Semillas
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Nº 8 – Febrero de 2018
Introducción………………………………………………………………… Pág. 3
Polinización………………………………………………………………… Pág. 5
Bibliografía………………………………………………………………….. Pág. 15
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Introducción
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Obtención de semillas
El sitio seleccionado para producir semillas debe ser diferente al que se utilizará
para el consumo de hortalizas, ya que los tiempos de ambos son distintos. Esto significa
que si se desea producir semillas, ocupará más tiempo (por su ciclo de vida) en la huerta
que si sembramos otra variedad con destino al consumo. Por este motivo, es conveniente
elegir un área en la huerta que se destinará a la autoproducción de semillas y otra a la
autoproducción de alimentos.
Polinización
Una vez que la planta florece, el polen (masculino) debe estar en contacto con el
óvulo (femenino) del ovario para que se dé la fecundación. Si el polen proviene de una flor
de la misma planta, se llaman autógamas. Es decir, ocurre una autopolinización y
autofecundación. Por otro lado, si el polen proviene de otra planta que pertenece a la
misma especie, se denominan alógamas.
Foto N° 1: Flor de Cucurbita maxima var. zapallito Foto N° 2: Flor de achicoria (Cichorium
redondo de tronco con abejas polinizando. intybus).
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Existen muchas plantas autógamas que tienen un cierto grado de alogámia,
significa que muchas de sus flores pueden estar fecundadas por polen de otras flores.
Un agente muy importante que favorece la producción de semillas son los insectos, los
que cumplen un rol en la polinización. Algunos de estos insectos son: las hormigas,
abejas, avispas, moscas, mariposas, entre otros.
Los factores ambientales como el agua y el viento también son considerados como
medios que facilitan la polinización.
Reproducción Sexual
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Aislamiento y rotación
El viento: juega un rol muy importante en aquellas plantas que necesitan este
medio para polinizar. Sin embargo, en algunas especies es perjudicial ya que puede
causar cruzamientos no deseados. De allí la importancia de las barreras.
Fertilidad del suelo: existe una correlación entre fertilidad, el crecimiento del fruto
y de la semilla. Una nutrición adecuada incrementa la cantidad de producción de fruto y el
tamaño de estos, así como de las semillas. La manera de lograr una nutrición equilibrada
es mediante rotación, intentando que exista un intervalo de tiempo importante desde la
última vez que se sembró la misma especie de la que vamos a obtener semilla. También
contribuye a la fertilidad la incorporación de abonos.
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¿Cuándo cosechar nuestras semillas?
Plantas Alógamas
Acelga y Remolacha: Florecen sobre una vara floral en la que se desarrollan sus frutos.
Cada fruto (glomérulos) contiene alrededor de tres a cuatro semillas. Corresponden a una
misma familia, como hemos dicho antes, se cruzan con gran facilidad, por lo que no se
recomienda producir semillas de ambas especies al mismo tiempo ya que requiere de una
gran distancia para aislarlas y en nuestra huerta familiar no nos alcanzaría. El momento
de recolección se realiza cuando la vara comienza a secarse.
Mediante ensayos de pequeñas parcelas realizadas en distintas localidades del
departamento Rio Primero, se registró que dejando florecer una planta de acelga produce
en promedio alrededor de 80 gramos. Esto significa que podríamos obtener por planta
alrededor de 27 bolsitas de (3 gramos) que representa las entregadas por kits de semillas
del Programa Pro Huerta.
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Cebolla: Se pueden obtener semillas de diferentes formas; una de ellas es dejar en la
huerta hasta que emitan un ramillete floral en su parte central, se corta y coloca en un
lugar aireado y a la sombra para que se sequen. Luego, se separan las semillas de color
negro de los restos florales y se guarda en un lugar seco.
El momento de corte de la vara floral es cuando aparezcan los primeros frutos abiertos.
Es muy importante no dejar pasar más tiempo porque las semillas se caerán y
perderemos gran parte de ellas.
Otra forma de obtener semillas de manera más rápida es mediante la técnica semilla-
bulbo-semilla. Se seleccionan los bulbos de mejor tamaño, color y sanidad para después
volver a sembrarlos en la época correspondiente. Luego se realiza lo mismo para la
recolección y secado de semillas.
Maíz dulce: Se dejan las mejores mazorcas hasta que estén completamente secas y
duras. Luego se arrancan, se cortan los extremos, se desgrana la parte media y se
guarda. Debemos considerar que si el objetivo es obtener semillas, las plantas tienen que
estar aisladas de otros maíces como por ejemplo el amarillo en por lo menos 200 metros
a la redonda porque ocurrirán cruzamientos no deseados y nuestra próxima planta dará
origen a choclos de diferente sabor y color al originario.
