxcanes o
zacatecos, denominado (+) el Mixtón, cuyo significado es: “lugar donde se montan los gatos.”
Arriba Ñ donde se situaban los enemigos de la fe cristiana, caxcanes o zacatecos.
Abajo Ñ estaba el virrey: con sus tres órdenes:
a. Franciscanos
b. Agustinos
c. Dominicos
El caballero blanco: Santiago Apóstol, indica el camino del Mixtón a los soldados españoles.
Pugna o militar español H caxcanes, zacatecos
teológica cristianos H – paganos.
divinidad –
–
Existe un término mediador entre – – – ––– – – Juan del camino (mortal)
cristianos
Este mito sintetiza la reiterada lucha entre cristianos y paganos. Proponiendo la victoria
militar y teológica de los cristianos sobre los paganos indígenas del norte. No obstante, el
contenido de este relato, nos puede ejemplificar, el carácter etnocentrista y aún etnocida de los
ibéricos, los cuales actuaban bajo una justificación divina.
En épocas más contemporáneas, según el corte diacrónico Marzo de 1916, en plena revolución
mexicana. En el corte sincrónico el relato se divide en dos días.
En el primer día: Francisco Villa Ñ al estar frente al enemigo en Tepehuanes, Durango. “Al
montar su mula retinta; símbolo del mal”. (se encabrita Ñ mal augurio).
(+) ángel o (—) demonio tutelar, de Villa lo salvó.
En este aspecto nodal nos remite a una concepción antiquísima, nada más y nada menos que
al concepto mismo semiológico de Démones, esto es: demonio, que en un principio, tuvo como
significado la ambivalencia (+) (—) de ser angelical o demoníaco. El término demonio implica
un estado intermedio entre la dialéctica de los contrarios.
(+ ) (+ ) (—) (—)
En el segundo día: Villa manda cortar las vías del ferrocarril. Sus enviados se pierden. (—)
(—) Villa se retira al norte a San José de la Boca. Pasa de largo en Tepehuanes, Durango. Villa es
perseguido por un ejército frente al cual se veía.
Capitán con caballo blanco Ñ Santiago Apóstol.
Santiago vs. Villa (—) Demones (+ —)
Otro episodio de Santiago Apóstol en Michoacán nos refiere la connotación meteorológica.
En períodos de sequía: aridéz en la tierra (abajo). Escasez H pobreza.
Aparece en el cielo una nube que de pronto se disipa: La carrera de Señor Santiago.
Este tipo de relato refiere al código meteorológico que nos remitiría a la manifestación cultural
reflejada en el cosmos. Ahora bien, como mera curiosidad, esa pugna teológica, se refleja en otro
código culinario, encontrados en un recetario con el nombre de Sopa de Moros y Cristianos.
Ahora bien, finalmente en M.S.M.8. se concibe el fenómeno jacóbeo desde un punto de vista
cosmogónico.
1. El camino de Santiago Ñ vía láctea.
2. Las tres Marías.
3. El cinto de Orión.
118
Para todas las tribus de América del norte, es el camino de las almas que se dirigen al más
allá. Al final de ella se encuentra el país de los muertos.17 En la mitología maya quiché (Popol
Vuh) la vía láctea se presenta como una gran serpiente blanca.18 Entre los aztecas, la serpiente
de la vía láctea es devorada cada día por un águila, que representa a Huitzilopochtli, divinidad
del sol de mediodía, que está asociada a la dirección sur y al color azul. Este dios es uno de los
cuatro hijos de la pareja divina que ha presidido la creación: El señor y la dama de la dualidad.18
Entre los indios zuni, de Nuevo México, existe una cofradía llamada de la Vía Láctea. Está
puesta bajo el signo de la diosa de las mariposas, de las flores y de la primavera, que es también
bufón del sol y desempeña el papel de intermediaria entre él y los hombres. En las fiestas, los
miembros de esta cofradía se entregan a demostraciones de desmesura, (obscenidad y glotonería).
La vía láctea se llama la viga del cielo.
Según la mitología de los incas del Perú, la vía láctea es el gran río del cielo, del que toma el
agua el gran dios del trueno para enviar las lluvias sobre la tierra.19 Sin embargo los quéchuas,
descendientes de los incas, consideran la Vía Láctea como un río o como un camino celeste. Ba-
iame, divinidad suprema de las tribus del suroeste de Australia, habita el cielo y está sentado
sobre un trono de cristal, cabe a un gran curso de agua, la Vía Láctea. En las lenguas turco tár-
taras se le llama el camino de las ocas salvajes, al igual que entre los fineses del Volga. Entre los
lapones y en Estonia, es la ruta o el sendero de los pájaros, los buriato y una parte de los yakuto
lo consideran como la costura del cielo. Para los samoyedos del círculo de Turukhansk, es la
espada del cielo. Está formada de leche derramada por el cielo, no solamente según la tradición
popular europea que está atestiguada en la mitología griega (Hera enojada con el niño Heracles
le arranca el seno de la boca y la leche derramada forma la vía láctea) sino también en numerosas
leyendas de los pueblos altaicos, como los buriato. Corriente del cielo en China, es igual un río
para los pueblos de Siberia septentrional, igual para los coreanos y los nipones. Es la ruta de un
ladrón de paja de los tártaros y otomanos, según una tradición que Harva Uno.20
Estima originaria de Persia, para ciertos Yakuto, es el rastro de los pasos o de los esquís de
un dios cazador que persigue a un siervo de seis patas. Este siervo sería la Osa Mayor, y la casa
del dios las Pléyades. Para los tunguso este cazador es un oso y la vía láctea es la huella de
unos esquís del oso. Para los tártaros musulmanes constituye el camino de los peregrinos de la
Meca. La vía láctea es entre los celtas, la cadena de Lung, dios irlandés, señor de las artes de la
paz, y de la guerra. Un sabio neoplatónico, del siglo IV, Salustio, que rechaza la sucesión del
emperador Juliano, da una interpretación simbólica del mito de Cibeles y Attis, donde considera
la vía láctea como el límite superior de la materia sujeta al cambio.
En todas estas tradiciones, la vía láctea aparece como un lugar de paso, de origen divino,
que enlaza los mundos divino y terrestre. También es comparada con la serpiente, al río, a una
huella de pasos, a una salpicadura de leche, a una costura y a un árbol, es tomada para sus
viajes entre mundos por las almas y por los pájaros. Simboliza la vía de los peregrinos, de los
explotadores, de los místicos, de un lugar a otro de la tierra, de un plano a otro del cosmos, o de
un nivel a otro de la psiqué.
17
Alexander Hartley Burr, Le Cercle du Monde The Worlds rim: Great my stories of the Nort american
Indians.
18
Girard Raphael. Le Popol Vuh, Historie Culturelle des Maya Quiché, París 1954.
19
Lehtman-Nitsche. Cariancha, el templo del Sol en el Cuzco y las imágenes de su altar mayor. Revista del
Museo de la Plata, XXVI, Buenos Aires, 1928..
20
Les representations religeuses des peupes antaique. Trad. del alemán por J. L. Peret. Paris, 1958, pág. 144.
119
M.S.M.2. S A N T I A G O E N M E X I C O
1. La Bandera de los conquistadores Ñ España.
Bandera negra 0
Cruz roja militar
2. La cruz implica la fe y esta se convierte en victoria teológica
3. Durante la batalla Militar: La Cruz se llenaba de resplandores: esto implicaba un apoyo
celestial, según los españoles.
Con este apoyo Y se vence al paganismo indígena.
M.S.M.3. S A N T I A G O E N M I C H O A C A N
Durante la independencia de México los indígenas tarascos (cristianizados: una vez inmersos
en la cultura dominante) reciben el apoyo celestial de Santiago Apóstol.
vs.
las tropas reales españolas
indígenas tarascos adoptan el símbolo de Santiago
vs.
Tropas españolas (se creían dueñas del patrono de España).
Puede decirse que los elementos culturales de este mito son irónicos, pues el Patrono de España;
Santiago, es adoptado por los indígenas tarascos en contra de los protegidos por excelencia;
los ibéricos.
M.S.M.4. S A N T I A G O A P O S T O L E N N U E V A G A L I C I A , 2 9 D E S E P T I E M B R E 1 5 4 1
Guerra entre caxcanes, tecuexques y zacatecos. (paganos).
vs.
españoles (cristianizados).
1. Los caxcanes, tecuexques y zacatecos:
indígenas paganos no cristianizados, nómadas del norte del país.
vs.
españoles prenden fuego a la iglesia
2. Sale del templo un hombre montado en un caballo blanco.
Caballo Blanco 1 símbolo mítico que se interrelaciona con las concepciones universales
míticas referidas a este cuadrúpedo (Cfr. mitos sobre caballos).
Cubierto con una capa escarlata, roja, símbolo de la sangre: de la sangre de los mártires.
Echando lumbre Ñ el fuego 0 relacionado con Boanergues (Santiago y Juan) Hijos del Trueno.
Acompañado de mucha gente de pelea (carácter bélico), justificando una pugna teológica
entre el cristianismo y las religiones paganas.
M.S.M.5. S A N T I A G O E N E L M I X T O N
Mixtón: lugar donde se montan los gatos: (arriba).
1. Durante quince días fueron vencidos los caxcanes por los españoles.
a. Franciscanos
2.- Abajo estaba el Virrey con sus tres órdenes: b. Agustinos
c. Dominicos
3. Un caballero en caballo blanco Ñ indica el camino del Mixtón a los soldados españoles
grita: “arremetamos a los enemigos de Dios”.
Pugna teológica: cristianismo H
paganismo.
divinidad
4. Juan del Camino término mediador
(humano) ibéricos.
Afirma que el caballero era: Santiago Apóstol.
120
M.S.M.7. S A N T I A G O E N M I C H O A C A N
Santiago y su connotación meteorológica.
En períodos de sequía o aridez en la tierra
escasez Ñ pobreza (abajo)
aparece en el cielo (arriba)
una nube que de pronto se disipa
la carrera del señor Santiago.
M.S.M.8. S A N T I A G O E N Z A C A T E C A S
Fenómeno Cosmogónico
1. El camino de Santiago Ñ vía láctea.
En el firmamento brillante: 2. Las Tres Marías.
3. El cinto de Orión.
el rey moro, en este relato existen diversas manifestaciones culturales, envueltas en un hecho
sincrético.
1. Charros 2. Chinas 3. Los mecos (chichimecas) 4. El viejo de la danza (Huehuetéotl)
5. Los doce pares de Francia (del libro del Cid campeador) 6. Los devastadores de la Guerra
de los Pasteles 7. La cruz roja neutral 8. La media luna del islam 9. La cruz cristiana
E.D.M.4. V A R I A N T E D E L A D A N Z A D E E N M O Y A H U A , Z A C A T E C A S
Tastoanes: tlatoani; náhuatl Ñ señor.
Danza que se celebra en el norte de Jalisco y sur de Zacatecas. Ubicación geográfica.
Corte diacrónico. Se celebra el día 25 de julio.
Corte sincrónico: En la iglesia (+) está Santiago Apóstol Ñ montado en minúsculo corcel (se
asocia a Santiago con el símbolo mítico de los caballos antes mencionado).
Los Santiagos o se golpean ante la iglesia (esta actitud de autoflagelación nos remite a la
antiquísima costumbre de tomar la danza, como una penitencia, como un castigo para el cuerpo
y un don para los dioses). De ahí su conexión con el vocablo náhuatl Macehualitzin; Macehua
Ñ hacer penitencia.
Según el padre Motolinía, entre los antiguos mexicanos, la palabra citada significaba: obtener
o merecer una cosa. Ahora bien, con el advenimiento de la nueva religión, se camufla esa tradición
prehispánica con el culto a Santiago Apóstol. Se dan golpes, prometen ante el santo + sacrificio
por: los dones recibidos.
Por la expiación de sus culpas.
Por los dones que recibirán.
Número de golpes Ñ proporcional al presupuesto subjetivo de gracia, culpa o petición.
Vestimenta: Ñ máscaras estrafalarias, que nos remiten a una actitud de anonimato, ya que
esta esconde la identidad del danzante.
Tastoanes pueden ser Ñ hombres o mujeres.
Montan briosos caballos +
Lex: representante de la iglesia o del Estado, prohíbe dicha representación cultural.
Representante (Ñ ) (+)
Muere inexplicablemente Prohíbe fiesta de Tastoanes.
(—) Muere inexplicablemente.
E.D.M.2. C R O N I C A D E M I C H O A C A N , F R A Y P A B L O B E A U M O N T
1. Tema: pugna entre indios católicos y chichimecas
Metamorfósis 0 indios cristianizados adoptan la religión y los símbolos de los
Y conquistadores. luchan vs.
indios chichimecas paganos: nómadas
2. Cuentan con el apoyo divino, con la aparición de: Santiago Apóstol, San Francisco y la
Virgen María
Pararon el sol conexión mitológica con los símbolos solares.
Y aterrorizaron a los chichimecas.
3. Al ser derrotados los indios chichimecas, piden la instalación de la cruz (¿acaso como una
forma de ocultar, a partir de un culto traído por los españoles, el verdadero culto a la cruz
del Nahui Ollin?). Este culto a la cruz cristiana se parece, por lo menos el símbolo, al culto
a la cruz del Nahui Ollín, la adoraban los chicahualistles, de Chicahualisteotl, el dios de la
fortaleza y la salud.
122
D A N Z A S D E L A V I L L A D E G U A D A L U P E (1820)
Las buenas familias Ñ (connotación clasista)
se dirigen al Santuario de Tonatzin nuestra madre de Guadalupe
a ver al “pueblo” representar las danzas de: 1. segadores; 2. tejedoras; 3. mitote; 4. conquista.
E.D.M.3. M O R I S M A D E Z A C A T E C A S (1910)
Bando de los moros (islamismo) (—)
N IVEL M ILITAR N IVEL T EOLÓGICO
Bando de los cristianos (cristianismo) ( +)
La guerra de los símbolos:
Moros: media luna del islam: al mando del moro Musa 0 con su harem.
Cristianos: la cruz: símbolo de Cristo y del cristianismo +
Al mando de don Juan de Austria y los reyes católicos con sus odaliscas.
La lucha dura tres días: símbolo del número tres.
Al final el rey moro es decapitado por mandar robar la cabeza de San Juan Bautista.
Elementos culturales en la morisma zacatecana.
1. Charros; 2. Chinas; 3. Los mecos (chichimecas); 4. El viejo de la danza (culto a Huehuetéotl);
5. Los doce pares de Francia (del libro del Cid campeador); 6. Los devastadores de la Guerra
de los Pasteles; 7. La Cruz Roja neutral; 8. La media luna del islam; 9. La cruz cristiana.
E.D.M.4. V A R I A N T E S D E L A D A N Z A E N M O Y A H U A , Z A C A T E C A S
Tastoanes: taltoani: señor.
Danza que se celebra en el norte de Jalisco y sur de Zacatecas.
Fiesta 25 de julio
En la iglesia de Santiago Apóstol, montado en un minúsculo corcel:
Santiago a caballo Ñ (conexión mítica con los caballos) o
Los Santiagos: por manda o agradecimiento: como solicitud
como penitencia
Tiene una razón de ser: en el período prehispánico la expresión:
Machualitzín: significa: danzante.
Macehua: hacer penitencia: obtener o merecer una cosa.
De ahí que es posible que con ese origen el nuevo culto a Santiago Apóstol conlleve esta
concepción de penitencia.
E.D.M.5. E S T R U C T U R A D E L A D A N Z A E N A G U A S C A L I E N T E S
En el documento anónimo, fechado un 22 de octubre de 1807, se nos informa que en un recibi-
miento de Monjas, en la Villa de las Aguas Calientes. En esta sencilla descripción, se vislumbran
tres tipos de danzas que se practicaban, en aquel tiempo:
a. Las danzas de indios: “vestidos a la decencia posible”.
b. Seis danzas momas; momon (máscara, en fráncés) que constaban de:
1 Gigantes: (mitos de gigantes en las tradiciones de América, México: quinametzin).
2 Pigmeos: (de herencia africana).
c. Tres danzas de moros; (danzas que implican la cultura árabe-ibérica, ya institucionalizada
en América).
Las tres manifestaciones culturales implican una concepción sincrética que abarcaría:
a. Tradición prehispánica; quinametzin.
b. Tradición medieval, sobre la mitología de los gigantes.
c. La tradición islámica y su pugna contra la religión oficial: católica.
E.D.M.5.1. D A N Z A D E C H I C A H U A L E S E N J E S U S M A R I A , A G U A S C A L I E N T E S
Procesiones de santos implican, según esta narración, los siguientes elementos:
a. Chirimías. Palabra coca (Ñ )
b. Cohetes. Fuego
c. Cámaras. Trueno
Ahora bien; los chicahualistles, cuyo significado semántico proviene de Chicahualistéotl,
dios de la fortaleza y de la salud, se le llamaba así a la cruz del Nahui Ollín, entre los antiguos
toltecas, a su vez la cruz del Nahui-Ollín, significaba la sucesión de las cuatro estaciones, o los
cuatro movimientos del sol, de lo que depende la vida, la fortaleza, la salud.
Ellos representan, los simulacros de las victorias de los españoles sobre los moros. La trama
implica la victoria teológica del cristianismo (sobre) H islamismo.
Pugna entre la cruz H la media luna.
Santiago Apóstol, espada en mano a caballo.
Actitud de veneración a todas las reliquias; que curan las enfermedades.
Volvemos al tema general: la victoria del cristianismo sobre el islamismo. Victoria que implica
códigos: teológicos dancísticos, culturales, militares, cosmológicos, metereológicos, culinarios,
musicales, arquitectónicos.
La figura de Santiago Apóstol aparece montado en un caballo, ahora en una representación de
la gesta, con carne y hueso; y la pugna se desarrolla entre los cristianos: chicahuales simboliza la
pureza, con pantalones blancos y los moros, enemigos del apóstol con la media luna del islam.
Los chicahuales, al acariciar y besar el caballo de Santiago Apóstol, nos remiten a la tradición
mítica de los caballos y a la representación del Zebedeo, padre de Santiago Apóstol en el noble
bruto. Los redobles de las campanas, nos recuerdan esa indirecta relación que vimos en el
principio de este análisis estructural, entre la acción de las campanas y su actitud protectora
contra rayos, centellas, truenos y brujas. centellas
campanas vs. rayos espíritus malignos
truenos
Esta tradición mítica proviene desde el libro del Éxodo.
Ahora bien en la actitud de la comunidad, se legitima el osculum con sus acepciones bíblicas,
de reverencia. Las ofrendas que se le llevan al santo Santiago implican:
a. monedas Ñ mineral
b. gallinas Ñ animal
c. ajos Ñ vegetal
Así como el colonche es, quizá, el último elemento de cultura chichimeca en la región, por ser
una bebida ritual, la cual mezclada con peyote transformaba a los indígenas chichimecas en
guerreros feroces e impredecibles.
Se tiene noticia que, para la fiesta de San Ignacio, los lugareños de la hacienda San Ignacio
se vertían en sus pulcras camisas blancas las jícaras de colonche rojo, recordando el ritual
chichimeca que realizaban antes de entrar a la batalla, o en sus bailes rituales. A los indígenas
que se pintaban de rojo el pelo con colonche se les llamaba guachichiles.
En lo que respecta a la vestimenta de los chicahuales, son elementos simbólicos:
pantalones bombachos, ropa vieja +
sombrero de paja Ñ cultura campesina
espadas de palo Ñ reminiscencia medieval de las espadas
Los mohareech Ñ de origen árabe, persona que se viste
ridículamente sacan a Santiago Apóstol.
Sacan de la iglesia a Santiago procesión ritual
moros H moharresh H chicahuales H cristianos.
Entre cañonazos que nos recuerdan: el carácter bélico, irascible de Boanerges. Los cuales a su
vez nos hacen remembranzas de la personalidad de Santiago y Juan.
Siguiendo el corte diacrónico de la narración, el día 26 de julio se celebra, a decir de nosotros,
un ritual que aparentemente no nos lleva más que a una mera momería; esta representación nos
abrió las puertas para encontrar, en un primer lugar, el ritual de ochpaniztli, de el grano viejo
y, finalmente, el mito de origen: el mito de Toci, la abuela de los mexicanos; representada en el
maíz sazonado. No obstante antes de desarrollar esa “tesis máxima”, nos limitaremos a describir
la estructura de este ritual. En esta fecha los moharraches (chicahuales) adoran, liban colonche,
bailan y pelean ante una mujer alta, de adiposidad fenomenal, la cual implica una concepción
inconsciente de Ñ ingencia material.
Con careta de anciana (¿acaso la imagen de Tocicíhuatl?) un hombre se disfraza de esta
mujer representa a la Vieja de los Chicahuales:
Metamorfósis Ñ hombre H mujer Y
hombre vivo H mujer muerta Y
mortal Y mujer inmortal (diosa, acaso) que representa a señora
Santa Ana. ¿La abuela de Dios?
Esta manifestación cultural nos lleva a hacer varias conjeturas: ¿acaso este ritual de la Vieja
de los Chicahuales nos remite a la diosa madre de los mexicanos, Toci, esposa de Huitzilopochtli?
o bien, es un mecanismo de sincretismo para legitimar la imagen de la abuela de Dios, con la
figura de señora Santa Ana según los evangelios apócrifos, y según la tradición judeo cristiana.
Estas hipótesis las desarrollaremos en el apartado sobre los ritos de Ochpaniztli y el mito de
Toci. La imagen de señora Santa Ana es un símbolo de fertilidad ya que, según el ritual, la Vieja
de los Chicahuales rompe la olla oculta en la cintura. La olla de barro implica la fertilidad de la
cavidad materna, el alumbramiento, el nacimiento de los hijos, su material de barro humus, nos
remite al antiquísimo mito del Génesis en el cual el hombre es modelado de barro por la divinidad.
125
Posteriormente esa Vieja de los Chicahuales rompe la olla y de ella sale una “runfla de
ardillas”, “techalotl” (en náhuatl); cosa curiosa, aún en algunas comunidades campesinas de
Aguascalientes se les llama como en el período prehispánico a las ardillas; que simbolizan los
hijos de los dioses.
MASCARADA EPICA
Tamboril: llama a los chicahuales a la guerra
sonido del tambor o significa el trueno, el cuero del caballo 0
sonido del trueno las batallas
con él llama a la lucha vs. los moros.
Chicahual: valeroso, sano, adora la cruz del Nahuí-Ollín, que representa las cuatro estaciones.
PRIMAVERA
VERANO OTOÑO
INVIERNO
NORTE:canciones norteñas:
cultura México-americana.
PONIENTE: cumbias: ORIENTE:
corridos: de origen
de origen afro-colombiano. juglaresco ibérico.
SUR: Sones: mestizaje:
tradición indígena, española y africana.
Ahora bien; existe una estructura general referida a los gestores del evento cultural.
a. Campesinos clase
b. Albañiles subordinada + (económica)
c. Obreros
d. Carpinteros clase dominante ñ
(económica)
129
Con ello podemos hipotizar que las clases subalternas tienen una memoria histórica, milenaria
y por ende dueños de un legado policultural.
Las causas por las cuales celebran sus fiestas de chicahuales son las siguientes:
a. por el milagro recibido
b. Recobrar la salud.
c. Porque el familiar mande dinero de E.U.A.
d. Por el buen temporal.
e. Por el sí de la novia.
f. Por haber recobrado el caballo, las vacas y el ganado, etc.
