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Quinolonas Informe

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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA

CORRUPCION Y LA IMPUNIDAD”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTIN

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE OBSTETRICIA

ASIGNATURA: Terapeutica Obstétrica

DOCENTE: Gineco-Obsta. Llontop Reategui Augusto Ricardo

CICLO: VIII

TEMA: QUINOLONAS

ESTUDIANTE:

GARCIA DELGADO JOEL


2019-I

QUINOLONAS

DEFINICION
Las quinolonas son un grupo de agentes quimioterapéuticos (agentes con actividad
antimicrobiana con toxicidad selectiva) sintéticos, es decir, que no son producidos por
microorganismos, a diferencia de los antibióticos. La mayor parte de las quinolonas
usadas en la clínica son del grupo de las fluorquinolonas (o fluoroquinolonas),
caracterizadas por tener un grupo fluoruro en el anillo central, normalmente en
posición 6.

RESUMEN
Las quinolonas son los antimicrobianos que han tenido un mayor desarrollo en los
últimos años. Después de obtenerse el ácido nalidíxico, en 1962, se desarrollaron
varios compuestos con características muy similares, que solo se establecieron como
antisépticos urinarios, y que constituyeron la primera generación de quinolonas, hasta
que en 1978, mediante la adición de un grupo piperacinil en posición 7 y un átomo de
flúor en posición 6 comenzó a desarrollarse un conjunto de agentes antibacterianos
llamados piperacinil fluoroquinolonas o simplemente fluoroquinolonas. El primero de
ellos fue el norfloxacino, con el cual se logró una mayor actividad antimicrobiana del
grupo y su uso sistémico. Durante años las fluroquinolonas fueron consideradas como
un grupo homogéneo de antibióticos, con propiedades semejantes y, por tanto, como
la segunda y última posibilidad de generación de quinolonas, pero las posibilidades
de transformación de su estructura química ha producido un desarrollo vertiginoso de
este grupo, que lo ha convertido en el más acelerado dentro de los antibióticos, con
compuestos de mayor espectro antibacteriano, penetración tisular y seguridad, y con
menor manifestación de resistencia antimicrobiana, demostrada hasta el presente, lo
cual ha hecho que actualmente existan 4 generaciones de quinolonas, que se haya
ampliado su uso y que continúe su desarrollo. Por tal motivo, se presenta una revisión
que incluye espectro y mecanismo de acción, resistencia bacteriana, farmacodinamia
y farmacocinética, interacciones medicamentosas, efectos adversos, indicaciones y
dosificación de las más usadas.

INTRODUCCION

Con el descubrimiento e introducción de los antibióticos a partir de la segunda mitad


del siglo pasado, la medicina pudo contar con fármacos realmente curativos que
cambiaron la evolución y el pronóstico de las infecciones y permitieron una sustancial
mejoría en la calidad y expectativa de vida. Sin embargo, y paradójicamente, las
mismas moléculas, por mal uso y abuso, han puesto en riesgo el gran beneficio que
acarrearon, pues generaron el desarrollo de poblaciones de gérmenes resistentes.
No cabe duda de que la emergencia de patógenos resistentes es el nuevo desafío
para la infectología actual. Entonces se establece una carrera entre el hombre y su
industria vs los Gérmenes, donde la obtención de nuevas drogas que podrían ser
sumamente útiles, se compensa y a veces se empaña, con el desarrollo de nueva
resistencia

Varias estrategias con criterio ecológico podrían pensarse para eludir y avanzar
algunos pasos en esta carrera. Primeramente, no es posible la ausencia de
resistencia, siempre existió y existirá una forma basal o constitutiva; luego, si no hay
forma de evitarla, sería deseable mantenerla en sus niveles históricos. En segundo
término, la resistencia aparece siempre que esté presente el antibiótico, por ello si se
administra en dosis subóptimas nunca terminará con los patógenos adecuadamente
y favorecerá el crecimiento de cepas resistentes. En esa misma línea, la inadecuada
prescripción y la extrema utilización en veterinaria y en la cría intensiva de ganado,
exponen a la población humana permanentemente a cantidades bajas que fuerzan la
persistencia o peor aún, incrementan el fenómeno. Finalmente, contar con moléculas
nuevas no asegura la buscada efectividad y sólo será posible contrarrestar la
resistencia si éstas ejercen un notable efecto bactericida.
En este trabajo se analizará un grupo de quimioantibióticos sintéticos muy útiles para
la problemática infecciosa actual, las fluoquinolonas. Este ha crecido a partir de
moléculas noveles con baja resistencia y mejor farmacocinética aunque no exentas
de efectos adversos. Por ello, deben ser usadas con el máximo conocimiento y
absoluta precaución. Así, a pesar de que una parte del trabajo ha sido publicado
previamente en la Colección de Farmacología, los avances registrados en el lustro
pasado obligan a actualizar lo descripto.
Las quinolonas son antibióticos sintéticos obtenidos con relativa facilidad. Su
estructura base es la 3-carboxi- 4-oxo-1,4-dihidropiridina asociada a un benceno u
otra piridina para formar los biciclos, quinolona y naftiridona respectivamente (figura
1). El término quinolona deriva de quinolina, el núcleo aromático presente en los
alcaloides de la quina y otros antipalúdicos clásicos, ya que de éste deriva la
estructura básica de todas ellas 5. El origen se remonta a 1962 cuando Lesher, en la
búsqueda de nuevos antipalúdicos sintéticos, obtuvo accidentalmente ácido
nalidíxico; compuesto que cinco años después se convirtió en la primera quinolona
de uso clínico como antiséptico urinario. Hacia fines de los 60 y principios de los 70,
se sintetizaron otras quinolonas como la cinoxacina, la flumequina (primera 6-
fluoquinolona) y los ácidos oxolínico, piromídico y pipemídico, que no representaron
grandes avances; por ello, algunas quedaron confinadas para uso veterinario. Sin
embargo, el ácido pipemídico presenta por primera vez la piperazina en la posición
del núcleo básico; este agregado dotó a la molécula de ciertas ventajas
farmacocinéticas, a la vez que mejoró parcialmente su espectro. Pero tal vez la
contribución más importante ocurrió hacia los 80, con la introducción de la
norfloxacino. Esta droga, conteniendo la 7-piperazina y el 6-flúor, significó un cambio
radical en las posibilidades terapéuticas del grupo. Por ello, a partir de la década
siguiente y hasta la actualidad, la familia de las quinolonas creció en forma importante
a expensas de 6-fluoderivados. No obstante, a pesar de las grandes expectativas que
cada nueva molécula ha generado, varias han quedado en el camino, algunas por
desinterés comercial, falta de aplicación terapéutica o aparición de resistencia; pero
debe notarse que seis de ellas debieron ser retiradas del mercado farmacéutico por
toxicidad importante.
Estos antibióticos pueden clasificarse por generaciones a partir de su fecha de
introducción al arsenal terapéutico o bien siguiendo un criterio clínico según su utilidad
terapéutica; pero en cualquier clasificación que se siga cada división o subgrupo se
corresponde con un avance farmacoterapéutico, ya sea en el espectro o en la
posología (tabla 1).

