Reflexión TV
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Es cierto, es difícil en estos tiempos diferenciar muchas veces la realidad de lo que los
medios periodísticos nos informan. Los últimos eventos en Oriente Medio, están llenos de
noticias contradictorias, de dudas; pero aun así Estados Unidos piensa llevar acabo una
intervención armada. El 11 de septiembre fue el escenario perfecto para conocer el poder de
los medios para ocultar muchas cosas y dejar abierta la puerta para la Guerra sin sentido
contra Irak en la que las cifras totales de muertes atribuidas a este conflicto difieren mucho
pero podrían ser de alrededor de 1.5 millones de personas 1.
Muy diferente fue la estrategia periodística que se llevo a cabo durante la Guerra de Vietnam
2
donde los medios informativos de todo el mundo estuvieron al pendiente de todas las
acciones llevadas a cabo por el gobierno estadounidense, tanto así que se dice que
perdieron la guerra por este misma razón. Se mostro el lado mas perverso y horrible de esta
conflagración pero sobre todo lo inútil que fue llevarla a cabo. De esta experiencia se
aprendió alrededor del mundo, que manejar los medios de comunicación era vital para
cualquier gobierno que quisiera tapar sus actuaciones más desleales en contra de su
población (o en otras): comenzó la censura militar y de Estado, pero también nació su
manipulación con el mismo fin.
DESARROLLO.
1
Adriaensens, Dirk. La escandalosa contabilización a la baja de los civiles muertos en Iraq. IRAQSOLIDADRIDAD. (En línea)
Fecha de consulta 28 de agosto de 2013. Disponible en
http://www.iraqsolidaridad.org/2013/docs/Dirk_muertos_iraq_2013.html
2
Vietnam. La guerra que (sí) nos contaron. RTVE. (En línea) Fecha de consulta 28 de agosto de 2013. Disponible en
http://www.rtve.es/noticias/20130411/portada-guerra-si-contaron/637200.shtml
Lo visual siempre llega de una manera más rápida al cerebro, a pesar de que sabemos que
“no todo lo que vemos es verdad”; el mensaje que requiere que individuo entienda, puede
tomar otra forma, haciendo lo increíble e incierto, en algo verdadero.
John B. Thompson en su libro Los media y la modernidad, 3 habla de cómo los sociólogos y
en los textos teóricos sociales, no le dan mucha importancia y seriedad a los medios de
comunicación. Esto resulta porque se “transforma la organización espacial y temporal de la
vida social, creando nuevas formas de acción e interacción, y nuevos modos de ejercer el
poder, disociados del hecho de compartir un lugar en común” (Thompsom: 1998). Se
entiende entonces que existe una nueva manera de relacionarse entre los individuos a
distancia, que reaccionan ante sucesos ajenos y que distan mucho de ser una interacción
cara a cara, esta se convierte en una relación impersonal.
Al esquematizar la información, la televisión hace que las noticias, las telenovelas, los
partidos de futbol, las caricaturas de cualquier país, se puedan ver por todo el mundo sin
problema alguno, son productos despersonalizados que toman dentro de cada individuo un
significado y contexto diferentes, solo es necesario aceptar lo que se ve.
3
Chávez, Méndez, Ma. Guadalupe. Reseña de "Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación" de
B. John Thompson Estudios sobre las Culturas Contemporáneas [en línea] 2002, VIII (junio) : [Fecha de consulta: 29 de
agosto de 2013] Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31681508 ISSN 1405-2210
Al reducirse a las formas y no a los significados, la televisión se ha convertido en un negocio
que se vende al mejor postor, tratando de generar ganancias económicas a costa de lo que
sea; así también manipulando los hechos privilegiando solo a algunos actores del proceso
de la comunicación para los fines que a ellos mas convenga, volviéndose al final en un poder
factico.
Es por esta razón que a la televisión se le ha llamado “El cuarto poder”, después del
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Ejecutivo, Legislativo y Judicial, esto porque es el medio que mas llega a la gente (de
cualquier nivel económico), no es necesario comprar un diario ni leerlo, solo apretar unos
cuantos botones para tener acceso a su contenido (aunque los periódicos no dejan de tener
su gran importancia, en México la televisión le gana por mucho, que al contrario en otros
países la prensa escrita se lleva las palmas), de alguna manera “encamina” la opinión
publica, se crean periodistas o informadores capaces de seducir a la gente y hacer que todo
lo que sale de su boca sea tomado como la pura verdad, pueden incluso ser personalidades
tendenciosas (López Doriga, Loret de Mola, Zabludovsky, Javier Alatorre, Saldaña, entre
otros).
Con todo lo anterior es posible llamar a la televisión como educadora no formal, ya que es
tan poderosa que pude influir y cambiar las decisiones, modas, gustos, cultura, costumbres,
conocimientos, sentimientos, entre otras cosas de las personas, adquiriendo las de otras que
viven en los lugares mas diversos e incluso los mas lejanos posibles. Es la televisión un
medio muy eficaz de transculturación y con ello también la causante de la perdida de
identidad social.
CONCLUSIÓN.
La televisión crea (incluso guerras) y destruye (hasta personas), es el método más infalible
para ocultar y trasformar la realidad, es manejada por unos pocos, es un negocio que mueve
millones de dólares solo en publicidad, puede ser un medio peligroso de manipulación y
control; pero a la vez es posible que nos de algunos de los momentos mas grandes de
regocijo, de unión familiar, de educación (formal y no formal), de conocimiento de otros
países, otras culturas y personas tan diferentes pero a la vez tan iguales en el gusto por
verla, temerla e incluso quererla.
Es posible que los medios de comunicación social como Twitter y Facebook, entre otros;
sean un poder que la gente utilice para activar sus ideas, dar a conocer sus acuerdos y
desacuerdos, así como sus necesidades; y comiencen a ser los que muevan las acciones
que mas se necesitan en nuestro país y desalentar las que lo afecten. Con el tiempo nos
daremos cuenta de esto.
Bibliografía:
Chávez, Méndez, Ma. Guadalupe. Reseña de "Los media y la modernidad. Una teoría
de los medios de comunicación" de B. John Thompson Estudios sobre las Culturas
Contemporáneas [en línea] 2002, VIII (junio)