Los moros tienen en su vestimenta un código cromático en el vestuario:
1. Morado Ñ morisco.
2. Azul marino Ñ la patria celestial.
3. Rojo Ñ sangre de los mártires.
Por el otro extremo el rey de los chicahuales, de los cristianos según la versión sincrética de
los jesús marianos, viste su túnica de color rojo su opuesto, el rey de los moros, viste túnica
morada, la media luna significa el Islamismo.
Posteriormente viene un corte diacrónico, situando la fiesta en el día 23 de julio, en este
episodio, el atabal o tambor simbolizando el trueno, Boanerges, llama a los cuatro puntos cardi-
nales, los cuales nos refieren a la cruz de Nahui Ollín, la cruz de los movimientos del sol, de
donde vienen los guerreros chicahuales.
En esa primer batalla, los chicahuales y su rey pierden la batalla (—) duerme el rey. En pleno
trance somnífero, el rey de los chicahuales, tiene una visión celestial y Santiago Boanerges
vendrá en su ayuda. 24 de julio el rey de los chicahuales se presenta a luchar con ánimo
Santiago vence y ciega la vida de los moros. (+) (—)
Santiago Apóstol con su caballo blanco y su cruz, apoyo divino, termina con los moros. Ante
ese hecho contradictorio, ya que en los diez mandamientos entregados a Moisés se determina el
“no matarás” como una conditio sine qua non de las tésis de la misericordia y del perdón
cristiano; por ello el saber popular justifica ese contradictorio episodio; cuando Santiago Apóstol
se presenta ante el Señor, y le reprende al decirle que los venciera a los moros y no los matara.
Por ello la actitud simbólica de sólo tocar su cabeza a los moros y retornarlos a la vida.
Ahora bien como ya se anotó en narraciones anteriores, el día 25 de julio es la entrada triun-
fal de Santiago Apóstol de ahí que la memoria sólo se limita a ensalzar la figura guerrera de
Santiago Apóstol con todos sus elementos policulturales. Y el respectivo culto religioso oficial
tanto al Santiago charro, como al Santiago oficial de la iglesia.
El día 26 de julio, se incorpora al cúmulo de expresiones culturales un elemento que, se
desarrollará en su debido respeto ya que, para el autor de esta investigación es la piedra angular
de un sincretismo universal, referido al culto a las abuelas y en especial al símbolo del maíz
sazonado, nos referimos al culto a Señora Santa Ana, abuela de Dios, representante en la cultura
mexica de Tocicíhuatl la abuela de los dioses, esposa de Huitizilopochtli, con toda una teogonía
y un culto ritual, mismo que encontramos subyacente en el culto a Señora Santa Ana con los
elementos simbólicos de un filón mítico excepcional.
No obstante los contemporáneos chicahuales, adoradores de la cruz de Nahui Ollín, en el
antiguo México precortesiano, representan una mujer que llega en un burro, símbolo bíblico de
sencillez y de pobreza evangélica, esta mujer representa a Señora Santa Ana, conscientemente
no se conoce el origen de esta representación pero con el trabajo de arqueología cultural, vemos
su nexo por lo menos como un paralelismo simbólico y lógico formal con el culto prehispánico
de Tocicíhuatl, y con el culto griego de Démeter y Perséfona así como sus rituales respectivos.
Para concluir este sincretismo supino, aparece la vieja de los chicahuales (la abuela de los
mexicanos o Toci) con un vestido albino, este vestido implica una visión de la festividad y de la
claridad acuática, referida al sortilegio para las buenas cosechas del maíz, como se verá en su
apartado especial. El guerrero chicahual representa a la abuela de Dios, Señora Santa Ana.
¿Acaso Toci, la abuela de los mexicanos, se encontrará camuflada en el culto cristiano?
¿Acaso el hecho de portar guacal y tortillas a sus hijitos chicahuales guarda subyacente un
culto a la abuela de los dioses, a Toci, representante del maíz sazonado, diosa de la fertilidad?
Todas estas respuestas las veremos en nuestro siguiente apartado, no obstante antes de
terminar estos comentarios, existen varios testimonios referidos a la actitud prohibitiva de este
culto, por parte de las autoridades eclesiásticas, por ello el cura Lorenzo autoridad eclesiástica,
trata de cancelar la actuación de los Chicahuales.
130
Debido a esa negación (—) las fuerzas divinas se vuelcan contra él, en el río. Por ello
prohibición implica (—) muerte. Amenaza de Dios, Santiago o la divinidad aún sobre
representantes eclesiásticos.
Celebración de la fiesta implica: vida, alegría de Santiago Apóstol y sus chicahuales.
L A F I E S T A D E L O S C H I C A H U A L E S (1951)
1. Matauchihin Letras sobre Aguascalientes
del árabe: enmascarado
2. Matlazinca en náhuatl
Matlatatl: red: con la que se despacha el maíz. Red, con la que sacrificaban a un hombre
ante un ídolo. La comarca donde vivían estos indios se llamaba: valle de Matlazinca.
La muerte desfila a un costado de Santiago.
El caballo de Santiago pasa sobre los cuerpos de chicahuales y no los pisan.
E.D.A.7. L O S C H I C A H U A L E S A L F I N A L D E L M I L E N I O
Sincretismo: fiesta de chicahuales: (significado mítico)
danza de matlachines
a. Significado árabe Ñ enmascarado
b. Significado náhuatl Ñ red.
Niño Dios Ñ (tradición cristiana)
Herbolaria Ñ tradición médica náhuatl
limpias Ñ tradición médica náhuatl
pueblo de brujos (generalización popular)
Semana Santa (representación popular)
En la fiesta contemporánea de Santiago Apóstol, los chicahuales se visten con la siguiente
indumentaria: camisetas con logos o diseños de: a. Houston Oilers; b. Pluto; c. Dodgers; d. La
bandera de Gran Bretaña; e. Símbolos del PRI (cultura oficial de la política)
Sincretismo Ñ código cultural
policultural del vestuario
calzado: huaraches H tenis: a. Nike; b. Converse; c. Adidas; d. Reebok
sombrero: palma H cachuchas sintéticas: a. Pittsburg; b. Los Ángeles; c. San Diego.
cultura norteamericana
Cristianismo Ñ Cristo Ñ Chicahualistéotl
Pantalón blanco o significado de pureza Ñ cristianismo Ñ dios de la salud: Chicahualistéotl.
Banda roja o símbolo de la sangre de los mártires cristianos
Machete: reminiscencia medieval, antes se utilizaban espadas, ahora se utiliza el machete.
Música: huéhuetl, sones de violín o canciones populares: a. Norteñas; b. Cumbias; c. Corridos;
d. Sones
Gestores: campesinos, albañiles, obreros, carpinteros
clases subalternas 0 memoria histórica
elites 0 no cultivan este tipo de memoria histórica.
Motivos para la celebración: recuerdo de la victoria de Santiago H moros (razón histórica
cultural teológica).
– por el milagro recibido
– recobrar la salud
– porque el hijo o el esposo mande dinero de E.U.A.
– por el buen temporal
– por el sí de la novia
– por haber recobrado el caballo, las vacas, los rebaños.
Síntesis o carácter religioso popular.
Danza perdón de los pecados 0 gracia espiritual 0 bien material.
Los moros o vestimenta: túnica de color: morado, azul marino, rojas.
El rey de los cristianos Ñ rey de los chicahuales.
( +) viste túnica de color: roja
corona (color de la sangre de los mártires)
El rey de los moros: viste: túnica de color: morada
131
R.4.8.2. Fray Juan de Torquemada (1723) desarrolla el ritual en cinco momentos, mismos que
son similares a los anteriores ritos sólo que la diferencia es que en esta versión se legitima, el
sacrificio cruento, de las mujeres, y se ofrecen éstos a Huitzilopochtli. Y este ritual nos da el
origen de este rito; lo sitúan en Culhuacán. Mito que lo analizaremos con su debida atención.
En R.4.9. Fray Toribio de Benavente, afirma que en los cuatro barrios de la ciudad de México,
se adoraban a Cintéotl y se adoraba a Toci como la abogada contra el mal de ojo.
Se adoraba simbólicamente el maíz como alimento sagrado, las mazorcas alimentaban a los
sacerdotes.
En R.4.10. el maestro Gutierre de Tibón señala que en Ochpaniztli, era el barrido de los caminos;
en época de cosecha se celebraba a Toci, su símbolo era el maíz sazonado. Hermosa analogía:
maíz sazonado representaba a la vieja Toci, símbolo de fertilidad.
Finalmente quien nos da un análisis global del significado y la trascendencia del culto a
Toci, es Brod Johann en sus consideraciones sobre Historiografía e Ideología Mexica.
Por principio de cuentas en R.4.11. Ochpaniztli o era la fiesta compleja con diversos niveles
de simbolismo. En ella se celebraban ceremonias referidas al maíz y a la fertilidad. La fiesta era
relacionada con la guerra.
Ahora bien, en el aspecto semántico Toci era similar a Yaocíhuatl. Este proviene de Oyauhui:
hacer la guerra carácter bélico de la Toci, quizás por ello encontramos la abuela de los dioses, o
de el dios cristiano; Santa Ana, en el complejo de danzas de Jesús María.
Cíhuatl o mujer símbolo de fertilidad.
Ahora bien, el carácter mítico de Toci surge cuando se le da el status de diosa ya que se
consideraba que ella se había casado con Huitzilopochtli, símbolo de fertilidad espiritual.
Por otro lado las características culturales de Toci oscilan en los siguientes aspectos.
Toci: es la luna viejañ Xochiquetzal Ñ luna nueva.
Toci: se le conoce como Tlazoltéotl: la comedora de inmundicias, diosa de la confesión,
carácter religioso de la penitencia.
Devora las inmundicias, Cuítlatl: Excremento o suciedad; los pecados de los hombres, diosa
de la penitencia. Existe un código astrológico: Mayahuel: diosa lunar que tiene como símbolo
de fertilidad, las cuatrocientas tetas, es además diosa del maguey, inventora del pulque.
Ahora viene un aspecto por demás nodal para nuestro estudio: Toci, la abuela de los mexicanos,
preside la procreación por ende es símbolo de fertilidad ya que es la primer mujer que tiene
relaciones sexuales con el dios Huitzilopochtli. Es la patrona de curanderas y parteras, de ahí
su conexión con las brujas curanderas, que aún, inconscientemente en el fin de siglo XX, en el
pueblo de brujos de Jesús María, Aguascalientes, la recuerdan con la pantomima de la vieja de
los chicahuales.
Como primer mujer se le identifica con la madre de los dioses o símbolo de fertilidad.
Como elemento relevante se considera a Toci la patrona de las adivinadoras, feliz hallazgo
reiterativo del matronazgo de Toci con las brujas jesusmarianas.
A la vez a Toci se le relaciona con el agua, símbolo de la vida.
A la piel del muslo de la desollada se le llamaba cara de luna (por su código astronómico).
Era utilizada como careta por el sacerdote que representaba a Toci, y se le llamaba por
generalización. Itzacoliuhqui: cuchillo torcido o dios del hielo.
Señora de la casa de la aurora, su negativo es Xólotl.
A su vez la piel del sacrificio significaba Cintéotl o deidad del maíz. Quien representaba a
Toci repartía al pueblo maíz y tortillas feliz encuentro de este elemento con la actitud de la
Vieja de los Chicahuales.
R.4.12. En los rituales de la fertilidad, César Macazaga, afirma que Centéotl era llamada la
diosa del maíz, la deidad mexica de los que labran las piedras.
Huitizilopochtli, hijo de Toci Padre / Huitzilopochtli.
Se le llama Xilonen: a la diosa del maíz tierno / vulgarmente se le conoce como jilotes, del
maíz, aún en la actualidad se le conoce así en Jesús María, Aguascalientes.
Se le conoce como Illamatecutli; la primera vieja, diosa del maíz seco. Tona o Teteoinan
representación de la diosa del maíz seco.
Hasta aquí debemos considerar, que se ha dicho hasta la saciedad que el culto a la diosa
vieja, era un ritual generalizado en la cultura mexica.
Ese ritual, consta de una metamorfosis. Un joven hombre se transforma con la piel de la
mujer sacrificada, en la Diosa Toci Y madre de todos los dioses, abuela de los mexicanos.
Ella conlleva a su vez, un ritual al maíz sazonado, mismo que encontramos en la época
contemporánea subyacentes en el ritual a Toci o a Señora Santa Ana.
135
M.4. E L O R Í G E N D E T O C I
1. Huitzilopochtli O Toci, nuestra abuela ( NIVEL TEOLÓGICO )
O (nivel humano)
princesa predestinada: hija del rey de Culhuacán.
2. Vida H Muerte. Por mandato divino se sacrificará la princesa y se transformará en hermana
del dios Huitzilopochtli. O La princesa se transforma Y
en hermana de dios.
R.4.2. L A V I E J A D E L O S C H I C A H U A L E S J E S U S M A R Í A 1901
Corte diacrónico: 26 de julio (Señora Santa Ana)
Corte sincrónico
1. Joven chicahual se viste de mujer vieja Ñ Sra. Santa Ana
metamorfosis
Señora Santa Ana: abuela de dios.
2. La mujer es cortejada por los Chicahuales Ñ símbolo femenino
O mujer de la discordia Ñ entre los mexicanos.
3. Vieja 0 adiposidad Ñ símbolo de abundancia Ñ copia.
4. Joven chicahual Ñ Sra. Santa Ana.
Sincretismo mexica
Tradición hebraica.
5. Hombre mujer elemento cultural:
metamorfósis liban colonche.
R.4.3. R E L A C I O N A N O N I M A , R I T U A L A T O C I
Elementos Culturales o a. Barrimiento de caminos
b. Toci es la Patrona de las barredoras contra el mal de ojo.
Corte diacrónico: se celebraba en Ochpaniztli, 21 de agosto.
C ORTE SINCRÓNICO DEL MITO DÍA
1. India vieja. 2. Se les viste: riqueza 3. ingresa al templo
O material oro plumas mortal Ñ divinidad
mineral animal
NOCHE
4. La escoba o símbolo 5. Templo sin fuego 6. Se sacrifica a la india:
de barrimiento cruentamente, sacando el
corazón.
Tocado de papel o cabeza vida H
muerte Ñ dioses
vida H
muerte.
7. Degollamiento de la 8. En el templo de Chicomecóatl
india. comulgaban con su cuerpo.
— Vegetación en la tierra. Mujer vida Hmuerte Toci Ñ nivel teológico.
O diosa abuela.
R.4.4. R I T U A L D E O C H P A N I Z T L I . F R A Y B E R N A R D I N O D E S A H A G Ú N
a. Nobles y plebeyos Ñ barrían caminos y templos. Elementos culturales
b. El signo de la fiesta o Ochpaniztli Ñ escoba. Corte Sincrónico del rito:
O D ÍA
1. Que moriría la 2. Recibía la visita de los 3. A media noche la
paseaban al sátrapas de Chicomecóatl. llevaban al templo
teanguez. donde habría de morir.
DÍA Ñ vida Ñ mortalidad H Noche Ñ muerte Ñ divinidad.
N OCHE
4. Cortábanle la cabeza. 5. Degollaban su muslo y lo llevaban a Cintéotl.
R.4.4.1. F I E S T A S E N H O N O R A T O C I
Se celebraban tres fiestas en honor a Toci.
Corte diacrónico: a. En el mes de Hueitecuitl.
b. Al principio del mes.
c. Al final de Ochpaniztli.
Corte sincrónico 1. Es la diosa de la discordia Toci. 2. Vestido de Toci con el pellejo.
Celebraban y alababan la imagen
de Huitzilopochtli.
Diosa Toci.
138
R.4.5. F R A Y D I E G O D E D U R A N
Elementos culturales: a. En la entrada de México hay un cihuateocalli, templo de las mujeres.
b. Idolo de palo o con figura de anciana.
Ñ Símbolo Ñ Anciana
c. Su fiesta se celebraba en el templo de Huitzilopochtli.
R.4.6. F R A Y T O R I B I O D E B E N A V E N T E
RITUAL DE O CHAPANIZTLI EN HONOR A T OCI
Elementos Culturales:
a. Salían los hombres valientes, con sus armas, cuchillos y flechas, fiesta de hombres guerreros.
b. Tenían esta fiesta como la que se celebraba a la “diosa del mal de ojos”.
c. Los hombres traían cañas de maíz, y estas las ofrendaban a Toci.
Ñ fiesta guerrera.
Elementos sincrónicos: el ritual de Toci.
1. Sacrificaban a (mujer mortal) 2. Elevada a la Teificación.
H
vida muerte Toci Ñ bailaba con todos los
Degollábanle: se vestían de del pueblo.
ellos. (carácter lúdico)
Se viste de la carne Diosa Toci.
3. En Ochpaniztli: Sacrificaban a una en cada barrio, la degollaban.
muerte de mujer Ñ fertilidad
hombre Ñ mujer divina.
R.4.7. S A H A G U N ; P R I M E R O S M E M O R I A L E S
CORTE SINCRÓNICO
1. DíaH noche 2. Degollamiento
vida terrenal muerte H vida
hombre Ñ se viste de su piel
diosa Toci.
3. Lucha simbólica con escobas Ñ Toci era: guerrera ante la cual celebraban guerras simbólicas,
toda la noche.
4. Día. En el patio de Huitzilopochtli 5. Escaramuseaban
se bailaba con insignias guerreras. La máscara de Toci, divinidad,
la colocaban en un palo Ñ Guerrero Ñ celebraban a Toci Ñ fiesta guerrera.
R.4.8.1. F R A Y J U A N D E T O R Q U E M A D A 1723
CORTE DIACRÓNICO
1. Era el onceavo mes del 2. Ochpaniztli: 24 de agosto.
calendario mexicano. Primer día fenecía 12 de
Fiesta de la madre de los septiembre.
dioses, Teteoynan Ñ Toci.
Huitzilopochtli o Toci.
3. Cinco antes se prohibía 4. A los diez días se bailaba
toda fiesta, quedaba el en el templo H sin teponaxtli.
templo en sociego.
139
R.4.8.2. F R A Y J U A N D E T O R Q U E M A D A 1723
1. Componían a la mujer que 2. Quinta fiesta (cuatro día).
moriría con aderezos. Juego o cañas.
Simulacro de guerras: analogía guerra lúdica.
3. La noche que moriría sacrificio 4. Muerta la degollaban. Se viste a
cruento, inventado en Culhuacán (nos un joven que simboliza Toci.
remite al mito que da origen a este rito) Se lleva al joven al templo
Vida o día Muerte o noche.
5. El sacerdote que simbolizaba Diosa Toci.
a Toci, sacaba corazones de
los cautivos y los ofrecía a
Huitzilopochtli. A Huitzilopochtli.
Toci Ñ ofrece corazón Ñ sacrificios cruentos (su origen en Culhuacán).
R.4.9. F R A Y T O R I B I O D E B E N A V E N T E
(Memoriales, o libros de las Cosas de Nueva España)
Corte diacrónico o Ochpaniztli: fiesta de Cintéotl: la casa de Huitzilopochtli.
Xico Ñ ombligo Ñ centro.
C ORTE SINCRÓNICO :
1. En los cuatro barrios de la ciudad de México se adoraban a Cintéotl (carácter teístico)
a. Moyotlán: Lugar de mosquitos. San Juan.
b. Teopan: templo. San Pablo.
c. Tzacoalo: en la pirámide. San Sebastián.
d. Cuepopan: sobre la calzada. Santa María de la Rueda.
2. Se adoraba a Toci abogada contra el mal de ojos.
carácter mágico de las limpias Toci: diosa del mal de ojos.
3. Portaban dos cañas de maíz Ñ alimento sagrado.
Papel revuelto. Mazorcas de maíz (culto al maíz).
4. Las mazorcas alimentaban a los sacerdotes.
R.4.10. G U T I E R R E D E T I B O N
HISTORIA DEL NOMBRE Y FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
C.D. Era el barrido de caminos — época de cosecha.
1. Toci Ñ era diosa terrestre lunar
2. Su emblema el maíz sazonado.
R.4.11. J O H A N N A B R O D A
Consideraciones sobre histografía e ideología mexica:
Las crónicas indígenas.
Elementos culturales atribuidos a Ochpaniztli.
1. Ochpaniztli: fiesta compleja con diversos niveles de simbolismo.
2. Ceremonias referidas al maíz y a la fertilidad.
3. La fiesta era relacionada con la guerra.
Toci: Yaocíhuatl Ñ Carácter semántico Ñ
1. Oyauhiu: hacer la guerra.
Rito 0 sincretismo con las danzas guerreras.
Posteriormente adoptada como danza en honor a
Santiago Apóstol.
2. Cíhuatl: mujer.19
3. Ochpaniztli: ceremonias que simbolizaban el casamiento de Toci:
con Huitzilopochtli.
19
Remi Simeón, pág. 161.
140
R.4.11.1. C A R A C T E R I S T I C A S C U L T U R A L E S D E T O C I
1. Toci o luna vieja H Xochiquetzal Ñ luna nueva. Carácter cósmico.
Deidad lunar.
2. Toci o Tlazoltéotl: comedora de inmundicias,
diosa de la confesión de la lujuria.
deidad Ñ confesión.
En su boca negra o llevaba el símbolo de Cuítatl: excremento: suciedad.
Devora los pecados de los hombres cuando se confiesan ante ella.
Mayahuel, diosa lunar, la de las cuatrocientas tetas, diosa del maguey, inventora del pulque.
(diosa de la fertilidad 0 copia). Paralelismo con Mayahuel.
3. Toci o esposa del sol, otras veces hermana.
4. Toci o preside la procreación: el nacimiento, la fertilidad.
La primera mujer que tiene relaciones sexuales.
Patrona de curanderas y parteras (similitud, con las hechiceras y brujas en Jesús María).
5. Era licenciosa.
6. Como primer mujer madre de los dioses.
Sincretismo 0 se identifica con la madre de Cristo. Señora Santa Ana.
7. Es esposo de Toci. Toci es madre del maíz.
8. Toci es asociada con el zopilote rey, el venado, la rana.
9. Toci diosa de la adivinación, diosa de brujas (feliz hallazgo Ñ patrona de brujas,
adivinadoras, parteras; en Jesús María elocuente aparición de este culto a Toci).
10. Toci o se relaciona con el agua.
11. La piel del muslo de la degollada Ñ Toci Ñ se llamaba Mexayácatl: a. cara de muslo
b. cara de luna
Era utilizada como careta del sacerdote que representaba al dios Cintéotl.
12. A quién toca representar a Toci: se le llama Itzacoluhhqui (hijo de Toci) hijo de Dios.
Itzacoliuhqui: cuchillo torcido; dios del hielo.
Señor de la casa de la aurora. Su negativo (—) Xolotl.
13. Las pieles de las sacrificadas representaban: a. Chicomecóatl.
b. Cintéotl: deidad del maíz.
Quien representaba a Toci repartía al pueblo maíz y tortillas Ñ
Feliz analogía con la vieja de los Chicahuales.