Tabla 2 - Algunas características físico-químicas de las quinolonas (modificado de http://www.drugbank.ca/


y Fukuda H, et al. 66).
Solubilidad en agua LogP*
Quinolona Peso molecular Punto de fusión (°C)
(mg/ml) (hidrofobicidad)
Acido nalidíxico 232 229,5 2,3 -1,9
Acido pipemídico 303 254 0,32 0,85
Norfloxacina 319 227 1,01 0,46
Ciprofloxacina 331 256 1,35 0,14
Levofloxacina 361 218 1,44 -0,68
Fleroxacina 369 270 1,7** -0,66
Gatifloxacina 375 183,5 0,6 0,23
Lomefloxacina 351 240 0,1 -0,01
Moxifloxacina 401 240 0,7** -0,02

FARMACOCITENIA:

La farmacocinética de las quinolonas se ha estudiado tanto en modelos animales


como en el ser humano sano y enfermo 4,24,40,72-84; asimismo han sido objeto de
análisis en modelos celulares para medir su transporte y concentración intracellular.
Es de destacar que las fluoquinolonas son sustrato de las glicoproteínas ABC 87,88
,hecho que puede reducir algo su absorción, limitar el paso por la barrera
hematoencefálica (BHE) o favorecer la secreción hacia la luz intestinal, alveolar o
leche materna 89, aún en casos de aplicación parenteral. Debido al carácter anfótero
de las quinolonas participan en su cinética tanto los transportes catiónicos
(glicoproteína P) como los aniónicos (MRP; BCRP).

 ABSORCION:

Las quinolonas tienen una buena absorción por vía oral, su biodisponibilidad (Bd) en
general es mayor al 70%, con excepción de la norfloxacina, en la que es del 50%. El
tiempo a la concentración máxima (tmax) para la vía oral se obtiene entre 1 y 3 hs luego
de administradas, tiempo que se pro- longa cuando se ingieren junto con las comidas.
La absorción disminuye si las quinolonas se admi- nistran con cationes di o trivalentes
como calcio, magnesio o hierro.

Tabla 8 - Variables farmacocinéticas de las quinolonas comercializadas en nuestro medio (modificado


de Estrín MA y cols. 4 y Hooper DC 40).
Unión ClRENAL Metab Excreción Excreción
Bd oral Cmax Tmax Vd
Droga proteica t½ (hs) hepático urinaria bilio-fecal
(%) (mg/L) (hs) (L/kg) (mL/min)
(%) (%) activa (%) (%)
Acido 100
60 1-2 90 0,2 -0,5 1,5 ND 80 5* 5
nadilíxico - 200
Acido
93 ND 1-2 30 3 1,4 - 2 ND <5 75 20
pipemídico
Norfloxacina 40 - 60 1,5 - 2,5 1,5 15 0,6 - 1,5 4 - 5 250 20 25 - 40 30
Ciprofloxacina 60 - 85 1 - 3,5 1-2 20 - 40 2,5 - 4 3-5 360 30 30 - 50 15 - 20
Ofloxacina 90 3-7 1-2 25 1,5 5-7 200 <5 70 - 90 5
Levofloxacina > 90 2-6 1,5 - 2 30 1 - 1,5 4-6 120 <5 85 - 90 5
Fleroxacina 92 3-7 1-2 25 - 35 1,3 - 1,8 8 - 13 60 30 - 40 50 - 70 <5
Lomefloxacina > 80 3,5 - 4,7 1-4 10 3 7-9 190 < 10 60 - 80 10
Gatifloxacina 96 0,9 - 3,4 1-2 15 1,6 7 - 14 160 < 10 80 5
Moxifloxacina 90 0,6 - 3,2 1,5 - 2 40 - 45 2 13 50 > 50 20 - 30 25
Referencias: ND, no determinado; Bd, biodisponibilidad; Cl, clearance; Cmax, concentración máxima; Vd, volumen aparente de
distribución; tmax, tiempo a la concentración máxima; t½, vida media de eliminación. En cursiva, quinolonas que también se
administran por vía IV.

* El ácido 7-hidroxinalidíxico es el principal metabolito activo de la droga que se excreta más del 60% intacto por orina y contribuye
a su efecto.

 DISTRIBUCION:
La unión de las quinolonas a las proteínas plasmáticas en general es baja (< 40%),
aunque resulta una excepción del ácido nalidíxico (90%). El volumen aparente de
distribución (Vd) varía desde 0,25 a 4 l/kg y es siempre mayor para las fluoquinolonas
de última generación. Las fluoquinolonas alcanzan concentraciones útiles en varios
tejidos, atraviesan barreras inflamadas (meninges) y se concentran bien en el interior
de células, incluso polimorfonucleares, macrofagos y células epiteliales, siendo
adecuadas para tratar gérmenes intracelulares.
El mecanismo de ingreso celular difiere según el compuesto, es pasivo para
fluoquinolonas menos hidrofílicas o activo saturable para las otras (aunque a
concentraciones habituales no hay saturación). In vitro el tiempo de ingreso y egreso
es rápido y depende de la concentración extracelular; logrando el equilibrio a los 15
minutos (hidrofílicas) y un tiempo para el egreso de 5 minutos. Las quinolonas, aunque
atraviesan parcial- mente la placenta, se acumulan en líquido amniótico 89.

