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Resumen: En este artículo se presentan los resulta- Abstract: This article presents the results of the evalua-
dos de un programa de educación emocional para ni- tion of the effectiveness of an emotional education pro-
ños de educación primaria. Se pretende conocer el im- gram for elementary school children. It aims to deter-
pacto del programa en el desarrollo de las cinco mine the program's impact on the development of the
dimensiones de la competencia emocional: concien- five dimensions of emotional competence: emotional
cia emocional, regulación emocional, autonomía awareness, emotional regulation, emotional autonomy,
emocional, competencia social y competencias para social competence and life skills and wellbeing (Bisque-
la vida y el bienestar (Bisquerra y Pérez, 2007). Se ha rra & Pérez, 2007). A quasi-experimental design with two
utilizado un diseño cuasi-experimental con dos gru- groups pretest-posttest control group was used. The re-
pos pretest-postest, con grupo control. Los resultados sults obtained on a sample of 423 children aged between
obtenidos, sobre una muestra de 423 niños/as con 6 and 12 old years showed a significant increase in punc-
edades comprendidas entre los 6 y 12 años, muestran tuations of emotional competences after the interven-
un aumento significativo de las puntuaciones respecto tion.
a las competencias emocionales después de la inter-
vención. Keywords: Emotional competences; elementary
school; emotions; program evaluation.
Palabras clave: Competencias emocionales; educa-
ción primari; emociones; evaluación de programas.
INTRODUCCIÓN
esde hace poco más de una década, los programas de educación emocional y
D social han estado presentes en los Estados Unidos y en diferentes países eu-
ropeos. En EE.UU, la comunidad de profesionales The Collaborative for
Academic, Social and Emotional Learning (CASEL) empezó a aplicar programas
en las escuelas norteamericanas bajo la premisa de que muchos de los problemas que
afectan a la infancia y adolescencia en las escuelas son causados por dificultades a
nivel social y emocional (Cohen, 2006). Estos programas pretendían intervenir pre-
ventivamente en las escuelas para fomentar el desarrollo de competencias sociales
y emocionales desde las primeras edades, favorecer un ambiente positivo y estimu-
lador para el niño y, disminuir con ello, las expulsiones de clase y el índice de agre-
siones (CASEL, 2003; Greenberg, Weissberg, O’Brien, Zinser, Fredericks, Resnik
y Elias, 2003). Actualmente, se cuenta con bastantes estudios científicos sobre los
beneficios que aporta la aplicación estos programas, especialmente en EEUU y
Gran Bretaña. Algunos de estos estudios evidencian su eficacia aludiendo a la pre-
vención de conflictos en los centros educativos. Concretamente, se han observado
mejoras en la conducta prosocial, en la mejora del comportamiento y el bienestar
emocional, en la reducción del bullying, y en un mejor manejo de la ira ante situa-
ciones conflictivas (Hallam, 2009; Jones, 2004).
Diekstra (2008) realizó una importante revisión acerca de la eficacia de los pro-
gramas relacionados con la educación emocional y social en todo el mundo. Los re-
sultados de dicha revisión pusieron de manifiesto que este tipo de programas
promovían el desarrollo integral del niño, ayudaban a evitar problemas de desarrollo
y promovían el éxito académico. En la misma línea, más recientemente Durlak,
Weissberg, Dymnicki, Taylor y Schellinger (2011) realizaron un metaanálisis de 213
programas de aprendizaje social y emocional donde observaron la existencia de dife-
rencias significativas entre los grupos control y grupos experimentales en las compe-
tencias sociales y emocionales, actitudes, comportamiento y rendimiento académico.