M.4. E L O R I G E N D E T O C I M I T O G É N E S I S
1. Huitzilopochtli O Toci (nuestra abuela)
(nivel teológico)
rey de Culhuacán O princesa predestinada
2. Vida H muerte — Por mandato divino de Huitzilopochtli.
Princesa, hija del rey de Culhuacán. Hermana de Dios.
Muerte teificación.
c. Su propio padre rey de Culhuacán adora a su propia hija.
d. Sacrificada Ñ se le muestra a su padre.
Descubre el padre: un indio vestido con la piel de su hija.
(origen del ritual de Toci).
5. El rey de Culhuacán, exhorta a su pueblo a que destruyan a los mexicanos por crueles.
L A S A B U E L A S Y L A B I B L I A (E STRUCTURA )
1. Ana: su significado es Gracia, y fue madre del profeta Samuel, hace votos de nazareato
perpetuo. Y al concederle dios un varón, Ana obtiene un favor de Yahavé (divinidad).
Cuando Samuel estuvo destetado a los tres años, lo condujo su madre Ana a Silo, y lo
ofreció en sacrificio. Acto de agradecimiento a dios por la fertilidad.
2. Otra Ana del Antiguo Testamento es la hija de Famuel de la tribu de Aser. Esta Ana
enviuda (inopia) a los siete años de vida conyugal, tenía ochenta y cuatro años, servía a
dios de día y de noche; a ella se le concede la gracia de ser testigo en la presentación de
Jesucristo (gracia y fertilidad espiritual).
Hasta este momento la figura de Ana (Gracia) implica dos opuestos esterilidad H fertilidad.
Ya sea con el envío de un hijo o con la posibilidad de conocer al salvador Jesucristo,
fertilidad espiritual.
3. Por otro lado en el Nuevo Testamento, se afirma que Ana fue madre de la virgen María y a
su vez María, fue la madre de Jesucristo.
En los evangelios canónicos sólo se nombra a Ana, pero con una investigación especial en
los evangelios apócrifos, especialmente en el Proto-evangelio de Santiago, se desarrolla la
historia de señora Santa, la abuela del señor Jesucritsto.
No seremos reiterativos en el contenido de la narración; sólo describiremos los siguientes
aspectos relevantes:
1. Ana esposa de Joaquín, es estéril, sólo con la oración de su esposo durante cuarenta días y
cuarenta noches con el ayuno y la fe en Yahavé; Ana su esposa es beneficiada con una hija,
María (la madre de Cristo).
Ana la esposa estéril antes de ser beneficiada por Yahavé emite un cántico suplicante
solicitando su gracia: Reflexionemos en el evangelio apócrifo de Santiago. Ana alzando los
ojos al cielo emitió un gemido diciendo: “Desgraciada de mí, quién me ha engendrado y qué
vientre me ha dado a luz? ¿Porqué me he convertido en objeto de maldición para los hijos
de Israel, que me han expulsado y ultrajado con risa del templo del Señor? Desventurada
de mí, ¿a quién me parezco, no a estas aguas, son fecundas ante ti Señor. Desventurada de
mí, a quién me parezco? No a esta tierra, porque aún esta tierra da fruto a su tiempo y te
bendice Señor.
2. Ana (mortal: objeto de burla y rechazo por los hijos de Israel).
Esterilidad Fertilidad (nivel espiritual)
Esterilidad — reino animal o pájaros y bestias del campo Ñ fecundos
reino acuático o fertilidad.
reino mineral o tierra Ñ fertilidad.
Con el apoyo de Yahavé, acción divina.
Ángel (término mediador)
Ana concibe una niña. Se hablará de ella en toda la tierra.
Ana le ofrendará su hija a Yahavé y esta ìrá a sus servicios toda la vida.
Como vemos después de la esterilidad — Yahavé beneficia a los desvalidos.
Fertilidad
Capitulando un poco, aún en este contexto cultural hebraico, la figura de la abuela de
Cristo, proviene de un contexto de opuestos estructuralmente hablando:
Vejez Ñ Esterilidad Espiritualidad 0 Ñ Fertilidad
Muy comunes en otras culturas, en contextos diferentes, pero al fin y al cabo míticos referidos
a la abuela de dios.
143
M.5. L A S A B U E L A S Y L A B I B L I A
Reflexionemos en el evangelio apócrifo de Santiago. Ana alzando los ojos al cielo emitió un
gemido diciendo:
a. Ana Ñ gracia Ñ estéril con la oración (+ 1) fertilidad
Desgraciada de mí, quién me ha engendrado y qué vientre me ha dado a luz? ¿Por qué me he
convertido en objeto de maldición para los hijos de Israel, que me han expulsado y ultrajado con
risa del templo del Señor? Desventurada de mí, ¿a quién me parezco? no a estas aguas, son fecundas
ante ti Señor. Desventurada de mí, ¿a quién me parezco? no a esta tierra, porque aún esta tierra da
fruto a su tiempo y te bendice Señor.
b. Ana (mortal: objeto de burla y rechazo por los hijos de Israel).
Esterilidad Ñ fertilidad (nivel espiritual)
Esterilidad — reino animal: pájaros y bestias del campo Ñ Fecundos
reino acuático Ñ Fertilidad.
reino mineral Ñ Tierra Ñ Fertilidad.
Con el apoyo de Yahavé, acción divina.
Ángel (término mediador)
Ana concibe una niña.
Se hablará de ella en toda la tierra.
Ana ofrendará su hija a Yahavé y esta irá a sus servicios toda la vida.
Después de la esterilidad - Yahavé beneficia a los desvalidos.
fertilidad
Capitulando un poco, aún en este contexto cultural hebraico, la figura de la abuela de Cristo,
proviene de un contexto de opuestos estructuralmente hablando:
fertilidad
Vejez Ñ Esterilidad Espiritualidad 0
Muy comunes en otras culturas, en contextos diferentes, pero al fin y al cabo míticos referidos
a la abuela de Dios.
O Ñ María Ñ Jesús
144
M.5.1. L O S E V A N G E L I O S A P Ó C R I F O S Y L A F I G U R A D E A N A ;
A N A E N E L P R O T O - E V A N G E L I O D E S A N T I A G O 20
Existía un hombre llamado Joaquín, muy rico el cual hacía ofrendas dobles diciendo: “Lo que
sobre de mi ofrenda será para todo el pueblo, y lo que ofrezca en expiación de mis faltas será
para el Señor, con el fin de que se muestre propicio.” Habiendo llegado el gran día del Señor, los
hijos de Israel llevaban sus ofrendas. Y Rubén se puso junto a Joaquín y le dijo: “No te es
permitido aportar tus ofrendas primero, porque no has engendrado, en Israel, vástago en Israel.”
Joaquín se entristeció en gran medida y se dirigió a los archivos de las doce tribus de Israel
y decía: “Veré en los archivos de Israel si soy el único que no ha engendrado vástago en Israel”.
Joaquín quedó muy apenado y no se presentó a su mujer Ana, sino que se retiró al desierto. Allí
plantó su tienda y ayunó cuarenta días y cuarenta noches (cfr. simbolismo de la cuaresma)
diciendo para sí: “No comeré, ni beberé hasta que el Señor mi Dios me visite, y la oración será mi
comida y mi bebida”.
Ana la mujer de Joaquín se deshacía en lágrimas y lamentaba su doble dolor, diciendo:
“Lloraré mi viudez, y lamentaré también mi esterilidad”. Habiendo llegado el gran día del Señor,
Judith su sierva le dijo: “¿Hasta cuando esta aflicción de tu corazón? He aquí llegado el gran
día del Señor, en que no te es lícito llorar. Toma este velo, que me ha dado el ama del servicio, y
que yo no puedo ceñirme porque soy una sier...va, y este lleva el signo real.”
Y Ana le dijo: “Apártate de mi lado, que no me pondré el velo porque el Señor me ha humillado
en gran manera. Acaso algún malvado te ha dado ese velo, y tú vienes a hacerme cómplice de
tu falta.
Y Judith respondió: “¿Qué mal podría desearte, puesto que el Señor te ha herido de esterilidad,
para que no des fruto en Israel?”
Y Ana sumamente apenada se quitó sus vestidos de duelo, se lavó la cabeza y se puso un
traje nupcial y hacia la hora nona bajó al jardín a pasearse. Y viendo un laurel, se puso bajo su
sombra y rogó al Señor diciendo: “Dios de mis padres, bendíceme y escucha mi plegaria, como
bendijiste las entrañas de Sara y le diste su hijo Isaac.” Y alzando los ojos al cielo, vio un nido
de gorriones y dio un gemido diciendo (el cántico de Ana la estéril a Yahavé): “¡Desgraciada de
mí, ¿quién me ha engendrado, y qué vientre me ha dado a luz? Porque me he convertido en
objeto de maldición para los hijos de Israel, que me han ultrajado y expulsado con risa del
templo del Señor. ¡Desventurada de mí¡ ¿A quién me parezco? No a los pájaros del cielo, son
fecundos ante ti Señor. ¡Desventurada de mí¡ ¿A quién me parezco? No a las bestias de la tierra,
porque aún las bestias de la tierra son fecundas ante ti Señor. ¡Desventurada de mí¡ ¿A quién me
parezco? No a esta agua, porque aún estas aguas son fecundas ante ti, Señor. ¡Desventurada de
mí¡ ¿A quién me parezco? No a esta tierra, porque aún esta tierra da fruto a su tiempo y te
bendice Señor.”
Y he aquí que un ángel del Señor apareció y le dijo: “Ana, Ana, el Señor ha escuchado y
atendido tu súplica. Concebirás y parirás y se hablará de tu progenitura en toda la tierra.”
Y Ana exclamó: “Tan cierto como el Señor mi Dios vive, si yo doy a luz un hijo, sea varón o
hembra, lo llevaré como ofrenda al Señor, mi Dios y estará al servicio todos los días de su vida.”
Y he aquí que dos mensajeros llegaron a ella diciéndole: Joaquín tu esposo viene a ti con sus
rebaños porque un ángel del Señor, ha descendido hasta él y le ha dicho: Joaquín, el Señor ha
escuchado y aceptado tu ruego. Sal de aquí porque tu mujer Ana concebirá en su seno.
Al llegar Ana se le tiró al cuello y le dijo: “Ahora conozco que el Señor, mi Dios, me ha llenado
de bendiciones; porque era viuda y ya no lo soy; estaba sin hijo y voy a concebir uno en mis
entrañas.”
Y al día siguiente presentó sus ofrendas Joaquín diciendo: “Si el Señor es propicio, me otorgará
ver el disco de oro del gran sacerdote”. Y los meses de Ana se cumplieron y al noveno mes dio a
luz y Joaquín preguntó a la partera: ¿Qué ha parido? La partera respondió: Una niña. Y Ana
repuso: Mi alma se ha glorificado este día. Ana se lavó, dio el pecho a la niña y la llamó: María.
M.5.1.1. Joaquín y Ana: viven en gracia de Dios.
Reparten sus bienes entre los pobres, pero son estériles
Rubén lo maldice en el templo por su esterilidad
M.5.1.2. No obstante Joaquín (el hombre a quién Yahavé levanta) se retira al desierto cuarenta
días y cuarenta noches (cfr. simbolismo de la cuaresma). El significado de la cuaresma: en
hebreo es arba im, en griego Τεσσαρακοντα, en latín quadraginta: número de valor místico y
20
Kaydeda, José Ma. Los apócrifos Jeshua y otros libros prohibidos. pág. 269-270.
145
teológico (en lo que se refiere a la historia de la salvación) entre los hebreos. Así la sagrada
escritura habla de:
a. Los cuarenta días de lluvia que duró el diluvio, +Genesis 7, 12,
b. De los cuarenta años de viaje por el desierto +Exodo 19-25,
c. De los cuarenta días que Moisés pasó por dos veces en el Sinaí +Exodo 24, 18,
d. Los cuarenta días que duró el desafío de Goliat +I Reyes 17-16,
e. Los cuarenta días de camino del Profeta Elías +I Reyes 19, 8,
f. Los cuarenta días dados a Nínive para hacer penitencia +Jonás 3, 4,
g. Los cuarenta días de ayuno que observó Jesús en el desierto +Mateo 4, 2,
h. Los cuarenta días después de su resurrección se apareció a sus discípulos +Actas 1, 3,
M.5.1.3. Ana: implora a Yahavé por su esterilidad cambia su vestido de duelo:
Negro, por el de novia: Blanco
Emite su reproche a Yahavé un ángel del Señor aparece y le
(término mediador entre Yahavé y los hombres)
Joaquín Ana
O Ana
María O anuncia que parirá una niña de Nombre María
(ángelus domini nuntiavit anaae)
M.5.2. A N A E N E L E V A N G E L I O D E L A N A T I V I D A D D E M A R Í A 21
La bienaventurada María, siempre virgen, de la familia de David, nació en Nazareth y fue
educada en Jerusalén, en el templo del Señor. Su padre se llamaba Joaquín y su madre Ana. Su
familia paterna era de Galilea, de Nazareth y la materna de Betlehem. La vida de los esposos era
sana. Todos sus bienes los dividieron en tres partes: la primera al templo y sus servidores, la
segunda a los pobres y peregrinos, la tercera para sí mismos y los menesteres del hogar. Habían
vivido veinte años en un casto connubio sin tener descendencia, no obstante habían hecho
voto, por si acaso Dios les daba un hijo, de consagrarlo a su servicio. Así cada año acostumbraban
en los días festivos ir piadosos al templo, y como se acercaba la fiesta de la dedicación, Joaquín,
con algunos de sus compatriotas, subió a Jerusalén. En aquella época Isachar era gran sacerdote
y habiendo visto a Joaquín con su ofrenda le despreció preguntándole por qué él, que no tenía
hijos, se atrevía a estar entre los fecundos, y le advirtió que habiendo Dios juzgado indigno de
posteridad, no podían ser aceptados sus presentes por cuanto la escritura dice: “Maldito sea
quién no engendre hijos en Israel”, y lo comino a librase de esa maldición creando progenitura,
porque sólo entonces sería lícito acercarse con ofrendas ante el Señor. Este reproche cubrió de
oprobio a Joaquín; se retiró al desierto donde estaban sus rebaños y no quiso volver a su casa.
En el desierto, cierto día que estaba solo se le apareció el ángel del Señor rodeado por una
gran luz, y a su vista Joaquín quedó turbado, pero el ángel le dijo: “No temas soy un ángel del
Señor para anunciarte que tus súplicas han sido escuchadas, y que tus limosnas han subido a
su presencia. Porque Dios es vengador del pecado más no de la naturaleza, y cuando cierra una
matriz lo hace para abrirla de una manera más admirable, y que lo hace así no por fruto de la
pasión sino de la providencia.”
1. La primera madre de vuestra nación, Sara, permaneció estéril hasta los ochenta años, a pesar
de lo cual en los últimos días de su vejez dio a luz a Isaac.
2. Raquel, tan agradable a Dios y tan amada por Jacob, permaneció estéril durante mucho
tiempo y no obstante parió a José, que fue no solamente el dueño de Egipto, sino el salvador de
numerosos pueblos que iban a morir de hambre.
3. Sansón y Samuel ambos tuvieron por madres a mujeres que por mucho tiempo fueron estériles;
por ello cree que las concepciones dilatadamente diferidas y los partos tardíos son de ordinario
los más portentosos.
Tu esposa Ana parirá una niña y le llamarás María. Y conforme a vuestro voto, se consagrará al
Señor desde su niñez y estará llena del Espíritu Santo. Y no comerá ni beberá nada impuro, ni
vivirá enmedio de las agitaciones populares del exterior para que no se entere de lo que existe en
el mundo, y con el curso de la edad, así como ella nació milagrosamente de una mujer estéril, de
igual modo, de un prodigio incomparable y permaneciendo virgen traerá al mundo al hijo del
21
op. cit. pág. 279-281.
146
Altísimo que será llamado Jesús, o salvador de todas las naciones, conforme la etimología de su
nombre. Y encontrarás en la puerta dorada de Jerusalén a tu esposa Ana y dicho esto el ángel se
separó de Joaquín.
Ana no temas ni te imagines que es un fantasma lo que ves. Yo soy el ángel que ha llevado vuestras
oraciones y vuestras limosnas a la presencia de Dios, y que ahora ha sido enviado para anunciaros
el nacimiento de una hija que se llamará María y será bendita entre todas las mujeres. Será
consagrada al santísimo, no conocerá varón; empero virgen parirá un hijo, el que será por gracia,
el Salvador del mundo.
Y obedeciendo el mandato del ángel ambos esposos subieron a Jerusalén y al llegar al lugar
destinado al oráculo del ángel, se encontraron mutuamente y rindieron acción de gracias bien
debidas que exalta a los humildes. Y regresaron a su casa llenos de júbilo y esperaron la realización
de la divina promesa. Y Ana concibió y parió una hija y conforme a la orden del ángel, sus padres
le pusieron por nombre María.
M.5.2. A N A E N E L E V A N G E L I O D E L A N A T I V I D A D D E M A R Í A 22
1. El origen de los abuelos del Señor.
1. Joaquín 2. Ana 1. Joaquín proviene de Galilea Ñ círculo o región
O 2. Ana Proviene de Betlehem Ñ casa del pan
2. La vida de los esposos era sana y sencilla y santa ante Dios, sin tacha ante los hombres sus
ofrendas las dividió en tres partes
a. Para el templo y sus ministros
b. Para los pobres y peregrinos
c. Para su hogar
3. El día de la fiesta el sacerdote Isachar
maldice a Joaquín por su esterilidad
Joaquín se retiró al desierto a orar con vergüenza
4. En el desierto Joaquín recibe la visita del ángel del Señor
Joaquín
Aquí se enuncian los casos de esterilidad en la historia de Israel
1. Sara a los ochenta años dio a luz a Isaac
2. Raquel después de un período de esterilidad da a luz a José
3. Sansón fue de madre estéril por muchos años
4. Samuel fue de madre estéril por muchos años
5. El ángel le profetiza a Joaquín que su esposa Ana dará a luz una niña
Espíritu Santo Joaquín Ana O O María Espíritu Santo
María O Jesús Salvador de las naciones
6. El ángel le profetiza a Ana que parirá una hija que será consagrada a Yahavé y tendrá un
hijo que será el Salvador del mundo.
M.5.3. A N A E N E L E V A N G E L I O D E L P S E U D O M A T E O 23
Joaquín vivía piadosamente y obraba; caritativamente Dios le concedía que se multiplicasen
sus rebaños. A los veinte años tomó como esposa a Ana, hija de Isachar y, después de veinte
años, no tenían hijos. Y sucedió que un día de fiesta en que Joaquín se hallaba entre los que
tributaban al Señor, un escriba del templo llamado Rubén le negó hacer ofrendas por ser estéril,
y habiendo sufrido esa vergüenza Joaquín abandonó el pueblo y durante cinco meses su esposa
Ana no tuvo noticias suyas.
Y la triste Ana lloraba diciendo: “Señor Dios muy fuerte y poderoso de Israel, después de
haberme negado hijos, ¿Porqué me quitas también a mi esposo, han transcurrido cinco meses y
no lo veo, y no sé si esta muerto para darle sepultura”
Ana viendo un nido de gorriones en un laurel se dirigió a Dios y dijo: “Señor Dios omnipotente,
que has concedido descendencia a todas las criaturas, a los animales salvajes, a las bestias de
carga, a las serpientes, a los peces, a los pájaros y que has hecho que todos se regocijen de su
progenitura, ¿por qué me has apartado a mí sola de los favores de tu bondad? bien sabes que
147
desde el principio de mi matrimonio hice la promesa de que si me dabas un hijo o una hija te lo
ofrecería en tu santo templo.”
En eso se le apareció el ángel del Señor y le dijo: “No temas, Ana, porque en el designio de
Dios está que salga de ti un hijo, el cual será objeto de la admiración de todos los siglos hasta
el fin del mundo.
En el desierto un joven se le apareció a Joaquín y le dijo: “¿Porqué no regresas con tu esposa?”
Y Joaquín le respondió:
Durante veinte años la he tenido por compañera, pero ahora por no haber querido Dios que ella
me diese hijos, he sido alejado ignominiosamente del templo Señor, cómo volvería junto a ella
después de haber sido envilecido y despreciado? Seguiré aquí con mis ovejas, mientras Dios
conceda a mis ojos luz. Sin embargo por intermedio de mis servidores, seguiré repartiendo en
buen grado su parte a los pobres, a las viudas, a los huérfanos y a los ministros del altísimo.
Soy el ángel de Dios que se ha aparecido a tu mujer mientras lloraba, Yo la consolé y concebirá
para ti una hija y ella vivirá en el Templo del Señor reposará en ella y su bondad será mayor que
la de todas las mujeres, aún de las más santas , nunca habrá una mujer como ella, baja pues de las
montañas y vuelve al lado de tu mujer, porque Dios ha suscitado progenitura en ella y su posteridad
será bendita y Ana misma será bendita y establecida madre con una eterna bendición.
Y Joaquín adorándolo dijo: “Si he encontrado gracia ante ti, reposa un instante en mi tienda y
bendíceme ya que soy tu servidor.” Al bajar con sus siervos ignorando éstos la causa de su
actitud se llenaron de temor y pensaron que quería matarse. Se acercaron y lo levantaron y lo
animaron a cumplir sin demora el mandato del ángel; mientras cavilaba Joaquín si cumplía o
no con la promesa del ángel, en eso cayó en un profundo sueño y en este se le volvió a aparecer
el ángel y le dijo: “Yo soy el ángel de Dios que es tu guardián, baja con seguridad y retorna
cerca de Ana, porque las obras de caridad que tú y tu esposa habéis hecho han sido proclamados
en presencia del altísimo, el cual os ha legado una posteridad tal como ni los profetas ni los
santos han tenido, ni tendrán, desde el comienzo del mundo.
Y después de caminar treinta días cuando se aproximaban a la ciudad un ángel del Señor se
le apareció a Ana diciéndole: “Ve a la llamada Puerta Dorada, al encuentro de tu esposo que hoy
llega”. Ya cansada de esperar vio la lo lejos a Joaquín que se acercaba con sus rebaños y corrió
a echarle los brazos al cuello, y dio gracias a Dios exclamando: “Era viuda y he aquí que no lo
soy. Era estéril y he aquí que he concebido”. Y hubo gran alegría entre sus vecinos y conocidos,
y toda la tierra de Israel los felicitó por aquella gloria.
Nueve meses después Ana dio a luz a una niña y llamó su nombre, María, destetada al tercer
año; Joaquín y su esposa Ana se dirigieron juntos al templo y ofrecieron víctimas al Señor, y
confiaron a la pequeña a la congregación de vírgenes que pasaban el día y la noche glorificando
a Dios. Y cuando hubo sido depositada delante del templo del Señor, María subió corriendo las
quince gradas sin mirar atrás, y sin reclamar la ayuda de sus padres. Este hecho llenó de
sorpresa a todo el mundo. Entonces Ana, llena del Espíritu Santo exclamó en presencia de
todos: “El señor Dios de los ejércitos ha recordado su palabra y ha recompensado a su pueblo
con su bendita visita, para humillar a las naciones que se levantaban contra nosotros y para
que su corazón retorne hacia Él. Ha abierto sus oídos a nuestras plegarias y ha hecho cesar los
insultos de nuestros enemigos. La que era estéril es ahora madre y ha engendrado la exaltación
y el júbilo en Israel. He aquí que yo podré ofrecer dones al Señor y que mis enemigos no podrán
ya impedírmelo nunca más. Vuelva el Señor sus corazones hacia mí y procúreme una alegría
eterna.”