Tabla 9 - Sitios del organismo donde las concentraciones de quinolonas superan a las plasmáticas (tomado
de Hooper DC 40).
Sitio Veces más que el plasma
Tejido prostático 0,9 - 2,3
Polimorfonucleares 2 - 100
Tejido pulmonar 1,6 - 6
Bilis 2 - 20
Heces 100 - 1.000

FARMACODINAMIA
Topología del cromosoma bacteriano. Papel de las topoisomerasas.
Los cromosomas y plásmidos bacterianos son dúplex circulares. La doble
hélice se halla enroscada con giro en sentido positivo (giro derecho) y a la vez,
densamente empaquetada pues desplegada ocuparía 1.000 veces el tamaño
de la bacteria que los contiene. El empaquetamiento implica un enrollamiento
un orden superior al giro típico de la doble hélice y por ello se lo llama súper
enrollamiento. Si este súper giro continuara en el sentido de la doble hélice
generaría tal tensión de cizallamiento que rompería la molécula del DNA en
múltiples zonas.
En cambio, el dúplex se halla súper enrollado en sentido contrario o negativo,
con lo cual se produce un balance de fuerzas y se alivian las tensiones; incluso
podría decirse que está sub enrollado pues el supergiro negativo supera al
propio del dúplex 9. La geometría (o más precisamente topología) de este
DNA súper enrollado varía con respecto al DNA original desplegado. Su
medida topológica es el número de enlace (L) que corresponde a las veces
que un dúplex se enrolla sobre sí mismo usando ejes pertenecientes al mismo
plano 10.
La estructura compacta del
cromosoma bacteriano se denomina
nucleoide 11 y se dispone en
aproximadamente 65 dominios en
súper plegado plectonémico 9,12
estabilizados por proteínas especiales
(HU, H-NS, SMC y otras).
Figura 3 - Conceptos topológicos. Topología
es la rama matemática que estudia las
propiedades estructurales de los objetos que
no cambian cuando éstos sufren distorsiones,
por ejemplo, en A se muestra un hilo o hebra
que puede ser unida por sus extremos y
transformarla en una circunferencia sin que
pierda su topología. El número de enlace (L)
es una propiedad topológica definida por las
veces que una hebra gira sobre sí misma; en
B, se observa la hebra que se retuerce 12
veces alrededor del eje 1 (como el cable que
une el auricular con el teléfono) por lo que L
es 12. L puede descomponerse en T (giro) y
W (torsión o supergiro alrededor del eje 2 que
se halla en el mismo plano que el eje 1); en C se observa la hebra con un supergiro
adicional en dirección contraria, por lo que L es 11; A, B y C son topológicamente
distintos. Aplicando estos conceptos al DNA (abajo), dos moléculas de DNA que sólo
difieren en su L son topoisómeros y la única forma de interconvertirlos es provocando
una apertura o mella en una o en las dos cadenas (reacción de la topoisomerasa) que
modifica L a través del cambio de W, pero sin cambiar T. El supergiro permite al
nucleoide bacteriano empaquetarse y desarrollar sus funciones sin generar tensiones
que acabarían con su estructura.
El motivo de tal ordenamiento es la optimización de los procesos básicos sobre el
DNA: la reparación, la duplicación, la recombinación y la transcripción, los cuales
pueden hacerse rápidamente por sectores, sin necesidad del desenrollamiento
completo del cromosoma, y asimismo, mediante el grado de compactación se puede
favorecer o impedir dichas actividades. Cuando alguno de estos procesos tiene lugar,
se genera en la base del dominio o al frente de la horquilla replicativa una tensión
excesiva, producto de la apertura de la hélice o relajación en la zona de actividad. Por
consiguiente, el dúplex debe súper enrollarse negativamente aún más por delante de
estas regiones.
Las topoisomerasas del DNA son las enzimas encargadas de dar al DNA el súper
enrollado negativo necesario para que el empaquetamiento y cualquier proceso
cromosómico tenga lugar sin tensiones. También, en forma inversa, son capaces de
retirarlo cuando es necesario desanudar el DNA y adicionalmente, promover la
separación de los dúplex hijos previa a la división celular, proceso conocido como
decatenación 12-14. Las topoisomerasas son proteínas ubicuas, todos los
organismos vivos las presentan y muestran una notable conservación evolutiva
debido al papel crítico que cumplen. Su mecanismo básico se basa en la separación
transi toria (mellado-resellado) de las hebras del dúplex seguido de otro proceso
adicional. De acuerdo a éste se agrupan en dos tipos o familias (tabla 3 y figura 4).

Tabla 3 - Las distintas topoisomerasas (modificado de Corbett KD y Berger JM 14).

Familia IA IB IIA IIB

Estructura* Monómero Monómero Tetrámero Tetrámero


Cofactor metálico (Mg2+) Sí No Sí Sí
Uso de ATP No No Sí Sí
Ruptura de hebra Una Una Ambas Ambas

Polaridad del corte fosfodiester 5´ 3´ 5´ 5´

n de enlace y sentido** +1 +/- varios +/- 2 +/- 2


Podofilofilinas
Sensibilidad a drogas*** Campotectinas ?? ??
Quinolonas
E. coli DNA girasa,
Ejemplos procariotes v-topo I topo VI
topo I & III topo IV
Ejemplos eucariotes Girasa reversa h-topo I topo II

 La familia I comprende proteínas monoméricas que producen la separación


transitoria de una sola cadena sin gasto energético. Ello permite el paso de una
hebra sobra la otra del dúplex o bien el giro libre de la cadena cortada para
reducir tensiones. Con ellas, el número de enlace aumenta una vez o se
reduce-aumenta n veces, si se trata del paso de hebra o del giro libre
respectivamente.

 La familia II comprende proteínas tetraméricas que catalizan la separación


transitoria de las dos cadenas con gasto de energía, promoviendo el paso a
su través de otra parte del DNA antes del cierre. Ello genera el supergiro
negativo o positivo propio del empaquetamiento o de la relajación-
decatenación.