En el estado español, son numerosos los expertos que, a la luz de recientes in-
vestigaciones, defienden que el desarrollo de las competencias emocionales debe-
ría jugar un papel esencial en nuestro sistema educativo (Bisquerra, 2003, 2006;
Fernández-Berrocal y Extremera, 2003; Gallardo Vázquez y Gallardo López, 2009;
Repetto, Pena y Lozano, 2007, Pérez-Escoda, Filella, Soldevila y Fondevila, 2013,
entre otros). De acuerdo con Bisquerra y Pérez (2007) las competencias emocio-
nales ponen su énfasis en la interacción entre persona y ambiente y confieren más
importancia al aprendizaje; entendiéndose la educación emocional como un proceso
de desarrollo de dichas competencias. Este enfoque basado en el desarrollo com-
petencial también se sustenta en estudios internacionales que trabajan en esta línea
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(p.ej Saarni, 1999; Slater y Lewis, 2002; Shaffer, 2004). El desarrollo de compe-
tencias emocionales, especialmente las capacidades de comprensión y regulación
emocional, se consideran predictoras de un mejor afrontamiento ante los sucesos vi-
tales y cotidianos y se relacionan con mayores niveles de bienestar y ajuste psicoló-
gico y con una mejora de las relaciones interpersonales de los alumnos (Mayer,
Salovey y Caruso, 2002; Salovey, Bedell, Detweiler y Mayer, 2000). Los expertos
también señalan que la educación emocional deviene una importante estrategia de
prevención inespecífica orientada a reforzar las características personales, que pue-
den actuar como factores preventivos frente a los problemas que afectan a la socie-
dad en general y a la juventud en particular, por ejemplo consumo de tabaco, alcohol
y otras drogas como forma externa de autorregulación (Bisquerra, 2000, 2003, 2009,
Pérez-Escoda y Cabero, 2007, Ruiz-Aranda, Fernández-Berrocal, Cabello y Ex-
tremera, 2006; Senra, Pérez-González y Manzano 2007; Extremera y Fernández-
Berrocal, 2007). Si nos centramos en la variable género, hay autores (Sánchez
Núñez; Fernández Berrocal; Montañés y Latorre; 2008; Durlak et al., 2011) que
destacan la existencia de investigaciones contradictorias en relación a las diferencias
en el nivel de competencia emocional en función del género. Este tipo de estudios
son mucho más escasos y se alude, a menudo, a la importancia de la cultura y la
educación.
En los centros escolares es fácil observar los efectos de la falta de competen-
cia emocional en situaciones tales como comportamientos impulsivos, bloqueos a
causa del estrés, baja autoestima, preocupación por situaciones familiares conflic-
tivas, rechazo o maltrato entre compañeros, problemas de disciplina en las aulas o
dificultades de integración de algunos alumnos en el grupo clase (Altarejos, 2004;
Calderón, 2001; Collell y Escudé, 2004; Crary, 1994).
Algunos de los estudios realizados hasta el momento en nuestro país, conclu-
yen que los programas de educación socioemocional constituyen una excelente vía
para contribuir a mejorar la capacidad adaptativa de sus receptores y, en consecuen-
cia, optimizar su bienestar, mejorar su autorregulación y capacidad para gestionar los
estados de ánimo negativos (Abarca, 2004; Agullo, 2003; Carpena, 2012; López-
Cassá, 2013; Obiols, 2005, Soldevila, 2007; Sotil, Escurra, Huerta, Rosas, Campos,
y Llaños, 2005). Estos trabajos corroboran la necesidad de implementar programas
educativos e intervenciones en el ámbito escolar que permitan desarrollar las com-
petencias emocionales en el aula. Sin embargo, se han detectado problemas de di-
seño en muchas de las investigaciones realizadas habitualmente sobre el efecto de
estos programas, principalmente: la carencia de un marco teórico sólido, el des-
arrollo de algunas competencias de forma aislada y la ausencia de grupos control
(Nelis, Quoidbach, Mikolajczak y Hansenne, 2009 y Pérez-González, 2008).
Objetivos
Esta investigación pretende analizar el impacto del programa de educación emo-
cional en el desarrollo de las competencias emocionales, teniendo en cuenta el sexo
del alumnado de educación primaria.
METODOLOGÍA
Diseño
En esta investigación se ha utilizado un diseño cuasiexperimental pretest-postest
con grupo control. A parte de la evaluación inicial y final, se ha efectuado una eva-
luación de proceso en los centros experimentales.