22
op. cit. pág. 279-281.
23
op. cit. pág. 486-497.
148
R.5.3. A N A E N E L E V A N G E L I O D E L P S E U D O M A T E O 24
1. Joaquín actuaba piadosamente y a los 20 años se une a Ana hija de Isachar
Joaquín O Ana
2. Después de 20 años de esterilidad el día de la Fiesta es avergonzado por el Sumo Sacerdote:
Rubén por su esterilidad.
3. Joaquín se retira cinco meses al desierto.
4. Ana ora a Yahavé y recibe la visita del ángel del Señor
(Término mediador entre los hombres y Dios) Y le profetiza que dará a luz una niña
Joaquín O Ana
O María
24
op. cit. pág. 486-497.
149
R.6.1. L O S R I T O S E L E U S I N O S G R I E G O S
1. Ayuno preeliminar 0 inopia de alimento.
2. Catecúmenos en preparación Ñ actitud de penitencia
3. La procesión de antorchas Ñ pudiera implicar un culto a la luz.
4. La vigilancia nocturna. El advenimiento de la luz.
5. El silencio en los candidatos; como acto penitenciario.
6. Lenguaje grosero (—) burdo quizá de campesinos.
7. Comunión con la divinidad — Agua de cebada bebida en el cáliz santo.
Este sería el acto supremo de síntesis donde, el hombre mortal, es iniciado en los misterios,
de el grano sagrado, ritual que hasta nuestros días la religión católica lo toma como el
clímax de una concepción teológica donde
La muerte H vida.
El pan Ñ el cuerpo de la divinidad.
La cebada Ñ La sangre de la divinidad.
El vino Ñ La sangre de el Salvador, en la religión católica.
El juego de opuestos, nos anuncia el contexto ritual y mítico de el culto al grano, en las
culturas estudiadas.
Ahora bien, hacemos un paréntesis para llegar al final de nuestro camino: la totalidad
de rituales a la vieja del grano, nos refieren a un mito génesis: el mito griego de Démeter y
Perséfona.
Como preámbulo al análisis mítico, diremos que entre los latinos existe el mismo mito pero
con otra nomenclatura a Démeter se le conoce como la diosa Ceres, y a Perséfona como Prosepina.
M.6. E L M I T O G R I E G O D E D E M E T E R Y P E R S E F O N E
El mitogénesis de los rituales celebrados en Europa, consta de doce episodios, en la coordenada
sincrónica:
1. La joven Perséfona Ñ imagen de la juventud (acaso del grano nuevo)
Recolecta elementos de pulcritud. Flores.
Juventud — Belleza.
2. Perséfona Ñ arriba Ñ Plutón Dios de los muertos
abajo Ñ inframundo.
rapta a Perséfona y la
abajo lleva al mundo subterráneo.
3. Démeter (su madre) se viste de luto busca a sus hijos por cielo, tierra y mar. Por su parte el
sol: término medio entre
Démeter Perséfona
4. Anuncia que su hija se encuentra en el inframundo Ñ abajo.
5. Démeter, encolerizada con los dioses pone su morada en Eleusis (donde provienen los ritos
eleusinos, lugar apartado de la tierra) situado en Grecia.
6. Démeter se presenta ante los hijos del rey.
En forma de vieja (—) inopia Ñ tristeza Perséfona Ñ hija amada
7. Encolerizada Démeter no permite que germine la semilla en la tierra, sequía Ñ pobreza en
la tierra. Frutos ocultos Ñ por el rapto de Perséfona.
8. Los dioses Ñ cielo — no tienen sacrificios dioses
tierra 0 Inopia
9. Démeter — acción transitiva vs. Tierra
10. Démeter deja el Olimpo — (dioses H hogar)
Pone su morada en Eleusis (tierra, mortales elegidos).
11. Zeuz, por su parte ordena a Plutón devolver a Perséfona, pero Plutón antes de volver al
reino de arriba a su esposa le ofrece una granada roja símbolo de afición, de dependencia
amorosa y tentación (cfr. Génesis, sobre la tentación de Eva y la serpiente) para que regresara
a él. Pasará dos tercios del año.
12. Por ende, Zeus estipula que Perséfona arriba H Supramundo. Un tercio del año en el
inframundo.
Este mito nos explica el porqué el grano permanece un tiempo escondido en las profundidades
del mundo subterráneo, y con ello nos demuestra también, porqué los lugares de Eleusis, en
Grecia fueron los escogidos por Démeter, para enseñar a los mortales el sagrado arte de la
Agricultura.
150
M.6.1. M I T O D E L A A B U E L A E N G R E C I A . D E M E T E R Y P E R S E F O N A
1. Perséfona Ñ recoge rosas, lirios, violetas.
2. Perséfona Ñ arriba H abajo Plutón rapta a
Inframundo (tierra) Perséfona
Plutón Ñ dios de los muertos
Perséfona Ñ reina del mundo subterráneo
3. Démeter, madre de Perséfona con rubias trenzas
se atavía de manto negro de luto, la busca por:
a. Cielo b. Tierra c. Mar
4. El sol anuncia a Démeter Ñ su hija se encuentra en el inframundo. Abajo
5. Démeter encolerizada vs. dioses Ñ Pone su morada en Eleusis. Tierra
6. Se presenta ante los hijos del rey. (+) Perséfona
En forma de vieja (—) triste juventud
Ñ vieja Ñ mortal (—) vejez
Démeter
7. Encolerizada Démeter no permite germinación de semillas
diosa vieja
tierra Ñ sequía 0 pobreza (—)
frutos ocultos 0 tierra (inframundo)
por el rapto de Perséfona
Démeter jura que no vivirá en el Olimpo
Ñ acción transitiva vs. la tierra
8. Démeter causa hambre y muerte en la tierra (—)
los dioses no tienen sacrificios
mientas no sea devuelta Perséfona (—) inopia Ñ espiritual
9. Démeter en Eleusis sembró la primera mies
diosa crea la agricultura
(tierra)
10. Zeus alterado por la muerte en la tierra
(divinidad)
(superior) la falta de sacrificios para los dioses
Ñ orden divina
ordena a Plutón devolver a su desposada
(Perséfona)
11. Plutón = dios del inframundo
abajo
antes de devolverla arriba a Perséfona
le brinda una granada (roja) Ñ tentación
para que se retornara hacia él
12. Zeus estipuló:
Perséfona Ñ pasaría dos tercios del año en el supramundo
un tercio del año en el inframundo
con su esposo Plutón
En el rito R.6.2. Tripolemo, el sembrador del cielo, se encuentra un testimonio simbólico en la
cerámica; la arqueología de ésta, la zona de Eleusis, encontró un plato donde se encuentra a
Démeter y a Perséfona representando al grano viejo, al grano nuevo y a Triptolemo, el sembrador
del cielo. Feliz encuentro con esta concepción agrícola que implica una similitud simétrica con
el rito de Tocicíhuatl y de Xilonen, entre los antiguos mexicanos.
151
R.6.1. L O S R I T O S G R I E G O S E L E U S I N O S R E F E R I D O S A D É M E T E R Y P E R S É F O N A
1. Ayuno preliminar 2. Candidatos a la Iniciación. 3. Procesión de antorchas
(—) alimento (conocerán el secreto de la agricultura)
4. Vigilia nocturna 5. Colocación de candidatos a 6. Lenguaje grosero
a la iniciación en silencio
(—) (—) (—)
7. Comunión con la divinidad bebida de agua de cebada con cáliz santo.
+ Ñ comunión + caliz santo
8. La verdadera esencia Ñ mostrar una espiga de cereal
cereal (+)
9. Mito de Démeter y Perséfona 10. Démeter 11. Ceres
Perséfona Prosepina
12. Démeter divinidad revela a los atenienses el secreto de la agricultura
13. Tripolemo Ñ término mediador
dioses H hombre
misionero ambulante de la agricultura
tierra
14. Triplolemo Ñ producto cultural en jarros Ñ pinturas
Ñ representa Ñ junto con Démeter
con espigas en la mano
Ñ síntesis Ñ agricultura.
R.6.3. D E A I Y D E M E T E R L A M A D R E D E L A C E B A D A
La madre de la cebada: origo términi.
Démeter proviene de la palabra cretense: deai, que significa: cebada.
Por lo tanto, Démeter es: la madre de la cebada.
R.6.4. R I T O S A L A M A D R E D E L G R A N O H O L S T E I N
1. Visten con ropa de mujer
Ultimo haz de grano Ñ vestimenta femenina Ñ representa a la vieja Ñ madre del grano.
2. Se la llevan en una carreta movilidad — el ciclo agrícola.
Primavera
Verano Invierno
Otoño
3. La empapan de agua = remojón = sortilegio pluvial.
Ñ Fertilidad.
R.6.5. R I T U A L E S A L A M A D R E D E L G R A N O E N E S T I R I A
El último haz de trigo es llamado: la madre del grano
Representa a una anciana de cincuenta años de edad (vejez)
De este haz elaboran una guirnalda que porta la muchacha más bonita
Démeter Perséfona
vejez juventud, belleza, fertilidad
R.6.6. R I T O S A L A M A D R E D E L C E R E A L E N O S N U B D U C K , H A N N O V E R , H O L A N D A
1. Madre de la Cebada Ñ carácter lúdico.
Ñ los cegadores bailan con ella.
2. La última gavilla del cereal Ñ es llamada Ñ la abuela.
3. El segador que corte el último haz de mies, es llamado +
Ñ la vieja
metamorfósis Ñ hombre Ñ mujer.
R.6.7. R I T U A L E S A L A M A D R E D E L G R A N O E N A U X E R R E , F R A N C I A
Al último haz de espigas (elemento natural)
se le da el nombre cultural de: la madre de la mies
este haz se transforma en Ceres (nombre latino de Démeter) (nivel teístico)
El labrador que cegó con rapidez el último haz de trigo, baila alrededor de la muchacha más
bonita como pareja. El baile ritual de un hombre iniciado en los ritos de Ceres es bendito junto
con la mujer más hermosa, como símbolo de simetría en la fertilidad; ellos serán fértiles como
el grano viejo.
Posteriormente sacrifican quemando a Ceres (muerte - resurrección) y le ofrecen gallinas con
la esperanza de contar con un año favorable para la cosecha del trigo.
153
R.6.8. U N R I T U A L A C A R L I N E E N E S C O C I A
DIACRONÍA
1ero de noviembre 2 de noviembre
día de todos los santos (vida) H (muerte) día de difuntos
Con la última mies se elabora una muñeca, se llama la “doncella” (Perséfone) que se llama
Carline (la vieja)
R.6.9. L A B U B A E N L I T U A N I A
Origo termini: buba significa en polaco: vieja
A la última gavilla de la cosecha le dan forma de mujer
y es transportada al pueblo
Es bendecida con agua
después todos bailan con la buba en un baile ritual orientado a la fertilidad, tanto humana
como del trigo.
154
Querer concluir un trabajo como el que se ha emprendido, no es fácil ya que a medida que se
adentra el investigador en una determinada muestra cultural, va encontrando cadenas de mitos,
ritos, danzas, productos culturales, evocaciones litúrgicas y demás elementos culturales,
Por ende este momento sólo sería un alto en el camino para revalorar las hipótesis iniciales
del trabajo y así buscar, indagar y evaluar la pléyade de manifestaciones culturales jacóbeas y
las relacionadas con el culto al maíz, a las abuelas, a las indirectamente conectadas como las
figuras míticas de los caballos o el rayo, la cruz, los cuatro puntos cardinales, etc. Que como se
verá en la sección anexa, las fiestas populares en casi todos los rincones de nuestra patria, y
casi en el umbral del año dos mil vienen recordando y haciendo vigente esas líneas míticas que
provienen de tiempos ancestrales, “Un grito en la noche de los tiempos, que se repite, con sus
propias variaciones, con una lógica propia, pero al fin y al cabo sigue vigente”.
Puede decirse que nuestra aportación al estudio del culto jacóbeo aún es mínima ya que si
damos un vistazo a los múltiples municipios, rancherías, pueblos y aún ciudades del México
Contemporáneo donde julio a julio, cabalga el caballito de Santiago Apóstol, donde la cruz del
Nahui Ollín es adorada por las comunidades indígenas, donde los Moros levantan sus tiendas
de campaña en pleno desierto zacatecano y pugnan al lado de su media luna contra los cristianos;
donde la Vieja de los Chicahuales, Señora Santa Ana, o Toci, les brinda el alimento sagrado para
pelear al lado de Santiago la tarea se torna ingente, pero revitalizadora. Por lo tanto, el estudio
de las estructuras inconscientes del pensamiento mítico es vasto, y territorio virgen para la
indagación sociológica.
Queda replantear los aspectos teóricos que este incipiente estudio nos ofrece. Para ello es
necesario volcarnos a la directriz teórica de Claude Levi-Strauss, y recordar que el mito siendo
una creencia colectiva, tiene el origen en una creencia personal. Y que en el curso de su promoción
la estructura formal es la que permanece, y las adiciones, sustracciones, variaciones dependen
de los filtros culturales, contactos y relaciones en su desarrollo histórico y simbólico.
Por otra parte, la transmisión de los mitos comienza de una manera oral, como vimos en el
mito de Santiago Apóstol y en el de Toci, Démeter y los caballitos; su tradición, como en todo
mito que evoluciona, las probabilidades de erosión cultural son latentes. La diferencia entre
una creencia personal y un mito implica una diferencia de naturaleza no de grado.
El análisis estructural se aplica a los mitos salidos de la tradición y a las obras de un sólo
autor. Ya que toda creación literaria, no puede ser en principio sino individuales los elementos
probabilísticos (mutables, sujetos a evolución) que implican una extrema variabilidad. Y al
final de estas variaciones sólo queda la estructura formal inicial.
Las obras individuales son mitos en potencia, pero es su adopción en el modo colectivo lo
que actualiza llegando al fin a su nivel de misticismo. El estructuralismo busca, por ende
captar ante todo las propiedades intrínsecas de ciertos tipos de órdenes y estas propiedades
nos expresan algo muy propio. El análisis mítico no tiene fin y los mitos mismos son inter-
minables, y el conjunto de los mitos que conforman el objeto del estudio.
Todo mito es, por naturaleza, una traducción; se origina en otro mito procedente de una
localidad, de una sociedad y cada uno de se traduce a un lenguaje personal para apropiárselo,
desmentirlo o negarlo. En este sentido, nuestro estudio es elocuente, por ejemplo: el mito de
Santiago Apóstol es traído por los ibéricos como símbolo de conquista, años después el mismo
símbolo lo adoptan los indígenas, quizás deformado, mezclado con creencias prehispánicas, y
utilizan contra los propios ibéricos. Inversión del mito diría el maestro Levi Strauss.
Desde el punto de vista de la relación mito-rito, es preciso recordar que la citada relación
implica una diferencia conceptual. El rito es el conjunto de palabras proferidas, gestos, objetos
manipulados, actitudes, ceremonias que tienen como origen la mitología. Como se ha visto en la
fiesta de Ochpaniztli, de las escobas, o de la Abuela de los Mexicanos que implicaba el sacrificio
155
cruento de una mujer, patrona de las curanderas, diosa del maíz viejo, etc., tiene como origen el
mito de Toci, relacionado en el Códex Ramírez y analizado en la parte final de nuestro texto.
En fin, son varios ejemplos de esta relación; ritos como elemento cultural de referencia que
nos dirigen a los mitos “madres”, o de “origine”, el del grano viejo, las bubas, la vieja, que nos
remite a Démeter y Perséfona; el mito clásico griego, pero a la vez es importante anotar que la
teoría de Claude Levi Strauss afirma que el rito refuerza y a veces invierte, su sentido lógico.
La oposición entre mito y rito es la oposición entre el vivir y el pensar donde rito Ñ vivir y
mito Ñ pensar. El ritual representará un híbrido que implica elementos del pensamiento
convertidos en vida espiritual en las vicisitudes de la vida cotidiana.
Finalmente, el pensamiento mítico es por esencia transformador; cada mito apenas nacido
se modifica al cambiar de nombre, al mutarse de grupo social evolucionando sus elementos.
Con los anteriores argumentos levi-straussianos concluimos que en nuestra contemporaneidad
existe un universo de mitos, ritos y danzas que nos refieren etapas anteriores de la historia; o
contemporáneas. En pleno siglo de computadoras, de viajes espaciales, de comunicaciones vía
satélite, de intercambios tecnológicos, globalización cultural, es preciso recordar que el hombre
sigue siendo “primitivo”, en el sentido mítico, mitos sobre la pugna eterna de moros y cristianos
en Bosnia y la compleja situación Palestina, que proviene desde tiempos bíblicos; esa interna
necesidad de clasificación que lleva al hombre contemporáneo a catalogarse como: Aguilas del
América, Delfines de Miami, Osos de Chicago, Leones de Yucatán, Toros de Chicago, etc.
Animales emblemáticos y símbolos que responden a una lógica de pensamiento, a ritos,
mitos y danzas que prevalecen en nuestra sociedad actual, serán un reto para desenmarañar
esa apasionante aventura intelectual que es el análisis mítico. Como planteamiento de un nuevo
comienzo, esta obra concluye con un marco geográfico, donde este inicial estudio podría
enriquecerse y encontrar nuevas variantes de los mitos, ritos y danzas jacóbeas.
Creo conveniente aclarar que , como en la cárcel, ni están todos los que son ni son todos los
que están; pero creo que como final que es un nuevo comienzo; es válido en esta pasión por la
mítica, la ritualia y la danza popular.
A nexos
nexos
CAPÍTULO III
UN CHICAHUAL EN EUROPA
PROFUNDAS RAZONES
La práctica del peregrino es remota, antigua. En México tiene como antecedente la peregrinación
de las tribus nahuatlacas desde un lugar mítico llamado Chicomostoc, Lugar de las siete cuevas,
hasta alcanzar el sitio mostrado por Huitzilopochtli: México Tenochtitlan (lugar mítico donde
los peregrinos encontraron en un islote al águila posada en un nopal y devorando una serpiente).
En Europa las peregrinaciones se popularizaron en tiempos de las cruzadas con el viaje de
los palmeros, quienes cruzaban Europa hasta tierra santa en pos de la palma, o las reliquias de
los lugares santos de Jerusalén; posteriormente, los romeros viajaban hasta la ciudad eterna,
Roma, y en la baja Edad Media el peregrinaje de los concheros tenía como objetivo la búsqueda
de la “vieira”, como recuerdo de la visita a la tumba del apóstol Santiago hacia Finis Terrae (el
fin de la tierra), o sea: Santiago de Compostela.
Actualmente existen en México miles de peregrinaciones rituales a santuarios, lugares míticos
o de pachequéz new age, como por ejemplo a Real de Catorce, en San Luis Potosí, emulando el
viaje simbólico de los huicholes en la búsqueda del “venado azul”, o el peyotazo ritual entre los
jipitecas, neopachecos, salmones sácale punta, niñas cachorras fine, clase medieros, heurísticos
yerberos, chamanes y rockeros machines; también hay peregrinajes cristianos a San Juan de los
Lagos, Chalma, Zapopan, Talpa, Tepeyac, etc.
Después del preámbulo, les comentaré que mi peregrinación comenzó allá por 1984, casi tres
años después de egresar de la carrera de sociología, en aquella gloriosa primera generación de
la Universidad Autónoma de Aguascalientes, y fue motivo de investigación sociológica, ya que
desde aquel tiempo inicié mi trabajo indagatorio sobre el simbolismo y la historia de la Danza
de Chicahuales de Jesús María, teniendo como figura central al Apóstol Santiago. La investigación
la desarrollé en ratitos, mientras sobrevivía como fundador y analista del Instituto Nacional de
Educación para Adultos, como músico de protesta en el grupo Hechos la Mocha, como primer
líder sindical del SUTINEA, y maestro de música folklórica en la Casa de la Cultura de Jesús María.
Entre estas actividades siempre le dedicaba ratitos, sobretodo los fines de semana, aún
cargando las crudas fatales y vacaciones erizas, al estudio y la indagación sobre el tema jacobeo.
Recuerdo que entonces cargaba un maletín con el que parecía vendedor de productos
farmacéuticos, y en él guardaba celosamente las fichas de mi investigación; el portafolios me
acompañaba a las bibliotecas, archivos, sacristías y hasta lugares non sanctos de los cuales
salió bien librado (quizás porque el santo apóstol, en su infinita sabiduría, preveía que este
trabajo no sería en vano y me concedería la gracia de conocer su sacro recinto en finis terrae,
los confines del mundo: Santiago de Compostela).
A partir de aquellos años me integré a la pasión sinuosa e interminable de la mítica jacobea,
por ello a pesar de mi influencia heterodoxo-marxista, de mis nexos con la ultra izquierda de
los años setenta y de mi confesión pública hacia la teología de la liberación, el gusanito del
tema jacobeo no salía de mi conciente, inconsciente y subconsciente, y cada año los chicahuales
eran motivo para seguir indagando sobre el trinomio: mitos, ritos y danzas jacobeas, primero en
Aguascalientes y posteriormente en el norte de México.
Finalmente, después de casi veintiún años de sortear innumerables problemas económicos,
laborales y existenciales, pude lograr una primer versión que prologó mi dilecto maestro el Dr.
Genaro Zalpa Ramírez; a su vez, varias versiones cortas las presenté en conferencias en Estados
Unidos y en México con motivo del Seminario del Camino Real de Tierra Adentro.
Por azares del destino, y del trabajo testimonial de diez años de promover la Cultura Popular
en Aguascalientes, fui propuesto como jurado internacional para el Premio Slow Food en Turín,
Italia, durante el período 2002-2010. El premio es un estímulo que se otorga a los proyectos que
promueven el rescate de la cocina tradicional, la dignificación de las culturas autóctonas y el
trabajo comunitario. Toqué sensibilidades y afortunadamente logré varios apoyos para mi viaje,
en el que además de participar como jurado tenía como objetivo viajar a Roma y a Santiago de
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Compostela para presentar un video referido al culto popular a Santiago Apóstol, producido
por la UAA y mi tesis jacobea. De esta forma, como si mis sueños se cumpliesen uno a uno, pero
casi en muerte súbita, un fin de semana antes del evento se solucionaron los problemas econó-
micos, mis patrocinadores aceptaron la propuesta de Slow Food y que me lanzo como el “Borras”,
sin reservaciones ni plan de viaje elaborado por los profesionales de los itinerarios internacionales
a la aventura europea.
Compré mis boletos en una agencia de viajes del centro de la ciudad y, obviamente, opté por
los más baratos, ya que los precios oscilaban desde los nueve mil hasta los veinte mil pesos.
Adquirí un vuelo con más escalas que una combi pollera de las que viajan a mi querido Pabeyork,
conseguí prestada una valija de esas como carrito para el mercado con mi amigo Ricardo, por-
que el plan era realizar un viaje al estilo mochilero, a lo pobre, pero eso sí, con la disposición de
aprovechar el mayor tiempo posible para visitar museos y lugares históricos que desde mi
niñez soñaba cuando leía De los Apeninos a los Andes, Corazón diario de un niño y,
posteriormente, ya con el apoyo tecnológico de la onda corta, me imaginaba el Vaticano y sus
tesoros a partir de las transmisiones de Radio Vaticano, con su rúbrica Laudetur Jesus Christus,
o España a partir de Radio Exterior de España, o Francia a través de Radio Francia Internacional.