Con ellas, se produce una modificación de dos veces el número de en- lace. A los
fines de esta re- visión interesa la familia IIA, cuyos miembros procariotes, DNA girasa
y topoisomerasa IV,son sensibles a las quino- lonas 12-18. Ambas enzimas presentan
una estructura y organización parecidas, pues evolucionaron a partir de ge- nes
ancestrales comunes.
La DNA girasa o topoisomerasa II es un tetrámero constituido por dos
subunidades A y dos B, productos de sendos genes, gyrA y gyrB; mientras que
la topoisomerasa IV es también un tetrá- mero formado por dos subunidades C
y dos E, productos de los genes parC y parE (o grlA y grlB en S. aureus). A y
C son homólogas y contienen el centro activo para la apertura y cierre (mellado
y em- palme) del DNA; en cambio B y E son las subunidades con actividad
ATPasa (figura 5). Los estudios bioquímicos sugieren también un mecanismo
catalítico común para esta familia.
 Mediante el dominio de mellado-empalme, la subunidad A de la girasa o
C de la topoisomerasa IV, se une con alta afinidad* y corta al DNA (que
se conoce como DNA-G de “gate” -puerta-). Sin embargo, y a diferencia
de las topoisomerasas eucariotes, las secuencias determinantes de los
cortes son poco claras, pues pocos moldes han sido estudiados y
comparados. Las regiones de corte se parecen al palíndromo sustrato de
la topoisomerasa II eucariote, en cuyo centro se halla la secuencia blanco
G-X-X-C. Estas secuencias hexaméricas son ricas en GC y se apilan en
siguiendo el giro o forma A, lo que da un motivo tridimensional adicional
de reconocimiento enzimático. El corte transitorio se realiza gracias a los
aminoácidos contiguos Arg-Tyr (posición 121 y 122 según la nume- ración
de GyrA en E. coli) en los centros activos de cada subunidad de corte y
empalme (ver también la figura 5A), los que prestan sus cadenas laterales
para romper un enlace fosfodiéster del esqueleto adyacente a la guanina.

Paso 1 - Reconocimiento de la secuencia de corte ricas en G-C sobre el DNA-G


(“gate”), por el dominio de corte y empalme (verde) de la subunidad GyrA o ParC. La
flecha indica el lugar de corte (a partir de aquí la numeración positiva es corriente
abajo y la negativa es corriente arriba). La ruptura del fosfodiéster es posible porque
la Arg 121 con su carga positiva tracciona el fosfato del esqueleto del DNA, mientras
que la Tyr 122 con su OH nucleofílico lo ataca, formándose el intermediario transitorio
(complejo de clivaje).
PASO 2 - Inserción del DNA-T (“transported”) en el hueco de en- trada, alrededor
de las subunidades con actividad ATPasa (GyrB o ParE, según la enzima) y su
atrapamiento tras el cambio conformacional que produce el ATP.
Paso 3 - Separación del complejo de clivaje para dejar paso al DNA-T. Esto implica
una apertura de la en- zima a lo largo del eje de simetría que separa los dímeros
GyrA-B o ParC-E.

Paso 4 - La hidrólisis del ATP


im- pulsa el cambio
conformacional al
confórmero original, el
resellado del DNA y la liberación
de la topoiso- merasa,
que continúa con su ciclo catalítico en otra parte del cromo- soma.

 Concomitantemente, otra porción de DNA (que se conoce como DNA-T


de “transported” -trans- portado-), queda atrapada dentro de la enzima,
tras el cambio conformacional que induce el ATP al unirse a la subunidad
B de la girasa o E de la topoisomerasa IV (paso 2).
Hecho el corte, la mella se ensancha la longitud equivalente a 4 bases por la
apertura de la enzima a lo largo de su eje de simetría y, actuando como una
puerta, permite el paso a su través del DNA-T, el cual es transportado del otro
lado.

Finalmente, gracias a la hidrólisis del ATP, la enzima recupera su conformación


original, el DNA-G es reempalmado y la enzima se libera para continuar con el
ciclo catalítico en otra parte del cromo- soma (paso 4). Si el DNA-G y DNA-T
forman parte de la misma molécula se produce el empaqueta- miento-relajación;
si forman parte de dos moléculas diferentes se produce la decatenación.

 Mecanismo de acción. Relación entre estructura química y acción


farmacológica (Structure-activity relationship -SAR-) de las
quinolonas.
Las quinolonas inhiben la actividad de las topoisomerasas del DNA de tipo IIA
procariotes, enzimas clave para la integridad topológica y funcional de este ácido
nucleico. Esta acción in- hibitoria depende de su concentración efectiva en el citosol
bacteriano. En bacterias Gram negativas, las más hidrofílicas atraviesan la membrana
externa por las porinas y las más hidrófobas lo hacen por difusión a través de las
membranas. Aunque existen en eucariotes transportes activos que concentran
quinolonas en los tejidos , no se han descripto mecanismos de transporte en las
bacterias.
Todas las quinolonas actúan sobre la DNA girasa, pero las fluoquinolonas actúan
además sobre la topoisomerasa IV; como regla general, la actividad sobre los
gérmenes Gram ne- gativos dependería de la inhibición de la girasa, mientras que la
acción sobre los Gram positivos se relacionaría con la inhibición de la topoisomerasa
IV.
Una vez en el interior bacteriano, las quinolonas interactúan con los dominios de
mellado-empalme cuando las topoisomerasas se hallan en su confórmero activo, es
decir, cuando luego de formar los complejos de clivaje, están listas para pasar el DNA-
T a través de la puerta transitoria. Este conjunto complejo de clivaje-quinolona se
conoce como aducto. El aducto es posible porque los grupos 3-carboxi y 4-oxo forman
enlaces de coordinación con el Mg2+, ion fundamental (lo que explica por qué el EDTA
inhibe la acción de las quinolonas) que enlaza al antibiótico con el extremo cortado de
la cadena de DNA y la Ser 83 (nomenclatura de GyrA en E. coli), aminoácido clave
sobre la hélice 4 de la topoisomerasa 17,20,30-32). El anillo sustituyente en la posi-
ción 7 permite una interacción adicional con la otra subunidad de corte y empalme en
la holoenzima que refuerza la actividad inhibitoria al impedir su separación 5,20. El
resultado es una estructura “en burbuja” estable (figura 8) que evoluciona hacia la
modificación estructural y funcional del DNA (inhi- bición del superenrollamiento) con
dos consecuencia.
• Los grupos de las posiciones 3 y 4 son esenciales para el paso de estas
moléculas al interior bac- teriano y para unirse a las topoisomerasas.
• El agregado alquílico o cicloalquílico en la posición 1 mejora la actividad global
de la molécula.
• La sustitución con flúor en la posición 6 origina las fluoquinolonas, los
derivados más eficaces del grupo por su actividad contra la topoisomerasa IV.
• Los ciclos en la posición 7 cambian la farmacocinética y mejoran el espectro:
la piperazina facilita la permeabilidad hacia el interior bacteriano, mientras que
las pirrolidinas o grupos más complejos, tipo el azabiciclo, mejoran la actividad
contra los gérmenes Gram positivos.
• Los agregados éter en la posición 8 son fundamentales para actuar contra
gérmenes anaerobios.