Participantes
La muestra invitada a participar en el estudio está comprendida por 651 alumnos
de educación primaria de ocho centros educativos todos ellos públicos de Barcelona
y Lleida, 260 en el grupo experimental y los 391 restantes en el grupo control. La
muestra no se escogió al azar sino que fueron centros con los que ya existía algún
tipo de vinculación previa. A partir de una reunión informativa, fueron los propios
centros escolares quienes decidieron formar parte del grupo experimental o bien del
grupo control en función de su organización interna. La muestra definitiva, estuvo
formada por todos aquellos alumnos que contestaron tanto el pretest como en el
postest, quedó constituida por 423 alumnos de edades comprendidas entre los 6 y
los 12 años, el 51,3% de los cuales eran varones. La mortalidad experimental fue de-
bida a la no cumplimentación del pretest o postest por causas ajenas a la investiga-
ción, sin embargo, la muestra final quedo considerablemente equilibrada contando
con 223 alumnos en el grupo experimental y 200 en el grupo control. De los tres
centros experimentales dos se ubicaban en Barcelona y uno en Lleida; el grupo con-
trol contó con tres centros de Barcelona y dos de Lleida.
GE 25 97 101 223
GC 26 71 103 200
TOTAL 51 168 204 423
Instrumentos
Escala de observación del desarrollo emocional para ciclo inicial
Debido a la carencia de experiencias e instrumentos válidos para ciclo inicial de pri-
maria se construyó una escala de observación ad hoc.
La escala de observación del desarrollo emocional de ciclo inicial se aplicó
para conocer las competencias emocionales del alumnado a partir de la percepción
de su tutor/a. Este instrumento se construyó a partir del marco teórico del GROP
antes expuesto y tomando como punto de partida la escala de observación de la
competencia emocional de López-Cassá (2007) para educación infantil. La escala
está dividida en 5 bloques: conciencia emocional, regulación emocional, autono-
mía emocional, competencia social y competencia de vida y bienestar. Cada bloque
tiene unos indicadores tal como se puede ver en la Tabla 2. Para el análisis de la fia-
bilidad se utilizo el cálculo de la consistencia interna mediante el coeficiente alfa de
Cronbach.
Se sometió a un proceso de validación por jueces, en total 12, y una prueba piloto.
A los jueces se les pregunto, sobre cada ítem de la escala, si era: unívoco, relevante
y comprensible, las medias resultantes fueron: 8’7; 9’2 y 9’7, respectivamente. Se
modificó la escala a partir de los pocos comentarios cualitativos que se obtuvieron.
El maestro fue el encargado de responder la escala calificando de 0 a 10 (0=
muy pocas veces o nunca, 10= casi siempre) a cada uno de los 83 elementos de va-
loración. La escala permite obtener un indicador de competencia emocional gene-
ral y otro para cada uno de las 5 dimensiones del modelo de referencia.
por Ugarriza y Pajares (2004) que mostró en su validación un coeficiente alfa glo-
bal de 0.77. Asimismo ha sido utilizado en investigaciones con niños de estas eda-
des para la evaluación de programas de desarrollo de la inteligencia emocional
(Ugarriza y Pajares, 2005; Sotil et al., 2005). El BarOn-ICE: NA reducido consta
de 30 ítems a los que se responde en una escala de tipo likert de cuatro puntos,
según las siguientes opciones de respuesta: “muy rara vez”, “rara vez”, “a menudo”
y “muy a menudo”. Está dividida en 5 escalas: intrapersonal (mide la autocom-
prensión y la asertividad), interpersonal (empatía, responsabilidad social y com-
prensión de los sentimientos de los demás), adaptabilidad (resolución de problemas
y adaptabilidad a la realidad), manejo del estrés (tolerancia al estrés y control de
impulsos), estado de ánimo general (felicidad y optimismo). Además, el cuestiona-
rio proporciona un cociente de IE global que expresa como se afrontan en general
las demandas diarias teniendo en cuenta el conjunto de escalas del cuestionario.