Organicé mi plan de viaje y este sería: Aguascalientes–Houston, Newark y finalmente el
aeropuerto internacional de Fiumicino en Roma. Cabe señalar que el viaje lo diseñé sin haber
analizado las distancias entre Roma y Turín, los mapas con rutas férreas ni los horarios; la
mera intuición e ilusión de viajar en Treni d’Italia y de conocer como un simple viajero en se-
gundota el centro y norte de Italia, el sur de Francia, Barcelona, Madrid y Santiago eran más que
un estímulo a mis destrozados nervios que no concebían aún, que este viaje fuese realidad.
Retorné a mi querido Pabellón y les comenté a mis padres el proyecto, mi jefa con su intuición
femenina me endrogó (en el sentido económico del término) con ropa nueva que jamás usaría
en condiciones normales, opté por que fuese estrictamente negra, para seguir con mis resabios
seminarísticos, mismos que serían ulteriormente de una utilidad incalculable en Roma. Me echó
su bendición con miles de recomendaciones, encomendándome al Santo Niño de Atocha y me
dirigí a la ciudad de Aguascalientes a finiquitar mis asuntos laborales pendientes y a despedirme
de mis hijitos: Juanito, Eugenia y Rosita, y demás “agregadas culturales”.
El día 23 de octubre me hizo el favor la Chonchita de llevarme al aeropuerto, muy de mañana,
a las cinco, para salir a las siete en punto a Houston. Documenté mi equipaje, llené las formas
de visita a los Estados Unidos, aún a pesar de que traía vigente mi visa y que salimos de
Agüitas con puntualidad británica.
VUELO DE IDA
Curiosamente, la línea en que viajé, Continental Airlines, es operada y manejada por puros
gringos, y quienes les hacen el caldo gordo son puros mojarritas, migrantes mexicanos o chicanos
que van o vienen del vecino país abarrotando a diario sus vuelos, y no obstante este mercado
latino tan importante se tiran los rollos de vuelo en puro inglés champurrado, pa’que casi na-
die les entienda, o para hacernos sentir más excluidos de su mundo.
Al llegar a Houston, entre turbulencias machines y un aterrizaje peor que si viajara en un
camino charquero, o violetero en tiempos de aguas, accedimos al aeropuerto. Allí el ritual de la
oficina migratoria obligado, contestando y argumentando los motivos de mi viaje, posteriormente
a Conexiones para enviar mi valija a Newark y finalmente a Roma, sin tener que hacer el mismo
proceso en mi siguiente escala. Y luego córrele para la Sala C 23 donde habría que documentar
el boleto y presentar el pasaporte. Desde esta escala me di cuenta de la histeria colectiva en que
viven los gringos después del 11 de septiembre del 2001, porque a todos los mexicanos nos
revisaron como si fuésemos talibanes, nos hicieron quitarnos hasta los cal...cetines y a las rucas
hasta demostrar que sus panzas eran netas y no traían droga ni armas.
Después de pasar por enésimos filtros electrónicos subimos al avión a ocupar nuestros respec-
tivos asientos. Pero ya sentados nos mandan hablar a los mexicas para aclaraciones de los
boletos, en la oficina. Los méndigos no creían que yo viajaba solitario a Roma, y que mis otros
paisanos podían volar a Tokio para sus negocios, les parecíamos muy erizos para semejantes
viajes, todo se aclaró gracias a un boletero buena onda que corroboró los planes de vuelo en la
computadora y van pa’arriba finalmente. Al estar en el avión saludé a una señora que subió
también en Aguascalientes y hacía el viaje a Newark, ya en pleno vuelo se acercó al asiento
lateral, pues no se llenó el avión pollero; su nombre era Soledad y, como si ya nos conociésemos
de tiempo atrás, comenzamos a charlar.
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Resulta que esta paisana trabaja en N. Y. y su esposo no había podido arreglar sus papeles
migratorios hasta entonces, y éste vive acá, en Agüitas; entonces la familia se encuentra dividida.
Como si fuese su confesor me vertió su Vallis Lacrimarum (valle de lágrimas) y entre lamentos
y melancolías propias de las despedidas, tocó un punto que como sociólogo me pareció importante.
Antes de ausentarse de México ella y su esposo se dirigieron a Santa Ana, Jalisco, lugar donde
se rinde culto a San Toribio, mártir de la cristiada, a quién la vox pópuli lo ha utilizado como
protector de los migrantes. En ese santuario, aparte de los tradicionales milagritos de plata,
brazos, animalitos, prótesis, cabecitas, fieles difuntos, yuntas, etc., se encuentran fotocopias de
visas láser, money orders, green cards, cartas de liberación de las cárceles gabachas, actas de
defunción, y testimonios periodísticos de muertitos encontrados en el desierto de Arizona, en
los vagones del tren y en los lugares más inverosímiles, como encargándoselos al santito para
que no los desampare en su transe migratorio por este y por el otro mundo.
De reojo observaba sus hermosas facciones, sus ojos verdes y sus rasgos lomilargos, y un
cuerpo envidiable a sus treinta y cinco años, denotando una belleza jalisciense oculta entre los
indicios que imprime una vida dedicada al trabajo y a la supervivencia. Quise hacer una pregunta
referida a la fidelidad conyugal, ya que amores de lejos... pero la prudencia me dijo que no era
correcto hacer este tipo de indagaciones a una persona debatida y deprimida por el alejamiento
de su ser querido. Me perdí en sus ojos cuando de súbito nos informaron que estábamos a
punto de aterrizar en el aeropuerto de Newark, ella se despidió cariñosamente de mí y se dirigió
a su asiento y ya jamás la volví a ver.
Al llegar al aeropuerto, ascender al tren ligero y buscar la sala B 27, me dirigí al escritorio
asignado, imagínese las dimensiones de un aeropuerto casi exclusivo para Continental Airlines,
y el monto de capital monopólico que representa. Corroboré mi boleto hacia Roma, lo checaron
así como mi pase de abordaje, y a esperar casi dos horas en este enorme aeropuerto. Aquí la
espera fue más agradable ya que hay múltiples tiendas libres de impuestos, y toilletes para
prepararse a los viajes transoceánicos. Al dar la señal de abordaje otra vez la revisión de
pasaportes y automáticamente el mexicano, o sea yo, pasa a la báscula. El mismo ritual: contestar
las preguntas de rigor. ¿a dónde va? ¿con quién se hospedará? y checar todo mi equipaje de
mano, así como quitarse los tenis y buscar metales o drugs. Este cabrón jueguito ya me tenía
hasta la madre, porque sólo los mexicanos éramos espulgados literalmente. Afortunadamente
no encontraron nada y abordé el jet.
A mi lado se sentó una bellísima italo-americana, que dejó el asiento para ocupar dos y
dormir a sus anchas, ya que si no se llena el avión puede uno ocupar los asientos que uno
deseé. Yo me quedé solo en dos asientos y a gozar del viaje. Eso aparentemente, ya que después
del rollote sobre el qué hacer en caso de emergencia que se avientan las azafatas (cosa que casi
nadie entiende), dónde están situados los salvavidas, cómo utilizar tu control remoto para ver
peliculitas o escuchar música y ver el plan de viaje, que le dan pista al jet y rumbo a Europa,
con casi siete horas de viaje para aterrizar en Roma. Comenzó a subir el jet y ¡moles!, que de
volada se me comienzan a tapar gachote las orejas, sentía como que iba a dar el azotón, y yo
mismo me decía: ¡fíjate en esa pinche viejilla, tan a toda madre y ni dice nada, y tú todo lleno
de... vida, chocheando a la mera hora, no ma...! Reaccioné, aunque por momentos sentía desfallecer,
sólo veía el monitor: altitud 8000, 9000, 10000 metros. Entonces al llegar al máximo de altitud
comencé a sentir sordera, y como inconscientemente masqué unos chicles y poco a poco comencé
a tranquilizarme; afortunadamente pasó una lindísima azafata, güerita, me vio totalmente
amarillo y me dijo:
— Do you feel good?
— No, I feel very bad, I think so, I need a drink.
— Just to moment.
Y como de rayo me trajo un whisky y de volada me comenzó a bajar la presión, no se si fue
por su comprensión, su minifalda, sus bellísimas piernas o su compañía, pero me estabilicé y
posteriormente comenzaron a ofrecernos como tres comidas; claro totalmente xihuites, de esas
fast food: hamburguesas, chiken, sodas, nachitos y demás pendejadas. Lo más chido del avión
era el sistema de video, ya que en cada respaldo de asiento hay un monitor con su control
individualizado que tiene varias funciones: para sintonizar los canales con películas, desde
Harry Potter hasta Madelaine, o sea, desde infantiles hasta cachorras, y veinte canales de audio
con géneros desde rock latino, hasta ópera. Además, el mentado controlito tiene en la parte
frontal un sistema para video juegos, y en el anverso una ranura para detectar todo tipo de
tarjetas de crédito así como un dial para comunicarse desde el jet a cualquier parte del mundo.
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Yo, como buen pabellonense, me sentía sorprendido con tanta tecnología consumista ya que
todo cobraban, lo único bueno es que los audífonos en los viajes internacionales los regalan,
igual las revistas. Le di una husmeada a una de ellas, Sky Mall, que en realidad es un catálogo
de artículos que se venden vía internet, o directamente en el avión. Allí se encuentra desde una
pluma digital que escanea textos, una traductora universal, perfumes de las más exquisitas
marcas, ropa italiana exclusiva, maletas, joyas, vinos y demás artículos que sólo quienes van
bien cargueros los pueden adquirir. Sólo guardé las revistas en mi mochilita y dejé a un lado el
libro de Sir James George Frazer, El folclore en el Antiguo Testamento, el cual ingenuamente
me lo quería leer en el viaje.
Trataba de conciliar un poco el sueño que ya para esas horas me traía mareado, y nel, no me
duermo, ni nada; comencé a buscar películas, puros churros hollywoodeanos y lo único rescatable
que encontré fue una estación de radio con temas oldies totalmente forever: Credence Clear
Water Revival, Janis Joplin, Procol Harum, Electric Light Orchesta, Beatles, Rolling Stones, Emerson
Lake and Palmer, Pink Floyd, Yes, Genesis etc. Después de atracar en esta ínsula sonora, me
limité a cerrar los ojos ya que los traía más rojos, cual pacheco de la Altavista allá por los
setentas. Sólo descansé la vista, no pude conciliar el sueño ya que el ultrasonido del jet
repiqueteaba en mis sentidos y sólo con los audífonos, subiendo el volumen a la música podía
soportar este tormento.
Cerré la persiana de la ventanilla ya que, aparte de la acrofobia, el miedo a las alturas que
me caracteriza, sólo veía nubarrones, y me dispuse a observar y analizar el monitor de viaje.
Salimos del territorio continental y el jet se dirigió a la península del Labrador, hacia el
norte, y comenzamos a sobrevolar el Atlántico, en ese momento me dije: Ahora sí, pura vida,
como diría Clavillazo, ya que estamos a 10,000 metros de altura y a una velocidad de 400 Km.
p/h razones para viajar placenteramente, pero ni madres. Que se comienza a mover, pero machín
el avión, suenan las alertas para que utilizásemos los cinturones de seguridad, y se escucha la
voz del capitán, estereotipada como de las películas de desastres aéreos:
— Your atention, please. Por favor se prevén turbulencias en toda la zona del Atlántico, por
ello les solicito utilicen sus cinturones mientras sobrepasemos este tramo, si quieren utilizar el
toillete, caminen con cuidado; gracias.
Comenzó el zangoloteo, y ahí tiene a la aeronave más moderna del mundo moviéndose peor
que un pollero de esos que van para Pinos, Zacatecas, la Ballena Jaula de Arriba, el Chino y
conexas. Afortunadamente sólo fueron dos horas de turbulencias espaciadas y llegó la calma,
entonces ya estábamos volando por medio océano y casi todos los pasajeros dormitaban. Yo se-
guía en mi Oldies Station, y en ese momento pasaron sobre mi mente las épocas felices del
Seminario de Tapalpa, las rolas de moda cuando ingresé con los teólogos de la liberación en
Sayula, Jalisco (que las escuchaba en el Canal 58 de Guadalajara), los primeros amores, los estu-
dios clásicos, los ideales revolucionarios y el compromiso social con las comunidades de base.
En eso estaba cuando en el monitor veo que pasamos frente a las costas de Reykiavik, Dublín,
las costas de Inglaterra, para posteriormente sobrevolar España, Francia y finalmente el esperado
aeropuerto de Fiumicino en Roma.
Afortunadamente, otra vez, las hermosas piernas y la armoniosa anatomía de Joyce se situaron
justo frente a mis ojos y me preguntó si deseaba tomar algo, le conteste:
— Only mineral watter, and see forever your beatiful eyes, bellísima ragazzina.
Sonrió coqueta y me ofreció el agua más erótica de un miércoles en la mañana, que hizo
reaccionar todas mis hormonas y que me levanta... el ánimo, con singular alegría. Nos sirvieron
el desayuno, y ahora en italiano, daban las indicaciones para prepararnos al aterrizaje.
Aún faltaba una hora para aterrizar cuando mi cuerpo me pedía a gritos un badroom, esperé
a que se desalojara el baño y en un retrete como de Barbis, allí mero firmé. Descansé enormidades,
no sólo por el desagüe, también por el dolor de riñones por las casi 15 horas de viaje y comencé
a preparar mi maleta, papeles, una peinada, acomodarme el pelo largo con una agarraderita y
lavarme la buchaca. Finalmente la llegada fue perfecta, cinco minutos antes de lo previsto, el
reloj en el horario de Roma marcaba las siete cincuenta y cinco de la mañana.
ESTANCIA EN ITALIA
El aeropuerto de Fiumicino en Roma está enorme, parece una nave espacial de los sesenta,
puros embudos y escaleras eléctricas, salas, más salas y enormes corredores solitarios, eso si
con las más modernas medidas de seguridad, pero muy impersonal. Después el ritual de registro
en inmigración donde, cosa rara, aquí se portaron muy amables los italianos, comparados con
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los gringos, estos eran chidos, no me esculcaron nada y me preguntaron cuanto tiempo estaría
en Italia. Yo contesté en mi italiano clásico que dos semanas, y a la mejor para darme la suave,
que sellan mi llegada en el pasaporte, y listo.
Pasé a recoger mi maleta en la banda correspondiente; afortunadamente les había puesto
unos listones rojos, por eso alegremente los vi acceder y vámonos, pa’fuera. Inmediatamente al
salir aparecen un chingo de taxistas gandallísimas ofreciendo sus servicios, y para el que no
sabe cómo moverse se lo madrean gachote. Yo fui más prudente que un chingo de gringos, en la
oficina de informazzione pregunté donde tomaba el colectivo para la estación de trenes. Una
italiana de profundos ojos negros me contestó medio enfurecida.
— Allí, en frente, hay un elevador; sube y en el primer piso encontrará la estación de trenes
de Fiumicino.
¿Cuándo diablos le vamos a atinar si no hay señalamientos, guías, croquis o algo que se le
parezca? dije en mi interior; gracias a Dios, es mejor pecar de pendejo y preguntar de todo por
lo que en menos de un minuto estaba en la estación, en lugar de haber caído en las redes de los
taxistas que hacen su agosto con turistas despistados; hice el cambio de dólares por euros,
porque en casi todo Europa ya no se utilizan, por el contrario, son una mendiga maldición
como se los contaré posteriormente.
Compré mi boleto hacia Roma Termini, que es la estación central, pues allí es donde arribaría
el tren hacia Torino a las 11 a.m., y a seguir, ya que tienes qué ver en los monitores gigantes a
qué hora y en qué binario (vía) se sitúa el tren que abordarás, además validar el boleto para dar-
le vigencia, ya que si no lo usas en ese momento lo puedes utilizar en otra ocasión. Había
muchísimos turistas gringos que andaban en lo mismo y, pos ¿a dónde va Vicente?: adonde va
la gente. Llegó puntual el tren urbano, que es eléctrico; ocupé un asientito y en menos de quince
minutos, por un euro, o sea diez pesos mexicanos, llegué mi destino; si hubiese tomado un taxi
mínimo me hubieran cobrado 50 euros, o sea 500 devaluados varos.
Arribé a la Roma Termini, un edificio como de los años sesentas lleno de tiendas libres de
impuestos, agencias de información turística y copiosa de cámaras de circuito cerrado. Todos
los viajantes confluimos al centro de la estación para esperar el binario, o vía en la que se
estacionaría el tren, para el viaje programado. Estaba observando la pantalla, cuando escuché
una voz con un acento conocido
— No le entiendo a esta madre. –Miré a mi lado y descubrí una delegación de chilangos que
cargaban hasta con una bota llena de tequila. Les pregunté:
— Hola, ¿son de México, verdad? ¿Chilangos. No?
— Claro que sí, venimos de la mera colonia Guerrero somos comerciantes en pequeño, o sea
tianguistas.
— Chido, de los que no pagan impuestos, ni batallan por declaraciones, ni por facturas ni
madres de esas.
— No te creas –me contestó el líder de ellos, que se llamaba Polo Cháires– si nos llegan a
pedir facturas de nuestros productos de “dudosa procedencia” les damos su factura, ya que,
por si no sabes, hay ciertos lugares en la plaza Santo Domingo, allá en el Chilango, donde te
consiguen facturas de las que quieras: de hoteles, restaurantes, tiendas, servicios y de cualquier
parte del país. También hay tinterillos que te arreglan tus declaraciones ante Hacienda, claro,
por una corta feria, y todo está machín y sin broncas. A propósito, ¿no quieres llegarle a un
tequis, mien- tras llega tu tren?
— Claro que sí. –Al tupirle al tequila recordé que a la mejor es del chafota, de Tepis, y lo que
en realidad necesitaría después de este pegue, sería un perro San Bernardo, por si me dejaba
ciego el metanol puro.
— Nosotros vamos a Milán, y posteriormente a Venecia, venimos a comprar ropa “de marca”
para nuestros clientes pesados: artistas, políticos, narcos, futbolistas y demás broza. Ora pa’
las navidades. –Replicaron los chilangos.
Me dejó sorprendido su sentido fenicio en los negocios, y el desmadre que hacían, porque
hasta la Pulitía nos quiso apañar por aquello de que andábamos chupando en los andenes.
Agarraron la onda los polis de que éramos turistas mexicanos, medio locochones, y se fueron;
nos despedimos por que en esos momentos apareció en la pantalla el binario 24 de mi tren con
ruta Roma-Turín, casi en el centro de la estación.
La línea Treni di Itallia cuenta con redes y trenes futuristas, y de vapor, sería la que me daría
el servicio; un tren eléctrico que viajaría a una velocidad promedio de 189 Km. por hora y que
contaba con dormitorios y vagón bar. Validé mi biglletto, abordé el vagón indicado y el asiento.
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Afortunadamente en miércoles a las once de la mañana no iba tan lleno y pude sentarme a mis
anchas en el vagón, y ahora sí, a disfrutar el viaje. Salí con puntualidad mexicana casi media
hora después, por “problemas técnicos”, como argumentó la computadora de viaje.
Comenzó el traqueteo y aparecieron ante mis ojos vestigios de la Roma imperial, el Vaticano,
las estaciones antiguas de Roma, muy parecidas a la de Aguascalientes ya que don Refugio
Reyes tuvo como maestro un ingeniero ferroviario italiano, apellidado Bozo, y a él le debemos
esa bellísima herencia arquitectónica que le da rostro a Agüitas. También vi ciudades perdidas
de migrantes africanos, y de Europa del este, en condiciones infra-humanas donde viven ancianos
y niños de la calle, afganos, marroquíes, bengalíes y turcos. Poco a poco comenzaron a aparecer
los cedros romanos que son una especie con troncos muy altos, con la copa hasta lo alto y sus
clásicas piñitas que le dan un valor característico a esta tierra.
La ciudad desapareció y ante mis ojos se mostró desafiante el mar con sus pequeños y
grandes río afluentes; el agro italiano con sus antiguas y modernas Villas de descanso, clubes
de yates en las orillas y, a veces, confluencias estructurales con las autopistas de alta velocidad
donde Ferraris, Lambroginis, Alfa Romeos, Masseratis, Lancia, Molinar, Mercedes, Volvos y demás
autos futuristas cruzan cual luceros a más de trescientos kilómetros por hora. Dicen en Italia
que cuando sucede un accidente en estas súper-carreteras ya no se molestan en llamar a la
Rossa Croce, sólo llega el forense y la pulitía con el recogedor y el acta della defunctione.
La primer parada (en el sentido estricto del transporte) fue en Citta’vechia (ciudad vieja),
pueblito que me gustó porque mira al mar, y allí me acompañó una jovencita italiana muy
guapa llamada Mattilda que viajaba hacia Liborno, que es un pequeña ciudad donde se encuentra
un centro militar muy importante de Italia, para visitar a su hermano que cumplía con su ser-
vicio militar obligatorio.
Me platicó que ella conocía México, el chido el de arenas cristalinas y playas azules, el de
Cancún, y quedó prendada del calor y del reventón eterno en el que viven los centros de diversión.
Ella estudiaba restauración artística en Roma y me comentó que este tipo de carreras en toda la
Unión Europea tienen una enorme demanda, porque existe una política gubernamental que ha
determinado como primordial el rescate de la cultura de sus naciones. Por ello en Europa las
construcciones artísticas, los templos, la arquitectura vernácula y el rescate de la cultura
intangible, representan una actividad primordial para preservar la identidad de cada nación.
Comencé a hacer los paralelismos correspondientes con México y reconocí, tristemente, que a
pesar de contar con una de las culturas milenarias más trascendentes del mundo, los gobiernos
contemporáneos mexicanos han dejado en última instancia la preservación, promoción y el
rescate de nuestro enorme legado cultural, tangible e intangible, que es amenazado día a día
por la influencia de la cultura chatarra mercantil, impulsada por esa secretaría ideológica pro-
movida desde el mismo centro del poder pro yanqui, me refiero a las cadenas Televisa y TV
Azteca. Arribamos a Liborno, Mattilda se despidió y me dejó su “emilio”, para seguir comuni-
cándonos vía internet. El tren siguió su viaje bordeando la costa impresionante y el bosque,
poco a poco, me mostraba los Apeninos y, a lo lejos, las montañas blancas de Francia se
vislumbraban con los últimos rayos del atardecer.
El tren paró en Pisa, donde está la torre inclinada, y de allí siguió a Viarregio, luego Carrá, de
donde se extrae el mármol más dilecto que se exporta a todo el mundo para las iglesias, edificios
o residencias de ricos, este pequeño pueblito cuenta con un museo en las grutas del mármol.
Arribó en La Spezia y, posteriormente, a la ciudad porteña más hermosa que he conocido, me
refiero a Génova; un asentamiento humano ordenado, donde casi todas las casas tienen la
forma del Hotel Andrea Alameda, de Agüitas, provenzal italiano de cinco pisos o más. Es un
antiguo y estético puerto con hoteles, playas frías y unidad en su arquitectura, cuenta con el
Museo histórico dedicado a Cristóbal Colón. Fui afortunado ya que en este lugar de ensueño el
tren paró media hora, tiempo que utilicé para husmear por el puerto, ver el atardecer
impresionante y gozar de la hermosísimas y liberales italianas que le entraban al destape, a
pesar de estar en pleno otoño, y adornaban con sus estructurales cuerpos las playas de Génova.