Una vez en el interior bacteriano, las quinolonas interactúan con los dominios de
mellado-empalme cuando las topoisomerasas se hallan en su confórmero activo, es
decir, cuando luego de formar los complejos de clivaje, están listas para pasar el DNA-
T a través de la puerta transitoria. Este conjunto complejo de clivaje-quinolona se
conoce como aducto. El aducto es posible porque los grupos 3-carboxi y 4-oxo forman
enlaces de coordinación con el Mg2+, ion fundamental (lo que explica por qué el EDTA
inhibe la acción de las quinolonas) que enlaza al antibiótico con el extremo cortado de
la cadena de DNA y la Ser 83 (nomenclatura de GyrA en E. coli), aminoácido clave
sobre la hélice 4 de la topoisomerasa (ver también resistencia). El anillo sustituyente
en la posi- ción 7 permite una interacción adicional con la otra subunidad de corte y
empalme en la holoenzima que refuerza la actividad inhibitoria al impedir su
separación. El resultado es una estructura “en burbuja” estable (figura 8) que
evoluciona hacia la modificación estructural y funcional del DNA (inhi- bición del
superenrollamiento) con dos consecuencia.

• En segundo término el DNA queda abierto en múltiples puntos, tanto más


cuanto mayor es la concentración de quinolona a la que es sometida la bacteria
(figura 9); aunque no todas exhiben la misma eficacia. La explicación a estas
observaciones es incompleta, se supone que si los aductos permanecen como
tales provocan pocas mellas, dando tiempo para reparar el DNA y restaurar la
ac- tividad sintética detenida. Mientras que si se disocian, es como si la
topoisomerasa se convirtiera en nucleasa y el DNA es ampliamente dañado,
pues se forman sucesivamente nuevos sitios de corte.

A partir de este punto, las razones por las que se produce la muerte bacteriana
son especulativas; ciertas evidencias indican la existencia de una respuesta
bactericida rápida y otra respuesta lenta que pueden ser simultáneas o
predominar una sobre otra según el micoorganismo considerado.

•La forma rápida podría deberse a la inducción de un fenómeno de muerte


programada en res- puesta al estrés, mediado por un mecanismo génico
presente en microorganismos Gram negativos y positivos, los módulos toxina-
antitoxina. En E. coli dos genes maz codifican sendas proteínas: La proteína
MazF, reconocida como la toxina estable, es una ribonucleasa selectiva, que
se halla inhi- bida por niveles constantes de MazE, un regulador reconocido
como la antitoxina. En presencia de estresores, entre los que se cuentan varios
antibióticos y las quinolonas, la cantidad de MazE decae bajo niveles críticos
dejando libre a MazF y la bacteria entra en apoptosis. Es probable que para la
activación de los módulos toxina-antitoxina sea necesario que, además del
daño producido en el DNA, la quinolona induzca la génesis de radicales libres
del oxígeno o la depleción de NADH.

 El

fenómeno lento dependería de la inhibición persistente de la síntesis de DNA,


la detención subsecuente de la división celular y la formación de formas
filamentosas inviables. Esta respuesta es típica de la activación del regulón
SOS* disparado por las quinolonas, independientemente del mecanismo
apoptótico anteriormente mencionado. La detención de la división se resuelve
favorable- mente sólo si el daño del DNA no es sumamente importante; en caso
contrario, los microorganismos se vuelven quiescentes y mueren. Avalando lo
dicho, mutaciones inactivantes en los genes de los reguladores SOS, lexA y
recA, favorecen la muerte por quinolonas.

 Acción antibacteriana y espectro

Las quinolonas son drogas cuyo espectro y acción antibacteriana varían según
la generación 5,8,39- 59; hechos que se explicarían por las sucesivas
modificaciones químicas efectuadas sobre la estruc- tura base (ver antes).
Estas determinan: diferentes concentraciones de droga en el sitio de infección
o dentro de los gérmenes, diferentes cinéticas de formación/disociación de los
aductos y/o diferente activación de mecanismos letales. Así, partiendo de
moléculas bacteriostáticas de pequeño espec- tro propias -como el ácido
nalidíxico- se produjeron los fármacos bactericidas de amplio espec- tro
característicos de las últimas generaciones, efectivos contra un variado
número de patógenos.

 Acciones sobre el huésped


Las fluoquinolonas, al concentrarse en los tejidos del huésped, pueden ocasionar
diversas alteracio- nes que serán comentadas en efectos adversos.

RESISTENCIA:
Siendo las quinolonas de origen sintético, podría suponerse que los gérmenes
no contaran inicial- mente con mecanismos de resistencia naturales o propios.
Sin embargo, el uso de quinolonas para favorecer el engorde de los animales,
pudo haber influenciado la selección de bacterias naturalmente resistentes a
estos fármacos que luego pasaron al ser humano.
Se describen cuatro mecanismos de resistencia a las quinolonas, tres
cromosómicos y uno transmitido por plásmidos.

1. Mecanismos cromosómicos:

Polimorfismo del sitio receptor:


Esta es la forma principal de resistencia natural en bacterias Gram negativas, aunque
se ha identificado también en cocos Gram positivos. Es debida a las modifi- caciones
en la secuencia aminoacídica de las topoisomerasas de la familia II que reducen o
suprimen la afinidad por las quinolonas. De esta forma, las enzimas no están inhibidas
y pueden completar su ciclo catalítico sellando los cortes transitorios del DNA, y
aunque en algunos casos esto se produce con ciertas deficiencias, son compatibles
con la viabilidad bacteriana.

La mayoría se halla en la región ubicada entre los aminoácidos 66 a 116


(nomenclatura de E. coli) que abarca la hélice 4 y la Ser 83 necesaria para formar el
aducto. Es la denominada Región Determinante de Resistencia a Quinolonas (QRDR,
ver la figura 8). A su vez dentro de QRDR, la secuencia -Ser-X-X-Tyr-aa1- (donde X son
aminoácidos neutros, y aa1 es un aminoácido aniónico como Asp o Glu) es la más
cambiante: La doble mutación Ser, aa1 en la DNA girasa más una mutación en Ser o
en aa1 de la topoisomerasa IV confiere resis- tencia a las quinolonas de alto grado e
incluso cruzada.