Procedimiento
Durante el curso 2008-09 se formó al profesorado de los tres centros experimen-
tales para que en el curso siguiente pudiesen aplicar el programa de educación emo-
RESULTADOS
Para el análisis de los datos se utilizó el programa estadístico PASW Statistic 18. Ini-
cialmente se determinó la normalidad de la muestra mediante la prueba de Kol-
mogorov Smirnov para todas las escalas de los dos instrumentos de evaluación
utilizados. La prueba de Kolmogorov-Smirnov da resultados estadísticamente no
significativos en todas las dimensiones de los dos instrumentos, tanto en el pretest
como en el postest, por lo que nuestra asunción de normalidad en la distribución
de las puntuaciones es correcta.
interacción entre grupo y fase muestra que tan solo en el grupo experimental se
observa un incremento en las puntuaciones globales de la escala en el post test (F
(1,47) =21.204, p < 0.001, η2=0.311). Por último, destacar que existen diferencias
significativas entre sexos, a favor de las niñas (F (1,47) =5.494, p < 0.023, η2=0.105).
N 84 97 198
INTRAPERSONALES PRE 13,89 3,46 14,31 3,94 14,04 3,69
POST 13,69 3,00 14,02 3,88 13,83 3,45
INTERPERSONALES PRE 19,71 2,30 18,60 3,01 19,18 2,70
POST 20,11 2,29 18,14 3,01 19,17 2,82
ADAPTABILIDAD PRE 15,42 3,21 16,92 3,51 16,14 3,42
POST 15,78 3,76 17,11 3,43 16,40 3,65
GESTIÓN ESTRÉS PRE 17,44 3,05 16,71 3,63 17,09 3,34
POST 16,66 3,41 16,64 3,42 16,65 3,40
IMPRESIÓN POSITIVA PRE 15,76 2,24 15,73 2,27 15,75 2,24
POST 16,68 4,70 15,58 2,26 16,15 3,75
INTELIGENCIA EMOCIONAL PRE 66,47 6,91 66,54 9,33 66,49 8,12
POST 66,23 7,68 65,92 8,90 66,05 8,25
N 90 83 174
“Esta sesión resulta muy provechosa porque la semana anterior se había producido el
mismo suceso.” (P2, 7-3)
“Hago una valoración positiva porque aprenden a escuchar a los demás, a conocer sus
emociones, las de los demás...” (P5, 4-3)
En definitiva, tanto las valoraciones del profesorado como las valoraciones de los
propios alumnos, nos ofrecen datos muy satisfactorios. Complementan estas valo-
raciones la ausencia de incidentes o imprevistos y la percepción de una aceptación
y buen clima en los centros que ha favorecido la correcta aplicación del programa.
En todos los casos se contó con el reconocimiento y apoyo de los equipos directi-
vos de los centros participantes.
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio era observar la eficacia del programa en el desarrollo de
las competencias emocionales en los alumnos de primaría. Además también nos
planteábamos observar si existían diferencias de género en la eficacia del programa.
Respecto al primer objetivo, los datos obtenidos, tanto con la Escala de ob-
servación del desarrollo emocional de ciclo inicial como con el test de Bar-On para
segundo y tercer ciclo de educación primaria, nos permiten afirmar que las mejo-
ras apreciadas son debidas a la intervención realizada. En los alumnos de ciclo ini-
cial (6-8 años) del grupo experimental se ha alcanzado un aumento significativo en
todas las dimensiones de la competencia emocional trabajadas en el programa: con-
ciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencia so-
cial y competencias de vida y bienestar. Por su parte el contraste entre fase inicial
y final mediante el test de Bar-On permite afirmar que los niños entre 8 y 12 años
han experimentado una mejora en los componentes intrapersonales, interpersona-
les, en adaptabilidad, impresión positiva e inteligencia emocional. El componente
de gestión del estrés del test de Bar-On es el único que no muestra un cambio sig-
nificativo. Este dato nos lleva a pensar que quizás habría que profundizar más en ac-
tividades de regulación emocional dirigidas específicamente a la gestión de las
situaciones que puedan generar estrés, aunque por otra parte, hoy en día sabemos
que la regulación emocional es un constructo amplio que requiere ser evaluado te-
niendo en cuenta muchos factores como el tipo de emoción experimentada y/o la
intensidad emocional de la experiencia (p.ej., Oriol, Filella y Calucho, 2013).