Pitó el tren y de súbito alcancé mi lugar; desde esta parada iba más solo ya que casi todo el
pasaje se bajó en Génova; viró hacia la derecha, entre túneles constantes se dirigió hacia el
norte y comenzaron a aparecer bosques de pinos y un hábitat montañés que denotaba la verdadera
cultura ecológica, donde es prioritario el respeto a la naturaleza, la limpieza de los ríos y el
control del crecimiento urbano. En lugar de seguir bordeando la costa italiana, el tren viró hacia
el norte, desviándose hacia nuestro destino: Turín. Llegamos a la estación de Porta Nuova y yo,
con mi conciencia zacatecano pabellonense ingenuamente pensé: no es época de turismo y no
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creo que sea difícil encontrar hotel, ya que las actividades comenzaban el 23 de octubre, a las
ocho de la noche, con un evento en el Teatro Milán, dedicado a la premiación y la inauguración
oficial del Salone del Gusto.
Cuál sería mi sorpresa que mi peripatético comenzó buscando hoteles en el centro de Turín,
pagando un taxista napolitano ojetísimo y gandallísima que balbuceaba el italiano, haciéndose
güey y hablándome en napolitano para cobrar mas. Visité uno, dos, tres, cuatro hoteles y ni ma-
dres, ya llevaba 30 euros de puro taxi, 300 varos mexicanos hasta que por fin se apiadaron de
mi hospedándome en el Lúxor, por solo una noche a 120 euros, y al día siguiente a sufrir por el
hospedaje. Se arregló mi situación y llegó el momento de pagar, contaba con 300 dólares en
efectivo, eso no me preocupaba, pero ni madres que aceptaron mi efectivo en el hotel, los muy
dignos sólo aceptaban euros, entonces pregunté por un cajero automático y tuve qué caminar
como cinco cuadras hacia Porta Nuova (la estación de trenes) donde encontré uno, pero cuando
inserté mi tarjeta la rechazó, indicándome en alemán que no era válida.
Entonces salió toda mi capacidad de supervivencia, cancelé la operación y busqué otras
opciones; utilicé la italiana, pero en esta no supe si mi cuenta estaba en ahorros, caja comunitaria,
fondo municipal, o comuna, conceptos que en la economía italiana se utilizan; cancelé otra vez
y para esos momentos estaba a punto de estallar de nervios, pues si no funcionaba mi pinche
tarjeta de crédito sufriría durante todo el viaje, boletinarían mi tarjeta y entonces tendría que
rifármela de mesero, bolero, musiquero o lo que fuera.
Por fin entró la opción en inglés y solicité el límite, o sea 300 euros, y después de “haber
sudado aceite, raza” (como diría el Piporro), recogí mis billetes inteligentes, porque éstos tienen
un chip, son infalsificables y de tamaño familiar. Llegué a la administración pagué, me dieron
la factura de una noche y subí a mi cuarto.
Para celebrar el hecho de estar vivo, conseguir una habitación casi a la brava, atravesar el
Atlántico, soportar los innumerables retenes de los gringos y, por fin, tomar un baño y descansar
después de quince horas de viaje por aire y seis por tren, saqué mi cámara digital, me orienté
hacia el espejo del cuarto y tomé una foto haciendo la seña del number one, o sea que era el día
uno de mi viaje europeo. La siguiente operación fue ir al baño, para desalojar la comida chatarra:
chiken, hot dogs, hamburguers y demás basura que nos retacaron en el Continental Air Lines.
Casi a obscuras ingresé al baño y tuve un descanso corporal indescifrable, al terminar y
prender la luz del baño, desalojé mis despojos en el toillete reservado a lavarse los pies y demás
partes nobles, en lugar del excusado tradicional que estaba a un lado, y ahí me tienen utilizando
los plásticos de la ropa sucia y el shampoo para asear el toillete mentándome madres en el
mexica tradicional y burlándome de mí mismo, pero a la vez muy contento de haber sorteado
todos los peligros.
Después de este vergonzoso acontecimiento que denotó mi “alto índice zacatecano”, un
baño en tina con lociones de hierbas aromáticas y un secado con toallas albas y pulcras, sintonicé
el televisor y entre la RAI, el canal de Torino, otro de Bosnia, el Kultur Channel de Alemania, y
el erotico canale di Roma, poco a poco me postré en los brazos de Morfeo; eran las siete y media
de la noche y peregrinamente pensaba despertar a las ocho para dirigirme al Teatro Principalle
de Torino a la entrega de Premios Slow Food y, posteriormente, a la cena de gala, encontrarme
con Silvia Monasterollo, mi lindísimo contacto en Italia, y después: pos vengan canciones. Pero
la realidad fue diferente, y por eso Dios no les da alas a las víboras, desperté hasta las 10:30 de
la noche, me cambié y busqué como loco por el centro de Torino una Tábula calda (mesa caliente)
y ni madres, todas a punto de cerrar o me veían muy latino, o sea que denotaba mi naquéz
machín, por aquello del pelo largo y la ropa negra y mi acento náhuatl-latino-hidro-zacatecano
y no me daban servicio, o de a devis cerraban en miércoles tempra. Triste, ojeroso, cansado con
hambre y sin ilusiones me volví al Lúxor y le comenté mi desgracia al administrador, éste me
comentó amablemente que casi todos los restaurantes de la zona cierran entre semana hacia las
diez de la noche, y que sólo encontraría comida en Porta Nuova; pero yo lo que quería era comer
algo formal, y lo único que encontré en el servibar del hotel fueron, pa variar: papitas, coca,
muéganos, unas tiras como macarrones cafés de sabor medio ojeis, aqua minerale y punto.
Como que torié el hambre, acomodé mi ropa y comencé otro periplo televisivo con las noticias
del Eurochannel, la CNN, la BBC y los canales italianos. Me llamó la atención que en el canal de
Turín, hacia las doce de la noche, programa shows eróticos, desfiles de moda y la auto moda;
aquí se aprecian los mejores autos italianos con las más sexis modelos que estimulan el eros, el
consumismo y el onanismo, sobretodo a los que viven la soledad (sic)... like me... snif, snif. Me
volví a dormir no sin antes bañarme de crema refrescante y de talco en las extremidades inferiores,
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porque andaba rosado como si hubiese cabalgado (en el buen sentido de la palabra) por casi 20
horas hasta Torino. Pronto pasó la noche y otro día, el 24 de octubre del 2002 a las meras nueve
de la mañana me levanté, ahora sí le atiné al excusado correcto, un baño reparador y luego
hacer las maletas otra vez ya que debería entregar el cuarto y buscar otro hotel.
Afortunadamente don Alessandro el administrador del Lúxor, me consiguió otro hotel cercano
a la tangentiale (un poco alejado del centro, pero cerca de Lingoto, el centro de convenciones
donde se desarrollaría el Salone del Gusto); y lo mejor, el costo sería de 60. Tomé el taxi, subí
mis maletas y me dirigí al Hotel Continental, un hotel de los años sesentas muy al estilo de los
utilizados en las películas de Mauricio Garcés; llegué y una preciosa administradora me atendió
Ornella, solicitó mi pasaporte, elaboró mi cédula de ingreso, me presentó a un botones que me
llevó a mi cuarto, grandísimo para mí, con dos camas, baño de mármol, tina, toillete, teléfono,
servibar y telecable, además el hotel contaba con internet público que sería mi conecte con
México y mi familia. Me instalé y a tomar otro taxi, ahora sí para Lingoto, después de un viaje
corto, como de a 20 euros, y solicitar una ricebutta (recibo del viaje), llegué a esa antigua fábrica
de automóviles Fiat, restaurada y adecuada como centro de convenciones con bancos, Museo de
Arte Contemporáneo, tiendas y ese gran restaurante que es el Salone del Gusto.
Me dirigí inmediatamente a las oficinas de registro; llegué muy salmón, presentándome
como jurado internacional que proviene de México y, lo clásico: Su nombre no está registrado,
déjeme hablamos con la encargada; afortunadamente di el nombre de Silvia Monasterolo y co-
mo si fuera un open sesame tomaron mis datos y me entregaron un carné digital, que debería
presentar en los múltiples retenes de la feria; por acá el miedo a los ataques terroristas de
anarquistas italianos, árabes, etarras o bosnios está grueso. Pasé todos los filtros y a gozar de
la feria. Lo primero que hice fue buscar el stand de Slow Food y preguntar por mi amiga Silvia
Monasterolo, por fin la ubiqué, me presenté con ella, me explicó que tenía que acompañar a los
triunfadores de este año a la feria, y a los lugares donde se habían organizado viajes para cono-
cer las unidades de producción familiar dedicadas a la gastronomía tradicional italiana. Me
presentó a los triunfadores y se fueron a la prima colatione (algo así como el desayuno); sentí
desfallecer ya que el hambre me mataba, fui prudente y no comí en ninguno de los stands de
comida, enfilé hacia el área de tiendas y allí encontré una pizzería. Solicité una pizza Caesars,
de las más chonchas, con su jitomate medio insípido, sus lechugas y su cebollita; conseguí de
pura bamba una salsa Tabasco y una Coca light. Me hicieron la cuenta y ándele que son 10 eu-
ros, o sea ¡100 devaluados varos¡; me valió madre el costo y a ponerle chidote al diente. Después
si me puse reflexivo, porque entre los taxis y la comida eriza podría sobrepasar mi presupuesto
que, junto con el costo del hotel no debería de pasar los 100 euros diarios. Sacié mi famélica
hambre (valga la redundancia) pedí una aqua naturale y a visitar stands.
En primer lugar fue la sala Slow Food Editore, donde se llevaban a cabo dos conferencias y
varias degustaciones que me interesaron esa primer mañana: a tavola in Sicilia (una mesa en
Sicilia) era una muestra de la cocina siciliana presentada por el Restaurante Villa la Rosa, de
Adelaide Rando. A tavola in Veneto (una mesa en Venecia) a través del lago y la montaña, los
sabores de Verona, degustación de productos típicos de Venecia a lo largo de la historia. Y un
taller denominado la Educazione al gusto orientado a la enseñanza sensorial, así como a experi-
mentar en un laboratorio didáctico guiado sobre la comida tradicional italiana. Otra conferencia
por demás polémica llamada La carne puó diventare slow (La carne puede hacerse slow?) ninguna
sociedad del pasado, por más pobre y obsesionada por el hambre, no era capaz de crear el
infierno al que hoy son confinados los animales; esta conferencia por demás interesante y
contestataria fue sustentada por Eric Schlosser, autor del best seller Fast Food Nation, y Piero
Bevilaqua de la Universitá La Sapienza di Roma. Entre sesión y sesión no dejaba de caminar y
caminar entre los stands del Salone, y admirar la belleza de las italianas, en uno de esos corre-
dores conocí a Francesca Litti, una especialista en lenguas... perdón, en idiomas, pa que no se
tome a albur, con quien comencé a cultivar relaciones internacionales y, obviamente, a gozar de
su compañía en los ratitos que podíamos, porque ella era edecán y auxiliar en las traducciones
para los visitantes alemanes, japoneses, daneses, finlandeses, gringos y españoles. Gracias a su
hospitalidad y a sus “atributos naturales” me hice adicto a las bebidas naturales de hierbas
medicinales alpinas, que eran la especialidad de su posto (puesto) y, afortunadamente, no se si
sería por la aventura europea pero me relajaban de a pechito y me ayudaban a digerir las
comidas tan diversas y copiosas, de sabores inimaginables en aquella Babel del gusto.
En otra área del Salone tuve la fortuna de probar y disfrutar la carne de camello, en la carpa
de Marruecos, o la carne seca de llama, en el local de Perú. Cabe mencionar que el Salón se orga-
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nizó con la siguiente estructura: tres grandes naves que abarcan: El mercado del mundo, donde
se situaron los países invitados, y otras dos llamadas: El mercado del buon paese (buen país),
con sus vías del huerto, del queso, los embutidos, las conservas, dulce, aceite, grano, carne, del
pescador, del espíritu y de la especias, la enoteca, el stand de la banca del vino, del Ministerio
de Agricultura, el teatro del gusto y el de la universidad de las ciencias gastronómicas. El even-
to más importante, aparte del de premiación, fue la rueda de prensa y la convivencia con los
premiados en el certamen, programado a las tres de la tarde en el primer día de actividades. En
la sala de prensa pude convivir con los triunfadores de Slow Food 2002, además estaba impre-
sionante ésta ya que allí contábamos con la más alta tecnología para enviar nuestros artículos
hacia nuestros respectivos países, vía internet. Además, un ambiente respetuoso hacia las diversas
culturas, un espacio donde estaban al mismo nivel la delicadísima comida francesa, o italiana,
que la comida de Sri Lanka o de los Altos de Chiapas.
Seguí visitando stands y buscando como loco a mi amiga de Nuevo México, Alice quién desde
hacía un año atrás me había prometido que nos veríamos en Italia. Un poco desesperado gocé
como chivo en cristalería las bellísimas ediciones mundiales referidas a la gastronomía italiana,
alemana, española, griega, francesa, bibliografía que acá en México es muy cara y difícil de
conseguir. Tuve la oportunidad de participar en una conferencia titulada De la leche... al queso
la tecnología de la producción de un queso en Italia. Ya casi para buscar la comida tuve el
ingreso como jurado internacional, y como invitado a una sesión con los premiados de la
edición Slow Food por la defensa de la biodiversidad en una rueda de prensa. Fue precisamente
en este encuentro donde mi amiga Alice se presentó, nos dimos los arrumacos obligatorios y
sentí un enorme gusto de encontrar promotores de la cultura popular de Los Estados Unidos
con alma mexicana, con amiga brasileira incluida; terminamos la sesión con la prensa y de allí
a comer con la delegación Mexicana.
En el stand de México gozamos de unas coronitas bien helodias, en hielito frapé acompañadas
de unas enchiladas, chiles en nogada y unos tacos medios ojeis, pero que iba tolerando nomás
por los chilotes jalapeños que me recetaba ante la inquietud, y la expectativa de los demás
comensales. No sé si fueron las chelas, el tequila medio francés, o japonés que importaban
desde Alemania, pero al ratito a un paisano se le ocurrió sacar una guitarra, y allí nos tiene a
los alegres compadres como en una película de Pedro Infante, valiéndonos madre el protocolo y
hasta nos entrevistó el canale de televisione di Torino, y me quebré una rola muy mexicana, La
cucaracha.
Estábamos en plena francachela haciendo énfasis sobretodo en aquel párrafo que dice “La
cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar porque no tiene porque le falta marihuana qué
fumar”. Las risas, los brindis y las carcajadas propias de nuestra cultura se mezclaron con los
saludos y las chelas que no nos daban abasto en aquella maxi feria del buen gusto.
Ji ji ji, ja ja ja; abrazos, besos y arrumacos fueron suspendidos porque nos cayó de súbito la
julia, la tira, los genízaros, la pulitzía, nomás porque estábamos gritando, mentando madres,
aventando guacos y hacíamos mucho relajo. Yo en mis adentros me dije: hummm, pinches
escandalosos italianos macarrónicos, ojala y vinieran a cualquier feria xihuite de Mexicalpan
de las tunas pa que conozcan lo que es de a devis el reventón, el relajo, el rebane, el desmadre...
En fin, ya la televisión de Turín me había entrevistado, habíamos propuesto la mexicana alegría
como bandera de nuestra nación cuando, moles que nos callan con amenaza de visitar las
mazmorras si seguíamos en el relajo.
No obstante nos despedimos amigablemente de las cocineras, meseros y chefs mexicanos
que, por cierto, eran contratados por un italiano y tenían por acá un gran cartel, sobretodo
entre los pipiris nice que trabajan en la embajada de México en Italia. Terminamos la fiesta tem-
prano como a eso de las ocho de la noche, acompañé a la Alice a su hotel, nos dimos un buen
agasajo y me tuve qué ir en carácter de cautín a mi hotel, porque mis amigas durmieron poco y
los días siguientes serían de sumo trabajo intelectual. Llegué al hotel ya noche, en taxi porque
estaba medio peligrosón por donde me hospedaba, y aproveché algunas horas para consultar
en internet las noticias de Ags., en Hidrocálido, y los chismes intelectuales en Agseso, y en el
site del ICA. Revisé mi correo electrónico (conste no uso la horrorosa palabra “checar” que es un
pochismo machín) y me dispuse a dormir, no sin antes viajar por los canales eróticos y de la
moda italiana; medio me concentré y puse en brazos de Morfeo, deseando haberme quedado con
Alice, pero aún no era tiempo de que este hijo de Moctezuma venciese en las lides de Ovidio.
Al día siguiente, 25 de octubre, me levanté como a las nueve, baño cum odore italiano y la
prima colatione, medio frugal, y luego el viaje utilizando el sistema de transporte colectivo, un
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sistema de tranvías muy elegante y limpio. Lo abordé y me llevó directamente el centro de expo-
siciones de Turín; al llegar cientos de niños y jóvenes esperaban la acreditación para su ingreso,
dado que les tenían preparado un viaje por los sabores del mundo. Yo me puse a pensar, híjole,
es contrastante con mi país, donde el problema no es el gusto, sino la necesidad de comer, lo
que haya; pero a nivel social los hábitos alimenticios han sido determinados por las grandes
transnacionales de las chucherías y de las aguas negras del imperialismo yanqui, gracias a los
medios de comunicación alienantes que determinan la conducta gastronómica y los mercados
alimenticios de casi todos mexicas.
En esos razonamientos estaba cuando sentí los labios carnosos y frescos de la Alice, en mis
mejillas, y desde ese momento mi vida comenzó a cambiar en esta aventura Italiana, ella se
constituyó en la compañera ideal en todas las conferencias, cariñosa, afectuosa nos comportába-
mos como si fuésemos unos adolescentes enamorados, a quienes la vida sonríe a cada instante.
Así casi todo el día gozamos juntos las conferencias: Recetario de las pastas piamonteses del
siglo XVIII, y la conferencia donde Alice sería la estrella principal Slow Food USA, y la conferencia
magistral con mis maestros y guías intelectuales: Carlo Petrinni, Manuel Vázquez Montalbán,
Claudio Martín, Vandana Shiva y Eric Scholosser. Nadie pensaría que el combativo intelectual,
pro zapatista y convencido de las causas justas internacionales, Manuel Vázquez Montalbán
fallecería en el aeropuerto de Bangkok el 18 de octubre de 2003 por un problema cardíaco casi
un año después de nuestro encuentro en Turín.
Pero allí estaba mi ídolo intelectual de carne, hueso y materia gris, con un genio e ingenio sin
igual hablando del carácter revolucionario de la cocina, de la mesa, de las posibilidades de
reivindicar comunidades marginales en un sorbo de café, o con un té de yerbas africanas, o
comiendo huevos de gallina de rancho guatemalteco y alzando las voces de mujeres indígenas
plenas de dignidad y autenticidad contra la guerra sucia; éste, con un acento barcelonés cuasi
enfurecido, fustigante como un demonio del intelecto criticando, proponiendo, elevando el
pensamiento del microcosmos de las necesidades al macrocosmos barroco del gusto y de la con-
ciencia revolucionaria contemporánea.
Vázquez Montalbán no sólo se solidarizó con los zapatistas por medio de su libro El señor
de los espejos, dedicado a la guerrilla en Chiapas, en 1994, sino que en toda su obra ha introducido
la cultura culinaria de su Barcelona amada, acompañado o camuflado en la imagen de su
detective Pepe Carvalho.
Rolaba en esas divagaciones cuando tomó la palabra Carlo Petrinni, il máximo Pater di Slow
Food, proponiendo una cosmovisión crítica, analítica que promueva el respeto a la naturaleza,
a las formas de producción artesanal, a las tradiciones culinarias de cada cultura y a las
experiencias de resistencia e identidad cultural, ante los embates de la Fast Food de los
colorantes, los transgénicos y las substancias cancerígenas que pueblan el espectro universal
del habitus alimenticium humanum. He participado en conferencias internacionales, en
simposios ultra izquierdistas, en células de revolucionarios iluminados y en talleres con chamanes
de la esótera, pero este era el ideal de todo sociólogo en una feria del gusto revolucionario, de la
sociedad civil donde las organizaciones no gubernamentales de todo el mundo son las que
dictan las políticas de la cultura, dejando a un lado los brazos burocráticos de las instituciones.
Plena de pedagogía y andragogía en esta propuesta innovadora , los promotores sirviendo de
enlaces con la comunidad, algo así como el ideal zapatista de “Mandar sirviendo”.
Hablaron todos los ganadores y al final una ronda de preguntas y más que preguntas de
arengas al mundo para que por un medio tan sencillo como lo es la gastronomía, se pugne por
el amor y el respeto al medio ambiente, por la vida natural y por el respeto a cada pueblo y
cultura del mundo, conminando a las potencias de los agroquímicos, de los conservadores y de
los transgénicos a respetar los productos artesanales, la alternativa comunitaria y la armonía
de equidad social.
Ideales que tildaban más sobre el anarquismo de pugnar por eliminar las fronteras, las
limitaciones y guerras mercantiles, por la reivindicación de los más desprotegidos de la tierra,
en alianza con intelectuales que tienen la esperanza puesta en los movimientos revolucionarios
que dejaron a un lado el manual soviético, o el chino, el albano o el bosnio, y optaron por una
concepción anarco socialista propia, viva y que sitúa sus bases en la cultura profunda, intensa
de la identidad, la tolerancia y el respeto intercultural.
Al terminar esta histórica sesión donde se sentaron la bases para crear en todos los rincones
de la tierra algo así como una diáspora cultural siendo sus apóstoles anarquistas, comunistas,
empresarios sociales, artistas, modelos, soñadores de pelo largo, globalifóbicos y revolucionarios
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de tiempo completo. Al final tuve el honor de fotografiarme con Carlo Petrinni, el presidente de
Slow Food, desafortunadamente con mi ídolo Vázquez Montalbán no se pudo pues se sentía
mal y lo que deseaba en ese momento era descansar.
Siguieron las conferencias, los seminarios y Alice y yo nos dedicamos a pasear, visitar todos
y cada uno de los stands para solicitar literatura , artículos y souvenirs que todas las empresas,
cooperativas y ONGs donaban a la concurrencia. Ya cansados y sin visitar ni el treinta por
ciento de los lugares, decidimos aprovechar la tarde para viajar por el centro de Torino.
Comimos en un bellísimo restaurante del centro la comida tradicional: pizzas de lo mejor,
exquisitas, de vegetales, champiñones, mariscos, ensaladas de maravilla y los deliciosos postres
que entre pasteles tradicionales turineses, carlotas, frutas cristalizadas y los tradicionales
chocolates turineses como el giandiutto, un dulce de chocolate hecho con goma de cacao, o el
bicerín, una mezcla de café, leche y chocolate que ya estaba de moda desde el siglo dieciocho, o
el marocchino, un moderno capuchino con espuma de leche y polvo... de chocolate.