Tabla 5 - Mutaciones en el sector QRDR de las topoisomerasas de tipo II, incluyendo la secuencia
Ser-X-X-Tyr-aa1-, que generan resistencia a las quinolonas (tomado de Estrín MA y cols. 4).
DNA-Girasa (GyrA):

Especie Ser Cambio aa1 Cambio Otras mutaciones


(posición)* (posición)*
Leu, Ala,
Staphylococcus spp. Ser 84 Val o Phe Glu 88 Lys o Gly Asp 73 ➞ Gly
Ser 85 ➞ Pro

S. pneumoniae Ser 84 Tyr o Phe Glu 88 Gln o Lys ---


E. faecalis Ser 83 Ile, Arg o Asn Glu 87 Gly ---
Asn, Val, Thr, Ala 67 ➞Ser Gly
E. coli Leu, Trp, Phe, Val, Gly, His, Tyr, 81 ➞ Cys o Asp
Ser 83 Asp 87 Ala 84 ➞Pro Gln
Tyr, Ile o Ala Ala, Phe, Ser
o Lys 106 ➞ His o Arg
Ala 67 ➞Pro Gly
S. enterica Ser 83 Phe, Ala o Tyr Asp87 Gly, Tyr o Asn 81 ➞ Ser o Cys
Ala 119 ➞ Glu
K. pneumoniae Ser 83 Tyr o Phe Asp 87 Gly, Asn o Ala ---

P. aeruginosa Tyr, Asn, Gly


Ser 83 Ile Asp 87 o His ---

H. influenzae Ser 84 Leu o Tyr Asp 87 Asn o Tyr ---

M. tuberculosis Ser 90 Val o Pro Asp 94 Asn, His, Gly, Gly 88 ➞ Cys
Tyr o Ala Ser 91 ➞ Pro

Ala 75 ➞Ser Ser


N. gonorrhoeae Ser 83 Phe Asp 87 Asn 91 ➞ Phe o Tyr Asp
95 ➞ Asn o Gly

Mecanismos de extrusión activa: Esta forma de resistencia es debida a la presencia


de antiportes acoplados al gradiente de H+ que genera la cadena respiratoria; por
consiguiente, es propia de bacterias aerobias. Estas bombas (tabla 7) provocan la
expulsión activa de quinolonas, impidiendo lograr concentraciones útiles en el citosol.
En bacterias Gram negativas junto al mayor bombeo se ve una disminución de la
permeabilidad. Esto ocurre por la menor expresión de las porinas OmpF y OmpC que
están también bajo control de los regulones mar y sox. Esto determina, al menos en
parte, el fenotipo de resistencia múltiple por menor entrada - mayor extrusión, que
origina una resistencia cruzada entre fluoquinolonas del mismo grupo y afecta a las
más hidrofílicas.

Reducción en la expresión de las topoisomerasas: Descripto en S. aureus, este


mecanismo de baja resistencia consiste en una menor expresión de ParE (subunidad
ATPásica de la topoisomeras.

Reducción en la expresión de las topoisomerasas: Descripto en S. aureus, este


mecanismo de baja resistencia consiste en una menor expresión de ParE (subunidad
ATPásica de la topoisomeras.
Tabla 6 - Mutaciones en las subunidades ATPásicas de las topoisomerasas de tipo II, que generan
resistencia a las quinolonas (tomado de Estrín MA y cols. 4).
Especie DNA-Girasa (GyrB) Topoisomerasa IV (ParE)
Asp 437 ➞ Asn
Asp 432 ➞Val Asn
S. aureus Arg 458 ➞ Gln
470 ➞Asp
Pro 456 ➞Ser
Asp 435 ➞ Asn
S. pneumoniae Glu 474 ➞Lys
Pro 454 ➞Ser
Asp 426 ➞ Asn
E. coli Leu 445 ➞His
Lys 447 ➞Glu

Mecanismos mediados por plásmidos:


Genes qnr 25,69-71: este mecanismo identificado por primera vez en K. pneumoniae
(aislada en EE. UU.) y luego en E. coli (del sudeste asiático) se debería a la presencia
de genes qnr (de quinolone resistance) transmitidos por integrones de resistencia
múltiple de tipo I. Los genes qnr (qnrA, qnrB y qnrS) codifican proteínas pertenecientes
a la familia de las proteínas con pentapéptidos repetitivos (PRP). Esta familia contiene
muchos miembros con papeles poco estudiados, se hallan tanto en pro- cariotes como
en eucariotes y unas pocas de las primeras participan en mecanismos de resistencia.
Hasta no hace mucho sólo se especulaba que las PRP protegían a las topoisomerasas
mediante un mecanismo no aclarado.

 METABOLISMO Y EXCRECION:
El metabolismo hepático de las quinolonas se realiza a través de sistemas enzimáticos
oxidativos de fase I y conjugantes de fase II. La oxidación corre a cargo de las
isoenzimas del citocromo P450 (el único identificado es el CYP1A2, aunque es
probable que otras variantes también actúen) que afec- tan principalmente al anillo en
posición 7, especialmente si es una piperazina, y al sustituyente en la posición 1.
Ciprofloxacina, norfloxacina, ácido pipemídico, fleroxacina y las ya retiradas
pefloxacina, enoxacina y grepafloxacina son sustratos preferentes de estas
reacciones. La piperazina se oxida en 3´ (N-oxidación) o 4´ (oxo-quinolona), se
desalquila, se abre o directamente, se pierde. El grupo en posición 1 se oxida o se
pierde por desalquilación.

La eliminación de las quinolonas es variable según el compuesto considerado,


aunque todas o sus metabolitos activos alcanzan niveles urinarios
suficientemente altos 40,90.
• La ofloxacina, la levofloxacina, la lomefloxacina y la gatifloxacina sufren
eliminación renal principal por filtrado glomerular o secreción tubular, con
mínimo metabolismo hepático (< 10%).
• El ácido pipemídico, la ciprofloxacina y la norfloxacina se metabolizan en el
hígado en mayor grado (~ 20%) y se excretan por las vías renal y biliar.
• El ácido nalidíxico, la fleroxacina y la moxifloxacina son las que más sufren
biotransformación hepá- tica (> 35%), excretándose aproximadamente la mitad
por bilis y la mitad por orina.

El clearance renal de casi todas las quinolonas (excepto fleroxacina) excede el


clearance de crea- tinina, por lo que estas drogas son eliminadas por secreción
tubular proximal 88. Debido a que la mayoría son anfóteras pueden usar tanto los
transportadores aniónicos (OAT) como catiónicos (OCT) y los inhibidores de éstos
pueden interferir con su secreción (ver interacciones medicamentosas). La excreción
biliar y transintestinal de algunas quinolonas suele ser importante incluso si son
aplicadas por vía IV (ciprofloxacina).