Rabanito, repollo y rúcula: A estas especies las dejamos en la huerta hasta que emitan
la vara floral, donde se alojan las semillas. Hay que aclarar que presentan una
maduración despareja por lo tanto, la cosecha se inicia cuando la mitad de la
inflorescencia se encuentra madura. Las semillas toman una coloración marrón. Se debe
observar la parte basal de la vara floral para su recolección. Luego se corta y se dejan
orear en un lugar a la sombra, con buena ventilación y protegidas. Recordar que al ser de
polinización cruzada, es importante respetar la distancia de aislamiento. Se sugiere
alrededor de 2500 metros de distancia entre especie.
Zanahoria, perejil, hinojo, apio: Al pertenecer todas a una misma familia, el método de
recolección es similar. Presentan una floración escalonada por lo que se debe cosechar
de manera anticipada. Su vara floral está compuesta por varias umbelas que contienen a
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las semillas. Es importante poder seleccionar las primeras umbelas formadas o las que
presenten mayor tamaño, éstas serán las primeras en madurar. Una vez alcanzada la
madurez (cuando la inflorescencia presenta un color pardo) se corta y luego se colocan
en bolsas de tela para que se terminen de secar.
Plantas Autógamas
Berenjena: Se debe dejar los frutos en la planta hasta que se encojan, arruguen o caigan.
Luego para separar la pulpa se cortan en cuadraditos, agregar agua y mezclar dentro de
un recipiente. Al día siguiente las semillas quedarán depositadas en el fondo del mismo
aquellas semillas que serán útiles para la próxima siembra. Por último se las retira y deja
a secar.
Lechuga: Una vez producida la vara floral, el momento de cosecha se realiza cuando
más de la mitad de la inflorescencia ha formado un aspecto tipo “plumoso”. Se sugiere no
dejar pasar más tiempo porque las semillas se caerán con mucha facilidad. Por ello, se
puede cubrir las inflorescencias con bolsas de papel y atarlas al tallo, esto se hace
apenas se observa que las semillas se desprenden por acción del viento.
Las variedades de lechuga que forman cabeza suelen tener un problema para la emisión
de la vara floral, por ello debemos quitar las hojas basales que cubren el ápice de la
planta o bien cortar de manera trasversal la parte superior de la cabeza.
Porotos, arvejas y habas: Las legumbres se cosechan cuando las vainas están casi
secas, quebradizas y las semillas duras. Se desgranan las chauchas, se dejan secar las
semillas a la sombra y se guardan en un frasco cerrado.
Tomate: Una vez que el fruto se ha tornado de color rojo parejo, se debe cortar. Es un
fruto carnoso que requiere de una etapa previa al secado. Una de las formas de hacerlo
es cortar la fruta de manera transversal con cuidado y retirar las semillas con que se
encuentran rodeadas por una sustancia gelatinosa. Para quitar esa sustancia, se puede
colocar en un tamiz o un colador las semillas sin la pulpa y se lava con agua de la canilla.
Una vez realizado este procedimiento ya se pueden dejar secar las semillas en un papel
absorbente o tela. Otra manera que también da buenos resultados es cortar los tomates
en trozos pequeños y se pone a fermentar con un poco de agua en un frasco durante dos
o tres días, luego se lava el residuo y se recogen las semillas. Esta técnica mediante de
fermentación permite generar un medio que causará la muerte de muchos patógenos
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presentes. Por últimos, se ponen a secar a la sombra y se guarda en bolsa de papel o
frasco de vidrio.
Una vez que cosechadas las semillas, éstas deben ser acondicionadas y
almacenadas. Este proceso incluye diferentes fases que tienen en común evitar el
deterioro de la calidad de las semillas logradas.
Selección
Desinfección
Secado
Una vez recogido los frutos y desinfectados, se debe extraer lo antes posible sus
semillas para secarlas y de esta manera reducir su alto nivel de humedad evitando la
formación de bacterias y hongos. El método más sencillo es con buena aireación en un
ambiente seco. Se pueden colocar las semillas en papel de diario en un sector que haya
buena ventilación, que estén siempre a la sombra y protegidas. Nunca colocar las
semillas dentro de una bolsa de polietileno.
El período de tiempo de secado puede variar acorde a las condiciones climáticas
de la zona y el contenido de humedad que tengan las semillas pero, a nivel general, se
dejan 10 días como mínimo para posteriormente pasarlas a bolsas de papel, arpillera o de
tela. Tener en cuenta que durante la noche, por lo general la humedad ambiental suele
aumentar. Si se logran secar correctamente las semillas prolongaremos su vida útil.