Después a visitar la catedral de Turín y tomar fotos a la Sidone, la famosísima sábana santa
de Turín, utilizando el modo de infrarrojo de mi cámara digital capto claramente la imagen de
una persona, los católicos le llaman Jesús, y el sentir popular la ha legitimado como la verdadera
Sábana Santa. No quiero contribuir a la polémica si es o no Jesús el Nazareno, pero ustedes
juzguen la imagen.
Dice la tradición turinense que en Edessa (hoy Sanli-Urfa, Turquía) era conservada una imagen
considerada “no hecha por mano humana”, que muchos estudiosos identificaron la Sidone, ple-
gada de tal modo que permitía observar únicamente el rostro, hacia el año 544. En el año 944 la
imagen de Edessa es trasladada a Constantinopla donde, en 1147 es venerada por Luis VII, rey
de Francia. Por 1453 Margarita de Charny cede la Sidone a Luis de Saboya quien la custodia en
Chámbery, y en 1506 El Papa Julio II concede el culto litúrgico y público de la Santa Sidone. Pero
un 4 de diciembre de 1506 se incendió la capilla de Chambery y la caja de plata que contiene la
Sidone doblada, tiene un lado candente por la elevada temperatura y una gota de metal de la
tapa atraviesa los diversos estratos de la sagrada tela. Dos años después, del 15 de abril al 2 de
mayo las hermanas Clarisas de Chámbery reparan las partes quemadas, aplicando los remiendos
triangulares que aún hoy se ven. Es hasta 1578 cuando Emanuel Filiberto de Saboya transfiere
la Sidone a Turín y el 4 de junio de 1694 la Sidone es colocada en la suntuosa capilla construida
según el diseño del abad Guarino Guarini. Después de la muerte de Humberto de Saboya el 18
de marzo de 1983 la Sidone pasa por voluntad testamentaria a la propiedad de la Santa Sede.
Un incendio violento destruye la capilla de la Sidone, poco antes de concluir su restauración y
ésta se salva por la actuación de los bomberos de Turín. Es en el año 2002, por decisión del Papa
Juan Pablo Segundo cuando tiene lugar la pública ostensión en la ocasión del Jubileo.
Después de admirar los tesoros de esta catedral, partimos Alice y yo al palacio de Vittorio
Emanuelle, el Padre de la Patria, y allí pasamos horas y horas contemplando sus bellísimos jar-
dines, su arquitectura y sus tesoros. Llegó la noche y nos dirigimos a su hotel, para esperar la
siguiente jornada no sin antes dedicarnos exclusivamente a la ars amatoria, en toda la extensión
de la palabra.
Llegó el día siguiente; el baño comunitario y el fin de semana –tanto sábado como domingo–
proseguimos cultivando el culto a Eros, con música italiana y prima colatione, mi bellísima
chicana Alice y el marco de una arquitectura incomparable, pero también el intelecto empapán-
donos de conferencias y eventos como: Mangiare bene fa bene all ambiente (Comer bien, le hace
bien al ambiente), una conferencia referida a la agricultura sostenible sobre los productos típicos
y su biodiversidad, a cargo de Piero Sardo, de la secretaría nacional de Slow Food. Otra denominada
Presentazione Vini d’Italia 2003, y la más importante para todos los promotores y facilitadores
culturales de todo el mundo. Un diccionario dedicado al movimiento Slow Food, un ABC de 150
voces que recuperan la historia, las ideas, los proyectos, las realizaciones. Del elogio del placer
a la educación del gusto, de la salvaguardia de la biodiversidad a la eco-gastronomía.
Posteriormente nos dedicamos, mi compañera y yo, a comer quesos en la Vía del queso, y a
disfrutar de las exquisitas sardinas inglesas, que aun se conservan en cajitas de madera como
se comenzaron a comercializar desde el siglo XIX. Llegó el momento de experimentar el tema: La
lentezza nelle cittá del buon vivere (La lentitud en la ciudad del buen vivir) con una degustación
de productos de la ciudad Slow. Con el sopor de la fresca tarde Turinense disfrutamos de una
conferencia por demás interesantísima, y muy cercana al hábitat del semidesierto aguasca-
lentense, hidrotermopolitano y neomexicano: Alimentación, gastronomía y agricultura ecososte-
nible en Tunes, desde una perspectiva antropológica por Lilia Zaouali.
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como estaba solo el camarote me acomodé en un sueño que sólo interrumpían las paradas en
estaciones solitarias, hasta que accedimos a Roma Termini; luego el ritual de solicitar un taxi
para el Colegio Pontificio Mexicano por algo así como diez euros, más de cien pesos que para mí
eran valiosísimos, el calendario marcaba el día martes 28 de octubre del 2002.
Llegué al fin al Colegio, situado en una colina bellísima en la zona residencial Vía del Cassaletto,
uno de los más exclusivos del norte de Roma, pregunté por mi amigo el padre Carlos, hermano
de otro sacerdote, el padre Francisco que fungía como capellán en mi parroquia pero, para mi
mala suerte, no se encontraba pues tomaba clases en la Universidad Gregoriana. Tuve qué es-
perar hasta que llegase de su universidad y dormí como tres horas en el vestíbulo.
Al fin llegó, lo saludé afablemente, expliqué mis motivos y le propuse la posibilidad de que
me diese asilo en los cuartos de los huéspedes mientras conseguía un hostal barato. El padre
negoció peor que si fuese un caso extremo de la ONU, porque el ecónomo quién se encargaba de
esos menesteres no quería dar su permiso, dado que no me conocía y por mi pelo largo le pare-
cía no digno de confianza. Al fin una llamada del padre Eduardo, ex compañero mío y amigo
desde nuestras épocas humanísticas, erudito doctor de Aguascalientes solucionó el problema y
como por arte de magia ahora todas las puertas se me abrían; mi amigo el padre Carlos me ins-
taló como huésped del Colegio Pontificio Mexicano, y yo en mis adentros le agradecía a nuestra
madre de Guadalupe, quién preside este colegio su intercesión, así como la del padre Julio,
porque si no se hubiese dado este alojamiento mi economía se vería destruida debido a los altos
costos de los hoteles romanos. Lo primero que hice fue acomodar mi maleta, instalarme en mi
nuevo cuarto y darme un baño urgentísimo, cambiarme la ropa y estar listo para salir a la
ciudad eterna en la tarde, como a eso de las cuatro, para visitar el Vaticano. El padre Carlos me
invitó a comer en el colegio, me presentó a todos los paisanos de Aguascalientes y yo amiga-
blemente les regalé los libros y discos que había editado el PACMyC en mi estado, así como un
disquete de recetas para las monjas que preparan sus alimentos. Parecía como si el tiempo
hubiese retrocedido, pero ahora con un poco de más conocimientos, con una vida recorrida en
esto de la promoción cultural, la teología de la liberación y varias experiencias amorosas, quizás
por ello esta situación me abrió espacios de diálogo con los sacerdotes que concluyen sus maes-
trías y doctorados en una de las universidades jesuitas más prestigiadas del mundo católico,
fundada por San Ignacio de Loyola; me refiero a la Universidad Gregoriana.
Como a las cuatro de la tarde realicé mi primer salida, solo, afortunadamente antes de subir
al autobús en la fermata (parada o donde antiguamente firmaban los choferes, por ello así se
les llamó) conocí a un joven sacerdote de Tamaulipas quién amigablemente me guió, ya que él
también se dirigía al Vaticano. Después de que me platicó sus peripecias en Roma y sus clases
particulares de latín, dado que a él le había tocado la época light sin latín ni materias de los
clásicos, actualmente cursaba la licenciatura en derecho canónico y sufría enormidades por la
falta del latín. Yo en mis adentros agradecí a mis antiguos maestros el haberme impartido una
educación pletórica de clásicos latinos, así como una férrea disciplina intelectual que obviamente
se fue desarrollando posteriormente en los estudios de sociología, con mis maestros egresados
de Lovaina, la Sorbona y la Gregoriana. En eso estábamos cuando divisé el Tevere, el río que
cruza el vaticano y en la porta del Spiritus Sanctus allí nos bajamos se despidió de mí y yo me
dediqué a visitar las librerías y tiendas de souvenirs religiosos.
Primero visité la librería San Paolo, situada en la vía de la conciliassione y está dedicada
especialmente a temas religiosos, y dediqué buena parte de la tarde a escudriñar la posibilidad
de encontrar textos de Enrique Dusell, Jorge Gutiérrez o de Leonardo Boff, teólogos de la liberación;
pero cuando preguntaba por estos era como si solicitase los textos apócrifos o a los poetas mal-
ditos, me respondían negativa y airadamente que ellos no trabajaban ese tipo de textos, que
mejor me dirigiese a librerías universitarias, o especializadas en sociología de la religión, pensé
que sólo me pasaría esta situación en esa librería, pero en realidad esta situación sucediera en
las diferentes librerías aledañas a la basílica de San Pedro, y recordé aquel artículo de Leonardo
Boff titulado En el banquillo de Galileo, donde narra cuando fue suspendido a Divinis por el
cardenal Joseph Rátzinguer, actual Papa. Cavilaba en esos pensamientos cuando decidí hacer
una visita a las tiendas de souvenirs religiosos, pregunté cuánto valía una bendición personal
del Papa y me fui de bruces. Resulta que las “intenciones papales” oscilaban entre las más eri-
zas a 80 euros y las más chidas como a 200, o sea que yo no podía comprar ni de chiste una
para mis jefes ni para mis tías, ni para nadie, costaban caras las indulgencias. Con este tipo de
indicadores me di cuenta cuán alejada esta la jerarquía del evangelio de los pobres, del reivin-
dicativo, del que concibe una sociedad más justa; en fin, ahora estaba situado en el corazón del
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imperio jerárquico pero trataba de buscar ínsulas, espacios, topos, de alternativas populares,
reivindicativas de los condenados de la tierra.
Para reforzar más mi crítica comencé mi periplo de museos vaticanos, con la visita a una
exposición temporal de “Los tesoros vaticanos” donde se conjugaban relicarios chapeados en
oro puro, con exquisitas perlas, santos de bulto impregnados de plata, oro y perlas, incensarios,
patenas, custodias, retablos, casullas y ornamentos que negaban dialécticamente el espíritu de
la pobreza evangélica y de la praxis del Cristo revolucionario. Más triste que emocionado de
concebir tanta riqueza acumulada, me consolé yo mismo considerando el siguiente razonamiento
¿qué hubiese pasado si la iglesia no hubiese conservado estos bienes ya invaluables, y se hubiesen
perdido en las guerras, en los golpes de estado, en los genocidios, en las catástrofes, qué hubiese
sido de la humanidad si se perdieran estos tesoros que ya no pertenecen sólo a la iglesia, sino
a todos nosotros? Después un viaje rápido por la basílica de San Pedro utilizando al por mayor
mi cámara digital sin flash, ya que está prohibido su uso pues molesta a los tesoros pictóricos,
logrando por ende fotografías de escasa calidad ya que la oscuridad era casi total, no se captaba
la belleza de este centro del catolicismo universal.
En el peripatético religioso me di cuenta de la curiosa costumbre de sobar el pié izquierdo a
la escultura en bronce de San Pedro, de sacar miles de fotos a la Piettá y viajar por los sótanos
vaticanos, no sin antes visitar la tumba de San Pedro o contemplar el baldaquín rugoso e impo-
nente del altar principal, rezar ante la capillita de la virgen de Guadalupe y tomarme la foto
obligada con los Papas del Concilio Vaticano II: Juan XXIII y Paulo VI y con el revolucionario
Juan Pablo I... claro, frente a sus tumbas. Luego tomar agua de la Fons Aquae vitae y esperar a
que se me quitara la acrofobia para subir a la cúpula de San Pedro; terminó el horario de visita
y tuve que abstenerme de seguir en las maravilla vaticanas, pues debería abordar mi autobús en
la porta Spiritus Sanctus para dirigirme a Vía del Cassaletto y llegar a la cena en el Colegio
Pontificio Mexicano para convivir con mis paisanos.
Llegué sin contratiempos y alcancé la santa misa completa, concelebrada con diez sacerdotes
y los demás unos cuarenta participando, en italiano, los cantos litúrgicos en español y la comu-
nión bajo las dos especies. Posteriormente la cena comunitaria compuesta con carne, ensaladas,
leche, chocolate, pan, frijoles, chile, tortillas mexicanas y un pan delicioso acompañado de
frutas mediterráneas y de vino blanco italiano; como la ven, acá no hay pobreza. Recuerdo los
alimentos de mi pobre seminario de los teólogos de la liberación: pan, leche y frijoles; pero acá
en Roma todo es bonanza, jauja, copia; acá es un lugar donde la mayoría de los estudiantes ya
están ordenados sacerdotes y son becados por sus diócesis, o por almas caritativas que manejan
la charola para mantener a sus padres durante sus estudios en la Roma eterna. Esta situación
me recordó a las viejitas de la Liga, no la 23 de Septiembre, sino la de “recíprocos auxilios entre
el seminario y los fieles”, aquellas viejecitas que aún donado lo poquito que tienen siguen la
parábola del evangelio para que contemos con sacerdotes sabios y santos. Recordé tristemente
que algunos de ellos se olvidan de aquellas ignotas santas del silencio, la mortificación, la
generosidad y la pobreza evangélica.
En la cena me presentó mi amigo con sacerdotes de mi diócesis, pero también conocí de
Chiapas y de Puebla, donde aún se cultivaba la teología de la liberación. Entre ellos el padre
Manuel, de Chiapas, que tenía una cara jovial, sencilla, su vestimenta muy humilde, su semblante
alto y delgado, ni siquiera parecía sacerdote, más bien estudiante de artes, o de cinematografía,
de mirada profunda y convicciones ejemplares, era muy retraído de la mayoría y serio; comencé
a platicar con él, y las horas parecían minutos porque se apasionaba por los nuevos modelos de
participación pastoral, la lucha de los indígenas por sus reivindicaciones sociales y los sacerdotes
comprometidos hasta la muerte, contra la represión estatal, los cuales viven en los límites del
clan- destinaje. Por su mente pasaban lugares, personas, el día último de 1994, la penetración
de agentes de la CIA, ya no con el estereotipo de James Bond, o de las modelos sexis y apetitosas
de Fantomas, sino que ahora se disfrazan de monjas, misioneros seglares, monos blancos
italianos o de militantes solidarios internacionalistas. Me comentó el compromiso de la iglesia
de los pobres con los indígenas en algunos lugares de Chiapas y sus nexos con el EZLN.
Para algunos era polémico el compromiso, pero para otros es parte de la vida evangélica, lo
cierto es que acá en Roma esos temas no se tocan abiertamente, ni se plantean como un tema
nodal ya que Juan Pablo II delimitó la acción fustigante contra la teología de la liberación, y por
ende este tema es sólo tratado en el clandestinaje.
Ya no quise insistir en este aspecto porque aún en el Colegio Pontificio Mexicano, era un
tabú como muchos otros, opté por ser prudente y dejé que ellos, mis nuevos amigos me pregun-
173
tasen sobre México. Les gustaron los discos de música tradicional aguascalentense como el de
Son de Oriente, De aquí pa’l real, Solsticio de Alfonso Pérez y El Azote. Me dio muchísimo gusto
encontrarme con dos sacerdotes que eran excelentes músicos, uno organista que se perfeccionaba
en el conservatorio y especializaba en música sacra, otro que tocaba la guitarra y cantaba muy
al estilo trovero; a él le regalé el álbum de letras de Silvio Rodríguez, estos me recordaron tanto
seminarista que contaba con talentos inapreciables para la música que dejaron los estudios re-
ligiosos y terminaron en bandas gruperas, en los tríos taloneros, o simplemente se olvidaron de
la música seria. Rápidamente pasó la sobremesa y me dirigí a mi cuarto para darme un baño,
hacer mis notas del día y prepararme para salir a la mañana siguiente al Vaticano, ya era
miércoles 29 de octubre y debería estar bien arreglado para la audiencia papal que se lleva a
cabo a las once de la mañana, hora de Roma.
Dormí un poco, desperté a las ocho de la mañana, me arreglé y tomé el autobús en la Vía del
Cassaletto hasta el Vaticano; al llegar ya se encontraban los cercos policiales, los retenes, los
perros y los detectores de metales, así como los guardias suizos cuidando la seguridad de su
santidad. Afortunadamente seguí las instrucciones de los padres, vestí todo de negro, con mi
Cristo de San Benito portándolo orgullosamente y mi pase especial del Colegio Pontificio, trascendí
valla tras valla hasta el lugar reservado al Colegio Mexicano; allí recibí la audiencia junto con
miles de peregrinos que provenían de América Latina, de Polonia, Lituania, España, Estados
Unidos, Japón, la diócesis de Venecia y los más ruidosos de México. Mientras se llevaba a cabo
el responso con bellísimos cánticos religiosos de un coro de monjas y un magum organum, co-
mencé a valorar la estética, el legado histórico de la música sacra, a veces tan olvidada y rele-
gada por las rondallas monofónicas y monoacórdicas, o por los mariachis ruidosos con trom-
petotas que entre los cantos de la música latinoamericana mezclan rolas tan enajenantes y tan
paganas como el Amor eterno de Juanga, el Amor de Madre o Dos coronas a mi madre.
Pero en este momento no quería hacer una crítica a la versión xihuite y light de la música
religiosa en mi país, que utiliza covers hasta de Bob Dylan, sino que en este momento de reflexión
y éxtasis espiritual concebí la necesidad del ser humano de una esperanza, de una palabra de
aliento en este mundo tan material, tan hedonista, tan alejado de la sencillez y de la negación
de sí mismo, y que buscaba en las palabras de este auténtico presbítero, pastor de la grey cató-
lica del mundo... un hálito de paz interior.
Llegaron los mensajes en inglés, francés, polaco, ruso, lituano, español, portugués, francés y
los respectivos saludos, terminó con el viaje entre los peregrinos de Karol Woytyla y la bendición
papal que aprovechamos para presentarle todos los accesorios religiosos como rosarios, pines,
crucifijos, imágenes y demás. Yo como buen mortal bajaba de vez en cuando al mundo real
contemplando la belleza de las peregrinas italianas, y sobretodo polacas, de su belleza indes-
cifrable y sus minifaldas que en nada respetaban las indicaciones de presentarse con ropa de-
cente. Terminó el evento con el paseo del Papa polaco en su sede móvil, y las porras de los
mexicanos como si estuviesen en algún evento futbolero, nomás les faltaban las rayas (en el
buen sentido) en sus mejillas y el clásico uleeeeeeeeros... para establecer un paralelismo entre el
fanatismo futbolero y el religioso, que no es lo mismo pero es igual, como diría Silvio.
Finalizó la audiencia papal y me encaminé a visitar los museos vaticanos, pero antes quise
disfrutar de la Plaza de San Pedro en la que participaron los maestros más célebres del
renacimiento, de Bramante a Rafael, de Bernini a Iacomo de la Porta, todos siguiendo la propuesta
del magnánimus magíster: Miguel Ángel.
El anillo de columnas une a la basílica dando el aspecto de un semicírculo, que a la vez
implica ese puente, ese paso de la humanidad frágil, terrena, a la eternidad, a la mega tesis, a
la síntesis de la estética, o desde la perspectiva teológica representa esta construcción los
brazos extendidos de la santa madre iglesia para acoger a los peregrinos provenientes de todo
el mundo. Bernini unió la basílica, la cúpula y la plaza en una unidad de belleza universal.
Volví tranquilamente al interior de la basílica donde puede observar la gran tesis estética de
Miguel Ángel, quien vivió sobria y pobremente, no obstante las riquezas que había acumulado:
“No tengo amigos ni los quiero”, escribió a su hermano, su gran pasión era la construcción y el
embellecimiento de la gran basílica de San Pedro, quien a sus setenta y un años aceptó el
encargo. El edificio concluye con la cúpula donde se sintetiza todo el espíritu de Miguel Ángel.
A su vez, el barroco se expresa en la apoteosis de la decoración interior, un ejemplo de ello es el
baldaquín central, de bronce, que fue tomado del templo edificado por Agripa: el panteón es
una enorme construcción en bronce negro que recubre el altar papal y edificó sobre la tumba de
San Pedro.
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Todos juntos
afirman los que saben de distancia
llegaremos al final de la estructura
escultura de cadáver y concreto
a posarnos... al final de la cultura.
Con lágrimas interiores y exteriores dejé este testimonio máximo de la cultura humana, y como
si estuviese volando en el éter, bajando de un viaje con LSD, hongos o cualquier madre, caminé
sin rumbo por las calles aledañas al Vaticano hasta que un griterío de niñitos con facciones
hindúes pedían monedas a los turistas, y otro batallón de ellos sacaban las carteras furtivamente
y huían al interior de la estación del metro, la Ottaviano, San Pietro. La absurda y dura realidad
de la migración de los países pobres, me bajó a los infiernos de nuestra condición humana, y
ahora con más ahínco y con temor a ser asaltado caminé por las buhardillas rumbo a Soprani,
a comprar a mis hijos, familiares, amigos y amores los recuerdos humildes, pero más simbólicos
que pudiese haber regalado en mi vida.
Aún con el éxtasis estético me introduje a una tienda donde los artículos religiosos son muy
baratos, ya que esta está administrada por religiosas; situada en la vía del Mascherino, allí
encontré desde crucitas hasta ornamentos y toda clase de souvenirs vaticanos. Gaste aproxima-
damente unos doscientos euros porque a la hora de la hora, se multiplicaron mis amigos y
personas a las que les debería un pequeño presente de mi viaje. Me di cuenta del suceso, pagué
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primeras comunidades plenas de compromiso, el cual llegó hasta la muerte y martirio, el mismo
que sirvió como espectáculo en el coliseo romano y legitimó una máxima que en pleno año 2005
aún los gobiernos subdesarrollados utilizan para enajenar y justificar erogaciones millonarias:
Populo: panem et circitem (Para el pueblo: pan y circo). Ahora podría cambiar: pan y fútbol,
o televisión chatarra, que no es lo mismo pero es igual. Con estos pensamientos enfilaba hacia
el tren, en el binario 30 con salida a las 12:46 de la tarde con destino a Veintimiglia, la siguiente
fase en Francia sería Menton a Port Bou y, finalmente, de allí a Barcelona.
El camino indescifrable con el Mediterráneo a mi siniestra, y recapacitando por mi siguiente
peregrinación, la de un auténtico peregrino, moderno chicahual, me hizo sentir un privilegiado
y convencido santiaguero que partió desde la Nueva Galicia hacia la Vieja Galicia en pos de la
“vieira” y de la bendición de la tierra bendita de Santiago, en el antiguo reino astur. Ahora el
camino corta por Génova y sigue por la costa hacia la glamorosa Mónaco, con sus casinos y su
vida nocturna plena de jet set, de ahí crucé a Cannes, sede del cine internacional, de los yates
de millonarios, estrellas de cine y potentados de la tierra, después por la vía desfilarían Toulón,
Marsella, Nimes, Montpellier, Perpignan y la industrial y moderna Barcelona.