La eficacia del programa respecto a la mejora en el desarrollo de las compe-
tencias emocionales van en la línea de los pocos estudios realizados en nuestro país
sobre la evaluación de los programas socioemocionales en educación primaria,
donde también se aportan evidencias acerca de la eficacia de estos programas en
esta etapa educativa (p.ej., Agulló, 2003; Agulló et al., 2011). Además estos resulta-
dos también nos permiten concluir que el modelo de competencias del GROP des-
arrollado en el programa parece eficaz para favorecer el aumento en las
puntuaciones en cada una de las competencias trabajadas. Si comparamos los re-
sultados obtenidos con la literatura internacional, la revisión de los estudios sobre
evaluación de programas socioemocionales realizada por Durlak et al., (2011) tam-
bién pone de manifiesto que estos programas favorecen el desarrollo de habilida-
des socioemocionales, especialmente aquellos que se centran específicamente en
trabajar en base al desarrollo de habilidades o competencias específicas al igual que
sucede con este programa. Tal y como se especifica en la introducción del artículo,
la revisión de Durlak et al., 2011 también informa acerca de los beneficios de estos
programas en otras variables de estudios como el rendimiento académico, la re-
ducción del bullying o la mejora del comportamiento. Ello nos hace plantear la ne-
cesidad en futuras investigaciones de observar la eficacia de estos programas
considerando otras variables que no sean específicamente las competencias emo-
cionales desarrolladas en el programa.
Paralelamente, se tuvo en cuenta la valoración de los usuarios respecto a la
aplicación del programa. Ello creíamos que era muy necesario para observar la ade-
pocos conocidos, los resultados son contradictorios. Así por ejemplo, en el con-
texto español, en niños de primaria no se encontraban diferencias por razones de
genero (Agulló, 2003; Agulló et al., 2011), mientras que en nuestro estudio si se
han destacado algunas diferencias significativas.
LIMITACIONES
En primer lugar, cabe destacar la dificultad en el control de todas las variables ex-
trañas que pueden interferir en la aplicación del programa, hecho que impide de-
terminar la incidencia de alguna otra variable no considerada.
Cabe también añadir las limitaciones derivadas de la inexistencia de instru-
mentos validados para ciclo inicial de primaria y que permitan evaluar el desarro-
llo de competencias emocionales. Para esta investigación se elaboró una escala ad
hoc que debe seguir un proceso de validación más exhaustivo en futuros trabajos
con niños ciclo inicial de primaria (6-8 años).
Finalmente, también somos conscientes de la necesidad de contemplar en fu-
turos trabajos el impacto de estos programas en otras variables como el rendimiento
académico, el comportamiento en el aula, la relación con los compañeros etc.
CONCLUSIONES
Los resultados del presente estudio constituyen una nueva evidencia de que las com-
petencias emocionales se pueden desarrollar mediante programas de educación
emocional. Además, este estudio contribuye a la aportación de nuevos datos res-
pecto a la evaluación sistemática de este tipo de programas insuficientes todavía en
nuestro país (Pérez-González, 2008; Repetto, Pena y Lozano, 2007), especialmente
para niños de 6 a 12 años. Nuestro sistema educativo debería en consecuencia pro-
ponerse seriamente la incorporación de intervenciones destinadas al desarrollo de
estas competencias que en definitiva favorecen el bienestar personal y social del
alumnado. Además es necesario que estos programas sean evaluados de forma sis-
temática para observar su eficacia en diferentes edades tanto en la educación pri-
maria como en la educación secundaria. Así mismo es necesario seguir obteniendo
evidencias relacionadas con las diferencias de género en el desarrollo de las com-
petencias emocionales.
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación se ha realizado gracias a la financiación del Ministerio de Cien-
cia e Innovación. Dirección General de Programas y Transferencia de Conoci-
miento (SEJ2007-65505/EDUC).
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