Para acelerar el proceso de secado y acortar tiempos, se pueden emplear
diferentes desecantes que irán dentro de un recipiente hermético, como por ejemplo
arroz, maíz, carbón vegetal entre otros. Es fundamental que el desecante este
completamente seco. El tiempo que dejaremos el desecante va estar determinado por la
cantidad de semillas que vamos a guardar y el tamaño de las mismas.
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Foto N° 6: a la izquierda sobres de papel madera con rótulos, a la derecha frascos herméticos de plástico,
etiquetas adhesivas de papel para rotular y sobres de papel madera.
Almacenamiento
Una vez hecho el desecado, se deben eliminar todas las impurezas (restos de
planta, semillas dañadas, deformes o vacías) para reducir contaminaciones. Las semillas
se deben guardar en un lugar apropiado que garantice su periodo de latencia (tiempo en
que la semilla permanece deshidratada). Es fundamental considerar dos factores que
están relacionados entre sí, la temperatura y humedad de almacenamiento.
Vida corta a media (1 a 3 años): Arveja, berenjena, cebolla, haba, lechuga, melón,
pepino, pimiento, poroto, rabanito, repollo, rúcula, zanahoria, zapallo.
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Foto N° 7: envases de vidrio con tapa roja y envases de plástico con tapas amarilla o blanca.
Las semillas tienen una vida útil y es por ello que se debe generar el mejor medio
para poder prolongar su vida.
Una prueba que puede hacer de manera fácil para poder saber cuál será el
comportamiento de nuestras semillas a campo, es mediante la determinación del poder
germinativo. El poder germinativo indica el porcentaje de plantas normales que van a
germinar. De nuestras semillas recolectadas podemos tomar 30 semillas y se colocan en
un recipiente con rollo de cocina, algodón, o arena. Posteriormente se humedece y cubre
nuevamente con el mismo material humedecido. Por último se lleva a las semillas a un
lugar cálido.
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Tabla Nº 2- Rendimientos de semillas por especies
Acelga Por cada planta de acelga que destine a la producción de semilla se obtendrán
cerca de 110 gramos de “semillas” (fruto que contiene 3 a 4 semillas). Esto
significa que dejando dos plantas es suficiente para autoabastecerse.
Berenjena Produce cerca de 150 semillas por fruto. Con un fruto es suficiente para
obtener semillas con destino a la próxima siembra.
Cebolla Se estima que por planta se obtienen alrededor de 2.000 semillas. Por lo
tanto, es suficiente destinar no más de dos plantas para la producción de
semillas.
Lechuga Si se deja florecer sólo una planta de lechuga se obtienen hasta 3.000
semillas (4 gramos). Dejando una o dos plantas es suficiente para producir
semillas y autoabastecerse.
Perejil Una planta de perejil produce muchas semillas. Dejando una o dos plantas
será suficiente para tener la semilla necesaria para varias siembras futuras.
Rabanito Por planta destinada a la producción de semillas hay que considerar cerca de
500 semillas. Entonces, con una planta, es suficiente para obtener un buen
número de ellas.
Remolacha Por cada planta que se destine a la producción de semilla se obtendrá cerca
de 30-40 semillas por vara floral.
Repollo Por cada planta con destino a la producción de semillas es posible obtener 6-
10 gramos de estas, equivalentes a unas 3.000 semillas. Considerando el
elevado número de semillas por planta, dejando no más de una o dos plantas
para esta función es suficiente.
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Comentarios Finales
Se elaboró esta cartilla con el fin de brindar a las familias y productores una herramienta
más acerca de la autoproducción de semillas hortícolas. Se aportan así diferentes
técnicas desde lo general a lo particular y de fácil aplicación.
Se sugiere empezar con especies que tienen una mayor adaptación en la zona,
seleccionando los mejores ejemplares.
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Bibliografía:
- Fenwick K. 1987. Seed Production of Agricultural Crops. Longman Scientific & Technical
227 pp.
- Galindez G., Menendez M., Clausen A. y Ferrer M. 2010. Como acondicionar, almacenar y
conservar semillas. EEA-INTA-Salta. Banco Activo del NOA
- http://ecosiembra.blogspot.com.ar/2014/12/consideraciones-para-la-auto-produccion.html
Consultado el 2 enero de 2018.
- http://www.lavidrieradecasilda.com.ar/lv/agro/315-autoproduccion-de-semillas-hortalizas-
de-hoja-y-de-fruto.html Consultado el 2 enero de 2018.
- Rosello J. 2003. Recolección de semillas. Como obtener tus propias semillas. La fertilidad
de la tierra.
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