Bandera de Venezuela
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Muchos han hablado y escrito acerca de la alabanza y la adoración. Mas, quisiera compartir
en este primer artículo de esta serie, algunos aspectos que considero importantes, en cuanto
a lo que significa alabar y adorar a Dios; así como la diferencia entre ambos conceptos.
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Este es un tema tan amplio y profundo, que resulta a veces algo difícil ponerlo en palabras.
Si pretendemos valernos tan solo de nuestro intelecto humano, lo más seguro es que no
alcanzaremos a captarlo en toda su magnitud. Más bien es algo que cada quien debe
experimentar personalmente con el Señor, convirtiéndose en una realidad en su vida, para
poder adentrarse en la belleza y maravillas de alabarle y adorarle, como dice su palabra,
“en espíritu y en verdad” (Juan 4:23,24).
Solo quien lo vive ha de comprenderlo, pues no se trata de captarlo nada más que con la
mente. También hay que entenderlo y vivirlo con el corazón, el alma y el espíritu. Con
toda razón dijo el apóstol Pablo:
"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él
son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente."
1 Corintios 2:14
Aún así, quisiera que, dentro de nuestras humanas limitaciones, meditáramos un poco
acerca de lo que implica alabar y adorar a Dios.
Ahora bien, si tan solamente alcanzamos este punto de alabar a Dios, podremos
experimentar gran gozo y bendición, pero posiblemente no habremos llegado al nivel de un
encuentro profundo con el Señor en espíritu y en verdad, como él quiere y está buscando
que le adoremos.
Esto no quiere decir que la alabanza a Dios sea superficial y carezca de profundidad. Claro
que no. Lo que quiero decir es que es la alabanza es la puerta de entrada que nos
conduce hacia aguas aún más profundas y hermosas con Dios: nos lleva a sumergirnos
en las aguas de la adoración.
2. LA ADORACIÓN A DIOS:
La adoración Dios implica mucho más que alabarle. Es un encuentro profundo con el
Señor, con su Persona Divina. A través de este encuentro personal podemos
palpar QUIÉN ES DIOS y tomamos conciencia de quiénes somos nosotros, junto a
él, y de nuestra inmensa pequeñez e insignificancia.
Al venir ante Dios en adoración, ya no solo le exaltamos por todo lo que hace por nosotros
y por todas sus obras magníficas y maravillas. Más allá de todo eso, la adoración implica
exaltarle, engrandecerle POR QUIÉN ES ÉL.
Por eso, tal confrontación con la majestad divina, estando ante él en adoración, hará que
nuestra adoración esté enmarcada dentro de una actitud de reverencia. Pero al
adorarle así, no le veremos solamente como el excelso, Altísimo y Todopoderoso; sino que
ello nos llevará a verle también como el Dios de amor, que es también nuestro Padre
celestial. Por eso, la adoración nos une más a Dios.
Todos estos aspectos que, a grosso modo acabamos de mencionar, respecto a la adoración a
Dios, merecen ser vistos con mayor detenimiento, pues encierran grandes y profundas
verdades. Tener conciencia de ello nos ayudará a abrir nuestros ojos ojos espirituales ante
las grandezas y bendiciones del alabar y adorar a Dios.
Por eso, te invito a ver los artículos de la siguiente lista, en los cuales iremos estudiando en
más detalle todo esto y mucho más. No dejes de leerlos, pues sé que te serán de bendición:
Adoración y reverencia
La adoración nos une más a Dios
La adoración es un acto de sumisión a Dios
¿Cómo llegar ante Dios en adoración? PARTE 1
¿Cómo llegar ante Dios en adoración? PARTE 2
¿Cómo será adorar a Dios eternamente? PARTE 1
¿Cómo será adorar a Dios eternamente? PARTE 2