EFECTOS ADVERSOS
Las quinolonas son fármacos de seguridad aceptable, especialmente la
ciprofloxacina y la levo- floxacina, con más de dos décadas de uso a nivel mundial 8.
No obstante, en ese mismo lapso, seis quinolonas fueron retiradas por cuestiones de
seguridad 7,92, por lo que sus efectos adversos no son banales y deben ser
absolutamente tenidos en cuenta. Como para otros fármacos, éstos pueden

clasificarse en esperables o colaterales, usualmente comunes a la clase terapéutica


pues derivan de su acción farmacológica (entre ellos se consideran los digestivos,
nerviosos y mioosteoarticulares), y no esperables o idiosi de metabolitos reactivos
citotóxicos o haptenizantes (entre ellos, las alergias, la fotosensibilidad y la
hepatotoxicidad). ncráticos, limitados a algunas moléculas, ya que se deben a la
formación to, diarrea, dolor y malestar abdominal. Debido a la buena absorción de las
quinolonas y la escasa eliminación bilio-fecal, los grados extremos de disbacteriosis,
como la colitis por C.

 Neurológicos: se han descripto manifestaciones tales como cefalea, mareos,


insomnio y alucinacio- nes. En pacientes con enfermedades neurológicas
previas, como alteraciones metabólicas, tumores cerebrales, arterioesclerosis o
encefalopatía hipóxica, se describen reacciones maníacas o psicóti- cas. En
pacientes con antecedentes de epilepsia se han descripto crisis convulsivas y
aunque son poco frecuentes (< 0,5%) revisten severidad. El riesgo de aparición
de convulsiones es mayor para trovafloxacina (no comercializada) y casi nulo
para levofloxacina; para algunas quinolonas (ciprofloxa- cina, norfloxacina,
fleroxacina) aumenta cuando se asocian con teofilina, foscarnet o AINEs
(especial- mente fenbufeno).
 Cutáneos: Estos, en general, son de origen alérgico, siendo los más frecuentes
exantema y prurito. Muy raramente (< 0,1%), la fluoquinolonas pueden producir
fotosensibilidad; su riesgo es mayor con quinolonas bifluoradas (fleroxacina y
lomefloxacina) y de hecho, la esparfloxacina y la clinafloxacina, fueron retiradas
del mercado por ese efecto adverso.
 Mioosteoarticulares: el uso de quinolonas produce infrecuentemente mialgias
y artralgias transito- rias durante el tratamiento. Se ha descripto también
tendinitis (dolor y edema regional) y la rotura tendinosa (especialmente el
tendón de Aquiles), manifestación sumamente rara que, aunque re- lacionada
con ciertos factores (tipo de quinolona, consumo crónico de corticoides, mayor
edad) exhibe también cierta predisposición individual.

INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS
Farmacodinámicas: A nivel del efecto antibiótico: por actuar durante la fase de
crecimiento bacteriano, las quinolonas no deben administrarse conjuntamente con
antibióticos bacteriostáticos como clindamicina, cloran- fenicol, tetraciclinas,
nitrofuranos. Asimismo, los inhibidores de la síntesis proteica y la rifampicina inhiben
la vía letal dependiente de la síntesis proteica que activan las quinolonas, por lo que no
deben asociarse.

A nivel del huésped: El uso concomitante de AINEs o foscarnet y quinolonas favorece


la aparición de convulsiones por quinolonas, en particular con la asociación enoxacina
y fenbufeno (esto y la impor- tante interacción con teofilina determinaron el retiro de la
comercialización de la enoxacina). El uso concomitante de glucocorticoides sistémicos
durante períodos prolongados puede ser causa de la ruptura tendinosa. Debe evitarse
el uso conjunto de quinolonas con fármacos que polonguen el in- tervalo QT; la lista
comprende antipsicóticos típicos, en especial pimozida, antidepresivos tricíclicos,
cisapride, macrólidos y antiarrítmicos de clase Ia (quinidina) o III (amiodarona).
FARMACOCINÉTICAS:
Fármacos que reducen la absorción de las quinolonas y viceversa: las sales
de hierro, zinc, los antiácidos con calcio, magnesio y aluminio y el sucralfato,
disminuyen su biodisponibilidad y recípro- camente la de las quinolonas, por
quelación en la luz intestinal. Para evitar este fenómeno se deben administrar
separados por al menos 2 hs. Los antagonistas H2 (cimetidina, ranitidina,
famotidina) y los anticolinérgicos (propinoxato, butilescopolamina) pueden
retrasar la absorción de algunas qui- nolonas, hecho que carece de
importancia clínica.

A nivel del metabolismo de drogas: ciertas quinolonas inhiben la función de los


CYP1A2 y CYP3A4 (tabla 11) y por ello incrementan las concentraciones
plasmáticas de muchos fármacos, incluso a niveles tóxicos. La inhibición es
competitiva y se produce, por lo menos sobre el CYP1A2, por deri- vados
oxidados del anillo piperazina (4´oxo-quinolona).

Las dos interacciones mas relevantes:

* Disminución de la eliminación de metilxantinas (teofilina y cafeína), por lo que


se aconseja moni- torizar los niveles séricos de teofilina.
* Aumento de la t½ de la warfarina, ya que su isómero R se metaboliza por el
CYP1A2.
A nivel de la excreción renal de drogas: las quinolonas usan los sistemas de
transporte OAT y OCT presentes en el túbulo contorneado proximal para su
excreción. Por consiguiente, tanto los ácidos como el probenecid, los AINEs, los
diuréticos de asa y tiazidas, el metotrexate, los antibióticos ß- lactámicos o las bases
como la cimetidina pueden reducir los niveles urinarios de estas drogas, pero aumentar
los plasmáticos.
Tabla 11 - Interacciones medicamentosas de ciertas quinolonas por inhibición CYP (modificado
de refs. 4,108 y 109).
Fármacos que pueden aumentar sus niveles plasmáticos y/o su
Isoforma CYP Quinolona
toxicidad por la interacción