Mientras viajaba, por la noche francesa contemplé las estaciones ferroviarias ultramodernas,
plenas de publicidad estética y pulquérrimas, pero solas, muy solas, que esperanzas que se
asomase un vendedor ambulante, que esperanzas que pulularan rateros, cacos, carteristas y
demás malandrines, porque éstas cuentan con cámaras secretas, detectores de metales y armas,
así como un estricto control de las personas que ingresan. El sueño me venció y la mañana me
despertó en Barcelona, me movilicé inmediatamente para comprar el boleto para Compostela,
pero tendría que llegar a Madrid y de allí cambiar de tren a Santiago. En la estación de Barcelona
me dediqué a comprar dvds baratísimos que en México no se encuentran, sobretodo de flamenco,
de jazz y de world music; me arriesgué por un lugar y me tocó la hora de abordar otro tren para
Madrid a las 17:30 de la tarde, entre un ambiente festivo, con equipo de fútbol integrado que
celebraba su victoria en el bar, donde gocé riquísimos bocadillos (acá así le llaman a las méndigas
tortas) de jamón serrano, y mi cocota light, que me ponía de a madre nervioso, pero no había
para más en mi ya agonizante presupuesto.
En la capital española sólo esperaría cuatro horas, a las 22:30 saldría a Santiago para llegar
a las 7:45 horas del 6 de noviembre. Pasó rápida la noche y el cansancio de dos días de viaje me
mataba, añoraba una cama, y un buen baño, pero el peregrinaje lo valía, y lo que más me moti-
vaba era lograr presentar mi trabajo Xacobeo en la catedral de mi apóstol tutelar. Tuve hálitos
de platicar con mis compañeros de viaje, una pareja de mexicanos que viajaban a Compostela
a recibir la bendición y a conocer las fructíferas tierras de Galicia, pero pronto me postré en bra-
zos de Morfeo. Poco a poco el calor del Mediterráneo y el frío seco de Madrid se diluyeron con el
ambiente húmedo de Galicia, me puse mi chamarra negra, la cazadora inseparable, y ahora me
cubriría no solo el frío sino también la lluvia interminable del Atlántico, pero esta acción me
traería muchísimos problemas posteriormente. Llegué a las siete de la mañana debido al escaso
pasaje; rápido bajé en la estación ya que el tren seguía hasta la Coruña; respiré hondo y enfrenté
la última escala de mi aventura pero, antes, me dirigí a rentar un closet donde dejar mi valija
para no cargar con mis recuerdos, libros y demás souvenirs. Sólo saqué un cambio de ropa y
caminé de la estación hacia la vieja Santiago de Compostela, caminando por callejuelas que le
dan el carácter medieval a la ciudad, y yo con el cansancio de una peregrinación que había
comenzado desde mi compromiso con el culto jacobeo, allá por los años ochenta en la antigua
Xonacatique, hoy Jesús María, para llegar finalmente a la catedral de mi apóstol Santiago.
Como era muy de mañana me dirigí a una de las capillas adyacentes para participar en la
santa misa que comenzaba, y pocos peregrinos nos encontrábamos en ella. Desde que comenzó
la celebración mi mente se situó en aquel momento cuando conocí la danza de Chicaguales,
aquel momento en que aún con los ideales de la juventud, del cambio social, de la revolución
socialista, se mezcló mi tradición católica y esa profunda necesidad de comprender la religiosidad
popular, aquella que no comprendía los cánones ni las disertaciones filosóficas, ni teológicas
que era ratificada año con año por los más humildes, por los marginados de una sociedad que
se enfrenta a la modernidad, pero que guarda en sus entrañas recuerdos que sintetizan la he-
rencia indígena, la árabe, la judaica, románica, flamenca, italiana, y en su práctica ritual, simbólica
y mítica en las que mi amado pueblo de Jesús María quedó comprendido.
No sé si fue por la emoción de haber realizado el camino de Santiago de una manera sui
generis, o haberlo interpretado en un estudio que se prolongará lo que dure mi vida, el compromiso
jacobeo en ese momento lo firmé como un juramento entre Santiago y yo. No le prometía ser
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soldado de Santiago, ni caballero de la Orden del Apóstol, sino una promesa de por vida para
seguir siendo un humilde chicagual de laptop y alta tecnología para continuar investigando,
analizando y rescatando este culto, que es un motivo para comprender eso que los sociólogos
llaman identidad cultural. No se si era la promesa cumplida, el sueño hecho realidad o la con-
junción de sensaciones que se mezclaban con el sentimiento de no solo hacer el camino Xona-
catique, Roma, Santiago, sino que precisamente este viaje implicaba la culminación de un trabajo
intelectual que, posteriormente, seguiría su propio camino en la búsqueda de otros universos
míticos entrelazados, como si cada que buscase mas elementos surgiesen otros, y otros más.
Pero este viaje a su vez implicaba situarme en el origen del mito, y comprender la tradición
de que Santiago Apóstol predicó en esta parte de la Iberia por los años 33 y 42 de nuestra era,
época en que Galicia estaba bajo el dominio romano, posteriormente regresó a Palestina donde
murió degollado. Pasado el tiempo los discípulos de Santiago metieron la cabeza y el cuerpo del
apóstol en un saco perfumado y lo trajeron a estas tierras de Galicia, donde lo enterraron. Pero
por los años 820 y 30 se corrió la noticia que un ermitaño de nombre Paio, quien vivía en el
monte al pie de un castro abandonado, donde habitaron los antiguos compostelanos, contempló
durante varias noches luces extrañas sobrevolando el bosque. Inmediatamente dio aviso al
obispo Teodemiro, éste ingresó sin miedo en el bosque y descubrió un viejo templo de piedra en
medio del arruinado cementerio. El templo parecía de la época romana, con dos plantas, la
superior era una capilla, cuyo altar se conserva hoy en el monasterio de San Paio de Antealtares,
en Compostela; en la inferior había tres sepulcros con los cuerpos del apóstol Santiago el mayor,
y de sus discípulos Teodoro y Atanasio. Teodemiro pensó que aquel descubrimiento tenía
importancia y llamó al rey gallego Alfonso II, con corte en Oviedo. El rey se presentó y ordenó
erigir allí mismo al lado del templo romano una pequeña iglesia con materiales pobres. En esa
época los habitantes de lo que sería Santiago de Compostela sólo eran monjes que cuidaban la
pequeña iglesia, a la que llegarían los primeros peregrinos europeos al terminar el siglo IX; los
obispos Sinsando I y Alfonso III la sustituyeron por una de mayores proporciones, consagrada
en el año 899, era de estilo asturiano y en su construcción se emplearon ricos materiales proce-
dentes de expolios hechos por Alfonso III en Al-Andaluz.
El descubrimiento del sepulcro fue utilizado políticamente para unir a los reinos cristianos
y frenar el avance hacia el norte de los árabes, que dominaban la península hacía más de un
siglo. Advertido de estos movimientos Almonzor (o almorzar, quizás la palabra provenga del
sentir popular sobre este sanguinario árabe), subió con un poderoso ejército y arrasó la iglesia
de Santiago así como la pequeña ciudad de Compostela; esto aconteció en el año 997, a pesar de
estar el lugar amurallado. Almonzor, aunque se llevó para Córdoba las campanas, respetó la
tumba del apóstol. La iglesia fue rapidísimamente reconstruida por el obispo Pedro de Mezonzo
(así se apellidaba... y no estaba tan ídem. sic) posteriormente se forjaron nuevos planos hacia
1070 para edificar una catedral románica. Los arquitectos imaginaron una gran basílica capaz
de competir con Roma, dibujaron una planta de grandes dimensiones para acoger a miles de
peregrinos, le dieron forma de cruz latina, símbolo de Jesucristo, y le pusieron capillas absidales.
La construcción de la cabecera de la nueva basílica comenzó en 1075, es la parte más vieja de
la actual catedral, pero es en el año 1101 cuando comienza el obispado de Diego Xelmírez, que
duró hasta el año 1140, cuando se aceleran las obras de reconstrucción de la catedral, pero no
fue hasta el año 1168 cuando el maestro Mateo contó con presupuesto real para concluirla; en
este período se concluye la cripta dedicada al Apóstol, este humilde maestro cantero fue el
autor del Pórtico de la Gloria, quién remató la obra en 1188, su marca puede aún observarse en
el dintel derecho del arco central. La expresividad, el movimiento de las figuras del pórtico
parecen hablar entre ellas, hacen que sea la obra más acabada del arte románico y dan inicio al
arte gótico. La portada se compone con tres arcadas, la central con tímpano y las laterales sin
él. El conjunto representa el “final de los tiempos”, más de doscientas figuras se disponen en
tres arcos y en sus apoyos. Estas figuras todavía conservan restos de policromía, aunque el
maestro Mateo forjó la mayor parte, el pórtico es la obra de un conjunto de maestros y canteros,
los cuales no necesitaron viajar por la vieja Europa para observar las portadas de las otras
iglesias, ya que en su taller disponían de dibujos detallados sobre ellas.
Esta sinfonía de arte románico en piedra del maestro Mateo en la que quiso sintetizar “finis
temporum”, comienza con una arcada central que está dividida por un parte luz, que es un
pilar situado en medio de las puertas de grandes dimensiones para ayudar a soportar el tímpano.
En el parteluz de la catedral aparecen de abajo hacia arriba la figura de un hombre luchando
con dos leones, que puede ser Hércules o Adán, el árbol de Jesé, símbolo de la vida de Cristo, la
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A la hora del Ángelus (las doce del día) desperté por el jolgorio que me hizo pensar que
estaba en México, un tamborazo muy al estilo zacatecano con una línea melódica rara; pero con
la estructura compuesta por: dos clarinetes, dos trombones, dos saxofones, una tarola, una
tuba y una tambora, pero eran éstos de origen Santiaguino, los cuales encabezaban una peregrina-
ción para dar gracias al hijo del Zebedeo. Me cambié de ropas de súbito, más no de color, seguí
con el negro seminarístico, o anarquista etarrico y cargué con mi original de “Jacobus et
Chicahualistéotl in paradiso simbólico”, y con un video producido por la Universidad Autónoma
de Aguascalientes. Todavía tuve la oportunidad de ver el ingreso de peregrinos vestidos a la
usanza medieval al Obradoiro, y posteriormente dirigirme a las oficinas de la catedral de Santiago
de Compostela, por la fachada oeste del claustro, para que a la una de la tarde me situase en un
salón inmenso con el lector de la catedral y dos sacerdotes asistentes.
Me advirtieron que sólo contaba con dos horas para presentar mi tesis y mi video; comencé
mi disertación con los presupuestos epistémicos del trabajo, la justificación del enfoque teórico,
la metodología estructuralista y les di varios ejemplos del ciclo: mito, rito y danzas jacobeas en
el norte de México. Al cumplir la hora se escuchó una pequeña campanita y comenzaron las pre-
guntas. La primera versaba así: ¿In quo momento est proposita conceptio theologica? ¿En qué
momento se propone la concepción teológica? La cual contesté con un pragmatismo en el que
disertaba que mi enfoque no era el aspecto teológico ortodoxo, ni la concepción teleológica del
mito Xacobeo, sino que mi trabajo estribaba en delimitar los campos genéticos y estructurales
mediante ejes diacrónicos, sincrónicos y el sistema de contradicciones binarias formales, o la
dialéctica de contrarios en los elementos del mito.
Como si hubiese sido detonador de una bomba etarra, se volcaron hacia mí cual galgos
intelectuales mis sinodales, dado que no concebían que un sociólogo utilizare los mitos
medievales para demostrar las simetrías, formales, entre el mito jacobeo y los mexicas, hebreos,
árabes y helénicos. Para tranquilizar esta situación diserté sobre los niveles de la revelación en
la transfiguración de Cristo, donde Pedro, Santiago, Juan y el reflejo de este mito tienen simetría
con los niveles del pensamiento; creo que este pasaje les tranquilizó y bajaron su guardia;
posteriormente a esta argumentación preguntaron: ¿Quid sibi vult haec tesis pro indigenis
mexicanis? ¿Qué significa esta tesis para los indígenas mexicanos? Creo que en esta cuestión
solté toda la caballería, la artillería, la marina la aeronáutica y la infantería intelectual, porque
asumí mi posición de sociólogo de la cultura popular. Argumenté la manera en que concientemente
se introdujo en el pensamiento indígena el mito de Santiago Matamoros, por parte de los
conquistadores y, posteriormente, el de Santiago mata indígenas no creyentes, pero poco a poco
se invirtió éste ya que el apóstol Santiago, en otra época, en la independencia, defiende a los
mexicanos de los gachupines, o se convierte en la divinidad tutelar de Francisco Villa contra
sus enemigos, durante la revolución de 1910.
No sé si los llevé a terrenos donde yo me movía mejor, intelectualmente hablando, y finalmente
me felicitaron extensivamente por la investigación e invitaron a publicarla, así como a presentar
mi libro en Galicia una vez que estuviese terminado, me dieron su bendición así como la
Compostela y me alejé en silencio. Salí solo, con mis lauros y opiniones intelectuales, y lo
primero que hice fue dirigirme a un restaurante que en esta época todos estaban solos; solicité
un dorado, así le llaman a un pez muy suave aderezado con salsas de jitomate y verduras,
además, de puro gusto por haber cumplido mi peregrinaje jacobeo e intelectual solicite cerveza
Corona que por acá sí existe, pero yo añoraba un tequila; sin embargo, al analizar mi presupuesto,
me conformé con sentarme en un restaurante de cierto nivel y sólo con el cantinero y el mesero
celebrar el logro de una meta, el logro de un ideal que me había formado hacía casi veintiséis
años. Mis acompañantes se unieron a mi particular celebración y me prometieron que visitarían
México en sus próximas vacaciones, sobretodo para disfrutar de Cancún o Puerto Vallarta.
Ya mas relajado, comido y medio al tiro, tenía dos opciones: ir a dormir al hostal o seguir
visitando esta milenaria ciudad. Opté por seguir consumiendo cheve mexicana, no dormir y
disfrutar algunas horas esta ciudad plena de historia, donde las piedras hablan y la juventud
integrada a la Universidad de Santiago le da una vida intelectual inusitada. Vagué con calma
por el centro de Santiago, gocé adquiriendo pequeñas vieiras en forma de rosario con el signo
jacobeo, capelinos para mis hijas y souvenirs baratos que guardaría para regalarlos a los segui-
dores del apóstol. Busqué el museo de las peregrinaciones, y el museo de la catedral de Santiago
para mi acervo cultural, adquirí algunos libros sobre el mito jacobeo y rápido llegó la noche
bajo el eterno chipichipi compostelano; ya casi a las nueve descansé en un internet público, no
sin antes sacar los últimos trescientos euros para el viaje a Madrid y el regreso a México.
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Acá los caxeiros son medio complicadones por los conceptos que manejan, pero como ya me
había especializado en cajeros italianos, franceses, barceloneses y gallegos, pos no hubo tanto
problema. Ya como a las diez de la noche viajé hacia la estación de trenes de Santiago, no sin
antes despedirme de la catedral de mi amado apóstol y prometer volver con el libro para su pre-
sentación, algo así como una manda intelectual. En la estación esperé el tren a Madrid, me tocó
un asiento al final del carro y lo compartí con otra persona que venía desde la Coruña.
El frío fue más agresivo y en mi soledad comencé a valorar la aventura religiosa e intelectual
que casi concluía; me quité los lentes, estiré mis piernas y, como si no hubiese dormido en
meses. Desperté de súbito y con taquicardia en la estación de Atocha, en Madrid, a las siete de
la mañana. En la capital hice el mismo proceso: consultar en la oficina de información turística,
buscar un hostal para una sola noche ya que al día siguiente debía estar en el aeropuerto de
Barajas, a las siete de la mañana para abordar mi vuelo a Newark. Aún tuve aliento para
instalarme en un pequeñísimo hotel, de nombre Francisco Primero, darme un baño, dormir tres
horas y visitar la casa del flamenco, tiendas de música y de perfumes, los últimos y baratos
souvenirs; en mi ingenuidad pabellonense quería comprar una camiseta o unos pants del Real
Madrid, pero valían unos 200 euros, mismos que debía dejar de reserva para cualquier emergencia.
Con mayor tranquilidad ingresé en varias tiendas de música y encontré un tesoro histórico
en el Corte Inglés: una colección de discos compactos que contiene los testimonios sonográficos
en la historia del flamenco, que abarcan desde 1895, de don Antonio Chacón, el Mochuelo,
Manolo el Sevillano, Paco el de Montilla, Rafael el Moreno, la Malagueña, hasta grabaciones que
datan de 1920 de Paca Aguilera, Niño de la Isla, Antonio el Macareno, Niño de la Matrona y
Teresita de España. No cabe duda que un día es nada para reconocer las maravillas culturales
que contiene la madre patria, no obstante traté de viajar como loquito y de disfrutar cada
minuto; recuerdo que me aventé una probadita en el ¡Museo del Jamón¡, unas cebadillas en el
bar del Sol y vagar por el centro de Madrid hasta el cansancio, para dormir temprano, salir a las
cinco de la mañana rumbo al aeropuerto y abordar el Continental Air Ways para Newark, Houston
y Aguascalientes.
En el camino al aeropuerto, casi de madrugada, me llegaron varias reflexiones que sirven de
conclusiones para un viaje que, más que el reconocimiento académico, la participación interna-
cional, el status intelectual o el conocimiento de otras alternativas ecológicas y culturales para
la organización comunitaria; pero la gran lección para mi vida es que los ideales, cuando son
nobles, profundos y apasionados se llegan a realizar. Cuando comencé este trabajo intelectual
jamás pensé en realizar un peregrinaje como el que hice, o disertar sobre el fenómeno jacobeo en
foros internacionales, o ser reconocido como un promotor de la cultura popular entre mis ídolos:
Manuel Vázquez Montalbán, Carlo Petrinni y los promotores comprometidos con la cultura po-
pular y la gastronomía, quienes proponen un mundo más viable, o más armónico, más humano
y más justo.
A la vez, este periplo refirmó mi conciencia y convicción como seguidor de la teología de la
liberación, ya que la jerarquía eclesiástica, la tradicionalista, la del poder, pierde la perspectiva
de los pobres, y a veces sólo el dogma o el poder, la economía o la opción por las élites es lo que
les determina en la aplicación de su praxis religiosa. Pero este periplo político, teórico e intelectual
también fortaleció mi vocación intelectual, y más que nada el proceso heurístico, por encontrar
en las manifestaciones culturales de los más humildes elementos simbólicos y lógicas, a veces,
más elocuentes que los monumentos tangibles de políticos y hazañas heroicas decadentes.
Con tanta imagen de la cultura occidental, y de la cultura indígena, de mis experiencias con
chamanes purépechas, rarámuris, comanches, navajos, chichimecas y mexicas, mezclada con
griegos, romanos, galos, ibéricos, flamencos y gallegos, se comprimían éstas en un universo sim-
bólico que, lejos de estar estable y ordenado, se manifestaba caótico y embravecido, como un
huracán intelectual que urgía sistematización, racionalización y comprensión. Gracias al ejercicio
del silencio, poco a poco comencé a comprender que, en cada momento mi vida, había grabado
y cultivado en mi mente aquella sentencia de mi abuela María de la Luz, cuando me urgía en mi
lejana infancia para amar, respetar, cultivar y jamás olvidar el olor del terruño donde nací.
En ese instante el sonido ensordecedor del aterrizaje anunció mi llegada a Newark invitándome
a seguir peregrinando.
ANEXO FOTOGRAFICO
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GEOGRAFIA de CELEBRACIONES JACOBEAS
y e n H O N O R a S RA. S A N T A A N A e n M E X I C O
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FUENTES DOCUMENTALES
CAPITULO I: CHICAHUAL
Acevedo Escobedo, Antonio. Letras sobre Durán, Fray Diego de. Historia de los Indios de
Aguascalientes. 2ª Ed. Gobierno del estado de la Nueva España e Islas de tierra firme. 2 Vols.
Aguascalientes. 1976. Sección de Códices del Museo Nacional de
Archivo General del Estado de Aguasca- Antropología. No. 35-89, México.
lientes, ramo penal. Florencia, Francisco. La estrella del norte de
Archivo Histórico de Hacienda, legajos 1513, México; historia de la milagrosa imagen de
folios 680-690, legajos 1514 folios 428 V. 429 F. María Santísima de Guadalupe. Escrita en el
Legajos 1516, folios 134 f. 135 v. 273. 274 f. 338 siglo XVII por P. Guadalajara. México, Ed. Imprenta
f. 339 f. 358 f. 359 v. Legajos 1519, folios 121 f-v, de J. Cabrera, 1895.
14 f-v, 161 f. Legajos 1520, folios 246 f-v 258 f, Frazer, James George. La Rama Dorada, E d .
260 f, 273 v. Legajos 1521 folios 174 f. Legajos FCE, México. 1986.
1526, folios 21 f-v 29 v. 30. v. Ferjes, Francisco. Historia breve de la con-
Archivo Parroquial de Aguascalientes; ramo quista de los estados independientes del imperio
de Gobierno Eclesiástico. mejicano. Impreso por J. Ojeda en Escalerillas #
Beaument, Fray Paulo. Crónica de Michoacán. 2, Zacatecas, 1839
Benavente, Fray Toribio de (Motolinía). Garibay K., Ángel María. Mitología griega. Ed.
Memoriales, o Libros de las cosas de la Nueva Porrúa, México, 1983.
España y de los naturales de ella. Estudio George Frazer, James. La Rama Dorada. F.C.E.
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Botineau, Ives. El camino de Santiago. Barcelona, por R. H. Barlow, México.
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8,51. Mt. 17,1-13. Gn. 25, 20-25. Mt 17,1-13. Mc. Prov. 24, 26. Salmo 2, 12. Est, 5, 2. Lc. 7, 45. Lc. 22,
3, 17. Ex. 28, 31-35. Mt. 17, 1-13. Mt. 10, 2-4. Mc. 48. Rom. 16, 16. 1ª Cor. 16, 20. 2ª Cor. 13, 12. 1ª
3, 16-19. Lc. 6,14-16. Hechos. 1,1-3. Lc. 6, 12. Gn. Tes. 5, 26. 1ª Pe. 5, 15. Gen. 7, 12. Éx. 24,18. 1ª
35, 23. Gn. 42, 12-13. Lv. 24, 5. Núm. 7, 3-84. Mt. Reyes 17, 16. 1ª Reyes 19, 8. Jonás 3, 4. Mt. 4, 2.
10, et. seq. Jn. 6,3. Ap. 21, 12. Ap. 7, 4 et. seq. Gn. Acta. 1, 3. 119 Ezequiel 10,6-10 y 13, 16-17.
42, 13-22. Lv. 24, 5. Núm. 7. Ap. 21, 12. Ap. 21, Ribbadeau Dumas, Francoise. Historia
28-21. I Sam. 17, 12; 20, 6-28. Mt. 2, 6. 2a. Epístola general de la magia. Ed. Plaza & Janes, México.
INDICE
CAPITULO I Chicahual
I NTRODUCCIÓN 9
CONCEPTO DE DANZA 11
La danza en México prehispánico 13
Mito de Santiago Apóstol en España 14
Peregrinaje a Santiago de Compostela 15
Santiago Apostol cabalga en internet 16
¿Qué es la Compostela? 19
Origen de la palabra Jacob 20
Danza de moros y cristianos en España 24
Mito de Santiago Apostol en México 25
Mitos de Santiago Apostol en Nueva Galicia 26
Danza de moros y cristianos en México 34
Orden militar de Santiago de la Espada 37
PROPUESTA 93
Análisis estructural del esquema genral 94
Estructura mítica jacobea 95
Mitos de origen 96
CAPITULO I I I Anexos
FOTOGRAFÍAS 181