Ciprofloxacina Aminofilina, amitriptilina, cafeína, clorpromazina, diazepam,


Norfloxacina imipramina, levomepromazina, metoclopramida, ondansetrón,
CYP1A2* Acido pipemídico paracetamol, propafenona, ritonavir, tamoxifeno, teofilina, verapamil,
Enoxacina R-warfarina, zopiclona**
Alfentanilo, alprazolam, amiodarona, amitriptilina, amlodipina,
atorvastatina, budesonida, bromazepam, cafeína, carbamazepina,
clorpromazina, cimetidina, cisapride, claritromicina, clindamicina,
clonazepam, clozapina, ciclosporina, dapsona, dexametasona,
diazepam, digoxina, diltiazem, doxorrubicina, enalapril, eritromicina,
CYP3A4 Enoxacina felodipina, fentanilo, fluoxetina, hidrocortisona, imipramina, indinavir,
Norfloxacina itraconazol, ketoconazol, lidocaína, lorazepam, losartán, lovasta-
tina, midazolam, nifedipina, nimodipina, omeprazol, ondansetrón,
pravastatina, prednisona, progesterona, propafenona, quinidina,
quinina, rifampicina, ritonavir, saquinavir, sildenafil, simvastatina,
verapamil, vinblastina, vincristina, zolpidem**
* CYP inhibido por 4´oxo-quinolona. La enoxacina fue retirada de la comercialización por esta interacción.
** En cursiva, fármacos que ocasionan QT prolongado; las metilxantinas además pueden producir convulsiones; el tamoxifeno se
activa por el CYP1A2 por lo que la inhibición de esta isoforma, por el contrario, resta actividad.

PRECAUSIONES Y ADVERTENCIAS:

Debido a que son irritantes locales, las quinolonas no deben aplicarse por vía
IM. Las formas IV se deben perfundir en un lapso no menor de 60 minutos y
lavar la tubuladura. Se debe usar siempre solución glucosada isotónica, pues
soluciones salinas aumentan la toxicidad local.

Debido al riesgo de fototoxicidad, todo paciente que recibe fluoquinolonas no


debe exponerse al sol incluso hasta cinco días después de terminado el
tratamiento.

Debe prestarse mucha atención si los pacientes presentan síndrome de QT


prolongado de causa congénita o medicamentosa, en especial si reciben
pimozida, antidepresivos tricíclicos y antiarrítmi- cos de clases Ia y III, pues
esto puede contraindicar el uso de quinolonas.

Se debe evitar el uso conjunto de quinolonas de mayor metabolismo oxidativo


(ácido pipemídico, ciprofloxacina, norfloxacina, fleroxacina) con teofilina a fin
de evitar su toxicidad por aumento de los niveles plasmáticos.
CONTRAINDICACIONES

Hipersensibilidad a las quinolonas. Embarazo (categoría C) y lactancia. Niños y


adolescentes meno- res de 18 años, excepto que el beneficio/riesgo lo justifique
(ver indicaciones). Pacientes con arrit- mias. Hipomagnesemia. Insuficiencia
hepática y/o renal severas.

INDICACIONES, DOSIS Y VIAS DE ADMINISTRACION

La eficacia de las quinolonas en una gran variedad de infecciones, ha hecho que


su uso se extienda a patologías que bien podrían ser tratadas con otros
antibióticos; esto generó la aparición de cepas resistentes con la consiguiente
pérdida de la utilidad clínica.

- Son indicaciones de las quinolonas:


Infecciones urinarias y prostatitis: para el tratamiento de infecciones urinarias
bajas no compli- cadas causada por bacilos Gram negativos, con excepción de
infecciones por Pseudomonas, son útiles la quinolonas del Grupo A, en especial
la norfloxacina por menor resistencia; sin embargo, este esquema no ofrece
ventajas sobre el cotrimoxazol o la nitrofurantoína.

Infecciones gastrointestinales : las quinolonas del Grupo B son útiles para


combatir estas afecciones porque alcanzan alta concentración en materia fecal
(aun administradas por vía IV). La ciprofloxacina, norfloxacina u ofloxacina son
de elección en las diarreas del viajero causadas por enterobacterias patógenas
(Shigella, E. coli enteropatógeno, Campylobacter spp., Vibrio spp., Yersinia
enterocolitica, Aeromonas hydrophila).

Infecciones respiratorias : si bien las quinolonas no son de primera elección


en el tratamiento empírico de las neumopatías de la comunidad, la emergencia
de nuevos patógenos atípicos y resis- tentes al tratamiento clásico tiende a
generalizar el uso de quinolonas

Infecciones articulares y osteomielitis: son de elección las fluoquinolonas


del Grupo B o C que cubren el espectro de los gérmenes Gram positivos, pero
deben formar parte de planes terapéuticos prolongados, incluyendo medidas
quirúrgicas sobre el foco.
Infeccioness de transmisión sexual: La ciprofloxacina se indica en el
chancroide y en las gonococias (aunque hay cepas resistentes). La cervicitis, la
uretritis, la faringitis y las infecciones perirrectales gonocócicas no complicadas
pueden tratarse con dosis únicas de 500 mg de ciprofloxacina, 800 mg de
norfloxacina o 400 mg de ofloxacina. La ofloxacina se indica por 7 días en
infecciones por C. trachomatis, incluida la enfermedad inflamatoria pélvica
Tabla 12 - Esquemas posológicos habituales de las quinolonas.
Quinolona Indicación* Vía Dosis Duración**

Infección urinaria no
Acido nalidíxico Oral 1 g c/6 hs 7 a 10 días
complicada

Infección urinaria no
Acido pipemídico Oral 400-800 mg c/12 hs 5 a 7 días
complicada

3 a 14 días (según
Infección genitourinaria
Norfloxacina Oral 400 mg c/12 hs severidad; en prostatitis
no complicada
hasta 4 semanas)
Infección sistémica o
Oral 250-750 mg c/12 hs 7 a 10 días (según tipo
Ciprofloxacina localizada por gérmenes
IV*** 100-400 mg c/12 hs y severidad)
sensibles
Infección sistémica o 200 mg c/12 hs 3 a 14 días (según tipo
Oral o IV***
Ofloxacina localizada por gérmenes 400 mg c/24 hs y severidad)
Colirio 0,3%
sensibles 2 gotas c/4-6 hs 5 a 7 días
Infección sistémica o
3 a 14 días (según tipo
Levofloxacina localizada por gérmenes Oral o IV*** 500-750 mg c/24 hs
y severidad)
sensibles
Infección sistémica o
Gatifloxacina localizada por gérmenes Oral 400 mg c/24 hs 7 a 14 días
sensibles
Infección sistémica o
Moxifloxacina localizada por gérmenes Oral 400 mg c/24 hs 5 a 10 días
sensibles
* Para la indicación particular ver el texto. Tener presente que todo esquema posológico antibiótico está en continua revisión.
** Las dosis únicas se explican en el texto.
*** La administración IV se hará en forma de goteo o infusión lenta a pasar en no menos de 60 minutos y usando solución dex-
trosada (ver precauciones y advertencias).
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